¡.¡idecfayo ewfütemade nuesc ti-o tiempo. I.:.amanera de reconocerá qué sazónivital]Je
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tregase a una salvadora puerilidad. Este es un punto so~re el_que algún día e:isiera hablar largamente, porque lo considero de sumo mt~res. Un pro~~~ ~ · tinto hace.entrever a nuestras viejas naciones qu~ necesitan, ~espues =tapa de triste trabajo, dominada por la idiosincrasia del hurgue:~ el obreuna etapa de puerilidad y juventud. Pero es el caso que el espmtu -en ro, b 'disti'ngu'irlo de la carne-es siempre más viejo que el cuerpo, Y, cuanto ca e . . , .. · " d d luego un exceso de espiritualidad avejenta. Bien; y l que mconvemen esha~ en qu~ sobrevenga una época durante la cual el cue~o _se ant:ponga al : íritu a fin de equilibrar la exageración de éste, que los ultimas ~igl~s han fa.ecido? Sazón de convalecencia para Europa. Toda conv~lecencia muna al pcuerp 0 , y,, además , tiene no sé qué de admirablemente puenl.
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·. ' . Elpredominio del deporte físico,• con sufoI1ó dé alegría muscular, es;acaf so;ún síntoma del carii quelá.vidava a ir· toll!ándo.1Íar~cecomo si Europa s~
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Españainv~e~;ada ~einsinuadrnunaclo6~a
' ... sobre elorigen de las sociedades que di.Screpa sobremanera dela5 usadas. Según ella; Ja;sociedad·.humana sólo' tiene semejanzas externas, inesenciales,• conlas llamadas «sociedades animhles». dectue el evolucionismOiCJ.Uería derivarla: La sociedad historicaesunfenómeno esencialmente diferente de grey;Tebaño, tropel, baµdadai-hoimi.guerciy colmena: Por.otra parte;no es tampoco un desarrollo'del:grupofamiliar.•Este último,•siseientiende conalgúnrigor1 apare~ ce ccimposterioridada'1a•sociedad y como una: incubación interna a ella;· Se~ ria, pues, la sociedad un fenómeno iireductibley,últimp,iEstá convicción mueve a Aristóteles a hablatJde uri instiuto político 'en el•hombre.'Perdnoinos define claraménte cuál seá la función de ese·instiuto·.i ¿se trata de lo ctue;vac gamente llamamos tendencia ala sotiabilidad, es dec:ir,ia la 'mera aproxima" c:ión e informe conVivencia?·Esto·no bastaríaoNo hay sociedad sifrl.ina estructura estable, aurictue sea muy elemental. No hay sociedad si no existe en los miembros la conciencia de pertenecer aun grupo. ·• Multiples datos, sobretcido etnológicos, fuerzan•apensarque la sociedad nace de fa a tracción 5uperior CJ.UÍ! uno o varios individuos ejercen sobre afros. La superioridad; la excelencia de cierto•iridiviauo produce en otros; auc tomáticaméntej un impulsO'de adhesión; de sécuacidad,•his1llaneras o-;-u sos dé•esapetsona'eminerite scin adoptados comonormas sobreindividuales parios entusiastaS atraídos e Si hay; pues" cti.Ie.hablar de instinto diríamos CJ.Ue el instinto•socialccin5isterconcretamente en un impulso.dedricilidad que unos hombres sienterrhaciaotro" eri algún sentido ejemplar. Esa.relaciónfdifrámica entre el hombre ejemplar y el anhelo de seguirle, de conformarse a é~ CJ.Ue acc túa ·enlos demás,' aparece entadas· las sociedades desde las más toscas y prirhlgenias hastarlas inás elevadas y-como des1llaterializadas. Así; la Iglesfa criS~ tfunirestá; en su esenciaynervioúltiillos, con5tituida pcir Cristo y sus dócilesi La docilidad, el seguimiento-O, como 'Con expresión algo inadecuadRsuele
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decirse, la «imitación.de Cristo•~ es la realidad diíí.ámica que ha constituido la Ig!ésia cristiana. En su gigantesco desarrollo ésta ha llegado a ser, claro está, muchas otras cosas más. Pero todas ellas viven de aquella actividad nuclear, y la realidad histórica de la Iglesia depende en cada momento del fervor de docilidad que los fieles sientan hacia la ejemplaridad de jesús. Pensando de esta manera, ha de parecerrile forzosamente que cuando un hombre llega a ser ejemplar en algo, alcanza lo más alto que al hombre es per- · mitido. Pero toda potencia del hombre trae consigo un vicio en que aquélla se. · desvirtúa y falsifica. Frente a la auténtica ejemplaridad hay una ejemplaridad ficticia e inane. Una y otra se diferencian, por lo pronto, en que el hombre verdaderamente ejemplar no se propone nunca serlo. Obedeciendo a una profunda gencia.de.su 6rganisinovse entregaapasionadainente.alejetcicio deuna ad.~ tividad-lacáza o la' gúerra; elamór al prójimo •q la ciencia, la religiosidad'o elartec.En esta entrega inmediata; directa; espontánea; a:nna labórtonsigué ciertO grado de perfección; 'y1éntorices, sin.que él-sdo proponga; coino.uná consecuencia :impreviS!á¡ resulta ser ejemplarpara btros· hombres;[ :En el· falso ejemplar,;]:¡ trayectoria espiritual es"1,e dirección oprie.Sta,cSe proppne directamente ser ejemplar;•en quéy'.cómo es i:uestióqsect\ndaria que luégo procurará resolver: No le.interesa labot.alguna 'deteirninada; no•siente en nada apetito deperfeccjóll.. Lo qriele atrae;Jo que ambiciona¡ e.5 ese efecto socialde la perfeacióU.-=ola ejeinplaridad, No quieteset.grá.n caza doro gue~ rrero, ni bueno ¡-ni sal:Jio, ni santo. N ó quiete,Ién!rigor, ser nada en simisino¡ Quiere ser para los demás, en.los ojos ájenos, la noma y; elmodekL No adviertela contradicción que en este.projJósitohay. Porqué la eje.in• plaridad es lin reSultado automático y como mecánico. de alguna perfección; y ésta no se consigue si no: existe un frenético ·ilmory apasionada entrega á. una labor.determinada:ALproporierse,:desde luego, aquélla,·desvía•su persona deLentusiasinolingenuo·hacia.toda actiYidadconareta,..y.se'queda con la mera.forma de·unareálidádque.sólo:se realiza mediánte algúq contenido, De aquí•otracdiferendiairadical entre atnbá.S suertes•de;ejemplaridad: .El buen ejempláriho •puede serlo sino es fecundo;· creador de algo: EL mal ejemplar no crea.nada p0sitivo yvalioso, No es verdaderamente hábil, ni sabfo;m} siquiera.bueno:. EL que se propone ser bueno a.los ojos.de !os•demás; n:o lo és en verdad; Véase cóino e].propósitoideser eJemplaries, en su; esencia misma( ,.. i, ·• .nlru una.ininoralidadn•;:w esterilidaddelfalso ejemplar.es con5ecuenciaineyitable de su'propóf sit~1 Coino no sesierite.éiriginalmente. arra~trado hacianingunalabor•pgsi~ tiva nifgoza de aptitud especial para ella5; :tenderá a subrayar más en su;Yi.da la1Jerfécción emebno•hacerque en el.hacer.·,.. ¡;_f
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Yo he conocido y conozco algunos de estos hombres «ejemplares» y siempre me ha divertido sobremanera contemplar Ja astucia con que el~~entodo lo que es creación, faena positi~a, y se .las arreglan p~a dar a la esterili~d ~n valotpositivo. Así, en-el orden mtelectual, el falso ejemplar acentuara mucho la rudente abstención del]uicio, insistiendo sobre lo dificil; lo aventurado que ~toda afinÍiá.ciÓri o.negación taxativas. Si después de•haberpensadomuciliq sobre algo, encendidopor:elfervor de un descubrünien\o, hacemos alguna a¡;erción el falso ejemplá.rnorios dirá: <
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el que, esperando. a toda' hora cosas wandes de sí mismo, no es capaz de entfegars1mnirtguna actividad determinada pon vivir preocupado sók> de su pro" pia ej ernplaridad.. . . " .. . . . .. · · ·• /Envez de procurar aventajarse en alguna de las tareas importantes del ·superiorrepertorib humanó, sumergiéndose en ella sin remilgos; el falso ejem¿ plai: tiene•que comenzar por dar importancia a lq que no lo tiene, a fin. de·poderseren algo ejemplar. Ycomo es más fácil•no hacerque·hacer; 'su 'heroíSrno•se cornp'ondrá, sobre todo; de renuncias y abstenciones: El falso ejemplar no es el santo; .sino el «santón», y' como:éste, florecé•en los pueblos que· sufren décadencfay se apartan de los grandes apetitos vitales; Dondequiera la plebe ha sentido mágico respeto hacia esos hornbre5 extraños qué'se abstienen.. -Jos.«santones»: Las clases más robustas; en cambio;Joshandes" preciado siempre yno preguntan nunca; para'estirnara un hombre; qué•es lo que no hace, sino al revés; qué hace. . .. · ... ·" .• •.u ELlioriibre• «éjernplarn tiene que compensar la futilidad. de sus normas (negativas y referentes a cosas sin importancia) con un énorine rigor en seguirlas.De e5tilrnariera, al evitar toda excepción en su curnplirniento;adquiere su conducta cierta cómica grandeza: Irónicamente solía contar el padre de Pío Baraja; como una de sus hazañas, no haber.visto nunca jamás un drama de Echegaray y haberestado solo en la Puerta del.Sol. Cosas parecidas; :Sólo que en serio/constituyen la heroicidad habitual de los hombres•~< ejem~ piares», que vienen a serla novela por entregas de Ja virtud. ·• · La perfección moral, tomo toda perfección, es una cualidad deportiva; algo queise añade lujosamente alo que•es riece.sario éifupre.5tindible; Dé aquí que, corno en todo deporte, contenga la perfección moral•un grano de ironía y se sienta a sí misma sin patetismo alguno .. La mera corrección moral es cosa con que 'no tiene sentido jugar; porque significa el mínimo de lo exigible, Pero la perfección no nos la exige nadie; Ja.ponemos o intentamos nosotros por libérrimo acto de albedrio, y; sin duda; merced a,que nos complace su ejer~ cicio;De aquí que el.hombre perfecto en algo•sienta lafruición de faltar algu" nav.ez a sus propias normas y caer, por.decirlo así; en peCádo; Otra cosa es ido" latríá de Ja norma, corno si ésta tuviesepor su materia rnismaunvalor absoluto y fuese necesária: Pero :fa non;na' de perf~cción :Vale simplemente corno la meta para Ja caueFa, Loiinportante es correFhaé:\a ella; yfel i:¡ue no la akanza no queda por ello.nimuerto·ni,deshomado:> ·' •· • ·: .. , · · o ;e·· ·ELtfriito de.Siraci,isa•que mandó fustigar a su hijo.porque tocaba demasiado bien la flauta hizo lo .que debía: Porque;tocar sin defecto.la flauta sólo puede conseguirlo quien haga de ello un oficio; y no es eJ de flautista oficio adecuado al hijo deunpríncipe; Parejament~ es ilícito hacer deJá.ejemplaridady dela ;virtud una profesión:Po'r.eso•elhombre de tacto se;~ornplace
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en faltar de cuando.en cuando a las normas que él mismo se ha irnpues_to, quebrar su efectiva ejemplaridad a fin de dejar un breve hueco entre su VIda ;~a perfección abstracta que Je sirve de meta. Nuestra existencia no debe s~r un paradigma; sino un sesgado curso entre Jos modelos_ que~ la vez nos aproxima a ellos y_gentilmente Jos evita. Algo así corno, segun Nier_z_sche, es la _buena prosa: Ja cual se hace siempre en vista del verso, confundien~o~e casi con ·¡ pero , al cabo , eludiéndolo con grácil fuga en el momento decisivo. e,
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la del ser femenino acaso no figuras Illás extrañas que las de Judit y Salomé, las dos mujeres que van con dos cabezas cada una: la suya y la cortada. Es curioso que en toda especie de realidades se presentan casos extremos . donde la especie parece negarse a sí misma y convertirse en su contrario. Son n.aturalezas fronterizas que, por decirlo así, pertenecen a dos reinos confi-. nantes, como ciertos animales que casi son plantas, o ciertas sustancias químicas que casi son plasma viviente. Yace en ellas el equívoco propio de todo lo que es término y extremo; así, el perfil de los cuerpos, que es la línea en que terminan, no se sabe bien si les pertenece a ellos o al espacio circundante que los limita. Una meditación seriamente conducida, que no se pierda en los arrecifes de las anécdotas ni en una casuística de azar, nos revela la esencia de la feminidad en el hecho de que un ser sienta realizado plenamente su destino cuando entrega su persona a otra persona. Todo lo demás que la mujer hace o que es, tiene un carácter adjetivo y derivado. Frente a ese maravilloso fenómeno, la masculinidad opone su instinto radical, que la impulsa a apoderar, se de otra persona. Existe, pues, una armonía preestablecida entre hombre y mujer; para ésta, vivir es entregarse; para aquél, vivir es apoderarse, y anibos sinos, precisamente por ser opuestos, vienen a perfecto acomodo; El conflicto surge cuando en ese instinto radical de lo masculinó y fe• menino se producen desviaciones e interferencias. Porque es un error supo-. ner que el hombre y la mujer concretos lo sean siempre con plenitud y pureza. La clasificación que hacemos de los seres humanos en hombres y mujeres . es, evidentemente, inexacta; la.realidad presenta entre uno y otro término inl :· numerables gradaciones. La biología muestra cómo la sexualidad corporal se. cierne indecisa sobre el germen hasta el punto de que sea posible someterlo experimentahnente a un cambio de sexo. Cada individuo vivo representa una :
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peculiar ecuación'en que ambos géneros participan, y nada menos frecuen' te que hallar quien sea i
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cubierta con los resplandores que enianaTI"de lás gemas.y.los, metales precio± sos, dejarennosotrós Ja impresiónde,un,«reptilinviolado»i, ,,, T ',, No,sería ínujer:Salomé,siuo necesitase e:htregar,su·persona a otra persa~ !}a; pero, mujer imaginativa ymgida; Ja entrega aun fantasma; aun.ensuel. ño de su propia elaboración; De estru suerte; su feminidad se escapa toda pcír unadimensiónimf!ginaria;c "''' , '",.' , ,,, '''u Sin embargo, con ocasión de su amorosa quimera, descubre al cabo Sai lomé la distancia entre fo real y lo fantástico:¡Eltetrarca poderoso no puede fabricarunhoi:nbtequelcoincidaconla imagen instala.da enaquella audaz caf beeita. El caso se répite invariablebtodáSalomé ai:rastra, en medio deJa opu: lenciaunavidamalhumoradá;•displicenteJy;en clfondo¡maceráda porlaácri" tud. Echa de menos el soporte material sobre que puedadescargar ~·creación fantasmagórica: y, .coínó quien pruebá•traj es. amaniquíes¡ erisáya el irreal perfil de :Su ensueñO'sobre 16srhombres'que ante.ella traJUSÍtanc ·. ·, · ... , Undia'de ent:i:dosrcdías.ereé;ipodin; Saloméhabér hallado en.Já tierrálá incorporación·deisu fanta5I11ad~o:intenterrios ahora averiguar por.qué. Tal vez se trata sólo'dqm quidpfo qua: la· coincidencia de supáradigma eón este hombfede carne y huesó que llamanjtiane1Bautistaés másbienuegativm Sólo se,pareée a su idéalei¡..qúe es distinto defos demáS hombresc 1.asSalomé buscan.sieínpretin'varóntan distirito de los demás ,varones; que casiperte" nece aunnuévo.sexo desconocido; Otro síntoma defeminídad defor'mada:iEl Bautista,esunperscínajépeludoiyifrenético, quevoce~'enlós.deSiertosypre• dicauná religión hidroterápica' Nb·podía!Salmnéhabercaído peor;JuanBau~ tista es un hombre de.ideaS\·lin hómoTeligiosús;ieLpólo opuesto a•Don]uan;
queesellwinmeafemmes.
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]as violencias que el varón suele usar para imponer al contorno su voluntad. Ved por qué, como citras un lirio entre las manos, lleva esta mujer una cabeza ¡;egada entre sus largos dedos marmóreos. Es su presa vital. Rítmico el paso, ondulante el t;orso, corvino el rostro hebreo, avanza por la leyenda, y sobre la cabeza yerta, de ojos vidriosos, se inclina su álma con un rapaz encorvamiento de azor o dé neblí.:. Pero es una historia demasiado intrincada y prolija para que yo la cuente aquí ésta del trágico Jlht entre Salomé, princesa, y Juan Bautista, intelectual.
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La tragedia se dispara,.fuevitablemente,. como una reacción química de ;•.. , ' , , r ·, ' índole explosiva. Salomé ama· a su fap.tas.ma;rá él se ha eritregádo;no ajuanBautistac Es éste para ella meramente un inStrumento 'con qlie'dar;a aquél corporeidadc El . sentimiento de Salomé ha ciar su hirsuta persona no es dé amor; si¡io ínás bietl el apetito de ser amada,po'r,éli 1.a·ma5culinidaddeSálorn,é hábía·de llevarla siri remedio a entrar en larelacióri erótica con'miá'actitud devarón•.Porque.el hombre siente el amor primariamente como l\ITviolerito afán;dé ser amado; al paso que para)arimjér lo primario'es sentird propio amor, la cálida fluencia que de su ser, irradia hacfa el'amad01yfa'impulsá hacia él.· La uecesiaad de sei ama.da es sentida por ella solo·~omo tina coÍlsécuencia y secundaria:" menté.La mujerndrmal,no se olvide; esfo'Co:htrarió de la fiera, Ja cuál'selan~ za sdbrela presá;•ella'es la·presa queseilanzasdbrda fiera .. • Salomé; que no aína ajuanBautista, uecésitarser'amada•de él; necesita · apoderarse de siipersoria, yal servicio de· este áiilielo masfolinopondrátodas
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TEMAS DE VIAJE QULIO DE 1922)
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t:u~do ~e ha~~ el viaje d~ ~aarl~~He~daya:~or ~ ~~et~ia~e~~fgos, av~~ rigua el viajero, con enojosa sorpresa, que hasta Miranda de Ebro, en·cerca de trescientos cincuenta kilómetros de ruta, no hay un solo lugar apacible. Legua tras legua persiste el paisaje en su actitud de doloroso dramatismo, sin un instante de fatiga o de.hastío. La tierra desnuda deja ver la contracción apasionada con que sus rÍJ.úsculos cretáceos o triásicos se esfuerzan por levantar la gleba grisienta o roja para luego derrumbarse en una convulsión de cátc cavas que las aguas de las tormentas arañan cruelmente. De cuando en cuando, esta guerra arquitectónicia del terruño exasperado; esteformidable yperpetuo combate que el suelo mueve no se sabe a-quién;adquiere frenética c1:1lminación.enla-dentellada que la cima.de una serrezüela da de paso al ciefo azul. Pajizosyraloslos•trigales pendenagarrados a las laderas, las sabinas hechas de nervios se estremecen al·viento; algúridestacamehto.de•é:hopos monta•suguardia en: el regazo delvalle,y sobre elblanco reverber'arite del camlnoreill desliia sus sombras silenciosas la ger¡.te.éoryina que vuela errabun,da, augural y rapaz. -: '· En estOs'.dias dejtilio; sobre éstos éainpos;de!fuegd.¡supr!!J:IlO lujo fuera l1na sombra suficiente; 'Pero el viajero halla sólo la' sórnbraparda ypocó•tupi~ da queunolmo polvoriento:rétiene;bajósílmis¡;roáhorro qeilri;avaro de aldea.Jadeando, sé tienden sobre ella el hombre y el cau;·si,aquélés inlagina7 tivo se complace eri recordar el árbol que la leyenda• átabedescribe,:dé'cuyo pie partía ~l galope un: escuadrón de caballerós.para;tai:dar.sds hc:fras en: sálir de susombra!'! · · '"' · · '"'"'!"" :• ·; •:De.l,Yladrida·Miranda·de Ebro¡ tódo es dramático, nada es apacible.:En canibio;:de.Hendayaa Parisitodo es apaciblq0 nada es.dralillÍticó.. · · ·
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Francia es, ante todo, Francia la bien labrada. Verdor dondequiera, llanura blanda, a lo sumo voluptuosa ondulación. No hay un palmo de tierra que no sonría satisfecho y donde tio aparezca la huella de un exquisito cuidado. De trecho en trecho, los boscajes húmedos, sonando al viento, y la capota de pizarras pulidas que cubre el chateau. Por. todas partes los caminos bru~~os van y vienen, esos caminitos perfectos, únicos, que se alargan como ca- , · ncias morosas sobre el cuerpo de Francia, todo él botánicamente vestido, sin dejar ver por roto alguno su carne cálida o lívida. . Siempre que al atravesar en rápido viaje Francia y España quech nuestra retina saturada de ambos paisajes, entran éstos en colisión, despertando en nosotros el eterno conflicto geográfico. ¿Cómo es posible que pueblos asentados sobre glebas de tan opuesto semblante pretendan gozar de un mismo nivel histórico? Para el ánimo español la comparación es desastrosa. El conu;aste entre las calidades de una y otra tierra es tal que no parece dejar resquicio a_Ia esperanza. ¿Qué pueden hacer los hombrescispirenaicos:para·llerurr el abismo de esa diferencia geográfica e igualar la suerte de ambos territorios? ¿No ,es.elmás ineluctable destino aquél que nos lleg¡¡ impuesto.pare! trozb de planeta·que habitamos?'. · ,._. : ,,,.·:en: .•..... · .. ".,,: .:;j¡,-; -
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• efécto deprimente es todavía mayor cuando; al paso que campina se desenvuelven antelos ojos, llevamos entre las manos el reciente li_bro de nuestro geógrafo.Dantín sobre las Regiones 11at:Urales de.España;: La mayor porción de nuestra Peninsuláes desigriada por Dantínconel nombré de '<
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lanube que viene.de la nube:a la tierra; está es, que en-Castilla llueve de aba~ jo arriba. . · •¿ Córrio podrfü). extraf¡arla sequ'edad,la salinidad defas almas españolas~ .«El animal e¡ .la planta-'-'-llii:e Dantiri~ parecen reflejarlafisonomía dela región, al punto de áparecertotalmérite concertados con su.paisaje. Cada elemento regional parece haber dejado en la especie algún claro testimonio: el clima, su librea; elrelieve,' sus costumbres; etc:;estainpándose en él, marcándole con su estigma como el esclavo señalado por su dueño párnreconocerlo y 5ubordinarlo entado momento»:'• •. •· :Lagéografía nos produce tal congoja; padecemos uninstaritedetan absoluta depre5ión que el músculo.se dispone a aflojarse, abaodónando toda presavitabLa.'aridéz.cli,matológica·dela Península; que decanta eri sus:pai:: sajestaninsólita'yexasperadabellezá)e,s;.·pódOvisfo;unafatalidad·iriexo" rabie sobrepuesta a nuestra historia. Al menos desde hace un siglo apenas ha'y idea más' popular¡más obvia; que! tan cóinodámente1?e éricaj e en las mentes aluso como ésta de la influencia soberaria del:«medio» sobre elhom~ bre. Obstiriadas varias génerac:iones suc~ivas en hacer dela historia una física; aspiraron a buscar las causas.de:los hechós humanbs;y' creyeron-en~ contraria fuera del hombre;: en-el' contorno füi,cO, en el estadó geológicoty el clima ambiente:¡Taine; pérsónajesin.genip; pero exacto receptor· de los tópicos de su época; popularizóJa idea:delmilieu¡ que ya•había servido' a Buckle para'explicaiJa.inspirációrimétafísií:a'de·los indo:S:por el enorme consumo que hacen de arroz. ··. Sin embargo; en un ensayó.de ensayo sobiela historia de España, publicado por mí.hace ur¡ós meses) no semienta siquiera el factor geográfico. Algunos lectore.5 me hall mostrado por ello su extrañeza. Pío Barója, de cuyó es" píritu agudo no logramos nunca desalojar cierto materialismo contraído en la mocedad; echaba demenós•en'mi decoraciórihistórléa·las usuales esta· disticassobre súelo y.c;lima. ''' ..;,! . , Es!que; a mijukio ;Ja interpretación geográfica.de la 1historia 1 según ha sidó .empleada; carece de1va1or cientifico. Es una de tantas ideás lahz.adas por el siglo XVILI (no se olvide que ésta viene de!Montesq'uieu); y que;á pesar dé rio. cumplir la'prbmesa inteleétual que nos;hicierón, se.hao instalado en los espíritus como.dogmas íntimós, Aprimer~ vista-nada más plau~ible, en efecto, qtieacirn.-itir.una·estrictacorrelaé:ión decausay efécto entrelos climas y las formas' de lá vidaliumana; Nu~trointelecto se siente.siempreatráídoporparejas simetrías esquemáti,cas.i_l,ero es: ekáso queá 'estas fechas noJía logra" do nadie establecer Ieyalguna• que .permita derivar de 'un clima determinado una detenninadainstitticióri política, un estilo ilrtistico;:uhaid~ologíar Se hao visto florecer en un mismo clima las culturas más diferentes, y.viceversa, .una
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misma cultura al:ravesarclimas distintos sin sufrir variaciones esenciales.en su estilo. -. Ha acontecido lci propio que con lapsicólogíafisiológica; Unmomentó'Pareciólo·más.obvio buscarenfas1mddifii::aciones. corpóralesfa·causa de los.fenómenos psíquicós; Se .crean laboratorios,.revistas; ·cátedras,. con~ gresds de psicoftsiologüh Una·~egión de éonvencidds ·prodaina 1apuevafe; combate aJos reníiSos¡jura su:confesión:; Sin embargo;· el secretó de la -nac t:1.lraleza se.resistea tal entusiasmo: Ni unsoloferiómeno psíquico resulta eX" plicado fisiológicamente, Llegóa elaborarse una minuciosa topografía del cerebrodonde·se localizarcinla,s;fllnciones psíqriicas.•Pronto•se-desvaneció la ilusión: Quedó sólo éonio. rediic~() delos psicofisiólogosel centro del len~ gúaje: ;Ahor_a resulta que; 'a.l!II!!JCtirpadq o: danado; p'uede!elchombre volver a hablar.. Nd oEstante,; laiidea .de¡ explicaii lo psíquicocporlo sbmá tic o sigue sátisfacie'ndoal vulgb, :.. · : .' •-!'., :.•-f _ .• , - >• : !-Se-olvida que Iasideas tienen dos¡carásy dosvalc:íres o efidenciás disl tintas! Por una de sus caras la:idea pretende.ser 'espejo de la realidad; cuan" db esta preterisióJ:l·5e:confin1la decimos que es,yerdadera;t.averdad e5 el val loro eficiencia:objetivos de la.idea] Mas por su otra cara la idea se prende al sujetb;'af hbI!loréque lapierisa;• cuandb.coincide;coíi su temple' íntimo; cori:su· carácter y deseos,- ai:¡nque.go 1sea verdadqa;-aunque carezca de .valcir objetivo,.posee'una.eficiencia:súbjetivá, dando;satisfacción·intelectual al es" píritu_, Yo opm;1dña a laverdad;o\ralor objetiv() de la:idea,: su vitalidad o va~ lorsubjetivo. _,_.,, -, - •Para;lii-mayorparte ddas gentes•esa ·delicadísima Y-e: orno .superflua función dela,s ideas que consiste en su-verdad; es rigorosamente deseo~ nacida. Lásideas ejercen, dentro de su economía vital, tan sólo una misión orgánica; no menbsmaravillosa-queJa otra.Son· órganos de vida que el or-: garrismd =individuo, pueblo,. época~ sabe plasmarse para afrontar la exis~ tencia. No encajan tal v_ez en la realidad, pero encajan _eri la subjetividad; ycprodilcememellai ef~ctcisau toníáticos:cAsí\ rod¡úido por Castilla.y por Fn¡ncia, las' ideas de clima,, 111edib,rsituadón geográfié:a;rapehasinombrá~ das;•efectúan inmediatamerite'enmósofros.la cahriá,intelectilál: ,Creemos habernos explicado-la desy~ntul'a espáñolafcreem,os1h11bérfa:entendidói Setrata de ün•efecto•an_álogo al que.ernfas edades primitivas seatribuf¡rn losv_ocalllos mágicos:cNacj.ieaomprendfa·elmecanismo1 aoniqÜe el con" juro operaba sus.¡:ósmicasJ:ntervenciones; peró'alescuaharlOi lás• almas, se aquietalfan\ tellfan.en:-éLfevj_vacNuestro siglo;.queaspira a•la aienda; i:J.o esménos magico;· s.ólo queahbra la,1Ilagia:no prg.di:¡ce efectos cósmicos¡ sin() íntimos.-l!is• ideas científicas actúan sobre las álrnás;,i:J.d .ciei:J.tífica\,sino m~gicame~te. :;,. ·,.:.;•<"! ~:! :i1;L:.::J:...:.;J-.r; uii·_-; -,;1~:·""· 11: 11 :e·i-· ,-~--l~¡¡,
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Yasí será siempre. Afines del siglo XVIII, el sublime conde Cagliostro conquistó Europa enteradesnudandg'sudaga, t::raiando con·5upunta illge-niosa el círculo mágico y dando alvi!!nto estbs soberanos vocablos! ¡Helion, _11
M~lion;Tetragra,mmaton!
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'«Medio»;-« é:linia» ,- «factcir geográficci» ·son aosa muy pareddaa .ese VD" cabulario omñipoterite del astuto napolitánb: '' e.: 'Asíyo,.para doi:J.rinaí;'esta.depreSión que la geográfía meproporciona;opongo-a un conjuro otrolcmijuro;y1mientrils elsudexpreso resbala por-las landas, ncás .en-pinos, repito :fervorcisamente: ¡Helion, Melion¡ Tetragrnnimatonl Yes ello ;tan1 eficaz;. que hasta las ruéd:¡s del vagón, martilleando sobre los carriles;' m urmura'n:: ¡He lior;Melio,n).>TetfogranimatonJ ·.-¡ Helion, Me !ion¡
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HISTORIA Y GEOGRAFÍA ,·,:·,"¡,¡''
No;la aridez climatológica de la Peri:ínsula no justifica la historia de•Es~ paña. Las condiciones geográficas son una fatalidad sólo,en el sentido clásico delfataducunt; íwn trahunt: la fatalidad dirige; no arrastra; Talvezn() quepa expresar mejor el género de influencia,que e1éontomo físico, el_<
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Fue, pués,.un errór buscarlas «causas» delos'hechos hiStóricos, que son, en.definitiva, hechos biológicos. Enrigor; la únicá causa que actúa erda :vida de,\.m hombre; de unpueblo, de una épóé:a,· és ése hombre, ese pueblo, esa época. Dicho de otra manera: la realidad hiStórica es autónoma, se eausi\Ta'Sí misma. Enéomparación con la influencia quelos.éspañoleshemos tenido sobre nosotros mismos, el influjo delclin:m es estricfainente desdeñable. 1 .Fcitci ducímt, 110111triihu11Ll.a tierra influye.en el hombre, pero el hombre es un sel' reactivo;'cuyareacción puede transformarla- tierra en torno; 1btse3 quíadelterrµño áctúa\sobre él; ante todo; produciéndole sed ymodorra,·SÜl hombre es fuerte;sabráreactionar, poblando el yermo de hóntanarés efrri! poriiéhdose uriá vigorosa disciplinadepóí:tiva que venzala ignavia mus'culan .. De.modo que donde mejor se nota la influencia de la tierra en el·hombrees1en. la influencia del hombre sobre la tierra~ Hay; ciertamente, lugares en el planeta que no son ecuménicos. La vida en ellos és ifuposible; mas, por lo lTliSírio; rio influyen erila vidiLAllídol1dela vida résulte lTlíriimamente posible, el ser orgáriico reacciona sobre el medió y lo transforma en la medida de su potencia vital. , ' • Por eso, cuando el tren ha dejado atrás Burdeos; y corre entre los viñedos soirrientes¡-ha cesado dentro de mí la depresiónmágica 'que un in5tante me produjeraelmaterialishro geográfico: •;, · Elpaisajenódeternrina casuallTlerite, ihexorablemente;Ios destinoslfuh tóricos, La geografía no arrastra·laihiStoria: solamente la incita. La tierraárit da que nos rodea no es una fatalidádsobrenosotrós¡sino un¡:irobleina·arite nosotroÚCadapueblo séencontrócmÍLelsuyo:pfanteado por el terrítqrio á que llegara; y lo resolvió a su;manera; iinos,füen, otros, mal. .El resultado de esa solución son los paisajes actuales; · ·e '• ·' . Es preciso, pues, invertir los términos. El dato geográfico es muy irn: portante para la historia; pero·en sentido opuesto al que Tainele daba .. No es aprovechable como causa que explica el carácter de un pueblo; sino, al revés; éomo sinfomay símboló· de este carácter: Cada raza lleva en su alma.pri~ mitiva.unideal de paisáje que se esfuerza porrealizar dentro delmarco geo+ gráfico·del eontorno; Castilla es tan terriblemente árida porque es árido el hombre castellano; Nuéstra raza ha aceptadolasequía ambiente por sentirla afín con la estepa.interiqr de:su· almii'. . ". •: · u•. ·Como enel'individuo es el dato 'qtie arroja niás profundas revelaciones cuál sea-la.mujer que.elige, pocas cosas declaran-más sutilmente.la condición de•uripueblo é:omo elpaisaje:c(ueacepta1·•1 "' •' '· ¡ .. Se ine llirá que, a vecés¡. ékariZ geográfico. es· tan adverso a los deseos de uha razá; que todas•la5 reai:cióriésde éstápata:.transformarlo resultariarnváruíSr Ciertamente; pero entonces se produce en la hiStoria el curioso fenómeno de la
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emigración, que significa precisamente lainaceptación de un.páisajeyel afán peregrino hacia.una campiña soñada; hacia uná «tietra:cje.promisión» qúe todarazafüerte5eprometeasímisma. "•· ·· . ,; • El árido d+amatismó de la.gleba ca5tellaná,'1ainsisténteapacibilidad de los campósfrancesesson el más amplio comentario psicológicq\;ll\ plástica proyección efe dos á1lTlas émicas que siehten la-vida .de opuesta manera.;; i eL
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.Arbol,,mies, senda;,álqueríll,' todo.ene! paisajefrancésmanifiestaun exc~,c so de solicitud, complacencia rnorosa;cariciaptolongada: No sé contenfaelfranc cés con que las.cosa5 eh tóínó éstérnl:líen, sino quesilbraya·esta su perfección; la páladeay la soba un poco: ExisteUruing'orosa correspondencia entteestos <;an;iposy el resto dela existencia francesár El estilo desú agricultura es el misnio qúe el de su 'literatura; de su sociabilidad¡ de su cocina; de su pol,ítica. ' ' ··Tal coincidenciano clebeparecer fortuita:r Como en elárboltodo e5 ex;pan5iónde una semilla hincada en tierra; en eL hombre todo:esralTlificación de uha sensación, o.sentimiento radical aritefa Vida1 .:Estes~ntimiento .vital es; ernelfrancés,-de amor ala· existeneia, amán de fruición·yregodeotrEn el.cas~ telláno,.por elcontrario; todo emerge.de.unfondo saturado' de desdén ala:vida: Ambas notas fundamentales sirvén.de punto de p'artidaa clos grand~méló días histórica5, cuyo estilo es antagóriico y que suenan enf arte o en piano dentro del hogar tradicional; en las aristas del edificio; sobre el lienzo del pintor, en la asamblea política, bajo el rumor.del verso; 1a lo largo del paisaje. ' El ~ampo de Castilla no es sólo árido;;deséÍ"tico, áspero; b.ay en él, además, la huella.delabandono. ES uh;campo desdefiadó.-1.a campiña de Fiancia noés sólo.húmeda,,grasa,;blanda;.es,unaglebáietocada, aé:ariciadá;'goza_da. _;,e
· _; ;'En, e~ riíu~db,li#~n6~m~_rih~~~:-i~ id~y~-~ p'~rtrd~ l~s_~is:¿iitores_ ~ d~-ta~--HVi~~n~ ~.º?_cú~
ción intelectual,: iiui-póco eniénida ae liís COsaSj'tan·ai.tdBzparil hBblat-de enas, tjü1~ ff¡JeligfOsa la cifculación de lasp_ersonas un po.éo_máS~cabales; ,Corrio'. erl algunos_ puebloS b~rb~t:º?- no.sé ha Ilega~o aüi:i a co~,~gu~ la ~eguri':lac\ r,ei;s_~~~l,_:~ 1e_~1)os -~u-~~ps ~f"~~~-~e~~º-~~1-~~~'?:'~t(!l~~tu.al, Pár úniéa_ vez· y sólopot tqmaTUil_'éjeinplo 'e_Íhi'e' p.tto~,íritichós,_quieio hñc~r aqur.;ina adverteilciá. la idea a que eFtéXto' alúde1fé¡üe, ·camo:uti-LtithlotiVlflújr'e poi_CaSi téidosmiS trabajós;·será W.d~fec_tjb_l~~-~tj.~~ 0:ttj.bui~-~ ~ ?pe~gl_er._,~in eiµq~!g(), _c_op. l~. ~is.ID~ p~!~b.~, que _~11-,es,ta_págin~~ s?lo _qu~, t,tplicad¡;1.: fo~alrri:ent_~ ~ Ja_ cul,tµr~_ (!J), _nparece y~ e_cy. las Medit~ciq~-~ del ,Qulj9t~_. pubUCadBs ~~ 191'4,-C:u'cltrb'_-3ñOS;~iltes que iuici~e~ta 9bra de ·spéilg1ef. Y. e5to ·miSin~ '.ri<;0iitece·COh otroS mUchOs teffiás· qu'e sori ·a:tribuidos_a_UbtóS c{tl'i!"fofuistµo 'he·hechó tr.idücii:-cóÍi Ia 1genetosa.ihte·n:. ción de ampliar la mente hispanoamericana, tari angosta,,~p p~_c9,gEW,er,os_<1¡ Y-~~--~Pt~~ ,~;-, }9~.· 1
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' ':· Siente.el castellano una secreti vergüenza, cuando ~e sorprende corn,,. placiéndose:en~lgo. Para el francés, opúestamente, vivir es gozarseenvivir: Pero adviértase que gozarno ~ignifica una actitud meramente pasiva: goce~· una actividad enérgica; mereed a Ia cual volvemos.sobre lo esporitálleo, leí atendemos;palparr¡.os; degustamos. Este gesto de degustación-.·-.él chasquido d_e la lengua•sobre.el paladar+"rio falta-nunca en losactos franceses, y es pre0 . c1Samente lo ~ue irrita ante ellos al buen castellano. El hombre placentero, vo~ ·· luptuoso, sattsfecho, le parece petulante y amanerado. Para quien desdeña [a. vida detenerse a degustarla es una falthl de seriedad y de hombría. ES curioso: que nuestro pueblo ha medido siempre los grados de hombría en los individuos, no tanto parlo que éstos son capaces.de hacer, sino por lo que son éa~ paces de dejar de hacer, de sufrir, de renunciar. Casi le enoja el triunfo, poF que en élsueleccimenzan la orgía, Por esbnuestra)iteráturase'acostumbró a preferir los héroes eh derrota, •Etprimer.poema hispanolatjno, La Farsalia, de Lucano; can~a.un.vencitlo, y.nue5tro lfüro'simbólico, el Quijote, es la triste: epopeya delos lomos' apaleados, dondda .vida se define como naufragio iITe" misible y es·encialdérrota¡:Parejo origen tiene eb~xtraño fenómeno de'que e~ España las masas •populares quedan rei:nisa5 .y suspicaces' ante todo hombi:e público que traiga ademán triunfante, creador y 'gozador. Por el contrario; sienten enigmátido entusiasmo hacia personajes cuyavirtudconsiste ensim¿ plesrenuncias, La popularidad de PLy Margal!, hombre excelente, pero.de dó~ tes·e5casfsimás, s,enutría defos'ridiculos desplantes' ascéticos a que solía.en,, tregar5e; Ci:dmo si'el vivir.miserablemente,_ el no cobrar ci cobrar.i:nal su trabajo· fuesencgarantja alguna dela honorabilidadytaleritopolíticos;' ; :: , .· . r Aprimera vista parece simpático en nuestro pueblo este desamor:aJds potentes y esté fervor.•hacia los renunciadores. Mas después de analizarlo y; sobre todq, de advertir que es típico en las razas débiles el odio a los tempe~ r'.11°entos_ cr_eadores ylaveneración pot los «santones>f, empieza a perder atractiVO!El «santóp.» es un héroei:uy'a heroicidad, puramente negativa, consiste enrenup.ciár.illvivir. El ser debilitad,o, cuando se peine a escoger normas de he~ roísmo, suele preferir ésta, porque; a la postre, halaga su flojera. Siempre es
J:n~~fáfil q~J,~r de hac~r C[tle.~ser,l?~ esta r:rr~~ll,'.~llltal\ e11 ~,spaña pop1l\a~
rís~9!'1 los p~ograrnas de abandono, en lo pli!Jlico cqrno eri leí privado,. , .' ' _La historia de Francia es la historia más bonita porque es la historia de úri ¡:i1leblo'qtie se diViei:te ii d,~.,~. 11" . ;_,' .. . ¡¡' .,,. ,..• ":'· · "" .,., ,;-"" ..•,,, ,,, ·'"'""¡;¡_d.?: ,,,q, ,,.!1-,~';~llif~,-~11- a,. -~grettp, es .e)eJl'.li poracral que se. ¡mpone a[qs,individuos,,pcir, rn,uy,melancolicos que seaJ:l:' U! tristeza•horrible;la,a~rgura de de1nente 'de'mánicO quebrotaba ~ elahha
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de,P~~C:~I;Xi6:ttiro,diásremeQi() C¡u~·ac~p,taf,E!Icorhpá~Joyia1de.'1a·~r'é5{dil &ance5a.·sp5'i1~5é~s·piruefo~ri, }' ~~ ía~ ca~tas pro\linciale;; i~ ~ás ~du~t~· ' teología•toi:nbate jcicuñdamente.
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Goce de vivir;desdén de vivir; estos dos modos,últimos y opuestos de sentir la e:idstencia palpitan en los paisajes de dos naciiones tan próXimas, y a la vez tan distantes, como Francfay•España, ·' , . · ';•.. Mientras el Renacimientofraricés culmina en la figura dePantagruel, que es; ante todo,uD. glotón; el.Renacimiento español se complace con la imagen de un pícaro; -c¡ue es; ante. todo, un famélico: En.nuestra literatura picaresca hay;· como en'el paisaje castellano, unasei:vil adulacion al hambre. 'i ·
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La historia 'toda de Francia parece; piles, brotar, como.de una•sirnierite, de cierta actitud elemental de. afidón a lavidm La castellana, por el contrario, sabe toda ella a aesdériháci\l'lavida;cfy;tadiferencia de tonalidad biológica en" tre ambos' pueblos sólb se hate.páteI1te:cuando se los compara uno cori otro; mas si confrontamos lanía:nera castcllánadl'!sentida exist~nciacorilade otras razas lejanas; los indos, pbr ejemplo, cambiará: i:otahn:ente!de cariz. Siente el indo la vida como un incesante afán de fuga ultra terrena; para "il.tertder a: las cosas de.este mundo necesitaiviolentarse; corrigiendo po~.un doloroso eSfuerzo delacvolµntadla rutaespontlinea de su alma,. que gravita11or sínilima hacia un trasmundo rnistico: El desdén dél hombre bengalí por los ásuntos planetarios es de talmodo interis_o que; emparejado con' él, nuestro sobrio ges~ to despectivo anté las delicias terrenales parecerá más bien un melindre que oculta la plena aceptación de aquéllas.No se debe olvidar que las razas occidentales, .tomadas ericonjunto; se cara
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al son del «fado», un delicioso mórirse disuelto en la!melancólía atlántica. En medio dé.esta varia delicia, Castilla¡ redluida en su desierto, toma,el aire de u~ enjuto San Antonio asediado porunaperiferia;de tentaciones. , : ,! Pero esta diferenté'tintuta,'C¡lle"s&derraina sobre el carácter:deün pue: blo según las comparaciones a qpe le sometamos, procedé demuestras nece1 sidades intelectuales; La relatividad está enmiestranoción,,np eri el carácter étnico, que,es siempre idéntico asfmismo y perfectamente determinado;: ~¡l ' Podremos vacilar al definir la divergencia entre nuestro. temperamento y el francés; pero la sentimos inequívocamente. Se trata de dos tipos vital~, irreductibles, eluno al otro. Es compfetrunentefalso que, como Cánovas de: cfu, sean Jos franceses españoles con dinero. No es la mayor riqueza, ni siquiera elsuperiorsaber o el mayor talento; lo que diferencia ambos pueblos, UnaE5~ páña másrlca que Ja aciliá~ illás sábia O ,más inteligente, se difereI\Ciaría pro~ bablementeaúrimásde Ja ra~á veciJla: Yes que elpfÍnéipio diferencialradica, eri estratos.mucho mas elementa.les (le la·vida,qué econoinía,;ciencia;inté~ lecto.Tair eleiné1ftal, tariprirnitivo' es;que i:asitesultá inéfabk; :r • · ;:,Es una contingencia/ ql\e 'i!ri'Vez:de silenciada debiera cuidadosaI\1entc; serateridida;fade,quemUchos·es¡:íañolés; y: entre: ellos no pocos de los mejo• res,;sieriten su vida aniqUiladápori eLmero hec]:¡o de verse:foriados a habitar eri España: Casi todo lo ;que,en nuestrb pafS s~ :hace; iSUS usos y maneras; 5uS ideas y sUs productos, ·les, parece erróneb;i~iruyalor o. irritante. Sienterud ambiente casilio comq.una 'atmósfera opres,ora;•queiles angustia y que es1 trangula.todas sus posibilidades de exiStericia\ En cambio; estiman altamenl te; las:cos!IS y modos de·Erahc!aolnglaterra;'hasta elpurito .de pensar que si pudiesen radicálmerite trasladar a esos países su vida, quedaría ésta porcómpleto lograda. No seré yo quién.censure;:sinmás ni más, a las personas' que sinceramente yno pol:tópico sienten asf. Peroaunqlie nadas censure, me per• mito hacerles notarque:estáni enüri error:
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desaparece cuando a«!l trasládamos el ejey la raíz de nuestra vida, Los anti" guas tenfan fim\ percepción de esa. parálisis íntima en que cae el transplan, iado;ypor eso era para ellos una pena de rángo parejo a la muerte la del desti~rro, No poda nostalgia de Ja patria' les era horrendo el exilio,csino parla i~efnediable i~actividad a que los,condenaba. EL desterrado •siente suvida c;mo susper!dida:· exill timbra, el desterrado es una sombra;:decíanlosromanos. No puede rntervenir ni enla política, ni en e]: dinamismo social,1ni en; las eSp.eranzas; ni en Jos entusiasmos del país ajeno' Y no tanto porque los·inm" genás se Jo impidan cuanto porque todo:Jo que en derredor acontece le es vitalmente heterogéneo, no repercute dentro de él, no le apasiona ni'le duekni enciende;. Tal vez:diStraídcl por, las mayores facilidades externasque el niedio le ofrece;,rio advierte que su existencia ha degenerado en un scirdo y especttal deslizamiento pmila quirita'dimensióm ;w • · ,,L ·' ,':e ¡,:::·Todos hemos observado en1os qüe vivenfiiera de su raza un peculiar en! tonteciffiientolybobería: Nada enérgico; robusto; creadorqueda en ellos; LaS potencias vitales se les·han:ehvaguecido;:y en' el secreto fondo.de'sfmismos sienten su personaradicáledrrémisiblemente humillada: rJu. 'i ,•: ';' ,1 iL ; 1• ' Auruen. el caso aludido de desestimar las maneras españolasyapr'eé!iar altamente lasfrancesas'o ingle5as; rioes, pues, solución eltrasladci defiriitivd a:esos'pafues; El error proviene de creer.queJaNi.da es una operación re~eptiva, un transitar por entre las cosas,'uripasivo sufriry,gozar.Joque defüec ranos viene. Pensando. asi,no carecé deJógica suponerquesinosc;olocamos ~ uri medio donde lo éXterndvalga más que en 'el riati'vo, nuestra existen." cia Séiá mejor. Mas,;como'digo,•hayerior.en el punto departida;!La vida no es recepción delo que pa5a fuera; antes por el contrario, consiste erupura actuación; vivir es intervenir; por lo tanto; un proceso de dentro afuera¡' en que invadimos el contorno con actos, obras, costumbres, maneras, produceiones seg1ín·eLe5tilo' originario que está prescrito en nuestra sensibilidad. 1 :· Elensayo, aunque sófo sea imaginario, de ttansmigraci\)n al país éxtraño. qüemás . estimamosnos sirve precisamente para tomar contacto do~ ese inefable principio diférencial;icon. ese esquema de :meloma orgánica que constitliye el 'carácter de: c;ada pueblo. Porque sijuigamosüraceptables las formas concretas en que.se ha desarrollado la vida españolapodo toscas y torpes;r}i encambio, consideramos plausible el tipo de existencia.francés10 inglés, pareceque nu~tro:ánimo podría hacerse solidario de és,tos:siriréstó ni hostal" gia·.'Sill embargo, no. es.asíl Basta que haciendo uná especie·de. experimento mental nos·iinagirieinós ~qnvertidos enfrancesés o inglesesipara,que;'.no.obs~ tan te nuestra estimación, nos demos cuenta de que con 1elló:renunciamo:S a . ciertas calidades:espléndidas que en pótenda posee el módulo español. Entonces vislumbramos,:más allá deJo que España ha sido y e5 efectivamente; 1
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un núcleo originario de tendencias ".itales,,qué désarrolladas con mejor aciei= to producirían un tipo de existencia esqmabilísimo. Frente a la España rell1 . que ha sido; que. es, hay muchas Es¡:iañas.posibl~; todas ellas brote diversa, mente orientado de un mismo germen; estilo o.temperamento: Queramos b n:o, cualquiera.queBea núestra desestimación de la España real, estamos liga+ dos ennúestras.profundidades orgánicas a ese fondo de tendencias étnica§; iniperativo biológico que rige inexorablenuestro destino: Si queremos vivir, tenemos que vivir a la manera española; pero la manera española es múltiple, Hasta ahora se ha.usado una; .tal vez]a peor.No veo. que haya,incoti.venient~ enensayarotra: ... :.:: · '' •.e:; , •1 Toda esta «dúlceFtaricia», que a ambos lados de'rni se 'escapa,pcir las veiii tanillas del tren"--la tierra.giaSa, blanda\,verdecisla; los boscajes trémulos bajo el viento, las villas placenteras;cylas costumbr~,yla.política, ylas ciencias;·y las artes-,, me parece más valiosa que Espafia, Sobre esto no sorprendO'en mí lamenórvacilación. .Otra cosa me avergonzaría; es de tal modo evidente.esa···· superioridad,:que desconocerla .o escatimarle:eLaseriSo. me parecería un actq fraudulento. Porque 'catla.objeto en el mundo tieti.ejúnto a su forma y coiE tenido un. valor· qqele:éspropio; y consecuentemente unrangO enla jerarquía dela§ estimacionci;, Negarse areconocerki es hurtar al objeto algo que es suyo¡ y no puede hacerse siil cvileza; ¡Lo:sieritb mucho, pero yo no puedo fundar InÍipatrfotisnlo en una·deshonestidacL : · •" " ,"':Tampoco me sería esto necesario;: Porque cuantofaás dáramenteveoy ·con mayor cvigor subrayo las gracias•y virtudes de Francia; es mayor. la:evi;. dencia éon.que•siento'serotros mis destinos; Eiula·íntima polapzacióti•de mi· organismo encúentro un sistema de.apetitos y de afanes que diScrepa han; damente del que ha creado los encantos de Eranda, Mis potencias vitales ifradian hacia otros cuadrantes de poSible eXisténcia;. En el último siglo se: ha querido ocultar. este hecho, grandioso y terti7 ble a la par, de que los pueblos son radicalmente diversos, que en ellos la cvida · históticá se divetsifka C:bi:np lasorrüítica eri las especies zoólógicás. Cierto vago interiiacionalismo:ha pretendido ligeramente nivelar. con•un co;njnrb' i::a~ prichoso é invalido lardiferencia entre las·nacióries¡ e:iinpulsado por lunáticas ·inspiraciones, ha urdido una·pseudócultura en que se.fingíaignorarlas; '"''" Y; sin embargb,•se tiata de un hecho absoluto; iri'edui::tible, ante elcual historiá y política no pueden hacercmás que tomarlo según se:presenta:•és7 pontárieo" irradórialymisterióso: Más aún: en la historia y la política faexi53 tencia:de:esos estilos vitales diferentes que imn los pueblos es el punto de par.; tida:paratoda ulterior.meditación!··: 1': Hasta no hace.mucho; cuando a las islas Seethland, solitarias, remotas· de tbda•otra tierra habitiida4 llegabaálgúri barco; fos insúlares se veían atacados
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pót una violenta epidemia de tos convulsiva y estomúdos; La aproxii:nación de una raza extr:aña sacúdía eléctricamente:las. raíces.orgánicas de aquetpue= blb. Valga esto.como imllgen simbólica de la heterogeneidad insuperable qué yace en el:senq.delos destinos étnicos. · · ' '"' • ". -'JJ,
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r• .,Talvez.siemprese.ha·se;ntido qge:losptieblos:soTumódos de exiStirradi" calrµente distintos;Pi!ro.aunqúe:siempre se ha sentido esto; no se ha sabido casi nunca. Como en tantos· otros asuntos, por un lado iba·laevidencia:de:la impresión inmediata; por otro; los conceptos,:tebríaseinter¡:iretaciones. Las ideas dominantes en la· edad.moderna haTu t:'encj.ido a.nublarla claridad con quelos ¡:iúeb~os se: sentíah diferentes¡ Había mi extrilñc;rnpresuramiénto en demostrar que lo humanó esuniforrhe.:: . r• f " ' " .,; ., ' ' ' " ' ' " ' " " ' '< '"'"' ¡Y· : Sinembargo,aquíyallá; enfogitivos,iilstantes, seVislumbró•que la héterogetieidad de.los grupos étriicos es ;más horida:de lo qué solía pensar5e, · •·' : •En la Fi!osoftiide .la'Mitologia, obra: dé smveje:z,:sé;preguntaSchelling: -¿Cómo nacieronlos pueblos?: 1.Cómo cj.e Ia•humanidad homógériea prirniti" vásalió la muchecj.mribré de,¡Jueblos·diversos quefahisforfa•ha:encbritradó Siempre esparcidos sobrefatierra? .No.basta atribuirlo aláseparacióncmate~ iialque; tal vez; el crecirniento·del núcleo huniano' aborigen hizo'fotzosa. :De ésta manera sólo llegámós a uriasegmentaciónen tribus aisladas, no a unilfor" mación de pueblos distintos: Tampoco basta reféritse aúna difereticia•originaria de:razas, Si porrazas se entiende· meramente diferencias del tipO' cor¡:io" ral.El pueblo indo sécómpone de razas diversas;diversidad'qtie:se.mantiene intacta, o poco menos;: dando: lugar ala orgánización en castas.·Sm embargó; los indos son un pueblo en el sentido más poderoso de la pálabrm"Por la i:nismá razón; es:i;nútil buscar el origen declavariedad étnica•en:infll!enci:is 'ex~ temas;·clima,forma•geográfica,•catásti'ofestelúncasi Causas.·extemas.sólo pueden explicar variaciones•tambié;n éxtemas, ylospueblos son: diferencias • • •· •·· · íntimas, espirituales. ; •' . , La· causa ;dela diversificación tuvo; pi.res, qué ser espirituakEs verdaderamente extraño.=djcé Schelling-+ queí.ri:ra cosa,tanobvia no.séhaya advertido alpuntó'J Pórque no caoe.pensar:en:¡:íueblos diferentesSinlerigíia" jes diferentes,. Y' el lengíiajeéS,•porcierto·,;algoespiritua~c«Si'entre las dife~ rendas éxtemas~y a·ellas pérteneceé1idioma por:ur~irde sus caraFi'es el lenguaje lo qne más íntimamente diferencia a los.pueblos; hasta. el puti.to:de
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quesóloaquellos pueblos que hablan distinto idioma sanen realidad dis" tintos, no se puede separarla génesis de las lenguas de la génesis de los puel blos>H Yes, curioso notar que, eri efectb,la Biblia pone en relació.nlo'mió con lo otro. Durante la edificación dela torre de Babél, la humanidad, hasta entonces una, se disgrega, y se da como causa inmediata de ello la confusión de las lenguas. Nacen, pues, los pueblos al mismo tiempo que los idioc mas. «Pero una confusión de las lengüas no es comprensible sin suponer un · acontecimiento futimo, una profunda conmoción de la conciencia. De suerte que si ordenamos los sucesos en su serie natural, lo primerofüenecesariá~ mente lo más interno, la alteración de la conciencia; lo segundo, ya más exterior,' la involí.mtaria confusióride laslengua5; lo postrero; en fin;ladisáCiación del.¡l;éner'o·humanoen rilasas.dístantes mi sólo espacial;:sinofatiIIlayespiri• túalmentelestoes,'én pueblosw;· '::·: •· •-e·· • '•' · • «Pero una afección dela concij!ncia que trae consigo, por lo pronto;una cóllfüSión de lííslerigúas, ria podía ser supeíficiál; sinó atacar alprincipio mis2 me y fundaIIlento de, aquélla»» loo e5dridido, lorót'o;fue; pues, aquella raíz es• piritual que mantenía uniforme y una. aJa humanidad¡ a pesar d.e su diví~ sión externa• en tribus y estil'pes; .Esa raíz; e5e principio, que tal imperio ejercía sobrda conciéncia:hurllána\ hasta el plinto. de: no dejar, en ella espacioJ]ara nada.arititéticoy~tinto;.rrn'Podíáser más que laidea infirii,tarde un Dios, de un Dios solo:y; únicá.Ylacatástrófe e5piritualque.eri:uncierto momento que7 bí:ó el bloque•de:la huí:rianidadenouruí•mriched;uí:ribre de pueblos; sólo .'pudo consistirienJaescisióride esaideatéológica::l:.aJeúri:icaen unDios señero sé•rompióen:uria·pluralidaddepensámientbs distintos sobreDiÓs, es deru; en!dioses diferente5; cada trozo·de•huml!nidadse sintió sobrecogido pal' la duda•hacia aquella divinidad unitaria; y presa de una:nueva fe en unDios esen~ cialment\!paicial\ particular; sublime esquirlacteológica.de la primitiva can~ tera infracta:.Y¡abrazado aÉl;.a ese'Dios que no era el de todos; sino· el suyo frente alós delos otros¡ .fue sinti!!_ndo aversión eincomprensión hacia1os de" :tríástrozcis humanidad: «,No un'aticaté externo; sino lajntirila inqrik; tud,1aangústia incoercible.de no ser ya l¡;¡ huínanidad futegra; sino sólo:una partecde ella; empujó a·cadagrupo de tierra.entien;a; de costa en cósta, has+ ta•sentií:sé.biensoló consigo mismo, lejos de todos los extraños, en ellugar para éladecuadoyprevisto». ",:,,. . d:·,·Los.cónstrtic,tores de Babel habían dicho: «Vamos; edifiquémonos una ciudadyunatoí:re;cuya•cúspide ll!!gue.al cielo, y hagámonos un:nombre,. por sifiiéraínos esparcfüós sóbre:la fazdetocja·la tierra».:;Schelling hace n'otar que esté temor, esta angustia;(\e verse despárramados:y.~iltos es anteriór·a la é:onfusión:de las lénguasy:revela ehla·sospech\l de:Ia crisis futura la prevía germinación enlosépíritus de un mt::irho disenso,· ·
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Ello es que las crisis religiosas han tenido siempre una misteriosa correspondencia con anomalías del lenguaje. En las épocas de fervor místico suele acompañar a los momentos de exaltación el llamado «don de lenguas». Los fieles se entienden, cualquiera que sea el idioma que hablen. Por eso llama Schelling al Pentecostés una Babel inversa. «Cada pueblo·-prosigue el filósofo romántico- existe como tal sólo desde el momento que ha decidido y fijado su mitología», a la cual se ajustan dócilmente las formas del idioma. La incapacidad de entenderse es el sfutoma auténtico en que los hombres perciben su diferencia étnica. No se entienden porque hablan idiomas diversos; pero hablan idiomas diversos porque piensan de manera distinta. «Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra». Esto leemos en el Génesis. Schelling se niega a aceptar la etimología científica de Babel: Bah-Bel, que quiere decir «puerta de Dios». En su opinión, Babel es una contracción de BalBel, vocablo onomatopéyico, que imita el efecto producido en nosotros por el rumor de una lengua que no entendemos. Se trataría, pues, de la misma raíz que formó en Grecia la palabra «bárbaro», en latfu la palabra balbuties, en francés babi!, en español« balbucir», dicciones todas que aluden a un hablar ininteligible. Así Ovidio: Barban.ts hic ego sum, quia non intelligor ulli (soy aquí un bárbaro, porque no me entiende nadie), Esta teoría de Schelling puede servir como ejemplo luminoso de lo que fue el pensamiento. romántico, donde siempre anduvo mezclada genial agudeza con ingeniosa arbitrariedad. Si se eliminan las fantasías etimológicas y la interpretación del texto mosaico con la hipótesis de la humanidad homogénea, queda una profunda intuición de la heterogeneidad vital, que en la historia de'los pueblos aparece constante. No son las condiciones externas ni el hallarse en un estadio distinto de la evolución humana --que caprichosamente se supone única- lo que diferencia a los pueblos, sino una diversa orientación radical del espíritu. Ciertamente, cada pueblo es una mitofogía diferente, un repertorio exclusivo de maneras intelectuales y afectivas.
Y las ruedas del tren en que viajo continúan diciendo: ¡Helion, Melion,
Tetragrámmatonl ...
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mente su desconocimiento deflo .que esJilosofía y de lo:qúe es: métáfora; ArilngúrifilÓsofo sé le. ocurriría emitir. talcensura1,La·metáfora es,uninstru, mento mental impresch1dible, e5:una forma deLpen5amiénto científicod:.o que puedeinuy.bienaéaeceres que.el hoínbre·de ciencia seequiVoque al!eín;. plearla y donde ha pensado algo' e11 forma ihdirectarmmetafórica cr,eanabe~ ejércido un pensamiento dhecto.ffales equivocaciónes:son;'claro:está\ censurables,•y.exigen'correccióri;pero nimásni:menós que cuando !l,lÍísico se trabuca.ali hacer un cálculo .. Nadie .en·este cáso sostendrá quela.materriá tic a debe excluhse·d~Ja.&,i_tll!El error en,elúso deun mét.odo n:o es una objeción contra el método.La p'oesía e5 me,táfora; la ciencia.usa de ella nada rriás: Tllm" bién podía decirseicnada Ill.erios,: "' '' ;;.-u:· .¡ ••· Pasa con esta fobia a lametáfora:cierifili.ca como conla5 llamadás·«cuestiones de palabras». Cuanto más liviano es un intelecto, mayor propensión muestra a calificarlas discusiones.denneras disputas verbales. Y;sfüembllrgo; nada es másraro .queunáauténtita disputa depalabras.:)".11rigor; sólb·qliien se halle habituado ala ciencia· gramaticales cápáz.de discü tir1sobre pala~ bras; ,Pata.los· demás;•lapalabrano es Sólo urtvoc;ablorsinorrinasignifica~ ción adjunta á él.Cuando discutiinospalabras nos es muy difícil no disputár:sobresignificaciohes. Éstos.sonlos•tradicionales:eonceptos de que:habla la vieja lógica. Y cóíno'elconcépto, a su vez;rio es sirió la:iriténciónmentll1'há~ cia:una cosa;tendr!!Ill.ºSf!Ue las pretenqidás disputás de palabras s,on,·en:vér~ dad, quérellás sobredisást¡Acontece que; .en ocasiones,:Ia diferencfaer¡.tre dos significaciones oiconceptós "7-pqr tanto, entre dos .cos!IH e5múypequeña, r:";r··
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Ad_viértas_e _que _c11ando AristOteleS lo lia_ce co"ííti'a Plilióil no' eS'¡Jf~Í:isaÍÍleñ.t_e·_parifatacar lás rtletáfoi-aS'dé··éSie~ Siiló~ :dl'éOn_frí:irió~'Pªra liaCef c'ónSbif'qUe CieitOS_ é6Iléep~°:S.SuyoS"dé pretensión rigorosa,- corPo lai
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y al hombre práctico romo nó le irlteresa: Enton'ces se venga del otro interlocutor, acusándole de logomaquia. Hay gente enferma de la vista a quien interesaría que fodos fos gatos fuesen pardos.' Pero "!J.O faltaránmunca algunos hombres capaces de sentir la suprema fruición de las menudas diferencias entre los objetos; siempre habrá magníficos deportistas de la sutileza, y cuando queramos oír ideas interesantes acudiremos a ellos, a los disputadores de palabras. Parejamente, el espíritu inapto o ineducado en la meditación será incapaz, al leer un libro filosófico, de tomar como sólo metáfora el pensamiento que es sólo metafórico. Tomará in modo recto lo que está dicho in modo obliquo, y atribuirá al autor un defecto que, en realidad, él aporta. El pensamiento filosófico, más que ningún otro, tiene que cambiar constantemente, finamen,~ teJ del seritido:reéto afoblicuo¡ en vez dé anquilosarse enuno de los dos. CueriL taKierkegaardrque un ciréocomenzó ~:arder. El empresario; ria teniendo persona'rnáS a mano; encargó alpayasoiquecomunicase la noticia iÜrpµblicó, Pémrel'público; al•ofr, la trágica nueva de labios delrpayaso; creyó:que,se :tra'" tabaíde una:bromarniás'yino'abahdorió ehecintm EMnceridio cundió, y el públíco.peredó,:vfctima'de'in5uficiente agilicladrrnental:¡ " i + " ' · .·• rU ; IlosillSOS de rango diferente tiene enla ciencia la métáfora~G:uandO el in" vestigaCl.or descubreunfenómenonuevo;; es. decir, cuando forma .un nu~vo . concepto ' necesita· · nada. . dai:.·le un nombretrComo.úna voz'nuev.ª. no significana. para l.os demás\ ·tiene que.recuriir,al:repertorio del lengmije:usadeio, dorkfe · cada vozrse encuenrraya1adscritaa una\significación¡ Afiri de:hacerse en". tender, elige la palabra cuyo usual sentido tenga alguna semejanza corrla nuel va significación. Dé esta rmanera{el término adquiere la nueva significación al través.y,por medio de1aantigua; sin abandonarla; Esto es la metáfora, Cuan~ do; elpsicólógo de5cubre quermiestrasrepresentaciones se tombihan, dice.que se asociah, estgr es¡ que se cim¡portan,ccimo lbs individuoshumanos.Asuvez¡ el primero que llamó «sociedad» a unareunión!de hombres dio un nuevo sen: tidó alv:ocablo·«socioí~I que significabaantessiníp\emente el que o lo quesil gu~áfotroi el secuaz, de sequor, (Una,curiosacórróboración histórica dela téóríá so,bre.el:.otj.gemdela sociedad que apunto eh miEspañd invertebrada)¡ Blatóll'llegaal convénéimientode que1a verdaderaréalidadrio es ésta muda'" ble.que vemos;csiho¡ otra.inmtiiablérque no yenios;;pero :qriepresumimos:de forma:perfecta¡·fa bláncurarinsuperable;la sumajusticia¡ etc, Pa'ía .designár estas'cosa~iinvisibles paranbsotros,·pero qu~nuestrointelecto.percibe;eft" trajo deÚenguaje vulgar la palabra «figura», Idea, como indicando que el
~,t~!Tut~~~~~x:~~~~2fa~~!~~t~~'.r~~~~W~~f!~~rí~~o.~ por ~ü~tituir.ek término «metáfÓra»v que puede' inducir'ª error en sü sentidorhabitual. Me"
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.t'.áfora es· transposición de nombre. Pero e5 el caso que existen muchas trans. •osicio~es de rtombre; las cuales no son lo que aludimos con el nombre de éjemplos variamentenotorios.: u '•.r . . •• f:', • «Moneda» designa el'objéto .intermediario del,tráfico cuando cons1Ste ferrun.metal.acuñaqo¡,Rrimitiv¡¡mente;'«moheta».significo.«la.queamonesta, la que avisa.yprevienel>•:oEfa üna'invoca.cióndeJuno. Eri,Roma existía 11n templo a <
¡~etafora~,He•áé:¡uíalgunos
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clara ante nuestra mente comó el color rajó, no háy:dl.ida de que:poseeilia~ mos.i.m.nombre directd.y exélusivo para deSignarló. Pero es eLcaso qtié:hó sólo nos cuesta trabajo.u;ombrarlo¡sinotarnbiénpensarloc;Es uharehlidad escurridiza: que se :escapa,a nuestra tenaza, ü:ÍtekctuajL,Aquí empezahlos advertir,el si:gilndo :Usp,elmás,profundo . yesepaiálcdela·meitáfora,en1el conocimiento.No·sólólanecesitambs,parabaaer;:lliediáhte:uh¡nombre,·com:- .. prénsibleálosidemás nuestro,pensaíniéhto; sino;qu;e la_nec~itamós ineVi~ tablementéparapensar nost:i tros niisinos aiertos:obj etas ,difíciles1Además de ser un medio de expresión, es. la metáfora un i:n~diq'esericlal de iritel~ci;ióri'. Veamos.:pot.'qu_e~:: 1.~: ·, r:: ;; :·-;·_ ,\?~' ~r ;-; fd ?--¡~ ?~ b [).;:.;::;-.; _s~1 :lldii~_¡-_¡> ·_élr-:i_ ·,_;_(:Jf_;)~:_:1 ~,tr-;:_~_,· :_ ..·DeciaStuartMi!Lqui.si,tadas,las.éosasluíwed~·fu~ehfríasytodas1ás .más humed\15; de suert~ qüé,no,sepreseiitaSeii.nuñcáiasilifáS sfü}áS ótraS'¡iéS ' ,., .probable que todavía creyésemos •Ser afubas uña cüalídád. Be igual modo, si nuestro mundo secompusiese por.(!,ntero.deiobjetósazulesyaruL ·fuera cuanto. cae:bajo·nllestra mírada;nadarios setfa, táh diffci1commtener de lo azul concienciadaraydistintac·G:óirló eLperro:husmé¡¡ fuejbr laipit,Za curu;ido,ésta.se.mueve,y álmoverse enviá.~l airela1,nub~cilladesu,•olof; asi-lapelÍcepciónty el pensamiento captan' mejonlo :variable que lo. constante; Los: que habitan junto a.una catarata no suelen.oír;su estruendo,}'; en cambio, si acaso cesael:torret1te; perciben lo queimeno~·pudiefa•creerse:el silencio'.: ·.· ,,,¡q ·· ·.·Por espAristóteles definela:se,n5ad9n~omounafacultáddepemibirdi~ ferehéias, Prendé lo vario.y1mudadizo¡ pe~o se ~Il).briltá1y•ciega;áhté lo esta,ble Y·Perihánente, •Por eso• Goethe; paradójiéámf!rítefyiliriün espíritli kantiano, dice que las cosas son diferencias é¡ueriosofros pcíriemos, El silencio,.que no es nada por sí, es algo real para nosotros; en !'.uanto es lo diférente,lo otro que el ruido. Al callar súbitameritetcido rumor entorno y hallámos náufragos en et silencio circundante; nos sentimos turbados .como si·algún grave persortajese inclínara, severo; sobrertosotrospar~inspecdonamos.c• ,¡ •. , .··.· No son, pues, todos los objetos iguahhente ~plo~paraquelos penseinos, para que tengámos de ello~ una idea apárte;.de·petfil füen definido y claro. Nuestro espíritu ,tenderá; en conseci,iericfa; a apoyá.rse;en los objetos fáciles y asequibles para poder;pensarrlps1diffailesyest¡uiyos. · ··•ncr ."' : ";• , . u, Pues.bitn:Ia 1m:etáfora•es,Un.prO:cedimientointelectuaipopauyo,medip .consegui1Ilos aprehenderlo que.se ]1aUa,w~~,lej0s,de1nuestfa pbtenaia cou;:. ·deptuaL·Gonlo,1Il¡íspróxim~y.,lo.qrie,I¡iejofdopii11amos,.podemos.akanzar contacto menta,l «::onlq .r~rn:oto y .lilá.s: ariscb;¡Es fall1etáfora,µh suplemento a nuestro;braÍ:ointéleotivo,y1repr~ertta; elJ!lógica;l~ caiia de pescar q el fusilci No se entienda por estp;ql\e merced a ella transpone1Ilos los .fími\es .de:ló pensable.,Siml]fo1Ilenteri.ó5',SirVe;pÍn:á hll~eq)nÍffÍcarpeI1Je:~_equi~ldo qué se.vislurnbra en.el .confíri de;nuéstra .capacidad~¡ ~in: (!lla,! habtíi\ eri;nµestro
a
;horizonte mental un.a zona,brava que.enprincipio estarla sometida a nuestra .jurisdicción,.pero de hecho quedaría,de5conodida•e.ihdómita1 11 i' • ¡ ·, • : .·Como la.metáfora ejetce'énfaciencia.úrt.oficio sup\ente;.sólose la h~ ;atendido desde dpunto de.vista de la,poesía;'dónde,su.oficio es constituyen,fe,. Pero en ;stetica lá.m,etáfora interesa.por su: fulguración deliciosa deberlleza:De áquíquenó se hayáhechb,;constar debidamente.t¡ueJametáforá es .un\lverdad¡,es:unconoi:imielitoide realidades. Esto Jmplica que en una ~.e·sus dimensiones la poesía es investigacióny descubre hechos ta,npositivos:cómo .los,habitualés en1a exploracilón'científica; " · :: ,, ;: " • ·'"; •1.
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, !Eh la Silva a la dudad di,Log'roño describelope de Vegauhjardín: : ·
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Piensa l:ope de.Vegl\ lqs.surti~bre,s.de.Ias.fuentes cómo lanzas.de cristal. P.ero e¡; evideµte que]q5J5ul"tidóres delas fuehtesno son.lanzas decristáLY, sin F1Ilb¡µ-gq, .causa.una .deleitable sorpresa· que a.los surtidores.. de.las fuentes se:les:llamelitnzasde.cristal;,,,;·( . •;;: ; ... ,::/;, :i: ', ; .•:: ¡, ' : • Como dos insti\ncias enemigas; la poesía,aplaudeJ,o que la ciencia·vitupera. Y el caso es que ambas tienen ratón. La una·toma~a de la.metáforajus.·"'"'··'"'·' tament,eJo que laotra deja.;· · ·· ••.rcci;•;:;,;.,;,, Un surtidory.una lanzatde cristahon do5;o)Jjetos concretos .. Concreto es •todo objeto que,puede,ser,pei;cihido separadamente, I'orel.contr!\riÓ,.µn :objeto .abstt:acto sólc¡. puede ser. Per'cibido jµnto'CO!l !\lgtinos, otros. Así; el ·color.es,un objeto,abstriicto;porqµ~siernpr.e¡se le verá;ex¡tímdiendose.por. una superficie, grande o mínima, de esta o la .otrafol"lila, Viceversa/la superfidie !sólo:es,yisfüle si tiene. algún co.lol"~Color,y,superficie estáh;pnes,.condenados a Vivirsjemp~ejun.tos; no ,se da:!l'illlca .el.nno:sjp.,el otro, 1;10. existeµ separados, á.uAqi.¡e.s,!;m: difer¡:nte,s,;Nuesttlli1Ilente, conálgún esfuerzo; consigue prod11cc;i.r,entr.e,!)Uo.s.una,s{:!pa;rac:ión yirrn,al; este esfuerzo•sellama_abstra.cción,,Se :ab,s¡r~e fiel uno par!\ .quF,q11e.de. el.Ótro ;virtual1Ilente,aish1dp:y, entonce,s si;. le dife¡'e1;1cie,bie,n;delpriJneto1ui ¡., '''il · ·w · i:' r,.; ''' ,, , ,·Lqs,qpjetos conc:reto55qn coIIÍpµe,st<)s de,opjetos:1Ilás elelilentales y: abs:tractp5, Así; la,lanza. .cle cristal ccjntigne, ~i;ttre otrQ,S mu~hosjngtedientes,
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•ciertafo~aycierto coloqcóntlene.unímpetu'para herir que lellegade·ul1 brazo. Parejamente,' dehuriidorpodeinos,abstr~er su forma; su color yuriím-. 'Petú ascendente que le llega dela presión hidráulica, Si·tomamos enteros sur~ tidor y lanza, veremos que ·se 'diferencian en muchas cosas: pero si toriiamo~ sólo esos tres elementos abstractos, encontráremos que son idénticos·. •Foi:ma r •colory dinariliciqadson los mismos ell'f!lrwrtiqqry en l:danza. ,Afirinaresfb . esrigorosamente científico, es expresar unlhecho real: la identidad•éntre par•tedel surtidoryparte defa lanza;: ·· · ·· "' ik• Un astro y un número son cosás •bien distintas; Sih~mbárgój cuan~ do Newton formula la ley de gravitación diciendo que los cuerpos ponderan los irnos hac:i.a los' otros !en'razón directa üefas másas e inversa de1 cm¡.,; drado de las distancias; no.hace sino descubrir la identiruid parcial; abstract¡¡; que existe entre.las luminarias' celestes y una serie de números. Aquéllas se comportan entre sí como éstos entre'sí. Elpitagórico que apoyándose en: ello concluyese: «Luego los astros son números»; habría.añádido a Newton lo mismo que Lo pe de Vega añade•a:lá efectiva; aunque parcial, identidad entre las lanzas de cristal y los surtidores de'lás fuentes; 'ta ley científica se limita a·afirmar la identidad entre las partes•abstractas de dos cosas; la metá. fora poética insinúa la identificación total _de dos cosas concretas. Esto muestra que las actividades intelectuales empleadas en la ciencia imn; poco más 6 menos,1as riiisnías que dperan en poesía yen: lá acción vit:ll.. La•diferentia •consiste no tanto eri ellas'como'en: el dis'tinto régn'rien yfinali~ •dad~ que'en cada urio de esos órdenes·son·sdrhéiidak Así acontece cotl•elpenc sam1ento metafórico. Activo dondequiera, rinde én la ciencia ún ofitio)ilisc tinto; y aun opuesto,' arque espera de él la poesía. Ésta aprovecha la idéntidad parcial üe dos cosas para afirmar-·falsarnenté.:....::su identidad total. Talexac geración de la identidad, más allá de su límite verídico, es fo que le da ull'válor poético. La: metáfora empiezá a•irrádiar belleza donde su porción verda·dera concluye; Peró; viceversa\· no hay metáfora poética sin un descubrimiento. ·de identida.des efectivas: Analícese cú.alquiera de ellas; se en:corttrará en:·~u seno,>sinvaguedad•alguna, ésa identidad positiva; diríainosdéntífica eritre · , ..,, .r¡'., eleinentosabstractos'de·do:s2osaSi ;),-. '•' • ·' _•,, ,. · •' · Lá ciencia usa'alrevés d instrumentó rnétafóndo. Parted¿•l8.1déntidad to.tal entre dos objetos cóncretos;á'sabien:das deque es falsa; para quedarse luego sólo.co,n la porción verídica• que ella:'incluye, 'Así; elpsii:'ólogoque lmc bla del «fondo deláblla» sabe rriuy bien que el ahllano·esun tonelícortfondo; 'pero· quiete sugeriinosla existentia de un e~tráto-psíquico queir€presen'ra en la estructura deláhna el mismo papel que el fondo•den:rt 'recipiehti!i'Akó'ri'tratio qúe•la l:ióe:sfa;la•metáfotai:iéntífitlíivá'del•riiás al menos. Afirrnapiimero la identidad total; y luego la ruega, dejando solo üh resta: Es curioso qúe efu
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'etapas muy antiguas del pensamiento la ezj>resiórt verbál dela metáfora presenta aldesriudci e:stii doble operación de afirma'rprimerojfüegoriégar. Ciían~ó el poeta védko quiete decir <
mez-
exac-
manº
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. : )'foc~nviene olvidar;que la mente humanª se: ha ido.hl!ciendo Pºfºª .p9co, ,segun.el orden del11~ 11rne11cias bi0 lógicas.;l?rimer11mente fue preci~ so que el ~Qmbre a~qtúries.i; ,c:ier:to dominio. mínimo spbre las cosas fDrpQ~ales. Las r
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Aexc.:e~ena\a».,r!<.ilustp,sima!>;.•c
ye?~-~::~· _ ._r::(): :. :1-y-'.f b n[_ n~ eb1 nt : e: ~H_;r:; - - , :·:; :;¡"¡;_ r-,f"''.'.' ici\ ·-·f_;;::;·_ ,, '.'· ·~ '!:fp ,e.s, pue5, extra;ño. g.11e ell~co;pos~a.muy' poca?;yoc6; que ae,sÍ~eri ·º!j~l!ªlJ!Uilent.!!;hce!!lr9?;p?íquic.:os.C::¡¡sJ'tod!!¡la te.rIIrlµql9gi¡¡;q11e lioy usa,el ·p~1.c,9logo:es,purametáf'ora;.1,1p.¡¡p:¡lªbrl! c
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Pero nuestra persona íntima, que hallamos abstrayendo de nuestro cuerpo; es, a suvez,•ün·concreto relativ0 .. Aún hay objetos más abstractos, más abstrnsos; para ·pensar los cuales es todavía más forzoso eHnstrumento metafórico. . i "' Concel;>ir UTI' objeto clara y distintamente es pensarlo por separado, aislado, con ehayo merltal; detodo' elrestoiPor esta razón concebimos mejor fo variable que lti permanentwELcanibio disldca la realidad compleja, ha.ciendd que sus elementos apare2can en.combinaciones diferentes.Lo húme:dd se presenta aveces junto con-locálido, pero otras adherido a lo frío. Al ausentarse el objeto de una combinación, deja en ella el perfil de su hueco como , dapiezaque:faltaenunmosako;c;' · · '· La consecuencia es que·un:0bjeto será tanto más dificil de concebir cuanto mayorsea elnumerofde combinaciones donde interviene: Su terca•permanimcia hace que se embote para élnuestra sensibilidad: · .· · ·· ·" '" 'Ahora· bien: hay un objeto que va incluso en: todos los demás; que está en ellos comb rsu parte·e ingrediente;de la rriisnia man:era que el hilo rojo va tren·:zado en todoslbs cables'de la Real;Marina inglesa; Esté objeto universal, ubi1cuq, omnipresente, queoon:dequiera se halle otro objetohace•su inevitable 'presentactón,ie•do quellamarríos concieiicil!.' ,,; ''' ·'·''" · >< .; ' · Nfrpodemós;fiablar: decósll algona.iqueno se]halle eh relación con: nosdtros;y e:sta su relaci(inmíhima con: nosotros es fa; relación consciente. iLos dos bbjetosmásdistintós'que queparimagin:ar ti~nen; no obstante; la nota común dé ser óojeto para'ní.festra mente¡dii serobjetos para un sujeto. . ', ', Dada' esta sitüación; se'compre'ride que:nada haya más difícil de concebir, percibir, desérioir y definir que ese.fenomend universal; ubicuo; omnic presente; laconciencia. Gracias a ella nos aparecen todas las demás cósas, nos damos cuenta ,de ellas. Ella es el aparecer mismo, el propio darse cuenta. Irá, ·pues; incluida; como anejo inevitabie, eri todo otro fenómeno, monótonac mente, indefectiblemente, sin que se ausente nunca. Si, merced'ª que la humedad se da unas vecesjuhto a lo frígido, pero btras junto al calor, hem0s logrado distingoirlo frígido,defo húmedo, ¿cómo llegara•determinar lo que es ehparecer, la conciencia? Si en !!lglÍn cliso es ineludible la metáfora, no hay :duda que será·eri est'e. i : i-:: .. ' :¡ . ':' . . '"' ·. · 'Estefen:ó1Ileúo:universaldela reiaeiónehtre el sujeto y el objetci, que es el darse cuenta;•sólo podrá coricebirse comparándolo con algoria forma particular dé'las relaeion:es·eritre objetos'. Elresultadó será una metáfora; Y correremos siempre eHiesgo de que, al interpretar el fenómeno universalopor medio de otro particular más asequible,olvidemos que se trata de una metáfora científica•e identifiqueinos;:céímo en poesfa,:Jo uno· coriló otro e' El 'deslli: es en este astinto sobremanerapeligros0 . Porque de la idea que nos formemos i
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de Ja conciencia dependetoda.nue5tra concepción deLmundo;:dela cual, a su vez, depende irnestramora:J, nuestra política\ nuestroarte:;Heaquíque el edic ficioíntegro del universoyde lavidiwiene a: descansai:sobr!'!_elmenudo cuér,c' po aéreo de una metáfora. , . , · . . ,: • ,En efecto: las .dos mayores épocas del pensahuen¡ochumano =la Edad ar¡tigua; con su prolongación medieval; y,Ja:Edad.nioderna,,quelinicia el'Re- . nacimient~ hanvividó de dos símiles: como:Esquifüdiría, de la sombra de dos sueños. Estas dos grandes metáforás.de la-historia de.la filosoffa son., poéticamente cónsideradas;deun.rangoniínimo: El poeta más modesto lás·-· desdeñarfa,J:·
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¿Cómo. entiende el hombre antiguo este heczho:sorprei:id~ñte de que fu cosasaparezcan.átrteihosotros ofreciéndoll()s· 1!1 espectáczulo de sus -fiSonoc , mías.innumerables? Adviértase bien cuáles:eJproblema:Nemosla•sierra de Guadarrama .. La.montaña :tiene;cerca-dedos ,mil trietr.os; es graníticá; apila~ day cárdena, Nuestra mente no· tiene tamañ_o alguno¡ esine){tensa, incolora y sin resistencia •.El.objeto;y el sujetoipóseen;. pues;,atributqs, antagónicos, .se repeleThmutual)lénte; no .ptieden.tener¡er¡tre sí-hingílÍla• relimióp, ;como-no sea Ja ,de excluirsli uno; a otro. ·Sin etnbargo ¡al,ver;Ja, IT}Dntaña, el objeto.y:el ··-· sujeto entran en una n~lación positiva; sefundenf ~on,nrto,,,El hecho ddll coni::iencianós,obligá•a\pensar,qµe,dos té~i1;1os_czmlipletáfu~nte¡distintos son, a la.vez;.uno ymismó. E~to 1.ma c:onttaclicc:ión1Eór.es9 es:U11 prob]ema;_,Ante un·hecho.conrr¡¡dictorig¡ nll~troespíritu.pietde:s\,i;eq1l~librió. · Al pensar, que A es B, se le,fuerzii ¡¡j¡:ouregirse y pen,sar,~1le,A¡nó es B; ;pero apenas se ha trasladado a e~ta n11,evái6phiióii,tieíi.iiq116volver a]áipritriera, y así perennemente. Este forzado ·vaivén marea al intelecto;le impide.toda quietud y descanso ..Para librarse_d(!,él, reacciona; es,deoir, se ocupa en s11perar Ja contradicción1 eh resolvér el problema. El palo en el agua e5 recto.y no es recto .. ~En qué quedamos?Ser o.no ser,:J1e¡aquíel,pioblema, To be or
es
not to be;t1w.t·iH11e.q11estio¡¡, "·";',, ,, ..
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Yla i:11e5tión tiene¡ por, dec;:irlo así, dos piso.5. ¡t:L heqho de.qué 11os démos cuenta de una cosa:reve]a;.ihdubirablemente, quela:~os.i1i en nu~troejemplo lamontañá, «está¡> en:rtosotros, P~r 0 ¿d(!quémodo<~11'ed.e 1 estar una montaÍia de 2.000 metros en un espíritu que no es espacioso];El primer piso dda cuestióritohsistirá en describir,simplemente esemod0 de,estar las cosas en la sonciehcia..:_¡:'.l segundci,consiptirá en.explicar _cóm9 se produce, a qué tau" sas o condiciones se:debe.esté-µiodo.:deest¡it,Ambpshaces del prbblema;de·ben'mantenerse bien separa,dos' NUa Edad antigua.ni ll\ modemaJo.han hec cho así. liaúmezclado.la descripción deHenómeno.mismo con su explicación. Siálgliien nosipregunta~·lÍlPor,qué es. así JÚan? >>; nosotrosJe preguntaríamos' antes derespond~le;;>.Antes dediscutirsobre las
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,causas
y
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vivir «_coruonnea la u:ituraleza>r; cono la naturaleza entero e impa5ib!e,•Elyo¡ mano unplorante de ciego -Aristóteles dice que el alma es como unamaniJ.'± tiene que ir palpando lasvías.deluniver5o para hacer de elfas cauce de su hu~ milde carrera. • "• . • .,,, . •' .
pudiendo venimos de fuera-¿ cómo la montaña puede entrar en mí?-, tendrán que emerger del fondo subjetivo. Conciencia es creación. . Esta preferencia por la facultad imaginativa es típica de la época moderna. Goethe ,concede la palma del universo «a la eterna inquieta, eterna moza, hija de Júpiter, la Fantasía». Leibniz reducirá lo real a la Mónada, que consiste purámente en un poder espontáneo de representar. Kant hará girar su sistema, como sobre un gozne, sobre la Einbildungshraft, imaginación. Schopenhauer nos dirá que es el mundo nuestra representación, la gran fantasmagoría, telón irreal de imágenes que proyecta el oculto apetito cósmico. Y Nietzsche joven no acertará a explicarse el mundo sino como juego escénico de un dios aburrido. «Sueño es el mundo y humo a los ojos de un eterno descontento». Entretanto, el yo ha sido favorecido por el más sorprendente cambio de fortuna. Como en las consejas de Oriente, el que era mendigo se despierta príncipe. Leibniz se atreve a llamar al hombre un petit Dieu. Kant hace del yo sumo legislador de la naturaleza. Y Fichte, desmesurado como siempre, no se contentará con menos que con decir: el Yo es todo.
1924
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AL MARGEN DELOS DÍAS
.: .CQ~RSA.CIÓN EN;EL GQLF ... O LAIDEA1DÉ·L DHARMA.i _1;
iE~estem~~~ili~';~~ªnt~,de(e]Jr~~o~unos:amigo~¡_daµiasyv;;~ii~;:~~~,rr¡u!I1 de mis ocupaciorn;s;)l¡i]JitualesiYDle llev.ai1 al· golf, Se !rata .de ali;n,orzar
allí, .bajo•' el inflµjo ,spJai:;' entre las, enfwas, frent!l.a.la br11)Ila azul!!da de. la sierra~--/I'.---'~·f;i
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,Pr!!ocupa a la. ¡¡fe_ctuosid¡¡d de1r,o;tq5 amigos la.e.scasf!hig\ei1e_C;le:mi;:vida. ,A ellos,que :viyen.·caSi todo eldi!l al .aire Ubre;¡ocupadqs e);J, mar¡¡yilÍosos ritos musculares, les angustia la idea de que yo pasdajorr¡ada·('lnceÍ.-radqen~µna habitación, sµmergidq en la .nie]Jlamágica del cigarrocy.s.in m~comunicación con la camptpa que,la sutil yimetafürjca existente ,entre las: hcijas1de: lo.s ·H~ -!Jrós y las hoj a:s. de;los, iírboles. Yo .me dej º' arreba tai:.con la _deleitable inercia del cenobita que es sorprendido pÓrun tropel transeúnte de ninfas y, cene t:iniros. Sietn'pteme ha complacidoJiltrarme.un=omento en otr0s universos, con tal de poder luego, por el mismo poro, reintegrarme1a mimundonatural. Y así, mientras el automóvil ejercita su muelle mecánica y las'casas huyen ver.tiginosamente; .como arrebatadas pqr un urgente destino,¡:óntrario ,al nuestro, yo me preparo .aacoger.enmí;,una;vez,rnás, esta sobria.delicia que, es un.almuerzo en el golf. Ya me parece ver que surge del follaje, súbitamente, el faU!lo.conjersey;;tras¡delcuaHa ninfabtunaagita su ín\!léná,ahiento mientrasajust:irsu ,falda: precisa" ])lo .lejos emerge el cob 0ldo asalari~dº• arrastrand0 unvago.carcaj;última;manifestacióndeLviejo símbolo;erótié:o; donde las flechas venusinas han.sido1?Uplant¡idaspor los palos,dejuego;iElbosquevibra:bajo las riµagas ser:ranás; y én los tronéos.de los pinos la resina sevolatili~ za, impregnando el paisaje. · . "-' • ¡ ,,, ,.,No hay dudai éSte es un lúgar; encant:¡_do, sito,,en;nna dimen_siór{extrarr~al¡ donde se conser;Va' un extracto dé todo.lo, mejor i!•Ínlposible:, urípoco de .Paraísó,inj.erto:en un.poco •de QlÍillpo .. Laaparidóri;én efecto;.de lá pa,reja.de juga:dore5,eruuriiclaro,de1a espesura,gua:rda siempre una certéra 'alusión.a la Ínlagen' dl'l .Adáiiy Eva,. antes del.pecad9, aunque ya próxin¡.os aéL Otrásveces
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es sola Diana, que sesga rápid~ el campo "liiSuál, p~tStguieiido no se sabe qué insustituible pieza. De ella nos.queciaen,el;rf!CuerdoJm tobillo elástico que empuja bajo sí la tierra y la hace girar del revés. Todo esto flota indeciso entre ensueño y realidad, sostenido sobre la existencia efectiva por mágicas fuerzas de inverosimilitud. Tenía razón el attaché a la Embajada inglesa que, apoyando indolentemente su impertinencia en toda la flota británica, dijo el otro día: «Ha sido realmente una buena idea construir a Madrid junto al golf». En el verandah del chalet está servida la mesa. Yo me encuentro sentado entre dos ninfas mayores y enfrente de un fauno, amable entre todos los faunos. Pronto advierto que pertenezco a una especie zoológica evidentemente distinta, menos grácil, menos afín con el paisaje, menos saludable. Estos seres son criaturas de la luz y del viento, casi exentas de graVitación, hechas para deslizarse s·obte el pláneta sin inter\ienit'en~iisfaeiuís bscutasoi El sor busc:~:fa menuda oreja delariinfaia mi siillestra'y latraspasa voluptuoso; dejándola transparente: El'enomíedisco·triurua·prodigiosamenteydertamirsulujb.f~h~ tástico con tal seguridad y abundancia, que se advierte en él la conviCeióñ de su iíiagotabílid~cbBajo sus rayos¡ tódo se \:rarismtita enóro, especialmente la tortill~ ·que ataban ile servir, taii 'autériticainente orificada que,• al corn'.etlá, .·I.:: · '''"'' ·e1apetitóBevuelve'casi'avaricia: · ·• ''": ¡, · :'' ,¡'•'""-'¡(Qué bonitoeselsoU:...c.!.¡]iceunadefas nhÜas, i:on el deliciosogé\;t6 c.bn que•podía mostrar una joya famíliari legado delas más viejas herencias:• '' ,, •-Ycinoco\nprendocómopuedeustedvivirsin torhai:elsol'-"'-Ílledic~ laotra;~i;·!.-,:
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· '" '·"'-"-Es que yo no vivo, señora-·le·tespóndó: ·· · -¿Pues qué hace usted? ·· · -·Asisto'ala'vida delos demás:· · -·Pero eso es un martirio;.¿verdad,
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en esta galería; bajb el sol, se hallan ocupados'sih'test.6 en Vivir cada cual su vida•: Na die advierte que en' el batie1lte'de la sómbrá emanada 'de' esta pilasJta ácaba de ingresar el gentil tosir? de usted;· la radiación1éh torno ríó permi:te distfuguitl:¡ien sus facciones bsturecidaS; hijá del 1sol, como púeda serlÓ 1uiia inca pura sangr~, acaba usted de ~a:ufrag~r y hundirse en 'elelel11ento'sómc bríoO'Y toníó restós dela: catástrof~, la flúida tiniebla•artoja1hastariosdttós sólo tres notas, que son ~na misma repetida: e!:blánco defasperlas quellevabaústed al cuello; el blanco de sus:diente5 y 'el blanco de süs'ojbs!'Estatríple pulsación de cal1didei, subrayándose.mutuamente, elabora: en esteinstante un ritmo purísimo, completamente 5uperfluo:petó/ sin duda¡ lo IíÍáS•válioso que en•esterincóndel planeta está ahora'acaetiendo.Si yo fuésepriSiónerode mi propia vida, no lo habría notado. Pero he cumplido mi alta mis.ión de testigo, y esta tealidad\ •tanígraciosa i:.om6 fuga2i queda para siemptesalvlida:1J¡"rcilios conservaremos un recuerdo inm.ortál de su. natlfragioenla'sornbral Hornero'de'da que los. héroes combaten ymué.ren nó má'sque páta darrnotivoa que luego el poetalos'cante. •Parejamerlte;yo'diría qtieusted existe, señora,! g'rátiasa que yo doy testimonio de•su'eXistenciaiPCír otra parte\ estévino\'do1lde se ha caídounpedáZodesol,esdtelente:' ''' . '" -·-Veo que es usted utrrnárfu agresivo y galante¡ ton algunas'Cóndicfóc nes para lá elocuencia·. 'Casirne arrepiento de•habe!'. :sentidó hace un'rhinuto ciertatristeiá·pensandoensuVida·sfusoL '·' '''",.'': '"i • ''"'''"imT-··"' ·. =Bíomas a unhido,>Alida; 1yo confesaré a usted que hasta ayer no he sa" bido por qué renunciaba abuscarelsoL
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Entr,etanto hari llegad(),a!l()S_o,tr()s j11gadores de ambos se¡c()s. Todos se
tgtea,n.se~nelpi;i~egioolímpicQ.<)ja!:Jla!lde;lospaftidosd.~ia:,taJ'.dl!quey~ a. con,1,er1za:rrqeac1V1erteque flil e,sta,latjtúd, en reste, univer_sq n+ágico que es d golf;."Jii ope,:ració!lcle e1J1gujar,coI111n pa10,u11a.peloraadquiere UI1 rango S\lpremQ; Y·Pasta para.dar,s.entjdo-a la existencia¡, ,,,. , ., . , . ·l;~tonc~ cila11~0 e!J~µl19 bellévqlÓ que seliallaba' fi:o;¡ter~,-lle~q d,e SlI!lpatiahac~ lllf• :meb1zp lll:esencialprQpqs_iqión: , ,, ,,, , ,, .í '''I ,:. pstecj.·d~bíahac:erses9gio el.el club yJl!ga:r:·todos l9s dí¡¡s, urt parti_dQ,, •'·'. '•':""No.; iu:11~go míQi•YO no p11ed.o seuoc.iQ .d~ _este club nijugar al golf:. qeme1ante dE!Sliz.Jne acarrea.ría castig0s milenariqs< ' , , . . .. ,· . , , , len .,,b-,,-J;s.o, iirlHJtca ;una grave acusación contr_a.posotros;-'-;-repuso eÍfauno _ej~mplar:':.rc:.Ji•j¡rc_':!fc:L:: · · d1,::_:1u ,,_.,d":: · · . . .. ···. · "• : .,_.,;En ¡Ill~~oli!lgµr¡.o,,Si us te.cl.:110 j11ga.se al go!f ipc¡¡rripa er¡.'euI)ÜSmo pecado q!le,Y9 s1111gase,A,mbo5 habríamos.sido, indóciles a nuestro dlianna. , · · .u; -rr¡:i B~en por el dháiir\aJ,;¡;-
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\¡cada profesión le parecen inmorales los usos de lavecina; Al intélectual, por ejemplo; le ¡:>atece inmoral elpolític6',.porque sus j:>alabiasson inexactas, insinceras y contradictorias'.' Et intelectual tiene su misión enunciativa, ver" bal; buarido h~ escrito d pronunciado' palabras que e¡cpresan algo con precisión, con· grada.y:co'n•lógida¡:ha•hecho cuanto tenía que hacer; la realización no1e interesa;•En'ca'mbio¡ ·e1'politicoaspirá Ünicarn:entearealizar sus pensamientos; no a 'decirlos.tEs,'pues;•5u obligadón no decirlo que piensa', no·dar'al1viento·suihtimidad;'su'mandamiento no·es'líricb;1La•mentira',,denttci i al menos¡ •de ciertos largoslíniites, és para- el un deber. l.a n\i.sma' discrepancia eXiste entrela'srcl~es sociales! Para una•mujer: dela peqUefia burguesía; sonustedéS¡ las 'damas elegantes,'una representación•del demonio. La petite bourge'oise creé que la mujer na venido al mundo!pafa estarse en casa y no fumar, Tieneuna.mdrál hecha caSi por:entero'de'.prohibiciones,y sugranvirtud consiste,- principalnientéi en lo q'ue no hace; Y así' ha acoritecido siempre!Entre las•tuiríoas derla vieja•RoinaTepublicánaseé:onservan·rn:uchas donde,' bajo unnomJ:¡refemenino; están éscritos esfos'voc'ablos de alabanza: Domisedd lanifica;<«Havitj.do sentada ens1l casa y,ha hiladow; , .... ' ' :'L ·•-"-"¡No me-sabm tanie'Scasam,ente roniariá! =int_errumpió la ninfa del naufragio: :Porque, •en efecto; reducir:a ·e'so la·vida·es1paramíel colmo de la ,,,. . ü1inoralidad,.,,.., , ,,. ,, . ,,.. •:! ''"'" ,, . ,., -i'Do': ''¡Glaro e'stál;L~ inisioncósmii::'aqeust~d:esrigorosamente fontraria. Siente-usted den'tro de sí;con idéntica religiosidad¡ uri mandamiento deinquietud;:de:ensayo ycreaciórn'J;"ampoco yo pue¡:lo tenersiinpatía por lainorma vital deLburgtiés, 1que.piensac obrar bien cuand0.se liinita a cuidar supeé queño negocio; conserv'ar la paz de su éspíritu,
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voir autour de soi croltre da11S la maison ' ··' '· '.'sau5-1es páisiblesllois;i:l'ttn6qgréab1e mere-•' -'' ,,. ¿.depetitseitoyeits_dont'on·croite_tre.¡iere""'''''
•.,., ··-Ahora'sí que fran.camente-in:moraliza usted, amigo mío. • '-.-No;' yo no pretendo quéd burgµés abandone su moral; sólo pediría que me deje a mí la'. mía, Esta·coeXistencia• de mandamientos diversísimos es la que expresa el hiriduismo:con el dha1111CiJ Deritro dela religiónhiridú caben todas las creencias;, todas las doctrinas; el.hinduismo no es dogmático. Sólo hay una cosa cuya aceptación exige: el cumplimiento de los deberes rituales, Gada•c'asta tiéne un repe~torio•de ácéiones peririitidas y obligadas, un dharína, a que es forzoso ajustarse, porque constituye la ley última del universo; :Gada'iridividuopuede-llegar a:la perfección dentro de sUdhanna; y 525
no puedellegar,a elfo por.ningún otro camino, E!br¡¡hmán tiene.su moral de meditació!lyde ascetismo; como e1,ksa(ljyci o guerrero tienda 5uy~· de fié~ reza y combate.,Los,dicÍses mismbi está;n;soJil.etidos. axin,rigoi:osorégimen;: tienen que portarse·cprnci .dioses; JloJlícito,es cm:nf:!ter,lá,trahsgresión,deímí dhanna y;¡:¡asarse ¡¡lajeno,,corno ne\ se~.pónvia .de sácr;ificio.:ELacto indebido a.carrea inexon1b\emeÍltela;re<;ncam~dón[E:fi,uriar~pecie iÍiferlor. Nosediga que•no es. égta Ull}l.IIÍ.Oralrigqrbsa.cDesde,el Cbmienzo :de los,tiempos¡,COmo realidad .últim.a.deLuniverso, cpmo ,lp:únicp 1queJ:!i! 'll.:ésti:: C:o:IlSistendiaindes~ .tructible;cse halfan:prescriióslqs deberes rituales ~e t~da,tipo hl1mano1•El di.cis Brfl..\tma .•ensepó ¡agigantesca•lista,de no,rm.as 1yit,ale5:a•lós;demás dioses; yJ~ exp~so; en cien milcapitulos;c~egúrí. sé. n:osrefi,ere en.eLMali'abhiifatá.rEn véZ dé instaurar un solo. perfiLde!cmrecdó.n,moral; anulando,Iii riqueza' del cos~ mos; el.hindú respeta:yacepta¡lafmaravillosii pluralidad delrnuiido/y enprui,. cipio, cp~o.indic¡¡•V,Veber,,admite una mora\ p¡¡ta elladrórí.yll! pro~tituta.En cambio; no.permite elmeno.r desliz dentro decadaestitltltoimbraU;unodé los hbmbresínás santcis, el réyr.YipaShcit,fue condenado a graves1castigos infer~ nales porque se olvidó de dórrrí.if cónl1na de,sus mujeresciérta noche.en que sehubiera·logradb¡eoncepdón.'No hay e5capeposible1Elviejo poema lo dice bellamente:. ,¡Como enp:eiliil vacas.el ternero encuentra. a'su mafire; así.e! pé~ cado cometido una vez persigue eternamente a sll áutorn.Pu,es'bieri; ¡¡migó mío: el dhanna.de usted esjugaTI al golf como:el mío es un dharnicv d.e escti: tura y conversación: Cuandole 'Veba ustedén su•aspectosaludabl~.y;juveruf, vestido sin falla 0cimbrear elpalq de golfrrrie!pareee usted un.ser peífééto; ql¡é h 0riia y.decorá elUniversci:iPero si}io:rríeviera.con1¡'!Lmismo•atlleri.do.y en idéntica postura, me parecéiía ami mismo Ílria·objeción.córitra el bueri:orden del cosmos. "''' · J • .... ,, "• '.· ,,, .'. ,_.: " ,, -Es usted un doctrinario -excl~mó entonces el fauno que acababa derecibirmisalabanzas.;;,,•·ii•'" · ·,¡¡¡,, \. ,¡,,,. · -Yo creía ser todo loco!ltrario:;~~orslgnificaifuidea:deldhdhna un sublime empirismo de la motal?lp.que•yósosteilgo,es que.no hay acto alguno indiferente, y que lo bueno en un hombre es malo en otro, Tál vez fuera me~ j or contrarrestar el •patet:iSmo.contemporáneo en que:~ue\e ·~mbotarse ·toda discusión sobre éticapor lamáselegarí.té tibieza rnnquelos;antigl16seri gar de. «lo moral» --,-pálabra l:r'emenda..,,,;sbliandecit «lo,decente>>\iqíwd dece.t; lo que.va bien, lq correcito,;Pues bien¡ yo creo que ¡no sólo' cada. qf~ciors,inó cada individµo, tiene su decenciafatransferibleypersonal;· surrepertorio ide;. al:de acciones y·gestos debidos¡'" u·, t·« ::·;dF• ". ' '"; .:¡ ,, '" e :: , .. , · · · • ·Pero fue il).ú tiL' Mis arnigos'habiári: desap~r1!cido. ¿Mis palabr'as habían disuelto elgruP.º áfectuoso?rNcífantü, La razól1.:desufUga era ,otra.El golf es inexorable, comola:mecánica1celeste,y.~ dlertahora lbs partidos se.forman
con ejemplar puntualidad. Ni la amistad ni el entusiasmo bastan para retener a los jugadores. La galería se había quedado solitaria. Únicamente Alicia, con su corazón de máximas oscilaciones, seguía a mi lado. -¡Ah, ninfa sublime! Lo que ahora hace usted es más sublime que todo. En vez de i~se a jugar, prefiere usted mi compañía; es decir, sacrifica usted su dhanna deportivo a mi dhanna de conversación. -Sí, ¿sabe usted? Ayer, al bajar del automóvil, me hice daño en un tobillo y no puedo andar por el campo. -¡Ah, vamos!
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La gran delicia, rodar po:i~sc~~~to~ de 2~~a 1 2;~o i~!~:~~ está tan 11
desnuda, se ve a los caminos en cueros ceñirse a las ondulaciones del plane.ta,;Se lanian'de cabeza,.audazpiente;po~ el barranco abajo, y luego, de un gran brinco elá.stico, ganan·eUronterd alcory se.adivinaquesiguen:siÍ.n1tacan, tandQ alegremente n:o se sabe quéjµyentud inalterable adscrita,a ellos. Hay l!\1Jmentos en ·que so brelos anchds:paisajes, amarillos y rojos, parecen la largafuniadelpintor;c'•·' •u •.•¡,,, •;;f•¡•·J·c,·,iti; ,¡,En medio delaincesante,variacióncde.los campos aúnoy;'otro iado, son ellos la virtuosa continuidad. Siempre idénticos a sí mismos, se anudan a las piedras de los kilóip.e.tr()S;!dóciles ala Dirección de Obras Públicas, y .así atan.los .paisajes ,unos:a otros,.amarranbien los trozos.de cada provine (!fa, y· luego a:éstas. e.ntre sí, formando el gran tapiz de España. Si una no.che desapareciesen; sialguien;.aY,ieso, los sustn1jera, quedaría;Espal).a conc fundida, hecha una masa informe, encerrada cada gleba dentro de sí, de espaldas a las demás, bárbara e intratable.,La recl de los caminitos es el sisteIllll venoso de la nación que unificay; aJa vez; hace circular por todo el cuerpo ,una única espiritualidad. Esto se ha dicho muchas veces en los Tratados de ,econol!líapolítica, yle,soi;prende;a,µno; de pronto,,sen.tirque por casualidad !t~n_ep.;razón.;;;,'
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éCC' :·)'.efo,Q.enen, tatllbién
los .caminos SUS ¡;ufrimientOS;·,morales.únOS; cCQrc pa'ral(!s otros. Así,,depron,ta,.un;catllir¡ofsl! ep.cuentra co~otro~ dos o .tres ,.•. ~!l.enp:i1qijada, .el tri,yip p, cuadriyio,;-¿Ql;\§li.ac.er ·¿Qué cai;ninoJqmará e~ ,Ca!IÍino? J):¡stan penpsa,la;p~lejidadL Uno'd!!las hornpres m<ís,~apios que h¡¡pjtlo;enJsr¡i.E!l (este otoño !he de;l1ablar sobre tan egregia figura en,su
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! patria: Córdoba), el gran Mai~ónides, compuso una CJbra famosa, resumen de toda esencial sabiduría, que tituló Guia de los perplejos. ¡Claro! Una de las cosas más terribles de la vida es la vacilación, tener que decidirse ante muchas posibilidades iguales. La razón, cuanto más trabaja entonces, más se hunde en la perplejidad y más descubre, sea dicho con todo respeto, el fondo de asno de Buridán que hay en ella. Así, en nuestra existencia, nos ha acaecido. varias veces. Es preciso un golpe cordial de aventura, la «apuesta» de Pascal, y ponerse en la encrucijada a jugar a cara o cruz. En cuanto a los sufrimientos físicos, hay uno agudo, terrible. Va tan tranquilo el caminito de tierra, y de repente-¡zas!-el camino de hierro lo atraviesa. Es cuestión de un instante, pero muy dolorosa, muy quirúrgica. Es una doble inyección de hierro que perfora el cuerpo del camino de tierra, lo traspasa de parte a parte. El pobre camino queda para siempre enfermo de aquel sitio, y es preciso entablillarlo con las dos vallas del paso a nivel y ponerle . un practicante que vigile al lado. Con frecuencia, al pasar, vemos el trapo eni" papado en sangre que el practicante agita en señal de peligro. <
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Es, tal vez, 'un poco inadecuada nuestra ternura ante la infancia. Más,propio fuera lo invers'o: que ellos nos mirasen con ternura porquela'vida pierde ya:vigdr en nosotrós: Pero elfos::: Er:vidia;iesj:>antó; sobtecoginiiento inspira lafue:za'\'ital del niño que tienefautés gigantes, se t±aga los J?aisajes y las angilstias mayores' alégremente; y con un gestó de divina elegáncia toma etíisu mimd estas enormes piedras cárdenas y fabrica con ellas unljuguete delicado;· i •· · e.J .:· Poco más allá; Martfn Muñoi delas Posadas -urt pueblo lleno de viejas cosas-interesantes! La Patrona dél Munidpio es la V!rgen bajo una extraña ad" vocación: Nuestra Señora del Desprecio: 11 .
e 'Tierra1dé Campos. Mieses, lnieses maduras. Por todas partes oro cereal, que el vientO'háce ondear marinamente. Náufragos en él, los segadores, bajo elSol '! tórrido¡ bracean para gahiir la, ribera azul del horizonte. ., i:
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Una pmme. Es en la tierra alta que trás et puerto va hasta Ávila. El·área amarilla delos trigales queda interrum¡:\ida 1brutalmente'por unds '.gigantesL co's montones de tocas ·cárdenas. El CCJiítráste entre el ddrado voluptuoso dé la mies ye! áspero cariZdelas peñas lfvidas; tan abruptas y súbitas; tan·injusc · tificadas e incomprensibles, pone destemple en el ánimo!No Sabe uno siesé taspeñairhan Sido vomitadas por la tierra· o hárítaídodeloalto torno.sólidas m~ldiciones. · ·· Mientras el mecánico trabaja, súcubo bajd'la pania del coche, yyd'me irrito contra eldestino, y el sol nos foguea cruelmente, los dos niños que van conmigo desaparecen: ¿Dónde habrán ido los niños en la inmensa sale" dad del paisaje? Recuerdo eU1ailmi del niño que se ha muerto: ' •i¿Dóndehabriíidahby d¿azar·' el peqt1"11a cazador' de lib.élhlas?: :i.
· · •dY:lotorvo delestenarid actúa 'con breves escalofríbs en la medula."'· .JJ Pero los niños aparecen pronto, allá lejos, en la cima de und'de aqüéllds Castillos de rtlcas,' dandoigritos'alegres; moviendo al vfento las rrteÍ:üidasi.aspas de sus brazos.t:Subeny baján potla-piel áspera delas peñás; se estbndén;:tea¡. patéterí/ sé disparan' flechas irn'agillariasy hácétt el indi.o bajo el Cielo integro; : '' f'. 'El>Íñundd es ttiatetiablartdá y plástica pata' la.·enofiíié Vitalidad .Oehiliío\ que; énünmdmento, ha hecho defas'rocas·atrdcesunjuguete'Inagnificó'.
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En la vida españolá ha debido haberuna•época magnífica: la época en que se construyen las grandes plazas con soportales, a que, en algunas villas, siguen calles enteras cubiertas. Nos es tan familiar esta prócer imagen del pasado que no reparamos bien en su magnificencia. Al menos, yo· confiesó no haber, hasta ahora, caído en la cuenta de lo que esta idea urbana significa y del e5fuerzo que•su ejecución representa. Me pregunto si la época actual; no obstante sus pretensiones de riqueza y prurito de lo confortable, puede hácer' alar~ de de nada semejante. ' ·
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r ¡, un pequ~ño _orbe. extram1tural. Lo que más nos:soqirended'1_1 salyaje es:ql!e pu.ech\,.sin.a5co, ,yivir adherido: a la naturaleza,, tumbado 1en el lodo,,fin;c;:p:(¡¡. · tacto .c0 n la sierpe)'. el ¡;app,c:¡:lel:¡i_ó, llegar un tiempo c:!i; p_áusi;as. genialts qlit tahi;tiz9 la mitac:!cielcqsmos; t:o1thándql9, cie:repl!gmwte.,Y .es. curtos o, qµe,esti; ~seo. s\il:>Uw~ a2m9 :prirícipahgepte;Sobre1o rlJ.liinecio.,1;95 cari1Jes.1Jr¡¡sileñc:í~, segt"in .¡;tg!"iri;etnólogo Karl yon,der;Steinep¡_no ¡;e separan µno de, otro cu@,:., do dan suelta a sus pequeños menesteres. En general, parece recibir. basqnj.7 te confirmación la idea divinatoria de Bachhofen, que supone una.edad primera de la cultura el). que ésta.eJ{alta.la pat\!Ialeza pantanosa donde viye. Es la época más toqie y 05cura: se habita:enpahJ.fitos sobre las aguas)11,uertzj¡, monstruosamente fecundas -planta, insecto;;tepHI, ,lJ.umanidadóc;oi;i:J~l . inatriiíréadó pfedóinina la :írnijer; fecunda y húmeda: Las divinidades son-... tristes, y toda la. existencia humaria:exhahi ,el .aire _denso¡y caliginoso·de 'lá~ fangalts,; .: ''"""'-;:·.:i.:.: :, :;;: .. :·nr:n La ciudad es un ensayo .der~ecesión que.hace e1li.onibr~ parl!::viV,irJuera¡y frente al cosmos; tomando de él sólo porciones selectas, pulidas y acotadas. Pero ... llueve y el agua tiene un poder mágico de unir las cosas. La piel húmeda siente más el contacto de los objetos-por eso los mandarines, voluptuosamente, humedecen los dedos para gozarse eri palparbolas de jade. Al salli de casa, el chubasco repugnante nos vuelve a pegar al paisaje, y: un;vago estrec mecimiento, residuo tal vez de experiencias milem1rias, nos recuerda la vida en. los.pantanos, !ahora torva:y¡ sucia dela amistadcon lá.sierpe_y¡ el sapb:' .- t ·1·.-
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-~escuelas-de España;:siel.Estado_nuestro no fuese1tamqast
r{Í ! .Eratiempode3,g~St();bochorrioso;inq1lieto¡yen_aq-µella tierra fria-aún sé aridaba en la reC:oleccióp. Los pueblos estabari·,ceñidó:S,por,el.cinturón 'á0rado áé'.las eras; donde las parvasirélucían como jbyas ~niaíillas.:A mediodíallegué _a!Romanillos;una aldeíta~áüfraga.eriunmilride:espigas. :Ene tréenla posada,pará,guarecermeidelie*cesó;solar:Jlon.contras,te:cionla!a;iliaciónexteridrielzaguán,parecíau'¡'.;a:fr~sca,tiniebla,•Encarri.bfo, descÍdo bscuro,i e]pqrta( era Uriá p'antalla de:cineirri.atógrafo·harta.de:lúz }'Vagamen~ .teirieaL Pasabatrlós'.]abriegospóriel,caminó;Yéstidos~tl.e calzóri:.cdrtoyipac _ñuelo a la soriana~cuerpos men)ldos y.sai:¡nentosos;·teces n:egr~; dientés eb~rrieos.. Tra5,éllos.,los1rimlitos,'caIIÍp¡qtillean:db,cargados'con1os cóstales pecebadíirubia;:recién.aventadaiTodo elpueblrndea:íriboss.eX:ósestabaenras 'eras. trabajandómérviosamente;poré¡ueeriitill-~p()ca son irlrri.inentes las lluVias y puede fermentarla cosecha sirio se la recoge prónto. , ' , , : i ;¡ ; ,, -- Sobreélhorliorii:easoma hombro negro una nube redonda, tbrva, maléfica, mágica, y con ella, un extraño dramatismo en el paisaje. De repente entra por el umbral una tolvanera que enciende la tiniebla con innumerables lucecitas áureas: las menudas pajas que revuelan y ciegan. Poco después otra r~faga y otra. Caen unas gotas gruesas qÚe estallan sobre el> polvo del camino. r_os transeúntes avivan el paso. Las gotas menudean, y un trueno gigante retumba; Lari1lbeicubreelhorizbnte;Llegaala¡carrera-;eriurrgalope triunfal, ;c,omo si dentro de.ella.un Dios bárbaro Viajase;Jtluevei.' 1.as gentes ,pasan.ca~ riiendoc'Elch1lbasco arreciao Otro:trueno.parec_emachaciu:las;vegas;iUn:rayo da suJatigazoií los caballos aéreos:dé lámube!11.a1tolvánera no deja:ver_.riacl¡¡, y.súbitamente entra uriá bocanada de:hombre:Sy.rr:ítljeres q1le buSé:an re ca.u" do.enelzaguáni:Risas,gritos;orgfa éspontánea-de:rurales, Errelq1licio.dela puerta; f! contraluz; queda unamoza~El refajo rojo se abrazáa sus:cader~s;.)r una chambr_a: blanca seihincha;•como una vda;•bajo . eLdobleviento elá.stico de sus senos. Es rubia, comola cebada, y de ojos.azules; cbino hontam1resi Se apoyaenuna piema,yla otradeja·unanciípetáltllda,
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NUESTRA SEÑORA DEL HARNERO ·
Sin embargo, ~n el campo;la ll)lvia descienc:lea:vetes con un'p~estigio:de;. leiiable,Yo conservo de.um1-' tormenta ". 'el recuerdo rrmsica!,.casibeethoveniano, ' en Castilla. •.. ··· ): . Haceya:bastantes añps,-.y; lairnagen.semeha.estilizadó en estampa. Recorríayo a lomb de mqla:la.rúta; dé!Cid;,segt"in há sido,recon5truida porl nues~ tro maestro·l-;Ienéndez Pidal;!al hilo del1viejo:poéma\·DeMedinaceli; donde parece queviVióel autor.de la gesta:venerable,:me dirigia a Baiahona:fü!;lás Brujas. Es ésta la porción más alta de España y una de las más pobres. No hay apena5 caminos. La rueda no se usa: To do acarreo.se hace a espalda animal, y triunfa .ehnulo.rómo; hijo de, asna;: que, es,_ en efecto, un burro ;pulimentado, eSbeltQ,,fino de,mórroy.~~cabos; ¡;.:;~¡>.·;<.:LJl ;-· · ·j('r_L~" ~'.'·; '.No puedo:ver estos. mulitosr(J;mos; tan castizos¡tan arcaicos, siripént sar que realizan .casi elaribelo_de]:granJuan RamónJiméneZ¡ cuando pret paraba ]a: edición ilustrada de Plateró y,Yo ;,-,-libro maravilloso, la par sencilló '
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y, exquisito; humildey estelar,, que debía servir de.premio infantil en:todas
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-. ··· Entre los gritos se•oye Ja voz silbante de una vieja, ccmfaz rugosa ynec gra;c6jos de sibila; qúe dice indecencias; exaltada por la aventura, electrizaL 'da por el rayo y :l¡i aglomeracii'in. Habla de las habas· del país, y ~s pupilas yelí. erí::el aire lo·s Ptiapos; que 'eternamente presiden las·recolecc10nes,•La moza &Fumbral sonríe al birHr.coino disolviendo y anulando, a fuerza de esencial virginÍdad;•la lúbrica alusión'. Es tan bella y tan virgen, qu~ yo resúelvo adc;~ rar1a bajo la advocadórí:-de Nuestra Señora delHamerorLa tormenta.cede, las tblvanenisise'apaciguan.Llega unfrescor'liento' que sabe•a pajaya nube.•Sá~ len algunos del zaguán. Vuelven a oírse las campanillas de los mulitos-romos,• yun rayo nuevo de sol se emeda en el cabello de la virgen. Al crescendo sinfó-. : nico del meteoro sigue un suave diminuendo. Elpaisajevuelve a su compás. Yyo' · tomoderiuevo!el.éaínino;.:,;_'.•:'· - · · "'"·-·· ·' Alatliidec~r, desde urrcarrascal,idivisoBarahóna delas Brujas: Sobré Ja:Tuic• nada.::.una·dé•lasmás elevadas'•de:España= se•alza'ün cerrillo cóniC6,·En•iiu cúspid~~ iglesia:otea elcorítorno;ybajo ellii;arrebujando d cerro; se agarra el casérícl:-A1entrar·en él sorprende hallar su;vecindario demente. En un tropelapretado corredeacá:paraallá¡ mirando a lo alto: Es ünpuebl~ al:1ci" nado y alucinante; ¿Qué poder elemental lo ha sobrecogido? Va como S1gu1enc do uriá aparición aérea,•una lengua de fuego como-las de Pe~tec::ostés:·· ' ..·, De una cohnéna se había e5éapadoun enjambre,-y elvecmdano lo per" seguía para darle caziü Podin.; el enjambre seprende ati~ a~ta dé ~a:t?rre;' enlo.:rhás alto del pueblo,yel último-sol.hace de él un esplendido!! hirviente racimodeoro. 'iirl·~n·· ... !¡ · ·!',,-r;-: -!! ·¡'. '.-;!·¡; ·-
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En esta caza de paisajes queesJa'excursióri, pieias mayore5 qne COL bramas son los.castillos y lás catedrales; Es el caso que pasan ante nosotros 'Vistas mucho más delicadas por sus formas y cromatismos; Sin·embargo;la aparición descomunal, rrionstru6sa•dé la: catedral o' del castillo sobre la línea mansa del horizontenós haceinéorpcirarnós,:poner alertala pupila, prestos¡¡ dispararla, fuerte en.iociómHay, sin duda;'ennosotros un fondo indestructi~ blede1ectoresdenovelaspor entregásyun limo-melodramático.que entraal punto.enJernientatióricuarido estos monstruos de piedra ingresan gesti" 1 c11lantes'en nuestro.canípo-.Yi.suaL!. .' • ' • '• ' .· · •. ·' "" , ,;, A:lá inanolsiniestrá; allá lejos; navegaientre trigos amarillos la c;at~' dral de Segovia, como un enorme trasatlántico místico,- que anula con•su•
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corpulenci_a,elresto,delcaserfo.. Tiene a estas,horas color de. aceituna, y una ilusión óptica-p~receayaµzar hendiendo.Jas mies~ _coi: su ábside. .Entre.sus_ arbotant~ seveu _1;ecm.rtes de .azul coIIlo. entr_e las1arc1as y obe11" q~es deun,na:v:fO:..\. - ;-': ·:r::·,' ;_ · ·::ce:.,;·.; ' ';:, : r.·. '.,,;. •-1'uegq viem;n los castillos: F;uentes de Yaldepero; Moµzón; Aguilar de E:arnPºº". A decityerdad, la rura _que esta yez he elegido es poco, fér:tiLen ·'éástillos. Pero no-irnporta:,cuand,o :alguno aparece, actúa como un _cqiijuro ~obre Ja reminjscencia,y la memoria se puebla de torr_es y rtn.irm; ahnenados. ,Como_ ur1 rebañQ:;J.:C[uien silba,e' pastor; acuden de_ !_os senos oscuros de_l ~e-~uerdo:, uno1tra5 otro ;los casiillcis vistos envegadas antiguas. Arrastra cada ~tiah' ceñido:a:stisJlancos, su paisaje adjunto; y,_hace_su aclemán:peculiar, si"empre ~cesivb,' especti¡aJ, so:r¡.ambulesco .. ,·Éste .es el castillo¡deAtienza: ' f1orece enlo alto; sobre otro_nat:t,iral que hacen las-rocasen,súbita exa~tación .sobre;la tierrapobre;-¡Atienza, una peña m¡¡y ft¡ertl, dice elcantor. de:Myo Cid, ~luego con V,aga ¡mdanc()lía; ¡ Atienzt:1;las to1Tes !qtle:moros .las :hmihEI ,el,e" ,vado cimiento de: piedra tiene l;i. forma:de una barc:¡i;_en cuya proa de_carac bela'se eleva 'elresto de una torre. Todo ello se ve de muchasJeguas a la re" ,dond¡¡:bogandc; indecisarr,iente,entte:cielo ,y tierra. _Éste es, el;ca_stillo ~e Berlanga;!de colorargentino, rampante:sobre una roca viva,,umdnmensaJaJa :de;ro~a caliza, que:d¡;.<;delejos_relumbra.tarn,bién como plata¡ conla cual:pá-r~¿e ~lcCÍÜjuntq,repujadosobreun:plato metálico, A sus pies están Jas,parec d~ de¡µIi p-alaciq ,RenácimientÜ. "que perteneció,• si no yerro ;_al condestable Je;Gastilla; y l!láS abajoaúnhayun.cCÍnvento d~ monjas cón~pliohuerto. - Í;)esclelatorre,del-homenaje, a prima tarde; he pasado larg0s,minutos :viendo a las monjas jugar allá lejos, en el recato de su vergel. Corríauunas tras otras locamente, exhalando su aprisionada vitalidad de dulce serrallo dispuesto siempre para las bodas espirituales ... Éste es el castillo de Mombeltrán, eri un hondón, bajo Gredas, teido primoroso, lleno de :edondeces, vigilando el valle donde pacen las cinco villas de Mombeltrán ... Este es el castillo de Leire, cerca ya del Pirineo, cuna del reino de Navarra: tosco, primitivQ,de bóvedas enanas y torpes ---el primer románico-; sus. arcadas son tan estrechas, .que C::\JcUlamOS: en laJant:¡ISía ,siun,CaSCO godo no Cóincidirja_exactaIlle.nt_e con ellas' Al fondo; hayas; coníferas,, toda una flora-¡ilpina. España .~onfina co11.l.a Europa.húmeda.ll:C_astillo deJadraquic, Otra_,yezsequedad, -l:ierraJívicla,qr0jad.Jncqnq abrupto; ·de, vertient~. casiyerticales, y en equi" )ibrio, sobre)a, cúspide; Ja mol¡;; agr~iya pesa_fianclo a! cqntomo:,, iEnormes ¡¡dem~¡:ies; ge,stos gígant~,Sl\Il1ergidos en,el_trasmundo·dela.merµoria! .Casi ,siempre rn tos;cp:uesrns sobre1una línea altanera,;Jqs,castillos tienen un ase pecto,molru;-y.dana. lo~ paisaj~ desnud,o_s, _con sierra al fondo; un airede_q11i" ja_das calcinadas, donde queda sólo unamu1da¡
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•·• DespuéS de todo, se comprende elS'eguroefectoimelodraníátito'quelos castillos producen en m.iestrasensibilidad menos pulida. En la fauna vismü qtie'el viajero persigue, rep~esentan catedrales y·castillos una espécié intermedia entre la pura naturaleza y la pura humanidad. El paisaje solitario, sin edificio alguno; es mera geológíá. El éaserío dé villa ó aldea. es demasüido fomiano; yo diría demasiado. civil¡ arfüicial.. La catedral y el castillo, en. :c~tnbio, son a•lavéZ•naturaleza e historia! •Parecen•excrecencias'naturales del fondo rotoso•delas glebas, y, alpropib tiempo, sus lineas intencionadasp?" seensentidohumano.Mercéd a ellos;•el paisaje se intensifica y transforma en·~sce:Oario, Lapiedra, sin dejar de serlojise carga de,_eléctrico dram~tiSc mó espirituáE Esta síntesiStendrá Siempré Ias·sec~etaSpi:efereiicias'delas ~l~ mas no' anquilosadas en uri estrecho radotialismo .c En, él fondo,, elhomb~~ no respeta su·propia razón mando' la mira: por detitro;en su uso eivily cotic cliano:.•Encambio, le emocionav.eresa.razón.porde¡fuera}tomo fenómeno cósiillco,:cinriofuéÍza de fa nat:Uraleza. Eiitóncesperi:ibé ql1e'lil: razón,'es_de,~ cir, lareflexiótr,'es a:la postre tan ingenua, cinpod~r elemental como.elirlSc tintoola•g;raVitación. . . . •i'"' • ,, r . . . . .....•., ''.l · i' •• Hay épocas en que la humanidad mejorllegá a olvidarse deestb; yvive sólo lo intrahumano; ciega y sorda pata el resto delcosmosc Son las épotás de ágora; plazuela, academia y parlamento,·en que vagamente'seii1Ilagina1el mundo como algo obediente a leyes municipales; donddapequeñarintelic genciadelhómbre lo decidetodo, sin niebfaitimisterioC:Son¡•~in 1 duda¡ ép~'- · casdaras, pero pobres; sin jugo:-Son las épocas «clásicas» 1en que lamente se reduce auna· existencia provincial, •limitada, yse tomaidemásiadó ért seL ': r·:' rio•a sí misma:·
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IDEAS DE LOS CASTILLOS
· • Después de haber sacudido nuestra sensibilidad melodiamática y el fah'goromántico que llevamos en elahilá-'-'-po~o ineviiable en gentes que tienen asu espalda una larga historia;.2,clDs'castillosnosenvían ideas.rLas miSmas formas extravagantes conquenoscoiunUeverinosinvitanluego a la medio/:~ dón; Su gracia; un poco gruesa; vanamente pintoresca; procede, a 1l.apostre, de sU extremado'eiotiStno/tormiacontece conilájirafao;elokapil Después de todo.·' 'se trata casas que'ci.ertos1hombrescon5truyeto.npára vivit én . deiurias . - -. . . ellas:·l'eróahlestlí:'¿cómoti~neqheserunaV:idapara·que lacasa·dondesealdfja resulte un castillo? És, evidentemente;' la vida más ·otra de la nuestra que '
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cabe imaginar. Por eso,fa aparición del monstruo de piedra con los bíceps ·de sus torreones y la hirs\ira pelanibre•de las almenas; gárgo1a5, canecillos, nos fauza de un empujón ar otro polo de:las maneras humanase ' ;: ' .. ; .Un pórtico• griego .o romano; ün circo, un odeón, no$ pare ten más ptóXimos'a ;riu~~avida que estas mansiones de ofensa y defensa, señeras sobre los akores·;•ceñudasy a·gresivas, mordiendo siempre lo azul con sus !Viejas dentaduras.e ' . . · ·• · . .. . · ·;En efecto, lo anti.gua' se;hace·afín de lo moderno cuando el castillo se in" tetpÓhe cdníó tertiiíni comparcltiOnis; El castillo representa lo no moderno en su forma absoluta. Lo antiguo es más «moderno» que ésta esertciall •mág" •nífica:•barBarib Nó es; pués,Cextrañó, que la modernidad se haya nutrido de élasiCiSmo; y'la5 tienciakmodemas y las modernas revoltidones se hayan he'rtho afresón de los nombres grecolatinos. Nuestra vida pública-·-la: intelécthál y la política-· sabe más a· agota y a foro que a patio 'de armas. . . ". r Y, en defüiltiva', ¿por qué?Pótuná razón muy simpley muy hori.da, por una tadica:l diferencüULa Edad.Media es personalista, U Antigüedad fue iih" ·persbhálista. La Edad Moderna• es·, 'én sti superficie-·-la vida pública_-··-, tam:. bién impersonalista. · ' · · · · ' · · e Un hombre de hoy tío es nadac.:.;_:no tiene derechos rii calidad~ sino es Giudadario de tin Estado. Pero el EStádó es una colectividad previa a cada Uidividuo: «Lo~'deíil~» nos preceden como una condición de nuestra exis:. tencia jurídica; moral y soi::ial.El extracto primario de nuestro ser es\ pues, üh tejido hecho de colectividad, Lo propio aconteda en el mrindoantiguo. Elinc dividuo comenzabap'or sermiembiode una ciudad,ysólo có1Ilo•taltenía exis:. teht:ia humana; ,· · El señor medieval; por el contrario, no conocía propiamente EStado. Poseía derechos desde su nacimiento o los ganaba con su puño. Estos derechos le ataftíari. por ser él quien era y previamente a todo reconocimiento potparte 'de•una autoridad: Era el dereclro•adscrito a Ja persona; el privilegio. La'vida'priblic:a era:, en rigor, vida privada; El Estado resultaba secundaria~ mente tomo un entrecruzamiento de relaciones personales. Tal' modo de senctirjurídico implicaba la esencial inestabilidad del derecho. Hoy, el que cree tenerlo se siente seguro. Entonces era lo inseguro por excelencia; lo que nadie da yconfirma, sino C[ue pos'eerlo y conservarlo es'estarlb ganando a toda hora. ·El derecho señoriaUleva en su raíz misma fa guerra, alrevés que el antiguo ymoderno, que viene a ser sinóitililo de paz. -pP'•No se maleri.tienda•esfo suponiendo' que para el señor'medievalel dere·cno es lafoerzá. Se trata·de algo más sutil. Aquellos hombres sentían hasta•lit hiperestesia las cuestiones jurídicas. El perfecto «hombre de pro», en elideal de la época, había de ser quisquilloso en todo lo que afectase a los' derechos.
