ARANC ÓN
UADERNO DE TRABAJO C UADERNO
C ONÓCETE ONÓCETE A TI MISMO I
HORARIO 18:30 Salida desde la EUCC 20:00 Llegada a Maranchón/ Conocemos el pueblo 21:00 Cenamos 22:00 Velada: Cuentos, dinámicas y cantos variados … A la cama!!
09:00 Desayuno 10:00 Actividad: 12:00 café/cervecita 12:30 Continuamos actividad 14:00 Comida 16:00 Actividad: 17:30 Descanso 18:00 Continuamos actividad 19:00 Sorpresa 21:00 Cena 22:00 Fiesta de disfraces
09:00 Desayuno 10:00 Actividad: 11:30 Café/cervecita 12:00 Actividad: 14:00 Comida 15:30 Evaluación 16:00 Limpieza general 16:30 Vuelta a casa 2
C ONÓCETE ONÓCETE A TI MISMO I
comenzar ¿Por qué estamos aquí? Reflexiones para comenzar Hoy quiero animarte a que te conozcas cada día un poco más, porque una profunda comprensión de ti mismo es el principio de tu crecimiento y tu felicidad, que redundará en beneficio de los demás. Toda persona tiene capacidad de sanar sus heridas y traumas y tiene el poder de desarrollar en lo más hondo de sí mismo sus mayores potenciales. El proceso de autoconocimiento te hace consciente de todas las riquezas personales
no
utilizadas,
incluso
perdidas, que hay en tu interior y en el de cada niño que llega al mundo. Has de saber
convertirte
en
colaborador
inteligente de tu propio desarrollo, que evolucionará gradualmente durante toda tu existencia, como si fuera la semilla depositada en cada ser humano desde su nacimiento. El único libro que es imprescindible leer es el de la propia historia. Sólo podremos corregir algunos errores conociéndonos, tomando conciencia de ellos. La determinación y el empeño en ser uno mismo es esencial en el proceso que conduce a la autorrealización, es decir a la verdadera felicidad. Y cuando una persona camina hacia su propia felicidad, esta forma de vida se manifiesta en amor, gratuidad y compromiso por la felicidad de los demás. Un profundo autoconocimiento, un saber estar en contacto con lo que te ocurre, piensas, sientes y actúas, te facilitará el conocimiento y la escucha de los demás seres humanos. Si las personas se quisieran más a
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C ONÓCETE A TI MISMO I sí mismas, las listas de espera médicas se reducirían a la mitad, ya que la guerra contra uno mismo es una neurosis. Hemos sido creados para estar en paz con nuestro propio ser. Cuando uno se conoce y se quiere puede acercarse a su plena realización. El deseo de conocerse y conocer a los demás coexiste siempre con el ser humano. Desde que tiene algo de razón comienza a preguntarse quién es y qué hace en este mundo. Pero la mayoría de las personas terminan sus días sin haberse respondido a estas preguntas vitales. No potencian su desarrollo y acaban la vida habiendo sido
es decir,
seres empequeñecidos, recortados, adaptados a lo que se espera de ellos y al espacio al que se les limita. En cambio, la persona que decide autocumplirse tiene unas posibilidades ilimitadas que no frenarán ni la edad, ni los demás y será una persona plena, feliz y potenciadora de un mundo mejor.
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C ONÓCETE A TI MISMO I Necesitamos vernos a nosotros mismos con comprensión. Yo debo aprender a disfrutar de ser yo. Un ser único e irrepetible; después podré regalarme a la humanidad, que me necesita y disfrutaré de la grandeza de los otros seres humanos, también únicos. Sólo queriéndome podré querer a los demás. En la medida en que nos contemos quienes somos, compartiremos nuestro propio y respectivo misterio. Así que elige dedicar todos los días un rato para la reflexión, para el encuentro sosegado contigo mismo, para escuchar tu música interior, y verás cómo poco a poco y día a día te vas haciendo más tú y estás más a gusto contigo mismo y ese crecimiento tuyo beneficia a todos los que viven la vida a tu lado. Tómate en serio.
Tugranobradearte estuvida.
