CARTA ARQUEOLÓGICA DEL TÉRMINO MUNICIPAL DE UTRERA
EQUIPO TÉCNICO
DIRECCIÓN PEDRO PÉREZ QUESADA
ANTONIO JESÚS HORMIGO AGUILAR GILBERTO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ HELIO MÁRQUEZ ROSALES
AGOSTO 2006 JUNTA DE ANDALUCÍA. CONSEJERÍA DE CULTURA. DIRECCIÓN GENERAL DE BIENES CULTURALES Y EXCMO. AYUNTAMIENTO DE UTRERA
MEMORIA CIENTÍFICA
ÍNDICE
I. OBJETIVO Y JUSTIFICACIÓN
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II. METODOLOGÍA
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II.1. Trabajos de campo. Desarrollo de la prospección arqueológica III. CONTENIDOS DE LA PRESENTACIÓN DE DATOS
CARTA
ARQUEOLÓGICA.
MODELOS
12
DE
III.1. La escala municipal III.1.1. Plantilla de la cartografía a escala municipal III.2. La escala de los espacios arqueológicos III.2.1. Consideraciones previas. Criterios de diferenciación e integración en la delimitación de entidades arqueológicas. III.2.2. Contenidos de la base de datos y ficha de documentación de entidades arqueológicas. Reformas de DatARQUEOS. Normas de cumplimentación. III.2.3. Delimitación de ámbitos y grados de protección de las entidades arqueológicas IV. INFORME DE LOS FACTORES DE PELIGROSIDAD Y SÍNTESIS HISTÓRICA IV. 1. Fuentes de Información IV. 2. Estudio del Medio Físico del Término Municipal de Utrera
19 20 21 23
23
28
31
35 35 45
IV. 3. Historiografía Arqueológica y Análisis Toponímico
52
IV.3.1. Historiografía Arqueológica
52
IV.3.2. Análisis Toponímico
58
IV. 4. La ocupación del territorio. Síntesis histórica del poblamiento
66
IV.4.1. Paleolítico
66
IV.4.2. Epipaleolítico y Neolítico
69
IV.4.3. Neolítico Final y Calcolítico
71
IV.4.4. Edad del Bronce y Protohistoria
76
IV.4.5. Período Turdetano
83
IV.4.6. Período Romano
85
IV.4.6.1. Época Republicana
89
IV.4.6.2. Alto Imperio
91
IV.4.6.3. Período Bajoimperial – Tardoantiguo y Visigodo
96
IV.4.7. Edad Media hispano-musulmana (siglos VIII-XIII) IV.4.8. Edad Media cristiana (siglos XIII-XV) IV.4.9. Edad Moderna IV. 5. La Ordenación del Territorio en el Término Municipal de Utrera IV. 6. Los factores de peligrosidad. Estudio de Riesgo Arqueológico
99 103 107 109 116
IV.6.1. El PGOU de Utrera. Caracterización del Riesgo Arqueológico 120 derivado del Planeamiento en suelo urbano y urbanizable IV.6.1.1. Los Nuevos Espacios Urbanos
120
IV.6.1.1.1. Suelo Urbano
120
IV.6.1.1.2. Suelo Urbanizable
123
IV.6.1.1.3. Grado de ejecución del PGOU en Suelo Urbano 127 y Urbanizable
IV.6.2. Los usos del suelo no urbanizable
127
IV.6.2.1. Reclasificación del Mapa de Usos y Coberturas 128 Vegetales del Suelo IV.6.2.2 Caracterización de los principales cultivos del término municipal 131 IV.6.2.2.1. Cereales
131
IV.6.2.2.2. Arroz
133
IV.6.2.2.3. Cultivos Industriales
134
IV.6.2.2.4. Olivar
139
IV.6.2.2.5. Frutales y cítricos IV.6.2.2.6. Pastizales y matorrales con cubierta arbórea
142 143
IV.6.2.3. Principales obras proyectadas en suelo No Urbanizable. 143 Impacto previsto IV.6.3. Estimación General del Municipal de Utrera
Riesgo Arqueológico en el Término
IV.7. Los factores limitantes de la vulnerabilidad. Los Espacios Protegidos
144 151
IV.7.1. Los espacios naturales
151
IV.7.2. Las Vías Pecuarias
154
IV.7.3. Los Yacimientos Arqueológicos
158
IV.7.4. Protección de los Recursos Hidrológicos.
158
IV.7.5. Protección de los Sistemas Generales de Comunicación e 159 Infraestructuras Básicas IV.7.6. El régimen de protección del suelo no urbanizable en el PGOU V. VALORACIÓN DE RESULTADOS DE LA PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA V.1. Valoración del estudio predictivo para la localización de asentamientos V.1.1. Procedimiento para establecer un mapa de potencialidades
160
164 166 168
V.1.2. Valoración de resultados del estudio predictivo
172
VI. ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LAS ENTIDADES ARQUEOLÓGICAS
175
VII. PROPUESTAS PARA LA TUTELA DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
179
VIII. BIBLIOGRAFÍA
181
IX. ANEXOS
195
IX. 1. Listado de Entidades Arqueológicas - Sitios (Orden Numérico- Orden Alfabético) - Unidades - Hallazgos aislados
197
IX. 2. Listado de Entornos y Áreas de Influencia
219
IX. 3. Listado de Inmuebles de Interés. Propuesta de declaración como BIC.
224
IX. 4. Listado de Edificios de Interés. Propuesta de inclusión en el Catálogo del PGOU
268
IX. 5. Propuesta de bajas en la Base de Datos DatARQUEOS y en el Catálogo del PGOU
282
IX. 6. Modificaciones de códigos o delimitaciones con respecto al Informe Preliminar. IX. 7. Tipos de Actuaciones permitidas en Suelo No Urbanizable según el PGOU.
286
291
IX. 8. Tipos de Actuaciones incluidas en los anexos de la Ley de Protección Ambiental
295
IX. 9. Listado de actuaciones con posible afección sobre las entidades arqueológicas en suelo urbano o urbanizable (PGOU)
303
IX. 10. Listado de actuaciones con posible afección sobre las entidades arqueológicas en suelo no urbanizable (Proyectos específicos)
307
IX. 11. Cartografía IX. 12. Catálogo de Entidades Arqueológicas
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
I. OBJETIVO Y JUSTIFICACIÓN
Esta Memoria Científica tiene como objeto presentar a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y al Excmo. Ayuntamiento de Utrera la Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera. La Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera es fruto del interés de ambas administraciones por contar con un instrumento de conocimiento y gestión del patrimonio arqueológico de este término municipal. Su realización ha sido posible gracias tanto a su subvención por la Consejería de Cultura, como a la importante aportación añadida del Ayuntamiento de Utrera: la incorporación de nuevos requisitos en los análisis frente a la tradicional carta arqueológica y la realización de un estudio de riesgo al nivel de un Plan Especial de Protección, han justificado esta aportación. De acuerdo con sus intereses, se ha mantenido un constante contacto con los responsables técnicos de ambas administraciones para que la realización del trabajo esté en consonancia con las prescripciones técnicas y metodología acordada con ellas. Atendiendo al DECRETO 168/2003, de 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Arqueológicas (BOJA núm. 134 de 15 de julio de 2003, págs. 16.13616.145) la actividad arqueológica realizada se considera Prospección arqueológica (Tít. I, Art. 2.b.). Por otra parte, se trata de una actividad arqueológica puntual (art. 5.2) habida cuenta de los objetivos de la actuación pretendida por la Consejería de Cultura mediante la confección de la Carta Arqueológica Municipal de Utrera, así como de las características propias del trabajo. La elaboración de la Carta Arqueológica de Utrera tiene como objeto completar el conocimiento de los recursos patrimoniales de carácter arqueológico que se distribuyen por la geografía andaluza, y más concretamente en el término municipal de referencia, de manera que se puedan establecer de manera correcta los mecanismos de tutela más adecuados a este municipio. La idea central es determinar sistemas y procedimientos que permitan proteger, investigar y difundir este patrimonio. Los objetivos son, por tanto: 1. Identificar y Evaluar, en su estado actual, el patrimonio susceptible de ser investigado con metodología arqueológica. 2. Diagnosticar las actuaciones que inciden sobre su conservación. 3. Normalizar el tratamiento del Patrimonio Arqueológico dentro de los procesos de transformación territorial. 4. Proponer distintas actuaciones que permitan proteger, conservar, investigar y difundir este patrimonio.
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
La redacción de esta carta arqueológica viene precedida de unas actuaciones por parte de las administraciones interesadas que confluyen en la conveniencia de su elaboración. Por una parte, la Dirección General de Bienes Culturales (DGBBCC) de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía está completando el inventario de yacimientos de Andalucía, del que podemos encontrar justificantes legislativos en los siguientes puntos. La Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (BOE núm, 155, de 29 de junio; c.e. en BOE núm. 296, de 11 de diciembre) señala como parte integrante del Patrimonio Histórico Español a los yacimientos y zonas arqueológicas (art. 1.2). De igual manera se contemplan como parte del Patrimonio Histórico Andaluz por la Ley 1/1991, de 3 de julio, de Patrimonio Histórico de Andalucía (Boja núm. 59, de 13 de julio, art. 2.1.). Como Zona Arqueológica se define al lugar o paraje natural donde existen bienes muebles o inmuebles susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos y tanto si se encuentran en superficie, en el subsuelo o bajo las aguas territoriales españolas (art.15.5 de la Ley 16/1985). Por otra parte, los art. 60.1 y 60.2 de la Ley 1/1991, señalan respectivamente la necesidad de tener en consideración las circunstancias que concurran en relación con el Patrimonio Arqueológico Andaluz, tanto en los informes y decisiones emanados de la Comisión de Urbanismo de Andalucía o de las Comisiones Provinciales de Urbanismo1, para la tramitación de planes urbanísticos de cualquier clase, como el informe emitido por la Consejería de Cultura sobre actuaciones que afecten a Zonas de Servidumbre Arqueológica o Zonas Arqueológicas para la evaluación de impacto ambiental, incluyéndose sus observaciones o condiciones en la declaración de impacto ambiental. Además, de conformidad con lo anterior, el art. 77 del Reglamento de Protección y Fomento del Patrimonio Histórico de Andalucía (Decreto 19/1995, de 7 de febrero; BOJA núm. 43, de17 de marzo) establece que las evaluaciones de impacto ambiental incluirán dentro de su estudio de impacto un inventario de los bienes de carácter arqueológico que puedan verse afectados por la ejecución del proyecto. En consecuencia, la DGBBCC efectúa una periódica revisión de este inventario, sin embargo se encuentra en muchos casos el problema de la exacta localización y delimitación de los espacios a proteger. Este hecho queda patente, por ejemplo, en la comparación de las localizaciones que apunta este inventario de yacimientos de Andalucía y las localizaciones ofrecidas por el PGOU de Utrera, lo que en la práctica puede suponer una desprotección efectiva de este patrimonio. Por otra parte, la localización mediante puntos, sin una delimitación inequívoca del espacio y con una escala de registro superior a 1:50.000 en el caso de Utrera, resulta bastante cuestionable a efectos legales para ejercer esta protección, lo que hace necesario establecer los límites de los espacios a proteger a una escala apropiada. De hecho, según el art. 35.1 y 35.2 del Decreto 19/1995, de 7 de febrero, la identificación del ámbito de aquellas zonas arqueológicas que aspiren a su inclusión en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz se ha de hacer mediante la enumeración de las parcelas catastrales afectadas y el 1
Denominadas ahora Comisiones Provinciales de Ordenación del Territorio y Urbanismo (Decreto 77/1994, de 5 de abril, por el que se regula el ejercicio de las competencias de la Junta de Andalucía en materia de ordenación del Territorio y Urbanismo (BOJA 83, de 7 de junio).
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
señalamiento de líneas poligonales cerradas en vértices referidos a coordenadas UTM, o elementos o puntos de referencia inequívoca recogidos en la cartografía obrante en el expediente, o cualquier otro medio que permita su inequívoca identificación, pudiendo tener carácter discontinuo. En este sentido, hay que recordar, que el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz es el instrumento administrativo y científico en el que se inscriben, de forma individual, los bienes objeto de tutela, los actos jurídicos que les afectan, el régimen de protección aplicable, las actuaciones a las que son sometidos y los resultados de los estudios realizados sobre ellos (art.1 del Decreto 19/1995, de 7 de febrero). Como señala la Ley 1/1991 (art. 47), la protección de espacios de interés arqueológico podrá llevarse a cabo a través de la inscripción específica de los mismos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Zona Arqueológica con arreglo a lo previsto en el Título IV de esta misma Ley (como patrimonio inmueble) o su declaración como Zona de Servidumbre Arqueológica. Según el art. 48 de esa misma Ley estas zonas se definen como aquellos espacios claramente determinados en que se presuma fundadamente la existencia de restos arqueológicos de interés y se considere necesario adoptar medidas precautorias. En el término municipal de Utrera tan sólo se encuentra claramente delimitado el yacimiento de El Casar (Facialcázar, Salpensa), que cuenta con informe técnico para la solicitud de declaración de BIC, según consta en la base de datos facilitada por la Consejería de Cultura2. El resto de yacimientos registrados toman como fuente de datos el Catálogo de Yacimientos Arqueológicos de Andalucía (1986-1991) y se localizan como puntos (un total de 77 registros). Urge pues la delimitación definitiva de estos espacios, ya que en la práctica jurídica se encuentran bastante desamparados, lo cual ha sido posible con la realización de la prospección arqueológica cuyos resultados se recogen en el presente documento. Por otra parte, el dinamismo adquirido por el sector de la construcción en Utrera tras la aprobación del PGOU y su inminente reforma, hace necesario contar con un instrumento de tutela que garantice una protección efectiva del patrimonio arqueológico desde la misma administración local. En este sentido, hay que apuntar la importante voluntad y responsabilidad política que hemos encontrado en los diferentes responsables del Área de Cultura del Ayuntamiento de Utrera desde el inicio de los trabajos de documentación en 2002. Su visión clara de los problemas de gestión y desamparo de este patrimonio, derivados de la nueva situación creada con la aprobación del PGOU, ha sido imprescindible para sacar adelante este trabajo. La aprobación del Plan General de Ordenación Urbana de Utrera (PGOU) en el año 2002, programaba la realización de unos Planes Especiales, como desarrollo del planeamiento, que afectaban directa o indirectamente a la gestión del Patrimonio Histórico de Utrera. El primero, el Plan Especial de Protección y Catálogo del Conjunto Histórico de Utrera, se encuentra ya en Fase de Aprobación Provisional (alegaciones) y circunscribe su ámbito de actuación al espacio delimitado como Bien de Interés Cultural con la 2
En ella aparece nominado este yacimiento como Iglesia de Santa María de Mesa, lo cual, sin duda, debe obedecer a algún error en la carga de datos.
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
Categoría de Conjunto Histórico por el Decreto 100/2002 de 5 de marzo. Su redacción tiene prevista la inclusión de una normativa de protección del Patrimonio Arqueológico para las zonas enmarcadas en este espacio, por lo que en principio se garantiza una observancia de medidas oportunas para proteger el patrimonio arqueológico. Sin embargo, el resto del suelo urbano, y en especial el suelo urbano no consolidado, y el urbanizable quedan al margen de esta protección, por lo que han de establecerse los mecanismos más apropiados para la protección de aquellas zonas situadas fuera del límite del Conjunto y de posible importancia arqueológica. El hecho de ser precisamente estas zonas las que más claramente se están viendo sometidas a nuevas obras de remoción de tierras ha justificado la realización de un reconocimiento general del terreno, de manera que se puedan proponer unas medidas cautelares apropiadas para toda la ciudad. El segundo, previsto para el primer Cuatrienio del Plan, tiene fecha incierta: es el Plan Especial del Medio Rural, que deberá atender al territorio municipal como conjunto, pero en cuyos contenidos la importancia del Patrimonio Arqueológico como argumento queda excluida. La necesidad de poner en valor el patrimonio arqueológico del término municipal en este documento, así como acometer su delimitación física de acuerdo con los requisitos necesarios para su protección legal, hacen necesario el contar con un inventario de bienes arqueológicos completo y correcto. En este sentido el inventario de recursos patrimoniales y el conocimiento global de sus condiciones actuales de conservación es necesario para programar la tutela, en el sentido de obtener todas las informaciones necesarias para prever y decidir de manera anticipada qué intervenciones deben efectuarse con mayor urgencia.
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
II. METODOLOGÍA
En el planteamiento metodológico propuesto en el proyecto de redacción de la Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera, de acuerdo con las administraciones implicadas se consideraban los siguientes puntos: 1. Diseño metodológico y de bases de datos. 2. Obtención de fuentes de información bibliográficas, documentales, digitales y orales. 3. Adaptación de las coberturas territoriales de información digital a un único sistema geográfico de referencia. 4. Creación de coberturas temáticas inexistentes o de escala insuficiente para los fines perseguidos: topografía. 5. Análisis patrimonial e histórico del territorio. Estudio de la información territorial obtenida e interrelación temática para la conclusión de nuevas producciones cartográficas, entre ellas un estudio predictivo de localización de yacimientos. 6. Informe de los factores de peligrosidad y síntesis histórica. Presentación de un documento reflexivo sobre las características más sobresalientes del territorio histórico y su ordenación actual, así como la determinación de las zonas de mayor urgencia en la prospección por la concurrencia de los agentes de peligrosidad más agresivos. 7. Prospección de campo. 8. Estudio de materiales y caracterización de yacimientos. 9. Alimentación de bases de datos definitivas. 10. Estudio de riesgo. Asignación de valores y compensación entre los distintos yacimientos para determinar un rango de prioridades de actuación entre ellos y el conjunto del territorio de acuerdo con los factores de peligrosidad. 11. Síntesis histórica de resultados. 12. Memoria. De ellos se establecían los enumerados del 1 al 6 como pasos previos para la solicitud de la prospección arqueológica, siendo el punto 6 el que confirmaba la realización de los anteriores. En el proyecto de actividad arqueológica puntual se incluía, por tanto, el Informe de los factores de peligrosidad y síntesis histórica, como condición previa para la realización de la prospección arqueológica realizada. La actualización -revisión de acuerdo con los resultados obtenidos en los trabajos de campo- de este informe sobre los factores de peligrosidad y la síntesis histórica es presentada en esta Memoria Científica,
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
que además se presenta junto con todos los contenidos de los puntos 7 a 12. En cuanto al punto 8, hay que señalar que fue realizado durante la fase de prospección. En la memoria preliminar planteábamos los modelos para la presentación final de resultados, de manera que fueran acordes con los requisitos de gestión y publicación final de la Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera. No obstante, el contenido sustancial de aquel documento inicial era la delimitación inicial de todas las entidades arqueológicas reconocidas en campo. Queremos agradecer al personal del Ayuntamiento de Utrera que ha contribuido en mayor o menor medida para el buen fin de este trabajo, en especial a D. Vicente Llanos, D. Javier Mena, D. Manuel Salvatierra, D. José Antonio Málaga, Dª. Auxiliadora García, D. José María Palacios, D. Fernando Vega, D. Eduardo Holgado, D. Juan Borrego y D. Manuel Lima. Muy especialmente queremos agradecer a D. Fernando Jiménez Caballero sus anotaciones sobre los materiales líticos reconocidos en los yacimientos prehistóricos del Término Municipal, algunos de los cuales, en especial algunos del período Paleolítico y alguno Neolítico (La Granja, La Marquesa, Fuente Vinagre II y parte destruida del yacimiento de Parpagón…) han sido descubiertos y señalados por él. A D. Ezequiel Gómez, por su constante presencia en las fases de prospección. A Dª Trinidad Caballero Cruzado, alumna en prácticas de la Universidad de Sevilla, por su colaboración en los trabajos de gabinete. Y a D. Antonio Cañaveral, por sus aportaciones para el tratamiento informático de la información. En este punto queremos agradecer a todos los alumnos y colaboradores su participación desinteresada tanto en los trabajos de campo como en las labores de documentación.
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
II.1. Trabajos de campo. Desarrollo de la prospección arqueológica
La realización de la prospección arqueológica ha tenido como principal objetivo la detección de los yacimientos existentes, su delimitación y caracterización. Los trabajos de campo se han adaptado a los requisitos de estudio de un término municipal de la envergadura del de Utrera: 681 Km². En el planteamiento inicial de los trabajos no todas las áreas resultaban del mismo interés, cuantificado éste por el número y entidad de los yacimientos arqueológicos que a priori cabía encontrar. Por otra parte, no todos los espacios están sujetos a los mismos riesgos, ni por intensidad, ni por inminencia, por lo que establecimos una diferenciación de grandes zonas para la prospección del término. Tanto su orden como su metodología ha sido diferente en cada caso, pero en términos generales se ha seguido como método de prospección el modelo de Prospección Selectiva3 con Cobertura Total4 como el modelo idóneo para la detección de aquellos puntos más significativos del proceso histórico del territorio. Se ha establecido un muestreo dirigido o no-probabilístico, centrando la búsqueda según una hipótesis inicial sobre la localización potencial de yacimientos. En las zonas que con pendientes del 0% o tendentes a ésta, con escasísimas posibilidades de detectar yacimientos considerando la hipótesis de partida, se ha seguido un muestreo probabilístico mediante mecanismos de azar. La coincidencia de estas zonas de mínimas pendientes con las de mayor densidad de caminos de todo el término (Sectores Nororiental y Occidental) ha permitido establecer como guías estos caminos para realizar paradas intermitentes (aproximadamente cada 500 m 1 ó 2 Km según las zonas) para el reconocimiento del terreno, complementado con un reconocimiento visual desde el vehículo en lentos recorridos. En determinadas zonas se ha estimado necesario realizar prospecciones de gran intensidad, con separaciones menores entre prospectores y cubriendo amplias áreas continuas: si bien en principio se pensó en las terrazas fluviales definidas en el MGN E 1: 50.000 y en el Mapa Geomorfológico de Andalucía E 1:100.000 como zonas interesantes para obtener resultados, pronto se descartó la rentabilidad real de es este método en estas zonas, por su escasa eficacia y eficiencia en su relación tiempo-resultados. A pesar de todo, el hallazgo de alguna entidad arqueológica, como Majalquivir II, ha proporcionado la confirmación de la potencialidad de estas zonas para el reconocimiento del período Paleolítico en el Término. Donde ha resultado incuestionable la necesidad de realizar
3
Prospección Selectiva: se aplica cuando definen aspectos selectivos para la búsqueda (toponimia, bibliografía, patrones de asentamiento, características físicas del territorio, prospecciones realizadas...). 4 Cobertura Total: Se prospectará la totalidad del término municipal.
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
prospecciones intensivas ha sido en las zonas de máxima prioridad, situadas en torno a los núcleos urbanos. Los trabajos han estado guiados también por la hipótesis previa que definíamos en el proyecto de intervención referida a los lugares óptimos para el establecimiento humano. Una valoración de este modelo predictivo se encuentra explicada en el apartado V.1. Durante los trabajos de campo hemos seguido la jerarquía de zonas dispuesta en el proyecto de intervención, si bien hemos alterado el orden de algunas por razones de eficacia operativa; hemos distinguido finalmente las siguientes (véase en anexo cartográfico el Plano 5. Fases de la Prospección Arqueológica del Término Municipal de Utrera): -
Zonas de Máxima prioridad (Sector 1). Las zonas de influencia del PGOU determinaban desde el primer momento unas zonas de riesgo inminente cuyo conocimiento no se podía soslayar ni demorar: suelos urbanos no consolidados y suelos urbanizables. En estas zonas ha sido necesario realizar prospecciones intensivas. El control de las grandes obras de infraestructuras por parte de la Consejería de Cultura a través de los estudios de impacto ambiental minimizaba el riesgo de pérdida de información en ellas; no obstante, para minimizar aún más ese riesgo, durante el desarrollo de los trabajos se han comunicado a las administraciones competentes (Ayuntamiento y Consejería de Cultura) las delimitaciones de las zonas potencialmente arqueológicas en los nuevos espacios urbanos, para evitar movimientos de tierra sin las preceptivas actuaciones arqueológicas.
-
Sector Este -prospecciones anteriores- (Sectores 2 y 3). La inmensa mayoría de los yacimientos conocidos con anterioridad a la Carta Arqueológica se encuentran en la zona Este del término municipal. Este territorio fue objeto de dos prospecciones diferentes como parte de las Cartas Arqueológicas de las provincias de Cádiz y Sevilla que inició el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla en los años 1980: La Carta arqueológica de la campiña sevillana (Zona Sureste I) de Ruiz Delgado (1985) y la de Montellano de Oria et alii (Oria et alii 1991, Velasco et alii 1990a y 1990b), con diferente calado pero con la aportación de un buen número de yacimientos arqueológicos catalogados en cada caso, suponen hoy, en lo que al término de Utrera corresponde, la base de la información incluida en el Inventario de Yacimientos Arqueológicos de Andalucía (base de datos ARQUEOS de la Junta de Andalucía). Los estudios señalados abarcaron una amplia franja del terreno municipal de las hojas 1020 y 1035 del Mapa Topográfico Nacional a escala 1:50.000. Su estudio ha servido para el conocimiento de pautas de localización. Se han revisado y delimitado los sitios ya conocidos por fuentes bibliográficas: había
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
localizados 78 sitios de 80 registrados; sólo uno se hallaba delimitado, El Casar, frente a 77 localizados puntualmente. Normalmente estas localizaciones previas son incorrectas, mostrándose las coordenadas de Oria et alii (1991) más exactas que las de Ruiz Delgado (1985), algo que podemos atribuir a la conversión de coordenadas Lambert a UTM que requerían las ofrecidas por este último. Algunos de esos yacimientos no han podido encontrarse y/o delimitarse, ya sea por haber desaparecido (Cruz del Gato I, II, y III ó Túmulo de la Motilla y quizás Herrera II), ya sea por la imprecisión cartográfica, ya sea por la descripción poco clara de su ubicación (Herrera II, Torre del Bollo II, IV, Las Peñuelas), ya por no haber podido acceder (Ruchena, El Alcázar). El margen de error de estas ubicaciones va desde los sitios cuyas coordenadas iniciales caen dentro de los límites definidos finalmente, por lo que se consideran localizaciones previas correctas, hasta aquellos como Guardainfantilla II o Valcargado III, distanciados más de 1 km del lugar descrito en bibliografía. Además, en algunos casos la cercanía de sitios arqueológicos a las ubicaciones previas, pero no coincidentes con las descripciones, ha complicado el reconocimiento del sitio original, como en Las Lapas o también en Guardainfantilla II. Otra de las situaciones ha sido la localización previa de varios registros en un único punto, pero descritas en bibliografía como sitios diferentes, o al menos como unidades arqueológicas diferentes; es el caso de El Alhorín, donde ha sido posible establecer unos límites de las distintas zonas gracias a la ayuda de los propietarios y arrendatarios de las parcelas. Uno de los registros, El Pescozal II, se encontraba repetido en la base de datos debido a una equívoca descripción en bibliografía, pero ha podido ubicarse. En otros casos, como en El Bollo II y IV las descripciones no eran lo suficientemente clarificadoras como para establecer unos límites para unas entidades arqueológicas indiferenciadas en el terreno: las hemos agrupado en El Bollo III, anotándose II y IV como unidades arqueológicas. La delimitación de asentamientos nos ha servido para reconocer las condiciones más favorables para la localización en el resto de áreas. Por ello, para confirmar la distribución y poder analizar patrones de poblamiento con mayores garantías, al reconocimiento de las entidades inventariadas previamente se ha sumado el de otras nuevas: los resultados han sido un enorme incremento en el número de entidades arqueológicas, que casi triplica el número de las conocidas con anterioridad en estas zonas. Para la detección de nuevos yacimientos en estas zonas previamente prospectadas se ha utilizado el modelo de Prospección Selectiva como el más idóneo. -
Conjunto del término municipal. Atendiendo al modelo de ocupación del territorio en los territorios previamente prospectados, que nos ha indicado las características de los mejores lugares para el asentamiento humano, se ha procedido al reconocimiento del resto del término municipal. La ordenación de la prospección en las restantes zonas del término atiende a una mayor proximidad a los focos de riesgo y a la previsión de localización de mayor
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
número de yacimientos de acuerdo con las hipótesis previas. Las modificaciones en cuanto al orden proyectado inicialmente han venido impuestas por eficacia operativa, habiendo sido forzadas por el régimen de cultivos, que ha hecho recomendable que las zonas con predominio de cultivos extensivos de cereal y girasol (sector centro) se estudien con anterioridad a las de olivar (sector nororiental) para disponer de mejores condiciones de visibilidad y acceso a las tierras, y que las zonas con cultivos de arroz (sector oeste) se adelanten a las de predominio de dehesas y secano (sector 8), ya que mientras en unas se preparaba la inundación de las tablas, en otras comenzaba la siega. Podemos hacer las siguientes consideraciones metodológicas sobre cada uno de los sectores planteados, cuyo orden de estudio ha sido el que sigue. - Sector Centro (Sector 4). Es una de las zonas, junto con las zonas anteriormente prospectadas (sector este), donde los resultados del modelo predictivo han ofrecido sus mejores resultados, ya que aquí las pendientes son más señaladas y las condiciones geográficas son muy similares. El modelo de prospección ha sido la prospección selectiva. La implementación de las consideraciones teóricas en este sector han sido las ya formuladas arriba. La gran densidad de entidades arqueológicas reconocidas en esta zona ha venido apoyada, además de por el modelo teórico, por el conocimiento de abundantes entidades arqueológicas por parte de vecinos de El Palmar de Troya aficionados a lo antiguo5. La existencia de terrenos alomados, con otros terrenos llanos entre ellos y dominando visualmente amplias zonas, constituyen el patrón de emplazamiento más frecuente, especialmente si además se encuentran cerca fuentes de agua y vías de paso. Los lugares más importantes actúan como catalizadores de otros de menor importancia, mostrando claros indicios de unos patrones de distribución tendentes al lugar central y los modelos de gravedad. En líneas generales forman parte del mismo modelo de ocupación en terrenos de lomas que el sector 2 (Este), si bien en este sector 4 las zonas de lomas encuentran su enlace con las llanuras aluviales al oeste. - Sector nororiental (Sector 5). La prospección en estas zonas llanas pero con algunas pendientes significativas se ha realizado de acuerdo con el modelo predictivo (prospección selectiva) complementado con un muestreo probabilístico (muestreo mixto); este muestreo se ha realizado mediante paradas intermitentes desde la densa red de caminos y con reconocimientos 5
Queremos agradecer desde aquí a los Sres. Vicente y Sergio su inestimable ayuda en el reconocimiento de esos lugares. En el Sector Centro-Oeste y Nororiental hemos contado con la ayuda del Sr. Vicente, de Utrera. Otros muchos ciudadanos anónimos han aportado sus conocimientos del campo, siendo sus apreciaciones fundamentales para la localización de muchas entidades arqueológicas.
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visuales desde el vehículo en las zonas de olivar donde ha sido posible entrar con él. Se pueden diferenciar dos zonas en este sector: 1. Área Nororiental Norte La meseta de terrenos alberizos que encontramos al norte de Utrera supone un importante vacío de entidades arqueológicas para cuya explicación podemos encontrar varios motivos, ninguno de ellos concluyente: coincidencia con la densa red de parcelaciones ilegales que han ocultado o hecho desaparecer cualquier indicio bajo sus cimientos o vallados; el azar de no haberlos encontrado pese a nuestro empeño; o, el que encontramos más factible, que no es otro que una corroboración del modelo de ocupación humana que venimos observando y que a continuación explicamos. Las escasas diferenciaciones del relieve, en terrenos con freático profundo (superior a los 7 m de media) y con un mejor potencial para la explotación forestal que agrícola, hace que salvo que alguna red viaria histórica lo haya atravesado, en estos terrenos la ocupación humana haya sido mucho menos ventajosa que en otros lugares, por lo que la inexistencia de entidades arqueológicas es muy probable. Como hipótesis podemos pensar en una gran masa forestal en estos terrenos al menos hasta Edad Moderna, momento que inicia su expansión el olivar; como posible hechos relacionados podemos señalar que la riqueza forestal de Utrera durante la Edad Moderna está reflejada en su mismo escudo y en su toponimia. 2. Área Nororiental Sur y Oeste La presencia de entidades arqueológicas en los límites de la zona amesetada, tanto en el encuentro con las zonas de lomas al sur como de llanuras al oeste, parece encontrar justificación en el mejor acceso a los recursos hídricos como a tierras agrícolas mejores. Hay que señalar una cierta diferenciación de los terrenos situados al oeste, ya que las ondulaciones del terreno apenas son perceptibles y la transición entre la zona amesetada y la llanura es menos contrastada que el cambio que se observa al sur de Utrera. Las fuentes de agua parecen haber jugado un importante papel en estas zonas, mayor que en las zonas situadas al sur, donde no se observan carencias importantes. Este área, y fundamentalmente en su zona sur, muestra las mismas pautas que hemos observado en los sectores 2 Este y Centro, manifestándose como el límite norte de una misma unidad geográfica. - Sector Centro Oeste (Sector 6).
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Este sector se ha estudiado conforme al mismo modelo de muestreo mixto que hemos establecido en el sector nororiental. La delimitación de la línea de costa antigua hacia el oeste ha sido muy importante en la relación selectiva (véase el Plano 40. Límites de las marismas Vs Límites de la Costa en la Antigüedad). Las entidades arqueológicas localizadas en esta llanura aluvial, que se confunde con los terrenos de marismas, se encuentran más distanciadas entre sí y muestran unas dimensiones medias mayores que en las restantes zonas. La prospección ha atendido fundamentalmente a las leves diferenciaciones topográficas para centrar las búsquedas, así como a paradas del vehículo equidistantes unos 500 m, de tal manera que la densa red reticulada de caminos asociados a las parcelas de riego han establecido un auténtico muestreo probabilístico. En estos terrenos las nivelaciones agrícolas han minimizado en gran medida las diferenciaciones topográficas, mostrándose todo este sector como una planicie continua en la que apenas se perciben sutilmente los cambios de cotas. Especialmente trascendentes, por lo que se refiere a este sector y al conjunto del estudio, resultan los sondeos geológicos realizados Schulz et alii en 1992 para la delimitación de la línea costera holocena en el curso bajo del Guadalquivir, entre Sevilla y su desembocadura en el Atlántico (Schulz et alii, 1995). La realización de un buen número de perforaciones en la margen izquierda del río, utilizadas para la caracterización de perfiles sedimentológicos del reborde paleogeográfico, sirven hoy para establecer un límite de las zonas ocupadas históricamente y las dominadas por el antiguo mar, así como para definir el carácter del poblamiento al oeste del término municipal. Esto fue hecho inicialmente por Arteaga y Roos (AAA’92, 1995), como complemento de la investigación arqueológica a los señalados estudios geológicos. Aunque la definición y el carácter de las prospecciones realizadas para delimitar la ocupación humana prehistórica y romana en las márgenes del antiguo Lagus Ligustinus no han quedado suficientemente explicadas, estos límites son interesantes si se comparan con el Mapa Topográfico Nacional E 1: 50.000 del año 1918. Con este objeto hemos georreferenciado los límites aportados por los citados autores junto con los límites de la marisma que se observan en la Hoja 1019 del MTN de 19186. El resultado nos ha servido para reconocer que efectivamente algunas zonas son estériles arqueológicamente -véase el sector 7-. Como apoyo a estos límites del mar, hacia el este se pueden observar los sitios arqueológicos localizados en este contexto (véase plano 40). Resultan convincentes los límites establecidos en algunos tramos de la hipótesis de Schulz, especialmente en los términos municipales limítrofes de Los Palacios y Villafranca y Las Cabezas de San Juan, pero se manifiesta necesaria una revisión del tramo saliente -cuasi peninsular- que plantea su hipótesis a la altura del término de Utrera.
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Esta primera aproximación se ha realizado mediante una sencilla transformación afín; los errores derivados no creemos que alcancen el km en ninguno de los dos casos, por lo que nos resulta plenamente válida para la comparación de una realidad, la marisma a principios del siglo XX, y su hipotética morfogénesis en el Holoceno.
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- Sector Oeste (Sector 7). Estas zonas coinciden con las ocupadas por el antiguo mar interior que en teoría no han sido ocupadas hasta épocas recientes. Partiendo pues de una previsible nula representación de yacimientos, y sumado a la amplitud de las llanuras, el muestreo probabilístico se planteaba necesario en el proyecto de intervención, si bien complementado con el estudio de topónimos (véase el convento, junto al Brazo del Este). Siguiendo la misma técnica de prospección que en el sector 6, mediante paradas intermitentes, pero a distancias mayores de 3-4 km, se han recorrido todos los caminos que circundan las parcelas de riego. La ausencia de diferenciaciones topográficas, mantenida por las recurrentes nivelaciones agrícolas, ha imposibilitado la implementación de otros criterios que los puramente probabilísticos, salvo algún topónimo como el que hemos apuntado, pero como cabía esperar no hemos localizado ninguna entidad arqueológica. El citado topónimo se relaciona con una edificación contemporánea semiarruinada en la que se encuentra un vértice geodésico; el topónimo debe atribuirse a que en estos territorios las propiedades de órdenes religiosas fueron numerosas y ésta debió ser una de ellas. - Sector Sur (Sector 8). Por lo que se refiere a la metodología de prospección, en este sector se ha planteado el mismo modelo de prospección selectiva que en las zonas de mayores pendientes, que se reconocen en el sector 3. En ambos se observan las mayores alturas del territorio y las dehesas más abundantes; al tratarse de cotos de caza, en combinación con ganaderías y terrenos agrícolas, la accesibilidad a los mismos es menos directa que en otras zonas, siendo frecuentes los vallados de grandes fincas. La multiplicación de lugares potencialmente aptos para el establecimiento humano minimiza el valor de la topografía en la selección de los que pudieran contener entidades arqueológicas. El recorrido por el territorio, la consulta a personas del lugar, la toponimia y la propia intuición que aporta la experiencia (suma de los criterios de selección ya señalados: orografía, hidrografía, distancias entres sitios...) han sido aquí los criterios más convenientes para la localización. En cualquier caso, se observa una escasa densidad de entidades arqueológicas, menor si cabe que en el sector 3.
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III. CONTENIDOS DE LA CARTA ARQUEOLÓGICA. MODELOS DE PRESENTACIÓN DE DATOS
La Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera se ha realizado a una doble escala de trabajo, que ha repercutido a su vez en un doble formato de registro, análisis y presentación de la información. Por una parte, presenta información y análisis conclusivos a escala municipal cuyos elementos temáticos más sobresalientes tienen una representación cartográfica acorde con dicha escala (E 1: 150.000). Se trata de la actualización del informe de los factores de peligrosidad y síntesis histórica presentado en el proyecto de actividad arqueológica y que aquí presentamos actualizado con los resultados de nuestros trabajos de campo y gabinete. En este volumen y en el Anexo Cartográfico se encuentran todos contenidos del estudio a esta escala. Por otra parte, a escala de detalle, se ha diseñado una ficha de registro que constata, a modo de catálogo, todas las particularidades que afectan a cada sitio arqueológico. Esta ficha incluye, además de información textual, una representación cartográfica de su ubicación y un reportaje fotográfico. Se trata de una adaptación de la ficha de presentación de la base de datos DatARQUEOS del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, en la que integramos los apartados ausentes en ella pero que se encuentran en las prescripciones técnicas de la Consejería de Cultura. En el volumen de catálogo se encuentran todos los contenidos del estudio a esta escala, encontrándose las delimitaciones de las entidades arqueológicas a escala 1: 10.000, complementados en el Anexo Cartográfico con los planos de detalle a escala 1: 20.000.
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III.1. La escala municipal
A esta escala de análisis se establece un diagnóstico y valoración adecuada del contexto territorial en el que se distribuyen los distintos elementos patrimoniales, posibilitando el establecimiento de unas estrategias de actuación genéricas mediante relaciones temáticas. Para ello se registra cartográficamente una serie lo más completa posible de caracteres referidos al medio físico, a la ordenación del territorio y sobre la interpretación histórica del mismo, de las que se derivan implicaciones diversas para la correcta gestión y toma de decisiones patrimoniales. Los aspectos que se desarrollan a esta escala incluyen: -
Un estudio histórico de término municipal. Un estudio de la normativa de aplicación en el territorio con incidencia en el patrimonio Arqueológico. Una caracterización del riesgo en función de los distintos factores de peligrosidad que se manifiestan en el territorio (variables según los tipos, usos y ordenaciones del suelo, p.e.) Una estimación del riesgo arqueológico conclusivo para el conjunto de este territorio. Un estudio de las condiciones que posibilitan o impiden el acceso a la información arqueológica -estudio de accesibilidad- en el conjunto del término.
Estos aspectos constituyen la base del Informe de los factores de peligrosidad y síntesis histórica que se presenta ya completo, una vez incluidas nuevas aportaciones a partir del análisis de la información de campo. Los conceptos necesarios para los estudios de riesgo parten de unas acepciones básicas: Se entiende por riesgo la posibilidad de que un acontecimiento no deseado provoque daños a alguna cosa a la que se atribuye un valor. El riesgo se deriva así de la consideración de tres elementos: a) Valor de las cosas que constituyen el Patrimonio Arqueológico. Desde esta perspectiva, la delimitación espacial de las entidades arqueológicas conferirá a estos espacios delimitados mayor valor, en el sentido que estudiamos, frente al resto del territorio. Asimismo, deberá considerarse una gradación de valor entre las distintas entidades arqueológicas, diferenciando cautelas y grados de protección acordes con cada categoría.
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b) Factores de peligrosidad o riesgo: presencia o probabilidad de acontecimientos dañinos. Se trata de una seriación de los daños que pueden afectar al bien según distintas variables, cuya probabilidad de concretarse estará en función de su distribución en el término municipal y de la coincidencia de bienes patrimoniales en cada categoría. c) Factores limitantes de la vulnerabilidad, esto es, comportamiento de cada lugar frente a los daños: la vulnerabilidad tiene sentido en tanto que determinados factores pueden limitar la incidencia de los factores de peligrosidad sobre los bienes (capacidad de resistencia frente a determinadas acciones de agresión). El estado de conservación en cada caso nos da una medida de la afección consolidada sobre el Patrimonio Arqueológico, que afecta a la función del riesgo sólo en la medida en que el estado de conservación del sitio influya en el incremento de la vulnerabilidad y en el valor del bien. La determinación del riesgo a partir de estos tres elementos se realiza mediante una función aditiva según la cual el riesgo será mayor cuanto mayor sea el valor del bien, cuanto mayor sea su vulnerabilidad y cuanto mayor sea la probabilidad de acontecimientos dañinos. El objetivo del trabajo en este sentido se haya en posibilitar la puesta en valor de los sitios, mediante su hallazgo, delimitación y caracterización, en la exposición de los factores de peligrosidad y en el apunte de medidas que limiten la vulnerabilidad frente a los mismos. Otro concepto que se suele barajar en este tipo de estudios es el de la accesibilidad: capacidad de recoger y analizar la información histórica conservada a partir de una intervención arqueológica y sobre la base de elementos ajenos a la propia metodología arqueológica.
III.1.1. Plantilla de la cartografía a escala municipal
La presentación de los resultados de nuestros análisis a esta escala se realizarán aprox. a escala 1: 150.000 en tamaño A3 y se ajustarán a la siguiente plantilla. En ella todos los caracteres que se utilizan pertenecen al tipo True Type (Arial -Textos de leyendas-, Arial Black -textos de tíulos- y Eras Medium ITC- textos de contenidos cartográficos-). La plantilla consta de los siguientes datos: denominación del trabajo; nombre del plano; referencia a los planos base (organismo, coordenadas cartográficas, fecha cartografía); leyenda de símbolos utilizados; planos de contexto geográfico; fecha de elaboración; identificación de personas que la elaboran; escala; número de hoja o plano. La presentación sin encuadernación fija, en fundas de plástico flexible, se hará si así lo estima la Consejería de Cultura; entretanto se presentan con encuadernación fija.
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Fig. 1. Plantilla de cartografía a escala municipal.
Similar a esta plantilla es la que presentamos en el anexo cartográfico con escala de detalle 1: 20.000, con la salvedad de que la leyenda de símbolos se presenta en la parte baja del plano junto al texto de fuentes cartográficas y que la cuadrícula cartográfica no se incluye por cuestiones de espacio y beneficio del detalle (además, cada plano se refiere a una hoja claramente delimitada del MTA E 1: 10.000).
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III.2. La escala de los espacios arqueológicos
Los resultados obtenidos a partir de los análisis del territorio han posibilitado la detección de una serie de características sobre cada una de las entidades arqueológicas delimitadas que se han reflejado en las correspondientes fichas del catálogo de entidades arqueológicas. Estas fichas de datos constan de documentación textual, cartográfica y gráfica y están basadas en la base de datos DatARQUEOS, modificada al efecto, como fue acordado con la Delegación Provincial de Cultura al inicio de los trabajos. De acuerdo con ello se siguen las normas de cumplimentación de DatARQUEOS que reproducimos a continuación, con los comentarios necesarios referidos a las modificaciones que hemos realizado. Previamente abordamos las consideraciones previas de las que constan las normas de cumplimentación de DatARQUEOS, de importante trascendencia en cuanto a la conceptualización de las distintas entidades arqueológicas: como aspecto de interés ofrecemos una definición de los entornos y áreas de influencia, que además listamos y reflejamos en Cartografía (Anexo IX.2 y plano 6).
III.2.1. Consideraciones previas. Criterios de diferenciación e integración en la delimitación de entidades arqueológicas.
Como criterios de partida se han tenido en cuenta las normas de cumplimentación de la Base de Datos del Patrimonio Arqueológico de Andalucía (DatARQUEOS), con algunas apreciaciones complementarias propuestas para su adaptación a los resultados concretos obtenidos en Utrera. Siguiendo las consideraciones previas de DatARQUEOS, como norma general se identifica como objeto de registro en la base de datos, con su correspondiente expresión cartográfica (puntual o poligonal, según el caso), a aquel ámbito territorial donde se localizan restos materiales de actividades humanas, con incidencia directa en la correcta interpretación de las mismas, para cuyo análisis sea fundamental el empleo de metodología arqueológica. Dentro de esta definición tienen cabida entidades diversas que se clasifican en cuatro categorías fundamentales: 1. Hallazgo Aislado. Lugar en el que se han localizado bienes muebles o elementos arquitectónicos dispersos no asociados a sitios arqueológicos concretos.
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En el caso del Término Municipal de Utrera apenas hemos encontrado algunos elementos materiales que no se han podido explicar por la presencia de un sitio arqueológico cercano; cuando se han podido relacionar sin temor a error no se ha registrado el hallazgo aislado, ya que ha sido considerado un resto en posición secundaria, sin mayor interés que la información que aporte para la interpretación del sitio correspondiente. En los casos en los que la relación no ha sido posible, se le otorga una delimitación para contextualizarlo, aunque por norma se encuentren en posición secundaria (se encuentran en majanos, vaguadas…), y se registra como entidad arqueológica en la base de datos. 2. Unidad Arqueológica. Pueden ser objeto de registro en la base de datos aquellas entidades arqueológicas que cumplan al menos uno de los siguientes criterios: •
Criterio Legal: Se dan como alta siempre como unidad arqueológica aquellas entidades arqueológicas que, aún formando parte de una entidad arqueológica más amplia, estén protegidas (Declaradas/Incoadas como BIC o inscritas/Incoadas en el CGPHA). En Utrera el caso más corriente es el de las torres y castillos pertenecientes a la banda morisca (Recinto amurallado de Utrera con la Puerta de la Villa, Castillo de Utrera, Torre del Águila, del Bollo, de Lopera, Alocaz, de la Ventosilla, de Troya y de la Alcantarilla), que siempre están asociadas a una entidad arqueológica de mayor extensión espacial. Como es sabido, estas torres se hallan declaradas BIC con carácter genérico por el Decreto sobre Protección de la Arquitectura Militar en España (Decreto de 22 de abril de 1949 del Ministerio de Educación Nacional; BOE 125, p. 2058, con fecha 05/05/1949), pero no fueron formalmente registradas hasta el 22-06-1993. Se propone en este trabajo la inscripción como BIC de las que no se hallan declaradas formalmente: Torre de la Marisma y Torre de las Salinas de Valcargado. Un caso particular es el de la Fortaleza de la Alcantarilla, que acogiéndose al Decreto de 1949, ampliaba en 1993 la declaración de monumento que ya tenía el puente homónimo (03-06-1931): torre y puente se anotan en este documento como unidades arqueológicas pertenecientes a una entidad arqueológica más amplia: la Alcantarilla.
•
Criterio Urbanístico: Pueden darse de alta como unidad arqueológica aquellas entidades arqueológicas que, conocidas como resultado de la ejecución de intervenciones en parcelas urbanas o edificios históricos u otro medio, estén incluidas en el ámbito del asentamiento histórico de la ciudad correspondiente. No registramos con esta figura ningún supuesto, ya que las escasas actividades arqueológicas realizadas en el núcleo de Utrera han sido observaciones parciales y constatación de evidencias para la redacción del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico.
•
Criterio Funcional: Según las normas del DatARQUEOS se darán de alta según el criterio del catalogador, como unidad arqueológica aquellas entidades arqueológicas que, aun formando parte de una entidad arqueológica más amplia, presenten unas características "macrofuncionales" claramente diferenciadas del resto de las entidades del sitio arqueológico del que forma parte.
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Con la escala del término municipal de Utrera, en nuestro trabajo no ha sido posible establecer diferenciaciones claras entre los ámbitos de un mismo sitio arqueológico, salvo en algunos casos excepcionales, como: - Pardales III, donde se han diferenciado dos unidades arqueológicas: dos zonas con cronologías diferenciadas. - La Vega, que integra en su espacio delimitado el Puente de los Acarreadores. - El Alhorín VI, que integra entidades arqueológicas inventariadas previamente pero que en conjunto deben considerarse como un único sitio arqueológico, por lo que aquellas deben contemplarse como unidades arqueológicas dentro de éste; se trata de El Alhorín I, II y III. Cercanos, pero algo distanciados se encuentran El Alhorín IV y V, que quedan relacionados con Alhorín VI mediante un área de influencia (A 22). - El Bollo III. Al igual que El Alhorín VI, El Bollo III integra entidades arqueológicas inventariadas previamente (El Bollo II-El Bollo IV), pero que en conjunto deben considerarse como parte de un único sitio arqueológico, por lo que aquellas deben contemplarse como unidades arqueológicas dentro de éste. No obstante, resulta imposible determinar los límites de estas unidades arqueológicas, a tenor de los hallazgos y siguiendo los comentarios bibliográficos sobre ellas, que en realidad no consideran a El Bollo III como el sitio arqueológico principal. - San Francisco, que siendo un sitio arqueológico de cierta extensión y con diversa cronología, incluye una unidad arqueológica claramente individualizada: el Antiguo Convento de San Francisco, actual cementerio municipal. - Salinas de Valcargado, que incluye como elementos arqueológicos singulares una torre medieval y unos pozos de sal que se cartografían como unidades arqueológicas. En la inmensa mayoría de los casos tan sólo algunos elementos individualizados podrían haber sido considerados unidades funcionales independientes, pero sin la claridad suficiente que observamos en los citados ejemplos, por lo que se han integrado y comentado como parte de los constituyentes del sitio en la ficha de documentación. 3. Sitio Arqueológico. Ámbito territorial caracterizado por la continuidad física de restos materiales de actividades humanas, o con incidencia directa en la correcta interpretación de las mismas, para cuyo análisis sea fundamental el empleo de metodología arqueológica. En nuestro trabajo la delimitación de los sitios arqueológicos se ha realizado bajo la consideración consensuada de los siguientes criterios:
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•
Criterio Cronológico: se refiere a la uniformidad cronológica de las zonas de concentración. Un sitio puede contar con varias concentraciones de materiales, unas con mayor densidad que otras, con una relación sincrónica aparente que hacen recomendable la inclusión de todas ellas en una única unidad de gestión o sitio delimitado. Por otra parte, concentraciones de materiales diferentes cronológicamente, pueden aconsejar la diferenciación de espacios de distribución como sitios distintos, aún cuando se encuentren relativamente cercanos y viceversa.
•
Criterio Distancia: Se refiere a la existente entre espacios con concentración de materiales. Cuando las concentraciones de materiales se encuentran claramente distanciadas más de 100 m se consideran sitios diferentes; hay que señalar que en nuestras delimitaciones se añade un margen de respeto con respecto a los límites de la distribución de materiales estrictamente reconocidos, por lo que en realidad esta distancia se puede considerar mayor de lo que la delimitación expresa en el plano. Por contra, la existencia de varias concentraciones de materiales cercanas, pueden hacer recomendable su inclusión como un único sitio, a menos que una de las concentraciones esté manifiestamente ubicada en posición secundaria, a modo de majano (véase el hallazgo aislado denominado Panojales IV, cercano a La Dehesilla).
•
Criterio Topográfico. La existencia de elementos claramente diferenciadores en cuanto a la orografía del emplazamiento o su contexto geográfico, unida a una distinción cronológica evidente entre concentraciones cercanas, pueden aconsejar la anotación de los espacios reconocidos como sitios distintos, aún cuando se encuentren sumamente cercanos, separados en ocasiones tan solo por un viario.
•
Criterio Arquitectónico: en casos excepcionales se han registrado como sitios arqueológicos algunas construcciones o edificios que, o bien requieren un análisis arqueológico de sus paramentos (véase la Hacienda de Vallehermoso), o bien se encuentran parcialmente soterrados de origen: es el caso concreto del Complejo Hidráulico Arca del Agua - Fuente de los Ochos Caños, que contiene las arcas y las conducciones de agua soterradas; la singularidad de esta entidad arqueológica viene dada además por que discurre o tiene partes integrantes de la misma en otros sitios arqueológicos sin ser unidad de ellas.
•
Criterio de Gestión: Diferenciación entre contexto urbano y rural; Entornos y áreas de influencia. Entorno. El entorno se define por ser una delimitación cautelar que amplía la zona acotada de un sitio arqueológico, pudiendo contener de hecho parte del yacimiento arqueológico fuera de los límites de la entidad arqueológica -aunque se presente con menor densidad de materiales en superficie-, e incluso abarcar la delimitación de otros sitios arqueológicos. El entorno lo aplicamos tanto en ciudad como en ámbito rural, si bien es muy excepcional en nuestro trabajo ya que la delimitación de cada sitio arqueológico se amplia en parte con respecto a las distribuciones observadas de materiales, para evitar que queden zonas arqueológicas sin protección.
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Área de Influencia. El área de influencia es también una delimitación ampliada de sitios arqueológicos, que integra las zonas intermedias entre sitios arqueológicos muy cercanos a los que se considera conveniente individualizar de acuerdo con los anteriores criterios. Puede no contener materiales arqueológicos en superficie y es muy probable que tampoco los contenga bajo rasante. El área de influencia no conlleva las implicaciones normativas de la anterior figura, pero posibilita definir cautelas coherentes de gestión en esos espacios intermedios entre sitios; de hecho su delimitación obedece estrictamente a criterios de gestión patrimonial. La distancia de 100 m entre sitios es el principal motivo de integración de sitios mediante áreas de influencia, pudiendo quedar limitadas estas áreas por distinciones topográficas evidentes. El área de influencia sólo la aplicamos en ámbito rural. Se entiende que los yacimientos en ciudad se hayan sometidos a una mayor probabilidad de afección y unos condicionantes especiales que obligan a establecer unas delimitaciones más afinadas entre las distintas concentraciones. Por ello no hemos incluido áreas de influencia en las zonas urbanas. En estos casos se delimitan "entornos" de sitios, que en ámbito rural se han considerado excepcionales: en ámbito rural sólo se ha aplicado a las zonas en las que ya existe una delimitación previa y se considera necesaria su ampliación, encontrando en la figura legal de "entorno" el medio más adecuado para su actualización (véase el caso de El Casar). También se aplica en aquellos otros sitios que se consideran dignos de ser declarados BIC y requieren de una delimitación de "entorno" por su complejidad (La Torre del Águila y el mismo El Casar). Las entidades arqueológicas incluidas en la Memoria Preliminar se mantienen, a excepción de algunas entidades que se han añadido, modificado o eliminado en función de una revisión de los datos registrados. Todas estas modificaciones se señalan en el Anexo IX.6; señalamos también los sitios propuestos para dar de baja del inventario actualmente vigente (Anexo IX.5), así como aquellos bienes inmuebles que pensamos que debieran ser catalogados como BIC (Anexo IX. 3), o ser incluidos en el Catálogo del PGOU (Anexo IX.4). Cada uno de los sitios tiene en su correspondiente ficha una justificación individualizada de los criterios aplicados para su delimitación, reflejándose en determinados casos la existencia de distintas concentraciones de materiales arqueológicos. Por otra parte, se señalan en el Anexo IX.2 los Entornos y Áreas de Influencia, incluyendo una justificación específica de cada uno. Su representación espacial se expresa en el Anexo Cartográfico (plano 6). 4. Área Arqueológica. Se define como área arqueológica al conjunto de sitios arqueológicos que se integran en un territorio conformando un paisaje que por sus valores culturales y ambientales presentan características diferenciadas. No se ha registrado ninguna entidad con carácter de área arqueológica. Sólo podemos pensar en la banda morisca como área arqueológica, pero sus límites son muy imprecisos y superan con creces los de nuestro término municipal.
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III.2.2. Contenidos de la base de datos y ficha de documentación de entidades arqueológicas. Reformas de DatARQUEOS. Normas de cumplimentación.
Las fichas de documentación de las entidades arqueológicas tienen una presentación diferente a la de la base de datos DatARQUEOS ya que considera varios aspectos fundamentales: - La ficha original se presenta con abundantes apartados que nunca se rellenan (véase por ejemplo los relacionados con los yacimientos arqueológicos subacuáticos, desconocidos en Utrera, o los de la situación legal, con muchos apartados que normalmente no se deben rellenar). En la ficha de presentación de datos que proponemos sólo aparecen reseñados aquellos apartados que contienen datos, aunque conservando visibles aquellos títulos de apartados que siempre deben contenerlos o cuya ausencia de contenidos se quiere destacar. Aquellos apartados que se rellenan excepcionalmente permanecen ocultos en tanto que no contengan datos. - En la ficha hemos integrado los emblemas de las administraciones que han financiado la realización del estudio: Junta de Andalucía y Excmo. Ayuntamiento de Utrera. - En la ficha se integran tanto las imágenes como la documentación gráfica que se relaciona con cada entidad arqueológica. - Del mismo modo, la ficha de cada entidad arqueológica se presenta con la cartografía a escala 1: 10.000 del MTA, apareciendo la delimitación de cada entidad arqueológica y una síntesis de los criterios de riesgo sobre el patrimonio arqueológico, así como aquellas circunstancias que pueden limitar su incidencia. Atendiendo a las variables más influyentes en cada caso se han utilizado las siguientes plantillas para la presentación de estos agentes y su incidencia sobre el territorio circundante a cada una de las entidades arqueológicas delimitadas.
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Fig. 2. Plantilla de cartografía a escala de detalle. Factores de Riesgo Arqueológico.
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Fig. 3. Plantilla de cartografía a escala de detalle. Factores Limitantes del Riesgo.
Los nuevos contenidos añadidos a la fichas de datos con respecto a la información original de DatARQUEOS se refieren a las conclusiones de los análisis de escala territorial y su concreción a escala de detalle, así como a algunos aspectos que consideramos importantes para la correcta interpretación de la entidad de gestión. Para ello se han creado nuevas tablas de datos asociables a las entidades arqueológicas que tienen una representación en los informes de datos.
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Cada uno de los sitios arqueológicos tiene una/s densidad/es en la concentración de materiales que pueden conllevar un amplio espacio delimitado para sitios de escasa o mediana entidad, muy deteriorados y con una amplia dispersión de restos en escaso número. En el análisis de cada sitio se incluye un apartado sobre la supuesta entidad del yacimiento y el interés que tiene para la investigación o puesta en valor del mismo. Además, se anota el grado de protección propuesto para cada entidad arqueológica (véanse los planos 10, 33, 34 y 35). Finalmente, señalar que hemos cumplimentado de la base de datos según las normas del Sistema de Información del Patrimonio Histórico de Andalucía (Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico), para lo cual hemos codificado los nuevos registros de unidades y sitios arqueológicos a partir del número 3000, antecedidos del número que identifica los datos administrativos de provincia y municipio según los códigos del Instituto Nacional de Estadística. Las entidades que tienen mayor porcentaje de superficie fuera del Término Municipal de Utrera tienen asignado los códigos del municipio correspondiente seguido de la numeración 3000 en adelante en cada uno de ellos. El municipio que acoge la mayor parte de la superficie del yacimiento es el que aporta su codificación a la entidad correspondiente.
III.2.3. Delimitación de ámbitos y grados de protección de las entidades arqueológicas
La premisa básica establecida por la Consejería de Cultura en cuanto a las determinaciones de actividades, usos y aprovechamientos para yacimientos arqueológicos es que a escala general, la mejor forma de conservación del Patrimonio Arqueológico es su no-afectación, ni siquiera por intervenciones arqueológicas. No obstante, ante el estado de conservación previsible de las entidades arqueológicas en el término municipal, para la implementación de esta no-afectación se hace necesario graduar esa premisa básica en función de la entidad e interés de los distintos sitios, ya que muchos de ellos pueden no contener ya estructuras bajo rasante. En este sentido se puede señalar que la mayor parte de los sitios arqueológicos del término pueden definirse como Áreas de intervención arqueológica y posible remoción de restos, en las que mediante microprospecciones, prospecciones geofísicas y/o sondeos previos pudiera determinarse la conveniencia o no de proseguir con actuaciones arqueológicas de mayor incidencia. Las Torres medievales del término, el puente de La Alcantarilla, La Fuente Vieja del Campo, el Complejo Hidráulico Arca del Agua – Fuente de los Ocho Caños y las estructuras arquitectónicas pervivientes en Cerro de El Casar y Torre del Águila, se pueden definir como Áreas de Integración de Elementos Arqueológicos, es decir, zonas de conservación preferente en las que podrían efectuarse actuaciones arqueológicas de investigación que prevean su integración y puesta en valor, tales como análisis arqueológicos de paramentos u otras intervenciones. La aparición de nuevas estructuras bajo rasante debiera estudiarse de forma particularizada de forma que se determine si es factible su conservación y puesta en
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valor. En los Entornos y Áreas de Influencia entre sitios se considera que la definición de su ámbito de protección debe ser el de las Áreas de intervención arqueológica y posible remoción de restos, si bien con una mayor flexibilidad en cuanto a los medios a utilizar (mecánicos, por ejemplo). En este sentido, proponemos distintos grados de protección de las entidades arqueológicas existentes en Utrera de acuerdo con su estado de conservación, la densidad7 de los materiales arqueológicos hallados en superficie, su entidad o dimensiones8 históricas posibles y su interés9 considerando diversos puntos de vista (singularidad histórica, posicionamiento estratégico geográfico, económico y social, potencialidad para su puesta en valor...), tanto históricos como presentes. Estos grados se refieren tanto a los sitios arqueológicos como a las unidades arqueológicas y se caracterizan de la siguiente manera: -
Grado 1. Áreas de conservación preferente en las que se podrían efectuar actuaciones de investigación y puesta en valor. Se trata de entidades de gran singularidad histórica que pueden conservar elementos arqueológicos emergentes. Los estudios arqueológicos en estas áreas deberían quedar supeditados a la realización previa de microprospecciones y/o prospecciones geofísicas y quedar enmarcados dentro de un proyecto general de investigación y revalorización. Por lo general, las evidencias de interés arqueológico se encuentran supeditadas a un reconocimiento previo de sus dimensiones reales. El estudio de las unidades arquitectónicas existentes en estas áreas debiera contemplar el análisis arqueológico de sus paramentos.
-
Grado 2. Zonas en las que se encuentran evidencias de interés arqueológico pero que se hayan supeditadas a un reconocimiento previo de sus dimensiones reales. Los estudios arqueológicos en estas áreas deberían quedar sujetos a la realización previa de microprospecciones y/o prospecciones geofísicas al objeto de reconocer las superficies libres de riesgo y las de fertilidad arqueológica. Estos estudios se podrían complementar con la realización de excavaciones arqueológicas prospectivas para determinar el estado de conservación del yacimiento y su potencial investigativo y de revalorización. En casos excepcionales, en los que los resultados fueran negativos, se podría permitir la liberación del área protegida, en cuyo caso se requeriría la realización de controles arqueológicos de movimientos de tierras.
-
Grado 3. Zonas en las que se encuentran indicios de interés arqueológico pero que presentan escasa densidad de materiales y dudas en cuanto a su realidad física. Los estudios arqueológicos en estas áreas deberían orientarse hacia la documentación de los restos arqueológicos que pudieran aparecer, para lo cual se deberían arbitrar las medidas de protección oportunas y evitar su afección durante el transcurso de las obras: realización de prospecciones arqueológicas intensivas, complementadas con sondeos y posible ampliación de las superficies de excavación; en caso de hallazgos de interés se plantearía su conservación y/o puesta en valor. Si los resultados de los sondeos fueran
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Véase Plano 42. Véase Plano 41. 9 Véase Plano 43.
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negativos debieran realizarse, no obstante, controles arqueológicos de movimientos de tierras en el resto de las superficies afectadas por las obras. En cuanto a las actuaciones que se puedan realizar en el Término Municipal se consideran una serie de compatibilidades e incompatibilidades acordes con cada grado de protección señalado, que se resumen en la siguiente tabla. En ella se propone una gestión de las medidas correctoras a cargo de la Oficina Técnica de Arqueología del Ayuntamiento, que debieran ser resueltas por la Consejería de Cultura en tanto que se procede a su creación. SUELO DE ESPECIAL PROTECCIÓN POR RAZONES ARQUEOLÓGICAS USOS PERMITIDOS Y PROHIBIDOS QUE SE PROPONEN PARA CADA GRADO ACCIONES Actuaciones de Investigación y Restauración Actuaciones para el mantenimiento de cultivos actuales Actuaciones para el mantenimiento de actividades ganaderas Actuaciones para el mantenimiento del sistema de riego actual Actuaciones para el mantenimiento de la red viaria existente Nuevo sistema de riego, abastecimiento o desagüe sin remociones del suelo Sondeos geológicos o de aguas subterráneas Explotaciones forestales Construcción aislada de nueva planta Reparcelaciones y concentraciones parcelarias Dispersiones y acumulaciones de tierras Obras paisajísticas Uso de detectores de metal Actividades mineras con movimientos de tierra Introducción de nuevos sistemas de riego Nuevas redes de Infraestructuras Nuevos vallados no relacionados con la EA Vertidos de residuos o instalación de vertederos Publicidad o símbolos no relacionados con la EA Instalaciones Industriales Cambio de Cultivo Reclasificación del Suelo en el Planeamiento de No Urbanizable a Urbanizable En general: Actividades cuya ejecución implique escasos movimientos de tierra en las superficies de las EA (que no afecten a más del 20% de su superficie) En general: Actividades cuya ejecución implique grandes movimientos de tierra en las superficies de las EA (que afecten a más del 20% de su superficie)
Grado1
Grado 2
Grado 3
Hallazgo aislado
1 2 3 2
1 2 3 2
1 3 3 3
3 3 3 3
2 2
2 2
3 3
3 3
1 1 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0
1 2 1 2 1 2 1 0 1 1 0 0 1 1 1 1
2 2 2 2 2 2 1 1 2 1 2 1 2 1 1 1
3 3 3 3 3 3 1 2 3 3 3 3 3 3 3 3
0
1
2
3
0
0
1
3
0: Incompatible; 1: Adecuado con fuertes medidas correctoras (requiere autorización de Cultura); 2: Adecuado con débiles medidas correctoras (requiere autorización de la Oficina Técnica de Arqueología del Ayuntamiento); 3: Compatible.
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Las Zonas arqueológicas que sean declaradas BIC o se inscriban específicamente en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía, se regirán por lo dispuesto en sus instrucciones particulares, de acuerdo con la Ley 16/1985 y la Ley 1/1991. En cualquier caso, se propone la implementación de medidas disuasorias previas a cualquier proyecto de obras que pudieren afectar a estas áreas, de manera que se produzca la desviación de afecciones, concentrándolas en otras áreas. Hemos realizado una asignación de grados de protección acorde con cada caso particular, tal como expresamos en el plano 10. Hay que señalar que las obras que impliquen cambios de uso e importantes movimientos de tierras en el conjunto del término municipal no delimitado como entidad arqueológica debieran contar con una actividad arqueológica de reconocimiento que mediante un informe diagnóstico permita la exclusión de riesgo de afección, ya que como hemos podido comprobar con las revisiones de anteriores prospecciones, siempre pueden existir más entidades arqueológicas que las delimitadas. Esta labor debiera ser realizada por el personal de la Oficina Técnica de Arqueología del Ayuntamiento. Todo lo anterior deberá realizarse con el consentimiento expreso de la Delegación Provincial de Cultura de Sevilla y en consonancia con las determinaciones del DECRETO 168/2003, de 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Arqueológicas (BOJA núm. 134 de 15 de julio de 2003).
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IV. INFORME DE LOS FACTORES DE PELIGROSIDAD Y SÍNTESIS HISTÓRICA
IV. 1. Fuentes de Información
En el primer documento metodológico se exponía el conjunto de fuentes de información con que podríamos contar para la realización del trabajo. En este apartado haremos una síntesis de las fuentes de información a las que finalmente hemos podido acceder, relacionando especialmente las de carácter digital, tanto las cedidas como las producidas por nosotros. Por lo que se refiere a las fuentes bibliográficas, éstas han sido completadas con nuevas referencias, siendo de especial interés las nuevas aportaciones ofrecidas por las publicaciones oficiales de actividades arqueológicas: Memorias de la Junta Superior de Antigüedades y Museos (resultados negativos), Archivo Español de Arqueología, Arqueología ` Memoria de Actividades Programadas y Anuario Arqueológico de Andalucía. Además se ha completado con referencias dispersas localizadas en las relaciones bibliográficas consultadas y en bases de datos generales de la Universidad de Sevilla (FAMA), Biblioteca Nacional (ARIADNA) y CSIC (CINDOC). Como ya se planteaba en el primer documento metodológico se han consultado obras de carácter general y se ha realizado el escaneado de ilustraciones presentes en las de carácter específico sobre nuestros yacimientos. En cuanto a la información documental nos hemos centrado en la información de carácter normativo. Hemos consultado los expedientes de intervenciones arqueológicas realizadas en el término municipal, tanto excavaciones como prospecciones presentes en el archivo de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura en Sevilla, así como estudios de impacto ambiental presentes en ellos. Por otra parte, se han consultado los archivos de la Delegación de Medio Ambiente y del Área Técnica del Ayuntamiento de Utrera. Por lo que se refiere a la información digital solicitada, señalábamos en el primer documento una serie de condicionantes sobre ella, que podrían limitar o ampliar las fuentes de información inicialmente disponibles. En términos generales la información solicitada ha consistido en cartografía digital, georreferenciada o georreferenciable, así como en información alfanumérica, asociada o no con la anterior. La necesidad de realizar georreferenciaciones, traslación de formatos CAD a SIG, relación de bases de datos, confección de nuevas producciones y coberturas a partir de síntesis de las
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obtenidas y en especial la producción de otras mediante vectorización de imágenes ha derivado en un cuerpo de información bastante completo sobre el medio físico y la clasificación jurídica del suelo en el término municipal de Utrera. La utilización de un único sistema cartográfico de referencia (UTM) ha permitido hacer, una vez conformada toda la información digital, las salidas cartográficas que se presentan en este estudio, así como la interrelación de datos que permiten el análisis cartográfico de riesgos a nivel de detalle. Se han realizado nuevas producciones específicas derivada de los análisis históricos y de riesgo. En cuanto a la escala de detalle de esta cartografía, hemos considerado como base general la cartografía catastral (1:5.000) y la del Mapa Topográfico de Andalucía E 1: 10.000; sin embargo, el trabajo utiliza escalas inferiores y superiores a ésta ya que las fuentes de información son diversas, como ya se ha señalado, lo que puede significar discordancias, por lo general no muy acusadas, entre algunas coberturas cartográficas. La presentación de las salidas cartográficas ha utilizado como escala menor la E 1: 150.000, si bien su precisión cartográfica está relación con las bases cartográficas que se indican en cada plano. Podemos resumir las cesiones de datos al Ayuntamiento de Utrera por parte de las administraciones requeridas en las siguientes, señalándose con un asterisco (*) aquellas que una vez analizadas no se han empleado por ser redundantes o innecesarias a nuestros fines10: 1. Ministerio de Hacienda. Delegación de Economía y Hacienda de Sevilla. Gerencia Territorial del Catastro. -
Cartografía digital del parcelario urbano, con número de propiedad y bases de datos asociadas (E 1:5.000). Incluye: • • • • • • • •
-
Manzanas Parcelas Subparcelas* Elementos lineales* Ejes de elementos lineales* Límite del término municipal y parcelaciones Elementos puntuales* Toponimia*
Cartografía digital del parcelario rústico del término municipal, con número de propiedad y bases de datos asociadas (E 1:5.000). Incluye: • • • • •
Masa o Conjuntos de parcelas Parcelas Subparcelas Construcciones Elementos lineales
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No nos parece oportuno señalar toda la información que por razones diversas finalmente no ha sido cedida. En cualquier caso agradecemos a todas estas administraciones la información cedida y el amable trato dispensado por sus responsables.
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• • •
Ejes de elementos lineales Elementos puntuales* Toponimia
-
Usos del suelo y tipos de cultivos* (se han considerado otras fuentes cartográficas).
-
Fichero informático de intercambio de datos de catastro rústico RUCAT*.
La importancia de la cartografía digital es incuestionable como ha quedado dicho, siendo de especial interés la distinción de los elementos cartográficos a partir de las bases de datos asociadas. En este sentido hemos obtenido nuevas coberturas a partir de los datos integrados: -
Red hidrográfica Pozos y fuentes Red de carreteras Red de vías pecuarias y caminos Selecciones de topónimos de interés según grupos temáticos: topónimos indicadores de posibles yacimientos arqueológicos (la talaya, torre, la romana, las botijas...), topónimos de vías pecuarias (sirven para distinguir los distintos tipos: cañada, vereda, cordel) y caminos, topónimos de cortijos y haciendas, topónimos indicadores de explotaciones del medio -algunos de ellos sustituidos por nuevos usos- (dehesas, encinas, endrinos, cotos...)... En algunos casos ha resultado interesante agruparlos por zonas mediante la realización de buferes con el uso de SIG.
En conclusión, la información cedida11, elaborada a escala 1:5.000 en coordenadas UTM -Huso 30-, se considera de un valor inestimable para la exacta representación cartográfica y la elaboración de los análisis oportunos.
2. Excmo. Ayuntamiento de Utrera. La cartografía del PGOU es rica en contenidos, abarcando entre los aspectos más sobresalientes los siguientes: -
Yacimientos arqueológicos Bienes de Interés Cultural en el Término Edificios de interés (grados de protección) Descansaderos de vías pecuarias* Usos globales del suelo (residencial, industrial y parque urbano) Clasificación del suelo (urbano, urbanizable y no urbanizable - dentro de este último se distingue entre: 1. Protegido por su valor natural y ambiental, 2. De especial protección; red de vías pecuarias deslindadas; 3. Protegido por razones
11
Esta cesión se resuelve a favor del Excmo. Ayuntamiento de Utrera en las condiciones previstas en el art. 21 de la Ley Orgánica 15/1999, la Disposición adicional cuarta de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales y el art. 113.1 de la Ley 230/1963 General Tributaria.
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del Patrimonio Arqueológico e Histórico; 4. Protegido por razones agropecuarias; 5. Común) Parcelaciones existentes en suelo no urbanizable Ejes de comunicación (actuales y en proyecto) Red hidrográfica* Localización de planta de reciclado y compostaje de residuos sólidos urbanos Localización de estación depuradora de aguas residuales Líneas de abastecimiento de agua potable (traída del Huezna)
Aunque en principio el principal inconveniente que detectábamos se refería al uso del sistema cartográfico de referencia, lo cierto es que tras un análisis detallado de la documentación hemos observado que utiliza el sistema de referencia cartesiano convencional en Andalucía, el UTM (huso 30), aunque los planos no se encuentran georreferenciados digitalmente. Por otra parte, la conversión de la información cartográfica CAD a soporte SIG ha requerido un importante esfuerzo de selección de las coberturas correctas, dado el gran número de planos digitales facilitados. En definitiva, la conversión a formato SIG en muchos casos ha requerido, además de su georreferenciación y selección temática, la digitalización de elementos cartográficos incompletos. Hemos de señalar que la escala de esta cartografía oscila según el detalle considerado por los redactores del planeamiento. Se puede señalar a grandes rasgos una escala de detalle de 1:2.000 y 1:10.000 para los planos referidos a suelo urbano y urbanizable y de 1:75.000 para los referidos al suelo no urbano. Esto significa que los datos derivados del planeamiento para la regulación efectiva de los espacios protegidos resultan sumamente imprecisos. Por ello cuando ha sido posible atender a escalas de mayor precisión hemos acudido a otras fuentes cartográficas (digitales o no) para su delimitación. Una de estas fuentes ha sido la cartografía digital de Vías Pecuarias, realizada por el Ayuntamiento en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente con motivo de los estudios topográficos para sus deslindes. En este caso también ha sido necesario proceder a la selección temática, corrección de elementos para su conversión a formato SIG y georreferenciación. Además, para su integración ha sido necesario unir la información digital procedente de una multitud de archivos, ya que la información existente está realizada por tramos de deslindes.
3. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Instituto de Cartografía de Andalucía. La información concedida ha sido la siguiente: -
Plano cartográfico de Utrera a escala 1:2.000 (ráster). Esta cartografía constituye la base de la cartografía empleada en la redacción del PGOU. Mapa Topográfico de Andalucía a escala 1:10.000 (ráster). Mapa digital de Andalucía a escala 1:100.000 Plano de carreteras de la Provincia de Sevilla a escala 1:200.000 (papel) Cartografía histórica de Utrera y su término municipal.
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Fotografías aéreas. a escala 1:60.000
De especial interés para nuestros objetivos es el Mapa Topográfico de Andalucía a escala 1:10.000, ya que entre los elementos cartográficos representados se incluye una localización de los puntos altimétricos de la región y las curvas de nivel. Si bien el formato de estos elementos (ráster) no permite en los Sistemas de Información Geográfica su utilización directa como líneas y puntos, su localización georreferenciada permite vectorizarlos y crear bases de datos altimétricas. Este proceso de vectorizado y carga de datos altimétricos inicialmente lo planteábamos como una digitalización de las cotas puntuales y a partir de ellas generar modelos digitales mediante interpolación de sus valores. Sin embargo los resultados obtenidos no fueron del todo satisfactorios, por lo que decidimos emprender la ardua tarea de vectorizar las curvas de nivel. Este trabajo ha requerido un gran esfuerzo y ha repercutido en una mayor dedicación de tiempo, pero sin duda los resultados son trascendentes en la definición de los procesos de ocupación histórica del territorio. A partir de los datos lineales y puntuales ha sido posible construir un modelo digital del terreno de todo el Término. Por su parte, el Mapa Digital de Andalucía incorpora un buen volumen de información con una escala de detalle que puede ser valiosa para los análisis. Su realización ha sido producto de uniformar una gran cantidad de información heterogénea, en su contenido y presentación, para su utilización como un mapa integrado a partir de tres grupos de fuentes: cartografía básica autonómica, cartografía temática y bases de datos georreferenciadas. Los elementos planimétricos y toponímicos generales relativos al relieve, hidrografía, viario, poblamiento o límites administrativos han sido obtenidos del Mapa Topográfico de Andalucía a 1:10.000 mediante un proceso de selección de elementos para reducción de escala y posterior digitalización, conservando la precisión geométrica de la escala de origen. Si bien el M.T.A. ha sido restituido a partir de vuelos realizados entre 1991 y 1997, para esta serie se han actualizado los trazados de infraestructuras desde un vuelo en color de 1996. Los elementos relativos a infraestructuras y usos que afectan a nuestro término municipal se han obtenido a partir de cartografía temática, con diversas escalas y proyecciones, suministrada por organismos, empresas y centros de investigación como la Consejería de Medio Ambiente, Retevisión, Enagás y Sevillana. Los elementos relativos a monumentos, servicios y geodesia se han añadido a partir de bases de datos con referencia geográfica facilitadas por la Consejería de Salud, el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, Turismo Andaluz y el Instituto Geográfico Nacional. El conjunto de la información se ha georreferenciado según la proyección UTM en huso 30, Datum europeo, Elipsoide Hayford y redes geodésicas y de nivelación del IGN. Los procesos que se señalan en este caso han sido elaborados por el Instituto Cartográfico de Andalucía en colaboración con otras entidades y empresas. Los contenidos contemplados en el MDA se refieren a elementos que ya están en la cartografía catastral como: red de carreteras y otro viario, ferrocarriles, hidrografía., superficies de agua, toponimia, núcleos de población, edificaciones rurales...; junto a ellas se aportan elementos no incluidos en la cartografía catastral tales como gasoductos, oleoductos, red eléctrica... La utilización del MDA en su conjunto nos sirve para la contextualización de algunos elementos en el término municipal, si bien no se ha
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utilizado en los análisis de mayor detalle, salvo para los datos excepcionales que referimos a continuación. Hemos seleccionado las coberturas que, comprendiendo el término municipal, resultan de interés y no se hayan en producciones cartográficas de mayor detalle o lo están al mismo nivel. Hemos seleccionado, en este sentido, los elementos lineales que atraviesan el término y que corresponden a las coberturas de: - Trazado de redes supramunicipales de abastecimiento de agua. - Trazado de gasoductos. - Trazado de oleoductos. Las fotografías aéreas cedidas (serie de pares de fotogramas esteroscópicos escaneados a escala 1:60.000, en color, con fecha de 1999) resultan de especial interés para la fotointerpretación del territorio; en ellas se representan las hojas del MTN a escala 1:50.000 en las que se integra el término municipal de Utrera (1002, 1003, 1019, 1020, y 1035). Estas mismas fotografías han sido las que se han sometido a un proceso de corrección fotogramétrica cuyo resultado ha sido la Ortofotografía Digital de Andalucía, como veremos a continuación. La consulta de estos fotogramas se no ha sido necesaria dada la buena calidad de la ortofotografía digital. Por último señalar que el plano de carreteras de la Provincia de Sevilla a escala 1:200.000 no se encuentra disponible en formato digital, aunque nos entregaron su correspondiente en formato papel.
4. Consejería de Cultura. La información facilitada ha sido: -
Base de datos ARQUEOS, base para la actualización de la información. Coberturas poligonales y puntuales (en formato ESRI: Arc/View), pertenecientes a Utrera-, del Inventario de Yacimientos Arqueológicos de Andalucía, con toda la información alfanumérica asociada y actualizada.
La base de datos ARQUEOS tiene gran importancia en tanto que toda la información generada deberá integrarse en ella, así como por la existencia de información que es necesaria para el estudio. La localización de los yacimientos ha sido necesaria para la prospección ya que su registro en el sistema de coordenadas UTM ahorra su transformación a partir de las referencias utilizadas por Ruiz (1985) y Oria et alii (1991). Las coordenadas originales de las que se han obtenido los datos se han sometido a un proceso de georreferenciación en la proyección UTM (elipsoide internacional Hayford, Huso 30): transformación de las coordenadas obtenidas por Ruiz Delgado (1985) del Mapa Topográfico Nacional de 1918 (proyección Lambert) al sistema UTM; por su parte, en el trabajo de Oria et alii (1991), los autores registraron las coordenadas UTM
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según el registro CUTM militar12 (cadena de caracteres que se refieren a la cuadrícula militar sin especificar los dos últimos dígitos de las coordenadas UTM X e Y); aquí se ha transformado de este sistema al de par de coordenadas de dígitos completos (siguiendo a Amores et alii, 1996). Estos trabajos fueron realizados por la Consejería de Cultura en colaboración con el Dpto. de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, añadiéndose posteriormente localizaciones excepcionales como Torres Alocaz y La Cruz del Gato. La disparidad entre los datos de localización de yacimientos suministrados por la Consejería de Cultura y el PGOU de Utrera se muestra evidente en el plano comparativo de localizaciones que hemos elaborado. Este hecho se ha tenido en cuenta en la realización de las prospecciones, por lo que hemos atendido a los datos del inventario de la Junta de Andalucía y a los planos presentes en las fuentes bibliográficas. Hemos detectado otras localizaciones de yacimientos a partir del estudio bibliográfico: Rodrigo Caro (1604), Oliva (1976), Didierjean (1979), Morales (1981), Cruz Auñón y Rivero (1987), Bernáldez y López (1991), Arteaga y Roos (AAA’92, 1995) mencionan yacimientos no incluidos en los inventarios oficiales.
5. Consejería de Medio Ambiente. Dirección General de Planificación. Esta Consejería ha facilitado las coberturas temáticas e información alfanumérica asociada, en formato Arc/Info, vectorial y ráster, referidas a los siguientes aspectos: 1. Límites de Espacios Naturales Protegidos (E 1: 10.000). 2. Inventario de Vías Pecuarias (E 1:50.000). 3. Mapa de Usos y Coberturas Vegetales del Suelo de Andalucía. Años: 1991, 1995 y 1999 (E 1:50.000) 4. Mapa Geomorfológico de Andalucía (TM Utrera). Año: 2002 (E 1:100.000). 5. Unidades Geoestructurales. Base: Mapa Geológico de Andalucía (E 1:400.000). 6. Períodos Geológicos (TM Utrera). Base: Mapa Geológico de Andalucía (E 1:400.000). 7. Unidades Litológicas (TM Utrera). Base: Mapa Geológico de Andalucía (E 1:400.000). 8. Tipos de Suelos. Base: Mapa de Suelos de Andalucía (E 1:400.000). IARA –CSIC 1989. 9. Mapa de Aptitud de Uso General de las Tierras. Resolución Ráster 150 m. E 1: 400.000 10. Mapa de Pendientes (TM Utrera). Resolución Ráster 20 m. E 1: 50.000.* 11. Erosión Media. Resolución Ráster 75 m. E 1: 200.000 12. Erosión Potencial. Resolución Ráster 75 m. E 1: 200.000 13. Acuíferos subterráneos (E >1:100.000) 14. Red Hidrográfica. Última actualización: 1994 (E 1:50.000) 15. Ortofotografía Digital de Andalucía. Vuelo fotogramétrico: 1998-1999. Año Producción: 2003. 12
Comunicación personal de los autores.
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Por lo que se refiere a la delimitación de los espacios naturales protegidos, las coberturas aportadas incluyen las figuras de protección oficiales, esto es, en el término de Utrera: Reserva Natural y Paraje Natural. Los espacios protegidos por el Plan Especial de Protección del Medio Físico de la Provincia de Sevilla (1986) y por el PGOU de Utrera (2002) no se encuentran en estas coberturas, por lo que su delimitación la hemos obtenido de la cartografía, menos precisa, del PGOU (1: 75.000). Las vías pecuarias a veces difieren en sus recorridos con las que disponemos a partir de otras fuentes (Ayuntamiento de Utrera y Dirección General del Catastro), sin embargo, es una referencia fundamental, al ser la Consejería de Medio Ambiente la responsable de sus deslindes y la que ostenta su dominio público. Entre la información más importante que ha aportado la Consejería se puede destacar la información sobre los usos y ocupaciones del territorio tomada del Mapa de Usos y Coberturas Vegetales del Suelo de Andalucía (1999). Este mapa surge en el año 1991 como continuación del programa europeo CORINE (COoRdination, Information, Enviroment) Landcover13-, cuyo sistema de trabajo consiste en la fotointerpretación de imágenes de los satélites LANSAT (resolución 30 m) e IRS-PAN (resolución 5 m), complementadas con fotografías aéreas y trabajadas de forma individualizada por hojas a escala 1:50:000 coincidentes con el Mapa Topográfico Nacional (MTN). Se utilizan los meses estivales por presentar menor índice de nubosidad, así como por ser visibles las superficies de regadío. Para la actualización de 1999 se emplearon índices normalizados de vegetación de imágenes IRS-WIFS, que, con una cadencia mensual, permiten discriminar clases de vegetación según su comportamiento temporal. La serie de mapas de usos y coberturas vegetales del suelo comprende hasta el momento de captación de la información de tres mapas fechados en 1991, 1995 y 1999. Las características de esta cobertura para el año 1999 son: Escala : 50.000 Nivel de escala : Nivel de semidetalle. Afecta a niveles de escala desde 1:100.000 hasta 1:25.000 incluido Sistema de coordenadas : UTM huso 30 Unidades : metros Institución : Consejería de Medio Ambiente. Unidad responsable : D.G. de Planificación. Contacto fuente: Servicio de Información y Evaluación Ambiental Documento fuente : Fotointerpretación sobre imagen de satélite Landat-IRS y vuelos fotogramétricos ampliados a 1:30.000 Fecha documento fuente : 15-07-1999 Base cartográfica : Ortoimagen IRS escala 1:10.000
En el Mapa de Usos del Suelo la codificación jerárquica estructura los tipos de usos o de ocupación del suelo en cuatro grandes grupos: 1. SUPERFICIES EDIFICADAS E INFRAESTRUCTURAS. 2. ZONAS HÚMEDAS Y SUPERFICIES DE AGUA. 3. TERRITORIOS AGRÍCOLAS. 4. SUPERFICIES FORESTALES Y NATURALES.
