Nueva España : imágenes de una identidad unificada © Antonio Rubial García
Nueva España: imágenes de una identidad unificada Antonio Rubial García
A Perla Chinchilla, Pablo Escalante, Iván Escamilla y Jaime Cuadriello por su amistad y sus ideas.
Prólogo
Para el historiador del Antiguo Régimen, construir la nocin de representacin como el instrumento esencial del análisis cultural es otorgar una pertinencia operatoria a uno de los conceptos centrales mane!ados en estas mismas sociedades. "a operacin de conocimiento está as# a s# ligada al utilla!e nocional $ue los contemporáneos utili%aban para un volver menos opaca a su entendimiento su propia sociedad *#
Comprar vesti vestido do o una una alha alhaja ja,, poner la mesa para un banquete, inscribirse en una cofradía cofrad ía u organizar una mascarada o una fiesta al santo patrono eran actos que las elites novohispanas (tanto criollas como indígenas) consideraban de suma trascendencia para afianzar su imagen social (como dice Roger Chartier) para !volver menos opaca su propia sociedad"# Como sucedía con toda todass las las eli elites occi occide dent ntal ales es del del Anti ntiguo guo R$gi R$gim men, en, la maor aor part partee de sus sus comportamient comportamientos os estaban estaban regulados regulados por las normas cortesanas en las que la apariencia el aparato de representaci%n p&blica cumplían un papel m's importante en el gasto familiar o institucional, que el sentido de la ganancia o del ahorro# n la sociedad cortesana lo que contaba era lo que se hacía, lo que se practicaba lo que se repres represen enta taba ba## art artee subst substan anci cial al de ese apara aparato to lo const constit ituía uíann las las !im' !im'ge gene ness de prestigio" colocadas en los salones de los palacios, en los templos, en los libros e
incluso en las calles como parte del 'mbito festivo# Realizadas en su maoría por artistas nacidos en estas tierras, tales im'genes fueron hechas por encargo de las aristocracias eclesi'sticas civiles novohispanas (aunque a veces tambi$n se fabricaron para e+portar), con el fin de mantener sus privilegios, de afianzar sus posiciones o de reforzar su prestigio social en ellas quedaron plasmadas sus visiones identitarias, visiones que tenían que ver con el presente con el pasado, con los individuos con las corporaciones, corporaciones, con la propia ciudad, con sus edificios edificios con su entorno entorno geogr'fico# n ellas los grupos en el poder plasmaron la imagen que querían dar de sí mismos, de su sociedad de su historia, imagen que para preservarse necesitaba ser inamovible forjar e+clusiones, dentro de las que estaban, a veces, aquellos a quienes iban dirigidas# !-a representaci%n .se/ala Chartier. se transforma en m'quina de fabricar respeto sumisi%n, en un instrumento que produce una coacci%n interiorizada, necesaria allí donde falla el posible recurso a la fuerza bruta"0# -a sociedad novohispana, como todas sus contempor'neas, se movía en un mundo de símbolos (inmersos en todas las formas de representaci%n p&blica) que producían significados pr'cticas que servían para mostrar la presencia del poder del prestigio# or ello las im'genes no pueden pu eden ser s er leídas s%lo con los elementos e+plícitos insertos en ellas su contenido deber' ser interpretado a partir de la intencionalidad que suponemos tuvieron1 qui$n las mand% fabricar con qu$ fin a qu$ necesidades individuales o colectivas respondían en cu'l espacio la obra fue colocada por qu$ fue elaborado en un cierto formato con un determinado material no con otros# A partir de tales preguntas podremos tambi$n tener una idea del impacto social de la obra en sus receptores los usos que ellos le pudieron dar, pues para que el aparato de representaci%n funcione debe ser comprendido aceptado por quien lo recibe# l an'lisis se centrar' así tanto en la obra, como en su funci%n representacional en las pr'cticas que sus comitentes receptores crearon a partir de ella# or esta raz%n, la repr repres esen enta taci ci%n %n cons consti titu tue un docu docume ment ntoo en el qu quee se pu pued edee ver ver no s%lo s%lo el ordenamiento, la alineaci%n la jerarquizaci%n de la estructura social sino tambi$n la ideología que la sustenta, con todos sus prejuicios# n ella se !encarnan de manera visible, la coherencia de una comunidad, la fuerza de una identidad o la permanencia de un poder"2# Aunque en una sociedad pueden e+istir una pluralidad de im'genes, s%lo aquellas que posean los mecanismos para crear símbolos representaciones ser'n las que queden como marca de la e+istencia de una conciencia grupal# n 3ueva spa/a las identidades que dejaron ese tipo de huellas fueron la criolla la indígena la primera impuso sus símbolos, la selecci%n de sus temas, su representaci%n de la figura humana las variantes $tnicas de su sociedad con sus gestos, sus actividades laborales recreativas la segunda forj% trasmiti%, desde el siglo 456, sus visiones del mundo prehisp'nico# ara el an'lisis de estas definiciones identitarias ser'n utilizadas im'genes de mu variada procedencia1 pinturas de tema religioso, grabados, dibujos sobre papel, e+votos, cuadros de castas, vistas urbanas retratos# n esas im'genes quedaron plasmados los valores de la cultura hegem%nica cristiana generada en la capital, la ciudad de 7$+ico, que funcionaría como modelo para todo el país pero no
debemos perder de vista que esa cultura tambi$n vivi% una evoluci%n a lo largo de los tres siglos virreinales que sus patrones sobrevivieron varias d$cadas despu$s de consumada la &ue yo se'ora nac# en la América abundante compatriota del oro paisana de los metales En donde el com(n sustento se da casi tan de balde $ue en ninguna parte mas se ostenta la tierra madre )e la com(n maldicin libres parece $ue nacen sus hi!os, seg(n el pan no cuesta al sudor a*anes Europa me!or lo diga pues ha tanto $ue insaciable de sus abundantes venas desangra los minerales;.
6ndependencia#
Matriz occidental e identidad criolla
8or 9uana 6n$s de la Cruz e+presa con estos versos dos de las inquietudes m's características de los autores novohispanos de la era barroca1 la e+altaci%n de Am$rica como una tierra rica en metales pr%diga en todo tipo de mantenimientos la queja, a veces velada, por la e+plotaci%n que spa/a (insaciable) hacía de esos recursos# n los t$rminos de la ret%rica, en los que lo moral lo emotivo marcaban los contenidos del discurso, los novohispanos fueron creando los conceptos definitorios de su propio espacio (historia natural) de su pasado (historia moral)# Con estos rasgos, otros muchos, en la 3ueva spa/a se conform% la cultura que denominamos criolla# l t$rmino criollo se ha utilizado a menudo con una gran ambig:edad pues define
m's una situaci%n de nacimiento que una condici%n social o cultural# Con todo, a dmundo <=Gorman había insistido hace varias d$cadas en el hecho de que el t$rmino criollo, desde el punto de vista cultural, debía utilizarse para hacer referencia a una actitud que podía encontrarse tanto en autores nacidos en 3ueva spa/a como en peninsulares asimilados a ella# Al hablar en este trabajo de identidad !criolla" la referencia estar' siempre circunscrita a dos grupos específicos1 los eclesi'sticos nacidos en Am$rica o en spa/a que, por formar parte de un estamento caracterizado por una fuerte conciencia de pertenencia, fueron aptos para formular coherentemente símbolos e im'genes de identidad que, a partir de su control sobre los medios de difusi%n, transmitieron mensajes visuales discursos verbales capaces de tener un impacto social# ste sector eclesi'stico tenía sus centros difusores de valores cristianos en los conventos, en las catedrales, en los colegios en la facultad de >eología de la ?niversidad# 9unto al clerical, e+istía tambi$n un segundo grupo, el de los laicos, que promovi% los valores caballerescos amorosos los c%digos de honor representaci%n p&blica en ese 'mbito se regularon el ceremonial cortesano los atributos jurídicos de un estado patrimonialista se difundi% una cultura científica en la que se mezclaban el aristotelismo escol'stico con las modernas corrientes cartesianas# -os centros donde se generaba una cultura de este tipo eran la Corte virreinal las facultades de @erecho 7edicina de la ?niversidad# -a conciencia de pertenencia, que se encuentra en la base de la b&squeda de una identidad propia, fue producto de una evoluci%n detr's de sus símbolos se encuentran una serie de inquietudes necesidades inmersas en un proceso de cambios sociales culturales# A principios del siglo 4566 la identidad criolla est' a&n mal definida es un sentimiento difuso centrado en la e+altaci%n de la belleza fertilidad de la tierra novohispana de la habilidad, el ingenio, la valentía, la fidelidad la inteligencia de sus habitantes criollos# 9unto a esta adjudicaci%n espacial se comenzaba a definir una memoria hist%rica centrada en los hechos heroicos de la conquista de 7$+ico. >enochtitlan en una dad @orada que se situaba en los tiempos de la evangelizaci%n mendicante en 7esoam$rica, convertidos ambos en los hechos fundacionales del reino el primer tema (emitido por los nietos empobrecidos de los conquistadores) insistía en la e+istencia de un pacto (incumplido) entre spa/a el reino novohispano el segundo (promovido por frailes cronistas como 7endieta) veía a la 6glesia de 3ueva spa/a como una 9erusal$n terrena vencedora de la idolatría deploraba los ataques de que estaban siendo objeto los frailes# -a nobleza indígena (tambi$n desplazada), por su parte, inventaba un mundo prehisp'nico equiparable al pasado bíblico o cl'sico desarrollaba la idea de una gentilidad receptora de anuncios providenciales de su redenci%n por <imo obispos, jesuitas mendicantes postularon la necesidad de sacralizar el espacio novohispano con reliquias traídas de uropa con im'genes aparecidas de forma milagrosa que suplantarían las arraigadas idolatrías# A menudo la diferenciaci%n con respecto a lo peninsular se iba dando en los niveles de la vida cotidiana, en las pr'cticas, en el lenguaje, en la convivencia con los
indios ,
