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NUESTRO LIBRO DE CADA DÍA Pregón de la Feria del Libro de Granada (1.999) JOSE SARAMAGO .
Premio Nóbel 1998 Texto Texto tomado tomado de: Libro Libro al vien viento to:: Pala Palabr bras as para para un mundo mejor. Alcaldía Mayor de Bogotá D.C. Julio de 2007 www.sergeicartoons.com
Los libros ros son son caro caros. s. Pero Pero se pued uede también decir que los libros no son caros. Se puede decir que lo único caro del mundo son los libros. Todo lo demás es baratísimo. Los Los zapato zapatoss son barat baratos; os; la viv vivie ienda nda es barata; la barra de labios es muy barata. Todo Todo bara barato to.. Sólo Sólo son son caro caross los los libr libros os.. Quienes critican son normalmente los que no leen leen.. Y adem además ás encu encuen entr tran an en esta esta supuesta razón el argumento para decir que no leen. Sí, los libros son caros. Pero es que todo es caro. Y ¿por qué tienen los pobres libros que sufrir todos los días la monserga de que son caros? La verdad es que los libros no nacen, no caen del cielo como la lluvia. Se hacen. Se componen de papel, tinta, la sensibilidad de su autor, la competencia técnica del tipógrafo -si es que aún se llama así-, necesitan tan de un distr distribu ibuido idor, r, una una librer librería. ía. Y cualqu cualquie iera ra de ello elloss ha de gana ganars rse e su sala salari rio. o. En este este proceso sucesivo parece que todos tienen que estar bien pagados menos los que en primer primer lugar lugar hacen hacen los libro libros, s, o sea, sea, los los autores. Esos no. Los autores deben vivir como misioneros del libro: sin comer, sin casa, casa, sin sin capric caprichos hos,, así los los libros libros serán serán baratos. Pues bien, si los libros han de ser baratos y no lo son, ¿qué haremos? Vamos a acabar de una vez por todas con esta esta fábul fábula, a, aunque aunque sea una fábul fábula a muy cierta, de que el libro es caro. La verdad es que quien dice que el libro es caro no dice que que un coch coche e es caro caro.. Si uno uno no tien tiene e dine dinero ro para para comp compra rars rse e un coch coche, e, va al banco para pedir un préstamo. Tampoco se dice que es cara la entrada para un concie concierto rto de rock. rock. El libro libro cuesta cuesta lo que cues cuesta ta.. Quiz Quizá á pudi pudier era a ser ser un poco poco más más
barat barato. o. Quizá Quizá los distr distribu ibuid idore oress podrí podrían an decir, «Vamos a ganar un poco menos de dinero; vamos a racionalizar la distribución; vamos a hacer todo lo que sea posible para que que el libro libro sea barat barato». o». Inclus Incluso o podrí podría a decirse, «¿Y por qué, en lugar de una tirada de tres o cuatro mil, no hacemos una de trei treint nta a o cinc cincue uent nta a mil mil ejem ejempl plar ares es?» ?».. Cuánto ntos más, más más barato ratoss. A fin fin de cuentas el precio lo deciden los lectores. El editor tiene su almacén, los libros entran y los los libr libros os sale salen, n, pero pero pued puede e lleg llegar ar un momento en el que los libros no salgan. Y como como cual cualqu quie ierr empr empres esa, a, la indu indust stri ria a edito editoria riall ha de tener tener una rentab rentabililida idad. d. El destinatario de este negocio es el lector, los lectores, ¿dónde están los lectores? ¿Son muchos? ¿Son pocos? ¿Son bastantes? Les voy a exponer una teoría que tengo sobre la lectura que no es muy popular, incluso podría decirse que no es políticamente correcta. Y es que la lectura no es obli obligat gatori oria. a. Leer Leer no es oblig obligato atorio rio.. Puedo preguntarle a un chico, «Mira, ¿y tú por qué no lees?, ¿no te gusta leer?». Y él podría decir, «No, no me gusta». Y yo le diré, «¿No te das cuenta de lo que te estás perdi perdiend endo? o?». ». Pero Pero imagin imaginemo emoss que ese chico es un buceador y que me contesta, «¿Y usted no se da cuenta de lo que se está perdiendo por no bucear?». Y tiene razón. ¿Quiere esto decir que no debamos leer? No, no quiero decir eso. Lo que quiero decir cir es que no val vale la pena que se inventen excusas, explicaciones, para algo que está muy claro desde que existe el libro. La lectura no es ninguna obligación. La lectura es una devoción, es una pasión, es un amor. Cuan Cuando do un lect lector or no tien tiene e medi medios os para para comprar un libro, ¿adónde puede ir? A una biblioteca. biblioteca. Ocurre con los libros algo que no suced sucede e con los los coches coches.. Cuand Cuando o quiere quieress tener un coche, tienes que comprarlo, pero si quie quiere ress leer leer un libr libro, o, no nece necesi sita tass comprarlo, luego la excusa de que el libro es caro no sirve. Claro, hay que ir a la bibl biblio iote teca ca.. Hay Hay que que tene tenerr el sufi sufici cien ente te tiempo tiempo dispo disponib nible le para para ir a la biblio bibliotec teca. a. Pero eso se puede remediar. No se necesita ir a la biblioteca todos los días. Acas Acaso o una una vez vez a la sema semana na,, cada cada dos dos