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La.torpeza con que se h¡in,tocado en'España,los,temh? medievales.""T"hastallec ga,i; Menéndez Pidal yJqs jóvenes historiadores fiel Oerecho-,-, ha sido causa de que en la figura del (:id, prototipp ,clel'.Jlpble, no aparezca subrayado su:ca~ rácter cleju;is,perito, Y, sb:l embargo; eso es lo que significa !
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IDEAS DELOS:CiÁSTILLOS:, LIBERALISMO, Y DEMOWC!A , •
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Es.un fértilexperiinento,éste que hacemosdesometer:lac¡uirnisa, de núesttaalrna,alr:eattivodel.os cas.tillos,,Sin;pI'.emeditarlo;nos.daunprecipitado ):¡ue.esJa'1eydelespíritueilropecbylL . 'Y• ·¡• . iT En un primer momento, nos han parecidolosica§tillos síhtoma.de;una \'ida por,completoopuestaálahuest:ta;;F¡lemos huido ',de ellos. y 11os1hemos refugiado en las de¡:notracias antiguas como m~afinf51Connuestrasfonnas de ;existeneiapública,,,.,de.deréaho,y.dé·Estado,.Pi;ro•alíintentar1sentitno.s:duc dadanos a !amanera que un ateni~nse ,o ),jnquirite;.hemo~descubiertó;enhoc So tras ;una extrañ¡¡,resistencifürELEstadc¡ antigl1i:J se; a,podéradel: hombre1ínC tegramente,.siri.d~arle restq algunopc\lfasu.us.o,parti\'.,lllabNos,repugria
en:
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demacrada propone que mandemos todos; es decir, que todos intervengamos soberanamente en los hechos sociales. · . El liberalismo, en cambio, responde a esta otra pregunta: ejerza quien• quiera el Poder público, ¿cuáles deben serlos límites de éste? La respuesta suena así: elPoderpúblico, ejérzalcíunautócrata oel pueblo, no puede serab-' soluto, sino que las personas tienen derechos previos a toda injerencia del Es•. tado; Es,'pues; la•tendencia á limitada intervención del Podér. piiblico: • 1De esta suerte aparece c:on sufidente claiidad el carácter heterogeneo de ambos principios. Se puede ser muy liberal y nada demócrata o Viceversa• ·muydemócrataynadaliberaV "· ¡ rn:6 •.r"' •,,, .... · ... , ' ,, , ' .. ¡¡ ' •¡J.:as antiguas democfaciás eranpoderes•abs'olutos; másal:ísolutos que'!Os de riingúhmbnarca elitbpeó de la época llarpatla «absolutista». GriegosyroL manosdescoriocierbn,fa inspiradóndel,liberalismo.·És·más; la.idea de que·el individuoliinite'i!l pode1' del Estado, que: quede¡ parlo tanto; una porción de la personaifuera de la~tirisdicéión p\iblicá,no puede alojarse en las merites clásicasrEs un'á idea gertnánica,•es el:genio qi.\e pbne unas sobre otras las pie~ dras'delós castillós,:Donde el germanismo no ha llegado, no ha,prendido el liberalismo:· Así cuando eh Rüsia se ha querido Sustituir ehbsolutismo zans" ta,' se ha impuesto una: democrácia no·menosabsolutista. El bolchevique es •:: : n >.e , " .' .·· . . .. : •;, antiliberal. El-Poder público tiende sietnprey dondequüira a no reconocer límite alguno; 'Es incliferente que se halle en una sola mano o en lá de todos. Seríil, pliesi el·más•inocenteerror creer que a fuerza de'democ:racia'esquivamos el abso'lutismo. Todo lo centrarlo; No hay aui:ocradamás féroz que la difusaé irres" pensable del demos. Por eso, el que es verdaderamente liberal mira cori rece• lo y cautela sus propios fervores democráticos y; por decirlo así, se limita a sí mismó. ..,: .• · " ·•· · "•' . '•' Frente al Poderpúblico, alaley de Estado, el libéralismo significamrd~ recho privado, un privilegio. La persona queda exenta, en unaporciónwayor o menor, de lasintel'Venciones• a· que la soberanía tiende siempre. Pues bien:: este principio original delprivilegio adscrito a la personá no h3. existido en la historia hasta que loorecabaron para si unos cuantos•nobles godos; francos, borgoñones. Gasa muy:sec'uridaria es que lirmateria de tales o cuales privi~ legios nos parezca hoyinaceptable:.Lo importante, lo deéisivo; fue haber traF do al planeta el principio de libertad, o, como ellos.decian,'conunapalabra de exprés'iónmás exáda;lafoinquia:ELprogreso posterior sehareducido a diScutii, de 'una parte, cuálés' deben serlas acciones y materias en que la persona debe quedar franca; de otra, qué individuos tienen derecho a ella; En esto; como en:muchas ótras:cosas,.las burgue5íiis occidentales no han hecho rrias qudmitar·lasimaneras inventadas.por las'Viejas aristocracias feudales. Los
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.<~.<;l.erechos del horpbr~n·son franqµías
y nada más. En ellas a,dquiere su mani-
j"~tació11; 111ás a,bst:ra(:ta,yg¡;nqal la sei¡isibilidadjurí\lica .de la Edad: M~<;lia,
gue nuestra miopía nos presenta carpo contraria afa•nuestra •.Los sefü)res de ifilil?•cas¡¡s mfi¡isJmqsas que µ¡¡rnam 0s C:astnl~~ ha11 e:~.~~~do]a§,Il1ª~~ galoJJ91113Jla§.,rf:.e. tíben1s, tosc¡¡r.ias,pa,r¡¡ el;liberalismo.·, ,.,.,., .. '·' ., :·!J•¡ !J;:;:· ,, ,, '·'''' ·.':.! •;E,s,c;uripsq advertir que.e:11 Rr@cia, sie111pre que alguien del¡¡parte.ecle,?.ilí?l:\Cay; aµtjlibera1 hace l].is¡orja,.ins,iste en i::lingrediente ga\orromanq,,que: es el factor absolutista dela !lació!l francesa., En. carpbiq, el espitjtuJi]J¡::i;al, C?fusqtclp·pQr.los pr.~juic;ip~ <;lel9s µltim,0$ .tiern,prn;¡re~pec;to ,a h! •Edad Me.i;l.i~ ..ng .se ¡¡trexe a afirinar e:~,mgre~erit.e fr¡¡nco; aunque, ~e,:)'.etai'nente: ?e ?ie:n:.t!".ª:'+aido Pº!'. él; ¡y, ,s~ embªrgo; .la! trad.ición de libertaci en Jiraµcia. aparece ,m~1orq11!" ell, parte:algµoa e!l;l¡¡,se:ri!" de,obras ~aritas pornqpl~•que.re:c:¡¡ban, frente al¡¡. realez¡¡ inyasgra,,lc;>s, priyilegios antigu9s, Asíep 1Jl9u.l<1mmule~s, ~ ep.1)1.orglosier- (Reco111Iendo cOmq .res.um.enla lectura¡ de las L.ettres sur ,l'J1istqire, ~ll .F:i·an~e •.que .l!I\!~PºJlF.,Thierry.¡¡ sus Na,rraci~11es.m.~p,i¡il1°iíf!c5., J;l ,¡¡u~or~o:s¡;i¡;pech,i l¡¡,cµesnpn;que a]J.ora ~qzarpos, .Por, lo rni¡;rpo;,t:r¡tspl!re:.ce .con.mas ic;larf! ·~ont¡¡I1ei.daci,else11tidqlib.er¡¡l cieL feudalismo;ce11te!ldiendo I'ºFJeµdl!lis!llQ.tod();el pr.oceso q11e:11'a desde la inv~iq11l:iE1Sta.el~igl9 xrV).: ,¡ r :; :)'Q,t!"IJ,gqla.impre?iéi11.de qi;(e1p.11estras ide:gs,sopre la Edad.Media vana .~ambiar.m1'.y pro~tQ,:~ 01$e ha.s.abido.aún :mi,rarlos;hec]J.o~ ,cqnsenciÍlezy ·¡¡~d.eza, A$1;;lp~ histpi;mdores f!lr;mflnes, (lvergonzac1o~ deq1,1es11S padres ger:fllamcqs fuese11;¡:a11pp:co dem,ocráticos;'se obs.tinan e]l:fqrzadas realidades par~ demqstr~ quecq11o~ieron,el dei:echo pt\blico, ,Natura1rnente:que lo,co,nocieron.: Es. cosa;deI!lasiado esencial.en la; cqnvivenaia·humaná para que se .pueda pasar a survera sin notarla. La.cuestión está en el.predominio delo privado sobre lo público, o viceversa. El germano fue másliberalque demócra,ta. El1'.1~diterrán~6, má_S demócrata que;liberal. La !evolución in'glesa es un Pla~o :1emplo de liberalisI!lo. La francesa, de democratismo .. C:romwell quiere limitar; el pocier del• ¡tey y.del Eatla111hnto.Robespierre;quiereque gobie:tllenlosclubs. A$í se ·explica q¡¡e.los 41'oits de.!110mmeUeguena'1ait\samblea .fons.tituyente de: Franc,ia ,por .m.e.diació,ri.cle los Estados .Unidos. A los ceses .. :. mediterránep~Jesjnteresaba más.laégi¡lité: •. ' ·,..
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, .;,;í_f:-i n:: __ , · · • Después de:todo,.d:ecfa.yo, el, castillo nq es más que una casa edificada ·por cierto~ hqI!lbres,para alqjar su yida en ella .. Pero ahí: está::¿ cómo. tiene que (•,
l _¡ ' . ~:.~'u,,~:-·,c.,,.,,;;·11!!u:ir::i'.·''..
5.43 11
serla vida para que la casa resulte un castillo? Eafomw. yusos de nuestra dóc . ·.· · mesticidád son, por excelencia, la expresión·de lo rntidiario. El castillo súpd-; ne la guerra co tidiaria','laivid11' como beligerancia/. ': •·..· ' .· · .·· · ' .·.· .· · . · _· · • · Nos cúes\:asobremánera trabajo representarnos la e:stiuétura de un allií~ para la cual_viVir guerrear. Paran:osotrds,)avida es todolcicbntrariO,:Sen: tiínos lá guerr~ corno una peripecia que ácórltét:ea:. nuestra vidayViéne a sus.penderla: Nos pareéedé tahriodo negación'delo que para nosotros_ es la V:icJa' é¡ueapena5vemos enlaguérra másC[u~larnuerte. -r 1 • . ·_··~ •. 1 ':. ' ·· .· ·• :Desde Spencer se acostumbraa• ópoher'el espíritu guerréro' al espíritu Wc dustrial, y s!'!'Pr'éfiere;sfütitubeo al~nó;éstea a~uéLEl hombre del,siglo pa'sadó se cornplatía en qúe ~e lé calificaseélé1iridustrial y nada guerreroi Ea guérra leparecfa,iina cosa bárbara'-"lo cual esri¡¡orosariíenteve¡-dá~-'-;i)''l~ -.• barbarieileparecfa:absolutarnente mal--":'ló cúalho 'esy~'ran·eViderite. · •_: -:{ El vocablo \,barbarie» en sil usó máS frecuente; se ha vaciado de Signific cación 'prnpiay cótisetVa 's~ólo un sentido peyorativo de de.scalificació.ii. Io ltii sírfó pasa• cotila palal:lra: ~
es
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ifondo de barbarie, y. cuando éste se agota, la cultura se seca, se anquilosa y -muere. Es, pues, falso querer lo.uno sin lo otro. Quien desee para nwñana nueva: cultura tiene que asegurar enla Europa de hoy cierto mínimo de Virtudes ,barbaras. Nuestro perogrullesco Campoamor decía:
C11!tivanda·1ec1111ga5Diacleciana, ya déda en Salema que no halla mariposas en verana qiiieii na mida gusanos en· invierno. ·tas merites máS agudas del preseíiteSienten la preocupación d_e si se habrán agotado en Europa los _resortes vitales sobre los cüalés tieneqúe funcioc nar la cultura, Y sobre todo, el espíritu guerrero.
En toda empresa hay dos ingredientes: el apetito de ejéC:utarlay el temor del peligro que ocasiona. ¿Cuál es ante ellos nuestro primer movimiento, antes de totlareflexiónyrazonamientó? ·¿Puede en nosótros•más el apetito de hacer o el tétnor'quemvita a elúdir?•Llamo e5píritu guerterb a u11 estado de ar\imo•habitualquen9·encuentra en el riesgo de una empresa motivo-sufí~ Gientepará e~tarla: Eiiel espíritu industrial, por el contrario;decidela'Conc sitldación delpeligroysiente la vida como una perpetua cautela\ Ia gúerra:, 'tdntretamente, no es sirio una de las muchas fori:nas en qúe el espíritu gue•rrero púede realizarse.Lo esencial de ella es ser un peligró demüerte. Se tdmprend¿ que su nombre.haya asumido la representación de todo riesgo, puesito que en ella se organiza y prepara deliberadamente el peligro para el enemigo. 1at~í:isapor la cual en el espíritll guerrero prevalece el apetito'de aC:eióri sobre'el'ternor peligro no es otra que un radical sentimiento de cónfümza en sí miSmo. Viceversa, en el centro del espíritu industrial actúa una'radical 'd~C:onfianza. · · · t •. • 1a épocabárbará es sazón de fe en s1 miSmos', Ésta es la gran Virtud de tal :edad, que¿onviene injertar en lariúestra;ahíta de cautela y precaución: Niel salvaje, qúe vive en perpetuo terror, ni él culto, que vive de súspkaé:ia y des~ confianza, poseen ese gran•don tleLbárbaro: fiar de símiS!Iló; . ' 'Al roitianodecadente, lleno 'de dudas SDbreSÍ miSmO, VaCilante;pusiláC nime;-leptoduce el bárbaro; antetodo, la irilpreSión de hombre soberbio; Esta •soberbia, en realidad; no era sirio nativa,· fortnidable confianza: de sí propio, y ·en· este sentido-··no en'el devanidad=, firme estimación de símiSmo. Cuanc .. -.signo de decadenda Vital-·-· ha 'do entran· en: deciSivo conflicto;-el romano_
al
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tran$ferido la estimación desde sí mismo a su cultura, y le parece salvaje el nip.gún,respeto del germauo hacia ésta' pero es que el germano.pene demac siadafe en sí para uecesitarjustifica,rse por su acata.mieuto y culto ala 'cultura. Hay mucho de idola tri¡¡ y magia medrosa y humilde. en está di:vinizatióri de la cultura y la plegaria constante dirigida a su poder. Queremos que ella nos justifique y nos salve, en vez dejustific¡¡rnosy sa1v'1l'llos nosotros. Pero claro está que uua cosa es el guerreroy otra,el militar. La Edad Media desconoció el militarismo. El militar,significa,uuadegeueración.del guerrero corrompido por el ip.dustrial, Elmilitar~;ljilfadustria:l armado, un bti" rócrata que ha inventado la pólvora. Fue organizado por el Estado coritfa los castillos.•.Go11 su aparición comiej¡.z¡¡ la guerra a 9,istancia,· la.guerra ábs" tracta¡}elfaiió.n•yetfusik¡/.,,,. º' ;:¡; • :r••· . .. .,,, .,.,.... " ::: :~.·-.-L. '. _,:.C:i~.1-i :,·!dr-.<
VII
¡;_ ,-r , " -.-:-.E 1f~;-~¡----~,_, "':·.-·) , , , , Me¡:ecería la.pena resucitar en nµe5trq tiempo la oposicióp. teorica entre .!!l e,spmi:u guerrero y1el espíritu in¡}l!strif!l,:Pesde Spence,rhac:gi;i.l;>iad9m1(.c;h0 elmundo,ysobre todo .el núc::!eo[del wundo quees1p.µestrq,¡:oraz;ón. AJ:!¡¡ .p,eq\:\eñas variaciones de inclinació_n qµe,este ¡!parat_o; corwal sufre,col'i:e5,.. ,pond.ep. los,caml;>ios .!Ilás gigames en Iaperspet!:ivilciinive,rsgl ..,_Ar $pencerk P~c recíádemasfadóbien l¡¡ iridnstriáy deriliiSiádq rnál la gtierrl\: Hoy emp~atiici.s a ver que, aun siendo dos.modos espirituales contrapuestos, infhiyen e!. uno en. el otro, s,e fecundanylimitan, propqriiép.donq5,:m~s.que una el¡!cciói;t entre ambos, up.a,síntesis f~rtiL.En esto, como en todo, se Im1niliesl;l! elafi\n .típico dela época nuestra que aspira dondequiera a!a.ÍJl.~egtaci¡jnc:le1lo5i:ipues: Jos y, no.a la exclµsióp.i:Ewv:ez:.c:le;w io ll110 ola otro.»,sf!i:itimps,qtil'tJ<;>,IJ!§.. j()~ sl'\rí!!,abarcar,<
'e5tá! :.; Ante.etmisrno hecho;·aiite la misma realidad del dolor y el peligro; la actitud espontánea es opuesta; Elállimo.guerrero; llei;io demagttifico apetito ,vital,•se traga la-existencia sin pestañear, contado su dolor y su riesgo dentro. ;son éstos reconocidos.de tal suerte.como esenciales a lll'vida, que Iib. se ve en,ellosJa '!Il¡!noro:\:ijeción eontra é.Sta;'y;:ei;i:consecuencja¡ se cuenta con ellos .y; erivez' de organizarlas;cosas éon,la casiexclus~V'a· mira:de:evitarlos,·sdos acepta;; Esta aceptadón;deLpeligto que lleva,,noa eVi.tárlo; sino a con;erlo, es precisamente el hábito guert.ero;ies.la casa como 'castillo: ; · ,• ' Hoy comenzamos a sentir inesperada afinidad con ese temperamento; al .verloretoñar.enforrria:nada:arcaita) bajo la espeeie•de deporteo Ami juicio, la :'diferencia entre deportefy juego.esifüen.que aquél induy,e tin riesgo, aunque sólo sea eldeiun;esfuerzo excesivo,.El depcirtista;oen·yez;_de.réhui'r el:peligro, ,ya~ él,·y:por,eso es deportisl:i,.;;c¡c. . >?•:s:!Í: • !!02 2o;r;r·;ui Es curioso que quien siente menos apetitosvitalesyRercibe:laexisten,cia comoiuna angtistia omníriloda; según suele acaecen al hombre moderno, supedita, todo a no perder la itida1 fa ip.óral'delanioqerhidad há cultivado l,lna 'arbitrariásensiblei¡íá envitrud,déJa'éual todo era preferible amorir,.¿Por.qué, si la.vida es· tanrila:la?Porotra párte,-elvalonmpremo dela vida +como el valor de la moneda coll5iste1en g~tarla-.. .es.tá.en perderlaJa tiempo ,y con!gracia. De ot:I:o,módo; la yida que. no sé,pone a .ia,rta ningup.a,ymeramente se1arrastra y prolonga• en él :v¡¡.cío de sídnisma,o ¿qué p11ede valer? ¿Va a ser nuestro ideal la órganizacióu.deLplanetá.comó;uninm~o;hospitaly·Ulla gigantesca 'eiíniéa?;~rn:,r'-; d:,·H_:-{t:rir 1:J:_:, :;-f ;;u , · ·r:I--'. ;:! :_ , ,; ,: Ésta es la mánera de sentir propia del espíri1:Uindl1strial, ,del ánimo bur1gl1és, Quiere a toda costá Vivit1yno se.resigna a:réconocer erila muerte el atributo más esencial de la vida. A este fin emplea elúnico¡procedimiento hábil ,par¡¡ a:largarla;.que[es reducirla:a su mínima.expresión¡ .como hácen ciertas especies:animales al sumirse en,iclsueño; in.ver'naL ,L¡i,s biókigos ihan dado a éste e!,nombre de.vitaminimct G.0nrlo cualresulta:,que la;vidá sepr0lmiga.enla mee ,elida. que·no;serusa,,Se .obti.éJie1suJextensió,n1a tosta. de·s.uintensid~d. ¿No.es ·arbitrario decidir~e;•SÍI11tl~S;JJÍ;más;;por aquélla.encontra.de.és.ta ?, ¿Por; qué ha de,triunfarr!a,mora:lde.Ía vida larga sobre lá,moral,d~. lavida alta ?.s, ' , , •. !Ni- en ética.ni en;biología se·ha atendido aún suficientemente al heihoicapita14e1a inevitabilidad de Ia muerte:,Hace.poco, mi gran fisiólogo ,(Ehtenberg) iha '!Ilostradó cómo. no puede;definirse: lacvida:sinla múerte, Es aquélla unrpróceso químico' en cadena; cada tina de, cuyas; reacciones dispai;a inevitáblementda sucesiva hasta.recorrer.laserie.predeterrilinadayfatal: De5de. el primer momento¡ ,c'9,mocÍmmóviLeri su. ttay,ectoria;.vada vida ~an:zacfá asu consuinacióni faríto val~ decir qtie•se vive como que se 'desvive:c Elfenóc .meno .del mdrÍr se:ya prodtidenfüi;desde la concepción.-No :cabe variar 'el
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proceso ii:iexorable: sólo es posible artificialmente frenarlo, hacer que'cadá reacción tarde más en producirse. Una vida deritmolento será más larga que una vida en prestissiinó; pero,.en definitiva, no haymás vida ~uímicamen" te hablandD-""".eri una qué en otra; El repertorio de reacciones es idéntico, como haylas mismas fotografías en una película cuando sé proyecta deprisay des" pacio. l.as emocionesy el pen5amientoson·los más formidables aceleradores del quirnismo vital, follevanalatigazos en frenética carrera, y son; como Gra" cián diría, {
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.de riesgo. Como en tantos otros órdenes; ,el deportismo ha iniciado espontá_neamente estalabor de nuestra ~pqca, ocupándose en organizap el peligro. d ;,•I,.¡i. muerte química es.ip.frahumana. La_inmortaliciad es sobrehµmana, l,.¡l. -~umanizació11 cieJa muerte spl,oppede cpnsistir en usar de.ella c;oµ,libertad, con generosidad y con gracia.,5_eall10S ppetas de la existe,Il_CÍJl~q1;le _S¡¡be,n hallar ,asuvida.l¡¡;rin¡a;exactaenunamuerteinspirada;. '''" . , 'l':n r;_i ;-¡;¡ ,,,, l
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VIII IDEAS DE LOS CASTILi.os: HONOR Y CONTRATO
Durante la Edad Mediá; las relaciones entre los hombres descansab~ en .~l principio.de la fideJ,idad,;radicado a ~uyez; en el honqr. Pqrel,contrario, la sociedad,moderna estii,fundada ernel ¡:pn¡r¡¡¡o.Nad!l pue,de 1Ilqstr,ar-taIJ- cJ!l1~~~en~e_la oposición entre ~as,' dos. ~1Ilqcione,s iprin¡¡¡Jias qe, que y_iyióu1:1ay ,()Ita edad. La fidelid¡¡d,su I101Ilbre lo,ostenta,.es, la,¡:onfi,anz¡¡ erigida en -µor;~~-' l~Jlio~l:Jre, se, t111e¡¡lho1Ilbre.por uµ 11tµeo que, qµe,da sepµ,l,tado;e,n Jo1Ilás intimo dé amJ:iqs. gl,cpµ):r¡¡\Q, e!l Ca1Ilbio,,es la¡:úrica declaraf:iP!l;clf! que des~oµfiaµ,_()¿ c1etprójÍ_rnq_¡¡ltrntar; cpµ él yle ligalltos_a 11osorr9s eil_ yirtµd,de _µn _qbje~q !!Ul,teri¡tl' 0 , eljpa,pel q_el Cº11.\j¡f!,t();:¡:-, que qued,a Íl)et~ de Ja~ cl()s;per;59Il_flS;~O!ltratl\Ilt~;·yeí:i s:u l!()ra ppdr¡i, ,_, ¡yj,l_m¡¡tetj¡¡;qU,E!e_.5;c;;¡alz,¡¡rse¡ cpntra ,e,lli\S; .¡ Gra:v:e,confesió:n:de lf! 1Ilode,rnié!\ldJ Fía giás en la_materia, _precisa1Ilep.te ,porqueno,tiene alma-,;porqµeno es:per~ona. Y,. en efecto¡cesta-edad,ha,~endido a elevar la física al rango de teología. _ '- . · .. ;: Paralelarn,ente;_~l q11e dejaincµmplido el con_tra\o recibe el_no_mbre de fcrirn!n.al,yµn castigo ¡¡utomáticame11te pre~pµe,sto cae sobre él, un castigo 1 ~tl'!mci ,;pecµniarioq co¡¡pornLM_as¡el'que ha-cometid,o;l!nfl
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cosasería un despropósito. Es' condición de todo ide~l no s~rposible réa~c zarlo:su papel consiste más bien en erguirse más allá de la realidad; füfl~ 'yendo siriibólicamente sobr~ esta, a la máner~ que la estrella irifhiye sobrela have.'Nottey Sm nosonpueitos donde qtiepaarribárt son gestosternofüs'y uilrarreáles,quedefirteúrutasycreandireccj:ones. ,,n .·· .. · ·. ,· ,... '• 3 .. La ¡iroyeccióri de ideales es uná función de la fisiologíá htirnártá. Corno repertorio de nortenemos Ún sistema de miembros, estamos dotados de mas, y lo mismo que aquéllos nos pr()porcionan un de~elTilÍllado perfil, así estas poseen su peculiar figura. ·
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. . Estosideales, siempreiricumplidos, son; ala pos'fre; una delásreálidades caráderí5tica5 de cada épocá, tino de losbrote5 queda en ella laplaüta~t¡c rrtáll.a. Y.;¡¡ véées; cu~iidoiestarnossurhidos eii .laéóntem¡ilación de un siglp viejo y ;dvértiriibs latonstancia'con que sefalta a'las normas rhisrrias qtiea toda hóta1kllamos énélprdclamadas,nbpodernos'reprintir la sospéchá,deSi esta granmóh5ergade' sus ideales no tendrá IDáS fin qúe h~cér posible una' doble vida ñétiéiá, retórita, qüedá h\gar áuria'ernbiiaguei y tin enardedrni~l} to ártificiáles; qtie perinitirrtos hacer' grándes ge5t(Js: ¡'Uno lia Vistp furüos'h<:J?lbtes qtié dé huerta fe nécesifari,'aderrías dé su•dl!stirtóreat¡dar' 1Csü vidá'\i;ífa. · espétie de segúrtdo piso'imaginai-i61 donde poder representaruna'coméd,ia degtáridés actitudes hacer ctiádfüsplástícosdévirttid, de ascetisrno:,'9e sacrificio! . ·' 1.":-·-·· . ';·; _;;·;i>· ;:;·,. !;-'-.:L;u · . A este linaje perteneten'todos aquellos que se creen con una '«misión» --'salvar política deun,pueblo' reformar lasóciedád\ mantener la ptireiá del arte: Se trata¡ casisiempre; deindividu.os que Sienten cbnfusarúentes;i-i.fü)ra de aptitudes para el destino prim'arioy efeftivo ert qu~ c!\feíorf}'lilip'~~~ inester es.é d,Íro1vagoy;caprichosooficÜip.ara fingirse tina compen5Íí.qió~. .íJ\sí\ elescriiordépoc~'talento' .·' algún día quisiera desarrdllár este. terrible, trágico t~ma: "el escritor sin talentm>-. tenderá a cpnvencerse sfgrismo )(á .·fos·demás'dbqfrelescribitinóesteríerideas¡imágeries;.gratia; aménidad,.rii,~ sita verbal\' erc ..l;'siiio defender•. el socialiSíno o cdmbatit por la libettacb ·sería'' ~fu efecto;delpobre1hombre sino creyese ta1'cosal
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espejo gestos de atlética virtud. Yo confieso que la virtud y «misión» me pareceninsóportables cuando no avergúenzan a quien las posee hasta él pun~ ·t-0 de que se esfuerce a toda hora en ocu.ltarlas y camuflarlas con las máscaras rantagón'icas: ,. · • 1
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·Este ca~ácter Ílcticio de alto juego o subliri\e deporte que•snelen poseer tlos'ideale5¡ Sé1Va•revelando 1poco a poco; 'cdnforme la época avanza: hada SU ·éons\mción; ASí acaeció conel ideal caballeresco: Nunca se extremó más el desplanté, laretórica y el escenario dela«caballería» tanto comoen'eVsigl? 1XV yifines del 'XN, preciSarn:ente cuando .la realidad social estaba ya consti·fuidaefrotráfo'rmafncompatible conaquellas gesticulaciones, Aveces; enlbs ;éscritbres que:másensálzanfas norn:ias caballerescas; que se derriten hablando de torneos y servicio a las damas; de cruzadas contra el infielypasos de honra, sorprendemos la mueca burlona. «La última parte de la Edad Media es uno de esos períodos finales en que la vida de las clases superiores se ha convertido casi por completo en un juego'de sociedad. La realidad es áspera, dura y cruel; por lo mismo se derrama sobre ella la bella ensoñación del ideal caballeresco, y encima de este se construye una 'granfantaSrríagoría.Se'quiete representar la vida bajo la máscara del «Lanceloto». Se trata de una monstrubsay deliberada ilusión\ cuya•urgente falsedad sólo puede soportarse merrced áurtatenue·sdma que contrapesa en el individuo su propia mentira. En toda'IaJéulruta caballeresca del'siglo XV reiriaunequilibrio'mestableehtre :el sentimiento' serio' qne sirve al ideal y una leve burla»: (El ótbllo de la Edad 'Media;parj?Htiiziriga;1924)., · · ' Así en un poeína dejean deBeaumórit:
Cüahdo estamos 'en las tabernas, lós fuertes vinos bebienddi •·· · y las damas' a nuestra verá., que nos estdll mirando, p'ulidiiS las gárgáf1tas, co11 sus collares sedl!ciendo, '.; r,, '' ~ l;•:c'cílt'ojos brillantes de belleza ~onrielldo, nos empuja natura a tener corazón combatiente... ·Enionct:s'velicci,los a Yaumont jAgo11lan~ ' 'ybtrds; pof Slipárte, vencen áOlivéJioy Rblándo. · · '' Má.5 aiando e5td1ítós eitlos• i:ilmpós sobre nuestros córi:eles i:abalgá11dó;'' 'lok e5ciidos ál euello, las !atizas bajando,. y la grande escarcha nos va deÍ todo cbngelmído; ·· aiallddlós' iriiéJllbros desfdllecei;, atrás y adelimte, •·y lós 'Eiíeilligos 'éóíttrá 1iosotrdssevaííánimand6. ' ' · Adbrti:vórrietrlés estre'fütiII chélier (cueVa)si'grailt · 1 · • qúe jatriais ne fussionsveu tánt Ile quaI!t.
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Pero ju5tamente esta dudaysospechue5pecto al propio ideal lleva:a éxi\" ;gerarlo;yes la, razón para sus manifestacionesrhá:s;barrbcas:,Así se cpmpla:: cerán al leer que, si no recuerdo mal, Guillermo de Orange recibe,}'daq1,uná justa tantos golpes, que no puede quitarse el yelmo y tiene que ir corriend~ a casa, de; un hen;ero, ponerJa éabeza e¡:r.el yunqu'e y; aguantar buena copia de 1rhartiÍl.áZos:.0 bknlas historias de]acamisaque;r1árra un trbvadorbelga.ilfüa . :dama enyía sucesivamente a sus tres enamor.ados una;camisasuy_á;1"ll fin;de .queJi1,lleyen:a1 torneo sin céiraZa alguna, Sólo:ehetcero acepta]á .dura!Jlruéba:, qued¡¡ hérido yla carhiSa empapada.en sangrfü Heroísmo, tal e5.pagad9 con ,el amor.dela dama; pero .el mnanteexige entone~ reciprocidad en,el satrificíoJ'isólitita de la da¡na ,que lleve pu estarla .camisa;! bermeja;co:rp.o·está; aJa······ fiesta preparáda para;después,del-torneo; ·'" ' ,,¡ :e '': ,,, •':" ' .,. , '· . , , 11 , ¡
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•· LCls escritores de la ortodoxia dem0 crática sient~Ilisoi:JiojcttJ.íando.leen ,que .Cervant~ se denominaba, a sLmismo;i
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.arriba; servir equivale a romper eLnivel.dé iguáldad degradándose por su·,mersiónnajo él. Pero imaginemos unniomento.elsuptfesto contrario: que los .hombres son constitutivamente ,desigµalés;"quefunos valen y son más que ,otros. Entonces toda aproidmatión delqµeválemeiiós,alqtievalemásserá -un'bénefiéi(l,paraaquéln;erii; en rigor;·uha asci;nsiómen Ia jerarquía¡.1\hora .bieri: Ia forma orgánica'}" no.meramente cáSuál de esa áproximació'n.e5 eLser"Vicio:Servirserá; puesfIa fomra:de; convivencia1en que el inferior .participa de .las excelericias·anejas al sµperior: He aqfilpor qué honda razón enla.Edad Me1diaél servicio ennoblece eri.vez de denigrar;y¡es,urimedio elevatorio en elsis;teilia de:rarigbs.humiú:tos;¡¡ '"·'L "·J;c, ''"'''''' "";: ·"""'' '' 1 .:EiiJos castillos, elserVicid no se entendía·.como untrabajo; y consecuen·,re!nente nq sepágabá:Nues.tra5 idéas .eci:móníica5 se han e!npobrécido y.sirhplificado gravemente; casino cónocemós dtraforma:de,retribución que el pago . .serr:iagáunaJaehahumanaexattameriteen.élmismo sentido quese.paga,uria rhercáncía:1Una:y.otra .tiehensú precio mercantil:. En Ia:Edad.Media serému:m;raba elserviciio;pero no.cónla,intencióndé1pagarlo:¡ ¿C:ómd pagar el esfuerzo de·unhombre entorno a otro?·Ello .equivaldría a desvirtliarlo;ádescalifi.carlo. Yo .creo.que¡la:idea acrual más cercana de1lo que era la remuneración de •los servidos.en aquella otra edad e5 el gasto de.répresentacióll!Yesto'. es lo . que .cervante5 e5perál5a.deUcbndede·:\-émós:Todo hombr11 que no perteneciera a la :clase art17sana, tenía 'en la Edad 'Mediá •un.papel sociaLmuymarcado;:al 'cual · dba adscritOun cierto decoro.o régimen, de vida adecuado;Yseconsideraba que la sociedad estaba obligada a proporcionar a cada uno los medios de sostener Slf'figúra y función sociales. No, púes; enbeneficio delindiViduo, sino' de la sociedad misma, y esto desde las más alt:aS jerarquías, Tal,viene a ser la exquisita doctrina sobre el reparto de la riqueza insinuada en Santo Tomás. El recto principio distributivo no era, como para nosotros, la cantidad de trabajo que el individuo rinde, sino la dosis de liberalidad y de lujo que su rango le imponía. La riqueza y su medida no se fundaban en un dereého a poseer, no eran una ganancia propiamente, sino al contrario, se regulaban según la obligación de gastar aneja a cada puesto social. Y esta idea provenía, a su vez, de la forma general.que, la economía,adoptába entonces: separtíadeLpresupuesto de gas.tos, y,nb,del de ingresos,,cqmohace•el'capi~mo:mocj.emo, Laproducciónse regula]Japorekonsu.mq;y.no;;Segú,n acaecióJuego;.cl CÓilSUIDO por la pfü.ducqión;•que es,,al'dedir delo~ en~endidos .en.esta5 cosas, elrasgo' esencial.del :capitalÍsmo,,Lp: oual~ea)ldyei;tido almargen.,.;-, es:una.perversión del orden ·naturály.correctó. E,uesla
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riqueza, esto es:, el puro medio.adquisitivo. A este fin aumenta indefinidamente la producción; no por necesitar el producto; sino con ánimo de obtener ·aún-más riqueza.IDe donde;r~ült!t qµé.el pfoductó ,la mercancía; seha C:on" vertidoen'medi9,'yeldinero; lariqueza', efl,finúltimo,, ,,, , ; "' 1 ,,,. :Mas.contado esto•rioquedadichólomás·iinportante.yn,oblédelaiinS" ·titución.de los ,¡ cria\ios»' En la Edad
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SIGUE EL viAJE: CANTABRJA'O 'iVENGA ESCUDOS!
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Los castillos nos han detenido demasiado con la elocuente gestieulaci<'iji de sus ruinas. Pero es preciso séguir,el Viaje. Pongamos en marchá'ermotof: El aufomóv'il donde hago rut:R•e5•uncoche muyviejo que ha rodadoyavárias veces casitoda
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Queda atrás la España seca; y ahora entramo.s por lal¡,1ontaña en la España húmeda. La ·tierra antes desnuda, lív'ida o roja, se cubre de verdes opu" · lencias,y a la par se angosta y: quiebra en pequeños valles apretados'. Ya no hay ·castillos beligerantes que niuerdarr loazul con las dentaduras melladas de su almenado;
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de pasos· sirrser detehldos patéticamente por una pared que nos en5eña subíceps blasonado. · , .,,. •Y es· de ádvertir uria important;ecoinéidencia•.J::a1inea de España don4 de empiezan a.pululados escudos·mari:a el fin de lastciudades" Hace tiempo que Corpus Barga subrayó este hecho' de que en el paiS vasco no existe la urbe, Un mendibnal.no.podríarealizar silfüea'de "éiudadYiendo .esta dispersión de ..· mora\!ás, que parecen huir unas de.otras y constituyen las villas del Norte.:la ciudad andaluza o castellana.es una .escultura compacta; la ciudad cantábrica es tpás bferi.unpaiSaje, UI1á urbe centrifugada, doride cada:edificio ha sido Jan~ zado hacia los campos. " ·•L> ·Esto nosllevaría a·reflexiones algo .éomplÚ:acias sobre el ruraliSI!ló cán.¡ tabro, Como. toda.España es:rural;' es. den:ci póca sutileza definitÍa formá!ge; nufoa de cada rurálismó régionaLiPero que existe.en el Norte este inStinto. de dispe,rsión. urbana .mepare9eJnci11dªble. Así, ·no:hay grupo .nacional, que pa" redera más llamado: que Bilbao a cons1:1'4ir una· urbe sólida •Y sin por.os; Sía · embargo, cuando Bilbao¡ha ql\eridci ensancharse.se:ha evadido.delperfilbfi~ cial que el.Muhlcipio proporiía.:El verdadero ensánthe l:¡ilbairio no es el.que se llama así; sfoo Neguri, Algorta;.L:¡is:Aremis.,,.,.,lafpobh(ción centrifuga con campiña interior. (¡Tema sobremanera sugestivo.fuerau_na.morfologia de lasciudades!). ., .. · , ,¡ '·'·'·'·•'•./:. 21-i••' . .Ahora bien; la urbe auténtica supone elpredomfoió dela plazuela; ágci~ . ra o foro. Lo mismo que se define el'cañón como.un agujero rodeado:de.ace0 ro, fuer.a bastante exacto decir.que,.Ja.urbe:es.uú.hi.Je,co'o plaza rodeado de fachadas. El restq dela casa más allá:de la;fachadano es esencial para la l\rblj (refresque el lector su imagen de Atenas, de Roma)c.Esto quiere decir que sóló hay urbe.donde. predomina loipúblico sobre lo privado, el.Estado sobre la familia.• En· toda: Cantabria acontece.fo, contrario; el inSfuto .de consanguihl" dad triunfa sobre el inStinto político, y esto nos explica de un solo golpela dis7 persión.delcaserío.y, la-hip~trofia de escudos.Los,cántabros,y1vascones sienten .e:L orgullo .. de la tradición: familiar, y Viven animados¡ dé un:a ,ilusión gene¡ilógica. LaplantafamiJi¡¡r:,se.¡¡garra aun trozo de campiña.porque..ne1 cesitaraíces'profundas .con que,nutrir.su milenario' destino vegetaL Recuero do hab.er. leído en e]Padre 1G:uevi\ra ; ...no.sé si en sus cartas o en el Menospre:' do de corte y elogiad~ aldea+, que, en su .9empo :tocio el.que quería pasar p.o~ rico.se: decía castellano, y quien prefería pasar poi-noble se decíacvizcaino. Hoy la riqueza =relativa;;rnuy; relativa;,en Espafla no hay ricos':"'"· ha,ei¡nigracl.o ii Cantabria; pero el orgullo genealógico perdura.donde estaba; p.erpetúa esaJie; bre.fotériorque S)lclan delirap.te5105 W11JOs,b]a;sot1ados:deJas.ciis.Ót1as, 'r·..
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. XI 5¡\NTJllANA DEL.MAR: !ANrEs DE.ENTRAREN LA CUEVA . ;¡j'''
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Santillaná ·del.Mar, con su aspecto de antigua decoración de teatro, hecha para qué delante se reciten décimas sin parar, nos mueve a:buscar una compensadón en la cueva deAltamira;.El1arte tradicional nos pesaI!li¡cho; lo hemos mirado tanto, que es muy dificil esperar de él·hlnguna-repercusióh egre: gia sobre nuestros nervios;.¡Arte:romáhlco, gótico, renacin;rletjtO ! Nuestras reacciones ante ellos se.han hecho tanhabituales, que casi sonya·movin:i:ienc tos reflejos: Sabemos de;antémanrnel'disco .que va ª'rodar dentro. de' nosotros cuando la obra bella aparezca: Nos falta toda esperanza de aver¡.tura y mb fagro. Ahora bien; siri estas dos.Fosas·no hay verdadera:emociónestética. La gente.suele, con error, llamar'así:a uneplacer confortable; segilro y como mac triIIlornal, que a hora-fijiÍ débe ptoduciise en.nbscitros'cuando un objeto muy conocido,·muy.ilustreymuysit1.drama1espiritual.haceunavezmás.supre~
sentación. Se trata de.un: efecto convencional¡ que en rigorya está en el alma antes de que la obrá aparezca. Esto es lb quequiére el buen burgués:,tránquic lizarse;.qtié las cosas coiricidancon el programa hecho: de ellas antes, que la torre fodinada de.Pisa resulte, en efecto, inclináda;;que la t:atéclratgótica. t~n-; ga arcos ojivales;. que ellienzo de:Velázquez se someta dócil como. tin can a su defihlcióninveterada. · •• .,; :' •, .,. ,,,,,,,:,. "'"•', Y, sfo embargo, la verdadera emoción estéticaisólo se-produce en.quien no está dispuesto a tenerla y no ha preforI!lado el gesto de admiracióri: Se hace unoiel siguiente razonamiento: si, en efecto, hay tantas cosas 1bellas como se dice, una de,dos: o. su belleza nos mataría de tanto conmovemos, o esJa be:J\eza una sustancia. tan· tibia,e inoc.ua que:no,mere:ceJa pe.na,de hablar de: ella. Yo.creo quf! se ha, perdido el s.entido d.el arte a fuerza .de multiplic cario y abaratarlo, Cuánto mejor cÓnsiderar:el arte. como upa ayentÚra que sobreVienealguna·que,otra.yez; muy raramente·. Por.lo pronto es una.so:rpresa. Vamos poda viga ocupacios ea nues.tros asJmtos, y derepente algo nos arteba ta, nos saca de nuestro quicio, no:s infunde: un frenesí,. nos arras: tra, como el vendaval divino a los profetas, hacia una localidad.extramun7 dana: No.hiiyatté sin.éxtasis,.en el sentido.imás rigoroso. de la palabra, que es.«estar:fuerad~:sí.»;,,,[', ''''"'' "'· , ·" , ·:i · ,,,.. ·rt.· 'r•. ·,LlHumanj.dad necesita periódic.aI!lente sacudir,elá~bol:df1l arte para;que caigan tocla!j las frlitas p.odrídas: En gracia del ¡¡rte;mismo es.preciso ser muy exigente; su dighldad detnapda,que no le seamo,s, favorables,. sino .que,. al con; tfario; luche conno~otrosy,nO.s ,rj.nda el acatamiento. D.e otro.modo, si seg\iimo~,acumulando.acl;rniraciól);·cada.siglo.~umentará Ia ;mole de presunta
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belleza, y al cabo de otros mil aftos ~o habrá en el planeta más que cemente. rios y museos. Conviene arrancar el arte delas manos del buen burgués, donde ha caí~ do prisionero, y hacerlo inconfortable; esto es, auténtico. En vez de adaptar7 lo a las'alma:s inertes, importa ensayar lo inverso: hostigar a: las gentes para queseancapaces.deéL· . "'' · A primera vista puede parecer. excesiva '~ta actitud. Sin embargo,;peré mitas eme insistir un pocó en ella. La cuestión es·más grave y merjos caprii chosa dé lb·que párece a primera vistá; Como ton el arte, aunque en menór, medida, acaece•con la ciencia, y tal vei•resulterriás claro referirse a ésta;,:;:;1J Hesostenido que era urgenteacabar con el culto' convencional a fa cien" cia; propagado durante elúltim:o siglo.· La razón es éstai M domiilareLpre; · juicio en favor de la ciencia se es menos exigente con ella, y por otra'partesé extiende una idea falsa e ilusoria sobre su misión y poder; El favor, pues,; se· habrá logrado a éostade falsificarlofavorecido;Unbuen día, irremediable~· mente, se descubrirá el fratide,•y elbuen•bu'rgués proclamará entonces la «bam carioia de la ciencia» ;y acaso elfracáso de la cultura.' Denunciará toda la por" ción de seudociericia que al amparo dé su .ctilto ha nacido. No es esto mera hipótesis. La gtlerra última dio ocasión a tales declamaciones: El buenbutl gués estaba en la ideá de•que'lamisiónde'la ciencia, y en' general dela i:ultuo ra, era acabar con las guerras y hacerle a él lavida cómoda.•Tal vez piense asi3 mismo que la misión del arte es hacer felices y virtuosas a sus hijas. y como esta no es verdad, sino'más bienlo contrario, llegará una jornada enque'se re0 vuelva' contra el ahe,•declarándoletabú; · ' · · ·¿No es más discreto sostener que el artéy,'en otra medida, la' ciencia sori dos cosas sobremanera problemáticas, de existencia muy dudosa; más bien puras aspiraciones de unas cuantas personas que las cultivan porseneilló ghs" to, sin pretensión patética alguna, como podümjugat al ajedrez o cazar inarl" posas? Todojo que sobre este hµmilde niyel10gre afirmarse tendrá un vigor incontrastable. Arte yciencia'sonregalos imprevisibles que caen sobre el horno bre no' se· s.abe cómo ni cuándo 'ni: de qué mágicas regiones. ·Por lo miSmo; el hombre•no debe. contar con' ellas ni' asentar su•vida cotidiana en islas tan improbable5/'!' · '·' , '""' :1 '" ! , En cámbio, debe exigirse ailas gente5 el sacrificio de la libatiórr. El homº bre antiguo derramaba un poco de su vino mejor en homenaje a los dioses au" sentes; siri'esperar gran cosa·de ellos::Arteyciencia nd necesitan favor ni entusiasmo excesivo y popular.Sólo de cuimdo en cuando) uri. pdcb de fuul a tendón; despiertayicritica,para ver'si ha acoritecido'elniilagro. ; '' ;'Hay que hácet, !sm erribargói excépcióncpara urla •parte de la' ciencfa: ;Ja experimental. Dejemos a: un lado la cue5tión' del rango qu'e en la jerarquía: del
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.cpncicirniento le corresponde. No la recomendemos. como saber, sino• comó ittilidad. En ella está ia clave delatécnita¡ yla técnica interesa•a·la vida de todo el inundo. Esrazonable que se exija a todo el mundo su colaboración•end ;]Jrogreso téc~o, que no es problei:nático Jiirriilagroso; No hay duda que si se duplican los laboratorios y se·dotanm:ejor, si se prómeteriquezaia los inves' tigadores, púede pronosticarse, casi a fecha fija';•facuración¡del cánciery la tu~ berculosis;•la invención de•nuevils formas de• enerilia que disminuyan el• és" fuerzo humano, etc.;,etc. He aquí un.tipo de ciencia•l.c.fatécnica-•· •hacia' la i:uales honesto movili:zar el entusiasmo de las muchedumbre5.'No se, las de'rrauda, yse las invita a sacrificarse por lo que en efecto ;lesfateresa: La técni~. 'cadesolucione5:·''''¡ ,,,,. · · ,. , ,,, s; • Per.o el.arte.yla pura ciencia viven de ser problemas, y sólo pueden interesar sinceramente gloriosos eqµipos·de·aventureros.No·.fundemoslas ,Tosas sino en la sinceridad,' tierra firme, Fero se dirá quei también ellasnecesitan medios; auxilio sodaL Perfeciani.ente: Que•le sean' proporcionados por grupos· particulares de la sociedadverdaderamente sensibles a tan di~
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'• Aquí, delante' de esta cueva donde parece haber.,nacido el arte; reco~ nozca'mi>s que es'éstéun soberano azar. Nb,cab'e·premeditarlo como un cril roen o un negocio. Estos hómbres de Altamira lo encontraron sin•buscarlo; Vmo sobre ellos como una revelación, como un bisonte. i · ;; , ¡ • •
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5ANTILLANA DEL MAR: LA SOMBRA MÁGICA DEI:A VAR!Th
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Abre el guía una verja que defiende el ojo negro de la caverna; por don~ de he'mosde fugresar. Avanzamos el pie sobre·un terreno húmedo; resbaladil zo, pedregoso. Pronto sentirrios que la tiniebla nos ha devoracfoynbsm!!laxa, nos mastica con sus mandíbulas impalpables. Una entrada p~feja'debíatener aquel lugar dela leyenda céltica que llamaban el Purgatorio de San:Patricio; .Los que' tomaban de él no volvían areir nunca, ¡Y
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Pero no;,ha sido.un.error.Lo.que' hemos Visto era nuestras propias sombras¡. témblorosas; .proyectadas sobreclatechumbre por.la: lámpara que yace en el suelo,·¿.YJos bisontes?, Hay: ~rureí:ato irónico ell' estastfiguras primigeniás ..,. que rehusanentre'gárse sirgrilás:ili más. a lairetipa profana .. Evidentem(lnte¡ el suelo de:la caxerna:está·b,o.y-tnás !jlto;que·é):l:otro tiempo; .yno queda1cjiS, , tanda suficienté¡para,que,eirdipujci eritero; casisiempre,dc; ampl}as dirile};íó . sio:óes,,se compónga_.enla·visión; Hace!falta que· el guía conduzca nuestra: rriiradaseñalandoa lolargo·elperliLdecada bestia con un puntero: Más como, esto,,éj ecu tado;uria vez .y:o tra; a'caba11ía,por,estrbpear la obra• prodigiosá;:el, guía.ha inventado . u:ilrprocedirnie,nto qu\! va mtiy: bien conrla e5cena, c'oTu el lugar, con.el sentido mágico de aquellas creaciones. La lámpara superpone a ládecoráción,altamirana las sombras delos turistas; extravagantemente, de5m¿uradas. De suerte,que,éstosJp•primero,qúio hallan allí es su propiacy . vulgar siluetác; (Ehliscí¡:>illo,de la 1sapiencia saíta;recorre, el mundo en bus7., ca'de< la verdad;·¡:lesespérado .y rendido, Y'uelvé ahemplo de Saisj se acercaat. lugar santíslmÓ,,rasgadvelo que cubree el secretb ddsis .y1encuerma;_.: s~ . propia imagen, recibida por un espejo). Pero entre estas sombras Na la de,urn1. varita que el· guía lleva.en lá mano;.yJa,púnta·de esta sombra1e5:la qui; s·e dese liza,;virtua!.e iricorpórea; sobreel'techo; y:suscita.mágicamentetoda la fau 7 ná paleolítica que. contiene desde.háceveinté mil años:el vientre; ·hoy violao, do,delaespelunca. "'"''l'iL'' ''" .·. Es la segunda vez que visito el antro misterioso, y la impresión de ese tupor que me produjo la primera sólo ha podido aumentarse. La perfección y la complejidad de este arte rupestié sacuden dentro de nosotros legiones de ideas anquilosadas, demasiado seguras de sí mismas. No ha.y duda: la cueva de Altamira es uno delos grandes hechos que han caído en el regazo de nuestra época, De un golpe ha triplicado el horizonte de la memoria hu-. mana; de la· historia; de la qivilizacióriA' como todo nuevo hech.o de gran calibré·, óbligá a en:simchar enorrnémente nuestro sistema de ideas si há d~ tene'rené!.cabida;. ·· ..... ,,,,,•¡ ··· Oste'rita'elhec:h01facetas escandalosas. ¿No eS•Uff.escánda:lo quedarte· pictórico: ..• ~a ~osa ta.n difícil; según' los pintor~ comiericé:desde' luegp : caído perfecto ?.En rigor; el arte· egipcio ofreciá úna indicacióni'>arecida.'jram~ bién a:llí·se llegacén seguida aJa'perfeccióTuplástica:• ¿Cómo lossa:lvajes 'de Al" tarriira himp'odido 'eictraen.de,sí ladelicadeza¡eLritmo; la gracia:triunfantes en estás figuras?. Por otra parte •·; pensamo5'-'-", nuestra extrañeza esuírpoco.rf!!j, tórica .. Todos los días observamos cosa parecida. Nopocos'ddos mejore5, artistas actualéS,. tratádos de' cerc!j; presentan caracteres paleolíticosrSea diclíó sinmalaiÍlténciorn Esurni advertencia que rriuchos·lectoies habrári heého: Obras admirable5.nacen en hombres.de a:lma primitiva; supeclativarrienté:
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ruda. Da grima ofrfos hablar de sus propios engendros, y se llega a dudar que sean ellos lbs autores. En esto; co:no en.todo; h.a.y ~~n diferencia en~e el füteliterario .y los i:lemás:Aunqueno rmpos1ble, es lilSolito que un buen libro emane de un espíritu grosero e ignorante, ¿Cómo se explica este diverso ré'gimen? Yor¡olO¡sé;pero esta experiencia me parece una seria objeción contra'pinturay esculí:ura'en que algún día se caerá. Talvez el último siglo ha' sacado de quicio las cosas y; elevando excesivamente elrango de esas dos artes, las ha equiparado ala poesía, con grave injusticia. A nadie le ex,traña la rudeza eil'un buentebariista otapicero:•Esmu.yposible que la inminente resc iauración dda jerarquía en fas cosas hurnanas vuelva a desnivelar las artes~ evitando enigmáticas éonfusionéS:Ha.y'casos.en que·tien'e gran vigor el argu· · ""''"L mento ad hominem.'" '" . ' . No es necesario dedrquelos pintores deAltamiralsoninocentes de lá bec lleza queles,atiibuimos.•No:se•proponíanhacerárte, sino algo másimpbrtá.nte: magia. Entre los bisontes; ciervos, caballos salvajes, cabras, ha.y alguIliís mahbs de hombre. Al principio;:con:urni ekplicación racionalista, se supuso que' elartífite. h¡¡bía apo.yadoen
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quiere favorecerla curva, de su busto no debe acernarse a la orilla.del mar, por~ que las olas son cóncavas como senosryal retirarse convexas en1iüesaca soh serios que menguan y quemlieten,:Cuando llueve demasiado; d:brujo.d~ las islas del estrecho ,de Torres seifitroducedondeno puede decirse·una boli, ta roja, y luego, •lentamente; Ja expele1 La,con5ecuencia:es. que el Sol triunf¡¡ delas m¡besy vuelve a salir. radiante, Lá foTIJja circular·ha bastad():para;ideri~ tificar el:astrO Con fa bofa.' )i'Aiiii· '¡!)C!• ·Túii• ' ,,:¡¡• ·.Existe, pues, para el alma primitiva-qna,penetrabilidad,prodigiosa ehtre las realidades; queperniite•pasar,de.una ao.tra .comoisi:estuviesenllenas:de metafísicosporos·o.fuesen de riaturaleza;gas,eÓsa; Esta condición de,las cosas hase posible la técnicarmágica yJa.in5piracióll'.simbólica:...·•: ; ;, n: ,, ,.,1 , .'. Ahora bien; hay ciertas cosas cuyo parécidcÍ éon otras ~ssuperlativo{E\ saber: sus imágenes ,o figiirasi Pata nosotr()s;la figura dibujada no tiene nirlguna realidad propia; y,talve?: exagéraD:)os'un·porio más delo dnsto"I¡er.O se comprende que el hombre ha J:aríiacio milenios.en cohven.c.erse de4ue un,bl-; son te pin ta do no .es,. alfinyaLc¡¡bo;,up.;bisont~.J'asa comoto!lcelnombre, qúe es, para lá, mente primariamtrr¡.odo.dela ·cosa.misma: Los. ésquirrn\les,sostie; nen.que el,hombmse compone detrés paq~:;SU q1ei1io, suahna y.su:nom1 bre,.Nomprar .es,,plfes, en algún modo; tene
EN LA PLAYA ,
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, •Las playas son)osrlugaresJemeninos delas costas; como los promontoc riossimbolizansumasculinidad,J·· !i•i·""' '""', ·" :: · · ·.,, I:.aplaya:gr:áT1dedeJ3iarritz se encorva corp.o Un[!, fusta;par!l manteneren ob~diencia sus rocas, amaestradas.Son•media ,docena de inonstr:llcis' con;piel ocre que emergen.de:lasagiias;}l tienepl\náSpecto n,iaquillacioyfalso:Haaiah ·demasiada falta en aquel.mar, des,nudo; sin nave5 ni íilelancolica prolongación de,arrécifes; para que sú:pre5ehcia no seaJsospechosá:•¿Pm; qué hiln de tener
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esas formas tan ruectadas? ¿Por qué han de ser unas rocas iguales a las rocas que sueñan.fas señoritas.de comptoir?'Y como todo Biarritznos parece.artifi: · cial, pensamos que estas rocas demasiado oportunas.nohan nacido alli.en vir-, tud de espontánea; inspiración geológica, sino que:han sido.colocadás'por un Sindica to de ¡:urisrnp .a firl de amenizadil marina y dar ocasión para que lo azul, batiendo;.se vÚelva•blanco. Y la espuma; en efecto, ciñe a sus cuellos una gola cándida; comb suelen llevar. en los:drcos l¡is foca5 domesticadas; :¡ -'
EN EL BAR BASQUE
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., , •Sobre.la playa; en losbajos .del GrandHéitel; está elBarBasque; donde eJ?.tramos a coiner:.Utiagrari,aapo.ta de iiiadera sobre unos mástiles cubre el área de mesas. El viento salobre,entra,directamente del mar por;los;flan-, cóslibres y sacuddas lonas, que dan latigazos como .un· velamen;; Parece, en efeoto, que estamos sobre un,nayío, En la puena, una•virgen.'vascongada,es:' cai¡notea nuestros sombreros;:Es un.bello ejemplar, de larazá.éuscara,Los ojos, únpoco.bblicuos; h\,nariz;•muyrbreve; la,piel, tirante sobre los,pómulos, ,todo .ello. c.or¡Ja ligera ins~nuacióh del tipo mongólico que es; tan frecuente ei¡:1a inujér.vasca;; ··.·.,.,,,•;:,¡e¡,. · ,; ,., ., 1 ' ··· .,Pronto advertimos,que hembs1llegado en un momento,[email protected] la.travesia.;Casi,todas las mesasiestánJlenas. Es,lahora de, la urgente roa-, niobra. Y se;ve;alos.:contramaestres.;ryestidosde 1negro, que danó.rdenes rápidas,a marinosiy·gr:umetes,los cuales vanyvienenveloces, un poco atro-, pellados; sin duda porla gravedad del tranceJ En una mesa, solo, rígido; im, pasible, un inglés, i:on.aire, de comodoro, cañonea el conto):JlO con su:enor-, me monóculo., ·. ,,,., .. · . ,,;, .Pero he aqutque,un cont:ramaest:re llega a nuestra 1mesa. Sehace•preceder de un· cadáver, Hemos visto ya quee1r:ito serepetí~ con todosJoÚecién llegados. Es;.sin duda,, la; victima propiciatqriá,queen. mui:hosrpuebloscprj-, mitivos se presenta. al ext;ranj ero en signo el.e benevolencia..Se trata de un in-, gente pescado tendido en uría largafuente:JEl pez está lívidq¡ lo cubre.l]ná gelatinalitúrgica y con.c;J.iversas!sustancfaslleva tatu¡¡qo•s:u:ouei;po fiambre. Es, en verdad, una obra dé arlé; Parece guisado;porJlicasso. Lo adíni\amos; y · pasá.a otras mesas:para seguir celebrando,sur triunfo :póstumo:;' , -,, -: ».Entre los conswnidores p~edominanJ~s norteámericanas~ ELviej9 continente se ):la llenado·de·notteamericanas;¡que;llegan de U/ tramar decididas~ cónfu~dirlo Jodo! Nadan, réman;1beben, fumart;,flirtean;juegan al golf, bah lan sin cesijr,' en España torean y pruebmsu culturarhablando de'.espiritismo. ~}!lt'ciitión:es:q.~_,parar.: - '·/'.-,-¡ rr-:_r,!;c·,. !LU---- ;.fl!! ·-·;.;'_:¡-,, - r:ri:_.':::,
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Frente a nosotros hay dos judías; y no lejos unas damas argentinas. Exc quisitas, ingrávidas, suaves, casi irreales en su perfecta indumentaria, unas y otras dan una impresión deextrerrtamodemidad: Y, sin embargo, poruria inevitablé·asoéiacióri,.no'puedo mirarlas sin ver tras sus tenues perfiles in; rriensasmanadas de ovejas:Acompañan virtualmerite'a las hebreas los cor" deros bíblicos; a las criollas, las infinitas merinas dela Pampa. Estas tenuic ..... dades, estas gracias sútiles yalquitaradas no serían posibles sin enormes rebafios · detrás, que no para sí mismosUevan sus vellocinos. Mi amigo y yo convere samas un rato sobre el triunfo de los pueblos pastoriles, sobre las cisternas de Canaán y los ñandús australes. Hay en el ambiente una jovialidad festival que aguza la mente y la hace elástica: No se puede descáno·cer'que lbs franceses han sabido daF a:'una co, mida todii la fina exaltación de que es capaz; Sobre todo, desde que han acepo tadciuna alianza con el coch•tail anglosajón;' ·· Sin embargo; nuestros entusiasmos comienzan organizarse especialio zándose, ylos de mejor calidad acaban por renditse ante una mujer que entra acompañada de otra yprecedida del más corrécto entre los ancianos; ¿Por'qué esta mujernos interesa tan.to, con uninterés respetuoso .y delicado·? ¿Pór qué quisiéramos ser sus amigos y poder recoger esta frase que ahora ha debil do decir, con una sonrisa tan leve y contenida como si una rienda·espirituatla retuviese? Todas estas otras mujeres tan•elegantes no nos interesaban hada. ¿Por qué? El tema es com'plicadísim'o y obligaría a aventar secrétos un pdcd crudos. Sería forzoso decir que la mujer elegante; con frecuencia no esfaíniís interesante. ¿Qué le vamos a hacer? se puede ser todo.'Pero esto, asÚ'VeZi requeriría aclaración, porque de la eleganéia'se suelen tener ideas muy eqúio vacadas. La elegancia se convierte en un oficio y; a fuer de tal, en uná servi.¡ dumbre, la más dura y constante. La «elegante» está todo el día alservicio de su elegancia.Tiene que asistir alas quince lugares cotidianos donde es eleganteir.
hasta ella, se detienen y se inclinan. En su traje; las modas colaboran, pero rebajadas en un tono, como si una mano puesta sobre ellas las hubiese vencido. 'y, sobre todo, la máxima diferencia; las demás mujeres que hay aquí parecen eStar aquí enteras. Esta, en cambio, permanece ausente; lo mejor de sí misII\ª quedó allá lejos, adscrito a su soledad, como las ninfas amadríadas, que no podían abandonar el árbol donde vivían infusas. He aquí la razón de nuestro interés. Interesa lo que se presume y no se ve. Esta mujer posee un arcano
hinterland ... julio-septiembre, 1925
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.r • VITALIDAD, ALMA,, ESPÍRITU
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que se debe contar, corno el choque de dos automóviles o un partido de fútbol. Lás toses, los e5trerneeirnientos colectivos, latensión de la curiosidad en una óirva peligrosa qúe lfa.ce elmonólogo del orador,· o los hastíos que; de pronto, orbayan sobre el público. Y una puerta que gruñe, yun escalofrío en las bombillas, tan dramático, que pasa corno una amenaza detiniebla.·Y luego, aquel terrible abismo que•inesperadarnente se abrió ante el orador cuando se encu.entra sinlapalabra donde poner elpie y agita los brazos en mortal aspaviento; en ese gran abrazo a la atmósfera del periclitado¡ del qüe se hunde en el vacío, ademán siffibólico de «adiós» a]o 6dstente-'-por•esO los chinos•llarnan al morir «Sa" ludaralavida»-··;o bienélpárrafomagnífico:obeso; carnoso, blando, que se maravillosamente en el aire coi:no un aerostato, y¡ de pronto, ~' ¡tingl »; «¡ting! », las seis; lás siete lanzadas de una campana de reloj, que lo tra5pasan, quelo:perforan y le hacen•perderel gas> O bierila cuartilla de notas que se pier" deyla sumersión consecuente de buzo que ha de ejecutar el orador en la pleamar de·sus·papeles, Y, después de' nadar hasta el fondo sale de nuevo a . . . ' la; 5llperfide con'la perla arisca entre· los diente5 y goteando por fas sienes .. : u: " :i Pero ahorayo quería sólo insinuar unaileve rectificación. En la nota de El Sol se meh1ce afimiar que «la iitfacción8e los'seJios sirve de ilsiento o cimiento o plinto afa estatúa' es¡)irituaU>. Yo no he dado nunca tan excesiva, tan· ex" dusiva irnporta~ciaala dinámica selcuaf.: Quie~ no me haya oído y haya leído esa frase,. me habrainscrito'en la hueste freudiana: Y esto me serta vagamente enojos~. Creo que en el sistema de Freiid hay algunasrideas útiles y claras; pero su: con1untome e5 poco afín: Para no hablar de cuestiones particulares, indicac ré sólo que la psicología de Freud tiende' a hacer de la vida psíquica un proceso mecánico; bien•que de un mecanismo rnentalynofísico. Ahora bien: yo crecí sup~rada en principio parla ciencia actual esa propensiónmecankista, y me parece más.fecunda una teoria psicológica que no atomiza la conciencia eJiplicán" dola cornornero resultado de asciciacionesy"disociaciones entre elementos sueltos. Varnos)en psicologfu como en biología general, aintentarün ensayo opuesto: partir del todo psíquico para explicar sus partes. No son las sensaciones =los átomos psíC[uicoF quienes puedenaclararfa estructura de la persona, sino viceversa: cada sensación es una especificación delTodo psíquico.: Mi distancill de Freud es, pues¡ radical y previa a la cuestión ya más concreta:de la importancia que pu.eda'tener la sexualidad en la arquitectutai:nentaLCasipodria·decir que soy muy anti-freudiano, a no ser por dds razones¡ la primera, porque ello me SÍ" túaria entre. gentes demála catadura;1a segunda y decisiva, que en 'e5ta época donde todo el mundo es «anti»; yo aspiro ai«sernyalri6 ~
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Quisiera hacer una menuda rectificación a la amable nota en que El Sol rec sume mi última conferencia'. Pero antes ... ¿no es un error que el modo de trae tar periodísticamente una conferencia consista en resumirla? Aun en el mejor caso, el que la dio y los que la oyeron encuentran de ella sólo los despojos de un ave. El resumen extirpa el ala y deja la molleja y la pata. Yo creo que el punto de vista periodístico ha de ser otro.. El periódico es el arte del acontecimiento como tal. Su misión no es buscar la.realidad latente, que un día quedará destilada de los sucesos. Esta destilación es faena que se hace siempre mañana, lejos del hecho inmediato; es anatomía, análisis, abstracción. El periódico, por el contrario,.asiste al acontecimiento, ylo que más debe interesarle es, precisamente, su apariencia, lo que.de él se habrá ya mañana volatilizado. Para el pee riodista, una conferencia no puede ser, como para el estudiante o el oyente, una serie de ideas. Es un pequeño drama que acoµtece. Es un salón con su fisono~ mía peculiar, es un público determinado. ¿Cómo se ha formado este público a diferencia de otros públicos? ¿Cuáles son sus facciones? ¿Qué sistema de fuerzas invisibles lo ha seleccionado de la total masa posible? El título de la díse~- · tación desciende como una redada al fondo abisal de la sociedad, y captura en él su marino botín, recamado, hirviente, tal vez con algunas sirenas. Los presentes subrayan la ausencia de los ausentes, proporcionando así a éstos una virtual presencia. Cada conferencia, con perdón del conferenciante, es un animal, un organismo individual que tiene su biografía posible, de una vida que suele durar una hora. Lo que el orador dice es solamente uno de los órganos de aquel ente fugaz, tal.vez sólo el esqueleto. Una conferencia no se debe resumir, sino
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Se tfata cÍeunas conferencias s~bre <(Antropología filosófica» dadas el año Í925.
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topografía de nuestra intimidad, No somos :Una sola:cosa·':un área monóto-r . na y como un.espacio.homogéneo dondecada:punto'es idéntico; Opoco:me+ nos, al Otro.: Hay¡ en nuestroJnteriot. zonas, estratos; .orbes qiversqs¡ cuya db ferencia:noses;desobra,:aparente.· ··"'' ''" ··''' ,, . "' '·',. , .:Conestemotivo'decíayo:·,,: 'J ·,¡¡¡.: ·' ·,i¡;,¡,,,·.: :•,: «Sicompan1mos el hambre o e1¡:ilacersexualcoI\el'peru¡amiento .en que·> Einstein formu)as'u abs.tractateonaoilaAecisiói;i1heroicl\ que,hacea;(lIJ;hDm~ bre sucumbir por e]debet, hall\U°.emos, tat dista¡:icia:y, diferenaiá;.que nos ,pa,7 recerá forzqso dividirnJlestraint:imiciad en,mundosfU.orbes.diferentes.:Ha:Yi en ef\!cto; una: parte de µuestra:persona que;sehallacornoinfusa·o énraiza~ da icn el cuerpo<}\ viene a.ser.como .un a!rna,corporaLAella:pettenecen; p0 r ejernP,lC>; ]os iru¡tiI1tOs de defepsa y ofen5a;· de·pqderío¡y .cié juego; las 9l!ns¡i~ cion,es.orgánicas, el placer y dolor; la atracció]]) de.unsexb sobre otro,.la sen0 sibilidad para:los.nt:m0 s de, músicíl y dama; eto;;etc:;Sir,ve este alma cqrporal de.asiento o.ci.rniento.al resto:de imestr(! perspná, Es ella;e],plintC> de,la esta1 tua espiritual\ larníz del árJ;>ol.oqnscien[e,,Lo,más su'b]im,~ d~ nµe5tra p~rsCl.i na se halla unidq estrechamente a,ese subsuelo animal, s¡n que tehga,sentido fijar, una línea Cl frontera que sepiita'IO•uno ,de]o:otro;cNuestrapers 0 na toda; lo ,más noble yaltanero;:lo más heroico .de ella; aspiende.de 1esefondo Oscurq y:magnífico, el cual;: a suvez,;seconfun:decoriri;\]cu'erpo.:Es;falSo';¡es inacep, table,pretenderseccionar e], fodq hµrµáno en alma iy ci.terpci :: No porque ·no seaI\ distihtos; sino porque no hay, modo de, determinar dónde nuestro cµero po termina Y, c.omienza nuestra alma; S.ns fronterásison indiscernibles·cemo 16 eseilímitédelrojoy del.anaranjadci eri]aséri¿ deI.espéctro:¡él urip'te~i~ na dentro del otro: Por eso fuera oportuno sermonear.un ]Jo,co a:los que ser, monean contra el cuerpoyle hacen, como;lOs antiguos místicos del:plát01 nisrno¡ blanco. de todos sus insultos. ·fer.o,esto c.0I1;5tituirá1terna aparte1 que he de tratar algún día:bajoel título.'tElsentidO del cúer¡:ii:JP,~Es.unrternaede ino superableactualidad; porque.él hombre e1lropeo se,dirige récto:a:ur¡a gigan" te reivindicación del cuerpo' a unaresurreéciói;t de la: carne • '·y. la. llárrioasí por.ser,.siri,duda,' é]catoli~isnrnila'religióri qUe en ~ul'mtsh~nc\a cc;mi~t~ ha hostiliz'ado·rnenos la córporeidad»:: .¡iJ:;:,,:; '• u¡¡1, ; , "'"''';., .• ;,:.• , · .. , ·;·, Y••Corpo se,advie~te/la atracción,sexual eraparamí sólo;Un ejemplo, eri~ tre: otros;:defa eµ.orme 'm~a de fenómenos. que:iiltégran ese alma. corporal, es.a porción dehhornbre intin¡o 'que'sehallasurnergida¡fündida, esencialrriente confundida con,el c1.1erpo: Lafaltade pulcritud, d~lealtad•intelectuaL.,-,-que unida ciertarnente:a.calidades;cornpensatorias ha i::aracterlzadólos dos· últh rnos. siglos.de .<
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está.más cerca delcm;rpo, llámese Fraµcisco de Asís ( <i=· que ha absorbido ensíelorbe,entero dela :vida;:Yan:onec'esitanegar,nada.comoJq~ aspirantes, corno los arrivistas. NO se diga que pacta cOµ;todq, esto es]o que dice el:rnté.o el pretendiente. N o~pacta; do miria; ,reina sobre:todo.. J:iora .d~ gran vendimia ~n que: la ;t:LVaiperfecta.se hace gluéosa.yJq¡\o. cobra d.e 1a miel.el duliotyel do,; rada:.,«¿ Qµé ocurrió.? :'.:'Tdice·Nietzsche:Un•rnonje tudesco,.Lutero,,Uega;a Roma. Este. monje, lastrado. con todos,lo.s ins.tintosyengativos de un fraile frac casado, se subleva en Roma contra el Renacirniento.;.Lutero .v:io·l~.co~pción del.Papado cuando. en rigor, se tocaba:con las. manos,hcontrario .-;, ¡La·vida se sen.taba en la sede de:lqs POntificesJ., íEL triunfo dela 1vida! ». i.:' ;e ""', ' m::' No hay duda¡que ~.esta cómprénsión,de la.ca:fI\e,. es'ta: subJimeidea eu, carística,:una de:la:s muchas superioridades :del.catolicismo sobre. eLpro, testantisrno =religión ésta que:¡:iropende a Jo espectral, a la incorporeidad y a fugarse del mundo. El catolicismó;t:ira: del cuerpo y del.planeta; todo hac ciaarviba ... Con,unhondo sentidO·.católico,Unamuno demandalasalvación de su cuerpo. Se trata de:eso:,de salvar todo, también la materia, no deser:tránsfugas;.·· ·'"Ji---:,·"· . "'' Necesitamos no perder ningún ingrediente: alma y c"uerpo. Vamos, por fin,:hacia una edad tuyo lema:nopuedeser:.·,
;·¡_¡jj
DEL:ÍNTRACUERPO r:-·-,-.
La anttopOlogíafilo:Sófica, o; como yo prefiero detiti eLconocirnientb del hombre, tiene ante si un tema(todavía no tocado por nadi¡; y que fuera
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incitante· acometer: la tectónica de la persona, la estructura de la intimidad humana. ¿Cómo e5 la figura y la anatomía de lo que vagamente solemoslla:l niar·«alma»? Aunque parezca mentira; la;psicología de. los últimos cienañds no ha hecho sino alejarse di! éste asunto/al c1lal se ve hoy forzada a retomar, Larazón de este abaridono es dara.• Lospsicólogos·del pasado siglo se pro: pusieron exclusivamente hacer una.física delalma; y por ello se interesaron. sólo endescdniponer ésta en: sus elementos abstractos y genéricos: Las leyes de la asociación de ideas fueron elwnfraposto de las· legesmotus quefa 111e:1 cánica de Newton liabíai\:istaurado. De esta manera se llegó áunapsH:oloo gía elemental, a'11n:a:teorfa.•de fos Hementosabstractos>no delos conjuntos ccmctetds. Claro es que Sin esa gigante labor sería hoy imposible dirigirseá mayores empresas: Pero·ha•llegado]a hora opdrtun'it para 'acometer ésta.5 y foro mamas una idea más total.y compleja de la intimidad humaná. . . . . • •., ' • ..· Elprirner paso ]iácia ella el;, urn(topografíá de las grandes zonas o rec giones dela personalidad'. Yo creo que, por lo menos, hay qtie distingúirtres¡ cuyosco.ntomos ycáractéres·se aclaran mutuamehte: Una es esa porción de nuestra.psique que•Viveirtfusaernelcuerpo, hincada y· fundida con él. Ernníi última• conferencia decía yo de;ella:· •· ·•·! : · :• : ''«A este alma camal,; a este ciniientoy raíz de nuestra persona debéinds llam:ar"vitalidad", porque'enella se fuhde'n radicalnienfelo somático y lo psi" quico;'lo corporal y lo espiritu'al;yno sólo se·funden;sino:que•de ella emanan y de ella se nutren. Cadaurio'derios'otros es ante todo una fuerza vitabmayor o menor, rebosante b deficiente, sana 1o·enferma. Ehestdde nuestro carácter dependerá deli:J que sea·nuestra 'vitalidad»'. ··• • ·' · La concisión' a que el tiempo dbligaba'ffie impidió·determinar1lnpoco más estrechamente el fenómeno-·porque se trata de unfenómeno, de un:hé." cho, no de una hipótesis ni de una teoría-.. a que con esta·.denominación me refiero. · ··• • •· '" · •" • Sicaminamos desde 'lá figura exterior humaría haciá adentro¡ nd·es'pro! piamente el•hombreíntimolapriniera éstación que encontramos.'Porquees el cuerpo deLhombre elúnico•objeto:del'universo '.del cual tenemos un.dol ble conocimiento, formado por noticias de orden completamente diversoi Lo conocernos, en efecto, por fuera, como el árbol, el cisne y la estrella; pero, además, cada cual percibe su cuerpo desde dentro, tiene de él un aspecto o vista interior. Supóngas.e que colocamos separado lo que sabemos del cuerpo exteriormente de lo que sabemos d.e él internamente. ¿Caben dos cosas más dis.tintas? Las palabras que significan acciones corporales tienen siempre doble ~ignificación, segú~ las refiramos a nosotros o al prójimo. «Andan> significa dos lieé:hos muydistiritos eri «yo ando»yen.«él aI1dafii ElaI1dar de «él»·es un fenómeno que percibo con los ojos 'verificándose err el espacio•éxterioh 570
consiste en una serie de posiciones sucesivas de unas piernas sobre la tierra. En el «yo ando»; tal vez acuda la imagen visual' de nuestros propios pies moviéndose; .!'ero sobre ella, como·más directamente aludido en aquella expre" sión; encontramos un fenómeno iilvisibley extraño al espacio exterior: el esfuerzo para movemos, las seI1saeiohes musculares detensióny resistencia: La diferencia IÍo puede ser mayare Dhiase que err el «yo ando» nos referimos al andarvisto por dentro delo que él es, yen eli«él anda»; al andar visto porfuera, en su resultado•exterior.. · · ¿No merecéna lirperra de· analiZar, de describir con alguna minucia, cómo es para cada cual su cuerpo, visto desde dentro, cuál es el paisaje interno que le ofrece? Podo pronto, lo que yo.he llamado en mis cursosuniversita.rios:el intracuerpo no tiene.color niforrna bieri definida; como el.extracuer~ po; nd es; en efecto, un: objeto Visual. EI1 i:ambio;• está constituido por.sensa.clones de movimiento o táctiles de las vfscera5 y los !IlÚsculos;•poi la impresión delas dilataciones y contracciones de los vasos, podas'.meriudas:peréépcio~ nes del cursO"de la sangre en,verras y arterias';porlás seI1saciones de.dolor y placer, etc., etc. Nuestra vida psíquica y nuestro mundo exterior se-hallan· ame bos;mon.tadosséJbre esa.imagen interna de nuestro cuerpo que arrastramos siempre con nosotros y viene a ser como el marco dentro del cual todo nos aparece.· - '>'· Es conveniente,,para loqudui;go he dei decir, notarla. enormeimporc tancia que el intíacuerÍJo·tiene errla árquitectura dela persorra•huinan:í..,Ehdia. que este asuntase irivestigue bien;revelaría, muy probablemente, que es111uy dis'tintala imagen que cada uno tiené deLinterior de su cuerpo; Eri. ella cala una de las· raíces de nuestro.•carácter; Asf,]á euforia,Ja sensación de bi.enestar que es forzosa para que se forme.un'carácter confiado y optimista, no es sino el aspe~to general que a algunos seres afortunados ofrece su cuerpo; .El carácter atrabiliario se ha llamado astdela atrabilis, de la bilis negra; e indica que ya la sabiduría popular ha puesto en ciertas sensaciones intracorporales del hepático el origen de sutemperamentomalhuri10rado;Más de una vez, hablando;corr los doctores Laforay Sacristán; nuestros psiquiatras, notábac mas que es un errordda ciencia usual considerar los terrores del neurasténico como imaginarios e infundados, simplementepor ria encontrar causa ex'tericir para ellos: Esto lleva al médico a creer que lo patológic() i;n• tales neul rasténicos son•esos terrores; esas angustias, cuando, a mi juicio, lo anormal sería que no las sintieran. ELneurasténico .suele p¡¡decer pequeños trastornos circulatorios, desórderie5vasculares;que susdtan enelinteriordel cuerpo sensaciones insólitas: Al llevar cada•i:ual su intracuerpci corisigd; enperen, ne compañía;no solemos parar mientes err éLEs el personaje invariable que interviene en todas las escenas dé. nuestra Vida, Y, por lo mismo, no atráe la ,,~il'
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atención.· Mas cuando en él se producen esas insólitas sensaciones, la atención comienza a.retraerse del mundo externo y a fijarse con frecuencia e iné sistencia anormales eri fa interioridad de nuestro cuérpo. Esta inversión h:h, cia dentro de la atención es cru=acteriSticáde: todo neurasténico/Empieza a•ser. problema para éllo que en el hombre saludable no lo es nunca: su·cuerpó interior.Yllega, con el hábito;:a serunvittúoso del escucharse a símisrriéL. NoTinal.mente nb seritimos;por:ejemplo, ese terri,blé, pavoroso acontecimiento que es el fluir de la sangre por las venas; el sentirla llegar1.talvez•con esfuerzo; al extremo de los·dedos en manos y pies¡ elriotar el martilleo fatídico de'la pulsación en.las sienes; Pues bien; he aqufuno de los síntomás más;caracterís" ticos defa·neurasteriia: sentirla:cítculaciórrde la sangre. Al pócfrtiempoj est¡1. función;•tari,inadvertida poli el·sáno;se convierte enel·hécho de más bulto y más de1ptj.rrier.plano erulapetspectivá delenferrrió. Elresto del mundo pa~ rece alejarséborrosó;perderr'ealidad, y·en'su lugar se instala; gigantesco;Jo,+ midable;ellíé¡uido drama delasangie circulante, el golpe rítmico del cora0 zón,· qúeda·su niágicapulSación; sóstén delavida-.-sumágica'p'ulsacióri, que siempre.párece que va aseda·última. ·¿Cómo pµede parecer extravagante.ni patológico:queataninsólitas•serisaciones reales,·auténticas;reaccione.el enfermo conpáriicos terrores y lamentables angustias? • ;•· Vaya esto sólo como ejemplo de las fecundas consecuencias que una investigación de.la imagen.del cuerpo·puede¡própon;ionamos: Así, el caso, . mismo dclneurasténico nos pone sobre la pista de un ingente problema; que tampoco:hevistonriricaa~bado, a saber: cómo se produjo y se produce la.~ versióri:de'laatenciónhahialo intimó; Porque nat:Uralmentey en:plena salud la atencióriiría siempre hada lo de· fuera; hada elccontomo. vital más allá· del organismo, Que el.hombre desatienda.el-medio; én diálogo con el cual vive; y; haciendo vitar la a tendón, se .vuelva de espaldas a aquél y se ponga a mi~ rar:su interior; es'relativamente anómalo e Y, sin embargo; gracias a esta ano-+ malíaseha descubiertoel·hombre·íntimo y:todóslosvalores anejos a él que soncoJ:ISiderádos•.comolos superiores¡ Si se'.compara' a Píndaró conSócráte5; se advierte la dará diferencia·entre·.iln hombré:para quieri el mundoiintérior. no existe yun hombre vuelto dehevés; quiero decir vuelto hada adentro, Am+ bos se preocupan de losjóvenes; pero el póetá apenas ve en ell_os otra cosa-que la-aparieneia gatrida,oeltobillo ligero;elpuño Cierto, mientra5 el moralista les induce•a recogers'" en sí mismos, a ensinrlsmarse. YSócratestienetodó eLaire de•unneurótico,)labitado:pqrextrañlis
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psíquico y lo espiritual. No es u11:azar qtie casi. t~dos los hombres de ~ntensa y rica vida interior-.el místico; elpoeta; el filosofo-son u11poco enferriíos de su intratuerpO. Eh éste, éomó en tantos otros casos; la cultura se ha logrado mediánte•el aprovechamiento de· lo que,'biológicamehte, es patológicoy un valot negativb. Enig!laldad•ddas demás condici~ne~; la mujer posee más vida' interior que.el hombre,' y yo he creído forzoso msmuar la relación entre este hecho y la mas fina'percepción·qu'e de•su intracuerpO tiene el ser femeninO'. Merced a ésta, goza de mayor sensibilidad pata el dolor físico que otras criaturas humanas o animales; . •·· . •·. . Pero volvamo.s al alP:tá'corporal; que he llamado «vitalidad»'. Ciertamente que apenas si sabemos foque es;rpero cada cual advierte que todos si.Js ac" tós, mentales o materiáles;·ma,nan~ como de un: hontanar, de un oculto tesoro de energía viviente, que es el fondo de su'ser: Yadvier.teademás que ese tesoro tiene una;cuantía de terminada y: que a'veces parece menguar y otras henchirse como una vena fluvi~l hasta cierto nivel máximo. Y no sóloperCJic be éste su:oásicó'tesciro deenergía/sino, loq'ue es más sorprendente;•al entrar en coritactolcciri:otro hombre, nota:alpuntola cantidad y calidad de' la vitalidad ajena. ¿Quién no lo ha experimentádo? Al separamos de cierta persona éon• quien hemos conversado un buen•rato nos sentimostonifü:ados. Yno por; qúeaquellapersona sea muy inteligente; ni•porquese haya mostrado bondadosa: no le debemos ni una enseñania niunfavór. Sinembargo,sálimos del trato con ella i:mrió refrescados; llehos;de.cónfiania errnosotrosmismos, optimistas; saturados de i!npulsosy.pleriitud; cqnúria.firme fe en:la existen" ciar Si queremos ánalizarlos inÓtivós de esta corroboraci'ón )'aumento de vitalidad; nó hallamos ninguno concreto; Mas hay otras personas cuya proxittiidad; por breve que sea; nós deja maltrechos y extenuados; llenos de desconfianza y como sila existencia hubiese cobrado un agrio sabor. Al se• paramós de ellas somos menos que antes y; por decirlo así, hemos perdido ca~ lorías. Y es que, en efecto, hay dos clases de seres: unos, dotados de vitalidad rebosante; que se mantienen siempre eri «superávit»; otros, de vitalidad insuficiente, siempre en «déficit». El ciCceso de aquéllos nos contamina favorablemente; nos corrobora y nutre; el defecto de éstos nos sorbe vida, nos deprime y mengua. Cómo, por qué mecanismos acontezca esto, es cosa que ignoramos; pero el hecho no ofrece duda. Ni a la postre; es tan inesperado. Porquelávida es precisamentela realidad única; entre todas las del cosmos; que se contagia. Hasta
~. 1 _yéase
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el punto ~que cabría, por uno de sus haces; definir la vida como aquello qlfe es capaz_de contaminar-ycontairfuiarse,To,da vida e5.contagiosa: la corporalyla espiritual;la-buena,-quellamamos_salud,,yla•II1ala, que llamamos enfermedad; Se contamina: la muc]:ia;v:ida_y se cqntal11ina la pocavida;.Eptrefuertes; nosro7 bµstecemos;,entre .débiles; nos extenuamos_, Se contámina hasta la bell~a "7contra lo que dice el :vUlgo,-,,,;'se,~qi;itagia la~ej ez y la Juventud:, •: : _ ' ., :, :; i _. «qomo el rey David 17ra,v,iej ¡hy,ei;itrado en, días, ci.!briarile de :vestidos¡ rrtasrio'.sé_Calei1.taba~r;,-1·-·:_::,.:~ ;,-_;. 1~·1;1
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EsPiRITU Y ALMA -
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- ·; ,Ese fondo de vitalidad nutre todo el resto de ni.!e5tra persona, y como.uiía savia'animadora asci~nde alas cumbres de nuestro ser, No e5 posible; en nifü gún sentido, una personalidad vigorosa, de cualquier orden que sea -moral, científico, político, artístico, erótic~. sin un abundante tesorode esaenergfaVital acumulada en el subsuelo de nuestra intimidadyque he üámad.o · · · • «ahua corporal>>'.
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- . ,, Perorsi ésta coru¡tituye elcimiento,y,
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afluyente5. Se «está triste», se <Ü!stá alegre» un rato, un día o toda la vida. Cuando se ama, el amor no es una 'serie de puntos discontinilos que se producen en nosotros, sino'una corriente continua en que! sin interrupción,'actúa el sentimiento.Bastaría esta:diferencia para separar radicalmente nuestra vida intelectualyvolitiva de la régióh:del abha dondetcido es'flúido; manar pro'c longado, corriente.·atmosférica;.·.: · ' '·Mayor claridad recibe todo 'esto si entramos resueltllméní:e en esta zona y desde dentro de ella vemos su distancia al espíritu.' 1¡: · :Enefeéto: en'tre lávitalidad,que'e¡;; en cierto modo, subconsciente;ioso cura y latente, quése extiendealfondodenu'estraperscma coI)lounpaisajeal fondo del cuadro',)' el espíritu; que vivesus'actos instantáneos' de,pensar'Y querer,hay:url ámbito intermedibrriás dáro que lavitalidadi menos ilumina" do que e1espíritu1y que tiene un cictraño carácter atmosférico:1Es:laregión de los senrlmient()~}' emo¡:ione¡;;delos,c:le¡;eos,·delos in\.pulsosyapetitos:lo que vainas a,llamar¡ren'sei:itido estricto;· abna:1:' '·" . :::e::,,: El espíritu; el«yo»;:no es el abna: pudiera decirse que: aquél está surnÍ~ do, y como náufrago, en1éstá;.la cual le:envuelvey le alifuerita. 1Lavoluntlld; por ejemplo, no hace sino decidir, resolver entre una u otra inclinación: 'pre~ fierelo mejor;'pero no querría'por sí nada si no existiese fuera de ella e5e teclado'de las inclinaciones¡ donde elquererponesudedo imperátivo,conici el jueZno existiría sino hubiefa!geritesinteresadas,que:pleiteari;,, Nótese lo que acontece cuando súbitámente·percibimos que en nosotros se:produce un.estado de tristeza .o brnta una antipatía hacia otra:persona.: :ta tristeza ~e presenta comoima colorádóndeprimenté que va lleriándo el voc lumen.de nuestra persona;· podem6s,:en:un momento,'deterrninar,' como eh una marea, la altura a que.llega: hay tristezas periféricas que no llegim·al cen" tr6.de !apersona; hay:triste'zas profundas que anegan todo nuestro sen Enlas primeras, el «yo» se siente aúnintacto:.la tristeza está en tomo a él, más ame" nos distante, pero no éri.él.Eti.:las segundas, queda sumergido y; como'suele decirse;áhogadoen'angustim · ,,,1 ''' ,,,: · · La antipatía, ese nfov4uiento coni:ra alguien que de repente brota en no" sotros¡ no saktampoco de nuestro yo. Yo soy el: que piensa, el que decide y quiere; soy autor de mi pensamientoyde1mi'volición; perola antipatía la encuentro en mí sm queyo la haya hecho; surge tal vez contra todas mi? reflexiones, contra. toda mi voluntad. La persona antipática es, acaso, benévola conmigo, no terlgó nada que decfr contra ella, y; sin embargo, ese impulso de antipatía surge,enmí'espontáneamente; sin mi anuencia ni colaboracióll! Ellµgar,pues; de1yofümenfutimo de dónde mana ybrotala'antipatia--'-como la tristeza-·- es dist:iiito del puntb psíquichque llamamos.
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de ella. Quiere. dec~rse que ese punto del alma donde la antipatía nació ha atraído el eje de mi persona y se ha instalado en él. Eh todo instante surgen en nosotros esos impulsos del abna que vemos situados en tomo a nuesc tro núcleo personal ya distancias diferentes .. Lo propio acontece con los des~os o apetitos que nacen y mueren con nosotros, sin éontarpara nada con nuestro yo. Son míos, repito; pero,no son yo. Por eso, el psicólogo tiene, a mi juicio, que distinguir entre'el«ymfy el
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suele ser; al.propio tiempo,mtiy fino receptor, exquisitamente sensible, y, sih embargo, de intimidad sumamente,seca. ·Es muy dificil ser, a la vez; sensiblé yseutimental: .. · ·'' '"' ''1'' De ordinario, atraviesa el alma períodos de grari porcisidady otrcis de ex" tremado hermetismo. Una preocupación: grave o aguda suele,pro\iucir un exceso de concentración en nuestra intimidad;1Sev:uelve ésta,:por decirlo así; de espalcfasal murido y atiende'cdn máxima tensiónª' lá pena,o conflicto que ocupa. entonces el centro aniniico. Nada externo llega adentro: .va el alma sor" day ciega.· La alegría, pdr ekontrario¡ vtielvenada afuera el alma, la descori" centrá:y fa convierte én'un amplio tejido ;de ábiértos poros; en un comd pá., bellón de oreja, dispuesto a recogerlos inenores.sorndos 1 .. ' '·, • .; : ' · ·' 'Y cómo:todo,serdébil,propendeala preocupaCióri por 'su debilidad-así elenfehno : ',adaece:quefoscdébiles suelenser.criáturas poco sensiblesy extrañamente hen:ríéticas; .,.,,.. ''-· <;'' 'r •, ,E]:famoso' «cuartci de hora>>·de'las nmjeres es sólo un taso: de esta oscio !ación entreépoaas,deherme\Jsmo y épocas de gran porosidad ahírnica:;Dop. juan,•queni e5 tansinipkni tan fácil de dejar cesante como, este querido Ma: rañónpresume¡'sabe.niúy bienrque,una mujer'preocupadase halláirimune a. todo fuerte prqce5o sentimental; ypasa; entonc'es de largo, sin perjuicio'de tornar más tardeca la Inismamujer, euando ve'qudapreocupación ha, pasado: ElenamoramiE;nto,;pbdo mismo que eseLmás
CIENCIA, ORG!A Y ALMA
ES ta tripartidórrde;i1ilestraintimi\iad,.éru]as, tre.5 zonas de vitalidad; álmli. ye5píritu,nos .es'illlp11estaipqr;los hechos; y hemos llégadoacella!sih otra ope"' ración:q11e!filiar'est!ictru;t;ten!e; conicihacemn-zqólpgd aldasificar,]afatiná¡ los fenóínenos'Jinternqs:c ¡;!sos tres nbrrib~es, pues,: rió hatehsino. denominar, ¡,¡'
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diferencias patentes c¡ue hallamos en nuestros íntimos sucesos: son conceptos descriptivos, no hipótesis metafísicas: Es cosa hien clara que en•el dolor me duele i;ni cuerpo, que la tristeza está en:mí, pero no viene demiyo; en fin, que pensar o querer son actos <Úníbs», enJel sentido de que nacen detni yo. El pronombre «mi» significa evidentemente cosa distinta en los tres casos. Porque mi c±]].erÍJo; objeto extenso y rriateriál; 'no puede ser «mío»enlatmisma forma que lo es.la tristeza, y ésta, a su vez, no es «mía», dela Inisma suerte que una decisión errianada del yo en urucreador acto de voluntad. Y; Sin embargo, esa'pertenencia a !apersona; ese formar parte de un sujeto quecelposesivo «IllÍO» expresa, tiene lugar en lqs í::res cásos. ESto nos obliga, por lo menos pro" visionalmente; a hablar, de tres «yd» distintos que integran trinitáriameute nuestrapersonalidadrmi !
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1;·1:-¡.1iPuide elle:cto_r--yer: las 'razones que:haypará _ello
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en el ensayo anterior•1Las dos grilnd~
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El descubrimiento de esta Í:rinidad en la persona invita a preguntarnos cuál de los tres «yo» somos, en definitiva,. y al intentar responder nos senti" mds deslizados hacia consid~raciones de grave sutileza, donde palpamos¡ tomo desde fuera, realidades y problemas de dramático sabor cósmico: Yo tra• taré, no sólo de dar a mi pensamiento claridad-lo que voy a decir.es, creo yo, perfectamente claro-, sino de'. hacerlo asequible, cosa·que empieza a n(J serfácil en estlisperaltadas regiones. · · Entendirriiento y voluntad sonoperaciones racionales o, lo que es lo mis" mo, funcionan ajustándose anormas y necesidades objetivas. Pienso enlame" dida en que dejo cumplirse enfilí las leyes lógicas y en que amoldo. mi acti• vidad de inteligencia.aher de las cosas. Por eso, elpehSaniientopui:o es en princij:>fo idéntico en todos los individuos.Lo propirnaéoiltece conlavolun'i tad; Si ésta funcionase. eon todo rigor, acomodándose a lo. que:« debe sern, to" dos querríamos lo mismo, Nuestro espíritu, pues; no nos diferencia a unos de otros, hasta el ptinto de que algunos filó~ofos han sospechado sino habrá tinsólo espíritu: universal, del que el nuestro particular es sólo un momento o pulsación. •; ·. • : ;., ·. Lo que sí parece Claro es que; al pensar o al querer, abandonamos nuestra individualidad y entramos a partiéipar de un orbe universal, dondeto• dos los demás espiritus desembocan y participan comó elnuestro ..De suerte que, aúffsiendo lo más' personal que hay en nosotros ~si por perso:p.ase entiende ser. origeri: defos propios acto~, el 'espiritu; •eri rigor¡ no :vive de Sí mismo, sino dela Verdad, dela Norma; etcJ, etc:i, deunmundo ooJétivd,enel cual se apoya; del cualrecibesupeculiar:contextura. Dicho·de otra manera: elespíritu no descansa·ensímismo, sino que tienesusraíces:yfundamentri en ese orbe universal y transubjetivo. Un espíritu quefoncionase pbr síy ante sí; a su modo, gusto y genio; no sería un espíritu, sinoun alma. : Porque; en efecto,· sentir, coíunovemos,.deseár¡ advertimos que sonac~ tés, en un pleno sentido, privad6s,:individtiale5: El que piensaiuna verdad se da cuenta de qúe todo espíritu tiene que pensarla de hecho o de derechq como él. En cambio, mi tristeza es mía sola, nadie la puede.sentir. conmigo y tomo yo; ni cabe que varios pongamos Iris belfos' en la inisma.cotriente•de alegría para abrevamos de ella; como cabe qúe se nutran'de Ja· misma verdad se¿ res,inhumefables. ··: :• : , •.. · · .. , · · ' ' ',e " Parejamente define Kant la vbhintad e5piritual 'pór el impérativb cate" górico, según el cual sóld se puede querer lo que todos pueden qúerer. De modo que el espíritu, intelectual o volitivo, excluye la exclusión, elimina la singularidad, nos suma e identifica con los demás, al paso que el alma vive de si:miSma y por su cÚenta;aparte del mundo y de todo otro sujeto, llevándo 7 se a sí misma en vilo y sin apoyo en orbe objetivo alguno. Pensar es salir fdefa'
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de sí y diluirse en la región del espiritu universal. Amar, en cambio, es situarse fuera de todo lo que no sea yo, y ejercer por propio impulso y propio riesgo esa peculiar acción sentimental. El alma forma, pues, un recinto privado frente al resto·del universo, que es, en cierto modo, región de lo público. El alma es «mqnida», aposento, lugar acotado para el individuo como tal, que vive así.«desde»,sí mismo y «sobre» sí mismo, no «desde» la lógica o «desde» el·deber, apoyándose «sobre» laVerdad eterna y la eterna Norma. ·<' · Se aclara algo más esta diferencia entre lo «privado»' del'almaylo «público» del espíritu si descendemos nuevamente a la vitalidad, alalma corporal.':' Nuestro cuerpo tampoco viv.e sobre símismo y desde sí mismo'. La especie; la herenCia; son pdde_res extraindividuales que actúan en el cuerpo de cadafodividúo. Va•éste como dirigido yprisionero de una fuerza externa a élypreviaa él, quese manifiesta, por ejemplo; en los instintos: Son éstos un repertorio vital ya hecho, acabado, perfecto;•queel cuerpo recibe com:o un ac" torseencarga deun papel preconcebido por elpoeta. Todo inducea•creer que si al fenómeno que llamamos vitalidad corresponde una realidad efectiva, ésta será comounto~ente cósmico unitario¡:es decir, que habrá una'sola y universalvitalidad,'de que cada organismo es sólo un momento o pulsación; Ello es que Jos mas agudos problemas biológicos no,resuJtan inteligibles Si no Se supo.ne esa:v;idaúnica y armóilic:i éntodo el cosmos. (Por ejemplo: el hecho de la adaptación mutua entre especies diversas, y en generalla armonía entre «todas» las especies, sólo é:m±íprensible si un principio vital único ha organizado sti conjtinto,Iomismo.québrgalliza el cuérpo décadá individuo}. No es smtóma·desdeñable el extraño.fenómeno de que el ser.vivo perciba desde'luegolavida~uees·cosalaténte-·.·-:de los demás sere5 vivos y asimismo la simpatía uriiversal, la maravillosa comprensión que actúa entre todos los animales y es base inclusive de sU:s luchas y odios. (El odio entre razas humanas, el antagonismo entre esj:>ecfes infrahumanas; implica percepción de las diferencias vitales). Enfin: las situaciones de máxima exaltación corporal; Gamo son la embriaguez, el orgasmo sexual y la danza orgiástica, traeri consigo la disolución de la' conciencia individual y un delicioso aniquilamiento en•!i\ uni" dad cósmica; , ELpredominio del espíritu y el del cuerpo tienden a desindividualizarhos.y; al propio tiempo, a suspender nuestra vida de alma, La· ciencia y la ar~ gía nos vacían dela emoción y del deseo y nos.arrojan de ese recinto desde el cual vivíamos frente· atado lo' demás, sumidos nosotros mismos, y nos vuelcan sobre regiones extraindividuales, sea la superior de lo Ideal, sea la inferior de lo Vital y cósmico, Pero aún podemos acusar con mayor realce este peculiar carácter recluso del alma.
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ELAlMA COMO EXCENTRJCIDADr·:
Contemplemos la.vida del niño.:Su,alma!apenas si ha, comenzado áfot, marse y su espúitu no ha despertado aún. Las acciones que le vemos ejecutar, sú~tencia tódá, 'estári dominadascasi:exchisLvamente.pqt:elalma corpoc ral.!Sicle compáramos .cón.el·adulto, nos parece niu y próximo al imimal;.y¡ como éste, sin plena individualidad,•¿De qué·ceritr,o,emanall!sus actos'i"En el niño; comó en el animal, ,~enderíáihos,a no ,hablan de ¡:entr,o alguno', yjuzga1 riamos más adecuado decir que son,méramente,perlferia.,El nifio vá.deáctci en acto,.como.empujado por.una fuerza externa áiéL Estos.actos se sucedeply . enlazan.cornolbs eslabones.deiµna caden,a;énque,uná pieza árrastra la oq-a¡ pero•no.emanari.detincentrodriteriorca!éL El niño, como ,elanitnal; no se sien4 ted~frerite>i'.al cosrnos;:sino,que ,es trozo. del cosmoscrNo. tiene cámamni ~
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'sabroso sentido.bajo esta nueva eiridividualisirria pel'spectiva.del yo excén., ·. ttico. Porque ebnundo del cuel'Poyeldel:espíritu son relativamente ¡¡bs.tractqs ygenéricos. Pero'los amores y odios dotan al cosmos de una topografía afectiva y le proporcionan modelado. (¿Se ha advertido la geometría sentimental que actlja en el hombre enamorado?) El rriundo:m[Jstrenco,1igual.para todos, se hace entonces «mi» mundoprivado . . .Ma01 por.otra parte, cae el,hombn¡.prisionerq de su álma• La: ciudadela, e1hogar,:sona la,yez prisión YJm\zmorra, Quiéralo o rio;:tengoque:!\er.YP, y sólo yo. Me sientó desterrado del resto :de.las co 0asy enli,m(trági~~·secesión dela existencia uriánime del Univer5oi ¿Soy un: tránsfuga.del múndo,0, 11n arrojado de él?: ¿No. es, el alma."' .en el sentido. que aquí· doy al: términd :. ·el¡¡uo 'téndco pecado qriginal.dei qU\!:habla el,.(\ristiaµism 0?· Antes•sólo había Par¡¡, fs0; cuerpo,yespúitti ,,__coincidencia,cón elpaisaje, quefes•]Jorie5to jardín; aunque.sólo.fuera!camp0=,cóincidenciacon:lqs.anirnales.y.hérmandadcon ' los astros:! ino~encia!,,eµ s:utna.·Mas;despuésdel pecadp;•Adán y,Eva:hacen un gesto. que para un;psicologo .es.inequívoca: secubren.• C:omo todo•ge5to tieni; un origen sirnb(ilico, y representa;en:figurasJde,espacio;lo¡psíquico, cµbrir.el cuel'Po eqúivale,a separarlodel¡contomo; ~errado, .pre¡;tarkintimidad, A la intimidad;yrecinto .excénttiéo:qti\!es eLalr¡:ia corresp¡jnde· ese: gesto pudo¡ róso. El hombre que siente.la delicia.de ser élm;1ismo;sieritealavez!que con ello cmneteunpecádpy,retjbeun castigo.:Dirfase que esa porción de.realidad · que es su alma; y que:ha,aéorado iirtemediableiµente para sí; la ha sustraício.de modo fraudulento'afainmensa publicidad de riaturay espíritu.• Quelli\ así1con~ · denado, como Ugolirio, a pesar eternamente sobre su presa, que•es él:tniSmo, yrnorderfosin descanso·la:cerviz. • · "• • · , :Todo hombre o rnujer que llega a madurez sintió-.eri una hora ese gi" gante cansancio de·viviúobre si.tniSmo; de.mantenerse a pulso sobre la existencia; parecido al odium professionis que acomete a los mbnjes.enlos 'cenobios: !Es como si al alma selé fatigasen los propios músculosy ambicionase reposar sobre algo ql.ie ho sea ella misma; abandonarse; como un~ carga pe~ nosa al borde•del.camino. No hay:remedi 0 ,.hay que seguir.ruta adelante, hay qtie seguir· siendo el que se es;;¡ •Pero sí, un remedio existe; sóloüno, para que, el alma descarise:ufüamor feivientea otraalma; Larriujér; conoce mejor que el varón este rnaravilloso:descarisb¡ que consiste en ser artebatada'por ptrb ser; Tambiénaquíla imagen plástica de arrebato, de.rapto, deja rezumar el sen, tido. de.la oculta realidad pskológica,.En el rapto, la ninfa galopa sóbre el lomo del centauro; sus pies delicados no pisan el suelo, no se lleva a sí misma; va .en otro: Del mistno.modo, el alma enamoradareahzala mágica empresa de transferir a otra alma su centro di;: gravedad; y esto sin-dejar de ser almaJEnton7 ces reposa. La excentricidad esencial queda enun punto corregida: hay¡ por
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lo menos; otro ser con cuyo centro coincide el nuestro. Pues ¿qué es amor' sino hacer de otro_nuestro centro y fundir nuestra perspectiva con la suya? :; -~:
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, ' ¡,'' Entre los muchos rect1erdos y papeles que conservo de mi amigo A.:., ha.~ !lo éste; donde,se álu:de,alá'geometrfa sentimental y puede' corroborar.lo ano tedicho a güiSa:de'documento,o cbrolario.1 h " ,· ,. '' 1 '.· «Hóyin:ehe enterado de que Soledad se fue ayer de Madrid para una aú;; sencia~:vari6s 1 días; He 1tenido al punto la·sensación:de que Madrid se .quedaba1vac1oycomo exangüe.:¡ Unáimpresion que,hán sentido todos los enac mora~os 'delm1,mdo, pero no por eso menos extráña! Madrid sigue igual, cori sus m1Smasplazas y calles; el mismo rumordetranvíasybocinas; la misma genteyehniSmo trafago; los Tnismos árboles en los jardines; y sobre los teI jados; el mismo tráre:ito de nubes blancas y redimdasi que ayer y anteayer. Sin emba,rgo,. todo:eso;parece haberse vaciado de sí mismo y conservar sólo sw ex" térior; su caretá:·Lo que han perdido e5·tlnapeculiar dimensión de realidad: perduranantemis ojos y oídos, pero han dejado de existir para mi'interés: . ,1 , ' '. · »Ahora noto hasta quépunto·miambr a Soledad irradiaba sobre toda la ciudad y toda1
uri divino prestigio, que casi se concretaba en una extraña aura o luz dorada erdomo a su persona. (Lo mismo he notado en los paisajes donde ha vivido ~piedad: sé impregnaban sieJiilpfe de una mágica sonrisa.dorada,.como:de sol poniente.en estío, suave fotosfera que parecía emanar deliciosamente de toda.s las cosas):Aquél me ha hablado una vez de ella; por tanto, existe.en él su,imagen, yle veo 'pasar siémpre como un ser ungido; como un bajel qúe llevase en la bodega una reliquia irradiando taumaturgia. Esta mujer es la que encuentro'eri:tál calle'cuando voy avern Soledad, y aquélla,veranea en la mis" mapoblación o tiene tin sombrero parecido. ¡Este dulce'drama,, de circuito ~orto,:que nos proporcionanlasimujerespárecidas, sobretodo de e5paldas, ada mtijer'queamamos! 11 ¡Parece1que es ellal", y nuestro corazón daun brifr c;o>concentrando·susflúidosdeemoé:ión parirlanzarlos.como.gases asfixian" te5 hadiáSoledadyfoirnarbajb sus piesla:mibe donde caminardosdioses de Homero y las mujeres amadas. Pero no; fue un error, e5 otra, y hay que ir dando salida poco apoco,1enpura pérdida; a la.fluencia sentirhenta1'que habíamos acumulado; como hace elfretio. devapo:r en los trenes. , 1 r: ''' !: · r;i: , 1» Imposible énumerar lávariadísima cantidad de notas, maticesy etn" blemas que sobre personas innumerables arroja como reflejos el:solb serde Soledad2 ,..¡ .,,,, ,., 1' · . ,, , , ,·»Ahora percibo hasta qué punto era eI centro' auténticode gravitación a que tcídaslas cosas seinclinab'ári,: el cep.tro de su realidad para mínYyo me orientaba materialmériie, sinnecesidad1de señales externas, portin mas o:rne~ nos:de tensión íntinía·que en mí hallábaiAl andar sabía si mis pasos melle" vaban:hacia·ellit"o mealejaban;icomocla·piedra; Sincojos, debe de sentir en el aité su curva trayectoria al sentirda: atracción de la tierra que tira más o menos de su materia. ·. ,, ·' · »Viceversa: la. ciudad donde sé que está áhora-ayer ihdiféretite-. comienza a: adquirir eLmás sugestivo mod¡;lado. Es un esquema cuyas lí" neas comenzasená palpitar.. Es unaiestattia.de sal.que1volviese a ser ,de carne. Todq, en firi, parece trastocar su m;denacióneirse articulando en el sentic do y bajó elinflujo d~l nuevo centro g~ométrico deatrácción sentirrienatl: :» 1 •
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PAful. UNA CARÁCTEROLOGÍA
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La distinción en la ,intimidad1humana de.estas tres zonas ~«vitalidad» al~a; espíritu-.-. nos proporcionaunbuen instrumento para aclararnos cier~ tas diferencias elementales en lo~ caracteres):' modos de ser. •'" , 1
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Cada uno de nosotros representa una ecuación diversa en la éombi" nación de esos tres ingredientes. Por lo prorito, nos caracteriza la cantic dad proporcionaLque poseerp.os de.ellos'; Hay•gentes con «mucha almaí~,Y «poco espíritu»; obien con abundantevitalidadygranescasez delas·ótra~ dos zonas., _,;> ?r;b · ··' • Pero más importante quela cantidad es el orden o colocación de ésas que . podemos llamar potencias:psíquicas; Siempre que entro·enrelación con un · nuevo prójimo, me pregunto «desde. dónde» vive,; es decir, cuál de .esas tres potencias sirve de basey raíz a su vida. También puede expresarse éste fenó~ meno diciendo: nuestra exiStenciafütima, elniovimiento vital de nu~troser¡ sus actuaciones e inhibiciones de todo orden,.gravita hacia unou otro ele esbs tres orbes:Vivimos, o principalfilente de nuestra .<
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· En géneral, juventud-no niñez- implica predominio del alma. Esto se·manifiesta•inclusive en el curioso fenómeno de rejuvenecimiento coletti+ vo que son los pueblos «criollos». : · · · . ·· ·· ' · · -~ • Porque esia tripartición del ser íntimo no agota su fuerza de esclarecimiento referida a· los individuos y sus difererités edades;•sino que resulta so~ brenianera fecund~ 'cuando se aplica a las grandes rruisas históricas; 'Cada pueblo y cada época reciben así una clara base de• caracterizacion.•. '· · •El'hombre griego vive desde SU' cuerpo, y sin pasar por el alma asciendehaciaeloespíritu:Así se comprende esa doble y contradictoria impresión que nos produce el arte, el libro y la exiStencia toda de Grecia. Por un lado sene timos una extraña inocenC:ia y como desnudez de animal; por otro, una sorprendente claridady pureza qué toca lo sobrehumano. Al helénico animal no le cubre la atrn'ósfera de un ahmi, 'y eri las Panateneas va la cerviz del potrojunc to al cuello del efebo sin ésencial·disparidad; En cambio, la acción de crear tal escult:Ura parece'inspírada 1por'utl puro espíritú, por laNous anónima de la ·• geonietría,'quesecomplaceenesculpirlasideas•dePlatón. ·. ····. 1 • ' '.; En la vida, en lcís•hombres de Grecia'echamos de menos laindividualidad"-'-'<:omo asllirismo falta,rigorosaní.erite hablando, en toda su filosofía·. No ·e.Montramos nuncaese recinto hermético, e5a {
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Sócrates;Ja destreza que se estima es, ante todo, la corporal, ó, podo menos, incluye siempre las dotes deportivas. Mas cuerpo yespíritu -,-según hemos vis: tü-'-representan frente al alma lo genérico. , -T.·,. ,, '-',, ,, ' - _, ,_, , , .. -;· - 'Lo que entrevemos, pues, de su pretérito indica:que, relativámenteá otros puebfos; ha sido_ el-hombre heleno el menos anímico;ielmenbs:excéntrico; Por no serlo,ha-producido.una cultura dotada:de5orprendenteubicuidad:Pot no haber vivido, desde un puntci cósmico.'exclusivo,.susJdeas, su.moral, su arte; valen, eri cier¡a medida, para todos los .demáslugare~,del brbeJtistóri' co. E[magisterio' que Grec_ia 'ejerce en el ancho panorama de l¡is,édades:hu7 manas.no proviene sólo de virtudes, sino quesu]Jbhe también.defectos; por' lo menos_ ausencia de ciertas calidades, Hace-mucho,·:y con,motivo Ínuy di50 tante del actual¡ recuerdo. habet_estrito 'que,_el.p~dagogq, para serlo,.tiene qu~ hac~r el heroico sacrificio de su individualidadi.I'orqúe-la'cultura griega lo hizo sin sacrificio, es laéultura:pédagoga•p_or,excelencia., U,:-, , - .:: ,_ ,,, • • · '..Viniendo de la_Hélad~,.Ia:entrada en la Edad:Media,•nos pare~eelingre_, so en un horno. No se ive claro; la energía vital no: sé i:onsume fCn luz derra,:; mada-,sobre el Universo; se.concentra.en calor dentró'dé la petsornL El germano vive de-su alma y de-su ,vitálidad,,El, espíritu-es_ cosa acla,que vapoéo:a ]Joco llegando,• merced a aprendizaje y-adquisición: Relativamente c:c-recuér, dese que sólo hablamos_ de rela:tividades+-c-no k ~s;nativ.oc, Necesita beberlo enlas_ ubresdeGrecia, "" :.; ,:,,,,;,, o: _,, - ¡¡e¡_;,,,_,,_,.,,,,,, - La.estatua gótica manifiesta enfonna extremadaf este imperio del-alma¡ En la estatua griega vemos un trozo deimánnol.que da ocasión aunaforrria¡ Esta forma, a que la materia: proporciona presencia Visfüle, tierie sentidciy.Vá: lar, por sí misma. Es bella en sí; es una' divina proporción; uríidea!. de cuerpo humano, como eLtriángulo geométrico.es un ideal de triángulol•-i'-or,~l COfü trario; en la visión_adecuada de una estatua gótica•-,-,'¡ es curiósobo". riov.e~ nos el.mánnoLo,la-madera de.la talla, ni, por ottapatte,cvemos-la:fótma conio tal; porsí, según:sus componentes visibles. Erivezde.todó_est0 yeri:ios:sólb 1iíJafigtírá expresiva.. La líne¡t_y· el plano ·tienen 'aquíJiria,!Uncfón trariSitiva: la.de .expresar una intimidad sentimental.• El sentidoy :valordeiafoi:i:na.nore• side;. góticamente- pensando y mirando, en fo que, ella-es a :los ojos;, sino en sU'fundonantiento'o eficiencia expresiva.Está áhí.para.¡1ltidit.a otra•ccísapor esericialatent~: el'alma d~lque.esculpe. Goticismoes;1origiria'ria:e.inevita~ bleniente, lirismo, fhiénciay emanación de-_ún denl:ro_invisiqle:il!unfuera 'l'i: sible. Sfniiramos la forma gótica segúri e5; como mera pre5encia-plá5tica'=ctile es cbm9 miramos la griega--,-'.,, nos parecéra fea;·monstruosa:y sin gracjai La _...:.._'--'--'-" : i ,: : '
LVéase ~l afuh1t~bl~ Übr'o 'de Worringer;-L~' es¿,icid:d~tekti1b' kóti'cO'·{Madi1c1.1 0ccidcitte). ·" •,"
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ReYtiútdb
'-6bra medieval_existetoda con el firi delanzamosniás_callá d~,ella, áltecinto inc ;~ible, transvisiblede unaintintidad excéntrica, que vibra estremecida y ardiente, compuestá de deseos y emociones, de l:lnhelos, angustiiis,y alegrias, ,dé 'alliores•y de odic;is. Por esta razón;;la.estatua,al sercop,venientetnente mira~ da, desapare,ee; se !).iega as\ rnisrna,;;sObretodo; nosidi.Strile de tp.da.atención 'asu materia. La expresión se.derrama comc;i,unzumo. o-jugo sobr_e_e!;objeto:y ]o cubre, tapando eLpuro_m~rmolque es,. o !apura mad_era. •:-:;; :, , . Si e]arte griego es p!a.~p.cid¡¡d,~ pura presencia, el ~u;t~;rnedieya] es exc presividad_';' alusióna algc;i ausente.Pero sólo se exp.re,s~elalma. Luego donde 'h_
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d'é:~ eíitia\fag;anEiaS·; i~ priñlhITi Sbsfje'c1ía~de_ &ita v~rd~d: :A1'PtóHtó sdrprenaera'al lectcir1que,se
,niegrie·al:es¡)friru·Ia expresión; cUan~o elidioll:af·que~~·:9pera~ón del intel~~to,; J?ºr tanto, de~'es~ -píritu, suele ser tenido como la función expresiva po~1 .~~~.1.~r;isia._ P~I~!·-~tn,1.J~~ci9,,,1!5_.~~~~~J9 err.or considerar al lenguaJe. 1como un acto esenci_~lmente ~~esivo ..Pr~ctSamente lo que ll~ya a JUZ1 gdrlé prOtcitip~- detOHa·~I ~óri ~ 0t~1~c.~aµ~a~/-' r ~-·1?.Cihe}~ hac~.~o s_e:1~!.Ell ~f~étO~ .la 7ª~ ·racteristico-dela palabra fr.ent_e alg~tq_expr~vo es_sµ sigmfi~ac10!1; :eeroJo sign1fipido:en la:sig'nµicaci.6tl9, ?ff?"d·~ ,4~r~?P.~1~--~ ~~~f~ ~D:. ~?l~Y?! ~t~?i~»,•;XW1JR\ 1r!·_l'.~9}!•:<~~9s.!id~.~ ~P~ ~~:r~!•; -En· ciinb.i9, lo ~xpr.esado ~.n 1.a expreslOil: es ~~mpre lo.suDJetivo; .<1nu d~lor», _<~~1aJegrían!
~~º;,"~:~:J~ri~~~~~~;;1~~~~~~~"eTI;hi~~),';;~\,"f¡~b~fc~\:~~g~,t'l~7m:,~lli#~1f~~~~l;~:i,
como eI·sonido del-tirribre·queanuncia ·e1·CothienZo·delespectáculo,rt6 ·expre.Sa·_nada de éste~.La p11.1eb" de ei;ta}~!i-·q~~'.el\e1=~of.;n~,~~9f:. 11~ora,,pa~, Iq m~~P~. Aq -~~R~. s~l:,~i;rs,! •.e.i;i ,~~~~·~º··-y~, q?e ~º ac3b.Ó ·dé eséribir, lo.Jicr~.~i-~. ~n.ef,ec:_tp¡ es d.ec4"7si.hago !!l_fo, p~ _~dlí~órn ,ip~yiB1:1,~~. ~~-p~~~to nióstféil'é:O'. 'La:miSdiO'ptle"de pens·arlo elque-Ió'C_ree· que el 'q~eló repugriaf Pa'.rit salir a~ la duda y averigu_al';siVeil:e(ecto·¡ el que dici algo.expreSa su intimidad individua\ F5Ú córivl~_ción¡ et.¿~¡ es
:~r~c4iº_.d~~i:i.~~~~~~ 4~1 ~~ft~dp_.,~r}~,P,~l~bFy,~jarye:n, ~,~qi:i.~ ~,~l.~~~~'. ~~ ~-~rirr~o;~P.7
ti.va Con que son pronunc1atj.as, en el resto ~~la fisono_m!~;. e11:~rµa; ~ pr.e~~ at~nae~ a 1<:> que _el
Ifrigll3Je tiérii!'~~ geStb~ldf: hb.'.Si~ft~Ii'te~:ae ijtiriteteCtliaE lf'.' ' .... -:;::.~ '. '1 1!•.i.J_ C•;5'. -~- 1 \}n :'··, ·:; r: e',)¡ ¡_)
C:onSte,'.pi.ies;que~
:r~~~~:a~t.\R~i~~~~·
tii:ló, COntriu'ia>Bástarfa pánl difeffnciil;rlBS·rnaiCalmeiité' ta 'ildVértéñttii' de'c(ue i:bdCílíábbir e5 Uri Cftlérer hablar; por tanto, una consciente intención de comunicarse a otro; en tanto que e~~~~~Ill~-r~ como toda auténtica expresión, no puede serpremedita_do. El que quiere deliberadarne~te expresar~· lo haceirilposible en la medidajusta,en·H_u.~.'lo quiere~Alquerer:interviene el espíritu, tj_ue es volutitad, ijpérturba·la corriente-expr~va: eÍl que:elalma modula-sobrenu.éstro'cuerpo, 'quitándole lo más esencial de ella: la espontaneidad inconsciente. · 1• , ·' • ' '· ri ·.'
