Las inuencias extranjeras en la arquitectura y urbanismo del Instituto Nacional de Colonización · pablo rabasco pozuelo · Universidad de Córdoba
Aortunadamente son ya abundantes los estudios que han analizado la diversidad de los aspectos urbanos y arquitectónicos desarrollados desarrollados por el Instituto Nacional de Colonización. En la década de los ochenta se llevaron a cabo las primeras investigaciones que han servido de base para los estudios que vinieron después. Nos reerimos undamentalmente a las publicaciones que Francisco Javier Monclús y José Luis Oyón elaboraron sobre el tema, creando una base importantísima para el estudio de la obra del INC. Posteri Posteriormente, ormente, la labor de d e Fernando de Terán o de Víctor Pérez Escolano, junto a la aparición de varias tesis doctorales, ha enriquecido notablemente el conocimiento que hoy día tenemos del proceso1. Sin embargo, a pesar de constatarse en todos estos estudios el hecho de que estamos ante una de las experiencias más enriquecedoras para la historia de la arquitectura y el urbanismo en la España contemporánea, este episodio sigue siendo un gran olvidado en las publicaciones que tratan el tema de nuestra arquitectura contemporánea de una orma global 2. En ese sentido, una valoración y puesta al día del tema en aquellos textos que hacen reerencia a la evolución de la arquitectura española en la segunda mitad del siglo XX, ayudaría no solo a conocer mejor la obra realizada por los arquitectos que trabajaron para el INC, sino a una mejor comprensión de la historia de la arquitectura española durante los años de la dictadura, enriqueciéndola con una serie de matices que acilitarían contrastar la potencialidad creativa de un entorno que se volvió muy complejo para la mayoría de los arquitectos del momento. Uno de esos puntos básicos para acercarnos al conocimiento de ese proceso es el estudio de las conexiones con otras experiencias arquitectónicas arquitectónicas que se desarrollaban uera de nuestras ronteras. Este último punto ue recurrente en los debates y planteamientos llevados a cabo por los arquitectos y técnicos del INC, y aunque uera de este contexto resulta complejo establecer los cauces abiertos para que otras experiencias de construcción de nuevas poblaciones llegaran no sólo a un rincón de la biblioteca de la Escuela de Madrid mediante alguna revista italiana, sino a ormar parte de los debates ormativos y proesionales, ue necesario abrirse a conocer ejemplos oráneos. En el empeño, una generación de proesionales que tuvo la po-
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sibilidad de realizar en mejores condiciones el sueño de todo arquitecto: el diseño íntegro de una ciudad. la formación
Entendemos que para medir el peso de las inuencias recibidas por los arquitectos del INC resulta preciso establecer hasta qué punto pudieron llegar esas inuencias y en qué condiciones consiguieron aplicarse. Partimos de una situación implantada tras la Guerra Civil que aectó duramente al colectivo de arquitectos. El nuevo régimen depuró de orma inmediata a aquellos proesionales que simpatizaron o deendieron el bando republicano durante la guerra, consiguiendo así extinguir buena parte de las aspiraciones creativas de toda una generación3. Se registraron inhabilitaciones, suspensiones y sanciones. La Orden de 18 de enero de 1941 impuso este tipo de penas a un total de ochenta y tres arquitectos. Con el tiempo algunos de ellos ueron de nuevo aceptados para llevar a cabo su proesión 4, pero la mayoría vio fnalizada su carrera proesional en España. Se había ragmentado radicalmente la evolución de la historia de la arquitectura española del siglo XX. La orma de recepción de nuevas propuestas arquitectónicas ya no podía ser la misma, pues son éstos los arquitectos que de alguna manera se habían comprometido con los planteamientos del movimiento moderno. La evidente situación de crisis se vio agudizada aún más con el giro de carácter academicista que tomaron las escuelas de arquitectura. El sistema de aprendizaje ue únicamente controlado desde las Escuelas Técnicas; la trama de control se extendió con una orientación vertical desde la mencionada depuración política a la conexión y control de los Colegios Ofciales de Arquitectos por parte de la Dirección General. Ante esta perspectiva –un sistema de control a través de la enseñanza de la proesión que duraría hasta bien entrados los años sesenta 5– no queda sino rastrear en las escasas posibilidades presentadas para obtener las líneas de ruptura que poco a poco se ueron creando. La realidad es que nos encontramos ante un paisaje desolador. La tarea undamental para los arquitectos que quedaron en Es-
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1 Moshav en Nahalal, Israel. Richard Kaumann, 1921.
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paña ue la de reconstrucción de las zonas más castigadas por la guerra, y la participación de instituciones que nacieron al amparo de los nuevos proyectos del régimen, como la Dirección General de Regiones Devastadas o el Instituto Nacional de Colonización. Esta última institución llegó a construir más de doscientas nuevas poblaciones, abriendo toda una serie de cauces que permitieron estudiar y diundir experiencias que, desde el urbanismo y la arquitectura, hasta el desarrollo rural y social, se estaban dando ya en otros países. De todos modos, los jóvenes arquitectos que trabajaron para el INC no tuvieron posibilidad por sí mismos de establecer unos canales prácticos para conocer esas experiencias de una arquitectura de colonización del medio rural. Esta labor de diusión ue claramente vertical, eectiva a través de viajes, intercambio de do cumentación, creación de revistas especializadas y organización de seminarios que repercutieron en la ormación de un círculo de técnicos y políticos muy concreto, siempre dentro del propio Instituto. De este modo, se buscaron los ejemplos oráneos más afnes al caso español, no sólo en la arquitectura y el urbanismo, sino especialmente en el programa técnico, técnico, político y social. Como señala Eduardo Delgado en reerencia a una entrevista mantenida con José Tamés, arquitecto jee de los servicios técnicos del INC entre los años 1943 y 1970, éste último señaló como inuencias para el caso español a las colonizaciones llevadas a cabo por el gobierno de Mussolini en el Agro Pontino y el latiundio siciliano entre 1931 y 1938, y a la colonización de las tierras palestinas por parte de Israel 6. Será en el ámbito de las revistas especializadas especializadas donde además de estos ejemplos destacados se publicarán dierentes inormaciones sobre procesos de colonización en otros países. Estas reerencias son también importantes para entender el caso español. Así, los ejemplos que tuvieron una mayor repercusión, aparte de los italianos e israelitas, ueron los de Estados Unidos, Dinamarca, los Balcanes, Venezuela, Brasil y Portugal. israel
El proceso de colonización planteado por la comunidad judía en tierras palestinas se inició en los últimos años del siglo XIX. Los principios de este movimiento sionista los esbozó Theo-
dor Herzl (1860-1904)7, quien consideró que las posibilidades de llevar a buen término la idea de crear un Estado propio pasaban por el regreso de su pueblo a la tierra prometida 8. Así, en los primeros años del siglo XX nacieron nuevas organizaciones como el KKL (Fondo Nacional Judío), el KH (Llamada Unida) o la JAP (Agencia Judía para Palestina), encargadas de la compra de terrenos para comenzar la colonización 9. Se priorizó la labor de la Agencia Judía y en espec ial la del Histadrut (sindicato unitario con empresas, colonias y escuelas propias). Gracias al apoyo económico por parte de la comunidad hebrea y al uerte movimiento migratorio, en 1939 Palestina llegó a tener un tercio de la población de origen judío y un 12% del territorio bajo su control. Los primeros colonizadores llegaron en 1882 10 y sus colonias –moshavót11– se entendían dentro del movimiento revolucionario socialista. En la moshavá12 se impuso una orma de colonización donde predominó la iniciativa individual en la orma de trabajo. Los primeros poblados agrícolas se construyeron en Judea, Samaria y en la Alta Galilea 13. Pero no ue hasta la década de los veinte0 cuando el proyecto cobró mayor entidad con la construcción de dierentes colonias en el valle alto del río Jordán, en el norte del país, en torno del lago Tiberiades, oeste de Haia, cercanías de Cesarea y entre Jerusalén y Tel-Aviv 14. Las agrupaciones de mayor entidad ueron el kibutz, el kvuzah y el moshav-ovdim15. El kibutz se undamenta en la propiedad colectiva de la tierra 16, el kvuzah es una estructura pensada para la vida comunitaria de una población con un elevado nivel cultural y económico, con un trabajo común y una vida amiliar separada, mientras que el moshav trata de unifcar los conceptos de propiedad privada y comunidad a través de las sociedades cooperativas. Entre estas nuevas ciudades destacaron Kar Hittin, Beth Alpha, Migdal, Hagevah, Mishamar Hayan Ainharod, Tel Joseph, Auleh o Beith Hanan. La primera reerencia importante que encontramos en España de este proceso ue la reproducción de una otograía aérea de un poblado moshav en la revista Inormes de la Construcción en el año 1950. En la revista no se cita el nombre del poblado pero se trata del moshav-ovdim de Nahalal, proyectado
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Kibutz Tel Yose, Jerusalén. 2 Richard Kaumann, 1926.
rrollo de esquemas urbanos rurales 21. En España, el modelo presentado por Kaumann no se entenderá como una tipología aplicable de orma generalizada, pero en el caso particular del poblado Miraelrío (Vilches, Jaén, 1964), el arquitecto, José Luis Fernández del Amo, que conocía con toda seguridad el proyecto de Nahalal de Richard Kaumann, pone en práctica el mismo sistema urbano (fg. 3). Los dos diseños constituyen un modelo de hábitat del territorio donde se busca un equilibrio entre la comunidad, su sentido de socialización y la vida en unión con un paisaje rural. Fueron pocos los poblados que mostraron este tipo de planteamientos en el INC y casi siempre de una orma parcial. Los casos de La Vereda (Sevilla, 1964), también de Fernández del Amo22, o el de Fernando de Terán en Seteflla (Sevilla, 1965) (fg. 4), sirven para visibilizar propuestas que si bien no son reerencias directas como en el caso de Miraelrío, si presentan semejanzas en el planteamiento teórico. teórico.