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semanas, uno va y se lleva a casa los libros que quiera. Por tanto, quien quiere leer, lee. Está Están n tamb tambié ién n las las libr librer ería íass «de «de viej viejo» o»,, donde se pueden comprar libros extr extrao aord rdin inar ario ioss por por poco poco dine dinero ro.. Por Por lo meno enos la mitad tad de mis mis libro bros fue fueron ron comprados en librerías «de viejo». Recom Recomie iendo ndo que experi experimen menten ten el place placer r que produce entrar en una de esas librerías, el olor del libro viejo, del papel amarillo, del polvo del tiempo... Y descubrir lo que se esta estaba ba busc buscan ando do hace hace años años y años años.. Un libro agotado del siglo XIX o del siglo XVIII, un autor que es sólo una manía nuestra, al que querem remos y desea eseamo moss y al fin final encontramos, incluso en un libro nuevo el olor olor es una una aleg alegría ría rela relaci cion onad ada a con con la sensualidad, sensualidad, con la sensibilidad del lector. ¿Se está haciendo todo lo que se puede para promocionar la lectura? Eso es otra cosa. El problema empieza en la escuela. Detengámonos para reflexionar sobre unas cuantas cuestiones. ¿La escuela enseña a amar amar el libr libro? o? Es bast bastan ante te dudo dudoso so.. ¿La ¿La escuela enseña a entender lo que está en un libro? Creo que no. El problema de la masifi masificac cació ión n de la enseña enseñanza nza ha creado creado muchas dificultades, añadidas a la tarea ya complicada en sí misma de enseñar. Pero no es de la masificación masificación de la enseñanza de lo que pretendo hablar sino de la evidencia de que el libro existe y el lector también. ¿Cómo se pueden acercar el uno al otro? Yo creo que la escuela tiene una importancia fundamental. Es necesario que los profesores sepan valorar el libro. Pero no sólo el libro que resulta necesario para enseñar las matemáticas, la geografía o la historia. Hay otros libros. Hagamos aquí un inci inciso so:: cuan cuando do habl hablam amos os de libr libros os no podemos olvidar que hay unos que merecen ser leídos y otros que quizá no. Puede que estemos hablando de libros que no son los que a nosotros nos gustaría que fuesen los más leídos. ¿Cuál es el libro que merece la pena ser leído y cuál no? Ésta es una cuestión que no tiene respuesta. Cada uno recurre a lo que le gusta, y cada uno establece su criterio, que se irá modificando según evolucione su formación, si es que dedica tiempo y esfuerzo a esta actividad, que es también una actividad creadora. Es precisamente esto lo que me hace dudar de
las bieni eninten tencio cionada nadass camp campañ aña as de prom promoc oció ión n del del libr libro. o. Creo Creo que que se gast gasta a mucho dinero y esfuerzo aquí y en todo el mund mundo o en actu actuac acio ione ness dudo dudosa same ment nte e eficaces. Me gustaría saber cuáles han sido los los resu resultltad ados os conc concre reto toss de cual cualqu quie ier r campaña a favor de la lectura. Sospecho -y me inqui inquieta eta mucho mucho pensa pensarlo rlo-- que, que, en el fondo, lo que cuenta es la campaña en sí, hacer cer la camp campa aña. ña. Impo Imporrta menos nos el resultado. El lector ha pertenecido siempre a una minoría. Nosotros, los que leemos, somos una minoría. Que esa minoría deba ensancharse, estupendo. Para ello hay que crear crear una una concie concienci ncia a de lector lector.. Yeso Yeso se puede hacer de distintas formas. ¿Por qué los lectores de un libro que se conocen y viven más o menos cerca no se reúnen para hablar de ese libro después de haberlo leído? ¿Por qué tiene la lectura que ser siempre siempre una activida actividad d solitaria solitaria? ? ¿Por qué qué no un inte interc rcam