MATERIAL DE APOYO
Historia Universal Contemporánea
ENFOQUE EN COMPETENCIAS
2010
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Historia Universal Contemporánea BLOQUE I IDENTIFICA EL IMPERIALISMO Y SUS CONSECUENCIAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX UNIDAD DE COMPETENCIA: Ubica la importancia del Imperialismo como antecedente directo del inicio de la Primera Guerra mundial y sus implicaciones en los aspectos políticos, sociales y geográficos. CONOCIMIENTOS Identifica algunas de las principales guerras provocadas por teorías imperialistas.
Guerra estados Unidos vs. España. Guerra del opio. Guerra de los Boers.
EL IMPERIALISMO. Imperialismo, práctica empleada por las naciones o pueblos poderosos para ampliar y mantener su control o influencia sobre naciones o pueblos más débiles. Los estudiosos suelen utilizar este término de forma más específica para referirse únicamente a la expansión económica de los estados capitalistas; otros eruditos lo reservan para caracterizar la expansión de Europa que tuvo lugar después de 1870. Aunque imperialismo y colonialismo tienen un significado similar y pueden aplicarse indistintamente en algunas ocasiones, conviene establecer ciertas diferencias entre ellos. El colonialismo, por lo general, implica un control político oficial que supone la anexión territorial y la pérdida de la soberanía del país colonizado. El imperialismo, sin embargo, tiene un sentido más amplio que remite al control o influencia ejercido sobre otra región, sea o no de forma oficial y directa, e independientemente de que afecte al terreno económico o político. Historia. El origen del imperialismo se remonta a la antigüedad y ha adoptado distintos modelos a lo largo de la historia, siendo algunos de ellos más frecuentes que otros dentro de un periodo histórico concreto. En el mundo antiguo, la práctica del imperialismo daba como resultado una serie de grandes imperios que surgían cuando un pueblo, que generalmente representaba a una determinada civilización y religión, intentaba dominar a todos los demás creando un sistema de control unificado. El imperio de Alejandro Magno y el Imperio romano son destacados ejemplos de esta modalidad. 2
Por el contrario, el imperialismo europeo de comienzos de la era moderna (14001750) se caracterizaba por ser una expansión colonial en territorios de ultramar. No se trataba de un país que intentaba unificar el mundo sino de muchas naciones que competían por establecer su control sobre el sur y sureste de Asia y el continente americano. Los sistemas imperialistas se estructuraron de acuerdo con la doctrina del mercantilismo: cada metrópoli procuraba controlar el comercio de sus colonias para monopolizar los beneficios obtenidos. A mediados del siglo XIX apareció otra variante, el imperialismo del librecambio. Esta modalidad perduró en este periodo pese a que el mercantilismo y la creación de imperios oficiales estaban disminuyendo de forma significativa. El poder y la influencia de Europa, y sobre todo de Gran Bretaña, se habían extendido de manera oficiosa, esto es, haciendo uso de vías diplomáticas y medios económicos, en lugar de seguir canales oficiales como la creación de colonias. Sin embargo, el imperialismo basado en el librecambio desapareció pronto: hacia finales del siglo XIX, las potencias europeas habían vuelto a practicar el imperialismo consistente en la anexión territorial, expandiéndose en África, Asia y el Pacífico. Desde que terminó la II Guerra Mundial y la mayoría de los imperios reconocidos se disolvieron, ha prevalecido lo que podríamos calificar como el moderno imperialismo económico, donde el dominio no se manifiesta de manera oficial. Por ejemplo, Estados Unidos ejerce un considerable control sobre determinadas naciones del Tercer Mundo debido a su poder económico y su influencia en algunas organizaciones financieras internacionales, tales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Del mismo modo, las potencias europeas han seguido interviniendo de forma significativa en la vida política y económica de sus antiguas colonias, por lo que han sido acusadas de practicar el neocolonialismo, que consiste en ejercer la soberanía de una nación sin que exista un gobierno colonial oficial. Justificaciones del imperialismo. Las razones por las cuales los estados han aspirado a crear imperios a lo largo de la historia son de diversa índole, y podrían clasificarse, en términos generales, dentro de tres grupos: económicas, políticas e ideológicas. Asimismo, pueden distinguirse diversas teorías en razón del elemento al que se dé más relevancia. Los móviles económicos. Los intereses económicos son los más habituales cuando se trata de explicar este fenómeno. Los defensores de esta concepción sostienen que las naciones se ven impelidas a dominar a otras para expandir su economía, adquirir materias primas y mano de obra, o para dar salida a los excedentes del capital y producción. La teoría más notable que vincula el imperialismo con el capitalismo es la de Karl Marx. Lenin, por ejemplo, consideraba que la expansión europea del siglo XIX era la consecuencia inevitable de la necesidad de las economías capitalistas europeas de exportar su excedente de capital. Del mismo modo, los marxistas 3
contemporáneos explican la expansión de Estados Unidos en el Tercer Mundo basándose en imperativos económicos. Los móviles políticos. Otros autores hacen hincapié en los condicionantes políticos, y alegan que la razón principal por la que los estados tienden a expandirse es el deseo de poder, prestigio, seguridad y ventajas diplomáticas con respecto a otros estados. Según esta corriente, el objetivo del imperialismo francés del siglo XIX era recuperar el prestigio internacional de Francia después de la humillación que supuso la derrota en la Guerra Franco-prusiana. En este mismo sentido, la expansión de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en la Europa del Este a partir de 1945 puede explicarse como una medida de seguridad: la necesidad de protegerse ante otra posible invasión desde la frontera occidental. Los móviles ideológicos. La tercera explicación se centra en los móviles ideológicos o morales. De acuerdo con esta perspectiva, algunos países se ven impulsados a extender su influencia para difundir sus valores políticos, culturales o religiosos. Uno de los factores que propiciaron la constitución del Imperio colonial británico fue la idea de que era responsabilidad del "hombre blanco" civilizar a los pueblos "atrasados". La expansión alemana que tuvo lugar durante el gobierno de Hitler se basaba en gran medida en la creencia en la superioridad inherente a la cultura alemana. El deseo de Estados Unidos de "proteger al mundo libre" y el interés de la antigua Unión Soviética por "liberar" a los pueblos de la Europa del Este y del Tercer Mundo son también un ejemplo de este tipo de imperialismo. El imperialismo como respuesta a condicionantes externos. Por último, otras teorías explican el imperialismo basándose en las circunstancias políticas de las naciones más débiles, en lugar de enfatizar los móviles de las naciones poderosas. La interpretación que ofrecen señala que es posible que las potencias más fuertes no tengan intención de expandirse, pero que se ven obligadas a hacerlo debido a la inestabilidad de otras naciones; los compromisos con los imperios del pasado son la causa de nuevas acciones imperialistas. La conquista de la India emprendida por Gran Bretaña y la colonización rusa de Asia central en el siglo XIX son ejemplos clásicos de este tipo de imperialismo. Las consecuencias del imperialismo. Los efectos del imperialismo suelen girar en torno a los aspectos económicos, dado que esta perspectiva es la que prevalece en los debates sobre sus posibles móviles. La polémica surge entre aquéllos que creen que el imperialismo implica explotación y es la causa del subdesarrollo y el estancamiento económico de las naciones pobres, y los que alegan que, pese a las ventajas que proporcionó esta situación a las naciones ricas, también las naciones pobres se beneficiaron, al 4
menos a largo plazo. Es difícil decantarse por una u otra concepción por dos motivos: 1) no se ha llegado a un consenso sobre el sentido del término explotación; 2) no es fácil separar las causas internas de la pobreza de una nación de las que son de índole internacional. Lo que resulta evidente es que el efecto del imperialismo ha sido desigual: unas naciones han obtenido mayores ventajas económicas que otras de su contacto con potencias más ricas. India, Brasil y otros países en vías de desarrollo incluso han comenzado a competir económicamente con sus antiguas metrópolis. Por ello, sería aconsejable examinar la repercusión económica del imperialismo atendiendo a cada caso en particular. Las consecuencias políticas y psicológicas del imperialismo son igualmente difíciles de determinar. Este fenómeno ha demostrado ser destructivo y creativo a la vez: ha destruido instituciones tradicionales y formas de pensar, y las ha sustituido por las costumbres y mentalidad del mundo occidental, ya se considere esto un beneficio o un perjuicio. GUERRA ESTADOS UNIDOS vs. ESPAÑA. La Guerra Hispano-Estadounidense se desató entre España y los Estados Unidos de América en 1898, durante la infancia del rey Alfonso XIII, cuando ejercía la regencia la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena, viuda del rey Alfonso XII, siendo presidente del gobierno español Práxedes Mateo Sagasta y presidente de Estados Unidos, William McKinley. Este conflicto es generalmente denominado en España el desastre del 98, o Guerra de Cuba y, en Cuba, Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana. Es incorrectamente llamado también Guerra Hispano-Americana por influencia de la manera en que se lo conoce en Estados Unidos, Spanish-American War. Sus principales resultados fueron la independencia de Cuba y la pérdida, por parte de España, del resto de sus colonias en América y Asia (Puerto Rico, Filipinas y Guam) , cedidas a Estados Unidos, que se convertiría en potencia colonial. Causas de la guerra Tras la expansión y conquista de los Estados Unidos en los antiguos territorios de México durante la primera mitad del siglo XIX, las grandes potencias mundiales se disputaban a finales de ese siglo las colonias por razones de economía. Un país era más poderoso en tanto su influencia y moneda se hacían sentir en más territorios y colonias. Por otro lado, las boyantes economías experimentaron en el último tercio del siglo una crisis de crecimiento al quedar inundados los mercados internos. Se imponía la necesidad de abrir nuevas rutas comerciales e incorporar nuevos territorios que absorbiesen la producción industrial y produjesen materias primas a las nuevas industrias. Así, en la Conferencia de Berlín de 1884 las potencias europeas decidieron repartirse sus áreas de expansión en el continente africano, con el fin de no llegar a la guerra entre ellas. Otros acuerdos similares delimitaron zonas de influencia en 5
Asia y especialmente en China, donde se llegó a diseñar un plan para desmembrar el país, que no pudo llevarse a cabo al desatarse la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, los acuerdos no acabaron por eliminar completamente las fricciones entre las potencias. A finales del siglo XIX, se sucedieron las disputas por determinados puertos y fronteras cuya delimitación no estaba clara, sobre todo en África. Ejemplos de esto son el incidente de Fachoda entre franceses y británicos, las disputas germano-portuguesas por el puerto mozambiqueño de Kionga, el ultimátum lanzado por los ingleses contra la expansión portuguesa en Zambia y la polémica desatada entre franceses, británicos, alemanes y españoles por el dominio de Marruecos. Los Estados Unidos, que no participaron en el reparto de África ni de Asia, fijaron su área de expansión inicial en la región del Caribe y, en menor medida, en el Pacífico, donde su influencia ya se había dejado sentir en Hawái y Japón. Tanto en una zona como en otra se encontraban valiosas colonias españolas (Cuba y Puerto Rico en el Caribe, Filipinas, las Carolinas y las Marianas en el Pacífico) que resultarían una presa fácil debido a la fuerte crisis política que sacudía su metrópoli desde el final del reinado de Isabel II. En el caso de Cuba, su fuerte valor económico, agrícola y estratégico ya había provocado numerosas ofertas de compra de la isla por parte de varios presidentes estadounidenses (John Quincy Adams, James Polk, James Buchanan y Ulysses Grant), que el gobierno español siempre rechazó. Cuba no sólo era una cuestión de prestigio para España, sino que se trataba de uno de sus territorios más ricos y el tráfico comercial de su capital, La Habana, era comparable al que registraba en la misma época Barcelona. A esto se añade el nacimiento del sentimiento nacional en Cuba influido por las revoluciones francesa y estadounidense, el nacimiento de una burguesía local y las limitaciones políticas y comerciales impuestas por España que no permitía el libre intercambio de productos, fundamentalmente azúcar de caña, con los EE UU. y otras potencias. La radicalización de estos sentimientos provocó que se desatara entre 1868 y 1878 la Guerra de los Diez Años bajo la dirección de Carlos Manuel de Céspedes hacendado del oriente de Cuba. La guerra culminó con la firma de la Paz de Zanjón, que no sería más que una tregua. Si bien este pacto hacía algunas concesiones en materia de autonomía política y pese a que en 1880 se logró la abolición de la esclavitud en Cuba, la situación no contentaba completamente a los cubanos debido a su limitado alcance. Por ello los rebeldes volvieron a sublevarse de 1879 a 1880 en la llamada Guerra Chiquita. Por otra parte, José Martí, escritor, pensador y líder independentista cubano, fue desterrado a España en 1871 a causa de sus actividades políticas. Martí en un principio tiene una posición pacifista, pero con el pasar de los años su posición se radicaliza. Es por esto que convoca a los cubanos a la guerra necesaria por la independencia de Cuba. Con tal fin crea el Partido Revolucionario Cubano bajo el cual se organiza la Guerra del 95. 6
La escalada de recelos entre los gobiernos de EE UU. y España fue en aumento, mientras en la prensa de ambos países se daban fuertes campañas de desprestigio contra el adversario. En América se insistía una y otra vez en la valentía de los héroes cubanos, a los que se mostraba como unos libertadores luchando por liberarse del yugo de un gobierno y un país que era descrito como tiránico, corrupto, analfabeto y caótico. Por su parte, los españoles, que no tenían ninguna duda de la intención de EE UU. por anexionarse la isla, dibujaban a unos hacendados avariciosos y arrogantes, sostenidos por una nación de ladrones indisciplinados, sin historia ni tradición militar, a los que España debería dar una lección. Cada vez parecía más inminente el desencadenamiento del conflicto entre dos potencias que otros países consideraban de segunda: una impetuosa, joven y todavía en desarrollo, que buscaba hacerse un hueco en la política mundial a través de su economía creciente, y otra vieja, que intentaba mantener la influencia que le quedaba de sus antiguos años de gloria. Los líderes estadounidenses vieron en la disminuida protección de las colonias, producto de la crisis económica y financiera española, la ocasión propicia de presentarse ante el mundo como la nueva América, la nueva potencia mundial, con una acción espectacular. De hecho esta guerra fue el punto de inflexión en el gran ascenso de la nación estadounidense como poder mundial, pero para su antagonista significó la acentuación de una crisis que no se resolvería hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando España finalmente logra recomponerse. Prolegómenos de la guerra El de Cuba no era el primer conflicto internacional desatado por el control de las colonias españolas. En 1885, el Imperio alemán intentó extender su dominio sobre el noreste de Papúa a las Islas Carolinas, donde se preveía establecer un protectorado debido a su valor estratégico. La intentona fue duramente combatida por España, que estaba presente en el archipiélago desde 1521 y había reclamado su soberanía por primera vez en 1667; no obstante, los alemanes (al igual que en otras ocasiones habían hecho los británicos) argüían que España las había abandonado al eliminar la presencia militar en 1787, si bien la actividad misionera y comercial se había reanudado posteriormente y mantenido durante todo el siglo XIX. La mediación del Papa León XIII terminó, al igual que en otras ocasiones, con el reconocimiento de la soberanía española, aunque se permitió a los alemanes establecer una estación naval y un depósito de carbón en una de las Carolinas. En Cuba la situación militar española era complicada. Los mambises, dirigidos por Antonio Maceo y Máximo Gómez, controlaban el campo cubano quedando sólo bajo control colonial las zonas fortificadas y las principales poblaciones [cita requerida]. El Capitán General español Weyler, designado para la isla, decidió recurrir a la política de Reconcentración, consistente en concentrar a los campesinos en reservas vigiladas. Con esta política pretendía aislar a los rebeldes y dejarlos sin suministros. Estas reservas vigiladas provocaron que empeorara la situación 7
económica del país, que cesó de producir alimentos y bienes agrícolas. Se supone que alrededor de 200.000 cubanos murieron a causa de ellas . Esta situación hizo que se radicalizara aún más el proceso independentista y la exacerbación del odio hacia el dominio colonial. En La Habana, se sucedían manifestaciones y enfrentamientos entre los sectores independentistas y españolistas. Por otra parte, muchos cubanos influyentes reclamaban insistentemente en Washington la intervención estadounidense. El gobierno de los Estados Unidos, viendo la posibilidad de que el ejército independentista en Cuba lograra derrocar finalmente al español, y con ello perder la posibilidad de controlar la isla, se decide a intervenir. El hundimiento del Maine Con la excusa de asegurar los intereses de los residentes estadounidenses en la isla, el gobierno estadounidense envió a La Habana el acorazado de segunda clase Maine. El viaje era más bien una maniobra intimidatoria y de provocación hacia España, que se mantenía firme en el rechazo de la propuesta de compra realizada por los Estados Unidos sobre Cuba y Puerto Rico. El 25 de enero de 1898, el Maine hacía su entrada en La Habana sin haber avisado previamente de su llegada, lo que era contrario a las prácticas diplomáticas tanto de la época como actuales. En correspondencia a este hecho, el gobierno español envió al crucero Vizcaya al puerto de Nueva York. A pesar de lo inoportuno de la visita, la población habanera permanecía tranquila y expectante y parecía que el capitán general, don Ramón Blanco controlaba perfectamente la situación. Por otra parte a pesar de que el Maine tuvo un gélido recibimiento por parte de las autoridades españolas, Ramón Blanco y el capitán del navio, Charles Sigsbee simpatizaron desde el primer momento y se hicieron amigos. Sin embargo, a las 21:40 del 15 de febrero de 1898, una explosión ilumina el puerto de La Habana. El Maine había saltado por los aires. De los 355 tripulantes, murieron 254 hombres y 2 oficiales. El resto de la oficialidad disfrutaba, a esas horas, de un baile dado en su honor por las autoridades españolas. Sin esperar el resultado de una investigación, la prensa sensacionalista de William Randolph Hearst publicaba al día siguiente el siguiente titular: «El barco de guerra Maine partido por la mitad por un artefacto infernal secreto del enemigo». A fin de determinar las causas del hundimiento se crearon dos comisiones de investigación, una española y otra estadounidense, puesto que estos últimos se negaron a una comisión conjunta.4 Los estadounidenses sostuvieron desde el primer momento que la explosión había sido provocada y externa. La conclusión española fue que la explosión era debida a causas internas. Los españoles argumentaron que no podía ser una mina como pretendían los estadounidenses, pues no se vio ninguna columna de agua y, además, si la causa de la explosión hubiera sido una mina, no tendrían que haber estallado los pañoles de munición. En el mismo sentido, hicieron notar que tampoco había peces muertos en el puerto, lo que sería normal en una explosión externa. 8
Tradicionalmente fue una opinión muy extendida entre los historiadores españoles el creer que la explosión fue provocada por los propios estadounidenses para utilizarla como excusa para su entrada en la guerra. Algunos estudios actuales apuntan a una explosión accidental de la santabárbara, motivada por el calentamiento de los mamparos que la separaban de la carbonera contigua, que en esos momentos estaba ardiendo. Otros estudios recientes han señalado que, dados los desperfectos causados por la explosión, si la misma hubiera sido provocada por algún artefacto externo, ésta habría hecho al barco saltar (literalmente) del agua. Algunos de los documentos desclasificados por el gobierno de EE.UU. sobre la Operación Mangosta (proyecto para la invasión de Cuba posterior al fracaso de Bahía de Cochinos) avalan la polémica hipótesis de que la explosión fue causada en realidad por el propio gobierno de EE.UU. con el objeto de tener un pretexto para declarar la guerra a España. España negó desde el principio que tuviera algo que ver con la explosión del Maine, pero la campaña mediática realizada desde los periódicos de William Randolph Hearst, hoy día el Grupo Hearst, uno de los principales imperios mediáticos del mundo, convencieron a la mayoría de los estadounidenses de la culpabilidad de España. EE.UU. acusó a España del hundimiento y declaró un ultimátum en el que se le exigía la retirada de Cuba, además de empezar a movilizar voluntarios antes de recibir respuesta. Por su parte, el gobierno español rechazó cualquier vinculación con el hundimiento del Maine y se negó a plegarse al ultimátum estadounidense, declarándole la guerra en caso de invasión de sus territorios, aunque, sin ningún aviso, Cuba ya estaba bloqueada por la flota estadounidense. Comenzaba así la Guerra hispano-estadounidense. Desarrollo del conflicto Con anterioridad a los hechos del Maine, Estados Unidos había ordenado a su flota del Pacífico que se dirigiera a Hong Kong e hiciera allí ejercicios de tiro hasta que recibiera la orden de dirigirse a las Filipinas y a la Isla de Guam. Tres meses antes se había decretado bloqueo naval a la isla de Cuba sin que mediara declaración de guerra alguna, y cuando se declaró la guerra, esta se hizo con efectos retroactivos al comienzo del bloqueo. Las tropas de Estados Unidos rápidamente arribaron a Cuba y cuando estaban siendo derrotadas en la batalla terrestre, la Armada de los Estados Unidos destruyó dos flotas españolas, una en la Batalla de Cavite, en Filipinas, y otra en la batalla naval de Santiago de Cuba cuando la flota española intentaba sin casi esperanza escapar a mar abierto. El gobierno español pidió en julio negociar la paz.
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Santiago de Cuba se rindió el 16 de julio. Algunas cifras estiman los fallecidos en la campaña, que culminó con la toma de Santiago, en alrededor de 600 por la parte española, 250 por la estadounidense y 100 por la cubana. A pesar de que la guerra fue ganada principalmente por el apoyo de los mambises, el general Shafter impidió la entrada victoriosa de los cubanos en Santiago de Cuba, bajo el pretexto de «posibles represalias». El 25 de julio, el General Nelson A. Miles, con 3.300 soldados, desembarcó en Guánica comenzando la ofensiva terrestre en Puerto Rico. Las tropas de EE.UU encontraron resistencia a comienzos de la invasión. La primera escaramuza entre los estadounidenses y las tropas españolas y puertorriqueñas se produjo en Guánica, y la primera resistencia armada se produjo en Yauco en lo que se conoce como el Combate de Yauco. Este encuentro fue seguido por los combates de Fajardo, Guayama, Coamo, y por el Combate del Asomante. Consecuencias Mediante los acuerdos de París de 1898, se concuerda la futura independencia de Cuba, que se concretará en 1902, y España cede Filipinas, Puerto Rico y Guam. Las restantes posesiones españolas en Asia, (Islas Marianas, Carolinas y Palaos), incapaces de ser defendidas debido a su lejanía y la destrucción de buena parte de la flota española, fueron vendidas a Alemania en 1899 por 25 millones de pesetas, por el tratado Germano-español. Art. 1°. España renuncia a todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba. En atención a que dicha isla, cuando sea evacuada por España, va a ser ocupada por los Estados Unidos, éstos, mientras dure su ocupación, tomarán sobre sí y cumplirán las obligaciones que, por el hecho de ocuparla, les impuso el derecho internacional (...) Art 2°. España cede a los Estados Unidos la isla de Puerto Rico y las demás que están ahora bajo su soberanía en las Indias Occidentales, y la isla de Guam en el archipiélago de las Marianas o Ladrones. Art. 3°. España cede a los Estados Unidos el archipiélago conocido por las islas Filipinas (...). Art 5°. Los Estados Unidos, (...) transportarán a España, a su costa, a los soldados españoles que hicieron prisioneros de guerra las fuerzas estadounidenses al ser capturada Manila. Tratado de París del 10-12-1898 Al terminar la guerra surgió una polémica al interior de los Estados Unidos al respecto del destino de las colonias recientemente adquiridas. Hubo quien sostuvo el argumento de preparar a las naciones subdesarrolladas para la democracia y quienes defendían el principio de autodeterminación nacional que figura en la Declaración de Independencia estadounidense. En Filipinas, los insurgentes que habían peleado contra el colonialismo español pronto empezaron a luchar contra 10
las tropas de Estados Unidos. Muchos intelectuales, como el filósofo William James y el presidente de la Universidad Harvard, Charles Eliot, denunciaron estas acciones como traición de los valores estadounidenses. Pese a las críticas de los antiimperialistas, Estados Unidos comenzó a gravitar cada vez con más fuerza en toda el área del Caribe. El Presidente Theodore Roosevelt propuso construir un canal en Centroamérica, y en 1903 ofreció al gobierno colombiano comprar una franja de tierra de lo que hoy es Panamá. Al mismo tiempo que Colombia rechazaba la oferta de Roosevelt, se desató una rebelión en el área designada para la ubicación del canal. Roosevelt apoyó la revuelta y rápidamente reconoció la emancipación de Panamá frente a Colombia. Unos días después, el francés Philippe-Jean Bunau-Varilla, quien viajó a Washington como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la naciente República de Panamá, vendió a Estados Unidos la zona del canal. En 1914, el Canal de Panamá se abrió al tráfico marítimo. Las tropas estadounidenses abandonaron Cuba en 1902, pero se exigió a la nueva república que otorgara bases navales a Estados Unidos. Asimismo se prohibió a Cuba suscribir tratados que pudieran atraerla a la órbita de otra potencia extranjera. También se garantizó la capacidad de intervención de Estados Unidos en el nuevo estado a través de la Enmienda Platt, vigente hasta 1934. A Filipinas se le concedió un autogobierno limitado en 1907 e independencia absoluta en 1946. En 1952 el Congreso de los Estados Unidos aprueba para el territorio no incorporado de Puerto Rico un gobierno propio limitado. GUERRA DEL OPIO. Las Guerras del Opio, también conocidas como las Guerras Anglo-Chinas, fueron dos guerras que duraron de 1839 a 1842 y de 1856 a 1860 respectivamente, el punto culminante de los conflictos comerciales entre China y el Reino Unido. El contrabando británico de opio de la India Británica hacia la China y los esfuerzos del gobierno chino para imponer sus leyes contra las drogas llevaron al conflicto. Francia luchó al lado de Gran Bretaña en la segunda guerra. La derrota de China en las dos guerras forzó al gobierno a tolerar el comercio del opio. El Reino Unido coaccionó al gobierno a firmar Tratados Desiguales, abriendo varios puertos al comercio exterior y entregándole Hong Kong a Gran Bretaña. Portugal siguió a Gran Bretaña y forzaron términos de intercambio desiguales para China (Tratado de Nankín, cesión de Hong Kong a Gran Bretaña y ampliación de Macao para Portugal). Esta humillación por obra de potencias exteriores contribuyó a la Rebelión Taiping (1850–1864), la Rebelión Boxer (1899–1901), y la caída de la Dinastía Qing en 1911. Antecedentes El comercio marítimo directo entre Europa y China comenzó en el siglo XVI, después de que los portugueses establecieron la colonia de Goa en la India, y poco después la de Macao en el sur de China. Después de la adquisición 11
española de las Filipinas, el ritmo del intercambio entre la China y el Occidente se aceleró dramáticamente. Los galeones de Manila trajeron más plata a China que la Ruta de la seda. El gobierno Qing intentó limitar el contacto con el mundo exterior a un mínimo. Los Qing sólo permitieron el comercio por el puerto de Cantón. Rigurosos trámites y monopolios autorizados fueron establecidos para restringir el flujo del comercio, teniendo como resultado altos precios de venta para los artículos importados y demanda limitada. España empezó a vender opio a los chinos, junto con productos del Nuevo Mundo tales como el tabaco y el maíz, para prevenir un déficit comercial. Con la implantación de las Compañías Británicas y Holandesa de Indias Orientales, el comercio con China se multiplicó. A causa de la alta demanda de té, seda, y porcelana en Gran Bretaña y la baja demanda de mercancías británicas en China, Gran Bretaña tenía un gran déficit comercial con China y debía pagar estos artículos con plata. Gran Bretaña comenzó a exportar ilegalmente opio a la China desde la India Británica en el siglo XVIII para contrarrestar su déficit. El comercio del opio creció rápidamente, y el flujo de plata comenzó a reducirse. El Emperador Yongzheng prohibió la venta y la costumbre de fumar opio en 1829 a causa del gran número de adictos. La disputa se desató debido al comercio del opio, el cual se veía desde ambos lados de maneras muy distintas. El emperador censuró el opio en China debido al efecto negativo de éste en la población, los británicos en cambio, veían al opio como el mercado ideal que los ayudaría a compensar el gran comercio con China. Estas guerras y los subsiguientes tratados firmados entre las potencias resultaron en que varios puertos de China se abrieran para el comercio con Occidente que condujeron en parte a la caída de la economía china. Estas guerras se consideran como la primera guerra de drogas. Crecimiento del comercio del opio La Dinastía Qing de China, era cada vez más asediada por potencias extranjeras que demandaban un comercio bilateral con la China, tras una gran caída a principios del siglo XIX. Los europeos compraban porcelana, seda, condimentos y té chinos, pero eran incapaces de vender algún bien de interés para la China, en lugar de eso, se veían obligados a pagar con plata, esto significaba un gran esfuerzo para las ya apretadas finanzas europeas provocadas por las guerras napoleónicas. El opio era producido en China desde el siglo XV, era mezclado con tabaco en un proceso inventado por los españoles, que luego fue dominado por los holandeses en el siglo XVII y generalizado de forma masiva por los británicos en el XVIII. Al observar los problemas de salud y sociales vinculados con el consumo de opio, el gobierno imperial chino lo prohibió en 1829. Los británicos comenzaron la producción de opio a mediados del siglo XVIII en la India en cantidades significativas, aprendieron el arte del estado mongol, quienes comerciaron con opio al menos desde el reino de Akbar (1556–1605), e iniciaron el comercio de opio por plata en el sur de China. Los británicos observaron las grandes ganancias que potencialmente traería el mercado del opio (previamente 12
dominado por Yakarta controlada por Holanda) al invadir Bengala en 1764. Las ganancias se acercaban al 400 por ciento y la amapola crecía casi en todas partes. Las exportaciones de opio de los británicos crecieron vertiginosamente, de aproximadamente 15 toneladas en 1730 a 75 toneladas en 1773, embarcadas en más de dos mil cajas con 70 Kg de opio cada una. Los productos triangulaban de la siguiente manera:
Se transportaba el opio cultivado en Turquía y la India a China. Se pagaba con opio las porcelanas, sedas y té, (tal como los narcotraficantes actuales aceptan toda clase de electrodomésticos en pago) Se llevaban a la Costa Este y a Inglaterra, en donde se pagaban y se iba a Turquía y la India para comprar más opio. En la primavera de 1830, ante el alarmante y desenfrenado abuso del comercio del opio en China, el Emperador Daoguang ordenó a Lin Hse Tsu que combatiera rápidamente esta plaga, y éste respondió atajando la corrupción del funcionariado imperial y ordenando la destrucción de más de 20.000 cajas de opio. Lin Hse Tsu envió una carta a la Reina Victoria1 pidiéndole que respetara las reglas del comercio internacional no comerciando con drogas tóxicas. GUERRA DE LOS BOERS. Los orígenes La guerra de los boers, o Guerra Anglo-Boers, es una de las primeras confrontaciones que permitieron desencadenar la agresión de los imperialismos, inmediatamente antes de la Primera Guerra Mundial. La lucha en Transvaal y Orange presenta, además, el triste antecedente de haber sido la primera guerra en que se utilizaron masivamente los campos de concentración para la población civil. Los orígenes de esta guerra se encuentran en 1805, cuando los ingleses ocuparon la Ciudad del Cabo, en manos de colonos de origen holandés, conocidos como boers. Siglo y medio antes, en 1652, la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, había levantado una fortificación en El Cabo, en torno a la cual creció la ciudad. Diez años después de la ocupación inglesa, el congreso de Viena (1815) les entregó este territorio. A partir de entonces, los boers vivieron bajo administración inglesa, la que introdujo el inglés como lengua oficial, lo que provocó agitaciones y problemas. La llegada de colonos ingleses obligó a la marcha de los boers, hacia el interior del continente (Trek o emigración), cruzando los ríos Vaal y Orange. Fueron más de 10.000 familias las que efectuaron la "gran Trek", en 1837. Como consecuencia 13
de ello, los trekkers crearon las repúblicas de Transvaal y Orange. Sin embargo, el expansionismo inglés, siguió avanzando y tomó el control de la ciudad de Natal. Entre 1852 y 1854, los ingleses admitieron la existencia de las dos repúblicas, interrumpiendo su agresiva penetración hacia los territorios del interior. Ello hasta que se descubrieron riquezas diamantíferas en sus tierras. En 1877, la Gran Bretaña proclamó su soberanía sobre Transvaal, lo que provocó la resistencia de los colonos boers. Después de algunos combates adversos a los ingleses, terminaba la primera guerra boer con un nuevo reconocimiento de la independencia y soberanía de ambas repúblicas. Sin embargo, Inglaterra no cejará en su intento de ocupar aquellos territorios. La guerra. Así, en 1884, cuando se descubrió oro en Transvaal, el imperio británico fomentó la entrada de aventureros sin escrúpulos que provocaron desórdenes en las repúblicas boers. La situación de tensión llegó a tal extremo que, en 1899, el Presidente de Transvaal, Paul Kruger, para mantener a raya las pretenciones inglesas, puso medidas restrictivas para la concesión de los permisos de explotación a los ingleses. La tensión aumentó a tal nivel, que la guerra no tardó en desencadenarse. Los boers invadieron las colonias británicas de El Cabo y Natal, poniendo cerco a Ladysmith, Mafeking y Kimberley, donde derrotaron a una fuerza expedicionaria inglesa. La ofensiva británica fue detenida en Colenso donde unos pocos miles de boers, casi sin artillería, diezmaron a una columna de 80.000 ingleses. Al mismo tiempo un pequeño ejército boer penetraba en la provincia de El Cabo derrotando a los ingleses en Stomberg. Conmocionados por las derrotas, los ingleses comenzaron a acumular tropas y cañones. Para oponérseles, los boers apenas tenían artillería y estaban escasos de municiones. En tres frentes los ingleses iniciaron la ofensiva, sólo para sufrir una nueva derrota en Spionkob. Pero, en febrero de 1900, lograron su primera victoria en Paardeberg y ocuparon Orange. En junio de 1900 invadían Transvaal y derrotaban a los boers en Diamond Hill y Belfast. La guerra se convirtió en una guerra de guerrillas, donde los boers, faltos de munición y provisiones, terminaron por rendirse en 1902. Las dos repúblicas quedaron incorporadas a la Corona Británica. Los campos de concentración y las deportaciones. La guerra había costado a Inglaterra 22.000 muertos y una gran humillación a su orgullo de potencia colonial. Como consecuencia de ello, gran parte de la población civil boer fue sometida a durísimos campos de concentración. Lo prueba la cifra de muertos en cautiverio, cerca de 28.000 personas, en circunstancias que apenas 7.000 murieron en combate. Efectivamente, al terminar la guerra, unos 154.000 civiles boers habían sido detenidos en 33 enormes complejos, formados por casuchas y carpas, a cargo de un superintendente, un doctor y unas pocas 14
enfermeras. Entre ellos, los más renombrados fueron los campos de Norvalspon, Potchefstroom, Pietermaritzburg y Bloemfontein. El tifus y la disentería, obviamente, cobrarían muchas víctimas entre esas mujeres y niños, calculándose que provocaron unos 20.000 muertos. A ellos se sumaron varias decenas de miles de prisioneros, que volvieron a la vida civil completamente devastados en cuerpo y alma. Muchos de aquellos prisioneros, junto a sus familias, fueron deportados a lugares tan distantes del conflicto como el Caribe o la India. Algunos de ellos, después de viajar de regreso a Holanda, llegaron también a Chile. Además, junto a la población blanca, otros 107.000 boers de raza negra, fueron recluidos en alrededor de 100 distintos, con una cifra de mortalidad que varió, según las fuentes, entre los 7.000 y los 13.000. Bajo la Comunidad de Naciones, en 1909, se aprobó la Constitución de un Estado federativo, y poco después, pasaron a convertirse en provincias de esta Unión las colonias inglesas de El Cabo de Buena Esperanza, Natal, Transvaal y el Estado Libre de Orange, conformándose lo que se llamó Unión Sudafricana (1910). Durante la Primera Guerra Mundial los boers intentaron recuperar la independencia del Transvaal, sin conseguirlo. En el año 1961, la federación se independizó de la Mancomunidad británica y cambió el nombre de Unión Sudafricana por el de República Sudafricana. La República Sudafricana se caracterizará por su sistema de segregación racial, que marginará a los negros de todos los derechos políticos, estableciendo la supremacía de la minoría blanca, régimen que fue repudiado por las Naciones Unidas. La represión contra la mayoría negra, solo terminó con el derrumbe del sistema de apartheid, en los años 1990, cuando se realizaron negociaciones que permitieron elecciones libres, asumiendo como Presidente de la República el líder de la resistencia negra Nelson Mandela. XX.
Reconoce los principales sistemas de alianzas europeos de inicios del siglo
Francia, Reino Unido y Rusia. Imperios Centrales.