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proceso delos siglos siguientes---que culmina en elXVII-' consiste en 1in enorme-crecimiento-de la espiritualidad, que esta vez-----no como en Grecia--"' llegaareducir;-no s!)lo ela'Ima,sino también'el «psicocuerp·o». Nunca ha vic vido el_ hombre tanexclusivainente del e5píritu como en la gran centuria ba" rroca'. E~ lajornada'dé la raison triunfante: No puede verse un azar en que dentrd de esos cie11 años hayanvenido•a darse cita -'-"-desde no se sabe qué insondables senos cósmicos--'l)escartes; Spinoza;Newtonl Leibniz. No sevivé delal~a; sin embar¡io; ésta, secr~tamente,prosigue su gerrninaciónyreapac recera en su hora "'-d•siglo XIX-'-- prodigiosamente pulimentada. : • ·- · En el siglo XVIIl'sigue reiI1ando en la psique europeá el espíritu--_-pero se nota un r~crudecimiento dela corporeidad.la disposición de las zonas fn:c í:iiüas:que caracteriZa e5ta epoca aparéCe dara• en el áni.or al uso, El amor di.él ciochesco es sexualidad complicada:, hostigada maniáticamente, y. .. ¿espíri: tu.1 Sin duda. Li; p:Uebabrinca del papel con sólo susti~ir «espíritu» por esprit. I;o qu~ n_o sey,~. trtI1nf~J.' p()r parte ~lguna es ~l alma. ---'-seI1tirrrieI1td o fantasía. flª qu!!dado r~j:l,u,ci,c1á ~ iHA ~]?io J¡¡¡lo _en torI1() ~ la pti~~ sensadóri y a _Iá pura idea. Los principios delarte; vigentes a la sazón; confirman este diaguósti~ co: Sdbretddo; elimúsicaypoesfa: • __ __ '. _ ' . •... El senÍ:idp_C[~f! ª1Ilb~s ait~ 1:t1Vi~r-9r\.~n. !!Ú~VIÜ ~~'M~~p~tente ~i las mi~: rarnos-desddárnúsicayla poesía del sigkrXIX;desde el Romanticismo: PºS()~ ~í\ti~"- ~~- ~a~f(),np'.aCióI1_~ •radie~~· íp,lisic~ ylá_poesíarománticase prop()nen.estrictarD.ente lci co_n_trarioque,enla'generación :lr\tiri()~. NQ ~Í-'~P que haya erilá historia europea un cambio remotamente rnmpar~ble aéste; porl() ~¡).pitpy lp e'.5tr.~q:i~qp. )"Ql!Sía de_ Voltaire a Pelillé:_ ¿qué sepro~orte?' Pecir id~as graves, esenciales, o juegos de ideas, embelleciendo 5u enuncia~ ~o C()I1 gra~i~f()r13~l~y-~bs~ac.~: ~ntieI1d() P()~ _t¡iles ~oritraposiciones' elis10~es, ~\!gq}1a.~,J()l]TI;1-1las \!Il1~a1;íc~~qu\! hiego se 1;1~la,ran, d(:éter,a, La:fa.né' tasia es reteruda.dentro.delorazonable, dela racionalidad. El vocablo poético I1º se usa para disp~rarvag\ISresonáncias asociativas, mpor su deleite sonoro• .J S1Il() estncta.m,('!nt('! C:()I!lº s,igriq ,de11nso11cepto, }'ciesía d~de Chateaubriand: •¿ quépret7ndeI Complacerse ~n la •"asociació~» de ÍlnlÍgenl!S_p~~cis~ciente en}~ ~~W,~. g~e és~ FºmiJe ~l ~p;I~celógiso; :~onc~JÍtu~!¡ ·~1'! ~~-iiI~ás., .sE! !!\ozá! en el ilogismo como tal. La: fantljs1¡¡ se subJev;a,,~q111ra la rnison, Comienzalá delic~ del?. \'ago en ~í ypo~sí, que es lalib~ra~ión delco~cepto; delo estríe~ t.\t.ef!. 5íJ'.)~9F. $!! p~. ~ir¡¡¡l;í,?gtA,~F~~-áI1il~W'-Progusigopo,¡-11n~ frás~ de A,taI(\; dpnde se habl¡1 de.~a
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•Lo queéabé•llamaddea'o co!l~epto en música no es excesivamente abstruso ni inverosñhll.-Pado eldibujo de•una melodía, hemos.de preguntarnos · qu~ériha dirigido la mano para producir tal tipo de linea Y'no·otro diferente; Beethoveri.part~ de u!larsituación real en que la.Nida: le.coloca 7}a ausencia de ¡la amada• o lá aúsencia déN apolepn; la primavera sobre la campiña; etc;-.--_: esta·sit:Uaaión dispara.én suinteribrcorrientes•seritimentales,_tenu'es•o,borrascosas;Beethovén;vuelto de éspáldas aluniverso;1sigueco11lajniratla'.lali~ neasi11uosa de' esas sus einociones•prlvadas; y procura traspbÍierlá, tiadu" cirla enü!l perfil sonoro; Quien dirige lar mano es. eI.sentimie!lto humano del músico. El propósito de la música.romántica es. expresar sentimientos en la «bella» materia preexistente de los sonidos y leyes eufónicas. - ·''Si a Bach se le hubiese propuesto hacer lo mismo, lo habría rechazado por varias razones. Ante todo, le parecería una impertinencia: ¿qué valor y sentido
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ca'rac.terizB.Ción-~o'.va'.Íga:para.Ia·IÍliSIÍla épdCa eri España-nile:Stro a~~e era ya fantasía.y ardor¡ es decrr,ralma...:...,. corifirma-la indepeµdencia cronológica-de la evolu;-'. c1onespaftola. , ,1,; :,-,¡;;. i'--. -r ,-,_
que se nombra es de suyo vago¡ y la fórmula que lo enuncia es; asu vez, vaporosa, indecisa; Pe ahí precisamente su delicia,· ·, . _ • ¡ ., .. ,• 2 ¡ -, Pero aún hay un_ atributo. de la poesía romántica más_ radicalmente opuesc to.a la clásica. f,\lfiny alcabo;_la fantasüi _es pariente dela razón del intelecto. Es, en cierto modo_,la·deníencia del entendimiento, la 'sinrazón de la razón. El verdaderó antagbhistá.de ésta es el sentimiento ..En la imagen está.preformado un concepto; en la emoción, no; P_ues bien: la·poesíaromántita.usará la palabra.para.expresar sentimientos; no .conceptos, no cosas, sino afectos'. .,, .": La.inversión es·perfecta.'5e.toma la palabra del tevés,.por.el polo subjec tivo en que• expresa el:últimby;vago secteto de la emoción. Su otr6 po.lo; el cbnceptúal;·queda.reduciqo. a la cqndición de estimulante para.un sentimiento; Eld-devdnt.señm es.ahora ayuda: de cámara; El vuelco ,de los órdenes.a que aspiraba;la·Revolución francesa:seha ejecutado enlapoesía roníánti_ca,< . -La: vicisitud es.idéntica en la música. Entre Bac1i yBeethoven 'exlste; toda la·.distanciáqúemedia entre· una música de <
;::_~''.': ~,En:qtiésentido,,nnda conq
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es
puede pasar a nadie, porque no subjetivo: l'.o quemás se parece a estas for" mas musicales es el ornamento en la decoración, cuyas formas quisieran no serformas de cosa alguna, sn:io líneas dotadas de pura gracia abstracta. Mas así como el ornamento procede siempre:de alguna formareál, e inevitable" mente conserva' de ella algún recuerdo, así en la línea melódic¡¡. valarvadál queramos o no,alguna resonancia sentimental, residuo de prosaísmo; que ca" lienta la idea musical; de suyo fría y como astral:' ' i f¡ . ' ' Enfaepotaromántica conquistan los sentimientos porprimeravez'en la historia'SUS droits de l'homme et du éitoyen: De cuantas epocas conocemos bien; es la que:ha vivido más decididamente desde su alma\ con máxima an11" lación del cuerpo yc:--relativamente-· ·· muy pocb espíritu. Sólo a mediados de siglo recobra éste la primacía bajo la especie menos gloriosa: el u tilitariSmb] Elproducto más puro y clásico del Romanticismo fue "'-"i:origruerite" mente--- el amor. :Cuando se corrompan por completo' el arte; la ideología y 'fa;pb1ítica romántica, quedara peiViVieritefaimagen ádrllrr~b~e del romáiitil co amor, hecho todo de alma, sin mezcla gravé decuerpo ni d~ espíritu.e' ' l'.o mismo quelas épocas, cabria mirar los pueblos actúales bajo este prisma de caracterización; calculando la' ecuaí::ióri de !Os tres elementos que co~ rrespondeacada.uno:·Así,ilas raias del Norte tienen menos «vitalidadwqu~ las del Sur, 'pero mayor porción de espíritu. Comparando el españolean el ita~ liano;'se advierte. aún más insistente «corporeidad» (sensualidad)' en éste que en aquél;· en cambio, mucha menos alma: El francés repres~nta una feliz com; pensaCión de sus tres potencias (a lo sumo, cabria diagnosticar una ligera men" gua de alma~ ...Ppr eso,rta1'vez, ha sufrido, en la historia menos fracasos que los demáS pueblos europeos. Es un tetráedro casi pe1-fecto; cuando le falla una de las superficies, cambia de postura y se pone a vivir desde la otra. !J , Mayo; 1925
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' i Es:probabl~ sin· embargo,' que"las épocas más resueltámente anfmicas-predomihlo de la fantáSfa y el Sentimiento- se hallen en edades ptotO y prehistóricas.,
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FR,ASEOLOGÍA Y SINCERIDAD
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del nuestro hacia el siglo XXIII oXXIVcomenzódpredorllinio de un nuevo clima moral, áspero y extraño, que pro~ dujo rápidamente la muerte de todas, las «frases». Durante las centurias inmediatamente anteriores; los europeos habían vivido sobre todo de frases; no sólo habían hablado en frase, sino que habían sentido y habían pensado en frase; De aquí que la llamada «EdadModerna»-elperfodo de historia occidental que va de 1500 a 1900-foese,desde entonces colocada en la'sec ríe «Edad de piedra»; «Edadde·broncé>i, etc., con el título de «Edad de la frac se b fraseológicaw. Enrigbr,' no erala primera vez que gozaba l¡l'Humanidad uria'edad de este'é:arácter: había antes pasado porotias etapas semejantes; Es más: no faltan sospechas para barruntar que todo gran ciclo de cultura pasa irremediablemente por una época durante la cual frasifica con embriaguez. Fiase,' en este mal sentido del vocablo, es toda fórmula intelectual que rebasa las líneas dela realidad en ella aludida. En vez de ajustarse al perfil de las cosas y detenerse donde éste concluye, en la frase se redondea la realidad c"Dmff·se redondea'una fortuna.' l'.afortuna se redondea a menudo fraudulentamente; y lo mismo la realidad,,Se'añade a ésta un'süplemeúto falso que le prqporciona grata rotundidad. "' •ii 'C:a5itodoslos principios que han dirigido la vida europea enlos últimos stglos·eran~ en estésentido; frases. Por lo visto, el individuó ylas enormesccilettividades'que llamanios naciones necesitaban como de un cacodilato de esa porción fraudulenta, deese'anejo patétiéo ymendaz. Pero el hecho deque las fraséshayandemostrado'taleficacia yfetundidad basta para q1le las tratemos con respeto y gratitud, No hitgá\:nos, al decir de uriafrase que,~
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capacidad de anestesiarse con frases: se ha dejado el europeo dócilmente organizar en grandes y complejas naciones; ha erigido poderosos Estados¡ ha acatado sucesivos credos politicos. Asimismo, porque era sensible a frases ha domesticado sus instintos dentro de ciertos moldes morales y ha suavizado el trato social merced a las pautas de la buena educación. En fin, el arte. tradicional hubiera sido imposible sin una considerable dosis de ingenua . afición a las frases («la obra de arte es eterna», etc.). Nótese que la «frase» no es simplemente un error. Toda frase que lo sea en efecto contiene una porción de verdad, a veces de una verdad más sutil; más exacta y aquilatada que otras expresiones a las cuales no debemos llac mar «frases». Así, en general, los lemas, las fórmulas de la Edad Media{ sonmás erróneos objetivamente que los modernos,Lo caracterfstico dé estos últimos -tomados, se entiende, como estilci genérico- no es tanto que sean falsos como que son falsificaciones. El pensamiento tiene la misión· primaria de;reflejar el ser .de. las. cosas:.Avecesfse equivoca, y entonces pa" dece un error; .esJalso .. Pe1Aesto,no quiere decir,qüend :haya,in,teritado pu, ramente cumplir su misión. Supónga.Se, en.cambio;ique¡un.hombr¡; use del pensamiento;no para: reflejar las cosas; s~no para .construirlas .imaginariao· mente; añadiéndoles los Jrozos que ac¡¡soles faltan. Ehesúltado será éno torrees, más que falsedad, falsificaciór\;'pensarino sería, según este régimen; reflejar,el mundo, sino.adobado; ..comoantes decía; redondearlo,:A.esto llamo pensaren frase o fraseología. El pensámiéritordela Eda\l Medía erra.; ba;muchb másC[ued nuestro, perbtambién falsi(i,cabameno.s"Tomaba. el murido S(!gún se presentaba en sús ·cabezas:arigbstas/ojivales, pero se•abste:; nía·de redondearlo: · ",. ,Las <
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No se me oculta, pl.les, la utilidad dela fraseología o pensar elJ.frases: Es la
gran simplificación de layida. No ;siendo. cuestión'las cos~ -;-::-eonstituciólidel 'mundo ;normas Jurídicas y morales, principios, éstétitos;>reglas del.trató SO o ciak, podía,elindiYiduo, sinmás, ordenar.sus actos envista d~ ellas, Sobretodo, ·era posible~omo. lo fue-la coincidencia de conducta,entremucfü1s hombres. El estado democrático, por ejemplo,fuepoSibleporque existía un credo político admirable;·uris~tema de;<
rri~rcesible del pensamierito;:c¡ue,es serNerdadero.r:cJc'''"' ._.,, ;e,,, · . , ,¡•Y.es.curioso.advertir qJida creencia en ~
verso, lamis)Ilacartomalíaque;rigeel pelL5ar«
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Se comprende que si algún método mental puede servir de receta saludable será·eLmás opuesto·alutopismo, a saber: contar siempre con qUe, aun .e~ el trozo.'desconocido del mi.indo más inmediato al queya.conocemos, la realidad·;a a comportarse de la manera n1ás inesperada: Esto distingue al pene saralerta del pensar inerte;! .. ;:· ·~·.<· '")!•-·· . .. • · • •'1i!Nunca:se ha creído tanto que'se sabia.lo que:era el múndotodo como eri· los último~ siglos:Erainatriral: se lehaoía previamente extitpado•srncaráct'er problemático¡ se le hlibía vacfado de·cuestiories;'en.igmas ysorpi;esas. Pues bien: así como el pensar utópico e5 abandonada intuición de lo con" creto, no retenerse'en ella;ekreerutópico consiste enrio citarla fórmula ante nue5traefectiva 'e individual sensibilidad para ver.sinos satisface o no; anteS bieri, pl:oi:úfafque riúestía fé•sé aéoill:cide a ella: En el orden artistico 'se ve estci muydarn:•durante tre5isiglohe estimó que crear;arté o gozar de arte eníajustarse a c~ertos i;nodelos dados de una· vez para siempre. El«buen gusto» .como nonila equivale·a una amonestación para que neguemos nuestro sincero gusc to y lo sustifuyamos·por:citro que:no'es•el nuestro, pero· es «buerio». . •; ·. L •La creencia Utópica implica, en•consetuencia, una radical insinceri• dád. EHndividüo aJustabá su sentir'ída nortna,yno·la norma' a su sentir¡ Ser culto era;pues,·noser,sincero; El resorte decisivo en•la'vidade cada home bre era ser fiel a las normas dadlis, arinqúe éStas, acasci; no se ajustasen a su in" tinildad. Para lograr esa fidelidad a la norrriá se habifuaba aanular las incita-' cfor\.es Ihás ·~inguláres' de su persona,: a desoírlas, nó dando lugar a su germinación y madure±; era; en 5uma;·ai creer, infiel a su réalidad fu.tima coill:ci al pensarlo había sido a realidad.objetiva: i . . ' Todas las épocas llamadas clásicas han sido en este'se'ntido insinceras::ni es posible clasicismo sin dosis grande de inSinceridad. ·. • C::uando oigci dedrqueunáobra·es <
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· ·: .Aunqtie no ·.con frecuencia; me ha acaeeido encontrar. entre las·de mi amisiad algunas cuyo é:ará.cterlio se diferenciaba· de los ·demás. ccimci suelen lps caracteres distinguirse tinos\de,otrosi!d colérico, .delflemático; el bon• dadoso, delav,ieso¡·elp¡;rspidaz;:deLlerdo.ietc:.,etc.. Gaíapronto:enla cuen, ta de.que no se: trataba dé unasimpk~erer¡.ci¡t, de.catáctér,:sino de algo más decisiv:o; mas11'!leméntal:iGomencé acvetdaro el:día que;i Íirentea uno.de estos éasos; me o.curtió pensar: <
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Fr8:5eologíaysinceridad serían los nombres de dos tendencias diferentes en el fu!lcimclffiieritd delapsique humana. l.a sospecha de que esta diferencia es efectiva .s'e ha deSpertado en mí hace· mucho tiempo( como repercusión in" mediata del trato con ciertas persmia5. '... •-
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to~ .sue.ttes, la idea. de.Jung.diyerge mu_cho d.e.1a: q~e arrlDa Hisinúo. PB~ ~1.: .10 .~rcáiéO ~e· 1~ a1hiks 1
no Sena 'el modO de sét; sino 'ciertos éónteilidos, reSidúo ririi::'esttal t¡_úe lá b.ére~da psíquica Cánser~ va, más o menos, en todos 1os bombres.
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Esta denominación parece implicar tina sucesión.de faunas psicológicas diferentes a lo largo de la evolución humana. Cada etapa histórica; como cada P,e:; ríodo 'geológico, produciría a~ de,anatomía;diferente:Estaanatomía sería lá normalensu época: Pero, coníóacó!lt~cie'co11:Ias especies animale5, en•to4Ji. época existiríanirídividuos 6 grupos supervivientes de edades anteriores. Con uha u otra abundancia o 'rareza; ~virían éntre nosotros almas 'que en su d~cisi" vay Última dtructura pertenecen a los·estratós más di~ersos dela évolució,n psicológica. Es más: afinando la observación, se no,taría tal vez, que el número deahhas perfectamente actuales es menor de cuanto pudiera presumirse: Cier.i íamente, serán en cada época laS más numerosas; pero acaso'no'son niás que lo estrictamente necesario para satun1te1ail1biente social, imponiéndolesusic~~ racteres.domina11tes. Elré.Stoj quesería muy crecidoj secámpondríade ahrias lastradas en'su subconsciencia por arcaísmos.diversos: Y cabría: entonces clal Sificar a éstas según el estrato de '«geología» psíquica que les'es propio. ,·, ''' '' .· E:Ste¡)énsa'rñi.ei:ífo'···.•. hoy¡)c:ídiof¡)rc:íblerlliliic~'anadiffu\ill'nuevo prlil~ ci¡:Íio al sistema de ideas que poco a poco nos van haciendo posible una his" toria'inteligente, una historia con los ojos abiertos; que comprendelos'hechos que' narra; y no e5e viajé de sonámbulo que hace hoy elhistonadoratraye.: sando ciego los siglos cargado de documentos; acémila filológica; Estep!iri" cipio formularía el constitucional anacrcmismo de ~pda sociedad humana; al hacer ver que'buena parte de sus ingredientes son arcaicos y act:Uan disgre" gando todaposible unidad de espíritu; en muchos casos bajo unaapatent~ · coincidencia de ideas y caparazón; (¡Cuántas veces un cambio 1deinstitu" cionesTepreserita•o traé•consigo•la•ascen5ión al dáminio•social de grupos; talvez grandes masas; de'almas extemporáneas,' cuya supervivencia no se sos:; pechaba!). , "' '
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De e5ta suerte, cuando de algún contemporáneo decimos que es un salvaje, tal vez decimos algo másTerude lo que pretendemos.Y diríamos másverdad sila idea corriente del salvajismo fuese más exacta y completa, Porque es wq)e, en efecto; no acordarse del salvaje más que cuando se habla de algún bestial. Dél salvajismo;o llamándolo mejor, del primitivismo, es más característico quelabestialidad la concepción mágica del mundo, de la cual todos conservamos algúnfragmento en nuestro fondo último~ El idioma usual, con su perspicacia sorprendente, llama a esos residuos mágicos supersticiones; es decir, supervivencias psíquicas: Pues bien; la fraseología representa uno de esos coeficientes de arcaísmo y denomina él iipo de mecariismo espiritual, de funcionamiento psíquico, que dominaba fa vida europea especialmente en'el siglo XVIII. Durante el XIX continúa; sin· duda, ese predorriinio; pero en 5u transcurso asistimos alavahce de otro tipo psicológicofraseoclasta, que poco a poco desaloja a su antagonis.ta; y'en nuestros días celebra su victoria. Este nuevo modo de ser se caracte~ riza por un afán de buscar en todo la mida realidad, aceptando con resuelto cinismo su eventual crudeza: No me parece inadecuado titular esta propenc sión con el nombre de sinceridad; pero entiéndase que ni empleo esta palabra en son de alabanza, ni la de fraseología con intención de vituperio. Se trata simplemente de dos modos de ser, cuya diferencia resalta al enfrentarlos uno con otro; · · ·'Para el fraseólogo, pensar y sentir era hacer espontáneamente; preconscientemente; el esfuerzo de ajustarse a un pensar y sentir genéricos que secohsidéraban como debidos. De esta manera, el individuo tendía automáticamente a instalarse y sumirse en un alma colectiva y como ejemplar -·'lo que Hegel llama el «espíritu objetivo». Por ejemplo, nos parece hoy increíble, pero es perfectamente verídico, que' todavía hacia 1850 la poética ·vigente consideraba 'como uno de los atributos de la belleza artística «la unidad en la variedad». Pues bien: ante una'Obra de arte; nuestros bisabuelos se esforzaban dócilmente en descubrir si poseía, en efecto, esa·unidad con variedad; y cuando laencántrabansentíanlatranquila satisfacción que era paracellos el gocé estético. El' hecho de que,'enrigor, su individual persona no hubiese gozado nada', no importaba· al caso. El goce estetico no era'.para ellos un acontecimiento efectivo que se, produce o no en cada almairidividual, sino, por elcontrario,fa tranquilizadora conciencia de haberse comportado según'un tópico ordenaba. Yen esto,' más que en el mismo goce estético; consistía, su auténtico goce. La'diferencia entre su orgariizacióny la úuestra•radiba•precisamente en' que para ellos era una delicia canfor" marse·a tm•molde preexis'tente\'mover su espíritu según la línea de una convención.
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Enuúa época de «sincerismo», los térrítinos se invierten y se1hace coú-' sistir el goce estético en el hecho bruto de que en este o en aquel instante nues~ tra alma individualísima se complazca.Larelacióri.. corr la belleza 'resulta a5i inmediata; no se establece indirectamente póreLródeo deprevia coincid.en-o cía con una norma. Claro está que,.en cambio,: nos encó,ntianios sometidos al azar de núestro 'estado variable y no hayfacilidaél de1 concordancia con el pró" jimo. Cada cualva por sí directamente al arte; es la dcci¡jn directa en estétic¡(.; La misma divergencia de actitudhallamos·en el orden político¡ Cuan~ do antaño alguieii creía que las cosas de su.p,aís debían arreglarse de una ciér~ · ta manera y se disponía a hacer política; este vosablo~«política»;.;2 des" 1 penaba.en élilnvuelo sagradci: de.«frases»1normativas:-Hacer.política era.act:Uat: · coruortni a·ciertos principios estables, era idear•instituciones idéalnienté]use tífica das; en suma: .prestar anuencia a deterrítin:adostópicos•eiviles:Ahora bien; el tópico o j
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incapaz de pensar y sentir si no repite «frases», el sincerismo causará por lo pronto, irremediablemente, un rebajamiento del nivel medio humano. La nueva épo·ca comienza por un preludio de cinismo triuruante. Es probable que al amparo de éste se produzcan transitorias invasiones de almas fabulosameIJ.te· amiicas, de tipos humanos que desde hace mucho tiempo estaban soterrados socialmente, retenidos en los sótanos del cuerpo coleétivo. Por los agujeros que dejan las «frases» ausentes ascenderán al haz de la vida pública, constituyendo lo que Rathenau llamaba una «invasión vertical de los bárbaros». De todos modos, no es posible el paso atrás. No hay manera de galvanizar la fe en las «frases». El arcaísmo del fraseólogo no deja de serlo porque a su lado irrumpa el mayor arcaísmo del bárbaro. El área de sinceridad, una vez conquistada, debe conservarse, y sobre ella erigir una nueva casa para los hombres, una nueva cultura de más fina curva, con más dimensiones, que se ajuste mejor al perfil de lo real A este fin importa mucho la disciplinada solidaridad de los capaces de crearla. Porque la obra es de peligro: es una guerra contra dos frentes hostiles: la «frase» y la barbarie.
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la ximación alSol y un tiempo de r¡iáximo alejamierito:Un espectadm astral que vieseá laTierra•eriehnoniento.en quehq.ye delSól;;pensaría: que el planeta no, había de v,0lvérnuncajuntora él; sirio que cada día, evitilmamente;.rse alejaría.más,:Per6 siesperaun pbco.verál que fa Tierra,. imporiiéndo iuna' sua, ve: itúl~ón a1su wclo, ericorvasu TU t:a',.volviendo prontój\mtci al Sol; conio la pafoma ,alpalom_ary el boqm&ang a la TI1auo que lo larizó ,: Algo parecido acontece eri la órbita de la historia conla·niente.respecto a.Dios: Hay•épocas de.odiu111!Dei;.degranfugaJejos delo divino, en que esta.enorme m9ntaña de Dioscllegáó!Si a·desápáÍ-ec~.,delJíorizcinte¡ Pero al cabovienen sazonei¡ en qúe súbitµnente; cfmi la •grailiairitactá·deuria•costa'vfrgén;:emerge•asotavento•el acaritila:do;de la diviriidad,-La hora:der$cira'e5 de cité.linaje, yprócedegritar desde:la·cofa:;¡Diosala:vistab;• un "T •· ·· •: ,;, : •..•í· · '·". , ·No se trata: de beateria riinguna¡ no se trata ni Siquiera de religión.Sin que ello.implique eséati]Ilar respeto alguno a fas religiones, es opórturio rebelarse contra el·acapar~miimto de píos que;suelen•ejercer::El hecho, por otrarparte, no es extraño; al abandonarlas demás actividades. de la culturaíeltema delo divin9; sólo láreligióh contiilüa.trá.táiidolo; y todos llegan a·olvidar que Diosestaíilbiéiiunas'unto.profano. ·.,c; ••i•,¡;:; •; •·. , •. ,,, . ,, , •i'.Lareligión consiste en.un repertorio de actos específicos que el ser hu~ mano dirige afa realidadsupérior; fe; amor, plegajia, culto; Pero esarealidaddj.vina tiene citravertiente, eµJla cual se p,rendén otros actos mentales per~ fectamente ajenos [\la réligiosidad: En ese seU:tidó cabed,ecir quehayun·Dios laico, y este Dios, o flanco de Dios, es lo que ahora estáia lá vista. • • • •1 , Podrá sorprender esta periódicaiapariciqny desaparición dela diviriidad a qu¡en.éréa.quebasta eón que: algo eddsta y.sea y:isiblecpará.que noso.tros lo yearrios; No se advierte hasta qué .puntq es. condicióripara qu.e veamos unru¡ cosas que-.nos ceguenios:para otras.cLam~rite-humana es;angosta;.en . cada
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momento caben en ella sólo' algi:inos ~bjetos. Si quisiéramos tener presentes todas las cosas visibles que hay ante nosotros en la habitación donde estamos, no lograríamos percibir ninguna, No podemos ver sin mirar, y mirar es fijar unos objetos con el rayo visual, desdeñando, des-viendo los demás. La mirada va dirigida por la atención, y el atender una cosa es, a la par, desatender.otras. Como con la mirada acontece con toda nuestra mente. El foco mental ilumina un ob- . jeto gracias a que sumerge los demás en las tinieblas. No basta, pues, que algo se halle ante nosotros para que lo percibamos; es menester, además, que el órgano receptor lo busque y se acomode a él. El ojo se acomoda a la visión lejana o a la próxima, a lo que está a la derecha o a lo que está a la izquierda. Pero, a su vez, esta acomodación muscular de los ojos es consecuencia de la acomodación atencional de nuestra conciencia entera, órgano integral de la percepción. ----.,'·Como un inmenso' panorama sehállá el Universo tódó, patente siémpr~ anté nosotros; pero en'cada:horasólo una•porción de él existe:para nosb+ . trOSLLa atención delfhoinbre peregrinrucomoelreflector deurrna\iío 'sobre el área inmensa dé lo real; e5pumandode ella ahoraimtrozo, luego otro: Esá pe+ regrinacióhdelatender coristituyi::lahistoria humana,- Cadaépoca'es un.re+ gimen aténcionar determinado;-un sistema de preferencias yde pbspoSiéio~ nes, de clarividencias ydecegueras;Demodo que si dibujamoselpemLde sú atención habremos defuµdolaépoca.r" · , ,; "' '·, .J:•: • ''"'' · •" 'H; · · ·:' La-que nos precede se¡ caracterizo -¡:!on un• régimen a teneibn'almuy cú;. rioso;que puederesumüse bajo el nombre dé!« agnosticismo'" :Para siIDisriía y con suma complacenciaforj ó esta,denoininacióh; iEs; por lopronto,:gracib;. so-eli;entido negativoidelvocablm•Equivale·a llamarseNo"Pedró•a•Nó~Juan• Y, en efecto, agnóstico significa «el que no qtiieresaberciertaikosaslh 5e trata, por lo yisto, de un; alma que antepone a: todo fa cautela y la· prudencia: al emprender,:elevitar; al acertar, el no errarJY elcaso es•queias cosas,cuya·ig;. norancia complace al.agnóstico •rmson cualesquiera; sfuo precisamente las COSas ultimas.y primera5; es decir,1as·decisivas~i :, :- .•: i ¡: i L ·•· Hbyiempieza!ya-á sernos difícilrevivirparejo'.estadb déespírifu-. Por+ que la actitud del agnóstico no consiste enproclamar la realidadinmediafa y «positiva» comó la única existente·-·cosa que·notendria sentido-:,i sino, ar contrario: reconocer quefarealidad inmediata-no es' la -realidad cómpleta; que más allá delo visible tiéne que haber algo, pero de condición tal; cj_tie nb puede reducil:sl¡!a experienciii. En vista dé ·eflo; vuelve la e5palda a1 ultramundo ysedesentiendedééE:i·· :: "k''''' •. :n ,¡,. ""''''·"·'''·· La.corisecuencia:de ello es cj_tiéelpaisaje agnóstico nó tieneúltiffiostérminos. Todo en él espriffierplano; cori lo cualfalt¡t a la ley elemental de:!apers;. pectiva: Es un paisajql.einiéipeyun panorama mutilado; Se eliminá todo lo prii mano y detisivo.1.a atenciónise fija exclusivamente en lo-secundario y flotante!
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Se renuncia con laudable5 pretextos de éordura a descubrir el secreto de las últimas cosas, de las cosas «fundamentales», y se mantiene la inirada fija .exclusivamente.en «este mundo». Porque «este mundo» es lo que queda .del Universo.cuando le hemos extirpado todo lo fundamental; por tanto, un mundo sin fundamento, sin asiento, sin ciiniento, islote que flota a la deriva sobre un m1sterioso elemento. El hombre agnóstico es un órgano de percepción acomodado exclusivamente a lo inmediato. Nos aclaramos tan extraño régimen atencional cómparándolo con su opuesto: el gnosticismo. El hombre gnóstico parte, desde luego, de un profundo asco hacia «este mundm>. Este tremendo asco hacia todo _lo sensible ha sido uno de los fenómenos más curiosos de la Historia. Ya en Platón se nota la iniciación de tal repugnancia, que va a ir subiendo como una marea indominable. En el siglo l,• todo el Oriente del Mediterráneo está borracho de asco a lo terrenal, y busca por todas partes, como una bestia prisionera, el agujero para la evasión. Las almas tienen una acomodación a lo ultramundano, sorprendente por lo extremada y lo exclusiva. Sólo exiSte para ellas lo divinó;' e5 decir,•lo que por esencia es distante;mediato, tra5cendente. Elasco hacia «éste mundo» es tal, que el gnosticismo no adinite ni siquiera quelo haya hecho Dios. Asf;,una de las figuras más admirables del cristianismo naciente, Marción; se obstina;en afirmar que el mundo'.es obra de un ente perverso, gráneneinigo de Dios.: De aquí quela verdadera creación del verdadero Dios sea la:«redención»t!Créar fueuria mála acción·' lo bueno , lo divino~ «descrean>; esto es, rediinir. ·' ,.,-, • · -. ._· ElpaiSaje gnóstico es inverso del «positivista». Se compone únicamen~ te-de últimos términos', no•tiene plano inmediato; es, por esencia, un mun~ do «otro». Paresa; mientras la palabra del agnóstico és «experiencia»-lo que quiere-decir-atención a «este» mundo-, elvocablo del gn. 'ala-vez,•en esa línea 'ca" inienza ·el ultramundo;y'es,' en consecuencia, trascendente: ifodaslasciencias particulares,_po~necesidad de su interna econofuía;s~.-Ven;hoyapretadas ~on" tra esa línea de sus propiosproblemas'últirilosrq'ue son 1 al iniSmo tieíp.pO¡ los primeros·delagran•ciencia•detDios.''' · - '" :n -,,_, '"--' ·· '' "'"' '
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'¡,Noviembre', 1926
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SOBRE ELFASCISMO · Ya na soy un libra hecha can reflexión; ya sóy un hombre can mi ca11tradicci611. , ',,·,
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del fasc;srnb la sugestiva nota que publicaba FlSol bajo la muestra «
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Porest;o son problemas, cuestiones, todas las cosas:Elproblerna es la contradicción. Sei:A o.no.ser A; he aquíelproblerna,•To be.ornot to be; thatis the questi01L El ejemplo escolar lci declara luminosamente: el palo.sumergido en el agua, a los ojos es quebrado, y es recto al tacto, Cómo ambos atributos coliden radicalmente, resultará que se ánulan; e5 decir, que la verdad del palo · está más allá desus:rnimifestaciories antagónicas. ', , . '·.; : . , , l.o propio acontece i:ol1 elfascismo. •Entre las definiciones de él queus~ed ci~; ernmentrouna sobi;emanera:rnodesta• quepone.ustedenbpca de los profesores ala alemana.Según ella; el fascisrnrn«e5unfénórneno históricm>e ¿Porqué la desdeñacusted tanto? No puede decirse menos del fascismo; pero, alrnei10s; eso: que se dice. es indubitable. Elfascisfuo es uh fenómeno histórico, corno;eI.paloquebrado es un fenómeno ópticoi ocurre con todo ferró" meno; que suverdaderánaturaleza esta.fuera de,él, detráS deéLl.os fenómenos o aparienciasison ervocabufario•que1o'r.eal adopta para hacer su presenta~ ción: illuz queverhos es un lenguaje bfológicoquehan aprendido las fuer~ ¡rns electrdmagnétic~spara•entenderse·connosotrós,,Parejamente, elfascismo, lo que dicén y hacen los fascistas, lo que•ellos creen ser, no eonstituye su'verdadera realidad. En cada fonórnerÍO·.colaboran todos los, demás. Por estarnzón es ilusorio buscar en él sólo•suaúténticosentido;Un grupo político no,es más que uria palabra suelta,'ysólo aaqtifereuná significación completa cuando se reúne a las palabras dé los otros grupos y se integra: la '. ·.• ,, ., ,. ·, ce ·, , · ,;; · ; , . . frase histórica. •· ' Una de las paradojas más inevitables es que en la batalla, el vencedor, para vencer,neé:esita que el vencido lé ayude. Es una abstracdówhablar,de la fuer~ za de un ejército. U fuerza de un ejército depende de la del otro,yuno de sus ingredientes•es la debilidad del enernigd.:Cabe decir que la rhitadde nuestro ser radica eff 101que seanlos demás, yno•se debiera olvidar que nue5tro perfil ·. . , . depende effbuena·partedelhueco que los demás.nos dejen;• , 'Enrigor, todo perfil es doble;•yla,linea que lo dibuja es, más bien, sólo la frontera entre ambos. Si de la•lfnea mirámos•hacia•dentro de la, figura, vemos una forma cerrada en sf•miSma,.a lo que·podeilios llamar un dihtorno. Si de fa.línea miramos haciafoerl\, vemos un hueco lirnitado.por'elespacio infinito ewdetredor.' A esto podernos llamar elcont'orno;' Sin Contorno nohabria.dintorno,y por esta fazónno puede definirse cla· ramente un fenómeno histórico; si;:después•de decii:ki que él es, no añadimos · · ',,. q: · .,., · lo que es su·arnbiente. ·
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Hay éasos en que basta con enunciar el dintorno de un movimiento político. En las épocas normales ybienconstituidás,larealidad histórica se ha creado un vocabulario de apariencia5.que expresa adecuadamente su oculta intimidad. Así, hace cincuenta años, los llamados liberales eran. en efecto li' ' berales; y conservadoreslo'scónservadores. Pero en'o'tras épocas7'-y á ellas pertenece la:actual+,:laTealidadhistórica ha·cambiado•sinhaber.conseguh do aún•crear~sl\ huevolenguaje::.Ehtonces, las aparientias son forzosamente equívocas;feruvez dé.·constituir un idioma que expresa directamentda rea7 lidad, seitraban.eILUn jeroglífico que la.oculta. • , ;;, ; ·. • iJ; •,¡•, El fascismo y los productos siIJ;rilares de otras fábricasapaiecéhdehecho combatiendolasJuériás' que solían llamarse' liberales~ democráticas; .Pero nadie sorprende que éstas·seanatácadas; puesto que no harudejado deisérlo nunca; Recuerde cada cualsus priíneras imj:iresiol1e5 en la hora.de explotar el fascismo .o sus1C:ongéneres;.yadvertirá que la smpre5a;antes que aéstos, se dij rigíaa•la conducta de aquéllas.alias fuei:za5LA1'preguntarnos:qué eselfasCJiS" mo; lapriínera contestadóruq?e•todosmoshemos dado er::i:una~égunda.pre;, gunta:• «¿qué hacen los liberalés;dos'demócratas? )!;Como .si cierta :instinto intelectual nos·hlciera sospech¡rr:quefa .dáve:ddá situadón;lo .eseiitiál:del fenómeno; é1síntoma J:ná~·ori~al1,htj .estabá. tanto en la acci,ón:delfascds7 mo como enla inacción.del liberalismo.:Nuestra:atenciórutransitabainstinti" vamentedéldintomoalcofüom9.oí,21ú:i',2;J .· . . . . . , .. ; .. , rn ' . , Ekasonó tienenada,de'iinsólitó~Yolé diría austedqueestanecesid~d dedefihirunmo'vimientoipolfüco más por.su contorno que por su dintorno no la he se11tido .por ]Jriméra.vez c<.mocasión del fasi::ismo,csino mucho anfe5\ bajo el influjo de (leterminadás lécturas históricas. Se trata de una experiencia que cualquiera puede hacer sin gran dificultad. Léase un libro sobre hls: toriaromanac Ellecitoradvertirá que más o menos va entendiendo el desarrollo delosimcesoshastarllegaralaño 70,.ahtes dé Gristo,-.quees; próximamente; la época enqueapatece]ulio:Césár: En aquel ptinto:enipiezan a:p;onerse ose curas las i::osas.Y;sin.embaigo;'es;elperíodo de·foda la•historia.romaha que há llegado a nosotros c;on mayor número de:datos; Podemos.reconstruir casi día por día la serie dellos aconteéimienfos con palabras qe sus propios acto" res.; No obstante, no.¡¡cé~II1os .ª corriprender.por qtiéayanza,.de triunfo en triunfo; el•movimien.to;representado por:César! • · .. ,,·, i •:r ; · , •, . ,• ·La dificultad.que hallamos, es idéntica·a·la•que sentimos ante el fas cisma¡ Más que triunfar César sobrefos1dell1ás, nos parece que.son losdemásiquié; nes dejan triunfar a Césarw\l:verle Rréscindir;,una tras otra, de,la5,instidiT ciones.estableéidas, no.podemosrnedo~.de,preguntarnos,qué:hadan;los re·publicanos,'o,1nefo~ clii:ho,.por1quéqrn!hacíaÍ1,naclalos•republicaÍlos.Pues en ningún momento vemos que la situación de César se~;pm símisfUa\
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suficientemente sólida-.,Alcontrario; nos.parece constantemente en peligro y como en el aire.· Cuando intentamos hacer balante de las:fuerzas positivas· con que contaba, aunque no.Ias juzguemos desdeñables, no nos bastan para·exc plicar.5u.victori¡i.. · ,. ·,.¡,, q .. ·' .L,.' No. quiero decir eón esto:quela época .de César sea como la .nuestra .. No creo.que.las épocas históricas puedan nunca identificarse: Pero sípienso que el: tiempo, dé. Césary el nuestro tierien:i:ilguhos factores'comunes,!nada vagos, sino, por el i:ontrario; muy concretos, allado.de otros• completamente opues, tos.De aquí que sea útil comparar, no ambas épocas; sfno estrictamente ese grupo de·factóres commies a una.y.a otrm:Para darle uh nombre;pocm;a.de" cirsé:· fascismo y cesarislilo tienen; como supuesto comúh; el.previo. desprestigio de las instituciones estableddas,·1 · . :. .. ;Sobre.e5te desprestigio; que·n'ó es: exclusivo a Italia·, sé ha hablado .mu" cho, pero sin rei;onocerle1a:debida·importancia.Se súpone que e5 un hecho superfici.a,l;: transitorio, originado.·en a~usos particulares, de, es tosco ,(lelos otros·ho!fibres.eni:argados.de ejercedos:dlierentés'pod!!res; de ~uerte que una simple correcc;ión de talesiabtisos traeríariuéva autoridady como virgic nidáda:lbs.usbs.>· ! • ;·:i.!'• ., · , ..• ;.;¡,;óCJ v.o.'r'J,•h .ki\.. ••: , ; : ... 1r:1::; - ''' nYo cn;o; por el contrario, qué se trata del síhtomamás grave en:todaJa vida.pública contemporánea-.: Procede de modificaciones radicales eniasídeas y los sentimientos de];europeo;y él vaa;ser el agente secreto de.tocÍ01ellargo proceso en que ahora illgresan las naciones cóntinentales, quién sabe si!tarri~ - - ··,•.•1·' - _ biéningla. teria>;• -. .•fii ·¡'·: ..·.'·'"'·'·· ·.•._d·_-._¡,., •. 1 !.·.. · ···'·.·. ":· : r·t'j ! I:'"'. -,.,- ··i . :.,:;De.todos modos;no se aclarasuficientementeun movimiento político de alto bordo mientra;;. no se;encuentra un hecho lo bastante.radical y sube terráneo. para que puedan derivarse de éla un tiempo la fisonomía de esi; movimient.o yla de sus CO!ltrarios; Todos los fenómenos.de una·épocason hermanos.uterinos,aunque sean hermanos enemigos; Y es preciso explorar hasta quehallemossu.co1Ilúncliencamatemal.. ':: ,,,,,: · .l
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No .creo,,pues\ qué lo más interesa11te del fascismo.sehaga patente cuando se le ll1ira por,
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realistas, carlistas, etc. Es más intere5ante la fisonomía que el fascismo prec sen ta cuandp se le desde fue'ray sé atiende exclusivamente lo que.de hecho es,·no a la canción interjor que él c!Ínta. Entonces vemos déstacar dos caracteres, uno de los cuales, el más importante, no he visto qué haya sido Slrf ficientemente subrayado. Estos:caracterés son la violencia y la ilegitiinidad: ])e ambos; es el primero consecuencia del segundo, y sólo en unión con ést~ adquiere un significado peculiar,: Poique1a violencia.venía siendo predicada por otrospartidosy,·más o menos, ejercida a su hora·por·casitodds. : .. · En cambio; es elfascismo ilegítimo; cabría decir; ilegitimista, en uh sem tido privativo;:verdaderaménte eitraño y.casiparadójico.•Todo movimiento revoluéioriario se adueña del poder ilegítimamente; pero lo curioso eh elfas: cismo es que, no sólo se adueña del poder ilegítimamente; sinoquej unacy~ establecido en él, lo ej erte tanibiencon ilegitimidad. Esto le diferencia radi7 calmente de todos los demás movimientos revolucionarios! Quien noadvierla la importancia· de éste ~ntoma np'podrá; i mt juicio; hacerse cargo deI si!f nificado. genuino•que eLfascisrrid. tierie cOIIl() fenómeno históricó;y tenderá deplorablemehtéaemparejarloconotroshechos contemporáneos; sobremat neraheterogéneos.Así, el señor Cambó, en sureciente libro•Ewtomo áifds; CÍSlno; comienza pbrnproximaf-7siguiendo el declive mental más próximo,,...,. fascismo :y:bokhevismo. Esto és un déslli: que'luegb prácticamente rectifica elseñor Cambó; renunciando ·a extraer ningunwconseéuencia útil de ese paralelisino;,efrsu analisisdelhechoitaliano: . Por mi parte, desde que el bolchevismoap~reció he sostenido qúe:setral ta dé un movimiento completamentefüconcio-corrfapolítica europeá/específicaniente ruso, en lamedida en que Rusia no es Europa; y dondésólo hay de europeo Cierto repertorio de teorías; tal vez fuera niejoidecir de terminologías: · El bolchevismo; como todos los movimientos propiamenterevolúcio 7 nariós, tritura ilegalmente un estado legal a fin de instaurarotro. Sus partida; rios creen ejercer hoy el poder en nombre de una legitimidad fundada emr!!• zones jurídicas, tan firmes .como las que más, las cuales, a su vez, se present¡tn sostenidas por toda una ética y aun por toda una concepción del universo. El Gobierno soviético usa de la violencia:para asegurar su derecho; pero no hac.e de aquélla su derecho. Por el contrario, elfascismo no pretende instaurar un nuevo derecho; nó se preocupa de dar fundamento jurídico a su poder, no consagra su actuación con>título alguno'ni teoría ninguna política. Mussolini ha1procuradó conc servar el aparato parlamentario; pero no ton ánimo de fingir. una legitiinídad para•su magistratura. Siempre ha1hecho•constar que conservaría el Parlamento mientras fuese! dócfüLe sirve; pues;para obtener una :continuidad adminis; trativa;nounhexo jurídico con principios constitucionales de legalidad\ La
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legitimidad es la fuerza consagrada por un principio; El fascismo gobierna con Lafoerza de sus camiSas-· · las 300.000 camisas de fuerza~;y cuando se' le pre~ gunta por su ptincipio de derecho¡ señála sus escuadras de comb~tientes; La camisa negra;. o: GN, es como el HP,•o caballo de fuerza, la'.unidad dinámica de la política italiana, pero no unprincipio de derecho' político! No pretende el fascismo gobernar con derecho¡ no aspira siquiera ser legítimm Ésta es, ami juicio;su gran originalidad; por loménos su peC:Uliaridad; yo añadiría: su prÓ" fundidadfsu virtud::• •·· · ·'" · "'''''•' · · '·'' . Ahora se comprende el papel singularísimó queirepresenta la viplencia fa~cistay que la diferencia de las demás. En el fasc;isnio;la violencia no se usa para afirmaré iinporíer un derecho, sino queUena el hueco¡ sustitllye!a ai.F séricia de toda legitimidad\ Es el sucedáneo. de.una[egalidad inexistente; Y es'to, rigorosamente entendido.: Porque no se tiatal:llmpoco de que elfascismo caiga en la trivialidad de decir: lavioleneia¡ .la fuerza es· derecho. Esta afir~ mación1es, nadieloignora, una de tantasfteonas jurídicas; unó ,de tantos priR" cipios·legitimadores. Lo que otorga unaltísimo rango como síntoma histórieo al hecho italiano es que' nos pre5enta elg'obiemó de un poder ilegitimo «como tal» .Toda: preocupación por consagrarmediante•un derecho: elejerdcio:dél podei: está sustituida por la mera dedaraeión·de unmbtivo::«hayquesalvar a Italia»LY~to,quebaste un motivo, quena hagafaltanisiquierála pretenslón de un derecho para que un partido•triunfe y seafirme ysea aceptado de hecho por una nación contemporánea, es, cuanto más se iníra;:lo• sorprendente, lo sintomático; lo' esencial del.fascisnio como fenómeno histórico;• ·; · - "· ::Porque venimos de una époc'a "2clos SiglOs""- que•se;cara~terizaba'por todo lo contrario; una edad dotada de la más extrema hiperestesia jurídica; un tiempo de fervor, casi de misticismo legalista; la etapa humana que ha Vivi~ do más, ihténsamente del «constitucionalismo'», es decir, déUegitimismo. Todos los demás rasgos del fasciSmo se encuentran'repetidos en ese pasado de dos centurias; sólo éste es completamente nuevo. Pueselpropio a~r quismo del siglo •XIX;que·niega la ley, el'principio de constituci(jn¡ la «ar~uíá>~\ la niega a 5u veiporrazones y por prineipios mofales•ypolítiéós; es decir, con7 sagra ylegitima teóricamente su Iegitimismo:•r'• · ' •· "!!•'·'' ' ''' :;; · Por ser tan,fuaudito el hecho del triunfo faséista 9ue significa elhecho de la «ilegitimidad constituida; establecida»-,-··ies por lo, queiinstintivamente·nos preguntamos:·¿ C,2ómo'las demás: fuerzas sociales;'quechan sido hasta ahora entusiastas de fa ley, no logran oponerse a esa•victoria'del caos jutídi~ co? Y una respuesta se incorpora, espontáriea;enn'uestra'mente: «Parla sencilla razón de que hoy no existen fuerzas sociales•iinportantes que posean vi; vaz ese entusiasmo»; o, lo que es lo mismo; porque hoy no existe en'las nadones cóntinentalesininguna forma de legitimidad que satisfaga e ilusiime a los
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espíritusi No es dudoso que en el momento que aparezca un nuevo principio dé leypolíticá capaz.de entusiásmarsin vaciláciones a un grupo social, elfascis*. mo SN~váparará aútomáticam~nte.:Estoncis aclararía de,ungolpe laparadó"' jica situaciórL1Si nadkcree filmemerite en'rün'guna formápolítica legal, sin~ exiSte ninguna institúci,ón 'que énarde2~a los corazones, i;s natúral que triun~ fe.quien frahcamegté se•despte9tupa: de.todas éllas yva derechóa;ocuparsé deotras,cosas;:Entq:hcésre5ultaría quela:fuerzadelás'camisas•fascistas.conc. siste más bien en el escepticismo de liberales y demócratás,;ensu falta de fe etl elantiguoideal,·.en.sµ·desqamisamiénto político,; Y. la ilegitimidad extraña que practica el:fascismo •sería, pufay siinpleménté, ún signo.dé quela sociedad entera sehalla exentá de nohna~legítimás,.Sú; triunfo se debería; .pues;¡¡ que.representa cori sipéeridad:y:energíala.tealidadrtotal del éspírifu públi7 co:l.a' granpolítica;.*cía Fichte; consiste sólo en:Kexpresar.lo que es»} en dar fotma:exterria a lá:profunda réalidad ocultá en los corazones; .Cori unosu otros adit~rpentos b ;¡:eservas/hox todo ·eLmundó presiente:que"las ,, formafr esta~ blecidas'>~ dedemocraciayliberalisnio han degenerado hastá.converfuse:en meros vocabJos: El fas,cismo haterüdg !la.resolución de declarar. eseseéret~'y cómpbrta~se'enconse:cuencia.J~or,eso.h~vencido.Enotrolugar.p.eJa•histo~
ria hállaremos:i.ma declaraciórtidéntica'qúe produjb1un resultado·semejante¡ '. · i , Y si s!!mira lá;Europa éoppnental¡ ~e advierte que.el podpr, legítimo· está\ dó'.'1dequiera, apoyado en telárañas ya merced del prim~r puñp ilegítimo que qu1eradar·al·.traste'cortéL2 :·~:re· • ··:e·: .ce·, •;;; ''·'"'"'' .:e:··.·,,,.,¡ .. ,"., Ante pareja situación, se méantoja que esigualbiente u;~pt~ ~~;~nar .ele~. gía?·patéticas en honor ,de la·légitimidad difunta como, en nombre.de un falso realismo político;,consagrarla·foerza, ellÍechó, como la auténtica legiti~ midad: .El verdadero realismo desdeña los místicos formalismos, pero, a la vez; se abstiene de;divínizatlos hechos: El culto al .hecho es una idolatría· uh formalismo como, cualesquiera· otros. Al temperamento realista le importa ~ólo abrir bien los ojos para intentar.sorpr~nder el maravilloso enignia de la reae lidad·y.extraer;de;lo que aYerigüe hoyJfértilés S):!gestioiles .para,mafüma:c i :: n. -r: ·, , Uml'consideraciónJéalista de.esta das e es la que:nos·descubre bajo ~l ademán afirmativo del fascismo;sucarácterpredominantementertegativo. su' apareiite:fuerzaico~iste1realmente en la debilidad ddós.demás: ., ; · ,, ·' · ·· :· ,'Así se explica que¡,si~ndo por.completo dúeño delpresénte, tenga el fás, cismo que Yivir:atdía y;a:nadie.seleto.currá verlo·proyectado:.sobr~d futuro: . Ni siquiera teóricam.ente.conseguímpsimaginar unafortna futura y estable de organiZación política derivándose de; él. Es UI1 resliltado y no un comién~ zo, una.tá.i:tica y.no.una.solución:;•''·' T·. .. . • .. •. . . . y • "·: :E!fascismo y sús símilare5adµrinistran ·certerarriente un~ fuerza nega~ :va; una
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son movimientos eseni:falme:hte transitórios,lo cual no quiere decir que durenpoco. · Esta maneta éle interpretar el caso italiano nos evita caer en un error que hoy veo aceptado por casi todo el mundo. El hecho de que en Rusia y en Italia un grupo.reducido de ciudadanos se haya apoderado de la gobernación, ha sido ocasión para que, generalizando, se diga que la historia política es siempre obra de minorías resueltas y compactas. Con esto se quiere insinuar que un puñado de hombres decididos puede siempre hacerse dueño del poder público. Me sorprende que el propio señor Cambó haya acogido también, sin la oportuna cautela, este lugar común de reciente forja. Porque tal pensamiento es falso. Precisamente en la vida política no pueden nunca alcanzar un triunfo normal las' minorías. Para vencer tienen que convertirse, de uno u otro modo, en mayorías.· En la política decide siempre el torso social yejerce el ~o der quien logra representárlo. Cabe, sin duda,:im golpedemano; una sorpresa, que.entregue' el Estado efímeramenle'a,unos ave~tureros;los cuales concluyen·pronto horca!; ·. ·· ;. ', .. ,.. ,,,,;·;i:u:• ,,.,,, '"i' :Perobolchevistas yfascistas--'c¡uesólo en esto'separecen- no son unos aventúréros: : .. ·· , ;: El papel en pblíti.ca de.las minorías coherentes.es cosa más complicada que todo eso ..sin ellas no puede existir unvigoro'so orgarüsmo de Estado; pero ellas no se bastairpara crearlo O•manejarlo;Sólopuede:ímaginarse una si" tuación en que; efectivamente; á uu-p11ñado de hombres le es fácil adueñarse delpoderpúbliccí: cuando ésteesres 1g1Ilius, cuando ehesto del cuerpo soc cial no se sienfe solidaiio de él¡ cua.ndo nadie estima las instituciones vigentes: Elltonces; claro está, cualquiera que tenga alguna resolución yl1o se ande con miramientos podrá echar mano de un Gobierno que todos, en rigor, han desamparado, :Pero esto nos lleva a una regla contradidtorla de la que el susodicho lugar· comiin formula: basta que una minoría resuelta se haga dueña del poder públicopata:pciderafirm¡¡rquela·vidapolítica'ewese país atraviesa una etapa de gravísim~ anormalidadi Cuari~o más'indómito vea al fasciismo-ejercer1~ gobernacióri,Lpeorperisaré de la salud:polfticá•de Italia: No hay salud política cuando el Gobierno;no gobibna ccinla \idhesión activa de:lasma• yoria5 sociales)!Tal'.vez por 'esto la política me parece siempre una: faena de se'·· 1;. · .,,,., :• ··'·' ;, 1; ,,,, , • , :i. gunda clase. ., 1: ;, : .,,,,, ·. ,;·,.
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tJ~ an~l~is apretado ~da sitll~~~óri :~~~füiliana en co~~ara~i;~ ~~:la española permitiríaformar.dos listas:•nna, ,delbsatributos en que ambas coin7 ciden; otra, de aquéllos en quedivergeruELresulta:do sería,sobrefastructivo; útil, porque contribuiría .a prevenir el futuro. Es lo más probable que en•ese futuro se acentúela djvergencia entrel9sdestirros de una: y otrariaaióh que· un momento han podido parecer coincidentes. Una grande razón hay para ello: la,diferencia•profunda:entre'el almaitalianai}'·la.española,eimpotta mucho.que•losfgóbernantes•nofa.echerne,n olvido.si q¡lieren evitarse sorpres~, Si de esta suerte,tomamo¡Nrlarga!diStanciauna vista•.del¡alma.ifuliana y dél alrna.española,nos,encóntrareinossorp~endidos.por suradicaldiferencia. Son los dos pueblos olas ' .trabados - más ....viejos -- de . Eurbpa¡ .. ' -- .,.batidos•pdnlas!misrria5 .. históricamente errtratos•seculares,,y;•sin;embarga;.eléthos deluno es· casi opuesto al del otro. Siento. emplear ~l vocablo etho~; 'que es demasiado acadéf mico para Fo ser desagradable;;Petourge inculcarlo;en,eluso banal;porqrie; de una parte, no'esfácilsustituirlo;y de otra, se refiere a cuestiones soore que cada•día será forzoso.hablar más: Entiendo por ethos;seiicillamente,•.el.si5te7 ma.dereacaiones mo~alesque.af=túa1uin. lii espontaneida
español
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rización. El, italiano tiene el genio plástico. En lD"estético yen lo sociaL Cu1 tiva el gestb'; la·ai:titud, la vertiente de sí·mismo que da al prójimo. Se .complace en.las formas opulentas, EL dio.al catolicismo su magnificéncia:otna.'. mení:aLy susditó en·lps lierizos del Renacimiento aquel espléndido boató de fie5ta. Sie:nt~¡ eivefecto; la'vida.como fiesta; ceremonia;.solemnidady carnac vaL-.En.artee5 el único pueblo europeo que ha cultivado el desnudo (en'elesc tilo francés¡ lamujer.no. se:desnuda:para el arte, sino confines ulteriores); El etlws.españoI,parte de piefe~Jo interno: Es sorpren,dente que, siendo me~ ridional; sea tan reconcentrado. No•es sensual ni ostenta el desnudo.Sús.fies7 tas son..de.escasa.aparientia,..;-..las fiestas negras deVásconiayCastilla~,y la;graciáevidente que rezuman .es; en efecto¡zumo, exhalacióri'de una' intirnidad¡alma que se e5capa, no carne que :Se exhibe. Una excepción hay:é~ tódo esto:da,zona!evantirra, t¡ue'enniuchas,cosas se, parece füás.altalia 'que al hinterlan'd ibérico;,<.',;; ;,;,, ·• ,,;_ ...... ·- _. "' @tra diferencia;paralelaencuén.tro ·en·ún orden que tiene!importanci.a decisiva para.Jos destirros políticos . de ambos pueblbs;.El.italiano .antepone la vida.pública.a la:vida'privadá, Siempre ha sido asf: En la Edad Media';.cúando el resto de Eurdpa .C:ónoC:e apenas otra cosa querelaciones . privadas,:la:S !pee queñas villas italianas ietiemblandelfoso a la alrriena, estremecidas poda vida pública.• Dante; que viaja podas postrimenas; que desciende al Infierno yse desliza en el Empíreo, arrastra un equipaje compuesto casi exclusivamente de:p¡¡sionespolítiC:as: Í:)eaquí•q11e haya sido tan.fre'cúerite,en]a,hiStori~ ita·· ;, .,. . liaria la!violenciapúblicarncc nm; :· ·En España .ha acontecido siempre lo.-inverso. La razón de1Estado ha soc lido detenerse con tacto:sorprendente ante el hombre privado; Ahorabiemla violencia.política consiste precisamente•.enque el Estado constituido .o Ja organización revolucionaria atenté a lo. privado del individuo .,.-,su .vida, su lb bertad corporal, su hacienda, su honor. A esta,propensión del etho~ español se debe'que•no;haya haqido:revoluciones; .pero; a )a par, quemo hayafotbido tiranías ... Cuando en Barceloila comenzaron a;ptoducirse.crírhenes ;políticos de especie cruenta; la;nac:ión.sintió ta:n gr¡mde repi,ignancia . que•bizo pqsibl~ el golpe de Estado. Viceversa: ,un_Gobierr¡.o.de fuerza.que ejemitase éstaiTe7 sueltamente1que empezase a viola.r.la,eXistenciaprivada:de!os ciudadanos; susdtaría en el país la misma reacci\'>IliAsíisomos:Antepbnemos1o privado, a 10:.p*blico. Estb;traerá cons¡go algunos;inconvenientes, peto tambiénlos trae =Y•terrible5=Ielethos.C:ontrario.-;,. ,,, . ": h ccuu:" .ur• !ui. ;:,¡, .:;: •r 1.NosrepugI!flla tragediapolítica:«Nosrepugnaque pataiobtetier ciertos.re+ sultados de carácter público-·por ejemplo: constituirunEstado fuerte:y;¡;igoros~ se cometan crueldades con las gentes, vejándolas, castigándolas, atropellándolru;. Por esto, a mi juicio, es poco verosímil un fascismo español. ¿Y no
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es ello una superioridad de nuestro ethos? ¿No es algo finamente profundo, ex~ quisitarnente humanó, esta ironía ante lo público, criando lo público quiere; haciendo de atroz Moloch, engullirse lo privado? Bien está el deseo entusias7 ta de edificar un Estado rnagoífico. Yo espero que ha llegado enrEspaña elrnm mento dé.intentar esa ingente creacióiLPero·condelicadavoluntad de evitar toda falta de mesura. La vida es antes y más hondarnen.tevida privada que vida pública. Supeditar por completo aquélla a ésta e5una perversión yunerrbr.'; 1 Un alma que sin protesta ni nostalgia aceptala absorción completa de ló privado por lo público; nos parece ~y cornrazóri-.·; una supervivencia de ottbs tiempos menos sernsibles y maduros; En efecto; elalrna italiana esiun alma «antigua»: El griego y el romano sentían así. Poreso en su historia el crimen es• habitual. •El'in.dividuo rio•tienevalor corno ente privadÓ.• Porlom:iisrho; no tiene deréchos.;El Estado los asurnetodos; Cuando Cicerón; ante'el crescendo w ránico de César, gime por la libertas perdida, su idea de libertad no tierie nada quever con la iiuestra. LibertacL quiere decir paJ:~ el;•.estrictall:lerite;.vigencia de las instituciones'éStablecidas; Pero éstas iristi~ciónes.negaban tcidafü bertadal individuó\ al hombre privado: El podá:píiblii:b no tenía límites: Lalibertadroillántica-la europea, que brota en la Edad Media'y'hó enl 789¡ corno!una nociónsuperficial supone-irnplicalaresolucióri de poner coto al poder público, de limitarlo, abriendo un amplio margen del derecho al hoin;. bre privado corno· tal; ' •· '· · ·· . · EnEspaña;-sólo el levantino posee 'algunos rasgos de•alrna·«antigua>h Los demás preferirnos a la tragedia política una suave'e irónica familiaridad( Si no fuese así;pierise el lectorfas,ccinsecuencias'a'que el re5to.•de los átribritos españoles nos hubiese llevado. Porque· somos frenéticos; fanáticos en riue5L tra intimidad: Si no existiese en nosotros, ·corno compensación, el asco a usar de la política para aplastar alas enemigos; la•historia de:España habría sido la " ,., • ' más sanguinolenta del mundo, · •' Este sentii;niento deque la gobernacióh·es un' ejercicio de suavidad, una operaé:iónmásbienpatriarcal,mepareceunaexquisitavirtudde nuestra alma vieja\ que'no•hayrazón para extirpar. Laviolencfa,continuada,•aunquela eje" cu te' el Estado¡ revela cierfa propensión criminosa en el ethds social de qúé ernaníi.; Esta atmósfera decriininosidad hativallegaa nosotros, en bocanadas; apenas abrirnos un,libro de historia•antigúa;1 :• · ' .· '"' '. Adiniro.•rnucho a Italia; pero•no admiro su genio gesticulante y polil ti.ca.violenta. Prefiero el destino español, más delicadoyináS humano que no hacecjelPoqerpúblico un íd9lo yse opóne resueltiirnente que•el Estado mao chaque a los ciudadanos." · ·d ·· .•; ;r •"'
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EN ELDESIERTO, UN LEÓN MÁS
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en·111;n·º~;ertódicos~ª ~ºti~ia. ~~~sfinge;·por
apareció fin, se hab!a desperezado, sacudiendo.el enterramiento en la arena donde habí!l permanecido ql.lieta durante milenios. La obra enormese debe la Dirección de Arqueologíll del Estado egipcio,yha•sido dirigida por Baraiie:Durante cin+ co mese5 "':-de octubre 1925a1 de.marzo 192fi.c-.c hantrabajado'LlOO obre" ros en el desplazamiento deS0.000 m~ti:os cúoicos dearena desértica: Al remover. eldesierto se ha dado con urrejern¡:für de su fauna normal: haápatecido entero.el león;·dequien·sóloiconodamos'lateslaantropornorfa•emergiendó curiosa y sonriente, exci;siva y rosad~, junto a las pirámides: Era aquelpaisaje el más viejo•que'coríservaba la. retiná humana;:ya1recuerdim'ustedes aquel paisaje de Gizeh donde iban en asnos las inglesas victorianas i:rinunsalakofen la·éabeza, yen elsalakofunlargo velo verde.Aquel·paisaj{>tari antiguo -·cabeza hierática de esfinge, pirámide5'enfila~ eraiun paisaje cub.ista. ·•' ' Ahora ha •cambiado; y es preciso rectificar la habitual imagen que tenemos toqos iricrustada· en lareti=. Bajo la testa enigmática ha aparecido el leóh, Se ha usado, al fin, la:receta para cazar leones que proponíll hacerimcJ:ios años un periódico humoruta de Alemania, las Fliegende Blatter: «Tóme5e un dec sierto;•hágaselepasar por un coiadór; faareha C:aei:a por los ·agujeros y eLleón .;::;; ;:• · ', •> . . 'n¡¡;·nn. ,,.. quedará dentro»; . . Ellecín es el rey del desierio)y ccinio los antiguos eran más blandos que nosotros a la solicitación delas nietáforas,·qriisierón que sus•reyes·fuesen, a su vez, leonesi y así esta esfinge;·perpetuarrieriteacurrucada,;eri áctitudde empollar rici se sabe que ardientes destirios, es ehetratci de Kefren,;Faraón que construyó la segunda pirámide. , · • '¡ . • ,,para muchos; esta exhumación ha sido tlndesencanto;el desencanto precisamente que el cubismo aspi±a•a evitar. Lit trádicionál figura de la Esfinge; con su aire• de degollada sobre el área tórrida; era demasiado injustificada e ifü comprensible para que.nadielepidiese verqsirnilitud1 Ahora· ha vuelto a ser
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razonable, instalando sus liolill:iros sobre un C:uer]Jo dé león, que inevitablemente trae a la mente la forma natural del felino. Parece ser que los brazos, con garras, de la bestia pétrea. son demasiado cortos y hacen mal. He ahí un ejemplo de la imprudente alusión a lo real que comete siempre el naturalismo. Despierta en nosotros recuerdos de la vida, en vez de hipn,otizarnos y arrancarnos de ella en ,éxtasis y vaga emigración a ultranza. Ante la obra naturalista quedamos escindidos, disociados en dÓs personalidades con intereses opuestos: la que pretende absorberse en la obra de arte y la que vive en lo real y sabe cómo son las cosas de este mundo. Dicho de otro modo: mira" mos el cuadro o la escultura in modo recto; pero a la vez miramos con el rabillo del ojo, in modo obliquo, la realidadque pretende copiar. Esta duplicidad de nuestra atención nos impide ser absorbidos plenamente por la belleza, ser asuntos;enellay caer. e]]. trance' estéti~o;,Yo ,creo que,.por el contrario; la obfa de arte ,5e logra en la medida• queHansiga. anestesiamos p;i,raJa realidad,., .. «,, :·: Másirtt~résante que la estimación: estética de la.Esfing~ reintegrada me parece subrayar, elhech9 de,gue:es'.éstala tercer¡¡ vez que ha sido.extraída de la arena. Nayé¡svrta enJ¡¡ inquietud. voraz· del desierto; ha naufragado ya tres veces entre.tolvaneras;iy:nadá:nos.permite .asegurar .que no:desapatezca de nuevo •.Es·más:·conciertaprobabili~ad¡:podemosaventilramos.asóspechar hacia cuándo; será de;nuevo•deseni.e!Tada~,Yeaellector los,.motivos que. tengo parae5te·¡iudazvaticiniooq ,, .,. .¡""''' ·· ... ···ce:: ... , ... ·. /:., .. i" r; r rLa Esfinge fue construida· <
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recuerdo arisco; perdido en1a.entraña oseura del alma. También entonces nos volvemo's dé e5paldás a1aractualidad; como sino nos bastase la superficie de Ta existenéia; que es :preSente; y:requiriesemcis una vida :gruesárcon espesor, ,¡r; ;,. '"''º " '·'' ;; con.profundidadi;;c;.,,,, - ' "· Ello es.que fas fres' épocas afanadas en: libertar la Esfinge téndrían pa~ recido¡:podo menos en una cosa: (El error de Spengler consiste ~nmenos" preciar las'diferencias de fas ·épocas «semejantes»)" Esta cosa es el cosmopolitismo. En ellas, el hombre posee un alma ecuménica. Su vida se dilata hasta los.confinesrdelo habitado.:..Cesdedr; de-lo conocido: Cuarido no hay cosmopolitismo, se sabe que existen otros hombres,rofros pueblos; pero no se convive con ellos. Aparecen con el carácter de humanidades diferentes "'-ccomo se sabe que existe el animal a nuestra vera y, sin embargo, no se convive con éL El cosmopolitismo de esos tres momentos históricos ha ido en cada uno aumentando de radio. TodaVía en la época romana existía en tomo a la efectiva erumme-.la tierra habitada por hombres como nosotros-- uri'a vaga orla romántica de ter.rae ii1cognitae, por ejemplo, la famosa tierra de los hiperbóreos. Cuando un hombre heleníStico oía este vocablo, se le iba el alma al ensueño. El hiperbóreo era algo extrirhumano, tal vez sobrehumano. Todavía en Nietzsche, que era un helehlstá, posee la palabra gran prestigio, y cuando habla de siglos mejores no h,allará mejór encarec,imiento que decir: «Nosotros, los hiperbóreos ... » · · Pero ahora el radio cosmopolita ha tocado los confines del planeta. La dimensión de la erumme coincide' con la dimensión del astro. Se ha llegado al término y hay quien siente desilusión, como Morand. Rim que la ter.re! Morand hubiera querido seguir soñando con los hiperbóreos. Han sido suprimidas las tierras de5conócidas, donde puede el ensueño fundar sus colonias. · Adjunto a este cosmopolitismo espacialha alentado siempre un cosmopolitismo en el tiempo. No bastaba convivir con los hombres vivientes: se sentía el deseó de tratar a los antepasadcis. I;o rriismo hoy. Frecuentamos a los faraones, cono.cernos suvida doméstica, su vestuario, sus deslices. La Esfinge y la m.omia recobran actualidad, y la actúalidad no es sino el modo de la convivencia. Este aumento de nuestras relaciones y «conocidos» nos hace mirar la existencia de Europa? anteriora l 900, como una vida provinciana, de angosto horizonte. Y como el mundffes,'en cada caso, el correlato de nuestra alma, no hay duda qu~ el alma inCli\Íidualha aumentado enormemente de proporciones. Es un crecimiento parecido al que advertimos comparando el alma de Pericles con el alm~ de MarcoAurelio. SHeemos las páginas de este hombre admirable, nos parece que cada frase resuena en la comba enorme de un gran
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volumen espirituaLLo que piensa yloque siente.será más o mtnos verda~ deroyprecioso, pero nunca es pequeñó, .estrecho¡sórdido,,ridículoiPote1 contrarió; t@do eswagrúficoc VIStO desdem:ia estrella;elgesto de:MárcóAuf relio, probablemente «hace bien»-_como el arco imperiaÍ'romano, mir~do hoy-desde Londres o Berlín;, a ésta diStanda de di~cioi::ho Siglos, siguepareciendo ;imponente;, Es 1a v:iJ;tud adscrita 'a cuanto:ernana de un alma que;i su7 perando• toda limitación provinc;:iakvive COR radió CÓSÍniao, es decii,d alma cosmopolita:,,,.'' •- r; ru; '''?'''' _ _ ,,;rc•i• ,,; ' ·Otra cuestión es si, al ganar.diníensiórda:vida:humana; no;pierde es~ otras dos,é:ualidades:Juerwisaborn 1; .,, cu. - "", '· ·" .,.¡; ;''" -
PARA,ill'/-MUSEO.ROMÁNTICO ,-.--,''('! ::i :;i· '- ,;;i·:; '' _',.(CQNEERENC!A) - .- .... .. ' -· -· ,.
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Son ustedes, conmigo,invit¡tdos de en estas salas para.que hablemos.de una empresa que fuera debido acometer, Expresión de un:propósito;.propaganda.deu11proyecto; solicitudde.cci7 laboración,ycasinada más van a ser las palabras, no muy numerosas·¡ qué:me atrevo a,dirigiraustedes;c, -' ""''"-''!. - --, ! , ,,i; .,. _,L J'.os _cuadros que penden de estos muros han sido generosamente donados p'or el Ma~qués de la,Yega Inclán a la propiedád públicac Aspira el donador, a que siryan comonúcleG inicial;.aunque-ya,porsíJilÍ!jmo;abundante; para la formación di! ún'Museo donde quedé resumido y,perpétuadoJo queJuela,vida es; pañola en la primera mitad délsigloJCTX. En aquellá épcica, como el prólogo al Catálogo.indica; Madrid, que:había sido hasta-entonces sólo oficialmente la capitalde España¡ sale, por decirlo así, a las candilejas de la historia, y con SU:pueblo altG ,y; bajo comii;nzaa-d¡irtono.y color a-la sociedad ,española .. Parece, pues, indiScutibleque.el Museo en que va a consetvarsecl gesto fenecido. de esa-e¡;lad debe ser, alojado elliMadrid,ydentro de:M;adrid,_en algún edificio a quien-en-la cara se conozca .claramente la oriundez.madrileña. : "La elección ria, es dificii;,porqu", desgraciadamente,'nuestra,ciudadim sido ;muy.pobre.en originalesinspiradones arqúiteFtónica5;·Encurribrada por corivenienda,sadroinistrativas;.fuesiempre:Madrid; a,la•v,ez,predilectáy:irícc tima de!la.burocracia;Ahora bien: btirocraciaein,spiración oíiginalspn.dqs cosas ccimplétamente incomp¡itibles,•y el espíritu madrileño sólo,hálogrado ena_lguna ocasiónperforar.las rutiruisadministrativasydarlibremen,te alviefü to. su¡plásticacancióndesde-lafaohada de:alguna: tásáo en los tázones:deal~ gunafuenfeépública:n ,.,,,, ,,,, ·:•,-,, -.-,,;e,-· .- .. ,,, Así enlafachada' delHospiciO;:por.ell¡uasoma el alma de_nuestra.Vil!ay nace al. transeúnte una:incesarite:gesticulac:ióri.. Como nuestra gente popu)áí,
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es allí la atquitectrira burlona, conceptuosa e inquieta. El estilo barroco a que pertenece fue dondequiera el triunfo de la pasión sobre la razón; pero el ba~ rroquismo de un Miguel Angel;por ejemplo~· expresa una pasión grave, reconcentrada y muda, al paso que en esa fachada, transparece el jocundo frenesí de un día de fiesta. La graciosa irrespetuosidad, que es característica del madrileño,. ha inspirado al arquitecto, que se entretiene en faltar al respeto la piedra, material grave y solemne, obligándola a danzar y parlar. A este edificio debiera llevarse el Museo Romántico. Con ello se lograría doble ventaja. La época tan madrileña que en élyaa conservarse quedaría alojada en muros de espíritu afín, y, por otra parte, el Museo salvaría el edificio. Porque el Hospicio, señores, se halla en inminente peligro: las terribles piquetas municipales amenazan la sugestiva construcción. Si no se opone a ello un grupó eficaz de vecinos sentimentales, la burocracia inexorable arrasará vengativa ese poco de piedra vibrante y armoniosa. . ·· '! Importa' mucho, señore.S; que sepamos adoptar frente a las cosas que fue~ ron,' frente al pasado; una actitud certera;'.porqué lasdos,maneras hoy usadas de enfrontarse con él, antagóni'ca.S una de otra,>son igua.lmente erróneas y es'téITiles: De un lado están los progresistas; de otro; los reaccionarios. Para• lbs hombres del progreso, el pasado humano sólo tiene-interés; sentidoyvalor; eríla medida en quefüe preparaeióndelpresente. Queda así el pretérito descalificado y éri unaactitud·humilde'ante nosotros;· du:ia'nidniles y iniles de años, los hombres\•a lo que parece, no hancvividb párá sf; sino para nosóo tros; han amadrry o diado·,' han trabajado y sufridrr; sin otra finalidad qhefü1~ cer.po'siblésestas·cosas·delpresente; qué cónsidérámós maravillosas: nuestra técnica; nuestros ferrocarriles; nuestro sistema•parlarríeritario; nhestrasclíni~ cas,;Claro está que a los hombres de antaño'parecían seguramente sus cosas no· menos excelentes' que a nosotros las nuestras;:peroelprogresista; con una ingenuidad específicamente moderna, cree su punto de Vista: defill.itivo'y el úmco' admisible; Se· llega a su¡:icill.er; más o merios dedarádamente( que st'uh pintor de hace cinco siglos no']Jmtaba como hoy se pinta¡'fue porque no po" día\·pero que si se le hubiese dado·.a élegit entre surríodo'de piritar'y elhuestro; rírr habría vatiladci en preferir éste, Y como 'del estilo pictórico;;se suporie de las creencias y:opiriiorles,' de las costumbres•e·institilciories.pólítiéas. Hay quien pien5a de buénafe que si e1 hombremédievavhubiese conocitlo' el siS" tema.parlámentatio, lé habríárfa,ltado tiempo:paraarrinconar;el :feudalismo¡ El.errorqueyace.'en estamanenüdesentir áparece•bien daró cuando1el)pro+ g'resismo se llevá a susúltimas;con5ecuericias;yseadvieite quecélpfogreso presente será superado por el de mañana, y; por tanto, nue.Sb!a•vida acfual; lª vidá•del progresista; noltiene:tampoco.másvalor que el depre)Jafar el futuro. El progresismo es, en definitiva;futurismo.Yestefüturismo, este:afánde
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supeditar la vida actual y pasada a un mañana.que norllega nunca, es una de las enferrl1.edade5 de nuestro tiempo;. '.;' ' ' . Provocada por ella, en polémica con ella; ha•riacidola enfermedad antagónica: el reaccionarismo o arcaísmo; El reaccionarismo se niega a aceptar el presente;, alfiny al cabo tlnicay:ida real que existe; prefiere renunciár' a vic virplenamente;y eligiendo una épócapasada;queporuna u otrarazónleparecerríás córrioda o adecuada a sus tonveniertciá's; resuelve instalarse en ella, irse vivir a ella; convirtiéndola en un presente inmutable, petrifiéado, pe" réhne: Para los reaccionarios, pues; tampocohaypropiament'e pasado; para ellos no'ha pásado;sigue sierido presente;Ycomofogiar queasi'sea rio depende sólo de favoluntad, viven uria,vida extempbránea eirreal,'un grote5co enstleño,'exangiie'e.inválido. :·,;, ,,.¡ ·: ·! •'Conio ustedesven;.coÍnciden•aml:ías actitudes extremas en empequeñecer la existencia; es ésta un prisrria mágico, con sús tres' dimensiones de pasado, presenteyfuturo; donde elrayo dela vida viene a quebrarse con el es~ plendor de unaico iris¡ Futurismo y arcaísmo· se obstirtan en amputar dos•de esasdimensiones;quedándosesólocoriuna.'•l "'' · " e·,¡· ·,. · · .¿No esya rázón sobrada paráque cortijamos tan eiTónéos tem'peramen" tos? Nuestro corazón necesita de esa abertura hacia el mañanapara•quepueé dan alentar nuestras esperanzas, y.hamenester; ala par, delpasado,;qtie envía hacia'nosotros, como vahos fragantes, las sugestivas reminiscencias, Es preciSo; pues; que aumentemos elpresente con elpa5adó;yendo a buscarle precisamente cómo algo·que ha pasado'ya;·dulcefantasma inofensivo, cu~ yos brazos irreales no pueden pretender intervenir en la actualidad; Acaso la conquista más delicada de la Edad conterriporáriea, conquista aún muy pocci aprovechada; .es el sentido histórico, por medio del cual nos asomamos a los tiempos fenecidos, y en cierta manera gozamos de sus goces y nos estremecemos con sus dolores. Recuérdese quetodavía•Racine'introo. duce en los griegos y romanos, héroes de sus.tragedias;Jas ideas y los sentimieritos propios de un cortesijno de Versalles, Racine y sus coetáneos no ha~ bfan aprendido aún a oír el rumor peculiary.exdusivo que es la vida en cada época; les parecía que.bajo trajes y.maneras· difererités, Ia vida humana había sido siempre idéntica, como alfalto de buen oído musical todos los sonidos le parecen una sola nota.' Pues bien: el sentido histórico es el buen oídci histórico; órgano exquisito para percibir las moduláciones de la.melodía humana a lo·largo del'tiempo. · · Cuanto más.se va ahondando en el estudio de la historia¡ se'advierte é:on mayor claridad que la·vida varía profundamente de época·en éplJcalY no es que en una época sea.la vida distirtta·que enotraporque lo sean sus ideas, sus artes, su política, su industria; sino;al revés; dos épocas tienen distintas ideas,
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attes,,política;e industria porque elseii.timierito radical-de la Vida era en ellas diferente. Lo que pensamos y lo que hacell\os·es resultado'yfriltó de.un clima sent:inientalque traemos alm{lndo, de ,una ·intiiiqión o sensación primaria, simie,nte de todo lo demás. CdnViené't¡ue abandonemos la creenda de que lo~ cambios históric.os :decisivos proyienen de.grandes;solemnes·acontecimien7 tos, de·inventos ilustres;4e gµerras giga11t~cas:}l ada: de eso,·; 1.; • _, 1, 1,,•1 ·, · En und1de.sus cfuentos,fal1tásticos:refiere Wells que,un aficionado.de an7 tigüedades•halló.enun almacén de., ellas un huevo,de cristal; Ektrañado de:eu7 contrat entr,e !Ós dem~s o):>jetós valiosos aqu~ltan.baladí¡]o comprÓ ysalió ala calle:con;éle11trd~s'manos;nnirándolo aLtrasluz1 Peptonto, al!inclinát7 se hacia unlado; notó que dentro de é1 se dibujaban ·escenásmincfa vistas 'don, de intervenían seres extrahumanos. Era que el cuérpocrisialino; colocado_eñ cierta¡inc;linación¡ .recogía lbs rayos dé-una lejanaestrella·;Jos cuales refleja7 banlá vida insospechada del astroremoto1.l'ues:)Jien; señores; para que el pa7 norama,Vitalvarie radicalmenté,nó son menester grandes güerras;·pavoro:Sos cataclismosymágicos;inventos; basta. conque· el corazón: del homlireirl.cline su sensitivo vér.tice hacia un.lado o hacialotro del· horizonte,; hacia eloptb mismo o ,hacia el pesimismo,,hatia.la he~oiddad o hada la:utilidad;· h¡¡cia la luchao;haciala paz;rn '" ' '" ··e ".. ,,!·' r,.,.¡ Varía\1puesi·én.cada edad la sensaoíóp.radical.de la Vida¡ precisamente por eso eLhombrecultci nepesita é:onfrontaise conloshombres de;otrds tieill.f pos, asoinarse:a su fu ~dady poner·fino; oído.a.lamelodía Ja tente de.aque7 llas existendas consumidas. Sólo así caeremos en la cuenta de.cuál es miestra propia sensibilidad y nuestro histÓrico destino. De otromodo;·~inrozamo~ con la sensibilidad de otros tiempos, corremos riesgo.de.creer qué nuestra peculiaridad 'no lo es, queloquesent:inios e5 lo qué siempre se ha sentido yse sentjrá;Del.mismo modo;;de niños aprendemos cuál es el perfil denuestro cmerpo afuetza de.chocar co'nla:s cosas en tómo: _. , · ··.·· Peró;_además de~to;po creoque exista placer:más deJl,Sci y elevado que éste de olfatearla'Vida queJue:.Pormucho1que una;obrá de artenos haga gózar, siempre seráelfaunubjeto material o ideal, no.el senViVierite mismo.éri su inagotableintegridad:Pará1a•persona•sólo es goc'esumo la:intirriidad de otrapersóna; poresoia existencia culmina ene! amor, donde dos personas sé hacen mtit'uay supremá donación de sí misfuas:Seha. exagerado muchcíen los últimos tiempos el 'valor delarte, y sir} queyo·pretenda ahora distninuirl lo, haré notar que el arte supremo será el que haga dé1lá.•Vidaníisina:un arteí Deleitosa es lapirttura'ó lá niúsii:a; pero ¿qué soti ambas, emparejadas con una amistad delicad¡¡menté cincelada;é:onüwamorptilido'yperfecto?"Laforma soberana de1Viyires'co11Viytr,yuna co!lvivenda cüiclada; como se cuida un¡¡ obráde arte; seriada cimad!!luriiversm Laépócaenqúe.nosotróshemos sido
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educados ponía sus .cinco sentidos y toda.su atención.en la polí,tica, o enJa economía;o1en la ciencia¡ sólo una cosa había en que,no paraba.mientes, sólo una cosa hacía sin·intenciónya la dial:ila: ¿Cuál?, VNir. Afortunadamente; mú!l tiples sigrtos:ánuncianque los hombresvana.éotregir-esteolvido;y.aplicarán sus.mejor~ esfuerzos ah1cerde. sus propias .Vidas un edificio. lo más perfecto posible: Se inicia una m~eva forma, de la cultura'."."".'."la Vida selec~ y.arµ10nio7 sac,.,,; despierta·unafteúuevo:. la Vida·ccimo arte; el refinadosentití el saber amar; y desdi;ñar,-yconversar; y sonreír... Frente.a ese atte súírio,• t'ódoslos de7 más, poesía, pintura, múska;pasan a ocupar Ílil segundo términó;! como mero o'rnato;:fondo. y•aditamentO a la Vida .. , · , ; ·• " " 0 f;:s•Pero:ese.sentidoJestéticodeLviVir•que•tanfü.nos'importa.cónquistar exi~ ge una 'educ~oióri especial, ;Un.a ·técnica y¡una:sabiduría.péculiares. No basta para adquirirlo; aprender lás:ciencias o· cultivar.las artes; es préciso hacerse; más . o menos, un especialista en Vidas, un dilettante apasionado: de modos de,ViViLVeanotistede5.por.qlié:unproyectodém11seo,comoiel.que·ahoranos ocupamepárecede.exquisita•oportunidad;; · :r. ,,,,.. ,,,,,.,, ,. ·r •''': Hay.museos en los que sepretende reunirlas obras deártemás,valio.sas; las,creádones·ejemplares·de,]a·pintura·o la•.escultu~a.Yo.los.llamaría:inuseos de:«modelos»' ¿Hasta:.qué.puntoies acertada tal pretensión? ¿No.se corre el riesg() de que los cuadros considerados corrio modelos•pdr:laépoca que crea el-museo río lo parezc~fütant0 a las ép0cas subsecuentes,? Yomrnme atrévería arresblver estas dúdas;'Perci he'obseriado que,• dada:lamódificación coriStante'de los 'gustos· y el carácter,recatiido deligocé esté¡i~o;-lbs hombres niás sen" sibles al arte; :y; ala: vez; más sinceros consigo .misinos; no suelen recibir enlos museos sus mejores emociones•pictóricas.. Con fré'cúencia; al ser colgado el cúadró en la pared oficial dehinuseo,parece trasladado aúna dimensióncon• venciónal.que extirpa, a nuestro tratci con él, aqueLtono de.ave'ntura,mt:inia necesario a todo auténtico placer de arte: El clavó que lo clava'vu!J1era y mata sus•entrafµls sugestivas; dejando al lienzo yerto y disecado, como haée el alfilér déleritomólbgo con-laerrabimda·rnariposaoDe todos ínodos;iehiiuseo que el-ma'rquéScielaVega Inclán proyecta:es de.otro género.;!' " · ·: ·" En·est0s cuadros que aquí veinosno;falta:n trozos excelentes de pintura que pudiéra'n•honiar las paredes de unmuseó de modelos; ·Pero no.se han traído aquí tanto por su valor artístico coind por su significación hiStórica; No es Jo.más ihteresante en ellos quesean buenos cúadros;:sino que son huella de una generación; impronta de tin e5tilci de :Vida: Por eso están al lado •de otros cuadros menos valiosospictóricamente; pero de un gran.poder.evocador.• En suma:: el museo que.se proyecta e5 un museo de Vida;!' li• : La·vida,' señores, es un' flúido indócil que.no se deja ietene'r, apresar; salvar. Mientiasiva siendo, va dejando de ser.irrémediableriientec Cuarido
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queremos prender al sentimiento que en esteinstanteBentimos y volve~ rnos a él la atención, ya ha concluido y ha. dejado su puesúi a otro; Del que búscábamos vemos sólo la espalda fugitiva; que se alejar tiempo abajo, con vago ademán de 1espectro. Como el sentimiento, todas las demás funciones vitales tienen tlrui condición transeúnte yfugitiva:l.a·vida no 'es una cosa es" tática que perrnaneéé y persiste;' es una activid~d que se consume a sí mis+ ma:.Por fortuna/esa actividad actúa sobre las cosas¡ las formas yrefoÍlÍla, de• jaudo en'ellasla huella de su paso' De igual modo¡ el viento,.pbr sí.mismo imperceptiblersearroja sobreelcuerpo blando delas·nubes, las estira yire" tuerce, ondea y afila, y nosotros, levantando la vista, vemos en las forrnas•de sus vellon.es Tas· líne¡i.s de embestida del viento, la huella de•su puño¡ raudo yetéreoiAsí la' vida, cada vida; deja en las·cosaslalínea desUipeculiar•ím± petu, elperfilde su afán; eniuna palabra: su estilo! Eti el traje yen el:niueble¡ en la pintura y en el libro, queda prisionera la eterna fogaz,;Al rodeamos no" sotros de estos'objetos, como ahoránosocurre;1a unidad deinspiracióti qu'e les ha dado a todos forma nos aparece•con·evidencia corno.unamismame." lodía,' repércutida en mil variaciones. Tal vez no podamos siempre· concretar· cuáles son fas nbtas que la. componen; sin embargo, fa sentimos inequfl vocamente:'«Todo·esto -· • decirnos- es de una época»·: Una época; es ante todo, señores, un cierto' pulso vital. ... · ··Por fortuna va educándose en nosotros un misterioso pbder de con; fundirnostransiforiamente cbnios módulos de.vida más diversos, por!decir• lo así; de ponemos al' compás de todbslos pulsos vitales. Merced a ello pode~ mos enriquecernuestra existencia viviendou:h:momento 'otras distintas; y el temperamento más delicado será el más capaz.de esa conmovedora trans• migración por las vidas que pasaron. Cuando Ernpédocles decía: «Yo he sido una vez águila y rnozay pez mudo en el marn, sugería este imperativo de vida múltiple que siente dentro des! tódo corazón impetuoso., ,; ,,, · .Pobres cosas quietas son estos lienzos y éstos muebles; pero apenas fija• mc;is en ellos la niirada; nos parece notar que llega a nósotros. detrás de ellos lá cálida palpitación de los anhelos y esperánzas, ilusiones y desengaños de que nacieron'y entre los cuales.sefoi:Triaron. La vida.yerta y sida aparece un momento ante nosotros galvanizada; resurrecta, vibrante, y de todos lcis rinco• nes avanzan hacia nuestros nervios latidos imaginarios. . .) · Perinítanme ustédes uha.imageIL barroca, pero exacta: cuando el toro,' eri la campiña, ai:ierta a pasar junta al Sitio donde queda sangre;de otro tm;o, se e.Strernece maghíficamente, retiemblan sus fuerte.S tendones, jadea frenético y; alzando la testuz al firmamento, llena el cóncavo·espacio con un mugido apasionado. Salvetihstedes cuanto quieran salvar, pero en el fo:h:dola cosa es la misma¡ Cuando un hombre quélo sea plenamente halla ante sí u'na
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huella profunda que otra vida humana ha· dejado, sacude eléctricamente su alma una fraterna convulsión, a un tiempo deleitosa y dolorida; r¿Cómofoéróri, córno fueron en su sentir estos caballeros y estas damas que con su gracioso empaque asisten mudos a esta hora dehuéstras vidas? ¿Cómo ai:m¡ban,ic,ómo odiaban?' ¿Qué erala que preferían y lo quemenospreciabafrenfa:exiStencia? ·¿Cómo.'sonaba esa voz íntima que murmura: en el fondo de todo corazón? ·Conviene subrayar, cómo ejemplo curioso y patente de esos cambios de serµ;ibilidad a que antes•aludía, el hecho de nuestra creciente afición a esta época romántica. Hace. pocos años; todavía era generalmente desdeñada; no se estimaba su pinfura y avergonzaba su política. Los hombres dela Res tau• racióny la Regericiahablab¡µi de la España anterior a1860 con pudoroso me" nosprecio¡ Va para ocho anos que en una conferencia política intentaba yo reiviridicación de aquel tiempo, denostado injustamente. Hoy ya es general la opinión favorable a ellá;·Se ha comprendido, aleaba, que es acaso la etapa más sana y fecunda que ha vivido España desde 1650, y; sin disputa, muy superior aesa Restauraci(jny a' esa Regencia, en que sólo se cuidó de lo aparente, del compromiso'yde un ficticio orden. De'l860a1900, en España no se ha vivido: se ha fingido que se vivía. De 1830 a1860 no se han hecho grandesco" sas gloriosas en ningún orden; pero elpueblo español gozó de una vital sacudidiii Las masas ]J6pulitres se enardecen podos emblemas 1políticosyponen su pecho en lis barricadas; lbs· escritores y hombres de éiericia quiehranlas míser¡¡s·rutinasyél estrecho círculo mental en 'que se movieron durante el siglo XVIII y reciben las nuevas inspiraciones de los tiempos que llegan por fos caminos 'de Francia; los políticos· luchan fervorosamente, a veces mortalinente;r.por sus prográmas de reforma; l.a sociedad entera vibra apasionac dvEs una> etapa de ardienté dinamismo; de esfuerzo, de pasiónc Como en todas las épocas de vida intensa, la gente esta dispuesta a morir por algo, pues la realidad' arroja lapara~ójica observadón de que el afán de rnorir es el síntomá más' evi.dente•de la ener¡jía vital: '¡ i · :; .El Romariticisrnb,igetminado en las postriineríasdél siglo XVIII, significa en la historia el triunfo del sentimiento. Hasta entonces había solido el hombre avergonzarse de sus emociones, demasfado orgulloso de sus ideas, y las mantenía prisioneras en una cáreel de.razón. Por eso; durante clsiglo XVIII; la poesía propiamente no exiSte; sizyeel:verso tansófo,para expresar pensa• mientas; no pasiones. La purafrazón frígida y rígida gobierna elmimdo. Mas¡ abiértas las p6ternás de la·prisión dm1de ,estaban aherrojados; y' en esclavitud los sentimientos'; saltan éstos·sobre faeXistencia como·sobre una piesa;:derriten con sil fuego Ja vida congelada, y, enardecidos; lo incendian todo: lapolítica y la ciencia;fas'artes y·el trato sociaL Alrrevés que en la época anterior,
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cada hombre va inclinado sobre sus.propias emociones, pµesto .el oído aten~ to a la fluencia sentirriental que manfl de su víscera cordiah Todo .elhnundo se siente presa,de:uriapasión, generalmente dolbrida y fatal:ByronyChac teaubriand.habían creado los gestos dela época: aquél, de ori¡ía desespen\7 da¡ éste, d~ desventura irremediable .. El•¡:iesimisrrio':es el.mal.del siglo,cumma,l que casi wdos acarician. Los varones·se hacenurt sembla:ntesombríó;.y la~ ._ mujeres sesgan la vida conservando una encantadora palidez, . ,, : : .Esta voluptuosidad de la tristezá·, est~.«maldel siglo», es la emoción radical de que emana la actitudromáritica,iyvie'rte su color.sqbre tcidala épo 0 ca. Hay una anécdota en lasMemoriás de:u!tratumbq que, en cierta manera; podria resumida historia de este período; Di,uante,su Embajada de Roma¡ Chateaubrianddio una· fiesta suntuosa;· Con el cmdciinagníficarnente apoya+ ·' do en el mármol de la chimenea, el.torso erguido;Ja cabeza peinada en coup de vent, como si elvendaval d~l Niágara todavfa.la fatigase,, recibía. el gran channeura sus invitados. Una.dama fuglesa;descónocidade él; se acercó as¡¡~ ludarle, y;. misteriosamente; le dijci estas palabra5: «iAh, señor embajadot,.cómo se' conoce que es usted muy desgraciado!>> El embajador romántico. se sintió halagado en su máS honda intimidad: fueron aquellas palabras de la inglesa anóc nima una de las caricias.más deleitosa5 que había recibiqo·en,§U vida,.y al're" cordarlas,cuando escribíaSl\s Memo1ias,.lesiryen de pre¡~to para hacet,\Ulte nosotros unas 'cuantas piruetas de magnífica melancolía~hincharsu•gargil.ri; ta de:Viejo,ruiseñor literario conalgunos periodosdeespl¿ndida: euritmia,: 'i.? .En España es ésta de.1830 la primerageneración.posterior,alantiguÓré, gimen: La sociedad.cambia de estructura,::Laantiguaotgártiiációrt jerárquica daba a la clase noble un carácter dé ejemplaridad, .Enuna continuidad de mil. años había la nobleza elaborado. todo:un código de vid¡\;U~ repertqrio .de ges, tos, .de reacciones vitales,.de actitudes; .obtenido pon medio.de lentísima se, lección:: Ese :modo noble de vivir.actuaba .constantemente s.obreJas iclases inferiorescomo .modelo, .norma y disciplinacD,espués, de s,u trirtnfo ·sobré. esa aristocracia, la burguesía se ve obligada a viyir1por'.sí'mismilja·decidir sus prqpias .actitudes. Pero un sistema de:nonúas y dis¡::iplina5:v,itale5.n:ci se improYi.Sa:~. r.ii
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,, , '!.;Los hombres recién•libertadbs no sabemcómo .tisar de la1ibertad;prin+ ci¡:iib·inerarriente formalista .y vacío. Entonces. se produce un ,fenómeno cil" riosís~o 1 Vencido políticamente:el'antiguo régimen, ·sé vuelveés\e:a:incor+ potar sentimentalment,e eri,el coriizóri:ddosburgueses: Lamda noble;:qtie imtes eraull'derecho;se convierte eriúna•ilorma;• ~n'uria.disciplina•rrioral,:en uri:ideaLde existericim·Ahora que todos-los h'ombres•son iguales¡ pares, se sien+ tell tódos· los hombre5 señores; Pares. La Edad Mediá emíquista la:moda:J:.os burgueses se portan como señores de la Tabla Redonda::deaquiese'enípaqüe á
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que antes aludía;: Esta primera:burguesüi ensaya una interpretación caballeresca de la.nueva existencia:democrátj.ca. Es la·épocadelas estocadas, de los élesafios,:y don Diego de:León; eLmagisteT.equitllm que ahí éstá retratado, irni~ 'ta'a Roger:de,Flor;y opta:¡t Bayardo, No es.necesario decir que este ensayo de la burguesía caballerest:a fracasa·bajofa presión de una segunda:burguesía mu" · · · ' ' '"' . . · cho.menos caballeresca y mucho más,éapitalista11 . , ¡ se adora:elpasadp y,\ súbitamente, lasruinasadquieren un encanto rmc pr~visto, Comienzal¡¡.aficiónalos viejos ~onumentos, a l~s;costumbres tradicionales, al Jo!h!ore. Los Bécquer peregnnan por los camm1tos de Espac ña en busca de conventos mutilados y escenas populares . .··' ¡Habría querido que el tiempo no me hubiese ganado el terreno, para poder hablar ahora de dos admirables cosas, creación original de esta época. Me refiero al amor romántico y a la mujer contemporánea: aquél y ésta aparecen juntos en el escenario histórico. . . . . El mismo error que se comete al creer que la vida humana fue siempre idéntica, reaparece cuando se habla de cada uno de los sentimientos. Es una igoorancia de la realidad histórica suponer que se ha amado siempre del~ mo modo. Esta sublime emoción amorosa recoge, como ancha vena fluvial, cuanto el hombre es, y depende, en consecuencia, del grado de perfección a que haya llegado en las facultades superiores de su esp~tu. El a~or no es un instinto que, nacido de una vez para siempre, perdura rmperfecnble. Es una dimensión de la cultura en que se avanza o se retrocede, que es más pulido en un tiempo ymáS tosco en otro. Como en las ciencias y en las artes, hay en amor genialidades e ineptitudes, decadencias y descubrimientos. . . . La época romántica descubre una nueva calidad de amor. El siglo XVIII había significado, en este punto, un evidente retroceso. El imperio de la razón no dejó exento este territorio, y vertió sobre los tiernos afectos su periodo glacial. Fue el amor del XVIII frío erotismo, sensualidad exquisita y refinada nada más. ¡Qué diferentes. de aquellas damiselas, casi inverosúniles, deliciosas porcelanas, maravillas de humana cerámica, cabecitas de agudo y claro ¡rensar, donde anidaba un alma sin temperatura-estas otra,s damas aquí retratadas, sin duda menos graciosas y brillantes, pero que dejan entrever posibilidades de fuego entusiasta y ardiente sacrificiol . • ,· · Yo no queria,seglÍn al comienzo dije, sino a¡:raer la atención de ustedes sobre el proyecto generoso y oportui;o del marqúés de la Vega Inclán. Razones como hemos visto, de alguna trascendencia nos invitan a esperar algunas esplntuales ventajas en dconírontamiento de nuestra sensibilidad actual con la época rorn,ántica. Es indudal;ile que padeció ~ta un exces~ d_e ~esto y una evidente propensión a exagerarlo todo. Pero bajo esa pompa mutil del sobrado ademán y la palabra superlativa laten en ella potencias abundantes de sana
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vitalidad. Pues bien; yo creo que nada es hoy tan urgente en España como móc verlos corazones a que se apreven, a que se embriaguen en anhelos de vivir. No tenemos mucha Ciencia ni mucha previSión; no's falta buen orden, bue~ ria economía, buen gobierno; todo está esderto; pero ninguno de esos de~ fectos importaría gravemente si en el cúerpb p'eninsular.sé sihtie.Selavibfa-' ción de una vitalidad poderosa; resuelta a exigir a la hora qúepasa la posible pleriitud.• Llevamos treihtaaños•buscando qué'es lo quefalta a la vida española; sin encontrarlo en definitiva; Y es que acaso fo qtlenosfalta es precisa7 mente fa vida, . ., ,· ..,,, .. ,, •1 ; ·'j;, ¡) \
LA INTERPRETACIÓN. BÉLICA,. ·····1.••DELAHISTORIA ··• 1 ,
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La fustoria siglo XIX. Yo, Ja líe combatido ardientemente; como asimismo al citro. gran•péU., samiento; m¡ís¡amplio·y'radical; de que; ella es mero corolario: lainterpreta7 ción utilitatia·deJavida corporalry espiritual! Pero sUa he combatido,. claro es que la estill1:0. altal!li;nte. No.comprendo. cómo se puede combátlr Jo que no se:e5tim¡bSóloJos:grandes e.rrores;incitána ser.debelados,,Y imaidea sólo pue- · de adqúirir .el ~año de grfil\de error tú ando arrastra consigo. una verdad.de alto porte,• De otro: inócfo;;nó pbdría•tenerse en pie, ganar adeptos.y¡ próliferar. Un gran error es siempre una gran verdad exagerada; violentada.e·.' ";;;- •• :: ; ,; · ·ff•Tl.ivoieriormeimportáncia.Ja aparición de esta· teoría histórica: Puede decirse•que desde.entonces empieza•a existir algo que merezca-llamarse ciencia histórica. Reveló súbitamente que la·balumba de los hechos humanos no era merotr yvénir de acontecimientos SU.Scitadospor el azar, sind que.bajrnesa: ap~ riencia.de gota•de agua, donde a capricho pululan losvibrion,es, ..Ja vida históc rica tieneuna.e5tructura; unaleyprofundaqueclarige.inex,orabJe,Bajo la esce~ na.fütmincadisimayri:mdable ddos sucesos•góbiernarigorosala orgariizacióh econónúca dé cada' épota.•J!lla•es•lasustani:iadeFproceso.histórico:•"• '' ' .""' ! . · •n ,. Desde entonces;· repito; la historia.no se contenta, tbn narrar' lo acaecido; sino-que aspira a reconstruir el:mecanismo generador declós acaecimientos:· ·,·.' ·· Era;sin!embargo,iexcesivo·el pa¡:íelque al ingredienteeconónúco sedaba; haciendo de él la única auténtica realidad histórica y.desvirtúando•d resto ~erecho;·arte; ciencia;!religión: : cerno :i;nera ;
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¡Qué magnífica ilúminaciÓri la que de picmtó 'alumbró las tinieblas del pasado, cuando Marx y sus hombres arrojaron erila gran caverna, llena de ecos y de sombras, la tea de este a11daz pensamiento! Pareció una verdad evidente que los hechos mismos gritaban e imponían. Y-¡ curiosá coincidencia!-, a la par que parecía venir por evidencia de Jos hechos externos, parecía emerger, como una adivinación lírica, del fondo delas almas. Casi siempre acontece lo mismo con las grandes ideas: las vemos a un tiempo fuera y dentro, como verdades y como deseos, como leyes del cosmos y confesiones del espíritu. Tal vez es imposible descubrir fuera una verdad que no esté preformada, como delirio magnífico, en nuestro fondo íntimo. En el caso de Ja interpretación económica de la historia no hay duda que fue así. La existencia soCÜj] en el siglo XIX dependió, en efecto, primordialmente, del factor económico. La idea de Marx era, por Jo menos grosso modo, verdadera para aquella centuria y parte de las próximas anteriores. El hombre moderno venía progres\vamenfo convirtiéndose en hamo oeconomicus.Sepreocupaba; sobretódo, de allegar «medios»; '«útiles».· Sentía fa vida cómo ·tui afán·utilitarfo. DiViriiió el instrumerúo; el útil; Franklin había ya definido al hombre cómo •e]·animal instminentifiaim (hoy; después' ddos minuciosos;estudios de•Kóhler enlaEs" tación paraiél estudio delos antropoides;•de Jenerife, no sépuéde·pénsar i:ran" · quilamenteféntal defiriición1). Marx haráigirar elpanorama•hi.Storico sobre fos· «instrumentos de producción»·. El que los posea;'ése•manda. ·La historia es uil.a
pero no lo es exdusiv.amente. La utilidad; especialmente Ja económica--<
'Véase mi libro Espíritu de la letra.
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de mostrar el poder plásticó que sóbre la constitución de la:vida en cada épo ca ha ténido el modo·contemporáneo de.hacerlá1guerra, Sorprende que no se7 hayaaprovechadomás:unainsinuación que, aldesgaire,,hace ya Aristóteles ert su Polftim cuando dice cj_ue «en cada Estádo el Soberano es elcoriibatientey participan del Poder los que tienen las amias». · •'· : ;., :: • " . ;;- Este pensaniiento.podrfa proporcionarnos una interpretación' bélica de la historia, que formaria el perfecto conb'apostó a la interpretaciórreconómi-. ca! Según· ellil, la 'vida eh• cada época seria; no lo que.fuesenlos jnsirumentos de producción, sino; alrevés; los instrumenfos•de•destrucción:•Una rriodifü cación de las armas de coinbateacarrearía'una distirttaconfiguración dela so" ciedad;•La forina polítlca•si;: modelatfa·e¡i·lá forina dela guerra; y el podercpfü blico '.1¡:iatecería•síempre en fas riianós que :tienen.lás amias. ·· • · •, · ·· · ··. •,. ' 1
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La interpretación bélica dela historia tiene de coinún cprda ideaideMarx la Convicciónprevia1de que la realidad•histórica eslucha;,yi que en ella, •quie+ nes luchan, más que los:hciinbres, son:los instrumentos;•El poder social Pªt rece repartido en c.ada época según la;calidacj.y cantidad de medios.de des, trúccióti que cada hómbre posea,,En rigqr;·este pensamiento de 1alucha como substráto de la realidad cósmica; lci mismo física que histórica,ya¡:e enfos;más hondos senos del ahna.moderna. Debiera haberselrebho antes Ja curiosa obc sef'Vaéióll de que toél¡¡ la física moderna está elaborada entórnp:alas'leyes del choque formuladas por Wreen. En cambió; no s'e há sabido C[ué1hacer con la idea de «atracción universali>, que, instalada en la. cima de la rnecán.ica .de Newton,1tuvo siempre elaire de una nóciónmágicayheterogéneaatodas las demás de la ciencia¡ como caída de otro mundo espiritual distinto del mo, derno. Yno es el menos sugestivo síntoma de que con.Einstein.empiez,a tiemc po¡nuevó el hecho de que.hayasido .el primero.endestacatesa.idea de•«atrac,¡ ción»y absorber en ella;:¡Jor decirlo así, tóda la It!ecánicB..¡ ,, , , , :, , , , · · No fue Marx quien:inventó el mecanism<;> dduc!fa como explicación de los cambios históricos;•Guizotinterpreta ya la historia.de Francia.como perpe~ tua.bolisión entre dos clases: noblezayb.Qrguesía: Es¡a contienda incesante,se verifica, según Guizot, en e!campojurídico, Marx no hizo sino trasponeI¡ la SUS7 tantia «dasificadora» ,. creadora .de gfup 0 s,sqciales antagonistas; ,de1'derecho a . la economíá,' siguiendo aSaint"Sirrion,' auténtico.padre dela criatura;¡,, o'H; i,¡ Yo sospecho que esa historia, para la cual la realidad,es lucha;1y·sólo.Ju+ cha, es una falsa historia, que :Se.fija sólo en el pathos¡~mo ence!;ethos de la convive~ciahumaría;.ésuna, histotja deJasihoras dramátitas;deun.pueblo,no1de
. . . . l· una historia de: sus.frenesíes, no de.su pu · Is,o .normal· . ' su contínmdad.:·~ta •es 0 ri·.· ,smo:mas . . ..b·renun . . 'º r· 11e·tín··. Pero 'es ' claro está;.de .. •hist . . ensuma:noes.u!la . ~· 1 , . d nolrubiera.oído:másqueparalas.depór' síreveladorqu.e. ell'e. lsig ~P. asadaºd··, fu e .ese s.iglo~tangranéle co.m.o ex:~ .. · ·uct· · as·Adecrrver .. , , . . d , 1 torrentede:pesinrisrrio quemana safinacrnnes;u"' P!lc < tremado.,,.::. e1sunn~eroquer.eco~q-~:t~ ~es dela época del Quijote se.mclisin parar, desde eHinal del Renaclllll clidamente hacia.Játiisteza' (Rec na Ja balanza dela' eéu~dad euri:pea e.~ Byron; Sdroperíhauer, Flaubert cuerdeellectorqueen·,elsrglo!XIX ndes~lºd, irriismol) , , . •.d " ki .E ·e fabuloso ven ava e pes · . 'li yDostoyevs . ~ norm ' . , . dríaentendersepdr'«interpreitacion be. ~a ''Para ... gerrralg8,de.·lo que po.hech.,os, . . .Eur.o·pa!h.ubr·era sido imposible. ·sm. . su ·b· · "algunos delahis.tona»•su rayare. . · .·. . . . . 'to•deorganización · .. . ·· quema·y como· • Clffilen · · .·Pe.ro;a Roma; qu..e1cr.ea. su. prµnei:.es . · ' •. • p· . : ·· raz· o·n·séncilla Hay·' un mo7 .· · ' b · " 'd sin.Grecia. muµm . · · • . lavez,'Roma no lia 1:ª exrstI o . .. denado a•kt•orientalización. Es la epoca mentó enq. ue el.Occrdente. p ª.rece con .br , tro co·ntinente1 Grecia des" . 'dabl ·· · a se lanza so e nues · · en·que:lafo=._ ema. c10npers. . •. c1· . M rato·n·· yPlatea.l·C. ómo?i¿Por Mil · d · yTemrsto es en a ':ºru cra .esh . d cendido.sobre,este•pueblo ateniense,,tan nuca su qué? ¿€uaJ.~agrcapote~cia ª. e:n uéle ermitedestruirunadelasfu~7 poco numerosoy a lasazon tanJov , q hp existido: los persas? ¿Magr.a? . 1 . oderosasymadurasque an , . . .. zas nac1ona es mas P . . . . . nción;de .Ja ·heléniéa mente V!vaz. 1 . .Ji.dlocontrano:.Unacaramve .·.· ''. '·······• Nmguna.. Q o . · . ·. . . osibles. áciasa.lafalange;·1!;••• '" · •"' ': " Grecia, R.om.a, Europahansr~.º~. · grb·n·. ·.so pero combatianenimasa ·· fu . · . . Ull'e1erc1toenormey. 0 • . , ·:Lospers,asp8seian .. ·, , . · s. erifalan e;,La:invenciónpareceque1 e informe y confuso tropel.Los gne~o 'c.lrtada d; EspartaaAteruis) Hagámonos dórica y; como tantas o~as cosi:s, nnp ... or historiadordel arte•bélico;Hans 1 cargo' de la1 cuestióll'segun la p nteae m'eJ . . ,, ;." '"' "''' ,,, : ·,;; ,'• ,,;Ji,:;: :.. ; Delbrück M.erecelapena;;. · ·:'· · ''•'' ·. · · . · · 1a "5"Héctorhubiese . · · . mbauentes smgu res,. 1 , ·. · . '.disrl.plina. dos •t8dal.afüe.rza · :!
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cohesión produce, 'pues, por sf misma, ímafoerza guerrera junto, aparte yso~ bré la prest:allcia bélicll del individuo. A íal cohesión y conjunto llamamos «cuer~ po,táctico». Uncuerpó tácticó-ésunapluralidad de guerreros conunavolun~ tad única. Ekuerpo ,táctico puede ser de tal solidez,quesea posible incluir en él,yutilizarbélicamentéelemento's nada guerreros y aun hostile5. Federico el Grande infiltrába prisioneros enemigos en sus disciplinados batallones.Toda la:potenciálidad guerrera,sdnueveentre los dos polosdela,bravura'yadies• tramierito individuales por un lado y la solidez del cuerpo táctico por el otro; ó1 dicho de otra manera;, entre chevaleíiey disciplina ..Lo sumo es unir ambas cosas, como lo hizo la falange espartana .=larden lineal con unos ocho hombre5 defcindCJ'-7, donde cada individuó habfásido educadodesdé la infancia para el herofsrlloyviVía exclusivamente ÚJspirado porel concepto del honorguerréL ro;,Una leyenda refería ele origen dé esta falange. Un dios,habfá prometido afos lacedemoniosquevencerían siempre que entrasen enla batalla al son deflafü tas1ymo combatiesen contra'flautiStas; Combatir qon flauta5 significa marchar eón ritmo¡ en orderi y fila:, en suma, en cuerpO;tádtico'.iYes,curioso notarque tambores y flautas, como medio rítmico, vuelven a aparecer enlarhistoria curo+" dolóslatiSquenetes concluyen eón !aguerra de«
a la ihtérpretación económica de la,historia,, porque los thetes n:o' conquistan el,Poder despuésdeaca¡íaratlos,in:strumentós de producción y tráfico', siho qué,siguen siendo ,pobres y:retibenlós medios de ihflujo polfqco por c~ión de losricos;-ql.le necesitan de ellos pará únafnueva organización de guerra. Vemos;pJ1es; que elservicio militargep.eralizadoyla democracia nac~njm:1tos del apetito iIÍlperialista;~ctamerítelo'rriisnio queaco,nteció, eh el siglo XIX. Fuera bheno:que los,«.radiaales>>,,meditasen sobre la frecuencia, eón: que:ert !a'historia,el imperialismo ha sido un fruto demócrático,' y viceversa;:Ia
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,, , , ,cA.vecescla'influencia;delatécnica guerrera sobtelos·~estinos históricos seajusta'tanto,áldetalle,;quetoma;unáaparienciacómicá; /, '' " , "'' ,,,,,yaga:¡íor lahistorja:~e Greciatirm tradición; más bien grotésca, según la cuálén tiempos de derad~ncia,pidieron los espártanos un géner~l alÁtica ¡íre1 po,tente.- Como por burla, los atenienses les ep.viaron a Trrteo; unviejo poeta;
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deforme y ridículo. Pero éste en5eñó ir cantar= poemas a los mozos de Laca" nia y los llevó a Ja victoria en todas las ocasione5.' Desde entonces comienza a inc corporarse Esparta, a crecer~ poderío, hasta 1el triun[o finalsobre la Héladevp .1Esta leyenda oscura parece abara habersi! aclarado. Trrteo ·era; err efeétó¡ un personaje risible, un viejo geneJ"alypoeuvanticuado. Las nuevas 1genera'ciories de militares ypoetasse1burlaban de su estilo arcaico enestrategiay eh lírica. Sobretodo; sus poemas, compue5toserimedidas antiguas,· de rígido compás¡ contrastabari con las formas más súeltas'y ligeras de la nueva poésíal Pero estos ritmos vetustos, creados en fa época ,de más·severa diSciplina•bé~ lica;eran el símbolo de ésta y tenfanlavirtuddehacer marcharenfotdenapretad0 a'lafalarige:Hrii:mo simplicísimo hipriotizaalindividuóylo encaja1\,g gorosamenteenlaünidaddelcuerpótáctico. Aesto sedebióettrii.l.rifórcfe los·espartanos; Tirteo habfa restaur,ado·Ja antiguay•rigorosa tactica. Su j:>a'pel semeja; en algún modo, al de Hindenburg enfa·última gran guerra. •· .¡, La disCipliiia bélica ha sidouriá dé las máXimas ]JOteric:iiis deliihistcíriá: Toda otra disciplina, muy especiahiíerite laque e5 supuesto de cualquiedrtdus7 tria complicada, viene de este orden espiritual inventado por el•hombré p~ra combatir. Cuando un español genial intenta.detener la desbandada mística que significó elProtestaritismcí;ericuentra en sus habitas de guerrero el remedio y funda una •«Compañía» ;.cuya educacióriy régimen 'provienen de unas d orqe" iíanzas» morale5,.que llamó, convocabularioide capitán,'«Ejercicios espirltilac leS>>'. Allí está la fal11osaméditaciónde «Lasdos'banderaS>i ,'que parece pensa" dajurito ala tienda de'campaña en un alborearrojizo•de cruenta jornada: ·(Aicís «Ejercicios espirituale5»'ha· sucedido otro trernéndo librito de '
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Verdad es que ~l cuerpo público de Roma se moldea más estrictamente qUelós helénicos sobre la anatomía de su ejército.Los electores se dividen en clases; y el principio de la clasificación es la estructura de la fuerza armadac Significaba ésta.un progre5o admirable sobre la falange; La falange larga y dele gada ondúl~ peligrosarrieI\te enel campo de batalla. Tiene escaso fondo y no es dificil abrir en ella.un boquetepcír doride se precipite el enemigo. A su tra'~és es'síempre prol¡al¡Jeun envolvimiento;· peligro con5tante en.las alas. De donde resulta qúe la excesiva continuidad de Ja líoea sólo en apariencia es una fuerza ..L9s romanos. titvieronuna idea genial, muy parecida a Ja de Jos arqui~ tectos que de la·con5trucciónrománica eXtrajeron el aéreo edifido gótico, Cayendo en Jacuenta•de que 1a masa del.muro continuo era innece5ariay bastaba conlos contrafuertes, suprirnierqn o calaron Ja.5 paredes y dejaron sálalos nerviOs dinámicos de la arquitectura; Por'mera sustracción resolvieron ele~ gantemente el problema de obtener un edificio más grande, más sólido y más luminoso; :Parejamente; el;romano escinde la falange en porciones más cortas,yloque quita deifrente lo añade:de forido. Así resulta el manípufo, cuerpo táctico de 120 hombres;'casi cuadrado, igual de frente que de flanco, mee nosfáeilde envolver; Y, sobre todo, pasmosamente móvil. Cuando la primera línea: cede en un punto¡ el manípulo zaguero acude pronto a llenarlo. Ahora bien': él manípulO'se componía de·dos centurias de a60hombres' La centuria yel centurión hán fraguado fa historia de1Rmha. Célula delcuerpo beligerante era;·a.Ja·paii, la centuriá¡1aunidad electoral en que' se organizaba el cuerpo dé Votantes;_.: , 1' - r- 1 : ; Jún'to a ambas innovaciones-·-jurisdicción consular y manípulo-·· ; ·n() sori de ménor importancia estas otras: el pilum y el campamento; El 1hoplita griego combate con lanza; el romano, con azcona o dardo, que arroja, dividiendo.así el encuentro en dos actos:-uno, de guerra a distancia, que prepara el segundo, de lucha próxima con la espada. Por Ja noche el ejército no se entregaba al sueño sin cavar una fosa en derredor y plantar detrás una empalizada;· éste campamento fortificado constituye, a la larga, una de las grandes fuerzas del pueb1o'romano: ' ¡El pueblo:romano 1Convendría, tal vez, que'nos entendiésemos'sobre el sentido estricto:de esta expresión; Siempre que habfaba el:Poder 'público lo hacía en nombre del Senádo y del pueblo-'Senl!tuspop11lusq11eromanus= el S.P.Q.R. de los tirsos oficiales-· (que aparecen en las procesiones de Sevilla, yun ingenuo deportista, maravillado,'leía: SPORT}. Sorprende, ante todo, Ja dualidad: Roma no es, por lo visto, una sola cosa, sino dos: un Senado y un pueblo. Cuando Roma dejó de ser esas dos cosas y se hizo una sola-al modo que las naciones actuales= dejó dé existir, Esa dualidad tiene una enjundia incalculable, que fuera beneficioso presentar a Ja rrieditación de políticos
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contemporáneos. En ella va oculto el secretó dela;grandeza.romana~y digo el secreto, porque, en efecto, se trata de un misterio; de una·constitución;la másirracional que ha existid.o nunca,y,ca pesan de ello,' p. talv.ez.porelló¡ la más eficaz de la historiac Pero no es ahora ocasiónparl\ tanto/ , · , Queña decir que si tráducimos e1Senat11spopuhtsque;par eLSénado ;y,e¡ pueblo, habremos dado una.versióiiliteral, pero:f~a. Por.pueblo entendemos hoy et cuerpo civiLPues bierií el sentido :Verdadero de'.pop1tl1!Sfüe originaria" mente el de cuerpo armado: Para quién quisiera eX¡iresar: eL significado más hondo de e5a.fónnula;.según el e5pí;ritu'de:Roma; tendña que irivertir para+ dójicamentelos términos;ydecir: úpueblo.y el Ejército.:En1amenteromana lo, civil era .el Senado: los 'señores territciriales;,las viej,asfamilias.o gentes que gozaban de derecho.sagra;do, se·ca5abarnpor' c01ifan-eatio ypodían dejar herel' déros: Estos herederos--'-'
No se puede éntender1á.liistoriarorriai:iasi ria se.advierte esta dualidad de grandes terratenientes que viven en la urbe y pequeñós pr~pietarios que 'habitan la comaréa. Entre unos y otros se encienden las grandes luchas políticas hastá la época de César. Los señores del Senado son los oficiales; los labriegos del c;oriton;10 son los soldados. Unos necesitan de otros, y esto origina la admirable, orgánica cohesión de la acción romana hasta el siglo lI antes d~ Cristo. De esta manera la palabra más mansa y civil de todas, p¡¡eblo, aquélla a que ·recurren los pacifistas, tiene un inquietante origen bélico. Por cierto que lo mismo acontece con la otra voz que simboliza la paz en álgunosidiómas: Aldea, en tudesco, es D01f, que en antiguo alemán del Norte es thorp, de donde viene nuestra tropa; como en ruso, pue]Jlo es po!k, y significá ejército. Octubre, 1925
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SOBRE LÁMÚERTEDE ROMA
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t:~~istad~ ?ccidente, en su número XXXVII, realiza un deseo que desde
hace ~nos sentía: ofrecer a los lectores españoles una versión del espléndido estudio de Max Weber sobre las Causas sociales de la decadencia de la cuituraa~~gua. Aunque Spenglerno hubiera lanzado so libro apocalíptico, la situac10n de Europa predispónía toda mente alerta para una meditación de las decadencias. El ocaso de un enorme organismo histórico es el hecho de may~res d~ensiones ~amáticas que puede ofrecerse alhombre. Mayor que él, solo sena la agonía sideral de nuestro planeta, su muerte como astro; pero a tan grande espectáculo no estamos invitados. Po.r eso digo que el fenecimiento de una ciViliiatión es, pará el hombre, la esceria más saturada de melancolía. · Bien o mal, nos hemos habituado a la idea de que nuestra individúalidad ha~rá ~e aniquilarse; pero nos resistimos a admitir que la sociedad donde aquélla iba mserta Y como arraigada puede morir también. Esto nos acongoja más gravemente y duplica nuestra mortalidad. La sociedad en que vivimos es nuestro s.uelo,nuestro espacio moral, yn:os parece que al morir queda en él de a~~na manera nuestro hueco. La imagen de que ese hueco desaparezca tambien en todo el cuerpo social, que nos rodeó y sostuvo, da el último golpe a nuestra muerte y nos hace morir del todo. Ya sólo cabe la sopervivencia abs~ tracta que la fe religiosa propone al creyente: una inmortalidad transmundana y etérea, que para sustentarse tiene que soltar ellastre de nuestra figura histórica. El pavor que este pensamiento sugiere inspira al hombre automáticamente la tendencia a creer que su civilización no morirá. Recuérdese la certidumbretori C[ue el éuropeo de hace veinte años daba como definitiva la forma europea del mundo. Se pensaba que era ya imposible una cesura histórica
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como aquélla atroz eri que sucumbió el Imperio romano. Y, sin embargo,.los hechos del último de.cenio :hanhecho vacilar esta c1mvicéióm Europa siente que su impulso .mengua y entrevé>por vez primera el peligro de .inuerte:.¡De aquí que haya ?Urgido en tódaspartes, espontáneamente; el tema delas decadenciás.> ¿Ha:sido;un bien,. ha sido µnmaLsuscitar; tan grave' cuestión?. Hay temperameíitos que aLcoritact6Jcóruelp~ligro aumentan so vitalidad; Son los mejores; La exiSten:cia amenazada;.llena de.inniinencias, cobramuevo ·sabor. frqdemasiado seguroly estable qúe se alzá con un gesto deinvulrierable eterc nidad produce.en hosoq-os.una específica·anglistia.. Sfhay lamelanc6líií dela5 rúfnás, existe también lo 'que Nietzsche llamaba la.melaricolia de las consc tiucciones:etemas. que se:apoderaba:delprmdriciálcúando.iba.a·Roma;y éon" templaba los edificios imperiales. Urimundo.enqueriadapuede.cambiarni nada.cabe·eniprender;seríaunsepulcro.i .. ,,. "'', ... · El estudia dé Max Weber, esc}'.ito bastantes años antes que eUibro de Spengler, lleva una intericióniopue5ta aJa'de éste,1Ehvez' de1mostrarlo que hay de semejante entre la éultúra antiguay la1nuestiá; se própone marcar so diferen:ciaiesenciaL El título.dél estúdio no es; talvez, adecuado. Delas «causas soci¡iles>Hipenassianaliza 'aíás1que•una: la económica. Pero ésta'aparece tar¡:claramente,desarrollada, que:es•una verdadera delicia intelectual seguir con la mirada el denso resumen formulado por Weber.·;• '··. ·. · · '·Roma•es un pueblo de.camp~inós guérrerosi Combatenpára·garrn.r tierras; Sus· dotes.geniales de·mando ybatalla.dari frutos taii supevlativósque pronto los campos conquistados .exceden a las fuerzas para labrarlos:La cul" tura· antigua no Uegó. a la máqui,nao No,cuenta éon inás instrumento de trabajo que el hombre y el animaldomésti~éi. Estci movió a una segunda época de guerras en.que ya no se1busca ganar.glebas, sino esclavos-el instrumentum vocale; el utensilio.parlante; Pero es~o trae consigo la progresiva desaparición de1pequeño propietario, que había.sido a la vez el primer conquistadorc No pu~delucha:r,con elcapitlJ.lista de esclavos, El mundo romano se constituye en enormes latifundios. · . ........ :}La nuevaestructúra ecqnómica:traeconsigouncompleto.desp~amient~ de la existeiicfá.aritigua. Había:s.ido1ésta una.vida .costera.en que.el comer" cio; 11uncá niuy:intfilSP;.si¿i;via de nexoy;ligamen;entre las ciuqa:desÚLa·nuéc va agricultur;¡¡ traslada alhi11tei:la!1d,Ia gravitación°social. Pero en·lás tierras no hay,com~~cio·ni medios,dic:ejetcitarlo .. Los,caminos son¡caliada:;; mllitares y administrativas, \ELcan:ifrio militar calzado.sellamó qriginapiirµentepo1is¡ los ingenieros,rnági~ossellantarort.po11tífices). Sólo ,existff! 'el cahjeéntre:¡la industria: urbana1}\Jlós;productos.dd qampo'próxitno:Pen¡;elpequ~ño.propie, tarici; no.pudiendocómpetircon.~Hatifundio, comienza,átubrir,porsímis' mo:todas.sus necesidadl!S. Yá nq.compra en láéiudad;·Se aíSllj ern;ugleba; Por 0
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otra parte, el ciudadano ricn se surte de sus propios oficiales; Consecuencia: elobrero indüstrialurbano que nunca había sidomuynurneroso, pierde todá iriiportanciaycorrüerµ'.alaemigraciónalcampo. , . •::: "', · , Este sencillo ciclo de mai-earesumela história antigúa• ensu· haz eco11fü mico: Se iniciaformando lasúrbes:.el campeSino.v'a a láciudad. Los sinoiliismós o áyuntamieritos que originansiempre1a ciudad clásica; no consisten enotra , , aosa;•Los propiétarios ricos del:primer tienipo. se van a :vivir juntos encivili; .... dad¡ ellos fonnan las <
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UEntrétanio, lcis bárbarosJatigan eHlaii.conorte del enonne cuer¡Jo ~ó ,mano; l¿Cóm:o sostener cori'ejércitos interi0re5 eflimes; el valladar que ~Órr!! delas Islas Británicas al Gáucaso H.clegó un momento'en'queno hubo más'.ri!: medio qúe buscar en los mismos biirbaros'a los d~ferisoresi Los germanos pe~ dí1antierras;•y·el Imperio;ha.ciéndoles pasarlos grandes ríos fronterizos;11o~ alójabá en swpropio cuerpo;' encargándoles cfi~·la defen5ai:i i ;, ; / ¡j;¡ j?¡¡[¡,¡,fa; 1 • :' 1 Éstefueielfiriali Gamo s~ve, no hubo talirrupción:Fueralco,ntrario,una ¡¡bsorciónrque el I~perib realizó a fu1 de poder !espirar mllitarm\ltlte:. Süs ~¿: f ensóres~:inev'itablemerite; acabaron póihacerse.sus dueños. Por:eso decía Schopenhauer qüe el Esladordebe prevenrr· «la defei¡isa frente a los en~mlg~s 1
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extraños, la defensa frente a los enemigos interiores, y, por fin, la defensa frente a sus defensores». ,.. ,
IF La doctrina de Weber sobrelamuerte de Roma puede resumirse así: la economía romana respira esclavitud, Cuando los esclavos faltan, el peztmperial muere ahogado, Conviene; sin embargo, advertir que Weber no pretende'arializar en la integridad de sus factores la decadencia de Roma; No es un historiador materialista que reduzcaal proceso económicolos destinos de unpuebló; Precisamente ha sido nue5tro maestro sin par en el.arte de descubrir el:maravilloso entrecruzamiento de las «causas» dentro' de la realidad histórica: Lá economiadnfluye en todo; claro está. Por eso.sé puede proyectar la historia' entera de u.n pueblo sobre elplano'ecónómico, como la bola del mundo en el planisferio. Pero también es verdad la viceversa'.En la economía influye, a su vez, todo, Por ejempló, lo más remoto de ella en apariencia: fa rel ligióri;Ur¡o iidosmagnos'tiabajos de estemagistralautor ha sido justamente volver del revés la tesis inarxista yrnostrar cómo la religión contribuye a regir eliproceso,económico: Unarazabudistáusará co.ete1is pmibus diferente economía que el pueblo israelita.' ,, , ·.e, Noe5;pues;Jaintención de Weber decfu porque laceconomíaroínanafue tal, Roma sucumbió;,sino más:bien' esto otro: porque Roma fuer como fue se desarrolló en' ella un proceso económico morboso que acaba estrangulán" dose a·sí mismo: No asprraarevelarnospor qué muere, sino cómo es su muerte miradapm~ el haz económico. Nadie ha.explicado todav'ía porqué un gran organismo histórico llega al aniquilamiento. Delo único qué podemos estar seguros es d~que cuanto mayor seaaquél1:merios poder tendrán sobre él las:causas ·externas;UnMunicipio!puede ser destruido por un terremoto o por una.epidemia; Una pequeña nación puede sucumbir enúnas cuantas batallas: Pero todo un «mundm>•;coino fue Roina,, está inmunizado para accidentes parejos. Tiene, pues, razón Weber cuando empieza su ensayo diciendo: «Ellinperio romano no se derrumbó por causas exteriores, tal vez como consecuencia de uria evidente superioridad de sus enemigos»cLos «mundos»'sólo mueren de muerte natural; Dentro de ellos hay que buscar los asesinos.No hay, pues, mupción.de los bárbaros. Esta'idea¡!tan1de viejo cuadro histórico, füetnventada podas!. literatos de la: decadencia romana, que eran; cómo suelen serlos li~ teratos de todas las épocas'difíciles,'superlativamente reaccionarios. Incac paces'de crear ctiltura,rllamabanasía la tradicionaL Cuando los escritores 1
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tenían todavía talento.-.Tácito~por.ejemplo+, entrevén que lo verdade7 ramente nuevo, progresivo, es el bárbaro, aunque o, precisamente, porque· ni tiene Senado ni compone ¡:¡árrafos ciceronianos. Esta intuición fresca y abierta a lo real se pierde muy pronto y los literatos vuelven a creer que el progreso es el Senado y la elocuencia, Siempré se ha repetido el mismo curioso fenómeno: los «progresistas» de ayer son .los más nocivos reaccionarios de hoy; los que impiden:la verdadera acomodación a lo absolutamente nuevo ,que el tiempo•aporta. Sonprogresistas·ernlü1ea recta:.Los;chinos creen quefos.diablos avanzan ~ólorectilíneamente, y.por. eso,Ies.bastapof ner un.biombó.ante la.puerta: dela habitaciórrpara que eltozudo diablo'teruga C[iiédetenérsec De aquí también el ericorvamiento.de los· tejados:; el diaf blo; aldesliZarse.por.elles;;no puede·caei; atieha;•sino que sale despedido ótia:vez eri.líriearectahacia el espacio; comola. pelotadeila.cestavascai;El buen literato de.decadenciase dedica a· componen acrósticos indolehteSniien~ tiasve llegar.a los.grand~ bárbaros blancos;.Lu'ego se queja eiriverita la írí:Upf' ciórr err largaselegías'Verbipotentes;mrlentrasdas·pueblos salfán a reé:ibfua las huestes francas o godas como a.salvadoresi.. 1 ; ;o· • .•c0hl ·~ · • ····;; 5,;• • .•:•Laverdad.es que ya en.tiempo de:AJejaridro.Se;vero;cerrel ejércitoigó había rorrianos ni casilatinos:Losmejores soldados eran germanes,. y: en el antiguo marco de Ialegión conrleI1Za a. árticularse .el sentimiento.feudalL • ri;/ Pero la frase de Weber antes transcrita añadeialgo que·no;c;:omprendci bien: .«El Imperioromario no se derrumoó pon cau5a5 exteriores,;¡al veiCcíino consecuentia;deuna'evidente superioridaddesus enenrlgósordelarincapad+ dad de sus conductores políticds>f. Sorprende de que la dJ;icapacidad de!los tori:C ductores políticos sea considerada.como una causa• extema:.Sipor tapazrse entiende sólo la figura genial-y a ello apunta extrañamente;Weber nombrando a Estilicón,...,..;.no .hay. duda.que su advenimientü o su:a'useneia son puro azar,,y,por tanto,hechos exterriosaLdestino mtimó demrrpueblrn Peio los geniosnosonla potencia decisiva enhistoriar9uede paia otra vez la pre+ cis~ón'de•este PéJ1Sanrlento-r·; sino que;por el contrarió, elfaéto;L¡!et\sivo es el tipo medio de los ilidiviéluos.•Aunenlos casos;de aSpectó, absolutiStá•iio son nunca uno .o varios horribres quienes .conducen un pueblo, silla das es elli teras de que aquél o áquéllos son ·el exponente y.el;sünbólo.rs. ·· : ·· : · · ·Pues bien: el tipo medio del romano es, desde tiempos de César; evidenc temente incapaz para la colosal misión qu{!. le.incumbíao Los·romagos tuvié" ron si:empr~ el don: demando, uri talento espécíficoC[ueno debe coilfundirse con otras:calidadespróxiIIlas.• Peroifuéron de;sólito muy poéoiriteligentesi (Aproximadamente, los mismos smtomas quepreserita el inglés)., Miéritra~· bastó con las doteside marido;• !lóreqió la·história•romana; mas en cuanto.las' circunstancias.sefüetonhaciendo níás apretadas;más•sutilesyexigían,uhif'
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dbsis mayor de agilidadmental; de plasticidad intelectual,•comenzaron a fallar. En Roma no habíaniás±que políticos .en seco, sin atmósfera intel¡;ctual ideológica, científica. Aquellos magistr!\dos poseían unas cabezas de sillería como la empleada en sus formidables edificios. Vivían de ciertas ideas elementales y «!!terria~»; que. habíanfüspirado la vida'rómana ,desde,su inicia" cióncSería interesante Y naéla difié:il•níostrar cómq paso' a paso, desde tiempo dé. los Gracos, la realidad se va apartando de las ideas canónicas alojadas.én la inmiitabletesta deLromano'. La distancia es ~da vez níayor¡ hasta hacerse prácticamente:absolu \a;• En·fü.esel!cia últi¡na, las institui:ion:es,sonen tiempo 'de Dioclecianmlas·nrl5ma5 que é.h tiempo de Escipión.:Elromano ha inventad · y : :Yo hé sosté.nidoc[11e ernl9súltimos.dossiglos deEufopa la política ha Pª" décido un exceso'dé. intdect;ualidad,: con'perjuicici de las·dot~ imperativas: El caso de Romáesc¡ierfectamenté.inversó: sobra de.dqn de mando.: 'térque• dad, dureza y soberbia-.yfalta.de áqtielmfuimo dé.~eporfe.intelectuaLque mantiene alerta el espüitú y. lé. permite nio,delarse;blandiiy exactamente sobre la canibiailteíealidad..Enesto;icomo.en'todo.Io vital, elaciettci es cm;stión de tadoyinestira: Nipolídca deitleas;ni'pfJIÍticá si1iideas:,, · · . ¡ . Pero cónviené. descílibir concretamente,; siquiera sea ewesquema; esa linrltaciónde la·mentero111aná ·que kimpidip iriven:tár1mbdos. de: gobierno donde larealidadsé. holgase· fructuosamente; ;EllfJ dejará en.el.áiiiino·comqun dibujo ideal•dela écuactón perfecta'en·que'debe hallarse¡e1don dé. lilllil,do,y: la agúdezainfelettuaL Siempre he sido hóstil a Platón¡ porque sost:µvo que los filósofos deoían g()berriar. '¿Qué malhabíanheé:ho aPlatónpara dese¡¡rles semejante destjno? Preferible es que los filósofos se ocu¡:iensólo enpensary que, de cuando en cuando; ros gobernántes lean ló quefos filósofos han pensac do,mo para hacerles caso_.¡eso.de ninguna manera!~; sino tan sólo.por vía gimnástica y domo.puro ejercicio, • ·· ·
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S~bido es que dMediterráneo no da a gusto otros frutos políticós.que el Estado-. Ciudad; la Polis1:una:urbe consli breve cinturón de cámpiña én derredopquese otei:désdeJa.plaz!\ ciudadana.. La;urbe es; a¡itetodo; esto: plazuela, foro, ágora. Lugar para la conversación, la disputa, la elocuencia, la Pº" lítica;.Enrigor¡la.urb(clásii:a,fio debía,tenerta5as, sino sólo1asJachada5 que son necesarias para cerrarrnnaplaza¡ eScenaártificial que el animal político acota sóbre el espacio agríéóla. Estdfüe·Ronía .tambiénc-A esto tendería,,aban~ donado a sí.mismo,. nuestro Levante; Siempre que se k dejaJ,'eChá a.correr;ha; cia el cantonalismo. '· ·· · 649
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El Estado romano eS una democrácia; bien que aristocrática; El puebfo mediante elecciones periódicas, de los destinos naL cimiales: ;.,; L El campesino viene a votar ala ciudad, en· persona.· Perfectamente.·¡ El ideal de la democracia! ·Pero he aquí que Roma conquista el Lacio. Al cabo de. poco tiempo, ya fin deasegurar la solidaridad delos latinos, les otorga laciu" dadanía. Ya' tenemos· con; el;to la primera incongruencia entré la forma poli" tica romana y larealidad•social bajo ella. Porque el lacio no es ya la franjaru'ral e:µ toino•ala urbed Esrúna•ancha ·provincia'..¿Cómo .pretender quelós ciudadanosdatinosvengan·a,vofiirala·ciudad? Inevitablemeriteempiezáá crearse.un número•de electores profesionales. qúe suplanlánlávoluntáci au.sentede lpflejilios. La.urbéprójJiamente•tálhá treciido: Sehaformado en ella. unaplebe numerosa, queformará el:material votante sobre el cual van a ejef: cer sus mariejosfos inquietos¡ los arnbiciosos;los díscolos; · · Pero he·aquí.qúe Roma conquista todailtalia.1.ositaliotas --,,..,como en su tiempo los latino~ aparecen.primero bajo.la· especie de.aliados .•Esto quiel re decir que soportan.füdás la5 cárga5 y.no.tiérien ca5i·ningúnderecho. En este momento,· sobrevienemlqs• Gracos;• cabezas confusas• de revolucionarios siglo XIJ{:• No;saben.biewló qúe quieren ni lo queno quierén:Valientes y torpes;.ambié:ió'sosy ala;par generosos; perteneC:enaesé tipo dé hombrésná~ cidos para disparar juntos. todos.los ,problemas•yno res olvér.ninguno,, Soh .mentes vagas,. almas patéticas,! atraídas téatralinente pbr 'gesticulacionesihe.; roicas que:han.visto antes enlibros;·LosGracm;s_e embriagan hablando,·por cierto,,muy bien,aloGhateaubriand;'en'trradasseritfinentálesqueproducen Ja borrachera demagógicmen lá enormeplazuelade los éomicios. Ello es que los Gracós desencadenili de golpelatempestad de todos los conflictos laterhtes, y Roma no vuelve nunca a estartranquila; Prometeil'a los italiotas la ciudadanía, revuelven a los pobres contra los ricos (ley agraria), indisponen a la burguesía(equites}contra los nobles(Senatoriales), El primer resultado fue la rebelión de los aliados y la periosa guerra subsecuente. Hubo un momento en que los aliados tuvieron ganada la partida. En~ tonces deciden crear frente· a Roma otro Estado;;Pefo el Estado que forman es idéntico alrornano; •Las misrrias institucio'nés; el mismo niétodo.electoralcoii presencia de cuerpo., De5ignaton-como•é:apitala Górfiili'um-·.·si no padezéb err,or. .. ·, /;,:-,;;_,;:: '· ,;·;_:J·¡ ; •1 u -(LosleC:tores sabrán ser indulgentes si!sedesliz:falgtina equivocación adi jetiva; nO'esériborodeado de libros nidenol:¡IS,slno.como un romántico, em trerocas•ásperasy lentiScos,mientrás delante, alhorizorite, forma elmar su 'gran curva de-ballesta pronta•¡¡·disparar nliestro corazón, que siente afanes de flecha y es ya de suyo una cruenta herida). , . · ~populus= decide,
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Poco después concede Rorna de buen grado a los.italiotas los plenos derechos civile5: Pero ¿cómo unos y otros no advierten el carácter-ilusorio de éstos? ¿Cómo iban a votar en Romá electores tan distantés?• Italia está ya hecha. Es un cuerpo.enorme; pero se.sigue queriendó que venga a votar a la plac zm::1a,junto.a1Tiber. •' Los pueblos sevan.haciendo,mediilite la aglutinación progresiva de elementos extraños. entre sL.NJ,ven de lacohesiónlograda; y mu~ren por disociación ddo que un,tiempo:estuvo unido, sólido;.compacto. ·· ' · e, · ; JSi antes ¡hemos. tómado;siguiendo, a Weber, una vista económica, dela dec cadencia romana; ahora podemos verla en su aspecto .político. Y nos sorprende encqntrafque.un simple_defeqto de!técnica electoralpueda ,traer consigo la ruina de tan maguifico,cuerpo socfal;,Sip..embargo; es así, Parece inconcebic ble que río.Viniera ala n:iente delcromano ,una idea tán,simple; para nosotros ta:µ ob,via; que desde s_us .comienios;•como la cosa más natural del-mundo, eXÍ.stió enJas naciones europeas:.la tdea dela representación politica. La porción ausente y lejana de lasociédad puede estar. presente, de.manera virtual; sin más que elegi.Eunrepresentante de ella .. Para poseer.tal>idea, basta con eje7 cutar. una. séncilla abstracción y advertir que fa ¡voluntad de un ser puede acc tuardc;mde Jlollega.su;cuerpq~'5i el roi;nano,noarriba;a ella, es simplemente porque eraiiicapaz•de esta ,absttacción.•.Topfllilos, pues,•con•unalimitación absohita, eri_s eco ;•sin.motivo ,ni.justificación;·N o. se tra ta,;sin embargo;.de un azatl.
