“PSICOANALISIS “PSICOANALIS IS DE PAREJA”* Janine Puget Recibido el 12 de agosto de 2003
Este trabajo fue dividido en tres partes para facilitar su lectura: l ectura:
PARTE 1º La expositora comienza con la noción de intercambio y de diálogo. Dice: 'la idea es irnos de esta jornada con algo más que cuando empezamos, tanto uds como yo; ya que gracias a sus preguntas siempre me surge una idea nueva, y a ustedes (espero) algun nuevo interés que no tenían antes de mi venida'. La zona de encuentro se crea por la relación entre uno y otro yo, con la espectativa de que traiga algo de curiosidad, de interés por conocer al otro; en función de poder intercambiar información, basada en la conciencia del desconocimiento de cada uno respecto de lo que es, o qué estado ese otro está atravesando en ese momento. Y asi poder desear averiguar como está, cómo es, qué siente, qué piensa; para poder estar en condiciones de recibir la información que le vuelve. El análisis de esttos fenómenos lo llevaré adelante con la base teórica de las Configuraciones Vinculares. En esta conceptualización es importante la cotidianeidad. Generalmente, las parejas parten del presupuesto que a partir del día que se conocen y se enamoran, conocen todo el uno del otro. Esa confusión ocasionada por el estado de enamoramiento inicial, en que creen saber irrisoriamente todo lo que es uno para el otro y viceversa; y a partir de eso, deciden que conocen todo lo que es el otro: ése es el primer malentendido que se establece. Como consecuencia, se neutraliza la curiosidad por saber más uno del otro; como si el conocerse hubiera sido nada más que la marca fundante de lo que es la creación de la pareja matrimonial, y entonces cada encuentro les reservaría solamente la posibilidad de confirmarse que ya saben como es el otro. Es así por ejemplo, como en la vida diaria se encuentra una pareja, después de haber estado separados durante el día, y según la cara que traen, deciden que saben porqué tienen tal cara. Ese saber porqué tienen tal cara tiene una implicancia teórica fuerte: es desconocer que el otro posee una zona no compartida, por más que ambos tengan como base ese estado de fusión, dado por el enamoramiento inicial y
prolongado en la convivencia. Entonces esa zona no compartida que se podría compartir pero poniéndola al día, digamos hablándose y aceptando que es no compartida y que hay que hacer un trabajo psíquico para poderla compartir; esa zona quedaría anulada por el simple hecho que uno proyecta en el otro lo que cada uno imagina que el otro debe ser. Digamos no importa qué cara, no importa qué signo se le pone o qué contenido: lo importante es partir del presupuesto que aquello no compartido, se rellena con algo compartido y conocido. Entonces ocurre la transformación de lo no conocido en ya conocido: se trata de una de las alteraciones fuertes de la vida matrimonial. Otro conflicto importante en la vida de las parejas y en la creación de la zona de encuentro, es el no poder soportar lo no compartible hoy y nunca de cada ser humano. Entonces estamos en el campo de lo que son las perturbaciones de la vida cotidiana en las parejas, que implica atribuir al otro un sentimiento conocido un '...Ya sé cómo te sentís...' un...'estás mal por tal cosa...' Se recubre con un sistema explicativo de autoreferencia en el que uno se ubica como centro de la vida del otro. Tienden a ser mecanismos poderosos de denegación de lo no compartido y de lo no compartible (hoy ni nunca) .
En la actualidad, la autora conceptualiza a estos fenómenos de pareja como resistencias a la vincularidad "Los intentos de reproducir relatos relatos textuales, el buscar permanecer igual a sí mismo en cualquier circunstancia son todos ellos, para la dimensión intersubjetiva, signos de resistencia a la vincularidad" (1a) J. Puget -Estos son algunos ejemplos que quiero dar antes de trabajar con el material clínico, como base teórica para ensanchar el modelo; aportar el dato de la vida diaria, el que proviene de un comentario aparentemente trivial. Respecto de lo que sucede en una sesión psicoanalítica; para lo que se llama comúnmente material se transforme en dato, es necesario tener una óptica desde la cual decidir qué es un dato que nos informa acerca de un funcionamiento vincular. Para ello necesitamos de un cuerpo teórico, de hipótesis, de un marco referencial dentro del cual este pequeño comentario nos permite verificar nuestras hipótesis o por el contrario no verificarlas e intentar nuevas. A veces hay datos que no nos coinciden con las hipótesis que estamos manejando. A veces esa no coincidencia nos permite ser mínimamente creativos, o en algunos momentos importantes de la ciencia, a hacer como como rupturas de paradigmas. Esas son las modificaciones teóricas importantes que crean una nueva ciencia. Esto es importante porque en una sesión psicoanalitica vista por analistas con distintos marcos referenciales no observaremos los mismos fragmentos de sesión y, lo que es material para uno, no será material para otro. No elegiremos esos mismos elementos porque tendremos distintos objetivos.
prolongado en la convivencia. Entonces esa zona no compartida que se podría compartir pero poniéndola al día, digamos hablándose y aceptando que es no compartida y que hay que hacer un trabajo psíquico para poderla compartir; esa zona quedaría anulada por el simple hecho que uno proyecta en el otro lo que cada uno imagina que el otro debe ser. Digamos no importa qué cara, no importa qué signo se le pone o qué contenido: lo importante es partir del presupuesto que aquello no compartido, se rellena con algo compartido y conocido. Entonces ocurre la transformación de lo no conocido en ya conocido: se trata de una de las alteraciones fuertes de la vida matrimonial. Otro conflicto importante en la vida de las parejas y en la creación de la zona de encuentro, es el no poder soportar lo no compartible hoy y nunca de cada ser humano. Entonces estamos en el campo de lo que son las perturbaciones de la vida cotidiana en las parejas, que implica atribuir al otro un sentimiento conocido un '...Ya sé cómo te sentís...' un...'estás mal por tal cosa...' Se recubre con un sistema explicativo de autoreferencia en el que uno se ubica como centro de la vida del otro. Tienden a ser mecanismos poderosos de denegación de lo no compartido y de lo no compartible (hoy ni nunca) .
En la actualidad, la autora conceptualiza a estos fenómenos de pareja como resistencias a la vincularidad "Los intentos de reproducir relatos relatos textuales, el buscar permanecer igual a sí mismo en cualquier circunstancia son todos ellos, para la dimensión intersubjetiva, signos de resistencia a la vincularidad" (1a) J. Puget -Estos son algunos ejemplos que quiero dar antes de trabajar con el material clínico, como base teórica para ensanchar el modelo; aportar el dato de la vida diaria, el que proviene de un comentario aparentemente trivial. Respecto de lo que sucede en una sesión psicoanalítica; para lo que se llama comúnmente material se transforme en dato, es necesario tener una óptica desde la cual decidir qué es un dato que nos informa acerca de un funcionamiento vincular. Para ello necesitamos de un cuerpo teórico, de hipótesis, de un marco referencial dentro del cual este pequeño comentario nos permite verificar nuestras hipótesis o por el contrario no verificarlas e intentar nuevas. A veces hay datos que no nos coinciden con las hipótesis que estamos manejando. A veces esa no coincidencia nos permite ser mínimamente creativos, o en algunos momentos importantes de la ciencia, a hacer como como rupturas de paradigmas. Esas son las modificaciones teóricas importantes que crean una nueva ciencia. Esto es importante porque en una sesión psicoanalitica vista por analistas con distintos marcos referenciales no observaremos los mismos fragmentos de sesión y, lo que es material para uno, no será material para otro. No elegiremos esos mismos elementos porque tendremos distintos objetivos.