13
El proyecto CORINE Landcover tiene como objetivo la obtención de una cartografía de ocupación del suelo para todo el territorio de la Unión Europea a escala 1:100.000 partiendo de el análisis de imágenes de satélites LANDSAT, con una leyenda normalizada según una relación de clases de usos (Márquez 1999).
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A partir de estos grandes grupos, se va descendiendo y desarrollando con estructura piramidal los distintos subgrupos de clases hasta conseguir en algunos casos 6 niveles de desarrollo jerárquico, lo que permite llevar a cabo operaciones tanto de agregación como de desglose de la información durante la explotación estadística de los datos. En cada caso, el último nivel alcanzado de desarrollo jerárquico constituye la unidad cartográfica, que es la representada en cartografía y la que se emplea en la base de datos, dotándola de una codificación específicamente diseñada de 3 dígitos, que facilita el manejo digital de la cartografía y su integración con otras bases de datos del Sistema de Información Ambiental. Resultado de estas modificaciones, la plantilla final de la leyenda del mapa de Usos y Coberturas vegetales del Suelo de Andalucía presenta un total de 162 clases en la codificación jerárquica y de 112 en la codificación cartográfica. Como veremos se ha sometido este Mapa a una reclasificación en un número menor de variables y acorde con los objetivos de nuestro estudio. En cuanto a la información geológica y geomorfológica hay que considerar que la escala de realización es bastante pequeña (entre 1: 100.000 y 1:400.000 según los casos) por lo que las conclusiones que se pueden obtener sobre estos planos se han de relativizar. Hemos utilizado el Mapa Geológico Nacional (E 1:50.000) para la comprobación de los datos que incluyen estas coberturas, tanto en sus ediciones oficiales como en el Sistema de Información del Instituto Geológico-Minero de España, cuya consulta puede efectuarse a través su página web. Por lo que se refiere al Mapa de Tipos de Suelos, de los dos sistemas de clasificación para Andalucía (Soil taxonomy y FAO) el que ha sido facilitado es el Sistema de clasificación de suelos de la FAO de 1968, revisado en 1989. Es el sistema utilizado en el Soil Map of European Communities, el Mapa de Suelos de España y el Catálogo de Suelos de Andalucía (éste de 1984). Como resultado de la digitalización de las curvas de nivel y las cotas del Mapa Topográfico de Andalucía a escala 1. 10.000, hemos realizado un plano de pendientes que mejora en escala al que se nos ha ofrecido. Otro de los mapas temáticos que tiene gran interés para la realización de nuestros estudios es el Mapa de Erosión de Suelos en Andalucía, que como señala Márquez (1999), representa las pérdidas promedio en Andalucía siguiendo la ampliamente aceptada metodología de Wischmeier y Smith (1958, 1978)14 en la Ecuación Universal de Pérdidas de Suelo. Se trata de una evaluación que integra información medioambiental referente al clima (sobre todo intensidad y régimen de precipitaciones), tipos de suelos (textura y naturaleza química y mineralógica), relieve (longitud e intensidad de las pendientes) y vegetación (intensidad y calidad como aminoradora de la pérdida). La información utilizada es la misma que fue utilizada por Márquez en 1999: se trata de una cobertura ráster que estima los valores de pérdida promediados en el año 1991. 14
Wischmeier, W.H. y Smith, D.D. (1958): "Rainfall energy and its relationship to soil erosion". Trans. Am. Geophys. Un., 39, 285-291. Wischmeier, W.H. y Smith, D.D. (1978): Predicting rainfall erosion losses. A guide to conservation planning. USDA, Washington D.C.
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La Ortofotografía Digital de Andalucía ha sido elaborada como resultado de un Acuerdo de Colaboración entre las consejerías de Obras Públicas y Transportes, Agricultura y Pesca y Medio Ambiente. El proceso de generación ha consistido en cinco fases diferenciadas: vuelo fotogramétrico, obtención de apoyo topográfico, aerotriangulación digital de los fotogramas, generación de un modelo digital de elevaciones y generación final de la ortofotografía. La diferencia sustancial de una ortofotografía con respecto a una fotografía aérea convencional radica en la referencia geográfica de los datos representados: se ha de tener en cuenta que una fotografía aérea ofrece una proyección cónica de la realidad, a la que se suman las deformaciones producidas por la superficie del terreno, la falta de verticalidad de la toma fotográfica, y las distorsiones propias del objetivo de la cámara. Las delimitaciones de entidades arqueológicas que presentamos en el anexo cartográfico utilizan esta referencia fotográfica a escala de detalle. A partir de este cuerpo informativo hemos podido realizar los apartados que desarrollan este informe: 1. Estudio del medio físico. 2. Historia de las investigaciones arqueológicas y análisis toponímico. 3. La ocupación del territorio. Síntesis histórica del poblamiento. 4. La ordenación del territorio en el término municipal de Utrera. 5. Factores de peligrosidad. Estudio de Riesgo Arqueológico 6. Factores limitantes de la vulnerabilidad
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IV. 2. Estudio del Medio Físico del Término Municipal de Utrera
El término municipal de Utrera se define por unas características geográficas que han influido decisivamente en la configuración histórica de su poblamiento. Ahora bien, el hecho mismo de la delimitación municipal, si bien obedece a una configuración histórica, no deja de ser una delimitación administrativa, aun cuando determinadas coyunturas de su historia puedan haber repercutido en la organización del territorio a un lado y otro de sus límites. Se entiende por ello que cualquier interpretación que se haga acerca de sus características ha de contextualizarse. Así, cuando observamos las características fisiográficas del término y distinguimos zonas, debemos contemplar el marco geográfico general en el que se insertan: el encuentro entre el valle del Guadalquivir y la Sierra Subbética, por una parte, y entre la costa y el interior por otra15. Efectivamente, en época prerromana el Lago Ligustino aún presentaría sus orillas muy adentradas en el interior del actual término municipal, siendo las marismas actuales y su ámbito de influencia un fósil geográfico de aquellas márgenes. Con el tiempo la colmatación progresiva de este mar interior, provocado posiblemente por un incremento del nivel del mar, así como por la mayor aportación de sedimentos del río Guadalquivir16, dejaría más alejado el actual territorio municipal de la costa. El término municipal se extiende por el sur de la provincia de Sevilla hasta lindar con la de Cádiz, habiendo experimentado variaciones en su extensión a lo largo de su historia. Parece que este límite sur del término ya existió en época romana, cuando la mansio Vgia (Torres Alocaz)17, situada en el Itinerario de Antonio, los vasos de Vicarello o el Anónimo de Rávena en la Vía Augusta, con dirección hacia Gades, a 24 millas desde 15
En Geografía se ha establecido el concepto de Unidad Espacial Modificable para describir la influencia que la elección de unos límites geográficos u otros tiene sobre los resultados finales de los análisis. 16 Si consideramos las cotas sobre el nivel del mar a las que se encuentran los niveles de los pavimentos de las edificaciones romanas en algunas zonas de la ciudad de Sevilla, en torno a la calle Laraña y Plaza de la Encarnación, podemos aventurar que se ha incrementado el nivel del mar desde entonces entre uno y dos metros. El nivel del río Guadalquivir a su paso por Sevilla mantiene unas cotas muy próximas al cero hidrográfico, hecho que repercute en la influencia de las mareas en el propio régimen del río. No es de extrañar que esta proximidad al cero hidrográfico se haya mantenido desde época antigua siendo responsable de la colmatación de la marisma o antiguo mar interior, al no alcanzar los sedimentos arrastrados por el río suficiente fuerza de salida al mar abierto. El incremento del nivel del mar supondría además una merma de esta fuerza, con lo que el proceso de colmatación se aceleraría. Las circunstancias coyunturales de abandono de cultivos en determinadas épocas provocaría además procesos de arrastre hídrico de suelos por la pérdida de cubierta vegetal. Podemos entender que el incremento del nivel del mar y el fenómeno de las recurrentes avenidas del río Guadalquivir, en especial en época tardorromana y Edad Moderna, obedecen a un proceso general de cambio climático producido desde entonces. 17 La identificación de Vgía con Torres Alocaz es relativamente reciente, como ha puesto de manifiesto José Beltrán (1999), ya que tradicionalmente se la ha identificado con las Cabezas de San Juan.
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Orippo (Torre de los Herberos, Dos Hermanas) y a 27 millas de Hasta Regia (Mesas de Asta, Jerez de la Frontera), se situaba en los límites del conventus Gaditanus, al cual pertenecía, según Plinio18. Ruhstaller (1990a, p. 231; 1990b p.37), cree que el nombre AlAqw s “los arcos” está estrechamente relacionado con el hecho de la situación inmediata del núcleo de población a la calzada y que se debe a que monumentos de este tipo eran usuales en las calzadas romanas para indicar los límites de las circunscripciones19. En época musulmana pudo seguir aún en pie la construcción, que daría así su nombre al topónimo. De hecho bajo el dominio musulmán mantuvo cierta impor tancia por su situación inmediata a la vía de comunicación, pues en Idr s se le menciona como “villa donde hay parada”20. Tras la Reconquista cristiana continuaría durante algún tiempo como cabeza de término, pero ante el peligro de las razzias de los benimerines quedó despoblado a beneficio de Utrera, villa de rápido crecimiento demográfico. En este momento los límites administrativos de estos territorios se encontraban en la banda morisca, lindando incluso con los de Ronda ya a finales de la Reconquista y de la Edad Media (Morales 1981, p. 9). La situación de Utrera en la retaguardia de esta frontera militar la confirmaría como cabeza de este territorio al sur de la ciudad, en tanto que al norte se encontraban sus límites con otras poblaciones importantes como Alcalá de Guadaira. En este momento tienen su origen los actuales límites del término municipal de Utrera, límites que se consolidarían durante la Edad Moderna, cuando esta cuestión de linderos fue objeto de continuos pleitos21. Su importancia se refleja en el hecho de que la primera obligación de los nuevos concejales o regidores, apenas tomaban posesión o juraban sus cargos, era la de salir a visitar los mojones por los confines del término, para constatar que no habían sido alterados (Morales 1981, p. 10). Juan del Río Sotomayor (17?, p. 9) nos aporta la siguiente delimitación del término para el siglo XVIII: Por la parte del arroyo de San Juan, lindando con Alcalá y Los Palacios, dos leguas; por el camino que va a Villafranca, legua y cuarto; por el de la Marisma, lindando con Los Palacios y Las Cabezas, finalizando con el río, cuatro leguas y media; siguiendo por el camino de La Ventosilla que va a Ruchena y La Covatilla y sale lindando con Las Cabezas, Bornos y Villamartín con la Higueralejos, que también linda con dicha Villamartín, cinco leguas; siguiendo por el camino que va a Las Jaretas, entra lindando 18
Plinio (NH III, 1, 15), denominándola Vrgia, Castrum Iulium item Caesaris Salutarensis, la sitúa junto a Carissa Aurelia, en la cercana Bornos. Véase Blázquez, A. “Nuevo estudio sobre el itinerario de Antonio”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, XXI, pp 69-70 y 115. 19 Ejemplos: Arco de Bará, en las cercanías de Tarragona, en el límite de cosetanos e ilergetas, sobre la vía Augusta; Fuente del Arco, en la provincia de badajoz, en la calzada Hispalis-Emerita, para delimitar la frontera entre los conventus hispalense y cordubense. 20 Véase la versión española de A. Blázquez, contenida en Ubieto Arteta, A. (1974): Idr s . Geografía de España. Valencia, p. 79 y 167 (citado por Ruhstaller 1990a, p. 230; 1990b p.36). Esta característica de Torres Alocaz se ha mantenido, en la figura de Casa de Postas, hasta época contemporánea: en 1810, en Cabildo de 19 de febrero, Cristóbal Pajarín, maestro de Postas de la parada de Torres Alocaz, solicitaba se le habilitase de cuatro o cinco caballos (Morales 1981, p.185). 21 Un ejemplo de estos pleitos es el que tuvo lugar con la villa de El Coronil; un acuerdo municipal de la villa de Utrera de 19 de julio de 1575 nos lo refiere Morales (1981, p. 10) en estos términos: [...] pagar a un receptor de la Real Chancillería de Granada la cantidad de once mil maravedíes, de los días que se ocupó en esta villa en hacer probanza por parte de este Cabildo, en el pleito que este Cabildo trae con la villa de El Coronil, sobre que la dicha villa pretende hacer pozos y casas en el término de esta villa; y sobre lo contenido en el dicho pleito; y de los derechos de lo que escribió en hacer la dicha información por ante escribanos por parte de este Cabildo”.
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con tierras de El Coronil y finaliza con tierras del término de Villamartín, cinco leguas y media; siguiendo el mismo camino que va a El Coronil, dos leguas y media; por esta parte a la villa de Los Molares, media legua; siguiendo el camino de Piedra Hincada, lindando con Los Molares y la villa de El Arahal, legua y media; por el camino que va a El Algarabejo, dos leguas y cuarto; por el que va a Torre del Abad, una legua; por el que va a Mairena, legua y media; por el que va a la hacienda de La Paz, legua y media; por el molino de Porta-Coeli al molino de La Higuera, que llega ya a lindar con dicho arroyo de San Juan, dos leguas. Hacia 1850, medía el término de norte a sur seis leguas, en tanto que de este a oeste no se alargaba más allá de las cuatro leguas, con estos límites: al norte, el partido judicial de Alcalá de Guadaira; al este, el de Morón de la Frontera; al sur, Arcos de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda; y al oeste, el propio río Guadalquivir (Morales 1981, p. 10). Los límites descritos se han mantenido en líneas generales hasta la actualidad, salvo una parte de la Marisma que fue enajenada en los años 1920: se extiende por los confines meridionales de la provincia de Sevilla, hasta llegar a lindar con la de Cádiz. Tiene por límites: al norte, Alcalá de Guadaira y Los Palacios; al este, Morón de la Frontera, Los Molares y El Coronil; al sur, la provincia de Cádiz (Arcos de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda); al oeste. Las Cabezas de San Juan y Puebla del Río. Abarca en su totalidad 681.34 km2 (Mena et alii 1987, p. 11) Podemos dividir el término municipal en tres unidades: 1. SECTOR OCCIDENTAL (Unidad cuaternario) Corresponde al sector más occidental del término municipal limitando con el río Guadalquivir y el Brazo del Este, en su límite más occidental, y con los términos municipales de Los Palacios y Villafranca , por el Norte, y Las Cabezas de San Juan, por el Sur. Pinzón, Trajano y el Torviscal son los núcleos de población más significativos de esta unidad. Geológicamente está constituida esta zona por los aportes sedimentarios de épocas más recientes (Cuaternario) con una litología de limos y arcillas procedentes fundamentalmente de aportes fluviales. La granulometría de estos sedimentos es muy fina y estos hace que los terrenos tengan una fuerte tendencia a la hidromorfía. Estructuralmente no han sido afectados por procesos orogénicos importantes, por lo que el terreno presenta una topografía muy plana. El modelado del terreno viene, pues, determinado por la litología de limos y arcillas cuaternarias de este sector: al tratarse de arcillas sedimentarias aportadas por la red hidrográfica los materiales quedan sueltos y uniformemente repartidos por un suelo de pendiente llana que constituía un antiguo fondo de lago y cuya lenta colmatación engendró en su día una marisma ahora desecada. En una casi total ausencia de procesos erosivos nos encontramos con levées, meandros colmatados y algunos conos de deyección constituidos por acumulaciones de materiales al pie de relieves más pronunciados. Geología y relieve determinan, genéticamente, el tipo de suelo de esta unidad. En general son suelos salinos y arcillosos propios del medio sedimentario que les ha dado origen. Podemos distinguir:
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- Solonchanks takiricos y Gleicos (A-C) Son suelos con alto contenido en sales solubles y con un perfil pocoevolucionado que se ha formado en un entorno propio de marismas. Este tipo de suelos suelen encontrarse en distintos puntos de la geografía andaluza sobre margas yesíferas del Mioceno o sobre algunas margas yesíferas triásicas. No obstante aquí se deben al aporte de las arcillas y limos de marismas mareales favorecido por una topografía de llanuras de tierras bajas de Guadalquivir. En zonas muy deprimidas se forman lucios que proceden de la desecación de antiguas lagunas saladas y con un alto contenido en sales; sin embargo, en las partes ligeramente más altas, el contenido de sales en los horizontes superiores disminuye considerablemente por lo que parte de estos suelos pudieran clasificarse bajo el taxón de vertisoles salinos más que típicos solonchanks. - Vertisoles Pélicos (A-C) También son suelos poco evolucionado y muy condicionados por el material originario. La característica principal de éstos es su alto contenido en arcillas, superior siempre al 30%. Como consecuencia de la presencia de arcillas no son infrecuentes los movimientos internos del suelo provocados por procesos de expansión y contracción debidos a la pérdida de agua por efecto de la evaporación. Dependiendo de la naturaleza de las arcillas serán los cambios de volumen que experimenten, dando lugar a un microrrelieve típico: gilgai, presencia de grietas, cuñas, slickensides. - Fluvisoles (A-C) También suelen ser suelos poco evolucionados y muy condicionados por la topografía. Se forman a partir de cursos de ríos y los materiales flúvicos que estos aportan en las periódicas inundaciones a que da lugar el régimen fluvial, incluso si el río está represado. Normalmente la acumulación de la materia orgánica se reparte muy irregularmente, siendo a veces, abundante en las zonas bajas del perfil edáfico. La vegetación natural de este sector ha desaparecido completamente y toda la superficie está dedicada actualmente a los cultivos herbáceos en regadío: arroz (Oriza sativa L.), algodón (Gossypium Hirsutum L.). Dos especies vegetales que necesitan mucho agua y toleran bien los suelos salinos e hidromorfos. Tan solo en su extremo occidental, en el Paraje Natural del Brazo del Este, nos encontramos con vegetación natural y la presencia de una numerosa e importante comunidad ornitológica muy vinculada al Parque Nacional de Doñana. 2. SECTOR SUR (Substrato Triásico) Al Sur del Embalse de Torre del Águila, hasta limitar con los términos de Espera y Villamartín, y con una total ausencia de núcleos de población, se extiende una amplia región dedicada a pastos y con un importante valor paisajístico.
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Geológicamente está formado por materiales del Mesozoico con una litología predominante de materiales detríticos procedentes de la erosión de las Subbéticas: conglomerados, arenas y arcillas fundamentalmente. Pero quizás lo más destacable son las margas yesíferas del Trías que le dan el carácter geológico a todo este sector. Geomorfológicamente, colinas, cerros y lomas son las forman dominantes de un relieve sobre arcillas, calizas y yesos. Allí donde se ha encajado la red de drenaje encontramos las formas típicas de llanuras aluviales. Pocos son los cerros y relieves estructurales que han quedado en esta área, siendo, sin embrago, la zona que alcanza valores altitudinales más altos llegando a cotas que superan los 250 m de altitud, lo que contrasta bastante con la escasa altitud del Sector Occidental, casi siempre por debajo de los 10 m sobre el nivel del mar. Los suelos que se forman sobre estos materiales del Trías son: - Cambisoles vérticos (A-Bw-C ) Suelos, que como se observa en su perfil son muy evolucionados, presentando siempre un horizonte B característico, y en general, presentan un intenso cambio de coloración en cada nivel. - Regosoles calcáreos (A-C) Menos evolucionados que los anteriores se forman sobre materiales originales siempre sueltos o con roca dura a más de 25 cm, y calcáreo entre 20 cm y 50 cm desde la superficie del suelo. En cuanto a los usos de suelo se refiere, en este espacio predominan las formaciones de matorral disperso con arbolado y los pastizales. Es un área muy poco edificada donde predomina el uso ganadero de los terrenos. 3. SECTOR NORORIENTAL (Substrato terciario) Es la zona más densamente poblada, y con dos áreas claramente delimitadas: la más al Norte, donde se asienta el núcleo urbano de utrera, es un área muy transformada por las crecientes obras de infraestructuras, que se mezcla a modo de mosaico con espacios dedicados a cultivos, y algunos restos de espacios naturales; por el contrario, un poco más al sur, son los cultivos herbáceos de secano (trigo y girasol) los que imprimen el carácter a la zona. Geológicamente la región , salvo la zona más occidental del municipio, tiene su origen en materiales sedimentarios de época Terciaria.; los más antiguos, corresponden al Paleógeno, que en el Sur monta a los sedimentos del Triásico haciendo aflorar margas, areniscas y lutitas de carácter sedimentario. Por el contrario, la mayor parte de los sedimentos de este periodo corresponden a los estadios finales del Terciario, tratándose de materiales neógenos con un rico mioceno de margas y areniscas (Mioceno Inferior y
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Medio) y de calcarenitas y margas (Mioceno Superior) que geológicamente la relacionan con la formación de los Alcores. Fisiografía inclinada a moderadamente escarpada como rasgo general del relieve, destacando los relieves tabulares asociados a areniscas, colinas y lomas de disección, con fuerte morfología denudativa en algunos puntos concretos (conos de deyección, deslizamientos y solifluxión). En las zonas de influencia fluvial, terrazas, llanuras aluviales y lomas. En cuanto a tipos de suelos, aquí se presentan una mayor variedad; en relación con la complejidad del terciario de la zona y el sustrato sobre el que se asienta cada unidad podemos diferenciar los siguientes tipos:
- Luvisoles cálcicos Los luvisoles se dan en cualquier clima, excluido los tropicales y subtropicales, sobre arcillas normales. - Planosoles eutricos (A-E-Btg-Bt-C) Suelos con árgico y muy evolucionados que se forman en topografías planas. Son suelos con hidromorfía superficial en el horizonte E y con límite E/Bt con cambio textural brusco. El drenaje por tanto es malo. El planosol éutrico posee un horizonte A ócrico y saturación de bases elevada siendo típicos en las proximidades de las marismas. Cuando se producen lluvias abundantes aparece un manto de agua colgado entre los horizontes E/Bt dando lugar a horizontes gleycos o pseudogleycos. - Vertisoles pélicos (A(B(C) Es un vertisol con drenaje externo reducido o nulo; se presentan en relieves llanos con un material original formado de margas, calizas margosas o sedimentos calizos; su textura es arcillosa como la de todos los vertisoles, y con una proporción superior al 50%. - Rendsinas (A-C) Son suelos típicos de relieves ondulados en pendientes que van desde el 3% al 10%. El perfil es poco evolucionado, el drenaje bueno y la textura oscila entre franca y arcillosa. En cuanto a usos de suelo, la parte Suroccidental se encuentra dedicada casi exclusivamente a herbáceos de secano, mientras que la Norte presenta más variedad de cultivos (forzados bajo plástico, frutales de regadío, olivares y viñedos, en secano o en regadío). Es también el área donde se encuentran espacios naturales más protegidos
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(lagunas de Zarracatín, Arjona y Alcaparrosa, embalse de la Torre del Águila y Salinas de Valcargado), todos vinculados a zonas húmedas más o menos transformadas con restos de vegetación natural y una importarte riqueza faunística.
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IV. 3. Historiografía Arqueológica y Análisis Toponímico
IV.3.1. Historiografía Arqueológica
Las investigaciones arqueológicas sobre la Campiña utrerana destacan por la atención preferente al mundo romano y, con menor frecuencia, por los restos prehistóricos de mayor monumentalidad, como los dólmenes. En especial, ha sido el interés por los tres grandes yacimientos arqueológicos del término el que ha centrado la mayor parte de las investigaciones: Torre del Aguila (Siarum), El Casar (Salpensa, Facialcázar) y Torres Alocaz (Ugía) – en este último caso, la tradición historiográfica la ha identificado con Las Cabezas de San Juan, si bien hoy se identifica Ugia con Torres Alocaz. Estos yacimientos, conocidos de antiguo, fueron ya estudiados en el siglo XVII por Rodrigo Caro (1604, 1634) –y según el mismo Caro por Ambrosio de Morales antes que él-, y son los que han conservado evidencias materiales más sobresalientes. Otros yacimientos señalados por Caro fueron las Salinas de Valcargado, cuya explotación asociaba a la propia Salpensa, y el puente de La Alcantarilla. También señalaba Caro hallazgos de epígrafes en Fuente Lozana, cuyo topónimo aún perdura en este territorio y donde hemos encontrado un importante yacimiento. Caso aparte es el yacimiento del núcleo habitado de Utrera, que si bien ha sido escasamente estudiado desde la perspectiva arqueológica, cuenta con referencias de epígrafes romanos en los catálogos (Rodrigo Caro, Hübner, Cean Bermúdez, CILA...), de cuya procedencia del término municipal cada vez quedan menos dudas. Los estudios referidos a la ciudad no difieren en exceso de la escasez de estudios históricos con la que cuenta su término, aunque las fuentes de información son mayores, en especial para época bajomedieval y moderna. Las investigaciones posteriores recopilarían las informaciones aportadas por Rodrigo Caro, incorporando algunos datos nuevos, especialmente referidos a epigrafía y numismática (Enrique Flórez, en el siglo XVIII, Ceán Bermúdez -1832-, Cortés y López –1836-, Madoz –1849-, Delgado –1873-, Hübner –1869 y 1892-). Por su parte, los cronistas e historiadores utreranos de los siglos XVIII y XIX, sucesores de Caro (Boza Rivera, Río Sotomayor y Meléndez), no atendieron al estudio del término municipal. Otras aportaciones de carácter más general se deben a autores de finales del siglo XIX, como las de Candau (1894) y Cañal (1894 y 1896), quienes en sus obras sobre yacimientos prehistóricos de la provincia de Sevilla señalaban las primeras referencias sobre el Calcolítico de la Campiña Sureste sevillana.
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Nada encontramos referido al término utrerano en las obras escritas por Bonsor sobre los establecimientos prerromanos del valle del Guadalquivir (Bonsor 1899 y 1931), salvo las menciones de Siarum y Salpensa que recopila de Plinio. En cambio, sí resulta interesante el estudio de Thouvenot sobre el puente de La Alcantarilla y algunas referencias sobre las poblaciones romanas de este territorio (Thouvenot 1940). Durante el siglo XX los estudios numismáticos son escasos, incluyéndose en obras generales los tipos numismáticos de Siarum y Salpensa, como sucede en la obra sobre moneda hispánica de Vives y Escudero (1924). Los estudios de Michel Crawford durante los años 1970 contextualizarían los tipos monetarios en sus ámbitos socio político y económico. Más adelante se encontrarán estudios de algunos tesoros localizados en el término municipal, como el estudiado por Villaronga procedente de Cerro Casal – que ha de referirse a cerro del Casar, puesto que no existe el topónimo Casal en el término utrerano y el Casar conocemos que se corresponde con la ciudad romana de Salpensa- (Chaves 1996). La profesora Chaves ha estudiado otros tesoros en el término, como el del Cortijo de Juan Gómez, que se localiza en realidad en el término de Los Palacios, donde se halla este cortijo, y donde hemos tendido constancia de la existencia de un yacimiento a partir de fuentes orales. Por otra parte, los estudios epigráficos son llevados a cabo mediante recopilaciones de datos ya conocidos, como la de Vives (1942), o los particularizados sobre algunas piezas, como los de Schlunk (1940) y Schlunk y Hauschild (1978) sobre el altar paleocristiano de Salpensa; otros estudios específicos sobre los epígrafes utreranos son abordados por González -1988 y 1996-. En este tipo de estudios han sido especialmente relevantes las investigaciones en relación con el estatus jurídico de los yacimientos de época romana. Esto ha sido debido al hallazgo de los bronces de Salpensa y Siarum, y, en el caso de la Ugía, a su situación geográfica en la frontera de dos Conventos Jurídicos. El bronce de la “Lex Salpensae”, conocido desde su hallazgo en Málaga en 1951, fue estudiado inicialmente por especialistas alemanes y, como se ha señalado, centrando el objeto de estudio en aspectos jurídicos, pero sin aportar datos arqueológicos precisos sobre el yacimiento. Entre los primeros investigadores destacan: Mommsen (1855), Asher (1867), Dirksen (1857), Capei (1855), Bambrach (1868), Rodríguez Berlanga (1853), Hardy (1890)... Posteriores estudios han incidido sobre las interpretaciones anteriores, como el estudio sobre epigrafía jurídica de la España romana de D’ors, en el que se hace un extenso análisis del bronce salpensano. Más recientemente tuvo lugar el hallazgo de la “Tabula Siarensis” a unos 16 Kms. de Utrera, en el entorno de la Torre del Aguila y proximidades del poblado de La Cañada: fueron encontrados en 1982 (?) dos fragmentos de bronce con diversas disposiciones relativas a los honores fúnebres tributados a Germánico con motivo de su fallecimiento en Antioquia (19 d.C.). Su importancia ha dado lugar a estudios específicos, como los realizados por González y Fernández (1981)22 y otros monográficos, como el de SánchezOstiz (1999). Desde mediados del siglo XX, a los escasos estudios realizados, se añaden algunos nuevos aunque de escaso alcance: se trata de los breves estudios de algunas piezas escultóricas 22
La fecha del hallazgo la hemos obtenido de este articulo de la Revista IVRA (nº XXXII), que siendo una publicación de 1981 nos obliga a cuestionar que el hallazgo se produjese en 1982.
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(Luzón y León 1972, Chapa Brunet 1980, Romero y Escudero 1991) o arquitectónicas (Jiménez 1975). Lo cierto es que, tras Rodrigo Caro, el conocimiento sobre la localización de yacimientos arqueológicos en la zona de estudio apenas si se incrementó hasta los años 1980. Así, aunque los estudios de catalogación de yacimientos arqueológicos en el territorio que estudiamos han disfrutado las tendencias generales de la provincia, en realidad han tenido atención dispar con respecto a otras zonas mejor estudiadas. Desde las primeras directrices para la confección del Catálogo Monumental y Artístico de España (Real Decreto de 8 de junio de 1900) el estado ha ido engrosando lentamente y de manera asistemática la catalogación de los Bienes Culturales. En este sentido encontramos la iniciativa inconclusa –sólo se completaron los municipios hasta la letra G- de los años 1940 del Catálogo Arqueológico y Artístico de la provincia de Sevilla por J. Hernández Díaz, J. Sancho Corbacho, y F. Collantes de Terán y de Cádiz en los años 20 por R. Romero de Torres, supuso un trabajo de alta calidad en esta línea de trabajo aunque lógicamente desfasada y que no alcanzó el estudio del municipio de Utrera, sobre el que tan sólo podemos encontrar notas dispersas en el estudio de poblaciones vecinas, como Las Cabezas de San Juan o Dos Hermanas, y en referencias a caminos que atraviesan el término. En la acepción de puro inventario artístico también contamos con el Inventario Artístico de la Provincia de Sevilla encargada por el Ministerio de Cultura (F. Amores, y Otros, 1980) que en su tomo II incluye el término municipal de Utrera. Este Inventario recoge en mayor medida el patrimonio urbano pero incluye algunos hechos rurales con interés arquitectónico tales como torres medievales. De interés resultan las prospecciones aéreas de la provincia de Sevilla por Didierjean entre 1977 y 1978, patrocinadas por la Casa de Velázquez (misión HISPAIR 78), que supusieron la localización de algunos yacimientos arqueológicos pertenecientes al término municipal de Utrera. Las características fisiográficas y el régimen de cultivos de la campiña favorecieron la localización de los mismos mediante estas técnicas de prospección aérea, resultando los períodos de maduración de cereales (abril-junio) los más propicios para su empleo. Hay que destacar que la localización preliminar mediante técnicas aéreas se corroboraba con la recogida de materiales en superficie para su contraste. Aunque en la publicación de estos estudios (Didierjean 1979) se expusieron algunas de las fotografías, el conjunto de ellas se encuentra en la fototeca de la Casa de Velázquez (Ciudad Universitaria, Madrid-3). Indicamos, no obstante, que el número de yacimientos detectados no fue elevado: cinco (en realidad solo cuatro) yacimientos ubicados en el término municipal de Utrera, de un total de treinta y tres en toda la zona estudiada. Los yacimientos señalados fueron: La Ventosilla, Las Alcantarillas, Maribáñez (de facto perteneciente al término de Los Palacios), Torre del Águila y Guadalema, este último de especial interés ya que no ha sido recopilado en los postreros inventarios de yacimientos; en todos estos lugares hemos localizado sitios arqueológicos que pudieran corresponderse con los citados. Una aportación significativa a la arqueología del término municipal se debe al que fue cronista de Utrera, Manuel Morales, cuya indicación de diversos yacimientos arqueológicos ubicados en el término municipal resulta hoy de gran interés -véanse, por
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ejemplo, sus descripciones sobre el complejo funerario de la Cruz del Gato-(Morales 1981). Con todo, la iniciativa más importante en cuanto a número, localización y caracterización de yacimientos arqueológicos se debe al Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla: la confección de Cartas Arqueológicas de las provincias de Cádiz y Sevilla. La Carta arqueológica de la campiña sevillana (Zona Sureste I) de Ruiz Delgado (1985) y la de Montellano de Oria et alii (Oria et alii 1991, Velasco et alii 1990a y 1990b), con diferente calado pero con la aportación de un buen número de yacimientos arqueológicos catalogados en cada caso, suponen hoy, en lo que al término de Utrera corresponde, la base de la información incluida en el Inventario de Yacimientos Arqueológicos de Andalucía (base de datos DatARQUEOS de la Junta de Andalucía) y que a continuación destacamos. Los estudios señalados abarcaron una amplia franja de terreno que incluía respectivamente buena parte de las hojas 1020 y 1035 del Mapa Topográfico Nacional a escala 1:50.000 pertenecientes al término municipal. El conjunto de datos abarcaba desde época prehistórica hasta época medieval. Desde el año 1984 la Consejería de Cultura, a través de sus Delegaciones Provinciales, ha venido realizando o exigiendo la redacción de inventarios arqueológicos y alguno etnológico (Catálogo de Fuentes) con estrategias relacionadas con la actualización del planeamiento urbanístico, en cuyo contexto se enmarca el trabajo que nos ocupa. Actualmente se concibe la catalogación de bienes culturales como una tarea más dinámica y activa en la que la relación de la Administración con la Sociedad debe ser frecuente. La necesidad de dar respuesta a las necesidades sociales de Patrimonio Cultural y Natural y, sobre todo, su implicación en beneficios económicos mediante la dinamización turística de un territorio, ha obligado a la Administración a asumir políticas culturales más activas. Un caso ejemplar en este sentido ha sido el proyecto de Informatización de Yacimientos Arqueológicos de Andalucía (IYAA,1996) desarrollado por el Centro de Documentación del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico en colaboración con el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla y que constituye la base de la Cartografía Digital del Patrimonio Arqueológico de Andalucía utilizada en la gestión del Patrimonio Arqueológico por parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Especialmente trascendentes, por lo que se refiere al conocimiento de nuestro término municipal, resultan los sondeos geológicos realizados Schulz et alii en 1992 para la delimitación de la línea costera holocena en el curso bajo del Guadalquivir, entre Sevilla y su desembocadura en el Atlántico (Schulz et alii, 1995). La realización de un buen número de perforaciones en la margen izquierda del río, utilizadas para la caracterización de perfiles sedimentológicos del reborde paleogeográfico, sirven hoy para establecer un límite de las zonas ocupadas históricamente y las dominadas por el antiguo mar, así como para definir el carácter del poblamiento al oeste del término municipal. Esto fue hecho inicialmente por Arteaga y Roos (AAA’92, 1995), como complemento de la investigación arqueológica a los señalados estudios geológicos. Aunque la definición y el carácter de las prospecciones realizadas para delimitar la ocupación humana prehistórica y romana en las márgenes del antiguo Lagus Ligustinus no han quedado suficientemente explicadas en los trabajos que conocemos, sí se pueden extraer algunas conclusiones de los datos aportados, al indicarse la ubicación de algunos yacimientos pertenecientes a nuestro término municipal. Destaca no obstante la existencia de un vacío de datos arqueológicos precisamente en las márgenes del
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antiguo mar situadas entre Las Cabezas de San Juan y Los Palacios, lo cual obedecía a la inexistencia de estudios previos, ya que aunque se encuentra mayor densidad de asentamientos en el encuentro con las zonas situadas por encima de las cotas actuales de diez metros sobre el nivel del mar, la presencia de otros en la misma hipotética línea de costa corrobora parcialmente la hipótesis. Decimos parcialmente porque la coincidencia muy aproximada de algunos tramos de la hipotética costa con los límites de la marisma a principios del siglo XX (véase plano 40) plantea dudas precisamente a su paso por el término de Utrera. Un importante avance en la gestión de este patrimonio arqueológico en ámbito rural ha venido de la mano de los estudios de impacto ambiental exigidos por la Consejería de Medio Ambiente, que al requerir el parecer de la Consejería de Cultura ha posibilitado el establecimiento, con anterioridad a la ejecución de obras, de cautelas arqueológicas apropiadas para la protección de posibles hallazgos. Sin embargo, aunque estos estudios se realizan desde los primeros años 1990, su mayor incidencia se ha dado a partir de 1995, cuando los gastos derivados de estas actuaciones fueron asumidos por el promotor de cada obra, y sobre todo con la incorporación definitiva de la base de datos DatARQUEOS a la gestión cartográfica del este patrimonio en las diferentes Delegaciones Provinciales de Cultura desde 1997. Con todo ello, hoy se posibilita una anticipación de la administración tutelar a la afección de las diferentes obras, en especial mediante la exigencia de prospecciones arqueológicas previas a las obras proyectadas (infraestructuras, transportes, urbanizaciones...). En cuanto a la realización de excavaciones arqueológicas, su práctica ha sido excepcional tanto en Utrera como en su término. La primera excavación oficial tuvo lugar hacia 1976 y fue realizada por el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla: la excavación de la necrópolis iberorromana del Olivar Alto, situada en la actual barriada del Tinte de la ciudad de Utrera (fuera del Conjunto Histórico), cuyos hallazgos se hallan aún expuestos en diversas dependencias del citado museo, aunque sin que se haya aportado un informe de resultados a la comunidad científica. La importancia de esta excavación ha de destacarse a tenor de los hallazgos expuestos, pero no se ha demostrado aún una voluntad de tutela con respecto a la información arqueológica. En 2005 se volvió a realizar una excavación en la necrópolis del Olivar Alto, que sin duda aportará nuevos datos sobre la ocupación calcolítica e íbero-romana de la zona. Se conoce la realización de una pequeña actuación arqueológica en la calle Cristo de los Afligidos, donde se estudiaron los materiales de un pozo con abundante material cerámico de la misma cronología que la necrópolis indicada; igualmente se carece de datos publicados, salvo unos datos organizados por Dª Concepción Florido y que nos ha facilitado amablemente. Como control arqueológico de movimientos de tierras, podemos entender algunas noticias anteriores a 1976, ofrecidas unas por Rodrigo Caro en el siglo XVII y otras por Manuel Morales a mediados de siglo XX. El primero señala algunos hallazgos en obras realizadas en el Conjunto Histórico de Utrera y excepcionalmente en su periferia. Morales en cambio, publicaba en 1981 precisas observaciones obtenidas durante el transcurso de las obras realizadas en el actual campo de fútbol San Juan Bosco, que supusieron la eliminación de los restos de una villa romana y cuya naturaleza conocemos gracias a esta documentación excepcional. La obra de Morales resulta de especial interés, al realizar el seguimiento de las obras que afectaron a los Dólmenes de la Cruz del Gato en los años 1950. De hecho, en el caso de La Cruz del Gato I y II, se puede considerar estas actividades como las primeras
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excavaciones arqueológicas del término municipal de Utrera, cuyos resultados publicados (Morales 1981) son bastante completos en relación con la metodología imperante en 1950 y 1955, años en los que respectivamente se realizaron. Destacan también sus descripciones sobre los hallazgos en las necrópolis de El Monumento23, situada a unos tres Kms de Utrera, en dirección a Los Palacios, y no incluida en los actuales inventarios de yacimientos. Una excavación arqueológica más reciente realizada en el término se debe a Cruz Auñón y Rivero (1987), quienes realizaron en 1985 la excavación arqueológica de la sepultura calcolítica del Junquillo, estructura subterránea en silo o cueva artificial. No hemos encontrado publicado el registro documental de esta intervención, salvo la somera descripción realizada en el Anuario Arqueológico de Andalucía de 1985, carente de planimetría de localización y de los hallazgos. Aunque no estrictamente arqueológica, pero con conclusiones de trascendencia arqueológica, se cuenta con la excavación paleontológica realizada en 1989 en el Cerro de la Atalaya –UTM 30STF08949, en las estribaciones de la Sierra de Cádiz, a 6 Km del cruce de Las Cabezas hacia Montellano- (Bernáldez y López 1991), cuyo estudio faunístico se ha datado a principios del Pleistoceno medio (aprox. 700.000 B.P.) o finales del Pleistoceno inferior (aprox. 1.000.000 B.P.) y con una importante secuencia bioestratigráfica, única en Europa (asociaciones superpuestas del Plesitoceno inferior-medio). La importancia del yacimiento se destaca tanto desde el punto de vista tafonómico, como paleontológico e incluso arqueológico, ya que en él se ha detectado una especie de gran interés biocronológico y filogenético (A. Chalinet) que se ha encontrado asociada con fósiles humanos en otros importantes yacimientos (Atapuerca y Cueva Victoria). Conocemos la realización de una intervención arqueológica en la parcela catastral número 63, polígono 85, mencionada en la relación de intervenciones arqueológicas efectuadas en 1999 y que ofrece la Delegación Provincial de Cultura en el Anuario Arqueológico de ese año (Montaño 2002). No existe, a nuestro pesar, una síntesis de la actividad en la citada publicación. Más recientemente se han realizado seguimientos arqueológicos de algunas obras en el interior del Conjunto Histórico de Utrera por iniciativa de los miembros del equipo redactor del Plan Especial de Protección (Mendoza, Amores y Pérez Quesada 2003-2006), a partir de cuyos resultados se comienza a reconocer el proceso de ampliación de la ciudad moderna hacia el norte de la población amurallada inicial y, en especial, la extensión aproximada de los asentamientos calcolítico e ibérico de Utrera. Por lo que se refiere a los yacimientos de época medieval, fundamentalmente han recibido cierta atención las torres situadas en la Banda Morisca: línea de torres bajomedieval que defendía por el sur el Reino de Sevilla frente a incursiones musulmanas y que se extendía desde el oeste de Utrera hasta el este de Algámitas y desde el sur del río Guadalete en su tramo medio a la campiña sur sevillana de Morón y Arahal. En el término de Utrera se localizan las siguientes: Castillo de Utrera, Alcantarilla, El Águila, Troya, Ventosilla (desaparecida), Torres Alocaz, Bollo, Lopera. Apuntamos un nuevo registro que queda por confirmar ya que hemos tenido un acceso limitado al lugar: Torre de la Marisma, en el cortijo homónimo; así como otro posible que habría que estudiar con detalle, como es la 23
En realidad el topónimo del "El Monumento" no se corresponde con la ubicación de este yacimiento que efectivamente hemos localizado en el punto señalado.
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torre de las salinas de Valcargado. Los estudios que sobre estas torres han sido realizados tienen escasa tradición y se vinculan a estudios más genéricos de toda la Banda Morisca realizados por Manuel Vera, Magdalena Valor, García Fernández y González Jiménez. Por otra parte, el estudio sobre la repoblación de la campiña a partir del siglo XIII ha recibido importantes aportaciones desde la edición de Julio González (1951) del libro sobre el Repartimiento de Sevilla. Fundamentalmente han sido los profesores de la Universidad de Sevilla, González Jiménez y García Fernández quienes han sintetizado la repoblación realizada durante el siglo XIV, de carácter preferentemente nobiliario, y que en el caso de la campiña utrerana se observa en la puebla otorgada en Gómez Cardeña. El estudio individualizado de estas edificaciones se inicia con el realizado sobre los castillos del Reino de Sevilla por Collantes de Terán (1953), quien describe el Castillo de Utrera y la Torre de Lopera incluyendo un somero estudio histórico. Posteriormente Morales (1975 y 1980) abundaría en el estudio del Castillo de Utrera y el amurallamiento bajomedieval de la población, así como en el estudio de las torres del término y otras del entorno: El Águila, Las Aguzaderas, La Alcantarilla, Torres Alocaz, El Bollo, Lopera, Matrera, y La Membrilla, Castillo de los Molares y Troya. Por su parte, el Inventario Artístico de la Provincia de Sevilla (Amores et alii, 1980) describe ligeramente las torres de Troya y El Águila. Ya sobre época moderna destacan los estudios sobre el Régimen de propiedad realizados por Romero Alonso (1978), así como la importante documentación existente sobre este particular el Archivo Municipal de Utrera: -
AMU, Deslinde y amojonamientos de baldíos, dehesas, exidos, cañadas, abrevaderos, cortijos e hijuelas de este término. Se trata de tres gruesos legajos en becerro, copia de 1723 de uno anterior del siglo XVI (alrededor de 1574). AMU, Catastro de La Ensenada (1755-1760). Sólo se conserva el segundo tomo. AMU, Relación de bienes que pertenecieron a vinculaciones y mayorazgos (1831-32), motivada por la Real Instrucción de 1829 (art. 19) por la que Hacienda solicitaba a los ayuntamientos puntual nota de dichas propiedades.
IV.3.2. Análisis Toponímico
La toponimia, según el DRAE, es el estudio del origen y significación de los nombres propios de un lugar. Además de ofrecer información sobre los distintos sitios, analiza los símbolos de los nombres de un lugar y de los apellidos. En relación con los topónimos observados en el término de Utrera se observan varios tipos: los que aluden a restos arqueológicos o edificios ruinosos (Mármol, Monumento), los antropónimos y topónimos referidos a quienes ocuparon o fueron titulares de un lugar en algún momento (Gómez Cardeña, Roncesvalles) y los que hacen alusión a alguna característica geográfica o natural del sitio (Dehesilla, Cañada). Del mismo modo, se ha observado toponimia desde época
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prerromana (que no permanece hoy, caso de Salpensa o Siarum), romana (Ruchena), árabe (Algarbe, Majalquivir) y castellana. Referentes al área que nos ocupa se encuentran varios estudios toponímicos: - La investigación más reciente tuvo lugar en 1990 por Stephan Ruhstaller, doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Zurich, con su obra “Toponimia de la Campiña de Utrera, estudio lingüístico e histórico”. En la misma fecha, publicó en ALQANTARA, Revista de Estudios Árabes, el artículo Al-Aqwas-Alaquaz-Alocaz: Un Topónimo Sevillano. - Morales (1981) propone en sus Notas para la historia de Utrera el origen toponímico de una amplia relación de fincas utreranas. Del mismo modo, aporta en muchos casos la titularidad de las mismas desde fines de época medieval, por lo que su estudio resulta de gran valor. - En 1959, García de Diego publica en Archivo Hispalense el Estudio histórico-crítico de la toponimia mayor y menor del antiguo reino de Sevilla. Igualmente, han sido útiles otros trabajos de carácter histórico que permiten conocer la antigüedad de algunos topónimos. Se han consultado El libro del Repartimiento, de Julio González (1959), el libro de Donadíos de Sevilla y La propiedad nobiliaria de la tierra en la campiña sevillana a finales del antiguo régimen, de Romero Alonso (1978).
Relación de topónimos Topónimos de origen prerromano. Se reconocen tres topónimos de origen indoeuropeo o prerromano. Pertenecen precisamente a los tres grandes asentamientos que dieron lugar a las ciudades romanas de Salpensa, Ugia y Siarum. José Luis González (http://siarum.host.sk/castillos/utrera/aguilas/searo-indígena.htm) apunta que el nombre de Siarum proviene de la voz *sar-, relacionada con la hidronimia europea Sara, Sora, Sura. Señala que la población nativa debía pronunciarlo como Searo(n), latinizándose en época romana, pasando a Siarum. Del mismo modo propone dos posibles orígenes para el nombre de Ugia: 1) Procedente de *wek-/wok-/uk- con el significado de `doblar, curvar, ser curvo´ de uso hidronímico puesto que el arroyo Alocaz da una curva cerrada, precisamente en el lugar del yacimiento. 2) como el lituano `ciudad, lugar de vivienda, granja´. En cuanto a Salpensa, Morales (1981) comenta que en el antiguo término de Salpensa hay unas salinas muy abundantes, por lo que el nombre bien pudiera proceder de esta característica. Ejemplos varios se encuentran en Salacia (Alcázar de Sal) o Salduba (Zaragoza), por lo que intuye que el término “sal” fuera un monosílabo de época prerromana. Del mismo modo, apunta que es habitual encontrar en la epigrafía y hallazgos numismáticos la referencia a Alpesa en lugar de Salpesa o Salpensa. También encuentra paralelos en otras regiones y ciudades peninsulares como Almantica (Salmantica) o Hexitania (Sexitania). Ptolomeo, asímismo, pone en el mismo sitio un lugar al que llama Pesula, que podría traducirse como el diminutivo de Salpesa. Delgado (1873), piensa que Salpensa se puso derivándolo de Sal-ali (Sal) y de Pensor-Pensar
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(Pesar), cambiándole así el nombre fenicio por otro que más se acomodara a la ocupación de sus habitantes, que se dedicarían a los salsamentos. Roma trataría de variar los nombres antiguos de las poblaciones por otros más fáciles de pronunciar y más significativos en su lengua. Otros autores mencionan que la Salpensa romana fue llamada con anterioridad Salppa o Salippa, de la que derivaría en Salpensa o Salpesa. Mucho más dudoso es el topónimo Valódrigo. En opinión de Caro (1604) "en algunos cortijos y pagos ha permanecido los nombres antiguos, como es el cortijo de Balobrigo, que si creemos a Beroso, y su Viterbiense, fue nombre de un rey de España". Morales (1981) señala que Balobrego pudiera ser nombre muy antiguo, quizás ibérico. Topónimos de origen romano. Tan solo se ha detectado un topónimo –un antróponimo – de origen hispanorromano. Se trata de Ruchena, compuesto por un prefijo referente a una persona más un sufijo de origen latino o indoeuropeo. J.M. Pabón propone cuatro nombres de persona que cumplen los requisitos fonéticos para formar el nombre `Ruchena´: Rusius, Rustius, Rutius o Rucius. El hallazgo junto al cortijo de un pedestal en el que aparece el nombre Rutilius apoyaría tal propuesta. Por otro lado, el sufijo –ena podría derivar del latín –anum o –ana, o del indoeuropeo –ena. Otros topónimos que hacen clara referencia a una ocupación romana son precisamente “La Romana” y “los Sestiles” (arroyo de los Sestiles). El sestil se trata de un tipo de elemento constructivo romano. El arroyo de los Sestiles discurre en la margen este de la villa denominada Vega de Lopera. Posiblemente, “Puyón” se trate de un nombre muy antiguo, casi seguramente romano, en opinión de Morales (1981). Topónimos de origen árabe. La presencia islámica ha dejado algunos topónimos que hacen referencia a cortijos o asentamientos de cierta entidad. Así, se han detectado nombres como Alhorín, Majalquivir, Marchamorón, Facialcazar, Alcázar, Alhocaz, Zarracatín, Alcantarilla, Bujadillo, Alcaparrosa, Algarbe, Arrecifes Altos y Bajos y Arroyo del moro. Para García de Diego (1959) la voz “alhorín” procede del árabe al-hori (el granero). Morales (1981), citando a Asín Palacios (1940) piensa que Alhorín significaría Los de Hor, siendo un nombre de tribu o familia. En cuanto a Majalquivir, Ruiz Delgado (1985) sugiere un topónimo de ascendencia árabe, con el significado de gran redil o de espacio grande para guarecer ganado. Según su pronunciación actual vendría de Maysar-al-Kebir = la cortijada grande. Lo mismo ocurre con Marchamorón, de ascendencia árabe puesto que la voz “machar” (maysar) quiere decir cortijada. Sancho Corbacho (1952) señala que la denominación Facialcazar, de origen islámico, hace referencia a circunstancias del lugar (probable presencia de una importante edificación). García de Diego (1959) lo traduce como el campo del castillo o del alcázar. Ruhstaller (1990) señala -al igual que Asín Palacios (1944) y Gayangos que al-Aqwasde origen claramente islámico, vale lo mismo que "los arcos". El problema se plantea cuando se trata de localizar el arco al que se refería. Una hipótesis se plantea con los arcos de algún puente, lo que aparece documentado con "la alcantariella de Alaquaz",
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que hace referencia al puente romano de La Alcantarilla, situado a 12 km de Alocaz, por la actual N-IV. Dada la distancia, no parece que pueda haberse inspirado por los arcos de tal puente romano el topónimo Alocaz. Ruhstaller manifiesta que "los arcos" hacen alusión a la posible existencia de un arco situado en la Vía Augusta a su paso por Torres Alocaz, que correspondería con la romana Ugia. Precedentes del mismo se observan en Tarragona con el fastuoso arco de Bará. Tal arco podría situarse en el límite entre los conventus gaditanos e hispalense, situado, según se piensa, en Torres Alocaz. Carriazo (1959) comenta que los árabes llamaron a Ugia "el mercado" (Alocaz) y "los arcos" (Alacuas). Morales (1981) también observa el significado de "el mercado", al margen de la calzada para aprovechar el trazado y la facilidad de comunicaciones. José Luis González propone que el nombre de Alocaz, de tintes árabes, parece una confusión con el nombre indígena: * ukia> al-ukia-at > Al-ocuaz, con artículo árabe. Esta hipótesis, continúa González, encontraría las dificultades de no presentar palatización, como hubiera gestado la lengua romance. Por otra parte, Zarracatín plantearía serias dudas. García de Diego (1959) señala la voz "Searotinus" < Serratín< Serracatín. Morales (1980) comenta que Asín Palacios estima Zarracatín híbrido de 1.zarra < sarro < searo < siarum 2.-catín ("de los higuerales") En cuanto a Alcaparrosa, Morales (1981) la menciona como tierra de alcaparras, adehesada en 1808 y propiedad del ayuntamiento. Señala que la voz “alcaparra” es árabe (al-kábbar, del griego kápparis = cierto arbusto espinoso). Ruhstaller (1990) señala distintas posibilidades para explicar el topónimo “algarbe”. Algarbe significa en árabe poniente, occidente, aunque también puede ser una alteración real del vocablo árabe “gar” con significado de cueva. No obstante, ambas acepciones no parecen demasiado plausibles -para el topónimo utrerano- siendo más lógico un topónimo procedente de pobladores procedentes de la región del Algarbe. Así, detalla Ruhstaller que el obispo de Silve, situada en el Algarve portugués, hereda tierras en término de Facialcazar, al que pertenecía el sitio conocido hoy como el Algarbe. Bujadillo se trata de un topónimo situado al norte del término municipal de Utrera, extendiéndose fundamentalmente por el término municipal de Alcalá de Guadaira. La zona es conocida popularmente como Bujalmoro. Hace referencia a un borg o alquería fortificada de época islámica, situada íntegramente en término alcalareño. Según Ruhstaller (1990), “arrecife” evoluciona fonéticamente del étimo arabe rasif (dique, calzada). El diccionario de autoridades define arrecife como " calzada o camino empedrado, que se solía hacer antiguamente para comodidad de los caminantes, y para cubrir los pantanos". El topónimo se halla junto a Guadalema de los Quinteros, en la margen este de la actual N-IV. En este lugar existe la evidencia contrastada del paso de la Via Augusta en sus cercanías, por lo que se podría pensar en un topónimo derivado de la presencia de la calzada. No obstante, un poco más al norte nos encontramos con un topónimo denominado Arrecifes bajos.
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Topónimos bajomedievales. Los topónimos derivados tras la conquista cristiana son numerosos. Con el repartimiento, pobladores castellanos obtendrían en donadío o heredad las tierras del sur de Sevilla, en la actual Utrera. Se observan dos topónimos – Gómez Cardeña y Lopera - directamente originados por el proceso de repoblación del siglo XIII. Ruhstaller (1990) considera `Gómez Cardeña´ un topónimo del tipo antroponímico en relación a un individuo beneficiario del Repartimiento efectuado tras la Reconquista. Según el libro del Repartimiento heredó un tal Gómez Cardeña tierras de Alaquaz. Recibiría estas tierras en forma de donadío tal como aparece en el documento de 1506, y el de 1394 (Mayordomazgo) alude a la importancia militar del sitio. Por otro lado, existe una pronunciación popular - Mercadeña - resultado de una metátesis y favorecida por una etimología popular derivada del término “mercado”. En cuanto a Lopera, García de Diego (1959) considera que tras la reconquista, "las almas de los españoles" tenían el deseo de preponderancia general por lo que nombres antiguos trataron de ser sustituidos por otros de origen castellano y cristiano, si bien muchos de ellos mantuvieron el nombre antiguo. No ocurrió así con Lopera. Informa García de Diego que Lopera, concedida a don Lope en el Repartimiento, era conocida anteriormente como Bisçena (hasta el siglo XIII). Morales (1981) propone una posible toponimia derivada de = tierra de lobos. Ruhstaller (1990) cita a J.M.Pabón (Sobre los nombres de la villa romana en Andalucía, 1968) al hablar de los topónimos construidos con un antropónimo + el sufijo latino -aria, dentro de los cuales podría estar Lopera. Otro antropónimo sería “Troya”. Probablemente haga referencia a uno de los primeros pobladores, Domingo de Troya, que recibió tierras en términos de Alaquaz, posiblemente en el sitio donde se ubica el cortijo y la torre de Troya. Otros topónimos también podrían originarse directamente del proceso de reconquista. Es el caso de La Nava, Los Alguaciles y La Montera, que se refieren a oficiales reales, que heredarían como recompensa a las labores militares de conquista. Ruhstaller (1990) piensa que La Nava se trata de un caso de conservación del nombre de un primitivo donadío (La nava de los Ballesteros) del siglo XIII. Tendría como beneficiarios a los ballesteros, oficiales armados del rey aptos para la guardia exterior, especialmente en el alcázar o en la posada. Así consta en el libro del Repartimiento. También comenta que el nombre “Alguacil” - en la época a la que se remonta el topónimo - tenía como significado el de oficial del rey que dirige las milicias en la guerra y en la paz mantiene el orden de la ciudad, persigue los robos y otros delitos con la ayuda de rondas y guardas. El sitio pertenecería a un importante personaje medieval donado con motivo del Repartimiento a principios de los años cincuenta del siglo XIII. En cuanto a la Montera, se encuentra mencionado en el Libro del Repartimiento como una donación real, concedida a un grupo de oficiales, los monteros, encargados de buscar la caza en el monte cuando salía el rey a cazar. En el libro del Repartimiento se habla de la heredat para pan en termino de Alaquas, en Montera, allende el río Salado. Otros topónimos, referidos a emplazamientos militares, eran conocidos en época bajomedieval. Se trata de Torremarisma, las Atalayas o Cerro de la Atalaya. También se observa algún topónimo que hace referencia a la llegada de pobladores de alguna región concreta. Es el caso de Prado del Gallego, Cordel del Gallego y la C.R del Prado del Gallego. Según Ruhstaller (1990), el topónimo -frecuente en la comarca-
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remite al copioso contingente de pobladores gallegos llegados a Andalucía ya desde los primeros tiempos del dominio cristiano. Se hallan algunos topónimos derivados del reparto de tierras a instituciones eclesiásticas. Es el caso de Roncesvalles, Trinidad y San Isidro. Tras el libro del Repartimiento, que concede Roncesvalles al monasterio del mismo nombre, aparece en el Libro de Donadíos en Sevilla. Ladero Quesada (1976) menciona La Trinidad como donadío perteneciente al Monasterio de la Trinidad de Sevilla a principios del XVI. Otros antropónimos bajomedievales deben proceder de las posteriores repoblaciones. Son el caso de los donadíos de Miguel de Uceda, Salvador Díaz, Jaime Pérez, Juan Gómez o Miranda. Otro posible antropónimo sería Mudapelo que según Ruhstaller derivaría del apodo de algún personaje medieval, a su vez inspirado en un determinado rasgo físico. Mayores dificultades plantea el topónimo Utrera. Aparece por primera vez en el Libro del Repartimiento. Ruhstaller (1990) comenta que M.Asín lo encuentra en el Botánico Anónimo, botánico de origen hispanomusulmán. Se conocen varias interpretaciones para el topónimo: - Procedente de Utriculum o Utraria (la otra, en referente a Carmona), en opinión de Rodrigo Caro – Según J.M. Pabón, sería un antropónimo + el sufijo latino – aria. – J.Corominas da como étimo de Utrera el lat. VULTUARIA. Ruhstaller señala que “utrera” es un topónimo que se da con cierta frecuencia en España, y que suele designar elevaciones del terreno. Asimismo, indicar que la forma más adecuada de interpretar el topónimo es como apelativo, buitrera, significando lugar en que los cazadores ponen el cebo al buitre. Ello justificaría el emplazamiento de la actual Utrera, en especial el castillo, sobre una roca de unos treinta metros que se levanta en medio de la llanura. Según el DRAE, “utrera” significa “novilla desde los dos años hasta cumplir los tres”. La relación clásica de Utrera con el toro bravo y su crianza es de todos conocida, por lo que no debiera descartarse una posible relación entre el topónimo y la crianza de utreros/as en el entorno del lugar conocido como Utrera (¿lugar adónde se llevan las utreras para su crianza?). En el libro de donadíos de 1506 se observa una serie de topónimos, aún existentes hoy, por lo que debieron instaurarse en la Edad Media. Son los siguientes: Valcargado, Mármol, Cabrejas, Peñuelas, Parpagón, Cañada, Pinganillo Carrascales, Pescozal, Pardales, Recuero, Ventosilla, Valódrigo, Águila, Algarbe, Herrera, Aguzaderas, Bollo, Lopera, Rubio, Palmar, Caserón, Vercel, Mudapelo, Torbiscal, Cabeza de campo, Suerte Lozana, Montera, Toruño y los ya existentes Facialcazar, Sarro, Alhocaz, Alhorín, Alcantarilla, Zarracatín, Marchamorón, Majalquivir y Ruchena. Anterior al siglo XVI son los topónimo de Chuzona, Cincho, Cobatillas, San Francisco Javier de la Montera, Arduas o Haldudas, Reventones, Carmonilla, Rubio, Reyerta y Reyertilla. Mayores dudas presenta el topónimo arroyo del moro. Noticias orales informan de la leyenda que cuenta que un moro fue asesinado y arrojado al arroyo. Este moro sería cobrador de impuestos e intentaría cobrar impuestos a una mujer que no podría pagar. Topónimos de Edad Moderna.
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En época moderna se configuraría una buena parte de la toponimia existente en el término de Utrera, presentando un origen heterogéneo. Tendremos nombres propios, referencias geográficas (arroyos, montes, caminos), a la vegetación, a restos de edificios o a instituciones eclesiásticas. Se han detectado los siguientes: C.R de la Armada, Vallehermoso, Indiana, Vereda de los Puertos, Orán, Don Rodrigo, Las Plateras, Albarderas, Asientos, Aguardienteras, Aujuria, Potejona, Dehesa la Romana, Dehesa de Urquijo, Roadero, Tejoleta, Veracruz, Orellana, Ruedos de Consolación, Lombarda, Pajeros, La Rana, Dehesa de Pinto, Fuente Vieja, Barrero, Fuente Vinagre, Fontanilla, La Vega, Las Mesas, Las Cuevas, Motilla Alta, Peñuelas, San Miguel, Malavista, Marcegoso, Rancho las Latas, Villares, Cabañas, Jurados, Casablanca, Cerro del Molino, Pernales, Guardainfanta, Tesorillo, Vega Alta, Capellanías, Cueva del Rey, Cerro de la Plata, Higuera, Bermejales, Esparragosa, Jaretas, Fuentes Altas, Arcediano, Arroyo de la Plata, Portaceli, Alcornoquillo, Fuente Jordana, Florida, Buenavista, Argamasilla, Doña Jacinta, Garcés, Saltillo, Posteruelos, Lombarda, Calero, Corchuelo, Panojales, Buena Nao, Tunante, San Francisco de los Garzos, Piornio, Encinilla, Chaparral, y San Antonio Abad. Topónimos derivados de otros. Ruhstaller (1990) comenta que es muy frecuente en la zona el hecho de que dos nombres que designan lugares vecinos se diferencien tan sólo por llevar uno el sufijo diminutivo illo/-illa. El hecho de que tales parejas de nombres suelan designar lugares vecinos es indicio de que son consecuencia de una división del terreno, originada por herencia o venta. En el término municipal de Utrera se han podido detectar los siguientes casos: Ruchena/Ruchenilla, Guardainfanta/Guardainfantilla, Reyerta/Reyertilla, Zarracatín/Zarracatinejo y Montera/Monterilla. Es posible que Carrascales Altos y Bajos, y Alguaciles Altos y Bajos aludan al mismo proceso de segregación o división de la propiedad. Toponimia referente a elementos ambientales o geográficos. Se observan cañadas, caminos, arroyos, montes, alusiones a la visibilidad del entorno, fuentes de agua, vegetación, fauna, color de la tierra,... Se conocen los siguientes: C.R de la Armada, Vallehermoso, Vereda de los Puertos, Siarum, Ugia, Salpensa, Asientos, Dehesa la Romana, Dehesa de Urquijo, Ruedos de Consolación, Fuente Lozana, Dehesa de Pinto, Fuente Vieja, Fuente Vinagre, Fontanilla, La Vega, Las Mesas, Motilla Alta, Peñuela, Malavista, Alcaparrosa, Arduas, Cañada, Rubio, Vega Alta, Reventones, Cueva del Rey, Cobatillas, Higuera, Bermejales, Fuentes Altas, Alcornoquillo, Fuente Jordana, Florida, Buenavista, Piornio, Doña Jacinta, Corchuelo, Coto, Los Juncos, Encinilla, Cerro Blanco, Chaparral, Entre Veredas, Peñuelas, Carrascales, Torbiscal, Pardales, Cabeza de Campo, Fuente Lozana, el Palmar y el Salado. Especialmente interesante se encuentra la zona comprendida entre los cortijos, de Fuente Vinagre y Pinganillo, entre los que se observan numerosos topónimos que aluden a manantiales y canalizaciones de agua. De este modo, se conoce que la Fuente de Ocho Caños, en Utrera, se abastece aún hoy, de manantiales situados en la zona. Además, al oeste del cortijo de Fuente Vinagre se encuentra la Fuente Vieja del Campo, de época mudéjar y que estaría dedicada al abastecimiento de agua para el ganado. Por otra parte, en el cortijo de Fuente Vinagre se encuentra uno de los pozos que nutría de agua al núcleo de Utrera hasta época reciente. Los topónimos constatados son los siguientes: Pinganillo, el Barrero, Fuente Vinagre, Fuente Vieja, La Cañería y Fontanilla.
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Se observan varios topónimos que hacen referencia a la existencia de dehesas, hoy desaparecidas. Se conoce que Utrera contaba con parte de su término adehesado y adaptado al pasto de ganadería. Algunas de estas dehesas eran de uso público. También es de sobra conocida la presencia en el término municipal de ganadería brava, que pastaría en estas dehesas. En la actualidad, existen zonas adehesadas en el sur del término, destacando la finca El Coto. Toponimia referente a ruinas y a materiales. Se hallan topónimos que hacen referencia a elementos constructivos, ruinas, materiales cerámicos que podrían aludir a una ocupación del sitio. Se pueden distinguir: Tejoleta, Mármol, Pescozal, Caserón, Tesorillo, Argamasilla, Monumento, Rancho las Latas, Villares, la Plata, el Alcázar y Facialcazar.
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IV. 4. La ocupación del territorio. Síntesis histórica del poblamiento
IV.4.1. Paleolítico
Las conclusiones alcanzadas por investigadores que han trabajado sobre este tema apuntan a una primera ocupación del Bajo Guadalquivir en un ambiente geográfico muy diferente al actual, caracterizado por una geomorfología del valle en progresivas fases de encauzamiento y conformación de sucesivas terrazas fluviales a lo largo del Cuaternario. Las primeras evidencias conocidas de este poblamiento en Andalucía datan del Pleistoceno Inferior Final - comienzos del Pleistoceno Medio (Vallespí 1985, 59; 1987, 59), hace casi un millón de años (testimonios en Guadix-Baza y en la Baja Andalucía): grupos de Homo Erectus cuyos testimonios corresponden a unas culturas iniciales de las graveras, con asentamientos en la franja costera y en las amplias terrazas fluviales del Guadalquivir, determinados por la existencia de aguas potables, canteras de gravas para sus herramientas y disponibilidad de recursos alimenticios (recolecciones vegetales en las riberas y caza de especies mayores, especialmente elefantes). Los indicadores de esta primera ocupación del territorio prewurmiense son precisamente sus herramientas líticas de cantos tallados de las playas y graveras fluviales (Vallespí 1986). Precisamente en el término de Utrera se encuentra uno de los yacimientos paleontológicos más interesantes para el estudio medioambiental de este momento inicial de ocupación humana de la Península Ibérica: el yacimiento de la Atalaya. De la excavación paleontológica realizada en 1988 se conoce la conformación y características de este yacimiento: se constituyó mediante aportes sedimentarios de relleno en una grieta vertical de la roca caliza jurásica (15 a 28 cm por unos 15 m visibles) y se caracteriza por una abundante presencia de restos óseos faunísticos en una matriz arcillosa de terra rossa más o menos cementada según los niveles (23 detectados, fechados entre 700.000 y 1.000.000 B.P.: final del Pleistoceno Inferior - inicios del Pleistoceno Medio). Aunque no se han localizado restos antrópicos en este yacimiento, su importancia es indiscutible al posibilitar una relación medioambiental y sincrónica con las especies localizadas en yacimientos arqueológicos como Cueva Victoria y Atapuerca (destaca el Allophaiomys chalinei) -Bernáldez y López 1990-. La documentación de esta etapa inicial de la cultura de las graveras en Andalucía Occidental se ha confirmado por las evidencias estratigráficas del conjunto excavado de El Aculadero (Puerto de Santa María, Cádiz) y de los controles de industrias líticas en el interior de la formación del Aljarafe y de las terrazas altas del Guadalquivir. Las culturas iniciales de las graveras en el Bajo Guadalquivir se relacionan con un Achelense Antiguo
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que se manifiesta en superficie con localizaciones en las que predominan los cantos de talla bifacial parcial en punta subtriédrica o triédrica, o protobifaces y prototriedros; piezas que aparecen en casi la tercera parte de las localizaciones controladas por Vallespí (1985, 59). También se conoce, aunque escasamente, la existencia de un Achelense Medio Reciente y Achelense Superior con densos focos de asentamientos en la depresión de La Janda (Vejer de la frontera, Cádiz) y en las terrazas del Guadalquivir de las provincias de Sevilla y Córdoba (Guadajoz). La industria de las graveras muestra una gran amplitud temporal, cubriendo en las terrazas del Bajo Guadalquivir toda la secuencia fluvial, manifestándose en facies de asentamientos achelenses y musterienses en un medio de graveras diferenciadas de los modelos clásicos24. En este sentido, la Baja Andalucía parece constituir un gran área arcaizante en el mapa regional del Paleolítico Medio, con escaso sílex y con industrias basadas en la talla de cantos rodados (Vallespí 1985, 62). La localización, en las terrazas bajas del tramo medio del río Guadalete, de conjuntos de industrias fechadas en el Würm Antiguo y exponentes de la perduración del fenómeno de la cultura de graveras (Vallespí 1985, 61), señalan además, una previsible ocupación del territorio intermedio entre ambos ámbitos (Guadalquivir-Guadalete), y que en el término municipal de Utrera debió producirse en aquellas zonas que cumplían condiciones favorables: las terrazas de los arroyos afluentes del Guadalquivir. De éstas conocemos los primeros niveles de terrazas del arroyo del Salado, representados por pequeños retazos al SO del Embalse de la Torre del Águila, aunque situados mayoritariamente en el término municipal de El Coronil, con una cota sobre el talweg actual de +60-65 m. Posteriormente a la conformación de estos depósitos, ya dentro del Pleistoceno Medio, tiene lugar el encajamiento de la red fluvial dejando el Salado otra serie de terrazas entre los que se han distinguido los niveles de +40-45 y +25-30 y que al igual que en el Pleistoceno Inferior tienen escasa representación, reducidos a pequeños retazos en la margen izquierda del río. Los restos más sobresalientes de los depósitos pertenecen al Pleistoceno Superior y se encuentran cartografiados en el MGN en las terrazas situadas en la margen derecha del Arroyo de Guardainfantilla, al NO del Embalse, aunque también el Salado dispone de estos niveles de terrazas correspondientes a +15-20 m (IGME 1988, 16-17). La limitada distribución de estos terrenos de terrazas en el término de Utrera ha debido ser la responsable de que durante las prospecciones realizadas en el término municipal (Ruiz 1985, Oria et alii 1990) no se hayan detectado indicios de ocupación correspondientes al Paleolítico, aunque no es descartable una efectiva despoblación de este territorio. De hecho, en los lugares donde hemos reconocido estas terrazas, fundamentalmente al sureste del embalse de la Torre del Águila, la ausencia de evidencias ha sido manifiesta; normalmente se ha tratado de terrenos alomados en la cuenca del Salado, donde los cantos rodados observados no presentan retoques intencionados. Durante la prospección para la Carta Arqueológica del 24
En la evolución cuaternaria del Guadalquivir, Díaz del Olmo et alii (1991, 17; 1987, 9 y s.) han reconocido un mayor número de terrazas que las clásicas referencias a 4 o 5 niveles, con un total de plataformas aluviales de 16 terrazas pleistocenas y otras (hasta 3) típicamente holocenas. De ellas las terrazas medias forman el amplio conjunto de las terrazas que caracterizan el Bajo Guadalquivir, entre +130 y 30 m, considerándose bajas las situadas por debajo de este último nivel.
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Término Municipal de Utrera se ha constatado la existencia de un único sitio arqueológico con posibles evidencias de una ocupación durante el Paleolítico Medio en el entorno del arroyo Salado y Guardainfantilla. Se trata de Majalquivir II, en el que se ha observado una punta o raedera en sílex con los bordes reavivados. Este tipo de útil tiene amplia dispersión desde el Paleolítico Medio. Sin embargo, no ha sido en el entorno de estos arroyos donde se han podido localizar evidencias de ocupación durante las distintas fases del Paleolítico. En el entorno del casco urbano de Utrera, fundamentalmente en la orilla izquierda del arroyo CalzasAnchas, especialmente en ámbitos de areneros, se han detectado hasta cuatro puntos con dispersión de útiles líticos. Se han observado instrumentos de tradición del Paleolítico Medio y núcleos donde se observa la técnica Levallois, que aparecen en el Musteriense (principios del Paleolítico Medio), así como lascas laminares, escaleriformes, raederas y lascas talladas. De especial importancia pudo ser el sitio arqueológico denominado Parpagón, situado sobre una pequeña elevación que domina el valle del arroyo CalzasAnchas, donde se han hallado numerosos útiles que podrían indicar la existencia de una importante industria lítica, que podría extenderse hasta el Auriñaciense (Paleolítico Superior). Al norte de la actual población se encuentra el sitio La Marquesa. Se conoce la presencia de lugares con dispersión de piezas paleolíticas en la prolongación de la meseta que desde los Alcores se extiende hacia Utrera.
Imagen 1. Bifaz encontrado en Parpagón (colección particular)
Litológicamente estas terrazas son muy similares, conformadas a base de gravas con matriz arenosa, con un mayor o menor contenido en limos y arcillas. La naturaleza de los cantos es fundamentalmente calcárea aunque aparecen también de areniscas y limonitas, procedentes del Trias. Los niveles superiores presentan un cierto grado de encostramiento y su espesor no supera en ningún caso los 5 m. Los últimos episodios de la ocupación paleolítica del Bajo Guadalquivir los protagonizan grupos humanos del Achelense Superior y el Musteriense, durante los tiempos finales del Pleistoceno Medio y la primera mitad del Superior Antiguo, entre los 100.000 y 35.000 BP aproximadamente; posteriormente se postula un despoblamiento súpero y epipaleolítico, durante el Pleistoceno Superior Reciente y del Holoceno Antiguo, desde el
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35.000 BP aproximadamente hasta no antes del V milenio a.C., en que comenzaría el asentamiento humano permanente en la región (Vallespí 1986, 69 y 72). Resulta por tanto difícil detectar evidencias paleolíticas y epipaleolíticas en posición primaria en los niveles inferiores de las terrazas del Guardainfantilla (NO del Embalse Torre del Águila) y Salado (S de La Ventosilla), pertenecientes ya al Holoceno. La explicación ofrecida por Vallespí para la comprensión de este fenómeno de despoblamiento alude a perspectivas generales de raíz antropológica: la sustitución de los Sapiens primigenius, neandertales y no neandertales coetáneos, por el nuevo tipo de los Sapiens sapiens. La redistribución del poblamiento confirmada para el Musteriense, al ocuparse preferentemente las zonas montañosas con sílex abundantes, debió iniciarse antes según Vallespí, en tiempos del Achelense Superior, con el abandono paulatino de las graveras de cuarcita por la introducción de nuevas técnicas de talla (levallois y percutor blando), aunque con permanencias residuales en los niveles bajos de las terrazas del Bajo Guadalquivir (Vallespí 1985, 72).
IV.4.2. Epipaleolítico y Neolítico
Los estudios sobre el neolítico han sido muy amplios desde el siglo XIX. Fue Gordon Childe el que acuñó la expresión “Revolución Neolítica” para acuñar un proceso en el que el hombre se convierte en productor de alimentos a partir de la agricultura y la ganadería, sin dejar de lado las actividades cinegéticas y de recolección. El proceso de neolitización, como señala Gil de los Reyes (1983) ha suscitado entre los prehistoriadores la polémica acerca de su origen: surgiría de forma indistinta en varios lugares diferentes, como sostienen los evolucionistas, o se difundiría por contacto tras haber surgido en algún punto – tradicionalmente en Oriente Próximo -, de modo que las nuevas zonas neolitizadas adquirirían un parecido grado de cultura, según el pensamiento difusionista. Quienes sostienen esta teoría, que en el caso de la península está ejemplarizado por la escuela levantina, señalan que los primeros agricultores y ganaderos peninsulares se trasladarían por el Mediterráneo desde Próximo Oriente, aculturizándose los pobladores de la península itálica y posiblemente del Norte de África, hasta llegar a las costas del levante español. Sus primeras evidencias serían la cerámica con decoración cardial, que aparece en los primeros instantes del Neolítico Inicial, así como animales domesticados, como cerdos, bueyes y principalmente ovicápridos. Es ahora cuando surgen nuevos elementos como los dientes de hoz, indicio claro del cultivo de cereales. El profesor Pellicer, calificó a este período como un Neolítico Inicial, vinculado al levante peninsular, frente al Neolítico Meridional, que en su opinión, sería independiente, y se extendería desde Almería hasta Córdoba, pasando por Sevilla, Córdoba y la Meseta. El principal “fósil director” de este neolítico andaluz sería la cerámica con engobe rojo o a la almagra, que ha podido ser reconocida en lugares como la Cueva de los Murciélagos (Zuheros), La Pileta (Ronda) o la Sima del Castillo, en Coripe, cerca del término municipal de Utrera. Durante la prospección para la Carta Arqueológica, no se ha tenido constancia de cerámicas cardiales, si bien ha sido posible observar algún fragmento de cerámica con posible decoración a la almagra en los sitios denominados Fuente Vinagre
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II y Valcargado II (éste último en un contexto calcolítico). La adscripción a este momento inicial del Neolítico debe hacerse, no obstante, con serias reservas, puesto que el horizonte de las cerámicas a la almagra parece extenderse hasta el Calcolítico. La transición ambiental del Cuaternario al Holoceno hacia un medio más cálido se manifiesta de forma importante en el Bajo Guadalquivir con la Etapa Atlántica (IV milenio a.C.), cuando se prefigura el ambiente actual que se traduce en la nueva ocupación neolítica, si bien con mayor presencia ya en el Calcolítico, desde el III milenio a.C.. Para el período de transición epipaleolítico, por el momento no se conocen evidencias de ocupación, cuya justificación se ha encontrado en la temporalidad de los asentamientos, más bien lugares de aprovisionamiento de recursos alimenticios, que puntos permanentes de habitación (Ruiz 1985, 237) y relacionados, además, con modos de vida no agresivos con el medio natural (Arteaga 1995, 332). La evolución paleogeográfica del Bajo Guadalquivir parte de una morfología marcada durante el Pleistoceno por un nivel eustático situado varias decenas de metros por debajo del actual, encontrándose la desembocadura del Guadalquivir varios kilómetros más adentrada en el océano. Con motivo del cambio climático Holoceno se inicia la transgresión marina Flandriense, que alcanza su máximo hacia el 6200 BP, con un nivel medio del mar situado a metros por encima del nivel actual, responsable de una alteración sustancial de la morfología anterior, que invierte la situación de la costa hacia el interior y dispone bajo las aguas terrenos previamente emergidos; se conformaba así una gran bahía marítima que inundaba los valles formados durante el Pleistoceno (Schultz et alii 1995, 324). La secuencia de limos y arcillas que paulatinamente irían colmatando este mar interior desde el Holoceno ha sido estudiada por Schultz et alii25, quienes reconocen distintos estratos de limos (silt) indicadores de ambientes marinos, terrestres o de transición, conformados con potencias variables dependientes de su situación más o menos cercana a la antigua línea de costa. La realización de perforaciones geológicas hasta 12 metros de profundidad ha permitido a estos autores reconocer unos límites teóricos para la línea costera holocena. Entre Las Cabezas de San Juan y Los Palacios se realizaron un importante número de perforaciones para reconocer el curso complicadamente sinuoso de este tramo costero, en el que se encuentra parte del término de Utrera. En la mayoría de los sondeos realizados en este tramo la secuencia estratigráfica mostraba una escasa potencia de los sedimentos marinos, en correspondencia con la escasa profundidad de las aguas en estas zonas, alejadas de la línea teórica de los 10 m snm actuales y más cercanas que ésta al curso actual del río. En el resto de la margen oriental de esta bahía se reconocen zonas claramente acantiladas (entre Sanlúcar de Barrameda y Las Cabezas de San Juan) y otras intermedias al norte, con una disposición en ambos casos, pero sobre todo al sur, muy cercana a la cota actual de 10 m snm (Schultz et alii 1995, 325). La ocupación neolítica del Bajo Guadalquivir se reconoce por un proceso de sedentarización motivado por nuevas formas de vida basadas en la domesticación de plantas y animales, aunque sin abandonar la recolección y la caza. Esta sedentarización se acusa en aldeas al aire libre y en cuevas -inexistentes en nuestro término- que permitiesen la explotación agrícola de los valles, la alimentación de animales con pastos, las innovaciones tecnológicas (cerámicas y otras) y la explotación geológica para la 25
Proyecto Geoarqueológico de las Marismas del Guadalquivir.
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obtención de herramientas líticas, proceso que se inicia a partir del V milenio a.C.; no sería de extrañar la sedentarización también de pequeñas comunidades neolíticas en el nuevo reborde marítimo entonces existente -niveles neolíticos de Lebrija- (Arteaga y Roos 1995, 332). Durante la prospección para la Carta Arqueológica se ha constatado la presencia de algunos indicios de ocupación neolítica, fundamentalmente en el entorno de los cascos urbanos de Utrera, Los Molares y el Cerro del Casar. Estos sitios se enmarcarían dentro de la llamada “Cultura de los Silos”, que se explicaría por una expansiva colonización agropecuaria a lo largo del territorio enmarcado entre el Aljarafe y Los Alcores, donde se ubicaría la campiña de Utrera. Los indicios detectados se manifestarán de forma evidente en la fase de ocupación calcolítica posterior.
IV.4.3. Neolítico Final y Calcolítico
Las nuevas formas de explotación de la tierra iniciarían, aunque levemente, los procesos conducentes a la colmatación de la bahía; este impacto antrópico se incrementaría, según los citados autores (1995, 333), a partir del Neolítico Final - Calcolítico, con la expansiva colonización agropecuaria hasta los terrenos de secano de las campiñas (Cultura de los Silos). Efectivamente, en el término municipal de Utrera no es hasta el período final Neolítico o inicios del Calcolítico cuando se detectan las primeras evidencias de ocupación sedentaria asignables a las nuevas formas de explotación del medio físico, siendo las innovaciones tecnológicas agrícolas, un aumento demográfico general, así como la mejoría general del clima que facilitaría el desarrollo económico, las principales motivaciones para una mayor expansión espacial hacia las tierras fértiles de las zonas medias del valle del Guadalquivir, ampliando y fijando la ocupación en puntos con características locales apropiadas para ello (Ruiz 1985, p. 238). Aunque el Calcolítico como horizonte cultural se contempla hoy como una fase posterior al Neolítico y anterior al Bronce, la historiografía no siempre ha estado de acuerdo en su denominación -se lo ha denominado Eneolítico, Bronce Hispano I, Edad del Cobre...- y en la delimitación de sus características culturales y cronológicas (fines del IV milenio principios del II a.C.), al ser difícilmente diferenciable del Neolítico Final. La sedentarización definitiva se manifiesta en una eclosión de los poblados al aire libre, ya sean simples o fortificados. Los poblados pueden abarcar grandes superficies (hasta varias hectáreas, como sucede en Valencina de la Concepción) y se sitúan en emplazamientos que obedecen a multitud de factores, entre los que Ruiz (1985, 238) ha observado, para los de mayor estabilidad y desarrollo económico, una preferencia por los puntos de gran visibilidad y fácil defensa (por ejemplo, El Casar), aunque con una mayoritaria predilección por los puntos próximos a cruces de cañadas, importantes manantiales o cursos de agua (Salado y Guardainfantillla) y los terrenos llanos, desvinculados por tanto de necesidades defensivas ni estratégicas. Hay que matizar, en este sentido, que la localización en las márgenes de ríos o arroyos, en alturas medianas, señala una estrategia de control del territorio agrícola situado a cotas menores; además, la ubicación en las cercanías a las zonas de tránsito no deja de ser una estrategia en la
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elección de los emplazamientos, en especial para la ganadería y las relaciones socioeconómicas de escala territorial. De este modo, la ocupación durante el Neolítico Final y el Calcolítico en el término municipal de Utrera se concentra en torno a dos vías de comunicación principales que enlazarían los grandes poblados del Aljarafe y Los Alcores (Valencina y el Gandul, respectivamente) con el curso del Guadalete y las sierras malagueñas por una parte, y con las periferias orientales de la Depresión del Bajo Guadalquivir –zonas de dominio de las llanuras del antiguo mar-, por otra. En cuanto a la primera vía, se puede pensar que no variaría mucho de la actual A-376 (dirección noroeste-sureste) y discurría junto a los importantes poblados de Utrera, El Palomar (Los Molares) o El Casar. Los estudios de densidad de asentamientos de este período señalan que la más importante concentración del poblamiento de este período se emplaza entre las poblaciones citadas. Por otra parte, sitios como Caserón I, Tesorillo III o Algarbe I representan una concentración del poblamiento en las inmediaciones de los principales cursos fluviales del Término (Salado, Guardainfantilla). Esta concentración diferenciada, situada al sur de la anterior, debe representar una prolongación hacia el Oeste del poblamiento en torno a la vía citada, que discurriría principalmente por el término de El Coronil, donde debieran encontrarse mayor número de asentamientos de este período. Tal vez, la concentración de El Caserón represente una conexión entre las dos vías de comunicación principales a la Altura de Torres Alocaz, si bien no se han hallado asentamientos intermedios que lo corroboren.