con los mestizos con los africanos# n el discurso, sin embargo, el criollo seguía consider'ndose a sí mismo por alg&n tiempo como espa/ol, sentimiento que respondía a la actitud despectiva de algunos peninsulares, que lo tachaban de blando, flojo, cobarde, vicioso e incapaz# A lo largo del siglo 4566 esa actitud comenz% a variar los difusos e inconscientes rasgos de diferenciaci%n se volvieron un poco m's s%lidos claros# @e la simple e+altaci%n ret%rica de la tierra se pas% a eruditas descripciones de ciudades, paisajes, productos costumbres a una impresionante actividad cartogr'fica dirigida a apropiarse científicamente del espacio geogr'fico# -a incipiente memoria hist%rica sobre la conquista la evangelizaci%n se enriqueci% con la construcci%n de un pasado indígena glorioso, equiparable al del mundo cl'sico europeo, con la elaboraci%n de una compleja red de hechos prodigiosos centrados en las im'genes milagrosas en los virtuosos venerables que habitaron la 3ueva spa/a# Con estos injertos de memoria hist%rico.mítica los novohispanos convirtieron a su tierra en un paraíso a sus compatriotas en un pueblo elegido por designio divino# -a formaci%n de tal conciencia se nutría de una situaci%n econ%mica floreciente, producto de la minería, la hacienda el comercio, del apoo econ%mico moral de una aristocracia urbana, promotora consumidora de bienes culturales# sa misma conciencia tenía una vertiente política1 3ueva spa/a era vista por sus arist%cratas como un reino asociado aut%nomo dentro de ese conglomerado que era el 6mperio hisp'nico, al cual los novohispanos estaban unidos por un pacto# A partir de las reformas borb%nicas ( como consecuencia de su af'n de ejercer maores controles de limitar la participaci%n criolla en las esferas del poder) la elite criolla (al igual que los caciques indígenas) reforzaron sus actitudes autonomistas utilizando los símbolos elaborados durante el arroco# @esde fines del siglo 4566 durante todo el XVIII podemos hablar a de una cultura criolla relacionada con un conjunto de elementos de identidad de diferenciaci%n# 8in embargo, esas manifestaciones no constitueron, como se ha dicho a menudo, una conciencia nacional por varias razones1 !primero, porque tales elementos no presentaban una estructura org'nica eran m's bien jirones fragmentarios de conciencia segundo, por que la necesidad de cohesi%n e identidad se dio principalmente dentro de la elite porque la utilizaci%n de los t$rminos BpatriaB Bnaci%nB estaban referidos s%lo al grupo de criollos cultos que las acu/% tercero, porque por encima de una conciencia nacional que apenas se vislumbraba (el territorio llamado 3ueva spa/a estaba poco definido todavía), e+istía el amor al terru/o, a la patria chica, a la ciudad en la que se vivía, por lo que no era posible hablar a&n de nacionalismo"# sta cultura criolla parti% de tres mecanismos b'sicos para conformar sus redes simb%licas sus im'genes identitarias1 la imitaci%n, la equiparaci%n la diferenciaci%n# l primero de ellos, la imitaci%n, apareci% como una condici%n forzosa del proceso
de inserci%n del territorio que ho llamamos 7$+ico dentro de los cauces del cristianismo occidental# @esde entonces se impuso la concepci%n de un tiempo lineal, que se iniciaba con el G$nesis terminaba con el Apocalipsis, dentro del cual se desarrollaría la lucha c%smica entre el bien el mal, lucha que abarcaría tanto a los individuos como a las naciones# @el lado de los ej$rcitos de @ios estaba la 6glesia cat%lica, su pueblo elegido, que compartía su destino con los santos que habitaban en la 9erusal$n celeste con los fieles que pagaban sus culpas en el urgatorio# @el otro lado estaban las huestes de 8atan's seguidas por los infieles musulmanes, por los judíos, por los herejes protestantes por los pueblos id%latras# @entro de este pensamiento bipolar e+clusivista, s%lo la conversi%n sincera el bautismo podían permitir a los segundos pasarse a las filas de la verdadera fe salvarse# ara el cristianismo, el hombre, el mundo la historia tenían este solo sentido salvífico dentro del plan trazado por la providencia divina# -os criollos, herederos de la tradici%n implantada por los religiosos evangelizadores del siglo 456, configuraron su propia imagen en esos t$rminos1 ellos eran un pueblo elegido pues habían nacido en una tierra ganada para @ios despu$s de una lucha a muerte contra el 8e/or de las idolatrías# @urante la dad 7edia, el mesianismo judeocristiano recibi% desde san Agustín un sentido hist%rico político1 los habitantes de la ciudad de @ios, que debían convivir con los de la ciudad de 8atan's, podían estar sujetos a un stado obediente del orden divino encargado por $l para regir a la 9erusal$n terrena# A ese mesianismo igualitario se agreg% en el siglo 4 la concepci%n de una sociedad tripartita (clero, nobleza campesinado), jerarquizada, est'tica sujeta a un orden divino que la trascendía que se/alaba a cada quien el sitio que debía ocupar en el mundo# -os criollos desarrollaron dentro de este esquema la concepci%n de su sociedad estamental corporativa donde cada quien ocupaba un lugar predeterminado por @ios# A la cabeza de este sistema jer'rquico se encontraba el re de spa/a, personaje que le daba cohesi%n a un imperio cristiano cua funci%n b'sica era la defensa de los valores cat%licos a $l debían fidelidad obediencia todos sus vasallos, desde el humilde indígena americano hasta el m's noble espa/ol# A partir de las <imas d$cadas del siglo 456, Delipe 66 impuso en ese imperio una visi%n que tenía dos vertientes1 una política, centrada en una monarquía cat%lica obsesionada por su lucha contra los protestantes los turcos, cuo costo hacía necesario aumentar los recursos financieros las cargas tributarias una religiosa, apoada en el movimiento de Contrarreforma cat%lica, que fortalecía la posici%n de los cl$rigos como rectores sociales, que ejercía maores controles sobre la religiosidad popular, pero que, al mismo tiempo, daba espacio al culto de reliquias, de santos de im'genes a la promoci%n e+altaci%n de lo milagroso# -os criollos debieron construir su identidad a la sombra de estas dos vertientes# 8in embargo, la lejanía de la metr%poli las condiciones socioecon%micas culturales de una sociedad aut%noma con fuertes rasgos propios como la novohispana, forj% respuestas marcadas con el sello de la originalidad la diferencia respecto a las de la metr%poli aunque tales respuestas correspondían a la matriz
cultural com&n de la cristiandad casi nunca desbordaron los límites impuestos por la ortodo+ia, en ellas podía verse una intencionalidad por marcar diferencias, por delimitar la propia identidad frente al otro, es decir a lo peninsular# Con todo, en muchos casos, la formaci%n de elementos diferenciadores se refleja en aspectos sutiles (como el color de la piel o del cabello de un santo o la pervivencia de temas iconogr'ficos arcaizantes), aspectos que s%lo pueden ser descubiertos a partir de la comparaci%n con manifestaciones similares en la metr%poli# A esas adaptaciones que los criollos hicieron de la cultura occidental a su propia realidad las llamaremos mecanismos de equiparaci%n# -os criollos, deseosos de ser considerados iguales a los espa/oles, debían demostrar que esta tierra estaba contemplada en el plan divino como un 'rea donde habitaba la divinidad, tal demostraci%n s%lo era posible si constataban que @ios había obrado en ella milagros portentos como prueba de su protecci%n# Así, junto a la demostraci%n de los beneficios que prodigaban sobre 3ueva spa/a los santos vírgenes tradicionales, la cultura criolla retom% los mitos aparicionistas surgidos en la segunda mitad del siglo 456 (como el de la 5irgen de Guadalupe) los volvi% el eje central de su identidad# -as leendas fueron fijadas por la escritura (con lo cual se propici% la e+pansi%n del culto) se les remont% a la dad @orada de la evangelizaci%n (*02.*E), convirti$ndolas en parte de los hechos fundacionales del reino# ?n claro ejemplo de estos anhelos de equiparaci%n es un curioso cuadro de colecci%n particular, en el que la indígena 5irgen de Guadalupe es representada como esposa de san 9os$ patrono virre coronado de 3ueva spa/a (reflejo tambi$n de la monarquía peninsular) como madre de un ni/o blanco, con quienes forma una curiosa e+tra/a 8agrada Damilia mestizaF# ?n segundo aspecto de ese proceso de equiparaci%n fue la promoci%n del culto a hombres mujeres que habitaron en las ciudades novohispanas que las enriquecieron con sus vidas con sus milagros# om's, el ap%stol perdido de los tiempos bíblicos, con el sacerdote Iuetzalc%atl, con lo cual se remontaba la primera predicaci%n cristiana en las tierras del An'huac a la $poca apost%lica# Así aparece en un grabado de *J*;, abrazado a una cruz en actitud de catequizar a indios , tanto n%madas como civilizados# ara volverlo valioso, el pasado indígena debía ser cristianizado e introducido en los sistemas referenciales de om's como Iuetzalc%atl, los criollos rebasaban la
e+pectativa de equipararse a la vieja spa/a, se remontaban a las fuentes mismas de la cultura occidental# sta misma inquietud fue la que los llev% a ver a la 3ueva spa/a como la 9erusal$n terrena donde la mujer apocalíptica, la 5irgen de Guadalupe, se había aparecido para vencer al drag%n de la idolatría con la auda del arc'ngel san 7iguel# n representaciones del siglo XVIII la ciudad cuadrada de la 9erusal$n celeste comenz% a asociarse con 7$+ico, se le puso el 'guila el nopal como emblema se coloc% en su centro el santuario del >epeac# 8in embargo, ni la imitaci%n ni la equiparaci%n muestran al novohispano como un ente cultural diferente del espa/ol, el franc$s o el italiano, que han creado sus propias versiones de la cristiandad occidental cat%lica, aunque siempre dentro de una misma economía simb%lica# -o que podía convertir al criollo novohispano en un ser distinto al cat%lico europeo era su +eneralmente hablando son los ingenios tan vivos $ue convivencia permeabilidad con una a los once o doce a'os leen los muchachos, escriben, presencia que no cuentan, saben lat#n y hacen versos como los hombres e+istía en uropa1 los *amosos de Italia. )e catorce a $uince a'os se grad(an en indígenas# Con ellos el Artes ...-. "a universidad es de las más ilustres $ue tiene criollo forj% sus nuestra Europa en todas *acultades ...- alamanca se mecanismos de honra de tenerla por su hi!a. / al cabo de tantas e0periencias preguntan si hablamos en castellano o en indio diferenciaci%n# los nacidos en esta tierra. "as iglesias están llenas de obispos y prebendados criollos, las religiones de prelados, las audiencias de oidores, las provincias de gobernadores ...- y con esto se duda si somos capaces. "a corte de 1ueva Espa'a está llena de caballeros y eclesiásticos $ue con Los indios gentile%a e igualdad siguen la corte en sus pretensiones, y todo nos tienen por bárbaros. El reino está lleno de como tema. con t#tulos, hábitos militares, tantos y tan nobles caballeros $ue Exclusiones e no se halla en Espa'a tronco noble $ue no tenga acá rama ...- y dicen $ue somos indios .