ambi bio o entr entre e lecto lectore ress y libros? ¿Por qué no hablar de un libro que se acab acaba a de publ public icar ar o de un libr libro o que que forma parte de nuestra cultura y de nuestra educación sentimental? sentimental? Esto sería fomentar de verdad la lectura en el lector mismo, en lugar de caer en la ambición quizá desmedida de poner a todo el mundo a leer leer.. Se pued puede e hace hacerr de la lect lectur ura a algo algo disti distint nto o a un plac placer er soli solita tari rio, o, que que lo es también, y en primera instancia. No propongo un sistema colectivista sino la acción dinámica que supone e! intercambio de ideas u opiniones sobre e! libro. Porque el libro es algo más que un objeto que se coloca en la estantería para no volver a él, resulta que el libro es una plataforma de comunicación comunicación entre personas, de modo que preg pregun unto to,, ¿por ¿por qué qué no orga organi niza zan n las las librerías que disponen de sitio encuentros de lectores? No se necesitan escritores o quizás sí, si es que están por allí cerca y se les les pued puede e invi invita tarr -«Mi -«Mire re,, ¿a uste usted d no le impo mporta rtaría ría enco encon ntra trarse rse con con alg algunos nos lecto lectores res?» ?».. Pero Pero no es fundam fundament ental. al. Lo importante sería que los lectores que son clie client ntes es de una una libr librer ería ía se reún reúnan an para para char charla lar. r. Un libr libro o no es algo algo que que deba deba aver avergo gonz nzam amos os;; entr entrar ar en una una libr librer ería ía y comprar debe de ser lo más normal. Creo que se pueden encontra trar fórmulas atra atract ctiv ivas as para para hace hacerr de! de! libr libro, o, de ese ese
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objeto y de ese continente, una plataforma de comunicación comunicación entre el yo y e! otro. Es verdad que entre los lectores ocurre algo mági ágico-y co-y no volver lveré é a usar usar el plura lurall lectores, sino lector, porque cada lector es dife difere rent nte, e, porq porque ue nadi nadie e es plur plural al.. En el espíritu de un chico o una chica de pronto nace sencillamente e! gusto por leer. Y no se sabe sabe por por qué. qué. Nadi Nadie e pued puede e sabe saberl rlo. o. Puede haber nacido en una familia que no sabe leer. Puede no tener en casa un solo libro. Y aún así le gusta leer. ¿Dónde está el secreto de ese chico o esa chica? Lo que pretendo decir es que hay personas para cada cada libr libro. o. Incl Inclus uso o ante antess de cono conoce cerr el cont conten enid ido o de un libr libro, o, ese ese libr libro o es ya import importan ante te para para deter determin minada adass person personas. as. Ésta es, a mi juicio, la pregunta, ¿qué es el libr libro? o? Pues Pues el libr libro o es un luga lugarr dond donde e vamos a encontrar sobre todo una sensibilidad. Vamos a encontrar una visión de la vida, una percepción de lo que es nuestro destino -vivir-, de nuestra relación con los demá demáss, la expli plicaci cació ón de un sentimiento, o el enunciado de una teoría que pasa por la sensibilidad y la formación del del autor autor y que será recib recibida ida de distin distinta ta manera por cada lector. Vamos a encontrar eso y algo más. Al contrario de lo que se cree, la primera lectura de un libro no lo agota. Una de las equi equivo voca caci cion ones es más más grav graves es en las las que que podemos incurrir es decir, «Ya lo he leído, ya está». Pero, ¿cómo que ya está? ¿Cómo que ya lo he leído? Esto es lo mismo que entrar en una casa, pasar de una habitación a otra, salir luego por la puerta y decir, «Ya conozco esta casa». No, se necesita vivir en ella, por lo menos pasar más tiempo dentr dentro o de su espaci espacio o para para descu descubri brirr los detalles que le confieren singularidad. Un libro es igual que una casa, nueva en cada mira mirada da,, un libr libro o es un cont contin inen ente te.. En el Corá Corán n se prom promet ete e a los los crey creyen ente tess que que cuando lleguen al Paraíso íso se van a enco encont ntra rarr con con las las hurí huríes es.. Esas Esas muje mujere ress serán siempre vírgenes porque la magia del Paraíso hace que si pierden la virginidad, la recupera recuperan n inmediat inmediatamen amente. te. Significa Significa esto que el crey reyente ente en el Paraís raíso o de Alá siempre encuentra vírgenes...