Imagen 2. La A-376 a su paso por el Cerro del Casar
La ruta que se dispone en el reborde del paleogolfo debió disponerse en el entorno de la actual N-IV, que coincide en muchos de sus tramos con la Via Heraklea, usada en época protohistórica, y la Via Augusta, ya durante el Alto Imperio Romano. En sus márgenes se
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situarían algunos poblados de mediana entidad como los constatados en Motilla Alta o Torres Alhocaz, o pequeñas explotaciones como Arrecifes Altos. Así, la localización de poblados calcolíticos en la Marisma del Guadalquivir, en los límites del antiguo mar interior (Evora, Cerro de las Vacas, Mesas de Asta, Lebrija, Chillar, Marismilla...) se ha visto ampliada con la localización de yacimientos de este período en nuestra zona, además de en la línea costera, en las zonas de dominio de la amplia llanura aluvial y litoral por la que desembocan los principales cursos de agua: Las Pájaras, Salado, Fuente Vieja, Calzas-Anchas...; llanura que se desarrollaría aproximadamente entre las cotas 10 y 20 snm, cota ésta que inicia las pendientes hacia las lomas de la campiña y que se manifiesta linealmente de norte a sur (llanura de unos 15 por 3 km de extensión). En este sentido, la localización de yacimientos a partir de esta cota de los 20 m, con una orientación hacia las zonas productivas del oeste y en las cercanías de los cursos de agua y caminos tradicionales, aparecía a priori como una hipótesis clara para el descubrimiento de yacimientos agropecuarios (neolíticos y posteriores) y que hemos visto confirmada. Junto a estas zonas, las pequeñas elevaciones apenas perceptibles en la llanura, se mostraban también propicias para la localización de unidades de producción asociadas a la explotación agrícola y de hecho así ha sido. Durante la prospección para la Carta Arqueológica se ha localizado únicamente un sitio costero - San Miguel II - donde se han podido observar algunas conchas y moluscos. La evolución de este poblamiento desde el Neolítico Final hasta las fases finales del Calcolítico campaniforme parece demostrar un incremento demográfico en nuestro término que parte de una escasa representación de poblados en el momento inicial. Posteriormente, en el Calcolítico Pleno, se produce la aparición de nuevos poblados, el incremento de su extensión y una dispersión zonal en puntos topográficos adecuados: este proceso culmina en el campaniforme con una pugna por las tierras cultivables en las áreas de los poblados, con la concentración y jerarquización consecuente del poblamiento en puntos de gran valor estratégico defensivo y en respuesta a las necesidades productivas: puntos de amplia visibilidad, cercanías de cursos de agua y vías de comunicación (Ruiz 1985, 240; Lazarich 1999, 86). Se ha podido constatar la presencia de cerámicas campaniformes tan sólo en los márgenes de las dos vías principales, por lo que se podría pensar que la dispersión de las mismas estaría relacionado, por lo menos en el término de Utrera, con las rutas más importantes. La planimetría interior de los poblados calcolíticos, en ocasiones delimitados por defensas artificiales, son conocidas por paralelos excavados en otros lugares, como Cerro de la Cabeza en Valencina de la Concepción: se caracteriza por una distribución de viviendas de planta oval o circular, construidas con zócalos de piedra y muros de adobe y tapial, y con cubiertas de ramas revocadas de barro con postes interiores; en ellos se encuentran además numerosos silos de estructura ovoide con fondo plano o tendencia troncocónica (Pellicer 1986, 214). En ocasiones, cuando no aparecen fortificados se reconoce una especie de trinchera que se abre anárquicamente entre las cabañas y que se ha interpretado como foso defensivo, límites, drenajes para los silos o basureros. En el contexto inmediato de nuestro término se encuentra la excavación arqueológica del poblado denominado Amarguillo II, descubierto por Ruiz (1985) y excavado en 1986 y 1987 (Cabrero 1987 y 1990, respectivamente), con una sucesión de tres niveles de ocupación pertenecientes al Calcolítico Final que se inauguran con fondos de cabañas excavados en la roca natural, y con presencia de silos, hogares y hornos, algunos de
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fundición, ya en los niveles superiores. Se fecha el yacimiento en torno al 2.600 - 2.500 a.C., (Cabrero 1990, 277), sin embargo, la presencia de cerámica campaniforme, cuya cronología precisa no se ha asegurado, pero cuyo desarrollo en Andalucía Occidental podría situarse entre el 2100 y el 1630 a.C., podría suponer unas fechas más recientes (Lazarich 1999, 93)26. Uno de los rasgos identificadores de este período cultural lo constituyen sus enterramientos colectivos megalíticos, cuya adscripción tanto al Neolítico Final como al Calcolítico ha sido constante. Aunque el fenómeno megalítico alude a manifestaciones funerarias muy diversas, su denominador común es la utilización de grandes piedras en la construcción y el rito colectivo del enterramiento y que, si bien no se pueden encuadrar fácilmente en un período específico de la evolución de una determinada sociedad (mientras en Portugal se conocen desde la primera mitad del IV milenio a.C., en el resto peninsular se proponen fechas de entre finales del IV y principios del III milenio a.C.)27, se relacionan comúnmente con las condiciones sociales y demográficas que imperan durante el Calcolítico. La ubicación de estos sepulcros megalíticos, que aparecen aislados o en grupos, formando extensas necrópolis, se produce en lugares especialmente destacados del paisaje, indicadores para algunos autores de una función de señalización simbólica del territorio controlado (Aubet y Lull 1991, 234-238). En relación a la localización de las sepulturas megalíticas, Bello, Criado y Vázquez han estudiado en la provincia de La Coruña unos factores limitadores en la elección del emplazamiento, en relación con la existencia de afloramientos rocosos, en las zonas más elevadas y expuestas a la erosión y los requerimientos de fuerza de trabajo, limitadores de las distancias de desplazamiento a unos 50 - 200 m. La evolución y distribución de este fenómeno funerario atendiendo a sus aspectos formales resulta arriesgado, pero parece que durante el Calcolítico Final se consolida un cambio hacia el enterramiento individual en necrópolis vinculadas con los poblados cercanos y que se relaciona con una mayor jerarquización social (Lazarich 1999, 90). Esto mismo es lo que opina Cabrero (1987, 184), quien postula una convivencia de dos formas de enterramiento durante el Calcolítico: la tradicional, colectiva, y la individual, convivencia que se manifiesta con mayor claridad en las comunidades que emplean el vaso campaniforme. En la periferia de la ciudad de Utrera contamos con un importante yacimiento que podría ayudar al esclarecimiento de esta hipótesis; nos referimos al complejo funerario de la Cruz del Gato28, en el que se encontraban en los años 1950 al menos dos Dólmenes de corredor (I y II) -y quizá más; al menos uno exteriorizado por una motilla- y en su entorno un conjunto de unos cincuenta individuos inhumados en fosa simple (Morales 1981). Durante la prospección para la Carta Arqueológica se ha tenido noticias de la posible extensión de esta necrópolis hasta el polígono industrial el Torno, donde hemos consultado materiales de colecciones particulares que confirman la adscripción cronológica al neolítico-calcolítico, y hacia la zona residencial de La Mulata 26
Estas fechas convencionales tampoco son claras ya que estudios sobre las cronologías radiocarbónicas calibradas peninsulares realizados por Harrison sitúan la presencia del campaniforme entre 2600 y 2100 a.C.(Lazarich 1999, 93). 27 La teoría sobre el megalitismo peninsular parece circunscribirlo a la zona del Alemtejo portugués y Extremadura, indicando como paulatinamente se extiende hacia el Suroeste español y de éste al sureste a través del río Guadalquivir. Por otra parte, también se extiende este fenómeno desde Portugal hacia el norte peninsular (Aubet y Lull (1991, 236) 28 Este yacimiento se encuentra situado en la periferia norte de Utrera, precisamente en los nuevos terrenos urbanizables de uso industrial planificados por el PGOU vigente.
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(Mendoza et alii 2003), cuya cronología no ha podido ser resuelta, así como la posible existencia de dos dólmenes más situados bajo un pozo y un alberca en la zona de la Cruz del Gato. De cualquier forma, resulta sorprendente la enorme extensión en la que se distribuyen estos indicios y evidencias, que alcanza un eje máximo de unos 1.5 km. Enlazando con los estudios realizados en La Coruña hay que destacar la existencia de tradicionales canteras de piedra en el entorno de La Cruz del Gato, lo que podría confirmar en cierta forma aquella hipótesis. Más alejado de éstas, a más de 1.5 km, aunque en el mismo eje longitudinal, se localizaba la sepultura Calcolítica del Junquillo excavada en 1985-, de carácter colectivo, y que responde al tipo de estructuras subterráneas en silo o cueva artificial, no megalítica, que tiene paralelos parecidos en las cuevas artificiales de Gilena y Pedrera o en las siliformes de San benito y la Quincena (Lebrija), Acebuchal y Campo Real (Carmona) y las de Marchena (Cruz Auñón y Rivero 1987). En el 2006 se han conocido nuevas cuevas artificiales para enterramientos colectivos en el sitio conocido como Olivar Alto, junto a la barriada del Tinte, y en el Palomar (Los Molares).
Imagen 3. Materiales procedentes del Polígono Industrial El torno (colección particular)
En la campiña sevillana la situación de estas necrópolis con respecto a los poblados la podemos ejemplarizar acudiendo al modelo que proporcionan el asentamiento de Amarguillo II y la necrópolis de los Dólmenes de Cañada Real y del Palomar (Los Molares). La situación de la necrópolis con respecto al asentamiento se caracteriza por la distancia que los separa, de unos 2 km en línea recta; no obstante no se ha ofrecido una cronología definitiva para los citados enterramientos ya que se ha postulado una cronología neolítica para materiales procedentes del Dolmen de Cañada Real (Cabrero 1987, 180). Esta relación de distancias superiores a 1.5 km, resulta sumamente interesante en el caso de la Cruz del Gato, ya que aproximadamente esta es la distancia que los separa del emplazamiento del Castillo de Utrera, en el que hemos reconocido materiales calcolíticos procedentes de el desescombro realizado en la década de los 1990
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y que fueron rescatados por Mena29. Resulta significativa la disposición de estos enterramientos, en torno a las cotas de 50 y 60 m snm, transversal a las suaves pendientes que se organizan en dirección NE a SO y que posibilitan una conexión visual con la loma del Castillo. No se descarta, sin embargo, una distribución del poblamiento en otros núcleos más cercanos a las necrópolis; de momento, como extensión al norte, en terrenos de la actual Vía Marciala hemos podido reconocer materiales sincrónicos con esa ocupación, así como en el mencionado Olivar Alto.
Imagen 4. Planta del primero de los dólmenes de la Cruz del Gato (por Manuel Morales)
Del total de yacimientos reconocidos por Ruiz (1985, 239) en la Hoja 1020 del MTN, los pertenecientes al Calcolítico representan un 12,29 % del total, lo que supone una importante representación estadística, superior a otras zonas como la Marisma o El Aljarafe (11,3 %). Nuestros cálculos señalan una representación del 11.8 % aprox. para el total del Término, lo que confirma la tendencia apuntada por Ruiz, aunque matizada.
IV.4.4. Edad del Bronce y Protohistoria
El Calcolítico Final, como hemos señalado, se caracteriza por una concentración del poblamiento en unas condiciones de competencia por el territorio, cuya continuidad se manifiesta en la Edad del Bronce, cuando se consolidan los enterramientos individuales, 29
La lectura inicial de estos materiales fue realizada por Amores y Pérez Quesada en la visita a este yacimiento, donde se conservan en su torre del Homenaje. Javier Mena es, a la sazón, el historiador municipal de Utrera.
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signos de la desmembración de las relaciones clánicas heredadas (enterramientos en cistas). Posteriormente, en el Bajo Guadalquivir se reconocen durante el tránsito entre el Bronce Pleno y el Bronce Final signos claros de descenso demográfico que se traduce en la menor cantidad y entidad de los asentamientos. La recuperación demográfica no se iniciaría hasta el período de transición a la Edad del Hierro, con la integración plena de la región en los circuitos comerciales atlánticos y mediterráneos. Este descenso demográfico, que se reconoce en general en todo el Bajo Guadalquivir, parece iniciarse ya a inicios del Bronce en nuestra zona, a tenor de los escasos resultados de las prospecciones efectuadas en relación con este período. Así, de las cinco localizaciones que apunta Ruiz en su inventario pertenecientes a este período, sólo El Casar se encuentra en el término de Utrera, estableciendo este autor la hipótesis de una previsible presencia de ocupación en otros yacimientos de gran estabilidad demográfica durante el Calcolítico y el Bronce Final: por ejemplo, Torre del Águila (Ruiz 1985, 242). Tampoco las prospecciones en la hoja 1035 del MTN realizadas por Oria et alii han aportado resultados positivos en este sentido: tan sólo ha sido posible reconocer este horizonte cultural en el yacimiento del Pancorvo, en el término de Montellano (Oria et alii, 1990, 114). Nuestras valoraciones sobre este período no son concluyentes y han de someterse a un estudio de síntesis más elaborado, por lo que no avanzamos mayores detalles; sólo apuntamos la posibilidad de una continuidad del poblamiento del Olivar Alto durante la Edad del Bronce, según nos fue comunicado preliminarmente por las arqueólogas encargadas de su excavación. Es especialmente discutido el problema de la continuidad entre un poblamiento indígena anterior al siglo IX a.C., heredero de las tradiciones del Bronce Pleno (Pellicer, 1992; Aubet, 1986; Barceló, 1992) o en relación con la importancia estratégica del Suroeste peninsular en los circuitos comerciales que relacionaban Portugal y Cerdeña (Ruiz Gálvez, 1986; Alvar 1990?), y los que señalan una ausencia de testimonios claros de poblamiento durante esa fase precedente, postulando un despoblamiento generalizado del Bajo Guadalquivir para finales del segundo milenio antes de nuestra era (Aubet, 1978; Belén y Escacena, 1992; Escacena, 1995). En cualquier caso, la mayoría de los investigadores aceptan una modificación de las pautas del poblamiento para finales del s. IX y s. VIII a.C. en relación con la presencia de los fenicios en las costas andaluzas o de las influencias atlánticas. La presencia de indicadores claros de ocupación del territorio se observa en general como evidencia del incremento demográfico y de inauguración de poblados de nueva planta. La ocupación de nuevos o antiguos emplazamientos en el occidente andaluz quedará reflejada en los registros arqueológicos, siendo aceptada una ocupación inicial para los cabezos de Huelva, Cerro Macareno, Montemolín, Cerro de la Cabeza y manifestando más discusión la continuidad o hiatus previo en otros asentamientos como Berrueco, Lebrija, Setefilla o Mesa de Gandul. Los indicadores de distinción cronológica básicos para todos los investigadores se encontrarán en los tipos cerámicos. Así, por ejemplo, Pellicer (1992) percibe una diversificación de las formas cerámicas de tradición indígena del Calcolítico Reciente y Campaniforme, del Bronce Pleno local y de Cogotas I, mientras que, a Escacena (1995), el estudio detallado de las tipologías cerámicas y las series estratigráficas de los
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yacimientos excavados le sirven para confirmar su hipótesis de despoblamiento generalizado para la fase precedente. No obstante, desde el s. VIII a.C. las tipologías cerámicas quedarán más contrastadas cronológicamente, debido a la importante entidad de los asentamientos frente a la discutida fase previa. Este hecho permite encontrar una relación entre tipos cerámicos y cronologías que es la base para la caracterización cultural del período del Bronce Final y Orientalizante en nuestra zona de estudio. Sea cual sea el momento inicial de ocupación continuada de los asentamientos, lo cierto es que para el siglo VIII a.C. queda estructurado un poblamiento en Andalucía occidental que ha sido definido y explicado por distintos autores. Según Ruiz Mata (1991) se produce la aparición de un mayor número de poblados que se disponen en elevaciones de escasa altura y que por lo general carecen de defensas, prefiriéndose la multiplicación en numerosos puntos en vez de grandes concentraciones. Este autor distingue tres tipos básicos de asentamientos: -
1. Asentamientos ajustados a las márgenes de los ríos (Guadalquivir, Guadalete, Guadiamar, Genil, Guadajoz...) y ligados a una explotación agrícola o ganadera. 2. Asentamientos de explotación minera, como Cerro Salomón y Quebrantahuesos, que inician su actividad en el s. VIII a.C. 3. Asentamientos en la ruta del metal desde las zonas de extracción hasta Huelva y el Bajo Guadalquivir: Tejada la Vieja y Cerro de la Matanza.
A estos tipos añade los poblados situados en esteros, en los bordes del antiguo lago, y en las desembocaduras de los ríos, así como los que se establecen en las mesetas del Aljarafe y Los Alcores. Belén y Escacena (1992) apuntan la elección de lugares especialmente estratégicos desde el punto de vista económico y defensivo (Colina de los Quemados, Setefilla, Carmona, Huelva, Lebrija, Berrueco de Medina Sidonia...). Aubet (1986) señala que los poblados de nueva planta ocuparon territorios de eminente capacidad agrícola y ganadera prácticamente deshabitados hasta entonces, ubicándose en colinas y promontorios más bajos que los ocupados en épocas precedentes. Distingue dos focos o áreas de concentración del poblamiento: una estrictamente costera, gravitando en torno a la ciudad de Huelva y a la desembocadura del Tinto y el Odiel, cuya aparición y crecimiento estaría vinculado a la explotación mineral en Riotinto y Aznalcóllar; otra alrededor de Sevilla, más conservadora y vinculada a tradiciones del segundo milenio. Según Aubet, la distribución del poblamiento muestra una clara predilección por los lugares estratégicos que dominan las vías de comunicación y los territorios agrícolas cercanos al valle del Guadalquivir (Carmona, Carambolo, Montemolín, Lebrija, Ecija), el acceso a las fuentes de plata y cobre (Cabezo de San Pedro y San Bartolomé de Almonte), los pasos de ganado (Setefilla) y el comercio marítimo (Huelva). El poblamiento fenicio en la costa ofrece, por su parte, un establecimiento mayoritario en promontorios poco elevados, a la entrada de una vía fluvial (Aubet, 1986), aunque los situados al este del estrecho de Gibraltar no se utilizarían como vía de penetración al
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interior en los casos que era posible (Vélez-Zafarraya y vía del Guadalhorce), y se interpretan como colonias de apoyo al comercio del metal, que capitalizaría Cádiz (Aubet, 1978). En este sentido, Gassul (1986) postula la disponibilidad de tierras como factor de decisión locacional, factor que también ha sido destacado por Shubart y Arteaga (1991). Para el período orientalizante, es decir, para aquel en el que los indicadores de la presencia fenicia son indiscutibles tanto en la costa como en el interior del territorio (ss. VII-VI a.C.), Ruiz Mata (1991) observa un crecimiento de los poblados; la costa de Cádiz asiste a un aumento de población que se distribuye por la costa y la campiña, mientras que en el Guadalquivir se prefiere el cauce del río hasta más allá de Córdoba y sus principales afluentes (Genil, Guadajoz) así como las Mesetas del Aljarafe y Los Alcores, en tanto que en Huelva se consolida el poblamiento en torno a la explotación y tráfico del metal. González Wagner (1986), considera que a mediados del s. VII a.C. se produjo una intensificación del poblamiento fenicio en el interior del territorio, ligado fundamentalmente al aprovechamiento agrícola y en relación con aportes poblacionales fenicios desde oriente que se diferenciarían culturalmente de los enclaves fenicios del litoral meridional. A este hecho respondería, según este autor, la extensión del poblamiento por los bordes meridionales y orientales de las marismas. En estos asentamientos el aprovechamiento agrícola llegaría a ser la estrategia subsistencial básica convirtiendo en secundaria a la actividad comercial. Las cartas arqueológicas de Los Alcores y de La Vega del río Corbones han ofrecido la posibilidad de realizar una de las escasas interpretaciones territoriales sobre la ubicación de asentamientos del período tartésico que Amores y Temiño (1984) resumieron en un pequeño trabajo. Los autores realizaron una valoración geográfica del paisaje para la implantación humana contemplando unos condicionantes para la elección de un punto de habitación: -
Proximidad al área de recursos: las potencialidades para la captación de recursos, según las unidades de relieve consideradas (vega, alcor y terraza) y la hidrografía, hacen presuponer unas limitaciones y unas ventajas para las distintas actividades económicas (ramoneo, recolección, caza, agricultura, pesca). En este apartado consideran la proximidad al agua como un factor fundamental en la implantación, primando las fuentes frente a los ríos, debido al régimen irregular de éstos.
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Factores estratégicos: factores como la seguridad (factor histórico coyuntural), la habitabilidad física, los vientos, las áreas de bujeo o, de nuevo, la presencia de agua entrarían en consideración.
A partir de estos condicionantes los autores explican los resultados de sus respectivas cartas arqueológicas: mayores posibilidades de ocupación en los alcores (elevados, despejados de sotobosque y con agua) y de las elevaciones calizas o los ríos que en las terrazas y la vega. La ocupación en la cima de los alcores y de las elevaciones calizas, así
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como en sus laderas y en márgenes de río ofrecen, según los autores, la totalidad de los registros de ocupación. Junto a las características medioambientales consideran otras que son culturales. Observan una estructura de dispersión poblacional organizada en dos grandes ejes: uno en los Alcores y otro transversal al río Corbones (minimizando éste último como aspecto de atracción o penetración cultural). Asimismo, consideran un reparto en las áreas de explotación de los recursos a partir de la observación de distancias regulares en la separación de los asentamientos; entre los de mayor entidad (Gandul, Carmona y Los Cerros de San Pedro) interpretan un distanciamiento intencionado respondiendo al hecho probable de ser centros locales de liderazgo. Como cambios significativos para el período orientalizante, en el que continúan todos los asentamientos precedentes salvo uno pequeño que cambia de ubicación hacia terrenos más bajos, se documenta cierto auge demográfico en la vega del Corbones. En el Guadalquivir medio Murillo (1994) realizó un estudio de los asentamientos tartésicos con la finalidad de explicar la explotación económica y política del territorio. Sus análisis, también realizados a partir de prospecciones intensivas, utilizan los modelos tradicionales de la arqueología espacial antes referidos (vecino más próximo, polígonos de Thiessen...) para la explicación de los factores de distribución del poblamiento; no obstante, nos interesa más la jerarquización de los asentamientos, que establece en función de unos factores explícitos: -
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Extensión estimada del asentamiento. Variable de difícil cuantificación, como el mismo autor señala; considera tanto la superficie disponible, como la dispersión de los materiales y el perímetro de las fortificaciones cuando existen. Presencia o ausencia de fortificaciones. Unidad topográfica en la que se ubica el asentamiento. Amplitud en la secuencia de ocupación del asentamiento. Presencia o ausencia de determinados items. Proximidad a vías naturales de comunicación. Recursos disponibles en el territorio de explotación del asentamiento.
A partir de ellos distingue entre: 1. Asentamientos de primer orden: de gran extensión, fortificados y ubicados en posición topográfica destacada, nunca en llano o ladera y con una amplia secuencia de ocupación. El factor estratégico-defensivo es importante en su localización. Distancia a fuente o manantial de agua mayoritariamente a menos de 500 metros. Distancias a una vía tradicional de comunicación inferior a los 2 kilómetros en la mayoría de los casos. 2. Asentamientos de segundo orden: de magnitud media, por lo común no fortificados, situados en cerros u otros puntos topográficos con posibilidades defensivas y con menor secuencia de ocupación que los anteriores. El factor estratégico-defensivo también es importante y muestran preferencia por terrenos de monte bajo y pastos. Distancia a fuente o manantial de agua
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mayoritariamente a menos de 250 metros. Distancia a más de una vía tradicional de comunicación inferior a los 2 Kilómetros. 3. Asentamientos de tercer orden: de pequeño tamaño, no fortificados en general, ubicación preferente en llano o ladera y secuencia de ocupación similar a los de segundo orden. Captación de agua por otros medios (pozos y cursos fluviales.) En términos generales se apunta, como ya indicábamos, un crecimiento demográfico durante el período tartésico con respecto a fases precedentes (Bronce Pleno), indocumentadas éstas con claridad en el entorno del Término de Utrera salvo en el asentamiento de El Pancorvo situado al sur del mismo. Sin embargo, hay que señalar que, aunque El Pancorvo continúa ocupándose, durante el Bronce Final se advierte una preferencia por las zonas agrícolas más fértiles, lo cual explicaría el abandono o desaprovechamiento de los lugares más altos, situados en el sur del término de Utrera, donde las prospecciones realizadas por Oria et alii no fructificaron en la detección de materiales pertenecientes a este período y sólo se cuenta con un nuevo asentamiento en la fase orientalizante: El Alhorín I -fechado en el siglo VII a.C.- (Oria et alii, 1991, 114115) y situado algo más al norte. Los estudios de Ruiz sobre la relación de continuidad en la ocupación de los emplazamientos Calcolíticos durante estos momentos, indican una discontinuidad en las relaciones territoriales, ya que aquella sólo se encuentra en algo menos de la mitad de ellos. En este sentido, hay que destacar que durante el Bronce Final se va a producir una nueva estructuración del poblamiento con respecto al Calcolítico. También se detecta una nueva organización de los propios espacios habitados, como sucede en el Casar, donde se observa su ampliación en superficie y el descenso hacia áreas más bajas, encontrándose en ellas cerámicas más tardías orientalizantes: cerámicas pintadas "tipo Carambolo", grises y orientalizantes en general, que apuntan un importante desarrollo económico y la existencia de una aristocracia que controla los productos de exportación (Ruiz 1985, 243244). Las localizaciones de asentamientos de este período obtenidas por las prospecciones realizadas en el término de Utrera muestran unas normas parecidas a los ejemplos señalados, evidenciando una preferencia por los lugares situados en cercanías de vías tradicionales de comunicación, como ya apuntara Ruiz (1985), y por lugares con una ubicación estratégica de visibilidad y control del territorio, con disponibilidad de puntos de agua (manantiales, arroyos...), mostrando en conjunto unas motivaciones mayoritariamente económicas. La distribución del poblamiento durante el Bronce Final se evidencia en el Término de Utrera fundamentalmente por una densidad del poblamiento en zonas muy definidas y distintas a las que conformaban la antigua organización calcolítica del territorio en el eje de las dos principales vías de comunicación hacia las provincias de Cádiz y Málaga (las de la N-IV y la A-376). El nuevo modelo de ocupación durante el Bronce Final se materializa en una concentración evidente de asentamientos en un eje de asentamientos situado en dirección sureste a noroeste en el centro del Término Municipal (en torno al curso del Salado y la vía pecuaria de Sevilla a Ubrique), con una probable conexión
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directa con la antigua costa a través de los yacimientos de San Miguel I y II. El núcleo principal del poblamiento en este período se organiza en torno a los asentamientos de Motilla Alta, Malavista I, Higuera I, Ventosilla II, La Torre del Águila, El Caserón I y Herrera III. El emplazamiento de Las Haldúas supone una extensión del núcleo principal hacia el sur. Otros asentamientos como Torres Alocaz o El Casar, representarían emplazamientos excepcionales con respecto a las zonas de ocupación predominante; su ubicación estratégica hace pensar en una recuperación incipiente de las antiguas vías de comunicación. Esta organización del territorio, aunque se mantiene en el período orientalizante, muestra evidentes signos de cambio y manifiesta un incremento demográfico a partir del siglo VII a.C., momento en el que se extienden los asentamientos por nuevas zonas. Los análisis de densidad del poblamiento evidencian una preeminencia del poblamiento en el entorno de una de las rutas transversales que enlazaría la costa con el este, en dirección al curso del valle del Corbones y las zonas de campiñas: Suerte Lozana I representaría la conexión con las costa del núcleo de asentamientos del Bronce Final y Valcargado II la conexión con el núcleo de El Casar. Por otra parte, se incrementan las evidencias que apuntan a una recuperación de los antiguos caminos que se dirigen al sur. Yacimientos como Lopera II o Ruchenilla II señalan la ocupación de territorios de menor potencialidad agrícola y más relacionados con la explotación de las rutas comerciales y ganaderas. Hacia el norte se ocupan nuevas zonas agrícolas como parece evidenciar el nuevo núcleo de concentración de asentamientos que se sitúa entre Fuente Vieja III y Olivar Alto. Destaca la ausencia de evidencias de ocupación en La Torre del Águila, ya que “aisla” al núcleo de concentración de asentamientos que se organiza en torno a El Caserón I y que ya se reconocía en la fase precedente; por tanto, no sería extraño el hallazgo de evidencias de este período en el yacimiento citado.
Imagen 5. Asentamiento de Torres Alocaz. Al fondo Las Cabezas de San Juan
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La continuidad del poblamiento se manifiesta en la inmensa mayoría de los emplazamientos del Bronce Final y del período orientalizante; eso si se exceptúan las necrópolis, cuyas pautas de localización obedecen a circunstancias de mayor complejidad interpretativa: dependencia con respecto a la localización de los asentamientos y de la naturaleza de los rituales, que en el caso de los rituales del Bronce Final se relacionan con fórmulas funerarias que no dejan huella en el registro arqueológico, como sucede en toda la fachada atlántica europea en estos momentos. Los únicos elementos que se han apuntado como testimonio de las costumbres funerarias de las poblaciones del Bronce Final entre 1000 y 700 a.C. son las estelas grabadas con armas y figuras humanas esquematizadas, pero que en ningún caso se ha puesto en conexión directa con estructuras funerarias, salvo en cuestionados casos como el de la estela de Setefilla. Las variadas interpretaciones que se han ofrecido para estos documentos arqueológicos, incluye su interpretación, no como tumbas, sino como hitos de referencia, visibles en el paisaje y que marcan recursos y vías de paso, necesarios para quienes, como ganaderos y comerciantes, se desplacen por el territorio; el hecho es que muchas parecen emplazarse en la intersección de dos zonas ecológicas complementarias, e incluso podrían marcar límites territoriales. De las 69 conocidas, muchas no se hallaron en posición original, pero 11 de ellas fueron localizadas en cerros o lomas que pudieran corroborar esta hipótesis; además la mayoría de las estelas cuya procedencia se puede constatar con fiabilidad se localizan cerca de accidentes geográficos de gran valor para el control de vías de paso, como cursos de ríos o arroyos, los vados que los permiten atravesar o los puertos de paso en las sierras, destacando en el caso de las presentes en el valle del Guadalquivir su localización en los primeros resaltes orográficos que circundan la cuenca y la de algunos de sus afluentes; algunas reúnen a su alrededor puntos de agua y zonas de pasto para el ganado. Las que aparecen descontextualizadas también aparecen en vegas fluviales o en las cercanías de las vías principales de la antigüedad (Ruiz-Gálvez y Galán 1991). A este grupo de descontextualizadas pertenecen las del término municipal de Utrera, una procedente de Torres Alocaz y otra, inédita, que se conserva en el Castillo de Utrera y procedente al parecer de Pinzón, donde se encontró descontextualizada en un depósito de almacenamiento de agua30. Sería importante reseñar que Pinzón se encuentra en un lugar que estaría inundado por las aguas durante el Bronce Final, por lo que su posible origen autóctono resulta al menos dudoso. Estas estelas son precisamente las más meridionales de las estelas conocidas lo cual destacaría su valor como final o inicio de camino. Se conocen varias rutas de trashumancia que desde el Tajo conectarían con el valle del Guadalquivir, durante el Bronce Final.
IV.4.5. Período Turdetano
A partir del siglo V a.C. el auge ibérico turdetano establece una fase plenamente urbana en la Campiña, similar a la de otras regiones del valle del Guadalquivir. Tras el ocaso del mundo tartésico a finales del siglo VI a.C., y la consiguiente crisis económica de los decenios posteriores, parece producirse un nuevo florecimiento económico, consecuencia 30
Así nos lo ha comunicado el Sr Mena.
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de la apertura de nuevas rutas comerciales, la puesta en explotación de nuevos recursos y cultivos, y la introducción de nuevas técnicas agrícolas como el trillo o «tribulum» y el rodillo de puntas o «plostellum poercium» que van a permitir un aumento de la producción. Estos hechos dejan sentir sus efectos sobre la demografía, que va a crecer sensiblemente, provocando ésta a su vez, una mayor densidad e intensidad en la preexistente ocupación del territorio, por donde también se expanden de manera irregular nuevas localizaciones (Ruiz 1985, 244). La agricultura extensiva, de la que la trilogía de cultivos mediterráneos -olivo, vid y trigo- debió ocupar la parte más extensa de la superficie cultivable, constituiría el pilar fundamental de la economía, complementada por una ganadería creciente revalorizada con el desarrollo de los intercambios comerciales. La especialización cerealista de la zona se verá reflejada en las amonedaciones del período inmediatamente posterior romano en ciudades como Siarum y Salpensa. En la prospección para la Carta Arqueológica se han podido constatar numerosos sitios arqueológicos de adscripción turdetana, destacando fundamentalmente Salpensa, Ugia, Siarum, Utrera, Motilla Alta y el Bollo III. Los emplazamientos mencionados tuvieron que tener cierta importancia, sobre todo por la cantidad de explotaciones que se articulan en su entorno. La distribución del poblamiento presenta una gran densidad, derivando en algunos casos del momento orientalizante-tartésico. Durante este período se asienta la importancia de las antiguas vías de comunicación que enlazaban con la serranía gaditana y malagueña al Sureste, así como los enlaces con el conocido como Sinus Tartesico, al oeste. La importante densidad de asentamientos de Gómez Cardeña, en el entorno de Torres Alocaz parece evidenciar un incremento de las relaciones directas con la Bahía de Gadir La existencia de asentamientos fortificados en este momento y en el anterior tartésico es conocida en el Bajo Guadalquivir. En nuestra zona el yacimiento de Lopera II31, en el que se ha encontrado material ibérico en superficie del s. III a.C. aprox., se ha relacionado en este momento con una muralla construida con grandes bloques de piedra (Oria et alii 1990, 116). Por su parte el núcleo ibérico de El Casar fue bastante potente, debiendo haber contado con recinto fortificado dada su importancia estratégica (Ruiz 1985, 244). Pero no son estos los únicos yacimientos en los que se considera la existencia de defensas, planteándose la posibilidad que algunos de los grandes asentamientos contaran también con algún tipo de fortificación que no se ha conservado en la actualidad. Resulta de interés el yacimiento de El Bollo III, ocupando un lugar destacado orográficamente y que presumiblemente debió contar con defensas32. Los resultados de nuestra prospección corroboran esa predilección por los lugares de fácil defensa, mostrándose una mayor densidad de asentamientos en los emplazamientos elevados más cercanos a la antigua costa y en las áreas de influencia de los principales cursos de agua (arroyos de El Salado y El Sarro).
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A unos 100 m de la conocida Torre de Lopera medieval (siglo XIV). Los materiales cerámicos de época Ibérica se constatan en la Torre medieval que hoy se conserva.
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Durante el período romano posterior debieron continuar muchos de los asentamientos turdetanos, lo cuala explicaría la relativa escasa densidad de asentamientos romanos de época republicana (siglos II-I a.C.).
IV.4.6. Período Romano
Los yacimientos de época romana se identifican por la existencia de concentraciones más o menos extensas de materiales que presentan una tipología diversa. Los materiales más frecuentes son fragmentos de cerámica fina (terras sigillatas, paredes finas), cerámica común, tégulas, ladrillos, etc. La clasificación funcional de estos sitios presenta cierta complicación, siendo difícil, en ocasiones, poder determinar tanto la entidad y funcionalidad como las proporciones reales de los lugares romanos que se detectan. Sobre la campiña sur de Sevilla se han realizado algunos estudios acerca del poblamiento romano, pudiéndose destacar a Didierjean (1979), Ruiz Delgado (1985), Oria et alii (1991) y García et alii (2002). 1. Los estudios realizados por Vargas, Oria y Camacho en sus prospecciones de Marchena (García, Oria y Camacho 2002, p. 314-315) concluyeron en una división de la ocupación rural según criterios de tamaño y dispersión de materiales, que les permitieron distinguir entre aglomeraciones rurales, villas, granjas y otras edificaciones para el período romano en general: Aglomeraciones rurales: Yacimientos de extensión superior a 5 Has. en los que se localizan materiales constructivos, elementos de concentración arquitectónica y cerámica de todas las clases en gran abundancia. También se incluyen en esta categoría algunas agrupaciones de pequeños yacimientos muy próximos con aspecto de posibles aldeas. Villae: De acuerdo con un criterio más jurídico-agrario (ciudadanía, propiedad privada) que monumental (partes suntuosas) se la identifica con cualquier edificación rural de cierta entidad, independientemente del carácter lujoso o no del material de superficie. Yacimientos entre 5 y 1 Has. con materiales constructivos y decorativos, cerámica de mesa, cocina y almacenamiento, molinos de mano, pesas de telar, etc. Granjas y pequeños asentamientos indeterminados: yacimientos menores de 1 Ha. donde predomina el material de construcción y la cerámica común, aunque pueden encontrarse también fragmentos de cerámica fina. Otros: dependencias industriales, necrópolis, etc. cuya extensión puede ser variable y presentan estructuras y materiales característicos como hornos, restos de alfar, abundancia de tégulas, etc. Esta clasificación corresponde fundamentalmente al período altoimperial. Por ejemplo, las fundaciones romanas más antiguas suelen ser de dimensiones modestas y parecen tener muy en cuenta las condiciones geográficas, ligadas o no a la preexistencia de
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asentamientos. En cambio, en época bajoimperial las dimensiones de los asentamientos tipo villae suelen ser grandes. 2. Por su parte, Ruiz Delgado (1985) clasificó los asentamientos siguiendo a Didierjean, distinguiendo entre explotaciones rurales (de cien a mil metros cuadrados de superficie), villa (de mil a diez mil metros cuadrados), aglomeración rural (más de una hectárea) y núcleo urbano, llamando así sólo a aquellos yacimientos que por su gran extensión y características denotan rasgos netamente urbanos. Las características de los emplazamientos reconocidos por Ruiz para los núcleos urbanos durante el período romano son las siguientes: ocupación de los cerros estratégicamente situados para la visibilidad y defensa del territorio. En cuanto a las aglomeraciones rurales se localizan tanto en puntos elevados de valor estratégico, junto a manantiales importantes, como otros situados en terreno llano junto a pequeños arroyos, vías o cañadas. En cuanto a las villae, se observan las siguientes características en su localización: proximidad a los núcleos urbanos, existencia de recursos de agua y cañadas o vías de comunicación. Las explotaciones rurales representan un papel secundario frente a las villae y aglomeraciones rurales, de las que en ocasiones es posible que dependan dada su cercanía. Su distribución espacial no atiende en la mayoría de los casos, a motivaciones estratégicas o económicas de primer orden, sino a condicionantes prácticos locales de cada pequeña área en particular. 3. En la zona sur del término de Utrera la presencia del mundo romano es escasa, según los estudios realizados por Oria et alii (1991), quienes razonan esta escasez por la menor calidad de los suelos, algo que podemos dar por cierto. Los asentamientos reconocidos, y en torno a los cuales se organiza la ocupación del territorio en esta zona, orbitan en torno a las zonas llanas. En estos casos, el complemento de las actividades que los sustentan se obtiene del aprovechamiento ganadero de los pastos. Pese a todo, las tendencias de ocupación del territorio siguen las pautas observadas en el valle del Guadalquivir. En este caso la clasificación de los emplazamientos atiende a Ponsich, si bien matizándola. Considera aglomeraciones a los asentamientos de importantes dimensiones situados juntos a puntos de agua, de los que no se detecta ningún caso. Las villae se diferencian con respecto a Ponsich entre aquellas de mayor categoría, pero sin alcanzar la envergadura de otras zonas, y las granjas romanas, que se clasifican como villae atendiendo a las condiciones propias de la zona. Finalmente consideran la categoría de abrigos, establecimientos dedicados a una función determinada (almacén, vivienda aislada, establo...) a veces ocasional, con materiales difícilmente datable y a veces sin relación con puntos de agua importantes. A partir de la prospección para la Carta Arqueológica del término de Utrera se han constatado varios factores en relación a estas propuestas: 1. La naturaleza de las ciudades se ha conocido a través de las fuentes filológicas e históricas, si bien, la visita a los sitios ha permitido constatar la existencia de tales ciudades (Siarum, Salpensa y Ugia).
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2. Se ha constatado la dificultad de otorgar a un sitio la categoría de aglomeración rural, puesto que el gran deterioro de los sitios arqueológicos y la gran dispersión de materiales ocasionada por los trabajos agrícolas apenas permite diferenciarlos de las posibles villas. De este modo, se han detectado muy escasos sitios a los que se puedan denominar con seguridad aglomeración rural. Se trataría de El Alhorín VI, Roncesvalles I y, quizás, Bollo III, en los que se observa una gran dispersión y densidad de materiales. Por esta dificultad se ha evitado tal denominación, calificando a los sitios que presentan un buen tamaño y una importante densidad de materiales de todo tipo como villas. 3. No está claro que la entidad de un sitio sea la misma a lo largo de todo el momento romano. Es posible que un sitio se desocupe en gran medida en época tardía o, en cambio, incrementar su actividad. Para determinar esta característica se tendrían que realizar otro tipo de intervenciones más intensivas que una prospección superficial. 4. En muchos casos, los materiales que se observan pueden corresponder a necrópolis u otros edificios, por lo que muchos sitios que han sido denominados explotaciones rurales podrían haber sido dedicados a otras actividades. En función de esto, se ha optado por diferenciar la siguiente tipología de sitios para todo el período romano, desde el momento republicano hasta la monarquía visigoda: -
Ciudades o municipios. Vienen determinada por el conocimiento que se tiene de las principales fuentes filológicas e históricas. De este modo, desde los estudios de Caro, a principios del siglo XVII, se ha venido considerando la existencia de varios núcleos urbanos en el término de Utrera. En el momento actual de las investigaciones se piensa que las ciudades turdetano-romanas de Salpensa, Siarum y Ugia se corresponden con los yacimientos de El Casar, Torre del Águila y Torres Alocaz, respectivamente. La prospección para la Carta Arqueológica ha permitido corroborar tales afirmaciones, debido a la gran densidad de materiales, el tamaño de los sitios, al importante poblamiento situado en el entorno de los mismos y a la existencia de algunas estructuras emergentes. Muchas dudas presenta el sitio denominado Bollo III, en el que algunos autores, como Gonzalez Fernández (CILA), sitúa la ciudad de Calduba o Callicula, debido a su limitado tamaño.
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Villas. Se ha considerado que los sitios con el rango de villa cuentan con una importante densidad de materiales en superficie, predominando los fragmentos de cerámica fina, elementos constructivos (algunos de carácter monumental como teselas de mosáicos, mármoles o columnas), así como un tamaño considerado, que tiende a ser mayor de 1 ha. Por lo general, estas villas se disponen junto a las más importantes vías de comunicación. No obstante, como ha sido dicho, se debe tener en cuenta que la villa rústica es más una realidad económica y jurídica, con un fundus que la acoge y al que organiza, más que un fenómeno arquitectónico. De este modo, se han detectado sitios con el rango de villa con un importante
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poblamiento en su entorno, probablemente relacionado con estas villas. De cierta importancia debieron ser las villas de Roncesvalles I, Los Jurados II, La Halduda I, Motilla Alta o Matasiete. -
Explotaciones rurales. Este tipo de sitios se caracteriza por tener unas dimensiones más reducidas que las villas (inferior a 1 ha) y una densidad de materiales menor. Generalmente se vincularían a sitios de mayor entidad (villas).
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Necrópolis. El reconocimiento de las necrópolis no resulta fácil a partir de una prospección superficial. Desde el siglo I d.C las tumbas contienen elementos constructivos (tégulas, ladrillos, mampuestos) y cerámicos (sigillatas, cerámica común), al igual que las explotaciones rurales. La destrucción de estas tumbas a partir de los trabajos agrícolas y la intervención de furtivos provoca una diseminación de estos materiales que dificultad la identificación de estos sitios como necrópolis. De este modo, es posible que algunas de las explotaciones rurales que se han identificado correspondan a necrópolis. Las únicas detectadas con seguridad se han hecho a partir de fuentes bibliográficas (Bermejales I y II), noticias orales (Pescozal V), excavación del MAP (Olivar Alto), dispersión de materiales asociados a tumbas (huesos, ungüentarios, ladrillos con decoración geométrica, losas, cipos...) o evidencias de fosas funerarias (Majada Alta, Lopera IV, Alhorín III, Torre del Águila).
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Otros. La existencia en el mundo romano de edificaciones dedicadas a actividades no agrarias resulta obvia. Así, habría centros de almacenamientos, hornos, termas... La detección de estos sitios a partir de una prospección necesita de evidencias superficiales que permitan una certera adscripción. De este modo, sólo se ha podido detectar con seguridad la existencia de un horno cerámico (Alcaparrosa IV), justamente en las inmediaciones de un punto de captación de arcillas (laguna de Zarracatín) y de varios puntos de almacenamiento, lo cual ha sido posible por la existencia predominante de fragmentos anfóricos. Por otra parte, la presencia de otros elementos como termas o cisternas se han detectado relacionados con las ciudades del término (termas en el Casar o cisterna en Torre del Águila). Ciertas dudas se plantean al identificar posibles calzadas, puesto que muchos tramos de caminos empedrados pueden tener su origen en Edad Moderna. Algunos ejemplos son: camino de Molares a Morón de la Frontera, de Casa Coria al cortijo de Pardales, la situada en Pescozal III y Los Jurados VII, en el Alhorín o el camino de la Encinilla (junto al cortijo de El Mármol y la Halduda). De todas, ellas, Pescozal III presenta evidencias que permiten sospechar en un origen romano, planteándose como dudosos al resto de caminos empedrados.
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IV.4.6.1. Época Republicana
García, Oria y Camacho (2002) distinguen tres modelos de ocupación para el período republicano: Asentamientos en cerros: Siempre se corresponden con núcleos de población prerromana. Suelen abandonarse a partir del siglo I en favor de nuevas villae creadas con el Imperio. Extensión media entre 1 y 5.7 Has. y se sitúan a poca distancia unos de otros. Suelen controlar zonas de fértil agricultura, tránsito ganadero y gran visibilidad. Asentamientos en ladera y loma: Se trata, por lo común, de nuevas localizaciones con respecto al período precedente y con localización predominante en los ejes de las vías fluviales principales (importancia de los recursos de agua). La inmensa mayoría continúa en el Alto y Bajo Imperio. Asentamientos en llanura: Perpetúan núcleos indígenas y en casos excepcionales continúan hasta el Bajo Imperio en forma de villae. Se concentran en las orillas de los principales cursos de agua, distanciándose entre ellos apenas 500 m. Se relacionan con actividades agropecuarias y pastos para el ganado. Por su parte, Ruiz Delgado (1985) reconoce en su zona de estudio (zona sureste de la campiña sevillana) escasos asentamientos de época romana republicana, con un reparto irregular y con localizaciones preferentes en los núcleos de tradición indígena situados en cerros, y algunas villae superpuestas igualmente a explotaciones ibéricas anteriores. En virtud de estos estudios, y en función de lo observado en el campo se puede pensar que la conquista romana no parece cambiar sustancialmente el modelo de asentamiento indígena. Se cuenta con un aprovechamiento por parte de Roma de alianzas con aristócratas locales, abandono de centros secundarios, crecimiento económico y expansión hacia zonas marginales. Numéricamente se observa un predominio de los asentamientos en cerros y en menor medida en ladera y loma. Durante la prospección para la Carta Arqueológica de Utrera se ha constatado cómo el comienzo de la romanización, tras el desenlace de las II Guerras Púnicas, se articula en función de dos factores principales: 1. Centralización del control del territorio en los principales asentamientos indígenas (como El Casar-Salpensa, Torre del Águila-Siarum, Torre AlhocazUgia). La llegada de las tropas romanas y de los primeros colonizadores permitió un incremento poblacional que tendería a emplazarse en estas ciudades. No fue hasta época imperial cuando adquirirán el rango de municipio, permaneciendo hasta entonces – probablemente - como ciudades federadas o estipendiarias. Desde época turdetana, Salpensa y Siarum emitirían monedas, siendo más
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discutido en el caso de Ugia. Con toda probabilidad, estas tres ciudades ya serían denominadas así desde época prerromana, pudiéndose pensar en una toponimia indoeuropea. Más dudoso aún es el caso del posible oppidum ignotum situado en el cerro del Bollo, y al que se ha denominado El Bollo III. Se ha pensado en la posibilidad de situarse en el cerro la ciudad de Callicula o Calduba, aunque la pequeña dimensión del sitio y la escasa densidad del poblamiento en su entorno genera serias reservas. 2. En función de las principales vías de acceso. A partir del estudio de densidad del poblamiento durante el momento republicano se constata que muchos de los sitios arqueológicos se emplazan en la margen de uno de los caminos que enlazaría ciudades como Urso, Carmo y los valles del Corbones o Guadaira con la Via Heraklea (futura Via Augusta), pasando por Salpensa, Siarum y Ugia. También debió mantener la importancia el camino que se dirige al sudeste, hacia las sierras malagueñas. Destaca una alineación de pequeños asentamientos al oeste de Utrera orientados en dirección noroeste – sureste desde Florida Baja I a Pinganillo II, que conectaría con Torres Alocaz a través de otros enclaves como Malavista I, El Palmar I, La Alcaparrosa V y Gómez Cardeña X. Los sitios arqueológicos con ocupación durante la República Romana se caracterizan por contener una población, costumbre y cultos duales, por lo que este período también es conocido como turdetano-romano. En los mismos, se suele apreciar cerámica del tipo campaniense junto a vasos con decoración geométrica de tradición turdetana. Por otra parte, se ha de señalar que muchos de los sitios reconocidos como turdetanos (Hierro II) pudieron tener perduración en el momento republicano, permaneciendo como explotaciones o asentamientos indígenas. Perteneciente a este momento de transición se encuentran esculturas zoomorfas en piedra. Se conocen dos leones en el término de Utrera, uno originario de Salpensa y otro de Ugia. Morales (1981) señala su posible condición de exvotos. De especial interés se encuentran los oppidum fortificados, de herencia turdetana. El caso más señalado es el situado junto a la torre medieval de Lopera, que conserva parte del muro perimetral, y donde se han podido recoger algunos materiales romano-republicanos. Posiblemente, el Bollo III se trate de otro oppidum fortificado, que continuará la ocupación en época imperial. De gran interés se trata la necrópolis de El Bollo III - El Bollo IV – con ritual de incineración en urna que apunta a un momento tardío, en la Segunda Edad del Hierro y en contacto ya con el mundo romano, cuando se produce la aparición de necrópolis, desconocidas o inexistentes en momentos ibéricos antiguos. De gran importancia resulta el yacimiento del Olivar Alto (Puya, 1983), necrópolis que conocemos gracias a la exposición dispersa de sus materiales en el Museo Arqueológico Provincial y a referencias muy someras en las publicaciones oficiales. Esta necrópolis debió estar relacionada con algún tipo de asentamiento situado en el entorno de la población de Utrera, seguramente en la actual Barriada de El Tinte.
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IV.4.6.2. Alto Imperio
Desde comienzos del Imperio la ocupación rural se incrementa enormemente, produciéndose un posterior proceso de concentración poblacional en los enclaves mayores a lo largo de todo el Alto Imperio. La población inicialmente se dispersa de manera regular, con especial concentración en los cursos fluviales principales, y con predominio de la pequeña propiedad, detectándose asociaciones de asentamientos menores y dependencias secundarias en torno a las villae; paulatinamente desaparecen en favor de éstas. García, Oria y Camacho (2002) señalan que los asentamientos se sitúan preferentemente en laderas y suaves lomas, aunque en los que ocupan cerro y ladera, posiblemente el cerro es el asentamiento y la ladera la zona de dispersión y arrastre de materiales. Su visibilidad suele ser buena excepto en dirección a la cumbre de la elevación correspondiente. Suelen tener amplio radio de visión y excepcionalmente se encuentran rodeados de alturas mayores que les cierren el campo de visión. Los recursos de agua se encuentran cercanos: a menos de 500 m de un arroyo o un pozo, aunque algunos pueden encontrarse lejos de puntos de agua. Por su parte, Oria et alii (1991) cuyo estudio fue realizado en la sierra sur de Sevilla, en la zona de Montellano, opinan que las grandes villae de la zona se localizan en focos de agricultura extensiva y cerealística próximos a recursos hídricos de mayor o menor importancia y con el complemento del aprovechamiento ganadero dada su ubicación en el piedemonte de sierra y el paso de importantes rutas trashumantes evidenciadas en épocas posteriores. La implantación de estas villae se inicia en época republicana y en la primera mitad del siglo I, teniendo su mayor auge en la segunda mitad del siglo I y durante el siglo II, si bien la explotación inicial del suelo permanecería fundamentalmente en manos indígenas y los nuevos pobladores romanos se encontrarían en hábitats concentrados. En época bajoimperial se reducen drásticamente. Las pequeñas villae suponen en su zona de estudio la mayoría de los emplazamientos de época romana y sus características son: cercanías a puntos de agua, localización en zonas dedicadas a cultivos agrícolas y a la explotación ganadera. La mayoría surgen en la segunda mitad del siglo I y siglo II, relacionándose con la búsqueda de la máxima explotación del suelo agrícola alcanzando estas zonas marginales. Para Ruiz Delgado (1985) aparecen establecimientos rurales cercanos a los núcleos de población principales, nuevas villae y aglomeraciones rurales cercanas a vías importantes de comunicación; con un intenso movimiento de la ciudad al campo, especialmente desde la segunda mitad del siglo I.
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El plano de densidad del poblamiento de este período realizado tras la prospección del término de Utrera destaca el papel de las ciudades como centros de gravedad. Destaca el caso de Siarum que concentra en sus alrededores la mayor densidad de explotaciones agropecuarias y villae de todo el término municipal. Otro núcleo que presenta una importante densidad de poblamiento fue Salpensa, cuyo ager publicus, o territorio fiscal asociado se extendía hacia el sur y el oeste, colindando con el de Siarum. Por otra parte, se observa una ocupación generalizada del término municipal, con escasas zonas sin ocupar al oeste –por ser entonces zona inundable- y al norte del núcleo urbano de Utrera –donde la presencia de parcelas actualmente urbanizadas impide el reconocimiento de una parte del territorio y las zonas libres parecen apuntar una escasa ocupación de estos territorios-. La explotación agrícola aparece como dominante en todo el término, manifestándose en un paulatino descenso en el número de núcleos habitados hacia el extremo sur del término, donde se encuentran terrenos menos productivos y previsiblemente orientados a otras especializaciones económicas (ganadería, caza…).
Imagen 6. Materiales constructivos de la villa de Roncesvalles I
Dentro de la demarcación fiscal y judicial de los Conventos jurídicos parece que sólo los territorios correspondientes a colonias o municipios experimentaron el proceso romanizador en toda su amplitud, permaneciendo la ordenación rural característica prerromana en aquellos territorios que dependían de ciudades u oppdida estipendiarios. En los territorios que se estableció la política de ordenación territorial romana, las colonias solían experimentar la parcelación y asignación de tierras a los colonos ad pretium emeritorum. La nueva estructura territorial se caracterizó por la sustitución de los viejos esquemas poblacionales prerromanos, basados en los oppida y en las turres fortificadas, por otros en que la explotación rural se articuló en circunscripciones denominadas pagi y divididas en fundi, siendo los pagi circunscripciones fiscales
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instituidas en la Bética por Augusto y regidas desde los establecimientos agrícolas propiedad de particulares con centro en las villae. Con todo, los viejos oppida parece que pervivieron en algunos casos bajo la forma de aglomeraciones rurales. En el Bajo Guadalquivir a comienzos del Imperio éstos parecen organizarse aún en centuriae o fracciones étnicas con nombres indígenas, cuyos centros residenciales solían encontrarse en vici o castella. A finales del siglo I d.C, la organización territorial romana se encuentra consolidada gracias a una profunda romanización y municipalización. En el caso del término municipal de Utrera, se conoce la pervivencia de las ciudades turdetanas de Siarum, Salpensa y Ugia, que obtienen durante la segunda mitad del siglo I d.C el rango de municipio, aunque no es seguro en el caso de Ugia. Estas ciudades, fundamentalmente las dos primeras, contarían probablemente con un recinto amurallado, así como edificios públicos. La epigrafía hace referencia a la existencia de algún templo en las tres ciudades, y uno posible en el oppidum ignotum de El Bollo III (C.I.L.A). También se conoce la posible existencia de un edificio termal junto a Salpensa, en el lugar conocido como Los Bañuelos o Baños de la Reina, y de un edificio de espectáculos en Siarum. Sobre esta edificación se cuenta con información epigráfica que menciona actos de evergetismo en Siarum (Julián González, 1973), así como la prospección geofísica realizada por la Universidad de Southampton en la que se delimitó el área de un posible teatro en la ladera norte del cerro principal. La ciudad romana era dividida en centuriaciones de carácter agrícola, conformando un territorio administrado por ella denominado ager publicus. La actual A-376, con dirección noroeste-sudeste, podría tratarse de una de las líneas en torno a la que se estructuraría la centuriación de Salpensa. De especial interés se encuentran las llamadas tablas siarensis (Julián González, 1981) y salpensae. La primera hace referencia a las honras fúnebres de Germánico y la segunda se trata de un bronce en el que se recogen las leyes municipales de Salpensa. Estas leyes, de época contemporánea a las de Malaca, Irni o Urso, señalan la existencia de los ediles quattorviri que administrarían el municipio. Dentro del ager publicus se encuentran numerosas explotaciones agropecuarias y villas, algunas con cierta monumentalidad, tal es el caso de las conocidas como Roncesvalles I o Tesorillo III. Estas ciudades y villas se encontrarían comunicadas por distintas vías, destacando la Via Augusta, que aprovecharía el camino que enlazaría Córdoba, Sevilla y Cádiz (La Via Augusta en la Bética, 2001). A partir de los Vasos de Vicarello y el Itinerario de Antonino se ha podido conocer como Ugia se trataría de una mansio o lugar de postas. La misma ruta cruzaría el arroyo Salado por el puente de la Alcantarilla, justo en el cruce con la C.R de Utrera a Las Cabezas de San Juan, que se dirigiría a la orilla del Lago Ligustinus. Otra de las vías debía proceder de Carmo, para después de pasar por Salpensa, y quizás Siarum, alcanzar la Via Augusta en Ugia.
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Imagen 7. Inscripción en el puente de la Alcantarilla
Imagen 8. Vista del puente de la Alcantarilla por Hoefnagel (Civitates Orbis Terrarum. Colonia, 15721618).
Imagen 9. Vista del puente de la Alcantarilla (1864-5)
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Imagen 10. Vistas actuales del puente de la Alcantarilla (2005)
Durante la prospección del término se han podido observar restos de empedrados que podrían corresponder a esta última ruta. Estos indicios se encuentran en el camino que desde el cortijo Casa Coria se dirige hacia el de Pardales, en el sitio que hemos denominado Los Jurados VII, en la finca de Los Jurados, y en el camino que desde el cortijo del Pescozal enlaza con el camino de Higueralejo o de los Palos. Es este último el que no parece plantear muchas dudas acerca de su origen romano, en vista de las grandes lajas de piedra que afloran en el camino y que se puede observar en los márgenes del mismo. En los demás casos no se descarta que se trate de remodelaciones e incluso nuevos trazados viarios de Edad Moderna. Otros tramos de caminos empedrados que pudieran tratarse de calzadas los hemos hallado en el camino que desde el Cortijo de El Rubio se dirige a El Alhorín y en el tramo de la Cañada Real de Utrera a Villamartín, situado al oeste del embalse de Torre del Águila.
Camino de Los Jurados
Calzada de El Pescozal III
Camino de Pardales
C. Real de Utrera a Villamartín
Camino de El Alhorín
Imagen 11. Estado de varios caminos empedrados del término que pudieran ser calzadas romanas
Las ciudades, villas y explotaciones agropecuarias situadas en el término de Utrera debieron pertenecer en su mayoría al Conventus Hispalensis. Existen dudas sobre la
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frontera de éste con el Conventus Gaditanus, si bien se conoce que estaría en las cercanías de Ugia, si no aquí mismo. En cuanto a las necrópolis, se conocen algunas evidencias en las salidas principales de las ciudades. Cuenta con especial interés un sepulcro turriforme que es aún visible hoy en la ladera noreste del cerro del Casar, de carácter monumental (Alfonso Jiménez, 1975). Los enterramientos durante el Alto Imperio seguían preferentemente el rito de incineración. Se conocen gran cantidad de losas con epigrafías funerarias de este momento, así como algunos cipos. Las principales necrópolis detectadas son Los Jurados I, El Olivar Alto o Pescozal V.
Imagen 12. Restos del sepulcro turriforme de El Casar-Salpensa
IV.4.6.3. Período Bajoimperial – Tardoantiguo y Visigodo
De forma genérica, a partir del siglo III d.C el Imperio Romano sufre un proceso de cambio. Las ciudades continuarán administrando el territorio, aunque se aprecia una ruralización creciente, sobre todo en el entorno de las grandes villae que gestionarían grandes zonas agrícolas. Como comenta Ruiz Delgado (1985) muchos propietarios abandonan las ciudades y marchan a vivir al campo. Suelen mantenerse algunos durante el siglo III con una reducción de su número en época bajoimperial. Ello debió repercutir negativamente en el fenómeno conocido como evergetismo y por tanto en la monumentalidad de las ciudades. También debe incidir el cambio de orientación del
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Imperio hacia oriente, mucho más rico económica y artísticamente. Otra innovación, perceptible a partir de la arqueología, es la pérdida de interés por las religión romana tradicional, llenándose este hueco por las religiones orientales, entre las que comenzó a cobrar fuerza el cristianismo. En la Bética comienzan a tener importancia los martyrios y los sínodos. En este sentido, se puede apuntar – con todas la reservas- las referencias que Caro (1631) toma de los falsos cronicones, en los que se menciona a tres santos mártires (San Estratón, San Rufino y San Rufiniano) oriundos de Utrera (Utricula, según comenta Caro). Se da, en fin, un cambio en las estructuras y formas, más allá de lo meramente estético e incluso económico. García, Oria y Camacho (2002) señalan que desde el siglo III se manifiesta una importante concentración del poblamiento (granjas y asentamientos menores prácticamente desaparecen a partir del siglo III) y una ubicación predominante en laderas suaves, con importancia de los recursos de agua cercanos. Las villae preexistentes continúan en este período, momento en el que se observa un predominio de los establecimientos de este tipo. A finales del período parece que el resultado es una alta concentración de la propiedad: creación de grandes latifundios cultivados de forma extensiva y orientados a las producciones cerealeras. Por otra parte, las aglomeraciones rurales prácticamente desaparecen. Por lo que se refiere al término municipal de Utrera, hemos observado una corroboración del esquema presentado arriba. Se ha constatado una reducción de los sitios arqueológicos de época tardía. En gran parte, éstos se sitúan en el entorno de las tres ciudades, ocupando una gran zona agrícola y con importantes recursos agrarios. En su mayoría, las explotaciones bajoimperiales han continuado la ocupación de las precedentes, abandonándose muchas pequeñas granjas. Se constata una importante ocupación en el entorno de los principales cursos fluviales, sobre todo los valles del Salado, Guardainfantilla y Sarro. Hasta la novedad política y militar que supusieron las hordas germánicas a partir del siglo V, debieron mantenerse las tradicionales vías de comunicación. De este modo, se constata la existencia de una ocupación en el entorno del puente de La Alcantarilla, junto a la Via Augusta. Es en este momento cuando se acrecienta la pérdida de importancia de las ciudades de la Bética. Se conoce una gran despoblación en ciudades como Italica o Arva, o un difuso urbanismo en las antiguas capitales conventuales (Córdoba, Hispalis, Carmo), abandonándose los lugares públicos como el foro y los centros de espectáculos, donde se emplazarían viviendas de tipo frugal o necrópolis. En el término de Utrera, Salpensa parece mantener cierto dinamismo, aumentando su preponderancia frente a otros municipios vecinos. Ahora se invierte la tendencia anterior y se reconoce un abandono de las grandes villas. La población vivirá en el campo, en pequeñas explotaciones dispersas y en casas poco monumentales. Las pequeñas aglomeraciones rurales consistirán en cabañas realizadas con materiales perecederos. El comercio se retraerá, la tradicional vinculación de la Bética y Roma con el abastecimiento de cereales y aceite se habría perdido. Los restos arqueológicos datados en este momento son difusos. La cerámica comienza a ser local, de factura tosca, manteniéndose tan solo las importaciones de sigillatas africanas, fundamentalmente del tipo D. Las incursiones de pueblos como los vándalos debió afectar seriamente la zona. En su paso hasta el Norte de África pudieron arrasar con muchas grandes villas y ciudades. De este modo, es común el hallazgo de tesorillos con monedas fechadas a fines del siglo IV y en la primera mitad del V. Es el caso de algunos encontrados en La Alcantarilla y fundamentalmente en Salpensa. Las tesaurizaciones son frecuentes en
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momentos de inestabilidad política y bélica. El abandono del sitio o la muerte de sus dueños son la causa del hallazgo de estos tesorillos en posición primaria. Por lo que se refiere a la ocupación del territorio en época visigoda, Ruiz Delgado (1985) señala la difícil detección de explotaciones rurales pertenecientes a este momento ya que es frecuente la reutilización de los materiales romanos anteriores. La mayoría de los hallazgos pertenecientes a este momento, detectados en la zona sureste de la campiña sevillana, se refieren a necrópolis con enterramientos de inhumación situadas en localizaciones ya utilizadas en época romana. La demografía parece descender durante este período. En el sur del término (Oria et alii, 1991), en lo que se refiere a la implantación rural, se mantiene el mismo esquema de época bajoimperial: pequeños núcleos de escasa significación económica situados en las tierras bajas contiguas a la sierra, por lo que se les supone una actividad orientada a la explotación agrícola. Además de la escasa representatividad del poblamiento en este período, hay que considerar la continuidad de las formas cerámicas de época bajoimperial hasta el siglo VII, lo que complica su caracterización cronológica. La dedicación ganadera continuará en estas zonas. La difusión del cristianismo en la zona se ha dejado notar. Se conoce el hallazgo de fragmentos de ladrillos geométricos (usado en sepulturas y edificios religiosos) o cerámicas con cruces estampilladas. La importancia de Salpensa le permitió edificar una basílica paleocristiana, consagrada por el obispo de Medina Sidonia, Pimenio, en el 648 d.C. A fines del XVIII fue hallada junto al cortijo de la Higuera un ara que hacía referencia a esta basílica, que estaría dedicada a Santa Justa y Santa Rufina. Ruiz Delgado señala que estaría edificada sobre la planta de algún templo anterior. En este momento, se aprecia la pérdida de interés de algunas de las rutas clásicas, como aquella que alcanzaba Gades. A partir de ahora, la importancia de Asido (Medina Sidonia) se deja notar, por lo que las vías de comunicación se desvían. José Luis González (2005) comenta que el antiguo camino Hispalis-Gades deja de tener importancia a favor del camino Hispalis-Asido, aunque ambos pasarían por Torres Alhocaz (Ugia). Es posible que el actual Cordel de Espera (o camino del Campano) que parte hacia el sur desde Torres Alhocaz fuera esta vía a la que se refiere J.L.González. Aparte de Salpensa, es posible que otros sitios contasen con algún tipo de edificio religioso o iglesia. Se conocen evidencias en la misma Ugia, Caserón I o el Monumento I (Morales, 1981).
Imagen 13. Basa de columna visigoda de El Alhorín I
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En cuanto a las necrópolis, existe un cambio en el rito de enterramiento. A partir del siglo III d.C predominan las inhumaciones enterradas en fosas con revestimiento de tégulas, losas o ladrillos. Los hallazgos de este tipo de evidencias en el término de Utrera han sido numerosos, por lo que muchos de los emplazamientos considerados edificios agropecuarios podrían ser en realidad restos de estructuras funerarias. A partir del siglo IV aparecen cubiertas con losas – generalmente tres losas, en ocasiones con tratamiento almohadillado – que conviven con las cubiertas de tégulas planas o a doble vertiente. Con cubierta de losas se encuentra El Alhorín III, El Monumento I y Lopera IV. Datadas a partir del siglo V d.C se hallan las necrópolis de Ruchena y Majada Alta, al sur del término, que presentan enterramientos en sarcófagos monolíticos. En opinión de Carmona Berenguer (1998, p. 100), los enterramientos en sarcófago monolítico se datarían en torno al siglo VI d.C. No obstante, no es muy frecuente encontrar necrópolis de este tipo en el sur de la península, siendo más abundantes en el centro peninsular.
Imagen 14. Sarcófago monolítico de Majada Alta
IV.4.7. Edad Media hispano-musulmana (siglos VIII-XIII)
A partir de 711 se producen las primeras oleadas árabes y beréberes. Posteriormente, en 743 se asientan en el sur de Al-Andalus tropas sirias organizadas en yunds, emplazándose en Ixbilia el yund de Emesa. Se conoce que recibirían las 2/3 partes de las tierras sobre las propiedades de los hispanogodos. Por otra parte, el hecho de que ningún cristiano pudiera tener siervos musulmanes incitaría a que los grandes terratenientes se
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convirtieran al Islam, lo que multiplicó las conversiones. De este modo, parte de la población hispanogoda se convertiría al Islam (muladíes), otra parte continuó con las tradiciones y cultos cristianos (mozárabes) y un sector emigraría al norte, a los incipientes reinos cristianos. Fernando Amores apunta que se implantaron dos nuevos tipos de asentamientos que se reflejan en la toponimia. Es el caso de los hisn o asentamientos en altura del sureste y los qa´la o asentamientos islámicos en el valle del Guadalquivir. Las alquerías se hallarían ligadas comarcalmente a un hisn. Este término ha abarcado diversos significados, evolucionando desde los husun-refugio o fortalezas comunitarias de los siglos VIII-IX. Con la llegada de los Omeyas, se implanta el emirato, que dividiría el territorio en kuwar (plural de kora), que continuaría en algunos casos la división romano-visigoda de Conventus. A su vez, se divide en distritos o aqalim (plural de iqlim). La únidad básica de explotación sería la al-qarya. A partir del IX-X se encuentran los Ummahat al-husun, que se rebelan contra el estado Omeya y que tendrán su sede en Bobastro. Se trataba de población hispanovisigoda que encabezados por Umar ibn Hafsun fueron apoyados por parte importante de la población andalusí. Al final de la fitna (división, separación) se marcará el tipo de poblamiento rural que perdurará hasta la conquista cristiana. Surgirán las comunidades castrales. La unidad básica será el distrito, centralizado por un hisn y estructurado en una red de alquerías que a veces pueden estar fortificadas (burg). Con la caída Omeya y el intermedio taifa llegan a la península en dos oleadas distintas ejércitos almorávides y almohades, imperios norteafricanos que mantenían una actitud religiosa más conservadora. Los almohades dividieron Al-Andalus en reinos (mamalik), entre los que se contaba el reino de Sevilla (Mamlakat Ixbilia). La complejidad socio-política del mundo hispano-musulmán se refleja en un modelo de organización del territorio basado en la fortificación en torno a torres refugio como centro de organización del poder local y autónomo. El encastillamiento de la población se complementa con un sistema de ciudades más o menos abiertas, herencia del período imperial, estableciéndose relaciones diversas entre ambos ámbitos: en unas ocasiones ciudad y fortificación coinciden o aparecen unidas (alcazaba), en otras se encuentran espacialmente próximas o alejadas (atalayas).
Imagen 15. Ruinas de Torres Alhocaz
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Durante la prospección para la Carta Arqueológica se han detectado escasos sitios arqueológicos que se puedan adscribir con seguridad a un momento emiral. Aunque se conoce que durante los siglos VIII-X debió haber un descenso demográfico, la causa principal debe explicarse por la dificultad de identificar las cerámicas y elementos constructivos datados en esta fecha. Como señala Fernando Amores, el ajuar cerámico es heredero del tardorromano y se caracteriza por encontrarse poco trabajado – a torno lento -, fruto de producciones totalmente localistas. El carácter común de estas evidencias arqueológicas los hace atribuible a distintas épocas. Por otra parte, es muy probable que las alquerías y husun empleasen elementos reutilizados de construcciones romanas. No obstante, el poblamiento debió continuar en el entorno del Cerro del Casar, de la antigua Siarum y en Ugia. En cambio, la mayor facilidad para reconocer materiales arqueológicos plenomedievales ha permitido registrar una importante densidad de sitios arqueológicos. La distribución de este poblamiento sigue las pautas del período bajoimperial romano en cuanto a su distribución espacial por el término, destacando el eje de conexión entre las antiguas ciudades romanas. No obstante, durante este período la concentración en alquerías se complementa con la existencia de pequeñas explotaciones agropecuarias, diferenciándose así del modelo de concentración del poblamiento que observamos durante el período bajoimperial romano. Valencia Rodríguez (1988) señala que el distrito extremo de la cora de Sevilla era el de Al-Fahs. En el extremo sur la línea divisoria del iqlim era compartida con la cora de Sidonia. Por el norte se encontraría el iqlim de Al-Sahl. El límite por el oeste sería el curso principal del Guadalquivir hasta donde comienzan las islas y por el este llegaría hasta los límites de la de Morón. Valencia señala que tiene el significado de “todo lugar habitado, fuera llano o montañoso, a condición de que estuviera cultivado”. José Luis González apunta el significado de “campiña”, como hoy. Este distrito de Al-Fahs parece tener su centro en Facialcazar (Cerro del Casar), solar de la antigua Salpensa. No obstante, Bosch-Vilá identifica el distrito de Al-Fahs con la Vega, cuyo centro está en Alcalá de Guadaira, y que sería colindante con el distrito de Al-Sahl, localizado por el mismo autor en las marismas. Gálvez lo sitúa en la zona del Alcor y la Vega de Carmona. En cambio, Fernando Amores sitúa el distrito de Al-Sahl en torno al hisn de Qalat Yabir (Alcalá de Guadaira), justo al norte de Al-Fahs. Por lo general, todos los autores coinciden en que Facialcazar se situaría en el Cerro del Casar, capital del iqlim de AlFahs. Este distrito comprendería gran parte de la actual comarca de Utrera, incluyendo a Alhocaz, Alcantarilla, la actual Utrera, Siarum, Zarracatín,... Se puede pensar que el distrito de Al-Fahs coincide en gran parte con la actual comarca de Utrera. La importancia de Facialcazar como cabecera de la zona supondría que la Salpensa visigoda nunca perdería su importancia, que fue continuada por los pobladores hispanomusulmanes. A partir de la prospección se ha detectado una densidad de poblamiento mayor en el entorno de las tres antiguas ciudades romanas, conformando una línea de comunicación transversal, que tendría su continuidad hacia el sur en Alhocaz, hacia Medina Sidonia, Arcos... Alhocaz debió ser un hisn o núcleo fortificado de mediana importancia, relacionado con el paso del arrecife, que se fortificaría en época almohade con el castillo del que aún hoy se observan sus ruinas. José Luis González señala que Idrisí – en su descripción del arrecife – menciona los puntos por donde discurría el camino que, desde Algeciras tenía como destino Sevilla, primero por tierras gaditanas y
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luego introduciéndose en la provincia por el término de Utrera, cerca de Alhocaz (lugar que se menciona como oppidum). Del mismo modo, la línea comunicativa que enlazaría Hispalis con Jerez debió cobrar nuevamente importancia. Así, en el entorno del puente de la Alcantarilla se han podido constatar algunos lugares de cierta entidad. Se trata de Matasiete, Motilla Alta, Suerte Lozana y Cabeza de Campo, localizado por José Luis González y al que no se pudo tener acceso. En Idrisí se mencionan dos topónimos situados junto al viejo arrecife (Via Augusta) que se encontrarían una vez rebasado Torres Alhocaz. Se tratan de Al-mayaden y Dair-Algemale, que pudieran coincidir con algunos de estos sitios. Se reconocen algunas alquerías plenomedievales que podrían haber estado fortificadas (burg). Se tratan de Gómez Cardeña VIII y Valcargado VI, en el cerro del Cincho.
Imagen 16. Restos de la alquería plenomedieval de Gómez Cardeña VIII
Todo este sistema de poblamiento quedaría desmantelado a partir de la conquista cristiana, sobre todo desde la revuelta mudéjar de 1264, en el que la práctica totalidad de la población tuvo que emigrar a tierras granadinas o norteafricanas. En la Campiña Sur Ruiz constata dos tipos de establecimientos: Hábitats de diversa entidad y carácter abierto: medinas, alquerías, pequeñas explotaciones rurales, con una predilección por localizaciones similares y a veces coincidentes con las ya ocupadas en períodos anteriores y escasos núcleos de nueva creación. Enclaves fortificados: componen una red de núcleos superpuesta a la anterior y que se encuentra tanto en la sierra como en la campiña: se trata de casos de torres que previamente a su reconstrucción cristiana pudieron tener este uso en época musulmana: Torre del Águila, Torre de Bao... Estos núcleos fortificados son sumamente discutidos en cuanto a su origen musulmán. Aún cuando los materiales en superficie indiquen ocupación musulmana, en la mayoría
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de los casos tanto la ubicación, como las mismas estructuras pervivientes, indican más bien una relación directa con el surgimiento de una frontera geográfica, lineal en franjas paralelas a las sierras y al río, ya en el siglo XIII. La ausencia de esta frontera, tan claramente delimitada en la época posterior, hace necesario encontrar justificaciones más consistentes para la interpretación de este encastillamiento teórico de época musulmana. Ello no es óbice para descartar este modelo dúplice de ocupación del territorio, con núcleos fortificados como refugio para sociedades semiestables, sino para poner en tela de juicio la función torre cristiana + restos musulmanes = torre musulmana previa.
IV.4.8. Edad Media cristiana (siglos XIII-XV)
En 1248 tiene lugar la entrada de Fernando III en Sevilla. Ello estuvo precedido por una campaña de conquista del territorio de la campiña, incorporándose por vía de capitulaciones y pleitesías (González Jiménez, 1991). Habrá que esperar hasta 1253 para producirse el repartimiento de tierras entre miembros de la nobleza, eclesiásticos, participantes en la conquista o repobladores procedentes del norte. Se ha observado toponimia referente a militares que recibirían tierras en el término de Utrera: Nava de los Ballesteros, La Montera o Los Alguaciles. Ladero Quesada (1976) señala dos tipos fundamentales de donaciones de tierras a repobladores en el área de Sevilla, los donadíos y los heredamientos. El donadío consiste en una donación directa del rey, una recompensa a nobles o eclesiásticos, con una jurisdicción peculiar. El heredamiento es un conjunto de inmuebles y tierras que recibe en propiedad un poblador, a cambio de someterse a los fueros y privilegios de la ciudad. En el libro del Repartimiento, se aprecia una nómina de pobladores que ocuparon tierras pertenecientes al antiguo distrito de AlFahs, en tierras de Facialcazar, en Alocaz, la Alcantarilla o en tierras de Utrera. Tenemos el ejemplo de Gómez Cardeña, que recibiría tierras en la zona de Alocaz y cuyo donadío se menciona en el Libro de Donadíos, en 1506. También se conoce que algunos judíos pertenecientes a la judería de Sevilla recibieron tierras en Facialcazar. González Jiménez (1997) indica que los beneficiarios del primer reparto en tierras de Utrera eran miembros del entorno del rey y servidores de sus casas. Junto al reparto de tierras, la Iglesia de Sevilla dividió su arzobispado en cinco arcedianatos (Sevilla, Écija, Cádiz, Niebla y Reina Constantina). En el de Sevilla, se mencionan varios beneficios en tierras del actual término de Utrera, entre los que se encuentra La Alcantarilla, Alocaz, Sarro o Facialcazar. Esta división la realizó en 1261 el arzobispo de Sevilla Remondo de Losana en las llamadas “Constituciones”. Algunos donadíos fueron obtenidos por Instituciones Eclesiásticas. Es el caso de los monasterios de Roncesvalles, Trinidad y posiblemente el de Santa María de las Cuevas, que recibirían en las tierras que aún hoy conservan el topónimo. En 1264 la rebelión organizada por los mudéjares, que reivindicaban los pactos firmados con Fernando III, motivó el abandono de las tierras de la campiña sur. Ahora se organiza la defensa de la frontera, y la campiña de Utrera se encontraría en esta situación de continuo peligro. Por ello, se abandona todo hábitat rural, lo que ocasionará la
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concentración de la población en núcleos de población mejor fortificados. Probablemente, sería éste el momento en el que surge la actual población de Utrera, situada en la retaguardia de la frontera y en una zona agraria importante. Utrera nacería bajo la protección del Concejo de Sevilla. Éste organizaría una red de torres y castillos vigías durante una amplia franja y organizada de forma radial. García Fernández (1989) describe un vasto sistema defensivo articulado mediante la existencia de tres líneas de fortificaciones defensivas que se organizaban atendiendo a una estructura paralela general, por la que las tres líneas de fortificaciones descienden hacia el sur desde el valle del Guadalquivir, y otra estructura radial, por la que cada reino se encargaba de su propia defensa. Señala la presencia de un triángulo defensivo formado por los castillos de Cote, Las Aguzaderas y la Torre de Lopera que defendían el acceso a la Campiña de Utrera. Por otro lado, distingue la presencia de atalayas almenaras, que eran torres ópticas distribuidas de forma espaciada para notificar a través de ahumadas y fuego la presencia de ejércitos enemigos. Eran las torres de El Bollo, El Águila… La fecha de construcción de estas torres debe oscilar entre los primeros años del siglo XIV o fines del XIII y el reinado de Alfonso XI. Lo que es claro es que con este rey, la necesidad de establecer un sistema de defensa se acrecienta, pues a la inminente presencia de la frontera nazarita se añade la guerra del estrecho con los benimerines.
Imagen 17. Fortificación de Lopera
Se han podido constatar hasta nueve torres o castillos relacionados con la defensa de la Banda Morisca (Castillo de Utrera, Torremarisma, Alcantarilla, Ventosilla, Águila, Troya, Bollo, Alhocaz y Lopera), tres elevaciones que conservan el nombre de Atalaya (Las atalayas, cortijo Las Atalayas –éste de denominación reciente- y Cerro de la Atalaya) y una torre que no ha sido detectada (torre de Gómez Cardeña) Entre las torres, la torre de la Alcantarilla formaría parte de un sistema defensivo en torno al puente del mismo nombre. Otra torre defensiva pudiera ser la torre de Valcargado, junto a las salinas de Valcargado. El resto de torres formaría parte del cordón de defensa de la frontera. Si se observa el plano con la situación de las mismas, se constatan distintos alineamientos que permitirían la visibilidad entre las torres. Así, desde Lopera se divisa la torre del Bollo, desde esta se contempla el Águila y desde aquí Troya, que conecta con la
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Alcantarilla. Otra línea se observa entre Torremarisma, Alhocaz y la posible torre situada en el cerro de la Atalaya; esta línea conectaría visualmente con la Loma de los Reventones, por lo que no sería descartable un carácter militar para este emplazamiento en época bajomedieval. Otra línea de conexión visual enlazaría Torre del Águila con el Castillo de Utrera a través de la Torre de la Ventosilla. No obstante, la situación de la Torre de la Ventosilla, algo desmarcada de líneas visuales tan contrastadas como las anteriores, es posible que estuviera justificada por la importancia de las Salinas de Valcargado.
Imagen 18.Torre de la Marisma, integrada en el cortijo
En la actualidad, destaca el nivel de conservación de las torres de Troya y de la Marisma (aunque ésta no ha podido ser visitada, su estado de conservación aparente es bastante bueno). El Águila y Lopera, se encuentran deterioradas, con extracciones de sillares y pérdida de su muro perimetral. Las Torres de Alhocaz, El Bollo y la Alcantarilla están casi destruidas, encontrándose la Ventosilla casi desaparecida, con apenas el zócalo. Estas torres serían complementarias de otras edificaciones militares como El Coronil, Los Molares, El Bao, Cote, La Aguzadera o Matrera, situadas en el entorno del término municipal de Utrera. El castillo de Utrera sería un núcleo fuerte de retaguardia y aprovisionamiento. Estaría apoyado por una muralla y varias torres que defenderían a la población. Por otro lado, en el XIV surge una nueva modalidad de repoblación. Ahora intervienen la oligarquía urbana y algunos concejos en el poblamiento del territorio, con la idea de aprovechar la riqueza agrícola y ganadera de la campiña. Así, se conocen pueblas en Los Molares, El Coronil o Gómez Cardeña. Junto a su función agropecuaria, estos cortijos o aldeas edificarían una torre o castillo y se sumarían al cordón de defensa de la Banda Morisca. Si la repoblación del XIII fue realmente un fracaso, la nueva tentativa repobladora – de carácter señorial – tampoco contribuyó demasiado a incrementar la población de la campiña. Muchos de estos nuevos sitios se despoblaron al poco tiempo, apareciendo como despoblados entre los siglos XIV y XV. González Jiménez (2001)
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presenta una nómina de despoblados entre los siglos XIII y XV, pudiéndose observar varios sitios de la comarca de Utrera: Alocaz, Alimbayán (El Bollo?), Atalaya, El Sarro, Facialcázar, Zarracatín, Gómez Cardeña o Serrezuela (Lopera?). La repoblación por parte de los Concejos o por la Corona fue potenciada fundamentalmente en lugares estratégicos, como se puede ver en Cote, Olvera y Teba por su ubicación fronteriza. García Fernández señala que se perseguía la instalación de un contingente de pobladores-soldados fronteros que disfrutaban de unas condiciones especiales, tanto ecónomicas y fiscales como políticas. Así no sólo recibían levas de pan procedentes de zonas de retaguardia, sino que se hizo famoso el perdón de homicianos, por el que se perdonaban los delitos de sangre a los que poblasen estas localidades en un plazo límite (un año y un día). Fue Olvera una de las primeras villas que recibió este privilegio, en 1327, siendo aún común el dicho “Mata al hombre y vete a Olvera”. Enrique II también contribuyó a este doblamiento regio tras segregar Cote y Morón de la Frontera de la Orden de Alcántara, en 1378. A partir de la prospección del término municipal de Utrera, se ha constatado la práctica ausencia de alquerías o explotaciones rurales de época bajomedieval. Este hecho, que iría en consonancia con lo expuesto más arriba, vendría motivado por el abandono de los mudéjares y por la falta de población efectiva cristiana. Durante el XIV, los intentos poblacionales de carácter señorial se observan en Gómez Cardeña, quizás en Lopera, y en Los Molares, torre del Bao, Castillo de las Aguzaderas y El Coronil, estos cuatros últimos en los límites del término municipal. No obstante, al poco tiempo se fueron despoblando. Gómez Cardeña fue poblado por 20 caballeros bajo licencia concedida a Leonor Pérez. En 1371 se conoce su despoblamiento, relacionado con la falta de pobladores, la inseguridad de la Banda Morisca y los ataques benimerines. Ello beneficiaría el crecimiento de algunos pueblos situados en zonas más resguardadas, así como el nacimiento de otros. Debió ser el caso de Utrera, que recibiría la aportación de pobladores procedentes de estos despoblados. Ello debe ser la causa de que el actual término municipal comprenda los territorios pertenecientes a Alocaz, Sarro, Facialcazar o Alcantarilla, que comprendería en gran medida el distrito islámico de Al-Fahs. Posiblemente, la comunidad judía que heredara en Facialcazar se instalaría en Utrera, en el entorno de la actual plaza del Altozano (conocida en su época como Valdejudíos) y edificando sinagoga en la cercanía del Niño Perdido. González Jiménez señala que Utrera sería poblada en torno a los primeros años de la mayoría de edad de Alfonso XI (13251350), aunque la iniciativa sería del Concejo de Sevilla. Ello contribuía a reforzar las defensas de la ciudad de Sevilla y a proteger de posibles amputaciones de territorio debido a los nuevos señoríos, como es el caso de Los Molares, en 1336. Un dato interesante es el referente al dicho conocido como “Mata al rey y vete a Utrera” o “Mátalo y vete a Utrera”, muy similares al mencionado “Mata al hombre y vete a Olvera”, relacionado con el derecho de homiciano y con fecha en torno a 1327. Se pueden plantear dos hipótesis al respecto: 1. El derecho de homiciano se concede en Utrera en fecha similar. 2. El dicho se refiere a las mercedes concedidas por Enrique II tras la destrucción de Utrera a manos de Muhammad V de Granada en 1368. Así, para remediar los efectos de la destrucción –señala González Jiménez – Enrique II otorgó a Utrera en 1369 exención general de tributos. A partir de este momento, la población de Utrera crecerá de forma meteórica, al amparo de las riquezas agrarias y de su condición de lugar de reunión para los ejércitos cristianos desde Alfonso XI. Ladero Quesada
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(1980) indica que Utrera tenía 689 vecinos en 1433 y 1508 en 1495, cifras de vecindario que deben multiplicarse por 4,5 o por 5 para obtener el número de habitantes aproximado. De este modo, una vez que desaparecida el peligro de la frontera, no sólo crecerá la población de Utrera, sino que irán apareciendo explotaciones rurales, sobre todo en los Ruedos de la población, permaneciendo adehesado gran parte del territorio de la campiña.
Imagen 19.La Torre del Águila, vista desde la torre de Troya
IV.4.9. Edad Moderna
La ocupación del territorio municipal de Utrera a partir de la conquista de Granada se caracterizará por una dualidad de centros de explotación agrícola organizados en torno a la nueva ciudad de Utrera. En términos generales la explotación del territorio a partir de entonces se desarrolla conforme a los cultivos fundamentales de los núcleos de explotación agraria: los cortijos al sur de Utrera, dedicados al cereal, y las haciendas en el sector nororiental del término, dedicados al olivar. En torno a Utrera se organizan las zonas de huertas con dedicación importante a viñedos. En otras zonas permanecerán durante algún tiempo masas forestales que debieron surgir
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al amparo de la franja fronteriza que, al evitar la explotación agrícola, permitiría formas de explotación del territorio ligado a estas masas arbóreas. Es conocida por los autores modernos la explotación de los predios de Utrera con estos fines y además contamos con la herencia de topónimos ligados a este hecho: dehesilla, dehesa, encina... Desde inicios de la Edad Moderna y quizás incluso desde finales de la Baja Edad Media se reactivarán las rutas de trashumancia ganadera hacia el sur del término, reflejo de lo cual permanecen abrevaderos y fuentes repartidos por las principales vías pecuarias (Fuente Vieja del Campo, Abrevadero de la Ventosilla…).
Imagen 20.La Fuente Vieja del Campo
Durante este período se consolidan las grandes propiedades heredadas del momento anterior, constituyendo, especialmente en las zonas de secano dedicadas a cereal, la base de los latifundios que han perdurado hasta nuestros días.
