Postmodernismo y Nueva Era: las conexiones sutiles Fernando Aranda Fraga
Ruth es inteligente, hermosa, joven y compasiva. Ella fue a la universidad, universidad, tiene un buen trabajo, y para su edad sorprende a los demás con su espiritualidad. ¿Espiritualidad en una era secularizada que está tan profundamente atrincherada con la magia de la tecnología !o te sorprendas. Ruth encontr" un nuevo tipo de #espiritualidad$. %ientras ella pueda usar los avances tecnol"gicos como un asunto rutinario, no se sentirá obligada para con la ciencia y su magia. &e esa magia ha saltado a un misterio. El misterio del misticismo, m isticismo, del mundo fascinante de las religiones orientales, donde el #yo$ puede lograr su má'imo potencial sin la ayuda de la raz"n, de &ios, ni de la (iblia. Ruth hizo un salto cuántico. )omo hija de la *ostmodernidad, *ostmodernidad, ella niega la historia, el tiempo, el &ios del universo, y el significado +ltimo de la )ruz. *ero ella no es mala, en trminos de moral o de tica. -hora abraz" los valores de la !ueva Era. El salto es sutil, sugestivo, y a menudo parece satisfactorio. Ella es feliz. tambin lo es /atanás. Ruth no está sola. &urante los +ltimos a0os, miles como ella, hijos de la *ostmodernidad, se han convertido en seguidores de la !ueva Era. 1ueron criados como metodistas, cat"licos, e incluso adventistas del sptimo día. El hecho es que la !ueva Era se ha convertido en un fen"meno religioso de amplio espectro que atrae a miles de seguidores cansados y desarraigados del tradicional tradicional cristianismo. Este artículo intentará abordar cuatro preguntas2 ¿3u es el *ostmodernismo ¿3u es, espiritualmente, la !ueva Era ¿4ay alguna relaci"n entre ambos ¿3u precauciones deberíamos tomar contra estos sutiles peligros ¿Qué es el Postmodernismo?
El pensamiento postmoderno no constituye, propiamente hablando, una concepci"n del mundo, sino una multiplicidad de ellas.5 /eg+n 1redric 6ameson, profesor de )ornell 7niversity 87/-9, un signo típico de que se está ante un pensamiento de corte postmodernista es la cuesti"n de la #sordera hist"rica$. Este rasgo se constituye en un elemento clave a la hora de conceptualizarlo. El hombre postmoderno ha olvidado c"mo se piensa hist"ricamente, y esto produce grandes dificultades al intentar medir la temperatura de algo que ni siquiera podemos asegurar asegurar que sea una #poca$.: 7n síntoma clave del pensamiento postmoderno es la negaci"n del tiempo como una dimensi"n e'plicativa de los hechos. *or el contrario, en las /agradas Escrituras se presenta a los eventos hist"ricos unidos teleol"gicamente, siguiendo un curso definido, con significado y prop"sito. ;a visi"n bíblica del tiempo está gobernada por una filosofía de la historia cuyo tema central es el conflicto c"smico entre )risto y /atanás. Esta visi"n del tiempo tiene hitos reconocibles2 la creaci"n, la caída, el pacto, )risto, la obra de la redenci"n, el juicio investigador investigador,, y la segunda segunda venida de )risto con con su consecuente consecuente retribuci"n retribuci"n de castigos y recompensas, la seguridad de un fin y de un nuevo comienzo. Esta #sordera hist"rica$ padecida por el *ostmodernismo niega la relevancia de la línea hist"rica bíblica y la veracidad de sus eventos principales. -sí, si la historia
ya no tiene valor, tampoco los hechos que la determinan. El pensamiento postmoderno está demasiado preocupado con el presente, sin sentir ninguna necesidad de raíces hist"ricas o de un destino atrayente. Esta irrelevancia de la historia y del destino produce una superficialidad que permea la cultura postmoderna a partir de sus principales notas2 un culto de la imagen y del simulacro, el ordenamiento de una vida que gira en torno a la tecnología, se entreteje a partir de una ret"rica del mercado y que ha impuesto su l"gica del consumo frentico, un nuevo suelo emocional, directa consecuencia de un galopante irracionalismo gestado a partir de la negaci"n de la %odernidad y sus productos. El resultado es lo que 6ean 1. ;yotard< llama una negaci"n de las #narrativas maestras$ =programas racionales #que cantaban las esperanzas y la fe en la liberaci"n de la humanidad$.