inclusiones
A principios del siglo 4566, cuando el agustino criollo 9uan de Grijalva escribía estas palabras, el ser llamados indígena era para los criollos una se/al de oprobio, sobre todo porque, como se puede observar en el epígrafe, ellos querían ser considerados como espa/oles de primera# sa misma carga negativa sobre lo indígena se puede observar en un cuadro pintado por -uis 9u'rez en una fecha cercana a la cr%nica de Grijalva donde se representa a un rubicundo arc'ngel san 7iguel venciendo a un 8atan's con facciones indígenas adem's del fuerte contenido racista que denota la obra, detr's de ella podemos encontrar una definici%n del cristianismo mu novohispana, en la que se ha suplantado al 6slam o al rotestantismo de uropa por la 6dolatría# n el cuadro, adem's, la lucha no se lleva a cabo en el 'mbito celeste previo a
la creaci%n del cosmos sino en una tierra con 'rboles monta/as, con lo que se hacía referencia a un hecho actual1 las idolatrías seguían vivas en las comunidades indígenas como lo mostraban las obras de 9acinto de la 8erna Kernando Ruiz de Alarc%n# 8in duda, la visi%n que tenían Grijalva 9u'rez estaba todavía fuertemente influida por la idea de los misioneros del siglo 4561 el mundo prehisp'nico era demoniaco como lo demostraban los sacrificios humanos, los cultos idol'tricos la presencia obsesiva de la serpiente como símbolo religioso# 8in embargo, frente a esa imagen negativa del pasado indígena, los misioneros forjaron tambi$n la imagen de una cristiandad de hombres mujeres devotos, humildes sumisos, desapegados de los bienes terrenales e injustamente e+plotados por los espa/oles# Con estos indios fieles, los frailes habían construido una 6glesia apost%lica primitiva, reflejo de la 9erusal$n terrena, que adem's de vencer al @emonio, repararía con sus miembros las p$rdidas sufridas por la 6glesia a causa de la herejía protestante# sta visi%n aliment% la defensa que hicieron los religiosos algunos obispos de las comunidades indias durante los siglos 456 4566 convirti% a los naturales en modelo de vida cristiana para los espa/oles# @esde la 2istoria de fra >oribio de 7otolinía, hasta la obra del obispo 9uan de alafo+ )e la naturale%a del indio, el clero peninsular vio con paternalismo a estas d%ciles, capaces e inocentes ovejas de su reba/o# Al mismo tiempo que se forjaba esta imagen positiva sobre el indio cristiano de 7esoam$rica, como oposici%n ret%rica a $l, los frailes misioneros primero despu$s los autores criollos, crearon una figura opuesta1 el salvaje chichimeca demoniaco pagano# -a guerra del 7i+t%n, el inicio de la devastadora conquista del ajío entre *E *HE, dieron la pauta para tal construcci%n, siendo una de sus primeras manifestaciones las escaramuzas, mitotes o mascaradas en las que participaban indios vestidos de chichimecas junto con otros ataviados a la mesoamericana, como las observ% registr% fra Antonio de Ciudad Real en >la+cala en la frontera michoacana con 3ueva Galicia entre *J; *JHJ# Con esta mezcla de danza de moros cristianos rituales guerreros indígenas, los evangelizadores pretendían dar una ense/anza moral1 las fuerzas del bien (los mesoamericanos fieles a Cristo) vencían a las del mal (los chichimecas paganos que atacaban misiones fuertes espa/oles)# se modelo aparece tambi$n en un grabado de la Retrica cristianade fra @iego 5alad$s en el que un fraile con su grupo de colaboradores indígenas lleva a cabo la evangelizaci%n de unos chichimecas semidesnudos portando arcos flechas# Al catalogar a los grupos del norte como salvajes, se les codificaba en un esquema ret%rico aparecido en uropa desde los primeros contactos con Am$rica# n esos tiempos, su representaci%n pl'stica qued% fijada en el estereotipo del indio brasile/o pintado en un grabado alem'n en *E, que lo mostraba desnudo, utilizando arcos flechas como armas taparrabos penachos de plumas como vestimenta# Aunque esa imagen est' todavía ausente en la pl'stica novohispana del siglo 456 (como lo muestran los grabados de 5alad$s los frescos de 6+miquilpan), para los siglos siguientes fue la que se impuso como modelo con esas características de indio europeizado se represent%
desde entonces tanto al chichimeca como al apache en cer'mica, en cuadros de castas, en grabados en pinturas emblem'ticas# @e este <imo g$nero sobresale una conocida como el 3erdadero retrato de la 3irgen de +uadalupe, obra de 9os$ de Ribera 6 Argomanis fechada en *J# n ella, el b'rbaro aparece de frente con penacho, pectoral faldellín de plumas con un carcaj a la espalda en claro contraste con el cristiano, rapado, vestido ofreciendo flores a la 5irgen que se posa sobre el 'guila el nopal# Adem's de la inclusi%n de estos símbolos prehisp'nicos en su campo simb%lico, la Guadalupana era la figura novohispana que insertaba con maor profusi%n la otredad indígena, tanto por sus rasgos aut%ctonos como por la presencia del indio 9uan @iego# Drente al n%mada a&n sin cristianizar , por lo tanto, sin asimilar, el indígena civilizado prehisp'nico se había convertido para el siglo XVIII en algo propio, en un elemento diferenciador de los criollos frente a spa/a# s mu significativo al respecto el título de la obra del jesuita Drancisco 9avier Clavijero, 2istoria Antigua de 4é0ico, en el que se ha asimilado el mundo indígena anterior a la conquista a la historia patria se le ha vuelto una parte indispensable del pasado criollo de 3ueva spa/aH# 8in embargo, esta inserci%n no había sido un proceso sencillo debieron superarse muchos prejuicios producirse di'logos constantes entre los cl$rigos peninsulares criollos los nobles indígenas desde el siglo 456 hasta el XVIII para conseguirla# @urante la primera centuria, la !recuperaci%n" del pasado indígena se había dado s%lo como un medio para poder e+tirpar mejor las idolatrías que se consideraban demoniacas# 8in embargo, ha autores como fra ernardino de 8ahag&n fra @iego @ur'n que muestran cierta admiraci%n por lo que ellos consideraban una alta civilizaci%n a la manera de las de Grecia, Roma o gipto# sta actitud hacia el mundo indígena debe entenderse dentro de la visi%n del otro que se elabor% en el Renacimiento# l pensamiento occidental cristiano medieval, basado en una visi%n bipolar del cosmos, tendía a e+cluir al otro, al que no pertenecía a la esfera de la verdadera fe# ero a partir del Renacimiento a veces se invirtieron esos t$rminos, sobre todo como un recurso ret%rico moral para criticar la corrupci%n e infidelidad de los europeos el salvaje americano podía representar una verdad que permitía a orquemada# Lste era el primer te+to impreso sobre tales temas, recopilaba materiales in$ditos de los cronistas del siglo 456 (las obras de 8ahag&n @ur'n habían sido confiscadas) e incorporaba los documentos aportados por los nobles indios mestizos contempor'neos de fra 9uan (>ezozomoc e 6+tli+%chitl entre otros) conocedores de las tradiciones antiguas# sta recuperaci%n hist%rica del mundo prehisp'nico coincidi% con la e+pansi%n del hermetismo con el sincretismo introducido por la Compa/ía de 9es&s ambas coaduvaron en la inserci%n del mundo prehisp'nico en la sabiduría