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IV. 5. La Ordenación del Territorio en el Término Municipal de Utrera
El Plan General de Ordenación Urbana recoge en su articulado las prescripciones y recomendaciones aportadas por diferentes organismos con influencia en la gestión del territorio. Así, en el texto refundido definitivo de este Plan, con fecha enero de 2002, se puntualizan las aportaciones ofrecidas en los distintos informes elaborados por aquellos. Este hecho supone que en el PGOU de Utrera se resumen a grandes rasgos todas las prescripciones a tener en cuenta en la gestión y ordenación del territorio municipal. No obstante, la importante influencia que tiene sobre este planeamiento urbanístico la Ley 1/1994 de 11 de Enero de Ordenación del Territorio de la Comunidad Autónoma Andaluza y la Ley 7/1994 de 18 de Mayo de Protección Ambiental ha de ser considerada. Por otra parte, la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español y la 1/1991 sobre Patrimonio Histórico de Andalucía influyen directamente en la tutela del Patrimonio Arqueológico, por lo que trataremos igualmente su ajuste en las determinaciones del PGOU. Junto a estas legislaciones destaca el influyente papel del Plan Especial de Protección del Medio Físico y Catálogo de la Provincia de Sevilla. La incidencia de la Ley de Ordenación del Territorio de la Comunidad Autónoma de Andalucía en el planeamiento ordenado por el PGOU de Utrera se concreta en la consideración de los instrumentos propios de esta legislación para la ordenación territorial: Plan de ordenación del Territorio de Andalucía y Planes de Ordenación de ámbito subregional; así como de sus instrumentos auxiliares: Planes con incidencia en la Ordenación del Territorio y Actuaciones con Incidencia en la Ordenación del Territorio, que se refieren a aquellas actuaciones de planificación y actuaciones singulares incorporadas como anexo a la propia Ley (actuaciones y planes sujetos a informe previo del órgano competente en ordenación del territorio). Las determinaciones del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía constituyen el marco de referencia para el resto de los instrumentos de ordenación y, en general, para todas las actividades de planificación que se desarrollen en la Comunidad Autónoma Andaluza, siendo de aplicación directa las determinaciones con carácter de Norma, vinculantes tanto para las Administraciones Públicas como para los particulares en los suelos Urbanizables y No Urbanizables. Por su parte, los Planes de ámbito subregional, cuya formulación corresponde al Consejo de Gobierno a propuesta del Consejero de Obras Públicas o a instancia de Corporaciones Locales, deberán responder en todo caso al interés supramunicipal y, aunque no poseen capacidad para clasificar suelo, pueden contener adaptaciones de las determinaciones de los planes urbanísticos vigentes en su ámbito. Su rango es superior a los planes
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urbanísticos y su carácter vinculante para los Planes con Incidencia en la Ordenación del Territorio. Según el Decreto 103/1999, de 4 de mayo por el que se aprueban la Bases y Estrategias del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía, Utrera pertenece a la Unidad Subregional de Áreas Agrícolas Interiores y se encuentra dentro del Dominio Físico de Llanuras y Campíñas Béticas. En cuanto al Modelo Territorial de Andalucía, Utrera pertenece, dentro del Sistema de Ciudades, a las Redes de Ciudades Medias, conformando con Los Palacios, Las Cabezas de San Juan y Lebrija la Red del Bajo Guadalquivir. La situación intermedia entre la Bahía de Cádiz, la de Algeciras y Sevilla supone el tránsito y proyecto de nuevas e importantes redes de infraestructuras y comunicaciones por el término municipal, que luego señalaremos. Equiparables a los Planes con Incidencia Territorial previstos en la ley, se encuentra el II Plan de Carreteras y el Plan Director de Infraestructuras de Andalucía. Al margen de esta Ley de Ordenación del Territorio, aunque participando de sus criterios, permanecen los espacios protegidos. Sobre ellos rige el Plan Provincial de Protección del Medio Físico y el Plan Forestal, así como los Planes de Ordenación de Recursos Naturales en los Espacios Protegidos, para los de naturaleza medioambiental, como las Leyes de Patrimonio Histórico Español y Andaluz respectivamente, para los de naturaleza histórica patrimonial. La Ley de Protección Ambiental contempla en su articulado Actuaciones de Prevención Ambiental, Medidas de Mejora de la Calidad Ambiental y Medidas Sancionadoras de Disciplina Ambiental. De especial interés en la regulación que afecta al territorio no protegido expresamente por la catalogación histórica patrimonial resultan las Medidas de Prevención ambiental, articuladas a través de tres instrumentos: Evaluación de Impacto Ambiental, Informe Ambiental y Calificación Ambiental. El PGOU está sujeto a Estudio de Impacto Ambiental, cuyos contenidos vienen incorporados en su texto refundido final. Por su parte, los Planes Parciales, los Programas de Actuación Urbanística y los Planes Especiales en suelo Urbanizable deberán incorporarlo si así lo determina la Declaración de Impacto Ambiental del planeamiento general; en estos casos se deben aportar Estudios de Impacto Ambiental con un análisis y predicción de los posibles efectos que se deriven de las propuestas contenidas en ellos. El procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental se detalla en el Reglamento de Evaluación de Impacto Ambiental de la Comunidad Autónoma de Andalucía, Decreto 292/1995 de 12 de Diciembre. La valoración del estudio y la Declaración de Impacto Ambiental corresponde a la Consejería de Medio Ambiente, estableciéndose en la Comisión Interdepartamental Provincial la consulta a la Consejería de Cultura sobre las medidas de protección que se hayan de contemplar en el caso de espacios protegidos en el ámbito de su competencia. Tras la declaración, se somete a información pública el dictamen, posibilitando al promotor proponer a la Consejería de Medio Ambiente las alegaciones y sugerencias que estime oportunas. Como medios de control y seguimiento para el cumplimiento de las medidas protectoras y correctoras establecidas en el Estudio de Impacto Ambiental del propio PGOU se
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formulan una serie de criterios técnicos a seguir por la Administración y que a grandes rasgos considera las siguientes premisas: a) Se entiende que son dos órganos los que intervienen en la autorización del PGOU: el Ayuntamiento de Utrera y la Comisión Provincial de Urbanismo de Sevilla. b) Todos los órganos con competencias atribuidas en materia urbanística deberán velar por el cumplimiento de las medidas contempladas en el Estudio de Impacto Ambiental del PGOU. c) La vigilancia de medidas que afecten a zonas de dominio público y sus áreas de protección deberán efectuarse por los órganos titulares de ellas, sin perjuicio de que la efectúen otros, como el Ayuntamiento o la Dirección Provincial de la Consejería de Medio Ambiente de Sevilla. d) Se estructura un Programa de Control y Seguimiento Ambiental en función de los tipos de medidas correctoras y protectoras propuestas, distinguiéndose según el sujeto de control: - Control y Seguimiento de las medidas a incluir en los Documentos del PGOU o de los Planes de desarrollo del mismo (UE, PP, APA). - Control y Seguimiento de las medidas que deberán adoptarse durante las fases de Realización y Finalización de las Obras de Urbanización y Edificación. - Control y Seguimiento de las medidas relativas a las Actividades afectadas por el RAMINP. - Control y Seguimiento de las Medidas relativas a Establecimiento de Ordenanzas sobre protección del Medio Ambiente. - Control y Seguimiento de las medidas relativas a Residuos Sólidos Urbanos. Para cada uno de estos casos se distingue entre los fines, las acciones, su frecuencia y los responsables de garantizar su cumplimiento. Conforme a la Ley del Suelo el PGOU clasifica el suelo del Término Municipal de Utrera en diferentes categorías que posibilitan o restringen el tipo de obras y actuaciones que pueden desarrollarse en los distintos espacios de este territorio. Actualmente la Ley 7/2002 de Ordenación Urbanística de Andalucía establece las condiciones a que se hayan sometidas estas actuaciones, debiéndose adaptar la normativa del PGOU de Utrera, aprobada antes de la entrada en vigor de la citada Ley, a los nuevos requisitos impuestos por ésta. De hecho en la actualidad se está procediendo a la redacción de un nuevo PGOU. La clasificación del suelo en el Término Municipal de Utrera queda definida espacialmente en tres grandes Clases (PGOU, Vol. II, Normas Urbanísticas. Tit. IV):
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Suelo Urbano: Áreas históricamente ocupadas por la ciudad y otras que por la ejecución del PGOU adquirirán la condición urbana. Se distingue así entre: Suelo Urbano Consolidado Suelo Urbano No Consolidado Suelo Urbanizable: Áreas destinadas a ser el soporte del crecimiento urbano previsto, distinguiéndose según el tiempo de incorporación al proceso de desarrollo urbano: Suelo Urbanizable Programado Suelo Urbanizable No Programado Suelo Urbanizable Transitorio Suelo No Urbanizable: Áreas ajenas a cualquier destino urbano por su valor agropecuario y natural se distingue entre: Suelo No Urbanizable Común Suelo No Urbanizable Protegido, con una variedad de grados de protección, como hemos visto, derivada de la incidencia que tienen otras legislaciones y planes sobre el PGOU. Menor interés para nuestros objetivos tiene la diferenciación de los espacios urbanos o urbanizables según su calificación urbanística (residencial, productivo, equipamiento y servicios públicos, parque y jardines públicos, transporte y comunicaciones), ya que la afección física en los distintos espacios por los diferentes usos, por lo común, obedece a principios de urbanización y edificación comunes a todos ellos. Destacamos, no obstante, la diferenciación de los espacios libres y zonas verdes, por su menor sometimiento a los principales agentes de agresión física (cimentaciones de edificación y conducciones subterráneas fundamentalmente), aunque excepcionalmente pueden ocupar grandes obras (aparcamientos subterráneos, por ejemplo); asimismo, se señala la diferenciación de las zonas industriales y residenciales por tratarse de zonas con características diferenciadas que pueden tener cierto interés a nuestros fines. Por lo que se refiere a la delimitación de Suelo de Sistemas Generales (fundamentalmente equipamientos, redes y servicios de interés territorial), su dependencia de la calificación y clasificación urbanística, al encontrarse en todos los tipos de suelo, lo equipara a ellas en cuanto a la afección arqueológica previsible. Atendiendo a la división del suelo en razón del grado de detalle de la ordenación contenida en el PGOU, en las distintas clases y categorías de suelo se distinguen las siguientes áreas:
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En suelo urbano: Suelo urbano común, ordenado directamente por el PGOU. Áreas con Planeamiento Aprobado, e incorporado en el PGOU, con o sin modificaciones. Áreas remitidas a planeamiento de desarrollo mediante Planes Especiales o Estudios de Detalle. En Suelo Urbanizable: Áreas programadas que requieren Plan Parcial Áreas no programadas que requieren Programa de Actuación Urbanística y Plan Parcial. Áreas de suelo urbanizable transitorio: el PGOU incorpora, con o sin modificaciones, las determinaciones de planeamiento y gestión de los Planes Parciales ya aprobados en ellas. En Suelo de Sistemas Generales: El Plan remite la realización de una ordenación detallada por medio de Planes Especiales en dos casos: Intercambiador de transporte y Parque periurbano Torre del Águila. Esta división supone una diferenciación en cuanto al procedimiento de tramitación que requieren las obras en las áreas de suelo urbano o urbanizable. Como podremos comprobar, el estado en el que se encuentra la tramitación de los distintos planes de desarrollo es, en gran medida, un indicador del grado de ejecución del PGOU y, por consiguiente, de la inminencia de los riesgos que afectan al Patrimonio Arqueológico en el entorno de la ciudad actual. Por otra parte, en suelo no urbanizable el procedimiento de tramitación de solicitudes de obras y actuaciones viene regulado por el PGOU y por las nuevas condiciones impuestas por la nueva Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía. Además, la tramitación debe considerar los preceptos establecidos en la citada Ley de Protección Ambiental. Hay que señalar la gran repercusión que tiene este procedimiento sobre el patrimonio arqueológico del término municipal, puesto que en suelo no urbanizable se concentra la casi totalidad de entidades arqueológicas reconocidas. Por una parte, la Ley de Protección Ambiental requiere Estudio de Impacto Ambiental para una serie de actividades que se recogen su Anexo I, requiriéndose asimismo del procedimiento de previo Informe Ambiental del organismo competente para las actuaciones recogidas en el Anexo II de la citada Ley. Para las actuaciones incluidas en el
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anexo III, la Ley de Protección Ambiental reserva la figura de la Calificación Ambiental, que determina las incidencias ambientales que se han de tener en consideración en cada proyecto de actuación, siendo el Ayuntamiento el órgano encargado de su definición, tomando en consideración el PGOU33. El PGOU, por su parte, regula el Régimen del Suelo No Urbanizable en el Título XII de sus Normas Urbanísticas, estableciendo en su capítulo 2 las Condiciones de Uso y Edificación y distinguiendo unos tipos de usos (usos agropecuarios, usos vinculados a las obras públicas, usos cuya utilidad pública o interés social radiquen en sí mismos o en la conveniencia de su emplazamiento en el medio rural y usos residenciales) con los que se relacionan una variada serie de actuaciones (véase Anexo IX.7). En la Sección 2ª del citado capítulo se especifican las condiciones a las que se hayan sometidas las edificaciones vinculadas a cada tipo de uso. En este sentido, según el art. 12.18: 1. En suelo no urbanizable sólo está justificada la edificación vinculada a: a) Las explotaciones agropecuarias. b) Las actividades extrativas. c) La ejecución y mantenimiento de los servicios urbanos e infraestructuras o al servicio de las carreteras. 2. Previa justificación de que no existe posibilidad de formación de núcleo de población y de la necesidad de ser realizada en suelo no urbanizable y siguiendo el procedimiento previsto en la legislación urbanística vigente, pueden edificarse instalaciones para: a) Las actividades turísticas y recreativas, así como otras actividades de utilidad pública e interés social. b) La producción industrial cuando se acredite la concurrencia de circunstancias que impidan o desaconsejen llevarla a cabo en las áreas del territorio expresamente calificadas para acoger los usos industriales. c) La vivienda aislada. En estos supuestos las edificaciones se han de vincular a una parcela de dimensiones mínimas y a unas superficies máximas de edificación variables según el uso al que se destine. Por su parte la Ley Urbanística34 señala que la necesidad de preservar el patrimonio arqueológico soterrado, como elemento intrínseco al subsuelo, supondrá la delimitación de su contenido urbanístico, y condicionará la adquisición y materialización del aprovechamiento urbanístico atribuido al mismo por el instrumento de planeamiento. No obstante, en la actualidad, y en tanto que se incluyen en el planeamiento las nuevas delimitaciones de yacimientos arqueológicos, la regulación de las prescripciones relativas al subsuelo atienden fundamentalmente a criterios de afección ambiental. En este sentido, hay que considerar que las afecciones sobre el patrimonio arqueológico se realizan en 33
Los listados de actuaciones referidos a cada uno de los anexos de la Ley de Protección ambiental se recogen en el Anexo IX.8 de esta Carta Arqueológica. 34 Capítulo II. El Régimen de las Distintas Clases del Suelo. Sección Primera. El Contenido Urbanístico de la Propiedad del Suelo. Art. 49.3.
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muchos casos por actuaciones que tienen como destino actividades incluidas en el Anexo III de la Ley de Protección Ambiental. En tanto que estas actividades no son tramitadas a través de la Consejería de Medio ambiente, la Consejería de Cultura no dispone de información sobre tales actividades y no establece las medidas de protección arqueológica adecuadas. Esto se debe a que las afecciones ambientales, tal y como quedan reguladas en la Ley de Protección Ambiental tienen unos criterios de clasificación para los Anexos, centrados en aspectos ambientales –entre los que se incluye el patrimonio arqueológico- pero que no son equivalentes con los que serían necesarios para la protección del patrimonio arqueológico de forma específica.
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IV. 6. Los factores de peligrosidad. Estudio de Riesgo Arqueológico
Los factores de peligrosidad que pueden afectar al patrimonio arqueológico son variados en cuanto a su naturaleza y son difícilmente discernibles de los factores limitantes de la vulnerabilidad, ya que en realidad formarían parte de la misma función de riesgo. No obstante, hemos estimado unos niveles o grados de riesgo hipotético atendiendo a los factores de peligrosidad que, con carácter general, permitan comparar la distribución del riesgo de acuerdo con unos criterios uniformes en todo el territorio. El Riesgo, como contingencia o proximidad de un daño, contempla como concepto fundamental el tiempo, ya que el riesgo se define por la inmediatez y la posibilidad de limitar o evitar el daño. Aunque el azar interviene en cualquier proceso, las cautelas frente a los riesgos han de partir de la consideración de una casuística recurrente que permita diferenciar los factores comúnmente más agresivos. Nuestro estudio de riesgo considera una serie de factores de peligrosidad o factores de riesgo que intervienen actualmente y que pueden tener una influencia a corto (en un tiempo máximo de 2 años), medio (de 2 a 10 años) y largo plazo (más de diez años); nuestra estimación general de riesgo se ha centrado en variables actuales por lo que a más largo plazo menor validez tendrán nuestras estimaciones. Por otra parte, se registran aquellas actividades y proyectos previstos sobre el territorio que afectarán de forma directa o indirecta sobre algunas entidades arqueológicas a corto plazo. Podemos considerar una serie de variables con influencia sobre el patrimonio arqueológico, que pueden conllevar en mayor o menor medida a la manifestación de un daño. La protección jurídica: la consideración de los espacios protegidos son un claro ejemplo de factores limitantes a la vulnerabilidad, sin embargo, estos espacios delimitados por una protección jurídica no están exentos de sufrir daños. Entre de ellos se puede establecer una estructura jerárquica en función de la mayor o menor protección que en cada caso se otorga. En la actualidad, por ejemplo, la protección de los yacimientos catalogados en el PGOU es mayor que la del resto. Procesos de edificación: Los ritmos constructivos varían en las distintas zonas de una ciudad, dependiendo de multitud de variables entre las que juega un papel importante la disponibilidad de suelos. Por otra parte, las edificaciones conllevan una afección sobre el suelo cuya alteración final es dependiente de la cimentación empleada (zapatas, pozos y riostras, losa de cimentación, pantalla, pilotes), aunque resulta complejo acertar el tipo de cimentación que finalmente se empleará en cada caso. Estos procesos de edificación pueden efectuarse en:
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Espacios Edificados: en los terrenos ya edificados la alteración del suelo se haya consolidada en cierta manera y el riesgo derivado se puede considerar no inmininente. Nuevos solares: La disposición de nuevos suelos aptos para la edificación provoca la aparición de construcciones en espacios aún no edificados y en principio menos alterados. La aceleración de los procesos de edificación en ellos puede suponer pérdidas materiales e informativas, irreparables en zonas no estudiadas. Procesos de urbanización: El acondicionamiento de nuevos espacios urbanos requiere la realización de obras de canalizaciones subterráneas para la instalación de redes de alcantarillado, abastecimiento de aguas, etc. que afectan en especial a los viarios y en menor medida a los espacios libres. Las grandes obras de infraestructuras: El recorrido lineal de estas obras a través del término municipal, implica una afección arqueológica lineal que se afecta especialmente en las zonas de máxima pendiente. Los ejes de estos recorridos son las grandes conexiones viarias y energéticas del territorio que atraviesan el término: eje del mediterráneo (conexiones perpendiculares al Guadalquivir y en dirección a la Bahía de Algeciras y Costa del Sol) y eje Atlántico (conexiones paralelas al Guadalquivir y diversificadas hacia Sevilla y Córdoba partiendo de la Bahía de Cádiz y Rota). Además se encuentran las obras se ampliación de la ciudad: grandes colectores de alcantarillado en la ronda norte de la ciudad, desvío de cauces y nuevos viarios con alcantarillado de variado diámetro y profundidad de ejecución. Los espacios cultivados: Los distintos tipos de cultivos suponen una afección física sobre el suelo que es dependiente de las labores de acondicionamiento del suelo en cada caso: preparación del terreno, abonado... Durante la prospección hemos registrado los distintos cultivos que se encuentran afectando a cada entidad arqueológica y su mayor o menor incidencia en función de factores observados como las afloraciones geológicas, etc.; igualmente hemos estudiado las características más sobresalientes de estos cultivos en cuanto a su posible afección sobre el substrato arqueológico. Su distribución en el término municipal se puede comparar con la reclasificación de usos que hemos hecho a partir del Mapa de Usos y Coberturas Vegetales del Suelo y la fotointerpretación de la Ortofotografía Digital de Andalucía. Un aspecto importante que hemos estudiado en este sentido, y que podemos señalar como un indicador de riesgo, es la variabilidad de usos del suelo a partir del Mapa de Usos en los sucesivos años de 1991-1995-1999. En efecto, la modificación de las prácticas que conlleva cada cultivo implica alteraciones que se suman a las ya efectuadas con anterioridad. Cabe suponer, por tanto, un mayor riesgo de pérdida en aquellas zonas que se hayan sometidas a usos cambiantes del suelo. Al no disponer de información sobre el grado de alteración ya provocado, la variabilidad de los usos del suelo se manifiesta como un importante factor de riesgo sobre lo que aún se conserve.
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No obstante, en este documento presentamos una valoración sobre el estado de conservación del patrimonio arqueológico, considerando como fundamental la incidencia de los cultivos (véase el apartado IV.6.2). Las actividades extractivas y residuales: Este tipo de actividades se encuentra registrada en el Mapa de Usos y Coberturas y normalmente suponen la destrucción de cualquier yacimiento arqueológico en su zona de influencia. Tienen escasa representación cartográfica, pero conocemos la existencia de vertederos no representados en el citado Mapa, algunos ilegales y otros ya sellados. Es frecuente la extracción de materiales de los terrenos cercanos a las obras de infraestructura en el sector Nororiental de Utrera (carreteras y sobre todo puentes), dada la idoneidad del substrato geológico terciario de esta zona para el adecentamiento de estas obras; estos mismos lugares son luego utilizados como zonas de vertido. Durante las prospecciones se han registrado espacialmente los vertederos existentes y las minas, éstas situadas en el tercio sur del término. Las pendientes: resultado de la digitalización de las curvas de nivel y las cotas del Mapa Topográfico de Andalucía a escala 1. 10.000, hemos realizado un plano de pendientes que tiene especial importancia cuando se relaciona con otras variables. A continuación señalaremos la erosión de los suelos, en cuya evaluación intervienen las pendientes en no poca medida; del mismo modo, si se relacionan las pendientes con las obras a efectuar en un determinado espacio se obtiene una estimación del riesgo diferente. En este sentido, por ejemplo, es conocida la afección variable de las obras de conducciones subterráneas según las pendientes, o la mayor importancia de los desmontes en las lomas que son atravesadas por una nueva autovía, línea ferroviaria, etc. A ello se une el hecho de que precisamente en las zonas de mayor afección por obras, es decir, aquellas situadas en zonas con pendientes más acentuadas, es donde se constata una mayor presencia de asentamientos humanos históricos. La erosión: ya hemos señalado que el Mapa de Erosión de Suelos representa las pérdidas promedio en Andalucía integrando información medioambiental referente al clima (sobre todo intensidad y régimen de precipitaciones), tipos de suelos (textura y naturaleza química y mineralógica), relieve (longitud e intensidad de las pendientes) y vegetación (intensidad y calidad como aminoradora de la pérdida). La estimación promedia la pérdida de suelos en Tm/Ha/año y establece una relación nominal de intervalos de erosión. Márquez interpretaba esta relación atendiendo al volumen de suelo que se pierde con carácter absoluto según los distintos intervalos; siguiendo a este autor se puede considerar: - Erosión Ligera o Baja: pérdida de unos 5 cms en profundidad por arrastre y remoción de la capa arable. - Moderada: pérdidas de hasta 15 cms. - Alta y Muy Alta: valores superiores a 15 cms. Accesibilidad: este ambiguo concepto suele dar problemas en su interpretación cuando se trabaja a escala municipal. Cabe interpretar que una mayor cercanía de las vías de comunicación puede provocar una mayor pérdida de la integridad de bienes arqueológicos o de sus relaciones estratigráficas, dada la mayor facilidad de acceso a éstos por no profesionales interesados en un lucro personal exclusivo. Además, la gradación de los viarios en distintas categorías ofrece una mayor potencialidad de sus
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alrededores para acoger actividades en relación directa con su mayor categoría, y en consecuencia, mayor riesgo arqueológico por la implantación de nuevas edificaciones y obras de infraestructuras. Por otra parte, la accesibilidad afecta también al propio investigador ya que en algunas zonas del término la accesibilidad resulta limitada por dos aspectos fundamentales: uno es dependiente del tipo de acceso (carretera, camino...), que en muchos casos impide el acceso de turismos, requiriendo su acceso el uso de todoterrenos. Además, la distancia desde estos viarios, sean de la categoría que sean, hacia el interior de grandes propiedades hace en algunos casos difícil el acceso, aunque no lo impide. Otro aspecto importante es la predisposición de encargados, guardas de coto o propietarios a permitir la realización de determinadas actividades en sus fincas. La posibilidad de acceder a una finca medida en función del tamaño de la propiedad resultaba a priori como un buen indicador, ya que en principio cabría encontrar más dificultades de acceso en las de menor tamaño (permiso de la propiedad, vallados, etc.). Sin embargo, el hecho es que la predisposición de los responsables en cada finca es tan arbitraria que el único sentido que tiene esta diferenciación es la de estimar dónde la negación del acceso puede ser más negativa para la realización del trabajo. Así, tan sólo unas pocas negaciones de acceso en fincas del centro-sur del término (Ventosilla35, Pinganillo36, El Vercel, Malavista...) han impedido el reconocimiento de al menos nueve entidades arqueológicas y la delimitación con muchas dudas sobre la distribución exacta de alguno más, ya que el tamaño de estas propiedades es grande. En el norte de Utrera la negativa se dio inicialmente en la finca Santa Matilde, cuyo acceso fue denegado también para la redacción del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Utrera, aunque posteriormente de concedió el acceso.
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Aunque aquí se nos permitió el acceso, al poco tiempo fue revocado, con lo que las delimitaciones de las entidades arqueológicas en esta finca han de considerarse con prudencia. 36 Aquí se han reconocido algunas entidades arqueológicas por desconocimiento por nuestra parte de los límites exactos de la propiedad y haber accedido antes de comunicar nuestras pretensiones de acceso. En realidad el acceso a esta finca no se denegó, sino que se demoró en exceso la contestación, ya fuera favorable o negativa.
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IV.6.1. El PGOU de Utrera. Caracterización del Riesgo Arqueológico derivado del Planeamiento en suelo urbano y urbanizable
IV.6.1.1. Los Nuevos Espacios Urbanos
IV.6.1.1.1. Suelo Urbano
El PGOU de Utrera clasifica como Suelo Urbano los suelos que ya tuvieron esta clasificación en las Normas Subsidiarias e incorpora los suelos aptos para urbanizar cuyo planeamiento de desarrollo se halla aprobado y estén ejecutados; asimismo, se incorporan a esta categoría determinadas zonas que poseen un grado de edificación muy consolidado. En cualquier caso, en el perímetro de Suelo Urbano se delimitan Unidades de Ejecución en aquellos terrenos que no tengan un grado de urbanización suficiente como para considerarse solares y que constituyen el suelo urbano no consolidado. En principio en estas zonas se prevé una modificación sustancial de las condiciones que actualmente afectan al patrimonio arqueológico potencialmente presente en ellas, tanto por las obras de urbanización como de edificación. Por su parte, el suelo urbano consolidado queda dividido en el PGOU de Utrera en siete zonas o ámbitos con una regulación del aprovechamiento diferenciado en las ordenanzas, pero que, por regla general, no suponen una modificación sustancial de la condiciones actuales que actúan sobre el substrato arqueológico potencial, previsiblemente alterado ya en una medida superior al suelo urbano no consolidado. No obstante, de las Zonas de Ordenanza definidas cabe hacer algunas puntualizaciones con respecto a la posible influencia que pudiera ejercerse sobre las condiciones actuales. Distinguiremos así las Zonas de Ordenanza en función del grado de urbanización actual y las medidas de protección arqueológica previstas. Zona de Ordenanza nº 1. Centro Histórico. Esta zona, delimitada como Bien de Interés Cultural con la Categoría de Conjunto Histórico por el Decreto 100/2002 de 5 de marzo, actualmente se encuentra en proceso de estudio y redacción de su Plan Especial de Protección y Catálogo, por lo que la regulación de las actividades sobre el substrato arqueológico y el patrimonio edificado contarán con una protección específica. Zona de Ordenanza nº 2. Residencial Cerrada. En esta zona predomina la edificación residencial tradicional (casa entre medianeras con alto grado de ocupación de la parcela y espacio libre trasero) con alineación a vial, que pueden sufrir modificaciones en las
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condiciones de la edificación actual. La afección sobre el substrato arqueológico potencial se encuentra consolidada por las cimentaciones de zapatas, encontrándose excepcionalmente cimentaciones de mayor profundidad mediante pantallas para sótanos. Las alteraciones provocadas por las redes de infraestructuras de abastecimiento de aguas (con afecciones lineales no superiores a 0.90 m. por lo general) y fundamentalmente por las de saneamiento (que en función de la topografía de cada zona pueden alcanzar profundidades de más de 2.50 m.) son los principales agentes de agresión en viario. Apenas se encuentran en Utrera aparcamientos subterráneos en espacios libres, si bien se encuentran en proceso de estudio distintas alternativas para su construcción en el entorno y dentro del Conjunto Histórico, en especial en sus vías perimetrales. Las conducciones eléctricas y de telefonía suelen ser aéreas, aunque el PGOU establece un cambio de tendencia hacia las conducciones subterráneas; en cualquier caso, su afección previsible es de menor importancia. En Utrera la escasa potencia de los depósitos potencialmente arqueológicos (suelos no geológicos) convierte la pérdida superficial provocada por zapatas en un agente más agresivo de lo que suele representar en otros centros de población. Esta escasa potencia de los depósitos obedece hipotéticamente a dos razones: 1. Presencia del suelo geológico apto para cimentar a escasa profundidad, con lo que históricamente se tiende a mantener una rasante cercana a éste, aprovechando la edificabilidad directamente sobre el mismo. 2. Escasa acumulación de depósitos por la exigua ocupación histórica de estos espacios: esta razón se comprueba en esta Zona 2 si se observa el Plano Topográfico de la Villa de Utrera37 fechado en 1826, levantado por D. Manuel Spínola de Quintana por disposición de Don José Manuel de Arjona, o el posterior de Coello de 1845-48 (Madoz 1986). En ellos se comprueba cómo a principios de Época Contemporánea la ocupación de estos espacios se realizaba por huertas y en menor medida olivares, y en las que los únicos indicios de ocupación los representan las edificaciones agrícolas asociadas ellos. No obstante se encuentran indicios de ocupación de épocas anteriores dispersos en estas zonas, si bien las noticias existentes son parcas y las ubicaciones poco precisas. Zona de Ordenanza nº 3. Residencia Abierta. Se trata de grandes parcelas ordenadas mediante edificación libre alineada o no a vial con una baja ocupación del suelo que con frecuencia da lugar a grandes espacios libres. La variedad de situaciones en estos casos impide una aproximación genérica concluyente; de hecho, algunas de ellas han sido urbanizadas completamente tras la aprobación del PGOU. Se puede considerar, pese a lo anterior, una menor afección previa sobre los depósitos arqueológicos potenciales que la existente en la Zona 2, y como contrapartida, una situación de riesgo inminente por urbanización y edificación de las mismas, con todo lo que ello supone: cimentaciones, conducciones subterráneas, adecentamiento de terrenos... Zona de Ordenanza nº 4. Unifamiliar aislada. Se corresponde con ocupaciones de edificaciones unifamiliares con espacio libre ajardinado, diferenciándose en grados en función del tamaño de la parcela. En principio cabe encontrar en ellas menor alteración de los suelos y un riesgo prácticamente nulo de modificación de las condiciones actuales a medio plazo. Las alteraciones en viario se encuentran sometidas a los condicionantes propios de zonas urbanas, descritos ya para la Zona 2. Zona de Ordenanza nº 5. Industrial. Comprende las áreas ocupadas con edificaciones destinadas a actividades industriales situadas en la margen derecha de la A-473, al norte 37
AEGP (Archivo personal de Eduardo González de la Peña).
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del núcleo urbano. Salvo los terrenos comprendidos en Áreas con Planeamiento Aprobado (El Torno, El Limonar y 12-5), adolecen de importantes y numerosas deficiencias estructurales y urbanísticas por lo que habrán de acometer obras urbanizadoras en las distintas Unidades de Ejecución delimitadas. Esto supone un riesgo arqueológico inminente por este hecho, que supondrá también la construcción de edificaciones industriales; no obstante, dado el carácter de los materiales y técnicas constructivas utilizados: predominantemente se opta por el uso de vigas y pilares de hierro y la consecución de superficies construidas diáfanas de menor afección en proporción superficial, la afección resultante por este concepto se muestra menor que en las edificaciones residenciales. En ocasiones se escoge para estas instalaciones la cimentación mediante losas de hormigón de escasa potencia (inferior a 0.90 m). El mayor riesgo en esta zona se encuentra en las noticias de hallazgos de época Calcolítica relacionadas con construcciones funerarias (dólmenes de la Cruz del Gato y otros grupos de tumbas), lo que supone un alto riesgo derivado del valor patrimonial del que pueden gozar posibles hallazgos en estos lugares. A esto hay que unir un importante aspecto: la existencia de desniveles topográficos en estos espacios, lo que conlleva un elevado riesgo de sustitución de los posibles depósitos arqueológicos, provocado por previsibles desmontes y allanamientos de lomas, ya sea mediante terrazas, ya sea mediante la sustitución completa de motillas, dados los requerimientos de las grandes superficies industriales. Zonas de Ordenanza nºs 6 y 7. Terciario y Equipamiento, respectivamente. Se trata de grandes parcelas destinadas a ofrecer servicios públicos variados, bien comerciales y turísticos, como dotacionales (usos: educativo, socio-cultural, sanitario, asistencial, deportivo, público administrativo, servicios urbanos e infraestructurales). Cada uso particular cuenta con condiciones de edificación diferenciadas que hacen difícil la caracterización de los riesgos arqueológicos en estas zonas a la escala de este trabajo. Se puede contemplar, aún así, que las afecciones de este tipo de edificaciones son equiparables en extensión a las de las construcciones industriales, si bien al tratarse de construcciones de mayor solidez edilicia sus afecciones sobre el suelo tienden a ser algo mayores, equiparándose en cierta manera a las zonas residenciales en profundidad. Cuando se plantea la cimentación mediante pantallas para sótanos de aparcamientos, la afección de construcciones de nueva planta supone un sustitución total de los depósitos antrópicos en estas grandes superficies; hay que puntualizar, en cambio, que la presión del parque automovilístico en Utrera mayoritariamente se concentra en la Zona Centro y su entorno, resultando menos acuciante la necesidad de aparcamientos subterráneos en las grandes superficies de la periferia, si bien existen ejemplos representativos en el eje de salida hacia Sevilla: aparcamientos de Mercadona y Centro Comercial Los Molinos y a medio y largo plazo es previsible un cambio de tendencia. Carácter parecido a las Unidades de Ejecución tienen las denominadas Áreas con Planeamiento Aprobado (APA), diferenciándose de aquellas en que la programación en éstas ya se encontraba aprobada en el momento de redacción del PGOU. Los agentes de afección física que intervienen en ellas son los propios del medio urbanizable: cimentaciones de edificaciones de nueva planta, redes subterráneas de saneamiento y abastecimiento, aparcamientos subterráneos..., en terrenos no afectados por edificaciones previas. Al igual que las UUEE, constituyen áreas de reparto independientes.
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IV.6.1.1.2. Suelo Urbanizable
Aparte del Plan Parcial de la Mulata - APA-SUT-1- (29 has. y cabida máxima de 1.015 viviendas) categorizado como Suelo Urbanizable en régimen transitorio y recepcionada provisionalmente, los nuevos crecimientos residenciales se desarrollan sobre Suelo Urbanizable Programado; se distribuyen en diez sectores que constituyen una sola área de reparto junto con los nuevos sistemas generales incluidos en cada uno de ellos y el sector industrial de la Morera. Estas nuevas zonas son: 1. Sectores SUP-1 y SUP-2. Localización: Este de la población. Su ordenación conforma la trama urbana inconexa de los planes parciales de Consolación, El Pastorcito, Las Cuevas, El Junquillo y las barriadas de Los Salesianos y Las Monjas. Además, adecua las márgenes de la travesía de la carretera Ecija-Jerez para su reconversión en vía urbana. Se prevé una superficie y cabida respectivas de 10.01 has. y 250 viviendas (SUP-1) y 8.21 has. y 210 viviendas (SUP-2). Ambos sectores incluyen sistemas generales de áreas libres y en el caso de SUP1, también incluye sistema general de equipamiento. El uso residencial en ciudad jardín con viviendas de dos plantas y en baja proporción de tres, supone un riesgo arqueológico dependiente del tipo de cimentaciones, que en estos casos suele ser mediante zapatas arriostradas. Sólo excepcionalmente se ha contemplado en Utrera la solución del sótano aparcamiento en viviendas unifamiliares, por demás, de cierto nivel de lujo (Paseo de Consolación), por lo que previsiblemente su utilización en estos sectores no parece que se vaya a concretar. En las viviendas de tres plantas es posible que se acometan cimentaciones más profundas, pero no necesariamente diferentes al empleo de zapatas. La implantación de los sistemas de urbanización: abastecimiento, saneamiento y otros, suponen los impactos previsibles más plausibles en los viarios de estos sectores. 2. Sectores SUP-3 y SUP-4. Localización: Sur de la población. Requieren el desvío previo del cauce del Calzas Anchas y la exclusión del riesgo de inundaciones. Contemplan el crecimiento de la ciudad hasta el límite de la nueva ronda Sur. Las alturas máximas admisibles en estas edificaciones plurifamiliares, cinco plantas, hacen pensar en un uso generalizado del sistema de cimentaciones mediante zapatas, ahora bien es posible la utilización de otros sistemas de cimentación de mayor profundidad o extensión superficial (losas, pilotajes, inyección de terrenos...) a tenor de las características geotécnicas de los terrenos, con presencia de arcillas que pueden provocar inestabilidades por expansión y contracción de materiales -bujeo-38. La superficie y viviendas que pueden albergar estas zonas son 21.47 has. y 450 viviendas (SUP-3) y 24.85 has. y 620 viviendas (SUP-4) respectivamente. En SUP-3 se dispone de un centro de enseñanza y una plaza de usos múltiples y áreas libres, mientras que en SUP-4, además de áreas libres se incluye un sistema general de equipamiento, primordialmente para uso sanitario comarcal dada su situación y comunicaciones.
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En estas zonas se han ubicado tradicionalmente las actividades alfareras de Utrera.
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3. Sectores SUP-5, SUP-6 y SUP-7. Localización: Corona Este, superada la travesía de la carretera Ecija-Jerez y alcanzando el nuevo borde de la ciudad establecido por la nueva ronda Este. Crecimiento residencial en plurifamiliar abierta y con cuatro plantas de altura máxima y sistemas generales de áreas libres y parques (Parque sur y parque sobre cauce antiguo del Calzas Anchas) Con carácter particular, los distintos usos permitidos por el PGOU conllevan la obligatoriedad de disponer o no de un número de plazas de aparcamientos que es dependiente de la superficie construida en cada caso (véase PGOU, Normas Urbanísticas, Tít. V. Condiciones Generales de los Usos). Así, como norma general para los usos residencial, productivo (industrial, comercial, oficinas), equipamientos y servicios públicos se contempla la disposición de una plaza de aparcamiento de automóviles por cada 100 m² edificados o construidos; para los distintos usos se establecen unas condiciones particulares que amplían o limitan estas dotaciones estándar, no exigiéndose la dotación de aparcamientos en los Espacios Libres Públicos. El hecho señalado no supone necesariamente la disposición de plazas de aparcamiento bajo rasante, ya que éstas pueden disponerse en superficie, pero si potencia esta circunstancia ya que la relación precio de suelo / precio de construcción de aparcamientos subterráneos puede decantar hacia esta última opción cuando la relación le sea favorable. La potencialidad de esta circunstancia será más propicia en los edificios plurifamiliares superiores a tres plantas, si bien no necesariamente. El valor del suelo en cada zona será determinante para la elección de la solución más satisfactoria. En este sentido encontramos un equilibrio en las soluciones de planificación propuestas por el PGOU: hacia el Sur de la ciudad, donde se posibilitan las construcciones en altura se dispone de los suelos de menor calidad geotécnica y en un entorno con menor valor del suelo; en cambio en las zonas donde el valor del suelo es mayor, hacia el Este y Norte de la ciudad, las posibilidades de edificar en altura se restringen. Esto supone que en cada caso el promotor debe someter a estudio las diferentes alternativas y no es fácil decidir de antemano cuál será la solución más elegida. En todo caso, los procesos de edificación, conlleven o no sótanos, implican los riesgos de impacto arqueológico más agresivos e inminentes de entre los que observamos en la ciudad de Utrera. Como Suelo Urbanizable No Programado el PGOU contempla los terrenos que siendo aptos, en principio, para ser urbanizados de acuerdo con el modelo de utilización del suelo adoptado, no forman parte de la programación, por cuanto no es posible o necesaria su incorporación inmediata al desarrollo urbano para el logro de los objetivos fijados en el Plan. El conjunto de las áreas dispuestas con esta categoría (SUNP-1 a 7), salvo la excepcional del SUNP-8, se plantean como suelo industrial. Los riesgos arqueológicos derivados de la conversión de este suelo en industrial se encuentran sujetos a las condiciones propias de las edificaciones y suelos industriales, que antes hemos señalado. En cuanto a la disposición de Suelo Urbanizable en los Núcleos Secundarios de Población podemos apuntar lo siguiente: EL PALMAR DE TROYA. Para el crecimiento residencial se propone la disposición de Suelo Urbanizable No Programado (Sector SUNP-8), de 7.28 has y capacidad para 180 viviendas.
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La creación de espacios para equipamientos y zonas libres y ajardinadas se concreta en: - Ejecución de un centro de enseñanza secundaria de 8 unidades en la parcela de 6.600 m² situada junto a la Avda. de Utrera. - Acondicionamiento de la zona Este del poblado para usos deportivos mediante la construcción de dos pistas polideportivas. - Calificación como zona verde del terreno situado entre el canal del Arroyo del Salado y la prolongación de la Avda. de Utrera. GUADALEMA DE LOS QUINTEROS. La ampliación de suelo urbano no está contemplada, concentrándose las actuaciones en la mejora de los espacios, fundamentalmente zonas ajardinadas y residenciales, ya existentes. Los riesgos arqueológicos en este núcleo son por lo tanto bastante limitados y la afección posible está consolidada. PINZÓN. La principal modificación en este poblado afecta a la delimitación de la UE-20 (Suelo Urbano), para la ampliación de la zona industrial con 65.000 m². La localización del poblado en la zona de marismas del Guadalquivir hace poco previsible la localización de restos arqueológicos en estos espacios; el grado de afección sería, en un supuesto contrario, de incidencia menor que en otras zonas de mayores pendientes. TRAJANO. Al igual que en Guadalema la ampliación de suelo urbano no está contemplada, concentrándose la actuaciones en la mejora de los espacios existentes. La única actuación con previsible incidencia sobre el suelo viene motivada por la construcción de un aljibe de apoyo al existente. Aunque pensábamos que la localización del poblado en la zona de marismas trazaba la misma probabilidad de hallazgos que en el caso de Pinzón, en realidad los hallazgos arqueológicos cercanos que hemos realizado han desmentido esta idea inicial. En cualquier caso, como ha quedado señalado las ampliaciones del suelo urbano no están contempladas. Por lo que se refiere al fenómeno de las parcelaciones residenciales en ámbito rural, de conocidas repercusiones negativas por la ausencia de planificación, el PGOU contempla su reclasificación como suelo urbano en casos excepcionales, estableciendo una serie de medidas para su correcto funcionamiento urbanístico. Las parcelaciones clasificadas como urbanas son: BENCARRÓN (UE-21) LA PACHEQUILLA NORTE (UE-26) EL COMODORO (UE-23) EL VICARIO (UE-24) LA HERRADERA (UE-25) LOS REBOLAOS (VISTA ALEGRE) (UE-27)
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CASA CERROS (UE-22) DON PABLO (APA-11) En ellas se delimitan Unidades de Ejecución (excepto Don Pablo, que ya tenía Planeamiento Aprobado -Plan Especial-) coincidentes con el área de reparto, estableciéndose los instrumentos de gestión para completar las infraestructuras mínimas necesarias y las cesiones de suelo para equipamiento y áreas libres. Estos instrumentos son: Proyecto de Compensación y Proyecto de Urbanización. La ampliación de suelo para nuevos usos queda reducido en todos los casos a: parcela para equipamiento o sistemas generales y parcela para zonas libres y ajardinadas, que contemplando la escala municipal, resultan de mínima repercusión sobre el substrato arqueológico potencial. No parece que las afecciones lineales por la urbanización de estos espacios resulten mucho más agresivas. Además se trata de zonas con escasa densidad relativa de entidades arqueológicas. El resto de las parcelaciones, 40 en todo el término, se clasifican como Suelo No Urbanizable.
IV.6.1.1.3. Grado de ejecución del PGOU en Suelo Urbano y Urbanizable
La planificación establecida en el PGOU y las acciones ya iniciadas tras su aprobación apuntan a un progreso de su ejecución desde el interior de la ciudad hacia el exterior y desde el norte hacia el sur, aunque ya se han iniciado obras en el sur de la ciudad. En este sentido, se ha realizado una consulta a los técnicos municipales sobre el grado de ejecución del Plan General. Las conclusiones sobre el grado de ejecución del Plan en ámbito Urbano y Urbanizable son las siguientes. Según el procedimiento establecido –con las adaptaciones derivadas de la nueva Ley Urbanística de Andalucía-, las distintas zonas delimitadas como Suelo Urbanizable Programado (SUP) requieren esencialmente la aprobación del Plan Parcial (instrumento para el desarrollo y concreción de la ordenación urbanística del SUP), así como de un proyecto de parcelación y un proyecto de urbanización (instrumento de ejecución que aporta una definición técnica precisa de la adecuación urbanística del suelo a lo preceptuado en la normativa). Cada uno de los SUP se encuentra en un estado de tramitación diferente; la situación de éstos a finales de 2005 era la siguiente: SUP-1: Plan de Sectorización en redacción. SUP-3, SUP-7: Plan Parcial en redacción. SUP-6: Tramitación administrativa iniciada. SUP-2, SUP-4, SUP-5, SUP-10, SUP-8, SUP-9, SUP-11: Plan Parcial aprobado definitivamente. Obras en ejecución o concluidas.
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Por lo que se refiere a las Unidades de Ejecución, la tramitación requiere la aprobación de un Plan Especial (UE-14, UE-15, UE-16 y UE-19), un Plan Especial de Reforma Interior (PERI) -UE-4, UE-11, UE-13a, UE-17 y UE18-, con los contenidos de las determinaciones similar a los Planes Parciales, o Estudios de Detalle -UUEE restantes-; se encuentran en los siguientes estadios: UE-5, UE-8, UE-9, UE-10, UE-12, UE-13b, UE-15, UE-16, UE-16, Y UE-18: situación similar al momento de aprobación del PGOU (Nada iniciado). UE-6 y UE-20: Se han eliminado del planeamiento. UE-1, UE-2, UE-3 (industrial): Pendientes de modificación puntual del PGOU para su aprobación definitiva. UE-17: Firmado el convenio se presenta nuevo PERI que reinicia la tramitación administrativa. UE-7: Iniciada la tramitación administrativa. UE-4, UE-11, UE-13, UE-14a, UE-14b y UE-19: Terminada la tramitación administrativa. Obras en ejecución o concluidas. En cuanto a las parcelaciones, se han iniciado los estudios previos para cartografiar con precisión estas unidades y posibilitar el planeamiento de desarrollo. La proyección de las áreas del tipo SUNP aún no se ha realizado en ninguno de los casos, salvo el SUNP-8, en el Palmar de Troya (Programa de Actuación Urbanística aprobado inicialmente y Plan de Sectorización aprobado) y el El SUNP-7 (con Plan de Sectorización presentado a trámite). De todo lo anterior se deduce un riesgo arqueológico asociado con el progreso de ejecución del planeamiento, atendiendo al grado de consolidación de los espacios edificados y al ritmo de ejecución de las obras en los nuevos espacios dispuestos por el PGOU para la urbanización y edificación (véanse planos 31 y 32). Las entidades arqueológicas afectadas directamente en suelo urbano y urbanizable se pueden consultar en el Anexo IX.9.
IV.6.2. Los usos del suelo no urbanizable
El Plan Especial de Protección del Medio Físico y Catálogo de la Provincia de Sevilla define unas características genéricas del entorno físico del término de Utrera, destacando algunos datos de interés, como son: la degradación de los acuíferos en los terrenos llanos y permeables de Utrera, problemas de entarquinamiento de embalse por falta de cobertera vegetal... En este sentido, sobre la erosión del suelo señala que, en las Áreas de Campiñas de relieves alomados y suelos deleznables, alcanza niveles importantes ya que, aunque poseen escasas pendientes en el terreno, sus longitudes son considerables. Además, las escasas especies cultivadas y la profundidad de las labores incrementan el riesgo: son típicas de estos terrenos las arroyadas anuales e incluso los
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arrastres en masa; destaca el paisaje típicamente desarbolado. Entre los efectos negativos de la erosión y su aceleración por actuaciones o manejos territoriales erróneos se encuentran: pérdida del potencial productivo de los suelos por reducción de su espesor y variaciones del ciclo hidrobiológico con disminución de la infiltración, aumento de la escorrentía y desbordamiento de la capacidad de acogida de los cauces (PEMF 1986, 53). En este medio se desarrollan actividades propias del medio rural, como son los cultivos, junto con actuaciones excepcionales de edificación y construcción de infraestructuras. En este apartado estudiaremos los usos del suelo que se encuentran en el término municipal atendiendo especialmente a su distribución espacial; estudiaremos la incidencia sobre el suelo de los principales tipos de cultivos que se encuentran representados en el término y ofreceremos un listado de actuaciones y proyectos de infraestructuras previstos con incidencia mayoritaria sobre el suelo no urbanizable.
IV.6.2.1. Reclasificación del Mapa de Usos y Coberturas Vegetales del Suelo
La caracterización de los suelos que el PGOU incluye dentro de la clase No Urbanizable fue efectuada en el estudio del medio físico (véase apartado IV.2). En este apartado atenderemos a la reclasificación del Mapa de Usos y Coberturas Vegetales del Suelo de Andalucía (1999) según la TABLA DE CODIFICACIÓN DE USOS DE SUELO (1999). Se trata, por tanto, de una reagrupación de datos que organiza y matiza el territorio municipal mediante el resalte de algunas categorías de gran valor interpretativo en el área estudiada. A partir de coberturas reclasificadas se ha obtenido un mapa de variabilidad de los usos del suelo durante el periodo 1991-1999, cuya importancia radica en la representación del dinamismo de las distintas zonas del término en cuanto a los cambios de cultivos, de lo que deducimos un mayor nivel de riesgo para el subsuelo arqueológico en las zonas con mayores variaciones. Los pasos dados para la obtención de este mapa han sido los siguientes: 1. Cambio de modelo de representación de datos de vectorial a ráster, superponiendo sobre el Mapa de Usos y Coberturas Vegetales del Suelo de Andalucía para los años 1991, 1995 y 1995 una cuadrícula de 25 m2 conteniendo cada celda el valor de la codificación original de los citados mapas, según el diccionario de claves aportado por las coberturas de Medioambiente. Se obtienen así tres imágenes digitales de usos de suelo (u91, u95, u99) que nos permiten comparar la variación que han experimentado los usos de suelo para el periodo comprendido entre 19911999. 2. Cálculo de la variación de usos de suelo mediante una función matemática que utiliza múltiples imágenes de entrada y las compara celda a celda, para determinar la variedad de valores en cada una de ellas. Los resultados han sido expresados en el plano 10, donde se establece:
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I. Zonas donde no ha variado el uso: si las celdas de los tres mapas no han experimentado variación alguna. II. Zonas donde ha variado el uso una vez: si por lo menos un valor de uso de suelo ha variado en alguno de los grids de entrada. III. Zonas donde ha variado el uso dos veces: si han variado los valores de cada uso de suelo en todos los grids de entrada. De la lectura del Mapa de Variabilidad de usos deducimos que la mayor parte del territorio municipal presenta una estabilidad en cuanto a los usos de suelo en el periodo comprendido entre los años 1991 y 1999 (véase plano 26). No obstante, si considerásemos estrictamente esta variación, el mapa presentaría más cambios de uso de los que realmente se han dado en algunas áreas, y ello es debido a que en las zonas regadas, se han codificado como no regados zonas de cultivos herbáceos que en el período de interpretación de las imágenes y la toma de dados sobre el terreno no estaban regadas, si bien pueden estarlo en otro momento, gracias a la existencia de infraestructuras permanentes para este fin. Por ello hemos simplificado el mapa en este sentido. Además, el embalse de Torre del Águila, que si bien en sus márgenes puede estar sometido a variaciones de usos según el volumen de agua embalsada, en general no varía su uso en su interior por lo que las variaciones en su seno deben corresponderse con períodos de sequía. El mayor dinamismo se presenta en el sector Nororiental, donde la parcelación se complica y donde se ubican la mayor parte de las infraestructuras del término municipal.
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TABLA DE CODIFICACIÓN DE USOS DE SUELO(1999) GRUPO SUBGRUPO SUPERFICIES EDIFICADAS E INFRAESTRUCTURAS (111-193) Regadíos (421-439)
Secano (411-419)
Repoblaciones (520530)
ZONAS NATURALES
Pastizales y Matorrales con cubierta arbórea (615-921)
ZONAS AGRÍCOLAS HETEROGÉNEAS (441-481) AGUAS INTERIORES Y COSTERAS
Aréas endorreicas y arreicas (311-341)
Frondosas Coníferas Matorral
(EU) Eucaliptos (CON) Tanto autóctonas como exóticas (M) Son superficies con cobertura de matorral superior al 50% y cobertura arbórea comprendida entre el 5% y 50% (de quercineas y de coníferas). Incluye también el matorral disperso con arbolado. Pastizal-Matorral (M/P) Asociaciones naturales de matorral y pastizal con diversas proporciones de dominación Prado y pastizal (P) Comunidades herbáceas generalmente anuales, esponténeas u ocasionalmente mejoradas, con coberutra superior al 20% y predominio de pasto. (ZAH) Incluyen tanto asociaciones de cultivos en una misma parcela, como mosaicos de cultivos en parcelas pequeñas y limítrofes unas con otras. (ZH) Ríos y cauces naturales, canales artificiales y embalses
Fuente: MAPA DE USO Y COBERTURAS VEGETALES DEL SUELO DE ANDALUCÍA (1999)
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ZONAS AGRÍCOLAS Y FORESTALES
CODIFICACIÓN DESCRIPCIÓN (ZU) Incluye todas las superficies alteradas por zonas urbanas, urbanizaciones, áreas industriales e infraestructuras en general Cultivos herbáceos (CH) Incluyen cultivos de ciclo anual o bianual Cultivos leñosos (NJ/LI) Incluyen cultivos de larga duración con porte aróreo o arbustivo (OIR) (naranjo, limonero, olivar de regadío, frutales de regadío) (FFR) Cultivos herbáceos Suponen un sistema peculiar del riego. Solo arrozales de las encharcables (AR) marismas del Guadalquivir Cultivos forzados (CF) EnarenadosCultivos bajo plático Labor intensiva (L) Cultivos herbáceos con barbechos estacionales (semillados, en blanco o al tercio). Fundamentalmente, trigo y girasol. Cultivos Olivar (OI) Cultivos con porte arbóreo o arbustivo de larga duración (olivares, leñosos almendros o viñedos) (415-419) Viñedo (V)
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IV.6.2.2 Caracterización de los principales cultivos del término municipal
IV.6.2.2.1. Cereales
TRIGO (Triticum sp.) 1. Sistema Radicular Tiene raíces fasciculadas que pueden llegar a alcanzar una profundidad máxima de 1,50 cm en suelos muy sueltos. Normalmente, el 50% del sistema radicular se encuentra entre los primeros 25 cm del suelo. 2. Abonado Para cada Tm de trigo producida, la cantidad media de nutrientes que absorben raíces, tallos, hojas, espiga y granos son: 28 Kg N, 14 Kg P2O2, 26 Kg K2O. Las mayores respuestas del trigo en cuanto a aumento de producción las tiene a los aportes, en forma de abono, de nitrógeno (N) y fósforo (P). 3. Sistemas de Laboreo Admite no laboreo. a)
Secano
Suele ir detrás de barbecho semillado. Deben entonces hacerse labores al barbecho para enterrar los restos vegetales existentes y dejar la tierra fina: entre una otra labor de grada, se aprovecha para esparcir el abono de fondo, el cual queda tapado después con la siguiente labor de grada. Si no es preciso apresurar la siembra, conviene que las primeras lluvias hagan nacer las malas hierbas: lo que se conoce como “matar la otoñada”. Estas labores se suelen hacer con grada de discos o con vibrocultivadores. b)
Regadío
Puede, en este caso, suceder a muchos otros cultivos y según el cultivo precedente, será distinta la labor de preparación del terreno. Si por sembrar sobre rastrojo de maíz o de trigo se considera que conviene alzar el terreno a cierta profundidad , hay que tener muy en cuenta que al trigo le va mal su nascencia en tierra demasiado hueca, debiendo después dejar el terreno apelmazado, lo que se consigue con una labor de grada de discos
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pesada, que aunque aparentemente deja el terreno muy fino y hueco, esto tan solo sucede a unos pocos centímetros de la superficie. 4. Siembra A voleo, a chorrillo con sembradora: son corrientes las sembradoras fijas que guardan una distancia entre líneas de 17-18 cm. 5. Recolección Se suele hacer con cosechadora autopropulsada. Después se deja en la era formando montones para que se solee varios días. Práctica empleada para almacenar el trigo disminuyendo el riesgo de ataque del gorgojo. Seguidamente, se limpia con limpiadoras de grano, ya que el trigo de las cosechadas suele llevar con frecuencia las glumillas adheridas (trigo vestido). Finalmente se almacena en lugares secos y muy soleados. 6. Alternativas No es corriente rastrojear el trigo (sembrar trigo sobre trigo), por lo que suele ser siempre cabeza de cultivo en barbecho blanco o semillado.
CEBADA (Hordeum vulgare L.) 1. Sistema radicular Tiene un sistema radicular más superficial que el trigo pudiendo alcanzar una profundidad máxima de 1,20 m y distribuyéndose el 60% del sistema radicular entre los primeros 25 cm del suelo. Es planta autógama que puede tener buenas producciones en suelos poco profundos y pedregosos con tal que no le falte agua al comienzo de su desarrollo. No va bien en tierra de bujeos tolerando muy bien el exceso de salinidad y los suelos calizos. 2. Abonado La cebada suele extraer del suelo las siguientes cantidades de nutrientes por ha y Tm: 26 Kg N, 20,5 Kg P2O2, 25 Kg K2O. 3. Preparación del terreno y laboreo Las labores y preparación del terreno es similar a la del trigo con la única diferencia que este cultivo va en segundas o terceras pajas, esto es, detrás de trigo e incluso cebada (trigo-cebada-cebada). Los mayores rendimientos se obtienen sobre barbecho blanco o semillado. Las labores profundas le favorecen siempre que no sean inmediatamente anteriores a la siembra, y si lo son debe procurarse que el terreno no quede muy mullido, lo que se consigue con pases de grada de discos o pases de rulo o ambas labores a la vez.
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4. Recolección Con cosechadoras de cereales, al igual que el trigo. 5. Variedades En Andalucía se cultivan las cebadas de 2 carreras (Hordeum distichum L) y de 6 carreras (H. Hexastichum L.).
MAÍZ (Zea mays) 1. Preparación del terreno y laboreo Este cultivo es medianamente agresivo sobre el suelo desde el punto de vista arqueológico, aunque esto depende de los suelos donde se cultive ya que requiere suelos profundos, ricos en materia orgánica, con buena circulación del drenaje para no producir encharques que originen asfixia radicular. En términos generales se aplican labores con arado de vertedera con una profundidad de labor de 30 a 40 cm. Además durante la preparación del terreno previo a la siembra se recomienda efectuar una labor de arado al terreno con grada para que el terreno quede suelto y sea capaz de tener cierta capacidad de captación de agua sin encharcamientos. Lo más importante desde el punto de vista arqueológico se refiere a la necesidad de disponer de terrenos llanos para una adecuada irrigación, algo que es extensivo al resto de los cultivos de herbáceos de regadío. Esto implica una constante medición de pendientes para la compensación de los terrenos con movimientos de tierras, lo cual ha debido alterar en buena medida el relieve original, en especial en la llanura aluvial de la margen izquierda del Guadalquivir a su paso por el término municipal.
IV.6.2.2.2. Arroz
ARROZ (Oriza Sativa L.) 1. Preparación del terreno y laboreo Se divide el terreno en tablares rectangulares separados pro caballones de bastante altura, ya que se ha de inundar cada tabla. El agua pasa de tablar en tablar, desde los de mayor cota a los de menor, por boquillas practicadas en los caballones de separación. Este procedimiento no se usa en las marismas del Guadalquivir porque aumenta la salinidad, sino que se riega de canal a tablar y de éste a desagüe. El caudal necesario para el riego es muy elevado ( de 2 a 4 l/s y ha). En las marismas del Guadalquivir el agua de riego suele llevar unas concentraciones de 0,4 a 0,5 g/l NaCl, cuando esta concentración de sales aumenta a 1g/l el cultivo empieza a notar el exceso de salinidad.
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Este cultivo exige una nivelación casi perfecta del terreno con pendientes que no deben sobrepasar el 0/00 e incluso es preferible nivelar a cero para poder establecer tablas de hasta 15 ha. Cada vez es más corriente la nivelación por láser tanto en la preparación de las tierras para cultivo como en la siembra. Al final del invierno se utiliza la labor de alzar con arado de vertedera y cultivador de ganchos. Implantado el cultivo sólo riego y aplicación de herbicidas y pesticidas en su caso procurando siempre que el nivel del agua tenga la altura debida en relación con el desarrollo de la planta. Suelen aplicarse sulfatos de cobre contra algas o sulfato ferroso o de cal contra costras de origen físico-químico. Suele utilizarse la práctica de la seca que consiste en cortar la entrada de agua y dejar que el suelo llegue a secarse, tarea que se realiza a finales de junio o principios de julio a fin de controlar el desarrollo vegetativo evitando riesgos de encame y defenderse contra las numerosas algas que se crían al amparo del arroz. 2. Siembra A voleo con máquina o avión a finales de abril o principios de mayo.
IV.6.2.2.3. Cultivos Industriales
REMOLACHA (Beta vulgaris L.) 1. Sistema radicular Es una planta bianual que durante el primer año forma su raíz y constituye sus reservas. Requiera suelos que no ofrezcan resistencia al crecimiento de la raíz, y si se cultiva en secano estos suelos deben ser arcillosos o arcillosos-calizos con pH 6,5-7,5 o bien pH 88,5. No gusta de suelos pedregosos que detengan o impidan la penetración o bifurcación de la raíz; de ahí que se suelan realizar labores profundas para facilitar la penetración de la raíz en el suelo. Es un cultivo propio de terrenos salinos e incluso le favorece la aportación de sodio (Na+) el cual absorbe en abundancia. En algunas localidades de Inglaterra se ha llegado a aplicar en cobertera NaCl, pero no parece muy recomendable en terrenos de carácter arcilloso añadir sal por el efecto perjudicial que tiene en las arcillas propiciando la formación de costra. Hay que tener en cuenta también que el cultivo de remolacha en secano tiene tendencia a reducir el bujeo en terrenos muy arcillosos. 2. Abonado Por cada 10 Tm de remolacha la extracción media de elementos fertilizantes es: 42 kg N, 15 Kg P2O2, 58 Kg K2O. Para obtener 40 Tm se recomienda: 150-200 UD N, 150-200 Ud P2O2, 100-150 Ud K2O. El mayor porcentaje de riqueza sacárica se obtiene como respuesta a la aplicación de abono de N como abono de fondo, aunque un exceso del
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mismo disminuye la riqueza de la raíz. El fósforo y el potasio se suministran a la planta con labores profundas para ponerlas al alcance de la raíz, ya que prácticamente no se mueven en el terreno, pues quedan fijadas por las arcillas y los coloides húmicos. 3. Preparación del terreno y laboreo En secano trigo-remolacha: Al alzar el rastrojo del trigo es importante tener en cuenta que el cultivo de la remolacha necesita una labor profunda. Si es posible un subsolado. Si no es posible, conviene alzar con un arado de vertedera en profundidad y repetir esta labor cruzando: labor que se realiza probablemente para permitir la absorción de una gran cantidad de agua. Además es cultivo que requiere 1 o 2 labores de grada de discos pesada; y tan pronto caigan las primeras lluvias y los terrenos tomen alguna humedad, se debe pasar un rulo desterronador, una o varias veces hasta que el terreno quede perfectamente liso. No hay que olvidar que la nascencia de la remolacha es difícil y que es necesario hacer la siembra con el terreno en buenas condiciones. Son preferibles los rulos acanalados a los lisos; cuando las lluvias de otoño son tempranas se debe esperar a que las malas hierbas nazcan para destruirlas con labores de cultivador y pasar luego el rodillo para desterronar. Inmediatamente antes de la siembra se da una labor superficial de unos 5 cm de profundidad para preparar el lecho de siembra, con gradas de dientes flexibles o de púas. Preferible combinados con rodillos pues así se compacta el terreno a cierta profundidad mientras la capa superior queda removida. En regadío: Cuando la siembra se realiza en invierno o primavera, no hay problema de falta de humedad y las labores se dan de forma que quede una gran profundidad de suelo labrada y que después quede éste perfectamente llano para realizar la siembra. A esto hay que añadir tantos pases de cultivador como se pueda para destruir las malas hierbas. 4. Siembra La maquinaria empleada en la siembra es: - Sembradoras de precisión media. - Sembradoras de precisión neumáticas para semilla monogermen. Se siembra a una profundidad de 2 a 3 cm del suelo. 5. Variedades Aunque es una planta que tiene flores hermafroditas su reproducción es alógama (fecundación cruzada), de ahí que no existan verdaderas variedades, sino simples poblaciones más o menos heterogéneas, quedando lejos de la línea pura aunque se someta a una larga reproducción en consanguinidad. Las primeras remolachas cultivadas apenas contenían un 6% de azúcar; en 1860, Luís Vilmorín siguió la descendencia de una misma remolacha, conservando las semillas de
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las mejor dotadas; método éste que se utilizó amplimante desde 1900 para aislar familas; pero tras fracasar los intentos de autofecundación de las mejores familias, se recurrió al curzamiento entre hermanos, que dieron semillas homogéneas pero poco vigorosas por consanguinidad. Se pensó entonces cruzar familias para sacar partido al fenómeno de la heterosis, pero no todos los cruzamientos producen híbridos de verdadero vigor. Las variedades comerciales son casi siempre poblaciones, aunque la heterogeneidad es relativamente reducida. Los tipos varietales más frecuentes son: Tipo E: Rendimiento en peso elevado, pero riqueza media de azúcar Tipo Z: Menor peso pero con raíces más ricas en azúcar. Tipo N: Intermedia entre E y Z Tipos derivados: Tipo ZZ: Muy cercanos a los caracteres Z Tipo NE: Intermedia entre N y E Tipo NZ: Intermedia entre N y Z Tipo RC: Parecida a N pero resistente a la cercoporiosis 6. Alternativas No es conveniente repetir remolacha sobre remolacha por problemas de plagas y enfermedades. En terrenos donde no se ha cultivado nunca puede sembrarse un año sí y otro no durante la primera década. Si previamente se ha cultivado la alternativa es: - Secano: 1 año sí, 2 no, ocupando así la misma hoja cada tres años. - Regadío: 1 año sí, 3 no. En secano es común trigo-remolacha.
GIRASOL (Helianthus annus L.). 1. Sistema radicular La principal crece más rápidamente que la parte aérea de la planta, sobrepasando la longitud de la raíz principal la altura del tallo y éste suele estar comprendido entre los 60 a 220 cm, desarrollándose más la raíz en secano. Posee además numerosas raíces adventicias que inundan el suelo por la superficie y que suelen aparecer después de las lluvias. La raíz principal tiene poca capacidad de penetración, siendo muy sensible a los obstáculos del suelo y a la dureza del mismo impidiendo el anclaje de la planta y su abastecimiento sistemático de agua. 2. Influencia del medio ambiente Se sabe que el contenido de aceite es más reducido en las regiones secas que en las húmedas. En Países con frecuentes lluvias en la época de formación de la semilla,
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aquéllas tienen una influencia favorable sobre la acumulación del aceite. Se adapta a oscilaciones importantes de temperatura, desarrollándose normalmente tanto en altas temperaturas (25ºC-30ºC) como bajas (13ºC-14ºC), aunque es este caso se demora la floración y maduración. La integral térmica requiera unas temperaturas que oscilan entre los 1600º-2000ºC. Es planta que consume abundante agua, de aquí que de altas producciones sólo cuando está en regadío. 3. Variedades La mayoría procedían de Rusia hasta 1970 cuando se empiezan a extender las variedades híbridas del INIA. 4. Abonado Para producir 100 Kg de semillas el girasol necesita las siguientes cantidades de elementos nutritivos:5-6 Kg N, 1,5-2,3 P2O5, 7,5-12 Kg K2O. En secano no suele abonarse, puesto que frecuentemente es alternativa con el trigo (trigo-girasol), abonándose el trigo y no el girasol. En regadío, se suele abonar entre 50-100 Ud/ha de N,P,K; y no se suelen dar muchos riegos. 5. Preparación del terreno Es un cultivo que admite no laboreo. No obstante, se suelen dar labores profundas de subsolado. En Andalucía Occidental se viene utilizando labores de alzar (35-40 cm de profundidad), e incluso se utiliza el arado diesel que es menos profundo. Se suele dar labores sobre rastrojos y labores de otoño, para mantener el terreno limpio de malas hierbas con vibrocultivador o rulo acanalado. Es una planta agresiva con las malas hierbas de ahí que se diga que limpia el terreno, reduciéndose los herbicidas al periodo anterior a la siembra o bien a labores previas. 6. Siembra Entre marzo y abril, o entre finales de febrero-marzo, normalmente con máquinas sembradoras monograno, a una profundidad de 3-4 cm en zonas húmedas o de 6-8 cm en zonas secas. 7. Alternativas Trigo-girasol-trigo-girasol Trigo-garbanzos-trigo-girasol Trigo-habas-trigo-girasol
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ALGODÓN (Gossypium hirsutum L.) 1. Sistema radicular La raíz necesita terreno profundo y permeable para que respire bien, siendo la principal azonomorfa o pivotante, y las secundarias siguen una dirección más o menos horizontal. En suelos profundos y con buen drenaje puede llegar a los 2 m de profundidad, en suelos poco profundos o mal drenado apenas alcanza los 50 cm. Es, por tanto, el algodón textil planta de raíces penetrantes y de nutrición profunda. 2. Abonado Una Tm extrae 60 Kg N, 25 Kg P2O5 y 48 Kg K2O. Así la dosis que se recomienda es: para abonado de fondo de 70-80 Ud N/ha, 120 Ud P2O5 y 80 Ud K2O/ha. Para abonado de cobertera 50-60 Ud N en primera aplicación y 50-60 Ud N en segunda aplicación. 3. Preparación del terreno y laboreo Al tener raíces penetrantes se suele recomendar realizar una labor de alzar profunda (3550 cm profundidad), o incluso de subsolado. En regadío a esta labor profunda suele seguir labores de escarificador y finalmente un pase de rulo para dejar la tierra lo más llana posible antes de la siembra. El algodón de secano se siembra siempre en terrenos de bujeo: la labor de alzar se hace al rastrojo del trigo en verano y durante el otoño e invierno se dan de dos a tres pases de escarificador sucesivamente y cada ver menos profundas dándose un pase de rulo siempre antes de la siembra. Se ha recomendado por algunos técnicos alomar el terreno para sembrar sobre el lomo, tarea que ha de realizarse de dos a tres meses antes de la siembra con el fin de conseguir una elevación de la temperatura del momo o macho. 4. Variedades Existen tres especies cultivables de este género, cultivándose en España las variedades americanas, no existiendo un gran número de variedades comerciales porque van en perjuicio de la uniformidad de la fibra: a) Gossypium hirsutum (algodonero americano) Origen Méjico, con fibra normal 25-30 mm longitud y 20-25 µm calibre b) Gossypium barbadense (algodonero egipcio) Origen Antillas y fibra larga 35-45 mm y 15 µm calibre, obteniéndose de él tejidos de gran calidad. c) Gossypium herbaceum (algodonero indio) Tiene fibra corta 20-25 mm y 25µ calibre
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Dentro de las variedades más sembradas en 1990 se encontraban las: Coker 310, Coker 304, Coker 312, Jerez y Palma. 5. Siembra Suele hacerse con sembradoras de precisión con líneas espaciadas 70 cm si se va a recolectar a mano o de 96 a 100 cm si se hace con cosechadora. La siembra exige la previa desinfección del suelo lo que se hace aplicando en el momento de la siembra un carbonato insecticida-acariciad-nematicida que actúa por acción sistémica en plantas y por contacto en el suelo , se trata del Temik, el cual puede mezclarse con los fertilizantes y añadírsele un funguicida compatible con él. El acolchado comenzó a hacerse en Andalucía en zonas de marismas quizás para evitar el daño que causaban los fuertes vientos reinantes en el Bajo Guadalquivir. En Levante se ha utilizado el plástico negro en suelos salinos con escasez de agua para mantener la capa salina lo más baja posible y ahorrar agua. Es de destacar que el uso de plástico favorece la nascencia al elevar la temperatura del suelo, evitar la formación de costra superficial y la evaporación manteniendo la humedad idónea del suelo. Suelen darse varios pases de cultivador (binado) que en secano llegan hasta 12 con el fin de mantener el terreno libre de malas hierbas e impedir que se abran grietas en terrenos arcillosos como los del Bajo Guadalquivir. En regadío también para eliminar las malas hierbas de dan de 5 a 6 pases de cultivador. En riego a pie se suele pasar un arado pequeño de doble vertedera antes de que empiecen los riegos con el fin de dejar el terreno asurcado. 6. Recolección Se hacía a mano pero ahora se utilizan las cosechadoras de cápsulas que arrancan todas las de las plantas de una sola vez, y en regadío se utiliza la cosechadora de fibra.
IV.6.2.2.4. Olivar
OLIVO (Olea Europaea L.) 1. Sistema radicular Es un árbol con un sistema radicular muy adaptado al clima mediterráneo, por ello presenta una raiz principal que va penetrando poco a poco en el suelo, y que domina el sistema radical durante los primeros años. Para adaptarse a la escasez de agua que producen los largos periodos estivales, desarrolla éste arbol abundantes raices adventicias que se extienden lateralmente y que lleban a comportarse como verdaderas raices múltiples. De esta forma es capaz de aprovechar las escasas lluvias que caen en periodo
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estival; la superficie absorbente aumenta aún más si cabe por los abundantes pelos que presentan las raíces más jóvenes. 2. Preparación del terreno y laboreo La forma más extendida de cultivo es la tradicional que se inicia con una labor de alzado con cultivador en invierno, después de realizada la recolección de la aceituna. Esta labor tiene por misión la de abrir el suelo para aumentar la tasa de infiltración de agua procedente de las lluvias estacionales, y se realiza cuando las malas hierbas tienen un desarrollo pequeño, utilizándose para ello tractores de unos 70-90 CV de potencia. Hasta la llegada de la estación seca el agricultor sigue labrando de forma continuada la tierra, con labores cruzadas de 2 a 4 pases, en función de la frecuencia de lluvias y con la finalidad de destruir las malas hierbas y pulverizar el suelo preparándolo para pasar el verano. En años lluviosos no es infrecuente que los agricultores utilicen la grada de discos, especialmente para el control de la flora adventicia que aumenta considerablemente con la abundancia de lluvias. Este apero deja el suelo muy triturado, sin terrones, en la creencia, que debe de ser falsa, de que así se aumenta la infiltración. Sin embargo, los continuos pases de maquinaria agrícola en el terreno producen una compactación del terreno en profundidad, lo que disminuye la capacidad de infiltración del suelo. En verano, se efectúan labores superficiales con gradas de púas o rastras que levantan grandes nubes de polvo que, según es creencia popular, sirve para tapar los estomas de las hojas del olivo, reduciendo así la transpiración de la planta y, por consiguiente, la pérdida de agua. Además, estas labores tapan grietas en el suelo, evitando la evaporación del mismo y favoreciendo la conservación del agua, todo ello según creencia popular. En la época de recolección, allá por octubre o noviembre, es importante mantener limpio el suelo de vegetación a fin de facilitar la recogida de la aceituna, especialmente aquélla que cae al suelo, hecho muy frecuente en determinadas variedades; razón por la cual se suele compactar el suelo con un pase de rulo. Este tipo de laboreo tradicional está muy arraigado en Andalucía, sin que podamos dar fechas concretas de su origen, que puede ser muy antiguo. La finalidad principal es la de mantener el suelo desnudo de vegetación todo el año mediante labores continuadas, siendo los aperos más utilizados las vertederas (que suelen utilizarse poco), las gradas de discos y los cultivadores y vibrocultivadores, siguiendo una tendencia a disminuir cada vez más la profundidad de las labores. Frente a estas formas de laboreo, han surgido recientemente nuevas formas cultivo en el olivar, todo ello fomentado por una creciente investigación sobre los sistemas de laboreo en el olivar y su efecto en la producción (Pastor, 1990). Los resultados han sido, en muchos casos, sorprendentes y han fomentado otras alternativas al sistema de cultivo tradicional. Quizás uno de los más innovadores es el no laboreo con suelo desnudo, que aunque persigue, a semejanza del laboreo tradicional, mantener el suelo desnudo de malas hierbas durante todo el año, sin embargo, difiere en la forma de control de la flora adventicia, que en este sistema se realiza mediante la aplicación de herbicidas, bien en otoño, cuando el suelo está todavía desnudo (herbicidas de preemergencia), bien a finales de otoño o noviembre, cuando ya el suelo aparece cubierto de malas hierbas, utilizando en este caso herbicidas de contacto o de traslocación (herbicidas de postemergencia). Sistema que no está exento de problemas pues, a veces, puede ocasionar una inversión de la flora adventicia que resta eficacia en el control de las malas hierbas.
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Combinando labores de distinta intensidad con la aplicación de los recientes herbicidas, sobre todo bajo la copa de los olivos para mantenerla limpia y desnuda durante todo el año, irrumpe como sistema de cultivo formas de laboreo reducido, como el semilaboreo o el laboreo mínimo. En el primero, se aplican los herbicidas bajo la copa de los árboles, y se labra de forma tradicional sólo en el centro de las calles de los campos peinados de olivares; en el caso del laboreo mínimo, el herbicida se aplica a todo el terreno, dejando así la realización de labores superficiales en el centro de las calles con vibrocultivador, principalmente, según las necesidades del terreno: principalmente para romper alguna costra superficial o aumentar la infiltración del terreno. No obstante, estas labores quedan reducidas a las estrictamente necesarias. Para abundar más sobre este asunto, hay que decir que recientemente se han ensayado sistemas nuevos de cultivos con cubiertas ya artificiales (inertes), ya vegetales (vivas). Paja, plásticos o restos vegetales procedentes de hojas desprendidas del propio cultivo o de material de poda triturado compone la cubierta en estos nuevos sistemas, en el caso de cubiertas inertes. Para el caso de cubiertas vivas, el sistema se complica más porque se crea una cubierta vegetal durante el periodo de lluvias, que en nuestras latitudes coincide con la estación lluviosa de otoño-invierno. Al final de este periodo se realiza una siega para controlar la transpiración de la cubierta e impedir que esta compita por el agua en el cultivo. El residuo se deja siempre en el suelo para evitar la evaporación del suelo. Este sistema pone en entredicho el concepto tradicional de malas hierbas, pues aquí parece que éstas constituyen una cubierta útil, al menos, en el cultivo del olivar, pudiendo realizarse su siega bien mecánicamente, con desbrozadora o segadoras convencionales, bien químicamente con el empleo de herbicidas, o lo que es sin duda un procedimiento más natural: a diente con ganado ovino. En el caso de tratarse de especies de leguminosas (Vicia sp., Mendicago sp., etc.) muy frecuentes como malas hierbas, éstas además de aportar beneficios al retener el suelo e impedir la erosión del terreno, además fijan cantidades importantes de nitrógeno, aunque su siega presente más dificultades que en el caso de gramíneas. No es infrecuente, dentro de este sistema experimental, encontrarse con que la cubierta de malas hierbas se ha sustituido por cebada (Hordeum vulgare L.) que se siembra mediante labores superficiales, en otoño en las calles del olivar, recurriendo posteriormente a su siega química en primavera, donde empiezan a ser mayores las necesidades hídricas del olivar, dejando la paja sobre el suelo. 3. Variedades Pueden clasificarse en dos grupos - Variedades de mesa: Manzanilla Sevillana, Gordal Sevillana, - Variedades de aceite: Picual, Arbequina, Hojiblanca, Picudo.
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IV.6.2.2.5. Frutales y cítricos
MELOCOTÓN (Prunus persica) 1. Sistema Radicular Muy ramificado y superficial, que no se mezcla con el otro pie cuando las plantaciones son densas -el antagonismo que se establece entre los sistemas radiculares de las plantas próximas es tan acentuado que induce a las raíces de cada planta a no invadir el terreno de la planta adyacente-. La zona explorada por las raíces ocupa una superficie mayor que la zona de proyección de la copa: se considera que esta superficie es por lo menos el doble y en cualquier caso tanto mayor cuanto menor sea el contenido hídrico en el terreno. 2. Preparación del terreno y laboreo Es importante considerar sus requisitos edaficos: los diferentes patrones le permiten cualquier tipo de suelo, aunque prefiere suelos frescos, profundos, de pH moderado y arenosos. El melocotonero es muy sensible a la asfixia radicular; por ello hay se evitan los encharcamientos de agua y seasegura una profundidad de suelo no inferior a 1-1.50 m. La plantación requiere la excavación de hoyos de una profundidad que oscila entre de 80 x 80 y 60 x 60 cm, aunque el impacto mayor viene dado por el arado central de las calles para proporcionar mayor o menor altura a los caballones donde se plantan; normalmente se alcanzan los 40-50 cm de profundidad en el centro de las calles (aunque excepcionalmente la superan), disponiéndose las tierras a modo de caballones en las líneas de plantación, donde la afección por arado es menor. Las distancias entre las filas oscilan en torno a los 4-5 m, siendo las distancias entre árboles menores en cada línea (en torno a los 3-4 m).
CÍTRICOS (Citrus sinensis) 1. Preparación del terreno y laboreo Estos cultivos necesitan suelos permeables y poco calizos y un medio ambiente húmedo tanto en el suelo como en la atmósfera. Al igual que en el caso de los frutales se recomienda que el suelo sea profundo para garantizar el anclaje del árbol, una amplia exploración para una buena nutrición y un crecimiento adecuado. La distancia entre plantas está en función de las dimensiones de la maquinaria a utilizar y del tamaño de la copa adulta, que depende principalmente del clima, suelo y el patrón. Las distancias entre cítricos son muy similares o ligeramente inferiores a las de melocotoneros. Se puede estimar como densidad media de plantación unos 400 árboles/ha. En cualquier caso el sistema de plantación supone una afección sobre el substrato arqueológico muy similar a la que ejercen los frutales. Por lo que se refiere al laboreo del suelo está dirigido a la eliminación de las malas hierbas, a airear las capas superficiales del suelo, a incorporar
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fertilizantes o materia orgánica, a aumentar la capacidad de retención de agua y a preparar el riego cuando se realiza por inundación (no lo hemos observado en Utrera). En Utrera, donde no son muy abundantes, parece más frecuente el semi-no laboreo, con cubierta vegetal en invierno y suelo desnudo en verano, aplicando herbicidas a todo el campo o en rodales. Finalmente, hay que señalar que en los cultivos leñosos de regadío (frutales y cítricos) del término se observa el uso generalizado del riego por goteo, que requiere zanjas para las canalizaciones principales de unos 0,50 m de anchura por unos 0,70 de profundidad. Por otra parte, se está produciendo un incremento del número de balsas de agua para la asistencia de nuevas superficies de riego, por lo que no se descarta una ampliación de este tipo de cultivos, muy agresivos con el subsuelo en el momento de cambio de uso.
IV.6.2.2.6. Pastizales y matorrales con cubierta arbórea
En Utrera se trata de dehesas que se emplazan en terrenos dedicados a la caza y el ganado. Los matorrales se distribuyen fundamentalmente al sur del término y se trata fundamentalmente de dehesas de acebuches. En algunas fincas, como El Coto, se conoce que se han ampliado las superficies dedicadas a pastizales y matorral, si bien desconocemos sus anteriores usos y la incidencia o no de replantaciones.
IV.6.2.3. Principales obras proyectadas en suelo No Urbanizable. Impacto previsto
En el apartado IV.5 hemos estudiado las condiciones a las que se hayan sometidas las obras a realizar en suelo no urbanizable. Estas obras de edificación, de construcción de balsas y estructuras de riego, de infraestructuras, etc., suelen implicar afecciones sobre el subsuelo y, por ende, destrucciones parciales o totales de yacimientos arqueológicos, que se pueden considerar como un impacto previsto. A finales del 2005 las obras con licencias pendientes que se encontraban en tramitación en el ayuntamiento de Utrera y en la Consejería de Cultura pertenecían a los siguientes tipos: - Balsas de acumulación de aguas: P1, P4, P26, 27 - Plantas de reciclaje: P2, P32 - Nuevas instalaciones fabriles: P3, P5*, P6*, P7*, P8, P9*, P10*, P11*, P12*, P13*, P34*, P42*, 44*, 45*, 46*, 47*, 48* - Nuevas instalaciones comerciales: P21*, P23* - Nuevas instalaciones agrícolas: P22*, 24* - Nueva vivienda: P14 - Estaciones de Telefonía Móvil (antenas): P15, P16, P17, P18, P19, P20, 28, 29, 30, 31
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- Gaseoducto: P25 - Nuevas carreteras: P33, P40, P51 - Nuevas líneas eléctricas: P35, P38, P52 - Nueva red ferroviaria: P36 - Nuevas redes de abastecimiento de aguas: P39, P52 - Nuevas canteras: P41, P43 - Nuevas urbanizaciones: P49 - Parque eólico: P37 - Antiguas canteras: P50 - Nuevas redes de saneamiento: P52 - Nuevas naves: * Entre estas obras hemos incluido los proyectos de infraestructuras y viarios planteados en el PGOU de Utrera, así como los proyectos particulares o de otras administraciones públicas. Para cada uno de los proyectos de obras registrados –P1, P2…- se han estudiado las previsibles afecciones sobre el suelo, su estado de ejecución conocido, las entidades arqueológicas afectadas y las fuentes de información utilizadas para su registro, encontrándose listadas en los Anexos IX.9 y IX.10. Asimismo se ofrece su representación cartográfica en los planos 31, 32, 33, 34 y 35.