Paz armada La paz armada (1871-1914) fue una de las causas más notorias de la Primera Guerra Mundial. Las continuas tensiones entre Estados a causa de conflictos tanto nacionalistas como imperialistas dieron lugar a que cada Estado destinara gran cantidad del capital estatal a la inversión de la industria de armamento y al fomento del ejército. Todo ello dio lugar a un complejo sistema de alianzas en las que las naciones se hallaban en conflicto sin estar en guerra. Paz armada es un notable oxímoron (términos contradictorios). Nacionalismo 15
El nacionalismo es una ideología y un movimiento social y político que surgió junto con el concepto de nación propio de la Edad Contemporánea en las circunstancias históricas de la Era de las Revoluciones (Revolución industrial, Revolución burguesa, Revolución liberal) desde finales del siglo XVIII.1 También puede designar al sentimiento nacionalista y a la época del nacionalismo. Francia y Alemania Desde 1848, los sentimientos nacionalistas promovidos especialmente por los románticos alemanes exaltaban la idea de que cada individuo pertenecía a una Nación. Este nuevo concepto englobaba a todas aquellas personas con una cultura, raza e historia común. Estas teorías y pensamientos inspiraron a personajes que lucharían por la unificación del Zollverein creando así una Nación para todos aquellos de cultura y habla alemana. De esta manera se arrebataron los territorios de Alsacia y Lorena a Francia. Estos dos territorios eran ricos en minerales y favorecían enormemente a la economía francesa, por lo que Francia y Alemania estaban ya en conflicto desde este momento. Crisis Balcánicas Los Balcanes siempre han sido un importante punto de conflictos, ya que se mezclan diversidad de pueblos, idiomas, religiones, etc. El Imperio austrohúngaro y el Imperio ruso buscaban acrecentar su influencia en los Balcanes aprovechando la debilidad del Imperio Turco. El Imperio Austrohúngaro se resistía a la voluntad de los eslavos del sur de unirse. Esto se debía a que Austria deseaba tener una salida al Mediterráneo a través de Serbia. Por otra parte, El Imperio ruso defendía la creación de esta unión puesto que, siendo sus aliados, también podría salir al mar a través de sus puertos. Además, Rusia estaba atemorizada por una posible expansión austriaca. En este contexto, se desencadenaron tres crisis. En 1908 Austria se anexiona Bosnia, que la administraba desde 1878, provocando la cólera de Rusia. En 1912 se creó la Liga Balcánica gracias a las políticas paneslavistas de Rusia. Esta liga se componía de Serbia, Bulgaria, Grecia y Montenegro. De esta forma se obligaba a Turquía a abandonar sus últimos territorios a excepción de Estambul y se reconocería la independencia de Albania.En 1913 una nueva guerra enfrentó a serbios con búlgaros. Los serbios contaban con el apoyo de otros estados y la victoria fue aplastante, los búlgaros debieron ceder grandes territorios a Serbia. Estas hostilidades se verán reflejadas posteriormente en el sistema de alianzas que se creó a causa de la Paz Armada. Enfrentamientos coloniales Italia con Francia El imperialismo fue una causa importante de las rivalidades entre ciertas potencias. Por un lado, Italia tenía ya problemas en cuanto a colonias se refiere. Al igual que el resto de los Estados, Italia deseaba tener grandes territorios en África que explotar. Estos deseos le fueron privados cuando Francia le arrebató su única 16
colonia próxima al territorio italiano, Túnez. Ésta fue la causa del resentimiento de Italia hacia Francia, que no se haría presente hasta 1915 cuando Italia deja el bando de los Imperios Centrales para pasarse al de los Aliados tras el Tratado de Londres. Esto se debió al deseo de Italia de poseer territorios coloniales, entre ellos, Túnez. Francia y Gran Bretaña con Alemania Alemania deseaba tener la zona de Marruecos. Para ello, en 1905 el gobierno alemán ofreció su apoyo al sultán de Marruecos para establecer allí un protectorado alemán y así resistir las presiones de los franceses que se hallaban en pleno expansionismo colonial por el norte de África. El káiser Guillermo II llegó a desembarcar en Tánger para mostrar su apoyo al sultán. Para resolver esta situación, en 1906 se convocó la Conferencia de Algeciras, que frustró las aspiraciones alemanas al convertir Marruecos en un protectorado franco-español. A causa de esta frustración, la resentida Alemania protagonizo en 1911 un nuevo incidente. Con motivo de una insurrección en el sur de Marruecos, el gobierno de Berlín envió barcos de guerra al puerto de Agadir. Al final, Alemania conseguiría ampliar su colonia de Camerún a cambio de abandonar Marruecos, aunque Gran Bretaña se había puesto incondicionalmente al lado de Francia. Este incidente haría que Francia y Gran Bretaña se enemistaran con Alemania. Consecuencias Todas estas hostilidades entre Estados tanto por conflictos nacionalistas como por conflictos coloniales se vieron reforzadas por conflictos hegemónicos. Gran Bretaña había sido la primera potencia mundial durante la Primera revolución industrial y Alemania lo había sido en la Segunda. Además ambos países poseían una flota naval en continuas fricciones que traían conflictos una y otra vez. Esta situación de hostilidad entre Estados creó un complejo sistema de alianzas: La Triple Entente, formada en principio por Francia, Gran Bretaña y Rusia; y la Triple Alianza, formada por Alemania, el Imperio Austrohúngaro e Italia. FRANCIA, REINO UNIDO Y RUSIA. LA TRIPLE ENTENTE. La Triple Entente fue una coalición conformada por la alianza franco-rusa de 1871, la Entente Cordiale franco-británica de 1904 y el acuerdo anglo-ruso de 1907. La nueva política mundial Alemania iniciada por Guillermo II en 1890 consiguió que tres potencias que tenían importantes diferencias entre sí, Francia, Reino Unido y el Imperio ruso, se aproximaran y terminaran por coaligarse como la Aliada Mayor Nacionalista para hacer frente a la Triple Alianza de Alemania, Imperio Austro-húngaro e Italia. 17
En 1907, no nos hallamos aún ante una alianza en sentido estricto, los británicos, en especial, trataron de mantenerse libres de obligaciones. Sin embargo, las sucesivas crisis que fueron jalonando el camino hacia la I Guerra mundial fueron haciendo cada vez más sólida la Entente. La crisis definitiva del verano de 1914 demostró el funcionamiento de la alianza al terminar implicando en el conflicto a las tres potencias signatarias. Las otras uniones Tras el abandono de la Triple Alianza por parte de Italia, ésta se uniría a la Entente por sus intereses y por la inconformidad que sentía al no tener garantías en la Triple Alianza. IMPERIOS CENTRALES. LA TRIPLE ALIANZA. La Triple Alianza (dreimal bundmiss, en alemán)fue el nombre que recibió la coalición inicialmente integrada por el Imperio Alemán y el Imperio austrohúngaro por iniciativa de Otto von Bismarck, a la que posteriormente se uniría Italia, aunque también se invitó al Imperio ruso a formar parte de ella. Cuando Rusia unió fuerzas con Inglaterra y Francia para formar la Triple Entente, Alemania y Austria-Hungría buscaron a Italia como reemplazo en 1887, por lo que los integrantes de esta coalición pasaron a ser conocidos como los "imperios centrales", en alusión a su situación geopolítica en Europa. Tras optar inicialmente por Austria-Hungría, y ante la imposibilidad de mantener a la vez una alianza con Viena y San Petersburgo -enfrentadas en los Balcanes- Bismarck encontró en Italia el esperado aliado contra Francia. Italia, el recambio Por un lado, Otto Von Bismarck consideraba su principal objetivo diplomático mantener el aislamiento de Francia, por otro lado, Italia pensaba que su adhesión a la alianza y su asociación a Alemania eran el mejor camino para acceder al rango de gran potencia. Italia estaba descontenta por la actitud francesa (y mas tarde alemana) ante sus aspiraciones coloniales en Túnez y el Cuerno de África, y posteriormente se añadiría un problema por los intereses contrapuestos sobre el dominio del trentino entre Austria-Hungría e Italia (ver Irredentísmo). Los tres países acordaron apoyarse mu suck my dickn caso de ser atacados por Francia o por Rusia. El tratado fue reafirmado varias veces hasta 1913, aunque la posición italiana, como se vio al comenzar la guerra, era cada vez más incómoda. Finalmente, y tras varias batallas donde se cobraron miles de vidas, Italia decidió combatir del lado de los aliados en 1916, rompiéndose así esta coalición y pasando a formar parte de la Triple Entente. 18
A Italia se le prometieron varios territorios a través del tratado de Londres que no fueron otorgados en la conferencia de París (Razon por la cual Benito Mussolini ingresa al lado del eje de acero en la Segunda Guerra Mundial) generando un descontento nacionalista, mientras que el Imperio otomano se unió a los imperios centrales. La guerra terminó con la derrota de la Triple Alianza, que se disolvió para siempre. Fin de la Triple Alianza Después de la Primera Guerra Mundial las potencias centrales fueron sometidas a sanciones aplastantes mientras que Italia no fue intervenida a pesar de haber tenido una antigua alianza con las otras dos.
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BLOQUE II UIDENTIFICA A LA REVOLUCIÓN RUSA Y A LOS GOBIERNOS TOTALITARIOS EN EL DEVENIR MUNDIAL. UNIDADES DE COMPETENCIA: Comprende la importancia de la Revolución Rusa en el marco de los cambios geopolíticos del siglo XX. Analiza las causas y efectos que originaron la llegada al poder de los gobiernos totalitarios y sus repercusiones inmediatas en el contexto mundial. CONOCIMIENTOS
Reconoce los antecedentes de la Revolución Rusa.
Guerra Ruso-Japonesa. Revolución de 1905. Autocracia Zarista.
Identifica la importancia de los gobiernos totalitarios en la situación política y social del mundo entre guerras.
Fascismo. Nazismo. Franquismo. Totalitarismo Japonés.
ANTECEDENTES DE LA REVOLUCIÓN RUSA. La situación de Rusia antes de la revolución. La economía. a/ La agricultura. A lo largo del siglo XIX el campo ruso va a vivir prácticamente al margen de las transformaciones agrícolas que se van a producir en otros Estados europeos. La aristocracia concentraba en sus manos la mayor parte de la tierra y los campesinos van a vivir hasta bien entrado el siglo en régimen de servidumbre feudal. Las duras condiciones de vida de los campesinos van a provocar revueltas agrarias que van a forzar al zar Alejandro II, en 1861, a abolir la servidumbre, por la que se establecía la libertad personal de los campesinos que dejaban de estar ligados a la tierra. 20
La liberación del campesinado no pudo eliminar las grandes desigualdades sociales en el campo ruso, que por otra parte resulta totalmente inadecuado en sus estructuras para el desarrollo de un capitalismo moderno. Los campesinos , agobiados por impuestos y sumidos en un gran atraso técnico y cultural, ansiaban el reparto de la tierra de las grandes propiedades de los nobles, la Iglesia o los propios zares. En resumen, el campo ruso en conjunto no era capaz de alimentar a una masa creciente de campesinos, por lo que se puede afirmar que había superpoblación rural (en la Rusia europea se pasó de 50 millones de habitantes en 1860 a 82 millones en 1879, sin aumentar la productividad agrícola ni las posibilidades de otro empleo alternativo). Mientras la productividad agrícola había aumentado considerablemente en Europa occidental, en Rusia había disminuido de manera alarmante (en 1770 el rendimiento era 5:1; en 1860, en muchas zonas sólo era de 2,5:1. La miseria de la población rural queda agravada por la alta tasa de mortalidad de Rusia: 35 % en la década de 1890. b/ la industria. El capitalismo se introdujo en Rusia de manera un tanto forzada , impulsado por las inversiones extranjeras y la acción del Estado. La industrialización se realizó de forma compulsiva, dando por resultado una concentración, tanto de capitales como de masa obrera, en unas cuantas ciudades del inmenso territorio. En las condiciones de predominio del mundo rural atrasado las condiciones para el desarrollo de la industria ligera eran desfavorables, en tanto que se carecía de demanda efectiva y que no se generaban capitales propios para la inversión. Sólo se instalaron algunas industrias textiles creadas por los comerciantes moscovitas para satisfacer necesidades de la demanda urbana. El principal estímulo para la industria pesada fue la construcción del ferrocarril. En un principio se importaba todo el material hasta que la producción de las nuevas industrias de los Urales pudo hacer frente a la demanda. Los capitales se obtuvieron en el extranjero, ya que ni el mercado nacional ruso de capitales ni el Estado estaban en disposición de proveerlos. A partir de la firma del tratado franco-ruso comenzó la llegada de capitales franceses, lo que permitió acelerar la industrialización. Pero las zonas industriales eran relativamente pequeñas en la inmensidad de un imperio cuyas estructuras económicas de predominio agrario quedaban inalteradas. Además la industria rusa era muy sensible a las crisis de superproducción ( al no haber una demanda estable) como la que se inició en 1900, que se vio complicada por la guerra con Japón. c/ El sector financiero. 21
La Banca privada surgió también a finales del siglo XIX apoyada por capital extranjero (sobre el 40 % de participación del capital de los grandes bancos). Ya a principios del siglo XX, además de las inversiones francesas, comenzaron a acudir capitales ingleses, belgas e incluso alemanes (estos últimos muy concentrados en la industria eléctrica) hasta el punto que en 1914, aproximadamente un tercio del capital invertido en Rusia era extranjero. En definitiva, en Rusia se habían hecho pocas concesiones a los principios liberales que se habían generalizado en mayor o menor medida en el conjunto de países europeos. La sociedad. El decreto de emancipación de los siervos en 1861 no satisfizo en absoluto las aspiraciones de los campesinos que cultivaban tierras pertenecientes a los nobles: debían pagar su propia liberación, impuesto personal, y , además, carecían de tierras suficientes para cultivar. En la incipiente industria nació un nuevo proletariado, concentrado en algunas ciudades, su número era escaso y su influencia sobre el campesinado mínima. La incipiente burguesía, también escasa en número, no estaba satisfecha con la estructura del Estado zarista, pese a las tímidas reformas liberalizadoras de la administración, debido a falta de participación y al gran coste e ineficacia de la burocracia y el ejército. La organización del Estado. En el imperio ruso la autocracia zarista mantenía con despotismo y arbitrariedad formas de vida y relaciones sociales de carácter semifeudal. La administración del Estado sufría una corrupción creciente en todos sus niveles. El zar, cúspide del poder autocrático estaba retirado de los asuntos del gobierno. El desinterés y ala apatía conducían a la corrupción administrativa, hasta tal punto que quedaban sin efecto las normas legales. En la guerra de Crimea (1855-1856), Rusia se había enfrentado a todas las potencias europeas excepto Prusia. La guerra tenía características nuevas tales como el empleo masivo de moderno material de guerra lo que puso al descubierto la debilidad en que se encontraba Rusia. Nunca existió una base adecuada para una administración eficaz; la Hacienda pública no disponía de dinero ni siquiera para pagar puntualmente a los funcionarios. Los orígenes ideológicos de la revolución. La falta absoluta de libertades políticas conlleva la ausencia de organizaciones sindicales estables, como las existentes en Europa occidental. 22
Desde mediados del siglo XIX la oposición al régimen zarista se fundamentaba en revueltas campesinas de tendencia anarquista. Kropotkin y Tolstoi contribuyeron a fortalecer el anarquismo ruso como teóricos del anarquismo pacífico. Los socialdemócratas (marxistas) iniciaron su movilización en la organización de las masas obreras. Casi desde su nacimiento, el Partido social-demócrata ruso se dividió en dos tendencias: mencheviques y bolcheviques, al principio como dos fracciones del partido; más tarde como dos partidos totalmente diferenciados. Los mencheviques (minoría, en ruso) eran partidario de la ortodoxia, la cual indicaba que para que se cumpliera la ley del materialismo histórico primero debía hacer su revolución los burgueses contra la aristocracia para que después el obrero proletario pudiera a su vez dialécticamente acabar con la burguesía. Los bolcheviques, con Lenin a su cabeza, eran partidario de un nuevo enfoque de la teoría marxista por el cual el capitalismo se dirigía en su etapa avanzada hacia el imperialismo, fenómeno que no pudo observar Marx, lo que enfrentaba a los pueblos, no sólo a los proletarios, contra sus explotadores. De esta manera se pretendía, desde la postura bolchevique, convertir la revolución democrática en revolución socialista , basándose en la alianza con el campesinado, y no limitándose a seguir en ella las iniciativas de la burguesía, sino encabezando ellos mismos la lucha por la democracia, desbordando el marco parlamentario y estableciendo una dictadura revolucionaria del proletariado. Para ello se procedió a la organización del partido como una sociedad secreta, restringiendo la militancia a los que acataran el programa del partido y además participasen personalmente en las organizaciones. Lenin pensaba en militantes que estuviesen dispuestos a aceptar órdenes y a estar sujetos a una férrea disciplina pues al estar organizados en cédulas no podían ver los motivos de las decisiones de los dirigentes que utilizaban el sistema de la autocrítica para corregir sus equivocaciones. De esta manera el partido se preparaba para su lucha por el poder, que en las condiciones rusas pasaría necesariamente por la insurrección armada. Los antecedentes de la revolución. La revolución de 1905. Las derrotas sufridas por los ejércitos rusos y, sobre todo, la victoria japonesa sobre la armada rusa (1905), pusieron al descubierto la profunda debilidad del régimen. El domingo 9 de enero de 1905, una manifestación convocada con carácter pacífico se dirige al palacio de invierno para presentar al Zar un manifiesto sobre la penosa situación de gran parte de la población. Sobre los manifestantes se abrió fuego causando alrededor de un millar de víctimas. 23
Antes estos hechos, se producen grandes movimientos de masas en toda Rusia a lo largo del año 1905. A comienzos del verano se subleva la marinería del acorazado Potemkin en Odesa. Finalmente el zar Nicolás decide firmar el manifiesto de octubre, en el que se compromete a ampliar la ley electoral y a conceder a la Duma (Parlamento) poderes legislativos. Los resultados electorales de la primera Duma dieron la mayoría aplastante al partido Kadet, pero las atribuciones de la Duma, ya escasas, compartía el poder legislativo con el Consejo de Estado, cuyos miembros eran elegidos por el Zar, quien tenía derecho de veto, fueron recortadas paulatinamente, por lo que esta época ha sido llamada la del pseudo constitucionalismo. En el partido social-demócrata, la nueva situación contribuyó a aumentar las diferencias ideológicas entre los mencheviques que propugnaban el apoyo a los kadets (liberales), motores naturales de la revolución burguesa, y los bolcheviques, que eran partidarios de desempeñar un papel independiente en la revolución. En estas condiciones la entrada de Rusia en la Guerra Mundial, formando parte de la triple entente, aliada a Francia e Inglaterra, fue un factor de desorganización social , económica y política. Todos los condicionantes se agravaron durante la primera guerra mundial, pues Rusia, incapaz de producir armamento moderno, verá como sus tropas son derrotadas por los alemanes. Ahora bien, mucho más grave , si cabe, era la situación de la retaguardia donde , debido a la subprodución y al desbarajuste de la red de transportes, el coste de la vida aumentaba de forma galopante. Los factores positivos de la economía rusa se vieron anulados, Rusia necesitaba la paz para prosperar, pero el Zar optó por la guerra. La caída del Zarismo. El descontento popular ante la guerra y sus consecuencias también se manifestaba entre los soldados movilizados contra sus oficiales autoritarios. La desorganización social y administrativa, las acusaciones mutuas entre militares y políticos echándose las culpas de la situación, la corrupción de la corte de Nicolás II: todo contribuía a dar la sensación de caos. La burguesía liberal se expresaba a través del bloque progresista de los diputados de la Duma. Todos sus intentos de democratizar el régimen tropezaban con la cerrazón de la Corte: la conspiración se puso en marcha para sustituir a Nicolás II por un gobierno liberal parlamentario; en ella estaban comprometidos varios jefes militares importantes. 24
La imposición de cartillas de racionamiento en la capital motivó una serie de incidentes y manifestaciones, y una huelga general en la ciudad. Los soldados se amotinaron contra sus oficiales. Soldados y obreros se hicieron dueños de la ciudad, se apoderaron de las armas y ocuparon el palacio de invierno: era la revolución. El movimiento, desorganizado, sorprendido de su propia victoria, no tenía una dirección precisa. Los partidos habían sido cogidos de improviso. Los obreros y soldados, primero en Petrogrado y después en Moscú y el resto de las ciudades importantes, constituyeron los soviets. Los diputados liberales de la Duma quisieron encauzar el movimiento por la vía parlamentaria. No lo consiguieron del todo. Tras muchas vacilaciones constituyeron un gobierno provisional, dirigido por Lwow, formado por monárquicos liberales y constitucionalistas, y por los socialdemócratas dirigido por Kerenski. El nuevo gobierno se vio desbordado por los acontecimientos: en Polonia, Finlandia, Ucrania, e incluso en el Cáucaso, se reclamaba la independencia; habían proliferado los soviets locales que estaban dispuestos a atribuirse competencias del poder central; la agitación en los núcleos industriales iba en aumento y el ejército se descomponía por las deserciones en masa. El gobierno de coalición se ve desbordado tanto por los bolcheviques, dispuestos a tomar el poder, como por los contrarrevolucionarios. En julio, un intento de golpe de estado bolchevique en Petrogrado fracasa, ya que el Soviet tiene mayoría menchevique. Esto provoca la caída de Lwow y el ascenso de Kerenski a primer ministro. Lenin se ve obligado a huir a Finlandia. Así, como resultado de la revolución de febrero, se instituyeron dos poderes paralelos, o un doble poder; por un lado, el gobierno provisional, representante de las fuerzas políticas liberalburguesas, trataba de establecer una democracia parlamentaria, manteniendo el orden social capitalista. Por otro lado, los soviets de diputados obreros y soldados, cuya cabeza dirigente era el Soviet de Petrogrado, estaban divididos entre los mencheviques y otros grupos socialistas moderados, que eran partidarios de limitar su labor y asegurar y garantizar el establecimiento de una República parlamentaria democrática y los bolcheviques, anarquistas y maximalistas, todos ellos contrarios a apoyar al gobierno provisional y partidarios de una revolución social. Siendo mayoría en los Soviets los mencheviques. En agosto de 1917 un intento de golpe de estado militar fracasó por la resistencia del ejército rojo (conjunto de unidades paramilitares formadas por el Soviet de Petrogrado). Mientras el prestigio del gobierno de Kerenski disminuía (incapaz de lograr la paz y establecer una reforma agraria) los bolcheviques conseguían la mayoría en el 25
Soviet de Petrogrado,Moscú y otras grandes ciudades. Simultáneamente el movimiento de deserciones alcanzó a las tropas del frente. Kerenski y los conciliadores mencheviques estaban cogidos entre dos fuegos. Los generales y la oposición de derechas les acusaba de débiles, de hacer el juego a los revolucionarios; los bolcheviques les denunciaban como instrumentos dóciles de la reacción. A principios de octubre la sociedad rusa estaba dividida radicalmente en dos bandos, cada uno de los cuales tenía que destruir al otro para satisfacer sus intereses. La revolución de octubre. En la madrugada del 25 de octubre las tropas bolcheviques, dirigidas por Trotski, tomaron los puntos estratégicos de la ciudad y comienzan a detener a los miembros del gobierno provisional. Las protestas de los mencheviques por la traición a la democracia no cambiaron las relaciones de fuerza. La presión de los guardias rojos hacía imposible cualquier deliberación por lo que muchos de los partidos abandonaron el Congreso. El 26 de octubre eran aprobados por unanimidad en el dócil congreso dominado por los bolcheviques tres decretos : en el primero se ofrecía a los pueblos y gobiernos en guerra la paz inmediata sin anexiones ni reparaciones y decretaba el cese de las hostilidades. Por un segundo decreto se expropiaban sin indemnización unos 150 millones de hectáreas en favor de los comités locales de los soviets de campesinos, y por el tercer decreto se creaba el consejo de comisarios del pueblo que asumía todo el poder ejecutivo hasta la convocatoria de la Asamblea Constituyente. LOS GOBIERNOS TOTALITARIOS Y EL MUNDO ENTRE GUERRAS La Primera Guerra Mundial había trastocado toda la economía mundial. El comercio internacional y las inversiones en el exterior de los principales países europeos quedaron prácticamente interrumpidos entre 1914 y 1918. EEUU y, en menor medida, Japón se hicieron con buena parte de los mercados antes controlados por Gran Bretaña, Francia y Alemania. La marina mercante norteamericana creció espectacularmente. Londres vio su posición como centro financiero amenazada por la huída de dinero a Nueva York y Suiza. En muchos países neutrales la sustitución de importaciones dio lugar a procesos más o menos consistentes de expansión (o reconversión) industrial. La demanda de materias primas y alimentos impulsó la producción agrícola de los países centro y sudamericanos, asiáticos, africanos e incluso de EEUU. Los países beligerantes habían tenido, además, que hacer frente a un doble problema: el aumento extraordinario de los gastos militares y a la necesidad de controlar y regular la propia economía nacional para su transformación para la guerra (fabricación de armamento y munición, y de todo tipo de material de campaña). De una parte, las economías europeas habían recurrido a préstamos 26
cuantiosos y a otras formas de financiación (emisión de deuda, aumentos de la circulación monetaria, bonos del tesoro...): EEUU pasó a ser el principal acreedor del mundo y se enriqueció considerablemente, y su producto nacional bruto prácticamente se dobló en relación a las cifras de poco antes de estallar la guerra. En resumen, a partir de entonces EEUU añadió a su primacía industrial y agrícola una superioridad marítima y financiera. De otra parte, los gobiernos europeos impusieron desde 1914 fuertes controles sobre sus respectivas economías. El efecto que todos aquellos cambios tendrían sobre las economías de posguerra fue enorme. Todas ellas tuvieron que hacer frente no ya sólo a la reconstrucción, reabsorción de excombatientes y sostenimiento de viudas, huérfanos y mutilados, sino además a fuertes procesos inflacionarios y elevadísimos endeudamientos exteriores. La inflación y la inestabilidad monetaria tuvieron en todas partes el mismo efecto: pérdida del valor adquisitivo de los salarios y hundimiento de rentas fijas y del ahorro. Prácticamente ningún país pudo recuperar el ritmo de actividad económica anterior a la guerra hasta 1923 (y Alemania, abrumada por el pago de reparaciones, hasta después de ese año). Reconstrucciones, inflación, deuda exterior, inestabilidad monetaria, reajustes económicos y, en los casos alemán, austríaco, húngaro y búlgaro, las ―reparaciones‖ de guerra configuraron una situación económica internacional excepcionalmente vulnerable. A partir de 1920, la crisis comenzó a manifestarse en EEUU -aumento de stocks, caídas de precios-, que inauguró una política deflacionista que se tradujo en una restricción de los créditos a operaciones a realizar en el interior, una disminución de los gastos presupuestarios y, sobre todo, la suspensión de los préstamos gubernamentales a los extranjeros. La actitud norteamericana se debía a unas reacciones reflejas de los acreedores, que no veían ninguna razón para continuar suministrando mercancías sin una contrapartida sólida y que exigían la consolidación de las monedas y la estabilidad de los precios. A medio plazo, las políticas deflacionistas y las medidas fuertemente proteccionistas permitieron restablecer la estabilidad económica, sobre todo, desde que en 1924 se solucionó el problema hiperinflacionista alemán (? el Plan Dawes, destinado a solucionar el problema de las indemnizaciones que Alemania debía pagar a sus antiguos adversarios) y, en definitiva, se propició así la relativa prosperidad que la economía mundial experimentó entre 1924 y 1929. Pero a corto plazo, en 1921-23, deflación y proteccionismo provocaron una aguda recesión económica y un fuerte aumento del desempleo. Consecuencia de todo ello sería la intensa agitación laboral que toda Europa y EEUU conocieron en los años 1919-22, que hizo pensar que el mundo occidental estaba abocado a una situación revolucionaria (a lo que contribuyeron desde luego el ejemplo de la revolución rusa y la creación en toda Europa de partidos comunistas alineados con las posiciones del nuevo régimen soviético). 27
En el umbral de la Primera Guerra Mundial ya se materializaba rotundamente el punto más agudo en las luchas sociales: la entrada en liza de las clases obreras, no como en los primeros tiempos de la revolución industrial, sino en forma organizada -los sindicatos horizontales-, con reivindicaciones y medios de lucha más eficaces y terminantes: huelgas generales, huelgas parciales, resistencias pacíficas o no pacíficas a las fuerzas del orden burgués-liberal, defensa agresiva, ocupación de fábricas, negociaciones colectivas, etc. Los obreros industriales, a través de sus grandes sindicatos y uniones sindicales, toman carta de naturaleza en las luchas sociales ya con dimensión autónoma a partir de los años inmediatos a la guerra y reclaman no sólo medidas de apoyo -derechos sociales, seguridades laborales, etc.- sino la participación o el control del poder político dentro del propio sistema o con el propósito más o menos expreso de conquistarlo por métodos revolucionarios. Con todo, las consecuencias económicas de la guerra y la agitación laboral de la posguerra transformaron la política y aún la naturaleza del Estado (? Hasta la Primera Guerra Mundial, los enfrentamientos políticos básicos habían surgido entre conservadores y liberales, quienes gobernaban alternativamente en la mayoría de los países europeos a fines del s. XIX y lo seguirían haciendo durante todavía algunos años). La situación provocó, de una parte, un reforzamiento notabilísimo de la responsabilidad económica de los poderes públicos; de otra, sensibilizó a gobiernos y sociedad en general en torno a los problemas sociales. A partir de la Primera Guerra Mundial los gobiernos asumirían la responsabilidad de la prosperidad económica, del empleo y de la seguridad social. La jornada laboral de 8 horas fue acordada en numerosísimos países en 1919. En la Conferencia de París que puso fin a la guerra, se acordó la creación de la Organización Internacional de Trabajo (dentro de la Sociedad de Naciones), como una especie de asamblea internacional de los sindicatos que fuese elaborando la legislación social que habrían de aprobar los respectivos gobiernos. En cualquier caso, la doble idea de que la economía debía ser planificada de alguna forma y de que el libre juego de las fuerzas económicas resultaba inoperante para combatir las desigualdades económicas impregnó profundamente la conciencia pública. En 1928, el nuevo país revolucionario salido de la guerra, la URSS, aprobaría el primero de sus planes quinquenales. En 1936, el economista de Cambridge, Keynes, publicaría la ―Teoría general del empleo, el interés y el dinero‖ que precisaba cuáles debían ser los instrumentos de los gobiernos para asegurar la estabilidad económica y el empleo. Ni la economía, ni la extensión ni los fines de los gobiernos volvieron a ser los mismos. Era como si la guerra del 14 hubiese alumbrado las sociedades de ―masas‖, según la expresión que se desarrollaba por entonces, como si dichas masas impusieran efectivamente la revisión a fondo de los viejos sistemas políticos de la época anterior y de las anticuadas luchas entre absolutistas y liberales.
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LA CRISIS DE LAS DEMOCRACIAS EUROPEAS Los acuerdos de París al finalizar la I Guerra Mundial fueron recibidos como un gran triunfo de los valores democráticos (alternancia en el ejercicio del poder, prensa libre, libertad, igualdad ante la ley, pluralismo político...) y como el preludio de una nueva era de paz y prosperidad para el mundo. Y en efecto, en más de un sentido, la I Guerra Mundial significó el triunfo de la democracia. A esa interpretación contribuyeron hechos como: 1º) la desaparición de los imperios autocráticos de los Romanov, los Habsburgo, los Hohenzollern, y del Imperio otomano; 2º) la proclamación de repúblicas democráticas en Alemania, Austria, Checoslovaquia, Polonia, Turquía, Letonia, Estonia, Lituania y Finlandia; 3º) la concesión del sufragio femenino en Gran Bretaña, Holanda, Suecia y EEUU, y la introducción de fórmulas de representación proporcional en países como Francia e Italia; 4º) la constitución de la Sociedad de Naciones sobre el principio de una nación, un voto. Pero aquel triunfo de la democracia tuvo mucho de ilusorio. La guerra había destruido el optimismo y la fe en la idea de progreso y en la capacidad de la sociedad occidental para garantizar de forma ordenada la convivencia y la libertad civil. Una parte cada vez más numerosa de la opinión confiaría en adelante en soluciones políticas de naturaleza autoritaria. Por un lado, el nuevo régimen comunista ruso actuó como revulsivo de la conciencia revolucionaria, al tiempo que provocaba la reacción de alarma de las clases conservadoras del mundo occidental (? El comunismo, en todo caso, visto no ya sólo como una forma igualitaria de organización de la sociedad sino como una nueva moral, ejerció en los años de la posguerra una fascinación innegable). De otra parte, los acuerdos de paz provocaron una reacción ultranacionalista en los países derrotados (Alemania) o decepcionados por los tratados (Italia), sobre todo entre los excombatientes (de mentalidad patriótica y militarista identificada con el recuerdo de la guerra, con abierta hostilidad a la democracia). (? El reconocimiento por los aliados del derecho a la autodeterminación de las nacionalidades de los ex imperios austro-húngaro y otomano reforzó en todas partes las aspiraciones de los movimientos nacionalistas e independentistas). El nuevo orden internacional creado por la I Guerra Mundial se cargaba así de inestabilidad y conflictos. Además, por otra parte, las esperanzas que había suscitado la creación de la Sociedad de Naciones se desvanecieron pronto (? Ya nació con grandes limitaciones: la Rusia soviética y Alemania habían quedado excluidas. Tampoco lo hizo EEUU -el Senado norteamericano votó por el tradicional ‗aislacionismo‘ del país-. Además carecía de autoridad para imponer sus decisiones). Las nuevas democracias del centro y este de Europa nacieron condicionadas por el peso de la herencia de la guerra: gravísimos daños materiales, desajustes económicos, fuerte endeudamiento exterior, pago de indemnizaciones (en el caso 29
de los países derrotados)... El legado de la guerra hipotecó decisivamente el futuro de la democracia en aquella región de Europa. A pesar de estos peligros, mientras en varias naciones se instauran regímenes autocráticos, Francia, Inglaterra y EEUU no renuncian a sus instituciones y a su pluralismo. EL AUGE DE LAS DICTADURAS La mayoría de los estados europeos (excepto Turquía y la URSS) tenían regímenes democráticos en torno a los años 20, pero sin embargo a finales de la década de los 30 sólo sobrevivían once democracias, que pertenecían en su mayoría a la zona noroccidental de Europa. La I Guerra Mundial no significó, pues, el triunfo de la democracia. La dictadura triunfó en Rusia (1917), Italia (1922), España (1923, luego en 1939), Portugal (1926), Alemania (1933), y en otros países europeos. Muchas de estas dictaduras -militares o civiles- fueron simplemente regímenes autoritarios más o menos temporales. La dictadura soviética, el fascismo italiano y el régimen nacional-socialista alemán constituyeron, en cambio, un fenómeno histórico enteramente nuevo. Eran dictaduras que aspiraban a la plena centralización del poder y al total control y encuadramiento de la sociedad por el Estado a través del uso sistemático de la represión y de la propaganda. Las atrocidades de la Gran Guerra habían representado un primer golpe contra la fe en el hombre y en su capacidad de progreso moral y habían supuesto la glorificación de la violencia y del deseo de poder. En aquellos países europeos con menor tradición democrática y con estructuras económicas menos desarrolladas, las corrientes autoritarias empezaron a cuajar muy pronto en dictaduras militares del viejo estilo o en dictaduras fascistas y totalitarias de factura moderna. Este proceso se amplió sobre todo a partir de 1930, en el momento en que la gran depresión aumentó las dificultades de los países europeos más endeudados con el exterior y agudizó en su seno las tensiones sociales cuando todavía estaba en la memoria de todos la inflación galopante de la posguerra, en la que se había volatilizado buena parte de los ahorros de las clases medias. El fascismo explotó el sentimiento de frustración nacional -en el caso de Italia, ―la victoria mutilada‖, y en el caso de Alemania la convicción de haber sido sometida a discriminaciones internacionales y al pago de unas reparaciones abusivas durante medio siglo, sin haber sido derrotada ni invadida- y justificó la violencia sistemática y la destrucción de la democracia parlamentaria por el temor de un golpe comunista que condujese a un régimen como el soviético (? pero en realidad, ni Mussolini en 1922 ni Hitler en 1933 se enfrentaron con un movimiento obrero en ascenso). Los fascismos europeos de entreguerras no pueden estudiarse separados del modelo comunista soviético, considerado su principal antagonista y que fue también el justificante de sus propias concepciones totalitarias. 30
Los movimientos fascistas Los rasgos definitorios de la doctrina fascista son los siguientes: Omnipotencia del Estado.- Los individuos están subordinados al Estado que ignora los derechos individuales. Éstos no pueden expresar su voluntad mediante el voto de la mayoría. En el plano político se aniquila toda oposición (se erige el partido único), se adueña de los mecanismos del estado (no tolera la separación de poderes); en el plano intelectual disfruta del monopolio de la propaganda y la verdad (elimina toda crítica y capacidad de disentir frente al sistema político impuesto). Desigualdad de los hombres.- El fascismo cree que sólo una minoría está predestinada para gobernar. Como se parte de la desigualdad de los hombres, se rechaza, por tanto, la democracia porque concede los mismos derechos a todos. Este pensamiento deriva, en primer lugar, en una descalificación de la mujer (? al no tener la misma capacidad que el hombre, se convierte automáticamente en ciudadano de segunda categoría). Las mujeres, según el código fascista, deben reducir sus funciones a los niños, la cocina y la iglesia. En segundo lugar, afirman la desigualdad de las razas humanas, que desembocó en el exterminio de los judíos y en los individuos tarados física y psíquicamente (? para los nazis será dogma la superioridad de la raza aria, para los fascistas italianos la supremacía del pueblo de Italia). Filosofía de la víctima propiciatoria.- Se intenta convencer a los ciudadanos de que el origen de sus problemas viene del exterior, como son el marxismo, el capitalismo y el judaísmo. (? Al antisemitismo se añaden algunas variantes xenófobas contra minorías como los gitanos, los negros, los homosexuales, los masones o los trabajadores extranjeros. La violencia contra ellas no se considera delito sino un servicio al Estado e insufla en los seguidores fascistas un sentimiento de superioridad, lo que les convence que han pasado de ser víctimas a ser verdugos). Caudillaje.- Se produce una exaltación del líder carismático que representa a la nación entera, la cual sigue sus instrucciones sin titubeos. El ―Duce‖ o el ―Führer‖ son objeto de idolatría sin límites y se les presenta como genios, gigantes dotados de todos los poderes (? muchedumbres que los aclaman y que crean una atmósfera sacral que establece una comunión hipnótica entre el guía y sus seguidores). El modelo de conducta viene dictado por los hábitos de la milicia: disciplina, obediencia, fidelidad han de tributarse al líder. Nacionalismo exacerbado.- El fascismo nace de la humillación de la derrota, o de una victoria de la que no se ha obtenido provecho. Se exige la revancha, que no sería posible sin una invocación apasionada a la grandeza de la propia nación ultrajada. Con facilidad se pasa del nacionalismo al imperialismo, una gran nación encuentra su horizonte en la formación de un imperio. Un pueblo superior tiene 31
derecho a disponer de espacio para realizarse y a conquistarlo. Código de conducta basado en la violencia.- Necesidad de la violencia militar y policíaca en gran escala ante la urgencia de los objetivos y, en consecuencia, se dota a las fuerzas represivas de toda suerte de prerrogativas. (? Existencia de los campos de concentración nazis y de la Gestapo, la policía secreta estatal alemana). Desconfianza de la razón.- El fanatismo está por encima del análisis lógico. El individuo no debe ejercer la actividad de pensar. El tabú, lo que no puede discutirse, caracteriza a los regímenes totalitarios. EL FASCISMO ITALIANO El movimiento fascista que Mussolini acaudilló fue el primero de los movimientos de derecha que ocuparon el poder en el occidente europeo. El fascismo italiano fue, como el comunismo ruso, resultado a la vez de la I Guerra Mundial y del propio contexto histórico nacional. En la década de 1910 había cristalizado en Italia un nuevo nacionalismo autoritario y antiliberal que aspiraba a la creación de un nuevo orden político basado en un Estado fuerte y en la afirmación de la idea de nación. Todo ello iba acompañado por el descrédito político del régimen liberal italiano. Las consecuencias de la I Guerra Mundial fueron igualmente decisivas. Primero, la guerra creó un clima de intensa exaltación nacionalista, reforzado en la posguerra por la decepción que en Italia produjo el Tratado de Versalles (? La anexión del Trentino era insignificante en comparación con las pérdidas de la guerra -casi 700.000 muertos y más de un millón de heridos-. Además, la región de Fiume se incorporará a Croacia, convirtiéndose en la primera bandera del nacionalismo fascista. Por lo demás, Italia no verá satisfechas sus pretensiones colonialistas en el continente africano. Es lo que los fascistas llaman ―la victoria mutilada‖). La guerra provocó, en segundo lugar, una grave crisis económica (gigantesco endeudamiento del Estado, inflación, desempleo, inestabilidad monetaria) y una amplia agitación laboral que culminó en el llamado ―bienio rosso‖ (1919-20) y en las ocupaciones de fábricas por los trabajadores en septiembre de 1920 (? se solucionó el problema ofreciendo a los trabajadores aumentos salariales y el reconocimiento del poder sindical en las fábricas). En tercer lugar, la guerra rompió el viejo equilibrio político de la Italia liberal (? tras la aprobación en 1919 de un sistema electoral de representación proporcional, Italia entró en un período de gran turbulencia política, definido por el avance electoral de los partidos de masas –el Partido Socialista Italiano y el Partido Popular Italiano-, por la formación de gobiernos de coalición y por una extremada inestabilidad gubernamental). El fascismo capitalizó la crisis económica, social, política y moral de la Italia de la posguerra. Nació oficialmente en 1919, cuando Benito Mussolini (que años antes 32
había sido expulsado del Partido Socialista) celebró un mitin en Milán, donde se crearon ‗Fascios italianos de combate‘ (bandas, ‗squadre‘ en italiano, de ciudadanos armados que actuaban por su cuenta cuando el gobierno no podía dominar a los obreros en huelga. Se produjeron enfrentamientos y peleas callejeras entre las milicias obreras y estos grupos armados). El primer manifiestoprograma de Mussolini reivindicaba el espíritu ―revolucionario‖ del movimiento e incluía medidas políticas radicales (proclamación de la República, abolición del Senado, derecho de voto para las mujeres), propuestas sociales y económicas avanzadas (abolición de las distinciones sociales, mejoras de todas las formas de asistencia social, supresión de bancos y bolsas, confiscación de bienes eclesiásticos y de los beneficios de guerra, impuesto extraordinario sobre el capital) y afirmaciones de exaltación de Italia en el mundo. Sin embargo, en las elecciones de 1919 no obtuvieron ni un solo escaño, lo que obligó a Mussolini a variar su orientación política y erigirse como defensor del orden frente a la agitación social. El ascenso del fascismo a partir de 1920 se debió a su capacidad para postularse como única solución nueva y fuerte ante la crisis política y social que Italia vivía desde el final de la guerra y para afirmarse como alternativa de orden a un régimen liberal y parlamentario desacreditado y en decadencia, ante la amenaza de revolución social que pareció cernirse sobre el país. En un primer momento algunos políticos liberales pensaron que el fascismo podía ser el contrapeso en la lucha contra el socialismo y que los fascistas acabarían por integrarse en las filas liberales. La violencia desencadenada en aquel período por las escuadras fascistas fue esencial para ir debilitando poco a poco la autoridad del Estado. Algunos empresarios agrícolas e industriales, ante la pasividad del gobierno, llegaron a subvencionar estas bandas para hacer frente a la agitación social. Pero su motor de acción decisivo será la burguesía empavorecida por los ecos revolucionarios que llegan de la Rusia bolchevique. La base social del fascismo italiano la integraban elementos de todas las clases sociales, pero preferentemente de la pequeña burguesía urbana y rural y con un alto componente de jóvenes. La capacidad de actuación del escuadrismo y el número de sus seguidores se incrementa con tanta rapidez que no se explicaría sin el apoyo directo o indirecto de muchos sectores de la vida italiana (? ya hemos dicho que el gobierno, al principio, ayudó e incluso financió a los grupos fascistas con el fin de frenar a la extrema izquierda). Desde luego, la crisis política italiana favoreció la estrategia del fascismo. Los resultados de las elecciones de 1919 y 1921 obligaron a gobernar en coalición; ningún partido logró en ellos la mayoría absoluta. Todas las combinaciones gubernamentales que se ensayaron fueron por definición frágiles. Hubo cinco gobiernos y un número mayor de crisis ministeriales. En las elecciones de 1919, los fascistas no consiguieron ningún escaño. Sin 33