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la única porciónpolíticamen~e activa deaquelinmensolmperio. Elresto del cuerpo social no cuentá.' Esto trae consigo•una condensación fabulos'a de'politicisriío·éri Roma, una hiperactividad francamenteneurótiói, forma" lista; sin contenido, Por¡ eh:onirario,· la provincia se acostumbra a no mterl venir en los destinos delimperio, ni en lós suyos, cada: vez niá5 absorbidos por el'Poder centraL:La'deprésióp.¡la desriíoralizaeión¡.Iafaercia crecen,.No puede surgir ningúnmovimiento que.reúná en amplia'solidaridadunterritorio provinciaL Al revés:•laprovinéia se atomiza políticamente-··como'la vimos atbrriizarse< econóIIlicainente. Eslníítil esperar que en ella:•se preparen riue\fás· iiíerzas•directoraspariferlmperio:·No pildiendo.actuar,los provin.ciales•pler~ den. todo entrenamientb públito y¡ sm•Ia·f!nétgica selécción; que sólo espoSi: ble sobre gente qüe: está eh.ejercicfo(·degerieránJlía:por•diac , :''' •'" · EntretantoVla políti'ca de Roma va sietltfo presa exdusiva dela técnica electoral; y' tiene que entregarse a los jefes•debantlas.•J!rontoistas band$opei ran con amiás:cHaé:ia el añ0•7:0 arite5 de' Cristo dominan· en Romaunas•cuán::.. tas pamdas•deláporta-"-lás famosa5ban.das'de Clodio,'ni Siquiera tompuestás por verdaderos Ciudadanos:¡ Hay u ria cartá' de··Cicerqn-=no~puedorecordát su··signatura:...:.:•donde l;é1qU:eja amargámente.de.ésto Yhacetiotát que: en los comiciós ya no in.tervieríen•romanos; Sirio frigios y·misfos•, gnegos'Yjildios\ esclavos y gladiadores.< Se ha llegado/como siempre en 'estos procesos de de+ generación política:; a faacéfón.•directli.: Nb•va•a tardar: eri producirse•el líeclío irremisible: lás•legion.e5 recabarán para stel .exclüSivo ejercicio eledofaliy noni" brarán emperador:Pero'ést~'pertenede a otro haz de la·historiá·romanarqn.e apuntaré otro día; es la otra ·grandey progresiva disociación entre•el cuerpo dé votantes yeld1erpo de· guerreros qué primitivamente erantünd solo y formaban el populus,.vocablo que·significaipropiamente «naciónamiada»c Hay•un momento·decislvo•en la histmia•de·Roma: elsiglo '!antes de Cristo: Vemos hoy con•sufidenieiclandadquela civilizai:iól1•antiguápudo·salvarse\ a'no·serporlaslimitacion.es:yla•testarudez·defa•nienté•ronlana: El•organ:isnio social gobernado por ésta había adquirido•prÓporoim;res•gigantéscas y n.o po~ dia ya vivir políticarii.entelde:Roma. Era menester :Vivfr de¡ o tras po teneias sociales nuevas, y éstas no poc!Iári sermás•que las provincias:5iempre hubie" ra::quedado aRoma[elpapel•tradicional deéabezap.úbliCá y:sitpremarectora de los pueblos. Pero el.traiaIIliento a que las·provihcias·estaqan sometidás la5 habían envilecido:• 21.d u.•J 'k .. 1 " é d:l• ir•:¡¡ Un hombre máravillosd 'tuvolágenialíntuidónde'quepara sálVal'a•R,omíí era preciso exaltar la,provin.ciir.;Este hombre;; para Íni•gustb el más grande que ha existido nunca, se llamaba C:é5ar1y:era:de•laigehtejulia:' ,\ , :'•:: .;¡ ,,.) . Corrio decía Goethe, todo ser eíi que . una:especie'cu!'rn:ina no pertenece ya a esa especie. En César; el alma romaiuí:seéscapa de sí misma'.i ES milagrósó
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el caso, pero en medip delas liinitaeione.S ,;arftigi:ias'»f~parece de pronto un hombre «moderno». Lo es en tal medida, que no nos extraña su «modernidad» en el detalle; por ejemplo, su in.vención del periódico y del Dimio de Sesiones, que debía unir a Roma con todo el orbe-Urbi et Orbi-; su preocupatión por la medida del tiempo (reforma Juliana del calendario) todo en él nos parece perfecto, elegante, sustancioso y sublime. «Formidable y encantador» le llama un autorreciente. Lo único que nos perturba un poco es su pederastia accidental. Pues bien: este César, hijo de Venus, en quien se ha destilado exquisitamente todo el pasado de Roma, comprende que el Estado tiene que cambiar de forma y de fondo. Es preciso 'in.ventar nuevas instituciones y despertar nuevas energias sociales de especie orgánica: É]va a dignificar la provincia frentea Roma; •Y tónío las provincias ·asiáticas son. raza5'cadué:ás~enquistad3.fren cas .y petulantes ciVilliaeiones: Césai sevuelve'hacialds•pueblos jóvenes se detemiiil.a•a poner: eniforma •«las•mitiones· bárbaras'»', De aquí la c6nquista de laS'Galias.:J!ero.la•idea era:demaSia'do·sutil\ demasiadofi:omplejayvast:;:ipara alojarse en]as·cabezas'pui:refactas de fa:vieja•ariStocrada::roman.á;'inscrit'a.Sfac tahnentetiehtro:dela;ideai«República\;¡;es decir:Senado,'ttibun.os\'aohucios con pre.senda corporál:c«l!.a república es ya sólo un vocablo ;;.""-'Cl.e'eía•el genio de Césiir: Y e5to• le ponía·frenético"aCiceróri;:literato y orador,· para··quien'los vocablos lo eran. todo. •El•iI1terito de superarla límiiaCiónroinana·costó laiv'ida a César.:Nin.gtlna otraménte antigua: logró' «ver» de nuevo su i&a.'Menos que nadiesu·hetederd,'eldiscretoAugilsto;cqueseinstála\•desdduego;.imlos·lín1i" ... , , +·" · tés dehlma"rotlíana; · En grande o en pequeño, toda hiStonanacícinal llega a un punto eíi 'que para recrecer necesita dejar descansar la; vieja capital y esperarlo todo de la provincia; un momento en que es preciso' despertar la periferia• del gran cuer~ peí político y gritar: «¡Eh•; vosotras; las provinciasi es preciso que dejéis de ser provincianas! Heaqufllegada.'1ahora en1que tenéis que:aprontarvuestros ínic pulsos·intactosé.El' Estado renacerá de vosotras o UCJ'Tenacefa,. ¡Eh;:las . provincias: depiel'» :': · ,, .. ,.,,·· ;cq .,:,. "···•::.;;
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E~las~~~ cle~¡~d~~~o~~a:os ~ada.cÚ¡:~~()r~úm~r() casas,<<~~
ele . drileñas». Parejamente, Seyilla se está llenando hasta los bordes de «seyilla7 .ríérías ».. A:lío'ra vamos apreguntarnos' si es.és te,un hecho, recpnfort~ntéo desesperante;,I?aradlo!~o,nvierie descender.acsu 'raíz, La
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algún sentido sincero y disciplinado para que automáticamente y .por aña, didura quede estili.Zada, embellecida., · " · :•: ,. , Estas casas nuevas delsiglo XVIly XVIII:, que ahora van repoblandoMac .drid, anuncian que la vida española empieza a cobrar sentido y a·entrár en dis, ciplina; Sus consttuctores hacen un sacrificio alá belleza noble; gesto libatorio eniqué derrainamos algo·denuestrosbi~nes en homa a un poder divino. ·Y la belleza; sin duda, tiene algo de divinidad; P
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esa imparcialidad aritelos1estilos;. esa libertad dé éspíritu; que p~rinite'gó~ár de cualesquiera, es una virtud superior; cuando en.verdadacusauna seríSi~ bilidaditosca que,no,pertibela :radfoáldiferentiáexistenteentre·ellos:1Cuanto más delicado y.perfectoieS unser,1tqenor'essu libertad en l.a vida1;1mayórisu sujeción!! urfrdestino':y órbita 1detehninados;.El que sirve lo mismo para up.a cosa que para otra es que no sirve:egregiamente'para ninguna.:Delrmis!no mcido; el que cree gozar,parejái:neriterde éstilos contrapuesto~ e5 que;enrigcir; no percibe la fina estructura de ninguno¡;;;: ,;;: ,, : .,,,, ,'·>,,, · ·: :2n1 l:.a'imparcialidad sófo empiéza atenenseritido:cuando situamos·la obra en el pasado ynuestra' conteínplacióri1se hacerefleja¡ fria ehistói:icmSomos imparcia:lesiconlos muertos' eonlos pintores de :Altamira; con Gfottb~ 1 con,Il~ ziano con .Zuloaga'o ·con'Picassb;;;Í'T '"' 1;, ~ .. ' ''conVelázque±·peh»no '~' ' :, . ,',Esta imparcialidad es otrmforinaideironía:N o· se.ha reparado suficien~ temente en la' extensión que lairbnía ocuparen nuestra vida; taLvez porque. se' tiene de aquélla una idea1angosta:: Ironizamos siempre queerinuestrb trá" to con una cosa; sea del órderi'qtiesea,.nolareferimos ni'éngancil¡amós:aL. núcleo decisivo denue5tra¡persona.1El <
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completamente doínitladas por el «convencionaliSmo» social). Así se expli. ca que pueda «eh serio» amueblarse un salón: del siglo XX con muebles del · siglo XVIII. La estimación irónica de aquel viejo estilo ocupa el lugar de una auténtica y dire'cta estiínación. · Tercero . .Pero el constructor de casas «madrileñas» suele recibir su inspiración decisiva de un motivo que no es estético. Ha oído hablar de que existen estilos «nacionales» o de raza, y de que se «debe» guardar fidelidad a esa « tradición>> castiza. En: suma: desembocamos en el tema perdurable del «nacionalismo». Es éste asunto delicado, que conviene desarrollar aparte un día u otro. En rigor, hoy no quería sino llegar, con algün sentido para ellector, a esta fórmula imperativa.' . ' ' :Al amueblar una habitación o construir un edificio es un deber. vital, ins~ pirado por la estimación hacia sí mismo, intentar la belleza, partiendo del~ formas:y necesidades, actuales. Yes.preferibl~ equivocarse alserviéio .dé este empeño que1acertar eri la; trivial resolución de copiar.un: viejo estilo. :, ; · . ; Nadie saldría a la calle~fuera dé. Camestolendas-.,...,.vestido con un tra" je a lo Felipel\l:i S~ría hacer: dela propia ¡vida y: el propio.ser una ruin mascarada. Pues ¿qué diferencia hay entre eso yevivir en una nueva casa antigua? .La casa, comolqs nómadas árabes dicen:de la tiénda,de c=paña; ~el traje de la ':: ,.:. " familia.. . ,_. !J.I'
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MEDITACIGN, DEE.,ESCORIAL, ····
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Aquí tenernos up.a leyenda documentada que es preciso rectificar, a pesar del documento. San Lorenzo es un santo respetable, corno todos los santos, pero que, a decir la verdad, no ha solido intervenir enlas operaciones de nuestro pueblo. ¿Será posible que uno de los actos más potentes de nuestra historia, 1ª erección deLEscorial¡•no haya'tenido otra significación que el agradecimiento a un santo transeúnte; dé es(;:asa realidad éspañola? No nos basta San Lorenzo: soy el'primero en admirar aquello'deque¡ hallándose bien tostado de un lado; pidió qúe le-volviesen del otro; Sin Ílquel gesto no estaría representado el humorismdentre los.mártires. Peró,.francarnerite,la pacienciaide San Lorenzo, con admirable; no ]:¡asta para llenar esios 'colosales ámbito5. t;;; 1i;; ,,.F.:CC-•· •,1_ ,.,,;, 1-.;.Li' ...• , •:i " ... '' • • Estndudabfü que cuando·presentaron.varios planos á Felipé;II y éligió éste; encontró ené1'expresada suintérpretitcióndelo·divinoJii·riq 'ii .
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xima quedestaca'entrela~•molesdrcundan.tes pcrr la>mayor fijeza y puli" mento de sus aristas, En estos días'dé,primaver'á•hay una •hora en que el sol; como una ampollª•de,6ro_,1sequiebra coritrá•los'picachos della sierra\ y una luz.blanda,, coloreada de azul,' de violeta, de'carmíil; se .derrama por las ladera's y por el •vallei .fundiendcl,suav'emente to'dos fos perfiles. :En'tonces, la piedra edificada burla las intenciones dd constructor y, obedel ciendo a un instinto más poderoso, va a confundirse con las canteras maternales. · · · · 'Frail.cisco Alcántara,qu~ ti;uto sabe de tosas de España, suele d~cir que, como el castellano es el idioma en que, de cierta manera, se integran los dialectos y lenguas de la periferia hispánica, es la luz de esta Castilla central una quintaesencia de las luces provinciales. Esta luz castellana es la que, poco antes de llegar la 110che con lento paso de vaca por el del.o, transfigura El Escorial ha~ta el punto de parecemos un pedernal gigantesco que espera el choque, la conmoción decisiva, capaz de abrir las venas de fuego que su.rcail sus e1;1trañas fortishnas. Hosco y sileileioso aguarda el paisaje de granito, con su gran piedra lírica en medio, una ge·.. · · . · .. .• neración digna de arrancarle la chisp~ espirituaL ¿A quién dedicó Felipe II esta enorme prof~ión de fe, que es, después de San Pedro, en Roma, el credo, qu~ pesa 1;1-lás sobre Ía fü~rra europea? La carta de fundación pone en boca del R.ey: «El cual Monasterio fundamos a dedicación y en nombre delbif1;1ªverrt11rado San Lorenzo, por la particular de_voción que, como did10es,tene_mosa ese glorioso santo, yen memoria de la merced y victoria que en el díá de su festividad de Dios comenzamos a recibir». Esta merced fuela 'victoria de San Quintín. ·
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A LA MAYOR GLORIA DE Dios
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:l. · Todos los templos· se erigén, claro esiá;paralarirayor gloria de Dios; pero
Dios·es·una idea general¡ yiriingún templo verdadero se ha: eleva'dojamás a una idea generaLElapóstol•que1vagab\uideando por Atenas creyó 1leer en él frontis: de un altar: ·,¡AJ, Dios ·desconocido»,padeció :un grave error¡ ·ese hierón no ha existido•nunca. La-religión no se satisface.corrun Dibsabstracto; con un mero pensamiento; necesita de.unDios concreto¡ 'al cual smtamos y ex" perirnénternos reahnente:De aquí que haya'tantaS irnágenes:cfe Dios como in+ dividuos: cada cual, allá en sus íntimos hervores, lo compone con-los materiales que encuentr.a más a mano; El rigoroso dogmatismo católico se-limita a eXigir qµe fos fieles adrriitanla definiciónicanóriica de Dios; pero deja libre la fantasía de cada.uno para:quelo:imagine y lo sienta a swmailera; Refie" reTainequeunÍ!·niña a quien dijeron queDios estaba eri:los cielos;' exclamó: «¿En eLcielo; como lospájarós? Entonces· tendrá:pico»''Esta niña podía ser· catqlicaL!a definiciófrdél catecismo'llo:éxcluye elpico'enDiosf :, '•:·' ;; ':, •Mirando en nuestro interior, buscamos entre cuanto allíhiervdo que nosparecemejor; y 1de estohacernosnuestro'Díos1Lo'divino es la idealización de las partes,mejores del l:\orhbí:e,y la religión'consiste en el culto que laimi" tád de cada individuo rindd1su·otra;mitad; sus•p'6rciones\ínfimas einerte5 a las más nerviosas y heroicas. El Dios de Felipe II, o, lo que es lo mismo,.súideal;.ttene en el Monasterio un comentario voluminoso. ¿Qué expresa lamasa·énotriJ.e de este edificio? Si todo monumento es un esfuerzo consagrado a la expresión de un ideal,. ¿qué ideal se afirma y hieratiza en estefastum;o sacrificio de esfuerzo?-.
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C'a me fusse piú presso · O piú di me potessi, che poss'io? LA MANERA GRANDE•.
O.Dio; o Dio, o Dio': ''·-HI
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Señores, hay en fa evolución del'espíritu europeo un instante todavía muy poco estudiado y; sin embargo, de grandísimo interés.,Es una hora en queel alma cóntineI)taldebió sufrirunó de esos terribles dramas íntimos que, apeslir de su gravedad y del agudo.dolor que ocasic;man,'s,ólo pormedios indirectos se manifiestan; Esa hora coincide cort la edificación delEscorial.Enlamitad del siglo.XVI da sus frutas mejor madurecidas el Renacimiento.Ya sabéis lo que: es el Renacimiento: la alegría de vivir, una jornada de plenitud. Se.aparece alo~ hbnibres;elmurtdo de:nuevorcomo unparafsc;i, Hayuna•perfettá coincidencia entre las aspiracionesylas realidades, Notad que la amargura nace siempre de la desproporción entre lo que anhelamos y lo que conseguimos. !
Chi non puiJ que! chevuo~ que! chepuovoglia', Y!
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.. , . decía Leonardo deVincL Lps hombres.deLRenaciiniento quetlan só,lo lo que podían', y podían todo lo que querían.iSi alguna vez la desazón yrel desconténto asoman en sus obras;lo hacen conJanbello:rostro; que en nada se parecen.ª' eso quellamamos tristeza; a esa cosa• entre manca y tullida que hoy se arrastra gemebundapor nuestros pechos. A ese gráto estadó de espíritu del Rehacimiento sólo podían corresponder serenas y mesuradas producciones, hechas con ritmo y con equilibrio; en suma:lo que se decíala
manierágentile. ·
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Pero hacia 1560 comienzán a sentir las entrañas europeas una inquiefud; una insatisfacción; una duda de.sLes la. vida tan perfecta y.cumplida1com0Ja edad anterior creía. Empiézase a notar· que es mejor la existencia que desea+ mos quela. existenéiaque.tenemos. Sonmá,s ancha¡; y más altas nuestrasas7 piraciones que nués.tros logros¡ Nuestrosallhelossoµ.energías prisionera!fen la prisión de la materia, y.gastamos la mayor parte de.ellas enresistir el gra7 vamertqueéStános.imponen·· ,., .. ;; ,; ¿Quéréis una expresión simbólica d.7 estenuevo estádo de espíritu? Fren~ te al verso dél.eópardo recordad éstos otros dé·MiguelAngel, que .es eLhórri~ bre del instánte:La mía allegrezz' é le! maninconia.' r : ·. ODio, o.Dio; rI r ,_- ! ; , , ·Chi m'ha tolto a ine stesso; ·'·' r ., , • _1
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No podían las formas quietas y lindas del arte renacentista serVir. dé Vocabulario Óonde éxpresaraµ. sus emociones de héroes prisioneros,. de encadenados•Prometeós, los hombres que aS:i aúllan ala, vida: Y,l en efecto,justac mente en estos años se inicia uná modifieaeiórtertllisliorrnasdelestilo clásico: y la primera de estas modificaciones consistere'ncsuperailasfo~as gentiles delRenacimiento porlámera'amplia:ción de
1'RATADO DEÍ_rESFUERZO PURO '
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¿A quién va dedicado ~eciíarrtci~este fastuoso·sacrifido'de esfuerzo? Si damos vueltas en tomo a las larguísimas fachadás de San Lorenzo, habremo~ realizado un paseo higiénico de algunos kilómetros, se nos habrá despertado un buen apetito; pero, ¡ay!, la arquitecfura no lfabrá,hecho deseen" der sobre nosotros ninguna fórmula que trascienda de la piedra. El Mónasterio del Escorial e; un esfuerzo sin nombré', shl dédicaforia; sín trasceiidenbia. Es un esfuerzo enórme que serefleja, sobre1sírnismo\rdesdeñando todo loiqt(é fuera de él1pueda haber, Satánicainente; este esfuerz~ se adoraycilita a sí proC pio;Esuiiesfuerzoconsagrado.alesfuerzó:•••> '"" · ,, · "· ·. •Ante la imagendel Erecteion; delPartenón, no ócurrepensaren el es• fuerzo de sus constructores: las cándidas 'ruinas envían•bajo.el ~ielo de límpido azul graI!des halos de idealidad e.Stética, política y metafísica, cuya energía es siempre actual. Preocupados en'recoger e5os efluvios densqs,rla cuestión '¡;
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del trabajo consumido en pulir aquellas piedras y en ordenarlas no nos interesa, no nos preocupa. Por el contrario, en este rnpnumento de nue.stros mayores-se muestra petrificada un alma toda voluntad, todo esfuerzo, mas exenta de ideas y de sensibilidad: Esta•arquitectura esftóda querer; ansia; ímpet:íL:Mejor que en partealguria aprenderíms aquí cuál esla5ustancia española, cuál es elmanantial .. subterráneó de.donde ha salidciborboteando la historia del pueblo ináS anor" maldeEtiro¡:ia!Gados V;.Felipellharióído a su pueblo.en:confesión, y éste les ha dicho en\mdelirio defranqueza:,«Nosotrosno entendemos clarameitté esa5preocupániojie.5 a ·cuyoservicioyfoniento se dediéan otras·razas;.no é¡tie'remos se'rsabios; rííseF írit:imruilente religiósos;no qileremós ser justós; y me" rios qtienadá-nos.piaeeLcórazóirprudencia: Sólo queremcisser·grandes»,Un amigo mío.que visitó enWeimai:aJahetrnaníí déNietzSche;-preguntó áésta qué opinión tuvo•eLgérual.pensador sobre los e§pañoles. Lalseñora.·FórsterNietzsche,•quehabla españ61;.porifu.aber•residido'en.el•Páraguay;-:i-écqrdab¡¡ que ti'n•díaC:Niet:Zsché dijo; Kj Los ~pañoles[ ¡Los:e5pañole.s ! i.He ahí hom~ bresctj_ue•hán·queridoser derhásiacj.ol.}ip u: > •; ,., "''''"'• i ••• • ·, uf ' "· ; fferrios:qtieridoiimpóner; noiuri ideal·de'virtudode.verdad; sirio nuestró própio querer:Jaríiás.Ja,gráridezaambicionada se nos ha deterrninádo'enfor:'ma particula'r; cfomo nuestro Donjuan; que amaba•el amor,yno logró amar a ninguna mujer, hemos querido el querer sin querer jamás ninguna cosa. Somos en la historia un estallido de voluntad ciega; difusa, brutal. La mole adus~ _ ta de San Lorenzo expresa acaso nuestra penuria de.ideas, .pero ,a la vez; nues.: tra exuberancia de ímpetus. Parodiando la.obra del doctor Palacios Rubios; ·· ·• · podríamos'definirlo como.untratado del-esfuerzo.puré! nl.
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~ ' q Elésfuerzo l Comci es;s¡¡bidó, fue Platón el primerhcimbre que trató de há; llaplos componente§ delalma humana, lo qtie füego se denominó «poteÍlciaS»: CC:omprendiendo. qtie es el espíritu individual cosa déí:nasfudó resbaJadii:a yfu+ gitiva para poder analizarla, Platón buscó en•las·rnza?, como engiandiosas pro; yecciones,1os resortes de nuestra conciehéia:«Erulanacióh ~ce~ está elhom- ·· bre és6i.tócori letras!grandes»:Notaba ffila,taza.griegauna incansable curiosidad ynativadest:reZaj:>arael.:maiJ.tjo de las ideasi lbs'griegos erariihteligen!és¡en ellos séácusabala potencia intelectual. .P~roadvertía'en¡lospuéblos bárbaros del Cáíg caso cierto carácter que él echaba de menos en Grecia y que le parecía tan importante como el intelecto. «Los escitas-observa Sócrates en la Rep!lblica~-no son inteligentes cc:imonosc:itros, péto tienen Oüµór;;»; 0ü¡ló~, en latín,jitm1~ en
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castellano, esfuerzo, coraje, ímpetu; Sobre esta palabra construye Platón la idea quehoyllamamos·vc;iluntad.,_: , · '"' . , ,., '_'; '' . Le:'.:'. He aquí la.genuina potencia española. Sobre el fondo an_chísií:no de la historia umversa:l fuimos los españoles unademán_de.coraje.,Esta es toda nues.: _· -. tra grándeia; éstaes toda nuestr[!,miseria ..:c" , : '' _ ·,,o..' , . _::Es el esfuerzo aislado y-no regido potla idea-un,bravío poder de impulsión,' un ansia.ciega· que da susrecias embestidas sin dirección y sin descanso. Por sí mismo carece de finalidad: el fin es siempre un producto de la inteligencia, la función calculadora, ordenadora. De aquí que para el hombre esforzado no tenga interés la acción. La acción es un movimiento que se dirige a un fin, y vale lo que el fin valga. Mas, para el esforzado, el valor de los actos no se mide por-su fin,cpor su utilidad; Sino pór su pura dificultad, por la cantidad de coraje que consuman. No le intere.sa al esforzado la acción: sólo
leinteresa.lahazaña.:1; ,,
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,'• r: Peimitidme que en este punto .os traiga un recuerdo privado. Por circunstariciaspersonales yo no podré mirar nunca el paisaje del Escorial sin que vagamente; como la filigrana de un¡¡ tela,. entrevea el.paisaje' de otro pueblo remoto '>"el más opuestoralEscorialque quepaimiaginar. Es una pequeña ciuc dad gótica puesta junto a un.:i;naríso:río oscuro, ceñida de·redondas colinas que cubren por entero profundos bosques de abetos y de pinos,- de claras hayas y bojes espléndidos; .u . · ,: __. '' ' ;' . _ , , En esta ciudad·he'pasado yo el equinoccio de mi juventud; a ella debo.la mitad, parlo menos, de mis esperanzas y¡ casi toda mi disciplina. Ese pueblo tsMarburgo, de la ribera delLahn.- ,,,-, ·-Pero iba haciendo-memoria. Recordaba que hace unos cuatro años pasé un.estío e!l!ese pueblo1gótico júnto alLahn .. Estaba entonces Hermann CoheiJ.; uno de los. más grandes filósc;ifoscque hciy:viven, escribiendo.su Estética.' Como. todps los grandes creadores; es.Caben de _temple modesto; y se entretenía discutiendo conmigo sobrelas!cosas dela.belleza y'delarte •. EI pro" blema de quéseáel género «novela» dio sobre todosomotivoauna ideaI-contiendaoe11trenosotró's: iY0Jle hablé de.G:en'antes.Xi Cohen entonces suspendió su obra para volver,aleer:el.Qúy~te.:Np;olvidaré aquellas noches en'qtie sobre los boscajes el alto cielo negro se llenaba de estrellas rubias e.inquieta:s,,temc blorosas como infantiles entrañuelas. Me dirigía a casa del maestro, y le hallábá inclinado sobre nuestro libro, vertido al alemán por el romántico Tieck. Y casi siempre, al alzar el rostro noble, me saludaba el venerado filósofo con estas palabras: «¡Pero, hombre[, este Sancho emplea siempre la misma palabra de que hace Fichte el fundamento para su filosofía». En efecto: Sancho usa mucho, y al usarla se le llena la boca, esta palabra: «hazaña», que Tieck tradujo Tatha11dlu11g, acto de voluntad, de decisión.
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Alerriania había sido; centuria tras Centuria; eLpueblo intelectual'delos poetas y los pensadores. En Kant se afirman ya junto al•pensamiento los de" rechós defa voluntad'-"'jünto a falógicl\,la.etica:Mas enFichte:la balariia se vence del lado'deLquerei;:y ante5 de la lógica pone.Ja hazaña.'Ante5 de la re" flexión, un acto dé coraje, una Tathandlimg: éste:es•el principio desu•füÓso" fía: ¡Véd'cómolas naciones semódifican! ¿No es,ciértoqueAiemania aprendió bienes ta enseñanza de Fithte,'que Cóhenveía'preformada én Sancho? i;•, ·,··.; ,·;.'
LAMELANCOLÍA; ,,
· Mas ¡'adónde pu!!de llevar,ei:esli.ierzo;purá?·Anfugunapa~te;Il1éjor di!. cho,sóloauria:alall1dancolía..•"ii ' ''''f'''''"'"' ,.,¡, .,,,' · ,,,,, Cervantes compuso en su Quijote la crítica del esfuerzopuró ..DonQuii jote es; como Don Juan; un héroe poco inteligente; poseddeas,sencilla5; tr.anquilas,retórica5! que'casinb sonidea5; quemás biensori párrafos: Sólo había eilSU espíritu algiín qué Otro montón deipensamientOS rodados como los CaTI" tos marinos.: PeroDon.Q1lij ófü fue urie5forzado:'de!: humcni.'ltico 'aluvión en que C:onviertesuvida sacamos su energía· limpia de todapurla;'.«l'oiliárilás encantadores quitarme laventura;perd elesfut'.rzq yel ánimo:será:imposi" ble».Fue un hombre de corazón: ésta era su única. realidad; y en torno a ella suscitó 1ln mundo de faritasll1as inhábile.5:: Todo a!:rededdr se le convierte en pretexto para quela voluntad se·ejercite,rel goraiónse.e11ardezda
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EL ESPECTADOR VII (1929)
HEGELYAM,ÉRICA
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~istorí~ U~iversal,deHegelnp
Era vergonzoso que la Filosofía de la estuviese traducida.mal francés nialcastellancl.Sólo háy dos.versiones italianas; ambas infieles y anticuadas. Esto yla contingencia de que recientemente se haya reconstruido en Alemania un imevo texto de la'obramucho.más cbm~ pleto que elconocido, meha•llevado a procuraruna•ediciónespañola que ahorá ·va a darse al público. Con e5te mo.tivo'he ;vuelto' a recorrer cuidádó~ samente las formidables.páginas de este libro i1Ilpenal.rlmperial, sí. Hegel era un emperador deLpénsállliento'-0-irase estúpüia·si usted; lector¡~e em~ peña en entenderla cómo suelen entender hoy alas escritores los lectores de habla españolá; es.decir,no entendiéndolós;supoiriéndose desde luego e inc defectiblemente más listos qveel escritor.queleélli (En.algunos países de Sudamérica esta enfermedad delos lectores puede llegar a constituir una calalllidat;lnacional); · '>• · Hegel es un casb curioso de arcbicintelectual; .que• tiene; no obstante; psie cología de hombre de Estado.Autoritario, imponeríte; duró y constructor. Su alma no se parece nada ni ala de Platón, ni a la de Descartes; nia la de.Spb noia, ni ala de Kant.La éasta de su carácter le sitúa mas.bién•enla línea de Céc sar, Diocleciano, Gengis-Khan y Barbarroja.; Yno es.quefoeseuno .de estos personajes aparte de ser un pensador', sirio que lo fue precisamente como pensador. Su filosofía es·imperial; cesárea, gengiskhanesca. Y así oc1,1rpóque, a la postre, dominó poltticameiite el •Estadb,prusiano, dictatorialmente, desde sú cátedra·universitaria; Ya digo que es un cáso.únicó.en la historia de la filosofía. Lo habitual ha sido que cuando un filósofo pretende ser político le pase lo que a Platón, Salió ingenuamente a reformar el Estado de Dionisia, y pocos meses después.tuvi(!ron que comprarlo en un mercado de esclavos, a fin de rescatar su divina persona, ca!da en tan extrema desverítúra~
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Hegel·es un emperador del'p~h!\a~ent6 enunsentido radicalmente distinto y mucho más sustancioso de lo que ha imaginado al pronto el listísimo lector. En ninguna de sus obras trasparece tanto ese carácter-organizador de grandes masas y duro para la carne de cañón- como en esta Filosofía de la Histo1ia Universal. Sobre ella hablo largamente en el prólogo a la versión española'; pero ahora quisiera espumar un tema particular: cómo ve este gran filósofo de la historia la América emergente. Hegel ha sido uno de los últimos filósofos para quienes el universo es algo real. Después de él vino el diluvio del fenomenalismo en todas las formas, formatos y variantes posibles. Como ahora sentimos-y no sólo sentimos-la urgencia de redescubrir la realidad tras de los meros fenómenos, más allá de todo relativismo, el contacto con Hegel, ya que no nos conquista, nos _corrobora. La realidad universalque descubre fue llamada por él Espíritu. Este no es otra cosa que aquello que se conoce a sí mismo. Y como el que se cor):9,ce.a símism,óhd es más ·qúe;eso;ho'.se puede.diféteri.ciar de otro•que posea lamisí:na. condiciómELsabérs'e.delunóes-idéntico alsabeí:sédel6tró;portaÍli' to;.nohaymás.qm;.ull.Espírit\l;•úna.única realidad absoluta; Todólo demásies realsóloccoino•miembro·y elemento•de ese Espíritu¡ que;, consistiendo en un conocerse" consiste en una actividad;:en.immovimiehtoy.esencial agili7 dad que le lleva de1igri.orarséhasta el saberse:Na-,pll'és,'pasando deideaén ideaihasta' arriqar alaade¡i completa de-sí,;hastaYolverehsf,• com'.o.urujerio falte que vuelve alpuño;.Silelpuñofueseunjerifalte: Este:V:uelbde idea en.idea n'o es•caprichosO'¡ constituybu-µ idne'rarioforzóso; rígido : ' e5•un.procesoló7 giéo.c La I.ogica deHegéldesarrolla•estérproceso ideal,• que;· de etapa en·etaL pa, aclara ante sí'mismo,• desYelayrevelaalEspíritu: El concepto con que eni~ pezamos seperfeccio11.a 'en 'otro; éste, a suvez;•enotro,yasí; sucesiv.amente, en cadena de diamante, en disciplina dialéctica, que nos apriSiona, ·para al cabo dotarnos•dela:suma·libertad:;Co:tho el Espíritu no'consiste en otra.cosa que eri conocerse, y lo logra idealme¡1te en ese proceso lógico;quiere-dedrse que él es .esteproceso mismoAue! es,• por tanto; evolución. conceptual;· concepto que séva:transfor'mando 'yenriqueciendoi•como el árbol evoluciona, poiíntimo despliegue, desde'sersimiente ha?ta•sebáfbob.c;;J:.; ... ,J;.:-.r;:,;·, ·''"•''' .. ,• ·•·iCi . •r.cc 1;e¡ Resulta¡ pues; que;paraHegella últiina•reaJidaddel universo es po; sí evo1ucióri y progresbi conseéúen,tementeyque' fo cósmico: ·es; desdé luego; histórico. Sólo que•la•exj:íresión•prqpiíFde'áquella •evolúciqn absoluta es hi cadena de laLógica\ la cual és•únahistoria sin:tieriipo: La historiá efectlva: es _{,
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Ja proyección en el.tiempo.de esa pura serie de ideas, de ese proceso lógico. Cada uho de sus_es,tadios adquiere al fijarse, al acaecer ~n un instante del tiempo,.cierta eXiStencia aparte;Y~a serietemporal·de estos acoiltecimienc tas evolutivos'del Espíritu esJahistoria universal; Cada estadio lógico es.vivido, representado, ejecutado por algún gran pueblo-·-.Egipto, Persia,.Greciia;.Roma,. etc;'""', que- de este- modo, como moment9mecesario en el aútoconodmiehto del Espítitu,univers!Ü;-adquiere ún sentido¡ .un valor absoluto. .., '·"'" ,-, ;; - .. ,., . ., , , _ :J fü1y en la fiÍosofía histórica: d~J.Iegel la;ambiciónde justificar cada époc ca, cada etapa humana, evitando la iridisereción del.vulgar progresismo que considera todo lo pasado co¡no. esencia~barl:Jarie .. Asfpensaban el siglo XVII y;ei XVIII, para quienes razón¡ ehistoria son antitétic!15~por.ser la historia, es decir,Io que ha pasado antesdel-adYenimientode la «raison» ,tina pura irracionalidaq;Hegel.quiei;e demostrar,porelcqntrario, quelo•histórico:es emanación de larazóll;:qúeelpretérito:tiene buensentido o,,dicho de otro modo, que la historia universal no es una.r,etahíla-deinepcias1:sino que en su gigantesca seduencfaha pasado algo serio, algo que tiene.realidad; estructura, r~ón;-Ypáraesto~tenta mostranquetodaslas épocas han te!lidorazón, pre~ cisamehte porquefüeron diferentes y aun-contradictorias1 •' . . ·- · · .Pero estaorderiación de.las edades y.eje los pueblos como estadios del Ese píritu·erusu largaJaenacesenciálid,e,conócetse1astmismp, no puedeverificarse sino cuando, al 'cabo; Iogr¡i elE!ipíritu terminar ese descubrimiento de sí propio:• Es!o' ·• -_ cl¡iro'está~-nq:acon}eció:ha:stanuestros días;1que son, que fueron; lOs de Hegel.iSólo desde•tjipresente;yen función de lo que es para nosotros nuestra vida/cabe, segúh H,egel, justificar las edades pretéritas¡ sólo desde el espiritwde.nuestro pueblo cabe dignificara los espíritus de los pueblos antiguosJ i. Córqo·? Mostrando' que sin ellos nuestro presente no existiría, que fuerornlos-escaiones para que nosOtros pudiéramos-llegar a esta.deleitable suma-altura' eh qi,ie.estamos y.que•somos; (El optimismo sin reticencia que esta actitud,deiHegel revela es unbueh punto de contraste para definir el tam• bio de sensibilidad que eh los:últimosia.ñ.os• ha experiinentado el alma «moderna»¡ sobre• todb [a;européa1 ELiúnbdej'ilo »•no .se cree-ya tanirigenuamente lm edad definitiva}.1 ED. :laifilosofía •hegelfana:.de! la historia, todas las calificaciones y valoraciones del pretérito están calculadas en vista delpresente,como término de la evolución. Lo histórico es sólo el pasado. Nosotros somos su lucido resultado; .«ELEspíritu del mu11do actual es el.concepc to.que el Espíritu ha llegado a tener de.símismo; él.es quien posee y rige.el mundo y1es el resultado .de los e5fuerzos;de seis mil años», Ami mi; abruma la cantidad de gratitud que esta idea me impone para esos seis mil años y esos miles de millones de hombres que se han fatigado en-producirme. Pero .ésta
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es Ja dimensión de ingenuidad que reside en elhegelisrno ~e:ingenuidad y de crueldad imperiaLEs im pensárrñento defara6nquemira elhorrlliguero de trabajadores afanados en construir su pirámide:.' Aél debe el sistema d~Hb gel su car:;ícter. desistema:cérrado,isin evoludónmás allá dbst misrii:á,.sin.rria: ñaria. Elprésenté;.]Jara Hegel;;no es un tiemp\i'cualquiera¡ es. éste:ys(ilo éSt~ Ypor eso nuestro•presente,no cambiará en nada esencial, perduraráidéritic~¡ sin pr.eterirjamás: ~El estado.dee5píritwdeu~ifrajarió cuando edifica
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· .· · .·, ·.· ¡Fuera;pues;rlos ppeblos salvaj eshifras ellos comienza Ja historia pro" piamentetal;ia ésta siguereLpresente; é¡ue es Japfena Y' estable> cultura{ que yanci es historia. 'l <:;ómd sdas árreglarán:los que'vienéri detrás? ·-pregu1,1ta" mos.' Hegel se'inquietaurimo~ento•.cuarido la· reálidad le plantea· esfa1pr~; gunta =que es elaldabomp:o del futuro:11'1esta pregunta se la hacbAméricaí ·, b ', • , · Veamos' cómo se comporta HegeLi "u : ·.;: :: w
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';AmériCJl coldcafel:pehsaniiento hi.Stóíico de Hege]en una sittiációrr drámática/ mejor aún/páradójica! Cuando una idea sufre dé sí misma y lleva en su:intericirdoloiido un dramalógico;'adáptái]a máscara•escénica de Ja1paradoja; En: este caso éidci paradójico que HegeVnb puede ins'talar a·Américir~porser'un: poryenir-',] en· elcuerpo de swHiStotia. universal: Ya héc mos'Visfo que para,Hegel;JO histórico es;' en'urrsentidó;mriyesencfal; Jo pasado:Terrnina en el presen.te, cmya'cpnstitución·ésya de caráctep definiti'.' vo, faml!table;·yno puede:¡?asar; ·Prisioriero1de su propiirperfección; hiera" tizado en ella','se•conderia el presente a;unaperdurabilidad que a mí me Pª" recería desesperante. La:etapa ai:tual de la· historia sería;podin;laméta lograda, ellugar apeteddo¡ 1eirbusca dél cual todo el pretérito •se afanó; se movió y, por lo mismo, pasó. Si yo estuviera convencido de esta idéabege;, liáha y me sintiese adscrito a' este 'etení.fr,]Jresente; •se medna.con nostalgia el alma hacia' eLpasadoi que era.un éamlno y un andar '-'.Lnb ¡,como eL]Jresen~ te, un haber llegado!yreposat {forno Cervantes decía\ és preferible elcamil nóca.Japcisada:• .. ,,.;o·;:.' . Pero:JaparadojafJ¡lo r11gi1:a,en qúeHegel elimine a Améiica ...i...repifo,;á un fut:Uro; : : del:cuerpc;>, propiamentehistóp'co;•sirio que! no pudiendo, colocare la mem~lptésenteni errélpasado:propiamente tal; tiene que alojarla: .. ¿Dón~ dediránrustedes?;Ptiés·erilaprehistoria·'r'?'' 'J·r· ... ;;·:' •. : .•. , .· · '. 'Lap~ehistoriagoza en: el pensarirle~tdbe~ellaií~· deu~ ;~l~rs~stanti~m No es, simplemente, la J;Uadrugada oscura de la'historia, su priinet eapítulo tenebroso o ]lVido. Esfrancamente no"historia; ante"historia; La historia, he" mos vistó;mo.comieriza.mientr.asnó.entra·en:escenael¡hombreespiJ;Ítual; por tanto, el Espíritu, consciente destmismo; c:oii:una•conciencia muy tosca de sí;·pero:atetlto :¡¡aa'Sí.Elsíntorna·dé estoípal:a:Hegcl; e51áexisténcia de Un Estado e' No sorprende!esteprivilegio doncediddpo+ Hegeláfo pcílíti.co:·Gonci~ cerse asflnismo' el Espfritu·es caeD en1á cuenta de que es UHre, de que existe una.realidádinsñinisa a;man'datbs ajenos;idueñay señora de símism'a, autónoma; Libte es eJ.quése;determina'a!sf miSmo,; el que se da a sí-propio leyes; Ahora bien: Ia:existencia en# uríiver.56 dealgoquemei:ézé:a el nombre'dé ES" tado es la existencia:de·álgo':quefda.Jéyes!f qµe iii:>Jas recibe;; por tanto;' que s'e da a sí mismo sus leyes. En la naturaleza no existe nada parecido: cada cosa en ella está sometidá a otra externa a ella; es por esencia esclava. La aparición del Estado es la iniciación deuharealidadnueva;
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sobrenatural, cuya vida y evolución no consiste en más que en un «progrec so de la conciencia de libertad». En la naturaleza propiamente no pas~ nada, por la sencilla razón de que siempre pasa lo mismo. El cordero que nace mañana_i;s lo mismo que el cor, dero:nacido hoy;· o ayer;o,haé:emil año:S:La vida delái;bol desde que fue si- __, miente' hasta q11e él da simiente es umciclo sieIµpre idéntico. b1 vida natut, ' ralterrriina siempre en.un individtioigual·al que fúe¡,el padre.en el hijo, que e5 otro ejemplar igualaéL:EmJa,nat:llraleza,:[avariación·es·.pura tepeticii'in; Por e5o L,-Oice Hegel-,-,-la: naturáleza,es,aburrida. «No pasa nada nuevo bajo el Solnatural»};Sólo hay evolución cuandoiel Espíritil comienza: Entonces ya no hay.más que e". o lución¡ y empiezan a pasar cosas.siempre nuevas; En-eltiempo.éspiritual d,da-historiano hay dos_díasigÚales:El-ayer es.utr auténtico ayer; :un definitivo pasado•qÚeno serepetirájamás:Basta queha}'a sido-paraqueelmañanase diferenciede.él.yl() supere,selibere. deél..La.his~ toria es eHibertarse;de la-repetición y.del aburrimiento; La, historia es ló
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Encambio,la:prehistoria nos habla del hombrenatilral Oos alemanes [[al man al salvaje o primitivoNatunnensch),•delhombre que' aún no sospecha5u latente p9tenaia espiritual y pervive sonámbulo eomo ehú:tiiruil o la plantao: Antes que Hegel había sugerido Schelling la idea de una eséncial Prehis~ toria_. En la Introducción a lafilosoftri de laMitologia;q11e•recoge ideas·suyas más antigtias, dice: «El simple: concepto de un tiemporigorosarriehte prehis~ tórico exéluyetodo antes y después que erré! se qúiera Pensar' P()ique si•eri él pudiese pasar algo, no sería rigorosameriteprehistórlcócsihoque'perte" necerfaya al tiempo histórié:o,;, ·El-prehistórico'es1 por-su misrrnl'naturaleza, indivisible; idéntico»; no admite diferencia de tiempos interiorésnEn·suma: un tiempo;es.prehistórico no;porque ignoremos-lo que en él pasó; sino¡;al revés, pcirque en.él no pasó:nuncanada;sino.que pasó sierilprelomiSnio;y el pasad0 , erivezde,pasar,serepitió pertinazmente;;, ._ . __., __ .. . · -- ' i ' Hay porciones de;la Hi:1manidad que hasta nuestros. días perduramen esa situación prehistórica:Los pueblos salvajes h(J· tiehenhistoria, como nb la-iie+ nenias abejas o lbs termite5• Al estudio;de estos-sere5·sehallamadoHistoria Natural, concepto absurdo. Laúhica ~toriaNaturaLes la:Prehistbria; enfa qui: éstudialjlos a únser-qtiepuedeserhistóricocúando aún es sólb natural; Ptisionero,aún'_de laNaturaleza.;vivé _el hombre ignaro de sí mismo, enajena:~ do y fuera de su;própio-ser. Vive,;pues; iúctibai;idoun fu tura ser,_ Esto es;. en .. ,,_¡ ··;·:·.·.
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general, para Hegella Naturaleza: aquella realidad qúe,precede y prepara al . Espíritu. En'ella, mezclado ccirr los animales y con el paisaje, fermenta lo .-humano. Allí debemos buscarlo; por ranto, la Prehistoria es Geografía. En el -capítulo geográfico de sus Lecciones sobre lafilosofta de li1HistoriaU11iversal -es dondep~radóji~ámente.hallamos iDstalada a América. Después de todo, no es sorprendente. Si decimos de ella que es un futuro, dei:imos queaúnno•es lo que va a ser y puede ser, Ahora biem esto es precisamente la Naturaleza, Como para Hegel sólo es verdaderamente el Espíritu; la reali_dadde la Naturaleza-consiste en algo que.va a ser•ESpíritu, pero que aún no lo es: Así se exc plica que hallemos alojado el futuro en el absoluto pretérito que es la Prehis~ tória riatural,Ja.Geografía. , Y,, en efecto, Hegel ve en todo lo americano elcarácter'de inmadurez. Empezandppor !atierra misma. Para él, América es el nuevo m11ndo;induye, pues, la Oceanía; «El nu!!vomundo.no es sólo relativamente.nuevo, sino en absoluto, incluso. en su cónstituciónl;IBica y política»; «No quiero negar al nuevo mundo el honor de haber salido de las agrias al-tiempo de la creación¡ como suele decirse.Sin einbargo,•el mar. de las Islas, que se extiende entre América del Sur y Asia, revela cierta inmaturidadpor lo que toca también a su origen. La mayor part~ de las islas se asientan sóbre corales y e5tán hechas de modo que más bien: parecen.cubrimiento de rocas surgidas recientemente de las profundidades marina:S, y ostentan el carácter. de algo nacido. hace poco
tiempo».·
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Junto a.la inmadurez, o céimci expresión de ella,. encuentra Hegel la insuficiencia, la debilidad; «Las tierras del Atlántico que teilla:riuna cultura.cuando fueron-descubiertas por-los europeos,, la. perdieron al.entrar.en contacto con éstos.'La conquista del país señaló la ruina de su cultura, de la cual cor~ servamos noticias, Se reducen éstas a hacemos saber que se trataba de una cu!• tura natural; que había.de perecer tan prontd c9mo el Espíritu•se acercara a ella. ,América se ha revelado.sienipre y sigue•"revelábdose impotente; en lo físico como en lo espiritual: Los indígenas, desde el desembarco de los éuro" . peo~, han ido pereciendo al soplo dela actividad europea; EnJos artiinales mismos sé adviert!! igualinferi_oridad que en los hombres:•La fauna,tierie leones, tigres, cocodrilos, etc.; pero estas fieras, aunque poseen parecido notable.con las formas!delviejo mundo; son, sib•embargo; errtodos léís,sentidos más pee queñas;más débiles, más impotentes; 'Aseguran quelos.animales comestibles no son en el nuevo mundo _tan nutritivos como los delviejo.,Hay en América grandesrebañbs de vacúno; pero la carne de vaca euíopeá es c9nsiderada allí como un,bocado exquisitó>h .. ,· · · ,, : J , Durante los setenta años qúe,aproxiniadamente no 'se.ha leído_ a Hegel¡ se le acusó de opinar sobre las cosas-históricas y naturales-,- con soberana
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arbitrariedád, Y no se insinmiba.al decir, esto que procedfese mediante puras. deducciones y abstracto.geometrisino dei ideas.~uso naturaten quiehrríCÍ pretendíachacer otra cosa'+';, sino que hablaba ligeramente; •sin' previa in,¡.: inersión eriel estudio miimcfoso de '1os hechos. Mas cuando.se vuelvaaJeer aHegel:se advertirá con sorpresa;cJ.uelá verdad es todoJo tóntrai;ioc Mara~. villa la enorrµidad de saber detallado . que en e5tehombí:e se acumuló: Sobre todffen e5ta;Filosoftadda Historia demuestra haber 'absorbido .todala,inf formacióriaseqriibledesuépcica, Y:vemos quelasmayoresfallas.de~u:obfa no se origman'en swméto,do especulativo; sino enla limitaciónquetodcisa~' bérieriipúicopadeté,J ••:: · · ' ., "" • · ,,. ·¡¡:•• Pero como no se trata de extender a Hegel un ceí:tificadoescolar de silfi;: cieíiciá;·sino[por:elcohtrárid; •déasoi:narse cónmovidamente.a su enorine·esc······ púitupara sorprender Ia refracciiórrrriomentánea del Universo en· aqúelme: · dio ejemplar; estas limitaciones nos causimplacerporque dán•autenticidacj. histórica y vi tal al espectáculo. Las gi¡\whene5 de las viejas fotografías sorr;fa · la par, su encanto mayor. Ellas, yno 'los' elementos correctos y:como actuales¡ nos· arrancan del presente ynos trasladan cqn.~olupfuosa magia·históricala · aquella hora pasada; Así, ahpi:a has parece ver a Hegel; bajo su griiri garró.mas~· covita, leyendo en su despaého:unarelaciórrde viajes porAméricadonc'!ese hace notar que alliíse prefiere eUbeefsteakeiiropeo al indígena; : •búfr1 •·. • ·¡ Niñá,,ieé:iente, coralina }'•tierna;Ia tierra delriuevo rimhdo; débiles Sti's . fieras y sus hombres y sus culturas autóctonas: No se puede desconocer.la suti!eza;coh que todo ·esib está•vistoen·l82.0:· Porque'es el caso que•¡joste"' riormente no ha· hecho sino ai:eniuaisé antelainves'tigábióncíentific'a 'ese· carácter extraño de la fauna y deiindígena americanos. ¿Cómo destaGa Hé", gel; desde !riego, siri titubeo y tan certeramente,. esiipeculiar debilidady:ap·o títudavolatilizarse o desvanecerse delos indios americanos? Una y otravezi insiste en la· facilidad, en' la •prisa con que,· al llegarlos fuertes ei:uopeos;• es"' tásiazas deAmériéa y.del'ihar del S.ur han,huido,fda.nada; 'se hari:Tefugiado err elnoLser:>«Las ·debilidades· del carátter arriericari6 ;han sido •causa·de: que: se hayan llevadoarAméricá negros pára los•ttabaj os·rudos;' tos riegr6~ son mhchci i:nás'sensiblesiala culiura·eurbpeirqueHos' indfgemisi Algunas · costumbres ha'nadoptado;~induda,1os.iii.dígenas'al contact6'ton·los em:o'-' peas; entrlo tras,; ]af de beber. aguardiente1 que ha 'acarreado· efo bllos consel. cuendas destfuctóras:· En:Arnérica de]iSury en Méjico ,,]Q's!h'abitante5iqu.e · tienen' el senµIriieti.t6 de1airidependenéia,: los ariollos;hannaaidb•defa·mez~' c:la cbw!Os españoles·,ylos portugueses;• Siilo·é~tosrhanpodidó•ehcunibrar.¡ se al superior sentimiento y deseo de la independericiar(Nólese,,dda liber" taq)JSonlósrque dan el:tono!:A!rparecer,' haypocas·tribus1ndígenás que · sfelitall'iiual»;---;~~;!s·r;r.tr-::íi \ ;:-:c:)f·¡r1E'. r:-- ~~';;~-;;_;'¡ :-:1d ·.;,1 :J2
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•Eri cuanto a Ia fauúa, leo estos días un curioso estudio.de cierto biogeógra. fo que eX¡iliéa,ingeniosamentelá procedencia de esas especies exttañíSimas caractensticas de América del Sur y OceaníaiSu debilidad e inmadurei:,' tan aguflamentevistas por Hegel; proceden de que son laS .p,rimigenias, como nadie·~gnora, Lp que.c;:on.Viene expliéar e~.pór qué han radicado•en esas.por~ dones delgloboysonenlas demás obs,oletas .. Otro.día·habláre sbbre esta reciente.explieadóilr Pero e5 indudable,queHegelacepiar'ía éorrio auxiliande su opinión ese atributo de arcaísmo que la ciencia postdanvihiana dedica a esas'especies~.12.a especie más ,viejaies\ccomci especie y mientras pervive, infantil en
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Herriós vista' que las civilizaciones indianas eran para Hegelformas 'de
vídá ántehistóricás y'perteneciarr a la' Prehistoria; a la Geografía, como la.plan~ ta y la fiera: Por>estarrazóri ]e.parece todo el continente un «todavía no» ;iuna madr;ugada• de humanicl,ad. Cuando pasa a considerarlbs nuevos Estados. suro gidos de ill•eriiigración ehropea;•Hegelmantiene este.punto de vista'. No se deja arrastrar por el dato prlrriario de'que esos Estados vivan'de urrmaterial hu+ mano procedente de Europa y, por tanto =-habría de pensarseL; plenamen-' te·actuaL'.:
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- . ·Distingue ante todo' ehtre N ortey Sudamérica. Hegel padecía una 'es 0 pecie depatriqtiSmo protestante y detestaba el católicisrno.,l'or.estarazónde~ díca'a los Estados libres del Norte su mejor benevolenciaydescribe con poca simpatía las naciones católicas del Sur. Sin embargo, la cliferenciardel trato no le llevar has fa 'separar el ·destino'y la signiffcación histórica' de u hoy: o fro lóbuld continen'tal:.iAla postre los califica idén'ticamente. AmtriGa del Sur -dice-'-· ha sido conquistada; predominan en ella el pbder militar; el derif calismo;•latesaurización•ylavanida'd de títulos y honores. América ddNorte¡-en carhbio;ha siao c6loniZada¡ise orienta en el principio de la \ndustria:y dd protestahtisrno; sostiehela libert'ad•deHndividuo;' '· '• • ,e, r' i: i ,, ii
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la proteceión de la propiedad y la casi total ausencia.de impuestos: Cón esto queda indicado el carácter fundamental; c0 risiste en la orientación de los in4 dividuos hacia la ganancia y etprovecho, erí lapreponderáncia del interés particular, que si se aplicá a lo universal es sólo para niayqr provecho deLproc pio goce: No deja de.haber Estados jurídicos y unaleyjurídica formál;:perb esta leg'alidad 'ei; una legalidad sirí justicia. Por eso los comerciantes ameri7 canos tienen lamála fama.de.que erigañan a los demáSbajo laproteccióndel dereé:hb».(182-183):· ' · ·· ;•:i ·· ,,,_ ·En _cuanto a la.política·,:«Norteaméricano:puede considerarse todavía como:un Estado constituidoymaduro»: Esto pareceriíabsurdo a los ameri~ canos que se con5ideran, apenas nacidos, aleaba .de todas-las perfeccimi,e5 constitucionales: Hegelles imputa lo que ellos más estirÍtani su_ carácter fe~ derativo y:republicanó, Para·eLfilósofo:son ambas formás de.pluralidadsin efectiva unidad superior yrepresentan organizaciones políticas inestables. . «Es-dice-un Estado federativo que es la peor forma de Estado en el aspecto de las relaciones exteriores. Sólo la peculiar situación de los Estados · Unidos ha impedido que esta circunstancia haya causado su ruina total>>. Y, sobre todo; dice Hegel; esto que hoy nos produce gran sorpresa: «Es un Estado en formación: no está lo.bastante adelantado para se1:1tir la necesidad dé la realeza»; La idea de que Prusia.llégas'e, andando el tiempo; asacudir,su:mo7 narquía como se sacudeelhombre una pesadilla, nci·debió pasar:ntincapoda mente de Hegel. Tocamos aquí en un punto concr~to la enorme limitación del pensamiento hegeliano: su ceguera.para el futuro;Elporvenir le desazona~ ha porque es lo verdaderámen:te irracional y; _en consecuéncia, fo que estimá más el filósofo cuando antepone el apetito frenético de verdad al afánimpe~ riálista de un sisteµm.Hegel se hace hermético al mañana, se agita des·asosegado cuando roza algún albor, pierde la serenidad y cierradogmáticámente las ventana5 para que con nuevas posibilidades luminosas no,éntreh volando Jas objeciones.,_, .. • .... ... .. .• ········'·'''·" ''''"" Sin embargo, sin· embargo.;. Hegelncí s.e.va:nunca devaclo:.En.sus erro+ res; como. el león en sus mordiscos, se•lleva siempre entre lo:S dientes un buen peclazb,devérdadpalpitante.;~·· · :,:;i~r;n· , ;;¡, .. -~ He aquí cómo expresa ~bn variadas .fórmulas+ la razón de que Aniéo rica no· haya comenzado aún su.plena-vida.de Estado ...«Un.verdadero Es\:ll-i do y un.verdadero Gobierno sólo se.produce cuando.ya:existen diferencias· de cláse, cuando s01;1 grandes la riquezá :yJa:pcíbrezá y cuando. se.da una•situaclón tal que la gran inasa ya no puede satisfacer sus necesidades de la manera a:que estaba acostumbrada. lleroAínérita no está todavía en ,camino dellega,ra se-¡_ mejante tensión, puesle:quedasiempre abierto etrecmrso.de la.colonizaciól} y constanteµiénteácude una muchedumbre de personas 'a las• ganuras·del
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Mississippí. Gracia~ _a este medio ha desaparecido la fuente principal de descontento, y queda garantizada la continuación de la situación actual». y lue~ go: ~
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miSméJ transpuesto y como traducido en Ún medio que apárentementeno sé parece riada a él:. ·ce,·) · •,, · .,., ·: ""'':-e:,, Pues bien: en esa definicióndeAmérica!entrevemos Uilll leyfündamen:¡ tal de fa historia queHe'gelno ha formulado nunca por separado.; Por lo'vis" tó, para•que e1'Espírituserecoja sobresímismoyabandone ese aspecto de na~ turaleza que prüi:teroadoptó, es preciso que los l:¡ombres no encuentren ante sí grandes e5pacios librés; sino qúe; alcoritrarfo;vivari:ápretados. Por tanto; la historia oespiritualización del Hniversb• esfunción de1a densidad de pq+ blación; La humanidad desparramada no segrega'espíritu: esmenesteiqúese haga:especialmentecompacta,'que•se·aprieteúunÓs•é:ontra citroslosindivi~ duos: Sometida a presión;'la·hun:ianidad éomienza a rezumar espiritúálidady laaventurapropiamentehiStóricaseiniciatrSóloantedificultadés en:la'vida «natural», cuya medida hallamos en laholgufadeterritorio, se diSpara clpró,, cesb:culturaL ·'"''''"' ' Ahora bienf tómeseunmateriál humimo que; comó el eufopeo,cse ha ido haciendo en region,es muy pobladas y por ello·haJiegado a1a~.tensíon del Espíritu; trasládesele a un territorioámplísin:io;cdonde elcoeficiente de'.lli brecespáciocpara cada individuo sea como elqúe el europeóigozaba·hacedos n:iil años Ciclos bosques deGermaniai>}; ¿qué aé:ontecerátEaideadeHegel és darayno.deja lugar a dudasrespecto a sú opinión. Surespuestasena.esta::esa pordón'de'etiropeos actua]es,.viviendo en:graodes éspacio~;rétroéederá·eq su evolución espiritual y se parecerá mucho a un.pueblo primitivo:: Cuando' eléspacio sobrase adueña delhombrelanaturál~a: El espácio es una' categoría geográficaynó histórica: ·, •· ," , ,. •';-::.'1 Véase, pues, cómo Hegel persistefrente á los nuevos Estádos án:iericános ensu íilterpretacióridelNuevo MundO como µnniundo esencialmenti;pri:¡ nrltivo. Si hoy revivierayasistiesea lá magnífica escená dela vida «yar¡.qui>i con todas las n:iaravillas de su técnica y orgaoiiaciói:t,! ¿qué diría?; {rectificar: ría su c±itérid?:Es desospeChar.que no, Todo ese aspe,ctodeultramod¡;rnidad americana le parecería simplemente un resultado mecánico de la cultura europea álser transportada aunrn;iedio.máS:fácil; perobajoélveria en el alma ameriéaoaun tipo de espiritualidadprimitiva; un conrlenzi:i dealgo origihal y no-europeo.: En suma, lo que• estimaría de America seríaprecisan:iente:stis dotes denuevaysáludable barbarie1.Deéstas'y.no.desu féénica europea, mera reperr:;usióndelViejoMundo; dependeria; en.su opinión, elriuevo éstádio de la· evolución espiritual que •América está llamada· a repres,eni:ar.'. ¿Cuál: sería éste?:¿ Cuáles susTasgos distintivos?. Hegel apártá:é:on temorsu:yista:de¡tál problema y dice:¡iiPor'consiguiente,•AméJici:!esel pa!S·del pqrvenin E11 tiempos futuros se' rriostrárá su impqrtánéia histórica; acaso eri:la lúcha entre' Am'érica delNortey América del Sur. Es ímpaíS de nostalgia•para todos los que'e5tán'
hastiados del museCl' histÓrlcócde fa'vieja Eurbpai Se asegura que Napoleón dijo: "Cette vieille Europe m!en¡mie~.Arnéi;ica.debe .ªPªItarse del suelo en que, hasta hoy, se ha désarrollado la historia universal. Lo que hasta ahora acontece allí no es máS que el eco del Viejo Mundo y el reflejo de ajena vida. Mas como país del porv.enir, Amé!ica no nos interesa; pues el filósofo no hace profedas. En el aspecto de la historia tenemos que habérnoslas con lo que ha sido y con lo que es. En la filosofía, empero, con aquello que no sólo ha sido yno sólo será, sino que es, y es eterno: la razón. Y ello basta». Marzo, 1928
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ne no llega nuncápo~ sí mismo -y aunque la tajemo!rc- a hacerse externo: es radical;• ábsolutamente interno. Es, por esencia; rntimidad.A estainti~ midad llamamos vida, A diferencia.detodas las demás realidades del Uni~ ,verso, la vida 'es:.constitutiva e irremediablemente una realidad oculta; mes~ ¡:iácial, un arcano',mn.secreto. Pór eso1sóló la carne, yno eb:nine~al,: tiene un vetdaderÍ:H
SOBRE LA EXPRESIÓN;· FENÓMENO CÓSMICO ',,. ' '-:' :! ; '-·
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I VARIAOONES SOBRE 1A CARNE
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Cuando vemos el cuerpo un hombre, ¿vemos un o vemos un hombre? Porque el hombre no es sólo un cuerpo, sino, tras un cuerpo, un alma, espíritu, conciencia, psique, yo, persona, como se prefiera llamar a toda esa porción del hombre que no es espacial, que es idea, sentimiento, volición, memoria, imagen, sensación, instinto. Dicho de otra manera: el cuerpo humano ¿es, por su aspecto, cuerpo en el mismo sentido en que ló es un mineral? No setráta ahora de si la Química puede o no reducir a los mismos elementos un organismo humano y un mineral, sino de si el aspecto del uno se puede reducir a los mismos componentes que' el aspecto del otro. · Pronto advertimos que si la forma humana pertenece, como el mine" r~l, al género «cuerpo», y como él, ocupa espacio, tiene figura y color, es visible en suma, se diferéncia de él como una especie de otra. Hay; en ~fec~ to, dos especies de cuerpó: el mineral y la carne. Podrán, en última instancia a~alitica, s~r lo mismo; pero como fenómenos; como aspectos, son esen-' cialmente diversos. Note cada cual su diferente actitud ante algo que es piedra o gas y algo que presentá esa característica facies de la carne. Mas ¿en qué consiste su diferencia? Ni por su color ni por su figura se diferencian esencialmente: lo visible en ellos es, en principio, igual. La diferente acti~ tud nuestra ante la carne y ante el mineral estriba en que,' al ver carn~, prevemos algo más que lo que vemos; la carne se nos presenta, desde luego, como exteriorización de algo esencialmente rnterno. El mineral es todó éX" t:~o~da~; su dentro, es un dentro relativo: lo rompemos y lo que era porl c10n mtenor se hace externa, patente, superficial. Mas lo interno de la carl 680
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Nótesétodoio que.hay.de exqañó.en.ese fenóµieno,Io:~uehay.deex, travagante y aun conmovedor:en el 'óficio de expresar que algunasrealida' des tomansbbre:si! Para que: haya expresión es menester que.existan dbs co; sas: una, patente, que vemos; otra, Latente, que no vemos démaneraini:nediata\ sino que nos aparece en aquélla. Ambas forman una peculiar unidad,.viven en esencial asociación y como desposadas, de suerte que, donde la una se presenta, trasparece la otra. Lo que en ello hay de corunovedor no es sólo ese.fiel apareamiento y métafísiea• amistad en que las h¡¡llamos siempre~ sino quémha de ellas se supedita conejempiar humildad:y'solicttuda la otrai·4 palabra que: óimos no ·es ,más' que.un1ruido; ·una:sacudida:materialdel·airel Sinfembargo;mci .pretende absórbermie5tra¡atención sobre. esta Hu'e ella es\ sobre ellamisma;como sonido; sino¡cal'contrario;·:nosinvita ¡¡ que reparemos en ella tan sólo lo'preciSo para que la entendamos. Mas lo que se entiende de !apalabra no es su sonido, que sólo se oye¡ lo que se entien(l.e es el sentido o significac!iórnque ella expresa,que.ellafépresenta.Nos induce; pues, lapalabra htli:nil'demente:a que:la desdeñemos a ella y•penetreÍnos ló'arites posible ehJaidea:que ella·significac Diríase que es felit•desapareciendo,i anulándose•/delant<;'.1de smsigriificacióny que cumple su destino 'dejándose suplan¡aqJoIJ ]aiid.ea: Siempre;··en la expresión;: la cosa expresiva:se sacrifica espontáneamente a laccc:isaexpresada;la deja pasar al través desímisma,: de suette·que,parmella '«sern consistelmás bien' en que otra cosa seaVN icabe málrnjemplar altruiSmo, y'hos hace pen5ar;enla madre, para la'cualvivir,no es vivir ella; sino 'que viva· swhijo:,Así son las•palabras místicas ámpollue" las que viven revblap.do de;labios·en oídos; y en ehiire intermedio se'quie~ brari; deqamando'susesencias interiores e :lmpreghandola atmósfera 'éon•la materia trascendente de las ideas. Algo del miSmo género acontece con el aspecto humano. Es una falsa descripción de los fenómenos;'del hecho'ségún: él se ofrece; deéir'qiie pri-
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mero vemos del hombre sólo. un cuerpo parejo almineral,yque luégo, en virtud de ciertas reflexiones, insuflamos enélmágicamenteimahna!. Laver7 dad es lo contrario: nos cuesta un gran esfuerzo: de abstracción ver delhorfü bre sólo su cuerpo mineralizado .. La carne nos presenta de golpe, y a la· vez; un é:uerpoy.un alma, en indisoluble unidad-' Y esta unidad-·que es indi;ferente y previa a las teorías espiritualistas y materialistas-,- no cbrisiste en que:veamos simplerp.ente juntos, y ébmb uno al ladb del otro, el cuerpo y el alma, sino que ambos'se articulanformando tina peculiar estruétura, La cai, ne.présenta 'su ferina y color,no para que los veamos¡sino·para que f«al fra+ vés» de ellos, como al través de un cristal, vislumbremos el alma. Vida orgánica es siempre intimidad, realidad oculta, como lo es el alma o el espíritu. Por serlo, no pueden hacerse presentes si no es mediante el cuerpo: en él se proyectan; en él se imprimen, en él dejan su impronta y 5uhuella:Del mismo;modo :venias en los desgarrone5 dé.Ja nube.barroca las líneas de.em" bes tida del viento invisible o lo buscamos en eL ondear dé la·band~ray ~i teni7 blordecla1velamarina1.,.,, ··.,,,, •1; '112
cuerpo. No hay tal: m,1estro cuerpo desnuda nuestra alma, la anuncia y la va gritando por el mundo. Nuestra carne es un medio transparente donde da sus refracéiones la intimidad qúe la habita. ·. ··;. · ,Nrnven10!rnunca el cuerpo delhombre como simple cuerpo, sino siemc pre como caí;né; es ~ecir: como una forma espacial cargada, cuasi eléctricamente, de alusiones a.unaintimidad.
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· •·• Toda intimidad, pero; sobre todo, la intimidad humana•• :y¡_da; al.ni.a, es~ pírltu-.-, es inespaciaL De aquí que le~eaforzoso, para,manifestarse, cabalg¡\r la materia; trasponérse•o traducirseemfiguras de espacio; Todo fenómeno eKT presiVo implica,·púes, una.trasposidón;es decir: úna•metáfora esericiaL·El gesto, la forma de nuestro·cuérpo; es lapantbmilÍla denuestra alma; El horn• bre externo es el actor que representa al hombre interior.· Ciertamente qtie en nuestra figura y'gestos.no se deja ver toda.nuestra intimidad; pero ¿esCJ.ue.a!L guien ha visto .todo.un cuerpo? ¿Quién ha visto, por éjemplo,,entefa una naranja? De cualquier sitio que la miremos encontraremos sólo dé.ella la cará C[U!!:claª nosotro~;su'otrqpaz: que@siempre fue,ra de riuestra visióri.
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lNUTIUTARISMO
· Este poder expresivo de la carne es.un amplio titúlo;·bajo et cual se;aga~ zapan innumerables cuestiones antropológicas~ La más obvia détodas se presenta eri el gesto ·emocional. ·.,.:. . . . :·<;; : ·" r:·: . . .,.,.,., : :';if•::c: · •. · ,:, El organismo posee un triple repertorib 'de:movimientos externos: elmoc vimiento reflejo, elvoluntarib y el emotivo. Los dos primeros sonútiles; elter": cero; que es involuntario;parece,: al mismo tiempo, inútil: Deiquí que· haya constituido ungranproblema para•la teoría deDarwin y, en general\ para toda la biología utilista. Que los ojos secieriencuandoseacerca aiellosrápidamente un'objeto, queTamano avimce'cuando·es menester apresar algo, sonJenó". menos que el principio deutilidadpuede explicar. Pero que el hombre, ·preso' de tmá pena, contraiga su fazyllore;: o, en una hora jocunda, dilate:Ias mejil llas, dé conveXidad al sutco naso labial, y.elevelas comisuras dela boca; en suma: quería; es cosa cuya utilidad no se comprende bien.· Se dirá· que al in~ dividuo eS útil que los demás conozcan su estado íntimo',: de.peJ:ia o·alegña¡ a fin de terierlo en cuenta: Pero esta es una utilidad secundarla,: derivada; vaga\ que, en todo caso, supone ya la existencia del fenómeno gesticular.y ~;u cónilprensión por los demás. Se trataría, pues, de lo que finamente llamaba Aristóteles una «utilidad sobrevenida». El utilismo biológico ha dejado siempre flotar vagarosamente su principio; Así Darwin: «La estructura» -y claro está que podemos añadir los procesos todos- «de una criatura viviente es directa o indirectamente útil a su poseedor, o lo ha sido en otro tiempo». Al am-. paro dd «indirectamente» puede entrar todo, y, consecuentemente, no ex-' plicarse nada. Pero, además, entre el ahora y el antes hay contradicción. La utilidad actual hace comprensible, racional, que un organismo esté constituido de una cierta manera. Esto implica que lo inútil no es comprensible: es un puro problema y enigma. Ahora bien: lo que antes fue útil es ahora su" perfluo; no debía, pues, formar parte del organismo. Por cualquierlado que puncemos el darwinismo~octrina incompatible con la experimentación-·-, nos lanzará al rostro su interior líquido escolástico. Lo mismo Spencer: «Vida es la progresiva adaptación de relaciones inte-'' riores a relaciones exteriores». Ensu deleitable y esquemática vaguedad, este otro pensamiento escolástico seduce el arrabal de nuestra inteligencia. Es una idea como para un barbero. Pero el botánico Móbius escribía más corn;:reta~: mente en 1906 (Berliner Botanische Gesellschaft, tomo XXIV): «Es sobremanera dificil creer en laposibilidad de una explicación (utilitaria) delas formas tan lindas y heterogéneas de las desmidiáceas y diatomeas, a las cuales podríarfü:ís agregar las peridírteas. Todas son minúsculas plantas acuáticas, y las escasas diferencias de su modo de vivir no están en proporción alguna con la di-
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¡¡: versidad desti:Sfornias.•Poresta.razón; la existenciadeili70Q especies de dese midiáceas¡dotadas deformll5 tan diferentes! y60Q e5peciesdediatomeas,·trie bast¡¡parallégaria'!a: convid:ión de que emla•génesisddas•espedes¡tíó ha representado el priné:ipio de utilidad "'-'-y p.odemos aiiadir el de adaptación a relaciones eXtenores'+ elpapeldéc:istvo qtleia teolia deDarwinle atribuye»' Esto ha llevado al gran anatómico Goebela:preguntarseen'su:articul().,.Uri proble" rna capital de la organografia>Y:'«¿Es la diversidad de las fornías orgániéas mayor que la diversidad de las concliciones del medio? )i :Es un error-··prosigue=pen5ar que \
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•.Laaé:titUd•inielect:t.ial de las· nuevas gerieracionesse•diferénciade laque adoptaronla.s anteriores;=desde 1700.:!-; en la repugnancia al imperialisll!O ideológico, ití0~ es'tenombrea:la properisión de plantarse antdos hechos'; · exigiéndoles la previa sumisión a un principio.Ya héindicado alguna vez la curiosa.cbntradiccióri practicada por esas generaéionesrevolucionarias que ahoÍcaban:dos príncipes, y les sustitu'ían: la tirama de: los principios:;:.• · ··· · . ·. · .Así;el:biólogo imperialista decide preconéebidamente:quelosfenóme" nos biológicos tienen queajustarseialprincipiode:utiliC!ad; en.vez de conl témplaraquéllos sm violentarlós,fdejándolos.qué ellos:mismos destaquens~ peculiatidaC!; acaso¡multiformel einsmuenespontáneamentesupfopio;prin" cipio. Pero yaqúéla J?iología del pasado siglo:rio quiso comportarseasí)pudo, alcrnenos;.usfilcdqiriricipios:rigorosós exentos de.vaguedad.;;1; . . . ·· · :: '· -o ;i Hemos:v:is,to.que en fas movitriient.os•expresiv:os de la1étri~ciórimo logramos descubiir.utilidadc.irtmediatacrii.nguruu:Se:fo1bla¡alo sumo, de la uti~ : ;r:! ·:.
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tfi:~l~' de.Ahriin'Mülle·r icEl pióblema'de-li( iiiCliVídü3lidaTd .y lB'sübbtdiriáctOri' de los órganos·»1 ·en Arfhiyfündie.~esa.mte.PsychqJogie, t9¡nocl(LY1II,¡ip21.;
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lidad indirecta que pueda reportar al conmovido fa notificación.de su esta, do íntimo a los demásr;Es posible que ésta exista, aunque.a veaes ,resultaría más ú ~,poderpc~ltar;nui;stra;intimidad.· Pem el principío utilist:a.sólo puef de servir de,algo s1 es prec1So, cosa qlle no es en Darwin ni en.Spenceri Yo nq he enc.ontrado más fórmula rigorosa de élquela sl!gerida por un biólogo poaci conocr,do y que murió hace.poco, en plenaimadurez: Osear Kohnstamm•.Se+ g.ún éste, pqr .utilidad en biologia.hemos de,entender.pur¡i y.exclusivamente «el aprovechamiento óptimcíde,unestímulo>> .Un.ejemplo.claro dé.ello.es la, oclusión.de los.ojos, cuando.se les acerca. rápidamente·un;obj eta 1 Nada p~recido h¡illamos en los ges\os.emotivos ..Su aprovechamiento para fu:ies;soi cmles supone; como he•dicho; su existencia previa, y significa,portanto,urui ventaja secundaria: Habríá\ ¡:íties; qtie.distinguirentre feri.omenos de utilidad yprocesosdeutilización,, _.;•·ri • '' ,., ; "" ;,,, •. Kohnstamm se,ha ocupado,preciSamente de los gestos emotivos, en los cuales descubreuna func:ión.exttautilitariade.Iavida;:que opone•a la.otra en el título de su estudio: Actividad.finalista y actividad;bcpresiya (19l3)rLa exc presividad sería, pues, una función prímariil de la Ni.da¡ irreductible a toda otnÍ; Ello es que las dos teorías canónicas que han pretendido expliear el gesto emocional~ reduciéndolo al habit:Ual mecanismo fisiológico -Spencer y Darwinno lo han logrado. Este último; como es sabido, considera los movimientos afectivos como residuos de actos que fueron útiles a la especie en otros estac dios de la evolución. La contraccifü1del cuerpo erí el miedo. sena efaesto del agacharsepará hácerse inviSible en la espesura cuando,unpeligro amenaza; Más útil hubiera sido que el asustado pudiese.correr para huirdelpéligro: No se ve bien, aunen este ejemplo,que es el más favorable a su hipótesiS, porqué lo más' útil al medroso seala•paralización de sus miembros y aun.elcoíapso, El miSmo Darwin ,comprende que no basta este principio u tilisfapara: ad arar el abundantevqcabularió delas gesticulaciones emotivas, y se ve forzado, con la honradez ejemplar desupensamiento,:aañadir, qtro principio de índole muy.diferente: el principio delcóritraste:Al,advertir que etjuego ~uscular de larisa:es·de:mecánicaopuestaal del.llanto,. le.ocurresuponer que.toda una clase c1egestos se haformadp simplemente como contrapesici(lnaotros, dop.~ · de se expresa un sentimi:nto contrario.Mas con este principió.sálimosno sólo del .utiliSmo; sino. de_la.puraifisiologia; Es, eri. efecto; unf! explicaciónpsico" lógica; .Porquela. conttapositiórr de:dos aatitudesi scimá ticasd10 . tie'ne direi:, tamente que ver eón elsentidocontrario de dos sentimientos. Esta oposició~ µltima es sólo espiritual, y a eva se hfice corresponder uri.a contraposición ese p,asi¡iL, ~TI: :lM¡if:\tq .,~¡i.~ ,fiyj¡i~,~.e, B~P,1}!A!!!1Xjl,\ntlrf),;, 1rn,)¡i rjsa,s: e\7'\'al.l y s~ separan,.¿ Qué.relación hay,entie .esto. y la polaridad p:uramel.lt~~;f d~ah>; in~ tencional, entre triSteZa y alegría? Evidentemente, uríarela:ción que no es fi"
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sica,:una relación simbólica.- El organiSmo simboliza corporalmente la pola7 ridad u oposición psicológica entre dos emociones; ' ji, , ·.• Fue; pues, Darwitiquien abrió la vía a la teoría simbólica delos gestos emo7 ·. cionalésj desarrollada algúrí tiempo después por Piderit en su libro Mimicáy Ji;; siognóniii:m Aguda y certera en ~l detalle, la obra de Pideritno présentá con da" ridad suficientelas fundamentales' de explicación. Siri. embargo; su intuición -'-'C[Ue esto fue¡ más bien que un depurado tazÓnamientD-'- ti,ene Un valor ge" nial; y.sobre ella ha de tiabajar en el futuro la•nueva ciencia; •' 'Et ejempló clásico y más claro sobre que conviene erisayar la.meditación es el gesto del furioso eAlguien, ausente,'ha provoaado su ira; y él entonces aprieta los dientés',•frunce elaeno, cierra el puño y golpea c:on élla mesa: ¿Qué sighific:a·este ?!Separemos la emoé:iónirac:unda de su representación en el téatródel ctierpoyveanios lriego:é:ómo .encajaiLuna en otra; Seritir ira es·ne" cesitar. el daño d,e btro para•compensar nuestro desequilibrie íntimo. Es la reacción a un.daño material o moral que hemos recibido. El sentimiento ira" cundo es una acometida intencional que en nuestro fuero interno ejecutamos contra alguien determinado. Sin embatgb; el golpe coh el puño lo damos so.bre la mesa. Es a éSta a quien acometemos! Sino:hubierá mesa.habríarecibido el golpe el muro próximo, y a falta de otra cosa, el iracundo hubiera des-. cargado elpuñetazó sobre su.propio musló. A prifilera viSta,!la incongruencia e5 peífécta.:1El.objetoicóiliráquienla ira.vá es uno; el objeto sobre.que la gesticuláci'órudesc:a-igaes otro: Eh la ira va preforma'.da>lma acción: herir; golpear ofnmtar aUebjeto A:: El gesto realiza la·accióhde la.ira, pere sustituyendo al objeto A,el objeto B; zQué:sentido tiehe esta sustifudón?•Aq1ffestá:lci decisivp delfénomene. El gesto dela ira elige el objeto B .pór. eLazar de qtie:es el más. próximo:Lo•Ihismole darla.el objeto:C o Do E. De donde resulta que mientras:la en¡.odón se dirige aun objeto determinado, concreto y único, sil.gesto realiza:el:acto,airade sobre ull:objeto cualquiera,.El papel de éste'se reduce a répreseritar elpetsonáje'ausente¡ ynó tiene de ¡:dtnún con élinás•que elatri" huta abstracto.de la resiStencia. Diremos, pues, que laaccióri. deliracundo_¡_tiec ne un objeto genérico.. -lo resiStente-, y la emoción, un objeto singular, que pertenece a aquel género. Ahora bien; simbolizar es sustituir un objeto por otro. A la patria se sustituye la bandera'. Cuando entre ambos objetos no hay nexo apreciable, no hay comunidad alguna que percibamos, el símbolo es convencienal; lasustitucióh; puramente caprichesá.l Cuando lossustituimós por razón.de su identidad en algún elemeri.t
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prende que las emociones puedan hallar en movimientos espaciales sus ca~ rrespondencias, sus metáforas. La alegría produce una. dilatación de nuestra persona íntima, lachace'irradi_ar en todas direcciones, despreocuparse; esto es, perder concen.tracióni iYel gesto jocundo, paralelamente) 'distiende los ca7 rrillos; eleva las cejas; abre de par en par los ojos y la:boca;.separa del tronco los brazos,Jar¡zándolos por elaire.enJa carcajada; en suma: ejecutaunrriovimiento dé cliS]Jersión muscular. En calD.bio, lá pena ocupa y preocupa: contrae el alrria, la coricentray recogesobrela imagen del hechó penoso, hacién• dohos herméticos al exterior; Parejamente, su gesto frunce todo el rostro1hacia un centro; recoge todós los músculos y cierra los póíos;•• .: · ·· Esta cortespondenc:ia abstracta; esta analogía ometáfora entre lo .e5pa± cialylo psíquico es el hech(J'cósmico de la expresión soineti~o a•leyes obje~ tivas de evidencia, pariente•dela que rigelas;verdades.astronómicas: Y.nada hay en el mundo físico que·notenga su: logaritmo psicológico o'.viceversai ComoGoethecani:aba:;,,:;:;, .· · · · ,5,, i .:•:r:: •.•' · '" .,,;;,:; ,,., ;,,,.
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•Nada hriy dentro,' nadfL hayfuerll. ' .· · ¡'Lo que haydentro, cio hayfuera.: :• !-''
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•·Lahermandadradical:entre,alma y espacio, entred puror«dentrowyel puro «fuera»\es•unode los grandesmisterios.delUniverso c[tiemás·ha de atraérlameditación ddos hombres nuevos·, El error que ha, cerrado la.vía a st(estudio fue buscar entre ambos una relación «fíSié:a» ¡:nciadvirtiendo qúe ello iIDplicaba parcialidad por uno· de• los dos elementos: Se•hablaba• d~ . «'mutuo influjó» entre alma y cuerpó; de acción psicofísica; de paráleliSmb entre alma.y cuerpo;•Esto era ver la cuestión desde um1'sola de las vertientes ·y condenarse al dilema entre· espiritualismo y materialismo: Ahora.vemos que más allá de esfasformas der.elacionarse alma y mundo hay eritre ellos un nexo 1).ada físico¡un influjo irreal: la.funcionalidad simbólica, El-mundo como expresiób. del alm~; . . .. .. . . . . . .. · 1':' . ,' (,~-' ! :
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:' El gesto emocionfl1es.elhecho Il!ás obvio.en elorbede los fenómenos•eJ<" presivos; Pero ni elriíás:iroportanteni.el más delicado:Nos sirve para fugresar co!l'algunaevi,denciaen.elcC:ósmos delaexpresión;,nadamás.Sorprendemos en élun poder; de la vitalidad que la biología antigúa tendía aiguorar., y,mria v!!ipuestossobréfapista,nos .esfáéil descubrir otrasmanifestaciones más sú+ tiles de la misma actividád inútiL ,;¡
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· Los gestos emo):i.vos constituyen,un repertorio de actitudes y moviL mientas, que se. repite con gran monotonía, Sfatendemos sólo. a sufacies genérica-.llanto,. risa; furia; etc.-.notamos fa:desproporción entrela'.varie• dad incalculable de las emociones expresadas y los tipos de gestos que las expresan; En realidad, la furia de.un hombre es siempre diferente de la de otro; ynó se'comprende que al ser. expresada no lo sea en su individualidad. Así es,. en efecto.. No ·hay dos caras que tían lo mismo.'.Sobre la arquitectura genérica dela.risa, que es un puro esquema, pone cada organismo.una mo'dulación peculiar. Y esto que pone no .es ya expresión de risa -el esquema genéricola:ex¡iresa suficientemente-·-. , sino el carácter del reidor, o, digamos sill!más, su¡íntirrio,ser. . .. . ... . •. .. . . . . .. . . . ... . · fatas pequeñas variaciones del gesto emocional cobran enton~es un va" lor ~ente en la escala de fosfenómenos expresivos;.Porque;al.fin y álcabo, el llanto, la risa, elrostro airado o .voluptuoso son un tópico corporal, un mee ca11ismo afatracto\:que se dispara cúando.]a emoció!l'seproduce, COJ:]10 una serie de fra5es hechas; Además, la cla,se de estados íntimos que llamamo~ emo" ciortesp1Jsualmente son, en.rigor, frases hechas sentimentales, parlo mismo que sbri;situa'.ciones extremas del ánimo. Quiero decir que los.hombres tienden a asemejarse niucho más en los momentos de afecto exaltado que en otras formas de.vida psíquicarLas madres, sobre el cadáver del hijo; suelen,coincidir. entú1mismoy.hierático.aspecto, como cofuciden los hombres en el instante delorgasmo;.El séntido de acción genérica ql.)eva en el gestó erricicional le resta eficacia,expresiVa y hace que, en cierto modo, exprese sólo lo mos" trenca y'común:No veo que aquel hombre está triste; pero si me atengo a su gesto de tristeza; no me seráfácil averiguar ni cómo es su individual tristeza, nicómo . es él mismo. De donde·resulta.que los gestos emocionales nos revelan.lit. existentia dda facultad expresiva;.pero se quedan en el umbral de ella, empujando. núestra curiosidad a rnásifinas regiones; . · •· r •.. " Únr.azonamiento simplicísimo.amplía superlativamente el campo de .nuestra inve~tigación. Andar es:una acción.útil que ejercitamos deliberad¡¡~ me~t~¡ caIIlinamos de;aqúí allá.para falfill'. Ese movimiento n.o puede cargarse a hu:uenta de la actividad expresiva,Alcontrario; si alcaminar sen7 timosrriiédo 1 dominaremos los movimientos del Il!iedo,rque estorban· al camin'ár: Nuestra;voluntacLs9meteráilaiinquietud expresifa al esqúema'del mOvi.miellt01útillr:::,,i1:. _ _ __ . _¡. ,<~s ciitloso adv~rtii qú~ apénas futerviene la deliberacióruylavbluritad, y e11fa,me'.tlida:que-esto acontece;•pierde valor expresivo .nuestro.cuerpo; El actopíerneditado;'qué emana deriuestrá razón setía ejecutado geométrica" mente sisiilo1fuésernOS razón y voluntad. Cada resultádo ventajoso ~oger algo, acerc\lrse, huir, .etc.- se obtiéne.·óptimamente sólo de una manera: rea~
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lizando movimientos que, en:prÍncipio, seríawlo más rectilíneos posibles. Y; sin embargo; no hay dos' hombres quese•muevan de aqu'íallá en forma'idén::. tica,:Elmismo trecho es recoITido con viveza o confaercia¡i:owdecisióno des: lizándoseacom)Jasada o descompasadamente. Es patente que elesquemapuio de acción queHivoluntad eligey decide va enriquecidópcirun .iplus» de mo: dulaeiories·illvoluntarias eimpremeditadas.Nuestrafutimidad borda·lii línea geométrica que el principio de utilidad: impone; dbtándolá deindentacione5, arabescos,sobrasyelisiones, ritmoy¡melodfa. El prim:ipio exp'resivó.en~ek ve y modifica el acto faexpresivo e interesado! J:' i. '' ''·' .y ·u: .· Con harta razón el•aldeano no se fía:delos actos de los hombres; iy aun,; que ve a algliien comportarse fifantrópicamente, nos d:ira:
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' Lo ·propio acontece con. los pies.al aridar. Su posici6n norinal sería coin.cidir el•eje de cada,pie éon•un planci perpendicularáltorso, que pasase:por cada pierna.· Por:eI:mecariismo:de la artiqulaci0n en:el tobillo¡. el pie tenderá hl'irmálrriente ti' extraviar uri.pocoila. punta haciiafuera. Sinembargo;uno ddos caracteies'fisicignómicos'c[ue;:sin saber. porqué\ nos han sorprendido siempre• en.los demás,• esel;hecho •de:que.unos hombres .desvíen:sobre: maé nera las puntas de los pies hacia afueray otros, por el contrario';hacia adenc trci~ Y, repito -sin saber por qué-, esa simple advertencia in.fluye en la impresión que el prójimo nos produce. Pero nadie podrá negarlo: la mera inspección de la persona que nos es presentada deja en nosotros un preci.pitado estimativo y una como interpretación de su carácter. Queramos o no, esteprejuicio:se foriniautoínáticamente'err nosotros; l:ecllamo prejuicio por~ que; enverdatl;fse trata de·unaimpresiónque'no tiene c'aráttePcbnscienteé No nos damos cuenta•claraiyaparte-.esfo éS,:conciericia.intelectual-··-. de por qué aquella personano's.pafece simpática o antipática; bondadosa o avieS:a,'enérgica ofdébiLPara Hlo'tendríanios justarnente·quer«analizairla intuición recibfda».;•lo cual•esoperaci'ón de·in.telecto,cfaena·conceptuabLitin" tuició11 acapara materia, pero no· hade en ella•distinciones. Una·c!ienciade la expresión; una «seillióticauiliversal»,•como:yo•la•entreved¡ nb·tendria !)tra labor que ¡¡dquirirconciencia conceptual '\feltesoro denuéStras intuiciémes fisiognómicas; Pero que éstas existen mé'parecíéuna de :las cosas másevic dentes :e indubitables del.mundo. De otró modo;rsería imposibletddo:trato humanoiyllena depreCipicios la'mássencilla conversación:Cuandohabla" mos•toffaTguien·estamos ~
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gar a su;superficie, La mirada indiferente,1a intensa,Ja vaga. La mirada voluptuosa y la ;i;eflexivaj1a clara y la !Jlrbiá, etc. 1 etc; He aquí otros tanfos títu, los 'de problemas:antropológkos¡que es.preciso;elabora~ uno a uno, r¡:rinu7 ciosan¡.ente.,Se comprende que sea]a, mirada,, de las porciones visibles .del cúetpo, la más rica, en po~er expresivo.;Ene\ áparato ocular.intervienen el ma7 yor,número demúsculos.pequeñosysumamente sensibles; C[ue obedecenta lasmenorespresionesdelseríntimo.,;, .;:i;;.c:'i'i''' ,, .: .'• u; ;¡ !l ! '
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· ,, ; Eiiélgesfo noshacesüprimeráapaiicióiiJa actividad eXpresiva¡peio luego, en inesperado crescendo 1 J.¡¡ sorprendemos extendiéndose sobre zonas mucho más,vastas de la, vida .. Se filtra err fodos. los moviffiientos; modulán;' dolos, y se instala\ .como,errun semáforo, en.lamirada, ... ,. . .. .. . ,.... i :N. ahora; cuando.nos•parece haberagotadd él campo.de la expresivÍdad'. se abtea nuestros.ojos la perspectiva más interesanteymisteriosa. Si elmo7 virríiento1leva;en disolución:un: ingrediente expresivo;;hay para sospechar que también lo llevelaforri:J.a orgánica. Después de todo; la forma es unmo7 vimiento ·detenido;·y:nohay.duda qm;,por lo:menos, contri,buye a, escúh pirla todomoviffiientohabitual;1Por. eso cada oficio imprime su habitus en el cuerpo'delhómbre; Hay cuetpos de labriego;'de acróbatll;.de intelectual,· de toí:éro.Pero.existeunarazón demás,calado. E1ltr17.forma,anatómica'Y.mof vimientola diferencia es relativa.Jlaforma del animal no es un dibujo rigo~ rosamente quieto; la forma se está formando y transformando continuamente •. Por eso]ennings.dice.que <
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!'Sólo1q1le, como e.n el· gesto seexpresaiprincipalmente eb!stado'de alma singular; concreto;:transiforio'"-'-una 'e'~oción;•en'suma-'-", en la foirrnrcor~ pQral adquiere signo elcarácter.constitutivo y permanente de la persona. De aqui'que sea menos unívoco y claro elcyalór:expresivü'de la figura -por lo mismo que es más hondo y decisivo el'secretü' expresado J. Sin premeditarfo, e1vlilgo,espáiiolhaúnidoinseparablemente lafiguraalgenioindividuiil, adscribiendo· ambos' a la1persona1irremediablemeritP1hasfa·Ja sepultura, ,y e5 que ambos son;dos·hace.5.defo misíno:Qa figura es•expresión del carácter; y el carácter;'escultor de la;figura'; la cual representa: un gesto petrificadd,cdonde se énunciala' l:ndolepr'ofunda y perenne del Sujeto que en ningún actci niade~ mán particular podña hallar exteriorización suficiente;:'.'.' ' ' "' ' .; :; ' ;'::' Esto quéeUv1llgo'sl¡.bíaiconsu saberirracidrlahecibeahorálal11ás sui gestiva córrfirmación con lós niinuciosos estudios del pSiquiatra Kretséhmei sol bre «Forma corporal y carácter».' Su·libro; del que se han sucedido rápida~ mente,la5 ediciones¡ ha. al&aiizádo 'grahrésonanciá·en·los éentros; cienfíficos y ha promovido una aínplísi,ma:inve5tigadón¡en todcislos países sobre las rec lacione5 entreel:tipcrsomáticd:ylas teridencias·delcarácter[.,: '·,¡,' ,¡ :.: Heaq1.jí ungrantlt1lld de problemas biológicos,qUe¡pdr fi:Il, parecé la ciencia résuelta a atacar; qoethe habría sentido la más viva coniplacendavienc dd que; al cabo,:~u·manera de enfrontarse conla'Naturalezá eta 'reconodda como verdaderamente cientlfi:ca. '.Enlugar. de.descompone~'elfenómenoen últimos elementos hipo'téticos y abstractos;: como hacelairiuovmsaieitza dese de Galile9; Goethecontempla el fenómeno emsu,conciecióiiyésponta1leidad, según él S:epfesenta,'yprocui:a,interprétarlo como st fue5e1lna señal que el có'snids:nos hacepararevelamds un secreto q1le senáfa:IeynaturaL Así; en el tema que ahora describimos, Goethe buscaría en cada tipo' de anima~ en cada especie, el alma que le corresponde. Hay un alma de león y .un alma de cínife que en la .estructura anatóffiica de· uno.y ptro ser encúentra suqnetáfora soma tica, 'Ante el cuerpo' humano se sentiría' atraído por el enigniacque haée Unos mes'es•pro]JoníáAniliií Müller:: zqué\significa·la diferente localli:aé:ión d~Jos órganos sexuales eh las distintas·éspecie5 ?:Porque e5 sorprendehtéque; en la serie evólutiv,a de éstas;'coruorµí.é S!! asci~nde; el núcleo ;nei:vioso:que Uega a set cerebro y.losórganos sexuales; ante5 s.ituádos eh proximidad¡ydentró del tmiso, ·Se1".an:separahd6 hasta.coloC:il:rse:enlos primates·a,niáxima distátrcia uno,de:ot¡:os; comcí manifestando su esenc,ialatítagoniSmo.' Errel hombre;pót fin, con su posición vertical, llegan a extrema polarización'-=elicerebfo;que sirve·a!JaYida:indi_vidi:talyelsexo:a la.Yidá delaesp'ecie1 ¿De qué grave arca·I"
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no es esto símbolo y,guiño? Cuanpo ·se perescruta miáles la situación delhombre en el cosmos estas insinuadoI1es plásticas de la Naturaleza adquiereri.e¡iot~ me interés.·'. 1·-_1;.¡i; '·. '"' ··; 1.'-i -.-¡_. ·. ·;otr n. Del valor expresivo anejo Ja: figura delcuerpo pasaríamos, en un esw~ dio sistemático,:afaexpresiónenehrá.je. . . . · · '. 1••;tr51 <,,, Como tilntas otraS cosas que un tiempo se supus¡¡ engertdra,das por éluti-, Jisrrío vital, ".amds hci}'fvierí
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; '' Relativamente ~adulto 'el niño puro cuerpó. Eri general, las fonnas . carnales redondas, mórbidas, tienen menos elocuencia, menos poder expresivo que Jás facciones más secas y rectilírieas.P~r eso todavía el joverivaCoIIló embozado en SUS lfnéás CUrVaS sin'qu~ SU fisoribmía acuse 'énérgicamente Ja
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personalidad. Dirías~ que el alma no ha tenido aún tiempo para labrar su propio retrato en el cuerpo a su servicio. En cambio, cuando doblamos el cabo de los cuarenta años-hacemos todos una penosa experiencia. Hoy a éste, mañana al otro, vamos viendo un día, de pronto, transfigurados a nuestros contemporáneos, a esa masa de hombres y mujeres, conocidos o desconocidos, entre Jos cuáles se ha movido nuestra existencia, y que fueron como el coro humano que sirvió de fondo a nuestro destino. Hoy éste, mañana el otro, nos sorprenden transformados: su rostro ha perdido la morbidez y se ha convertido en una rigorosa arquitectura de líneas rectas y ángulos rígidos. Nos parece como si el esqueleto de Ja persona, hasta entonces oculto por la redondez de las formas, hubiese vencido a Ja carne envolvente y quisiese salir afuera, imprimiendo desde dentro sus tétricas aristas, su aguda geometría. Y es el caso que al descubrir esta metamorfosis de nuestro contemporáneo nos parece súbitamente aclarado su secreto interior. Entonces es él, verdaderamente él, y hasta entonces-pensamos-ha pasado ante nosotros larvado bajo la má.sc cara deleitable de Ja impersonalidad juvenil. · Menos crudamente, pero por Jo mismo con mayor precisión y delicadeza, acontece e5to a fu mujer de treinta años. En cierto modo, una muchacha no es nadie determinado, es un ente genérico, poco más o menos igual a otros den y a otros mil más. A los treinta años despierta la personalidad intransferible, única de. cada mujer, y al punto iinprime su huella y pone su estilo en la ·belleza indiferenciada,' genérica de Ja moza floreciente. Esto, claro es, no puede hacerse sin macerar un poco Ja morbidez y la tersura primeras, pero la. mejilla marchita cobra un nuevo florecimiento de jardines interiores, en que el alma se derrama sobre la anterior belleza, más banal, aunque más fresca. Yo creo que no es difícil hallar en la historia una extraña correspondencia entr~ las épocas en que se cultiva el desnudo y aquéllas en que triunfa la puerilidad, edades de corporalismo y poca vida interior, ni intelectuales ni sentimentales. Así el hombre desnudo es antirromántico. Las sazones de romanticismo en que el hombre se embriaga de alma -de afectos y pasiones- han solido vestirse hasta el cuello. Y aun lo que queda de manifiesto -Ja faz-recibe una manera de encubrimiento, de velo fisiológico. Éste es el sentido de Ja palidez romántica. Tal Ja Principessa Belgioioso, la suma figura romántica, amiga de Heine, la «divina muerta>> que movilizó sob,re toda Europa su lívida figura, cubierta toda-brazo y garganta- de terciopelo negro, mientras organizaba conspiraciones y revueltas carbonarias. Agosto, 1925
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;Fíantiaes¡una·naciónprofunda:••--;n!:' • 1 ·.• ·•• •:n• Llamo profundidaCl de im cuerpó•nácional ála¡niuchedúinbre de actitudes hún;iariasdifeiente5' que1foi:malmente·contenga. •Enun pueblo superfü:fal encor¡tránios un·único modo· de ser; Nos bastá verlo qué en ca.da momento•o lugar tenemos delante para percibir la esenciánacicmal:Los·púeblos salvai jes soll'eti.est~ sentid6 lbs:mas.i;u¡ierficfales, porque erFellos los•mdividuos no están diférenciados :y. po'see1hma coruitithdónhmjJorme::En uii. pueblo proé fundo todo lo 'que 1vemos•a primáa vista,' ca.da•aspecto singular.que obser~ vamos; oculta·otros distintos de•él¡como•en fa materia el e5trato•o capa que sirve de haz tapa· otros suhyatentes:Voy porlos ca!llinitos de Frantia,'entre setos siethpreverdes,·al•través'de· pais'ajes.para mi gasto 'demasiado eJééntos de diamatismo·J En'las encrucijadas está davádo ún Cristo: .Bienso: Franela es unanación·católiéa:·Peroluego•descubrola plázadefa.villaprovincial(deTarc bes, por ejemplo) y hallo un monumento. Sobré elpliritdunhombredesafor~do•peroraagiiando sus·brazós·de•bronce1iesDarttón;'Bienso1·Francia·es una nación revolucionaria, i
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ésta o aquélla. La tradición deFrancia es teÍlérlas todás. Y no se diga tontamente que esto es falta de personalidad y escepticismo. Ha tenido, en efecto, todas las tradiciones; es decir, ha trabajado, sufrido, gozado y creado en todas las direcciones del espíritu, y, como decía un gran francés, «ha dado a su alma todas las formas posibles». Cuando en una escuela francesa se habla de clasicismo, la mente del muchacho se encuentra de golpe ante Bossuet y ante Voltaire. No hay posibilidad de declarar que el uno es más francés que el otro. El pasado nacional que se acumula bajo los pies de este.muchacho le coloca desde luego en una actitud de libertad. Puede elegir entre ambas tradiciones: está predispuesto racialmente para ambas. Es libre de nacimiento. No necesita conquistar por su esfuerzo personal, tardíamente, una precaria manumisión. El catolicismo de Francia ha sido y es una fuerza magnífica. Pero no.es menos vigoroso su buido escepticismo. Y así en todo: país agrícola hastaJa medula,. fu e y¡es a.la parJngenioso:e industriaL;Creo que si se:mirarari.la~ estadísticas -no las tengo a mano- se encontraría una, sorprendente paridad entre las cifras dela1población industrialyla,póblaéión agrícola. A esto deb.é;Francia en buernrparte su ejemplar equilibrio; histórico · .·elequilibrio en,el movimiento: (Por sí sola, la poblaciónindusmal es demasiado inquieta¡ la·ágrícola,.demasiado,inmóvil),,,. ::! ' ,.,"' ',ir'r'oi!, ''·'"' .: Lá razaJraricesá:ha torp.ado bién:ánchala curva dda1vida;y,¡como un buen pastor, logra antecoger;todaslas especies1de.ésta.: Me encanta la natura: lidadcon,qué c¡tminanalaivera,el abate;y la cowtte;'5in.que,de5tiñan elunéi sobreelotro;cAsirríismo,se:halla:en.francia parejamerite.acusada la vida fa: miliar y la social-principios antagónicos, contra lo que se cree en España. La familia,es un círculo ceJ.Tado decesp,aldas a la sociedady!contra ella .. La so.: ciedad; en cambio, .es un instinto irradiante que desde el individuo se abre hacia un horizonteilimitado.:U.a familia e5:una fuerza,. de exclusión; la sociedad, un inmensdensayoddnclµsión.;:· ..: :.;;;:;'""'"'·-'' 7:· .¡ ..... . · , ;·Esta admirable polarización del.inundo francés, que,hac~de él un'efec+ tivo, microcosmos, perinite el extraño fenómeno de que: cm:iViva un extremo conservatismo conmn futurismó no, menos extremo.Se advierte esto; por.ejem, plo, én eI:arteylasletras:rEn,ningunaparte:deEurqpa .existe un púbfü:o,tan fiel ailas :viejas:forinas,deiliteratura; ;Nadie jura;pq~ un.clásico nacibrial con tanta, fe coinó.el,buenfrancés medio:por suRacine,Y; a la vez; ·Francia se;cori• cede a sí misma el envidiable lujo de suscitar la inspiración más opuesta,)! po7 nerseacantatpor,el:polo:Mallarmé.,, , nu:;,, · ''· ''"·'''. ''·''I Manera tan,completa deabir¡tzarJa existencia,puede tene~; sin embar3 gó,.un incoµveniérite; Ne;> dejamadafoera¡ consume todas las dimensiones del vivir.;;Talvezlas1agota: ¡)~sposible segtiir,mdefinidamente conel orb~ entero
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entrelos brazos, bebiendo en todas las fuentes,. embarcándose entadas las naves,.volando contoda5 las alas? , · ' Una cosa empicia a faltar en Francia, Empieza a faltar. el1ganapán, el pueblo.inferior; el.hum!IS hurilanó,;la porción vegetal de una,raza;:La perfección de su higien~'histó¡ica.h.ahecho subir. el tipo social del pueblo entero, que se ha quedado sin piso bajo. ¡Gloria suma! .fSumo peligro!
EI::SJGLO.XVIIl,EDUCADOR!i; '.: ¡'
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'' ;Más.quela5.grandes,ideas de S¡:iengler.me.interesan'susideas menores, sus atisbos subitáneos, que'iluminan trozos particulares del proceso históiico. Si no recuerdo mal; elsegundo tomo de sui obra (tercero de la edición es" pañola) sostiene,. o al menos insinúa, que existen.dos clases.de arquitectura, nutridas por raíz diferente; Hay una arquitectura: espontánea en cada pueblo, que le es como un.instinto' del misriJ.o orden que la nidificación en el pájaro y la labranza del panal en la abeja: Enéstl!género.dearquitectura:hO hayprogreso:;uha;vez que el pueblo;'i;n tiempos rimyprimitivós,.lleg¡¡.a·él lo repite perpetuamente. 'Pero hay ótra arquiteétura1extraña'por completó .alinstinto'. Se compone de formas de edificación inventadas• deliberadamente podas mi" norias más cultivadas de ciertas razas. Nada en ellas esforzóso biológicainentei son como caprichos tenidos poda' razón\:Está'riiinagi:nadas no de5de dentro, porla.necésidadde vivirlas;,sírio desdé fuérá poté! gústó.de:verfas, Si sólo d'ondda razórifatel'yiene efü:azniente queremos hablar de culfura, llamaremos culta•aésta tectónicáy prirÍlana a la otra: (Spengler, claro está;11o aceptaría.esfa denominación. Pata él cultura es el;mod6 espontáneo decompm'" tarse Urnpueblo; lo·otro~,el:modo «cultiyado>>'; es, a su juicio;.relativamente convericfonal y sin vigor1liistórico: Ésta1es sú :idea grande que me parecebastanteilusona}<'··' ,¡; ,,,, .,, ,(; '· .,¡,,,, "' 1 · · i:ea diStindón: entre esos dos géneros de arquitectúra ,rios permite calcli" larceri cada ptiebfo,1¿asi córi exactitlÍd:de'ágrunensor; en: qué mei:lida ha sidó .. ·" ·'' ... ':,.,, pene'tradcí por la: cultura::;! . 1 1; ;;Si.andando por Francia:abandon:amos las grandes.vías,dec6municación y nos deslizamos hasta' lasúltima5 aldeas y caseríos, nos sorprende hallar que las. casas 'repiten:, en fohriatoy:rÍla tería humildes;J tectónicas d~fos palacetes versalléscos~'LaS pUerta5' deilas:moradas labriegas soricon frecuenciá idénticas
1~Visto~ d~cÍeJ~Vidll
tos desde.la r~ón..