IV.6.3. Estimación General del Municipal de Utrera
Riesgo Arqueológico en el Término
Para la elaboración de una cartografía temática que evalúe el riesgo arqueológico en el territorio municipal de Utrera hemos tomado en consideración la metodología empleada por Márquez (1999) para la evaluación del Riesgo Arqueológico en Andalucía, aunque adaptando los criterios a una escala sustancialmente mayor que la regional. Como principal novedad se incluye un concepto derivado de nuestros propios análisis y que denominaremos como densidad del riesgo, en el sentido de que el riesgo, como contingencia, se alimenta de la concentración de los factores más agresivos en determinadas zonas del territorio. Entre los aspectos básicos de la metodología empleada por el citado autor se encuentran: 1. Utilización de las potencialidades del tratamiento digital de imágenes mediante los sistemas de información geográfica. Para ello utiliza el sistema de organización de la información en formato ráster, de tal modo que mediante el pixelado del territorio se permite la interrelación de variables en un mismo espacio geográfico con funciones aritméticas píxel a píxel. 2. Adaptación de un método teórico de decisión multicriterio para la evaluación de la incidencia diferenciada de variables en un mismo territorio. En concreto adapta
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el Método de Jerarquías Analíticas de T. L. Saaty39, que divide el problema de valoración en varios niveles jerárquicos: criterios, atributos (o subcriterios) y alternativas. En realidad hemos reducido el problema de decisión a dos niveles jerárquicos, permaneciendo el nivel de criterios como referencia en la ponderación relativa de cada atributo o factor de riesgo. 3. Un escrupuloso análisis de la incidencia de los factores de riesgo. Los factores de riesgo que considera fundamentales son: usos del suelo, tipos de suelo y erosión. Cada uno de ellos son valorados según su incidencia sobre el patrimonio arqueológico, manifestándose la relatividad de su incidencia mediante la comparación por pares en una matriz utilizando una escala numérica de comparación. En los niveles jerárquicos inferiores se establece un análisis de la incidencia de cada una de sus alternativas (por ejemplo, cada uno de los tipos de suelo). El resultado que se obtiene es una ponderación de los distintos criterios y alternativas posibilitando la valoración del riesgo a partir de una función matemática. El hecho de asignar diferencias de importancia en cuanto a la incidencia del riesgo de los distintos factores que concurren en un mismo lugar no es fácil. Por ello el autor realiza un análisis de lo que aquí hemos denominado factores de peligrosidad, al igual que hemos realizado nosotros en los apartados previos. Los tipos de suelo los diferencia en la incidencia de los agentes de agresión físicoquímicos que conllevan su composición (humedad, sales, materia orgánica y PH). Los usos del suelo se centran en una evaluación de la agresión física que los distintos usos conllevan; para simplificar el gran número de usos que pueden darse en Andalucía el autor reúne en varios grupos el conjunto de usos. Por último, el autor aborda el criterio de la pérdida promediada de suelos (erosión) como una reclasificación de los valores numéricos de profundidad de arrastre en valores nominales que se comparan entre sí. En nuestros análisis hemos excluido el factor de riesgo “tipos de suelo” y nos hemos centrado en los que representan unos daños previsibles más evidentes, tales como los usos del suelo y erosión. Junto a estos hemos considerado otros factores que consideramos de mayor importancia y que no se abordaron por el citado autor por cuestiones de escala: los procesos de urbanización y la accesibilidad. Estos nuevos factores a nuestro entender representan una trascendental influencia en las posibles afecciones sobre el patrimonio arqueológico. A partir de nuestros estudios hemos realizado una ponderación de cada factor de riesgo que evalúa su importancia con respecto a los demás. Previamente hemos normalizado la información disponible para que las estimaciones sean uniformes en todo el territorio bajo análisis. 39
SAATY , T. L. : “An Scaling Method for Priorities in Hierarchical Structures”. Journal of Mathematical Psychology, 15. 1977, Págs. 234-281 y SAATY, T. L : The Analytic Hierarchy Process. McGraw Hill, Nueva York, 1980 (versión ampliada en 1988).). Un ejemplo práctico de las adaptaciones que finalmente hemos empleado en este trabajo puede encontrarse en Pérez Quesada, P. (1999): "Análisis del valor y evaluación multicriterio en la gestión del Patrimonio Histórico". Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, nº 29 (pp. 56-71). Sevilla.
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Explicaremos a continuación la metodología empleada de manera sintética. 1. Se han considerado unos factores de riesgo para los que disponemos de una aceptable representación cartográfica y que en suma representan la mayor parte de las variables que se aglutinan para hacer más probable la afección drástica de un bien arqueológico. Estos factores o atributos han sido: -
Factor 1. Cercanías a los núcleos urbanos, urbanizables o urbanizados. Los espacios delimitados como urbanos por la Cartografía Catastral y la clasificación del suelo del PGOU han permitido disponer de una completa distribución de las zonas urbanizadas y urbanizables del término municipal. La cartografía de partida de esta variable es una cobertura vectorial de tipo poligonal.
-
Factor 2. Accesibilidad. La red de carreteras y caminos de la Cartografía Catastral, complementada en determinados trazados con otras fuentes cartográficas de la Junta de Andalucía, ha permitido disponer de una completa distribución de esta variable en todo el término municipal. La cartografía de partida de esta variable es una cobertura vectorial de tipo lineal.
-
Factor 3. La variabilidad de los usos del suelo. Esta variable ha sido obtenida a partir de la secuencia de Mapas de Usos y Coberturas Vegetales del Suelo de los años 1991-1995-1999, tal y como ya se ha explicado en el apartado IV.6.2.1. La cartografía de partida de esta variable es una cobertura ráster que ya habíamos obtenido a partir de otras coberturas vectoriales poligonales.
-
Factor 4. Erosión Potencial. El Mapa de Erosión Potencial de Andalucía, realizado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía nos ha facilitado la introducción de esta variable en nuestros análisis. La cartografía de partida de esta variable es una cobertura ráster.
Como se puede observar los tipos de datos cartográficos son variados en cuanto a formato (vectorial poligonal, vectorial lineal, ráster). Como se verá en los siguientes pasos metodológicos, los cálculos finales requerirán su homogeneización mediante la conversión de todos al tipo ráster. 2. Los valores nominales de los factores se han transformado en valores numéricos, a partir de los cuales poder efectuar cálculos de densidad territorial. Aunque la estimación de estos valores de ponderación no deja de ser subjetiva, la metodología empleada pretende ser un mecanismo de comparación territorial objetivo, en el sentido de que el cálculo del riesgo se realiza de acuerdo con unos mismos criterios para todo el espacio bajo estudio. Estos valores numéricos iniciales sirven para hacer comparaciones relativas entre los espacios del territorio de acuerdo con cada variable, de manera que a mayor valor asignado mayor
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riesgo, pero no sirven para hacer comparaciones entre factores distintos. Podemos expresar así la reclasificación efectuada: -
Factor 1. Cercanías a los núcleos urbanos o urbanizados. Las alternativas de partida que se pueden manifestar en el territorio a partir de la cartografía disponible para este factor son las siguientes: Alternativa 1. Espacio del territorio que no es urbano, urbanizado o urbanizable. Valor numérico asignado = 0. Alternativa 2. Espacio del territorio situado en urbanización. Valor numérico asignado = 3. Alternativa 3. Espacio del territorio situado en poblado. Valor numérico asignado = 5. Alternativa 4. Espacio del territorio situado en ciudad. Valor numérico asignado = 10.
-
Factor 2. Accesibilidad. Las alternativas de partida que se pueden manifestar en el territorio a partir de la cartografía disponible para este factor son las siguientes: Alternativa 1. Espacio del territorio que no es viario. Valor numérico asignado = 0. Alternativa 2. Espacio del territorio en el que se encuentra un camino de segundo orden. Valor numérico asignado = 1. Alternativa 3. Espacio del territorio en el que se encuentra un camino de primer orden. Valor numérico asignado = 2. Alternativa 4. Espacio del territorio en el que se encuentra una carretera. Valor numérico asignado = 3.
-
Factor 3. La variabilidad de los usos del suelo. Las alternativas de partida que se pueden manifestar en el territorio a partir de la cartografía disponible para este factor son las siguientes: Alternativa 1. Espacio del territorio en el que no ha variado el uso. Valor numérico asignado = 0. Alternativa 2. Espacio del territorio en el que el uso ha variado una vez. Valor numérico asignado = 2. Alternativa 3. Espacio del territorio en el que el uso ha variado más de una vez. Valor numérico asignado = 3.
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-
Factor 4. Erosión Potencial. Las alternativas de partida que se pueden manifestar en el territorio a partir de la cartografía disponible para este factor son las siguientes: Alternativa 1. Espacio del territorio en el que la erosión potencial es baja. Valor numérico asignado = 1. Alternativa 2. Espacio del territorio en el que la erosión potencial es moderada. Valor numérico asignado = 2. Alternativa 3. Espacio del territorio en el que la erosión potencial es alta. Valor numérico asignado = 3 Alternativa 4. Espacio del territorio en el que la erosión potencial es muy alta. Valor numérico asignado = 4
3. El siguiente paso es realizar una estimación de la densidad del riesgo en función de cada uno de los factores bajo estudio. El resultado de este paso es una imagen del riesgo para cada factor (véanse planos 23 a 26). En cada imagen los valores de sus píxeles representarán el valor de la densidad del riesgo por unidad de superficie tomando como valores de partida los asignados arriba. El procedimiento en sí parte de los estudios estadísticos de estimación de densidad. Esto es, la construcción, a partir de los datos observados, de una función de densidad que proporcione una estimación zonal de los datos. La función que hemos empleado para estos análisis es la Función Kernel basada en la función cuadrática kernel descrita en Silverman (1986, 76, ecuación 4.5) e implementada por el software comercial Arc/Info40, la cual proporciona una estimación de la densidad por unidad de área considerando el solapamiento de los valores en las zonas intermedias y la disminución de los valores iniciales con la distancia. Dependiendo de los valores de muestra en cada lugar, del alcance que consideremos para los análisis en torno a cada punto muestral (distancia de afección de la información), de la unidad de superficie y de la resolución de la imagen (tamaño de cada celda o píxel), el resultado final proporciona una imagen más o menos suavizada de los valores del potencial de riesgo acumulado por unidad de superficie a partir de las alternativas presentes en cada punto del territorio. La función empleada calcula la densidad de elementos puntuales en torno a cada celda en la imagen final según los valores de cada punto muestral inicial, midiéndose las unidades de densidad resultantes como puntos por unidad de área. En el caso del factor 2 la función calcula la densidad de líneas alrededor de cada celda en la imagen final, midiendo esta densidad por la longitud de las líneas por unidad de área. En cualquier caso, los resultados suponen que los valores por superficie más altos se hallan en las localizaciones de los valores muestrales 40
ESRI (Environmental Systems Research Institute, Inc.) (1992): ARC Commands References. ARC/INFO User`s Guide. Ed. ESRI. Redlands.
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cuantitativamente mayores, en las zonas donde se concentran mayor número de puntos o líneas, así como en las localizaciones intermedias, disminuyendo el valor en los límites de afección del riesgo hasta alcanzar el valor 0 a partir de éstos: el radio de interferencia del riesgo lo hemos establecido en una distancia alrededor de cada punto muestral distinta para cada factor (1.000 m para el factor 1, 1.500 para el factor 2, 500 para el factor 3 y 100 para el factor 4) y la resolución de los análisis en 25 m. En la función utilizada los valores asignados a cada alternativa se registran como número de veces que se contabiliza un punto dado. Para ello previamente se convierten las coberturas poligonales en coberturas ráster y éstas a su vez en coberturas de puntos, de tal modo que por cada píxel se contabiliza el valor correspondiente al valor asignado previamente. De los análisis de densidad resulta finalmente una cobertura ráster por cada factor con una distribución continua de valores susceptible de traducirse en valores nominales de potencial de riesgo (alto, medio, bajo). 4. El siguiente paso es normalizar los valores de densidad obtenidos, de manera que sean comparables entre ellos y se posibilite finalmente establecer una función general del riesgo arqueológico. Para normalizar los valores se considera un rango similar para todos los factores, de manera que los valores de densidad obtenidos se transforman en valores situados entre 0 y 1: basta con dividir todos los valores de cada imagen o cobertura ráster por el valor de densidad máximo obtenido en cada una. 5. Finalmente establecemos una función general del riesgo arqueológico que emana de los valores normalizados obtenidos en cada punto del territorio (cada píxel de las imágenes) y se alcanza mediante la aplicación de una función lineal aditiva y ponderada: Riesgo Arqueológico = ∑ Valor del píxel x Factor de ponderación Donde, Valor del píxel = valor normalizado de las alternativas obtenido tras la aplicación de los análisis de densidad para cada factor de riesgo. Factor de ponderación = valor de ponderación de cada factor de riesgo. Esta función supone la suma de los valores normalizados obtenidos tras la aplicación de los análisis de densidad para cada factor de riesgo, aplicada a los píxeles coincidentes en las mismas coordenadas del territorio y multiplicados previamente por los siguientes valores para cada factor de riesgo: Factor 1 = 0.7 Factor 2 = 0.4 Factor 3 = 0.3 Factor 4 = 0.2
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Los resultados de la implementación de la función general de riesgo suponen la obtención de una imagen de la distribución del riesgo arqueológico en todo el término municipal (véase plano 28) que responde a nuestras apreciaciones sobre los factores de riesgo. Podemos observar una concentración del riesgo en torno las zonas urbanizadas y urbanizables, así como en los principales ejes de comunicación, donde la instalación de actividades en suelo no urbanizable puede tener mayores ventajas (obsérvese en este sentido la distribución de los nuevos proyectos de obras). Además, se refleja la contingencia de otras variables intervinientes, de modo que los espacios en los que la variabilidad de los usos ha sido mayor se observa un mayor riesgo por encontrarse también en las zonas de influencia de las vías de comunicación. Finalmente, los resultados destacan un aspecto interesante, cual es que en los espacios donde la influencia de las actividades humanas es aparentemente menor sobre el patrimonio arqueológico (fundamentalmente el tercio sureste del término), interviene la erosión potencial, de manera que en el conjunto del término se encuentran muy escasas zonas con niveles muy bajos de riesgo. La conversión de los valores numéricos obtenidos en valores nominales de riesgo se ha realizado a fin de integrar en las bases de datos una estimación general del riesgo de cada entidad arqueológica. Para ello hemos reclasificado los valores de riesgo en cuatro intervalos de riesgo (bajo, medio, alto y muy alto) cuya distribución ha sido comparada con la de los espacios arqueológicos delimitados. La asignación de un nivel de riesgo a una entidad arqueológica dada se ha realizado teniendo en cuenta la proporción de superficie que ocupan los distintos niveles de riesgo en cada caso. Una vez asignados estos valores podemos valorar cuales son las condiciones de riesgo en las que se encuentran la mayoría de las entidades arqueológicas del término municipal. Según nuestros cálculos, algo más de un 48 % de los sitios arqueológicos se encuentra afectado por un nivel de riesgo medio y un 30 % por un nivel de riesgo bajo. Los valores de riesgo alto representan algo más del 14 % de los sitios arqueológicos y los valores de muy alto riesgo casi alcanzan el 7 %. Hay que tener en cuenta que la estimación general del riesgo se ha realizado de acuerdo con unos factores de riesgo, pero existen variables que no se han incluido, fundamentalmente por centrarse en aspectos de gran escala. En este sentido, cabe mencionar que la estimación general del riesgo no considera en sus cálculos la existencia de proyectos de obras determinados ya que estos se presentan con un grado de concreción bastante definido, poco acorde con una estimación general del riesgo. La cartografía de estos proyectos de actuación se considera como impacto previsto y se incluyen en el Anexo IX.10 y en los planos 33, 34 y 35 de esta Carta. La inclusión del valor como un criterio de objetivación del riesgo, en el sentido de que la mayor probabilidad de existencia de restos arqueológicos en un lugar implica una mayor probabilidad de pérdida, se ha considerado como una variable independiente que puede tener sentido mediante la comparación de las delimitaciones de entidades arqueológicas con los resultados de la estimación general del riesgo.
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IV.7. Los factores limitantes de la vulnerabilidad. Los Espacios Protegidos
El PGOU de Utrera recoge la tradición normativa sobre los espacios del término municipal que se encontraban sujetos a algún tipo de protección con anterioridad a su redacción, ampliando en algunos casos esta protección con nuevos elementos. A continuación revisaremos la situación existente con anterioridad al PGOU y señalaremos las principales modificaciones que ha supuesto la aprobación de este planeamiento. Podemos diferenciar los siguientes ámbitos de protección.
IV.7.1. Los espacios naturales
Entre los principales instrumentos normativos que regulan las acciones que pueden darse sobre el suelo de Utrera se encuentran aquellos que expresamente delimitan espacios protegidos. En este sentido, el primero de ellos fue el aún vigente Plan Especial de Protección del Medio Físico y Catálogo de la Provincia de Sevilla (Junta de Andalucía. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Dirección General de Urbanismo. Resolución de 7 de julio de 1986. BOJA 75 de 1 de agosto de 1986), cuyos principales objetivos son: - Elaboración de una normativa de planeamiento urbanístico de ámbito provincial para regular y controlar usos y actividades en el territorio. - Definir un Catálogo de Espacios y Bienes Protegidos de la provincia y dotarlos de una normativa específica de protección y evitar su degradación. A estos efectos entiende por medio físico natural el paisaje y bellezas naturales; los suelos agrícolas forestales o ganaderos; los espacios de interés ecológico, científico, cultural o recreativo; los yacimientos arqueológicos; las aguas, tanto superficiales como subterráneas y las zonas de recarga de los acuíferos; así como cualesquiera otros elementos del medio natural susceptibles de protección mediante la regulación de usos del suelo (PEPMF 1986, Tít. I, art. 1). - Servir de complemento e integrarse en otras normativas. Los preceptos de este Plan no afectan sólo a los espacios catalogados sino que incluye una serie de prescripciones cautelares que tienen como ámbito de competencia todo el
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territorio provincial. Con esta finalidad establece unas normas generales de regulación de usos y actividades (PEPMF 1986, Tít. III), entre las que destacan las relativas a protección del suelo (art. 17), de los yacimientos de interés científico (art. 19) y de las vías pecuarias (art. 20); así como las que regulan las obras de infraestructuras (art. 22), las actividades extractivas (art. 23), etc. De especial interés para nuestros fines son las que regulan la protección de los yacimientos de interés científico, tanto arqueológicos y paleontólogicos, como geológicos y ecológicos, y cuya principal cláusula cautelar es la que requiere, previa a la licencia de actividades, el informe a la Comisión Provincial de Urbanismo, que a su vez requerirá informe preceptivo de la Consejería de Cultura. Para el inicio este procedimiento se debe haber formalizado la inclusión del yacimiento en cuestión dentro del Catálogo de Espacios y Bienes Protegidos; para ello debe aportarse la siguiente documentación mínima: - Información física básica: localización y caracterización del entorno, descripción de límites y superficies. - Información científica. - Afecciones jurídico-administrativas, especialmente respecto al planeamiento urbanístico y de la propiedad. - Justificación de la catalogación. - Normativa de protección aplicable, según el PEPMF. - Documentación gráfica y cartográfica. El Catalogo inicial establecía para el término de Utrera una delimitación específica de algunos Espacios Naturales, es decir, ámbitos susceptibles de una identificación territorial inequívoca, destacables desde el punto de vista de la conservación e interés de sus medios vivos o inertes. Los espacios catalogados en el término municipal de Utrera pertenecen en todos los casos a la categoría de Zonas Húmedas: complejos endorreicos y humedales de distinto origen que conforman un sistema relicto gravemente amenazado por procesos de desecación y transformación, cuyos valores, además de los naturales comunes a este tipo de espacios como reguladores del equilibrio del ecosistema en que se enclavan, se encuentran en atesorar elementos únicos de orden faunístico y botánico. Dentro de las zonas húmedas se establece una subclase para aquellas en las que la acción antrópica ha sido destacada: son las Zonas Húmedas Transformadas (HT). En el término municipal de Utrera se catalogaron los siguientes espacios: ZH-4 HT-3 HT-5 HT-18
Conjunto Lagunar Alcaparrosa, Zarracatín y Arjona. Embalse de Torre del Águila Brazo del Este (pertenece parcialmente al término municipal) Salinas de Valcargado
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Posteriormente la Ley 4/1989 de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres estableció como figuras de protección para este tipo de espacios las siguientes en el territorio nacional: a) Parques b) Reservas Naturales c) Monumentos Naturales d) Paisajes Protegidos La declaración y gestión de estos espacios se otorgaba a las comunidades autónomas (Cap. III, art. 21), pudiendo estas establecer, además, nuevas figuras de protección con una regulación y unas medidas de protección específicas (III, 22). Atendiendo a este articulado la Ley 2/1989, Ley por la que se aprueba el Inventario de Espacios Naturales protegidos de Andalucía y se establecen medidas adicionales para su protección, aprobada con fecha 27 y 28 de junio (BOJA 27/7/89), creó nuevas figuras de protección en Andalucía: a) Parajes Naturales b) Parques Periurbanos c) Reservas Naturales Concertadas En esa misma Ley se declaraban en el término municipal de Utrera unos espacios con las siguientes figuras de protección: Reserva Natural: Complejo Endorreico de Utrera (Sevilla) Laguna de Zarracatín Laguna de Alcaparrosa Laguna de Arjona La definición de Reserva Natural en la Ley 4/1989 (Cap. II, art. 14) es la siguiente: 1. Las Reservas Naturales son espacios naturales cuya creación tiene como finalidad la protección de ecosistemas comunidades o elementos biológicos que, por su rareza, fragilidad, importancia o singularidad merecen una valoración especial. 2. En las Reservas estará limitada la explotación de recursos, salvo en aquellos casos en que esta explotación sea compatible con la conservación de los valores que se pretenden proteger. Con carácter general estará prohibida la recolección de material biológico o geológico, salvo en aquellos casos que por razones de investigación o educativas se permita la misma previa la pertinente autorización administrativa. Conforme a lo establecido en el artículo 15.2 de la Ley 4/1989, de 27 de marzo y en las Disposiciones Adicional Primera y Transitoria Cuarta de la Ley 2/1989, de 18 de julio, a partir de la declaración de este espacio natural bajo la figura de protección de Reserva Natural, procedía la tramitación en el plazo de un año de su
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Plan de Ordenación de los Recursos Naturales. Sin embargo, su aprobación no se ha realizado hasta una fecha bastante reciente (Decreto 419/200, de 7 de noviembre por el que se aprueban los planes de Ordenación de los Recursos Naturales de determinadas Reservas naturales de la provincia de Sevilla, ANEXO III). La Ley 1/1994, de 11 de enero, de Ordenación del Territorio de la Comunidad Autónoma de Andalucía, reconoce a los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales la consideración de Planes con Incidencia en la Ordenación del Territorio. No obstante ello, la Disposición Transitoria Primera establece que no será de aplicación lo dispuesto en los artículos 17, 18 y 29 de la citada Ley a los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales que afecten a espacios incluidos en la Ley 2/1989, de 18 de julio. El Plan de Ordenación de los Recursos Naturales viene a establecer el marco general dentro del que debe operar no sólo el resto de los instrumentos de planificación específicos del espacio natural protegido, sino también los relativos a la ordenación urbanística o cualquier tipo de planificación sectorial que la afecten directa o indirectamente, de acuerdo con la normativa ambiental y de ordenación del territorio vigente. Paraje Natural: Brazo del Este (Sevilla) La definición de Paraje Natural en la Ley 2/1989 (Cap. I, art. 2) es la siguiente: Son Parajes Naturales aquellos espacios que se declaren como tales por Ley del Parlamento andaluz, en atención a las excepcionales exigencias cualificadoras de sus singulares valores, y con la finalidad de atender a la conservación de su flora, fauna, constitución geomorfológica, especial belleza u otros componentes de muy destacado rango natural. Los límites de este espacio fueron publicados en el anexo de la Ley 2/1989 (BOJA núm. 60) y la única normativa posterior que ha sido referida específicamente a este espacio es la Orden de la Consejería de Medio Ambiente de 23 de abril de 1996, por la que se regula el ejercicio de la pesca del cangrejo rojo, procambarus clarkii, en el Paraje Natural del Brazo del Este (Sevilla) (BOJA 60/1996, de 23 de mayo)41.
IV.7.2. Las Vías Pecuarias
Con esta denominación se señala unos bienes de dominio público destinados principalmente al tránsito del ganado y a las comunidades rurales. Su institucionalización 41
Como revisión de ésta se encuentra la Orden de 8 de agosto de 1996, por la que se modifica la de 23 de abril de 1996, reguladora del ejercicio de la pesca del cangrejo rojo, Procambarus Clarkii, en el Paraje Natural del Brazo del Este (Sevilla) (BOJA 95/1996, de 20 de agosto).
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se remonta a la Edad Media -aunque su origen debe ser muy anterior- y alcanzaron su máximo apogeo con el auge de la ganadería trashumante en la Baja Edad Media, tras constituirse por Alfonso X, a partir de mestas municipales, el Honrado Consejo de la Mesta (1273), que ejercería un importante papel por los privilegios reales adquiridos para el uso de pastos y el tránsito de ganados. Estos privilegios se ampliarían y consolidarían con posteriores disposiciones reales, en especial a partir de finales del siglo XV, como la Real Cédula de 1480, que obligó a los labradores a evacuar los rompimientos realizados en tierras comunales durante el reinado de Enrique IV y a devolverlos al ganado como tierras de monte y pasto; la Pragmática de 1491, completada más tarde por otras, que autorizaba a los pastores a ramonear, es decir a cortar, durante el invierno o cuando escaseasen los pastos, ramaje de los árboles de las dehesas comunales; la Ley de Arriendo del Suelo de 1501, que limitaba a los propietarios de tierras tanto el uso como el aprovechamiento de los pastizales en beneficio de los ganaderos. El apoyo real en este sentido se manifiesta en otros sucesivos decretos, edictos y disposiciones reales (1492, 1525, 1552, 1560, 1566, 1633) que resultarían en un conjunto de 64 privilegios del Honrado Consejo que se relacionan en el Quaderno de 1731. Sin embargo, la situación comenzaría a cambiar ya desde el siglo XVII, en beneficio, sobre todo, de los intereses de los pueblos (en 1636 se elimina la facultad de los entregadores para juzgar los pleitos referentes a cercamientos de tierras de cultivo), aunque se produjeron nuevas concesiones en 1692 y 1749. Finalmente, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII la mentalidad ilustrada y la necesidad de nuevas tierras de cultivo conllevarían una modificación de la situación: en 1779 se autorizan los cercados para campos de viñas y olivares, en 1780 se abole la Ley de Arrendamiento del Suelo, en 1788 se autorizan los cercados, en 1796 se suprime la figura del alcalde entregador mayor, en 1813 se decreta la libertad de cultivos y finalmente por Real Orden de 31 de enero de 1836 se sustituye el Honrado Consejo por la Asociación General de Ganaderos, que reconocía legislativamente el final de la Mesta. La red de vías pecuarias de Utrera tuvo su génesis en esos privilegios que fueron obteniendo los ganaderos para el tránsito de ganados; su gestión pasaría posteriormente, en la Segunda República, a la Dirección General de Ganadería, que realizaría la clasificación que ha servido de guía para los recientes deslindes. En ese sentido, Enrique Gallego Fresno, Perito Agrícola de la Dirección General de Ganadería, adscrito al Servicio de Vías Pecuarias, fue designado por la Superioridad para llevar a cabo un estudio y Clasificación de todas las vías pecuarias que existían y cruzaban por el término municipal de Utrera, ajustándose para ello a las necesidades de la ganadería local y trashumante entonces existente y teniendo en cuenta 1) los Deslindes, Apeos y otros interesantes antecedentes que obraban en el Archivo del Sindicato Nacional de Ganadería; documentos del Archivo Municipal; 2) los datos de trabajos realizados en los términos municipales colindantes: Espera y Villamartin (Cádiz), y Las Cabezas de San Juan, Dos Hermanas y Alcalá de Guadaira (Sevilla); 3) los planos del Instituto Geográfico y Catrastal; 4) el recorrido minucioso del terreno por donde discurren las vías y reconocidas detenidamente las mismas (siempre acompañado y asesorado por prácticos conocedores de las cosas del campo); 5) el parecer de Ayuntamiento y Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos; y 6) realizando todos estos trabajos y toma de datos con arreglo a la legislación entonces vigente y según lo que disponía el DecretoReglamento de ese Ministerio de fecha 23 de Diciembre de 1.944. El resultado de esos estudios fue el Proyecto de Clasificación de Vías Pecuarias del Término Municipal de Utrera, aprobado por Orden Ministerial de 21 de octubre de 1957. El mismo Perito
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realizaría durante los años 1966 y 1967 reformas de los trazados iniciales en algunos tramos. Con la aprobación de la Ley 22/1974, de 27 de junio, y su Reglamento de 24 de julio de 1975 se establecían las medidas oportunas para su conservación y se prohibía la ocupación definitiva o interrupción de las vías con construcciones o instalaciones. Desde 1974 la gestión de las Vías Pecuarias se adscribió al ICONA y, al transferirse competencias a la Junta de Andalucía en 1984, se dividió su gestión entre la Agencia de Medio Ambiente y el IARA, unificándose de nuevo con la constitución de la Consejería de Medio Ambiente en 1994. En la provincia de Sevilla el Plan Especial de Protección del Medio Físico de 1986 hacía referencia a su protección en el artículo 19 de sus normas generales de regulación de usos y actividades (PEPMF 1986, Tít. III), con lo que se complementaba la protección de estos espacios; complemento ya superado pero plenamente vigente. En la actualidad la legislación aplicable sobre estos espacios se encuentra regulada por la Ley 3/1995, de 23 de marzo, de Vías pecuarias, y el Decreto 155/1998, de 21 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Vías Pecuarias de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Por otra parte se encuentra el Plan para la recuperación y ordenación de la red de vías pecuarias de la Comunidad Autónoma de Andalucía, que será redactado según la voluntad plasmada en la Disposición Adicional Tercera del Decreto 155/1998, y que habrá de contemplar el PORN de la Reserva Natural Complejo Endorreico de Utrera para las vías que atraviesen este espacio natural, según establece la Disposición Adicional Tercera de la ley 3/1995. Según la legislación vigente la vías pecuarias son bienes de dominio público de las Comunidades Autónomas y, en consecuencia, inalienables, imprescriptibles e inembargables. Se denominan con carácter general: Cañadas (cuya anchura no supera los 75 metros), Cordeles (cuando su anchura no sobrepase los 37.5 metros) y Veredas (con una anchura no superior a los 20 metros); incluyen en su régimen de protección y dominio espacios de abrevaderos y descansaderos. La aprobación de los deslindes de vías pecuarias de Utrera, realizados por tramos desde 1998, se puede encontrar en distintas resoluciones de la Secretaría General Técnica de la Consejería de Medio Ambiente:
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DENOMINACIÓN DE LA VÍA PECUARIA
C.R. DE LA ARMADA C.R. DE LA ARMADA C.R. DELCORONIL C.R. DELCORONIL CORDEL DEL PICO MESAS Y ARCA DEL AGUA CORDEL DEL PICO MESAS Y ARCA DEL AGUA C.R. DE LOS PALACIOS A CARMONA C.R. DE LOS PALACIOS A CARMONA C.R. DE LOS PALACIOS A CARMONA CORDEL DEL PICO MESAS Y ARCA DEL AGUA C.R. DE LOS PALACIOS A CARMONA C.R. DE LOS PALACIOS A CARMONA C.R. DE LA ARMADA C.R, DE UTRERA A VILLAMARTIN C.R. DE VENTA LARGA Y TORRE ALOCAZ A SEVILLA C.R. DE VENTA LARGA Y TORRE ALOCAZ A SEVILLA C.R. DE VENTA LARGA Y TORRE ALOCAZ A SEVILLA C.R. DE UTRERA A VILLAMARTIN C.R. DE UTRERA A VILLAMARTIN C.R. DE LOS PALACIOS A CARMONA Y DESCANSADERO DEL BALDÍO CORDEL DEL GALLEGO CORDEL DEL GALLEGO CORDEL DEL GALLEGO C.R. DEL PRADO GALLEGO C.R. DEL PRADO GALLEGO CORDEL DE MARCHAMORÓN C.R. DE LA ARMADA C.R. DE UBRIQUE A SEVILLA C.R. DE ESPERA A MONTELLANO C.R. DE VENTA LARGA Y TORRE ALOCAZ A SEVILLA C.R. DE LOS MARMOLES VEREDA TROCHA DEL PINGANILLO C.R. DE MONTELLANO Y MORÓN VEREDA DE DOS HERMANAS VEREDA DE DOS HERMANAS C.R. DE UBRIQUE A SEVILLA C.R. DEL PRADO GALLEGO CORDEL DE MONTERÍA CORDEL DE ARCOS A EL ARAHAL C.R. DE UBRIQUE A SEVILLA C.R. DE UBRIQUE A SEVILLA VEREDA DEL CORONIL O DE LAS MANTECAS CORDEL DEL PALMAR DEL REY
No TRAMO
FECHA BOJA
1° 6° 3° 4° 1° 2° 1° 4° 5° 3° 2° 3° 7° 3°
28 de Marzo de 1998 28 de Marzo de 1998 4 de Abril de 1998 11 de Abril de 1998 11 de Abril de 1998 18 de Abril de 1998 21 de Abríl de 1998 7 de Mayo de 1998 7 de Mayo de 1998 7 de Mayo de 1998 9 de Mayo de 1998 9 de Mayo de 1998 9 de Mayo de 1998 9 de Mayo de 1998
4°
4 de Junio de 1998
6°
4 de Junio de 1998
9° 1° 2°
25 de Junio de 1998 25 de Junio de 1998 25 de Junio de 1998
6º 1º 2º 3º 1º 3º 1º 3º 7º 1º
11 de Julio de 1998 23 de Julio de 1998 23 de Julio de 1998 28 de Julio de 1993 1 de Agosto de 1998 18 de Agosto de 1998 10 de Diciembre de 1998 12 de Diciembre de 1998 17 de Diciembre de 1998 11 de Febrero de 1999
3º 1º 1º 3º 1º 2º 5º 2º 2º 5º 1º 4º 2º 1º
23 de Febrero de 1999 23 de Febrero de 1999 25 de Febrero de 1999 25 de Febrero de 1999 15 de Junio de 1999 15 de Junio de 1999 16 de Octubre de 1999 4 de Diciembre de 1999 24 de Enero de 2003 24 de Enero de 2003 30 de Enero de 2003 30 de Enero de 2003 7 de Febrero de 2003 14 de Febrero de 2003
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IV.7.3. Los Yacimientos Arqueológicos
La delimitación de las entidades arqueológicas en el término municipal de Utrera asigna a estas zonas un nivel de protección superior al que tenían hasta este momento ya que permitirán la concreción de medidas cautelares sobre espacios precisos. En los antecedentes y justificación de este trabajo (apartado I) se pueden encontrar las referencias legislativas y reglamentarias básicas que les afectan.
IV.7.4. Protección de los Recursos Hidrológicos.
La Legislación Sectorial de Aguas, Ley de Aguas 29/1985 y su Reglamento de Dominio Público Hidráulico (R.D. 849/1996) establece, en la medida que corresponda su aplicación, los siguientes preceptos relativos a la protección de espacios: - Respetar la Zona de Servidumbre de 5 m de anchura paralelas a los cauces para permitir el uso público regulado en el Reglamento (art. 6 a 8), con prohibición de edificar y plantar especies arbóreas en ellas. - En la Zona de Policía de 100 m de anchura paralelas a los cauces, los arts. 6 al 9 y 78 a 82 del citado Reglamento estipulan la autorización previa por parte del Organismo de Cuenca en los siguientes supuestos: 1. Obras que alteren sustancialmente el relieve natural 2. Construcciones de todo tipo, provisionales o definitivas 3. Extracciones de áridos 4. Acampadas colectivas que requieran autorización en materia de campamentos turísticos 5. Otro uso o actividad que suponga un obstáculo a la corriente en régimen de avenidas. - De acuerdo con el Art. 67-9 del Plan Hidrólógico de Cuenca (R.D. 1664/1998 de 24 de julio, deberán respetarse las Zonas Inundables - las delimitadas por los niveles teóricos de las aguas en avenidas de períodos de retorno de 500 años (art. 14 del Reglamento)-, mientras que, desde el Plan Hidrológico Nacional o instrumento legal equivalente, se promueve la obligatoriedad de tenerlas en consideración y se establezca las limitaciones de uso de dichas Zonas.
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IV.7.5. Protección de los Sistemas Generales de Comunicación e Infraestructuras Básicas
Los espacios ocupados por estos sistemas suelen acompañarse de la alteración de los posibles restos arqueológicos, destruyéndolos en muchos casos, extendiéndose en muchos casos la afección a las márgenes de estas obras; limpiezas, allanamientos, creación de caminos.... Es por ello que, cuando se consideran las Zonas de Servidumbre y Afección que tienen estos espacios una vez finalizadas las obras, y considerando la escala municipal, la incidencia real que esta protección del suelo puede tener sobre la protección efectiva del Patrimonio Arqueológico se reduce. En términos generales estas zonas suponen una limitación a la edificación o reedificación, y reducen las posibilidades de efectuar actuaciones con incidencia sobre el suelo, aunque son mayores en las zonas de afección. Cada tipo particular de obra tiene unas servidumbres y afecciones diferentes: - Ferrocarril. a) Terrenos de Dominio Público: terrenos ocupados por la instalación ferroviaria y 8 m a ambos márgenes de la misma. b) Zona de Servidumbre: Franjas de terreno de 20 m de anchura situadas a las márgenes de la zona de dominio público. c) Zona de Afección: Franjas de terreno de 50 m de anchura situadas a las márgenes de la zona de servidumbre. - Carreteras (Ley 25/1988 de Carreteras y Reglamento General de carreteras -RD 1812/1994 modificado por RD 1911/1997-) a) Terrenos de Dominio Público: terrenos ocupados por las carreteras y franja de ancho variable a ambos márgenes de la misma, dependiendo del tipo de vía: autovías y autopistas 8 m; resto 3 m. b) Zona de Servidumbre: Franjas de terreno, de anchura variable según el tipo de vía (autopistas y autovías 25 m, resto 8 m), situadas a las márgenes de la zona de dominio público. c) Zona de Afección: Franjas de terreno , de anchura variable según el tipo de vía (autopistas y autovías 100 m, resto 50 m) situadas a las márgenes de la zona de servidumbre. - Energía Eléctrica. Alta tensión (Decreto 3151/68 de 28 de noviembre)
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Las limitaciones máximas para la plantación de árboles y construcción de edificios e instalaciones se reducen a distancias que no superan los 5 m. - Redes de abastecimiento de agua y saneamiento Según el PGOU (art. 12.39), las Zonas de Servidumbre en estos casos tienen una anchura total de 4 m situados simétricamente a ambos lados del eje de la tubería. - Gaseoductos Según el PGOU se establecen tres zonas de 2, 3 y 5 m de anchuras sucesivas, tomadas en la primera a partir del eje de tubería y en las cuales se restringen las actividades que afecten al suelo, con mayor cautela conforme se acerca al eje.
IV.7.6. El régimen de protección del suelo no urbanizable en el PGOU
El Suelo No urbanizable se define en el PGOU (Tít. XII, Cap. 1, art. 12.1) como aquellas áreas del territorio municipal que por sus condiciones naturales, sus características ambientales o paisajísticas, su valor productivo agropecuario o minero, su localización dentro del municipio, o razones semejantes deben ser mantenidas al margen de los procesos de urbanización. Dentro de los tipos de suelo no urbanizable el planeamiento divide dos categorías: - Suelos no urbanizables protegidos - Suelos no urbanizables comunes A su vez los Suelos no urbanizables protegidos se dividen en subcategorías en función de la razón específica de protección: - Suelos no urbanizables protegidos por su valor natural y ambiental: lo componen los terrenos catalogados por el Plan Especial de protección del Medio Físico de la provincia de Sevilla y el Inventario de Espacios Naturales de Andalucía, y añade otros nuevos que son: 1. Lagunas de las Peñuelas, Guadalema, Las Capellanías, la Ventosilla y del Carmen. 2. Masa Forestal de Pinos Pinea existente en el el NO del término. 3. Alcornocal situado en la finca Don Ismael.
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- Suelos no urbanizables de Especial Protección: red de vías pecuarias, reguladas por el Reglamento de Vías Pecuarias de la Comunidad Autónoma de Andalucía (Decreto 156/1998). El PGOU plantea unos trazados alternativos para determinados tramos que inciden en el suelo clasificado como urbanizable y que son identificados: 1. VP-7. Tramo2. C.R. de Las Cabezas. 2. VP-10. Tramo 4. C.R. de Los Palacios a Carmona. 3. VP-13. Tramo 1. C.R. del Pajarero. 4. VP-17. Tramo 9. C.R. de Venta Larga y Torre Alocaz a Sevilla. Los terrenos propuestos como alternativos se sitúan junto al Cordel del Pico, Mesas y Arca del Agua, tramo 1, en los cuales existe un pinar de gran valor ecológico que podría utilizarse como descansadero. Asimismo, el Cordel del Pico, Mesas y Arca del Agua, en su confluencia con el pinar tiene un recorrido en forma de U cuyo trazado se propone cambiar por el camino de Toranzo, que une los dos puntos extremos de la U. La superficie mayor del trazado anterior se compensa en la mayor extensión del pinar. En el Palmar de Troya el nuevo trazado alternativo se sitúa paralelo al cauce del arroyo del Salado y une Cañada Real de Utrera a Villamartín, Tramo 1, con la Cañada Real de Venta Larga y Torre Alocaz a Sevilla, tramo 5 (PGOU, Propuesta de Ordenación, Anexo 6). - Suelos no urbanizables protegidos por razones del Patrimonio Arqueológico e Histórico: El PGOU no amplía los yacimientos inventariados por la Consejería de Cultura y somete las actuaciones en estos espacios -Título XIII de las normas urbanísticas- a las condiciones reguladas en la legislación del patrimonio histórico. En este sentido hay que hacer constar la reciente actualización del Reglamento de Actividades Arqueológicas (Decreto168/2003, de 17 de junio -BOJA núm. 134 de 15 de julio, que deroga el anterior decreto 32/1993). Aunque no se encuentran catalogados como suelos, resulta importante la salvaguarda de los edificios catalogados por su interés histórico y tipológico, que se distinguen, como dignos de protección, en varios niveles: A. Protección Integral; B. Protección Global; C. Protección Parcial en Grado 1; D. Protección Parcial en Grado 2; E. Protección Ambiental. Esta clasificación se refiere, además de las edificaciones del Centro Histórico42, a edificaciones dispersas por el territorio municipal. El PGOU las lista en un Catálogo de Edificios y Elementos Protegidos en el Medio Rural, del que sólo consta su nombre y la localización a escala 1:75.000. No consta ni la delimitación de la edificación, ni su fotografía identificativa, ni nada parecido a las fichas de un catálogo. En general, se incluyen en el grado C, salvo las torres medievales de la banda morisca y el Puente de la Alcantarilla, con grado A (Bienes de Interés Cultural). Estos grados se definen en el PGOU según el la singularidad , monumentalidad y razones históricoartísticas, estando limitadas las obras en ellos en función de su grado de protección (PGOU, Tít. XIII, Cap. 2. Niveles de protección). - Suelos no urbanizables protegidos por razones agropecuarias: El fundamento de esta subcategoría se encuentra acorde con lo estipulado en las normas de regulación de 42
Esta protección ya no es efectiva al declararse el Conjunto Histórico de Utrera y estar en proceso de redacción su Plan Especial de Protección y Catálogo.
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actividades del Plan Especial de Protección del Medio Físico de la Provincia de Sevilla, fundamentalmente en el sentido de asegurar el mantenimiento cuantitativo y cualitativo de las aguas subterráneas. Se protegen en este caso suelos de alto rendimiento agrícola, fundamentalmente en regadío, situados al oeste del término, para evitar que en ellos se produzca cualquier tipo de proceso urbanizador. La delimitación de estos espacios se realiza a E 1:75.000, con las consiguientes dudas que esto supone en sus zonas limítrofes. - Suelos no urbanizables protegidos por razones forestales y/o paisajísticas: se trata de suelos situados al sur del término municipal, en laderas con cotas iguales o superiores a los 100 m y formados por monte bajo, matorral y arbustos, y con una alta calidad ambiental. Cada uno de los espacios protegidos por el PGOU tiene unos usos permitidos y prohibidos que el PGOU sintetiza en la siguiente tabla de compatibilidades (4.5.4): SUELO NO URBANIZABLE ESPECIALMENTE PROTEGIDO POR RAZONES ACCIONES
Instalaciones industriales Extracciones mineras Instalaciones agrícolas Captación de agua Actuaciones naturalísticas Actuaciones recreativas Actuaciones turísticas Edif. Públicos singulares Carreteras Inst. de telecomunicación Instalaciones eléctricas Inst. de abast. de agua Inst. de saneamiento Vertederos de resíd. sólidos Cementerios Construcc. residenciales Ligadas a la explotación
Naturales Ambientales
Especial Protección
2 3 2
2 1
1
Patrimonio Agropecuarias Forestales Arqueológico y/o e Histórico paisajísticas 1 1 2 3 2 2 1 1 2 1 1 3 1 2 1 2 1 3 1 1 3 1 2 1 2 1 1 3 2 1 3 2
En Blanco: Incompatible; 1: Adecuado con fuerte medidas correctoras; 2: Adecuado con débiles medidas correctoras; 3: Compatible.
Junto a la protección de estos suelos, el PGOU define otros espacios a proteger, destacando la protección que propugna sobre los espacios afectos al Dominio Público Hidráulico (art. 12.41), mediante su propuesta de investigación y deslinde en el Plan Especial de Mejoras del Medio Rural; el PGOU concreta, en este sentido, los arroyos sobre los que se han de tener en cuenta las zonas de protección reglamentadas y las delimita someramente a E 1:75.000. Además, el PGOU establece un perímetro de protección en torno a la línea de máximo embalse dentro de la cuenca vertiente de estas superficies de agua, en las que se exige la autorización del organismo de cuenca competente para la concesión de licencia urbanística; en cualquier caso, se limitan las actividades a aquellas ligadas a su mantenimiento y explotación, así como a usos recreativos sin edificaciones permanentes, hasta tanto no se determine a través del
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correspondiente planeamiento urbanístico los usos y actividades compatibles con el destino del embalse. También se regula en el PGOU como protección del suelo (art. 12.46), que para movimientos de tierras en pendientes superiores al 15% o que afecten a más de 2500 m² o a un volumen superior a 5000 m³, las solicitudes de licencia urbanística se acompañen de la documentación y estudios necesarios para garantizar la ausencia de impacto negativo sobre la estabilidad o erosionabilidad de los suelos. En cambio, no resultará necesaria la obtención de licencia previa para los movimientos de tierras previstos en proyectos aprobados por la administración urbanística. Un importante aspecto se refiere a la regulación de las actividades extractivas (art. 12.50), que requieren licencia de acuerdo con el procedimiento de la legislación urbanística vigente. Finalmente, hay que señalar la Protección de los Sistemas generales de Comunicación e Infraestructuras Básicas. El PGOU se atiene a las normas generales, si bien estipula una distancia mínima de valla a eje de camino o senda de 4 m (art. 12.36). En el PGOU se considera urgente acometer la clasificación, investigación deslinde y recuperación de los caminos del término municipal a través del Plan Especial de Mejora del Medio Rural.
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V. VALORACIÓN DE RESULTADOS PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA
DE
LA
En el término de Utrera han sido delimitadas un total de 466 entidades arqueológicas (entre sitios y unidades). Previamente conocíamos 77 ubicaciones puntuales, 1 poligonal y 2 sin ubicación registrada. De éstas conocidas se han podido localizar 69, es decir un 88,5 % de ellas, que no obstante tan sólo representan el 14,8 % del total de las entidades arqueológicas delimitadas finalmente, en tanto que las 11 restantes no han podido delimitarse por diversas razones: desaparición, impresión cartográfica y/o descripción poco clara de su ubicación y excepcionalmente por la imposibilidad de acceder al lugar (2 de ellas). Como nuevos registros delimitados se han incorporado 398 al conjunto de entidades arqueológicas ubicadas, un 85,2 % del total, a los que hay que sumar 8 sitios arqueológicos nuevos a los que no se nos ha permitido acceder, pero que podemos ubicar puntualmente como medida cautelar. Si se confirman como tales podemos contabilizar un total de 474 entidades arqueológicas localizadas en el término municipal de Utrera, lo que supone un elevado índice de 0.70 yacimientos por km². De momento, los 466 reconocidos representan un índice de 0.68, lo cual no altera sustancialmente los resultados. Las 466 entidades arqueológicas delimitadas, con 397 nuevas, entre las que podrían existir algunas dudosas -fundamentalmente por la escasa cantidad de materiales-, suponen una multiplicación por 6.8 de las entidades con ubicación conocida. La valoración de los resultados adquiere mayor significación al compararlos con nuestros conocimientos previos: en las zonas donde el planteamiento de la prospección era una revisión de otras prospecciones anteriores hemos encontrado que había franjas que en realidad no habían sido prospectadas, a tenor del número y entidad de sitios nuevos delimitados (véase, por ejemplo, la zona de la Hoja 1020 situada entre los brazos meridionales del embalse de la Torre del Águila), y otras que, habiendo sido prospectadas anteriormente, con la revisión han aportado nuevos registros. En este sentido, podemos hacer una valoración general sobre la aportación de las nuevas incorporaciones: en la zona prospectada de la Hoja 1020 estudiada por Ruiz Delgado (1985) se hallaban puntualmente registrados 45 sitios arqueológicos, de los cuales se han reconocido 42, uno no se ha hallado (Herrera II), a otro no se ha podido acceder (El Alcázar) y el último se corresponde con un registro repetido (El Pescozal II). A estos 42 registros se han añadido 111 durante las prospecciones realizadas, lo cual ha supuesto multiplicar por 3.6 el número de registros ubicados en la zona teóricamente prospectada por Ruiz Delgado hasta alcanzar en ella la cifra de 153. En la zona prospectada por Oria et alii (1990) se hallaban puntualmente registrados 26 registros, de los cuales se han reconocido 21, uno no se ha hallado (Las Peñuelas), a otro no se ha podido acceder (Ruchena) y otros dos (El Bollo II y IV) son unidades arqueológicas pertenecientes a una entidad arqueológica mayor (El Bollo III) y sus límites no son reconocibles en superficie; Bermejales II, por su parte, se presenta delimitado con 164
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dudas. Por lo demás, a estos 21 registros se han añadido 29 durante las prospecciones realizadas, lo cual ha supuesto multiplicar por 2.4 el número de registros ubicados en la zona teóricamente prospectada por Oria et alii hasta alcanzar en ella la cifra de 51. Por lo que se refiere a la ubicación de los sitios previamente conocidos hay que señalar que en la zona prospectada por Ruiz Delgado, tan sólo 10 de los 42 registros puntuales constatados se encontraban dentro de los límites de sus yacimientos correspondientes tomando en consideración las descripciones del autor; otros dos (Carmonilla y El Pescozal IV) se hallaban erróneamente en los límites de un tercero (El Pescozal III). Hay que señalar que la conversión de coordenadas Lambert a UTM ha podido ser en buena parte la causante de este desajuste, que en ocasiones supera el Km de distancia; ahora bien, sobre las descripciones literarias del autor hay que señalar que han podido ser realizadas a partir de plano, por que si no, no se comprende la dismnesia al señalar izquierda y derecha en la orientación de las descripciones, que, en muchos casos, en campo se observan claramente alteradas. En la zona prospectada por Oria et alii se observa una mayor precisión cartográfica (la conversión de coordenadas en este caso es de UTM de cuadrícula militar a UTM con precisión métrica, lo que equivale a un error teórico medio de unos 100 m de radio; al estar ubicadas sobre cartografía a escala 1: 50.000 estos errores se incrementan), si bien la coincidencia dentro de los límites de cada entidad arqueológica delimitada se reduce a tan sólo 3 registros. En cuanto a la densidad de entidades arqueológicas se observa una gran concentración en torno a las antiguas ciudades romanas de Siarum (Torre del Águila), Salpensa (Cerro del Casar) y Vgia, y en general en toda la zona central de lomas situadas al sur de Utrera, mostrando una regular distribución de entidades arqueológicas que tiende a ocupar todos los terrenos agrícolas desde posiciones privilegiadas con respecto al tránsito y a la disponibilidad de recursos hídricos. Hacia el sur el límite aparente de esta mayor densidad de entidades arqueológicas se encuentra en torno a la actual carretera de Montellano a Las Cabezas de San Juan, disminuyendo paulatinamente al sur de ésta. En el tránsito entre las zonas de lomas y las llanuras aluviales de los afluentes del Guadalquivir (arroyos del Salado, Sarro, Las Pájaras...) se encuentra una importante densidad de sitios, con dimensiones medias mayores que hacia el interior del territorio y una mayor presencia de asentamientos anteriores a época romana. Estas dimensiones mayores también se reconocen en los yacimientos situados en la misma llanura, donde el número de sitios reconocidos en cambio decrece. Resulta significativa la ausencia o mínima densidad de sitios al norte de Utrera que nos hace pensar en usos forestales o en su ocultación entre el gran número de urbanizaciones actuales existentes; en cualquier caso se trata de emplazamientos poco estratégicos si los comparamos con los que encontramos al sur de Utrera, ya que las diferenciaciones topográficas aquí son escasas amplio territorio amesetado- y las fuentes de agua se encuentran a mayor profundidad. Por lo que se refiere al análisis de estas densidades para cada período remitimos al lector al apartado de análisis histórico (IV.4).
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
V.1. Valoración del estudio predictivo para la localización de asentamientos
En el proyecto de intervención arqueológica establecimos un modelo predictivo para la localización de yacimientos arqueológicos que podemos valorar en función de los resultados obtenidos en la prospección arqueológica. En este apartado explicaremos el modelo teórico planteado y su grado de ajuste a la realidad observada. En toda investigación científica subyace la intención de detectar unas regularidades que definan un modelo predictivo o explicativo de una realidad dada. En principio, es posible desarrollar un modelo predictivo por pura deducción a partir de una teoría o por inducción mediante la observación empírica. Sin embargo, esta distinción teórica es puramente conceptual, pues teoría y empiria son complementarias al estar mediatizada la información obtenida por el problema teórico formulado, documentado a su vez por los datos previos disponibles. Muchos arqueólogos han desarrollado modelos intuitivos para explicar patrones de comportamiento humano en la ubicación de asentamientos, sin embargo sólo a partir de los años setenta se han formalizado modelos teóricos definidos. Los estudios de Clarke (1972), Hodder y Orton (1976), o Jarman, Vita Finzi y Higos (1972) inauguraron un tipo investigación que se centraba en las características espaciales del registro arqueológico. En buena parte, estos estudios eran deudores de los nuevos enfoques que poco antes había desarrollado la nueva geografía locacional. Modelos como la teoría del lugar central, el análisis del vecino más próximo, los modelos de gravedad o la delimitación de territorios por polígonos de Thiessen, son ejemplos de estos enfoques iniciales. Estos modelos eran más explicativos de una realidad que puramente predictivos ya que estudiaban el comportamiento espacial al que más se ajustaban los datos obtenidos empíricamente y a partir de ellos determinaban el patrón de asentamiento y subsistencia que mejor los explicaban. En los últimos años han emergido unos modelos predictivos de localización de asentamientos arqueológicos, diferentes a los anteriores, que aprovechan las potencialidades de tratamiento de gran volumen de información con los Sistemas de Información Geográfica (Kvamme, 1983; Carr, 1985; Kohler y Parker, 1986; Warren, 1990 a, b; Dalla Bona, 1993). La diferencia sustancial frente a los anteriores se halla en que tratan de establecer un modelo predictivo a partir de unas características definidas teóricamente y comprobadas empíricamente. A partir de los datos disponibles se ofrece un modelo que a cada punto del territorio le hace corresponder una probabilidad de que se cumpla la variable estudiada.
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La mayoría de estos modelos predictivos se basan en dos asunciones básicas. La primera es que la elección de los lugares más idóneos para el asentamiento humano estuvo fuertemente influenciada o condicionada por las características del medio ambiente. La segunda, que los factores medioambientales que influyeron estas elecciones permanecen reflejados, al menos indirectamente, en los modernos mapas medioambientales de un área de interés (Warren, 1990 b). A partir de estas asunciones se considera posible desarrollar un modelo predictivo para un área particular a partir de los estudios de un área intensamente prospectada. Este área ofrecerá, a través de su estudio, una estimación de la idoneidad de las características medioambientales para la ubicación de asentamientos en un territorio que aún no haya sido prospectado. La mayoría de estos modelos utilizan métodos estadísticos para la extraer de una muestra de observaciones una regla de predicción, que será la utilizada para predecir las características de futuras muestras. Lo que diferenciará fundamentalmente a los nuevos modelos será el uso de una unidad de análisis diferente al asentamiento, la unidad de territorio: unidad básica de evaluación ecológica que define los atributos naturales de un área que pueden afectar a las posibilidades del ser humano para la reproducción de un sistema socioeconómico dado. El estudio de las unidades de territorio que ocupan los asentamientos conocidos establecerán las pautas para la estimación de la potencialidad en las zonas aún no estudiadas. Las variables medioambientales que actúan en una unidad de territorio se comportan en estos modelos como variables independientes que ponderan la capacidad de elección de un asentamiento para la ocupación humana. Una las aplicaciones más generalizadas entre los modelos predictivos es la utilización de métodos estadísticos que estiman el grado de correlación entre las diferentes variables ambientales y la localización de los asentamientos. Entre los métodos utilizados destaca, sin duda, el método de regresión logística multivariable (Berkson; 1944; Warren, 1990a; Warren, 1990b; Arbia y Espa, 1996) que requiere la definición de los lugares donde se cumple la condición “existencia de asentamiento” y la de los lugares donde no se cumple tal condición; una vez consideradas las características ambientales de cada lugar muestral se ofrece una estimación, en forma de probabilidad, de la influencia que cada valor de las variables utilizadas ejerce en la elección de los emplazamientos. En nuestro caso de estudio no consideramos apropiado aventurarnos en la elección de unos lugares del territorio en los que con total seguridad se descarte la presencia de asentamientos. En tanto que esta característica es imprescindible para la aplicación del modelo de regresión logística, se ha procedido a la implementación de un modelo diferente. Este nuevo modelo, que ya fue presentado en el proyecto de intervención y que a continuación se describe, se contrasta ahora con los resultados obtenidos.
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V.1.1. Procedimiento para establecer un mapa de potencialidades
Para la obtención del mapa de potencialidades se procede a seleccionar la información válida disponible y a generar, si es posible, toda la información que requiera la hipótesis inicial. Los resultados expresados en la documentación cartográfica adjunta resumen buena parte de esta información disponible. El siguiente paso es homogeneizar los datos existentes de manera que los valores de todas las variables (tipos de suelos, cercanías a ríos...) se puedan interpretar de forma equiparable; para ello se han reclasificado los valores de cada variable (continuos, discretos u ordinales) en valores nominales. Además han de convertirse a un mismo sistema de referencia cartográfica para que puedan ser comparados espacialmente, tal y como ya se ha dicho. A partir de esos valores nominales (que podemos llamar atributos territoriales) es posible cuantificar la frecuencia de los asentamientos en cada uno. El mayor número de asentamientos en un tipo dado (su frecuencia absoluta) podrá indicar la representatividad de ese atributo para la elección del lugar. Hay que señalar un aspecto importantísimo: la elección de las variables que entran en consideración determinarán el potencial de localización resultante para cada sitio del territorio; por tanto, si en los análisis se incluyen variables que no condicionaron la elección del lugar, las frecuencias y ponderaciones obtenidas para esas variables estarán incidiendo en una menor calidad del modelo predictivo. Consecuentemente, la hipótesis inicial condiciona el modelo predictivo final, por lo que su importancia no debe ser desdeñada. En el presente estudio se establece una caracterización hipotética de las variables fundamentales que pueden influir en la elección de los emplazamientos de los asentamientos en el territorio delimitado. El objetivo es estudiar el comportamiento de una serie de variables sobre las zonas ya estudiadas para estimar la posible localización de asentamientos en territorios de características similares y que aún no se han prospectado. Para ello se considera necesario establecer unos pasos en el método de estudio: 1. Definir cuáles son las consideraciones genéricas sobre el poblamiento humano para Andalucía occidental. 2. Establecer un contraste con los estudios de aquellos investigadores que han trabajado sobre territorios concretos. Estos aspectos se han tratado para cada período histórico en el estudio del poblamiento que hemos realizado en la síntesis anterior (véase apartado IV.4).
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Aquí se razonan unas pautas comunes al poblamiento humano local y regional que sirven de hipótesis de partida. 3. Definir unas variables medioambientales de posible influencia y estudiar su comportamiento en el término municipal en relación con los asentamientos conocidos. 4. Establecer un modelo predictivo del potencial ecológico de cada unidad de territorio en función de las variables consideradas, y estudiar la bondad de su ajuste con los resultados obtenidos. 5. Establecer un modelo explicativo de las variables influyentes y su relación con las hipótesis generales. Partiendo de las conclusiones de los distintos autores acerca de la localización característica de los asentamientos, se estableció una hipótesis previa que consideraba varias posibilidades de localización. En este sentido y como conclusión de nuestro estudio histórico, podemos considerar como hipótesis para la localización que el argumento determinante para la elección de un lugar es el control del territorio: 1. Los asentamientos se hallarán en lugares desde los que puedan controlar un territorio circundante que a su vez puede explicar su función. 2. El control de este territorio será más viable si los asentamientos se sitúan en una zona más elevada que el conjunto controlado. 3. El control de un territorio obedece a cuestiones difícilmente ponderables, siendo las más influyentes: explotación de recursos alimenticios o comercializables, control o servicio a vías de tráfico, defensa del territorio y del mismo asentamiento. 4. Las posibilidades de explotación del territorio dependen de la tecnología disponible y de las condiciones climáticas imperantes. 5. El suministro regular de agua es imprescindible para la continuidad del poblamiento. 6. La demografía será condicionante en la intensidad de explotación y ocupación del territorio. 7. Las superficies de los emplazamientos no superarán determinados umbrales en su tamaño, umbrales que dependerán de los requisitos demográficos, económicos, defensivos o visuales de cada uno. Aunque circunstancias históricas coyunturales puedan afectar la elección de unos sitios frente a otros, lo cierto es que si podemos encontrar en el territorio una regularidad en las pautas de decisión de acuerdo con los condicionantes descritos, podremos ofrecer un mapa de probabilidad de elección en otras zonas no prospectadas.
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Ahora bien ¿cuáles de estas características pueden utilizarse con cierta seguridad a partir de los datos disponibles? La topografía, se puede considerar como la variable que discrimina más en la elección de un emplazamiento junto con la disponibilidad de agua. La topografía, obtenida a escala 1:10.000 y con equidistancias de 10 m de altura representa en buena medida una síntesis de los mejores lugares. Su análisis resulta por tanto necesario para la determinación de los enclaves a priori más interesantes para la ocupación humana de un territorio. Las alturas registradas han servido para la elaboración de un modelo digital del terreno (MDT) mediante la interpolación de las distintas alturas. El resultado ha sido un mapa de alturas en formato ráster con píxeles43 que recogen las distintas alturas distribuidas por el territorio. Si bien el MDT ofrece una visión interesante para la explicación, no registra una variable influyente en sí misma, ya que la altura de un lugar sólo tiene importancia para la elección en relación con las alturas del territorio que lo rodea; es decir, no existe una relación constante entre unas alturas determinadas y la localización de los asentamientos. De acuerdo con la hipótesis de partida, se trataba de construir un modelo a partir del cual pudiéramos distinguir aquellas zonas que se diferencian en altura del territorio circundante y que pueden tener una representación ponderable uniformemente en todo el territorio. Este modelo fue elaborado a partir de dos variables complementarias entre sí y derivadas del MDT: las pendientes y las formas del relieve (cóncavas y convexas). La estimación de las pendientes a partir del MDT44 ofrece una relación más constante entre los asentamientos y el espacio circundante a lo largo de todo el territorio analizado que el mapa de alturas. Se ha considerado que la relación entre las pendientes y el área en la que determinados valores se constatan pueden servir para reconocer posibles localizaciones teóricas de asentamientos con alto grado de correspondencia real. El primer paso fue establecer un umbral entre los valores de las pendientes a partir de las cuales a priori no se constatan asentamientos, debido al rechazo previsible de los terrenos excesivamente inclinados. Entre las áreas restantes la hipótesis de partida establecía que las localizaciones con mayores probabilidades de acoger yacimientos cumplirían las siguientes condiciones; se trataría de áreas delimitadas poligonalmente a partir de sus pendientes cuyas dimensiones fuesen aptas para el establecimiento humano (áreas no excesivamente grandes): las zonas idóneas se establecerían según la hipótesis inicial en pequeñas áreas con pendientes escasas (< 2 %) y con posibilidades de distinguirse frente a su territorio circundante –en contacto con áreas de pendientes acentuadas (> 8%). Ahora bien, estas zonas se disponen tanto en superficies cóncavas como convexas y este aspecto no queda reflejado en los atributos de pendientes, por lo que el siguiente paso 43
El tamaño de la celda o píxel determina el grado de precisión de los análisis. La estimación de las pendientes se realiza a partir de la implementación de un algoritmo que calcula, para cada celda, un valor porcentual equivalente al número de metros que se sube por unidad de distancia recorrida. El algoritmo tiene en consideración el valor de la celda en relación con los valores de las ocho celdas vecinas. Para una explicación más detallada véase ESRI (1992) y Burrough (1986). 44
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fue seleccionar entre los polígonos delimitados a aquellos que, siguiendo la hipótesis inicial, representasen a las áreas del territorio que se distinguen por encima del territorio circundante (polígonos de formas convexas). La selección de las formas convexas del terreno fue posible mediante la estimación de la curvatura del terreno a partir del MDT45. Lo importante de esta variable es que una mayor convexidad del terreno es indicativa de su aptitud para el control desde zonas elevadas con respecto a su entorno independientemente de las alturas absolutas de cada espacio sobre el nivel del mar. Estas zonas que podemos señalar inicialmente aptas para el control del territorio, se han distinguido a su vez por la distancia a la que se hayan de los recursos que les dan sentido; al ser los recursos agrícolas los más destacados en esta comarca y al ser las zonas de mínima pendiente las idóneas para el tránsito por el territorio y por donde se disponen los más cuantiosos recursos hídricos, se han diferenciado los enclaves seleccionados en función de su lejanía o cercanía a tales recursos (áreas de grandes dimensiones con pendientes escasas). - Los espacios de mínima pendiente se entienden como del mayor interés para el aprovechamiento agrícola, para las vías de comunicación y para la existencia de los recursos hídricos. Estos terrenos no se encuentran entre los mejores para el control del territorio, sino para su explotación o uso. - En torno a ellos se dispondrían los asentamientos desde los cuales explotarlos y controlarlos. Para la obtención de los emplazamientos aptos para controlar los espacios agrícolas se procedió a la selección –entre los polígonos obtenidos en los cálculos anteriores- de aquellos polígonos cuya distancia a las grandes zonas de mínima pendiente fueran inferiores a 150 m. - Más alejados de ellos se dispondrían hipotéticamente los asentamientos que controlaban el territorio con funciones coercitivas, defensivas, etc. A partir de los 150 m la distinción entre polígonos no muy alejados (situados a más de 150 y menos de 500 m) y los más alejados (a más de 500 m) nos permitía establecer una distinción entre asentamientos agropecuarios y/o estratégicos y asentamientos eminentemente estratégicos. Considerando las dos variables derivadas del MDT pudimos establecer por tanto, una estimación del potencial de localización de asentamientos en función de la topografía. Otras variables resultaban a priori menos condicionantes para la elección de emplazamientos, aunque hay que señalar, sin embargo, que la disponibilidad de agua puede llegar a ser determinante en determinados casos. No obstante, no parece que el término de Utrera carezca de tal recurso en buena parte del mismo. Para la consideración de la importancia relativa de ésta y otras variables con representación espacial en los mapas disponibles (vías de comunicación actuales, toponimia, etc.) -en cuanto a su influencia como variable de decisión para la elección de un emplazamiento humano-, hemos procedido a valorar a posteriori la frecuencia de los yacimientos arqueológicos finalmente reconocidos en relación con ellas. Señalaremos, no obstante,
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El proceso de obtención de esta variable considera el grado de convexidad en función del valor de la altura en cada celda en relación con los valores de las ocho celdas vecinas; el algoritmo que se implementa (un polinomio de cuarto orden) puede consultarse en ESRI (1992).
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aspectos que adelantábamos en nuestro proyecto de intervención como previsiblemente influyentes en la localización de asentamientos: -
La red hidrográfica podría resultar válida, aunque con precauciones ya que se encuentra muy antropizada, para estimar la posible relación de los asentamientos con las distancias a cursos actuales de agua. Relacionado con ésta, resulta interesante la distribución de los pozos en el término municipal como indicador de recursos freáticos. Aunque los pozos actuales son numerosos (su alta concentración en el norte de la población ha de relacionarse con el fenómeno de las parcelaciones y con una sobreexplotación del freático), las dispersión estratégica a distancias mayores al sur de Utrera nos podía orientar sobre la existencia de puntos tradicionales de captación de aguas. Esto, unido al estudio toponímico de fuentes nos ayudaría a discernir una distribución más certera de esta variable acuática en su vertiente subterránea. Esta distribución, y en especial la red hidrográfica, ha resultado importante para la explicación del modelo de poblamiento histórico.
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Sobre las vías de comunicación ya señalábamos que constituyen una variable que puede deducirse del estudio del poblamiento conocido, pero no que se puedan inferir recorridos certeros de vías por áreas en las que se desconoce su poblamiento. Incluso si así fuera, la formulación de rutas posibles la consideramos más explicativa que predictiva; su uso con carácter predictivo en territorios no prospectados correría el riesgo de ser más un ejercicio de especulación que de hipótesis científica (a no ser que se encuentre rodeado de territorios prospectados intensivamente). Esto mismo cabe decir de las estimaciones demográficas.
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Especialmente interesante resultaba el Mapa de Toponimia obtenido mediante la selección de términos de interés arqueológico presentes en el término municipal. El estudio inicial se ha efectuado a partir de la toponimia catastral y se ha complementado con otras fuentes toponímicas (MTN 1: 50.000; MTA 1:10.000; MGN 1: 50.000, cartografía histórica...) – véase el plano 39 y su explicación en el apartado IV.3.2.
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De entre las variables utilizadas con carácter predictivo el Mapa Geomorfológico ofrecía a priori unas zonas de interés en cuanto al planteamiento de las prospecciones: en las zonas de marismas fluviales recientes (indicadoras de la costa holocénica), augurábamos una ausencia generalizada de asentamientos premodernos; por su parte, en las zonas de terrazas fluviales (especialmente la terraza del Guardainfantilla), destacábamos que se dan las condiciones para la detección del poblamiento Paleolítico (graveras).
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La validez de los datos disponibles sobre los tipos de suelos en cuanto a potencialidades y limitaciones para la explotación agrícola, ganadera o minera, ya era cuestionada en nuestro proyecto inicial al ser la escala de detalle disponible excesivamente pequeña (1:400.000).
A continuación valoraremos el grado de acierto de nuestras estimaciones iniciales.
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V.1.2. Valoración de resultados del estudio predictivo
Las variables estudiadas con carácter previo a la prospección para determinar posibles emplazamientos de asentamientos históricos han podido valorarse en función de los resultados obtenidos. De esta manera podemos hacer una apreciación de las distintas variables en cuanto a su potencialidad predictiva para futuros estudios prospectivos a realizar en territorios de características similares. Por lo que se refiere al mapa de localización estimada de asentamientos históricos en el Término Municipal de Utrera según pendientes y convexidad del terreno podemos concretar lo siguiente: -
Del total de entidades arqueológicas detectadas (466 –entre sitios y unidades-), las localizaciones seleccionadas por el modelo predictivo según la topografía alcanzan un total de 256. Esto supone un 55 % del total de localizaciones. Este dato evidencia que la los asentamientos emplazados en lugares de pequeña pendiente quedan fuera del modelo inicial, por lo que en este sentido habría que tener este aspecto en consideración en estudios similares.
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Si consideramos las zonas situadas a menos de 500 m de las zonas de pendientes superiores al 8%, las entidades arqueológicas observadas alcanzan un total de 338, lo que implica que en estas zonas las 256 entidades situadas en emplazamientos seleccionados por el modelo predictivo representan el 75,7 % de la muestra.
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Si tenemos en cuenta que el área de la zona de estudio definida por el modelo (zonas situadas a menos de 500 m de las zonas de pendientes superiores al 8%) equivale a unos 432,2 km² frente a los 681,4 km² del término municipal, podemos señalar que el 72,5 % de las entidades arqueológicas se hayan distribuidas en el 63,4 % de la superficie. Por otra parte los espacios potenciales ocupan sólo 52,3 Km² de esos 432,2 km², es decir sólo un 12,1 % de esa superficie –es decir, tan sólo un 7,7 % de la superficie total del término-. Esto significa que en las zonas donde el modelo es válido el grado de acierto es de un 75,7 % en una superficie seleccionada del 12,1 %, por lo que pensamos que la hipótesis de partida básicamente se confirma en cuanto a las ubicaciones.
Por otra parte, debemos señalar que de las 256 entidades situadas en emplazamientos seleccionados por el modelo predictivo: -
166 (64,8 %) se encuentran en las zonas cercanas a terrenos potencialmente agrícolas (a menos de 150 m) – se trata de emplazamientos eminentemente agropecuarios-.
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59 (23 %) de los emplazamientos se encuentran estrictamente situados a más de 150 y menos de 500 m de los terrenos potencialmente agrícolas (se trata de emplazamientos agropecuarios y/o estratégicos). Además, 48 (18,8 %) de los emplazamientos que se encuentran a menos de 150 m de los terrenos potencialmente agrícolas, se extienden también hasta distancias mayores a los 150 m.
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31 (12 %) de los emplazamientos se encuentran estrictamente situados a más de 500 m de los terrenos potencialmente agrícolas (se trata de emplazamientos eminentemente estratégicos). Además, 23 (9 %) de los emplazamientos que se encuentran a menos de 500 m de los terrenos potencialmente agrícolas, se extienden también hasta distancias mayores a los 500 m.
Esto supone una gradación de los emplazamientos en concordancia con la hipótesis inicial, que establecía una mayor potencialidad de los terrenos cercanos a los espacios menores pendientes de productivos agrícolamente y de mayor capacidad para las vías de comunicación. Los resultados confirman una disminución del número de emplazamientos humanos en progresión logarítmica con la distancia que los separa de los espacios de mínima pendiente. Hay que señalar que si bien el modelo presenta ventajas y sirve para la confirmación de la hipótesis general sobre el comportamiento humano de la zona de estudio, también presenta carencias que debieran solventarse en trabajos similares: -
Al depender de estimaciones topográficas el modelo está condicionado por la escala de la base cartográfica empleada. En este sentido el MTA 1:10.000, siendo una muy buena base, no es lo suficientemente preciso, por lo que el MDT resultante presenta excesivas discontinuidades que revierten en una multitud de polígonos de pequeña superficie susceptibles de acoger asentamientos.
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En la práctica estos modelos no son excesivamente prácticos y pueden retrasar los trabajos de campo, ya que si bien la superficie total de prospección queda disminuida a un porcentaje muy bajo, la existencia de una gran multitud de polígonos dispersos por el territorio dificulta su comprobación.
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VI. ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LAS ENTIDADES ARQUEOLÓGICAS
Las entidades arqueológicas delimitadas consisten fundamentalmente en sitios arqueológicos que han podido reconocerse gracias a la existencia de materiales cerámicos en superficie. Excepcionalmente se constatan estructuras arqueológicas sobre rasante: Puente romano de La Alcantarilla, Torres de la Banda Morisca, restos constructivos en el Cerro del Casar... También excepcionalmente se reconocen al nivel de superficie algunas alineaciones murarias, tumbas y otras estructuras que apenas si emergen de la rasante. El estado de conservación de los primeros es muy pobre, encontrándose mayoritariamente en proceso de ruina o en franco proceso de deterioro, siendo destacado el hecho de que en la actualidad ha desaparecido la Torre de la Ventosilla, de que la Torre del Bollo se encuentre partida por la mitad y que apenas un golpe de viento podría arruinarla definitivamente, o que el Puente de la Alcantarilla se siga utilizando para el tráfico rodado, con la consiguiente desvalorización que ello supone. Teniendo en cuenta lo dicho, y de acuerdo con los criterios de cumplimentación de la base de datos DatArqueos, se puede decir que –aparte de aquellas que han desaparecido- las entidades arqueológicas del término presentan un estado de conservación bajo en la inmensa mayoría de los casos y así lo aceptamos como regla general, estableciendo varias excepciones a esta regla: -
Cuando se encuentran estructuras arquitectónicas conservadas, hemos considerado que la entidad arqueológica puede presentar tres estados de conservación: alto, medio o parcialmente destruido. El hecho de conservar algunas estructuras emergentes una entidad arqueológica podemos considerarlo como signo de un estado de conservación superior al de la mayor parte de las entidades, en las que apenas se conservan estructuras visibles y probablemente se encuentren en avanzado deterioro bajo rasante. Sólo excepcionalmente se considera que el estado de conservación es alto (véase por ejemplo el Complejo Hidráulico Arca del Agua – Fuente de los Ocho Caños); se trata de aquellos casos en los que la entidad arqueológica conserva la mayor parte de sus estructuras en buen estado, aún cuando puedan reconocerse algunos signos de deterioro e incluso carencias de partes menores. Se considera medio cuando las estructuras conservadas presentan evidentes signos de deterioro y carencias significativas de sus partes integrantes. Cuando las carencias de partes de las estructuras son fruto de una destrucción evidente por parte de agentes naturales o antrópicos se considera que su estado de conservación es parcialmente destruido.
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Las entidades arqueológicas que no conservan estructuras arquitectónicas reconocibles en superficie pueden considerarse en estado parcialmente 175
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destruido cuando se han visto afectadas en algún sector por alguna obra o proceso geomorfológico que haya hecho desaparecer en alto grado la topología estratigráfica y las estructuras del yacimiento. No se contemplan como parcialmente destruidas las entidades arqueológicas que se hayan en bajo estado de conservación como producto de las acciones derivadas del laboreo de las tierras; caso excepcional es el de aquellos procesos de preparación de las tierras para la implantación de nuevos cultivos, tales como las plantaciones de frutales en la Dehesa de Urquijo (actual Hacienda la Romana).Tampoco se considera que se encuentren parcialmente destruidas las entidades en las que han actuado los agentes geomorfológicos de una manera continua y homogénea, tal como ocurre con los procesos erosivos, a no ser que hayan seccionado parcialmente el yacimiento (véase el caso de La Alcaparrosa IV). Con respecto a la conservación de las estructuras bajo rasante, hay que decir que la mayor presencia en un lugar de materiales arqueológicos en superficie podría ser síntoma de su mejor estado de conservación, o al menos de una mayor entidad de las construcciones que le dieron entidad. Por contra, se puede pensar en un mejor estado de conservación cuando los materiales apenas están presentes en superficie, pero esto también podría deberse a una escasa entidad del mismo yacimiento, e incluso a una alteración excesiva del terreno. Por tanto, no es posible conocer con exactitud en qué medida se conservan las entidades arqueológicas, si bien existen algunas circunstancias que se observan mayoritariamente y nos dan una medida aproximada sobre el estado general de los sitios en los suelos no afectados por procesos urbanizadores y constructivos. Ante la existencia en un lugar de los mismos cultivos en una secuencia de varios años, con alternancias escasas, de forma continuada un lugar sufre un daño en sus capas estratigráficas superficiales que podemos considerar estable. En todo caso esta continuidad del daño debe considerar la afección provocada por la adición de los cultivos intervinientes. En el caso de Utrera, los cultivos mayoritarios, sobre terrenos en los que encontramos la mayor parte de las entidades arqueológicas, son los siguientes: TRIGO-GIRASOL. En nuestro término (fundamentalmente en los sectores centrales, orientales y meridionales), predominan las entidades arqueológicas afectadas por el cultivo en secano de trigo como cabeza de cultivo en barbecho blanco o semillado, siendo mayoritaria su alternancia con el girasol. De estos cultivos el que requiere labores más profundas es el girasol, favoreciéndole éstas siempre que no sean inmediatamente anteriores a la siembra. La profundidad de las labores que requieren actualmente estos cultivos no superan por lo general los 50 cm, tendiéndose en la actualidad al ahorro de costes con labores menos profundas. Consultados algunos agricultores, hemos conocido que hace años estas labores se hacían a profundidades que podían alcanzar unos 80 cm. La extensión del cultivo de girasol al sur del término, en terrenos con afloraciones geológicas de gran resistencia, ha debido incidir en la implementación de las técnicas más agresivas en profundidad pero esto es difícil conocerlo. Más de la mitad de las entidades arqueológicas delimitadas se encuentran sometidas a este régimen de cultivos.
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TRIGO-REMOLACHA. Poco frecuente en nuestro término, donde la remolacha suele cultivarse en regadío. Sobre este sistema en secano hay que tener en cuenta que la remolacha necesita una labor profunda, si es posible subsolado; si no es posible, conviene alzar con un arado de vertedera en profundidad y repetir esta labor cruzando. Como podemos observar la incidencia sobre el suelo de este régimen de cultivos no varía sustancialmente del anterior. ALGODÓN-REMOLACHA. En las tierras llanas del centro- oeste del término, si prescindimos de los terrenos de marismas (situados en el extremo oeste -arqueológicamente infértiles y dedicados a arroz-), se observa un predominio del cultivo de algodón y remolacha que deben complementarse con barbecho, ya que apenas se observan otros cultivos alternativos. Estos cultivos son más agresivos que los anteriores en términos arqueológicos ya que, además de necesitar una gran profundidad de suelo labrado -equiparable a la estimada para los anteriores-, se une el requerimiento de terrenos llanos para ambos cultivos en regadío. Esto implica una constante medición de pendientes para su compensación con movimientos de tierras, lo cual ha debido alterar en buena medida el relieve original en la llanura aluvial de los afluentes de la margen izquierda del Bajo Guadalquivir: la tendencia al equilibrio paisajístico con las marismas se hace evidente desde la carretera N-IV. Ocupa el segundo lugar en cuanto a la representación de los cultivos existentes donde se encuentran las entidades arqueológicas delimitadas, aunque muy por debajo de los cultivos de labor intensiva y extensiva. OLIVAR. Mayoritariamente se encuentra en la zona Nororiental del término, al norte de la ciudad de Utrera, si bien existen algunas plantaciones dispersas en la zona central del término. Se trata de un cultivo tradicional cuyas labores de mantenimiento sobre el suelo son muy poco agresivas, superficiales, tratando tan solo de permitir la permeabilidad de las aguas y la eliminación de malas hierbas. En los últimos años la plantación de nuevos olivares ha venido fomentado por la modificación del régimen de ayudas de la Unión Europea, que ha favorecido un mayor número de árboles frente a los rendimientos producidos. La plantación de nuevos árboles mediante la sustitución de los anteriores, o en menor medida, la puesta en cultivo de nuevas plantaciones, se ha realizado en muchos casos alterando el equilibrio de conservación del patrimonio arqueológico, ya que las sustituciones vienen acompañadas de grandes movimientos de tierra para las zanjas de riego, la creación ocasional de surcos entre calles de olivar, etc. No obstante, hemos observado pocas plantaciones nuevas, por lo que en la actualidad debemos estar asistiendo al proceso de cambio. Los terrenos cultivados de olivar acogen en número el tercer puesto en cuanto a la existencia de entidades arqueológicas. PASTIZALES Y MATORRALES CON CUBIERTA ARBÓREA: COTOS DE CAZA Y GANADO VACUNO. Se trata de terrenos que, si bien han podido ser cultivados de cereal en algún momento, en la actualidad son terrenos dedicados al ganado y la caza. Esto implica que las labores del suelo que podemos observar en la actualidad, complementadas en algunas zonas con el cereal, son mayoritariamente poco agresivas con el patrimonio arqueológico. El árbol predominante en estos terrenos es el acebuche y el daño consolidado que en principio podemos estimar es menor que en los terrenos cultivados. Son
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predominantes en el tercio sur del término, donde la localización de sitios arqueológicos se ve dificultada, quizás no sólo por el acceso o por la topografía, sino también y así lo deseamos, por la escasa alteración bajo rasante y la menor presencia en superficie de los materiales arqueológicos. Por otra parte, cuando se producen cambios en los usos del suelo es cuando más se puede producir un daño; esta variabilidad es susceptible de interpretarse tanto como daño como riesgo, ya que la incidencia real de los sucesivos cambios de usos es difícil de conocer -al menos a la escala del municipio de Utrera-, y por tanto también de lo que resta por dañar en cada caso, si es que es algo. Los anteriores usos del suelo representan a los que con mayor incidencia afectan al patrimonio arqueológico del término municipal. Otros cultivos minoritarios, como los frutales o las viñas, se encuentran en el extremo oeste del sector nororiental del término, donde se observan los mayores índices de variabilidad de cultivos, hecho que ha debido provocar los mayores índices de daño sobre el patrimonio arqueológico presente en estos terrenos. Hay que señalar, en este sentido, que el cultivo de frutales ejerce una importante alteración sobre los suelos en el momento de su implantación, siendo muy escasas las alteraciones posteriores del suelo. Resulta realmente complejo y arriesgado ofrecer una estimación sobre la potencia arqueológica de los sitios arqueológicos delimitados. En términos generales, podemos considerar que la potencia estratigráfica de un sitio es mayor y se conserva más en progresión geométrica al tiempo de ocupación de un lugar; y que en la mayoría de los casos la potencia arqueológica no debe superar, si es que la alcanza, el metro de profundidad; además el mismo lugar ofrece en distintos puntos potencias estratigráficas diferentes, lo cual dificulta el aportar estimaciones convincentes. Estas potencias arqueológicas han debido ser alteradas en gran medida por las labores agrícolas, que poco a poco han debido triturar y dejar sin contenidos estratigráficos los depósitos de naturaleza arqueológica. No obstante, la diferencia entre las mayores alteraciones medias provocadas por el laboreo de las tierras, hasta aproximadamente los 80 cm de profundidad, y las potencias medias que hemos apuntado de 1 m de profundidad, establece un margen de unos 20 cm de potencia arqueológica conservada en los mejores casos (creemos, por ejemplo, que en los yacimientos de larga ocupación y gran entidad, como La Torre del Águila o El Casar, la potencia debe superar en algunas zonas los 2 m de profundidad).
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VII. PROPUESTAS PARA LA TUTELA DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
Las medidas necesarias para la conservación de las entidades arqueológicas pasan ineludiblemente por una concienciación social sobre la necesidad de su conservación y estudio y por el establecimiento de las medidas de protección y fomento. En este sentido, hay que señalar que, al margen de los procesos antrópicos que conllevan a una modificación de los usos del suelo –agresiva sobre el patrimonio arqueológico-, sobre los yacimientos arqueológicos actúan continuos procesos geomorfológicos que pueden eliminar estas estructuras arqueológicas en un plazo no muy largo. La gestión del abundante patrimonio arqueológico registrado en el término municipal hace necesaria una actualización constante de la información arqueológica tomando como instrumento de análisis los nuevos sistemas de información existentes, tales como los SIG. La implantación de un sistema de información territorial referido al patrimonio arqueológico ayudaría a una fácil gestión de los datos patrimoniales y a su interrelación con la información territorial gestionada por el Ayuntamiento y por otras administraciones públicas. La aprobación del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Utrera regula el tipo de cautelas que han de considerarse para la protección de este patrimonio en el interior del Conjunto Histórico; sin embargo, para la protección del patrimonio arqueológico del resto del término municipal se hace necesario integrar los contenidos de la Carta Arqueológica en el planeamiento urbanístico. Para ello se habrían de incorporar las entidades arqueológicas registradas en un nuevo catalogo de yacimientos arqueológicos del PGOU de Utrera. Este catálogo debiera actualizar su normativa referida al Patrimonio Arqueológico, para lo cual en esta Carta se ha realizado una propuesta preliminar de ámbitos y grados de protección de las entidades arqueológicas que puede servir de referencia general (véase el apartado III.2.3). Para la gestión de los proyectos de obras de nueva planta, de infraestructura, de cambios de usos del suelo, etc., en relación con las afecciones que éstos pudieran provocar sobre el patrimonio arqueológico, el Ayuntamiento de Utrera debiera contar con una Oficina Técnica de Arqueología. Esta oficina debiera encargarse de las siguientes funciones: -
Redacción de una normativa específica de Protección del Patrimonio Arqueológico para su integración en el PGOU de Utrera.
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Comunicación a la Consejería de Cultura de los expedientes de obras que pudieran afectar los yacimientos arqueológicos (véanse, en este sentido, las autorizaciones que debieran estar sometidas a la autorización directa de la Oficina en la regulación de usos permitidos y prohibidos que se propone en el 179
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apartado III.2.3). Se debiera prestar especial atención a las actividades incluidas en el Anexo III de la Ley de Protección Ambiental, ya que estas actuaciones se tramitan por el procedimiento de Calificación Ambiental y por tanto no se comunican a la Consejería de Medio Ambiente, con lo cual de ellas tampoco tiene noticias la Consejería de Cultura. -
Inspección técnica de las actividades arqueológicas que se desarrollen en el interior del Conjunto Histórico de Utrera de acuerdo con la normativa específica del Plan Especial de Protección.
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Inspección técnica de las actividades arqueológicas que se desarrollen en alguno de los yacimientos arqueológicos catalogados, de acuerdo con la normativa específica del PGOU.
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Supervisión arqueológica de las obras a realizar fuera de los espacios arqueológicos delimitados y no protegidos específicamente, en vistas a la comunicación de hallazgos casuales a la Consejería de Cultura (son de aplicación los artículos 44 de la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español y 50 de la Ley 1/1991 de Patrimonio Histórico de Andalucía, referentes a la notificación inmediata a las administraciones competentes en los casos de hallazgos casuales de restos arqueológicos en el transcurso de obras o remociones de tierra). La intervención aplicable en estos casos dependerá de la naturaleza y valor científico de los restos aparecidos.
Además esta oficina debiera encargarse de otras gestiones: -
Tramitación de los expedientes de declaración como Bienes de Interés Cultural de aquellos yacimientos que se proponen en esta Carta Arqueológica (véase Anexo IX.3).
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Diseñar y gestionar el sistema de información del patrimonio arqueológico, integrando en él toda la información resultante de los estudios históricos y arqueológicos que se realicen. De la actualización de este sistema debieran derivarse publicaciones periódicas de síntesis.
