FACULTAD DE HUMANIDADES ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA
PROPIEDADES PSICOMETRICAS DEL CUESTIONARIO DE AGRESIVIDAD PREMEDITADA E IMPULSIVA EN ADOLESCENTES DE SECUNDARIA DE MOCHE
TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO PROFESIONAL DE: LICENCIADO EN PSICOLOGÍA AUTOR: BR. ASMAT ASMAT, EDER EDSON
ASESORES: MG. AZABACHE ALVARADO, KARLA ADRIANA MG. VERA CALMET, VELIA GRACIELA
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN: PSICOMETRÍA
TRUJILLO – PERÚ 2014
PÁGINA DEL JURADO
Mg. Karla Adriana Azabache Alvarado PRESIDENTE
Mg. Velia Graciela Vera Calmet MG. SECRETARIO
Mg. María Milagros Morgan Noriega MG. VOCAL
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DEDICATORIA A Dios por su amor infinito, por amarme y quererme tal como soy.
A mis Padres, Juan y María, por ser mis ejemplos, por brindarme su apoyo cuando estaba débil. Gracias papá por tus consejos y gracias mamá por despertarme temprano con un gran beso y motivarme a seguir mis metas. Los amo a los dos.
A mis queridos hermanos, Juan, Iván, Oscar y Lucia, porque a pesar de ser diferentes siempre estuvieron a mi lado. Los quiero mucho.
A mis sobrinos, Iván, Yadhira y Rosita, por alegrar mis días con sus travesuras por las mañanas. Los amo.
A mí queridos hermanos que ya no están conmigo en esta vida: Oscar e Iván porque son un gran ejemplo de vida. Los recuerdo y los amo.
Eder Edson Agradecimiento
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A Dios, por su voluntad de permitir la culminación de mi investigación. A mi asesora Mg. Karla Azabache, por su dedicación y apoyo para dirigirme en el proceso de mi investigación. A los directivos educativos, por el permiso otorgado y a los alumnos de las instituciones educativas del distrito de Moche que participaron en el estudio, pues sin su apoyo y disposición no hubiera sido posible este trabajo.
El autor
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DECLARATORIA DE AUTENTICIDAD
Yo, Eder Edson Asmat Asmat, con DNI N° 43709152, a efecto de cumplir con las disposiciones vigentes consideradas en el Reglamento de Grados y Títulos de la Universidad César Vallejo, Facultad de Humanidades, Escuela profesional d Psicología, declaro bajo juramento que toda la documentación que acompaño es veraz y auténtica.
Así mismo declaro bajo juramento que todos los datos e información que se presenta en la presente tesis son auténticos y veraces.
En tal sentido asumo la responsabilidad que corresponda ante cualquier falsedad, ocultamiento u omisión, tanto de los documentos como de información aportada por la cual me someto a lo dispuesto en las normas académicas de la Universidad César Vallejo.
Trujillo, Setiembre del 2014
Br. Eder Edson Asmat Asmat
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PRESENTACIÓN
Señores miembros del jurado:
En cumplimiento del Reglamento de Grados y Títulos de la Universidad César Vallejo de Trujillo, presento ante ustedes la Tesis titulada “Propiedades Psicométricas del Cuestionario de Agresividad e Impulsiva en adolescentes de secundaria de Moche”, la misma que someto a vuestra consideración y espero que cumpla con los requisitos de aprobación para optar el título profesional de Licenciado en Psicología
Trujillo, Setiembre del 2014 Br. Eder Edson Asmat Asmat
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RESUMEN El presente estudio tiene como objetivo conocer la Propiedades Psicométricas del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes de Secundaria de Instituciones Educativas Estatales del distrito de Moche. La muestra se conforma de 505 alumnos de ambos géneros, cuyas edades oscilan entre 12 y 17 años. La validez de constructo por medio del análisis factorial confirmatorio demuestra mínimas diferencias entre el modelo teórico y estimado (d<.05), así como la existencia de correlaciones estadísticamente significativa (p<.01). Además, un ajuste CFI, GFI y AGFI satisfactorio (≥.90), con un error cuadrático medio de aproximación aceptable (.05
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ABSTRACT The present investigation aims to discover the Psychometric Properties of the Impulsive and Premeditated Aggression Questionnaire in high school Adolescents of state educational institutions in Moche district. The sample was made up of 505 adolescent students of both sexes male and female, which ages raise from 12 to 17 years. Construct validity through confirmatory factorial analysis shows minimal differences between theoretical and estimated models (d<.05) and also shows the existence of statistically significant correlations (p<.01) as a satisfactory CFI, GFI, AGFI adjustment (≥ .90), with a half quadratic error (.05
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ÍNDICE PÁGINA DEL JURADO…………………………………………………..……………………………………………..……….
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DEDICATORIA……………………………………………………………………………………………………..….……………
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AGRADECIMIENTOS…………………………………………………………….…..…………………………………………..
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DECLARACIÓN DE AUTENTICIDAD……………………………………..………………………………………………..
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PRESENTACIÓN………………………………………………………..………………………………………………………….
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RESUMEN………………………………..…………………………………………………………………………………………..
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ABSTRACT…………………………………………………………………………………………………………………………….
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I.
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................
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II.
MARCO METODOLÓGICO .....................................................................................
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2.1. Variables ........................................................................................................
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2.2. Operacionalización de Variables ....................................................................
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2.2.1. Definición conceptual..................................................................................
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2.2.2. Definición operacional ................................................................................
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2.2.3. Indicadores .................................................................................................
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2.2.4. Escala de Medición......................................................................................
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2.3. Metodología ..................................................................................................
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2.4. Tipo de estudio ..............................................................................................
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2.5. Diseño de Investigación…………………………………………………………………………………
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2.6. Población y muestra.......................................................................................
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2.7. Técnicas e instrumentos de recolección de datos ...........................................
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2.8. Métodos de Análisis de Datos ........................................................................
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III.
RESULTADOS ........................................................................................................
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IV.
DISCUSIÓN............................................................................................................
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V.
CONCLUSIONES ....................................................................................................
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VI.
RECOMENDACIONES.............................................................................................
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VII.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .............................................................................
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VIII.
ANEXOS ................................................................................................................
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Anexo Nº 1: Ficha de Tamizaje…………………………………………………………………………….
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Anexo Nº 2: Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva .......................
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Anexo Nº 3: Prueba de Normalidad de la Agresividad premeditada e impulsiva según sexo ...........................................................................................................
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Anexo Nº 4: Prueba de Normalidad de la Agresividad premeditada e impulsiva según edad ...........................................................................................................
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Anexo Nº 5: Prueba de las diferencias en la agresividad premeditada e impulsiva según sexo…………………………………………………………………………………………………………..
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Anexo Nº 6: Prueba de las diferencias en la agresividad premeditada e impulsiva según edad ...........................................................................................................
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Anexo Nº 7: Escala de valoración de correlación en la validación………….……………..
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Anexo Nº 8: Escala de Valoración de Alfa de Crombach……………………………………….
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ÍNDICE DE TABLAS Tabla 1. Determinación del tamaño de la muestra…………………………………………………………………
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Tabla 2. Distribución de la población y muestra por colegio, grado, sección y sexo………........
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Tabla 3. Características de la muestra……………………………………………………………………………………
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Tabla 4. Índices de ajuste del modelo estimado al modelo teórico según AFC……………………..
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Tabla 5. Intercorrelación entre las escalas de Agresividad premeditada e impulsiva…..………….
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Tabla 6. Índices de validez de constructo del CAPI-A………………………………….…….…………………….
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Tabla 7. Estadísticos de Confiabilidad del CAPI-A……………………………………….….……………………….
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Tabla 8. Baremos percentilares del cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes según sexo…………………………………………………………….………………………….
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Tabla 9. Prueba de Normalidad de la Agresividad premeditada e impulsiva según sexo………
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Tabla 10. Prueba de Normalidad de la Agresividad premeditada e impulsiva según edad…...
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Tabla 11. Prueba de las diferencias en la agresividad premeditada e impulsiva según sexo…
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Tabla 12. Prueba de las diferencias en la agresividad premeditada e impulsiva según edad…
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Tabla 13. Escala de valoración de correlación en la validación………………………………………………
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Tabla 14. Escala de Valoración de Alfa de Cronbach…………………………………………………………….
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I.
INTRODUCCIÓN En la actualidad, existe un mayor interés en el estudio de la agresividad. De hecho, muchos investigadores se han centrado en su funcionalidad. La agresividad se refiere a un conjunto de procesos emocionales y cognitivos que motivan intencionalmente al individuo a hacer daño a una persona, y puede expresarse de manera física, verbal o relacional. Estas expresiones de la agresividad han mostrado resultados de interés en cuanto a la etiología de la agresividad, por lo que, gracias al enfoque teórico del procesamiento de la información, la comunidad científica pudo estudiar la funcionalidad de la agresión, enfocándose en el estudio de esta variable y conocer su comportamiento en los adolescentes (Andreu, 2010). Por esta razón, el estudio de dicha variable es importante para motivos de investigación dada su incidencia en diferentes contextos incluyendo la realidad local. Es por ello que el propósito de esta investigación es determinar las propiedades psicométricas del cuestionario de agresividad premeditada e impulsiva en adolescentes del distrito de Moche.
Debido a las diferentes investigaciones realizadas por la comunidad científica, dichos estudios se han interesado en la agresividad premeditada e impulsiva en los adolescentes. Posteriormente, gracias a los estudios de Andreu (2010) basados en los modelos teóricos del procesamiento de la información social, de la teoría neoasociacionista y del aprendizaje sociocognitivo, se puede diferenciar la agresividad en dos tipos: premeditada e impulsiva siendo la primera un medio para conseguir un objetivo, mientras que la segunda una respuesta ante una amenaza o provocación percibida. Estos tipos de agresividad se tratarán con mayor detalle más adelante.
