José V. Bagán Sebastián
MEDICINA BUCAL
José V. Bagán Sebastián
Prof. José V. Bagán Sebastián Catedrático de Medicina Oral de la Universidad de Valencia Jefe de Servicio de Estomatología del Hospital General Universitario de Valencia
© Edita. Medicina Oral, S.L. Valencia - España I.S.B.N. 978-84-612-7381-2 Depósito Legal: Impreso en Rotodomenech, S.L. Valencia - España, Abril 2010
COLABORADORES DEL LIBRO Prof. José M. Aguirre Urízar Médico Estomatólogo. Catedrático de Medicina Oral de la Universidad del País Vasco • Lesiones fibro-óseas de los maxilares Dr. Enrique Carbonell Pastor Médico Estomatólogo, Doctor en Medicina y Cirugía. Médico Adjunto del Servicio de Estomatología del Hospital General Universitario de Valencia • Infecciones de los maxilares Dr. Francisco Cardona Tortajada Médico Estomatólogo, Doctor en Medicina y Cirugía. Jefe de Sección de Salud Bucodental del Servicio Navarro de Salud - Pamplona • Tumores benignos de la mucosa oral Prof. Wilson Delgado Profesor de Medicina Oral. Universidad Cayetano Heredia. Perú • Micosis orales Dr. José M. Díaz Fernández Cirujano Oral y Maxilofacial. Médico adjunto del Servicio de Estomatología del Hospital General Universitario de Valencia • Leucoplasia oral • Tumores de glándulas salivales Lda. Dolores Gallud Médico Estomatólogo. Profesora Asociada de la Universidad Cardenal Herrera. Valencia • Micosis orales Dra. Carmen Gavaldá Esteve Licenciada y Doctor en Odontología. Master de Medicina Oral de la Universidad de Valencia. Odontólogo Adjunto del Servicio de Estomatología del Hospital General Universitario de Valencia. Profesora asociada de Medicina Bucal. Universidad de Valencia • Lupus eritematoso, esclerodermia y liquen escleroso. • Alteraciones de la secreción salival • Síndrome de Sjögren • Consideraciones odontológicas en pacientes con problemas renales
Dr. Gerardo Gómez Moreno Profesor Contratado Doctor. Profesor Responsable de Interacciones Farmacológicas en Pacientes Odontológicos con Patologías Sistémicas. Facultad de Odontología. Universidad de Granada. • Interacciones farmacológicas en Odontología Dr. Sergio Hernández Bazán Licenciado en Odontología. Profesor responsable de Medicina Bucal de la Universidad Cardenal Herrera de Valencia • Eritroplasia. • Otras enfermedades maxilares: Enfermedad de Paget. Histiocitosis de células de Langerhans Dra. Yolanda Jiménez Soriano Médico Estomatólogo, Doctor en Medicina y Cirugía. Profesora Ayudante Doctor de Medicina Bucal de la Universidad de Valencia • Infecciones bacterianas en la mucosa oral. • Estomatitis aftosa recidivante (aftas). • Patología propia de los labios. • Patología propia de la lengua. • Sialoadenosis Dra. M. Carmen Llena Puy Médico Estomatólogo. Odontólogo de Atención Primaria. Profesora Asociada de Patología y Terapéutica Dental de la Universidad de Valencia • Sialoadenitis Dra. M. Angeles Milián Masanet Médico Estomatólogo, Doctor en Medicina y Cirugía. • Carcinoma oral de células escamosas • Otros tumores malignos de los tejidos blandos Prof. Adalberto Mosqueda Taylor Profesor de Medicina y Patología Bucal. Universidad de Mexico • Tumores odontogénicos benignos • Tumores odontogénicos malignos • Tumores no odontogénicos de los maxilares Dra. Judith Murillo Cortés Cirujano Oral y Maxilofacial. Médico adjunto del Servicio de Estomatología del Hospital General Universitario de Valencia • Leucoplasia verrugosa proliferativa. • Tumoraciones cervicales. • Quistes salivales
Prof. Miguel Peñarrocha Diago Médico Estomatólogo. Catedrático de Cirugía Bucal de la Universidad de Valencia • Dolor orofacial • Neuropatías trigeminales • Parálisis orofaciales Dr. Rafael Poveda Roda Médico Estomatólogo. Médico adjunto del Servicio de Estomatología del Hospital General Universitario de Valencia • Infecciones bacterianas en la mucosa oral. • Infecciones de los maxilares. • Empleo de antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios en Odontología • Consideraciones odontológicas en Cardiología • Consideraciones odontológicas en los trastornos de la hemostasia • Consideraciones odontológicas de las enfermedades endocrinas • Inmunodeficiencias y pacientes trasplantados • El paciente irradiado en la esfera Cervicofacial Dr. José M. Sanchis Bielsa Médico Estomatólogo. Profesor asociado de Cirugía Bucal. Universidad de Valencia. Médico adjunto del Servicio de Estomatología del Hospital General Universitario de Valencia • Quistes maxilares Prof. Javier Silvestre Donat Médico Estomatólogo. Médico adjunto de la Unidad de Estomatología del Hospital Peset de Valencia. Profesor Titular de Pacientes Especiales de la Universidad de Valencia • Síndrome de boca ardiente
Dra. Begonya Mayte Chaveli López Licenciada en Odontología. • Consideraciones odontológicas en Cardiología Dra. María Margaix Muñoz Licenciada en Odontología. • Inmunodeficiencias y pacientes trasplantados Dra. Cristina Marzal Gamarra Licenciado en Odontología. • Consideraciones odontológicas en los trastornos de la hemostasia Dra. Gracia Sarrión Pérez Licenciada en Odontología. • El paciente irradiado en la esfera cervicofacial Dr. Javier Silvestre Rangil Licenciado en Odontología. • Consideraciones odontológicas de las enfermedades endocrinas
INDICE MUCOSA ORAL Tema 1. Lesiones reactivas por agentes mecánicos, químicos y físicos en la mucosa oral Tema 2. Infecciones bacterianas en la mucosa oral Tema 3. Micosis orales Tema 4. Infecciones víricas en la mucosa oral Tema 5. Estomatitis aftosa recidivante (aftas) Tema 6. Liquen plano y reacciones liquenoides Tema 7. Pénfigo Tema 8. Penfigoides Tema 9. Otras enfermedades ampollares Tema 10. Eritema multiforme Tema 11. Lupus eritematoso, esclerodermia y liquen escleroso Tema 12. Leucoplasia oral Tema 13. Leucoplasia verrugosa proliferativa Tema 14. Eritroplasia Tema 15. Tumores benignos de la mucosa oral Tema 16. Carcinoma oral de células escamosas Tema 17. Otros tumores malignos de los tejidos blandos Tema 18. Tumoraciones cervicales Tema 19. Patología propia de los labios Tema 20. Patología propia de la lengua
1 19 33 49 65 75 85 93 101 103 111 123 133 139 143 153 163 175 189 195
HUESOS MAXILARES Tema 21. Infecciones de los maxilares Tema 22. Quistes maxilares Tema 23. Tumores odontogénicos benignos Tema 24. Tumores odontogénicos malignos Tema 25. Tumores no odontogénicos de los maxilares Tema 26. Lesiones fibro-óseas de los maxilares Tema 27. Lesiones de células gigantes Tema 28. Otras enfermedades maxilares: Enfermedad de Paget. Histiocitosis de células de Langerhans
201 217 229 243 251 261 267 271
GLANDULAS SALIVALES Tema 29. Alteraciones de la secreción salival Tema 30. Sialoadenitis Tema 31. Síndrome de Sjögren Tema 32. Sialoadenosis Tema 33. Quistes salivales Tema 34. Tumores de glándulas salivales
277 285 299 305 309 315
NEUROMUSCULAR OROFACIAL Tema 35. Dolor orofacial Tema 36. Neuropatías trigeminales Tema 37. Síndrome de boca ardiente Tema 38. Parálisis orofaciales
329 337 341 343
PATOLOGÍA SISTÉMICA Tema 39. Consideraciones odontológicas en Cardiología Tema 40. Consideraciones odontológicas en los trastornos de la hemostasia Tema 41. Consideraciones odontológicas en pacientes con problemas renales Tema 42. Consideraciones odontológicas de las enfermedades endocrinas Tema 43. Inmunodeficiencias y pacientes trasplantados Tema 44. El paciente irradiado en la esfera cervicofacial
347 357 369 379 389 401
FÁRMACOS EN ODONTOLOGÍA Tema 45. Empleo de antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios en Odontología Tema 46. Interacciones farmacológicas en Odontología
413 423
Indice general
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Tema 1. Lesiones reactivas por agentes mecánicos, químicos y físicos en la mucosa oral
Lesiones traumáticas
Mucosa mordisqueada La mucosa mordisqueada es una entidad muy frecuente, consecuente a un mordisqueamiento continuo de la mucosa, que generalmente ocurre en ambas mucosas yugales, sobre todo en la zona correspondiente a la oclusión dentaria (línea alba), aunque también podemos observarla en los bordes de la lengua y mucosa del labio inferior. Las hallamos en pacientes que presentan el hábito de morderse y en bruxómanos. Clínicamente no se llegan a producir ulceraciones y el área alterada presenta superficialmente unas formaciones blanquecinas, que dejan entre ellas zonas eritematosas. En realidad corresponden a fragmentos de la mucosa oral desprendidos por el acto de la masticación y de la succión. No da ninguna sintomatología y nos interesa su conocimiento, porque en ocasiones es necesario hacer un diagnóstico diferencial con otras lesiones blancas de la mucosa oral, como leucoplasia, liquen plano y candidiasis.
Fig. 2. Mucosa mordisqueada en mucosa yugal izquierda.
Fig. 3. Mucosa mordisqueada en mucosa yugal derecha.
Fig. 1. Mucosa mordisqueada en mucosa yugal derecha.
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Fig. 4. Mucosa mordisqueada en mucosa yugal izquierda.
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Fig. 5. Mucosa mordisqueada en lengua.
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Fig. 6. Mucosa mordisqueada en lengua.
Fig. 7. Mucosa mordisqueada en lengua lado izquierdo.
Fig. 8. Mucosa mordisqueada en mucosa yugal derecha.
Fig. 9. Mucosa mordisqueada en mucosa yugal izquierda.
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Ulceraciones traumáticas Es una de las lesiones más frecuentes en la mucosa oral. Pueden estar producidas por algún traumatismo, como mordeduras de la mucosa, úlceras por rollos de algodón, irritación por prótesis dentarias, dientes malposicionados o con caries, o por uso inadecuado del cepillo dental. La localización sobretodo es en lengua (bordes y cara ventral), semimucosa del labio inferior, mucosa yugal y suelo de la boca. Las úlceras agudas por mordeduras son un tipo de lesiones que se producen de manera accidental, siendo muy frecuentes después de realizar técnicas de anestesia local, sobretodo en los niños. También las observamos tras accidentes con caídas o por mordeduras en las crisis epilépticas. La úlcera de decúbito ocasionada por los rollos de algodón empleados en las consultas de odontoestomatología, es una lesión generalmente localizada en fondo de vestíbulo y en la parte inferior de la mucosa yugal, respetando la mucosa gingival. Allí estuvo situado el rollo de algodón en una intervención dental prolongada; donde por el posible trauma mecánico de la mucosa al tirar del algodón con una pinza al final de la intervención, se originará una erosión. Cura
Fig. 10. Erosión traumática lingual.
Fig. 11. Erosión traumática lingual.
Fig. 12. Erosión traumática tras morderse accidentalmente.
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Fig. 13. Erosión traumática en lengua.
Fig. 14. Erosión traumática en mucosa labial.
Fig. 15. Erosión traumática en mucosa labial.
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Fig. 16. Erosión traumática en lengua.
Fig. 17. Erosión traumática en lengua.
Fig. 18. Erosión traumática en mucosa yugal posterior.
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Fig. 19. Erosión traumática en lengua.
Fig. 20. Erosión traumática en lengua.
Fig. 21. Erosión traumática en lengua.
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Fig. 22. Erosión traumática en mucosa yugal.
Fig. 23. Erosión traumática en fondo de vestíbulo superior.
Fig. 24. Erosión traumática en lengua.
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espontáneamente en 2-3 días, por lo que no precisa tratamiento. También se observan con piercings y por traumatismos en sexo oral. La úlcera de decúbito protésica es muy frecuente en personas portadoras de prótesis mucosoportadas que no están bien adaptadas a la mucosa, o bien se encuentran sobreextendidas en sus bordes libres. Se caracteriza por la aparición de un dolor agudo, en la zona correspondiente a la ulceración. La úlcera puede adquirir diferentes tamaños y consiste en un área central blanquecina amarillenta, de aspecto limpio y no sangrante, rodeada de una zona eritematosa que puede adquirir un halo hiperplásico, si la lesión se mantiene 24-48 horas. Si la agresión de la prótesis continúa, el dolor puede disminuir en intensidad, adquiriendo una forma vegetante y transformarse en auténticos mamelones con forma de V, en cuyo fondo puede existir una mínima área erosiva . El tratamiento consiste en la eliminación del área de presión de la prótesis, con lo que el dolor desaparecerá inmediatamente y la úlcera lo hará cuatro o cinco días después. La úlcera traumática en resumen tiene, como principal característica, la relación causa-efecto, circunstancia que es la más importante de cara al diagnóstico. Se trata de lesiones agudas en las que al desaparecer las causas que las producen, cicatrizan y se resuelven rápidamente. Si son de carácter crónico se plantea el diagnóstico diferencial con el carcinoma epidermoide, de modo que cuando en una úlcera crónica eliminamos las posibles causas capaces de producirla y no cura en 15 días o es recidivante, debemos realizar una biopsia para descartar un carcinoma oral de células escamosas.
Fig. 25. Ulceración lingual con inflamación por piercing.
Fig. 26. Piercing labial.
Fig. 27. Mismo caso de la fig. 26.
Fig. 28. Lesión traumática por sexo oral.
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Lesiones provocadas por agentes químicos Son múltiples los fármacos capaces de producir reacciones adversas en la cavidad oral. En una revisión amplia y disponible de forma online, Scully y Bagán (2004) analizan dichos efectos adversos por fármacos. La dirección donde se puede encontrar es: http://crobm.iadrjournals.org/cgi/reprint/15/4/221.pdf
En este capítulo del presente libro simplemente vamos a presentar un resumen de lo anterior. Por contacto directo con la mucosa oral Múltiples agentes químicos pueden provocar lesiones en la mucosa oral, siendo el más frecuente el ácido acetilsalicílico, que produce en contacto con la mucosa oral un efecto cauterizante, una necrosis química de la mucosa. Otro tipo de sustancias químicas que frecuentemente ocasionan estas lesiones, son las utilizadas en la consulta dental como el nitrato de plata. También pueden producirse grandes quemaduras por ingestión de caústicos en niños pequeños o en adultos con fines suicidas. Finalmente la clorhexidina es un agente antimicrobiano de baja toxicidad, que del mismo modo puede dar lugar a una descamación del epitelio oral. La mucosa ante las quemaduras químicas de cierta intensidad, responde con la aparición sobre el área afectada de una película blanquecina en la que se visualizan zonas eritematosas. La capa blanquecina está constituida por restos de la mucosa alterados y desprendidos, por lo que pueden ser movilizados con una pinza y dejar al descubierto áreas ulceradas. El dolor en general es menor del que cabría esperar y el diagnóstico lo realizaremos basándonos en las características clínicas de la lesión; sin embargo el dato fundamental será el antecedente de haber utilizado una sustancia química, colocándola en la misma zona donde posteriormente aparecerá la lesión.
Fig. 29. Quemadura química por agentes químicos.
Fig. 30. Necrosis por ácido acetil salicílico.
Necrosis palatina postanestesia Se trata de una lesión ulcerada que aparece en paladar duro, en la zona donde previamente se había realizado una inyección anestésica. Al no existir tejido conectivo laxo entre la
Fig. 31. Necrosis palatina postanestesia.
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fibromucosa palatina y el periostio, sólo pueden inyectarse dosis mínimas de anestésicos; por lo que si se intenta infiltrar abundante líquido, se ocasionará una isquemia por un mecanismo mecánico. Si el anestésico lleva un vasoconstrictor, la isquemia es aún mayor facilitándose la producción de una necrosis y la consiguiente ulceración de la zona. Se caracteriza por aparecer, entre 8 y 12 horas tras la inyección del anestésico local, una úlcera redondeada sin bordes eritematosos. El centro de la lesión está ocupado por un exudado blanco amarillento, pudiéndose visualizar en algunas ocasiones el periostio, y a veces hueso. La evolución es a la curación espontánea en aproximadamente 15 días. El tratamiento es el mismo que en el resto de ulceraciones yatrogénicas, es decir tomar una actitud expectante vigilando la úlcera hasta que cure, hecho que como hemos señalado sucede espontáneamente. Ulceraciones bucales secundarias a la quimioterapia Uno de los efectos más frecuentes que produce la quimioterapia antineoplásica es la aparición de úlceras bucales. Pueden ser ocasionadas por un mecanismo directo, o de forma indirecta por las alteraciones, a nivel de la médula. Entre los fármacos que causan ulceraciones de la mucosa oral se encuentran numerosos. Señalaremos, sobre todo, metro-
Fig. 32. Mucositis por quimioterapia.
Fig. 33. Mucositis por quimioterapia.
trexate, 5-fluoracilo, doxorubicina, melphelan, mercaptopurina y bleomicina (Femiano et al, 2003).
Las úlceras bucales secundarias a quimioterapia son múltiples, poco profundas, grandes, necróticas en su suelo y con una inflamación mínima en su periferia. Se diferencian de otras úlceras agudas por el antecedente de la quimioterapia previa y por su aspecto clínico. Se pueden aliviar las molestias del paciente con enjuagues anestésicos combinados con clorhexidina (soluciones de lidocaina al 2% y chorhexidina al 0,12%).
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Fig. 34. Mucositis por quimioterapia.
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Estomatitis alérgica 1- Estomatitis medicamentosa
Este término lo utilizamos para referirnos a las manifestaciones bucales producidas tras la administración de determinados fármacos por vía oral. Las lesiones aparecen rápidamente (antes de las 24 horas). Aunque no se conoce con exactitud el mecanismo por el que se desarrollan, parecen estar relacionadas con los depósitos de inmunocomplejos (inmunidad humoral). Clínicamente se manifiestan, en la cavidad oral, en forma de lesiones muy variadas: eritemas, vesículas, ampollas y ulceraciones. Asimismo, podemos hallar localizaciones cutáneas de la enfermedad. El tratamiento, si las lesiones son importantes, es a base de corticosteriodes por vía sistémica; si bien previamente deberemos establecer el diagnóstico diferencial con la primoinfección herpética, ya que clínicamente son muy similares y sin embargo en esta última están contraindicados estos fármacos. No olvidemos que la infección herpética primaria aparece sobre todo en niños. Por supuesto, indicaremos al paciente que no vuelva a tomar el preparado que ha desencadenado las lesiones . Una variante de la anterior es la erupción fija por fármacos, que se caracteriza por una lesión localizada en una zona específica de la piel o de las mucosas, que se presenta como un eritema, acompañado de zonas de vesículas. Esta reacción no es frecuente en la mucosa bucal.
Fig. 35. Edema de úvula por fármacos.
Fig. 36. Estomatitis medicamentosa.
2- Estomatitis por contacto
Suceden tras la colocación en contacto con la mucosa oral de resinas y metales protésicos, así como otros materiales odontológicos, tales como los empleados para impresiones o pastas dentífricas. Se originan mediante un mecanismo de hipersensibilidad retardada (inmunidad celular). Clínicamente aparecen, a los 2 ó 3 días tras colocar el material odontológico en contacto con la boca, una lesiones en forma de eritema que ocupa la zona del contacto alergénico. Se pueden utilizar pruebas epimucosas para mostrar la acción antigénica de estas sustancias, de forma tal que a las 48-72 h. aparecerá © Medicina Oral S. L.
Fig. 37. Estomatitis medicamentosa.
Fig. 38. Estomatitis por contacto.
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Fig. 39. Tumefacción facial de origen alérgico.
Fig. 40. Mismo paciente de la fig. 39.
Fig. 41. Mismo paciente de la fig. 39.
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la reacción. Finalmente una vez identificado el alergeno lo eliminaremos y sólo en los casos en que se produzcan manifestaciones clínicas severas, estará indicado administrar corticosteroides locales y sistémicos. Debemos señalar que con mucha frecuencia se atribuyen reacciones alérgicas a los acrílicos utilizados en las prótesis mucosoportadas. La realidad diaria es que son poco frecuentes estas reacciones alérgicas. Ulceraciones orales por fármacos por mecanismos
Fig. 44. Lesiones por fármacos por mecanismos desconocidos.
desconocidos
Algunos fármacos pueden producir grandes erosiones y úlceras en la mucosa oral, sin conocerse el mecanismo exacto por el que se originan. Entre los diferentes fármacos destacamos algunos analgésicos, como el metamizol y ciertos antiinflamatorios. También se han señalado con el alendronato.
Fig. 45. Lesiones por fármacos por mecanismos desconocidos.
Fig. 42. Reacción medicamentosa al Fosamax ®. Fig. 46. Reacción medicamentosa al Fosamax ®.
Fig. 43. Reacción medicamentosa al Fosamax ®.
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Fig. 47. Reacción al metamizol.
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Alteraciones gingivales producidas por fármacos Sobrecrecimiento gingival
La fenitoína ha sido un fármaco básico en el tratamiento de las crisis epilépticas, desde hace muchos años. Los efectos secundarios de la fenitoína son variados y entre ellos se encuentra el agrandamiento o sobrecrecimiento gingival. La mayoría de los autores aceptan que el sobrecrecimiento gingival hidantoínico aparece aproximadamente en la mitad de los pacientes que toman esta medicación durante más de tres meses. El primer signo es un incremento en el tamaño de las papilas interdentales. Gradualmente la encía se hace más prominente, invadiendo parcial o totalmente la corona clínica de los dientes. El tejido es firme, duro y de consistencia fibrosa, no sangra con facilidad, ni se deprime a la presión. En su tratamiento hay que insistir en la eliminación de los irritantes gingivales locales, mediante una higiene bucal escrupulosa. En ocasiones será necesario hacer gingivectomías para eliminar el tejido hiperplásico. Otros fármacos como la ciclosporina o la nifedipina son capaces de inducir sobrecrecimientos gingivales clínica e histológicamente idénticos a los provocados por las hidantoínas.
Fig. 49. Hiperplasia gingival por ciclosporina.
Fig. 50. Hiperplasia gingival por hidantoínas.
Fig. 51. Hiperplasia gingival por hidantoínas.
Fig. 48. Hiperplasia gingival por ciclosporina.
Fig. 52. Hiperplasia gingival por ciclosporina.
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Reacción facial por rellenos estéticos inyectados El uso de sustancias para el aumento de tejidos blandos por motivos estéticos puede ocasionar la aparición de granulomas a cuerpo extraño, entre otros efectos indeseables. Las mejoras introducidas en dichas sustancias han conseguido la disminución de la incidencia de reacciones adversas pero no su desaparición. Se pueden producir por diferentes productos, tales como dimetilpolisiloxano (silicona), colágeno bovino, y ácido poliláctico, infiltrados en el tejido celular subcutáneo por motivos estéticos. Cuando sucede se observan estas reacciones a cuerpo extraño entre dos y dieciséis años tras la infiltración del producto. El producto inyectado induce una reacción en el tejido conjuntivo circundante con depósito de colágeno más o menos estable que persiste independientemente de que el material de relleno sea fagocitado. El mecanismo de acción permanece desconocido aunque se ha sugerido que una infección podría desencadenar una reacción inmunológica cruzada o que podría existir una estimulación de la inmunidad retardada. La clínica incluye tumefacción de consistencia normalmente dura. Aunque hay descritas otras manifestaciones como enrojecimiento, sensación urente, dolor y sensibilidad a la palpación. El tratamiento etiológico (remoción del producto inyectado) presenta dificultades difícilmente soslayables en la actualidad. Para el tratamiento sintomático se han descrito los corticoides locales, sistémicos, la minociclina y el imiquimod al 5%.
Fig. 54. Tumefacción facial por inyección de silicona.
Fig. 55. Tumefacción facial por inyección de silicona.
Fig. 56. Tumefacción facial por inyección de silicona.
Fig. 53. Tumefacción facial por inyección de silicona.
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Fig. 57. Imagen histológica de los infiltrados y reacción a cuerpo extraño por silicona.
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Lesiones orales por cocaína La forma habitual de empleo de cocaína es la inhalada, la cual produce efectos locales de vasoconstricción e irritación de la mucosa nasal por las sustancias que se utilizan para su elaboración. Su mayor incidencia se da entre los 18 y 30 años, con igual incidencia en ambos sexos y clase social o profesiones. Una de las complicaciones locales que se ha descrito es la necrosis isquémica de los tejidos en donde se aplica la droga, la subsecuente perforación del septum y la eventual perforación palatina por la necrosis osteocartilaginosa, algunas veces a tres semanas de uso prolongado y frecuente de la droga.
Fig. 60. Perforación del paladar por cocaína.
Fig. 61. Perforación del paladar por cocaína. Mismo caso que fig. 58.
Fig. 58. Perforación del paladar por cocaína.
Fig. 62. Perforación del paladar por cocaína.
Fig. 59. Perforación del paladar por cocaína.
Fig. 63. TC de una perforación del paladar por cocaína.
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Osteonecrosis por bisfosfonatos Recientemente se han descrito unas severas lesiones orales producidas por los bisfosfonatos. Sin embargo, este problema será desarrollado con mayor amplitud en el tema 21 de este libro.
Discromías de la mucosa oral por pigmentación exógena 1- Tatuaje por amalgama de plata
El tatuaje por amalgama es la forma intrabucal más frecuente de pigmentación exógena por sustancias extrañas incrustadas en los tejidos. La aparición de una zona de hiperpigmentación azulada en la encía o en cualquier otra localización de la mucosa, sin sintomatología y de muchos años de evolución, nos debe hacer pensar en esta entidad. Se provoca al estar en contacto la amalgama directamente con los tejidos durante las técnicas restauradoras odontológicas. Carece de trascendencia clínica y no precisa tratamiento, solamente será importante el diagnóstico diferencial con procesos malignos como melanomas, pero ante el antecedente de la restauración con amalgama de plata, generalmente no hay dudas. Es de mucha ayuda la realización de una radiografía periapical, que nos demuestra el material metálico.
Fig. 64. Osteonecrosis por bisfosfonatos.
Fig. 65. Pigmentación por amalgama.
2- Estomatitis por depósito de metales
Las estomatitis por depósito de metales están localizadas fundamentalmente en las encías. La absorción de estos metales y el depósito de sus sales en los tejidos gingivales, entorpecen la circulación y nutrición favoreciendo la invasión secundaria de bacterias. La causa suele ser la administración con fines terapéuticos de preparaciones en las que exista bismuto, la intoxicación por plomo o el contacto profesional con productos que contengan mercurio. Aparece una línea de coloración grisáceo metálica , que se localiza sólo en las papilas interdentales o bien en toda la mucosa gingival.
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Fig. 66. Pigmentación por amalgama.
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Lesiones ocasionadas por agentes físicos
Lesiones por la radioterapia La mucosa bucal es particularmente sensible a las radiaciones. Las primeras alteraciones aparecen hacia finales de la primera semana de tratamiento y consisten, primero en un enrojecimiento y edema de la mucosa oral, que luego se erosiona. Aparecen, en cualquier parte de la mucosa oral, pero siempre son múltiples, a veces grandes y sobre todo muy dolorosas. Como hemos señalado anteriormente en las lesiones por quimioterapia, lo recomendado es emplear soluciones con anestésicos locales, clorhexidina e incluso combinado con corticosteroides locales. Otras alteraciones como la osteorradionecrosis serán descritas posteriormente en otro capítulo, así como también la xerostomía al hablar de las glándulas salivales.
Fig. 68. Mucositis por radioterapia
Fig. 69. Mucositis por radioterapia.
Fig. 67. Caries por radioterapia. Fig. 70. Caries por radioterapia.
Bibliografía - Bagán Sebastián JV y Vera Sempere F. Patología de la mucosa oral. Barcelona: Syntex Latino, S.A.; 1989. - Bagán Sebastián JV, Peñarrocha Diago M. Patología oral inducida por fármacos y sustancias químicas. En: Esplugues J, Morcillo EJ, de Andrés-Trelles F, eds. Farmacología en clínica dental. Barcelona: J.R. Proust Editores; 1993.p.431-49. - Scully C, Bagan JV. Adverse drug reactions in the orofacial region.Crit Rev Oral Biol Med. 2004;15:22139.
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Fig. 71. Osteorradionecrosis mandibular.
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Tema 2. Infecciones bacterianas en la mucosa oral
Gingivitis por placa Concepto
La gingivitis por placa es una inflamación de la encía que se produce por el acúmulo de placa bacteriana. Es un proceso muy frecuente. Etiología
Se debe al crecimiento de bacterias en el seno de la placa bacteriana sin que se haya podido identificar ninguna de ellas como responsable última de la enfermedad. El estudio de la microbiota relacionada con gingivitis muestra predominio de bacterias G+ anaerobias facultativas y anaerobias estrictas.
Fig. 1. Gingivitis por placa.
Cuadro clínico
El cuadro clínico viene definido por: - inflamación gingival difusa. - enrojecimiento. - sangrado espontáneo o provocado por el sondaje periodontal. - la inflamación está limitada a la encía y revierte al eliminar la placa bacteriana. - evoluciona en forma de brotes de intensidad y duración variable. Se consideran de gran importancia los factores predisponentes del hospedador, tanto locales (apiñamiento dentario, obturaciones desbordantes que retienen placa, cálculo), como generales o sistémicos (embarazo, diabetes…) que modifican la respuesta del hospedador frente a las bacterias. La evolución de la gingivitis a formas leves o moderadas de enfermedad periodontal es bastante frecuente. La evolución a formas graves es más rara (715% de la población presenta pérdidas óseas locales o generales mayores de 6 mm). Diagnóstico
La identificación de placa bacteriana abundante en un cuadro clínico gingival compatible es suficiente para establecer el © Medicina Oral S. L.
Fig. 2. Gingivitis por placa.
diagnóstico. La resolución del proceso con medidas higiénicas lo confirma. Tratamiento
Consiste en la eliminación de la placa bacteriana mediante técnicas de higiene oral personales o profesionales. La identificación y control de factores predisponentes evita o limita la aparición de nuevos brotes.
Gingivitis necrotizante aguda Definición
La gingivitis necrotizante (GN), también conocida como enfermedad de Plaut-Vincent, boca de trinchera o, más comúnmente, gingivitis ulceronecrotizante aguda (GUNA) se considera una infección oportunista pro19
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vocada por gérmenes de la placa bacteriana que desarrollan la enfermedad en presencia de otros factores locales o generales. Etiología
La enfermedad se ha asociado tradicionalmente a flora fusoespirilar. En la actualidad se concede más importancia a Selenomona Spp., a Prevotella intermedia, a Porphyromona gingivalis, y se sigue considerando a las espiroquetas (Treponema spp.) como gérmenes asociados a la enfermedad. Patogenia
La enfermedad requiere una flora bacteriana actuando sobre un huésped con una reacción específica del tejido periodontal que depende de factores de tipo local y general. Entre los factores locales se han señalado la mala higiene oral, la gingivitis, el tabaco, alteraciones de las barreras epiteliales de la encía, etc. Los factores generales incluyen el estrés, la desnutrición, nuevamente el tabaco, los tratamientos inmunosupresores y enfermedades sistémicas como infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), leucemias, neutropenia o diabetes. En el caso de la infección por VIH la gingivitis necrotizante se considera en el grupo de lesiones comúnmente asociadas y aparece con una frecuencia del 5 al 11% de los pacientes. La enfermedad cursa con necrosis tisular e invasión bacteriana. La lesión elemental es, por tanto, la ulceración que presenta una zona bacteriana, una zona de neutrófilos propia de la inflamación aguda, una zona necrótica y una zona de invasión con abundantes espiroquetas.
afectar a tejidos más allá del límite mucogingival (estomatitis necrosante –EN-). En este último caso, la enfermedad aparece en pacientes inmunodeprimidos asociada a patología gingival y periodontal. Recientemente, se ha podido cultivar Pseudomona aeruginosa a partir de las lesiones de estos pacientes sugiriéndose que podría tratarse de la variante intraoral del ectima gangrenoso. Se acompaña de sangrado espontáneo o provocado y produce halitosis (foetor ex ore). La evolución de la GN y de la PN puede ser hacia una curación de la enfermedad sin secuelas o a una pérdida más o menos pronunciada de la inserción periodontal. Excepcionalmente, la enfermedad puede evolucionar a una EN o a un cancrum oris (extensión hacia la mucosa y en profundidad hacia el hueso).
Fig. 3. Gingivitis necrotizante aguda.
Cuadro clínico
Se caracteriza por: - mal estado general. - posible febrícula. - dolor gingival difuso, espontáneo e intenso que, en ocasiones, dificulta severamente la masticación y la nutrición. - ulceración gingival que comienza en las papilas interdentales y que posteriormente puede extenderse al resto de la encía, a los tejidos de soporte (denominándose entonces periodontitis necrosante –PN-) o incluso 20
Fig. 4. Gingivitis necrotizante aguda.
Medicina Oral
Fig. 5. Gingivitis necrotizante aguda.
Fig. 6. Gingivitis necrotizante aguda.
Fig. 7. Gingivitis necrotizante aguda.
Fig. 8. Gingivitis necrotizante aguda.
Fig. 9. Gingivitis necrotizante aguda.
Fig. 10. Gingivitis necrotizante aguda.
Fig. 11. Gingivitis necrotizante aguda.
Fig. 12. Gingivitis necrotizante aguda.
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Medicina Oral
Diagnóstico
El diagnóstico es esencialmente clínico. Puesto que puede ser manifestación de otros procesos más graves es conveniente realizar pruebas que descarten VIH, leucemia, agranulocitosis o diabetes. El diagnóstico diferencial incluye primoinfección herpética, eritema multiforme, gingivitis descamativa, gingivitis por placa o abscesos periodontales. Tratamiento
Si las condiciones del paciente lo permiten se procede a la limpieza quirúrgica de las lesiones gingivales que en muchos casos es suficiente. El tratamiento sistémico incluye el uso de analgésicos menores (ibuprofeno 400-600 mg cada 8 horas, paracetamol 500-1000 mg cada 8 horas) Como tratamiento antibiótico es efectivo el metronidazol en dosis de 250 mg/8 horas durante 8 ó 10 días. También es útil la asociación de amoxicilinaácido clavulánico en dosis de 500-875/125 mg cada 8 horas.
Tuberculosis oral Definición
La tuberculosis (TBC) oral es una infección bacteriana generalmente secundaria a una tuberculosis pulmonar. Aunque poco frecuente, es importante considerarla en el diagnostico diferencial por su similitud con el carcinoma oral de células escamosas y por las importantes repercusiones clínicas y epidemiológicas de la enfermedad. Etiología
Está causada por el germen Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch. Es una bacteria aerobia estricta con un tiempo de duplicación lento. Contiene además abundante ácido micólico. Es pues un germen que asienta en zonas con alta presión parcial de oxígeno (pulmón, riñones), resistente a la decoloración por ácidos y alcoholes y que precisa tiempos prolongados para su crecimiento en medios de cultivo. En ocasiones la producen 22
micobacterias atípicas como Mycobacterium avium intracellulare. Patogenia
La TBC extrapulmonar representa aproximadamente el 20% de los casos de tuberculosis. La localización en la mucosa oral sólo representa el 1 % de todos los casos de tuberculosis extrapulmonar. En la práctica totalidad de los casos la TBC oral es secundaria a una TBC pulmonar. El germen llega a la cavidad oral a través de la sangre o del esputo entrando en contacto con alguna efracción de la mucosa oral (p.e. extracciones dentales) que permite la invasión del tejido conectivo subyacente. Una vez establecida la infección la respuesta del organismo da lugar a la formación de granulomas con necrosis central (folículos de Köster) con células gigantes multinucleadas tipo Langhans, células epiteloides que corresponden a macrófagos e infiltrado linfoplasmocitario. Excepcionalmente, puede aparecer TBC oral primaria con preferencia por localizarse en la parte posterior de la boca. Cuadro clínico
La clínica más común de la localización intraoral secundaria a TBC pulmonar es la úlcera de contorno irregular con signos de inflamación en la periferia, habitualmente dolorosa, de consistencia blanda (aunque se han descrito casos con induración periférica) y con varios meses de evolución. Cuando cursa con estas características clínicas es fácil confundir el proceso con el carcinoma oral de células escamosas. La enfermedad puede presentar otras formas clínicas como placas, vesículas, lesiones induradas en tejidos blandos, lesiones papulomatosas o incluso osteomielitis tuberculosa. La odinofagia es un síntoma bastante común y en un 20% de los casos aparecen síntomas generales como fiebre o pérdida de peso. La TBC oral primaria presenta una clínica similar con úlceras indoloras de morfología irregular y consistencia blanda, poligonales y con bordes dentados. Aparecen exudados
Medicina Oral
Fig. 14. Mismo paciente de la figura 13 pero en fase de fistulización y supuración.
Fig. 13. Tuberculosis cervical.
Fig. 15.TC donde se visualiza el conglomerado adenopático de la figura 13.
Fig. 16. Tuberculosis oral en encía edéntula inferior.
Fig. 17. Mismo paciente de la figura 16 en otro momento evolutivo.
Fig. 18. Tuberculosis en mucosa yugal.
Fig. 19. Mismo paciente de la figura 18 en otro momento evolutivo.
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Medicina Oral
amarillentos con abundantes micobacterias. Se asocia a adenopatías satélites con calcificaciones en su interior y con tendencia a crecer, juntarse, abscesificarse y fistulizar. Afecta sobretodo a niños y adultos jóvenes. Por otro lado, la linfadenitis tuberculosa de localización cervical es la forma más frecuente de TBC extrapulmonar. Se manifiesta como una masa única o múltiple, móvil y fluctuante que tiende a fistulizar y que se conoce como escrófula. Se acompaña de síntomas generales como fiebre, pérdida de peso, tos y fatiga.
Fig. 20. Granulomas tuberculosos.
Diagnóstico
Pruebas de infección tuberculosa - Test de la tuberculina (o intradermorreacción de Mantoux): consiste en la inyección intradérmica del derivado proteico purificado (PPD) del antígeno tuberculínico y la posterior medición de la zona de induración producida a las 72 horas. Expresa la reacción inmunológica celular retardada que produce en el organismo el contacto con el germen. Produce falsos negativos cuando hay enfermedad tuberculosa diseminada, infección reciente (la prueba no se positiva hasta 3-4 semanas tras el contacto con el germen), inmunosupresión, embarazo, etc. Los falsos positivos están en relación con la presencia de otras micobacterias ambientales. Ante una historia clínica sospechosa es la primera prueba complementaria que se solicita junto con la radiografía de tórax. Pruebas de enfermedad tuberculosa - Radiografía de tórax: útil para observar lesiones pulmonares previas de TBC. - Tinción de Zielh-Neelsen: se basa en la propiedad de las micobacterias de retener ciertos colorantes aun siendo tratadas con ácidos fuertes diluidos. Es una prueba de alta sensibilidad y especificidad. - Cultivo en medios específicos (Lowenstein-Jensen, M-GIT 90): confirman el diagnóstico pero requieren periodos largos de incubación que pueden llegar a los 2 ó 3 meses. - Histología: es especialmente útil en el diagnóstico de la TBC extrapulmonar. Puesto que otros métodos diagnósticos pueden pre24
Fig. 21. Granuloma tuberculoso.
sentar demoras en el resultado, la observación histológica de granulomas epiteloides con necrosis central caseificante y células gigantes multinucleadas tipo Langhans (folículos de Köster) es criterio suficiente para iniciar el tratamiento antituberculoso. - PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa): esta técnica detecta DNA de la bacteria. Permite un rápido diagnóstico de la enfermedad. Es una prueba de muy elevada sensibilidad. Por el contrario, no es útil en muestras serológicas (sólo se utiliza en tejidos) y tiene un elevado coste. Ante el diagnostico de TBC es preceptiva la determinación de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Tratamiento
Se deben emplear varios fármacos en asociación para evitar la aparición de resistencias bacterianas y el tratamiento debe ser prolongado para prevenir recaídas por reactivación de gérmenes en fase quiescente. El tratamiento inicial se realiza durante 6 meses. Se asocian isoniacida, rifampicina y pirazinamida
Medicina Oral
los dos primeros meses y se continua durante 4 meses más con isoniacida y rifampicina. La tasa de curación con este tratamiento es del 99 al 100% y la de recidiva menor del 5%. Otras pautas de tratamiento pueden incluir etambutol, estreptomicina y fluoquinolonas.
