PREÁMBULO Este es mi sexto libro publicado en España desde 1959 y el quinto sobre Cuba; hace diez años que apareció el último, también en Editorial Colibrí: Economía y Bienestar Social en Cuba a comienzos del Siglo xxi (2003). En la pasada década ocurrieron cambios fundamentales en Cuba. Justo en 2003 comenzó un nuevo ciclo ideológico, el cuarto, lanzado por Fidel Castro (la “Batalla de Ideas”) que revirtió las modestas pero positivas reformas orientadas hacia el mercado implementadas durante la primera mitad del decenio del 90 en medio de la peor crisis económico-social sufrida bajo la revolución. Dicha regresión fue posible por la substancial ayuda económica venezolana pero, después de un breve salto en el crecimiento del PIB, hubo una desaceleración. En agosto de 2006, debido a una grave enfermedad, Fidel transfirió el poder a su hermano Raúl Castro. Este pronunció un discurso, el 26 de julio de 2007, en que analizó la grave situación que atravesaba el país y la necesidad de hacer “reformas estructurales y de concepto” que han dado lugar al tercer ciclo pragmático, el más fuerte bajo la revolución. Raúl convocó a un debate nacional, el más amplio y profundo que ha tenido lugar en la historia revolucionaria (aunque dentro de los parámetros socialistas), el cual alcanzó un alto consenso sobre los cambios necesarios. Sin embargo, luego advino un período de inercia, seguida de medidas positivas pero de poca monta. En el ínterin surgió la crisis financiera-económica mundial (2007-2009), para la que Cuba no estaba preparada, y causó una desaceleración del PIB, caídas en la producción, un aumento substancial del déficit fiscal, y sentó nuevos récords históricos en la liquidez monetaria, el déficit en la balanza comercial de bienes y la deuda externa, así como la suspensión de pagos a acreedores externos. En 2008 Raúl fue nombrado Presidente del Consejo de Estado y de Ministros, confirmando su dirección del país. A partir de 2010 ocurrió un aceleramiento y profundización de las reformas, las más importantes implementadas en más de medio siglo de revolución, que han expandido de forma moderada el sector privado y el papel del mercado. Las reformas fueron aprobadas mediante acuerdos del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba efectuado en abril de 2011 (no se celebraba un congreso desde 1997) y generaron una serie de disposiciones legales que continuaban a fines de mayo de 2012. El Congreso también eligió a Raúl como Primer Secretario del PCC, retirando oficialmente a Fidel de su último puesto dirigente, aunque continúa expresando sus ideas a través de artículos periodísticos (“Reflexiones”).
15
Preámbulo
contribuido a elevar el nivel académico del debate, tanto dentro como fuera de Cuba. Un cambio positivo personal es que, a partir de 2005 comencé a publicar en revistas publicadas en Cuba, conectadas con la Iglesia Católica (Vitral, Espacio Laical y Convivencia), así como en la revista académica Temas, lo cual me permitió difundir mi pensamiento dentro del país; y, por primera vez, publiqué un artículo con un destacado economista cubano, Pavel Vidal Alejandro. Además, después de 20 años sin recibir una visa del gobierno cubano para participar en seminarios, discusiones académicas y conducir investigación (a pesar de dos intentos fallidos), en junio de 2010 fui invitado por la Iglesia Católica para participar en la Semana Social Católica a la cual asistieron 150 profesionales y académicos de toda la Isla, presenté una ponencia y mantuve un diálogo respetuoso y fructífero. También tuve una reunión valiosa con el grupo de economistas del Centro de Estudio de la Economía de Cuba (CEEC) y me entrevisté con economistas independientes. En enero de 2011, visité a Cuba con mi familia el primer viaje de un total de seis desde 1978 que no fue de trabajo sino para recorrer La Habana colonial, ver las casas donde mi esposa y yo vivimos por más de 20 años, así como las iglesias donde nos bautizamos y se casaron nuestros padres, y reunirnos con nuestros familiares. En abril de 2012 fui invitado de nuevo por la Iglesia Católica para un encuentro sobre Cuba y su Diáspora en La Habana, en el participaría en una sesión con Omar Everleny Pérez Villanueva y Pavel Vidal Alejandro, a más de sostener entrevistas con científicos sociales y visitar usufructos, cooperativas y cuentapropistas, pero la visa se pospuso, se limitó la estancia a cinco días (incluyendo los dos de viaje) y hubo tantas trabas burocráticas e incertidumbre sobre el viaje que me vi forzado a cancelarlo. Aunque la responsabilidad de lo que aquí se dice es sólo mía, agradezco a: Víctor Batista Falla por su entusiasta acogida para publicar este nuevo libro en Editorial Colibrí; una bolsa de investigación de la Fundación Christopher Reynolds para escribir el libro; la revisión integral y minuciosa del manuscrito completo realizada por Jorge Pérez-López que mejoró el libro; los comentarios a los capítulos 2 a 6 por Pavel Vidal Alejandro, a los capítulos 5 y 6 por Lenier González, y al capítulo 4 por Alejandro de la Fuente; las observaciones sobre turismo por María Dolores Espino, sobre energía por Jorge Piñón, sobre la relación Cuba-Venezuela por Carlos Romero y sobre la vía vietnamita por Kanako Yamaoka; los materiales suministrados por Oscar Espinosa Chepe, Marc Frank, Jorge Mattar, Joaquín Pujol y Orlando Rivero; la cooperación de mi asistente de investiga-
17
Capítulo 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
C
omo antecedente necesario para comprender las reformas que está implementando Raúl Castro, este capítulo resume la historia de las políticas económico-sociales cubanas durante la revolución (1959 a 2012), basada en el enfoque previamente desarrollado por el autor sobre “ciclos idealistas y pragmáticos”1. De forma abreviada se identifican diez ciclos y, de manera sistemática, se analizan las causas internas y externas de los cambios, se describen sus políticas y se evalúan sus resultados.
I. Ciclos Idealistas y Pragmáticos en las Políticas Económico-Sociales de Cuba El modelo económico socialista de plan central o “economía de mandato” fue introducido en Cuba en 1961 y continúa en 2012, aunque con transformaciones substanciales y la desaparición de numerosos elementos clave originales. La política económico-social ha cambiado diez veces en forma de ciclos recurrentes de diverso grado y extensión que, de forma alternativa, la han alejado o acercado al mercado, con efectos opuestos. Con el fin de simplificar, se llama “idealistas” a los ciclos anti-mercado y “pragmáticos” a los orientados hacia el mercado (tildados de “economicistas” por sus opositores en Cuba). En los ciclos idealistas la dirigencia política fijó metas muy ambiciosas, por ejemplo: lograr en cuatro años la producción industrial por habitante 1 Este enfoque, confirmado en los últimos 20 años de historia económica cubana, fue desarrollado en Mesa-Lago, 1994, 2002, 2003, 2009d; este capítulo lo actualiza a 2012. Las estadísticas citadas aquí provienen de fuentes oficiales cubanas y los citados trabajos del autor o se desarrollan en los capítulos siguientes. Para otras interpretaciones de los ciclos/ etapas en la historia económica cubana ver Pérez Villanueva, 2010d; Santamaría, 2011. Para una comparación de la situación económico-social de Cuba en 1958 y 2008, ver Mesa-Lago, 2009c.
19
CARMELO MESA-LAGO
mayor en América Latina, fabricar 10 millones de toneladas de azúcar y luego doblar dicha producción, forjar un “Hombre Nuevo” solidario y altruista, y alcanzar la autosuficiencia alimentaria en un quinquenio. Todos estos planes fracasaron y provocaron efectos económico-sociales adversos así como crisis. Ello, a su vez, generó una amenaza (real o percibida) de inestabilidad político-social, por lo cual la dirigencia cambió la política idealista con un sesgo hacia el mercado, a fin de salvar o reforzar el régimen y mantener su poder. Los ciclos pragmáticos han producido mejoras moderadas en la economía2 y en los niveles de vida, pero también han causado algunos efectos sociales negativos, como desempleo declarado (abierto o visible) y desigualdad. Cada vez que la dirigencia juzgó que el régimen se había fortalecido lo suficiente bajo un ciclo pragmático, lanzó un nuevo ciclo idealista y así en un círculo vicioso. La lógica económica aconseja mantener y reforzar un ciclo pragmático que conlleve logros positivos. Pero este consejo racional se desatendió en Cuba porque el movimiento hacia el mercado envuelve cierta delegación de poder económico, descentralización de decisiones, el surgimiento de actores económicos independientes del Estado y, debido a todo ello, una pérdida de poder económico y posiblemente también del control del gobierno. Por tanto, la lógica política (mantenimiento del régimen y el poder) predominó sobre la lógica económica y ello es una razón importante del retorno recurrente a los ciclos idealistas. Además, un movimiento hacia el mercado aumenta la desigualdad y el desempleo, y genera otros efectos negativos, considerados inaceptables por la dirigencia, al menos hasta el decenio del 90. La gran mayoría de los ciclos ha durando entre cinco y seis años, causando inestabilidad e incertidumbre, también ha perjudicado el desempeño económico a largo plazo, porque no se le dio suficiente tiempo a las políticas para que se implementaran del todo, maduraran y produjeran fruto. En el primer ciclo pragmático las reformas de mercado fueron introducidas de manera muy cautelosa y tímida, pero se volvieron más osadas en el segundo y tercero ciclos pragmáticos, mientras que sus resultados sociales adversos empeoraron. Por el contrario, los ciclos idealistas se tornaron más débiles a largo plazo. 2 Un análisis econométrico hecho por un economista cubano, en el período 1980-2005, constata sin citar esta hipótesis del autor: en los ciclos de centralización (idealistas) cayó la productividad de los factores y la tasa de crecimiento del PIB, mientras que en los ciclos de descentralización (pragmáticos) aumentaron ambos (Doimeadios, 2007).