Ios,ptÓducios·de ia'rázórtsbn caprichosO:s,:coírio:l_ son-los cíe la Vida vis;;:_;:, :
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a las del Petit Triruión: se encorvan yreéorfan cambias púertas deJa'liten¡ en que pasaba la Pompadour. No se trata de restbs curiosos conservados:aq¡lf oaUá: es la normiLde fa.edificación etila aldea coni.ó en la-yjlla; Losrestós, los trozos con carácterarqueólógico,;son·del siglo XVII y anterlbres;Ei:u::am+ biq; apenas se éntr~vfü restos defaiarqúitectill:a:éspbntánea;rde.laqúé ehgáo !afranco eterno usara·Hasta l 7QQ,_' '" ; , ". " ·::L Esto quiere decir, con expresión de plástica evidencia, que el siglo XVIII realizó plenamente en Francia lo que, por lo visto, fue su misión en toda Eu" ropa. Es el siglo de la Ilustración; es decir, de la cultura o cµltivo delasm¡j"f sas populares; en suma: el siglo educador. Si de Francia pasamos a Alemania, notaremos. qúe: también susfonnas de edµicációnmás '.gene~ále5 rezuml:¡n inequívocamentq'.]estilo delsiglqXVlll.-Sin embargo;,no ha penetrado la:to;: talidad de la tierra; No:!lega ala ménuda· aldea ni.ál'ca5erío.-' ···. ": Como tercer.térinino enlacomp¡¡_raciónpodemos tomar a Espafá'¿Qué. · haUamos?-Unasorprendente·escase2\le·formasdieciochési:as-·.--sobre fodos:Í se tiene énccuentalú'.élati:v'mproxiínidad:ctonológica:de'esa época. Se've.el siglo XVII:instaladó \'.n las:grandes poblaciones; pero ínás:¡¡_Uá de· éstas e~+ mienza láarquitectuni prnrn:\ria:del-int,actó yperpetuq labiiego:celtibero;·E\ Estado yia.Iglesia
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ELALPEY:LASIERRA·"
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Cauterets fue. eHugar delveráneo romántico; Era el tiempo feliz; en que ]os poetas re~an.a Eurbpar (Sí;jóvenfutbolista; esto ha aéaecid_o únavez;: ,) Todos vemari aquí,.cori sus cabellerastormentdsas;·con el cueUb "estrangula" do por ]as:grandes:ccitbatas, ceñidaS la5 cintu'rás por lás levitasy conunjun;co enla mano:;Todos:fo mismo Chateaubriand que Heine, quelMusset•,ique SteridháL· Era el sitio elegante del rogiantidsmo. 1(Todás las1épcicás,:todos los:estilos','hailtenidóJsú'dirp.ensióndeelegancia;inclúsiveaqueUas·épocas\ aqueUos estilos que; como elrórhanticismc:i;1sorrinelegantes)::1a.elegancia es una faceta esencial de la espécie humana -como la verdad, como la belleza, como fajústicia.Talvez hay otras especies de animales que.tiénén el sentido de¡lo .eleg~te. Si.se medita largamente sobre lo qúi;.es la eleganeia; se.des" cubré con sorpresa 5wseéréto anudamiento alá.raíz misma de lavida!i(Lector queme eres fiel: te prometo para un.día¡u o,tro cierta «jvieditaciói:J.:de:la ele" gancim> que anda.perdida i;ntrerniS papeles·de5de:haceno sé cuánto tiempo), :, · .N oso trosllegamos' a este agujero entre la¡; montáñas sin.el equipaje.sen~ timenfalde'aquéllos'horrtbí:es.r N ó somos ya románticosc No somos. tc:i_davía otra cosaISorilos,1siacasorrománticos del.revés:: Vivimos de burlarnos delro" manticismo; ;Y, esta:negación¡·esta•iroiJ.ía;·es,la única forma.clára!de ~nspirac cióñ que;nos:t¡uedá::.(Sí;jóvenfutbolista; nuestraliteratura:se:ocupa en deSinflarlos globo5rómánti\:ós;•elfútból es:la.burla;de la guerra; campal o política¡ eld1m:lesto11,lá1ridiculización dél vals\iy.eljazzband,Ja soma-frente a Ja 1111tc, si ca di camera). Es preciso salir jo antes pc:iSible de estasi.tuación negativa; pero Iio basta, con' di;cirlo, nimucho:menqs:coruanimamos ficticiaínente á un retorno11 Mezclada con todos esos detritos irónicos; estáya-bajo nuestra rriano · ¡a mat~riá déLporvenir; pero nq:estápulida;mii conformada, nidefínida:- FaVta la:creación•que es un esfuerzo;«¡¡ueés él esfueí:zo por eXtelencia.y:que:es lo ¡ contrario del recuerdo, de la restauración y:deliretorilo.:_ ,;·:r;" ¡~1; '-•Pronto advertimos qµe. el:paisaj e!de .Cau terét:S no:nos vaí :i;:s ·lfn paisaje verticál1: Prisionero err,urrvalli;:angostisimo\,st querémps·mfrar, i1été.sitamds levantar-por.tompleto la•~abeza;!pegara'la.espal~.eLciccipuoio,ycóntemplaí: así una ladera que asciénde•éasí p.erpendicular..-El paisaje tetmina• en.punta¡ cálvas rocas· o neveros.aUá.en.lb. alto; Mirar es aquí unávirtúaL\!migración al fir¡marnento, una ascensión.: Deciididaín\!nte! éste:é.s:UD'paisaje sublime; :y ló sublime.es-una de.l_as:cosas más ext\!mporáiieas;: . . 1. 1 • '-• .• •:i •En cambio; los hombres de haée derisaños.v.eman a.apacentarse de sublimidad.• Necesitaban .consumir ariualmente cierta dosis de'eUa: ELvocabló •
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«sublime», que en su etimolo!lia sigrufica «lo que se halla en lo alto», es tal .· vez el más frecuente en los libros románticos. Es, desde luego, la marca del roe manticismo, que nos permite !econocer la especie en los individuos más opues1 tos. Así Stendhal detestaba a Chateaubriand y, en general, a todos los titulares romántii:Os;pero si 'esperáis á sorprenderle enfu\nnoniento de sincero arree bato; veréis que se le escapa una yotra vez eLsigno de la tribu. Stendhállh1má. también sublinie al paisaje;· ál monumento; al cuadro de.Guido Reni, a hi rntic ... jer que cantaunáire de Paisiello•y a los helados dekáféTortoni;La pála,b~a «sublinie» decíamejm: que ótra'ninguna' el secreto de aquellas dos genera' ciónes .. CZ:ada:edad tiene1su vocablo mágico, que en lahorá siriceraascieiidede los seD:os oscuros delácriamra, coino'laburbuja: dellinio enla álberca;,tra~ yendo a la superficie el.álientomás arcano delser--'cl sabor.radicál que p!\]:a · · ·· éltiéiie'Iavida. ·r •· ' " . ' La verdad es que e5tas montañas enormes, sirm se toman subliniemeru te, se convierten en simples estorbos; Porest¡¡razón hoy nos fatigan más· que nos conmueven; Y es vana toda' su buena voluntad de seducirnos con abetbs¡ con cascadas, cóhtaj 0s,.con su perpetua emisión de nubecillas humeantes; que. las envuelvehcomo·aun.btienfumadór depipa!Nuestrit reacc.ión es·m1 justa, peto:irreme'diable:. nos párecen·gnicias marchitas;.una mise ·enscene recargada y, comó la poesía romántica misma; faltas decdálidad ysobrada:s dectamaño: No podemos'evitar el'.pen5amiénto de que:corimucha·menos ma~ teria se podia haceralgo.más•expresivo;más rltinico; más delicioso. ' · El romántico era un hombre quebustaba en1a. Vida livembriaguez¡ Sólo se sentía a gusto cuando, perdía la seieniiiad: Destilabá i:m lirisnio>parecidbal aguardiente;qude perniitía ponerse fuéraaé si: De aquí su afición afo súbfü me; Lo de menos es que este vocablo signifique«
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perenne diálogo plástico, hasta el punto de que.la sierra supone siempre una llanura que se ve desde su falda y su cima, como, Viceversa; íntegra la sicrra se ye desde la planiaie. Mas el alpe se niega toscamente áformar, paisaje con el llaiio,ilo exduyecon agriasmaneras;·quiere sersolo,él. Por esta,razón no lo podernos ver;desdefüe'Ia de su propia'mole, sino que :a'.os obliga'a entrar. en su cuerpo y de5dederitro ver pardahnente sus músculos deHércules; El álpe nos traga·comó a Joriás fa ballena. En suma: que de puro querer ser grande; el alpe resúlta propiamente inYisible, al paso quela sierra, merced a su mesura; es una clarísima experiencia visual. .. , Resulta paradójico preferir un paisaje qué comienza por ofrecer difiéultades:af la visióm ¡Sin embargo; ,nada más congruente'que la ,predilección'. del romántii:o :por· este paisaje casi 'in'visiblé; .Yerifo que se llama ver bieii una cosa,compfacerse en la fom\.a del' objetó·ségún élla·es;'nb· le1interesaba nada; Elromántico'fue un hombre con escasísimd séntido de la gracia plásticaó Nó necesitaba ver de las cosas sino lo estrictarriente·hece'Sari6 para que se·disparase emoción; para entrar enfrenesíy embriágUez:Ento'nce5 se volc .vía de espáldas ál exterior y se ponía a beber'su propio estupor. Es curioso que el primergermen de romanticismo aparezca C:óincidenteriiente con' el primer hombre que tiene curiosidad estética j:>orfa.Naturálei:a.. Sabido es querfue Petrarca acaso fa primera,criatura .que cultivó el alpinismo' con intención cono teinplittiva;'5ubió; en' efecto, al nionte .Ventoso, ycuandci llegó a lo'alto·s1rimpresión fue tal;.que .c.cifogenuamente nos lo refiere¿ no sele¡ocurrió sfoci ponerse leer las «Confesiones»!de Saii. Agustúr, que llevaba et:i:lafaltriquera;y caer'en profunda rneditaciónsobré su destino. La anécdcita'es simbólica; El panorama; apenas•entrevisto, obturala visiónmiSrna;réchaza alho'rribre hacia dentro de sí yle incita a suinirse!más que nunca en su íntimo elemento. Está es,,enrigór, lo que elrománticó oúsca al rozarse cónlos paisajes: más que verlos a ellos;'contemplar los remolinos que eri su ahna apasionadaylíqui~ da fóµnala piedra que cae defoera. , ' ' ' -' ·' Dudo mucho que en,ningúnporvenir próximo vuelva:el:paisaj!! alpino a conquistar nuestrapreferencia,y espero, en cambio, firmeme~teun noVísi' mo entusiasmo por las sierras claras y bien formadas. Es' lo más probable que hacia 1940 el europeo buscará sus paisajes favoritos en el Sahara,focundo en serránías'.r (Alas baños de mar sucederán los baños de arena, mrn;ho más tó. , . ... nicos y desinfectantes). La razón que tengo para pensar así es que en rnedio de todas las censuras ,merecidas por la vida actual-.-sus limitaciones, sus miserias, sus petulancias, sus. absurdos-, es forzoso reconocerle una yirtud y un dow el sentido para la belleza plástica, para la gracia del volumen y la dignidad del color. Y no es en el arte actuál-tan problemático...donde más clara aparece esta
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fina percepción; sino enla,Vi.da;,enel traje, enloscuerpos, enlos gestos;;en' los.usos;en los:utensilios: :Es.sorprendente notat.·cómd.se ha extendido.haSl .. ta las dases.•más.hunilldes el discernimiento de lo 'que es viSualmente bello.eA. pesar deque hemos heredado:untip~.devestimenta que pareceirredúctibré a normas: de belleza; el apetito y criterio para.ésta se hallan tan extendidos¡ que tal vez nuhm ha:n ido.]as,gentestodas,.Ia:s ric~ yias pobres¡ .tan biep.ves, tidas,tarbpulcras; nihap. cuidado tanto eldtrho:eneLadémányel canondel. cuerpo. No:creo quda vida del hombre medip haya'sidomunm;¡entoaahihis±, to ria, tan bella como ahora, · · ':"' ·· .: :. : . ,;,Yparalel,amente se;des,an;olla unaclarísim,a cap.ciencia p'a~ala per7 . fecdóh plástica delpaisaje:;¿Ha·existido.predisposic:ión'pareddaálguhavez?, Yo :eteo que rio:,El descúbrlmieritolde]áNatl1ralezacomo delicia:contciri-,. plativa es,un'ahazaña'deila .Edad:!vfodéma; lentamente, vacilantemente cum; plitla,.Todayía eh elMalade,imaginaire se determina una decoración con.estas palabras: :Un:lieu:champétre, et néamhoinsf ort agréable; ·Pero'; en definitiva;Jo qu.e se había logrado hasta aquauesolo un.entusü1smo .específicameqte roo mántico por eLcarp.po: se~stipiaba,ysentía,el,pais,aje:excitante.i Queda para. nuestro.. tiempo la invendón•del paisaje;plásticamentebello,Y:no es ilusopo esperar qi,ie, por:vez priniera; se'crearánpaisajés como. se creancuadros::El · proyecto deMigue1Ange1; qué .pensó escu,lpir un: monte; tendrá acaso más cuerdarealiiación! Porque no .se,tratará de.violar la rota:nativa; ili1poniép.dof le fa: máscara deuna, fornia •humána;¡sino:quese.tallarán figtiras. telúricas;¡; se ¡:¡intariteLpaisáje eh el~entidoliteraldé.la palabrá: Caminando de.Cante:¡, rets alivalle·de Lúz;·pasojunto a 'unahidroeléctrifa,,El salto. de agua es'cpm:i dubido desde1a ciiiJ.a,deLcerro al fondo pot una ladera empinada. Varios en,óf! mes.tubos disciplioarueldescens 0 de la, líquida turbulencia: Su alturay sección son de tal calibre, qúe,hubieran ániquiládoiconswfeald?dindustrial todo él decoro deLverde.panorama¡ Pero he aquí que,una nuevamusa,hapintadoisus curvos cuerpos de colores limpios, verdes yo eres, veteal).do su'enormip figti•" ra; :y hoy.coru¡tituyén un elemento'.iiiJ.pre".isto dé aquel.paisáje: Apoyados en: lápina vertiente; son émno·enormesfagartos.:Verdes'bienálojadoseri¡;lrnag;; níficd.veidoriiaturáL: ,., '"''" ·'""' ,,,,,¡¡¡, -c.;
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Oéfubré, 192'Z
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el de sus siones. Pero estas•adrnirables calidades. son conquistadas porla'cienciaexpe~ rimental a 1ca'mbio' demanterierse en:un plano de problemas secuhdários\ de" jaudo intactas las últimas,Jlas décisivas•cuestiones. De esta renuncia hace su virtud esencial yho seiánecésarioiecalca!' que.por ello sólo ínereceáplausos. Pero la ciencia experimental es sólo:una exigua pórción de la mente y el organismo humanos. Do~deella separa rio separaelhombre,Si el físico detiene la mano con que dibuja los hechos allidoñ.de su método concluye; el hombre quehaydetrás detodbfísicbprolonga, quieraro no;falíneainiciada yla lleva áteiniinádóri; como áútomátiaariJ.eilte:alveriéltrozd defarco roto nuestra mirada completalaaérea·tilrvacrhanca. ''·' " - · L.; La misión de la física es averiguar de cada hecho que ahora se produce su principio, es decir, el hecho antecedente que origioó aquél. Pero este principio tiene a su Vez un principio anterior y aS:i sucesivamente hasta un primer principio origioario. El físico renuncia a buscar éste primer principio del Universo, y hacemuybién. Pero repito qué él hombredoride cada físico vive alojado no renuncia.y, de grádo o contrasuálbedrío; se le.va elalma·hacia esáprimerayenig~ mática causa. Es natural, que sea así. Vivir es, de cierto, tratar con el mundo, dirigirse a él, actuar en él, ocuparse de éLDe aquí que sea ru'hombre rnateiiálmente imposible; pm: una forzosidadpsicológica, renunciar¡¡. poseer una noción completa del mundo,,una ideaiiritegral delUriiverso; Delicada o tosca, con nuéstra áhúencia 6 sirr ella,' se incorpora en el espíritu de cada cuál esa fisonomía transcieritífica del niundoyviene:a gobernar.nuestra existencia con efü:aciaque laverdad·cientifica:1Vi'ólentameúte quiso el pasado siglo frenar la•mente humana állí doridéla'eiiactitud furiquita.Esta violenciá, éste volverse de espáldas a los.últimos problemas; se llamó «
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' Unafie estas cue§tibnes·últimas'¡acasblaquemayor influjo posetso', bre nuestro des.tino cotidiano, es la idea.qudengamós,dda.vidii.. En el siglo:XIX; que.era de suyo •Y en todo propenso aLutilitarismo¡,se fraguó una interpreta., cióntitilitaria delfenónieno.vitaLquehaillegad0 hastanosotr0s y.puedemín considerarse como .eL tppic'o vigente;«~egúIJ. ella;.la actividad prirnária de la vidaconsistiría.en·re5pondet a.exigeridiasineh1dibles;ensatisfacerneéesidát des imperiosas.tTodasJas:nianifestaciones vitales ~eríanejeriiplos.de esaacti, vidad~ló ritlsmolasformas del animal.que Sus, movtinientos,; lo iiiism61e1es., píritu dehhoinbre quésusóbras y accibl).es histórica5t Una .ceguera.émigénitá hiZ6 .quelós.hombres .de e5a.ép.oca tuVierah~óló' ój os para1dsJiecHosquepaé recían; en efecto, presentar.lruvida:com.0 unferiómeno,deutilidady ádaptao
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ción. Pero tanto la nueva biología como las recientes investigaciones históc ricas.invalidan elusado niitoy proponen una idea distihta de la vida; en que é¡;ta nos aparece con más grácil gesto.. :c" "'' ' · ·Según ella, todos.los actos utilitarios y adaptativos;todq lo•que es.reacción a preritlosas necesidades, son vida secundaria. Lá actividad original yprimera de la.:vida es·sietnpi:e espontán~a; lujosa; de intención supeifluá, es libre expansión de una energía preexistente;. No consiste en ,salir al paso de una necee sidad, no es t!nniovtiniento forzado o tropismo, sino; más bien;.:jaliberalócu" rrehcia, el imprevisibleapetito.,E1 darwinismo creía que la esp'ecie.dotada:de ojos se habíá producido; enünritllenari9 proceso,merced a la necesidad.o cdn" veniehcia de ver; para l;ucll¡r.por favidafiente•ahnedio; 1.anuevaite0óa de la mutación y.su•aliado . elmen,deliSmonos;deniues,tran;;cónunrigor;ántes des7 conocidd en:bi0logía, quefa:vetdad e5;fmás.bien,, léi :contrario::Lá especie coµ ojos aparece sqbitamente; caprichosamente diríamos,yes.ellala que,mbdifiéa el medio vitalcreaIJ.do 'su :¡specto visible: N bporque haédalta el ojo llega éste a formárse;!sin.ó al revés, porque'apatede el pjo se.kpuede luego;usác0nio,insc truniento ú tih De e5ta•manera:, el repertorio de hábitos ú tiles.queLcaga· espe., cie posée sé· hafoil:ruido ,mediante•seleccióny aprovecharr¡iel).tO. de inhumerq., bles áctos:inütiles.que por exuberancia vital ha.ido ejecutando elser,viviente.· ; ; ¡ ¡ ¡ i..J\sí( pues¡ podenios,d~trib~ir lbs J~nómehos orgáhii:bs *ªnimales·y. hu., manos, .. ;.én:dbs. grandes. formas. de:áctividad:rnnru actividad•originaria;• creae dora:;.vitalpor .exqel':!ncia -8¡ue•es•espontáneay desin.tetesada.;-,.:.; otra activb da~ en que seiaj'>rovecháy mecaniza aquélla:y.que es de carácter utilitario:, I!.li utilidad no crea; :nojnventa,•siínplerhente•aproveé:hay estabiliza Jo :que sin. ellafuetcreado.f, ,,, .. ,, "' ... · "< :i:., .,; ,, , ::L'' .,, ',. ,.""' . , ,. Bejando aun lado lasformasorgánicasy atendiendo sóha las acciones, la vida plena nos aparece siempre com:o tm.esfuerzo 1 pero este i;sfuerzo,es de dos clases: el esfuerzo que hacemos por la simple delectaciónde hacerlo; como dice Góethe: «Es el canto que canta la garganta, e1pago niás' gentil para el que canta»; y el esfuerzo obligado•a que unanecesidadnnpuestayinotfiven[f!.dao solicitada pornosotros;nos apürayatrastra::Y como este esfuerzo obligado;.en que estric~mente satisfacemos•una necesidad, tieh.esu ejemplo iri'áximb eh lo que suele el hombrdlamar. (fabajo, asi aqt!ella:clase;de'esfuerzos súperfluos:encuentra su ejemplo·más claro ,eneldeporte:Esto.nos llevará a transmutar; la irb veterada;jerarquía· y con.siderarla actividad: depoi;tivá.comb la primaria y creadora, comb la más elevada; seria 'eµnport'ahte:en la vida; y la activid¡id.Iaboriosa: c6mo·derivada de aquélla; como su mera.decantación y:precipitado. Es más,,vida.propiamente hablando es sóhla;de'cariz'depofüvo; lo otro es relati7 vamente.mecanizaciónymeió funcionaniiento.'LoY!tal eslaformacióildelcbra" zoysu repert0ri0 de posiblesmovtinientos; dádo e~bi:azb y su~·pcisibilidades¡
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su trayectoria encada caso es cuestión simplemente mecánica. Asinrisrnb,una vez hecho el ojo; las leyes de la óptica física se cumplen en la visión, pero con las leyes físicas no se hace un ojo. A Descartes, que sostenía la naturaleza me~ cánica de los cuerpos vivos, ya decía Cristiriá de Suecia que «ella no había visto .nunca que su reloj.diese a luz relojitos». . .·. En modo alguno quiero decir con esto que la acción utilitaria no reobre a su vez, no inspire y dé.pretexto a nuévascreaciones de la:potenciá deporti7 va;-lcí único que esi:rictarnente quisiera insinuar és que; en todo proceso vital; lcí:primario, el punto de partida, es una energía.de sentido superfluo y libé" rrirno' 1o!mismo en la vida corporal que en la vida histórica; Al hacerla hiS" toria de toda existencia fvivie'nte hallaremos siempre que la·vidafoe primero una pródigainvenciómde.posibilidades·y-hiego una·sdei:ción_entre -ellas que se fijan y corno •solidifican en hábitos utilitarios: Bastaría con'f¡'ue cada cualhiciesere5bhlar la atención sobre elfilmde,su vida para queviese•cómp sudestiilo•individualha coI\Sisti.do en.la selecciól! quela5 circun5táocias afee" tivas .hanido. eje~uuini:lo:entre sus posibilidades personales, Eliridividuo que alo largo de nuestra vida llegarnos a ser es'sólounode-los váribs o muchos que pudimos ser y que quedaron siri realizar como bajaslarneíitablesde nueiP tro ejército interior.' Por eso, iinporta mucho que penetremos en la: existencia · rnuyricos·en posibilidades, a fin de que luego' la póda-fatarque·es elidéstino deje siempre en nosotros potencias invulneradas yrobustas, Esl:a abundancia deposibilidadés es el síntoma más característko de vida pujante; c;orno elutl~ lifarisrno', el atenerse ai lo estrictamente necesario, almodo·delenfermo que ahorra moviiíiiéntos; es el síntoma de deoilidad y:de vida--rnenguanté:' '' i ! " Depende, pues, el acierto en la existencia de la riqueza de posibilidades con que avancemos por-ella. Cada golpe queren ellaredbamos·debe sér sólo . . . uhexcitantepara.nuevps:ensayos. '• •"" · · •·' ;; "' " Perdóne5erne: pero nunca puedo sesgar esta idea sin queveíiga a rrii me" moría, como símbolo de ella, la escen_a victoriosa· que en· los:drcos' solían re" presentar los clownes cuárido.•rni generación andaba']_:Íor su infancia. Salía el clown con su lívida faz'en:harinada, y colocándose en•Ufflugar de la pista; sa~ caba de su· faltriquera un.pito, que se ponía actocar.-Aipunto se presentaba el director de escenayle'advertía que allí no s'e podía• fo car; Siri inmutarse¡ el clown se colocaba en otro sitio y volvía a tocar, pero entonces el_director lle~ gaba irritado y le arrebatába,eFsilb6 rnelodiciso;Tarnpoco se inmutaba el clown anteparéja de5ven'rura; antes bien, dejaba que el· director se'alejase y sumergiendo su mano en' la insondable faltriquera' extraía de ella otro pito y de él nuevas lineas melódicas; Peto .el director inexorable volvía una vez rnáS y una vezmas-le árra:oéaba el objeto arrnollioso. Mas elbolsillo del clown era:unCÓS" mico' sérió in¡¡gotable del' cual salían•unos tras otros nuevos -instrumen.tos
musicales, altisonantes y alegres; odulcesymelancólicos:la•rneloi:lia triunfaba siempre sobre el veto del'destinciy llenaba el ámbito cornullicando su victpriosa generosidad, su iinpetuosainvencible abundancia a todos los espec" tadores; que sentíamos creciente exaltáción, coino si untorrénte de extraña energía emanase del silbo glorioso que iin¡_:iertérriWniodulaba el clown; sen~ tado en la bárrera d'el circo: Luego :he pensado que ven'ía· a ser este clown de-los pitos una burlesca forma moderna del viejo Pan deilas selvas que adoraban los griegos corno símbolo de lavitalidád cósmica:qSer7no Pan•capriforme, que en la tarde declinanteitáñe la zampoña divina y su mágico son suscita rec sonancias en todas las cosas; sereStrernece la fu'entey laho]a, tiembla el astro y danzan' losrchivosirufos e11-1la1linde del bosque!' .- ·Pues bien, sin mayor solernllidadyo diriaquelavida e5 cuestión de pi~ tos. Lo más' necesario es lo supe•flup¡ elqué se.contentecorirespondér ese trictamente a la necesidad que sobreviene seráarrolladoipor ella; la vida ha triunfado sobi:ed planefa gracias a que eh vez·de'atenerse·a la:necesidadla ha inundado¡ la ha anegado en exuberante5 posibilidades, perrnitiell.do1que el fracaso de una sirva' i:le.puente .para Ja victoria de otra, r•e· .. '" r' ·Por estofa palabra que más sabor de vida tiene para rníy una delas más bonitas del diccionario es la palabra1«incitación».: Sólo enbiología1tlene e5te vocablo s_ehtido. •la:físiéa laignora: En laffsicano es una cosaindtádórnpara otra; sino sólosµ causa; Ahora bien: la diferencia entrecausa dnc:itációnes que la causa produce sólo un-efecto proporcionado a ella;I,.a bola de billarrque choca ,corro ira tiansrnitea•éstaun1iinpulso; enprincipid,:igu_alcal que ella lle" vaba:-el efecto es 'en físicaigualalatausa"MáScuando eláguijóll. del.a espui; la roza apenas el ijar del caballo pura sangre éste da·1ma coí:yeta"I!lagnífica;.ge" nerosarnenterdesproporcionada corr elimpulsodela.espuela. La_espuela'11o es caus~, siho incitación. Al ptira sangrelebastall.mínirnos pretextos p'araser exuberantemente incitado; y en él responder a un impulso ext_eriores más bien dispararse: Las corveta5 equinas son; eriverdad, una de lasiinagenés más perfectas de la vida pujante y no menos la testa nerviosa, de ojo inquieto_yvenas trémulas del caballo de raza. Así debió se~ aquel rnaravillo~o allirnal que se llamó, «lncitatus» y Calfgula nombró seIJ?ldor romano. · ¡Pobre la vida; falta de_ elásticos resortes que la ha,gan pronta al ensayo ya! brinco! ¡Triste vida la que i.D.ette deja pasar los -i.D.stante5, sin qigir que las horas se acerquenvibra~tes como1espadas!-¡Dapena cuando 1.111-º piensa que le ha tocado vivfr en 'una,¿tapil de inercia espáñolayretuefil.a ,los saltos de corcel o de tigre que en sus tíérnpos mejores fue-la:bistoriá España! ¿Dónde ha ido a parar ,aquella vitalidad? ¿Esper~ bajo la tier;rav~tusta alguna resurrección?: Yo quiero creer que sí;.ydecidido; ya que no-tengo otra cosa; a nutrirme con iinágenes meforrnofa sigriient~:-:nJ·r1¡; .~ , . nn!i: ,)e' , ... :! 1
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, ·Es Córdoba una.de las ciudade.5 del mundó cuyo subsuelo es histórb. camente más rico. Bajo.la humilde y'quietapbÍilációnáctual desc.ansanlos restos. de seiS:civilizaciones; romana, gótica, áral?e;•hebrea:yespañola dási, ca y romántica: Cada;unarde·:ellas se puede resumir en un:nombre máxk mo: Séneta\·Alvaro;Averroes, Maimónides, GóI1go:fa y él duque de;Rivas¡ ¡qúé' espléndido enjambre de incitacioI1espupzantes corno espuelas o corno . abejas!! Todq.ese.enoITÍle 1tesoto fl.evitálidad'.ejemplar yace sepulto.bajo lá inercia. instalada;en,la superficie;. Diiíase qué Córdoba es un rosal.que, tie~, ne aLvien tola sórdida· raíz ;y dá sus rosas bajo fa tierra: Ello es que; eml¡¡ talle de.Claudio'Marcelo; lo qúe hoy es Delegación de Poliéía y preciSamente. el lugar dond~ son conduqidos los,béodós :Y: sometidos al rito árcaico dtj amo": niaco, pertenecía hasta tiempo re'ciente;fcomo, j:>atio;. auria casasólar de que era dúeña.una•linajuda:damao Ha,cé·algurios:añosf con, motivo de,no,sé qué, ol5rá5; trabajában·µnbs'óbreros errelpatio; cuan\lóJa.piqueta de uno de ellos. tfopéió ·conmñ objeto resistente.;Miraroncón .cµidado y·vieroñ que' efa•una. pequeña oreja .de. mi caballo de bronce:. Cavaron'uI\ poco rnás y.maravilla* do~ vieron que emergía de la tierra; yiaomp.que eil élla florecía úna esplefu dida.te5tá equina y luego elcornienio de'unaJigur¡¡ ecúe5tre de rmnaño. es" tilo. Próbablei:nehte lá;estatua: del propi0'.Gla,udio.Marcelo. Avisaron alá, propietariayéSta•se.informó de ló qúe¡fodía cgstadá•eXhumación dela:es,;, tatua:ecúestre;;Larcuantíruleparédó grandey•eñtonces ordenó•qué··fuese. demuevci cubierta.¡) orla tierra¡ ·Yaunque parezca increíble\ allí;siguesepul;. to'esté españobr\:!icifufus»·corrsµ.fina, cérviz•devenas quebradas y sus.beh fos fáciles a•la·espgnía.Y.como lcis'pesoadores!de Bretana; al inclinarse· en las tardes.de calmasobre1la•borda,desus•barcas, 1freén.óíf:eLfümor de campa". nas sumergidas que llega delfon¡:lo.del mar, piensa uno si al.poner el oído sobre la tierra no se entteoirá•sot'erraf!p el relir¡.i:hoéxaspenido•de este ca" ballo·.de·btonce.' ..-, . \¡:q1:·1f.:ru :~ .i):i . . •· ·;::_ '::!¡·.-~- '_ ,_-~-~ ·Pero,dernos dé lado á e5tas·iroágenesyprosigarnosnuestro canimo::H'.. ,_i
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· • ., '' ;~ ,:•~ ;m, •EUnstinto decoetánetdadr~L,as i:la5és deedád,~Asódhl:io:. , '"'i •cJ.11esjuvenilesC; ELfapto·de mujeres' extráiias,'motivo inidaldel · r:fEstadoc=;-Ehfdu/w aÍ!tesquelafa¡11!lia y elPar!amentD.""-'Origen ·•flelilscetfuiw!. ': ·Ilafam(lia:contrf.1 el·Estadon' ··;' r ,
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. ,;"1;¡Los jóveneslir;;Y0tqui5iera eri.álgñri:díaipróximo hablar largameriteso;¡ bre el admirable filón desecretos;quedestuorirooshlintentru;.una psicología;
no
ae la' juventud. En general; es preciso atacar decididamente la gran cuestión de los estudios •biológicosrniñez, juventud, madurez; ancianidad. - ,,. Permítaseme augurar para tiempo muy próximo la convergenciá de la atención científica sobre este problema delas edades, común a todos los orgarriSmos -· ·· rio sóJo propio alanimal, a la planta y al hombre. Spengler rto ha hecho aquí, como enmuchas otras cosas, más que levantar la caza a destiempo: sin madurez ni mesura. Pero -,-recuerde el lector i:ni pronósticO'- antes de un lustro será uno de los grandesitemas de la meditación intelectual el hecho trágicO de la «senescencia delas razas»; Paralelamente, la biología se c~nvencec rá en estos años de que el secreto dela vida tiene que ser palpado saliendo de este hecho tan evidente como desatendido: ~a inevit'abilidad dela muerte;· Mas ahora he de reduciime a destacaimnrasgo solo¡ característico en lapsicologíajuveni!J•i;.;¡i ,. ""· ··· · · · · ', , Un pedagogo inglés dfo el año pasado a la estampa cierto estudio sobre psicología dela infancia. Se haoíapropuesto1elautorver si había manera de establecer épocasiClaramente.distintas eri el'desarrollo de la vida infantil. A este.propósito•busé:a algúna·actividad espiritual libre de irrfluencias voluntarias y externas, para investigar las variaciones que año•tras año en ella se producen.e' La; encuentra en los sueños. Y analizando los sueños del niño advierte que se pueden diStinguir tres etapas: en la priniera el niño sueña que está jugandó él sólo;•en !asegunda aparece en sus sueños un nuevo personaje, que es 'otro niño, pero este segundo niño ni;> tiene otro papel que el de espectador; está•allí.paraverlejugar.•Tras.ésta:viene una última. etapa.,ptóxima a la pubertad; durante la cúal irrumpe'en el sueño del niñó todo un grupo de muchaéhos quejuegan con él y en cuyo enjarnbre inquietísirD.o queda súi:nida su individual persona. i .• . ' · .. '" · ' •· · . •. . , , . Es; eri efecto, una de las .fuerzas deci5iva5 en elahna deladolescente; que no ;hacesino amnentarse en laplenajuvenfud, ehpetito de convivir, con otros múohachcis de su.edad.'Se quiebra el aiSlaIIlientodelacprimera infancia y la personalidad del muchacho se derrama por completo en elgrúpo coetáneo. Ya.no vive p9r.sí ni para sí:·nóquiere y·siente como individu9; sino que se halla absorbido pqrla persorralidadanóniroa del grupo qué piensa y siente en su lugar. De aquí que la adolescencia y la juventud searr:Iasazóri de las anús.tades; Durante ellas.él hombre,•i::onrlaindividualidadai;¡nno{ormada; vive sum~rgido en el enjambré.tnúchachil que vaga indiviSo; inseparable, donde los vieritos:le empujan.sobre.eLvergel.dela:existencia, Yo llamo'a'este apetito soberanamentesociable!el.ffistintOdé coetanéidad. . ,, , ;: , En el últii:no año; un niñoide dóce, que me es muy próximo, de ahna limpíSiroa, esbelta y fragartte;•se:acetcó un día asu madre y le dijo: «Mamá;.inañana vamos de extursiqn:todós losdelcolegió, chicos y chicas; Yo quiero que
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me arregles bien la chaqueta; que me des uTupañuelo de seda para el bolsillo y cinco pesetás para bombones». Como el garzón suele ser de,11Ila bronca y descuidada yar0 rúa, sorprendió a la:madm tan reíµilgada•exigencia y Je preguntp a.qué yerúa todo, aquello, El niño, habitúado a yerter por: entero sus seo cretas a la madre; pronuncióentonce5:estas deliciosasp~labra5: -«Mamá;Bat bes;.; .e5.quenos:gustaruya1las:chicas>>. No .dijo:: iime. gustaniy~ las _chic~S>> :1-o delicioso de esta•frase.radica,en.el J
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iQuéhaaconte\:ido en esé.tránsito dela horda info'rnie ala tribu orga7 n:izáda~ 1 :¡l f .•
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- l!asJ;iordás vagabana.ñosyaños,sintropezarseunascón otras¡·_elnúc mér0 de-individuos de la especie humana era en tódo,elplaneta muy reducic do. Pero-hubmevidentémente uha épóca de enorme•proliferációh que densic ficala poblátiónoias hordas viven cerca :upas de 0ttaslEste aumento-de población es síntoma dem;1a mayor Yitalidad\!Illa especie, de U:n desarrollo y perfeccionamiento~n-sus_facultades:---' .. ,,,¡., •i _ '· ;,,,-i ! L 1\7.acaece quelos 'muchachos. de dos O. tres hordas próximas/ impulsados por'e5e instjnto:de sociapilid¡¡d coetái;tea, deciden juntarse; vivir enico7 mún, 1Cl_aro es qui; no .para permanecer.inactivos: el joven.es sociable, pero a la par.es hazañoso¡,rtecesitaac0tnetel' empresas::ID.defectiblemente entre ellos surge un temperam,ento' o:más imaginativo; o,ritás audaz, O¡Illá5 diestro; que propone la grán-bsadía, Sienten todos,- sin.que sepan por qu~;1tin extraño.y rnis!!!riosóasco hacia fas m;ujeres:parientes consangumeas cbn qµienes•Yiveh erula.horda; haciá:lás,mujeres:,coi;¡ocidas;yun·apeti_to:de,imagihacióhohacia las mujeres otras, lru¡ desconocidas;-la:s!no-vistas o sólo, entrevistas'., -, , ,_, ¡,:Yentonces halqgaruna:ddas1acciones·i;nás geniales deia-históriahuc mana;de.-que hanirtadiado-rnásgigantescas consecm;ncias:,deciden.robarlas mozas_ de hordaslejanas.!Pero esto no•.es empresa suáve:·las hordas· no toleran impunemente la sustra_cción de sus mujeres; Para robarlas,qayque combatir, y nace.-\a 'g{\erra:comb medio al servicie: del amor. Pero Ja guerra suscita un jefe y requiere uná-disciplina: .é:on la gue,rra queieLamor:inspiró surge·la au, toridad;la Iey y la estrtii:tura¡social-'Perounidad de j efe!y disciplina trae conc sigo, y, a_ la vez, fomentafa uilidad de espíritu, la prebd:tpación en comúnpOr todos los grandes problemas. Y, en efecto, en estas asociaciones de muchachos comienian el clllto a los poderes mágicos;las·ceremonia~yJosritos; , .-La vida en común inspira, la idea de construil:un albergue, estable y ca" paz, que no.se\\Ja-guarida•tranSitoria Ola simple pantallácorttra el viento. Y asLocurre que•la primera casa. que' elhoinbre edificanb-es la casa dela faniilia aun 'mexis!ente'¡ sinoielica5ino de los jóvenes; En ella preparan sus:eltj:>edi" dones;' curnplensús.ritos;¡eri ella se;dedican al-canto; a la.bebida yal frenéti" ca banquete común; Es decir, que el «club» es, quiéra5e.o no';rnás,ántigub que elhogá.r·doméstico;-i:ómo:·el casiri.o·qU.ela !ca.Sa~'~_b; >;: '(-''-\'-' r!--; -.. ; 1 '\1 ,._ ' 'lj' l Está,prohibidó, so pena-mortal; ados hombres_ maduros¡ mujerésyniños entrar en.el casino-varónil;que~cpor sus forma?subsecuentes;llamanlosetnólogos!lá:«éasa de·lps•.solteros>f.'Todo es•en ~lla rnisterios9;secreto y tabú, Pórquees un hecho sorprendente.que'esta9 primitiva5 asociacioh¡;s,juveni" les suelentenet.el carácterde sociedades secretas;' de férrea djscipliná interna, donde se.cultivan las destrezas;Vitale5 dela, caza y, la guerrmcon un severo 1
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entrenamiento. Es decir, quela asociación política originaria es la sociedad secreta y que si sirve para el placer y la bebida es, al propio tiempo, ellugar don' de se ejercita el primer ascetismo religioso y atlético; Recuérdese que la más exacta traducción delvoéablo ascetismo es «ejercicio de entreruiÍliiento»;ylos monjes no han hecho sino tornarfo del vocabulario deportivo usado pór lds atletas griegos; Ashesis'era el régimen de vida delatleta, llena de ejercicios y privaciones. De donde resulta que eltasinodelos jóvenes; primera casa ypri7 rner «club» placentero, es también el primer éuarielyel primer convénto_;.;:¡ ' Las divinidades son;·corno he indicádo¡ divib.idades de cazador: lós ani~ males, y su culto tierie carácter orgiástico y mágico; Se conquista la benevd• lencia del'pbder animal trascendente imitándole en su figura y en gestos ri" tuáles que se•conyierteri eírbrincosy danzasfrenéticas:Haydíassolérnnes ,eri que el enjambre juvenilse cubre cori máscaras hórridas, que fingen rostros.:de ªnirnal, y sale pqrlos campos clamando en frenesí, dando al aire un' trozo de madera ·que girando alextrerno de una cuerda produce uri sonido mágico¡ al oír el cual lilsrntijeres yrriños huyen'porqueles e5tá vedadó ver el'fant:iísi:ico tropel de danzarinesque·en fiestirernbri'agadóraparten para una «razzia» erl buscá de.mozas lejanas; EJ traje de•guerra•e5 elmisrnoque el traje decfiesta: la máscara. Y fiesta,· caza y guerra permanecieronmtichb:tiempo indiferencia" das: por eso casi todas las danzas primitivas sori'la·estilízación de gestos venatorios o beligerantes: ··Todo esto que·acabo de decfrunpoco atropelladarnente,porque•otra cosa 'requeriría¡una extensión inoportuna,, ha de entenderse que•no es uri conjunto dé súpósiciohes mías. A estas'hotas;posiblemente; todo esto que digo está, en lo esencial, aconteciendo tomo lo digo en varios lugares de nuestro planeta. ·· '" Vernos; pties, que laprimera sociedad hurnána¡ propiamente tal; es.todo lo contrario que¡una reacción a nece5idades.impuestas::La primera sociedad és. esta ásociación,dejóvenes pararóbarrnujeres:extrañas aLgrupo censan: gúíneo y'dar cima atoda suerte de bárbaras hazañas. Más que a 'un ;parlamento o Gobierno.de sev~ros magistrados, se parece a urr Atletic Club: Dígame el lec, tbr si e5 tan eXé:esi'vo como eriunprindpio pudo pareé::erle•proclarnar elmri• gen.deportivo délEstado. ·" · ,.,, ·n Lo que en épocas pulidas de deéadencia y romanticismo va a sér el ~onár corlla princesa;lejana;foe en giro toscb-yj:>rimitivo el incitántej:>ara tari'rnagníficas creaciones1 En él sé origina la exogari:rla;•es.decir, la ley primera rnatric rnonial1 qui; obliga.a:buscar•é.Sposa·fuera de los corisanguíheos.Lairnportán.; cia biológicaqueesto haténido para la especiefhurnanano seóculta a nadie! Fue el robo/ el rapto; el pri±ner matrimonió, del qúe quedan residuos y huellas simbólicas enmuchas formas posteriores dela.ceremonia conyugal, y hastá
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el vocabulario amaro.so que llama arrebato; es·decir, rapto>al impetuoso empuje del sentimiento erótico! ·• 1 ,.
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El EStddci griego! file¡fratrfa; he.taifía;_.,_ La sopa negra de mri<1;•salios,' cónsules.'-"El Estado · 'Yelcainavali '' ,;;',,:Í(f;_;-:r¡ ;:::1d::F~· 1 Esparta.~ El Estado' romano:
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. Yo hubiera'querido ahora decir aigo sobreíésdmpetu amoroso, que tan. sorprendente fertilidad histórica nos ha revelado;;Talvez encontrásemos, eq el.amor el prototipo de la vitalidad primaria, el ejemplo mayor de deportismo biológico. Pero sería hacer interminable este ensayo, y necesito todavía diric gir la atención del leetor hacia épocas menos primitivas y más conocidas de él que esa hora de albor y madrugada, donde hasta.ahora le he retenido. · h , :·Conviene, en efecto\ mostrar,lii fei:uni:J.idad•que esta sorprendente ilurnináción; con que.hemos sido favorecidos eh la zona·etrtbgráfica, tiene para aclarar muchos problemas, hasta ahora indóciles;· de lds tiempos plenamenc te históricoscl.o cierto es que dondequiera que presenciamos la incorporación verdaderamente, originaria deuri organiSm.d politico,:dondequiefa que entrevemos elnacimiento de un Estado hallamos lapresencia.del«club»juo venil, que danza y combate. .. " •.. · ~ ·. ' Es curioso advertir que los historiadores de Grecia y Roma no:saben qué hacerse con el estrato más profundo, más arcaiéo de.institudon~s qtie ene cuentran en las ciudades helénié:ás•ylatinas.' Porlo quehace a,Grecia,iestas instituciones se llaman file,fratria, hetairia. Los helenistas entienden el sen-, tido de estas palabras, pero. no entendían hasta hace poco qué cosas:erán las así designadas. File significa:tribu, pero no como unidad de' consangriíneos, sino como cuerpo organizado de guerreros. Fratrfa significa.hei:mandad, y hétdiria;compañía:Antés de que eXisra lapo lis, lá:ciudad con sti CoÍIStitución, eL¡:iµeblo griego seliallaba éstrticturado en esas otras formas: Ahorábien;Iá Jratria o hermandad, que tiene entre los arios asiáticos su corie5pondencia•én la sabha; no es:más que la clase de edad de los jóvenes, organizada en asociación de fiesta y guerracNose olvide que; coniohe dicho; primitivamente:Ios jóvenes llaman padres á todos lcis hombres dela clase' más provecta, y sella" man'ehtre:SLhermarlos; Ené:uantO a.11etairia, ó colil.pañía,.claramente indica su nombre eL principio ~sociatiyo,de sociedads¡;creta, que reúne en tomo á unjefea lo~ :varones.IÍ).ozos'. .Es'exactan¡.ente lo iniSmo. qtielos.ge_rmanbslla'i maron Gefólgschaft; esidecir,dosique siguen aiuno lealmente, los «secuaces>!; Ennuestrovocabula:1;io.militárperdura ésteséntidoorigina:rio enla'palabra «Compaipa>}_:d ;.1 ,: L~ ,: 1 ¡: ; j rl.a·:geftte átic!Leí:ardeiµasiado:ihteqgeríte,:y la.agtideza:mental es:una sublime inquietud y como .una neurastenia mara'vilJ,osa;,tj,ue.déshace fácil.; niente e4organismm:Pon1t50 en.Afenas:tododo.•tradicional se borró pronto, y el cuerpo.social ehtra;·désde lµe'gp;;ei;i.un:proce5ó dé reformasutópicas,. qui; a:cabaíLpo:raniquilar1oc:Ponestiu:Rzóí:J!quédarí en·ehAt;ka tán escasos residuos de la organizact_ph ptihútiva; Esparta;·por.eLcbntrarib, piensaimenos y vive mas.rediameíite; 'Alliencbn:tramos' las fiatlTÍas·en pleno:vigo[,.bajo la especie de.orgánizaciónmilitar: Los guerreros :vivepjuntos y aparte de stis:familias;Ja
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solidaridad de su asodación;culturál ybelica se simboliza en las famosas cenas, dohdesefomaba la:«sop'anegra»; que era un manjar ritual. Yno es extraño que aquí sea' donde se localiZa el.mito del robo deHelena, que era primero una diviriidad lunar yluego una mujer extranjera; El que quiera comparar ]o qtie '.se sabe de'la yidainilitar lacedemonia con:cualqüiera asociación dejóvenes.de las existentes aún:enlos pueblos llamados salvajes, los Masai del África oriental; por ejemplo,•se sorprenderá dela identidad, ·Siun eXceso de agudeza e inquietud intelectual-·forzoso es reconocerlo¡ porque la historia nos lb demuestra reiteradamente"-' descompone, como un álcali¡el Estado, llegaéste·asumayorsolidezyperduración cuando un pueblo moderádame:iJ.te inteligeftteposee cierto:extraño y nativo-don de mando .. Éste fue el caso de Roma,; como hoyloés deinglaterra; Y, D.otableseniejania; ambos son pueblos que se. caracteriZampor su maniática conservació.n del·pa,sado:'' ;.,.. _.,,,, .,. ·'·'' ·. ,,;. · .. ·. : Así se explica que habiendo Roma aparecido sobre el.área históricá más tru;deque:Grecia¡,coD.serve muchosinás•restos de.arcaísmo. Ello es que ene! subsuelo de•la•es\nictura•politica.romana;hallamos:residuosvetustísimos de sns:ibstitucionesptihúti'vas :·' tan~etustcis;·quelosarqueólogos;r'omanos.máS antiguos•no las!cómpréndianyaJ Estas·ibstitucioríes secioÍIServaronsiempre en Roma como ibstitUcioriesieligíosas;pero nci porqueJo fueran propia: y excltisivamente;sino'poi:que,·segúll'es sabido, •toda instituéiónarcaica que ha perdido faact:Uálidad-de's11s otrás:interve:iJ.ciones .tiénde a conservarse como fenómeno religici5b!Todo.lo vetu5to ql,le,yano:sé.entiendese carga de electricidad míStica y se hace religioso. No en balde supervivenciáy superstición son sinónimos. ··:r· Así acaece que lá di'visióI[ máS antigua:: del Estado romano es la curia, y que a la hora en: que vemcisiaquél bajo tina .plena ltiz' de historia', las curias río SOI[ ya·más qúe asocia¡:iones· de:piedad'j:mtriótica, en que sé rinde culto a las divinidades; ro telares de.]á ciudad. El hombre mí5mo c;wia no se sabía, ni lo supieron los romanos,. de dónde procediá. Lós filólógos.contemporáneos se han dado de cabezádáspara·¡¡veriguat cuál era su etimología. Poniase en re~ !ación con.Cures.y Qtlirites.,-,-Ios hombres delalaIJ:Za..:..,., pero no se.lograba confirmar'. tal origen;. Alpunto :veremos· que uríll nueva etimología, sobremac riera palpable, .recibeinespefada,ilurnina:ción merced a esta doctrina sobre el origen del Estado, ;e Junto a las curias, las ríiás mtiguas instituciones roma,nas son los colegios.y sodalid.ades'o compañías de sacerdote5. No h~ de hablar de los colegios de pontífices y a,ugures, aunque tienen mucho que ver con la tesis aquí sustentada. Prefiero referirme sólo a una sociedad que, por el arcaísmo de su vestimenta ceremonial, de sus ejercidos rituales y de sus cantos, suscitaba
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ya en el romano del sigki ffantes:deJ. C. u ria impresióiúnixta de iespeto:Y comicidad. Setrata dela corporación de.los sacerdote51lamadosSaliir.Coníó casi todas lasinstitütiones. prüriari~side Roina\poseíatiria.estrui::tura duál' formada:por dps. cµérpos; ,de doce°ltliembros_:cada ·uno) Estaba consagrada al ,culto de Marte; eldips' latino,. que simboliza anin,tieinpo:fa:guerra;la agn~ culturay:elpastoreo ;En ciertitSJéchas; sobre' todo 1en.la .de Marte¡ celebrac han los salios sus procesiones, .eri.litS cuales panzabari:un!! p~itiva dama bélica. De aquí su.nombre; Salii-,. de salire-,;.,.,saltar; danzar. El jefe de cada uno de los cuerpos,: que danzaba delante deLrestci como de un: coro', sella{ maba prne"sul; elqtie·b¡tila delante=pórque elter:riáisures eliriisfuo, t~í:íia sal,.;+;. de saltar; De aquíex-csul\ ,el·dester;rado{,eLexilado res decir,: el que:hi¡ saltada mas' allá dela frontera; tde aC[Uí ihcfühili:el:peñori:queilia saltado' en el mar1.e :Vestíarimn traje•queyaparecía grotescm;ipeTio, que eraínimásmi menos que el antiquísimo indumento de guerra-···-eltraje usádo p9rfos,pa~ tricios hasta'el siglo \illantes deJ;.C;~;.Jpbrtaoa!l unos grandes escudos de forma deslisada.. En Roma se;veneraban estos escudos .poblo mis'rµo que sehabía,perdidoJatfoción de1su origen¡,Erancófu~rvados• enúria.«rnfilisióm; llarriáda,turitHalióninvCkeróri,±efiere qüe;habiéndosbma vez incendiado esta,curia or casa,delos salios\ se: halló eiiélla elbáculo ..feal de1Rómulo :)'rá" tase dela conexiórvde está s9ciedad ¡:orrlafyíndaciórrdel Estado -romanó'. El canto, o cánnen saliare era .únhimricí-a Mart~;'bajo:'\lom,bres'Y convocablós tan antiguos; :que.nadie en;Ronia Jos enténdímyái!En',sÜici\iÍia• celebraban; i! costa .del ·EStado, ·cerias:ritüales tari qpíp,ara5;1 que efa;Üsádollániá.ra toda grari con:iilona,coe-,1a.SaliOl1.nri;;·: ,,.¡;-r~ ..,¡.J¡·;;~_r':·ic·,·· : ·;j"' ·_ 11· ;;:-L1·.~ Como se advierte, encontramos en esta sociedad de los danzadores•g\ie~ rrerostodos.los síntomas dclprlmitivo:«cluh» juveriiLY. lo hallamos:todo ello unido alá fundaciorrddá sociedad,' es deéir,< ¡:lelEstadmrqmano: '5ils proce"' siories eran elcentrodeuri•gran.fe5tival1ufüanorquetomaba cariz:org{ásti~ co, delmismo sesgo,qudafie5ta de las lupm-i:ales;.qüe e5;:enrpafte;,la ráíz de nuestroCarnavaL.i.a:liípei'cal1tiS.láifiesta r;lé1mlobai,1tciteilii>mrbahodeRom~i En ella, unos'ciur;ladanos sé disfrazaban.;toriJpielepde.lobo;·mientnis otros; vestido'.sde pitStores,los,pefseguían;.Usandocunosy;otrcis de cardos;' con que azuzaHan a.los trafueúute5; Esta fiesta de pastores, qué. darr;cazaaUobo en~ migo se conserva, en forma'seméjante;eriim\icha.5 itSociai:iones!varoniles· de África y Melanesia. , .. 1: · · .Perolo'importante es advertir que c:uaI1do Ronia,de5trona sus reye5, que eranetruscosyfsigriificabaú ladominaciónekttap.jera;fos>romimos quiei:rn • 1
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retornar a sus instituciones primítivás y sé oí:gariizarienrepública. Al frente de ésta, como máximos magistrados y suprema representación del Estado, aparecen entonces súbitamente, sin que se sepa de dónde procedía ni la esencia ni el nombre, dos cónsules. ¿Qué son estos cónsules? Los gramáticos disputan much? fodavía sobre la etimología de este vocablo, pero entre las varias propuestltS hay una, preconizada, entre otros, por Mommsen, que pone en relación este vocablo con exul, con inSttla, con prae-sul. Viene ésta, con perfecto ajuste, a terminar el arco de los orígenes políticos de Roma. Porque, según ella, consu!es significa los que danzan juntos, es decir, los dos prae-su!es o jefes de los jóvenes guerreros y danzarines, que convivían en la asociación varonil'. Su casa y solidaridad se llamó curia. Pues bien, la más reciente explicación de esta palabra no es otra que cmia-covhia, es decir, ca-varonía, reunión de hombres jóvenes. Nos e5, por tantó, evidente que bajo la especie decaída dela corporación salia hallamos la supervivencia de los primitivos. «clubs>> juveniles, ·fulldádórés del:Estado .forriano;Y, ·para cohno ife convergencias su~ ge5tivas\:recordamos que.se erilaza cori lainstauraciónde laciudadl la leyen;, da·dcl-raptoc!~las sabinas· como una: de lás·píimeritShazañas.realizaditS por Rómulo y sus·éoll).'pafiermL!Nue5tra interpn;taciónpermité.recorióceren esta leyénda•unhei::ho .bien·generalíy:notorio;·tai:adterísticode un estadio en la evolución.s_ocial:-En.losritos matrimoniales de Rorila:perdnrólii huella del rapto originarioryaque;:cornó:es sabido,.la.espos8.; aLtiigresar\ffi'la.casa de'su Ill,árido; no lb hacia poi s1i'pie,'sinoque'éstecJ.a:fomabá en Vila/a fin' de que no pµiaseeldintel; simbolizando 'así qu·e habfaSídoarrebatada'.. ,, ;-;;y: '" ' '· " Pero el te'ma sería inagqtable.c(!¿uedé'áquí;:porahorá, ésteesC[úemáticq dibujo'sobreeLorigeirde¡:iortivoyfestivaldelEStadot;,. ,, ' ·L'' ·
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En modo alguno doy como firme esta etimolbgca;_Hoj;_en rigor; es·prefetj:dn·.otra máS gris e I!ist~~-c~en_~':lllJ!np~ ;Y~r?_~¡~'1:~~µ-~ ~?}1éti_~1:1}~t;1ff;~pe,1_~F ,_ ,f -'~ -: ,- ¡_, :.L:: -~- ur:- ,_..-, ·: , , 2 ·
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Paql_lo?_ que perstga_n con 1nter~ estas cu~tiones _anado: aquf,_1acon1camente~ ll:ªa- ec~actón
qUé·riiúi!Stfáléhti"e-los -germaiiós¡él illisrila·origeii:dél1ES-fiidó. \[os"SO.Stenes-del ES ta do sbrilos iic!OS 1~p1J1~·- Ri_zo, ~-,~ p6derp~o--~l Ri;~llt;;, (~igftj9.~tY1-.$ g~-geral, lqs _nobles del~ '.éJ.)iCa s0:n Redu;r:i-) ja; y~n-9,~ozo ague_rridQ,. Sµ_po.4erí¡;J .~I!.t;idt,y ;tdo~d.e_sp poderío alc~nza_, Rdcltla~d. Co_~te,_p11~
clue1 rlcéino!sf~C~ ¡)bSéedOt 'a~_¿ú-aritl~'ftd~óhi{CaS. E1:ncb'-1tOr]!~·no-ern:·rtco p~_~cíllé fu es'e; ••p-ra·~
pietárib de los;instrhrilentos de la -prbducCiófút-~:·sma; al revés, era dU.e.ño de tf.sOrOs porque: era rico; valif!n_~~ 1 _aguertj~q.,.,_,"_:; :t2., ~-_-::_,r;;r ' _ '. ¡ -;i-·. ___ . · .::/_,;1~ ;__( ."' ;:•r;·r.~~·;
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EL SILENCIO, GRAN BRAHMÁN ':•
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Losdi;,c~pttlo;, pregun~ron un~ vez al sablo mae5trb de lll India cuál era el gran brálirriári; es decir, Ia mayor sabiduría/El maestro·no respondió; Crn¡ yendo' los discípulos que estaba distraído;.reiterardnJa pregunta, Pero él maestro cálló también; Otravezyotra idsistieron.los discípulos;. sin obtener mejor respuesta. Cuaodo se hubieron cansacib de preguntar;elniaestro abrió la bocaydijb: «¿Porqué habéis repétido tantas vecesvile5trapregunta¡ si a1a priniera os respondí?,Sabeclquelainayor sabiduría.es eisilencio»!"i' ' En sánScrito', la arista dela.paradoja. es IDás afilada, porquelirahmán sig" nifica, al mismo tiempo que sabiduría:, fói;mulafenuriciado, expresión; algq parejoalLogosde la gente grieg¡i;.Y/cortio.siempr~aéontece; está; que-en labios del indio fue enorme paradoja, honda pmizada.en la merite, que la'haée estremecerse de súbita claridad, es hoy un tópico. «El más sabio hablar es el callar»;dice.]a vieja del pueblo, sin saber bien lo que dice. Por inevitable necesidad dialéctica todo gran descubrimiento acaba convirtiéndose en lugar común, y.entonces.pierde su.verdad. La mera repetición.lo invalida .. Elpen~ samiento vivo, consciente de su propio sentido, se hace giro mecánico, por el cual lamente se desliza inerte y sin intuición. El desdén al tópico no proviec ne de un injustificado culto a la originalidad, ni implica por fuerza snobismo, sino que está bien fundado en la advertencia de que es la negación delpen'' ,,. ,,,, · . , samiento;mejor aún: su'suplantación. '' · , · "'" · no V\l,1Ilºs a ;h:¡iblaral¡.gf#cle estó'. I\li'Mq~íer~ vam¡js ~'ei¡,!i'.º. Per,q ,,, ,,,.,,. '-·"'"'·'·'" '·' ,_,, .. ' ' ' ' " ' " " ' ' ' ' ' · ' _,, ' ' .. _,,,_¡,,-,-.l ... _,, -- i-""·""···'nos con la sentencia del indio para ayeriguar si, en.ef(!cto, el conocimientosup premo es inefable. ,Eterilamerite se dividiran lbs ho.mbres en dos grupos: los ue'ven en ,. Ha.Stil !!cióD. 'tiintra la verdad q,,,,, ., fa'i'riefabilidad ' " ' ' ' ' un ,, mal .,,, sfüt6rna ' ' ,,)'., .. ,.úna'oB· ! ' • .. !!~'!'''''""'"''!•''''''''' de 'un pensamiento.;,-,-se llamarán a sí mismos. «dásicos>>=,.y:los que recorro;.; cerán en la mudez el cariz de todo lo sublime-y se llamarán «Torriántiéos» !
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Lo más probable es que ni unos ni otros tengan razón. Ser o no inefable es indiferente a la calidad de un conocimiento, puestó que compart~ la suerte de indecible lo más elevado con lo más humilde; NiDios ni.el color de estepapel pueden ser descritos cdnpálabra5. La inefabilidad es una linea fortuita que marca los !úpites d.e la coincidencia entre el pensamiento y ellenguaj e, Esta linea.deja fuera tal vez los grandes picachos de la intdección; pero también elimina· trozos mentales de infimo valor. ·, Más interesante que este género de iriefabilidad es otí:o. Cuando el indio calla, porque su saber nó puede expresarse con palabras, no calla en rigo'r. Callar.es dejar de déci'rlo que sé puede decir. Éste es elsilericio fecundo ,-'-'-no mera ausencia de vocablos, sino acallarniento,de ellos, ehetenedos, silenciarlos; Muchiisvece5 enlavida ejércitamos segim eLprbpid a:lb,edrío este acc tivo silencio; Por talo cual motivo empírico o caprichoso dejamos de dei::irlp que podíamosmuybien decir.Tampoco.entales casos tiene gran interés teq" rico mle5t;ra taciturnidad.', · · ,. '"' · ".'R!!ro,hay>una ~abiduría; sobremanera.importante,quepor SU"I\1ÍSma condición está condenada al sileni::iamientb. La existencia de esa sabiduría y' de su foriosa;niudez es una averiguación que propiamente se hace sólo en cierta altura de la vi,da. Claro está: se.trata cfe.unsabei:sobre favidahumana¡ la de nuesttosprójimbsy la nuestra:¡Nb es uri:coriocimiento.puraménte genérico; como lo són, en uno ti otro sentido,. todos los·científicos{induso los históricos}, sin.o unconcretosaber,de éste Y' eL otr_oi'y eliot:io individuo, que puede enriquecerse conTeflexiones generales,,peró queensu base·es iridi~ vidtialisimó: ,Sí; e5 deusted¡arnigá niío;.de quieriyo·sé niu chas 'cosas'-no hechos de su vida,' sino de lo que usted es, de: su ser indiv:iduaLYde usted también, amiga mía; señora gentil, sétanto, que podríamos hablar mucho, mucho tiempo sin agotarlo.Y conste que en todo esto quéyo sé de usted no hay nada queme. haya sido contado·por nadie. El qué sabe de los demás sólo o principalmente loquele cuentarr--""en:el.mejor caso; •los actos externos de !apersona .' ;nó sabe nada deéllos .. Amigainfa,.yo séde'ustedinco1Ilpara" bl'em'ente'.más:1Sé·precisarrientecasi todo.lo qu11 no se pue,de!cont¡¡r:Ésta es la cuestión a que me.réfieroiPara definir mi sabiduría de usted no eri• cueritrootra'éalificaciónque:la necesidad desilendarla: Es una cantidad de saber quesernidepor la cantidad demtltismd'a que obliga.Ysiyo fuesemás perspicazy supiese todavía más de 'usted; más.hermético tendría que ser mí silendo, :;' " · Repito;qué sería trivializar el tema suponer que esasabiduría'tácita ver~ sa sobre acciones del prójimo que vulgarmente secconsiderarl:vituperables; y; por tanto, 'propagarlas implicáría perjuicio social pará él. No,, señora mfa, no; si usted yyo sobreviviéseriíos,al resto: efe la sbciedadyen soledad dual
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cohversásetncis sobre el planeta desierto; yo tendríaque callar micónocimientci de usted, so pena de caus¡irle grave daño, y de retrocesó hacérinelo a mí; pói,, que·nuestra amistad se:romper.íaj No es dado'ª nadie quebrantar el esotetis" mo de este género desabidirrla;porque elsilenciohechosobre ella es:viejo'de todos \os siglos humanos;y:no estamosprepárados para su: ácido relente¡ Seríamenester educar poco poco las generaciones siguientes sise quforelle2 gar -y yo creo que se ha de llegar~ á aventar esta hermética ciencia qi:ie lcis-unos t'enerriosdelos ótrcisytcidcisócultamosc :' •. · -.. · '·'·-' Este conóCimientodeiprójimosepro¡luc¿muylentamente;:díaa día] Va precipitándose enfüiísünas capas,; como i:inpplvo impálpable,,sobre nuestro fondo. La1lentitud'de esi:aadquisiciónJíace que no reparemos en.él conforme lo vamos•adqUiriendo:¡Es ptl!ciso que:se:hayaacumuladoen gran bmtidadi que las fillas·capas•superpuestasfohnen=éstratO'degiuesóTespesor,:paia que un día, muy adelante en lii:vidavsinlfl!rios de.pronto smpeso; :Eh top.ces volvemos la vista a ese tesoro subterráneo, tan imprevisto;1ys1rpropiaysúbioi ta riqueza nos angustia más ·l;iieivquenos.cómplace, •Porque1[có.mó ·expresarlo?· Se trata: de conocimientosindividualísimós.euyó enuÍlciado.:implicarla fil: núrrieras palabras; Aunque ~ólq;fuese:pC>_r esta razón:;nós aniquila e1 simple proyectó de·comunicarlo:'Nossofaecogeunafatiga:anticipada":,yprefetimcis callar: De cuando encuando;·ahogadosipodapropia·aburidancia de saber hu-' mimo;:coriienzaiiamos a corimnicarlo ~hablando coruel:mejor:amigci,rde quieri•rrie'nós-malas•ihteligen
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por serlo,. va impidiendo la ingenua emisión de nuestrosjuicios sobre elprójiino; nos enseña e induce•a no'herirnos losurios a lós otros, a tabuizarri.ues" trasimpre5ione5, a reprimir; eri suma, la opinión minuciosa que de los demás tenemos. De esta suerte¡ 'el mismo cliina social quefahace posible
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.; •'cLa censura .que automáticamente·ejerceinos sobre nuestra 'IDejor•sabP duría, sobre nue5trO saber del prójimo, kimpide llegara•su ]J'erfeccióhrLa impcisibiliaad de tomunicarlo haée'qué altetibiru'na <
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cultura-; y no viviese reducido a una producción espontánea y balbuciente¡ ¿cuál sería nuestra cienciá del hombre a estas'fechas? En vez derepresentarla palabra «antropología» la disciplina tosca y ridícula que hoysignifica, seríaa estás alturas e1'nombre del saber más plenario ymáduro de todos. Como Ga,c lileo pudo en su hora aí:mnciar la nuova scienza que-era la física-.--típica de la Edad Moderna~, cabrfaanunciar la antropología como la nuova sdenza, el ejemplar y más rigoroso saber del tiempo futuro, . -'· · No es esto desconocer que el silencio hasta ahora observado tenga sujus~ tificación: Rectiérdese que se trata de un conocimiento de lós individuos como tales: En las-épocas dutantelas cuales el hombre iba coriquistando.sufudi" viduación, en que nace la individualidad, no eta conveniente perturbar su del licadafermentación; Todo nace.enilaosi:uridády en él rilist~rio:Esilusorio pensar que la génesis comienza con la luz sobre ella. Lo último que sobre algo se hace es la luz_. Es la obra del sábado. Tan cierto resulta que todo nacimien7 to es misterioso y mudo, que el saber mismo, mientras nace, no habla. De aquí que en la etapa inicial de las ciencias parezcan éstas un tesoro secreto que es forzoso callar; Todo conocimiento vive una.primera época de.esoterismo: es,unmisterich ·Es tabll. Eri la misma Grecia; tiuigenialmente indiscretacy decidora, que en elLogosha•divinizado elDecir, la matemática.y la filosofía -.-pitagóricos, Platón, Aristóteles-"--comienzan como sabidurías .herméticas: Hacia elfin de su vida toma Platóll.el estiletey·escribelafamosa,.« Cart'asép~ tima»;paraprptestar contra el-rumor ségún.el cual hubiera élaños1an_tes .íe0 velado,al tirano Dionisia sus-ideas sobreiosniáXimos principios dela-Na, turalezá: Y la prueba de que esto no era cierto -conSiste enmosttát qtie sabid'nríaS tales no' pueden ser dichas pot uno a otro, sino que permanecen en el secretó de cadacuaLLo más 'que cabe es disponerseJi;mtos, por medio derigorosas discusfones; arecibir la definitiva iluminación; El verdadero saber es' el arl cano que guarda' en sil seno unaminorla. de:h6mbres selectosf{34:1-Ek«Al me,. nos, de mi mano no existe ni existirá jamás una obra sobre as1,mfos tales»·":' Elsabei germinante se reviste siempre de.misterio,iliasiá:e1pimto dé que, viceversa; donde1 topamos géstos y signos -inisteiiósos• sospéi:hai:nbs¡generifa sari\.enfe la ocultación de algúwgran.saber. De1aquí que durante..veintiséis siglos se haya atribuido a Egipto la mayorsapiencia; no' mas que por set sú es" Crituralamásmisteriosa.1 w• .,., !i _,,¡. --.,¡¡J!:F•'- ' ! ' Pero si el saber recién 'nacido exige este abrigo'dela hen'netizacióny esté amparo del silencio, 'no pasa lo mismo cuandosehace,adufto; Alcontrariol hay.una hora!enla.evolución de un'conocimiento.iefrque éSte tiende al gri,o to, necesita la·expaTISióny la comunicación. Es que ha llegado a ser «cienciil>~; La·ciéncia sepasa'lávié:la vóceando su incésa'nte .t'¡Eurékal »·No puéde;cno sabe, no quiere contenerse. - :'I -- ' :'i 1
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Parejamente, cabe pensar que los hombres se han habituado ya lobastante a ser.individuos para que la comunicación del saber sobre el prójimo pueda sin daño•comenzar. Da penaievaluar la-cuantía inmensa de conocimientos sobre sus próximos y cont~mpór~neos que las generaciones últimas se han llevado inexprésós ala túmba. Sobre todo, los hombres que han mostrado en las denciasun:talentci tan agudo, ¡qué admirables noticias podrían habemos dejado sobre su alrededor humano; sobre las personas con quienes vivieron, las mujeres a quienes amaron; los contrincantes con quienes combatieron! Cuando uno-sopesa el volumen de saber que posee sobre las gentes quechan h1~erve nido 'en smyida, aterra la pérdida del que debieron atesorar e5as egregias-figuras. Pues una vez reconocido que, más o menos, todos nos sabenios-losunos alas otros; daro•es qU:e conviene reconocer en este orden, como en los'demás, la jerarquía.entre los mejores y los peor dótadós. Es más: sorprende, antes que otra cosa;-latorpeza; la imprecisión qu_e la mayor parte de la gente revela en su visión del'prójimo, Sobre todo en los paises españoles ~de raza o de habla'': e5ta•tosquedad es superlativa. (Bodria aventurarse el porqué de esta relativa·inéptitildy ceguera),.La penetraciói;t del prójimo es,'como la inteligencia; uriarfacmltadque en rudimento .poseen iodos-los hombres, pero que en grado-~celente-cbnstituye un talento específico sólo a algunos otorgado.' _,,,,u Bero:sea1ur¡a•u.otra la•porciónde este saber-que.nos 1hayasido concedí~ da¡.da1pena'llevársel¡i:muda a la sepu\tura,' da pena no dejarla'paralos de~ más y para siempre «dicha». Al fin y akabo,.es el conocimiento.sobrelorque nosfuerrnáspróximo, es nuestra sabiduría sobre la vida concreta, la dencia vital por excelencia, Año-tras.año hemos ,ido atesorando ese botín en que es, pumábamos la riqueza de la vida pasajera. Escribíamos libros sobre unas u otras cosas, sobre los astros o sobre-los aztecas; Y, en cambio; silenciamos esa donación cognoscitiva que la,vida,:alirla.viviendo, nos ha hecho. Yo encuenc troque es poco generoso no devolver esa vida a:la vida; Bar-eso pienso que todo hombrecé:apaz de-meditación debiera• añadir a sus librosprófesionale~ otro que'tomunicasesu saber vital. ,,,,, Esta-liberación de nuestra sabiduría reprimida traería grandes.ventajas; He aquí una de ellas. El conocimiento quetenemos del prójimo-incluye el ca,. nocimienfo;que tenemos de la.idea que él se ha formado de nosotros. Sí; amigo Inío;-yo puedo decirle a usted; no sólo cómo.es usted por dentro, sino[ también rió nionie.ve usted a' mí, cuál es la proyección o refracción que en el medió de'su almadarnLpersona; Sabemos S!'!gúi;i.quéleyes nuestra figura se deforma én lqs !femás. Mi definición dé usted, difícilmente le parecerá a usted acer" tada;. peró si le descubro la idea que de Iní tiene se sorprenderá usted.como to~ mado•i11rft·aganti. Entonces caerá usted énla cuenta de que, en efectó, somos
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transparerites los unos a los otros. Y ésta es una averiguación.de que yo es~ peromucho como.medio.educativo del hombre. Porque:la mayor parte de nuestros defectos se nutre de que la persona se cree inasequible en el-secreto de su:intimidad, se:presume opaca:y.usa.de su cuerpo cbmode un disfraz par~ ocultar su interior, su auténtico ser,,¡ Como si esto fuera posible!¡ Cuántas ve, ces diríamos alprójimo !:.<<¿Por qué'hace usted.este vano:gesto de vanidad,· si yo .estoy viendo que e5 de vanidad, qué usted no i;s!á· convencido de 'ser un,ge; nio; sino, al revés; me hace usted un.gesto de genio.para quéyo nie conyén,,, zá·de q'ilelo es usted y luego. yo transmita a Usted mi convencimiento?» :¡Pot ejemplo; d autor de ctmlquier <
nosotros nos aniquilaría. Cettlsinio.e5; por otra parte, que no hay otra manera de acercarse a él sino como al amigo-·mediante una «explicación». Ésta ·consiste en decirse cada cual a sí mismo algo de lo que Dios le diría; pero, correcto, calla, confesándonos la verdad sobre nosotros mismos. Símbolo de esto es la confesi9n; ync;> sorprende que las «Confesiones» de San Agustín no sean otra cosa que la guía de su itinerario hasta Dios. Por el pronto, tendrá que proseguir el gran brahmán en el silencio. Cuando hoy lo dejamos vagamente entrever-nuestra opinión sobre el amigo o la amiga-parece tan insólito, que se entiende como hostilidad y se malentiende. Mas, poco a poco, lentamente, ¿por qué no iniciar esta nueva cultura, esta novísima sdenza? Lo primero sería meditar sobre quéforma de expresión fuera la más adecuada: ¿El diálogo? ¿Las Memorias? O,por:ventura;•.¿Ia no" vela? ¿Existirá acaso en el mundo la novela como lenguaje que necesitaba madurar¡ en:la, escuela del arte para pode:r ser u nidia la primera forro.a expre5iVa •.i delgran.brahl]láll?r:,•: , •:e •· •.-':
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LA PAMPA••• 'PROMESAS'
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Hayenmt~~;a~asta~tes :~~di~sd~ ~a~~j~; ~: ~:u~~l()~;campbs'~pasio-
nadamente, he vivido absorto ante ellos, sumido en su texturddegran tapiz botá.+ nico y telúrico; he amado, he sufrido en ellos. A la verdad, sólo se ven bien los paisajes cuando han sido fondo y escenario para el dramatismo de nuestro corazón. Conforme avanza éste por la vida lleva consigo a la rastra todo el repertorio de sus antiguos paisajes esenciales como un empresario de teatro viaja con sus decoraciones y bastidores. En mis estudios de paisaje he intentado algo nuevo sin lograrlo tal vez. No me he contentado con describirlo, sino que me he propuesto hacer un análisis de su estructura-por decirlo asf-, su a'natomfa y su ftsiologfa. Porque los paisajes son organismos. No sólo hay en ellos cosas, sino que estas cosas son sus órganos y ejercenfunciones intransferibles. · Sin embargo, hacia mucho tiempo que no me entregaba a ningún paisaje nuevo. La vida, en su madurez, si es leal consigo misma, si siente el pudor de la propia riqueza acumulada-.madurez es vida atesorada como la uva en otoño es toda ya dulzor de muchos soles-suele ser muy exigente y no se entrega a cualquier belleza transeúnte, sino que se reserva para darse no más a lo sutil. Por eso es la mujer de treinta años la mejor: ya no ama a cualquiera; sino que elige. Yo no creo - que haya auténtico amor si no hay elección. Pero la elección es cosa mucho menos fi-ecuente de lo que se supone: no consiste en prefelir a un ser elltre muchos que pueden ser amados. Con esta pseudo-elección se contenta casi todo el mundo, y, sin embargo, de ella sólo puede nacer un pseudo-amor. La verdadel·a elección consis" te en no ser capaz de amar más que a determinado ser-·-es el amor inalienable. En él llega el erotismo a su máxima potencia de delicia y de fatalidad. El rango del amonw se mide por su vio!el1cia, por los extremos a que nos lleva, por su fuel-za mecánica de pasión, sino por esa virtual calidad de la irremediable elección. 728
Al notar Iamelwrfi·ecuenciay. mayor dificultad de.nuestras reacciones.sel1timel1talespresumimos que !a.vida,.usando de miestro corazón, comieí_¡za d elnbotatlo; Peto al difrsiguientede pel!Sm;.esto, Súbita; ineludible, llega la ráfaga que nos·aitebqta cóinojamás·lo habíamós·sido;La vida, ,cuando sigue alerta,, no elllo bota, sino que refina y sutiliza. Por eso nos hace pasar indelnnes-ante tantos pai" sajes... · · Pero Buenos Aires; por biell o poi' 11la!, pone el! carne viva, desuella nuestra persona, la hiperestesia, y ahora, en el tren, camino de Mendoza, sólo conmigo mismo;he sentidó eli mí, incontrastable; la-invasión dé laPmnpa, mi nitevo paisaje tras largos-años·de.insimsibilidru:L ·"- - '' ,_eori sorprésa·he 11dvértldo,que en 'ésta,ciudad-tdn' áspera-que'se.llalna·Bue~ nos.Aires o eiics11Si1ifo11ne5 ah-ededoi·es se e5tremecia1maratzdcqní:11iismo,-ignoradapó1,mi,' de !11 cuabw·i:receni hd crecido, nitl!cami-vidareal, sino.que es como uiia-ideaLraiz de que brotase_ na.sé bien qué po.;ible'l(ida criolla; no vivida; c!aro.eslá,poFmLNuestras sensaciones. elÍ elpa!S e:Jctri:u'ioson:de muy diversa in" dale. Unas S!tpelfiéia!es, cutáneas, de azar, a veces cómicas. (Por ejelnp!o: he tm~ dada-mucho· en averiguar porqué las calles deBuel\os,Afres- ap1ima noche me hacmpensar en Kmit con incongmenteji-ecuericia.Pm:Jin; he s01prendido lasepcilla explicación.Aesal10ra•los,velidedo1-es de p&liódicospregolla¡t «i Gritic'aL ¡La Ra" zónl 1r,.y elilaí:!Sociación, i:alaniburescmnente; surge inevitable el t(tulo de!aobra deKant),\Pero otras veces la resonancia-íntima es-profunda, esenciaL· va a hiiir zonds intactas ·de n'uéstra,ser, moviliza inercias; dispara.potencias-que; sinsabel:c lo, transportábamos. Así¡yó no, he-vivido la~ida'crio!!a'; pero hsiento .comomn muñón.: Cuando un día·escribdiniS.Memorias pfocuraré hacerlo según b;eo que es debido.Las Memorias o SltS!!stituto la novela en que contamos nuestra vida; se proponen,' en definitiva, salvar ésta,- evitar Sltabsoluta volatilización. QuiSieramos; c¡gi'adecidos; devo!Vel'. ala vida lo que e!la'nos ha dado;;o le helnós arrancadó, devolvei:lodespués'de meditarlo y.a!quitararld. Por esoel:lem'a _de mis Me~ marias y novelas futura5 sel·á éste: ¡Neblí; nebli,. suelta 1:)l' présaL Pues bien; no me parece jus\o q1te·saLvelnossólo lq vida que: de hechoiheinos vivi~o. Todos-te~ nel_nos la c01,cienéic¡de que co1if01ine nos íbamos 1-ealizando el! la existencia caían a diestra y sinie5trq; decimadaspdi:;e!destino; otras~id_as queigúalmenté podriib mas hab,er, vivido: Lmfatalidad
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peifil fatal, estiicto de nuestro;de~tino."Asiyo contaré mi posible y nomiata vida criolla, Que yo sepa•no ha dicho ni.mea un· europeo en qué consiste elpeculiái: sabor que para él tieneJaposibHidad de c1iollis1110. Y, sin embargo; tal vez ahí;'e!Í ese sabor se escon4e el.secreto de la exiStencia actita! ameiica¡ia:Pero qtiede•para otra vez·eLensayarlo. • ·•··: · "" " :• ,·• '" •
, Cada cosa, paráser bieii vista, 'IWS imponeima distancia detérminaday 11iu" chas otras condiciones. Si quei·eJ11os ver una catedral a la.distancia a queNeiitos bien.un ladrillo; acei·cqndolo.ál ojo; percibireJ11qs•iólo los poros.deunade süs piedras, La; Rampa no puede•sernistasin sei· vivida. No basta el·aparato ocular con su.fimción abstraetadevei: Todo el sei'. tiei1e que servir.de órgano y;colaborar eJ1 la percepcióí1·de estepaisaje,;que parece sin fonnaporque la:tieJlesutiL Como yo no lo he vivido nopuedo•decirque lo he.vistoy lo subsecúentevadicho.conio a•ciegas. • ,,. . · · " '" La Pampa, eJ1.cuanto paisajé,·poséeuna.estructura anómala: Todo•paisaje tieneprimeroy tíltimo ténnino.Del discanto eJltre ambos resulta.fu miísica,,Pero lo i10rmi:!l és que el p1imer ténnino lo.sea en 'verdad,. qítiei·o' decir que nuestra mfrada se.fije pi'.imero·en lo que nos es más próximo; Enuilaregión de pequeños vallés,· conioAstwias,.atendeinos p1imei'o.a•los.objetos inmediatos·-·-'la casc:i, el hónw,' la vac.a"""' queadquiewí una calidad 1nonumentat Sólo después; y sin in+ sistei1cia,nuestra miradapercibé élcoíifi¡Sofondo¡•el s.eiwdel valle; el flanco de,lá colina, la vaga ci¡na del cerro. De este modo;• elctíltirho télmino representa su pro~ pfo papel depei·sonaje seamda1io, demaíw; Lomismo acontece én un paisaje más abierto, como el de Francia; donde las cosas a nuestra vei·a ati·aen la atenciónyisual, retienen primero la miradc:i, nos interesan. Cuando las heinos cobrado eJ1 .za visión como bue11'aspieza5, la mirada avanza; póco apoco; en dirécción alo lrjaó no .. EJl éste seiiti4º qigo •que;·¡¡C)1malménte; el pa,isaje vive de. s11 pi,imei·té!m,i¡¡o¡ Mas la Pampa vive de5uéonftn! En ella lo próximo•espitra á,r~a.gecimétrica,·es simpleJ11i:11te tierrá,.mies;;algo absti·aeto; sinfisonomiasingulai; igual acá·que alláJNo hay rázóni:!lguna pirra.fijarse e11 eite sitio máS que eii aquél ci eirntiv cual~ quiera: el cobeitizo,favivie11da parecen hechos pa,1'a despegar la 1nirada, para que n'oisé los vea:; Esti:Hndiferencía. del p1imei"télinino; deL· litgár donde. estamos ypróximoc¡nuestiiJs pies, einpuja sin 11iás la 111irada.liastael1llti111otrn11i110; por~ queel ojo btLScaalgo interesanteque vei·yen la Pampa¡ro ha'y 11adaparticula¡¡ singular que interese; · "" ,'"' ••·•" De este moda; Id vista, siiillegar a.fijarse en nada, es despedida has tafos c011" finés delcuryo líorizonte!'E11'estos confines; i:!l.lá lejos,· esfán los·vosi:ajés.=,-y alli latie1Ta,se envaguece,, abre 's!!Sporos; piei·de peso, se'vapo1i2:a; sb1ubifica,;se '730
aproxima al cielo y recibe por contaminación las capacidades de plasticidad y alusión qlte lú1y eii la nube-·-, ei1 esa nube que el dedo eléctJico de Hamlet mostraba a Polonio y parecía un peifil de doncella o tal vez una comadreja. .,; ·.En el conftn, la Pampa ei1treabresu cuei-po y s!IS venas para que toda la inveivsimilitu~ ádscrita a lo aél-eo y
celestial sea absorbida por la tieii-a geométli~ ca, absti·aetay como vacía, del p1imer té11nino. El paisaje bebe alli delo, se abreva yeinb1iaga de irrealidad; y por eso el h01izonte pampero vacila como bo!1'acho, flota, ondula, vibra como los bordes de una bandera al viento, y nó está fijo en la tien'Cl¡'no radicai:lrnna localización rigida, a tantos kilómetros o a cuantos . . ;;Esos boscajes•de la lejanía pueden ser todo: ciudades, castillos de placer, sotos; islas a la deii'va-. · sonmateiia blanda seducida por toda posiblefo1111a, son metáfora universal. Son la constante y omnímoda·prome5a. El hombre está ei1 suprime1;ténnino·-··-pero vive con los ojos puestos en el horizonte: Allí se le cargan de la einbriaguez que hay alli-y entonces los reti·ae hada su inmediato contorno; I:.a Pampa se mira comenzando por su fin, por su órgano de prome~ sas, vago oleaje de imaginación donde la invei·osimilitudfo1111asu espuniosarom" piei1te que elp1imer télmino, tiritando de su propia mise1ia,;de no ser sino' ati·oz y'vaciaredlidad; afanoso absorbe, ·· · ' · Acaso lo esencial de la vida argentina es eso-.·-·ser promesa, Tiene el don de poblamos el espüitu con. promesas, reverbera ei1 esperanzas como un campo de mica· en i'eflejos'ilinuniei·ables. EL que llega a estacostaveemte todo lo de después-.la fortimdsi'es horno oecémornicus; el mnor logrado si es sehtimental, la situación si es ambiciofo, I:.aPampdpriJmete, promete, promete.,. Hace desde el 1101izonte inagotables adeinanes de abundancia y concesión: Todo vive aqui de lejanias-·-y desde lejanías' Ca5i nadie está donde está, sino por delante de sí mismo, muy adelante en el horizonte de si mismo y desde allí gobierna y ejecuta su vida de aquí, la real; presei1tey efectiva.La fonna de existei1da.del argentino es lo que yo nammid el futurismo concreto de cada cual. No es el ji1tu1ismo genélico de un idealaomtín, de una utopía colectiva, sino que cada cual vive desde sus ilusiones .como si ellasfi1esen ya la realidad'. Las ruedas de los molinitos.mecánicos .que, como iimumei·ables coleóptei·os, se alzan ei1 la Pampa prometen tódas y aspiran asei' cada una la auté11tica rueda de lá fortuna. ,.~El trei!'prosigue tanibiéli'su marcha alco1iff11. Por el camino va una tro~ pilla eí1v11,elta:ensu polvareda que es como su atmósfei·ay avanza con ella =lo. misJno
Luego se verá\cóm.o e.n esas il~o_r.i~sd~ cada,cual van inclusos ingredient~ colectivos.
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Pero esas proinesás de !a Pampa tan generosas,· tmrespontáneas, muc11as vec ces no se a11np!en.' Ento11ces q11eda11 hombre y paisaje ató11itos, Teducidós a!yacio geomét1ico, a la mo11oto11fa de SI! p1imer té11nina·:-c-y no saben ~ómo,vivir tras aquella amputació11 de las !011tana11zas;.:de las promesas en qüe habia puésto los labios y ¡e hacían respi!'ar. Las. den-atas en América debeil'Se1oíná5 atroces que en ninguna parte. Q11eda el l10¡!1bre,depro11to mutila4o, en seco,.sin explicaciones, sin cuidados para la !mida. Uif viraje de la meiie. l¡: co1ia todatomuz1itación con la inverosimilit11d en queposabCI. l' ·· . •• . Otra ftm1te de.promesas en este pi111orama es.el co1ítimw viaje de !os pájaros y de los cielos migrato1ios; ;Todo es un ir hacia máS allá; un!aspirm;. uirnmmciar que algo.va a sei;,Lal?ampa se,extemíaeJ1.gestos promisores. Ella no está eh Sll. mac teiial co11Sistei1cia,:sino,ens11s.incesa11tes alusiones. Es un área pura'y vacia,.como hecha para;qw! en ella borde !a:promesa Sl!S dinámicas caligrafías... el vuelo rectilíneo deim ave, el pe1fH.indecisó. de 1111~oso caje, o pllá, en.las post1iJne1ias deh;:11adro, el ojal deJ!lla lagl,\na donde,11J1.peda-; zodecie!o,se.ha·caídoc;'" ,,·¡¡""' · ··' ni·' '1'n1r .!.n'. ··' •· E111igoi; el a!maaio!!a estc,í!k11a de pi:omesas !midas, sufre taflica!mente.de¡ 1111 divino descontento-ya lo dije en 1916-·; siente dolonén 1!1ieinbros,que·le. fa!tan;y que, sin einbargo, no ha,tenido nunca..Frente á la Tii!!TaPrometida es la Pampa la tieiTa pmmisora.:Si yo pudiese asomannea! q!ma de tua!quiervirjo bio\ !lo 01:0 qúe sorprendeiíasu secreta imp1'ésió1} de qué se!e ha idola vida.toda eii vm10 pb¡' e!cm'có de, la espeiw1:¿:aj es decir, de que se le haido,sinhaber pasado, Nos~ trata de la sensación universa! que a nadie}iafa!tado delfracasomayor o:menór qúe án-ast1·a m vida. Latosa es 111á5 delicadcL Pára qm:;iiuestrá vidafratase es ·me~ nestei· qite asistamos a SI! ft·actufo; por tanto que!a estemas.viviei1do. Pero si.se me mtiende con fino oído; yo dhia que elaiollb no asiste ti Sil vida efettiva, sino que se !ahapasadojí1ei·a de si, instalado en la otl'a, e,1 !a vidapmníetida.\Po1;eso,'Ct1aJ1" do aU!egar la vrjez mir(Lat1·á5, no ei1cuentra·S11 vida, que íio hápasado po1• él,>.á lá q11e no. ha atmdido yJialla sólo la huella .do !orida Y. romántica de una existeil" da q11e no· existió. Enatena·a, pues; eiúigo1;1 el vacío,, e!Jmeco de SJtprophvida.:; ' •, ,; , Como nopód!á menos; esta impresiófrde hálJernos•sido escamoteado. nues~ tro propio ser mrge en todds los humanos. Sino faese uílingrediente esmcia! de todavida, nopod1ia calificai·,la,dd argentino.Los diferentesmo~os de existirse difm:ncian, a. la post1·e,sólo mla pmporción divei•sa de elementos:sieínpre los 1iiis~ mas. Quiei;o deci1;p11es, que en el argei1tiJ\o predoínÍÍla, Como acaso ~mingtilt Ótl'O tipo·de hombre; esa sensacióndei1J1a.vidaevaporadasi11queseadvieiia.; ·, .' Me intei·esmia sobreina11ei·a que a!gtínfilólogo escrntase,eí1 larlitfraturam" gentina y, en geim·a!, aiolla para aveiigf,\m· si en ella aparece con frecuei1cia o i11tensidad peculfores el tei11a de la fagacidad dé la vida. Sobre' todo hab1ia que es.! tudicW ei1 cadá a!!toi' 511 prod1icci6Jl'de lam'adüreiy ancimiidad.· ' · · 732
.· , Porque es,e at1ib11to dejiigacidad que.e!hombre ha de5cubimo en la vidáprocede de nuestra falta de atenció11¡al presente. Si asistiéseiJ\os ateritoSJtcáda iJ\57 ta11te de nuestra ctt1Tcra mumlanal. no, nos. parecerla huidiza,· sino que habríc¡ cdrriqo. al mismopaso,q~enosotros,'Lo malo, es que~esatendE111os a me,JJi.Ldo las lwras semovjerites y cuandqnos ocurre buscadas hallamos q11e han pasado 'ya., Y como hacE111os·.esta•aveiigl,\ación en. un i11Stante,:es la co11Seaimcia quepatanosotros, todás aquellas harás. han pasado, efettivameitte,· pi un solo i11Sta11te.-;•, ,,. :,,LCL vida:J\o ~amine¡ con pasó igf,\ate¡¡: todos !os.hombres; Elbuen burguéS de alma quieta, poco:imaginatiVo¡ a quien nW:la,Súe!e !lamarf11era de.SI! circitJ\Stalic ciapresente,.goia de, u11a:Vida máS!enta que el témperamer¡to ingrávido; 'a quien el sopl(l delás promesásarranca;si11 cesar,deLmiJiÚto:aGtual,'yloil'anza'hacia un fatuto imaginmio;: , ,,, '"· . " . , ,.,, , · ., ..
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Este i11tento de defi11ir la estructura deL paisajépampero tiene múchas. pro, habilidades de sen e1Tónéo •. No'.esfáciU¡ue,un;eXtrañp,aciérte co.11 lósrsecretos de un.tenwlo. Estos secretos·se.absorbencoh•las raíces de(seryexigen, p0Na11to; radicación., Es ello tan: evi~ente. que sorprende, un poco Já frecuer¡ciá conque los indígenas.se extrañan. o,se irrita11ruando uli viajeiv, al hab!m;de m,tierrao4e SI! almc¡;:padece
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posible¡ ser viajero en laArgentina?¿Se ha caído en la cuenta de que en ese país, donde hay posibilidad abierta para las clases más diversas dé hombres, elúriico práctiéamenteimposible es; tal vez,; el viajero?; ', ,; ; .·,,Viajar no es ii: a laAi;gentina como emigrante, ni para concluir uh negocio; nia dahunas conferencias.Todo'estoes ir a hacerya pasar,•no es ir a very aestai; Amijuicio, esto último•es la esencia del viaje. ]ustamentelas dos.cosas-·.· ver y estar~que no esfácil o que es impósible practicaren nuestra patria, a li1 cual nos hallamos demasiado· adheridos para• lograr la dista!lcia que; requiere la visión, y donde los asuntos privados y públicos, el fráfago cictivq en1i¡ue desde siempre nos hallamos'insertos, nos impideiivivir estáticcimenl'ei en cictitud receptivay quie~ ta. La, celeridad de los medios de trán.sito hace olvidar que lo propio del viaje no és lci móvili.Zeicióny ·ercorrer timiis, siil.ci lci demora.que en cada una se hace, Como pasa siempre al llevar una cosa hasta'su forma extrema, se la anula. Cook ha acá~ hado con el verdadero viaje, y el turismo ló ha vaciado, quedándose sólo con el pellrjo, conservando de tan jugosa aventura externa e intima como es el viajar su porciónabstracta•y material;el pasó antdas cosas.·, ," . Sin embai;go; nb hay apenas región4el mundo 'donde no puedan encontrarse en cualquierm,omento gentes·que se hallan·alli no más que por estar, porver, por practicarla exquisita 'ab~orción de un contorno, La Argentina es unci de las pocas excepciones que existen;.y si se atiende al tamaño de su territorio y a la importan~ da de sudesaJ"T'DllO actual es, sin duda,1 la más sorprendente: Con miLyjJOcaspro" habilidades de error puede asegurarse que a la hora en que el lector de Buenos Ah res lea estas páginas,; no hay en toda la República un solo viajero; dando.a1térlnino su rigoroso sentido. Alo 'sumo habrá alguncibandadade ocas turistas.. ., ,, ,Sirve sólo para ocultar lirinterésante•del fenómeno apresurarse en aducir sus cau~asmás obvias:·la'enorme distancia de Europa, la carestía del viaje, etcétera: /.Cómó'si laindiá:o China estuviesen a la mano y su visitafiles~ gratuita] 'Ló interesante no son por ésta vez las causas,. sino; al revés, las consecuencias del hé, cho: Una es·queporJaltcideauténtico5Niajeros no.sehll.'ejecútado aún.el más .fü gero intento.de.definir el alma argentina;;S,e habla m,ucho de este país, se habla dé, masiado-.és éste ya un problema cu1ioso:1la despropoidón entre lo qliqíúnes la Ai;gentinay el ruido que produce en ebnu~. se habla casi siempre maL Se eniú meran sús defectós; sdlega·a haéer del ai;gentino un simbo lo de humanidad dec ficiente,,pei·o';í1isistiendótar¡Jo:enlasfaltas, en.lo que el argentino no es, nadie se ha, ocupado en descubrimos lo·que es;1{Lapeormanera dé ser viajero es pasarpot una nación para escribir~obr'e e,lla., Estapremeditación nos impide.absorber,sus principales sea·etos)" " , ·."' ' .· · ' ;1 • ,. ,, :"" ,Qtra·consecuenoia dc¡lrreada por láfaltá,dec\iiajeros,·es.que.el ai;gentino no sabria. recibirlos:: dé.tal modohtá habittiado a, SU'aus'encia. La1persona que al llegaraBuenosAires dijese qile11io iba a nada determinado, sino simplemente a 734
vivii; lo pasaiia muy mal. Casi nadiela creería, en torrío suyo ere celia universal suspicacia, y por, ez delito de no ir a nada sde. imputarian los más inconfe~ s~blespropósitos• Dé modo, que se puede ir a laArgf!ttinapai:a todo, con taZ, que 110 sea para nafta.
, , ·.. , . ·• , . > . . ·.' 'ESto que; a primera \iista;1w tiene importancia, es, a 1nijuicio, un sin toma muy grave,, y que pe11nite:so1:prendei;. c01no p01; una brecha, no pocos arcanos ingredien~ tes de aquellaexisteiicia!iGómo se puede entender que a un hombre.sorprenda que otr9 se propongasiniplementé viyir? Sólo de.una manei·a: si.el que se sorprende, él mislllo 1io,vive.. Y; en efecto, una de las cosi:ls lríen9s frecuentes en laAi;gentina es ha:, llar algujen'que tenga puésta.su,vidá p1imai¡iamente a vivirla y sólo seamdáriamente a esta o la otrametq parcial 'deiítro de la.vida. De estdpernliaiidad,,.que enunciada asiitiené.un iispeeto abstrliSo; se deriva11.no pocos rasgos del alma ai;gentina, por lo meiws los que más exttafü:m al tr,a11Seiíhte europeo. ', ' . EL HOMBRE A LA DEFENSIVA>
, No creo qile 'exista sino una manera radical de juzgar eón justitiil; es decir, conplei1acomprensió1i. una cosa; y es esta: dest'ruirhimaginaiiarnentey luégoi1í~ ten.tárTecb11StJ:ilirla:ei1 la idea. Ejemplo: el europeo que va a laArgei1tinay en" cuentra lo que éstaya-es; parte de esta qué ve y btisca lo qudefalta:De estcisutr" te só\o ca'lie.destu~1ir lós defectosy manquedades!de una licición; y es el lríétodo más segt1rq ·paiwver el mundo lleno de agujeros, fracturas y ausencias. No agradece ehiajero lo que los afgéntinoshanlogi·ado hcicer hastaalwra, envista de qile aún lesfalta mucho paradarporfabricado1111puebli5 adulto y echarlo aandarpor la histo1ia. Pero si en vez de partir de la Argentina actual, se la aniquilam mente y, sé encuentra uno con laPanipa inicial'y, los,vdgos tropeles de ja.indiada y los;pequeños hiícleos ,de colonizai:lores espaiioles-y se pieiisa que'eir.poco más de mi.siglo,'coniesos inatei;iales hapodidq e~ificarst,lanación qudwy,1¡allam'os, nos parecetá la·histoiiadrgei1tina una ¡:ierformancemaravillosiLLa verdades qi,ie
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Recuerdo q¡¡e la advertencia de esio file la ü11presión más inesperada yfoer~ te q¡¡e de !avidapúb!ica argentina recibí en mi p1imei"vil:zje, y q¡¡e el reciente'no ha hecho sino confinnm: Yopr~1nía hallar Estado\ aún blando; vago, de chis" tas poco acusadas y apenas diferenciado del gran protoplasma sociaL Encontré un Estado 1igido;ci:fi¡¡do, con grave empaqlle,' separado por completo de la espontaneidad social; Vllelto frente a ella; co1+ rebo,sante·a¡¡to1idad sobre individuos . y grnpos pmticulai·es. Aveces en B¡¡enosAiresme ácordaba de Berlín,· pon1lle Veía por dondeqlliera asomar el peifil jurídico y ile.gendanne de las instituciones pú" blicas':No quiein decircon esto q¡¡e !aAdminisfraciónsea ejeinplar;tcil vez.sbn en ella frecuentes 'los desmanes; aw1q¡¡e mllc;ho.tneiws de lo q¡¡e se podta pre'stimfo LaAdministraciónes !aperiferia del Estado,\ la zona por do.ndetoca con !a:espontaneidadsociaLy.pormuy enérgico q¡¡~ aq¡¡él sea;'!os hechos administraiivós co1Tesponden al nivel dela sociedacfonás q¡¡e al del Estado;,• ·· ; . i: •. • · ,· •' Para mi es cosa clara q¡¡e entre la realidad socialargentina y Sil idee¡ del Estado hay un auioso deséqllilib1io y como anacronismo. Ésta va muy por d~!ante de aq¡¡élla; y pareja incoincidencia acusa en conj1mtomllchas cosas b!lenasymfü las, plausibles y peligrosas. · ; En el Estado la naciónse mira a si.misma; o¡ dicho en otra forma; lo que el Estado sea muna nación; sünbolizá la idea que esa nación tieite de st.m'isma. Enestep¡¡nto•no hay inconveniente en aceptada tesis deHege!,,prevícrextfrpa" ció11 de sus iatcés metaftsicas. El Estado es la reflexividad nacionaL • ·.l : ; •· ·El anonnal adelanto del.Estado argei1tino revela la magnifica idea que el plleblo argentino tiei1e de si mismo. Y como ~e trata de una naciónincip,iente, esta idea ho·es una meinolia de antiguas haiafias cumplidas, sino:1nás·bi'eli·una·vdh111tadyun proyecto, Pues bien, el p!leblo afgeittino se proyecta a si·lnlsino en a!tomód!l!o. · ''" . ,., · .. ,·,;,,,.,: "' No es qlle eit!a-yidasehagan p1'Óyectos, sino q¡¡e toda vidaes:enmrnizpro~ yecto,sobre.todo si se galvaniza el plei¡o sentido balístico que 1'i;side.en !a·etimol .logia de ésta pa!il.brm Nuestra vida es algo q¡¡e va lanzado pare! ámpito de,la,exis• thtc:fa/es uit pinyeci:ifsola q11e esteiproyefiil ei afa vez qtÍjelÍ tiene' q¡¡e elegiro ru, b!anco.Nitestravida va pllesta poniosbtros a1g!Cl ¡¡otra 1¡íetruJ::ae!ecció1rqe blc¡ri,' co no.será totaliitei1te librei• las cirC11115tancias1 limitan ei margeii de~;llestroillbeo d1io; Pero hasido imá ieiuizceguei·a de los ideólogos atfodh>sólo a esta limita' ció ir de la-libertad vital y'no advertir q¡¡e tambiéir i;stá·limitada la fatalidad; qw0
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Bu~ii'éjeirip1o'ae"Ió.relátiVa's que:s~ri:laS'p\~!~~li~~d_a~~ ;d~:tosípüebIOS ~\_éS-t_e del Es·taaéJ-al~-'-
~11."~ifmpr:(f p_a_re~i_e~'?.J:J.Jqs ~1~_Il1f.lTI~ 1a n~_ciQ"Q m~~q$ d_qt;:\q~\~.e ~e!].tiqq ~~ta4_l~~ta. el j:lµI].t9 ~~
que _en_los:-ültimos: deéeri.ios sus histQria_dores _d~l der_e~_ho _han t_en,id? qu~ h~ce_r grailde5 esfué_rzos 1 pát~ _tleillt\~~r q~~ \dtiknt~1~-r:~a Medi~ -~o! éaf~'ció PBr:_~8~p1étó ~Í, a1eiµá'.tl' ~e la id~a Cicl et Pilblico::sin1embargo, en losúltimos'ochenta años~ingüh puebio--de Európ·a ha sido m~ estatista
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11unca nos detennina_comp!etamente; sino q¡¡e en todo i115tante y sitllació11 no sólo podeinos, si110 que inexoril.bleinente teneinos q¡¡e elegir lo q¡¡e vamos a hacei: · Pdr esta razón11ada califica más auténticamente a cada u11a de las pei·sonas q¡¡e conoceinos· como la a!tllra de la meta hacia la cual proyecta Sil vida, Lama~ yorparterehuye el proyectm; lo cual no es menos proyección. Va11 a la deriva; sin rnmbo propíb: hmi elegido no teiter destino aparte y prefiereíi diluirse eitlas conientes colectivas, Otrasponen Sil vida a metas de escasa altllra y'no podrá esperarse de ellos :sino cosas terre a terre, .Pero algunos dispara11 hacia lo alto Sil existencia, y esto disciplina automáticamente todos sllS actos y eimob!ece hasta Sil régimen cotidiano. E!Jwmbre mperior 110 lo es tanto por sus dotes como por sús aspiraciones si por aspin:iciones se entiende e!, efectivo esjim-zo deilscensió11 y no elcreer'qlle seha:llegado;. . .. ;;: . Parejamente u11a 11acidn puede estarpuésta a una existeiicia,chabacana o proyectarse haciae! cei~it ··· · · .,: ·El•p¡¡eb!CJ argentino no se contenta con seriína nación entre otras: quiere urid~tind peraltado; exige de.si; mismóun feturo sobei·bio, no le sab1ia una htst01iasin•üill!ifoy está resuelto a mandá1: Lo logrará o 110, pei·o es sobreinanera'i11' teresante!asistiia!disparo sobl·e el tiempo histo1ico de un p!leb!o co11 vocació11 imperiat •· " .. • ·_. •.. <•ii'i '·¿De dó11de. ha vei1ido a la Argentina esta magnánima va !Untad? ¿Ha actllado eiielladesde sus piiníei·ospasos¡o hamrgido en w1a revllelta de Sil camino histó¡ii:o? Na 'cónozcó ;s¡¡ficientein'ente·el pasado de ·esta República para inten~ tafróntestmme a mi 1nÍSlnQ estas ·preguntas. Lo q¡¡esf creo es q¡¡e esa alta idea de si propio a11idada en''éstep!leb!o es cai.lsa mayor de sit progreso yno !afei·tilidad ·de's¡¡ tie1Ta·11i 11ingú11 olrofai:torecol1ómico. La aspiración hilcialo alto es unafeei-za de mcción q¡¡e moviliza todo lo iJifeiior y automáticamente produce su pe1jectjona111iento. · ·•·. Pero:la a!tanbia de los proyectos tiene algunos inco11venientes; :Cumito más elevado sea eb11ód11!0 de vida a que nbspo1igamos; máyor disia11cia·1íabníentre el proyecto : • lo que queremos ser~y !aSitllació11 real-·-··lo q¡¡eaúh·somos.Mieiítras llevemos c!ara!apartida·dob!e que es toda·yida-·proyecto y situación-· sólo ventaja!; 1i1ide la magnmiimidadiPero si de puro .mirar el proyecto de 110' sotros mismos'o!vidámqs qiie:aú11110 lo heinos cu111plido; acil.bareinos porcreei·!. 11osya en.pe1jecció11: Ylo pea·¡- de 'esto no' es el ei!Tor que significa; sino que 'ÍllF pide miesb'o efectivo progreso, ya ql.le no háyinanera más cieitá 'delio mejorar que cree1'se óptimo.La,idea iriagnificaque de 1iuestro posible ser th1e1nos, solí~ dificándose sobre 11osotros, 11os hennetiza para.recibir m1tlimei1to deL contorno ypára dejania!irfeera.en actos;'~ayos; ejitsiones; nuest1·a.intimidád q¡¡e se está háciendo: Aden1ás; anilla todas. !as geimi11acio11es originales de 1mest1:a espontwieidad creádo1'a q¡¡e, bro11i:as e i1Taciona!es como toda creación, 110 coinciden
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con aquella pulida idea, tal vez la i1iegan,pero que, alapostre;•desa1Tolladas,.!a emiquecerimL . ,",' . · ¿No, acontece algo de esto ¡¿1 la nación argentina? ¿EL excesivo adelai1to de su idea estatal, no coarta muchas inii:iativas de peifil menos.con-ecto jmidice1;~ mente, de.aspecto inás caótico; peiu que aiín heces.ita este pueblo novélpara su in~ timo,érecimitntó? Esto\nos llevaría a hacéruna.pregiinta.que ha de e:ntendei·se cum grano salis;,¿noJ1ay demasiado ordeil'en laArgentina? Lo queja se ha h. grado.allí; .¿sé hab1ia logrqdo si.eseJigoroso.orden estataH1ubiei·apreéxistido?.; , Nó es oportuno,desmwllar.a)wra estas;preguntas;ya qile, coíno•severá, voy de paso hacia otra.tema. Pero no extrm1e excesivamehtequéSi es !ISO entre los que hablan de laAr¡j;entinasei1alárJq qile.Zefalta, comiei1te yo por.subrayar lo;qüe:.le sobra, y en lo que podiaparecei: una ventaja absoluta vedyo,iihposible defecto'y unverosimilpeligro1 La razón es.ésta: '"; ,.,, L'i Uno de los caractei·es más salientes del pasado siglo fue su entusiasmo, por el Estádo. Por eso,, hizo de la política el.centro de,supreocupaci~n. Sil éo~iguíó de esta manera!01mm'i los Estadosmás peifectos que.han existido, en: tbflo, eLtiinbh to históJico, Mas por lo mismo, d~ ellos viene el más grave 1iesgo,qud10y.ameó naza a la civilización; Cuando el Estadc¡, llega adéito grado de.desa1Tollo; .es una máquina tan fonnidcible, tan eficiente y qecutiva, tmifácil de manqm; que.esmuy dificil resiStir a la tentación de l!Sarla sieinpre:gue.se•trdpiezd coít algún pí'ob,leina colectivo y sieiripre que la porciqn dominante,d(! ciudada¡ws deseélqile. las éosas pasen: de. este.o eL otro modo, Coh sólo,tbcar el; resorte,d,el:.Podei; Público; el gigan+ tescdartefacto auJoritmio pone en movimi~ta•su fabuloso cuerpo mecánico;: ortopédü:amente ajustado ci; la sociedad,")1obtient;Sinposibkoposiciónre!resulc tado apetecido. La masa se ei1cmita.aZ.Ver su Es,tado, quda representa,ftmi:ióo nando.a1Tolladoramei1te, tiiturando sin esft1ei-zo mayor todarnohmtad ü1dóci/ que pretendaeiifrontársele. ,.,,,,, ·," ., "' Desgraciadamente, lafalta:mayordenuestro tieihpo es:!a ighori:mciá de la histo1ia.'Nuntardesdeel sigla XVI, el hombrem,edio'ha sábido' mei1bs del pasado.· Ahora bieii;. adjunta, a s11s.desvei1tajas,' fa S!!peiio1idad de i¡na,civilización•vieja es la expeiiencia histó1~cadcwnuladaque le petmiti1áa evitadás fatales·é inge"· nuas 'caídas de otius tieinpos y, otros pueblós•. Co1ifo11ng.un cidóJ1istólico avanza, losprobleinas de cónviveiicie1;lmmanasd111í1ás complqosy•delicados:•sólouna re;: ftnáda ,concienciahi,s.tó1ica pmnitt solventarlos. Pei·o,siise encuentra conproblec mas.m1iy dificilesy'sl1.mente; •pon habfr pei·diflo,lg nmn~1i1yvüelvta:la,nü1ez,: nq háyveiusimilit11d décbuei1 éxito.. Los' eiwres1i¡o1tales de atrás.épocas volvei·án ilJ:-· defectibleinei1te a cometei·se:;,' , :.,, . . . . 2 ,, ; , · ¡• Esto acohtece 1wy enEliroRa y, •porre]lqo;.en todo el nutndo.rSeha olvi.dado inmse ha·q¡1eiido. ap1,nidei;que110 hayvada más peligroso para una ndcióíro. con' juntó de el!as,,que,pasár. la raya eh la interilei1ció11y.'auto1itciris111ó déLEstadOi, 738
C11alesquiei·a.sean,las.ultimas catlsas de la ruina del Impmo.romanoy,dda do vilizacióh grer;pnumana; es indubitáble q¡¡e la·más inmediata consistió en e1 aplasc tamiento dé la espontaneidad so.cial por tm Estado desproporcionadamente perf ecto.t El rEstacló. romano aniq11ilo;·secq, hasta laraízlavidq de:aquel m11ndo esp11Í11dido.,1jioy•~e intenta recaer en. el misino .mortal ,tratamiento delos•proble• mas nacionqles;Se les b11Sca lciso111ció11por el.camino.más corto, q11e es amijar sobreycdnt1J1.el!os.e1Estado, dqarq¡¡e é,stepbsorba todo el aire 'respirabley.aplaste individuos y1grupos. 'Si esta tendencia ¡10 'es :Vencida pronto, el Estado notará que no puede vivir de sf, que no es él misino vida, sino máq11i11a creada por la.vitalidadcolectiva¡por.dlo; mt;iiesterbsa.de;és!a.para conservarse;l11bíifttarse y .ftmcioná¡¡ BblcheviSmo.yfascjsrrilFSón::dos rj(!Jnplos de, esta solución eleinenta1 y anacrónica dos.rj,einpJos d.e piiinitivisin¡r;pólitico, que,im.1mpe en 11na civilizaciów~ondidos probleinas.son'de.mlldurez y de a!tama.teinática, · " Al f ab.iicarse,esasubli.meidea ~e;sf'misiná; 'l'ho.,~e ha dejado influir; laAi:c gei1tina por esa valoració11 hipeifrófiGa del:Estado; que transitoriamentepadeceii laS:riado11fs etlrop~as?i~7:_
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Peiu,,repit'o,ino, es éste•el asunto que ahora.me interesru1Ese cuiiosp desequi, !ibi;io, entre:la realidad,socia!.deJa república C01Jc nombre de metal preciosó, y .,!a idea de si, m,isindque.su Estado exprese¡; •mesirv!l,~e:ill{itrumento pat,rpenetrm:en el álma,individi!ál del hombre argentinoH·rn¡\ nrfr;,•io ' , ·.e.,.,' • , Conste ~eL hombre:iA~ora no hablo deo la\mujer argent:ina, a quien.en otiu tieinpo, dedique 11na e,xaltada canción. ,Es,preciSó•qut ti~menceinos:a:cprregit un inveterado error,qüese;wmete cuandose,hab!ade'la psicología de llna nación; :Se dice: elifrárices o.el alemán o el,es¡:iañcil,.es',as[ó dé.este ótrb modo, Pero ¿d~ quién se habla? ¿'Del varón o de lamuje1-? ¿Por.qué cer;raise,a la evidencia de que ei1• cada país lds dos sexos se diferencian m11cho más de lo •que 'corres¡io11de a su dif ei;ei1cia sexual? Quiero decir, .que.11nfráncés,J10•eS só.lo.distinto de ¡.mafrancesa, como..11n.hómbre engenerpW1 es de,11np; m11jq.en gei1éraL· sino como.pudieran .die f erencia'r,se 1111tre sidós•hombre5 o dos. mujer~s.. Es. muy frecuente inclúsive·la cone ti:aposicion entre el, carácter inasculino,Y eLfeineninoidenttocde µna i¡adón,ien las zonas· del alma.relativamente.epicenas. Sise.olvida ésto, :ilo:5e puede, llega¡; a come prender el alma de. un pueblo que resulta de la colaboracióhde dosal¡nas distin,tasiYtomotodo,compuestó,.·~ólo se entiende cuando.se aiS1áh sus eleinentós y se los\ analiza porseparadq.:utia.de los datos p1imeros de.la histoiiaes qu,e.en la tiviliza'ción. sunieiiU piimitiva:se' !1Saba11dds .idiomas ?meku y emesab: .11hó ei·a elleriguaje de: los.hombres.y, d otro elleng1.Jaje delas mujeres::Plles bien, i:ualesi¡uiei·a q11esea la.gramática; auh:bajo,su identidad aparente, penill'ra esta doble sexuación del •lenguaje; Cohtra,!iJ ·que''Púdieiwcreeí'se,\no ,esm1tyfrecuente en !a histdiiaqué homb.i;es'y.•1Í111jeÍ'es¡de 11nanación Se'eJltieiidan·bien;;~(]:genec raLes que siifran mtos:de•dtTos,po1' éieitaifatal incongn1ei1ciq q11e tiene.ca11Sas 739
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1 profimdas;.a veces enigmáticas, otras'veces clmisimds: Entre estas últimas hay una qué es inconcebible no ver apuntada en históriadores y psicólogos de 1ospue~ blos; el distinto nivel de eyo1ución que casi siempre háy entre el hombre y !a:mu; jer de un mism'o p'ais.:Hayépdcas en que el hombre se adelanta hasta mane" reís sutiles ·de•existencia que la mujer:coritemporánea:es incapqz'de sentir: qsi en los siglos V y IV·deAtenas .. Otra5 veces es la mujer quien va'envanguardicu com~ . parado cori ella el hombre de su tieinpoy r~a parece tosco, elemental, a medio hacer. A.Si en los germanos de Tácito yen los romanos durante la realezayco; mienzosde1arepúblicao"'' . ' ,,,,;· .,, . Eludrunos cautelosamente diagnosticar con·respecto ''a la Argentina cual se'asa ecuación áctua! entre el yiny el yang, entre:dprindpio masculino y el feineniilo;•¡\ '· Ahotase tratctúnicál]ienté deftjarun.o de.los' rasg9s que en la contextura del hombre argentiiw sorprendi:mas·a!eurapeo!En este punto ·conviene 'c¡ué•el hombre delPlatano se haga fü.tsiones: !a impresión que produce al éuropeo es sobremanera extraña;' Y•es'taextrañeziise multiplica podá semejanza aparente de todos los elementos que parecen integrar a uno y otro. El argentino hab!a.idiol mas europeos; no contiene sino ·ideas'europeas; la arquitectura.de sufarma corporai'es 'inequivocanienté• europea.:Sih'embargo, i:uándó :tenemosde!ante a uri argentino tfpico notamos que algo nos impide comunicar con éL Al :pronto ocm rre interpretar esta diftci1 cdmunicacióniéoma, lo más•niliura! del mundo;·¿No nos acontece cosa pareja cón:e!•ásiátic'o/con el africano, con el malayó? Ésta es la interpretación másfavorable;• a que!reciinirá todo 'el que: en la Argentina se obstine: en hdcáse·iljlSÍones.. Páo ldvérdad va en otra direcdcíny no tienenadá qüe ver con una difeféríciii é:oritinentcil de lcis·dlmcisiricis allricis·dekohíinerite asiático, :del continente africano ú oceánico se dijerencian de la'nuestra por sus contenidos vitales,, Delante de esos hombres notamos.que es diftci11iicomu" nicaeióll-porque sw intilnidades radicalmente.distinta· de fa núestra: Sentimos ahte nofotros•unafúenle: de .vida.que del fondo del 'sujeto mana tln:licor exóti" ca/cuyo sabor nonos es:habituál. Quedamos a distancia dé él, ·sinp~sible o sin. fácil fi.tsión, pero percibiinbs dárame)ite la cdusa de ese alejamiento; 'vemos ante nosotros un 'sámoralmente distinto de nosotros, tan distinto que desde lu'ego nos quedámosfueradeék<»»' ""''' :;.\ .\.<""" . ' , Eirnue5tra relación cairel argentino las cosds:pasande otramaneraoTodo al p1incipio nos invita a la más pronta y deslizmite iriferpenetración.,No sólo.hal blanuestro mismo idioma gramatical, sino eJ mismo idioma dddeasy valores.' El coritenidiivital es en todo loiinportarite idéntico al nuestrcLPoréso en;eftraio con él nos lanzamos rápidamente a la intimación. Éste. es nu,estro erro f. La.velocidad con que intentamos deslizarnos en lainti¡nltladdelhombre,plhlerise sirve sólo para que choquemos. violentamente con swsupíirfideyriíis hagamos daño: Ha sido una ilusión óptica; La penetraciónno era tan fácil.: Los, caminos hada aquélla intimidad 740
eran scjlo un trqmpe-l'oeil, como si en una costa acantilada alguien pintase avenidas seductoras.,,,:: ·:•·. ' · .U.• " ·"·'·' 1.. .,, , . , ••Afinemos al10ra•unpoco ladescri)JcióndeLextraño fenómeno. ¿Qué notamos despuéS•de ese r:hoqúe inicial? Notamos:como si aquel hombre, presente ·ante•na.: sotros, estuviese en verdad.ausente yhúbie5e dejado de si mismo sólo su persona exteiior, a la perijeda de su alma, lo que de éSta da al contornó social, En cambio; su intimidad no.íistáalli.Ló que.vemos es, pues, unamáscaray seritimósel azoraliliento, ¡¡éostumbradO.alhablaf,con una careta; No asistimos ·a un vivir eso pontáneo.•Su coinpo1tamiento nos párece ei1parte demasiado pueril para ser sine cein; 'enpiutedemasiaao repulido para ser también.sincero. En suma; notamos Jaltfl'dé autenticidad. La palabra,· el.gesto'.110 se producen comonaciendddirei:ta7 mente de u¡i fondo vital íntimo,.sino 'comofab1icados expres¡¡mentepm'a,eLuso ex., tehw.;f,o¡; la•)Jalabraque oímbsy•elge~to que vemos n.o consegui1J1DS:deslizamos hastaelfondo personal, sfnó que nos quedamos en ellos como ante algo quefuese.sólqfachadaoSin tieinpo para prevenirnos topamos con qué aquel hombÍ·e a~a,, ba alli,:cón que:sus manifestaciones nóld son en 1igo1; ni einanan de.su intimidad, ni recíprocamente la abrei1 al prójimo, sino que, poi'. el, contraiio;•so.n una cqra-, za\}' una defensa.atada penet[áción.Detrás dél:gíisto y.la palabrano,hay-·.parece~¡ma realidad CO!fg¡11entey.én. continuidad con.ellos...·.. ¡.,¡,, ""' \ , ,•;. , , ,¡ ,, "•Déjese.a está ª\anta tiene de innegable exageracióm Se trata precisamente de ex¡¡gei·m; puesto quese:trat¡¡ de' c01:nprei1der.'Laplenll,,con1prensión ·comienza po¡¡reducira conceptos o;·fo que es'lo mismó, a. pajabras;:la¡rredu'ctible,realidad; :Yodo,conceptci espor su naturáleza una exagei·aciÓn1 Y, en este séntido ~i1afalsificació1\:;Atperisar dislocm11oslo real, lo extrei11amos'y.exorbitamos,Pero esta Vib.' lencia que le haceihos nos pmnite inyectar!~ luz y ton\arlo compi·eitsible.
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ciencia departen sobre problemas de su especialidad el iemii no es privado, pero Ja conversación consiste en expresar cada cual Jo que íntimamente piensa o vis" !umbra sobre éL La delicia:de~trdtoTildica en que el prójimo abra en 11uestro .hono1' algunos poros 'de sirnlma y non:nvíe.emá1íaciones cálidcis; famediátas de su inteiio1: Esto implicdwfrelativo ábandono a la situación; 1a•conciencia de sen' tii·se seguro. · · · . .. · ", ;;, ·· ·.. , En la relaciónnormaL el argentino no se abandona;'. por el conírdrioj'tuam do el prójimo se: acerca hermetiza más su alniayse diSporie a:!a defe11Sa.: Nos encontramos l:on un 1wmbre que ha movilizado la mayor porción de sus éneigias ha~ .da las fronteras de sí mismo; Stintentamos hablar con él•decieitcia; de política; de la vidá m general; notamos que resbala sobre el teina ' como dirían lbs psi~. quiatras.alemm1es:que:habla·poi delante·defas.cosas: Esnaiuralque'sectasí; porque sll!energiano está puesta sobre aquel asuntorsino ocupdda'rn,defender su propia persona.' Pero ..: ¿en defei1derla de quién)' de qué, si no la atacamos?He aquí precisd1hente la peculiaridad que·nos sorprende, Que él atacado se defienda es fo mcís congntei1te, pero viviren estado!de·sitio euand.onadienos:asedia.estmd propensió11superlativamente extra¡ia: · · ··•' Miei1tras nosotros nos abanilonamos y nos dtjamos fr con enterctsinceridad a lo que el teina del diálogo exige; nuestlv intei·Jocutor adopta una actitud que, tra" ducida enpalábras; ·significaiia aproXimadamente·esto:'Aquí lo·importarite no es eso, sino que se.haga usted bien: cargo de' queyo soy: nada menos·que él re.da'étor jefé!delimpcírtanteperiódico 'Xi o, bien: Fíjese usted que yó s6ypro1 fe5cir:~n' la Facultad Z; o bien: ·¡Tenga usted cuidado l Está u~ted ignorando u olVidando·queyo sóyuna de las primeras figuras de•lajuventud dorada que triurtfasobre la:sociedad elegante porteña. Tengo fama de ingeriidso y no esl toy dispuesto a qu_e usted lo desconozca. Con Jo rual nuestro interlocutorno consigue convencános, antes bieií;.desperdiciatan excelei1te ocasión para de" mostrar que esun peiiodista inteligei1te o wtlwmbre de ciencia o unpíimor dejn-¡ .ge1iio ·elegante:En Y_ez d,e estllr vivie¡1dq. activamente, esq _mislyw. quépreteitd~ ser, eiiVez de estar sulnidó en su oficio o desti1\0, se colocajUera de•ély, cicerone dé sí mis111o,nos muestra su posicióh socialrnmo se muestra uit:inomúnento. " '¡ · •., :.. ,Peiv Jos monumimtos no viveii; sino quepeipetúan uh solo gesto rígido y mo" hótono; Esta actituddefeitSivaobliga al argentino á:no;vivil;¡ya quevivfr es.una opei:ación que se hace desde dentro hacia ajuei·ay es:¡¡¡1.brótar o.1ni111ar cóntic nuo desde el secreto fondo individual•hacia la redondez, del mundoo'El europeo se.éxfraiia de l/ueéigestoargerttlnq .•• sigo. refiriéndome atvaró1i~.~arezca, 4.e jlifi4ézy 1esobre'einpai¡ueo5ino se deti.f?ie.creerá que110 es más quiesegestoyfa bpinióiisobl·e d 1wmbre deLPlata:será; como su.ele s~¡pocqfavorable.Sólo w¡a larga, COTfVÍV~cia nos pennite descub1ir bajoesamáscara1igida elflujo de un ar" dientdirislno vital. Más el argentino óaipa la 11iayorptirte de su vida en inipedirse 742
a sí mismo vivir con aytenticidad. Esa preocupación defmsiva frena y paraliza Sll sei· espontáneó y dtja.sólo eii pie su persona convencional. -: :· ¿Ha sido el argeiitino siempre asi?Yo no lo séy tei1go una convicción de" masiado viva de que 1os:pueb1os•modifican grandemente.su caráctei· para abibuir asmiltimo e invaiiáblefondo un rasgo que en cierta época Je es, sin duda; propio. Pei·o el que.quiera éontestarse tal pregunta irecesita pénetrarunpoco más en el análisis de1aquella propensión tan exa·aña:' · La desáipción de ella que he apuntado, no es sólo exagerada; sino que toma únicamente lo más grueso y externo del hecho. Tei1emos que calar más.Lo dicho significmia.méramente que a este tipo de hombre le preoi:upa eirfonna desproporcionada:suftgura opuesto social.Lo excesivo de semejante preocupación sólo se cdmprei!de si admitimos dos hipotesís:L~, que eidaArgentina; el puesto o ftmciónsocial de un individuo 'sdiallasiempreen peligropo1' el apetitó de otros hacia ély Id audacia con que intentanmTebatarlo'; 2. ª; que el individuo mismo no sié:11te5!! conciencia tranquila í-especto a la plenitud de tituli:Js con queoaipa aql!el puesto. orango; Es n.atural que donde ambos factores existmi; seají-ecwmte esaac" titµd·inquieta; soliviantada y defmsiva:Yócreo que eí1 laArgentinaacontece así y me dplieo síndificultád este estrato 1nás extenw de· la estrncturapsicológica qúe he llamado hombre a Ja defen5ivm · ·.·,.::" · · ··' .. •En efecto, ho se ·o lviC:le lo más de111enta1: la sociedad a)-gentina se. ha·hecho y vive cada vez más bajo los einbates dela einigració1vMilesy miles dehornbres n11evos·llégai'L a SU.COStctatlántiCQ; sin OtrOTOIJteitido·i¡ue,unfei·ozapetito iitdividual, izno1'malmei1te·exeí1fos·de•toda inteiior disciplina.·Ge11te:deseí1ca" jada de;5115 soi:iedades nativas,· dohde, hubieran vivido, sin darse i:uentil, mora" lizados por un tipo de vida colectiva estabilizada e integral.•Pero:el emigrante no es un italiano, ni un español; ni mr sirio. Es un ser abstracto que ha reduci~ do su p~sonalidad a la exc11tsiva mira de. hacei· fortuna: Todos Jos hombres aspiran a lo mis1no, pei·o ei1 el alma de los que viven insc1itos en sociedades anti• guásbcupctesa aspirdciónmuc1101menos espacio y no es Iarddicabwrma de su5 actos, sino que'se halla·mediátizada po10 otras irme has i10rmas1y dspirncion~s',.L.a hipertrofia de aquélla seproduce a costa de éstas que, dep1i11iidas, de~ jan libre .Ja audacia. . ::; ' •1 1 • • La iiifluencia que m la vida entei·a de 1aA1-genti11a; en Jo moral y aun en Jo sentimmtal, adquiei·en las c1isís·económicas, seiia inconcebible en una 1iació1duro" pea:.Peiv mepm-eceün e!?VI' explicar esemonst111oso i1ifl1go seiialando simp!eínente JaidiJei·eircia de'co11Stit11ció1teí1t1·ela economía de aquel país y las:nüesirás, La
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POr p_ueSto.d Tu~ción 'sociíil 'én~endo'.Btj_U~; _nó .sól,o ,105 'ofici.í.tles o' las situacio'nes co,ncreta.S en:negocldS 'y ptofeSiórie's,' sii:t'o -tanibieri las' valciiacicines socialés inás v8gas; por ejemplo; la fama o rango .d~ uri ~c;rito.r, de,un· cientffic.o .9 de un hoqip~e_ d_e .mundo: '; . ·:
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causa decisiva es psicológica y consist~. a mi juicio; en que dentro de cada ino dividuo-no en la objetividad delos hechos económicos~ompa.dafánderique~ za un lugar-completamente anómalo.Esta exorbitacióll'del•iipetito.ei:onómico es· característica e inevitable en todo pueblo mitiidopor eUqmmte¡nigratoiió. ·· •"" Hay; pues; .una relativa justificación para la defe1J.sj,vidad del. argentiíw"La porcióll de riqueza o posicipll social, >el rangopúblimde.malquier-9rden 'que·u11 individuo posee está en comtante peligro por.lapresiól!'dt;apetitospiton16,: que ningún otro imperativo. modera. Do1J.de la audacia es ldfoi'ma.cotidimia.dtl tn:i~ to; és forzoso.vivir.en perpetuadlerta.. • ·.. ·, '! .. •'"' ·¡¡" · · • :;;,· ·•· •Estas .inmensas tieiTas iiuevas que surgé1J.'de pro11.to en medio•de una l:ivilic zadón muy adela1J.tada, como es lade! mundo.actual; ofreceinin mlinerotal di; posibilidades que no hay ma1J._ei'a·de·reali:wHa5 mmplidamei1té,:Por ejeinploi·el desan-i:Jllo; exteitSióny .iiqüeza delaAigeiitinii obliga a que se instituya en poca. tieJJ!po unbúengolpe de universidades con unmíirtei:o. muy crecido.dé cátedras'. En Europa no ~ansolido pree:idstirlas.cátedras a la5capaddades. Al contrarió; sólo mando habia.ungrnpo creddO:de.gei1tes.quevmían largm1lm.te•atltivandq· una disciplina, se creaba el pu~topúblico par:d,sti enseñanza. 'El procesp sfogii,; larísimo de estasnuevas. hdciones ·amelicanasdnvieite 'e!.Oirlen, 'y li:ls cáte4ras; !Os_. puestos, lo; huecos sociales surgeit antes queilos lioinbres capace5 de Ilmadosd:.9 propii:J ai:ontececon la burocracia) !Osiofidos·térnicos;·dtsiinidad, dejústiaa, etc; Toda5 ésas.ftmcionessociales teiiían quései;pdrfueiiaservidas, y.coino ei·a ilu, solio pretmder que las sirvieran.gmtes capacitadas¡•seJ1izo desde. luego. nonnal que. las Sirviese malquiei·a, mm co1J..!a más iímificienteprepal·ación;·Esto. &a iiiul-7 tiplicarla audacia de.los audaces:.malquier.individuopuede; •sin deJJ!mcia, a5pi-:. rar:a cualquier puesto, porque la:sodedad.no.sdia habittíado. acexigii; campe+ tel1da; Como. esta i1J.competei1da es muy: gen'eral-,dejo todo. ehnargei1 de exci;pdo1J.es que se creajust°"",:el tanto poi~ dmto de pei:sonas'.que .tjei·cen acti, vidades y-ompall puestos de,ma1J.e1·a improvisada 'l:i:mlta.eiwnrre:Esto lo sabe.mux bim,é:ada cualeit.dsecteto de su co1J.eimda;sabe'que,no•debla-sei: lo.queies::Es.di;-:; di; que c:¡ la inquietudSllSdtadapor lapr~siónde los.demás; se aJlade u1J.aiJ15egu-: Jidadíittim:a, U11 sobresalto.piivado y.pei11ianei1te qüe es,prei:isci (:ompl:ltSi:!r.adop7 ta1J.do un gesto convencional, insincero, para co1J.vei1cer co1J.:é1'a1'coi1tohio. de_ que sé es efectivammte.lo que seri;presmta. :As!;· mienti'as se;procura collvencer a· los .deinás; de paso se inté1J.ta convei1cei·se tino a sí mismo.;: i · ·, :: '· ,;Elli;i .es que eli1J.div(duo. no ha llegado a.aquel puesto; oficio;o,rc.zi1go pcitunc:¡· necesidad-inteii1a, ei1yirtt¡d de,unpasado que .lodba previniendo y como:n+ode" landa para él, sino que stíbitamente se ei1cuei1tra dmtro de él, como la cara l:ltJa¿ careta. l'fo ha)Jiei1do l.a profefiói¡, la actiyiqa,4 y ppsipóiiqi¡t; ~.e Sf!"·~ ~u;iqd.P de la p°d~~o11ll>s\ili1,incfs. biiJ1 so/Jíwmido eiit(iijióii~llíi; í1(¡ líay aiJ}!ei~méi~eiitre ~¡in. dividuo y su figiira social. Tiei1e aquél i¡ue llevaí· ésta a pulso; i:omo ·m las fiestas
aragonesas.lleva alguno al gigantón,De.aquiese empeño msubrayar su papel público: Precisammte. porque;es.un;papel,. precisammteporqued hombre no es autéJ1tiémnentelo' qwrpretmde sITT; necesita hacerlo comtar. .Esto esuru gallo, escribia,según Cervm1tes,d.pseudopintor Orbanrja,idebájode lo qiíe.haliia pintado. . ' . . .; ¡ • , , e;\ :: •. : Seiiau1J.a agresión inútil'Dbjetara esto qu.e,.por tjeJJ!plo;:mEspalla són muy freaieittes los e;asas de incapacidad, .10 .misJJib eifldS,C:átedras que eJ1 los deJJ!ás oficios, ·profesiones ypuestos:.Elhecho:es '5Uperlatiyammtecierto. Rero ésa inca~ piicidad que mmudea m m:i pmíl!SU!a'no 5e parece nada a la que.es habitúaL rn la Argmtina.· El que·qi Espc¡1latjei"éeu1J.a profesión no improvisa Sl!'ejiircicio.Desde sieJJ!pre,vivió•hacia éLy1paraebL.d quepasaes que carece de dotes,natµralesc Ernel:argmtino no se trata4e que•suelaestar;ma¡ dotadof¡ Sino que;rio.se ha'adSaito nunca a: za: actividad.querejerce;•no la ha cici;ptado como,su vital destirio;.no la comidera.j amás definitiva,: sir¡ o a mm1ei•a i!e,•etapa traiisjtoriapara lo tínico qµe le intéresa: ''51!' a'(mice1ei1forttína ye] ei:arquía -socii:!L Bar: eso 'acontece qtíe ami esos espa1loles1peor:dotadosind¡vidua1mmte qúdós árgmtinos resultan supei:ióres a ellos'como.profesionales.,;,i •J : :•" ., •i ,,. •• "' "''"" ..,., B¡i laAtgmti,na,es muy fremmtequela persona;atraviese los,inás,heterogéneos avatareS<;.que.sea hox una. cosa y maJlmia.otra. Los.oficiosso11-camisas deserpiente,' salvo que a!Ít las'Camisas ria suelen:ser de la scrpiente:quelas.viste, "i , •. · ,''u ,;roda e:sfosignificg una.cdsa: qúe·es precisó•decir;:aüitquetahez moje. El inmodei"l.ulo. apetito defortu1w;:la audacia,; laincdmpetmcia,rlafaltddeiadhereiiciá y .ámof, aLóficio opuesto:sor caracteres conocidos queise:damtndéJiticamtn." te e1J. toda5 las fcictoiias. ESo, precisammte eso, distingue tíl1d sdciedad.nativary orgánica-de la sociedad abstracta y aluvial quese>llamdfacforla.: Uit europeo que desco1J.oce Sudamé1ica y:eihbozado en S1lS prejuiciosx.petulancias de,virjo .contic nental•suponec¡ue todos aquellos· país~s sigtten simdo,: ¡claro .está/;factorlas,• no podfci mtenderhim lo,queacabD, de dei¡ir.;J,lorqued3uenos'Aires; cón.sus dos .mi~ llones de liabitantés y ese'peifil del,Estádo queapareée rigoroso tras todas la~ esquinas, no es,:·¡ claro-estál·,ynadiífactorlCf1 Sólci sbbre:d fimdo, de;esta evidencia puéde.tener,interés·miés.tandalósaindicadó1i. Son•aqúelfos,pi1eblos naciol!l,ilic dades mucl1bmás adi:íltas de lo que se presiime en Europa. Sin dudd,, lii:'más.ava11" za~am,5udesmrollo,', la más hecha de, todas:ellas ;,;al meiios,deilas1qliehl! visi" tadCJ±';es.la Ri;ptiblica Argentina, Ningima,es meJiosfactorla; iY;:sjn embargo,\ sil pi;qpiapiijiínzi:I la,ha1impédido estabilizafsecomoChileo eLUtug¡iay. Ha tmidq 0
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que seguir creciendo.aceleradamente y esto mantiené en ella, junto a sus rasgos de. relativa madurez, otros inesperadamenteprimitivos. No es fácil de expresar la idea que tengo.y que meparece;en su inevitable paradojism(J ajustarse bastante ala realidad. Esta Republica es hoy menos f actoriá que ningún otro país sudame" ricano y, al mismo tiempo, lo más. . · Para adatar este pensamiento podemos reeumra unci imagen gráfica y re~ . presentamos aquella•sciciedád dividida en dos partes:. un 11údeo.peifectamente nacionalizado y en tomo una periferia de la reciente emigración. Dentro;pues, de.ella hay dos componentes en muy.distinto estado de evolución y, podría de1 cirse, wndiferente cronología. ¿Es esto una ilusión óptiéa quepadece el viaje~ ro? O ¿es; ponventura, el esquema de la situación dinámica que mueve hoy. ni.dicalmentela vidapúblicadeaquel país; .sobre·todp, i¡ue:la vaa moverenlos'añós ·próximos? ¿No se·está empezandoa.vivirunnúevo.périodcide:lcilucha entre el tipo dehomb,repropiamen(e argentino y el tipo de.hombre abstracto'que es el de factoría, el hombre aún no argentinizado ?Be de decil'. que enmi.últi111o. viaje -·-doce años después delprimer~ineha parecido notar:unáecimiento de la dimensión de factoría que posee la Argentina, con la redprocamerigua delotrq componente. Y es natural que en uná,historia como la de este.'pais Ftaii parecida en muchos puntos.a la de Roma--'-" sobrevenga unfomgeo periódico entre am• bos ingredientes ~aciales. En.este momento domina élhombre ab.strácto que él mar ha traido sobre eLhombre.histórico quela tienwha plasmado. Elprest:iSsimo de aqiiella históriá.n·a ha dado tiempo a la tierrapara•qúe digiera'el aluvión atlántiéo.1 Es inevitable:.durante unos años laArge11tiniz.sufri'rá'4e· histórica iit• digestión: .;:;,·. <,;, ..•... ,,· . . . ; ,, , . . · ,,;, . ·,, ,, ' ''Tal vez.Zdpalabn:ifactoma suene mal alas oidos'argéntino~; ·Peroserá•un &ror este asco hacia un vqcablo tras del. cual palpita el magnifiwdestino dé, aquel país. Bastarici sustituirelfonema latino poi'. su equiyale11te griego; para•hacer patente toda· la digriidad ddo que signifiéa..La fadorít{ es estrictamente el1ém.¡ pario, Yestofue Roma. Y no s,eentienden los inatavillosos destinos de Roma; si n?•seiparte de una5ociologia'de lós emporios,\Creo que nada aclararía más•a•los argi;ntinos laevoli!ción de su•país como uininálisis sociológico de la•primeráhisc,
es
to1ia1romana.1::\'d'. r', liÍ<'.. . i:''' 0
;;¡J i\~1-'!\i'.\\'..