Dada la importancia del tema es que se realizaron distintas investigaciones en cuanto a esta variable de estudio. Es así como Andreu (2010) tuvo como objetivo evaluar la Agresividad por medio del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes (CAPI-A), en la cual trabajó con 825 adolescentes con edades comprendidas entre los 12 y 17 años de edad pertenecientes a diferentes centros Educativos públicos de la Comunidad de Madrid, donde 426 fueron varones y 399 mujeres. Los resultados mostraron la confiablidad de la escala de la agresividad premeditada (.83) e impulsiva (.82) en donde los varones presentaron mayores niveles de agresividad premeditada e impulsiva que las mujeres. El estudio de la validez convergente correlacionando el CAPI-A con dos instrumentos externos, uno de impulsividad (BIS-11, Escala de Impulsividad de Barrat) y otro de Agresividad reactiva-proactiva (RPQ, Cuestionario de Agresividad Reactiva/Proactiva) donde ambos tipos de agresividad se
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correlacionaron significativamente con la Impulsividad de Barrat. La correlación con la agresividad premeditada alcanzó .41 igualmente que con la agresividad impulsiva que alcanzó .41. Además, la agresividad premeditada presentó una correlación ligeramente más elevada con la agresividad proactiva (.24) y la agresividad impulsiva mostró una mayor correlación con la agresividad reactiva (.21), como se esperaba.
Así mismo, Miranda (2012), realizó una investigación el cual tuvo como objetivo establecer la adaptación psicométrica del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en adolescentes (CAPI-A), en la cual trabajó con 171 alumnos del ambos sexos, de edades que oscilaban entre los 12 y los 17 años de nivel secundario de la Institución Educativa Víctor Raúl Haya de la Torre – Roma del distrito de Ascope, siendo los niveles socioeconómicos alto y medio. Los resultados demostraron que la validez de contenido mediante el criterio de jueces alcanzó superar el .80 siendo altamente significativa, además se obtuvo la validez de constructo donde se obtuvo puntajes de .842 para la escala de agresividad premeditada; así como un .911 para la escala de agresividad impulsiva, demostrando que ambas correlaciones están sobre los .80 y son altamente significativas. Por otro lado se alcanzó la confiabilidad donde se analizaron ambas escalas de agresividad premeditada donde se obtuvo .537 y la escala de agresividad impulsiva que obtuvo .639.
Ese mismo año, Martínez (2012) realizó un estudio cuyo objetivo fue establecer la adaptación psicométrica del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en adolescentes en alumnos del nivel secundario de la Institución Educativa “César Vallejo” Trujillo de niveles socieconómicos medio y bajo. Se trabajó con una muestra de 234 alumnos de ambos sexos entre las edades de 12 a 17 años. Los resultados alcanzaron .8 en la validez de contenido mediante el criterio de jueces, siendo esta significativa. Asimismo, posee validez de constructo ya que las correlaciones test-escalas obtuvieron valores altamente significativos debido a que se encuentran sobre el 0.8, siendo sus resultados los valores de .88 para la escala premeditada y .90 para la escala impulsiva. Por otro lado, sus índices de confiabilidad fueron moderados según escalas logrando obtener un .59 para la escala de agresividad premeditada y un .68 para la escala impulsiva, y para la escala total fue aceptable con un .74. Se hallaron los baremos de centro según las escalas, incluyendo un baremo de escala sinceridad.
Posteriormente, Llanos (2013), realizó un estudio que tuvo como objetivo determinar las propiedades psicométricas del Cuestionario De Agresividad Premeditada e Impulsiva (CAPI-A)
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en alumnos del nivel secundario del Distrito La Esperanza. La población estuvo compuesta por 1900 alumnos, siendo la muestra de 492 estudiantes entre las edades de 12 y 16 años, siendo 262 hombres y 233 mujeres. En cuanto a la realización del análisis estadístico, en lo que respecta a la validez de constructo se utilizó la correlación ítem-test, obteniéndose la eliminación de los ítems 1, 3 y 5 de la escala de Agresividad Premeditada, en cuanto a la escala de Agresividad Impulsiva, se eliminó el ítem 4 y 14; después de este procedimiento se reportó índices de correlación ítem-test, aceptables. Asimismo, se analizó la confiabilidad mediante el método del alpha de Cronbach, cuyos hallazgos encontrados refieren que el instrumento es confiable, teniendo como valores .67 en la escala de Agresividad Premeditada y .76 en la escala de Agresividad Impulsiva. Por último, se elaboraron los baremos percentilares según el género.
Por último, Muñoz (2013), realizó una investigación la cual tuvo como objetivo establecer la adaptación psicométrica del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en adolescentes (CAPI-A), en la cual trabajó con 514 alumnos entre las edades de 12 y 17 años, de ambos géneros, en el distrito de El Porvenir. En lo que respecta a la validez de constructo se halló a través del análisis de correlación ítem-test donde se obtuvo en la escala de agresividad premeditada, la eliminación del ítem 3, de la misma manera, en la escala de Agresividad Impulsiva, se eliminaron los ítems 4 y 14, siendo así, los ítems restantes muestran un incremento en su valor, lo que conlleva a mejorar la fiabilidad de la escala. Asimismo, se analizó la confiabilidad mediante el método del Alfa de Cronbach, cuyos hallazgos encontrados refieren que el instrumento es confiable, reportándose un valor .710, en la consistencia interna de la escala de Agresividad Premeditada y asimismo, la consistencia interna de la escala Agresividad Impulsiva obtiene un valor de .812.
Por lo tanto, debido a los interesantes estudios referidos, es que se justifica esta investigación por el hecho que no se han realizado estudios sobre las Propiedades Psicométricas del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva hasta la fecha en el distrito de Moche. Este estudio permitirá que las instituciones educativas del distrito de Moche cuenten con un instrumento que posea las propiedades psicométricas del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes de dichas instituciones Educativas aportando nuevos conocimientos psicométricos para la evaluación de la agresividad.
Andreu (2010), sostiene que la agresividad hace referencia a un conjunto de patrones de actividad que pueden manifestarse con una intensidad variable desde la agresión física hasta los
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gestos y manifestaciones verbales como son la agresión verbal. Por tanto, la agresión haría referencia a la propensión de un individuo a faltar el respeto, a ofender, provocar y amenazar a los demás.
Además, la agresividad no es una forma de agresión. Se trata más bien de una serie de experiencias que varían en intensidad, frecuencia y duración sin conducir a la agresión. Por lo que, la agresividad sería una constelación de respuestas que se experimentan internamente y que se manifestarían de manera externa debido a nuestras diferencias individuales, culturales y sociales. De ese modo, la agresividad se manifestaría en tres niveles: a) Nivel Emocional, en la que acompaña emociones como la ira manifestándose por medio de la expresión facial y los gestos o del cambio de tono y volumen de la voz. b) Nivel Cognitivo, donde están presentes fantasías destructivas, elaboración de planes agresivos e ideas de daño. c) Nivel Conductual, donde están presentes manifestaciones corporales, verbales y físicas explícitas, siendo denominada como agresión o conducta agresiva (Andreu, 2010).
Bajo esta modalidad, la agresividad es lo que nos conduce a agredir a otra persona. En este sentido, la agresividad haría referencia al conjunto de sentimientos, emociones y pensamientos experimentados subjetivamente que bajo la acción de determinados mecanismos y procesos psicológicos que se activan ante una situación determinada, conducirían a la manifestación conductual de una respuesta física o verbal en un contexto determinado (Andreu, 2010).
Entonces, la agresividad es un constructo que hace referencia a un complejo proceso psicológico que, de forma directa o indirecta, tendría por objetivo producir un daño, físico o verbal, poniendo en peligro, activa o pasivamente, la vida, supervivencia, bienestar e integridad del otro (Andreu, 2010).
Esta variable en los adolescentes se debe a que presentan un déficit de autorregulación que explica su comportamiento conflictivo y conducta antisocial. Probablemente este déficit se asocie al comportamiento aprendido de los padres, ya que el modelo de comportamiento autorregulado, junto con la estimulación, la facilitación y el reforzamiento que el adolescente percibe de sus padres influye en su autoconfianza y en su desempeño académico (Gonzales y Núñez, 2001).
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Asimismo, Bailey (2005) da importancia al apego durante la infancia ya que este de ser inseguro puede ser un factor de riesgo determinante en el desarrollo de una conducta antisocial. Cuando la conducta de los padres es de permanente inconsistencia o rechazo el niño se encuentra casi constantemente en un estado de incertidumbre en cuanto a la disponibilidad física de los padres, lo que produce un sentimiento de ira. Sobre ello, se crea un modelo de relación en el que la ira y la inseguridad constituyen características dominantes.
Por último los aportes de Brando, Valera y Zárate (2008) concluyen que la existencia de un estilo de apego inseguro, los antecedentes familiares violentos, las variables psicológicas presentes en la etapa de la adolescencia y un ambiente social problemático facilitan la aparición de comportamientos agresivos.
Para Andreu (2010) la agresividad presenta diferentes formas o modos de expresión. Primero, la agresividad Física y Psicológica, que se define como una respuesta motriz que implica una acción física cuyo propósito es herir o hacer daño a otra persona o, a veces, destruir la propiedad. La agresividad psicológica utiliza el lenguaje verbal intencional con el fin de causar daño a otra persona.