20
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
1. Los diez ciclos, sus características y medición de efectos En los 54 años transcurridos bajo la revolución han ocurrido ocho ciclos, el primero de ellos dividido en tres sub-ciclos; cuatro de los ciclos fueron idealistas, tres pragmáticos y uno de estancamiento: 1) 1959-1966, aunque difícil de clasificar fue un ciclo idealista, subdivido en tres: “Erosión del Mercado”, “Modelo Ortodoxo Soviético de Planificación Centralizada” y “Debate Socialista entre dos Alternativas”(idealista y pragmática); 2) 1966-1970, “Adopción y Radicalización por Fidel Castro del Modelo Guevarista”, el ciclo idealista más fuerte; 3) 1971-1985, “Modelo Soviético de Reforma Económica Tímida”, el primer ciclo claramente pragmático; 4) 1986-1990, “Proceso de Rectificación de Errores”, el tercer ciclo idealista; 5) 1991-1995, “Crisis y Reformas e Mercado”, el segundo ciclo pragmático y el más fuerte hasta entonces, bajo el “Período Especial en Tiempo de Paz”; 6) 1997-2003, “Desaceleración y Paralización y de la Reforma”, un ciclo de estancamiento de las políticas; 7) 2003-2006 “Reversión de la Reforma,” el cuarto ciclo idealista pero disminuido; y 8) 2007 en adelante, las reformas estructurales de Raúl, el tercer ciclo pragmático que es el más fuerte bajo la revolución. En cada uno de los ciclos, ocurrieron cambios opuestos en once políticas: a) colectivización de los medios de producción; b) decisión centralizada de políticas económicas; c) role del presupuesto estatal; d) inversión extranjera; e) asignación de bienes por racionamiento versus precios de mercado; f) mercados agrícolas libres; g) trabajo por cuenta propia; h) trabajo voluntario (no pagado) y movilización laboral; i) igualitarismo; j) incentivos “morales” (no materiales) versus incentivos materiales, y k) expansión de servicios sociales gratuitos. Los ciclos idealistas se caracterizaron por aumento en la colectivización y la decisión centralizada, suspensión o pérdida de importancia del presupuesto estatal, cierre o disminución de la inversión extranjera, predominio del racionamiento sobre los precios de mercado, inexistencia o restricciones a los mercados agrícolas libres y al trabajo por cuenta propia, movilización
21
CARMELO MESA-LAGO
laboral y uso de trabajo voluntario, ascenso del igualitarismo y substitución de incentivos materiales o económicos por los morales, y expansión de los servicios sociales gratuitos. En los ciclos pragmáticos ocurre justo lo contrario aunque en grado diverso según el ciclo: des-colectivización, descentralización en las decisiones, mayor rol del presupuesto para controlar el balance fiscal, apertura o aumento de la inversión extranjera, creciente uso de precios de mercado versus el racionamiento, introducción o extensión de mercados agrícolas libres y del trabajo por cuenta propia, reducción o eliminación de la movilización laboral y del trabajo voluntario, disminución del igualitarismo y primacía de incentivos materiales, y recorte o restricción de servicios sociales gratuitos. Los efectos de los ciclos idealistas y pragmáticos se miden en siete indicadores económico-sociales: a) crecimiento económico; b) liquidez monetaria (excedente de moneda en circulación); c) déficit fiscal; d) déficit en la balanza comercial de bienes; e) desempleo declarado; f) distribución del ingreso, y g) incidencia de pobreza. Estos dos últimos no pueden ser evaluados cuantitativamente, porque Cuba no publica estadísticas sobre los mismos, pero lo serán de forma cualitativa y se darán estimados internos y extranjeros.
2. Factores internos y externos influyentes en los ciclos Las ideas y decisiones de Fidel Castro fueron el factor interno fundamental en la generación de los ciclos por 48 años, hasta su enfermedad en 2006 que lo obligó a dejar el poder y pasarlo a su hermano Raúl. Como líder de la revolución y fundador del régimen, Fidel tuvo inmenso poder, concentrando los puestos políticos fundamentales del país: Jefe de Estado, Presidente del Consejo de Estado, del Consejo de Ministros y de su Comité Ejecutivo, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) y cabeza de su Buró Político, y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Como Presidente del Consejo de Estado él nominaba al Presidente del Tribunal Supremo y dicha institución está subordinada al referido Consejo. La única institución que Fidel no presidió fue la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), pero ésta tiene escaso poder, se reúne dos veces al año por dos o tres días, y durante el resto del año el Consejo de Estado gobierna por decreto. Por último, la Constitución otorgó poder a Fidel para declarar un estado de emergencia y modificar los derechos y obligaciones entronizados en la carta magna.
22
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
La preferencia de Fidel por la centralización, la colectivización de los medios de producción, el igualitarismo y la movilización de trabajadores, lo predispusieron fuertemente en favor de políticas anti-mercado, aunque no titubeó en adoptar políticas pragmáticas y reformas económicas –si bien minimizadas y a regañadientes– cuando una crisis las hizo necesarias para salvar el régimen y su poder. El Líder Máximo resistió cambios significativos en el sistema político por lo que éste exhibió mucha más continuidad que en el área económica, aunque con cierta institucionalización desde el decenio del 70. Su liderazgo carismático e ideología impidieron que la lógica pragmática normalizase el socialismo de Estado e implementase reformas de mercado integrales y estables. Existe una similitud notable en Cuba bajo Fidel y China bajo Mao; en ambos casos, el poderoso y carismático líder moldeó los ciclos de política económica. Fue sólo después de la muerte de Mao que la reforma de mercado china se consolidó, expandió y profundizó para crear un nuevo modelo: el “socialismo de mercado”. Pero Fidel rechazó repetidamente las reformas económicas china y vietnamita; la reforma tímida de mercado cubana en 1993-1996, no se acercó siquiera a la magnitud de las reformas de esos dos países y fue virtualmente paralizada por Fidel desde 1996. Raúl no logró implantar y especialmente acelerar las reformas estructurales pragmáticas hasta que la enfermedad de Fidel lo privó de impedirlas, aunque con la publicación de sus “Reflexiones” intentó obstaculizarlas, al menos hasta 2011 en que las apoyó. Diversos factores exógenos, positivos o negativos, contribuyeron a lanzar, mantener o concluir un ciclo. Los dos actores más importantes y con papeles antagónicos fueron la antigua URSS y los EEUU. La primera tuvo un rol positivo en el período 1960-1990 con su ayuda económica, comercio y subsidios de precios, pero disminuyó desde 1985 con Mikhail Gorbachov. El fin de la crucial ayuda soviética y subsiguiente grave crisis económica al inicio del decenio de los 90, no dejó otro camino que el cambio de política hacia el mercado. Los Estados Unidos ha sido un factor negativo constante debido al embargo impuesto desde 1961, con etapas de endurecimiento (presidencias de Richard Nixon, Ronald Reagan, George W. Bush) y flexibilidad (presidencias de Jimmy Carter, Bill Clinton, Barack Obama). El temor (real o percibido) de la dirigencia cubana a que una desestabilización política interna abriese la puerta a la intervención norteamericana jugó un papel en la gestación de ciclos idealistas. Actores históricos adicionales han sido la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea, el Club de París y los inversores foráneos. Desde 2001, el apoyo económico
23
CARMELO MESA-LAGO
de Hugo Chávez en Venezuela ha sido esencial para sostener el régimen cubano y le permitió a Fidel revertir las reformas de 1991-1995.
II. Políticas en los Ciclos, Factores Influyentes y Efectos, 1959-2012 Esta sección resume los diez ciclos de 1959 a 2012. De manera sistemática, en cada ciclo se describen las políticas tomadas, se identifican los factores internos y externos que jugaron un papel en el inicio y terminación del ciclo, y se evalúa sus efectos económico- sociales en los siete indicadores seleccionados.
1. Erosión del mercado, modelo ortodoxo soviético y debate socialista, 1959-1966 (idealista) Este ciclo se divide en tres sub-ciclos. El primero (“Liquidación del Capitalismo y Erosión del Mercado”, 1959-1960) condujo al final de 1960 a la virtual eliminación del mercado debido a la rápida colectivización de los medios de producción. El vacío fue llenado con la implantación de una economía de “mandato” del tipo estalinista convencional en el siguiente sub-ciclo (“Modelo Ortodoxo Soviético de Planificación Centralizada”, 1961-1963) apoyada por la ayuda económica y comercio con la URSS. La imposición del embargo de los EEUU en 1961 y su extensión por la OEA en 1964, así como la proclamación por Fidel de que la revolución era socialista en 1961 aislaron a Cuba en el Hemisferio Occidental y facilitaron el establecimiento del modelo soviético. Hubo continuidades importantes en las políticas de estos dos sub-ciclos: expansión de la colectivización de los medios de producción, eliminación de la inversión extranjera (por la nacionalización de sus propiedades), centralización de las decisiones económicas, introducción y extensión del racionamiento, reducción del papel del mercado y los precios en la asignación de recursos, creciente igualitarismo, y rápida extensión de servicios sociales gratuitos, particularmente en las zonas rurales. La estrategia de desarrollo se basó en la rápida industrialización con substitución de importaciones “hacia dentro” (Guevara pronosticó que en 1965 Cuba estaría a la cabeza de América Latina en la producción industrial por habitante), y la reducción de la dependencia en el azúcar e impulso a la diversificación agrícola.