embargo, en las de 1921 consiguieron 35 diputados (entre ellos Mussolini). Seguro del creciente apoyo popular al fascismo, Mussolini procedió a transformar un movimiento indisciplinado y heterogéneo en un partido político, el Partido Nacional Fascista. La presencia del escuadrismo en el partido ratificaba la naturaleza violenta y totalitaria de la organización. El Partido se ocupa inmediatamente de articular su estructura paramilitar con la institución de las Milicias (divididas en centurias, cohortes y legiones, al modo romano). Se pone en marcha toda la grotesca parafernalia fascista, que tratará de recordar los fastos de la Roma imperial, desde los saludos hasta los estandartes. A lo largo de 1922 multiplicaron las movilizaciones de masas en abierto desafío a las autoridades. Lo característico fue la organización de ―marchas‖ sobre las ciudades, esto es, concentraciones disciplinadas y marciales de miles de fascistas uniformados y armados que, desfilando tras sus banderas, ocupaban durante una horas calles, plazas y edificios de la localidad elegida y procedían a ―disolver‖ los ayuntamientos y a expulsar a las autoridades locales. El gobierno no se atrevía a usar la fuerza. Ante tal situación, los socialistas y las organizaciones proletarias convocaron para el 31 de julio de 1922 una huelga general en defensa de la libertad. Fue un desastre. El contraataque fascista fue fulminante: movilizando todos sus efectivos y extremando la violencia, los fascistas, y no las autoridades del Estado o la policía, rompieron en apenas 24 horas la huelga y restablecieron el orden (39 muertos). La conquista del poder estaba claramente a su alcance. En efecto, en octubre de 1922 Mussolini ordenó a sus milicias que marcharan sobre Roma. La ―marcha sobre Roma‖ fue una movilización militarizada de todos sus efectivos para converger desde distintas localidades sobre la capital y exigir el poder. El gobierno decide proclamar el estado de sitio pero el rey se niega a firmar el decreto, para evitar el derramamiento de sangre. Dimite el gabinete y el rey pide a Mussolini que forme gobierno, el 30 de octubre. Mussolini asume la gobernación del país al frente de un gobierno de coalición (cuatro fascistas, cuatro liberales, dos populares, un nacionalista y algún independiente). La primera etapa del gobierno fascista (octubre 1922 – enero 1925) fue una etapa de transición en la que la vida pública (Parlamento, partidos, sindicatos, prensa) siguió funcionando bajo una cierta apariencia de normalidad constitucional. En ese tiempo se siguió una política económica no intervencionista que favorecía el libre juego de la iniciativa privada (privatizaciones, incentivos fiscales a la inversión, drásticas reducciones de los gastos del Estado, estímulos a las exportaciones...). Favorecida por el relanzamiento de la economía mundial y de la propia demanda interna, la economía italiana creció notablemente en este período. En cuestiones internacionales, dejó clara su oposición al Tratado de Versalles y a la Sociedad de Naciones (ocupación militar de la isla griega de Corfú; firma con Yugoslavia, al margen de la Sociedad de Naciones, un compromiso sobre Fiume, que pasaba a integrarse en Italia a cambio de concesiones importantes sobre territorios del entorno de la ciudad; firma de acuerdos comerciales con Alemania y 34
la URSS -a la que reconoció en seguida-). Pero hubo también manifestaciones tranquilizadoras (firma del Tratado de Locarno; del Pacto de Briand-Kellog; con el Vaticano los acuerdos de Letrán). Con todo, Mussolini tomó antes de 1925 iniciativas políticas significativas creando órganos paralelos a los del Estado como el Gran Consejo Fascista, que puede tomar decisiones políticas y reduce al gobierno a un simple papel administrativo. De igual manera, legaliza la Milicia fascista, verdadero ejército del partido (uniformado y jerarquizado), colocándola bajo el control del citado Gran Consejo y encargándole la defensa del Estado, lo que le convertía de hecho en un ejército paralelo. Más aún, Mussolini procedió a la fusión del partido fascista con los nacionalistas y, dos meses más tarde, hizo aprobar al Parlamento una nueva ley electoral en virtud de la cual la lista que obtuviera más del 25 % de los votos recibiría el 66 % de diputados. Mussolini, por tanto, daba pasos hacia la fascistización de las instituciones, el control del Parlamento y el partido único. En las elecciones de 1924, celebradas entre asesinatos y violencia de los escuadristas, los fascistas obtienen cinco de los siete millones de votos gracias a la nueva ley electoral. Los fascistas disponen ya de la mayoría suficiente para acometer cualquier reforma constitucional, son los dueños del Parlamento, pero las irregularidades cometidas durante el proceso electoral aumentan la resistencia antifascista. Al abrirse las sesiones del Parlamento, el diputado socialista Matteoti denunció la gestión del gobierno de Mussolini e hizo una crítica demoledora que tuvo un gran eco en Italia. A los pocos días fue secuestrado y asesinado (con conocimiento previo de la Secretaría del Partido). El ―delito Matteoti‖ pudo haber servido para liquidar la experiencia fascista. El estupor e indignación nacionales, expresados por la prensa, fueron extraordinarios. El crédito internacional del gobierno italiano sufrió un desgaste evidente. La oposición se retiró del Parlamento, como forma de presionar al rey. Se habló de hasta un posible golpe de estado. Pero nada se hizo. La oposición, dividida y debilitada, no acertó a canalizar la crisis. El rey, a pesar de que un grupo de empresarios intenta convencerle para que retire su confianza en Mussolini, no toma ninguna iniciativa, quizá temeroso del regreso a la anarquía. Poco a poco, los escuadristas del partido fueron retomando la iniciativa (? las marchas fascistas volvieron a la calle sembrando de nuevo el terror). El 3 de enero de 1925, Mussolini se presentó ante el Parlamento y en un desafiante discurso que galvanizó a sus diputados y a todos los cuadros y militares del fascismo, asumió toda la responsabilidad ―moral e histórica‖ de lo acaecido. El fascismo había recobrado el pulso. Empezaba la segunda etapa del régimen fascista. Desde 1925, Mussolini procedió a la creación de un régimen verdaderamente fascista, esto es, de una dictadura totalitaria del partido. El Estado encarnaba la colectividad nacional (? ―Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nadie contra el Estado‖). 35
El régimen fascista italiano se concretó, //primero//, en una dictadura fundada en la concentración de poder en el líder máximo del partido y de la Nación (el Duce acumula el título de jefe de gobierno, primer ministro, un número cada vez más elevado de ministerios, secretario de Estado, caudillo del partido y la posibilidad de gobernar en adelante por decreto ley. El rey perdió parte de sus prerrogativas), en la eliminación violenta y represiva de la oposición (suspensión de los partidos políticos y arresto de numerosos miembros de la oposición) y en la supresión de todas las libertades políticas fundamentales (los grandes periódicos quedaron bajo control directo del Estado, se suprimen los derechos individuales y justifican la opresión, se instruye el delito de opinión, se restaura la pena de muerte...); //segundo//, en una amplia obra de encuadramiento y adoctrinamiento de la sociedad a través de la propaganda, de la acción cultural, de las movilizaciones ritualizadas de la población y de la integración de ésta en organismos estatales creados a aquel efecto (con el control de la prensa y de la enseñanza se pudo conseguir un grado de uniformidad de la sociedad. El culto al Duce fue parte esencial del Estado fascista. Una propaganda desaforada lo presentaba como un superhombre de excepcional virilidad e incomparable capacidad de trabajo. Saludarle y vitorearle eran obligados siempre que aparecía en público. El culto al Duce tuvo una proyección social extraordinaria y como tal, fue parte principal en la obra de adoctrinamiento y encuadramiento sociales emprendida por el fascismo: creación de organizaciones infantiles y juveniles, estructuradas en unidades de tipo pseudo-militar, que juraban lealtad personal al Duce. Tenían por objeto la educación física y moral de la juventud con intencionalidad política evidente -la juventud encarnaba las nuevas ―levas fascistas‖-. A través de la prensa y propaganda, el fascismo hizo igualmente de la cultura y del deporte vehículos de propaganda estatal y de adoctrinamiento ideológico. Los dos ejes de su actuación fueron la exaltación de la romanidad y la italianización. El culto al deporte se convirtió en política oficial: los éxitos que obtuvo el deporte italiano en esta época tuvieron una significación extradeportiva y política. Desde la perspectiva de la propaganda fascista, eran la demostración evidente de que una nueva Italia –sana, joven y fuerte- estaba naciendo bajo el liderazgo del Partido y su Duce); //tercero//, en una política económica y social basada en el decidido intervencionismo del Estado en la actividad económica, en una política social protectora y asistencial y en la integración de empresarios y trabajadores en organismos unitarios (corporaciones) controlados por el Estado. (? Fue en el ámbito económico donde el dirigismo estatal fascista se hizo más evidente. Desde 1925-26 se dio por finalizada la etapa liberal y la economía italiana quedó sujeta a un creciente control del Estado en razón de las concepciones nacionalistas y autárquicas del fascismo. El objetivo era el aumento de la producción. Primero fue ―la batalla del trigo‖, que pretendía conseguir el autoabastecimiento aumentando la producción nacional mediante la extensión de la superficie cultivada y la modernización de las técnicas de cultivo, y reducir las importaciones imponiendo una fortísima elevación arancelaria. La producción se incrementó en un 50 % pero tuvo graves contrapartidas, pues se hizo a costa del abandono de pastos, que arrastró a la ganadería vacuna y a la industria láctea, y de cultivos de exportación 36
esenciales a la economía italiana como el viñedo, los cítricos y el olivo. Más tarde, vino la ―batalla de la lira‖ que, para combatir la inflación, revaluó la lira (que llegó a situarse, con orgullo de Mussolini, en paridad con el franco francés), procedió a elevar los tipos de interés y a reducir los costes salariales (que compensó con reducción de la jornada laboral, concesión de subsidios a familias numerosas, vacaciones pagadas, paga extraordinaria de Navidad...). Todo ello produjo una gran estabilidad de precios y hasta una disminución del coste de la vida, pero perjudicó al comercio exterior, que tenía que pagar a precio más alto. (? Estas medidas adoptadas harían que el país aguantara bien la crisis mundial de 1929). Después vino ―la batalla de la bonificación‖ o desecación de grandes zonas pantanosas cercanas a Roma para su conversión en tierra arable y su colonización mediante poblados, carreteras... Sin embargo, los objetivos quedaron muy por debajo de los objetivos oficiales. Se hicieron grandes inversiones públicas en obras de infraestructura (construcción de pantanos, trazado de autovías, electrificación de la red ferroviaria...). En política social, el fascismo fue configurándose como un ―Estado corporativo‖ en virtud del cual las organizaciones patronales y obreras quedaban integradas unitariamente bajo la dirección del Estado. Corporativismo y acción social del Estado eran, así, las alternativas del fascismo al capitalismo liberal y al socialismo obrero. Ello supuso un alto grado de dirigismo estatal en materia laboral (regulaba las relaciones laborales elaborando directamente los convenios colectivos). La acción social del Estado se concretó ante todo en la Opera Nazionale Dopolavoro (Obra Nacional de Descanso) que consistió básicamente en la organización de actividades recreativas para los trabajadores: casas de recreo, viajes, piscinas, salas de cine... Fue un éxito innegable y explica la adhesión pasiva al régimen de una parte considerable de la población italiana. (? Las realizaciones económicas y sociales del fascismo no fueron, por tanto, en absoluto desdeñables. Pero todo ello se hizo a costa de un gigantesco gasto público y de enormes déficits. Además, el proteccionismo favoreció los monopolios de las grandes empresas tradicionales. El fascismo tampoco hizo nada para equilibrar las diferencias entre norte y sur. La política del trigo sólo benefició a los grandes latifundistas, la población rural siguió sin otra alternativa a la pobreza que la emigración); y //cuarto//, en una política exterior ultra-nacionalista y agresiva encaminada a afianzar el prestigio internacional de Italia y a reforzar su posición imperial en el Mediterráneo y África (? El reparto del Tratado de Versalles de los despojos de las potencias vencidas deja marginada a Italia. Al quedar excluida, adquiere un sentimiento de frustración que Mussolini emplea como justificación principal de su política de rearme con intenciones imperialistas). Tras la aprobación cómplice de Gran Bretaña y Francia -los tres países habían formado un frente común contra la actuación exterior alemana en 1935 (Mussolini no se entendió con Hitler en 1934 por su desacuerdo con el propósito de Hitler de anexionar Austria a Alemania)- al expansionismo africano de la Italia fascista, un fuerte ejército italiano invade Abisinia en 1936. A corto plazo, fue un extraordinario éxito para Mussolini y suscitó una genuina explosión de patriotismo en el pueblo italiano. Pero a medio y largo plazo, fue un error gravísimo (resultó costosísimo y además las colonias no ofrecían nada a la 37
economía italiana). Además, Abisinia supuso el aislamiento internacional de Italia, decretado por la Sociedad de Naciones y la aproximación de Italia al único valedor que tuvo en aquellos momentos, a la Alemania de Hitler. El 25 de octubre de 1936, Hitler y Mussolini proclamaron la creación del ―Eje Berlín-Roma‖. Con él, Italia quedó desde ese momento dentro de la órbita de Alemania en una posición de subordinación y dependencia, y condujo a Italia a la Segunda Guerra Mundial, de la que saldría derrotada y el régimen fascista destruido. §
Relaciones del fascismo con la Iglesia
El régimen fascista resolvió en 1929 el problema del Vaticano, pendiente desde la unificación del país en 1870. Los ―pactos de Letrán‖ de 1929 supusieron la reconciliación formal entre el reino de Italia y la Santa Sede. Italia reconocía la soberanía de la ciudad-Estado del Vaticano (palacios y parques del Vaticano, diversos edificios en Roma y la villa pontificia de Castelgandolfo) mientras que la Santa Sede reconocía al reino de Italia y renunciaba a Roma. El gobierno italiano reconoció la religión católica como única religión del Estado, indemnizó al Papa con una suma cuantiosa por las posesiones confiscadas tras la ocupación de Roma en 1870 y concedió a la Iglesia importantes privilegios en materia educativa. Los pactos de Letrán no significaron, sin embargo, ni la catolización del fascismo (que continuó apelando a la Roma clásica como afirmación de su identidad cultural e histórica) ni la fascistización de la Iglesia. Algunas veces hubo algún roce ocasional entre ambos poderes (en la existencia y actuación autónomas de organizaciones juveniles católicas). Pero es indudable que la Iglesia dio al fascismo el apoyo que jamás dio a la Italia liberal. EL NAZISMO EN ALEMANIA El golpe de estado frustrado en 1923 apartó a Adolf Hitler de la idea de acceder al poder mediante la violencia o cualquier otro tipo de presión al estilo italiano. Lo que no abandonó Hitler fue su idea de destrucción de los mecanismos constitucionales o institucionales que le impidiesen implantar la dictadura en Alemania. Elevado al poder dentro de la legalidad constitucional de la República de Weimar, los propósitos de Hitler se encaminaban hacia la consecución de la dictadura mediante el decreto de suspensión de garantías constitucionales y la Ley de Plenos Poderes, que le fue concedida tras las elecciones de 1933 el día 24 de marzo (? en ausencia de los comunistas -el Partido Comunista fue disuelto tras el incendio del Reichstag en febrero del mismo año-, sólo el partido socialdemócrata se había opuesto a ello). A partir de entonces estaba abierto el camino para la destrucción de todas las fuerzas políticas y sindicales. El Partido Nacionalsocialista fue elevado al rango de partido único. Para que no le entorpecieran el camino hacia la presidencia del país, Hitler hizo asesinar a los jefes de las SA (el cuerpo paramilitar del partido 38
nazi), que habían contribuido en gran medida a abrirle el acceso al poder, en la ―noche de los cuchillos largos‖ (30 de junio de 1934) y aprovechar este ajuste de cuentas para hacer desaparecer a diversas personalidades conservadoras o que habían desaprobado el establecimiento de su dictadura. Tras la muerte de Hindenburg, Hitler se convirtió en el Reichsführer. En adelante, Hitler ejerció el poder absoluto. Los nazis hicieron un uso excepcionalmente intensivo de los mecanismos totalitarios de control social (policía, propaganda, educación, producción cultural). Más que formas más o menos autoritarias de coerción, impusieron un verdadero régimen de terror policial. La creación de los campos de concentración supuso un instrumento definitivo de control del pueblo (? el primero se abrió antes de los dos meses de la llegada de Hitler al poder). En la Alemania nazi se abrieron unos 40 campos de concentración, en los que fueron internados comunistas, socialistas, pacifistas e individuos asociales, y cuya vigilancia estaba asociada a las SS. Ya en 1929, Hitler había nombrado a Himmler jefe de su guardia personal, de las SS, que hacían, además, las veces de servicio de seguridad. En 1934 le dio el control de la Gestapo (la policía secreta), que reorganizó como una subdivisión de las SS. En 1936, con la integración de todas las fuerzas policiales y parapoliciales (SS, Gestapo, policía de seguridad, policía criminal, policía política) bajo el mando de Himmler, la Alemania hitleriana se convirtió en un estado policíaco. El poder de las SS y de la Gestapo, que controlaban también los campos de concentración y los servicios de espionaje, fue inmenso, un Estado dentro del Estado. Pero junto al terror, la propaganda era el segundo pilar en que se apoyaba el sistema nacionalsocialista. Los nazis hicieron un uso excepcional de la propaganda y la cultura como formas de manipulación de las masas, de movilización social y de doctrinamiento colectivo. Goebbels, nombrado ministro de Ilustración y Propaganda en marzo de 1933, con control sobre prensa, radio y todo tipo de manifestación cultural, hizo de la propaganda el instrumento complementario del terror en la afirmación del poder absoluto de Hitler y su régimen. Las bibliotecas fueron depuradas de libros ―subversivos‖ (quemados en inmensos autos de fe), junto con las universidades (? conocidos escritores y artistas no nazis -Thomas Mann, Brecht, Gropius, Lang, ...- y centenares de intelectuales, científicos, profesores, etc. tuvieron que exiliarse). El arte expresionista y de vanguardia fue considerado como un ―arte degenerado‖; en su lugar, el arte nacionalsocialista exaltó el clasicismo greco-romano, la grandeza y los mitos alemanes, el heroísmo y el trabajo. Goebbels cuidó especialmente el cine y los grandes espectáculos (? la producción de documentales y de films de ficción que por lo general glorificaban el pasado alemán y el régimen hitleriano aumentó considerablemente y su proyección se hizo obligatoria. Los espectáculos de masas en grandes estadios, en explanadas al aire libre, con uso abundante de recursos técnicos novedosos (luz, sonido, rayos luminosos), alcanzaron una perfección efectista sin precedentes. Los grandes desfiles de Berlín y Nuremberg, entre mares de svásticas y de estandartes nacionales, fanatizaban al pueblo alemán. En el mismo espíritu, Goebbels hizo de los JJ.OO. de 1936, celebrados 39
en Berlín, una verdadera exaltación de la raza aria, de Alemania y de Hitler). En 1936, se hizo obligatoria la afiliación de los jóvenes a las Juventudes Hitlerianas, donde se inculcaba la convicción de pertenecer a una raza superior. Un elemento clave en la Alemania nazi fue el antisemitismo. El 1 de abril de 1933 se decretó el boicot a los comercios judíos. Seis meses después, una ley excluyó a los judíos de toda función pública. El 15 de septiembre de 1935, el Partido proclamó las Leyes de Nuremberg, leyes racistas que privaban a los judíos de la nacionalidad alemana y les prohibían el matrimonio y aún las relaciones sexuales con los alemanes. El atentado de un judío contra un diplomático alemán en París fue el pretexto para que la noche del 7 al 8 de noviembre de 1938 (―la noche del cristal‖), sinagogas, comercios y propiedades judías fueran asaltadas e incendiadas en toda Alemania (91 personas fueron asesinadas aquella noche) y para la exclusión de los judíos de todas las profesiones y lugares públicos. De este modo se trataba de provocar la emigración masiva de los judíos (en 1939 habían emigrado la mitad de los judíos alemanes, que habían comprendido la amenaza que pesaba sobre ellos). Luego, en 1941, comenzó el horror, una nueva fase de represión que culminaría en la ejecución de unos 6 millones de judíos en los campos de concentración, como ―solución final‖ al problema. El sistema judicial, también depurado, quedó subordinado al poder arbitrario de la policía. Al tiempo que son creados multitud de tribunales especiales, la judicatura pierde totalmente su autonomía, para convertirse en un simple órgano auxiliar del gobierno. La utilización masiva de la detención preventiva hará posible el más absoluto estado de inseguridad jurídica para la población. En el terreno religioso, los nazis, cuya ideología era paganizante y atea, sometieron a las iglesias protestantes al control del Estado y del Partido, lo que indispuso contra el régimen a muchos creyentes (que fueron duramente represaliados). El Concordato que la Alemania nazi firmó con la Santa Sede en 1933 les hizo ser más tolerantes con los católicos. Pero la animadversión de los nazis al catolicismo -una religión no nacional- era manifiesta. Las violaciones del Concordato hicieron que el papa Pío XI condenara el nacionalsocialismo como doctrina fundamentalmente anticristiana. Una política social intervensionista prodigó sus atenciones sobre la familia y sobre la natalidad, fin último de un Estado lanzado hacia la expansión territorial. En cuanto a la organización laboral, los sindicatos existentes fueron prohibidos y se crearon en su lugar sindicatos oficiales, el Frente de los Trabajadores Alemanes, que supuso el control gubernamental directo de todo el cuerpo social trabajador (las huelgas y la negociación colectiva fueron prohibidas). La política económica
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El descenso del número de parados (se consigue el pleno empleo en 1936 al aumentar de manera vertiginosa la actividad de las industrias de guerra y ampliar el número de soldados) y el relanzamiento económico eran los grandes logros del régimen. La renta per cápita se elevó en un 40 % y los salarios en un 20 %. Las condiciones de trabajo y la vivienda mejoraron notablemente. Sin el apoyo de la gran industria, este programa económico no habría sido posible (? la gran industria fue la base de la sustentación del nazismo). Los empresarios conservan la propiedad, dirección y beneficios de las empresas, pero el Estado controlaba los precios, salarios, el mercado de trabajo y el comercio exterior. Se aunaron esfuerzos para conseguir la máxima autarquía (En 1936 se pusieron en marcha planes cuatrienales destinados a garantizar la total independencia con respecto al extranjero de la economía alemana que, sin embargo, se encontraba en un círculo vicioso: el rearme necesitaba materias primas, la obtención de éstas exigía la guerra y la guerra requería a su vez nuevos armamentos). El régimen económico nacionalsocialista reservó a las grandes empresas grandes beneficios que no dejaron de aumentar. En cambio, la concentración industrial y bancaria perjudicaba a los pequeños patronos, a los artesanos y comerciantes que, sin embargo, encontraban en el dirigismo burocrático una amplia compensación. En cuanto al mundo obrero, que perdió la libertad sindical y cuyo ritmo de trabajo aumentó considerablemente, aunque se benefició de los elevados salarios en las industrias de armamento, se vio fuertemente gravado por las cotizaciones y deducciones que le imponía el Frente de los Trabajadores. La clase campesina, se mantenía, como consecuencia de su endeudamiento, en una situación precaria, como lo atestigua el éxodo masivo a las ciudades. En resumen, el régimen económico y social era el de una nación cínicamente explotada por el Estado. EL FRANQUISMO El Franquismo fue sin duda alguna una ideología política que fomentó el régimen dictatorial durante la Guerra Civil española entre los años 1936 y 1939, encabezado por el militar Francisco Franco, prevaleciendo hasta el día de su muerte, en 1975. Las ideas principales del franquismo mantuvieron características de los regímenes fascistas y propios del mismo franquismo. En líneas generales, esta ideología política se instauró sobre sólidas bases que permitieron mantener la política autoritaria hasta el día de la muerte de Franco. Para comenzar, el franquismo se oponía completamente al comunismo. De hecho, uno de los lemas del franquismo era el Centinela de Occidente, refiriéndose a que esta ideología no permitiría que el comunismo llegara a España ni el resto de los países occidentales. Es así como se rechazó todo tipo de ideologías de izquierda, ya sean los revolucionarios o los burgueses democráticos. 41
También se oponía al liberalismo (Antiliberalismo) y el sistema parlamentario (antiparlamentarismo). Esto último se fomentaba en base a la acusación de que los partidos políticos habían llevado a España a la decadencia absoluta. Como remedio a esto, Franco proponía la llamada democracia orgánica, la cual se basaba en la elección realizada indirectamente por el Estado de los representantes del pueblo, una suerte de sistema semidemocrático. Por otro lado, el régimen se caracterizó por la instaurar un único partido político, llamado la FET de las JONS (Falange Española Tradicionalista de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), declarándose el resto de los partidos políticos como ilegales. Al igual que los partidos políticos, los sindicatos de trabajadores también se encontraban prohibidos y de la misma forma del ejemplo anterior, se crea un sindicato único, regulado desde el gobierno. En cuanto a lo social, durante la dictadura se prohibió el uso oficial de las lenguas cooficiales (como el catalán y el euskera), las banderas y símbolos nacionalistas, creando un fuerte Centralismo. Esto también se relacionaba con el importante control de los medios de comunicación, reduciendo las editoriales de periódicos a contados ejemplares como el Alcázar, El Ya o el Diario Arriba, regulados por el Estado y convenciendo al pueblo de alejarse de los movimientos obreros. La iglesia también era una de las principales regularizadoras de la información, al menos al principio de la dictadura, motivo que impulsó al Nacionalcatolicismo. Por último cabe destacar la exaltación por lo tradicional, recordando las épocas de esplendor de España, como el Siglo de Oro español, los Reyes Católicos, etc. Otro de los símbolos recurrentes era la presencia del militarismo en las calles y la propaganda, dado a la naturaleza de Franco, siendo éste la figura principal que encabezó la dictadura. De este modo, la política se infundió e un totalitarismo absoluto, dominando todos los aspectos nacionales, políticos y sociales creando una profunda marca en la historia de España. EL TOTALITARISMO JAPONES. El totalitarismo japonés hace referencia al militarismo, creencia filosófica que se basa en que el personal militar (el ejército o la marina de guerra) debería ejercitar pleno poder en una nación. En la doctrina militarista, la fuerza de las fuerzas armadas es igual a la fuerza de una nación. Este artículo se enfoca en el crecimiento del militarismo en Japón en los inicios del siglo XX, y su impacto en la Segunda Guerra Mundial.
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Durante el período Taishō, Japón gozó un corto período de carácter democrático (llamado Democracia de Taisho). Aunque las fuerzas armadas tenían una gran independencia de influencia política debido al modelo prusiano con el que se formó la constitución Meiji, varias tentativas diplomáticas favorecieron la paz: 1932, Japón firma el Pacto de Desarme en un conferencia en Washington.441 1927, Japón se une al Pacto Briand-Kellogg de renuncia a la guerra 1930, Japón firma el Tratado Naval de Londres y acepta disminuir el capital invertido a la fuerza naval. En contraparte, el ultra nacionalismo fue característico de políticos de extrema derecha y de los militares conservadores desde el principio de la Restauración Meiji, contribuyendo de gran manera a la política de pro-guerra de los años 1870. El antiguo samurái disconforme había establecido sociedades y organizaciones patrióticas, como la Sociedad del Océano Negro (gen'yosha 玄洋社, fundado en 1881) y su posterior rama, la Sociedad del Dragón Negro (Kokuryukai 黒龍会) o Sociedad del Río Amur fundada en 1901. Estos grupos se volvieron activos en la política nacional y extranjera, ayudaron a fomentar los sentimientos de pro-guerra, y sustentaron las causas de ultra nacionalista al final de laSegunda Guerra Mundial. Después de las victorias de Japón sobre China y Rusia, los ultra nacionalistas se concentraron en los asuntos nacionales y percibieron amenazas como el socialismo y comunismo. Durante el desarrollo de la I guerra mundial, Japón participó en ella al lado de los aliados, de modo que al terminar el conflicto, recibió los beneficios de neutral y las recompensas de beligerante. Japón recibió como premio, las colonias alemanas en china y un grupo de islas al norte del ecuador. En 1918, Japón también padeció graves problemas sociales, que impulsaron cambios en el gobierno, en ese año, Hara, líder conservador, fue designado primer ministro en contra de la voluntad de los líderes militares, la oposición fue tal, que en 1921, Hara murió asesinado, y lo sustituyo el almirante Kato. A la muerte de Kato, el varón Tanaka dejó ver sus pretensiones imperialistas, y el ejército sumado a estas pretensiones logró la elevación de Seiyukai como primer ministro. La política adoptada por Japón fue la des expansionismo económico promoviendo la expansión de grandes monopolios que inundarían al mundo de los productos japoneses. El resultado de esta política expansionista fue la anexión de Manchuria y una parte de China. La casta militar que detentaba el poder, adoptó entonces una política interna radical, que coincidía con los sistemas fascistas, y aunque teóricamente no simpatizaban con la plutocracia, creían que lo ideal era la organización de un estado severamente militarizado, que controlara los monopolios y el trabajo, para así poder mejorar sus fortunas.
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BLOQUE III RECONOCE LA CRISIS ECONÓMICA DE 1929 Y LA TRASCENDENCIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. UNIDAD DE COMPETENCIA: Relaciona las consecuencias de la crisis económica mundial de 1929 y el inicio de la Segunda Guerra mundial con sus causas y efectos principales. CONOCIMIENTOS. Identifica las causas y consecuencias que provocaron la Gran Depresión Económica Mundial de 1929. Reconoce las políticas del New Deal en los Estados Unidos en el periodo de entre guerras.
Reconoce el impacto de la segunda guerra mundial en sus diferentes fases:
Pacto de Munich. Expansionismo militar alemán. Guerra relámpago y la batalla de Inglaterra. Intervención de los Estados unidos. Contraofensiva aliada en Europa. Guerra en el Pacífico.
Identifica las principales conferencias y tratados de paz en el periodo de la Segunda Guerra Mundial. LA GRAN DEPRESIÓN DE 1929. Caída de la Bolsa de Wall Street Si bien la Primera Guerra Mundial se desarrolló solamente en algunas regiones europeas, la crisis económica que se desencadenó luego de su finalización afectó a todo el planeta. Esta crisis, que cuestionó entre las dos guerras mundiales, la supervivencia del sistema capitalista tal como se venía planteando hasta ese momento, tuvo su centro en los Estados Unidos y de allí se extendió al mundo. Los desequilibrios económicos: Luego de la Primera Guerra, los gobiernos de los diferentes países del mundo, tenían esperanzas en recuperar la prosperidad económica que habían disfrutado hasta 1914. Durante los años 1918-1919, parecía que estas expectativas se estaban cumpliendo, pero en 1920 comienza una crisis que hizo caer precios y expectativas.
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Tanto los países anglosajones, como los que habían permanecido neutrales en la guerra, como Japón, ensayaron propuestas para volver a tener una economía sólida basada en una moneda estable, pero lo consiguieron solo parcialmente. Sin embargo, en la caótica Alemania cayó totalmente el sistema monetario, con lo cual la moneda perdió su valor y terminó con el ahorro privado. Las empresas, entonces, debieron recurrir a los préstamos extranjeros para poder sobrevivir, circunstancia que colocó a Alemania, en los años siguientes, en una gran dependencia de los créditos externos. La situación no era muy diferente en la Unión Soviética y en los países del este europeo, pero en Polonia, Hungría y Austria, la moneda no perdió totalmente su valor. A partir de 1924, la crisis se fue superando, y comenzó una nueva etapa de prosperidad que reanuda el crecimiento económico, a pesar que algunos precios de materias primas y alimentos básicos volvieron nuevamente a bajar, y que el desempleo se mantuvo alto. Estos desequilibraos llevarían a una nueva crisis, pero esta vez, más profunda. Estados Unidos y el modelo de vida americano: La Primera Guerra Mundial había favorecido a los Estados Unidos de una manera espectacular, convirtiéndolo en el principal proveedor de materias primas y productos alimenticios e industriales. También era el principal acreedor del mundo, y su influencia en Europa era fundamental. La guerra había traído también un importante crecimiento industrial que se calcula en un 15%, siendo los sectores más favorecidos aquellos relacionados con la industria bélica. La agricultura también se había beneficiado y las necesidades europeas de comerciar, convirtieron a la flota americana en la segunda marina mercante del mundo. La prosperidad y el crecimiento que se inició en los primeros años de la década de 1920, fueron mucho más profundos y estables en los Estados Unidos. En esta época se consolidaron sectores industriales nuevos como la industria eléctrica , la química y la petroquímica, la aeronáutica, la automotriz, el cine y la radiofonía. Como consecuencia de este desarrollo industrial sin precedentes, el sistema energético se renovó, sobre todo a partir del incremento del consumo de petróleo y electricidad. La industria se hizo más eficiente al incorporarse el Tayiorismo y el Fordismo como nuevas modalidades de producir y organizar el trabajo y la producción en serie se impuso. También se desarrollaron nuevas actividades relacionadas indirectamente con las nuevas industrias, como la construcción de carreteras, de aeropuertos, de viviendas de fin de semana, etc. Como la competencia industrial era muy fuerte, aumentó la concentración empresarial, dando lugar a la formación de trusts.
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La agricultura, por el contrario, no vivió un crecimiento similar, pues los precios agrícolas se mantuvieron por debajo de los precios industriales, generando un desequilibrio desfavorable al sector primario. Ante esto, muchos campesinos vendieron sus tierras por debajo del valor real y se fueron a las ciudades. Sin embargo, la prosperidad indefinida y el optimismo se extendían por todas partes. Eran los años dorados del consumismo y de la exaltación nacionalista. Se creía alcanzada la meta de ser una sociedad opulenta. El clima de confianza se tradujo en la compra de acciones de las empresas industriales por parte de un gran número de la población, siendo la Bolsa de Nueva York el centro de la economía mundial, a dónde llegaban capitales de todos los puntos del planeta. A pesar de esto, como la economía mundial estaba en desequilibrio con respecto a los Estados Unidos, no se pudo generar una demanda suficiente que pudiese sustentar la expansión industrial. Esto dio lugar a que ya en 1925, se comenzase a acumular stock de diversos productos, dando lugar a la caída de los precios, al desempleo y a la pérdida de la capacidad adquisitiva de la población. Hacia fines de la década, la compra de acciones de manera desenfrenada creció en un 90%. La especulación financiera hacía ganar dinero rápidamente, siendo el valor de las acciones ficticios, ya que estaban por encima de su valor real. (La gente sacaba créditos en los bancos y ponía ese mismo dinero en la bolsa, a un interés más alto de lo que pagaba) La caída de la Bolsa de Nueva York: EL PORQUE DE LA CRISIS: A medida que la prosperidad aumentaba, los empresarios buscaron nuevas negocios para invertir sus ganancias. Prestaban dinero a Alemania y a otros países e instalaban sus industrias en el extranjero (la Argentina y Brasil, entre otros). También invertían en maquinarias que permitían aumentar la producción. Desde que advirtieron que tendrían dificultades para vender tanta mercadería, comenzaron a invertir en bienes de lujo, como joyas o yates, y en negocios especulativos. La compra de acciones en la bolsa se fue transformando en uno los más rentables. Muchas veces, para comprar acciones, los empresarios pedían créditos a los bancos. Debido a que la ganancia de las acciones podía llegar a un 50% anual y el interés que debían pagar por los créditos bancarios era del 12%, los beneficios que obtenían eran enormes. A fines de la década, la prosperidad, que antes estaba basada en el desarrollo industrial, pasó a depender de la especulación. En 1928, algunos síntomas hacían prever que la economía estaba en peligro. Los ingresos de la población no habían subido tanto como para que el consumo siguiera creciendo. Los almacenes estaban llenos de mercaderías que no podían ser vendidas y muchas fábricas comenzaron a despedir a sus trabajadores. Sin embargo, en la bolsa seguía la fiesta especulativa. Los precios a que se vendían las acciones no reflejaban la situación económica real de las empresas. Aunque el crecimiento de muchas de ellas se había detenido, sus acciones seguían subiendo 46
porque había una gran demanda de los especuladores. Nadie pudo o quiso darse cuenta de la gravedad de la situación. Cuando en octubre de 1929 la Bolsa de Nueva York quebró, la crisis fue inevitable y se extendió al sistema bancario, a la industria, el comercio y al agro estadounidenses. Sus consecuencias se sintieron también en todo el mundo y perduraron hasta la Segunda Guerra Mundial. El jueves 24 de octubre de 1929, se produjo el crash de la bolsa de Wall Street. Más de 13.000.000 de títulos que cotizaban en baja no encontraron compradores y ocasionaron la ruina de miles de inversores, muchos de los cuales, habían comprado las acciones con créditos que ya no podrían pagar. Esto llevó a que la gente entrara en pánico, y quienes poseían dinero en cuentas bancarias corrieron a retirarlo. Los bancos no eran capaces de hacer frente a tal magnitud de reintegros, y además, como en los Estados Unidos se había tratado de hacer frente al descenso de la demanda con una expansión de¡ crédito a los ciudadanos comunes, se vieron desbordados por deudas incobrables. Ante esto, se negaron a dar nuevos créditos y a refinanciar las deudas existentes, pero sin embargo, aproximadamente 600 bancos americanos quebraron. A partir de ese momento se inició un período de contracción económica mundial, conocido como la "Gran Depresión". En los Estados Unidos, el descenso del consumo hizo que los stocks acumulados crecieran, las inversiones se paralizaran y muchas empresas tuviesen que cerrar sus puertas. La caída de la actividad industrial supuso una desocupación generalizada, de tal manera que se calcula que hacia 1932, existían en los Estados Unidos cerca de 13.000.000 de desocupados. La depresión trajo también penuria en el campo, pues muchos agricultores se arruinaron como consecuencia de la caída de los precios y de los mercados agrícolas. Como solución desesperada para poder pagar sus deudas, gran cantidad de trabajadores agrícolas vendieron sus tierras a precios irrisorios y se fueron a trabajar al oeste. La pobreza no alcanzó solo a campesinos y obreros, sino que se extendió a empleados, profesionales y capitalistas arruinados. Extensión de la crisis Las conexiones existentes en la economía internacional, pero sobre todo la dependencia que de los Estados Unidos tenía la economía europea, hicieron que la Gran Depresión, se extendiera por todo el mundo. La caída de los precios en América afectó a las industrias de otras partes de¡ mundo que tenían precios superiores a los estadounidenses y que al no poder 47
competir, vieron drásticamente reducidas sus exportaciones. Al mismo tiempo, la disminución de la demanda norteamericana, (y por ende, de sus importaciones), frenó las exportaciones de muchos países, con lo que disminuyó el comercio mundial. Los Estados Unidos también trataron de repatriar capitales que habían invertido en diferentes países. Esto tuvo una especial repercusión en Alemania, que tenía cuantiosos créditos tomados a Norteamérica, pues ese país había sido prácticamente obligado a endeudarse para hacer frente a las reparaciones de guerra estipuladas en el Tratado de Versalles, las que debían ser pagadas en efectivo. La crisis afectó también a Austria, Gran Bretaña, Francia, América Latina, el Sudeste Asiático, Australia, y muchos más, ya que salvo en la Unión Soviética, sus consecuencias repercutieron de una u otra manera en todo el planeta. EL NEW DEAL. La crisis había llevado a replantear el rol de¡ Estado en la economía de una nación. En marzo de 1933 asumió como presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, quien se fijó como principal objetivo reconstruir la economía de su país. Para esto desarrolló un plan conocido como "New Deal", que consistía en la regulación de la economía favoreciendo las inversiones, el crédito y el consumo, lo que permitiría reducir el desempleo. El gasto público debía orientarse a la seguridad social y a la educación. El modelo estaba inspirado en las ideas de¡ economista John Keynes que expuso sus principios en el libro "La teoría general del empleo, el interés y el dinero". Keynes sostenía los principios del liberalismo clásico, pero proponía la intervención del Estado en aquellos casos en que se viera perjudicado. Creía que una redistribución de los ingresos y el aumento de la tasa de empleo, reactivaría la economía. Nació así la teoría keynesiana. Las medidas adoptadas por Roosevelt fueron: ayudar a los bancos, subvencionar a los agricultores, aumento de los salarios y reducción de las horas de trabajo, creación de nuevos puestos de trabajo en la administración pública y en obras públicas, lo que daría un fuerte impulso a la construcción y a sus industrias derivadas. También se establecieron planes de asistencia sanitaria y se organizó un nuevo sistema de jubilaciones y pensiones" Los resultados del New Deal fueron desiguales, lográndose estabilización en lugar de crecimiento. No se logró el pleno empleo y la permanencia de un número alto de desocupados, hicieron de la década del 30. Un período de tensiones y enfrentamientos sociales
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LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL EN SUS DIFERENTES FASES. ANTECEDENTES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. La Segunda Guerra Mundial tiene sus antecedentes en la tensión entre los países europeos, surgida por crisis económicas y sociales. Entre éstas, la más importante fue la inconformidad de Italia y Alemania al finalizar la Primera Guerra Mundial, que recrudeció por la crisis económica de 1929. Esto dio lugar al surgimiento de regímenes fascistas y militaristas que siguieron una política expansionista y, además, la polarización de las naciones provocada por la Guerra Civil Española. El conflicto duró desde 1939 hasta 1945, participaron más de 32 países proporcionando armamento bélico y alimentos. Las poblaciones del mundo vivieron en constante zozobra por años. Las naciones se dividieron en dos bloques: por un lado, los países aliados, Francia, Gran Bretaña, Unión Soviética y Estados Unidos de América, y por otro, las naciones del eje: Alemania, Italia y Japón. La destrucción que provocó el enfrentamiento bélico y la pérdida de vidas y obras materiales, hizo que la humanidad reflexionara y valorara aún más la importancia de mantener la paz. La Segunda Guerra Mundial mostró la terrible capacidad de destrucción, la violencia de los ataques sobre la población civil, el genocidio ,el terrible exterminio de judíos y gitanos llevados a cabo por el régimen nazi. Las nuevas armas, los cohetes de largo alcance y la bomba atómica provocaron millones de víctimas. La política expansionista de Japón en Oriente. Como resultado de las conquistas territoriales después de las guerras contra Rusia y de la Primera Guerra Mundial, Japón alcanzó un desarrollo industrial, comercial y militar muy importante. En 1926 subió al trono el emperador Hirohito (1901-1989), quién favoreció la expansión militarista japonesa, pues buscaba convertir a su país en la principal potencia militar y económica de Asia. En 1931, Japón invadió Manchuria, siguiendo una política agresiva y expansionista y se separó de la Sociedad de Naciones. Asimismo, apoyado por su flota naval invadió Corea, Formosa y gran parte de las islas del océano Pacífico. En 1936, Japón firmó un acuerdo anticomunista con Alemania y más tarde con Italia, y en 1937, inició la conquista del territorio chino. Los italianos en África. Italia conservaba como sus posesiones Eritrea y Somalia en África, que colindaban con Abisinia o Etiopía. En 1896, los italianos trataron de conquistar sin 49
éxito la parte noroeste de África, por lo que firmaron un acuerdo de paz y un tratado de defensa mutua con Abisinia. Sin embargo, cuando Abisinia firmó tratados comerciales con Japón y de ayuda financiera con los Estados Unidos de América en 1935, la Italia fascista sintió que su influencia disminuía e invadió Etiopía. Entre los objetivos que Italia esperaba obtener, era abastecerse de materias primas, encontrar salida a su corriente migratoria y extender su área de influencia hasta el Nilo. El ejército italiano estaba formado por las ―camisas negras‖, que eran los grupos fascistas de apoyo a Mussolini, el Duce, y por ejércitos mercenarios nativos reclutados en Eritrea. El apoyo militar que le daban además de tropas blindadas y escuadras de aviones, superaba el rudimentario armamento del ejército abisinio. Este hecho favoreció la alianza de los gobiernos nazi y fascista. A pesar de la oposición de Gran Bretaña y de Francia, con los que Italia tenía tratados en contra del rearme, la invasión se llevó a cabo, y cuatro días después la Liga de las Naciones condenó la acción de Italia e impuso sanciones económicas, que no se cumplieron. En mayo de 1936, Etiopía fue formalmente anexada por Mussolini e incorporada a otras posesiones, como las colonias italianas del este de África o el África Oriental italiana. Desde la invasión a Etiopía, Italia no había firmado ni reconocido al gobierno de Hitler, pero cuando Hitler intentó incorporar a Austria en 1934, Mussolini alineó 75 mil soldados italianos en la frontera ítalo-austriaca y anunció que intervendría si Alemania pretendía continuar con esa acción. Italia se unió en un principio con Francia y Gran Bretaña, formando el Frente de Stresa, en contra de las repetidas violaciones que Alemania había hecho al Tratado de Versalles. Sin embargo, Alemania reconoció la conquista italiana en Abisinia y en 1937 la cooperación entre Hitler y Mussolini produjo resultados, al firmar un acuerdo de apoyo mutuo en aras de sus metas comunes. Con la anuencia de Italia, Alemania anexó Austria. Las políticas racistas nazis hicieron su efecto en Italia, cuando Alemania dispuso excluir a los judíos de su administración civil y militar. Mussolini apoyó las demandas de Hitler en contra de Checoslovaquia, y en 1939 los italianos invadieron Albania, en la península de los Balcanes. EL PACTO DE MUNICH.