Segundo, es la agresividad activa y pasiva, siendo la diferencia entre las dos reside en el grado de compromiso activo en la conducta manifiesta para hacer daño. La agresividad activa implica el compromiso activo del agresor para dañar a la víctima, mientras que la agresión pasiva implica una falta de atención a la hora de responder activamente a lo que causa daño (Andreu, 2010).
Y por último, la agresividad directa e indirecta, donde la diferencia entre las dos reside en la posibilidad que tiene la víctima de identificar al agresor. La agresión directa implica una interacción cara a cara en la que el agresor es identificado fácilmente. En cambio, la agresión indirecta implica que el agresor permanece sin identificarse para evitar una confrontación, ataque o defensa del otro (Andreu, 2010).
Para poder ofrecer una distinción funcional entre los dos tipos de agresividad, esto es, la agresividad premeditada e impulsiva, Andreu (2010) se basó en tres modelos teóricos como son: El procesamiento de información social de Dodge, la teoría Neoasociacionista de Berkowitz y el Aprendizaje socio-cognitivo de Bandura.
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El procesamiento de información social ha sido definido por Dodge (1994, como se citó en Combs-Ronto, 2008) como un mecanismo sobre cómo las diferencias en la agresión se muestran y son teorizadas para ser expresadas en el momento, en donde el cerebro procesa ese acontecimiento antes que la conducta se presente. De esta manera, las diferencias individuales, así como el desarrollo de su mecanismo, juega un rol importante en el desarrollo del comportamiento agresivo.
De acuerdo a este modelo, los niños deben ejecutar varias tareas cognitivas para responder apropiadamente a una situación social dada. El modelo indica que los niños involucran los siguientes 6 pasos secuenciales: Codificar las señales, interpretar las señales, clarificar metas, buscar alternativas potenciales, elegir de una alternativa, ejecutar de comportamiento (CombsRonto, 2008).
Por ejemplo, consideren el escenario donde un niño está siendo molestado por sus compañeros en el colegio. De acuerdo al modelo, el niño presta atención y codifica las señales sociales relevantes (los compañeros están que se ríen de los comentarios que hacen sobre mí), luego interpreta el significado de estas señales (estoy siendo molestado a propósito, hay intenciones hostiles involucradas). El sujeto luego consideraría lo que espera lograr con una respuesta (les mostraré que no estoy molesto) y accede una respuesta potencial a la situación (puedo golpear a los otros y hacer que paren, puedo decirles que no es cierto, etc.). Finalmente, el sujeto selecciona una respuesta (Los voy a golpear y hacer que paren) y ejecuta su comportamiento (Combs-Ronto, 2008).
Se ha hecho mucha investigación en cada paso de este proceso con relación al comportamiento agresivo y se ha encontrado que la agresión está vinculada con deficiencias particulares en cada paso. Sin embargo, el paso inicial de interpretación es de importancia primordial porque los errores aquí afectan los pasos subsecuentes. Consecuentemente, numerosos estudios han investigado este paso inicial para determinar qué errores particulares se cometen (CombsRonto, 2008). La abundante literatura indica que la presencia de comportamientos agresivos está asociada con el error de atribución hostil en este paso, particularmente en situaciones sociales ambiguas (Combs-Ronto, 2008).
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En su estudio pionero sobre las reacciones de los niños de tercero y cuarto grado por Dodge (1980, como se citó en Combs-Ronto, 2008) encontró que ambos niños agresivos y no agresivos respondían apropiadamente cuando las intenciones de sus amigos eran claras. Por ejemplo, cuando era claro que la intención de los amigos era accidental, ambos grupos de niños respondían de una manera benigna. Adicionalmente, ambos grupos respondían de manera hostil cuando era claro que la acción era intencional. Sin embargo, cuando la intención era ambigua, los niños agresivos respondían como si la intención hubiera sido hostil mientras que los niños no agresivos respondían como si la intención hubiera sido benigna.
Dodge concluyó que los niños agresivos muestran un error de atribución hostil y estudios subsecuentes han repetido esta conclusión a través de un amplio rango de edades y poblaciones, así como a través del género. Esas conclusiones resaltan la importancia de examinar la atribución de los niños en el contexto de una situación dada, pero dice poco sobre cómo el error de atribución hostil se desarrolla y se mantiene (Combs-Ronto, 2008).
Tanto en la versión original como en la posterior reformulación se sostiene que los niños y adolescentes se enfrentan a las situaciones sociales con una serie de capacidades biológicas limitadas y tienen memorizadas una serie de estructuras socio-cognitivas de sus experiencias pasadas, lo cual guiará todo el procesamiento posterior (Penado, 2012).
En cuanto al modelo Neoasociacionista, Leonard Berkowitz (1993, como se citó en Carrasco y Gonzales, 2006) propone este nuevo modelo donde la agresividad, denominada como “agresión aversivamente estimulada”, es el resultado del afecto negativo producido por la experiencia de un suceso o acontecimiento desagradable.
Berkowitz utiliza el denominado modelo de red (network model) para poner de manifiesto que existe una asociación entre un afecto negativo o sentimiento desagradable y pensamientos, recuerdos y reacciones motoras que pueden llevar al sujeto a dos circunstancias: o bien un sentimiento de huida de la situación desagradable o bien la respuesta de lucha agresiva. En este modelo no solo son las emociones negativas asociadas a eventos aversivos, sino que las cogniciones juegan un papel relevante a la hora de producir la respuesta agresiva ya que estás interpretan las señales o estímulos externos (Penado, 2012).
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Su tesis se basa en dos grupos de estudios previos relacionados, el primero, con la inducción de dolor en los animales, y el otro, con las reacciones irascibles y agresivas en humanos ante situaciones incómodas. En el primer estudio de Ulrich (1966, como se citó en Carrasco y Gonzales, 2006) se encontró que la inducción de dolor en animales genera dos respuestas: bien una huida para escapar del estímulo nocivo o una conducta encaminada a defenderse o intentar destruirlo.
El segundo estudio por Landau y Raveh (1987, como se citó en Carrasco y Gonzales, 2006) relaciona la agresividad con situaciones incómodas, tales como: altas temperaturas, ambientes cargados de humo, ambientes con olores fétidos o situaciones de elevado estrés social. Se encontró que las personas involucradas en tales situaciones experimentaban una reacción de irritabilidad e irascibilidad que les motiva a infringir daño a otro.
Entonces, de acuerdo a estos estudios, Leonard Berkowitz (1989, como se citó en Carrasco y Gonzales, 2006), sostiene que la “agresión aversivamente estimulada” procede de los acontecimientos aversivos y que, además, no es solo una respuesta encaminada a eliminar o reducir la estimulación desagradable, sino que también una reacción emocional dirigida a infligir daño a un blanco neutro ajeno a la causa del daño. Para Berkowitz el papel de la frustración era un suceso aversivo más capaz de producir una reacción emocional intensa que conducía a la agresión emocional
Berkowitz (1989, como se citó en Carrasco y Gonzales, 2006) diferencia la agresión emocional de la instrumental donde la primera se caracteriza por su inclinación a hacer daño en sí mismo, y la segunda se caracteriza por el uso de la agresión como instrumento para la obtención de determinadas consecuencias.
Entonces, este modelo explica que un acontecimiento aversivo genera un afecto negativo o sentimiento desagradable que al vincularse con pensamientos, recuerdos, reacciones expresivomotoras y otras emociones negativas asociadas a una tendencia de lucha, generan un sentimiento de ira rudimentario que producen ira y las inclinaciones conductuales agresivas, consistentes en arremeter contra un blanco disponible o en la urgencia de herir a alguien. Sin embargo, si el sentimiento derivado del afecto da lugar a un sentimiento de temor rudimentario, como consecuencia de la asociación a pensamientos, recuerdos o reacciones expresivo-motoras
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correspondientes a una tendencia de huida, el resultado, en lugar de ira y agresión, sería el terror y sus inclinaciones conductuales de escape (Carrasco y Gonzales, 2006).
Por último, en cuanto al modelo de Aprendizaje Socio-cognitivo de Bandura (1961, como se citó en Penado, 2012), refiere que este concepto es el aprendizaje por observación el que ocupa un lugar destacado dentro del modelo del aprendizaje social de Bandura. Ya en sus primeras investigaciones sobre cómo se produce el proceso de socialización de los niños pudo comprobar cómo los niños rápidamente imitan la conducta de un modelo adulto aunque este modelo intencionadamente no pretenda transmitir ese conocimiento, denominando al proceso aprendizaje incidental.
Aplicado posteriormente a la conducta agresiva, Bandura (1961, como se citó en Penado, 2012) demostraron que dicho aprendizaje incidental u observacional se originaba igualmente con las conductas agresivas, encontrando que niños que habían observado modelos de conducta agresiva tendían a repetir los mismos comportamientos exhibidos por los modelos. Este aprendizaje observacional de la conducta agresiva sucedía principalmente dentro de la familia, postulando Bandura que la conducta agresiva de los niños que es reforzada por sus padres es la que tiene mayor tendencia a repetirse.
En el proceso de aprendizaje por observación o modelado intervienen cuatro procesos: procesos atencionales, retención, reproducción motora y motivación, los cuales serían los condicionantes de la conducta agresiva (1977, como se citó en Penado, 2012). De este modo los niños no pueden reproducir la conducta agresiva si no prestan atención al comportamiento del modelo, codifican la información en la memoria a largo plazo, tienen las capacidades motoras necesarias para realizar la conducta y esperan obtener refuerzos después de realizarla. Dicho modelo postulado por Bandura ha ido evolucionando con el paso del tiempo a medida que ha señalado la importancia de los factores cognitivos en estos procesos de aprendizaje. La nueva teoría socialcognitiva postulada así sostiene que la conducta es determinada tanto por factores ambientales, personales y conductuales que son una serie de mecanismos que originan, inducen y mantienen la agresividad los cuales describiremos a continuación. Los mecanismos que originan la agresión en la teoría social-cognitiva se encuentra el aprendizaje por observación que el propio Bandura (1977, como se citó Penado, 2012) había postulado en su propuesta original así como el aprendizaje por experiencia directa, donde las consecuencias
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que una conducta provoca (premios o castigo) hacen que aumenten o disminuyan las posibilidades de que se repitan en un futuro.