24
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
El modelo soviético de planificación centralizada era inadecuado para Cuba, debido a su economía pequeña e insular, altamente dependiente del azúcar, el éxodo de los administradores de empresas y la falta de experiencia en la planificación así como de estadísticas fundamentales. Para complicar el problema, la colectivización fue muy rápida y extendida a par que el mecanismo del plan se introdujo de manera apresurada y desordenada. El plan de industrialización fijó metas muy ambiciosas en el corto plazo y requería de insumos importados que no llegaron a tiempo. La diversificación agrícola no dio los frutos esperados y resultó en una reducción notable del área plantada en caña de azúcar, lo cual provocó una caída en las exportaciones azucareras y el agravamiento del déficit en la balanza comercial. El doble fracaso, de la planificación central y la industrialización, condujo al tercer sub-ciclo (“Debate y Experimentación con Modelos Socialistas Alternativos”, 1964-1966), en el cual dos grupos ideológicos opuestos propusieron y discutieron programas antagónicos. Ernesto Guevara y sus seguidores, parcialmente influenciados por las ideas de Mao en el “Gran Salto Adelante”, apoyaron un enfoque idealista anti-mercado: mayor colectivización, mantenimiento del plan central y del presupuesto, creación de un “Hombre Nuevo” con la estimulación moral, el trabajo voluntario y la movilización laboral, igualitarismo y servicios sociales universales gratuitos. Frente a ellos, la facción pragmática pro-soviética, liderada por Carlos Rafael Rodríguez (economista y uno de los fundadores del Partido Comunista pre-revolucionario), bajo cierta influencia de las ideas libermanistas que emanaban entonces de la URSS, propiciaba una reforma económica tímida: un alto a la colectivización, cierta descentralización en las decisiones, uso de instrumentos selectos de mercado, preferencia por los incentivos materiales, y paralización del igualitarismo y la expansión de los servicios sociales gratuitos. En una solución salomónica, Fidel dividió la economía entre los dos grupos: los guevaristas controlaron dos tercios y los pro-soviéticos el tercio restante. Esta división hace complejo caracterizar este sub-ciclo pero, en general, la tendencia fue hacia un distanciamiento del mercado. Este ciclo duró 7 ½ años en total, divididos en tres sub-ciclos sucesivos que duraron 2, 3 y 2 ½ años respectivamente, períodos excesivamente cortos que no permitieron que se afianzaran las políticas. El desempeño es difícil de evaluar porque hay poquísimas estadísticas disponibles en 19591961 y la introducción del modelo soviético en 1962 cambió el método de las cuentas nacionales utilizado con anterioridad haciendo técnicamente imposible las comparaciones con las series previas. Los resultados fueron
25
CARMELO MESA-LAGO
mixtos y oscilantes: el crecimiento primero aumentó, después disminuyó y luego se recuperó parcialmente; la liquidez monetaria y el déficit comercial crecieron constantemente, y el desempleo declarado aumentó al comienzo pero descendió más tarde, y la pobreza y la desigualdad probablemente menguaron.
2. Adopción y Radicalización por Fidel del Modelo Guevarista, 1966-1970 (idealista reforzado) Aunque Fidel no intervino abiertamente en el debate, al final de 1965 los líderes de los dos grupos contendientes ya no estaban en sus puestos: Guevara partió de Cuba para impulsar el movimiento guerrillero, primero en África y luego en Sudamérica y Rodríguez renunció como Director del Instituto de Reforma Agraria. Una vez removidos los dos cabecillas, a mediados de 1966 Fidel públicamente abrazó varios elementos fundamentales del modelo guevarista y lo implementó durante este ciclo, aunque de manera mucho más idealista que el original y distorsionándolo con sus propias adiciones. Por ejemplo, virtualmente eliminó el plan central y el presupuesto estatal (esenciales en el modelo guevarista), reforzó la centralización en las decisiones (pero, debido a la eliminación del plan y el presupuesto, las concentró en sí mismo) y exageró el énfasis en los incentivos morales, la movilización y el uso de trabajo voluntario. No sólo Fidel se desvió del modelo convencional soviético, sino que afirmó que con su enfoque idealista Cuba había logrado aventajar a la URSS en la construcción del socialismo y del comunismo. Más aún, patrocinó el “foco guerrillero” para ganar el poder en América Latina, el cual socavaba a los partidos comunistas pro-soviéticos de la región. A pesar de dicha confrontación, la URSS continuó su ayuda económica y comercio con Cuba, pero en 1967 se agotó su paciencia y redujo el suministro de petróleo a la Isla. Fidel respondió abriendo un proceso penal contra varios dirigentes pro-soviéticos, prominentes en el gobierno y el partido en Cuba (la llamada “microfacción”), los que fueron declarados culpables de traición y “sectarismo”, aumentando la tensión con la URSS. No obstante, en 1968 Fidel públicamente apoyó la invasión soviética de Checoslovaquia (con el argumento de que la “Primavera de Praga” era un movimiento contrarrevolucionario y capitalista), y dicho apoyo (en un momento de fuerte crítica internacional a la URSS) pagó buenos dividendos: reanudación del suministro de petróleo y mejores relaciones e incremento de la ayuda soviética.
26
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
Mientras tanto, en EEUU se inició la presidencia de Richard Nixon (1969-1974) que endureció la política frente a Cuba y con su apertura a China e intento de detente con la URSS causó serio temor en La Habana, dando municiones al ciclo idealista. La estrategia de desarrollo cambió en 1965, de “hacia adentro” (industrialización por substitución de importaciones) a “hacia afuera” (promoción de exportaciones) y revirtió el previo recorte azucarero con un plan que fijó una meta gigantesca de 10 millones de toneladas de azúcar en 1970. El momento de mayor alejamiento del mercado durante la revolución ocurrió durante la “Ofensiva Revolucionaria” lanzada por Fidel en 1968, que incluyó las políticas siguientes: un empuje a la colectivización a través de la eliminación de los mercados libres campesinos y las parcelas familiares dentro de las granjas estatales, así como la incautación de 58.000 pequeños negocios (incluyendo puestos ambulantes de venta de alimentos); una mayor centralización en las decisiones económicas pero sustituyendo el plan central por planes sectoriales (azúcar, ganado) directamente controlados por Fidel (el presupuesto estatal desapareció por casi una década); la penalización del trabajo por cuenta propia; el enorme uso y costo del trabajo voluntario y las gigantescas movilizaciones laborales para ayudar en la cosecha azucarera y por motivos ideológicos; el máximo énfasis en el igualitarismo, con la reducción en las diferencias salariales, la sustitución de los incentivos materiales por los morales, así como una expansión de los servicios sociales gratuitos (teléfonos públicos, entierros, entrada a eventos deportivos y culturales) todo lo cual forjaría el “Hombre Nuevo” socialista. Este ciclo idealista duró 4 ½ años y su desempeño tampoco es fácil de medir debido a una reducción deliberada de la recolección y publicación de estadísticas. No obstante, la información disponible muestra que la mayoría de los resultados fue adverso: la tasa de crecimiento económico disminuyó y en 1970 fue cero o negativa; la producción azucarera quedó 15% por debajo de la meta de 10 millones de toneladas y se logró al precio de un declive en el resto de la economía. La liquidez monetaria alcanzó un record y el exceso de circulante hizo que el poder adquisitivo del peso se derrumbara, lo cual promovió el ausentismo laboral a un 25% de la fuerza de trabajo (dando un golpe duro a la creencia en los incentivos morales y liquidando el mito del Hombre Nuevo). No hay cifras sobre el déficit fiscal debido a la supresión del presupuesto, pero el déficit comercial se expandió de manera considerable. El desempleo declarado se redujo a un mínimo record (pero a costa de la expansión del desempleo encubierto y una fuerte caída en la productividad laboral), y la distribución del ingreso probable-
27
CARMELO MESA-LAGO
mente fue la mas igualitaria bajo la revolución, como indican estimados de académicos foráneos.
3. Modelo Soviético de Reforma Económica Tímida, 1971-1985 (pragmático) El doble fracaso en 1970, del plan azucarero y la creación del Hombre Nuevo, combinado con un deterioro económico severo, provocó una crisis peligrosa y condujo a una tímida oscilación del péndulo hacia el mercado a partir de 1971, la única alternativa que tenía Cuba. El fracaso de las guerrillas en Sudamérica con la muerte de Guevara en 1967, unido al apoyo de Fidel a la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968, facilitaron la reconciliación con la URSS, por lo que los créditos blandos, la ayuda técnica, el comercio y los subsidios de precios soviéticos llegaron a la cima en esta etapa. Por ejemplo, la URSS pagó las importaciones de azúcar y níquel cubanos a precios muy por encima de los precios del mercado mundial, y vendió petróleo a precios por debajo del precio del mercado mundial. Además Cuba entró en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) integrado por la URSS y los países de la Europa del Este, lo cual le dio acceso a préstamos adicionales y aumentó el comercio con el campo socialista. Estos factores positivos contribuyeron al inicio de este ciclo y su extensión por un largo período. Bajo la presidencia de Gerard Ford (1974-1977), los EEUU comenzaron negociaciones secretas con Cuba y en 1975 la OEA dejó libres a todos sus miembros para comerciar y restablecer relaciones diplomáticas con la isla. Pero el apoyo militar cubano al gobierno socialista de Angola abortó el breve intento de acercamiento. En los primeros años de la presidencia de Jimmy Carter (1977-1981) se relajaron las tensiones entre los dos países y se establecieron “oficinas de interés” en ambos (a un nivel inferior al de embajadas). No obstante, la intervención militar de Cuba en la guerra entre Somalia y Etiopía, así como el embarque en 1980 de 125.000 cubanos hacia los EEUU en miles de pequeñas embarcaciones desde el puerto de Mariel, con el apoyo de Fidel, crearon nuevas tensiones y paralizaron el proceso de flexibilización del embargo. La presidencia de Ronald Reagan (1981-1989) provocó nuevas tensiones y Cuba organizó “milicias territoriales” para defenderse de una supuesta invasión de los EEEUU. Un factor positivo en la primera mitad de los años 80 fue la concesión de préstamos en divisas por el Club de París. En este ciclo pragmático, la dirigencia cubana virtualmente revirtió todas sus políticas idealistas previas e inició un movimiento tímido hacia el
28
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
mercado. Si bien continuó en este ciclo la reducción gradual de las granjas privadas y la expansión de cooperativas controladas por el Estado, hubo algunas medidas contrarias a la colectivización: la reintroducción de mercados libres campesinos y de las parcelas familiares en las granjas estatales, así como del trabajo por cuenta propia; el permiso a los granjeros privados para contratar trabajadores; la autorización a la población para construir viviendas y permutar éstas, y la promulgación de una ley permitiendo la inversión extranjera (aunque sometida a tantas restricciones que virtualmente no dio resultados). Al mismo tiempo, se reintrodujo y reforzó el aparato central de planificación, si bien con algunas medidas descentralizadoras (por ejemplo, mayor poder de decisión a los administradores de empresas estatales) y se restableció el presupuesto estatal como una herramienta clave en la economía de mandato. Fidel criticó como “errores idealistas” la exaltación previa del igualitarismo, los incentivos morales, el trabajo voluntario y las movilizaciones laborales. El péndulo se movió al otro extremo con la implementación de las políticas siguientes: defensa de las diferencias salariales, restablecimiento y extensión de los incentivos materiales, recorte al mínimo del trabajo voluntario (debido a su ineficiencia), establecimiento de un “mercado paralelo” en el que la oferta y la demanda fijaban el precio de los bienes vendidos a la población, e imposición de tarifas por el uso de ciertos servicios públicos que antes eran gratuitos. En este ciclo también tuvo efecto un proceso de institucionalización económica y política: se promulgó la Constitución socialista, se creó la Asamblea Nacional y se organizó el Partido Comunista de Cuba (PCC). Pero la nueva tecnocracia planificadora enfrentó la resistencia de la “vieja guardia” y algunas medidas fueron públicamente criticadas por Fidel (los mercados libres campesinos, el cuentapropismo), mientras que otros proyectos no se implementaron del todo (el autofinanciamiento empresarial, la participación de los trabajadores en las ganancias). La estrategia de desarrollo en este ciclo fue mucho más racional y balanceada que en los anteriores: se mantuvo el enfoque “hacia afuera” con un continuado predominio de las exportaciones azucareras, pero con la construcción de nuevos molinos (“ingenios” o “centrales”), la mecanización de la cosecha y del corte que permitió aumentar considerablemente la producción, sin perjudicar al resto de la economía. Con ayuda de la URSS y otros países socialistas, se expandió la producción y la exportación de níquel, también la URSS transfirió a Cuba el valor en divisas del petróleo comprometido pero no utilizado. Por otra parte, se restableció el turismo como una fuente de divisas, y se expandió la producción de cítricos, pescados y mariscos para la exportación.