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El Pacto de Munich fue un acuerdo propuesto y firmado por Alemania, Italia, Francia y Gran Bretaña en la ciudad alemana de Munich el 29 de septiembre de 1938 con el objeto de poner fin al conflicto germano-checoslovaco. El acuerdo resultante implicaba la aceptación por parte británica y francesa de las demandas territoriales del dictador alemán Adolf Hitler, consistentes en la cesión de los Sudetes, una región de Checoslovaquia limítrofe con Alemania en la que residía una importante minoría de población alemana que, alegando la discriminación que sufría por parte del gobierno checoslovaco, había iniciado un movimiento separatista fomentado desde Berlín (capital del III Reich alemán). La cesión de los Sudetes ya había sido acordada por los signatarios del Pacto en las negociaciones previas, que habían dado comienzo en agosto de 1938. Gran Bretaña y Francia, que deseaban evitar una nueva guerra a cualquier precio, cedieron ante Hitler a cambio de que éste se comprometiera a no exigir la soberanía sobre más territorios europeos. El primer ministro británico, Arthur Neville Chamberlain, confiaba en que estas concesiones alentarían a Alemania a establecerse como una potencia pacífica dentro de Europa. El Pacto, firmado por Chamberlain, el presidente del Consejo francés (primer ministro) Édouard Daladier, Adolf Hitler y el jefe de gobierno y dictador italiano Benito Mussolini, determinaba únicamente las condiciones bajo las cuales habría de realizarse la cesión. Según este acuerdo, el 1 de octubre de 1938 era la fecha en la que debía comenzar la evacuación checoslovaca de la región de los Sudetes. La ocupación alemana de los cuatro distritos especificados se produciría en fases sucesivas desde el 1 hasta el 7 de octubre. El destino de otros territorios con población mayoritariamente alemana sería establecido por una comisión internacional formada por delegados de Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y Checoslovaquia que también tendría que controlar el plebiscito que se celebraría en otras zonas en disputa. Asimismo se decidió que si las peticiones de las minorías húngaras y polacas no se hubieran satisfecho en tres meses, se convocaría una nueva conferencia. Gran Bretaña y Francia añadieron una cláusula adicional por la que se comprometían a garantizar el mantenimiento de las nuevas fronteras de Checoslovaquia ante posibles agresiones, condición que fue aceptada por el gobierno alemán. También Polonia y Hungría consiguieron gran parte del territorio checoslovaco que ambicionaban. Al insistir en que la comisión internacional manejara los datos del censo establecido en 1910 por el Imperio Austro-Húngaro en lugar de los del censo checoslovaco de 1930, Alemania reclamó otras áreas pobladas mayoritariamente por checos. Los alemanes marcharon sobre Checoslovaquia en marzo de 1939 y la mayor parte del país pasó a constituir el protectorado alemán de Bohemia-Moravia, con lo cual quedó anulado el Pacto de Munich y Gran Bretaña comenzó a desconfiar de las intenciones de Hitler. Ante esta situación, Gran Bretaña optó por garantizar la integridad de las fronteras de Polonia. El 23 de agosto, la Unión de Repúblicas 51
Socialistas Soviéticas firmó un pacto de no agresión con Alemania (el llamado Pacto Germano-soviético) con el fin de evitar una guerra y repartir las posibles áreas de expansión soviética y alemana según sus propias esferas de influencia. El 1 de septiembre, Hitler lanzó un ataque sobre Polonia confiando en que Gran Bretaña y Francia no intervendrían; sin embargo, ambos países declararon inmediatamente la guerra a Alemania, lo que marcó el comienzo de la II Guerra Mundial. La política de apaciguamiento sostenida por los británicos y franceses, basada en la satisfacción de las demandas del régimen nacionalsocialista alemán para evitar un conflicto armado, no fue abandonada hasta que tuvo lugar la invasión de Polonia de septiembre de 1939. El Pacto de Munich ha sido considerado el símbolo por antonomasia de los peligros representados por una política internacional transigente ante expansiones totalitarias. EXPANSIONISMO MILITAR ALEMAN. Tras la Primera Guerra Mundial la situación de Alemania era desastrosa. Los territorios perdidos, más las penas impuestas por el Tratado de Versalles: ejército limitado y pago por resarcimientos de guerra a los vencedores, determinaron la pobreza y la disconformidad que facilitó la llegada del totalitarismo como una posible salida que le permitiría al pueblo alemán recuperar lo que ellos sentían arrebatado. Italia, una de las vencedoras, tampoco estaba conforme con los resultados: el costo de la guerra no había sido amortizado en relación con los territorios obtenidos. Lo mismo ocurría con Japón, las posesiones obtenidas en Asia Oriental no eran las esperadas. Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, el gran acreedor de la guerra, habían logrados sus objetivos en lo que respecta al desarme alemán y la reorganización del mapa mundial. En 1920 se crea la Sociedad de Naciones, institución destinada a evitar una guerra futura que, dado el descontento general de vencedores y vencidos, no sería posible. En 1933 Adolf Hitler asume como Canciller de la República de Weimar durante la gestión de Hindenburg, reelecto en 1932. A poco de asumir consigue la autorización de superpoderes que permitían al futuro Fürer suprimir algunos derechos de ciudadanos sospechosos de comunistas y sobre todo, de judíos. Entre sus objetivos estaba la necesidad de conseguir mayor ―espacio vital‖ para los alemanes, declaración ya efectuada en su libro Mein Kampf. El concepto de ―espacio vital‖ (Lebensraum) fue acuñado por el geógrafo Friedrich Ratzel, creador de la geopolítica, quien basándose en teorías determinas y naturalistas del siglo XIX, estableció que para la existencia y supervivencia de una nación era 52
importante la relación espacio/habitante, frente a la competencia con otros estados. Posteriormente, Rudolf Hess, asistente a clases de geopolítica en la Universidad de Múnich, dio a conocer estos conceptos a Hitler que fueron de gran utilidad para sus planes expansionistas. Es así como se conjuga el elemento geográfico con el elemento biológico, la supervivencia de las razas superiores frente a las inferiores. Para llevar adelante sus objetivos efectuó acciones concretas: retiró a Alemania de la Sociedad de Naciones, reorganizó el Servicio Militar Obligatorio (desobedeciendo Versalles) y activó el rearme. En el plano estratégico, colaboró con el bando franquista en España, realizó el ―Pacto de Acero‖ o ―Pacto de Amistad y Alianza entre Alemania e Italia‖ el 22 de mayo de 1939 , mediante el que ambos países se garantizaban ayuda mutua en caso de guerra, promesa desatendida apenas comenzada la guerra, y firmó el pacto de no agresión con Rusia. En 1938 se anexa a Austria y parte de Checoslovaquia. FASES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. La invasión a Polonia, causa inmediata: Sin previa declaración de guerra, el 1 de septiembre de 1939 la Wehrmacht (fuerza armada alemana) puso en práctica la estrategia de la blitzkrieg, o ―guerra relámpago‖, con el objetivo de invadir Polonia. El día 28 del mismo mes el ejército polaco capitulaba y Polonia dejaba de existir al ser repartida entre Alemania y la Unión Soviética, de acuerdo con el pacto firmado entre estas dos naciones. La URSS recibió los territorios que antes habían formado parte del antiguo imperio zarista, en tanto que Alemania se incorporó el corredor polaco, Posnania y la Alta Silesia. Con el resto del territorio se formó un estado semiautónomo bajo el llamado Gobierno General de Polonia, que en realidad era un protectorado alemán. Ante este hecho, que significaba la invasión nazi a uno de los países no alemanes de Europa oriental, las potencias aijadas de Polonia —Gran Bretaña y Francia— tuvieron que responder de manera inmediata a la agresión de Hitler y, al día siguiente de la entrada de las tropas alemanas en suelo polaco (2 de septiembre de 1939), emitieron la declaración de guerra que el Führer parecía estar buscando. Se había iniciado la Segunda Guerra Mundial. Primera fase: La Guerra en Europa La primera fase de la Segunda Guerra Mundial se divide a su vez en dos periodos, el primero de ellos culmina al rendirse Francia a los alemanes en junio de 1940, y el segundo se extiende desde esa fecha hasta que la guerra se convierte en mundial con el ingreso de Estados Unidos a favor de los Aliados y de Japón con las Potencias del Eje en diciembre de 1941. 53
El primer periodo: septiembre de 1939 a junio de 1940 Recién consumada la derrota de Polonia, Hitler envió propuestas de paz a los gobiernos de Inglaterra y Francia, mismas que fueron rechazadas. Se inicia entonces una especie de tregua, desde octubre de 1939 hasta la primavera del siguiente año, durante la cual ambos bandos se preparan para una guerra que prometía ser larga y penosa. Así, a pesar de la tregua, se practicaron algunas maniobras bélicas por mar y aire, en tanto que la Unión Soviética aprovechaba ese intervalo para invadir Finlandia el 30 de octubre (acción por la que fue expulsada de la Sociedad de Naciones) y en marzo siguiente logra el triunfo militar y la anexión del territorio finlandés. Invasión alemana a Noruega y caída de Francia. En la primavera de 1940, la Wehrmacht (foto arriba) dio comienzo a una serie de ataques contra Dinamarca y Noruega, con el propósito de llegar a dominar el Atlántico Norte y realizar luego un bloqueo marítimo en contra de Inglaterra. Al tiempo que se efectuaban esas acciones en el Norte, los alemanes también avanzaban hacia el oeste y lograban invadir Holanda, Bélgica y Luxemburgo, en rápidas acciones que hicieron retroceder a las fuerzas franco-británicas, sorprendidas por el hecho de que los alemanes avanzaron a territorio francés a través de las Ardenas, en vez de cruzar el terreno donde se encontraba la ―Línea Maginot‖, sistema de fortificaciones construido en 1929 para proteger la frontera oriental de Francia. Hacia los primeros días de junio de 1940, las tropas de Hitler habían logrado vencer las defensas francesas en el río Somme y continuaban hacia París, ocupada por los alemanes el día 14 del mismo mes. En aquellas gravísimas circunstancias, el gobierno francés se vio obligado a firmar un armisticio (precisamente en el vagón de ferrocarril en el que Alemania había firmado su rendición al terminar la Primera Guerra Mundial), según el cual Francia quedaría dividida en dos zonas: la atlántica ocupada por Alemania, con la ciudad de París como capital; y la mediterránea que constituiría la ―Francia libre‖, con capital en Vichy y con el mariscal Philippe Pétain (foto izquierda) al frente de un gobierno supuestamente ―colaboracionista‖ de Alemania, obligado a aceptar las condiciones del ―nuevo orden europeo‖. Tales condiciones consistían en romper relaciones con Inglaterra y proceder al desarme del ejército francés. El papel de la Resistencia. Sin embargo, no todo fue negativo. La dolorosa derrota de Francia logró reavivar el espíritu nacionalista de sus ciudadanos, quienes organizaron movimientos de resistencia dirigidos desde Londres por el general Charles de Gaulle (foto izquierda). Consiguieron formar cuerpos de ―guerrilla‖ que, aunque no alcanzaron un éxito definitivo, mantuvieron viva la esperanza del pueblo francés para liberarse del invasor. De manera semejante creció el nacionalismo en la Gran Bretaña, pues aun cuando las islas británicas no llegaron 54
a ser ocupadas, los continuos ataques aéreos de los alemanes estimularon el deseo de los británicos por luchar contra el enemigo. Así, se mostraron dispuestos a aceptar las medidas de su gobierno, representado entonces por el primer ministro Winston Churchill, quien pronuncia su famoso discurso en el que pidió al pueblo británico ―sangre, sudor y lágrimas‖ para vencer al nazismo. La resistencia francesa y británica despertó la simpatía y la admiración del pueblo estadounidense que se fue preparando mentalmente para una posible intervención a favor de las democracias occidentales. Segundo periodo, junio de 1940 a diciembre de 1941 La Batalla de Inglaterra: La batalla de la Luftwaffe (fuerza área alemana) contra Inglaterra comenzó el 10 de julio de 1940. Al principio, las incursiones aéreas germanas fueron un tanto limitadas, pero a partir del 2 de agosto empezaron a darse ataques masivos contra los aeródromos ingleses, las fábricas de material aeronáutico y, sobre todo, contra el poderoso y eficaz conjunto de la red inglesa de radar. (ampliar) Más adelante, con la intención de sembrar el terror entre la población civil, los alemanes dirigieron sus ataques contra la ciudad de Londres, que llegó a ser bombardeada durante cincuenta y siete noches consecutivas. Otras grandes ciudades británicas sufrieron también los efectos del ataque aéreo; en conjunto, sobre Inglaterra cayeron 190 mil toneladas de bombas y se tuvo que lamentar la pérdida de cerca de 44 mil vidas humanas y más de 50 mil heridos. En algunos momentos, la RAE (Royal Air Force) pareció estar cerca del colapso, pero Churchill pudo declarar más tarde: ―No hay, en la historia de las guerras, ningún otro ejemplo en que tan tantos seres humanos . debieron tanto a tan pocos.‖ Inglaterra no fue derrotada. Hitler fracasó en sus propósitos y tuvo que posponer la fecha de la invasión a las islas británicas, además de verse obligado a suspender la ofensiva aérea porque las pérdidas materiales empezaban a resultarle demasiado costosas. Formación de las Potencias del Eje: En tanto que Alemania lograba sus rápidos triunfos sobre los países occidentales, Mussolini (foto) decidía entrar en la contienda en favor de Alemania, no obstante el disgusto que le había ocasionado la firma del pacto germano-soviético. El día 10 de junio, Italia declaraba la guerra a Francia, cuando esta nación se encontraba prácticamente derrotada. Una vez roto el pacto que Italia tenía con Francia y con Inglaterra, Hitler busco establecer una alianza con Mussolini, quien estuvo dispuesto a renunciar a sus 55
intereses respecto al territorio austriaco, cediendo a Alemania la oportunidad de obtenerlo a cambio de que Hitler le concediera el dominio exclusivo sobre el Mediterráneo. A esta alianza, creada con el objetivo común de luchar en contra del comunismo, se unió después Japón al firmar con Alemania el Pacto Antikomintern (contra el comunismo internacional). La alianza entre Alemania, Italia y Japón constituía un bloque compacto que se consolidaría con dos acuerdos más: el Pacto de Acero, firmado por Italia y Alemania en mayo de 1939, por el que estos países se comprometían a ayudarse mutuamente en caso de guerra y a colaborar para conseguir el espacio vital que ambos buscaban, y el Pacto Tripartita de septiembre de 1940 entre Alemania, Italia y Japón. El ingreso de Japón, cuya ubicación en el océano Pacífico era estratégica para aislar a la Unión Soviética, facilitaba a Alemania el ataque por el extremo oriental de Rusia que Hitler tenía planeado realizar más adelante cuando hubiera derrotado a las potencias occidentales. El Führer creía posible contener la presión de Rusia en virtud del pacto de no agresión firmado con los soviéticos, y suponía que de esa manera podría evitar una guerra en dos frentes. Sin embargo, derrotar a Inglaterra no era empresa fácil, y la fuerza aérea de este país había ocasionado graves pérdidas a la Luftwaffe. En esas circunstancias Hitler decidió bloquear el Mediterráneo con ayuda de Mussolini, buscando interrumpir la comunicación de los británicos con los puntos estratégicos que poseían en esta zona, además de causarles daños económicos al bloquear el Canal de Suez. La guerra en Europa centro-oriental: Mientras los alemanes organizaban la nueva situación de Francia, Stalin aprovechaba para continuar con la anexión de los territorios señalados en el pacto germano-soviético~ en perjuicio de Rumania y de Letonia, Lituania y Estonia. Hitler decidió entonces avanzar hacia el este e intervino en Rumania; en septiembre de 1940, abdicó el rey rumano y tomó el poder el mariscal Ion Antonescu, quien impuso un régimen pronazi y permite la entrada de las tropas alemanas a Rumania, que ocupan los campos petroleros de su territorio.1 Estos movimientos ocasionaron la ruptura de las relaciones germano-soviéticas y favorecieron los planes de Hitler para invadir Rusia. El 18 de diciembre de 1940, Hitler dictó la Operación Barbarroja en contra de Rusia, planeada para realizarse en la primavera del año siguiente. Sin embargo, los acontecimientos en los Balcanes obligaron a retrasarlo. Operaciones en África y los Balcanes: El 28 de octubre de 1940, Mussolini invadió Grecia sin previo aviso al Führer, cuya indignación fue mayor al enterarse de la derrota de los italianos al mes siguiente. Más tarde, el Duce sufrió un nuevo descalabro, aún más grave, ante las tropas inglesas que, procedentes de Egipto, penetraron en Libia y se apoderaron de la Somalia italiana, de Eritrea y, por último, de Etiopía, la reciente conquista 56
italiana. Estas derrotas, que enardecieron a Hitler, impulsaron al ejército alemán para crear el Africa Korps, destacamento militar especialmente equipado y adiestrado para la guerra en el desierto, bajo el mando del general Erwin Rommel (foto izquierda), quien logró romper el frente británico y cambió el rumbo de las operaciones del Mediterráneo a favor de las potencias del Eje. Las tropas alemanas avanzaron con rapidez, y en abril de 1941 se encontraban en Egipto, donde ocuparon el paso de Halfaya. El Führer se propuso además avanzar hacia los Balcanes. Mediante el recurso de la guerra relámpago iniciada el 6 de abril de 1941, las fuerzas alemanas vencieron la resistencia de Yugoslavia y Grecia, que se rindieron en pocos días. A fines de mayo, los alemanes se apoderaron igualmente de Creta, y a partir de entonces, el Eje pudo pasar a la ofensiva en Libia Durante el verano de 1941, Alemania se había apoderado de los Balcanes, mientras que la Gran Bretaña dominaba en las regiones vecinas del Cercano Oriente y Gibraltar en el extremo oeste del Mediterráneo, gracias a que Francisco Franco se negó a aceptar la propuesta de Mussolini para que España participara en la guerra contra los aliados. Mientras tanto, la guerra continuaba en el norte de África y se mantendría durante dos años más, hasta la intervención de las tropas estadounidenses. Invasión de Rusia: En junio de 1941, ante la imposibilidad de vencer a Inglaterra en forma definitiva, Hitler decidió poner en práctica la Operación Barbarroja (foto) en contra de la Unión Soviética. Este plan de ataque consistía en una operación rápida destinada a eliminar las tropas rusas, aprovechando que ya Francia había sido sometida e Inglaterra se encontraba luchando sola en el Mediterráneo. Además, Hitler suponía que al derrotar a Rusia, Japón podría dominar el Pacífico y amenazaría las costas de Estados Unidos para impedir que este país interviniera en la guerra de Europa. Aunque en los primeros momentos las tropas alemanas lograron importantes éxitos militares en Rusia, al ocasionar innumerables bajas en el ejército ruso y avanzar en territorio soviético hasta llegar a las puertas de Moscú, al llegar el invierno antes de lo previsto, las tropas germanas, que no estaban preparadas para afrontar el intenso frío, comenzaron a debilitarse. (Ver: Batalla de Stalingrado) El 5 de diciembre de 1941, los rusos realizaron una contraofensiva frente a Moscú; la guerra se convertía en la contienda prolongada que Hitler creyó poder evitar para no verse en la necesidad de luchar en los dos frentes. El día 7 de ese mismo mes, la aviación japonesa atacaba con éxito la flota de Estados Unidos que se encontraba anclada en Pearl Harbor de las islas Hawai; esta acción japonesa dio al presidente Roosevelt la oportunidad que estaba esperando para que el Congreso aprobara la intervención de Estados Unidos en la guerra. Segunda fase: intervención de Japón y Estados Unidos 57
La segunda fase de la guerra se caracteriza por la intervención de dos países de reciente crecimiento económico que comenzaban a participar, sobre todo Estados Unidos, en las aspiraciones imperialistas del reparto mundial. La segunda guerra europea, a semejanza de la primera, les ofrecía la oportunidad no sólo de rivalizar con las grandes potencias, sino incluso llegar a desplazarlas de la hegemonía mundial. Estados Unidos ya había experimentado las ventajas de desplazar económicamente a una Inglaterra dañada por la guerra de 1914. Ante Japón se presentaba una nueva oportunidad para proseguir su desarrollo imperialista, pues la ventaja de su situación geográfica le permitía una magnífica posición para buscar el enfrentamiento con Estados Unidos, país con el que iniciaba una competencia por el dominio territorial en el océano Pacífico y por el dominio económico de los mercados mundiales. Gracias al avance de la Wehrmacht sobre Europa occidental, que provocó la derrota de Francia y mantuvo ocupada a Gran Bretaña, Japón pudo avanzar sobre Indochina y acercarse a Singapur con el propósito inmediato (le aislar a China, para logrando el dominio sobre el Pacífico, hasta que, sin previa declaración de guerra, os japoneses atacaron la flota estadounidense en Pearl Harbor, acción determinante para la entrada de la Unión Americana en la contienda internacional. Por otra arte, desde mediados del año anterior, cuando la Luftwaffe iniciara sus ataques conra Inglaterra, Roosevelt había pactado con el gobierno británico la entrega de 50 arcos destructores a cambio de una cesión de bases en varias colonias inglesas en el continente americano, y había logrado que el Congreso de Estados Unidos aprobara a Ley de Préstamos y Arriendos, destinada a prestar ayuda financiera a Gran Bretaña para costear los gastos de guerra, no obstante que tales acciones constituían una violación a la neutralidad estadounidense. Además, en agosto de 1941, Roosevelt y Churchill (foto) habían celebrado una reunión a bordo de un crucero frente a las costas de Terranova, y el día 14 firmaban una declaración de principios contenida en la llamada Carta del Atlántico en la cual se ratificaban los ideales liberales y democráticos, y se insistía en el propósito de organizar un sistema efectivo de seguridad colectiva, mediante el establecimiento de un régimen de colaboración económica entre los pueblos, restaurando el principio de autodeterminación. A pesar de la magnitud de esa colaboración de parte de Estados Unidos, que convertía a este país en el gran arsenal de las potencias occidentales, no era suficientemente poderosa como para que éstas ganaran la guerra; así, el ataque japonés a Pearl Harborl dio al gobierno estadounidense la oportunidad de participar m el conflicto, que así tomaba un nuevo rumbo. La Carta del Atlántico El presidente de los Estados Unidos de América y el Primer Ministro representante del Gobierno de S.M. en el Rino Unido, habiéndose reunido en el Océano (Atlántico), juzgan oportuno hacer conocer algunos principios sobre los cuales 58
ellos fundan sus esperanzas en un mejor para el mundo y que son comunes a la política nacional de sus respectivos países. 1. Sus países no buscan ningún engrandecimiento territorial o de otro tipo. 2. No desean ver ningún cambio territorial que no esté de acuerdo con los votos libremente expresados de los pueblos interesados. 3. Respetan el derecho que tienen todos los pueblos de escoger la forma de gobierno bajo la cual quieren vivir, y desean que sean restablecidos los derechos soberanos y el libre ejercicio del gobierno a aquéllos a quienes les han sido arrebatados por la fuerza. 4. Se esforzarán, respetando totalmente sus obligaciones existentes, en extender a todos los Estados, pequeños o grandes, victoriosos o vencidos, la posibilidad de acceso a condiciones de igualdad al comercio y a las materias primas mundiales que son necesarias para su prosperidad económica. 5. Desean realizar entre todas las naciones la colaboración más completa, en el dominio de la economía, con el fin de asegurar a todos las mejoras de las condiciones de trabajo, el progreso económico y la protección social. 6. Tras la destrucción total de la tiranía nazi, esperan ver restablecer una paz que permita a todas las naciones vivir con seguridad en el interior de sus propias fronteras y que garantice a todos los hombres de todos los países una existencia libre sin miedo ni pobreza. 7. Una paz así permitirá a todos los hombre navegar sin trabas sobre los mares y océanos. 8. Tienen la convicción de que todas las naciones del mundo, tanto por razones de orden práctico como de carácter espiritual, deben renunciar totalmente al uso de la fuerza. Puesto que ninguna paz futura puede ser mantenida sin las armas terrestres, navales o aéreas continúan siendo empleadas por las naciones que la amenazan, o son susceptibles de amenazarla con agresiones fuera de sus fronteras, consideran que, en espera de poder establecer un sistema de seguridad general, amplio y permanente, el desarme de tales naciones es esencial. Igualmente ayudarán y fomentarán todo tipo de medidas prácticas que alivien el pesado fardo de los armamentos que abruma a los pueblos pacíficos. Formación del bloque de los Aliados: Solidariándose con Japón, Alemania e Italia declararon la guerra a Estados Unidos el día 11 de diciembre, cuatro días después del ataque a Pearl Harbor; de esta manera estaba más que justificada la entrada en la guerra para los estadounidenses; después de esto todos los gobiernos del continente americano, con excepción de Argentina que lo haría más tarde, hicieron causa común con 59
Estados Unidos, en la Conferencia Panamericana celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en enero de 1942. Ese mismo mes, veintisiete naciones, incluidas las tres grandes potencias —Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética que había roto el pacto con Alemania— se integraban en una alianza contra el Eje a la que Roosevelt dio el nombre de Naciones Unidas. Cada una de ellas se comprometía a utilizar todos los recursos para derrotar al Eje y a no hacer nunca una paz por separado. De tal forma quedaban integrados plenamente los dos bloques contrarios: el bloque de los Aliados, formado por Inglaterra, la Unión Soviética y Estados Unidos (Francia había quedado temporalmente fuera de la contienda) y el bloque del Eje, integrado por Alemania, Italia y Japón. El primero manifestaba una aplastante superioridad en caso de que la guerra se prolongase, aunque todavía a mediados de 1942 la supremacía de las Potencias del Eje era un hecho innegable. A principios de ese año, Estados Unidos y Gran Bretaña formaron una organización llamada Jefes de Estado Mayor Combinados, con el propósito de unificar sus recursos, en una estrecha colaboración que por primera vez se daba entre las dos naciones y, en agosto se celebraba en Moscú un encuentro entre Stalin, Churchill y William Averell Harriman, este último en representación del presidente estadounidense, para discutir la apertura de un segundo frente en Europa. Tres frentes de guerra: A partir de diciembre de 1941 se efectuaron tres guerras, en forma casi independiente aunque incluidas en una sola guerra total: 1) en las llanuras de Rusia, entre los alemanes y el ejército soviético; 2) en el océano Pacífico, donde se enfrentaron estadounidenses y japoneses; y 3) en el océano Atlántico, el mar Mediterráneo y el norte de África, donde ingleses y estadounidenses combatían contra Alemania e Italia. Para los Aliados, el objetivo principal consistió en acelerar la derrota de Alemania, la nación más peligrosa de las Potencias del Eje, aun cuando tuvieran que retrasar la derrota sobre Japón. Las batallas decisivas que harían cambiar de rumbo a la guerra, inclinando la victoria final al bando de los Aliados, ocurrieron, entre el otoño de 1942 y la primavera del siguiente año, en tres principales frentes de combate. Esas batallas fueron: a) En el norte de Africa; en un sitio conocido como El Alamein, donde el mariscal británico Bernard Law Montgomery atacó a las fuerzas alemanas al mando del general Erwin Rommel y las obligó a retirarse; a los pocos días de este hecho, ocurrido el 23 de octubre de 1942, desembarcaban en el norte de África las tropas estadounidenses dirigidas por el general Dwight D. Eisenhower, para colaborar con Montgomery romper el cerco de las fuerzas de Rommel, las cuales se vieron forzadas a abandonar el territorio, y capitularon el 7 de mayo de 1943; África 60
quedaba libre de las fuerzas del Eje y el Mediterráneo estaba abierto. El sueño de Mussolini de crear un imperio africano se había desvanecido. b) En el frente oriental, Hitler desencadenaba una nueva ofensiva contra la Unión Soviética, buscando apoderarse de los territorios del Cáucaso, ricos en petróleo, a pesar de que las fuerzas alemanas se encontraban ya debilitadas. A mediados de noviembre de 1942, las tropas rusas —superiores en número a las alemanas y bien 1 equipadas no sólo con los propios recursos soviéticos sino con la ayuda proporcionada por Estados Unidos a través de la Ley de Préstamos y Arriendo— realizaron una contraofensiva que logró romper las líneas enemigas al norte y sur de Stalingrado y vencer a las fuerzas alemanas. Después de esta victoria, a pesar de algunos retrocesos, los rusos se mantuvieron a la ofensiva durante todo el resto de la guerra. c) En el Pacífico, durante los primeros meses de 1942, los japoneses lograron importantes triunfos, llegando a dominar una extensa área del Pacífico, donde incluso conquistaron algunas bases estadounidenses. Pero a semejanza de Alemania, Japón no pudo sostener una guerra prolongada contra las fuerzas aliadas, cuya base de operaciones se encontraba en Australia, al mando del general estadounidense Douglas MacArthur (foto). Durante la primavera de 1942, los Aliados obtuvieron importantes victorias navales y aéreas en las batallas del Mar del Coral y Midway, y desde entonces se manifiesta hacia el Pacífico central un gran avance de los Aliados. Meses más tarde, las fuerzas estadounidenses desembarcaron en Guadalcanal, en las islas Salomón. La fase final de la guerra Acuerdos para las ofensivas finales. Mientras se desarrollaban las campañas militares, los diplomáticos aliados llevaron a cabo importantes planes políticos con el fin de acordar las estrategias más adecuadas para derrotar al Eje. Desde 1941, los soviéticos pedían la creación de un segundo frente, es decir, un desembarco aliado en Europa occidental para contrarrestar la ofensiva alemana en el frente oriental. Pero en ese año y en el siguiente, las fuerzas occidentales todavía no estaban en condiciones de emprender tal operación. Del 14 al 24 de enero de 1943, Churchill y Roosevelt celebraron la Conferencia de Casablanca y en ella se proyectó el desembarco en Francia para la primavera de 1944, pero no lograron establecer acuerdos concretos sobre las estrategias a seguir antes de esa fecha. Sin embargo, ambos mandatarios tomaron en Casablanca una decisión muy importante a la que pronto se sumó Stalin: la rendición incondicional que se exigía a las potencias del Eje, como único medio de poner fin a la guerra. La campaña de Italia. Después que Montgomery y Eisenhower lograran vencer a las fuerzas de Rommel en África, luego de una espectacular campaña conjunta (julio-agosto de 1943), tropas inglesas, canadienses y estadounidenses desembarcaron en la isla de Sicilia, dispuestos a atacar las fuerzas de Mussolini. 61
Así, lograron engañar a Hitler haciéndole creer que dirigían su ataque contra Grecia. Ante la llegada de los ejércitos aliados a territorio italiano, Mussolini reunió al Gran Consejo Fascista, pero no consiguió su apoyo; por lo contrario, la gran mayoría de los miembros del Consejo le reprocharon haber llevado a Italia al desastre y decidieron restablecer un régimen constitucional, para lo cual pidieron al rey la destitución de Mussolini. El 25 de julio, el Duce fue relevado de su cargo y arrestado. Después de veintiún años, el régimen fascista llegaba a su fin. El poder fue ocupado por el mariscal Pietro Badoglio, quien se puso al frente de un gobierno militar del que fueron excluidos los fascistas, y empezó a realizar gestiones para capitular ante los Aliados, en tanto que Hitler se preparaba para atacar Italia, previendo una posible colaboración de este país con las fuerzas angloamericanas. Durante el mes de septiembre de 1943, los alemanes liberaron a Mussolini, quien se instaló en la ciudad de Milán y proclamó la República Social Italiana —que en realidad sería un gobierno títere de Hitler— y decretó una nueva movilización militar. Con estas acciones se desencadenó en el norte de Italia una guerra civil entre los fascistas ayudados por los alemanes, y el Comité de Liberación Nacional dirigido por los comunistas que encabezaba el líder Palmiro Togliatti. De ahí en adelante daría comienzo la resistencia italiana en contra de los regímenes nazifascistas, cuyo desprestigio crecía considerablemente tanto entre el pueblo alemán como en el italiano. En octubre, el gobierno de Badoglio declaró la guerra a AJemania, e Italia fue reconocida por los Aliados como país ―cobeligerante‖. En abril del año siguiente, cuando Alemania era cercada en dos frentes y su derrota era inevitable, Mussolini agotó sus recursos para salvarse y decidió huir hacia Suiza, pero fue apresado y fusilado por la resistencia antifascista italiana. No obstante, la campaña de Italia se prolongó por varios meses porque los alemanes bloqueaban tenazmente el avance de las fuerzas angloamericanas hacia Roma. A partir de la liberación de esta ciudad el 5 de junio de 1944, el frente aliado en Italia quedó paralizado, pues hubo necesidad de retirar las tropas para utilizarlas en la campaña para liberar a Francia. Conferencia de Teherán. Ante el nuevo curso que había tomado la guerra, los dirigentes de las potencias aliadas —Stalin, Roosevelt y Churchill— decidieron celebrar una nueva reunión, en Teherán, capital de Irán, a finales de noviembre de 1943. En la Conferencia de Teherán, Stalin planteó dos asuntos cuya discusión daría la característica esencial de esta reunión: uno se refería a la insistencia soviética en la necesidad de que las fuerzas angloestadoudinenses abrieran un segundo frente de guerra en Europa occidental, y el otro a la conveniencia de establecer un acuerdo sobre el problema de las nuevas fronteras, es decir, de los territorios que corresponderían a cada uno de los Aliados una vez que el Eje fuera derrotado. Para la fecha en que se celebraba esta reunión, Stalin ya podía imponer condiciones debido a los triunfos que la Unión Soviética había obtenido sobre el ejército alemán; por lo tanto, se empezaba a plantear una nueva 62
correlación de fuerzas, derivada de la diferencia fundamental que había entre el sistema soviético y el de sus aliados circunstanciales. En esa misma conferencia, Gran Bretaña y Estados Unidos se comprometieron a realizar un desembarco al norte de Francia, con el fin de abrir el segundo frente solicitado por Stalin. Por esas fechas (finales de 1943), tanto la aviación inglesa como la de Estados Unidos —cuya superioridad sobre la alemana ya se había hecho evidente— desencadenaron una gran ofensiva de bombardeo sobre Alemania y los territorios ocupados por este país, donde arrasaron varias ciudades importantes y ocasionaron serios daños a la industria bélica enemiga. Hitler a su vez realizó el ensayo de una serie de armamentos nuevos, aviones de reacción y cohetes teledirigidos, (las llamadas bombas V1y V2) con las que volvieron a atacar la ciudad de Londres; sin embargo, estas acciones alemanas no habrían de cambiar el curso de la guerra que ya se había inclinado a favor de los Aliados. Conferencias y tratados de paz en el periodo de la Segunda Guerra Mundial. La negativa experiencia de los tratados de paz firmados tras la primera guerra mundial y la evidencia de la victoria aliada al menos desde 1943 provocaron que los vencedores empezaran muy pronto a preocuparse por construir un marco jurídico en el que se diseñase el mundo de posguerra. Estos fueron los principales documentos y compromisos adoptados por los Aliados: La Carta del Atlántico firmada el 14 de agosto de 1941 por Churchill y Roosevelt. Este documento fue incluido en la Declaración de las Naciones Unidas aprobada el 1 de enero de 1942. Las decisiones tomadas por los Tres Grandes recogidas en las actas de las diversas conferencias que se celebraron a lo largo de la guerra: Moscú (octubre de 1943), El Cairo (noviembre de 1943), Teherán (diciembre de 1943), Yalta (febrero de 1945) , y, finalmente, Potsdam (julio-agosto de 1945). La Carta de la Organización de las Naciones Unidas, cuyo primer borrador fue diseñado en la Conferencia de Dumbarton Oaks y finalmente aprobada en la Conferencia de San Francisco en junio de 1945. Las Actas de Capitulación incondicional firmadas por Alemania el 7 y 8 de mayo de 1945 y por Japón el 2 de septiembre de ese mismo año. Este conjunto de acuerdos crearon dos instituciones que debía ser las encargadas inmediatas de la construcción de la paz: Lo que se vino a denominar el Directorio de los Tres Grandes. Nacido en la Conferencia de Moscú en octubre de 1943 en la que Estados Unidos, Gran Bretaña y la URSS se comprometieron por medio de sus ministros de asuntos exteriores a mantener la unidad de acción "para mantener la paz y la seguridad internacional" por medio del denominado Consejo de Ministros de Asuntos 63
Exteriores con sede en Londres. Este compromiso de actuar juntos se reafirmó en las conferencias de Yalta y Potsdam. En la primera de ellas se acordó que los "Ministros de Asuntos Exteriores se reunirán en el futuro tan a menudo como sea necesario y, en cualquier caso, cada tres o cuatro meses." La Organización de las Naciones Unidas, nacida en Conferencia de San Francisco en junio de 1945. Este fue el aparato jurídico elaborado por los vencedores para construir la paz. Sin embargo, todo lo que había sido minuciosamente preparado por las diplomacias de los Aliados se derrumbó estrepitosamente al romperse la unidad de los vencedores tras el fin del conflicto y desencadenarse el conflicto de intereses. Finalmente la organización de la paz se convirtió en un proceso anárquico marcado por el inicio de la guerra fría.