Cuando hoy veamos la viñeta, estaremos todo el tiempo pendientes de ver qué es material de todo lo que tenemos como material clínico; y a qué hipótesis teórica me refiero para dar un sentido a ese determinado acto. Otra razón por lo cual les menciono esto, es porque el psicoanálisis de pareja nació de fracasos de psicoanálisis individual, así como el psicoanálisis de familia nació también del fracaso del análisis de pacientes psicóticos en análisis individual. El análisis de pareja nació del fracaso nuestro (analistas individuales) en analizar el conflicto matrimonial en análisis que se eternizaban, en el que el tema se repetía casi con el mismo tipo de anécdota y era como impenetrable la acción terapéutica dentro de ese encuadre; dentro de un marco terapéutico que no posibilitaba a la persona que planteaba su conflicto, a hacer una especie de despliegue emocional al cual llamaríamos transferir sobre el encuadre su conflicto, como para que sea accesible a la acción terapéutica e interpretativa. Eran análisis que se eternizaban en torno a una conflictiva, que por momentos parecía como un micro-delirio micro-del irio organizado desde el análisis individual. Gracias a eso, en un momento en que después de repetir fracasos empezamos a pensar que no se trataba de que el paciente era reacio, sino que no le proveíamos del marco adecuado para la dilucidación del conflicto, para el despliegue del componente vivencial necesario para que pueda ser abordado psicoanalíticamente. Entonces, se nos ocurrió crear un encuadre que posibilitara el análisis de las dos personas en juego, digamos dentro del conflicto y ver si aparecían datos nuevos. Esto surgió también cuando nos encontramos contratransferencialmente muy tentados de señalar cuestiones inherentes a otra persona; y nos podemos seguir encontrando en análisis que tenemos actualmente o que tendrán uds. donde el conflicto matrimonial es el centro del análisis individual del paciente, y donde uds se encuentran tentados contratransferencialmente de interpretarle al ausente. Pensar "si estuviera acá yo le diría que..." al que no está, con una presunción del conocimiento que uno no sabe cómo es el otro (puede imaginar, pero a veces puede llevarse sorpresas). Cuando el terapeuta repetidamente se encuentra pensando en: cómo será el otro, qué le diría uno, porqué no hace, porqué no deja de hacer algún tipo de acción sobre un otro ausente; aparecerá la sensación de impotencia del analista para movilizar el conflicto en el análisis individual. Junto con esta sensación, generalmente sobreviene el otro sentimiento vigente, que es el de tomar partido por el propio paciente y ponerse un poco en enemigo del que no está. Entonces, en base a estos elementos que son: impotencia del analista, tendencia a la actuación contratransferencial, sensación de esterilidad en el tratamiento y conceptualización de lo que dice el paciente como micro-delirio; sería conveniente cuando un analista se encuentra con toda esta secuencia de pensamientos y de ideas; que piense que en realidad no está proveyendo a su
paciente del encuadre adecuado para el despliegue de su problemática matrimonial. Otro elemento: la queja, que no ataca al otro porque no está presente; pero sí inmoviliza al analista en algún componente real, paraliza; en cambio el reproche produce un malestar en el otro. Hay una tendencia, todos tenemos una tendencia a sentirnos culpables de algo, porque en un cierto aspecto el sentirse culpable tiene un componente dinámico. Melanie Klein hizo desarrollos con la cuestión de la culpa; Freud hizo otros; todos tenemos resonancia con la cuestión de la culpa. Yo tengo una concepción teórica acerca de la estructura de una configuración vincular; y propongo que el componente dinámico de dicha estructura lo proveen las paradojas que son condición necesaria de la misma. Algunas las he conceptualizado como paradojas fundantes. Paradoja, empezando en lógica serían dos proposiciones contradictorias que no tienen solución; yo lo tomo a nivel paradojas que no se pueden resolver, y que diferencio de las paradojas semánticas. Por ejemplo, una paradoja fundante dentro del Edipo es que para transformarse en esposo, el futuro marido tiene que aceptar que el padre de la futura esposa, le entregue su hija pero al mismo tiempo tiene que desear robarle esa hija a quien se la entrega. Desear robarle... robarle la hija a quien se la entrega, parece una misión imposible puesto que se la da, eso anularía el hecho de robar. Sin embargo es necesaria esa doble situación de poder recibir un don, que es el padre ofreciendo a su hija al que va a ser el esposo y al mismo tiempo ser capaz de robarle la hija a quien en principio la retiene. Al mismo tiempo, la hija tiene que aceptar ser ofrendada porque de no ser ofrendada, sucumbiría para siempre al incesto, o sea a quedarse con el padre; y tiene que poder renunciar bajo castigo (al incesto) y entregarse al que va a ser su esposo como obligada, por temor al incesto, pese a tener el deseo de abandonar a su padre. No es tan complicado si lo piensan digamos, analizándolo. Esa doble situación de robar a quien me regala, se reedita en la vida diaria. Hay abundancia de mujeres acá, y cualquier mujer que tiene un bebé sabe por experiencia propia, que durante el embarazo o en el momento de tener el bebé le pide a su madre que le aconseje, que la haga madre, que la madre la haga madre a la hija. Al mismo tiempo la hija ya madre, pelea a la madre diciéndole que sabe hacer mejor que ella. Eso es ineludible, todos hemos pasado por ahí. Lo hay con más virulencia o con menos, es más simpático o menos simpático; dependiendo por supuesto de la relación que se tuvo también con la madre; en fin, de un montón de circunstancias. Tampoco se puede ser madre sin que la propia madre lo haya posibilitado o haya expresado el deseo de que la hija sea madre. No se puede ser madre de su propio hijo, sin cortar con la propia madre y sin oponerse a lo que la madre le transmite de cómo serlo. Esto sería para mí la paradoja fundante de una estructura dentro del Edipo, a nivel del Edipo. Lo diferencio de las paradojas semánticas que son las que ha trabajado la gente de Palo Alto, la gente de Bateson; y que son casi la base del estilo de los analistas que trabajan con una modalidad sistémica. Los sistémicos dan una buena
utilización a la comprensión de la agudización de cierto tipo de paradoja, y asi facilitan la creación de nuevas conductas. Paradojas semánticas son las que se descubren en el lenguaje. Por ejemplo, en frases que las personas emplean; o en cierto tipo de conducta en el que se dice si y no simultáneamente. Muchas veces paralizando al otro, pero se pueden resolver: estos serían conflictos; yo diferencio conflicto de paradoja. El conflicto tiene solución, la paradoja, no. No hay solución, no es que me quedo con robar o me quedo con recibir el don: me tiene que pasar en una alternancia permanente a lo largo de toda mi vida, porque esto es un modelo. Es el mismo modelo que se transfiere de la estructura vincular en la vida diaria, y es el modelo que se pone especialmente en acción en determinados momentos vitales, por ejemplo: en el embarazo y el parto, cuando el chico va al colegio y en cualquier situación de la vida matrimonial. La única posibilidad de solución que tiene la paradoja es la creación de una entidad de mayor simbolización, o sea el advenimiento de lo simbólico en aspectos de la pareja matrimonial. Es decir, que se pueda transformar el malestar dado por la existencia de la paradoja, en una entidad de mayor nivel de abstracción. Eso sería una solución, aunque no anula los polos de la misma. Dentro de mi conceptualización, el acceso al nivel simbólico, es la entidad mayor. Volviendo al relato previo, todo fracaso puede ser usado debidamente, y proveer nuevos encuadres o nuevas hipótesis que otorgan otras posibilidades al paciente; incluso se puede hacer una derivación a otro analista si uno considera que con ese paciente no va. Esto que parece así de simple, tuvo y tiene a nivel teórico una consecuencia muy importante: en sí mismo es un cambio revolucionario en lo que respecta al análisis clásico, el que nos enseñó Freud desde sus inicios, dándole un status específico a la realidad interna y a la realidad externa. El psicoanálisis fue fundado (digamos gracias al invento de Freud) a partir de darse cuenta de que mucho de lo que hablaban los pacientes no les había sucedido en realidad, por ejemplo: la teoría de la seducción, la teoría del trauma. Entonces, empezó a pensar que hubo un incremento pulsional de algún tipo que dio lugar a la fuerza de un trauma, como una seducción real; y a partir de ahí creó el concepto de fantasía inconsciente, momento sumamente importante para el psicoanálisis. Con este concepto trabajamos muchos años y seguimos trabajando, porque es uno de nuestros pilares. Pero nos hizo olvidar y pasar por alto algunas situaciones de la realidad del otro, esa realidad donde se producen ciertos eventos y da cuenta de una marca específica, que no pasa por la fantasía de un solo yo. Entonces tenemos que devolverle al concepto de realidad el status que merece, sin bandearnos para un lado ni para el otro. Por lo tanto, con todo este cambio de encuadre y del nacimiento del psicoanálisis de pareja , nos dimos cuenta de que no todo encuadre posibilita las transferencias adecuadas. Hay personas que para un otro dado,
tienen más capacidad de despertar transferencia que otras y esto también es válido para los analistas. Es difícil que haya alguien absolutamente incapaz de despertar ningún tipo de transferencia en otro. Pero hay personas con quienes es mas fácil transferir. Yo digo que son personas transferenciables o sea que tienen la capacidad por su modalidad, o por una amplitud de criterio, o por su característica real, de posibilitar la transferencia que otros no posibilitan. Asi como las personas, hay encuadres que posibilitan la transferencia sobre ellos. Transferir implica un comienzo en psicoanálisis, si es que se lo puede interpretar. En nuestro caso, lo que se posibilita es la transferencia sobre el encuadre de alguna escena dramática, con alguna cualidad fantasmática, que no puede ser transferida en otro encuadre. Es así como el psicoanálisis de pareja matrimonial adquiere vida propia, ya que propicia transferencias vinculares , fenómeno que no puede ocurrir en el análisis individual. Aunque la relación con el analista posee un componente real vincular, no alcanza para transferir sobre él la situación del conflicto matrimonial.
Recordemos los conceptos mencionados hasta ahora: la relación entre datos y teorías; los cambios de paradigmas; la idea de fracasos o de cómo nació el análisis de parejas; en consecuencia de todo eso la rehabilitación del concepto de realidad adecuado, en todo lo que estamos mencionando y que nos ha posibilitado descubrir la dinámica de los análisis de configuraciones vinculares, tomando en cuenta el tope que implica la realidad del otro a la regresión fantasmática. Si estoy en un análisis individual hablando de mi marido o de mi esposa, puedo adjudicarle lo que a mí se me ocurre porque hablo en ausencia de esa persona. Digo que: ... me dijo... que yo le contesté... que entonces me dijo... que yo le dije... y sigo así de largo. Esto es lícito en un análisis individual, o sea que es lo que corresponde hacer alli: darse el gusto de desplegar una relación objetal con un otro ausente y permitirle al analista que conozca el sentido de las pulsiones, de las fantasías, de las deformaciones, sin que nadie le diga 'No, esto no es asi'. A veces el analista angustiado por la abundancia de fantasías de su paciente en relación con él mismo, de vez en cuando le dice: 'Pero no, yo no soy así, yo no me sonreí, yo no me enojé, yo no hice tal cosa'. Se trata de momentos en que el analista, inundado por el mundo de relación objetal de la sesión recupera su identidad como yo real y dice: 'no, no regrese tanto, no fantasee tanto, yo no soy el que ud. dice que yo soy, por ejemplo. Hay algunas intervenciones psicoanalíticas donde el analista se siente ante la necesidad, ya sea por angustia propia o porque la situación lo requiere, de corregir la regresión fantasmática de su paciente. En muchas otras ocasiones, no. Cuando el paciente despliega ese material regresivo, sobre esa base se interpreta. En el análisis de las configuraciones vinculares de grupo, de familia o de pareja, esto no es así. Cuando uno habla en presencia del otro y le atribuye significados, emociones, sentimientos, etc., se encuentra con que el otro le dice: 'no, no te permito regresar a este punto, no te permito transformarme a modelo y semejanza