29
CARMELO MESA-LAGO
Este ciclo ha sido el más largo (15 años) durante la revolución y las estadísticas para evaluar el desempeño, que adelantaron tanto en cantidad como en calidad, demostraron una mejoría importante. El crecimiento económico logró la mayor tasa anual promedio bajo la revolución, especialmente en 1971-1975, ayudado por precios del azúcar que alcanzaron los más altos niveles históricos en el mercado mundial, mientras que en 1976-1985 las cosechas azucareras promediaron 7 millones de toneladas y se sobrepasaron los niveles productivos en el sector no azucarero. La liquidez monetaria se redujo hasta 1980 y se controló el déficit fiscal desde 1978 (cuando se reintrodujo el presupuesto) hasta 1985. El déficit en la balanza comercial se estancó e incluso se redujo en los años 70 (debido a los generosos subsidios de precio soviéticos) pero aumentó de nuevo en la primera mitad del decenio del 80 (cuando algunos de dichos subsidios se redujeron). Por el contrario, por primera vez desde comienzos de los 60, aparecieron bolsones de desempleo (debido al empeño por incrementar la productividad laboral, a la reducción de la demanda de mano de obra y a la entrada en el mercado laboral del “baby boom” engendrado en el período de optimismo 1959-1965) y probablemente aumentaron las desigualdades aunque no hay estadísticas.
4. Proceso de rectificación de errores, 1986-1990 (idealista) La recuperación económica en el ciclo pragmático resolvió la doble crisis de 1970 y logró una mejoría en las condiciones de vida de la población pero, a pesar de esos notables avances, fuerzas internas y externas conspiraron contra la continuación y reforzamiento de la tímida reforma hacia el mercado. Fidel y la vieja guardia resentían el creciente poder económico de la tecnocracia planificadora, la eliminación por ésta de algunas preciadas instituciones revolucionarias (como el trabajo voluntario), así como la expansión de la desigualdad y el nacimiento de una pequeña “nueva clase” acomodada de campesinos privados, intermediarios que compraban y vendían en los mercados libres agropecuarios, trabajadores por cuenta propia e individuos envueltos en la construcción y permuta de viviendas. Aunque estos sectores eran muy pequeños en relación con la economía nacional, Fidel públicamente los criticó en 1982, impuso impuestos a algunos de ellos y los acusó de avaricia y corrupción, una señal ominosa del nuevo cambio de política. Externamente, Mikhail Gorbachov tomó el poder en 1985 y lanzó la perestroika y el glasnost, políticas que generaron presión
30
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
dentro de la URSS para que Cuba redujera el sustancial déficit comercial y utilizara mejor la ayuda económica soviética. En años subsiguientes la URSS congeló el comercio y los créditos, a más de reducir los subsidios de precios. Para complicar aún más la situación, en 1986 Cuba suspendió el servicio de la deuda en divisas al Club de París, debido a la carga que representaba, lo cual provocó que se parase la concesión de nuevos créditos hasta que recomenzase el pago de la deuda, un atolladero que aún persiste hoy. En los EEUU, las presidencias de Ronald Reagan y George H. W. Bush (padre), implacablemente continuaron con el embargo, dando munición a la dirigencia cubana para apretar el control interno en defensa frente al capitalismo y el imperialismo. En vista de la mejoría económica y social interna unidas a los cambios en la URSS y sus presiones sobre Cuba, lo lógico era esperar que la Isla se sumergiese en la nueva ola que se levantaba en la URSS y se extendía a los países de Europa del Este. Pero Fidel y la vieja guardia temían que dicho movimiento dañase el espíritu revolucionario, provocase tensiones sociales, desestabilizase el régimen y erosionase su poder y control. Un nuevo ciclo idealista, la “Rectificación de Errores y Tendencias Negativas”, fue lanzado por Fidel a mediados de 1986 y duró hasta 1990. En teoría, el nuevo enfoque esperaba encontrar un punto medio óptimo entre los “errores idealistas” del período 1966-1970 y los “errores economicistas” de 1971-1985 (el jefe de la planificación Humberto Pérez que había dirigido la reforma económica fue despedido y sometido a juicio por copiar mecánicamente un modelo inadecuado para Cuba3). En la práctica, la mayoría de las políticas del Proceso de Rectificación adolecían de los mismos prejuicios anti-mercado que las del anterior ciclo idealista, aunque sin llegar a sus extremos: el proceso de eliminación de las granjas privadas se aceleró; la descentralización se paralizó y la dirigencia política retomó las decisiones económicas pero con una erosión del plan y la ausencia de un modelo de organización coherente que sustituyera tanto al plan como al mercado; el racionamiento se expandió de nuevo y el mercado paralelo fue eliminado; los mercados libres campesinos y el trabajo por cuenta propia fueron prohibidos (con el razonamiento que eran innecesarios y que el Estado asumiría sus funciones), y la construcción y permuta de viviendas privadas fue restringida severamente; el trabajo voluntario fue reintroducido con la creación de brigadas de construcción organizadas al estilo militar y regresó el uso masivo de Raúl había enviado a Pérez a estudiar en Moscú y luego lo apoyó como director de JUCEPLAN; Fidel designó a Raúl para presidir al tribunal que juzgó y despidió a Pérez. 3
31
CARMELO MESA-LAGO
la movilización laboral en la agricultura; los incentivos materiales fueron reducidos drásticamente y los incentivos morales restablecidos (hubo una resurrección de la figura de Guevara y sus ideales), y volvió el énfasis en el igualitarismo y los servicios sociales gratuitos. Una nueva estrategia de desarrollo, basada en un Plan Alimentario, fijó metas irreales que predecían con excesivo optimismo que en un quinquenio la isla sería autosuficiente en alimentos y además generaría un excedente para la exportación. La biotecnología fue también promovida como una fuente de exportaciones y para convertir a Cuba en un poder mundial en ese campo. La estrategia más sensata fue la expansión del turismo extranjero. El cuarto ciclo idealista duró 4 ½ años, exactamente igual que el tercero. Aunque el anuario estadístico de Cuba suspendió su publicación con la edición de 1989, creando un vacio de estadísticas oficiales, existe suficiente información para mostrar que provocó una recesión y que se deterioraron virtualmente todos los indicadores de desempeño: la tasa de crecimiento económico fue negativa; la liquidez monetaria se expandió considerablemente; resurgió el déficit fiscal y se expandió; el déficit en la balanza comercial alcanzó un record histórico, y el desempleo continuó creciendo. No hay información sobre la desigualdad, pero es probable que se haya reducido por las medidas tomadas. La población urbana en “riesgo de pobreza” (un eufemismo del vocablo internacional “incidencia de pobreza”) se estimó en 6,3% en 1988.