> -sí, mientras el *ostmodernismo puede haber sufrido una prdida radical en lo que ste ha rechazado, ha establecido para sí mismo otros grandiosos proyectos socioculturales, apoyados sobre una fuerte base político?religiosa. El radical desprestigio en que caen los proyectos ut"picos durante la *ostmodernidad ve cumplida su complementaci"n, por un lado, en la imposici"n de proyectos socioculturales =efectivamente #reales$= insuflados por fuertes fundamentalismos político?religiosos y, por otro lado, proyectos globalizantes, tambin marcadamente ideol"gicos 8por más que la idea del #fin de la historia$ pretenda negar la e'istencia de las ideologías predicando su muerte9, y sostenindose en el espacio central que ha adquirido la economía en el mundo. Este +ltimo tipo de proyecto, más com+nmente conocido como el #!uevo @rden %undial$, se presenta como democrático y pluralista en materia de religi"n, pero de alguna manera se las ha rebuscado para fundirse en un +nico y hegem"nico movimiento de ideas cuya arista cultural?religiosa no es otra que la !ueva Era. - estos elementos centrales que hemos consignado como constituyentes de la *ostmodernidad cabe agregar algunos otros, de índole antropol"gica y social. ;a mentalidad vigente en la sociedad postindustrial se configura por su visi"n fragmentada de la realidad, una orientaci"n pragmático?operacional, antropocentrismo y relativismo, atomismo social y una fuerte tendencia hedonista, caracterizada por la constante b+squeda del placer, el fin de la #tica del deber$,A una renuncia al compromiso y la responsabilidad y el #desenganche institucional a todos los niveles2 político, ideol"gico, religioso, familiar, etc.$B En su celo por atacar el secularismo y el frío racionalismo que trajo la %odernidad, la *ostmodernidad resalta el rol de las emociones, los sentimientos y la imaginaci"n. ;os efectos sociales y culturales de la %odernidad se tornan claramente evidentes2 un medio ambiente natural que muere, seres humanos alienados, privados de libertad real, un galopante incremento de la pobreza y la delincuencia, la carencia de identidad individual y nacional como efecto de la política mundial de bloques. -nte esto, ¿qu tiene para ofrecer el *ostmodernismo 7n movimiento contracultural que va en busca de gratificaciones inmediatas y no diferidas, una irracionalidad puesta de manifiesto en nuevas formas de conocimiento, liberaci"n se'ualC y la anarquía como norma social. %ientras tanto, la ciencia tambin cambia su paradigma y abandona el modelo empirio?racionalista que aspiraba a la universalidad y a la objetividad absoluta del conocimiento. )omo resultado, adquiere un carácter probabilístico y pasa a depender más que nunca del ojo del observador. ;a ciencia actual, luego de la desmitologizaci"n epistemol"gica, ya no es aquel terreno firme y seguro de anta0o. Dodo esto lleva al científico a encontrarse tal como el hombre de la calle frente al misterio de la realidad, situaci"n epistemol"gica que favorece la apertura de la conciencia hacia otras dimensiones y las cuestiones +ltimas. *ensemos por un momento en el impacto que tales ideas pudieron ocasionar en el origen de los conceptos pseudocientíficos que integran la !ueva Era, tales como las medicinas alternativas y la astrología, por ejemplo. En este sentido, la relaci"n entre *ostmodernismo y !ueva Era se establece especialmente a partir de la vulgarizaci"n de las ideas postmodernas. *arte de stas han ocasionado
en el mundo, que en definitiva no se rige intelectualmente, tendencias que confluyeron y se plasmaron en una nueva 8vieja9 religiosidad. -sí, en la contracultura postmoderna, el movimiento de la !ueva Era encuentra un suelo favorable para echar raíces y crecer. ¿Qué es la Nueva Era?