Sífilis oral Definición
Es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) con afectación sistémica compleja que, de forma arbitraria, se ha dividido en tres estadios. También es conocida como lúes. Etiología
La enfermedad es provocada por el Treponema pallidum, una espiroqueta patógena que no puede ser cultivada in vitro y cuyo único reservorio natural es el hombre. Presenta movimientos característicos de rotación y flexión. Patogenia
La transmisión de la enfermedad se produce, salvo raras excepciones, por contacto sexual. El germen es muy sensible a la desecación por lo que la transmisión indirecta es rara. En un 10% de los casos la infección es extragenital localizándose en labios, cavidad oral, dedos, etc. El microorganismo penetra a través de una solución de continuidad en piel o mucosas. Casi inmediatamente se produce una multiplicación local e invasión regional. Al cabo de 24 horas se produce una espiroquetemia generalizada que persiste hasta la aparición de los anticuerpos inmovilizadores (semanas, meses o años después). Cuadro clínico
Se identifican tres periodos en la evolución de la enfermedad. Sífilis primaria La lesión característica es el chancro sifilítico que puede aparecer tras 1 mes aproximadamente de incubación (entre una semana y 3 meses). El 60% de la sífilis extragenital se localiza en los labios. Otras localizaciones observadas son lengua y encías. Es un nó© Medicina Oral S. L.
dulo habitualmente único, duro, indoloro y que tiende a erosionarse formándose una úlcera de fondo limpio y bordes ligeramente sobreelevados. Cura espontáneamente en un periodo de 1 a 5 semanas. Se acompaña de adenopatías satélites que no fistulizan y que pueden persistir tras la desaparición del chancro. Las lesiones son totalmente asintomáticas. Contienen muchos treponemas por lo que son altamente contagiosas. La lesión es fácilmente identificable cuando la localización es genital. Sífilis secundaria Se produce alrededor de seis semanas (entre 1 y 3 meses) después de la curación del chancro. Es consecuencia de la espiroquetemia generalizada y, por tanto, suele manifestarse por lesiones cutáneas diseminadas. Las lesiones características son las placas mucosas. Consisten en maculopápulas blanquecinas, múltiples, sobreelevadas y con tendencia a agruparse adquiriendo un aspecto serpentiforme. Son de elevada contagiosidad. Pueden desaparecer espontáneamente o persistir durante periodos de tiempo prolongados. Otras formas de presentación son adenopatías y depapilaciones. Sífilis terciaria Afecta sobretodo al sistema cardiovascular y al sistema nervioso. En el área estomatológica las lesiones características son el goma sifilítico y la glositis intersticial. El goma sifilítico consiste en granulomas que presentan necrosis central e infiltrado inflamatorio en la periferia. Es indoloro y contiene pocas espiroquetas. La localización más frecuente es en paladar duro y blando, lengua y labios. Las lesiones son de escasa contagiosidad al poseer pocas espiroquetas. La glositis intersticial es una atrofia del dorso lingual que se produce como consecuencia de la endarteritis obliterante característica de la sífilis. Favorece la aparición de cáncer oral, motivo por el que la sífilis está considerada como una lesión precancerosa. Diagnóstico
La visualización directa mediante microscopía de fondo oscuro del T. pallidum en el exudado 25
Medicina Oral
de las lesiones del periodo primario (chancro y adenopatía) pueden ser de utilidad en las fases más precoces de la infección ya que las reacciones serológicas aún no se han hecho positivas. Sin embargo, produce muchos falsos positivos. Las pruebas diagnósticas más utilizadas actualmente son las que detectan anticuerpos antitreponema. Pruebas no treponémicas o reagínicas: Utilizan antígenos que no provienen del germen causal: - VDRL (Veneral Disease Research Laboratory) y RPR (Rapid Plasma Reagin). Son pruebas sencillas de realizar y con una alta sensibilidad. Su inconveniente es la escasa especificidad. El VDRL se positiva entre 15 y 30 días tras el contagio. Pruebas treponémicas. Utilizan antígenos treponémicos: - FTA-Abs (Fluorescent Treponemal Antibody-ABSortion). Se positiva a partir de la 4ª semana tras el contagio. Aunque mejora mucho la especificidad respecto a otras pruebas se han documentado hasta un 2% de falsos positivos. - TPI (Treponema pallidum Inmobilization) - TPHA ( Treponema pallidum HemoAglutination) El protocolo diagnóstico sugerido por algunos autores es la realización de screening con VDRL, confirmación de resultados positivos con FTA-Abs y control del tratamiento con VDRL cuantitativo. En la sífilis secundaria las pruebas serológicas son altamente positivas, tanto las treponémicas como las no treponémicas. En la sífilis terciaria son altamente positivas las pruebas treponémicas. Tratamiento
- Sífilis primaria y secundaria Penicilina G benzatina: 2,4 millones de U.I. en una sola dosis intramuscular. En caso de alergia se pueden utilizar tetraciclinas o eritromicina. - Sífilis terciaria 2,4 millones de U.I. de penicilina G benzatina cada 7 días durante 3 semanas. 26
Fig. 22. Sífilis secundaria.
Fig. 23. Sífilis secundaria. Mismo paciente de la figura 22.
Fig. 24. Sífilis secundaria. Mismo paciente de la figura 22.
CAMBIARLA
Fig. 25. Sífilis secundaria en las manos. Mismo paciente de la figura 22.
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Fig. 26. Sífilis secundaria.
Fig. 27. Sífilis secundaria. Mismo paciente de la figura 26.
Fig. 28. Sífilis secundaria. Mismo paciente de la figura 26.
Fig. 29. Sífilis secundaria. Mismo paciente de la figura 26.
Fig. 30. Sífilis secundaria. Mismo paciente de la figura 26 en otro momento evolutivo.
Fig. 31. Sífilis secundaria en manos . Mismo paciente de la figura 26.
Fig. 32. Sífilis secundaria.
Fig. 33. Sífilis secundaria.
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Medicina Oral
Pericoronaritis Definición
La encía que rodea un diente parcialmente erupcionado sufre un proceso inflamatorio secundario a una infección. Es, en muchos casos, el origen de otros accidentes infecciosos. Es muy frecuente en los terceros molares inferiores entre los dieciocho y los treinta años.
logía con molestias leves y constantes, trismo y halitosis. Diagnóstico
El diagnóstico se realiza mediante la historia y la exploración clínicas. El estudio radiológico nos permitirá evaluar el diente implicado y descartar otra patología como origen de la infección (caries, tumores, quistes, etc.).
Etiología
Las especies encontradas son Estreptococos ß-hemolíticos, Actinomices y Propionibacterium. También son frecuentes las cepas productoras de ß-lactamasas anaerobias estrictas (Prevotella, Bacteroides y Fusobacterium) y aerobias (Estafilococos y Capnocytophaga) de gran importancia a la hora de instaurar un tratamiento antibiótico. Patogenia
En los dientes parcialmente erupcionados, particularmente en el tercer molar inferior, el capuchón mucoso que lo recubre forma una bolsa donde son retenidos los alimentos y donde ni las medidas higiénicas ni la propia autoclisis salival son eficaces. Se forma así un ecosistema que favorece el crecimiento y la invasión bacteriana que desencadena el cuadro clínico.
Tratamiento
En el brote agudo el tratamiento consistirá en antiinflamatorios no esteroideos (AINES) como ibuprofeno (400-600 mg cada 6-8 horas) asociado a antibióticos en las formas supuradas (amoxicilina-clavulánico 875/125 mg cada 8 horas). Una vez resuelto el brote agudo se recomienda la exodoncia del diente causante salvo en aquellos casos en que el brote haya sido leve y la posición del diente sea favorable.
Cuadro clínico
El proceso puede presentarse de forma aguda o crónica. En la forma aguda el paciente presenta: - dolor intenso en la zona de erupción del diente que suele irradiar a zonas contiguas. - odinofagia, disfagia, otalgia y trismo. - suele provocar halitosis. - a la exploración clínica se observa tumefacción y enrojecimiento del capuchón del cordal. - la presión sobre el trígono retromolar produce la salida de material serohemático o purulento por el surco según se trate de una forma serosa o supurada. En ambos casos puede existir tumefacción en la región paramandibular y submandibular con afectación ganglionar. La forma crónica produce escasa sintomato28
Fig. 34. Pericoronaritis.
Fig. 35. Pericoronaritis.
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Infección odontogénica Definición
Es aquella que se origina a partir de los gérmenes que infectan la cámara pulpar o el ligamento periodontal y que difunden a la región periapical, al hueso, a los tejidos blandos circundantes, a la sangre e incluso a tejidos y órganos distantes. Etiología
Los gérmenes que con más frecuencia se identifican en este tipo de infecciones son estreptococos orales, Actinobacilos y subespecies de Prevotella, Porphyromonas, Peptostreptococos y Fusobacterias. La caries, la enfermedad periodontal y las inclusiones dentarias son las causas más comunes en este tipo de infecciones. Periodontitis apical aguda Definición
La periodontitis apical aguda supurada o absceso apical se caracteriza por presencia de gérmenes, leucocitos (pus) y necrosis de la zona del periápice dental. La formación de tejido de granulación localizará el absceso de forma más o menos eficaz. Cuadro clínico
La clínica es dolor pulsátil de intensidad creciente con sensación de diente extruido, dolor a la percusión axial y lateral y, en ocasiones, adenopatías y manifestaciones generales (fiebre, escalofríos, malestar general…) Evolución
La evolución del proceso será: remisión, cronificación, fistulización, diseminación ósea o formación de abscesos y celulitis. Bien sea por infección aguda o crónica, el pus que se acumula en el área periapical tiende a buscar vías de drenaje. Habitualmente, la vía de escape es aquella que presenta menor resistencia y suele ser el vestíbulo bucal. Inicialmente, se produce una acumulación de pus inmediatamente por debajo del periostio (absceso subperióstico). Esta membrana se ulcera y el pus pasa a los tejidos blandos perforando la mucosa con salida de pus © Medicina Oral S. L.
a la cavidad oral a través de la fístula. En ocasiones, el drenaje se produce a través del ligamento periodontal y se forma un absceso periodontal. Tratamiento
La apertura cameral, aunque puede ser dolorosa para el paciente, constituye el tratamiento de elección en estos procesos. Permite la salida del pus, la entrada de aire y el alivio rápido de los síntomas. Evita además la exodoncia del diente. El tratamiento se puede completar con fármacos antibióticos y antiinflamatorios. Celulitis y abscesos Definición
La celulitis corresponde a una infección e inflamación de los tejidos subcutáneos o submucosos sin la presencia de pus coleccionado. Algunos autores reservan el término “flemón dental” para la presentación bucal del proceso. Se denomina absceso a la colección de pus en un tejido orgánico. Patogenia
En ocasiones el pus no drena a la cavidad oral sino que lo hace a los tejidos blandos periorales, buscando, igualmente, aquellas zonas de menor resistencia que están determinadas por las barreras anatómicas que constituyen ambos maxilares, los músculos, fascias y aponeurosis, y los espacios que quedan determinados entre ellos. El músculo bucinador será el principal determinante del drenaje intra o extraoral de los procesos vestibulares tanto superiores como inferiores. En la vertiente lingual es el músculo milohioideo el que marca la diferencia. Tal como se ha señalado en la definición, el paso de pus a tejidos blandos constituirá lo que se conoce como abscesos y celulitis en función de que esté o no coleccionado. Cuadro clínico
La clínica de celulitis y abscesos incluye tumefacción, dolor, trismo, induración, calor local, odinofagia, disfagia, adenopatías cervicales 29
Medicina Oral
y alteración del estado general (astenia, postración, fiebre, anorexia...). En el caso de los abscesos, se puede detectar fluctuación del pus a la palpación. Aunque poco frecuente, pueden provocar cuadros muy graves que incluso llegan a comprometer la vida del paciente, particularmente cuando la infección difunde a zonas para- y retrofaríngeas, a cuello, a mediastino, o bien cuando pasa al torrente sanguíneo. Por ello, el manejo terapéutico adecuado es muy importante. Debe considerarse la posibilidad de ingreso hospitalario en aquellos pacientes que presenten falta de respuesta a la medicación oral, compromiso respiratorio o deglutorio, asociación con otros procesos de riesgo (diabetes descompensada, patología cardíaca, patología renal, etc.), grave afectación del estado general, lesiones de gran tamaño, progresión cervical del proceso (tortícolis, tumefacción cervical, deterioro rápido del estado general) y lengua inmóvil y protruida. Tratamiento
El tratamiento odontológico, en el caso que interese conservar el diente causante, consistirá en la apertura cameral para proveer una vía de salida a la colección purulenta. El tratamiento endodóncico se completará una vez resuelta la fase aguda de la infección. El tratamiento quirúrgico consistirá en la extracción dentaria si está indicada y en el drenaje por vía intra o extraoral de la colección purulenta mediante incisiones en las zonas declives. El
Fig. 36. Celulitis facial.
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Fig. 37. Celulitis facial drenando.
desbridamiento facilita la salida de pus e impide que queden reservorios de gérmenes. Se debe colocar un sistema de drenaje que impida el cierre de la herida antes de que el pus haya sido completamente evacuado. Se utilizan materiales plásticos tipo Penrose® o fragmentos de guantes de látex estériles que son fijados a los bordes de la herida. Se deben mantener hasta que cese el drenaje de pus dejando posteriormente que la herida cierre por segunda intención. El tratamiento farmacológico incluye el uso de antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios. Al tratarse de procesos polimicrobianos en los que además no se ha establecido una relación causa-efecto con un germen determinado el tratamiento es empírico utilizando antibióticos de amplio espectro. Los antibióticos de uso común que han mostrado mayor eficacia frente a los gérmenes señalados anteriormente son la asociación amoxicilina/ácido clavulánico, penicilina, amoxicilina, clindamicina, macrólidos y metronidazol. El tratamiento antiinflamatorio ambulatorio se realiza con antiinflamatorios no esteroideos como ibuprofeno (400-600mg/8 horas), diclofenaco (50mg/2-3 veces al día), naproxeno (550mg/8-12 horas), piroxicam (20mg/24 horas), etc. Los fármacos analgésicos más comúnmente utilizados en estos procesos son el paracetamol 500-1000mg/6-8 horas y el metamizol magnésico (500mg/6-8 horas).
Medicina Oral
Fig. 38. Celulitis facial.
Fig. 39. Celulitis facial.
Fig. 40. Celulitis facial.
Fig. 41. Celulitis facial. Mismo caso de la fig. 40.
Fig. 42. Celulitis facial.
Fig. 43. Caso de la figura 42, ortopantomografía.
Fig. 44. Celulitis facial.
Fig. 45. Celulitis facial.
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Fig. 46. Celulitis facial.
Fig. 47. Celulitis facial.
Fig. 48. Fascitis necrotizante.
Fig. 49. Fascitis necrotizante.
Fig. 50. Celulitis facial.
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Medicina Bucal
Tema 3. Micosis orales
Definición
Se denomina micosis a todos los procesos infecciosos debidos a la acción patógena de los hongos. Los hongos pueden producir patología en el ser humano de diversas formas: por intoxicación alimentaria al ingerir sustancias químicas que constituyen el hongo ingerido (micetismo); al ingerir toxinas elaboradas por el metabolismo del hongo al crecer sobre algunos alimentos (micotoxicosis); mediante reacciones de hipersensibilidad debidas a mecanismos inmunológicos (alergias); o bien por infección e invasión de tejidos superficiales o profundos. Las micosis superficiales pueden afectar exclusivamente a la zona queratinizada del pelo, uñas y epidermis o bien producir alteración en piel y mucosas que se acompaña de inflamación. Las profundas pueden afectar a un órgano o sistema de forma exclusiva, o bien ser multiviscerales, e incluso diseminarse a distancia del foco inicial. La candidiasis es la micosis más frecuente de la cavidad oral, está causada por hongos del género Candida, que forman parte de la flora habitual de la boca, siendo esta patología, a la que vamos a dedicar la mayor parte de este capítulo. Existen otras micosis, como la histoplasmosis, blastomicosis, paracoccidioidomicosis, mucormicosis o aspergilosis que debemos conocer pues aunque su mayor incidencia sea en países americanos o africanos, actualmente se están viendo cada vez con más frecuencia en nuestro país por el aumento en los movimientos migratorios y porque se han producido casos en pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana. Para que una micosis se desarrolle el microorganismo tiene que pasar la barrera cutánea y encontrar un ambiente que favorezca su colonización pues el sistema inmunitario © Medicina Oral S. L.
del huésped desarrolla una gran resistencia a la invasión fúngica. La candidiasis es una patología muy frecuente en la clínica diaria y su incidencia está en aumento debido a diferentes factores favorecedores como son la generalización del uso de prótesis bucales, la xerostomía, las múltiples terapias con antibióticos generales, corticoides, antineoplásicos o inmunosupresores, incluso por la mayor supervivencia de los pacientes con inmunodeficiencias.
Micosis superficiales Etiología
Las micosis más frecuentes en la cavidad oral están producidas por hongos del genero Candida, que son comensales habituales de la cavidad oral y se vuelven patógenos cuando tiene lugar la presencia de algún factor facilitador o que predisponga su desarrollo. Este género incluye más de 150 especies, aislándose en cavidad oral en el 30- 60 % de la población normal, siendo la más frecuente en un 80% de los casos el género Candida albicans, la cual puede colonizar sola o coexistir con otros tipos como C. glabrata, C. tropicalis (aisladas en un 7% de las personas sanas), y recientemente con C. dubliniensis, aislada en los pacientes infectados por VIH, y que es importante ya que se involucra en los casos de resistencia a los tratamientos con antifúngicos. La candidiasis oral es un ejemplo de infección oportunista, la simple presencia de Candida albicans u otra especie de Candida no indica infección candidiásica si no se desarrolla el cuadro clínico, en otras ocasiones la candidiasis oral nos puede servir como indicadora de la presencia de una enfermedad sistémica subyacente. Etiopatogenia
En la mayoría de los pacientes, la candidiasis se desencadena a partir de un reservorio 33
Medicina Bucal
endógeno del propio paciente, oral o digestivo, aunque en ocasiones la infección se puede adquirir de otras personas como en la candidiasis neonatal que aparece en recién nacidos cuyas madres presentan candidiasis vaginal. La patogenia de esta enfermedad es muy compleja e implica a diferentes factores y mecanismos de los hongos y del hospedador, la transformación de comensal en patógeno dependerá de la combinación de tres grupos de factores dependientes del hospedador, del hongo y aquellos que modifican el micro ambiente de la cavidad oral. Estos factores predisponentes o desencadenantes de la candidiasis son generales como: a) Alteraciones endocrinas (diabetes mellitus, embarazo, hipertiroidismo, insuficiencia suprarrenal). b) Farmacológicos. La utilización de antibióticos de amplio espectro durante largo tiempo puede alterar el equilibrio microbiológico, así como tratamientos con corticoides, antidepresivos, antineoplásicos, e inmunosupresores. c) Xerostomía. Producida bien por enfermedades tipo Sjögren, farmacológicas o postradioterapia. d) Inmunodeficiencias como en el SIDA o en alteraciones inmunitarias producidas por enfermedades malignas (leucemia, agranulocitosis). e) Alcoholismo. f) Estados terminales de enfermedades conjuntivas. Los factores predisponentes locales nos van a producir una alteración del micro ambiente de la cavidad oral, éstos son: a) Prótesis antiguas y mal ajustadas que producen continuamente irritación y micro traumatismos de las mucosas. b) Pérdida de la dimensión vertical la cual es la responsable de la aparición de fisuras a nivel de las comisuras labiales. c) Uso indiscriminado de antisépticos que pueden alteran el ecosistema microbiológico de la boca. d) Falta de medidas higiénicas, uso del chupete. e) Tabaquismo 34
f) Utilización indiscriminada de antibióticos y/o corticoides en cavidad oral. Cuadro clínico
Revisando las diferentes clasificaciones la más utilizada es la de Holmtup y Axell en la que se distinguen tres grupos principales. 1. Formas agudas - Pseudomembranosa. - Eritematosa. 2. Formas crónicas - Pseudomembranosa. - Eritematosa. - Hiperplasica. - Nodular. - En placas. 3. Lesiones asociadas a candidas - Estomatitis protésicas. - Queilitis angular. - Glositis romboidal media. Formas agudas 1- Pseudomembranosa. “Muguet”
Es la forma más típica de presentación, aunque no la más frecuente, de la candidiasis oral. Se observa con mayor prevalencia en lactantes y ancianos, así como en inmunodeprimidos, postirradiados, pacientes con xerostomía, síndrome de Sjögren y diabetes mellitus. Clínicamente está caracterizada por la aparición de grumos o placas blanco-amarillentas que crecen de manera centrífuga y que se desprenden fácilmente al raspado dejando un fondo eritematoso pero no erosivo, las lesiones que recuerdan a gotas de yogurt o de leche coagulada, pueden estar localizadas en cualquier zona de la mucosa oral, aunque predominan en la mucosa yugal, orofaríngea y márgenes laterales de la lengua. Estas formas clínicas cursan con escasa sintomatología, pudiendo presentar ligeras molestias como escozor, ardor, quemazón, que no guardan relación con el tamaño de la lesión. La pseudomembrana está formada por células epiteliales descamativas, fibrina, células necróticas e inflamatorias.
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Fig. 1. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 2. Candidiasis pseudomembranosa.
El diagnóstico diferencial lo realizaremos con las leucoplasias en las cuales las placas no se desprenden nunca con el raspado. 2- Eritematosa aguda
Esta forma clínica esta caracterizada por la aparición de una estomatitis eritematosa y erosiva generalizada acompañada de depapilación por delante de la V lingual que cursa con dolor. Antes se le llamaba “lengua dolorosa antibiótica” pues aparece generalmente tras el uso prolongado de antibióticos, aunque también puede ser consecuencia de la evolución de un muguet ya que al desprenderse las capas blancas dejan grandes zonas eritematosas. Formas crónicas Son cuadros clínicos de larga evolución. Generalmente son secundarias a formas agudas rebeldes al tratamiento y de curso tórpido, éstas son: 1- Pseudomembranosa crónica
La cual tiene las mismas características y sigue el mismo curso que la aguda pero con una evolución más prolongada. 2- Eritematosa crónica
Se caracteriza por la aparición de lesiones eritematosas y atróficas bien delimitadas a nivel de la mucosa yugal, paladar y sobre todo en la lengua en la cual desaparecen las papilas filiformes y adquiere un aspecto liso y rojo, es frecuente identificarla en el dorso de la lengua y en el paladar, en una imagen doble en espejo, en general es una lesión asintomática o los pacientes pueden referir ligero escozor © Medicina Oral S. L.
Fig. 3. Candidiasis eritematosa aguda.
y ardor por lo que en muchas ocasiones es un hallazgo casual. En la actualidad ésta es la forma clínica de presentación de las candidiasis más común tanto en inmunocompetentes como en inmunodeprimidos. 3- Hiperplasica crónica
Se presenta en forma nodular o en placas, clínicamente esta candidiasis cursa con la aparición de placas blancas que no se desprenden al raspado localizadas en zonas retrocomisurales de forma bilateral. En contraste con las otras formas de candidiasis orales las hifas de Cándida se encuentran con frecuencia invadiendo el epitelio y no sólo colonizando la superficie. En este tipo de lesiones es frecuente encontrar displasias epiteliales, característica que junto con a una aparición mas frecuentemente en pacientes fumadores y con mala higiene bucal, nos alertan del riesgo de malignización que tienen. Clínicamente son indistinguibles de las leucoplasias por lo que para su diagnóstico 35
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Fig. 4. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 5. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 6. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 7. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 8. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 9 Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 10. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 11. Candidiasis pseudomembranosa.
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Fig. 12. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 13. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 14. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 15. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 16. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 18. Candidiasis pseudomembranosa.
© Medicina Oral S. L.
Fig. 17. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 19. Candidiasis pseudomembranosa.
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Fig. 20. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 21. Candidiasis pseudomembranosa.
Fig. 22. Candidiasis pseudomembranosa y eritematosa.
Fig. 23. Candidiasis eritematosa crónica.
Fig. 24. Candidiasis eritematosa crónica.
Fig. 25. Queilitis comisural. Mismo caso de fig. 24.
Fig. 26. Candidiasis hiperplásica crónica. Mismo caso de fig. 24. Fig. 27. Candidiasis hiperplásica crónica. Mismo caso de fig. 24.
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Fig. 28. Candidiasis eritematosa.
Fig. 29. Candidiasis eritematosa.
Fig. 6. Candidiasis pseudomembranosa
Fig. 7. Candidiasis eritematosa aguda
Fig. 30. Candidiasis eritematosa crónica.
Fig. 31. Candidiasis eritematosa crónica.
Fig. 32. Candidiasis eritematosa crónica.
Fig. 33. Candidiasis hiperplásica crónica en paladar.
Fig. 34. Candidiasis eritematosa crónica en paladar.
Fig. 35. Candidiasis eritematosa crónica en lengua.
© Medicina Oral S. L.
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definitivo es necesario realizar una biopsia, en la cual tras las tinciones con P.A.S o con técnicas argénticas se pondrán en evidencia las hifas. Estas formas crónicas deben tener un exhaustivo seguimiento clínico. Lesiones asociadas a Candida Se consideran lesiones que han sido colonizadas por Cándida. 1- Estomatitis protesica
Se presenta como un área roja generalizada de tejido atrófico localizada en zonas de apoyo de la prótesis que cursan con escasa sintomatología pudiendo pasar en ocasiones desapercibidas o presentando un aumento de la sensibilidad ante el frío, calor, alimentos picantes, bebidas alcohólicas, etc. Su origen no está claro aunque están implicados diversos factores etiológicos como las prótesis mucosoportadas totales o parciales mal diseñadas o hechas hace mucho tiempo que producen micro traumatismos constantemente, o el ser portadores de la prótesis que junto con la falta de higiene oral hace que la Cándida encuentre un medio favorable para colonizar. Clínicamente Newton clasifica este proceso en tres fases evolutivas pudiendo encontrar en ellas tres tipos de lesiones.-TIPO 1.- Lesiones punteadas.- tan solo observamos cierto enrojecimiento punteado por debajo de la prótesis. -TIPO 2.- Simple generalizada.- en la que encontramos zonas eritematosas extensas que presentan una mucosa hiperémica, lisa y atrófica. -TIPO 3.- Papilar hiperplásica.- en la cual la mucosa presenta un aspecto granular o nodular.
Fig. 36. Estomatitis protésica.
Fig. 37. Estomatitis protésica.
Fig. 38. Mismo caso de la fig. 37.
2- Queilitis comisural
También conocida como queilitis angular o “perleche” se manifiesta como un agrietamiento o fisuras en las comisuras labiales. Su origen se le atribuye entre otros a la pérdida de la dimensión vertical lo cual produce pliegues comisurales que favorecen la retención de saliva y la instauración de un ambiente de 40
Fig. 39. Queilitis comisural.
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humedad continuo que junto con las erosiones que se producen al abrir y cerrar la boca permiten la colonización por Cándida. En un 10% de casos aparece en pacientes con déficits vitamínicos sobre todo de riboflavina o infecciones por estrepto-estafilococos. Se presenta generalmente en pacientes mayores, en desdentados totales o parciales y en inmunodeprimidos. Clínicamente aparecen erosiones, grietas, costras o lesiones vegetantes bilaterales que persisten mucho tiempo y que presentan escasa sintomatología pudiendo quejarse de escozor o ardor pero les produce gran preocupación estética.
y de las pseudohifas que se tiñen muy bien con las técnicas de P.A.S o con técnicas argénticas. Esta técnica está indicada tan sólo en la forma hiperplásica con el fin de poder hacer el diagnóstico diferencial con las leucoplasias y poder controlar la aparición de posibles displasias. - Estudios serológicos anticándida. Son técnicas de deteccióndeanticuerposconinmunofluorescencia, se utilizan en las formas mucocutáneas muy severas.
3- Glositis romboidal media
Se encuentra localizada en la unión entre los dos tercios anteriores y el tercio posterior del dorso de la lengua aparece como un área eritematosa alargada, asintomática, y colonizada ocasionalmente de manera muy superficial por la Cándida albicans. Si no se diagnostica o no se trata, la lesión aumenta gradualmente y se presenta como la hiperplasia eritematosa nodular típica de las candidiasis hipertróficas crónicas.
Fig. 40. Glositis romboidal media.
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico de cualquiera de las formas de candidiasis es fundamentalmente clínico, se basa en la presencia de los signos y síntomas característicos de esta infección, los cuales deben ser confirmados con la identificación de la Cándida en las muestras orales y/o en el cultivo, para lo cual realizaremos: - Examen directo o frotis citológico. Se realiza una extensión del material tomado directamente de la lesión, se fija y luego se trata con hidróxido potásico (KOH) al 20% pudiéndose apreciar en el microscopio pseudohifas tabicadas características de estos hongos. - Cultivo de microorganismos. Obtenido mediante frotis, enjuagues con suero fisiológico o bien cultivos salivales en medio de Sabouraud y/o Agar-sangre y tras 48 horas se puede observar el crecimiento de colonias redondeadas brillantes y cremosas típicas de las cándidas. - Biopsia. Es el indicador más fiable de infección, permite la identificación histológica de las esporas © Medicina Oral S. L.
Fig. 41. Mismo caso de la fig. 40.
Tratamiento
El tratamiento de la candidiasis se basa en cuatro pilares. (Tabla 1) a) diagnóstico precoz y certero de la infección. b) corrección de los factores favorecedores o de las enfermedades subyacentes. c) determinación del tipo de infección candidiásica. 41
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Tabla 1. Pautas generales del tratamiento de las candidiasis.
Diagnóstico precoz de la infección
Corrección de los factores desencadenantes y enfermedades subyacentes
Determinación del tipo clínico de la infección candidiásica
Empleo de fármacos antimicóticos apropiados
d) empleo de fármacos antifúngicos apropiados. 1- Tipos de fármacos (tabla 2) 1.1- Que inhiben la síntesis de ergosterol. -Nistatina (Mycostatin®) -Anfotericina B 1.2- Derivados azólicos. -Miconazol (Daktarin®, Fungisdin®) -Clotrimazol (Canesten®) -Fluconazol (Diflucan®) -Ketoconazol (Fungarest®, Ketoisdin®, Panfungol®) -Itraconazol (Canadiol®, Hongoseril® , Sporanox®) 2- Pautas generales de tratamiento Las candidiasis en pacientes inmunocompetentes comenzaremos tratándolas tópicamente reservando el tratamiento sistémico para cuando no responden al tratamiento tópico o en pacientes inmunodeprimidos en los que asociaremos ambos medicamentos desde el primer momento.
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Candidiasis pseudomembranosa a- Trataremos primero los factores predisponentes. b- Tratamiento farmacológico. - Nistatina en tabletas o solución (100 .000 UI /cc 4-6 veces al día) 30 días ò - Miconazol gel (100 mg 4 veces al día)30 días (en muchas ocasiones se fracasa porque no se trata durante el tiempo necesario). c- Si no responde en 3 semanas, añadir Ketoconazol comprimidos 200 mg /día 14 días ò Fluconazol 100 mg /día durante 15 días. En niños y lactantes: Solución de Nistatina. En VIH o inmunodeprimidos combinaremos el tratamiento tópico con el sistémico. Candidiasis eritematosa a- Tratar los factores predisponentes: cesar el tratamiento con antibióticos, controlar la diabetes. b- Tratamiento farmacológico. -Nistatina tabletas o solución 100.000 UI/cc 4-6 veces al día. -Miconazol gel 100 mg 4 veces al día. Candidiasis hiperplásica a- Tratar los factores predisponentes.Tabaco, prótesis.
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Tabla 2. Fármacos antimicóticos más utilizados en candidiasis orales, dosis y vías de administración más frecuente.
Grupo
Inhibidores de la síntesis del ergosterol
Derivados azólicos
Antibióticos Antimicóticos
Especialidades más comunes
Vía
Dosis
Nistatina
Mycostatin®
Suspensión oral Tabletas
100.000 UI/ cc 3-4 v/día
Anfotericina B
Abelcet®
Suspensión oral, parenteral
20mg/ iv
Miconazol
Daktarin®, Fungisdin®
Gel
100mg 4 veces al día
Fluconazol
Diflucan®
Suspensión oral , cápsulas
100 mg / día
Ketoconazol
Fungarest®, Ketoisdin®, Panfungol®
Cápsulas
200 mg/ día
Itraconazol
Canadiol®, Hongoseril®, Sporanox®
Cápsulas
200-400mg/ día
b- Biopsia. Siempre hay que realizar una biopsia previa pues si hay displasia estaría indicada la extirpación quirúrgica con márgenes y si no hay displasia comenzaríamos el tratamiento tópico con: -Nistatina. -Miconazol durante 2 meses mínimo. Si no responde al tratamiento local asociaremos el sistémico con Fluconazol. Estomatitis protésica a- Tratar los factores predisponentes. Cambiar o rebasar la prótesis, quitarse la prótesis durante la noche, dejándola en una solución de Clorhexidina o solución de Anfotericina B mientras persista la candidiasis. b - Tratamiento tópico con Nistatina, Miconazol o Ketoconazol crema cada 6-8 horas debajo de la prótesis durante 30 días.
-Miconazol gel 100 mg / 4 v día. c- En pacientes jóvenes dentados, descartar un VIH. Candidiasis en pacientes inmunodeprimidos y/o VIH (tabla 3) a- Combinaremos el uso tópico con el sistémico desde el principio. b- Tratamiento farmacológico. - Nistatina o Miconazol gel. - Fluconazol 100 mg /día o ketoconazol 200-400 mg/d durante 3 semanas. c- En casos resistentes -Itraconazol 200-400 mg / día 3 semanas.
Queilitis angular o comisural a- Evitar factores predisponentes: dimensión vertical, xerostomía , avitaminosis. b- Tratamiento farmacológico. - Nistatina en tabletas o solución (100.000 UI/cc 4-6 veces al día). © Medicina Oral S. L.
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Tabla 3. Tratamiento farmacológico de las candidiasis según la inmunidad del huésped.
Pacientes
Inmunocompetentes
Tratamiento tópico Nistatina o miconazol 30 días si no responden al tratamiento a las 3 semanas asociaremos tratamiento sistémico, tal como indicamos en la casilla de la derecha. Nistatina o miconazol y el tratamiento sistémico
Tratamiento sistémico Fluconazol o Ketaconazol 15 días
Fluconazol o ketoconazol 3 semanas
Inmunocomprometidos y VIH + En casos resistentes al tratamiento anterior, emplearemos: Nistatina o miconazol y
Candidiasis mucocutánea crónica
Son poco frecuentes y muchas veces están asociadas a enfermedades endocrinas. (figuras cedidas por la Dra. M. Catalá- Valencia)
Es un grupo de síndromes que tienen en común la presencia de una candidiasis mucocutánea persistente, difusa y severa. Pueden estar asociadas a endocrinopatías, tales como señalamos a continuación:
Itraconazol 3 semanas
- Hipoparatiroidismo. - Fallo suprarrenal. - Tiroiditis crónica linfocítica. - Alteraciones ováricas. - Diabetes. - Alteración en la hormona de crecimiento. El diagnóstico es complejo habiéndose sugerido una serie de pruebas recogidas en la tabla 4.
Tabla 4. Pruebas diagnósticas para la candidiasis mucocutánea crónica. Edad
Test
Niños menores de 1 año.
Recuento linfocitario Fenotipado linfocítico. T-Ly respuesta a MT
Niños mayores de 1 año.
Lo señalado en el apartado anterior y: T-linfocitos ante Candida, tétanos otros antígenos. Test cutáneos de hipersensibilidad retardada ante Candida, etc. Producción de linfocinas. Anticuerpos contra los tejidos endocrinos. Test de función endocrina (Calcio, fosfato, cortisol, TSH).
Niños con infecciones recurrentes del Contaje de linfocitos B tracto respiratorio Estudio de las subclases de IgG, IgA, IgM e IgE Medición de la respuesta de anticuerpos Adultos
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Hemograma HIV anticuerpos y Western blot Fenotipado linfocitario TC del pulmón para descartar timoma
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Fig. 42. Candidiasis mucocutánea crónica. Cedida por la Dra. M. Catalá.
Fig. 43. Mismo caso de la fig. 42. Cedida por la Dra. M. Catalá.
Fig. 44. Mismo caso de la fig. 42. Cedida por la Dra. M. Catalá.
Fig. 45. Mismo caso de la fig. 42. Cedida por la Dra. M. Catalá.
Fig. 46. Mismo caso de la fig. 42. Cedida por la Dra. M. Catalá.
Fig. 47. Mismo caso de la fig. 42. Cedida por la Dra. M. Catalá.
Fig. 48. Mismo caso de la fig. 42. Cedida por la Dra. M. Catalá.
Fig. 49. Mismo caso de la fig. 42. Cedida por la Dra. M. Catalá.
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Micosis profundas
Estas enfermedades son poco frecuentes en España, son más prevalentes en otros países, particularmente en Sudamérica, si bien últimamente están apareciendo más casos en Europa por los flujos migratorios y el aumento de la supervivencia de los enfermos inmunodeprimidos o inmunocomprometidos. Del gran número de estas enfermedades nos interesan tan sólo aquellas que son más frecuentes y que tienen manifestaciones en el territorio orofacial o en la mucosa oral como son entre otras: la aspergiliosis, histoplasmosis, criptococosis, paracoccidiomicosis, blastomicosis. Todas ellas son micosis oportunistas que cursan con infecciones pulmonares crónicas desencadenadas por la inhalación de diferentes esporas que viven saprofitas del suelo y
Fig. 51. Paracoccidiodomicosis. (Cortesía del Prof. Wilson Delgado)
Fig. 52. Paracoccidiodomicosis. (Cortesía del Prof. Wilson Delgado)
Fig. 50. Histoplasmosis. (Cortesía del Prof. Wilson Delgado) Fig. 53. Histoplasmosis. Histopatología, coloración PAS. (Cortesía del Prof. Wilson Delgado)
la vegetación y que suelen acompañarse de lesiones intraorales asociadas. Existen una serie de factores que favorecen el desarrollo de estas micosis profundas cómo son: la infección por VIH, la diabetes, la corticoterapia, tuberculosis, leucemias, linfoma de Hodgking, etc El diagnóstico clínico será confirmado con la visualización del hongo en los tejidos por examen directo o cultivo fundamentalmente. 46
Todas ellas responden muy bien a la anfotericina B reservándose los derivados azólicos como auxiliares. FORMAS CLÍNICAS 1. ASPERGILIOSIS
Producidas por los hongos del género Aspergillus es una de las micosis oportunistas más comunes después de las candidiasis. Este hon-
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go, saprofito del suelo y la vegetación, cuando es inhalado por un huésped susceptible ( inmunocomprometido o inmunodeprimido) puede desarrollar la enfermedad ya que sus esporas germinan fácilmente en el moco, colonizando el tracto respiratorio y los senos paranasales. La Aspergiliosis orofacial se puede manifestar como un aspergiloma antral, una sinusitis crónica y con lesiones orales, las cuales se caracterizan por la aparición de úlceras tórpidas necróticas de color amarillento o negruzco, localizadas en paladar y ocasionalmente en lengua. En casi todos los casos se afectan a la parte anterior del paladar, a la espina nasal y fosas nasales y a los senos maxilares. En estas áreas el signo se presentación más común es una tumefacción cuyo aspecto radiográfico se caracteriza por opacidades densas dentro de un área de destrucción ósea. Las lesiones pueden extenderse al suelo de la órbita, produciéndose alteraciones visuales. Las lesiones orales nos plantearan problemas de diagnostico diferencial con aquellos procesos que cursan con úlceras como son el carcinoma oral de células escamosas (COCE), la tuberculosis, linfomas, sífilis, granulomatosis de Wegener, otras micosis profundas, etc. El tratamiento de la aspergiliosis combina el drenaje de la infección, el desbridamiento quirúrgico del hueso secuestrado y del tejido necrosado, en el cual reside el microorganismo con la administración de anfotericina B y fungicidas azólicos por vía sistémica. También es necesario corregir los factores predisponentes subyacentes, para que el pronóstico de la enfermedad sea favorable. 2. HISTOPLASMOSIS
La histoplasmosis es una micosis profunda producida por el Histoplasma Capsulatum que tiene amplia distribución mundial ya que su reservorio es el suelo contaminado por los excrementos de las aves, especialmente las palomas y las gallinas. Clínicamente se manifiesta como una enfermedad respiratoria benigna aguda o de curso crónico. Las lesiones orales aparecen en el © Medicina Oral S. L.