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C ONÓCETE A TI MISMO I
VIERNES Como me habéis oído decir miles de veces, la universidad no sólo es un lugar donde se forman futuros trabajadores altamente cualificados, (en nuestro caso educadores), sino que es un espacio abierto a la formación integral de la persona. Por ello os propusimos el realizar esta actividad y os agradecemos vuestro interés y participación, en fin, vuestra presencia. Porque el simple hecho de estar ya es muy importante. Demuestra que compartís este pensamiento. Espero que en este “día” que vamos a compartir sea capaz de transmitiros esta idea. Empezaremos por un pequeño cuento… ¿por qué lo pongo aquí? ¿Hace referencia a lo que os acabo de decir? ¿Qué puede significar? Pensad…
Había una vez... “Fiesta en el castillo” El pueblo que rodeaba la colina del castillo se despertó al oír al mensajero del marqués que leía un bando en medio de la plaza. “Se hace saber a todos que nuestro bienamado señor marqués invita a
todos sus buenos y fieles súbditos a participar en la fiesta de su cumpleaños. Cada uno de los que asistan recibirá una agradable sorpresa. Os pide a todos un pequeño favor: cada uno de los participantes a la fiesta tenga la cortesía de llevar un poco de agua para llenar el depósito del castillo que está vacío…” 6
C ONÓCETE A TI MISMO I
El mensajero repitió varias veces la proclama, luego dio marcha atrás y escoltado por los guardias volvió al castillo. En el pueblo se levantaron los comentarios más diversos. - ¡Bah! El tirano de siempre. Le sobran criados para llenar el depósito… Le llevaré un vaso de agua y ¡basta! - ¡Qué va! ¡Siempre ha sido muy bueno y generoso! Yo le llevaré un barril. - Yo… un dedal y ¡sobra! - ¡Yo un tonel! Llegó el día de la fiesta. Aquella mañana un extraño cortejo subía la colina hacia el castillo. Algunos llevaban al hombro pesados toneles o jadeaban en la encuesta cargados con grandes cubos llenos de agua. Otros mofándose de sus compañeros, llevaban pequeñas garrafas, botellines o incluso un vaso en una bandeja. La procesión entró en el patio del castillo. Cada uno vaciaba el propio recipiente en el gran depósito. Lo dejaba en un rincón y, luego, se dirigía contento hacia la sala del banquete. Asados y vino, frutas y tartas, bailes y cantos se sucedieron hasta bien entrada la tarde. Al anochecer el señor del castillo dio las gracias a todos y se retiró a sus aposentos. - Y la sorpresa prometida?- , rezogaron algunos, contrariados y desilusionados. Otros se mostraban alegres y satisfechos: - El señor marqués nos ha obsequiado con una fiesta estupenda. Cada uno, antes de marchar, pasó a coger sus vasijas. Estallaron, entonces, gritos cada vez más fuertes. Gritos de júbilo y rabia ¡Las vasijas habían sido colmadas hasta el borde de monedas de oro! - ¡Ay, si hubiera traído un poco más de agua…! 7
C ONÓCETE A TI MISMO I
Lalala... “Para nada ” ¿Para qué? para nada ¿para qué? ¿para qué? para nada ¿Para qué andar descalza sin rumbo? ¿para qué izar las velas del mundo? ¿Para qué? para nada ¿Para qué rebajar la condena? ¿para qué si te mata la pena? ¿Para qué? ¿para qué? para nada
¿Para qué continuar viviendo deprisa buscando la suerte en la mierda que pisas? Te vas a volver a quedar sin soñar ¿para qué? para nada, para nada ¿Para qué echar perfume a la vida? ¿para qué? ¿para qué? para nada ¿para qué si te escuece la herida? para nada, para nada ¿Para qué? para nada ¿para qué? ¿para qué? Para nada te vale una vida varada ¿Para qué continuar viviendo deprisa buscando la suerte en la mierda que pisas? Hoy te toca romper la baraja te vas a volver a quedar sin volar ¿para qué? porque anclado ni subes ni bajas para ser, para estar, para echar a volar Para nada, para nada hoy te toca soltar las amarras ¿Para qué? ¿para qué? para nada ¿Para qué emborracharte de olvido si te vas a beber lo vivido? ¿Para qué fusilar el olvido? ¿Cómo que para qué? porque puedes ¿para qué si te pones a tiro? y sé que si quieres te sobran la alas ¿para qué? para nada ¿Para qué una tregua de abrazos? ni matar ni morir a balazos ¿para qué? ¿para qué? para nada
¿Cómo qué para nada? ¿Cómo qué para nada? ¿Cómo qué para nada? ¿Cómo qué para nada?