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por el arquitecto alemán de origen judío Richard Kaumann en 192117 (fg. 1). Kaumann había diseñado un gran número de poblados a partir de una tipología basada en una serie de círculos concéntricos, conexiones radiales radiales y zonifcación de usos, al menos hasta fnales de la década de los 40 18 (fg. 2). A partir de esa echa, los proyectos dejan de basarse en un urbanismo undamentado en la calle como elemento regulador para pasar a un sistema de zonifcación. Un buen ejemplo de ello es la continuidad mostrada por algunos de los proyectos de Samuel Bickels que, partiendo de los esquemas radiales de Kaumann, permite un desarrollo más libre de las edifcaciones 19. En el pie de la otograía de Inormes de Inormes de la Construcción se indicaba lo siguiente: “Colonia agrícola de Israel. Las viviendas están situadas alrededor de un núcleo central, donde se encuentran los servicios comunes, centros sociales y culturales”20. La misma imagen también ue publicada en la revista rancesa L’architecture d’aujourd’hui, que en el número 22 de 1949 dedicó un monográfco a las construcciones agrícolas y al desa-
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En Miraelrío 23 se alcanza un grado de similitud con Nahalal al que Fernández del Amo parece llegar más como una consecuente orma de proyectar –que tendría su inmediata reerencia en el proyecto de La Vereda (Peñaor, Sevilla)– que como una copia directa de la tipología urbana de Kaumann. Lo cierto es que en La Vereda se propone una nueva orma de agrupación urbana que desdeña el sistema de calles para conormarse en espacios centrales, centrales, grandes plazas en torno a las cuales se disponen las viviendas, los espacios de uso común y representativo. En este caso, el debate sobre la aportación de nuevos conceptos urbanos desde lo extranjero extranjero se enriquece notablemente ante una reexión teórica que, en La Vereda, parece arrancar desde las tradiciones de la arquitectura vernácula de hábitat disperso de la provincia de Córdoba y Sevilla. En La Vereda observamos a un Fernández del Amo que no ve necesario crear un planteamiento nuevo, pues existe un modelo de pequeña agrupación rural que durante siglos había venido uncionado en estas mismas localizaciones: localizaciones: la cortijada. Por otro lado, los proyectos de Kaumann para los kibutz Ein Harod y Tel Yose 24, proyectados en 1926 y construidos en las proximidades de Jerusalén, mostraron un esquema circular similar al desarrollado años después por Alejandro de la Sota en Esquivel (Sevilla, 1952-1963) (fg. 5) o por Carlos Arniches en Al-
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Poblado de Miraelrío, Vilches 3 (Jaén). José Luis Fernández del Amo, 1964. Poblado de Seteflla (Sevilla). Fernando de Terán, 1965.
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gallarín (Córdoba, 1953-56) 25. En el caso de Esquivel las relaciones no son sólo ormales como ocurre con Algallarín, Alg allarín, sino que el esquema responde a un perfl similar en los aspectos urbanos generadores de la orma en los proyectos de Kaumann. Kau mann. El sentido de las manzanas de viviendas, la articulación de calles, espacios públicos y undamentalmente la externalización de los edifcios de carácter representativo hacen del proyecto de Alejandro de la Sota una interpretación muy similar a los modelos citados.
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Otro artículo interesante para calibrar la inuencia de la colonización israelita en el INC se publicó en la revista Agricultura revista Agricultura en 1953, y aunque undamentalmente se centró en cuestiones de índole económica y agropecuaria, se atienden algunos aspectos que nos son útiles para entender la visión que los técnicos españoles tenían en aquellos años del proceso israelí. En cuanto a las reerencias más cercanas al urbanismo y a la problemática social en los nuevos poblados, señalamos el siguiente párrao: La Agencia Judía ha llevado ya colonos, emigrantes de los países de la Europa oriental y de los países árabes y otros moradores de las viejas ciudades de Palestina que se han adherido al movimiento de la ciudad al campo. Algunos han sido instalados en grupos de pueblos que aún no tienen nombres, y que son designados por Shuval 1, Shuval 2, etc., hasta 11. Estos pueblos están situados a lo largo de la tubería de conducción de las aguas. En todos ellos se está en plena febre de construcción de casas y preparación de tierras, y cada uno constituye una pequeña torre de Babel, con la mezcla de idiomas de los distintos grupos escogidos a la nueva patria, por cuyo omento y esplendor se aanan, viniendo desde luengas tierras26.
En defnitiva, la experiencia israelí no encontró excesiva diusión a través de los medios españoles, y la inuencia directa que tuvo la colonización de Israel en el proceso español ue discreta, salvo en algún ejemplo como el señalado de Miraelrío de Fernández del Amo, donde el arquitecto madrileño retoma el esquema de Kaumann. Sin embargo, habría que señalar que con el paso de los años este proceso se consideró importante para comprender el caso español. Un hecho signifcativo ue la publicación de Rodolo García-Pablos García-Pablos en la que relata el viaje de estudios de la XII pro-
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moción de los técnicos urbanistas diplomados por el Instituto tituló Planteamiento de Administración Local (1964) 27, a la que tituló Planteamiento urbanístico en Israel. Israel. En el artículo se sintetizaba la evolución y el momento de la planifcación urbanística de Israel, deteniéndose no sólo en las aportaciones más interesantes dentro del panorama general del territorio, sino en aquellas que pudieran aectar al caso español como ocurre en los poblados del INC 28. italia. el agro pontino
Cuando José Tamés citaba el ejemplo de la colonización italiana lo hacía desde una serie de propuestas complejas y bien dierentes entre sí que habría que matizar, pero partiendo de un proceso que ue un reerente importante para el INC. En primer lugar, habría que señalar que la colonización ue llevada a cabo en la Italia del ascismo a través de un contexto derivado de la Primera Guerra Mundial. Anteriormente, y entendida como base del proceso, tuvo una importancia destacada la ley Baccarini sobre bonica de 1882 donde se priorizaron
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proyectos de desarrollo hidráulico que consiguieron poner un mayor número de tierras en labor 29. Tras la llegada al poder de los ascistas en 1922 se sucedieron toda una serie de leyes y decretos que trataron de modifcar la situación heredada, hasta que en 1928, aprobada la ley Mussolini o legge della Bonica Integrale, tegrale , se estableció el plan fnanciero sobre el que se apoyó la ley de 1933, redactada por Arrigo Sarpieri. Con esta ley se llegó a un texto único y coherente, undamental para comprender el proceso de colonización en Italia 30. En defnitiva, se trató de integrale. Si un nuevo concepto de bonica que pasó a bonica integrale. el primer término se refere a la transormación hídrica de las tierras convirtiéndolas en óptimas para el cultivo en regadío, la bonica integrale amplía este signifcado añadiendo conceptos de transormación de la tierra como ente económico, como espacio de poder, del mismo modo que atiende también a la recuperación recuperación de tierras baldías, a la repoblación orestal y a la colonización humana del territorio. Para este fn, ya en 1926 se creó un Comité Permanente para las Migraciones Interiores que dependió en 1928 del Ministerio de Obras Públicas y a partir de 1930 del Jee de Gobierno. La labor más inuyente de transormación a través de la bonifcación y colonización ue la llevada a cabo en el Agro PontiCombattenti– ue la principal no. La ONC –Opera –Opera Nazionale dei Combattenti– responsable de un proyecto complejo que trató de recuperar para la agricultura una amplia ranja de terrenos baldíos situada en la línea imaginaria que va desde Roma hasta Terracina, es decir, el litoral que aecta a la capital –marismas del Lacio. Mussolini estableció un complejo entramado de signifcados para aprovechar al máximo este gran esuerzo de transormación del territorio. Si por un lado el ascismo italiano, como el español, mostró en un principio una tendencia antiurbana comprensible desde sus intereses políticos, por otro, presentó a la propia naturaleza como un enemigo a batir, como un ente demonizado de caos, enermedad y degeneración heredado de la situación política y social anterior. anterior. Situación que tan sólo podía ser superada por el nuevo hombre ascista, el agricultor-héroe capaz de llevar el orden, la producción y el control a aquellos terrenos pantanosos insalubres: Mussolini buscó crear un nuevo y heroico hombre ascista en lugar del individuo liberal, laissez-air, laissez-air, y burgués producido por las fnanzas y el capital, e inectado por los valores urbanos y aspiraciones consumistas31.
Tan solo hemos de repasar los nombres de algunos pantanos –que curiosamente comienzan a usarse a partir de la llegada al poder de los ascistas– para comprender la naturaleza naturaleza de es Pantano d’Inerno, Pantano della Morte, la tos planteamientos: planteamientos: Pantano Femmina Morta, Caronte o Piscina della Tomba. Tomba . La situación de esta comarca, con un alto grado de desocupación y con tierras concentradas en pocos propietarios, ue benefciosa a la hora de tomar una posición de uerza ante los problemas heredados con los latiundistas. Además se posibilitaba
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una uerte repercusión publicitaria por la cercanía a la capital romana. Este mecanismo ue luego utilizado sin tanto éxito por el gobierno de Franco en la recuperación de la zona de las marismas del río Guadalquivir. La orma de ocupación elegida en el Agro Pontino se basó en delimitar el territorio en parcelas, con las casas de los colonos construidas cerca de una vía de comunicación. Por cada cien amilias de colonos se construía un borgo o centro de servicios para atender sus necesidades. Se trataba de dotar a la comunidad de espacios uncionales indispensables para el trabajo agrícola, como almacenes de secado o talleres mecánicos. Del mismo modo, albergaba normalmente algún edifcio administrativo, la casa del ascio y algún almacén de distribución y venta de alimentos. La iglesia o capilla se convertía en el verdadero eje de ordenación de estos conjuntos. A su vez, estos centros se articularon con una serie de ciudades que ormaban el entramado organizativo del territorio. Estas ciudades vendrán a representar el ideal de la nueva ciudad ascista, surgido del nuevo hombre capaz de transormar la naturaleza indómita en értiles campos de labor. Esa nueva ciudad se proyecta como símbolo y reerente, no sólo ante la nación, sino también ante cada amilia de campesinos-colonos que viven diseminados por la redes de caminos agrícolas y que verán aquí la uerza del gobierno que los ampara. Los requisitos elaborados por la ONC para la redacción de los proyectos de estas nuevas ciudades ueron: …estructuras administrativas, como la Casa consistorial (con torre littoria); estructuras políticas y sindicales, como la Casa del Fascio, las sedes de las ONC, etc.; estructuras representativas (las plazas y las explanadas para asambleas y reuniones), religiosas (iglesia, campanario, baptisterio, casa del párroco y guardería inantil), militares (cuarteles de carabineros y de la milicia), escolares (escuelas elementales y de ormación proesional, ONB), asistenciales (hospital, ONMI), comerciales (matadero, mercado cubierto, tiendas con pórticos, bancos, etc.), de servicios (Correos y Telégraos, teléonos), para el tiempo libre (círculos de empleados y dependientes, bar, caé, restaurantes, un hotel, un cine-teatro), deportivas (campos de juego para chicos y adultos), etc. Tales estructuras aparecían con dimensiones proporcionadas a la población de cada municipio, rigurosamente establecida a priori por el plan territorial 32.