30-50% de estos pacientes siendo frecuente que aparezcan como primera manifestación de la enfermedad, están caracterizadas por la aparición de lesiones papulonodulares en lengua, labios, paladar y mucosa yugal que posteriormente se ulceran planteando problemas de diagnostico diferencial con el carcinoma oral de células escamosas (COCE). Estas lesiones cursan con dolor, disfagia, adenopatías cervicales, anorexia, pérdida de peso y halitosis, la afectación gingival puede ser única y muy destructiva. Estas infecciones responden muy bien al tratamiento con anfotericina B sistémica. En los pacientes con inmunodeficiencias las recidivas de la infección son un problema constante. 3. CRIPTOCOCOSIS
Micosis crónica que afecta a pulmón, sistema nervioso central y ocasionalmente a piel y boca. El Criptococcus neoformans se aísla en el suelo, en ciertos árboles y en el excremento de las palomas, la infección se produce por aspiración de las blastosporas con posterior diseminación sanguínea a otros órganos. Estas formas diseminadas son frecuentes encontrarlas en pacientes inmunocomprometidos y es importante destacar que el diagnóstico de la enfermedad oral en enfermos VIH positivos es un criterio de SIDA. Las lesiones orales se caracterizan por la aparición de tumefacciones, ulceraciones o nódulos de tejido de granulación localizados en encías, paladar blando y duro, mucosa yugal, pilares amigdalinos y faringe. El diagnostico diferencial lo realizaremos con la histoplasmosis, la tuberculosis, sífilis e infecciones herpéticas crónicas. Serán tratadas con anfotericina B endovenosa y flucitosina oral o intravenosa. 4. PARACOCCIDIOMICOSIS
Micosis profunda producida por el Paracoccidiodes brasilensis que cursa con lesiones orales crónicas y dolorosas, que pueden adoptar un patrón ulcerado o proliferativo con un aspecto tipico de “mora “ esta lesión de aspecto ulceromicrogranulomatosa se localiza 47
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preferentemente en el proceso alveolar o las encías, seguido del paladar, labios y zonas yugales. Todos los pacientes con lesiones orales presentan también lesiones pulmonares. El diagnóstico diferencial incluirá las lesiones ulceradas y granulomatosas como, carcinoma oral de células escamosas, tuberculosis, actinomicosis, sarcoidosis, sífilis, lupus eritematoso, otras micosis profundas, etc. 5. BLASTOMICOSIS
Micosis profunda producida por el Blastomyces dermatitidis que se encuentra habitualmente en el suelo por lo que afecta habitualmente a los agricultores por inhalación. Se manifiesta clínicamente como infecciones pulmonares agudas o crónicas o primariamente con lesiones cutáneas por inoculación directa en piel, las lesiones orales se caracterizan por presentar una o más ulceraciones, así como lesiones granulomatosas sesiles, verrucosidades, abscesos con fístulas, afectación periodontal con pérdidas dentarias, etc, estas lesiones pueden aparecer en cualquier localización de la cavidad oral incluso en la parótida. El diagnostico diferencial incluye además de las otras formas de micosis profundas y lesiones ulceradas el poder descartar una osteomielitis o un carcinoma verrugoso. Bibliografía
- Chimenos E, Puy D, López J. Fármacos antifúngicos utilizados en el tratamiento de la micosis. Med Oral 1998;3:78-90. - Saura Pérez M . Infecciones por hongos. En Bermejo Fenoll A, eds. Medicina Bucal Enfermedades mucosas y de las glándulas salivales. Madrid: Síntesis, S.A.; 1998. p. 139-51. - Laskaris G, eds. Atlas de enfermedades orales. Barcelona: Masson; 2005.p. 200-12. - Aguirre Urizar JM. Candidiasis orales. Rev Iberoam Micol 2002;19:17-21. - Ceballos Salobreña A, Rodriguez Archilla A. Micosis. En Bagán Sebastián JV, Ceballos Salobreña A, Bermejo Fenoll A, Aguirre Urízar J.M, Peñarrocha Diago M, eds. Medicina Oral. Barcelona: Masson, S.A.; 1995. p. 151-6. - Aguirre Urizar JM, Bagán Sebastián JV, Ceballos Salobreña A. Infecciones micóticas orales. En: J.Liébana Ureña, JV bagán Sebastián edts. Terapéutica antimicrobiana en odontoestomatología. Madrid: Smithkilen Beecham. p. 311- 32 48
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Tema 4. Infecciones víricas en la mucosa oral
Los herpes virus son una gran familia de virus ADN siendo algunos de los subtipos patógenos para el ser humano y la mayoría de ellos pueden producir manifestaciones orales (Tabla 1). Están ampliamente distribuidos por todo el mundo y no poseen reservorio animal.
virales son 100-1000 veces mayores en las lesiones clínicas que en la saliva de portadores asintomáticos indicando un mayor contagio a través de ellas.. El periodo de incubación es de 1 a 26 días, con una media de 7 días. El genoma vírico, después del contacto inicial (clínico o subclínico) emi
Tabla 1. Tipos de virus herpes humano.
Enfermedad oral Gingivoestomatitis herpética Herpes labial, intraoral Varicela Herpes zoster Mononucleosis Leucoplasia vellosa Citomegalovirus Exantema súbito Pitiriasis rosácea Sarcoma de Kaposi
Virus del herpes simple (VHS-1, VHS-2)
Factor etiológico VHS-1, VHS-2 VHS-1, VHS-2 VHH-3 (virus varicela-zoster ) VHH-3 (virus varicela-zoster ) VHH-4 ( virus Epstein-Barr) VHH-4 ( virus Epstein-Barr) VHH-5 VHH-6 VHH-6, VHH-7 (potencial asociación) VHH-8
La infección por el virus del herpes simple es la más común de las infecciones herpéticas humanas. El virus del herpes simple puede diferenciarse por métodos serológicos en dos serotipos biológica y bioquímicamente diferentes: VHS tipo 1 (que suele afectar labios, cara, cavidad bucal y en general la mitad superior del cuerpo), VHS tipo 2 (que actúa esencialmente en los genitales y en general en la mitad inferior del cuerpo) aunque ambos virus pueden ocasionar lesiones en la mucosa oral y genital.
gra por las terminaciones nerviosas sensitivas de la piel o la mucosa al cuerpo ganglionar y queda acantonado (ganglio trigeminal en el territorio facial), desde donde puede reactivarse por múltiples estímulos como la luz solar, fiebre, trauma, inmunosupresión e infecciones. El virus es transportado por los axones sensitivos no causando sintomatología, o infectando las células epiteliales y causando infecciones locales recurrentes (herpes labial o herpes intraoral en el territorio facial). Así aunque más del 90% de la población tiene anticuerpos contra el VHS-1 solo el 40% expresa infecciones recurrentes.
Etiopatogenia
Cuadro clínico
El VHS es transmitido a través del contacto con las lesiones ulcerativas activas (tanto primarias como recidivantes) o a través de las secreciones como la saliva de pacientes portadores clínicos y subclínicos. Los títulos
- Herpes primario: el primer contacto con el virus en un 99% de la población va a pasar desapercibido, mientras que un 1% originará un cuadro clínico de gingivoestomatitis herpética primaria.
Concepto
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- Herpes recurrente oral: son casi siempre labiales o extraorales siendo más raras las formas intraorales que aparecen con mayor frecuencia en pacientes inmunodeprimidos. Gingivoestomatitis herpética primaria El contacto inicial con el virus del herpes simple generalmente ocurre durante la infancia entre 6 meses y 5 años de edad afectando ocasionalmente a adolescentes o adultos. Comienza con unos síntomas prodrómicos: fiebre alta (39º), mal estado general, adenopatías localizadas (submandibulares), eritema faríngeo, cefalea, irritabilidad, disminución del apetito, por ello el cuadro suele diagnosticarse con frecuencia como faringitis, instaurándose un tratamiento antibiótico que no mejora los síntomas. A los 3 o 4 días aparece una gingivitis con encías rojas tumefactas hemorrágicas y una importante odinofagia. En el término de 2 o 3 días más observamos múltiples vesículas que pueden aparecer por cualquier localización de la mucosa oral (afectando tanto a mucosa queratinizada como no queratinizada) como encía, labios, lengua, mucosas yugales, paladar y faringe. Son de contenido claro amarillento y rompen con facilidad dejando erosiones dolorosas y superficiales que curan espontáneamente en un periodo de 10 a 14 días sin secuelas. Herpes recurrente: Herpes labial Es más frecuente en adultos siendo rara su aparición en niños. Más de 2/3 de la población ha presentado algún brote de herpes labial en su vida. Afecta a la unión mucocutánea del labio y comienza con un pródromo de escozor, picor y sensación de parestesias muy localizadas y sin repercusión sistémica. Transcurridos 1 a 2 días aparecen vesículas agrupadas en ramillete, de contenido claro amarillento, en número de 8 a 10 y con un tamaño que oscila de 1 a 10 mm. Las vesículas se rompen y se desecan apareciendo costras que curan sin cicatriz en el periodo de 8 a 15 días. Herpes recurrente: Herpes intraoral Los síntomas son menos llamativos que en la primoinfección herpética, rara vez se 50
Fig. 1. Gingivoestomatitis herpética primaria.
Fig. 2. Gingivoestomatitis herpética primaria.
Fig. 3. Herpes recidivante labial.
asocian a manifestaciones sistémicas y la sintomatología prodrómica no suele observarse en el herpes intraoral.La erupción consiste en unas vesículas en ramillete con forma tamaño y número semejante al herpes labial, que se localizan sobre todo en mucosa masticatoria (paladar duro y encías) y se ulceran rápidamente originando una erosión única con bordes estrellados y eritematosos ligeramente dolorosa que cura sin cicatriz en el transcurso de 8 a 10 días, la humedad
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Fig. 4. Gingivoestomatitis herpética primaria.
Fig. 5. Gingivoestomatitis herpética primaria.
Fig. 6. Gingivoestomatitis herpética primaria.
Fig. 7. Gingivoestomatitis herpética primaria.
Fig. 8. Gingivoestomatitis herpética primaria.
Fig. 10. Herpes recidivante labial.
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Fig. 9. Herpes recidivante intraoral.
Fig. 11. Herpes recidivante en paciente inmunodeprimido.
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Fig. 12. Gingivoestomatitis herpética primaria.
Fig. 13. Gingivoestomatitis herpética primaria. Caso de la fig. 12.
Fig. 14. Gingivoestomatitis herpética primaria. Caso de la fig. 12.
Fig. 15. Gingivoestomatitis herpética primaria. Caso de la fig. 12.
Fig. 16. Gingivoestomatitis herpética primaria.
Fig. 17. Herpes simple recidivante en paladar.
Fig. 18. Herpes simple recidivante labial.
Fig. 19. Herpes simple recidivante en paladar.
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Fig. 20. Herpes simple recidivante en paladar.
Fig. 21. Herpes simple recidivante intraoral.
Fig. 22. Herpes simple recidivante en labio superior.
Fig. 23. Herpes simple recidivante intraoral.
Fig. 24. Herpes simple recidivante intraoral. Caso de la fig. 23.
Fig. 25. Herpes simple recidivante intraoral. Caso de la fig. 23.
Fig. 26. Herpes simple recidivante intraoral. Caso de la fig. 23.
Fig. 27. Herpes simple recidivante en paladar.
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Fig. 28. Gingivoestomatitis herpética primaria.
Fig. 29. Gingivoestomatitis herpética primaria. Mismo caso de fig. 28.
Fig. 30. Gingivoestomatitis herpética primaria. Mismo caso de fig. 28. Fig. 31. Gingivoestomatitis herpética primaria. Mismo caso de fig. 28.
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Fig. 32. Gingivoestomatitis herpética primaria.
Fig. 33. Gingivoestomatitis herpética primaria. Mismo caso fig. 32.
Fig. 34. Gingivoestomatitis herpética primaria. Mismo caso fig. 32.
Fig. 35. Gingivoestomatitis herpética primaria. Mismo caso fig. 32.
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de la zona impide la formación de costras. Se puede aislar el VHS en estadios iniciales de la lesión (fase de vesícula). Pacientes inmunodeprimidos Se caracteriza en estos pacientes por presentar una rápida progresión a formas extensas mucocutáneas o por presentaciones atípicas, localizadas sobre todo en paladar y encías, aunque también las encontramos en otras localizaciones. Las úlceras suelen ser la primera manifestación, sin observar el estadio de vesículas. Tienen un aspecto crateriforme, bien definidas, en relieve, de márgenes blanquecinos. Si las observamos con detalle a veces apreciamos vesículas en la periferia. El área central es roja y con seudomenbranas blancogrisáceas, tardan en curar y producen mucha sintomatología dolorosa. Diagnóstico
En la mayoría de los casos el diagnóstico clínico es suficiente. El diagnóstico diferencial se puede plantear en la primoinfección herpética, con el impétigo bacteriano particularmente cuando existe un importante componente perioral. En adultos hay que diferenciarlo de un eritema exudativo multiforme. Los herpes recurrentes intraorales hay que diferenciarlos de la estomatitis aftosa recidivante sobre todo en la forma herpetiforme. Hay casos que necesitamos de exploraciones complementarias por sus formas atípicas o por tratarse de pacientes especiales. - Citología exfoliativa Es una prueba barata y sencilla, útil en fases iniciales (estadio de vesícula o poco después de romperse esta). Tomamos un frotis de la base y márgenes, se coloca en porta, fijamos con alcohol 96º, tinción de Papanicolaou, Giemsa. Observamos los cambios citopáticos causados por la actividad vírica en las células epiteliales (células multinucleadas gigantes de Tzanck: aumento del tamaño nuclear, binucleación o multinucleación, agrupamiento y marginación de la cromatina cerca de la membrana nuclear, aclaramiento del núcleo en vidrio deslustrado, inclusiones eosinófilas © Medicina Oral S. L.
Fig. 36. Citología exofiativa en herpes simple. Célula gigante multinucleada.
intranucleares de Lipshutz). Esta prueba es útil para hacer el diagnóstico diferencial entre aftas herpetiformes y herpes intraorales . - Aislamiento y cultivo del virus Está indicado en pacientes con ulceraciones orales atípicas y lesiones vesiculares en inmunodeprimidos, para asegurar el diagnóstico y evitar la extensión de las lesiones. Es una prueba muy sensible y específica pero tardan 3 días en tener el resultado. La muestra se toma con un escobillón de algodón y se coloca en un medio de trasporte adecuado, para luego poder ser cultivado en tejido apropiado. - Detección de antígenos virales (inmunofluorescencia, inmunoperoxidasa, ELISA, PCR) Son pruebas muy sensibles y específicas, pero de un alto precio, por lo que se reserva como en el apartado anterior para casos de difícil diagnóstico diferencial. La muestra se toma por citología exfoliativa o biopsia y después se emplean técnicas de inmunofluorescencia, inmunoperoxidasa, ELISA o PCR (reacción en cadena de polimerasa en la que se produce una amplificación del DNA vírico). - Estudio histológico Generalmente no se utiliza. Se toma una muestra preferentemente en estadio de vesícula para posterior tinción con hematoxilina-eosina. Se observa una vesícula intraepitelial, con presencia de degeneración balonizante de las células y células gigantes multinucleadas. - Microscopía electrónica, se observan directamente los virus o partículas víricas en 55
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Fig. 37. Gingivoestomatitis herpética primaria. Paciente inmunodeprimido.
Fig. 38. Gingivoestomatitis herpética primaria. Paciente inmunodeprimido. Mismo caso fig. 37.
Fig. 39. Gingivoestomatitis herpética primaria. Paciente inmunodeprimido. Mismo caso fig. 37.
Fig. 40. Gingivoestomatitis herpética primaria. Paciente inmunodeprimido. Mismo caso fig. 37.
Fig. 41. Gingivoestomatitis herpética primaria. Paciente inmunodeprimido. Mismo caso fig. 37.
Fig. 42. Gingivoestomatitis herpética primaria. Paciente inmunodeprimido. Mismo caso fig. 37.
Fig. 43. Herpes recidivante intraoral. Paciente inmunodeprimido.
Fig. 44. Herpes recidivante labial. Paciente inmunodeprimido.
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el interior de las células epiteliales. Es una prueba específica pero muy costosa de precio y tiempo. - Determinación de Anticuerpos circulantes (serología). El contacto con el virus se detecta por la presencia de Ac (IgG), mientras que la reactivación por el aumento de los títulos (se cuadriplican). Los Ac IgM se detectan desde los 3 o 4 días de la infección hasta 9 meses después, y si el paciente presenta recidivas persistirán mucho tiempo. Una vez que la persona es seropositiva los títulos son tan variables que la serología es de escaso valor para el diagnóstico. Tratamiento
En la actualidad no disponemos de un fármaco eficaz para combatir el herpes simple, sobre todo en lo que se refiere a evitar las recurrencias. Los fármacos que disponemos actúan positivamente en las situaciones de infección clínica, pero no han dado resultados a la hora de combatir al virus en el estado de latencia en los ganglios nerviosos, con lo que el paciente seguirá expuesto a nuevas recidivas. - Tratamiento de la gingivoestomatitis herpética primaria en pacientes no inmunodeprimidos: Los antivíricos sistémicos como aciclovir pueden reducir algunos de los síntomas administrándolos a dosis de 200 mg 5 veces al día mientras tengan lesiones, (1000mg/día) en forma de comprimidos o soluciones si son niños. Si son menores de 2 años la dosis administrada es la mitad (500mg/día). Hay que insistir en una adecuada hidratación oral sobre todo en niños. El tratamiento sintomático puede incluir anestésicos tópicos en enjuagues o toques como la lidocaina al 2%. Analgésicos sistémicos evitando la aspirina sobre todo en pacientes jóvenes por el riesgo de síndrome de Reye. Buena higiene oral (colutorios antisépticos) para evitar una sobreinfección bacteriana. - Tratamiento de la gingivoestomatitis herpética primaria en pacientes inmunocomprometidos: la dosis de aciclovir serán de 2000 a 4000 mg/día vía oral mientras tenga lesiones, o intravenoso 8mg/Kg./cada 8 horas por el alto riesgo de desarrollar una enfermedad severa o © Medicina Oral S. L.
infección diseminada (eczema herpético). - Tratamiento de las recurrencias extraorales: los herpes labiales curan sin complicaciones en pacientes inmunocompetentes, el tratamiento por lo tanto pude ser de soporte o paliativo. Hay muchos preparados que mejoran la sintomatología o producen un efecto placebo. Agentes como el alcohol y cloroformo producen desecación, costras y curación. La administración tópica de antivíricos como el de aciclovir crema al 5% (aplicada 5 veces al día durante 5 días) está discutida por el escaso beneficio debido fundamentalmente a la pobre absorción a través de la piel perioral y a la posibilidad de desarrollar resistencias aunque hay estudios que indican su utilización por abortar las lesiones y acelerar la curación siempre que sea administrado antes de la aparición de vesículas. Los preparados en cremas muestran una mayor eficacia que el ungüento. Penciclovir tópico en crema al 1% (aplicado cada dos horas durante el día, 4 días) se ha mostrado más efectivo que el aciclovir en el herpes labial mejorando la sintomatología y disminuyendo el periodo de contagio y es el único admitido por la FDA como terapia tópica en herpes labial en pacientes inmunocompetentes . Ninguno de los dos preparados se ha mostrado efectivo en la reducción de las recurrencias del herpes labial. - Tratamiento en las recurrencias intraorales: En los herpes intraorales si ya está evolucionado solo utilizamos soluciones anestésicas de lidocaina al 2%, también se puede utilizar el aciclovir suspensión 2,5ml 5 veces al día (equivalente a 200mg x 5 al día) como colutorio o aplicado tópicamente sobre la lesión. Los tratamientos antivíricos por vía sistémica son efectivos pero no son admitidos por la FDA para tratar las recurrencias en pacientes con inmunidad normal. La mayoría de estudios indican que todos los tratamientos tópicos y orales son más efectivos cuando son comenzados en estadios iniciales de las lesiones.
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Tabla 2. Tratamiento antivírico en infección por el virus del herpes simple.
Inmunocompetentes Gingivoestomatitis herpética primaria
> 2 años < 2 años
Recurrencias extraorales
Recurrencias intraorales
Aciclovir 1000 mg/día durante 7 días. Aciclovir 500 mg/día - Crema aciclovir al 5% - Crema penciclovir al 1% - Aciclovir suspensión 2,5 ml 5 veces al día como colutorio
Inmunodeprimidos Aciclovir - 2000-4000 mg/d VO - 8mg/kg/8h i.v. Aciclovir a mitad de dosis Aciclovir crema al 5%
Aciclovir - 2000 mg/d VO - 5 mg/kg/8-12h i.v.
d: día VO: vía oral i.v.: intravenoso Tabla 3. Profilaxis con tratamiento antiviral.
Indicaciones - Trasplantes de médula ósea Quimioterapia EEM+ VHS
Neonatos infectados por el VHS
Fármaco/dosis Aciclovir 800 mg/día. Iniciar 3-8 días antes Aciclovir 800 mg/día. Iniciar al 4 día Aciclovir 800 mg/día . Durante 3-6 meses - infección en piel, ojos y boca: Aciclovir 60 mg/kg en 3 fracciones i.v. durante 14 días - infección diseminada (SNC) Aciclovir 60 mg/kg en 3 fracciones i.v. durante 21 días
EEM+VHS: eritema exudativo multiforme desencadenado por el virus del herpes simple. SNC: sistema nervioso central
- Tratamiento de las recurrencias en pacientes inmunodeprimidos: Si es una recidiva en paciente inmunodeprimido aciclovir intravenoso 5mg/Kg. en infusión durante 1 hora cada 8-12 horas durante 7 días o aciclovir vía oral 400mgr 5 veces al día (2000 mg/día) durante 10-21 días, disminuye el dolor, el contagio y la formación de nuevas lesiones acelerando la curación, sin modificar las recurrencias. Ambas administraciones son aprobadas por la FDA. La administración tópica de aciclovir al 5% 6 veces al día durante 10 días también ha sido admitida por la FDA sólo en este tipo de pacientes cuando las lesiones son de gran tamaño, existiendo en estos pacientes una mayor absorción debido al tamaño de las mismas.
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- Indicaciones de la profilaxis con tratamiento antiviral: Está indicada la administración profiláctica antes de los transplantes de médula ósea (3 a 8 días antes), o al inicio de la quimioterapia (al 4 día) con aciclovir 200 mg cuatro veces al día o 400 mg 2 veces al día (800 mg/día). Alternativamente, deberá considerarse la dosificación intravenosa. La duración de la administración profiláctica está determinada por la duración del período en riesgo. Otras indicaciones de administración profiláctica son en pacientes con eritema exudativo multiforme aciclovir 800 mg/día durante 6 meses (la dosis y el tiempo de mantenimiento del tratamiento varía dependiendo de los diferentes estudios). En neonatos infectados por el VHS (VHS -2 transmitido por
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lesiones genitales activas de la madre durante el parto) por el riesgo de desarrollar daño en el sistema nervioso central (administración 60 mg/Kg. en 3 fracciones IV durante 14 días si la enfermedad se limitó a la piel ojos y boca o 21 días si el cuadro se diseminó y afecta al SNC).
Virus de la Varicela-Zoster Concepto
El virus de la varicela-zoster es un virus herpes humano tipo 3 (VHH-3) causante de la varicela y del herpes Zoster. Se cree que penetra por vía respiratoria donde se multiplica, posteriormente a través del torrente sanguíneo se distribuye por los diferentes órganos y la piel, en donde ocasiona la mayoría de lesiones correspondientes a la infección primaria (varicela). Posteriormente se piensa que el virus se acantona en estado de latencia en los ganglios nerviosos sensitivos mantenido por la inmunidad celular del individuo que si disminuye ocasiona clínicamente un cuadro de herpes zoster.
Fig. 45. Herpes zoster de segunda rama.
Fig. 46. Mismo caso de la fig. 45.
Cuadro clínico
Se da preferentemente en personas mayores. Existen generalmente unos factores desencadenantes como pueden ser las radiaciones ionizantes, tumores malignos, tratamientos inmunosupresores, aunque no se conoce a ciencia cierta cómo pueden actuar. El periodo de incubación es de 1 a 3 semanas tras las cuales pueden desarrollarse unos síntomas prodrómicos inespecíficos como dolor o disestesias seguido de una erupción vesicular a lo largo de un dermatomo inervado en el territorio facial por una rama del nervio trigeminal. El dolor es constante o intermitente y se describe con un carácter quemante. Las vesículas aparecen tanto en piel como en mucosa sobre una base eritematosa, agrupadas en número variable ocupando prácticamente toda la zona de inervación sensitiva del trayecto afectado, aunque de manera característica sin sobrepasar la línea media. Las vesículas se trasforman en pústulas para luego ulcerarse y desecarse formando costras © Medicina Oral S. L.
en la piel y en los labios. Estas lesiones persisten más que las del herpes simple. En el territorio maxilofacial hallamos tres formas clínicas: - las que se desarrollan en la zona maxilar (2ª rama del trigémino) - las mandibulares (3ª rama del trigémino) - las del ganglio geniculado (S. de Ramsay Hunt) parálisis facial unilateral, dolor, vesículas en el pabellón auditivo. Como complicaciones se pueden desarrollar en el curso de la infección alteraciones óseas maxilares que llevan a zonas de necrosis, secuestros y pérdidas dentarias. La neuralgia postherpética es otra complicación que puede aparecer y se define como el dolor que existe en una zona de distribución de un tronco nervioso después de curar las lesiones cutáneas de un herpes zoster agudo. Aparece en un 10 a un 30% de los pacientes con zoster y aumenta con la edad (en mayores de 50 años). Es descrito como urente, punzante y pruriginoso, y el rasgo más frecuente 59
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Fig. 47. Herpes zoster de la tercera rama trigeminal.
Fig. 48. Herpes zoster de la tercera rama trigeminal. Mismo caso fig. 47.
Fig. 49. Herpes zoster de la tercera rama trigeminal. Mismo caso fig. 47.
Fig. 50. Herpes zoster de la segunda rama trigeminal.
Fig. 51. Herpes zoster de la segunda rama trigeminal. Mismo caso fig. 50.
Fig. 52. Herpes zoster de la segunda rama trigeminal. Mismo caso fig. 50.
Fig. 53. Herpes zoster de la segunda rama trigeminal. Mismo caso fig. 50.
Fig. 54. Herpes zoster de la segunda rama trigeminal. Mismo caso fig. 50.
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es la hiperestesia. Los analgésicos menores no son efectivos y se utiliza la amitriptilina por su efecto analgésico a dosis bajas de 25-50 mg/día. El uso de anticonvulsivos (clonacepam, carbamacepina) puede ser necesario y beneficiosos si existe un dolor en crisis lancinantes o paroxísticas. Diagnóstico
El diagnóstico se realiza por la clínica, ya que la citología y la histopatología no distinguen entre VVZ y VHS. Como pruebas complementarias que confirman el diagnóstico son la detección de anticuerpos monoclonales y el cultivo. Por último no debemos olvidar la gran utilidad que para el diagnóstico del virus representa la PCR. Tratamiento
Es fundamentalmente sistémico. El aciclovir tiene menos efecto sobre este virus que sobre el herpes simple aunque se ha utilizado a dosis altas de 800 mg 5 veces al día, durante 15 días. Los antivíricos más utilizados en el tratamiento del zoster son el famciclovir 500 mg 3 veces al día, valaciclovir 1000 mg 3 veces al día durante 10 días.
Como analgésico se ha utilizado paracetamol con codeína. También han sido indicados antidepresivos: amitriptilina (antidepresivo tricíclico) y disipramin y anticonvulsionantes: clonacepam (1-2mg/día), carbamacepina (400-800 mg/día). El tratamiento antiviral es obligatorio en pacientes mayores de 50 años ya que presentan un mayor riesgo de desarrollar una neuralgia postherpética, en jóvenes están recomendados si el dolor es moderado o severo o si hay un compromiso del área oftálmica. El tratamiento es más efectivo si se inicia en las 72 horas tras el comienzo del rash. En pacientes inmunocomprometidos hay un mayor riesgo de diseminación y del desarrollo de complicaciones por lo que se necesita una terapia antiretroviral temprana y activa, requiriendo en algunos casos la administración intravenosa de aciclovir a dosis de 5-10 mg/Kg. tres veces al día durante 5 días como tratamiento de choque o en los casos menos severos aciclovir vía oral a dosis de 800 mg 5 veces al día durante 5 a 7 días o famciclovir o valaciclovir vía oral. Entre los pacientes inmunocomprometidos han aumentado las resistencias al aciclovir indicándose la administración del foscarnet, sin embargo éste presenta una mayor toxicidad y solo
Tabla 4. Tratamiento antiviral del Herpes Zoster.
Inmunocompetentes
Inmunodeprimidos Severos - Aciclovir iv 5-10mg/kg x 3 veces al día/ 5 días
- Aciclovir 800 mg x 5 veces día/ 7-10 días v.o. - Famciclovir 500 mg x 3 veces día / 7 días v.o. - Valaciclovir 1.000mg x 3 veces día/ 7 días v.o.
Menos severos - Aciclovir 800 mg x 5 veces día/5-7 días v.o. - Famciclovir 500 mg x 3 veces día /7 días v.o. - Valaciclovir 1.000mg x 3 veces día/7días v.o. Resistencias - Foscarnet iv 40mg/kg x 3 veces día
v.o.: vía oral. iv: intravenoso
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está disponible en preparados intravenosos administrándolo a dosis de 40mg/Kg. cada 8 horas o cidofovir 3-5mg/Kg./semana si presenta resistencia al foscarnet.
Virus de Epstein-Barr
Es el virus herpes humano tipo4 y es el responsable de la mononucleosis infecciosa. Está también asociado a otras patologías incluyendo la leucoplasia vellosa, el linfoma de Burkitt y el carcinoma nasofaríngeo en pacientes inmunodeprimidos. Mononucleosis infecciosa. El VEB es aislado en la saliva de estos pacientes y es trasmitido a través del contacto oral. La infección es común en gente joven y la mayoría de las veces es subclínica. Cursa con fiebre, mal estar, linfadenopatías, dolor de garganta y una linfocitosis atípica. En un 5% de los pacientes se desarrolla un rash papular generalmente en brazos y tórax sobre todo en los pacientes que han recibido ampicilina, penicilina o amoxicilina. A nivel oral se manifiesta con petequias y hemorragias que se localizan sobre todo en paladar blando y faringe resolviéndose en 1 o 2 días. Las amígdalas pueden estar edematosas y cubiertas por un exudado blanquecino. Las lesiones orales generalmente son asintomáticas no requiriendo ningún tipo de tratamiento y se resuelven espontáneamente. Leucoplasia vellosa. Lesiones blanquecinas, alargadas y sobreelevadas en los bordes laterales de la lengua, bilaterales, que no pueden ser desprendidas con el raspado, asintomáticas, en pacientes inunocomprometidos, como consecuencia de una reactivación del virus. Está relacionada con una disminución de los CD4 y con un aumento de la carga viral en los pacientes VIH +. Histológicamente se observa hiperqueratosis, coilocitosis y acantosis en ausencia de infiltrado inflamatorio. Mediante la hibridación in situ se aísla el ADN del virus de Epstein-Barr cuya intensidad de replicación es proporcional al grado de diferenciación de los queratinocitos siendo por lo tanto más 62
Fig. 55. Leucoplasia vellosa.
Fig. 56. Leucoplasia vellosa.
Fig. 57. Leucoplasia vellosa.
Fig. 58. Leucoplasia vellosa.
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intensa en las capas superficiales. El tratamiento no está generalmente indicado ya que se resuelven al mejorar la inmunidad, son asintomáticas y no tiene potencial de malignización.
Virus papiloma humano (VPH)
De este tema hablaremos en el tema 15 del libro.
Virus Coxackie
Son virus RNA que pertenecen a la familia Picornavirus. Son enterovirus dado que su contagio es por vía orofecal y respiratoria. En la cavidad oral producen dos tipos de infecciones: - Herpangina: causada por el Coxackie A produciendo una infección generalmente de manera endémica en primavera y otoño y generalmente en niños caracterizada por malestar, fiebre, irritación faríngea, odinofagia. Papulovesículas pequeñas, que se rompen fácilmente y se ulceran, localizadas en paladar blando, úvula, y pilares amigdalinos. No necesitan un tratamiento específico, por su curación espontánea en 1 semana. La localización posterior y la presencia de sintomatología sistémica la diferencian de la estomatitis aftosa. - Enfermedad de boca-mano-pie: causada por el Coxsackie A es extremadamente contagiosa y de duración limitada. Es característica de niños y se asocia a fiebre, malestar y adenopatías tras las cuales aparece una erupción vesicular localizada en la boca (parte posterior) que se rompen originando úlceras superficiales y se acompañan de la aparición de pápulas eritematosas en las palmas de la mano, en las plantas de los pies, que pasan a vesículas y luego se ulceran. No requieren tratamiento específico, autolimitada 1-2 semanas.
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Fig. 59. Herpangina.
Fig. 60. Herpangina.
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Bibliografía
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Tema 5. Estomatitis aftosa recidivante (aftas)
Concepto
La estomatitis aftosa recidivante (EAR) una enfermedad caracterizada por la aparición de úlceras, inicialmente necróticas, de distinto tamaño, número y localización aunque siempre en mucosas, que cursa en forma de brotes y mantiene una evolución crónica y autolimitada en la mayoría de los casos. Denominadas comúnmente aftas. Epidemiología
Presentan una elevada tasa de prevalencia en la población general, cifrándola en un 525% . En los niños es la forma más común de úlceras orales. Es más frecuente en clases sociales altas y presenta una mayor prevalencia en la mujer que en el hombre. Por décadas es más frecuente entre los 10 y los 40 años para prácticamente desaparecer a partir de los 70 entrando en remisión completa dos de cada tres pacientes en un periodo de 15 años. Hay estudios que han detectado un mayor número y severidad de aftas en los años de estudiante y parece que la forma de vida de este colectivo favorece la expresión de la enfermedad en sujetos susceptibles a padecerla. Etiología
A pesar de las numerosas investigaciones se desconocen los factores etiológicos. En la actualidad se piensa que es de etiología multifactorial interviniendo unos factores predisponentes, unas alteraciones inmunológicas y en algunos casos se asocian con enfermedades sistémicas. Factores predisponentes Factores genéticos: Es admitido un componente genético en la transmisión de la EAR, lo que no ha sido posible definir en los distintos estudios es el modo preciso de transmisión genética, aunque los datos parecen inclinarse © Medicina Oral S. L.
a una herencia multifactorial o poligenética sin ser el único factor responsable ya que no encontramos una prevalencia de la enfermedad en un 100% en gemelos univitelinos (90%). Parte de la dificultad en determinar el modelo genético de esta enfermedad es la falta de métodos para distinguir a los individuos susceptibles, ya que no existe ningún marcador que nos identifique a aquellos individuos predispuestos genéticamente. Los pacientes con historia familiar de EAR desarrollan las aftas a edades más tempranas y son clínicamente más severas. Alergenos alimentarios: Las aftas también se han relacionado con ciertos alimentos o sensibilidad a alergenos alimentarios, sin embargo, las investigaciones al respecto son complicadas por la gran variedad de manifestaciones clínicas y la naturaleza subjetiva de las mismas. Muchos pacientes relatan relación entre la toma de ciertos alimentos (nueces, tomate, frutas) y la instauración de aftas por lo tanto se considera un factor precipitante adicional mas que un factor etiológico. El ciclo menstrual: Se ha relacionado la aparición de aftas con el ciclo menstrual es decir con los niveles de estrógenos y progesterona, en concreto la fase premenstrual o luteínica, donde se observa una caída de estrógenos y disminución de la cornificación del epitelio, así la mucosa la hace más susceptible a la aparición de aftas, sin embargo, éstas disminuyen o desaparecen durante el embarazo, aunque los diferentes estudios no han podido relacionar la tasa de corticoides sexuales y las aftas. El estrés: Situaciones que supongan estrés, ansiedad, nerviosismo, o depresión pueden desencadenar brotes de aftas siendo uno de los factores precipitantes más comunes. Toda acción irritativa sobre la mucosa oral, traumas menores, como manipulaciones dentales, hábitos anómalos etc. producen el 65
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desencadenamiento de lesiones no solamente donde actúa dicho factor, sino también en otras localizaciones de la mucosa. Traumas mayores, como cirugías intraorales, no se han asociado tanto con el desencadenamiento de brotes. El cese del hábito de fumar, se ha relacionado con el desencadenamiento de aftas, ya que la queratinización local de la mucosa oral es un factor que de alguna forma protege de las aftas, y en los pacientes fumadores se produce un incremento de la capa córnea. Es rara la aparición de aftas en la mucosa queratinizada. También se ha relacionado el desencadenamiento de brotes de aftas con ciertos productos químicos como el lauril sulfato sódico presente en dentríficos y enjuagues bucales y fármacos como captopril, tiroxina, flubiprofeno, nicorandil. Al inicio de los estudios de la EAR muchos agentes microbianos fueron implicados como causa de la EAR, aunque posteriormente se cuestiona mucho su participación y los estudios al respecto muchas veces son contradictorios. No existen datos clínicos que apoyen la participación bacteriana ni vírica como factores etiológicos y no existe respuesta de estos pacientes a tratamientos antibióticos ni antivíricos, respondiendo a agentes inmunomoduladores. Factores inmunológicos Aunque la etiología de la EAR se desconoce, probablemente es multifactorial y no existe una teoría aceptada de la inmunopatogénesis en estos pacientes. La mayoría de los estudios sugieren que es una enfermedad inflamatoria de las mucosas de etiología no infecciosa, produciéndose por una respuesta inmunológica local mediada por linfocitos T contra las células epiteliales que lleva a una pérdida de la unión entre los queratinocitos y a la lisis celular. El proceso es iniciado a través de una estimulación antigénica de los queratinocitos (desconocida) la cual activa los linfocitos T, estimula la secreción de citoquinas ( interleuquinas, factor de necrosis tumoral66
alfa) y la quimiotaxis leucocitaria fundamentalmente de leucocitos polimorfonucleares neutrófilos y células de Langerhans provocando un aumento en la expresión de las moléculas de adhesión a células vasculares (VCAM-1, Selectina E) y a queratinocitos (ICAM-1) , que se traduce en un acumulo de linfocitos y en la invasión linfocitaria del epitelio que lleva a la formación de la úlcera. Estas citoquinas, entre ellas el factor de necrosis tumoral, estimulan la expresión de los antígenos del complejo mayor de histocompatibilidad clase I y II detectándose en las células basales epiteliales, siendo éstos reconocidos por los linfocitos T (CD8 supresores/citotóxicos) desencadenando una respuesta citotóxica. Hay un desequilibrio inmunológico, al menos a nivel local, prueba de ello tenemos evidencias histológicas, donde observamos un aumento de los CD4 (T- estimuladores) en fase preulcerativa y de curación de las lesiones, y aumento de CD8 (T supresores/citotóxicos) en fase ulcerativa. Enfermedades generales asociadas La estomatitis aftosa recurrente esta clásicamente limitada a la participación mucosa “forma simple”, pero existen diversas enfermedades sistémicas que entre sus signos clínicos observamos la aparición de aftas orales. Algunos autores han denominado a ésta la “forma compleja” de la EAR. Síndrome de Behçet: es una enfermedad sistémica de etiología incierta, que cursa con aftas en un 90% de los pacientes y donde el diagnóstico depende de la agrupación de unas manifestaciones clínicas. En 1989 se proponen unos criterios unificados para su diagnóstico, llamados criterios de clasificación que incluyen unos criterios mayores entre los que están: úlceras orales recurrentes, ulceraciones genitales recidivantes, inflamación ocular (conjuntivitis, uveitis o iritis), lesiones cutáneas (pseudofoliculitis, foliculitis, eritema nodoso), y prueba de patergia positiva (hiperreactividad en piel: tras la inyección subcutánea de 0,1 ml de suero salino se desarrolla una erupción en piel recogida después de 48 horas como pápula,
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nódulo o pústula). Como criterios menores tenemos: lesiones articulares (brotes de artritis en un 70% de los pacientes), afectación del sistema nervioso central, lesiones vasculares y cardiovasculares. Se diagnostica la enfermedad con úlceras orales (incluyendo al menos tres episodios de aftas orales en un año) y 2 criterios mayores, ó 2 mayores y 2 menores. Los brotes de aftas preceden en años a las otras manifestaciones clínicas y presentan una mayor severidad siendo más frecuentes las aftas mayores (37%) . Alteraciones hematológicas. El déficit de hierro, ácido fólico y vitamina B12 se ha asociado con la aparición de las aftas, aunque parece que simplemente actúan como factores desencadenantes, se observan importantes mejorías al suplementarlos. Déficit vitamínico. Disminución de B1, B2, B6. Estos estados de deficiencia pueden tener efectos adversos en el sistema inmune lo que justificaría su participación en la etiología de las aftas. Déficit de zinc. Se ha observado en estos pacientes un efecto beneficioso al tratarlos con suplementos de zinc aunque no se ha podido objetivar su deficiencia, probablemente debido al papel del zinc en la cicatrización de las heridas y en el mantenimiento de la integridad epitelial. Ciertas enfermedades del intestino delgado, en especial enfermedad celíaca o enteropatía producida por la intolerancia al gluten, se ha observado con una mayor prevalencia en los pacientes con EAR que en la población general, obteniéndose una mejoría de estos pacientes al retirar el gluten de sus dietas. Enfermedad de Crohn y la colitis ulcerativa. El 4-9% de pacientes con enfermedad de Crohn presentan úlceras orales. La neutropenia cíclica cursa con brotes de úlceras orales coincidiendo con fiebre e infecciones cada 21 días debida a una bajada cíclica de neutrófilos. En estos pacientes las aftas orales son una característica clínica importante y en aproximadamente un 20% de los mismos son la única manifestación clínica de la enfermedad. El síndrome de Reiter caracterizado por la © Medicina Oral S. L.
triada uretritis no gonocócicas, artritis y conjuntivitis y cursa en un 10% de los pacientes con lesiones aftosas orales. El síndrome Magic es un síndrome poco frecuente que se caracteriza por ulceraciones orales y genitales, inflamación de cartílagos (policondritis recidivante) y artritis. El síndrome de fiebre periódica, aftosis, faringitis y adenitis (PFAPA) presenta de manera periódica (durante años y al menos cada 4 semanas) brotes de fiebre alta (39ºC) en niños (menores de 5 años) durante 3 a 6 días que se resuelven espontáneamente. Los niños están completamente sanos en los intervalos asintomáticos y estos intervalos van aumentando con la edad. Las aftas menores están presentes en un 6% de los niños. Faringitis, amigdalitis y adenopatías cervicales también caracterizan la enfermedad. En los pacientes VIH han sido descritos todos los tipos de aftas orales con las características de ser más severas y persistentes, involucrando otras áreas del tracto gastrointestinal y en ocasiones no respondiendo a la terapia convencional. El síndrome de Sweet o dermatosis neutrófila aguda febril fue descrita en 1964 y está caracterizada por 4 criterios: fiebre, un relativo aumento de los neutrófilos en sangre periférica, lesiones en piel tales como placas eritematosas, nódulos, pústulas, vesículas en cara y extremidades, e histológicamente hay un denso infiltrado en dermis neutrofílico, junto con estos signos pueden aparecer también lesiones orales tales como úlceras. Este síndrome puede estar asociado a enfermedades inflamatorias (artritis, enfermedad intestinal inflamatoria crónica) o enfermedades malignas (particularmente hematológicas como la leucemia y desórdenes mieloproliferativos). Cuadro clínico
La lesión elemental es una úlcera caracterizada por ser una pérdida de sustancia aguda, dolorosa, inicialmente necrótica y recidivante. La clasificación clínica más extendida es la que divide a las aftas en base a su tamaño distinguiendo las formas menores, mayores y herpetiformes. 67
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Otra clasificación propuesta es atendiendo a la frecuencia de aparición de los brotes, ya que hay pacientes que presentan recurrencias esporádicas (tipo I y II) mientras otros presentan una actividad continúa desarrollando nuevas lesiones sin haber curado las iniciales (tipo III). Aftas menores también conocidas como aftas de Mikulicz. Suponen el 75-85% de los casos. No superan el cm, no son muy numerosas, la duración es de 10 a 14 días y curan sin secuelas. Afectan fundamentalmente a mucosas yugales, labiales, fondo de vestíbulo, suelo de boca y cara ventral y bordes de lengua. Es raro aunque no excepcional hallarlas en mucosa queratinizada. Son úlceras, redondas u ovales, claramente definidas, de color blanco debido a la necrosis y borde eritematoso, poco profundas. Tienen un crecimiento centrífugo y evolucionan a la curación por reepitelización desde los bordes hacia el interior. Aftas mayores. Son lesiones que superan el cm. representan un 10 a un 15 % del total de las aftas. Generalmente comienzan después de la pubertad. Normalmente suele aparecer una lesión aislada o dos, la duración por su mayor tamaño puede superar el mes, y pueden evolucionar dejando cicatriz. Tienen predilección por el paladar blando y faringe. Suelen ser redondeadas, si bien cuando el tamaño es grande pueden aparecer formas más irregulares. La ulceración es más profunda que las formas menores pero los bordes no están evertidos ni infiltrados (no dan sensación de dureza a la palpación) y su base o fondo es limpio y de color blanco amarillento debido al exudado fibrinoide que puede formar un esfacelo amarillento, estas características nos la diferencian claramente de las úlceras malignas. Dos formas clínicas especiales que en realidad vienen a pertenecer a las aftas mayores son la aftosis bipolar de Newman que es una entidad caracterizada por la aparición de aftas simultáneamente en mucosa oral y genital. La enfermedad de Sutton o periadenitis mucosa necrótica recurrente es un afta mayor en la vecindad de una glándula salival menor 68
Fig. 1. Afta menor en labio superior.