Bien, sirva esta broma para decir que el libro, después de ser leído, es algo que se reor reorga gani niza za,, que que se reco recons nstititu tuye ye,, que que recupera lo que podemos llamar la virginidad de la palabra. Y lo más hermoso de todo es que cada vez que volvemos al libro lo encontramos intacto. El libro está intacto, intacto, ofrecido ofrecido a una nueva lectura, lectura, es decir, a un nuevo descubrimiento, como si fue fuera un cont contin inen ente te.. Porq Porque ue se pued puede e entr entrar ar por por una una part parte e o por por otra otra,, ir más más despacio o más deprisa. Podemos recorrerla de distinta forma, se puede ir de desierto en desierto, de lago en lago, de río en río. Todos esos son los descubrimientos posibles de un libro. Un libro no se agota nunca. Incluso el peor de los libros no se agota. Y es que las palabras que a veces malgastamos, las que decimos sin damos cuenta de lo que ellas son, de lo que ellas dicen, dicen, de lo que que ellas ellas hablan, hablan, en el libro, libro, siempre nos están esperando. Esperan la lectur tura, la mirada, esperan que las descifremos, esperan sobre todo que las digamos. La palabra no es palabra mientras no se pron pronun unci cia. a. La pala palabr bra a que que está está escr escritita a es una una somb sombra ra.. Pero Pero cuan cuando do la decimos es una sombra que se levanta, se presenta y se nos pone delante. La palabra más insignif insignificant icante, e, la palabra palabra que parece parece que no cuenta, la de todos los días, es como un pequeño tesoro. Y, en consecuencia, el libro es el lugar más rico que que haya haya,, aunq aunque ue sepa sepamo moss que que no se puede pagar la factura de los restaurantes con un libro. Es impensable que yo diga, «Mire usted, estoy sin dinero y, si a usted no le importa, tengo aquí un libro que le vaya regalar con mi dedicatoria.., que se me responda, «Quédese usted tranquilo, y mañana puede volver a cenar otra vez». Brom Bromas as apar aparte te,, pens pensem emos os ahor ahora a en la materia que encierran los libros. Todos y cada uno de nosotros, ¿de qué podemos habla blar más y mejor jor sin sino de nosot osotro ross mismos? Antes me he referido a ese chico o esa chica que viven en una casa humilde donde no hay libros... Ya saben. Pues eso me ocurrió a mí. En mi casa no había libros. Mi madre era analfabeta y analfabeta fue hasta que murió. Mi padre sí sabía leer y escribir, pero en mi familia, mis tíos, mis abuel abuelos, os, todos todos eran eran analf analfabe abetos tos.. Y si no había un libro en mi casa, ¿cómo empecé
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yo a leer? Libros míos, comprados con mi dine dinero ro -y ni siqu siquie iera ra eso eso porq porque ue me lo prestaron-, los tuve a los dieciocho años. Y miren que no soy excepcional. Soy un caso entr entre e mile miles. s. Pers Person onas as con con curi curios osid idad ad intelectual, niños, jóvenes para quienes el libro es un reclamo, no saben lo que hay dentro, pero intuyen que todo está allí como un prop propue uest sta, a, como como una una invi invita taci ción ón,, « ¡Conóceme! ¡Conóceme!». Es igual que en la relación entre las personas. El otro, que es el libro, está diciéndome: « jConóceme! Tengo mucho para darte». Y si un libro no te da nada, otro sí te dará. Eso es seguro. Hay un momento que es verdaderamente extraordinario en la lectura: cuando uno la interrumpe. Cuando uno está leyendo tiene el libr libro o con con las las hoja hojass abie abierta rtas, s, pero pero de pron pronto to leva levant nta a la vist vista a del del libr libro o y mira mira adelante. Se suspende la lectura, algo ha ocurrido, algo mágico: es como si la lectura quisiera transportar al lector a otro universo. Y es que el lector, al levantar la mirada, se está mirando a sí mismo. Eso es lo que ocurre en la relación entre el lector y el libro, es el esta estado do de grac gracia ia que que prop propic icia ia la