Ya en los mecanismos que inducen la conducta agresiva se ha aprendido que existen una serie de mecanismos que hacen que dicha conducta se lleve a cabo en un momento determinado, pudiendo activarse la realización de la conducta por la experiencia de un acontecimiento aversivo, expectativas de reforzamiento, asociación del modelado con consecuencias reforzantes, la justificación de la agresión o el control instruccional entre otros (Penado, 2012).
Por último, en cuanto a los mecanismos que mantienen la agresividad es en este último punto donde, además de los mecanismos de reforzamiento directo, vicario y auto-reforzamiento, suceden los mecanismos de naturaleza cognitiva. Estos mecanismos de corte cognitivo llamados por Bandura como neutralizadores de la culpabilización por agresión. Estos hacen que se mantenga el comportamiento agresivo ya que disminuyen la culpa por haber realizado un comportamiento agresivo. Ejemplos de estos neutralizadores serían la justificación de la agresión por motivos religiosos, desplazamiento de la responsabilidad, difusión de la responsabilidad y deshumanización de la víctima (Penado, 2012).
Debido a los modelos teóricos referidos anteriormente Andreu (2010) plantea la distinción funcional entre dos tipos de agresividad: premeditada e impulsiva. La agresividad premeditada Se define como un medio instrumentalizado dirigido a la obtención de un objetivo que es diferente a dañar a la víctima. Es proactiva, por lo que su meta no es dañar a la víctima sino lograr alguna otra meta clara como ser elogiado por otros, conseguir fama o hacerse el fuerte. Es una respuesta en un momento determinado y surge de forma consciente, deliberada y sopesada siendo una estrategia para el agresor. Por tanto, esta forma de agresión es planificada sin requerir provocación y enojo. Además estaría influido por procesos de aprendizaje social y reforzamiento positivo, como también vimos en el modelo socio-cognitivo.
La agresividad impulsiva se refiere a una respuesta no planificada derivada de la ira y basada en la motivación de hacer daño a la víctima a consecuencia de una provocación percibida o imaginaria. La persona “estalla” como resultado de una cadena formada por sus actitudes y emociones unidas al fuerte deseo de dañar a la víctima. Se asocia a reacciones con afecciones emocionales negativas como ira, miedo, irritabilidad, hostilidad y provocación percibida, ya sea
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real o imaginaria, según el modelo neoasociasionista, así como déficit en el procesamiento de información social, cuyo modelo ha sido explicado anteriormente (Andreu, 2010).
Es importante señalar que Las investigaciones de Andreu, Peña y Ramírez (2009) refieren que los hombres presentaron mayores niveles de agresión proactiva que las mujeres. Y en mismo Andreu (2010) manifiestan diferencias estadísticamente significativas en cuanto al sexo. De modo que los varones presentaron mayores niveles de agresividad premeditada que las mujeres así como también en la agresividad impulsiva.
Estos conceptos hacen comprender la realidad en la cual se vive hoy, y de ahí que, muchos de problemas en la sociedad, en su mayoría, sean producidos por los adolescentes, como lo señaló una encuesta realizada por la Organización Iberoamericana de la Juventud que registra una mayor preocupación de los jóvenes iberoamericanos por la delincuencia y la violencia ya que existe una exclusión en el acceso a los servicios y escasas oportunidades de empleo para ellos. Se sabe, entonces, que uno de los factores asociados a la delincuencia y la violencia es el nivel de agresividad presentada en su mayoría por adolescentes iberoamericanos (Lantos, 2013).
En un estudio reciente, la Organización Mundial de la Salud [OMS] (2008, como se citó en Andreu, 2010) estimó que 1.430.000 individuos al año, en todo el mundo, fallecieron a causa de la violencia auto-infligida o interpersonal, con una cifra incluso mucho más elevada de víctimas no mortales, siendo la mayoría de los episodios de esta violencia actos no planificados que reflejaron claramente este tipo de agresividad impulsiva.
En el Perú, el Gerente Regional de Educación de Chiclayo, Julio Vásquez, reconoce que actualmente existe agresividad en los escolares en la que no se puede controlar sus conductas y comportamientos en las escuelas (Urpeque, 2013). Asimismo, el informe de la Comisaría de Moche (2013) por la sub oficial de segunda Marquina, R., establece que en promedio existen tres casos de delincuencia entre robos y asaltos por adolescentes a la semana en Moche, la mayoría de ellos son cometidos por hombres.
Además se ha observado en los adolescentes de Moche las características de violencia, maltrato, irritabilidad y agresividad.
19
Como se ha podido apreciar, esta variable es de gran importancia para la sociedad que se necesita de instrumentos que puedan medir con anticipación esta variable de la agresividad; de ahí que han surgido instrumentos como: la Escala de Impulsividad de Barrat Versión 11 (BIS-11) elaborado por Patton y colaboradores en el año 1995; es una de las pruebas más utilizadas para evaluar la impulsividad que evalúa el comportamiento del constructo impulsividad como una característica de la personalidad y cuenta con 30 ítems. También el Cuestionario de Agresión Reactiva-Proactiva (RPQ) diseñado por Raine y colaboradores en el año 2006 que consta de 23 ítems y evalúa la agresividad en su forma proactiva y reactiva en adolescentes (Andreu, 2010).
Por último, Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en adolescentes (CAPI-A), creado por José Andreu en el año 2010, evalúa la agresividad premeditada e impulsiva en los adolescentes; cuenta con 24 ítems, y además posee una confiabilidad de .83 en la escala de agresividad premeditada y .82 en la escala de agresividad impulsiva estimada mediante el coeficiente alfa de Cronbach cuyos baremos en percentiles de adolescentes son por sexo y general. Razón por la cual se hace necesario medir esta variable a partir de un instrumento que sea válido, confiable y que contenga normas establecidas. En este sentido el Cuestionario de Agresividad Premeditada e impulsiva en Adolescentes (CAPI-A), es un instrumento que puede ser usado en el distrito de Moche puesto que no existe ninguna investigación psicométrica con estudiantes de Secundaria en esta zona.
En conclusión, esta investigación se dirige a determinar la validez, confiabilidad y baremos del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes de Secundaria del Distrito de Moche.
1.1. Problema de Investigación De esta manera, valiéndose de los conceptos antes expuestos, surge la pregunta de investigación: ¿Cuáles son las propiedades psicométricas del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes de secundaria de Instituciones Educativas Estatales del distrito de Moche? 1.2. Objetivos 1.2.1.
General En la presente investigación se plasma como objetivo general:
20
Conocer las propiedades psicométricas del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes de secundaria de Instituciones Educativas Estatales del distrito de Moche. 1.2.2. Objetivos específicos Finalmente, como objetivos específicos: Encontrar la validez de constructo a través del análisis factorial confirmatorio y la correlación ítem-escala del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes de secundaria de Instituciones Educativas Estatales del distrito de Moche. Establecer la confiabilidad por consistencia interna del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en adolescentes de secundaria de Instituciones Educativas Estatales del distrito de Moche. Elaborar los baremos percentilares según género del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en adolescentes de secundaria de Instituciones Educativas Estatales del distrito de Moche.
21
II.
MARCO METODOLÓGICO 2.1. Variables Agresividad: Variable cuantitativa 2.2. Operacionalización de variables
Variable
Definición conceptual
Definición Operacional
Indicadores
Escala de Medición
“La agresividad es un
Ésta variable ha sido medida
1.
Agresividad
constructo que hace
a través del puntaje directo y
premeditada, donde se
referencia a un
convertido que el sujeto ha
usa la agresión como un
complejo proceso
obtenido en las Propiedades
medio para conseguir
psicológico que, de
Psicométricas del Cuestionario un objetivo (Andreu,
forma directa o
de Agresividad Premeditada e
2010, p. 12) cuyos Ítems
indirecta, tendría por
Impulsiva en Adolescentes
son:
Intervalos
objetivo producir un
1,3,5,7,9,11,13,15,17,19
según
Agresividad
daño, físico o verbal,
,21.
refiere
Premedita e
que ponen en peligro,
2.
Agresividad
Hernández,
Impulsiva en
activa o pasivamente,
Impulsiva, donde se
Fernández y
Adolescentes
el bienestar del otro”.
interpreta las
Baptista
(Andreu, 2010, p. 9).
situaciones sociales
(2010, p. 216).
como intencionalmente hostiles aun cuando no sea la intención de los demás (Andreu, 2010, p. 12) cuyos Ítems son: 2,4,6,8,10,12,14,16,18,2 0, 22,23,24.
2.3. Metodología La metodología que utilizada en esta investigación fue Inductivo donde Bernal C. (2006) refiere que es un método que utiliza el razonamiento para obtener conclusiones que parten de hechos particulares aceptados como válidos, para llegar a conclusiones, cuya aplicación sea de carácter general. El método se inicia con un estudio individual de los hechos y se formulan conclusiones universales que se postulan como leyes, principios o fundamentos de una teoría.
22
2.4. Tipos de estudio Para la investigación psicométrica se consideró que el tipo de estudio a desarrollar corresponde a la investigación Tecnológica, “cuyo objeto de investigación es más práctico que teórico y cuyos instrumentos son científicos” (Rodríguez, 2005, p. 32).