Se construyeron en la zona cinco nuevas ciudades, de las cuales Pontinia ue proyectada por los técnicos del ONC33. El diseño de las demás se encargó a arquitectos externos a la organización 34. Estas nuevas poblaciones ueron: Aprilia, Pomezia, Littoria y Sabaudia35. En general presentan esquemas urbanos muy dierentes entre sí, que se sitúan entre la uerte carga simbólica requerida por el régimen y la unción de articulación de un territorio muy jerarquizado por los borghi y la red de caminos rurales (fg. 6). En reerencia al proyecto español, uno de los documentos para establecer las vías de penetración de la labor llevada a cabo en
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Poblado de Esquivel, (Sevilla). 5 Alejandro de la Sota, 1952.
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Italia es un artículo del ingeniero de caminos José Luis EscaPúblicas , en el que rio publicado en 1940 en la Revista la Revista de Obras Públicas, se analiza un viaje por la zona del Agro Pontino 36. Este tipo de viaje ue muy común en las décadas de los 40 y 50, y dejaron en los técnicos españoles una serie de impresiones que debemos tener muy en cuenta. Las reexiones de Escario presentan una triple perspectiva, y muestran en defnitiva las preocupaciones que existían en aquellas echas. En primer lugar se enaltece la labor realizada por la ONC, analizando su estructura interna y destacando cómo el hombre, la técnica, pero sobre todo una buena organización basada en los principios ascistas de renuncia y honestidad podían superar los problemas más complejos que nos orecía la propia naturaleza: La complejidad del problema y la magnitud de difcultades que ha sido preciso vencer hacen de esta obra del Fascismo italiano una de las principales del régimen 37.
En segundo lugar, se proundiza en la experiencia directa y el contacto con los campesinos en su medio, resultando especialmente signifcativo todo lo reerente a la relación con la casa: La necesidad de que el colono esté unido a la tierra que cultiva ha llevado al establecimiento de su casa en la parcela; para ello se ha cuadriculado el campo con una amplia red de carreteras y caminos de servicio, de unos 600 kilómetros, que asegura la ácil comunicación de todas las casas con el resto de la zona. (…) Las casas de los colonos, de tipo muy simple, pero perectamente construidas y dotadas de todos los servicios, tienen como anejos los graneros, establos para el ganado vacuno, de cerda, gallinero y conejera; el interior de estas casas es un verdadero modelo; las hemos visitado al azar y
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hemos podido comprobar cómo puede y debe vivir el trabajador del campo; cómo es posible cambiar el viejo criterio de las difcultades insuperables, con ambición y voluntad…” voluntad…”38.
En el resto del artículo el autor hace reerencia a dierentes datos estadísticos sobre la evolución económica derivada del proceso de transormación de la tierra, y a la construcción de los principales poblados y de las viviendas dispersas por el territorio: El número de tipos de casa de colonos construidas han sido 20, con una capacidad que varía de 6 a 12 personas por casa (…). La urbanización de las ciudades del Agro es un verdadero modelo: proyectadas proyectadas y construidas de nueva planta, en terreno ácil por la igualdad de sus niveles, son un alarde de urbanismo moderno. Con una concepción conjunta de una ciudad, trazado y edifcaciones están perectamente armonizados; las ciudades del Agro tienen todos los servicios montados con lujo, y la población y edifcios van aumentando con insospechada rapidez. (…) Puede el lector deducir de las notas rapidísimas que anteceden el esuerzo realizado y el éxito obtenido. (…) El Agro Pontino es un ejemplo; las difcultades que nosotros hemos de vencer son mucho menores, y no nos ha de altar la voluntad precisa en la tarea de la mano q ue guíe el timón 39.
En este contexto, la visita a Madrid de los proesores Mario Bandini y Nallo Mazzocchi en verano de 1951, nos sirve para hacernos una idea precisa de la inormación que manejaban los técnicos y arquitectos españoles que trabajaban para el INC. Las conerencias impartidas por ambos no hicieron prácticamente reerencia a las tipologías arquitectónicas ni a proyectos concretos, pero sí constantemente a las ormas de colonización a escala territorial 40.
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la colonización interior de italia: cerdeña y el latifundio siciliano
José Tamés, Tamés, arquitecto jee de los Servicios Técnicos del INC entre los años 1943 y 1970, señaló en su día esa dualidad existente en cuanto a los modos de hábitat del territorio en el proceso italiano. Respecto a la posibilidad de dispersión o agrupación de las viviendas, puso como ejemplos los modelos del Agro Pontino y del latiundio siciliano que se organizaban a partir de un núcleo social que daba respuesta a las necesidades comunes. c omunes. Alrededor del mismo se distribuían las parcelaciones con las viviendas aisladas entre sí 41. Igualmente, Tamés citó erróneamente en 1948 las zonas de los regadíos de Cerdeña y de la Bonica del Tavoliere como ejemplos de concentración de viviendas, cuando realmente en la transormación de estas regiones predominó un sistema disperso. Estas afrmaciones de José Tamés Tamés en la Revista la Revista Nacional de Arquitectura las entendemos en un contexto teórico y social donde se apuesta por un sistema urbano de concentración en unas echas donde aún no estaba resuelta esta cuestión en el seno interno del instituto. Hasta bien avanzada la década de los cincuenta nos encontramos planes generales de colonización que presentan propuestas mixtas a través de núcleos de servicios y poblados mayores, tal y como aparecía en la zona del Agro Pontino y, en parte, como se desarrolla en Sicilia y en Cerdeña. El modelo de agrupación es el que triuna fnalmente, pero el debate estuvo abierto durante más de una década 42. Pero además de las intervenciones en el Agro Pontino, y según avanzaba la década de los 30, en Italia se llevaron a cabo otras propuestas que supusieron también un verdadero esuerzo de transormación transormación y modernización sobre una amplia zona pantanosa, ente los ríos Mogoro y Santa Ana, en las cercanías de Cagliari, comarca de Oristano. La distribución del colonato será a través de un sistema disperso, por lo que los planteamientos sostenidos por Tamés no se ajustarán a la evolución del proceso español. Además, la gran ciudad que articula el desarrollo de la zona ue Mussolinia. Inaugurada en 1928 y construida a partir de una absoluta alta de unidad estilística, no sería el mejor ejemplo para relacionarlo con el caso español43. Sin embargo, en esas mismas echas se construyeron un gran número de borghi distribuidos por las zonas en bonica que de-
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ben tenerse en cuenta a la hora de estudiar algunos proyectos realizados en España (fgs. 7 y 8). En este sentido, las propuestas del INC surgidas en la década de los 40 se basan en un sistema territorial similar, similar, y en alguno de los casos de pequeñas poblaciones podemos seguir planteamientos próximos a los italianos. Por ejemplo, en Nurra (Cerdeña), se construyó el poblado de Uccari, centro de servicios de toda esta zona agrícola, donde además aparecieron otros once pequeños núcleos de articulación. En Uccari vemos un interesante planteamiento urbano donde se concentran dos grandes agrupaciones de viviendas –destinadas a ciento diez amilias– con el centro colectivo, destinado también a dar servicio a los 34.000 colonos de la zona. El planteamiento es abierto, casi sin urbanizar, buscando adecuarse a un terreno accidentado 44. Algunos centros de servicios también presentan soluciones a tener en cuenta a la hora de estudiar los poblados más pequeños del INC y las ormas de composición de centros cívicos de poblaciones mayores 45. Otros proyectos interesantes son los del arquitecto Plinio Marconi en la Borgata Taccone (1952) realizado para el Ente de Transormazione de la Puglie, los de la Lucania y del Bajo Molise, y especialmente el de la Borgata de San Cataldo (1953), en el Agro di Belle (Potenza), que es un buen ejemplo para entender la evolución de una de las obras más signifcativas en España como ue el poblado de La Vereda (Peñaor, Sevilla, 1964), obra de Fernández del Amo (fgs. 9 y 10). la colonización italiana en áfrica
Otro reerente importante también relacionado con el caso español es el que se desarrolla en tierras aricanas bajo control italiano. El proceso comenzó en la denominada Italia Giolittiana, momento en que se produjo un brusco cambio en la política exterior mantenida por el estado italiano. italiano. La presencia del protectorado sobre Etiopía y la creación de la colonia de Eritrea no ue sino un acercamiento a una ansiada situación de control sobre la cercana Trípoli, dominada en esos momentos por Turquía. En el año 1911, y aprovechando la ocupación rancesa de Fez, Italia entendió que tanto Francia como Alemania no pondrían impedimentos, como así sucedió fnalmente, para la ocupación de Tripolitania y Cyrenaica, declarando la guerra a
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Sabaudia, Agro Pontino (Roma). Cancelloti, Montuori, Piccinato y Scalpelli, 1934.