lectura. Por supuesto que no quiero idealizar el acto de leer, pero la verdad es que es la vida la que que nos nos empu empuja ja a leer leer,, leem leemos os porq porque ue vivimos, de alguna manera vivimos porque leemos. En el fondo, igual que el mundo necesita que lo vivamos en todos sus aconte acontecim cimie iento ntos, s, la lectu lectura ra requi requiere ere ser vivida. Es decir, vivirse uno mismo, vivir con la plena consciencia de lo que uno tiene, que que no es, es, clar claro, o, la riqu riquez eza a o fort fortun una a personal. Me refiero, sí, al mundo, a la tierra, a todo lo que no nos pertenece y, sin embargo, es nuest nuestro ro porqu porque e partic participa ipamos mos de la vida. vida. Entiénda Entiéndanme: nme: vivir no es sobreviv sobrevivir ir como quien sufre un daño. Y esa participación puede y debe ser un acto de amor, como la lectura. Por eso digo que lo primero que hay que hacer es despertar el amor por el libro, el amor por la lectura, el amor por esa cosa tan sencilla que es tener un libro entre las mano manos. s. Pero Pero no se pued puede e impo impone nerr a la
gente como si fuera una obligación. No lo es. El libro despierta el pensamiento. pensamiento. El pensar. Activa eso que tenemos dentro de esta caja más más o meno menoss redo redond nda a que que hay hay sobr sobre e nuestros hombros, esa cosa blancuzca, fea, horrorosa, llamada cerebro. Muchas veces me descu descubro bro asombr asombrado ado pensa pensand ndo o que que tenemos eso dentro de la cabeza. Pero eso es lo que piensa, eso es lo que escribe, eso es lo que pinta, eso es de donde nacen las palabras, eso es donde está el dolor o el placer. Toda la creación artística nace, se crea rea, se invent venta a en ese lugar que que no sabemos muy bien cómo funciona. No nos perc percat ata amos mos de su pres presen enci cia a ni de su importancia para ser, no un gran escritor o un gran científico, sino para ser simplemente la persona normal y corriente que cada uno de nosotros es. Las expre xpressione ones más comp complleta etas del pensamiento humano se encuentran en los libros. Hay personas a las que el libro no les interesa nada. A esos les diría, «De acuerdo, que les vaya bien en la vida». Pero están aquellos otros para quienes el libro es algo que no puede ser sustituido y hay hasta quienes dicen que no se puede vivi vivirr sin sin leer leer,, lo que que tamp tampoc oco o es cier cierto to:: incl inclus uso o los los muy muy lect lector ores es pued pueden en pasa pasar r algunos días sin un libro, porque la lectura no es un vicio, es un acto libre y voluntario, que nace en el cerebro, que toc toca el corazón. Somo Somoss libr libres es de hace hacerr y de no hace hacer, r, somos libres de estar y de no estar. Y somos libres de querer leer y de no querer leer y es que el libro no es el único lugar donde se aprende, donde se conoce, donde uno se reconoce a sí mismo. Sin embargo, el libro está ahí y es el libro quien nos ha convocado esta tarde. Viniendo hacia aquí, bajo la lluvia, alguien me ha preguntado cómo me siento después de habe haberr reci recibi bido do el Prem Premio io Nóbe Nóbel,l, y la única única respue respuesta sta posib posible le parec parece e un poco poco disparatada y hasta grosera: «Sí, me han dado el Premio Nóbel, ¿y qué?». El Premio está muy bien. Llegó, pero la vida sigue y la vida de un escritor sigue. Lo que escriba a continuación ya no tiene que ver con el