2.5. Diseño de Investigación Lluch y Roldán (2007, p. VIII) se refieren al “diseño psicométrico” para hacer referencia a uno de los tipos de diseño de investigación.
Desde esta perspectiva, Alarcón (2008, p. 224) ha considerado ésta investigación psicométrica como aquella relativa a la: Construcción y adaptación de tests psicológicos, de habilidades, aptitudes especiales, inventarios de personalidad, de intereses vocacionales y escalas de actitudes. El propósito de estos estudios es desarrollar instrumentos de medición que reúnan los requisitos de “validez” y “confiabilidad”, de suerte que sean buenos predictores de la conducta. Comprende, también el desarrollo de “normas” para interpretar las puntuaciones individuales, puesto que las ejecuciones personales sólo pueden valorarse en cuanto se les compara con resultados obtenidos por el grupo del que forma parte.
Es decir, “este tipo de investigación requiere datos para examinar las propiedades de las mediciones y su adecuación para diferentes usos” (Conrad y Serlin, 2011, p. 223).
2.6. Población y muestra 2.6.1. Población Objetivo La población objetivo de la presente investigación fue un total de 640 alumnos de 1º, 2º, 3º, 4º, 5º grado de secundaria donde 195 pertenecen a una institución y 445 a otra institución Educativa del distrito de Moche.
2.6.2. Muestra Las fórmulas para la obtención de la muestra, son las siguientes: 𝑛=
𝑁𝑧 2 . 𝑝. (1 − 𝑝) 𝑒 2 . (𝑁 − 1) + 𝑧 2 . 𝑝. (1 − 𝑝)
Donde cada parámetro se describe en la siguiente tabla.
23
Tabla Nº 01 Título: Determinación del tamaño de la muestra Parámetro Estadístico
Valor
Proporción de éxito Proporción de fracaso Nivel de significancia Nivel de confianza (1-a) Valor Normal Estándar Error de muestreo Población Objetivo
p q NC z e N
,50 ,50 ,05 ,95 1,96 ,02 640
Muestra ajustada a la Población
nf
505
Razón muestra/población objetivo
nf /N
,7891
La presente tabla grafica la determinación del tamaño de la muestra por medio de un ajuste a la población, siendo el resultado 505.
24
Tabla Nº 02 Título: Distribución de la población y muestra por colegio, grado, sección y sexo. Grado Sección 1
A B C D A B C D A B C A B C A B C
2
3
4
5
Total
Población por I. E. y sexo IE 1 IE2 M F M F 15 16 11 14 13 14 14 11 11 14 11 14 10 19 24 20 10 19 11 9 9 11 11 18 18 20 18 15 9 11 10 15 15 18 8 16 9 20 9 14 20 9 15 16 10 11 190 255 103 93
Población Total 57 52 25 25 74 29 20 20 67 33 20 58 24 29 52 32 22 640
Muestra por I. E. y sexo IE1 IE2 M F M F 12 13 9 11 10 11 11 9 9 11 9 11 8 15 19 16 8 15 9 7 7 9 9 14 14 16 14 12 7 9 8 12 12 14 6 13 7 16 7 11 16 7 12 13 8 9 150 201 81 73
Muestra Total 45 41 20 20 58 23 16 16 53 26 16 46 19 23 41 25 17 505
La presente tabla muestra la distribución por edad y sexo de las instituciones educativas seleccionadas donde la población total es 640 y la muestra total es 505 de ambas instituciones seleccionadas.
25
Tabla Nº 03 Título: Características de la muestra Característica
N
%
Total
231 274 505
45,7 54,3 100,0
Total
291 214 505
57,6 42,4 100,0
Sexo Varones Mujeres Edad 12 – 14 15 – 17
La muestra de la presente investigación fue un total de 505 alumnos de las instituciones educativas del Distrito de Moche donde 154 alumnos pertenecen a una y 351 a otra Institución educativa seleccionada.
26
2.6.3. Muestreo Para esta investigación se empleó la técnica de muestreo probabilístico y sus tipos como son el Muestreo Estratificado y el Muestreo Aleatorio simple. Muestreo Probabilístico Se refiere a este concepto “cuando puede calcularse con anticipación cuál es la probabilidad de poder obtener cada una de las muestras que sean posibles a partir de la población” (Sánchez y Reyes, 2006, p. 143). Muestreo Estratificado Se refiere a este concepto cuando “se considera que una población posee subgrupos o estratos que pueden presentar diferencias en las características que son sometidos a estudio” (Sánchez y Reyes, 2006, p.145). Muestreo Aleatorio Simple Este concepto hace referencia a “un aspecto básico y a la vez esencial en el supuesto de que cada uno de los miembros de una población tiene igual posibilidad de pertenecer a la muestra” (Sánchez y Reyes, 2006, p. 143).
2.6.4. Criterios de Inclusión
Alumnos matriculados en el año académico 2014 en las instituciones educativas a evaluar en el distrito de Moche.
Alumnos de edades entre 12 a 17 años.
Alumnos de ambos sexos.
Alumnos de 1º a 5º grado de secundaria de ambos sexos.
2.6.5. Criterios de exclusión •
Estudiantes con antecedentes de tratamiento psiquiátrico determinado por la ficha de tamizaje (ver anexo 1).
•
Los alumnos que no deseen participar en el estudio.
•
Alumnos que hayan marcado de manera incompleta los ítems del instrumento.
27
2.7. Técnicas e instrumentos de recolección de datos 2.7.1. Técnicas de recolección de datos Para la presente investigación se empleó como técnica de recolección de datos, la técnica psicométrica. Según F. Ballesteros (1987, como se citó en Cardona, Chiner y Lattur, 2006, p. 74), refiere que éstas comprenden: “aquellos test de evaluación y diagnóstico que han sido elaborados utilizando procesamientos estadísticos altamente calificados y con material rigurosamente estandarizado y tipificado, en sus tres fases fundamentales: Administración, corrección e interpretación”.
2.7.2. Instrumento de recolección de datos Cuestionario de agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes (CAPI-A) - Ficha Técnica: Andreu (2010) refiere que el Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes es de aplicación individual y colectiva entre las edades de 12 a 17 años en un tiempo de 10 a 15 minutos de duración. El objetivo es evaluar la agresividad premeditada e impulsiva junto con una escala para el control de falta de sinceridad. Los baremos son percentiles de adolescentes por sexo y general. Para esto, se utiliza el manual y el ejemplar auto-corregible como materiales.
- Validez: Andreu (2010) logró la validez de contenido mediante la construcción de escalas a partir de una revisión bibliográfica exhaustiva. Asimismo, la validez de criterio se estudió en su modalidad de validez discriminante y convergente. La validez discriminante fue evaluada comprobando que la correlación entre las escalas fuera inferior a su coeficiente alfa. La validez convergente se realizó correlacionando el CAPI-A con dos instrumentos externos, uno de Impulsividad (BIS-11, Escala de Impulsividad de Barrat) y otro de Agresividad reactiva/proactiva (RPQ, Cuestionario de Agresividad Reactiva/Proactiva).
Por una parte, Andreu (2010) comprobó que ambos tipos de agresividad se correlacionaron significativamente con la Escala de Impulsividad. (.41 con la agresividad premeditada y .41 con la agresividad impulsiva).
Por otra, la
agresividad Premeditada presentó una correlación ligeramente más elevada con
28
la agresividad proactiva (.24) y, tal y como se esperaba, la agresividad Impulsiva mostró una mayor correlación con la agresividad reactiva (.21).
- Confiabilidad: La confiabilidad de la escala de Agresividad Premeditada, estimada mediante el alfa de Cronbach fue de .83 considerándose aceptable. Asimismo, la confiabilidad de la escala de Agresividad Impulsiva estimada igualmente mediante el alfa de Cronbach fue de .82 considerándose aceptable (Andreu, 2010).
- Normas de Calificación: Según Andreu (2010) la valoración de cada uno de los ítems se hace mediante una escala de Likert de cinco puntos. Los cinco puntos evalúan el grado en que la actitud agresiva del adolescente es favorable o desfavorable. Se ha utilizado los números del 1 al 5 para representar el grado en que el adolescente está de acuerdo con el ítem, siendo 1 muy en desacuerdo y 5, muy de acuerdo.
Una vez realizada la aplicación se despliega el ejemplar autocopiado y se suman las puntuaciones de los ítems que componen cada escala siguiendo las instrucciones que aparecen en la hoja. Luego, se anota las puntuaciones directas (PD) resultantes en las casillas correspondientes y se consulta los baremos del manual para obtener el percentil (Pc) que le corresponde a cada puntuación directa (PD). Si se desea, se puede representar los percentiles en el perfil gráfico de la hoja (Andreu, 2010).
Igualmente se procede con las preguntas en la Escala de Sinceridad que evalúan el estilo de respuesta del sujeto. Se suma el número de respuestas de en la columna verdadero, se anota el resultado en la casilla correspondiente. Luego, se consulta la tabla de baremos para determinar la validez de los resultados (Andreu, 2010).
En general, una puntuación percentil de 75 o superior es indicativa de agresividad impulsiva o premeditada. A partir del percentil de 95 se considera que la agresividad es predominantemente impulsiva o premeditada. Se recuerda
29
que el adolescente puede presentar niveles altos en ambas escalas, lo que sería indicativo de altos niveles de agresividad impulsiva y premeditada sin que predomine uno en concreto (Andreu, 2010).