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BLOQUE IV IDENTIFICA EL PROCESO HISTÓRICO DE LA GUERRA FRÍA. UNIDAD DE COMPETENCIA: Analiza la división del mundo en dos bloques, con sus consecuencias en la situación mundial posterior al final de la Segunda Guerra Mundial. CONOCIMIENTOS. Define las principales características del capitalismo y socialismo en el contexto del mundo bipolar. Identifica los objetivos a seguir de los organismos internacionales en el contexto de la guerra fría. OTAN. Pacto de Varsovia. OEA. Reconoce el impacto de los siguientes enfrentamientos en un mundo bipolar.
Guerra Árabe-Israelí. Guerra de Corea. Revolución Cubana. Guerra de Vietnam. Guerra de Afganistán.
Reconoce la importancia de los movimientos de liberación nacional.
India y Pakistán. Argelia. Irán. Chile y Argentina. Nicaragua. Sudáfrica.
Características del capitalismo y socialismo en el contexto del mundo bipolar. Formación de bloques y la guerra fría. Los orígenes de la ruptura entre los dos bloques. El motivo fundamental de la ruptura entre estos dos bloques fue la ideología, por lo tanto, la guerra fría fue resultado del desacuerdo respecto al orden político. 65
Para el bloque occidental, la democracia significaba el desarrollo de las libertades individuales en un contexto del liberalismo parlamentario respetuoso con las diversas opciones políticas y con existencia legal de organizaciones políticas y sindicatos. Para el bloque oriental la libertad individual no tenía ningún valor, el objetivo era conseguir una igualdad total entre todos los habitantes de un país comunista; la igualdad de posibilidades. La URSS extendió sus tentáculos sobre Polonia, Rumania, Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria, Yugoslavia, y Alemania oriental constituyendo allí democracias populares con una economía socialista y una política exterior claramente alineada. En estos países los partidos comunistas eliminaron cualquier oposición. Mientras tanto, los británicos y americanos se empeñaron en impedir el avance del comunismo sobre los países capitalistas. Así, intervinieron en Grecia en el 45 y dos años más tarde se creó la ―doctrina Truman‖ que hizo pasar a una fase de intervención que asegurase el predominio del modelo capitalista en los países no controlados por la URSS. La intervención norteamericana. El plan Marshal. Este plan contemplaba la intervención militar y la ayuda económica a todos los países de Europa que expulsaron a los ministros comunistas como los de Francia, Italia, Bégica y Dinamarca. Este plan ofrecía una ayuda colectiva por cuatro años y promovia la unión europea como un instrumento para resistir al comunismo. Los países que aceptaron estas condiciones crearon la Organización Europea de Cooperación Económica que entre el 48 y el 52 recibió 13000 millones dólares, así se llevó a cabo un verdadero milagro de reconstrucción económica. Los organismos internacionales en el contexto de la guerra fría. Del bloqueo de Berlín a la formación de bloques militares. Con la rendición de Alemania en el 45 ésta quedó dividida en cuatro zonas: una controlada por los rusos, otra por los norteamericanos, otra por los ingleses, y otra por los franceses. Así en el 48 se proclamó el estado federal alemán con las tres zonas capitalistas unidas en una sola Alemania, Alemania quedó dividida en dos. Berlín, la capital, estaba dividida también en cuatro zonas pero dentro de la zona de Alemania comunista. En respuesta a la creación de la Alemania federal, se cerraron todas las fronteras del Berlín llevando a cabo el famoso bloqueo de Berlín. El estado alemán federal no tardó en responder y montó un puente aéreo para suministrar alimentos etc... a las partes de Berlín capitalista. Al cabo de un tiempo, se creó y constituyó la República Federal Alemana (parte capitalista) y poco después la República Democrática Alemana (la parte comunista). 66
Ante la patente creación del telón de acero, los Estados capitalistas crearon la OTAN en el 49 a lo que la URSS respondió con el Kominform en el 47 y el COMECOM en el 49, además de una alianza militar en el 55: Pacto de Varsovia. La OEA Origen y Antecedentes de la OEA. Los antecedentes de la OEA se encuentran en el ―fenómeno político del panamericanismo‖ . La conocida como Unión Panamericana fue formalmente establecida en la Conferencia de Buenos Aires 1910. Posteriormente, en 1928 –en la Conferencia de la Habana- se crearon diversos órganos de la Unión, como el Consejo Directivo y las Conferencias Internacionales Americanas (DIEZ DE VELASCO, 2002: 682). En 1945 se llevó a cabo la ―Conferencia Interamericana sobre problemas de la Guerra y de la Paz‖ en Chapultepec, México. En la misma los Estados Americanos, que también resentían las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, decidieron evaluar los problemas generados por las guerras e iniciar acciones tendentes al mantenimiento de la paz. Resultó conveniente entonces fortalecer a la Unión Panamericana, especialmente en lo relativo a su intervención en asuntos políticos. Los esfuerzos surgidos para tales fines culminaron con la creación y desarrollo de la Organización de Estados Americanos. (RODRÍGUEZ RECIA y SEITLES, 2000: 596) De este modo, en la mencionada IX Conferencia Interamericana de 1948, veintiún (21) países se reunieron y suscribieron, entre otros documentos, la Carta de la OEA : Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba , Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Con posterioridad se fueron incorporando otras naciones de la región: Barbados; Trinidad y Tobago (1967); Jamaica (1969); Grenada (1975); Suriname (1977); Dominica; Santa Lucía (1979); Antigua y Barbuda; San Vicente y las Granadinas (1981); Las Bahamas (1982); San Cristóbal y Nevis (1984); Canadá (1990); Belice; y Guyana (1991). En la actualidad, un total de treinta y cinco (35) Estados del Continente Americano pertenecen a la OEA , siendo sus idiomas oficiales el español, el inglés, el portugués y el francés. Marco Institucional y Estructura Orgánica La estructura de la Organización es bastante amplia y los órganos mediante los cuales ésta ―realiza sus fines‖ han sido establecidos de acuerdo con el artículo 53 de la Carta (Ver Anexo III -Organigrama-): La Asamblea General es su órgano supremo; ejerce los poderes de decisión sobre las políticas generales de la Organización, así como sobre la estructura y funciones de la misma. La Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones 67
Exteriores, por su parte, es un órgano consultivo, como bien destaca su título, que considera también ―problemas de carácter urgente o de interés común para los Estados americanos‖ (art. 61). El Consejo Permanente, es el órgano político de la Organización y su fin principal es mantener los lazos de amistad entre los Estados miembros; ejerciendo un rol fundamental en el ―arreglo pacífico de controversias‖ que puedan surgir entre estos (arts. 84 y 90). La Organización también cuenta con un Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (CIDI) -que se estudiará con más detenimiento en este trabajo- cuyo objetivo principal es promover la cooperación entre los Estados americanos con miras a lograr desarrollo integral y en particular ―contribuir a la eliminación de la pobreza crítica‖, llevando a cabo políticas de desarrollo en el marco ―económico, social, educacional, cultural, científico y tecnológico‖ (arts. 70 y 94). El Comité Jurídico Interamericano es el cuerpo consultivo de la Organización en materia jurídica y promueve, entre otros, el desarrollo progresivo y la codificación del Derecho Internacional, a la vez que estudia los problemas jurídicos de la integración de los países en desarrollo de las Américas (art. 99). La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por su parte, tiene la función principal de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos ; a su vez, integra, junto con la Corte Interamericana de Derechos Humanos el denominado Sistema Interamericano de Derechos Humanos . La Secretaría General es el ―órgano central y permanente de la Organización de Estados Americanos‖ (art. 107). La Secretaría promueve, de acuerdo a las políticas y resoluciones dictadas respectivamente por la Asamblea General y el Consejo Permanente, las relaciones ―económicas, sociales, jurídicas, educativas, científicas y culturales entre todos los Estados miembros de la Organización‖ (art. 111). De igual manera, de acuerdo con el artículo 112 de la Carta, tiene a su cargo los asuntos administrativos y presupuestarios de la organización, tales como transmitir convocatorias, servir de depositaria de los tratados y preparar el Proyecto de Programa Presupuesto de la Organización –que en el año 2007 ascendió a 87,5 millones de dólares (OEA, 2007b). Las Conferencias Generales son ―reuniones intergubernamentales‖ convocadas por la Asamblea General, la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores o por alguno de los Consejos u organismos especializados para ―dilucidar aspectos técnicos especiales o para desarrollar determinados asuntos de la cooperación interamericana‖ (arts. 74 y 122). Finalmente, los organismos especializados -intergubernamentales- son establecidos por acuerdos multilaterales y ejercen determinadas funciones en materias técnicas de interés común para los Estados americanos (art. 124). Entre estos se encuentra la Organización Panamericana de la Salud, la Comisión Interamericana de la Mujer, etc. 68
Los enfrentamientos en un mundo bipolar. Guerra de Corea. Tras la derrota de Japón en la tierra, Corea quedaba dividida en dos por el paralelo 38. La zona Norte estaba controlada por los comunistas y la zona sur estaba controlada por los norteamericanos. En el 49 los dos bandos se retiraron y la división de Corea se consolidó. Corea del Norte tenía una riqueza industrial muy grande y una administración comunista encabezada por Kim Il Sung; Corea del Sur disponía de una riqueza agraria más grande y tenía un gobierno capitalista dirigido por Sygman Rhee. En 1950 Corea del Sur fue invadida y Norteamérica respondió mobilizando sus tropas estacionadas en Japón bajo bandera de la ONU y comandadas por MacArthur pero la China comunista movilizó también sus tropas en favor de Corea del Norte, se estuvo a punto de provocar la tercera guerra mundial. La paz de Panmunjorn en el 53 consagró la división de Corea. Guerra de Vietnam. La indochina francesa, integrada por Vietnam, Laos y Camboya había sido descolonizada y en ella luchaban las fuerzas comunistas (Viet-mihn) y las fuerzas occidentales. Al acabar la guerra, el Viet-minh, proclamó la República Democrática de Vietnam con capital en Hanoi. Mientrastanto, el Sur se constituyó como un protectorado francés que no reconoció la independencia del Norte, a causa de la expresa voluntad del Hanoi de reunificación todo el Vietnam sobre un régimen comunista, la guerrilla comunista tuvo el soporte de la URSS y de China y el ejército frances no pudo conseguir controlar el territorio; las tropas comunistas del general Giap le causaron una gran derrota en Dien Bien Phu. Por los acuerdos de Ginebra, Francia, reconocía la independencia del Vietnam del Norte. Aquí no acabó el conflicto porque hubo numerosos conflictos entre los dos Vietnams. Así pues, bajo el mandato de Kennedy y Johnson la guerra entre los dos Estados se intensificó muchísimo. Bajo el mandato de Nixon se iniciaron unas conversaciones de paz y en el 75 el gobierno de Vietnam del Sur fue derrotado por el Viet-Cong que unificó Vietnam en un régimen comunista. Los conflictos árabeisraelíes. Después de finalizar la guerra la ONU creó un estado en el 47 para los judíos en zona palestina bajo el mandato de Ben Gurion.: nació el estado de Israel en el 48.
La primera guerra fue entre el 48 y el 49 y fue consecuencia de la expulsión de los palestinos de los territorios librados a Israel, y fueron recluidos en campos de refugiados, y el no reconocimiento del nuevo estado judío por parte del conjunto de los países árabes. La guerra se inició con el ataque de la liga árabe que fue 69
repelido por el ejército israelí que ocupó el territorio del Négueb y la ciudad de Jerusalén. La segunda guerra fue en el 56. En el 64 se creó la organización para la liberación Palestina dirigida por Arafat qué buscaba la proclamación de un estado palestino dentro de Israel. Israel fue apoyado por Estados Unidos, y la OLP por Egipto, Siria y la URSS. La tercera guerra fue la ―guerra de los seis días‖ que sin declaración previa de guerra, Israel ocupó Belén, Jerusalén, Jerico, etc... La cuarta guerra fue cuando al-Sadat, el nuevo presidente de Egipto, con su ejército y el ejército sirio atacaron Israel el día del Yom Kippur en el 73. Ante la imposibilidad de los Estados palestinos y árabes para detener a Israel, comenzó la guerra económica. Los árabes acordaron embargar el petróleo destinado a los Estados Unidos y disminuir notablemente la producción aumentando progresivamente el precio. Las economías occidentales se tambalearon. La coexistencia pacífica. Los cambios en la URSS y en los Estados Unidos. Con la muerte de Stalin en el 53 comenzaron unas transformaciones políticas y reformas de tipo económico y social. Este proceso tuvo su punto culminante en el XX congreso del PCUS que inició el proceso de desestalinización reconociendo sus graves errores en el régimen: purgas políticas, culto al dictador, colectivización forzosa, etc... El nuevo dirigente fue Nikita Khrixtov que defendía la coexistencia pacífica entre los bloques, la no exportación de la revolución y la posibilidad de acceder a socialismo por diversas vías, incluida la parlamentaria. Los principales obstáculos que el nuevo dirigente tuvo fueron el control desde la vieja guardia, totalmente opuesta a este intento de descentralización y democratización de la vida soviética. En el 64 el nuevo dirigente fue destituido y fue sustituido por una dirección encabezada por Breixnev. La mayoría de los cambios en materia política, social y económica se paralizaron y se volvió al modelo antiguo aunque la política exterior siguió el modelo del recién destituido. En los Estados Unidos el presidente Eisehower subió al poder en el 56 y dio por finalizada la ―cacería de brujas‖ de las etapas anteriores (verdadera persecución de sospechosos de defender la ideología comunista). En el 60 subió al poder Kennedy que instauró la ―nueva frontera‖: teoría política que defendía que los objetivos que tenían que conseguir era en acabar con la miseria, la pobreza y la discriminación racial y que en el exterior La lucha en favor de la ciencia y de la técnica en general eran prioritarias. El nuevo presidente 70
norteamericano fue asesinado en el 63 y su sucesor Johnson mantuvo lo esencial del programa del presidente asesinado. Hacia la distensión internacional. Nikita anunció en el 56 el comienzo de la coexistencia pacífica que se basaba en el respeto de la integridad territorial y de la soberanía, en la no agresión y la no injerencia en los temas internos y la coexistencia pacífica, la cooperación económica y la igualdad y la ayuda recíproca. Así pues, se inició un diálogo entre las potencias con objetivo de frenar la carrera para conseguir un equilibrio estratégico entre los bloques. Hay que de decir que en el 61 se construyó el muro de Berlín que no ayudo nada a dicha distensión. Las dos superpotencias aceptaban las diferencias ideológicas y las áreas de influencia respectivas en un intento de evitar un enfrentamiento directo. Las razones que explican este comportamiento se tienen que buscar en la nueva correlación de fuerzas que se estableció tanto dentro de cada uno que los bloques como en el conjunto del planeta cuando después de la descolonización, empezó a emerger un conjunto de países no alineados que no entraron en la política de bloques, también hay que tener en cuenta un empate atómico que hacía cada vez más probable la destrucción mutua lo que obligó a iniciar conversaciones de desarme. Las razones económicas aconsejaron la distensión para intensificar las relaciones comerciales y aumentar los intercambios. En el 61 Kennedy se reunió con Khruixtxov y en el 63 Estados Unidos, Laos, y Gran Bretaña firmaron el acuerdo de prohibición de ciertas pruebas nucleares, se establecieron líneas telefónicas directas (el teléfono rojo) y en el 72 se firmó un nuevo convenio en que se denunciaba a las armas biológicas y químicas. Revolución cubana. La crisis de los misiles. Cuba tuvo uno de los episodios más importantes de la guerra fría y rompió la correlación de fuerzas existentes al poner en duda el dominio en el continente. En el 59 Fidel Castro entro en La Habana. El movimiento había nacido con una ideología nacionalista delante de la total dependencia económica, política y cultural de Cuba respecto a los Estados libros. Fueron nacionalizados los recursos económicos; lo que evidenció la hostilidad de Norteamérica hacia Cuba fue un boicot económico sobre el azúcar cubano. Los Estados Unidos ofrecieron soporte a los exiliados políticos cubanos acogiéndolos en su territorio y ayudándolos contra los comunistas de Cuba. La Unión Soviética ofreció ayuda con mucha rapidez y en el 60 estableció relaciones comerciales con Cuba. En el 61 se produjo un intento de desembarco en la bahía del Los Cochinos por parte de cubanos exiliados y Norteamérica y tenía el soporte de la CIA intentando derrocar a los comunistas. Cuba llegó a un acuerdo con la URSS para instalar misiles de la superpotencia en territorio cubano y en el 62 los Estados Unidos bloquearon a 71
Cuba en el mar para no dejar que esos misiles llegaran vía marítima. Al final, los misiles dieron media vuelta y volvieron en barco de donde habían salido. Guerra de Afganistán. El golpe militar que en 1978 llevó al poder a un grupo de jóvenes oficiales izquierdistas y a establecer un régimen comunista dirigido por Mohamed Taraki marca el inicio de la tragedia reciente de este país. Las reformas socializadoras y laicas del nuevo gobierno encontraron una enorme resistencia en una población aferrada a un pensamiento islámico anclado en el pasado y que vivía en una sociedad aún con rasgos feudales. La resistencia pronto se concretó en guerrillas islamista de "mujahidines". Los problemas internos de las dos principales tendencias comunistas precipitaron la intervención de la URSS en 1979. Esta intervención marca el apogeo de la fase de expansionismo soviético que caracteriza la segunda mitad de los setenta y llevó a la inmediata reacción norteamericana. Washington consideraba que este país asiático se hallaba fuera de la zona de influencia soviética y articulo una dura respuesta: embargo de grano para ser exportado a la URSS y ayuda militar a la guerrilla islamista. La guerra rápidamente se estancó y mientras los más de 100.000 soldados soviéticos controlaban las ciudades la guerrilla dominaba las zonas rurales. El conflicto engendró un enorme desplazamiento de población y hacia 1982 casi 3 millones de afganos habían huido a Pakistán y un millón y medio lo habían hecho hacia Irán. La guerrilla, armada eficazmente por EE.UU. y reforzado con voluntarios árabes y musulmanes imbuidos de una ideología intransigente islamista (entre ellos el saudí Osama bin Laden), mantuvo en jaque a un ejército soviético cada vez más desmoralizado. Finalmente en el marco de la perestroika, Gorbachov decidió sacar a sus tropas de los que muchos denominaban el "Vietnam soviético". En 1988, la URSS, EE.UU., Pakistán y Afganistán firmaron un acuerdo por el que los soviéticos se comprometían a retirar sus tropas lo antes posible. Lo que efectivamente hicieron en 1989. Esto no abrió, sin embargo, un período de paz para el país. En 1992 las guerrillas islamistas asaltaron Kabul y se inició un período de luchas intestinas que culminaría con la toma del poder por los extremistas islamistas talibanes en 1996. Crisis del sistema de bloques. Las tensiones en el bloque oriental. En el bloque del este se reclamaba una mayor democratización del sistema, la elevación del nivel de vida y la posibilidad de definir modelos propios para llegar a 72
la sociedad socialista. El caso que Yugoslavia se produjo en el 48 donde se rompió con la URSS y los países del este. Tito alimentó el ―socialismo autogestión‖; Tito además apoyó el movimiento de los no alineados. La Revolución Comunista China se hizo en el 49, pero en el 59 las relaciones entre China y la URSS se deterioraron a causa de la nueva política de Khruixtxov. Las posteriores reivindicaciones territoriales de los chinos en el río Usuri, el enfrentamiento estratégico al sudeste asiático y una cierta rivalidad por el liderazgo del comunismo mundial; éstas fueron sus principales causas. Sólo en Albania dio soporte a China. En los otros países de Europa se quiso construir un propio modelo de socialismo como en Hungría en el 56 donde se levantó un movimiento sindicalista y universitario que pedía mejoras de las condiciones de vida, y subió al poder en comunista Nagy que declaró la neutralidad del país y su decisión de abandonar el Pacto de Varsovia. En Checoslovaquia en el año 68 su presidente Dubcek quiso crear su propio camino hacia el socialismo protagonizado así la ―Pimavera de Praga‖ que fue un proceso de abertura y democratización tanto de la política como de la economía. Las tropas del pacto de Varsovia intervinieron ese mismo año restaurando el orden comunista querido por la URSS. La reorganización del bloque occidental. Los Estados Unidos y el bloque occidental también vivieron momentos difíciles entre ellos a causa del proceso de descolonización, las intervenciones militares en América del Sur, etc... En América latina los Estados Unidos defendieron los intereses de los grandes grupos financieros e industriales que operaban con la colaboración de las oligarquías y querían impedir cualquier movimiento revolucionario como en Cuba que pusiera en duda su liderazgo en el continente o que vulnera sus intereses económicos. La actuación norteamericana como forma de intervención directa como con el bombardeo de Guatemala en el 64 por nombrar un ejemplo. Se dieron soportes a los regímenes dictatoriales en Honduras, El Salvador, Paraguay, etc. pero otras veces se intervino indirectamente suministrando armamento o asesoramiento militar por medio de la CIA casos de Chile y Argentina. En el continente europeo Francia se negó a someter su flota a la OTAN en los cincuenta y no acepctó tener que adaptar su política exterior al de la alianza atlántica. El presidente retiró a Francia de la OTAN e inició un plan para conseguir la independencia de Francia en tecnología nuclear y mantuvo relaciones diplomáticas absolutamente libres con países como China. Willy Brandt creó la Ostpolitik en Alemania hacia el 70 con el inicio de conversaciones con la Unión soviética y un reconocimiento de la RFA de la 73
existencia de la República Democrática Alemana. Alemania reconoció las fronteras surgidas en la segunda guerra mundial y reafirmó la inviabilidad de la línea Oder-Neisse. Las dos Alemanias fueron admitidas en la ONU en el 73. Poco a poco europa se fue convirtiendo en una potencia de primer orden. Importancia de los movimientos de liberación nacional. Conflicto India-Pakistán. En agosto del 47 los maharajás (los príncipes) de 565 principados del subcontinente indio que aún no formaban parte ni de la India ni de Pakistán decidieron unirse bien a la India bien a Pakistán. La mayoría de ellos se unió a la India. Los maharajás de dos principados de mayoría hindú, el de Hyderabad y el de Junagadh, solicitaron unirse a Pakistán pese a que su población era mayoritariamente hindú. Nehru, el Primer ministro hindú, ordenó al ejército indio que ocupase los dos principados. En los disturbios que hubo durante la reunificación murieron mas de un millón de personas. Hari Singh, maharajá de la región de Cachemira de mayoría musulmana, quería unirse a la India pero temía que hubiese disturbios y baño de sangre. Pese a las fuertes presiones que recibió por pronunciarse, decidió posponer su decisión hasta que la situación entre la India y Pakistán (entre los hindúes y los musulmanes) se calmase lo suficiente. Tres meses después de ello Pakistán puso fin a las vacilaciones de Hari Singh al invadir el principado para apoyar una revuelta musulmana organizada por el propio gobierno pakistaní. El ejército indio a su vez invadió Cachemira y ocupó la capital. Finalmente, Hari Singh anunció su integración en la India a finales de octubre de ese año. Mientras tanto los combates entre el ejército indio y pakistaní prosiguieron hasta el 49. Fue la primera guerra indo-pakistaní. Desde entonces hasta hoy la India acusa a Islamabad de apoyar a los terroristas de Jammu-Cachemira. E Islamabad reclama la puesta en marcha de un referéndum para que sea la población de Jammu-Cachemira la que decida su pertenencia a la India o a Pakistán. A esto replica la India que la unión entre India y Cachemira fue totalmente legal ya que fue decidida en su momento por el maharajá de Cachemira, que la India (a diferencia de Pakistán) es un país democrático y que por todo ello hablar de referendum es sencillamente absurdo. La India naciente era un estado en peligro de descomposición debido a su juventud y a su enorme diversidad. Ejemplos de ello son que en la India se hablan mas de 100 lenguas distintas (de las cuales nada menos que 19 son oficiales) o que casi el 30% de la población profesa religiones distintas del hinduismo o que las numerosas etnias minoritarias suman el 28% de la población, etc. Los líderes hindúes ven en Pakistán al enemigo común que puede unir a toda la diversidad de pueblos y culturas que forman la India y con ello garantizar la estabilidad y la unidad nacional. Y de paso ganar votos y asegurarse la reeleción mediante campañas y políticas populistas, nacionalistas y demagógicas.
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Pakistán considera igualmente básico el enfrentamiento con la India para recuperar Cachemira. A diferencia de la India (que es democrática y secular), Pakistán es dictatorial y basa su unidad en la religión musulmana. Desde que perdió Bangladesh a consecuencia de la guerra con la India en 1971 los punjabis, que ya tenían dominado el país, pasaron a ser la población mayoritaría y las minorías se sienten todavía mas aplastadas por ellos. Baste de ejemplo que ya en 1972 Pakistán tuvo que esforzarse por reprimir los movimientos separatistas en Baluchistán y en 1975 de nuevo tuvo que esforzarse por sofocar los movimientos separatistas en la Provincia de la frontera del Noroeste. Por todo ello el gobierno pakistaní considera que el enfrentamiento con la India les da un enemigo común lo que cohesiona el país y les permite reducir el riesgo de revueltas de las minorías. A lo dicho anteriormente hay que añadir que los puertos montañosos de Cachemira tienen un enorme interés estratégico tanto para India como para Pakistán. La segunda guerra tuvo lugar en el 65 y de nuevo fue provocada por la posesión de Jammu-Cachemira. La tercera tuvo lugar en el 71 y fue debida a la secesión del Pakistán Oriental (lo que hoy es Bangladesh). En el 83 empezó otra guerra en el Karakorum consistente en continuos bombardeos y escaramuzas terrestres con ocasionales momentos de calma. Allí se combate a mas de 5000 metros de altura y la guerra ha proseguido hasta que hace pocos años Musharraf se esforzó por enfriar las relaciones con India. Las posiciones son evacuadas cada invierno ya que las temperaturas caen por debajo de los 40 grados bajo cero. Son reocupadas al inicio de la primavera y los combates siguen. Pero a los yihadistas no les importa correr el riesgo de morir congelados si con ello pueden hacer la yihad. Cuando en abril del 99 el ejército indio se disponía a reocupar sus búnkers, helipuertos, trincheras e instalaciones, las encontraron ocupadas por yihadistas. El ejército indio tuvo que emplearse a fondo para recuperar la mayor parte de sus posiciones. El gobierno pakistaní temía una invasión a través del Punjab o del Sind y amenazó a India con un conflicto nuclear (tanto India como Pakistán disponen de armamento nuclear desde mayo del 98). Finalmente, el 4 de julio del 99 el presidente pakistaní se comprometía en Washington a retirar a los yihadistas y enfriar las relaciones con India. De nuevo hubo otra crisis en los meses de mayo y junio de 2002 cuando se llegaron a concentrar en la frontera un millón de hombres y de nuevo se temió el uso de armas nucleares. He omitido describir los conflictos anteriores y el estado de los ejércitos convencionales indio y pakistaní por que no es relevante para este hilo. Lo relevante es que ambos países tienen arsenal nuclear, que ya han estado cerca de usarlo y que el gobierno de Pakistán está en permanente peligro de ser derrocado por terroristas fanáticos. No solo hay integrismo islámico entre las masas pakistanies, también lo hay en la policía, los servicios secretos, el ejercito y la administración. El presidente Musharraf ya ha sufrido varios atentados. El día que el gobierno pakistaní sea derrocado por terroristas las probabilidad de que 75
haya un conflicto nuclear entre ambos países serán muy altas. Y no tendrá que ser necesariamente Pakistán el primero en atacar. La India puede sentirse tan amenazada por un gobierno terrorista en Pakistán que decida adelantarse y atacar primero. Independencia de Argelia. Colonia francesa desde 1830-47, Argelia contaba con una importante minoría europea, 1 millón sobre 9 millones de habitantes, a la hora de comenzar la guerra de independencia. El Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino dirigido por figuras como Budiaf o Ben Bella inició las hostilidades militares contra la administración francesa el 1 de noviembre de 1954. En agosto de 1955 la guerra se recrudeció en la región de Constantina con importantes matanzas por ambos bandos y con una durísima represión parte del ejército francés. En 1956, Francia había ya desplegado un ejército de 500.000 soldados. Ese mismo año, los franceses intentaron con los británicos la operación del Canal de Suez, operación que era vista en París como un medio de debilitar a Nasser, el gran apoyo externo del FLN. El fracaso franco-británico alentó las esperanzas de los insurgentes argelinos. Ese mismo año, Francia concedía la independencia a Marruecos y Túnez y concentraba todas sus fuerzas en retener la "Argelia francesa". El enfrentamiento armado se recrudeció: en 1956-1957 tuvo lugar lo que se conoce como la "Batalla de Argel": los ataques terroristas del FLN contra objetivos civiles y militares franceses fueron contestados de forma brutal por los paracaidistas del general Jacques Massu. La tortura generalizada y la ejecución sumaria de centenares de sospechosos se convirtieron en recursos normales en la acción del ejército francés. En mayo de 1958 tuvieron lugar importantes disturbios protagonizados por los colonos franceses. Tras atacar las oficinas del Gobierno General en Argel con la connivencia del ejército, reclamaron la vuelta al poder del general De Gaulle. Ante el peligro evidente de un conflicto civil en Francia, el general retorno como primer ministro y en junio visitó Argel en medio de escenas de gran entusiasmo. Sin embargo, De Gaulle, que había llegado al poder como el defensor de la "Argelia Francesa", va a desencadenar el proceso que llevó rápidamente a la independencia. Tras prometer reformas económicas, en 1959 aceptó el principio de la autodeterminación del pueblo argelino. La respuesta de los colonos fue un nuevo levantamiento en enero de 1960 que fracasó por la falta de apoyo militar. En 1961, un golpe militar organizado por cuatro generales, entre ellos Salan y Challe que habían sido jefes del ejército en Argelia, fracasó.
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Las negociaciones se iniciaron en mayo de 1961. Mientras la oposición de los colonos se organizó en torno la Organización del Ejército Secreto (Organization de l'Armée Secrète - OAS) que inició una dura campaña terrorista. Finalmente se firmaron los Acuerdos de Evian el 18 de marzo de 1962. Una nueva oleada terrorista del OAS no impidió que en julio se celebrara un referéndum en el que las posturas independentistas vencieron abrumadoramente (6,000,000 votos a favor de la independencia y solo 16.000 en contra). Argelia proclamó su independencia e ingresó en la ONU el 8 de octubre de 1962. Revolución iraní. En 1953, un golpe de Estado derrocó al gobierno democrático de Mohammad Mosaddeq, dando paso a una monarquía a cuya cabeza se colocó uno de los dirigentes del golpe, con el título de emperador o Sah de Irán. Los partidos políticos fueron disueltos y se creó una poderosa policía política. Sin embargo, la monarquía tenía problemas de legitimidad, por lo que intentó apoyarse en el clero chií. El sah puso en marcha la "revolución blanca", empresa de modernización del país apoyada en las rentas del petróleo y en la ayuda de Estados Unidos. Así, se emprendió una reforma agraria, la participación de los asalariados en los beneficios de las empresas, el sufragio femenino, la alfabetización y el intento de creación de una forma de Islam favorable a estas reformas y al régimen. Sin embargo, las reformas no tienen los efectos anunciados: una gran parte de la población se empobrece cada vez más mientras que la oligarquía dominante se enriquece, todo ello unido a un férreo control político y a un aumento de la represión paralelo al aumento del descontento. El descontento es aprovechado por el clero chií, contrario a algunos aspectos "occidentalizantes" del régimen. El clero se convierte así en el principal adversario de la monarquía, a pesar de que existían organizaciones de oposición laicas como el Partido Tudeh (comunista), el Frente Nacional, de carácter socialdemócrata y urbano, y la extrema izquierda. El clero está bien organizado, con una jerarquía similar a la del clero católico (lo que es propio del islam chií y ajeno al islam mayoritario), y cuenta con el apoyo de buena parte de la población del país, chií en un 80% y en su mayor parte, tradicional, dado que los modos occidentalizantes tanto del régimen como de la oposición laica sólo afectan a la población urbana. A finales de los años 70 cunde el deseo de cambio de régimen: manifestaciones multitudinarias y represión se suceden. El sha entonces promete emprender reformas políticas, pero el descontento es tan grande que exige su renuncia. Un hombre capitalizará este descontento: se trata del ayatolá Jomeini. Exiliado en el vecino Iraq desde 1964, las tensiones políticas en Irán hacen que el régimen de Bagdad se deshaga de él. Se instala entonces en Francia, donde los medios de comunicación occidentales le convierten en portavoz de la oposición iraní. Todo intento de sublevación era sofocado por la autoridad del sha. Para ello se basaba en le poder de la SAVAK, un grupo policial que se encargaba de vigilar 77
toda las actividades de la población civil. A ellos se les atribuyen las desapariciones y torturas durante el reinado del sha. En la versión del periodista Ryszard Kapuscinski de la historia, basada en su experiencia como corresponsal, la SAVAK tenía métodos que iban desde quemar los párpados de sus víctimas hasta lanzarlos contra planchas de hierro al rojo vivo para quemarlos. Entre los detenidos se destacaban intelectuales del país. Estos oficiales actuaban como una Policía del pensamiento, siguendo la lectura del periodista polaco, ya que se encargaban de reprimir de tal modo que era inclusive prohibido tocar temas en la calle relacionados con el sha o la dictadura. Esta opresión, sumada con la desproporción social y económica que vivía Irán en la década de los setenta, provocó la caída del último líder de la dinastía Pahlevi. Según Kapuscinski, la revolución surge en Qom, un pueblo a 150 km al sur de Teherán, de donde el ayatollah Jomeini era originario. Éste había sido un crítico de la gestión del sha Reza, sobre todo, por la pérdida de la moral y los valores islámicos y la intromisión de las potencias occidentales. El suceso que marcó la revuelta se debe a que en el diario Etelat se publicó un artículo atacando a Jomeini: allí se le calificaba de "extranjero" (con toda la connotación que esto traía) por tener abolengos indios. En Qom, salieron a protestar a la plaza del pueblo los indignados coterraneos del ayatollah. Esto provocó que la policía intentara disolver la protesta; éstas estaban prohibidas por el régimen del sha. Sin embargo, los manifestantes se quedaron allí, lo que hizo que los oficiales se subieran a los tejados de las casas circundantes de la plaza y abrieran fuego contra la multitud. El resultado: centenares de muertos. Esto trajo una consternación nacional que hizo que las protestas se repitieran a lo largo de Irán, causando las mismas nefastas consecuencias para la población civil, es decir, más muertos. Sin embargo, los levantamientos se fueron haciendo mayores y las protestas crecieron hasta llegar a Teherán. Aunque la policía y los militares trataban de reprimirlos mediante la violencia, no se podían detener. Kapuscinski cuenta que inclusive, los estudiantes llenaban sus cuadernos con la sangre de los manifestantes en señal de advertencia. El ambiente se hizo demasiado tenso entonces para el sha, por lo que dimitió y huyó. El 16 de enero de 1979 el sah se exilia a Egipto, y el 1 de febrero regresa Jomeini. Bajo su dirección, los islamistas consiguen enseguida hacerse con las riendas de la revolución y reprimir a los demás grupos. El 31 de marzo se hace un referéndum sobre la proclamación de la república islámica, la opción del clero es respaldada, según los datos oficiales, por el 99,9% de la población. Repercusiones Según el historiador Eric Hobsbawm la Revolución iraní introdujo una novedad en la historia del siglo XX, al ser la primera revolución contemporánea que no tuvo sus raíces en la ilustración europea, como sería el caso de las revoluciones de 78
corte nacionalista, liberal o socialista, herederas más o menos directas de la tradición revolucionaria inaugurada por la Revolución francesa. El éxito de la revolución iraní inspiraría y patrocinaría la formación de organizaciones yihadistas como Hezbollah en el Líbano. En el aspecto económico, la Revolución iraní conjugada con la guerra con Irak fue el detonante de la Segunda Crisis del petróleo que se produjo entre 1979 y 1981. La revolución sandinista (Nicaragua). El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), así denominado en honor de César Augusto Sandino héroe de la resistencia nicaragüense contra la ocupación norteamericana (1927-1933), fue fundado en 1962. Desde un principio se manifestó contra la dictadura de la familia Somoza, contra la influencia norteamericana y a favor de establecer un régimen socialista. Sus tácticas guerrilleras, inspiradas en las que practicó Castro en Cuba, desencadenaron brutales y sangrientas represalias por parte de la Guardia Nacional del Somoza. Pese a problemas internos entre las tres grandes tendencias del movimiento, la creciente rebelión popular llevó al FSLN a unirse bajo el liderazgo de Daniel y Humberto Ortega y a encabezar la revolución que finalmente derrocó la dictadura de Somoza en julio de 1979. Aunque al llegar al poder el FSLN, dirigido por Directorio de nuevo miembros liderado por Daniel Ortega, confiscó las vastas posesiones de los Somoza y nacionalizó las principales industrias, no aplicó una política de economía centralizada de estilo soviético. Tampoco acabó totalmente con las libertades y permitió otros partidos políticos y celebró elecciones. El principal problema fue la Contra, ejército guerrillero armado y subvencionado por la administración de Ronald Reagan a veces de forma fraudulenta como demostró el denominado escándalo Irán-Contra. Esta agresión militarizó aún más al régimen que fue cayendo bajo la dependencia de la URSS y la Cuba de Castro. La perestroika, con su consiguiente desligamiento del apoyo militar al FSLN, y la presión de la Contra, llevaron finalmente a que en las elecciones de 1990 los sandinistas fueran desalojados del poder en las urnas. Sudáfrica. El apartheid es una política de segregación racial practicada en la República de Sudafrica, situada en el sur del continente africano y que duró prácticamente 50 años de este siglo. El término apartheid en lengua africaans significa separación y describe la rígida división entre la minoría blanca gobernante y la mayoría no blanca, vigente hasta 79
las primeras elecciones generales de 1994 en las que pudo participar toda la población. Antes de que el apartheid se convirtiera en la política oficial, Sudáfrica ya tenía una larga historia de segregación racial y dominio blanco. En 1910 solo los "blancos" podían acceder al Parlamento y una ley de 1913 sobre las tierras indígenas limitaba a 21 millones de acres (42 millones de ha.) la tierra que podía estar en manos de los negros, que era un 13% de la extensión del pais. Muchos africanos se opusieron a estas restricciones y 1912 se creó el Congreso Nacional Africano ( C.N.A. o A.N.C. con siglas en inglés.) para luchar contra estas políticas injustas del gobierno. En la década de 1950, cuando el apartheid se adoptó como política oficial, el A.N.C. declaró que " Sudafrica era de todos sus habitantes, ya fueran negros o blancos" y luchó de forma activa por su abolición. El Partido Nacional ( N.P.) introdujo el apartheid en su programa electoral de 1948 y, tras su victoria, pasó a formar parte de la política gubernamental de la República de Sudáfrica hasta principios de la década de 1980. Esta política ha sido muy criticada en el ambito internacional y dio lugar a diversas sanciones económicas y de aislamiento por parte de numerosos paises y ratificada por las instancias internacionales. La legislación del apartheid clasificaba la población en tres grupos raciales: blancos, bantúes o negros y de color o mestizos. Posteriormente se añadieron los hindúes y pakistaníes como otra categoría más. La legislación fijaba los lugares de asentamiento de cada grupo, los trabajos que podían realizar y el tipo de educación que podían recibir. También prohibía casi cualquier tipo de contacto social entre las diferentes razas, así, no podía haber matrimonios mixtos, no podían bañarse en las mismas playas, no podían usar los mismos medios de transporte, obligaban a la agrupación de los bantúes en zonas negras o bantustanes, etc. El tipo de enseñanza era completamente distinta y , por supuesto, separada de forma que los "no blancos" recibían una inferior educación puesto que iban a tener un trabajo inferior aunque gracias, sobre todo, a las escuelas religiosas, algunos sudafricanos de raza negra recbían educación superior e incluso habia una universidad "para negros", la de Fort Hare, donde estudió Nelsón Mandela, pero esto era para una pequeña minoría. Para mantener la separación y que esta fuera efectiva había un sistema de cartillas de control o pases que todo negro sudafricano estaba obligado a llevar en todo momento y limitaba su acceso a las zonas para blancos. Así, por ejemplo, a veces las familias quedaban separadas a causa de este sistema de pases, como en el caso de un negro que no podía visitar a su esposa que trabajaba en una 80
zona blanca (generalmente de criadas) porque los pases de visita solo se concedían a los trabajadores de esa zona. Las personas blancas que se oponían abiertamente a apartheid eran consideradas comunistas y fuera de la legalidad. El gobierno sudafricano decretó estrictas medidas de seguridad convirtiendo al país en un estado policial. Dentro del país había muchos grupos e instituciones que luchaban contra el apartheid. Los mas conocidos son el ya nombrado Congreso Nacional Africano, A.N.C., con sus líderes Oliver Tambo y Nelson Mandela, también estaban las iglesias sudafricanas cuyo representante mas conocido es el arzobispo de Ciudad de El Cabo, Desmond Tutú. Otras organizaciones eran los sindicatos ( ilegales hasta 1990 ) y movimientos políticos y sociales que se fueron agrupando con el A.N.C.. Una fecha señalada que comenzó a marcar el declive del apartheid por el boicot económico, político y social aque fue sometido el pais es el 21 de Marzo de 1960. Ese día en Sharpeville, al suroeste de Johannesburgo, la policía abrió fuego contra una manifestación que protestaba por la ley de pases y el resultado fue una de las peores matanzas de civiles perpetradas en el pais. Hubo 69 muertos y casi 400 heridos. La manifestación formaba parte de una campaña de desobediencia civil que pretendía obligar al gobierno a cambiar la ley. Se declaró estado de emergencia en toda Sudáfrica y el gobierno ilegalizó las pocas organizaciones políticas negras que eran legales. Gracias a la presión internacional desde 1960 hasta mediados de la década de 1970 el gobierno intentó hacer una política de "desarrollo separado", así , a los negros se les asignaban áreas pobres de nueva creación que estaban destinadas a convertirse en un futuro en insignificantes estados, mientras la población blanca mantenía el control sobre mas del 80% del país con toda su riqueza como sus famosas minas. Esto; por supuesto, no fue suficiente y dió lugar a una escalada de violencia, huelgas, boicots y manifestaciones que obligaron al gobierno a aprobar a partir de 1975 una serie de reformas que permitieron la organización de sindicatos negros y cierto grado de actividad política por parte de la oposición. En 1984, la Constitución , abrió de modo parcial la participación del parlamento a los mestizos y asáticos, pero siguió excluyendo a los negros (mas del 75% de la población). Siguieron los enfrentamientos y la violencia en el interior del país que añadido a la presión de los organismos internacionales hizo que bajo la presidencia de P. Botha se suprimieran los salvoconductos, (pass), que todo negro estaba obligado permanentemente a llevar a la vez que desaparecían algunas prohibiciones como los matrimonios mixtos. Pero hubo que esperar al acceso a la presidencia en 1989 de Frederik Williem De Klerk para que el gobierno sudafricano entrara resueltamente en el proceso de 81
desaparición total del apartheid, se liberaron a los líderes anti-apartheid con penas de larga duración, se terminó con la segregación en las playas y sobre todo unas fechas muy significativas como fue febrero de 1990 en que se levantó la prohibición que pesaba sobre el A.N.C. y puso en libertad a Mandela tras 28 años de prisión. En mayo de 1990 se puso fin a la segregación en los hospitales y el 15 de octubre del mismo año entró en vigor la ley votada en junio, que derogaba la segregación racial en lugares públicos. En junio de 1991 el Parlamento procedió a la abolición total de las leyes fundamentales del apartheid. De este modo, fueron abolidas las leyes sobre la tierra, sobre la restricción de resdencia y sobre la clasificación racial. Este mismo año, en 1991, Nelsón Mandela fue elegido presidente del Congreso Nacional Africano participando directamente en las complicadas y largas negociaciones, salpicadas de huelgas generales, con el presidente del Partido Nacional de De Klerk. Finalmente, se alcanzó un acuerdo el 13 de noviembre de 1993 en el que se acordaba instituir en Sudáfrica un régimen democrático no racial ni sexista basado en el principio enarbolado por los luchadores negros, de " una persona, un voto". Como reconocimiento al éxito de estas difíciles negociaciones Mandela y De Klerk compartieron en 1993 el Premio Nobel de la Paz. Las primeras elecciones libres en la historia de Sudáfrica se celebraron del 26 al 29 de abril de 1994 y el A.N.C. obtuvo una clara vistoria siendo elegido Nelson Rolihlahla Mandela primer presidente negro del país, el 10 de mayo de 1994. Su Vicepresidente fue De Klerk. Tras la aprobación parlamentaria en mayo de 1996 de la nueva Constitución sudáfricana se completó el proceso de democratización e igualdad entre todos los ciudadanos de Sudáfrica. Habían pasado largos años de torturas, persecuciones y desigualdades pero, para ser realistas, a pesar de que en el país ya no existe la segregación racial de forma oficial, siguen existiendo diferencias sociales, ecónomicas y políticas entre la población blanca y la negra como desgraciadamente ocurre en otros tantos paises. Ha desaparecido el apartheid en Sudáfrica como conjunto de leyes racistas pero hay que seguir intentando conseguir la igualdad total entre todos los ciudadanos. Conferencia de Bandung y movimiento de los países no-alineados. Conferencia de Bandung La Conferencia de Bandung fue una reunión de estados asiáticos y africanos, la mayoría de los cuales acababan de acceder a la independencia. Fue organizada por los grandes líderes independentistas: Nehru de la India y Sukarno de 82
Indonesia, además de los líderes de Pakistán, Birmania y Sri Lanka. Estos cinco países asiáticos invitaron a otros 25 a participar en la conferencia. En total acudieron veintinueve países. Desarrollo. Se celebró entre el 18 de abril y el 24 de abril de 1955 en Bandung, Indonesia, con el objetivo de favorecer la cooperación económica y cultural afroasiática, en oposición al colonialismo y el neocolonialismo de las antiguas metrópolis y los Estados Unidos, así como a su inclusión dentro del área de influencia exclusiva de la Unión Soviética. Se acordaron una serie de principios que debían guiar las relaciones internacionales de los integrantes del Movimiento de Países No Alineados, fundado en su espíritu en esta conferencia: 1. Respeto por los derechos fundamentales del hombre y para los fines y principios de la Carta de las Naciones Unidas. 2. Respeto para la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones. 3. Reconocimiento de la igualdad de todas las razas y de todas las naciones, grandes y pequeñas. 4. Abstención de intervenciones o interferencia en los asuntos internos de otros países. 5. Respeto al derecho de toda nación a defenderse por sí sola o en colaboración con otros Estados, en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. 6. Abstención de participar en acuerdos de defensa colectiva con vistas a favorecer los intereses particulares de una de las grandes potencias. b) Abstención por parte de todo país a ejercitar presión sobre otros países. 7. Abstención de actos o de amenaza de agresión y del uso de la fuerza en los cotejos de la integridad territorial o de independencia política de cualquier país. 8. Composición de todas las vertientes internacionales con medios pacíficos, como tratados, conciliaciones, arbitraje o composición judicial, así como también con otros medios pacíficos, según la libre selección de las partes en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. 9. Promoción del interés y de la cooperación recíproca. 10. Respeto por la justicia y las obligaciones internacionales.