de lo que vos quisieras que yo sea, como si yo fuera una relación objetal tuya'. Acá estamos ante un vínculo en el que los dos tienen derecho a vivir desde su propia manera de ser; y el otro real hace de tope a la regresión fantasmática. Gracias a que hace de tope, obliga o suscita otros tipos de mecanismos de defensa que son los que se emplean cuando la realidad externa al propio yo se torna insoportable y molesta. Un mecanismo defensivo puede ser por ejemplo, el aislamiento, donde aparece en las parejas las fantasías de separación en forma muy frecuente. También se observan otras defensas, pero no son las mismas que aparecen en el análisis individual. Respecto de esta conceptualización, el trayecto es: fracaso, invento de algunos encuadres nuevos, posibilidad de algunas hipótesis nuevas y rehabilitación del concepto de realidad externa, para definir lo que es un vínculo y diferenciarlo de una relación objetal. Este trayecto nos lleva a la creación del concepto de vínculo. La palabra vínculo no la inventamos, pero ingresa en el cuerpo de la teoría como un término teórico . Lo que estoy tratando de darles es un modelo para pensar el fenómeno que ocurre cuando una palabra del lenguaje cotidiano ingresa a una teoría y adquiere otro status. La palabra vínculo, a partir del momento en que se crearon encuadres adecuados para las complicaciones vinculares, ingresó en la teoría de las Configuraciones Vinculares como término teórico, tiene su status propio y nos permite diferenciarlo del de relación objetal, sin que por ello se anule uno o el otro. La intención es mostrar lo que pasa con un inconveniente que uno puede tener en la práctica profesional (si es que se consigue transformar y no melancolizarse con los fracasos) y decir bueno, si me pasa esto una, dos, tres, cuatro veces que me va mal, debe ser que hay algo no funciona. Entonces inventamos algo. Y esto trae toda una remoción sumamente apasionante porque es un recorrido muy interesante que se hace. Para hablar de Configuraciones Vinculares vamos a dar al concepto de vínculo (sea de grupo familiar o de pareja) un lugar preponderante; y si hablamos de análisis individual vamos a dar al concepto de relación objetal tal como la mayoría de uds. debe conocerlo y lo aprendieron, el lugar predominante, sin que por ello nunca se trabaje con relación objetal en un encuadre vincular ni con vínculo en un análisis individual, pero con las predominancias respectivas. El vínculo crea a sus personajes y los personajes crean al vínculo, o sea que no hay nada que suceda en un vínculo que no deba ser leído a la luz de los que pertenecen al mismo. Cuando los pacientes en análisis vincular nos dicen: No, pero esto es mio solo..., uno puede decirles: mire, nada de lo que pasa estando en el vínculo es suyo solo, o porque lo oye del otro, o porque depende de cómo está el otro, o porque si estuviera con otra persona estaría potenciando otras facetas de su personalidad. Porque no hay ninguna posibilidad de aislarse de un contexto cuando es el que da sentido a lo que uno hace. Entonces esto que tan a menudo nos preguntan: en un análisis vincular se puede decir algo personal a uno de los pacientes...? y sí, porque personal es, aunque tengamos dos personas si es análisis de pareja o más si es un grupo. Obviamente uno se tiene que dirigir a uno y al otro, pero se observa que está siempre determinado por el contexto mismo y que el otro lo va a oir, va a hacer algo con eso, va a modificar la dinámica del hecho, que no habla a
uno y no al otro o al otro y no al uno; y lo que diga el uno proviene también de lo que dijo el otro antes, o sea, es un círculo que no tiene comienzo y fin. Cuando los pacientes nos dicen: no pero el empezó primero, como dicen los chicos: ...el me pegó primero...No hay comienzo aunque se puede preguntar cuándo empezó: empezó cuando nacieron, cuando nació la pareja; empezó por cómo fue el deseo de los padres para que tengan su pareja; con el deseo propio para tenerla, con la vida de la pareja. Es díficil saberlo: uno establece marcas, hitos, momentos a los que dice que son fundantes de la pareja. También ocurre en el análisis de parejas, que el analista pregunta cuando se conocieron o cuando empezó la pareja de uds., y según el momento del tratamiento empezó en el punto 1. En otro momento del mismo, empieza en el punto x1. Se atribuye el comienzo de la pareja a distintos momentos de la vida vincular. Esto significa que no hay un momento fundante como algo fijo, ese momento está en función del actual, de cómo recuerdan la vivencia. Piénsenlo en la vida diaria, tomen un pequeño autoexamen de qué dirían respecto de cómo empezó la pareja de uds. Recuerden qué hubieran dicho por ejemplo, hace dos o tres años, y probablemente no sea lo mismo que ahora; aunque a veces hay momentos que marcan, que son realmente marcas fundantes y que se conservan a lo largo de toda la vida. Se encuentra muchas veces que la misma pareja, cada uno de los integrantes, no atribuye al mismo momento la marca fundante. Esto muchas veces trae cierto tipo de malestar, dependiendo del estado emocional de la pareja; que pueden llevarlos a discusiones o al contrario, encontrar dinamizante esta doble visión, aunque sea una visión diferente. Con la exposición previa, traje el concepto de marca fundante de una configuración vincular; y lo que quiero que tengan en cuenta, es que esa marca fundante es relativa al presente actual y al tipo de conflicto (o estado emocional) que en ese momento está pasando la configuración vincular. Ahora vamos a ir viendo el material clínico, despacito con intervención de uds espero, como para aprovecharlo un poco más y desarrollar también este modelo teórico. Nunca se está virgen frente a un material clínico; virgen en el sentido de que uno desconoce la teoría. Cuando hay un cuerpo teórico (insisto mucho con esto), todos tenemos algun propósito con la escucha; sólo que hay que saber qué escuchar, para qué escucharlo, obviamente para tener una intervención terapéutica. Y asi producir actos terapéuticos que modifiquen el sufrimiento que la pareja menciona tener; además de evaluar el sufrimiento que uno piensa que realmente tienen. En lo que respecta al contenido manifiesto, ellos dicen qué les hace sufrir. La tarea del analista es descubrir otros elementos que también provocan sufrimiento, y alli nos encontramos con los verdaderos motivos de consulta: esos escollos ocultos en los modelos repetitivos que no desean cambiar. Muchas veces la pareja no viene para cambiar, sino para recuperar un estado anterior que ofrecía menos riesgo que el estado actual, porque no pueden imaginar un estado mejor. Imaginan que algo se produjo y los desequilibró, es cuando dicen: "no damos más" por ejemplo, pero acto seguido nos dicen: "hace 20 años que sufrimos de lo mismo". La paradoja contenida es "no damos más, pero hace 20 años que
estamos en lo mismo" lo que hace pensar que hay gato encerrado en este asunto; o sea que el "no damos más" aparece en función del temor de que algo cambie. Si soportaron 20 años mientras era pura repetición, en el momento en que la repetición ya atenta contra el equilibrio de la pareja, alli consultan. Se trata de una contradicción manifiesta, ya que no pueden decir: "devuélvannos el estado anterior que no sabíamos que nos llevaba a esto; hoy nos parece catastrófico". Difícilmente imaginan en las primeras entrevistas la posibilidad de algo nuevo, no vivido, algo que no saben qué es y que podría surgir a lo largo del tratamiento. Por lo tanto, una de las cosas que me preocupa detectar en un material es: lo repetitivo; cuáles son las micro soluciones que aparecen dadas por ellos, en base al tratamiento terapéutico; si a lo largo de una sesión ellos proponen alguna solución después de algún acto terapéutico interpretativo. Estos fenómenos nos permiten saber con qué elementos se cuenta para una posible transformación del vínculo. Si después de cada interpretación se refuerza lo repetitivo sin ningún otro despliegue ni ninguna otra cosa novedosa, caben dos posibilidades: que me equivoqué o no se me ocurrió nada nuevo para decirles; o también que estoy involucrada en la repetición (hasta tanto se me ocurra otra cosa). También puede ser que realmente estemos ante una situación de repetición tenaz que va a llevar mucho tiempo poder modificar. Otro elemento útil para hacer un diagnóstico inmediato, es tratar de captar el clima preponderante que se manifiesta en una sesión, que por supuesto se puede modificar. El clima tiene un componente pulsional importante porque invade, es difícil sustraerse al mismo, es díficil retraerse; el clima es algo que nos imponen, que nos penetra, que nos impacta y que nos envuelve a todos por igual. Deshacerse del clima obliga al analista a un esfuerzo muy especial, a un retraimiento y a ponerse afuera, lo que no es fácil. Detectar el clima es acceder a aquellos aspectos pulsionales e intrusivos que se vehiculizan a través de la relación transferencial-contratransferencial y que pueden en determinados momentos impotentizarnos, molestarnos, agradarnos, en fin; cualquiera del espectro de sentimientos y emociones que nos puede despertar, sin que nos percatemos. Como nuestro trabajo es percatarnos, es importante advertir aquello que aparece sutilmente. Es útil tener bastante claro el clima con el que entran los pacientes a sesión, ya que tiene importancia en el desarrollo de la misma y a veces puede coincidir con las palabras intercambiadas o no coincidir para nada. Una pareja puede entrar muy jovial y contenta, para empezar a reprocharse y decirse malas palabras desarrollando un clima de pelea y de malestar que a uno lo desconcierta, porque se dice cómo llegaron en ese estado y dicen eso. Cuando les ocurra algo asi, pueden percatarse de que están funcionando en un nivel paradojal en el vínculo; la pareja convive en estos dos estados con los cuales no saben qué hacer. Hay que detectar los funcionamientos paradojales que hacen al componente vincular y que tienen tendencia a enloquecer; uno enloquece al otro, que le dice sí y no al mismo tiempo. En la escuela de Palo Alto, se advierte que la paradoja sirve a nivel fenoménico. Las paradojas fundantes de la estructura vincular, son las que no se resuelven nunca; no enloquecen pero sí forman parte
de ese aspecto como imposible de satisfacer en una pareja o familia, y puede ser tanto dinamizante como paralizante. Otra paradoja se advierte en estar adentro y estar afuera. Estar, ser elegido y elegir al otro. Tener la obligación de pertenecer a la estructura vincular y al mismo tiempo elegir cómo pertenecer a esa estructura. Las paradojas fundantes constituyen el lugar de la creación de la ilusión que se desarrolla en un vínculo; ilusión que puede ser interesante, erotizante, dinamizante del crecimiento de la pareja. O al revés: cargarse, investirse tanáticamente y transformarse en reproche, malestar, agresión, violencia, etc. Buscaremos en este material si hay funcionamientos paradojales del estilo enloquecedor; qué han hecho con las paradojas básicas de la pareja matrimonial: si las están usando para crecimiento en la pareja o para el no crecimiento. También es importante escuchar las palabras que emplean y ver cuáles se repiten; ya que ellas constituyen una vía para conocer el inconsciente vincular. Nos empiezan a resonar en la cabeza como palabras sueltas (aunque forman parte de frases) y van tomando significados; más que la palabra en sí, por el hecho de repetirse. *Conferencia pronunciada por la Dra Janine Puget - Cámara de Comercio de Comodoro Rivadavia- Chubut – Argentina - 11 de Septiembre de 1993 – Reelaboración de este texto con respecto de algunos criterios actuales vertidos en el trabajo ‘Crisis de la representacion’(1*) por la Lic Sonia Cesio
Referencias bibliográficas (1*) 'Crisis de la Representación'- J. Puget -Conferencia Anual en el Dpto de Parejas - A.A.P.P.G - 6 de Junio de 2003 - (1a) La desgrabación de este material la realizó Graciela Marta Marrufo
“PSICOANALISIS DE PAREJA”
Janine Puget Este trabajo fue dividido en tres partes para facilitar su lectura:
PARTE 2º Otro elemento: los mecanismos predominantes. Tengamos presente a la familia de origen y qué otros personajes pueblan el vínculo. Un vínculo es como un escenario en el que hay dos protagonistas principales que son cada uno de los esposos. Pero al mismo tiempo esos esposos no son libres de todos sus modelos identificatorios que provienen del "afuera" de la pareja matrimonial. Entonces aparecen como personajes que pueden corresponder a las familias de origen, o a algunos amigos o a los hijos, o cualquiera que sea. Empiezan a ocupar lugar en el escenario porque son mencionados con bastante frecuencia y son disparadores de malestar. Actúan u ocupan el lugar como si se tratara de objetos extraños; los integrantes del vínculo se quieren deshacer de ellos, pero esos personajes vuelven y vuelven a aparecer permanentemente en la estructura. Los detectamos en parejas que hablan siempre de algún otro. Entonces, nos interesa reconocer a los personajes que están, ya que no están porque sí: nos ponen en contacto con esos modelos identificatorios que perturban la creación de la zona de encuentro propia de la pareja. Uno nunca se libera de ellos (no hay porqué liberarse), pero sí es necesario abandonar los aspectos no pertinentes a la construcción de una relación matrimonial. Las personas arrastramos en la vida algún aspecto de nuestra infancia, de nuestros modelos identificatorios o de nuestros propios padres; de cómo construyeron sus parejas matrimoniales, de lo que esperaban de nosotros (esos ideales que pusieron en los hijos) que impiden la creación de otro vínculo, donde los dos integrantes de la pareja se pongan juntos a hacer una nueva cocina, una nueva receta a pesar de todo lo que tienen como bagaje. Por estas cuestiones, a veces se repite a contrasentido, con malos entendidos, chocando modelos o recetas con ingredientes que no les sirve para hacer algo juntos. Lo pongo en términos culinarios porque son muy sencillos, la intención es transmitirles que no es cuestión de deshacerse de este bagaje, sino hacerles comprender que entre los dos se puede hacer algo diferente. Si se reconoce por demás la vida anterior de cada uno de los dos, es que algo no se mezcló, algo no se hizo junto. El trabajo de una pareja matrimonial, es crear una zona de encuentro a lo largo de toda la vida, no en un día y después ya está. La pareja es algo trabajoso, difícil, donde hay una mezcla de fragilidad y estabilidad permanente; también de solidez, que debe ser construído día a día, por eso es difícil.