- Normas de Interpretación: Una vez obtenidas las puntuaciones percentiles correspondientes a cada una de las escalas (Premeditada e Impulsiva), éstas se pueden representar en un gráfico que proporciona el perfil agresivo de cada sujeto. A partir del percentil 75 en cada una de las escalas encontramos o bien un perfil de agresividad premeditado o, por el contrario, impulsivo. Finalmente, en el caso de que ambas escalas de puntuación obtenidas fuera igual o superior al percentil 75 hablaríamos de un perfil de agresividad mixto (Andreu, 2010).
- Baremos o Normas: Según Andreu (2010), los baremos de la escala P (Agresividad Premeditada) a partir del percentil 75 es indicativa de agresividad premeditada tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, para alcanzar el percentil 75 los puntajes directos son diferentes para ambos sexos. Para los hombres abarcaría desde el puntaje directo de 39 en adelante y 34 para las mujeres.
De la misma manera, los baremos de la escala I (Agresividad Impulsiva) a partir del percentil 75 es indicativa de agresividad premeditada tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, para alcanzar el percentil 75 los puntajes directos son diferentes para ambos sexos. Para los hombres abarcaría desde el puntaje directo de 42 en adelante y desde 40 en adelante para las mujeres (Andreu, 2010).
- Ficha de Tamizaje: Este instrumento consta de 4 preguntas que el evaluado tuvo que contestar para saber si está o ha llevado tratamiento psicológico y psiquiátrico (ver anexo 1).
30
2.8. Métodos de análisis de datos El análisis de los datos se realizó mediante la estadística descriptiva e inferencial. De la estadística descriptiva se utilizaron distribución de frecuencias absolutas simples y porcentuales, medidas de tendencia central (media, moda, mediana), medidas de dispersión (desviación estándar, mínimo y máximo), medidas de posicionamiento (percentiles, puntuaciones típicas derivadas) y estadísticos de consistencia interna (coeficiente Alfa de Cronbach). De la estadística inferencial se utilizó el coeficiente de correlación producto momento de Pearson en la obtención de los índices de validez de constructo, la prueba de Normalidad de Kolmogorov-Smirnov, como paso previo para elegir la prueba estadística Paramétrica o no Paramétrica a utilizar, así como la prueba tStudent para analizar las diferencias por edad y sexo.
31
III.
RESULTADOS 3.1. Resultados de la Validez de constructo de CAPI-A Tabla Nº 4 Título: Índices de ajuste del modelo estimado al modelo teórico según AFC
Índices de Ajuste
Resultados del AFC España Perú (2010) (2014)
Promedio de los residuos estandarizados Diagonal Fuera de la diagonal
,040 ,044
Existencia de correlaciones entre ítems X2 Gl Sig. Índices de ajuste ad hoc CFI Índice de ajuste comparativo GFI Índice de bondad de ajuste AGFI Índice ce bondad de ajuste corregido RMSEA Error cuadrático medio de aproximación **p<,01
721.149 251 ,000**
,90 ,88 ,05
,85 ,90 ,89 ,061
En la tabla 4, se aprecian los resultados del análisis factorial confirmatorio estimados mediante el método de máxima verosimilitud y bajo el supuesto de dos factores relacionados. Encontrándose un promedio de los residuos estandarizados muy pequeño (d<.05) en la diagonal y fuera de la diagonal de la matriz de residuos estandarizados, evidenciando mínimas diferencias entre el modelo estimado y el modelo teórico propuesto. Además se encontró evidencia estadística altamente significativa (p<.01) de la existencia de muchas correlaciones entre los Ítems, dentro de cada escala, haciendo posible la formación de dos factores con los ítems que componen cada escala. Finalmente los índices de ajuste (CFI, GFI y AGFI) obtuvieron un valor satisfactorio (≥,90), con un error cuadrático medio de aproximación aceptable (,05
32
Tabla Nº 5 Título: Intercorrelación entre las escalas de Agresividad premeditada e impulsiva.
Premeditada **p<,01
Agresividad Impulsiva
R ,74
Sig. ,000**
En la tabla 5, se aprecia una intercorrelacion directa, de grado fuerte y altamente significativa (p<,01) entre las escalas de agresividad premeditada e impulsiva.
33
Tabla Nº 6 Título: Índices de validez de constructo del CAPI-A Premeditada
Ítem
Impulsiva r ,38
Ítem
1
2
r ,54
3
,47
4
,43
5
,46
6
,60
7
,55
8
,64
9
,42
10
,58
11
,58
12
,61
13
,54
14
,51
15
,60
16
,57
17
,61
18
,54
19
,54
20
,63
21
,53
22
,63
23
,57
24
,66
En la tabla 06, se aprecia un índice de validez ítem – escala que varía entre ,38 y ,61 en la escala de agresividad premeditada y un índice de validez ítem – escala que varía entre ,43 y ,66 en la escala de agresividad impulsiva apreciándose correlaciones buenas y muy buenas según Elosua (2012) (ver anexo 7).
34
3.2. Resultados sobre la confiabilidad de CAPI-A Tabla Nº 7 Título: Estadísticos de Confiabilidad del CAPI-A Alfa de N de Ítems Media Cronbach ,73 11 26,21 Premeditada ,83 13 35,07 Impulsiva Nota: DE: Desviación estándar, EEM: Error estándar de medición. Agresividad
DE
EEM
7,05 9,77
3,69 4,02
En la tabla 7, se aprecia una buena confiabilidad en la escala de agresividad impulsiva y una confiabilidad respetable en la escala de agresividad premeditada según Vellis (1991) (ver anexo 8).
35
3.3. Resultados de la construcción de Normas del instrumento Tabla Nº 8 Título: Baremos percentilares del cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes según sexo.
Pc 99 95 90 85 80 75 70 65 60 55 50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 1 N M Mo DE Mín. Máx.
A. Premeditada Varones Mujeres 53 49 43 39 39 37 36 35 35 -34 33 33 32 32 31 31 30 30 29 29 28 28 27 27 26 26 25 25 24 24 22 23 21 21 19 20 17 18 15 12 12 231 274 29,34 27,57 28 26 7,84 7,51 12 12 53 49
A. Impulsiva Varones Mujeres 52 54 48 47 46 43 43 40 41 39 40 38 39 36 38 -36 35 35 34 34 33 -31 33 30 31 28 30 27 29 26 27 25 25 24 22 20 18 15 13 12 231 274 34 31,98 34 35 8,79 9,21 13 12 52 54
En la tabla 8, se aprecia una asimetría positiva en la escala de agresividad premeditada y una distribución con tendencia a ser simétrica en la escala de agresividad impulsiva en la submuestra de varones y una asimetría negativa en la submuestra de mujeres.
36
IV.
DISCUSIÓN La presente investigación tuvo como finalidad realizar el estudio de Propiedades Psicométricas del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes (CAPI-A), cumpliéndose con los objetivos de hallar la validez de constructo mediante el Análisis Factorial Confirmatorio y el coeficiente de correlación ítem-escala; la confiabilidad por consistencia interna mediante el coeficiente de Alfa de Cronbach y baremos para determinar diferencias entre sexo y edad en los estudiantes del distrito de Moche en edades que oscilan entre 12 y 17 años.
La muestra de la presente investigación fue un total de 505 alumnos de dos instituciones educativas del Distrito de Moche donde 154 alumnos pertenecen a una y 351 a otra Institución educativa seleccionada.
Antes de empezar a discutir los resultados, cabe señalar que la agresividad hace referencia a “un complejo proceso psicológico que, de forma directa o indirecta, tiene por objetivo producir un daño, físico o verbal, que ponen en peligro el bienestar del otro” (Andreu, 2010, p. 9). Es así que el mismo autor divide esta variable en agresividad premeditada, haciendo referencia a la obtención deliberada de un objetivo y que es diferente a dañar a la víctima, y agresividad impulsiva, la cual es una respuesta no planificada que deriva de la ira basada en la motivación producir un daño a la víctima.
El primer objetivo específico de determinar la validez de constructo, cuyo concepto se refiere a que tan exitosamente un instrumento representa y mide un concepto teórico (Hernández, Fernández y Baptista, 2010), se trabajó por medio del Análisis Factorial Confirmatorio cuyos resultados obtenidos en el análisis de promedio de los residuos estandarizados se encontró una diferencia muy pequeña (d<.05), evidenciando mínimas diferencias entre el modelo teórico y el modelo estimado, es decir, ambos modelos se parecen. Asimismo, en la existencia de correlaciones se encontró evidencia estadísticamente significativa (p<.01), lo cual evidencia la existencia de múltiples correlaciones entre los ítems dentro de cada escala, haciendo posible la formación de los dos factores con los ítems que componen cada escala. Por último, los índices de ajuste (CFI, GFI Y AGFI) obtuvieron un valor satisfactorio (≥ .90), con un error cuadrático medio de aproximación aceptable (.05
37
autor Andreu en la versión original del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva (CAPI-A) en el año 2010.
Estos resultados coinciden con los resultados del autor original de la prueba, quien utilizó los índices de ajuste, en el cual para el índice de Bondad de ajuste del modelo GFI el resultado fue .90 y para el índice de bondad de ajuste corregido AGFI fue .88 con un error cuadrático medio (RMSEA) de estimación buena de .05, lo cual evidencia un buen ajuste al modelo al presentar ambos índices valores altos. Estos resultados hallados coinciden con los resultados de la presente investigación, por lo que, se podría decir que los estudiantes de la ciudad de Madrid y los estudiantes del distrito de Moche tendrían semejanzas socioculturales, de creencias y costumbres. Esto podría indicar que podrían existir semejanzas en cuanto a su percepción de la agresividad.