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Articular programas de concienciación social que conlleven a una sensibilización sobre los riesgos a los que se halla sometido este patrimonio, en especial la implementación de acciones que favorezcan una minimización del expolio.
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Programar las actuaciones encaminadas a la conservación, restauración y difusión del Patrimonio Arqueológico: solicitud de subvenciones, presentación de resultados de las actividades mediante conferencias en congresos, organización de estos, etc.
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DOCUMENTOS
- Archivo municipal de Sevilla (AMS). - Archivo Municipal de Utrera (AMU). - Archivo Parroquial de Santa María de Utrera (APSMU). - Archivo Parroquial de Santiago de Utrera (APSU). - Archivo de la Delegación Provincial de Sevilla (ADPC). - (1773): Catastro del Marqués de la Ensenada
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
- (1127-1300): Colección Diplomática de Santa María de Roncesvalles. -(1506): Donadíos en Sevilla - (¿?). Descripción del sistema territorial, medio ambiente y agricultura de El Palmar de Troya (Estudio del Medio en el Palmar de Troya). Ayuntamiento de Utrera. Área de Medio Ambiente. - Decreto 1203/1973, de 19 de mayo, por el que se declara de utilidad pública a efectos de expropiación forzosa las obras y servicios necesarios para la revalorización del Castillo y Alcazaba BOE, 140 del 12 de junio de 1973. Madrid. - (1411): Libro Blanco de la Catedral de Sevilla - (1573): Libro de los deslindes y amojonamientos. - (1764-1785): Libro de cuentas de la Hdad. del Santísimo Cristo de las Aguas. Archivo de la Parroquia de Santa María (A.P.S.M.U.) - (1344): Alfonso XI. Ordenamiento para el buen gobierno de la ciudad (Sevilla) - BARRIONUEVO CONTRERAS, F, & SALAS ÁLVAREZ, J. (1988): Catálogo de Dólmenes de la Provincia de Sevilla. Vol. V. - BERNARD GÓMEZ, E. (2005): Proyecto de Actividad Arqueológica Preventiva. Prospección Arqueológica Superficial.Línea aérea MT a 15 Kv en las inmediaciones del Cortijo Torre Alocaz - CABRERO GARCÍA, R. (1983): El fenómeno megalítico en Andalucía Occidental. Sevilla. - CARRILLO DE ALBORNOZ, V. et alii (1989?): Prospección arqueológica del límite Sureste de la provincia de Sevilla. Zona Sur de los términos municipales de Montellano, El Coronil y Utrera - CASTILLO del, J. et alii (2002): Plan General de Ordenación Urbana de Utrera. Utrera. - DIRECCIÓN GENERAL DE PLANIFICACIÓN. CONSERJERÍA DE MEDIO AMBIENTE, JUNTA DE ANDALUCÍA (Noviembre 1996): Borrador de anteproyecto de plan de ordenación de los recursos naturales. Reserva natural del complejo endorreico de Utrera. - GIL GUTIÉRREZ, R. (2005): Memoria preliminar de la primera fase de la intervención arqueológica en "El Olivar Alto". ADPC. - GIL GUTIÉRREZ, R. (2005): Ampliación del Proyecto de intervención arqueológica preventiva en el yacimiento de El "Olivar Alto". ADPC. - GONZÁLEZ, J. L. (2006): http://siarum.host.sk -HOLGADO, E. (1997): Diario de campo. Trabajos de restauración de la Escuela Taller Ruiz Gijón. Ayuntamiento de Utrera. -JANEIRO GÓMEZ, J. (2003): Memoria de la prospección arqueológica superficial terrestre en el parque eólico "Los Garzos", en el término municipal de Utrera (Sevilla). ADPC. - LARA, A.: Archivo manuscrito personal. Museo Arqueológico de Sevilla. - LORENZO MORILLA, J. et alii (1989): Inventario de yacimientos arqueológicos de la Provincia de Sevilla. - MÁRQUEZ, H. (1999): El riesgo arqueológico en Andalucía: una evaluación a través del método de jerarquías analíticas de T. L. Saaty y los sistemas de información geográfica. Universidad de Sevilla. Trabajo de Investigación (tesina). Sevilla.
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
IX. ANEXOS
195
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
IX. 1. Listado de Entidades Arqueológicas - Sitios (Orden Alfabético - Orden Numérico) - Unidades - Hallazgos aislados IX. 2. Listado de Entornos y Áreas de Influencia IX. 3. Listado de Inmuebles de Interés. Propuesta de declaración como BIC. IX. 4.
Listado de Edificios de Interés. Propuesta de inclusión en el Catálogo del PGOU
IX. 5. Propuesta de bajas en la Base de DatARQUEOS y en el Catálogo del PGOU IX. 6.
Datos
Modificaciones de códigos o delimitaciones con respecto al Informe Preliminar.
IX. 7. Tipos de Actuaciones permitidas en Suelo No Urbanizable según el PGOU. IX. 8. Tipos de Actuaciones incluidas en los anexos de la Ley de Protección Ambiental IX. 9. Listado de actuaciones con posible afección sobre las entidades arqueológicas en suelo urbano o urbanizable (PGOU) IX. 10. Listado de actuaciones con posible afección sobre las entidades arqueológicas en suelo no urbanizable (Proyectos específicos) IX. 11. Cartografía IX. 12. Catálogo de Entidades Arqueológicas
196
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
IX. 1.
Listado de Entidades Arqueológicas
197
Entidades Arqueológicas. Sitios (orden alfabético) Código
Denominación
Término
Grado
410953369
ALGUACILES BAJOS I
Utrera
GRADO II
410953380
ALGUACILES BAJOS II
Utrera
GRADO II
ALGUACILES BAJOS III
Utrera
GRADO II
ANTIGUA ERMITA DE SAN MIGUEL
Utrera
GRADO III
410953351
CARRASCALES BAJOS III
Utrera
GRADO II
CORTIJO LOS CARRASCALES BAJOS
410953381 410953020
SAN MIGUEL DEL CAMPO
ANTIGUO DEPÓSITO DE AGUA MUNICIPAL DE LOS PALACIOS
Palacios y Villafranca, Los
GRADO III
410953352
ANTOÑUELO I
Utrera
GRADO II
410953353
ANTOÑUELO II
Utrera
GRADO II
410953250
ARENAL GORDO I
Utrera
GRADO III
410953290
ARENAL GORDO II
Utrera
GRADO II
410953001
ARRECIFES ALTOS
Utrera
GRADO II
410953233
ARROYO DEL MORO
Utrera
GRADO II
CARTERO I
Alcalá de Guadaira
GRADO II
410953321
CARTERO II
Utrera
GRADO II
410953161
CASA BOMBA
Utrera
GRADO II
410950123
CASA DE CORIA I
Utrera
GRADO II
410950124
CASA DE CORIA II
Utrera
GRADO II
410953047
CASA DE CORIA III
Utrera
GRADO II
410953354
CASA DE CORIA IV
Utrera
GRADO III
410953355
CASA DE CORIA V
Utrera
GRADO II
410950016
CASABLANCA
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO III
CASABLANCA I
410953033
CASABLANCA II CORTIJO CASABLANCA
ARROYO HONDO
Utrera
GRADO II
410953251
BONILLA I
Utrera
GRADO III
410953289
BONILLA II
Utrera
GRADO III
410953304
CABREJA I
Utrera
GRADO II
410953327
410953305
CABREJA II
Utrera
GRADO II
410953238
CORTIJO CABREJA; SAN NICOLÁS
410953034
CASABLANCA III
Utrera
GRADO III
410953035
CASABLANCA IV
Utrera
GRADO II
CASERÍO DEL CONDE
Utrera
GRADO II
410953100
CASILLA DEL COLEGIO
Utrera
GRADO II
410953317
CERCA DE CADENAS
Utrera
GRADO II
RANCHO EL MOMASTER
410953006
CAMPO DE FÚTBOL SAN JUAN BOSCO
Utrera
GRADO II
410953163
CANTERA DE LAS PEÑUELAS
Utrera
GRADO III
410950063
CERRO BLANCO
Utrera
GRADO II
410950031
CARMONILLA
Utrera
GRADO II
410953378
CERRO DE LA ATALAYA
Utrera
GRADO II
410953342
CARRASCALES ALTOS I
Utrera
GRADO II
410953187
CERRO DE LA CARRAOLA
Utrera
GRADO II
410953343
CARRASCALES ALTOS II
Utrera
GRADO II
410950060
CERRO DE LA ENCINILLA
Utrera
GRADO II
410953344
CARRASCALES ALTOS III
Utrera
GRADO II
410950052
CERRO DE LA NAVA
Utrera
GRADO II
410953349
CARRASCALES ALTOS IV
Utrera
GRADO II
410953172
CERRO DEL CUERNO
Utrera
GRADO II
410953345
CARRASCALES BAJOS I
Utrera
GRADO II
410953143
CERRO MOLINO I
Utrera
GRADO II
410953346
CARRASCALES BAJOS II
Utrera
GRADO II
410953144
CERRO MOLINO II
Utrera
GRADO III
FINCA EL PUENTE
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410693001
410043002
198
Código
Denominación
Término
Grado
410953145
CERRO MOLINO III
Utrera
GRADO III
410953364
CUEVA DEL REY
Utrera
GRADO II
410953146
CERRO MOLINO IV
Utrera
GRADO III
410953365
DEHESA DE URQUIJO I
Utrera
GRADO III
410953341
CERRO ZALEA
Utrera
GRADO II
410953366
DEHESA DE URQUIJO II
Utrera
GRADO II
410953018
COLEGIO ÁLVAREZ QUINTERO E INSTITUTO RUIZ GIJÓN
Utrera
GRADO III
410953262
DOMINGO - LA VENTA I
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO I
DOMINGO - LA VENTA II
GRADO II
COMPLEJO HIDRÁULICO ARCA DEL AGUAFUENTE DE LOS OCHO CAÑOS
410953293
Utrera
410953014
410953312
DON EUGENIO
Utrera
GRADO II
FUENTE VIEJA DEL CAMPO VI
ARGAMASILLA
410950122
CONJUNTO FUNERARIO LA CRUZ DEL GATO
Utrera
410953021
CONJUNTO HISTÓRICO DE UTRERA
Utrera
GRADO II
410953136
EL ÁGUILA I
Utrera
GRADO II
GRADO I
410953208
EL ÁGUILA II
Utrera
GRADO II
CORTIJO DE EL TORBISCAL
Utrera
GRADO III
410953164
CORTIJO DE LAS PEÑUELAS I
Utrera
GRADO III
410953165
CORTIJO DE LAS PEÑUELAS II
Utrera
GRADO III
410953166
CORTIJO DE LAS PEÑUELAS III
Utrera
GRADO II
410953167
CORTIJO DE LAS PEÑUELAS IV
Utrera
GRADO II
410953168
CORTIJO DE LAS PEÑUELAS V
Utrera
GRADO III
410953310
CORTIJO DE SAN FRANCISCO JAVIER DE LA MONTERA
Utrera
GRADO II
CORTIJO DE TORRE DE LA MARISMA
Utrera
GRADO II
410953360
410953222
EL ÁGUILA III
Utrera
GRADO II
410953370
EL ÁGUILA IV
Utrera
GRADO II
410953371
EL ÁGUILA V
Utrera
GRADO II
410950036
EL AHIJADILLO
Utrera
GRADO III
410950010
EL ALCÁZAR
Utrera
GRADO II
410953275
EL ALCORNOQUILLO
Utrera
GRADO II
410953276
EL ALCORNOQUILLO II
Utrera
GRADO II
410950030
EL ALGARBE I
Utrera
GRADO III
CORTIJO DE TORREMARISMA
410953114
CORTIJO EL PÁJARO
Utrera
GRADO II
410950001
EL ALGARBE II
Utrera
GRADO II
410953156
CORTIJO JAIME PEREZ
Utrera
GRADO III
410950072
EL ALHORIN IV
Utrera
GRADO II
410953316
CORTIJO LA RANA
Utrera
GRADO II
410953083
EL ALHORIN V
Utrera
GRADO III
410953286
EL ALHORIN VI
Utrera
GRADO II
GRADO II
410950034
EL AMARGUILLO III
Utrera
GRADO II
CASABLANQUILLA
410953389
CORTIJO LAS JARETAS I
Utrera
410953390
CORTIJO LAS JARETAS II
Utrera
GRADO II
410953107
CORTIJO LAS JARETAS III
Utrera
GRADO II
410950066
EL BOLLO III
Utrera
GRADO I
410953379
CORTIJO NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
Utrera
GRADO II
410953396
EL BOLLO V
Utrera
GRADO II
410953195
CORTIJO VILLALBA
Utrera
GRADO II
410953026
EL BOLLO VI
Utrera
GRADO II
410953337
CORTIJO VISTA ALEGRE
Utrera
GRADO II
410953061
EL BOLLO VII
Utrera
GRADO II
410953264
EL BÚHO I
Utrera
GRADO III
GRADO II
410953265
EL BÚHO II
Utrera
GRADO III
NINGUNO
410953266
EL BÚHO III
Utrera
GRADO III
EL GARROTAL
410043001
CUCA NOCHE
Alcalá de Guadaira
410953216
CUEVA ARTIFICIAL DE EL JUNQUILLO
Utrera
EL LÍO I
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410953313
CORTIJO EL AGUILA
199
Código
Denominación
Término
Grado
410953268
EL BÚHO V
Utrera
GRADO III
410953131
EL MARCEGOSO VII
Utrera
GRADO II
410953269
EL BÚHO VI
Utrera
GRADO III
410953132
EL MARCEGOSO VIII
Utrera
GRADO III
410953231
EL CARNICERO
Utrera
GRADO II
410953099
EL MARMOL I
Utrera
GRADO II
410950005
EL CASAR
Utrera
GRADO I
410953105
EL MARMOL II
Utrera
GRADO III
410953106
EL MARMOL III
Utrera
GRADO III
410953113
EL MARMOL IV
Utrera
GRADO II
410953206
EL MARMOL IX
Utrera
GRADO III
410953115
EL MARMOL V
Utrera
GRADO III
SALPENSA, FACIALCÁZAR
410953392
EL CASAR II
Utrera
GRADO I
410953282
EL CASAR III
Utrera
GRADO II
410950002
EL CASERÓN I
Utrera
GRADO II
410950024
EL CASERÓN II
Utrera
GRADO II
410953109
EL CASERON III
Utrera
GRADO III
410953116
EL MARMOL VI
Utrera
GRADO III
410953110
EL CASERON IV
Utrera
GRADO II
410953117
EL MARMOL VII
Utrera
GRADO II
410953123
EL CASERON V
Utrera
GRADO II
410953118
EL MARMOL VIII
Utrera
GRADO II
410953140
EL CASERON VI
Utrera
GRADO II
410953048
EL MOCHUELO
Utrera
GRADO III
410953141
EL CASERON VII
Utrera
GRADO III
410953247
EL MONUMENTO II
Utrera
GRADO II
410953008
EL CERRILLO
Utrera
GRADO II
410953016
EL OLIVAR ALTO
Utrera
GRADO II
410953362
EL COTO I
Utrera
GRADO II
410953240
EL PAJARO I
Utrera
GRADO II
410953363
EL COTO II
Utrera
GRADO II
410953241
EL PAJARO II
Utrera
GRADO II
410953137
EL PALMAR I
Utrera
GRADO II
410953181
EL PALMAR II
Utrera
GRADO III
410953182
EL PALMAR III
Utrera
GRADO II
410950033
EL PESCOZAL I
Utrera
GRADO II
410950009
EL PESCOZAL II
Utrera
GRADO II
410950021
EL PESCOZAL II
Utrera
GRADO II
410950003
EL PESCOZAL III
Utrera
GRADO II
410950038
EL PESCOZAL IV
Utrera
GRADO II
410953069
EL PESCOZAL IX
Utrera
GRADO III
410950017
EL PESCOZAL V
Utrera
GRADO II
LA CASA
410953387
EL COTO III
Utrera
GRADO II
410953011
EL JUNQUILLO
Utrera
GRADO II
410953065
EL LÍO II
Utrera
GRADO II
410953066
EL LÍO III
Utrera
GRADO II
410953121
EL LLANO DEL ARROZ
Utrera
GRADO II
CALERA DE SANTA ANA
410953122
EL MARCEGOSO I
Utrera
GRADO III
410953124
EL MARCEGOSO II
Utrera
GRADO II
410953125
EL MARCEGOSO III
Utrera
GRADO III
410953126
EL MARCEGOSO IV
Utrera
GRADO II
410953133
EL MARCEGOSO IX
Utrera
GRADO III
410953127
EL MARCEGOSO V
Utrera
GRADO II
410953130
EL MARCEGOSO VI
Utrera
GRADO II
CORTIJO EL PESCOZAL
410953068
EL PESCOZAL VIII
Utrera
GRADO II
410953070
EL PESCOZAL X
Utrera
GRADO II
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
EL CHORRITO
200
Código
Denominación
Término
Grado
410953139
EL RUBIO II
Utrera
GRADO II
410950025
EL TESORILLO II
Utrera
GRADO II
EL TESORILLO III
Utrera
GRADO II
410953175
GOMEZ CARDEÑA IV
Utrera
GRADO III
CERRO DE LAS CARBONERAS
410950006
RANCHO EL CORDOBÉS (EL TESORILLO), CORTIJO CASA DE HOYO
EL TOMILLAR
Utrera
GRADO II
410953003
EL TORNO
Utrera
GRADO II
410953073
EL VALÓDRIGO
Utrera
GRADO II
410953400
EL VERCEL I
Utrera
GRADO II
410953273
EL VERCEL II
Utrera
GRADO II
410953359
EL VISO
Utrera
GRADO II
410953135
ENTORNO DE TORRE DE TROYA
Utrera
GRADO I
410953090
ESPANTAPERROS
Utrera
GRADO III
410953229
FLORIDA BAJA I
Utrera
GRADO II
410953297
FONTANILLA
Utrera
GRADO II
410953023
FUENTE VIEJA DEL CAMPO I
Utrera
GRADO I
FUENTE VIEJA DEL CAMPO
410953024
FUENTE VIEJA DEL CAMPO II
Utrera
GRADO II
410953128
FUENTE VIEJA DEL CAMPO III
Utrera
GRADO II
410953129
FUENTE VIEJA DEL CAMPO IV
Utrera
GRADO II
410953147
FUENTE VIEJA DEL CAMPO V
Utrera
GRADO II
410953338
FUENTE VINAGRE I
Utrera
GRADO II
CORTIJO FUENTE VINAGRE
410953072
FUENTE VINAGRE II
Utrera
GRADO II
410953158
GARROTAL DE LAS PEÑUELAS DE PEÑA
Utrera
GRADO III
410953159
GARROTAL DE LAS PEÑUELAS I
Utrera
GRADO II
201
410953160
GARROTAL DE LAS PEÑUELAS II
Utrera
GRADO II
410953162
GARROTAL DE LAS PEÑUELAS III
Utrera
GRADO III
410953330
GOLONDRINO
Utrera
GRADO II
410953169
GÓMEZ CARDEÑA I
Utrera
GRADO II
410953170
GÓMEZ CARDEÑA II
Utrera
GRADO II
410953174
GÓMEZ CARDEÑA III
Utrera
GRADO II
GOMEZ CARDEÑA IX
Utrera
GRADO III
410953176
GOMEZ CARDEÑA V
Utrera
GRADO II
410953177
GOMEZ CARDEÑA VI
Utrera
GRADO II
410953178
GOMEZ CARDEÑA VII
Utrera
GRADO III
410953179
GOMEZ CARDEÑA VIII
Utrera
GRADO II
410953189
GOMEZ CARDEÑA X
Utrera
GRADO II
410953190
GOMEZ CARDEÑA XI
Utrera
GRADO II
410953191
GOMEZ CARDEÑA XII
Utrera
GRADO II
410953192
GOMEZ CARDEÑA XIII
Utrera
GRADO III
410953193
GOMEZ CARDEÑA XIV
Utrera
GRADO III
410953194
GOMEZ CARDEÑA XV
Utrera
GRADO III
410953184
GUADALEMA
Utrera
GRADO II
410953056
GUARDAINFANTA I
Utrera
GRADO II
410953057
GUARDAINFANTA II
Utrera
GRADO III
410950040
GUARDAINFANTILLA I
Utrera
GRADO II
410950032
GUARDAINFANTILLA II
Utrera
GRADO II
410950012
GUARDAINFANTILLA III
Utrera
GRADO II
LOMA DE LA ALCAPARRA
410953058
GUARDAINFANTILLA IV
Utrera
GRADO III
410953302
HACIENDA DE VALLEHERMOSO
Utrera
GRADO I
410950014
HERRERA I
Utrera
GRADO III
410950013
HERRERA II
Utrera
NINGUNO
410950004
HERRERA III
Utrera
GRADO II
HAZA EL TINAJÓN
410950041
HERRERA IV
Utrera
GRADO II
410953051
HERRERA V
Utrera
GRADO II
410953075
HERRERA VI
Utrera
GRADO III
410953095
HERRERA VII
Utrera
GRADO II
410953148
HIGUERA I
Utrera
GRADO II
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410953339
410953180
Código
Denominación
Término
Grado
410953149
HIGUERA II
Utrera
GRADO II
410953150
HIGUERA III
Utrera
GRADO III
HIGUERA IV
Utrera
GRADO III
410953010
HUERTA DEL HOSPITAL DE LA RESURRECCIÓN
Utrera
GRADO II
410953015
HUERTA NUEVA I
Utrera
GRADO II
JUAN SERENO I
Utrera
GRADO II
410953059
JUAN SERENO II
Utrera
GRADO II
410953060
JUAN SERENO III
Utrera
GRADO II
410953311
410953281
LA ALCANTARILLA
Utrera
GRADO II
GRADO III
410953215
LA CAÑADA VIII
Utrera
GRADO III
RANCHITO MIRANDA
410953151
410953040
ENTRE VEREDAS; CORTIJO DE SAN RAFAEL
410953217
LA CAÑADA X
Utrera
GRADO III
410953218
LA CAÑADA XI
Utrera
GRADO II
410953219
LA CAÑADA XII
Utrera
GRADO III
410953256
LA DEHESILLA
Utrera
GRADO II
410953082
LA GAMONOSA
Utrera
GRADO II
LA GRANJA
Utrera
GRADO II
410953374
LA HARINOSA
Utrera
GRADO II
410953350
LA HIGUERA V
Utrera
GRADO II
410953094
LA HIGUERILLA
Utrera
GRADO II
CERRO DE GAMONOSA
LA ALCAPARROSA I
410953196
LA ALCAPARROSA II
Utrera
GRADO III
410953197
LA ALCAPARROSA III
Utrera
GRADO II
410953356
LA HUERTA
Utrera
GRADO II
410953198
LA ALCAPARROSA IV
Utrera
GRADO II
410953255
LA INDIANA I
Utrera
GRADO III
410953291
LA INDIANA II
Utrera
GRADO II
410953292
LA INDIANA III
Utrera
GRADO III
LAGUNA DE ZARRACATIN
410953203
LA ALCAPARROSA V
Utrera
RANCHO EL SEVILLANO
GRADO II
EL CERRO
410953204
LA ALCAPARROSA VI
Utrera
GRADO II
410953012
LA LAGUNA
Utrera
GRADO II
410953185
LA ARENA
Utrera
GRADO II
410953278
LA LAPA I
Utrera
GRADO II
410953235
LA AUJURIA I
Utrera
GRADO II
410953279
LA LAPA II
Utrera
GRADO II
410953245
LA AUJURIA II
Utrera
GRADO II
410953333
LA LOMBARDA
Utrera
GRADO III
410953084
LA MACHORRA LA GARBANA
Utrera
GRADO II
EL MONUMENTO I
410953391
LA CANCELA
Utrera
GRADO II
410950028
LA CAÑADA I
Utrera
GRADO II
LA MACHORRA DE LA GALVANA
410953155
LA MAJADA
Utrera
GRADO III
410953092
LA MARQUESA
Utrera
GRADO II
LOMAS DE MIRANDA
410950007
LA CAÑADA II
Utrera
GRADO II
410950029
LA CAÑADA III
Utrera
GRADO II
410953242
LA MINILLA I
Utrera
GRADO III
410950035
LA CAÑADA IV
Utrera
GRADO III
410953243
LA MINILLA II
Utrera
GRADO II
410953157
LA NORIA
Utrera
GRADO II
410953221
LA PARADA
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO III
EL GALGO NEGRO
EL VALÓDRIGO II
410953220
LA CAÑADA IX
Utrera
GRADO II
410953213
LA CAÑADA VI
Utrera
GRADO II
410953214
LA CAÑADA VII
Utrera
GRADO III
LA MOTILLA
410953336
LA PESCADERA
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410953186
Utrera
202
Código 410950042
Denominación
Término
Grado
LA REYERTILLA
Utrera
GRADO II
410953383
LAS HALDUAS III
Utrera
GRADO II
410950015
LAS LAPAS
Utrera
GRADO II
RANCHO EL MARCHENERO, LA CARRASCOSA
410953077
LA REYERTILLA II
Utrera
GRADO II
410953253
LA ROMANA I
Utrera
GRADO II
410953067
LAS LAPAS II
Utrera
GRADO II
410953254
LA ROMANA II
Utrera
GRADO III
410953076
LAS LAPAS III
Utrera
GRADO III
410953271
LA ROMANA III
Utrera
GRADO II
410953101
LAS MENTIRAS I
Utrera
GRADO II
410953272
LA ROMANA IV
Utrera
GRADO II
410953102
LAS MENTIRAS II
Utrera
GRADO III
410953244
LA TINAJA
Utrera
GRADO II
410953103
LAS MENTIRAS III
Utrera
GRADO III
410950008
LA TORRE DEL ÁGUILA
Utrera
GRADO I
410953112
LAS MENTIRAS IV
Utrera
GRADO III
410953142
LAS MENTIRAS V
Utrera
GRADO III
410953223
LAS MESAS
Utrera
GRADO II
410953368
LAS PELUCAS
Utrera
GRADO II
410950051
LAS PEÑUELAS
Utrera
NINGUNO
410953079
LAS PEÑUELAS II
Utrera
GRADO II
410953171
LAS TORRES I
Utrera
GRADO II
LAS LAPAS I
SIARUM, BARRIADA LA CAÑADA
LA TRINIDAD I
Utrera
GRADO II
410953013
LA VEGA
Utrera
GRADO III
410953320
LA VEGA ALTA I
Utrera
GRADO II
410953322
LA VEGA ALTA II
Utrera
GRADO II
410953025
LA VENTOSILLA II
Utrera
GRADO II
CORTIJO LA VENTOSILLA; ABREVADERO DE LA VENTOSILLA
410953027
LA VENTOSILLA IV
Utrera
GRADO II
410953173
LAS TORRES II
Utrera
GRADO III
410953028
LA VENTOSILLA V
Utrera
GRADO II
410953367
LAS TORRES III
Utrera
GRADO II
410953029
LA VENTOSILLA VI
Utrera
GRADO II
410953372
LLANO DE LAS PÁJARAS I
Utrera
GRADO II
410953030
LA VENTOSILLA VII
Utrera
GRADO III
410953373
LLANO DE LAS PÁJARAS II
Utrera
GRADO II
410953005
LAS AGUARDIENTERAS
Utrera
GRADO II
410953036
LOMA DE LAS CURADAS
Utrera
GRADO II
410953052
LAS ATALAYAS
Utrera
GRADO III
110173001
LOMA DE LOS REVENTONES
Espera
GRADO II
410953340
LAS CABAÑAS
Utrera
GRADO II
410953078
LOMAS DE LA AGUZADERA
Utrera
GRADO III
410950068
LAS COBATILLAS
Utrera
GRADO II
410950053
LOMAS DE LA HARINOSA
Utrera
GRADO II
410950049
LOMAS DEL RUBIO
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
LAS COBATILLAS III
Utrera
GRADO III
410953009
LAS CUEVAS
Utrera
GRADO III
410950059
LAS HALDUAS I
Utrera
GRADO II
LAS COBATILLAS I
410953091
LAS COBATILLAS II PAN Y PASAS
410953093
LAS HALDUDAS, LAS ARDUAS
410953097
LAS HALDUAS II
Utrera
GRADO II
RANCHO DE CIPRIANO OCAÑA; EL RUBIO I
410950055
LOPERA II
Utrera
GRADO II
410950056
LOPERA III
Utrera
GRADO II
410950057
LOPERA IV
Utrera
GRADO II
410953263
LOS ALCORNOCALILLOS
Utrera
GRADO III
410953270
LOS ASIENTOS
Utrera
GRADO II
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410953062
203
Código
Denominación
Término
Grado
410950061
LOS BERMEJALES I
Utrera
GRADO III
410953399
MALAVISTA V
Utrera
GRADO II
410950062
LOS BERMEJALES II
Utrera
GRADO II
410953357
MAMOLA GRANDE
Utrera
GRADO II
410953228
MANZANILLAR DE LA LAGUNA
Utrera
GRADO II
Alcalá de Guadaira
GRADO II
LOPERA VI
410953393
LOS BERMEJALES III
Utrera
GRADO II
410953394
LOS BERMEJALES IV
Utrera
GRADO II
410953395
LOS BERMEJALES V
Utrera
GRADO II
410953236
LOS DOLORES
Utrera
GRADO II
LOS JURADOS I
Utrera
GRADO II
LAS ALBARDERAS
410043003
MARCHA MORÓN VERACRUZ
410950037
CORTIJO LOS JURADOS
410953224
MATABURRAS I
Utrera
GRADO III
410953225
MATABURRAS II
Utrera
GRADO II
410953314
MATASIETE
Utrera
GRADO II
CABEZA DE CAMPO; ANTÓN DE GRACIA
LOS JURADOS II
Utrera
410953041
LOS JURADOS III
Utrera
GRADO II
LOS JURADOS IV
Utrera
GRADO II
410953042
GRADO II
LOS BARRANCONES
410953298
MIGUEL DE UCEDA I
Utrera
GRADO II
410953299
MIGUEL DE UCEDA II
Utrera
GRADO II
410950027
MIRANDA I
Utrera
GRADO II
410953043
LOS JURADOS V
Utrera
GRADO II
410953053
MIRANDA II
Utrera
GRADO II
410953044
LOS JURADOS VI
Utrera
GRADO II
410953054
MIRANDA III
Utrera
GRADO II
CORTIJO MIRANDA
410953096
LOS JURADOS VII
Utrera
410953358
LOS PASTORES
Utrera
410953376
LOS TEJONES
Utrera
GRADO II
410953209
MIRANDA IV
Utrera
GRADO II
410953210
MIRANDA V
Utrera
GRADO III
410953211
MIRANDA VI
Utrera
GRADO II
GRADO II GRADO II
MALVALOCA
410953080
LOS TERESITOS
Utrera
GRADO III
410953212
MIRANDA VII
Utrera
GRADO III
410953119
LOS VILLARES I
Utrera
GRADO III
410953188
MONTERILLA
Utrera
GRADO III
410953120
LOS VILLARES II
Utrera
GRADO II
410953154
MOTILLA ALTA
Utrera
GRADO I
410950125
MAJADA ALTA
Utrera
GRADO II
410953183
MUDAPELO I
Utrera
GRADO III
410950043
MAJALQUIVIR I
Utrera
GRADO II
410953274
ORÁN I
Utrera
GRADO II
410953323
ORELLANA I
Utrera
GRADO III
410953324
ORELLANA II
Utrera
GRADO II
410953329
PAJERO I
Utrera
GRADO III
410953331
PAJERO II
Utrera
GRADO III
410953332
PAJERO III
Utrera
GRADO II
410953234
PANOJALES I
Utrera
GRADO III
410953246
PANOJALES II
Utrera
GRADO II
410953248
PANOJALES III
Utrera
GRADO II
MAJALQUIVIR; EL CERRILLO
410953049
MAJALQUIVIR II
Utrera
GRADO II
410953050
MAJALQUIVIR III
Utrera
GRADO II
410953064
MAJALQUIVIR IV
Utrera
GRADO II
410953152
MALAVISTA I
Utrera
GRADO II
410953153
MALAVISTA II
Utrera
GRADO III
410953397
MALAVISTA III
Utrera
GRADO II
410953398
MALAVISTA IV
Utrera
GRADO II
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410950023
204
Código
Denominación
Término
Grado
410953207
PARCELAS DE TROYA
Utrera
GRADO II
410953319
PARDALES III
Utrera
GRADO II
PARPAGÓN
Utrera
GRADO II
410953334
PATA DE PALO
Utrera
GRADO II
410953085
PERNALES I
Utrera
410953045
RANCHO LA VIÑA I
Utrera
GRADO III
RANCHO LA VIÑA
410953017
410953046
RANCHO LA VIÑA II
Utrera
GRADO II
410953348
RANCHO LAS LATAS
Utrera
GRADO II
410953138
RANCHO OROZCO
Utrera
GRADO II
410953388
RANCHO PEPE TORO
Utrera
GRADO II
GRADO III
LA MACHORRA DE LA NIÑA
410953086
PERNALES II
Utrera
GRADO II
410953300
RANCHO SAN MIGUEL
Utrera
GRADO II
410953087
PERNALES III
Utrera
GRADO II
410953237
ROADERO I
Utrera
GRADO III
410953088
PERNALES IV
Utrera
GRADO III
410953239
ROADERO II
Utrera
GRADO II
410953089
PERNALES V
Utrera
GRADO III
410950018
RONCESVALLES I
Utrera
GRADO II
CORTIJO DE RONCESVALLES
PINGANILLO I
Utrera
410953284
PINGANILLO II
Utrera
410953285
PINGANILLO III
Utrera
GRADO II
PINGANILLO IV
Utrera
GRADO II
410953288
GRADO III
RONCESVALLES II
Utrera
GRADO II
410950073
RUCHENA
Utrera
GRADO II
410950050
RUCHENILLA
Utrera
GRADO II
GRADO II
CORTIJO DE PINGANILLO
410953257
PINTO I
Utrera
410953258
PINTO II
Utrera
GRADO II
410953259
PINTO III
Utrera
GRADO II
410953260
PINTO IV
Utrera
GRADO II
410953261
PINTO V
Utrera
GRADO II
PRADO GALLEGO
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO I
410953347
410950019
RUCHENILLA I
410953081
RUCHENILLA II
Utrera
GRADO II
410953309
RUEDA PAJARES
Utrera
GRADO III
410953019
RUEDOS DE CONSOLACIÓN
Utrera
GRADO III
410953055
SALINAS DE VALCARGADO
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
GRADO II
VARCARGADO IV
410953318
SALVADOR DÍAZ CORTIJO DE SALVADOR DÍAZ
410953232
SAN FRANCISCO
Utrera
GRADO II
410953252
SAN JOSÉ
Utrera
GRADO II
410953307
SAN MIGUEL I
Utrera
GRADO II
410953308
SAN MIGUEL II
Utrera
GRADO II
VENTOSILLA III
410953303
PRESA DE LOPERA PRESA DE EMBALSE Y MOLINO HIDRÁULICO DEL ARROYO DE LA PLATA
410953335
PUYÓN
Utrera
GRADO III
CORTIJO SAN MIGUEL
410953098 410953104
RANCHO ATALAYA I
Utrera
GRADO II
RANCHO ATALAYA II
Utrera
GRADO III
CERRO DEL MARMOL
410953385
RANCHO DE ANDRÉS LÓPEZ
Utrera
GRADO III
410953280
SAN RAFAEL I
Utrera
GRADO II
410953328
SAN ROMÁN
Utrera
GRADO II
410953022
SANTUARIO DE CONSOLACIÓN
Utrera
GRADO I
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO III
MONASTERIO DE MÍNIMOS DE SAN FRANCISCO
RANCHO DE QUININO
Utrera
GRADO II
410953377
RANCHO EL LENTO
Utrera
GRADO II
410953384
RANCHO LA ROSA
Utrera
GRADO II
410953386
410953294
SUERTE LOZANA I FUENTE LOZANA I
410953306
SUERTE LOZANA II
205
FUENTE LOZANA II
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410953283
Código
Denominación
Término
Grado
410953037
TIERRA BLANCA I
Utrera
GRADO II
410953038
TIERRA BLANCA II
Utrera
GRADO II
410953039
TIERRA BLANCA III
Utrera
GRADO II
410950026
TORRE DE LA VENTOSILLA
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO I
TORRE DE LA VENTILLA
410950044
TORRES ALOCAZ I VGIA; TORRES ALHOCAZ
TRAJANO I
Utrera
GRADO II
410953296
TRAJANO II
Utrera
GRADO II
410953301
TRAJANO III
Utrera
GRADO III
410953226
TUNANTE
Utrera
GRADO III
410950011
VALCARGADO I
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
CARRASCALES
410950022
VALCARGADO II CORTIJO DE VALCARGADO
410950039
VALCARGADO III
Utrera
GRADO II
410953031
VALCARGADO V
Utrera
GRADO II
410953032
VALCARGADO VI
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
CERRO DEL CINCHO
410950058
VEGA DE LOPERA LOPERA V
410953326
VERACRUZ
Utrera
GRADO III
410953199
ZARRACATIN I
Utrera
GRADO II
410953200
ZARRACATIN II
Utrera
GRADO II
410953201
ZARRACATIN III
Utrera
GRADO III
410953202
ZARRACATIN IV
Utrera
GRADO III
410953205
ZARRACATIN V
Utrera
GRADO III
410953063
ZARRACATINEJO
Utrera
GRADO III
CORTIJO ZARRACATINEJO
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410953295
206
Entidades Arqueológicas. Sitios (orden numérico) Código
Denominación
Término
Grado
110173001
LOMA DE LOS REVENTONES
Espera
GRADO II
410043001
CUCA NOCHE
Alcalá de Guadaira
GRADO II
CARTERO I
Alcalá de Guadaira
GRADO II
MARCHA MORÓN
Alcalá de Guadaira
GRADO II
410950018
RONCESVALLES I
Utrera
GRADO II
CORTIJO DE RONCESVALLES
410043002 410043003
VERACRUZ
410950019
RONCESVALLES II
Utrera
GRADO II
410950021
EL PESCOZAL II
Utrera
GRADO II
410950022
VALCARGADO II
Utrera
GRADO II
CORTIJO DE VALCARGADO
ANTIGUO DEPÓSITO DE AGUA MUNICIPAL DE LOS PALACIOS
Palacios y Villafranca, Los
410950001
EL ALGARBE II
Utrera
410950002
EL CASERÓN I
410950003
EL PESCOZAL III
GRADO III
410950023
LOS JURADOS II
Utrera
GRADO II
GRADO II
410950024
EL CASERÓN II
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
410950025
EL TESORILLO II
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
410950026
TORRE DE LA VENTOSILLA
Utrera
GRADO II
TORRE DE LA VENTILLA
410950004
HERRERA III
Utrera
GRADO II
HAZA EL TINAJÓN
410950005
EL CASAR
Utrera
GRADO I
410950027
MIRANDA I
Utrera
GRADO II
410950028
LA CAÑADA I
Utrera
GRADO II
SALPENSA, FACIALCÁZAR
410950006
EL TESORILLO III
LOMAS DE MIRANDA Utrera
GRADO II
RANCHO EL CORDOBÉS (EL TESORILLO), CORTIJO CASA DE HOYO
410950007
LA CAÑADA II
Utrera
GRADO II
410950008
LA TORRE DEL ÁGUILA
Utrera
GRADO I
SIARUM, BARRIADA LA CAÑADA
410950029
LA CAÑADA III
Utrera
GRADO II
410950030
EL ALGARBE I
Utrera
GRADO III
410950031
CARMONILLA
Utrera
GRADO II
410950032
GUARDAINFANTILLA II
Utrera
GRADO II
410950009
EL PESCOZAL II
Utrera
GRADO II
410950033
EL PESCOZAL I
Utrera
GRADO II
410950010
EL ALCÁZAR
Utrera
GRADO II
410950034
EL AMARGUILLO III
Utrera
GRADO II
410950011
VALCARGADO I
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO III
Utrera
GRADO II
Utrera
NINGUNO
EL LÍO I CARRASCALES
410950012
GUARDAINFANTILLA III HERRERA II
LA CAÑADA IV EL VALÓDRIGO II
LOMA DE LA ALCAPARRA
410950013
410950035 410950036
EL AHIJADILLO
Utrera
GRADO III
410950037
LOS JURADOS I
Utrera
GRADO II
CORTIJO LOS JURADOS
410950014
HERRERA I
Utrera
GRADO III
410950015
LAS LAPAS
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
LAS LAPAS I
410950016
CASABLANCA CASABLANCA I
410950017
EL PESCOZAL V
207
CORTIJO EL PESCOZAL
410950038
EL PESCOZAL IV
Utrera
GRADO II
410950039
VALCARGADO III
Utrera
GRADO II
410950040
GUARDAINFANTILLA I
Utrera
GRADO II
410950041
HERRERA IV
Utrera
GRADO II
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410693001
Código 410950042
Denominación
Término
Grado
LA REYERTILLA
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
410953003
EL TORNO
Utrera
GRADO II
410953005
LAS AGUARDIENTERAS
Utrera
GRADO II
410953006
CAMPO DE FÚTBOL SAN JUAN BOSCO
Utrera
GRADO II
410953008
EL CERRILLO
Utrera
GRADO II
410953009
LAS CUEVAS
Utrera
GRADO III
410953010
HUERTA DEL HOSPITAL DE LA RESURRECCIÓN
Utrera
GRADO II
410953011
EL JUNQUILLO
Utrera
GRADO II
410953012
LA LAGUNA
Utrera
GRADO II
410953013
LA VEGA
Utrera
GRADO III
410953014
COMPLEJO HIDRÁULICO ARCA DEL AGUAFUENTE DE LOS OCHO CAÑOS
Utrera
GRADO I
RANCHO EL MARCHENERO, LA CARRASCOSA
410950043
MAJALQUIVIR I MAJALQUIVIR; EL CERRILLO
410950044
TORRES ALOCAZ I
Utrera
GRADO I
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
VGIA; TORRES ALHOCAZ
410950049
LOMAS DEL RUBIO RANCHO DE CIPRIANO OCAÑA; EL RUBIO I
410950050
RUCHENILLA RUCHENILLA I
LAS PEÑUELAS
Utrera
NINGUNO
410950052
CERRO DE LA NAVA
Utrera
GRADO II
410950053
LOMAS DE LA HARINOSA
Utrera
GRADO II
410950055
LOPERA II
Utrera
GRADO II
410950056
LOPERA III
Utrera
GRADO II
410953015
HUERTA NUEVA I
Utrera
GRADO II
410950057
LOPERA IV
Utrera
GRADO II
410953016
EL OLIVAR ALTO
Utrera
GRADO II
410950058
VEGA DE LOPERA
Utrera
GRADO II
410953017
PARPAGÓN
Utrera
GRADO II
COLEGIO ÁLVAREZ QUINTERO E INSTITUTO RUIZ GIJÓN
GRADO III
GRADO II
410953018
Utrera
Utrera
410953019
RUEDOS DE CONSOLACIÓN
Utrera
GRADO III
410953020
ANTIGUA ERMITA DE SAN MIGUEL
Utrera
GRADO III
FUENTE VIEJA DEL CAMPO VI
LOPERA V
410950059
LAS HALDUAS I LAS HALDUDAS, LAS ARDUAS
410950060
CERRO DE LA ENCINILLA
Utrera
GRADO II
410950061
LOS BERMEJALES I
Utrera
GRADO III
410950062
LOS BERMEJALES II
Utrera
GRADO II
SAN MIGUEL DEL CAMPO
410953021
CONJUNTO HISTÓRICO DE UTRERA
Utrera
GRADO I
410953022
SANTUARIO DE CONSOLACIÓN
Utrera
GRADO I
Utrera
GRADO I
LOPERA VI
410950063
CERRO BLANCO
Utrera
GRADO II
410950066
EL BOLLO III
Utrera
GRADO I
410950068
LAS COBATILLAS
Utrera
GRADO II
MONASTERIO DE MÍNIMOS DE SAN FRANCISCO
410953023
FUENTE VIEJA DEL CAMPO I FUENTE VIEJA DEL CAMPO
LAS COBATILLAS I
410950072
EL ALHORIN IV
Utrera
GRADO II
410953024
FUENTE VIEJA DEL CAMPO II
Utrera
GRADO II
410953025
LA VENTOSILLA II
Utrera
GRADO II
CORTIJO LA VENTOSILLA; ABREVADERO DE LA VENTOSILLA
208
410950073
RUCHENA
Utrera
GRADO II
410950122
CONJUNTO FUNERARIO LA CRUZ DEL GATO
Utrera
GRADO II
410953026
EL BOLLO VI
Utrera
GRADO II
410950123
CASA DE CORIA I
Utrera
GRADO II
410953027
LA VENTOSILLA IV
Utrera
GRADO II
410950124
CASA DE CORIA II
Utrera
GRADO II
410953028
LA VENTOSILLA V
Utrera
GRADO II
410950125
MAJADA ALTA
Utrera
GRADO II
410953029
LA VENTOSILLA VI
Utrera
GRADO II
410953001
ARRECIFES ALTOS
Utrera
GRADO II
410953030
LA VENTOSILLA VII
Utrera
GRADO III
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410950051
Código
Denominación
Término
Grado
410953031
VALCARGADO V
Utrera
GRADO II
410953057
GUARDAINFANTA II
Utrera
GRADO III
410953032
VALCARGADO VI
Utrera
GRADO II
410953058
GUARDAINFANTILLA IV
Utrera
GRADO III
JUAN SERENO II
GRADO II
GRADO III
410953059
Utrera
Utrera
410953060
JUAN SERENO III
Utrera
GRADO II
410953061
EL BOLLO VII
Utrera
GRADO II
410953062
LA TRINIDAD I
Utrera
GRADO II
410953063
ZARRACATINEJO
Utrera
GRADO III
CERRO DEL CINCHO
410953033
CASABLANCA II CORTIJO CASABLANCA
410953034
CASABLANCA III
Utrera
GRADO III
410953035
CASABLANCA IV
Utrera
GRADO II
RANCHO EL MOMASTER
410953036
LOMA DE LAS CURADAS
Utrera
GRADO II
410953037
TIERRA BLANCA I
Utrera
GRADO II
410953038
TIERRA BLANCA II
Utrera
GRADO II
410953039
TIERRA BLANCA III
Utrera
GRADO II
410953040
JUAN SERENO I
Utrera
GRADO II
410953041
LOS JURADOS III
Utrera
GRADO II
410953042
LOS JURADOS IV
Utrera
GRADO II
CORTIJO ZARRACATINEJO
MAJALQUIVIR IV
Utrera
GRADO II
410953065
EL LÍO II
Utrera
GRADO II
410953066
EL LÍO III
Utrera
GRADO II
410953067
LAS LAPAS II
Utrera
GRADO II
410953068
EL PESCOZAL VIII
Utrera
GRADO II
410953069
EL PESCOZAL IX
Utrera
GRADO III
410953043
LOS JURADOS V
Utrera
GRADO II
410953070
EL PESCOZAL X
Utrera
GRADO II
410953044
LOS JURADOS VI
Utrera
GRADO II
410953072
FUENTE VINAGRE II
Utrera
GRADO II
410953045
RANCHO LA VIÑA I
Utrera
GRADO III
410953073
EL VALÓDRIGO
Utrera
GRADO II
410953075
HERRERA VI
Utrera
GRADO III
410953076
LAS LAPAS III
Utrera
GRADO III
410953077
LA REYERTILLA II
Utrera
GRADO II
410953078
LOMAS DE LA AGUZADERA
Utrera
GRADO III
410953079
LAS PEÑUELAS II
Utrera
GRADO II
410953080
LOS TERESITOS
Utrera
GRADO III
410953081
RUCHENILLA II
Utrera
GRADO II
410953082
LA GAMONOSA
Utrera
GRADO II
RANCHO LA VIÑA
410953046
RANCHO LA VIÑA II
Utrera
GRADO II
410953047
CASA DE CORIA III
Utrera
GRADO II
410953048
EL MOCHUELO
Utrera
GRADO III
410953049
MAJALQUIVIR II
Utrera
GRADO II
410953050
MAJALQUIVIR III
Utrera
GRADO II
410953051
HERRERA V
Utrera
GRADO II
410953052
LAS ATALAYAS
Utrera
GRADO III
410953053
MIRANDA II
Utrera
GRADO II
410953054
MIRANDA III
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
CORTIJO MIRANDA
410953055
SALINAS DE VALCARGADO VARCARGADO IV
410953056
GUARDAINFANTA I
CERRO DE GAMONOSA
209
410953083
EL ALHORIN V
Utrera
GRADO III
410953084
LA MACHORRA LA GARBANA
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO III
Utrera
GRADO II
LA MACHORRA DE LA GALVANA
410953085
PERNALES I LA MACHORRA DE LA NIÑA
410953086
PERNALES II
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
LOS BARRANCONES
410953064
Código
Denominación
Término
Grado
410953087
PERNALES III
Utrera
GRADO II
410953116
EL MARMOL VI
Utrera
GRADO III
410953088
PERNALES IV
Utrera
GRADO III
410953117
EL MARMOL VII
Utrera
GRADO II
410953089
PERNALES V
Utrera
GRADO III
410953118
EL MARMOL VIII
Utrera
GRADO II
410953090
ESPANTAPERROS
Utrera
GRADO III
410953119
LOS VILLARES I
Utrera
GRADO III
410953091
LAS COBATILLAS II
Utrera
GRADO II
410953120
LOS VILLARES II
Utrera
GRADO II
EL LLANO DEL ARROZ
GRADO II
GRADO II
410953121
Utrera
Utrera
PAN Y PASAS
410953092
LA MARQUESA
CALERA DE SANTA ANA
EL GALGO NEGRO
410953093
LAS COBATILLAS III
Utrera
GRADO III
410953094
LA HIGUERILLA
Utrera
GRADO II
RANCHO EL SEVILLANO
HERRERA VII
Utrera
GRADO II
410953096
LOS JURADOS VII
Utrera
GRADO II
410953097
LAS HALDUAS II
Utrera
GRADO II
410953098
RANCHO ATALAYA I
Utrera
GRADO II
410953099
EL MARMOL I
Utrera
GRADO II
410953100
CASILLA DEL COLEGIO
Utrera
GRADO II
410953101
LAS MENTIRAS I
Utrera
GRADO II
410953102
LAS MENTIRAS II
Utrera
GRADO III
410953103
LAS MENTIRAS III
Utrera
GRADO III
410953104
RANCHO ATALAYA II
Utrera
GRADO III
CERRO DEL MARMOL
EL MARCEGOSO I
Utrera
GRADO III
410953123
EL CASERON V
Utrera
GRADO II
410953124
EL MARCEGOSO II
Utrera
GRADO II
410953125
EL MARCEGOSO III
Utrera
GRADO III
410953126
EL MARCEGOSO IV
Utrera
GRADO II
410953127
EL MARCEGOSO V
Utrera
GRADO II
410953128
FUENTE VIEJA DEL CAMPO III
Utrera
GRADO II
410953129
FUENTE VIEJA DEL CAMPO IV
Utrera
GRADO II
410953130
EL MARCEGOSO VI
Utrera
GRADO II
410953131
EL MARCEGOSO VII
Utrera
GRADO II
410953132
EL MARCEGOSO VIII
Utrera
GRADO III
410953133
EL MARCEGOSO IX
Utrera
GRADO III
410953135
ENTORNO DE TORRE DE TROYA
Utrera
GRADO I
410953105
EL MARMOL II
Utrera
GRADO III
410953136
EL ÁGUILA I
Utrera
GRADO II
410953106
EL MARMOL III
Utrera
GRADO III
410953137
EL PALMAR I
Utrera
GRADO II
410953107
CORTIJO LAS JARETAS III
Utrera
GRADO II
410953138
RANCHO OROZCO
Utrera
GRADO II
410953109
EL CASERON III
Utrera
GRADO III
410953139
EL RUBIO II
Utrera
GRADO II
410953110
EL CASERON IV
Utrera
GRADO II
410953140
EL CASERON VI
Utrera
GRADO II
410953112
LAS MENTIRAS IV
Utrera
GRADO III
410953141
EL CASERON VII
Utrera
GRADO III
410953113
EL MARMOL IV
Utrera
GRADO II
410953142
LAS MENTIRAS V
Utrera
GRADO III
410953114
CORTIJO EL PÁJARO
Utrera
GRADO II
410953143
CERRO MOLINO I
Utrera
GRADO II
410953115
EL MARMOL V
Utrera
GRADO III
410953144
CERRO MOLINO II
Utrera
GRADO III
410953145
CERRO MOLINO III
Utrera
GRADO III
LA CASA
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410953095
410953122
210
Código
Denominación
Término
Grado
410953146
CERRO MOLINO IV
Utrera
GRADO III
410953147
FUENTE VIEJA DEL CAMPO V
Utrera
GRADO II
HIGUERA I
Utrera
GRADO II
410953149
HIGUERA II
Utrera
GRADO II
410953150
HIGUERA III
Utrera
GRADO III
HIGUERA IV
Utrera
GRADO III
410953152
MALAVISTA I
Utrera
GRADO II
410953153
MALAVISTA II
Utrera
GRADO III
MOTILLA ALTA
Utrera
GRADO I
410953155
LA MAJADA
Utrera
GRADO III
410953156
CORTIJO JAIME PEREZ
Utrera
GRADO III
LA NORIA
Utrera
GRADO II
410953158
GARROTAL DE LAS PEÑUELAS DE PEÑA
Utrera
GRADO III
410953159
GARROTAL DE LAS PEÑUELAS I
Utrera
GRADO II
GARROTAL DE LAS PEÑUELAS II
Utrera
GRADO II
410953161
CASA BOMBA
Utrera
GRADO II
410953162
GARROTAL DE LAS PEÑUELAS III
Utrera
GRADO III
CANTERA DE LAS PEÑUELAS
Utrera
GRADO III
410953164
CORTIJO DE LAS PEÑUELAS I
Utrera
GRADO III
410953165
CORTIJO DE LAS PEÑUELAS II
Utrera
GRADO III
410953166
CORTIJO DE LAS PEÑUELAS III
Utrera
GRADO II
410953167
CORTIJO DE LAS PEÑUELAS IV
Utrera
410953168
CORTIJO DE LAS PEÑUELAS V
Utrera
GRADO III
410953169
GÓMEZ CARDEÑA I
Utrera
GRADO II
410953170
GÓMEZ CARDEÑA II
Utrera
GRADO II
410953171
LAS TORRES I
Utrera
GRADO II
410953199
410953172
CERRO DEL CUERNO
Utrera
GRADO II
410953173
LAS TORRES II
Utrera
410953174
GÓMEZ CARDEÑA III
Utrera
410953175
GOMEZ CARDEÑA IV
Utrera
GRADO III
CERRO DE LAS CARBONERAS
410953148
410953151
410953154
410953160
410953163
GOMEZ CARDEÑA V
Utrera
GRADO II
410953177
GOMEZ CARDEÑA VI
Utrera
GRADO II
410953178
GOMEZ CARDEÑA VII
Utrera
GRADO III
410953179
GOMEZ CARDEÑA VIII
Utrera
GRADO II
410953180
GOMEZ CARDEÑA IX
Utrera
GRADO III
410953181
EL PALMAR II
Utrera
GRADO III
410953182
EL PALMAR III
Utrera
GRADO II
410953183
MUDAPELO I
Utrera
GRADO III
410953184
GUADALEMA
Utrera
GRADO II
410953185
LA ARENA
Utrera
GRADO II
410953186
LA ALCAPARROSA I
Utrera
GRADO III
410953187
CERRO DE LA CARRAOLA
Utrera
GRADO II
410953188
MONTERILLA
Utrera
GRADO III
410953189
GOMEZ CARDEÑA X
Utrera
GRADO II
410953190
GOMEZ CARDEÑA XI
Utrera
GRADO II
410953191
GOMEZ CARDEÑA XII
Utrera
GRADO II
410953192
GOMEZ CARDEÑA XIII
Utrera
GRADO III
410953193
GOMEZ CARDEÑA XIV
Utrera
GRADO III
410953194
GOMEZ CARDEÑA XV
Utrera
GRADO III
410953195
CORTIJO VILLALBA
Utrera
GRADO II
410953196
LA ALCAPARROSA II
Utrera
GRADO III
410953197
LA ALCAPARROSA III
Utrera
GRADO II
410953198
LA ALCAPARROSA IV
Utrera
GRADO II
ZARRACATIN I
Utrera
GRADO II
410953200
ZARRACATIN II
Utrera
GRADO II
GRADO III
410953201
ZARRACATIN III
Utrera
GRADO III
GRADO II
410953202
ZARRACATIN IV
Utrera
GRADO III
GRADO II
LAGUNA DE ZARRACATIN
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410953157
410953176
211
Código 410953203
Denominación
Término
Grado
LA ALCAPARROSA V
Utrera
GRADO II
410953232
SAN FRANCISCO
Utrera
GRADO II
410953233
ARROYO DEL MORO
Utrera
GRADO II
410953234
PANOJALES I
Utrera
GRADO III
410953235
LA AUJURIA I
Utrera
GRADO II
410953236
LOS DOLORES
Utrera
GRADO II
410953237
ROADERO I
Utrera
GRADO III
410953238
ARROYO HONDO
Utrera
GRADO II
410953239
ROADERO II
Utrera
GRADO II
410953240
EL PAJARO I
Utrera
GRADO II
410953241
EL PAJARO II
Utrera
GRADO II
410953242
LA MINILLA I
Utrera
GRADO III
410953243
LA MINILLA II
Utrera
GRADO II
410953244
LA TINAJA
Utrera
GRADO II
410953245
LA AUJURIA II
Utrera
GRADO II
EL CERRO
410953204
LA ALCAPARROSA VI
Utrera
GRADO II
410953205
ZARRACATIN V
Utrera
GRADO III
410953206
EL MARMOL IX
Utrera
GRADO III
410953207
PARCELAS DE TROYA
Utrera
GRADO II
410953208
EL ÁGUILA II
Utrera
GRADO II
CORTIJO EL AGUILA
MIRANDA IV
Utrera
GRADO II
410953210
MIRANDA V
Utrera
GRADO III
410953211
MIRANDA VI
Utrera
GRADO II
410953212
MIRANDA VII
Utrera
GRADO III
410953213
LA CAÑADA VI
Utrera
GRADO II
410953214
LA CAÑADA VII
Utrera
GRADO III
410953215
LA CAÑADA VIII
Utrera
GRADO III
RANCHITO MIRANDA
EL MONUMENTO I
410953216
CUEVA ARTIFICIAL DE EL JUNQUILLO
Utrera
NINGUNO
410953217
LA CAÑADA X
Utrera
GRADO III
410953218
LA CAÑADA XI
Utrera
GRADO II
410953219
LA CAÑADA XII
Utrera
GRADO III
410953220
LA CAÑADA IX
Utrera
GRADO II
410953221
LA PARADA
Utrera
GRADO II
LA MOTILLA
410953246
PANOJALES II
Utrera
GRADO II
410953247
EL MONUMENTO II
Utrera
GRADO II
410953248
PANOJALES III
Utrera
GRADO II
410953250
ARENAL GORDO I
Utrera
GRADO III
410953251
BONILLA I
Utrera
GRADO III
410953252
SAN JOSÉ
Utrera
GRADO II
410953222
EL ÁGUILA III
Utrera
GRADO II
410953253
LA ROMANA I
Utrera
GRADO II
410953223
LAS MESAS
Utrera
GRADO II
410953254
LA ROMANA II
Utrera
GRADO III
410953224
MATABURRAS I
Utrera
GRADO III
410953255
LA INDIANA I
Utrera
GRADO III
410953225
MATABURRAS II
Utrera
GRADO II
410953256
LA DEHESILLA
Utrera
GRADO II
410953226
TUNANTE
Utrera
GRADO III
410953257
PINTO I
Utrera
GRADO II
410953228
MANZANILLAR DE LA LAGUNA
Utrera
GRADO II
410953258
PINTO II
Utrera
GRADO II
410953259
PINTO III
Utrera
GRADO II
GRADO II
410953260
PINTO IV
Utrera
GRADO II
GRADO II
410953261
PINTO V
Utrera
GRADO II
LAS ALBARDERAS
410953229
FLORIDA BAJA I
Utrera
410953231
EL CARNICERO
Utrera
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410953209
212
Código
Denominación
Término
Grado
410953262
DOMINGO - LA VENTA I
Utrera
GRADO II
410953293
DOMINGO - LA VENTA II
Utrera
GRADO II
410953263
LOS ALCORNOCALILLOS
Utrera
GRADO III
410953294
SUERTE LOZANA I
Utrera
GRADO II
FUENTE LOZANA I Utrera
GRADO III
410953265
EL BÚHO II
Utrera
GRADO III
410953266
EL BÚHO III
Utrera
GRADO III
EL BÚHO V
Utrera
GRADO III
410953269
EL BÚHO VI
Utrera
GRADO III
410953270
LOS ASIENTOS
Utrera
GRADO II
LA ROMANA III
Utrera
GRADO II
410953272
LA ROMANA IV
Utrera
GRADO II
410953273
EL VERCEL II
Utrera
GRADO II
410953274
ORÁN I
Utrera
GRADO II
410953275
EL ALCORNOQUILLO
Utrera
GRADO II
410953276
EL ALCORNOQUILLO II
Utrera
GRADO II
410953268
410953271
410953295
TRAJANO I
Utrera
GRADO II
410953296
TRAJANO II
Utrera
GRADO II
410953297
FONTANILLA
Utrera
GRADO II
410953298
MIGUEL DE UCEDA I
Utrera
GRADO II
410953299
MIGUEL DE UCEDA II
Utrera
GRADO II
410953300
RANCHO SAN MIGUEL
Utrera
GRADO II
410953301
TRAJANO III
Utrera
GRADO III
410953302
HACIENDA DE VALLEHERMOSO
Utrera
GRADO I
410953303
PRESA DE LOPERA
Utrera
GRADO I
PRESA DE EMBALSE Y MOLINO HIDRÁULICO DEL ARROYO DE LA PLATA
410953304
CABREJA I
Utrera
GRADO II
410953305
CABREJA II
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO III
CORTIJO CABREJA; SAN NICOLÁS
LA LAPA I
Utrera
GRADO II
410953279
LA LAPA II
Utrera
GRADO II
410953280
SAN RAFAEL I
Utrera
GRADO II
410953307
SAN MIGUEL I
Utrera
GRADO II
410953281
LA ALCANTARILLA
Utrera
GRADO II
410953308
SAN MIGUEL II
Utrera
GRADO II
410953278
410953306
SUERTE LOZANA II FUENTE LOZANA II
CORTIJO SAN MIGUEL
ENTRE VEREDAS; CORTIJO DE SAN RAFAEL
410953282
EL CASAR III
Utrera
GRADO II
410953309
RUEDA PAJARES
Utrera
GRADO III
410953283
PINGANILLO I
Utrera
GRADO III
410953310
CORTIJO DE SAN FRANCISCO JAVIER DE LA MONTERA
Utrera
GRADO II
410953284
PINGANILLO II
Utrera
GRADO II
410953311
LA GRANJA
Utrera
GRADO II
410953285
PINGANILLO III
Utrera
GRADO II
410953312
DON EUGENIO
Utrera
GRADO II
410953286
EL ALHORIN VI
Utrera
GRADO II
410953288
PINGANILLO IV
Utrera
GRADO II
CORTIJO DE PINGANILLO
410953289
BONILLA II
Utrera
GRADO III
410953290
ARENAL GORDO II
Utrera
GRADO II
410953291
LA INDIANA II
Utrera
GRADO II
410953292
LA INDIANA III
Utrera
GRADO III
ARGAMASILLA
410953313
CORTIJO DE EL TORBISCAL
Utrera
GRADO III
410953314
MATASIETE
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
CABEZA DE CAMPO; ANTÓN DE GRACIA
410953316
CORTIJO LA RANA CASABLANQUILLA
410953317
CERCA DE CADENAS FINCA EL PUENTE
410953318
SALVADOR DÍAZ
213
CORTIJO DE SALVADOR DÍAZ
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
EL BÚHO I
410953264
Código
Denominación
Término
Grado
410953319
PARDALES III
Utrera
GRADO II
410953348
RANCHO LAS LATAS
Utrera
GRADO II
410953320
LA VEGA ALTA I
Utrera
GRADO II
410953349
CARRASCALES ALTOS IV
Utrera
GRADO II
410953321
CARTERO II
Utrera
GRADO II
410953350
LA HIGUERA V
Utrera
GRADO II
410953322
LA VEGA ALTA II
Utrera
GRADO II
410953351
CARRASCALES BAJOS III
Utrera
GRADO II
410953323
ORELLANA I
Utrera
GRADO III
ORELLANA II
Utrera
GRADO II
410953326
VERACRUZ
Utrera
GRADO III
410953327
CASERÍO DEL CONDE
Utrera
GRADO II
SAN ROMÁN
Utrera
GRADO II
410953329
PAJERO I
Utrera
GRADO III
410953330
GOLONDRINO
Utrera
GRADO II
PAJERO II
Utrera
GRADO III
410953332
PAJERO III
Utrera
GRADO II
410953333
LA LOMBARDA
Utrera
GRADO III
410953334
PATA DE PALO
Utrera
GRADO II
410953362
410953335
PUYÓN
Utrera
GRADO III
410953363
410953336
LA PESCADERA
Utrera
GRADO III
410953364
410953337
CORTIJO VISTA ALEGRE
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
CORTIJO LOS CARRASCALES BAJOS
410953324
410953328
ANTOÑUELO I
Utrera
GRADO II
410953353
ANTOÑUELO II
Utrera
GRADO II
410953354
CASA DE CORIA IV
Utrera
GRADO III
410953355
CASA DE CORIA V
Utrera
GRADO II
410953356
LA HUERTA
Utrera
GRADO II
410953357
MAMOLA GRANDE
Utrera
GRADO II
410953358
LOS PASTORES
Utrera
GRADO II
410953359
EL VISO
Utrera
GRADO II
410953360
CORTIJO DE TORRE DE LA MARISMA
Utrera
GRADO II
EL COTO I
Utrera
GRADO II
EL COTO II
Utrera
GRADO II
CUEVA DEL REY
Utrera
GRADO II
410953365
DEHESA DE URQUIJO I
Utrera
GRADO III
410953366
DEHESA DE URQUIJO II
Utrera
GRADO II
410953367
LAS TORRES III
Utrera
GRADO II
410953368
LAS PELUCAS
Utrera
GRADO II
410953369
ALGUACILES BAJOS I
Utrera
GRADO II
410953370
EL ÁGUILA IV
Utrera
GRADO II
410953371
EL ÁGUILA V
Utrera
GRADO II
410953372
LLANO DE LAS PÁJARAS I
Utrera
GRADO II
410953373
LLANO DE LAS PÁJARAS II
Utrera
GRADO II
410953374
LA HARINOSA
Utrera
GRADO II
410953376
LOS TEJONES
Utrera
GRADO II
Utrera
GRADO II
CORTIJO DE TORREMARISMA
EL CHORRITO
EL GARROTAL
410953338
FUENTE VINAGRE I CORTIJO FUENTE VINAGRE
410953339
EL TOMILLAR
Utrera
410953340
LAS CABAÑAS
Utrera
GRADO II
410953341
CERRO ZALEA
Utrera
GRADO II
410953342
CARRASCALES ALTOS I
Utrera
410953343
CARRASCALES ALTOS II
Utrera
GRADO II
410953344
CARRASCALES ALTOS III
Utrera
GRADO II
410953345
CARRASCALES BAJOS I
Utrera
410953346
CARRASCALES BAJOS II
Utrera
GRADO II
PRADO GALLEGO
Utrera
GRADO II
410953347
214
VENTOSILLA III
GRADO II
GRADO II
GRADO II
MALVALOCA
410953377
RANCHO EL LENTO
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410953331
410953352
Código
Término
Grado
410953378
CERRO DE LA ATALAYA
Utrera
GRADO II
410953379
CORTIJO NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
Utrera
GRADO II
410953380
ALGUACILES BAJOS II
Utrera
GRADO II
410953381
ALGUACILES BAJOS III
Utrera
GRADO II
410953383
LAS HALDUAS III
Utrera
GRADO II
410953384
RANCHO LA ROSA
Utrera
GRADO II
410953385
RANCHO DE ANDRÉS LÓPEZ
Utrera
GRADO III
410953386
RANCHO DE QUININO
Utrera
GRADO II
410953387
EL COTO III
Utrera
GRADO II
410953388
RANCHO PEPE TORO
Utrera
GRADO II
410953389
CORTIJO LAS JARETAS I
Utrera
GRADO II
410953390
CORTIJO LAS JARETAS II
Utrera
GRADO II
410953391
LA CANCELA
Utrera
GRADO II
410953392
EL CASAR II
Utrera
GRADO I
410953393
LOS BERMEJALES III
Utrera
GRADO II
410953394
LOS BERMEJALES IV
Utrera
GRADO II
410953395
LOS BERMEJALES V
Utrera
GRADO II
410953396
EL BOLLO V
Utrera
GRADO II
410953397
MALAVISTA III
Utrera
GRADO II
410953398
MALAVISTA IV
Utrera
GRADO II
410953399
MALAVISTA V
Utrera
GRADO II
410953400
EL VERCEL I
Utrera
GRADO II
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
Denominación
215
Entidades Arqueológicas. Unidades LA TORRE DEL ÁGUILA Unidades Arqueológicas
410953074
SIARUM, BARRIADA LA CAÑADA
LA TORRE DEL ÁGUILA (TORRE)
TORRE DE LA VENTOSILLA Unidades Arqueológicas
410950089
Utrera
Sevilla
Utrera
Sevilla
CASTILLO DE UTRERA
SALINAS DE VALCARGADO
TORRE DE VALCARGADO
Utrera
Sevilla
410953375
POZOS DE SAL DE VALCARGADO
Utrera
Sevilla
Utrera
Utrera
Sevilla
Utrera
Sevilla
Sevilla
Unidades Arqueológicas
410953134
410953135
TORRE DE TROYA
410950066
SAN FRANCISCO
EL BOLLO I
Utrera
Sevilla
410950065
EL BOLLO II
Utrera
Sevilla
410953007
410950067
EL BOLLO IV
Utrera
Sevilla
LA ALCANTARILLA
Unidades Arqueológicas
CONJUNTO FUNERARIO LA CRUZ DEL GATO
Cruz del Gato I
VARCARGADO IV 410953055
410953325
410950064
410950045
Sevilla
ENTORNO DE TORRE DE TROYA
EL BOLLO III
Unidades Arqueológicas
Utrera
410953021
410950055
LOPERA I
Unidades Arqueológicas
Sevilla
ANTIGUO CONVENTO DE SAN FRANCISCO
Unidades Arqueológicas
410950122 Utrera
410953232
ENTRE VEREDAS; CORTIJO DE SAN RAFAEL 410953281
410953108
FORTALEZA DE LA ALCANTARILLA
Utrera
Sevilla
410953111
PUENTE DE LA ALCANTARILLA
Utrera
Sevilla
Sevilla
410950046
Cruz del Gato II
Utrera
Sevilla
410950047
Cruz del Gato III
Utrera
Sevilla
EL ALHORIN VI Unidades Arqueológicas
410950048 410953002
Túmulo de la Motilla Cruz del Gato IV
Utrera Utrera
410953286
Sevilla
410950069
EL ALHORIN I
Utrera
Sevilla
410950070
EL ALHORIN II
Utrera
Sevilla
410950071
EL ALHORIN III
Utrera
Sevilla
Sevilla
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
LOPERA II
410950054
410950095
Unidades Arqueológicas Sevilla
Utrera
CONJUNTO HISTÓRICO DE UTRERA
410950044 Utrera
410953013
PUENTE DE LOS ACARREADORES
Unidades Arqueológicas
VGIA; TORRES ALHOCAZ
TORRE ALOCAZ
Unidades Arqueológicas
410953004
410950026
TORRES ALOCAZ I
410950090
Unidades Arqueológicas
TORRE DE LA VENTILLA
TORRE DE LA VENTOSILLA (TORRE)
Unidades Arqueológicas
LA VEGA
410950008
216
PARDALES III Unidades Arqueológicas
410953319
410950020
PARDALES
Utrera
Sevilla
410953071
PARDALES II
Utrera
Sevilla
CORTIJO DE TORRE DE LA MARISMA Unidades Arqueológicas
410953361
TORRE DE LA MARISMA
CORTIJO DE TORREMARISMA
410953360 Utrera
Sevilla
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
217
Entidades Arqueológicas. Hallazgos Aislados Código
Denominación
Término
410953227
CERRO DE LA PLATA
Utrera
410953230
FLORIDA BAJA II
Utrera
410953249
PANOJALES IV
Utrera
410953267
EL BÚHO IV
Utrera
410953277
ORÁN II
Utrera
POZO PATA
CORTIJO DON RODRIGO
Utrera
410953315
LA RANA II
Utrera
410953382
LA ESPARRAGOSA
Utrera
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
410953287
218
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
IX. 2.
Listado de Entornos y Áreas de Influencia
219
Entornos de Entidades Arqueológicas ÁMBITO URBANO
ÁMBITO RURAL
Código
Denominación
Código
Denominación
E1
EL JUNQUILLO
E5
EL CASAR
E2
EL CERRILLO Aunque podríamos haber registrado El Cerrillo y La Laguna con una única delimitación, tal como sucede con el Junquillo, la inexistencia entre ambos sitios de la uniformidad cronológica que encontramos en aquel y la configuración topográfica de estos espacios, aconseja diferenciarlos como yacimientos distintos, constituyendo la Cañada Real del Pajarero un desnivel que atraviesa entre ambos sitios y que sirve de límite a sus entornos. En este sentido, la dispersión de escasos materiales alrededor de los límites de cada sitio justifica la definición de sus entornos.
E3
LA LAGUNA Véase E2.
E4
Se amplía con la zona de entorno la delimitación previa del sitio. Se propone la declaración del yacimiento como BIC incluyendo en su entorno otros sitios arqueológicos diferenciados pero muy cercanos a éste: El Casar II y El Casar III, que se diferencian topográficamente del yacimiento principal pero que se considera necesario incluir dentro del entorno propuesto. La presencia de materiales en las zonas bajas y de laderas del sitio puede obedecer a la caída en gravedad desde las zonas más altas.
OLIVAR ALTO Se delimita una zona de entorno en la que la dispersión de materiales parece obedecer a un esparcimiento por las laderas del emplazamiento de los materiales procedentes del yacimiento s.s. Los recientes controles arqueológicos en el lugar parecen haber confirmado la hipótesis señalada.
E6
LA TORRE DEL ÁGUILA La Torre del Águila. Se trata de un yacimiento complejo y de gran amplitud, identificado con la antigua ciudad de Siarum. Se propone la declaración del yacimiento como BIC incluyendo en su entorno otros sitios arqueológicos diferenciados pero muy cercanos a éste: El Águila I, El Águila II, La Cañada VI. Además, cuenta con una unidad arqueológica, La Torre del Águila (Torre). La complejidad de este lugar se amplía por la existencia de una zona urbanizada no legalizada que afecta al yacimiento: la barriada de la Cañada, constituida en terrenos públicos agropecuarios sin licencias de obras, lo cual complica la aplicación de las medidas cautelares que pudieran tomarse. La distinción entre áreas urbanas y rurales encuentra en este yacimiento solución compleja; consideramos que las medidas cautelares sobre él deben reflejar ese aspecto cuasi urbano pero la información cartográfica es más amplia en contenidos de ámbito rural, por lo cual no se considera yacimiento en área urbana.
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
El sitio arqueológico de El Junquillo está conformado por dos unidades de concentración de materiales y un área circundante en el que aparecen materiales con mucha menor densidad. Aun cuando existen sitios delimitados muy cercanos a éstas áreas, su uniformidad cronológica y su disposición topográfica las diferencian claramente de aquellos.
220
Áreas de Influencia AI 1
CRUZ DEL GATO - EL TORNO Se trata de yacimientos arqueológicos conocidos por referencias bibliográficas y orales cuyos elementos principales se consideran desaparecidos. Muy probablemente se trata de un único yacimiento, pero mientras que del Conjunto Funerario de la Cruz del Gato existe documentación contrastada, e incluso se hallaba inventariado con anterioridad a la actual Carta Arqueológica, de El Torno apenas existen referencias vagas, por lo que hemos considerado oportuno su diferenciación como yacimientos independientes.
AI 3
FUENTE VIEJA DEL CAMPO III - FUENTE VIEJA DEL CAMPO IV Área de influencia conformada por sitios arqueológicos con topografía relativamente diferenciada y cronología no equivalente, pero muy cercanos, tan sólo separados por un viario.
EL PESCOZAL II - EL PESCOZAL IV - EL PESCOZAL X - VALCARGADO I Área de influencia conformada por sitios arqueológicos muy cercanos, relacionados en parte cronológicamente, aunque con topografía diferenciada entre algunos de ellos.
AI 8
HIGUERA I - MALAVISTA I - MALAVISTA II Área de influencia conformada por sitios arqueológicos muy cercanos con topografía no muy diferenciada y relacionados cronológicamente sólo parcialmente.
AI 9
LA ALCANTARILLA - SAN RAFAEL I Área de influencia conformada por sitios arqueológicos cercanos con topografía no muy diferenciada y relacionados cronológicamente sólo parcialmente. La distinción como sitios arqueológicos obedece a que en La Alcantarilla se integran elementos monumentales y concentraciones de materiales de diferente cronología, mientras que San Rafael I se presenta como una sucesión de concentraciones de materiales de cronología relativamente uniforme a lo largo de la margen derecha del arroyo Salado.
AI 10
EL BÚHO V - EL BÚHO VI Se trata de dos sitios que aunque topográficamente se encuentran diferenciados, su cercanía y relativa uniformidad cronológica justifican este área de influencia para su adecuada gestión patrimonial.
AI 5
AI 7
EL BÚHO I - EL BÚHO II -EL BÚHO III - EL PÁJARO I - EL PÁJARO II - LOS ARCONOCALILLOS Se trata de varias concentraciones de materiales diferenciadas entre sí pero que se encuentran lo suficientemente cercanas - distanciadas menos de 100 m una vez delimitadas - como para requerir de un área de influencia; otros sitios, como Roadero II o Los Asientos, se encuentran cercanos a ella pero fuera ya del estándar de los 100 m.
AI 4
Área de influencia conformada por sitios arqueológicos con topografía relativamente diferenciada y cronología no equivalente, pero muy cercanos, tan sólo separados por una pequeña vaguada.
LA AUJURIA I - LA AUJURIA II - LA TINAJA La Aujuria I y II muestran una amplia distribución de materiales pero de escasa densidad en su mayor parte, desapareciendo casi totalmente en sus límites. Sólo La Tinaja se muestra con carácter distinto; casi se podría considerar como una unidad arqueológica aislada. Cercano a estos sitios se encuentra La Minilla II, pero su ubicación topográfica, claramente diferenciada por una vaguada, hace injustificable la ampliación de un área de influencia que obedece fundamentalmente a criterios de gestión patrimonial.
FUENTE VIEJA DEL CAMPO II - PINGANILLO II
EL AMARGUILLO III - EL LÍO III Área de influencia conformada por sitios arqueológicos con topografía relativamente diferenciada y cronología no equivalente, pero muy cercanos, tan sólo separados por una ladera.
AI 11
LA CAÑADA II - LA CAÑADA III Área de influencia conformada por sitios arqueológicos con topografía relativamente diferenciada y cronología no equivalente, pero muy cercanos, tan sólo separados por una ladera.
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
AI 2
AI 6
221
AI 12
EL MARCEGOSO IV - EL MARCEGOSO V
AI 18
Área de influencia conformada por sitios arqueológicos con topografía relativamente diferenciada y cronología equivalente, cercanos y separados por una ligera vaguada. AI 13
Área de influencia conformada por sitios arqueológicos con topografía relativamente diferenciada y cronología en parte equivalente, cercanos y separados por laderas no muy acusadas. Se encuentra cercano a ellos Pernales V, aunque éste se halla muy diferenciado topográficamente, en una loma aislada y separada por una importante vaguada, por lo cual no se ha establecido área de influencia contando con él. Aunque Pernales I - Pernales II, por una parte, y Pernales III - Pernales IV, por otra, se encuentran distanciados algo más de 100 m, la escasa diferenciación topográfica recomienda su inclusión como un mismo área.
EL MARCEGOSO VIII - EL MARCEGOSO IX Se encuentran diferenciados topográficamente por escorrentías de agua y por la misma configuración de El Marcegoso VIII en un abultamiento del terreno claramente destacado. Su cronología es equivalente.
AI 14
EL ÁGUILA IV - EL ÁGUILA V Área de influencia conformada por sitios arqueológicos con topografía relativamente diferenciada y cronología equivalente, cercanos y separados por una ligera vaguada.
AI 16
AI 19
Área de influencia conformada por sitios arqueológicos muy cercanos, con topografía relativamente diferenciada y cronología en parte equivalente.
EL CASERÓN III - EL CASERÓN IV Área de influencia conformada por sitios arqueológicos con topografía relativamente diferenciada y cronología en parte equivalente, cercanos y separados por ladera. Se encuentra cercano a ellos El Caserón VII, aunque éste se halla muy diferenciado topográficamente, en una loma aislada y separada por una importante vaguada, por lo cual no se ha establecido área de influencia contando con él.
AI 20
ZARRACATÍN I - ZARRACATÍN II - ZARRACATÍN III
AI 21
LAS MENTIRAS I - LAS MENTIRAS II - LAS MENTIRAS III - CASILLA DEL COLEGIO Se trata de sitios que aunque topográficamente se encuentran diferenciados, su cercanía y relativa uniformidad cronológica justifican este área de influencia para su adecuada gestión patrimonial. En el caso de la Casilla del Colegio, a pesar de encontrarse a algo más de 100 m de Las Mentiras I, la escasa diferenciación topográfica recomienda su inclusión en el área.
EL ALHORÍN IV - EL ALHORÍN V - EL ALHORÍN VI El Alhorín VI es un sitio arqueológico que engloba a otras unidades arqueológicas funcionales (El Alhorín I, II y III); el área de influencia, por su parte, se establece entre sitios arqueológicos con topografía relativamente diferenciada y cronología en parte equivalente, muy cercanos y separados por laderas.
Área de influencia conformada por sitios arqueológicos con topografía escasamente diferenciada y cronología en parte equivalente, cercanos y separados sólo por ligeras ondulaciones del terreno; aunque se trata de concentraciones separadas entre ellas más de 100 m, parece oportuno establecer este área de influencia como medida cautelar. No se incluye Zarracatín IV ya que, en cambio, se haya muy diferenciado topográficamente y supera además los 100 m de distancia con respecto a Zarracatín III, el más cercano. AI 17
EL MÁRMOL VI-EL MÁRMOL VII
GÓMEZ CARDEÑA II - GÓMEZ CARDEÑA XIII GÓMEZ CARDEÑA XIV - GÓMEZ CARDEÑA XV Área de influencia conformada por sitios arqueológicos, con topografía relativamente diferenciada y cronología en parte equivalente, muy cercanos y separados por arroyuelos y vaguadas. Los dos más cercanos son Gómez Cardeña II y XIII, y aunque los otros dos se separan más de 100 m, la escasa diferenciación topográfica recomienda su inclusión como un mismo área.
AI 22
GÓMEZ CARDEÑA V - GÓMEZ CARDEÑA VI GÓMEZ CARDEÑA VII Área de influencia conformada por sitios arqueológicos con topografía relativamente diferenciada y cronología en parte equivalente, cercanos y separados por laderas.
AI 23
EL BOLLO V - EL BOLLO VI Área de influencia conformada por sitios arqueológicos, con topografía diferenciada y cronología en parte equivalente, muy cercanos y separados por un camino y las laderas de ambos.
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
AI 15
PERNALES I - PERNALES II - PERNALES III PERNALES IV
222
AI 24
LOPERA II - LOPERA III Área de influencia conformada por sitios arqueológicos, con topografía diferenciada y cronología en parte equivalente, muy cercanos y separados por las laderas de ambos. Hemos ampliado las dimensiones concebidas inicialmente en bibliografía para Lopera II y hemos integrado como unidad arqueológica a Lopera I, al incluir en Lopera II los terrenos en los que se emplaza la torre.
En otros casos no se ha considerado oportuno establecer áreas de influencia a pesar de encontrarse los sitios distanciados menos de 100 m: - Ciudad de Utrera. Por norma general, en todos los espacios delimitados en ámbito urbano se prescinde de la figura de área de influencia.
Estos sitios se encuentran claramente diferenciados tanto por su cronología general como por su topografía, además de hallarse separados por la red ferroviaria. - Roncesvalles I - Roncesvalles II. También se encuentran claramente diferenciados tanto por su cronología general como por su topografía, separados en este caso por escorrentías de agua. A ello hay que unir el hecho de que, muy probablemente, los límites de ambos sitios en sus zonas cercanas se correspondan con materiales en posición secundaria, procedentes de las zonas más altas. - El Mármol I - El Mármol IX Se trata de sitios arqueológicos con topografía claramente diferenciada y cronología equivalente, cercanos y separados por la carretera CHG y por una vaguada poco propicia para la presencia de materiales. La diferenciación de zonas viene dada también por la densidad de los materiales, y las mayores dudas que genera El Mármol IX por la presencia de abundante material contemporáneo. - Véase también el caso de El Caserón VII (A 16).
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
- Parpagón - La Vega.
223
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
IX. 3.
Listado de Inmuebles de Interés Propuesta de declaración como BIC
224
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
BIENES INMUEBLES DE INTERÉS RECONOCIDOS EN EL TÉRMINO MUNICIPAL
PROPUESTA DE BIENES DE INTERÉS CULTURAL
EDIFICIOS Los edificios que se señalan tienen la particularidad de estar registrados como unidades de yacimientos arqueológicos o, en el caso de Presa de Lopera, constituir sitios arqueológicos en sí mismos, por requerir su estudio de la aplicación de metodología arqueológica.
A1
Torre del Cortijo de Torremarisma
Se emplaza sobre un promontorio que se destaca en la llanura de las marismas, y sobre el que se encuentra edificado el cortijo de Torremarisma. Al este discurren la C.R de la Armada (A-471), de norte a sur, y el Cordel de la Montera, que enlazaría aquella cañada con las zonas altas situadas al este. En época bajomedieval se constata una ocupación del sitio. Es posible que en este momento se edifique la torre que da nombre al cortijo. Ésta se encuentra en el extremo sur del cortijo y presenta un gran estado de conservación. Se encuentra encalada y está construida con sillares en las esquinas, aspilleras y coronamiento. La imposibilidad de visitarla - por impedimentos del guarda - así como el no hallazgo de fuentes escritas no permite asegurar su origen medieval. La existencia de torres vigías y defensivas de origen bajomedieval es muy común en el término municipal de Utrera, situado en la cercanía de la Banda Morisca. De hecho, esta torre se situaría en una línea recta de conexión visual entre yacimientos de esta época, que englobaría a los yacimientos de Torres Alocaz, Cerro de la Atalaya y Loma de los Reventones. Por otra parte, se puede reseñar la presencia de la cañada de la Armada, ruta empleada por las tropas para el acceso a los barcos de la armada en la batalla del Estrecho contra los benimerines durante el siglo XIV y la buena visibilidad de toda la llanura como otros vínculos de tipo defensivo que justificarían la construcción de una torre, ciertamente excepcional en este entorno geográfico.
225
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
226
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
A2 Torre de las Salinas de Valcargado
Se emplaza en llano, en el valle de los arroyos del Sarro, que discurre al norte, y el de las Salinas, que desagua en aquél junto a las salinas. Se trata de un amplio valle con sentido este-oeste por el que se dispone la C.R del Prado del Gallego y algunos caminos carreteros, que enlazarían las zonas llanas de las marismas con Los Molares o el Cerro del Casar. Se trata de un complejo industrial dedicado a la extracción de sal para la obtención de salmuera. Para ello dispone de dos pozos donde se extrae agua salada. Uno de ellos presenta planta cuadrada y entibado de madera. El agua salada es almacenada en piletas donde se enriquece con oxígeno. La sal se concentra en piletas de cubierta. Junto a las piletas se halla un edificio construido en mampostería y ladrillos, de planta rectangular, con una inscripción que hace referencia al año 1469 como edificación de las mismas. Justamente en esta fecha fue otorgada al Conde de Arcos. Al oeste de la misma y adosada a la edificación se halla una pequeña torre de dos plantas, con bóveda de aristas, aspilleras en sus laterales y dos cuerpos marcados al exterior mediante un pequeño escalonamiento, posiblemente una torre defensiva de las salinas. En relación con ésta, hay que señalar que algunas fuentes constatan la existencia de un castillo junto a las salinas, por lo que seguramente deben referirse a este pequeño torreón, que probablemente se comunicaría visualmente con la Torre de la Ventosilla, situada a unos 1600 m al sudeste. Con seguridad, se puede afirmar que las salinas se explotan durante el siglo XV. No obstante, la importancia de la sal desde épocas protohistóricas pudo impulsar el inicio de la extracción en Valcargado. De este modo, se ha vinculado el asentamiento de Salpensa (Cerro del Casar) con la explotación de las salinas, haciendo derivar el topónimo con la palabra sal, monosílabo que ya podría emplearse en las lenguas indoeuropeas. Las salinas tienen una fácil comunicación con Salpensa, situada a unos 6 km al este. En la actualidad, aún son explotadas. Morales (1981) señala que en 1469 está otorgada al conde de Arcos, a favor de don Lope Ponce de León. Al principio del siglo XVI se encuentra dividido en dos donadíos, uno a beneficio de Doña Catalina de Perea y otro de Doña Beatriz Santillán. Caro (1604) relata que del pozo de Valcargado, se saca el agua con la mano donde se reparten en presas para que se cuaje. Boza y Rivera (1752) comenta `en el famoso Pozo de Valcargado que resguardado por un castillo se cuajan de nueve a diez mil fanegas cada año ´. González de la Peña anota que ya no conserva el castillo que se menciona pero sí un almacén del siglo XIV. También aparece en el Diccionario Geográfico-Estadístico- Histórico de Madoz.