En la actualidad, la autora dice: "La ajenidad se constituye en el encuentro...Para habitar un espacio es necesario un hacer juntos en base a convenios ad hoc (algo asi como reglas para este juego), que se esfuman cuando el hacer deja de producir lugares y cualidades" (1b)
J. Puget - Otra paradoja es que el ámbito de la pareja se convierte en el lugar ideal para olvidarse de construirlo. Uno siempre se sorprende al escuchar: 'cómo puede ser que si ayer estábamos bien, hoy estamos mal'. Como si el "ayer estábamos bien" fuera una especie de contrato contraído para siempre, para que no haya un futuro desconocido, un futuro diferente. En el proyecto de una pareja es importante que puedan comprender que no hay un adquirido para siempre. La pareja es una tarea ardua; cada encuentro es una micro recreación de lo que es la vida de la pareja. Cuando aparecen los reproches, éstos implican la no creación de un vínculo nuevo. Pertenecen al pasado, siempre se reprocha a alguien que no hizo ayer lo que debiera haber hecho. Remiten siempre a aquel pasado no modificado, imaginando que no va a ser arreglado, porque quién va a arreglar lo que no hizo ayer, es absolutamente imposible. Muchas veces las parejas, a través del reproche encubren un monólogo narcisista, que alude a una detención en el tiempo y espacio. Es un monólogo en el que uno se autoafirma en la maldad del otro. Por lo tanto, cada vez que aparece un funcionamiento a nivel reproche predominante, estaré dándome cuenta de que acá pasa algo a nivel no-paso del tiempo, a nivel detención de la marcha de lo que es la creación de un vínculo, y un retraimiento narcisista de quien lo emite. El reproche tiene otro inconveniente: mete culpa en el otro, con lo que significa: despreciarlo, desvalorizar sus ideas, decirle que lo que pensó no lo pensó. Es muy habitual en las parejas en que uno dice al otro: "No, no es así porque yo lo pensé diferente..." Tiene que ver con ataques a la autoestima del otro, y con instilar algún tipo de veneno del cual es muy difícil deshacerse. Veremos en el material cuál de estas cosas van a predominar. Se llega al material sin hipótesis previas de buscar algo en especial; aunque hay una mirada ingenua, despojándose momentáneamente de la teoría y tratando de escuchar. No es un escuchar banal, es un escuchar desde un lugar especial; no es lo mismo escuchar a dos personas charlando en un supermercado, acerca del precio de las cosas, que en un consultorio. Muchas veces dentro de los medios Psi se dice: "no, yo escucho cualquier cosa...", y no es verdad, nunca se escucha cualquier cosa, siempre se escucha con un propósito.
Material Clínico Esta es una sesión que no sabemos si es de comienzo, si es una primera entrevista. Advertimos que es una sesión en un momento determinado del tratamiento porque siguen con lo que venían hablando antes e incorporan al analista en eso. Hablan de inscripción, que da trabajo inscribirse en una tarea. Como lo oigo a nivel de la sesión, pienso que en este momento (o siempre, no sé) les cuesta inscribirse en una tarea. Les cuesta hacer algo, entrar a la sesión e inscribir; dejar alguna marca de esa sesión. Y hablan de burocracia, no para trabajar sino solamente para inscribirse. Burocracia es un término que tiene que ver con repetición. Atribuyo algunos significados en base a la teoría citada. Esta gente está diciendo que por algo hoy les va a costar inscribirse, que esta sesión es
un desafío. Están de acuerdo los dos y los dos conjugan "Sí, la verdad es que es muy trabajoso" Diálogo de la pareja
Lidia: No lo dejé para último momento, no pude la semana pasada y yo lo daba por perdido. Esteban: Estás segura que no tenías una hora para ir? Lidia: En la única hora que tenía, hubiera tenido tiempo de ir con Julián. Esteban: Y cuántas cosas hacés con Julián? Lidia: Además, fui a la mañana, fui y vine, fui y vine. Esteban: Indudablemente, este es un tema irritativo para vos... y yo podría no haberlo tratado... pero aceptá, que vos podrías decir: "Tenés razón podría haber ido antes...Es probable que yo debiera dejar pasar esto" J. Puget: En la llegada, los dos están como aparentemente de acuerdo. El inscribirse, lo tomé como inscribir algo que pudiera traer alguna modificación para el funcionamiento vincular. Ante lo cual inmediatamente Esteban dice cuál es el problema: el reproche inmediato en el que la desvaloriza, le dice que ella siempre llega tarde, que no hace bien las cosas. Lidia se pliega a esa crítica, al reproche. Se defendiende diciendo que "hubiera ido, que llegó, pero que no llegó, que...". No importa tanto el detalle de lo que dice, pero sí que se deja invadir por ese reproche; y él establece una alianza con el analista al que le cuenta "qué mal se porta esta chica", o sea que se propone una estructura en la que hay dos contra uno. Se trata de una situación que es de un funcionamiento paradojal: el despreciar al otro. Quien es él para decir cómo tiene que hacer ella su inscripción. Esteban dice que sabe como Lidia debiera haber hecho su inscripción (que es para ella, no para él). O sea que desde lo formal, uno diría: porqué se preocupa tanto si el problema de la inscricpión es de ella. Vienen hablando de último momento.El dijo: Vos fuiste el último día... después le dice: forma parte del hecho de dejar todo para último momento. Ella dice: No, no lo dejé todo para último momento, no pude ir... la única hora, que tenía hubiera tenido tiempo de ir con Julián. En pocas líneas dijo uno, dos, tres: único, único momento, último momento, única situación. Cuando me dicen eso, pienso que me encuentro: por un lado, con un cierto sentimiento de urgencia, y que me están diciendo hay algo más allá, que es grave, que es el último momento, o sea, última oportunidad, etc.; pero al mismo tiempo proponen como solución, una única solución. Como que no estarían en condiciones de pensar "una solución nunca es única, hay más, hay siempre más de una". Cuando proponen que hay una única, único momento, única solución, también me percato de que acá están hablando
de funcionamientos muy primarios donde hay una única solución. Esto indica una traba en el aparato de pensar y de una situación de urgencia. Si hay una situación de urgencia clínica, primero terapia intensiva y después se verán otros detalles. Esteban propone que la solución es la de él; y Lidia parece como someterse de alguna manera, masoquísticamente; explica y sobre-explica: "y yo fui, pero hubiera ido con Julián, pero no podía ir con Julián". Explica mucho, como que se deja descolocar en este tramo de la sesión. Parece que se deja descolocar con tal de que haya una buena versión, una buena solución, 'aunque no sea mía, me pliego a la de él'. Esteban se transforma en un ideal porque propone una solución, aunque esa solución la jorobe a ella, sea una lesión para su autoestima, no importa; la cuestión es que hay una y que él la provee. Entonces, en el análisis de pareja no sería sólo una conducta masoquista como recién dije, la de Lidia, de plegarse a las criticas de él; sino que se adhiere porque existe una solución, no importa quién la provea. Alguien tiene una solución y es la única. Muchas veces, el hecho de que uno de los dos proponga algo, aunque parezca estar revestido de certeza, al decir única solución, es que está seguro de algo. Con tal de recuperar ese nivel de certeza se acepta, aunque sea en perjuicio de uno, a quien provea esa solución. Se crea una dependencia particular con quien es capaz de aportar certeza y solución. Hay que tomar contacto respecto de que el vínculo es un lugar de incertezas permanente. Muchas veces nos encontramos con la adopción de certezas o la búsqueda de las mismas aunque no existen; pero se construyen con tal de evitar el nivel de mayor angustia de un vínculo, que es toparse con las incertezas.