Asimismo, se trabajó la validez de constructo por medio del análisis de correlaciones ítem-escala mediante el coeficiente de correlación de Pearson, que es una versión paramétrica que requiere variables numéricas con distribución normal (Hernández, Fernández y Baptista, 2010), cuyo procedimiento permite buscar la relación del puntaje de cada ítem con el puntaje total de la escala, así como obtener información sobre un índice de consistencia interna del test. Para efectos de elegir la fórmula de Pearson, previamente de efectuó la prueba de normalidad de Kolmogorov Smirnov para determinar la prueba estadística a elegir. Los resultados revelan la existencia de correlación directa, de grado fuerte y altamente significativa entre ambas escalas. Además, en la correlación ítem-escala, cuyos índices varían entre .38 y .61 en la escala de agresividad premeditada y un índice de validez que varía entre .43 y .66 en la escala de agresividad impulsiva. Estos resultados evidencian una buena correlación entre los puntajes de los ítems con el puntaje total de cada escala considerando que Elosua y Bully (2012) estima que un nivel de discriminación es buena a partir de .30 a .39 y muy buena desde .40 a más. Por tanto, se deducen que los ítems miden la variable que pretenden medir.
Para Miranda (2012), en su estudio para establecer la adaptación psicométrica del mismo instrumento en el distrito de Ascope (nivel socioeconómico alto y medio), demostró una correlación altamente significativa entre los ítems con su respectiva escala siendo .842 para la escala de agresividad premeditada y .911 para la escala de agresividad impulsiva confirmando la validez de constructo ya que estos datos están sobre .8. Asimismo, Martínez (2012), en su estudio para establecer la adaptación psicométrica del mismo instrumento en Trujillo (nivel
38
socioeconómico medio y bajo) confirman la validez de constructo altamente significativa al ser sus valores sobre .8 al alcanzar .88 en la escala premeditada y .90 para la escala impulsiva en su correlación escala-test. Por otro lado, Llanos (2013) en su estudio para determinar las propiedades psicométricas de dicho instrumento en el distrito de la Esperanza y después haber eliminado ítems, reportó índices de correlación ítem-test siendo estas aceptables. De la misma manera, Muñoz (2013) en su estudio para determinar las propiedades psicométricas del mismo en el distrito de El Porvenir descubrió que al eliminar ciertos ítems, sus índices de correlación ítem-test fueron aceptables.
Se podría decir, que las puntuaciones alcanzadas, en cuanto a validez de constructo, en el distrito de Ascope fueron altamente significativas debido a que cada ítem contribuye en mayor medida a medir la variable de la agresividad. Por tanto, cada uno de los ítems contribuye a medir la variable que pretende medir. Se puede decir que existe una relación entre el nivel socioeconómico y el nivel de significancia de cada ítem con el test. La muestra de este estudio presentó niveles socioeconómicos alto y medio, como lo fue también en el estudio en Trujillo, cuya muestra presentó niveles socioeconómicos medio y bajo y cuyos resultados fueron altamente significativos, o sea, mayor nivel de significancia de cada ítem con el test. Sin embargo, los estudios en los distritos de la Esperanza, así como el Porvenir incluyendo el presente estudio reflejan la realidad de que los ítem alcanzaron puntuaciones aceptables por lo que refleja un entendimiento aceptable de los ítems respecto de la variable de estudio; esto probablemente debido a que en su mayoría estos distritos son de nivel socioeconómico bajo y por lo tanto menor nivel de significancia de cada ítem con el test. Por tanto, podría haber semejanzas entre la muestra de los estudiantes de Madrid y la muestra de los estudiantes de los distritos de Ascope y Trujillo de nivel socioeconómico alto y medio.
Respecto al segundo objetivo específico sobre la confiabilidad, la cual hace referencia a la consistencia de los puntajes obtenidos por un mismo grupo de sujetos en una serie de mediciones tomadas con el mismo test (Alarcón, 2008), se trabajó mediante el coeficiente de consistencia interna Alfa de Cronbach para cada escala, cuyos resultados fueron de .73 en la escala de agresividad premeditada, ubicándose en la categoría respetable y .83 en la escala de agresividad impulsiva ubicándose en la categoría buena según Vellis (1991), lo cual indica que los resultados obtenidos son consistentes, no se deben al azar y, por lo tanto, son reproducibles. Cabe hacer notar que la construcción de la prueba original obtuvo una confiabilidad estimada de .83 para Agresividad Premeditada y .82 para Agresividad Impulsiva. Asimismo, Miranda
39
(2012) alcanzó un nivel de confiabilidad .53 en la escala de Agresividad Premeditada y .639 en la escala de Agresividad Impulsiva. También, Martínez (2012) alcanzó un nivel de confiabilidad .59 en la escala de Agresividad Premeditada y .68 en la escala de Agresividad Impulsiva. Del mismo modo, Llanos (2013) alcanzó un nivel de confiabilidad .67 en la escala de Agresividad Premeditada y .76 en la escala de Agresividad Impulsiva. Y por último, Muñoz (2013) alcanzó un nivel de confiabilidad .71 en la escala de Agresividad Premeditada y .81 en la escala de Agresividad Impulsiva. Por tanto, se concluye que, la confiabilidad estimada en esta investigación alcanza resultados similares a los antes descritos, por lo que se puede afirmar que el instrumento está midiendo de manera consistente su variable de estudio.
Los resultados de confiabilidad se pueden entender debido a la cantidad de la muestra. Los resultados en el procesamiento de la versión original del instrumento de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes (CAPI-A) alcanzaron niveles de confiabilidad más elevados (.83 en la escala de agresividad premeditada y .82 en la escala de agresividad impulsiva) debido a que su muestra fue de 825 adolescentes. Sin embargo, la confiabilidad en los estudios de Miranda (2012) y Martínez en el mismo año, fueron desde mínimamente aceptables ya que la muestra de adolescentes para el primero fue 171 y 234 para el segundo. Por otro lado, los estudios de confiabilidad de Llanos (2013), Muños (2013) y el nuestro en el presente año fueron valorados desde respetables hasta muy bueno respectivamente, y esto se debe a que la muestra en estos estudios fueron mayores a 300. El primero realizó su estudio con 492 adolescentes, 514 adolescentes para el segundo y 505 en la presente investigación, lo cual implica que el test es reproducible y confiable. El análisis de los resultados permite entender mejor el comportamiento de las dimensiones que componen el Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva y el buen grado de funcionamiento que ha demostrado la prueba en la Población del distrito de Moche.
Respecto al tercer objetivo específico de la obtención de normas, se establecieron baremos percentilares, que es el conjunto de normas o valores normales que sirven para evaluar una característica en un individuo particular o en grupos de individuos, cuyos valores centrales o medios y valores de dispersión se obtienen mediante investigaciones sistemáticas en un gran número de personas (Brenlla, 2002). Se utilizó, al seguir sus datos una distribución normal, la prueba t-Student para la agresividad premeditada e impulsiva en las sub-muestras por sexo. Asimismo, la prueba de U de Mann-Whitney, al seguir sus datos una distribución asimétrica, para la agresividad premeditada e impulsiva en sub-muestras según edad. Los resultados, en
40
función a la variable edad, se encontraron que no había diferencias significativas en los análisis. Sin embargo, en lo referente a las diferencias de los puntajes de con la variable sexo, los varones obtienen un mayor promedio que las mujeres; por tal motivo en la escala de agresividad premeditada los hombres alcanzaron una media de 29.34 y las mujeres 27.57; en la escala de agresividad impulsiva los varones obtuvieron una media de 34.00 mientras que las mujeres lograron una media de 31.98. De esta manera es que se hallaron diferencias significativas, por lo que se puede afirmar que existen diferentes características agresivas en la escala premeditada e impulsiva entre varones y mujeres, en lo que respecta a ambas escalas. En la Escala de agresividad premeditada se encontraron diferencias significativas (p=.010) y en la Escala agresividad impulsiva se hallaron diferencias significativas (p=.013) en función a la variable sexo. Por lo tanto, se procedió a la elaboración de tablas de baremos percentilares por género.
Asimismo, los estudios de la prueba original mostraron diferencias significativas en el sexo (p<.001 en la escala de agresividad premeditada y p<.001 en la escala de agresividad impulsiva). Por tanto, el informe de la Comisaría de Moche (2013) en cuanto a que en promedio existen tres casos de delincuencia entre robos y asaltos por adolescentes a la semana en Moche, siendo la mayoría de ellos cometidos por hombres, ayuda a entender que deben existir estas diferencias.
Es así que basándose en los resultados, esta investigación colabora con la variable del instrumento con la realidad del distrito de Moche al tener un sustento tangible con el cual respaldar si un estudiante adolescente necesitaría ayuda psicológica o intervención terapéutica en función a la agresividad que presente, sea esta premeditada o impulsiva. Además, ayuda a poder comprobar en qué medida se pueden prevenir conductas desadaptativas donde intervenga la violencia en estas dos dimensiones estudiadas.
Finalmente, se considera que este instrumento ayudará a la prevención de y detección de la agresividad en el distrito de Moche, donde actualmente las conductas disruptivas generan un efecto nocivo tanto en lo que son sus relaciones interpersonales como en sus propias características de personalidad.
V. CONCLUSIONES Al finalizar la investigación se obtuvieron las siguientes conclusiones:
41
-
Se determinaron las propiedades psicométricas del Cuestionario de agresividad Premeditada e Impulsiva en una muestra de 505 adolescentes de las instituciones educativas seleccionadas del distrito de Moche.