universal nacida en gipto e+tendida por Grecia, Roma, 6ndia China# 8in embargo, en fra 9uan de >orquemada, en todos los autores posteriores a $l, lo indígena quedaba estereotipado dentro del par'metro de lo azteca, con lo cual se diluían los matices de esa enorme variedad $tnica cultural que era el mundo prehisp'nico# A partir de >orquemada, el criollo comenz% a ver con maor inter$s al mundo indígena anterior a la conquista, al que convirti% en un timbre de gloria de orgullo# A fines de la centuria otro franciscano, fra Agustín de 5etancurt, incluía en su 5eatro 4e0icano (*FHJ) una importante secci%n dedicada a los aztecas con la intenci%n de que se les considerara como parte del pasado de su patria*E# 7u conocidas son tambi$n las alusiones al mundo indígena en la e+tensa obra po$tica de sor 9uana 6n$s de la Cruz, , sobre todo, en los trabajos de Carlos de 8ig:enza G%ngora quien adem's se dedic% a rescatar papeles antiguos a estudiar c%dices# se pasado podía validarse adem's gracias a las premoniciones providenciales que algunos de sus sabios habían recibido de la llegada del cristianismo a su tierra a la presencia del ap%stol santo >om's como primer evangelizador de ellas# ?no de los puntos centrales de este rescate se dio alrededor de la figura del emperador 7octezuma, quien aparecía en biombos enconchados como un re ricamente ataviado con coronas plumas, sentado sobre elaborados tronos barrocos protegidos por palios de finas telas , a menudo, junto con su consorte, como símbolo de Am$rica en las representaciones de las cuatro partes del mundo# 7octezuma, convertido en el re de 7$+ico, avalaba con su presencia la e+istencia de un reino anterior a la conquista de un pacto por el cual 3ueva spa/a se insertaba en el 6mperio espa/ol, pero conservando los privilegios que 7octezuma había conseguido al entregar el reino a Cort$s**# n tres series de cuadros enconchados con el tema de la conquista 9uan 7iguel Gonz'lez pintaron por encargo del virre Conde de 7octezuma escenas con el palacio imperial de >enochtitlan, donde se podía admirar un sal%n galería con los retratos de los emperadores me+icas# n dos de ellos aparecen dos tronos bajo el escudo del 'guila el nopal, como símbolo de los dos poderes que regían al imperio1 el indígena de 7octezuma el nuevo que lo suplantaría, el de Carlos 5# l tema de estos enconchados nos recuerda la obra de Carlos de 8ig:enza G%ngora, 5eatro de virtudes pol#ticas, en la que los se/ores prehisp'nicos eran propuestos como modelo de buen gobierno al 5irre 7arqu$s de la -aguna en el arco triunfal que coste% el Auntamiento para su entrada a la capital# n el te+to que describe el arco, el autor convertía a los indios en descendientes de 3eptuno, nieto de Cam bisnieto de 3o$ asociaba a los me+icanos con la cultura egipcia# l te+to describía adem's c%mo fueron pintados los doce rees en el arco triunfal# 7octezuma 66 estaba !adornado con imperiales riquísimas vestiduras" sacaba de las fauces de un le%n perlas, oro plata como símbolo de su liberalidad*0# >anto 8ig:enza como los hermanos Gonz'lez se referían a los aztecas de acuerdo con los c%digos ret%ricos cortesanos de su $poca, para hacerlos comprensibles a sus mecenas los virrees, de quienes obtendrían un pago (en el caso de los segundos) o una prebenda personal (en el del primero)# @etr's de estas versiones ret%ricas de un
pasado indígena imperial (a la romana) se buscaba acabar con la discriminaci%n hacia los criollos crear im'genes de prestigio# l mundo indígena prehisp'nico no era a&n visto como el pasado de los criollos, sino s%lo como un medio para dar a la patria un timbre de orgullo, para cambiar la imagen que de ella tenían los europeos, que no creían que en Am$rica se diera nada bueno*2# Con todo, junto a la recuperaci%n que 8ig:enza hacía del pasado con las armas ret%ricas de su tiempo, estaba tambi$n su inter$s científico de anticuario por preservar coleccionar c%dices, mapas documentos indígenas# A ese rescate iniciado por 8ig:enza a fines del siglo 4566 se unieron a principios del XVIII las opiniones de 9uan 9os$ de guiara guren, quien dedic% varios capítulos de su 6iblioteca 4e0icana a la cultura n'huatl, dentro de la cual 3etzahualc%otl ocupaba su lugar como parte de la Rep&blica de las -etras# @e manera simult'nea se e+altaban las lenguas indígenas, consideradas como ricos instrumentos de comunicaci%n por su amplio l$+ico, tiempo despu$s autores como Clavijero alababan su capacidad para e+presar conceptos su belleza actitud de reacci%n a los proectos ilustrados de e+tinguir las lenguas nativas al poco aprecio en el que las tenían los obispos peninsulares*;# Dinalmente, gracias a autores como 5etia, Clavijero -e%n Gama la historia indígena prehisp'nica se convertía en una parte b'sica de la identidad me+icana# Kasta entonces comenzaba a ser posible pensar en t$rminos de naci%n# Con todo, lo indígena siempre había estado presente como elemento clave en la definici%n de identidades desde el siglo 456, siendo la representaci%n aleg%rica de 3ueva spa/a su ejemplo m's acabado# -a primera representaci%n de esta imagen apareci% en dos pinturas de la 2istoria de 5la0cala del cronista mestizo @iego 7u/oz Camargo, en donde se la presenta como una cacica con huipil 0ihuit%olli o diadema, mu posiblemente asociada con la 7alinche, que junto con los tla+caltecas fue la m's fiel colaboradora de Cort$s# @esde entonces, ese personaje aleg%rico aparecía en !todos los actos solemnes que recordaran el refrendo del pacto colonial1 paseo del pend%n, entradas de virrees arzobispos, e+equias juras reales incluso en otros acontecimientos festivos o devocionales, como estrenos de templos, beatificaciones juramentos de patrocinios"*# Aparecía tambi$n en las representaciones teatrales, como nos lo dejan ver las anotaciones al )ivino 1arciso de 8or 9uana su !8arao de las cuatro naciones" al final de "os empe'os de una casa# @e esta visi%n proviene una Am$rica que ofrece su corona de oro a la 6glesia, junto con las otras partes del mundo, en el 5riun*o de la Iglesia que pint% Crist%bal de 5illalpando en la sacristía de la Catedral de 7$+ico# -o interesante de la alegoría es la combinaci%n de elementos sacados de la tradici%n europea (el lagartoMiguana a sus pies sale de la Iconolog#a de Cesare Ripa) con las alusiones al mundo indígena, como el 'guila encima de un nopal que porta sobre su cabeza, el bezote las orejeras de oro de su rostro el penacho de plumas verdes (que el barroco asoci% como atributo de poder de los emperadores me+icas) atado a su brazo# @esde el siglo 456, el 'guila el nopal, emblemas de la ciudad de 7$+ico.>enochtitlan se habían insertado como un elemento
constante dentro del universo religioso novohispano# ara el siglo XVIII tanto la alegoría de 3ueva spa/a como el escudo con el 'guila, se convertirían en los símbolos principales de la identidad criolla, junto con la 5irgen de Guadalupe Delipe de 9es&s, a quienes a menudo acompa/aban# Al igual que pasaría con su nombre, la ciudad de 7$+ico e+tendería su escudo emblem'tico a todo el territorio, que para el siglo XVIII recibía la denominaci%n de !reino de la Am$rica septentrional"# Kasta ahora, los criollos habían utilizado la imagen del indio prehisp'nico como un vehículo mu &til para crear consolidar su propia definici%n de naci%n# ero e+isti% un elemento m's que se agreg% a ese complejo sistema en el que convivían alegorías europeas, im'genes del pasado indígena símbolos nacidos en uropa en 3ueva spa/a1 la presencia del indio contempor'neo a los autores pintores virreinales# ara ellos los indios eran la plebe urbana, !paciente en el padecer, gente que siempre aguarda el remedio de sus miserias siempre se halla pisada de todos" seg&n lo e+presaba Carlos de 8ig:enza G%ngora en su 5eatro de virtudes pol#ticas*F# ero tambi$n eran los hombres viciosos, que embriagados por el pulque podían robar, incendiar destruir, como los describía el mismo autor cuando hizo la relaci%n de la rebeli%n que asol% la ciudad de 7$+ico en *FH0# Resulta por dem's significativo que la cultura criolla haa invertido los t$rminos en los que concibieron al indígena sus pastores peninsulares# n ella, el mundo indígena anterior a la conquista perdía la carga demoniaca que le dieron los frailes del siglo 456, pero en cambio el indio contempor'neo se convertía en un ser perezoso, borracho e hip%crita# l indio había sido aceptado s%lo como parte de lo propio hist%rico el del presente seguía siendo e+cluido#
En todas las provincias y reinos de esta América se ha mostrado la gran 4adre de )ios y Bajo el manto eptentrional e'ora 1uestra, propicia y liberal en sus *avores. Por$ue al protector de paso $ue la religin verdadera se ha ido dilatando en ellas, ido creciendo las misericordias de esta oberana Reina, los santos han en $ue muestra cuánto le agrada el ver e0tendida la *e de su 2i!o en este 1uevo 4undo. )e lo cual serán prueba mani*iesta los muchos santuarios milagrosos $ue en él tiene, $ue son como patentes o*icinas de su piedad *.