5. La crisis y las reformas de mercado, 1991-1996 (pragmático) Al inicio del decenio del 90 Cuba sufrió la crisis económica más severa bajo la revolución y desde la Gran Depresión. Un factor externo y uno interno fueron las causas principales de la crisis y la gestación del nuevo ciclo pragmático. La externa y más importante fue la desaparición del socialismo en la URSS y los países del Europa del Este, así como del CAME y, con ello, la pérdida de socios comerciales para Cuba y de subsidios de precios y préstamos blandos que sumaron US$65.000 millones en el período 19601990 (sólo de la URSS); la inversión soviética en cientos de proyectos se paralizó y los técnicos rusos regresaron a casa; virtualmente todo el comercio y la ayuda económica de los países de Europa del Este concluyó. El comercio exterior cubano cayó en 75%, porque aproximadamente 70% era con la URSS y Rusia dejó de importar níquel, cítricos, puros y otros productos cubanos, así como de exportar bienes de consumo, intermedios y de
32
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
capital; el suministro de petróleo ruso se cortó drásticamente y terminaron las transferencias en divisas por concepto de petróleo comprometido pero no usado por Cuba. En unos pocos años el comercio entre los dos países se redujo tanto que básicamente se limitó a un trueque de azúcar por petróleo, ambos en cantidades reducidas y a precios del mercado mundial. Otra causa externa de la crisis fue el endurecimiento del embargo de los Estados Unidos con la aprobación de las leyes Torricelli en 1992 y Helms-Burton en 1996. La primera prohíbe invertir o comerciar con Cuba a las subsidiarias en el extranjero de compañías norteamericanas, así como recalar en puertos de los EEUU a barcos que transportan mercancías cubanas.4 Las disposiciones de la ley Helms-Burton son mucho más duras, por ejemplo, prohíbe importaciones en los EEUU de productos cubanos a través de terceros países, autoriza a ciudadanos norteamericanos a demandar en tribunales de los EEUU a individuos o empresas que “trafican” con propiedades confiscadas por el gobierno cubano, estipula la negativa de visas de entrada a los “traficantes” y sus familiares, etc.5 La Unión Europea, Canadá y México protestaron la aplicación extraterritorial de la referida ley, promulgaron contramedidas contra los EEUU y amenazaron con una demanda ante la Organización Mundial del Comercio. Amparado en una cláusula de la ley, Clinton suspendió cada seis meses en 1996-2000, el derecho a establecer demandas a los “traficantes” y la imposición de sanciones, ambas acciones continuadas posteriormente por todos los presidentes norteamericanos, al menos hasta mediados de 2012. La causa interna de la crisis y de la gestación del nuevo ciclo pragmático fue la recesión sufrida en 1986-1990 bajo el ciclo idealista del Proceso de Rectificación que, a contrapelo de las corrientes mundiales, abandonó las tímidas pero positivas reformas de mercado implantadas en 19751985, regresó al estímulo no material y se embarcó en el fracasado plan de autosuficiencia alimenticia. Dicha recesión colocó a Cuba en una posición económica vulnerable para enfrentar el colapso de la URSS y del campo socialista; si se hubiesen continuado las políticas orientadas hacia el mercado 4 Sin embargo, durante la presidencia de Bill Clinton (1992-2000), el componente político de esta ley (llamado el “Carril II, que promovió los intercambios culturales, visitas, etc., como instrumento para promover el cambio en Cuba) recibió más énfasis que las sanciones económicas conflictivas y difíciles de aplicar. 5 De igual forma que Fidel bloqueó los acercamientos de Ford y Carter, en 1996 ordenó derribar en aguas internacionales dos avionetas no armadas piloteadas por cubano-americanos, lo cual terminó con la mayoría en el Congreso que gozaba Clinton para vetar el proyecto de ley Helms-Burton, permitiendo su aprobación.
33
CARMELO MESA-LAGO
del ciclo pragmático, probablemente hubiese sido más fácil confrontar los desafíos del decenio del 90 y la crisis menos severa. La crisis llegó a su punto peor en 1993, como muestra una comparación con 1989: el producto bruto interno (PIB) real, o sea, ajustado a la inflación, cayó 35%, el PIB por habitante real se redujo en 41% y la producción física disminuyó 48% en azúcar, 36% en níquel, 32% en cítricos y 63% en pescados y mariscos. La liquidez monetaria aumentó de 22% a 73% del PIB; la tasa de inflación creció de 0,5% a 26%, y el déficit fiscal saltó de 6% a 34% del PIB. El valor de las exportaciones disminuyó en 80% y el de las importaciones en 75%, lo cual provocó una aguda escasez de alimentos, combustible, manufacturas e insumos de todo tipo. Los únicos aspectos positivos fueron: un aumento en la producción de petróleo y del ingreso en divisas por turismo internacional y una disminución del déficit en la balanza comercial ésta debida a la caída en picado de las importaciones. La crisis provocó otros efectos adversos. El racionamiento se extendió a virtualmente todos los productos de consumo y se redujeron sus cuotas para sólo cubrir la mitad de las necesidades alimenticias mensuales. El mercado negro creció de manera espectacular y así también los precios. El recorte a la mitad del salario medio real, unido a la grave escasez, estimularon las actividades ilegales y el robo en las empresas estatales, además tuvieron un impacto aciago en el esfuerzo laboral provocando un incremento del ausentismo y la caída de la productividad. La calidad de todos los servicios sociales se deterioró de manera severa. Todo ello revirtió muchos de los avances alcanzados en el pasado y alimentó la frustración y el enajenamiento de la población, resquebrajando la base política del régimen. En agosto de 1994 miles de habaneros se lanzaron a la calle en protesta contra el gobierno, la primera demostración popular de ese tipo y magnitud bajo la revolución. A principios del decenio del noventa resurgió en Cuba el debate económico, el cual había virtualmente desaparecido desde la polémica de 19641966. La discusión no era sobre si se debían usar los instrumentos de mercado o no, sino en qué grado se deberían utilizar y cómo dentro de una estructura socialista, a fin de evitar o aminorar sus posibles consecuencias negativas. Había básicamente dos posiciones. De una parte los reformistas más avanzados eran partidarios de un cambio estructural profundo (pero no neoliberal) que atacase la raíz de los problemas y garantizase el crecimiento sostenido a largo plazo. Frente a ellos, los ortodoxos (minimalistas) apoyaban medidas coyunturales para detener el declive económico, disminuir la inflación y el déficit fiscal, restaurar el valor del peso y promover el crecimiento, reduciendo al mínimo el peligro de desestabilizar el régimen.
34
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
Los reformistas eran académicos (economistas y otros científicos sociales), así como técnicos, que veían la reforma del mercado como el menor de dos males. Algunos de ellos argumentaron que si se reprimían los mecanismos de mercado, estos emergerían de cualquier modo, tal como lo había demostrado el mercado negro. Además, si el Estado no era capaz de satisfacer las necesidades básicas urgentes de la población, debería permitir que un mercado regulado o la actividad privada lo hiciesen. Otros pedían la privatización de servicios personales que el Estado era incapaz de prestar, así como la reintroducción de los mercados libres campesinos, el trabajo por cuenta propia y otros mecanismos abolidos o muy reducidos durante el Proceso de Rectificación. Sin embargo, los reformistas recelaban las consecuencias adversas de las reformas de mercado en Rusia y en la Europa del Este. Admitían que el sector privado podía desempeñar papeles positivos (eliminar el monopolio estatal, crear competencia para mejorar la eficiencia, generar fuentes de empleo productivo, dinamizar la economía), pero temían un efecto de “bola de nieve”, creyendo que el sector privado demandaría un incremento de los insumos, acumularía riqueza y presentaría un reto al Estado. La potencial desaparición o brusca reducción de la red de protección social era su mayor preocupación: alto desempleo declarado, que crearía graves problemas políticos y sociales; desigualdades significativas en el ingreso, que quebrarían la amalgama que mantenía unida a la población; incrementos en los precios, que reducirían mucho el consumo de los grupos de bajo ingreso, y deterioro de los servicios sociales. Fidel inicialmente se opuso a las reformas de mercado. En varios discursos en 1990-1992, rechazó las relaciones comerciales entre granjas y empresas estatales de una parte y el sector privado de la otra, incluyendo pequeñas empresas familiares y grupos de trabajadores; también se opuso a los mercados libres campesinos, la creación de pequeñas empresas privadas y hasta los vendedores callejeros por cuenta propia. En cambio, auguró que la revolución socializaría aun más los medios de producción, absorbiendo incluso al resto de las pequeñas granjas privadas, y resolvería todos los problemas existentes mediante la acción estatal. Atacó a aquellos que dentro de Cuba apoyaban a las reformas, calificándolos de desafectos, derrotistas, seudo revolucionarios y traidores. Para hacer frente a la crisis, el gobierno promulgó un severo plan de emergencia (bautizado como “Período Especial en Tiempo de Paz”) para asignar los escasos recursos a las necesidades más vitales del país. Este plan, de hecho, fue un programa de ajuste estructural si bien intentó proteger lo más posible a los servicios sociales, aunque mayormente sin éxito. Para
35
CARMELO MESA-LAGO
detener el declive y promover la recuperación, se tomaron medidas enderezadas al sector externo: fomento del turismo extranjero, intento de atraer la inversión foránea y reorientación del comercio hacia el mercado capitalista mundial. La nueva estrategia de desarrollo pretendía contener los cambios dentro de enclaves que no contaminasen la economía interna y el sistema socialista. Aunque el turismo creció y hubo una transferencia del comercio cubano al mercado mundial, el volumen total de las transacciones no aumentó y no se logró atraer una inversión externa importante, de ahí que la estrategia fue incapaz de detener el deterioro económico. El agravamiento de la crisis en 1993 hizo imperioso introducir reformas de mercado internas a pesar del desagrado de Fidel y otros dirigentes minimalistas. Pero estas medidas serían las más exiguas y esenciales, se tomarían a retazos según fuese necesario y con fuerte control estatal para evitar que la reforma se fuese de las manos. Este segundo ciclo pragmático mostró el mayor avance hacia el mercado alcanzado hasta entonces bajo la revolución a través de las reformas siguientes: a) reducción de la colectivización mediante la transformación de granjas estatales en un tipo nuevo de cooperativas (Unidades Básicas de Producción Cooperativa: UBPC), y la concesión en las mismas de pequeñas parcelas de terreno para cultivo y autoconsumo de las familias; b) proceso de descentralización en las decisiones de políticas económicas, primero en el sector del comercio exterior y luego en el sector interno, con la creación de empresas cuasi-privadas y mixtas; c) restablecimiento del presupuesto estatal como instrumento clave de la política fiscal e imposición de medidas para reducir los gastos públicos y aumentar los ingresos fiscales (incluyendo nuevos impuestos), así como recortes en los subsidios estatales y otros gastos públicos a fin de reducir el déficit presupuestario y el excedente en la liquidez monetaria; d) promulgación de una nueva ley de inversión extranjera en 1995 más flexible que la de 1982, creación de zonas de libre comercio, autorización a extranjeros para comprar propiedad inmobiliaria dedicada a oficinas, viviendas y desarrollo turístico, así como permiso a ciudadanos cubanos para arrendar parte de su vivienda a turistas, legalización de la posesión y circulación de divisas (principalmente dólares), así como del envío de remesas a Cuba por familiares y amigos residentes en el extranjero, y mayor flexibilidad de las visitas al exterior de familiares; e) reemplazo parcial de la asignación de alimentos y bienes de consumo a través del racionamiento (reduciendo sus cuotas), por la asignación mediante precios fijados por la oferta y la demanda (en mercados libres agrícolas y artesanales), creación del “peso convertible”
36
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
(CUC), apertura de casas de cambio estatales para comprar y vender divisas (CADECA) así como de tiendas que venden a la población en divisas (TRD); f) restablecimiento de los mercados libres agropecuarios y apertura de mercados artesanales; g) autorización de 157 ocupaciones específicas de trabajo por cuenta propia, incluyendo pequeños restaurantes (paladares), chóferes de taxi privados, etc.; h) virtual eliminación del trabajo voluntario y reducción notable de las movilizaciones laborales; i) disminución drástica del énfasis en el igualitarismo, aceptación de las diferencias necesarias en el ingreso, y sustitución de incentivos morales por económicos; y j) aumento de tarifas en ciertos servicios públicos y cargo de cuotas en otros que antes eran gratis, aunque la sanidad y la educación continuaron siendo gratuitas. Este ciclo duró unos 6 años, aunque las medidas pragmáticas principales fueron introducidas en los tres años entre 1993 y 1995. Las políticas orientadas hacia el mercado generaron una recuperación económica desde 1994, aunque incompleta. Comparados con el año terrible de 1993, los indicadores en 1996 mostraban una mejoría considerable: la tasa del PIB cambió de negativa (–14,9%) a positiva (7,8%) y fue la más alta desde 1985; la liquidez monetaria se redujo de 73% a 42% del PIB; la tasa de inflación de 26% se tornó en deflación; el déficit fiscal se redujo de 34% a 2,5%; las exportaciones crecieron 72% y las importaciones 80% (el déficit de la balanza comercial aumentó 89% pero aún así era alrededor de la mitad que en 1989); el valor del peso nacional en relación con el dólar en las CADECA se apreció de 95 por 1 a 19 por 1. Los únicos efectos negativos fueron incrementos del desempleo declarado de 6,2% a 7,6% y de la desigualdad aunque no hay estadísticas sobre esto último.