Fig. 2. Afta menor en labio inferior.
Fig. 3. Afta mayor en zona retrocomisural.
Fig. 4. Ulceraciones herpetiformes recidivantes.
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Fig. 5. Afta menor.
Fig. 6. Afta menor.
Fig. 7. Afta menor.
Fig. 8. Aftas menores.
Fig. 9. Aftas mayores.
Fig. 10. Aftas menores.
Fig. 11. Aftas menores.
Fig. 12. Aftas menores.
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Fig. 13. Aftas menores.
Fig. 14. Afta menor.
Fig. 15. Afta mayor.
Fig. 16. Aftas menores.
Fig. 17. Afta menor.
Fig. 18. Afta mayor.
Fig. 19. Afta mayor.
Fig. 20. Aftas menores.
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Fig. 21. Afta mayor.
Fig. 22. Aftas menores.
Fig. 23. Aftas menores.
Fig. 24. Aftas mayores.
Fig. 25. Afta mayor.
Fig. 26. Afta menor en labio inferior.
Fig. 27. Aftas menores.
Fig. 28. Aftas menores.
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de manera que la inflamación y la necrosis afectan también a esta. Ulceraciones herpetiformes recurrentes. Afectan a un 5-10% de los pacientes con aftas. Son lesiones de muy pequeño diámetro, pero muy numerosas, con la particularidad de que tienden a unirse y formar úlceras más grandes y de bordes irregulares, siendo entonces cuando el diagnóstico diferencial con el herpes simple recidivante intraoral es más conflictivo. En estas úlceras no se aísla el virus del herpes simple.
Fig. 29. Histología de un afta.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza por la anamnesis y por las características clínicas que presenta el paciente, ya que no existen pruebas complementarias específicas. Para excluir enfermedades sistémicas asociadas a las aftas o factores desencadenantes es útil solicitar una analítica completa con un hemograma (recuento y fórmula), estudio del hierro (hierro iónico, transferrina, índice de saturación de la transferrina, ferritina), vitamina B12 y ácido fólico. La biopsia es inespecífica (vasodilatación, infiltrado inflamatorio y ulceración epitelial) y está indicada cuando hay dudas diagnósticas para descartar otras patologías. Diagnóstico diferencial
Herpes intraoral: vesículas, morfología de aspecto circinado e irregular, participación preferentemente del paladar duro y encías, presencia de vesículas y antecedentes de brotes de herpes recurrentes labial o intraoral. Como pruebas complementarias podemos realizar una citología exfoliativa solicitando la detección del virus del herpes simple, siendo este negativo en las ulceraciones herpetiformes recurrentes. Eritema exudativo multiforme: vesículas, ampollas, erosiones y costras junto con lesiones en piel. Reacción de hipersensibilidad a un determinado alergeno (alimentos, chicles, hierbabuena, materiales dentales, metales y medicaciones), aunque no suelen manifestarse como aftas sino como quemazón, eritema y edema. 72
Carcinoma oral de células escamosas: ulceración fondo sucio, bordes evertidos, indurada. Tratamiento
La falta del conocimiento etiológico, la naturaleza cíclica de la enfermedad y la ausencia de estudios clínicos controlados a doble ciego han provocado que las terapias utilizadas en estos pacientes sean múltiples y sintomáticas. Previamente al tratamiento de las aftas hay que comprobar que estas no forman parte un síndrome o enfermedad general. Estudiar los posibles factores desencadenantes para evitarlos y si existen déficit hemáticos suplementarlos (hierro, ácido fólico, vitamina B12, B1, B6, zinc). Comprobar la influencia de la dieta en el desarrollo de las aftas. Eliminar posibles alergenos (huevos, nueces, fresas, tomates...). Evitar traumatismos locales. Evitar colutorios y dentríficos con lauril sulfato sódico. Se han observado mejorías con la utilización de colutorios que contiene namiloglucosidasa y glucosa oxidasa. Tratamiento farmacológico local - Antisépticos: varios estudios ramdonizados han determinado que el gluconato de clorhexidina al 0,2% en colutorio o en gel 3 veces al día sin ingerir reduce la duración de las lesiones, si se prolonga el tratamiento más de dos semanas puede producir tinciones en los dientes. Otros antisépticos utilizados son hidroclorídrico de benzidamina y el triclosan.
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- Antibiótico: tetraciclinas 250 mg 3-4 veces al día. También se ha utilizado la doxiciclina ambos en enjuagues sin ingerir. Estudios placebo controlados indican que éstos reducen la duración de la lesión y el dolor. Evitar a menores de 12 años, su utilización prolongada puede inducir a sobreinfecciones fúngicas. - Corticoides: dentro de los múltiples tratamiento utilizados los corticoides siguen siendo el pilar fundamental para el manejo de las lesiones. Los estudios han demostrado que reducen el dolor y aceleran la curación. Los más utilizados son el acetónido de triamcinolona 0,1 %, acetónido de fluocinolona 0,05% y el 17-propionato de clobetasol 0,05% en fórmulas magistrales. Podemos administrarlos en forma de pomada en orabase indicada en las lesiones más localizadas, o en forma de solución acuosa para cuando existen lesiones más posteriores o más difusas. Se aplican tres veces al día desde que empieza el paciente a notar que va a salir la lesión, hasta que desaparece. Hay poca evidencia que tales aplicaciones puedan causar una supresión adrenal como efecto secundario .
- Otros: antiulcerosos como la carbenoxolona, agentes antiinflamatorios y antialérgicos como amlexanox pasta al 5% se han mostrado efectivos al aplicarlos en el periodo prodrómico. - También han sido utilizadas prostaglandinas E2 tópicas por su actividad profiláctica, interferón alfa humano o una película de hidroxipropil celulosa, parches bioadhesivos de hidrogel y anestésicos tópicos para disminuir la sintomatología. Tratamiento farmacológico general De segunda línea sólo cuando los tratamientos locales han fracasado. - Corticoides: prednisona en tabletas de 20 mg. 2 tabletas diarias 1 hora después de levantarse durante 5 días, 1 cada día durante 1 semana más (1 mg/Kg. de peso) . -Talidomida: por su acción inmunomoduladora (disminuye en el balance de los linfocitos T helper T supresores, e inhibidor del factor alfa de necrosis tumoral), la dosis recomendada es de 100 mg /día durante 2-3 meses. Indicada en las aftas que no responden a tratamientos convencionales y en los VIH +.
Tabla 1. Tratamiento de las aftas.
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No hay que olvidar el poder teratogénico (focomelia) y efectos secundarios (rash cutáneo, polineuropatía, somnolencia, estreñimiento, aumento del apetito, disminución de la libido, cefaleas náuseas, dolor gástrico, etc.) - Otros fármacos utilizados son: levamisol, colchicina, ciclosporina, pentoxifilina, oxipentoxifilina, dapsona, lisina y otros aminoácidos, antiulcerosos como el sulcrafato.
sépticos para evitar la sobreinfección de las lesiones como con gluconato de clorhexidina al 0,2% aplicada sobre la lesión en forma de gel tres veces al día desde el inicio del brote hasta su resolución. Están contraindicadas las tetraciclinas por las tinciones dentarias. Cuando aplicamos tratamientos tópicos con corticoides la concentración disminuye a la mitad.
Consideraciones generales - Existen múltiples terapias que han sido utilizadas como tratamiento de estos pacientes lo que hace necesario adquirir unas guías de tratamiento, según Barrons en un artículo de revisión de los diferentes tratamientos propone la siguiente pauta: - Tratar los factores predisponentes. - Si no hay sintomatología: no tratamiento. - Si hay sintomatología: tratamiento empezando siempre con medicación tópica (corticoides, tetraciclinas o clorhexidina). - Si no hay respuesta al tratamiento tópico: tratamiento sistémicos con corticoides o talidomida si son aftas mayores.
Bibliografía
La medicación tópica con corticoides se ha de ajustar a la severidad de las lesiones: - En las aftas menores con brotes esporádicos empezar el tratamiento con corticoides tópicos de baja potencia (triamcinolona al 0,1%) en pomada o solución según la extensión y accesibilidad de las lesiones aplicado sobre las aftas tres veces al día después de las comidas desde el inicio del brote hasta el final. - En aftas menores muy frecuentes, aftas mayores o herpetiformes iniciar tratamiento con corticoides tópicos de mayor potencia como acetónido de fluocinolona al 0,05% o al 0,1% o 17-propionato de clobetasol al 0,025% o al 0,05%, 3 veces al día desde el inicio del brote hasta el final. Si con la pauta indicada no mejora se pasa a tratamiento sistémico con corticoides o talidomida. - En niños están especialmente indicados los tratamientos menos potentes con anti74
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Tema 6. Liquen plano y reacciones liquenoides
Concepto
Enfermedad mucocutánea de etiología desconocida que puede afectar a la piel, mucosa oral y otras mucosas. El curso es crónico con frecuentes reactivaciones. El diagnóstico se basa en la clínica y la histología. No existe un tratamiento totalmente efectivo. Etiología
La etiología es desconocida, si bien existen fenómenos de hipersensibilidad celular ante determinados antígenos, hoy por hoy desconocidos. Dichos antígenos, en las células basales, crearían determinantes antigénicos anómalos que desencadenarían una respuesta inmunitaria mediada por células (linfocitos T) que por procesos de citotoxicidad destruiría las células basales. Junto a ello, se ha descrito la relación con la hepatitis C, sin embargo este aspecto ha creado numerosas controversias pues existen grandes discrepancias entre los investigadores. En este sentido hay áreas geográficas donde se ha descrito esta asociación, mientras que en otras no se ha hallado. También hay que señalar la relación frecuente entre el liquen plano oral (LPO) y los trastornos psicosomáticos, fundamentalmente situaciones de ansiedad y estrés. Hay que señalar, que en ocasiones encontramos lesiones muy similares a las que vemos en el liquen plano, en pacientes que toman determinados fármacos (antidiabéticos orales, antihipertensivos, antiinflamatorios no esteroideos, etc.). A estas lesiones, las llamamos reacciones liquenoides, pues tienen una causa conocida (fármacos o incluso restauraciones de amalgamas dentales). Posteriormente presentaremos sus características. Manifestaciones clínicas
El liquen plano puede manifestarse en la piel, mucosa oral, uñas, cuero cabelludo y © Medicina Oral S. L.
otras mucosas; si bien es frecuente encontrar pacientes con lesiones exclusivas en la cavidad oral. En este sentido Eisen en el 2002, tras estudiar 573 pacientes con LPO, 399 mujeres y 174 hombres, encontró lo siguiente: - Lesiones genitales asociadas (19% muje- res y 4,6% hombres). - Lesiones en las uñas en 11 casos. - Lesiones en el esófago en 6 pacientes. - Lesiones conjuntivales en 1 paciente. Distinguimos tres tipos clínicos: reticular, atrófico y erosivo. El reticular suele aparecer en la mucosa yugal con un carácter simétrico en ambas zonas y con escasos síntomas. El atrófico es frecuente verlo en mucosas yugales, lengua y encías, en este último caso en forma de gingivitis descamativa. El erosivo es el que produce dolor y por el contrario, las formas atróficas originan molestias pero no dolor. Es habitual encontrar lesiones reticulares periféricamente a las lesiones atrófico-erosivas. La localización más importante, como hemos señalado, es la mucosa yugal (casi el 90%). Clínicamente el liquen plano oral se caracteriza por: - Lesiones - Estrías blancas. - A veces lesiones atróficas y erosivas, pero rodeadas de estrías. -Es frecuente su localización bilateral en mucosas yugales. - Curso - Episodios sintomáticos entre periodos de remisiones clínicas. Cursa a brotes. Existen una serie de lesiones que recuerdan o se parecen mucho al liquen plano, tanto desde el punto de vista clínico como histológicamente. Se les denomina reacciones liquenoides (RL). Estas comprenden:
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1. Lesiones orales liquenoides por contacto (RLC) que son la consecuencia de reacciones alérgicas por contacto, correspondiendo a reacciones de hipersensibilidad retardada. Se han descrito con amalgamas y otros materiales de restauración, así como también con canela. 2. Reacciones liquenoides por fármacos (RLF), que como se señala en este apartado diversos fármacos pueden producir lesiones orales y/o cutáneas. Se han descrito con antiglucemiantes, enzimas inhibidores de la conversión de angiotensina, sales de oro, penicilamina. 3. Reacciones liquenoides en la reacción del injerto contra el huésped (RLGVHD)
En conjunto se presentan como lesiones similares al típico liquen plano, variando desde formaciones reticulares blancas asintomáticas, hasta erosiones y zonas eritematosas. Histológicamente las RL se caracterizan por: a. Denso infiltrado linfohistiocitario en la proximidad a la lámina propia. b. Degeneración hidrópica de los queratinocitos basales.
Fig. 1. Liquen plano erosivo en mucosa yugal.
Fig. 2. Gingivitis descamativa crónica con lesiones atróficas de liquen.
Fig. 3. Liquen reticular en mucosa yugal.
Fig. 4. Gingivitis descamativa crónica con lesiones atróficas de liquen en encía superior.
La distinción entre un LP y una reacción liquenoide, es muy complicada en algunas ocasiones y en el apartado de diagnóstico de este capítulo lo describiremos con detalle.
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Fig. 5. Liquen reticular en mucosa yugal.
Fig. 6. Liquen reticular en mucosa yugal.
Fig. 7. Liquen reticular en mucosa yugal.
Fig. 8. Liquen reticular en mucosa yugal.
Fig. 9. Liquen reticular en mucosa yugal.
Fig. 10. Detalle de la figura 9.
Fig. 11. Liquen reticular y atrófico en mucosa yugal.
Fig. 12. Liquen reticular en mucosa yugal.
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Fig. 13. Liquen plano reticular en mucosa yugal. Fig. 14. Liquen plano reticular en labio inferior.
Fig. 15. Liquen plano reticular en mucosa yugal.
Fig. 16. Liquen plano reticular en paladar.
Fig. 18. Liquen plano reticular y atrófico-erosivo en mucosa yugal.
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Fig. 17. Liquen plano reticular en encías y fondos de vestíbulo.
Fig. 19. Liquen plano en uñas.
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Fig. 20. Liquen reticular en mucosa yugal.
Fig. 21. Liquen reticular en mucosa yugal.
Fig. 22. Liquen reticular en mucosa yugal.
Fig. 23. Liquen reticular en mucosa yugal.
Fig. 24. Liquen reticular en mucosa yugal.
Fig. 25. Liquen plano en dorso lingual.
Fig. 26. Liquen plano cutáneo.
Fig. 27. Liquen plano cutáneo en pies.
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Fig. 28. Reacción liquenoide en encías inferiores.
Fig. 29. Mismo caso de la figura 28.
Fig. 30. Mismo caso de la figura 28.
Fig. 31. Mismo caso de la figura 28.
Fig. 32. Mismo caso de la figura 28.
Fig. 33. Reacción liquenoide en mucosa yugal.
Fig. 34. Reacción liquenoide en mucosa yugal.
Fig. 35. Reacción liquenoide.
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Diagnóstico
Se debe realizar siempre con la clínica y la histología. Esta última demuestra: 1- Degeneración hidrópica de la capa basal epitelial 2- Infiltrado en banda subepitelial de linfocitos T 3- Correcta maduración epitelial. No signos de displasia epitelial La inmunofluorescencia directa da positividades en membrana basal con fibrinógeno.
Tabla 1. Criterios diagnósticos de la reacción liquenoide por contacto (RLC). 1. Características clínicas. Existe una relación topográfica directa entre la lesión y el material que produce la reacción (amalgamas, etc.) 2. Histopatología. No suele requerirse, solo es necesaria cuando se desea descartar que dicha lesión sea una lesión maligna, en lugar de una RLC. 3. Resultados de los test-parches para descartar alergias. Puede ser una ayuda para determinar los materiales con los que se podría reemplazar al que produce la alergia. 4. Resultados de eliminación del material que se sospecha está produciendo la alergia. Con ello se comprueba que la lesión se resuelve.
Como hemos señalado antes el diagnóstico entre un LP y una RL (tabla 1) es en ocasiones muy complicado. van der Meij y van der Waal en 2003 hicieron una propuesta de clasificación que distinguiese entre el liquen plano y la reacción liquenoide (tabla 2):
Tabla 2. Criterios diagnósticos del LP y RL (van der Meij y van der Waal 2003). 1. 2.
1. 2. 3.
Criterios clínicos Presencia bilateral de lesiones simétricas. Presencia de lesiones reticulares blanquecinas. Pueden existir lesiones atróficas, erosivas, ampollares o en forma de placa, que en algún punto de la cavidad oral se acompañan de lesiones reticulares asociadas. Será un liquen plano típico desde el punto de vista, si cumple los dos apartados anteriores. En aquellas lesiones que simulan un LP pero que no cumplen los criterios señalados en los apartados 1 y 2 emplearemos el término: clínicamente compatible liquen plano. Criterios histológicos Presencia de una banda bien definida de infiltrado inflamatorio linfocitario en el tejido conectivo subepitelial. Signos de degeneración hidrópica de la capa basal. Ausencia de signos de displasia epitelial. Será un típico liquen plano desde el punto de vista histológico si se cumplen los tres apartados anteriores. En aquellas lesiones que simulan histológicamente un liquen plano pero que no cumplen los tres criterios anteriores, utilizaremos el término: histológicamente compatible con liquen plano.
El diagnóstico final de LP y de la RL se basará en la combinación de los aspectos clínicos e histológicos que antes hemos señalado, así: 1. Diagnóstico de LP. Deben cumplirse los dos criterios clínicos indicados arriba y los tres histológicos. 2. Diagnóstico de RL. Se emplerará dicho diagnóstico en las siguientes situaciones: - Pacientes que clínicamente sean típicos liquen plano e histológicamente sólo sean “compatibles con Liquen plano”. - Pacientes que histológicamente sean típicos liquen plano y clínicamente sólo sean “compatibles con Liquen plano”. - Pacientes que clínica e histológicamente sólo sean “compatibles con Liquen plano”.
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Fig. 36. Histopatología del liquen plano.
Fig. 37. Histopatología del liquen plano.
Transformación maligna
Es un tema muy controvertido pues hay autores que no consideran al liquen plano una condición precancerosa, sin embargo otros sí que lo creen así. El porcentaje de malignización oscila del 0,4-5%. Van der Meij y col. en el año 2003 consideran que el riesgo de malignización lo tienen las reacciones liquenoides, no el liquen plano en sí. Los criterios están en la tabla 3. Tabla 3. Criterios para aceptar la transformación maligna del liquen plano. A.
B.
C.
Se precisa un diagnóstico clínico típico de liquen plano junto a una histopatología en la que al menos existan dos de los cuatro signos siguientes: • Hiperqueratosis o paraqueratosis • Crestas interpapilares en forma de sierra • Infiltrado en banda subepitelial • Degeneración hidrópica de la capa basal Historia y seguimiento. • Los datos clínicos e histológicos que muestran la transformación deben estar debidamente documentados (tanto en las lesiones previas como cuando se haya producido la transformación maligna). • Deben señalarse datos clínicos como la edad, el sexo y la localización de las lesiones. • El seguimiento debe haber sido de al menos 2 años. Exposición al tabaco. Se debe descartar aquellos pacientes en los que exista un carcinoma y que fumen, atribuyendo el origen de la malignidad al tabaco.
Fig. 38. Carcinoma oral de células escamosas en un paciente con liquen plano oral.
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Fig. 39. Mismo paciente de la figura 38.
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Tabla 4. Esquema del tratamiento del liquen plano.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento en el liquen plano es controlar los diferentes brotes existentes, ya que normalmente no se puede conseguir la resolución completa. Por ello, el tratamiento suele ser con antiinflamatorios esteroideos. (Tablas 4-8) Como regla general, las formas reticulares no las tratamos, mientras que las atróficoerosivas que producen síntomas las tratamos primeramente con tratamientos tópicos locales. Estos consisten en pomadas, cremas o geles de triamcinolona al 0,1%, fluocinolona al 0,05% o bien propionato de clobetasol al 0,05%. Cualquiera de estas tres presentaciones suelen estar asociadas a orabase. Se aplicarán dos-tres veces al día, hasta que se consiga hacer desaparecer las lesiones erosivas. Luego se irá reduciendo progresivamente la frecuencia de aplicación. En las lesiones gingivales (gingivitis descamativas) solemos emplear fluocinolona al 0,1% sobre férulas gingivales para aplicación por las noches (10 minutos cada noche). En los casos que resultan ineficaces los tratamientos anteriores de cremas, geles etc. se pueden realizar infiltraciones perilesionales de productos depot (acetónido de triamcinolona depot – 40 mg) pudiendo repetir la dosis a los 15 días. En ocasiones es conveniente asociar estos corticosteroides a antimicóticos, por la tendencia a desarrollar © Medicina Oral S. L.
candidiasis con los tratamientos empleados. Por último, si no se consiguen los resultados esperados con los corticosteroides locales, podemos emplear Tacrolimus a nivel local: por ejemplo, Olivier y col. emplean enjuagues con tacrolimus, 0.1 mg por 100 mL de agua destilada , 4 veces al día durante 6 meses. El tratamiento es efectivo en menos de un mes en la mayor parte de los pacientes, sin embargo el efecto es temporal ya que recidivan al dejar el tratamiento. Sólo empleamos tratamientos sistémicos con corticosteroides, en el supuesto de que todas las medidas anteriores fallen. En estos casos utilizamos: prednisona (30-80 mg/día), por las mañanas, una vez al día, 2-3 semanas, para luego continuar con tratamientos locales. Tabla 5. Resumen de RLF.
Reacciones liquenoides orales por fármacos (RLF) El diagnóstico puede ser muy difícil por dos motivos: o La falta de datos clínicos e histopatológicos que lo diferencien del típico LP. o Puede ser, para el paciente, peligroso el retirar los fármacos sospechosos, que muchas veces son varios tomados simultáneamente y no sabemos bien cuál de ellos pudiese ser el responsable. o Pueden tardarse varios meses antes de observarse alguna mejoría clínica evidente, tras retirar el fármaco causante de la RLF. Al-Hashimi, 2007
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Tabla 6. Resumen de Liquen plano oral.
Liquen plano oral La biopsia y el estudio histopatológico son recomendables para el diagnostico del LP. Las pruebas para descartar la hepatitis por virus C no se recomiendan como pruebas de rutina en el LP. Los corticosteroides tópicos con o sin antimicóticos son la primera línea de tratamiento. No hay suficientes evidencias científicas para determinar qué forma de aplicación es la más adecuada (e.g., cremas, sprays, enjuagues). Los corticosteroides sistémicos sólamente son la primera línea de tratamiento en los casos severos, con amplia extensión de las lesiones orales y/o afectando la piel u otras mucosas. Los retinoides tópicos solo se considerarán como terapéutica de segunda línea, no de entrada. No se recomiendan los retinoides sistémicos. Los inhibidores de la calcineurina, tópicos, sólo se considerarán tratamientos de segunda línea. La irradiación ultravioleta (PUVA) no se recomienda en el tratamiento del liquen plano por su potencial oncogénico. Hydroxycloroquina y azatioprina son tratamientos útiles en formas muy generalizadas con afectación de otras mucosas y piel. Deben tenerse en cuenta sus posibles severos efectos secundarios como daño retinal y aplasia medular, respectivamente. El mofetil micofenolato no está recomendado en estos momentos, no hay suficientes evidencias para justificar su uso. En este momento no hay un consenso acerca del posible carácter premaligno del liquen plano. Se recomienda su seguimiento, al menos una vez al año. Al-Hashimi, 2007
Tabla 7. Resumen de RLC.
Reacciones liquenoides orales: lesiones por contacto (RLC) El estudio histopatológico está indicado en aquellos casos en que hay dudas diagnósticas con lesiones malignas. La histopatología sola de por sí no puede distinguir un LP de una RLC. Los test cutáneos para diagnóstico de la hipersensibilidad pueden ser de utilidad, en algunos casos, si bien deben ser observados a los 3, 7 y 14 días o incluso más tarde para evitar errores en reacciones tardías. El tratamiento consiste en la eliminación y sustitución de dicho material que produce la reacción por contacto directo con la mucosa. Al-Hashimi, 2007
Bibliografía
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Tabla 8. Resumen de RLGVHD.
Reacciones liquenoides orales: Enfermedad del injerto contra huésped (RLGVHD) • Se precisa un estudio histológico de confirmación de la RLGVHD En los siguientes casos: 1. Ante la ausencia de signos y síntomas de afectación de otros. órganos y sistemas, o cuando la investigación de estos últimos den resultados negativos. 2. En el caso de formas atípicas que confundan con zonas de displasia o malignidad. • La primera línea de tratamiento son los corticosteroides tópicos con o sin antimicóticos, como complemento a la terapia sistémica que ya lleva el paciente o bien cuando son sólo lesiones aisladas. La segunda línea de tratamiento son los inhibidores tópicos de la calcineurina, también como complemento a la terapia sistémica que ya lleva el paciente o bien cuando son sólo lesiones aisladas. • La terapia con PUVA no se recomienda para la RLGVHD por su posible acción oncogénica. Al-Hashimi, 2007
Medicina Oral
Tema 7. Pénfigo
Penfigo Enfermedad grave autoinmune con manifestaciones cutáneomucosas cuya lesión elemental es una ampolla intraepitelial originada por la acantolisis. El diagnóstico se efectúa con la histología y la inmunofluorescencia. Su tratamiento es con corticosteroides a nivel sistémico e inmunosupresores. El pénfigo es una enfermedad autoinmune, organoespecífica en la que se producen vesículas y ampollas en piel y mucosas por la acción de autoanticuerpos contra proteínas específicas localizadas en las uniones de las células del epitelio. Hay dos formas fundamentales de pénfigo que son el pénfigo vulgar (PV) con una participación importante de las mucosas y el pénfigo foliáceo (PF) que se expresa en la piel y sus respectivas variantes (pénfigo vegetante y pénfigo eritematoso), estos dos grupos se diferencian por sus características clínicas, los autoanticuerpos, y la histología. El pénfigo es una enfermedad poco frecuente con una incidencia del 0.5- 3.2 casos por 100.000 personas/año en el mundo. El pénfigo vulgar es la variante más frecuente constituyendo el 70% de todos los casos de pénfigo. Afecta a todas las razas con una mayor incidencia en los judíos Ashkenazim y en japoneses. La mayor prevalencia la observamos entre la cuarta y sexta década de la vida, y la afectación juvenil es rara pero también ha sido descrita, siendo casos muy severos. Presenta una incidencia similar en ambos sexos. Etiología
Es una enfermedad autoinmune que se caracteriza por tener anticuerpos IgG circulantes contra la desmogleína 3 (Dsg3) en la sustancia intercelular de los epitelios. Alrededor de la mitad de los pacientes también tienen autoanticuerpos contra la desmogleína 1 (Dsg1). © Medicina Oral S. L.
Se han descrito una cierta susceptibilidad mayor con la presencia de ciertos factores de histocompatibilidad (HLA-A10, HLA- A26 y DR4, DR14). Manifestaciones clínicas
- Comienzan en cavidad oral el 60%. - La mucosa oral se afecta en más del 90% (sólo 10-15% tienen afectación exclusiva cutánea). - Es infrecuente en laringe, faringe, esófago, uretra, vulva, cervix, recto y conjuntiva, pero es muy grave cuando se da en estas localizaciones. Generalmente comienza con lesiones muy inespecíficas, pasando meses desde el inicio hasta su diagnóstico. La mayoría de los pacientes presentan síntomas 2 a 6 meses antes de llegar al diagnóstico definitivo. La lesión elemental es una ampolla. Suelen ser múltiples, mal definidas, de distinto tamaño, de techo fino que se rompen fácilmente produciendo erosiones superficiales, irregulares y muy dolorosas. El paciente presenta conjuntamente la formación de nuevas ampollas junto con otras ya evolucionadas y úlceras, expresando un carácter progresivo. Cualquier localización de la mucosa oral puede estar afectada, pero con mayor frecuencia lo están las áreas de roce como es la mucosa yugal cerca del plano oclusal, labios, encía alveolar edéntula y paladar blando. En algunas ocasiones la participación de la encía se manifiesta como una gingivitis descamativa: encías rojas, eritematosas, brillantes, finas, con vesículas en superficie que al rozar levemente se desprende el epitelio quedando expuesto el conectivo adyacente hemorrágico, expresando su carácter descamativo y erosivo. Cuando el pénfigo tiene manifestaciones en piel éstas suelen aparecer tras meses o años después de las lesiones orales y se expresan como ampollas sobre una piel normal o lige85
Medicina Oral
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Fig. 1. Pénfigo vulgar en mucosa yugal.
Fig. 2. Pénfigo vulgar en lengua.
Fig. 3. Pénfigo vulgar en encía y fondo de vestíbulo.
Fig. 4. Pénfigo vulgar en mucosa yugal.
Fig. 5. Pénfigo vulgar en lengua.
Fig. 6. Pénfigo vulgar en tercio posterior de mucosa yugal.
Fig. 7. Pénfigo vulgar en forma de gingivitis descamativa crónica.
Fig. 8. Pénfigo vulgar en mucosa yugal.
Medicina Oral
Fig. 9. Pénfigo vulgar en lengua.
Fig. 10. Pénfigo vulgar en lengua. Mismo caso de fig. 9.
Fig. 11. Pénfigo vulgar en paladar. Mismo caso de fig. 9.
Fig. 12. Mismo caso de fig. 9.
Fig. 13. Pénfigo vulgar en encías y fondos de vestíbulo inferior.
Fig. 14. Pénfigo vulgar en mucosa yugal.
Fig. 15. Pénfigo vulgar en labio inferior.
Fig. 16. Pénfigo vulgar en mucosa yugal.
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Fig. 17. Pénfigo vulgar en mucosa yugal.
Fig. 18. Pénfigo vulgar en mucosa yugal.
Fig. 19. Pénfigo vulgar en encía y fondo de vestíbulo.
Fig. 20. Pénfigo vulgar en paladar.
Fig. 21. Pénfigo vulgar en mucosa yugal.
Fig. 22. Pénfigo vulgar en tercio posterior de mucosa yugal.
Fig. 23. Pénfigo vulgar en mucosa yugal.
Fig. 24. Pénfigo vulgar en mucosa yugal.
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Fig. 25. Pénfigo vulgar.
Fig. 26. Pénfigo vulgar.
Fig. 27. Pénfigo vulgar. Gingivitis descamativa.
Fig. 28. Pénfigo vulgar.
ramente eritematosa, localizadas en cualquier parte del cuerpo pero con mayor frecuencia en cuero cabelludo, cara y parte superior del tronco. Diagnóstico
El diagnóstico de sospecha clínico tiene que ser confirmado por estudios complementarios que varían ampliamente en su especificidad y en su complejidad. 1- La citología exfoliativa 2- Histopatología 3- Inmunofluorescencia directa 4- Inmunofluorescencia indirecta 5- Estudios de inmunoprecipitación Citología exfoliativa Células acantolíticas de Tzanck, redondeadas con bordes desflecados, núcleos grandes e hipercrómicos.
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Fig. 29. Histopatología del pénfigo vulgar.
Histopatología Ampolla intraepitelial, con acantolisis. ifd (inmunofluorescencia directa)
Pr i n c i p a l m e nte I g G e n l o s e s p a c i o s intercelulares del epitelio y mucho menos frecuente IgM.También puede detectarse depósito de complemento, especialmente la fracción C3.
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ifi (inmunofluorescencia indirecta)
Anticuerpos circulantes anti-superficie de las células epiteliales (antisustancia intercelular) fundamentalmente IgG4 e IgG1, y menos frecuentemente la IgG3. Los títulos de auto-Ac suelen reflejar la actividad de la enfermedad, y son útiles para evaluar su evolución y el tratamiento. Estudios de inmunoprecipitación Los estudios de inmunoprecipitación en la actualidad son considerados de los más definitivos e identifican los antígenos diana reconocidos por los autoanticuerpos del paciente, reconociéndose en el PV la Dsg 3, en el PF la Dsg1. La severidad de las lesiones orales está en relación con los niveles sanguíneos de anticuerpos anti-desmogleina-3. La severidad de las lesiones cutáneas está en relación con los niveles sanguíneos de anticuerpos antidesmogleína-1. Tratamiento
Los fármacos de elección para el tratamiento del pénfigo son los corticoides, así lo refleja el cambio que sufrió la enfermedad con la introducción de los mismos disminuyendo drásticamente las tasas de mortalidad de estos pacientes. Sin embargo, las altas dosis y el tiempo prolongado de su utilización llevan a la aparición de graves efectos secundarios, por ello es útil la utilización de terapias adyuvantes con agentes inmunosupresores como la azatioprina, ciclofosfamida, metrotexate, ciclosporina, y cada vez se extiende más el empleo de nuevos agentes como el mofetil micofenolato o el tacrolimus como alternativas inmunosupresoras en monoterapia o terapia combinada con bajas dosis de corticoides. El objetivo del tratamiento es reducir los anticuerpos que producen el daño tisular. En el momento actual no existe ninguna terapia que suprima específicamente los anticuerpos antidesmogleína, por lo que el tratamiento sigue basado en la inmunosupresión no específica. 90
El tratamiento inicial del pénfigo vulgar requiere el uso de corticoides sistémicos tales como la prednisona pudiendo comenzar con dosis de 1 mg/kg/día. Una vez controlado el brote hay que ir reduciendo progresivamente la dosis y pasando a régimen de administración a días alternos con el fin de minimizar los efectos secundarios, hasta llegar a alcanzar dosis mínimas de mantenimiento. La vía tópica con corticoides se suele aplicar como apoyo a la administración por vía oral o como terapia de mantenimiento. Se puede administrar fluocinolona al 0,05% o propionato de clobetasol al 0,05%. Para las lesiones localizadas principalmente en encías se pueden administrar los corticoides en férulas oclusales. Otros fármacos que se suelen emplear asociados a los corticosteroides son los inmunosupresores. Generalmente la terapia combinada se inicia con la suma de inhibidores de la síntesis de la purina como el mofetil micofenolato o la azatioprina. El mofetil micofenolato parece desarrollar menos efectos secundarios presentando un mayor perfil de seguridad. Tiene un inicio de acción lento requiriendo a menudo de 2 a 3 meses para el control de los anticuerpos y es una terapia cara. La dosis recomendada es de 2 g/día. Los efectos secundarios más comunes son linfopenia, alteraciones gastrointestinales, intolerancia ocasional debido al dolor óseo y fatiga y aumento de la incidencia de infecciones. Necesita una monitorización sanguínea con un recuento hemático periódico. Este tratamiento, sin embargo, no siempre resulta efectivo en todos los pacientes con pénfigo. La azatioprina ha mostrado ser más segura para alcanzar el control de la enfermedad y es más barata pero presenta una mayor incidencia de efectos secundarios, estos incluyen leucopenia, pancitopenia, hepatotoxicidad náuseas y fiebre. El riesgo de padecer estos efectos disminuye determinando la actividad del enzima tiopurina metil transferasa ( TPMT ). Esta enzima metaboliza la azatioprina y según su actividad nos da la dosis ajustada para cada paciente. Para
Medicina Oral
pacientes con niveles normales de TPMT la dosis recomendada es de 3mg/kg/día. Otros tratamientos son: - Ciclofosfamida. - Plasmaféresis. - Inmunoglobulinas intravenosas. - Ant i c u e r p o s Ant i C D 2 0 ( R i t u x imab). Pronóstico y evolución
Indicadores pronósticos. 1- Edad del paciente al inicio de la enfermedad 2- La extensión de las lesiones 3- La dosis necesaria de corticosteroides La edad del paciente, la extensión de las lesiones y la mayor dosis necesaria de corticosteroides para su tratamiento determinan el pronóstico del pénfigo vulgar. El curso de la enfermedad es extremadamente variable y totalmente imprevisible, siendo muchos los pacientes que necesitan tratamiento continuo con fármacos inmunosupresores. Así pues, hasta no hace muchos años, lo que sucedía era lo siguiente: - 10% morían. - 40% se curaban y no necesitaban tra- tamiento. - 20% requerían dosis bajas de corticosteroides de mantenimiento. - 30% tenían recurrencias continuas.
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Pénfigo paraneoplásico
Aunque es mucho menos frecuente que el PV cabe una mención especial por la gran frecuencia e intensidad con que se manifiesta en la cavidad oral. Fue descrito inicialmente por Anhalt y colaboradores en 1990 separándolo del pénfigo, como una enfermedad autoinmune causada por una alteración linfoproliferativa subyacente, con unos criterios diagnósticos clínicos, histológicos, e inmunológicos que lo definen. Aproximadamente dos tercios de los casos de pénfigos paraneoplásicos (PPN) ocurren en pacientes donde ya se tenía conocimiento de una neoplasia, en el tercio restante la lesión neoplásica es detectada después de la enfermedad mucocutánea. Está asociado con mayor frecuencia a neoplasias hematológicas (84% de los casos) sobre todo linfomas no Hodgkin (42%), leucemias linfocitarias crónicas (29%), enfermedad de Castleman (10%) y otras. También se ha descrito asociado a neoplasias no hematológicas (16% de los casos). Se caracteriza por: 1- Clínicamente por una severa afectación oral (estomatitis) y lesiones polimorfas cutáneas que afectan preferentemente al tronco, extremidades, palmas y plantas en un paciente con una neoplasia oculta o confirmada. 2- Histológicamente se evidencia un proceso cutáneo liquenoide, a menudo combinado con un despegamiento intraepitelial. 3- La IFD detecta IgG y complemento localizados en el espacio intercelular del epitelio junto con depósito lineal o granular del complemento en la zona de la membrana basal. 4- Autoanticuerpos séricos que se unen no sólo a la superficie de las células del epitelio escamoso de piel y mucosas como en el pénfigo, sino también al epitelio simple, columnar y transicional, detectados por IFI y siguiendo el patrón típico del pénfigo (positiva para los Ac antisustancia intercelular). 5- Los estudios de inmunoprecipitación reconocen la presencia de antígenos específicos de los desmosomas y hemidesmosomas: desmoplakina 1 (250KD), BPAg (230KD), envoplakin y desmoplakin II (210KD), periplakin (190KD) y un Ag indeterminado de 170 KD y la desmogleina 1 y 3.