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La Conferencia se organizó en tres comisiones de trabajo: una política, una económica y una cultural. El comunicado final elaborado por los participantes recogió las conclusiones de la conferencia sobre cooperación económica, cooperación cultural, derechos del hombre, autodeterminación, problemas de los pueblos dependientes, la promoción de la paz y la cooperación mundiales con los principios de la coexistencia pacífica, así como una condena de la discriminación racial y sobre la radioactividad.
El principal objetivo de la conferencia era el establecimiento de una alianza de Estados independientes y la instauración de una corriente neutralista y de no alineamiento con la política internacional de las dos grandes potencias. El Movimiento de Países No Alineados integró a países como la Cuba revolucionaria o la Yugoslavia socialista, que pretendían mantener una posición de independencia respecto a la URSS. Para celebrar el aniversario número 50 de la Conferencia, los Jefes de Estado y de Gobierno de países asiáticos y africanos se reunieron en una Encuentro AsiaÁfrica entre el 20 y el 24 de abril de 2005 en Bandung y Yakarta. Algunas sesiones de la nueva conferencia tuvieron lugar en el Gedung Merdeka (Edificio de la Independencia), sitio de la conferencia original. Esta nueva reunión concluyó con el establecimiento de una Nueva Alianza Estratégica Afro-Asiática. Países participantes Afganistán Arabia Saudita Bhután Birmania Camboya Ceilán
China Egipto Etiopía Filipinas India Indonesia
Movimiento de los países no-alineados. El Movimiento de Países No Alineados (NOAL o MPNA) es una agrupación de Estados que se formó durante el conflicto geopolítico/ideológico mundial de la segunda mitad del siglo XX, llamado Guerra Fría, que se manifestó con el enfrentamiento indirecto entre los EE.UU. y la URSS. La finalidad del MPNA era conservar su posición neutral y no aliarse a ninguna de las superpotencias ya nombradas. Aunque haya caído el Muro de Berlín (1989) y la URSS se haya disuelto (1991), la organización continúa vigente. Precedentes
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La configuración del Movimiento de países No Alineados tuvo una serie de precedentes con los que, si bien no se puede relacionar directamente, sí tuvo muchas cuestiones en común. Los más destacados fueron: 1. El Congreso de los pueblos oprimidos. Se celebró en Bruselas en el año 1927 y contó con la presencia de numerosos líderes asiáticos, africanos y latinoamericanos, además de varios intelectuales europeos. 2. La Conferencia de Colombo, convocada en plena Guerra de Indochina por los países asiáticos para analizar dicha cuestión. Estas dos reuniones son el embrión de la trascendental Conferencia de Bandung, a la que podemos considerar la entrada en la escena internacional del Movimiento de Países No Alineados. Historia de la organización a través del tiempo Formación y primeros años El Movimiento de Países No Alineados tiene su antecedente originario en la Conferencia de Bandung, Indonesia, en 1955, que reunió a 29 Jefes de Estado de la primera generación postcolonial de líderes de los dos continentes para identificar y evaluar los problemas mundiales del momento, a fin de desarrollar políticas conjuntas en las relaciones internacionales. En esa Conferencia se enunciaron los principios que deberían gobernar las relaciones entre las naciones grandes y pequeñas, conocidos como los ―Diez Principios de Bandung‖. Dichos principios fueron adoptados posteriormente como los principales fines y objetivos de la política de no alineamiento y los criterios centrales para la membresía del Movimiento. Con el paso de los años, el Movimiento evolucionó desde una neutralidad pasiva hacia un activismo de no alineación que le llegó a dotar de una importante fuerza internacional. Seis años después de Bandung, sobre una base geográfica más amplia, se estableció el Movimiento de Países No Alineados en la Primera Conferencia Cumbre de Belgrado, celebrada del 1 al 6 de septiembre de 1961. Asistieron a la Conferencia 28 países (25 países miembros y 3 observadores), principalmente nuevos Estados independientes. De América Latina, Cuba fue el único país participante en calidad de miembro. Los criterios de membresía formulados en la Conferencia Preparatoria para la Cumbre de Belgrado (El Cairo, 1961), demuestran que el Movimiento no fue concebido para desempeñar un papel pasivo en la política internacional, sino para formular sus propias posiciones independientes, reflejando sus intereses y condiciones como países militarmente débiles y económicamente subdesarrollados.
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Así, los objetivos primarios de los países no alineados se enfocaron en el apoyo a la autodeterminación, la oposición al Apartheid, la no-adhesión a pactos multilaterales militares, la lucha contra el imperialismo en todas sus formas y manifestaciones, el desarme, la no-injerencia en los asuntos internos de los Estados, el fortalecimiento de la Organización de las Naciones Unidas, la democratización de las relaciones internacionales, el desarrollo socioeconómico y la reestructuración del sistema económico internacional. Los No Alineados en los años 60 y 70 La celebración de la Conferencia de Belgrado supuso un importante impulso para el Movimiento y consiguió que la política del no alineamiento aumentara su influencia en el mundo, sustituyendo progresivamente al afroasitatismo nacido en la Conferencia de Bandung. El Movimiento da otro paso importante con la fundación en mayo del 63 por parte de 31 países africanos independientes de la O.U.A., que consagraba el no alineamiento en África. En pleno auge del movimiento se celebra la II Conferencia Cumbre del Movimiento de los Países No Alineados, que se desarrollará en El Cairo entre los días 5 y 10 de Octubre de 1964. En esta ocasión van a participar 47 países miembros de pleno derecho, 10 observadores y 30 representantes de Comités de Liberación de países que aún no habían conseguido su independencia. Los hechos más destacados de esta segunda conferencia fueron la elaboración de un Programa para la paz y la colaboración internacional, y el apoyo a la lucha contra el colonialismo, el racismo y el apartheid. También se redactaron los principios de la coexistencia pacífica. En el periodo inmediatamente posterior a esta II Conferencia, se le plantean numerosos problemas a la política de no alineación, derivados del desplazamiento del conflicto entre EE. UU. y la URSS a países del movimiento. Algunos ejemplos son el conflicto en Vietnam, los enfrentamientos árabe-israelíes o la caída de Sukarno en Indonesia. En este contexto, se desarrolla (bajo iniciativa de Tito) una nueva Conferencia Cumbre entre los días 8 y 10 de Septiembre de 1970; la sede en esta ocasión fue la ciudad de Lusaka, en Zambia. La participación subió a 54 países miembros, 8 observadores y nuevamente varios representantes de Comités de Liberación de territorios no independientes. En esta Conferencia, se elaboran dos Declaraciones: La Declaración sobre la paz, la independencia, el desarrollo, la cooperación y la democratización de las relaciones internacionales. En ella se plasmaban los principios fundamentales de los países no alineados, consistentes en la lucha por la paz, la acción contra el colonialismo y el racismo, la diplomacia como solución a los problemas, los esfuerzos por terminar la carrera armamentística, la oposición al establecimiento de bases militares en territorios extranjeros, la realización de campañas en favor del aumento de autoridad de la Asamblea de la ONU, la aspiración a la independencia económica y la cooperación en pie de igualdad entre los países. También recogía la necesidad de proseguir la lucha anticolonial, instaba a no dejarse someter por ningún país extranjero y reclamaba la liquidación de todas las alianzas militares. La otra es la Declaración sobre la no alineación y el 86
progreso económico. En ella se fijaban las normas de cooperación económica entre los países miembros, y las bases del Desarrollo de la Cooperación Regional, un programa de acción económica común, estipulando el comienzo de negociaciones preliminares sobre los temas citados entre los países no alineados. Por último, en esta III Conferencia se adoptaron catorce resoluciones relativas a distintos temas de actualidad. Con la Conferencia de Lusaka, el Movimiento de No Alineación entra en una nueva fase de expansión, con la que se llega a la siguiente Conferencia, celebrada en Argel en Septiembre del 73. En ella, el número de asistentes seguía creciendo y llegaba ya a los 75 miembros, 7 observadores, 3 invitados y 12 representantes de Comités de Liberación. Esta IV Conferencia elaboró una declaración en la misma línea que las anteriores cumbres, profundizando en las críticas al sionismo, al apartheid, al colonialismo todavía existente y al racismo. La novedad de esta conferencia reside en que también se elabora una interesante Declaración Económica en la que se analiza el imperialismo y la situación de los países en vías de desarrollo. Esta Conferencia de Argel supone un importante avance en la preocupación por los problemas económicos de los países no alineados. La V Conferencia Cumbre tuvo lugar en Agosto del 76 en la ciudad de Colombo (Sri Lanka); en esta cumbre el número de países miembros participantes fue de 86, asistiendo también 10 observadores, 7 invitados y varios representantes de organizaciones de Liberación Nacional y de otras organizaciones internacionales. La Declaración Política analizaba la disminución de las tensiones internacionales, el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo, la situación en África, Asia y Latinoamérica, la discriminación racial y la injerencia en asuntos internos de los Estados o de la ONU. Al igual que en las últimas conferencias, también se desarrolló una Declaración Económica cuyo punto principal trataba la situación económica internacional y las perspectivas de os países en vías de desarrollo. Se aprobó también un Programa de Acción de la Cooperación Económica y siete resoluciones. A mediados de los setenta, el Movimiento de No Alineados alcanza su mayor grado de importancia en todos los sentidos; por un lado, la relación entre los dos bloques parece rebajar su tensión y por otro, su expansión geográfica también ha sido muy considerable pasando de los 25 participantes en Belgrado a los 86 de Colombo (que todavía aumentarán, como veremos, en cumbres posteriores). A pesar de que se rechaza por parte de sus miembros la institucionalización, sí se crea en estas fechas una oficina de Coordinación para tratar los asuntos referidos a la no alineación, que queda instalada en Argel. En esta fase de relanzamiento, se llega a la VI Conferencia Cumbre, celebrada en La Habana en 1979. La participación sigue creciendo: esta vez son 96 los miembros, 9 observadores y 10 los invitados. Como en anteriores cumbres, también participan varios delegados de organizaciones de liberación internacional. Fidel Castro, como presidente del movimiento (los países anfitriones siempre ocupaban la dirección hasta la siguiente cumbre), pronuncio dos discursos (uno de apertura y otro de clausura) en los que definió con detalle los objetivos del Movimiento. La Conferencia elaboró, como en ediciones anteriores, una Declaración Política, una Declaración económica y un Programa de Acción para la 87
Cooperación Económica además de aprobar varias resoluciones referentes a la situación internacional. Movimiento de Países No Alineados en los años 80 A pesar del momento de pujanza y expansión que el Movimiento vivía a finales de los setenta, durante la década siguiente se va a enfrentar a una serie de crisis que van a cambiar notablemente su funcionamiento y su propia razón de ser. Obviamente, la crisis del Bloque del Este y el posterior derrumbe del socialismo, condicionó notablemente la actuación del Movimiento. Por otro lado, también se enfrentó a contradicciones de tipo interno; varios conflictos bélicos enfrentaron de manera bilateral a países miembros. El más importante fue el conflicto entre Irán e Iraq y que imposibilitó la celebración de la VII Conferencia Cumbre de Bagdad prevista para Septiembre del 82. Esta séptima cumbre, se desarrolló finalmente en Nueva Delhi y además de las habituales Declaraciones Políticas y Económicas y el Programa de Acción Colectiva, se elaboró un documento titulado ―Mensaje de Nueva Delhi‖ de notable trascendencia. En él, se analizaba la actual situación de crisis mundial y el concepto de ―Coexistencia Pacífica‖. También se realizó un llamamiento en favor de la paz y de la superación de los conflictos existentes (Oriente Próximo, Namibia, Sur de África, etc.). La VIII Conferencia Cumbre celebrada en Septiembre del 86 en Harare (Zimbabwe) profundizó la línea de la celebrada en la India y tuvo como hechos más significativos los discursos de importantes líderes mundiales con motivo del vigésimo quinto aniversario del Movimiento. Intervinieron entre otros, Robert Mugabe, R. Gandhi o Fidel Castro. La caída del Bloque del Este va a sumir al movimiento en una crisis que llega a amenazar su propia existencia. La desaparición de uno de los dos bloques provoca que las actuaciones y el propio sentido del Movimiento tenga que cambiar. El Movimiento de los No Alineados desde el año 90 hasta la actualidad El derrumbamiento del bloque Soviético y el fin de la Guerra Fría provocó que el Movimiento de Países No Alineados perdiera muchos apoyos y perdiera parte de su significado. La Conferencia de Yakarta en el 92 supone en este sentido un punto y aparte en el Movimiento. Al ser la primera Conferencia tras el fin de la Guerra Fría, en ella se plantea un cambio en las estrategias de los países miembros. A partir de entonces los grupos de países poderosos como la Union Europea o el G8 pasan a ser los puntos de atención de los países No Alineados. Sostienen los miembros que parte de los problemas que tenían los países del Tercer Mundo durante la Guerra Fría se han visto acrecentados con el Unilateralismo Actual y con el proceso de globalización neoliberal que vivimos; algunos conceptos como la guerra preventiva son de enorme importancia para los países del Tercer Mundo. Con esta idea, consideran imprescindible fortalecer los vínculos entre los países en vía de Desarrollo para conseguir una mayor eficiencia en la defensa de sus intereses comunes. 88
Las reivindicaciones más importantes actualmente son la defensa de las bases fundacionales de las Naciones Unidas, los principios relativos a la independencia política y la soberanía de los Estados, la no intervención en asuntos internos de los países y la solución de los conflictos sin recurrir ni a amenazas ni al uso de la fuerza. También el estancamiento del proceso de reforma del Consejo de Seguridad y la existencia del derecho de veto, hechos que limitan enormemente la capacidad de los países No Alineados suponen otros de los caballos de batalla del Movimiento. En las últimas conferencias celebradas en Cartagena de Indias (1995), Durban (1998), Kuala Lumpur (2003) y La Habana (2006), se han tratado todas estas cuestiones y se ha trabajado para revitalizar el movimiento y adaptarlo a las nuevas condiciones renunciando lo menos posible a los principios fundacionales. En total, hasta hoy se han celebrado catorce Conferencias Cumbres del MNOAL. La XIV Conferencia de Jefes de Estado y Gobierno del MNOAL se celebró del 11 al 16 de septiembre del 2006, en La Habana, Cuba. Aunque el Movimiento incluye a la mayoría de los países en desarrollo, no es idéntico al Grupo de los 77. Un número de países ha permanecido fuera del MNOAL porque no cumplen los criterios de membresía o porque no han aplicado para ello por consideraciones políticas nacionales. El MNOAL tiene un común denominador más alto que el G-77 y una dirección política dada por los principios y objetivos que comparten sus miembros.
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BLOQUE V RECONOCE LOS PROCESOS HISTÓRICOS ACTUALES EN EL ENTORNO MUNDIAL. UNIDAD DE COMPETENCIA: Relaciona los movimientos de liberación nacional en el mundo y la importancia de los países no alineados. CONOCIMIENTOS.
Reconoce el impacto de la reunificación alemana. Identifica los procesos de desintegración de los países socialistas europeos.
Yugoslavia. Checoslovaquia. Unión Soviética.
Conoce las características del mundo unipolar.
Identifica las causas y consecuencias del intervencionismo en Medio Oriente. Reconoce la importancia de la Unión Europea en el desarrollo Europeo actual.
Reconoce la importancia de nuevas potencias en el orden mundial.
China. India. Brasil. Rusia.
Reunificación alemana. Después de la Segunda Guerra Mundial la derrotada Alemania fue dividida por las potencias vencedoras en República Democrática de Alemania (controlada por la Unión Soviética) y República Federal de Alemania (controlada por Estados Unidos, principalmente). La situación se fue haciendo cada vez más tensa en los años de la Guerra Fría, especialmente cuando en 1961 los soviéticos mandaron construir el famoso Muro de Berlín que se convirtió en el máximo símbolo de la division alemana hasta su derrumbe en 1989. ¿CÓMO SE HIZO LA REUNIFICACIÓN ALEMANA?
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En 1961, a raíz de la guerra fría, la República Democrática Alemana construyó en Berlín el famoso muro para impedir el paso de sus habitantes a la República Federal Alemana. Posteriormente se extendería a toda la frontera. Pasada la guerra fría desapareció la causa que motivó la división, en consecuencia, los regímenes políticos, edificados sobre esa base, igualmente dejaron de existir. Fue el momento de la unión. Además los alemanes del Este veían en la RFA un modelo y a diario emigraban a ese Estado a tal punto que la industria y los servicios se paralizaron por falta de mano de obra y tampoco hubo ejército porque los soldados dejaban los cuarteles. Para llegar a la integración se tuvo que vencer diversas dificultades como el convencimiento a los aliados victoriosos a favor de la unión, el temor de que surgiese un "cuarto reich" que volviese a dominar a los estados europeos económica y políticamente; el ingreso de la nueva Alemania a la OTAN, haciendo desaparecer prácticamente al Pacto de Varsovia y la absorción de la banca, la cadena comercial y la gran industria de Alemania Oriental por parte de la avasalladora economía de las trasnacionales y monopolios capitalistas de Alemania Occidental. El 10 de febrero de 1990 Gorbachov reconoció el derecho de los alemanes a vivir en un solo Estado y 4 días más tarde en la "Conferencia 2+4", los representantes de las dos alemanias y las cuatro potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial devolvieron a Alemania la plena soberanía a condición de que el nuevo Estado se comprometiese a no mantener arsenales nucleares, biológicos o químicos, limitar su ejército a un máximo de 370 000 soldados y la tolerancia de tropas soviéticas en el actual territorio de la RDA hasta el año 1994. El nuevo Estado alemán ha adoptado la estructura de República Federal de Alemania. Berlín será nuevamente la capital de los dos estados unificados, pero la sede del gobierno permanecerá por lo menos durante los próximos años, en Bonn. El estado centralista, como el que hubo entre 1871 y 1945, no volverá a existir. Los firmantes del acta de defunción fueron el democristiano Helmut Kohl de la RFA y Lothar de Maiziere de la RDA, quienes han cambiado por completo el esquema de las soluciones internacionales. Ahora Alemania unificada aparece como el país más poderoso de Europa Occidental. La desintegración de los países socialistas europeos. El bloque socialista europeo y la U.R.S.S. se encontraron al principio de los ´70, en una etapa aparentemente favorable para su economía. La ―crisis del petróleo‖ – con un elevado aumento del mismo- había dejado a la U.R.S.S. en inmejorables condiciones, ya que ésta última, era uno de los productores de petróleo, más importantes a nivel mundial.
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La reformas necesarias que necesitaba el sistema comunista, fueron postergadas debido al ingente ingreso de divisas que se producía gracias a las exportaciones petroleras. Al mismo tiempo, la enorme cantidad de dólares de los países productores de petróleo del ―mundo árabe‖ – los denominados petrodólarescomenzaron a estar al alcance de aquellos países que lo requirieran. Y la U.R.S.S. no fue la excepción. A través de los organismos internacionales de crédito, el bloque soviético ingresó a su economía cada vez más capitales y tecnología desde Occidente, quedando, en consecuencia, fuertemente endeudado. Bajo la conducción de Leónidas Brezhnev, la U.R.S.S., aprovechó la crisis coyuntural que afectaba el sistema capitalista occidental e incorporó a la órbita soviética a países como Vietnam, Laos, Mozambique, Angola, Etiopía, Camboya, Yemen del Sur, Nicaragua y Afganistán. Esta situación favorable políticamente, llevó a Brezhnev a querer superar el equipamiento armamentístico de los EE.UU., pero este esfuerzo, llevó a tomar, en lo económico, medidas que la U.R.S.S. no estaba en condiciones de realizar. Los cambios ocurridos en la década de los ´80, encontraron a la U.R.S.S. sumida en una carrera armamentística que su economía y su equipamiento tecnológico, más temprano que tarde, no podrían soportar. En el cercano oriente, un aliado de la U.R.S.S. como era Egipto, a través de su presidente Nasser, había dejado su protección a partir del gobierno de Sadat. Este último, había buscado solucionar sus problemas políticos y económicos con un acercamiento a los EE.UU. y hasta firmó acuerdos con Israel. En este período, el socialismo llegó al poder en varios países europeos (Mario Soares en Portugal en 1976, Felipe González en España en 1982 y Francois Mitterrand, en Francia en 1981) pero no por esto, el comunismo lograba imponerse. Por el contrario, el comunismo europeo comenzó a dividirse e incluso algunos partidos anunciaron la intención de maniobrar independientemente de Moscú. Con un producto bruto interno equivalente a un tercio del de los EE.UU., la U.R.S.S., debía competir por la hegemonía como superpotencia. Su influjo militar se había extendido notablemente (invasión a Afganistán, topas en Europa Oriental, en la frontera con China, etc.), además, debía competir por el predominio nuclear y en la carrera misilística y espacial, sin contar con la ayuda económica y militar que debía brindar a sus aliados que habían aumentado notablemente. Pero lo peor, era que, no solo no alcanzaba a competir con EE.UU., sino que tampoco cumplía con una política social distribucionista equitativa que supuestamente debía cumplir un régimen comunista. Las desigualdades entre el trabajador común y el ―gran dirigente‖ se profundizaban cada vez más. La burocratización era un problema acuciante para el régimen y la economía comenzó a ocupar un lugar central en la U.R.S.S. La misma prensa soviética, aceptaba que, el ausentismo provocaba importantes perdidas de horas de trabajo. 92
Las cifras indicaban, que prácticamente la mitad de la población activa no trabajaba durante un año. La estructura industrial soviética se había transformado también en un inconveniente, ya que para su funcionamiento exigía cuatro veces más energía, materias primas y acero que la de de los países capitalistas. En el plano político-militar, la llegada al poder en EEUU de Ronal Reagan, con la duplicación del presupuesto militar norteamericano y el programa implementado denominado ―guerra de las galaxias‖, había obligado a la URSS a duplicar también el esfuerzo en cuanto a la carrera militar. La economía soviética, para los años 80, presentaba un claro signo de reprimarización de la economía, es decir, la exportación de materias prima superaba las ventas de productos manufacturados. En 1982, tras la muerte de Brezhnev, sus sucesores, Yuri Andropov y Konstantin Chernenko, nada pudieron hacer para mejorar la situación social y económica. A partir de 1985, con la asunción de Mijail Gorbachov, como Secretario General del Partido Comunista y presidente del Soviet Supremo, se comenzó a cambiar de rumbo. Gorbachov lanzó dos reformas que dieron que hablar: la perestroika y la gladnot. La perestroika significaba un cambio en la ―modernización‖ de la economía y la sociedad soviética, y la gladnot se comprometía a una mejora en la transparencia informática. A pesar de los cambios producidos en el principal Comité Ejecutivo del Partido Comunista (Politburó), Gorbachov se proponía una modificación mayor: sacar a la URSS de lo que él denominaba la ―era del estancamiento‖. Gorbachov y su equipo diagnosticaban, que el ―estancamiento‖ era producto del aislamiento y apuntaban a establecer un régimen de libertades que facilitara el contacto de los ciudadanos de la URSS con otras culturas y países del mundo. Este no era un desafío menor, ya que no era fácil modificar, en profundidad, el régimen de vida de los soviéticos. Una gran parte del pueblo se sentía cómodo con un sistema que le proporcionaba una subsistencia garantizada y una seguridad social, si bien de niveles modestos pero ciertos, una sociedad igualitaria social y económicamente, exceptuando los privilegios de la alta regencia del partido comunista. Si bien Gorbachov, calificaba como ―era del estancamiento‖ a la gestión de Brezhnev, una parte del pueblo soviético, la recordaba como un periodo de bonanza. Debido a esto último, la ―perestroika‖ no fue aceptada automáticamente y sin resistencia. De todas formas, la renuncia al uso de la fuerza por parte de la URSS para reprimir ciertas resistencias y oposiciones hizo que se debilitara su dominación. En 1989, entre Agosto y Septiembre, en Checoslovaquia y Hungría, miles de jóvenes y profesionales comenzaron a emigrar hacia Alemania Occidental ante la 93
pasividad de sus respectivos gobiernos. Al poco tiempo se le sumaron al éxodo los alemanes del este, que utilizaron esa vía para escapar del régimen comunista. Hacia los años 80, en los países centrales de Occidente, había comenzado la denominada ―revolución científico-técnologíca‖ y el mundo se intercomunicaba cada vez más y cada vez más rápido. Si la URSS y los países del bloque comunista querían competir con Occidente, debían abandonar la centralización de las decisiones de los dirigentes, generalmente radicados en Moscú. Para esto, debían otorgar poder de decisión a los dirigentes regionales. Esta postura, obviamente debilitaba al partido comunista y a sus dirigentes, acostumbrados a monopolizar el poder político desde un centro de decisiones, a la vigilancia y a la coacción. Este intento de salvataje del sistema desde el nivel económico, produciría luego una debacle política que finalmente hizo colapsar a la URSS. En 1989, la caída del Muro de Berlín, como hecho simbólico del final de una época, fue el comienzo de las fases finales del sistema comunista en la URSS o lo que se llamó ―el final de la era de los socialismos reales‖, que siguió por el desconocimiento del Partido Comunista como único partido representante de la clase trabajadora, y el reemplazo de la URSS por una comunidad de Estados Independientes a partir de 1992. Yugoslavia. Tras una guerra encarnizada en la que murió algo más del 10 por ciento de la población del país, los victoriosos partisanos de Tito organizaron la refundación del país, gestando una nueva Yugoslavia socialista. La organización territorial del país siguió a grandes líneas lo acordado por las fuerzas de resistencia al Eje durante la guerra en varias reuniones, de manera especial lo estipulado por el Consejo Antifascista de Liberación Nacional de Yugoslavia en Jajce (1943). El 31 de enero de 1946, la nueva constitución de la RFS de Yugoslavia estableció las seis repúblicas constituyentes (BosniaHerzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia.) De esta manera, y tras una tentativa fallida de colaboración con el gobierno monárquico del exilio, en 1945 se proclama la República Democrática Federal de Yugoslavia. El primer presidente fue Ivan Ribar, y se nombró como Primer Ministro el líder partisano Josip Broz Tito. El 29 de noviembre de 1946, la República Democrática Federal de Yugoslavia fue restablecida como un estado socialista, dando paso a modificaciones en el orden constitucional del país. Recibió el nombre de República Federativa Popular de Yugoslavia, acentuando aún más el carácter socialista del país e introduciendo el sistema socioeconómico del corporativismo, que se percibió en general como una tercera vía alternativa tanto al de los Estados Unidos como al de la URSS.
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En 1953, Tito fue electo presidente y posteriormente, en 1963, fue declarado Presidente de por vida. Finalmente en 1963 el país adoptó el nombre de República Federativa Socialista de Yugoslavia (RFSY), a la postre el de mayor longevidad y el de mayor publicidad. Fue esta Yugoslavia un estado socialista europeo formado por las repúblicas socialistas de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia. El carácter federal y socialista del estado yugoslavo quedó consignado en la Constitución Yugoslava de 1974, que reforzó altamente el poder de autogestion de las repúblicas (e, incluso, a las provincias serbias) que lo componían. Josip Broz Tito, líder del país, rompió con Moscú desde su llegada al poder. Se negó a brindar ayuda a la guerrilla comunista griega e intentó crear una federación socialista balcánica, provocando el distanciamiento con la URSS y los países de su órbita. Fue duro crítico de las intervenciones soviéticas en Hungría, Checoslovaquia y Afganistán. Yugoslavia, a diferencia de otros países socialistas de Europa, eligió un curso independiente de la URSS, y no fue miembro del Pacto de Varsovia ni de la OTAN. Fue uno de los países impulsores del Movimiento de Países No Alineados en el año 1956. Después de la muerte de Tito en 1980, y en medio de una crisis económica, las tensiones entre los pueblos del país crecieron. Tras el ascenso de partidos nacionalistas al poder en Serbia, dos de sus repúblicas constituyentes (Eslovenia y Croacia) declararon su independencia en 1991, a las que seguirían Macedonia y Bosnia-Herzegovina al año siguiente, no sin resistencia por parte de Serbia. En 1991 la tensión entre las diferentes repúblicas derivó en el sangriento conflicto conocido como guerra de Yugoslavia. Organización político-administrativa Internamente, el estado se dividió en seis repúblicas socialistas y dos provincias socialistas autónomas, parte de la República Socialista de Serbia. La capital federal era Belgrado. Las repúblicas y provincias fueron: República Socialista de Bosnia y Herzegovina, con capital en Sarajevo; República Socialista de Croacia, con capital en Zagreb; República Socialista de Macedonia, con capital en Skopje; República Socialista de Montenegro, con capital en Titograd; República Socialista de Serbia, con capital en Belgrado, incluyendo: 5a. Provincia Autónoma Socialista de Kosovo, con capital en Priština 5b. Provincia Socialista Autónoma de Vojvodina, con capital en Novi Sad; República Socialista de Eslovenia, con capital en Liubliana. La "última" Yugoslavia 95
Las repúblicas que decidieron permanecer en la federación reemplazaron en 1992 a la República Federativa Socialista de Yugoslavia por la nueva República Federal de Yugoslavia, integrada ya sólo por Montenegro y Serbia y abandonando también el sistema socialista. La minoría étnica albanesa al sur de Serbia fue también fuente de tensión y, ante los enfrentamientos del ejército yugoslavo con la guerrilla kosovar así como después del bombardeo de la OTAN a la República Federal de Yugoslavia, a partir de 1999 la ONU se hizo cargo, de forma temporal, del territorio kosovar. Tras la aprobación y promulgación de la Carta Constitucional de Serbia y Montenegro por la Asamblea de la República Federal de Yugoslavia el 4 de febrero de 2003, la República Federal de Yugoslavia pasó a ser la unión de Estado de Serbia y Montenegro. Países actuales. El antiguo territorio de Yugoslavia actualmente está distribuido entre 6 estados soberanos: Bosnia y Herzegovina Croacia Eslovenia República de Macedonia Montenegro Serbia, incluyendo el territorio en disputa de:: 6a. Kosovo (cuya independencia es parcialmente reconocida por algunos países a partir de febrero de 2008) Checoslovaquia. Checoslovaquia nació de la disolución del Imperio austrohúngaro al final de la Primera Guerra Mundial, a partir de la unión de Bohemia y Moravia, procedentes del reino de Austria, con Eslovaquia, procedente del reino de Hungría. Fue dividida nuevamente durante la Segunda Guerra Mundial, entre un Protectorado de Bohemia y Moravia ocupado por el Tercer Reich y una Eslovaquia satélite de éste. La ocupación por parte de la Unión Soviética después de la Segunda Guerra vio la organización de la República Socialista Checa y la República Socialista Eslovaca, federadas en la República Socialista de Checoslovaquia (un territorio antes checoslovaco en el sudeste también fue convertido en parte de Ucrania, la Rutenia transcarpática). Era esta configuración política la que se convirtió del socialismo al capitalismo por medio de la Revolución de Terciopelo en 1989. Antes de los años 1990, el Producto Interior Bruto per cápita de la República Checa era aproximadamente un 20% más alto que el de Eslovaquia, pero el crecimiento de su PIB duradero era inferior. Las transferencias de dinero del presupuesto checo a Eslovaquia, que habían sido la regla en el pasado, cesaron en enero de 1991.