n *EH el 5irre @uque de Alburquerque encargaba al pintor 9# Arellano un lienzo que describía el traslado de la imagen de la 5irgen de Guadalupe a su nuevo santuario reci$n concluido (!oficina de su piedad" como lo llama el jesuita 9uan Antonio de
misma en el 'mbito festivo# Resalta en primer lugar el aparato teatral que se despleg% en el atrio que convirti% $ste en un !espacio de me+icanidad"1 7octezuma su consorte entre los gigantes de cart%n que simbolizaban las cuatro partes del mundo el mismo emperador junto con Cort$s en una danza de la conquista el drag%n de la idolatría (o tarasca) jalado por chichimecas desnudos emplumados en la procesi%n, como &nico acompa/ante de la milagrosa imagen de Guadalupe, una escultura del beato Delipe de 9es&s colocado sobre un 'guila de batientes alas en su nopal# ?n segundo elemento que llama la atenci%n es precisamente el modelo jer'rquico que presenta esa procesi%n# -a encabezan las %rdenes religiosas, en el estricto orden de su llegada a 3ueva spa/a, seguidas por una cofradía de notables por el Cabildo de la Catedral con el Arzobispo detr's de la 6magen vienen los miembros del Auntamiento capitalino precedidos por sus maceros, el Consulado de comerciantes, la ?niversidad, los tribunales de cuentas, la Audiencia el 5irre# Al igual que en las procesiones del Corpus Christi, en $sta se remarca la idea de que cada corporaci%n representaba un %rgano del cuerpo social, que era, seg&n el dogma, el cuerpo místico de Cristo# stamos así ante una sociedad que se definía a sí misma en t$rminos estamentales corporativos# n los estamentos (clero, nobleza tercer estado) se incluían los sectores que regían encabezaban a la sociedad, no s%lo por su poder econ%mico o político sino (sobre todo) por una serie de privilegios legales, fueros e+enciones tributarias# n las corporaciones, en cambio, se agrupaban la maor parte de los sectores sociales organizados en gremios, cofradías, provincias religiosas o comunidades indígenas, instancias de representaci%n social por medio de las cuales los individuos podían hacer valer sus derechos ante el stado, organizarse legalmente recibir asistencia# s claro en el cuadro de Arellano que de la procesi%n oficial estaban e+cluidos los indios pero es tambi$n significativo que aparezcan en una peque/a procesi%n alternativa a la derecha del lienzo cargando en andas a los santos de sus parroquias, 8antiago san Agustín, símbolos religiosos de su sentimiento corporativo# ara los indios , como para los criollos, la presencia de esos protectores celestiales era una garantía de salud fertilidad, tanto para el individuo como para la colectividad, una protecci%n contra las fuerzas del mal# -os municipios, que tenían la obligaci%n de velar por sus habitantes incluso en el 'mbito sobrenatural, eran los encargados de elegir o sortear abogados celestes con quienes se establecía un contrato1 a cambio de proteger al poblado de ciertas desgracias, sus fieles celebrarían su día con novenarios, misas, e+votos, cirios, limosnas, peregrinaciones fiestas# -os elegidos podían ser tanto los santos europeos (los guerreros, los fundadores de las %rdenes misioneras o las vírgenes espa/olas e italianas) como los propios (las innumerables im'genes de la 5irgen 7aría, Delipe de 9es&s Rosa de -ima)*J# ara esta sociedad no e+istía una ruptura entre el mundo material el sobrenatural# -a convivencia de los simples mortales con hombres mujeres santos, vivos o
difuntos, con los 'ngeles, hacía posible la creencia en el milagro, a que por su íntima amistad con @ios ellos podían fungir como intermediarios de sus favores posibilitar la ruptura de las lees naturales# l prodigio se realizaba a menudo a trav$s de im'genes reliquias, cuo uso, autorizado controlado por la 6glesia, recibi% un gran impulso a partir de la Contrarreforma# stos elementos constituían n&cleos donde confluían una gran cantidad de símbolos pr'cticas, cuo impacto se reforzaba con un desbordante aparato ritual festivo con una fuerte incidencia social afianzada en el corporativismo, representado por las cofradías, los gremios, los cabildos las provincias religiosas# -as im'genes que representan con maor claridad esta relaci%n son aquellas llamadas de !patrocinio", en las que las figuras de santos o de vírgenes protegen bajo su manto a familias, autoridades civiles eclesi'sticas u %rdenes religiosas cua presencia iconogr'fica fue constante durante los tres siglos virreinales# A partir del <imo tercio del siglo 4566, los protegidos en tales representaciones se vuelven con maor frecuencia retratos individuales, aunque con su actitud entorno e+alten su participaci%n corporativa, pues muchos de estos cuadros deben asociarse con las cofradías con las advocaciones que las protegen como las del Rosario, el Carmen o la 7erced# s mu significativo que estas representaciones se comiencen a dar precisamente en el momento en el que se est' afianzando la identidad criolla se multipliquen durante del siglo XVIII , en tanto que en el mundo europeo tienden a desaparecer en la iconografía hasta e+tinguirse por completo*H# -os !patrocinios" m's comunes son aquellos que muestran a la 5irgen que protege bajo su manto a una orden religiosa representada tanto por sus fundadores, como por sus miembros vivos, siendo las m's numerosas las de los carmelitas los dominicos, que aparecen representados en grupos compactos# n el siglo XVIII las composiciones de los !patrocinios" ampliaron sus espacios bajo el manto protector se colocaron maor n&mero de gente a menudo los rostros antes estereotipados se convirtieron en retratos# Al mismo tiempo se concentr% la atenci%n en unas cuantas figuras protectoras, entre las cuales la de san 9os$ tuvo una presencia sobresaliente# @e patrono de 3ueva spa/a (8egundo Concilio rovincial de *) el padre putativo de 9es&s pas% a ser tutelar de los dominios espa/oles en *FF modelo de patriarca, sabio consejero de los rees, sin dejar su m's popular ( accesible a la identificaci%n mestiza) oficio de carpintero# n el siglo XVIII los novohispanos lo representaron coronado lo volvieron símbolo de su virreinato pues, como su hom%nimo 9os$, virre de gipto, era considerado gobernador de 3ueva spa/a# n estas tierras fue com&n pintar bajo su manto protector a las jerarquías civiles eclesi'sticas# ?n ejemplo de estas im'genes se encuentra en el colegio jesuítico de >epotzotl'n, donde aparece representado el re Delipe 5 el papa Clemente 466 con sus s$quitos de eclesi'sticos jesuitas laicos venerando al patrono de 3ueva spa/a# l cuadro pintado por 9os$ de 6barra en *2 representa un aparato idealizado de dominaci%n simb%lica#
Al poner al Re al apa como pilares de la sociedad, se sacraliza al poder espiritual temporal que tales figuras representan, aunque en esos tiempos la relaci%n entre ambos estaba lejos de ser tan arm%nica como se pinta# >iempo despu$s, el Concordato de *2 entre la 7onarquía espa/ola la 8anta 8ede reforzaba los controles del re sobre la 6glesia dentro del todo el 6mperio# or otro lado, la presencia de los jesuitas detr's del apa no deja de ser significativa, sobre todo por los ataques que la Compa/ía de 9es&s comenzaba a sufrir por parte de la nueva política regalista, que la llevaría hasta su e+pulsi%n de los dominios espa/oles unos a/os m's tarde# -a maoría de los patrocinios fueron pintados para ser colocados en los templos conventos, espacios p&blicos donde el valor social de representaci%n podía tener impacto sobre sus destinatarios1 los fieles las comunidades religiosas# ntre las corporaciones de regulares (provincias) seculares (cabildos catedralicios) se libraba lo que 3orbert lias llam% !una incesante lucha de competencia por las oportunidades de status prestigio"0E# ero algunas de esas pinturas tambi$n fueron hechas para ser colocadas en las salas de linajes o en las capillas dom$sticas de los palacios# jemplo claro de este tipo de retratos familiares es de la familia de los Condes de e/asco, acaudalados terratenientes que se mandaron pintar bajo el manto protector de una imagen de la 5irgen del Rosario# -os Condes, en primer plano, ofrecen su coraz%n a la 5irgen mientras sus hijos nietos elegantemente vestidos, quedan bajo su protecci%n# >odos los retratados miran hacia el espectador, salvo el patriarca que dirige una mirada de s&plica a la 6magen# -a devoci%n religiosa parece ausentarse ante las actitudes cortesanas (modeladas por una conducta calculada en la que los afectos est'n regulados por rígidos c%digos), ante una vestimenta que muestra el estatus las ocupaciones (ha un cl$rigo) de los miembros de la familia# 9unto a estos cuadros de patrocinio, marcados por el car'cter cortesano, se encontraban aquellos que tenían como funci%n dar testimonio de un hecho milagroso agradecer al santo por cua intercesi%n de había obtenido tal d'diva de @ios# -os e+votos o retablos de gratitud rara vez eran corporativos, constituían una respuesta individual ante un favor recibido eran productos de la devoci%n popular muchas dolencias, accidentes calamidades ocasionadas por epidemias terremotos quedaron impresos minuciosamente descritos en sus im'genes cartelas en las que se resalta la imposibilidad de una soluci%n natural a tales desgracias# Aunque a veces ostentaban la firma de artistas conocidos, los e+votos eran por lo general obras an%nimas, mientras que sus patrocinadores aparecían siempre con sus nombres# A pesar de la mediatizaci%n de los cl$rigos, son estos beneficiados, su fe el prodigio los actores de la escena# n el e+voto !el doliente, la s&plica la respuesta del santo parecen ser tres momentos tres espacios distintos en una secuencia narrativa"0*# -os e+votos virreinales que se conservan, sin embargo, no nos muestran como beneficiados a los grupos marginados# n los de curaci%n de enfermedades (que son los m's numerosos) aparecen mercaderes terratenientes, o sus esposas, en sus lechos de dolor ricamente cubiertos de doseles damascos, detr's de decorados biombos asistidos por una nutrida concurrencia1 sirvientes, hombres mujeres prominentes,
m$dicos solícitos sacerdotes beneficiados por sus d'divas testamentarias00# Así aparece, por ejemplo, el alf$rez maor don @iego de Acevedo en un e+voto dedicado al 8anto Cristo que le dio la salud# l mismo nivel econ%mico presentan los liberados de la muerte segura por accidentes, entre los que ocupan un lugar destacado las caídas del caballo, como el e+voto de don 9os$ 7anuel de Guebara ofrecido a san @iego# 6ncluso en los !retablos" que parecerían tener un car'cter m's popular (como el que muestra la milagrosa recuperaci%n del peque/o hijo de 7aría Galindo Agustín $rez de 7oncada ante la imagen de san 9uan 3epomuceno), las mujeres mestizas que ahí se representan podrían pertenecer a una clase media acomodada# 3o podía ser de otra forma dado el costo que debieron tener esas obras de arte la dificultad de los miserables para sufragar un gasto así# Al igual que en el cuadro de Arellano, tanto los patrocinios como los e+votos hacen patente de nuevo una e+clusi%n, aunque no racial, por lo menos sí socioecon%mica# +iste con todo un tipo de pintura en el que la imagen de la sociedad que se muestra bajo el manto protector de los santos es de absoluta igualdad# 8e trata de los llamados !Cuadros de 'nimas", enormes lienzos colocados detr's de altares especiales para celebrar misas por los difuntos# 8u finalidad era doble1 reforzar la creencia en el urgatorio (atestiguada por las visiones de monjas beatas), para promover las limosnas que como capellanías o como bulas de 8anta Cruzada recibían la 6glesia el stado publicar el poder intercesor de la 5irgen, de san 7iguel de los santos para sacar a los fieles de tan enojoso trance, así como el de los objetos (escapulario carmelita, cord%n franciscano, rosario dominico o cinto agustino) promovidos por cada orden religiosa como auda para salir del trance# -os promotores de estas im'genes, las cofradías de 'nimas, eran corporaciones con miembros provenientes de todos los grupos sociales llegaron a ser tan populares que no había iglesia donde no se pusiera un altar de 'nimas promocionado por esas cofradías# Reforzadas por sermones escritos, los cuadros tenían car'cter devocional, pero tambi$n did'ctico para orientar las conciencias, promover conductas virtuosas evitar las viciosas# A veces los donantes se hacían retratar en ellas por una limosna (pues las cofradías de 'nimas no poseían rentas), pero generalmente las figuras representadas son arquetípicas# n ocasiones, en las predelas de los cuadros, aparecen plasmados actos lit&rgicos que las cofradías realizaban ante los altares de 'nimas con misas, procesiones ofrendas# n esos lienzos las 'nimas eran mostradas desnudas, gesticulando, con e+presiones faciales posturas corporales que denotan resignaci%n, sufrimiento petici%n# Algunas de esas almas portan atributos de poder (coronas, mitras o tiaras), otras la tonsura que distingue a los cl$rigos de los laicos, pero tales atributos no son signos de jerarquía sino de igualdad escatol%gica# A menudo, como en el cuadro de Acatzingo que incluimos en esta selecci%n, las 'nimas presentan rasgos $tnicos propios de los negros o de los indios # n el urgatorio, a diferencia de lo que pasaba en la sociedad se hacía efectivo el dogma de la comuni%n de los santos# Ahí las tres 6glesias que formaban el Cuerpo 7ístico de Cristo (la triunfante que habitaba en los cielos, la
militante que vivía en la tierra la purgante que penaba sus culpas) se comunicaban en una perfecta armonía, libres de las diferencias sociales $tnicas02# ra, junto con el cielo el infierno, un / después acá $ue )ios cri, y vinieron los hi!os por la espacio de inclusi%n#
Patrocinio indígena ¿identidad indígena
divina voluntad de )ios, el uno se llamaba 4iguel 7macat%in y Pedro Ca Pollicano, $ue ellos son los mayores de todos los $ue $uedaron y )ios les puso en el cora%n diciendo o conversando entre estos dos amigos, y di!o el uno8 a$u# no tenemos a $uien volver los o!os ni ha de venir de otra parte el $ue nos ha de decir lo $ue hemos de hacer ...-. / luego los dos $ue eran como padres de todos se consultaron el $ue hab#an de tener por patrn, y a$uella noche se estaban acordando $ué santo hab#an de escoger y el dicho 4iguel 7macat%in no estaba dormido y vio un hermos#simo espa'ol $ue lo llamaba por su nombre y le di!o8 4#rame $ue ya estoy a$u# $ue me deseáis a $ue yo sea vuestro patrn. /o me llamo antiago $ue es mi gusto $ue yo os ampare. / el dicho 4iguel 7macat%in $ued muy espantado a $ue le hablase a$uel santo0;.