-
Se determinó el análisis de la validez de constructo mediante el análisis factorial confirmatorio obteniéndose los resultados de una diferencia muy pequeña entre el modelo teórico y el modelo estimado (d<.05), así como una existencia de correlaciones estadísticamente significativa (p<.01). Asimismo, los índices de ajuste (CFI, GFI Y AGFI) obtuvieron un valor satisfactorio (≥ .90), con un error cuadrático medio de aproximación aceptable (.05
-
El análisis de correlaciones ítem-escala mediante el coeficiente de correlación de Pearson revelaron la existencia de correlación directa, de grado fuerte y altamente significativa entre ambas escalas así como un índice de variabilidad entre .38 y .61 en la escala de agresividad premeditada y un índice variabilidad entre .43 y .66 en la escala de agresividad impulsiva, cuyos resultados evidencian una buena correlación entre los puntajes de los ítems con el puntaje total de cada escala.
-
Se obtuvo la confiabilidad por consistencia interna por medio del índice de alfa de Cronbach obteniendo un índice de .73 en la escala de agresividad premeditada ubicándose en la categoría respetable y .83 en la escala de agresividad impulsiva ubicándose en la categoría buena según Vellis (1991)
-
Se elaboraron los baremos por sexo por medio de la prueba t-student al encontrarse diferencias significativas en ambas escalas (p=.010) en la Escala de agresividad premeditada y (p=.013) en la Escala agresividad impulsiva.
VI.
RECOMENDACIONES -
Realizar otros procedimientos además de los ya aplicados como el test-re test para estimar la confiabilidad por estabilidad de la prueba.
42
-
Proponer líneas de investigación psicológicas a partir de los baremos presentados, dado que los resultados obtenidos son muestra de la realidad situacional de los adolescentes del distrito de Moche.
-
Ampliar el estudio de esta variable en toda la región para poder conocer las propiedades psicométricas del instrumento y poder realizar un diagnóstico adecuado en otras poblaciones de estudio.
43
VII.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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44
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Martinez, D. (2012) Adaptación psicométrica del cuestionario de agresividad premeditada e impulsiva en adolescentes. (Tesis de Licenciatura). Universidad César Vallejo. Trujillo, Perú.
45
Miranda, Y. (2012). Adaptación psicométrica del cuestionario de agresividad premeditada e impulsiva en adolescentes del distrito de Ascope. (Tesis de Licenciatura). Universidad César Vallejo. Trujillo, Perú. Muñoz, E. (2013). Propiedades psicométricas del cuestionario de agresividad premeditada e impulsiva (CAPI-A) en alumnos de secundaria. Universidad César Vallejo, Escuela de Psicología. Penado, M. (2012) Agresividad reactiva y proactiva en adolescentes: efectos de los factores individuales y socio-contextuales (Tesis doctoral).
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Vellis, R.F. (1991). Scale Development: Theory and Applications. Newberry Park, Sage USA.
46
ANEXOS
Anexo Nº 1 Ficha de Tamizaje
1.- ¿Está usted actualmente en tratamiento psicológico? SI
NO
2.- ¿Ha estado usted en tratamiento psicológico? SI
NO
3.- ¿Está usted actualmente en tratamiento psiquiátrico? SI
NO
4.- ¿Ha estado usted en tratamiento psiquiátrico?
SI
NO
48
Anexo Nº 2
Nombres y Apellidos Edad:
Sexo:
F
M
Fecha:
/
/
Institución Educativa:
INSTRUCCIONES A continuación encontrarás una serie de frases que tienen que ver con diferentes formas de pensar, sentir y actuar. Lee atentamente cada una de ellas y elige la respuesta que mejor refleje tu grado de acuerdo o desacuerdo con lo que dice la frase. No hay respuestas correctas ni incorrectas por lo que es importante que contestes de forma sincera. Por favor, tampoco pases mucho tiempo diciendo las respuestas y señala lo primero que hayas pensado al leer cada una de las frases. Responde a cada una de las frases usando la siguiente escala. 1 2 MUY EN EN DESACUERDO DESACUERDO
3 INDECISO
4 DE ACUERDO
5 MUY DE ACUERDO
NO DES LA VUELTA A LA PÁGINA HASTA QUE LO INDIQUE EL EXAMINADOR
49
1
2
3
4
5
MUY EN DESACUERDO
EN DESACUERDO
INDECISO
DE ACUERDO
MUY DE ACUERDO
RODEA CON UN CÍRCULO LA ALTERNATIVA ELEGIDA (1, 2, 3, 4 ó 5)
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24
Creo que mi agresividad suele estar justificada. Cuando me pongo furioso, reacciono sin pensar. Creo que la agresividad no es necesaria para conseguir lo que se quiera. Después de enfurecerme, suelo recordar muy bien lo que ha pasado. Soy capaz de controlar mi deseo de agresividad. Durante una pelea, siento que pierdo el control de mi mismo. He deseado que algunas de las peleas que he tenido realmente ocurrieran. Me he sentido tan impresionado que he llegado a reaccionar de forma agresiva. Pienso que la persona con la que discutí realmente se lo merecía. Siento que se me ha llegado a ir la mano en alguna pelea. Ser agresivo me ha permitido tener poder sobre los demás y mejorar mi nivel social. Me suelo poner muy nervioso o alterado antes de reaccionar furiosamente. Conocía a muchas de las personas que participaron en la pelea. Nunca he bebido o tomado drogas antes de pelearme con otra persona. Algunas de las peleas que he tenido han sido por venganza. Pienso que últimamente he sido más agresivo de lo normal. Antes de pelearme con alguien, sé que voy a estar muy enojado. Cuando discuto con alguien, me siento muy irritable.. A menudo mis enfados suelen dirigirse a una persona en concreto. Creo que mi forma de reaccionar ante una provocación es excesiva y desproporcionada. Me alegro de que ocurrieran algunas discusiones que he tenido. Creo que discuto con los demás porque soy muy impulsivo. Suelo discutir cuando estoy de muy mal humor. Cuando me peleo con alguien, cualquier situación me hace explotar rápidamente.
1 1
2 2
3 3
4 4
5 5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1 1
2 2
3 3
4 4
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4
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1
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4
5
1 1
2 2
3 3
4 4
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1
2
3
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5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1 1 1 1 1
2 2 2 2 2
3 3 3 3 3
4 4 4 4 4
5 5 5 5 5
1
2
3
4
5
1 1 1
2 2 2
3 3 3
4 4 4
5 5 5
1
2
3
4
5
A continuación, te planteamos una serie de frases referentes a distintos aspectos de tu vida. Lee atentamente cada una de ellas y MARCA CON UNA CRUZ (X) la casilla que mejor se ajuste a lo que tú piensas.
VERDADERO
FALSO
1 2 3 4
Hago todo lo que me dicen y mandan Alguna vez he dicho alguna palabrota o he insultado a otro. No siempre me comporto bien en clase. Alguna vez he sentido las ganas de hacerme la vaca y de no ir a clases. 5 Alguna vez he hecho trampas en el juego. 6 He probado el alcohol o el tabaco. Anexo Nº 3
50
Tabla Nº 9 Título: Prueba de Normalidad de la Agresividad premeditada e impulsiva según sexo Sexo Agresividad Premeditada Impulsiva
Varones Z ,055 ,056
Mujeres Sig. ,085 ,072
Z ,046 ,050
Sig. ,200 ,091
En la tabla 9, se aprecia un ajuste a la distribución normal en las escalas de agresividad premeditada e impulsiva en las submuestras por sexo.
Anexo Nº 4 Tabla Nº 10 Título: Prueba de Normalidad de la Agresividad premeditada e impulsiva según edad Edad Agresividad Premeditada Impulsiva
12 - 14
15 – 17
Z ,056 ,054
Sig. ,028 * ,043 *
Z ,064 ,060
Sig. ,031 * ,056
En la tabla 10, se aprecia una distribución asimétrica en las escalas de agresividad premeditada e impulsiva en las submuestras por edad.
Anexo Nº 5 Tabla Nº 11 Título: Prueba de las diferencias en la agresividad premeditada e impulsiva según sexo Sexo Agresividad Premeditada Impulsiva *p<,05
Varones M DE 29,34 7,84 34,00 8,79
Mujeres Prueba t-Student Mujeres DE Diferencia t Gl 27,57 7,51 1,77 2,59 503 31,98 9,21 2,02 2,51 503
Sig. ,010 * ,013 *
En la tabla 11, se aprecia una diferencia significativa entre las medias de la escalas de agresividad premeditada e impulsiva por sexo. Anexo Nº 6
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Tabla Nº 12 Título: Prueba de las diferencias en la agresividad premeditada e impulsiva según edad Edad
Agresividad Premeditada Impulsiva
12 – 14
U de Mann-Whitney 15 - 17
RP 251,4
SR 73157,5
RP 255,2
SR 54607,5
U 30671,5
Z -,288
Sig. ,774
246,4
71697,5
262,0
56067,5
29211,5
-1,189
,234
En la tabla 12, se aprecia rangos promedios estadísticamente iguales en las escalas de agresividad premeditada e impulsiva según edad.
Anexo Nº 7
Tabla Nº 13 Título: Escala de valoración de correlación en la validación, según Elosua (2012).
ri.t ,40 a más ,30 - ,39 ,20 - ,29 0 - ,19
Nivel de discriminación Muy Bueno Bueno Deficiente Insuficiente
Anexo Nº 8 Tabla Nº 14 Título: Escala de Valoración de Alfa de Crombach según Vellis (1991). Valor Alfa de Crombach
Apreciación
[.95 a +>
Muy elevada o Excelente
[.90 -.95>
Elevada
[.85 -.90>
Muy buena
[.80 – .85>
Buena
[.75 – .80>
Muy respetable
[.70 – .75>
Respetable
[.65 – .70>
Mínimamente Aceptable
[.40 – .65>
Moderada
[.00 – .40>
Inaceptable
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