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Muchos checos y eslovacos deseaban la existencia continuada de una Checoslovaquia federal. Una ligera mayoría de eslovacos, sin embargo, abogaba por una forma más relajada de coexistencia o por una independencia completa. En noviembre de 1992, por ejemplo, una encuesta señaló que el 49% de los eslovacos y el 50% de los checos estaba en contra de la separación, mientras el 40% de los eslovacos la apoyaba. La encuesta también encontró que el 41% de los checos y el 49% de los eslovacos pensaba que la cuestión debería haber sido hecha en un referéndum. La división. Finalmente, el destino del país lo decidieron los políticos. En 1992, los checos eligieron a Václav Havel y a otros que exigían una federación aún más firme (federación viable) o, en su defecto, dos estados independientes. Vladimír Mečiar y otros de los principales políticos eslovacos en esas fechas querían una especie de confederación. Los dos lados entablaron negociaciones frecuentes e intensas en junio. El 17 de julio, el Parlamento eslovaco adoptó la Declaración de Independencia de la nación eslovaca. Seis días más tarde, los políticos decidieron disolver Checoslovaquia en una reunión en Bratislava. El objetivo de las negociaciones cambió, pasándose a buscar la vía para alcanzar una división pacífica. El 25 de noviembre, el Parlamento federal adoptó la ley Constitucional que marcaba el final de existencia de Checoslovaquia, que declaró que desde el 31 de diciembre de 1992 la República Federal checa y eslovaca dejaría de existir, y aseguró los detalles técnicos necesarios. La separación ocurrió sin violencia, y así fue llamada: divorcio de terciopelo, a imagen y semajanza de la Revolución de Terciopelo que la había precedido, que fue llevada a cabo mediante manifestaciones masivas y acciones pacíficas, en contraste con la desintegración a menudo violenta de Yugoslavia y de la Unión Soviética o con la Revolución Rumana de 1989. Ambos países fueron admitidos como miembros de la Unión Europea en 2004. Aspectos legales División de la propiedad nacional. La mayor parte de los activos federales fueron divididos en proporción de 2 a 1 (la proporción aproximada entre la población checa y eslovaca dentro de Checoslovaquia), incluyendo el equipamiento militar, los ferrocarriles, las infraestructuras y los aviones de pasajeros. Algunas disputas menores (por ejemplo, sobre reservas de oro almacenadas en Praga, valoración del know-how federal) prosiguieron durante unos años después de la disolución. El público en ambos países era bastante indiferente en relación con estas disputas y con su resultado. 97
División monetaria. Al principio, el antiguo dinero checoslovaco, la corona checoslovaca, todavía era usada en ambos países (que en realidad constituían así una unión monetaria). El temor de posibles pérdidas económicas por parte de los checos hizo que los dos estados adoptaran dos monedas nacionales, el 8 de febrero de 1993, la corona checa y la corona eslovaca. Al principio ambas divisas tenían un tipo de cambio igual, pero más tarde, en general, el valor de la corona eslovaca era inferior al de la de la corona checa (hasta aproximadamente el 30%, en el 2004 alrededor del 25-27%, posteriormente el 20%). Consecuencias Economía. La disolución tuvo un ligero impacto negativo en las dos economías, sobre todo en 1993, cuando los vínculos comerciales tradicionales entre ambos territorios quedaron interrumpidos y hubo que acomodarlos a las prácticas burocráticas del comercio internacional, pero el impacto resultó ser bastante inferior a lo que muchos esperaban. Las esperanzas de que la disolución daría paso de forma inmediata a una era de alto crecimiento económico en la República Checa (ya sin la necesidad de patrocinar a una Eslovaquia menos desarrollada) demostraron ser claramente incorrectas o muy exageradas. Lo mismo sucedió con la esperanza de una Eslovaquia independiente, inexplorada, que se conviertiría en un nuevo "tigre económico", que se demostró era parcialmente infundada. El nivel del Producto Interior Bruto eslovaco es todavía inferior al de la República Checa; el crecimiento del PIB eslovaco, sin embargo, ha sido constantemente más alto que el checo desde 1994. Ciudadanía. La doble nacionalidad entre los dos estados no fue al principio permitida; sólo años más tarde la hicieron posible los tribunales, pero sólo un puñado de personas han ejercido este derecho. Ya que ambos países son actualemente miembros de Unión Europea, esta cuestión se ha hecho menos importante debido a la libre circulación de personas que introdujo la ciudadanía europea creada por el Tratado de Maastricht en 1992. Dicha política significa que los ciudadanos de cualquier estado miembro de la Unión Europea tienen el derecho a residir y trabajar en todas partes dentro del territorio de la Unión Europea (aunque ese derecho está sujeto a algunas excepciones durante un período de transición). En caso de los movimientos entre la República Checa y Eslovaquia, esta política entró en vigor a partir de 2004, con lo que a los ciudadanos de ambos países se les permitió el cruce de la frontera entre ambas naciones sin necesidad de pasaporte, a la vez que se les permitía trabajar en cualquier lugar sin la necesidad de obtener un 98
permiso oficial (este derecho ha sido utilizado principalmente por los eslovacos que trabajan en la República Checa). Gitanos. Uno de los problemas no solucionados durante la disolución era la cuestión de un gran número de población gitana que vive en la República Checa, y que nacieron y oficialmente se registraron en la actual Eslovaquia. La mayor parte de ellos no registraron de nuevo su lugar oficial de residencia durante los meses anteriores a la disolución, quedando abierto un interrogante sobre su nacionalidad. La ley checa permitió una concesión de ciudadanía automática sólo a aquellos sin antecedentes penales y ello, según se informa, excluyó a un porcentaje bastante elevado de gitanos. Eslovaquia no quiso conceder la ciudadanía a personas que no residían allí y además eran vistas como problemáticas. La cuestión se prolongó durante años y al final, el estado de cosas existente fue mantenido. Contactos entre idiomas. En la antigua Checoslovaquia, el primer canal de televisión era un canal de titularidad federal y las lenguas checa y eslovaca fueron utilizadas en proporciones idénticas en los noticiarios de televisión, aunque las películas extranjeras y las series de televisión fueran casi exclusivamente dobladas en checo, por ejemplo. Ello hizo que casi todos los habitantes de ambas naciones fuese naturalmente bilingüe, sin problemas para la comprensión de la otra lengua (además de que las dos lenguas eslavas siguen siendo muy próximas entre sí). Después del divorcio, los nuevos canales de televisión en la República Checa prácticamente dejaron de usar el eslovaco, y los jóvenes checos nacidos tras la escisión tienen ahora una comprensión mucho menor de la lengua eslovaca. Las noticias de la televisión checa, sin embargo, recientemente comenzaron a introducir de nuevo la cobertura en lengua eslovaca. También el número de libros y periódicos en lengua eslovaca vendidos en la República Checa cayó drásticamente tras la escisión. En Eslovaquia, sin embargo, la mayor parte de los abastecedores de televisión por cable ofrecen los canales de televisión checos y, por motivos económicos, muchos programas de televisión emitidos por los canales eslovacos todavía son doblados al checo, algunas de las películas estrenadas en los cines están subtituladas en checo y hay muchos más libros y revistas en lengua checa en el mercado que antes del divorcio. Los jóvenes eslovacos todavía tienen el mismo conocimiento (si no es que incluso es mejor) de la lengua checa que sus progenitores. Además tanto la regulación tribunal como la última versión de ley sobre la lengua oficial garantizan a los checos el derecho de utilizar su idioma en todos los procedimientos oficiales con autoridades eslovacas. Legado 99
Después de un período de transición de aproximadamente cuatro años, durante los cuales las relaciones entre los dos Estados podrían ser caracterizadas como "un trauma post-divorcio", las relaciones actuales entre checos y eslovacos, como muchos indican, están probablemente mejor de lo que han estado nunca. No ha aparecido ningún movimiento político que pretenda reunir Checoslovaquia de nuevo y ningún partido político aboga por ello en su programa. Las influencias políticas entre los países son mínimas. Las relaciones comerciales fueron restablecidas y estabilizadas. Unión Soviética La historia de la URSS desde 1985 hasta 1991 es la historia de su desaparición como Estado. El colapso de la Unión Soviética, que le llevó a desmembrarse en una multitud de Estados, comenzó a principios de 1985 y finalizó con la desaparición de la propia Unión. Tras décadas de desarrollo militar soviético conseguido en detrimento del desarrollo de la economía doméstica, el crecimiento económico llegó a un punto muerto. Los fallidos intentos de reforma, una economía estancada y la guerra de Afganistán provocaban un sentimiento general de descontento, especialmente en las Repúblicas Bálticas y en la Europa del Este. Las reformas políticas y sociales más profundas, llevadas a cabo por el último líder de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, y denominadas perestroika y glásnost, crearon una atmósfera de crítica abierta al régimen de Moscú. La dramática caída del precio del petróleo en 1985 y 1986, y la consecuente falta de divisas que debían utilizarse en la compra de grano en los siguientes años influyó profundamente en la actuación de los líderes soviéticos. Algunas Repúblicas Socialistas Soviéticas empezaron a resistirse al poder central de Moscú, al calor de la relativa democratización. El déficit comercial amenazaba las arcas de la Unión, acercándola a una posible situación de quiebra. La Unión Soviética colapsaría finalmente en 1991, con la llegada de Borís Yeltsin al poder tras un fallido golpe de Estado que trataba de derrocar a Gorbachov y dar marcha atrás a sus reformas. El ascenso de Gorbachov Después de años de estancamiento de las reformas en la URSS, entre 1969 y 1987, "el nuevo pensamiento" de los apparatchiks comunistas más jóvenes comenzó a tomar importancia. Tras la muerte de Konstantín Chernenko, el Politburó eligió a Mijaíl Gorbachov para el puesto de Secretario General de la Unión Soviética en marzo de 1985, marcando la subida de una nueva generación al poder. Bajo Gorbachov, los tecnócratas relativamente jóvenes, favorables a la reforma, y que habían comenzado sus carreras en el auge de la "desestalinización" bajo Nikita Jrushchov (1953–1964), rápidamente consolidaron su poder dentro del PCUS. Así, proporcionaron el nuevo ímpetu necesario para la 100
liberalización política y económica, así como para que se cultivasen relaciones más cálidas y comerciales con el Oeste. Jimmy Carter había terminado oficialmente la política de détente, ayudando militarmente al presidente de Pakistán, Muhammad Zia-ul-Haq, quien por su parte financiaba el movimiento Mujaidín antisoviético en el país vecino de Afganistán, después de la intervención soviética en aquel país. Las tensas relaciones entre ambas superpotencias se agravaron cuando Carter decidió embargar comercialmente a la URSS declarando que la invasión de Afganistán era "la amenaza más seria para la paz desde la Segunda Guerra Mundial". La tensión siguió aumentado durante el primer período del mandato del presidente estadounidense Ronald Reagan (1981–1985), alcanzando niveles no vistos desde la Crisis de los misiles de Cuba. Reagan tomó una postura de línea dura contra la Unión Soviética, etiquetándola como un "imperio del mal," que sería relegado "al montón de ceniza de la historia." Amenazó con desarrollar un sistema de defensa contra misiles balísticos (también conocido como "Guerra de las Galaxias") contra el que los soviéticos no serían capaces de competir. Mientras Gorbachov lideraba el proceso que conduciría al desmantelamiento de la economía estatalista soviética a través de sus programas de glásnost (apertura política), perestroika (reestructuración económica), y uskoréniye (aceleramiento del desarrollo económico) anunciados en 1986, la economía soviética sufrió tanto de inflación oculta como de una creciente escasez de suministros. La situación se agravaba por la existencia de un mercado negro cada vez más abierto, que minaba la economía oficial. Además, los gastos propios de ser una superpotencia — gastos militares, KGB, subvenciones a estados adheridos — sobrepasaban la capacidad económica soviética. La nueva era de la industrialización basada en las tecnologías de la información dejaría a la Unión Soviética sin acceso a la tecnología occidental y necesitada de créditos con los que poder responder y sobreponerse a su creciente atraso. A todo ello además se unieron la invasión de Afganistán, señalada habitualmente como el Vietnam de la URSS, y el desastre de Chernobyl en 1986, que supondría un grave golpe para el prestigio soviético, además de una tragedia humanitaria de proporciones colosales. Reformas La Ley sobre Cooperativas decretada en mayo de 1988 fue una de las reformas más radicales de la primera parte de la era Gorbachov. Por primera vez desde la NEP de Lenin, la ley permitía la propiedad privada de negocios en los servicios, la industria y algunos sectores del comercio exterior. Aunque en un principio imponía altos impuestos y restricciones al empleo, posteriormente fue revisada para de alentar la actividad del sector privado. Los restaurantes, tiendas y fábricas cooperativas privadas fueron convirtiéndose en parte del paisaje soviético. En una conferencia en 1987 del economista soviético Leonid Abalkin, consejero de Gorbachov, éste concluía: "las transformaciones profundas en la dirección de la economía no pueden ser realizadas sin los correspondientes cambios en el 101
sistema político."1 Gorbachov confiaba en que su política de glásnost presionase a los conservadores opuestos a sus políticas de reestructuración económica, esperando que la población soviética, alentada por la apertura, el debate y la participación, apoyara sus reformas. La glasnost derivó en una mayor libertad de expresión y prensa. Miles de presos políticos y disidentes fueron liberados. Los científicos sociales soviéticos pudieron empezar a explorar y publicar libremente acerca de muchos temas previamente prohibidos; se empezaron a realizar incluso encuestas públicas de opinión. Se fundó el Centro de la Unión para la Investigación de Opinión Pública (VCIOM), instituto de investigación electoral. Los archivos estatales se hicieron más accesibles, y vieron las luces estadísticas hasta entonces secretas, sobre temas tales como como disparidad de ingresos, delitos, suicidios, abortos, y mortalidad infantil. El primer centro para estudios de género nació dentro del recién creado Instituto para el Estudio Socio-Económico de la Población Humana. En enero de 1987, Gorbachov impulsó nuevas medidas democratizadoras: se aprueba la pluralidad de candidatos en los candidatos. En junio del año siguiente, en la XIX Conferencia del PCUS, Gorbachov impulsó reformas radicales, destinadas a reducir el control del partido sobre el gobierno. En diciembre de 1988, el Soviet Supremo aprobó la fundación de un Congreso de los Diputados del Pueblo, que sería el nuevo cuerpo legislativo de la Unión Soviética. Las elecciones al congreso se celebraron en toda la URSS en marzo y abril de 1989, y tras ellas el 15 de marzo de 1990 Gorbachov fue elegido primer Presidente de la Unión Soviética. Consecuencias involuntarias Los esfuerzos de Gorbachov por dinamizar el sistema comunista, acabaron convirtiéndose en incontrolables, parte de una cascada de acontecimientos que concluirían con la propia disolución de la Unión Soviética. Concebidas como instrumentos para sostener la economía soviética, la perestroika y la glasnost pronto condujeron a ciertas consecuencias involuntarias. La relajación que trajo consigo la glasnost provocó que el PCUS perdiera su dominio absoluto sobre los medios de comunicación. En poco tiempo éstos comenzaron a exponer los graves problemas sociales y económicos que el gobierno soviético había negado largo tiempo, cuando no ocultado. Entre los más llamativos se encontraban los problemas de alojamiento, el alcoholismo, las drogas, la contaminación, las fábricas anticuadas de la era de Stalin y la corrupción. Todos esos problemas no habían existido en el discurso de los medios oficiales durante décadas. Los medios también expusieron delitos cometidos por el propio Stalin y por el régimen soviético, como los gulags, los tratados firmados con Hitler, y las Grandes Purgas. Además, la guerra de Afganistán y el mal manejo del desastre de Chernóbil en 1986 dañaron la credibilidad del gobierno.
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En total, la visión positiva de la vida en la URSS que habían mostrado los medios oficiales durante décadas estaba siendo rápidamente desmontada. Esto minó la fe del público en el sistema, y erosionó la base social del Partido Comunista, amenazando la identidad y la integridad de la misma Unión. Las fricciones entre las naciones integrantes del Pacto de Varsovia, y su inestabilidad interna, simbolizadas por la llegada de Lech Wałęsa en 1980 al mando del sindicato Solidaridad, se intensificaron, dejando a la Unión Soviética sin su "barrera natural", sus países satélites de la Europa del Este, como protección. En 1989 Moscú ya había rechazado la Doctrina Brezhnev, posicionándose en contra de la intervención en los asuntos internos de sus aliados del Pacto (lo que se denominó en su momento Doctrina Sinatra). Gradualmente, cada una de aquellas naciones vio caer a sus gobiernos comunistas, ya fuese a través de elecciones populares o, como en el caso de Rumanía, por un levantamiento violento. En 1991 los gobiernos comunistas de Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania Oriental, Hungría, Polonia y Rumanía, que habían sido impuestos por la URSS después de la Segunda Guerra Mundial, habían caído. La revolución barrió toda Europa del Este. La Unión Soviética, especialmente las nacionalidades presentes en su seno, también comenzó a experimentar agitaciones en ese sentido. En las elecciones a las asambleas regionales de las repúblicas soviéticas, los nacionalistas y los reformadores radicales consiguieron amplias victorias. Con el sistema de represión política interna debilitado por Gorbachov, la capacidad de Moscú para imponer su voluntad a las repúblicas se había reducido drásticamente. Las protestas masivas de carácter pacífico en las Repúblicas Bálticas, tales como la Cadena Báltica o la Revolución Cantada llamaron la atención de los medios internacionales y agitaron movimientos de independencia en otras regiones. El ascenso del nacionalismo pronto reavivó las tensiones étnicas latentes en varias repúblicas soviéticas, atacando directamente el ideal soviético de un pueblo unificado. Al calor de las políticas de glasnost, la insatisfacción pública por las duras condiciones económicas se expresaba más abiertamente. Los avances liberalizadores de la perestroika no produjeron los efectos económicos suficientes importantes para reactivar la economía del país a finales de los años 1980. Las reformas incluían medidas descentralizadoras, pero quedaban aún intactos la mayor parte de los elementos fundamentales del sistema estalinista, incluyendo el control de precios, la inconvertibilidad del rublo, la exclusión de la administración de la propiedad privada, y el monopolio estatal sobre la mayor parte de los medios de producción. Hacia 1990, el gobierno soviético había perdido el control de las condiciones económicas. Los gastos del Estado aumentaron bruscamente cuando un buen número de empresas deficitarias requirieron de ayudas estatales para mantener los precios. Los ingresos fiscales disminuían mientras las repúblicas y las administraciones municipales retenían los ingresos fiscales que debían ir al 103
gobierno central, invocando la creciente autonomía regional. La campaña anti−alcohol redujo también los ingresos fiscales, que en 1982 suponían, por este concepto, el 12 por ciento de los ingresos estatales. La eliminación del control central de las decisiones acerca de la producción, sobre todo en el sector de los bienes de consumo, condujo a la quiebra en las tradicionales relaciones suministrador−productor sin crear otras nuevas. Así, en vez de dinamizar el sistema, la descentralización de Gorbachov provocó nuevos cuellos de botella en la producción. Disolución de la URSS El 7 de febrero de 1990 el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética consintió en dejar su monopolio del poder. Durante próximas varias semanas, las 15 repúblicas constituyentes de la URSS sostuvieron sus primeras elecciones competitivas. Los reformadores y los nacionalistas étnicos ganaron muchos de los asientos. Las repúblicas constituyentes comenzaron a afirmar su soberanía nacional sobre Moscú y comenzaron "una guerra de leyes" con el gobierno central, en el cual los gobiernos de las república constituyentes rechazaron la legislación unitaria, donde esta entró en conflicto con leyes locales, afirmando el control de sus economías locales y rechazando pagar ingresos fiscales al gobierno central de Moscú. Esta lucha causó la dislocación económica, cuando las líneas de abastecimiento en la economía estuvieron rotas, e hicieron que la economía soviética disminuyera considerablemente. El movimiento pro-independencia en Lituania (Sąjūdis) establecido el 3 de junio de 1988, causó una visita de Gorbachov en enero de 1990 a Vilnius, la capital lituana, que provocó una reunión pro-independentista de alrededor de 250.000 personas. El 11 de marzo de 1990, Lituania, conducida por el presidente del Consejo Supremo, Vytautas Landsbergis, declaró la independencia. Sin embargo, el ejército soviético suprimió el movimiento con tanques. La Unión Soviética inició un bloqueo económico de Lituania y guardó tropas allí "para asegurar los derechos de los rusos." El 30 de marzo de 1990, el Consejo Supremo Estonio declaró que el poder soviético en Estonia desde 1940 había sido ilegal, y comenzó un proceso para restablecer Estonia como un Estado independiente. Al mismo tiempo, comenzó el proceso de restauración de la independencia de Letonia el 4 de mayo de 1990, con un voto de Consejo Supremo letón que estipula un período de transición para completar la independencia. El 13 de enero de 1991, las tropas soviéticas, junto con Spetsnaz (grupo Alfa de la KGB), asaltaron la Torre de TV de Vilnius para suprimir los medios nacionalistas. Este ataque tuvo como consecuencia 14 civiles desarmados lituanos muertos y cientos de heridos. 104
El 17 de marzo de 1991, en un referéndum en toda la Unión, un 78 % de votantes votó a favor de la retención de la Unión Soviética en una forma reformada. El Báltico, Armenia, Georgia y Moldavia boicotearon el referéndum. En cada una de las otras nueve repúblicas, una mayoría de los votantes apoyó que se mantuviera la Unión Soviética. Luego de dados a conocer los resultados, Armenia decidió reincorporarse a la discusión de la Unión. El 12 de junio de 1991, Yeltsin ganó el 57 % del voto popular en las elecciones democráticas para el puesto de presidente de la SFSR rusa, derrotando al candidato preferido de Gorbachov, Nikolai Ryzhkov (que sumó un 16 %). En su campaña electoral, Yeltsin criticó la ―dictadura del centro", pero no sugirió la introducción de una economía de mercado. En cambio, dijo que iba a evitar a toda costa el aumento de los precios. Yeltsin tomó posesión del cargo el 10 de julio. Durante la noche del 31 de julio de 1991, el OMON ruso de Riga, la oficina central militar soviética en el Báltico, asaltó el puesto fronterizo lituano en Medininkai y asesinó a siete militares lituanos. Este ataque debilitó la posición de la Unión Soviética tanto internacionalmente como internamente Sumario Los cuatro elementos del viejo sistema soviético eran la jerarquía de los soviets, el federalismo étnico, el socialismo estatal, y el dominio del Partido Comunista. Los programas de Gorbachov de perestroika y glasnost produjeron efectos radicales imprevistos que rebajaron aquel sistema. Como un medio de reanimar el Estado soviético, Gorbachov repetidamente intentaba construir una coalición de líderes políticos soportantes de la reforma y creó nuevas arenas y bases del poder. Él puso en práctica estas medidas porque él quiso resolver problemas económicos serios y apatía política que claramente amenazó con poner la Unión Soviética en un estado de estancamiento a largo plazo. Pero usando reformas estructurales para ensanchar oportunidades de líderes y movimientos populares en las repúblicas de la unión para ganar influencia, Gorbachev también lo hizo posible para las fuerzas nacionalistas, comunistas ortodoxos, y populistas para oponerse a sus tentativas de liberalizar y revivificar el comunismo soviético. Aunque algunos nuevos movimientos aspiraran a sustituir el sistema soviético totalmente por un democrático liberal, los otros exigieron la independencia por las repúblicas nacionales. Todavía los otros insistieron en la restauración de los viejos caminos soviéticos. Por último, Gorbachov no pudo forjar un compromiso entre estas fuerzas y la consecuencia fue el colapso de la Unión Soviética. Reestructuración post-soviética
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A fin de reestructurar el sistema de orden administrativo soviético y transición de instrumento a una economía basada en el libre mercado, el "programa de choque" de Yeltsin fue aplicado unos días después de la disolución de la Unión Soviética. Las subvenciones otorgadas a las granjas colectivas e industrias que perdían dinero fueron cortadas, el control de precios quedó abolido, mientras el rublo se movió hacia la libre convertibilidad, permitiendo su plena comercialización a nivel internacional. No obstante, la disolución del viejo aparato económico trajo nuevas oportunidades a los antiguos miembros de la nomenklatura del Partido Comunista, así como a diversos altos burócratas (algunos inclusive del propio círculo de Yeltsin) que prontamente se transformaron en "empresarios capitalistas" y consiguieron tomar el control de la antigua propiedad estatal reestructurando así la antigua economía poseída por el Estado. Después de obtener el poder, la gran mayoría de "reformadores idealistas" logró poseer a título personal porciones enormes de la propiedad estatal, usando para ello sus posiciones en el gobierno y las nuevas reglas del capitalismo recién instalado como política oficial, con lo cual prontamente surgieron oligarquías comerciales en una manera que pareció totalmente antiética a una democracia emergente. Las instituciones soviéticas aún existentes fueron claramente abandonadas antes del establecimiento de nuevas estructuras legales de la economía de mercado, como por ejemplo los mecanismos y entidades a cargo de regular la propiedad privada, supervisar mercados financieros, y controlando el pago de impuestos. Dichos entes sólo fueron creados posteriormente. De hecho, los economistas de mercado creyeron que el desmontaje del sistema de orden administrativo en Rusia levantaría el PBI y el nivel de vida asignando recursos más eficazmente. También pensaban observadores de Occidente que el colapso repentino de la URSS crearía nuevas posibilidades de producción suprimiendo la planificación central, la substitución de un sistema de mercado descentralizado, eliminación de la deformación macroeconómica y estructural enorme mediante una liberalización, y aumentando el suministro de incentivos para la privatización. No obstante, la URSS carecía de técnicos y funcionarios debidamente preparados para afrontar estas reformas, y menos aún contaba con académicos familiarizados con la aplicación práctica del capitalismo; por el contrario, el país sí poseía una élite política y económica (la antigua nomenklatura) acostumbrada a regir el Estado sin contrapeso alguno, y ávida de conservar su riqueza e influencia en el nuevo sistema capitalista. Desde el colapso de la URSS, la nueva Federación Rusa ha afrontado muchos problemas que los defensores de libre mercado en 1992 no esperaron: entre otras cosas, el 25 % de la población ahora vive debajo del umbral de la pobreza, la esperanza de vida ha caído, los índices de natalidad son bajos, y el PBI se redujo a la mitad. Estos problemas condujeron a una serie de crisis en los años 1990, que casi condujeron a la elección del rival comunista de Yeltsin, Gennadi Ziugánov, en la elección presidencial de 1996. 106
La crisis general La descomposición de la URSS pasaba en el fondo del comienzo de la crisis general económica, de política exterior y demográfica. En 1989 por primera vez es oficialmente declarado el comienzo de la crisis económica en la URSS (el crecimiento de la economía se cambia por la caída). Durante 1989—1991 llega al máximo el problema principal de la economía soviética — el déficit crónico mercantil; de la venta libre desaparecen prácticamente todas las mercancías básicas, excepto el pan. Por todo el país introduce el racionamiento a modo de los talones. Desde 1991 por primera vez fue reconocida una verdadera crisis demográfica (el exceso de la mortalidad sobre la natalidad). La negativa de la URSS a la intervención en los asuntos interiores de otros países lleva tras de sí la caída de los regímenes comunistas en Europa Oriental desde 1989. En Polonia llega al poder el antiguo líder del sindicato "Solidaridad" Lech Walesa (9 de diciembre de 1990), en Checoslovaquia el antiguo disidente Vaclav Hável también asciende al mando político (29 de diciembre de 1989). No obstante en Rumania, a diferencia de otros países de Europa Oriental, la transición fue violenta y los comunistas eran desplazados del poder por la fuerza, mediante una sublevación popular secundada por las Fuerzas Armadas el 17 de diciembre de 1989; el último presidente comunista rumano, Nicolae Ceaucescu fue fusilado junto con su esposa el día 24 de ese mismo mes por la sentencia de un tribunal militar especial. En el territorio de la URSS se enciende una serie de los conflictos internacionales. Por la primera manifestación de la tensión durante la Reconstrucción se pusieron los acontecimientos en Kazajstán. El 16 de diciembre 1986 en Alma-Ata tenía lugar la manifestación de la protesta después de que Moscú trataba de imponer al puesto del primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de la República de Kazajstán su protegido Kolbina V. G que trabajaba antes el primer secretario del Comité regional De Ulyanovsk del Partido Comunista de la Unión Soviética y que no tenía a Kazajstán ninguna relación. Esta manifestación era aplastada por el ejército interior. Sus algunos participantes "desaparecieron sin dejar rastro", o han caído en el encarcelamiento. Estos acontecimientos conocidos bajo el nombre «Zeltoskan ». En esta gama de conflictos se distinguía el de Nagorno-Karabaj, que comenzó en la región del Cáucaso en 1988, con episodios de lucha armada entre armenios y azerbaiyanos. En 1989 el Consejo superior de la República Soviética de Armenia declara la asociación de Nagorno-Karabaj a Armenia, con lo cual la vecina república soviética de Azerbaiyán comienza el bloqueo. En abril 1991 en realidad entre dos repúblicas soviéticas comienza la guerra. 107
En 1990 empiezan los desórdenes en el Valle De Fergana, que sobre todo era la mezcla de algunas nacionalidades del Asia Central. La decisión de la rehabilitación de los pueblos deportados por Stalin lleva al aumento de la tensión en una serie de las regiones, en particular, en la Crimea — entre los tártaros de Crimea y los rusos, en la región Suburbana de Osetia Norte — entre los osetios y los inguches. En el fondo de la crisis general crece la popularidad de los demócratas radicales al frente de Boris Eltsinym; llega al máximo en dos ciudades mayores — Moscú y Leningrado (ahora San-Petersburgo). Los movimientos en las repúblicas por la salida de la composición de la URSS y «la parada de las soberanías» En ninguna de las repúblicas de la unión del Asia Central no había movimientos organizados o las partidas, que perseguían el objetivo el logro de la independencia. Entre las repúblicas musulmanas, a excepción del Frente popular azerbaiyano, el movimiento por la independencia existía sólo en una de las repúblicas autónomas de Povolzch`e— partida "Ittifak" Fauzii Bajramovoj en Tartaristán, que desde 1989 apoyaba la transformación de Tartaristán en el Estado independiente. El 7 de febrero 1990 Comités Centrales del Partido Comunista de la Unión Soviética declaró del debilitamiento del monopolio en el poder, durante de algunas semanas fueron las primeras elecciones competitivas. Muchos lugares en las repúblicas de la unión recibieron los liberales y los nacionalistas. Durante 1990—1991 había ósea «La parada de las soberanías», en el curso de cuyo todas repúblicas aliadas (incluso RSFSR un de primero) y muchos de repúblicas autónomas aceptaron la Declaración de la soberanía, en que impugnaron la prioridad de las leyes de toda la Unión Soviética sobre republicano que comenzó «la guerra de las leyes». También por ellos eran emprendidas las acciones por el control sobre las economías locales, incluso las denegaciones de pagar los impuestos en los presupuestos rusos aliados y federales. Estos conflictos cortaban muchas relaciones económicas que aún más agravó la posición económica en la URSS. El primer territorio de la URSS que declaró la independencia en enero 1990 en respuesta a acontecimiento de Bakú, era la República Soviética autónoma de Nahichevansky. Luego declararon la independencia dos repúblicas de la unión (Lituania y Georgia) y cuatro (Estonia, Letonia, la Moldavia, Armenia). Justamente después de los acontecimientos proclamaron la independencia casi todas las repúblicas de la unión que se quedaban; también algunas autónomas fuera de Rusia, que se dieron en llamar Estados desconocidos. La separación de Ucrania 108
En septiembre de 1989 fue fundado el movimiento de los ucranianos nacionaldemócratas ―Narodniy Ruj‖ (Movimiento Popular) de Ucrania, que participaba en las elecciones el 30 de marzo de 1990 en la Rada (Consejo Supremo) de Ucrania, y recibió en ella la influencia considerable. En la marcha de los acontecimientos golpistas del CEE (Comité Estatal de Emergencia), el 24 de agosto 1991 el Consejo Supremo de Ucrania (Rada) aceptó la declaración de la independencia, que era reforzada por los resultados del referéndum del 1 de diciembre 1991. Después en Crimea, gracias a la mayoría de la población rusa que no deseaba de la separación de Rusia, al tiempo corto era proclamada la soberanía de la República (Autónoma) de Crimea. El referéndum de 1991 sobre la conservación de la URSS En marzo de 1991 tuvo lugar un referéndum sobre la conservación de la URSS, una mayoría aplastante de la población de cada una de las repúblicas votó a favor de su mantenimiento. En seis repúblicas de la unión (Lituania, Estonia, Letonia, Georgia, Moldavia, Armenia), que declararon antes la independencia o sobre el traspaso a la independencia, el referéndum de toda la Unión Soviética no era pasado en realidad (por los poderes de estas repúblicas no eran formadas las comisiones electorales Centrales, no realizaban las elecciones generales de la población) a excepción de algunos territorios (Abjasia, la Osetia del Sur, Transnistria), pero en otro tiempo fueron efectuadas los referéndums sobre la independencia. En pie a la concepción del referéndum se suponía la conclusión el 20 de agosto 1991 de las nuevas uniones — Los Uniones de los Estados Soberanos como a la federación suave. Sin embargo, aunque en el referéndum la mayoría inmensa de las voces fue dada por la conservación de la integridad de la URSS, él tenía la influencia fuerte psicológica, habiendo puesto bajo la duda la misma idea a "la inalterabilidad de la unión". Proclamación de independencia de las repúblicas URSS
1990: o o o o
19 de enero — República Autónoma Socialista Soviética Nahichevanskaya 11 de marzo — República Socialista Soviética Lituana 30 de agosto — República Autónoma Socialista Soviética Tártara 27 de noviembre — República Autónoma Socialista Soviética Chechena-inguche 109
1991: o o o o o o o o o o o o o o
9 de abril — República Socialista Soviética Georgiana 8 de junio — República Autónoma Socialista Soviética la parte de Chechena-inguche 20 de agosto — República Socialista Soviética de Estonia 21 de agosto — República Socialista Soviética de Letonia 24 de agosto — República Socialista Soviética de Ucrania 25 de agosto — República Socialista Soviética de Bielorrusia 27 de agosto — República Socialista Soviética de Moldavia 30 de agosto — República Socialista Soviética de Azerbaiyán 31 de agosto — República Socialista Soviética de Kirguizia 1 de septiembre — República Socialista Soviética de Uzbekistán 9 de septiembre — República Socialista Soviética de Tayikistán 23 de septiembre — República Socialista Soviética de Armenia 27 de octubre — República Socialista Soviética de Turkmenia 16 de diciembre — República Socialista Soviética de Kazajstán
Ninguna de las repúblicas cumplió todos los procedimientos prescritos por la ley de la URSS del 3 de abril de 1990. El Consejo estatal de la URSS el 1991 (creado el 5 de septiembre que consiste de los jefes de las repúblicas de la unión bajo la presidencia del Presidente de la URSS) reconoció formalmente la independencia sólo de tres repúblicas bálticas. El 4 de noviembre V.I.Iljuhin instruyó una causa contra Gorbachov por el artículo 64 Código Penal de la RSFSR (la traición a la Patria) en relación a las decisiones decididas del Consejo del Estado. En opinión de Iljuhin, Gorbachov, habiéndolos firmados, violó el juramento y la Constitución de la URSS e inferiorizó de la inviolabilidad territorial y la seguridad de Estado de la URSS. Después de esto Iljuhin fue despedido del ministerio público de la URSS. Características del mundo unipolar. El colapso de la Unión Soviética, que durante más de setenta años había sido el rival de Occidente, tuvo como consecuencia la creación de un nuevo orden mundial en el que Estados Unidos asumía el papel de potencia hegemónica. Este nuevo mundo, libre de las tensiones características de la guerra fría, ha facilitado la intervención de EE.UU. y sus aliados en diversos conflictos al margen de la ONU; surge así un mundo unipolar.
El anquilosamiento de la ONU La Organización de las Naciones Unidas, creada al final de la Segunda Guerra Mundial (ver t81 y 82) como institución encargada de velar por la paz a nivel planetario, afrontó la década de 1990 sumida en una profunda crisis. Los motivos de la decadencia de la ONU fueron diversos:
Dificultades económicas debidas a la falta de pago de las cuotas por parte de numerosos países miembros, especialmente Estados Unidos, el mayor deudor de la organización. 110
Pérdida de credibilidad debida a la actitud dubitativa de la organización en muchos asuntos de interés internacional. Incapacidad ejecutiva para hacer cumplir las resoluciones dictadas por la Asamblea. Estructura obsoleta, con un Consejo de Seguridad controlado por las cinco potencias vencedoras en la Segunda Guerra Mundial (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia). Nuevas potencias, como Japón, India o Brasil, reclamaron una reforma en este sentido.
La guerra del Golfo En 1990 el ejército de Irak invadió el pequeño emirato petrolífero de Kuwait, en el golfo Pérsico. Ante la negativa del presidente iraquí, Saddam Hussein a retirar sus tropas, la ONU ordenó el envío de un ejército de liberación internacional formado por fuerzas de vientiocho países. Tras una intensa campaña de bombardeos y operaciones terrestres, la coalición internacional expulsó de Kuwait al ejército iraquí un año después de la ocupación. La guerra del Golfo tuvo importantes repercusiones en la economía internacional, al dispararse los precios del petróleo. Irak ha sufrido un severo embargo comercial desde el final del conflicto y ha sido atacado por fuerzas internacionales en varias ocasiones. Este tipo de intervenciones en Oriente Medio han originado la aparición de grupos terroristas integristas islámicos, como al Qaeda, responsable de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono en septiembre de 2001. Como respuesta a estos atentados, EE.UU. invadió Afganistán en 2002, por considerarlo refugio del líder terrorista de al Qaeda y puso fin al régimen talibán que gobernaba el país. En 2003, EEUU y sus aliados declararon la guerra contra Irak, invadieron nuevamente su territorio y derrotaron al régimen de Sadam, esta vez sin el respaldo de Naciones Unidas, lo que ha contribuido a enturbiar aún más la desprestigiada imagen del organismo internacional. El fracaso de Somalia La guerra civil de Somalia, en la que se enfrentaban hasta un total de veintiocho grupos militares en diferentes zonas del país, constituyó un nuevo revés para la credibilidad de las Naciones Unidas. Ante la crueldad de la guerra y la imposibilidad de llegar a un acuerdo pacífico entre las partes, Estados Unidos intervino militarmente en1992. El fracaso de los militares estadounidenses hizo que la ONU tratara de solucionar el problema enviando un contingente de cascos azules. Las gestiones de los enviados de la ONU apenas consiguieron resultados apreciables (acuerdo de alto el fuego fallido en 1994), y los cascos azules tuvieron que hacer frente a varias acusaciones (tráfico de drogas, prostitución, torturas a la población civil), que determinaron su retirada en 1995. 111
En 1997 se firmó un preacuerdo de paz, que, no obstante, a duras penas aseguraba el restablecimiento de la normalidad en el país africano. Los acuerdos de Dayton sobre Bosnia El conflicto de Bosnia-Herzegovina (ver t98), iniciado en 1992, llegó a su término en 1995 gracias a la mediación de Estados Unidos y a la intervención, contra los agresores serbios, de la fuerza aérea de la OTAN en el Mediterráneo. Instadas a negociar, las partes en conflicto (bosnios musulmanes, croatas y serbios) aceptaron la creación de un estado federal formado por dos entidades autónomas: Federación de Bosnia (musulmanes y croatas). República serbo-bosnia (serbios). Esta división formaba parte de los acuerdos de paz de Dayton, firmados el 14 de diciembre de 1995, y a grandes rasgos reconocían dos hechos fundamentales:
Partición étnica de Bosnia-Herzegovina. Fronteras internas coincidentes con las zonas ocupadas por cada bando al término de la guerra.