-a historiografía tradicional ha visto a los pueblos indígenas como entidades e+plotadas marginadas de un sistema colonial que las someti% cuo resurgimiento se dio a partir de la 6ndependencia# Ambas afirmaciones deben ser matizadas# -as comunidades indias del virreinato presentaron una gran vitalidad se amoldaron a los esquemas legales religiosos del conquistador, con tan buenos resultados, que gracias a ello pudieron mantener una cierta autonomía sobre todo una gran cohesi%n interna# sta situaci%n fue propiciada tanto por los frailes, como por las autoridades virreinales desde el siglo 456, con la creaci%n de un esquema legal que contemplaba una rep&blica de indios separada de la de espa/oles a la cual se le otorgaron una serie de privilegios e+enciones1 las concesiones de tierras del com&n (fundo legal) que no podían ser enajenadas la conservaci%n de sus lenguas aut%ctonas un gobierno electo por los ancianos (cabildo) que fue controlado por una nobleza rica de prestigio (caciques) una iglesia consagrada con un santo patrono la organizaci%n de instituciones comunales (cofradías, hospitales, cajas de comunidad) la e+enci%n en el pago de alcabalas la creaci%n de tribunales especiales de justicia civil eclesi'stica para ellos# l pueblo de indios naci% así como una entidad corporativa sus dirigentes administraban las finanzas de los bienes comunales de las cajas, se hacían cargo de las principales fiestas religiosas representaban al pueblo en los litigios en los actos ceremoniales (como la recepci%n de virrees, obispos o alcaldes maores)# @esde el siglo 456 el estado espa/ol estableci% con ellos un pacto que los dirigentes indios supieron usufructuar mu bien# or otro lado, estas comunidades tuvieron continuos contactos con el mundo
cortesano espa/ol# Cada a/o se reunían en el palacio virreinal los gobernadores de los pueblos principales para la ceremonia de la entrega de las varas de mando, ceremonia que se repetía en las alcaldías maores con los dirigentes de los pueblos de cada regi%n# -as comunidades tenían continuamente pleitos en el 9uzgado de indios de la Audiencia e iban en peregrinaci%n a los santuarios de las capitales o, cada dos o tres a/os, a comprar la ula de 8anta Cruzada0# >odo ello los hizo familiarizarse con el 'mbito cultural de los criollos provoc% la inserci%n de muchos de sus elementos en las formas de representaci%n indígenas desde el siglo 456# ?no de los ejemplos m's significativos de esa interacci%n fue el uso de la escritura con caracteres latinos que, junto a las pinturas sobre papel de tradici%n prehisp'nica, se convirtieron en instrumentos legales para defender sus derechos# l proceso se intensific% a raíz de los cambios introducidos por la nueva política agraria de Delipe 66 por la amenaza sobre las tierras comunales que trajo consigo la e+pansi%n de la propiedad espa/ola desde fines del siglo 456# -as comunidades indias se vieron forzadas a defender sus propiedades por medio de las composiciones (legalizaci%n de tierras ante la Corona), de los pleitos judiciales de documentos probatorios llamados !títulos primordiales"# Lstos eran papeles escritos con letras latinas pero en las lenguas aut%ctonas, a veces con sencillas ilustraciones, conservados en los archivos de los cabildos indígenas en un cofre con tres llaves# n ellos se guardaba la memoria de la fundaci%n mítica del pueblo, realizada a menudo por %rdenes de un santo a sus caciques a principios del siglo 456, como el caso de 8antiago 8ula transcrito en el epígrafe# or la forma del discurso, los títulos primordiales estaban relacionados con la transmisi%n oral (por sus advertencias, consejos reprimendas por sus reiteraciones que parecen f%rmulas), pero tambi$n con documentos pictogr'ficos antiguos0F# or su car'cter de documentos probatorios e+isten numerosas copias las que conocemos pertenecen a los a/os finales del siglo 4566, al XVIII hasta al 4640# n los títulos se insiste en los temas que merecían ser recordados por la memoria colectiva# l primero central son las tierras comunales, cua demarcaci%n se describe con gran minucia, alrededor del cual giran los dem's# l segundo es el de la conquista, hecho que se menciona como algo &til que permiti% demarcar las tierras de cada pueblo a e+cepci%n del de 8anto >om's Ajusco en el que est'n presentes la tristeza el lamento, la conquista se evoca como el inicio del pacto original entre la comunidad el re# @espu$s se menciona la congregaci%n del pueblo, el bautizo de los caciques, la elecci%n del santo (como padre fundador) la construcci%n de su iglesia como elementos legitimadores# or <imo est' el tema de las epidemias como castigo divino, pero tambi$n como parte del proceso de la p$rdida de las tierras# A veces $stas son consideradas como parteaguas, mucho m's significativos que la misma conquista0J# n las ilustraciones, como las del pueblo de
memoria hist%rica colectiva# mparentados con los !títulos primordiales" est'n los llamados mapas, grandes lienzos que se solían colgar en las oficinas de las maordomías de los templos, tal como los vemos todavía en los pueblos# n el de san Andr$s Ahuashuatepec, el santo patrono aparece en el centro como !testigo de honor" flanqueado por Cort$s, por la 7alinche, por los rees prehisp'nicos (los que hicieron el pacto) ataviados con penachos de plumas por cinco caciques, vestidos a la espa/ola para marcar su diferencia con los macehuales# ste mapa es uno de los varios que se conservan de la regi%n de >la+cala, zona privilegiada por sus fuertes sentimientos localistas donde resurgi% la idea de un antiguo senado de caciques originarios que para dejar constancia de ese estatus nobiliario los derechos que conllevaba, hacían pintar a sus caciques fundadores con cacles de oro, ricas capas escudos de armas# n el lienzo de san ernardino Chalchihuapan, dependientes del se/orío de Cholula, se representan * cuadretes con im'genes que se hacen pasar por escenas pintadas en el siglo 456# n $l aparece !la participaci%n militar de ese pueblo en la consecuci%n del reino, con la mediaci%n portentosa de la 5irgen de los Remedios, la captura de los prisioneros gentiles, que se visten de pieles, su sometimiento tributario N###O la alianza de los se/ores con el nuevo orden sellada por medio de las aguas del bautismo N###O como epílogo un impensable recibimiento de su embajada ante el trono borb%nico para recibir sus correspondientes títulos comunales"0H# n el lienzo, que recuerda mucho a los títulos primordiales, la noci%n de pacto entre el re de spa/a la comunidad indígena es m's importante que el dato hist%rico de un Carlos 5 vestido con casaca peluca como si fuera Carlos 666# -a maor parte de estos mapas, así como las copias m's recientes de los títulos primordiales, fueron hechos en una $poca de crisis para las comunidades indígenas# ntre *FF *J; se elimin% la autonomía financiera de los municipios se les someti% a la vigilancia las decisiones del gobierno virreinal con el objetivo de reducir los egresos destinados a las fiestas religiosas (comidas ceremoniales, corridas de toros los fuegos pirot$cnicos) encauzarlos hacia las escuelas2E# or otro lado los obispos borb%nicos eliminaron numerosas cofradías que no tenían autorizaci%n episcopal limitaron su funcionamiento adscribi$ndolas al control de los curas p'rrocos# Cofradías hospitales, que habían servido para reforzar los vínculos sociales en algunas zonas para salvaguardar la propiedad comunal, sufrían con ello un duro golpe# Ambas reformas tendían a limitar el manejo de los fondos comunitarios por parte de los gobernadores de los cabildos indígenas, que para entonces estaban ocupados a por mestizos2*# n ese conte+to, la pintura se convertía en el g$nero de representaci%n m's id%neo para las elites indígenas, quienes por medio de ella se mostraban como miembros destacados de la sociedad, en nada menores a los espa/oles# or ello, al igual que lo hacían los criollos, los caciques indomestizos acudieron a los hechos fundacionales del reino para legitimar unos privilegios que les estaban siendo arrebatados# sta nobleza
se mostraba a sí misma como colaboradora en la conquista, hecho que sin ella no habría podido llevarse a cabo sobre todo se hacía pintar en el acto de recibir el bautismo durante la primera etapa evangelizadora# n un lienzo colocado en la capilla bautismal del templo de >onantzintla (uebla) junto al bautizo de Cristo en el 9ord'n, los caciques del pueblo colocaron una escena de los se/ores de >ezcoco recibiendo el agua sacramental, agua que significaba al mismo tiempo conversi%n alianza# s por dem's significativo la equiparaci%n en dignidad presencia de los se/ores indígenas con Cort$s los espa/oles colocados frente a ellos en el cuadro# ara los caciques del siglo XVIII , una escena del bautizo de sus predecesores en la etapa de la fundaci%n del reino los convertía a ellos en cristianos viejos, con lo que quedaban liberados del estigma de la idolatría# ero algunos fueron m's all', haciendo uso del mito criollo de la predicaci%n del ap%stol santo >om's como Iuetzalc%atl, se pintaron recibiendo la predicaci%n de su boca venerando la cruz que traía# Así los pinta un lienzo encargado a 9uan 7anuel de Pllanes por 6gnacio Daustinos 7azihcatzin, descendiente de la nobleza indígena de egaQovita, la venerable india iroquesa adscrita a la misi%n jesuítica francesa de Canad' el martirio de los ni/os de >la+cala# n una e+traordinaria visi%n americana, este sacerdote indomestizo hermanaba las glorias de su patria chica con las de los indígenas de otras latitudes, para mostrar a >la+cala como primera sede del cristianismo novohispano a los indios como sujetos de una elevada espiritualidad como discípulos fieles de la predicaci%n apost%lica20# s mu significativa la inclusi%n en la serie de los ni/os m'rtires (dos de ellos hijos de caciques), tema que recibi% una amplia difusi%n en el mundo indígena desde el siglo 4566 que fue central para afianzar la identidad de los tla+caltecas a fines del XVIII # -a e+altaci%n de esos ni/os se convirti% en una prueba fehaciente del importante papel que jug% su nobleza en el proceso evangelizador, tan destacado como el que había tenido en la conquista militar# ntre *H *JE2 se pintaban dos enormes lienzos en la parroquia de Atlihuetzia en >la+cala con el tema del martirio de esos ni/os en uno de ellos el cacique, aunque pagano e id%latra, aparece vestido con una lujosa capa de plumas un penacho de grabado europeo, mientras su mujer porta un rico huipil con encajes de Kolanda# sta imagen de riqueza refinamiento es la que nos dejan ver tambi$n los numerosos cuadros donde la nobleza indígena se hizo retratar como donante de los que tenemos muestras desde el siglo 456# n el relieve del altar maor del templo de 4ochimilco, bajo el patrocinio de san ernardino, aparecen en primer plano un devoto cacique con su mujer mientras que ella luce un huipil a la indígena, $l viste a la