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C ONÓCETE A TI MISMO I
Nos presentamos Acabamos de realizar un “pequeño” viaje en el que habéis tenido tiempo para conoceros unos a otros, habéis hablado del tiempo, de la universidad, de vuestros gustos musicales ó, simplemente, de qué expectativas tenéis para este fin de semana. Después de estas primeras impresiones, os propongo, lo primero de todo, un pequeño juego de conocimiento, muy sencillo sí, pero que puede serviros como recurso para llevarlo a vuestra práctica:
La cerilla Cada uno de vosotros recibirá una cerilla. Y me preguntaréis ¿para qué nos das esto? Estas tierras tienen fama de ser muy muy frías (ya lo estáis comprobando) pero esa no es la razón, tampoco vamos a encender la estufa con ella. ¿Entonces para qué? Tendréis que salir de uno en uno al medio del círculo y presentaros a los demás como queráis. El tiempo que tenéis para hacerlo es el que dure encendida la cerilla. ¡¡En ese tiempo no podréis parar de hablar!! De lo contrario, os tocará realizar un pequeña “prueba” (espero que no tengáis mucha vergüenza…) ¿Fácil no? Pues venga, que yo ya tengo frío, ¡a encender vuestras cerillas!
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C ONÓCETE A TI MISMO I
El paraguas Cada uno tenéis vuestro paraguas. Un paraguas es un objeto que utilizamos para protegernos de la lluvia. Esa es su principal función, aunque habrá quien le de otras: Bastón, complemento… Ahora lo aplicamos a nosotros mimos. Ese paraguas es la cara externa de nuestro YO más íntimo. Es lo que todo el mundo puede ver de nosotros. Es nuestro “yo abierto”. Lo abrimos y cerramos según llueva, si la lluvia que cae no es molesta, si las personas que tenemos alrededor son de confianza, podemos abrirlo menos, no pasa nada por mojarnos. Pero si llueve “chuzos de punta”…abrimos rápidamente el paraguas, si no nos sentimos seguros, ponemos un impedimento entre el que viene y yo para no dejarle ver quien soy realmente, cómo soy sin tapujos. En este fin de semana que vamos a pasar juntos, vais a ir acompañados siempre de vuestro paraguas. Y cuando digo siempre es siempre, no a ratos: ¿Lo dejaremos abierto para que nadie pueda descubrir la grandeza que llevo dentro? ¿Lo iremos cerrando poco a poco, cuando vaya conociendo a los otros y sepa que puedo confiar en ellos; vea que esa lluvia no es dañina, sino que me sirve para crecer? ¿Lo cerraré desde el principio porque soy una persona súper abierta y no me da miedo el calarme bajo la lluvia? A lo mejor luego empiezo a cerrarlo para no coger un constipado… Cada uno verá cómo está su paraguas. El paraguas ideal es… Ya me contarás.
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C ONÓCETE A TI MISMO I
SÁBADO Había una vez... “El buscador ” (Jorge Bucay) Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador. Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco es alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda. Un día nuestro Buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó Kammir a lo lejos, pero un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. Estaba rodeaba por completo por una especie de valla pequeña de madera lustrada, y una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El Buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como por azar entre los árboles. Dejó que sus ojos, que eran los de un buscador, pasearan por el lugar... y quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción. “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, y sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Al acercarse a leerla, descifró: “Lamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió terriblemente 11
C ONÓCETE A TI MISMO I
conmocionado. Este hermoso lugar era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar. - No, ningún familiar – dijo el buscador - Pero... ¿qué pasa con este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de niños? El anciano cuidador sonrió y dijo: "Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré... Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta, como ésta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de entonces, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abra la libreta y anote en ella: a la izquierda, qué fue lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana, dos? ¿Tres semanas y media? Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana? ¿Y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? ¿y el casamiento de los amigos? ¿Y el viaje más deseado? ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano? ¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones? ¿Horas? ¿Días?… Así vamos anotando en la libreta cada momento, cada gozo, cada sentimiento pleno e intenso... y cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ése es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido." 12
C ONÓCETE A TI MISMO I
La ventana de JOHARI (Explicación) o c z o n o c s e d o y e u o L