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Fig. 30. Pénfigo paraneoplásico.
Fig. 31. Mismo caso de la fig. 30.
Fig. 32. Mismo caso de la fig. 30.
Fig. 33. Mismo caso de la fig. 30.
Fig. 34. Mismo caso de la fig. 30.
Fig. 35. Mismo caso de la fig. 30.
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Medicina Oral
Tema 8. Penfigoides El término penfigoides describe a un grupo de enfermedades inflamatorias crónicas, de naturaleza autoinmune, que afectan a la piel o a las mucosas, rara vez afecta a ambas. Se manifiestan en forma de ampollas subepiteliales. Hay dos tipos de penfigoides: Bulloso y de las mucosas (PMM) (también denominado penfigoide cicatrizal, penfigoide benigno de las membranas mucosas). Vamos a centrarnos en el PMM porque es el más frecuente en la mucosa oral. Epidemiología
El PMM es una enfermedad propia de edad adulta, con una edad media de 60 años, la mayoría de los casos se presentan entre los 40 y los 80 años. Es más frecuente en mujeres en una proporción de 2 a 1 con respecto a los hombres, si bien también hay descritos casos en niños. Etiología
Es una enfermedad autoinmune de causa desconocida. Se producen autoanticuerpos contra determinados componentes de la lámina basal del epitelio. Se han descrito varios tipos o variantes de PMM con afectación oral, que tienen autoanticuerpos contra diferentes elementos de esta zona de lámina basal. Así: • anti-laminina 5 (epiligrin) y anti una zona de interfase de la lámina lúcida y lámina densa. (Allbritton et al, 1997; DomlogeHultsch et al, 1992; Domloge-Hultsch et al, 1994; Hashimoto et al, 1996; Kirtschig et al, 1995; Shimizu et al, 1995). • anti-laminin 5 y 6 (Chan et al, 1997). • contra el antígeno 168 kDa (Ghohestani et al, 1996). • contra ambos: 168 kDa y BPAg 2 (Ghohestani et al, 1996). • contra los siguientes antígenos: laminina 5 y BPAg 2 (Kawahara et al, 1998).
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Manifestaciones clínicas
Las mucosa oral, ocular y genital son las más frecuentemente afectadas, seguidas en orden de frecuencia por la faríngea, laríngea, nasal y esofágica. Se producen ampollas que se rompen dando lugar a erosiones que pueden producir o no cicatrices. - En la mucosa oral la lesión elemental es una ampolla, tal como hemos señalado, si bien estas sólo se visualizan ocasionalmente, ya que pronto se rompen, aunque podemos observar el techo de la misma manifestándose como una membrana blanca sobre la superficie erosiva. - Con relación a su localización lo más frecuente es encontrar lesiones en: * encías: en forma de gingivitis descamativa. * paladar. - Las lesiones suelen aparecer repetidamente en el mismo sitio y el desencadenamiento puede estar provocado por el trauma de la masticación o bien la presión de la prótesis removible. - Su curso es lento y progresivo con exacerbaciones y remisiones, pudiendo permanecer las lesiones estables meses o años en las mismas localizaciones. En los ojos se puede producir un simblefaron e incluso llegar a la ceguera. La afectación ocular es importante en el PMM y puede suceder a veces en un 60-70% de las ocasiones. Al inicio los pacientes refieren conjuntivitis, que después progresa a ulceración, con formación de bridas cicatriciales, e incluso ceguera por afectación corneal severa y simblefaron.
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Fig. 1. Penfigoide mucoso en paladar.
Fig. 2. Penfigoide mucoso en paladar.
Fig. 3. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
Fig. 4. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
Fig. 5. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
Fig. 6. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
Fig. 7. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
Fig. 8. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
Medicina Oral
Fig. 9. Penfigoide mucoso en forma de gingivitis descamativa.
Fig. 10. Penfigoide mucoso en mucosa yugal.
Fig. 11. Penfigoide mucoso con amplias lesiones en paladar.
Fig. 12. Mismo caso de la fig. 11 en otro momento.
Fig. 13. Mismo caso de la fig. 11 en otro momento.
Fig. 15. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
© Medicina Oral S. L.
Fig. 14. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
Fig. 16. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
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Fig. 17. Penfigoide mucoso en forma de gingivitis descamativa.
Fig. 18. Penfigoide mucoso en forma de gingivitis descamativa.
Fig. 19. Penfigoide mucoso en forma de gingivitis descamativa.
Fig. 20. Penfigoide mucoso en forma de gingivitis descamativa.
Fig. 21. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
Fig. 22. Penfigoide mucoso en paladar.
Fig. 23. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
Fig. 24. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
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Fig. 25. Penfigoide mucoso, gingivitis descamativa.
Fig. 26. Penfigoide mucoso en ojos.
Fig. 27. Penfigoide mucoso en paladar.
Fig. 28. Penfigoide mucoso en paladar.
Fig. 29. Penfigoide mucoso en ojos.
Fig. 30. Penfigoide mucoso en ojos.
Diagnóstico
El diagnóstico de sospecha clínico tiene que ser ratificado por la histología y por la inmunofluorescencia directa (IFD). Histopatología Con tinción con hematoxilina-eosina se observa una ampolla subepitelial en la que el epitelio queda despegado del conectivo a nivel de la lámina basal. Se puede observar asociado un infiltrado inflamatorio en las áreas papilares del tejido conectivo, a veces con eosinófilos. © Medicina Oral S. L.
Fig. 31. Histopatología del penfigoide.
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IFD Se observa una distribución uniforme en forma de banda o línea a nivel de la membrana basal, positiva para IgG y C3 sobre todo; a veces también hay positividad para la IgA o IgM. IFI (Inmunofluorescencia indirecta) Se utiliza para detectar anticuerpos circulantes en el suero del paciente. No es una técnica muy utilizada ya que no siempre resulta positiva en los pacientes con PMM y además las titulaciones no se ha confirmado que se correlacionen con el curso de la enfermedad, en relación a la severidad y actividad. Tratamiento
Para el tratamiento consideraremos dos tipos de penfigoide de las membranas mucosas : 1- De alto riesgo (múltiples localizaciones afectas) 2- De bajo riesgo (sólo afectación de la mucosa oral)
Fig. 32. Inmunofluorescencia directa del penfigoide.
Alto riesgo - Una posibilidad es administrar corticosteroides por vía oral: prednisona a dosis de 40-60 mg/día o 1 mg/Kg/día, asociado a ciclofosfamida (1-2 mg/Kg/día), o azatioprina (1-2 mg/Kg/día). - Otra posibilidad es emplear la Dapsona (50200 mg/día). Se pauta incrementando la dosis progresivamente, primero 25 mg/día y cada 3 días se aumentan 25 mg hasta los 100 mg/día; posteriormente se sube la dosis cada semana
Tabla 1. Esquema de tratamiento en el penfigoide mucoso.
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hasta el máximo de 150 mg. Además, antes de su administración es importante descartar la deficiencia de la glucosa6-fosfato deshidrogenasa para evitar efectos secundarios importantes. Bajo riesgo - Corticosteroides tópicos de potencia moderada o alta, aplicados en forma de pomada o colutorios en casos de lesiones no muy extensas. Así el propionato de clobetasol al 0,05% o el acetónido de fluocinolona al 0,05% suelen dar buenos resultados . También se pueden colocar en férulas hechas a medida de la arcada del paciente que facilita la aplicación del fármaco. Fig. 34. Mismo paciente de la Fig. 33.
Fig. 33. Penfigoide mucoso en encías.
Fig. 35. Mismo paciente de la Fig. 33.
Fig. 36. Mismo paciente de la Fig. 33 tras el tratamiento.
© Medicina Oral S. L.
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Tema 9. Otras enfermedades ampollares
DERMATOSIS IgA LINEAR Se trata de una enfermedad que afecta, sobre todo a la piel cursando con ampollas que acontecen de forma espontanea y en la inmunofluorescencia directa traducen el depósito de IgA en la membrana basal. Es un proceso crónico, adquirido y autolimitado que ocurre de forma habitual en la edad preescolar. Manifestaciones clínicas
Clínicamente se trata de una erupción ampollar formada por elementos grandes y tensos, de contenido seroso claro o serohemorrágico que aparece sobre piel normal o eritematosa, con una predilección por la parte inferior del tronco, nalgas, muslos y zona genital, aunque también puede observarse en cuero cabelludo, zona perianal y dorso de los pies. Es frecuente la asociación al HLA B8 y la histología demuestra una ampolla subepidérmica con neutrófilos o eosinófilos en su interior; sin embargo lo que nos ayuda en el diagnóstico, como antes señalamos, es la presencia en piel tanto sana como normal de un depósito lineal de IgA en la membrana basal, pero hay que tener cuidado con este dato pues también puede aparecer en el penfigoide cicatricial (PC). Aunque los antígenos contra los que actúan estos anticuerpos todavía no han sido identificados, se supone son distintos a los del penfigoide cicatricial y epidermolisis bullosa. Las manifestaciones orales incluyen úlceras, erosiones y ampollas, siendo en todo muy similar al PC. Porter y col. presentaron un caso de dermatosis IgA linear (DAL) en un varón de 29 años que se expresó como una gingivitis descamativa y respondió al tratamiento con sufapiridina. (Fig. 1)
© Medicina Oral S. L.
Fig. 1. Dermatosis IgA lineal. (Fotos publicadas en la revista Medicina Oral. Eguia del Valle A, Aguirre Urízar JM, Martínez Sahuquillo A. Oral manifestations caused by the linear IgA disease. Med Oral. 2004 Jan-Feb;9(1):39-44.).
DERMATITIS HERPETIFORME También, como la anterior, es una enfermedad esencialmente cutánea que se caracteriza por una intensa erupción vesiculo-ampollar muy pruriginosa que acontece sobre áreas eritematosas. Las lesiones orales, sin embargo, se señalan en casi el 70% de estos casos y consisten en erosiones, ampollas y eritemas. El diagnóstico se establece tras la confirmación de que existe una enteropatía por gluten y depósito granular de IgA y C3 en la membrana basal de piel clinicamente normal, por lo que se puede confundir con el PC y la DAL, tanto por la histología como por la IFD. La IFI es negativa.
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Medicina Oral
EPIDERMOLISIS AMPOLLAR Bajo este término se agrupan un conjunto de enfermedades hereditarias caracterizadas por la presencia de vesículas y ampollas en piel y mucosas; de forma característica aparecen tras el más mínimo trauma, con tendencia a la formación de cicatrices, características de la epidermolisis ampollar distrófica recesiva (EBDR). En la EBDR las lesiones orales aparecen pronto tras el nacimiento, con afectación constante de la cavidad oral y faringe. Las localizaciones más habituales son la lengua, paladar y mucosas yugales, de forma tal que los continuos episodios de ampollas provocan, como dijimos, cicatrices que impiden abrir bien la boca para comer, hablar y deglutir. Las caries son muy frecuentes y casi siempre debidas a la mala higiene oral, aunque algunos autores como Crawford señalan defectos del esmalte. No hay relación entre la intensidad de las lesiones cutaneas, las orales y afectación dentaria. El diagnóstico de la epidermolisis bullosa se establece por la histopatología que demuestra la existencia de una ampolla subepitelial con numerosos neutrófilos en el corion. La IFD evidencia depósitos de IgG y C3 en la membrana basal, siendo la IFI negativa. El diagnóstico entre las diversas formas de epidermolisis ampollar se hará por la microscopía electrónica. El tratamiento odontológico de estos pacientes es especialmente problemático por la gran tendencia a las ampollas ante el más mínimo trauma, así como por la microstomía; siendo difícil trabajar en la boca de estos enfermos. Por todo ello es esencial instaurar tratamientos preventivos en estos niños (control de placa y flúor). La intubación en la anestesia general puede originar importantes problemas asfíxicos por las ampollas que se provocan en la laringe durante la manipulación anestésica.
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Fig. 2. Epidermolisis ampollar.
Fig. 3. Epidermolisis ampollar.
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Medicina Bucal
Tema 10. Eritema multiforme
Concepto
Es una enfermedad aguda de la piel y de las mucosas que se caracteriza por presentar lesiones cutáneo-mucosas polimorfas, consistentes en zonas de eritema, vesículas, ampollas y costras serohemáticas. Epidemiología
El eritema multiforme (EM) se manifiesta con una especial predilección en jóvenes adultos del sexo masculino y la mayoría los observamos en las tres primeras décadas de la vida. Se han descrito casos de EM menores en niños, incluso en relación con estaciones del año. Etiología
Es de etiología desconocida, si bien se han descrito, como factores etiológicos importantes en el EM, las infecciones previas y recidivantes por el virus del herpes simple y algunos fármacos. Con relación a los fármacos, son muchos los que se han señalado como desencadenantes de un eritema multiforme. En la tabla 1 se pueden ver algunos de estos fármacos.
92% de los pacientes. Es posible encontrar sólo lesiones orales en el 43%. Distinguiremos las siguientes formas clínicas: 1- Menores. 2- Mayores. 3- Síndrome de Stevens-Johnson. 4- Necrolisis tóxica epidérmica (Síndrome de Lyell). Es muy grave pudiendo producir la muerte de los pacientes. Cuando aparece, suele ser tras fármacos. Esta última forma, por ser mucho más infrecuente no la describiremos. Menores Se considera la forma menos severa de EM. Se caracteriza por: - Lesiones cutáneas bilaterales simétricas, que aparecen sobre todo, en superficies extensoras de brazos y piernas. (En forma de iris, ojo de buey, escarapela). - Por definición la forma menor está limitada a una sola zona mucosa que generalmente es la oral. A veces, las lesiones orales aparecen antes que las cutáneas, si bien es
Tabla 1. Fármacos desencadenantes de EM.
Salicilatos Barbitúricos Penicilinas Clorpropamida Digitálicos Sales oro Etretinate Piroxicam Fenitoína Fenilbutazona Antimaláricos Estreptomicina Yoduros Mercuriales Carbamacepina Brufexamec Prednisona intradural
Busulfán Codeína Hydralazina Sulfonamidas Griseofulvina Vinblastina Metrotexate Teofilina
Cardizem Danazol Acamprosate Litium Veparamil Diltiazem Trimebutine
Manifestaciones clínicas
El eritema multifome se caracteriza por presentar manifestaciones en piel y/o mucosas que se resuelven en 3 semanas. Es frecuente que tengan un carácter recidivante. Las lesiones orales aparecen, entre el 48 y el © Medicina Oral S. L.
posible ver sólo manifestaciones orales. - Suelen ocurrir en zonas no queratinizadas como los labios. - Son lesiones ampollares, erosivas, costrosas serohemáticas, pero muy dolorosas. 103
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- Su evolución es de unas 3 semanas. Mayores - Por definición en esta forma se afectan varias mucosas (Hu. et al, 1983). - Es más severa que las formas menores pudiendo afectarse además de la mucosa oral, la genital, ocular, laríngea, esofágica y genitales. - La piel, sin embargo recuerda las formas menores de EM en su localización bilateral y simétrica, aunque las lesiones son más atípicas con ampollas y afectando a más áreas. - Los pacientes que inicialmente se presentan con formas menores, en los sucesivos brotes pueden adquirir formas mayores, por ello la separación entre formas menores y mayores no es tan exacta como algunos quieren ver. Síndrome de Stevens-Johnson - Suele aparecer tras tomar fármacos. - Ocurre un pródromos en el 30% de los casos, con odinofagia, cefaleas, fiebre, mialgia, rash, neumonía, nefritis, miocarditis. - Se produce una afectación de amplias zonas del cuerpo, destacando la cavidad oral (siempre afecta la boca), ojos (gran afectación), faringe, laringe, esófago, piel y genitales. - Posteriormente pueden desarrollar, un Síndrome de Sjogren (de Roux Serratrice et al, 2001).
Fig. 2. Eritema multiforme en labios.
Fig. 3. Eritema multiforme en labios.
Fig. 4. Eritema multiforme en labios.
Fig. 1. Eritema multiforme en labios.
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Fig. 5. Eritema multiforme en mucosa yugal.
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Fig. 6. Eritema multiforme periorificial.
Fig. 7. Mismo caso de la fig. 6.
Fig. 8. Mismo caso de la fig. 6.
Fig. 9. Eritema multiforme en piel de la cara.
Fig. 10. Eritema multiforme en piel. Mismo caso fig. 9.
Fig. 11. Eritema multiforme en labios. Caso fig. 9.
Fig. 12. Eritema multiforme en labios. Caso fig. 9.
Fig. 13. Eritema multiforme en labios. Caso fig. 9.
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Fig. 14. Eritema multiforme en labios.
Fig. 15. Eritema multiforme en lengua.
Fig. 16. Eritema multiforme en mucosa yugal.
Fig. 17. Eritema multiforme en mucosa yugal.
Fig. 18. Eritema multiforme en labios.
Fig. 19. Eritema multiforme en labios y lengua.
Fig. 20. Eritema multiforme en gran parte de la mucosa oral.
Fig. 21. Eritema multiforme en labios.
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Fig. 22. Eritema multiforme en gran parte de la mucosa oral.
Fig. 23. Eritema multiforme en mucosa yugal.
Fig. 24. Eritema multiforme en mucosa yugal.
Fig. 25. Eritema multiforme en labios.
Fig. 26. Eritema multiforme en labios.
Fig. 27. Eritema multiforme en labios.
Fig. 28. Eritema multiforme en labios.
Fig. 29. Eritema multiforme en labios.
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Fig. 30. Eritema multiforme en mucosa yugal.
Fig. 31. Eritema multiforme en piel de manos.
Fig. 33. Eritema multiforme en labios y lengua. Fig. 32. Eritema multiforme en manos.
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Fig. 34. Eritema multiforme en labios y mucosa yugal.
Fig. 35. Eritema multiforme en labios y mucosa yugal.
Fig. 36. Eritema multiforme en paladar y labios.
Fig. 37. Eritema multiforme en labios y lengua.
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Fig. 38. Eritema multiforme en manos.
Fig. 39. Eritema multiforme en ojos.
Fig. 40. Eritema multiforme en manos.
Fig. 41. Eritema multiforme en labios.
Fig. 42. Eritema multiforme alrededor de los ojos.
Fig. 43. Eritema multiforme en labios.
Fig. 44. Eritema multiforme en labios y paladar.
Fig. 45. Eritema multiforme en labios.
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Diagnóstico
El diagnóstico normalmente lo hacemos sólo con la clínica, si bien podemos apoyarnos en la histopatología. 1- Clínica Carácter agudo, duración 2-3 semanas, recidivantes. 2- Histopatología Aparecen ampollas subepidérmicas o intraepidérmicas, junto a la presencia de queratinocitos necróticos. La IFD e IFI no son diagnósticas. (IFD: inmunofluorescencia directa; IFI: inmunofluorescencia indirecta)
Fig. 46. Histopatología en un caso de eritema multiforme.
Tratamiento
- La resolución espontánea en el EM es lenta, pudiendo tardar 2-3 semanas en la forma menor y hasta 6 semanas en la mayor. - Si se identifican factores etiológicos tratarlos (como en el ejemplo concreto del herpes simple). Tratamiento durante 5 días con aciclovir ante el primer signo de la enfermedad o bien profilaxis con 400 mg durante 6 meses en las formas relacionas con el herpes. (ver tema del herpes simple, para ampliar detalles del tratamiento con aciclovir).
- Como es un proceso agudo muy doloroso, también es recomendable el empleo de analgésicos y soluciones anestésicas de lidocaina al 2%. - Las formas menores, pueden responder bien a los corticosteroides locales, si bien los corticosteroides sistémicos son de gran utilidad. Para el tratamiento con corticosteroides locales empleamos pomadas o cremas de triamcinolona, fluocinolona o propionato de clobetasol, en las dosis que hemos señalado en el tema liquen plano oral. Por supuesto que en las formas mayores prescribiremos corticosteroides, solos o combinados con azatioprina u otros fármacos inmunomoduladores. - Otros tratamientos son: ciclofosfamida, dapsona, ciclosporina, azatioprina, levamisol y talidomida. (Schoeld et al, 1993; Conejo-Mir et al, 2003). - Plasmaféresis para el tratamiento de las formas muy severas. 110
Bibliografía
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Tema 11. Lupus eritematoso, esclerodermia y liquen escleroso LUPUS ERITEMATOSO
Concepto
El lupus eritematoso (LE) es una enfermedad inflamatoria autoinmune del tejido conectivo, de curso crónico y manifestación en forma de brotes. Esta enfermedad aparece sobre todo en mujeres jóvenes y varía en severidad, pudiendo en algunos casos causar graves complicaciones en distintos órganos y sistemas. Presenta tres formas clínicas según la gravedad y distribución de la afectación. a) LE discoide (LED). Es la forma más leve. Curso crónico y afectación de la mucosa oral y de la piel sobre todo de las zonas expuestas (la cara, el cuero cabelludo y los pabellones auriculares), con lesiones discoides. b) LE cutáneo subagudo (LECS). Es la forma intermedia, tiene mayor extensión y afecta a la cabeza y el cuello, al tronco superior y a las superficies extensoras de los brazos. c) LE sistémico (LES). Es la forma más grave. Además de las lesiones discoides en piel y mucosa aparecen lesiones en otros órganos diana (especialmente los riñones) y alteraciones hemáticas. Entre un 5-6 % de los LED evolucionan a LES con el tiempo. Epidemiología
La prevalencia del LES varía según países: en Norteamérica y norte de Europa aparece en 40/100.000 habitantes. Es una enfermedad grave, y aunque el pronóstico ha mejorado mucho en las últimas décadas, estos pacientes tienen una tasa de mortalidad tres veces mayor que la población general. La tasa de supervivencia a los 10 años tras el diagnóstico es de aproximadamente del 80% y del 65% a los 20 años. Las muertes tempranas suelen producirse por infecciones y enfermedad activa, mientras que las tardías suelen producirse por enfermedad vascular arterioesclerótica. Como ya dijimos es más prevalente en el sexo femenino en una proporción de 9/1 para el LES y de 2/1 para el LED. Aparece © Medicina Oral S. L.
en personas jóvenes y es más frecuente en la raza negra. La mucosa oral se afecta entre un 21-50% de los casos de LES y en un 15-25% de los de LED. Etiología y patogenia
La etiología de la enfermedad es desconocida. Como en otras enfermedades autoinmunes, aparecen múltiples autoanticuerpos e inmunocomplejos capaces de originar lesiones en uno o varios órganos diana. La patogenia puede explicarse de forma esquemática diciendo que una serie de factores ambientales actúan como precipitantes de la enfermedad unidos a una serie de factores genéticos y neuroendocrinos del paciente. Entre los factores ambientales pueden encontrarse las infecciones por retrovirus C, algunos fármacos (procainamida,hidralacina), exposición al tabaco y radiaciones ultravioletas. Entre los factores genéticos destaca la presencia de los haplotipos HLA A1, B8, DR3, DR2 y DQ y defectos congénitos de la fracción C2 del complemento. En los neuroendocrinos, una falta en la producción de andrógenos. Se produce por tanto una alteración en la homeostasis del sistema inmune con una activación policlonal de linfocitos B que actúan como autoanticuerpos (aAc) de una gran cantidad de constituyentes intra y extracelulares, incluyendo DNA y otros ácidos nucleicos, nucleoproteínas, componentes citoplasmáticos y antígenos de la superficie celular. Dentro de los autoanticuerpos podemos establecer dos grupos: antinucleares (ANA) y antiantígenos de membranas celulares (antieritrocitos, antilinfocitos, antiplaquetas, antineuronales). Los ANA producen lesión tisular al unirse con su antígeno formando inmunocomplejos circulantes (ICC). No está todavía bien definido si esa unión del 111
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anticuerpo al antígeno y al complemento se realiza in situ o si bien se debe a la unión de ICC circulantes preexistentes. Los complejos inmunes se depositan en todo el cuerpo, especialmente en el riñón (lupus nefrítico) y en las paredes de los vasos sanguíneos (vasculitis) de todos los órganos, incluyendo la piel. También se produce una alteración de los linfocitos T, con disminución de la población T supresora y por consiguiente un exceso de la actividad facilitadora. Como hemos comentado hay algunos fármacos que pueden producir (infrecuentemente) una enfermedad muy semejante al LES. La procainamida es la responsable de la mayoría de los casos. Las manifestaciones clínicas del LES asociado a fármacos no suelen ser severas e incluyen artralgias, erupción cutánea maculopapular, serositis, fiebre, anemia y leucopenia. Los ANA, suelen ser positivos pero los anticuerpos anti-ADN nativo casi nunca se detectan. Estos pacientes pueden tener también Ac- antifosfolípidos y sus consecuencias tromboembólicas. El lupus desencadenado por fármacos normalmente remite con tratamiento adecuado tras 4-6 semanas, si se retira el fármaco causal, pero los ANA pueden seguir siendo positivos durante 12 meses. Manifestaciones clínicas
Como hemos comentado el LES tiene un curso y pronóstico variables, y se caracteriza por períodos de relativa inactividad y exacerbaciones que pueden afectar a cualquier órgano o tejido en diferentes combinaciones. El diagnóstico de LES puede ser difícil. Debe sospecharse en los pacientes que tengan características clínicas que afecten a dos o más de los órganos enumerados en la Tabla 1. El American College of Rheumatology (ACR) publicó en 1982 unos criterios para clasificar y diagnosticar pacientes con LES. Estos criterios fueron actualizados en 1997 (Tabla 2). Afectación de la mucosa oral Aunque cualquier mucosa puede verse afectada en el LES, las zonas más frecuentes son la boca y los labios. Las lesiones aparecen más 112
frecuentemente en los tercios medio y posterior de las mucosas yugales (simétricas o no), las encías, el paladar y también en los labios, tanto en el LE como en el LED. Aunque en ocasiones las lesiones orales constituyen el primer signo físico de LE, en la mayoría de los casos las lesiones orales y cutáneas aparecen simultáneamente. Podemos distinguir las lesiones en: A) Lesiones orales discoides típicas. Constituidas por un área central algo deprimida, atrófica y a veces ulcerada, rodeada por estrías blancas radiantes y eritema. Tienen un cierto carácter dinámico (cambian el aspecto de una semana a otra), pero suelen tener un carácter de lesión crónica de larga duración. B) Lesiones orales discoides atípicas. Pueden aparecer tanto en el LED como en el LES. Se observan estrías blanquecinas en mucosas yugales, la encía o la lengua. Son muy parecidas a las estrías de Wickham intraorales del liquen plano, y en ocasiones es difícil diferenciarlas. Tienen un carácter crónico. C) Lesiones orales no discoides. Se caracterizan por la falta de fenómenos de queratinización y por tanto no presentan áreas blanquecinas. Aparecen sobre todo en el LES, en fases activas de la enfermedad. Su aparición puede indicar el inicio de un brote activo. Se localiza en paladar sobre todo y a veces en mucosas yugales o encías, y no presentan el carácter crónico de la lesión discoide sino que llegan a desaparecer cuando lo hace el brote agudo de la enfermedad. Clínicamente se observan áreas hiperémicas o purpúricas o úlceras superficiales dolorosas, de base sucia y rodeadas de un halo rojizo. Si aparecen en un paciente con LED, poseen cierto valor predictivo para valorar la posible transformación a LES. Una forma más rara de lesiones orales no discoides, también presentándose como un brote agudo, es la forma ampollar, que suele manifestarse en un 30% de los pacientes con LES ampollar, y en la que aparecen pequeñas ampollas en el borde bermellón de los labios, además de presentar vesículas y ampollas en la piel del tronco y superficies flexoras de las extremidades.
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D) Lesiones labiales (labio lúpico). Pueden aparecer tanto en el LED como en el LES y se manifiestan como lesiones discoides típicas o atípicas. En las primeras vemos zonas hiperqueratósicas y áreas atróficas. En las atípicas, observamos estrías blancas de formas caprichosas en el borde bermellón. Existen dos características clínicas diferenciales en el labio lúpico: el signo de “invasión cutánea”, que consiste en que la lesión del bermellón desdibuja el límite con la piel, invadiendo ésta, y el signo de “engrosamiento asimétrico”, debido probablemente a la infiltración en parches profundos e irregulares de la lámina propia de la mucosa. Estos dos signos sirven para diferenciar las lesiones lúpicas del labio de las lesiones de liquen plano. Las lesiones discoides del labio suelen dejar desdibujado el límite del borde bermellón cuando cicatrizan. E) Síndrome seco. Los pacientes con LES suelen presentar una disminución significativa del flujo salival. En el 50% de los pacientes con LES y xerostomía, la biopsia de glándulas salivales menores muestra fenómenos de infiltración inflamatoria (linfocitaria).
Fig. 1. Lupus discoide en mucosa yugal.
Fig. 2. Lupus discoide en mucosa yugal.
Signos en otras mucosas No es raro hallar involucradas, tanto en el LED como en el LES, otras mucosas además de la oral. Así, cabe observar lesiones en las mucosas conjuntival, vulvar, laríngea, nasal y perianal. Manifestaciones cutáneas A) Lesión discoide. Es típica del LED, pero también se observa en el LECS y en la evolución del 4,5% de los LES. Presenta la tríada típica: eritema, atrofia e hiperqueratosis. Un frente inflamatorio avanza, dejando tras de sí una zona de hiperqueratosis, que cicatrizará con atrofia y alteraciones de la pigmentación y en ocasiones con cicatrices importantes. Cuando afecta al cuero cabelludo, deja un área de pelada cicatricial. B) Lesión urticariana. Se observa con frecuencia en el LES. Las lesiones pueden aparecer como un eritema o sarpullido en “alas de mariposa” en la cara, o una erupción cutánea tras radiaciones solares.
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Fig. 3. Lupus discoide en mucosa yugal.
Fig. 4. Lupus discoide en mucosa yugal.
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Fig. 5. Lupus discoide en labio inferior.
Fig. 6. Lupus discoide en labio inferior.
Fig. 7. Lupus discoide en labio inferior.
Fig. 8. Lupus discoide en piel.
Fig. 9. Lupus discoide en piel del ala de la nariz.
Fig. 10. Lupus sistémico en forma de alas de mariposa.
C) Además del eritema en “alas de mariposa”, puede también observarse fotosensibilidad, urticaria y la alopecia a lo largo de la evolución del LES, así como lesiones teleangiectásicas, eritema difuso, arteritis, púrpura, petequias, ulceraciones cutáneas durante más de seis meses (excluyendo trombosis), extensas zonas cicatriciales aparte de las del cuero cabelludo y fenómeno de Raynaud.
Diagnóstico
Ya hemos comentado anteriormente que el diagnóstico de LES puede ser difícil debido a la afectación de distintos órganos y deben por tanto seguirse las recomendaciones del ACR. Existen varias enfermedades que pueden confundirse con el LES en sus etapas iniciales, porque pueden presentar características clínicas o de laboratorio similares. Podemos incluir aquí las enfermedades del
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Tabla 1. Características clínicas del LES.
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS
Fatiga Fiebre (en ausencia de infección) Pérdida de peso MUSCULOESQUELÉTICO Artritis, artralgias Miositis PIEL Eritema en alas de mariposa Fotosensibilidad Lesiones de las membranas mucosas Púrpura Alopecia Fenómeno de Raynaud Urticaria Vasculitis RENAL Hematuria Proteinuria Cilindruria Síndrome nefrótico GASTROINTESTINAL Náuseas, vómitos Dolor abdominal PULMONAR Pleuresía Parénquima pulmonar Hipertensión pulmonar CARDIACO Pericarditis Endocarditis Miocarditis RETICULOENDOTELIAL Linfadenopatías Esplenomegalia Hepatomegalia HEMATOLÓGICO Anemia Trombocitopenia Leucopenia NEUROPSIQUIÁTRICO Psicosis Ataques Síndrome orgánico cerebral Mielitis transversa Neuropatías craneales Neuropatías periféricas CONSTITUCIONAL
tejido conectivo indiferenciadas, síndrome de Sjögren primario, síndrome antifosfolípidos primario, fibromialgia con ANA positivos, púrpura trombocitopénica idiopática, lupus desencadenado por fármacos y artritis reumatoide temprana. El LES puede ser leve, moderado o severo y prácticamente todos los pacientes deberían estar controlados por un médico especialista, que en la mayoría de los casos es un reumatólogo. Si un paciente tiene en cualquier período de su historia médica cuatro de los once criterios que aparecen en la tabla 2 puede hacerse un diagnóstico de LES con un 95% de especificidad y un 85% de sensitividad. Si el paciente tiene menos de cuatro criterios, es posible también un diagnóstico de LES y depende sobre todo del juicio clínico del médico (por ejemplo, una mujer joven con nefritis, anticuerpos antinucleares (ANA) y © Medicina Oral S. L.
anti-DNA, sólo tiene tres criterios pero es casi seguro que se trata de un LES). Si los ANA son negativos, el paciente tiene muy poca probabilidad de tener un LES. Los pacientes que presentan sólo ANA positivos, sin afectación sistémica de otros órganos, ni hallazgos de laboratorio típicos, es poco probable que tengan un LES. E n e l L E S a d e m á s d e l a a fe c t a c i ó n multisistémica, se ha descrito su asociación a distintas formas de enfermedades neoplásicas, como la leucemia linfocítica crónica de células B, mieloma, histiocitoma fibroso maligno y el linfoma maligno. También está aceptada la relación entre la lesión discoide de piel y el carcinoma de células escamosas. Por tanto para llegar al diagnóstico de LE debemos seguir los siguientes criterios diagnósticos:
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Criterios clínicos Las manifestaciones clínicas en piel y mucosas ya han sido descritas en el apartado anterior. Si no se acompañan de otras manifestaciones clínicas, inmunológicas ni serológicas, se trata de un LED. Criterios histopatológicos Las características microscópicas de las lesiones mucosas del LE son muy similares a las observadas en el liquen plano (LP) y en la enfermedad de injerto contra huésped. El antígeno diana parece localizarse en las capas basal y parabasal del epitelio, donde se acumula un gran número de linfocitos T y degeneran las células. Es frecuente el aumento de grosor de la membrana basal y la atrofia epitelial con pérdida de formación de crestas interpapilares. La presencia de concentraciones de linfocitos en la lámina propia inmediatamente subyacente, de cúmulos focales profundos de linfocitos con centros germinales y de infiltrados perivasculares linfocitarios, es útil para diferenciar las lesiones del LE, de las de LP. En las lesiones más crónicas, la presencia de hiperortoqueratosis y depresiones superficiales con queratina (tapones de queratina) sugieren que una lesión se debe a LE y no a LP. La inmunofluorescencia directa revela un patrón granular lineal del depósito de inmunoglobulinas IgA, IgM e IgG, fibrinógeno y C3 en el 90-100% de las lesiones características de LES y en el 75-80% de las lesiones características de LED. Este patrón no es lo bastante específico como para ser diagnóstico de LE, pero puede ser útil para distinguir entre lesiones de LE y LP, ya que el LP no suele ser reactivo para ninguna de las inmunoglobulinas. Alteraciones de laboratorio Son casi exclusivas del LES e incluyen anemia, leucopenia, trombocitopenia, linfopenia y positividad para anticuerpos antinucleares (ANA). Unos títulos elevados de anticuerpos IgG para la doble cadena de ADN (dsDNA) y anticuerpos contra el antígeno Smith (anti-Sm) son generalmente específicos para el LES. También en el LES podemos hallar anticuerpos contra proteínas del ARN 116
(anti-RNP, anti-Ro, anti-La) y anticuerpos anti-fosfolípidos (anticardiolipina), aunque estos Ac pueden hallarse también en otras enfermedades del tejido conectivo. Tratamiento
No existe un tratamiento específico para el LE. El objetivo debe ser controlar la actividad inflamatoria en los brotes y disminuir la producción de anticuerpos. Un posible esquema para la pauta de tratamiento sería: A) Evitar los factores desencadenantes del brote, como calor, algunos fármacos o la luz solar. Es fundamental evitar la exposición solar y el empleo de fotoprotectores. B) Terapia local. Los corticoides tópicos son el tratamiento de elección de los pacientes con LED, tanto para las lesiones orales como para las cutáneas. En las lesiones intraorales solemos utilizar triamcinolona al 0,1% o fluocinolona al 0,05% en pomada o enjuagues, o inyecciones intralesionales de triamcinolona si no hay respuesta terapéutica hasta un máximo de diez infiltraciones.
Fig. 11. Histología de lupus eritematoso.
Fig. 12. Histología de lupus eritematoso.
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Tabla 2. Actualización de 1997 de los criterios para la clasificación del LES propugnados por el American College of Rheumatology en 1982. DEFINICIÓN ERUPCIÓN MALAR
Eritema fijo, plano o sobreelevado, sobre las eminencias malares, sin afectar los surcos nasolabiales.
ERUPCIÓN DISCOIDE
Placas eritematosas sobreelevadas con escamas queratósicas adheridas y taponamiento folicular: Las lesiones antiguas pueden presentar cicatrices atróficas.
FOTOSENSIBILIDAD
Sarpullido cutáneo por reacción inusual a la luz solar, referido por el paciente u observado por el médico.
ÚLCERAS ORALES
Ulceraciones orales o nasofaríngeas, generalmente indoloras, observadas por el médico.
ARTRITIS NO EROSIVA
Que afecta a 2 o más articulaciones periféricas, caracterizada por sensibilidad, hinchazón o derrame.
PLEURITIS O PERICARDITIS
A. Pleuritis- historial convincente de dolor pleurítico o crepitación auscultada por un médico o evidencia de derrame pleural Ó B. Pericarditis- documentada con electrocardiograma o auscultación con crepitación o derrame pericárdico
ALTERACIÓN RENAL
A. Proteinuria persistente >0,5 g diarios o >3+ si no se analiza la cantidad Ó B. Cilindruria- de eritrocitos, hemoglobina, granular, tubular o mixta
ALTERACIÓN NEUROLÓGICA
A. Ataques sin haber ingerido drogas ni tener alteraciones metabólicas (uremia, cetoacidosis, desequilibrio electrolítico) O B. Psicosis- sin haber ingerido drogas ni tener alteraciones metabólicas (uremia, cetoacidosis, desequilibrio electrolítico)
ALTERACIÓN HEMATOLÓGICA
A. Anemia hemolítica con reticulocitosis B. Leucopenia <4000/mm3 en más de 2 ocasiones C. Linfopenia <1500/mm3 en más de 2 ocasiones Ó D. Trombocitopenia <100.000/mm3 sin tomar drogas
ALTERACIÓN INMUNOLÓGICA
A. Títulos anormales de Ac-anti ADN nativo B. Presencia de Ac- anti Sm (antígeno nuclear) O C. Positividad para Ac- anti fosfolípidos basada en (1) nivel sérico anormal para las IgG o IgM anti-cardiolipina, (2) positividad para el test anticoagulante del lupus con el método estándar, ó (3) test serológico falso positivo para sífilis durante al menos 6 meses
ANTICUERPOS ANTINUCLEARES POSITIVOS
Títulos anormales de Ac- antinucleares con inmunofluorescencia o método equivalente en cualquier momento de la enfermedad en ausencia de fármacos
C) Terapia sistémica. a- Los antimaláricos o antipalúdicos es otro de los tratamientos fundamentales del LED. Puede usarse la hidroxicloroquina con dosis iniciales de 200 mg al día para valorar la tolerancia gastrointestinal. Si el paciente no presenta diarrea o molestias, la dosis se duplica: 200 mg dos veces al día. Si se emplea cloroquina en lugar de hidroxicloroquina, las dosis deben ser menores de 3,5 mg/kg/día. Cloroquina e hidroxicloroquina no deben emplearse simultáneamente. Los inconvenientes de estos fármacos son: su toxicidad ocular, riesgo de pigmentación cutánea, urticaria y trastornos gastrointestinales. b- La dapsona y los retinoides son menos © Medicina Oral S. L.