espa/ola hasta su rostro podría confundirse con el de un peninsular si no fuera por la tilma atada a su hombro# Cuando los caciques indomestizos se mandaban retratar, sus mecanismos de representaci%n eran los mismos que los de los espa/oles criollos (vestido rico, culto religioso, pasado glorioso, retratos como donantes, hasta el lenguaje formal) en esos t$rminos impuestos por la cultura dominante se definía su actuaci%n p&blica, ante la cual debían mostrarse como cristianos viejos, como gente civilizada como vasallos fieles del re# -a identidad indígena se constru% así a partir de los patrones occidentales (a cuo sistema los caciques pretendían estar integrados) haciendo uso de los mismos mecanismos de identificaci%n equiparaci%n que los criollos# Con todo, la tradici%n indígena era la que daba a estos caciques mestizos su imagen de autoridad su signo de estatus privilegiado, derivado del car'cter corporativo de sus comunidades# n ellos, el uso de lo indígena como una estrategia de diferenciaci%n se volvi% desde el siglo 456 un mecanismo b'sico de supervivencia frente al espa/ol, pero tambi$n ( sobre todo) frente al criollo22#
Los espejos de una sociedad plural
Esta la sociedad novohispana- se compone de di*erentes castas $ue han procreado los enlaces del espa'ol, indio y negro8 pero con*undiendo de tal suerte su primer origen $ue ya no hay voces para e0plicar y distinguir estas clases de gentes $ue hacen el mayor n(mero de habitantes del reino. )egenerando siempre en sus alian%as, son correspondientes sus inclinaciones viciosas, miran con entra'able aborrecimiento la casta noble del espa'ol y con aversin y menosprecio al indio. 1o se acomodan a las honradas costumbres de a$uel ni a las humildes y algo laboriosas de éste, y a la verdad, pudieran bien compararse las castas in*estas de 1ueva Espa'a coyote, lobo, tente en el aire, saltaatrás- a las de los verdaderos o supuestos gitanos de la antigua2;.
n un biombo del siglo XVIII que se encuentra en el 7useo de Am$rica de 7adrid (que muestra un paraje de san Agustín de las Cuevas en >lalpan) los pinceles han dado vida a ese abigarrado colorido mundo descrito por el autor an%nimo citado por Kip%lito 5illarroel en su testimonio, aunque sin la carga negativa de e+clusi%n que $ste les daba# Al fondo aparece retratado el siempre presente mundo indígena con sus trajes sus fiestas en una de las escenas se muestra un mitote (un a de las danzas denominadas !de mecos") en el que guerreros tigre que parecen salidos de un c%dice antiguo (con sus chimalli adornos me+icas) bailan junto con indios chichimecas emplumados semidesnudos semejantes a los salvajes creados por la imaginaci%n europea doscientos a/os atr's# Cerca de ellos se lleva a cabo una fiesta de desposorios, con sus fuegos pirot$cnicos, su m&sica sus pantomimas# n el primer plano, es representado el mundo mestizo dando vueltas en el palo volador, cantando peleando acompa/ado del infaltable pulque la escena es contemplada por una pareja criolla que monta a caballo
detr's de unos nopales# -o que mostraba esta vista (como muchas otras realizadas por los pintores criollos desde la <ima d$cada del siglo 4566) era una sociedad mu mestizada en la que convivían los diversos grupos $tnicos, una sociedad que hacía patente la inutilidad de las lees que separaban a la poblaci%n en dos rep&blicas que ponían cortapisas a las uniones entre gente de diferente color de piel# n efecto, a la mezcla de sangres entre espa/oles e indígenas que se dio desde los primeros días de la conquista, se agreg% mu pronto la presencia de esclavos africanos asi'ticos, lo que forj% una sociedad cada vez m's plural compleja en ella, sin embargo, el paradigma social se seguía definiendo en los t$rminos occidentales , a partir de ellos, en sus im'genes se continuaban estableciendo e+clusiones e inclusiones# n el siglo XVIII hizo su aparici%n en 3ueva spa/a un g$nero pict%rico que mostr% esa diversidad esas definiciones1 los cuadros de castas# n ellos se describen (por lo com&n) *F escenas, con grupos de familias nucleares, con sus actividades laborales con sus objetos, alimentos, plantas animales, identificados todos por medio de leendas# sta pintura naci% bajo las condiciones de un mercado europeo de coleccionismo, cua curiosidad af'n !científico" demandaba escenas e+%ticas clasificadas en los t$rminos esquem'ticos del movimiento ilustrado, recurriendo a recetas europeas para representar los tipos físicos (por ejemplo el esquema de familia nuclear a menudo ine+istente entre los grupos marginados novohispanos) pero sin duda en ellos tambi$n quedaron plasmados muchos aspectos de la realidad social que sus autores contemplaban diariamente# n las primeras series pintadas durante las d$cadas iniciales del siglo XVIII , se puso un $nfasis especial en el lujo# n el cuadro denominado )e espa'ol e india produce mesti%o de 9uan Rodríguez 9u'rez (uno de los m's tempranos del g$nero) aparecen figuras de medio cuerpo lujosamente ataviadas con joas ricas telas sobre fondos neutros# Aunque no se representara un hecho com&n (pues no se daban los matrimonios entre nobles criollos e indias), con esta obra ( con otras contempor'neas) se trataba de e+portar la imagen de un virreinato pleno de riqueza, para contrarrestar los prejuicios europeos sobre Am$rica, actitud que tambi$n aparecía reflejada en la ret%rica# Aunque difundir esa imagen favorable del virreinato sigui% estando en la mira de los pintores a lo largo de la centuria, a partir de *E el espectro social representado se ampli% junto al lujo tambi$n se plasm% la miseria# n una serie firmada por 7iguel Cabrera (*F2) las primeras ocho pinturas, donde el dominante racial es el espa/ol, muestran a los personajes con atuendos lujosos dos de ellos en actividades relacionadas con el comercio# n el resto, donde los componentes predominantes son el indio el negro, los oficios modestos los vestidos raídos son los elementos comunes# n todos los cuadros de esta segunda $poca se agregaron a las escenas, adem's, las frutas objetos de la tierra, como la pi/a que aparece en el cuadro de Cabrera, )e mesti%o e india, coyote# n algunas series de esta etapa, las peleas familiares son parte
de la acci%n, en varias de ellas son las personas de sangre negra (a las que por el estigma de la esclavitud se les daban cargas de atavismo degeneraci%n), las que son mostradas como m's proclives a la violencia# n uno de estos ejemplos (el del cuadro llamado )e espa'ol y negra nace mulata) la pelea se desarrolla entre un oficial del ej$rcito espa/ol (de los llamados !blanquillos" del segundo regimiento de Am$rica) contra una negra criolla que parece ser la due/a del merendero que sirve de escenario a la acci%n# Adem's de la violencia intrafamiliar, de la que ha numerosas constancias en los archivos judiciales, lo que se deja notar en $ste otros muchos cuadros del g$nero es el abundante n&mero de mujeres independientes, administradoras de un negocio propio sustentadoras de la economía familiar# A pesar de esas muestras de violencia, las actitudes negativas no son comunes en los cuadros de castas# or lo general la visi%n que ofrecen es de gente trabajadora, cua diversi%n siempre se da de manera moderada, incluso en aquellos espacios (frecuentemente representados) donde se departe alrededor de una batea de pulque# se ambiente de agradable bienestar es el que nos muestra el cuadro )e mulato y espa'ola sale morisco, en el que el tema central es el juego de cartas amenizado por la ingesti%n de chocolate en un jardín paradisiaco# n $l se muestra el 'mbito dom$stico como un espacio de convivencia de intercambio entre las etnias# 8orprende adem's la presencia, constante en muchos cuadros, de un hombre de color que despos% a una mujer blanca, cuando lo constante era la relaci%n inversa# -a imagen de la dama negra ataviada con vistoso atuendo (la abuela o la sirvientaS) es otro elemento que nos habla de la fuerte comunicaci%n interracial que se dio en el 'mbito dom$stico, donde las tradiciones culinarias, m'gicas, ling:ísticas narrativas de cuatro continentes se entrecruzaban mestizaban# l otro 'mbito de convivencia reflejado en los cuadros fue el laboral# n uno que se titula )e negro e india nace loboest' representado un ambiente poco com&n en la pintura virreinal una hacienda trapiche de az&car# n $l queda de manifiesto la e+tendida presencia de africanos en estas empresas hasta el siglo XVIII su pronta asimilaci%n al 'mbito indígena por la falta de mujeres de su etnia# -a imagen del negro en la sociedad virreinal había sufrido para entonces muchos cambios de ser seres rebeldes peligrosos asociados a menudo con el @emonio se fueron transformando en personajes del folclor urbano, como aparecen en algunas obras de 8or 9uana# n los cuadros de castas sucede un cambio similar con la imagen del indio, el cual, de ser una figura emblem'tica o hist%rica pas% a convertirse en un !tipo popular" m's# n los cuadros de castas podemos observar dos estrategias de representaci%n social# or un lado su misi%n consistía en imponer orden en una sociedad confusa subraar la preeminencia de los grupos blancos (espa/oles) sobre los dem's, de ahí que ellos sean los que inicien las series# !l despliegue de la idea de la familia servía para naturalizar la jerarquía generalizada que se representaba en las pinturas de castas# uesto que la subordinaci%n de la mujer al hombre del hijo a la madre se consideraba como natural, otras formas de jerarquía social podían representarse en t$rminos familiares para patentizar que las diferencias sociales eran categorías naturales"2#