227
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
228
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
229
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A2 Presa de Lopera
Se emplaza en la margen norte de la SE-445 y sobre la confluencia del arroyo de la Plata con el del Estanco. La presa se sitúa en un estrechamiento del valle que generan estas corrientes fluviales, que se encajona entre el cerro de la Plata y la Serrezuela de Lopera. La presa está construida en mampostería y argamasa, presentando la cara que permanece en contacto con el agua hiladas de sillarejos. Se trataría de una presa de gravedad cuya construcción no debió suponer demasiada dificultad, debido al escaso caudal existente durante el estío. Sobre la presa se encuentran tres aliviaderos superficiales para evacuar el agua sobrante. Estos están construidos por anillos cerámicos en los que se aprecian algunos esgrafiados, con grafías similares a las árabes. En la cara que da a la corriente se observan estructuras que facilitarían el encaje de compuertas, que ayudarían a aliviar el agua almacenada. Este tipo de presas solía tener una toma o derivación por la que salía el agua, que a través del caz o cao llegaba a las factorías de molienda. En este caso se observan los restos de dos salas de moliendas integrados o adosados al propio cuerpo de la presa. Están construidas con ladrillos y revestimiento hidráulico, y son abovedadas. Este tipo de presas destinadas a la molinería hidráulica es típica en pequeños cauces y necesitarían un gran almacenamiento de agua para lograr hacer funcionar el sistema. Con probabilidad, el agua iría conducida por un cao o cauce por donde va el agua hasta mover un rodezno, especie de turbina de eje vertical, que estaría conectado con las muelas, posiblemente horizontales, en las que la situada en la parte inferior debió permanecer fija (solera) y la superior móvil (volandera), debido al limitado cauce del arroyo. Ambas serían cilíndricas y sus dimensiones más usuales oscilan entre 90 y 130 cms. de diámetro; el grosor disminuiría a medida que se van gastando, pero oscila entre los 45 ó 50 cms. cuando comienzan a ser utilizadas hasta los 15 ó 25 cms., en que son sustituidas. En época moderna, ambas muelas comienzan a estar ceñidas por uno o dos cinturones de hierro llamados ceños, zuños o zunchos. En uno de los ceños se practican dos agujeros, opuestos diametralmente el uno del otro; estos agujeros de unos 5 cms. de diámetro traspasaban hasta las piedras y en ellos se introducen los burlones o pernos de hierro que sujetan las abrazaderas de la cabria en caso de tener el molinero que picar o sustituir las piedras. Según Reyes Mesa, de la Universidad de Granada, el procedimiento más antiguo para recoger la harina era cubrir las muelas mediante una caja circular, formada por un cilindro de estera, el cual evolucionó hasta realizarse de madera, con una abertura en su parte delantera e inferior, que permite la salida de la harina; aquí, se ubica la canal, por donde cae hasta el harinal o harinero, que es una gran caja, con forma de prisma rectangular, colocada al pie de la armadura de las muelas, capaz de mantener en ella la harina por algún tiempo, para que así experimente un ligero enfriamiento antes de ser envasada en los costales. El molino hidráulico de la presa de Lopera se encuentra deteriorado, presentando una importante rotura en la presa (que descansa en el cauce del arroyo del Estanco), en las salas de moliendas y en los revestimientos de la misma presa. Se trataría de un molino harinero, muy típico en la Baja Andalucía y en general en el resto de la península. Son famosos los molinos hidráulicos y azudas situados en el Guadaira, Corbones, Odiel y Guadalquivir, que aprovecharían la riqueza cerealística de la vega y la campiña. La existencia de molinos de agua se conoce desde Vitrubio (siglo I a.C) y se conocen en la Hispania romana, en Al-Andalus y en época medieval. La presa de Lopera presenta serias reservas para su datación. Lo más probable es que esté fechada en algún momento de la Edad Moderna. Más dudosa sería una adscripción bajomedieval (la fortificación de Lopera, datada en el XIV, se encuentra a unos 1000 m al sur). A favor de esta hipótesis se encontrarían los posibles esgrafiados de tipología posiblemente árabe, lo que pudiera implicar una construcción realizada por mudéjares. Como dato curioso, Morales Álvarez (1981) señala la presencia de un molino de pan, cerca del castillo, que tiene a tributo Alonso Martín Carretero, vecino de Utrera, por dos mil maravedíes cada un año, que no hemos podido ubicar. Finalmente, hay que señalar que en la cartografía de edificios protegidos del PGOU aparece el puente de Lopera con la denominación “Puente de Santiago”, del todo errónea porque el arroyo Santiago discurre a cierta distancia al oeste.
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YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS
I2 El Casar
El cerro en el que se encuentra el yacimiento, en su configuración actual, está formado por cuatro pequeños promontorios, dos en la parte norte, donde se sitúa el punto más elevado que alberga un vértice geodésico de segundo orden, y dos en la parte sur. Entre ambas partes existe un pequeño arroyo estacional, seco la mayor parte del año, donde se han realizado importantes hallazgos debido a que el agua erosiona las blandas paredes del mismo. El yacimiento tiene una altura de 169 metros sobre el nivel del mar, altitud que podemos considerar como media baja, lo cual acentúa su altura y su importancia estratégica, pues no existe altura similar en 18 kilómetros a la redonda. Se trata, pues, de una atalaya privilegiada y excepcional en una zona de fértil agricultura y de tránsito ganadero. Desde su cima se divisan los Alcores, Carmona, Alcalá de Guadaira, Torres Alocaz, Castillo de Cote, Torre de la Ventosilla, y otro sin fin de lugares en los cuales se encuentran restos arqueológicos de distintas épocas históricas, pero relacionados con las distintas fases históricas por las que ha pasado el Casar. Al este discurre la A-376, en dirección noroeste-sur y al oeste se encuentra la C.R del Prado del Gallego, que enlaza con la llanura de las marismas. El sitio se encuentra muy deteriorado debido a las continuas roturaciones realizadas desde la Baja Edad Media y al expolio sistemático. De este modo, una gran cantidad de las piedras fueron reutilizadas para la construcción de poblaciones cercanas, como es el caso de Utrera, El Coronil o Los Molares. Ruiz Delgado (1985) señala la existencia de cuatro pozos artesianos en el cerro. El yacimiento mantiene un continuado poblamiento desde el Calcolítico hasta época medieval, siendo durante el periodo romano cuando alcanza su máxima expansión superficial. Durante el eneolítico, se emplazaría en el sitio un hábitat de relativa importancia, en relación con la vía que comunicaría poblados importantes como Valencina de la Concepción, El Gandul o, quizás, Utrera, con las comunicadas situadas en las sierras malagueñas (Ronda). En la actualidad, la A-376 continúa teniendo el mismo destino. A lo largo de la carretera se han constatado algunos importantes sitios de época eneolítica como los cercanos Utrera, Los Molares o Pescozal V. Ruiz Delgado (1985, pp. 67-68) apunta a una actividad económica predominantemente agrícola, acorde con la tipología y calidad de los terrenos sobre los que se asienta. Durante el período campaniforme debió ampliarse el hábitat que reflejaría un mayor auge económico. La ocupación persiste durante la Edad del Bronce. La importancia del sitio se explica, en opinión de Ruiz Delgado (1985) por su situación geográfica, controlando por un lado una zona de fértil agricultura, y por otro una de las vías de comunicación entre las tierras bajas del Valle del Guadalquivir y las montañas subbéticas y la costa malagueña. El comercio e intercambio establecido entre los establecimientos de la zona y las factorías orientales de la costa mediterránea debió beneficiar a ambas comunidades, repercutiendo en todos los ámbitos económicos y sociales de éstas. Durante el período turdetano, el hábitat debió gozar de gran prosperidad. De este modo, se conocen acuñaciones de este momento. Posiblemente, será con la ocupación turdetana cuando el sitio se conozca como Salpensa, quizás relacionado con la explotación de sal. A través de la C.R del Prado del Gallego se accede a las salinas de Valcargado, las cuales pudieron estar activas antes de la romanización. La llegada de Roma debió monumentalizar Salpensa. Aún se conservan al este los restos de una tumba turriforme, lo que da una idea de la entidad del sitio. Salpensa debió estar amurallada, contaría con algún templo (como refiere la epigrafía y la numismática), quizás dedicado a Apolo, y posiblemente con estructuras termales. A ellas debió pertenecer los restos de una piscina con revestimiento de opus signinum situada en el extremo nordeste, que ha sido conocido tradicionalmente como los Baños de la Reina. En el interior fueron hallados algunos fragmentos de huesos humanos casi en superficie, por lo que es posible que se hubiera reutilizado como lugar de enterramiento en los últimos siglos. El sitio obtuvo el rango de municipio en época flavia. Las tablas que contenían la lex salpesae fueron halladas en el siglo XIX en Málaga y se han fechado entre el 82-84 d.C. En época visigoda fue consagrada una iglesia por Pimenio, que era obispo de Écija o Medina Sidonia. La mesa del altar se conserva hoy en el Museo Nacional en Madrid y se data en el 648 d.C. A modo de especulación, se ha
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propuesto su edificación sobre el hipotético templo de Apolo. El sitio siguió siendo ocupado durante la Edad Media. En este momento el sitio será conocido como Facialcazar, que sería un hisn capital del distrito o iqlim de Al-Fahs, dentro de la Cora de Sevilla. El tamaño del distrito de Al-Fahs sería realmente grande, alcanzando gran parte del actual término municipal de Utrera, incluyendo Torres Alhocaz y el Sarro (Siarum). Con la conquista, se realizará un intento de repoblación del sitio. Se edificaría una iglesia -según Caro en las faldas del cerro, junto a una cueva - y se ocuparía con repobladores cristianos y, excepcionalmente, judíos. La cercanía con la frontera nazarita y las continuas incursiones o razzias benimerines aceleraría la despoblación, convirtiéndose durante el XIV en uno de los despoblados del sur de la campiña sevillana, mostrando el fracaso de la repoblación del siglo XIII. Los habitantes de Facialcazar, el Sarro, Gómez Cardeña... se implantarían en Utrera, que aumentaría de este modo la población y su término municipal. A partir de este momento, el sitio iría arruinando hasta llegar a desaparecer. Los materiales arqueológicos que se han podido observar son los siguientes: CALCOLÍTICO: se trata de un hábitat importante, dada la abundancia en superficie de hachas y azuelas de sección trapezoidal, cuchillos de sílex, la mayoría de sección trapezoidal y perfil curvo con retoque, denticulados, flechas de cobre y fragmentos de cuencos de casquete esférico, vasos cerrados de borde indicado, platos de borde almendrado, fragmentos con decoración exterior lineal incisa y platos con decoración campaniforme con motivos muy variados. Las cerámicas son a mano con pastas marronáceas. En estos momentos el hábitat parece concentrarse en la parte más elevada del cerro, donde se aprecia una potencia estratigráfica mayor. BRONCE ANTIGUO Y MEDIO: al parecer mantuvo la importancia del periodo anterior. Hay informaciones orales que señalan la existencia en el yacimiento de un anillo de oro y un puñal, probablemente procedentes de algún enterramiento. El puñal conservaba tres remaches y el orificio de un cuarto perdido, dispuestos en forma semicircular en la cabeza del mismo. BRONCE FINAL: son abundantes los restos en la zona Suroeste del cerro, aunque esta zona es la más afectada por los expolios y la erosión. No se han detectado elementos arquitectónicos correspondientes a este periodo, y entre el material cerámico hay vasos de tendencia semiesférica con carena alta, cuencos de bordes ligeramente exvasados y hemiesféricos y pequeñas vasijas bicónicas o globulares de borde recto o exvasado y levemente engrosado. Estos recipientes tienen decoraciones incisas, bruñidas (con motivos de retículas y líneas geométricas) y pintadas (formando dibujos geométricos con triángulos alternos rellenos de líneas oblicuas paralelas sobre fondo grisáceo bruñido). HIERRO I: Está ampliamente documentado en el yacimiento y el área de expansión de las cerámicas es muy amplio. El material cerámico está representado por cerámicas a mano de tradición anterior, gris de occidente bruñidas y alisadas, oinochoes de boca de seta con barniz rojo, cerámicas pintadas con motivos geométricos al exterior y fragmentos de ánforas fenicias; también fue observado un fragmento con un losannge con diagonales y perfiles en negro, dos de los cuales están rellenos con pintura de color castaño oscuro. TURDETANO: hay un gran número de restos cerámicos en superficie: vasos de cuello estrangulado y de formas abiertas, cuencos y platos con decoración de pintura en bandas y líneas horizontales de color rojo vinoso tanto al interior como al exterior, etc. Son también comunes los hallazgos monetales de este periodo, recogidos en su mayor parte en colecciones privadas. Pero sobre todo destacan las esculturas de una figura de león fragmentada y de una cabeza de carnero, que forman parte de la Colección Lara del Museo Arqueológico Provincial de Sevilla, y que sería un buen ejemplo de la importancia adquirida por el yacimiento durante este periodo histórico. ROMANO: presenta el periodo de máxima expansión superficial del yacimiento, tal y como lo demuestran el gran número de restos arqueológicos existentes en el lugar. Entre ellas se encuentran un aljibe elíptico con revestimiento de opus signinum en el interior, restos de un mausoleo turriforme, cimientos de un templo, de casas, sillares, etc, retratos femeninos de mármol. En cuanto a los hallazgos monetales realizados, son muy numerosos, y sus piezas cubren prácticamente todo el periodo romano, en especial el Alto Imperio. Hay
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también numerosos restos de epígrafes, en los cuales aparece mencionada la ciudad de SALPENSA, y que han sido recogidos por diversos autores, así como otros pertenecientes a colecciones privadas. En cuanto a cerámica, hay restos de campaniense B, T.S. Aretinas, Sudgálicas, Hispánicas y claras, comunes, dolias y ánforas. Como elementos constructivos se hallan abundantes tégulas, ladrillos, restos de pilares y cimientos de casas, restos de estuco polícromo, una basa de piedra arenisca con doble moldura de 50 cm de altura, un fuste de columna de piedra arenisca de forma cilíndrica, varios sillares de piedra, fragmentos de mármoles de varios colores, fragmento de fuste de mármol blanco, fragmento arquitectónico de piedra arenisca con decoración fitomórfica, fragmentos de capitel compuesto, mosaicos polícromos de tema geométrico, fragmento de dintel con relieves de temas vegetales... Relacionado con este periodo se encuentra el bronce de la Lex Salpensa descubierto en Málaga en 1851, y donde se contiene parte de las leyes de este municipio de derecho latino. VISIGODO: Los hallazgos pertenecientes a este periodo son conocidos desde antiguo. Sobre los cimientos de un posible templo romano, o próximo a él, se construyó un iglesia en el siglo VII d. C., dato que viene confirmado por los restos de una mesa de altar o altar - cipo de mármol, y que lleva alrededor del borde una inscripción alusiva a la fundación de la iglesia y su dedicación. También se conocen ladrillos decorados con motivos geométricos y objetos metálicos. ISLÁMICO: son pocos los restos conservados, pero entre ellos destacan fragmentos de alcadafes, de casos y de ataifores, así como monedas de plata, conservadas en colecciones privadas y en la colección Lara Hueso del Museo Arqueológico Provincial de Sevilla. CRISTIANO: según los datos suministrados por las fuentes escritas, el yacimiento parece pervivir durante esta época, bajo el nombre de Facialcazar o Façalcazar, aunque no hay restos de esta época, debido a la destrucción BIBLIOGRAFÍA Ruiz Mata(1979) y Lazarich González (1999) presentan el Casar como un yacimiento de cronología campaniforme. La edad del bronce se observa en Frankenstein (1997) y Schubart, mientras que la época prerromana la comentan Plinio el Viejo (en su Historia Natural), Bonsor (1899), Thouvenot (1940) y García Iglesias (1971) al hacer referencia a la Beturia y la Céltica. D´ors (1953) opina que en época de Plinio sería un oppidum estipendiario que habría recibido el ius Latii con Vespasiano. En el proyecto "Las Vías romanas del Mediterráneo" señala un camino alternativo a la vía augusta en su trayecto desde Corduba hasta Ugia, pasando por Lucurgentum , a través de Salpensa y Searo hasta Ugia, ofreciendo un camino rápido para llegar a Las Marismas del Guadalquivir y a Cádiz. Corzo Sánchez (1997) señala la disposición de la carretera Utrera- El Coronil, que pasa junto a Salpensa, como parte de un trazado ortogonal perteneciente a las centuriaciones. Delgado (1985) señala que hasta hace poco se ha venido considerando a Salpensa como lugar de origen de algunos senadores de la tribu Galeria de época de Trajano y Adriano pertenecientes a la familia de los Messii Rustici, aunque estudios posteriores demuestran su procedencia de Siarum DENOMINACIÓN Y TOPONIMIA La inmensa mayoría de autores coinciden en colocar Salpensa y Facialcázar en el Cerro del Casar, a 6 kms de Utrera, si bien Pellicer, como hipótesis situaba Callet en el mencionado cerro. Hübner y Tovar también dudaban sobre su emplazamiento, proponiendo Zarracatín o Gómez Cárdeña como alternativas. Shulten opina que la ciudad de nombre Sala, citada por Ptolomeo, localizada entre Iptuci y Nabrissa, es una variante de Salpensa. Morales (1981) comenta (probablemente tomado de Caro) que en el antiguo término de Salpensa hay unas salinas muy abundantes, por lo que el nombre bien pudiera proceder de esta característica. Ejemplos varios
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se encuentra en Salacia (Alcázar de Sal) o Salduba (Zaragoza), por lo que intuye que el término `sal´ fuera un monosílabo de época prerromana. Del mismo modo, apunta que es habitual encontrar en la distinta bibliografía, epigrafía y hallazgos numismáticos la referencia a Alpesa en lugar de Salpesa o Salpensa. También encuentra paralelos en otras regiones y ciudades peninsulares como Almantica (Salmantica) o Hexitania (Sexitania). Ptolomeo, asimismo, pone en el mismo sitio un lugar al que llama Pesula, que podría traducirse como el diminutivo de Salpesa. Posteriormente, como apuntan Caro (1634), García de Diego (1959) o Morales (1981) la Salpensa hispanorromana pasó a llamarse Facialcazar (en distintos textos aparece como Jaznalcázar, Jacialcázar, Cerro del Alcázar, Cerro de la Cabeza de Alcázar o Cerro del Casar). Delgado (1873), piensa que Salpensa se puso derivándolo de Sal-ali (Sal) y de Pensor-Pensar (Pesar), cambiándole así el nombre fenicio por otro que más se acomodara a la ocupación de sus habitantes, que se dedicarían a los salsamentos. Roma trataría de variar los nombres antiguos de las poblaciones por otros más fáciles de pronunciar y más significativos en su lengua. Sancho Corbacho (1952) señala que la denominación de Facialcázar, de origen islámico, hace referencia a circunstancias del lugar (probable presencia de una importante edificación) García de Diego (1959) lo traduce como el campo del castillo o del alcázar.
INSCRIPCIONES Desde época de Rodrigo Caro se han encontrado numerosas inscripciones, muchas de ellas de carácter funerario. Caro (1634) comenta en su Chorographia la existencia de un despoblado en el Cerro del Casar, junto al cortijo de Casa Coria, que reconocía como Salpensa. De tal villar conservaba en su casa algunas inscripciones que fueron halladas en la iglesia de Santa María (hoy perdidas): - Sepultura de Lucio Marcio. L. MARCIUS. L.F.L.N.L. PRON C. ABN. QVIRIN. SATVRIN. ANN XIIX. MENSVM. V.H.S.E. HVIC. ORDO. MVNIVIPII. FLAVII. SALPESANI. LAVDATIONEM. LOCUM .SEPVLTURAE .IMPENSAM. FVNERIS. CLVPEVM. STATVAM PEDESTREM. ET ORNAMENTA. DECVRIONATUS. DECREVIT. IDEMQUE .OMNES. HONORES. A POPVLO ET. INCOLIS. HABITI SVNT. RINA. PROCVLVS. PATER .HONOREM. REMISIT Recogida también por Delgado (1873), Morales (1981) ), Hübner (1869) , González Fernández (96) y Ruiz Delgado (1985). - Sepultura de Firma FIRMA. EPAPHRODITI. ANN.XXIIII.FIRMA.SATIS.FELIX.CVM.ME.MEA.VITA. MANERET.CONIVGIS.OBSEQUIO.CVM.PIETATE.FUI.CONIVGIS.ILLIVS.QVEM.VIX.AEQVARE. MARITI.ADFECTU.POTERINT.AVT.BONITATE.PARI CONLIBERTORVM. VVLTVS.ANIMOSQ .MEORVM.PLACATO.MERVI.SEDVLITATE. MEA. PLACATOS.MERVI.PER.TE. MAGIS. OMNIS.VT.AETAS .SANGVINE.ME.IVNCTAM. CREDERET.ESSE.SIBI.QVI.TECVM.PIA.CASTA.SEQVI.CONSVETVS.ET.ILLE.QVEM.LEX. SERVITII.DISTRAHIT.A.DOMINO.HOC.OMNES.TIBI.PRO.MERITIS.QVI.SIDERA. TORQVENT. SECVM. PLACATOS .SEMPER. HABERE.VELINT H.H.E.S.T.T.I Recogida también por Morales (1981). - Sepultura de Elapusa
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ELAPVSA.ANN. XX.H.S.E. S.T.T.L. Recogida también por Morales (1981). - Caro conservaba dos tablas de mármol fino que suponía pertenecientes a revestimientos de la pared de algún templo, en honra de Tiberio ESARIS.N.TIB. AVG.GER
PESANAE.DEDICA. OMN.II.P.P.
Recogida también por Morales (1981), Hübner (1869) y González Fernández (96). - Inscripción de Nerón. NERÓN CLAUDIO DIVI CALUDII F. GERMANICI CA ESARIS N. TIB. CAESSARIS AVG. PRON. DIVI AVGVSTI ABN. CAESARI AVG. GERM(MANICO) PONT. MAX.TRIB. POT. III IMP.COS. II P.P. (ORDO R.P.SAE)PESA)NA)E EPULO OB. DEDICA(TIO)NEM O (BLATO RESTITVII). - Otra inscripción (perdida) documentada por Caro y hallada en Salpensa (o el Caserón) se encontraba en casa de Jerónimo Fernández de Córdoba junto a un león de piedra muy maltratado. El epígrafe va encabezado por un crismón constantiniano y se dedica a Eburino, nombre nuevo en la prosopografía cristiana: EBVRINVS FAMVLUS DI VIXIT...ANNOS PLVS MINVS XL RECESSIT IN PACE (SVB DIE) El Corpus de Inscripciones latinas de González Fernández (1996) recoge además nuevas inscripciones del cerro del Casar: - Formando parte de la inscripción Lara Hueso se encontraba otra inscripción del cerro del Casar, hoy depositada en el MAP de Sevilla: ...V REGIS ...S.FABIANVS ...S.SENECIO.(duum)VIR(I) (FACIENDV)M.CVRAVERVNT - Formando parte de la colección Mateo Gago (hoy en el MAP de Sevilla) se encontraba otra placa funeraria dedicada a Hermetio (nombre de origen griego). D.M.S. HERMETIO VIX.AN.III S.T.L. - Formando parte de la inscripción Lara Hueso se encontraba una urna de mármol blanco con inscripción de ramos y hojas de vid e inscripción fechada en el II d.C. Hoy se halla en el MAP de Sevilla:
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...LIGURIS? QUI VIXITANNOS:XIX -González recoge una inscripción funeraria (hoy perdida) documentada por Caro y hallada en el "campo salpensano" en 1621 EVGAMIA FAMVLA DEI VIXIT ANNOS PLVS MINVS XX RECESSITIN PACE SVB DIE...N ON(AS)NOVEMB(res) ERA...LXXXI - Recogida en el CILA y en el Anuario Español de Arqueología (1982) se encuentra una inscripción funeraria hallada en el cerro del Casar en la década de los 70, que en 1982 formaba parte de la inscripción de Pedro Hurtado. DIS MANIBUS POSTUMIA SILANA HIC SITA EST ANN(ORUM) XXX PIA PAREM TIBUS AMATRIX MUNICIPI POSTUMIA SURA MATER DEDIT
Delgado ( 1985) señala una inscripción dedicada a Annio Novato que poseía Rodrigo Caro pero que no atribuye a ningún yacimiento. Delgado piensa que es la dedicación de un ara por una "turba sodalicii" al esclavo Piladse, lo que demostraría la existencia de un sodalicium funerario. PYLADES ANNI NOVATI PATRIS H.S.E. SVBDVCTUM PRIMAE PILADME HAEC ARA IVVENTAE INDICAT EXEMPLVM NON LEVE AMICITIAE NAMQ. SODLALICII SACRAVIT TVRBA FVTVRVM NOMINIS INDICIVM NEC MINVS OFFICCI DICITE QVI LEGITIS SOLITO DE MORE SEPVLTO PRO MERITIS PYLADES SIT TIBI TERRA LEVIS Delgado apunta que existe otra inscripción que probablemente provenga de Salpensa que en la actualidad se encuentra en el MAP de Sevilla y que formó parte de la colección Lara Hueso. ...M. REGIS ...S.FABIANVS ...S. SENEGIO II VIR ...M CVRAVERVNT ESCULTURAS Luzón y León (1972) mencionan una cabeza en mármol blanco perteneciente a Faustina la Menor, hallada en los alrededores de Utrera y posiblemente originarias de Salpensa. Se fecha sobre la mitad del siglo II d. C, ajustando la cronología por el tipo de peinado de Faustina. Caro (1634) al hablar sobre Salpensa comentaba del hallazgo en unos villares de Utrera de una imagencilla de bronce, posible efigie de la diosa Venus Gnidia. Estas imagencillas eran llamadas por los latinos Sigilla, con fiesta particular en las Calendas de Mayo. Ruiz Delgado (1985) señala, procedentes del Casar, varias figuras escultóricas tales como una figura de león fragmentada a la que le faltan las patas anteriores (hoy en el MAP de Sevilla), una cabeza de carnero (MAP
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de Sevilla), ambos de época ibérica (según Ruiz Delgado). De época romana, señala un retrato de mujer desconocida fechada entre el 30-40 d.C. (MAP de Sevilla) y hallada junto al "Baño de la Reina", el retrato de Faustina la Menor (MAP de Sevilla), una estatua de Nerón (según recoge Ettiene, 1958), varios hallazgos sueltos de fragmentos de mármol pertenecientes a una estatua de considerables dimensiones y un soldado romano y su caballo realizado en bronce (según informa Pou, 1971). MONEDAS Los hallazgos monetales son muy frecuentes destacando la condición de ceca de Salpensa. Chaves Tristán (1994) comenta que en series tardías de monedas romanas aparecen cabezas de Apolo sustituyendo a las figuras femeninas de corte indígena que se hace extensiva a cecas como las de Salpesa. Delgado (1873) describe dos monedas de Salpesa, una con el anverso de una cabeza femenina de Apolo con bucles colgantes y otra con una cabeza de mujer laureada, ambas con el epígrafe SALPESA. Chaves Tristán también presenta un tesoro aparecido en el Cerro Casar ocultado entre el 2 a.C. y el 4 d.C., compuesto por 4 denarios oficiales republicanos, 14 de Augusto y 266 con el nombre de Gaio y Lucio. Ceán Bermúdez (1832) menciona una moneda perteneciente a la colección del P. Flórez con anverso de mujer y reverso con un templo con tres columnas, stilobato y cornisamento, una lira, arco y aljaba. Morales (1981) reseña que el P. Masdeu informaba de dos medallas de Salpesa. En una de ellas se conservaba la inscripción EX.D.D. LATINI C.NVCIA. HI. VIR. LEX SALPESAE. La ley que otorga el rango de municipio latino (ius latii) y adscripción a la tribu Quirina a Salpensa fue hallada en 1851 en Málaga junto a la lex Malacitana. D´ors (1953) detalla el contenido e hipótesis derivadas de su hallazgo. Se fecha entre el 82-84 d.C. y tiene la peculiaridad de mantener el nombre del emperador Domiciano al que se le realizó la damnatio memoriae (lo usual era borrar de todas las inscripciones el nombre de los emperadores cuya memoria quería ser olvidada, como es el caso de Domiciano). En la actualidad se encuentra depositada y expuesta en el museo arqueológico nacional de Madrid. Galsterer (1988) señala que la Lex Irnitana intenta y se propone ser casi idéntica a la Lex salpensana variando sólo en cuestiones de política local y circunstancias sociales. SEPULCRO TURRIFORME Y BAÑOS DE LA REINA Jiménez (1975) señala la presencia en el Cerro del Casar de una torre funeraria de un solo piso con una función conmemorativa que conservaba las cenizas y de marca del lugar de la incineración. La de Salpensa conserva cuatro pilarotes de opus caementicium despojados de su revestimiento de sillería (5,40 m de lado en planta y algo menos de 3 m de altura). Bajo el nivel del suelo aparecen restos de una cámara abovedada en cañón con grandes sillares, en cuyas paredes aparecen pequeñas hornacinas rematadas en arco. Ceán Bermúdez (1832) ya hacía referencia a la existencia en el cerro de fuertes argamasas y "otros pedazos de buena arquitectura", y de unas termas. Ruiz Delgado (1985) informa de la presencia en la ladera norte de restos de varios bloques de opus caementicium (sepulcro turriforme) y otra estructura conocida como los "Baños de la reina" o "los bañuelos". Delgado señala la posibilidad de situarse aquí algún tipo de edificio termal. Delgado también apunta la posible presencia de un templo dedicado a Apolo (atestiguado en las monedas) cuya cronología estaría en torno a época Claudia y de restos de un aljibe de forma elíptica con revestimientos de opus signinum dentro del cual se hallaron restos de huesos (posible reutilización como enterramientos). Existen también en superficie restos de pilares y cimientos de casa, junto a ladrillos , restos de estuco polícromo, una basa de piedra arenisca, un fuste de columna, varios sillares de piedra, fragmentos de mármoles de varios colores, fragmento de fuste de mármol blanco, fragmento arquitectónico de piedra arenisca con decoración fitomórfica, fragmentos de capitel compuesto, fragmentos de dintel con relieves de temas vegetales y fragmentos de mosaicos polícromos.
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IGLESIA Schlunk (1947) informa que en el 648, el obispo Pimenio erige una iglesia en Salpensa, contemporánea de otras santificadas por Pimenio en Vejer de la Frontera, Medina Sidonia y Alcalá de los Gazules. De la iglesia salpesana queda una mesa de altar, según comenta Schlunk. Vives (1942) presenta la inscripción del altar datada el domingo 25 de mayo del año 648 (686 de la era hispánica). La mesa es de mármol y lleva alrededor del borde una inscripción alusiva a la fundación de la iglesia y su dedicación: RELIQUE SCORVM ID. IOANNI BATISTE EULALIE, IVSTE, RVFINE ET FELICINI MARTIRVM DEDICATA EST HEC BASÍLICA PIMENIO ANTISTITE SVB VIII KALSDAS IVNIAS ERA DCLXXX Ruiz Delgado (1985) comenta que sobre un posible templo romano o próximo a él se debió construir una iglesia en el siglo VII d.C. Esta mesa coincide con otra encontrada en 1790 junto al cortijo de la Higuera. Hoy se encuentra partida y se halló partida en seis tablas en la cercanía de la C.R del Prado del Gallego, vía que comunica el cortijo de la Higuera con el cerro del Casar. La inscripción es la siguiente cruz (IN NOMINE D(omi)NI HIC SUNT?) RELIQUIE S(an)C(t)ORUM ID(id est) IOANNI BABTISTE EVLALIE IVSTE RVFINE ET FELICI MARTIRVM DEDICATA EST HEC BASÍLICA PIMENIO ANTISTITE SVB D(ie) VIII KAL(endas) IVNIAS ERA DCLXXX González Fernández apunta que Pimenio fue elegido obispo de Écija el año 629, después del 5 de junio y antes del 15 de noviembre. La lápida la fecha el 25 de mayo del año 648. Móralez Álvarez señala que la Basílica o iglesia de que habla la inscripción estaría donde se ha encontrado la lápida, o por allí cerca, y que Pimenio, que la consagró, era Obispo de Medina Sidonia, y contaba entonces catorce años de Obispado. El Cronista utrerano sospecha que la lápida corresponde al pasado visigodo de la comarca. EDAD MEDIA Según la mayoría de autores, en el cerro del Casar se ubicaría en época islámica el hisn de Facialcazar, núcleo cabecera del distrito (iqlim) de Al-Fahs, al sur de la cora de Sevilla. Valencia Rodríguez (1988) comenta que el nombre de Al-Fahs hace referencia a todo lugar habitado, fuera llano o montañoso, a condición de que estuviera cultivado. Al-Fahs daría lugar al topónimo de Façalcazar. González Jiménez (1991 y 1997) comenta que en las constituciones promulgadas por el primer arzobispo de Sevilla, don Remondo de Losana, en las que dividió la archidiócesis de Sevilla en distintos arcedianatos e iglesias, figura Facialcázar. Apunta que es probable que se estableciera en esta zona alguna población cristiana. En la Colección Diplomática de Santa María de Roncesvalles (1127-1300), citada por Ruhstaller (1990), se observa como el monasterio aparece como beneficiado de un donadío en el sitio denominado Villanueva perteneciente al término de Fazalcaçar. Morales (1981) piensa que tras la conquista de San Fernando, el amplio territorio que estaba en contínua disputa entre moros y cristianos provoca el abandono de Facialcazar, avecinándose en Utrera, aprovechando las exenciones y privilegios que se otorgan a Utrera en el XIV. Caro (1634) señala que en Facialcaçar existía en la falda del cerro una cueva, cerca de la cual hubo un templo e iglesia bautismal, donde habían beneficios, préstamos y pontifical (no sabemos si se trataría de la iglesia sacralizada por el obispo Pimenio en el 648, de una posible iglesia levantada con la reconquista tras la constitución promulgada por don Remondo de Losana o de las dos). Del mismo modo comenta que en Facialcaçar, al ganarse a los moros, lo habitaron
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cristianos y fundaron una iglesia con pila de Bautismo, pero la vecindad de los moros hizo que se despoblase trasladándose la población a Utrera. Ros (1999) señala que en el Repartimiento fue beneficiado el clero catedralicio con una heredad de pan en tierras de Facialcázar ( Ros, 1999, 111). Caro continúa diciendo que los Beneficios se mantuvieron no obstante (Morales indica que todavía en 1759 se conservaban estas prestameras, situadas una en la parroquia de Santa María y otra en Córdoba, rentando alrededor de veintidós mil reales) y que la inscripción de Lucio Marcio, antes mencionada, fue colocada en el altar mayor de la Iglesia de Santa María. Ladero Quesada (1979) cita Facialcazar como perteneciente a la vicaría de Utrera. Un dato interesante aportado por Morales (1981) es que el alcalde de Utrera don Clemente de la Cuadra, al emprender las obras de reparación de la plaza del Altozano en Utrera trajo desde el cerro del Casar 276 cargas de piedra con las que se arreglaron los ruedos de la plaza.
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I2
La Torre del Águila
Se emplaza sobre tres elevaciones situadas al noroeste del embalse Torre del Águila. Ocupa una importante extensión dedicada en la actualidad a las labores agrícolas, excepto la margen este, donde se encuentra la barriada de la Cañada. Estos dos factores han debido afectar de forma importante al sitio, a lo que hay que sumar el continuo expolio al que se ha visto sometido desde época moderna. Su ubicación se justifica por dos razones principalmente: 1) La cercanía del arroyo Salado, al sur, ocupado hoy por el embalse Torre del Águila. Se suele pensar que el Salado tendría una mayor entidad en época protohistórica y romana, ubicándose en su margen distintos asentamientos como los municipium de Callet y Siarum, y el oppidum situado en el Bollo. 2) Un cruce de cañadas. Desde el sitio parte la C.R de las Mantecas o de El Coronil, en dirección este, siendo atravesada por la C.R de Sevilla a Ubrique, que discurre de norte a sur. La ocupación del sitio se iniciaría en el Bronce Final, si bien, Ruiz Delgado (1985, p. 96) no descarta la existencia de restos calcolíticos ocultos por los materiales correspondientes a niveles más recientes. Los materiales pertenecientes al Bronce se situan fundamentalmente en el entorno de la torre medieval. En época turdetana debió emplazarse en el sitio un asentamiento de cierta entidad, posiblemente un oppidum, que sería el germen del municipio romano de Siarum. Actualmente, apenas se observan estructuras emergentes de la ciudad. Tan sólo se hallan restos de muros al este de la torre y un aljibe al oeste. Se podría pensar que la ciudad estaría amurallada en la loma que se orienta al Salado, donde posiblemente se ubicarían los principales edificios. La información que proporciona la epigrafía permite pensar en la presencia de algún templo, quizás dedicado a Isis. De este modo, se conoce la existencia de evergetas en Siarum, probables financiadores de edificios públicos. Uno de éstos pudo ser un teatro, que se emplazaría aprovechando la ladera norte del cerro principal o de la torre. Así lo propuso la Universidad de Southampton a partir de una prospección geofísica realizada en 2003. Por otra parte, se conoce una zona de necrópolis que estaría situada en la salida este de la ciudad. En esta zona se halla una tumba de inhumación de forma oval y excavada en la roca, obviamente expoliada. También se pueden observar restos de materiales constructivos en algunas casas de la barriada de la Cañada, como sillares, ladrillos y algunos elementos, como cornisas, pertenecientes a algún edificio ide cierta entidad. Posiblemente, otra zona de necrópolis se encontraría en la ladera sur, orientado al Salado, y en la margen oeste de la C.R de Sevilla a Ubrique. En el entorno de la ciudad, se han podido detectar distintos hábitats romanos, vinculados con el municipio. No parece haber dudas sobre la continuidad de la ocupación en época tardía, en época visigoda, y durante la Alta y Plena Edad Media, momentos en el que el sitio perdería importancia. En el siglo XIII aparece el Sarro como despoblado. Posteriormente, a principios del XIV, sería construida una torre vigía que controlaría el acceso de granadinos por el valle del Guadalete junto a las torres del Bollo, Lopera o Cote. Junto a la torre se emplazaría una guarnición. Se puede observar en la torre evidencias de haber tenido adosada alguna edificación anexa, posiblemente un pequeño recinto amurallado. En opinión de Ruiz Delgado (1985, p. 219), con anterioridad al emplazamiento de la torre, se ocuparía el sitio por un pequeño asentamiento árabe. Muy probablemente, los sillares usados en la construcción de la torre fueron tomados de las ruinas de las edificaciones romanas. Los materiales que se observan son los siguientes: Sector Noroeste HIERRO II. Se encuentran fragmentos de bordes y amorfos de cerámicas con decoración de líneas y bandas negras, rojas y violáceas, pertenecientes a cuencos, tapaderas y pithoi; como material doméstico se encuentra un borde de lebrillo; como material de almacenamiento se encuentra la base de un ánfora de pasta naranja y cocción alterna. ROMA ALTO Y BAJO IMPERIO. Se encuentran fragmentos de cerámica de mesa (bordes, repiés y amorfos de T.S. Hispánica) que proporcionan una cronología de Alto Imperio (siglos I-III d.C. aprox.); también se encuentran fragmentos amorfos de cerámicas de paredes finas; de uso doméstico se halla un borde de lebrillo; como piezas de uso industrial se encuentra un pondus. Como elementos constructivos se hallan tégulas y ladrillos.
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Sector Sur BRONCE FINAL. Se observan algunos fragmentos líticos como una lasca apuntada en forma de flecha. Ruiz Delgado (1985, p. 96) señala la presencia de fragmentos cerámicos a mano, pertenecientes a cuencos carenados y vasos globulares de borde reentrante; dos láminas de sílex fragmentadas, de sección trapezoidal y retocadas lateralmente y varias moletas. HIERRO II. Se encuentran fragmentos de bordes y amorfos de cerámicas con decoración pintada de bandas rojo bermellón, pertenecientes a cuencos y platos; como material doméstico se encuentran bordes de lebrillos. ROMA ALTO Y BAJO IMPERIO. Se encuentran fragmentos de cerámica de mesa (bordes -uno de ellos decorado-, repiés y amorfos de T.S. Hispánica y Africana C) que proporcionan una cronología de Alto Imperio (siglos I-III d.C. aprox.); como material de fuego se encuentra un galbo de lucerna; de cocina se encuentra un borde de olla; y como material de almacenamiento un borde de jarrita y asas de jarras o ánforas, así como algún fragmento amorfo de grandes vasos de almacenamiento de factura tosca a mano. Ruiz Delgado (1985, pp. 151-152) observa gran cantidad de elementos constructivos en superficie: pilares y restos de muros, ladrillos romanos de un pie, ladrillos columnarios de cuadrante, mampuestos, fragmentos de fustes, lateculi, tesellae; como fragmentos de cerámica señala la presencia de cerámica campaniense, T.S Aretina y Sudgálica, platos de borde ahumado, platos de borde escalonado, algunos vasos de cuello estrangulado sin decoración, ollas de cocina, fragmentos de morteros y ánforas. PLENA Y BAJA EDAD MEDIA. Se encuentra un asa de jarra de color amarillo verdoso y vidriada y algunos fragmentos amorfos melados. Ruiz Delgado (1985, p. 219) observa la presencia de algunos fragmentos de jarras y aljofainas, así como algunos fragmentos de lucernas. Son frecuentes los hallazgos monetales de época musulmana y medieval.
TOPONIMIA Situado en La Cañada ("valle poco marcado", de donde surgió el de "vía para los ganados trashumantes"). Era conocida por Caro como la Cañada de los Ídolos, ubicada en un área de abundantes restos arqueológicos (estatuas de deidades, ídolos). Caro identificó - comenta Ruhstaller (1991) - el topónimo Sarro con el de Siaro, basándose en menciones de escritores clásicos y en hallazgos arqueológicos hechos en la zona. Caro comenta en el Convento Jurídico de Sevilla que el nombre de Siaro o Searo se conservó con poca corrupción desde tiempo de los romanos, godos y árabes. Caro creyó el nombre de Zarracatín derivado del de Siaro. Ruhstaller (1991), piensa que Siaro debe proceder de una lengua prerromana hablada en la región milenios antes. García de Diego (1959) señala la voz "Searotinus" < Serratín< Serracatín. Morales (1980) comenta que Asín Palacios estima Zarracatín híbrido de 1.zarra < sarro < searo < siarum 2.-catín ("de los higuerales") Caro (1634) indica que según opinión de San Jerónimo, Siarum parece haber sido fundación de "Phenices", los cuales la llamaron Tyro Sar y Sarra. Virgilio llamaba a la púrpura Sarrana, porque era natural de Tyro. José Luis González (http://siarum.host.sk/castillos/utrera/aguilas/searo-indígena.htm) apunta que el nombre del lugar proviene de la voz *sar-, relacionada con la hidronimia europea Sara, Sora, Sura. Señala que la población nativa debía pronunciarlo como Searo(n), latinizándose en época romana, pasando a Siarum.
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IDENTIFICACIÓN En la actualidad, no parece haber duda de la ubicación de Siarum en la Torre del Águila, si bien hasta hace pocas fechas era bastante dudoso. Caro (1632), siguiendo a Plinio, coloca Siarum en la banda izquierda del Guadalquivir, en lo más alto de la marisma en la campiña de Utrera, "en un cortijo que hoy llaman Sarracatín", aunque reconocía que en el Cortijo del Águila permanecían vestigios de lugar de consideración. Comenta Caro que Ambrosio de Morales vio esas ruinas, que "en 1634 habían sido arrasadas por los arados y las impías manos de la rusticidad". Comenta Caro que en el cortijo de Zarracatín, en la zona conocida como la Halduda se hallaban piedras labradas de edificios, ladrillos, tejas, vasos quebrados de barro colorado y platos. Morales (1981) lo situaba entre Zarracatín y la Halduda, en "el paraje conocido como Los Villares". Arqueólogos modernos (que no contemporáneos) coinciden con Caro al identificar este despoblado con Siarum, de cuyo nombre queda constancia tanto en Plinio como en monedas e inscripciones halladas por la zona. Ruhstaller aplaude este hecho apoyándose en la toponimia, pues no lejos corre el arroyo del Sarro y a escasa distancia se encuentra el cortijo de Zarracatín González Fernández (1996) sostiene que la Torre del Águila o La Cañada es probablemente el mismo yacimiento que Rodrigo Caro situaba en Zarracatín. Menciona Caro (1604) , citando a Justo Lipsio (De rect.prov.lin. lat. Cap. X) que en Roma había una plaza que se llamaba Forum Siarium. Siarum se menciona en el Tratado de Abraham Hortelio, en la Crónica general de Ambrosio de Morales y en el Thesauro Geográfico de Hortelio. INSCRIPCIONES PERDIDAS * Rodrigo Caro (Antigüedades y principado de la ilustrísima ciudad de Sevilla... 1634) menciona la existencia en el cortijo de Suerte Lozana de una inscripción de mármol con las letras siguientes: MECILIAE. P. F. HERENNIANAE. C. AELIUS. CLODIANUS. UXORI. CHARISSIMAE. ACCEPTO. LOCO, AB. SPLENDIDDISSIMO. ORDINE. SIARENSIUM. PECUNIA. SUA. POSUIT. * Otra piedra existente en la torre de Gómez Cardeña en tiempos de Caro era muy similar a la hallada en el cortijo de Suerte Lozana. Encima de ella debió existir una estatua de mujer, según Caro. MECILIAE. P. F. HERENNIANAE. T. AELIUS. CLODIANUS. UXORI. CARISSIMAE. ACCEPTO. AB. SPLENDIDDISSIMO. ORDINE. SIARENSIUM. PECUNIA. SUA. POSUIT. Se fechan sobre el II d.C y hoy estarían perdidas. * Caro (1604) señala (también recogido por González Fernández) que " en el egido de Gómez Cardeña estaba una piedra (hoy perdida) de este mismo Municipio Siarense, y en ella escrita estas letras": DVLCINILA MES................................. IVRE NEQVIORE FORTVUNA DOMINA FATO........ EIVSDEMPTA COMMENDANDA...VOS...ISI... ....LAR...II...QUAM. VIRG...CINCIVM.... NATA.IEMENTIVS.QUI.EST SEXTVA VSIAS ROGO FREQVENTES FIER. VIGINTIANNIS IRA, CVMDECIDIA CELEBRENTIS PRO PTER QVOD, OMNIBVS ANNIS QVOADVIXERO. DIVIDANT. MVNICIPIO N. SIAREN SIS.DVNTAXAT. PRAESENTIBVS. DECVRIONI BVS. SINGVLIS . X TERNOS. SEVIRACIBVS. X BINOS. SINGVLOS QVOD. PRAESTABO. DVNTAXAT
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QVOAD VIXERO Al parecer serviría de pedestal a una cruz en época moderna. En origen tendría carácter funerario dedicado a una liberta de los Messii Rustici de Siarum, según comenta González Fernández (1996). Caro continúa diciendo que la piedra pertenece a un cypo de sepultura en la que se manda realizar ciertos sacrificios a la diosa Isis ante los vecinos y naturales del Municipio Siarense, por lo que especula con la posible presencia de una capilla para la Diosa Isis en Siarum, a quien pedían salud. Años más tarde, en 1622, la situa entre las casas del cortijo. Esta inscripción es mencionada también por autores posteriores como Hübner, Ceán Bermúdez, González Fernández o Morales Álvarez, apoyándose los dos primeros en ella para situar en el cercano Zarracatín la ciudad de Siarum. * Caro menciona un ara pequeña (hoy perdida) que se encontraba en la calle de Marcos Pérez y hallada en Zarracatín, que fue llevada a casa del arqueólogo utrerano D.M.S. FORTUNA.VIXIT ANN.XVIII.DIEBVS.XVI H.S.E.S.T.T.L * Caro (1634) señala que en la torre del cortijo existía una lápida de mármol (hoy perdida) que conservaba otras letras relacionadas con Siarum: ORDINE.SIARENSIVM POSVIT * Caro (1632) comenta que se trajo del cortijo de Zarracatín o la Halduda una piedra que estaba en la puerta de la villa, en casa de Juan Millan de Bohórquez. Las letras eran las siguientes: ........................A AUG. GENI. MUNICIP. La misma inscripción la mencionan Hübner, Morales y González Fernández. Caro lo llama ara o altar y estima que se halla en tiempos de César o Augusto. * En tiempos de Caro se hallaba en la portería del monasterio de San Francisco una piedra con epígrafe (la cual llevara posteriormente a su casa), que en su opinión y según había oído decir, venía de Zarracatín, en Siarum: DOMESTICO MONEREIVVA TVLEGIONIS XII VERVMILLVD IMPRIMÍS AD COMMENDATIONEM SVIPRAE FERT QVOD AEMILIO PAPO CLARISSIMO AC SEVE RISSIMO VIRO AVONOCVLO SVOCIT PROBATISSIMVS PRO PERTVA GRAVITATE PROQ CVRA SVORUM PIRIA PROPIIS INSTITVTIS MEPOS CENTI CVIVS ENIXVM SOLICITVM ETIAM SVFFAGIVM NONMODO AD GRATIAM A TALI VIRO INEVNDAM NOS PROVOCANT VERVM AD SPEM OPTIMA DE CAN DIDATO HABENDAMNI MVNICIPIBVS TANTO SVFRAGATORE CONTENTVS MINVS SIBIET CLARISSIMORVM VIRORVM SVBSIDIA PROMER
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* Caro (1604) comenta que en Zarracatín - citando a Ambrosio de Morales - había una piedra con el siguiente tenor: IMP.DIVI. ADRIANI-AVG-F-DIVI-TRAIANI PARTICI-NEPOTI LVCIO-AELIO- ADRIANO-PIO PONITIFICI-MAXIMO-TRIBVNITIAE POTES TATIS-X-IMP-II-COS-IIIIP-PMARCVS-CVTIVS-PRISCVS-MESSIVS-RVSTICVS AEMILIVS-PAPVS-ARIVS-PROCVLUS IVLIVSCELSVS COS-LEG EIVS PRO.PR-PROVINCI AE-DALMATIAE-PRINCIPI-OPTIMO-ET.SI BI-CARISSIMO González Fernández (1996) señala que los dos últimos epígrafes formarían parte del mismo pedestal, fechados sobre el año 147 d.C. según los títulos de Antonio Pio. En la actualidad están perdidos.
* Morales (1981), citando al Padre Masdeu, cita una inscripción encontrada cerca de Utrera, relacionada con la que el religioso identificó como Siarum. Era una memoria del dinero que se dispensó a todos los ciudadanos y moradores de una ciudad a razón de un denario a cada uno. .... .... INCOLIS. VIRIS.ET.MVLIERIBVS. INTRA.MVROS.HABITANTIBVS. PRAESENTIB.SINGVLIS. XI. * Otro pedestal (perdido) encontrado entre el cortijo de Zarracatín (o la Halduda) y con toda probabilidad relacionado con Siarum está dedicado a las virtudes del emperador (al genio del emperador y a la Fortuna Augusta en este caso). Este culto tiene un carácter privado, según señala González Fernández (1996), que afirma que estos cultos desaparecen a fines del III d.C. (FORTVN)A(E) AVG(úsate).GENI(O) MVNICIP(II) * González Fernández describe otro pedestal de mármol (también perdido) que Caro situó en el Coronil, llevado desde Zarracatín y fechado en el año 128 d.C. según la titulación imperial. IMP.CAESARI.DIVI TRAÍAN.AVG.COS.VI.DIVI NERVAE.COS.III.TRIB.P.II.NEPOTI.TRAIANO ADRIANO.AVG.PONT.MAX TRIBVNIC.POTEST.XII.P.P.CO.III M.MESSIVS.RVSTICVS. AEMILIVS.PAPVS.ARIVS.PROCVLVS. IVLIVS.CELSVS.SODAL.AVGVSTAL.VIR. VIARVM.CVRANDARVM.TR.MIL.LEG.VIII.AVG. Q.PR.PR.PROVINC.AFRICAE.TRIB.PLEB. PR.PEREGRINVS.CVRATOR.VIAE.AVRELIAE. LEG.AVG.LEG.XX.V.V. OPTIMO.PRINCIPI
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* El Boletín de la Real Academia de la Historia (Tomo XXXI) observa una inscripción encontrada en los Tajos del Moguerejo, ubicación de Callet, donde se mencionan Itálica, Hispalis, Asido, Callet y Searo. D. M. LVCIAE. P. F AVIRCIAE ACILIANAE MATRI. PIISSVMAE HVIC .ORDO .ITALICENS. ET ROMVLENS. HISPALENS. ET CAESARINI. ASIDONENS. ET FORTVNALES. SIARENS. ET AENEANICI. CALLENSES DECREVERVNT. INMPENSAN. FVNERIS ET. STATVAS M.AEMILIVS. AFER.ACILIANVS. FIL HONORE. VSVS. INPENSAN REMISIT
COLECCIÓN P.HURTADO González Fernández (1996) documenta varias epigrafías conservadas por Pedro Hurtado, coleccionista de Utrera. * Fragmento de mármol blanco hallado en La Cañada y fechado sobre el II d.C. HORATIA.PEDANIA (ANN).XI... * Placa con mortajas para sujeción a un muro hallada en la Cañada. Informa de la donación de un pórtico por los Claudii de Siarum (fechas entre el I y II d.C., según González Fernández). (AP CLA) VDIVS. AP .F... PORTIC (VS...) * Placa hallada en la Cañada (González Fernández). OB (MERITA EIVS...ORDO SPLENDI) DISS (IMVS MVNICIPII SIARENSIS...) * Dos cipos funerarios encontrados en La Cañada y dentro de la colección de Pedro Hurtado y fechados sobre el siglo I d.C. AP(PIA) POLLA
CORNELIA.P.F.HADITAS HIC.SITA.EST.SIT.TIBI.TERRA LEVIS
* Placa de mármol hallada en la Cañada y en la que se honra a un tal Aciliano, según González Fernández hijo de Aemilius Papus, senador de la Bética, como M.Messius, ambos siarenses. ..... ...IIA... ...HOC OP(VS...)
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ACILIANO AEMILI PAPI ET OB DE(DICATIONEM) * Fragmento de placa de mármol Se fecha en el año 193 d.C. según la titulación imperial de Pertinax. (PRO SALVTE? IMP. CAES. P. HELVII PERTI) NACIS (AVG.P.P. PONT. MAX. TRIB. POT. C) O .S .II (PRINCIPIS SENATVS RES P SIARE) NSIS * Losa de piedra hallada en Zarracatín en la que se hace referencia a la gens Quinctia y que indica el regalo de Marco Quinto de asientos en sillería para un probable edificio público de espectáculos. Se fecha sobre el II d.C. M.QVINTIVS.RVFVS LOCA.SPECTACLORVM EXSTRVCTA.A.SOLO SAXSSIS.C(entum).D.S.P(ecunia).PRIMV(s) D(ono).D(edit).D(edicavit) * Posible inscripción cristiana hallada en La Cañada con letra con caracteres visigóticas. (...CL) AVDIA? (...) CTASV (...) TES OTRAS COLECCIONES * González Fernández muestra otra placa funeraria siarense que forma parte de una colección privada sevillana y fechada entre el I y II d.C. .... (M AE(L)I(VS) Q F) VIATOR ANN.LXXV PIVS.INS.SVUIS.S.T.T.L. * Encontrada en la Cañada y sirviendo como poyete de una de las casas del poblado de La Cañada (así la vio en 1980 González Fernández) se encuentra un bloque de piedra caliza en el que se nombra a un interrex, cargo que sustituía a la magistratura superior y que preparaban y dirigían el nombramiento del titular. Augusto lo sustituye por un praefecto, por lo que podemos fechar la piedra en un momento republicano o en los primeros años del imperio. GN.SERVILIO.GN.F GAL.NIGRO.VIR INTERREGI * Caro menciona otro pedestal que estuvo situado en la torre colateral de la torre mayor del homenaje del Castillo de Utrera (hoy en la Casa de Pilatos) fechada en el año 147 d.C., año en el que Aemilius Papus desempeña la magistratura de legado pro praetore en Dalmacia. González Fernández afirma que Siarum era la patria de Aemilius Papus y que los Messii Rustici eran descendientes de los Fortunales Siarense asentados en época de Augusto en la Siarum prerromana. M. CVTIO. M.F.GAL. PRISCO MESS IO. RVSTICO. AEMILIO. PAPO
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ARR IO. PROCVLO. IVLIO. CELSO CO S.SODAL. AVGVSTAL .LEG. PRO.PR IMP.CAES.T.AELII. HADRIANI. ANTONINI AVG.PII.PROVINC.DALMAT.CVRATORI OPE RVM.PVBLICORVM.PRAEFECTO.AERARII SATVRNI.LEG.AVG.LEG.XX.V.V.CVRATOR VIAE.AVRELIAE.PR.PERREGRINO.TRIB. PLEB. Q.PR.PR.PROVINC.AFRICAE TRI B.MIL.LEG.VIII.AVG.IIIIVIRO VIARVM. CVRANDARVM CAESIA. SENILIA. AMICO OPTIMO * Hallada también en La Cañada se encuentra una columna de mármol rosa con vetas blancas con texto inciso en la piedra y con una elegante y gran hedera. La tenía en 1984 la viuda del Sr. Guardiola en la calle Rodrigo Caro de Utrera. La letra es típica visigótica. TEMPLV D(omi)NI(h)OC FVNDAVIT IPSE (hed) Citados por González Fernández * González Fernández indica otro hallazgo en La Cañada (y fechado sobre la segunda mitad del siglo II o principios del III. IMP(eratori) CAESARI... * Fragmento de mármol blanco fechado sobre el III d.C. por la letra. (D M S) (...PRI)MV(LVS/A) (A) NN * Fechada sobre el II d.C. tenemos un epígrafe con nombre que indica origen (Marinus) ...GAL.MARINVS... * Fechada entre el II y el III d.C. se halla una placa de mármol con forma casi redonda y la siguiente inscripción IME CIT.S ..++... * Fragmento de placa de mármol con letra típica de la escritura visigótica (VIX AN) NOS PL (MINVS) LXXV
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González Fernández relaciona con Siarum las placas encontradas en las proximidades del cortijo de La Ventosilla, La Higuera o el puente de La Alcantarilla. En el proyecto "Las Vías romanas del Mediterráneo" señala un camino alternativo a la vía augusta en su trayecto desde Corduba hasta Ugia, pasando por Lucurgentum , a través de Salpensa y Searo hasta Ugia, ofreciendo un camino rápido para llegar a Las Marismas del Guadalquivir y a Cádiz. TABULA SIARENSIS Según González Fernández (1996) se trataría de un Instrumentum populi Romani, grabado sobre dos fragmentos de tabla de bronce y conservando 37 líneas. Fue encontrada en 1982 en las márgenes del pantano Torre del Águila, hallándose en la actualidad en el MAP de Sevilla. La inscripción, fechada probablemente en el siglo II d.C., adscribía la población a la gens Quinctia. La tabula siarensis contiene diversas disposiciones relativas a los honores fúnebres tributados a Germánico con motivo de su fallecimiento en Antioquia el 10 de octubre del año 19 d.C. Thouvenot (1940), citando a Plinio, señalan que los cambios en el nombre de Siarum y Callet, pasando a Municipium Siarense y Respublica Callensis supuso la promoción de ciudad estipendiaria a municipio latino. MONEDAS Caro (1634) muestra una medalla en cuyo anverso aparece el duumviro que las acuñó y en el reverso dos espigas junto a la palabra SEARO. Otras medallas tienen el rostro de la Diosa Palas según Caro- con el cabello suelto y un lámete en la cabeza. Era la diosa de las batallas, lo que podría implicar la existencia de un templo y que los siarenses fueran valientes soldados. Ceán (1832) comenta que la moneda de Searo es de mediano bronce. Alguna tiene anverso con un personaje masculino y otras la imagen de Hércules. El reverso tendrá dos espigas tendidas con la palabra SEARO. Chaves Tristán (1994) habla de Searo como una de las ciudades que ordenan un sistema de pesos adaptable al de Roma, lo que se observa en la aparición ocasional de marcas de valor típicamente romanas como la S de semis o los tres puntos del cuadrante. ESCULTURAS En una colección privada de El Coronil se hallan tres retratos escultóricos cuyo origen se desconoce pero Luzón y León (1971) suponen que proceden de alguna de las poblaciones conocidas en los alrededores, como Callet o Searo. Caro (1634) comenta que "en casa de Marcos Pérez de Mesa había una cabeza de mármol blanco". Junto a la que estaba en casa de Bernardo de San Juan fue extraída del Cortijo del Águila. EDAD MEDIA Caro (1604) especula con la destrucción del municipio siario, admitiendo la invasión árabe como una posible causa. González Jiménez (1991 y 1997) comenta que en las constituciones promulgadas por el primer arzobispo de Sevilla, don Remondo de Losana, en las que dividió la archidiócesis de Sevilla en distintos arcedianatos e iglesias, figura el Sarro. Apunta que es probable que se estableciera en esta zona alguna población cristiana, aunque en el siglo XIII ya aparece como despoblado, siendo ocupado sólo por la guarnición de la torre. Collantes (1953) presenta el castillo de El Águila sobre 1344, como uno de los puntos de vanguardia para defender la ciudad de Sevilla. García Fernández (1989) observa que en 1344 la torre era abastecida por el Concejo de Sevilla, al igual que la Alcantarilla, Alocaz, Utrera, El Bollo, Lebrija y Las Cabezas de San Juan. Caro (1604) comenta que en la torre de el Águila había soldados que llamaban almogávares, que con hachas
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avisaban de la llegada de los moros. Morales (1981) indica que el Águila es finca muy antigua, tomando los primeros datos del 20-10-1402, con la ocupación del lugar por gente de Sevilla. En esa fecha era alcaide Martín Sánchez que repara la puerta de la torre. Según parece habría un cortijo o recinto de la torre junto a un pequeño núcleo de población. En los archivos municipales de Sevilla se puede leer que en 1386 fue mandado colocar dos atalayas en la torre del Águila y en 1406 se ordena al concejo de Utrera colocar tres hombres en el castillo del Águila. Caro (1634) señala que debido a la vecindad de los moros de Ronda y a las distintas razzias que hacían cada día fueron despoblados lugares como el Sarro, Facialcázar o Alaquas. Ladero Quesada (1979) cita El Sarro como perteneciente a la vicaría de Utrera. El Águila es mencionado como donadío en el libro "Donadíos de Sevilla" (1506) y recogido por Ladero Quesada (1976). A fines del antiguo régimen, Romero Alonso (1978) señala la existencia de un cortijo en el pago de la Cañada con molino de aceite. Recientemente, la Universidad de Southampton (2003) realizó una serie de prospecciones geofísicas en el yacimiento de Torre del Águila dentro de un estudio de Conexión urbana entre ciudades (tanto en la Edad del Hierro como en época romana) pudiendo localizar alineamientos de muros, tumbas y el posible emplazamiento del teatro.
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I3
Torres Alocaz I
Se emplaza sobre un cerro con gran visibilidad en general, fundamentalmente al norte y al oeste. Su ubicación se justificaría por varios factores: 1) Cruce de caminos. En dirección norte-suroeste discurre la NIV, cuyo trazado coincide en parte con el antiguo camino que desde época protohistórica enlazaba Andalucía Oriental con Cádiz. En época romana sería bautizada como Via Augusta, cuyo paso se situa justamente al pie del cerro. Por otra parte, desde el mismo cortijo parte el actual camino de Espera o Cordel del Campano, en dirección sur. Distintos autores consideran la existencia de caminos que enlazarían con la Via Augusta desde el este y que se dirigirían hacia el sudeste. De este modo, se ha planteado la existencia de una vía que desde aquí alcanzaría Medina Sidonia, la antigua Asido, de gran importancia en época tardorromana en detrimento de Cádiz. Este camino pudo ser el Cordel de Espera o camino del Campano. 2) Gran dominio visual, controlando el paso por las vías, el acceso desde las zonas llanas de la marisma, y el poblamiento situado en torno a Las Cabezas de San Juan. 3) Puntos de captación de recursos: fertilidad de los campos, abundante piedra y cursos y manantiales de aguas, como el arroyo Alhocaz, al sur, y varios pozos en el entorno del cerro. En la actualidad, el cerro se encuentra como erial, si bien la explotación del mismo como cantera ha ocasionado un daño irreparable en el yacimiento. De este modo, en la margen nordeste se aprecia un importante desnivel que ha podido afectar incluso a los restos del castillo medieval emplazado sobre el cerro. Al sur del arroyo, en término de Las Cabezas de San Juan, se aprecia otra importante cantera. Además de los trabajos de extracción, la edificación del cortijo al pie del cerro, la construcción del castillo medieval, los trabajos agrícolas y el continuo expolio al que se ha visto sometido, han debido destruirlo parcialmente. La ocupación del sitio debió comenzar en época calcolítica, quizás en el período campaniforme, aunque cuando parece haber cobrado importancia es durante el Bronce Final - habiéndose encontrado en el sitio la estela del guerrero situada más al sur - y el momento Orientalizante. De este modo, se observan evidencias de relaciones con los comerciantes fenicios. Desde un principio aprovecharía la situación privilegiada junto al camino que alcanzaba Gadir paralelo a la costa del lago Ligustinus y que era conocido como Via Heraklea. En época turdetana y romana se emplazaría el asentamiento conocido como Ugia, una de las mansio (lugar de permanencia o postas) del viejo camino, que empezó a ser conocido como Via Augusta. La ruralización y pérdida de importancia de las ciudades durante el Bajo Imperio debió influir en la ciudad de Ugia. Del mismo modo, la Via Augusta perdería importancia, al igual que Gades, en favor de Asido. En época medieval, el sitio sería ocupado por un poblado islámico perteneciente al distrito de Al-Fahs, con capital en Facialcazar (Cerro del Casar). Con la llegada de los almohades se edificaría un castillo, del que hoy se aprecian los restos de cuatro torreones y algunos muros desplomados. Por noticias orales del dueño de la finca se conoce la existencia de un túnel que comunicaría con el arroyo Alocaz, situado al sur, y que permitiría el abastecimiento de aguas y que quizás funcionase como poterna. Hoy se encuentra cegado y oculto por la maleza , aunque el dueño de la finca asegura haberlo visto recientemente. Con la conquista de Fernado III llegarían pobladores cristianos, incluso se edificaría alguna capilla en honor a San Bernardo. Las continuas razzias de granadinos y benimerines despoblaría el sitio, quedando tan sólo la fortaleza de Alhocaz como uno de los castillos en vanguardia para la defensa de Sevilla. Los materiales arqueológicos que se observan son los siguientes: CALCOLÍTICO. Se observa un fragmento de vaso con decoración campaniforme a ruedecillas. En el MAP de Sevilla se encuentra depositado un vaso con esta decoración según indica Lazarich (1999); como material lítico se hallan algunas lascas. BRONCE FINAL. Se halla abundantes fragmentos de cerámica a mano, algunos con alisado y otros con bruñido interior y un fragmento de vaso con carena alta de tradición bronce final. Según Arqueos repartidos por el cerro se encuentra abundante material cerámico perteneciente al Bronce Final y restos de muros. En el museo arqueológico se halla una estela con decoración esquemática (estela de guerrero, suroeste o extremeñas) que suelen ser datadas en torno al siglo IX a. C. Esta fue localizada en un paso de servidumbre encontrándose enterrada. Se trata de una piedra caliza de color grisáceo que - en opinión de Celestino Pérez (2001, p.420-421) - sólo presenta algún desgaste en sus lados. Tiene forma irregular y presenta tres elementos decorativos: escudo, figuras humanas, espadas, arcos, flechas y fíbula. Se encuentra en la actualidad expuesta en una de las salas de Prehistoria del MAP de Sevilla.
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HIERRO I. Entre la cerámica a mano se hallan fragmentos de cerámica con retícula bruñida. Entre la cerámica a torno se observan cuencos abiertos de cerámica gris occidente; también se hallan algunos bordes de pithoi con decoración de líneas negras y rojas. José Luis González, en la página web http://siarum.host,sk/castillos/utrera/alcantarillas señala el hallazgo de un escarabeo de jaspe verde egiptializante, fruto del intercambio comercial fenicio o púnico posterior. HIERRO II. Se observan varios bordes de cuencos, algunos con decoración de líneas paralelas y varios fragmentos de pithoi y vasos de cuello estrangulado con decoración de líneas y bandas rojas y blancas. ROMA REPUBLICA. La continuidad del sustrato indígena se observa en algún fragmento de borde y amorfo de cerámica campaniense. Morales (1981) señala que el P. Hierro aseguraba que en la puerta del cortijo se hallaban leones de tradición iberorromana. ROMA ALTO IMPERIO. Se observan varios fragmentos de bordes, amorfos y bases con repié anular de T.S. Hispánica; también se halla .un fragmento de lápida en mármol blanco y con moldura; como elementos constructivos se encuentran sillares, tégulas, mampuestos, muros, ladrillos. Morales Álvarez (1981) comenta la recogida de innumerables trozos de T.S, cristales esmaltados, barro vario, yesones con muestras de decorado procedentes de algún muro, restos de lacrimatorios y mosaicos. También observa el hallazgo de un torso de mármol de guerrero o emperador que fue destruido. Asimismo, contempla que en 1953 se descubrió un sepulcro junto al cortijo compuesto de cipo y urna para las cenizas, junto a lacrimatorios, un punzón de marfil, un zarcillo de oro y una moneda. El cipo tenía un aspecto ligeramente trapezoidal, con un recuadro en bajorrelieve en la parte alta (dim. 0,50x 0,35). También se han hallado varias inscripciones, algunas de carácter funerario. ROMA BAJO IMPERIO. Se observan fragmentos de T.S. Clara, algunas con decoración de estampillado. Por noticias orales se conoce del hallazgo de cajas de plomo y huesos. ALTA EDAD MEDIA. Se observa cerámica de época califal (amorfos y bordes de platos con decoración vidriada en colores blancos y verdes). PLENA EDAD MEDIA. Se hallan abundantes fragmentos de cerámica de mesa (ataifores con decoración de manganeso bajo cubierta), bordes redondeados de lebrillos con espatulado al interior, asas de jarras con trazos de engobe rojo y fragmentos de cerámica de cocina. BAJA EDAD MEDIA. Se observa cerámica de tradición mudéjar y algunos fragmentos de cerámica de vedrío verde, con probable perduración en época moderna. TOPONIMIA Ruhstaller (1990) señala -al igual que Asín Palacios (1944) y Gayangos que al-Aqwas- de origen claramente islámico, vale lo mismo que "los arcos". El problema se plantea cuando se trata de localizar el arco al que se refería. Una hipótesis se plantea con los arcos de algún puente, lo que aparece documentado con "la alcantariella de Alaquaz", que hace referencia al puente romano de La Alcantarilla, situado a 12 km, de Alocaz, por la actual N-IV. Dada la distancia, no parece que pueda haberse inspirado por los arcos de tal puente romano el topónimo Alocaz. Ruhstaller manifiesta que "los arcos" hacen alusión a la posible existencia de un arco situado en la Vía Augusta a su paso por Torres Alocaz, que correspondería con la romana Ugia. Precedentes del mismo se observan en Tarragona con el fastuoso arco de Bará. Tal arco podría situarse en el límite entre los conventus gaditanos e hispalense, situado, según se piensa, en Torres Alocaz. Carriazo (1959) comenta que los árabes llamaron a Ugia "el mercado" (Alocaz) y "los arcos" (Alacuas).
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Morales (1981) también observa el significado de "el mercado", al margen de la calzada para aprovechar el trazado y la facilidad de comunicaciones. Señala además que la estrategia militar cristiana de la Edad Media edificó - o reedificó- una atalaya para vigilar la frontera con los moros junto a la calzada. José Luis González, en la página web http://siarum.host,sk/castillos/utrera/alcantarillas, propone dos posibles orígenes para el nombre de Ugia: 1) Procedente de *wek-/wok-/uk- con el significado de `doblar, curvar, ser curvo´ de uso hidronímico puesto que el arroyo Alocaz da una curva cerrada, precisamente en el lugar del yacimiento. 2) como el lituano `ciudad, lugar de vivienda, granja´. Por otra parte, propone que el nombre de Alocaz, de tintes árabes, parece una confusión con el nombre indígena: * ukia> al-ukia-at > Alocu-az, con artículo árabe. Esta hipótesis, continúa González, encontraría las dificultades de no presentar palatización, como hubiera gestado la lengua romance. BIBLIOGRAFÍA Las evidencias campaniformes se observan en un vaso depositado en el MAP de Sevilla, según comenta Lazarich (1999). En el inventario del patrimonio artístico de España se hace referencia a los indicios de evidencias de la Edad del Bronce en Torres Alocaz, algo que queda constatado con el hallazgo en la zona de una estela del suroeste o extremeña, expuesta en la actualidad en el MAP de Sevilla. Morales (1981) señala que el P. Hierro aseguraba que "en la puerta del cortijo se hallaban leones -de tradición iberorromana -, quizás exvotos de peregrinos que iban de paso hacia Cádiz para visitar el templo de Hércules". Las fuentes bibliográficas citan frecuentemente el yacimiento haciendo alusión a la Vía Augusta, que desde el nordeste peninsular bajaba hasta Cástulo, Carmo, Ugia en dirección Gades. Torres Alocaz (con toda probabilidad Ugia) se encontraría en una zona de gran tránsito hacia tierras de la bahía gaditana desde época remota con toda probabilidad. El Proyecto para Las vías romanas del Mediterráneo situa Ugia en Torres Alocaz, como la mansión CXCII de la Vía Augusta. Desde la Alcantarilla se dirigía hacia Alocaz en donde se producía la unión con los antiguos caminos procedentes del este y el cruce del arrecife nuevo por el que discurrió la carretera nacional hasta mediados del siglo XX. Referencias a la mansión las vemos en el Itinerario de Antonio, en Ptolomeo y en los Vasos de Vicarello. Además, en el Anónimo de Ravena se menciona la vía que une Hispalis con Asido. En época islámica mantiene cierta importancia la vía. En El Idrisi, cuenta Ruhstaller (1990), se le menciona como "villa donde hay parada". Tras la reconquista continuó algún tiempo como cabeza de término, pero ante el peligro de las incursiones de los benimerines quedó despoblado a beneficio de Utrera. Posteriormente se menciona en el Itinerario de Fernando Colón: " Hizieron los romanos una calçada con sus mármoles a trechos por cabe el castillo". Caro (1634), Beltrán Fortes (1999), Blázquez (La Vía romana de Cádiz a Sevilla) informan que el Itinerario de Antonino, los vasos de Vicarello o el Anónimo de Rávena se refieren a Ugia como la mansio a 24 millas desde Orippo y a 27 millas de Hasta Regia. Beltrán Fortes califica de lógica esta situación que evitaría los esteros del reborde del Lacus Ligustinus, hasta conectar con Hasta Regia, en el profundo estero citado por Estrabón. Parece que el camino se mantuvo en uso durante la época musulmana, pero que con la conquista cristiana el camino se desvía hacia el oeste, afectando a poblaciones como Lebrija y Las Cabezas. Corzo Sánchez (1982) señala que desde la Bahía de Cádiz, hacia el norte, buscando los pasos del Guadalete, aguas arriba de El Portal, partía un camino con un trazado próximo y paralelo que se unen en Torres Alocaz. Ceán Bermúdez (1832) situa en Alocaz la ciudad romana de Alice, perteneciente a la región de los túrdulos, y "algunos leoncillos de piedra de los que llevaban por voto los peregrinos al templo de Hércules, que estaba en la isla Heraclea". También señala a un tal Fulvio Apratino, soldado de la legio VI Ferrata, y después
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frumentario de la VII Gemina pia felix, y natural de Alice, según reza una inscripción sepulcral que se halló en Tarragona. Morales Álvarez (1981) plantea la situación con muchas dudas, haciéndose eco de la misma lápida dedicada a Fulvio Apratino, y recogida por Ambrosio de Morales: FULVIO.APRATINO.EX.PROV. BAETICA.ALICENSI Tal inscripción se hallaría en la iglesia de San Pedro en Tarragona. Se refiere al jesuita P. José del Hierro, que fundándose en la semejanza del nombre (Alice y Alocaz) y en otros vestigios de antigüedad, defendía la correspondencia del yacimiento de Torres Alocaz con Alice. Morales Álvarez (1981) estima caprichosa tal semejanza fonética, en tanto `alocaz´ mantiene su significado sin alteración desde época medieval. El Padre Hierro recoge la inscripción anterior íntegra: D.M. FULVIO.ATRATINO. EX.PROVINTIA.BAETICA. ALICENSI. PROBATO. IN.LEG.VI.FERRAT. TRANSLATO.FRVM. IN.LEG.VII.G.P.F. FACTORE.COS. MILITAVIT.ANN.XXI. VIXIT.ANN.XXXX. FUL.CORNELIANVS.LIB. PAT.B.ME.FEC. Bonsor (1931) y Thouvenot (1940) eran de la opinión que Ugia se encontraba en Las Cabezas, en una cadena de altas colinas que bordean el estuario, junto a Nabrissa, Colobona y Hasta Regia. Hernández Díaz (1939) situan Ugia en Las Cabezas, ciudad aquella citada por Plinio entre las de derecho latino del convento jurídico gaditano. Según Plinio recibió el nombre de Castrum Iulium Caesare Salutariensis, relacionada con César, a quien debió quizás la concesión del derecho latino y con su condición de fortaleza. Según indica Chaves Tristán (1980), Pellicer colocaba Searo en Torres Alocaz mientras que A. Beltrán situaba Ugia en Alocaz. García de Diego, en su Estudio histórico-crítico de la toponimia mayor y menor del reino de Sevilla señala a Ugia como un castillo púnico que los romanos llamaron Castrum Julium Salutariensis Caesaris, que los árabes llamarían Alocaz y Alacuas. González Fernández en su Corpus de inscripciones latina de Andalucía ubica Ugia en Torres Alocaz. Señala que Romero de Torres situaba Vgia, sin ningún fundamento en Espera. Ptolomeo menciona la ciudad de Vgia, territorio turdetano junto a la Vía Augusta. González Fernández considera que no debe confundirse con la ciudad de Ucia, citada por Plinio en el conventus Cordubensis. González indica que la Ugia Castrum Iulium item Caesaris Salutariensis corresponde a la Vgia mencionada por Plinio D´ors (1953) señala de la presencia en el museo de Mérida de un hospitium o pacto de hospitalidad entre dos ciudades, Ugia y Emerita. Comenta que Ugia, cuyos ciudadanos aparecen con el nuevo nombre de Martienses, es de localización incierta. Data del año 6 d.C:
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M(ARCO) AEMILIO LEPIDO, L(UCIO) ARRUNT(IO) / CO)N)SULIBUS./DECURIONES ET MUNICIPES MAR/TIENSES, QUI ANTEA UGIENSES/FUERUNT, HOSPITIUM FECERUNT/CUM DECURIONIBUS ET COLONIS/ COLONIAE AUGUSTAE EMERITAE/SIBI LIBERIS POSTERISQ(UE) EORUM./EGERUNT LEGATI/P(UBLIUS) MUMMIUS P(UBLII) F(ILIUS), GAL(ERIA), URSUS,/M(ARCUS) AEMILIUS M(ARCI) F(ILIUS), GAL(ERIA), FRONTO. González Fernández, en su Corpus, piensa que esta inscripción podría referirse a Ucia Martia, situada en el Conventus Cordubensis, contra el parecer del matrimonio Galsterer que la ubican erróneamente en Las Cabezas de San Juan. En el Archivo Español de Arqueología, volumen 55 aparece una inscripción hallada en Torres Alocaz. Se trata de un fragmento de cipo de mármol blanco, de dimensiones 0,65x0,68x 0,52 . Se encontraba formando parte del muro de la torre. Señala que para algunos autores, Ugia, ciudad con estatuto de derecho latino a principios del siglo I , se encontraba en Torres Alocaz, si bien, en tal ubicación podría encontrarse también Castrum Iulium. La inscripción, también mencionada por González Fernández en su Corpus fotografiada en el artículo dice así: ...GAL(ERIA TRIBU) RUFINO... ...DECREVIT LAUDATI ONEM ...LOCUM SEPULTURAE FUN(ERIS) ...IMPENSA M ORNAMENTA (DECU) (RIONATUS...) THURIS P(ONDO)... Romero y Escudero (1991) presentan una estatua de un togado en mármol blanco que no conserva ni la cabeza, el antebrazo izquierdo ni la parte inferior de las piernas. Se trata de una obra de taller provincial con cronología del siglo I-II d.C. La estatua apareció junto al caserío. Delgado (1873) comenta que el Padre Florez incluyó en el tomo III de su obra una moneda alterada con el epígrafe de Vgia. Esta moneda se ha reconocido como posiblemente falsa. Tenía caracteres toscos alrededor de un glóbulo del que parten cuatro rayos, dejando entre ellos espacio par las cuatro letras del epígrafe. En el reverso se observa una sola espiga groseramente dibujada y al lado la letra S (semis). González Fernández, menciona una inscripción honoraria encontrada en el cortijo de Alocaz, fechada sobre el siglo I d.C.: (PE)DANIAE PATRONAE SOLLERIS.ET INGENVOS LIBERTI DANT Otra placa de carácter funerario mencionada por González Fernández contiene nombres indígenas como Adsi o Sisenna. Se data sobre el II ó III d.C : CORNELIA.ADSI IVNIVS.SISENNA AN(norum).XXXV H(ic).S(ita).(st).T(ibi).T(erra).L(euis) González Jiménez (1991 y 1997) comenta que en las constituciones promulgadas por el primer arzobispo de Sevilla, don Remondo de Losana, en las que dividió la archidiócesis de Sevilla en distintos arcedianatos e iglesias, figura Alaquaz.
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En el ordenamiento para el buen gobierno de la ciudad de Sevilla dado por Alfonso XI (Collantes de Terán, 1953) en 1344 se contiene una nómina de castillos entre los que se encuentra Alhocaz. En los archivos municipales de Sevilla se puede leer que en 1386 fue mandado colocar dos atalayas en Alhocaz. Morales (1981) informa que el ejército de Alfonso XI que triunfó en el Salado siguió su camino por el viejo arrecife, pasando por las Torres de Alocaz. Asegura que en Alocaz vivieron cristianos y hubo templo parroquial, todo lo cual había desaparecido ya a finales del XV. Da constancia de que en 1506 se tomaba posesión por sus respectivos titulares del pontifical y de la prestamera que habían radicado en Alocaz. Morales (1981) y Caro (1634) comentan que tras la repoblación, Alaguas quedó despoblado por las continuas correrías que hacían los moros, obligando a avecindarse a sus pobladores en Utrera. Ladero Quesada (1979) cita Alocaz como perteneciente a la vicaría de Utrera. En el libro Donadíos en Sevilla (1506) y recogido por Ladero Quesada (1976) se menciona el donadío de Alocaz, con dehesa en montes y palmares.
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IX. 4.
Listado de Edificios de Interés Propuesta de inclusión en Catálogo del PGOU
el
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EDIFICIOS DE INTERÉS RECONOCIDOS EN EL TÉRMINO MUNICIPAL
PROPUESTA DE PROTECCIÓN EN EL PGOU
PROPUESTA DE BIENES DE INTERÉS CULTURAL. Grado de protección A A1
Torre del Cortijo de Torremarisma
A2
Torre de las Salinas de Valcargado
A3
Presa de Lopera
OTROS EDIFICIOS DE INTERÉS. Grado de protección C Señalamos en este apartado algunos elementos arquitectónicos de interés para su inclusión en el catálogo de edificios protegidos del PGOU con grado C. Se trata de algunos cortijos no incluidos en el catálogo previo, quizás por hallarse bastante alejados del núcleo urbano de Utrera y resultar desconocidos para la mayoría. Se incluyen además algunos excepcionales ejemplos de arquitectura vernácula que hemos considerado apropiado registrar para su protección. Destaca entre éstos la existencia de algunos interesantes pozos y pozos-noria, aunque también se encuentran algunos ejemplos de arquitectura industrial, hornos, un puente e incluso un humilladero contemporáneo. También anotamos los restos de una cerca moderna que aún conserva esgrafiados.
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C1 Hacienda de Vallehermoso
C2 Cortijo Los Alguaciles Bajos
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C3 Cortijo La Marquesa
C4 Cortijo Pardales
C5 Cortijo de Casablanca
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C6 Cortijo La Rabia (Zarracatinejo)
C7 Torre de Molino de Garcés (ruina)
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C8 Pozos de Sal de Valcargado
C9 Pozo y pilar de Las Lapas
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C10 Pozo-Noria y Pilar del Cortijo Pardales
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C11 Pozo-Noria del Cortijo de Portaceli
C12 Pozo del Búho
C13 Pozo y abrevadero de Gómez Cardeña
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C14 Pozo-Noria del Golondrino
C15 Pozo del Agua en Fuente Vinagre
C16 Pozo de Carnicero
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C17 Pozo-Noria de Taboada
C18 Pozo-Noria y alberca de la Huerta del Hospital de la Resurrección
C19 Puente de Santiago
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C20 Puente de los Acarreeadores
C21 Humilladero de Cristo del Perdón
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C22 Hornos de Fuente Vinagre
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C23 Hornos de lozas y ladrillos de Las Haldúas
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C24 Cerca de Arenas
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IX. 5.
Propuesta de bajas en la Base de Datos DatARQUEOS y en el Catálogo del PGOU
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PROPUESTA DE BAJAS EN LA BASE DE DATOS DATARQUEOS Y EN EL CATÁLOGO DE YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DEL PGOU
BASE DE DATOS DATARQUEOS PROPUESTA DE BAJAS
Cruz del Gato III (41/095/3047) Se trata de una de las unidades del Conjunto Funerario Cruz del Gato. Corresponde al yacimiento 2091 del catálogo de 1989. La descripción inicial de Arqueos es equívoca y parece muy claro que los yacimientos 2091 y 2092 del catálogo 1989 son en realidad el mismo Túmulo de la Motilla (ambos se ubican 40 m al oeste de Cruz del Gato I). Aunque se ha considerado oportuno mantener los nombres de Cruz del Gato III y Túmulo de la Motilla en espera de la confirmación de eliminar el registro de Cruz del Gato III, que debiera añadirse como segundo nombre del citado Túmulo. Se añade, por otra parte, la necrópolis de Cruz del Gato IV (véase yacimiento con código Arqueos 41/095/3002).
Pescozal II (41/095/0009) 41/095/0009. Corresponde al yacimiento 0507 del catálogo de 1986. 41/095/0021. Corresponde al yacimiento 0537 del catálogo de 1986. Pescozal II (está repetido) números 9/21. Se propone dar la baja al 21. Esta duplicidad obedece al error cometido por Ruiz Delgado (1985, pp 110,169). Además de confundir el kilómetro de la vía de acceso para períodos distintos (siendo las coordenadas similares) se ubica –según el autor- a ambos lados del viario, cosa harto imposible cuando este mismo autor sitúa sobre plano en la margen O del viario (extremo SO de la loma del Pescozal, según croquis del autor) el yacimiento de Valcargado I –410950011- (Ruiz Delgado, p 112, 1985),1 - -.
CATÁLOGO DEL PGOU PROPUESTA DE BAJAS
En la base de datos DatArqueos quedan registradas varias entidades arqueológicas que probablemente ya hayan desaparecido, o que al menos no ha sido posible localizar; debieran 1
Valcargado I tiene un nombre confuso ya que pertenece en realidad a la propiedad de Carrascales, no de Valcargado. Se propone la sustitución del topónimo Valcargado I por Carrascales, aunque en principio éste queda anotado en la Carta arqueológica como segundo nombre.
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permanecer en la base de datos para posibles investigaciones futuras pero debieran eliminarse del Catálogo del PGOU, sometiéndose a un mayor control -por parte del la Oficina Técnica de Arqueología- las obras cercanas a las coordenadas señaladas por sus descubridores. Las entidades desaparecidas son las siguientes: Herrera II (41/095/0013) Corresponde al yacimiento 0517 del catálogo de 1986. Las Peñuelas (41/095/0051) Corresponde al yacimiento 2099 del catálogo de 1989.