útiles para tratar el lupus discoide, sin embargo la dapsona es particularmente eficaz en el lupus eritematoso ampollar, para el que puede ser el tratamiento de elección. La talidomida puede emplearse para tratar a los pacientes con LED resistente a otros fármacos. c- Los esteroides sistémicos producen numerosos efectos secundarios y no suelen usarse en el LED porque hay otras alternativas terapéuticas, pero sí se utilizan en los brotes agudos del LES, como la prednisona a dosis de 50-120 mg/día. d- Inmunosupresores: ciclofosfamida o metotrexato pueden ser un tratamiento complementario a los antimaláricos o a los 117
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corticoides si necesitamos disminuir las dosis de éstos. Consideraciones en el tratamiento odontológico En primer lugar debemos eliminar los factores físicos, traumáticos, químicos o biológicos que puedan incidir sobre las lesiones crónicas de la mucosa oral o del labio, como alcohol, tabaco, aristas en los dientes y prótesis, hábito de mordisqueamiento o placa bacteriana. En segundo lugar antes de empezar un tratamiento dental o quirúrgico, el dentista debe tener en cuenta algunas consideraciones para evitar complicaciones en los pacientes con LES: que el enfermo se halle fuera de un brote agudo de la enfermedad y la adopción de medidas adecuadas ante diversas posibilidades: A) Sistema cardiovascular. En autopsias de pacientes con LES se ha visto que hasta un 50% de ellos tienen endocarditis de Libman-Sacks (endocarditis verrugosa no bacteriana). El daño microscópico sobre el endotelio vascular puede actuar como un nido para la proliferación microbiana durante la bacteriemia transitoria. Sin embargo todavía existe controversia sobre si se debe o no, dar profilaxis antibiótica de forma rutinaria. Parece recomendable en pacientes con leucopenia y en los que reciben tratamiento inmunosupresor. B) Sistema inmune. En los pacientes con LES la inmunidad generalmente no es óptima, tanto por la enfermedad en sí como por los fármacos usados para tratarla. El tratamiento dental o quirúrgico debe posponerse si el recuento de neutrófilos es muy bajo. Se recomienda profilaxis antibiótica en pacientes inmunodeprimidos. C) Sistema de coagulación. Debemos hacer un recuento de plaquetas y pedir pruebas de coagulación sanguínea antes de realizar procedimientos dentales en los que se produzca sangrado, ya que en algunos de estos pacientes con LES la trombocitopenia puede 118
ser muy severa. También hay que tener en cuenta que el metrotexate, la ciclofosfamida y la azatioprina pueden producir una supresión de la función medular. D) Sistema renal. El fallo o insuficiencia renal es una de las características clínicas más frecuentes en pacientes con LES. Si hay insuficiencia renal deben ajustarse las dosis de los fármacos y si el paciente está en diálisis debe ser tratado como cualquier otro enfermo hemodializado. E) Consideraciones farmacológicas. Algunos fármacos como sabemos pueden provocar un síndrome semejante al LES o exacerbar la enfermedad preexistente. Tener en cuenta que algunos fármacos utilizados habitualmente en odontología como la penicilina, sulfonamidas y antiinflamatorios no esteroideos han sido implicados en estas reacciones. Bibliografía
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Medicina Oral
ESCLERODERMIA
una fibrosis, una inflamación y una alteración vascular.
Concepto
Cuadro clínico
La esclerodermia o esclerosis sistémica progresiva (ESP) es una enfermedad crónica del tejido conectivo multisistémica, caracterizada por excesiva producción y depósito de colágeno anormal en determinados tejidos, llevando a una fibrosis de la piel, de los vasos sanguíneos y órganos internos (tracto gastrointestinal, sistema respiratorio, renal, cardiovascular y genitourinario). Se puede presentar con una gran variedad de manifestaciones clínicas que varían ampliamente en pronóstico y severidad. Se clasifica en función del patrón y la extensión de las lesiones cutáneas y de la afectación de órganos internos. (tabla 1) La forma limitada o localizada se manifiesta con adelgazamiento de la piel localizado en las zonas distales de las extremidades y la cara. Frecuentemente tiene las características del síndrome de CREST (calcinosis, fenómeno de Raynaud, alteración esofágica, esclerodactilia y teleangiectasia) y se manifiesta en órganos internos menos frecuentemente. La forma sistémica o difusa se caracteriza por adelgazamiento simétrico de la piel de las zonas proximales y distales de las extremidades, de la cara y tronco con afectación de órganos internos y una rápida evolución. Es más frecuente en mujeres que en hombres (4:1) y suele iniciarse entre los 30 y 50 años de edad. La prevalencia de la esclerosis sistémica es aproximadamente de 400/millón de mujeres en EEUU, con una tasa de incidencia de 19 nuevos casos / millón y por año.
Las manifestaciones clínicas generalmente se inician con el fenómeno de Raynaud caracterizado por cambios intermitentes de la coloración cutánea de los dedos: palidez y/o cianosis, seguidas de hiperemia reactiva por un fenómeno de vasoespasmo en respuesta al frío y al estrés. Esta manifestación puede mantenerse durante años como una esclerodermia limitada o puede predecir la aparición de otros síntomas desarrollando una esclerodermia difusa donde la piel se vuelve firme, dura, fija al tejido subcutáneo adyacente (esclerodactilia) progresando desde las extremidades al tronco con posterior afectación de órganos internos. Esta afectación en la piel puede provocar contracturas en flexión como mano en garra, apariencia de máscara facial, y nariz puntiaguda. Puede existir una afectación interna organica muscular, gastrointestinal, pulmonar, renal, cardiaca por fibrosis y atrofia muscular. La afectación oral se presenta con un amplio rango de manifestaciones apareciendo indistintamente en ambos tipos de esclerodermia. Tabla 1. Clasificación de la esclerodermia o ESP. Esclerodermia localizada o limitada Esclerodermia lineal Morfea localizada Morfea generalizada Esclerodermia difusa o esclerosis sistémica (ES) ES cutánea limitada ES cutánea difusa ES sine esclerodermia Esclerodermia inducida por factores ambientales Síndromes superpuestos
Etiopatogenia
La etiología de esta enfermedad es desconocida postulándose un componente genético que interactúa con un desencadenante ambiental desarrollándose clínicamente la enfermedad. La alteración en la función endotelial, en la función de los fibroblastos y alteración en la regulación del sistema inmune son los tres factores fundamentales que participan en la patogénesis de la enfermedad, produciendo © Medicina Oral S. L.
Se observa una disminución de la apertura bucal en un 70-80% de estos pacientes, por el depósito de colágeno en la piel y en tejidos periorales. Esta microstomía dificulta la higiene oral de los pacientes y el acceso intraoral para realizar tratamientos dentales en la consulta odontológica y puede llegar a provocar una incompetencia labial. En un 56% se observan teleangiectasias de la mu119
Medicina Oral
cosa oral sobre todo localizada en paladar duro y labios. Los cambios del colágeno de las membranas mucosas producen adelgazamiento, palidez y rigidez de las mucosas con ulceraciones por la pérdida de la integridad vascular. Esta fibrosis puede ocasionar recesiones gingivales, pérdida de la encía adherida, rigidez lingual y disfagia por afectación también del paladar blando. La afectación de la musculatura provoca dificultad para comer, la fonación o reír. Alrededor de un tercio de los pacientes presentan disminución de la secreción salival y lacrimal que puede ser debida a la fibrosis o secundaria a un síndrome de Sjögren ocasionando una alta incidencia de caries y candidiasis. Radiológicamente puede observarse un aumento en el espesor de la lámina dura y un ensanchamiento del ligamento periodontal que es más evidente en los dientes posteriores, sin provocar movilidad. También se ha descrito reabsorción del ángulo mandibular, del cóndilo y la apófisis coronoides. En algunos casos es tan marcada que puede producir fracturas mandibulares y alteraciones en la articulación temporomandibular.
Fig. 13. Esclerodermia.
Fig. 14. Esclerodermia.
Diagnóstico
Las lesiones cutáneas características en cara y extremidades suelen orientar el diagnóstico, que será confirmado mediante estudio histopatológico. Éste pone de manifiesto un epitelio deprimido y atrófico y en la lámina propia grandes bandas colágenas hipertróficas y escleróticas. Las paredes vasculares son gruesas, con estrechamiento de la luz e infiltrado perivascular, y hay degeneración del músculo estriado. Para diagnosticar la esclerosis sistémica (ES), el paciente debe cumplir un criterio mayor o dos menores, de los mostrados en la tabla 2.
Fig. 15. Esclerodermia.
Tabla 2. Criterios diagnósticos. Criterios mayores Esclerodermia proximal a los dedos Afectación de cara, párpados, cuello o tronco Criterios menores Esclerodactilia Cicatrices digitales o pérdida de sustancia en los pulpejos Fibrosis pulmonar bilateral basal
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Medicina Oral
LIQUEN ESCLEROSO
Fig. 16. Esclerodermia.
Tratamiento
No hay tratamientos específicos. El tratamiento sintomático es importante, así como la prevención. Por ejemplo debemos controlar la temperatura del gabinete dental y minimizar el estrés del paciente para evitar el fenómeno de Raynaud. El ejercicio regular minimiza las contracturas musculares y ayuda a mantener la movilidad.
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Dentro del espectro de las enfermedades crónicas del tejido conectivo se encuentra el liquen escleroso o liquen escleroatrófico (LE). Es una enfermedad mucocutánea inflamatoria crónica de etiología incierta, que se caracteriza clínicamente por la presencia de máculas blancas, bien delimitadas, afectando fundamentalmente a piel y genitales y muy raramente a la cavidad oral . La prevalencia del LE con afectación única de la mucosa oral o de la mucosa oral y piel adyacente es extremadamente baja. La etiología es desconocida estando relacionada con enfermedades autoinmunes como la psoriasis y enfermedades autoinmunes tiroideas (14). Se ha descrito una predisposición genética, al observar una mayor prevalencia familiar, relacionándola con determinados antígenos HLA principalmente el DQ7. También se ha asociado a agentes infecciosos como la Borrelia burgdorferi. Las lesiones orales se manifiestan como máculas blanco-nacaradas bien delimitadas, no sobreelevadas, planas, de tamaño variable desde varios milímetros a lesiones extensas, que no suelen dar sintomatología, y pueden tener cualquier localización en la mucosa oral. La palpación da una sensación apergaminada. Se han descrito la presencia de teleangiectasia en relación con la mucosa afecta. La localización gingival de la lesión, lleva a la pérdida de inserción periodontal condicionando en muchas ocasiones la pérdida dental, siendo un problema localizado exclusivamente en la zona de la lesión y no generalizado como puede ocurrir en la esclerodermia. Hay que señalar la ausencia de retículas, ni en la periferia de las lesiones ni en otras localizaciones lo que nos permite realizar el diagnóstico diferencial clínico con el liquen plano. Otros diagnósticos diferenciales que hay que plantearse son la leucoplasia, la fibrosis oral submucosa, y el vitíligo, necesitando realizar el estudio histológico para diferenciarlos.
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Medicina Oral
Los hallazgos microscópicos revelan una atrofia del epitelio, degeneración hidrópica local de las células de la capa basal, pérdida de las crestas epiteliales, homogenización del tejido conectivo subyacente con disminución de las fibras elásticas, llevando a una hialinización y esclerosis conectiva. En las lesiones iniciales se observa un infiltrado mononuclear en la capa subbasilar, que posteriormente es desplazado hacia capas más profundas junto a el plexo vascular en las lesiones maduras. El tratamiento más utilizado son los corticoides locales en pomada de propionato de clobetasol o en forma de inyecciones intralesionales de triamcinolona.
Fig. 17. Liquen escleroatrófico en fondo de vestíbulo (esclerodermia localizada).
Bibliografía
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Fig. 18. Liquen escleroatrófico en piel de labio, se nota la palidez en la zona izquierda del labio superior (esclerodermia localizada). Mismo caso de la fig. 13.
Fig. 19. Histología del liquen escleroatrófico (esclerodermia localizada). Mismo caso de la fig. 17.
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Medicina Oral
Tema 12. Leucoplasia oral
Concepto
La leucoplasia oral (LO) es la lesión precancerosa más frecuente de la mucosa oral, habiendo sido definida desde hace algunos años bajo un contexto eminentemente clínico, como una lesión predominantemente blanca de la mucosa oral que no se desprende al raspado y que no puede caracterizarse o catalogarse como ninguna otra lesión definida y en la que existe un riesgo constatado de desarrollar cáncer oral. Van der Waal y Axell (2002) recomiendan hacer un diagnóstico clínico provisional y otro diagnóstico definitivo. Este último se efectuará una vez identificados y tras eliminar los posibles factores etiológicos, de tal forma que si a pesar de ello persiste la lesión (tras esperar entre 2-4 semanas) entonces se hará la biopsia para tener un resultado histológico que al final nos dará el diagnóstico definitivo. Epidemiología
Estudios recientes señalan una menor incidencia de LO comparado con lo que en el pasado teníamos entendido. Así por ejemplo, en un estudio efectuado en USA en el año 2003, Scheifele et al. analizando 16128 individuos comprobaron que la prevalencia de LO era de 0,66+/-0.14% en varones, 0,21+/0,05% en mujeres y 0,42+/-0,08% en total. La mayor frecuencia en los varones fue entre los 40-49 años y en las mujeres >/= 70 años. La prevalencia fue del 0,37% de LO homogéneas y 0,06% para las no homogéneas. La encía (38,8%) y mucosa yugal (30,9%) fueron las localizaciones intraorales más frecuentes.
tante algunos virus, pero este aspecto no ha podido ser constatado hasta el momento. Al analizar los factores que están relacionados con la LO, se comprueba que el tabaco es el factor más importante. En un estudio amplio en USA con 15811 participantes, el tabaco fumado fue el agente etiológico más destacable de tal forma que el OR fue 3,00 (0,77-11.8) para =10 cigarrillos/día hasta un 6,01 (2,4-15,0) para >20 cigarrillos/día. Como señalamos previamente, otras formas de empleo del tabaco son el snuff, tabaco masticado y betel, todas ellas están relacionadas igualmente con la leucoplasia oral. También en los últimos años se ha descrito la relación con el uso de Viadent, tanto en pasta dental como en colutorio. Se demostró por diferentes autores que la sanguinaria producía unas lesiones leucoplásicas, particularmente en los fondos de los vestíbulos. Por último, en algunas leucoplasias orales no es posible encontrar factor etiológico alguno, a ellas las denominamos leucoplasias idiopáticas. Manifestaciones clínicas
Hay dos tipos fundamentales de leucoplasias, las homogéneas y las no homogéneas, estas últimas a su vez se subdividen en eritroleucoplasias, nodulares y exofíticas . Una leucoplasia homogénea es una lesión predominantemente blanca de la mucosa oral, uniformemente plana, que puede presentar como grietas o hendiduras poco profundas y tiene una superficie fina, con depresiones y resaltes; su consistencia no es dura.
Etiología
Con relación a la etiología se distinguen dos tipos de leucoplasias: 1- Asociadas al tabaco 2- Idiopáticas En estas últimas la etiología es desconocida, pensándose que desempeñan un papel impor© Medicina Oral S. L.
Fig. 1. Leucoplasia homogénea.
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Medicina Oral
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Fig. 2. Leucoplasia mucosa yugal.
Fig. 3. Leucoplasia en mucosa yugal.
Fig. 4. Leucoplasia en suelo de boca.
Fig. 5. Leucoplasia homogénea en labio inferior.
Fig. 6. Leucoplasia en encía por vestibular.
Fig. 7. Leucoplasia homogénea en lengua.
Fig. 8. Leucoplasia en suelo de boca.
Fig. 9. Leucoplasia en lengua y suelo de boca.
Medicina Oral
Fig. 10. Leucoplasia en suelo de boca.
Fig. 11. Leucoplasia en mucosa yugal.
Fig. 12. Leucoplasia en suelo de boca.
Fig. 13. Leucoplasia en encía inferior.
Fig. 14. Leucoplasia en encía superior.
Fig. 15. Leucoplasia en mucosa yugal.
Fig. 16. Leucoplasia no homogénea en mucosa yugal.
Fig. 17. Leucoplasia homogénea en labio inferior.
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Fig. 18. Leucoplasia homogénea en lengua.
Fig. 19. Leucoplasia en lengua.
Fig. 20. Leucoplasia homogénea en lengua.
Fig. 21. Leucoplasia homogénea en mucosa yugal.
Fig. 22. Leucoplasia exofítica o verrugosa en lengua.
Fig. 23. Leucoplasia homogénea en lengua.
Fig. 24. Leucoplasia en paladar.
Fig. 25. Leucoplasia exofítica o verrugosa en lengua.
Medicina Oral
Fig. 26. Leucoplasia no homogénea nodular en mucosa yugal.
Por el contrario una leucoplasia no homogénea es una lesión predominantemente blanca o roja (eritroleucoplasia) con una superficie irregular, nodular o exofítica.
Fig. 27. Leucoplasia no homogénea moteada y verrugosa.
Tabla 1. Estadiaje de la leucoplasia oral.
Clasificación y estadiaje clínico de la leucoplasia oral Para la clasificación se distinguen dos categorías: el tamaño de la leucoplasia y los resultados histológicos, señalando la presencia o no de displasia. Con ello se efectúa un intento de estadiaje de la LO, en cierto modo similar al cáncer oral, pero evidentemente con matices muy diversos (Tabla 1). Diagnóstico
Con la clínica llegamos a un diagnóstico provisional, siendo necesario el estudio histopatológico para establecer el diagnóstico definitivo. En la histología, podemos encontrar dos situaciones: 1- Ausencia de displasia epitelial 2- Displasia epitelial A su vez distinguimos tres situaciones: displasia leve o ligera, moderada y severa. Las técnicas de citología exofiativa y las tinciones con azul de toluidina pueden ser de utilidad y ayuda. En este sentido, señalaremos la biopsia por cepillado-raspado (Brush biopsy) que según algunos autores obtiene unos altos índices de sensibilidad. Sin embargo estas técnicas, por el momento, no sustituyen a la biopsia con el estudio histopatológico de las lesiones, para el diagnóstico final.
© Medicina Oral S. L.
Evolución
El hecho de que algunas LO sufran una transformación maligna durante su evolución (Pindborg et al, 1968; Silverman et al, 1984; Schepman et al, 1998) y que las LO se hallan, con cierta frecuencia, en los bordes o adyacentes a algunos COCE, dan soporte al hecho consolidado de que la leucoplasia oral es una clara lesión precancerosa. Con relación a la prevalencia de LO en pacientes ya diagnosticados de Carcinoma oral de células escamosas (COCE), las cifras son variables y oscilan entre un 15-60%. Nosotros estudiamos 138 pacientes con carcinoma oral de células escamosas hallando LO en 27 (15,56%) de los COCE. Comprobamos que 127
Medicina Oral
aquellos pacientes con LO asociados a COCE presentaban tumores en un estadio menos avanzado que en aquellos cánceres en los que no existe la LO de forma asociada. Schefele y Reichart en 2003 señalaron que el índice de transformación anual de la leucoplasia oral no excede el 1%. Identificación de los grupos de riesgo para el precáncer y cáncer oral En la tabla 2 exponemos los factores clínicohistológicos claramente demostrados como factores de riesgo en la LO a la hora de su posible transformación maligna. Localización La localización de la LO se ha señalado que tiene una relación significativa con la presencia de signos displásicos en el epitelio y de cáncer oral. En el estudio de Waldron y Safer
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el 42,9% de las leucoplasias en el suelo de la boca tenían signos de displasia epitelial, carcinoma in situ o carcinomas orales en los que no se había sospechado clínicamente. Incluso, Zang et al. señalaron que las lesiones de LO en lugares de alto riesgo, como es el suelo de la boca, muestran una tendencia a presentar alteraciones genéticas asociadas con un riesgo elevado de progresión a cáncer. Por lo tanto, la localización en el suelo de la boca es la de mayor riesgo para muchos autores. Tipo clínico Es bien conocido el hecho de que las leucoplasias no homogéneas tienen un riesgo mayor de desarrollar un cáncer, ello es debido fundamentalmente a la gran frecuencia de displasias epiteliales que presentan.
Fig. 28. Leucoplasia homogénea en lengua.
Fig. 29. Evolución a cáncer del paciente de la fig. 28.
Fig. 30. Leucoplasia homogénea.
Fig. 31. Evolución a cáncer del paciente de la fig. 30.
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Tabla 2. Factores de riesgo de malignización en la leucoplasia oral.
Sexo femenino Leucoplasias con largo tiempo de evolución Leucoplasia en no fumadores (leucoplasia idiopática) Localización en la lengua y/o suelo de boca Tamaño > 200 mm2 Tipo clinic no homogéneo Presencia de C. albican Presencia de displasia epitelial Fig. 32. Leucoplasia no homogénea.
Displasia Es reconocido unánimemente por los autores que la presencia de una displasia epitelial conlleva mayor riesgo de cáncer oral. Sin embargo, se debe tener en cuenta que algunas leucoplasias con displasia permanecen clínicamente sin cambios durante los años de evolución, mientras que por el contrario es posible, en algunos casos, observar transformaciones malignas en lesiones que histológicamente no presentan displasia epitelial. El grado de displasia epitelial puede no ser proporcional al riesgo potencial de malignización. A pesar del gran progreso de la biología molecular, no existe a fecha de hoy un marcador único o un conjunto de ellos que formando un set nos sirvan, con total fiabilidad, para predecir la posible transformación maligna. Hasta la fecha se ha señalado la utilidad de la expresión de podoplanin, la expresión suprabasal de p53, la angiogénesis, la presencia de virus Papiloma humano de alto riesgo, tal como HPV 16, la expresión de ciclina D1, p27 y p63, o la expresión de citoqueratinas. También se han señalado marcadores moleculares en la saliva, como la interleukina-6 y el factor de necrosis tumoral alfa. Marcadores biomoleculares - p53. Algunos autores consideran que las mutaciones del gen p53 pueden estar asociadas a un alto riesgo de desarrollar cáncer oral, indicando que estas mutaciones pueden ser signos tempranos en la génesis del cáncer oral. Por el contrario a lo señalado, otros autores no hallaron una utilidad demostrada © Medicina Oral S. L.
Fig. 33. Cáncer de lengua en la paciente de la fig. 32.
Fig. 34. Histopatología con hiperqueratosis sin signos de displasia epitelial.
Fig. 35. Histopatología con signos de displasia epitelial.
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Medicina Oral
en la presencia o ausencia del p53 a la hora de predecir la posible malignidad de las lesiones orales. En este mismo sentido Warnakulasuriya en el año 2000, indicó que los marcadores biomoleculares no eran buenos predictores de la posible malignización en las lesiones precancerosas, siendo el estudio histológico clásico el que resulta más fiable. - Pérdida de la heterocigosidad. Estudios recientes demostraron que la pérdida de la heterocigosidad en alguna regiones cromosómicas específicas que contienen genes supresores de tumores, pueden ser signos tempranos y predictores de la subsiguiente progresión hacia el cáncer. - Contenido en DNA. Este puede ser, para algunos autores, un predictor válido de progresión de la LO hacia el carcinoma oral. Recientemente se han cuestionado las investigaciones de Sudbo, pues se ha señalado que existían fraudes en los casos y pacientes que presentó en sus artículos. - Cuantificación de AgNOR. Puede ser un criterio válido para distinguir las lesiones displásicas de las no displásicas. A pesar de todo lo señalado por los autores anteriores, en lo referente a los marcadores biomoleculares, Reibel en el año 2003, señaló que sigue siendo la presencia de displasia epitelial el factor más importante, mientras que los marcadores moleculares son complementarios a lo anterior.
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Tratamiento
Lo primero ante una leucoplasia oral es identificar si existen agentes etiológicos de los señalados en el apartado correspondiente, centrándonos en el tabaco y colutorios como la sanguinaria. Si existen, lo correcto es indicar al paciente que los elimine por completo y entre 15 y 21 días después volveremos a reevaluar al paciente, de tal forma que si las lesiones persisten o no han cambiado muy sustancialmente, entonces tomaremos una biopsia. En el caso de lesiones pequeñas que se puedan eliminar por completo en el acto de la biopsia, se hará así. A partir de ese momento nuestra actitud variará dependiendo del resultado de la histopatología. Si la biopsia nos indica que estamos ante una LO sin displasias, nuestra actitud podrá ser expectante, revisando al paciente cada 6 meses y ante el más mínimo cambio en la lesión se deberá tomar otra u otras biopsias. Si por el contrario lo que nos informan es que se trata de una leucoplasia clínicamente que a nivel histológico tiene displasias epiteliales, entonces recomendamos su eliminación quirúrgica, la criocirugía, la terapia fotodinámica o bien el tratamiento con láser CO2. Es recomendable emplear el láser CO2 en forma de vaporización cuando las leucoplasias no tienen displasias. Los tratamientos farmacológicos con retinoides no son efectivos a largo plazo, además de los notables efectos secundarios que pueden presentar.
Medicina Oral
Fig. 36. Diagrama del tratamiento de la leucoplasia oral. (Modificado de van der Waal, Oral Oncology 2008).
LEUCOPLASIA
Diagnóstico clínico provisional
Eliminar las posibles causas, tabaco (2-4 semanas para ver los resultados)
Buena respuesta
No se aprecian posibles causas Diagnóstico clínico definitivo
No respuesta Diagnóstico clínico definitivo
Biopsia
Causa conocida: Tratamiento de la misma Diagnóstico comprobado histológicamente: por exclusión de otras lesiones conocidas
Leucoplasias no displásicas
- Extirpación quirúrgica si es posible (menos de 2-3 cm). - Vaporización con láser CO2 - Seguimiento cada 6 meses
Causa conocida: Tratamiento de la misma
Leucoplasias con displasia
- Extirpación quirúrgica - Seguimiento cada 3 meses
Cuando hablamos de causa conocida nos referimos a otra diferente a la leucoplasia, como Candidiasis, liquen, plano, etc.
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A
B
C Fig. 37. Leucoplasia no homogénea tratada con láser CO2. A. Antes del tratamiento. B. Inmediatamente después del tratamiento con láser CO2. C. A los dos meses del tratamiento. Resolución completa de la lesión..
Bibliografía
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Medicina Oral
Tema 13. Leucoplasia verrugosa proliferativa
Concepto
En 1985, Hansen y colaboradores describieron por primera vez la leucoplasia verrugosa proliferativa (LVP) como una enfermedad de origen desconocido que presenta una gran tendencia a desarrollar áreas de carcinoma. Es una forma especialmente agresiva de leucoplasia oral que se inicia como una simple placa blanca homogénea pero tiende a extenderse y hacerse multifocal. Su crecimiento es lento, persistente e irreversible y con el tiempo las lesiones se convierten en exofíticas, verrugosas y resistentes a todas las formas de tratamiento. Hasta la fecha se han descrito unos 150 casos en la literatura. Etiología
La etiología de LVP es desconocida, el factor desencadenante inicial de la aparición de esas placas predominantemente blancas no se conoce, ni tampoco por qué en un determinado momento desarrollan un carcinoma. Por eso se cree que es una enfermedad de origen multifactorial. Tabaco Zakrewska y col. en 1996 encuentran que 7 de los 10 casos de leucoplasia verrugosa proliferativa eran fumadores. Posteriormente Silverman y col en 1997, en su estudio sobre 54 casos afirman lo contrario, señalando que un 69% de sus pacientes no eran fumadores. Bagán y col. (2003) en su estudio sobre 30 pacientes encuentran una prevalencia de fumadores menor del 23%. Papilomavirus Se especula que el papilomavirus humano podría influir en su transformación maligna. Palesky y col en el trabajo realizado en 1995, muestran que 8 de las 9 biopsias de LVP (89%) estudiadas mediante PCR e hi© Medicina Oral S. L.
bridación in situ, eran positivas para el virus papiloma humano (VPH) y 7 de ellas para el tipo 16. Las proteínas E6 y E7 del VPH 16 se ha demostrado que se unen e inactivan dos reguladores negativos importantes del ciclo celular, la p53 y la proteína del retinoblastoma. La inactivación de la p53 por la proteína HPV E6 podría perder su efecto protector y conducir a una inestabilidad cromosómica. A pesar de todo lo anterior, estudios recientes consideran que el virus papiloma humano no desempeña un papel etiológico importante en la LVP. Oncogenes En 1997, Gopalakrishnan y col. estudiaron la frecuencia de expresión de la proteína p53, las mutaciones del gen p53 y la infección por VPH en la LVP y el carcinoma oral de células escamosas, intentando establecer una relación entre estas alteraciones genéticas y la progresión de la displasia oral al carcinoma oral. Se encontraron mutaciones del gen p53 en las biopsias de carcinoma oral, pero los resultados no demuestran el papel de la mutación del gen p53 en la progresión de la LVP al carcinoma oral, ni tampoco señalan evidencia alguna de que la infección por VPH 16/18 juegue un papel en la patogénesis de la LVP por inactivación de la p53. Cuadro clínico
La LVP es más frecuente en mujeres, coinciden Silverman y Gorsky señalando una relación mujeres/hombres de 4 a 1, y otros autores que encuentran en sus estudios una distribución de un 80% de mujeres frente a un 20% de hombres. Hansen en 1985, en el primer artículo que define la leucoplasia verrugosa proliferativa, describe un rango de edad comprendido entre 36 y 90 años, con una edad media de 70 años. Posteriormente otros autores han ratificado 133
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esa edad promedio y otros han sugerido una edad media de 62 años en sus pacientes. Antecedentes y sintomatología Los pacientes suelen acudir a la consulta describiendo una historia de lesiones leucoplásicas de varios años de evolución, que van apareciendo o extendiéndose por diferentes regiones de la mucosa oral, incluso pueden llegar a ocupar prácticamente toda la mucosa y no responden a los tratamientos habituales. Al igual que en la leucoplasia oral, la sintomatología de la LVP suele ser anodina. En los estadios iniciales, no refieren ningún síntoma o describen molestias inespecíficas como escozor o sensación de tirantez, pero pueden llegar a referir dolor en estadios más avanzados cuando se han desarrollado zonas de carcinoma oral de células escamosas. Localización La LVP puede manifestarse en muchos lugares de la mucosa oral, la mucosa yugal suele ser el lugar de inicio, seguido del paladar duro y blando, la mucosa alveolar, la lengua, suelo de boca, encía y labios. Silverman y col, en su estudio sobre 54 pacientes encontraron que la mucosa yugal en mujeres era la localización más frecuente (63%), y en hombres la lengua (82%). Zakrzewska y col. encuentran que predominantemente se afecta la mucosa alveolar mandibular o de la encía y la mucosa yugal, seguido de la lengua y el labio. Bagán y col (2003) presentan mayor localización en encía, seguido de la mucosa yugal y la lengua. Tipo de lesiones La LVP se caracteriza por empezar como una simple placa blanca homogénea que con el tiempo se extiende localmente, se hace multifocal, exofítica y de aspecto verrugosa, mostrando también áreas con lesiones eritematosas entremezcladas con las zonas blancas. Comportamiento evolutivo de las lesiones La agresividad de esta entidad no sólo se debe a su alta tendencia a recurrir tras el tratamien134
to, sino también al aumento de la incidencia de cáncer. Silverman y Gorsky tras 7 años de seguimiento encontraron que un 70’3% de sus pacientes habían desarrollado un carcinoma de células escamosas en el lugar de la LVP. Bagán y col. (2003) encontraron una proporción similar, un 63’3% de carcinoma de células escamosas y un 26’7% de carcinoma verrugoso tras 4’7 años de seguimiento. Silverman y Gorsky y posteriormente Bagán y col. sugirieron que estos pacientes a menudo desarrollan cáncer de encía, mostrando en su estudio que un 73’7% de pacientes con LVP desarrollan cáncer de encía. Bagán y col. (2004) en otro estudio señalan la alta proporción de cancerización de campo que existe en los pacientes con LVP. De sus 19 pacientes con LVP que habían desarrollado por lo menos un cáncer encontraron que 10 de ellos desarrollaron, en su evolución, más de un carcinoma, incluso un paciente presentó más de cinco tumores. En definitiva más del 50% de los casos de LVP que desarrollan un carcinoma oral de células escamosas, posteriormente desarrollarán segundos tumores primarios en diferentes zonas de la cavidad oral. Ante estos resultados podemos pensar en la hipótesis de un posible agente etiológico viral, debido al corto espacio de tiempo entre la aparición de los diferentes tumores en el mismo paciente. La localización de los carcinomas orales de células escamosas en pacientes con LVP no es la típica del carcinoma oral convencional, como el suelo de la boca o la lengua, sino que como hemos señalado previamente, es muy frecuente encontrar cánceres en encías en estos pacientes con LVP. Formas especiales Fettig y col. (2000) han descrito en 10 pacientes una forma especial localizada en encía, denominándola LVP de la encía y la consideran un subtipo de la LVP. Comparte muchos aspectos histológicos y clínicos con la leucoplasia verrugosa proliferativa de otras localizaciones. El inicio es el de una placa blanca solitaria, asintomática, de apariencia benigna,
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Fig. 1. Leucoplasia verrugosa proliferativa en encías.
Fig. 2. Leucoplasia verrugosa proliferativa en lengua.
Fig. 3. Detalle de la figura 2.
Fig. 4. LVP en mucosa yugal.
Fig. 5. LVP en encías por lingual.
Fig. 6. LVP en encías por lingual.
Fig. 7. LVP en encías por vestibular.
Fig. 8. LVP en mucosa yugal. Mismo caso de la fig. 7.
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Fig. 9. LVP en encías.
Fig. 11. Mismo paciente de la fig. 9.
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Fig. 10. Mismo paciente de la fig. 9.
Fig. 12. Cáncer en el mismo paciente de la fig. 9.
Fig. 13. Mismo paciente de la fig. 9.
Fig. 14. Mismo paciente de la fig. 13 en otro momento evolutivo.
de aspecto plano, papilar o verrugoso, de crecimiento lento hasta desarrollar un carcinoma verrugoso o de células escamosas. Las lesiones suelen infradiagnosticarse, no sospechándose su seriedad hasta que la lesión se hace recurrente o empieza a mostrar características histológicas atípicas. Los estudios realizados no demuestran tampoco asociación con el VPH.
Diagnóstico
El diagnóstico de la LVP puede ser difícil porque al inicio tiene un carácter inespecífico. Se realiza de forma retrospectiva, en base a la clínica y la evolución de las lesiones con su apariencia multifocal y exofítica. La histología es variable y evoluciona desde una hiperqueratosis, a una displasia con diferentes grados de severidad, a un carcinoma verrugoso o un carcinoma de células escamosas.
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Tratamiento
El tratamiento de la LVP no debe ser nunca expectante. Se deben eliminar factores como el tabaco y el alcohol (si es que fuman, que no es habitual), incluso tratar con antimicóticos aquellas lesiones sobreinfectadas por Cándida. El uso de vitamina A, análogos y nutrientes antioxidantes (vitamina C, E, betacarotenos) no parecen tener un efecto beneficioso. En resumen todos los tratamientos disponibles en este momento son poco efectivos con una alta tasa de recurrencias y aparición de nuevas lesiones, así como de transformación en cáncer. Cirugía La LVP es una entidad con una alta tendencia a desarrollar carcinoma oral de células escamosas, con una frecuencia del 60 al 100% por esta razón muchos autores recomiendan el tratamiento quirúrgico con su completa extirpación y su estudio anatomopatológico posterior. Aunque el tratamiento quirúrgico presenta alta recurrencia, las lesiones leucoplásicas de la LVP deben eliminarse tantas veces como sea necesario evitando la tendencia que tienen a desarrollar áreas de carcinoma. Fettig y col, defienden el tratamiento agresivo de estas lesiones, sugiriendo incluso resecciones en bloque. Láser CO2 Otro procedimiento empleado para el tratamiento de las leucoplasias es la utilización del láser. El láser CO2 ha sido ampliamente utilizado y estudiado en el tratamiento de la leucoplasia oral. Tiene como ventajas el corte de tejidos sin hemorragia, capacidad de vaporizar o cortar, esterilización de la zona donde incide el haz, inflamación perilesional mínima, no precisa sutura, tiempo de intervención reducido comparando con la cirugía convencional, postoperatorio con escasas molestias y especialmente permite, en una sola sesión, eliminar áreas extensas de lesiones. Entre sus inconvenientes destaca que es necesario que el campo esté seco para que actúe el láser, no coagula vasos grandes y no se debe tocar el tejido óseo. © Medicina Oral S. L.
Fig. 15. Hiperplasia epitelial con gran acantosis y papilomatosis.
Fig. 16. Hiperplasia epitelial con gran acantosis y papilomatosis, sin signos de invasión epitelial al corion.
Terapia fotodinámica La terapia fotodinámica es un método simple y efectivo en el manejo de las lesiones premalignas, produce una necrosis local de los tejidos con luz después de haberles administrado un agente fotosensibilizante, obteniendo una excelente cicatrización. En cánceres invasivos los resultados no son tan satisfactorios, ya que el efecto es bastante superficial. Otros tratamientos Otros métodos descritos para el tratamiento de la leucoplasia verrugosa proliferativa son la utilización del selenio, la bleomicina, el beta-interferón y los retinoides, pero no han demostrado ser muy efectivos. La quimioterapia con agentes como la bleomicina puede proveer un enfoque adicional en el manejo de la leucoplasia oral. Su ventaja es la fácil aplicación ya que no re137
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quiere un centro médico, el uso tópico ofrece una disminución de la toxicidad sistémica, y representa un gasto relativamente bajo si comparamos con la intervención quirúrgica. En la cavidad oral puede considerarse útil en lesiones amplias donde el tratamiento quirúrgico requiere reconstrucción con colgajos y anestesia general. Recientemente Femiano y col (2001), han publicado un estudio comparando los resultados terapéuticos de un grupo de 25 pacientes con LVP, tratados con cirugía solamente, con otro grupo de 25 pacientes tratados con cirugía y methisoprinol, un agente sintético con propiedades inmunomoduladoras y algo de actividad antiviral. Tras 18 meses de seguimiento los resultados fueron mejores en el segundo grupo, ya que en el conjunto de pacientes tratados únicamente con cirugía aparecieron 18 recurrencias, mientras que en el grupo que recibió methisoprinol presentó 4 recurrencias. Bibliografía
- Hansen LS, Olson JA, Silverman S. Proliferative Verrucous leukoplakia : a long-term study of thirty patients. Oral Surg Oral Med Oral Pathol 1985;60:285-98. - Zakrzewska JM, Lopes V, Speigth P, Hopper C. Proliferative verrucous leukoplakia: a report of ten cases. Oral Surg Oral Med Oral Pathol 1996;82:396-401. - Silverman S, Gorsky M. Proliferative verrucous leukoplakia: a follow-up study of 54 cases. Oral Surg Oral Med Oral Pathol 1997;84:154-7. - Bagan JV, Jimenez Y, Sanchis JM, Poveda R, Milian MA, Murillo J, Scully C. Proliferative verrucous leukoplakia: high incidence of gingival squamous cell carcinoma. J Oral Pathol Med 2003;32:379-82. - Bagan JV, Murillo J, Poveda R, Gavalda C, Jimenez Y, Scully C. Proliferative verrucous leukoplakia: unusual locations of oral squamous cell carcinomas, and field cancerization as shown by the appearance of multiple OSCCs. Oral Oncol 2004;40:440-3.
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Tema 14. Eritroplasia
Concepto
A lo largo de los años, se han dado muchas definiciones del término eritroplasia, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la definió como una lesión roja que clínica y patológicamente no se puede reconocer como otra condición. En 1994, la definición cambió, siendo el termino eritroplasia un análogo al de la leucoplasia, pero designando a las lesiones de la cavidad oral que presentan zonas rojas y que no pueden ser diagnosticadas como otra entidad. Por lo tanto, al igual que el término leucoplasia, el de eritroplasia no tendría connotaciones histológicas. Un problema clásico descrito por diferentes autores ha sido en qué categoría incluir aquellas lesiones con un componente mixto (blanco y rojo) por lo que muchos autores han decidido incluir en el término eritroplasia aquellas lesiones exclusivamente rojas. Shear sugirió una clasificación en 1972, diferenciaba entre variaciones clínicas, y variaciones histológicas. La clínica es la siguiente: Variaciones clínicas: a- Eritroplasia homogénea b- Eritroplasia asociada con zonas de leucoplasia c- Eritroplasia moteada o granular
les, lo que supone una prevalencia del 0.2%. Es más frecuente en pacientes de mediana edad, y en personas mayores de los 58 casos, según Shafer y Waldron. En 37 (67.8%) casos se manifestó entre las décadas sexta y séptima de vida. Del mismo modo, suele manifestarse un ligero predominio en hombres más que en mujeres en una proporción de 1.15:1 Etiopatogenia
Tabaco, alcohol y alimentación La etiología de la eritroplasia ha sido poco estudiada por los diferentes autores, los factores predisponentes son el alcohol y el tabaco, presentes en la mayoría de los casos. En un estudio reciente en Kerala, India, se ha evaluado el riesgo de padecer eritroplasia en función de diferentes hábitos como son: mascar tabaco, fumar, beber alcohol, y por otro lado la ingesta de verduras, fruta y vitaminas. Se manifestó que el consumo de tabaco de mascar y una dieta escasa en verduras favorece la aparición de la eritroplasia, del mismo modo el riesgo se multiplicaba con el consumo de alcohol y una dieta escasa en frutas y verduras. Por lo tanto concluían que el consumo de alcohol y mascar tabaco, eran hábitos potenciales en el desarrollo de la eritroplasia.