Entre los primeros en abrazar la !ueva Era hay figuras estelares de m+ltiples y variadas disciplinas, como -braham %aslo, Fregory (ateson, %argaret %ead, )arl Rogers, -ldous 4u'ley, *aul Dillich, y /hirley %ac;aine, entre otros. 7na de sus principales plumas, %arilyn 1erguson, verdadera arquitecta de la !ueva Era,G anunci" en su libro La Conspiración de Acuario que había llegado la hora de abandonar la #Era de *iscis$ y de entrar en una #nueva era$ astron"mica gobernada por una conciencia universal y diferente. ;a !ueva Era asimila la cosmovisi"n oriental en su propio conte'to sociocultural. En un momento de la historia marcado por angustias espirituales,H la !ueva Era ofrece mística religiosa en un vestido encantador2 hor"scopos, meditaciones, cristales, y misticismo oriental.5I En su mdula, la !ueva Era integra una religiosidad que mezcla sugestiones, magia, reverencia por la naturaleza, y una b+squeda por lo nuevo y lo an"malo, ofreciendo su pretendida #autntica$ e'periencia espiritual. *ero, ¿cuáles son algunas de las características primarias de este fen"meno de la !ueva Era *rimero, es e'tremadamente diverso. Jncluye aspectos tan amplios como el espiritismo, la teosofía, el ocultismo, la astrología, el trascendentalismo y la curaci"n mental. /egundo, incluye tendencias de movimientos sociol"gicos contemporáneos, como el anarquismo y el hedonismo de los KBI, la filosofía Len, el romanticismo naturalista y el misticismo oriental. En gran parte, este ambiente nuevaerista fue preparado por el movimiento contracultural beatnik de la posguerra americana, cuyo espíritu anarquista y rebelde influy" en la aparici"n, en la dcada de los KBI, de los hippies, cuyos slogans predicaban pacifismo, hedonismo, misticismo, orientalismo, romanticismo naturalista, uso y abuso de drogas, y que se e'pres" como una utopía mundial cuyas consignas manifiestas eran peace and love.55 Dercero, la !ueva Era ha revertido la tendencia rebelde y contestataria de los KBI para presentarse como una e'periencia significativa e integrada que afirma el potencial del individuo, permite un estilo de vida burgus, y provee un disfraz religioso para tales actividades. )uarto, la !ueva Era es religiosa en sus pretensiones. *ero la religi"n e'iste en un ambiente relativista en el cual nadie presume tener toda la verdad. Es la religi"n de los buenos deseos y el amor, que pide pocas e'igencias y s"lo ofrece recompensas. !o hay en sta lugar alguno para la )ruz, para la gracia divina, ni para la responsabilidad humana, elementos primordiales del cristianismo bíblico.5: 3uinto, la !ueva Era, alineándose con la posici"n antihistoricista del *ostmodernismo, es desestructurante de la realidad. ;o logra por medio de dos conceptos2 el karma y la reencarnaci"n. En la base del karma yace #la convicci"n inamovible de que no hay felicidad ni miseria inmerecidas, que cada hombre da forma a su propia fortuna hasta el más mínimo detalle$.5< Dodo lo que sucede es debido al karmaM es la fuerza que gobierna la vida. ;a reencarnaci"n, otro principio de la !ueva Era, niega la realidad de la muerte y afirma la inmortalidad del alma. ;a vida humana nunca muere, sino que se mueve de e'istencia en e'istencia, en diferentes formas y niveles de conciencia, hasta alcanzar una +ltima etapa en la que se llega a ser una misma cosa con &ios. ;as buenas obras son la clave para la progresi"n ascendente en la reencarnaci"n. Postmodernismo y Nueva Era
4abiendo repasado algunas de las notas básicas que caracterizan al *ostmodernismo y a la !ueva Era, y luego de haber e'aminado c"mo el primero provey" el suelo nutricio en el cual la +ltima ciment" su raíz, ahora estamos listos para analizar algunas cone'iones entre ambas. !o son pocas. *rimero, aunque cada una está anclada en su propia cosmovisi"n, ambas comparten un anti?racionalismo que niega la relevancia de la historia teleol"gica