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Premio. No le van a dar otro Nóbel, pero segu seguir irá á escr escrib ibie iend ndo. o. Igua Iguall que que el lect lector or seguirá leyendo. Pero el trabajo del lector no es sólo leer lo que van escribiendo sus contemporáneos, sino también leer lo que antes antes se escrib escribió, ió, como, como, por por ejempl ejemplo, o, El Quijote. Por cierto, y entre nosotros, casi en secreto les pregunto, ¿cuántos han leído El Quijote completo? Yo creo que no muchos. A veces es necesario romperse una pierna para para qued quedar arse se en casa casa y pode poderr leer leer El Quijote o En busca del tiempo perdido de Proust Proust.. Son obras obras inmen inmensas sas en tamañ tamaño, o, inmensas en contenido y valor. Quiero también referirme, aunque sea de pasada, a ese nuevo modo de leer que es el libro electrónico. La lectura en la pantalla del ordenador, si es que a eso se le puede llamar lectura. Es, a mi juicio, como hacer el amor sin tener a nadie con uno. Lo que me parece un poco complicado. A veces digo que sólo sobre la página de un libro se puede llorar porque sobre la pantalla de un ordenador no se llora. En primer lugar por la posición, y en segundo lugar porque en la página del libro la señal de la lágrima se qued queda. a. El libr libro o es algo algo que que pert perten enec ece e a nuestra historia sentimental y nos sirve para llorar, para reír, para pensar. Volvamos a la Feria del Libro de Granada, a las ferias del libro, en general. Poner una caseta, colocar los libros y esperar a que pase la gente, no es suficiente. Hay que hacer algo más. Porque vivimos unos años muy muy comp complilica cado doss y hay hay que que ser ser list listos os,, contraata contraatacar, car, usar la imagina imaginación. ción. En los suplemen suplementos tos culturale culturaless de los periódi periódicos, cos, hast hasta a hace hace un tiem tiempo po,, lo prim primer ero o que que aparecía era la literatura. Luego venían la música, las artes plásticas, etcétera. Pero siemp iempre re que se abría ría un supl uplement mento o cultural lo primero que se encontraba era la literatura. ¿Y dónde está la literatura ahora? Al final. Parece que no nos damos cuenta, pero eso significa una especie de degradación en la importancia que otorgan a la literatura los redactores o editores de los periódicos. Depende fundamentalmente de nosotros que la literatura no se pierda, que llegue a las personas, que se encuentre con ellas en la celebración que es la lectura. Decía al principio que podrían reunirse los lectores en sus respectivas librerías. Digo
ahora que las ferias del libro tienen que ser diná dinámi mica cas. s. Espa España ña es el país país dond donde, e, prop propor orci cion onal alme ment nte, e, más más se publ public ica a de Europa. Todo el mundo anda diciendo que no hay lectores, pero creo que algo falla en esta aseveración, ¿por qué se editan tantos libros si no hay lectores? Alguien debería respondemos a esta pregunta. En cualquier caso, todo apunta a que los próximos años será serán n difí difíci cile les, s, pero pero sobr sobrev eviv ivir irem emos os.. Lecto Lectores res y escrit escritore oress sobrev sobrevivi ivirem remos os al cao caos de la indu ndustri stria, a, a las regla glas del marketing, a la voracidad empresarial, a los dicta ctados de las modas, das, a los nuevo uevoss estímulos que parecen alejamos del libro a pesar de las cifras que maneja el mercado. Voy acab caband ando, pero ero res resumam umamos os.. La escue escuela la prepa prepara ra mal. mal. El instit instituto uto prepa prepara ra mal. La universidad prepara mal. No sólo en España, sino en todo el mundo. Los idealistas europeos del siglo XIX, defe defens nsor ores es de la ense enseña ñanz nza a públ públic ica, a, afirmaban que abrir una escuela significaba cerrar una cárcel. Era tan sólo una buena idea -puro idealismo- porque no sólo no se cierran las cárceles, sino que cada vez hay más. más. Pero Pero decía decía que la escue escuela la enseña enseña mal, de ahí la cantidad de personas que llev llevan an a cues cuesta tass esa esa espe especi cie e de rótu rótulo lo invisible que es el analfabetismo funcional. Es gente con problemas gravísimos, porque el anal analfa fabe beto to func funcio iona nall es aque aquell que, que, después de estudiar en la escuela o incluso en la universidad, no usa lo que aprendió. Y se va conv convir irtitien endo do poco poco a poco poco -o muy muy rápi rápida dame ment ntee- en anal analfa fabe beto to,, porq porque ue no ejerce la función para la que fue educado. Eso puede tener consecuencias tremendas incluso para la propia democracia. Porque si uno no entiende lo que lee, ¿cómo puede leer el programa electoral del partido que va a votar? ¿Con qué conciencia puede decir,