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Turquía Turquía y ganando un nuevo territorio que desde ese momento pasaría a llamarse Libia 46. La aceptación de estos acontecimientos por parte de la sociedad italiana ue complicada, especialmente por la cercanía en el tiempo de los hechos ocurridos en Etiopía. A causa de esto, el Estado creó toda una serie de alusiones reerentes a la ertilidad de las tierras libias, la abundancia de manantiales de agua y, en general, a la excepcional situación para el desarrollo de un proyecto de colonización con un claro carácter agrícola47. Esta misma estrategia se había seguido anteriormente para la colonización humana de Cirenaica, donde de una tierra desértica se trataba de dar una imagen bien dierente 48. Desde ese momento se empezó a preparar una colonización del territorio que en realidad no raguó hasta la década de los treinta, cuando tras superar una ase de “pacifcación” de la población naturalmente insurgente49 y conseguir el mejoramiento de las tierras, pudo establecerse un ambiente óptimo para la llegada de nuevos italianos a las costas libias, ambiente que duraría hasta la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial 50. Este proceso maduró de orma lenta, y se consolidó bajo el mandato de Giuseppe Volpi como tercer gobernador de la provincia de Trípoli desde 1921. A partir de ese año cambiaron radicalmente los conceptos de ocupación y explotación, y se comenzó a reconquistar las zonas insurgentes. En 1925 Volpi ue nombrado gobernador de Trípoli y en 1928 consiguió la ocupación eectiva del territorio libio 51. En este mismo periodo, en la zona Cirenaica se siguió un proceso similar que potenció la colonización y posibilitó la transerencia de concesiones a grupos empresariales italianos ligados al poder. La Unión Colonial italo-árabe construiría entre 1922 y 1926 el pequeño poblado de Guarscià, ajeno a las normativas que posteriormente veremos aplicadas en las nuevas poblaciones 52. A partir de 1928, en el contexto del gobierno de Badoglio que sustituyó a De Bono, hubo un empeño real por lograr una colonización eectiva, apostándose por una racionalización del proceso53. La construcción de poblados presentó dos ases bien dierentes. Una primera anterior a 1932 –se unda el Ente para
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la Colonización de Cirenaica– en la que la explotación de los terrenos y el mejoramiento de los regadíos ueron atrayendo a un campesinado que de orma descontrolada construyó sus casas por el territorio. Lo hizo de orma autónoma, atendiendo únicamente a las complicadas condiciones del terreno. Las construcciones siguieron en gran medida rasgos de la arquitectura autóctona. Posteriormente, en una segunda ase iniciada desde fnales de 1931, y teniendo en cuenta la llegada de más de setecientas amilias para colonizar las zonas de Tripolitania Tripolitania y Cyrenaica, Cyrenaica, además de la creación de toda una serie de normativas aplicadas desde 1932, el proceso urbano y arquitectónico se volvió más racional y controlado: A mediados de los años treinta se produjo un giro en el discurso colonial, mediante el cual la balanza se inclinaba hacia la atención de las cuestiones de planteamiento y urbanismo. Este cambio hay que entenderlo, entre otras razones, desde la notable inuencia del cada
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Finca Marchiona, Cerdeña. Planta. 7 Ingeniero P. L. Giordani, 1958.
la zona costera, mejor comunicada y más próspera por la abundancia de agua55. De este modo, se pusieron las bases de un sistema reglado de colonización que se desarrolló en torno a la Autoridad Colonial de Libia (ECL), que desde 1934 implantó una serie de parámetros racionales racionales para la construcción de los 56 nuevos poblados . Ignacio Bergera ha estudiado las relaciones entre el caso español y el libio tratando de reejar esos puntos de contacto: La dimensión social y humana de la colonización tiene también acen tos signifcativos, llenos de retórica en ambas amb as coyunturas. En el caso de Libia, inicialmente, el colono era un extranjero que deb ía hacer suyo un lugar ajeno. En España, los colonos y obreros agrícolas s e asentaron en su propio territorio nacional, colaborando así a la idea simbólica de la reconstrucción y del resurgir patriótico. Mientras que a Italia le movía un aán de conquista imperial, en e n España se trató de ensalzar con esta colonización interior las trazas espirituales y románticas –regeneracionistas– sobre las que se debía vertebrar aquel Nuevo Estado. Condicionado por el aislamiento internacional y el conicto de la Segunda Guerra Mundial, este imperio debía necesariamente crecer hacia dentro, ensanchar raíces y confgurar su nueva Arcadia, la particular civilitàque civilità que enmascaró el ímpetu colonizador. El páramo desierto del norte de Árica revivió de ertilidad gracias a la uerza ingenua pero efcaz que proporcionó la brega impe rialista. De la misma manera, los poblados blancos y angelicales construidos en el erial de la meseta ibérica son el mejor exponente del intento de materialización, real y quimérico al mismo tiempo, de la nueva nación edifcada sobre la pujanza primaria de sus individuos57.
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vez más explícito discurso racional de la Alemania nazi. Según éste, y aplicado en este caso al proceso colonizador, se hacía necesario distinguir morológicamente la habitación del colonizado y del colonizador”54.
En defnitiva, el proceso se volvió excesivamente controlado. A partir de estos momentos, ese extraño simbolismo que otorga la arquitectura se hizo visible en las desérticas tierras libias para conjugar aspectos de modernidad y de un historicismo imperial. La población que llegó desde Italia se concentró en
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En este sentido, no podemos dejar de mencionar los resultados obtenidos en las últimas investigaciones sobre el proceso libio, en los que se visibilizan algunos algunos de los aspectos más negativos 58 de la colonización . La transormación del territorio, su colonización, se sostiene en una oscura historia de esclavitud y de campos de reclusión. El caso español también debe entenderse como esclavitud y tortura, a partir de la utilización de presos de guerra y represaliados políticos en trabajos orzados, pero en Libia la historia se tornó aún más dramática por las dimensiones que toman los acontecimientos. En Libia, gran parte del trabajo lo realizaron los 42.000 prisioneros repartidos por los
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Finca Marchiona, Cerdeña. Centro Cívico. Ingeniero P. L. Giordani, 1958.
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campos de concentración de Soluch, que contó con 20.000 presos de la zona del Gebel al-Achdar al-Achdar y población seminómada de la zona de Bengasi (El Magrum), con 13.000 prisioneros también de Gebel al-Achdar y con 9.000 presos del campo de Agedabia, que suponían la casi totalidad de la tribu nómada de los Morgaba. Morgaba. Estos campos de concentración uncionaron a pleno rendimiento entre 1930 y 1933, aportando mano de obra a través de trabajos orzados de los presos. Como bien señala Cresti: La experiencia de los campos de concentración ue terrible para estas poblaciones habituadas a los grandes espacios del Gebel: la muerte de los más débiles durante las marchas orzadas para llegar a los campos, las epidemias y la desnutrición provocaron provocaron el exterminio de algunas decenas de miles de personas59.
Los prisioneros realizaron tareas de acondicionamiento agrícola de los terrenos, construcción de nuevos edifcios, poblados y nuevas vías de comunicación –caminos, carreteras y errocarril60. La relación con el caso español, más allá de los parámetros relacionados directamente con la arquitectura y el urbanismo, se ha señalado en unción de los trabajos orzados ordenados por el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas, que desde su creación a fnales de 1939 y hasta ya entrada la década de los 60, también movilizó a prisioneros de guerra y presos políticos para la construcción de canales de riego y poblados, especialmente en la zona del Bajo Guadalquivir 61. Del mismo modo, y en este contexto, también hay que tener en cuenta la experiencia de deportación de presos republicanos para llevar a cabo la colonización agrícola bajo la dictadura de Raael Leónidas Trujillo en la República Dominicana 62. Todos estos hechos, aunque no atiendan estrictamente a los lenguajes ormales urbanos o arquitectónicos, arquitectónicos, repercuten en el signifcado último del proyecto. proyecto. Florestano di Fausto ue el arquitecto más destacado de los que intervinieron en el proyecto. Su trabajo se centró en elaborar una serie de tipologías de vivienda para las nuevas colonias. En cuanto al diseño de los nuevos poblados, habría que matizar que aunque se construyeron centros cívicos compuestos por ascio, la ofdierentes edifcios –como la iglesia, la casa del ascio,
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cina de correos, las escuelas o el centro médico–, en general se optó por un hábitat disperso en base a una serie de granjas que se diseminaron por el territorio. En defnitiva, se siguió la experiencia del Agro Pontino romano y, así, en las inmediaciones de los centros cívicos se ueron agrupando viviendas de colonos. Estos prefrieron asentarse de orma agrupada en lugares más protegidos en busca de seguridad y de una vida en comunidad. En el caso español, en los primeros momentos, el INC también barajó la posibilidad de establecer este tipo de relación de centro cívico y hábitat disperso. Se buscaba una solución mixta que salvo algún ejemplo concreto no llegó a ejecutarse, decantándose fnalmente por el hábitat agrupado 63 (fgs. 11 y 12). Sin embargo, en las colonias todas las premisas teóricas pasaban por adecuar los proyectos urbanos y arquitectónicos al fn principal para el que ueron creados: la colonización de carácter agrícola. Por tanto, lo moderno, justifcado por una arquitectura mediterránea que compartía en ocasiones algunos planteamientos de los arquitectos racionalistas, sirvió como base para defnir nuevos núcleos simbólicos. Así, en centros como el Villaggio Giovanni Berta, Beda Littoria, Primavera, Luigi Razza, Villaggio Breveglieri o el Michele Biancchi no se llega a la modernidad demostrada por arquitectos como Clemente Busiri-Vici (1887-1965) en la Regie la Regie Scuole Littorie di Sciatby (Alejandría, (Alejandría, 1935), donde aparece ese carácter internacionalisinternacionalista del movimiento moderno64. Más bien, lo que vemos en Libia es una adecuación a ese nuevo concepto de mediterraneidad que empieza a ser decisivo en el desarrollo de la arquitectura en países del sur de Europa y Norte de Árica:
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Poblado de La Vereda, Peñaor 9 (Sevilla). José Luis Fernández del Amo, 1963. 10 Poblado de La Vereda, Peñaor (Sevilla). Iglesia. José Luis Fernández del Amo, 1963.