Respecto de esta temática, ahora se describe al Principio de Incertidumbre, que se inscribe en la lógica de la complejidad. Se consideran sus manifestaciones la inquietud y la perplejidad. "La inquietud designa un estado de malestar indefinido e intraducible en palabras que probablemente tiene dos componentes: el uno pulsional y el otro concerniente a la ajenidad propia y del otro que hace el vínculo...a la perplejidad la ubico en el registro propio de la complejidad y en consecuencia imposibilita disponer de un pensar instrumental mínimo, lo que traba cualquier acción que incluya una decisión" (1c) J. Puget- Entre los dos están viendo cómo construir algo que evite esta cuestión de la certeza, que incluya la delegación de la inseguridad, de la dificultad e imposibilidades. Por supuesto, con sometimientos, por ejemplo la alianza de él con la terapeuta. Todavía no estoy tan segura de que lo importante sería mostrarle a ella el sometimiento; primero hay que hacerles notar que entre los dos crean una situación en que hay una única solución. El matiz (es bastante importante) conviene señalarlo en función del material.Un analista individual no acostumbrado a trabajar con vínculo, instalaría a Lidia en una persona sometida masoquista; y a él en un tirano insoportable (digo tirano insoportable, por decir algo). Se equivocaría porque (aunque a lo mejor pueda ser cierto) a lo largo del tratamiento,
se advierte siempre la misma organización. Es más importante en un tratamiento de pareja, ver qué hacen entre los dos; para qué les sirve, porqué los dos toman lo de único momento y única solución. Podría ser que ella tuviera un delirio con él supongamos, de que siempre la está atacando; ya que este señor le dice: 'pero mirá... porque no... pensá esto... Entonces vendría a sesión y diría 'bueno, otra vez más me dijo que yo hago todo mal'. Siendo un analista individual, me costaría mucho afirmar que ella se ubica en tal lugar por tal y cual cosa; porque mi temor es que salga de sesión y actúe, y le diga al marido: 'mi analista dice que...' Supongamos que cada vez que se le hablara, ella se sintiera reprochada aunque el analista empleara su mejor tono, la mejor interpretación, lo más suave, todo bien, y ella dijera 'siempre me está criticando'. Uno diría: algo le pasa, ni bien le hablo un poco, se ubica en criticada. En ese caso, me preguntaría qué le pasa a nivel del narcisismo. Porqué está tan pendiente de que yo la apruebe, de que yo la acepte, porqué tiene tan disminuida su autoestima. Rumbearía desde la autoestima, porqué tiene tanta facilidad para interpretaciones autoreferenciales, porqué tiene tanta subjetividad en relación con lo que digo y me olvidaría del marido, capaz. Pero justamente, si está en análisis de pareja no me puedo olvidar del marido. Si tuviera a Lidia en análisis individual, es probable que me dirigiera a otros aspectos de su funcionamiento mental. Si habla permanentemente del marido y de otras situaciones en las que adopta una conducta en que acepta ser reprochada y criticada; y además todo lo que digo lo transforma en crítica, en algún momento me empezaré a preocupar por cómo funciona ella, más allá de las personas que la rodean: el marido, el analista, los amigos, el empleador. Entonces ahí me preocuparé por una condición esencial de esta señora que es sobre su debilidad "yoica" y su dificultad de contacto con el mundo. Si viene una pareja a analizarse, para mí es análisis de pareja, despues veré como está constituída; cómo es esa zona de encuentro, si está en estado muy embrionario o muy primario, si se puede desarrollar más. Pensando en este material, sabemos que es una pareja y que evidentemente no es su primer sesión. Entonces ya conocen las reglas del juego, usan el encuadre como está o hablan entre ellos o me toman (analista)como uno de los participantes de la escena fantasmática. En este escenario a veces me excluyen o a veces me obligan a jugar un rol que no me toca. Todo esto es como funcionan ellos. Se trata de un análisis de pareja. Lo mismo para análisis de familia?. Sí, cuando la demanda de análisis la hace la familia. Hay un contrato previo y una indicación. Les hablé de fracasos pero de otro tipo, es porque yo creo que con esto voy a hacer más, voy a analizar más psicoanalíticamente hablando, voy a entender al inconciente vincular de la pareja, que no puedo abordar si los tengo separados. La noción de paciente es una mala traslación del modelo médico. La palabra paciente viene de la función médica. A los médicos nos han enseñado que el paciente es uno solo. Freud era médico y la terapia era de uno solo. Al ensanchar la conceptualización teórica, el paciente es tanto en pareja, como en familia, como el individuo. No es que yo traigo la realidad, traigo el paciente que me parece que es
Otro componente de este material es el reproche de Esteban respecto de con quién está. Le dice que está mucho con Julián, que cuántas cosas hace con Julián. Mencioné antes que me interesaba la aparición de los personajes que pueblan el vínculo y que de alguna manera me dan un abordaje a los funcionamientos narcisistas (aunque no sólo) pero sí a esos funcionamientos de cada uno de los miembros de la pareja, que no se disolvieron para crear el espacio pareja. Esteban dice ahí que siente que ella está en otro lado, y que hace cosas con un otro que se llama Julián, pero Julián debe ser representante de algún otro personaje. Lidia se deja reprochar que llegó tarde porque mientras tanto ella tiene su cabeza ocupada con un Julián. Ellos están hablando de un malestar vincular de otro nivel, que serían los vínculos primarios que no deshicieron y que les impide estar juntos. Escuchamos a Esteban que dice: 'Vos hacés muchas cosas con Julián...' ante lo cual Lidia contesta: 'No lo puedo llevar a todos lados'. Parece que es una advertencia terapéutica sutil, el poder reparar que hay otro nivel en el que ella está ocupada y que él se siente solo, aunque no lo diga asi. Desplazado sobre Julián (hijo), habrá que ver a qué otro personaje representa. Tenemos: la situación de urgencia; la dificultad de crear un espacio común en relación con esto; la búsqueda de certeza; los conceptos de único y último momento; y una pequeña zona de Julián que nos acercaría al funcionamiento narcisista. Continuamos con el material
Lidia: -No lo dejé para último momento, no pude la semana pasada y ya lo daba por perdido. Esteban: -Estás segura que no tenías una hora para ir ? Lidia: -La única hora que tenía, hubiera tenido tiempo con Julián. Esteban: -Y, cuántas cosas hacés con Julián?.... Lidia: -Además, fui a la mañana. Fui y vine, fui y vine... Esteban: - Indudablemente, este es un tema irritativo para vos..., y yo podría no haberlo tratado, pero aceptá que vos podrías decir: tenés razón podría haber ido antes... Es probable que yo debiera dejar pasar esto. Lidia: -Mirá, el año pasado hice los trámites para otro colegio; a cuatro o cinco colegios fui. Fui tres veces a un lugar, dos veces a otro... Esteban: -Si vas el último día sabés que después llegás tarde... Lidia: -Pensé que ya habían cerrado y yo la semana pasada tuve una semana de locos, no es tan fácil!
Esteban: -Está bien... eso simplemente lo señalo. Lidia: -El hecho de que deje para último momento algunas cosas no quiere decir que no haga, y vos siempre finalizás: "Ay, porque tiene un certificado de la Facultad que reclamó 80 veces"...y no me lo entregaron despues de reclamarlo, pero ahora me da bronca, y hay otro que me lo deben desde noviembre del año pasado, no es que yo me deje estar... Esteban: -Está bien, está bien, con el conocimiento de como son las cosas, si vos te presentás el último día, sabiendo la cantidad de cosas que te piden, si vas el último día, quedás afuera casi con seguridad. Lidia: No quedé afuera de la inscripción. Esteban: De casualidad... Lidia: De casualidad, no. Fui el último día pero era hábil, se confundieron ellos, no era culpa mía. Esteban: Lo que vos llevaste no estaba todo certificado, o sea que vos creés que no llegaste sobre la hora. El hecho de que a vos no te moleste, que te parezca normal, es otra cosa, pero es reiterado. J. Puget- Estamos con la repetición de la repetición de la cual no pueden salir, deben haber oido el siguiente ritmo, Lidia dice: ir y venir. En relación con Julián me parece que se dieron cuenta que ella pasó de largo. Esteban le dice (porque los demás reproches ella los contesta) y cuántas cosas hacés con Julián. Ella (no oye) y dice: además fui hoy a la mañana. Fui y vine, fui y vine... Es importante porque podría no contestar a ninguna, pero a todas las demás contesta, pero menos a esta. Parece que es un quiebre en la secuencia, a nivel de asociación libre y posibilidad de indagar al inconsciente. Lidia se defiende contestando que viene y va, y recae sobre sus pies un poquito más adelante. Sobre sus pies quiere decir defensivamente. El analista frente a un material así, se empieza a sentir invadido de que hay repetición, hay reproche, de que no consigue otra cosa que estos lugares fijos. Fue tomado como partícipe de esta situación: él quiere que vea qué mal se porta ella; ella se defiende y también ataca: le dice que siempre generaliza. Da la impresión de que por alguna razón, Lidia se deja ubicar en ese lugar de la inservible, de la que hace todo mal. Recuerden que la sesión empezó diciendo que iba a ser trabajoso dejar una marca. A esta altura pienso que la marca es la interpretación y que de entrada avisaron: 'miren ahora abrimos el escenario, nos ponemos en escena y empezamos con la repetición, y último momento, generalización, etc'. Y le avisaron al analista que tiene que ingeniarse para poder entrar. Dentro de lo que son los reproches que Esteban suministra, dice que ella debería haber hecho como dice él. De alguna manera se sigue proponiendo como modelo y diciendo que es la única forma; su propuesta es de un modelo de pareja tipo
"mellices" en el que Lidia tendría que ser el doble de lo que es él, y si a él le parece habría que hacer así o asá. Ella tampoco se percata, se ve que es un modelo compartido porque no le dice: bueno, cada uno tiene su estilo... sino que lo oye y lo deja pasar. Es el modelo "mellices" referido a que el día en el que estén bien seguros van a hacer todo igual. Esto parece ser imperante. La analista dice: 'creo que acá hay algo que se reitera. Quizá con algunos cambios pero es una repetición exacta. Este esquema del tiempo, del manejo diferente del tiempo que uds. tienen, es un tema que se repite mucho en diferentes situaciones'.