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La imag imagen en nos nos pued puede e deci decirr la verd verdad ad o mentimos. Nos han enseñado desde hace tiempo que una imagen vale más que mil pala palabr bras as.. No lo creo creo,, no es cier cierto to.. Las Las palabras siempre son necesarias. Y si se quiere un ejemplo muy actual de la necesidad de la palabra para decir lo que la image imagen n no está está expres expresand ando, o, ahí ahí está está la guerra erra de Yugosl gosla avia via. No nos fal faltan tan imág imágen enes es.. A vece vecess hast hasta a asis asistitimo moss en dire direct cto o a la caíd caída a de las las bomb bombas as.. Todo Todo perfecto. Todo muy aséptico. Lo que está pasando allí más se parece a un juego de ordenador que a la realidad atroz. Por eso las palabras son necesarias para decir lo que la imagen muchas veces oculta. Llega egados a este ste punto -y con todo odo el respeto que la televisión me merece- hay que decir que la televisión, con su bomba bombarde rdeo o siste sistemát mático ico de imágen imágenes, es, no sustituye a la letra impresa, aunque tenga tantos adeptos o adictos. La clave radica en que para estar cuatro horas delante de la televisión no se necesita ningún esfuerzo. No. Uno se sienta en su sofá y basta. Pero para leer sí se necesita esfuerzo. Leer sí que es una batalla. Leer es un encuentro. Leer Leer es un auté autént ntic ico o diál diálog ogo o entr entre e mi sensibilidad y mi pensamiento y la sensibilidad y el pensamiento del escritor. Leer es una relación. Mirar una pantalla no es ninguna relación. Y sin acusar a nadie, he de decir que la televisión no hace lo que debería, aunque, claro está, tampoco todos los libros lo hacen. Estoy hablando de esa burda burda manip manipula ulació ción n con que nos nos quier quieren en tener controlados. controlados. Debo acabar. La lluvia ha modificado las condiciones de comodidad que nos habían preparado. A lo mejor ahora no llueve. Si es así, así, cabr cabría ía espe espera rarr que que el ciel cielo o se está está divirtien divirtiendo do con nosotros. nosotros. Quizá porque porque el que da el pregón soy yo precisamente. Y es que que el ciel cielo o tien tiene e cuen cuenta tass pend pendie ient ntes es conmigo que algún día pretenderá ajustar, en el Juicio Juicio Final, Final, quizá quizá mandá mandánd ndome ome al infierno. Para concluir, ¿campañas para la lectura? Vale, pero sin olvidar hacer un debate muy serio en la sociedad -no sólo en Españasobre si la escuela está preparando o no a los ciudadanos para la lectura, la comprensión, la inteligencia, el
pensamiento... Y en medio de este mundo comp complilica cado do,, atra atract ctiv ivo, o, extr extrav avag agan ante te,, inte intere resa sant nte, e, nece necesa sari rio, o, ¿qué ¿qué hace hacen n los los libreros? Noso Nosotro tros, s, en Port Portug ugal al,, tene tenemo moss en las las ferias una institución que llamamos El Libro del Día. Es un libro que aparece sin previo aviso y que no tiene el mismo descuento que los demás. Tiene el treinta por ciento. Son libros buenos, no el resto que quedó en los almacenes y hay que saldar. Los lecto ctores res sab saben que cad cada día han de pasarse de caseta en caseta preguntando por El Libro del Día. Y así ahorran mientras compran y los libreros venden más. Algo así deberían de hacer ustedes aquí, porque es una buena idea. Ya saben: El Libro del Día. Y además, esto de El Libro del Día puede puede encami encaminam namos os a que cierto ciertoss libros libros pued puedan an ser ser para para noso nosotro tross los los libr libros os de todos los días. MUCHAS GRACIAS.