·\)\) - ·.. ,·,1·;_¡;'\¡;;': ~' ;-:fi\','. ',¡¡',
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· :.·•' · Est~·dualidod•del ctierpo colectivo, qtle no cesará en la Argentina hasta que deje de seremporioyseconvierta ·en1un,a·ni:íción éomo las dhnás, orgánica y de paso lento, imponepór stiniSma·al .individuo.u11a tndoktainbién dual: Le obliga, quiera o no, a preocuparse demasiado de representar su papel. Los oficios y puesto~~ i¡!fng?s. ~-~len,.s~ ,conw h~ indicado, ,situ~ci~ne~ exteT/)~ al sujeto, sfo 1i~t1!1/cjciCJíicpnt¡itú,idgifi:9n Sii.~~rfiti:mq.,sp1f posisí9ries!:eii.ez ~eiitida béÚcq de la palábra,•veniajas transitorias; qllese.defiendin mientrasfcU:ilitán el avance fo~ dividua!. Esto da irremediablemente un carácter extr!nsecó yfrivoló ala relaéfóh'
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entre el individuo y su situación. El individuo que es peiiodista, o indust1ial, o catedrático, no lo es ante si mismo y para si mismo; no lo es ilTevocábleinente, no ,ve sµ profesión como su destino vital, sino como algo que ahora le pasa, como mera anécdota, ·coma papeL De este ínodo la vida de la persona queda escindida en dos: su persona auténtica y su figura social o papel. Entre ambas i10 haycomunicación efectiva. Ya esto bástai:íaipara explicamos por qué nos és diftcil ,Zi:i,comimic cació11 con este hombre: él mismo no comunica consigo; · ,: r ·• · . Pero es preciso adentrárse inás en esta peculimisilnapsicologiá. La estruc~ tura ptíblica de laArgentinafomei1ta,ese dualismo del alma individual; pero es evidente que si no hubie5é·en eL modo de serJiátivo una propeiisióndeiguaLten~ dei1citi; aquel influjo exteriorquedmia mitigado y acaso compeiisado. Tenemos, pues;cz.ue.obsei11m· desde dentro al individuo, ·aparte de las infiuencii:ís que delconc tomo.recibe;:.· ·· .Cüando se mira desde dentro este hecho treinebundo que es nuestra vida, la de 'cada éual, pronto adveitimos que consisteradicalmente en un dinm11ismol Qui e. ro decir que nüestra.vida no es nunca unsimple est<11; un puro yacei: ·Vivir es siem" pre v'ivil; po1' algo 'o para algo; es un ·vei·bo transitivo. De. aqut que no púeda exis. tfr uii
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su i11spiraci6111• Así resulta que d argentino, mecánicamente atraído pdr todas aquellas cosas merced a la excelencia de su aparato psicofisiológíco, no tiene pues" ta stL vida a ningi.ma de ellas.· . · ;"'< •Hayuna vieja noción que es preciso rehabilitar, dándole wrlugar más im~ portante quemmca ha tenido: e5 la idea de vocc¡ción; No hay vida sin vocación, sirnllamada 'íntinia;Lavocación procede del resortevital,y de ella nace, astt vez, aquel proyecto de SÍ misma, que entado illStante es nítestrá vida. Aveces·lavoc , cación dél individuo coincide con las Jo1:mas de vida; que se denominan segi.ín los oficios ci profesiones; Hay individuos que,;en;efectorson vitalmente.pintores; politicos,.negociantes, religioscis,Bay muchos;•eii cambio; qÚé ejerceii esas profe~ sionessfü serlas vitalmente.·Pues bien; yo creoque son sobmnanéra illSólitas en laArgéntinaJas vocacionésprofesionalés; ci diehoinversamehte:, que el argentino tipico no tiene puesta su vida, de manera espontánea, a ningi.ma ocupación parti~ cular.Ni siquiei·a a los placeres. Es un e!Tor atlibui1' al ciiolló una vocación senstial, o, ampliando más la órbita de los goces, epicúrea.ffodas esas vocaci01íes Hq7 man a la pei·sonafuei·a de si, y hacen que su vida consista eirnn olvido de sí miSmo, f!)tun radical entusiasmo y entrega a aquellas cosas; No es sólo.el•sabio o elreli~ gíoso quienes.se entregan a algo distintci.ytrasce11dt11te de ellos; sino también;el gozad01; No es tan fácil como se supone ser vei·daderame11te seilSlial•o épicilreO,, De esta manera llego a una p1imera fómmla, que me aclaia un poto la im~ presiónpróducida en el europeo por el hombre del Plata: el_ argentino. es un hombre admirableinente dotado; que no se entrega a· nada, que no ha swnergido ii'-ré7 vocitbleinente su existencia eirel seij>icio a alguna cosa•distinta de,iili'Alwrn bie11¡ el europeo es de todos los lwmbres conocidos; hoy, y ayei; el que más se e11t1·egci, Ni el asiático ni el grecoíwmano han sentido. tan esmcialmente la vida como misión; como sei-vicio a algo, más allá de él mismo. Por esta razón ha sido el más aeado1; Vivir para él coll.Sistia en hacer cosas. EL estoico aguanta con dignidad la vida; es deci1;d destino, que ve, por tanto, como un pbdei· cósmico exttr110 a él,Jal.cual la roca vei:faefonm; que la bate. El ewvpeo se entl-egaalavida, al destino, y, por tal\toJlace deldestfnci su vida 1nisma, lotoma y ace¡_Jtfr.,A esto llamo sei1tir la vida como misión'; ._ _ . .. _. . _ -_ _ _. · ·· , Pei·o el argentino tie11de a resbalar; sobre todaocupación o destino•concrtto; nose da a él con plmitud, se queda en 1-esei-va tras él,.no se corifunde,c011;é1'Es, ine1 vitable que parezca al europeo stipei·lativamenteft-jvolo. No'11ay vei-osimilitÍ1d de .
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ta:.éósa·es bi_etl-clara.'-Url hombt~, rib es: un hóiÍibíé '.de ·cte"ncia·simplement~ portj_UepbSéá dOtes_psfquic~ ~gregi~ p~ra su pil~vo~ '.T~l_vez no le Jryter~a Ja cien~i~, y_si _el _tp~itfo_ polftic_o_ o, lo_~ : '·
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p;h~f_er~,· Nu.7'_tr?, ~1:1erp.~. yn~eStr~,ª~1?~~ no .~.ºl;l; I1U~tr.l_P~1:~_1.?-na, ~~~,es,~ás_ ~~TP.. el Sapic;t_~r'. ~? veo que se haya entendid_o,la profunda sugestton_de·Kant; cuando habla-de1 cardcterintelfgible. Per9 rn:e·es ?nposible·.J.quf desarrollar mi" idea de-la psicologfa1· tan remota de·tadas las vigentes.:._--~ : ·; : \
,' Vé:+se mi libro Las_Atldntidas.
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que sin entrega radical a u11 modo .de vida, los gestos, .actos, ideas, eina11aciones de esa vida poseci11 plena sus'tancia y densidad. Todo lo que elst¡jeto haga en tal disposiciónparecp-á 110 más que ade111á11yfi11ta. El argenti110, 110 resolviéndose a olvidar su prop,io ser rn algo más allá de él, a sumergirse en algu11a misió11, es un hombre que no acepta eldestino.Sabesítftirlo con entei·eza-·el, hombre del Pláta es.muy bravo ci11te elidesti11cr-.-, pei'd 110 lo asume. · . ·,, :, Sit;ntcnw co11ocerbién la zo11a secreta de.Ias relaciones áóticás é!1 lwArc genti11a; porque fuera ese tqiitorio delicadisimo el lugar más a propósito para confinnar o.desechármi diagnóstico. ¿Es el argenti110 u11 buen amador?¿Tiene vocación ,de1amar? ¿Sabe enajenarse? D, por el conti:ario; ¿más que amar él, se complace en verse a¡nado, buscahdo asi en r,l suceso erótico. una ocasión más para entusii;ismarse consigo.mismo~"' . ',, . Porque a ello venimo§forzosamente: si el tipo de· hombre que escrutamos 110 tiene puesta su vida ci·11i11gu11a ocupación o cosa en que ésta parece olvidarse de s'i misma;y, eiiajenarse, ¿a i¡ué tiene puesta esa vida? ¿Qué es lo que a la pei·c sona'interésa más del,ít11ivei'so? ,,, .'. ," 1; '' 1.:iPlanteqdaasi la cuestión; se juzgará que sólo cabe u11a respuesta: la pei·sp11ci que'11o·se'interesaradicalmente p01; 11ada, sólo se i11teresa por.si misma. Í11dole,seinejd11te suele.llámarse egoísmo. ¿Eramenestertan largo y difícil.rodeo; para acabat,en elides cubrimiento de i¡ueel arge11tino.es ít11·homb1·e egoísta?La verdad es i¡ueno mei·eceriá,la péna,el.resultádo. Perp. ade111ás seria.un grueso enm: Uri tipo. de huma11idad,rió se puede defi11ir por un defeeto. Podrá el modo de sei· que investigamos facilitar la ft-ecuencia de detm11inados defe~tos. Más aú11, todo modo de,scr at1·aeco115igo un repmorio de dege11eracio11es afi11es, como cada contextura corporal'*'"laobesidad, la.delgadez, el atletismcr-.-p1;edete11ni11a cierta clase de enfen11edades. En Buenos Aires he o!do a muchos argenti11os quejarse del egoÍS111ofrecuente en sus compamotas.Pei·o, a mijuicio, esta calificación es e1Tó11ea. Coii egoístas 110 se hace en u11 siglo un pueblo del porte que hoy tiene laArge11ti11a.;Además; esasuposición de egofs1110,co11génito 110 explica.ningu11adelas deinás.pec;uliaridades. · -.. , · No; es oti·a cosa. U11adiSti11ción, sutil al primei·pro11to, 11os po11e e11 u11apista\muy 4iferente.E~te tipo de hombre 110.tie11e, en4ecto,.puestast1vidaa1iada, pero tampoco e5,supersona lo que más le interesa.Lp qLJf! más le.i11tei:esa,,lo que lepreocupa es¡¡.• la idea que él tiene, de su pei·so11a.. · _ _ A1_1pr4;bien,.el egoísmo collSiste en.no sei-vir a.11ada ft1ei·a de sí; e11 no ttas7 cender.de·sí mismo. El egoísta es_ unhomb1-e si11 ideal. ·· Pe1-o el argf!l1ti110. es unfrei1éticq idealista; tiene puestwsu vida a u11a cosa que 110 es ~l mÍSlno, a u1Údeal,,a la, idea o_ ideal que éL mismo tie11e des! mismo. ,Esto me;p_arece algo.más i11teresante; esto ya mei·ece la pma de fijar la atenció11, porque, es w1,modo de sq: hombre, 11ada sólito; cmiosísimo, stitilísimo. ,.. ·
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El argentino vive atento, no il 10 que efectivamente constituye su vida, no a lo que de hecho es su persona, sino a una figura ideal que de si mismo posee. Esta imagen no se la ha f armado ~ tal o cual fecha durante su existencia, sino que, al encontrarse viviendo, se encuentra ya con una esplendida idea de si mismo. No es una idea precisa, compuesta de tales o'cuales atributos determinados; no .es que se crea un sabio, unApolo, un gran político, ete;Estolfi¡erasímplemente.vanidacL Éfno;sabe bien lo que cree sepio,puede precisar las facciones de•su propia fiso- . . nomfa ideal, pero siente que estima mucho a ése impreciso personaje queresulta ser- el ..No hay modo de eludir la ¡¡nii:a expresión rig01'osa:. el argentino se gusta a si mismo: Sise entiendenwnrexactitud estas palabras, se verá, i¡ueno.implican por ft1~a esencial .vanidad! Lo que nos'gusta, nci tiene:por i¡ué'.parecemos lo lr¡ejor del mundo.No es cuestión dequesuvalor sea ma.Yor-o:menor.:Basta:conqite•nos parezca que tiene algunbycori quetalycomo esnci~ guste;• · Prosigamos. Al argentino le gusta la imagen qtie.desf mismo tiene; Eri:esa imagen de conjunto impreciso; de calidades y dtri.butos bórrosos:hay,:sin'embaf" go, algunos rasgos claros. Por ejemplo: uno de !Os ingredientes, de· ella es fa ar~ gentinidad misma. Ser de la nación argentina, perteneaet. a•este pueblo\ es un motivo de orgullo elemental, indiscutible, previo;•que·actaa:entodo•ilrgentino,.In" clusive el que pdr i:ejlexíón llegaa un juicio menos,favorable (lelsupueblopsigué sintiendoese impulso en'todo·si1 vigor, porque afor'turiadam'erite;ise'trata de uh re" sorte p1imario, anteiior y más próf111ido quetáda5·las reflexiones.•Nace:el indivi" duo con una fe ciega·eiiel de5tino gl01ioso destipueblo;dapbr: cumplidasjatbt das las grandezas de su fatitro, y sintiéndose miembro de él,' ·apúnti:rn· sti personá p1ivada la gloria de ese porvenir colectivo cómo un presente:cEs ello una ele lds grandes faei-zas que einpujan a este país: la idea de ldn'ación dcttlit deide luego en el alma individual f onnando uno de sus ejes; por lo mismo; inseparáble de él: En si1 más íntimo ser cada individuo vive radicalmente de la-idea dda·colectividad¡ lo cual-·a despecho de lá ftivolidad en el detalle de la5 vidas-'-" asegura a este pueblo un genero de pat1iotismo·que dificilmente·comprendemos: losteu1·opeos; como no sea los ingleses. Habría qu~ deshace¡· a la personaiaái 'disociat!a•desti nación~
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···De Su.eiteparecida, aunque más conft1Same1Íte) inscribe br su imagen todas las-capacidades, todas las posibilidades, que al ser proyectadas erda idearse convieiten para él en efectividades: Por ejemplo! un joven drgeittino =tasi;·casi todo joven argentir10~·seve a·si mismo como un posible'grim esditon :E! no lo es mín, pero su persona imai;inaria lo e5 desde luego,• y'lo qui: ve de si inis\no 'iw es aquella si1 realidad; míninsuficiente, sino eita próyetciónen lo pfirfecto, Como'es nac tt1ral, está encantado con ese sí mismo que sd1a rucontr'ado,yyano se preoc cupará en•seiio pai·a hacer efectiva suposibilidad,,No dtendei'á1tadicalinei1te a cuanto le vaya pasando de hecho en SU. exiStencfa; a ÍaS OC!ípaciolieS: que Vaya
asi
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ej erciéndo; ni siquiera a lo que escriba, porque como nada de ello ni aun supra" ducción es ailnlppropio•deun'gran escritor;y éz!sabe·que lo es;no:tiene apena5 que ver con el,•nolo,c;onsid&a:como su verdac1era,vida, ·sino cQmo mero aco'nteciniiento éxteino que-'no, mereceforma! atención\:Sóld se hará solidario de lo único que está en su poder:iel g~to; \y, en efecto, desde luigo Y'sin·descanso 'adoptará ~l gesto que a su juicio córresponde a un gran escritor. De aquf que con tantafrecuencia fos esáitore5 argentinos· comiencen •síendo"grandes escritores.' ''· ' ' '' · Me sirvo ele esta cáricatUra para e5clarecer lo que pienso exacerbándolo.· Pdr" que no es fádl de dedr lo que vish.imbro; que él árgentinotíplco no tiené más vo: cación'qite la de'ser ya el que imagina set •Vfve;pues;entregada,!pero 110' a una realidad; sino a'una'imageh>Y;unafmagen no sepuedf;vivir sinocontelnplánc ·dola. Y, 'en ·efecto; eliírgentinosé está'mi!-ando síempietr.tifl.e.iddO en. la ptopiáima" ginación: EssobremaneráNátciso1iEsNartiio yiajuentedeNardso,'I.olleva todo conSiga: la realidad¡ laimageny e:1espeja1>•·r'.\ · · ín ·.• · 1 '• '· >bN0 se crea; sinináS ni iniís, que es esto tan·puro defecto comÓpárece al pron~ to.' Uitádosis de narcisismo atttla toda alma de destinó 'elevado! Él holnbre cha: bizcal!o, •que se abandona a cada tircunstandiide la viCÚl¡ísin exigirnaddde Sfllitis" \no, no e5 Narciso simplemente porque no se estilYl!C iEit su. iiltimo f ando se dciPrecia y tiene horror de suiptopió•ser dento de•tbdii calidad. Par esó'proalranoieiterse a si mismoJlresente, sino ·que prefiere olvidarse. 'Una existencia diseiplihada; ruando es religiosa, requiere que la persa ria sienta constantemente la pre5enda de Dios, como un e:Spectadory)uez.iqueimpide\el abandonáiy•el acto 'vil!IGuando no es precisamente. relig!iosa;' la eJá.Stentia altanera eXige que nos tei\gamos presentes a nosotros mismos. Y yo no vacilo en reconocer que muchas cosas·lograda5 ya en la vida·argei1tina, procede¡¡ de este·culto a:la idea•desfilhisiho, que'cbnstititye la forma lnás auténtica de la vida en el h\dividuo 1nedio de aquel pafs. Glaró que las cualidades·supeiiores no sepuedenlograrasi:,Asfpodemos traer a nuestrapersoria, poner en ella todo lo imaginable; pero étlyaadi:¡uisición no suponga sacrificio, entrega·aesomismo i¡ue-queremcis·traera·ncisotrosY " · ''• · - -· ' .' ' · No meateriwrizdría afirmar que el narcisismo es una dimi:nsión'de todd alma sublime."'' ··"" ' ·· 1 • ';·: "'''·' .. • • • • " · .... · Pero eLargel}tino es 'demasiado Narciso,-% es radicalménte. Vive·absárto en la atención ·a·su propia•imagen.: No: se desentiende de ellr i:iisi·nunca para ab" sorberse en•las oéupadones i¡ue integran la vida plenaria; Se mira, se mirasirndescanso: Está de espaldas•a!avida,•fija la vista en 5it quinierap'ersoriaL De aquí,\esa impresión quenas produce y que cicpresarídmo~ didéndiiqtie en el argentino todo
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-\1 e¡_¡\1 Í·; ·¡¡¡r,11:·;_ -·x1¡l·n)1·1'l\ -,,_~-~'-')<'.,;--, -'~1~\~: >l_1¡¡ 1, :'\•,i.
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lIIlpo_rtaría_ derr,t~ls~r lo qu,e hay de 11arClS15Il10 e~ la msp1tacion_ de AiJ_artrn Fif!1!:Q· ,D,e aqu,i ef.ciitiiñá aiiEdedi4Irig6 quf!·tieile:sú riiOnólOgo:. h8b1R cOil:Sti imagen y-se queja de 'qUi-lOs' df::. más no la reconozcan.
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nos parece subrayado, por lo pronto suftsico. El evidente excesp de repulimento. en el vestir es una consécuqtciade.esta perpetua fltención~acia si. Se está sieni-, pre visitando a si mismo y necesitáencontrilrse siempre, pulido y'repulido¡ En cainc bio, elfrancés y el alemán;,que son,.bien'.queporra:zones.distintas, los,~os·hom7 bres más distraf4os de si, máS entregad()s'a otras cosas, son-los qu~ visten peor en. estepla~~ta.;:~:.-;<·,,;;;.:1_ '':1 '1{:·~ :: .1 ,-, ·'·' lJ . . 1 ,,:1 La tragedia de Narciso es,q11e;·bcupado exclUSivamente,en contemplarse; le ahoga su propia imagen, es de,cirj que no'. vive. Pe, vivir; seria suimagen.el viviente, Pero una,imagensólo tiene.unayida imagin:arici, apan;nte,ficticiél.. Esto és lo.gra,-,. ve en la psic()logia del. argentif!º· No .el egoísmo; .no la,vanidad; Su fndokfav()-,, rece sobremanera estos das, vicios;.y no ()cultaré, q¡¡e !Qs casos más cómicos a~ v.a-, nidcid. q1:1e.qe. t()notíd.g,'bos}1~·,enrnntrqdo, en,lcil\rg!W.Ünlf: JléJ:o.ambos defectos, como hé dicho,antes;:ss1nnarnrales degeneraciones detcierto;mo.do·de ser: y, no ct¡.7 lifican primariamente al tipo de hombre q¡¡e analizq, El·eg()fsmo; es una f qlta.de atención a los.demás seres\)' .cosas" Pero lo gray e del narcisismo, no. es, q11e desatienda a los demás,· sino .que:!leVa. a desatender Je¡ propia,persona :real,·. la ·au-, ténticavida. Se acostµmhra eUndividuo a negar su ser espontáneo en benefic cio del personaje imaginariowue cree sen. Lleya.a la más\f!?Ctraña insolidaridad. consigo mismo. Por tomar en: cada instante la p()stw;a·qu.e aquel personaje irreal:tqmaria; renuncia.a la actitudsincer11 que l11personaTeal_qut!1na adoptm;J'; asf un dfay otro y.siempre.. Al cabo queda a111;1lada, atrofiada la intimidad, qtte es nuestro único tesoro,verdadero, que es.la sola potencia.efectiva capaz de crear.en todo orden, desde la ciencia, pasando por lapolftica,. hasta en el a.m01r y· la'conversación >" · · ·.; •. r .· ,Quien sabe.eludir l;s tr~mpe"l'beil psicológicos y ha visto, como por una rendija, la magnifica intimidad que el hombre argentino llega aparalizar dentro .de si porreducirse a la fruición.de su imagen, se impacientará pen5ando en todo lo que podría ser ya este pueblo.. . . lo qúe pqdría haber creado.en los órdenes más altos-· sin más que moderar aquella propensión. Sdmpacientará de que en·el puebló,cori más vigclirosos resortes histórico~ que cidste hoy,. hayafaltado una minoría enérgica que suscite una nueva moral en la sociedad, llame al argentino a·si mismo, a su efectiva intimidádysinceridad, temple con rigorsu'narcisismo, se.muestre intratable para aianto. es mempbstura O· papel; y, lefuerce a vivirr ver" daderamente, a manar, a brota'r,dé surique¡¡;a•iliterjor,· en vezde.mantenerséoen: peipetua deserción de simismq. El. dfa que tal mi11oria eiiseile des te hombre a acep~ tilr hondamerite.su,indiVidual destino, a eJCistirformalmer¡tey no, en. gestimú !ación y representación de un role imaginario, la Argentina ascenderá d_e Jr1ªnl!J"~ ,fl~~ºl!/á,tjf(l,en. lflierarquyt~.'C. lQf P,1,~ g!f~,rnli4~d,~f .\\~f,ó/;\f,~r.f8rnlf~,~¡ .hom~ bre del !'.lata .es uno .de.l.os mejo!'. dotados. que acaso haya. Se,impaaentará tantQr repito, que escribirá este pequeño ensayo. ,,. " ¡¡,,.
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Al cabo de él, percibimos que aparece una extreina coincidencia entre la sociedad argentina.y el individ110. Como aquélla hieratiza en un Estado deinasiado sólido la idea q11e de su propia colectividad tiei1e, asi el individuo paraliza su vida suplm1tandola porla imagen q11e de si posee. No es rara la coincidencia. Veintitúatro siglós hace, Platón insinuaba que en la Sociedad el hombre esta esaito ei1 letras gran~ des y, vicevei·sa, el hombre transaibe en letras meifüdas lo que es la SociedruL ." • · Es natural q11e no nos seafácil comunicar con el a'rgei1tino. Nosotros· buscamos su intimidad, y éh10spresenta su imagen ideal, 5u róle: Como no tiene éste realidadpor si, sólo obtendrá la q11e el individ110 se esfuerce en i11iponemos.' De aquf5u interéS ei1 subrayarla incesanteinente, ei1 hacerla c011Stm: De aqui sil pei·~ pet11a defensiva.Deaqilisu iliínitadas11sceptibilidad. . ; · ·· . · • •' ·• ; ¡: ; Llamartacto al aderto e.Jl' el trato social es una rjeinplaragudeza•qel idioma.'Po1~11e, en efécto;·éonsiste eirno rozarla ei1tidadque tenemos delante,rno tropezanon susfohnas y facciones o hacerlo Sl!aveinentey sin choque: Quienseprecie conft111damei1to,de poseei·mucho ta'cto, puede estar seguro de no herira'casi nadie mel comeirio 11iundano. Pei·o en laArgentinafracasmia: Porque él puede responder de que su tacto le pmnitirá no tropezarcon ninguna realidad,peiv como el argentino no sude ser lo que realmehte'es, '.sii10 que se ha trasladado a vivirdenc tro del pei'sonaje que imagina ser, eltacto no sirve·de'nada. No se palpa lo impalpable;!Poneso ·ei1 Buenos Aires todo movimiento que se !raga hiereaalgi.tiei1¡ viola alguna personalidad seffeta, ofeiíde a algün fantasma fntimo. ·" ' •' •· • .· .,. ' . .·Preocupadire1 argentino de que reconozcamos su fantasmapersonal,permac neceM ahillado delante de· nosotros: 'Si,unasupeiior cultura y otras clases de frenos no le mantiei1en en esta defensiva,' la insegwidad que siente'respecto de si miS~ mo, la urgencia de nutJir con m1estlv reconocimiento la fe ei1st1 imagen que fo cada il!Stantepieirley v11e!vea ganm; le hará adelantarse·hasta manei-as agresivas. •És(e es el migen' de una modalidad humana, C11ya freC11ei1cia es carttcte1istica dela Argentina, Si se quiere penetrm• eitlos seffetos de1mpafs, conviene fijat" se'en las palabras de·s1ddioma qué110 sepuedentraduci1; sobre todo éuando sig" nykan modos de'sei;La 1'azó11'es perogrnllesca. Sifalta el equivalente ·en el 'lenguaje de otros p11eblos, es q11e ei1 ellos la realidad significada no existe o dciste insólitamente: :EJ1 cambiOJ ·za existei1cia de1111vocablo intradu'cible revela que cieita clase de hechos f onna en aq11ella' socieaad'compacta masa; y se in1pone a Id mente exigiei1dbwra dei10111ihticióii;•Asi,. la palabra espariOla cursi no puede vertei·se en ningt111a de otJ·o idioma.•El hecho que eiumcia es '-"'-en rig01;fue-·-exclusivamente español: Si seánalizase, l11pa en mano, el significado de cursi se veiía e.iré! con~ centrada toda la histo1ia espmlola de 1850a1900. La cursilería como endein,ia, sólo.P!l~4epro,dgt¡i,r~~ l9~!m p11~blo (!1!9Pnrz!i~er¡te p~~re qfte.~~yep~l\g;adp a vivfr. ei1fa atJnósfera del siglo.XIX europeo, en plena deinocraciay. capitalismo. La C11rsile1ia es una misma cosa con la carencia de 11na ft1erte burg11esia;f11erte 753
moral y económicamente. Ahora bien, esa ausencia es elfactordecisivo de la hist01iá de Espafia en la última centwia: ' , ", >La palabra argentina a qu.e me refiero, indócil a toda versión, es guarango. Siyo fuese argentino y; a pesar de serlo, lograse dar a mi vida un sentido deser7 vicio o,misióny, en a1g¡ín m0mento,. prefi1iese denominar esta misión sin solent~ nidad,,con desgaire cómico; dhia, qudba a dedicanni existencia a la superá" . ción de!cguaranguismo, Como todo vicio es wia vi1tudf ermentaday la degeneración de algima buena t11alidad, en el guaranguismo se orultan desviados los resortes mejores del alina argentiiia. ,, · ,, ,Et guarango ida gliarangasiente 11nenímne apetito de ser algo.admirable, ruperlativo, 1iniCo. No sabe bien qúé,pero .vive érnbiiagadq,coi'l'esavagamaravi-; lla·q11e presie11tesei:Para existir necesita cmer mesa imageii.de sUitismo,y para creei: necesita alimeiitarst, de tliwifos. Mas como. la realidad .desu.vida no. co" 1Tesponde a esa imageit, )''no le sobmviei1en auténticos tliwifos; duda de síJnismo deplorableineiite. Para,sostei1ersesob1'é la eiisteiida neceSita co1itpá1sarse; seii7 tir de algunamanei·aJa realidad de esaft¡ertepersonalidadq11e q11isiei:ase1:Ya q11e los deinás,no parecen espontánec¡mente,disp11estos a reconocerló, tomará el hábito de aventajarse,él ei1fonna violei1ta: De.aq11f que el guarango hose contei1te con defendei· su sei-imaginalio, sino que para defei1drrlo c01¡tiei1ce,desde luego por la agresión; E,l guarango .es agresiyo, no por natural exubeiw¡cia deft¡ei-zas; sino, al revés, para defendei·se ysalvarse:.Necesita hacei·se sitio para,respirm; para poder creei: ensi,, darctcodazos al caminar entre la geiitepara abrirse paso y a-earse ámbito, Iniciará la convei·sación con una iinp1\rtinentia pm:a roinper brecha, en e1'prójimoysentirse segurosobre sus minas, ., , '" Fingirá tácticamente no. reconocei·miramientos, ni distancias, ni rangos; .ni reglas detrqto. Si es intekctual, S!I producción no consistirá ei1 la expresión de.ideas sustm1tivas, sino en.ataques vados y sin•congruei1cia .con fo atacado, .a veces en mems ,inrultos,. cuyp estallido en el aire k dan la grata impresión de que, en efec" to; existe, La guarangaproducirá estos estallidos arumulando e¡tsú traje coloresyomamei1tos llamativos, exagei·ando lo~ adiinanes sü1 renunciar poi· esto a la agresividad verbak . . '1." . ¡ ·. .. F e)nei1iJ10. o masrulino,. el guaranga c01wborará ru imaginmia ~1pe1io1i dad sobre el prójimo, sometiéndole a b11rlas.del peor gusto y si es especialmente tic mido .rerunirá al anónimo. (Bueiws Aires es la ciudad. de.Jos. anónimos)~ ,, ·Camo se .ve es el. gu,arango la f onna desmesurada y más gn.1esa de esa pro e peitsión a vivir absorto ei1 la idea.de sí misJno q11e pádece,el hombre a1¡¡mtino'. , ,, i
Pei·o no se olvide que todo ese deplorable mecanisJno va movido 01iginmiammte por un eiwnne efán de sei-más, por una exigenda de poseei· altos destinos. Y esto es una faerza radical mucho meiws frerumte eJJ las razas humanas de lo que ruele creei·~e. El pueblo que no la posee no tiei1e reinedio: es lo único que no cabe inyectar eJJ el hombre. Se puede invmtar la turbina, pero no el salto de agita que la muevá. Éste tiene que existir de anteina110, milagrosammte. Sup11esto dinámico de todo lo deJJlás, el nivel de S!I energía predete1111ina la histo1ia del individuo y de la nación. Este dinamismo es el tesoro fabuloso que posee laA1¡¡mtinCL Yo no conozco -lo repito-ning¡ín otro p11eblo actual donde los resortes radicales y decisivos sean más poderosos. Co11tando con parejo ímpetu eleJ11mtal, con esa decisión frenética de vivir y de vivir en gra11de, se puede hacei· de u11a raza lo q11e se quiei·a. Por eso, b11en aficionado a pueblos, am1q11e transeúnte, me he estreinecido al pasar junto a w1a posibilidad de alta histolia y óptima 1111ma11idad con tantos quilates como laA1¡¡ei1tina. Síntoma de ese estreJJlecimimto y no otra cosa son estas páginas donde he intentado guardar la eq¡¡idistancia mtre el halago y el vejamm. Septieinbre, 1929
f~-driJ#.ie:s~mirs~ iis.~hierl.or~' obS~iv
todo· ef C:(ueanticipá s\rtritirifo;1 Quedé;¡)or lo demás,·fntegro' el tema para'uña pCisible Meaitliéióii de lg~~qf~~gi;>_S~,,,; ,.,, ,.-, ·-, ¡·¡¡ 1:-·-·
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EL ESPECTADOR VIII (1934)
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ABENJALDÚN NOS REVELA EL SECRETO ;:
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•(PENSAMIENTOS SOBRE ÁFRICA MENOR) · · I . :-:.,
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Stv~fuos que alguien no es ni siquiera curioso; ;ensarelllos,p~r fuerza, que
nil es inteligente; menos aún, que carece de vitalidad. Vivir es:un·verba•muy ek~ traño.•Por una parte, significa el peculiar modo de existencia que lleva el or7 ganisnio individual. Éste es un trozo de: realidad acotado y aparte de lás demás cosas. Vida es 'siempre realidad propia y exclusiva de alguien; es vida mía, o tuya;•o•suj-:\: Eslo•que pasa deiitro de mí; lcislfmites de mi cuetjloy mi con'. ciencia;•Pero si observamos qué e5 lo•que pasa dentro deiiosotros, qué es'nuestro•vi\Tir, advertiremos que consiste· siempre en un ocuparnos 'cor\. la5 cosas en torno, con'el mundo•en derredor: vivir e5 ver, oir, pensar en esto o·en lo otro, amar y odia¡; a los demás,' desear uno u otro ·objeto. De•donde re5ulta que vivir es, a \a vez; estar dentro de sí y salir fuera de sí; es precisamente un movimiento constante desde un dentro-·-la'intimidad reclusa del organismD-'- ha~ cia un fuera, el Mundo. Pero al llegar a ese «fuera», por ejemplo, a un paisaje cuaodo lo vemos, lo que hemos hecho es meterlo dentro de nosotros, nos lo.hemos tragado. Por tanto, desde fuera hemos vuelto adentro, trayéndonos en las garras botín' cósmico. En consecuencia; vivir es unmoviinientociocular que va de dentro afueraydesdefüera otra vez adentro; Vivir es un verbo, a la par, transitivo yrefleXiv6: vivirse a sí mismo en tanto en cuanto vivimos:Ias cosas; .Para que la vitalidad sea completa y sana es menesteique ese movimiento se cumpla'enérgic'amente en su doble dirección. No sólo salir de sí a las cosas, sino traers¡; luego éstas;.apoderarse de ellas, internarlas, eritrañárselas; El que sólo es curioso no hace más que lo primero: todo le llama la atención; Ya es algo. Comienza a vivir. Sale de sí. Pero si todo le llama la atención, no podrá fijarse en nada. Apenas llega a una cosa,. ya otra estará.reclamándole. Lo cu-
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rioso de Ja cosa curiosa es simplemente su novedad, y como ésta se pierde en el primer contacto con el objeto, la curiosidad no hace más que resbalar por las cosas sin adueñarse d.e ellas, sin volver a Ja persona con la nueva riqueza. El curioso no vuelve a sí, no tiene fuerza para resistir a la llamada que le hacen las circunstancias, se pierde en ellas, se enajena y anula. Para apoderarse de las cosas es menester entrañárselas, y para esto es menester fijarse . bien en ellas, y para fijarse en algo es menester extrañarse. El curioso no puede extrañarse de nada, porque le atrae la novedad de la cosa y nada más. No le atrae Ja cosa misma. La curiosidad es la vitalidad mínima, es su forma frívola. Alma sin densidad, la del curioso gravita a merced del panorama que le rodea. En cambio, el espíritu plenamente vital no es curioso. No sale de sí mismo sin más ni más: no vive, por decirlo así, en la calle. Es menester que haya algún serio niotivú para al5andonarsU: íntittüüéclusión, que la cosa ofrezca interés por sí misma, que obligue a fijarse en ella. Pero sólo podemos fijarnos en lo que nos extraña. Y ver algo extraño significa sencillamente que descubrimos un problema. La diferencia esencial entre Ja «cosa curiosa» y Ja «cos::i ex¡:raña» es.ql\e aquélla tiei:ie novedad y ésta contiene,unproblema, El pr6~ blemapropone a,Ja mente una tarea, un trabajo;y en este esfuerzo sobre el ob, jeto nos afirmamos frente a él, nos hacemos dueños de él; nos lo entrañamos: ::La plena vitalidad detespíritu:corísiste, pues, en seF:curioso.de:proble~¡ + ' Esto me ha ocurrido pensar cuai:ido, me he preguntado si mi interés po; los temas.africanos, continuado durante muchos años; :~aisimplemente cu, riosidad, voluptuosidad de lo exóti~o, ~te( Luego.contaré cómo nació. en mi esdnterés: Melilla;•cqnquistada podas españoles· a, fines del siglo XY;per¿ manecía aún en el siglo XX encerrada dentro. de sus murallas, sin trato con.el campo.No había podido en cuatrocientos años contaminar ni siquiera una Je" gua de campiña en toqio. Ciudad y campo vivían perpetuamente hostiles e incomunicantes. ·¡Cosa.éxtráña! Problema...
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Cada uno de los•pueblos superiores que han pasado por elNor't~ deÁfriL calo ha visto de distinto modo. Roma ve Númidas y Gétulos¡·PasaRoma;.y con ella.desaparecen esas dos .imágenes; Los.árabes tios hablan de Botr. y Be.; ranés, Hemos llegado Jos europeos,ylü!quehallamos es árabes y ]Jereberes1• Es sorprendente que al
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,, •·S'es todavía más sorprendente que esos aspectos sucesivos del África Norte o.Afr!caMinor coinddan en Ja forma· dual. La pareja de.denominaciones sµbsiste al través .de los variantes nombres. Sospechamos al punto que en la escena africana:se representa inmemorialmenteun drama: entre dos persona, jés.,Esos nombres tan.diversos son, por Jo visto, nombres de actores que se suceden enla. éjecucion de los. dos: grimdes .papeles, .. · •Este drama debe ser muy original, espeeíficamente.afrjcano porquelas razas egregias que Jo han presenciado no]o han entendido.bien. El.romano yel europeo. de h\lce tres siglos Uegaban con sus ideás sobre:la realidad histórica forjadasya,J'orjadas tonio se forjantodas nuestras.ideas fundamentales: envista de.ciertos hechos constantes y muy simples que desde siempre hemos presei¡tciado. Una vez que:nos.hemos;formado unaciertaideaideJo,que.esla Íéalidad;.si.ésta cambia, nos.tostará.mucho trabajo verla en su nuevo cariz. La vieja idea se interpone entre la retina y las cosas. Así, romanos.y .eur0 peos, ce, ga.dos parla concepción:d!; lo. histórico qué su experiencia les había impues, tó/s.ólo. han notado que actuaban er(Áfrita dos. fuerzas históricas distintas y autagÓnicas, de cuyo conflicto y enlate surgía Ja peculiar vida africana., I'etl:) no,consiguierori°des~ubrir ]¡¡nota esenciaLde uno y otro poder. , Es preciso que preguntemos a un indígena, a-un hombre intacto por n-ues, tras ideas,para quie,nlátealidadsea.primórdialmente.larealidad africana. Lo malo,es.qu:¡;los.jndigenas d,e África. no suelen ser.pensadores,.a-un cuando.es, tudien y escriban libros históricos. Ese prodigioso acto -Ja. gran hazaña dela mente-· , en el cual_eLindividuo serevuelve.frente y, en cierto_modo;.contra la realidad cifcurtdante; y construye un esquema conceptual de ella-.red eón que Ja prende-., Sé·ha cumplido muy pocas veces en África;: .•Afortunadamente, hay una egregia excepción. Un africano genial,. de menté.tan claraytan pulidora de ideas como.la de un griego, va a introducire nos en ese orbe histórico, donde nuestro espíritu no logra hacer pie.. Es Abenjaldún, el filósofo de la historia africana. •·Los,Rr0legómr10~; históriéos, de Abenjaldún, son un libro clásicc¡ qm:_desde hace;casiunsiglo ha:entrado en.el haber común, merced a la traducción dcl barón.deSlane\. Abenjaldún, no contento con narrar, los hechos del pasa~ doafricanb.. él escribe hacia 1373-.-.,quiere comprenderlos,.Comprender es, por lo pronto, simplificar,sustituir la infinidad delosfenóm¡;nos por un repertorio finito de ideas. Cuanto más reducido sea este repertorio, la comprensión es más enérgica. El ideal de Ja ciencia sería explicar con una sola idea todos los hechos del Universo. ¿En q'ué consiste ese poder mágico de una
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:·: :· 'Les prolégomene5 d'bn K11aldoun, traduits et comment.!s par M. de Slane.Tres tomosc París, 1858,,
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idea en virt'uddel cual, puesta a un lado, pesa ella sola tanto como los hechos todos de la realidad·puestos de otro? Consiste•sencillaniente en que 'e5ácideá aísla y define un hecho radical.del que todos los demás son puras·modifü::ao ciones y combinaciones)Así la'ffsicaha aspirado a demostrar que las'iofinitas clases de movimientos 'observadas en el cosmos sori casos particulares •dé un tipo único de desplazamiento: Ja caídadeu11·cuerpo sobre.atto, Donde se ensaye esta operaciónsimplificad6rahay ciencia•en·el sentid6másrigoc roso dela palabfa¡ien el sentido helénicby europeo: · ·• ·,, . ;1" Pues bien: la obra de Abenjaldún nos ensena que la aparente baraúnda de acontecimientos' africanos se reduce a uno sólo: IR coexistencia ·de dos' mfr: dos de vida•-·la vida nómada y lavida sedentaria) Éste ése! hechó ra'dical;;bác sic:o;iiíagbrable;dequebrotatodalahistoria'afrkana:No es·eictrañó que'lo$ otros grandes pueblos no hayan entendido nuncabienlásintrincarnienfosde ese largo pretérito.Aquel hecho se dá sólo en África delNorte,isiseentien" de por tallil faja enorme que va del Atliínticid algblfo Pérsico y del Medite; rráneo al borde Sur del Sudán y al extremodeAtabia.. En las restantes re! giories delplaneta, o hay nómadas o hay sedentarios; pero eir ningüna1hay inseparablementeambas·cosas:Ai!o sumo acontece queuh pueblo•sedenta" ria se desplaza: entónce5 hablamos'deernigración•1 Pero esta emigración, que en un cierto instante han emprendido todos los·pueblbs;· es en ellos uri'a ma" nifestación transitoria; no es nomadismo, l.aernigración·e5 eEde5plazamiento del'sedentario. · .. r ' .-:: · · •u, · ' ,• ·•Para Abenjaldún, el mundo histórico sereduce•a ese·múndo africano: Del resto tiene sólo indirectasnoticras. Con sus ojos; con su 'ahna; havistb sólcl el África del Norte. La consecuencia es que pani él•todafa historia humarurs.e engendra en ese gran hecho·dual: nomadismo-sedentarismo. No censuramos livianamenteresta· limitacióni Támbién nosotrospadecemos lanuestra.'En•ri; gor, el europeo no>entieride bienmás historia que la que:va>mbvida por laidea del progreso, la que consiste en el servicio de una cultura ereéiiente! La miS~ historia que nbs enseñan nuestros maestros ..;.;;.]os griegos y rb1Ilan6s=-1entra con dificultad en nuestras cabezas porque, para éstos; el héchoJmatriz es d Estado-Ciudad, la avitas; 1a polis, idea que nos 'cuesta.IIluchoifrabajó«
Las dos grandes realidades que llenan la historia son, a los ojos deAbenjaldún, el Estado. y la civilización; esto es: gobierno y cultura,·En·nuestras
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zonas; ambas sustaneras ·han estado siempre muy mezcladas; El hechó afri'cano nos las presentandic:ihnente separadas. Dos tipos de hombre por completo dif~rentes Crean lal,lnay la otra; Etgobiemo, segúnAbénjaldún; es cosa delos-nó~ n¡adas;¡pcirqin; sorildsguerteros qri'é'iniponerí un podera'amplios círculos territoriales; a núcleos múltiples·de pueblos: La' civilización\· en cambio; es cosa de los sedentáriós;'ehúltinio grado;de las'ciudades. Pero aqníestá elsecreto de todos los movimientos históricos. La ciudad, donde reside el saber, el trabajo, la riqueza, los placeres, no tiene nervio ]Jara el dominio. El nómada, porel contrario, robustecido en una vida pobre y dura, posee la alta disciplina moral y el coraje, La necesidad¡.u¡jida a1a•capadidad, les'hace.ciiei:sobrelos pueblos se.dénta,rios,yapoderarse.delas ciudades.' Créari.Estados!Peroéstos•sonirremi~ siblemente1transitonos, porqnela ciudadocultll elvirusfataLde la molicie: El nómada tr¡.unfari,te·se' debilita, es decir, se civiliza y aburguesa o urbaniza; Queda, pues, a laimerce'd denuevosirivasores;rde otrosmómadas aiín intactos de lujo yltijuriaLMerced a·este1proceso, 'perpet:Uamenterepetidoi la historia está esencialinente;ynoporazar, scimetidaa un ritmo. Penoaos deinvasió'ny creac ciónde.Estados;;periodos1de civilizació]]'.delos.invásoreir,rperíodosdentieva invasión. No haymás!Asfuh'sigloycitrd.;Ahenjáldún, emparejándose c;ori cier~ tas!lucubracionesrei:entísimas;llegaafijarfa!cifra'teinporal de· este ritmo: tres generaciones, ciento veinte años. Eso dura un Estado. «Pocp arites; poco después, sobrevienelá;décrepitucL kas Estados; 'comci losindividuos¡ •tienen una· vida:. crecen; llegatfafamadurez;faegor¡:omienzan.a.declinfil».C ! i i Ello es que esta idea' magnífica;; tan clara iysené:illa .comci tina ley de Newton, repre5enta•con'gran exactitud laque en·veintiséis siglos dé histo" ria africana11ogram6s presenciaKSe dirá que e5e pensRmiento; al formular un ritmo siempre idéntico, excluye la evolución, el cambib sustantivo. Pero esta objeción emana de nuestra peculiaridad europea; precisamente de nuestro modo d~ entender la vida personaly,ccilectiva comoun progreso: Es probable que, referida a toda la humanidad, sea nuestra;ideala nlásacertada, aunque la cuestiónimplia(problemas más gruesos y anscos delo que suele creeise; Pero ateniéndonos•al África; no'lefalta razón a Abenj aldún! Porque,,desde·hate vein" tiséis ·siglos nada sustancial, parece haber ·cambiado ·en ,esa ingentezona(iLa historia africana·rio tiene; como•la·nue5tra, el aspecto deumprogieso¡sirio que presenta una e tema repetición, como la' historiade,unvegetal: Ciertament~ que•hoyse ha instalado el europeo én·Africa del N ortey:hi1. :cireado·allíun Estad() que es a la vez una civilización. Pero el viejo Aberijaldún; redivivo;pu~ diera decimos: «Ya lo sé: conozco ese hecho. Cuando yo vivía se recordaba muy bien que sobre el África había vivido Cartago y luego Roma. Después de mimuertevinieron los portugueses y los españoles, Petolós espm.olesy los portugueses se fueron, como se habían ido los fomaribs ylcis cartagfui!se5: Esas
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civilizaciones· sobrepuestas al África ·que ustedes, los.europeos, consideran como un hecho insumiso a.mi teoría; vistas desde ésta no .ófrecen.nada de pe, culiar.Esos grandes pueblos.eran nómadas;deitbnt~turarnás.tompleja;·pero poco.menos transitorios,que los intraafric;anos. Con;la diferencia de que nin, guno de ellos penetró .tan hondamente en ,la .sustancia africana como nosotros lós musulinanes; ,nosotros los· beduinós,'no5otr(JS los archinómadas>t·;, '
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.•. •·• álhilola Cronotógicáomenté es la primerafilosofíá'dela·história:que:s'e.•éomporie; La qué podía aspirar• ante5'C[úe ellaa ;este púestón'.latto. tambiér¡. ,de.•.una mente africana -San Agustín-,fueprcípiamerite unateología.de•la.historia; i; • .·. Abenjaldúnésuna•mente clara; toda luz, Su potenéiaJumin'osa se,reve, latan to más cuanto.que cree; a fuer de:buen m~rroquí;.no sólo en eLCorán; sino en lámagia y en los sueños; en los árúspices y augures, en adivinos; as, trólogosy g'eomáI1tkos,5iniembárgo;:su·hiz•mental 'perfora.toda ésa.calígi, ne yHeg~ púra alas; cosas yd1!5tilá.de:ellasun libro.t¡ue.parecie escritrnpor un geómetradelaHélade. Sufilosofia deJaHistoria es al propio.tiempolaipri~ merasociOlogiá;
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, ,,;Quiere comprender,: saber Claramente; como Ra'nke, «qué éslo que pasa realmente» emla historia:•Perm¿quénbs cuéntan las his.tórias ?. Nadá, Eso": ¡historias!· Losmalós historiadores «sacan dela história de las ,dinastías y de lossiglos pasados una serie denamiciones que pueden considerarse como va'nos simulacros desprovistos de sustanda;·1.como.vainas de:espada de qúe
1
ºVéase lo que.diCeDelbrücksobre ~l~puesto conti~gente deloS persas· en las,Termópilas.
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1.• pá!lT,?:3,lP6' ;
. Hay que tener buen sentido y pensar que en ciertos puntos «el pasado y el porvenir se·pared!ncomo dos gotas de agua»-' El historiador ha d~ evitar·oi:rds eriofes·quenacende ignorar.cómo junto:a estos elementos mvariables hay que tener'enáíenta «los cambios quela diferencia delos tiempos ylas:éppcas acarrea al estado' de naciones y púeblos»'.'N o hay nm_1ca uniformidad, sino «una transieión continua de un estado a otro». AbenJaldún repasa los grandes cambios que él conocía; lb que para él era la gran avenida de la historia. Persas dela primera raza; asirios, nabateos,Tobba, Israel, coptos; persas de la segunda raza, romanos, griegos (biZantinos) l ára" bes, francos. La razón que da de éste cambio•continuoc-···.es decir, parcial uniformidadyparciál diferené:ia-·- es que todo nuevo pueblo; al triunfar, se amolda'al vencido; pero conservando también sus usos; Po'r eso no hay dos épocas consecutivas 'completamente iguales¡ nkompletamente desiguales (págs. 58-59). ' ·•. ··• •.. < · • .• .·· ·.. . ' ;,;,;•Ye's curioso cómó desde sú rincón.africano-· enTúnez,.Tlení.ecén, Bisha, Fez-' percibeque durante su vida fermenta una gran ciisis•en elrimn, do =las rosas del Renacimiento próximo'antié:ipansu primavera para esta ex, quisita pituitaria de beduino. «Cuando, como ahora, experiinentá el uni~ verso tirntrastomo completo, diríase que va a cambiar deriaturaleza; a fin de pasar poruna núevá créación y organiZarse de nuevo. Por.ello, es preciso' que unhistoriador.puedá atestiguar.del estado delrriundo,i de los paises; de los pueblósw.(67:):' , ·. " ' d1• ' ;,•' •, '' ' . · · . · , : , . Pern·todas estas nor'mas de .«crítica históí:ica» no.i1os llevarían muylejos "'-no rios hánllevado muy lejos. En estos años. se está apercibiendo la iríteligencia•europea del errór. cometido durarite todo el siglo pasado de confuridir la historia con la crítica histórica y la filología. Es un errorparejo al que tomase eLandamio por eledificio.ELandamiajefilológico ha ahogado la construcción durante cien años, prevaliéndose, como tantas otras. torpezas cometidas.en la:pasada centúria, de que era evidentemente necesarioi Como si setnecesariaunac0sa para otra permitieseconfundirla con esta otrm '~"-':: El pensamiento histórico no es el pensamiento filológico, nisús métodos; ni cosa que táLvalga¡¡Con todo eso no obtenemos la regla fundamental dél criterio histórico\•la1que determina «ló que es posible e.imposible y:hós permite distinguir la verdacLy el etror por uri métódo démostrativmr(pág. 77). Esa: regla y esemétodo.demostrativo «consiste en eJéaminar· lá esencia y naturaleza de la sociedad humana». Así, con esta rigorosa.precisión, ve hacia 1373 Abenjaldún el problema tecnico de la historia, que hoy empieza de nuevo a conquistar nuestra preocupación. . ,: " No hay historia, hablando en seno, si no hay una doctrina genérica de la sociedad huinaná, una sodcilog'ía: y corrio este último nombre se ha angostado
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conun uso insuficiente, diremo~ que no hay historia sinmetahistq1ia1• N ecesitam:os conocer la estructura ésencial dela realidad hist ;:«instrumento que permite• apreciar los.hechos con exacb tirnd y que servirá a los historiadores:resueltos a. marchar en: sus escritos por la senda dela verdad». (pág, 77), El razonamiento,. el concepto y hasta el v0 ~ tablo. coinciden coll,la CiendaNueva, de.Vico .. :, ., :. · ·:'e,· >: :c•.LÍJ. sociedad es originariamente cooperación entre loshombies,:quehan menester. unos de otros; Pero .es a: la vez lucha .entre. los hombres; h:ícha:esen: · cialque se perpetúa sobre la.tierra, esférica materia!«semihundida en,eLOcéand¡ sobre el cual parece flotar como una uva en la alberca» (pág. 91}:. . •. · De estas dos dimensiones primarias de la vida social:emergen las dos grandes fondones históricas:lacoopetaéión.creala civilización;.la lucha engen+ dra por sí misma un poder moderador de.los aritagollismos' . : la soberanía.. •. (págs,86-89).,, .. ,,... ..,. · . ,. '.,. . La sociedad.humana cdmienza en el libre canipo,.como nomadismo;:y es alli-unmíninib de cooperación y un máximo delu cha; La sociedad hur mana «termilla por la ..fundáción.de ciudades y tiende forzosamente a esto))¡ En cambio, no acontece lo inverso: los ciudadanos no retroceden a la vidanó7 mada, al libre campo (pág. 258).• «La vida sedentaria.es eltérmino en que la civilizaciónviénea detenerse y corromperse; en. elladmalllega alri1áximo de su .fuerza y no puede encontrarse el bien» .(pag: 260). El ciclo de una sociedad se ha consumado; nacida en el canipo, fructifica en la conquista de otros gíui pos, que reúne bajo una soberallía; y muere en la: ciudad, fundada como .re" sidenciade esepoderpolitic0;. .,, ·· •: La visión es simple y profunda. Quien no tiemble un poco ante esa inia" gen cíclica; ante ese breVísimo film metahistórico y.lo juzgueuna puerifü 'dad;eséLpueriL · : '·"'"' • . ¡ .Según esto, paraAbenjaldún, que era un hombre cu1tísimo;1a civilizá• ción¡ corisecuendaineiorable.de lá cooperación, constituye un mal en sí misrfía·y es; en elproceso de toda evolución social\ elprili.c¡pici que larriata: EleX:t tremo de civilización es históricamente una y misma i:osa con la consumaciór¡¡ ¿PorquéJ,F.1"1 · · ;;•:.u.. 1;
~ ~(1Uria:nueva.disciplinR ci_enufica, quépOdrfá llatriárse inetahistorla;Ia cual sería· a laS WStb~ ri~,c9ncre~ lq que·~_laftsiologfa a 13 ~lfnican... (J:l teJna de,n1¡estr9 tievipo, 1923, pág. 25). ','.'
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·La civilización~ la ciudad, y la ciudad es la riqueza, la abundancia, la vidasupeiflua,.lujo y lµjuria. «La familia que llega a reinar sufre el influjo del;tiempo, pierde su vigor.y cae en corrupción, .Los cuidados que se ve obligado adán aliJ;nperio quebrantan sus. fuerzas; llega a ser juguete de la fortuna, porque se ha enervado en los placeres y agotado sus fuerzas en el goce dellujo. Heaquí córÚo'terniina su dominación;política y su progreso en la civilización o .urbanidad de la.vida sedentaria, modo éste de existencia natural a la espec cie humana; como. es natural al gusano hilar su capullo a fin de morir dentro de él» (pág. 304), El nomadismo ásperolbajolas estrellas, so los vientos, bajo el sol, es la fuente per~nne devidaihistórica;porquees lavidareducida a lo nec~ario. La civilización de la ciudad es la;muertehistórica; muerte siempre entre delicias. Laciudad.esJaeuthanasia1::. '' ,, ,,.,,.,., ,.,. • ''·" . ~
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s:rvidumbre sedentaria, causa perdurable de degeneración y enVilecimiento, disolvente del fuerte régimen, de la dignidad, del orgullo yhastivdel:afán de vivir. ~Así, las fieras no se ap¡¡rean en la cautividad."'-'como lds·persaS;'qué; so mendas, han dejado de existir por consunción»-'por'estertlidadbiológi-; ca(pág.308). ··«" ·.·•· .. ,... . 1 Era este hombre de tal modó ungenio•de'la historia; quellegaincl~siv~. a entrever este hecho, apenas hoy vislumbrado: el hecho pavorosoy enigmá" tico de Ia súbita iilfecundidad corporal que aparece en las razas cuando llegan i. • j ··. ' • • j • : a su plenitud. La vida líistórica es, pues, un delo en que eUhambrefanzaal homlfre hacia e1lujo y en el lujo lo' anula·. Eivigor .crea.dar de soáiedadés se ago~ en trés generaciones, que con la nueva· invas6raforman·el zodíaco de Ia•historia: «el fundador, el conservado~, el imitador y el destnictor» '(pág. 1288). ¡'':.. '' j · '· ' Y así; eternamente; presa eri este círcufo•b:lexbrable, transcurre yse repite sin váriacióri la existenciaafricána, para la' que no hay prcigreso.L :•• ·. Después detodo, Abenjaldún no hace más que proyectar en ejemplarés teoremas, dignos, repito, de un griego;lo quea su modo dice elproverbió del beduino, palaera quehueka camello' y desierto::<
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·· ·· · •Es desmesurada; es irritimte la influencia que:sobre' mi generación' ha te'; nido el vocabloMelilla. Cuando' yo tenúi ocho oriueve·añosyestudiaba en un colegio dejesuitaS; abierto sobre las playas malagueñás; vi una tarde pasar sol~ dados que' iban a África; Era Ta primera guerra de Melilla, •que.comen'zó cori la muerte del general Margallo: Poco tiempo despuesfui llamado a·la sala de yjc sitas del colegio .c....Iuna estancia alargada, donde pendíaun cuadrq.corila listade alumnos distinguidos; Allí, junto aunaventána abierta que dejaba pal sar a dulces bocanadas,. con unrinno respiratorio;la embriaguei de los olores meridionales, estaba un pariente IDíb. Con gesto de brazo amistoso entraba en la habitación la hoja gigante de unplátáno. Mi pariente desenfmidó un ob" jeto; Era elros de Margallo. El galón de oró estaba perforado por una balay1a '1.· r
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· · ' .· i} He leido ,esteformic1able adagio en el libró. de·A: M: Hassanein Bey:tost Oases (Oasis perdidos), 1923. · ' · ' · ·· ·· · ··· ·· · 1 Da ocasión a estas notas la publicación coincidente en estos últimos días del tomo V de la gran Histoire andenne de !'.!\frique duNord, por Stéphane Gsell (Hadiette) y del libro Le5si&le5 ·-· obscurs du Maghreb (Payot), por Gautier. ; •; , .. •
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sangre mancillaba su esplendori ,Entonces averigüé que.fas'angre;·diVino Iicor circulante; cuando e5tá qbietay.fuera delas veruis es'horrible.1 Para un niño .de 1890, un ros era eljuguete ideal: Verlo así; convertido en·rnateria;cruénta yfü" nebre¡rrieprodujo;horror,yatada alhorro'r quedó·pará siempre eri los sóta" nos de la memoria la palabra Melilla. ., .·¡ ¡. • · • : ; • .: •. Eri 19ó9,cuando.,mejorandaba!Urio demoéedad, otra vez Melilla, barranco,del Lolfo, semaría.sángri\!nta;!Desde entonce5¡todalá historia de Es0 paña girá entorno a un eje de cuyos polos uno es Melillac No es extraño que, aperias
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Nuesti6s:ojos al abrirse, acotan siempre un trozo•de planeta, ponien'do en éLla unidad de.un•horizonte.Todo• lo que cabe.dentrocde un campo visual está condenado a convivencia de uno u otro orden-amistad, repulsión; ósmosis: De5deAlged.ráso desde Mala'ga¡ elpaisaje viSible és'a la-vez español y:africano. Ambas costasvivenpérpetuamente gemelas yehlazadas desde qrié ,,
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En1911 publiqué ya eírLaPren.sa, deBuehosAires;yenE!Tmpardal; Madritl,'algunosartfculos utilizando lo que entonces había a la mano: Mouliéras 1 Segonzac, Masqueray,Artbauer1 etc. 1
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~y homb~es, 1'robablei:µente no se separarán vitallllente mientras los haya, Siempre; stempre han actuado launa sobre la qtra~11.as fornías de esta•áctuaó
ciónvarían mucho:A:vece5• tornan aspectos negátivosvParece que se vuélvell de espaldas la una,a la O trae Se ,evitan:: No importa: es11ria.mánera de contar con el prójimo. :. ;ii U:'.. •' ' . .d ., din . 1Peto:a: estainte!Vf!ncióntim efectiya.' concrl!ta•y constante dé la costa africana: sobre lósdestinos españole5•hayqlieañacfu otra, ideal.No s~po 7 drá entender lo. que ha sido yes y será nuestra vida peninsular si no serla compara conlo:que ha sido; esj serál¡i.porción Norte delotro.cmit:inen~ te. Nótese:· la tierra és allLidéntica a la.decmedfa España; Las mismas :im fluen:i~s d~ cu~tura hati pas~do por allí y por aquí:> Cartago; Roma, getit¡; germamca;Judios¡'1slam;c Europa:Sqbn: esto1hay'no 1pócas•probabilidades de queutiá mismá;ráza primitiva poblaselas .dos, glebas~ Sin embargo;la,his~ toria de España y Ja deAfdca Menor son muydiferentes; ·¿No e5 esto·una ventaja para facilitar la·comprensiónltjStórica de nqestro•pasado;:de núes+ tro futuro? En los laboratorios se prepar)l ekonócimiento estudiando un mismo fenómeno,.un mismo sistema• de:fuérzas;·en dos:o más situacfo" nes, que se diferencian sólo en.algúnmuevoíactor;S:Parainíno haydtidá: una delas·grandes claves 'delarcano,español:está.entertada en.África.y hayqueexhumarlaalli.·:.:•"'·' ",,, .... !,,,,,,.;,,,·,, . .e,.,··' ,.,. ;,¡ .. ., --'i
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,·..' · ' Hace algún tiempo¡ visitaba yá una aldea castellana e~ comp~ñía d~~~ etnólogo que se há especializado en el estudio dela Kabylia. Al salir de utiá dé aquellas casucas típicas; hecJ;ias de; barro; con tejado y un corral interior, noté en.mi.acompañante una grave. ím1oción: Llovia1un poco, y cerca.de nosotros pasó un labriego abrigado .en la castiza anguarina. ·Entonces, aquel extranje" r(l de tan PClcas pála1Jras Sl!estrerneció y, mudo de emoció11, señaló con el dedo el ropón tantas veces visto por mi en los caminos castellanos. No quiso eJ!ic plicarme la causa de su conmovida sorpresa, Sólo me dijo: «Cuando estemos sólos tengo que preguntarle algo sobrelos usos sexuales de Castilla». No ·hubo . ocasi9n, porque una serie· de azares vinó a separarnos sin•que llegase aquel minuto de, soledad,'.. ' , , ,, .,;,,.,,,,.¡ . . , .. · . ",,", :···• '· >Tiempo adelante he comprendigolaeníoción1delviajero',, En m~dio de Castilla encó~traba dos elei;nentos radicale,s.y específicos de la.más:viej!! cultura berbensca: la casa de nuestro labriego es la casa Kabylia. La anguarina es tal vezla paenula que 10sromanos atribuyen a los mauritanos y deque 1 salió la djdilba.1.aXsf!JCllal siguesiendo·para mi1unaX, · .
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*** . , , ·_El planet)l tie~e.una·anatomia:y1una fisiología históri~as.:~o es lícit~ ~eccibnarlo por:, dopde plazca sino se.quiere quebrar órganos :vivos; ~terrumprr funciones esenciales;.Quienpara estudiar. el África Merior tome sólo la por• ción de continénte que va delacosta·al Atlas en MaIT'llecos; al Tell en Orahfa y Argel,' alAurés en la frontera: tunecfua, hallará'que, aunque ha arranca~ do enterafa:llama:daAfricaMinor,'tienérenla mano•sólo un fragmento: Lo mismo que,h.acia elNortela costa trae a la rastraeLmar, con todas sus ine fluencias;el África Menor es por el Sur inseparable de una' orla desértica. El borde delSa]Jara es unpersqnaje inseparable dela montaña y de la costa. N 0 hay escena de história norteafdcana donde no tenga m1 gran papel. . · Añadamos, piles; :elborde del Saltara; rPerb!es elci\So que elSahara; menos que ninguna otra tierra, posee partes. Es, como el mar, una unidad indivisible, Parece vacío y; sin embargo, es de una elasticidad maravillosa.Un empellón'histórico que recibe su borde Norte, se transtniteen onda continua hasta su extremo Sur: y como una ola va aromper en el Níger,·La fisiología del de• sierto es portentosa, clara y ejemplar como la de unprotozoario. Lo m~mo que el mar, el Sáhara divide y une a la vez. Por 5uinmensa área, de aspecto1~ ne; van.y vienen sin cesar corrientes históricas. Dicen los geógrafos que s1 se arroja una botella en el Golf Stream se larpuede recogér al cabo.de unos años cerca delrPolrnNo~te,:Igualmente;:Ias·cuentas de piedra fina que diez o doce siglos antes deJesucriSto se labraban en tierra tripolitana se conservan hoy en el fondo del Sudán.'Vléeversa; enlos·oasis del Norte afdcano se encuentra al" gúncebúcriadomásábajodellagoTchad. ' · . · · ·. r r· · ·. , Sobre Marruecos, Argelia, Túnez, Trípoli, sopla el desierto con fuerza tal, que a veces empuja desde su profundo pulmón pueblos enteros que cubren la costa; y a:~n l~ salvan; pasando del otro lado. Así los almorávides, los nó~das «veladós»1, que cayeron sobre España en un vuelo, como la langosta sáhanana. No es posible tomar sólo el borde del desierto. Hay que añadirlo integro a la costa afdcana, y como él tiene la otra costa qué,vive sobre el Sudán, que chupa el jugo de éste y lo. transmite al Nórte, hay que tomar tambiénrel Sudán. Tale5la anatómia fisiológica de África. Quien quiera interesarse por ella .,-,-y bienio rrierec&tiene que respetar sus articulacionesyóteartodo ese conjunto que va del Mediterráneo hasta más abajo de•Tombuctú, formando un cuerpó de perfecta organización., Es un gran animal histórico, articulado. y completo, que tiene la enorme ventaja de no parecerse a Europa ni a Asia. Es un ejemplo nuevo de convivencia histórica; por tanto, un hecho gigantesco sobre el.cual debe abrirserbien abierta la pupila del aficionado a Humanidades.'
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de libertad, no extrañará que esta liberación se verifique soltando el grillete geográfico que retiene a la historia en· cada estadio. Cuando Dios quiere unfü" tura mejbrpromete al hombre otra tierra.La historia sería así, en efecto; unaeva~ sión, una fuga Cie tierra en tierra; una emigración hacia la tierra prom¿tida'. Y Iá vida ideal, la última, la que soñamos más perfecta, la albjamos en una tierra tan otra del~ demás tierras que resulta la «tierra ningrina>t-utopfa¡' · ,..,
• .•, Abenjaldúnnbs ha revelaqo:elsecreto de esta porción del planeta. ES muy probable:qile alfa, en úl¡ima instancia; cada trozo de la Tierrá.pbsea un de ter" minadoébeficiente históricb,' lo queyo1lamo sur«razón histórica» 1• E.Sto sigl nifü:ana é¡üe eil ese lugargeográficb sólo espo'.sible un cierto tipo de vida his" tórica, y que los demás sploprieden llevar.erréluna exiStenciainStificiente, débil y más o menos mon5truosa. No ünplica esto ningún excesivo fatalismo geofí~ sico, y sereducea transc'ribir en uria fórmula lo que el pasádo nos :presenta cbn irisistente norinalidadc•IT"ál'vez.exista un progreso enJa historia uhlversal. Pal rece éstá, en efetto;·libertárse de'esa limitáción que cada paisajeünporie alnó perrnitircqnpl!;nitud.más.quéun'.solo·tipo•devida¡;Perci ¿i:ómbseverifiéa esaJiberacióh; cómo pasa lahistóriauriiversal de tipo de vida a otro superior? Hallamos respuesta· en el hecho más misterioso yá la par más evidente que el pretérito humano manifiesta: elheCho de qué el eje de la historia universal ~l tipo de vida superioli en cada época-· · se désplazá de una región planeta.¡ ria.a otra; De ordinario vernos la·hist.oria sólo como un movimiento en el tiem~ po. ¿No.e5misterioso eseot±o.rnovimieritp:en el espacio?•¿ Por qué la supe" rioridad o el .
· El problema era: ¿cómo es posible queMelilla hayaperrnanecidofdurante cilsiquinientbs años sin comunicación pacífica coniel campo circundante? AbenjaldúIJ. nos ha dado la explicación; Ese hecho, que desde el punto de vil;ta europeo constituye una anorinalidad, es la normá norteafricana, es la for" ma•habitual de su historia.. Con una u otra.intensidad, acaece' en el África Me" nor, inmemoriahnente, que la ciudad y e.Icarripo se detestan ya la párse deseam Ninguna otra civilización ha vivido nunca, de un dualismo: tan radkaly;'por ello, tánperrnanehte e irreductible. Por esoAbenjaldún,•cumpliendoprilcramente su oficiofutelectüal 9ue es aceptar laorealidad,' décir lo que ésta' es'-"-i considera la historia humana como una perenne dinámica' polarizada•en el ciudadano y el beduino; Desde siempre se hallan eLuho.frente,al otro¡sih lograr ninguno la absorción definitiva de su aritágóriiSta. En Arabia 'subsisten hoy ambos tipos de huiúanidad, verdaderas categoría$ de la historia norteafrl~ cana; conidéntico carácter que en tiempos de Mahoma; <-' · .El.último gran movimiento de la península arábigahasidofaforinacióh; hace•unos veinte años, del reino de Nedjd, porAben-Saud,un hombre casi,ge~ nial. La región de Nedjd, riñón de la Arabia, es·pui:amente beduina.Aben-Saud la ha organizado, y con sus ásperos y rudos·camelleros ha caído luego sobre la Meca. A no ser por los intereses de las potencias europeas; Arabia estaría hoymás cerca que nunca de realizar su unidad política y>religiosa bajo el imperio de este magnífico beduino. · ' "· Pues bien:. todo este movimiento se ba producido siguiendo al pie de la letra las 'leyes históricas de Abehjaldún; Primero se ha apoyado Aben"Saud en su familiay tribu. Con.su auxilio tomó la ciudadela deNedjd: Luego se ha servido de una idea religiosa~lwahabismo. ' •' ''' ; , ' No se pregunte qué con5iste como doctriná el wahabismo 1;Tanto da, Cualquiera que sea la idea religiosa derramada sobre un ahna beduina se sabe
1:Ent.ÍérÍd~e ~qtiri~Íitz61ül~eñ el ~entidO que~eSta·¡)áiabra ufne·cua·Ilao d~¿imoS qúe el diá;;. metro tiene determinada (Cfazónn a la circunferencia.
Nuesn'.o·AH-Bey de.Scribe él Primer bi'Ote de f.ste movimi~nti::rreligioso·y 51,1 primera-dorrii-· nación de la Meca; Véanse Voyages d'Ali Bey. Volumen 11. Hay una edición posterior española que no tengo en este momento a mano.
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a prio1i cuál va a ser su resultado esenciaL Éste no es otro que el puritanismó, Elpuritanismo no es nunca una religión, sino más bien la.exageración fan~7 tica de una religión, no imporm cuál. Ya. el mahometismo fueun puritanismo; Del fondo.doctrinaljudeoctistiano espumó .exclusivamente lci exagerado y agresivo. l'or.eso, es la.única religión cuyo credo se fornmla negativamente: «No hay más Dios que Dios». La tautología de la expresión sólo adquiere sen" tido cuando se entiende como trozo de un diálogo y de una disputa; en suma: cuando se advierte su sustancia polémica. Es la única religión cuyo credo comienza con 1ln 110. La eficiencia bélica que tuvo el mahometismo no fue, pues, un accidente y,un azat• .La fe mahometana• es .constitutivamente polémica, guerrera, Consiste,.anteJodo; en.creer que los.demás no tienen.derecho a creerlo que nosotros no treemo~. Más bien que mon.oteísmo;'elnombre psfcológitcl'; mente exacto de•esta religión seria. \
''· 'Harry Philby: The Heart of Arabia,!, capitulo VII, 2, 1922. Es el único europeo c¡ueliaVi'' vido . algün,_tiemf>O ~n-el Ne~jd1y en.la-intimidad deAben-Saud; Sobre la historia de éste y la organ~ación:de su:reino,·. cÍ'eo . que,esJo más minucioso. Sin ernbargo¡.Philby abandonó elpafs.antes de que Aben-Saud emprendiese sus grandes campañas. ·, ::::: ! 01 !
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dárselas: Por la natµraleza misma de su.vida.son hostiles a todo.lo que·sig" nifiqúeedifick»>. Esta incompatibilidad con la ciudad es observadapór.los viajeros contemporáneos. Sus camelleros han permanecido alegres y decido" res,en medio de las penalidades del.desierto;. pero a los pocos.días de hallarse.retenidos ertla ciudad.sienten.una radica1angustia:1esfaltan las grandes lejanías, él áire odÓrantea.ajenjo que vagapor·el:desierto,yles,sobratodo]o urbano. «Un verdadero beduino, cuando se halla en una ciudad,.púede s,erre" corrncido por los algodones que lleva en las narices; o .porqué se las tapa fuer.. • -. temente.con el pañuelo». 1• La ciudad les huele mal. . •,, • Recuerda.esta incompatibilidad lo.que se refiere ddos pueblos gepnác nicos queicórtqi¡istaban las opulentas urbes galorromanas, pero se quedaban ··,",.,;in>• · · · ·: •.. ;., · ¡ ,, • a vivir fuera deellas;,e¡i.campo libre: Durante los veinte siglos de historia norteafricana que nos es permitido otear, hallamos la vida constituida por idéntica estrllctura esencial: la dinámica dual y el perenne antagonismo del nómada y el urbano. De ella nacen Estados efímeros, que fingen por unas horas estructuras más complicadas, pero que pronto se resuelven en aquellos eternos elementos. Y debe subrayarse que estas ereaciones, aún efímeras, necesitan, para formarse, de alguna colaboración extranjera. Una vez es Cartago; otra, Roma; otra, Bizancio; otra, la judfa Kahéna, o Idtis el arábigo, o Abd-el-Munem, o el persa de Tiaret, o el general Lyautey; o España. De aquí, un curioso espejismo connatural al tipo de hiStoria que este trozo de tierra produce: el África Menor, perpetuamente insumisa de hecho, ha parecido perpetuamente dominada por extranjeros. Y el fenómeno es comprensible: la tierra norteafricana no produce por sí misma y en verdad Estados. Los que súbitamente aparecen, y no menos súbitamente desaparecen, son, en efecto, mera apariencia importada de fuera. Con esto tocamos el punto más sorprendente de los destinos norteafricanos: el ca11101iflage, como destino hiStórico. Cualquiera que sea la época por la cual cortemos su pasado, hallamos en esta tierra dos estratos superpuestos: uno, aparente, que salta a los ojos; otro, latente, oculto, agazapado bajo aquél. Y es el caso que el aparente es sólo aparente, máscara hiStórica --cartaginesa o romana o muslímica. Lo real es lo que no se ve, lo autóctono, perdurablemente idéntico a sí mismo, bárbaramente irreductible: el nómada que maltrata a la urbe, sin acabar del todo con ella, y la urbe, que debilita al nómada sin absor' Burton: Personal Narrative of a Pilgrimage to El Medinah and Meecah, 11, 201 (1857). Un libro delicioso, que hubiera en su tiempo debido traducirse al español. Sin embargo, el clásico de los viajeros por Arabia es Doughty, cuyos Travels in Arabia Deserta recomiendo vehementemente al lector. Asimismo las cartre; de Gertrudis Bell, que viene,n a ser el contraposto femenino ~1 libro de Lawrence Revolt in the Desert. Lo más reciente es W. B. Seabrook: Adventures iiiAfdbid, 1927, Nueva York.
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berlo'defurltivamente. (Sólo hay una excepción, en que el hombre seden ta• rió, el oasis, ha forzado el pulso al nómada, al desierto: el enornievalle del Nilo) ..', . ' · • Esté doble haz; .esta irania constitutiva defafüstoria africaria, 'es, a la pal\ su' gracia niejor. Si miramos ingenuamente la•superficie; el paisaje rios enga" ñÍI: .tenemos qué e¡lucamos para unaultravisión v:ertical y perforante que mire debajo delo:quéseveP·• ·: · ¿Quiere el lector una nota máxima de radical camouflage? Si algo hay de característico en el paisaje africano, es· la pita, el áloe y el éaméllo:Pues•bien: ninguno de estos tres ingredientes delpaiSaje es indigena:los tres sóh impmitición relativamente reciente. El C:amello llegó hacia el siglo III después de Cristo; la pita y el áloe vinierondeAmérica conlos españolés 1r• · ,. '•Diciembre; 1927-marzo, 1928 "'
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Para mi niáS'iriteresan:e' Inglés. Si los proyectos de femimdad que aquí sednSinúanhubiesen ma,duc rada¡ esta galería de cuatro siglos.seríamuyotra;ymuy•otia la füstqria·de España; · .:, ;:¡ ,. · · .. Es tan fémenino este cuadro; •que empieza por engañar. En el transeún~ te apresurado deja el recuerdo de un recinto tránquilo y repuesto; poblado con la paz de la oración: Sobre elreclina torio, que lhace de mística navecilla, un corazón de mujer pone la proa1hacia celestes abstracciones; '; · NadamáS femenino, repito, queofrecerdos.a5pectosmuy distintos: uno para.el que pa5~ide1argo, otro para e1qriese detie'ne.üevoto:Sise quiereconotenalamujer; es preciso detenerseánteella, o; dicho de otramanera; es preciso «flirfearw:No existe; otro métbdo1de conotimie'nto.1Elflirt es alamrijer lo que el experiniento á la1eler;tricidad: Pues bien; elflirt'comienza por una detención, merced a la cual se convierte el transeúnte apresurado en interrogador que inicia una conversación partiéular: Cuándo FE;rnarido Lassalle; precursor del actual moVimiento obrero;'se.ibaa·casar, dabala·noticiaa un amigo.parodiando la teiminologíahegeliana:,«Me.voyaindividualizar en una muj ern; escribía:• En efecto, la mujer no .révela.su segundo' aspecto; eLv~rda• dero y propio, sino al que se individualiz.a'aiite.ella y deja de sér el hombre·en general, el que pasa de largo, é:ualquiera;En e5tb; como entado, la psié:ología de la mujer es opuesta a la del varón. :El alma masculina vive•proyectada.pteferentemente hacia obras colec.tivas¡ ciencia, arte; política,•negocio: Esto hace de nosotros naturalezas un p~co teatrales: lo.mejor; lo más propio ~e individual de,nuestra persona; lb damos al público; a los seres innominados que leen
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Véase Gautier: loe. cit
Se trata de,una: Exposición retrospectiVa de retratas fcinen-inbS éspaña1es que·la'Sod.edad de Amigos ~el Ar.te pr,esentó en 1918, · " 1
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nuestros escritos; aplaudeh nuestros versos: no~ vot:flnen lás el~cciones o compran nuestras mercancía~. •El escritor reIJresenta.laforma extrema de esta impudorosidad al ser más íntimo con el público anónimo que con su más íntimo amigo. El hombre vive de ios demás, y por ello vive para los demás. A esto aludía yo cuando hablaba del servilismo que el destino varonil lleva consigo. La mujer, en cambio, ti~ne una actitud más señorial ante la existencia.. No hace depender su felicidad de la benevolencia de un público, ni somete a su aceptación o repulsa lo que es más importante en su vida. Más bien al contrario, adopta una actitud de público en cuanto parece ser ella la que aprueba o desaprueba al hombre que se aproxima, la que entre otros muchos lo selecciona y escoge. De modo que el hombre, al verse p~eferido, se siente premiado. Es curic¡so que esta concepción de la mujer corn,o.premio del horn,bre·aparecéya en las soCiedad~mfüFántlguas; así; laiilfada echa a·válarelen~ jambre sonoro desushexámetros con eLffudeccontamos la cólera de Aquiles\ furioso potqúele•han arrebatadoilardulceesclaya Kriseis, que era(!! premió de sus hazañas. Posteriormente, el valor de este premio sube de punto al nosét concedidápodmautoridad o poruntribunal;:sino que se dejaalpremiá mismo decidirquiénes·el préi:ajado; 1·J•;e ··1 • ',,. • ' ' " •.c.up. •r . Comparada con·el hombre;toda mujeresrunpocá princesa::vivecde si misma, y por ello vive para sf misma; Alpúblico•presenta sólo una máscara convencionál, impersonal¡aunquecvariamenté•modulada;1 sigue la'moda en todo,-yise coni.]Jlaceerilas frases hecb¡¡s\ emlas opiniones!rebibiill\s. Su afición a.las.galas;•a lasjoyas,- a• fos!afeités; pudiera ·considerarse .como una1óbjeción radicakontra estoque digo .. Enmi entender¡lejos·de!oponerse a elloj fo COil" firma¡ t.avanidad de lamujeres más ostentosa qu'e la'del·hombre precisamente porque se refiere sólo a· exterioridades: nace, vive y muere en ese haz externo de sú vida a que mehe referido; pero no suele afectar su realidad mtima; La prueba derelló es queesa•vanidad del atuendo; frecu'ente en la mujer, no nos perrniteiriferi± las condidbnes de su carácter cánla misma seguridad que sisetratasedeunhómbre:•Lavahidaddel:varón, í:nenos•osfentosa; es·más·]Jro~ funda;•Si•ehalento·bfa auforidad•pblítica saliesen a la cara, como;ocurie con la belleza; la•presencia dela ni.aym ]Jarite delos hombres seríáirisopor~ table~ Afortunadamenté,!esas.excelendas•rio coÍlsistén enrasgos quietos,sinb eh acciones y dinamismos que requieren tieni.poiy esfuerzo para ejecutarse\ que·no 'pu'eden ser mostradas\! sinodeniostradas¡; ·•·1 •" • '·• · , " •• •1 Ta] es fadiferencfaen1a.relacióricon el público del hombre yfa mujer, que lleva signos contrarios. Cuanto mayor aparato y cuidados pone la mujer al presentarse en público, mayor es la distancia que establece entre éste y su'verdadera•petsónalidad.•ASí;·amedida •queaumentaelboatb de.que una mujer se rodea, crece el número de varones que se sieI1teífelirnlnados dela
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opción a sus preferep.cias y se saben condenados a una actitud de lejanos espectadores. Diríase que el lujo y la elegancia; el adorno y la joya que la dáma pone entre sí y los demás, llevan el fin de ocultar su ser fntimo; de hacerlq más misterioso, remoto e inasequible. El hombre, en cambio, da ala publicidad·lo que más estima eri sí, su más recóndito•orgullo, aquellos ai:tos; aquell~s'labo res en que ha puesto la seriedad de swvida.'La mujer tiene un eicterior teatral y una intimidad· recatada: en el hombre es lattltimidad lo teatraloLa mu" j er va al teatro: elhombrelo lleva deritro y es el empresario de su ·propia .vida: En fas ideas usuales sobre psicología de ambos sexos, no hallo .debida" mente acentuada esta discrepancia radical; Se trata de dos instintos contrarios: en el hombre hay un instinto de expansión,' de manifestación;.Siente que sHo·que él es no lo es•a la vista de Tos demás, valdr'ía tanto comd·sino fo fuera: De aquí su afán de confesión¡ el prurito de evidenciar supersima In'te~ rior.'El•lirismo procede,:endefinitiva; de· este genial cinismo;varoniLAove+ ces esta prop'ensión ª' expresllr su intimidad; corn:o: si en Hi t±ansmisión a lcís demás' cobrara su plenaria realidad; degen.era·en contentarse con decirlas co" sas, aunque éstas no existan. Un:a buena' parte delos hombres no' tiene más vida interiorque la de sus palabras, y su's sentimientos se reducen una• eicisten.da oral.... ' ! ; ; oc¡; i •' ,. Hay, por el contrario, en la mujer \m 'instinto de'ocultaciori;ide eni:uc brimiento: su alma vive como de espaldas' a lo exterior; ooultando la fntima fermentación pasiánai.'Los gestos del pudor n.a·son sin:ofa·forma simbólica (veánse·Darwiny Piderit) de ese recato éspiíitual: No elcuerpd;· en: rigor, lo que le importa defender de las miiádas'masculinas, sino'aquellasfideas'y sentimientos suyos referentes a 'las intenciones del hombre i:orirespecto a su cuerpo. El mismo origen tiene la mayor frecuencia e intensidad•de!oazoramien.to en la mujer. Es ésta una emocióri·suscitada por el temor'desersorprendidos en nuestros pensamientos y afeétbs. Cuantoinayories el deseo d'e mantener secreto algo de nuestra vida iriterior, más expuestos nos hallamos al' azoramiento. A.sí el que miente suele azorarse; como si temiese que la mi• rada del prójini.o'perfonira su palabra inendáz y pusiese a' descubiertálaverc dadera intención que ocultaba, Pues bieri, la mujer vive en-perpetuoázoramiento, porque vive en perpetuo encubriinienfo de sí misma.' Una múcha<;ha de quince primaveras suele terierya más cantidad de secretos qúe un viejo; y una mujer de treinta años guarda.más arcanos que.un jefe· de Estado: • · Esta posesión de una vida propia, aparte y secreta; este señorío de:uria morada interior donde no se deja circular al prójimo, es una defas superioridades de la mujer sobre el hombre; En ello consiste la «distinción>> nativa de la·mujer, ése tenue; místico resorte que pone una distancia. entre ella y nosotros; Porque «distinción»; comoVio muy bien Nietzsche, es,ant'e·todo un
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«pathos de la distancia>~ entre individuo e individuo. A esto obedece que la amistad entreJas mujeres'sea menos íntima que entre.los hombres. Dirías¡: que poseen una conciencia m~s clara de dónde.empieza su vida propia e incoiminicable ydóJide acaba la del prójimo.. · 'r Fluye, pues, la verdadera existencia femenina larvaday oculta, defen, dida del público por unafeminidadaparente,.construida apropósito para ser, vir.de máscara y coraza, Yo.creo .que Joda vida intensamentetpersonal ha ne, cesitado siempre segregar una: personalidad ficticia,.tina espebe de dermatq psique que detenga y distraiga.la hostil curiosidad de las gentes inferiores, á fin de poder,' tras ese baluarte,.vacar.libremente a sedo que se es. Pero esto, que en.el hombre acontece por excepción, lleg!I a ser .constitlitivo erila mujet; Suele olvidareLhombré esa condición, por esencia fa tente, de la persa, nalidad femenina;ypoteso en su trato con.la mujer va de smpresa eITsor, presa. Normalmente, e]prirn,er aspecto. de una mujer excluye la pm;ibilidad dé que aquella delitada;juguetona¡ irigrávida figm;a, todo desdenes y fugas, sea capaz de pasión, Toda mujer pareFe 1.)na•santitá, si creemos queJa santi7 dad consiste en resbalar sobre la vida sin dejarse, comprometer por ella. Y, sin embargo, la verdades todo lo.contrario: esa casi irreal figura no.hace.otra cosa que esperar la ocasión para arrojarse en un torbellino apasionado, con tal íffi, petli, decisiónyvalentíá, con tal olvido cie penosas consecuendas, que el hombre más resuelto.queda siempre a la zága y, avergonzado, se descubre a stmis+ mo como un, temperamento utilitario, calculador y vacilante. Mas para que esa vitalidad profunda o individual de la mujer se manifieste, res preciso que elhombre deje deformarpartedelpúblico,y por uno :U otro motivo se desta+ que individualmente ante ella. Lo que.hay de repugnante y monstruoso .en la prostitlita es.su contradicción de la naturaleza femenina, en virtud de la cual ofrenda alhombre anónimo, al público, aquella personalidad latente que sólo debe ser. revelada al preferido,.Hasta tal punto es esto una negación del ca-¡ rácterfemenino, que el hombre delicado siente.una instintiva aversiónh!lc ciala prostituta, comÓ.si; a.despecho de sus formas de hembra, hubiera en.ella un espíritu masculino .. En ~ambio; el« clásico». enJeniinidad, Do!]. j tian; es atraído preferentemente parla mujer más recatada, parla que más se oculta a1'público, y que en la morfología femenina.representa el polo, opuesto a la prpstituta. Donjuan, en efecto; se.enamora de la monja, , , De espettadór.yrpúblico;pasa el hombre por medio del flirt a.una rela: ciónindividual con la mujer. Iniciarunjlirt.es invitar aún aparte entre dos, a una cqmunicación espirituaL!atenté, secreta.' Comiema, por lo mismo, con un•gesto, con una palabra que.niega y como -retira la·máscara.convencional¡ la personalidad aparente de la mujer, y llama a lapuerta de aquella otra petl sonalidadmás íntima. Entonces, como la. luna que sale de entre las. nubes;
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empieza la mujerrecóndita a irradiar su encubierta vitalidad yva renunciando ante aquel hombre a su fisonomía.ficticia. Estép:toment0;de·nudificación espiritual, ese breve período que duralaconversión de la niujeraparente e impersonal eIJ. I¡¡ mujerverdadera e individual-.fenómeno que puede compararse' a·la revelaciónode una.placa fotográfica-.-., rinde el máximo deleite de alma.1 El vida de Donjuan no es; como uria plebeya psicología supone, la brutal sensualidad. Al contrario, las figuras históricas que con sus rasgos han con, tribuido al.carácteridealde Donjuan se distinguieron por una anómala frigidez ante los placeres sexuales. El deleite donjuanesco es el deasiStir·unavq y otra á esá maravillosa .escena dela transfiguración femenina¡ a ese patético instante.en,quela1arva se hace;: en hcinor.de.unhombre,mariposa,, Con, cluidala escena,,vuelvela mueca fríaialos labios de Donjuan, ,y dej\lndo q,uela mariposa queme al scil sus.alas.recién desplegadas, se orienta.hacia.otra cris.álida: • •.,; " . .•• ., "• A éstas y a innumerables consideraciones da pretexto ekaso, de este cua, drq en que jorge Inglés perpetúa la imágen, de la: marquesa:de Santillana. Porque a: primera ;vista encontramos. una dama preocupada de oración,;sumergi, da querubínicainente en una atmósfera quieta,oabstractaylitúrgicadY):as si insiStimos,, veremos salir, del cuadro;volando,.se,dienta;hada la.luz; la, eterna mariposa apasionada: " " ·" ,,, , ,, ,, '
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*** . •1. Como..he .dicho; encierra este cuadro un deleitoso .dualismo: P,rimero nos parece habitado por la quietudy con un vago olor de incienso. Mas si insiS, timos, notamos en él la germinación de todas las inquietudes, y por la reja y la.puerta del oratorio.sentimos penetrar unabrisaot~rrestre que orea.con su blanda·turbulencia la fina cabeza dela dama.•;· """'"' .... '" •· · La técriicamismadel cuadro es irresolutai.dos principios.pictóricos.¡i7 nen.su.batalla indecisa en la mano del artista. ElNorte y el Sur;flandes e Italia se persiguen hostiles por todos los rincm¡.es'dela tabla:;como en mi can7 to homérico Héctor y Diomedes. Esta vacilación pictórica es tan sólo síntoma de pna,conti~nda más grave que arrastra la obr¡¡p1H;n1, desde la tnspiración del maestro ha5ta élsermiSmo de !apersona repr¡:sentada: aquíluchan cuerpo. ¡t ,c:H~IJJº ~9tié:isrn,,o., cit1e;~ E.cl~4 NI.e.e.V¡¡; ql1~,~;#s 7 ~\1Pm?· yJléasi#¡iento, quees;m1mor de tiempo nuevo.yJriunfo de,esta,yida sobre la otb1., · · l.a' dama ha sido perpettiada en la: acción que la Edad Media prefería: oranc!6. Sir]. eml:)~rgp; fijé1Ilonos. Las mahosqriiSief.111'8.SpJat~IEmpfr~~;"¿Ql\él~ detlerié ¿Por qué quedanpalpitando en étá.iie como unas alas de paloma de~ sorientada? No se sabe bien, n:o se sabe bieil: Hay en los gestos humanos
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esenciales equívocos, y cuando alguien eleva juntas las palmas de sús manos; ignoramos si va'a sumergirse'en 1a oración ova a arrojarse al mar. Un mise mo ademán prelíidiafas'dos opuestas'aventuras. · · La marquesa de Santillana prepará, pues, sus manos a la plegana; perq no há olvidadO'de ceñit cada falange de cada dedo con;un anillo festival; Son tenue5 aros .dond~va prendido un•carbunclo, un granate', una amausta; un zafir." ; '; · · ·' 'El traje ceremonialde:esta ri:tarquesa'derfama'en suondeo•rhagnífü:os perfumes de córte de,amor. ' ' · · '' · :;:11L Su,marido, ·elramable poeta; uno de los más jugosos brotes del Renací~ miento en España;habfa recogido Ja herencia dél lirismo provenzal¡ lo Iili.s~ mo que hicieron DaÍl.te yPetrarca. Tal vez por ello la silueta de• esta dilma tráe a nuestra'memoria aquellos palacios provenzales' dónde' en el siglo XIU;ibajo el nombre de cortezia, hizo su entrada subrepticia en la sociedad teológica el culto de'los mejores instinfos'humanos1; ·· ': Peró'd•dranl.atismo sutil.aekuadro ha venido a concentrarse en Ja gen', til cabeza, dotada de hmextraño vigor expresivo que logra triunfarsobrela complicación deltocadb yrla insuficiericia del artista. ¡Con que gracia vibra en elviento; ccimo flor en elprado; e5te menudo rostró, a quien una mano in~ ferior ha impuesto unos ojos apócrifos 1Las facciones carecen de la vulgar be" lleza que se contenta con la corrección: son rasgos finos, distinguidos, que valen por el espíritu que expresan. Hay semblantes de mujer en que se resume todo un doctrinal de vida y puédewsetvirnos 'de norma pata conducir nuestros actos y gobernarnuestros juicios/Cuando Goethe; hastiado dela inélegancia germánica; desciende a Italia en bu.sea de una más delicada regla vital, va ocupado con Ja compci" sición de «Ifigenia»; Al'pasarpor Bolonia se detiene ante una Santa Ágata dé Rafael. «El artista ~cribe ensu diario-le ha dado una doncellezrsana y segura de símisma; .eXeJlta'defrialdad y de asperezi. Me he fijado mucho en el sémblante, y he de:leerle en·espíritii mi Ifigenia, porque no :debe salir de los labios de mi heroína nada· que esta simta no pudiera decir>H Comola:cibra
literaria no es en Goethe cosá distinta.de su propia vidapersbrial, significan estas palabras que el ·gran germano insatisfecho, al pasar ante el cuadro de Rafael, corrige el P.erfil de su alma ajustándolo a la pauta que de aquel rostro irradia. · . No se pu~de pedir tanto a la obra de jorge Inglés. Pero hay en ella gérmenes de una posible existencia superior, que, desarrollados, podrían afinar las almas de los que vivimos en esta vertiente del Guadarrama, donde la mar" quesa de Santillana habitó. Pasa por esta figurilla, estremeciéndola, un soplo de vitalidad exquisita, que no vuelve a aparecer en el resto de la Exposición. Cuando lleguemos a los, lienzos de Gaya, volveremos a hallar en sus mujeres vitalidad, pero ya no encontraremos exquisitez'. · .Lejos de mi ánimo poner en dudala piedad con que reza esta dama; pero si intento adaratn'le1a actitud de su cabeza y de sus manos;inevitablemente imagino el gesto, que hace la corza 2uando; desde el fondo de Ja umbría, oye sonar a lo lejos el primer:
1918 r_, ;.
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•: -;'\::-, ! ; ' 1 Ili'Edáa ModéITI~; de-que tarito'nos ~flbrguuecern'os~ es hija-..
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Par.ec~ exc;s~vo tal juicio~ ~allándose en -~á Exp~sición ret:;r~ltos como el de la duquesa-·de Alba y la Tirana~ Stn embargo, remito al lectora:tO que en su lugar~diré sobre estas dos admirables figuras. 1
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PARA UNA CIENCIA DELTRAJE POPULAR1 1
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su desaparición. Podrá usar todavía en su vida norinal tales anacrónicos atavíos, pero ya ha decidido arrumbarlos. Por dentro estncompatible c.on su ¡¡,tuendo. Es la larva unos minutos antes de rasgar su forma, cuando siente ya bajo ella agitai:se la seda de unas alas definitivas. Haber fijado este instante crítico, equívoco; irónico, es Jo que da, ami juicio, mayór calidad estética a Ja obra de Ortiz Echagüe. Lo otro1hubiera sido o inocente o inhumano: complacerse en que unos hermanos'nuestr6s usen un plumaje absurdo y parezcan seres infrahumanos, rarás especies ornitológicas, o bien tapiresyokapis. ·' . · Aunque he caminado bastante por los·dam'initos de España, no;conozco más que un rincón donde el traje popular,,tradidonal, en vez de retroceder se haya afirmado. Es'el pueblo de Lagartera. ¿Quiere decir esto quepor.une5trambótico destino los vecinos de este lugar vivan hacia atrás y sufran Ja~ mentable involución? Todo lo contrario: Al decidir Ja'repristinación de Jos viejos atavíos estepueb1o ejércita,de 1a: manera más curiosa su modernismo'. Lo moderno es Ja industria y Ja explotación. Pues
G~~sti'~~~ina fotográfic~brtiz•E~güeha corise;id~
~~ico:.'.
algo Nd sé bien qué: ¿ tragedia,'corrlédia',fábuls:más bien? Pero estlÍspáginas nbs·cuentari historias m'udás de"dos héroes:;Los·dosprotag6nístas·son•P;añoy Piedra.Nos ostentan¡ con cierto cillismo ei:J.treiorgulloso yzumbón; 5us múscítlos, sus llli!" sas, sus poros, stis luces,'sus sombras;LaPiedfa;·máS segura·de sfmisma, se sue" Jequedaral:fondo;.doii.deafirm.asrrdureZagéológica. Y;sinembargo,jriegacol.l" sigo misinara•curvarseé:omo rrnjrinco en el arco; enel portal, a bombearse en la panza delos torreone5;
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sorprendente. Es ésta. Elpueblo no.usa en todas las épocas históricas un traje popular, sino sólo en alglinas. Por ejemplo, en la que ahora entramos se desnuda de sus.pintoresco~ ypeculiares ropajes y adopta el traje común universal. El hecho es terráqueo .. En estos años cuelga el mandarín su vesta cromática de pájaro humano y se introduce en el inameno completo del europeo, En Turquía, MustafáKemal siegaJin un día todas las.i:hechias de Anaitolia yias sustituye por el chapeo pccidentaL'Lo.propio.acontece en los pueblecitos de España.Hay, pues, épocas de uniforrnisrno indumentario,que hacen desaparecer los atuendos populares. El Imperio romano fue tiempo dé esta mdole etmpuso. el traje latino desdePálrnira a•Lusitania, desde el Sáhara al Vístula,.desde eLCáucaso a la isla-de los britanos. En cambio, hay otras sazones de heterogeneidad-triunfante.en que.cada pequeñaregión da caprichosamente su traje particular. "."; • Dentro.de Europa, las clases sociales superiorés han mantenido siempre un formato común de vestimenta, bien que modulado .diversamente.La5 di,ferencias radicales eran; en cambio, atributo .popular. Conviene, sin embargo, defenderse de.la ilusión óptica que suele proc ducir todo lo:popular, en.virtud dela cualnos parece antiquísim_o,vetusto.y espontáneo, En realidad, los trajes populares.no son ni más ni menos modás que los usados parlas aristocracias; 1.a única diferencia consiste en que el temy pode variación, de.modificadón; es mucho más lento en el pueblo. Estalenti7 tudhace.que se olvide el origen de lavestimen,ta y_que parezca nacida espontáneamente>poq:\na pr()funda.yiatenteinspiración.étnica. De aquí el c_ulto rop:¡ántico alcasticis)no delos trajes pueblerinos, Pero este culto no es más que inocencia, He, aquí un gracioso ejemplo, Revolución p()pularno ha habido en España más que una: el motín de Squilache o de las capas y sombreros. 1.a plebe peninsular ha solido ser mansa. Sufrió todo, soportó todo.lo que con ella quiso hacerse. Pero un,buen día los gobernantes ilustrados de CarlosUl quis_iernn_adecentarla.un_ poco, quitarle_el-aspecto,pintoresco, estrafalario, extra europeo ,que su manera :de vestir le ]Jropprcionaba:. Con. este fin Sf:! publicó un bando para que todo .el mundo recortara sus capas talares y reco7 giera las.enormes.alas de sus sombreros .. El pueblo se sintió ofendido en lo más i:ecóndito de su ser: era com()Jocarle a la propia alma, tocar a su sombrerazo; que solía llamarse chamb~rgo y: gacho. Como la guardia walona• era l,a encar+ gada del órdenpúblicoy tuvo que ocuplO\rse en dar cumplimiento,albando an~ ticastizo, ctecióJa hostilidad que ya de tiempo atrás sentíanpot·ellalos ba: rriós baj ()~.de Madrid.,Si.elbando·,-que" procedía de un extranjero; Squilace; era ya un atentado sacrílego a la espontaneidad tradicional del traje popular; la intérvenciónautoritaria desoldados extranjeros acentuaba su carácter antinacional. Reformar.él sombrero castizo, ¿no erá.como extirpar al puebfo
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su más autóctona personalidad?. Y, en efecto, por una.vez, el pueblo se suble;- ' vó.y se dedicó a cazar guardiaswalonas .. ,, . Así cuentan el hecho los hist()riadoresy no hay nada que.rectificar a su relación. Sólo'les imputo una falta: no decimos por qué ese sombrero tancastizo, tan consustancial con la.raza madrileña,,se llamaba.chambeixo.1.a palac bra huele eÍlorméin¡;ntea extranjería,,Chambergo viene de Schomberg. Y¿quién fue Schombei:g? Schombei:gfue el comandante de la guardia.flamenca traída a España en tiempos de Carlos II, aproximadamenteunsigló•antes del motín de Squilache, Esta guardia flamenca despertó también la antipatía populaq Irritaban aquellos hombres barrocos del N arte,· tocados con sus enor' mes sombreros a-ló;Schomberg!- Pero.es el caso .que, no mucho después;· el pueblo matrite~e,adoptó el·arriplio chapeo extranjero y:que dos-generado~ nes,más tarde lo considerabá como simbólico fetiche de la más pura casta madrileña. Pór defenderlo se entregó denodadamente a linchar guardia~ walonas,-herederos de aquéllos a quienes había tomado..el sombrero.•-, "¡ ::; _, . ·-Este, dato nos invita a reformar nuestra manera de deleitarnós con el tra; je popular. Su graciano está en su efectiva antigúedad, sirio precisamente en la portentosa ilusión de vetustezc, más _aún de sin-edad,'que el pueblo da a crianto adopta, aunque sea de ayer. Ésta e5 supeculim:.ygenial ironía;_ Mientras las clases superi9res acentúan la.novedrtd de cuanto _usan y hacen,-cayendo si(;'.plc pre, m~ o men()s,.en.una gesticulación de prtrvenus, aunque no lo sean; etpue, blo parece complacerse _en lo contrario, y da a sntrajey•a su cantó y arsu VCJc cablo1pátina de mileni() _y resonancias inrnemor~bles: :· 1• _ ¡,.: _¡¡;; 1 ", · ,,. Ningún-traje popular; esautóct01;10 ni _etérno; y; sin embargo,•todos lo parecen: Esto es.lo interesante, lo sugestiv():.En esto revela, efectivamente.,la clase inferior social su potencia de es.tilo. La_auténtica antigúedad de un objeto m;ado por efü1,.y sólo por ella, no. permitirá reconocer Su fuerza de.creación artística, personalísima, impregnadora,de c;u~nta materia toca.-;· El único indumento popular que es de verdad eterno es elharapo,,Elmen~ digo que co~ fruición dibuja una y otra "ez Rembrandt es iqéntic;o a!de G_oya, y ambos no se: diferencian del mendigo medieval: Lo-cual.,,..,.,en_tre pa~éntesis;-,,,. nos insinúa sutilmente que, como. dharapo, el oficio .que simo()liza ,es un modo eterno de ser h\)mbre; un modo. radical, invariable, categórico;•en come pa'.aciórí cém-el cual todos-los otros.modos de ser hombre resultan transitoriós,:mudables y anecdóticos. E!mendigo. es acaso la forma más pura-de consei:varse Adán al través de lahistoriac Por ello, nuestro lenguaje .vulgar dice del que va harapiento que va hécho. un.Adán. :",; . : Pero prósigmnos un poco más estos primeros apuntes para ,una historia natural del traje popular. Hemos dicho que no silekseunuy antiguo; ahora añadamos que su origen no suele ser popµlar. ¿De:dónde proviene entonces?
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No cabe duda; de las aristocracias; Ei traje de la hembra popular aragonesa y el de la valenciana son el traje de la dama dieciochesca, interpretado en ma" terial huinilde p9r6ficialés to:;cos: El traje de la ansotana y de casi todos los valles·altos es el traje rnundano; usado porlas señoras a fines de la Edad Mee diay durante el Renacimieritoc ¿Se advierte la curiosa ley que esta observación nos descubre? Enlas tierras bajas y abiertas; el traje popularfemenino procel de de uria.fuoda,arisí:ocrática relativamente' recientec Es' decir, que la aragoé nesa adoptó lo quehoy consideramos como 51.Í ropa castiza, cuando esa ropá era el uso universal enlas clases superiores, en Madrid como en Versalles:Pcfr tanto;en una época de uniforinismo, en que el pueblo no quiere parecer. he7 ieróélito, ni pi:ótoresco, ni ca5tiz6. PIJr el contrario; en lrufaldeas dela alta mon: taña, en los vallecitos•angostos y perdidos de!.Pirineo ha quedado ore tenida una moda aristocrática mucho mas antigua, Evidentementehubountiem" po de pleamar, uniformadora fines delRenacimiento, que llevó los usos de vestimenta a la sazón vigentes .hai;ta'los últimos pueblos montañéses, forno el diluvio elevóelarca deNoé hasta la cimar del monteAraraL Aquella' pleamar fue seguida de'un réflujo de siglos, en·que predominó la heterogenei~ dad en el vestirreg¡onal,iy:las modas popularizadas hacia 1500quedaron eni calladas enlamontllña; fijas;•éstabilizadas. De esta manera; los trajes de'cadá region son como los'petrefactos signós de corrientes sociales que un día lle" garmihasta allí, depositando en aluvión formas de ornato yvestidura; que pro: cedían de los centros.:urbanos más refiriados yreínotos. · · · · '' Hay, es cierto, trajes populares femeninos cuya .oriundez aristocrática' es menos clara:Pero dala•casualidad deque esos trajes' parecentodáviamenos autóctonosypéculiares que los·ciiádos. Así;·el.vestido lagarterano es tasi un lugar tomúri detoda Europa; Con ligerás•diferencias se encuentra en todo el cen' tro'y el norte·delcontinente; Aveces,' como. ante•el traje de joven jamallera o de la nena enflesta;.que Ortiz Echagüe reproduce maravillosamente, recordamos atavfoS centroasiáticos o de Sfam; . . Co'ntodo resf:>eto para opiniónes divergentes de fa mía, diré que, a fui jm" cio¡elitraje más'IIlisteriosb, más•relativarnente autóctono, más extrañoy de más firio sabor castizo es el que pudiera' parecer más moderno de todos:' el tra: je andaluzfemenino,'convolantes o faraláes. No i:teo que se ericuentrenada parecido en el·resto de Europa ni en•Asia; Sólo lo hallarnos donde los espa7 ñolesfo'1levaron, comó eh América. Sin·embargo; faa'rquitectura de,esta falc da parece circunscribirla al sigld XDC En la galería de Ortiz Echagüe-·yenfa realidad- no hay otro indumento·popularde aspecto más contemporánem Pero si desandarµos c1latro·Inil·aiios; la volvemos a encontrar' idéntica' enlas diosas· de .Greta:•Allá;en eJ·Oriente mediterráneo, las mujeres vistieron faldas gitanas hace cuatro Inileriios'.Y '-'-'¡curiosa coincidencia!-· esas mujeres de
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Creta asistían con mantillas a corridas de fotos. 'Se c6ri5érvan trozos de mosaico, donde aparece11 unas damas,,c::onte~poráneas del rey Minos, o poco menos, que descle :un palco contemplan una fiesta tauromáquica. Son unas sevillanas o mal\lgueñas inconfundibles. A mí la cosa no me sorprende demasiado, porque desde hace mucho sostengo que los andaluces proceden del Asia menor, y son parientes de los cretenses, de los etruscos y de otros pueblos, hasta hace poco misteriosos, que en cierta altura de la historia se desparramaron por el Mediterráneo y fundaron Estado.s adinirables, entre ellos Tartasia. En el libro de Schulten puede verse una descripción de la vida tartesia hacia el año 1000 a. de C., y sorprenderá la identidad de carácter y usos entre aquellos hombres y nuestros floridos contemporáneos los andaluces. .
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Esta'vezJa'Múerte, alsegar una vida ajena, cercena de paso nuestros placeres. Hay muchas gentes ,de, todos los países que se habían formado un presupuesto de futuras delicias a cargo de nuevos tomos de Proust. Este fenómeno de que el público «espere» la obra venidera de un autor es, desde hace tiempo, sobremanera insólito. No faltan, ciertamente, escritores muy estimables, que recibimos en nuestra casa de lectores siempre que se presentan. Mas la corrección y el respeto con que aceptamos siempre su visita no quiere decir que la deseamos. Para estos señores escribir consiste en hacer adoptar a su propia persona una determiilada postura. Con la más virtuosa constancia ejercitan ante nosotros su breve repertorio de
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1 Estas páginas ,fuero~~crÍtas pa~ i~ Nou~elle RevueFran,aise1 que las publicó en el númeÍo de enero de 1923, dedii::a:do a Prousl
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seguro donde inscribir alos filósofos, se decide por la clase delosfilotheamones o amigos de.mirar. Pensaba acaso que la virtud más constaD.te en el hombre es cierto entusiasmo visual. •:Proust es ¡mo de.estos «inventores», y en medio dela producción contemporánea; que es tan caprichosa, tan innecesaria, suobra se presenta con caracteres dé forzosidad. Si no hubiese sido ejecutada en la evoluciónliterac ria del siglo XIX,.hábría quedado un agujero de perfil claramente definido. Yauri.cabe decir mas para encarecer su condición de inevitable: ha sido hecha un poco tarde, y quien lá analice sorprenderá eri su fisonomía Ieve anacronismo. ••• .,-, ·Las «invenciones» de Proust son de alto rango, por lo mismo que seTé~ fieren á los ingredientes más elementales del objeto literario; Se•trat:ánadame;nos quede una nueva manera de tratar él tiempo y de instalarse eri 'elespacim Si para dar uria idea delo que es Proust a quien no lo ha leído enumera~ mos sus asuntos-·_,la vida veraniega en el pueblecito familiar; ~!amor de Swaiin; el juego sentimental de un niño y una niña, sirViendo de fondolosjardiries de L'uxemburgo; un estío en la costa normanda, en un hotel de lujo;rostro al mar inquieto; sobre el que resbalan, figuras de nereidas, las fisonomías deurias muchachas florecientes; etc.=-; caemos pronto enla cuenta de que no hemos dicho nada; y que esos temas, innumerable.5 veces elaborados:por los,nove~ listas, no permiten filiar lo que Proust nos ofrece. Hace años solía ácudir aia biblioteca de San Isidro un pobre jorobado, detan corta estatura, queno·al~ canzababien al pupitre. Invariáblemente se acercaba al bibliotecario de turno y lé pedía un diccionano: «¿Cuál quiere usted?-·preguntaba solícito el empleado--"-, ¿latino, francés, inglés? »Y elpequeño jorobado respondía: «Mire usted; cualquiera, porque es para sentarme encima». ,, El mismo error que el bibliotecario cometeríamos si quisiéramos definir a Claude Monet diciendo que ha pintado Nuestra Señorayla esi:adónde San Lázaro, o a Degas notando que reproducía planchadoras, oailarinas ojockeys, Porque eri ambos pin torés son estos objetos, que parecen temas de sus cuacfros, sólb el pretexto; pintaron esas cosas como podíanhaberpintado otras muy diferentes. Lo que les importaba, el tema eficiente de sus lienzos; es la perspectiva•aérea; el cendal de cromáticas vibracione.5 que·las cosas, sean cualesquiera; viven suntuosamente envueltas: Algo parejo acontece a Proust. Los temas de novela que van y vienen sobre el haz de' su obra ofrecen sólo un interés adyacenteysecimdario;y son como boyas que flotan a la deriva en el flúido abisal delos recuerdos.Hasta ahora el escritor solía. usar delrecuerdo a modo dernaterial para reconstruir el pasado: Como' los datos dela memoria son insuficientes y retienen de la reac lidad pretérita sólo un extracto arbitrario, el novelista tradicional completa
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aquéllos con observaciones del presente, con toda suerte de hipótesis e ideas convencionales; uniendo·así al materialauténtico del recuerdo estos otros fraudulentos. . ,., · Tal método tiene sentido cuando e1propósito es, como solía, restaurar las cosas pasadas; esto es,ifingirles una nueva presencia y actualidad. M_as el propósito de Prolist es totalmente inverso: no quiete,'Valiéndose de sus re~ clierdós como de urimaterial,reconstruir aquéllas realidades antiguas,.Sino; al contrario, quiere, usando de todos los medios imaginables ~bservacionés de lo presente, análisis reflexivos; teorizaciones psicológica5-7-; llegara rei construir literariamente sus recuerdos. No, pues, las cosas que se recuer~ dan; sinq el recuerdo de las cosas és el tema general de Proust ·Por vez primera pasa.áquHormalmente el recuerdo desermateriaLcon qtie se describe otra cosa a set.la cosaIÍlÍSma que se describe; Por esta razón el autor no sueli;aña7 dir a lo recordado la5 partes de la realidad que al recruerdo faltan, sino que deja a;éste intacto;;según él es; objetivamente incompleto, tal:Vez mutilildo yagi;tando en su e5pectrallejanía los pobres muñones que lé han quedado. Hay una página mt\y sligestiva, donde se habla de tres árboles sobre un lomo .de tierra, tras delos cualés sólo serecúerda que había algo;.~lgo muyimportan7 te, pero que se borró, quefüe abolido de lamemoria.;El autor forcejeavana7 mente para encontrar lo que allí falta e integrar con ello aquel trozo de paic saje periclitado, aquellos tres árboles; únicos supervivientes de una.catástrofe mental, de una tormentosa oblivistencia . .Los temas novelescos son, pues, en Proust mero pretexto y como spiraai!d, respiradoresyportillos de colmena, pi;>dos cuales logra libertarse,'ala,do y esr tremecido, el enjambre de las. reminiscenciast No en balde ha dado a su obra el título general deA la recherche du temps perdu. Proust es un investigador del tiempo perdido como taLRenuncia con todo escrúpulo a imponer al pasado la anatomía delo:presente y practica un rigoroso no-intervencionismo, guiac do porlamás decidida.voluntad de eludir toda construcción; Del fondo nace tumo del.alma se desprende.ascendente un recuerdo, como sobre la línea del horizonte se ~leya;;patética, en la noche una constelación. Proust illhibe. todo afán de restaurar, y se limita a describ.ir eso que.ve remontar. de su memoria; En vez.de restaur\IT'el tiempo perdido, se complace en edificar su.ruina; ,I'uer de decirse que el género Mémoires alcanza en él la dignidad de un métodq,li:f terario:puro. . , . . ... .Esto,por lo;que hace al orden del tiempo. Pero más sencilla y estupefa+ ciente .es..su invención; en el.orden; del espacio: .';; · '" , .. , $e ha conta.do,elnúmero de páginas queI?roust emplea para decirnos que la abuela.se pone el.termómetro. No es posible;.en efecto;• hablar de Proust sin.hacer constar St\,prolijidad ysu nimiedad: Mas en esté caso:prolijidady
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nimiedad dejan de ser dos vicios; para convertirse en dos potencias de ins• pfración, en dosmusas que es preciso agregar a la nonaria comunidad:•Proust n.ecesita ser prolijo.y nimio por la sencilla razón de que se acerca a los' objetos máS dé lo.acosl;Umbrado.Ha sido .elinventorde una. nueva distancia entre nosotros y las cosas: Esta sencilláreforma es de unos resultados, como he dicho; tan estupefaéientes; qUe casi to'dáfa anterior producción literária tóma un aspecto de•literat:Ura·avista de•pájarb' toscamente panorámica cuando1se la,comr paracon.estegenio:deliciosameritemiópe:.. ·, .:. ·•· · ·· 'En virtud de1as conveniencias vitales, cada cosa;nos inipone un¡¡ de~ terminada distancia,,vista desde la cual nos parece obténér su mejor aparieI}• cia; El que quiere.ver bien uria piedra se acerca a ella hastapoder;divisada po• rósidad de su.Superficie. P¡:ró el que quiere ver bien una catedral,tendrá,qíie renunciár a:verlos poros de·suspiedras, y alejándos¡;; ampliar s0br~aner~ el campo.visual. La norma de,e5tas distanoiasse regula.por elutilitarismó.orr gánicó'que gobierriáfos.heéhos defavidá. Mastálvez fue un error.de;lós poetas creer que ese sistema de distané:ia; e}cc!elenté para los usos.vitales\' lp era•también para el arte. Proust¡hastiado acaso de ver siempre dibujada Uria maI}o' cómo si fuése un monumerito,-la acerca a sus ojos, y cubriendo cqn.ella el hórizónte ve; sorprendido; aparecer en primer plano:un sugestivo paisaje; dondeóndulan los valles de· los ]Joros,;coronadospor la selva.liliputiense del vello. Esto .es, naturalmente, una manera de decir: a Proust no le.interesan las.manos ni, en general, 'las cosas corporales tanto como.la fauna,y flota íntima5. Rectifica·nuestra distancia,ante los sentimientos huníanos:y rompe con la.µ-adicióndedescribirlosmonumentalmente, > · ... ;,, . , · ·.· ·.. Pienso _que no carece por completo.de interés in~ematse un poco más en esta cuestión e.indagar cómo se ha originado en Proustesta radical transforc mación de.la perspectiva literaria. · ·.;:· ..: - ·• · . Cuando un artista primitivo pinta una jarra o un árbol;1parte del supuesto de que toda cosa tiene-realmente un perfil;, esto es,.~n inequívoéo1dintomo oforma éxtema',•que;éomo una frontera biendéfinida, leseparao a~la d~ to.das·las demás;Fijar eXacta, pulcramenteese,perfilde los objetos:con5tituyeel mayora.fán del primitivo. El irnpresioni.Sta; .en. cambio;.cree advertir que ese perfil,es,ilusorioíyno nos es dado en la visión real; Sí nos atenemos aloque de unárbolvemos;eD;el rigorososentido del vocablo,.déscubrimo:S . que no quer darecprtádo. del contorno; que su silueta es difusa e irr¡precisa; }'.Id que.le distingue, de cuanto ;le rndea,no e5 aquel· perfil inexist~nte; sino la n;iasa de tonos c::romáJicos inte.rior. a éL Por estarazón el impresionismo no dibuja elob]e~ to, siño·que lo obtiene amontonando pequeñas mánchas de.color; cada una informe, pero capaces.en su,combinaeión de·éngendrar ante los ojos' ehtor+ na dos la vibrante ,presencia de aquéL. El impresionista pinta unafjarra.o
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unárbolsinque en su cuadrobayanadiique tengala figilia de árbol o jamí. Como estilo pii::tórico consiste, pues, el impresionismo en negarla forma externa'delas realidades'y,enreproducir SU' fqrma iriterna: la masa cromática iriterioc' , ;J',;; ¡ ,Esta rrumerade arte imperaba en la' sensibilidad europeafür de siglo. Yes curiéíso,notar,facoiricidencia con1a filosofiaylapsicología,de entonces. L.os filósofos de 1890 sosteiúan que la única realidad está hecha de nuestros esta~ dos sensoriales y emotivos;,En tanto,que el hoinbre,irigenuo¡fomisíno que e¡ primitivo de la piritura,iriterpreta el llamado,mundo como: algo iriconmOvif ble que sehalla fuera denosotrosyestá dotado de magnífica e'inmutable arquitectura; piensa el filósofo,impresionista que' es el universo mera proyección de:miestiai;lserisaciones'y afectos, un flujo de olores,' sabores,'1uces, penas'y afljnes( una!procesióniricesantedeiriquietos reflejéís,intiIDos. Parejamerite;'la psicologiaprimitlva'supone queinuestra personalidad está constituida por un núcleo invariable, espediede estatila espiritual que recibe los cambios del cori~ .tomó con:sugestci permanerite.Tal es la psicología delhombre de Plutarcq que v'eínos:inmerso en el mar de fa vida'aguántando sus embates comci la ro~ el1oleaje' o Cómo Ja estatualaintempérie: Pero el psicólogo impresiorlista,nie; ga !o;que,5ue!ellamarse el carácter, quesueleser el perfil escultórico de la:per~ somiyve en éste una mut.aciónperdurable,:unas'ucesión deestados'difu" sos;: Unlj articulacfón siempre· distinta de emociones, de· ideas;' dolores; esperaniaS.'l" '"'" · ''"'··, _,,' ',:, '' 'Esta consideraciónnos sirve para !fatar las tendencias íntimás de Proustl Lamqnografía sobre'uncamorde Swarin es un caso,de puntillismo psicoló" gico. Para elau tor medieval de,Tristán e Is eo es eh:ino'r un sentimiento qm~ posee un claro perfil propio: para él, primitivo dela novela psicológica, el amor es amor y nada más·que amor. En cambio; Proust nos describe un amor 'de Swann que no tiene forma alguna de amor. Hay eri 'él de todo: puntos de sen" sualidad cálida¡ pigmentos morados de recelo; pardos _de hábito, giises de cansancio VitabLo único que no hay e5 amor. Ésteresulta'como resulta la figlÍ" ra del tipiz, por intersecéioride unos hilos; niriguno delos cuales tiene ,la forma dda figuta;SinProust hubiera quedado nonnata una:literalllra que necesita ser leída como soniiniI"adosloscua'dros de Moner; entürn.andofos ojos:' <'''n ,,,, Por este motivo,:Clianab se le aproxima a Siendbal convierie usar de C:auf tela1 En muchos sentidós.representandos polos y son antagonistasf•Es:ante todo•Steruilial unimaginador:
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concreciones atmosféricas; nubes de espíritu que vientos y luces a toda-hora transforman. Ciertamente que es del gremio de Stendhal, j
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sensibilidad: Todo depende del lado por donde la ráfaga aliente, y como hay cierzo y hayábregb;.Viento del Norte y viento del Sur, el personaje de Proust varía; según que el>vendaval de la existencia sople del lado de Meseglise a ·del lado deGuermantes; Ni es extraña la frecuencia con que este escritorhabla'de ciltés¡:pues siendo para él el universo una realidad meteorológica, lo esenl cial son los cuadrantes; T:enembs, pues, que un.geríial abandono dela fotina externa y convencional de las cosas obliga a Prousta. definirlas por su:for" ma interna, por laéstructura de su formá interior. Pero esta estructµra·es de condición microscópica: He aquí por qué Proust ha sido llevado:a acercarse anómalamente a las cosasy a practicar histología poética.'A lo que rriás•se.pa" rece su obra e5a\esos tratados anatómicos que los alemanes titulan, por 'ejem" plo;Überfeineren'Bau deiRetina 'desXaniitchens. «Sobréla más fina estruc~ tura dela retina del conejo»'.''• "·. » ·- Micioscopismo significa; de suyo,:nimiedad. Nimiedad exige prolijidad: ta interpretación atmosférica de laVida'humanayla minuciosidad' canse: cuente con que se-la describe, iinpone a los libros de Proust irremediablemente un aparente defecto. Me refiero a la peculiar fatiga que aun en el más aficio" nado a estos volúmenes produce su lectura: Si se tratase de la fatiga usuálqúe segregan los libros necios; no había más qué hablar, pero la fatiga dellectordé Proust goza de caracteres específicos y no tienenadaique ver coneb1bum+ miento.· Con Proustno nos aburriillos-nunca; Es muyraro que falte a 'alguna de estaspáginasfa intensidad'.bastantey ilunla suficiente,'Sinernbargo;'e5" tamos dispuestos en cuálquiér momento a abandonar la lectura. Porotra.par~ te; a lo largo de la obra nos sentimos constantemente detenidos,' como sino se nos dejase avanzar a nuestro gusto, como el ritmo del autor fuese menos ligero que el nuestro yun perpetuo 1itardando a nuestra prisa. ' ... Es eLinconvenientey !aventaja del impresionismo; en los volúmenes de Proust,: según he dicho, no acontece nada,,no hay-dramatiSmo, no hay prm ce5o::Se componen dé una serie de vistas sumamente'ricas de contpüdo; pero estáticas~ Ahora bierr;sbmos los mortales¡ pornaturaleza, seres dinámicos y sólo:nos interesa elmovirrüento .. Cuando'Proust nos dice que suena lá campanilla de la•puerta deljárdin de Cambray y en la oscuridad se oye lavoz de Swaúnquellega; nuestra aten• ciónse sitúa sobre esté hecho y encogiendosese dispaneabrincar sobre otro hecho que, sin duda; le va a seguiri y d,el que aquél es preparación. No nos acomodamos inertes en el primer hecho, sino que una vez conocido.somerarriente; nos.sentimos disp:irados hacia otro :venidero, porque en la vida, creemos, e5 cada uno de.ellos anuncioypunto.de tránsito paraotro; y áSísucesivamente ha5t:i formar una trayectoria, cama al punto matemático sigue otro puntó has~ ta formariuna línea:lProustmartiriza e5ta,nrii;stra condición dinámica' obli+
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gándo]a·sin remisión a demorar en' el primer hecho, a veces durante ciento y más págmas. Ala llegada de Swarrnno sigue nada: al punto no se agrega otro punto,'sino que;:por elcoiltrario;:la llegada de Swann al jardm, ese simple hecha moinentá!reo; ese punto de realidad, se dilata sin progresar, se ensancha sirimudarse errotro;va hinchando súvolumen y son'pliegos y pliegos en que no nos movémos de él, solamente le vemos crecer elásticamente, cargarse de nuevos detalles y de nuevo sentido, engrosar como una pompa de jabón }"cómo ellarecamarse de irisaciones y reflejos. Experimentamos, pues, algo de tortura al leer a Proust; su arte opera sobre nuestro apetito de acción, de movirrüento, de progreso, al modo de un freno constante que nos retiene, y sufrimos como la codorniz que al saltar dentro de su jaula tropieza con la bovedilla de alambres en que ternlina su prisión. Ello e5 que la músa de Proust podría llamarse «morosidad», y su estilo consiste en el aprovechamiento literario de aquella delectatio morosa que tanto castigaban los Concilios.' Ahora vemos con sobrada claridad cómo se cierra el ciclo de las «invenciones» elementales de Proust. Ahora vemos cómo su modificación de la distancia y de la forÍna usuales es natural consecuencia de su primaria actitud ante el recuerdo. Cuando usamos de él como de un material entre otros para reconstruir intelectualmente la realidad, sólo tomamos el trozo de reminiscencia que nos es útil y; sin dejarlo crecer según su propia ley; pasamos adelante. En el razonamieritn y en la simple asociación de idea5 nuestra alma eje" cuta una trayectoria, avanza de una cosa a otra y la atención progresa mediante un sucesivo desplazamiento. Mas si, de espaldas a la realidad, nos entregarnos ala contemplación del recuerdo, vemos que éste procede por mera dilatación, sin que nosotros, por decirlo así, nos movamos del punto inicial. Recordar no es, com9 razonar, caminar por el espacio mental, sino que es el crecimiento espontáneo del espacio mismo. Ignoro qúé prácticas solía emplear Proust para escribir. Pero sus párrafos, dé cóndúcta tan sinuosa y compleja, parecen haber sufrido después de escritos internas vicisitudes. Se advierte que fueron, tal vez, en su origen bien proporCionados, mas elrecuerdo encerrado en ellos ha tenido luego espontáneos rebrotes y como excrecencias que han producido extraños y-para ÍnÍ gusto- deliciosos anudamientos gramaticales parecidos a las corcovas óseas que se forman en los pies de las chinas en la reclusión de las chinelas. Partiendo de estas advertencias sobre las dimensiones más elementales y abstractas de la obra de Proust, sería ahora llegado el momento para comenzar a hablar formalmente de ésta y del temperamento del autor. Entonces descubriríamos las más sorprendentes correspondencias entre esa tendencia adinámicá que regula su interpretación de tiempo, distancia y forma
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con el resto de sus peculiaridades, Porque es curiosb advertir, que un mismo principilJ orgánico de fórmula muy sencilla basta para ei
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E~tasrtotas;ha:n:sido~:emedita~ c~:~~~b~~c:~on':~ a~tolo; d~~:tos y cuentos delAntiguo Egipto 1• No se.proponei:i citrá.cosa que destacar entin somero esqilema•.losrasgos del alina egipciá que rriás irriportan a quien desee comprender en sn diferenciálpeculiaridadaquellaviejísirria civilizac¡óru[! · ·'
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LA5 HUELLAS DEL ALMA>· f j
El alma se expresa en la palabra y en el gesto; pero, además, se. imprime en la obra. El gesto y la palabra dicha se volatilizan, y queda del alma qué fue sólo la obra y la palabra escrita. Son sns huellas, sus presiones sobre lamateria, llenas dé·significación"N o és d~deñable en;;eñaúza que lan:iateria, lo más opuesto al alma, seá la encargáda de hacer. vivir a ésta; .Elresto del éspíric tu que,no ha logrado materializarse se evapora, . '· Para penetrar en un alma tenemos que inclinamos sobrela materiayrasc trear sus huellas com~ para dar caza a un animal fugaz. El alma tien.e la facultad de impregnar la materia en torno; no puede llegarse a ella sin darle alguna forma,que sale de su propio fondo, que es su íntima.emanación: Estas conformaciones o deformaciones son la confesión perdurable que la e5phitúalida:ddeja1 cómo prenda:de su: flúido:ser; en nuestras manos, ,, · ·Y sería:un errór·cieen qu!'!'de,esos dos medios,de:maniféstación durade.;. raque el al~á,p 0 see,,-,-,la palabra escrita y la obra:.. ~ es•ac[uéllala que-rios revela los mayor~.secretos.iEn la palabra; ciertamente, se prqpone'el alm::tex7 teriorizar:algo,de.sí misma; po11 esto decimos que se expresa.: Ebola•óbra no.se propone nada parecido, sino simplementeproducir•urt,objeto.ú,tiló grato
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-la morada, la espada, la estatÚi{l>'érB el; caso que esos objetos pueden tener formas innumerables, y al preferir una el alma y excluir las demás, nos revela, sin sospecharlo, un secreto profundo de su ser,. más profundo que todo lo que pudo decir con sus palabras. Adviértase que aquellas convicciones y sentimientos que forman el estrato último de nuestra persona son para nosotros de tal modo evidentes, constituyen supuestos tan primarios de nuestra vida, que ni siquiera reparamos en ellos, y merios puede ocurrírsenos comunicarlos. Se dice sólo lo que nos parece diferencial, lo que varía, lo que en algún sentido es cuestionable, lo que acontece sobre ese fondo último de actitudes y creencias. Pues bien, estos secretos últimos son los que aventa el alma cuando no pretende expresarse, sino que, indeliberadamente, prefiere unas formas a otras, en los instrumentos, en las artes, en las instituciones. Má.s aún que l¡¡ expresiórren la: palabra¡ es sincera é'indisqet:B.!la irrlpresiórr.ei:lla obra. La.única ventaja dela palabra es.que es>m~,clara; circtlriscribe,más estrechamente su significado. lla ofüa; es:urn lengi.taje ,¡náscvago,ctal vez; por lo mismo que:enuncimla5 máslvastas!cónfe5iones!De todas suertes, d alma: de un pueblo antiguo sólo es inteligible cuando se confrontan sus palabras y sus obras. La civilización entera de la raza se presenta a nuestros ojos como una innumerable gesticulación, como un amplisimo lenguaje. ' ·
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precediólaformació_nde otro Estado río arriba, verdadera cuna.de la civilización egipcia. Esto significa que siglos antes de aquella fecha existía ya una nación poderosa, políticamente organizada, no lejos de la primera catarata. Pero si, retrocediendo hacia el año 5000antes.dejesucristo;,queremos pasar más allá, topamos en seguida con los restos que las excavacionés recientes han exhumado, esos restbs'pertenecen a.ull.á.civilización sumamente prirIJ.itiva; eh rigor, neolítica,;que nada tiene que ver con la egipcia, De modo que no es posible retroceder mucho.sin salirse de la historia de Egipto •. Por otra parte, en tomo a•la fecha del 4000, según Borchardt, se estányá construyendo,laspiráÍllides, lo cual quieredecir,.nimásnimenos, que Egipto está plenamente formado;:taly como:va a ser.eh el resto de los milenios, con toda su estructura política¡ ·con tgdo sm1rte;'con toda su técnica;íeligión:y saber. Así, en lo que respecta al tema más caracteástico de. esta civili¡mción, . '.el culto a losmuertós...,C., hallamos que en las.tumbas.de hacia el:año 40,00,se·encuentran·y~ figuras de ~riados·.y criada5, servidores presuntos .del cadáver,.modeladas•por cier¡o sin pies,'a.fin, sin.duda;' de qúe no. huyesen; dejando en desamparo a su señor.: Por ese tiempo la.agricultura ha alcanzado.su máXimo desarróllo .y e5 yafüéntica á.lo que va.a ser hasta la época deNapoleón.: '.1Desuerteque la historia egipcia ofrece elejemplo de una civilizaciónpoc lítica ymoral"que llega'en unprestissimofantástico a plenamaturación,.para anquilosarse enseguida.y perdurarmiles de llños.invariabkenJodo lo esen" ciaL'• ¿Cómo se explica esto?. : :r";
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PuEiiLO AGRÍCOLA: .