s s y o o o s m l a o a s r r s t u a o o a p m s c s e o e v e n u t o n n n q e e n s d i n ó o i v r e s … e t v e s s r n o o s . á p o o r d s e a n m m i e e t e i m u u p d a e , q s L q c s . s o s a e l o e n o r e n e a t o u m i o p s i c q e c s e a v u r o : a á t c l t l o s i e n á m m s s u s m r i e o u q o e L d n F r a t d o o s d s l o o o T n a -
o c z o n o c o y e u o L
e o l d n s o o c t n o y d e i s a m o n i t o m i n a c e r a s . o l , . n e s . . R g a s i . i c o s s á n d o r e a t m i r d i o e e l v s d p o s x o n l o : e u , e e t s n u n a a q r n i ó i e c s i o o l n e l n c e r e i g s n v p i u e o n V r q c é a i n o b i s d m á o a T t m
-
e d o d o n m e s e u , c o q d r e o t d a s n o d e o s n e n c o e , o . i n c o n s x i e o e p o d n r s s o o o t d s c : , o s o s s s o a á o m o t n t l e m r n a c e e e s e t o d i x n s e i m o u o o t m q … c l s n a e s e s c e i … d o u s a a , n s o r r t q d d s u o t i o o l i t o s l s s a v a m e : o y s u e o u o n s o C d d I c G n e o r u m t q s o s o i o L m n -
-
Conocen de mí
-
s o d i s c a i o c n s n o á e c m i r o e e n d p s x s o e o t l , s s o u a r i g e c , n p s í e a v d m i a … v e v s , i d s r á o p m o t c s e n z e d e … o i s n s n o o m a i o i t m n l c i r n i t o : e n p o y S í O p e n a u r q o n o g L i
Ignoran de mí 13
C ONÓCETE A TI MISMO I
La ventana de JOHARI o c z o n o c s e d o y e u q o L
o c z o n o c o y e u q o L
Conocen de mí
Ignoran de mí 14
C ONÓCETE A TI MISMO I
I. “YO” ABIERTO Lalala... “Breve descripción de mi persona” Mido un metro ochenta y uno, tengo un sillón azul en mi cuarto hay un baúl, y me gusta el almendrado. Me despierto alunado, mi madre es medio terca aunque nunca estuve preso anduve cerca. Soy de Aries, pelo castaño, algo tacaño y no colecciono nada, guardo la ropa ordenada, me aburro en nochebuena si estornudo no hago ruido y no hablo con la boca llena. Puedo decir que soy de pocos amigos pero de mis enemigos no sé cuantos cosecho tengo el ojo derecho desviado dicen que soy bueno aunque no sea bautizado. Nací a las tres de la mañana me llevo bien con mi hermana no creo en OVNIS ni en zombis y uso prendas talle M juego con fuego aunque el fuego me queme.
Duermo boca abajo y con pijama si hace frío de la vida yo me río porque es corta y grata no uso saco ni corbata ni me gusta el protocolo estoy en buena compañía pero se cuidarme solo. Si tengo vergüenza me sube el color rojo, aunque yo ya no me mojo si me ataca algún miedo no profeso ningún credo ni me creo ningún macho alcohólico no soy pero a veces me emborracho. Tengo un diente postizo, si no hay planes improviso y aunque a veces lucho no me complico mucho, no me estanco al que quiera celeste que mezcle azul y blanco. La filantropía no está entre mis aficiones tengo varias adicciones y me hago cargo no acepto sin embargo si intentan adoctrinarme yo quiero elegir con que veneno envenenarme. Mi padre era doctor pero manejaba un taxi y enfrentó por mala praxis un juicio despiadado no tuve legado ni familia de linaje y a veces el pasado me cobra peaje. Tengo perro y una marca en la rodilla no siento cosquillas, trabajé en el municipio no traiciono mis principios porque eso es lo primero si naciste incendiario no te mueras bombero. “Nunca cuentes todo” mi abuelo me decía y no contó en su agonía donde puso el testamento y yo no puedo, aunque intento tener todo lo que quiero eso me pasa por ser sincero.
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Dinámica: El árbol de mis virtudes Cuando observamos un gran árbol estamos viendo un crecimiento logrado durante muchos años. El crecimiento a lo largo del tiempo le ha llevado a desarrollar unas grandes raíces que lo afianzan y alimentan, y unas ramas que son su parte más visible, le ayudan a captar la luz del sol y pueden servir como hogar y refugio a muchos animales. Este desarrollo del árbol puede sernos de utilidad para describir el propio proceso de la persona. La dinámica consiste en una reflexión sobre las capacidades personales de cada uno, las capacidades "positivas" que hemos ido adquiriendo y desarrollando desde pequeños hasta ahora. Este es un ejercicio importante para realizarlo con calma, pues se trata de reconocerte como ese tesoro valiosísimo que aun no ha sido descubierto por nadie, pero que todos están buscando. Lo primero que haremos será una lista con todos los que encontremos en nosotros, por ejemplo: cualidades personales (valentía, organización...) sociales (saber escuchar...), físicas (fuerza, rapidez....), intelectuales (creatividad...) Tenéis 10 o 15 minutos para hacer una lista lo más larga posible. Piensa en todos tus
con detenimiento, es importante que
no te precipites, que vayas despacio, con calma y seas muy sincero contigo mismo ¡No te engañes! Hay cosas que desearíamos tener y no tenemos, pero tranquilo, tranquila, nadie es perfecto.