6. D esaceleración y Paralización de la Reforma, 1997-2003 (estancamiento) Las reformas económicas detuvieron la caída en picado del PIB e iniciaron una recuperación parcial, pero causaron el recelo de Fidel y los minimalistas los cuales temían que los procesos de des-colectivización, descentralización, delegación de parte del poder económico estatal e independencia creciente de campesinos, trabajadores por cuenta propia y otros sectores provocase un debilitamiento del Estado y, con ello, del régimen y el poder de la dirigencia. Más aún, el creciente desempleo declarado y de las desigualdades iba a contrapelo con las preferencias ideológicas de la dirigencia.
37
CARMELO MESA-LAGO
Debido a las razones explicadas, muchas de las políticas pragmáticas fueron sometidas a numerosos y estrictos controles estatales, regulaciones y restricciones, además de retrocesos en algunos casos, todo lo cual impidió su potencial desarrollo y a veces provocó su declive. Por ejemplo, cuando la inversión extranjera excedía US$10 millones, debía ser aprobada por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, además, la inmensa mayoría de los inversionistas sólo detentaba el 49% de las acciones de las empresas mixtas (únicamente se aprobó una empresa con 100% de capital extranjero). Dichas empresas no pueden contratar directamente al personal ni pagarle sus salarios; una agencia estatal realiza esas funciones, cobra los salarios en dólares y le paga a los trabajadores en peso. Las nuevas cooperativas (UBPC), a diferencia de sus homólogas chinas y vietnamitas, carecían de libertad para decidir que sembrar, a quien vender y fijar el precio, por el contrario, el Estado básicamente determinaba los cultivos y compraba casi toda la producción a precios fijados muy por debajo del precio de mercado; esto limitaba el incentivo y provocaba pérdidas en las UBPC. El trabajo por cuenta propia fue gravado con fuertes licencias e impuestos, a par que sometido a frecuentes inspecciones del gobierno que impuso multas por supuestas violaciones. Los pequeños restaurantes (paladares) fueron aprobados, prohibidos y vueltos a aprobar pero sometidos a fuertes trabas: un límite de doce sillas, sólo familiares podían ser empleados, altos impuestos, y restricciones a algunos alimentos que podían servir. Los taxistas privados sufrieron en su comienzo los mismos vaivenes que los paladares, y luego se les prohibió tomar turistas. El tipo de cambio del llamado peso “convertible” (CUC) es fijado unilateralmente por el gobierno, o sea, no es determinado por el mercado internacional de divisas y se tranza en el mercado negro a una tasa inferior. En marzo de 1996, el proceso de reforma hacia el mercado y sus efectos fueron públicamente criticados por Raúl , el cual había apoyado algunos cambios; en vista a hechos más recientes, una pregunta interesante pero que no puede responderse aquí es si Fidel mandó al hermano a hacer dicha crítica. Varios reformistas fueron censurados y removidos de sus posiciones, entre ellos tres economistas de renombre internacional que habían publicado un libro notable sobre la necesidad de avanzar más rápido y profundizar la reforma dentro de los parámetros socialistas.6 Esta purga puso fin al debate 6 Julio Carranza, Luis Gutiérrez y Pedro Monreal, Cuba, la reestructuración de la economía: Una propuesta para el debate, La Habana: Editorial Ciencias Sociales, 1995. El primero y el tercero residen fuera de Cuba.
38
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
económico público. Aunque hubo reformas después de 1996 (por ejemplo en la banca, la creación de zonas francas), a partir de entonces y hasta 2003 el proceso virtualmente se estancó. Varias de las medidas cruciales que se discutían en 1995 y 1996 nunca fueron implementadas: la eliminación del excedente laboral en el sector estatal, la real convertibilidad del peso, la autorización a ciudadanos cubanos para operar pequeños negocios, la reforma general de precios, y la imposición a todos los trabajadores de cotizacioness para pensiones de seguridad social (sólo se aplicaba al 11% de la fuerza de trabajo en 2002). La estrategia de desarrollo sufrió un cambio significativo. Alegando que el costo de producción era superior al precio del azúcar en el mercado mundial, Fidel ordenó una reestructuración de la industria azucarera, volviendo a la estrategia de comienzos de la revolución. Así se cerró el 45% de los molinos, se traspasó el 60% de los terrenos cañeros a otros cultivos y se despidió a 100.000 trabajadores. El plan era que con la mitad de la caña sembrada y de los molinos, se ahorrarían recursos, se aumentaría la eficiencia y se incrementaría la producción. El gobierno juzgó erróneamente que ya había conseguido detener la caída económica, restablecer el balance fiscal y controlar la inflación, por lo que la amenaza de desestabilización política estaba superada. Además, un avance continuado hacia el mercado acarrearía el riesgo mayor de una pérdida de poder económico y político. Como en 1986, la lógica política de Fidel y los minimalistas prevaleció sobre la lógica económica de los reformistas, con el consiguiente daño a la economía y el bienestar social. Para enfrentar al creciente desencanto de la población y la expansión del movimiento de disidencia pacífica, fue promulgada en 1999 la Ley 88 de “Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba” que estableció sanciones de prisión entre 8 y 20 años, así como confiscación de bienes, por delitos políticos como colaborar con medios de prensa extranjeros, aceptar remuneración por ello, tener y circular “material de carácter subversivo” (publicaciones independientes), perturbar el orden público con manifestaciones disidentes, etc. Acogiéndose a un derecho establecido en la Constitución, el Proyecto Varela dirigido por Oswaldo Payá, activista de derechos humanos y Premio Sajarov a la Libertad de Expresión, recogió más de 11.000 firmas de ciudadanos cubanos solicitando la celebración de un referéndum para permitir la libertar de expresión y celebración de elecciones, otorgar amnistía a los presos políticos y autorizar la posesión de pequeños negocios. Durante la visita del ex presidente Carter a Cuba en 2002, éste hizo una presentación en castellano en la televisión, en la cual informó
39
CARMELO MESA-LAGO
en detalle sobre el Proyecto Varela. Una carta pastoral del Cardenal Jaime Ortega en 2003, solicitó medidas de apertura política y económica, coincidiendo en algunos aspectos con las del referido Proyecto. Pero después de movilizaciones públicas organizadas por el gobierno en contra del Proyecto Varela éste fue rechazado en julio de 2002 por la Asamblea Nacional y se reformó la Constitución agregando un artículo que proclamó que el sistema socialista es “irrevocable”. En la primavera de 2003 el gobierno arrestó y, en juicios sumarísimos, aplicó la Ley citada a 75 disidentes (economistas, periodistas, escritores, bibliotecarios, partidarios del Proyecto Varela, activistas de derechos humanos) y estos fueron condenados a largas condenas de prisión. Esto provocó una crítica internacional, incluso de personalidades que hasta entonces habían respaldado a la revolución. Casi al mismo tiempo, varias autoridades cubanas que habían apoyado las reformas fueron despedidas de sus puestos. El estancamiento de la reforma (que duró 6 ½ años) provocó afectos adversos, comparando los años 1996 y 2003: la tasa del PIB se desaceleró en 1997-1998 y 2000-2002; la liquidez monetaria creció de nuevo en términos absolutos desde 1998 y alcanzó un nivel record en 2002 (43% sobre 1996); la deflación de 4,9% en 1996 se tornó en inflación que aumentó hasta 7% en 2002; el déficit fiscal subió hasta 3% en 20022003, y el déficit de la balanza comercial de bienes casi se duplicó en el período y alcanzó un record histórico (US$3.000 millones en 2003). La restructuración azucarera fue un fracaso ya que la producción cayó 47% entre 2004 y 2005. No hay series de indicadores sociales que permitan comparar la situación en 1996 y 2003, pero la información disponible muestra un deterioro. La desigualdad creció notablemente: el coeficiente Gini saltó de 0,250 a 0,407 entre 1989 y 1999, mientras que la razón entre el quintil del ingreso mas rico y el más pobre se amplió de 3,8 a 13,5. El salario mensual medio disminuyó 45% entre 1989 y 2002. La población urbana en “riesgo de pobreza” aumentó de 6,3% a 20% entre 1988 y 1999, mientras que la “percepción de pobreza” en una encuesta en la Ciudad de La Habana era de 31% en 2002. El único efecto positivo fue una disminución del desempleo declarado de 9% en 1996 a 3,3% en 2002, pero el autor ha demostrado que fue subestimado en 1998 y 2000 (calculando 21% en ambos años), y en 2002 la cifra oficial incluyó como empleados a 764.668 personas que en realidad estaban estudiando o siendo re-entrenadas o laborando a tiempo parcial en cultivos para autoconsumo en patios y jardines urbanos; al sacar ese grupo la tasa de desempleo aumentaba a 16%.