y afirma la supremacía del presente.5> Este #irracionalismo met"dico$ es, quizás, la base para otros elementos que conforman los paradigmas de la *ostmodernidad y de la !ueva Era. /egundo, ambas comparten una atracci"n pseudo?religiosa. ;a verdad, siempre tan light , de la !ueva Era es una aliada perfecta de la tica postmoderna, parafraseando a ;ipovetsNy, demasiado #dbil$. Esta nueva espiritualidad de nuestro tiempo ofrece a sus adherentes la seguridad de la religi"n y la libertad de la *ostmodernidad. ;a combinaci"n de ambas rechaza todos los legados del pasado y todos los sistemas normativos de valores. /in ninguna pretensi"n de permanencia, se pierden en todas las culturas, sembrando la desconfianza hacia cualquier cosa que sea básica y fundamental para la vida humana. Esta desconfianza es percibida política y socialmente como una fuerte predominancia del disenso que reemplaza al #moderno$ consenso anterior. 7na sociedad gobernada por el disenso se torna rápidamente ca"tica e insegura. /i todo vale, entonces ¿qu es lo justo ¿3u es lo tico ¿)uál es la norma correcta En tercer lugar, está el ne'o del humanismo y la religi"n. ;a !ueva Era y el *ostmodernismo ofrecen una visi"n humanística de la verdad y la vida que toma en cuenta cualquier pensamiento religioso y cultural para lograr una armonía universal. %ientras que no asimila la orientaci"n cristiana de ver la vida desde la perspectiva de una gran controversia, buscando un fundamento más elevado a partir de un estilo de vida basado en la )ruz y la redenci"n, la !ueva Era no vacila en citar la (iblia y usar sus ilustracionesM hasta en algunos conte'tos parece casi cristiana. Dampoco vacila en tomar conceptos prestados de otras religiones que colaboran en su b+squeda de atractivos universales y su oferta religiosa de #paz interior$. )uarto, la !ueva Era, funcionando en el mundo de la *ostmodernidad, trabaja incesantemente hacia un consenso cuya base es distintiva y se0aladamente permisiva, cuyos contenidos apuntan definidamente hacia la divinizaci"n de la humanidad, la santidad de la naturaleza y la supervivencia eterna del alma. -sí puede ser caracterizada como una utopía del presente=una aspiraci"n que el humanismo moderno no ha logrado, pero que le gustaría hacerlo. Esta glorificaci"n de lo humano, tan central para la !ueva Era, completa el círculo iniciado por el naturalismo y el secularismo, cuyas raíces se hunden en el Renacimiento y el mundo postmedieval. 3uinto, tanto la *ostmodernidad como la !ueva Era vagan entre la herencia agn"stica del ateísmo precedente y el neopanteísmo místico oriental. Es agn"stica, porque posee un barniz de tolerancia religiosa que se asienta en la indiferencia hacia la verdadera e'periencia cristiana. Es panteísta, porque encuentra lo sagrado en la deificaci"n de la humanidad y la naturaleza. -mbas posturas están entremezcladas, y en esa mezcla mística los adherentes de la !ueva Era parecen encontrar su satisfacci"n. ;os valores de la *ostmodernidad están anclados en una inmanencia absoluta. Esta versi"n postmoderna del agnosticismo intenta reemplazar el fracaso en el conocimiento de lo divino con una b+squeda de lo sagrado en la propia interioridad2 #/eris como &ios$, dijo la serpiente en el jardín del EdnM el *ostmodernismo y la !ueva Era parecen decir2 #D+ eres dios$. 3uienes están enrolados en el movimiento de la !ueva Era, o simplemente simpatizan con l, objetarán que, por el contrario, nuestra poca está signada por un retorno a la religiosidad, una religiosidad originaria, superadora de las formas conocidas, que produce una vuelta del hombre a &ios y a la naturaleza. !o nos enga0emos, la !ueva Era no representa novedad alguna en este mundo, es lisa y llanamente un neopanteísmo, que condujo al hombre a su autodivinizaci"n. Cristianos, ¡cuidado!