- :r. l.asertiginosidad conque se constituye.el:Estado egipcio.y su relativo:es-
t:allcámiéntri pcisteriot tienen dos causas; materialla una¡ psicológica la' otra. I:a causarn:aterialfüe; como es sabido; 'e!Nilo. Aunque:parcial, sigue·parec ciéndonos verdadera la fórmula canónica dada porHerodoto:,«Egipto es.un dondelNilé:»>-~.:~
En ciertamanera;''e5te dato de taniforthala¡:\aríencia contieney' dforibdo lo' esencia} del; alma:egipCia.• ILa·instauración'de• ull.i calendario supone que la colectividad'ha llegado a la•madurez'desu tultlira: En·esa•legislaciónsobre-la medidadel tiemposeresumesiempretlrivasto saber'cosmológico;•Pero,'ade" más; implic~rlii existenciade'ull'Estado fuerte'y; eIJ.'orden"que posee ya una complejaitécIJ.ica admiríistiativa. ·: '• "'' ,,. , ;",. · ,.. Ahora bien, el calendario egipcio es establecido en el Bajo Egipto. Constituía éste un cuerpopolítico que se había formado por colonizaciones em=prendidas' desde'eIAitb Egiptó.l A la eXistérié!ra:'de'urrEstadó en élDelta
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, · ,La tierra toda de Egipto es menorque dos provincias españolas:-Sin em" bargo: su longitud grande. Está repartida en dos bréves bandas de terreno a a'mbas:9rilla~ dél río;1En algunos lugl\res•su anchura no pasa de tres kilónietros; Más.allá; aun,o.yotrofado; aprisibriari el terruñofértil las rocas verticales quelleván sóbre:.sus:hombtos el desierto. l.ainundación periódica.es un beneficio; pero,, a .[a par,.un desastre. Elaguá cenagosa queluegofecundiia( primero destruye. Esto impone con una violencia clara, aguda, la necesidad de grandes trabajos de irrigación y drenaje, que no pueden ser emprendidos por familias aisladas ni siquiera por pequeñ.os grupos sociales:-El dóininio
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sobre las aguas sólo es posible si.una ~oluntad unitaria organiza la vida humana désde un puntó del curso fluvial.hasta su desembocadura. . La configuración de su territorio impuso al pueblo egipcio un, destino agricola; Y esto con raro exclusivismo: El valle del Nilo; acordonado a una y otra mano de desiertos, queda remoto delrriundo. Míseros pueblosnórnadas¡ retenidos enlos estadios másprimitivos del desarrollo humano, rozan apenas la existencia del labriego nilota, defendido naturalmente·por los escarpes de larnca que el río ha tajado; El egipcio no sera ni guerrero ni comerciaute'has7 ta)as postrimerías de su historia; Cúando·necesita algo del exterior =po~ ejemplo; lós exquisitos inciensos de Punt,junto almarRojD;""", tendrá que dar a la operación comercial 1Ín falsó earácteribélicoy dedicará a los que la em!. prenden himnos superlativos que Grecia no hubierajuzgado oporfunocom sagrar aiAlejandro pbrla conquista. de media Asia. . · •.í ., ! i • • El fondo· del alilla egipcia; su estrato más hondo encargado de soportar el 'resto, está, pues; constituido por el ahna de labriego .más pura que haya exis+ tido nuricai Esto.quiere decirdocilidady tradicionalismo; recogimiento eriI6 cotidiano; imperio del habito, gravitación hacia elpasádo.;' . . , , .. Pero,las condiciones peculiares dela agricultura enfas riberas delNilb imponen inexorablemente una'organizacióp:compliéada,postulanun!Estado.Lo más frecuente er¡ la historiaha sido que el Estado noreprésente.unane~ cesidad primarfapará la vida individuhl. Los pequeños grupos sociales se1basc taban a sí mismos para todo lo urgente. El Estado sólo era preciso paraJfues más elevados y en cierto modo abstractos. Era, por decirlo así, un lujo advenedizo. Los que sentían esa genial voluntad de forjar uh Estado tuvieron de sólito que imponerlo a los pequeños grupos consanguíneos, quebrando su egoísmo. En el Nilo, por el contrario, la tendencia hacia un Estado se halla inscrita desde luego en la existencia privada como,una,desus condicionés materiales, El sil:nple¡ hecho 'de que la inundación anual borra las lindés de.los labrantíQscfüerza mb~car un acuerdo entre los grupos.proxm;os¡unasjurisi prudencia.yüna autoridad, "'"'.'' ' d "' Puede decirse que el egipcio, a diferencia de casi todos los demás horri~ bres, se'sierite•nativamente miembro de un Esiado .. Suser privado no es previo "";f' ,_,,·, ·•:• . ydistintodesuserpolítico/.•c.; ··' .· Hay un smtoma que nunca faltapara calcurar la fuerza del priricipio de Es+ iado de. una sociedad, y es medirJa fuerza que el principio farriiliar desarrolla ·en ella. La familia, él instintó deéon5anguinidad; es imtagóriiC:o del iiistil).to poc liticoyviven.el uno a expensas del•orio1• Pues bien; en Egipto. todo lo failliliar
aparece desde-luego r~ducidoa su mmima expresión. Antes de formarse las dos grande5 naciones delNortey.elSur, hallamos a los egipcios organizados en llac ma~os nomos o distritos,; que muy acertadamente comparaMeyer a los Estados"Ciudades de!Mediterráneo.Ya eriellos triunfa elpoderpolítico como único priricipio de ·organización social; uo existen grupos familiares ni gentilicios donde la sangre•coridicionela situación delindividuo, sino que éste vive calificado sólo por su puésto en el Estado e incluido,en!el gremio a que su oficio correspondei No usa nombres familiares ríi aludejárnás a sus antepasados en las inscripciones. Apenas si se hace constar el nombre del padre1• ' ' Nosotros 'somos casi por entero personas privadas; y·sólo apendiculare mente somos·ciudadanos;:órganos del cuerpo politico:El egipcio, al revés. • Da ello un carácter sumamente extraño a esta civilización primera. La vida es casi exclusivainente oficial. Cada cual es fo que es como pieza de la má" quina pública. ·) {j·'.1!'
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sino un mero soporte de su dignidad pública; Por tal razón,. no se halla repa~ ro en copiar tras el nombre dé un reyla lista de hazañas a que otro dio dma, Aquí y allá asoma .tal:vez un pujcí de individualidad; Un rey>haceun ges; to propio, un pintorfasinúa una novedad; mas; .al punto, fa sirtgularidadsé generaliza y hace convencional. Diriase que la vida de cada hombre puede; sin resto, verterse en otro hombre sin que se note la'suplantación;c' ,j , ' , El gigantesco legadó de,pintilra y plástica que Egipto, nos dejó cohfir+ má superlativamente esta fal¡a de individuación en el alma egiptia,, Cuando han querido, el pirtce~y el buril del artista nilota han,creado ,portentosos rec tratos. No cabe,pues,,atribuir a defecto de técnicalaescasez,de ellos: El mise mo persónaje de quién ccin5enramos uhtetrato sehacerepfesentar cienveces en forma convenciorialy desindividualizada., Lo que,interesa' a él':jr alartista es su persona típica ~u rango, su ofiei~,'no su perfilsingillaü:;,,,: '·'", Este alma primitiva sentía Ja individuación como un desgarramiento doloroso del bloque social en que vive engastada. Así, la nota más moderna -más individualizada- de toda la cultura egipcia es la narración de Sinué. Este aventurero es acaso el único estremecimiento de,plena1ndivi; dualidad que registran tres mil años de historia. Y-,-coincidencia curiosa-,,es un anormal, rinfogitivo;,um¡:vadidci, un,desettcir. Huye'de,Egiptcíi' gana honra y provecho en tierras extrañas -una vagaresonancia del Cid-'c-"y welo ve a morir a la tierra madre. Al retorno cuenta sris vicisitudes~ Él mismo no se explica córrio Je cicrirriórhuir; desterrarse;;Aúrr sientela,titilacióri del dolor que e5ta secesión le produjo; «Ea fuga realizada'pór tilservidor--"-
. PiJEBLO DE FUNCIONARIOS:·, ·
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No ha existido nunca una sociedad que sea más puray exclusivamente iln Estado que en.Egipto .. Concluye por.absorber el país enteto: En .el nuevo Imperio es propietario,único,de todo el territorio;
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interna, .el módulo. psicológico; era, por su falta,de individuación, una tendencia nativaycomo preestablecida afo mismb:.>'' ,'. ,., •''' c: •ri:;.:' .': · , 'ELEstado,.entidad abstracta'y sobreindividual\ es eLúnico protagonista dela historia,\!gipcia,.quea'ello.debesuejemplar.continuiciadd11rantemilenios: El Estado es un sistema de moldes intelectual!!S y morales:' Gériialrriente, Hegel lo llaínó·«es¡líritu objetivo>~; aceptando la· contradicción.que lafórmu~ fa, incluye: El egipcio momecesitó superar. una intimidad arisca e indócil para adaptarsé'á esós moldes públicos: Estaba hecho para ellos. En éllo espontáneo era ya:Io oficiál,do. t:orivéricionaL El artista se complace en conformarse a la pauta recibida:,El gran dignatario no' contará en los jeroglíficos de su turne banada de sus de5tinosprivados¡ sino Jµeranientehárá éonstar Jos cargos que desempeñó; las empresas oficiale5 de que fue cargado,! Jos:títiJ.los que; decorarorrsil,persona.• r· • c:n ' "'" ill' ¡¿e ,,~, ' ' ''·' , ¡ Egip.to ha sido eLparafso,de Jos títulos: Exento' de:vidaiprivada, el hombre delNilo. espera. dettítulo oficial el perfildiferenciador·queipor sino. tiene; Sobre Ja masa agrícola se eleva la masa de Jos empleados. La socied~d egipcia es, en su porción superior, un pueblo de funcionarios, como era inevitable allí donde el Estado no nace de una genial imposición guerrera, sino de una necesidad de organización. Funcionarismo, burocracia, otro síntoma de individualidad ausente. Los emple.ados fueron los creadores de la cultura egipcia, que ha sido, consecuentemente, una cultura de convencionalismos prácticos, de recetas, de fórmulas. Toda persona sin individualidad es feliz cuando se encuentra al frente de una oficina. En Egipto no había más que pegujales y oficinas. Los templos eran u'na variedad burocrática, una administración que recogía los bienes de este mundo en sus vastos graneros y los canjeaba por bienes de ultratumba.
LA ESCRITURA
El funcionario es en Egipto el hombre culto -lo mismo que en China y por análogas razones. La cultura consiste puramente en técnicas oficiales y casi se resume en la escritura y su adjunto, la contabilidad. El egipcio siente un respeto religioso por la sabiduría; pero la palabra con que denomina el saber, el conocimiento, es sospechosa. Como nuestros labriegos, llama al saber «los libros». Saber es simplemente saber escribir. El sabio es el escriba, el literato -como en China. El hombre que sabe dibujar letras lo es todo en esta civilización: «Nadie conoce elnombre del iletrado, del analfabeto--dice un viejo t~to-, y es como un asno harto de carga que el letrado aguija».
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1.a.escrituráy susecuelii la. contabilidad' dominan favida egipcia; lá penetran, la inundan. Se escribe cont:iimamente; en tabletas menudas o en ro~ cas gigantes¡ Detodo se fonÍ!á !!Í'Pediente y se hace ihv'entario; con una tinta perennequesiguerhoynetafál cabo:de cinco riiilaño.s. El escribápulula ine~ xorable. Se le hálla dondequiera con su cálamo t.ras de la oreja, como nuestros covaChuelistasy tenderos,,Désde los diez o doce años, el egipcio qiid1bcul" tiva¡el campo trabaja en la oficina:Haycontadores paratbdo;• con sus títulos especiales; hay «contadores de cereales»',·debueyes; dé·árboles. El tesorero mayor de:IImperioNúevo se denomiria «guardián de]a,balania»; Sin embar~ go, no existe elme,nor intento de ordenar una·gr'amáticá.m de, elaborar 11na aritmética; Lá teoría; la ciencia, faltan por completo::La escritúra tierie únsen1 tido míigico y ádrniniStratiy.o¡ pero no,inteleétúál'.5e amala fon:i:ta defa letra; . no el posible espíritu que cupiera inyectar en ella. Cuando muere un.niño¡ se ponen en la tumba sus planas caligráficas. No obstante;lapedagogía,egipcia aparece réstimidajen ésta frase:'\< El niño tiené' espaldai écucha:cuándo1se·le 1 !r · > i'. fi' ;· ¡ pega».
.REVÉS DE ALMANAQUE
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El nihilista, no estimándose a sí mismo, sintiéndose incapaz, busca compensación arüquilando los válotes del mundo: ksí se pone a la par. A Sl\ lado Luzbel es un santo', porque su acto sl!pone: pririlero, entusiastareconocimiento de que háy una cosa. óptima. en el mundo: Dios; segundo, deseo de ser como esa optimidad; tercero, convicción subsecuente de que hay.otra cosa óptima: él;.queescomoDios. · •::•. · ,,., :: Alinilülista tiene Luzbel que parecerle un ingenuo, porque cree que hay en el mundo algo que vale la pena y se comporta ante ello con sentimientos , :· afirmativos; Luzbel.es el snob de Dios, · . !• ,,-_,
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Dos defectos de nui;stra civilización moderna:. enseña derechos yno obligaciones; carece de autoctoníá; es decir, que consiste en medios y no en actitudes últimas;.tle,ja i1tatlto elfo¡:¡do,.de la.existencia, aquello dela,vi.da del.hombre que es lo absoluto o al través d.elocual éstá se hinca en lo absólúto. En este sentido, _,:;·
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nuestra civilización es superficial, y aceptarla o no, tomarla todo o sólo una parte, es cuestión de capricho. Por eso con facilidad creciente vemos desentenderse de su decálogo a las gentes, u tomar de éste sólo lo que en cada caso les place.
*** La deserción de las minorías ha sido doble. Durante elsiglo XIX consistió en halagar a las masas. Compárese la actuación política de las generacione5 que vivieron durante esa centuria. Más concretamente: compárese la idea que tuvo de la democracia cada una de ellas1• Para la primera es democracia la obligación qué el hombre tiene de conquistar y ejercitar los derechos inalienables del hombre, Los políticos de entonces sonpuritanos. Su doctrina política es a la vez una moral que exige mucho al individuo. Se revuelven contra las II1asas, que por definición son inmorales. La segunda generación habla a las muchedumbres c1e sus derechos; pero no de su5 obligaciones: Elhombre público pacta con las n:Ía" sas. La tercera generación no se contenta con esto: hostiga las pasionesy la.pro" pensión tiránica de las masas, les asegura que tienen todos los derechos y ninguna obligación. A esto llaman dirigir las masas. Las minorías del siglo XX han desertado de su puesto, no sólo llevando en política al extremo esa faena miserable de la generación anterior, sino también fuera de la política, no sintiendo la urgencia de poner nuevo orden espiritual cuando la crisis sustantiva de la «cultura moderna» lo reclamaba a gritos.
*** ·¿Cuándo hay crisis sustantiva de una cultura? La culttira;rigorosaínente hablando, es el.sistema de convicciones·últimas sobre la vida; es lo que se ·cree con postrera y radical fe sobre elmrindo, Estafe puede ser científica o no; religiosa o sin Dios.La cuestión es que el hoinbrevea·ante sí, cori evidencia decisiva, la arquitectura de su mundo. Porque vivir es tratar•con un contorno; afanarse en él; esperar de; él y temú de éL Si ese é:ontornmhacia elcrialvive se desdibuja por completo; si carece de puntos cardihales en que onentarse; si llega el hombre en su última sinceridad·ariosaber lo que esposibkylo qüe es imposible, no puede vivir auténticamente. Como no hay más razón para que haga una cosa que para hacer la contraria se acostumbrará a vivir provisionahnente. ¿No es dramática esta situación? Porque cada cual tiene sólo una vida, y si.resrilta qneºde esavidavaa hacer rina cosa proviSionaL!)' · !
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Hay crisis cultural sustantiva cuando el hombre se queda sin mundo en que vivir; es decir, en que realizar definitivamente su vida, 'que es para éllo único definitivo. Mundo es fa arquitectura del contorno, la unidad de lo que nos'rodea; elprograma últ:iriio de lo que es posible e imposible en la vida, de~ bidci y profü,bido!. . · T.á educaCión ágnósticá del siglo pasado debilitó el afán.nativo· en el hombre de buscar lo «definitivo», los puntos cardinales para la-existencia;y se ha" bituó la mente a moverse entre penultimidades, que al ser sólo esto carecen de necesidad y se presentan como meras cosas plausibles que se pueden tomar o dejar o canjear entre sí. Ejemplo máxiIIlo: la ciencia física. Es ella, sin duda, admirable; pero cbfuO'no.resuelve lbsúll;imos problema.5 nifundamenta el últiÍllo sentido desímisrriá; espérfectamentérázonable que:umhombre se desentienda de ella: t:(.;o .mismo la .técnica, El automóvil es un apara to magnífico para ir de prisa de.aquí a.Socuéllamos:;Pero; señor, ¡siyo no tengo.nada que hacer en Socuéllamos! · ·Siempre falta a nuestra cultura ése, último garfio por el cual agarre inexorablé01énte nuestra adhesión; Una cultura-como las ha habido- de que el hombre rio puede desentenderse porque está fundida con su exiStencia individúales lo que llamo'.uriá eultiiraicorrraíces; hincada en el hombre; autóctona, :La moderna; al cohsistir en cosas plausible5 y admirables, pero no necesarias e irielüdibles, forma una mitología 0.p!uralidad;dé dioses secundarios, todos convenientes ycanjeables, pero ninguno necesario. Sólo elplano de la ultimidad coloca eri su sitici al ot:ro: al de las penultimidades. Sólo cuan~ do el hombre de hoy sienta él afán abscililto de ir a algún sitio tendrá verdadero sentido el automóvil. ¡. Unavidasin«
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Pr'!~.1;>~4':1,Y d_eb~d() :qq s.e~n-~~ q l_a otra_~oral teqrisa o a~bien_te 1 _$o·aun;~es4e· ~ pun;-
to de vista más despreocupado y más egoísta.
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misma. Viceversa, las minorías viven para síy no se: sitúan en actitud de di· '' rigir; se especializan y se bizantinizan. · Ahora bien: lo poco quqíueded.espíritu intervenir en la histbrialo lo~ graban antes aquella<¡ minorías; La mas,a no se dirige, sino que gravita a don7 de la lleva su peso bruto; por eso es ésta una de.las épocas-.¡qliién'lo
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El hombre del siglo XIX fue preparado en el siglo XVIII, y el qué hoy domina fue preparado en el: Siglo XIX: Es decir; el·buenliberal demócrata fuefor~ jado en un siglo sin•libértad·ni democracia, .y un siglo queigozó de ambas cosas. ha producido un hombre antiliberaLy antidemócrata: ,., ·' .; · ¡ ' "''
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.. El problema es éste! elsigloXIXyJaprgan'izaaión'.de!mundo que él nos ha legado es en verdad la conclusiórrde·la,Edad Modema'.J Es una iniciá7 ción también, peró,en tóda inicfación fenece un pasado; Por.vez.j:>rimerá dese pués del siglo XVILhay' que volver.a inventar: en ciencia, enpblíticá, enarte; en.religión~
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,,,, .En ótro tiempo no solían conocer lenguáS.ektranjeras.tnás qudos:hom" bres de letras y ,ciencias. Hoy acontece lo inverso. En ciertas. alturas dela sociedad todo el mundo parla cualquier idioma. Si en una reunión de gente tal notáis que álguieri calla, podéis estar seguros de que es un escritor o un científico. Y esto no acontece sólo al intelectual español, sino al de todas partes. En cuanto no se ha~la su·lengila nativa, calla; El hecho es demasiado general para que no resulté.interesante. ¿Por.qué ha perdido elintelectUa!el donde lenguas? ¿Por·qué,ha:pasado, a ·ottas,clasés.sociales?. La cuestión es,complicada" hlabría que investigar.antes,un.temamás amplio: quees eso, de hablar.otro idioma,:¿Se puede en SerlO•hablar.Dtrb idioma?, Af hacerlo¡.¿nOilOS colocamos en la actitUd íntima de imiÍara ajgún prójimo? Y:vivir,imitando, ¿no es,una.payasad~? 1; L:\ gente se hace demasiado fácil lo qtje llama hablar lenguas, EI..tránsitb a otro'idioma no sé puede ejeclitaHirl previo abandono de nuestra personac lidad,·y, por tanto, de nuestra vida auténtica¡ Para hablar uñalénguá ektraña; lo primero que hace falta es volverseduranti!urirato níáS.omehos imbécil;cló 7 grado esto puede uno verbalizar en todos los idiomas del mundo' sin.excesb va dificultad. Esto, por un lado. Por otro hay que el dominio .de lenguas extranjeras para los efectos de la conversación no existe, Los que con tanta facilidad las hablan nb.se diin cuenta:de.queparecenclow~: Es cosa·gr~nde;y dignadeyerse o de oírse lo' que las gentes llaman liablar•bien µna lengua¡;¿Pero no.es cosa· más grande todavía.lo que las gentes1laman·«háblarn ?··C• ,,,.,,.r .,. ·':•.nrn .,, n··
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En 1926publicó Rostovzeff su libro The soda! and.economic'history.'of the R01na11 Empire, Es el primer estudio .en grande qile:del Imperio. romano se hace¡ y completa la reconstituciórnde la.República;:genialménte'lbgradápor MoIJl!DSen.Eneste.libroléo . unaspalabras.terrib~es:.,:· : .. ,,,, , ;,· «La evolución del mundo antiguo encierra una lección y una adyeftencii¡ para nosotros. Nuestra eivilizadón n6puéde c01;1tinuar Si:no llegá'a sér una civilización no de una clase, sino de las masas. Las orientales fueroninás.esta7 bles y duraderas que la grecorromana, porque, basándose principalmente en rec ligión, estaban más cerca de las masas. Otra lección es que el ensayo violento de nivelación no ha seryicloj~más para elevar a l¡¡s masas. Éstf!s han destruido l.as clásés superiores yno han:con5eguido máS que acelerar elproceso de barbarie zación: Pero el problenia último permane~e cm:Ímun espectro pre,senteSiempre e inevitable. ¿Es posible extender una civilización superior a las clases inferiores Sin rebajar su. nivel y diluir hasta desvanecerlas sus cualidades? ¿No está con= derul.clii toda civilizaC:ióÍfa dec:áer tan pronto' como pem;tran las 'maSas? ;r l ' ;
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Se hablan tanto mejor otros idiomas .cu~to, niás dócil se es allqgar común;
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Los dos pueblos que mayor facilidad poseen para aprendét otras lenguas son el eslavo y el judío. Los dos que menos, el inglés y el español. Una breve meditación nos pone en la pista de por qué es así.
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CaSi todos los que hablan como de un hecho indiscutible de la decadenci~ de Europa, o son políticos, o artistas, o aristócratas. Jµstamentelas tres co-
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sas que están en decadencia. El eri:or cbnsiste en creer que no ha sido lo normal enla historia que esas tres cosas estén en decadencia. Lo insólito ha sido siempre suflorecimiento:·Ntelhombre de ciencia, ni el filósofo, ni el técnico; 1 '' ' ) nieljotlisseurpiensanásín'' '' 1 • i .·· ,,,
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·, , El libro de Waldo FranID Redesciibrimiento de 't\merica parte· del mismo error: supbnerc[ue Europ·a:muere°.'Todo 's\wazciriamiento'-'--'elporvenir me mediato de Ainérica-·- cae· por su baseisi resulta· que· Europa-no muere. Y¡cla:, ro es qúe\norirá!Tbd6i:huere; Pero la fecha e5:errónea1 Ahota\·precisamente lihora;no va amorir:Todolo contrario: aliclrava'aser•Europa'~1hpliciten Comq los afuéricanospareceri andar cóh ¡:irisa párá·torisiderarsé:losamos del miin~ do, conviene decir: «¡] óvenes, todavía no l Aún tenéis mucho que esperar, y mucho más quehaceri'El doiniriio·del mundo ria se
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Lenin fue duiante'sujuventud muyafidonado•a;la caza. Luegtfselii prohi" bió.a'sfmismo; por'considerar·que IiO era: tal ejercicio útil para la revolu'cióri a que consagraba su vida. De§pués·dda victona se·le'organizó eí:r Moscú una ca" cería de zorras. Los acompañantes se arreglaron de modo que le entrase una pieza. La vulpeja estuvo un rato quieta delante de Lenin, como en una fábula. Pero Lenin no disparó, y el animal huyó a la espesura ..Luego preguntaban a Leninpor.qué no había tlnidor«¡Estaba tan-bonita!», repuso Lenin':••'
*** Durante una época, Jeremías Bentham, descontento porque a él y a su escuela se lesllamase•utilitmios, pensó en nacerse denomiríarfelicitmio.
física actuaLiritraatómica. Porque se habría preguntado: ¿Qué significa en ft" sica 1«indivisibilidad»?•En física no hay cualidades muertas y puramente geo" métricas. Todo atributo geométrico'plantea a la física un problema dinámico. Lo. que hace imposible la divisibilidad del átomo no es su tamaño, sino fuerzas en él qui! resis~en a la división. El carácter externo de la indivisibilidad postula un carácter mtemo dinámico, y, por tanto, 'Qlla pluralidad interior. Con razón dice Bertrani;l Russell1 que no es lo sorprendente haber llegado a la física actual, sino más bien no haber llegado a ella antes.
*** ii;.
.•. , El espíritu.surge o na te en el gran dolor y el granplac.er. Conducida la carne a su-máxima tensión y puesta como en la cima de si misma, se transforma en espíritu, f=asi prueba o siIDbolp de ello es que el aµimal herido torná uria .expresión ca5i;l¡umána:Y lo mi.Smo el animal cuando cohabitf¡:u: . . , ' .. !
*** 1;
Lo característico de España no es que en ella la Inquisición quemase a los heterodoxos, sino que no hubiese ningún heterodoxo importante que quemar. Cuando por casu.alidad.hababido algún heterodoxo español importante, se iba fuera, como Servet, y. erafüera donde lo quemaban. El fuego es un elemento, y lo ha·habido en todas partes. Conviene que los españoles no disculpen su inercia mental con su Inquisición.
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***
í!i Es innegable la coincidencia: sólo lograron una Constitución histói;ica saludable los pueblos que se hicieron una Iglesia propia. En Alemania e Inglaterra, con la Reforma: En Francia, este resultado se obtuvo parla combinación del galicanismo medieval y el descreimiento renacentista. Con Bossuet a babor yVoltaire a estribor se puede navegar.
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*** Si el físico hubiese reflexionado más sobre el atributo de indivisibilidad que otorgaba al átomo cuando lo bautizó así, habría, desde luego, llegado a la , ... , .. •
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AmÍ!ricá.
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El prodigio de la vida pública inglesa se debe a que penetra viva en su siglo XIX la tradicional separación de intereses entre la aristocracia y el rey. Es
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Véase su AndHSls de la Materia, traduccióti española. (Bibliot.eca de la Revista de Occi-
dente).
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decir, que fa aristocracia no ha sido allí'nunca cortesana, sinojridependiente y nacional. Por eso no importa que la dinastía fuese un buen día extranjera; TodaJa política interna de.Inglaterra se,hahecho con estelema;.que.esma~ terialmentela expresión repetida mayor número de vece5 en su1Íistoria: ¡Hay que limitar el poderde la Coronal i • · ' · • •· 'Para t¡ue en España fuese, posible una República coto nada sería preciso sólo una cosa:.volver a empezar la historia de España,
*** He dicho que todas las formas de lá vida triunfante en estos años son provisionales, ypot lo'mismo, muy transUorias. Verdad es que todo es transitorio;y en esto,radica su gracia: La vidahumaná eterna seríainsoportac ble. Cobra valor precisamente porque su brevedaq la aprieta,, densifica y hace compaotúDelicia de lo fugaz, grácil vibración deespadá que esta huidez presta a todo lo vital. Este día que me amaneció hace un rato rueda vertiginoso hacia su inminente crepúsculo. Galileo pedía como castigo para los detratto1i della corrnttibilitil que fuesen convertidos en estatuas. Y el viejo haihai nipón dice:' · ' '' , ¡ :¡ i ·, ·
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· · ' • 'Este mundo de rocío '' '". no es más que un'mun:do' de rocío: . · · .. ;.'.¡Y sin embargo!. ..
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*** «Todo hombre inculto es la caricatura de sí mismo», escribe una vez : Federico SchlegeL •;,.,,,.
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III i·.¡,)
, ,, .La.insistencia con que me he ocupado en filiar los rasgos de «nuestro tiempo» no es una manía, ni siquiera me es peculiar, sino que, a su vez; constituye.uno 'd':- lós rasgos esenciales de «nuestro tiempo». Pórque vivimos en una coyuntunr talyez sin ejemplo hasta. ahora. Se ha producido en la humanidad uncarribioradicalísimo de origen irracional, al mismo tiempo que goza el hombre deuria gran clarividencia yaguda'conciencia de sí mismo. Por vez primera el hombre asiste a su propia mutación; cambia y sabe que cambia. Antes; en éáda.cainbio efectivo se creía eterno y no se veía a sí mismo-·-sus creenciasymodosdevida-··.-como algo transitorio, sino como algo definitivo: Portanto,rél cambio no era tal para el cambiante. LEhio de Heráclito ha cÓbrado conciencia de su fluidez. La gota que rueda valle ayuso se ve a sí misma correr. y, por tanto, está' tambiénfuera del río, :; •; '' ' ' u·· quieta. El hombre no tiene más remedio que aprender a vivir en esta forma dual y sentirse a la parimudabley eterno. Esto nos obliga modificarprofundamentela'ópticade lavidá:Antes se interesaba el hombreen una forma de arte; en una idea' científica, en un principio político, porque le parecían definitivos; Cuandb no se lo parecían, caía en escepticisrrio, que es la•suspellsión de la vidá: Ahora necesitamos aprender que sólo somos definitivos cuando henchimos bien el perfil transitorio que nos corresponde; es deciqcuando aceptamos «nuestro tiempo» como nue5tro destino; sin nostalgia'niutopi.Smos; (Quena me explique yo dema5iado mal:Sentirnostalgia5 yutopiZarson'dos cosa5perfettamente licitas en que se manifiesta una vitalidad poderosa: Lo que importa es que nuestra actitud vital no dependa de ellas, que no se viva ni de ellas ni para ellas, porque entonces son síntomas de debilidad; La vida es siempre un «ahora»; nostalgia yutopíií son fugas del «ahora»). Los grandes cambios históricos han solido acontecer en épocas de penumbra mental. Dudo mucho de que hayan coexistido jamás como en nuestro tiempo una irrupeión tan grande de las fuerzas irracionales que hacen variar:~e pronto faicondición,humanayun tan' radiante mediodía delintelecto.
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en permanente disponibilidad, por ~o andan tan prontas y tan sin melindres en adoptar los usos que la hora les presenta, sean los que sean. Esto explica elhechoparadójieo de'que casi siempre los que más aparentemente van con.su tiempo no sean en verdad de él ni de ninguno. Se han•<
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He aquí.un ejemplo menor dela norma y enormidad en.-«nuestro ti.empm>, No hay duda de que una de las grandes cosas nuevas es haber el hombre aceptado la existencia de su cuerpo. Después del Renacimiento, en la época de la Contrarreforma, comienza el imperio del espíritu. Un imperio tiránico, La tiranía consiste siempre en el olvido de_que;lo demás.existe. Lo den~ás· en este caso era .el.cuerpo:iDescárte¡; cómete. el gran.deslizde·:afir.: mar. que el hombre no es positivamente, más que espíritu. Sólo _es éuerpo ne7 gativamente; estó:es,c en la medida en que: no es hombre.: El-cuer¡:ío:es.el ori7 gen deLerror, del dolór, del m:al, en suma, de,!as. pasioneHen el siglo, XVII- él
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vocablo pasión cons~rva su sentido etimológico de pasividad, delo que no somos, sino que nos pasa o sobreviene, perturbando ,nuestro verdadero ser), D.urante:tres siglos los.pueblos continentales hai;i hecho lo posible por SU7 poner que el;hombre no tiei;ie cuerpo.•¡{ cómo una delas·cualidades bonitas del cuerpo es que cuando está sano se-ausenta, no se le nota, parece que·rio existe; elhoÍnbre moderno llegó a no . contar· con_élniás que cuando le dolía. Para facilitar el escamoteo de nuestra corporeidad se la tapó. En elsigloXWII se cubre has ta: el.cabello con ll\ pelm:a .. Elhombre7cm;rpo quedó reducido a una carita que.i;merge delas chorreras y unas manecÍtas¡qu_e brotan delos puños:de encaje.,algo:angelicaL'-.;c¡ · · • ¡ ·:; , " ·:" Fue un magnificó error:queerapreciso.corregir,,Elsiglo nues.tro'se:re¡ solvió adesenfundar:elcuerpo:ytedescubri-rlo;.: ¿P,orqué?, ¿Qué sentido: hondo,tuvo. esto? Dejemos tangi-uesa ysugestiva:cuestióni·Ello.e5 queseiniciót;l culto ,l\lcuerpo y tras.del:cµlto el cultivo. (éste es el orden natural: primero, culto;luego,· ctiltiyo:Asfaconteció f!Onla agricultura¡ quefueprimerocÚn fito y: sólo-luego una ocupación técnica);;' . ; iL , ' ,_;; ·:¡•:;•: ,- ·. .. ;;,:,.,.Yo creo qu~ ~ta reivindicación de].cuerpo es.una de las,notma~ mejoc res,de!Jmuestto iiempo»_,De ella han-venido los llamados d~Qrt~sy.no:ten" go nada que decir contra éstos. Pero tras los deportes ha•yenido: ia.exageta: ción,d!! los deportes, y; contra és.ta sí.hay_mucho•qµe;decirnEs_µno de los vicios, de las enormidades. contra fanoITÍla de,
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carnejunta! Como siga esta ostentaciÓnen gran escala de tejido adiposo, los sexos seisepararányhuiránrafos conventos iinpulsados por un ansia deaS" cetism9 y'un apetito de esquelet.cis.1Estainos en elotrcYextrenio delsigloXVIII( Y como todo'd:tremisinb desnuca lo queama,faplayarde B\arriti desprestigia a!Ja'carne.·Jí·
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IV No se acaba nunca de decir hasta qué punto las cosas que parecen más altas y más puramenteracíonales dependen de hechos caprichosos y originados en la pura irracionalidad. A.Sí, una de las causas 'que hicieroh'iinposible a los griego~ llegar.a nuestra fisica! para la que poseían lbs máS difíciles y ex~ quisitos supuestos, fuelapreferenciairiacional delhbmbrechel'énicopor la línea .circular_; El·eur'opeo; •en· cambio ;ise·enconttó no' menos irracionalmente con que prefería la-línea recta, y esto le ha permitido,cionstruir l~ maravilla de su fisica. La circunferencia necesita tres"constantes'para'su determinación, en vez de dos como la recta, y el cálculo se complicaba de tal manera que era prácticamente imposible. Esta manía de lo circuiar es un hecho bruto, una sinrazón que el griego halla effsí. Luego, claro esta, intenta probar que es la línea más perfecta. Ya con Pamiénides se resuelve a concebir ehnú:ndo'conío u'na bola. y a:encontrar el fundamento de:la's medidas temporales al :i.iso ensú carácter cíclico.1'a;:w:¡b dad es el día, por ser el transcurso o período' menor cuyo comienzoyfinrson idénticos; como enla circunferencia.. LO'prop!o acontece con'elaño, que es el período mayor. Ycuando luego quieren otear la ingente evbfoción'd'ehmíverso caen enlaidea deL«año grande», como Heráclito, ciiclo gigantesco al cabo delcual el mundo vuélve a como estuvo enun'principio.:Deaquíel pensamiento tan extraña ,y. 'tan griega dela palingenesia, el' retama:a lo mismo: • Sin duda; elalma griega e5 vastíSima, pero no ilimitada; i:omo•~é,creyó durante'mricho' i:iem.po;vliela ·convuelo largo; pero toma siempré sobre sí misma; y su -VUelo no es nunca radical. Elwelo radical exige que enabsoluto salgamos de nosotros mismos, quemando nuestra nave; sin posible regreso: El griego nada; pero, a la vez, guarda su ropa, porque parte decidido a·rio partir en seno';:a encontrarse a la postre elmismo qú'e partió. ' La preferencia europea por fa lú\ea'recía esigualmente'maniática e irracional¡ pero-.-··aparte·sus ventajas 'técnicaST'-"'revela fa·voluritad trágica· de seguir siempre adelante, más allá; de nó volver nunca: Esto es lo que,va a hacer ían difícil que surja rina'cultura más allá de la eurcipea;:i¡;_. "' "'' · .· De todos modos interesante notar cóm.o delo qué sea para nosotros la línea elemental depende cuáles serán nuestro mundo y nuestra ética: Según los investigadores de la psicología animal, para el ratón la línea elemental, la que él elegirá siempre que est'é a su rríerced la elección, no es el ciclo, como en el griego, nHa recta sin fin, como en el europeo, sino el zigzag, el ángulo. Por eso el'ratqn se ha quedado con:UTI'mundo compuesto'sólo de rincones y recovecos: Conocemos nci pocos hombres con alma de mur, para los cuales es el zigzag el camino más corto entre dos puntos. ·· ,. ' ,
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*** l.eo enSpengler este dato.curiÓso: «El libro del socialistll Chino Moh-Ti (que 'ivió:hacia«fSO después.de Cristo):habla 'en su primera.parte de la filantr6pía!liniversal\ y en:la segunda, de.la artillería deJortaleia».•. ' La antigu'a éostumbté d~ la5 .tahitianas: cuando;buscari'unañior se po, nen una flor enJa oreja derecha, y cuando están enamoradas; cuando aceptan un ámor;la ponen en la iZquierda·. ·Poblp, visto tiene razón el duque_ de X cuando asegura que.hay~erechas eiZquierdas .. ,, .. • J:f -: ;; -:,
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. El.hombre adulto es, de todoslos seres vivientes,. el quj'!menos vivé de sus percepciones y desde ellas.:Quiero deckquem:enosque riingún otro se rige por lo que tiene:delante, tal y como lq tiene delante;_El riquísimorconté, nido de _su memoria;ysobretodo: <
Me gustaría haber conocido•aaquelhombre delsfglo'XV, qlie'escogió como divisi; e5tas palabras: Ríen ne m'ésf sílr que'la chosefüceftaine. '
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Apocó creador que un hombre sea; su vida se va desenvolviendo emina trayectoria nueva,•que difícilmente-puede entender.quien conoce: de ella sólo el trozo ya cump)idq; Por eso la muerte aclara de.pronto lo que el hombre fue. Pero mientras vive, su obra y sus gestos son mal entendidos,:pórque·se les refiere siempre a trayectorias· antiguas y conocidas. Se quiere cazar a ese hombre con redes de malla arcaica. Se dice de él: «Es un poeta, pero no un filósofo», o bien: «Es un filósofo, pero no un poeta». «Es dela derecha, aun cuando ... », o «Es de la izquierda, si bien... »; «Es demasiado aristocrático'para ser demócrata»,:o«Es demasiado demócrata para seráristocráticot>·.,Péro se ene tiende por poeta o por filósofo modos.de ser poeta o de ser,filósofo:t¡ueprec\o samente intenta ese hombre evitar, yasfen•las demás cosas, ¡Habráfaocen" cia!cY:no es que sienta horror a.ser definido; hay una delicia ens~ntirsecazado "'"'tal vez sea la más;intiriia:c·aricia, Pero-kda pena ver.cómo caen•sobmél.en vano redes ineptas, de ias cuales ya de antemano se ha evadido, porque sus mallas están hechas para la forma de pájaros tradicionales, archisabidos, cien veces capturados. ¡No hagáis esto, amigos! O sed creadores, o sed comprensivos; es decir, inventores de redes nuevas. Pájaros de hogaño no se pueden cazar con mallas de antaño. ¿Por qué ponéis tan laborioso empeño en conseguir no enteraros .de las cosas? ¿Por qué gastáis tanto esfuerzo en ser est.úpidos?
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Los clásicos griegos tienen siempre aspecto pueril, cara de niños. Lo serio está detrás.
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•Precisamente porqt\e nuestro .tiempo :es. tan fuerte cómo -posibilidad; sé ha salido :dé tod~s las nórmas y cauces conocidos del pasado, y por lo mismo es tan problemático. "''"'''''. "' ,_, · -:;:: ,:
El problema de la historia es el problema de la felicidad. Porque la historia se propone comprender lo que en su .última intimidad fue la,yida de esta o la otra época. Airara bien; toda época se siente, en su postrer fondo, feliz. La vida es siempre feliz en su grnn cuenca total. La prueba de ello es que ninguna época ha querido en serio ser otra determinada. El vago deseo de ello -de
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vivir en tal o cual otro tiempo pasado o futuro-pertenece a la voluptuosidad de la vida, y contribuye a perfilar la fisonomía de ciertos siglos. Pero las desdichas son tan sólo meteoritos, que caen sobre la felicidad constitutiva, sustancial,.inalterable; deéadaastro: l.!cis lamentos sobre los «tiempos que corren>> son un factorde placer,\ el deleite de laquejunibre; la delicia de llorar. En Hegel hay una entrevisión de esto que no he visto s:ubrayada ni explotada por nadie. Cada época tiene su vida, y lasforite como suya, porque en ella, siendo tal y como es, se siente feliz. El error está en creer que la felicidad excluye el dolory fas'angustias. Al revés; las incluye, soningredientes de ella. El·historiador:no ha.entendidq una edad sino ha calado hasta el estrato en que es · feliz. ¡Terrible misterio de la :vida\ que es entódo tienipb'jJrofundamente; inquebrantablemeritebeatífiC:anr;reposaensímisma!·; ;, ; ·• .,. .. ··
* * *'La física tiene que compensar con la utilidad de sus aplicaciones la ric diculez dé su contenido. Porque, ¡señores!, lb que la física nos dice al cabo es que la realidadmateriakonsiste·en elbombardeo dé los electroncitos; Ló cual nos convencéautomáticamente de que el universo·no puede consistir en pura materia.o Porque no hayverosimilitud niriguna de que el universo, esa cosa 'tan tremebunda que· es el universo; con5ista '.sólo en bombardeo de e!ectronC:itos:
En N ortearn:érica, las dimisiones políticas aducen como motivo convencional, no una enfermedad-·.-según se usa:entre nosotros~, sino business act_ivíty: l.a necesidad de vacar a negocios personales. Aquiy allí se trata con frecuencia de una mentira; pero es curioso que se elige una mentira de sesgo inverso. Aquí el no poder hacer nada, allí el tener demasiado que hacer. ,¡ !·
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·. El ideólogo; se dice; no. es •)Juério para fa lucha política. Es cierto. •l Cómo va a luchar con otros elque·vive énlucha consigo mismo? Los hombres que pelean con los demás son los fanáticos, es decir, los que están en paz consigo mismo. ¿Cómo va a tener humór de disputar con los demáS el qrie a toda hora lo hace consigo? Quien sabe que la íntima disputa es el ser auténtico del hombre no ¡:mede sentir un gran empeñó en i;:onvenC:er•a nadie defoida. Sólo el fanático,' el que no es pára sí hombre, el petrefacto •humano, es per: suasivo, luchador, proselita. Es. decir, los que no han pensado n\ida: por sí son los que se afanan en convencer a los demás de muchas cosas.
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·i.•Dos•clases de épocas:·aqriéllas en que las fochas que llenan' su historia: se traban por si han de mandar unos U. ótros, y aquéllas en que se lucha para· que no mande nadie. El último siglo perteneció a esta segunda clase, y fue de segunda dase también el sentimiento que lo movía.
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· La antropogebgrafía estudia: la· manera cómo.1a:tierra ha influido•enla vida humana\ 'eri el desarrollo de Ia hiStoria; Así, por ejemplo:"! :fr .u,' Los Alpes·haú. sido una pantalla· queimpidió •a Rorn:a operar directa:~ mente sobre Germariia; tuvo que hacerlo -"-<:los veces: con lofempéradores y con los papas-•· tomando la Vuelta de ·Francia, como un rio que al hallar en su curso un obstáculo lo rectifica y busca el valle próximo. Pero el valle era delicioso, riente, ubérrimo; era Francia. El Emperador se quedó en Galia, y el Papa, en Aviñón. •1'-' ° Riitzel escribe: «Lathan ha llama'do':i:lmeofconquestelcintutón:terraqueo comprendido entre el Elba y el Ain1lr, •donde.\iiven• los geirrianos) sármatas,
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vida sentimental o profesionaLELalnia femenina éstámás reunida consigo misr¡ia,cypór eso¡aunque.en general su volmrten esmenor que el del alma va" rmiil-..-deaquí lafmayor rareza de la, magnanimidad.en la mujer y la mayor frecúencia dela pusilaniriridad-..·,su sensibilidad,e;s,más profunda y vigoro" sa; La mujer está' a IaNez:en todasfas,regio.nes de. sí misma, yisu' iµodo. de reaccidnanescasis)empre.total: . " : '' ,, ,, ,y'"'''·: .'::. , :, ;, 'Esqt.diferente:estrú'Ctura explica ,]áifacilic:hidcon t¡ue el hombre pierde el equilibrio interno. Es más: se habitúa de tal modo al desequilibrio¡ queacaba por sentirfruicióru en él y busca el riesgo; .el peligro, y se lanza a ja:loca em. presa! Enla,mujerhay una excesiva propensión ala contrario: ne¡ sabe .vivir endeséquilibrio.ysucumbb':uando,lopad~ce{·•;Pi '·, ·"'·e: · . :· Es,teqüe po_dí~nios:llamar·«instintodela consel'Yación clel.~quÍ!ibrio;> es ún maravilloso complementp al"\ inquietudvaroni!,,y penniteque;en las horas de desesperadión;.de.atropellamiento, él hombre encuentre.en la:muc jetireposo,cmno :enuna;tierrafirme. ,Pero ese.instinto;padece también aberracionesy¡.éxagerártdosea stiµismo,:engendraformas.pato.lógicá~.Lleva; por ejempló; a.laiincapacidad dfé.Sa!ir de sí mismo, anquilosa a la persona en lo,gueya es y desde siem¡:irefue;,De aquí 1ipor ejemplo,.Ia falta de curiosidad vital en,!amujeri espapola, prototipo dé,im;impi):>lé equilibrio ..Sediceque es curiosa: Pero esa suicuriosidad no. es!la .vital,csin:o todolo contrario; El prurito .deconocer•los:chismes t¡ue corren s.obr~las persona?. de· la sociedad que uno;ya•conoce no ~eva a 'nada vitalmerttehuév;ó ,:no'ampl!a .nl\estro ;horizontecón:foni1as\ mc¡dos.y excitaciones.de ,vida1distintm; delrepertorio en que .estábamos de.antemano inscritos. Al contrario; es·sighodet¡ueño t¡ue" remos salir más allá de él, que. estamos decididos a .recluimos en lo misnio y de siempre.No hay nada más curioso que el aldeano, precisamente porque está·res.uelto.? no salir.jain~s de.su aldea. La curiosidad de la portera' sólo sé ocupa de los;vecinoside:la:casa, En rigor; :no .es .curiosidad, porque;no ·sé busca más quésaber.eri detalle lo.que ya se-sabé en' general. Es nimiedad; miopía, que quiere decir óptica de ratón. ·. ·· ·,'. ·' . La otra curiosidad es la que incita a ensanchar el horizonte, a abandonar nuestro cómodo e inerte repertorio habitual, compuesto de hombres y mujeres que de sobra conocemos. No es ni primaria ni exclusivamente intelectual, meró.afán.de ver otras .cosas; sino en'verdad vital, porque.con ella in tentamos sitüamos.énteros'en;otta ,vida;. brincar con todo nuestro ser más allá.de la líríea:artquilosada·que constituía·nuestro horizonte; '" · "' 1 :·1:!: . ; ;.-: ', rEsta sensibilidad para el J
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ca por sí mismo, sino. que lo ensanchamos empujáhdolo eón los codos de nuestra alma, que para ello necesita dilatarse, rebosar hoy su volumen de ayer. Esta falta de·radical curiosidad produce en la mujer española una especie de inercia vital y le proporciona una existencia sin.intensidad. Por eso no exige a cad~ hora que venga lo más llena posible, no se esfuerza en dar a c~da día su posible plenitud. De aquí esa falta de vibración que distingue la «vida social» española de todas las demás. Las gentes se reúnen sin curiosidad los unos por los otros, sin exigencias mutuas, sin propósitos dinámicos. Las horas pasan por delante de estos seres como naves vacías que nadie se atreve a fletar osadamente hacia rutas aventuradas .
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.....Cuenta Carlyle que el duque de Orleáns, abuelo de Felipe'Igualdad, era \:thmániático.yno.creía.erí:Ia pástencia de laii:Íluerte,'ni podía tolerar, que se la mentase en su presencia. Un día se le escap> «Eeu roí; mo11SÍeur? >>-;interrumpe,indignado: Ylel setretarior:«Mo11Seignet11; c'estun tifrequ'ils prélínent>>< e · ., ' .,,. ,._
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SOCIALIZACIÓN DEL HOMBRE
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Desde mediados del siglo último se advierte en Europa una progresiva publicáción dela vida: En los ultirnos años ha availl:ado¡vertiginosarnerite. La existenciaprivada; oé:ulta o solitaria, cerrada al público; tlgentío; a los demás¡ va siendo cada.vez rnás1difíciL ' ... · ,,, Estefü!chotorna; por lo pronto, earatteres corpóreos. El ruidcidela ca~ lle. Lá calle se ha vuelto estentórea.i Una ddas franquías mínimas que antes gozaba el hombre era el silencio. El derecho a cierta dosis de silencio, anulado. La calle penetra ennuestro rincón privado, lo invade y anega de rumor público. El que quiera rneditár, recogerse en sí, tiene que habituarse a hacerlo sumergido en el estruendo público, buzo en océano de ruidos colectivos. Materiahnente no se deja al hombre estar solo, estar cmisigo. Quiera o no, tierie que estar con lós dernáS. La gran vía y la plazuela rezüman s1l albofot(J anó: nirno a través de los muros domésticos. Todo lo que significaba acotamiento frente a la ilimitada publicidad mengua día por día. Sobre todo, el castillo de la familia. La vida de familia, minúscula sociedad hacia adentro y erizada contra la gran sociedad civil, queda reducida a un mínimo. Cuanto más delante va un país, menos es ya en él la fa.: milia. Por cierto que es curiosa la causa inmediata de su acelerada evaporación. Siempre se había reconocido que el corazón de la familia era el hogar; pero, corno suele, el hombre había comenzado por dar de ello una interpre. tación romántica. El hogar es altar (Vesta) y es cocina. ¡Vaya por el altar! ¡El sagrado de la familia, de la paternidad, de los lares!. .. Pero ello es é¡ue tan pron.: to éo1Ilo empezó a ser difícil encontrar servidumbre doméstica, los lares, la paternidad, el altar familiar, comenzaron a volatilizarse. Se ha visto a la postre que el sostén de la familia no era el dios Lar ni el pate:rfamilias, sino simplemente el criado. Hasta el punto de que puede formularse el hecho casi con elrigordeüná leyfüric:iorial, como las de la física; en cada páís quéda hoy de vida familiar tanto cuanto queda de servidumbre. En los Estados Unidos,
donde es más difícil tener una criada que una jirafa, la vida familiar se ha contraído hasta la extrema abreviatura, Y con ella se ha reducido el.tamaño de la casa. ¿Para qué;simo$e puede estar eri casa? Sin: criados; es forzoso simplificar la existéncia doméstica, y al simplificarla se ha·hecho incómoda. El cornplicado·¡itó se~J;religiciso de !a·condirnentación-altar-cocina- ha tenido que minimizarse. El hprnbreseha·proyectado hacia1o.público; arro~ jai:!o deLrecinto doméstico.·El puchero:erá el dios Lar'; ·;"'"Centrifugación de la familia. Diferenda.entre.el número de horas que ari~ tes sepasaba1en cmsa,yel que ahora se pasa;.Enaquellas·horas largasy lentás defaterior, el hmnbre fomentaba en sí la· cristalización de una parte de símis" rno; privada;no pública; fácilm.enteantipública. : i' ! ' ; • . ' '"' · Un.diagrama podría mostrar la evolución 'sufrida por el espesor defos muros desde la Edad Media hastad día; Enelsiglo XI\7>'1acasa es:una fortaleza; Hoy; eLedificio depisos es una colmena; es ellarnisrnauna ciudad, y las paredes son tenues tabiques que apenas nos separande la calle, Todavía en el siglo XV!lI; las ·casas son espaciosas y:ptofuridas. El hombrevive en ellas la mayor porción de su jornada; en recatada y, defendida soledad. Lasoledad, hora tras:hora goteando sobre elahna; hace faenadefoijadpr sobreella.Jcalso-¡ ledadtiene algo de herrero trascendente que hace ainuestrápersona compacl ta y hLrepuja'. Bajo 5u tratamiento, el hombre coil'Sólidasu destino ~ndividual y puedeBalirirnpunernente a]acalle sin!contarninarsepor Completo de lo público; rnostrencó;'en¡l.émico; Enel aislamientos.e produde de !llanera automática üna criba,y discriminación de nuestras ideas; afanes,fervores, y aprent demos fos que sonde verdad nuestros y los que s(Jri anónimos, ambientes, caídos sobre nosotros como la polvareda del caminrn' ·· ! ,; ' ' " N ose sabe cuál será el término de este proceso. La historia de Europa ha sido hasta ahora una educación y fomento de laindividualidad, Se había pro~ puesto que Ia Vida tornase cada vez con mayor inteil'SÍdad la forma individuali Es decir, que al vivir, cada cual se sintiese único. Único en el goce; C:omo en el deber .y en el dolor: ¿Y no es ésta la verdad; ¡ta pura :verdad trascendental sobre la vida humana? Magnífico o humilde, para e1'ho'rnbre, vivir: es, en su raíz misma; haberse quedado solo ~onciencia:ddmicidadi de e.Xclusividad en 1
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más denSª Vida ~-e _•cintl!riOn> d~_ fañiilf~.·_est~n loS_ PáíSCs'B3Jó~~ Pu,eS bie_n; ant_s,e·_t_éi;_fa, Uri."a fe su1
pf:'r~tiéiós"á: en·1a-Cr6ttaill~ré; lá' rnagnrfica marmitá-o Cá1Cier3 Cátgáaá'éhefhógar·~Uno i:ie'loS pro~ duetos más característicos deJa_metalurgia belga; c1La-Santidad del'hogarfn.la.Edad Media.~iC:e ~icpe1~_t0 _~R resi4~ .tn!lto ~:1- ~~fogóll c8~~ ,e~,,!~ Fréf!taiJI.ere ~-9Pr~ ~1-SUSTI~n,~d~V~t ;~~_lqs_asaltos guerrero!?~ _1_1cuando la_S_ sol~ados se desparr,i~~P- para .r,obar ! Brañar_y z:io _p_er~onan, edad_ ni _sexo;~ IaS mujeies, IBS lnUC:hitchas ylo'S niños se aga:rr~n a'la caldera;:éspernndo·asr escápai"a sU futon;; (Histaire de Francft, tomo VIII, págs, 4:Y 5,-nota ter.cera). 'r - i -; ·
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el destino, que sólo él posee. No. se vive en compañía. Cada erial tiene que vi" virporsisu vida, apurarfa con sus únicos labios, como una copallena de lo dukey lo•agrio. Auno, le pasa, hallarse acompañado;•peroel pasarle a.uno rib admite copartícipes: . , '· · '' · :Y, sin embargo,. no puede dtidarse.de que hoy experimentamos un,inesperado cambio; de dirección; Desde hace dos generaciones,; la :vida• del euro~ peo tiende a desindividualizatsé;· Todo.obliga, al hombre a perder unicidady a hacerse.menos compacto.Como la casa se.ha hecho porosa; así la persona y el airé público-..-.las· ideas¡ propósitos, gustOS"-Van y.vienen a nuéstrO; través ytada ctial;empiezaa.sentirqrieacasó él es cualquier otro;;¿ Es i!sto5ólo una finta, un cambio transitorio;.unp¡'.jsrnatrás para dar un.brinco más.alto de infilvidualización?•Nó sésabe;•per'oes uh hecho que•aestas horas·grah número de europeos sienfen'uná lujüriosa fruición en dejar de ser individuos y disolverse:en:lo colectivo;Bay.una•delicia epidéiµiéa·en seritirserruisa, en no .tener destino exclusivo. El hombre se socializa.. i · · ,• · '" · 1.a cosa careée de novedad enlahistoria humana. Casiha sido lb más frecuente. ·Lo raroifuelofü.verso: el afán de ser individuo; intransferibk, incan~ jeablé, único. Lo que ~horaacontece nos aclara la Situaciónd¡;l hombre en.los buenos tiempos de,Grecia y de Roma: No se concedía ala'pe!.sonalibertad paraNivir por sí y para sí.El Estado tenía' derecho a la.totali
primitivas, débiles frente a las dificultades de la eXiStencia ' todo acto indivi. dual, propio, original, era un crimen, y el hombre que intentaba hacer su vida señera, un malliechor. Había que comportarse en todo conforme a uso común. . Ahora, por lo Visto, vuelven muchos hombres a sentir nostalgia del rebaño. Se entregan con pasión a lo que en ellos había aún de ovejas. Quieren marchar por la vida bien juntos, en ruta colectiva, lana contra lana y la cabeza caída. Por eso, en muchos pueblos de Europa andan buscando un pastor y un mastín. El odio al liberalismo no procede de otra fuente. Porque el liberalismo, antes que una cuestión de más o menos en política, es una idea radical sobre la vida: es creer que cada ser humano debe quedar franco para henchir su individual e intransferible destino. Agosto, 1930
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NOTAS A LA EDICIÓN
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En el primer volumen de El Espectador advertla Ortega: «Yo no sé' hasta cuándo ni en qué grado de plenitud podré llevar adelante el empeño, El: tiempo¡. tan galantuoino; se encargará de decírnoslo a los lectores y a mí»: Finalmente;· eliproyecto se concretó en ocho volúmenes que se publicarori~ntre l 9 l 6y 1934,yrio parece aventurado 'sostener, que, de no ser por. Ü( gueria civikel·octávo 'Ilo hubiera sido. el último; de: tal modo1legó a constituirse El Espectado1cen un módulo. de la labor intelectilal orteguiana, End prospecto que anunciapa su aparición (reproducido enilos «Anexos» de'este.tomo), había declarado el filósofo¡ , ," · Hoy, como al comienzo de Ínis afanes literarios¡ pienso que ·es forzoso a Es" paña atravesar una época de ilimitada curiosidad intelectuaLiContagia\-a las generacione5 más jóvenes de puro, desinteresado amor alas ideas, impulsándolas más allá de los prejuicios de partido, invitándolas a la participación en la conciencla universal,· es, como.entonces, hoy mi único empeñ_o.- Si yo'consiguie~ poner en circulación vital unos cuantos puñados de pensamientos sobre árte, so. :bre moral,· sobre,ciencia;.sobre politica habriase logrado la integridad de mis · . aspiracione5. '' •· · · ·· ·': ;::
Ortega ofrece en El Espectador «uná guía ideológica» para sus contemporáneos, según sus propias palabras;:l.as secciones.enque divide.sus pagillas (el pen5amientofilcísófico; la indagación estética; la·crítica literariit yartiStica, la nota viajera; la reflexión política) son otros tantos asedios aun tiempo nuevo, preseritadbs siempre con el estilo luminoso y cautivador de la infatigable pupila orteguiana;;que busca aquí una mayor intimidad con los· lectores, como si' el filó" sofo hubiera querido procurarse una especie de territorio privado en la va5tedad de su apeladónpública. No erivano encabezó Ortega los dos primeros números conunas «Cimfesiones de El Espéctadonh 1 : • · ··• '
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Si se repara, precisamente, en las secciones que conforman los distintos volúmenes de El Espectador, se observa que los dos primeros tienen una estructura casi idéntica. Aunque publicados con un año de diferencia, su redacción fue mucho más cercana, ceñida casi a los dos meses de periodicidad qué había anunciado el citado prospecto. Así lo desvela el propio -Ortega en la «Advertencia a los suscriptores» de El Espectador II, cuando afirma lmber dejado casi concluido el segundo volumen antes de su viaje a la Argentina (Ortega partió en julio de 1916, y regresó a España en enero de 1917). 1.a semejanza entre los dos primeros volúmenes también se refleja en que la mayor parte de los textos de ambos (en especial, del segundo) la escribió Ortega expresamente para su publicación en las páginas de El Espectador, mientras que a partir del tercero todos los textos (salvo la sección «lntimidades»' de El Espectador los publicó, con más o menos modifica dones,. en la prensa, en revistas den libros antes de incluirlos en los . . · '·"· ...• , sucesivos Espectadores.. Esa relativa cesura' entre los dos· primeros volúmenes y elr~to:puede quit zá explicarse pbr el nacimiento de E! Sol á finales de 1917. El diario;f1.µidado por sil amigo Nicolás María de. Urgoiti,-proporcionó a Ortega la plataforma idóheá para trascender las.liritltliciones de:la prensa convencional que; segúnsosterua en el mencionado prospecto, le· habían imprilSado á escribir El,Espectadoc:•J;; .\ ; ' •''En cualquier caso; todos los vólúmenes de ;El •Espectador. responden al d¡;c seo de incitar al lector a la curiosidad intelectual y de proporciónarle un vade4 mécum de la
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iErylos «Anexos» ellector.encontrará1la«Advertencia» que acompañaba·a La pedagogfa:soeia!:como programá po!ftico (Bilbao, Sociedaru «ElSitim>, ·[.1912])¡ · ·., "' Sereproducen,también.«Loslocos]a dicen» yla «Advertericia a los SUS" criptores¡>;·tleElEspectadorI; y·«Deseo» ;·.«Padre e hijo» y .«Unartículo de1 La;., rra escrrito para 19 lfo{asíéomo'elpropio texto. de larra¡ .«Horas' de inviernq~)¡ deiEl1Espeétadodh•:c: ,,¡,,, '"''" ·:',_, ,, . ·. 1 2 •ii . : Aunque no fc¡míó parte de ninguria edición de·E!Espectadon en vida de Orté~ ga, se ha reproducido por su interés el prosp.ecto con el que se anunció:el arranque i·::
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de El Espedador, reimpreso por primera vez por Paulina Garagorri en5u edición de E! Espectador I(Madrid, Revista de Occidente, Colección El Arquero, 1960). CARJCATURAsDEBAGARiA1 ,., ' Es la contribución de Ortega al catálogo de una éXposíciófr de caricaturas de Luis Bag:lría, organiZada' en Bilbao en el local.de la Asociación 'de Artistils Vascos, en 1916, El.texto se reprodujo en la revistaEspaña(6N1"1916),junto a los que Ignacio Zuloaga, Miguel de Unamurio; Azo¡in, Pío Bároja y Ramón Pérez de Ayala habían escrito también para el citado catálogo. ,.,,.;
LA CÁTEDRA DE LITERAIURAS NEOLATINAS MODERNAS .! ri•_.: r),
·.. . Se trata de' Ia respuesta que Ortega reinite afa J:edácción de'España alrequenisele su opinión acerca del nombramiento deEmilia Pardo,Bazán como cal tedrática de'literatilras Neolatinas Modernas delaUiliversidad Central de Ma~ drid, :Junto ala respuesta de' Ortega, España publica las .de·los profesores Ballesteros y Ovejero, docentes también en la citada Universidad, . · ; ,' -,._,_.., - ' ' i ' v ' , , -¡,:-1, f,¡·¡;,- ·
PÉRSGNAS, OBRAS; .COSAS . · En Personas, obras, cosas (1916) Ortega reinúóvarios textos queya habían visto la Ju'.' en distintas publicaciones entre 1905y!l912; Eran los siguientes: «las ermitas de Córdoba», «Las fuentecitas de Nuremberga», «Sobre El Santo», «¿Hombres o ideas?», «Renan», «Al margen del libro Colette Baudoche, por Maurice Barres», «Adán en el ParáíSo», «Al ma:rgen del libro Los iberos», !!_El páthos del Sur», La pedagogía socia! como programa político, «Shylock», «Viaj~ ~e' España», «Al margen de1'1ibroA M: 'D.c G: »i«Ía estéticá de EL enáno Grego1io el Botero», «Vejamen del- orador»; «Dehealismo ei:í pintura»: y «Los versos de Antonio Machado»:''"'' v ,..... ic :, · "' , ",,,, .. ., · , . ' ·· ·•En 1941 Ortegápublica• ettEspa5a-Calpe•ArgentirlaMocedades: Se trata, en realidad\ del'ersonas, obras; 'cosas; con Ja supresión de algunos textos {«Sobre El Santo»; «¿Hombres' o ideas»; La pedagogía social como progi·ania pol!tico; «
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En eb
lAs ERMITAS DE CóRDOBA
Los datos de la publicación de este artículo han sido un tanto confusos, en parte potla'inexactitud de las• informaciones aducida~ por élpropio Ortega. En Personas, obí·a5,.cosas .(1916) eltexto,está datado en 1904;e incluso eri:el«Pró~ lago» .del libró áfuma el filósofo':• «Elrprimeto•de.ellos '""'Las ermitas 'de Córdo7 ba-· e5 talyez el primero 'que he
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'ilAsFUENTEOTASDENUREMBERGA.
6~;~~{1943}\~~~nde ~únrió,~;r~~:~él'só~ltS, ~b~~,!c~~~.
.·.En se inclu, yeron en El EspectadorVIr«Lasrfuentecitas. de'Nuremberga>\y.'«Al margen,del libro Los iberÓs» en lugar de «Sobre el fascismo» y <
RENAN
La primera entrega de la serie de prensa <
AL MARGEN DEL LIBRO CoLETIE BAUDOCHE; DE MAURICE BARREs
Aunque el teXto apareció en El Imparcial el 13 de abril de 1909, desde su.inclusión en Personas, obras, cosas (1916) se ha fechado enl910 (salvo en la segunda edición de las Obras completas, de 1950, en que se fechaba en 1916). Sin embargo, no hay motivos que avalen esta datación,'por lo que se.trata de una errata perpetuada, corregida en la presente edición:.. ( . ¡ • ·' '¡
LA PEDAGOGiA SOCIAL COMO PROGRAMA POLÍTICO
Ort¡".ga pronunció una conferencia con este título en la Sociedad «El Sitio» de Bilbao el 12 de marzo de 1910. El día 20 de ese mes se publicaronenEuropa algunos fragmentos. Dos años después, la Sociedad «El Sitio» publicó el texto íntegro de la conferencia (que incluía una «Advertencia» finál reproducida en los «Anexos»): La pedagogfa social como progrania polftico (Bilbao,• Sociedad «El Sitio», [1912]). Éste es el texto que pasó a formar parte de Personas, obras, cosas (1916). .¡,.
EL ESPECTADOR.-! -_ i _.,,e_
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• r Eh el prospecto a:nuríciador de El Espectador adelántaba. Ortega, «poco más o menos», el·sumario del primer volumen (véase el\< [Prospécto de El Especl
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tador] »en los «Anexos»). Sin embargo, este sumario proyectado experimenc tó modificaciones notables. Finalmente, el de la primera edición (1916) fué el que sigue:
Gratitud· ' · CÓNFESIONES DE EL ESPECTADOR
Verdad y perspectiva ·Nádar«modemo»ymuy«Si.gloXX»· Leyendo el «Ad6lfm>, libro de amor . Horizmites incendiados Mas la gueJTa Los locos la dicen Cuando no hayalegria · Estética en el tranvía
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! i ; : 1; ;
En la edición de Revista de Occidente (1928), aunque aún figura en el sumario, se suprime «Los locos la:dicen» (reproducido también en los «Anexos»), texto que recuperó Paulino Garagorri en su edición de El Espectador I (Madrid, ReVistade Occidente, Coled:ionE!Arquero, 1960}. Tampoco figura•«El genio de la guerra Y, la guerra alemana», que se une a su continuaéión en El ESpectador II (Revista de Occidente;l928). En su lugar, tras «Ideas sobre Pío Baroja»,:seincluye «Una primera vista sobre Baroja (apéndice)». · En la edición de Revista de Occidente (1933), eJ apartado Mas la guerra, de «Horii6ntes.incendiados>>,, deja de figurar como un epígrafé independiente del sumario. Paulino Garagorri, eri su edición de El Espectador 1(1960); titula esté texto ~< [En toda guerra grande] »; és decir, con las palabras con que empieza,, y no con las primeras de lá cita de Schiller que le precede; En las ediciones deReviSta de Occidente (1933) y Biblioteca Nueva (1943) no figura «Conciencia, objeto y las tres distancias de éste».
TIERRAS DE CASTill.A. NOTAS DE ANDAR Y VER
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TRES CuADROS DEL VINO (TiZIANO, POUSSIN Y VELAzQUEZ)
LA VIDA ENTORNO
Estos dos textos fueron datados en 1911'en la edición'deObras completas (1946), Tierras de Castilla, Tres cuadros del vino FILOSOFÍA
Conciencia, objeto y las tres distancias de éste ENSAYOS DE CRiTICA
sibien «Tres cuadros del vino» aparecía fechado en 1913 eri la antologíaNotas (Ma-
drid; Espasa-Calpe, 1928}(no así en·la'ediciónde El Espectador'Ide Revista de Occidente, tárnbién de 1928). Se ha locálizadó su publicación enI.a Rrensa (Buenos Aires): el 1 de enero de 1913 víC> la luz «Tres tu:adros del 'vinó (TlZÍano, Poussin y Velázquez) »;y ell'de enero de 1914, «TIerras de Castilla. Notas de andar y ven>. Ortega apunta a este último texto cuando afirma, en el «Prólogo-Conversación» que encabeza Goethe desde dentro (1932): «Una de las cosas de aquella época [en tomo a 1913] que más siento no haber escrito es el Viaje del Cid, del cual salió sólo el primer capítulo en el primer tornó de El Espectador». ·
'Ideas sobre Pío Baroja ; . · ' El genio de la guerra y la guerra alemana · CONOENCIA; OBJETO Y LAS TRES DISTANCÍAS DE ÉSTE (FRAGMENTOSDE UNALECOÓN)
Libros recibidos Advertencia a Jos susc1iptores Esta primera edición contaba, además, con reproducciones del Doncel de Sigüenza, la Bacanal de TlZÍano, la Bacanal de Poussin y los BmTachos de Velázquez. En la ediciófrde'La,Uctura{l921) se suprimen la nota de Libros recibidos y la Advertenda a los suscriptores (véase ésta última en los «Anexos»):·
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Para éste texto Ortega utilizó fragmentos de las lecciones V y VII de 5u curso Sistema de Psicología; que impartió entre el otoño de 1915 y los primeros meses de 1916 en el Centro de Estudios Históricos, en el marco de la sección .«Es~ tudios sobre Filosofía Contemporánea», que él mismo dirigía.· ·:, :r • : : Véase también la nota a la edición correspondiente a Sistema de Psicología ene! tornoVII de estas Obras completas, 'r ...
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UNA PRIMERA VISTA SOBRE BAROJA (APÉNDICE)
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;.1;
, . ,Se incluyó en El Espectador I en la editiómde Revista de Occidente (1928)~ Es, conJigeras modificaciones(fundamentalmente la eliminación. de cuatro párrafos introductorios, que Paulina. Garagorri reptadujo .con el títuhde «[Un hombre libre]» en Ensayos sobre lageneración dd98, Madrid, Revista de Occi, dente en Alianza Editorial,1989\pp .. 309-310), el estudio que sobre Baraja había publicado0rtega.¡;n.diciembre.de1915 en La Lectura, titulado .«Obser\'aciones;deun Jectbn~. También.en 1915,•el filósofo utilizó parte deltextooenTa conferencia que impartió en la Residéncia de Estudiantes.el 29. de:mayo (véase al respecto, más adelante;fanotJ\l a la'ediéión de «Muerteyresurreécióm>); pues el 6de junio se.reprodujo en España.una serie de fragmentas; con.el título de «Pío Baroja», que coincide con párrafos.de <
sobre la circum-stantia] >>, «La voluntad del Barroco» yun «[Final]». Lo hizo en su edición de Meditadones del Quijote (Madrid, Revista de Occidente en Alianza Editorial, 1981,-pp. 123-124), porque también revelaba quela «Meditación primera (Breyi! tratado de la naveta)» había sido originalmente una parte de la «meditación>~ ba¡ojiana. que llevaba por título «La agonía de Ja novela». Para los pormenores del proyecto de la «meditación» barojiana véanse las notas a la'ediéión de «Calma política» y Meditaciones di:l QLLijote; en el tomo I de estas Obras comp!eta5,oy; sobre todo, de «Pío'Baroja: anatomía de unahna dispersa», en el tomo Vll.' · ' "' • · r ''"
.. .. ·Fue Paulina Garagorri qúien dio a conocer,en su edición de ElEspectador I (Madrid;.;Revista de.Occidente; GolecciónElArquero, 1960; pp.147c222) uritex~ tó inédito titulado «Pío Baroja: anatomía de un alma dispersa»; que venía a conc firmar que Ortega había trabajado en.la «meditación» dedicada al novelista vas" co;•.Pero'señalaba, ádemás, que «lo publicado bajo el título «Una primera vista sobré Baraja» no es sino la parte final de ella»; Más tarde, GaragorriVinculó otros textos al·proyecto de «Pío Baroja: anatomía de un ahna dispersa»: «[Variaciones
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ELESPECTADOR.-· II
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. La primera edición de El EspedadorII(Madrid; [s.n;]; 1917) constaba del siguiente sumario: · ·' --!_·
Es oportuno advertiraquí que en 1910 el Sr. Ortega y Gasset proyectó una · · · •serie· de ensayos que habían de aparééer en la Editorial Rehacimiento, la más ca• . racterizada en aquel tiempo. Estos.ensayos que se titularon primero Salvacione5y " . •• •lUegó Meditaaones,Uevabanlos siguientes títulos qúe á¡farecieron en1a contrá~ portada de la primera edición de Meditaciones del Quijoteenl914:1:Meditacionés dé1 Quijbte:-"-Meditacián preliminaf.'--L Meditación primera (Breve.tratado de la no+ vela).~ 2 .. Cómo Migi.ie! de· Cervantes solfa ver el mundo.-.'3!El alcionismo de Cer' vaittes. ll. Azorín: Primores de lo vulgar. III. Pío Baraja: Anatomía de un alma díspersa. N. In estética de MYO CID, V: Ensayo sobre la limitación. VL Nuevas vidas paralelas: Goethe yJ.ope de Vegd:NlI. Meditación de las danzarinas. Vlll; Ins postrimerías. DC El pensador de fl/escas. X. Paquiro o de las. corridas de ¡oros. · ·; • Corno se ve, andando el tiempo han aparecido algunos de estos ensayos, y otros que pudieran juzgarse definitivamente abandonados, van a aparecer en el · •tiempo próxímo,corno por ejemplo, el que se refiere a las corridas de toros •.
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Palabras a los suscriptores CONFESIONES DE E\. EsPECTADOR
Democracia morbosa Deseo, Para facultura del amor Padre e hijo '· l:.
, l:AVIIÍA EN TORNO
' ·Muert~yresurrección · . . · ENSAYOS DE CRlTICÁ e !. ' "·
Azotin: primores de lo vulgar ·r El genio de'la guerray la guerra alemanar · ! ,,;
Un artículo de Larra escrito para 1916 Libros recibidos • >' i
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Además, esta primera edición contenía dos reproducciones: el5an Mmuicio y]a Apocalipsis, del, Greco. . . . .. . En la edición de Calpe.(1921) se suprimen <
MUERTE Y RESURRECOÓN
Este texto tiene su origen en una conferencia que dio Ortega en la Residencia de Estudiantes el 29 de mayo de 1915, aunque el último párrafo proviene de «Una visita a Zuloaga», publicado en La Prensa (Buenos Aires) el 4 de febrero de 1912. 1.a conferencia, titulada también «Muerte y resurrección», se presentaba, según leemos enABC (30-V-1915), como Ja «segunda parte de.sus Meditaciones sobre El Esc01ial, que ya había leído anteriormente en el Ateneo». 1.a primera parte aludida es Ja conferencia que, con el título de «Meditación del Escorial», había impartido Ortega en elAteneo de Madrid el 4 de abril de 1915, dentro de un ciclo titulado «Guía espiritual de España» que organizaba la Sección de Literatura de la citada institución. El vínculo entre ambas conferencias queda reflejado enm:ias líneas (tachadas}contenidas en unas páginas que el filósofo utilizó aµiodo de iil.troducción a Ja conferencia «Muerte y resurrección»: «Se trata [<
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arriba. citadas bajo el título de «Temas del Escorial» (y que posteriormente incluyó en Notas de andary ver. Viajes, gentes y países, Madrid, Revista de Occidente.enAlianza Editorial,1988).• · . , . ·· · • · ! iVéanse también las notas a Ja edición de «Meditación d~l Escorial>> y de «Temas. del Escorial».
AzORfN.O PRIMORES DE LO VULGAR·
Cuando Ortega lo publicó en El EspectadorII, señaló en nota al pie que <
EL ESPECTADOR-V
Existe.cierta confusión sobre el año en que se publicó la quinta entrega de El Espectadoi;. En:la portada de la primera edición se consigna 1926:Sieh decto .se publicó.e¡;e año;· debió de ser muy a finales, pues' en el número de noviembre de Revista de Occidente, en nota a pie de «Para una caracterología» (tex, to. que pasó a formar parte de «Vitalidad, alma, espíritu») se señala: «Véase el tomo V de El Espectador, que en breve aparecerá». Sin embargo, «Fraseología y.sinceridad»,.Jncluido tarhbiénen El Espectador: V, se publicó en dos artículos que vieron laluz.~nE15olel 24 defebrero.yeUO de marzo de 1927(yenla Nación; de Buenos.Aires, el 13 de·marzo y el 17 de abril de ese mismo año). Desde luego, los artículos pudieron aparecer tras la publicación de El Espectador V, pero en esos casos suelen contener, por lo general, una nota al pie en que se alude, precisamente, a su condición de textos incluidos en El Espectador, como su-
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cede; por ejemplo, en «Nada moderno y muy Siglo XX» (ESpaña; 2 7 e VII-1916), yni en El Sol ni enLa Nación figura tal dato. Por·el contrario, 'Y como es habic tual, en el diario argentino sí aparecen fechados lostextos deórtega. Asf, el ar-' tfculo publicado el 13demarzóconsigna «Madrid, febrero de 1927»;Y,el del 17 de abril señala «Madrid, marzo de 192 7 ». Estas fechas suelen referirse, por lo general, a la redacción de los textos.Además, en las Obras (1943) figura una lista en la que se especifican las fechas de las primeras ediciones de las monografías contenidas en elvolumen, y para El Espectador V se consigna «mayo de 1927''.·_Todo ello ~ene a confirmar la hipótesis más plausible: que el año de publicac10n es,, efect1vamente, 1927,' ·, . \, ,,,J.!1·¡ · • : ·),,•,,::;;':·
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i:j'__,1;-::-.·..
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· Aunque des'dela primera edición de El Espectador. V (192 ?)sé ha datado es_te_texto en j
ELESPECTADOR.-Vl
PARA UN MUSEO ROMÁNTICO (CONFERENCIA)
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Desde la primera edición de El Espectador VI (1927), este texto ha tenido porsubtífu]b,«(conferencia)». En la.primera de las dos entregas en que vio laluz· en ·er diario' Ei Sol(B-Xll-1921) puede leerse: «Conferencia dada en las.salas del Museó .Romantico el jueves 24 de noviembre último»; Ésta:tuvb higarén la.fechaindicáda, íen el marco de la exposición «Tres salas del Museo Romántico»,• Antes demdufrse ~I! El Espectador VI se publicó en forma de folleto; ilustrado con las f9tógrafias de algunas salas del museo y del edificio que lo albergaba: Pata une Museo Romántico, Madrid, [Comisaría Regia dél Ti.iris" moycu¡turaArtístíca], 1922. · ,,, ; , Eltexto se•ha•datado, des dela primera edicióndeEI Espectddor VI, enl 922, si bien las dos entregas en El Sol aparecieron el 8ye!16 de diciembre de 1921.
MEDITAOÓN DEL EsCORIAL
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'VITAUÓAD, AJ:MAi, ESPiRITÚ' L' '
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En las Obras completas (1946).se data el teJ(to en mayo' de 1'924, pero la fecha correcta es mayo de 1925. Como puede verse en la «Noticia bibliográfica», la serie «Vitalidad, alma, espíritu» apareció en El Sol entre el 24 de mayo y el 12 de julio de 1925. Cüando e!'texto ¡:iásó a El Espectador V se le añadió «Para una caracterología>>, publicado en Revista de Occidente en noc viembre de 1926. '· . ' Lar serie 'de !
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. El 4 de abril' dé .l9·15'0rtega dio en el Ateneo deMadrid{en el marco de un biclo •den'oininadó« Guía espiritual dé Españah•fumfoonferencia cdri eltítulordé <1Meditación del Escorial». 'Cinco Cifas·después elser'nanario Españti'reprodujo·uha parteidedicha c6n'.ferencia bajo el título de «El Monasterio»; que pasó posteriorrriente'a El Espectador VI ( 192 7) como «Meditación del Escorial». Sin embargo, Ortega había publicado en El Imparcial; el• 22 de mayo de 1909;lun articulo títulildo!«Meditacionesdel Escorial/Tratado del esfuerc io», que coincide casi eri sui tbtalidad:con'
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En las Obras completas (1946) se consignó erróneamente 1930 como fecha de publicación de El Espectador VII, cuya primera edición es de 1929. Puede tra-
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tarse quizá de una confusión corlla segunda edición de El Espectador VII, publicada, ésta sí, en 1930, también por Revista de. Occidente.
HEGEL YAMERICA
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La tercera parté de este trabajo no se lia localizado "errfil Sol,' diario en el que sí habían aparecido.las dos anteriores. En canibio, sí'sé publicó eI1LaNadón, de Buenos Aires, el 10 de junio de 1928. Si se observan las fechas dé publicación de las dos.priíneras partes, tanto en El Sol comóenLaNadón (maria y abril de 1928, respectivarnénte¡ véaséla «Noticia bibliográfica»);seicomprueba que éstas salieron con ilila semana de diferencia entre sí;y:qu~ la publicación entre las do.S orilláS del Atlárttico estuvo separádá por sólo .dos semanas; mientras que.la ter" cera entrega no apareció en La Nación hasta mediados dejunio; Esto sugiere que Ortega pudieráhaber e.5critolatercera parte sólo para eldiario argentino;! :¡:
SOBRE LA EXPRESIÓN, FENÓMENO CÓSMICO ¡ ¡;¡'
los días 1y19 de mayo de 1925 dio Ortega sendas conferencias en la Residencia de Señoritils: Se ttataba de un breve curso titulado•« Teinas de antropología filosófica»: La priínera lección llevó por titulo «füoblemas delaspeéto humao no» ,Ja segunda; «la mente'y el.álma:. sobré lbs serttirriientosy especialmente del anÍorydel odio)>. De estas conferencias salió uná serie" de.artíéulos que con clise tinto título vioJa luz en El Sol y en La Nadón (Buenos Aires): En el diario español la serie se llamó ~
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•· EL ÓRIGENDEPORTIVO DEL ESDIDO
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En noviembre de 1924 Ortega imparte dos conferencias en la Residencia de Señoritas bajo el marbete común de «Marta y María o trabajo y deporte». la priínera de €lilas, titulada: «El'sentido deportivo de la vitalidad», tuvo lugar el ~ 4 de noviembre, y la segunda, «El Estado, la juventud y el carnaval», cuau:o días después. Es esta segunda el germen de «El origen dej:>ottivo del Estado», que vio lidui eriLaNadón{BuenosAires) eRtres entregas publicadas eri febrero de 1925 (véase'la"«Noticia·bibliográfica»};• · ·:·.r ' ' •' . · .' "i '''' ' • . . • ·.···· · ·,. .. !Ortega también aludió varias veces a la publicación en La Nadón (Buenos Aires) de un ensayo con el título de la segunda conferencia: citada. Así, por ejemplo, en una nota al pie de Misión de la Universidad (1930) afirma: «Tomo esta fórmula de mi ensayo «El Estado, la juventud y el carnaval», publicado en La Nación, de Buenos Aires, en diciembre de 1924 y reproducido en El Espectador (VII)». Sin embargo, no se ha localizado dicha publicación. Ortega podría haber confundido el·títuloy la fecha de publicációnen la prensa de «El' origen deportivo del Estado» (febrero de 1925)', con lós de la conferencia en que tiené'su origen (cambiando.también noviembre por diciembre). -Detodos modos, conviene recordar que las entregas de La Nadón consignaban al comienzo del tm:to «Madrid, diciembre'de' 1924»; a modo de fecha'lieredacción. •' · '· '• ·. · • ' la segunda de las tres entregas en que apareció «El origen depottivo del Es~ tado» en LaNadón no pasó a formar parte del texto recogido en El Espectador VII. Se reproduce en el tomo III de estas Obras completas: «El origen deportivo del Estado» (LaNadón, Buenos Aires, 8-II-1925).
EL ESPECTADOR.- VIII
DIVAGACIÓN ANTE EL RETRATO DE LA MARQUESA DE SANTILLANA
Durante mayo y junio de 1918 la Sociedad Española de Amigos del Arte organizó una «Exposición de retratos de mujeres españolas por artis:as españoles anteriores a 1850». la exposición fue el pretexto para dos articulas que Ortega publicó con el título de «Estafeta romántica. Eva ausente» el.28 de mayo y el 4 de junio de 1918 en el diario El Sol. El segundo d~ ellos'.~ mcluyó el filósofo en El Espectador VIII (1934) con el título de «Divagac10n ante el retrato de la marquesa de Santillana» (cuadro número 2 de la citada exposición, obra de Jorge Inglés, que se reproduce en la primera edición de El Espectador VIII) .
849
El artíé:ulo «Eva ausente», del 28 de mayo del918, se reproduce, por su parte, en el tomo III de estas Obras completas.
PARA lJNAOENCJA DELTRAJE POPULAR
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Desde la primera edición de El Espectador VIII el texto está.fechado e~ diciembre de 1929. Se publicóenia Nació11 (Buenos Aires) el9de febrerodel930¡ y; ampliado, aparece también en 1930 como prólogo al librodeOrtizEchagüe; Tipos y trajes de. España (Madrid;.Espasa Calpe, 1930), que es la.base del.texto que pasó a formar parte de El •Espectador VIII.
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·. T!EMPO,Jl!STÁNCIA Y FORMA EN EL ARTE.DE PRQUST:
El texto lo escribió Ortega, como señala en ·nota al pie, para el.número de enero de 1923 de.la NouvelleRe.vue Fran(aise, dedicado. a Proust.'Eltítulo del aro tículo en la publicación francesa fue <
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NOTICIA BIBLIOGRÁFICA
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A continuación se recogen los materiales utilizados en cada caso para la fijación del texto, señalados con un asterisco[*]. En el caso de las monografías, a esta información se añade, por su utilidad, la lista de las ediciones en vida de Ortega de que se tiene constancia. Sólo se recogen las ediciones en español, y aquéllas en otros idiomas que vieron la luz antes que el texto en español o que se han tenido en cuenta para la edición. Esto último sirve también para el resto de textos (artículos, prólogos, etcétera). Como se sabe, en el ámbito hispánico el término «edición» designa tanto la edición propiamente dicha como la mera reimpresión. A este equívoco hay que añadir, en la bibliografía orteguiana, el hecho de que en ocasiones los editores numeran sus propias ediciones teniendo en cuenta las anteriores de otros editores. Así, por ejemplo, Revista de Occidente puede señalar como «segunda edición>> la.primera edición de una monografía bajo su sello porque ésta apareció antes pubJicada por otra editorial. Esta circunstancia se hace constar entre corchetes, pero para evitar confusiones, en esta «Noticia bibliográfica» sólo se numeran correlativamente las ediciones (en el sentido amplio antes apuntado) a cargo de un mismo editor, y_siempre que esa información conste en el libro. La «Noticia bibliográfica» no incluye las monografias que Ortega no concibió como tales y que forman parte de ese grupo de antologías y reuniones de textos propiciado por la demanda editorial de su obra, ni, claro está, las varias ediciones no autorizadas que se aprovecharon de ese interés. Estos libros sólo tienen cabida en este repertorio si han resultado pertinentes para la fijación de algún texto de acuerdo a los criterios que guían esta edición. Cuando de un texto no se consigna una publicación anterior a la de la monografía en que está contenido en las Obras completas se entiende que apareció por primera vez en dicha monografía'.
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En los artículos de prensa se consignan también, si los hay, los antetítulos y subtítulos, antepuestos y pospuestos al título, respectivamente, y separados de éste siempre por un p~nto [.].Se consigna el lugar en que se publican los diarios y revistas cuando no se trata de Madrid.
OBRAS Y OBRAS COMPLETAS DEjOSÉ ORTEGA Y GASSET ¡1
Obras de]osé Ortega y Gasset, tomo l, Madrid [etc.], Espasa-Calpe, 1932.* Obras de]osé Ortega y Gtisset,tómo I, Madrid, Espasa-Galpé; 1936'. * Obras.cle]osé.Ortegay Gasset, tomo I, Madrid, Espasa-Calpe, 1943'.* Obras completas, tomo l, Madrid, Revista de Occidente, 1946.* 1 1' Obras completas, tomo l, Madrid, Revista de Occidente, 1950'. * Obrtis 1ci:nnplefas, 'tomo f, Madrid, Revista deOcddente, 1953'. * Obras completas,tomo U; Madrid,. ReVista de Occidente, 1946. * Obraú:b1npletas,itomb U, Madrid, Revista de Occidente, 1950'. * Obriifi:Onipleí:as¡tomo ll, Madrid; Revista de óccidente;1954'; * -
CARICATURAS DE BAGAAfÍI:
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«Caricaturaside•Bagaría»; España; 6-IV-1916; *
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LA GATEDRAIDE LITERATURAS NEOLATINÁS MODERNAS
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«La cátedra de Literaturas Neolatinas Modernas», España, ll-V-1916.*
PERSONAS, OBRAS, COSAS '''''.'-·•
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Personas, obras, cosas; Mac!TI.d~1 Renacimiento, 1916:* Personas, obras, cásas, Madrid, Renacirri!ento, 19102• Personas, obras, é:ása5, Madrid;iLa Lecttira, 1922. Mocedades, Buenos Aires, EspasacCalpe Argentina, 194L* Mocedades, Buenos Aires, Espasa-Calpe Argentina, 1943'.
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LAs ERMITAS DE CóRDOBA
«LasermitasdeCórdoba»,BlancoyNegro,28-1-1905.*
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LAsFUENTEOTASDENUREMBERGA • ¡' '.
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«Las fuentecitas de Nuremberga>>, El Imparcial, ll-VI-1906.* 1 '\, 1
SOBRE EL SANTO
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«Sobre "El Sanfo"»; Elimparcial, 22"Vl-1908.* , «Sobre "El Santo"U», 'E!Jinpaítial,i29cVJ-1908.*
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SHYLOCK ·
¿HOMBRES O IDEAS?
«¿Hombres o ideas?», Faro, 28-VI-1908.*.
«Shylock», El Imparcial, 14-VII-1910.*
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RENAN• «Renan. Introducción metódica», El Imparcial, 12~Xcl908.:\:!C¡ «Renan, Lo verosímil>>; El Imparcial,B!Ilcl909.~" «Renan. Teoría de lo verosímil (I y 11) »\ EUmparcia~d "UI-1909. * << Renan.Teoría de lo verosímil Uh, 'El Imparcial;. 8cill,l909,/'· «Renan. La libación», El Imparcial, 15-III-1909. * · «Renan. Panteísmo», El Imparcial, 29-III-1909 ..*. ' ·, ·' ···
VIAJE DE EsPAÑA
«Al margen del libro. Viaje de España>>, E!Imparcial, 22-VI-1910.* AL MARGEN I)EL LIBRO A. M; D.
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G.
..«Al margen dellibro. "A. M: D: G,~f>, E!Imparcial, 28-XII-19,10. * LA ESTÉTICA DE EL ENANO GREGORIO EL BOTERO
AL MARGEN DEL LIBRO COLETTE BAUDOCHE; DE Mi\URICEBARREs ,¡ · . •··. «Al margen del libro .. "Colette Baudoche" por Maurice Barres»,E!Im: parcial, 13-IV-1909.*
«La estética del "enano Gregario el Botero"», El Imparcial, 20-X-1911. * «La est.ética del "enano Gregario el Botero" Il», E!Imparcial, 10-XI-1911.* . -,'
ADAN EN EL PARAÍSO
«Adán en el Paraíso», El Imparcial, 4-V-1910. * «Adán en el Paraíso»; El Imparcial, 30cVe 19, 1O;/' «Adán en e!Paraíso», E1Imparcial,:20"VI-1910.';,, • «Adán en el Paraíso», El Imparcial,:27-VI-1910.~·.· «Adán en el Paraíso», El Imparcial, 15cVIII-1910. *
PROBLEMAS CULTURALES
«Problemas culturales. Sobre la enseñanza clásica», La Prensa (Bue.. nos Aires);. 15-Vlllcl91L~ «Problemas culturales», en Mocedades, Buenos Aires,.Espasa-Calpe Argentina, 1941, pp.163-173.* LAGIOCONDA
AL MARGEN DEL LIBRO Los IBEROS
«Al margen del libro. "Los iberos"», El Imparcial, 20-VIII-1909. *
«la Gi~c'oncla», La Prel!Sa (Buenos Aires), 15cX-19,l L* «La Gioconda», en Mocedades, Buenos Aires, Espasa-Calpe Argentina, 1941, pp.152-162,*
EL PAIROS DEL SUR VfjAMEN DEL ORADOR.
«Al margen del libro. El "pathos" del Surn, El Imparcial, 2-III-1911. * «Al margen del libro. Vejamen del orador», El Imparcial; 9-1-191,L*: LA PEDAGOGIA SOCIAL COMO PROGRAMA PO!lTICO DEL REALISMO EN PINTURA
«La pedagogía social como programa político», Europa, 20-III-1910. * La pedagogfa social;comaprograma;pol¡t¡co, ]3i]ba0 , Soci.edad «El Sitio», Imprentajosé.RojasNúñez:,,[1912],,*·
856
.«Del 'realismo en pintura», El Imparcial, 21.cVI-1912. *
857
Los VERsOS DE ANTONIO MACHADO
«Al margen del libro. Los versos de Antonio Machado», El Imparcial, 22-VII-1912.* . .
·· · ·ElEspectador I-III;' Madrid,' Revista de Occidente, '1933. El Espectador [I-VIII], Madrid, Biblioteca Nueva, 1943; '' El Espectador: [I-VIII]; Madrid; BibliotecaNúeva;l950;n .•.·• · Azollfy OPRI~ORES DE LO VULGAR
EL ESPECTADOR.-! ;E1Espectádorl; Madrid, [s. n.], 1916.*; ,) '' .... El Espectador I, Madrid, La Lectura, 1921. * [Se señala «Segunda edición»] El Espectador I, Madrid, Revista de Occidente, 1928. *1[Se señala «Tercera edición»] El Espéctadór I~m; Madrld, ReVisfii de óccideriie';:i933:;[Se señala, para El Espectador I, «Cuarta edición»]. • El Espectador [I-VIII], Madrid, Biblioteca Nueva, 1943. El Espectador [I-VIII], Madrid, Biblioteca Nueva, 1950. .¡
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«Meditaciones del Escorial. "Azorín": primores de lo vulgar l», El Imparcial, 24-II-1913.* · · , '' '' • «Meditaciones del Escorial. "Azorín": primores de lo vulgar 11», El Imparcial, 17-III-1913.* ·;·; '' .' '· · ·'' · «Meditaciortes del Escorial. "Azorín": primores de lo vulgar Ill», El i:.' Impi:ircial,3l•Ill"l91:3ct' '' •''''! ·1 ,;,,, «Meditaciones dei Escorial. "Azorín": primores de fo Wlgar IV», El 'Imparcial, 21-IV-1913:*
EL ESPECTADOR.-''UF'
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«Nada "modemo"y"muysigloXX"», España, 27-VII-1916.* TIERRAS DE CAsnllA. NOD\S DE ANDAR Y VER
«TIerras de Castilla. No tas de andar y ver»','la Prensa (Buenos Aires), 1-1-191-4.* r,¡;· ',,.,-e"
' El ESpeciadorm, Madrid; Calpe, 1921. * ,. El Espectador m, Madrid, Revista de Occidente, 1928.*' [Séiiala' «SegunÜa edii:ión>>l' ,., "', "' •· ,.,., ·.,. · El Espectadorr~r;u, Madrid, Revista de Occidente, 1933:' El Espectador [I-VIII], Madrid, Biblioteca Nueva, 1943. El Espectador [I-VIII], Madrid, B~blioteca Nueva; 1950: :.·, '" LEYENDO'LE PETIT PIERÍIE, DE'ANATOLE FRANCE
TRES CUADROS DEL VINO (T!ZIANO, POUSSIN Y VELAZQUEZ)
. «"Le Petit Pierre", deAnatole France», El Sol,-13::IV~l919.*:
«Tres cuadros del vino (Tiziano, Poussin y Velázquez) », La Prensa (Buenos Aires); 1-1-1913,* ·' ; ,
",,, · . '«IncitiiciciriéS. Musicaliá:I>>', El Sol; 8lIII~1921.* «Incitaciones. Musicalia 11», El Sol, 24-III-1921.*
UNA PRIMERA VISTA SOBRE BAROJA (APENDICE) ; ! ·
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«Observaciones de un lector», La Lectura, dicieriibre·l9I5 .. !V
ELESPECTADOR.-' II
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DE MADRID Á'AsÍURIAS ÓLOS DOS ·PAisAJES' ; ';
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El Espectador II, Madrid, [s.n.], 1917. * 1 r'Y' '' ' ' ElEspectadorII, Madrid, Calpe, 1921.* [Se señala «Segunda edición»] El EspectadorII, Madrid\'Revista''de Occidente;'1928:* ;[Se'señala «Tercera edición»]
858
MUSICALIA
«Unas notas de andar y ver», España, 23-IX~ 1915 }'r: l' ~
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¡;;¡ «Unas notas de andar y ver:' Vagá opinión sobreAsturias ITI,»,'España, 6-1-1916.* ·.· .•;; ii «Unas notas de andar yv.er.Vaga opinión sobre Asturias lV», España, 13-1-1916.*
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PEPETUDELA VUELVE A LA MESTÁ ·
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«Incitaciones. Apatía artística», El Sol, 18-X-1921. * . , ,,, . ··· «Reflexiones·sobre. nuestra sordera», La Nación (Buenos Aires), 6-V-1923.*
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EL Q!JUOTE EN LA ESCUELA
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«Biología y pedagogía o el "Quijote~'en> la escuel~»i El Sol, l6Clllcl9.20,*,,·,; ¡' i.' L.i·¡; .. · . , ;1 1; ''·. «Biología ypedagogíá o el"Quijote" enla escuela. Continuación», El Sól, 18-III-1920. * «Pedagogía de secreciones internas l», El Sól,.26clII"l920/'; · «Pedagogía de secreciones internas 11», El Sol, l-lV-1920. * «Biología y pedagogía o el "QuijoteP,:en1la', escuela l»; El Sol, 18:--VI~_192QJ'~';1
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«Dan-Auta. Cuento negro», El Sol, 25-lV-1922.* '
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«Carta a un joven argentino que es.tudia filosofía»,ELSpl, f-Xl~-:lfl24. * «Carta a .ún joveµ¡¡rgentino qui! esttjdia filq~ofía», ~ál',fqpón (Buec nos Aires), 28-Xll-1924.* · · · ' ·· · · · ··· NO SER HOMBRE EJEMPLAR
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«Delho~b~ey defam~jei- (fragmento~ m'ot~~)»,,,_:-r_i·-:>i!'-'''i El So!; l Y-X-1924. *
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«Biología y pedagogía o el "Quijote" en la escuela ll»; El Sol, 22-Vl-1920.* ;i' . . ' .,, f·.;
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El Espectador N, Madrid, Revista de Occidente, 1925. * El Espectador N, Madrid, Revista de Occidente, 1928'. El Espectador IV-VI, Madrid; Revista de:OC:cidente, 1936.i [Se' señala «Nueva edición»].
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El Espectador [I-VIII], Madrid, Biblioteca Nueva, 1943. El Espectador [l-VIII], Madrid, Biblioteca Nueva;.1950.' '' ·
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«Temas de viaje QriÍio1922)1», El S6l, T-IX~l92i.*' ~.t¿füiisde VÍaje1(jhÍici'l922) Ir»; ElSol;7cIX-1922:* .,. lffemas de viaje (jtllio 1922)·Destfu65 étnicos»;El5ol;24cXl-1922. * «Temas de viajé. (julio '1922) Babel; Balbucir y bárbaro», El Sol, 26-XI-1922.* . . -i
ELOGIO DEL MURCIÉl.AGO .. ·
«Incitaciones. El~gio del "Murciélago" l», El Sol, 6"Xl~l921. * .':nYF' .«Incitaciones1 .Elogio del;"M1m::iélago"1fa; El Sol; l8•Xl"l921. *
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LAs DOS GRANDES METÁFORAS (EN EL SEGUNDO CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE KANT) .'e;,· . ¡•.; «Las dos grandes metáforas (en el segundo centenario del nacimiento de Kant) 1»,EL5ol;3-V-1924.*: , · '•
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«Lás dos grandes metáforas (en el segundo centenario del nacimiento de Kant) Il», El Sol, 22-V-1924. * '. «Las dos grandes metáforas (en el segundo centenario delnacimiento de Kant) ylll», El Sol, 15-VI-1924.* . CONVERSACIÓN EN EL GOLF O LA IDEA DEL DHARMA
«Vitalidad,-alma, espíritu Ill», El Sol, 2-Vllcl9251* «Vitálidad, alma, espíritu IV», El Sol; 5cVII-1925.* «Vitalidad, alma, espíritu V»,ElSol,12cVII-1925.* «Para una caracterología», Revista de Occidente, noviembre, 1926. * FRASEOLOGÍA Y SINCERIDAD
«Conversación en el golf o la idea del dharma Il»; LaNadói1 (Buenos Aires), 5-IV-1925.* «Conversación en el "golf' o la idea del "dharma"»,ElSol, 8-IV-1925.*
«fraseología.y sinceridad.fo·,'El Sól;24-II-1927. * ,, ·«Fraseología: y sinceridadyll», El Sol,ilO,III-1927. ~ · <
ELESPECTADOR.-V EL ESPECTADOR-VI El Espectador V, Madrid, Revista de Occid~nte, 1926 [sic] [1927]. * El Espectador V, Mailiid, Revislá de Occidente'; i9:i92 • El EspectadorN-Yf, Madrid, Revista de Occi~ente, 1936. ÉlEspectaqor [I,V1Ill. Madrid, Biblioteca Nueva, 1943. · El Esp~ctádor [I~VIiiJ; :M:~drid, :Biblioteca Np17va, _1950. NOTAS DEL VAGO ESTÍO
El Espectador VI, Madrid, Revista de Occidente, 1927.* . El Espectador N-VI, Madrid, Revista de Occidente, 1936. El Espectador [I-Vllll,:Madrid; Biblioteca Nueva; 1943. El Espectadol' [IcVIII];Madrid;Biblioteca Nueva; 1950, DIOS A LA VISTA
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SOBRE EL FASOSMO
«Sobre el fascismo l», El Sol, 25-II-1925. * «Sobre el fascismo.Sine ira et studio Il», El Sol,.26-II-1925,* • ,, , DESTINOSDIFEREl'ITE51
. «Destinos diferentes»,.E1So1; 2-VII-1926.* EN EL DESIERTO, UN LEÓN MÁS
«En el desierto, un león más», El Sol,12cXIcl926.* · «En el desiértó, unleón más>>, LaNación (Buenos Airés), 5-XII-1926.*
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VITALIDAD, ALMA, ESP!RJTU
· "''' · ·«Vitalidad, alma; e.'ipíritul», El Sol, 24"V-1925.*. «Vitalidad, alma, espíritu Il», El Sol, 3oiv-1925. *
«Dios a la vista», El Sol, 26-XI-1926.* «Dios a la vista», La Nadón (Buenos Air!!S}, 9-1:1927.* .
PARA UN MUSEO RoMANTICO (CONFERÉNOA)
'" «Para un Museo Romántico», El Sol, 8-XII-1921.*
862
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«Para un Museo Románticcill»,El Sol, 16-XII-1921.*'i Para un Mu5eo Romántico, Madrid; [Comisaría Regia' del Turismo y Cultura Artística]\ 192.2:* . · ··
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LA INTERPRETACIÓN BÉLICA DE LA HISTORIA
«La interpretación bélica de la historia!», El Sol, 3-X-1925. * «La interpretaCión bélka de la historial!»¡ El Sol, 7~X-1925, * . «La interpi:etiiciól1belica de la histbrfaIII»;El•So1;·24"X"1925. * «Guerra y économfal>';l.a Nación (Buenos Aires); '4"'X" 1925,* «Guerra y economía Il» ,La Nacioh:(Iíuenos Aires};ll•X"l925. * «La interpretación bélica de la historia», La Nación (Buenos Aires), ·••/: l-XI-1925.* SOBRELAMUER.TEDEROMA
'•' ,, •
«Sobre la muerte de Roma»\ El Sol; 25"VIIIL1926. *· ·, «Sobre la'.mUertedeRoll!a U»'; El Sol; 26-Vlll"1926. «Sobre la muerte de Roma Ill», El Sol, 2-lX-1926.* NUEVAS CASAS ANTIGUAS
«Nueva5C:a5a'santiguas»;El•Sol,3'-XII-1926.*F' · ·!' ,, "' «Nuevas casas antiguas», La Nación (Buenos Aires), 19-XII-1926. *
HEGEL Y AMÉRICA
«Hegel y Aillérical», E!Sol¡l8-Ill~l928:1' 1 ,, · ' «Hegel y AIÍJ.érica Il»,'ElSol; 25:III~l92.8:!'c' ;w . , :. 1 ' · ·· '' : «H;egely ,América», La Nación (Buenos'Afres);l"lV"l928.~ ·' :. : '«HegelyAmérica»; I:.ciNitdóh,(BiienosAfres); 8-IV492Ef~ · «Hegel y Aillérica», La Nación (Buenos Aires), 10-VI-1928. * SOBRE LA EXPRESIÓN, FENÓMENO CÓSMICO - 'O:•--¡ 1·
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«Para una 'ántropcífogía' filosófica»,: La Naéi6n· (Buenos: Aires), 19-VII-1'925:*• ·,,,,,,;¡,¡¡¡ ¡,,,· :,,,¡ .. ,, ,,,,, .. •· «Para una antropología filosófica. Darwin y el principio de los con. 1: 'trast~»;:I:.aNación:(BueriosiAfres), 26-VIIcl925.* · ·, «Para una antropología filosófica. El esquema de la acción útil y su bófdadofeicpresivfü Elseñaláry el ca\ninar;Las modas de1a mirada», La Nación (BuenosAires);.9"Vlll-1925J'{l'J •" «Para una antropología filosófica IV», LaNaci!líi'(Buenos Aires), 13-1X~1925.*: '. «Sobre la expresión fenómeno cósmico l», El Sól;'26-Vllc1925. * «Sobre la ex¡:irésión fenómeno cósmico.Il»; E1Sol;i28-VII-1925. * «Sobre faeicpresióh fenórríehci cósmico Ill»,c E1Sol,i'2.•:VfIIIJ1925. * «Sobre la expresión fenómeno cósmico III [sic], El Sol, ll-lX-1925. * CUADERNO DE BITÁCORA
MEDITACIONES DEL EsCORIAL
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EL ESPECTADOR-VII El Espectador VII,' Madrid, ReviSta de Occidente;192.9:1b is c;J · ·· ,,.
E!EspectadorVII;iMadrid;Revistade©ccidénte,il9302:L· 1 ' "
El Espectador [I-VIII], Madrid, Biblioteca Nueva, 1943. El Espectador [I-VIII], Madrid; Biblioteca Nueva, 1950: '
864
«Cuaderno de bitácora. La profundidad deFrancia»,iE!Sol;2~X-1927.* «Cuaderno de bitácora. El alpe y la sierra», El Sol, 20-X-1927.* «Cuaderno de bitácora. La profundidad de Francia»', La Nación (Buenos Aires), 30-X-1927.* · «Cuáderno de bitácorá: El alpe y!asierra», La Nación (Buenos Aires), 13"XIJ1927.>\ .. '" ,, é .
«El origen deportivo del Estado l», La Nación (Buenos Aires), ¡;_;_¡ ~,ci1l~Jl.;;.1925.*,
:c:;·¡:~i
.·:'.
j·¡
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865
EL SILENCIO, GRAN BRAHMÁN EGIPOOS
«El silencio, gran brahmán'!»; E1Sól;5cll"l928,': .· «El silencio, gran brahmán'yll»,E1Sol,.19.cllcl928.1' ., : . «El silencio,•gran brahmán I»;LaNadón. (Buenos Aires},Scll-1928. * «El silencio, gran brahmánll>~, ·La Nación (Buenos Aire5),:26ql-1928. *
«Notas sobre el ahna egipcia l», El Sol, 5-V-1925.* «NqtaS sobre el alma egipcia 11», El Sol, 7-V-1925.* «Notas sobre el ahna egipcia», en Cantos y mentas del antiguo Egipto, Madrid, Revista de Occidente, 1925, pp. 9-25. *
EL ESPECTA.DOR.-VIII
'.111
/1 ![',
REvÉS DE ALMANAQUE
El Espectador VIII, Madrid, Revista de Occidente, 1934. * ElEspectadoi; [l"Vlll]., Madrid,,Biblfoteca Nueva, 1943,,, ::· • , El Espectador[IcVIII], Madrid, Biblioteca Nueva, 1950; .. Tr•· ·! ¡ _- ; ...! t;·r_: ,~7
r· :_-: ,. í'I
., · · --'"!
ABENJALDÚN NOS REVELA.ELSECRET.O.(PENSAM)ENTOSSOBRE ÁJ;ruc:A>MENOR)
· n·-.,._;r_:;_i;_::·; t:·i .r; :: ;;1·:. ,, "'Un libro: Ideas sobre.elAfrica;Menori>'i El·SoL·'l"Xll"l92Z:* «Ideas sobre África Menor. Abehjaldún:nosrevela el secreto l», El Sol, 224-1928;1", ,,;;; ¡ : ' ' .... -.•., ...... «Ideas sobre África Menor. Abenjaldún nos revela el.secreto 11», El
\.'
«Notas», El Sol, 7-IX-1930.* «Notas», El Sol, H~IX-1930.* «Notas», El Sol, 21-IX-1930. * «Notas», El Sol, 28-IX-1930.* «Revés de ahnanaque», El Sol, 5-X-1930. *
!
.1
SOCIALIZACIÓN DEL HOMBRE
«Socialización del hombre», El Sol, 31-VIII-1930.*
.'.Sol;-29-1::-1928.f¡ r_,-_d,-,l:f:, .-.: ·«Ideas sobreel·ÁfriéaMenorw,,El Sol;:ll-lll-1928,~ · '«El:hecho a&ieanó»,LaNadón: (Buenos Aires),, 15~1" 1928. *
1 1!, ·i
DIVAGAOÓN ANTE EL RETRATO DE LA MARQUESA DE SANTJLLANA
«Estafeta romántica. Eva ausente II. Divagación ante el retrato de la .tnárquesa de:Santillana>>, ElSol, 4-Vl-1918:* , ·
1
:: .. PARAUNAOENOADEL TRAJEPOPULAR .. ·- .:>''·'"·
·.«Sobre el trajé pdpularn,:fai Nadóli(Buenos Aires); 9•Il•1930. * «Prólogo. Para una ciencia del traje popularn, en]. Ortiz Echagüe, Tipos y trajes de España. Madrid, Espasa-Calpe, 1930, pp. 7-11.* TIEMPO, DISTANCIA Y FORMA EN EL ARTE DE PROUST
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866
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867
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I:,?
APÉNDICE
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SIGLAS 11
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i• ·¡·!.;
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¡ OBRAS Y OBRAS COMPLEli\5
11 'Í.
o (32)
Obras de]osé Ortega y Gas set I, 1932
o (36)
Obras de]osé Ortega y GassetI, 1936
o (43)
Obras de]osé Ortega y Gasset I, 1943
i 1
• : ; ! ' / ::i~i
Obras completas I, 1946
OCI(46) ·
(!
:
OCII(46)
Obras completas II, 1946
OCI(50)
Obras completas I, 1950
OCII (50)
Obras completas II, 1950
oc (53)
Obras completas I, 1953
OC(54)
Obras completas II, 1954
MONOGRAFÍAS EE I (16)
·,; ,1
j.
El Espectador I, 1916
EE I (21)
El Espectador I, 1921
EEH28}
El Espectador I, 1928
871
EEII(l7)
El Espectador II, 1917 PUBLICACIONES PERIÓDICAS
EE Il (21)
El Espectador II, 1921
EEII (28)
El
El Imparcial
ES
El Sal
ESP
Espmía
EUR
Europa
· El Espectador II, 1928
EE III (21)
El Espectador III, 1921
EE III (28)
El Espectador III, 1928
EEIV (25)
El Espectador N, 1925 F
EEV(27)
..
ElEspectadarV, 1926 [1927]
';'
EEVl (27)
EEVlll (34)
¡" }
'''
\i
LN
La Nación (Buenos Aires)
LP
La Prensa (Buenos Aires)
RO
Revista de. Occidente
ElEspectadarVIII, 1934 i1
Pedagagfa social cama programa palitica, [1912]
11
11
POC (16)
Personas, abras, casas, 1916
PMR(22)
Para un Museo Romántica, 1922
M (41)
La Lectura
El Espectador VII, 1929
( ;·..
PSCPP (12)
LL
El Espectador VI, 1927 1 ,:).~
EEVll (29)
Fara
!J
Mocedades, 1941
OTROS TEXTOS NSAE ('2.5)' '
PCTP (30) . .. ,. _
'~ '"
872
«Notas sobre el alma égipcia»' Prólogo a Cantas y cuentas del antigua Egipto, 1925 «Para una ciencia del traje popularn Prólogo a Tipas y trajes de Españd,'1930'
873
. PERSONAS, OBRAS, COSAS
LAs FUENTEOTAS DE NUREMBERGA
Pág. 14, línea 9, nota
Notaialpie no induida en El (ll-VI-06);
Pág. 14, líneas 21-22 El (ll-VI-06)
« .. .las calles solas ... » « ... las callejas solas ... » · « ... sótanos tan llenos de toneles ... » « ... sótanos tan plenos de toneles ... »
Pág. 15, línea 16 El (ll-VI-06) Pág. 15, línea 26
·i i
El (ll-VI-06) i'
« ;:mosfalta, a despecho de las apariencias:,;¡ respéto ... » · «'.l:nos falta, hoy cuando menos:ehespet6.; .. ,.
;!
··'
Pág. 17, líneas 4-5 EI{ll-VI-06)
Pág. 17, línea 7 El (ll-VI-06)
« ... según el original que ... » « ... según la copia que ... »
'· SOBRE EL SANTO
Pág. 20, línea 18 El (22-VI-OB) Pág:23; línea 2.9 EI(29-VI-OB) Págf24,11íneas 33-34
',,,
«!: ;a]hermano nuestro falto dé sentido:;'." i
'·
1
¡,; .. el lujo del henchimiento espiritual;; .>i · « n. el lujo del henchimiento anímico ... »
· « ... el Diablo es verdaderamente el dios del 'reinié, cano.» : «<; •• e!Diabfo es verdaderamente el dios del "calem1::
El(29cVI-OB)'
bour~~'~
875
¿HOMBRES O IDEAS?
«(cuestión, por cierto, mucho menos risible de lo que a primera vista parece)» ; «(cuestión risible, aunque mucho menos risible de lo que a primera vista parece)»
Pág. 38, lineas 16-17 El (8-II-09)
Pág. 28, linea 2 F (28-VI-08)
·«... habían de incorporarse en un hombre ... » «... hablan de encáminarse en un hombre ... »
Pág. 30, lineas 3-4 F (28-VI-08)
«":.las ideas puras.;.» «.. .las ideas abstractas ... »
El (l-III-09) incluía la siguiente dedicatoria al inicio: «A Enrique Diez Canedm>.
Pág. 39, linea 1
« ... trasreal, en cierto estricto sentido sobrenatural. No se olvide que es el ámbito de la historia un Ju, gar donde coexisten Rebeca y Genghis-r<:an,!Fejipe · II y Voltaire, Ne\Yton y FannyEsler.»
Pág. 41, líneas 28-30
RENAN Pág. 32, lfuea 38 El (12cX-08) Pág. 33, linea 4, nota P.ág; 33, línea 32 El (12-X-08)
«... haz que me apoye en algo ... » «., •. haz queme tenga en pie ... »
._.· «.;.perecederp;equfvoco y, a Ja postre •.. » «.. :perecedero, equivocado y, a la postre... » "' .. el mundo de lo objetivo ... » «... el mundo de los objetos ... »
Pág. 35, linea 5, nota
Nota al pie no incluida en El (12-X-08).
Pág. 3 7, líneas 7-8 El (8-II-09)
«... verdad? Decir la verdad es obedecer.» «.;.verdad? ¿No e5 más bien amora decir la verdad? Decir la verdad es obedecer.»
exacta.»
Pág; 44,línea 30 El (8-Ill-09)
•,.«Los elementos de que se compone ... » «Los elementos, de que se nos compone ... »
Pág. 50, lfuea 13 El (29-Ill-09)
«.-.·._elaromB_d~up.a-porción ..;•R):; ~ 1' ,,,,
.. «Es el amorlfrico a la verdad, a la verdad en mí.» ... «Es.el amor lírico a la verdad.»
Pág. 37, líneas.13cl4
«(;alileo, tuyo la debilidad de desdecirse ante un-tri+ · bunal ridíc11Io de mentecatos tonsurados y, sin ~m~ bargo ... » «Galileo tuvo. que desdecirse ante un tribunal insph rado, no por la iglesia como suele decirse, sino por ., .intrigas de·grupos particulares especialmente irrita;o dos contra él, y, sin embargo ... »
« ... el aroma de toda una porción ... »
AL MARGE~ DEL L;BRO C;LEITE BAUDOCHE, DE MAURICE BARRÉS ;
Pág. 53, lineas 5c6, El (13-IV-09) ·
Pág. 37, líneas llcl2; El (8-II-09) ·
876
·Nota al pie no incluida en El (12-X-08).
Pág. 34, !mea 40. El (12-X-08)
ocJH6l
Pág. 41, línea 40 El (l-Ill-09)
;
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·' .
·,
:
:
:
.· '..
;
« ... debiéramos los.e,spañoles haberle demostrado algún agradecimiento ... » __ , , -' _«, .. debiéramoslosespañoleshaberlemostradoal' ,. ,gúJ:} agradecimiento .. .>>
Pág. 53, linea 22 El (13-lV-09).
«La figura literaria de Barrés ... » . «La figura l,üeraria de Mauric_e:Ba.rrés., ..» , '
Pág .. 54,.linea 6 El .(13-lV-09)
«: .. de lomos.azules y reír innumerab]e ..,. »: : ,. «... ddomos azules y raíz inextinguible ... »
P,ág. 54, linea 33, nota · ·
Nota al pie no inclui_da en El (13-IV-09) .
877
Pági 55, líriéa 14 ' El (13-IV-09), POC (16) :
«La naturaleza,. entendida así como naturaleza conocida por nosotros, no nos presenta nada indivi-
Pág. 68, líneas 6-.7
«. , .Francia ha recibido varias heridas; , . » ' : : « ... Franciaha,recibido heridas ... »
dual...» «La naturalei:a no nos presenta nada individual. .. >i
• !
El (20-VI-10) . " '
ADAN EN EL PARAÍSO
Pág.58
El (4-V-10) incluía la siguiente dedicatoria al inicio: «Para mi maestro Francisco Alcántara». : i .