Terapeuta: Ud (le habla a Esteban) es más puntilloso; para un concurso así hubiera preparado todo con anticipación, no le hubiera faltado un papelito. Esteban: Por lo menos hubiera intentado que no me faltase. Terapeuta: Todo lo que ud agrega es: 'sos diferente a mí, lo hacés diferente a como habría que hacerlo' pero además le está pidiendo que le acepte que tiene razón. Esteban: Esa es la parte que me gustaría que dijera: 'Sí, realmente tenés razón' que me dijera 'pucha! yo podría evitarme tener que salir corriendo'... Claro, eso seria una cuestión de voluntad y voluntad sóla no alcanza. De acuerdo... este es un punto débil mío. J. P - Esteban no sabe qué hacer con la analista, porque la analista se metió ahí con un acto interpretativo y le está molestando. El no tiene ganas de escucharla. Es como si dijera 'yo no tengo ganas en este momento de pensar ni de cambiar... y esto?... ahora no sé qué hacer con eso, voy a ver cómo me lo saco de encima'
Terapeuta: Además quiere que el punto fuerte de Lidia sea ud. Si ella reconoce que tiene razón, ud continúa en el lugar del que sabe. El punto fuerte sería que quiere que lo tome como referencia. J. P - Quiero decirles como escucho esto. Hay otra hipótesis fuerte que tiene que ver con la necesidad de cualquier sujeto humano de sentirse reconocido por un otro para "ser". Nuestra autoestima tendría un punto de fragilidad por la necesidad insaciable de ser reconocido en algún aspecto de nuestro ser. O en reconocernos que existimos o en reconocer algunas de las cualidades que consideramos valiosas en ese momento. La autoestima modifica algunas hipótesis psicoanalíticas. No es algo adquirido desde chico, ya que nuestros padres nos dieron seguridad en los modelos identificatorios. Se trata de algo evanescente, algo que si tuvimos alguna base sólida de amor y cariño, es mejor que si no la tuvimos; pero no es definitorio de nuestro futuro. Todos los días en todo vínculo, necesitamos que alguien nos diga que servimos. Por ejemplo, el hecho que me inviten a mí me resulta un reconocimiento. Puedo vivir sin él pero no puedo vivir sin ninguno, sinó mis ideas no sirven para nada si no las puedo confrontar. En la pareja esto tiene un lugar preponderante, porque
pareciera que uno cree que cuando arma una pareja matrimonial, adquiere un reconocedor privilegiado para siempre y el otro es dotado de la exigencia de ser reconocedor . Anécdotas diarias de la vida en pareja: 'fui a la peluquería y mi marido no lo ve; sabía que yo tenía que hacer tal cosa, llega y no me pregunta'. Uno diría para qué quiero que me pregunte si yo lo hice. En todo caso le podría decir, pero no que me pregunte. Uno espera que le pregunte porque eso implica que me reconoce como trabajo. *Conferencia a cargo de la Dra Janine Puget - Cámara de Comercio de Comodoro Rivadavia- Chubut – Argentina - 11 de Septiembre de 1993 – Reelaboración de este texto con respecto de algunos criterios actuales vertidos en el trabajo ‘Crisis de la representacion’(1*) por la Lic Sonia Cesio
Referencias bibliográficas (1*) 'Crisis de la Representación'- J. Puget -Conferencia Anual en el Dpto de Parejas - A.A.P.P.G - 6 de Junio de 2003 - (1b-1c)
La desgrabación de este material la realizó Graciela Marta Marrufo Continua en la parte 3º
“PSICOANALISIS DE PAREJA” Janine Puget
Recibido el 7 de octubre de 2003
Este trabajo fue dividido en tres partes para facilitar su lectura:
PARTE 3º
La autoestima comprende algunos componentes: a)cuanto mejor nos han tratado de chicos, más seguridad vamos a tener y menos va a depender de este viento diario que es lo que le devuelve el otro; b)hay otro que es renovable, que es lo que yo llamo insaciable, como un reconocimiento inefable que me sirve ahora, pero que dentro de cinco minutos lo quiero otra vez, como un hambre que no se agota. Que lo que me reconoció ayer, no me sirve para hoy.
No sólo nuestras primeras experiencias objetales son las definitorias de nuestras patologías en la adultez; sino que hay algo actual, diario, que produce lesiones en nuestro aparato identificatorio, en nuestra autoestima. Esas cuestiones son las que hacen crisis en determinados momentos pese a que, por ejemplo, alguien se haya analizado satisfactoriamente muchos años y haya adquirido una cierta solidez en un momento. La realidad de las situaciones traumáticas diarias no pueden ser todas explicadas en base al pasado infantil. Esto es muy significativo para un analista, porque nuestras explicaciones o nuestro parate explicativo en general vuelve a los modelos infantiles, a las primeras experiencias. De eso vivimos durante muchos años trabajando como analistas, y tomando en cuenta la fragilidad del aparato de autoestima, no sólo en base a las malas experiencias infantiles, es movilizador. Pero al mismo tiempo explicaría el porqué de algunas crisis o de algunas situaciones traumáticas actuales; porqué en el contexto social, por ej. situaciones como las que vivimos durante el proceso, la dictadura o que se viven a diario pueden de golpe derrumbar a una persona, sin que se pueda explicar que la causa fue que cuando era chico el papá y la mamá lo miraban mal. Lo pienso en este sentido: siempre que estoy en relación con un otro según el modelo de aparato psíquico de las configuraciones vinculares, lo llamo el espacio intersubjetivo que es vincular por definición. Lo separo de lo que considero el espacio intrasubjetivo, el de la
relación objetal, que si bien uno es uno en relación con otro , ese otro vive en ausencia del yo de afuera (está dentro de uno). Separo por razones metodológicas lo que llamo el espacio intrasubjetivo, del que se obtienen reaseguramientos en forma distinta a los que provienen de un otro de afuera de uno, que corresponden a funcionamientos del espacio intersubjetivo. Lo diferencio del reconocimiento que se busca desde lo sociocultural que nos proviene también de otros, pero de otros que son condensación de ideales y de ídolos que representan al contexto en el cual estamos insertos. Acepto que la porción desestabilizadora, muchas veces de la autoestima, hay que tratar de entenderla si proviene de que nos han fracasado los ideales e ídolos, que hemos constituído como tales y que hacen al contexto sociocultural en el cual estamos. Por ej. en una institución que hemos decidido que es la nuestra y de pronto pasan cosas alli que nos dan a nosotros una pertenencia que no nos gusta, o que no nos reconocen o que nosotros ya no reconocemos a esos personajes como reconocedores privilegiados. No es lo mismo que la desestabilización que tenemos a diario en la pareja matrimonial o en la familia o en el otro privilegiado; que además hemos entronizado como privilegiado por el enamoramiento, porque si lo hemos elegido como pareja debe ser bueno. La exigencia del reconocimiento diario inconscientemente representan: me reconoce, soy, valgo, merezco ser querida/o; y lo que hago es certificado por el otro . Esto es casi la base del análisis de pareja: el darse cuenta de que lo que se hace vale, siempre y cuando el otro lo reconozca como válido. El material sugiere preguntas: porqué discuten tanto, porque haya ido a hacer la inscripción o no la inscripción, porqué Lidia quiere que Esteban le reconozca que lo que ha hecho vale. Porqué, si ella lo ha hecho, porqué necesita que él se lo reconozca.Y él, porqué insiste tanto. Segun esta hipótesis, sabemos que para que valga lo que él dice, necesita que ella lo apruebe; él necesita que ella le diga que lo que él dice vale. Porqué uno insiste tanto con el otro: 'Decime, que yo tengo razón'...'Pero... decime que me queda bien tal vestido'. Porqué, si yo me lo compré debe ser que me gusta, pero no; se exige al otro que diga algo, que le certifique lo que sea. Las anécdotas y los chistes sobre parejas son justamente el negativo de lo que digo. En la pareja dijimos, se supone que es el lugar de fortalecimiento de la autoestima, pero lo que se ve en la práctica es que es el lugar del mayor deterioro de la misma. Con una gran sutileza un miembro de la pareja, instrumenta medios para despojar al otro de su autoestima. El vínculo se recarga tanáticamente por muchos motivos, pero hay uno en particular: tiene que ser un otro el que nos reconoce, pero el otro en la pareja fácilmente deja de ser otro para ser una proyección de uno mismo. La expresión: 'yo lo conozco, yo se todo de él' da cuenta de lo expresado. La condición de otro en la pareja se pierde fácilmente por la vida cotidiana y por la cualidad de la convivencia. Entonces el otro deja de ser otro, por eso su reconocimiento no nos sirve. El equilibrio es frágil en la pareja también porque hay
oscilación entre: aceptar que el otro sea otro (diferencia de sexo mediante, deseos diferentes, comunicación), y la facilidad con la cual deja de ser otro para ser el doble de uno. Es el momento en que la pareja dice 'pero te lo dijo un amigo y a vos te pareció bien; te lo digo yo y no te sirve'. Esta es una frase común. Uno le podría decir: 'Claro, porque cuando se lo dijo ud no había diferencia entre los dos y la zona de encuentro. Entonces lo que dijo era inválido como espejo y no lo pudo oir'; en cambio cuando lo dice un otro de afuera, que no perdió su lugar de otro, entonces si lo escuchó. Esto es muy complejo porque uno es otro y deja de ser otro, y asi en una dinámica permanente.
Material Clínico Esteban: -Esa es la parte que me gustaría que me dijera sí. Que me dé bolilla, que me dé importancia, que tome en cuenta todo lo que yo le digo y que no me lo discuta.
J. Puget - Esto es un error porque él vuelve otra vez al narcisismo, y dice:'...que no me lo discuta'. Es un error mental. Que le dé bolilla es que no se lo discuta, que se anule ella, con lo cual tampoco le va a servir. Esto es lo que yo llamo las malas soluciones. Esteban: Y que me diga: -Pucha, sabés que tenés razón. Y que no viva con tanta angustia, vive con cara larga, que de alguna manera la ligo yo. Lidia: -Cuándo la ligaste vos, si sabías que me iba a anotar ahí, te enteraste hoy cuando fui. Esteban: -Está bien, está bien. Estabas con bronca decías: -Mirá esto, mirá lo otro... Terapeuta a Lidia: 'Cuando Ud. protesta por como se hacen las cosas y todo lo que pasa, lo que está esperando es la aprobación de Esteban por todo lo que hace; y lejos de recibir la aprobación, recibe un reto del tipo: podrías haberlo hecho mejor' Esteban: -Si, yo podria ponerme como una mamá y decirle: -Pobre Lidia, realmente qué injusticia se comete con vos. Lidia: -No, pobre mamá... Esteban: -Estoy exagerando... me río porque se queda con bronca. Lidia: -No me quedo con bronca. Yo cada vez lo veo más hipercrítico. El no se pone a pensar las cosas que hago en el día: la casa, Julián, de todo eso me encargo yo y el tiempo no se estira. Se pueden hacer tres cosas, pero no cuatro y eso él no lo considera porque siempre parte de la base de que yo me paso durmiento todo el día , viendo televisión, rascándome. El otro día en ese programa que yo le dije que me gustaba, de
Gabriela Acher en una escena, llega el marido a la casa y todo era un despelote, todo tirado, la ropa sucia, los platos sucios todo un quilombo, la mujer en patas mientras se pintaba las uñas. El marido le dice: -Querida, qué es esto, qué paso? y ella dice: -Vos siempre me decías que nunca hago nada y bueno... hoy lo hice. Es genial! Bueno, tendría que pasar algo así para que Esteban se de cuenta.