C ONÓCETE A TI MISMO I ¡Adelante! Después hay que escribir durante otros 10 o 15 minutos otra lista, en ella pondremos todo
gracias a nuestras
capacidades. Hay que pensar en cosas que nos han salido bien y con las cuales estamos contentos por pequeñas que sean (ayudar a alguien, aprobar un examen complicado, comenzar esta carrera, dar un giro en tu vida…) Con ambas listas ya preparadas se pasa a
, un árbol
con raíces, tronco y ramas. En las
vamos a situar los valores, la raíz será más larga
cuanto más grande creamos que sea esa cualidad en nosotros, un árbol tendrá algunas raíces grandes, pero otras más pequeñas. Hay que escribir en cada raíz el valor al que corresponde. Después dibujamos el tronco y las ramas. El
es la parte más robusta del árbol. Gracias a él el árbol se
mantiene rígido, estable, pero no olvidéis que sin las raíces ese árbol no sería nada. En el tronco tenéis que poner los pilares de vuestra vida, aquello que fundamente vuestra existencia. Las
van a corresponder con aquello que hemos logrado. Al
igual que con las raíces, una rama grande se corresponderá con un éxito grande y una rama pequeña con algo más pequeño. Hay que escribir ese éxito al que corresponde cada rama.
Tenéis todo el tiempo que necesitéis
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C ONÓCETE A TI MISMO I Por último expondremos nuestros árboles para que cada uno pueda ver nuestra obra de arte, en sí, el resumen de cada una de nuestras vidas. De forma voluntaria cada uno comenta el árbol que ha dibujado: las cualidades, los éxitos... ¿Estás satisfecho con tu árbol? ¿Te ha resultado difícil dibujarlo? ¿Qué cualidades o logros has olvidado? ¿Cómo han reaccionado los demás ante tu árbol?
Dinámica: La tienda con personalidad Había una vez... “El elefante encadenado” (Jorge Bucay) Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de su peso, tamaño y fuerza descomunal… pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces?. Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío 18
C ONÓCETE A TI MISMO I
por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapa Hice entonces la pregunta obvia: “Si está amaestrado ¿por qué lo encadenan?” No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca… y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía… Hasta que un día, un terrible día para su historia, Este elefante enorme y poderoso, que – – vemos en el circo, Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás… jamás… intentó poner a prueba su fuerza otra vez… Vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad… condicionados por el recuerdo de no puedo … Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón… «
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C ONÓCETE A TI MISMO I
II. “YO” OCULTO Lalala... “Que no me pierda” Que no me pierda en la noche que no me duerma en el vino que no me pierda del camino en el abrazo de la gente que tiene el corazón frío. Que no me pierda en la bruma que no me duerma en el ruido que no me encuentre confundido en el canto del que adula y que sólo juega conmigo.
Que no me pierda en la sombra que no me duerma en el brillo que no me pierda en el cariño del que jura y que calcula y que nunca ha sido mi amigo. Que no me pierda en la duda que no duerma rendido que no me pierda convencido en el llanto del que miente y que ya empeñó su destino.
Que no me pierda en el género inconsciente que ha dejado ya su alma al olvido no no. Que no me pierda en la risa complaciente del que espera algo a cambio conmigo. Que no me pierda en la noche que no me pierda en el vino la vida vale la pena si aprendo hacer el camino. Que no me pierda en la noche que no me duerma en el vino, ay no, que no me aparte de mi destino. No me dejes sin tu cariño no me dejes sólo y perdido sin ti no encuentro el camino Sin ti me quedo solito. Que no me pierda en la sombra que no me duerma en el brillo, ay no , que no me quede sin tu cariño (2)
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Reflexión: “Lo que más ocultas, es lo que muestra más de ti ” Todos somos especiales. Ya sé que suena tópico, pero lo somos. En el hospital no nos gustó nunca la palabra minusválido, inválido o impedido. Son tres palabras a desenterrar; las carencias físicas no tienen nada que ver con esas tres palabrejas. Pasados los años he trabajado con discapacitados mentales y me he dado cuenta de que éstas son dos palabras que también hay que desenterrar. Este tipo de personas son las más especiales de todas, las que más respeto me producen; son sensibles, inocentes y sencillas. Y lo digo en el sentido más rico de las palabras. Son especiales. A mí me falta una pierna y un pulmón, aunque yo siempre he tenido la sensación de que tengo un muñón y un solo pulmón. Tener o