Arqueomusicología andina: importante aporte de César Bolaños
La música prehispánica andina es un vasto campo lleno de incógnitas, del cual sólo se conoce una parte. Son más las preguntas que las respuestas obtenidas, debido a que, tratándose de culturas esencialmente orales, las únicas fuentes de información provienen de las piezas halladas en los diferentes sitios arqueológicos. El arqueólogo y el etnomusicólogo fusionan sus aportes para producir lo que sería un arqueomusicólogo, una especialidad poco prolífica en nuestro país -a despecho del insondable legado arqueológico que tiene-, y de la cual César Bolaños es protagonista principal. A inicios de este año pude tener en mis manos su último trabajo, que significa un aporte fundamental para llenar un poco ese enorme vacío que tiene la arqueomusicología arqueomusicolog ía peruana: " Orig en de de la la músic a en los los A nde ndess . Ins trum trument entos os musi ca cale less , objetos objetos s onoros y mús icos de la la reg reg ión andina andina precolo precolonial nial" " (Lima: (Lima: Congreso de la República, 2007, 167 p. il.). Un libro bastante condensado, profusamente ilustrado, en el que Bolaños ofrece los resultados de 5 años de recopilación de información y 15 años de sistematización de la misma. Los estudios iniciales de Bolaños se enfilaron a la música electrónica, pasando luego al campo de la etnomusicología y la arqueomusicología. Importantes trabajos anteriores suyos son el Mapa de los Instrumentos de uso popular en el Perú (junto a Josafat Roel Pineda P ineda y Fernando García, 1978), "La música en el Antiguo Perú" (1985), (1985), "Las antaras nasca" (1986), el artículo " L as fla flauta utass de Pan Moche Moche y las las bote botell lla as s ilba ilbadoras doras norandinas arqueológicas" (2000), entre otros. La información sistematizada en la publicación que nos ocupa, procede de museos y colecciones de Perú y Ecuador. Seguramente habría tenido un compendio más completo con información procedente de colecciones y museos de Colombia, Bolivia y Chile (para la sub-area 1-A y el área 6 por ejemplo, no nos ofrece información), aún así, sus hipótesis son lo bastante sólidas y valiosas como puntos de apoyo en la azarosa tarea de continuar con el trabajo de reconstruir nuestro pasado sonoro. Como bien dice en la Introducción: "Requerí de entrevistas, revisión de colecciones, archivos, bibliografías, crónicas y documentos. En suma, toda información útil la tomé en cuenta, asi pareciese insignificante, pues los datos eran escasos o incompletos, y hasta a veces discutibles entre los mismos arqueólogos" (p. (p. 25).
La investigación del mundo sonoro prehispánico encuentra muchas veces, un campo fragmentado, o árido en evidencias y es cuando se pone a prueba toda la afinación de las metodologías, principalmente de la arqueología, la etnomusicología y la historia.
A continuación, un brevísimo abstract de los capítulos 1 y 2 del libro de Bolaños (1):
El período que investiga data desde el Formativo Temprano (surgimiento de la cerámica) hasta el Tahuantinsuyu.
Primero fue el canto, luego va apareciendo el sonido instrumental y la
danza. No es posible saber cómo fueron los sonidos musicales de los pueblos más antiguos. Los instrumentos musicales arqueológicos se estudian y clasifican en función de los sonidos que emiten, el material de que se han hecho o de su morfología, más no de la música que debieron producir originalmente. La única referencia parcialmente verificable que se tiene está en las ocarinas, quenas y antaras, pues sus escalas indican algo de su desarrollo musical; según Bolaños, con una metodología adecuada se pueden contrastar las escalas arqueológicas de estos aerófonos con las de los aerófonos actuales.
Probablemente los primeros instrumentos fueron idiófonos de material orgánico (palmas de las manos, ramas de árboles, caracoles, etc.). Otras materias primas tempranas fueron la piedra y el barro. Cuando se empiezan a usar cañas, madera, huesos, se requirió inventar herramientas para cortar, horadar y pulir. Comienza a surgir la tecnología. Uno de los primeros instrumentos elaborados, debió haber sido la flauta de pan, pues cortar y atar cañas no es m uy trabajoso.
Las quenas más antiguas fueron halladas en Chilca (Lima), datan de unos 7000 años de antiguedad (2). Los primeros instrumentos hechos mediante una tecnología elaborada fueron de cerámica (3) Los instrumentos de metal surgen aprox. 500 años AC.: se usaba cobre, a falta de soldadura se engrapaban las junturas y se sellaban con paja, hilos y alquitrán. Hace 2000 años se descubre el refogado y en el 1000 DC la soldadura fusible, con ello, en lentos procesos, van surgiendo los aerófonos de metal, como trompetas y quenas (4).
Zonas arqueológicas andinas según los instrumentos musicales y sonoros encontrados:Bolaños hizo esta zonificación en base al estudio comparativo de los modelos organológicos encontrados (variables utilizadas: estilo, procedencia, contexto, cronología, escala sonora, morfología, iconografía). Dos grandes grupos con uno intermedio (donde convivieron o se alternaron modelos de ambas zonas): I Zona Norte (especial predilección por las ocarinas de cerámica) Area 1 Sub-area 1-A: No se dispone de suficientes datos Sub-área 1-B: antaras W, botellas silbadoras con cámara reverberante, silbatos, ocarinas, litófonos, flautas traveseras de cerámica, trompetas de metal, tambores bicóncavos. Area 2: Antaras complementarias atadas con un cordón (bipolares, según Américo Valencia), antaras complementarias con sonajero antaras complementarias simples, antaras gobulares a la octava, botellas silbadoras con o sin cámara reverberante, trompetas de cerámica, chalchalchas, idiófonos de cobre, oro y plata. II Zona Intermedia
Area 3: Silbatos de hueso de pelícano (precerámico), quenas, antaras de cerámica, tambores bicóncavos norteños con caja de cerámica, botellas silbadoras y antaras del sur. III Zona Sur : Especial predilección por las quenas y antaras (también hicieron ocarinas, pero en menor porcentaje, y sin la técnica y la estética de las norteñas) Area 4: antaras paracas, antaras complementarias a la octava (nasca), trompetas retilíneas nasca, timbales paracas y nasca, tambores wari, antaras de caña con resonadores, quenas de cerámica chincha, antaras complementarias, tambores y runatinyas incaicos. Area 5: destaca una antara W de piedra del altiplano boliviano, antaras de caña complementarias y con resonadores de Chiribaya, antaras del norte chico chileno, silbatos, ocarinas, trompetas, los tambores de Chiribaya, de Bolivia y norte de Chile. Area 6: No se ofrece información sobre esta zona. Más tarde, tanto el norte como el sur abandonaron las ocarinas dando paso a las quenas, cuyo auge y vigencia dura hasta hoy. Bolaños relieva que existe continuidad y pervivencia de los elementos organológicos en la región andina, aún después de la invasión occcidental que trajo nuevos códigos estéticos y nuevos intrumentos (principalmente los cordófonos) produciendo el mestizaje musical. Los límites geográficos y organograficos de las zonas y áreas antiguas, son semejantes a los de nuestros días.
Trompetero cerámica escultórica Nasca Quena de hueso con 4 orificios digitales - Chancay
Instrumentista
tañendo
una
quena
-
cerámica
Ejecutante de sonajero de semillas - cerámica escultórica Moche
escultórica
Virú
Ejecutante de antara y tambor - cerámica escultórica Chincha
(Las fotos pertenecen al libro de Bolaños)