… En los años treinta el mito de la arquitectura mediterránea no ue el producto de la ascinación de los intelectuales del norte, sino una categoría utilizada principalmente por los arquitectos del sur para reivindicar una interpretación alternativa, centrada en aspectos líricos más que en un uncionalismo estricto. El hecho de que el Movimiento Moderno se pudiera presentar como el desarrollo de la arquitectura surgida a orillas de este mar era un actor determinante, a pesar de que dicha interpretación implicase una evidente alta de perspectiva histórica y de rigor analítico. Pero Pero no eran estos los criterios con los cuales se medía el mundo mediterráneo: los arquitectos modernos quedaron ascinados por una realidad arcaica, donde el tiempo parecía haberse detenido y los vestigios del pasado se conundían con el presente ya no bajo las ormas del academicismo, sino del poder del paisaje y las ruinas o de la permanencia de ormas y tipos de arquitectura popular 65.
Así, en los primeros poblados construidos en las cuatro circunscripciones iniciales, los volúmenes son claros, uncionales, sin más elementos decorativos que los estrictamente necesarios para el desarrollo simbólico adecuado a la tradición constructiva. Federico Cresti ha estudiado en proundidad el desarrollo urbano de estos primeros poblados, señalando que: El plan urbanístico ideado por los proyectistas para estos primeros asentamientos se resumía al diseño de una plaza cuadrangular a lo largo de cuyo perímetro se alineaban los edifcios que constituían la población. En Primavera y Berta el e squema adoptado era el de una plaza completamente cerrada que tenía en el edifcio de la iglesia el principal punto ocal de perspectiva de la composición. (…) El esquema planimétrico de los otros dos asentamientos, Beda Littoria y Luigi di Savoia (…) era, por el contrario, el de una plaza cerrada en tres de sus lados, con una iglesia en el centro visual de la composición, y uno de los lados abierto en correspondencia con la carretera66.
En Somalia, la colonización agrícola se llevó a cabo entre 1923 y 1928, bajo la responsabilidad del gobierno de Cesare Maria de Vecchi67. El proceso se inició con la construcción de casas de labor dispersas por el territorio y de algunos poblados, entre los que destaca Duca degli Abruzzi68.
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En Etiopía se dio un proceso de más envergadura que en Somalia. Pero en este caso, todo el operativo de transormación urbana se centró en la capital, Addis Abeba, una ciudad pequeña y desestructurada que adoptó un plan de transormación presentado por los arquitectos Ignacio Guido y Cesare Valle. Del mismo modo, en otras capitales de provincias se produjeron transormaciones de tipo urbano de cierta importancia. Esta experiencia de colonización es una consecuencia directa del proceso libio, donde también la ONC tendrá una serie de concesiones de tierras en las zonas de Oletta y Bicscitù: … Junto a la pequeña colonización –lotes de tierra de 10 a 15 hectáreas concedidos a licenciados del ejército y obreros que han intervenido en la campaña de Etiopía–, se apunta esencialmente a los que corresponde organizar el traslado de colonos desde Italia, por grupos regionales contratándolos y prestándoles asistencia en las ases iniciales de su asentamiento69. otras aportaciones extranjeras
Otros modelos citados en las revistas especializadas y que pudieron tener repercusión en el caso español son los de Estados Unidos, Dinamarca, Balcanes, Venezuela, Brasil y Portugal. En 1947, el ingeniero agrónomo del INC Ángel Martínez Borque realizó un viaje por el oeste de los Estados Unidos con el fn de estudiar en proundidad el proceso de colonización interior70. A su regreso a España impartió una conerencia donde mostró un especial interés por la organización del territorio, que en el caso norteamericano se basó en un sistema de asentamientos de tipo amiliar con hábitat disperso, en la línea que ya se dio en el sur del país a través de los proyectos Administration ). Esta reerencia rede la FSA ( Farm Security Administration ). sulta importante porque entre los técnicos del INC aún estaba latente el debate sobre las ormas de colonización del territorio. De todas ormas, no es éste el momento de proundizar sobre la inuencia que en España pudieron tener algunos modelos urbanísticos desarrollados en los Estados Unidos, sino más bien mostrar experiencias que de una orma directa pudieron repercutir en los experimentos del INC. Los técnicos del instituto viajaron a los Estados Unidos tratando de buscar soluciones, calibrando experiencias que ya
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habían sido puestas en práctica. Así, los estudios publicados por Antonio Álvaro Tordesillas o Manuel Calzada señalan que la manzana tipo Radburn, elemento compositivo desarrollado en los Estados Unidos, se experimentó por primera vez en España en algunos poblados de colonización 71. Este sistema propone un anillo externo de distribución de calles que dierencia y aísla los trazados internos en unción de su uso. Los destinados a vehículos se articulan mediante calles anchas a ondo de saco. Los reservados a las personas presentan una escala y una ordenación más orgánica. La manzana Radburn na Radburn aparece en poblados como Maribáñez de Daniel Carreras o en Puebla de la Parrilla (Córdoba, 1968) de José Antonio Gómez-Luengo, entre otros. El proceso de colonización danés se dio a conocer en España gracias a un artículo publicado en la revista Colonización en enero de 1948, redactado por el ingeniero agrónomo Carlos Casado de la Fuente 72. El artículo se centró especialmente en los aspectos legislativos, desde las primeras leyes de 1899 hasta las redactadas en 1943. En Dinamarca, la colonización de terrenos para la agricultura y ganadería se basó en oertar distintos lotes de tierras a particulares. Éstos optaron por agrupar las viviendas en línea siguiendo los trazados de las vías de comunicación, acilitándose así el proceso de distribución y
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comercialización de los productos agrícolas. Estas agrupaciones no adquirían el carácter de una población agrupada, presentando en ocasiones una discontinuidad evidente entre las viviendas y, salvo casos puntuales, no compartiendo tampoco servicios comunitarios. Para cubrir sus necesidades de carácter religioso, social y de servicios los colonos acudían a las poblaciones cercanas.
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Villaggio Luigi Razza, Libia.
del territorio sino más bien en los modos de intervención política del Estado y en las presiones de carácter internacional para que el proyecto avanzara. Es interesante tener en cuenta que esta colonización comenzó también en 1940, y que en ella se pueden observar con cierto grado de objetividad cuestiones como el coste político y social en la evolución de este tipo de intervenciones74.
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Las construcciones ueron realizadas por los propios colonos siguiendo tipologías estandarizadas, mostrando un evidente carácter de arquitectura popular pero a través de nuevos materiales como el hierro, amianto, cemento o tejados de ruberoid. ruberoid . Como señala Casado: “No existe en el estilo actual ni romanticismo ni modernismo teórico” 73. El colono estaba obligado a habitar en la casa, a no modifcar sustancialmente los modelos estándar y a asegurar la vivienda contra el peligro de incendios. Estas casas se construyeron en lugares bien comunicados y con un ácil acceso al agua, no sólo por las necesidades propias de las explotaciones ganaderas, sino también para poder luchar ácilmente contra el peligro de los incendios. En defnitiva, el caso danés ue un proceso menos complejo, donde la administración pública dejó en manos de los propios colonos la construcción de sus viviendas-granja a partir de unos modelos estándar y asumiendo una postura de control muy moderada. Sobre la colonización de algunos territorios en los Balcanes se realizó un breve pero interesante estudio publicado en la revista Agricultura revista Agricultura en 1953. La echa es tardía para plantear alguna posible inuencia en un proceso tan avanzado como el español, que además ya parecía tener claras sus ormas de actuación. El estudio no se detiene en las ormas de ocupación
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El proceso de colonización interior venezolano venezolano tiene su reejo en el extenso artículo publicado por Carlos Casado de la Fuente Colonización, en julio de 1951. El autor se cenen el suplemento Colonización, tró en un análisis de la evolución legislativa, legislativa, teniendo en cuenta las posibilidades de producción y de mejora de la calidad. Sin embargo, embargo, hay algunos aspectos que pueden resultar interesantes, no sólo para estudiar las opciones urbanas y constructivas puestas en práctica, sino también para entender la lectura política que se hace de este caso 75. El ejemplo de Venezuela es de una naturaleza dierente al que se estaba ya planteando en España, undamentalmente por las condiciones agroclimáticas y sociales del país 76. Por tanto, las reerencias del estudio de Casado se basaron en detalles puntuales, constatando la disposición y relación de unas viviendas con otras, la situación de las construcciones comunales o la vivienda y su ordenación interna. En Venezuela se optó por una colonización basada en viviendas agrupadas, donde los colonos convivían con un capataz que dirigía la explotación de las tierras y que se hacía cargo de la capacitación del grupo. Las viviendas se relacionaban con un patrón de construcción norteamericano, de rápido y ácil montaje, de una sola planta y cubierta a dos aguas. La distribución en planta era muy sencilla, sobre una superfcie de 45 m 2. Uno de los aspectos más interesantes de las viviendas ue la aportación de un mobiliario abricado abricado especialmente para la ocasión, donde se pensó en muebles muy simples, uncionales, con un diseño moderno y original. La primera ase de esta colonización se llevó a cabo en el estado de Miranda77, sede de la primera colonia Mendoza. Posteriormente se construyeron otras en la zona como: Guayabita, Gua-
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Villaggio Giovanni Berta, Libia.