faltar, todo depende de cómo se mire. Yo, a mi manera, soy especial. Me gusta pensar que me han marcado de cierto modo y eso me hace diferente. Pero no tan solo las carencias físicas y psíquicas son las que te convierten en alguien especial. Como he dicho antes, todos somos especiales. Tan solo hay que potenciar lo que te hace especial. Había un celador en el hospital que nos decía: “Decidme vuestro secreto y os diré por qué sois tan especiales.” Él, mientras estábamos en recuperación, nos hablaba de la gente especial y de los secretos que todos guardamos. Opinaba que los secretos son necesarios para la vida, son tesoros privados que sólo están al alcance de uno mismo. Como nadie los conoce no hay llave y nos marcan interiormente porque no los compartimos. Pero sobre todo nos hablaba de la importancia de mostrar nuestros secretos. Nos decía que era como enseñar a los demás lo que te hace
C ONÓCETE A TI MISMO I
especial, lo que te hace diferente, y eso es de lo que siempre te cuesta más hablar. Cuando él explicaba estas cosas yo lo miraba muy fijamente. Deseaba saber qué ocultaba aquel hombre de tez oscura, de ojos redondos y cejas marcadas. Deseaba saber por qué era tan especial, cuáles eran los secretos que lo hacían diferente. Nunca lo supe, pero nos enseñó algo vital, lo que nosotros teníamos: muñones, cicatrices, moratones, falta de pelo… eran cosas que nos hacían diferentes y nos hacían sentir especiales, por ello jamás debíamos ocultarlas, teníamos que mostrarlas con orgullo. Consiguió su objetivo, nunca me ha avergonzado enseñar mis carencias. Y además consiguió que tratáramos los secretos, las cosas que más nos cuesta compartir, como pruebas para demostrar la diferencia. Cuando dejé el hospital, no olvidé esas lecciones. Siempre que he tenido un secreto, he pensado que era bueno tenerlo y que yo decidiría cuando lo mostraría, cuándo me convertiría en especial. Lo que ocultas es lo que más te define. La fórmula es… 1. Piensa en tus secretos ocultos. 2. Déjalos madurar y finalmente muéstralos. Goza guardando pero goza más mostrando. 3. Al mostrarlos los secretos te harán especial. Sea lo que sea, era tuyo y ahora es de muchos.
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C ONÓCETE A TI MISMO I
DOMINGO III. “YO” CIEGO Lalala... “ Esta soy yo” Y esta soy yo (4) Dicen que soy un libro sin argumento que no se si vengo o voy, que me pierdo entre mis sueños. Dicen que soy una foto en blanco y negro, que tengo que dormir más, que me puede mi mal genio. Dicen que soy una chica normal con pequeñas manías que hacen desesperar. Que no se bien donde está el bien y el mal donde esta mi lugar.
Dicen que voy como perro sin su dueño como barco sin un mar, como alma sin su cuerpo.
Dicen que soy un océano de hielo que tengo que reír más y callar un poco menos. Dicen que soy una chica normal con pequeñas manías que hacen desesperar. Que no se bien dónde está el bien y el mal, donde esta mi lugar.
No soy lo que tú piensas, no soy tu cenicienta, no soy la última pieza de tu puzle sin armar. No soy quien ideaste, quizás te equivocaste, quizás no es el momento.
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Luces, cámara … ¡Acción!: “ El circo de las mariposas ” FICHA
TeCNICa
cortometraje El Circo de la Mariposa a la altura de la Gran Depresión, el artista de un circo de renombre conduce a su grupo a través del paisaje devastado de América. Durante uno de sus viajes descubre a un hombre sin extremidades en una barraca de feria de carnaval. Eduardo Verástegui (Bella), Doug Jones (El laberinto del fauno, Los cuatro fantásticos) y con el debut de Nick Vujicic. Joshua Weigel Productores ejecutivos: Nathan Elliott, Jon and Esther Phelps y Bob Yerkes. Natalie Burkholder
“¿No te parece esplendido? La manera en la cual se mueven... llenos de vigor, color y gracia... Son sorprendentes. Pero tu... Maldito desde tu nacimiento.
Un hombre, si se lo puede llamar así. ¡A quien hasta Dios le dio la espalda!” “¡Pare! ¿Por qué dice eso?” “Porque tu lo crees. Pero si pudieras ver la belleza que surge de las cenizas...” : “Pero ellos son diferentes a mí.” : “Sí, tú tienes una ventaja. Mientras más grande sea la lucha, más grande será el triunfo.”
C ONÓCETE A TI MISMO I
Trabajo personal y aplicación a la vida
o
¿Qué palabras utiliza el showman al presentar a las personas del Show de rarezas y curiosidades?
o
¿Cómo ve el público a Will, el “hombre sin extremidades ”?
o
¿Qué se mira en este espectáculo?
o
¿Qué has sentido al ver esta parte del vídeo?
o
¿Alguna vez te has sentido como las personas que forman parte de este show?
o
¿Has mirado en alguna ocasión de este modo a las personas con las que convives?, ¿y a otras personas que no conoces?
o
Los demás, ¿cómo crees que te miran a ti?