6nsistir en la jerarquizaci%n era un medio de garantizar la subsistencia de un sistema en el que las rupturas se hacían cada vez maores# Adem's de la jerarquía, en los cuadros de castas la principal estrategia de representaci%n insistía en que la estratificaci%n de la sociedad estaba determinada por la raza, clasificada en una ta+onomía aparentemente rigurosa sin embargo en el vestido, en las actitudes en los ambientes dom$sticos laborales se nos muestra una realidad mu distinta lejana al de la rigidez racial# @e hecho, la e+pansi%n econ%mica del XVIII había permitido el ascenso social de muchos grupos de color# Pa desde la centuria anterior el t$rmino social de diferenciaci%n utilizado com&nmente no era el racial, sino otro que se relacionaba con la representaci%n1 la calidad de la persona# >al apelativo tenía que ver con el oficio, la legitimidad de nacimiento, la manera de vestir, la pertenencia a corporaciones cofradías de prestigio2F# or otro lado e+istía una gran permeabilidad que permitía transitar f'cilmente de una etnia a otra# -a insistencia en la diferenciaci%n por la vestimenta fue una constante en todo el periodo virreinal, como lo muestra un bando que rezaba1 !### porque en poni$ndose el indio capotes, zapatos medias criando melena, se hace mestizo a pocos días espa/ol libre del tributo, enemigo de @ios, de su iglesia de su re"2# -a necesidad de normar la forma de vestir como un medio para imponer límites sociales, s%lo era prueba de lo com&n de tales transgresiones# 7estizos mulatos habían asimilado las e+igencias de representaci%n de la sociedad cortesana criolla la utilizaban para blanquearse# ara gente de tan diversa calidad como eran los mestizos, los mulatos los africanos, cuo &nico distintivo era compartir un color de piel m's o menos obscuro, era imposible reconocerse a sí mismos como un grupo cultural con identidad propia# Aunque entre ellos e+istiera una espesa red de relaciones sociales, de vínculos clientelares de mecanismos de solidaridad, no poseían un sentimiento de grupo, ni una norma social u oficial que los diferenciase, ni símbolos o instituciones que les dieran sentido de comunidad, ni una elite intelectual que los construese# 7ientras que los indios tenían sus lenguas, sus propiedades sus instituciones comunales los criollos sus símbolos de identidad su historia inventada, lo cual les permitía forjar una conciencia de identidad, los mestizos, mulatos los africanos no poseían modelo alguno para autodefinirse# Kablaban castellano, trabajaban dependían de los espa/oles de los criollos, cuo patr%n definía sus normas de vida# Ciertamente habían desarrollado muchos mecanismos de resistencia, manipulando la legalidad que a veces trataba a todos los ciudadanos por igual a veces hacía distinciones raciales, pero sus esfuerzos no sobrepasaron la línea de la supervivencia# n los documentos se denomina a los mestizos !gente vil despreciable" se les culpa de pervertir a los indios con sus vicios con su rebeldía# 8e les asocia con la ilegitimidad de nacimiento por lo que se les e+clue de algunos oficios dignidades (como el sacerdocio)# -os t$rminos de e+clusi%n ahora son morales# n una serie de cuadros del pintor zacatecano 9uan Gabriel de
e+clusi%n aquí es la t%nica que rige la representaci%n# 8in embargo, frente a esta actitud discriminatoria tenemos las poesías festivas de 8or 9uana (las llamadas ensaladillas) en las que aparecen indios , criollos, mestizos mulatos cantando con sus propias voces pero vistos todos como !hijos de la patria"# n ella, en muchos autores del siglo XVIII la patria me+icana a no era s%lo una palabra que definía la tierra, el t$rmino abarcaba tambi$n a todo un pueblo# n sus escritos, al igual que en las pinturas de castas, se reflejaba la convivencia nacida de dos siglos de mestizaje# Con todo, a diferencia de lo que había pasado con lo indígena, lo mestizo no fue integrado en el campo simb%lico de la identidad criolla# 8u presencia formaba parte del paisaje social, pero no era considerada como lo propio ni como lo específico novohispano# l mestizaje era una realidad ineludible, pero no era un timbre de orgullo que pudiera mostrarse dentro del aparato de representaciones patrias#
Epílogo A mediados del siglo 464 se estaba pintando un cuadro de !patrocinio" que en la actualidad se encuentra en la pinacoteca de -a rofesa# n $l, la 5irgen acoge bajo su manto protector a un grupo de mujeres de diversos estratos condiciones sociales1 una burguesa, una monja, una indígena, una mestiza# n el cuadro se puede notar la nueva concepci%n que el siglo 464 tiene sobre la mujer sobre su papel como promotora de la devoci%n dom$stica tambi$n se descubre una visi%n integradora que rebasa el corporativismo virreinal e inclue a todos los grupos de la sociedad# ero lo que m's nos llama la atenci%n es que varios lustros despu$s de consumada la 6ndependencia, todavía siguiera funcionando un g$nero pict%rico (el patrocinio), reflejo de una concepci%n religiosa que había cambiado mu poco desde el siglo 456# @e hecho, la 6glesia no perdi% con la 6ndependencia sus muchos privilegios econ%micos sociales la religi%n cat%lica sigui% teniendo todo el apoo oficial, adem's de una fuerte presencia entre las masas las elites# s por ello que una parte considerable de las im'genes que pintaban a los me+icanos seguían e+pres'ndose en cuadros religiosos# jemplo claro de esto fue el e+voto, retrato de una sociedad en cambios, donde se reflejan todas las vivencias cotidianas de la violencia (asonadas políticas, asaltos de caminos), pero que es muestra al mismo tiempo de una religiosidad que continuaba depositando todas sus esperanzas en la protecci%n de los santos# -a conciencia de identidad del criollo del indígena del periodo virreinal, que se había forjado dentro de una matriz m's religiosa que política, rebasaba los a/os de la 6ndependencia se convertía en uno de los pilares de la conciencia me+icana, conciencia que iba tomando poco a poco rasgos nacionales# l guadalupanismo de los
siglos 464 44 constitue un claro ejemplo de ello# Con todo, no cabe duda que la entrada de la modernidad provocaba profundos cambios en la sociedad me+icana del siglo 464 fomentaba una visi%n m's laica del mundo, visi%n que perme% obviamente las nuevas tomas de conciencia identitaria# 8in embargo, el proceso de secularizaci%n, los avances tecnol%gicos científicos la fuerte presencia de la esfera de lo privado de la intimidad, propios de esta modernidad laica, a se habían comenzado a perfilar en las elites de la sociedad ilustrada virreinal desde mediados del siglo XVIII # n este sentido podemos considerar los cuadros de castas como un antecedente de la pintura costumbrista me+icana, al periodo virreinal tardío como el 'mbito donde tomaron cuerpo consistencia !nacional" varios de los símbolos de la futura patria me+icana# @e hecho, la misma representaci%n de esa patria como una india con flechas carcaj sigui% funcionando despu$s de la 6ndependencia casi con los mismos atributos que poseía la alegoría de 3ueva spa/a# n una litografía fechada alrededor de *J00 la patria aparece como una india chichimeca sentada sobre un d%cil le%n (spa/aS) rodeada de los símbolos figuras !novohispanos" ('guila, nopal, mague, lagarto, 'rbol florido, volcanes) que comparten el campo sem'ntico con otros de car'cter republicano (bandera, acta de 6ndependencia, Am$rica rompiendo las cadenas que la ataban al 5iejo Continente)# sta patria india tiene una actitud pensativa optimista# n abierto contraste con esa imagen est' un grabado an%nimo aparecido en el calendario de Galv'n de *J;J, un a/o despu$s de la guerra con stados ?nidos# Ahí, la Rep&blica me+icana est' vestida ataviada como la cacica novohispana flanqueada por una cornucopia de la abundancia, por un nopal por una fecha, *J0*# ero, debajo de esta visi%n optimista aparece un abismo al cual se precipitan tanto la riqueza como la patria, quien cae desesperada2J# 8in duda para los hombres de *J; la invasi%n norteamericana fue un duro golpe para la integridad nacional, aunque en el futuro este hecho se convertiría en uno de los principales catalizadores de la conciencia nacional# @e hecho entre esta fecha la guerra de reforma es cuando podemos marcar el foral de una $poca# n muchos aspectos el virreinato no termina en *J0* sino hasta entonces, aunque sus bases religiosas algunos de los rasgos de su indigenismo sigan presentes hasta nuestros días#
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