yebo, Charaguao, Yuma, Chirgua, Bárbula, La Emilia, La Peredeña, Las Garcitas, El Loro, Guanare y Pedernales 78. El caso brasileño también ue seguido de cerca por los técnicos del INC. Este sería un ejemplo más complejo y con un carácter más ecléctico 79. Se trató de una colonización con fnes agrícolas y ganaderos, a través de un sistema que permitía la existencia de viviendas dispersas y a la vez dependientes, bien de un nuevo núcleo de servicios o bien de alguna otra población preexistente que pudiera hacer las veces de centro de distribución de los productos agrícolas y de abastecimiento de la población colona. También se dieron ejemplos de tipo mixto, con la construcción de poblados donde se daban ambos requisitos pero siempre a partir de una importante vía de comunicación, potenciando un esquema urbano muy simplifcado de tipo lineal. La creación de estos nuevos poblados dependió de la iniciativa privada, salvo en casos muy puntuales gestionados por el Estado80. En estas relaciones abiertas por los técnicos del INC con las experiencias americanas habría que señalar por último el caso ya apuntado de la República Domicana, donde entre 1939 y 1961, y a través de un acuerdo entre los gobiernos de Franco y Trujillo, Trujillo, un buen número de presos republicanos españoles inmigraron de orma orzada para llevar a cabo un proceso de colonización agrícola en colonias como Baoba del Piñal, Huanito o Constanza 81. Por último, el caso de Portugal Portugal ue especialmente seguido por la revista Colonización ya desde 1947. Respondía a una colonización de carácter agrícola para la cual se creó la Junta de Colonización Interior en 1937. Un organismo dependiente del Estado cuya labor undamental ue el estudio y preparación preparación para iniciar un amplio proyecto de colonización en las zonas más aectadas por la despoblación 82. Se optó por construir dos poblados experimentales antes de proceder a una transormación más amplia. Este ensayo se realizó con las colonias agrícolas de Dos Milagros en Leira y Martim Rei en Sabugal. A partir de estas experiencias, que resultaron satisactorias, se creó el instrumento legal para llevar a cabo un plan más ambicioso 83. Se construyeron nuevos poblados y también viviendas diseminadas por el territorio84. Con los procesos de selección de los colonos
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se quiso acilitar la sociabilidad del grupo así como experimenproductivas. tar nociones nuevas como la creación de ciudades productivas. En defnitiva, entendemos que las experiencias extranjeras que pudieron inuir en el modelo español de poblado de colonización ueron conocidas por las instituciones responsables del proceso y que, en general, éstas cedieron ante el peso de la arquitectura tradicional y vernácula de las dierentes regiones españolas. Las experiencias coetáneas como las de la Dirección General de Regiones Devastadas, las propuestas sobre la ciudad alangista o las heredadas de los años de la Segunda República parecen que, al menos en los primeros años, ueron sufcientes para los intereses y posibilidades económicas del régimen. También es cierto que este cerramiento hacia el exterior posibilitó con el tiempo un margen más amplio para la experimentación teórica a partir de conceptos y problemas reales. En ocasiones, las inuencias exteriores no ueron ejemplos concretos de arquitectura y urbanismo de colonización, sino que los arquitectos también acudieron al análisis teórico de conceptos urbanos para crear sus propuestas. Es cierto que las experiencias italiana e israelí se tuvieron muy en cuenta, como un reerente a seguir en muchos aspectos, pero también ueron observados otros procesos, atendiendo a dierentes matices que había que tener en cuenta a la hora de estructurar un modelo de actuación territorial, urbana y arquitectónica.
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El grupo de investigación Ciudad, Arquitectura y Patrimonio Contemporáneos. Andalucía y América. HUM 666 de la ETSA de la Universidad de Sevilla, dirigido por Víctor Pérez Escolano y del que ormo parte, presenta una línea de investigación para el estudio del patrimonio del INC. Ver AA.VV., Pueblos de colonización durante el ranquismo: La arquitectura de la modernización en el territorio rural, rural, Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, Sevilla, 2008. La tesis doctoral de M. E. Almarcha Núñez-Herrador, Urbanismo y arquitectura rural en el período de la autarquía en Castilla-La Mancha: Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones e Instituto Nacional de Colonización, Colonización , es un estudio undamental que no ha sido sino la primera de otras tesis doctorales que se han ido realizando. Eduardo Delgado Orusco ha proundizado en el estudio de la arquitectura religiosa de los poblados. José Rivero Serrano se ha interesado especialmente por la interacción con las bellas artes. La tesis doctoral de Miguel Centellas Soler, Los Soler, Los pueblos de colonización de José Luis Fernández del Amo, Amo, es un excelente trabajo desde la perspectiva de un arquitecto, así como el trabajo elaborado junto a Alonso Ruiz, Los pueblos de colonización en Almería, editado por el COA de Almería en 2009. Destacan igualmente las publicaciones y tesis de Manuel Calzada Pérez, basadas en un análisis patrimonial del proceso en Andalucía. lugar, J. Aparicio Guisado, El exilio y el lugar, catálogo de la exposición, Fundación Pablo Iglesias, Madrid, 2002, pp. 135137: “…Junto con sus vidas se llevaron en sus cabezas y en sus almas muchos espacios que en su mayoría construirían lejos de su tierra. Sin embargo, también se llevaron junto con sus espacios, la esencia del lugar en que nacieron y crecieron”. Es el caso entre otros de Secundino Zuazo. Ver C. Sambricio, Madrid y sus anhelos urbanísticos. Memorias inéditas de Secundino Zuazo, 1929-1940, 1929-1940, Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Madrid, 2003. Ver R. Puig, “Reorma de los modos de enseñanza de la arquitectura”, Arquitectura, tectura, 170, 1964, pp. 63-70 y R. Puig, “Otras ideas para una nueva planifcación de la enseñanza de la arquitectura en España”, Arquitectura España”, Arquitectura,, 170, 1964, pp. 41-50. E. Delgado Orusco, “La experiencia del INC. Una colonización de la modernidad (1939-1973)”, en Arquitectura, ciudad e ideología antiurbana, antiurbana, T6 ediciones, Pamplona, 2002. En esa entrevista, Tamés también hace reerencia al Concurso de anteproyectos para la construcción de poblados, poblados, convocado por el Servicio de Obras de Puesta en Riego de la II República (1933). Para proundizar en el estudio de Herzl Herzl, París, ver A. Chauraqui, Theodor Herzl, 1960. A. Roe, Sionismo. Hechos y personalidades, nalidades , Aurora, Tel-Aviv, Tel-Aviv, 1974. En realidad, en un principio se trataba de establecer y reunifcar un Estado judío para lo cual se unda una compañía de accionariados cuya misión será
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la creación de ese nuevo Estado. Ante unos primeros intentos allidos de compra de tierras en Palestina, se llegó a plantear la posibilidad de buscar nuevas ubicaciones como Uganda, por cesión de territorios por parte de Inglaterra, e incluso se planteó la posibilidad de trasladar el proyecto a Argentina. Agmon, La agricultura cooperati9 Ver R. Agmon, va en Israel, Israel , Hassadeh Hotza At Harmekaz Hahaklai, 1981. A. Cano Denia, La colonización agraria en Israel, Israel , Instituto Valenciano de Economía, Valencia, 1958. M. A. Poblete y C. J. Pardo, “Los modelos de colonización agrícola israelíes: el Kibutz y Moshav”, Ería Moshav”, Ería,, 19-20, 1989. 10 Se trató de un primer grupo ormado por catorce estudiantes universitarios. En 1884 se les unirían treinta y cuatro nuevos colonos. En su mayoría eran jóvenes que provenían de Rusia y que ormaban una organización llamada BILL ( Bet Iaakov Lejú Leneljá ), siglas extraídas de una rase bíblica de Isaías 2, 5, “Casa de Jacob, andando, y vayamos, caminemos a la luz de Yahveh”). El sentido de este movimiento se entiende perectamente haciendo reerencia de nuevo a ese pasaje bíblico cuando dice: “Sucederá en días uturos que el monte de la Casa de Yahveh será asentado en la cima de los montes y se alzará por encima de las colinas. Conuirán a él todas las naciones y acudirán pueblos numerosos”. 11 L. Rosenberg, El Kibutz. Historia, realidad y cambio, cambio, Riopiedras, Barcelona, 1990. moshavot. 12 Singular de moshavot. 13 Ver Yuval Yasky, “Neither City, Nor Village, a Kibbtuz”, en AA.VV., Kibbutz. Architecture without Precedents, Precedents, catálogo de The Israeli Pavilion, 12th International Architecture Exhibition, Exhibition, The Venice Biennial, Venecia, 2010. Los nombres de estos primeros poblados o moshavót ueron: Richón Letzión, Ekrón, Guedeja, Petaj Tikva, Zijrón Iaakov, Rosh-Piná y Yesod Hamalaá. 14 P. De Sica, Historia del urbanismo. El siglo XX, XX, Instituto de Estudios de la Administración Local, Madrid, 1981, pp. 650-659. 15 AA.VV., Kibbutz. Architecture without Precedents…, Precedents… , op. cit. cit. 16 Realmente, antes de la denominación de kibbutz se les conoció como kvut zá que en hebreo signifca “grupo”. La primera kvutzá se llevó a cabo en 1909 y se llamó Degania. La palabra kibbutz signifca lo mismo, y sólo se aplicó con el crecimiento de la población en los asentamientos. Posteriormente se pierden estas dierencias terminológicas y en ambos casos se utilizará el término kibutz. 17 La misma otograía en E. Mandolesi y l’agricoltura, UTET, A. Cau, Edilizia per l’agricoltura, Turín, 1965, Tavola CIII. 18 A partir de ese año las condiciones cambian y también el modo de planifcar los asentamientos. Ver R. Kaumann, “Twenty years o Planning Agricultural Settlements”, en AA.VV., Twenty Years o Construction, Construction, Association o Engineers, Architects and Surveyors, TelAviv, 1940. AA.VV., Kibbutz. Architecture without 19 Ver AA.VV., Kibbutz.