Pág::61;líll'ea1'6 ''
· ·" «
Pág. 68, línea 22 El (20-VI-10), POC (16)¡, OCI(46)
':i
Pág. 75, líneas 25-26 El (15-VIII-10)
«Forzadoiporpropios pecados a buscar'una fórmu~ la que defina ... »
EI (30-V-10)
«La infinidad de relaciones ... » «La infinitud de relaciones ... ))
reto:,:Ruberis.>,>:-,,.
, e'
·. 1
;
' . 'i'"
Pág. 62, líneas 5-6 EI (30-V-10) "",¡-
« .. :y•léi'meditealgunos minutos.» ''·'·: :- , : • « ... y lo medite algunos minutos. El próximo Lu: ·nes'coridliir'án de publicarse estos'troiéis metafí·- sicós~» · ·,-:
', AL MARGEN DEL LIBRO LOSIBEROS ,, '
Pág. 63, línea 13, nota. I•' ·'"'Nota alpieno incluida en EI (20-Vl-10);
Pág. 77, líriea 26 El (20-VIII-09)
Pág. 65, lírieas 27-29
Pág. 79 ;línea ,11
El (20-VI-10)
«¿Será algo parecido lo que yo quiero decir al decir que todas las cosas viven? ¿Vamos a arregostamos de nuevo en ehiiisticiSmo? Nada menos ... » «¿Será algo parecido lo que yo quiero decir al decir que todaslas cosas viven? Wtlliamjames, que ha per. dido en el-pragmatismo algunos síntomas forzosos ·.de fa seriedad(quiere ahora resucitar las só5peth0.s de Fechner: ehni5ticismo vuelve a estar de moda. Nada menos ... »
.: :•: · " ' . '"· .. demasiado ancha la rabadilla ... »
i El (20-VIII-09), POC (16),0(43)
Pág. 80, lineas 24-25 El (20-VIII-09)
Nota al pie noi1lcluida en El (20-Vl-10).
Pág. 68, lírieas rc2: """'' ·- · · ·i<./eslavida; pdr el contrario, lo abscílutamente·pac ··i - ' ,-1 ·sajéró.» ', _ , 1 '¡ ·El (20-VI-10)
878
« ... este pueblo,,desdeñable según el señor Philipon, hablaba euskera ... » «... este pueblo,según el Sr. Philipon desdeñable, hablaba euskera"''" . · ¡¡ ;'
- i;i;_ -
Pág. 66, líriea 21;ndta:
« .•. que nci ti:ae:consigo consecuenciadesagradac .ble.»· r,, ""
« ... es la vida, por el contrario, lo innumerable, Jo 'infinitamente cambiante, Jo,absol1ltamente pasa~ jero.»
· · LA PEDAGOGÍA.SOCIAL COMO PROGRAMA POLÍTICO
Pág. 86, línea 1-Pág. 87;' línea 6
, ,,Párrafosno incluidos en EUR (20-III-10):' ',¡-'
879
Pág, 87, linea U EUR c201m~10) ,,
-.n rr
',,, «~,;·.:dars~'en estado nativo ... » 1· «c~·.darse, des~eluego, en estado nativo .. .1~
11
'. :;¡¡[ ¡
:»'
Pág. 87;,línea17: ,. EUR (20-ll!-10)
· «:.'.de la terrible mengua española .. «... de la horrible mengua española ... »
Pág. 87, !mea 19 EUR (20-ll!-10)
'·" '«fxoptii:niSta•ba desermásbien.•:;;¡: « ... optimista será más bien ..,.»
·,¡
Pág. 93; líriea30 ' .., PSCPP (12)
«... describiéndoos aquel-¿mas por'qué [.: .] sol berano instante?~ momento sublirn'e de valores cul···foráles.»' '
1
<'
-<:.: L> :~c::.no::D.b·es_sólo .. -.»
Pág. 94, !mea 8 PSCPP (12), POC (16).. '·
Pág. 99; !mea 34 · EUR (20,ll!-10)
'« ... subhombres.» · «.. :sub,hombres: algún genio mordaz propone que se agregue un tercer término: los superhombres.»
Pág. 99, línea 35 EUR (20-ll!-10)
<1Elsignodefainmoralidad... » ' ,. ·· · «No me es posible deterierriie á' analizar todas mis palabras y fundamentarlas; pero en mi opinión, el · ' · · signo de la inmoralidad ... »
Pág. 99, linea 35-Pág. 100, línea 1
« ... unidad humana y es inmoral el jtiríSperitojusl tinianeo cuando conoce dos hombres distintos: el libre ... » «... unidad humana: el jurisperito justinianeo conocía dos hombres distintos, el libre ... »
'''Párrafos:hofuclüidos en EUR (20-II!-10).
, ~ • «i: .describiéndoos aquel momento 5ublirn'e tan ridl en valores culturaTe5. Mas ¿por qué [ ... ] soberano ,,¡;:,; iristante?» ·
PSCPP (12)
« •.. clasificados dentro de las categorías de pobre y rico como se clasifican las animálculas eh.verte~ ' bradas ,e invertebradas. Pero es aún peor que hoy ... »''· •·· «.,.clasificados como las animálculas, en vertebradas e invertebradas -'-dentro de las categorías de po.brey rico-"-. Pero lo grave es que hóy. • !i>' '
EUR (20-lll-10)
Pág. 89, lmea26 dr r,,,:r, ' ,r,¡ .iipen5ando sólo en lo infinito?» '" PSCPP (12) ' '«: .. pensando sólo en elinfinito?» · ''' '· i 1f '
"~·'
Pág. 99, líneas 31-32
:i
Pág:B7, lineai29,30• .. "«:.::.-.tiria de sus sinfonías: A la ... » EUR (20-ll!-10), PSCPP (12), « .. ,.una de.·sus'sonatas: A la ... » POC (16), OC I (46)
Pág. 92¡:lineas 13'15
· «:.:un taller sin que ... » «;,.un taller machacando alfileres para haóerles fa cabeza sin que: .. » '
'';'"
Pág. 87,•línea2il· "• r:r.:¡' ,¡ ''"k:"de!fururasifecundaciones .. ·.'» ''.: EUR:(QO-m~HJ):•·· · · ,,q, !
Pág. 87, línea 31-Pág. 99, !mea 4
Pág. 99, linea 20 EUR(20,ll!é 10) ,
. ,« ... no::elhombre
';.,
ria es sólo ... »
«... se descomponen. La física ... » «.. :se descornpcínenfse feconíponen. La física ... »
EUR (20-ll!-10)
« ... de la escuela, es mucho más inmoral porque es. cinde más a sabiendas la unidad humana) .' ' 'f- -· La pedagogía social que exige ... » «.. :dela escuela,es por esto inmoral: fa 'pedagogía SO' cía! exige ... »
Pág. 100, !meas 2-4 ·;;.::¡
EUR (20-ll!-10)
/''
Pág. 100, lineas 6c12:
Pág. 99, líneá19 .·:· .-, --- -· '· · ·«M~'parece inhumano retener-... .-»· ._.,_, ! : EUR (20-III-10) «Me parece inmoral, porque es inhumano retener.; n> EUR (20-ll!-10) ! '
880
· - '
Temo no baber [... ]de cultura. . ·LA ESCUELA LAICA Los griegos.;;,.·
881
1
ii
Pág; 100, línea 13 EUR (20-III-10)
"
Temo no haber[ ... ] de cultura. Los griegos ... » «.;.científica, es la escuela laica.» «.;.científica ~Y perdóneme el señor Meriéndez y Pelayo,que;ose discrepar de su opinión- es la escuela laica.» ·
EUR (20-III-10) Pág. 101, línea g· EUR (20-III-10) ·
.
'
« ... rediles donde se conservan Jos instintos ... » « ... pedagogía social.» « ... pedagogía social, que es mucho más que una técnica pedagógica: es una manera de ver el mundo.>> : J
Pág; 100, líneas 17-20
EUR (20-III-10): · ·
¡
Pág. 101, linea 30 EUR (20-III-10) :
«... emociones personales de los protagonistas.>> « ... emociones. de los protagonistas.» · ·: ::
Pág. 102, epígrafe EUR (20-Ill-10)
: «CONCLUSIÓN»:: ·· «LA EsPAÑA FUTURA».•
Pág. 102, linea 20 EUR (20-Ill-10)
«La palabra ... » «Mas la palabra ... »
Pág. 100, lineas 25-27
EUR (20-III-10) Pág. 100, líneas 28-29 EUR(20cIII-10).
« ... el Korán. Política para Napoleón[ ... ] vencerlos.» (c ... -.el Korán:» « ... principio de anarquía, porque es pedagogía disociadora. , . Claro está; .. » «... principio de anarquía. Claro está ... »
« ... que hoy tan.aguerridamente toman como han. ',dera los ai:iarquistas: .. » tanto enarbolan los anarquistas.:,,.
· '· ' «; .. que hoy
,-,¡
Pág. 104, línea 23 El (14-Vll-10), POC (lG) Pág. 105, línea 3 ·. El (14-Vll-10), POC (16)
:
_¡;
« ... al alma deldiyino poeta ... » « ... al alma divina del divino poeta ... » , .. «... ¡por amor a Shakespearei » «... ¡por amor de Shakespearei »
Pág. 105, línea 6. EI(l4-Vll-10)
. «... ayer: Shylock no es una anécdota arrancada a.:. « ... ayer: no es una anécdota Shylock, arrancada a... »
Pág. 105, línea 27 : · El (l 4-Vll-10), POC(l6), OCI(46)
·. « ¡Cómp :ha padecido esta raza egregia 1»,' . ·
..«No acabaría de hablar nunca .. .>> «No acabarla.nunca de hablar.. .>>
Pág. 100, línea 33 EUR (20-III-10)
«... la moral privada no sirve ... » « .. .la moral privada de confesionario no sirve.. •.»
Pág. 106, línea 22 El (l 4-Vll-10)
Pág; 100, linea 35 EUR (20-III-10)
«La vida privada rllisma no sirve ... »
Pág. 107, líneas 12-13
~e La vida priyad~, _en• fin, no
Pág. 101, líneas 2-3
« ... rediles donde se encierran los instintos ... »
sirve .. ~ 1~ EI(l4-Vll-10)
882
li ¡·
5HYLOCK Pág. 100, línea 21 · ;¡ (( ... según: cuenta Bourrienne ... » EUR (20-III-10); PSCPP (12) «.. :según cuenta el mariscal Bourrienne ... » ...
EUR(20cIII-10)
1 11
. «; .. cuestión: la marcha que ha llevado la historia nos obliga a reconocer grandes poderes de socialización en. la idea religiosa; mas, a la par, ¿cuántas veces no ha pertlirbado la paz en la tierra? , :e: • . Lo que ciertamente; .. » « .~.cuestión:Ja justicia y la seriedad nos obligarían a conceder grandes poderes de socialización a la religión; •mas a la par a imponerles, en•nuesc trojuicio;.grandes limitaciones.' Lo que cierta,:; mente~·-._.»:.:
Pág. 100, líneas 23-24 .
,,
1
«... de Ja Historja de la novela en España, que acaba.de publicarse.>> «... de la Historia de la novela en España.>>
883
;·.1:';,
PROBLEMAS CULTURALES
VIAJE DE EsPAÑA
'····•...
·
··!,.
Pág. 108, linea 3 OCl (46)
«... ante los léctores'de este periódico.» «... ante los lectores españoles.»
Pág. 125, epígrafe LP (15-Vlll-ll)
. ;,-¡
Pág. llO, líneas 8c9• ""
«.:.gótico, arte, después de todo, un poco reacciona-
Pág. 125, línea 4
·:
LP (15-VIII-ll)
prichoso .. "' «... acostumbran a tajar el problema de un modo ca' prichoso; .. »
rio.»
OCl (46)
(( ... gótic'o, arte, de5pués de todo, un poco amanerado.>> '; ·
Pág. 125, líneas 6-7 ALMARGENDELLmRÓÁ; M.
D.G.
.r;
LP (15-VIII-ll) Pág. 112, lineas 22-23
«... quela armadura de una infancia sometida a la pedagogía jesuítica.. .>• «... que la amargura de una infancia sometida a la pe. 'dagdgfa jesuítica.. .>• . ·, · . ·
El (28-Xll-10)
LA ESTÉTICA DE El'. ENANO GREGORIO EL BOTERO ·
Pág. 118; línea 4 ··
i< ... uil·Viento irresistible,
aterrador, bárbaro.:'.» «.:;un viento irresistible, arrebatador, bárbaro.'.,·,¡
EI;(20-X~ll)
Pág. 118, lineai20•. ·"" ""-''.háyluga'r para infinitas anécdoííís .. ,,. ' El (20-X-H), POC (16),u · ·'•«.:.líaylugarpara infinitas otras'ariécdóta5.:.» ' · ' OCl (46) 1 ",,.,
«Por otra parte, la masa, la masa del público, ese tremendo; monstruoso animal. .. »_
Pág. 128, lineas 12-13.
«Por otra parte; Ja masa del público, ese tremendó, monstruoso animal. .. >~ .· «La lengua énsaya el nuevo período maguificente .•. »
M(41)
«La lengua ensaya de nuevo. el período maguificen-
Pág. 129, lineas 10-ll LP (15cVIU-11)
«... este descenso del alma francesa .. .>> «... esta descensión del alma francesa, . ; »'
Pág. 130, lineas 3-4 LP (15-VIII-11)
«.;:es fatal para quien teme haber caído ya .. "' · « ... es fatal para quien ha caído ya .. .>>
Pág. 130, línea 14 LP (15-VIII-ll)
·<>. . «;;.delosantiguosholandesesadinerados'.»·. - . ,.
LA GJOCONDA ... Pág. 122, linea 13 ··
11 d
El (10-XI-11), POC (16), 001(46)
·. «.;.han vendido su álma o porcionéSde ella ]Jara mee .... •'jorarsu·fortima.» «: .. han vendido su alma o porciones de ella para inejorar'defortuila.» · i ~.-r;J. _ _,,
Pág. 135, línea 18 LP (15-X-ll)
· «.:.afo,irreal, a lo supremo.>> •'«•.;a lo irreal, a lo. superno.»
' Pág. 135, línea 31 LP (15-X-ll)
884
i< •••reacio <1 ••• reacio
al amar . .. » al amor.-..»
885
Vi;JAMEN DEL ORADOR'
Pág. 139, linea 13 El (9-l-11)
EL ESPECTADOR.-!
:
políticos.» .• ·· «.•. hombres políticos, aun cuando suelen atender con benevolencia, a menudo exagerada, lo que en otros órdenes adquiere algón relieve.»
.·
.':, VERDADYPERSPECTIVA
«Lá expresión extrema de ello.·.:»· «La expresión grotesca de ello ... »
Pág. 159, línea 15 EE l (16), O (32, 36, 43)
' .. 1·..
DEL REALISMO EN PINTURA
Pág.142, líneas 14-15 OCI(46)
«r.1tradición naCionaL>> «i.iiradición nacional angostamente•eritendida:»
Pág:·l43;lfnea'Hl El (21-VI-12)
i· ·
· «:.·.se haya¡t.reservado un trozo de ... » ·.«: .. se hayan conservado un trozo de.:.»
Pág. 161, line~ilO · () (32, 36, 43)
«Un célebrepintor'contemporárfeo,;:»• «Un celebérrimo pintor contemporáneo ... »
NADA MÓDERNO Y MUY SIGLO XX
· ESP (27-VII-16) incluía la siguiente nota al pie:'«(l) De El Espectador, de José Ortega y Gasset, cuyo primer número, repartido ya a los suscriptores, se pone
Pág. 165, titulo
- "" -. -fi ; ;; '.:
Pág. 143, lfneas 23-24 El (21-VI-12)
«... en la cumbre suprema del arte.» «... en la cumbre superna del arte.» ¡ i_i
Pág. 144, linea 3 '"'' El (21-VI-12)
'i ·
mañana a la venta.».;-:;
: · «;;:arititesis'IDayor que la que existe enfrefos pinl tares ... » · ·'«;;:antítesis mayor que la existente entre'los pinto" res-.(.'.>>----:
Pág. 166, lfneas 23-24 ESP (27-Vll-16),·EEl (16),
alma () (32, 36, 43)
Pág. 144, lineas 22"23 :«1:e'im¡:iortansólo las imágenes ... » · El (21-VI"•l2) .:.; ·'··«l.e'importan'la5 imágenes ... »
Los VERSOS DE ANTONIO MACHADO
Pág. 148, linea 32 El (22-Vll-12)
886
:; -- ··cc;~t_o'do Sinceridad-y justeza! .. 1> · «::. tddo hece5idad yjusteza ... »
« ... no concibe que se dé el progreso en otrafonna que en estado de alma progresista.» «... no concibe que se dé el progreso sino en estado.de progresista.»
LEYENDO EL ADOLFO, UBRO DE AMOR
Pág. 170, lfnea 35
EE l (16), O (32, 36; 43) incluían la siguiente nota al pie: « (1) Véase el ensayo titulado Acción y con. templación, que apárecerd en uno de lornúmerbs pró' ximos de El Espectador.»
887
ESTÉTICA EN EL IRANVIA
Pág. 177, línea 35 EEl (16)
«... el pío universal de las cosas ... » "·'·.el pío universal de todas las cosas ... »
Pág. 196, epígrafe
«LA BACANAL DE PoUSSIN», epígrafe no incluido en LP (1-1-13), EE l (16, 21).
Pág.197,línea,20 LP (1-1-13) •
«PorqueTIZiano refiere sólo ... » <
Pág; 198, línea 3, nota
Nota al pie.no:incluida en LP (1-1-13)., ¡ ,1
1 ,- ·•
TIERRAS DE CASTILLA. NOTAS DE ANDAR YVER
Pág, 198, epígrafe Pág. 186, línea 14 ",, • • «c .. deímpetussobrios, picaros o nóbles.» EE l (16), O (32, 36, 43) ,
«... y tocado con la gorra de piel de conejo .. .>> ',',«¡¡.y tocado conlagaviadepieldeconejo .. .>> «... de esta tierra roja, estéril y muda .. .>> ,« .. ;de esta tiérra roja y muda ... »
TRES CUADROS DEL VINO (T!ZIANO, POUSSIN Y VELÁZQUEZ)
Pág.' 192, epígrafe
Pág. 192, línea 3 LP (1-1-13)
«VINO DIVINO>>, epígrafe no incluido enl.:P (1-1-13), EE 1(16, 21).
Pág; 198, líneas 22c23 EE1(28), O (32, 36, 43)
:r,.
Pág, 194, epígrak
Pág. 195, líneas 3-4 LP (1-1-13)
888
asegura ... »
Pág. 199, línea 23 LP (1+13), EE l (16)
« ... sentía: devoción a la Naturaleza.» «.;.sentía: piedad hada !a Naturaleza.»,
CONCIENCIA, OBJETO YIAS TRES DISTANCIAS DE ÉSTE , (FRAGMENTOS DE UNA LECOÓN)
Pág. 203, subtítulo
«... la tibia luz blanca que se vierte por las vidrieras ... » «.. .la tibia luz blanca que se vierte por las claraboyas.;,,
« ... y se agarran al instante ... » «... y se aferran al instante ... »
~
«Sin embargo,,Poussin nos asegura ... »
« ... de asuntos y motivos: el hombre ... » «... de motivos sustanciales: el hombre ... »
"' .. «LABAc;:ANALDELT!ZIANO», epígrafe no incluido en , ,,LP{l+l3), EE 1(16, 21).
. « ... que llevan en los labios los dioses.>> « ... que llevan en !,os labios las divinidades.»
Pág. 198, línea 24 LP, (l-lcl3}, EEI (16)
En O (32, 36, 43) Pág. 193, líneas 3-4 LP (1-1-13)
' ' «LOS BORRACHOS DE VEu\zQUEZ», epígrafe no incluido,en LP (1+13), EE l (16, 21).
EE l (16) incluía la siguiente nota al pie: «(l) La lección, cuyos son estos fragmentos, corresponde al curso, dado en otoño,de 1915 y enero, febrero y marzo del corriente en el "Centro de Estudios Históricos"». «(l) La lección, cuyos son estos fragmentos, corresponde al curso dado en otoño de 1915 y enero, febrero.y marzo.de 1916 en el Centro de Estudios Históricos.»,
Pág. 203; línea 22 EE l (16), O (32,36,43), OCII (46};;
«... es,afincado en él, marcándole ... » « ... es afincado en él, avecindado en él, marcándole ... »
Pág. 207, línea 17 EE l (16), O (32, 36, 43)
_
fenómeD:OS conscientes en que nos ... »
« ... fenómenos mentales en que nos ... »
889
' · :"
Pág: 242; línea l ·
·.IDEAS SOBRE Pío BAROJA i ! .
Pág. 224, linea 6 EE I (16) ' Pág. 231, line~it -
Pág. 231, linea'38•
,; + '
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. ;J
«En lugar dereso!Ver su propio problema..:» «En lugar de resolver la situación ... »
'
EE 1(16), O (32;36, 43) incluían la siguiente nota al pie: « (1) Véase el ensayo titulado Acción y con'' teínplación, c¡ue aparecerá en uno de los números próL ' i ' Ximos de El Espettador. » ·-.·-'· EE 1·(16); O (32; 36, 43) inclúí~ri la siguleiúé nota · ··' ': ; al pie: «(l)Para evitar esta rrillla inteipretacióri muestra Bergson, en La evolución creadora, la animalidad · · • '• -: y fa racionalidad; n'o saliendo la una de:la otia:, sino ."' n icomd dos rrillnifestaciones paralela5 de un poder qué late igualmente bajo ambas.» ' " cu.! .'y antes que él. todos esos ilustres-partidarios:: :
Pág. 232, línea 13 EE I (16), O (32, 36 y 43)
»
« ... y antes que él todos esos ilustres espíritus partidarios ... »
Pág. 237, líneas 21-22
«Ut quidperditio haec? ¿Para qué este desperdi-
EEI (16)
cio?» «Ut quid perditio haec?»
UNA PRIMERA VISTA SOBRE·BAROJA ' (APÉNDICE)• '
:' ,--.r--,
{J'..
Pág: 242,'titülo,'nota al pie u
i<'.. lPór estos motivos me decido a incluirlo en esta nueva edición del primer Espectador como apéndice del ensayo menos inmaturo. (Nota de 1928).» ' Por estos motivos me decido a incluirlo en elfüL pectador corno apéndice del ehsayo menos iniuatüro. «... Por estos motivos me decido a incluirlo enesía nueva edición del primer Espectador como apéndice -
«: ..
O (32, 36, 43)
EEI (28) :•1
-1
890
1'.'
-i·deleusayo·meno'sinmaturo.>~
.;
·•
«UNOS CUANTOS DATOS
.í)_'.'
·Si abrimbs•El árboVde la ciencia ... » «Hará unos cinco 'años publicó Pío Baraja su no. vela El Arbo! de•la ciencia. Mucho tiempo hacia que, ·'ocupado en otros afanes intelectuales, no frecuentaba yo los libros de este autor. Al leer E!Arbo! de la ciencia me ocurrió tomar unas notas sobre lo que -'·' 'L esta lectura me sUgerfa y, en fin, entrar en conocimiento con toda la parte de la producción de Ba- ' ,;;~); i o,\ ··Tója:;,qu'e me' era desConocida. Tuve entonces la impresión, que luego no ha hecho sino afirmarse, de _.,t:¡ i·-.: :r! "'"'' "'h'J 'li" "qlÍe'hayert'esteiuovelista un'alto valor'espi'ritriál ... ,¡.,,,._,. : "' "..•IT•·.n '' ·'de·Éspaña¡'nojlistamenteatendidoporelpúbli, ¡j ,• i ¡
•Ji.Í'-;!J
co'y ]a:trftÍC'a'. ,.
116. Ciertó
c¡ue'en'süs'libros existe una enorme des:i«própbrciórl 'erttt~·las cualidades profundas que '' ,:, ;:, '" :Li<>h. cortstifüyéll. su valor y el aspecto descuidado, gra'' ., '" vemeute'defedti\bso, que presentan. Hasta el pun. ·,to esto es ásí; que puede verse en tal coexistencia de virtü&s y defectos el problema central del arte • i'' . y'almde hi'psicÓlogia personal de Baiojal Teirtpe~ '' · 'rarll.éntb'·eh'qtieinü·estra época pone todos sus re.. , '" 'flejos;'mereceria este autor que se le dedicase un , f i ! r;, r·: - - · ¿studfomás'ateritoy completo. Yo me había propüe5to'hacerlo, creyendo ver con igual claridad lo , qüe·hay de admirable y lo que hay de vituperable : ! 'J • ·en-su' obra"t'en-su ánimo. Pero el tiempo pasa y 1 • temo que se aleje' indefinidamente la ocasión propii:ia pararealiiar ese proyecto. Con objeto de que aquellas notas, al vuelo escritas, durante la lectu,., ra de süsclibros; no queden sepultadas y, arinqu'é 1 : : ' " " ' ' ' ·,¡ '" ii!: ., '" fi •:' '' . • i' incompletas; sirvan a algún otro para emp'reridd · ''" " : i . ,, i L:; r - :: :: i J¡ · 'uri estlidio más sólido de Pío Baroja, he querido pu21: 1: 1 '" · ·,•o:, ::u'';¡ -.[b :JJ'blicárlasahora:' • ' 'U '"Hay:en ellas un cierto tono de broma entre camara• ,, das; que nunca deberá el lector interpretar despectic vamente. "' " ' iBaroja, queademás de ser uno de los autore5'a quie-· - ' ::;ne.S-más adrríirá,,es uno de mis más próXiinóS-ánii.!. ¡
891
l.,i ¡:
l. 11
Ji 1
gas, tiene sobre tocias la condición d.eserunh 0mbre libre. Ningún homenaje más digno de tal carácter qu~ hablar. de él en el tono. de cordial sinceridad que él usa al tratar con las cosas del mundo.Sólo.debo . añadir.qµe si hoy reescribiera estas nota.s insistiría · mucho más sobr~los méritos de Baraja que sobre sus vicios. ·UNOS CUANTO.S DATOS Si abrimosE!,\rpol de la ciencia ... » pág .. 244, líneas 22;-27:
r1;·
LL(XII"l5)
;: •:casi. en SJI.tptalida(l_ de conceptos, observaciones y razonamientos exactísimos y coII1plicados sobre , ·+: ¡ · "-!puntos de .su ciencia; Este espíritu admirable debe ·hallªrseUeno, de reª1idades científicas, es decir, de nociones:~iII1ágenes, donde lo subjetivo, lo individual,. lo sentimental apenas se mezcla. Para poner f\lera;~-e mundq.e]{acto, reali:que lleva_ dentro, necesi_ta el-s~b_io~-.:~> il, . :«._.)a intimidad del espíritu de Ramón y Caja! debe estar,h~nchicla casi en su totalidad de conceptos, ob.,. · . secyacior¡es_y razcmamientos exactísimos y complicados sobre puntos de su histología. Este espíritu admirable debe hallarse lleno de realidades científicas, .es decir, deuo_ciones e imágenes, donde lo subjetivo, lo indiyidual,,Jo sentimental apenas se mezcla. Para · · · pon~r fuera: ese mundo exacto, real, que lleva dentro, .,,,, -neces_itaRamónyC:ajal...»
Pág.244,.línea 40 LL(XII:lS), , ", , " \; (1
'.!
Pág,245, línea 16 LL(XII-15)
892
•: ,,,..,Za i~~l~dad de ,un sabio debe estar henchida
·¡
•.: « .. .ideas· delas cosas. Sus pasiones vaporosas ... » -. «• . .ideas de }~,_cosas; viven casi únicamente aft;ctos, -:'1 :' rtristezas.y eXültaciones, esperanzas, odios, irritaciones y delit¡uias, Lo que ellos llaman cosas, son_ más · • : bien sus sentimientos personalísimos, de las cosas. :Sus.pasionesvaporásas ... ». .'«;::desde la psique elemental... » · · "". , desde fa psicología elemental.. . »
Pág. 246, líneas 4-5 LL(XII-15)
« ... de nuestros conciudadanos .. . »
. « ... de nuestros ciudadanos ... » « ... y los judíos rusos la primera categoría ... » . , ;«,.,.y los judíos rusos -una raza misérrima;....,.fa pri... :e.mera categoría ... »
. Pág. 247, líne¡¡sJ2-33 LL .C[Clb15) i H •.
«Su filosofía delegotismo ... » . «Su.filosofía delegoísmo ... »
Pág. 250, líneas 13-14 EEI (28),cQ(32, 36;_4]),.
« ... hacen todo lo contrario.» l l (Xll~l5), ,, ,. , "''' ... •:; , .<< ..... hacen todo lo .contrario, como .el de l.agartij 0: su "''" , , ,,¡,,-. · .:.:, pac4e, quefraile; y él, que habla de ser torero,» Pág. 252, línea 25
, -, .« ... acaso Baroja sea novelista por corted<1d de genio .. .>>, ]OEJ:C2,8l, Q,(32,;36,,43), ,, ·•' •:<<. •• acaso Baraja sea novelista, ¡perdóneme Dios el mal pensamiento!, por cortedad de genio ... » p¡ig. 253, línea 30 731
'''"'···!i"··la;tnujer ~o¡no el otro módulo humano ....».. • «.. ,es la mujer.COII!o disciplina y enriquecimiento ·:-cj.elh,o_rnl¡re, la mujer como,el o.tromódulohuma, no ... >~
pág .• 256,.línea 30: · LL (XII-15)
. ELESPECTADOR.-. Il
PA1ABRASA-LOS SUSCRIPTORES
· ,«"'·concluido, el segundo volumen de El Especta,
Pág.;266;líneas,4-5. ;·~
EEU(l7)
;_-)!\'.
r, doto,>~/,.;.; :
·. •·.:«!.\concluido el segµndo volumen.» .~,
1! i !
Pág. 267, línea 2, nota Nota al pie no incluida enEE II (17). La nota al pie ;:! kn:Lu • ; :•e·• _::L:;=f'¡:_se.introduce;:con elsigµiente texto: «Véase milibro ·• . ' _,,:_¡ Espmla>invertebrad
893
.,
traeC
:';:_¡ L -; :~., '.-i · -
"'Sibrt~sp:siCbló.gitatf!que caractfri.Zantiú~Stt~:ha·ra
1·.yadhesióil que'en temperamentos Iiórn\.a]é~ " · '' ·'' ·ná'á l•fi:ága una determinada conducta, t!ni'eliesi pañol suele quedar sin consecuencias. Y vicever. " ' ¡isa: la foriV:iccióii de que sus paliibras'dé'lioyno va\l • ' i . ,, a obligarle'aiiteisímismo a seguir uriii cil!riá ira~ yectoria, le permite emitir opiniones extremas y '• 'simplistas'queno correspondenásti eiitkdii'dee5" ' ' :píritil •de ayer o de mañana. Serla inter~sahl!f l.!..y alguna vez lo intentaré- el estudio de las perver-
. ¡;
''MUERTE Y RESURRECCIÓN
Pág: 283, línea 9; nota'
EEII(l7)
:-u
«Véase él libro dejacobo von Uexkülltdefil pará una concepción biOlclgica del mundo. La.traducción española de esta obra apareció en octubre de ,, '· 1921.» ''"' ·' ¡ ''''"" '"'"'«Véa5é el libro deJacquesvóíiUelikUllideas plirdtiiili concepción biológica del mundo.»
Pág.284,lííieas 29~30 EEII(l7,28) •
actual partiendo de esta sospecha, como working .iihypothesis! láihsÓlidaridad del'espa'ñdl consigo i miSn16):EpiSódidüliente he aludido a ella y a fenómenos que por ella se explican en muchoslugares 'deffiiS'~Ctltos¡:Es:Un error, a mi]ÚiCiO~HnSiSfir,':·5¿l gún se hace, sobrelil supuesta falta de solidaridad · e entre lós'españoles. No es tal nuestro mdrl:íóy'dbnl de, en efecto, se'nianifiesta a poco que se analice aparece claramente como una fatal, inmediata consecuencia de'lá falta de solidaridad deleSi)afiol cori~
· '<1: •• tódoünpetu y coraje, pasión y voluniiidJJ.:;,j .: '
«... todoii:npetuy'cotaje, todo pasión y voluntad ... »
es
~'c".·,•.:.su:S'er SU-tiiovirtíiento, sti Peipetiio·So'Sifnér'Se a sí mismo .. ;» ''!\•EE II (l 7;28),0 (32,36;43) "
Pág.'285, líneas 3-4
,,, 'í
,_ '.J';
,:·:··
Pág. 287; !mea 2'
·asfni.i.Smo~;fh> :·rJ;~--,"
«Precisairiente'porc¡ue conser\'áiidolá rio'seÍia sl.l
,,,_
'vida;»!''¡;''!'
EEff(l7; 28), O (32; 36; 43)
.i
;J·,
«Ptecis'ameiite:p'o'rque no sería su vida.»
0{32~36;43)fdn
1'·'·
EE II (17)
Nóta·alpie'tJ.ofacluida. « ... atomizada, pulverizada como un vendaval.»
O (32, 36, 43) incluía la siguiente nota•al pie: «En mi
Pág. 287, línea 32
libro Meditación de Donjuan he intentado desarrollar este pensamiento donde se entrecruzan los problemasmá~ dellcados'dd alma europea actual.»
AzoRiN o· PRIMORES DELO VUl'.GAR
'' '·ot32/36, 43) incluía la siguientenota al 'pfo:i
Pág; 294,Hnea 32'" · '
Pág. 300,líne~ 25;nota<'
Pág: 297; línea 21, nota'"''"i'.'«L.atomizada; •pulverizada, como un vendaval la . · '' . ¡·.; ,.. ',. ''· arenilla del,desierfo. Una expresión de enojo, de malevolencia o, por el contrario, de entusiasmo
·J\lota'alpie:n.oihcluida en EE'ff(17).' """
Pág. 301, línea 5 «A este párrafo respondería yo:» EEII (17;28);0 (32,36,.43) ·· ·«Aestepátrafo;digno-pas moins!=deunaifutura Antolog!á cómp\ie5fa por otro Planudio -pas mainel-, respondería yo:» ,-, ,- ¡~
.; •'(('.( :hayá'sido más'. extensa que lo es ... » Pag; 302, línea 37" EE II (17, 28), O (32, 36, 43) «•.. haya sido más' extrema que lo es ... » l!-
Pág. 303, línea 14, nota Pág. 305, epígrafe
894
L~-,ll·i·.'; r
,,;·_,)L.: ':U•.1Sigó·mis:rrloh>'1 _:
i -- --
:..,·.;:·1:z1.!:~'~-
Pág. 305, línea 3, nota
Nota al pie no incluida en EE II (17). «RUINA VIVA»!,; epfgtafe no incluido en El (24-Il-13). - ''. ,, ;
-,¡, - '•ff¡
¡i .
'
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·:
'¡ j_"
Nota al pie no incluida en EE II (17, 28) y O (32, 36, 43).
895
P¡lg.;3Q5, linea 16 u: . " : ,, i' 1 «.,.persistir así;¡por el contrario, demanda ... » El,(24c1lcl3) · ,. .. «.'.. per~is¡iras.(yquedemanda ... » I¡ág. 306,.lfneas 8-9' El,(24cllcl3) '
. , «.,.pero volyeria'exangüe, imaginario; espectral.» ¡, «... peroyolv~!"iª ·exl!ngüe.» ·
· · ' ~ í~-' F: El (17-lll-l3)¡;;;;¡¡[¡ !l : ··"
«Vamos así pensando conforme subimos de El Es-
Pág. 315, linea 19
Pág,306,,lineas,9cl0 . EI.(24cll-.13),,,, , , , ...
., , «.•... entre las II1amis ellibro deAzorln .. . » ;¡¡c<. •• eJ1tr~las,¡na~qs ~¡último libro deA.wrin ... » _y;>'¡ :}) ' ;f "J- j !".:----- ;'í ,;¡:-,;, ,,¡ .:-:.i;-' •" Pág.'307'.,li;neasJ-26. '·', ,,;¡Eárrafosnoincluidos en El (24-II-13).
El (31-III-13)
P,~g.,307,:epígi;afe'
EnEE•IIi(l7)i'''' "· ' .. O (32,36,43), OC Il (46)
· ii .
''j
!ii.iCJ!;
:h .
·ii'cc)ui9,o,e11EH2~Hl-13).
,, ,,
1.iL, :c-q :"';, i'.:~,n:.iL1 Pág.,307.,line~,JO: ,,, .cv· "' ii\<; .. ;en.e¡Jo,ha}l.cle,alusión a ese fermentar secre.: ~.! ::·ur¡¡¡ 2 _:~P?.-..f>__, - c:·;;-:ít , .. ·;;r:, EiQ24,11~13) . . ~· ·"en1,el)9.hl!y de alusión a esa fermentación se· i '-:.1· i: - creta •.. »:·;· 1:-; ,-i '-"·'
!. !:J:
,-,
«Aristóteles,dice que ... » «Aristóteles ,-,.,perdone el lector esta erudición a ·. que adminis.trativamente .soy. obligado"-:', dice
:1
Pág.,309.,epígrafe: ;•,:,:
¡;,.
-- ~ í
'
«PRIMOR DELA.REPETICIÓN», epígrafeno 1incluido:en :El (17-III-13):.i.,
,
;;pia:existencia:~~--;
El (17-III-13)
Je·_: /·-~-!
·.,
ll ~1.J
«1 .. como la fuerza elemental de la vida.» - '¡,
Pág. 311, lineas 3-4 ·:-.'- r;i¡:; ¡_,,
1,.
«Algo había de él en lbsen, en Stendhal y en Dos.to.ie.v?J
Pero es cierto que el Monasterio necesita muy especialmente queI1os peít:atemos'desu tnliteria ponderable. En otras obras de arte el material empleado 'ejerce una función transitiva, hace referencia a algo que no es él y se reduce a medio de expresión. Ya tuve un día oca.•·'· · "sióh'de:ihdicát quelapiedía de San Lorenzo no trata de expresar nada que no sea si misma. El esfuerzo que la mole acumulada representa está dedicado a ese mis.mo esfuerzo, aquí se amontonaron los vientres despedazados de Jasccanteras porque en lo futuro [... ]. Debieron.;,»
Pág. 317 ¡'linea '30 ' ·" " , '
«ConiD'enloscrierpos materiales, hay también en la
,.,¡ -:: _,; histo'ria:'.. >>
,,;,
El (31-III-13)
896
''''El apart!idol:A'HISTORIA, EDIFICIO DE ili HORMIGAS
. ""-¿Quién edificó nuestro Monasterio?' ' · / :. ' •.: -Felipell. ,,Jb¿Felipé II?Imaginemos la escena.''" Debieron::.)>!:'· . «i POETA DE LA. VIDA GREMIAL
. ¡.; ,_''
«... como la fuerza elemental de la vida. Segün esto, ·" ·.:engendrat un 1iijó vendría a ser un rememorar.la P!º~
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«LA HISTORIA, EDIFICIO DE LAS HORMIGAS
Pág. 316, lineas 5-8
'«.:.abandone¡eljardfn reverberante al· sol.» · «... abandone el jardín brillante al sol.»
Pág. 310, lineas 4-6
El (l 7-III-13)
'rial.. i»''.
. sigue a ELCASTiosMdYLO CASTIZO, que enOCII (SO, 54) va a continuación de aquél. EL CASTICISMO YLO ",, ,, ' ;C:Asnzo sigóe ª'POETA DE LA. COSTIJMBREi en lugar.de INTERMEDIO DE lAS'SILUETAS, no recogido hasta oc ·.,·;;; LL'¡ ·, 11(50).'!'i. JL, •
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Pág. 308, lineas 39-40 El (24-II-13)
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«Esto voy pensando conforme subo de El Esca'.J!l.·'
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Pág. 30a,~fneas25-26,,,, ' El (24-11-13) '!), ! ;., :
¡.,!!_~)¡::¡ i 'coii8.l~.o»'
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«Hay también en.la historia ... »
897
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«... por.su cora?P_n_lento.» « ... porsu con¡zó11Jento. Y hoy pensamos que la historia.heroica.nos presenta una humani~adde cartóll\ COI!l().esteJossorial,,cuando la primera sombra de la noche lo pr~nsa y lo vacía.»
Pág.:317, linea 36 El (31-III-13)
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EL ESPECTADOR.-. Ill
. Elpasaje.de:la Ética a Nicámaco no se incluye en O (3~; 36, 43)y es recuperado en OC II (46, 50, •··. ,,54).
Párrafo no incluido en El (31-III-13). ·, :· t·-H · 1 -) ;-:t « ... c¡ue dedica su.existencia a demostrar cientrficamente que existe ¡Provincianismol ¡Aldeanismol , , •·«;.,que dedica.si' eJ<ÍStencia a demostrai: qµe_e]<ÍSf ,_ 1
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Pág.317, líneas37-39 Pág. 319, lineas 10-11
«No comprendo cómo la realidad.:,» • «No comprenden cómo la realidad ... :»•
.Pág. 355, cita inicial 1 EE III (21)
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Ml)~ICAUA
·te.»: !)
~< ...porqu~significa lo espontáneo, la profunda e ina-
Pág. 3J9, líneasl2-13
' ,preciable.;. » ·, «...porque significarlo espontáneo, la profunda e inaprensible ... »
El (21-IV-13)
«... que este yo las contiene.» «., . que este y olas comprende.»
Pág. 320, linea 27 El (21-IV-13) Pág. 320, linea 30, _,.
<<.;.:que todas aquellas cósas pasadas no han pasado en rigor ..-.» ,¡:J _:U <« ... que todas aquellas cosas pasadas ni sontbsas ni son pasadas: .. »
El (21-IV-13)
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Pág, 321, línea 8- Pág. 322, . línea30
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· .. , , ;i<., . hizo con ella unajira de erotismo (lt:IJlÍtico .. ·"' , . · , .. ,, ,, <<,.,hizo con ella una pequeña jira de erotismo acudti, __ ;,¡~·~:
Pág. 370,linea l. o (32, 36, 43)
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•EL GENIO DEJ.'.A GUERRA Y•LA GUERRA ALEMANA
_._co_.~.»
··,,,« .... al.hospital, al confesonario ... »
Pág. 370, lineas 32-33 ES (24-III-21)
«... al hospital, al confesionario ... » «... trcinsito de un orden impeifecto a otro más peifecto ... » « ... tránsito entre un orden imperfecto y otro más perfecto. :. »
,-;
Pág. 371, línea 10
EE III (21) incluía la siguiente nota al pie: «(l). Véase ellibro (en preparación) del autor, El reverso del movimiento obrero.»
Pág. 371, linea 34 ES (24~III-21)
.<<, •• siguiendo su propensión ... »
Pág. 3 72, línea 14 ES (24-Illc2l), EEJll (21); o (32, 36, 43) •• i
« ... envoltura que se adosa ... » «; .. envoltura que se endosa ... »
•
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Pág. ,369,. linea ,13 . , , o (3Í,36, 43) .
««~isiguiendo
su progresión ... >~
:; :-;_,-
Pág. 338, linea 13 . ... EE 1 (16)
898
«;:.durantemilenios. . Mi manera de pensar ... » «... durante milenios. Pero esto es anticipar lo que en el uúmero siguiente de·ElEsp·ectador.ha de decir mientras.prosig()•el análisis de la obra· de Scheler. Mi manera de pen-
Pág. 373,•líneás.30c3li ·,., n .«
ejemplos extremos;::.» ES.G24cIII-21}• ·
. «El·. melodrama y el folletín son ejemplos extre" mas ... )>
899
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DE MAbruo A Asri.iruAs 6 Los í:ios PAISAJES
Pág.380; línea.28 .,,;-.'' i: ·- ·' ¡;
Pág. 3 77, epígrafe ESP (23-IX-15) ,.;,
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r ~(EN EL TREN>.:'_; "'i
Pág. 377, líneas'l 7-18 '
":.'.yméz¿la en ella iántas paftes de'múetteCc:oíno' ifa ·en· ttoZbS d'e '-\rid:i-. ¡~ ~ .:
ESP (23-IX-15)
«...y mezcla en ella tantas partes de muerte como da en trozos la de vida.»
Pág. 378, líneas 4-5
ESP (23cIX-l5) '
Pág. 378, linea 13 ESP (23-IX-15)
«Peró dejemós'l:an grave asunto. Mi intención se reduce a decir una cosa sin importancia ni trascendencia ... » · «Mas-yo 110 sé adónde voy a parar Có11 tahiO'prófol go; '.poiqtie nif-itltentión era decir un1~{éoS3'siiffm."..: portancia ni trascendencia ... » " ••
Pág. 378, línea 14 ESP (23-IX-15)
Pág. 378, línea 26
«He aquí algunas de estas notas.» «He aquí.algunas notas del viaje hecho este verano. No tienen aspiración alguna, no pretendeiinada¡ son palabras sueltas.»
.
ESP (23-IX-15)
Pág. 3 79, linea 9 ESP (23-IX-15)
· «Cercadoporestaaspere2:áianardiente:..ii • '''' «Rodeado por esta aspereza tan ardiente .. :>>'.!.:.~- i C.•
900
,·_;._
Pág. .J80;cli:neas•33"34 · «Dortdec¡uiera· se encuentran sus fustes gentiles, . ;; ;"" ,.. ,, .. · ·· ,:; ',.,. ;:; ; , :.atoillpafiando imrato la carretera solitaria ... » ESP.(23-IX"l5)"'• · ... ,, ,., •· : '«Dondequiera'selqs encuentra, pocos o muchos, ·"'i" . ;·acompañando'•hfcarretera solitaria ... » Pág:•!'Í81, líneas' 14-15 · ' ,,, · ·• «Con gesto dé' dignidad ofendida: ·,•·•·•¡=¡Caballero; en:Castilla no hay curvas!» «-(Con gesto de dignidad ofendida) 1Caballero, en ESP (23-IX-15) · '" "· Castillanahay'curvasl» Pág. 381, linea 15-Pág. 382,
« ... en Castilla no hay curvas!
linea12 ; •A LA·VuaTA .... .. !.:.
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"' -Durante este verano: [ ... ] . ·Algo de este linaje quisiera ser lo que sigue.
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UNPAJSAJE' · "" :r•n, •
c:.L,:; ·º',:
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Pág:380;líneas 15-16 ,,. · ''" ,\i:AiuJ·oscuro'ekielo; como Jós él1adros deFilippo. Lippb.»•· . ESP (23-IX-15) · " .·; «Azul oscuro el delo, como en los cuadros•dé·Filip-' po Lippi...»
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· ·: «El'trért avanza entre chopos parla vega.» · · .:
Pág. 380, linea 32 ESP. (23C!XC15) . ¡;"
'il!d '''T· i
·•.«Allá queda Papalilguinda, el humilde paseo provinciBI, sito en.Jas afueras, peraltado sobre el río, del que ascíenden'cohstantemente humedad y vaho.» · «Allá queda Papalaguinda, el humilde paseo pro.,. ·. '" Vinciah¡ue está'el1la5 afueras, peraltado sobre el río. •·· 'De él sube· constantemente humedad y vaho.»
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:Téburante•este verano [ ... ] . Algo de•estelinaje quisiera ser lo que sigue. · ''Pero·¿qué.séyo·cteAsturias? En verdad que no sé : . nada; No'hebusca'do el hablar con las gentes re. presentativas de aquel país; no he visitado sus industrias; no he averiguado nada; no he inquirido nada. Y, nd'obstante, yo me encuentro con una coe · '-mi:í opinión'sobre•ASturias. Queramos o no, el con-
901
tomo . en .que 1 por algún tiempo, vi~n;1qs. inmers9s 1 se va destilan.d().lll:través de nuestros sentidos en ·foqna,de átomos intelectuales. Al alejarnos, esos •• ; ! .~to~os de coii;ic:eptos, de juicios, se reúnen;,se·,ar-:::: .ticulari.cmoyidos por un misterioso impulso de or,,ganización que hay esp9ntáneo en ellos; y queramos o_no, en nuestro interior se levanta una opinión. : .Sería insensato que nos hiciésemos,solidario~de · • •:•.• · • estas opiniones nacidas fortuitamente•so!ire el área de nuestra personalidad. No son opiniones nues. ..tras; no:la~,hemos hecho nosotros; se.han· hecho ·-·-:-;-..ellas.solas:sin que nuestra deliberación asista a su i'! ! 1 -,, • ¡e: .. ) _génesis y l~ imponga unas. normas,?sin·que·nu·es.;. . tra voluntad!as.empuje. Para estas opiniones viene muy ajustada la definición que de· las ideas en '" > :geI?:etal:daba·~~ cochero de Heine:· Ideas ;'-'-¿sabe·us7 '" !! ted?~son'las'.co~asquese le meten a uno en la ca• · b.. eza:,. ,., :Pues,biert: he aquf:!o que de Asturias se me ha metido en la cabeza.
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LAS TRES SOSPECHAS
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Tras de este prólogorto podrá esperarse que tenga yo . imucho que decir de Asturias: En resumidas cuentas, . ·podría tbdo ello enéerrarse dentro de estas tres so~e chas: l.', que muy probablemente no existe en todá Eso paña un país donde con mayor pureza e intensidád se :L :.dé.los.caracteres de·una unidád regional; 2.', que falta por completo en.Asturias la c:Iara conciencia.de esb.'L:cís asturianos se sienten región, pero no se saben región; 3.', que ESpaña recibirá in.calculables beneficios, el dra en que los asturianos adquieran esa clara conciencia re!giona1 y actúensobre·ESpaña no como asturianos, sino • ""' i .;,como Asturias.': No es m11cho, pues;clo que.tenia. que decir de Astu' i '· • :, rias; pero si esas so~echas pudieran certificarse, creo •'": !·i.yp,qt(e no serían poco.
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·,
902
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::.-:T! C.:';· ,U~rPA!S.AJE;.1tt
,-,~ .. ;,·¡
· : : :d'ara entrar,en e]ahna de Asturias ... »
«... superficie de tonos calientes extendida ante po0
Pág. 383, líneas 15,16
s9tros.~>:·,'!
ESP (ll-XI-15) ·
« ... superficie,de tOJ:\OS calientes abierta ante nosotros.)>
Pág. 388, línea 20 : ESP (6-1-16) .. ·
«Un arcáng~l rev,olando ... » «Un.arcángel que dé sus voladas ... »
'r:·
Pág. 388, líneas 21-27
o (43)
.. ,
«.. .la tierra como astro es una abstracción fisica. Esto ,, , , . : .. mismo.que•llamamos España es una abstra~ción poi , líticaehistórica ..No cabe de ella una imagen ade. cuada; para representarla tenemos que acudir al simbolo o la alegoría; que son construcciones mentales: .Y1 ~n,cpnsecuencia 1 puesto que es España una construcción menta1nuestra, influimos nosotros en ella más que ella en nosotros. Frente a todas esas entida· -·, Lr11; j,deSab~tractas.~o»• · .L'.'''; f ~-í 1,;:.
Pág.J89;línea5,15-25
·1 -, ; ,
ESP (6-1-16)
"·<<.dugar;doméstico de estancia y placer. La tierra es un regazo, donde:el hombre trabaja y descansa, sue::' ña:y.canta~,;. ír:': :(;1 1, ¡La canción! Los valles cantábricos se hallan siempre resonando canciones de mil años, que se escapan como pájaros.parios claros de la fronda·.>En.Castilla es el campo mudo. · 'Yo!imagino que.uno y otro paisaje se increpan mu• tuamente. "1Campo sin soledad y sin olores!", dice , : al de.Asturias el castellano, ebrio de aislamiento y de , , agudos· perfumes: tomillo, cantueso, mejorana. r -. -· "¡ Canip_o ,sin. canciopesl" responde des.deñosamen' .. ·te e.l yallecitoastur.a'la imperial lontananza de la me.·,seta.»
esunregazo.)~,-
Pág. 389, línea 32 ESP (13-1-16)
« .. .latiendo corazones labriegos.» «.. .latiendo corazones aldeanos.»
903
:»·
Pág.390~líriea 3 ·
Los HERMANOS ZUBIAURRE
«Noe's fácil'de explicar en poéaspalabras .. «La tesis, Ilamémoslo así, no es fácil de explicar en
ESP (13-1-16)
:.;_·.'
,:,. "¡:iáéa~palabras:.;» Pág. 390, línea 6 ... • •· ·
ESP (13-1-16) inclufa la siguiente nota: «En conver.•: ' ·sacione5 privadas Id he hecho frecue'htemenié ya elfo • "· alude Juan Guil<é' eh su libro Idea de España, quéére" basa patriótica curiosidad.»
Pág; 390¡lmeas 8'9 «1.a ciud~dmoderna es una forma económica eide:: ..•. :· ... ológicá creada'pohel capitalismo de los últimos si. ·•'glos:1Pj··· •;·;e •
Pág. 395, lmeal, nota
Nota al pie no. incluida en ES (21-X-20).
Pág. 397, !mea 10 ES (2lcX-20) ·
«... ha dejado la voluble planta de Adán.» «.:'.ha ·dado la voluble planta dé Adán.». ' ·
EL QLJUOTE EN U ESCUELA
Pág. 401, título Pág. 390, línea 11, nota
«Sobre el origen dela moderna ciudad capitalista, · •· •· ••:• • · • "" .. • ,, r • • •; véase:Wernei: Sombart: Luxus und Kapita!iSmu~¡ ·•' · ,.. · · ·•·•1 • e, •l · ·:::1 . '1913:. QPub!icádaen la Biblioteca defa «Revista de •Octiderite>h•W: Sonibart, Lujo y capitalismo).» EE lII (21, 28) «Sobre el origen de la moderna ciudad capitalista, 'véase•Wemer•.Sombart: Luxili·tind :Ka¡iítlílismilii\ 19.13':•»'u0. ;:;.• •! •;¡; ESP (13-1-16) Nota al pie'Iioincluida. Págt390;línea14 ESP(l3'1cl6}1 ··
.. (( :. : que,cal pronto; sufrirán.» « ... que, al punto, sufrirán.»
Pág. 399, dedicatána, final EE lII (21), O (32, 36, 43)
Pág. 402, línea 22.· •' ES (16-lll-20) Pág~
.
· «La.ó¡:iinióndei:señor Zozaya» aparecía como subtítulo en la primera entrega publicada en ES (16-III. ,¡,•. 20); '.: !LJn'-~c~·J;en:Ia f~lucha~Por la ~e.~ .en--la-:existencia.'»
"« ... se ve más patente aún la finalidad· ae todo ins~
403;%1ea n
ES (16-lll-20)
:trumerito'-.'.'.·»; « ... seve'más patente aún el sentido de todo instrumento ... »
Pág. 405, línea 12 ES (16-lll-20)
'«:::fuerza genérica de motividad .. .'» « ... fuerza genérica de motilidad ... »
.
•;
·"' ·! · •''
Pág: 391, línea 4,.natli. · ':"u •Nota al pierio•induída en ESP(l3-1~16). ,
"
existencia".1>
I
l'
:Pág.39I;línea9d • u.' ESP{l3"1-'16}Íni:Iufala siguiente nota al pie: «No ·••·· ,., ,;: ·'' •prescindirde'esta,últimaydecisivainstanciaeslo ·'"''"''" '''" " " '' .· •'• qu·e·nas:separa a los verdaderos regionalistas de la dl.octrina-catdlanista: Yo voy temiendo que los catalanistas hagan de·Barcelona no más que un Madrid .-.,¡ .' j . ,,: JC•: : • :Lprcitestatarioy fantasmagórico.» !r "
¡ -f-"
904
.·¡
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«Si el lector me ha seguido hasta aquí, advertirá que
Pág. 405, línea 20 .!J_(
i! [ .. ·'.
ES (16-lll-20)
l.:_-;
se llega ... »-- :;
- , ·1-,-
«Si el lector me ha seguido hasta aquí, cosa no muy • probable;reconocerá que se llega;,:.,,"· ·!\
Pág. 406, línea 30 ES (16-III~20)
«••. a la natura naturata. » ~- ·, ~- ' . r : ; j . «·.'•:a fa natura nattirata. . Larga ha sido esta preparación, pero endnexéusable a mi propósito .de llegar por caminos contrapuestos a la misma opinión que el Sr. Zozaya sobre
905
,la lectura del Quijote en las escuelas. Ahora puedo, sin equívocos insinceros, mostrarle mi coinciden:cia.»
Pág. 418, linea 2, nota
«.. ,donde a grandes rasgos describe su sistema, ha sido publicado en la colección Ideas del siglo XX, con el titulo de Ideas para una concepción biológica del mundo.» «.:.dondea grandes rasgos describe su sistema, aparecerá pronto vertido al castellano en la colección "Ideas del siglo XX", próxima a ser publicada por lacasaeditoria!Calpe.» -;;, ,.., ,
·ES (26-III-20) Pág. 407, nota, final
«...yaun a escuelas enteras de la más reciente biolo,;; f, ,' ¡,;,gfar»•,i .' .. , .. :,, · EE III (21), 0,(32, 36,"43)¡,, ·)<1-.yauua:escuelas enteras de la más recientebiolo, gfa. Un resumen de mis cursos universitarios sobre este asunto verá pronto la luz.»
.,,. ,c.· Pág. 418, epígrafe,
,,. , . , , . «ELSENTIMJENTO», epfgrafenoincluidoenES (l-IV-20):,
- . 'J'
Pág. 409, linea 23
«Pues bien; como Nietzsche repetía, citando ajoubert: ... » ·,',«Pues bien; COl)lO Nietzsche de~fa:;r.>> ,
ES (18-III-20) Pág.410,linea 7,nota
En ES (18-Ill-20) el texto de la nota al pie aparecía · enelrcuerpo .entre paréntesis.
«... amamantasen sus hijos en el teatro durante las representaciones ... » «".llevas.en a' amamantar a sus hijos durante las. re.; presentaciones.· .. »_
Pág. 410, línea 17 ES (18-III-20)
Pág. 418, linea 10, nota ES (l-IV-20)
« ... que incluí en mi curso del año 1919.» «... que incluí en mi curso del año 1919: Pero ¡ay! el público no se da cuenta de que, trabajar en nuestra universidad es escribir sobre arena o esculpir el mar.»
Págr 421¡ linea 7 ES (l-IV-20)
<
Pág. 4 21, epígrafe
«LA VIDA INFANTIL», epígrafe no incluido en ES (18VI-20). «... Así, en estas mismas páginas de El Espectador y en la lectura hecha en 1915 ante el Ateneo deMadrid,,«Meditación de El Escoriali» «... As!, en "El Espectador", páginas47yss.11., y en · la lectura hecha en 1915 ante el Ateneo de Madrid: "Meditación de El Escorial", Capítulo primero: "¿Qué es un paisaje?".» '.. ' - :
Pág. 423, linea 10, nota Pág. 410, l!nea:l9; .
. ·•Comienzo.dela tercera entrega enES (26~III-2p)¡ Tras el titulo incluía la siguiente dedicatoria: «Para GregorioMarañón», suprimida a partir de EE III (21).
Pág. 412, linea 34, nota ,
Nota al pie no incluida en ES (26-111-20).
Pág. 413, linea 1, nota
Nota al pie no incluida en ES (26-III-20).
Pág. 413, epígrafe
«EL DESEO»,.epígrafe no incluido en ES (26-III-20). 1-·¡ ;
Pág. 415, epígrafe ,., "
Pág. 417, linea 26 ES GbIV-20) ,, .. ",. ')\¡ __. ;·;;[[,:;:·, ., '-:!.
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906
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ES (18-VI-20)
' . ';;¡
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Pág. 4 29, linea12:2 . , ES (22-VI-20)
«Aunque,enEspaña no es muy frecuente.<:.» · «Aunque en España son muy poco frecuentes ... i ! ;
.
¡;·
- .,j)
' .. ·-!i
((VIDA ASCENDENTE y DECADENTE», epígrafe no incluido en ES (26-III-20).
,.,,,y; eLsentido de este ensayo no es otro:.::.·~, "''' «Yelsentido de este ensayo, suponiendo que lo ten.:ga11no ~otro~ .. »
MEDITACIÓN DEL MARCO
Pág. 432, linea 8 ES (5-IV-21) •
«Ya que he de escribir un pliego ... » «Ya que he de escribir hoy un folletón para EL ,SOL.re».· [siempre «pliego» sustituye a «folletón>> en r el paso de ES (5-IV-21) a EE III (21)]
907
·labios gruesosyprominentes, mientras el fuego chlsporro tea. Una vez, hace mucho tiempo ... » «En el últirn() número de la Revista deI'edagogía pu' bli_ca_ un artí~ulo. sobre Rousseau y la significación de la infancia el Sr. Claparede, psicólogo estimado • ,y un() delos,pei:Jagogos más distinguidos.de Eurppa; lv!e complac,e.hallar en sus páginas curiosas apr~xi' , ,macipn<;.>_a pensamientos expuestos por mi en EL · SOLdos año5,~a:.ce,,bajo el título Biología y Pedagogía. Acaso el Sr.. Claparede no ve con la precisión y agudeza que fueron deseables la ingente cn¡;sti_ón que ,él llama,--,.,..fOinci_diendo con el vocabµlario por mí .usado-,, significación biológica de la infancia. Aca" . , ,so .tambiénsupon'é en Rousseau una intuición de este problema que sólo,le puede ser atribuida por el patriotismo suizo del Sr. Claparede. Pero lo importante es el hecho de que pedagogos de oficio y titulo, no _meramente fortuitos•com:o yo, adviertan que todo el orbe de la educación debe gravitar sobre este radical mandamiento: no hay que educar al hombre en el .niño;-sino .aleniño _ene! niño. Yo diria_aúnmás: es pre; . ", cjso _asegurar la supervivencia del niño _en el hombre adulto. La madurez es un fenómeno de adaptación, de-mecanización, de desvitalización impuesto por la necesidad. Vivimos propiamente en la medida en que logramos conservar una parte de la espontaneidad ··.·.primaria, que es la niñez. LeyendoJas ,páginas del Sr. Claparedeo he.recodado . lahistoriadeDancAuta, viejo cuento sudanés . , Una Vez; hace.mucho tiempo ... »
EL ESPECTADOR.- IV -r.r:
~
. i. ! e -
. ES (25-lV-22)
ELOGÍO DEL: MURCIÉLAGO
Pág. 448, líneas 6-7
· ·
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' . . . : ·; ; 'Í:'.
Pág. 453, línea 17, nota
1 •• • ' • •
«... 1913. (Publicado en la Biblioteca tlefaRe\llstttde
Occidente):»" ES (30-X-21)
"··'' ...
«... 1913.»
APA:r!A ARlisTICA
Pág. 455, líneas f-2
· · >' «... las personas dotadas de sensibilidad ... »
I!.N (6iV-2.3) Pág. 458, líneas 11-12
« ... a la crisis de placer artístico que ahora sufrimos.>~
LN (6-V-23);, •
• '
súfrimós.'»'" ¡ ''~
Pág. 459, linea 26 ES (18-X-21), LN (6-V-23)
J. '
·~ _j_
«... su son querulante ... » «... su son lamentable ... »
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' · , , «.. .la-conseja en Leo Frobenius: UndAfrica sprach,
Pág. 461, no.ta ,
,J912.¡~.
· : .« .. .la:leyenda en H9 Frobenius: UndAfricasprach, 1912.» ' ..
DAN-AUTA (CUENTO NEGRO) , ', ' i
PágA61;'1iileas>l'4
ii."L• ·
: ' !!'
908
"·_¡
>«He aquí el cuentóque en las noches de invierno cuenianériel-Sudáh los viejos recitadores, con sus
.. ' i·;
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Pág.;461,lineá14:.: EElV.(25),0 (32; 36;/l-3},. O.CJI.(46,5q}i:.;
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909
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CAIITAA UNjOVEN ARGENTINO'QUEBruDIA F!LOSOFiA _, 1 -
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Pág: 467,'lineas ' LN (28-XII-24) 1
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•''''' '''-\n•,:le'salvará'a'liSt~cÍ.»
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Pág; 469, lfne;.s 6~7; <<>. .biáS'persdnales de la conciencia.» LN(28-XI1'24}' -· di •" '«Llhuispersótiales de conciencia. (Algo parejo acon,-. . ..... ·.,'Te;'''''' teceálfuteleétua1e5pañol si se compara con el ale,,.·.:,;-.·, '": ,\c;i':· -¡{;: .::1 i:; uf_r;'iri"áíi;percirnoit'Ón'.;éfinglés o el francés).» <' -·( .'·/'. · :.! ; p ; , ··. i_,,,~ _¡ :¡;:_: 1·,; c;;,;L:·:/ _.• ,,, Pág.470,lihea'B'''·''' · -"'1-: · •i<.r.r:de'fa preci5i6n.mental.» LN (2scxr1.:.24) ' ' " ~,·dela preciSióÍl inental. ,_,, •:•'''""' i'Coliléido esto; ria· he contestado a sus preguntas. En • ·• ·;;e•füéi lápróximatartairitentarérespondera sus varias cues-
1 ' ·· 1·.
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TEMAS DE•VIAJE ÚlJL!ODF1922)
Pág. 495, linea 8 " " : ES'(24-XI"22)' ,,,_ i ·•,; -,.,
!·-~(' :: páfec e, '-pues~;brotar1 como de una simieÍlte ... » : ···~rL :paiece·brotar -'Cbmo de una simiente ... >~ 1
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' «.' .. de maneras intelectuales y afectivas .
Pág. 501, lineas 32-34'
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· '•' Ylas ruedas del•trenien que viajo continúan clicien' do:c¡Helion, Melion; Tetragrammatonl ... » ES,(26"X:I"2'2) :, •''•'" -- - •'«
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910
pliada la historia universal con dos gigantescos territorios. Esta súbita ampliación trajo consigo que de pronto, y sfu sospecharlo, se hiciera patente toda la angostura en que hasta entonces se habla man- tenido reclusa la hi.Storia universal. El circulo de civilizaciones antes conocidas --se entiende, bien ca'· :nocidas-eta'suma:mente estrecho, y, en rigor, la historia universal era más bien una historia de Europa con un breve-halo de vagas observaciones sobre otras cblturas~
1Cía'tbinb· uíia tl.ViliZación ·entre·otras, sirio como · -"la"' ci~aciÓn;·Apenas si, para fijar su silueta, podía ctoniparárselá¡cpor toda confrontación, con la ·· 'cültnrá dáSidcgtecorromana. No son para enume. •' '·radas ahora todos los errores que esta insuficiente · '' · pe\:spectiva'ha>pt'ciducido. Mas ahora, dos nuevos ·•• ' término~ de tótnpiitación-orientalismo y etno-"grafía= vienen a agrandar colosalmente el campo · : 'Visual. La: civilización europea entra dentro del cuadro; y su·perfil se presenta delimitado por los de otras grandes maneras de vivir, tan distantes de ella · moral y tempclralmente que por contraposición, de,. janméridiailamente definidos los rasgos europeos. ' •· I · Deista•manera; el'punto de vista histórico se ha desplazado, y no eórremos ya tan fácilmente el ries-- ,,,,. ''go de considerar como humanas muchas cosas que -· ' son'sólo de'uso doméstico europeo. '' · 'Esta dilatación del horizonte histórico, al permitir -que'se compare' mayor número de pueblos entre sf, ' ; · · ihahecho'manifieSto que la diferencia entre ellos cala ·hasta dimensiones mucho más profundas de lo que ·' ·Se suponfa¡ No,es 'en el arte, o en la técnica, o en la ·' •'' · i:reli!lión, o en las formas políticas en lo que más di,' vergen los püeblos;•sino en cosas mucho más ele-mentales, ' 1
i .. ,
911
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Por ejemplo, antes que artista, político, industrioso o. teólogo, .el hombre se siente rodeado de un enorme objeto, que es el espacio mundiaL No cabe idea, : relación más simple. y primaria que ésta del indivi.,, .duo con el ccmtorno cósmico patente ante sus ojos. .• ;. ·., 0 . l'ues.bien; ese hecho elemental es ya sentido de ma. .nera diferente podos distintos pueblos. El hombre de Oriente, en su origen habitante de desiertos; 'Vive mientras conserva puro su destino bajo :una tie11cia móvil. Sería un error considerar ésta ,,como.u11afprma.germinal de la casa. La casa es un recinto,.deµtro del.cual nos alojamos; es un espa.••.ci 0 '(;0119-rn•do dentro del gran espacio confinante , , , que es: el mund0, No hay "casa.... mientras no hay la ' emoc,ión de lJTI.; "int~rior", de un "dentro_" frente a , n _. 1 -:-, ¡ , ,- -11µ ·'·'fu~ra t .;·L~ .c~sa, por excelencia, que es la ingle.,, sa;se llama.rhomer, vocablo donde nos llega resu- ,,-:. :• ~ido tod() .el en.canto cálido, intimo, seguro de la ,atrn~sferaintefio¡-..Pues bien; para el nómada no .. hayun,"dentrq~,yun "fuera". No hay más que el · ... gran;, ámbito del cielo curvo sobre la superficie horizontal de la tierra. Su tienda no es para él un "den. t;ro~ quelesepara:delmundo: no la siente como casa, ·· , , ., , sino como todos sentimos nuestro traje. Es el abri. go portátil que va y viene con el hombre. Frobenius asegura haber .oído en los cantos de los moros lla·; , . . , mar a la tienda "el traje de la familia~. La verdade. , . ,,: ,, ,,,¡;;: .:,ra,casa del nómada es el mundo en torno, que tie:.: :::::-.c -~:!!:.1;p~: un:_.-te_cho:_·abovedado -Y "encierra" -como
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..•. , ·;1..! ,, ..
:-·-urrr --
·cita a la exploración, al ensayo lejano, a la empresa coloniaL El espacio-cóncavo y, por tanto, limitado y el espacio~~ensii;lad~on dos reacciones.. antag¡jniJ:llS,.)11"~ teria .tan e]eme11tal que más no puede ser, donde re.. vela¡¡.., dos:pcla,ses, de pueblos su •profunda .heterogeneida.d;;l1odrá la convivencia histórica, el canje de ideas, productos y técnicas modificar esas posiciones primitivas, haciendo que el uno adopte manera del otro. Pero siempre en lo adoptado sa.brálá migiI1'1ria•teiidericia deslizar su influjo. As!, cuando la construcción de casas fijas obliga al habitante del desierto a aprender la diferencia entre el ~dentro" y e]"fuera'\ se constrnye una habitación de tipo opuesto a la del hombre norteño. De esta suerte nacen las dos estrncturas inversas de habitación: .!~.casa c0 n.patiq.e>cterior del hom]Jre enropeo,y;la casa:oriental cqn patio interior en tOf!lO al C1l.als~ abren los aposen.tos. Esta última, en que a veces se cubre el patio con una bóveda, no es sino la traspo. sidó11al~cientr0 " i;loméstico de.la[Í()J:111a:que ~~,IIó~ macla atribuye¡¡] espacio cósmico-un horizonte ce,rracllkY.·~obre:Ia .comba masa del cielo; radiante cúpula azuL»
, LAs DOS.GRANDES MET,\FORAS cJ•(EN.ELSEGUN.D.0 CENTENARIO DEL r-jACIMIENTO DE KANT)
-,;;-;:;·_nuestras_mansib~~"unespacio_finito".
,-,,A_.esta.primaria intµición del espacio cósmico, su-
. Nota al pie no incluida en ES (3-V-24):, :;·
·'"''" .•
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912
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.,puesto de todo1o demás que el oriental piense o · , • sienta, se opone, radicalmente la que es propia al ···, , . , ,· :, hombre occidentaL,Habita éste entre sus cuatro pa• :, redes·¡,queJe.sepárah del mundo exterior y recor,,' tan.un espacio limitado y fijo en el espacio universaL Por oposicióna la·finitud del espacio doméstico, ,:;del "d-entro,'\;iei.:_e'spacio cósmico le. aparece "injr;f-::meri5o~~--¡infinitp1',. De aquí esa idea del."más allá", ese ultraismo•caracter!stico del europeo que le in-
:,;,
Pág. 5051 1$riea3;nota
.... 1< .. ,enla,explqracióncientífica.» 1 · .. •,J[
Pág. 509, línea 9 ES (3-V-24) ···!i''
.ce
· , 1<: •• ;en la
"
exploración científica. , ,,,. Yo no sé que esto se haya dicho nunca; mas espero persuadir de ello allector en el próximo articulo,!>- : , '!
Pág. 514, líneas 15-16 «•.. es inextensa, incolora ... » ES (15-,Ylc24) ,, , f'' · · , :•1• · ·' :<< •• :esinespacial; incolora: .. »
913
r 11
1
·. ¡ · ·
:CoNVERSAQÓN'EN EL GOLF O LA IDEA DEL DHARMA
Pág. 52S¡!]ineas 2•3" >•· • · ' ·'«c'.:p6rque sus.palabras son inexactas, insinceras y < ,., · ''contntdii:torias.>>'' ·'' «:Hpiirque'Sus palabras suelen ser inexactas, insinL: ,.. .'cera¿ y bontradictorias. »
Pág. 538, epígrafe ES (4-VIII-25) ·
«EN ELYIAJE. lDEAS'DE LOS CASTILLOS»
Pág. 541 1 línea•l
«... someter la química de nues.tra alma al reactivo
ES (6-VIII-25)
delos ... » · «.•. someter la química de nuestra alma a la reacción de los ... »
Pág. 543, líneas 30-31
« ... lleguen a la Asamblea constituyente de Francia
«IDEAS DE LOS CASTILLOS»
«... a un estado de ánimo habitual que no encuentra ell'elriesgo de una empresa motivo suficiente para evitarla~>~-:! -·, -/ .. ".:.al ánimo'para el cual el riesgo que una empresa traiga· consigo no es primariamente motivo para evitarla.»
Pág. 545, líneas 15-17
1
• •:
1¡:
por mediación de los Estados Unidos.» '« ... lleguen de lrigláterra a la Asamblea·.coristit:Uyente ·de Francia porniediación de los Estados Unidos.» ·
'Et: ESPECTADOR.-·· V
Plíg .. 531¡ 'lfneas3"4' fi ES'(23-Vrl•25)' ' '·:u
1
.,¡·;.. , e1'liarrahcci aliajtí, y luego, de un gran brinco ... »
ES (13-VIII-25) ·
J"' .,. ¡¡¡¡;elbarrithcóabájo)Súbito, y luego, de un gran brin-
-_.-,,
Pági 531; lineas 18-19 "; . '"'«!J•. y lesóiptende a\mo, de pronto, sentir que por ·1J::u3;.J-,,- ·i ·;11- ~ 1.1)r:·r ,.-
.-i·1casuálidád !tieneÍt:'ráZón.»
Pág. 546, línea 26 ES'(l8-VIII-25)
~
Pág. 547, líneas 21-22
«¿Va a ser nuestró' ideal la organización del planeta como un inmenso hospital y una gigantesca clí-
·' ' dw¡.;:,y le sorprende a uno sentir que tienen razón.»
Pág. 533, lineas 8-13
Párrafos no incluidos en ES (25-VII-25).
nica?'~
Pág. 534, linea 4 ES (25-VII-25) '
.tachándolo de repugnante.» '« ... estigmatizándolo como repugnante.» ' ",' i
Pág. 535, linea 2 ES (25-VII-25)'. '' Pág. 535, linea 13 ES (25-VII-25)
«¿Va a ser nuestro ideal que se organice el planeta como un hospitaly díni ca?»
ES (18-:vIII-25) ·
Pág. 552; epígrafe ES (18-VIII-25)
fuese tan basto, tan ruin.» · ';¡...'f.no fuesetimba5fo, tan ruin, taribellaéo:»Y r r!J¡r': :«;·i:unafaldefta'náufraga en un mar de espigas~»
·T
«IDEAS DE LOS CASTÍLLOS: LOS CRIADOS»
, :
Pág. 5 5 7, epígrafe
•«SANTILLANA DEL MAR: LA SOMBRA MAGICA DE LA VA• RITA»
:: ·'' ·' .,,., '«·.:i:unaialdeit'a náufraga en un mar cereal.» . ES (10-X-25)
Pág. 535¡:lfneas•l5"16'•' ES (25-VII-25)
<(LA SOMBRA MÁGICA DE LA VARITA»
1 • · " ' '"' ,un'afrl!sca'tirtlebla. En cambio, desde lo
oscuro .. .>> «... una fresca tiniebla. Desde lo oscuro ... »
Pág. 562, líneas 22-23:· · ,¡',;
r:
Pág. 537, línea 32 ES (l-VIII-25)
914
...• ,,,,; '""''.que calcuiamos en la fantasía si un éa5co gocfo'.. ',¡¡ «... que la fantasía experimenta si un casco godo ... »
·
-~:.Li! :«:~:.-)~en el nombre"-~e las personas divinas.>~ j-·;
1
'915
«Esta ~uje~posee un arcano hinterland ... » «Esta mujer posee un arcano hinterland ... •Claro es que ~n Biarritz hay lugares mucho más elegantes que el'~bar basque", el cual apenas si lo es. Pero nos falta Ja fe y procuramos sortearlos.»
Pág. 5 65, líneas 7-8 ES (17-X-25)
montada el alma sensu st1icto, cuyos fenómenos más claros son los sentimientos, deseos, inclinaciones, afectos, fantasía, etc. En fin, envuelto en el volumen del alma,resided espíritu, que es aquello de nosotros corr que somos.autores de nuestros propios actos: por tanto, el intelecto, la voluntad (frente al mero deseo) y la sensibilidad para losvaloresy sus'rangos objetivos, La distinción en Ja intimidad humana de estas tres zonas-"vitalidad ...
VITALIDAD, ALMA, ESPÍRITU ·._·[;!.;
Pág; 583;'1ínea 20 ' ES·(l2,Vll"25}u ·
,Pág. 584; línea 3 · ES {12-Vll-25) :
11
«El hombre. que siente Ja delicia de ser él mismo ... » ,,.,, ·«Elhombre que siente Ja delicia de ser él mismo, y sólo el mismo ... »
:¡;.
EE V (27), O (32, 36, 43) · .,.'"' «Entrelosmuchosrecuerdos y papeles que conservo de mi amigo A ... » «Entre los muchos recuerdos y papeles de miamigó ·· · Donjuanque·coúservo ... » «PARA UNA CARACTEROLOGÍA
La distinción en Ja intimidad humana de esta5 tres zonas-«vitalidad ... » (XI~26)•
•
Pág. 600, líneas 18-19 LN (17-IV-27)
«... el humanitarismo y el parlamentarismo.» <<' ... ·el humanitarismo.»
Pág. 601, líneas 3-4
«La nueva época comienza por un preludio de cinismo triunfante. Es probable que al amparo ... » «Es probable que al amparo ... »
! «PARA UNA CARACTEROLOGÍA
'·-¡.
916
.«En mi ensayo Sobré la expresión.fenómeno cósmico, pueden verse ... }> «En mi ensayo La expresión fenómeno cósmico -se han publicado, en 1924, algunos trozos aquí y allá-, pueden verse:. e»
FRASEOLOGÍA Y SINCERIDAD
Pág. 585, línea 32
RO
Pág. 589, línea 10, nota
Las páginas siguientes constituyen el postrer cápítulo.de un ensayo titulado "Vitalidad, alma, espíritu". En él se da nueva forma a la distinción de tres orbes o clases de fenómenos psíquicos que, indisolublemente unidos, integran la personalidad humana. Esta distinción tiene, por lo pronto, un propósito meramente descriptivo, y, con graves variantes, comienza a extenderse entre los psicólogos.. , Doy el nombre de "vitalidad" o "alma corporal" al · estrato inferior de la psique, en que ésta se une inmediatamente al cuerpo, arraiga en él y con él se con.funde: A ella pertenecen, e.orno fenómenos, los instintos somátiCas~:las sensaciones orgánicas, el placer .yel.dolor; la sensibilidad para los ritmos, las imágenes sensoriales, etc. Sobre el estrato "vitalidad" va
EL ESPECTADOR.-VI
.Dios A LA.VISTA
Pág. 606, líneas 37-38 LN (9-I-27)
«La consecuencia de ello es que el paisaje agnóstico no tiene últimos términos.» «La consecuencia de ello es tal que el paisaje agnóstico no tiene últimos términos.»
917
. SOBRE EL FASCISMO
PARA UN MUSEO RoMANTICO (CONFERENCIA}
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·Ji
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!•,
•· Este.texto.no.aparei:ió en O (43). En sn lugar figu' ra «Las fuentecitas de· Nurerriberga».
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,,,,.
Pág; 608, cita inicial .
'
«Para un museo romántico». ES (8-XII-21) incluía la siguiente nota al pie: «Conferencia dada .en las salas del Museo Romántico el jueves 24 de noviembre último.»
Pág. 627, líneas 2-3 ES (8cXll"21); PMR (22), EEVI (27), O (32, 36, 43)
«... sólo una cosa hacía sin intención y a la diabla.» «.;.sólo una cosa hacía sin atención y a la.diabla.»:•
Pág; 628, línea 14 ES (16-Xll-21).
«: .. queda prisionera.Ja eterna fugaz.» «.:.queda prisionera 1a eterna fugitiva.»
·· • " 1.a'cita inicial «Sine ira et studio» no apareció en ES (25-II-25), sino como subtítulo de la segunda entrega en.ES (26-II-25).
", "DESrtNOS:DIFEllENTES
: >;
Pág. 623, titulo
''
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.!·'Este texto no•aparedó en O (43). En su lugar figura «Al margen. del libro Los iberos».
Pág. 630¡líneas 39.40: Pág. 618, línea 35 ES (2-VII-26), EEVI (27), o (32,36)
« ... pero no admiro su genio gesticulante ... " «.... pero no envidio su genio gesticulante... "
1
«Los burgueses· se portan como señores de la Tabla Redonda .... >>
,!,,.
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·1:· -
ES¡(16-Xll"21),.EE VI (27), . «Los burgueses se comportan como señores de la 0.(32;36, 43) Tabla Redonda.:.» i:;. 1, \
EN EL DESIERIO,•UN LEÓN
Pág. 621, líneas 19-21 • ·
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·«Todavía en Nietzsche, que era un helenista, posee
LA INTERPRETACIÓN.BÉUCADE LA HISTORIA
Pág. 634, líneas 19-20
• · •'• la palabra gran prestigio, y cuando habla de siglos mejores no hallará mejor encarecimiento.~.>~
ES (12-XI-26), EE VI (27), o (32, 36, 43)
riicióll1).»
ES (3-XC25),LN (4cX.25)
«Todavía en Nietzsche, que era un helenista, posee la palabra gran prestigio, y cuando habla de siglos meJóteS-hO hallará mayor encarecimiento ... »
LN (5-Xll-26)
«Todavía en Nietzsche, que era un helenista, posee la palabra gran prestigio, y cuando habla de sí y los siglos.mejores no hallará mayor encareci-
« ... no se puede pensar tranquilamente en tal defi-
Pág. 634, línea 20, nota Pág. 63.4; líneas 34-35
miento ... >~
«.. ;no se puede pensar tranquilamente en tal definición. Otro día hablaré al lector de su "Psicología · de1los chimpancés"; uno de los libros más graves de esteúltimo tiempo.» Nota al pienoinduida en ES (3-X-25), LN (4-X-25).
' tal ¿Por••• » LN (4-X-25) Pág. 635,'líneas 5-6·
;_((.·.·~uworltlng-hypothese".
~e ;~·.tainbiéh
¿Paf ... >~
a fuerza de exageraciones sucesivas.
Su ... >~:
LN (4-X-25) '
918
« .. .-también enferma exagerada. Su ... »
919
Pág. 635, línea 16
de cada una de las grandes actividades humanas sobre las demás. Así, yo siempre he echado de menos que se tome en·serio lo qu'e una vez, como al desgaire• dice Aristóteles en la "Política" y que suena a·úna estricta
« ... brahmán, es pobre, no posee nada. El verdadero brahmán es "el. .. » «... brahmán es "el...»
LN (4-X-25) Pág, 635, lineas 27-28 LN (4-X-25)
contraposición a la interpretación económica de la
«,,.principio inv.ariable q11e sea el rector de las mudanzriS humanas·.»« ... principio que monarquice el universo históri-
historia. Entado estado político, dice Aristóteles, "el soberano· es el combatiente y participan del poderlos que tienen las armas". ¿Cómo? El poder no se reparte entre los poseedm;es de los instrumentos de producción sino entre Jos poseedores de los medios de destrucción, "hoy kektemenol ta ho··pla"-.»
co.>> ': .;
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Pág. 635,:linea 30-Pág; 636, linea 12 LN (4-X-25)
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920
«Recientemente ha hecho notar Scheler .¡.;,,];las armas.» «Recientemente ha insinuado Scheler un pensa. miento que acaso fuese importante si alguien in" tentase desarrollarlo y comprobarlo. Scheler ácep" ta el concepto de ciclos históricos relativamente independientes que en "El temá'denuestro.tieniC po" oponía yo a las "culturas" de Spengler. Un ciclo histórico es, por ejemplo~ Rónia, otio Europai En todo momento actúa, como no puede nierios de ser, el repertorio íntegro de fuerzas humanas esenciales, pero en cada etapa de ese gran ciclo predomina alguna o un grupo de ellas sobre el resto. Así, según Scheler, cabe distinguir tres grandes períodos en toda evolución de un cuerpo histórico: en el primero predominan las fuerzas étnicas: es Ja raza, es la sangre quien dirige el movimiento humano y · esculpe las escenas de la vida primitiva. En el sec 'gundo'son las fuerzas políticas: religión, estado, derecho; etcétera. En el tercero y sólo en el tercero, las fuerzas económicas tiranizan el resto de las potencias históricas. Sea cualquiera el valor de esta idea lo indudable parece s~r que necesitarnos un eriorine trabajo.de investigación antes de que podamos decir que la ciencia histórica existe. Esta investigación ha de ser de muy distinto sentido que el usado. No se trata de allegar más datos históricos sino de perescnitárla mee cánica o, si se prefiere, la fisiología de la realidad his. ,tórica. Y para esto es preciso medir el póder casual
Pág. 636, línea 13
«La interpretación bélica de la historia tiene de común ... »
LN (H-X-25):,
«Una interpretación bélica de la historia formaría.el perfecto "cbri.trapo,sto" a la interpretación econOIIlÍca y probablemente sería un punto, más verdadero que ésta. Como ella, y aun más que ella. iluminaría grandes trozosdel proceso histórico que aparecerían entonces casi inteligibles; pero, c~mo ella,.d!'jaría otros en la tiniebla. Sería, noobstante;.detnucha · · importancia ei
Pág. 636, línea 30 LN (ll-X-25)
<
Pág. 637, líneas 5-6 LN (ll-X-25)
«... que mana sin;;.>>
Pág. 637, líneas 22-23 LN (ll-X-25)
« ... combatían en masa informe y cor¡fuso tropel. Los.-.. » « ... combatían en masa y tropel. Los ... »
Pág. 63 7, línea 29-30 LNUl"X-25)
«Aquiles pone en fuga ... » «Aquiles pone ante sí, en fuga ... »
921
Pág. 637•, línea· 33 LN (ll-X-25)
~< ... amenazase su << •• •
Pág. 637, líneas 36j3 7 ,
lanza ... >~ amenazase su certera lanza . .. >~
:LNC11-x~25J
«..·.y obed.ece a un mando, puede proporcionar la ... » «... y obediente a un mando, proporciona la ... »
Pág. 638, líneas 24c25 ·'
~( .'. .'de:tiefra. -Pero -esto
-
acarreó otra transformación • 1 enla.política interior de Atenas ... » '« ... de la:tierra.Sín embargo, esto planteó otra transforrnación:interna en la política doméstica de Ate-
nas ..:.>>'
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1
LN (ll-X-25)
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Pág. 638, líneas 25-26 LN (11-X-25)
«... cómo la guerra influye en la historia jurídica ... » « ... cómo influye la gnerra en la evolución jurídi"1:a~'.·.' » -.
:Pág; 638, líneas 27"28
·«:.;armas" creando asilas formas de gobierno, la . figura del Estado: Cada:c:i>
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Pág. 638, líneas 30-31 LN (ll-X-25)
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«[;.pilotos. Los.:.>>• «'.,:pilotos. Total unos 200. Los ... » <( •••
atenienses aprestaron hasta ... 1~
sólo 12.000 espartanos, frente a 180:000 ilotas y · 50.000 periecos. ¿Cómo logran aquéllos mantener · en obediencia a una masa tan superior? El mistéj rio sé aclara•cuando averiguamos que"los es¡:íarfa~ nos no dejan a los ilotas tomar parte en las guerras :'o¡:a lo sUrrJ:o; loS emplean com,d-'eScuderOs·~ y:sieníl. pre sinarrnas. Sólo admitían en su ejército Cier"t6 número de periecos, cuando más igual al de esir.·. ¡-partiatas','» «... clases inferiores y lo uno y lo otro ,...-servicio mi··· 'litar obligatorio y democracia-resultiri emanados . de un ímpetu imperialista. Es curioso advertir, como •.•T · casiSiertipre·én la historia, que el iniperialismoJíá sido un fruto democrático y viceversa; las demacra.. ' !ciástin•doríque'ahirgan los imperialismbsialasfáuL ces del pueblo." '' •r; Véase ahora el caso inverso. Hacia esa misma época =sigloV-""hay«!íi Esparta sólo 12;000'e5partanos, • ''' .. ,,, • frente a 180.000ilotii.sy 50.000periecos: ¿cómo aqué~ llos lograrí•martténer a un número tan superior en es"'"' tiicta obediencia? Los espartanos no dejan a los ilotas J • • ·téíniarparte erílás guerras o a lo sumo, permiten su intervención como e5füderos y siempre sin arrnas. Sólo admitían un cierto número de periecos cuanto más · igual al'de es.padatás. · · • ' •Bien clara a.parece'érí esta contraposición la depen. dénciaen quda forma y el espirito politicos están de
li
·.-1/· i' ,..
Pág. 638, líneas 32-33 LN (ll-X-25)
«;. Jibres y nobles ~los eupátridas-y.,. » « ... libres y d.e las clases superiores, sobre todo los eupátridas,y.;: »
Pág. 638, líneas 35-36
« ... clase censataria inferior que no servia en la falange:.. »
1 ;'
LN (ll-X-25)
Pág. 640, línea 14
«... clase inferior-censitaria, a., los obreros no libres, !:'
Pág. 638, linea 40-Pág. 639, línea 9
922
Pág. 640, línea 3 LN (l-XI-25)
·que nunca habían servido en la falangé:. ,,¡ • ' • «.. ·.clases ínfimas[; .. ] imperialismo: Hacia la misma época existe en Grada un.Estado rígidamente aristocrático: Esparta. Se compone de
Pág. 640, línéií 30 LN (l-Xl-25) "'' ;•;
quien neve las armas.»
« ... el triunfo final sobre la Hélade.» « ... el triunfo final sobre el Peloponeso.» LN (l-XI-25) incluía la siguiente nota al pie: «Véase Eduardo Meyer, "Historia de la antigüedad", II, 559. '' · · : -Se trátádela obra más importante de toda· la hisc · • : toriografíá actu:al.». · · ••«El Ejército atemeTI.se ... » «ElEjéreitogriegól .. » ·' · ·
923
Pág. 640, lineás 36-40 Pág,,641, línea 3. IN (lcXlc25):
. Párrafo no incluido en LN (l-Xl-25).
Pág. 648, líne~ 16 . ES (26-VIII-26)
<< ... es la.estructura de la fuerza armada.» . .
· pág. 650, !i!l~as7-B ·
· ,; ._·-<
Rág, 642, líneas7-B. ,, '· ,,.,, ·.
,,
Pág. 642, línea 15
« ... sino sólo generador; son prole-de aquí prole·tarjos.1>
LN Cl:Xl:25) •
«,..sino sólo'generador.»
pág.. 642;líneas 20-21,
" .. l< ,;,mientras los pueblos salian ... » . «,.,mientras .tanto Jos pueblos salian ... »
,..,.(El que,hería la víctima del sacrificio se llamaba
.pop.a)i»uii·'· •u. ,,,,,
. F1 :r}
Pág. 650, líneas 10-11 ES (2~IX-26), EE VI (27), o (32, 36, 43) Pág. 65 t lÍilea 9 , ES (2-IX-26)
a crearse un número de electores ... »
, :".<<,·... empieza, a crearse un núcleo de. electores ... »
. ·(
, ::;)\(La pig dC>n!'le se queman los cadáveres se llama upopa~).>>_.1~,' ¡, ~-'
Pág. 642, línea 27 LN (l:Xl-25) ,
,?.')":
,_,,_,'
,, «Elromano.p11~asangre ... » <
. ··¡:
NUEVAS. CASAS AN;r!GµAS
Pág. 655, lineas 1-2
« ... ypor añadidur.a quede estilizada, embellecida.» , « .. ;y por añ¡¡diqura quede estilizada,»
,! _,,s~ngre+.-.11,--.
Pág. 642, línea 28-Pág. 643, línea.7
«Y esto poda sencilla razón ... » hasta el final del párrafosiguiente,suprimido enLN (l-Xl-25). En su lu..garse leía: .<
!l~g. 656,lfµeas, 19:17
LN (19-XII-26)
·r
SOBRE lA MUERTE DE ROMA
Pág. !i'J:4:, linea ,l. ES (25-VIII-26)
- ,,.¡,,.,,
~; ~< . .-;.en_su:µ1:l:m~ro
XXXVII ... 1>
«•.. en s11.núme,ro de julio ... »
Pág. 645, líneas 2-3. . ..,~
9.24
¡
«... ni ponemos en contacto con el núcleo ... »
MEDITAO(}N DEL Escó.RIAL 1 :.... · · · "1-,. ·1' "11'/\1, -".·í;1» cf .. :,I,_ J.) i!""
[
, : , <~ ..... ~i e;rig~p.~ham,os al núclecl: .. »
''.:~.',·:.-·r..1 .!·.·· ..;
Pág. 6'.jB, ir¡i,cki .. ,,, ,,., . . . . ,Eil.la,reimpres_iónaparecida en LP (29-N-13) con el , ., ', . , tirulo «Diario de un español. Una meditación del Es1 , ~aria! •. >\ se i!lcluyeron estos párrafos introductorios: «Febrero de 1913. Interrumpamos un momento lal1istoria polftica. Los . · . ;días de c,arnaval inyitan a abandonarla capital y recogerse en el seno sugestivo de un pueblo viejo, donde' somos envueltos en emanaciones esenciales que .. , .. ascienden delpasado y nos traen s.ecretps del cara: zón de la raza. Tomemos el tren. En hora y cuarto nos
925
hallamos· en uno de los lugares más fuertes ""'espiric tualmenteiil!ás:fuertes--de la tierra: El Escorfal.
•"'Cervantes :compuso en su Quijote la crítica del es... fuefzo~püio:>~L. •JI:,· · : : :~< cervan.'tes,. qu~1¡ :edino ei ciego Homero, veía no do chi!'íl valgo con gli!occhi / ma de lle cose l'ombra vaga, · ·'inmensil'cé>m]Jtiso·en su Quijote la critica del esfuer-
Pág. 664, líriea 10 · El(2lCV-09) · •>
0
.·
'· :> ··,zo-¡)UibI))~f;;:·:::_;rrf :~r:~ ;; ') i : 'r: ';-_¡ ;' .
-. ': !
Pág. 658, epígrafe
«EN EL PAJSAJE», epígrafe no incluido en El (22-V-09).
Pág: 658, l!nea 10 • El (22-V-09)
Pág. 664¡ !fufa H ' .. ;1 ,-,
·<(-¡ :-:Fra'ncisco:Afaántara ... »;·,,
« ... mi amigo Alcántara.'..» •. ·_ j
'':·r.'~L •.'es t~i,idloíll8:-e:ér'que,
Pág. 658, línea 11 El (22-V-09)
de cierta m'.Elrtera{.J»·~,:,,
,_," ,, <(•:;'é~;:-eJidib~áfeil'que .. . »
: ,'.: -~t¡
r~·-l
Pág. 659,epígrafe
«A LA MAYOR GLORIA DE DIOS»' epígrafe no incluido >effEl(ncvco9}. ·
Pág. 660, epígrafe
«l.AMANERA GRANDE», epígrafe no incluido en El (22;;-:-:; 1· ·'V-09)".<;, -~->J i":.:~iod .Ct'.o
Pág. 660, línea 1CPág. 661, línea21
· i Elápartado l:A MANERA GAANDE noiapareciÓ 'e'n EÍ (22-V-09). El texto continuaba con TRAJADO DEL ES•'. FUERZO'PURO ·a partir de la segunda líneai Í«Si damos vueltas ... >» '
Pág. 661, línea32-Pág. 662, lineal
« ... la cuestión del trabajo consumido en pulir i ' aquellaii piedras Yeri ordenarlas no no~ iriteresa, no nos preocupa:» « .. .la cuestión del trabajo consumido en pulir aquellas piedras jenbr&narlas queda releg~i:la álfos éfüL ditbs coi:Iló·úri hJchci totahnente pasado que sólo intere5ii ~rtec'nicbdé'la historia.»
El (22-V-09)
'i'
Pág; 662i Íínea 26'Pág! 664,'
lí'neaB'
· • .. ,.¡_.,,. íi'' ,.
Pág. 664, epígrafe • " · · .:·¡
926
El apartado EC CORÁJE, SAN CHO PANZA y FICHTE no " e'nEl (22:V-o9). El texto continuaba con I.A , ,._, . MELANtÓLfA -~_;<,·;
i "
1aparecfó
,,
__
«l.A MELÁNCOLfÁ»', epígrafe no induido en El (22'' V-09) . .!
..
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• ~.; '._,,
•: i. · « ~}.mafinos: 0Péró
.
Don Quijote fue un esforzado: del , ' hurn.iírisñéa alüvióh ... " · «.,:inín'inósJ·La pru'éba está en que su autor no tuvo nada que VfrCónla'inquisición: Y, sin embargo, Don Quijote fue un esforzado: del aluvión de ridiculeces y dolores que componen su vida, sacamos su energía, limpia de .toda burla. Fue un hombre de corazón: ésta era su única realidad, y en tomo a ella suscitó un muricfcl'Üfant~ina~ fuBábiles. Fue un hombre sin ideal; porque tan burlesco afán como el suyo no merece que se le llame ideal, sino pretexto para que la volüiiiad se ejerCi&, el corazón se enardezca y la vanagloria se satisfaga. Los libros de caballerías, su única lectura continuada, no enseñan ideal alguno y sólo ' •' · ':'sirven tomó' iÍicit~dores al eshledó~' Yo ~iettl¡:ire líe e ''. ;¡ .. AaIIleri.tiii:lo'qüé 'eíji\i bibliotec'a'deDIJhQu~ote fia'ié · · 'hiillaranfo:S "Etoic'i F{ir~rl" de Giordanéí Bhlnb 'ci á1c gún tratado de matemáticas. Hay quien prefiere a • ·:Afonso Quijanó e!Bueno, otros a Don Quijote; yo ; hfibférá quérído ID.ejor que otra cosa un Alonso Quijano el Filósofo. Es cuestión de apetitos. · · Esfuerzo p'utb nbs' enseña El Escorial qüdue el.réc '"'J sartey'la di'vinidád de nuestra raza. Unos lb' c'biu:í'e~ tan en la conquista de la riqueza americana; otros en '·la' hnpósitíóri'del catolicisnto;' grbseramerite com'o nuestros soldados, pesadamente y sin verdadera sabidurfa ·como•nuesrros teólogos. ·En cuanto ·a Re!l'' : ' pe II; 'neis atéstigua este magnífico documenfo.¡51!'tréó que adoró el esfuerzo bajo las especies administrati" ¡ vas:rcuarido le presentaron varios p'Iános'y:ellg¡o uno, había enC:oritradB en él simbolizado el imperialismo ··· '":, · adrrtinistrátivoF ',,.'
*** 927
i .•
P~I\s_andó estas qosas, he aquí que 1a_11oche ha mac
¡t ..
f.,;.'
"'!'.'.
tádÓ el paisaje y: ha borrado el monumento que un ' , , ,,, ; , , ,,,it_o_!Ilbr_e, mástepaz C¡ue inteligente, elevara ala ad" ¡¡ ,,, _' .I)lÍ!listración_ imperialista. No se distinguen ya unas . 'I' .~()s~s¡¡ji; 1 o,tras: apenas si unas sombras más den e sas intentan precisarse sobre otras sombras más suaves. be los rnontes baja por cien lugares el rumor .de aguas,c;()qie,ntes. ¡Agua del Escorial; que ll~ga ... clel interio_r del granito y viene fría y un poco cár' uiden~ ,c_mno quadra_a la sangre batida en un corazói¡. , de granit9l i ,- ] . Ortega y Gasset. » ' ..
,i
· ,.., ; , · ,, ,, 1
]¡,:._
: « ...y no és .Xagerado afirmar que: •. » ' «.;·.y nci es exagerado aventurar que.-.. »
Pág. 675, linea 11' LN (8-IV-28)
SOBRE !:AEXPRESIÓN; FENÓMENO CÓSMICO
"·· ;¡
-'.·i'
«;: .han!fadicado en esas porciones del globo y son en las demás-obsoletas.» .. «l'.-.'hatiradicado en esas porciones del planéta ynó en las démás; obsoletas.»
Pág: 675, line!IS 5-6
Págc 681, líneas 7-8
'~; ·,
;-¡¡;: : j ;;·J
.-
r ! '.
L"I::i !'. !.~
e: ,,f;lc :E,'?PECfA,pQ:It~ VII
,,_
i'•'
ES (26-vrfc25)
«... se poteriéia y enriquece desmesuradaménté merced a la riqueza de su alma.» '« .. ,se potencia y enriquece' baj6 fa'especie>de alma.1>
.¡·.;
·, 1: 1 ¡¡:;:
·.,,-¡
HEGEL YAMri_ru¡::A,
Pág. 681, línea 10 LN (Í9-V1Ii25)! ..
.,.,,;,r¡,n;__ i!i!'_;¡,·
«En algunos paíse~i de Sudamérica ... » Pág,667, lineas,11712 I;E,YII,(29), OC II (415) ; , i<
Pág. 668, línea 6,.nota "' . '
;
Nota a,l pie no in_duida en ES (18-III-28), LN (1-lV' -, , ,,28), EE\Tll,(29),0,(32, 36, 43). ·--
;''
P,ág.,670,-líneal 4 -, ; __, ;'" ¡¡«,Talrelatiyismo,se_¡-_ia escepticismo.» E5 (1871Ih28) _: _ .,_ ., , ;d
!¡,
LN (8-IV-28)
928
«Sé trataba delá carne y decía yo queheinos ~gotac do el aspecto del Iriineral cuando hemos definido su forma, su color y sus propiedades fisico-quimicas. Mas cuaridó hemos dicho todó e5o de látai-Íie, aun nos'queda en ella-una nota esencial, precisamen_te aquella que le da el valor de carne. Es·su fünciorí. expresiva. Toda carne expresa, es decir manifiesta, ex, · terioriza algo üitimo a que damos los vagos nombres de vida,'alma y espíritu. Esto nos hacia parar míen~ 1 tes en el enorme fe'í1. ómeno cósmico de la expresión, que la ciencia moderna ha desdeñado con exceso y ¡·¡,éasirios·le'ha'hecho olvidar. · '" '.,__ :'
Pág:682, linea'2iribtá' ' 'e i' '•Nóta'al pie riéi incluida en ES (26c\III-25). - ''
ex-
c-i•• · :,,. ,,_,-_. ''· traftq_deJ_aJauna.c-.>>
Pág. 682,'lítieas 10-u LN (19-VII-25)-
científica, ese carácter ex-
traño, por lo menos, ele l~ fauna ... »
1 ·
-Nótése.:'.>i'
ir<<~.~i~J?-t.e l~ -investigación científica, ese carácter << •• • al,lJe;la_inves_tig~tción
~tNótese ... >>·
.
'
929
..
-----------------------Pág, 684, línea 6 LN Cl9cVll-25) __
Pág. 684, línea 27-, LN (19-VII-25)
ccPor cµalquier lado que puncemos; .• », d _;cPorcualquierpartequepuhcemos ... » ':- , '" __l
Pág. 685, línea 8 LN (19-VII-25)
.-i<~. un err9r, ~re~r r::-:-pr:osigµ~- que .. . »
Pág. 685, línea 12 LN.(19~YIIc2~j) ,_ ,,, Pág. 685,, lín_ea 17., nota
«Es un error-prosigue-pensar que ... »
«... y sin trabas. De modo que, sin preocuparse ... » : ,<\.,.y_sin,trabas, quiero decir que, sin pre_ocuparse•.. » Nota ;!pi~ no inclµida en LN (19-Vll-25).
«.. .lo_s_ricos en vitalidad, a la otra.» cc .. .l()s_ri_cps de.vitalidad, a la otra en exceso.»
Pág. 690, línea,40 LN (9-VIII-25)_ .
. ,, i ;¡;
Pág. 691, línea 2
« ... el eje de cada pie con un plano perpendicular ... »
LN (9-VIII-25)
_cc ... el eje de cada pie, con un plano vertical...»
Pág. 691, línea 9 LN (9-VIII-25)
«Pero nadie podrá negarlo ... » «Porque nadie pensará negarlo •.. »
Pág. 692, líneas 9-10 LN (13-IX-25)
" ... extendiéndose sobre zonas mucho más vastas de la vida ... » <<. •• exten_diéndose.sobre zonas vastas de la vida ... »
Pág. 692, línea 18-19 LN (13cJ2Cch5)¡ :
" ... de acróbata, de intelectual, de torero.» .«_ ... de acróbata, de intelectual.»
_-,'!.
Pág. 686, líneas 11-12
« ... una ventaja secundaria. Habría, pues, que distinguir ... »
LN,(26cVll-25),
P~g.
1:i !
-ce, .. una ventaja secundaria y sobrevenida, Yo distinc guiría,. "~
~
)'
Pág. 693; !in_e_a4, ¡·LN (13-IX-25) Pág. 693, línea 17, notá Pág. 693, lineas 18-19 LN (13-IX-25)
Pág. 688, línea 21 , LN (26-Vll-25) ,:
Pág. 693,línea37 .!".? (26~V1Ic25), - L:r:-J,(13,IX,25)
; 'i, ;_I
-,
Pág. 688, línea 27 LN (26-VII-25)
' ,<<. •• nad~.ftsico,
Pág. 689, lí!lea 34
-;c«.i.someterá la inquietud expresiva al esquec ma ... » ~c-~·~so_fl1t!l!;!;rá~n~estra expresióq. al esqu_~mfl .. :.» ...
LN,(9.NIII,25). ,, ,
µ1ünflujo irreal...» «... nada ffs_ico,irreal...»
claro el valor ,expresivo de la figura ... » " ... y claro el valor exprimente de la figura ... » r -i j _Nota al pie I)O _incluida en LN (13-IX-25). ;_¡
6!l7, líneas 25,26 , , '',. .. •. eselmáspróximo.LomismoledaríaelobjetoC o b_ o E. De,donderesulta ... » LN (26-VII-25) · «... es el más próximo. De donde resulta ... "
. ce.···~ µna relación ''física", no advirtiendo . .. >>«;.-.,.l~na .rel~_ción "fi:sica" y nada más, no advirtien___ , __ .do,;,1~,,,,., -
' . ce ••• y
(( ... parece la ciencia dispuesta a atacar.» ·¡.•
« ... y el sexo a la vida de la especie.» " ... y el sexo que si1"e a la vida dela especie.»
Pág. 694, líneas 23-24
Pág. 694, líneas 35-36 LN(l3c1Xc25)
(C ... la Carµe_~pi;p.~;nos transfiere a lo interior.1> ,~ . : ;_ ~c_._ ..._Ia cf{n;ie IJO~n9~_ transfiere a lo interio_r.. », ~ ~ ,"lj'•
Págdj89, líneas 39c40 t~LC9~V1II,25)
930
' ·: .c~·•:o"-:·:Tcoger.~Jgo, acercarse, huir-.~;.->~--!: -. i<( •, ~"'1"'7"."PFeA~er algof_acercarse, huir-... »
¡
((~·... p_are~.~J~ ,ciencia,-resuelta a ataca'.r.»
Pág. 694, líhea37cPág.695,; líhea36
.
''
.
Párrafos no incluidqs en LN (13-IX-25).
931
!il
b 1
Pág. 695, linea.35
EL SJLENOÓ, GRAN BllAHMAN
'" .. cubiertatoda-brazo y garganta"'-' de tertio¡:iél Io.negio, mientras:.. » , ·;· •,,; «... cubierta toda-brazo y garganta-, mientras ... »
ES (ll-IX-25) '..!' '
Pág. 725, linea 31 ES (19-II-28)
- :J ,
.. ,,.í ,,_,
demás la presa que ha hecho de ellos. A este libro, alquitaración de nuestra personal vida, yo P?ndria este lema: "¡Nebli;·nebli; suelta tu pre5al"»' "'
'·Párrafos no incluidos en LN (13-XI-27).: ' Pág. 726, lineas 9-11
«¡Por ejemplo, el autor de cualquier «contribución '':' • "i 'científica\) me asegura que su obra ha causado pro" '" • · •funda'emodórretl'eÍ extranjero!» · """• :. • · '«Cada í:onfétélii:iante español quevu~lve'& ía Ar~ gentina me dice que su labor allí ha sido ~p~rtan tísima, que todas las naciones detPlat~ ~an'queda~ - ' d'o matavilládá's de su persona.)~ '' -
:,r;·
' >- f 1 r:f
· EL oruGEN nl:Poiinvo
Pág. 705, linea 1
ºª
EsTADo
i -:
EnLN(lcIIc25) aparece alineado a li{deretfiá HsiL guiente epígrafe: «Ciencia e idea del mundo.- Trabajo . y depone.- El clown de los pitos.- "Iridtatu~";·;, · "
Pág. 706, lineas 15-16
«... de estrella-las estrellas, según Heine, son in: :·•· · : c¡u'ietos')Jerisamientós de oró Le'>~. « ... de estrella: como Heine decía, las estrellas son · • perisamientos de oro .. .>>
LN (l-II-25)
,,
" '.INTIMIDADES"' ...
Pág. 734, linea530~32
ya
.'.-
'.. Pág. 708, linea 19 LN (l-II-25) ·,)
«Por eso, importa mucho que ... » «Por eso, con una frase tan cálidameiít'e humari~ que nos extraña hallar en él, decía Voltafre: "Nous devons ii notre iime de luí donnei toutesles fóirti~ possibles". Es decir, importa mucho que ... »
"
«: :.quecom11rnéase su'sabÚvital.» .: «. !!q\Íe ccimu'mcásesu saber Vital, que ofreciese a los
: ; f'.;
· CUADERNODEBITACORA
Pág. 703, linea 36-Pág; 704, linea32
'L
i;;'
~~-.--"·:. _.,
. ["[ .-J:·;j¡'
,.,!
c--i.!.'\
o (32)
EEVII (29); .o (32, 36, 43) incluían la siguiente nota · al•pie:"«Sobreesto insistiré en otros ap'urites,'qúe titulo La Argentina y el poder espiritual.» -
Pág. 744, linea 4
~u~tJ
-
Pág, 709, lineas 25-29
··
•nffica; gertérosamente desproporciotlada·cori ~l ii:b.L pulso de la espuela. [ ... ].Las corvetas equinas son, , ·-·en v·érdad:; . >>
-
· 1 . t· :·\1
•"· \i .':'.del' caballo pura sangre éste da una Uin2:acía'irtág:
nlfica, generosamente desproporcionada con el impulso de la espuela:[. .. J. Llls lartiaélás equinas sori', en verdad ... »
Pág. 747, lineas 11-12 o (32, 36, 43)
'
.
-
rnr'
('¡C",
'
'
--
'
• !· «Tenembs,ipues, i¡ueobservar desde ... » "Tenemos, pues, que estudiar desde.:.»
Pág. 751; lineas 11~12' '''' · o (36,43)
'<1Yú1lá imáge11nó sé puedevivir!slnó'cbritempláí1do!a.»
"y a una imagen no se puede vivir entregado; sinó'con~ templándola. »
.i¡ ;¡;
932
933
EL ESPECTADOR.-. VIII
1
DIVAGACIÓN ANTE EL RETRATO DE LA MARQUESA' DE SANTILLANA
.(\JJEl'!J;4.IJJQN ÑOSRE}'~ EL SECRETO
SOBRE ÁFRICA MENOR) , ,, (PENSAMIENTOS ' "-·' •.. ' - ........ ,_ - .,_.,, -·," ,, • j ' ' " . : i" ;
~
" ., , " !l::,r~a)ida~, si ~ta cambia, nos costará mucho tra' .... ,., '", bajo.y~rla,E>n.sunuevo cariz. La ... » · -.¡¡<.,,;rea)idad, aunque ésta cambie no la yernos. La; .. »
Pág.,761, linew25 , , LN (15-1-28) Pág. 762, líneas 31-33 LN (15-1-28) Pág. 763, l.ínea 32., LN (l5cl,28) ·: .1 Pág. 764, línea 1 LN .(15-1-28) Pág. 764, li¡¡eas 3~4., • LN.(15-1,28) " . . . '
¡;j<..•Á.fricfü¡porJo menos sobre tema histórico.» «... es el Estado-Ciudad, la dvitas, la polis, idea que nos cuesta mucho trabajo "realizar". A... » «... es la ciudad. A ... »
· «.••SUStanciaLparece haber cambiado'· .• >i « ,, .subs.tancial ha.cambiado: .. "'
.
·PARA UNA CIENCIA DEL TRAJE POPULAR
· :7¡'¡5 ,:!fuea 25 P ag. LN (9-II-30)
ce.·:;; cün aire ·de; faisanes.»
" ... con aire'de faisanes o de lucidas galliiláceas.» ._,¡ - ',' ¡ ;i )
Pág. 786, línea 5 LN (9-Il-30), PCTP (30)
Pág. 786, líneas 36-3 7 LN (9-Il-30)
:i<. •• pero poco men.os .. ··"
Pág: 787, líneá 10' •
cc.-•• pero n9.,menp_:;;.:. '~
,.,-1
. ''
.
(( ... y se introduce en el inameno completo ... » « ... y se introduce en el completo ... »
···«!.·:las ~nói:mes'alas de sus sombreros!.:,;., , ' «... las enormes y caídas alas de sus sombreros ....
ce .•. historia clásica.»
... :',.
·.;
« ... los barrios bájos de Madrid.» ' « .. :los barrios de Madrid.»
«.. .irritabai:rnquellos hombres barrocos delNor~ ~ti!
,_;fl:J.iJ
.
.. ';»
LN (9'11L30);;PCTP (30)"
· ·
Pág.1787¡ líiiea'll" ,. '" LN (9'II"30) 'I ,, ,j'>e;i[!I'
ii l·1 :~n j ~a:unqUe :no: lo sean ... »
i !
l
Pág: 770, líneas 7-8 «No se podrá entender lo que ha sido ... » ES{l"Xll;-27); EEVUI.(34}, .;;,drá entender bien lo ctue ha sido.1.¡w . Q.(36,43Y,: , ·!i,,,. "'·
934
., ·
Pág.786,línéa32 LN (9-Il-30)
«.. ,.civilizaciones sobrepuestas al África que ... » _ic ... ,civilizaciones que ... »
/: ':H\'
Pág. 771, línea 3 7
·.: !
·;..:'
,.,,,
Pág. 764, lineas 29-30
'
Fin del artículo de ES ( 4-VI-18).
Pág. 781, linea 20
"•:·. ·
'
.~:·.l"·.6-fiic;a!>>-¡,
'·';
,.,
ES (29-1-28)
· ' .. : Sobre ei'amor:» ·
«Pero ya he contado ... »
Pág. 761, !in.e.a 1:3 LN (15•:lc28)¡, ,
· • ES 'C4,VI"18) mcluía la siguiente notá al pié: «Él dé~ sarrollo de'esta'idéái:¡ueda para un próximo folletón
Pág1779, línea 2 7': ·
Pág. 760, línea 23_, ES (22-1-28)
o (36y43)
Pág. 777, líneá'l, nota ' '' , ' '·'Nota' ál']Jie Iió iilcluida en ES (4-VICIS).
••
«•. :debe abrirse bien abierta la pupila ... » «... debe abrirse bien alerta la pupila ... »
'1
[·;.aurtque'en verdad, no lo sean ... »
. 23 ., i.:. ",, 'quítei:miria el artículo publicado en La Nac. ián. El Pág. 787 , l mea ,, ... ;; '' "'' '' ·; , teí
935
. TIEMPO¡'Dl~NCIA y FORMA EN EL ARTI; DE PROUST
i
Pág. 795, linea_ 24 LN (14-1-23)
Pág. 790, titulo, nota Pág. 790, linea 7, .. LN (14-1-23)
Pág. 790, líneas 9-10
·Pág. 796, línea 8 LN (14-1-23)
Pág. 791, líneas 35-36 LN (14-1-23)
!~~~.-~~~c!;11r~·,de,su forma interior.>.~
« ... estructura de su tejido interior.»·
1<.,,ci:1gecciqnyelrespeto con que aceptamossiemé · . , "pr,e su. visita, .. » , " '.< ... corrección y el respeto con que aceptamos su visita ... » << ••• virtuosa
constancia ejercitan·a~te nosotros su
breve repertorio ... >~
LN (14-1-23)
« ... ser.algo determinado.» « ... ser algo determinado y fijo.»
Pág. 797, líneas 9-10 LN (14-1-23)
<< •.. su
arte opera sobre nuestro apetito de acción ... »
Pág. 797, lineas ll-12 LN (14-1-23)
" ... codorniz que al saltar dentro de su jaula ... » « ... codorniz que al saltar sobre su jaula ... »
Pág. 797, línea 38 LN (14-1-23)
«••• y del temperamento del autor.» «••• y del temperamento de su autor.»
d<·•.... yi-f~osa
constancia.ejeCutan ante nósotros su breve repertorio ... » « •. ,sobr,e el haz de su obra ofrecen sólo un;interés
. adyacente.1.»; '·' ._ " ... sobre el haz de su obra le ofrecen sólo un interés ~dyacente.,.»
EGIPCIOS
e:
Pág. 792, línea 34 LN (l 4-lc23) .
«... que el género Mémoires alcanza en él la cligoidad... » « ... que, en. él el género Mémoires alca.nza la digni~ dad ... »
Pág. 799, línea 9 ES (5-V-25), EEVIII (34), O (32, 36, 43), OC Il (46)
«... hacervivira ésta.>~ «... hacer pervivir a ésta.»
Pág. 792, linea 36 LN (14-1-23)
<
Pág. 801, líneas 21-22
«... invariable en todo lo esencial.¿ Cómo se explica
Pág1 i'.94, líneas 16-17 LN (14-1-23)
esto?>~
<(Pero aunmássencilla ... »
«.,.en. el.mar de la vida aguantand_o sus emba.tes como la roca el oleaje ... » «.1 .. ei¡. el mar,de la vida aguantandq como.la roca el oleaje, ... »
ES (5-V-25)
« ... invariable en todo lo esencial.»
Pág. 802, lineas 14-30
Párrafos no incluidos en ES (5-V-25).
REvÉS DE ALMANAQUE
Pág. 794, líneas 18-19 LN (14-1-23) Pág.794, línea 39 LN (14-1-23)
·d<. •• quesueleser,_e\ perfil escultóricp_de la person.a... >)
¡ «; .. quevien~ aserel perfil escitltóritci de la persona.1.>f
: ·'- •_,,,,¡ >,; «.,.yse afana consecuentemente en dibujar ... »
Pág. 808, línea 5
«Compárese la actuación pol!tica de las generacio-
ES (7-IX-30)
nes que ... » «Compárese la actuación política de las tres genera-
'•: <<. 1.yseafana en dibujar ... »
ciones que ... » Pág: 795, línea 2 LN (14-1-23)
936
«Ciertamente que es delgremio de Stendhal. .. » «Ciertamente que es del genio de Stendhal.. . »
Pág. 808, linea 7, nota
Nota al pie no incluida en ES (7-IX-30).
937
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SOOAL!ZAOÓN Da HOMBRE , __ _
Pág. 830, línea 36"37 ·' '«Lasmasas'protestan airadas .. .>> ES (31-VITI-30);EEVIII (34); · '«Las masas ¡:>rcJtestan iracundas ... » o (36,43)
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ANEXOS
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-PERSONAS, OBRÁ.S, COSAS
l.Al'EllAGOGiA SOCIAL COMO PROGRAMAPOLÍTICO
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En Pedagcig!asócia! corno prografüa político (1912) Ortega fuch'.ryó iilfinal del cúerpo del textbtílla «Advertencia» que no se volvió a reproducir Íii eri. Personas, obras, casas ni en las diversas ediciones posteriores de Obras completas: Eltexto in~ tegro se incluye a contílluación.
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ADVERTENCIA ,,
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Va a hacer dos años que reuniendo algunos 'apuntes pronuncié ert hrsociedá:d El Sitio de Bilbao\'e5ta conferencia. Se trata más que de und eJtpbsidÓn; ·de una Serie de aforismos· trábados·, cada úno de lcís·cualesrequeriría•amplia'ción,·com.e'ntarioypruebas.Yo··hubiera 'querido dotar a mi •conferencia de estas cualidades para el instante de.su•impresión. Y hecesperádo un año y-Iuego•ottoaño;ttopezar con el ocio de unas semanrul. Pero el tiempo al•pasarporel corazón y por el cerebro de los españoles comprime sus Eonis-}' prensa'sus minutos, y en una•hora de· España caben menos cosas que enfade cualquier otro meridiano. Me ha faltado tiempo y la conferencia'va como fue leídao " ·· ·" · · ' •· Ahora, sólo añado una aclaración, Cuando. en las páginas antecedentes se habla de consenradores; me refiero a las personas a quienes•hoy España se da ese apodo. Cuando hablo de demócratas, de·!iberales, no me refiero a las personas así apodadashciy en España.• • l.• • ;l " ·• ' ·
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941
EL ESPECTAl)OR , 1.
,¡ Publicado en.19Jfijuntp al]Joletindesuscripción a ElJ!spectador, este anuncio precedió a la publicación de El Espectador I en 1916. Paulina Garagorri lo incluyó en s.u.eclici.ón de El Espectador I (Madrid, Revista de Occicle!lt.e, C:olección El A,rquero, 1960),.0frecemos en este anexo el texto íntegi:o de acuerdo.con el origi 7 nalimpreso: , ,
[PROSPECTO DE EL ESPECDIDOR]
El Espectador es el nombre de un proyecto cuya realizadón depe11de delpúblico afidonado a,leer. 'L• ,. ' Ignoro si será demasiado jactandasO.afirma¡: qúe miJabo1; literac ria, muy escasa én;:)iolwnenpero continuada durante diez años, ha co]b seguido crearse un núcleo. de lectores asiduo~., Este núcleo es, sil¡, duda; muyredw:idoy hasta diminuto sise compara co11 la zo11a ddwstilidad o, cuando. menos, >Sttbrayada i11diferenda que mis escritos ha11.S1tSdtac do. J'udiera.rnuy bi~1 t:1contecer que tal hostilidad o i11difere11ciase hallasenjustificad4s; pero, au11 en este caso; yo. me siento: lleno'de obligado11es y de gratitud hada ese otro público amigo; ta11 reduddo co~o solicito . . Ello me mueve a buscar para mi trabajo una manera más adecuada y más completa de ptodudrse. , ' Hoy, ~amo al comienzo de mis efa11es literarios;pieitso que es for7 zoso a España atravesar una epoca de ilimitada auiosidad i11telectua¡, Co11tagiaralas genei·ado11eHnás jóve11es depuro, ,desintei"esado amoi: a las ideas, impulsá11dolas más allá de los prr;juidos de partido, i11vitá11" dalas a la partidpació11 en la co11ciencia u11iversal, es, como ei1to11ces, hoy mi ú11ico empelio. Si yo co11siguiei·a po11ei· en cira1lació11 vital u11os cuantos puliados de peitsamientos sobre mte, sobre moral, sobre cienda, sobre pol!tica habriase logrado la integiidad de mis aspiraciones. Pero la escasez de revistas do11de cupiera esc1ibir de todos aquellos asuntos que por su mayor elevadó11 y compleja estrnctura trasdei1da11 de la preitsa popular, me ha impedido realizar la parte de mi trabajo que acaso tuviese más deita utilidad.
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Para subsanar esto me ha ocunido el proyecto de u11a publicadó11 que apare.cerá cada dos meses y donde irá reu11ida mi labor en todos Slt5 aspecto~'.,,,, ,. · ; ' . · · .· .. , ; ,; ·· Hablaré rn ella de sentimientos y de pe!1Smn1entos, de t:11te y, de ftlosofta, "depolttica y deh¡;toria, de los viajes que hago y de lo.s libros que leo. De 11ada podré hablar como maestro; peiv de todo hablare como u11 ei1tt1siasta. No pretendo tener otra viltud que ésta de arder ante las cosas.. Para las gei1tes jóvei¡~ de mi pat1iapod1ia tal ve:
La vida íntima.- Co11fesio11es de El Espectador. La vida en tomo.-]ustificació11 del dnematógi·afo.-Los ca-
racteres: El «gei111a11ófilo». El «aliadófilo». El «hispa11ófilo•:Viajes.-So el vuelo de las comr;jas (Viaje por la rnta del Cid). Arte... · Meditado11esdel Prado:.I. Tizia110,Poussi11 y VeláZque,z, Política.. , La descomposició11 de los pmtidos y una 11uevapolitica. · Filosofía,-. · Lasuperadó11 delidealismo o subjetivismo, . ''"·' ENSAYOS DE CRÍTICA OENCIAS MORALES.
I.-El libro más sugestivo sobre esta gtleJTa. ., ,II.-. Eduardo,Meyei;: Historia de los Mormones. , III..... C LloydMorgan: Instinto y experiencia. · . , ' IY.-Freud: El chiste y sus relacfones con lo inconsdente. :
942 943
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OENCIAS BIOLÓGICAS ¡-.:
I.-Madame Dontchef-Dezeuze: El método dé Pavlov.' U.-·.·1;. vonUexhüll: Principios de la nueva biología. . j';i
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· · PROBLEMAS ESPAÑOl'ES • •
Era uno de esos l:iemeiites a quieñis"sishlii iín papel blanco fingen leer y vertiginosamente pronuncian arengas incomprensibles. Entre sus palabras; como un súbito harapo de buen sentido, escuché esto: ~¡Ahora dicen que hay guerra! Pero no es verdad. Fue verdad la fra¡tcf!sadi;i, fue veniad la carlistada. Pero esta guerra es una cosa que han inventado los periodistas de OviedOcontra lós de Gijón, ' · ·
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. julio Senador: Castilla eI1 escombros: ·
· · 'I.-· ·. WillaTiiowitz~Moellendoif:Safo y Simómdes~ II.-Paredes: la serrana de la.Véra. . .· '• IIL-"'-Pío Bardja:·~os reéctrsos de la astúeia. · ··' ' Iv:-López PicóJ'Alej"Plana: Poesía catalana.• " · .: •" v.-·]:MorenoVillil:Poesíaartdaluza:• • • ''.' ,, ,
En ruma, quisiera serE1Espéétiddrunilptipill1 vigilantei:ibierta sobre la vida. Para este intento pido el coneursodel públicoi' ' . , JOSÉ ÜRTEGA Y GASSET" ''' ' ·
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El Escorial, 1 enero 1916:
Aparecen estas Advertencias únicam~tité en El Espectador I (1916). Se reproduce aquí el texto por vez primera desde entonces:
Advertencias a los·suscriptores: No obstante haber aumentado el número de páginas que a este primer tomo correspondían me ha sido imposible incluir en él todos los análisis ~e lecturas anunciados. Las «Confesiones» y el ensayo sobre Pío Baraja adquirieron conforme los escribía proporciones imprevistas. El número próximo subsanará este defecto. - ]J
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Incluido en El Espectador I(l916, 1921\ 1928), este breve texta'desapareció a partir de la cuarta edición (1933). PaulihoGaragorri lo recuperó•eti su edición de 1960 (Madrid, Revista dé Occidente;ColecciófrElArqueró, '1960): Ofrecemos en este anexo el texto íntegro siguiendo El EspectadorI (1916):
LOS LOCOS LA DICEN
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Seria para mí muy grato que este monólogo de El Espectador tuviera una parte de diálogo. Con sumo gusto publicaría aquellas cartas donde se hagan observaciones polémicas o de corroboración a lo que El Espectador dice.'.Asi:éiili\iii.'éJ contestaré brevemente a las consultas que se me hagan pidiendo ampliación de una noticia o de una doctrina, notas bibliográficas scibtealgún téma\régimen de invéstlgacion:es,: etc;.En'süma, éüanto pueda interesará-la ocupación espiritual de los suscritores. Sólo me resenió la']Jletiá Úber~ tad de escoger entre e5a correspondencia los asuntos de más general sugestión y, desde luego, de dejar incontestado cuanto venga inspirado por la pasión y sin évidente amor a la verdad.
etc:,'
La frase más exacta sobre lo queestaguAfa'de tantos significa en la conciencia espanola Iahe oído a'un Iocó;'esteverano, en la plaza de Cangas de Onís: , · · ·· -. / l
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..EL.J;SPECTAÚOR 11.
En El.Espectador II.(1917, 1921) Ortega reproduce, anteponiéndole unas líneas introductorias;.elartículo,deMariano José de Larra
\ '•', A continuaci¡)n de; «Démo_cracia!morl:Josa»·aparecia en El Espectador II (1917) el siguiente texto. Paulina Garagorri lo recuperó en su edición de El Espectador II (Madrid, Revista de Occidente, Colección El Arquero, 1960):
,-.J r
Un artfcu.lo de 1..an;a,escrita para,X9 l (i . El artículo que Larra:escribió,comp,prólogo ala obra Horas
deinviemo, de Eugenio de Ochoa; es un,casoejemplar de synfranis7 mo con,el'estado 1espirltUal de.los hombres mejores que, hoy tiene n,DESEO:
-,f-,
Un país donde la envidia, ya que viva, siquiera que no reine.
¿Qué pa!s es ése? Na lo sé. Pero si sé qué pais es menos ése.
1 ¡¡
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Españ~,Es;sobreest9,lapágin¡¡máshondaquehay,enla.obrade
Larra:, toda una filosofía de la' historia innuce; pbr cierto entonada al gusto de Nietzsche y nacida de tina idea biológica donde puede l!ncontrarse :mticipada lateoria c4uwinista •. ¿De dónde vinieron éstospensamiicntos•. a.Larra?,He:ahíun,tema,deinvestigación más serio,.más ci.entffic9, de mayor.trascendenciaque casi todos los que ocµpan la,ínútil solicit\lcLde,nuestros eruditos" .¡ .• ,¡,. ·; · Un escritor español;.consc¡:iente.desus destinos, no puede leer estos. párrafos sinlágrimas_en,los ojos,.ur1 ardor de iracundia en el corazón... - i:' - :¡,.,-
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