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C ONÓCETE A TI MISMO I o
¿Por qué crees que tiene este nombre?
o
¿Qué palabras utiliza Méndez para presentar a los miembros de su circo?
o
¿Cómo ven a Will los miembros del circo? ¿y el público?
o
¿Qué valores y sentimientos puedes ver entre las personas del circo?
o
¿Por qué abraza a Will el niño de las muletas?, y su madre ¿por qué le da las gracias?
o
¿Por qué Will se siente bien en el Circo?
o
¿Qué siente Will cuando ve que puede andar y nadar?
o
¿Alguna vez te has sentido como si formaras parte del Circo de las Mariposas?, ¿Cuándo?
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C ONÓCETE A TI MISMO I o
¿Cómo aceptas las críticas constructivas? ¿Eres capaz de aprender de ellas o crees que, como en las cartas los de fuera comen pipas ? “
”
o
Piensa en toda esa gente que te conoce, que te quiere, que te acepta tal y como eres, que quieren tu felicidad...¿te dejas aconsejar por ellos? ¿qué saben de ti que hasta ahora no te habías parado a pensar?
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IV. “YO” DESCONOCIDO Había una vez... “¿Quién eres?” (Jorge Bucay) Aquel día Sinclair se levantó como siempre a las 7 de la mañana. Como todos los días, arrastró sus pantuflas hasta el baño y después de ducharse se afeitó y se perfumó. Se vistió con ropa bastante a la moda, como era su costumbre y bajó a la entrada a buscar su correspondencia. Allí se encontró con la primera sorpresa del día: ¡No había cartas! Durante los últimos años su correspondencia había ido en aumento y era una parte importante de su contacto con el mundo. Un poco malhumorado por la noticia de la ausencia de noticias, apuró su habitual desayuno de leche y cereal (como recomendaban los médicos), y salió a la calle. Todo estaba como siempre: los mismos vehículos de siempre transitaban las mismas calles y producían los mismos sonidos en la ciudad, que se quejaba igual que todos los días. Al cruzar la plaza casi tropezó con el profesor Exer, un viejo conocido con quien solía charlar largas horas sobre inútiles planteos metafísicos. Lo saludó con un gesto, pero el profesor pareció no reconocerlo; lo llamó por su nombre pero ya se había alejado y Sinclair pensó que no había alcanzado a escucharlo. El día había empezado mal y parecía que empeoraba con las posibilidades de aburrimiento que flotaban en su ánimo. Decidió volver a casa, a la lectura y la investigación, para esperar las cartas que con seguridad llegarían aumentadas para compensar las no recibidas antes. Esa noche, el hombre no durmió bien y se despertó muy temprano. Bajó y mientras desayunaba comenzó a espiar por la ventana para esperar la llegada del cartero. Por fin lo vio doblar la esquina, su corazón dio un salto. Sin embargo el cartero pasó frente a su casa sin detenerse. Sinclair salió y llamó al cartero para confirmar que no había cartas para él. El empleado le aseguró que nada había en su bolso para ese domicilio y le confirmó que no 28
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había ninguna huelga de correos, ni problemas en la distribución de cartas de la ciudad. Lejos de tranquilizarlo, esto lo preocupó más todavía. Algo estaba pasando y él debía averiguarlo. Buscó una chaqueta y se dirigió a casa de su amigo Mario. Apenas llegó, se hizo anunciar por el mayordomo y esperó en la sala de estar a su amigo, que no tardó en aparecer. El hombre avanzó al encuentro del dueño de casa con los brazos extendidos, pero este se limitó a preguntar: -Perdón señor, ¿nos conocemos? El hombre creyó que era una broma y rió forzadamente presionando al otro a servirle una copa. El resultado fue terrible: el dueño de casa llamó al mayordomo y le ordenó echar a la calle al extraño, que ante tal situación se descontroló y comenzó a gritar y a insultar, como avalando la violencia del fornido empleado que lo empujó a la calle…. Camino a su casa, se cruzó con otros vecinos que lo ignoraron o actuaron con él como si fuera un extraño. Una idea se había apoderado del hombre: había una confabulación en su contra, y él había cometido una extraña falta hacia aquella sociedad, dado que ahora lo rechazaba tanto como algunas horas antes lo valoraba. No obstante, por más que pensaba, no podía recordar ningún hecho que pudiera haber sido tomado como ofensa y menos aun, alguno que involucrara a toda una ciudad. Durante dos días más, se quedó en casa esperando correspondencia que no llegó o la visita de alguno de sus amigos que, extrañado por su ausencia, tocara su puerta para saber de él; pero no hubo caso, nadie se acercó a su casa. La señora de la limpieza faltó sin aviso y el teléfono dejó de funcionar. Entonado por una copita de más, la quinta noche Sinclair se decidió a ir al bar donde se reunía siempre con sus amigos, para comentar las pavadas cotidianas. Apenas entró, los vio como siempre en la mesa del rincón que solían elegir. El gordo Hans contaba el mismo viejo chiste de siempre y todos 29