;uego de ver los argumentos, los atractivos, y los postulados del *ostmodernismo y de la !ueva Era, ¿qu podemos hacer como cristianos )uidarnos es un buen punto de partida. ;os peligros son tan reales y tan atrayentes como los que hubo en el jardín del Edn. 4ay al menos cuatro puntos
significativos para recordar2 5. En la !ueva Era todo es válido. ;o que más importa es la realizaci"n má'ima del potencial humano y la uni"n íntima del hombre con la totalidad de la naturaleza. :. ;a !ueva Era rechaza todo lo que es básico para el verdadero cristianismo. Jgnora la realidad de la condici"n humana2 el problema del pecado. )omo tal, no tiene aplicaci"n para las grandes verdades del cristianismo, tales como la necesidad de la reconciliaci"n del hombre con &ios, la encarnaci"n de )risto y su sacrificio en la )ruz. <. ;a !ueva Era es una pseudoreligi"n. %ientras que rechaza las verdades fundamentales de la *alabra de &ios, intenta establecer una nueva religiosidad universal en la que hombres y mujeres puedan lograr su potencial completo sin &ios. ;a clave es el poder humano y el potencial interior. &esde su posici"n filos"fica lanza consignas como stas2 O1uera con toda noci"n de que #todos pecaron, y están destituidos de la gloria de &ios$ 8Romanos <2:<9P O-bajo con la verdad de que todos necesitan el poder y la gracia de &ios para ser libres del pecadoP >. El poder seductor de la !ueva Era y de formas similares de falsa espiritualidad se incrementará en el futuro, y la +nica seguridad yace en confiar firmemente en &ios y en su *alabra. !o hay sustituto. ;os cristianos light son presa fácil para la !ueva Era. )omo cristianos, tenemos una responsabilidad para con nosotros, para con el mundo creado por &ios, y para con nuestro pr"jimo. 3uedan como problemas a resolver, como cristianos que vivimos en este mundo y que aspiramos a la vida eterna en otro renovado, cuestiones tales como los reclamos de la crítica postmoderna de un planeta que feneceM la consecuencia del uso indiscriminado de una tcnica y una política que dejaron de estar al servicio del hombre y que están matando la naturaleza creada por &iosM una vida burocratizada, vigilada y planificada por los incontrolables mecanismos de poder a cuyo servicio se colocan los mass mediaM un ser humano alienado econ"mica, social y culturalmente, que ha perdido la +nica referencia válida que podía tener de sí mismo2 la constante comunicaci"n, cara a cara, con el &ios )reador, personal y trascendente, quien nos motiva a servir a otros inspirados por su amor. El vive y porque l vive, nosotros viviremos tambin. Fernando Aranda Fraga es profesor y licenciado en Filosofía. Actualmente cursa estudios doctorales y se desempeña como docente y Secretario Asociado de nvestigación de la !niversidad Adventista del "lata# Argentina. Su dirección$ %& de 'ayo (() *+,-+ Libertador San 'artín# /ntre 0íos# Argentina. /1mail$ uap2uap.satlink.net. Notas y referencias 5. 6os Rubio )arracedo, /ducación moral# postmodernidad y democracia$ '3s all3 del liberalismo y del comunitarismo 8%adrid2 Drotta, 5HHB9, p. H5. Qer tambin #El desafío del postmodernismo$, 4i3logo !niversitario G25 85HHB9,
pp. A?G. :. 1redric 6ameson, 5eoría de la "ostmodernidad 8%adrid2 Drotta, 5HHB9, pp. H, 55. <. 6ean 1. ;yotard, Le "osmoderne e6pli7u8 au6 enfants 8*aris2 ditions Falile, 5HGB9, pp. :H?<5. >. %anuel 1ernández del Riesgo, #;a posmodernidad y la crisis de los valores religiosos,$ en Fianni Qattimo et al# /n torno a la posmodernidad 8(arcelona2 -nthropos, 5HH>9, p. GH. A. Qer Filles ;ipovetsNy, Le crep9scule du devoir$ L: 8thi7ue indolore des nouveau6 temps d8mocrati7ues 8*aris2 Fallimard, 5HH:9 B. 1ernández del Riesgo, p. GH. C. Qer Fianni Qattimo, Credere di credere 8%ilan2 Farzanti, 5HHB9 G. Qer Russell )handler, !nderstanding the ;e< Age 8&allas2 Sord *ublishing, 5HGG9 H. Qer 6ean?)laude Fuillebaud, La trahison des Lumi=res$ /n7u>te sur le
d8sarroi contemporain 8*aris2 ditions du /euil, 5HHA9
5I. 1ernández del Riesgo, p. HI. 55. Roberto (osca, ;e< Age$ La utopía religiosa de fin de siglo 8(uenos -ires2 -tlántida, 5HH<9, pp.
5. 5:. (osca, p. >B. 5<. 6ames 4astings, ed., /ncyclopedia of 0eligion and /thics , 85HGI9, vol. 'ii, p. >. Qer 4umberto %. Rasi, #)ombatiendo en dos frentes$, 4i3logo !niversitario <25 85HH59, pp. >?C, ::?:<.