precedents…, precedents…, op. cit. cit. “General diagrammatic plan or a kibbutz o 250 amilies, 1940s, architect Samuel Bickels”, Bickels”, p. 196. 20 Ver “Algunas ideas sobre arquitectura Construcción, 18 rural”, Inormes de la Construcción, de ebrero de 1950. 21 La misma imagen también se publica años más tarde en el libro Edilizia per l’agricoltura, l’agricoltura , de Enrique Mandolesi y cit. Antonio Cau (1965), op. cit. 22 P. Rabasco, Arquitectura social en la provincia de Córdoba: Los poblados de colonización: 1930-1975, 1930-1975, tesis doctoral (inédita), tomo II, pp. 534-560. M. Centellas Soler, “Proyectar lo trascendente. Las iglesias de colonización de Fernández del Amo”, en AA.VV., Los pueblos de colonización de José Luis Fernández del Amo. Arte, arquitectura y urbanismo, urbanismo , Fundación Caja de Arquitectos, Barcelona, 2010. J. L. Fernández de Amo, “Mis Plano, pueblos de la Mancha”, Punto y Plano, 4, 1987. C. Flores, “Una aproximación a la arquitectura popular: los pueblos de Fernández del Amo”, Anales Amo”, Anales de la Arquitectura, tectura, 8, 2000. 23 R. Pico, “Poblado de Miraelrío”, en AA.VV., Arquitectura del Movimiento Moderno en Andalucía. 1925-65, 1925-65, Conse jería de Cultura y Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, Sevi lla, 1999, pp. 132-137. 24 Galia Bar Or, “The Initial Phases: A Test Case”, en AA.VV., Kibbutz. Architecture without precedents…, precedents…, op. cit., cit., pp. 17-50. Los planos de los proyectos de Kaumann vienen reseñados en las páginas 27-28. 25 V. Pérez Escolano y M. Calzada Pérez, Pueblo de Esquivel, Sevilla, 1952-1955. Alejandro de la Sota, COA Almería, 2009. P. Rabasco, “Renovación, iglesia y colonización: el ejemplo de Algallarín, de Carlos Arniches”, en AA.VV., Pueblos de Colonización durante el ranquismo…, quismo…, op. cit. cit. 26 “Mirando al exterior. La evolución agraria en Israel”, Agricultura Israel”, Agricultura,, 258, 1953. 27 R. García de Pablos, “Planteamiento urbanístico en Israel”, Arquitectura Israel”, Arquitectura,, 82, 1965, pp. 51-60. 28 García de Pablos afrma: “Incluyo fnalmente, unos esquemas de las dos agrupaciones residenciales creadas para el kibutz y el moshav, moshav, por medio rural: el kibutz y estimarlo de un especial interés para ibid., p. 51. nosotros”, ibid., 29 A partir de 1906 se avanza con una nueva bonica que busca un mayor nivel de transormación basada en el aumento de la producción y en una redistribución de las tierras, acilitando el acceso a éstas por parte del campesinado. En 1910 y 1919 ya habían aparecido leyes que trataban de incentivar la consborgate trucción de poblados rurales ( borgate rurali ), en las cercanías de Roma. La Opera Nacreación en 1917 de la ONC ( Opera zionale di Combattenti ) que comienza su labor eectiva en 1918, trata de dar una ocupación, hogar y tierras a los excombatientes italianos a la fnalización del conicto. Esta organización no sólo tuvo la posibilidad de hacerse con terrenos para llevar a cabo su transormación sino que pudo expropiar tierras que consideraron no correctamente explotadas. Para proundizar en este punto
ver G. Muratore, “Dalla ‘bonifca’ alla ‘riconstruzione’: nuovi insediamenti in Italia, 1935-1955”, en Arquitectura, ciudad e ideología…, ideología …, op. cit., cit., p. 39. urbanismo…, op. 30 P. De Sica, Historia del urbanismo…, cit., cit., pp. 359-376. 31 C. Ipsen, Dictating Demography: The problem o population in ascist Italy, Cambridge University Press, Cambridge, 1996. 32 A. Mioni, Le trasormazioni territoriali in Italia nella prima etá industriale, industriale , Padua, 1976. Citado por P. De Sica, Historia Sica, Historia del urbanismo…, urbanismo…, op. cit., cit., p. 364. Terra , “Pontinia”, La Conquista della Terra, 33 Ver “Pontinia”, La diciembre de 1935. Citado por P. De Sica, Historia del urbanismo…, urbanismo…, op. cit., cit., p. 365. 34 La ciudad de Littoria se realiza por encargo directo (arquitecto A. Pappalardo), y en los casos de Sabaudia, Pomezia y Aprilia se recurre a convocar concursos nacionales. Ver R. Mariani, Fascismo Mariani, Fascismo e città nuove, nuove, Milán, 1976. 35 Para Aprilia ver M. Piacentini, “Aprilia”, Architettura, Architettura, mayo de 1936. A. Melis, “Il concorso per il piano regolatore di ApriUrbanística, noviembre-diciembre lia”, Urbanística, de 1936. “Aprilia”, Architettura “Aprilia”, Architettura,, junio de 1938. Para Pomezia ver A. Melis, “Il concorso per il piano regolatore di Pomezia”, Urbanística, Urbanística, julio-agosto de 1938. “Il concorso per il piano regolatore di Pomezia”, Archittetura mezia”, Archittetura,, septiembre de 1938. Para Sabaudia ver G. Pensabene, “SabauCasabella, octubre de 1935. M. Piadia”, Casabella, Architettura, junio centini, “Sabaudia”, Architettura, de 1934. P. Vago, “Sabaudia”, L’architectura d’aujours’hui, d’aujours’hui, julio de 1934. 36 J. L. Escario, “Enseñanzas de un viaje a Italia. El Agro Pontino”, Revista de Obras Públicas, Públicas, 2707, 1 de noviembre de 1941, pp. 201-205. 2 01-205. Ibid., p. 205. 37 Ibid., Ibid., pp. 202-203. 38 Ibid., Ibid., p. 204. 39 Ibid., sobre Bonica y 40 “Ciclo de conerencias sobre Bonica reorma del agro en Italia por los proesores Dr. Mario Bandini y Dr. Nallo MaColonización , 51, julio de 1934. zzocchi”, Colonización, 41 J. Tamés, “Proceso urbanístico de nuestra colonización interior”, Revista interior”, Revista Nacional de Arquitectura, Arquitectura, 1948, 83, pp. 413-424. Ibid., pp. 420-421. 42 Ibid., cit., p. 373. Ver S. Rattus, 43 P. de Sica, op. cit., Urbanística , “Mussolinia di Sardegna”, Urbanística, enero-ebrero de 1939. cit., Cau, Edilizia…, …, op. cit., 44 E. Mandolesi y A. Cau, Edilizia tavola XXXIX. Ibid., tavole XXXLX-LXXXI. Algunos 45 Ibid., ejemplos en la Cerdeña, como el del centro de servicio secundario Santa Caterina, para cincuenta amilias, el Centro de Tanca Ferrà, Centro de Uras, o en otras localizaciones como el Borgo Tresantini, Cerignola (Foggia) realizado por el arquitecto Giuseppe Vacharo, el Borgo Venusio del arquitecto L. Piccianato, el centro de servicios secundarios de Santa Giustina en el delta Pagano, obra del ingeniero P. L. Giordani, que hace también los centros de servicio residencial para la colonización de la fnca Marchiona en la misma zona, el de Ca’Mello y el de San Romualdo. 46 Del mismo modo, Italia extiende en esos momentos su poder en el Mediterráneo oriental, con la anexión de las islas del Dodecaneso (Espóradas del Sur) y se
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potenciaron las intervenciones urbanas, políticas y económicas en Eritrea y especialmente en Somalia y Etiopía. Fruto de ello ueron una serie de intervenciones de colonización agraria que defnen no solo situaciones de carácter imperialista, sino que traducen algunas tendencias proteccionistas-paternalistas, racistas, en ocasiones, de empresas públicas y otras veces por concesión a la empresa privada. En defnitiva, un campo de experimentación que se vio reejado en la construcción de poblados de carácter agrícola y en toda una serie de edifcios que adecuaron las antiguas metrópolis a su nueva condición de colonia. libica, EdizioMalgeri, La guerra libica, 47 Ver F. Malgeri, La ni di Storia e Letteratura, Roma, 1970. L. Teani, La Teani, La cuestione libica nella diplomazia europea, europea, Florencia, 1939. B. Bosworth, “La politica delle amicizie: L’Italia, la Triplice Intensa e la recerca di un nuovo acordo mediterraneo, 1911-1914”, AA.VV., La AA.VV., La politica estera dell’Italia giolittiana, littiana, Editori Riuniti, Roma, 1985, pp. 285-333. B. Vigezzi, “L’Imperialismo e il suo ruolo nella storia italiana del primo Contemporanea, enovecento”, Storia Contemporanea, brero de 1980, pp. 29-56. 48 F. Cresti, “Los nómadas y las aldeas, los agricultores y las tiendas. Resistencia anticolonial, expropiación del territorio y colonización en la Cirenaica (19321942)”, en J. Calatrava y J. A. González Alcantud (eds.), La ciudad: Paraíso y conficto, conficto, Junta de Andalucía, Sevilla, 2007, pp. 203-225. Ibid., pp. 206-207. Cresti ha estudiado 49 Ibid., las consecuencias de la represión italiana en las poblaciones autóctonas señalando que: “Para vencer la resistencia de la Cirenaica, que se benefciaba de la ayuda de las tribus nómadas dispersas por el territorio, el gobierno colonial decidió reagrupar y concentrar a una gran parte de la población del altiplano a lo largo de la ranja costera del Mediterráneo y en las regiones semidesérticas de la Sírtica: surgieron allí una serie de campos de prisioneros adonde, a partir de mediados de la década de 1930, ueron deportados los Auaghuir, los Braasa, los Dorsa, los Abid, los Abeidat y otros grupos tribales menos numerosos”. 50 De todas ormas, Trípoli conocía la llegada de europeos y especialmente de italianos desde muchos años atrás a partir de acuerdos entre Tripolitania e Italia. En 1800 contaba la ciudad con unos 500 europeos de los cuales la mitad eran italianos y en 1870 (Tripolitania contaba con una población total de unas 15.000 personas) la cira de europeos se eleva a 2.000 siendo más de un millar de procedencia italiana. Ver M. J. Vilar, “El patrimonio del estado español en Trípoli de Berbería en el siglo XIX”, Anaquel XIX”, Anaquel de Estudios Árabes, Árabes , 12, 2001. 51 En reerencia a los acondicionamientos económicos y al ortalecimiento de las cit., empresas privadas, ver P. De Sica, op. cit., p. 508. “Esta es la ase en que tiene un neto predominio el latiundio capitalista: Volpi mantiene estrechas relaciones con los grupos de las altas fnanzas italianas y, por otra parte, está convencido de que la presencia de grandes sociedades especulativas resulta necesaria para dar un inicio seguro a la obra de revalorización agraria. En eecto, la parte más importante de las asignaciones de tierras eectuadas desde el 14 al 25, con