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lo festejaban como era costumbre. El hombre acercó una silla y se sentó. De inmediato se hizo un lapidario silencio, que marcaba la indeseabilidad del recién llegado. Sinclair no aguantó más: -¿Se puede saber qué les pasa a todos conmigo? Si hice algo que les molestó, díganmelo y se terminó, pero no me hagan esto que me vuelve loco… Los otros se miraron entre sí entre divertidos y fastidiados. Uno de ellos hizo girar su índice sobre su sien, diagnosticando al recién llegado. El hombre volvió a pedir una explicación, luego rogó por ella y por último, cayó al suelo implorando que le explicaran por qué le hacían eso a él. Sólo uno de ellos quiso dirigirle la palabra: -Señor: ninguno de nosotros lo conoce, así que nada nos hizo. De hecho, ni siquiera sabemos quién es usted… Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y salió del local, arrastrando su humanidad hasta su casa. Parecía que cada uno de sus pies pesaba una tonelada. Ya en su cuarto, se tiró en la cama. Sin saber cómo ni por qué, había pasado a ser un desconocido, un ausente. Ya no existía en las agendas de sus corresponsales ni en el recuerdo de sus conocidos y menos aún en el afecto de sus amigos. Como un martilleo aparecía un pensamiento en su mente, la pregunta que otros le hacían y que él mismo se empezaba a hacer: ¿Quién eres? ¿Sabía él realmente contestar esta pregunta? Él sabía su nombre, su domicilio, el talle de su camisa, su número de documento y algunos otros datos que lo definían para los demás; pero fuera de eso: ¿Quién era, verdadera, interna y profundamente? Aquellos gustos y actitudes, aquellas inclinaciones e ideas, ¿eran suyos verdaderamente? ¿o eran como tantas otras cosas: un intento de no defraudar a otros que esperaban que él fuera el que había sido? Algo empezaba a estar claro: el ser un desconocido lo liberaba de tener que ser de una manera determinada. Fuera él como fuera, nada cambiaría en la 30
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respuesta de los demás. Por primera vez en muchos días, encontró algo que lo tranquilizó: esto lo colocaba en una situación tal, que podía actuar como se le ocurriera sin buscar ya la aprobación del mundo. Respiró hondo y sintió el aire como si fuera nuevo, entrando en los pulmones. Se dio cuenta de la sangre que fluía por su cuerpo, percibió el latido de su corazón y se sorprendió de que por primera vez, Ahora que por fin sabía que estaba solo, que siempre lo había estado, ahora que sabía que sólo se tenía a sí mismo, ahora… podía reír o llorar… pero por él y no por otros. Ahora, por fin, lo sabía: Había descubierto que le fue necesario estar solo para poder encontrarse consigo mismo. Se durmió tranquila y profundamente y tuvo hermosos sueños…. Despertó a las diez de la mañana, descubriendo que un rayo de sol entraba a esa hora por la ventana e iluminaba su cuarto en forma maravillosa. Sin bañarse, bajó las escaleras tarareando una canción que nunca había escuchado y encontró debajo de su puerta una enorme cantidad de cartas dirigidas a él. La señora de la limpieza estaba en la cocina y lo saludó como si nada hubiera sucedido. Y por la noche en el bar, parecía que nadie había registrado aquella terrible noche de locura. Por lo menos, nadie se dignó a hacer algún comentario al respecto. Todo había vuelto a la normalidad… Salvo él, por suerte, él, que nunca más tendría que rogarle a otro que lo mirara para poder saberse… él, que nunca más tendría que pedirle al afuera que lo definiera… él, que nunca más sentiría miedo al rechazo…
Todo era igual, salvo que ese hombre nunca más se olvidará de quién era.
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Lalala... “ Adelante ” Justo en el momento en que empezaba a encontrar oscuridad hasta en el sol de mi ciudad. Justo en el momento en que la resignación consumía cada día mi ilusión. Apareces tú y me das la mano y sin mirarme te acercas a mi lado. Y despacito me dices susurrando que escuche tu voz.
Justo en el momento en que empezaba a sospechar que la ilusión me abandono sin avisar. Justo en el instante en que empezaba a olvidar, a atreverme, a imaginar, a inventar. Apareces tú y me das la mano y sin mirarme te acercas a mi lado… y despacito me dices susurrando que escuche tu voz.
EL DESTINO ES LA PROMESA DE SEGUIR... ADELANTE
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NOTAS
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