Epidemiología
La eritroplasia es menos frecuente que la leucoplasia, su rango de prevalencia oscila entre el 0.02% y un 0.83%. En 1975, Shafer encontró 58 de 64345 biopsias estudiadas, lo que supone un 0.09%. Bouquot y Ephos en un estudio epidemiológico de los carcinomas in situ, que en la mayoría de ocasiones son eritroplasia, encontró tan sólo 6 nuevos casos diagnosticados por cada millón de personas y año, lo que corresponde a 1500 casos diagnosticados cada año en EEUU. Un estudio reciente en Kerala, India incluía 100 casos de eritroplasia entre 47.773 contro© Medicina Oral S. L. C.I.F. B 96689336
Contenido en DNA En un estudio reciente de 57 eritroplasias con displasia en 37 pacientes utilizando HRIC (high-resolution image cytometry), se halló que en 41 lesiones de 25 pacientes apareció un contenido aberrante celular consistente en un DNA aneuploide, en lugar de diploide, y en 23(92%) de estos pacientes se desarrolló con posterioridad un cáncer oral en un período de estudio de 53 meses. De los doce pacientes que tenían en el análisis un DNA normal, en ninguno de ellos se desarrolló el carcinoma, durante un período de observación de 98 meses. 139
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53 Otros estudios han tratado de determinar el papel del p53. En un estudio de 24 eritroplasias con diferente grado de displasia, se realizó un análisis con PCR y análisis de la secuencia de DNA. En el 33% de las eritoplasias con displasia leve y en el 50% de las displasia severas y carcinomas in situ se demostró que existía una alteración del p53. P
VPH En cuanto al papel del virus papiloma (VPH) en el desarrollo de las lesiones premalignas, existe gran controversia. En un estudio sobre 10 lesiones eritroplásicas, la detección del VPH mediante inmunohistoquímica fue del 50% de los casos. Los autores concluyen que el VPH debe ser un cofactor etiológico en el desarrollo de las eritroplasias. Del mismo modo que la etiología, la patogénesis de la eritroplasia no está claramente definida, en particular el determinar si la eritroplasia se desarrolla como un proceso independiente, o si por el contrario, el primer proceso en manifestarse es la leucoplasia que con el paso del tiempo se transforma y desarrolla la propia eritroplasia, pues bien esta pregunta todavía no ha podido ser contestada. Candidiasis Un papel importante en la patogénesis parece tenerlo la infección por Cándida, de hecho, tras un tratamiento antifúngico, en muchas ocasiones el contenido rojo de la lesión disminuye e incluso desaparece. Sin embargo no existe ningún estudio que determine una correlación entre un epitelio con displasia y la presencia de Cándida en las eritroplasias o el carcinoma in situ. Cuadro clínico
La localización más común sería, el paladar blando y suelo de boca , otras áreas como la zona retromolar, y labio sobre todo en pacientes fumadores, también pueden ser afectadas, la lengua por otro lado es menos frecuente. La lesión típica de eritroplasia tiene un tamaño de aproximadamente 1.5 cm de diámetro, pero pueden ser de un tamaño muy superior. 140
La OMS describió la eritroplasia como una lesión de aspecto liso, siendo en algunos casos granular o moteada. En muchas ocasiones es posible delimitar el margen de la lesión adyacente a la mucosa sana. Shear, manifestó diferentes variantes clínicas de la eritroplasia, argumentando que muchas son de carácter irregular, con un moteado de color amarillento o blanco sobre su superficie rojiza, del mismo modo pueden aparecer áreas rojizas asociadas a zonas blancas de leucoplasia. La eritroplasia es blanda a la palpación, adquiriendo su dureza en función de si se ha desarrollado un carcinoma in situ. En ocasiones, se halla asociada a otras patologías, en concreto con el liquen plano, Pindborg presentó ocho casos de eritroplasia, en una serie de 740 pacientes con liquen plano. El grado de malignización de la eritroplasia es muy elevado, comparado con cualquier otra lesión de la mucosa oral. El elevado riesgo viene normalmente determinado a nivel histológico donde se determina con elevada frecuencia la presencia de un carcinoma in situ.
Fig. 1. Eritroplasia en mucosa yugal.
Histopatología
A pesar de que el término eritroplasia es eminentemente clínico, y que no debe ser usado para dar connotaciones histológicas, y nunca para especificaciones microscópicas, existen muy pocos estudios en los que las características clínicas y las histopatológicas hayan sido comparadas y correlacionadas. La coloración rojiza de la lesión depende de la existencia o no de acantosis e hiperqueratosis y el grado de congestión vascular del corion.
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Fig. 2. Eritroplasia en mucosa yugal.
Fig. 3. Eritroplasia en lengua.
Fig. 4. Eritroplasia en labio.
Fig. 5. Eritroplasia en mucosa yugal, encía y paladar.
Shafer y Waldrom estudiaron un total de 65 biopsias de 58 casos de eritroplasia homogénea (31 hombres y 27 mujeres). Para determinar el grado de displasia de cada una de las biopsias, determinaron los siguientes tres estudios: displasia moderada, carcinoma in situ y carcinoma oral. El 51% fue diagnosticado como carcinoma invasivo, y el 40% como carcinoma in situ o displasia severa. El 9% restante, resultó ser displasia moderada, por lo que toda zona eritroplásica debe ser considerada de alto riesgo. Este estudio se realizó exclusivamente con eritroplasias homogéneas por lo que no existe referencia bibliográfica en relación con los diferentes tipos clínicos de eritroplasia. Mashberg estableció basándose en 500 biopsias tomadas de las mucosa oral, que menos de un 2% de las lesiones blancas tomadas fueron diagnosticadas de carcinoma in situ, y sin embargo en aquellas con un componente rojizo existían cambios relevantes histológicos de carácter maligno. Su conclusión era que aquellas lesiones rojas asociadas o no con © Medicina Oral S. L. C.I.F. B 96689336
Fig. 6. Displasia epitelial
Fig. 7. Displasia epitelial.
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zonas blanquecinas debían ser consideradas por lo menos como un carcinoma in situ, a no ser que se demostrase lo contrario. Diagnóstico diferencial
La eritroplasia es un diagnóstico de exclusión, pero desde el punto de vista clínico existen otras lesiones de la mucosa oral que deben ser consideradas en su diferenciación: 1- Infecciones fúngicas Candidiasis oral: candidiasis eritematosa y la estomatitis protésica. Histoplasmosis. 2- Infecciones bacterianas Tuberculosis. 3- Lesiones de la mucosa oral Liquen plano atrófico. Lupus eritematoso. Pénfigo y penfigoide. Tratamiento
Como hemos mencionado con anterioridad, la eritroplasia es una lesión con un índice muy elevado de transformación maligna, por lo que el tratamiento de estas lesiones debe ir enfocado en este sentido. El tratamiento por lo tanto debe ser quirúrgico, mediante la extirpación de la lesión en aquellas lesiones cuyo informe anatomopatológico haya sido de displasia severa o carcinoma in situ y revisiones periódicas en aquellas en las que exista una displasia moderada. No existen estudios que determinen un tratamiento específico de las eritroplasias. Vedtofte en un estudio de 36 casos, analizó 10 eritroplasias y 15 eritroleucoplasias y su evolución tras el tratamiento. Cuatro casos de eritroplasia (40%) y tres casos de eritroleucoplasia recidivaron (20%). Dos casos de eritroplasia acabaron en un carcinoma oral de células escamosas. Los autores concluyen que es muy importante, eliminar los hábitos del paciente como son el alcohol y el tabaco, para tratar de eliminar en mayor medida la posible recidiva. Otras formas de tratamiento son el láser CO2 o la crioterapia.
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Bibliografía
- WHO Collaborating centre for Oral Precancerous Lesions. Definition of leucoplakia and related lesions: an aid to studies on oral precancer. Oral Surg 1978; 46: 518-39. - Axéll T, Pindborg JJ, Smith CJ, van der Wall. Oral white lesions with especial reference to precancerous and tobacco-related lesions: conclusions of an international symposium held in Uppsala, Sweden, May 18-21, 1994. J Oral Med 1996; 25: 49-54. - Shafer WG, Waldron CA. Erythroplakia of the oral cavity. Cancer 1975; 36: 1021-8. - Shear M. Erythroplakia of the mouth. Int Dent J 1972; 22: 460-73. - Reichart PA, Philipsen HP. Oral erythroplakia- a review. Oral Oncol 2005; 41: 551-561.
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Tema 15. Tumores benignos de la mucosa oral
Según la Real Academia Española un tumor es una “masa de células transformadas, con crecimiento y multiplicación anormales”; y un tumor benigno es “el formado por células muy semejantes a las normales, que permanece en su localización primaria y no produce metástasis”. En la inminente 23ª edición del Diccionario de la Lengua Española se ha añadido otra definición de tumor: “hinchazón y bulto que se forma anormalmente en alguna parte del cuerpo ...”. Esto define perfectamente algunos tumores benignos de la mucosa oral, que más que verdaderas neoplasias, son hinchazones o bultos localizados en la mucosa y están producidos principalmente por células que crecen y permanecen en su localización primaria. Los tumores benignos de la mucosa oral los podemos clasificar según su tejido de origen. Los principales son: 1- Tumores epiteliales (proceden del tejido epitelial) -Papiloma. -Queratoacantoma. -Nevus. 2- Tumores mesenquimatosos o de origen conectivo (comienzan en el tejido conectivo) - Fibroma. - Granuloma piogénico. - Granuloma periférico de células gigantes. - Lipoma. - Hemangioma. - Linfangioma. - Neurofibroma. - Schwannoma. - Tumor de células granulares.
sexo, pero la mayoría de los pacientes son adultos, entre los 30 y los 50 años. Tampoco hay diferencias entre una raza y otra. La etiología del papiloma es desconocida, puede ocurrir espontáneamente, aunque se cree que puede haber un factor vírico asociado, dada su semejanza clínica e histológica con la verruga vulgar de la piel. Se localiza en cualquier parte de la boca, aunque las ubicaciones más frecuentes son la lengua, los labios y el paladar, principalmente en la zona próxima a la úvula. Es una lesión exofítica, bien delimitada y pediculada. El tamaño suele ser menor a 1 cm. Es una lesión indolora y no ulcerada. Se suele reconocer por su aspecto verrugoso con aspecto de coliflor o por unas proyecciones dactiliformes, en forma de dedos que le confieren un
Fig. 1. Papiloma en encía.
Papiloma
Es un tumor benigno oral originado en la superficie del epitelio. Aparece a cualquier edad y sin distinción de © Medicina Oral S. L.
Fig. 2. Papiloma en paladar.
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aspecto característico. El color puede ser como el de la mucosa normal que lo rodea o puede ser blanco debido a la queratinización del epitelio. Se puede manifestar clínicamente en forma de un papiloma plano, una verruga vulgar, un condiloma acuminado o bien de una hiperplasia epitelial focal. En algunas ocasiones, la presencia de múltiples papilomas orales puede formar parte del síndrome de Cowden (síndrome de las neoplasias y hamartomas múltiples). El diagnóstico se basa en la clínica y se confirma mediante la histología. El tratamiento de elección es la escisión, la extirpación con láser no está recomendada puesto que recidiva rápidamente. Según algunos autores la extirpación es obligada ya que son indistinguibles de formas de crecimiento inicial de un carcinoma oral. Hay que extirpar la mucosa subyacente que alberga el pedículo del papiloma. Si se hace correctamente, la recidiva es rara.
Queratoacantoma
También llamado “carcinoma autocurativo”. Es un tumor benigno, relativamente común, de la piel y algunas veces de los labios, que raramente afecta el interior de la cavidad oral. Puede confundirse con un carcinoma oral de células escamosas de la cavidad oral. En la piel surge probablemente de los folículos capilares. Aparece en zonas expuestas al sol, especialmente en la cara. Es más frecuente en hombres que en mujeres. El rango de edad de los pacientes es muy amplio, pero principalmente ocurre en mayores de 50 años. Clínicamente es una lesión no dolorosa, bien delimitada. El aspecto es el de una pequeña placa blanquecina que puede ser umbilicada o crateriforme. El tumor se inicia como un pequeño nódulo que crece con rapidez y en un par de meses alcanza su tamaño máximo; persiste sin cambios 1 ó 2 meses y luego experimenta una regresión espontánea en 5 a 10 semanas. El diagnóstico es clínico y anatomopatológico de confirmación. Para diferenciarlo del carcinoma hay que revisar toda la lesión, incluso los bordes laterales y profundos. Aunque algunos queratoacantomas pueden 144
Fig. 3. Histología del papiloma.
Fig. 4. Hiperplasia epitelial focal.
Fig. 5. Queratoacantoma de labio inferior.
Fig. 6. Histología de queratoacantoma.
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remitir de forma espontánea, el tratamiento más adecuado es la escisión quirúrgica de la lesión completa, se requiere una confianza inusual para dejar esta lesión sin tratar, o la radiación en pequeñas dosis, incluso algunos autores realizan inyecciones intralesionales de metotrexato.
Nevus
Son lesiones pigmentadas de la mucosa oral. La síntesis más rápida y formación de gránulos groseros de melanina (como ocurre en la raza negra), o la proliferación de melanocitos, o ambos, producen pigmentación profunda. Son lesiones circunscritas, maculares, a diferencia de pigmentaciones difusas como son las melanosis gingivales o tinciones raciales, o las tinciones por tabaco. Las lesiones pigmentadas benignas se pueden dividir en 5 tipos, según donde se localicen los melanocitos: 1- Léntigo simple: hay un aumento de los melanocitos en la capa basal del epitelio. 2- Nevus de la unión: existe el aumento de melanocitos en la capa basal del epitelio y forman digitaciones o bolsas llenas de melanocitos que se introducen en el conjuntivo subyacente. 3- Nevus compuesto: además de las digitaciones o bolsas de melanocitos proyectadas desde la basal del epitelio hacia el conjuntivo subyacente, en él ya hay globos o grupos (tecas) de melanocitos, aislados del epitelio. 4- Nevus intramucoso: sólo se aprecian los globos o grupos (tecas) de melanocitos en el interior del conjuntivo subepidérmico, aislados del epitelio. 5- Nevus azul: hay grupos de melanocitos fusiformes y melanófagos, separados del epitelio por conjuntivo normal. El léntigo simple es bastante raro en la mucosa oral, clínicamente es una mancha plana marrón o marrón oscuro, bien delimitada, que puede aparecer en la mucosa yugal. No son distinguibles, clínicamente de los nevus. El nevus de la unión es el tipo menos frecuente en la cavidad oral, clínicamente no es patognomónico, son manchas asintomáticas negras o marrones, © Medicina Oral S. L.
Fig. 7. Nevus en paladar.
Fig. 8. Nevus azul en encía inferior.
planas o ligeramente elevadas. Se suele localizar en paladar, mucosa yugal y mucosa alveolar. El nevus compuesto es poco frecuente en la cavidad oral, se presenta a cualquier edad y en ambos sexos por igual; localizándose preferentemente en mucosa yugal, paladar y encías. Clínicamente es una mancha plana o ligeramente elevada, asintomática, de color marrón rojizo o negruzco. El nevus intramucoso es el más frecuente de los que se localizan en la mucosa oral, aparece a cualquier edad y es más frecuente en mujeres que en hombres. Se suele localizar en paladar y mucosa yugal, y más raramente en encías y labios. Clínicamente consiste en una mancha asintomática, plana o ligeramente elevada, de color marrón o marrón negruzco. El nevus azul es el segundo tipo de nevus más frecuente de la cavidad oral. Se presenta a cualquier edad y en ambos sexos por igual. Se suele localizar en el paladar. Clínicamente es una mancha asintomática, plana o ligeramente sobreelevada, oval o de forma irregular y de color marrón o azul. Los nevus de la unión y compuesto tienen el 145
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riesgo de que pueden malignizarse, aunque otros autores indican que son necesarios más estudios para valorar la relación de estas lesiones con el melanoma oral. El diagnóstico de todas estas lesiones es anatomopatológico. El tratamiento, dado que clínicamente no se pueden diferenciar del melanoma temprano, y son lesiones relativamente infrecuentes, debe ser la escisión, que es resolutiva y aconsejable.
Fig. 9. Fibroma de encía.
Fibroma
Es el tumor benigno más frecuente de la cavidad oral, estando constituido por una proliferación de fibroblastos y fibras de colágena. El verdadero fibroma es muy raro y en la mayoría de los casos se trata de una hiperplasia fibrosa causada por irritación crónica. Es más frecuente en mujeres, siendo la edad de presentación a partir de los 30 años. La localización es muy diversa, mucosa yugal, labio inferior, lengua, encías. Suele ocurrir en zonas de roce o donde hay factores irritativos (caries, diastemas, malos hábitos, prótesis y aparatos ortodóncicos). Clínicamente se trata de un tumor bien definido, firme, sesil o pediculado, con una superficie lisa, de epitelio normal, asintomático y de larga evolución. El tamaño es variable, puede alcanzar los 2 cm. En ocasiones se puede ulcerar por el traumatismo repetido y entonces aparece dolor e inflamación. Podríamos distinguir dos tipos clínicos por su aspecto característico: el fibroma traumático o diapnéusico o pólipo fibroepitelial y la hiperplasia fibrosa inducida por prótesis o épulis fisurado. El primero es el típico nódulo firme, sesil o pediculado, asintomático, recubierto de mucosa normal, ulcerada en alguna ocasión. El segundo adquiere el típico aspecto de hojas de libro, como pliegues, en relación con los bordes de una dentadura mal ajustada, recubiertos de mucosa normal, asintomáticos, y en alguna ocasión ulcerado por el roce, lo que ocasiona dolor e inflamación. El diagnóstico es clínico y anatomopatológico de confirmación. El tratamiento es la escisión quirúrgica, y en el 146
Fig. 10. Fibroma de mucosa yugal.
Fig. 11. Epulis fisurado superior.
Fig. 12. Histología del fibroma.
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caso de los épulis fisurados es necesario hacer una prótesis bien ajustada para prevenir la reaparición de estas hiperplasias.
Granuloma piogénico
Es un crecimiento excesivo del tejido de granulación que se produce como reacción a una ligera irritación. Ha recibido diversos nombres: botriomicoma, granuloma telangiectásico, granuloma pediculado benigno, granuloma hemangiomatoso, hemangioma capilar lobular y enfermedades de Croker y Hartzell, tumor del embarazo o épulis gravídico. El término épulis no indica más que un crecimiento de la encía, de forma inespecífica. Ocurre en respuesta a un irritante. Otra causa posible son los cambios hormonales durante el embarazo o la pubertad. Es más frecuente en mujeres que en hombres (proporción 2:1). La edad de presentación es muy variable, aunque la mayoría de los casos se registran entre la segunda y quinta décadas de la vida. La localización preferente es la encía (70 % de los casos), seguida de la lengua, los labios, la mucosa yugal, el paladar, etc. Se presenta como una tumoración rojiza, azulada o púrpura, blanda, sesil o pediculada, su tamaño puede variar desde algunos milímetros a varios centímetros. Puede estar ulcerado en la superficie, y recubierta de una capa fibrinosa blanco amarillenta. Normalmente es asintomático. Tiene tendencia a sangrar. Se encuentran ocasiones en las que la lesión se localiza en la parte vestibular y en la parte lingual de la arcada dentaria, continuándose una con la otra, a través del espacio interdental. El diagnóstico es clínico e histológico. El tratamiento es la escisión quirúrgica, legrando bien toda la zona subyacente a la inserción para evitar recidivas. El tratamiento debe incluir la eliminación de bolsas e irritantes periodontales .
Fig. 13. Granuloma piogénico en encía inferior
Fig. 14. Granuloma piogénico en encía superior.
Fig. 15. Granuloma piogénico en encía inferior.
Fig. 16. Histología del granuloma piogénico.
© Medicina Oral S. L.
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Granuloma periférico de células gigantes
Se considera que también es una respuesta proliferativa ante irritaciones locales. También ha recibido diversas denominaciones: granuloma reparativo, épulis gigantocelular. El origen está en una irritación local, durante la dentición mixta, quizás por una extracción dentaria. El origen biológico de estos tumores podría estar en el ligamento periodontal o el periostio. Se localiza siempre en la encía adherida, haya dientes o no. Es mucho más frecuente en mujeres. El aspecto clínico es similar al del granuloma piogénico. Se trata de una tumoración de tacto carnoso, blando, sesil o pediculada, de un color que puede variar del rojo oscuro al púrpura. Puede ulcerarse en la superficie y tener un color blanquecino amarillento por la capa de fibrina que se deposita en ella. Tiene tendencia a sangrar. Puede afectar al hueso alveolar subyacente, produciendo una reabsorción del mismo, que en una radiografía se representaría como una zona de radiolucidez. El diagnóstico es clínico e histopatológico, que lo diferenciará del granuloma piogénico. El tratamiento consiste en una amplia escisión quirúrgica, con legrado de la base de implantación, para evitar las recidivas.
Fig. 17. Granuloma periférico de células gigantes en encía inferior.
Fig. 18. Histología del granuloma periférico de celulas gigantes.
Lipoma
Es un tumor benigno del tejido adiposo, que es relativamente raro en la cavidad oral. Consiste en un acúmulo de tejido adiposo maduro. La etiología del mismo es desconocida. Se encuentra más frecuentemente en personas entre los 40 y los 60 años de edad. Se suele localizar en mucosa yugal, labio, lengua, paladar, suelo de la boca y vestíbulo. Clínicamente es una tumoración aislada, bien definida, sesil, indolora, de un color amarillento o rosado, con un tacto esponjoso, y de tamaño variable. Está recubierto de un epitelio normal, fino, en el que a veces son aparentes los vasos sanguíneos. El diagnóstico es clínico y anatomopatológico 148
Fig. 19. Lipoma .
Fig. 20. Histología del lipoma.
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de confirmación. Son pruebas complementarias para el diagnóstico la TC y la RM, el observar un color amarillento en la pieza que se extirpa, también es indicativo el hecho de que flote la muestra en el formol al remitirla para su estudio histológico. El tratamiento es la escisión quirúrgica, no existiendo recidivas.
Hemangioma
Está formado por un acúmulo de vasos sanguíneos. La mayoría de los hemangiomas son malformaciones o hamartomas, es decir, no constituye una verdadera neoplasia, sino una anomalía congénita. Suelen verse en los recién nacidos o en edades precoces. Lo habitual es que se produzca una regresión en la pubertad. También están los hemangiomas seniles, normalmente secundarios a un fenómeno traumático. Esta patología es más frecuente en las mujeres. Las localizaciones más habituales son los labios, la mucosa yugal, la lengua y el paladar. El tamaño es muy variable, desde pocos milímetros a lesiones muy extensas. Se dividen básicamente en dos tipos, siguiendo criterios histológicos: el hemangioma capilar formado por numerosos capilares pequeños que clínicamente se ve como una superficie roja plana o ligeramente sobreelevada; el hemangioma cavernoso constituido por grandes vasos dilatados llenos de sangre que clínicamente se muestra como una lesión elevada de color rojizo o azulado. El tacto de las mismas es blando. Una característica interesante es el hecho de que estas lesiones palidecen, o incluso pueden desaparecer, con la presión digital o la vitropresión, recuperándose la misma cuando cede la presión. Suelen ser asintomáticos, pero en ocasiones los traumatismos pueden hacer que sangre el tumor. El diagnóstico es clínico, siendo la vitropresión una posible prueba complementaria. La biopsia no está indicada por el peligro de hemorragia. En casos extensos puede ser útil la arteriografía para averiguar el vaso nutricio de donde surge el hemangioma, sobre todo pensando en un tratamiento posterior. © Medicina Oral S. L.
Fig. 21. Hemangioma de lengua.
Fig. 22. Hemangioma de mucosa yugal.
Fig. 23. Hemangioma de labio inferior.
Fig. 24. Hemangioma de mucosa yugal.
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Estas lesiones no se suelen tratar, por el peligro de hemorragia. La crioterapia o el láser pueden ser útiles cuando son de pequeño tamaño. En casos extensos, el tratamiento, si se realiza, suele ser las embolizaciones de sustancias esclerosantes por medio de cateterismo y radiología intervencionista.
Linfangioma
Consiste en un acúmulo de vasos linfáticos. Al igual que el hemangioma se trata de una anomalía congénita más que de una verdadera neoplasia. La mayoría de las lesiones aparecen durante los 3 primeros años de vida. Como los hemangiomas pueden ser superficiales o profundos y capilares o cavernosos. Las lesiones suelen producirse en el dorso de la lengua, y menos frecuentemente en los labios, mucosa yugal, suelo de la boca y el velo del paladar. Los linfangiomas superficiales se caracterizan por la presencia de pequeños nódulos sobreelevados, blandos, como en racimo, que semejan pequeños quistes y que son de color de la mucosa normal, amarillo grisáceo o rojo. Tienden a oscurecer cuando se traumatizan, a consecuencia de la hemorragia dentro de los vasos o espacios linfáticos. Si la lesión es más profunda tan solo se aprecia una masa difusa que no cambia de color. El tamaño puede variar desde lesiones pequeñas de unos pocos milímetros hasta otras de gran tamaño, pueden ser causa de macroglosia o macroqueilia. Los grandes que llegan al cuello y lo distienden se llaman higromas quísticos, o suelen aparecer en la primera infancia. El diagnóstico es clínico e histopatológico de confirmación. Los linfangiomas sólo necesitan tratarse si se traumatizan frecuentemente, produciendo inflamación e hinchazón. Ocasionalmente, la macroglosia debida al linfangioma puede interferir con la deglución y necesitar ser tratada. Cuando la lesión es pequeña puede ser extirpada en su totalidad, pero cuando es muy extensa se puede realizar una resección parcial para restaurar la función.
Fig. 25. Hemangioma de labio.
Fig. 26. Hemangioma en lengua y labio.
Fig. 27. Linfangioma de mucosa yugal.
Fig. 28. Linfangioma de lengua.
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Neurofibroma
Es una proliferación benigna que se origina en el tejido nervioso, en las células de la vaina neural. Es bastante raro en la cavidad oral. Puede presentarse aislado o múltiples lesiones, que formarían parte de la neurofibromatosis o enfermedad de Von Recklinghausen. Puede localizarse en la mucosa yugal, paladar, reborde alveolar, suelo de la boca y lengua. El tamaño varía de unos pocos milímetros a varios centímetros. Clínicamente suele ser un tumor indoloro, bien delimitado, liso, pediculado y recubierto de mucosa normal. Según Cawson et al. (2001) los neurofibromas tienen potencial de malignizarse, particularmente cuando forman parte de una neurofibromatosis. El diagnóstico definitivo precisa del estudio anatomopatológico. El tratamiento es la escisión quirúrgica.
Schwannoma
También se le llama neurilemoma. Es un tumor benigno raro que se origina a partir de las células de Schwann de la vaina neural. Sólo el 1 % se localiza en la boca, principalmente en la lengua, o en paladar, mucosa yugal, labio y encía. Puede producirse a cualquier edad. Clínicamente se presenta como un nódulo único, bien delimitado, firme y sesil, que suele estar recubierto de mucosa normal. Según Cawson et al. (2001) y a diferencia del neurofibroma, no se le conocen malignizaciones. El examen histopatológico es el que confirma el diagnóstico clínico de sospecha. Es una lesión encapsulada, con las dos clásicas variedades: Antoni A y Antoni B. El tratamiento es la escisión quirúrgica, que si es completa es curativa, sin recidivas.
Fig. 29. Schwannoma de encía.
Fig. 30. Schwannoma de suelo de boca.
Fig. 31. Detalle del caso 30.
Fig. 32. Histología del Schwannoma.
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Tumor de células granulares
Es un tumor benigno que parece ser que también se origina en el tejido nervioso, aunque la histogénesis parece controvertida. Antiguamente se pensaba que el origen era el tejido muscular por lo que se le conocía como mioblastoma de células granulares; también se le conoce como tumor de Abrikossoff desde que este autor lo describió en 1926. Se presenta a cualquier edad, con picos de incidencia en la cuarta y sexta décadas. Es más frecuente en mujeres que en hombres, y parece haber una predilección por la raza negra. Suele aparecer de forma aislada, aunque ocasionalmente pueden ser múltiples. La localización predilecta es el dorso de la lengua, o incluso el borde lateral de la misma, aunque también se han descrito otras localizaciones intraorales. Clínicamente se muestra como un nódulo asintomático, pequeño, firme, duro a la presión, bien definido, blanquecino o de color normal. El diagnóstico clínico es de sospecha, y la anatomía patológica es la que lo confirma, debiendo hacer el diagnóstico diferencial, en algunas ocasiones, con el carcinoma oral de células escamosas, dado que algunas veces en la superficie se produce una hiperplasia seudoepiteliomatosa. El tratamiento es la resección quirúrgica, que si se hace de toda la lesión, es curativa, sin recidivas. Bibliografía
- Laskaris G, ed. Atlas de enfermedades orales. Barcelona: Masson S.A. Editores; 2005. p. 366-405. - Esmeili T, Lozada Nur F, Epstein J. Common benign oral soft tissue masses. Dent Clin North Am 2005; 49: 223-40. - Bagán Sebastián JV, Vera Sempere F, eds. Patología de la mucosa oral. Barcelona: Syntex Latino S.A. Editores; 1989. p. 59-68. - Cawson RA, Binnie WH, Rarrett AW, Wright JM, eds. Oral disease. 3rd ed. Edinburgh: Mosby Editores; 2001. p. 10.1-15.23. - Milián MA, Bagán JV, Cardona F, Lloria E, Martorell M. Tumor de células granulares: presentación de un caso clínico de localización inusual. Med Oral 1997; 2: 248-53.
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Fig. 33. Tumor de células granulares de lengua.
Fig. 34. Histología del tumor de células granulares .
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Tema 16. Carcinoma oral de células escamosas
El carcinoma oral de células escamosas (COCE) es el tumor maligno de origen epitelial, más frecuente en la cavidad oral. Epidemiología. Etiología
El COCE es la neoplasia maligna más frecuente de la cavidad oral. Los tumores malignos de la cavidad oral suponen un 4% del total de tumores malignos del organismo, del cual el 90% corresponden a COCE. Su incidencia es variable dependiendo del área geográfica estudiada. Así es mayor en los países asiáticos, pudiendo llegar a un 30%, mientras que en EEUU o Europa es solo del 2-4%, esto puede ser debido a los diferentes hábitos del tabaco como más adelante se comentará. Esta neoplasia es más frecuente en hombres, aunque la incidencia en mujeres está aumentando en los últimos años. La edad de aparición suele ser de 50 a 70 años. La observación en pacientes menores de 30 años es excepcional, sin embargo se ha observado un incremento en la aparición en mujeres jóvenes, en las que no aparece relacionado el hábito del tabaco. En relación a los factores implicados en la etiología del COCE, se ha comprobado que aunque es multifactorial, el tabaco y el alcohol aparecen de momento como los más importantes. 1.Tabaco. Se le da tanta importancia como en el carcinoma de pulmón, laringe o vejiga. Se ha comprobado que la incidencia del carcinoma es mayor en aquellas personas que son grandes fumadores, aproximadamente un 85% de los pacientes con COCE son grandes fumadores (>2 paquetes de cigarrillos al día) y el riesgo aumenta a medida que la cantidad que se consume es mayor. Los lugares de la cavidad oral que muestran una asociación significativa con el consumo de tabaco son la lengua (zona posterolateral) y el suelo de la boca. El potencial carcinógeno es a partir de las partículas de nicotina y alquitrán y también por los gases que produce de monóxido de © Medicina Oral S. L.
carbono. Los benzopirenos y benzantracenos de los cigarrillos o bien partículas no carcinógenas que con el oxígeno, por la combustión se transforman en carcinógenos, pueden producir cambios en el ADN. Además también parece que influye la forma como se consume el tabaco. Así el fumar puros o pipa, el masticar tabaco o el dejarlo depositado en el suelo de la boca aumenta más el riesgo. El tabaco no sólo se relaciona con el primer tumor primario aparecido en la zona, también favorece la aparición de segundos tumores primarios, esto es, cuanto más intenso es el hábito mayor es el riesgo de múltiples tumores primarios, así como la aparición de una segunda neoplasia tras el tratamiento, mientras que si se deja de fumar el riesgo disminuye. Se ha visto que el riesgo después de 5 años sin fumar es el mismo que el de una persona no fumadora, es decir, vuelve a la normalidad. 2. Alcohol. Numerosos estudios epidemiológicos han comprobado que el consumo del alcohol, con independencia del tabaco, aumenta el riesgo del cáncer oral. Se ha observado una mayor incidencia en personas que son grandes bebedoras, así un 90% de los pacientes con COCE son grandes bebedores. El riesgo aumenta a medida que la cantidad consumida es mayor, independiente del tipo de bebida alcohólica. Es muy frecuente la asociación tabaco-alcohol en un mismo paciente. Esta asociación explica el 80% de todos los tumores de la boca y faringe. En estos casos es mayor el riesgo que si actúan por separado, siendo el efecto multiplicativo, es decir, que el riesgo es mayor que el de cada factor aisladamente. Se piensa que los carcinógenos del tabaco disueltos en el alcohol entrarían en contacto más íntimo con los tejidos susceptibles. Se piensa que el alcohol puede actuar como 153
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iniciador o promotor produciendo cambios degenerativos en las células epiteliales, debido a su acción irritante, por su contenido en agentes carcinógenos (nitrosaminas, hidrocarburos), y también se ha visto que la malnutrición que a veces se asocia en los pacientes alcohólicos podría influir. Al igual que con el tabaco el exceso de alcohol también favorece la aparición de segundos tumores primarios. 3. Virus. Hay evidencias que sugieren una relación con diferentes infecciones virales. Ocasionalmente se ha implicado el virus del herpes simple, suponiéndose que estos virus afectarían a las células epiteliales provocando cambios degenerativos en ellas, sin embargo las diferentes investigaciones no han podido confirmar en todas ellas que el Virus del herpes simple (VHS) tipo I sea un factor etiológico. Cada vez hay más evidencias que relacionan al virus papiloma humano (VPH) como posible factor etiológico, mediante técnicas de PCR, y se han observado que los tipos más frecuentemente hallados son el 16 y el 18 . Algunos autores hallan cifras tan elevadas como del 42% de VPH, siendo el tipo 16 detectado en el 66% de los VPH positivos, mientras que otros obtienen cifras más bajas, así solo detectan el VPH en el 31% y solo de ellos el 18% corresponden al tipo 16 y 18. Además se han identificado ciertos genes E6 y E7, que tienen la capacidad de disminuir la oncosupresión, que adquieren su actividad transformante como consecuencia de la codificación de proteínas. Las oncoproteínas E6 y E7 interaccionan específicamente con proteínas celulares reguladoras de la proliferación. En concreto se ha demostrado una asociación de E6 y p53, con alteraciones de este último gen y por lo tanto de la oncosupresión. Sin embargo la prevalencia de VPH en el cáncer oral es muy variable, quizás porque influyen sobre los resultados diferencias poblacionales, y también por las técnicas empleadas en la detección del VPH. 4. Oncogenes.Genes supresores tumorales. Actualmente se conoce que el inicio del proceso de la carcinogénesis se debe a la aparición 154
de los llamados oncogenes, los cuales son genes que por una alteración en la secuencia del ADN, se transforman en genes que producen las mutaciones celulares. Los oncogenes a su vez pueden suprimir o inactivar a los genes supresores tumorales y por lo tanto permitir la expresión de otros oncogenes que estaban bloqueados. Los genes supresores tumorales son el primer sistema de vigilancia tumoral. Uno de ellos es la p53 que repara el ADN dañado o provoca la apoptosis (muerte celular). Se ha referido que alteraciones en la p53 está relacionado con el inicio del proceso de carcinogénesis. Así en oposición a los oncogenes, cuya aparición produce cáncer, los genes supresores tumorales lo inician o promueven al perderse o inactivarse. 5- Otros factores. Algunos estudios implican a la higiene oral y al estado de los dientes, ya que se ha observado en los pacientes con cáncer oral muy mala higiene oral, dientes en muy mal estado, y una importante periodontitis, sin embargo como estas variables vienen asociadas al consumo de tabaco y alcohol, no se han podido controlar en el análisis multivariante, por lo que el papel de las mismas es incierto. También se ha citado el beneficio de una dieta rica en antioxidantes como prevención frente al cáncer, ya que se ha observado una baja ingesta de frutas y verduras en pacientes con cáncer oral. Cuadro clínico
El COCE suele aparecer como una tumoración ulcerada e indurada o como una úlcera dolorosa o no, acompañada a menudo de adenopatías cervicales. El tamaño de las lesiones suele variar desde unos milímetros hasta varios centímetros. La localización más frecuente en el 75-80% de los casos es la lengua, el suelo de la boca y la zona de paladar blando-pilar amigdalino. - Las lesiones iniciales pueden pasar inadvertidas, ya que en muchas ocasiones son asintomáticas. Se ha observado que el 69% de las lesiones asintomáticas tienen un tamaño de 2 cm o menos, y el 23% de 1 cm o menos. Suelen tener un aspecto característico: placa de color rojo (eritroplasia), acompañada o no
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de lesiones de color blanco (eritroleucoplasia). En algunas ocasiones puede tener el aspecto de una leucoplasia. Cambios en el aspecto y en la textura a la palpación nos hacen sospechar que la lesión sea maligna. - Lesiones avanzadas pueden presentarse bajo tres formas clínicas - Exofítica: Tumoración de crecimiento hacia fuera. Aparecen como masas sobreelevadas de amplia base y superficie nodular. A la palpación se percibe la infiltración en los bordes y en la base. - Ulcerada: Es la forma más frecuente de presentación. Es la típica úlcera neoplásica de forma irregular, profunda, de bordes evertidos, fondo sucio, consistencia dura e infiltración en profundidad. - Mixta: Se asocian las formas anteriores. La sintomatología en las lesiones de mayor tamaño suele variar desde una molestia hasta verdadero dolor, sobre todo en las localizadas en la lengua. También pueden referir dolor de oído, hemorragias, movilidad de dientes, halitosis, etc.
Fig. 3. COCE de lengua.
Fig. 4. COCE de suelo de boca.
Fig. 5. COCE de encía inferior y suelo de boca. Fig. 1. COCE de encía inferior.
Fig. 6. COCE de lengua. Fig. 2. COCE de encía inferior.
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Fig. 7. COCE de lengua.
Fig. 8. COCE de labio.
Fig. 9. COCE de paladar.
Fig. 10. COCE de encía.
Fig. 11. COCE de paladar y encía.
Fig. 12. COCE de encía superior.
Fig. 13. COCE de lengua.
Fig. 14. COCE de lengua
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Fig. 15. COCE de lengua
Fig. 16. COCE de encía.
Fig. 17. COCE de lengua.
Fig. 18. COCE de encía y suelo de boca.
Fig. 19. COCE de encía inferior y suelo de boca.
Fig. 20. COCE de encía inferior y suelo de boca.
Fig. 21 COCE de encía y mucosa yugal.
Fig. 22. COCE con metástasis cervical.
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Fig. 23. COCE de encía inferior.
Fig. 24. COCE de encía inferior.
Fig. 25. COCE de encía inferior y paladar blando.
Fig. 26. COCE de encía inferior, lengua y suelo de boca.
Pruebas diagnósticas: Aspectos anatomo-patológicos
El diagnóstico del COCE se va a confirmar con la toma de una biopsia. Esta se realizará tomando generalmente un fragmento de la lesión, en los casos iniciales de aquella zona que observemos clínicamente más alterada y en los casos avanzados bien de los bordes de la úlcera o de aquella zona que palpemos induración o infiltración, puesto que si es muy superficial puede darnos un falso negativo. El COCE se caracteriza por la proliferación de nidos, cordones o islotes neoplásicos que recuerdan en mayor o menor grado el epitelio escamoso de donde derivan y que penetran en el tejido conectivo. Se han propuesto diversas clasificaciones desde el punto de vista patológico, siendo la más aceptada la de la O.M.S. que los divide en tres grados de malignidad: - bien diferenciados: presentan una gran semejanza con las células epiteliales, se observa abundante formación de queratina en forma de perlas córneas o como queratinización ce158
Fig. 27. Histología del COCE.
Fig. 28. Histología de un COCE bien diferenciado.
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lular individual. La atipia celular es mínima, así como el número de mitosis. Se observa un infiltrado inflamatorio crónico peritumoral bastante marcado, formado por linfocitos y células plasmáticas. - moderadamente diferenciados: presentan menor semejanza con las células epiteliales, y el grado de atipia nuclear así como el número de mitosis es mayor. Por otra parte disminuye la formación de perlas córneas y la queratinización individual. - pobremente o poco diferenciados: la similitud con las células epiteliales es tan pequeña que en ocasiones es difícil establecer el origen escamoso de estos tumores y hay que recurrir a técnicas inmunohistoquímicas para demostrar si hay positividad a la citoqueratina. Existe un gran pleomorfismo nuclear y un elevado número de mitosis. Los tumores se clasificarán según el área más indiferenciada. Se ha observado que existe correlación entre la gradación histológica y el pronóstico del paciente. Otras puebas diagnósticas: 1. Marcadores biomoleculares. El estudio de proteínas anormales, incluyendo genes supresores de tumores, así como otras alteraciones genéticas. Los factores con mayor valor predictivo son: expresión de la proteína p53, la polisomía cromosómica (ADN ploide), y otras alteraciones como pérdida de la heterocigosidad (LOH) en los brazos de los cromosomas 3p or 9p. Otros marcadores como los que miden la proliferación celular (Ki-67 antígeno) y apoptosis (Bax, Bcl-2), pueden desempeñar un papel en el diagnóstico del COCE. La expresión de Bcl-2 disminuye sustancialmente en las lesiones displásicas y en los estadios iniciales del cáncer . La expresión de Ki-67 aumenta notablemente en los estadios iniciales del cáncer y disminuye en los estadios avanzados. Son indicios de mayor agresividad tumoral cuando la expesión de E-cadherina está disminuida,así cuando también lo está syndecan-1.