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un total aproximado de 33.400 ha. va a parar a manos de pocas empresas explotadoras, y una sola sociedad, la SIBA, cuenta con concesiones en cuantía que gira en tor no de las 10.000 ha.” 52 Como veremos más adelante, el poblado de Guarcià se convirtió, al menos entre 1930 y 1933, en un campo de concentración donde estuvieron condenados a trabajos orzados 145 prisioneros nativos. 53 Ver G. Palloni, “L’avvaloramento in Cirenaica”, en P. Ballico y G. Palloni, L’o pera di avvaloramento agricolo e zootecnico della Tripolitania e della Cirenaica , Comitato per la documentazione delle attivitá italiane in Arica, Ministerio degli Aari Esteri, Roma, 1971. 54 I. Bergera, “De Libia a Vegabiana. Una mirada a la colonización Italiana”, en AA.VV., Modelos alemanes e italianos para España en los años de posguerra, posguerra, T6, Universidad de Navarra, Pamplona, 2004, p. 166. Ibid., “Tripolitania y Cyrenaica ueron 55 Ibid., las principales regiones donde se llevó a cabo la colonización agraria. Habiendo arrancado bajo el impulso de la iniciativa privada, se pasó con el cambio de década a una mayor intervención estatal que reglamentaba el proceso ofcial de los asentamientos: en 1930 había 250.000 ha. disponibles para unos 3.000 colonos agrupados en 700 amilias y, gracias a la colaboración del gobierno, al fnal de 1931 vivían y trabajaban en Tripolitania 5.000 colonos, con una proporción de 40 ha. disponibles para cada amilia; la intención era llegar a 20.000 nuevos colonos por año. No obstante, el procedimiento colonizador se vio repetidamente atirantado por la renovada presión de la iniciativa privada rente a los intereses del Estado. En cualquier caso, cuando en 1940 se vino abajo todo el proceso, los datos son sufcientemente elocuentes de lo que éste pudo llegar a suponer: 232.000 ha. cultivadas, 3.675 fncas, otras tantas casas coloniales construidas y 24.000 colonos repartidos en 3.900 amilias”. 56 R. Biasutti, “L’italianitè nell’arica mediterranea”, en G. C. Sansoni (ed.), Italia (ed.), Italia e Arica Mediterranea, Mediterranea, Centro di Studio Coloniali, Florencia, 1942. 57 I. Bergera, “De Libia a Vegabiana. Una cit. mirada a la colonización…”, op. cit. 58 A través del convenio frmado entre el Museo de Historia Contemporánea de Milán y el Istituto Nazionale per la Storia del Movimiento di Liberazione in Italia, el Istituto per la Storia del Risorgimento Italiano, el Dipartimento di Scienze Storiche dell’Universita Cattolica di Milano y el Comune di Milano, en una serie de resultados hechos públicos en octubre de 2006, hemos podido obtener datos sobre las ormas de construcción de los poblados y sobre la preparación de los terrenos para su adecuación a la agricultura. Trabajos ejecutados bajo el control de Badoglio y continuados por Italo Balbo, su sucesor en el control de las colonias desde 1933. 59 F. Cresti, “Los nómadas y las aldeas…”, op. cit., cit., p. 206. 60 Algunas de las publicaciones que documentan este proceso son A. Del Boca, Gli Italiani in Libia, Libia , Laterza Bari, 1988. G. Ottolenghi, Gli Italiani e il colonialismo. I campi di detenzione italiani in Arica, Arica, Sugarco Edizioni, Milán, 1997. R. pacicata, MondaGraziani, Cirenaica pacicata,
dori, Milán, 1932. R. Graziani, Il ronte sud, sud, Mondadori, Milán, 1938. E. Salerno, Genocidio in Libia le atrocità nascote dell’avventura coloniale (1911-1931), (1911-1931), Sugarco Edizioni, Milán, 1979. El resto de campos de concentración ueron los de Apollonia, Barce, Ain Gazala, Driana, El Nuflia, Derna, Cesfa-Guarrscià, Sidi Chalia y Suani el Terria. 61 AA.VV., El canal de los presos, (1940 1962). Trabajos orzados: de la represión política a la explotación económica, económica, Crítica, Barcelona, 2004. 62 Francis Pou, “Inmigración de agricultores españoles a la República Dominicana en el período Franco-Trujillo Indias, 198, vol. (1939-1961)”, (1939-1961)”, Revista de Indias, 53, 1993, pp. 563-582. 63 Ver P. Rabasco, “Los poblados que no existieron: proyectos allidos del Instituto Nacional de Colonización en CórArte, Universidad de doba”, Boletín de Arte, Málaga, 31, 2010. P. Rabasco, Arquitectura social en Palma del Río, Río , Fundación El Monte, Sevilla, 2006. 64 R. Biasutti, “L’Italianità nell’arica…”, op. cit., cit., tavola IV. 65 P. Sustersic, “Ed il nauragar m’è dolce in questo mare”, en AA.VV., Modelos AA.VV., Modelos alemanes e italianos…, op. cit., cit ., pp. 235-246. 66 F. Cresti, “Los nómadas y las aldeas…”, op. cit., cit., p. 212. 67 Anteriormente se pusieron las bases para la extensión del regadío en 1912, con la construcción de la Azienda Agrícola Sperimentale, o en 1924 con la construcción del pantano y el canal De Vecchi, en Genale, consiguiendo 30.000 ha. de terreno de regadío. urbanismo…, op. 68 P. De Sica, Historia del urbanismo…, cit., cit., pp. 520-521. Ver también M. Palieri, Contributo alla bibliograía e cartograía della Somalia italiana, italiana, Instituto Coloniale Fascista, Roma, 1934. La promotora de la construcción ue una empresa privada, la Sociedad Agrícola Ítalo-Somalí (SAIS), de origen milanés. Ibid., p. 523. Los nombres de los pobla69 Ibid., dos hacen alusión a las dierentes regiones de Italia: Romagna d’Etiopia, Véneto d’Etiopia y Puglia d’Etiopia. 70 “La colonización en los Estados Uni Agricultura , 187, noviembre de dos”, Agricultura, 1947, p. 524. La conerencia ue impartida el día 13 de noviembre de ese mismo año y presidida por Fernando Montero, Director General de Colonización. El viaje ue fnanciado por la Dirección General de Colonización del Ministerio de Agricultura a partir del interés que suscitó la similitud de condiciones agroclimáticas del oeste norteamericano con algunas zonas del proceso de transormación en suelo español. Al acto asistieron igualmente Ángel Torre jón y Boneta, Presidente de Honor de la Asociación de Ingenieros Agrónomos, y Ramón Garrido Domingo, Presidente de acto de la misma asociación. Durante la conerencia se proyectaron imágenes de la transormación de terrenos para su puesta en riego así como una película, material recogido por Martínez Borque durante su viaje. 71 A. Tordesillas, “La unidad vecinal rural: del Parque central a Vegaviana”, en arquitectura norteamericana, AA.VV., La arquitectura motor y espejo de la arquitectura española en el arranque de la modernidad (194065), 65), T6, ETSA Universidad de Navarra, Pamplona, 2006, pp. 65-72. M. Calzada, “Inuencias norteamericanas en el urba-
nismo del Instituto Nacional de Coloniibid., pp. 87-96. zación”, ibid., 72 C. Casado de la Fuente, “La colonizaColonización , 7, ción en Dinamarca”, Colonización, enero de 1948, pp. 18-24. Ibid ., p. 23. 73 Ibid., 74 “Mirando al exterior. La asimilación soviética en los Estados Bálquicos”, Agricultura, cultura, 258, 1953, pp. 579-580. 75 C. Casado de la Fuente, “La colonizaColonización , 12, ción en Venezuela”, Colonización, 1951, p. 18. El texto señala: “Con el Estatuto Agrario se tiende a la mejora de las condiciones de vida en el campo, a una equitativa distribución de la tierra, complementada por una dirección técnico administrativa y la ayuda económica del estado que asegure al trabajador rural la vivienda higiénica y la organización de su empresa agrícola con resultados remuneradores. A través de esta organización, el gobierno puede centralizar y resolver convenientemente los urgentes problemas sanitarios, sociales, culturales y económicos del campo”. Ibid ., p. 21. Resulta de interés la siguien76 Ibid., te reerencia a los modos de selección de los colonos: “Antes de proceder a la adjudicación de las parcelas, el instituto puede realizar las mejoras que juzgue necesarias para el éxito de la colonización. En las parcelaciones es obligación dar preerencia a los arrendatarios, aparceros, colonos y ocupantes de las fncas que se parcelan y a los vecinos de la región, prefriendo en igualdad de condiciones a los solicitantes casados y padres de amilia”. 77 El estado de Miranda se encuentra próximo a los límites de la capital, Caracas, aunque por la especial orograía de la zona sure un importante aislamiento del resto del país, presentando salida por el mar de Las Antillas y por la zona caribeña. 78 Para entender bien el proceso de colonización agrícola en el contexto latinoamericano ver M. Skoczek, “Procesos de urbanización en las áreas de colonización agrícola en América Latina”, MisceLatina”, Miscellanea geographica, geographica, 3, 1998, pp. 297-302. 79 “Fundación de núcleos de colonización Colonización , 10, 1950, p. en el Brasil”, Colonización, 44. “Mirando al exterior. Brasil prepara la colonización de su territorio”, Agricultura, cultura, 268, 1954, pp. 46 6-467. 80 En cualquier caso, se apoyaban mediante medidas fscales como la supresión de aquellos impuestos que aectaran al proceso de transormación territorial, por el plazo de tres años después de la presentación y aprobación del plan de colonización de una determinada zona. 81 Francis Pou, “Inmigración de agricultores españoles a la República Dominicacit. na...”, op. cit. 82 “Transormación agrícola de Portugal. Colonización , La colonización Interior”, Colonización, 6, 1947, pp. 43-45. 83 La Ley de 27 de mayo de 1946, nº 2014, dictaba las bases para la adjudicación de casais, y signifcó la base legal a lotes o casais, partir de la cual se crearon numerosas colonias. cit., p. 84 “Transormación agrícola…”, op. cit., 44. Las primeras fncas aectadas por la nueva legislación ueron Heredade de Pegoes, en el término de Montijo, donde se planifcó para 145 colonos, Mata Nacional de Gaanha, con 522 explotaciones amiliares, y Campina da Indaha para 243 colonos.
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