J. Puget - En este fragmento Lidia habló de la necesidad de ser reconocida, y encontró una solución que es a través del humor. Se relajó claro, pero justamente este sería el momento de giro de la sesión. Las interpretaciones intentaron diferenciarlos, hablarles del reconocimiento, mostrarles como se ubicaba el reproche: hablo uno, habló la otra y hubo un trabajo. Ella encuentra una solución, dice: 'bueno me salgo de eso'; el humor es un indicador. Nos relajó a nosotros también. Lo más importante es que se le ocurrió una escena humorística, porque era medio trágico: a partir de ahi se disuelve algo. Es la primera solución que aparece en la sesión, una actitud positiva-creativa, la del humor.
Terapeuta: Hablando de lo que se repite con algunas variaciones, hay algo que está cambiando y es que Lidia parece menos enganchada con la hipercrítica de Esteban. J. P. - O sea que la analista tomó el humor. No supone que Esteban tiene la verdad .Hay un nivel donde se cargan a si mismos y luego suavizan la bronca. La analista fortaleció la solución humorística.
Esteban: Además me da la impresión, que éste es un ámbito donde nosotros, o yo mejor dicho, aprovecho para introducir críticas que a lo mejor durante la semana, como tenemos poco diálogo en casa, no lo hubiese dicho. Lo hubiera dejado pasar, no hubiera traído un tema irritativo. Porque yo noto que salimos de acá, me da la sensación, con bronca, a veces tristes, no nos hablamos... recién nos empezamos a hablar cuando llegamos a casa, después de media hora de estar en el auto; uno al lado del otro pero absolutamente aislados, es como si esto fuera una especie de descarga, de puesta a tierra en el sentido de enojarnos. Lo que a lo mejor no nos conviene hacer en la semana, lo aprovechamos para hacer acá. Por eso ante ese comentario de ella, yo podría haberle seguido el tren: Sí, realmente que barbaridad, que corrupción! A mi me da la sensación de que Lidia es muy sensible. El otro día ella mencionó aqui el grupo de compañeras que le había hablado de lo buena que era como profesora; que le trajeron un obsequio y ella se emocionó. Y a lo mejor yo no hago eso, a lo mejor a ella le gustaría que yo lo hiciera, me doy cuenta que es muy sensible a un elogio, alguna cosa que yo no hago, no? J. P. - Trastabilla un poco pero es un descubrimiento para Esteban de que a lo mejor a Lidia le gustaría un elogio, como si no estuviera en el contrato que la pudiera elogiar.
Quiero mencionar que también él está hablando de algo importante, que es como decir: 'el encuadre lo hemos construído como un lugar donde hablar de todo esto'. Es transferencial, está diciendo: 'no crea que afuera somos absolutamente iguales, hemos captado que hay una realidad psíquica del encuadre-pareja que es para tratarla acá. Acá hacemos cosas que son de la sesión, que nos dura un poquito más' (porque después salen con bronca). El dice que de alguna manera, fuera de la sesión son distintos, pero que no importa porque han venido para hacer esto y para eso usan el encuadre. Hay una mención a la comprensión de lo que es un encuadre psicoanalítico de pareja que es para que pasen esas cosas.Y la aparición de esa idea de que a lo mejor ella es sensible y le gustaría un elogio, pero lo dice mal, como que es demasiado sensible.
Esteban: -Me da la sensación, yo no se a que se debe, quizá porque ha sido siempre muy exigida, se ha sacado "10" o cosas por el estilo. Ahora hay una contradicción, porque si se saca siempre "10" está acostumbrada a hacer las cosas bien, sin embargo cuando le hacen un elogio, se emociona. J. P. - Ahora está haciendo un trabajo psíquico
Lidia: -Con vos me conformaría que no me criticaras tanto. Esteban: -Cuando yo te digo algo que hacés bien, lo tomás en joda, como si no creyeras. Lidia: -Y sí, porque cuando vos decís por ej.: -Lidia es la persona que más sabe de psicodiagnóstico, yo sé que no es así. Terapeuta: -Por qué no le cree? Lidia: -Yo ante mí misma en el espejo no me lo creo, siento que pasó de un extremo al otro. Esteban: -Vos durante 5 años fuiste la mejor alumna de la escuela, recibiste premios...
J. P. -Antes estuvimos con último momento, única solución. Ahora vamos a estar con la mejor.
Esteban: -Premio "20"... vos creés que fuiste la mejor alumna? Lidia: -Sí, pero lo justo. La mejor en cuanto a nota, no la más inteligente. Esteban: -Fuiste la mejor estudiante? Lidia: -Fui la que tuvo la mejor nota. Esteban: -De casualidad?
Lidia: -No, de casualidad, no! Esteban: -Y a qué se lo atribuís? Lidia: -A que estudiaba. Esteban: -Fuiste entonces de las mejores. Vos tenés cualidades, condiciones como para que si yo te digo que tus psicodiagnósticos son bárbaros, tus informes son bárbaros, sea creíble. Estás habituada a tener buenos resultados. Lidia: -Sí, pero hay algo de vos que no es creíble, siento que no hay un reconocimiento real. Terapeuta: -Cómo sería reconocimiento real? Lidia: -Me parece que uno tiene que estar en el tema para traer algo tan específico. Esteban: -Pero yo veía el informe, como estaba redactado, y eso me impresionaba. Lidia: -Si vos me decís: 'qué bien redactado' yo te lo creo, pero no 'sos la que más sabe'. Esteban: -Ahora me acuerdo de lo que te decían los psiquiatras y vos me decías que te ponían como ejemplo. Lidia: -No, yo no te dije eso. Esteban: -Dejame terminar, porque tal psiquiatra le decía a las otras chicas que hagan el informe como vos. Lidia: -Pero decían que soy la más? Esteban: -Está bien, Lidia, está bien. Terapeuta: -No se dejan pasar una. Para Esteban ud es la mejor. Lidia: -Si, pero no tengo un mango. J. P. - Acá la terapeuta pudo sacar mucho provecho de este cambio. Porque realmente es una sesión en la que pasó algo, de este comienzo de crítica, reproches, etc., se pasó al humor; después se pasó a la cuestión de reconocimiento aunque no lo entienden bien, lo viven un poco como culpa y otro poco como algo insólito, como algo que no está pensado; y después pasan a este lugar idealizado de él hacia ella. Persiste la crítica, pero es otra crítica: ya no le dice que hace todo mal, sino que hace todo bien pero que está mal. Ella lo descalifica pero de otra forma, porque aparece como una exigencia de ideal de los dos de ser la mejor.
Ahora, dentro de esto que hablamos al principio de las certezas y de esa exigencia de ser los mejores, aparece ella como la mejor, pero que no alcanza: como la mejor que qué; la mejor que quién. Uno podría pensar que están hablando de modelos infantiles, de competencias con hermanitos, de cómo ser la mejor: la mejor pareja, la mejor ante los ojos de los padres. Parece realmente infantil: la mejor alumna, las mejores clasificaciones. No hay demasiados elementos para arriesgar una interpretación acerca de modelos infantiles, pero sí para pensarlo. Acá se está hablando de algo distinto: él le reprocha y la empuja porque le dice que es la mejor, él la quiere por ser la mejor, pero no sabe de qué. Es un concepto que tipo colegio sirve, porque una es la mejor porque tiene "10" y ya está. Pero en la vida qué es ser la mejor, mejor que qué, mejor que la mamá, mejor que el papá...Sigue el tema de que Lidia es muy sensible; que parece que quiere elogios, que le resulta extrañísimo, entonces Esteban dice: -Ella siempre ha sido muy exigida (es decir, la saca del terreno de la relación entre los dos) siempre se sacó "10" y que todo hace bien, entonces para qué necesita los elogios de él, si ella tiene los "10". Discuten estérilmente que si se sacó "10", si no se sacó "10", si estudiaba, si no estudiaba, si fue por casualidad. Esto pasa porque le movió el piso la cuestión del elogio. Si pudieran decir: 'bueno, la verdad es que los dos necesitamos elogios; yo necesito que vos me elogies y me ponderes, y vos necesitás que yo te elogie' se acabaría este clima. Uno podría decirle: 'Mire, no es una cosa privativa de ella. Además porqué no... porqué la pareja tendría que ser el lugar de radares de defectos...' Pero no llegamos a ese punto. Llegó al asunto del elogio, despues rumbeó para '... te elogiaron los profesores, te elogiaron esto, te elogiaron lo otro'... y pelean porque a ese otro nivel no quieren llegar (ni pueden todavia). Esteban no le reprocha, sino le dice: 'Yo no tengo porqué elogiarte si vos tenés reconocimientos por todos lados, no ves que sos la mejor?' Tiene envidia, pero más que todo tiene impotencia. El dolor de él que generó lo resistencial, apareció cuando dijo: '...pero ella es muy sensible necesita que la elogien'. Si llevara este pensamiento a sus últimas consecuencias, tiene que parar ahí y replantearse: entre los dos, qué estamos haciendo juntos? pero él sigue de largo.
Terapeuta (le dice a Lidia): -Ud. se preocupó mucho en general por hacer las cosas bien, pero cuando le dicen que está bien, responde: -No, falta, hay otros que lo hacen mejor. Esteban: -Y hay otro aspecto, que cuando yo la veía tan preocupada por hacerlo bien, perfecto, le decía: -No te mates tanto, no es necesario que te rompas tanto. Se pasaba demasiado tiempo trabajando en relación a lo que ella cobraba y le decía: -No importa aunque no sea el mejor... Claro que era una crítica mía, porque estaba criticando que ella se rompía demasiado. Terapeuta: -Y no por Ud. Esteban: -Puede ser... Lidia: -Vos tenés que digitar cómo tengo que hacer. Un día soy la mejor diagnosticadora y otro día tengo el título de sirvienta, porque como ama de casa soy un desastre .
Esteban: -Es que podés ser la mejor diagnosticadora. Lidia: -No me interesa ser la mejor, así como no soy la peor ama de casa ni mucho menos. Esteban: -Yo creo que tenés que reconocer, me gustaría que reconozcas que de la misma manera que tenés dificultades para llegar tarde, que asumas que a lo mejor tengo razón en que no te gustan las tareas de la casa.