40
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
7. Reversión de la Reforma, 2003-2006 (idealista) El proceso de reversión de la reforma comenzó en 2003 con la Batalla de Ideas, un regreso al énfasis en la conciencia y el voluntarismo típicos de los ciclos idealistas anteriores. En 2004 José Ramón Machado Ventura, miembro del Buró Político del PCC (actualmente primer Vicepresidente) criticó públicamente a los que estaban copiando los métodos de gestión capitalista tan bien que se habían convertido en capitalistas y advirtió que el liberalismo, la tolerancia y la falta de control estaban perjudicando al país. La reversión de las reformas se asentó en tres políticas. Primero la re-centralización de las decisiones económicas que abarcó diez medidas: (a) control central de las importaciones y exportaciones que antes realizaban las empresas estatales y fueron pasadas al Ministerio de Comercio Exterior; (b) prohibición a dichas empresas de operar en divisas, todas sus operaciones han de ser en CUC; (c) venta al Banco Central de Cuba (BCC) de todas las divisas en poder de las empresas y de ingresos futuros por exportaciones; (d) obligación a las empresas de comprar divisas al BCC, con un recargo, para efectuar importaciones; (e) prohibición a las empresas estatales de proveer 87 servicios en divisas que antes prestaban y que pasan a ser directamente ofrecidos por el Estado; (f) creación de una cuenta única en el BCC donde deben depositarse todos los ingresos por divisas y CUC, cualesquiera que sea su fuente (las empresas deben pedir autorización al BCC para que éste les asigne divisas y CUC, y los bancos para realizar transacciones en esas monedas); (g) orden a las empresas estatales de obtener permiso del BCC para firmar cheques por más de 5.000 CUC; (h) prohibición a las empresas y bancos de aceptar pagos o depósitos al menos que hayan sido aprobados por el BCC; (i) re-centralización de las empresas de turismo en el Ministerio de Turismo y fuertes controles sobre el personal de turismo; y (j) aprobación semanal de los presupuestos de las empresas por el BCC. La segunda política fue la reducción del pequeño sector privado: prohibición de desempeñar trabajo por cuenta propia a los funcionarios estatales, administradores y militares; cancelación de permisos en 40 ocupaciones por cuenta propia; recorte en 28% del número de cuentapropistas (incluyendo la virtual prohibición de los taxistas privados) y cierre de casi todos los paladares agobiados por la carga de las licencias, impuestos e inspecciones. La tercera medida fue la cancelación del dólar como moneda de cambio, además se cargó un gravamen de 10% al cambio de dicha moneda al CUC, se “apreció” éste en 20%, por lo que el valor del dólar se redujo a 0.80 centavos de CUC; además, los precios en las TRD se aumentaron entre 10% y 30% en 2004.
41
CARMELO MESA-LAGO
Debido a la caída a un tercio de la producción azucarera en 20022007, la estrategia de desarrollo cambió de la promoción de exportaciones de bienes, ingresos por turismo y remesas, hacia exportaciones de servicios profesionales, como médicos, enfermeros, maestros, entrenadores de deportes y personal de seguridad. Los tres ciclos idealistas anteriores no sólo fueron incapaces de resolver los problemas económico-sociales, sino que los agravaron, provocaron crisis y condujeron a una corrección posterior de políticas. ¿Por qué entonces un cuarto intento de recentralización y recorte del sector privado? Según la retórica oficial, la nueva ola ideológica tenía como objetivos: combatir la corrupción y la indisciplina, corregir errores neoliberales y capitalistas, disminuir las desigualdades, controlar el autofinanciamiento de las empresas en divisas y detener sus filtraciones, restaurar la moral revolucionaria, y enfrentar las amenazas de los EEUU (en 2004 el presidente Bush hijo restringió el envío de remesas y paquetes de alimentos a Cuba, así como los viajes a la Isla por cubano-americanos). Pero una probable causa subyacente no mencionada fue asegurar la futura transición controlada por la dirigencia y el partido luego de la desaparición de Fidel, con lo cual el régimen se anticipó a su enfermedad y transmisión del poder a Raúl en 2006. La descentralización de las decisiones económicas en cientos de empresas, miles de administradores y cientos de miles de personas en el pequeño pero dinámico sector privado implicaba un riesgo de autonomía y resistencia a la transición. Además, la Batalla de Ideas pretendió sustituir o distraer las crecientes necesidades materiales con elementos ideológicos y de control. Las dos razones oficiales dadas por la des-dolarización fueron: la necesidad de contrarrestar las presiones de los EEUU sobre bancos extranjeros con el fin de impedir los depósitos de Cuba en dólares para hacer frente a sus obligaciones internacionales, y avanzar hacia la convertibilidad del peso. La primera es cierta pero se debió a que la Union de Banques Suisses (UBS) fue acusada en 2004 de enviar informes falsos al Banco de la Reserva Federal de Nueva York sobre el depósito del gobierno cubano de cerca de US$4.000 millones; el UBS fue multado y eventualmente cerró sus operaciones con Cuba, así como otro banco suizo, tres canadienses y uno holandés. Con respecto a la convertibilidad, las medidas tomadas no cambiaron el hecho de que el peso “convertible” no se tranza en el mercado internacional de divisas y su tasa de cambio se fija arbitrariamente por el gobierno cubano; además continúan circulando dos monedas (peso nacional CUP y peso convertible CUC) así como cinco monedas extranjeras.
42
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
Causas subyacentes de la des-dolarización fueron: la creciente escasez de divisas agudizada por el déficit en la balanza comercial de bienes; las dificultades para obtener crédito externo debidas a una deuda exterior en divisas que excedió los US$12.000 millones, a más del impago de dicha deuda y violaciones de acuerdos de reestructuración con muchos países; el fracaso del sector agropecuario que obligó a la compra de alimentos por US$1.200 millones anuales, mayormente de los EEUU; el decrecimiento del sector industrial que, unido a la grave crisis eléctrica en 2005 y el consiguiente cierre de fábricas, provocó una caída en algunas exportaciones y requirió también un aumento de importaciones; la excesiva dependencia del turismo en las importaciones de insumos clave para atender a los visitantes, que podrían ser producidos en el país, pero no lo son por causa de la inadecuada política económica, y la incapacidad para generar exportaciones con el fin de financiar las importaciones necesarias (en 2006, el valor de las exportaciones estaba 56% por debajo del nivel de 1989). El factor exógeno mas importante que contribuyó a la reversión de la reforma fue la substancial ayuda de Venezuela a Cuba bajo el gobierno de Chávez, el cual ha reemplazado a la URSS como el gran subsidiador de la economía cubana: US$4.000 millones en créditos, inversiones y ayuda económica en 2001-2007; la acumulación de la deuda cubana de US$2.500 millones por importaciones de petróleo; el pago a más de 20.000 médicos, personal de sanidad, educación y seguridad interna cubanos que trabajan en Venezuela a un costo de aproximado de US$5.000 millones en 2006, y el aumento del comercio entre los dos países a un valor de US$2.600 millones que convirtió a Venezuela en el primer socio comercial de Cuba China también aumentó su comercio con Cuba, convirtiéndose en su segundo socio comercial, y otorgó créditos y firmó acuerdos de inversión, aunque de menor envergadura que Venezuela. Por último, aunque el número de negocios extranjeros ha caído, inversionistas como Sherritt Internacional de Canadá y Meliá de España aumentaron sus inversiones en minería y turismo, respectivamente, así como otras corporaciones en la exploración de petróleo. Esta triple inyección económica le dio confianza a Fidel para descartar todos los elementos de la reforma de los 90 que eran contrarios a su ideología. Aunque el embargo norteamericano se endureció bajo el gobierno de Bush hijo, desde fines de 2001 se abrió una grieta con la autorización para exportar alimentos y medicinas a Cuba. La recentralización provocó: la reducción en la flexibilidad de las empresas estatales creando retrasos en sus operaciones y pérdidas de oportunidades; la cancelación de acuerdos negociados y el no pago a los acreedores;
43
CARMELO MESA-LAGO
demoras en la compra de importaciones necesarias y del pago legal de 1% en CUC a los trabajadores del azúcar, industria básica y transporte. El incremento del tamaño, funciones y controles estatales aumentó la burocracia y el gasto salarial, alimentando la inflación. Los gerentes de hoteles se quejaban de que la elaboración de presupuestos semanales los obligaba a estimar cuántos rollos de papel higiénico, bombillos de luz o tomates eran necesarios para la semana entrante, robando tiempo a la atención de los clientes. La des-dolarización generó en el corto plazo un flujo considerable de dólares al gobierno pero tuvo consecuencias adversas en el mediano plazo. Las restricciones en el uso del dólar, el gravamen del 10% en los cambios, la “apreciación” del CUC en 8% y el incremento de precios en las TRD hicieron más lucrativo el mercado negro de bienes y divisas, los cuales resucitaron. En el de bienes se vendían mercancías robadas al Estado por lo que el costo era más bajo y sus precios menores que los de las TRD; mientras que la reevaluación del CUC hizo más rentable las operaciones en el mercado negro y menos competitivo el turismo cubano contribuyendo a su descenso como generador de ingreso (a ello se sumaron las estrictas restricciones impuestas a los funcionarios de turismo que están en desventaja para llevar a cabo negocios con socios extranjeros). Los efectos en los 4 años del cuarto ciclo idealista fueron abrumadoramente negativos: caída dramática de la formación fija de capital de 25,6% del PIB en 1989 a 9% en 2005; aumento de la inflación de 2,9% a 5,7%; incremento record de la liquidez monetaria a 20.168 millones de CUP en 2006, 49% sobre el monto de 2003 y cinco veces el monto de 1989; expansión del déficit fiscal de 2,8% a 4,6%; salto de 70% en el déficit en el balance comercial de bienes entre 2003 y 2006, alcanzando un nuevo record histórico de US$6.600 millones; aumento de la deuda externa en 36% en el mismo período, estableciendo un nuevo record de US$15.400 millones en 2006 (más del doble que en 1989), y caída en 31% del número de negocios extranjeros. Los resultados aparentemente positivos fueron dos: un salto milagroso del crecimiento del PIB (de 5,4% en 2004 a 11,8% en 2005 y 12,5% en 2006) y una reducción adicional de la tasa de desempleo, de 2,3% a 1,9%. Las tasas de crecimiento del PIB en 2005-2006 eran entre las más altas del mundo (lo que confirmaría que la reversión de la reforma había tenido un éxito enorme), pero fueron objeto de dos manipulaciones estadísticas: (a) el cambio en 2001 del año base, de 1981 a 1997, para estimar el PIB a “precios constantes” (corrigiendo la inflación para estimar el crecimiento real) resultó en un salto promedio del PIB en 56% en cada año entre 1989 y 2000 (el período en que las dos
44
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
series a precios de 1981 y 1997 estaban disponibles); y (b) desde 2003 se agregó, al cálculo convencional del PIB, el valor de los servicios sociales gratuitos recibidos por la población, más el valor de los subsidios de precios a los artículos vendidos por el racionamiento, “inflando” aún más el PIB. Contradiciendo las cifras oficiales de crecimiento, los niveles de producción entre los 20 principales productos de la minería, la manufactura y la agricultura cubanas en 2006: 14 estaban entre 19% y 94% por debajo del nivel de 1989 (azúcar, acero, textiles, fertilizantes, cemento, zapatos, jabón, cítricos, arroz, leche, huevos, pescados y mariscos, tabaco en rama y cabezas de ganado), la electricidad estaba al mismo nivel pero inferior por cabeza debido al incremento en 7% de la población, y solo cinco estaban por encima de dicho nivel: petróleo, gas natural, níquel, tubérculos y puros. El previo análisis de la subestimación del desempleo es igualmente aplicable en este ciclo y será ampliado en el capítulo 4.