OTRAS CIRCUNSTANCIAS. LOCALIZACIONES PUNTUALES
Existen algunas entidades arqueológicas sin localización precisa y muy probablemente desaparecidas, que se encuentran registradas en el PGOU como yacimientos arqueológicos y en realidad se trata de unidades de otros yacimientos o sitios arqueológicos; debieran registrarse en la base de datos pero darse de baja como yacimientos arqueológicos en el Catálogo del PGOU: Cruz del Gato I (41/095/0045) Se trata de una de las unidades del Conjunto Funerario Cruz del Gato. Corresponde al yacimiento 2089 del catálogo de 1989. Cruz del Gato II (41/095/0046) Se trata de una de las unidades del Conjunto Funerario Cruz del Gato. Corresponde al yacimiento 2090 del catálogo de 1989.
Existen otras entidades actualmente desaparecidas o en ubicación desconocida, no incluidas en el Catálogo del PGOU y tampoco registradas con anterioridad en la base de datos, conocidas por bibliografía, aunque sin ubicación certera y probablemente desaparecidas, que debieran registrarse en la base de datos, pero no debieran incluirse en el Catálogo del PGOU: Cruz del Gato IV (41/095/3002) Se ha registrado en la Carta Arqueológica como una de las unidades del Conjunto Funerario Cruz del Gato. Cueva artificial de El Junquillo (41/095/3216)
Las entidades que no disponen de delimitaciones (aunque sí de localizaciones puntuales) y que no han podido examinarse por imposibilidad de acceso, debieran permanecer registradas –si se hallaban registradas con anterioridad a la Carta Arqueológica- o incluirse como nuevos registros en la base de datos y en el Catálogo del PGOU: El Alcázar (41/095/0010) Corresponde al yacimiento 0509 del catálogo de 1986. Ruchena (41/095/0073) Corresponde al yacimiento 2121 del catálogo de 1989. Malavista III (41/095/3397)
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Malavista IV (41/095/3398) Malavista V (41/095/3399) El Vercel I (41/095/3400) El Vercel II (41/095/3273) La Vega Alta I (41/095/3320) La Vega Alta II (41/095/3322) Ventosilla V (41/095/3028)
Las fincas en las que no se ha permitido el acceso para la realización de los trabajos de prospección arqueológica debieran quedar adscritas en su totalidad al grado II de protección arqueológica con carácter previo a cualquier licencia de obras. Se trata de las siguientes fincas: Ventosilla, Vercel, Los Garzos, Pinganillo y Malavista.
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IX. 6.
Modificaciones de delimitaciones con Informe Preliminar
códigos respecto
o al
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MODIFICACIONES DE CÓDIGOS O DELIMITACIONES CON RESPECTO AL INFORME PRELIMINAR
Con respecto al informe preliminar se han añadido algunas entidades arqueológicas nuevas en las bases de datos. Estas nuevas entidades arqueológicas han sustituido en algunos casos a otros registros que se han eliminado ya que tras su estudio no se han considerado como entidades arqueológicas. La ordenación de los registros existentes ha conllevado una modificación de los códigos asignados a las entidades, por lo que para evitar confusiones con respecto a la memoria preliminar se listan aquí las modificaciones realizadas. Se señalan así mismo, las modificaciones efectuadas sobre las delimitaciones iniciales.
Registros eliminados
Código liberado Nombre reutilizado
-
Pinganillo IV
410953287
Si
-
La Cañada IX
410953216
Si
-
Pardales III
410953072
Si
-
Huerta Nueva I
410953014
Si
-
Las Palomas
410953382
No
-
Hacienda La Paz
410953303
No
-
Taboada
410953227
No
-
Cruz del Campo del Stmo. Cristo del Perdón
410953311
No
-
La Nava II
410953095
No
287
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
Nuevos Registros con delimitación
Código
Nombre reutilizado
-
Cortijo de Don Rodrigo
410953287
No
-
Cueva artificial de El Junquillo
410953216
No
-
Fuente Vinagre II
410953072
No
-
Complejo Hidráulico Arca del Agua – Fuente de los Ochos Caños -
410953014
No
-
La Esparragosa
410953382
No
-
La Presa de Lopera
410953303
No
-
Cerro de la Plata
410953227
No
-
La Granja
410953311
No
-
Herrera VII
410953095
No
-
Los Jurados VII
410953096
Si (segundo nombre de El tesorillo II)
-
La Marquesa
410953092
No
-
La Ventosilla VI
410953029
No
-
Las Cobatillas III
410953093
No
Nuevos Registros puntuales
Código
Nombre reutilizado
-
Malavista III
410953397
No
-
Malavista IV
410953398
No
-
Malavista V
410953399
No
-
El Vercel I
410953400
No
-
El Vercel II
410953273
No
-
La Vega Alta I
410953320
No
-
La Vega Alta II
410953322
No
-
Ventosilla V
410953028
No
288
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
Registros con cambio de nombre
Código
Antiguo Nombre
-
Pinganillo IV
410953288
Pinganillo V
-
La Cañada IX
410953220
La Cañada XIII
-
Pardales III
410953319
Pardales IV
-
Huerta Nueva I
410953015
Huerta Nueva II
-
La Rana II
410953315
Alcantarilla Quebrada
Registros con cambio de 2º nombre
Código
Cambio efectuado
-
Vega de Lopera
410950058
Se añade 2º nombre (Lopera V)
-
Prado Gallego
410953347
Se añade 2º nombre (La Ventosilla III)
-
El Tesorillo II
410950025
Se elimina 2º nombre (Los Jurados VII)
-
Cuca Noche
410043001
Se elimina 2º nombre (Alcalá 1)
Registros con cambio de código
Anterior
Nuevo
-
Loma de los Reventones
410953375
110173001
-
Cuca Noche
410953322
410043001
-
Cartero I
410953320
410043002
-
Marcha Morón
410953325
410043003
-
Antiguo Depósito de Agua Municipal de Los Palacios
410953273
410693001
-
Pozos de Sal de Valcargado
410953405
410953375
-
Torre de Valcargado
410953404
410953325
289
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
Registros con cambio de delimitación
Código
-
San José
410953252
-
Conjunto Histórico de Utrera
410953021
-
Arrecifes Altos
410953001
-
Florida Baja II
410953230
-
La Rana II
410953315
-
Cerro de la Nava (la nueva delimitación incluye a la anteriormente denominada La Nava II)
410950052
290
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
IX. 7.
Tipos de Actuaciones permitidas en Suelo No Urbanizable según el PGOU.
291
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
TIPOS DE ACTUACIONES PERMITIDAS EN SUELO NO URBANIZABLE SEGÚN EL PGOU
En suelo no urbanizable se concentran la casi totalidad de entidades arqueológicas del Término Municipal de Utrera. El Régimen del Suelo No Urbanizable viene regulado en el PGOU de Utrera en el Título XII de sus Normas Urbanísticas, distinguiéndose entre el suelo no urbanizable protegido y el no urbanizable común. Los tipos de usos quedan regulados en su capítulo 2 (Condiciones de Uso y Edificación) diferenciándose entre: -
1. Usos agropecuarios 2. Usos vinculados a las obras públicas 3. Usos cuya utilidad pública o interés social radiquen en sí mismos o en la conveniencia de su emplazamiento en el medio rural 4. Uso residencial
Estos usos se desglosan en una variada serie de actuaciones que se listan en la Sección 1ª del citado capítulo, agrupándose en: Art.12.10.- Actuaciones relacionadas con el uso agropecuario 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Tala de conservación Tala de transformación Cercas o vallados de carácter cinegético Desmontes, aterramientos, rellenos Captaciones de agua Obras o instalaciones anejas a la explotación (almacenenes de productos y maquinaria, cuadras, establos, vaquerías, etc.) 7. Obras o instalaciones para la primera transformación de productos de la explotación (intalaciones industriales al servicio exclusivo de la explotación en la que se emplazan: almazaras, bodegas, secaderos, aserraderso, etc. así como unidades para la clasificación, preparación y embalaje de productos) 8. Instalación o construcción de invernaderos 9. Establos, granjas avícolas o similares 10. Piscifactorías 11. Infraestructuras de servicio a la explotación (eléctricas, viarias, de abastecimiento o saneamiento) Art.12.11.- Actuaciones relacionadas con la explotación de recursos mineros 1. 2. 3. 4. 5.
Extracciones de arenas y áridos Extracciones mineras a cielo abierto Extracciones mineras subterráneas Instalaciones anexas a la explotación Vertidos de residuos mineros
292
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
Art. 12.12.- Construcciones y edificaciones industriales 1. Almacenes de productos no primarios 2. Industrias incompatibles en el medio urbano 3. Instalaciones industriales ligadas a recursos primarios (no al servicio de una sóla explotación) 4. Vertidos de residuos industriales Art. 12.13.- Actuaciones de carácter turístico recreativo 1. Adecuaciones naturalísticas (obras y/o instalaciones menores tales como senderos y recorridos peatonales, casetas de observación...) 2. Adecuaciones recreativas (mesas, bancos, parrillas, depósitos de basura, casetas de servicios, juegos infantiles, áreas para aparcamientos; se excluyen construcciones o instalaciones permanentes) 3. Parque rural (obras e instalaciones permanentes) 4. Instalaciones deportivas (obras e instalaciones permanentes) 5. Parque de atracciones 6. Albergues de carácter social 7. Campamentos de turismo (conlleva instalaciones permanentes) 8. Instalaciones no permanentes de restauración 9. Instalaciones permanentes de restauración 10. Instalaciones hoteleras 11. Usos turísticos-recreativos en edificaciones existentes Art. 12.14.- Construcciones y edificaciones públicas singulares Edificios de titularidad pública o manifiesta utilidad pública que deben localizarse en áreas rurales para satisfacer sus objetivos funcionales; se incluyen en esta categoría: a. Edificios vinculados a la defensa nacional b. Centros sanitarios especiales c. Centros de enseñanzas ligados al medios Art. 12.15.- Actuaciones de carácter infraestructural 1. Instalaciones provisionales para la ejecución de la obra pública 2. Instalaciones o construcciones para el entretenimiento de la obra pública (carácter permanente –no incluyen usos residenciales-) 3. Instalaciones o construcciones al servicio de la carretera (estaciones de servicio, báscula de pesaje, puntos de socorro en carreteras y áreas de servicio en autopistas) 4. Instalaciones vinculadas al Sistema General de Comunicaciones (antenas, repetidores de televisión, estaciones de seguimiento de satélites...) 5. Instalación o construcción de infraestructura energética (red eléctrica de alta tensión y subestaciones de transformación –no se incluye la red de baja tensión y sus instalaciones anejas) 6. Instalaciones o construcción del sistema general de abastecimiento y saneamiento de agua y gas
293
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
7. Viario de carácter general (no al servicio de una instalación o infraestructura determinada) 8. Obras de protección hidrológica (encauzamientos, plantaciones de setos, riberas, construcción de pequeños azudes, etc.) 9. Helipuertos y aeropuertos 10. Vertederos de residuos sólidos e instalaciones anejas. 11. Infraestructuras para experimentación industrial (pistas de rodadura e instalaciones anejas) Art. 12.16.- Construcciones residenciales aisladas 1. Vivienda unifamiliar ligada a la explotación de recursos primarios 2. Vivienda ligada al entretenimiento de la obra pública y las infraestructuras territoriales 3. Vivienda guardería de complejos en el medio rural (en atención a edificios públicos singulares) Art. 12.17.- Otras instalaciones 1. Soportes de publicidad exterior 2. Imágenes y símbolos En la Sección 2ª del citado capítulo se especifican las condiciones a las que se hayan sometidas las edificaciones vinculadas a cada tipo de uso. En este sentido, según el art. 12.18: 1. En suelo no urbanizable sólo está justificada la edificación vinculada a: a) Las explotaciones agropecuarias b) Las actividades extrativas c) La ejecución y mantenimiento de los servicios urbanos e infraestructuras o al servicio de las carreteras 2. Previa justificación de que no existe posibilidad de formación de núcleo de población y de la necesidad de ser realizada en suelo no urbanizable y siguiendo el procedimiento previsto en la legislación urbanística vigente, pueden edificarse instalaciones para: a) Las actividades turísticas y recreativas, así como otras actividades de utilidad pública e interés social b) La producción industrial cuando se acredite la concurrencia de circunstancias que impidan o desaconsejen llevarla a cabo en las áreas del territorio expresamente calificadas para acoger los usos industriales c) La vivienda aislada En estos supuestos las edificaciones se han de vincular a una parcela de dimensiones mínimas.
294
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
IX. 8.
Tipos de Actuaciones incluidas en los anexos de la Ley de Protección Ambiental
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
TIPOS DE ACTUACIONES INCLUIDAS EN LOS ANEXOS DE LA LEY DE PROTECCIÓN AMBIENTAL
ANEXO I 1. Refinerías de petróleo bruto, incluidas las que produzcan únicamente lubricantes a partir de petróleo bruto, así como las instalaciones de gasificación y de licuefacción de al menos 500 toneladas de carbón de esquistos bituminosos al día. 2. Centrales térmicas y otras instalaciones de combustión con potencia térmica de al menos 300 MW, así como centrales nucleares y otros reactores nucleares, con exclusión de las instalaciones de investigación para la producción y transformación de materias fisionables y fértiles en las que la potencia máxima no pase de un KW de duración permanente térmica. 3. Instalaciones destinadas exclusivamente al almacenamiento permanente o a la eliminación definitiva de residuos radiactivos. 4. Instalaciones para el aprovechamiento de la energía eólica cuya potencia nominal total sea igual o superior a 1 MW. 5. Plantas siderúrgicas integrales. 6. Instalaciones destinadas a la extracción de amianto, así como el tratamiento y transformación del amianto y de los productos que contienen amianto: Para los productos de amianto-cemento, una producción anual de más de 20.000 toneladas de productos terminados; para las guarniciones de fricción una producción anual de más de 50 toneladas de productos terminados y para otras utilizaciones de amiantos, una utilización de más de 200 toneladas por año. 7. Instalaciones químicas integradas. 8. Construcciones de autopistas, autovías, vías rápidas y construcción de carreteras cuando ésta suponga alguna de las siguientes actuaciones: - Ejecución de carreteras de nueva planta. - Puentes y viaductos cuya superficie de tablero sea superior a 1.200 metros cuadrados y túneles cuya longitud sea superior a 200 metros. - Modificación de trazados existentes en planta y alzado en más de un 30 por 100 de su longitud o con desmontes o con terraplenes mayores de 15 metros de altura. - Líneas de ferrocarril de largo recorrido, líneas de transportes ferroviarios urbanos y suburbanos, aeropuertos con pistas de despegue y aterrizaje de una longitud mayor o igual a 2.100 metros y aeropuertos de uso particular. 9. Puertos comerciales, vías navegables y puertos de navegación interior, puertos pesqueros y puertos deportivos. 10. Instalaciones de eliminación de residuos tóxicos y peligrosos por incineración, tratamiento químico o almacenamiento en tierra.
296
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
11. Grandes presas. 12. Primeras repoblaciones cuando entrañen riesgos de graves transformaciones ecológicas negativas. 13. Caminos rurales y forestales de nuevo trazado en terrenos con pendientes superiores al 40 por 100 a lo largo del 20 por 100 o más del trazado. 14. Extracción a cielo abierto de hulla, lignito u otros minerales.
Quedan afectadas por la presente Ley, las explotaciones mineras a cielo abierto en los supuestos previstos en la legislación básica estatal y las extracciones que, aun no cumpliendo ninguna de las condiciones del apartado 12 del anexo 2 del Real Decreto 1131/1988, de 30 de septiembre, se sitúen a menos de 5 kilómetros de los límites previstos de cualquier aprovechamiento o explotación a cielo abierto existente. 15. Obras marítimo-terrestres, tales como diques, emisarios submarinos, espigones y similares. 16. Las instalaciones de gestión de los residuos sólidos urbanos y asimilables a urbanos. 17. Plantas de fabricación de aglomerantes hidráulicos. 18. Extracción de hidrocarburos. 19. Transformaciones del uso del suelo que impliquen eliminación de la cubierta vegetal arbustiva o arbórea y supongan riesgo potencial para las infraestructuras de interés general de la Nación o de la Comunidad Autónoma, y en todo caso cuando dichas transformaciones afecten a superficies superiores a 100 hectáreas, salvo si las mismas están previstas en el planeamiento urbanístico, que haya sido sometido a Evaluación Ambiental de acuerdo con lo previsto en la presente Ley. 20. Planes Generales de Ordenación Urbana, Normas Complementarias y Subsidiarias de Planeamiento, así como sus revisiones y modificaciones. 21. Trasvases de cuencas. 22. Instalaciones industriales de almacenamiento al por mayor de productos químicos. 23. Instalaciones de remonte mecánico y teleférico. Disposición de pistas para la práctica de deportes de invierno. 24. Planes y programas de infraestructuras físicas que supongan alteración para el medio ambiente. 25. Captación de aguas subterráneas de un solo acuífero o unidad hidrológica si el volumen anual alcanza o sobrepasa los 7.000.000 de metros cúbicos. 26. Instalaciones de oleoductos y gaseoductos. 27. Actividades de relleno, drenaje y desecación de zonas húmedas. 28. Transporte aéreo de energía eléctrica de alta tensión igual o superior a 66 KW. 29. Industrias de fabricación de pasta de celulosa.
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
ANEXO II 1. Otras vías de comunicación, distintas de las indicadas en el anexo I, incluyendo las siguientes obras de carreteras: Variantes de trazado. Duplicaciones de calzada. 2. Pistas de prueba o de carrera de vehículos a motor. 3. Presas no incluidas en el anexo I. 4. Caminos rurales y forestales no incluidos en el anexo I. 5. Explotaciones mineras subterráneas. 6. Plantas clasificadoras de áridos y plantas de fabricación de hormigón. 7. Fabricación de aglomerados asfálticos. 8. Industrias agroalimentarias, citadas a continuación: - Productos lácteos. - Cerveza y malta. - Jarabes y refrescos. - Mataderos. - Salas de despiece. - Aceites y harina de pescado. - Margarina y grasas concretas. - Fabricación de harina y sus derivados. - Extractoras de aceite. - Destilación de alcoholes y elaboración de vino. - Fábricas de conservas de productos animales y vegetales. - Fábricas de féculas industriales. - Azucareras. - Almazaras y aderezo de aceitunas. 9. Coquerías. 10. Industrias textiles y del papel, citadas a continuación: - Lavado, desengrasado y blanqueado de lana. - Obtención de fibras artificiales. - Tintado de fibras.
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
- Tratamiento de celulosa e industrias del reciclado del papel. - Fabricación de tableros de fibra de partículas y de contrachapado. 11. Explotaciones ganaderas en estabulación permanente a partir de los siguientes límites: - Vaquerías con más de 100 madres de cría. - Cebaderos de vacuno con más de 500 cabezas. - Volátiles con más de 5.000 hembras o más de 10.000 pollos de engorde. - Cerdos con más de 100 madres de cría o más de 500 cerdos de cebo. - Conejos con más de 500 madres de cría. - Ovejas con más de 500 madres de cría. - Cabras con más de 500 madres de cría. - Asimismo, se incluyen todas aquellas granjas o instalaciones destinadas a la cría de especies no autóctonas. 12. Explotaciones e instalaciones acuícolas. 13. Instalaciones relacionadas con el caucho y sus aplicaciones. 14. Almacenamiento de productos inflamables con una carga de fuego ponderada de la instalación en Mcal/m², superior a 200. 15. Transporte aéreo de energía eléctrica de alta tensión inferior a 66 KW. 16. Instalaciones destinadas a la producción de energía hidroeléctrica. 17. Instalaciones para el aprovechamiento de la energía eólica cuya potencia nominal total esté comprendida entre 300 KW y 1 MW. 18. Complejos e instalaciones siderúrgicas: - Fundición. - Forja. - Estirado. - Laminación. - Trituración y calcinación de minerales metálicos. 19. Instalaciones para el trabajo de metales: - Embutido y corte. - Revestimientos y tratamientos superficiales. - Calderería en general. - Construcción y montaje de vehículos y sus motores.
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
- Construcción de estructuras metálicas. 20. Instalaciones para la construcción y reparación de buques, embarcaciones y otras instalaciones marítimas. 21. Instalaciones para la construcción y reparación de aviones y sus motores. 22. Instalaciones para la construcción de material ferroviario. 23. Fabricación de vidrio. 24. Fabricación y formulación de pesticidas, productos farmacéuticos, pinturas, barnices, elastómeros y peróxidos. 25. Fabricación y tratamiento de productos químicos intermedios no incluidos en otros aparatos. 26. Fábricas de piensos compuestos. 27. Industria de aglomerado de corcho. 28. Instalaciones de trituración, aserrado, tallado y pulido de la piedra con potencia instalada superior a 50 CV. 29. Fabricación de baldosas de terrazo y similares. 30. Fabricación de ladrilios, tejas, azulejos y demás productos cerámicos. 31. Fabricación y tratamiento de productos a base de elastómeros. 32. Fabricación de fibras minerales artificiales. 33. Estaciones depuradoras y depósitos de fangos. 34. "Complejos deportivos y recreativos, campos de golf y campings, en suelo no urbanizable." 35. Instalaciones de fabricación de explosivos. 36. Obras de canalización y regulación de cursos de agua. 37. Transformaciones de terrenos incultos o superficies seminaturales para la explotación agrícola intensiva cuando aquéllas superen las 50 Ha o 10 Ha con pendiente igual o superior al 15 por 100. 38. Explotaciones de salinas. 39. Captación de aguas subterráneas de un solo acuífero o unidad hidrológica si el volumen anual alcanza o sobrepasa 1,5 millones de metros cúbicos. 40. Las actuaciones relacionadas en el anexo III, que se desarrollen total o parcialmente en terrenos de dominio público de titularidad estatal o autonómica, o que se extiendan a más de un municipio, así como las que se pretendan ejecutar en suelo no urbanizable en los espacios naturales protegidos. 41. Grandes superficies comerciales. Hipermercados. 42. Parques zoológicos y acuarios en suelo no urbanizable. 43. Refinerías de petróleo bruto, así como las instalaciones de gasificación y licuefacción inferiores 500 toneladas de carbón de esquistos bituminosos al día. 44. Centrales térmicas y otras instalaciones de combustión con potencia térmica inferior a 300 MW.
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
45. Instalaciones destinadas a la extracción, tratamiento y transformación del amianto y de los productos que lo contienen que no alcancen los límites establecidos en el punto 6 del anexo I.
ANEXO III 1. Doma de animales y picaderos. 2. Talleres de géneros de punto y textiles. 3. Instalaciones relacionadas con tratamiento de pieles, cueros y tripas. 4. Lavanderías. 5. Imprentas y artes gráficas. Talleres de edición de prensa. 6. Almacenes al por mayor de artículos de droguería y perfumería. 7. Garajes y aparcamientos. Estaciones de autobuses. 8. Establecimientos hoteleros, apartamentos turísticos e inmuebles de uso turístico en régimen de aprovechamiento por turno. Restaurantes, cafeterías y bares 9. Pubs. 10. Discotecas y salas de fiesta. 11. Salones recreativos y bingos. 12. Cines y teatros. 13. Gimnasios. 14. Academias de baile y danza. 15. Estudio de rodaje y grabación. 16. Carnicerías. Almacenes y venta de carnes. 17. Pescaderías. Almacenes y venta de pescado. 18. Panaderías y obradores de confitería. 19. Supermercados y autoservicios. 20. Almacenes y venta de congelados. 21. Almacenes y venta de frutas y verduras. 22. Fabricación artesanal y venta de helados. 23. Asadores de pollos. Hamburgueserías. Freidurías de patatas. 24. Almacenes de abonos y piensos. 25. Talleres de carpintería metálica y cerrajería. 26. Talleres de reparación de vehículos a motor y de maquinaria en general.
301
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
27. Lavado y engrase de vehículos a motor. 28. Talleres de reparaciones eléctricas. 29. Taller de carpintería de madera. Almacenes y venta de muebles. 30. Almacenes y venta al por mayor de productos farmacéuticos. 31. Industrias de transformación de la madera y fabricación de muebles. 32. Instalación de desguace y almacenamiento de chatarra. 33. Estaciones de servicio dedicadas a la venta de gasolina y otros combustibles. 34. Explotaciones ganaderas en estabulación permanente no incluidas en el punto 11 del anexo II.
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
IX. 9.
Listado de actuaciones con posible afección sobre las entidades arqueológicas en suelo urbano o urbanizable (PGOU)
303
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
LISTADO DE ACTUACIONES CON POSIBLE AFECCIÓN SOBRE LAS ENTIDADES ARQUEOLÓGICAS EN SUELO URBANO O URBANIZABLE (PGOU)
Algunas de las zonas en que se divide el suelo de urbano y urbanizable de la ciudad de Utrera afectan a entidades arqueológicas registradas. El grado de materialización del planeamiento en cada una de estas zonas incide con un riesgo de afección mayor en las zonas cuyas obras ya se encuentran en ejecución o en las que se ha iniciado la tramitación administrativa para su comienzo. Por su parte, las que aún no han iniciado la tramitación administrativa presentan un mayor plazo para la toma de medidas de cautela y tutela, aunque el riesgo también es muy alto. En todos estos casos se puede hablar más de certeza de afección que de riesgo propiamente dicho. En las zonas urbanas o de suelo urbano prácticamente consolidado se puede entender una menor incidencia de las obras en el conjunto de cada zona, siendo la localización concreta de la afección más incierta y centrada en parcelas. En función de la clasificación del suelo urbano o urbanizable, podemos destacar las zonas que afectan a alguna entidad arqueológica y su grado de ejecución con respecto al PGOU1: SUELO URBANIZABLE
URBANIZABLE NO PROGRAMADO INDUSTRIAL
SUNP-3 NADA INICIADO 410950122 CONJUNTO FUNERARIO LA CRUZ DEL GATO SUNP-4 NADA INICIADO 410953005 LAS AGUARDIENTERAS SUNP-6 NADA INICIADO 410953009 LAS CUEVAS
1
Como se puede observar varias zonas pueden afectar a un mismo yacimiento y viceversa.
304
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
MOD. PUNTUAL PGOU 7 OBRAS EN EJECUCIÓN 410953016 EL OLIVAR ALTO
URBANIZABLE PROGRAMADO RESIDENCIAL
SUP-2 TRAMITACIÓN ADMINISTRATIVA INICIADA 410953010 HUERTA DEL HOSPITAL DE LA RESURRECCIÓN 410953015 HUERTA NUEVA I SUP-3 TRAMITACIÓN ADMINISTRATIVA INICIADA 410953004 PUENTE DE LOS ACARREADORES 410953013 LA VEGA 410953014 COMPLEJO HIDRÁULICO ARCA DEL AGUA - FUENTE DE LOS OCHO CAÑOS SUP-4 OBRAS EN EJECUCIÓN 410953004 PUENTE DE LOS ACARREADORES 410953013 LA VEGA SUP-5 OBRAS EN EJECUCIÓN 410953012 LA LAGUNA SUP-6 TRAMITACIÓN ADMINISTRATIVA INICIADA 410953008 EL CERRILLO 410953011 EL JUNQUILLO SUP-7 TRAMITACIÓN ADMINISTRATIVA INICIADA 410953009 LAS CUEVAS SUP-8 OBRAS EN EJECUCIÓN 410953019 RUEDOS DE CONSOLACIÓN 410953022 SANTUARIO DE CONSOLACIÓN
SUELO URBANO URBANO INDUSTRIAL
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APA-7 SUELO URBANO PRÁCTICAMENTE CONSOLIDADO 410953003 EL TORNO
URBANO RESIDENCIAL APA-1 SUELO URBANO PRÁCTICAMENTE CONSOLIDADO 410953021 CONJUNTO HISTÓRICO DE UTRERA APA-3 SUELO URBANO PRÁCTICAMENTE CONSOLIDADO 410953022 SANTUARIO DE CONSOLACIÓN UE-13a OBRAS EN EJECUCIÓN 410953021 CONJUNTO HISTÓRICO DE UTRERA UE-13b NADA INICIADO 410953021 CONJUNTO HISTÓRICO DE UTRERA UE-14b OBRAS EN EJECUCIÓN 410953021 CONJUNTO HISTÓRICO DE UTRERA UE-19 SUELO URBANO CONSOLIDADO 410953022 SANTUARIO DE CONSOLACIÓN UE-4 SUELO URBANO PRÁCTICAMENTE CONSOLIDADO 410953021 CONJUNTO HISTÓRICO DE UTRERA URBANA SUELO URBANO CONSOLIDADO 410950095 CASTILLO DE UTRERA 410953006 CAMPO DE FÚTBOL SAN JUAN BOSCO 410953007 ANTIGUO CONVENTO DE SAN FRANCISCO 410953013 LA VEGA 410953014 COMPLEJO HIDRÁULICO ARCA DEL AGUA - FUENTE DE LOS OCHO CAÑOS 410953018 COLEGIO ÁLVAREZ QUINTERO E INSTITUTO RUIZ GIJÓN 410953021 CONJUNTO HISTÓRICO DE UTRERA 410953022 SANTUARIO DE CONSOLACIÓN 410953232 SAN FRANCISCO
306
Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
IX. 10.
Listado de actuaciones con posible afección sobre las entidades arqueológicas en suelo no urbanizable (Proyectos específicos)
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Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera
LISTADO DE ACTUACIONES CON POSIBLE AFECCIÓN SOBRE LAS ENTIDADES ARQUEOLÓGICAS EN SUELO NO URBANIZABLE (PROYECTOS ESPECÍFICOS)
1. PROYECTO DE EJECUCIÓN DE BALSA DE ACUMULACIÓN DE AGUAS INVERNALES PARA LA INSTALACIÓN DE RIEGO POR GOTEO EN FINCA “LA HIGUERA”. Julio 2004 Afecciones sobre el suelo: movimientos de tierra para la construcción de la balsa de aguas (construcción mediante excavación a cielo abierto del vaso) y zanjas de canalización de riego (existen ramales superficiales y bajo rasante: la afección principal proviene de la red primaria y secundaria de pvc con diámetro exterior oscilante entre 90 y 315 mm). Estado de ejecución: Desconocido. Entidades arqueológicas afectadas: Higuera II (410953149), Higuera IV (410953151) e Higuera V (410953350) se encuentran directamente afectadas por las superficies de riego, por lo que pueden acoger zanjas para las canalizaciones; ninguna de las entidades arqueológicas se encuentra directamente afectada por la construcción de la balsa. Otras entidades podrían verse afectadas en un futuro como consecuencia de la extensión del regadío sobre ellas: Higuera I (410953148), Higuera III (410953150) y Malavista I (410953152). Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
2. PROYECTO PARA LA SEGUNDA FASE DEL SELLADO DEL VERTEDERO DE R.S.U. DE UTRERA (SEVILLA). Agosto 2004 Afecciones sobre el suelo: no parecen de importancia, al tratarse de movimientos de tierras sobre suelos ya alterados: se realizarán drenentes de 200 mm bajo los pies de los taludes y de las cunetas. Se procederá a la mejora del sellado superficial actual del vertedero mediante una serie de actuaciones: limpieza del terreno, sellado superficial,
308
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sistemas de drenaje, restauración vegetal, etc. Estado de ejecución: Iniciado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. La extensión del vertedero por terrenos de su entorno podría conllevar la afección de nuevos proyectos de obra sobre alguno de los yacimientos cercanos: Pinganillo I (410953283) y Pinganillo II (410953284). Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
3. PROYECTO DE CONSTRUCCIÓN DE INSTALACIÓN DE 74 FERMENTADORES DE 16 M³/UD. ASÍ COMO AMPLIACIÓN DE CONSTRUCCIÓN DE BALSA EVAPORATIVA. Junio 2004 Situación de la industria: Ctra. de Carmona. Parcela 37. Utrera Situación de la balsa: Polígono 67. Parcela 11. Utrera Afecciones sobre el suelo: Industria: El montaje de los fermentadores requiere excavación de tierras en vaciado así como la ejecución de canales para la vacuación de las aguas superficiales y conexión de las mismas mediante arqueta con la red de alcantarillado. Balsa: la construcción de la balsa evaporativa tiene el objeto de conseguir capacidad de vertido para las aguas residuales de la balsa preexistente. Las obras necesarias requieren del movimiento de tierras en desmonte y la posterior formación de terraplenes con taludes. Estado de ejecución: Desconocido. Con fecha 11-11-2004 consta requerimiento por parte de la Delegación de Cultura de Sevilla de informe-valoración realizado por técnico arqueólogo como respuesta al Informe Ambiental solicitado por Delegación de Medio Ambiente. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Se encuentra cercana la entidad arqueológica denominada Las Mesas (410953323), aunque sin ser afectada. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera; Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
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4. PROYECTO DE PUESTA EN RIEGO MEDIANTE BALSA DE REGULACIÓN Y DECANTACIÓN EN FINCA “EL PESCOZAL”. Septiembre 2001 Afecciones sobre el suelo: las afecciones sobre el suelo están derivadas de la construcción de las balsas y de la puesta en riego de tres besanas intermedias: se proyecta un volumen total de desmonte para la construcción de las balsas de 119011 m³ y la excavación de zanjas para canalizaciones bajo rasante, además de una zanja de conexión entre las balsas de 1,4 m de ancho (400 mm de diámetro). Estado de ejecución: Desconocido. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
5. PROYECTO DE OBRA CIVIL DE INDUSTRIA DE FABRICACIÓN DE MAQUINARIA AGRÍCOLA EN EL SITIO DEL CERRILLO DEL TÉRMINO MUNICIPAL DE UTRERA (SEVILLA), PROPIEDAD DE AGROPECUARIA CONSOLACIÓN, SL. Junio 2005 Afecciones sobre el suelo: movimientos de tierra sin nivelación del terreno para el replanteo inicial de las obras de construcción de dos naves industriales para la fabricación de maquinaria agrícola; requieren cimentación de zapatas aisladas de hormigón armado arriostradas con zunchos del mismo material (profundidad: hasta 4 m). Superficie de afección de las obras: 2500 m. Estado de ejecución: Ejecutado mediante concesión urbanística. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
6. PROYECTO DE EJECUCIÓN DE NAVE INDUSTRIAL, SITO EN CARRETERA “A-376”, SEVILLA – EL PALMAR DE TROYA, KM. 26,2 EN LA CIRCUNVALACIÓN DE UTRERA, A LA ALTURA DEL CRUCE CON
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LA “A-362”, DE UTRERA A LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA. UTRERA, SEVILLA Afecciones sobre el suelo: cimentación de zapatas de hormigón en cama de 25 N/mm² de resistencia característica, a profundidad de 1,3 m. Zapatas con anchuras variables entre 1 y 3,5 m. Solera de 15 cm de espesor con pendientes necesarias a puntos de desagüe. Estado de ejecución: Finalizado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
7. ACTUACIÓN SOBRE TERRENO NO URBANIZABLE PARA CONSTRUCCIÓN DE NAVE INDUSTRIAL PARA MANUFACTURA DE PREFABRICADOS DE PIEDRA ARTIFICIAL SITO EN POLÍGONO Nº 6, PARCELA 46 (PARTE) DEL TÉRMINO MUNICIPAL DE UTRERA Afecciones sobre el suelo: trabajos de limpieza y nivelación de pequeñas ondulaciones de unos 20 cm y excavación de pozos y zanjas para las zapatas de cimentación (aisladas en pilares y corridas en muros de carga laterales, arriostradas entre ellas mediante zunchos de atado), así como solera de hormigón de un mínimo de 15 cm de espesor y cama correspondiente de grava seca de otros 15 cm. Superficie de la nave: 525 m². Afecciones puntuales: aljibe de 15 m³ para aguas fecales y pozo de agua, o entronque a la red comunitaria de la zona. Incidencia ambiental según proyecto: Retranqueo obligado por deslinde de Vereda Utrera-Dos Hermanas. Estado de ejecución: Finalizado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
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8. PROYECTO DE ACTUACIÓN PARA LA IMPLANTACIÓN DE PISTA DE PRUEBAS DE COCHES DE BOMBEROS Afecciones sobre el suelo: posibles afecciones de pequeña entidad por el acondicionamiento de los terrenos para la realización de una pista de pruebas de coches de bomberos: circuito asfaltado, con tres rampas a distinto nivel e inclinación para la circulación de vehículos contra incendios. Estado de ejecución: Desconocido. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
9. PROYECTO DE ACTUACIÓN URBANÍSTICA PARA LA INSTALACIÓN DE UNA INDUSTRIA DE CONSTRUCCIÓN DE ESTRUCTURAS METÁLICAS Y CALDERERÍA EN LA CARRETERA DE ARAHAL-UTRERA A-394, ENTERE LOS PUNTOS KILOMÉTRICOS 17,50 Y 18,00, MARGEN DERECHA DE UTRERA (SEVILLA). Mayo 2005 Afecciones sobre el suelo: obras de construcción de nave de 6000 m² y edificio representativo de la planta de 200 m² Nivelación previa del terreno ya que la zona ocupada por las naves se usará como zona de circulación y stockaje. Cimentación de zapatas aisladas de hormigón armado arriostrado superficialmente mediante zunchos del mismo material. Otras afecciones lineales: conducciones subterráneas de conexión a la red de alcantarillado y acometida de agua potable. Estado de ejecución: Desconocido. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
10. PROYECTO DE ACTUACIÓN DE CONJUNTO DE NAVES PARA USO INDUSTRIAL Y AMPLIACIÓN DE NAVE EN CTRA. SE-422 LOS
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PALACIOS – UTRERA EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE UTRERA (SEVILLA) Afecciones sobre el suelo: obras de ampliación de nave en 120 m² para el estacionamiento de vehículos de gran tonelaje. La ampliación se plantea mediante el sistema de pórticos rígidos de acero laminado IPE, con pavimentado de la nave mediante losa de hormigón. Otras afecciones: red de evacuación unitaria de aguas fecales y pluviales, y red de distribución de de agua potable. Estado de ejecución: Iniciado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
11. PROYECTO DE ACTUACIÓN URBANÍSTICA DE OBRA CIVIL Y APERTURA DE UNA PLANTA DOSIFICADORA DE HORMIGÓN Y MATERIALES PREPARADOS EN EL PARAJE DENOMINADO “LA MAGDALENA”, POLÍGONO 7, PARCELA 90 DE UTRERA (SEVILLA). Octubre 2004 Afecciones sobre el suelo: construcción de aseos y vestuarios mediante cimentación con losa de hormigón armado y placas de anclaje para la planta dosificadora de hormigón (cimentación de maquinarias). Otras afecciones: afección lineal de conexión subterránea con depuradora y vertido a arroyo, y afección puntual por construcción de balsa de agua residual (4x4 m). Estado de ejecución: Finalizado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. El sitio arqueológico denominado El Carnicero (410953231) se encuentra muy cercano al solar, aunque no se haya dentro de sus límites. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
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12. PROYECTO DE ACTUACIÓN URBANÍSTICA PARA LA INSTALACIÓN DE UNA INDUSTRIA DE CARPINTERÍA DE ALUMINIO EN EL PAGO DENOMINADO EL JUNQUILLO DE UTRERA (SEVILLA). Enero 2005 Afecciones sobre el suelo: adecuación de terrenos y construcción de nave (2107 m²) y edificio de oficinas, aseos y vestuarios (117 m²) mediante cimentación de zapatas aisladas con hormigón armado arriostradas superficialmente mediante zunchos del mismo material, así como solera de hormigón de 15 cm. Otras afecciones: afección lineal de conexión subterránea de la red de saneamiento y alcantarillado con depuradora y vertido a gavia hacia arroyo. Estado de ejecución: Desconocido. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
13. PROYECTO DE ACTUACIÓN PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA FÁBRICA DE SUSTRATOS ORGÁNICOS EN CUMPLIMIENTO DEL ART. 42 DE LA LEY DE ORDENACIÓN URBANÍSTICA DE ANDALUCÍA. Afecciones sobre el suelo: adecuación de terrenos y cimentaciones para la construcción de la nave (4275 m²), zona de maquinaria (1500 m²), aparcamientos y recorridos (7067 m²), almacenaje (15581 m²), muelle (225 m²) y balsa de lixiviados (300 m²). Otras afecciones: afección lineal de la red de agua y saneamiento. Estado de ejecución: Desconocido. Inicio previsto en junio de 2006. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
14. PROYECTO DE ACTUACIÓN EN SUELO NO URBANIZABLE PARA LA IMPANTACIÓN DE VIVIENDA UNIFAMILAR AISLADA (CASA DE CAMPO) EN PARAJE EL CORCHUELO. POLÍGONO 60, PARCELA 40
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EN TÉRMINO MUNICIPAL DE UTRERA (SEVILLA). Octubre 2004 Afecciones sobre el suelo: cimentación de la casa (200 m²). Estado de ejecución: Desconocido. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
15. PROYECTO DE ACTUACIÓN DE ESTACIÓN BASE DE TELEFONÍA MÓVIL DE LA RED DCS 1800 EN CTRA. A-376 PK 34,7. FINCA EL PESCOZAL. Marzo 2005 Afecciones sobre el suelo: cimentación mediante losa armada de 20 cm de espesor para instalación de caseta y fijación del mástil de 40 m de altura mediante mortero de cemento en cuatro dados de hormigón prefabricado de 15 cm de espesor donde se anclan sus cuatro esquinas. Conlleva explanación de terreno; excavación máxima estimada de 0,50 m. Superficie a ocupar: 100 m². Otras afecciones: conducción para alimentación eléctrica entre estación base y recinto. Estado de ejecución: Finalizado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
16. PROYECTO DE ACTUACIÓN DE ESTACIÓN BASE DE TELEFONÍA MÓVIL DE LA RED DCS 1800 EN CORTIJO GÓMEZ CARDEÑA, CTRA. N-IV KM 589,75. Marzo 2005 Afecciones sobre el suelo: cimentación mediante losa armada de 20 cm de espesor para instalación de caseta y fijación del mástil de 30 m de altura mediante mortero de cemento en cuatro dados de hormigón prefabricado de 15 cm de espesor donde se anclan sus cuatro esquinas. Conlleva explanación de terreno entre 0,40 y 1,50 m de profundidad. Superficie a ocupar: 100 m². Otras afecciones: conducción para
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alimentación eléctrica entre estación base y recinto, así como preparación de terrenos para acondicionamiento de camino de acceso. Estado de ejecución: Finalizado. Entidades arqueológicas afectadas: las obras se encuentran dentro de los límites del sitio arqueológico denominado Gómez Cardeña XV (410953194), al que afectan en una escasa proporción de superficie. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
17. PROYECTO DE ACTUACIÓN DE ESTACIÓN BASE DE TELEFONÍA MÓVIL DE LA RED DCS 1800 EN CERRO DE LA ATALAYA EN UTRERA - SEVILLA. Marzo 2005 Afecciones sobre el suelo: cimentación mediante losa armada de 20 cm de espesor para instalación de caseta y fijación del mástil de 40 m de altura mediante mortero de cemento en cuatro dados de hormigón prefabricado de 15 cm de espesor donde se anclan sus cuatro esquinas. Conlleva explanación de terreno. Superficie a ocupar: 100 m². Otras afecciones: conducción para alimentación eléctrica entre estación base y recinto, así como preparación de terrenos para acondicionamiento de camino de acceso. Estado de ejecución: Finalizado. Entidades arqueológicas afectadas: las obras se encuentran dentro de los límites del sitio arqueológico denominado Cerro de la Atalaya (410953378), al que afectan en una escasa proporción de superficie. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
18. PROYECTO DE ACTUACIÓN DE ESTACIÓN BASE DE TELEFONÍA MÓVIL DE LA RED DCS 1800 EN CTRA. A-364 PK 92. FINCA SAN RAFAEL. UTRERA - SEVILLA. Marzo 2005 Afecciones sobre el suelo: cimentación mediante losa armada de 20 cm de espesor para instalación de caseta y fijación del mástil de 30 m de altura mediante mortero de
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cemento en cuatro dados de hormigón prefabricado de 15 cm de espesor donde se anclan sus cuatro esquinas. Conlleva explanación de terreno entre 0,40 y 1,50 m de profundidad. Superficie a ocupar: 100 m². Otras afecciones: conducción para alimentación eléctrica entre estación base y recinto, así como preparación de terrenos para acondicionamiento de camino de acceso. Estado de ejecución: Finalizado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
19. PROYECTO DE ACTUACIÓN DE ESTACIÓN BASE DE TELEFONÍA MÓVIL DE LA RED DCS 1800 EN CTRA. A-364 PK 82. CORTIJO PINGANILLO. UTRERA - SEVILLA. Marzo 2005 Afecciones sobre el suelo: cimentación mediante losa armada de 20 cm de espesor para instalación de caseta y fijación del mástil de 30 m de altura mediante mortero de cemento en cuatro dados de hormigón prefabricado de 15 cm de espesor donde se anclan sus cuatro esquinas. Conlleva explanación de terreno. Superficie a ocupar: 100 m². Otras afecciones: conducción para alimentación eléctrica entre estación base y recinto, así como preparación de terrenos para acondicionamiento de camino de acceso. Estado de ejecución: Finalizado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. El sitio arqueológico denominado Pinganilllo IV (410953288) se encuentra muy cercano a las obras efectuadas. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
20. PROYECTO DE ACTUACIÓN DE ESTACIÓN BASE DE TELEFONÍA MÓVIL DE LA RED DCS 1800 EN FINCA JAIME PÉREZ, CTRA. N-IV KM 579. UTRERA - SEVILLA. Marzo 2005 Afecciones sobre el suelo: cimentación mediante losa armada de 20 cm de espesor para instalación de caseta y fijación del mástil de 40 m de altura mediante mortero de
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cemento en cuatro dados de hormigón prefabricado de 15 cm de espesor donde se anclan sus cuatro esquinas. Superficie a ocupar: 100 m². Otras afecciones: conducción para alimentación eléctrica entre estación base y recinto. Estado de ejecución: Finalizado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
21. ACTUACIÓN SOBRE PARCELA PARA CONSTRUCCIÓN DE NAVE E INSTALACIÓN DE EXPOSICIÓN, VENTA Y TALLER DE MECÁNICA, RUEDAS Y NEUMÁTICOS DEL AUTOMÓVIL SITO EN CTRA. UTRERA – LOS PALACIOS MARGEN DERECHO KM 0 POLÍGONO Nº 5 PARCELA 143, 144 Y 9019 DE UTRERA (SEVILLA). Noviembre 2004 Afecciones sobre el suelo: demolición parcial de nave de 400 m² y nueva construcción de 220,50 m²: adecuación de la construcción existente para vestuarios de trabajadores y taller de ruedas y neumáticos. Nueva construcción de 630 m² (21 x 30) para exposición y venta, servicio rápido y taller mecánico; parte delantera para aparcamientos. Cimentación mediante placas de anclaje de la estructura de pórticos metálicos, cimentación de zapatas aisladas de hormigón armado a cota -0,70 m y arriostradas lateralmente. Excavación para capa de limpieza de hormigón. Estado de ejecución: Desconocido. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
22. PROYECTO DE ACTUACIÓN. EXPLOTACIÓN GANADERA DE VACUNO LECHERO “EL NARANJAL”. Mayo 2005 Afecciones sobre el suelo: las afecciones al suelo provienen de la fosa de almacenamiento de purines y aguas residuales a 3 m bajo rasante; construcción de taludes con proyección de hormigón de unos 12 cm de capa; ocupa unos 510 m². Obras
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de mejora con escasa afección: adaptación de las instalaciones existentes a los límites de linderos, con escasas ampliaciones y reducciones de las naves existentes. Estado de ejecución: Iniciado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
23. PROYECTO DE ACTUACIÓN EN FINCA RÚSTICA SOLICITACIÓN DE VENTA DE CARRETERAS. Mayo 2005
PARA
Afecciones sobre el suelo: las afecciones al suelo provienen de la cimentación de la nave de la venta, a realizar mediante zapatas aisladas de hormigón armado bajo los pilares y arriostradas perimetralmente; la construcción de la estructura de la nave se realiza con pórticos transversales arriostrados entre sí, anclados a la cimentación mediante placas de anclaje. Afección puntual: fosa séptica prefabricada o tanque compacto de oxidación total. La zona de aparcamiento se acondiciona mediante capa superficial de albero de 10 cm que no afecta al suelo en profundidad. La venta (venta La Palma) se localiza en la carretera A-311 PK 14 (Los Alcornocalillos). Estado de ejecución: Desconocido. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
24. EXPLOTACIÓN PORCINA EN LA FINCA “LOS CASTILLEJOS”. TÉRMINO MUNICIPAL DE UTRERA (SEVILLA). Junio 2005 Afecciones sobre el suelo: las afecciones al suelo provienen de la cimentación de 3 naves ganaderas de 660, 500 y 450 m², respectivamente para gestación, maternidad y lechones, así como de las dependencias de aseo y estar del personal (60 m²); se realizan mediante pozos de pilares (1x1x1 m) y zunchos de atado perimetral (0,5x0,5 m), rellenos a base de hormigón armado; la estructura metálica de las naves se une a la cimentación mediante placas de anclaje para los pilares; solera de hormigón armado. Estado de ejecución: Desconocido.
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Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
25. RAMAL APA POS. F-07.1 – UTRERA – LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA (SEVILLA). APA GAS NATURAL. SDG, SA. Agosto 2004 Afecciones sobre el suelo: las afecciones al suelo provienen de la realización de las zanjas para la instalación de las conducciones –diámetro nominal 6´´- de un nuevo ramal de APA que permita el suministro de gas natural en Utrera y Los Palacios. Estas zanjas tienen una profundidad de entre 0,80 y 1,00 m hasta la tubería, lo que implica que, junto con el diámetro y la cama, su profundidad total alcanza los 1,5 m; su anchura se sitúa en torno a los 0,50-0,60 m. El proyecto requiere la preparación de pistas de trabajo de unos 10 m de anchura, para las cuales se acometen desmontes o explanaciones si resulta necesario. El proyecto parte del punto de entrega facilitado por ENAGAS a la altura de la posición F-07.1 (en construcción) en el gaseoducto SevillaCórdoba, en el Término Municipal de Alcalá de Guadaira. Discurre paralela a la carretera autonómica A-376 por la margen izquierda de ésta hacia Utrera, cruza dicha carretera siguiendo paralela a la misma y su desdoblamiento, y a una distancia mínima de 25 m, cruza el FCC bifurcación Utrera-Arahal, la carretera A-376 y continúa en dirección SO cruzando el FCC Sevilla-Cádiz hasta llegar a la carretera A-362, por donde discurre paralela por su margen derecha hacia Los Palacios a una distancia de unos 8 m hasta alcanzar el Término Municipal de Los Palacios y Villafranca. A la altura del PK 23,325 de la A-376 y antes de llegar a las inmediaciones del casco urbano de Utrera la conducción cruza la carretera para instalar un armario de regulación y medida APA/MPB (AR-01) en la zona del P.I. El Torno. Este armario se coloca enterrado en las inmediaciones de un depósito de agua; sus dimensiones son 1,32 m de alto, 1,50 de ancho y 2,4 de largo; requiere el montaje de una línea eléctrica subterránea desde el P.I. El Torno. Estado de ejecución: Iniciado. Entidades arqueológicas afectadas: El Carnicero (410953231), Panojales I (410953234), La Minilla I (410953242) y Don Eugenio (410953312). Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
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26. PROYECTO DE LAS OBRAS DE MODERNIZACIÓN DE LA ZONA REGABLE DEL BAJO GUADALQUIVIR. BALSAS PARA LA REGULACIÓN DEL CANAL ENTRE EL PK 40+340 Y EL PK 148+000. BALSA DE EL TORUÑO. Enero 2005 Afecciones sobre el suelo: movimientos de tierra para la construcción de una balsa de aguas en forma de pentágono irregular de 1025 m de lado mayor y los otros cuatro iguales dos a dos de longitudes respectivas de 584 y 106 m.; se realiza mediante excavación a cielo abierto del vaso que conlleva la excavación de terreno de tránsito y tierra vegetal hasta alcanzar las arcillas o margas. Otras afecciones: instalaciones de bombeo (con estación parcialmente subterránea) y entronque con el canal del Bajo Guadalquivir, con zanjas que alcanzan una profundidad mínima de 2,00 m; instalaciones eléctricas y de control. Estado de ejecución: Iniciado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
27. PROYECTO DE MODERNIZACIÓN DE LA ZONA REGABLE DE LAS MARISMAS DEL GUADALQUIVIR. TTMM DOS HERMANAS, LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA, UTRERA Y LAS CABEZAS DE SAN JUAN. Enero 2005 Afecciones sobre el suelo: En el Término Municipal de Utrera se localizan dos de las tres balsas de regulación proyectadas –Belmonte y Las Alcantarillas- localizándose una tercera – Palmilla- en Las Cabezas de San Juan. Las afecciones más importantes de las primeras provienen de los movimientos de tierra necesarios para su construcción, ya que los vasos de los embalses implicarán la limpieza y deforestación de las zonas de ubicación, moviendo todos aquellos obstáculos naturales y artificiales que pudieran representar un riesgo para la integridad de las infraestructuras, así como la nivelación, compactación y refinado del terreno para proporcionar una base adecuada para el alzado de las presas que, en suma, se plantean tendidas sobre el terreno natural, regularizado y compactado. Se trata de un proyecto de modernización del actual sistema de regadío por
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gravedad mediante acequias, por uno nuevo de tuberías enterradas; éstas se instalarán paralelas al sistema de acequias principales en los caminos de riego, de donde derivarán las secundarias, situadas igualmente en los caminos de riego. Otras afecciones: construcciones de 9 estaciones de bombeo para todo el proyecto y de contadores particulares en las entradas de las parcelas; también se pueden producir afecciones por la ocupación temporal de superficies para maniobra de maquinaria –que deberán afectar mínimamente en profundidad por tratarse de zonas llanas que no requieren apenas regularización de terrenos- y zonas de acopio de materiales. Estado de ejecución: Desconocido. Entidades arqueológicas afectadas: Suerte Lozana I (410953294), Trajano I (410953295), Rancho de San Miguel ((410953300), Cabreja I (410953304), Suerte lozana II (410953306), San Miguel I (410953307) y San Miguel II (410953308). Ninguno de los sitios arqueológicos citados se encuentra afectado por las balsas de regulación planteadas, aunque Cabreja I se encuentra muy cercano a la balsa de Las Alcantarillas y podría verse parcialmente afectado. Las afecciones les vienen dadas por las nuevas conducciones de riego. Otros sitios podrían verse afectados por las canalizaciones secundarias: Trajano II (410953296), Trajano III (410953301) y Cabreja II (410953305). Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
28. PROYECTO TÉCNICO DE TELEFÓNICA MÓVILES SAV
ESTACIÓN
RADIOELÉCTRICA.
Afecciones sobre el suelo: pequeña afección por preparación de terreno para bancada de hormigón para instalación de caseta y fijación del mástil de 12 m de altura. Se trata de una pequeña estación base para dar cobertura al hotel de gran lujo Cortijo Soto Real (carretera Las Cabezas de San Juan – Villamartín PK 13). Estado de ejecución: Finalizado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
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29. PROYECTO DE ACTUACIÓN. CÓDIGO DE LOCALIZACIÓN “054874” AT_SE_EUCOMSA-I-829/6229SE. Octubre 2004 Afecciones sobre el suelo: cimentación mediante losa armada para instalación de caseta y fijación del mástil de 40 m de altura mediante zapata. Conlleva limpieza y acondicionamiento del terreno. Superficie a ocupar: 144 m² (12x12 m). Otras afecciones: conducción para alimentación eléctrica. Estado de ejecución: Finalizado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
30. PROYECTO DE ACTUACIÓN PARA UNA ESTACIÓN BASE DE TELEFONÍA MÓVIL CÓDIGO DE LOCALIZACIÓN “052318” EMPLAZAMIENTO TORRE DE TROYA. Mayo 2004 Afecciones sobre el suelo: cimentación mediante losa armada para instalación de caseta y fijación del mástil de 40 m de altura mediante zapata. Conlleva nivelación y adecuación previa del terreno. Superficie a ocupar: 96 m² (8x12 m). Otras afecciones: conducción para alimentación eléctrica. Estado de ejecución: Finalizado. Consta de un proyecto previo sobre impacto visual solicitado por Ayuntamiento: “Impacto visual-situación de la instalación de una estación base de telefonía en hacienda Troya” (Agosto 2004). Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Frente al importante impacto ejercido por la apertura de una cantera anexa, el proyecto ha supuesto una incidencia paisajística menor sobre el sitio arqueológico denominado Torre de Troya (410953134). Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
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31. PROYECTO DE MINIESTACIÓN DE TELEFONÍA MÓVIL DIGITAL GSM 900. Marzo-Abril 2003 Afecciones sobre el suelo: cimentación mediante pozo para la cimentación de la torre y excavación en caja para la losa de cimentación del bastidor de equipos. Conlleva nivelación y adecuación previa del terreno. Superficie a ocupar: 64 m² (8x8 m). Otras afecciones menores: conducción para alimentación eléctrica y camino con caja de 0,20 m de profundidad por 3 de ancho y 28,70 de longitud. Se emplaza en camino Doña Martina, paraje Aguardientera Estado de ejecución: Finalizado. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
32. PROYECTO DE CONSTRUCCIÓN Y EXPLOTACIÓN DE UNA INSTALACIÓN DE ALMACENAMIENTO CONTROLADO PARA RESIDUOS DE OBRAS Y DEMOLICIÓN EN EL TM DE UTRERA, SEVILLA. Julio 2005 Afecciones sobre el suelo: la construcción de dos áreas de depósitos de desechos con almacenamiento sucesivo hasta cota de altura prevista y en fases sucesivas requiere la preparación del terreno y la excavación de las cubetas de recepción, así como movimientos de tierras para la generación de los taludes de las mismas. Además se plantea una zona de recepción selectiva de residuos donde se propone la instalación de maquinaria. Estado de ejecución: Iniciado. Excavación arqueológica realizada. Entidades arqueológicas afectadas: El Monumento II (410953247). Tan sólo los trabajos de acondicionamiento y delimitación de los terrenos han conllevado un importante movimiento de tierras que ha destruido parcialmente el yacimiento arqueológico en algunas zonas, dejando el nivel geológico a nivel de rasante en la mayor parte de los límites de las parcelas afectadas por el proyecto. Esta actuación lineal ha consistido en la acumulación de tierras en las lindes desde unos 15-20 m hacia éstas e incidiendo más en las zonas bajas de este espacio. Aunque el yacimiento se ha
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visto afectado parcialmente, se puede considerar que buena parte del mismo ha quedado al margen de esta actuación inicial, pero sin duda la ejecución completa del proyecto lo eliminará completamente. Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera.
33. PROYECTO DE DESDOBLAMIENTO DE LA CARRETERA NACIONAL IV A SU PASO POR EL TÉRMINO MUNICIPAL DE UTRERA. FASE DE ESTUDIO Afecciones sobre el suelo: el proyecto de desdoblamiento de la carretera N-IV se encuentra actualmente en fase de estudio de los recorridos óptimos, para lo cual se ha facilitado a la empresa adjudicataria de estos trabajos, a petición del Ministerio de Fomento - Demarcación de Carreteras de Andalucía Occidental, la localización de las entidades arqueológicas delimitadas para su consideración como medida de control de posibles afecciones. El plan inicial del estudio de alternativas considera una amplia franja para el planteamiento de los posibles recorridos a lo largo del término municipal y una franja más concreta –facilitada por la empresa adjudicataria al Ayuntamiento para la formulación de su alternativa ideal- en la que teóricamente se encontrará el recorrido más probable. El recorrido final afectará de forma importante a los yacimientos que pudieran encontrarse en su recorrido por la preparación del terreno para calzadas y arcenes así como por el acondicionamiento de pistas de trabajo y de zonas auxiliares como vertederos, áreas de instalaciones, accesos etc.; los movimientos de tierras pueden implicar nivelaciones de lomas. Estado de ejecución: No iniciado. Entidades arqueológicas afectadas: se puede diferenciar entre las que se encuentran en la franja base, por la que el recorrido se puede considerar menos probable, y las que se encuentran en la franja concreta, de mayor probabilidad de afección del recorrido definitivo. Franja concreta: Arrecifes Altos (410953001), Fortaleza de la Alcantarilla (410953108), Puente de la Alcantarilla (410953111), Gómez Cardeña II (410953170), La Arena (410953185), Gómez Cardeña XII (410953191), La Alcantarilla (410953281), Suerte Lozana I (410953294), Trajano I (410953295), Trajano II (410953296),Trajano III (410953301), Cabreja I (410953304), Cabreja II (410953305), Suerte Lozana II (410953306), Rueda Pajares (410953309), Cortijo de San Francisco Javier de la
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Montera (410953310), Cortijo de El Torbiscal (410953313), Matasiete (410953314), La Huerta (410953356), Mamola Grande (410953357), Los Pastores (410953358) y El Viso (410953359). Franja base: Malavista II (410953153), Motilla Alta (410953154), La Majada (410953155), Cortijo Jaime Pérez (410953156), La Noria (410953157), Garrotal de Las Peñuelas de Peña (410953158), Garrotal de Las Peñuelas I (410953159), Garrotal De Las Peñuelas II (41095316), Garrotal De Las Peñuelas III (410953162), Casa Bomba (410953161), Cortijo de Las Peñuelas II (410953165), Gómez Cardeña I (410953169), Las Torres I (410953171), Las Torres II (410953173), Gómez Cardeña III (410953174), Mudapelo I (410953183), Guadalema (410953184), Cerro de La Carraola (410953187), Monterilla (410953188), Gómez Cardeña X (410953189), Gómez Cardeña XI (410953190), Gómez Cardeña XIII (410953192), Gómez Cardeña XIV (410953193), Gómez Cardeña XV (410953194), Las Mesas (410953223), La Aujuria I (410953235), El Pájaro I (410953240), El Pájaro II (410953241), La Minilla II (410953243), La Tinaja (410953244), La Aujuria II (410953245), La Romana I (410953253), La Romana II (410953254), Pinto I (410953257), Pinto II (410953258), Pinto III (410953259), Pinto IV (410953260), Pinto V (410953261), Domingo - La Venta I (410953262), El Búho I (410953264), El Búho II (410953265), El Búho III (410953266), El Búho IV (410953267), El Búho V (410953268), El Búho VI (410953269), Los Asientos (410953270), La Romana III (410953271), La Romana IV (410953272), Antiguo Depósito de Agua Municipal de Los Palacios (410693001), El Alcornoquillo I (410953275), El Alcornoquillo II (410953276), La Lapa I (410953278), La Lapa II (410953279), San Rafael I (410953280), Domingo - La Venta II (410953293), Miguel de Uceda I (410953298), Miguel De Uceda II (410953299), Rancho San Miguel (410953300), San Miguel I (410953307), San Miguel II (410953308), Cortijo La Rana (410953316), Cortijo de Torre de La Marisma (410953360), Torre de La Marisma (410953361) –estas dos últimas entidades no parece lógico que se vean afectadas-, Dehesa de Urquijo I (410953365), Dehesa de Urquijo II (410953366), Torres Alocaz I (410950044), Torre Alocaz (410950090), Las Torres III (410953367), San José (410953252). Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera; Ministerio de Fomento. Demarcación de Carreteras de Andalucía Occidental.
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34. MODIFICACIÓN DEL PGOU DE UTRERA PARA RECLASIFICAR TERRENOS PARA CENTRO INTERCAMBIADOR DE MERCANCÍAS. MODIFICACIÓN Nº 7 DEL PGOU. Mayo 2003 Afecciones sobre el suelo: movimientos de tierra para la adecuación de los terrenos dedicados a la urbanización de 2 unidades de ejecución con edificaciones, zonas de aparcamiento, calles y zonas verdes. Los trabajos implican desmontes y cimentaciones de diferente profundidad que previsiblemente alterarán en parte o en su totalidad los restos arqueológicos pertenecientes al yacimiento denominado “El Olivar Alto”. Además de las obras propias de para la unidades de ejecución se encuentran las de la acometida de la red eléctrica desde la subestación eléctrica de El Pastorcito hasta el solar objeto de alimentación. Estado de ejecución: Iniciado. Excavación arqueológica realizada sobre el solar; no constan actuaciones arqueológicas sobre el recorrido de la línea de alimentación eléctrica del sector. Entidades arqueológicas afectadas: El olivar Alto (410953016); documentado inicialmente por el Museo Arqueológico Provincial en 1979 e inventariado por primera vez por la Carta Arqueológica del Término Municipal de Utrera (Pérez Quesada, P, et alli) en 2004, ha sido objeto de actuación arqueológica durante 2005 (Gil Gutiérrez, R.M.) con motivo del proyecto de obras planteado. Las obras de acometida de la red eléctrica pueden afectar puntualmente a los sitios arqueológicos denominados: El junquillo (410953011), Complejo Hidráulico Arca del Agua – Fuente de los Ocho Caños (410953014) y La Vega (410953013). Fuentes de información: Ayuntamiento de Utrera; Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
35. PROYECTO DE LÍNEA AÉREA MT A 15 KV EN LAS INMEDIACIONES DEL CORTIJO TORRE ALOCAZ – CORTIJO SAN ANDRÉS DE PEÑALARA EN LOS TÉRMINOS MUNICIPALES DE UTRERA Y LAS CABEZAS DE SAN JUAN. 2002 Afecciones sobre el suelo: movimientos de tierra para la instalación de torres de red eléctrica aérea. Las afecciones vienen provocadas por la cimentación de las torres. Este proyecto de obras solicitado en 2002, fue objeto de prospección arqueológica en 2005
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(Bernad Gómez, E.M.) Estado de ejecución: Desconocido. Prospección arqueológica superficial intensiva realizada. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. El recorrido de la línea discurre cercano al yacimiento denominado Torres Alocaz I (410950044), sin llegar a afectarlo. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
36. PROYECTO LÍNEA DE ALTA VELOCIDAD SEVILLA-CÁDIZ TRAMO UTRERA-AEROPUERTO DE JEREZ DE LA FRONTERA, SUBTRAMO LEBRIJA – EL CUERVO. SUDDIRECCIÓN GENERAL DE PLANES Y PROYECTOS DE INFRAESTRUCTURAS FERROVIARIAS. 2002 Afecciones sobre el suelo: la nueva línea de alta velocidad Sevilla-Cádiz no motivó requerimiento de estudio arqueológico por parte de la Consejería de Cultura ante la consulta efectuada por parte del Ministerio de Medio Ambiente con motivo de la formulación de declaración de impacto ambiental (BOE núm 237 de 3 de octubre de 2002). Sin embargo, previsiblemente el recorrido final afectará de forma importante a los yacimientos que pudieran encontrarse en su recorrido por la preparación del terreno para la red ferroviaria, así como por el acondicionamiento de pistas de trabajo y de zonas auxiliares como vertederos, áreas de instalaciones, accesos etc.; los movimientos de tierras pueden implicar nivelaciones de lomas. Estado de ejecución: Desconocido. Entidades arqueológicas afectadas: Se podría considerar que las mismas entidades que podrían verse afectadas por el proyecto de desdoblamiento de la ctra. N-IV también podrían verse afectadas por este proyecto. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla. BOE núm 237 de 3 de octubre de 2002 y BOE núm 28 de 1 de febrero de 2003. La ejecución de los trabajos arqueológicos en este subtramo (Lebrija - El Cuervo) en enero de 2004 evidencian un avanzado estado de tramitación del proyecto de la línea ferroviaria por el Término Municipal de Utrera; no obstante, en los archivos de la Delegación Provincial de Cultura no se hayan proyectos ni informes de intervención arqueológica para los
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tramos y subtramos correspondientes a Utrera; tampoco se conoce el expediente de obras en el Ayuntamiento de Utrera. Por todo ello, se carece de la cartografía específica de este proyecto para el tramo que discurre por el TM de Utrera. En términos generales, los yacimientos que pudieran verse afectados por el proyecto de obras de desdoblamiento de la carretera N-IV son los mismos que podrían verse afectados por este proyecto ferroviario.
37. PROYECTO DE PARQUE EÓLICO “LOS GARZOS” (LOMA DE LOS REVENTONES), EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE UTRERA (SEVILLA). 2003 Afecciones sobre el suelo: la cimentación necesaria para la instalación de nueve aerogeneradores, la instalación de sus correspondientes plataformas, la creación de nuevos caminos y una subestación son los principales motivos de afección, sin descartarse otras afecciones motivadas por el acondicionamiento de pistas de trabajo y de zonas auxiliares. Estado de ejecución: Desconocido. Prospección arqueológica superficial intensiva realizada con resultados positivos (Janeiro Gómez, J.C., 2003). Con fecha 26-05-03 el Informe de la Consejería de Cultura dictamina que ante la existencia de yacimiento arqueológico en la ubicación de los aerogeneradores 8 y 9, se realice su desplazamiento fuera del área delimitada como yacimiento. Entidades arqueológicas afectadas: Loma de los Reventones (110173001). Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
38. PROYECTO DE LÍNEA ELÉCTRICA AÉREA DE UTRERA A LA SUBESTACIÓN DE DON RODRIGO. 2004 Afecciones sobre el suelo: las obras precisan la ejecución de treinta y seis excavaciones y aperturas de zanjas a lo largo de los 14,15 km de recorrido de la línea. No se descartan otras afecciones motivadas por el acondicionamiento de pistas de trabajo y de zonas auxiliares. Estado de ejecución: Desconocido. Prospección arqueológica superficial intensiva
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realizada con resultados negativos (Ruiz Acebedo, B. 2004). Entidades arqueológicas afectadas: El Cerrillo (410953008), La Laguna (410953012), La Vega (410953013), Complejo Hidráulico Arca del Agua – Fuente de los Ocho Caños (410953014), Roadero I (410953237), Panojales II (410953246) y Panojales III (410953248). De todas estas entidades tan sólo Panojales III, y en menor medida Roadero I –este sitio presenta muy escasa densidad de materiales-, se encuentran claramente afectadas por el recorrido de la línea proyectada; el resto sólo tienen una afección muy parcial o de escasa incidencia. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
39. PROYECTO DE CANALIZACIONES Y DEPÓSITOS DE ABASTECIMIENTO DE AGUAS A LOS MUNICIPIOS DE UTRERA Y LOS MOLARES. 2002 Afecciones sobre el suelo: las obras precisan la ejecución zanjas de 4 km de longitud para las conducciones de aducción y distribución de aguas del Huesna entre Utrera y Los Molares (DN variable entre 700 y 1000 mm). No se descartan otras afecciones motivadas por el acondicionamiento de pistas de trabajo y de zonas auxiliares. Estado de ejecución: Desconocido. Prospección arqueológica superficial intensiva (Prados Pérez, E., 2003). Entidades arqueológicas afectadas: el recorrido de las conducciones discurre por sitios arqueológicos de amplia dispersión y escasa densidad de materiales arqueológicos (La Vega -410953013- y Las Cuevas -410953009-) y por una zona periférica de otro (Cortijo de Vista Alegre -410953337-, aunque también afecta de forma periférica en Las Cuevas), sin que la afección sobre ellos se estime importante. El recorrido de las nuevas conducciones se cruza con las del Complejo Hidráulico Arca del Agua – Fuente de los Ocho Caños (410953014), por lo que podrían afectar puntualmente a éstas. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
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40. PROYECTO DE DUPLICACIÓN DE CALZADA A-376, TRAMO SE-425UTRERA. 2003 Afecciones sobre el suelo: las obras podrán afectar de forma importante a los yacimientos que pudieran encontrarse en el recorrido de la nueva vía, tanto por la preparación del terreno para calzadas y arcenes, como por el acondicionamiento de pistas de trabajo y de zonas auxiliares: vertederos, áreas de instalaciones, accesos etc.; los movimientos de tierras pueden implicar nivelaciones de lomas. Estado de ejecución: No iniciado. Prospección arqueológica superficial intensiva de resultados negativos (Rabanal Paredes, J., 2003-2004). Entidades arqueológicas afectadas: Manzanillar de La Laguna (410953228) y El Carnicero (410953231) se ven afectadas directamente por las áreas delimitadas del proyecto de obras; el sitio arqueológico denominado Don Eugenio (410953312) se encuentra a menos de cincuenta metros de estas áreas por lo que podría verse afectado de forma directa o indirecta (desvío de infraestructuras, etc.) por este proyecto de obras. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
41. PROYECTO DE CANTERA “LA ROMERA”. 2004 Afecciones sobre el suelo: proyecto de apertura de explotación de recursos de la sección A (Ofitas); la poco probable existencia de un yacimiento arqueológico no detectado podría suponer su eliminación. Estado de ejecución: Desconocido. Prospección arqueológica superficial intensiva de resultados negativos (Mena-Bernal Rosales, J.I., 2005). Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Aunque el proyecto no afecta al sitio arqueológico denominado Los Teresitos (410953080), informa sobre los riesgos que podría tener una extensión de la cantera hacia el Suroeste, lugar donde se emplaza este yacimiento arqueológico. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
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42. MODIFICACIÓN NÚMERO 12 “INNOVACIÓN Nº 1” DEL PGOU DE UTRERA (SEVILLA). 2004 Afecciones sobre el suelo: movimientos de tierra para la adecuación de los terrenos para la urbanización como polígono industrial en Guadalema de los Quintero, con edificaciones, zonas de aparcamiento, y calles. Los trabajos no implican desmontes, aunque los terrenos sí pueden estar sometidos a alteraciones importantes para facilitar las cimentaciones, ya que se trata de suelos de arcillas. Estado de ejecución: Desconocido. Prospección arqueológica superficial intensiva de resultados negativos en el solar (Pérez Quesada, P. y Rodríguez González, G. 2004), aunque positivos en su entorno –véase el sitio de Arrecifes Altos (410953001)-. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
43. PROYECTO DE EXPLOTACIÓN DE LA CANTERA “PELUSA”, SECCIÓN A. 2004 Afecciones sobre el suelo: movimientos de tierra para la apertura de explotación de recursos de la sección A (Ofitas); si existiese un yacimiento arqueológico en el lugar el proyecto de obras supondría su eliminación ya que se trata de la apertura de una cantera a cielo abierto mediante banqueo. Estado de ejecución: Desconocido. Con fecha 9-12-2004 consta requerimiento por parte de la Delegación de Cultura de Sevilla de prospección arqueológica, como respuesta al Informe Ambiental solicitado por Delegación de Medio Ambiente. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. El plano del emplazamiento aportado en la memoria resumen del proyecto de obras no aclara la ubicación exacta de la cantera; no obstante, se puede entender que la nueva cantera se localizará en la subparcela existente al NO del cortijo de La Reyertilla, ya que ésta ocupa la zona central del plano presentado. Si esto es así, la entidad arqueológica Reyertilla II (410953077) podría verse afectada una hipotética extensión de la cantera hacia el Norte en un futuro –el sitio se encuentra a apenas 50 m de distancia de la subparcela-, ya que el proyecto de cantera en la zona que hemos considerado como área de explotación no le afecta. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla. El plano del
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emplazamiento aportado en la memoria resumen del proyecto de obras no aclara la ubicación exacta de la cantera; no obstante, se puede entender que la nueva cantera se localizará en la subparcela existente al NO del cortijo de La Reyertilla, ya que ésta ocupa la zona central del plano presentado.
44. PROYECTO DE INDUSTRIA DE CONSTRUCCIONES METÁLICAS Y CALDERERÍA EN CARRETERA UTRERA-LOS PALACIOS KM 0,75. 2004 Afecciones sobre el suelo: se trata de un proyecto de ampliación de las instalaciones de una fábrica de construcciones metálicas y calderería que probablemente conllevará la realización de movimientos de tierra para la nivelación del terreno a la cota de la carretera, lo cual prácticamente eliminará las capas superficiales del suelo en una medida importante; a esto hay que unir las excavaciones para la cimentación de las instalaciones. Entidades arqueológicas afectadas: El sitio arqueológico denominado “La Minilla II” (410953243) se ve afectado parcialmente. Estado de ejecución: Desconocido. Con fecha 5-10-04 consta requerimiento por parte de Delegación de Cultura de Sevilla de informe-valoración realizado por técnico arqueólogo como respuesta al Informe Ambiental solicitado por Delegación de Medio Ambiente. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
45. PROYECTO DE FÁBRICA DE HORMIGÓN Y MORTEROS EN CARRETERA UTRERA-CARMONA KM 0,9. 2004 Afecciones sobre el suelo: se trata de un proyecto de ampliación de las instalaciones de una fábrica de hormigón y morteros que probablemente conllevará la realización de movimientos de tierra para la preparación del terreno y para la cimentación de las instalaciones. Estado de ejecución: Desconocido. Con fecha 18-02-04 consta requerimiento por parte de Delegación de Cultura de Sevilla de informe-valoración realizado por técnico arqueólogo como respuesta al Informe Ambiental solicitado por Delegación de Medio Ambiente.
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Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
46. PROYECTO DE AMPLIACIÓN Y REFORMADO DE INDUSTRIA DE CONSTRUCCIÓN DE MÓDULOS Y CASETAS PREFABRICADAS (PRASUR). 2004 Afecciones sobre el suelo: se trata de un proyecto de instalaciones de una fábrica de construcciones metálicas y calderería que probablemente conlleva la realización de movimientos de tierra para la nivelación del terreno a la cota de la carretera, lo cual prácticamente elimina las capas superficiales del suelo en una parte importante del solar hacia la carretera de Utrera - Los Palacios; a esto hay que unir las excavaciones para la cimentación de las instalaciones. Estado de ejecución: Finalizado. Con fecha 21-04-04 consta informe de la Delegación de Cultura de Sevilla por el que se informa que no se observa inconveniente para la ejecución de las obras. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
47. FÁBRICA DE ELABORACIÓN DE CONCENTRADO DE TOMATE EN PINZÓN Afecciones sobre el suelo: se trata de un proyecto de instalaciones de una fábrica de concentrado de tomates que conlleva la excavación para la instalación de grandes depósitos y para la cimentación de las instalaciones. Estado de ejecución: Finalizado. Con fecha 26-04-04 consta informe de la Delegación de Cultura de Sevilla por el que se informa que no se observa inconveniente para la ejecución de las obras. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna.
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Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
48. FÁBRICA DE ELABORACIÓN DE CONCENTRADO DE TOMATE EN TRAJANO. 2004 Afecciones sobre el suelo: se trata de un proyecto de instalaciones de una fábrica de concentrado de tomates que conlleva la excavación para la instalación de grandes depósitos y para la cimentación de las instalaciones. Estado de ejecución: Desconocido. Con fecha 23-02-04 consta requerimiento por parte de Delegación de Cultura de Sevilla de informe-valoración realizado por técnico arqueólogo como respuesta al Informe Ambiental solicitado por Delegación de Medio Ambiente. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
49. PROYECTO DE MODIFICACIÓN PUNTUAL DEL PGOU DE UTRERA Afecciones sobre el suelo: se trata de un proyecto de recalificación de suelo no urbanizable como suelo urbano en la zona Sureste de la ciudad, en torno a las pistas polideportivas de Cura Matos. Estado de ejecución: No iniciado. Con fecha Con fecha 5-07-05 consta informe de la Delegación de Cultura de Sevilla por el que se informa que no se observa inconveniente para la ejecución de las obras al no afectar la modificación planteada a ninguno de los sitios arqueológicos conocidos. Entidades arqueológicas afectadas: Ninguna. Fuentes de información: Delegación Provincial de Cultura en Sevilla.
50. CANTERAS Afecciones sobre el suelo: se trata de una serie de canteras que se encuentran en
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explotación y otras inactivas, algunas de las cuales podrían reactivarse; las canteras suponen una eliminación del substrato arqueológico en las zonas de extracción. En general las que se encuentran en explotación se encuentran en la zona Suroeste del Término Municipal, aunque existen otras zonas mineras clausuradas en otras zonas del término. Estado de ejecución: Iniciado. Entidades arqueológicas afectadas: En el Cerro de la Atalaya la cantera se encuentra en explotación. Aunque actualmente el frente de extracción norte, que es el que afecta al sitio arqueológico denominado Cerro de la Atalaya (410953378), no se encuentra activo, existe un alto riego de reactivación del mismo. En el Cerro de Torre de Troya la cantera se encuentra en explotación, sin poder concretarse su frente activo y si finalmente se actuará sobre las edificaciones del cortijo donde se ubica la Torre homónima (410953134). Además de a la torre, esta hipotética ampliación afectaría al sitio denominado Entorno Torre de Troya (410953135), al que es posible que ya haya afectado –al sitio o a elementos arqueológicos asociados al mismo-; no es posible determinar en qué medida esto ha sido así. En el Cerro de Torres Alocaz la cantera actualmente se encuentra inactiva, aunque se conoce que hay intenciones de reactivarla. En este caso el riesgo es bastante importante ya que se verían afectadas las entidades arqueológicas de Torres Alocaz I (410950044) –antigua ciudad romana de Ugia- y Torre Alocaz (410950090) –Castillo de Torres Alocaz-. En la zona que ocupa el actual Conjunto Funerario la Cruz del Gato (410950122) existió una cantera para la extracción de materiales utilizados en las infraestructuras ferroviarias de la vía Sevilla-Málaga, que luego quedó como escombrera de la ciudad de Utrera y que actualmente se encuentra clausurada. La zona minera de las Salinas de Valgardado es una explotación tradicional de sal de salmuera que no supone afecciones al subsuelo, ya que la sal se obtiene por la evaporación del agua. Las mismas salinas (Salinas de Valcargado -410953055-), como sitio arqueológico y los antiguos pozos de sal (Pozos de Sal de Valcargado -410953375), como unidad arqueológica, constituyen las entidades arqueológicas de esta zona minera. La cantera de la Harinosa, al parecer inactiva, se encuentra muy cercana al sitio arqueológico denominado “La Harinosa” (410953374). Una reactivación de esta cantera podría afectar a esta entidad arqueológica que, por otra parte, muestra muy escasa densidad de materiales arqueológicos.
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Fuentes de información: Consejería de Medio Ambiente y Carta Arqueológica.
51. EL SISTEMA VIARIO PLANTEADO EN EL PGOU DE UTRERA. Aunque mayoritariamente estas infraestructuras se plantean en suelo urbanizable, parcialmente afectan a suelo no urbanizable. Se trata fundamentalmente de nuevas vías de circunvalación exterior, ronda y vías colectoras interiores. Afecciones sobre el suelo: las obras de nuevos viarios, tanto urbanos como carreteras, podrán afectar de forma importante a los yacimientos que pudieran encontrarse en el recorrido de las nuevas vías, en especial en la nueva ronda urbana y en la carretera de circunvalación situada al Este de la ciudad, aunque también en determinadas vías colectoras de nueva creación; el resto de viarios tratan de mejorar las conexiones urbanas y periurbanas de la ciudad con esta vías principales. Los motivos de afección son los propios de este tipo de infraestructuras: preparación del terreno para calzadas y arcenes, acondicionamiento de pistas de trabajo y de zonas auxiliares (vertederos, áreas de instalaciones, accesos…), etc. Algunas de estas nuevas vías, en especial las vías colectoras, acogerán en su recorrido nuevas conducciones de servicios urbanos, como agua o saneamiento. En cualquier caso, estas entidades se serán mucho más afectadas por las obras de urbanización previas que se han iniciado o que están a punto de iniciarse en sus correspondientes zonas de planeamiento, que por las propias vías. Estado de ejecución: Iniciado. De los viarios mayores se ha realizado buena parte de la ronda Norte. Aún no se han iniciado las obras para la ejecución de la circunvalación Este ni la ronda Sur. De los viarios propiamente urbanos existe un variado grado de ejecución. Entidades arqueológicas afectadas: En función del tipo de vía planteada en el PGOU se pueden distinguir las siguientes. En el recorrido de la carretera de circunvalación Este se encuentra la entidad arqueológica denominada Cortijo Vista Alegre (410953337). La nueva ronda de la ciudad (realizada en su tramo Norte) podría afectar en su tramo Este a los sitios denominados Las Cuevas (410953009), La Laguna (410953012) y Ruedos de Consolación (410953019). Salvo en Las Cuevas, el recorrido no afecta directamente a los espacios arqueológicos delimitados, que se encuentran muy cercanos a la ronda y podrían verse afectados por las pistas de trabajo y zonas auxiliares; en el caso de La Laguna la vía afecta periféricamente a su entorno. En su tramo Sur se verán
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afectadas las entidades arqueológicas de La Vega (410953013) y el Complejo Hidráulico Arca del Agua – Fuente de los Ocho Caños (410953014). De las nuevas vías colectoras tiene importancia destacar la nueva vía de conexión entre El Junquillo y La Vega, que afectará a las siguientes entidades arqueológicas: El Cerrillo (410953008), El Junquillo (410953011) –donde se ve afectado el entorno intermedio entre sus dos áreas de concentración-, La Laguna (410953012) –donde apenas si se afecta a su entorno-, La Vega (410953013) y el Complejo Hidráulico Arca del Agua – Fuente de los Ocho Caños (410953014). Otras vías colectoras secundarias afectarán a algunas entidades arqueológicas, como los nuevos ejes de las zonas industriales del Norte de la ciudad, que recorren de Sur a Norte el Conjunto Funerario La Cruz del Gato (410950122) y que enmarcan por el Suroeste a Las Aguardienteras (410953005). También se verá afectada por una nueva vía colectora en el SUP-2 la entidad denominada Huerta del Hospital de la Resurrección (410953010). Fuentes de información: PGOU de Utrera.
52. LOS NUEVOS SISTEMAS DE INFRAESTRUCTURAS BÁSICAS PLANTEADOS EN EL PGOU DE UTRERA. Estos nuevos sistemas de infraestructuras se plantean tanto en suelo no urbanizable, como en urbanizable. Se trata fundamentalmente de nuevas infraestructuras de saneamiento y abastecimiento de agua, así como otras redes de alimentación eléctrica, de telefonía y de alumbrado público. Algunas de estas infraestructuras se hayan ejecutadas total o parcialmente, o bien se hayan formuladas como proyectos específicos (véase arriba). Afecciones sobre el suelo: los motivos de afección principales son los de las nuevas conducciones subterráneas de estas redes, que requieren la realización de zanjas para el su acondicionamiento. En cuanto a la red principal de distribución para el abastecimiento de agua, el PGOU concibe una red que conforme un circuito cerrado tanto por el perímetro de la ciudad como por el interior y en comunicación con los depósitos existentes y otros previstos (véase el Proyecto 39); se proyecta la ejecución de nuevas arterias principales que discurrirán por el perímetro urbano actual al Sur y Este de la ciudad. En cuanto a la red de saneamiento contempla la creación de nuevos colectores capaces de absorber las necesidades de las distintas zonas urbanizables; además se plantea la mejora, ampliación y nuevo trazado de algunos tramos de las cuencas naturales actuales
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con el fin de evitar inundaciones. Todas las actuaciones en los arroyos vienen acompañadas de limpieza y apertura de los cauces abiertos. Entre las actuaciones más importantes se encuentran la creación de nuevos colectores principales alternativos a los cauces tradicionales del Arroyo de Las Veredillas y de Coca de la Piñera (o de Parpagón) o el desvío del cauce del Calzas Anchas por el Sur de la ciudad. En cuanto a la red de alimentación eléctrica es de resaltar que las nuevas redes principales y secundarias (véanse Proyectos 34 y 38) tienen planteada la construcción de redes subterráneas en suelo urbano o urbanizable y la eliminación de los tendidos aéreos y desnudos actuales. Estado de ejecución: Iniciado. Se desconoce el grado de ejecución de todas estas obras, aunque se puede señalar que muy probablemente estas nuevas conducciones se programarán en los correspondientes planes de desarrollo de cada zona de planeamiento, por lo que remitimos arriba para la observación de su grado de desarrollo. No obstante, se puede señalar que algunas obras de la red de saneamiento parecen haberse ejecutado, como las de entronque del colector de Las Veredillas con el arroyo del Moro (en realidad un afluente de éste), o las de conexión del Polígono El Torno con el cauce del mismo arroyo (el cauce principal); también parecen haberse ejecutado las obras del colector de Coca de La Piñera, que debiera discurrir paralelo al nuevo cauce desviado del Calzas Anchas, aún no realizado. Tampoco se han construido los nuevos colectores de la zona Este de la ciudad, aunque sí los que discurren por la ronda norte. Entidades arqueológicas afectadas: En función de las obras planteadas en el PGOU se pueden distinguir las siguientes. El arreglo del cauce del arroyo del Moro (desde El Torno hasta La Gordilla) no parece que afecte significativamente a los sitios arqueológicos que se encuentran en su línea de recorrido: Conjunto Funerario Cruz del Gato (410950122), El Carnicero (410953231) y Arroyo del Moro (410953233). Los colectores de la zona Este de la ciudad sólo podrían afectar de forma periférica a la entidad arqueológica de Las Cuevas (410953009). El colector de Coca de la Piñera y el desvío del Calzas Anchas al Sur de la ciudad, afectarán linealmente al sitio de la Vega (410953013) y en especial a la conducciones del Complejo Hidráulico Arca del Agua – Fuente de los Ocho Caños (410953014), para las cuales sería importante exigir una solución técnica que asegurase la continuidad del abastecimiento tradicional de la Fuente. La conexión de los colectores principales y el arroyo Calzas Anchas a la altura del sitio arqueológico de Los Dolores (410953236) hacen probable una afección de la entidad
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arqueológica, aunque no de gran alcance, puesto que por ella ya discurre el Calzas Anchas. Fuentes de información: PGOU de Utrera.
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