J. Puget - Acá no podemos dejar de pensar que apareció un lapsus, el de llegar tarde. Tiene el mismo lugar que el humor de ella antes. Algo pasó para que aparezca un lapsus. Tiene que haber habido más trabajo terapéutico que impidió que sigan de largo, como si no pasara nada. Aflora el inconsciente a través del lapsus, la defensa se disminuyó y no sólo es importante por el contenido en sí; sino por el momento en que aparece, en que siguen con la mejor, con el reconocimiento de ella, aunque no sabemos qué le pasa a él.
Terapeuta: -Para lo que tiene dificultades Lidia es para llegar temprano, para llegar tarde no tiene dificultades. Ellos se ríen. J. P. - A veces discuten sin saber bien lo que cada uno dice, ya que no es importante el contenido, sino que cada uno siga ubicado en lugares opuestos como único modo de vincularse. No es una oposición relativa a ser diferentes sino, si uno es blanco, el otro es negro. Que no es lo mismo que ser diferente como opuesto del otro.
Esteban: -Claro, yo cometí un acto fallido no sé porqué; pero de lo que estoy seguro es que Lidia tiene problemas con el tiempo. Llegando tarde evita inscribirse y deja de hacer lo que le gusta, como es por ejemplo dar clases. Lidia: -Esteban tiene su versión y yo tengo la mía. Esteban hace conmigo un montón de cosas que no se anima con otra. Concretamente: muchas cosas que venían dirigidas a la madre, me las dice a mí. J.P: Escuchen esto despues del "lapsus". Van a ver que es otro material. Que se abrió algo que hasta ahora no se había desplegado.
Lidia: -El otro día vos dijiste algo con respecto a tu hermana y a tu cuñado; dijiste que todo lo que tu hermana no se anima con tu cuñado te lo dice a vos. Y entre nosotros es exactamente lo mismo, pero con respecto a tu madre. Tu hermana no te perdona una, y dice cosas con desdén que hasta a mí me molestan, porque Esteban es también mi cuñado; porque allí todos se llaman Esteban.. Terapeuta: -Quiénes son?
Esteban: -Mi cuñado, mi padre se llama Esteban, el suegro de mi hermana, mi sobrino y hasta mi íntimo amigo. Lidia: -Cuando nació Julián me dijo: 'Te revelás. No le vas a poner Esteban' Terapeuta: -Creo que la pregunta que se hacen es qué lugar queda en esta familia para lo diferente. Cuánta pelea tiene que haber para introducir algo diferente, ni mejor ni peor, simplemente distinto. No tiene mucho lugar y en general es criticado. Lidia: -Alguien me dijo una vez en una reunión familiar... en la familia de Uds. son todos Julian, y la verdad que hay muchos Julieta, Julia y Julian. Esteban: -Lo concreto es que nosotros nos criticamos; y a Lidia si hay elogio, no le gusta; si hay crítica, no le gusta. Lidia: -Yo quisiera que fueras más parejo. Esteban: -Pero yo tengo razón. Si abrimos un cajón mío y un cajón tuyo, te parece que el tuyo es ordenado?. Aceptá que cuando te hago una crítica; no es para joderte, sino que tiene un brillo de realidad, no lo hago para mortificarte. Lidia: -Yo no digo para mortificarme, pero no se porqué lo haces. Y reitero, lo que vos no te animás a hacer con tu familia, lo hacés conmigo. Esteban: -Yo tengo mis problemas pero admití los tuyos. Nosotros tenemos un modular con biblioteca. Lidia empezó a poner cosas ocupando todo el modular y es un despelote. A vos te parece que es para joderte? Es una imagen de la realidad que es un despelote. Lidia: -No es un despelote, uno no puede vivir para ordenar. Esteban: (a la analista) -Pero está o no está justificado lo que le digo? Me trata de estúpido, me trata de boludo. Terapeuta: -Lo que es muy difícil de aceptar es que pueda haber otro orden. Por lo tanto a eso no hay otra manera de llamarlo que desorden. La pelea pasa además por la posesión de Julián, que no se llama Esteban pero su nombre deriva de las Julianas y Julias. Fin de la sesión. Síntesis J. P: Tenemos una sesión en la que hay un mecanismo de defensa, que es esa cuestión de que están habituados a criticarse. Esperaría que con el trabajo analítico se disuelva o se modifique, en la medida de que aparezcan otros contenidos. Se pudo observar que cuando apareció un material complejo, doloroso, complicado, aparecía de nuevo él con: ' - Vos hiciste mal esto, vos hiciste mal lo otro...' y pasa de largo. La defensa es como un
sostén en este momento del vínculo de pareja; que no es conveniente disolver hasta que no aparezcan otros contenidos o una riqueza mayor de la zona de encuentro. En la familia de los Esteban ninguno tiene identidad, entonces él tiene que diferenciarse por rasgos que no son pertinentes a la diferencia. Cuando todos son iguales, como cuando en las familias numerosas los padres dicen: -'los chicos' o 'las chicas', y no se sabe de cuál se está hablando; la búsqueda de diferenciación inherente al sujeto humano se hace por rasgos muchas veces no pertinentes. Esteban a lo largo de la sesión intenta diferenciarse (igual que Lidia), por rasgos que no son pertinentes a la diferencia sexual y al crecimiento de la zona de encuentro. Es similar en las dos familias: en la de ella Julias, Julietas, etc., que pasó a Julián; eso es otro "lapsus"; no se dieron cuenta que Julián era lo mismo que si lo hubieran llamado Esteban . A esto lo descubren acá, lo que pasa es que ante los descubrimientos, no se percatan mucho. Creyeron que rompían una tradición de la familia del padre; pero se quedaron con que ellos, la pareja matrimonial, no pudo encontrar un nombre para su hijo, que fuera el nombre de ellos, y no una repetición.
1º-Sin darse cuenta siguieron con lo mismo, que es una tradición de indiscriminación. Los Esteban y las Julias en las familias hablan de zonas narcisistas; de indiscriminación y de búsquedas de discriminación por rasgos no pertinentes. 2º- No pudieron en base a eso, crear un lugar para el hijo de ellos distinto de las familias de origen. Cuál de las dos familias es la predominante? puede ser la familia de Lidia; entonces siguen esa tradición familiar, en vez de la familia de Esteban. Este detalle puede ser esclarecedor respecto del primer comentario acerca de "cuántas cosas hacés con Julián..." en el que Julián representa un fuerte vínculo de dependencia y narcisismo con la familia de origen de ella, evidenciando la impotencia de él de hacerse esposo. A Esteban le falta (recuerden las paradojas) un hombre que le entregue a su hija; y la capacidad de decir "no" efectivamente. Dice "no" que no sirven, no puede imponerse. No dice: 'Separate de tu papá, y yo te robo'. Por el análisis a la luz de esta conceptualización, puede también presumirse como un déficit en la identidad masculina. O las dificultades en la identificación masculina en relación con Esteban. Es todos los Esteban; y esa ausencia de singularidad probablemente le ha generado la difícultad de robarle la hija a ese padre que no la entregó. Y no la entregó porque así como las Julias y Julietas, Julián es hijo de la familia de origen de Lidia, y no el de la pareja que ambos constituyeron. Este es un aspecto teórico fuerte, que tal cual no se podrá decir nunca. Para poder transformarlo en un acto terapéutico-interpretativo, habrá que encontrar hipótesis intermedias que vehiculicen ese conocimiento; pero a un nivel que no los estereotipe y no los lleve a una racionalización que después puede ser imposible de romper.
La conflictiva de las familias de origen no fue la línea más trabajada porque este material apareció después, gracias al trabajo terapéutico; a la solución que Lidia encontró del humor y el lapsus de él que quebró la solidez de los argumentos. La otra línea es la de la búsqueda estéril de reconocimiento (estéril en este momento), porque lo hacen desde un lugar inadecuado; porque no tienen incorporada la idea, tolerada y bien vista "yoicamente"; o cargada eróticamente de que reconocerse uno al otro no es malo. No es denigrarse, no es humillante decirle al otro: '-Me gustás y estás bien'. Cuántas veces a través de cuestiones educativas culturales, elogiar a alguien se transforma en tener una posición de debilidad. A este material se lo podría analizar en cada sesión con la misma tranquilidad que tenemos acá; sin preocuparse demasiado por la crítica mutua y tratando de ver más cuestiones como estas del reconocimiento, de los modelos identificatorios infantiles, de los sufrimientos por confusiones sobre Julianes y Estebanes; de la dificultad (como dijeron de entrada) de pasar de lo repetitivo a lo creativo, y dejar marca terapéutica que implique realmente un trabajo importante. Mi impresión es que se trata de una pareja que tiene ganas de estar junta, pero que tienen el hábito del maltrato que es muy deteriorante. Hay mucho despliegue y al mismo tiempo aprovechan bien el análisis; si bien por momentos ponen al analista como aliado contra el otro, es posible el trabajo analítico. Han venido a trabajar y eso se nota porque siguen produciendo material, aunque con resistencias y dificultades. El clima me parece ameno, son auténticos; hay crítica pero es un clima de trabajo. Junto con el maltrato hay voluntad de averiguar qué les está pasando; no hay hostilidad hacia el análisis. El malentendido sería que malentienden lo que es elogiarse, lo que es reconocerse. Esto ocurre probablemente por situaciones infantiles, de donde proviene la idea de que uno tiene que dominar al otro, y las ideologías de vida algo distintas. El analista no se propondrá deshacer los malos entendidos sino en todo caso mostrarlos, para que ellos hagan algo con eso. Lacan dice " la comunicación humana es un malentendido" es una frase bastante inteligente, porque bien entenderse sería en este sentido una ilusión de comunicación simbiótica en que el uno es transparente y el otro sería transparente para uno. El malentenderse y el intentar aclarar estimula la comunicación. Pasó hace un rato entre nosotros, cuando me decian: 'Ud. dijo una cosa, yo decía otra, estuvimos ahí, etc...', eso ocurrió porque estábamos interesados en averiguar más.El objetivo de un análisis puede ser el instalar el malentendido estimulante, que se transforma en bien entendido y deshace los malos entendidos que son nada más que resistenciales u oposiciones innecesarias como esta de si vos pensas
blanco, yo pienso negro , que no lleva a ningún lado.
Siguiendo con la conceptualización actual, la autora dice: "la intersubjetividad deriva de la percepción conciente de que el ir siendo