8. Las Reformas Estructurales de Raúl, 2007 en adelante (pragmático) Los efectos funestos acumulados en los ciclos idealistas, agravados por la crisis financiera-económica mundial, causaron en 2007-2009 una desaceleración del PIB, caídas en la producción minera, la mayoría de la manufacturera y buena parte de la agrícola, un aumento significativo del déficit fiscal, y nuevos récords históricos en la liquidez monetaria, el déficit de la balanza comercial y la deuda externa. Para enfrentar estos problemas Raúl en 2007 prometió reformas estructurales que han dado lugar al tercer ciclo pragmático, el más fuerte bajo la revolución. Después de que Raúl convocase a un amplio debate nacional, ocurrió una postergación, seguida de medidas de poca monta, pero a partir de 2010 ha ocurrido un aceleramiento de las reformas, las que fueron aprobadas en el VI Congreso del PCC en abril de 2011 y resultaron en una serie de disposiciones legales que aún continuaban al tiempo de concluir este libro. Raúl desmontó los programas de la Batalla de Ideas, que tenía más recursos que varios ministerios, y ha mantenido el modelo económico socialista (con predominio del plan central y la empresa estatal), pero “actualizando” el mismo teniendo en cuenta al mercado y la gestión privada. Las principales medidas implementadas confirman la robustez del actual ciclo pragmático: a) des-colectivización (transformación de algunos ministerios centrales en empresas estatales, despido del personal excedente en el sector estatal, expansión del sector privado, entrega de tierras estatales ociosas en
45
CARMELO MESA-LAGO
usufructo, mayor flexibilidad de las empresas para fijar precios, autorización de compraventa de casas y autos); b) descentralización de decisiones (autofinanciamiento de las empresas y cooperativas, autorización a que las cooperativas puedan fijar precios de venta de sus productos, y los productores agrícolas pueden vender directamente a empresas estatales y turísticas); c) mayor rol del presupuesto y de su conexión con políticas fiscales y monetarias, así como reforma de impuestos para incrementar los ingresos fiscales; d) erradicación del trabajo voluntario y de las brigadas para construir viviendas, por la ineficiencia de ambos; e) eliminación gradual del racionamiento y creciente papel de los precios de mercado en la asignación de recursos; f) expansión del trabajo por cuenta propia a 191 ocupaciones, autorización a transportistas privados –incluyendo taxis– y creación de cooperativas de servicios (otorgamiento de créditos y ventas de insumos al sector privado que puede ahora vender a entidades estatales); g) autorización a productores para vender directamente en los mercados agrícolas libres; h) crítica al igualitarismo, virtual desaparición de incentivos morales y generalizado predominio de incentivos materiales (eliminación del tope salarial a empleados estatales, legalización de pagos en divisas a empleados de empresas extranjeras, la ganancia de usufructuarios y cuentapropistas genera ingresos mayores que los de los empleados estatales); y i) recorte de gastos sociales cuya extensión es supeditada a incrementos de producción y los recursos fiscales disponibles (aumento de los años de edad y de trabajo para la jubilación, eliminación de las escuelas en el campo, los trabajadores sociales y la mayoría de las universidades municipales). Por otra parte, ha aumentado el desempleo declarado y la desigualdad en el ingreso. Estas medidas y sus efectos serán analizadas en los capítulos 4 y 5.
III. Conclusión: El Fracaso de los Ciclos Idealistas Fuerza la Reforma Estructural Por más de medio siglo las políticas de Cuba socialista han seguido un patrón recurrente de ciclos idealistas y pragmáticos, sucesivamente alejándose y acercándose al mercado. Se identificaron diez ciclos (incluyendo tres subciclos en el primero), que promediaron 5 años cada uno; si se excluye el largo ciclo pragmático de 1971 a 1985, el promedio se reduce a 4 años. Estas frecuentes oscilaciones del péndulo ideológico-económico dieron indicaciones opuestas que crearon inestabilidad e incertidumbre con un efecto adverso en el desarrollo, pues no se dio tiempo suficiente a las políticas para que se
46
Cap. 1: Resumen de la evolución económica-social: 1959-2012
consolidasen y diesen frutos. (Es ilustrativo que el ciclo más largo, el primero pragmático, que duró 15 años, ha sido hasta ahora el que ha tenido los efectos más estables y positivos.) Fidel fue el factor interno clave en la generación de dichos ciclos hasta su enfermedad en 2006 y traspaso del poder a Raúl. El sector azucarero es un botón de muestra de las políticas de zig-zag bajo Fidel: reducido en 1959-1966, aupado de manera gigantesca y usando recursos del resto de la economía en 1967-1970, limitado a sus recursos pero subsidiado por los precios soviéticos y con buena producción en 1971-1989, abandonado y declinante en parte debido a la crisis en 1990-2003, reducido a la mitad en 2004-2011 (actualmente Raúl intenta revivirlo). La reestructuración de 2004 la hizo con una visión de corto plazo, cuando el precio mundial era bajo, pero a largo plazo dicho precio ha alcanzado un record histórico, a más de que parte de la caña de azúcar podría haberse dedicado a producir combustible como en Brasil (un subproducto criticado por Fidel por derrochar un alimento esencial para mantener a los pobres). Los primeros dos ciclos idealistas claramente delineados (el FidelistaGuevarista y el Proceso de Rectificación) condujeron a una doble crisis (del modelo de organización económica y de la estrategia de desarrollo) provocando el deterioro de la situación económico-social, así como la amenaza de inestabilidad del régimen. Esta difícil situación forzó a Fidel, en ambas ocasiones, a cambiar de política e introducir reformas orientadas hacia el mercado. Los primeros dos ciclos pragmáticos mejoraron las condiciones económicas y los niveles de vida pero aumentaron la desigualdad y, en el primero de ellos, el desempleo declarado. No obstante, el exagerado igualitarismo de los ciclos idealistas fue una de las causas del declive económico, debido a la falta de incentivos. Por otra parte, la reducción del desempleo declarado fue acompañada de un aumento del subempleo o desempleo encubierto, lo cual causó una caída en la productividad laboral y el salario real; además, desde fines de los 90 hasta 2010, el desempleo declarado fue subestimado por manipulación estadística. El cuarto ciclo idealista, también tuvo efectos negativos, excepto por las manipulaciones estadísticas en el PIB y en el desempleo declarado. Fidel jugó el papel fundamental en la gestación y terminación de los ciclos, si bien factores externos contribuyeron a dichos procesos. A más de las preferencias ideológicas de Fidel, una razón que explica la tendencia a restringir, paralizar y/o revertir los ciclos pragmáticos y retornar a ciclos idealistas condenados al fracaso es el temor de perder el control político debido a los procesos de des-colectivización, descentralización de decisiones
47
CARMELO MESA-LAGO
e independencia económica desatados por movimientos hacia el mercado. La lógica política, por tanto, prevaleció sobre la lógica económica a pesar de que ello provocó un deterioro de la economía y el bienestar social. No obstante, la dirigencia no fue afectada por las consecuencias nefastas de sus acciones, ya que está protegida contra dichos efectos por las prebendas del poder; tampoco está constreñida por la rendición de cuentas, porque actualmente no hay posibilidad de que sea removida de sus cargos por medio de elecciones democráticas. Los ciclos idealistas predominaron sobre los pragmáticos, provocando una acumulación y agravación de problemas cada vez más difíciles de resolver, incluyendo una creciente burocracia y extendida corrupción en todos los niveles. En noviembre de 2005, el propio Fidel advirtió que si bien el enemigo no podía acabar con la revolución esta podría autodestruirse por sus errores. Cuando Raúl tomó el poder en 2006, la situación económicasocial era insostenible, en 2007 él anunció reformas estructurales (pragmáticas) como única vía para resolver dichos problemas. Aunque a mediados de 2012 se habían implementado numerosas y positivas medidas, aún era necesario expandir y profundizar las reformas a fin de: lograr una tasa alta y sostenida de crecimiento económico, mayor productividad laboral, disminución de la excesiva liquidez, eliminación de la dualidad monetaria, reducción del déficit en la balanza comercial (mediante un aumento de la producción interna, recorte de importaciones y alza en las exportaciones), generación de empleo productivo privado para ocupar a los desplazados trabajadores excedentes del sector estatal, alza del salario y las pensiones reales, y mejora en la calidad de los servicios sociales. La alternativa de retornar a un nuevo ciclo idealista parece hoy imposible.
48