La presencia de tropas de la OTAN ha garantizado el mantenimiento del delicado status quo. Fechas clave 1990 Invasión de Kuwait por las tropas iraquíes. 1991 La coalición internacional expulsa a los invasores iraquíes de territorio kuwaití. 1992 Envío de tropas estadounidenses a Somalia. Rotundo fracaso. Estallido de la guerra civil en Bosnia. Matanzas y limpieza étnica. 1995 Los cascos azules se retiran de Somalia. Acuerdos de Dayton sobre Bosnia. Creación de una doble república. 1997 Acuerdo de paz en Somalia. 2001 Atentado suicida contra lasTorres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington. 2002 Guerra de Afganistán. 2003 Guerra contra Irak. 112
Causas y consecuencias del intervencionismo en Medio Oriente. Desde la desintegración del Imperio Otomano algunas empresas estadounidenses ya estudiaban con interés las concesiones que los nuevos estados de la zona podrían hacerles; sin embargo no fue hasta principios de la década de los treinta, con la creciente explotación de los recursos petrolíferos, cuando las compañías y los intereses americanos comenzaron a entrar con fuerza en la región. Poco a poco se fueron creando sociedades para la extracción de estos nuevos recursos y con ellos las empresas estadounidenses fueron adquiriendo un poder mayor, que se basaba sobre todo en intereses políticos y en su creciente presencia en el área del Golfo. Antes de la II Guerra Mundial la mayor parte de las inversiones provenientes del continente americano se invertían en la explotación de los recursos petrolíferos y en las comunicaciones, construyéndose varios kilómetros de líneas férreas y acondicionándose algunos puertos para el tránsito de petroleros. Por esas fechas la presencia soviética es meramente textual, exceptuándose Irán y Turquía, países que por su situación geográfica siempre estuvieron al alcance de la voracidad del Imperio Ruso. Las nuevas autoridades no siguieron una política menos agresiva y las injerencias soviéticas en suelo iranio continuarían durante años. Durante la segunda confrontación mundial el debilitamiento de las potencias europeas y su dependencia económica con respecto al exterior motivaron la intervención de Washington, que destino millones de hombres para vencer al Eje y ampliar así su papel en toda el área europeo-mediterránea. En total más de 150.000 marines combatieron en los páramos y desiertos de los territorios franceses del norte de África, Libia y Egipto. Tunicia y el bastión inexpugnable de Malta se convirtieron en el trampolín perfecto para saltar a Sicilia y hacer la conquista de la Península Italiana mucho más fácil. El apoyo estadounidense a los aliados también alcanzo a los rusos, a través de la frontera iraní recibieron miles de tanques y sofisticadas armas que les permitirían rechazar a los alemanes en el Cáucaso y empujarlos de camino a la estepa ucraniana. Con la liberación de Europa a finales de 1945 aún permanecían en el norte de África más de 90.000 soldados y se habían instalado varias bases permanentes en la ex colonia italiana de Libia. Para entonces Washington contemplaba a Oriente Medio como una parte más de su tablero geoestratégico y trataba de controlar todos los factores necesarios para
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su control, mientras las maltrechas potencias coloniales se enfrentaban al creciente nacionalismo de los países árabes. El interés por controlar el petróleo de las regiones ribereñas del Golfo y su simpatía por la causa sionista estaban en clara confrontación, mientras se seguían haciendo tratos con las fuerzas vivas de los estados que estaban por nacer. Una URSS pobremente vencedora, que extendía su pesado telón sobre el este a la vez que hacía cálculos para recuperar más del cuarenta por ciento de la producción industrial, soñaba con el petróleo persa a la vez que seguía con atención los movimientos de los sionistas y prestaba su apoyo a los rebeldes del Kurdistán. Es en 1948, con la proclamación del Estado de Israel y la consiguiente guerra, cuando los soviéticos dan un tímido paso y los estadounidenses consolidan su posición en el frágil escenario oriental. Ambas partes apoyarían con su voto la partición, pero su apoyo efectivo variaría notablemente. Las presiones de la importante comunidad judía motivaron el posicionamiento del Tío Sam, a la vez que trataba de no perder sus concesiones en los estados árabes. En el caso soviético, a las presiones de la colectividad judía y de sus simpatizantes se unía la estrategia. Israel se presentaba como un estado no hostil, de fuerte raíz socialista y cercano a Moscú, nada que ver con los caducos regímenes árabes. Mientras la mayoría de los árabes clamaron por una victoria alemana que acabase con el dominio extranjero y expulsase a los hebreos de Palestina, los judíos rechazaban esta opción y se posicionaban enérgicamente a favor de los aliados. Fue así como se fraguó el mito de la amistad judeo-soviética, que menos de diez años después sería hundido por los gestos cada vez más pro árabe de Moscú. A ese sentimiento antifascista se unían unas coincidencias ideológicas y una manifiesta simpatía de gran parte de los judíos hacía la URSS, la cual apenas tenía relaciones con los estados árabes. Aunque estos sentían un general recelo hacía Moscú, al que consideraban agente de revoluciones y simpatizante de los sionistas. El interés real de la creación de Israel para los rusos no era crear un estado judío, ni tan siquiera sionista, si no formar una entidad no hostil que sirviera de base para la avanzadilla soviética por la región. Estas y las otras consideraciones secundarias hacían del país un estado atractivo para el régimen soviético, cuya penetración en la zona dependía de la nueva nación.
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Así fue como desde el primer momento se vislumbra una diferencia vital entre las políticas estadounidense y soviética para Israel. Aunque ambas naciones tratarían de ser discretas para no provocar el recelo de los árabes, apoyarían la creación del nuevo estado y dado el momento de su nacimiento lo reconocerían sin problemas. Mientras Estados Unidos se limitó a prestar un apoyo formal y puso en marcha un embargo de armas para los contendientes, la URSS ofreció su apoyo secretamente a los dirigentes del Yishuv y delegó en uno de sus satélites la provisión de armas y aviones al futuro estado. En una Checoslovaquia que veía cada vez más coartada su libertad se formaron los que serían los primeros pilotos del Estado de Israel, allí viejos aviones de guerra formarían su primera fuerza aérea y allá se comprarían buena parte de las armas que salvarían al nuevo país. La victoria israelí fue saludada por la izquierda y los sindicatos, el nuevo estado se apresuró a fortalecer sus lazos con los países socialistas y se abstuvo de reconocer al régimen de Franco. En 1952 un golpe de estado protagonizado por unos jóvenes oficiales derrocará a la monarquía egipcia y cambiará la historia de la región para siempre. Las exigencias de Nasser, nuevo líder de la república, pasaban por la plena independencia del país respecto de los británicos y el comienzo de una nueva guerra árabe contra Israel. Un panarabismo aderezado con consignas socialistas y un fuerte odio hacia Occidente convirtieron a Nasser en uno de los hombres más importantes de la región, al mismo tiempo que llamaba la atención de Moscú. Fueron la crisis de Suez y la negativa occidental a seguir financiando la presa de Asuán las que llevaron a Nasser en brazos de los soviéticos, este hecho produjo el imparable distanciamiento de los países socialistas con Israel y el alineamiento previsible de este con el bloque capitalista liderado por los Estados Unidos. Si bien Israel era menos hostil al comunismo que los países árabes e incluso que los mismos Estados Unidos, Moscú necesitaba un trampolín fuerte desde el que extender su dominio en la región y no podía encontrarlo en un país rodeado de vecinos que le eran hostiles. Así que decidió cambiar de aliado, manteniendo las relaciones diplomáticas con el estado hebreo al nivel más bajo y posicionarse del lado árabe. Israel respondió al vacío hecho por las naciones socialistas con un acercamiento cada vez más formal al bloque de los países capitalistas, pronto las buenas relaciones con Washington se transformaron en mecenazgo; el Tío Sam quería convertir a Tel Aviv en su principal aliado en la región, ante cualquier precio y 115
como contrapunto del Egipto nasserista cada vez más fuertemente alineado con los soviéticos. Israel no era estratégico en la lucha contra el comunismo, no tenía frontera con la URSS y de él no dependen día el suministro de petróleo a sus aliados, pero era el escenario perfecto para castigar a los aliados árabes de los rusos y dejar así clara la superioridad militar de Occidente. Lo mismo hizo Moscú con Egipto y Siria, les proporcionó a bajo precio todos los excedentes de guerra que pudo remover de sus almacenes; los árabes los recibieron encantados, sin saber que aquellas armas eran en su mayoría modelos obsoletos y carentes de total valor ante las armas nuevas de su contrincante. En 1967 la victoria israelí en la Guerra de los Seis Días fue celebrada como un triunfo propio por los estadounidenses, no así por los árabes; que la recibieron como un saqueo más a sus debilitadas arcas, las cuáles debían pagar los honorarios de los más de treinta mil miembros del personal militar soviético (4). El fin de la guerra del Yom Kippur traería dos cambios fundamentales a Oriente Medio, el primero sería el fin del mito de la invencibilidad israelí y el restante lo protagonizaría el alejamiento de Sadat de la URSS y su progresivo acercamiento a los estadounidenses. La principal muestra de este acercamiento será la paz con Israel, desautorizada por los soviéticos y asegurada por Washington con concesiones económicas al nuevo régimen egipcio. Sin duda la paz con Israel confirmaba a Egipto, el mayor país árabe, como aliado occidental. Pero fue la revolución iraní la que realmente cambió el mapa de la región, la monarquía autoritaria y pro estadounidense del Sha fue derrocada debido en parte a las protestas lideradas por un clérigo exiliado en Francia llamado Ruhollah Jomeini. En ese escenario Estados Unidos consiguió retener el apoyo de Israel y el de la mayor parte del Mundo Árabe; solo Siria, Yemen del Sur, Libia y Argelia eran marcadamente pro soviético. Mientras que Irak nadaba entre dos aguas, aunque sus principales intercambios fueran con Washington. La década de los 80 contempló la continuación de la guerra civil libanesa y el comienzo de otra nueva, el conflicto irano-iraquí .Pero sin duda el enfrentamiento más significativo vendría unos años después, durante la Guerra del Golfo las tropas de Saddam se enfrentaron a una coalición internacional liderada por los Estados Unidos e integrada entre otros países por Egipto y Arabia Saudí. Con la desmembración del socialismo de corte soviético el vacío de poder dejado por este en Oriente Medio fue recuperado años después por Rusia, una región que con la reunificación yemení perdió a su único régimen marxista. 116
Mientras Estados Unidos apoyaba a Israel y se granjeaba el favor de la mayoría de los países árabes; Siria, Libia y Argelia seguían de reojo los acontecimientos en Europa del Este y no tardarían en cambiar el apoyo del Soviet por el de la Duma. En la actualidad las influencias rusa y estadounidense son palpables en todo Oriente Medio, especialmente la última. Una Rusia marchita ofrece técnicos, energía nuclear y armamento a unas debilitadas economías. Su apoyo al programa nuclear iraní ha despertado suspicacias, pero es simple; Moscú ha vendido más del 90% del material que hace falta para desarrollarlo, sus técnicos están allí y como es lógico le interesa el negocio. No se trata de simpatía, es puro juego de mercaderes. Siria, Irán y Argelia son los principales mercados regionales para los productos rusos. Por contra Israel y el resto de los países árabes, al igual que Turquía, son buenos clientes de los estadounidenses. La importancia de la Unión Europea en el desarrollo actual. Qué es la Unión Europea Una asociación económica y política única de 27 países democráticos europeos. Cuáles son sus objetivos Paz, prosperidad y libertad para sus 498 millones de ciudadanos en un mundo más justo y más seguro. Qué resultados ha obtenido hasta ahora La posibilidad de viajar y comerciar sin el obstáculo de las fronteras, una moneda única europea que es el euro, mayor seguridad de los alimentos, un medio ambiente más puro, mejores condiciones de vida en las regiones más pobres, unión en la lucha contra la delincuencia y el terrorismo, llamadas telefónicas más baratas, millones de oportunidades para estudiar en el extranjero… y muchas cosas más. Nuestro trabajo Para que todo ello sea posible, los países de la UE cuentan con unas instituciones que la dirigen y adoptan su legislación. Las principales son las siguientes:
Parlamento Europeo: representa a los ciudadanos de Europa Consejo de la Unión Europea: representa a los Gobiernos nacionales Comisión Europea: representa el interés común de la UE.
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Los problemas pendientes La Comisión presentó en Bruselas el 9 de julio de 1997 la llamada "Agenda 2000". En este documento se recogieron las perspectivas de evolución de la Unión Europea y de sus políticas cara al siglo XXI, los problemas derivados de la ampliación hacia el centro y el este de Europa, y, por último, el marco financiero. Estos son los principales problemas que ha tenido que hacer frente la Unión Europea hasta el año 2000:
Reforma de los Fondos estructurales, que quedaron centrados en tres objetivos: regiones por debajo del 75% de la renta media de la UE, regiones que se enfrentan con perentorias necesidades de reestructuración económica y social, y otro tipo de regiones no cubiertas en los dos objetivos anteriores y donde se deben modernizar sus sistemas de enseñanza, formación y empleo. El primer tipo se llevaba 2/3 del total presupuestado. Los Fondos de Cohesión se mantienen de forma similar, centrándose en los estados cuyo PNB per cápita es inferior al 90%. El gran problema que quedó planteado para el futuro fue la reforma de estos fondos con el futuro ingreso de los países del centro y este de Europa, bastante menos desarrollados que los que actualmente se benefician de los fondos. Reforma de la PAC, que seguía absorbiendo un enorme porcentaje del total del presupuesto comunitario. Esta reforma se encontró con la oposición cerrada de los campesinos beneficiados. La financiación del presupuesto comunitario era otro de los temas de debate. Algunos de los países ricos, como Alemania, se quejaban de la desproporción entre lo que aportaban a la Comunidad (en torno al 28,2% del total) y lo que recibían vía Fondos Estructurales y PAC (aproximadamente el 12,8% del total de las transferencias). Evidentemente, los países menos ricos se negaron a un reequilibrio de las aportaciones. La culminación de la Unión Monetaria y Económica en el 2002.
La quinta ampliación de la Unión Europea El año 1989 trajo una transformación radical de nuestro continente. La caída de los sistemas comunistas, la disgregación de la Unión Soviética, la aparición de nuevos estados, la guerra en Yugoslavia ... transformaron radicalmente el centro y el oriente de Europa. La adhesión a la Comunidad Económica Europea (Unión Europea desde 1992) fue vista desde un principio por los nuevos países como el mejor medio para solventar sus dos principales problemas:
El asentamiento de sistemas democráticos, basados en el respeto de los derechos humanos. 118
La transición de un sistema comunista planificado a una economía de mercado. Esta transición, nunca antes realizada en la historia, se tenía que dar en medio de una profundísima crisis económica.
El otro gran problema al que se enfrentaban estos países era el de la seguridad en un contexto de inestabilidad (disgregación de la URSS, ruptura violenta de Yugoslavia...). Los nuevos gobiernos democráticos vieron a la OTAN, la alianza militar occidental liderada por EE.UU., como la mejor garantía para su seguridad. Pese a las protestas y desconfianza de Rusia, la heredera de la URSS, en 1999, Hungría, Polonia y la República Checa pasaron a formar parte de esta asociación. La historia volvía a pesar en las grandes decisiones políticas europeas. Los países de Europa central y oriental utilizaron todo tipo de presiones sobre EE.UU. para unirse a la OTAN y sobre las potencias europeas, especialmente Alemania, para iniciar el proceso de adhesión a la UE, y todo ello fundamentalmente por razones de seguridad: librarse definitivamente de la influencia rusa. Es evidente que la ampliación hacia los países de la Europa central y oriental (PECO), Chipre, Malta y Turquía representaba para la Unión Europea un empeño histórico y una enorme oportunidad. La adhesión de nuevos Estados miembros iba a incrementar el peso específico y la influencia de la Unión en la escena internacional. El tema de la ampliación dominó la política europea de los años siguientes. Los países de la Europa central y oriental, así como Chipre, Malta y Turquía, tenían situaciones económicas y políticas muy diferentes, lo que coloca a la Unión Europea ante retos institucionales y políticos sin precedentes. La primera necesidad que se planteó a la UE fue la de la reforma de unas instituciones que no podían ser válidas para la nueva Unión que iba a venir tras la adhesión. Esta reforma planteaba importantes desencuentros entre los estados miembros: la composición de la Comisión, el voto ponderado de cada país, los poderes del Parlamento. Para solventar esas diferencias se convocó una Conferencia Intergubernamental (CIG) que debería culminar en una cumbre en Niza a fines del 2000. El gran problema de fondo era el atraso y las dificultades económicas de estos países, lo que hacía que, pese a los enormes esfuerzos emprendidos por los PECO, su integración en la Unión sea una tarea extremadamente delicada, ya que repercutirá en los diversos fondos y políticas (Fondos Estructurales y de Cohesión, PAC) que conconformaban la política de la Unión. Ya desde 1989, la UE aprobó un programa de ayuda financiera (programa PHARE), y, desde 1991, se comenzaron a firmar los primeros acuerdos de asociación, denominados Acuerdos europeos con los países aspirantes a la adhesión. 119
El Consejo Europeo de Copenhague de 1993 calificó de legítimas las aspiraciones de los PECO a integrarse en la Unión Europea. Europa no podía entenderse sin estos países. Es destacable como allí no se habla de "acceder" a la UE, sino de "volver a Europa" tras el período comunista. En este Consejo se acordaron unos criterios de adhesión que los aspirantes debían cumplir:
existencia de instituciones estables garantes de la democracia, la primacía del Derecho, el respeto de las minorías y su protección (criterio político), contar con una economía de mercado viable y con la capacidad de hacer frente a la presión de la competencia y a las fuerzas de mercado en el interior de la Unión Europea (criterio económico), capacidad de asumir las obligaciones que se derivan de la adhesión y, en concreto, la de suscribir los objetivos de la Unión política, económica y monetaria (criterio de la asimilación del acervo comunitario).
En el Consejo de Madrid de 1995 comenzaron a aflorar problemas de fondo: ¿Cómo iba a afectar la ampliación en las políticas comunitarias: PAC, Fondos estructurales y de cohesión, financiación de la Comunidad? ¿Cuál sería su repercusión para los países miembros que más se benefician de esos fondos y políticas, como es el caso de España? La Agenda 2000, aprobada en 1997, fue, en parte, la propuesta de reformas que se dio a estos interrogantes. En otro orden de cosas, en los países más ricos de la Unión se empezó a temer que, con la libre circulación de personas, tras la adhesión de los PECO se produjera una verdadera avalancha de inmigrantes. Este miedo ha propiciado la fortaleza de partidos xenófobos de extrema derecha como el partido de Haider en Austria. En 1997, la Comisión Europea, en la denominada Agenda 2000, publicó sus dictámenes sobre las solicitudes de adhesión de Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, la República Checa y Rumania. Estos dictámenes se elaboraron partiendo de los criterios de Copenhague. La Comisión propuso una primera tanda de ampliación que incluye a cinco países: Eslovenia, Estonia, Hungría, Polonia y la República Checa. Las negociaciones con Chipre se iniciarán seis meses después de finalizada la Conferencia intergubernamental. La situación de los demás países debía volverse a examinar cada año. Este dictamen lógicamente provocó una gran polémica en los países excluidos de este grupo de "países avanzados". Ante las dificultades económicas de todos estos países, especialmente en el terreno industrial y medioambiental, la Agenda 2000 estableció ayudas financieras, concretadas posteriormente en el Consejo europeo de Berlín de 1999, en apoyo al proceso de preadhesión de los países candidatos. La ayuda de preadhesión que se concederá a los países candidatos de la Europa central y oriental a partir del 120
año 2000 se cifrará en principio a 21 millardos de euros para el periodo entre los años 2000 y 2006 y constará de tres grandes capítulos, a saber:
programa PHARE: 10,5 millardos de ecus (1,5 millardos de euros al año). Desde 1997 se ha centrado sobre las dos prioridades esenciales vinculadas a la adopción del acervo comunitario: la capacidad institucional y administrativa de los países candidatos (30% del presupuesto) y la financiación de las inversiones en infraestructuras (70% una ayuda al desarrollo agrario, el denominado Instrumento Agrícola de Preadhesión (SAPARD), de 3,5 millardos de euros (500 millones de euros al año); una ayuda denominada Instrumento Estructural de Preadhesión centrada infraestructuras, especialmente en los ámbitos del transporte y del medio ambiente. Además, esta ayuda hará posible que los países en cuestión se familiaricen con las modalidades de puesta en práctica de los Fondos estructurales y de cohesión.
En 1998 se establecieron con los PECO aspirantes a la adhesión las denominadas Asociaciones para la Adhesión cuyo objetivo es coordinar las ayudas entregadas y fijar las prioridades para la adaptación a la legislación comunitaria. Chipre sigue un modelo distinto. Ese mismo año se iniciaron las negociaciones de adhesión con Chipre, Eslovenia, Estonia, Hungría, Polonia y la República Checa. A esas alturas la adhesión de Turquía, Malta y Chipre no estaba aún clara. La dos islas mediterráneas superarán sus dificultades y se unirán a la Comunidad en el 2004. El caso turco, pese a la "luz verde" dada ese mismo año para la apertura de negociaciones, parece que llevará más tiempo y dificultades. La importancia de nuevas potencias en el orden mundial. Cuando Jim O'Neill, economista global en Goldman Sachs, lanzó la idea del BRIC en noviembre de 2001 en su ensayo ―Building Better Global Economic BRICs‖ y luego la afianzó en el 2003, cuando en el ensayo ―Dreaming With BRICs: The Pathto 2050‖ señaló que las economías emergentes de Brasil, Rusia, India y China se encaminaban a convertirse en las economías dominantes del mundo para el 2050, estaba siendo tan visionario y tan adelantado a los tiempos que fue poco entendido en esos momentos. Hubo de transcurrir seis años para que se produjera la primera cumbre de gobernantes de esos cuatro países, lo que tuvo lugar en Rusia el 16 de junio de 2009. Esto permitió que los medios de comunicación del mundo, analistas y estudiosos de las relaciones internacionales comenzaran a ver el BRIC como una realidad. Aunque, por pertenecer O'Neill a Goldman Sachs, que es un grupo de análisis 121
económico y financiero global, es de entenderse que aquél se enfocara en la relevancia económica de los cuatro países, yo creo que más allá de lo económico éstos tienen una importancia e influencia políticas de alcance planetario, lo cual los convierte en los posibles diseñadores del nuevo orden mundial que indefectiblemente habrá de instaurarse más temprano que tarde. El G-4 o grupo BRIC, como lo llamó el mismo O'Neill, está compuesto por Brasil, Rusia, India y China, cuatro países de economías emergentes, dos asiáticos, uno euroasiático y otro latinoamericano. China, India y Rusia están en el primer cuadrante, latitud norte y longitud este, Brasil en el tercero, latitud sur, longitud oeste. Están entre los diez más extensos, Rusia primero, China tercero, Brasil quinto e India séptimo; entre los diez más poblados, China primero, India segundo, Brasil quinto y Rusia noveno, y entre las primeras diez economías, China segunda, India cuarta, Rusia séptima y Brasil novena. China e India son economías basadas en la fabricación y son grandes exportadoras, mientras que Brasil y Rusia son fundamentalmente exportadores de recursos naturales y, aunque no con la misma velocidad, también se encaminan hacia la industrialización. Los cuatro suman aproximadamente el 22% de la superficie terrestre del planeta y casi el 43% de la población global. China e India representan civilizaciones antiguas que tuvieron sus respectivas épocas de oro y que ocuparon posiciones de primer orden cuando países como EEUU y Alemania aún no pensaban nacer, por eso más que emerger, están renaciendo como el ave fénix, de las cenizas en que se convirtieron luego del saqueo que las potencias occidentales hicieran de sus riquezas y de su honor. China y Rusia son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Brasil, miembro no permanente en estos momentos, India lo ha sido varias veces pero hace mucho tiempo que está fuera, 1992 fue la última vez. Todos, con excepción de Brasil que por lo pronto tiene otras prioridades energéticas, son potencias nucleares. Cada uno de los cuatro tiene su manera de mantener el orden necesario para el desarrollo, aunque quizá el de Rusia esté más cerca de convulsionar y Brasil más lejos. Todos ellos tienen problemas internos que deben superar, relaciones diplomáticas entre sí, con sus altas y bajas, problemas territoriales e históricos entre los tres asiáticos que, aunque latentes, podrían ser causas de conflictos futuros. El BRIC es un bloque que si se afianza y se presenta como tal en los demás escenarios globales, tanto políticos como comerciales, entiéndase, ONU y OMC, podría comenzar a trazar las pautas para el diseño del nuevo orden mundial. Reforma de la ONU, desarme, protección del medio ambiente y necesidad de una nueva moneda de referencia mundial, son sólo algunos temas. Ningún país del planeta puede abstenerse de participar de este grupo, de vincularse a él de una u otra forma, porque, sin lugar a dudas, él será el arquitecto del nuevo orden mundial que se avecina. 122
Los 20 países, 17 continentales y 3 isleños que componen a América Latina, mantienen una relación importante con los otros miembros del BRIC. Con excepción de Paraguay, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras, Panamá, República Dominicana y Haití, los demás ostentan relaciones diplomáticas con China, pero todos tienen, de una u otra forma, relaciones comerciales con el gigante asiático y es por eso que de los tres miembros del BRIC, éste constituye el aliado más importante de la región. Con India y Rusia no es menos significativo el acercamiento de los países de América Latina y El Caribe, región que debería dar un seguimiento especial al BRIC e ir participando en sus encuentros como observadores. Finalmente, aunque se ha estado sugiriendo que las siglas dejen de ser BRIC para pasar a ser BRIMC, con la inclusión de México, una propuesta que yo apoyo, me atrevería a sugerir que se agregue también a Argentina, con lo cual el bloque comenzaría a llamarse BRIMCA. Argentina, que tiene en su haber unas de las mejores tierras cultivables y ganaderas del planeta en las pampas y El Chaco, se convertiría así en el granero y abastecedor de los principales cereales y de la carne para la mitad de la población del planeta. A cambio de eso, Argentina recibiría de los otros países del BRIMCA inversiones, mercado para sus otros productos y apoyo político. De aquí en adelante propongamos el BRIMCA, porque así se lograría incluso un equilibrio del grupo desde el punto de vista geográfico. Sería un G-6 con tres países de América Latina y tres de Asia, las dos regiones de mayor crecimiento en muchos aspectos del mundo. Tendríamos tres países en el hemisferio occidental y tres en el oriental. Dos en el hemisferio sur y cuatro en el norte.
Un nuevo bloque disputa el poder político y económico del siglo XXI: lo llaman BRIC, y está integrado por Brasil, Rusia, India y China. Sin duda su potencial es enorme, pero lo que sorprende -o no tanto- es que son los bancos trasnacionales los que ya han fijado sus ojos en ellos. En uno de sus tradicionales ejercicios de escenarios múltiples, a fines de 2003 el banco de inversiones estadounidense Goldman Sachs creó esta sigla enigmática, pero muy prometedora para sus intereses, con las iniciales de los cuatro países. Un "cuarteto llamado a constituir en pocas décadas núcleos de poder económico y territorial significativos", al punto de correr del podio a varios de los hoy miembros del Grupo de los 7 países ricos. El análisis de escenarios al futuro dejaba en claro que, de seguir su crecimiento como hasta ahora, a mitad de siglo China será la potencia líder , luego EE.UU. y tercera la India, que ostenta el mejor pronóstico de expansión. Para los analistas, en dos décadas Brasil podría superar a Italia, y seis años después, a Francia. Rusia aventajaría los PBI de Gran Bretaña y Alemania en 2027 y 2028. Un par de semanas atrás, el presidente argentino Néstor Kirchner viajó a China al frente de una misión diplomático-empresarial del Mercosur. Este año ya estuvo en 123
China y en India el presidente de Brasil, Lula da Silva. Es precisamente a través de Brasil, que el Mercosur se integra al BRIC. Los viajes de Kirchner y de Lula este año, como los del presidente venezolano Hugo Chávez cuatro años atrás, buscan avanzar en un escenario de entendimientos Sur-Sur, que se vienen dando en los últimos años. Ocurrió en la cumbre de Cancún el año pasado, sucede con los acuerdos que Argentina, Brasil y Venezuela (por separado) tienen con los países del BRIC, y pasó en la reciente cumbre de la Unctad en San Pablo. Significó el fortalecimiento y el relanzamiento del G-24 (hoy más de 130 países en desarrollo) y del G-15, la llamada "clase media" de los subdesarrollados. Por ejemplo, en la reciente reunión de la Unctad se evidenció la voluntad política de los países en desarrollo de dar un nuevo y fuerte impulso al intercambio comercial entre las economías del sur para lograr una "nueva geografía del comercio, en un mundo cada vez más interdependiente". Lula pidió la reanudación de las negociaciones para reducir los aranceles aduaneros entre las naciones pobres, al señalar su creciente empobrecimiento frente a los países ricos. Indicó que en los últimos cinco años 55 países en desarrollo crecieron menos de 2%, 23 registraron una retracción de sus economías y sólo 16 lograron una expansión superior a 3%. La renta per cápita de las naciones más pobres, agregó, pasó en los últimos 40 años de 212 dólares a 267 dólares, mientras en los países ricos subió de 11 mil 400 a 32 mil 400 dólares. Lula recordó que en 1980 estos países participaban en 20% del intercambio comercial global, mientras que actualmente lo hacen en 30%. Abogó por reactivar el sistema general de preferencias comerciales (integrado por 44 países a los que podrían sumarse 40 más, según dijo) creado en el marco de la Unctad, que considera el mejor camino para aumentar el intercambio comercial entre los países del Sur. Por su parte, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, señaló que si los países en desarrollo logran reducir en 50% los aranceles que establecen para sus intercambios mutuos, podrían generar 15 mil 500 millones de dólares adicionales producto del comercio. Proceso con historia Todos estos intentos remiten más a una equidad en el intercambio mundial que a ambiciones geopolíticas, y evocan acciones como la de la Conferencia de Bandung (1955, con ejes en la descolonización y la equidistancia de Washington y de Moscú) y los intentos posteriores, con líderes emblemáticos como el indio Nehru, el egipcio Gamal Abdel Nasser, el yugoslavo Josip Broz Tito o el tanzanio Julios Nyerere. Multipolaridad, integración horizontal, equidad, justicia eran el norte. Al cabo, la deuda externa y la ola neoliberal llevaron a las burguesías del Sur aliadas a las 124
metrópolis coloniales, a ceder el control de la acumulación a fuerzas trasnacionales y a renunciar a crear otro polo mundial. Hoy el marco histórico es otro, y lo intentan de nuevo. Paul Kennedy lo advierte cuando sugiere que "los políticos occidentales que piensan que el actual orden mundial durará todo este siglo deberían repensarlo seriamente". Ya se comienza a hablar del G-4 en lugar del G-7, de los que sólo EE.UU., y Japón, auguró Goldman Sachs en el mismo informe, conservarán su poder. Cabe destacar que, según el análisis, todos los países europeos serían superados por las nuevas "potencias". Para su formalización (de darse), aún falta mucho, pero sus intereses ya pueden leerse como una alternativa al actual mundo unilateral y en busca de mayor equilibrio al peso del G-7 en organismos multilaterales como el FMI, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio o el mismo Consejo de Seguridad de la ONU. Lo cierto es que hasta ahora los cuatro del BRIC apenas juntan 8% del PBI mundial. Pero sólo la suma de realidad va escribiendo la historia. Y, a propósito de ella, el historiador Paul Kennedy y el ex jefe del Banco de Reserva indio, S. Venkitaramanan, plantearon sus dudas por escrito. Señalaron un posible agravamiento del conflicto entre India y Pakistán, ambos con capacidad nuclear; mayores epidemias en China; crisis ecológicas en Brasil, o la autodestrucción por sobreexplotación de recursos o intrigas internas de su elite en Rusia. Todas catástrofes de proporciones, pero también posibles. Pero juntos, los cuatro países representan 40% de la población planetaria. Cabe destacar la presencia de China y Rusia en este grupo, ya que -según analistas europeos- el atentado del 11-S en EE.UU. profundizó la "alianza estratégica" entre esos dos países, orientada a evitar el control estadounidense sobre fuentes y flujos de recursos energéticos en Asia Central.
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China y el nuevo orden mundial En medio de todas las supuestas amenazas a la superpotencia mundial reinante, un rival está emergiendo en silencio y con fuerza: China. Y Estados Unidos está analizando de cerca las intenciones de ese país. El 13 de agosto, un estudio del Pentágono planteaba la preocupación de que China estuviera expandiendo sus fuerzas militares de manera que ―pudiera neutralizar la capacidad de los buques de guerra estadounidenses de operar en aguas internacionales‖, da cuenta Thom Shanker en The New York Times. Washington ha hecho sonar la voz de alarma de que ―la falta de transparencia de China sobre el crecimiento, las capacidades y las intenciones de sus militares inyecta inestabilidad a una región vital del globo‖. Estados Unidos, por el contrario, es bastante transparente sobre sus intenciones de operar libremente a lo largo y ancho de la ―región vital del globo‖ que rodea China (y donde sea). EEUU publicita su vasta capacidad para hacerlo: con un presupuesto militar en crecimiento que casi alcanza al del conjunto del resto del mundo, cientos de bases militares por todo el planeta, y un indiscutible liderazgo en la tecnología de destrucción y dominación. La falta de entendimiento de las reglas de urbanidad internacionales por parte de China quedó reflejada en su objeción al plan de que el portaaviones nuclear USS George Washington participara en las maniobras militares de EEUU y Corea del Sur cerca de las costas chinas en julio, alegando que este tendría la capacidad de hacer diana en Pekín. En cambio, Occidente entiende que dichas operaciones se llevaron a cabo para defender la estabilidad y su propia seguridad. El término estabilidad tiene un significado técnico en el discurso de las relaciones internacionales: la dominación por parte de EEUU. Así, ninguna ceja se arquea cuando James Chace, ex editor de Foreign Affairs, explicaba que, a fin de conseguir ―estabilidad‖ en Chile en 1973, fue necesario ―desestabilizar‖ el país, derrocando al Gobierno electo del presidente Salvador Allende e instaurando la dictadura del general Augusto Pinochet, que procedió a asesinar y torturar sin miramientos, y estableció una red de terror que ayudó a instalar regímenes similares en otros lugares, con el apoyo de EEUU, por el interés de la estabilidad y la seguridad. Es fácil reconocer que la seguridad estadounidense requiere un control absoluto. El historiador John Lewis Gaddis, de la Universidad de Yale, dio a esta premisa una impronta académica en Surprise, Security and the American Experience, donde investiga las raíces de la doctrina de la guerra preventiva del presidente George W. Bush. El principio operativo es que la expansión es ―el camino a la
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seguridad‖, una doctrina que Gaddis rastrea con admiración dos siglos hacia atrás, hasta el presidente John Quincy Adams, autor intelectual del Destino manifiesto. En relación con la advertencia de Bush de que los americanos ―deben estar listos para acciones preventivas cuando sea necesario luchar por nuestra libertad y defender nuestras vidas‖, Gaddis observa que el entonces presidente ―se estaba haciendo eco de una vieja tradición, en vez de establecer una nueva‖ al reiterar principios que varios presidentes ya habían defendido y que desde Adams a Woodrow Wilson ―habrían entendido muy bien‖. Lo mismo ocurre con los sucesores de Wilson hasta el presente. La doctrina de Bill Clinton era que EEUU estaba autorizado a utilizar la fuerza militar para asegurar ―el acceso desinhibido a mercados clave, suministros energéticos y recursos estratégicos‖, sin siquiera la necesidad de inventar pretextos del tipo de los de Bush hijo. Según el secretario de Defensa de Clinton, William Cohen, EEUU debe consecuentemente mantener una enorme avanzadilla de fuerzas militares ―desplegadas‖ en Europa y Asia ―con el fin de moldear la opinión de la gente sobre nosotros‖, y ―para forjar acontecimientos que afectarán nuestra subsistencia y nuestra seguridad‖. Esta receta para la guerra permanente –observa el historiador militar Andrew Bacevich– es una nueva doctrina estratégica, que fue amplificada más tarde por Bush Jr. y por Barack Obama. Como todo capo de la Mafia sabe, incluso la pérdida de control más sutil puede desembocar en el desmoronamiento del sistema de dominación cuando otros son animados a seguir un camino similar. Este principio central de poder es formulado como la teoría dominó en el lenguaje de los estrategas políticos. Se traduce en la práctica en el reconocimiento de que el ―virus‖ del exitoso desarrollo independiente puede ―contagiarse‖ en cualquier otro lugar y, de esta manera, debe ser destruido mientras las víctimas potenciales de la plaga son inoculadas, normalmente a manos de brutales dictaduras. Según el estudio del Pentágono, el presupuesto militar de China se expandió a unos 150.000 millones de dólares, cerca de ―la quinta parte de lo que el Pentágono se ha gastado para operar y llevar a cabo las guerras de Irak y Afganistán‖ en ese año, lo cual es sólo un fragmento del total del presupuesto militar estadounidenes, por supuesto. Las preocupaciones de Estados Unidos son comprensibles si uno toma en cuenta la virtual e indiscutida suposición de que EEUU debe mantener un ―poder incustionable‖ sobre la mayoría del resto de países, con ―una supremacía militar y económica‖, mientras asegura la ―limitación de cualquier ejercicio de soberanía‖ por parte de los estados que pueda interferir con sus designios globales. Estos fueron los principios establecidos por los planificadores de alto nivel y expertos de política exterior durante la Segunda Guerra Mundial, cuando 127
desarrollaron el marco para el mundo de la posguerra, el cual fue ampliamente ejecutado. EEUU debía mantener esta dominación en una ―Gran Área‖, que debía incluir, como mínimo, el hemisferio occidental, el lejano Oriente y el antiguo Imperio Británico, incluyendo cruciales recursos energéticos de Oriente Próximo. Mientras Rusia comenzaba a pulverizar a los ejércitos nazis tras Stalingrado, las metas de la ―Gran Area‖ se extendieron lo máximo posible por Eurasia. Siempre se ha entendido que Europa pudiera escoger seguir una causa alternativa, quizás la visión gaullista de una Europa desde el Atlántico hasta los Urales. La Organización del Tratado del Atlántico Norte nació en parte para contrarrestar esta amenaza y este asunto permanece muy vivo hoy en día en momentos en que la OTAN se expande hacia una fuerza de intervención de Estados Unidos, responsable del control de ―infraestructuras cruciales‖ del sistema global del que depende Occidente. Desde que se convirtiera en la potencia mundial dominante durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha buscado mantener un sistema global de control. Pero ese proyecto no es fácil de mantener. El sistema se erosiona visiblemente, con implicaciones significativas para el futuro. China es un jugador potencial muy influyente y desafiante. India y el nuevo orden mundial.
Brasil y el nuevo orden mundial.
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Hace más de 60 años que se viene hablando de Brasil como el país del futuro. Este cliché se viene repitiendo al menos desde 1941, cuando el novelista austríaco Stefan Zweig publicó el libro Brasil: un país de futuro. Pero durante gran parte de este tiempo el gigante sudamericano fue sólo eso: una promesa, la eterna promesa, de futuro. Hoy, Brasil puede decir que sí está desarrollando su potencial. Junto a otros grandes países emergentes, como China e India, Brasil está cambiando el rumbo del mundo. Su peso se ha dejado sentir en los diferentes espacios internacionales, ya sea el G-20 o el FMI. Y su opinión importa, ya sea en el tema del cambio climático o el de comercio internacional. El presidente Lula da Silva se ha convertido en una autoridad moral y hace poco fue galardonado como uno de los líderes más influyentes del mundo. El pragmatismo económico de Brasil (combinando ortodoxia monetaria y fiscal con importantes programas sociales) es un referente para muchas economías emergentes. El país ha logrado reducir la pobreza y la desigualdad endémica. La clase media brasileña se expande a un ritmo nunca antes visto y hoy representa casi 45% de la población (un crecimiento de 10 puntos porcentuales en apenas cinco años). El país ha cosechado éxitos como albergar el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016. Además de potencia agrícola, Brasil se está convirtiendo en un jugador global en el mercado del petróleo, como lo corroboran los descubrimientos de yacimientos históricos en las costas de Rio. El llamado país del futuro es un actor importante que redibuja el equilibrio de la economía a nivel mundial. Pero sería engañoso pensar en que Brasil sólo exporta soja, petróleo o minerales. También exporta productos de alta tecnología, como lo muestra el desempeño de sus campeones nacionales en los sectores aeronáuticos, de servicios tecnológicos o de productos cosméticos. Todas estas cosas son un indicio del vuelco masivo en los equilibrios económicos mundiales y del cual Brasil es uno de los principales actores. La crisis de 20082010 en los países OCDE está acelerando un proceso de transición en el cual los países emergentes están cobrando cada vez más protagonismo. El mundo se ha dado la vuelta: invertir en los mercados emergentes es hoy más atractivo y menos arriesgado que nunca. No sólo las oportunidades de crecimiento están aquí, sino que además, como lo muestra la crisis griega que azota Europa, el riesgo de invertir en países emergentes y en países OCDE se está equiparando. Este rebalanceo del mundo se está acelerando y esto nos obliga a actualizar nuestros mapas mentales. Por ejemplo, a fines de 2009 Goldman Sachs tuvo que volver a calcular todas sus proyecciones mundiales de PIB. 129
El resultado apunta hacia una aceleración de las tendencias imaginadas por los economistas hace apenas unos años: se anticipa ahora que el PIB brasileño (en términos de dólares) podría superar al de Italia en 2020, es decir, cinco años antes de lo previsto por Goldman Sachs en 2003. En 2029, la economía brasileña podría compararse con la de Alemania (siete años antes de lo anticipado) y con la de Japón en 2034, algo que no sé ni siquiera si se contemplaba anteriormente. Los países OCDE ya no son los únicos que llevan la batuta en el mundo. En 2009, los intercambios comerciales entre los países emergentes superaron los realizados con los países OCDE. El mayor socio comercial de Brasil, de India o de África del Sur ha dejado de ser un país OCDE para ser otro emergente: China. En 2009 la inversión extranjera directa en los países emergentes acaparó 46% del total mundial, casi a la par con la volcada hacia los países OCDE (56%). El caso de Brasil es emblemático. En 2008, en plena crisis global, el país recibió un récord de inversiones de US$45.000 millones. Y no son sólo inversionistas europeos o estadounidenses los que ponen su dinero en Brasil, sino también inversionistas asiáticos y del Medio Oriente. Aún más emblemático es que también Brasil se ha vuelto un inversionista potente en el extranjero. En la década de los 2000 han surgido multinacionales brasileñas cuyas capitalizaciones bursátiles son hoy en día comparables a las de sus pares de los países OCDE. El mundo se ha dado vuelta y Brasil desempeña un papel clave. Más que nunca, Brasil es una potencia del presente tiene mucho futuro.
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