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2. Sistemas ópticos. La interacción de la luz con los tejidos puede poner de manifiesto cambios en la estructura y en el metabolismo de los tejidos. Describiremos algunos de ellos: - El empleo de ácido acético diluido en enjuagues y su observación con luz quimioluminiscente (ViziLite). Detecta cambios en lesiones iniciales de los tejidos. - También se pueden detectar lesiones iniciales con fluorescencia. Todos los tejidos tienden a emitir fluorescencia, que puede ser captada por nosotros mediante aparatología adecuada. Así por ejemplo, hay técnicas fotográficas para registralo. Sin embargo la mayoría tienen poca sensibilidad y especificidad. Hay estudios preliminares utilizando la visualización directa (VelScopee). - Fluorescencia-espectroscopia inducida por láser. - Espectroscopia de dispersión elástica. - Espectroscopia de Raman. - Imagénes fotoacústicas. - Fluorescencia de fotones. - Ortogonal polarización espectral. - Puntos cuánticos. - Tomografía de coherencia óptica. - Espectometría trimodal. Otras técnicas son: Doppler OCT, resonancia magnética nuclear por espectroscopia, cromoendoscopia, imagen de banda estrecha, técnicas de immunofotodiagnóstico, etc. 3. Estudios salivales. - Las muestras de citología exfoliativa se pueden emplear para detectar alteraciones genéticas en el epitelio oral de pacientes con riesgo elevado de desarrollar cáncer y para detectar alteraciones microsatélites en el COCE. - Promotores de hipermetilación de p16, O6-metilguanine-DNA-methyltransferase, y protein kinasa asociadas a muerte, se han identificado en la saliva de estos cánceres. -Interleukinas como la 8 se han detectado en mayores cantidades en la saliva de los pacientes con cáncer.
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- Los niveles en saliva de CD44, fueron mayores en los pacientes con cáncer que en los controles. Estadios clínicos
Para el seguimiento clínico y terapéutico de los pacientes se utiliza la clasificación TNM (American Joint Comité, Unión Internacional Contra Cáncer). Para describir la extensión anatómica de la enfermedad se basa en 3 parámetros: - tamaño tumoral (T) - presencia de ganglios linfáticos regionales a la palpación (N) - presencia o no de metástasis a distancia (M) Tx: No puede evaluarse el tumor primario T0: No hay evidencia de tumor primario Tis: carcinoma in situ T1: tumor de 2 cm o menos T2: tumor de más de 2 cm pero menos de 4 cm T3: tumor mayor de 4 cm de diámetro T4a: tumor que afecta a hueso cortical, seno maxilar, o piel de la cara. T4b: tumor que afecta el espacio masticador, apófisis pterigoides o la base del cráneo. Nx: no pueden evaluarse los ganglios regionales N0: no hay metástasis a ganglios linfáticos regionales N1: metástasis en un solo ganglio linfático homolateral igual o menor de 3 cm N 2a : Metástasis en un solo ganglio linfático homolateral mayor de 3 cm pero menor de 6 cm N 2b: Metástasis en múltiples ganglios homolaterales, ninguno mayor de 6 cm N 2c: Metástasis en ganglios linfáticos bilaterales o contralaterales, ninguno mayor de 6 cm N3: Metástasis en ganglio linfático mayor de 6 cm Mx: No se pueden evaluar las metástasis a distancia M0: No hay metástasis a distancia M1: Hay metástasis a distancia Según estos parámetros se dividen en 4 esta160
dios clínicos: I T1 N0 M0 II T2 N0 M0 III T3 N0 M0 T1-3 N1 M0 IVA T4a N0-1 M0, cualquier T N2 M0, IVB T 4b cualquier N M 0 , cualquier TN3 M0 IVC Cualquier T cualquier N M1 Los estadios I y II se consideran iniciales, ya que en ellos no hay metástasis ganglionares y el tamaño es menor de 4 cm en general, se ha observado que tienen un buen pronóstico con una tasa de supervivencia elevada, mientras que los estadios III y IV son avanzados, disminuyendo en gran medida el porcentaje de supervivencia global. Los ganglios linfáticos más afectados son los submaxilares y los de la cadena cervical superficial y profunda. Las metástasis a distancia por vía sanguínea se localizan con más frecuencia en pulmón, hígado y huesos. Tratamiento
El tratamiento del COCE de la cavidad oral es multidisciplinario, en el que participan diferentes especialistas formando comités clínicos, los cuales planifican de forma protocolizada esta neoplasia. Además de la confirmación con el estudio anatomopatológico del tipo de diferenciación del tumor, es conveniente solicitar una resonancia magnética para ver la extensión de la lesión y afectación de estructuras vecinas y valorar si se observan ganglios linfáticos que clínicamente no se hayan palpado. Aunque la cirugía y la radioterapia son los dos métodos más empleados, en algunos casos, sobre todo avanzados, se emplea la quimioterapia, sola o asociada a la radioterapia, la cual está dando resultados satisfactorios con las nuevas pautas de actuación. En los estadios iniciales el tratamiento de elección es el quirúrgico, eliminándose el tumor con márgenes de seguridad, acompañándose o no de vaciamiento cervical según la localización, tamaño o sospecha de metástasis regional. El vaciamiento cervical se realiza según diferentes niveles, así como incluyendo o no el
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nervio espinal (XI par), la vena yugular interna y el músculo esternocleidomastoideo (ECM). Siempre se incluye la glándula submaxilar y la vena yugular externa. Se realiza estudio histopatológico de los ganglios extirpados y de la glándula submaxilar para comprobar si existe infiltración tumoral y por lo tanto conviene realizar radioterapia postquirúrgica. Los niveles en que se agrupan los ganglios linfáticos cervicales para el vaciamiento son: El nivel I: formado por los submentonianos y los submandibulares. El nivel II: yugular alto, comprende el grupo ganglionar de la porción superior de la vena yugular interna y nervio espinal. El nivel III: yugular medio, se extiende entre el tercio medio de la yugular interna, a partir del borde inferior del nivel II y el músculo omohioideo. El nivel IV: yugular inferior, entre el tercio inferior de la vena yugular interna y la clavícula. El nivel V: triángulo posterior, localizado entre la porción inferior del nervio espinal y los vasos cervicales transversos. Las disecciones cervicales se clasifican en: - Vaciamiento cervical funcional: Se realiza una extirpación de uno o más niveles. Se conservan el nervio espinal, la vena yugular interna y el ECM. - Vaciamiento cervical radical modificado: Se extirpan los ganglios de todos los niveles, pero se conservan o no el nervio espinal, la vena yugular interna y el ECM. - Vaciamiento cervical radical: Se extirpan los ganglios de todos los niveles, la vena yugular interna, el nervio espinal, y el ECM. La radioterapia puede aplicarse de forma local (braquiterapia), o externa (cobaltoterapia). En la primera se aplican agujas de Iridio 192 en el lugar de la lesión, mientras que en la segunda se administran radiaciones que varían desde 45-70 Gy, aplicándose en la zona de la neoplasia y las cadenas cervicales, de forma exclusiva (60-80 Gy) o postcirugía (50-60 Gy). La radioterapia intersticial (braquiterapia) destruye más a las células tumorales y a las normales debido a que se coloca directamente en el tejido y produce © Medicina Oral S. L.
emisión de energía continua y no hay lapso de tiempo que permita recuperarse a las células normales. De ahí el alto riesgo de aparición de osteorradionecrosis, sobre todo en los casos de COCE de suelo de boca o lengua donde las agujas se colocan próximas al hueso cortical mandibular. La quimioterapia se utiliza generalmente como tratamiento paliativo, aunque los protocolos actuales combinados con la radioterapia (dosis de 60-70 Gy) dan buenos resultados como tratamiento curativo. Se emplean el 5-fluoracilo (5-FU), y el cisplatino (CDDP) fundamentalmente, administrándose generalmente 3 ciclos. Complicaciones del tratamiento
Tanto las radiaciones ionizantes como los fármacos empleados en la quimioterapia se aplican a dosis que destruyen las células cancerosas, pero también producen cambios en los tejidos normales circundantes. Los efectos que se producen de forma global por ambas terapias se pueden resumir en agudos si se presentan durante e inmediatamente después del tratamiento y tardíos que aparecen con posterioridad y suelen ser crónicos y duraderos. Se pueden resumir en 6 apartados: - Mucositis: consecuencia de la muerte de las células basales del epitelio, por la imposibilidad para su división o regeneración. El grado de intensidad depende de la dosis de radiación y del fármaco administrado. Se aprecia un eritema de la mucosa más o menos generalizado, acompañado de erosiones y/o ulceraciones y de placas blancas formadas de fibrina y células muertas. El dolor depende del grado de extensión, a veces es tan intenso que impide la correcta alimentación. Para aliviar la mucositis se administran preparados para hacer enjuagues que llevan lidocaína, clorhexidina y nistatina. - Xerostomía: se produce por afectación de las células acinares, con atrofia y necrosis. Se puede predecir que la exposición bilateral de las glándulas salivales mayores a la radioterapia originará xerostomía. La intensidad depende de la cantidad de tejido incluido en el campo de radiación y de la dosis administrada. La 161
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función se recupera al cabo de los 6 meses si la dosis es menor de 3000-3500 cGy. Como consecuencia la saliva se espesa, se pierde su capacidad neutralizante, la microbiota se hace más patógena, y se favorece la aparición de caries. Para su tratamiento se aconseja beber agua abundantemente, profilaxis de las caries (buena higiene dental y preparados de flúor), en ocasiones si queda tejido salival se intenta estimular con sialogogos, como la pilocarpina, a dosis de 5 mg, 3 veces al día. -Alteraciones del gusto: los pacientes pueden tener una pérdida parcial o completa durante el tratamiento, pero se puede ir recuperando en un plazo de 2 a 4 meses. A veces, cuando la disgeusia permanece se debe en parte a la xerostomía presente. - Alteraciones de los dientes: la tendencia a la aparición de caries se debe fundamentalmente a la xerostomía, más que a la acción directa de la radioterapia sobre los dientes. También influye una dieta blanda cariogénica, y la alteración de la microbiota. Es típico la localización de las caries en la superficie vestibular y lingual del diente, tienen una progresión rápida conduciendo a la amputación completa de la corona. - Necrosis de los tejidos blandos: se produce una úlcera en la zona irradiada, dependiente de la dosis, tiempo de exposición, volumen de tejido irradiado, y si se emplea o no braquiterapia. Su aparición se debe generalmente a un trauma sobre la mucosa. Se plantea el diagnóstico diferencial con una recurrencia del tumor primario, y en ocasiones puede ser necesario la toma de biopsia, aunque si es una necrosis hay riesgo de que aumente el tamaño de la úlcera. - Osteorradionecrosis: como su nombre indica se produce una necrosis del hueso debida a la radiación, por disminución de la vascularización y lesión de las células óseas. Se observa una exposición de hueso prolongada (más de 3 meses), que se acompaña de dolor intenso, y a veces de fístulas, celulitis y/o fracturas patológicas. Puede aparecer espontáneamente, pero lo más frecuente es que sea debido a una extracción dentaria o a un traumatismo por prótesis. En algunos 162
casos se producen secuestros óseos, que se eliminan, permitiendo que la lesión cure espontáneamente. Pero en otros casos se tiene que administrar antibióticos y antisépticos (clorhexidina), así como oxígeno hiperbárico. Bibliografía
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Tema 17. Otros tumores malignos de los tejidos blandos
Clasificación
Abarcan el 10% del global de tumores malignos de la cavidad oral, siendo el diagnóstico muy difícil en algunos de ellos, ya que clínicamente no se detectan en estadios iniciales y el estudio histopatológico requiere múltiples técnicas inmunohistoquímicas que confirmen el origen del tumor. 1- Otros tumores malignos derivados del epitelio - Carcinoma Verrugoso - Carcinoma de células fusiformes - Melanoma 2- Tumores malignos derivados del tejido conectivo - Fibrosarcoma - Histiocitoma fibroso maligno - Liposarcoma - Angiosarcoma - Neurosarcoma - Rabdomiosarcoma - Leiomiosarcoma 3- Metástasis en las partes blandas de la cavidad oral 4- Neoplasias del sistema inmune con afectación oral - Linfoma.Leucemia - Mieloma múltiple Carcinoma verrugoso Antes llamado tumor de Ackerman, se consideraba un tipo de Carcinoma oral de células escamosas (COCE) pero con un comportamiento más benigno, sin embargo hoy en día se prefiere describirlo aparte, ya que posee unas características clínicas e histológicas propias, con un crecimiento más lento y no invasivo. Aparece generalmente en varones de edad avanzada, siendo la edad media generalmente superior a la de los pacientes con COCE, entre los 60 y 80 años. La localización más frecuente es la mucosa yugal, la encía o el reborde alveolar. Se ha relacionado con el © Medicina Oral S. L.
hábito de masticar tabaco y con prótesis mal adaptadas. Clínicamente se manifiesta como una tumoración exofítica, de superficie nodular o granular, con una coloración blanquecina, en ocasiones se asemeja a una coliflor. Suele tener una base amplia de implantación, al principio pueden ser no muy duros a la palpación, pero en su evolución se induran, aunque no se percibe sensación de infiltración en tejidos profundos como en el COCE. No suelen producir sintomatología, aunque en los localizados en el reborde alveolar pueden producir molestias por la dificultad al colocar la prótesis. No suelen sangrar espontáneamente. En algunos casos aparece asociado a lesiones de leucoplasia verrugosa proliferativa, las cuales pueden evolucionar hacia un COCE invasor o bien a un C.Verrugoso. El diagnóstico es fundamentalmente anatomopatológico, con la toma de una
Fig. 1. Carcinoma verrugoso en fondo de vestíbulo superior.
Fig. 2. Histopatología del carcinoma verrugoso.
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biopsia de aquella zona que observamos más alterada. También es conveniente solicitar una tomografía computarizada (TC), sobre todo en los localizados en el reborde alveolar, para descartar que haya afectación del hueso. Histológicamente se caracteriza por ser un carcinoma oral de células escamosas bien diferenciado, con gran formación de queratina, aumento del espesor del epitelio, y grandes crestas epiteliales, con un margen de empuje más que infiltración, es decir que el tumor está bastante limitado, estando conservada la membrana basal. El diagnóstico diferencial se hará con el COCE invasivo fundamentalmente, y sólo el estudio histopatológico nos dará el resultado, ya que hay lesiones invasivas de aspecto muy exofítico. Si son de pequeño tamaño se puede plantear el diagnóstico diferencial con papilomas. También en lesiones extensas de leucoplasia verrugosa proliferativa tendremos que plantearnos si existen zonas de COCE invasor o de C. Verrugoso. En su evolución el carcinoma verrugoso crece muy lentamente, y como hemos comentado no tiende a infiltrar tejidos profundos. Los localizados en el reborde alveolar tienden a erosionar el hueso más que a infiltrarlo y además no suelen producir metástasis en ganglios linfáticos. El tratamiento es fundamentalmente quirúrgico, con márgenes de seguridad y en los casos que se localizan próximos al hueso se realiza una extirpación del hueso próximo en forma de caja (osteotomía segmentaria). No está indicada la radioterapia. Carcinoma de células fusiformes Antes llamado carcinosarcoma, debido a la controversia que existía sobre su origen; sin embargo hoy en día se ha comprobado mediante técnicas inmunohistoquímicas, con citoqueratinas, que su origen son las células del epitelio, pero que es una variante muy poco diferenciada. Aparece en hombres con edades entre los 50 y los 70 años. Se suele localizar en labio inferior, lengua, reborde alveolar y encía. Se manifiesta clínicamente como una úlcera o bien como una tumoración polipoide asintomática, que no 164
Fig. 3. Carcinoma verrugoso en encía superior.
Fig. 4. Histopatología del carcinoma verrugoso.
refleja la naturaleza maligna del mismo. A veces ocasiona dolor. El diagnóstico es histopatológico, siendo necesario el estudio inmunohistoquímico con positividad de anticuerpos monoclonales frente a la citoqueratina. Al microscopio se observa una población celular de apariencia elongada, fusiforme (de ahí el nombre). En algunas áreas es posible encontrar elementos celulares que se asemejan al COCE. El tratamiento de elección es el quirúrgico, asociado o no a radioterapia. Melanoma maligno Es una neoplasia con origen en los melanocitos del epitelio, y es importante su conocimiento para plantear su diagnóstico diferencial con otras pigmentaciones intraorales. En general se consideran que son más agresivos que los cutáneos. No se conoce su etiología. Aparece en hombres entre los 40 y 70 años, aunque algunos textos no refieren predilección por ningún sexo. Se suele
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localizar en paladar, encía y reborde alveolar. La lesión aparece como un área muy pigmentada, a veces ulcerada y hemorrágica, que aumenta de tamaño en poco tiempo. Antes de la aparición del tumor maligno suele haber una lesión pigmentada, en la que debe hacernos sospechar el aumento de tamaño, de la intensidad de color, o la aparición de ulceración, cambios en la superficie o hemorragia. En relación a su aspecto clínico sigue el mismo algoritmo que los cutáneos (A,B,C,D), es decir, asimetría, bordes irregulares, variación de color, y aumento del diámetro. En ocasiones es posible observar lesiones satélites, adyacentes a la lesión principal, pero separadas de ella. Dichas lesiones representan metástasis locales que se producen a través de pequeños vasos linfáticos o sanguíneos. El diagnóstico se basa en la toma de biopsia y estudio histopatológico, pudiéndose clasificar en tres tipos: de extensión superficial, lentiginoso y nodular, según características ultraestructurales. En general como pauta ante cualquier lesión pigmentada intraoral, descartada la pigmentación fisiológica o racial, es conveniente realizar una biopsia. El diagnóstico diferencial se hará en los casos más azulados con un hemangioma o un linfangioma, o bien con un carcinoma mucoepidermoide o un sarcoma de Kaposi. Los melanomas de pequeño tamaño se deben diferenciar de un tatuaje por amalgama, o de una mancha melanótica. El tratamiento indicado es el quirúrgico, con maxilectomía o mandibulectomía, con amplios márgenes de seguridad (3 cm), así como de las cadenas ganglionares. Se trata de un tumor maligno con una gran agresividad, siendo el pronóstico peor que el de los melanomas de piel. Fibrosarcoma Es un tumor maligno que deriva de los fibroblastos del tejido conectivo, muy poco frecuente en la cavidad oral, de etiología desconocida. Suele aparecer en pacientes más jóvenes (20-40 años) que los otros tumores malignos descritos, no habiendo diferencia entre hombres y mujeres. © Medicina Oral S. L.
Fig. 5. Melanoma maligno en paladar.
Fig. 6. Melanoma maligno en encía superior simulando un tatuaje por amalgama.
Fig. 7. Visión por palatino del mismo caso de la figura 6.
Fig. 8. Histopatología del melanoma.
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Se localiza en cualquier área del territorio facial, pero con más frecuencia en mejilla, seno maxilar, faringe, cavum, y paladar. Clínicamente no se manifiesta de una forma característica, a veces una tumefacción que produce asimetría, con alteraciones de la sensibilidad, y cuando alcanza cierto tamaño dolor intenso. El diagnóstico en los más fácilmente accesibles se basa en la toma de biopsia, pero en los localizados en territorios más profundos, es necesario primero una técnica de imagen como la resonancia magnética, y confirmación con biopsia en quirófano con anestesia general. Como los fibrosarcomas pueden surgir del hueso o pueden invadir hueso, el diagnóstico diferencial se planteará en primer lugar con el osteosarcoma, y también con otros tumores menos frecuentes como el histiocitoma maligno, tumores malignos de origen nervioso, o el neurofibroma. El tratamiento es fundamentalmente quirúrgico, con amplios márgenes de seguridad. En aquellos casos que se no pueden eliminar en su totalidad se aconseja radioterapia postquirúrgica y en los pacientes con alto grado histológico de malignidad se administra quimioterapia. El vaciamiento ganglionar no siempre es necesario. El pronóstico depende del grado histológico fundamentalmente, así como de la posibilidad de realizar amplios márgenes de escisión. La recurrencia local es más frecuente que las metástasis ganglionares. Las metástasis por vía sanguínea se producen con más frecuencia en el pulmón y los huesos. Histiocitoma fibroso maligno Fue descrito por O´Brien y Stout en 1964, desglosándolo de los fibrosarcomas. Surge de una célula más inmadura que el fibrosarcoma, aunque tienen un mismo precursor que es la célula mesenquimal pluripotencial que muestra diferenciación parcial fibroblástica e histiocítica. Por ello suelen ser más agresivos los histiocitomas que los fibrosarcomas. Es el sarcoma más frecuente de los tejidos blandos en los adultos, pero es poco usual en el territorio maxilofacial, localizándose sobre todo en extre166
Fig. 9. Fibrosarcoma del espacio masticatorio.
Fig. 10. Resonancia magnética del caso de la figura 9.
Fig. 11. Histopatologia del caso de la figura 9.
Fig. 12. Marcaje con vimentina del caso de la figura 9.
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midades, región abdominal, o retroperitoneo. También puede localizarse en el hueso. Se presenta en varones entre los 50 y los 70 años. Clínicamente se presenta, como otros sarcomas, una masa de consistencia variable, de superficie mamelonada y a veces ulcerada en los casos localizados superficialmente. Histológicamente se observa un patrón celular abundante, con un amplio espectro de variabilidad en el que según la preponderancia celular se clasifican en diferentes tipos: pleomórfico estoriforme, mixoide, de células gigantes, inflamatorio, y el angiomatoso, siendo el primero el más frecuente. El diagnóstico diferencial se debe plantear con el histiocitoma benigno, el fibrosarcoma, los tumores malignos neurales, y los rabdomiosarcomas, siendo el estudio histológico tras la biopsia la base del diagnóstico, aunque en ocasiones la diferenciación se ha de realizar a nivel ultraestructural con el microscopio electrónico, dado el gran pleomorfismo celular. El tratamiento de elección es el quirúrgico con márgenes amplios, en los casos con alto grado de malignidad también se aconseja el vaciamiento ganglionar regional, dado que suelen metastatizar por esta vía. La quimioterapia y radioterapia se utilizan como terapia adyuvante. Liposarcoma Es menos frecuente que el anterior y como su nombre indica las células tumorales proceden de los adipocitos. Sólo un 5-9% de los liposarcomas se localizan en el territorio de la cabeza y cuello, y los intraorales son incluso menos frecuentes. Es más frecuente en hombres por encima de los 40 años, generalmente entre los 60 y 80 años. La localización más frecuente es la lengua. Sus manifestaciones clínicas no son evidentes hasta que alcanzan cierto tamaño, debido a su localización submucosa o incluso más profunda. Los localizados en la lengua pueden presentarse como un nódulo aislado o bien como una lesión multinodular, siendo más frecuente el primero. Aparece como una © Medicina Oral S. L.
masa submucosa cubierta por epitelio normal localizada en muchos casos en la zona dorsolateral. El diagnóstico diferencial se planteará con un fibroma, un lipoma, con un tumor de células granulares, o tumores benignos de origen neural. Las lesiones multinodulares se diferenciarán de una amiloidosis, de múltiples neuromas (MEN tipo 3), neurofibromatosis o una hiperplasia focal epitelial. El estudio anatomopatológico clasifica estos tumores en 3 tipos: tumores atípicos lipomatosos (bien diferenciados), el de células mixoides redondas, y el pleomórfico (más indiferenciado), siendo los más frecuentes los primeros. El estudio inmunohistoquímico suele mostrar positividad para la vimentina y la proteína S-100, pero es de valor limitado en el diagnóstico. El tratamiento de elección es la resección local, con amplios márgenes de seguridad, teniendo los liposarcomas de la lengua un pronóstico excelente, con un alto índice de supervivencia, independiente del tipo microscópico. Angiosarcoma Es una neoplasia maligna cuyo origen son las células endoteliales de los vasos sanguíneos y linfáticos, por lo tanto el término angiosarcoma incluye los linfangiosarcomas y los hemangioendoteliomas malignos. Son los sarcomas de tejidos blandos menos frecuentes, con cifras inferiores al 1%. Es muy poco frecuente en la cavidad oral, siendo las localizaciones más frecuentes el paladar, los labios, la encía y la lengua. Puede aparecer a cualquier edad, algunos autores citan mayor incidencia en hombres, mientras que otros en mujeres. Su apariencia clínica depende en parte de la localización, pudiendo presentarse como una tumefacción dolorosa, y en ocasiones se asemeja a un hemangioma, a veces ulcerado, que tiende a sangrar ante un mínimo traumatismo. Muchos son indoloros, pero la infección secundaria de las lesiones ulceradas puede producir dolor. La induración y la ulceración son signos de malignidad. El diagnóstico se basa como en todas las 167
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neoplasias en el estudio histopatológico, en el que se observan masas de células endoteliales, pleomórficas, de gran tamaño, y con abundantes mitosis. El tratamiento consiste en la combinación de cirugía y radioterapia, siendo el pronóstico desfavorable, debido sobre todo a recurrencias y a metástasis ganglionares y pulmonares. El Sarcoma de Kaposi (SK) es una neoplasia vascular, de origen viral (herpes virus tipo 8), que se observó en nuestro continente asociada al Virus de la Inmunodeficiencia Humana, y que anteriormente se había descrito en hombres, de edad avanzada, de raza judía, así como otras formas africanas. El SK relacionado con el SIDA aparece con mayor frecuencia en homosexuales, aunque hoy en día parece que las cifras han disminuido debido a un mayor control de las infecciones virales secundarias. También se ha referido aparición de SK en pacientes transplantados, relacionado con los fármacos inmunosupresores. Clínicamente se manifiesta como lesiones planas, papulares o nodulares de color violáceo, que intraoralmente se localiza sobre todo en encías y paladar. El diagnóstico diferencial del SK se planteará con otras lesiones vasculares como los hemangiomas, los linfangiomas en los casos multinodulares, o con granulomas piógenos o de células gigantes en las lesiones solitarias. El diagnóstico definitivo se basa en el estudio histopatológico tras la toma de biopsia. El tratamiento del SK generalmente se basa en la quimioterapia (vinblastina, bleomicina), en ocasiones se administra radioterapia a bajas dosis (18-24 Gy). En los casos asociados a VIH la mejoría del estado del paciente conduce en ocasiones a una regresión espontánea del mismo. Neurosarcomas Son tumores malignos derivados de la cubierta de los nervios periféricos. Son muy poco frecuentes en el territorio maxilofacial. Un 10% surgen de la transformación de un neurofibroma en la neurofibromatosis. Pueden surgir centralmente de los maxilares o en 168
Fig. 13. Sarcoma de Kaposi en encías en paciente VIH +
Fig. 14. Mismo paciente de la figura 13 con afectación de la encía inferior.
Fig. 15. Detalle de la figura 13.
Fig. 16. Mismo paciente de la figura 13.
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los tejidos blandos profundos. Aparece en ambos sexos, un poco más frecuente en hombres, con un margen de edad muy amplio, de 20 a 60 años. Los que se originan dentro del hueso se pueden manifestar como una radiolucidez irregular, como un ensanchamiento del canal dentario y a veces el primer signo es una parestesia o anestesia del territorio inervado. La consistencia es variable y los localizados más superficialmente no tienden a ulcerarse. El diagnóstico definitivo como en el resto de tumores malignos es el estudio histopatológico, tomando la muestra en profundidad de la lesión, y antes del tratamiento se valorará la extensión del tumor con una resonancia magnética o una tomografía computerizada. Al ser tan poco frecuente no es un tumor que suela incluirse en el listado de diagnósticos diferenciales, pero podría plantearse en los estudios de imagen con el neurofibroma, el fibrosarcoma, el histiocitoma fibroso maligno o el osteosarcoma en los intraóseos. El tratamiento es quirúrgico con amplios márgenes de resección. No suele ser necesario el vaciamiento ganglionar, ya que suele metastatizar por vía sanguínea. La quimioterapia y radioterapia se emplean como tratamientos adyuvantes. Rabdomiosarcomas. Leiomiosarcomas Los rabdomiosarcomas son tumores malignos que derivan de células mesenquimales con una diferenciación parcial en rabdomioblastos. A diferencia de otros sarcomas; éstos aparecen en edades infantiles y con cierta frecuencia en territorio maxilofacial, sobre todo la órbita, fosa nasal, senos maxilares y cavidad oral. La presentación clínica es como una masa de rápido crecimiento, no muy indurada, que afecta hueso adyacente, con aparición de parestesias o anestesia de la zona. No suelen ser muy dolorosos. Con técnicas de imagen (TC, RM) se aprecia la gran invasión de tejidos blandos y óseos, por lo que el diagnóstico diferencial se plantea con otros tumores de rápido crecimiento en edades tempranas como el sarcoma de Ewing, el neuroblastoma, y la © Medicina Oral S. L.
Fig. 17. Neurosarcoma en encía superior
Fig. 18. TC del caso de la figura 17.
Fig. 19. Histopatología del caso de la figura 17.
Fig. 20. Marcaje con proteína S100 del caso de la figura 17.
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histiocitosis de células de Langerhans. El diagnóstico es histológico siendo útil las pruebas inmunohistoquímicas con desmina y mioglobina, para las que presenta positividad. El tratamiento suele ser una combinación de cirugía, quimioterapia (vincristina, adriamicina, ciclofosfamida) y radioterapia, según el tamaño del tumor, presencia de tumor residual tras la extirpación o presencia de metástasis en el momento del diagnóstico. El leiomiosarcoma es menos frecuente que el anterior, y muy poco frecuente en la cavidad oral debido a la escasez de tejidos con fibra muscular lisa. Suele aparecer en adultos mayores de 50 años, en paladar o lengua. Se presenta como una tumoración firme que puede plantear el diagnóstico diferencial con tumores de glándulas salivales menores como el carcinoma mucoepidermoide o el carcinoma adenoide quístico. El diagnóstico definitivo lo da el estudio histopatológico, el cual en ocasiones tiene dificultades para diferenciar estas tumoraciones de los tumores benignos (leiomiomas). La tinción tricrómica y el PAS pueden ser útiles en diferenciar este tumor de otros tumores compuestos también de células fusiformes. El tratamiento indicado es el quirúrgico con márgenes de seguridad, siendo la radioterapia y la quimioterapia poco efectivas como tratamiento adyuvante. Metástasis en las partes blandas
bado histológicamente. - Correlación histológica entre el tumor primario y la metástasis. - No ha de haber evidencia de extensión directa desde el tumor primario. Suelen presentarse en hombres entre los 5070 años. La localización más frecuente es la encía, la lengua y los labios, presentándose en ocasiones más de un depósito. El aspecto clínico es variado, y en ocasiones se ha de plantear el diagnóstico diferencial con tumores benignos, como el granuloma piógeno, el fibroma o el granuloma de células gigantes, siendo la gran rapidez de crecimiento y el gran tamaño que alcanzan en poco tiempo los datos que los diferencian. El pronóstico de los pacientes es muy desfavorable, ya que indica una diseminación de la neoplasia primaria. La supervivencia es muy baja, falleciendo la mayoría de los pacientes en los primeros meses tras el diagnóstico. El tratamiento es paliativo dependiendo de la edad, la extensión de las lesiones y el tipo de tumor primario y se basa en administrar quimioterapia y radioterapia. En ocasiones es la primera manifestación de la neoplasia primaria e incluso en ocasiones no se diagnostica hasta que tiene cierto tamaño, lo cual ensombrece aún más el pronóstico.
de la cavidad
oral
Las metástasis son lesiones muy poco frecuentes en la mucosa oral, ya que del total de las neoplasias del organismo solo un 1% metastatizan en la cavidad oral y de ellas un 90% lo hacen en los huesos maxilares y sólo el 10% en las partes blandas. Los tumores primarios suelen estar localizados en pulmón, riñón e hígado. Para poder diagnosticar que se trata de una metástasis ha de cumplir los criterios de Clausen y Poulsen: - Comprobación histológica de que se trata de un tumor maligno y el tipo celular. - Existencia del tumor primario compro170
Fig. 21. Metástasis en encía de un cáncer de pulmón.
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Fig. 22. Metástasis en encía de un adenocarcinoma de colon.
Fig. 25. Metástasis oral de tumor primario de origen desconocido.
Fig. 23. Histopatología del caso de la figura 22.
Fig. 26. Metástasis de un cáncer primario de pulmón.
Fig. 24. Metástasis oral de un cáncer de tiroides.
Fig. 27. Metástasis de un hepatocarcinoma.
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Linfoma no Hodgkin El linfoma es la tercera neoplasia más común en el territorio maxilofacial, después del COCE y los tumores de glándulas salivales, y la segunda de las neoplasias intraorales. Los linfoma no Hodgkin (LNH) comprenden un grupo de enfermedades malignas del sistema inmune, en concreto son neoplasias de los linfocitos y sus precursores; se pueden agrupar en linfomas de células B, linfomas de células T y linfomas de células NK(Clasificación REAL de la WHO 2001). Son más numerosos y diversos que el linfoma de Hodgkin y tienen un peor pronóstico. Puede surgir en nódulos linfáticos o en cualquier órgano por diseminación desde lugares linfáticos o como primera manifestación de la enfermedad extranodal primaria (un 25% surgen de localizaciones extranodales), lo que le diferencia del linfoma de Hodgkin que siempre se localiza en ganglios linfáticos. La mayoría de los LNH aparecen en el anillo de Waldeyer (amígdalas, faringe y base de lengua), mientras que los intraorales son menos frecuentes (3,5% de todos los tumores malignos). También se ha descrito la afectación de glándulas salivales por estas neoplasias, siendo la parótida la más frecuente. Existe un riesgo aumentado (hasta 40 veces) de aparición de LNH en la parótida en pacientes afectos de síndrome de Sjögren u otras enfermedades autoinmunes. Hay un aumento de la incidencia a medida que la edad avanza (desde los 20 a los 80 años), y es más frecuente en hombres. En la zona del maxilar se suelen localizar en tejidos blandos, mientras que en la mandíbula surgen más del hueso, siendo más frecuentes los primeros. Se manifiestan como tumoraciones blando-elásticas, asintomáticas, con una coloración normal, rojiza o rojo-azulada, a veces ulceradas, que se localizan en el paladar y la encía, y que no se acompañan generalmente de síntomas B (pérdida de peso de más del 10%, fiebre inexplicable de >38º, sudoración nocturna). Puede haber afectación del hueso subyacente, manifestándose radiológicamente con una desaparición de la lámina dura y una radiolucidez difusa. El diagnóstico diferencial se planteará en 172
Fig. 28. Linfoma no Hodgkin con afectación cervical.
Fig. 29. Linfoma no Hodgkin en tercio posterior de mucosa yugal.
Fig. 30. Linfoma no Hodgkin en encía en paciente VIH+.
Fig. 31. Histopatología del Linfoma no Hodgkin.
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las lesiones localizadas en el paladar con neoplasias de glándulas salivales menores, mientras que las localizadas en encía incluyen procesos inflamatorios odontogénicos, enfermedad periodontal, COCE, tumores de los maxilares, etc. El diagnóstico es histopatológico apoyado con técnicas inmunohistoquímicas para poder clasificar al linfoma según la célula de origen y el grado de malignidad (alto, medio y bajo grado). Así si las células son CD20, CD75,CD79 positivas, son linfomas de células B, mientras que los de células T son positivas para CD3 y CD5. El tipo más frecuente es el tipo difuso de células B grandes. La mayoría de los casos intraorales son de grado alto o intermedio, mientras que son menos frecuentes los de bajo grado. Como técnicas complementarias se solicita una TC para valorar la afectación ósea. También se solicita una analítica y un recuento y fórmula, que en la mayoría de los casos suele ser normal. En muchos pacientes se observa una disminución de los linfocitos o de los niveles de albúmina sérica. El tratamiento se basa en la administración de quimioterapia. El protocolo CHOP (ciclofosfamida, doxorubicina, vincristina y prednisona) es uno de los más utilizados. La radioterapia es utilizada en algunos casos tras la quimioterapia. El pronóstico va a depender de diferentes factores, habiéndose desarrollado el Indice Pronóstico Internacional (IPI), que valora una serie de parámetros, dando una puntuación del 0 al 5. Los parámetros son la edad (mayor de 60 años), el estadio clínico (III-IV) (según la clasificación de Ann Arbor), la afectación extranodal de más de un sitio, los niveles séricos elevados de la lactato deshidrogenasa (LDH) y el estado general del paciente (igual o mayor a 2, según el índice ECOG que valora la calidad de vida de un paciente. Eastern Cooperative Oncologic Group). Si la puntuación es superior a 3 el pronóstico es muy bajo.
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Plasmocitoma. Mieloma múltiple El mieloma múltiple (MM) es una proliferación maligna neoplásica de las células plasmáticas que tiene afectación múltiple de la médula ósea y ocasionalmente extraósea. Es una de las neoplasias malignas hematológicas más frecuente, y la más frecuente de las que afectan hueso. Se ha referido alteraciones genéticas en los pacientes con MM. Los cromosomas alterados son el 1, el 11 y el 14, con translocación de ellos. La incidencia aumenta con la edad, estando el 90% de los pacientes por encima de los 40 años. La presentación clínica comprende la tríada lesiones osteolíticas multifocales, proliferación en estas lesiones de células plasmáticas atípicas y una gammapatía sérica monoclonal. Los huesos más frecuentemente afectados son el cráneo, las vértebras, la pelvis, y las porciones proximales de los huesos largos. Además puede aparecer anemia, hipercalcemia, insuficiencia renal, proteinuria y tendencia a infecciones. Es diagnóstico la presencia de inmunoglobulinas monoclonales que producen un pico gamma o beta en la electroforesis de las proteínas séricas, llamado componente M (>3,5 gr/dl para IgG, o >2 gr/dl para IgA), que puede aparecer en suero, en orina o en ambos. En orina hay presencia de cadenas ligeras (proteína de Bence-Jones). Las lesiones óseas se suelen manifestar como lesiones radiolúcidas, en sacabocados, en los huesos antes mencionados y similarmente en los maxilares. A veces son un hallazgo casual o bien tras la aparición de fracturas patológicas. El paciente refiere dolores óseos, cansancio, pérdida de peso y a veces fiebre. En la cavidad oral se pueden localizar como plasmocitomas extramedulares, es decir extraesqueléticas, son lesiones aisladas que se presentan como tumoraciones, no habiendo componente M. También intraoralmente se puede observar en los casos de MM una macroglosia consecuencia de una amiloidosis secundaria, debido al depósito de sustancia amiloide producida por las células plasmáticas. El tratamiento indicado es la quimioterapia con vincristina, adriamicina y dexametasona, asociado a bisfosfonatos (pamidronato) para controlar la hipercalcemia. Se puede asociar la radiote173
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rapia aplicada en el foco óseo. Actualmente se están describiendo casos de osteonecrosis debida al pamidronato como efecto secundario de este fármaco, en ocasiones tras exodoncias o traumatismos en la mucosa, pero en otros casos aparecen espontáneamente. Bibliografía
Fig. 32. Mieloma múltiple con afectación en forma de parestesia mentoniana como primera manifestación.
Fig. 33. Lesión oral de la paciente de la figura 32.
Fig. 34. Histopatología del mieloma múltiple.
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Tema 18. Tumoraciones cervicales
La mayoría de las masas cervicales se presentan en localizaciones precedibles dentro de grupos de edades típicas, esto permite un abordaje sistemático y un diagnóstico y plan terapéutico para el paciente con una tumoración cervical. La edad del paciente debe ser la primera consideración a tener en cuenta, así dividiremos los principales grupos de edad en: pacientes pediátricos cuando tienen menos de 15 años, jóvenes adultos entre 16 y 40 años y adultos tardíos en mayores de 40 años. La edad pediátrica muestra masas cervicales predominantemente de origen inflamatorio, seguido de masas de origen congénito y del desarrollo y finalmente de origen neoplásico. En los adultos jóvenes la proporción de neoplasias aumenta y la de masas congénitas disminuye. En adultos tardíos la primera consideración siempre debe ser la neoplasia, en menor grado las inflamatorias y finalmente las congénitas.
El segundo aspecto a considerar es la localización de la lesión y muy importante para realizar el diagnóstico diferencial. Las masas de origen congénito o del desarrollo y las masas traumáticas son bastante constantes en su localización y en el caso de masas neoplásicas este aspecto diferenciará el diagnóstico y el pronóstico de forma significativa. La diseminación de un carcinoma de orofaringe y las enfermedades inflamatorias siguen una diseminación linfática concreta siguiendo las cadenas linfáticas de la zona. (Tabla 1) Los ganglios se consideran normales si son menores a 1 cm de diámetro, ganglios mayores de 2 cm ya son indicativos de biopsia y debe considerarse que a mayor tamaño mayor posibilidad de malignidad. Una consistencia dura o pétrea con fijación de la adenopatía a los tejidos de alrededor es sospechosa de una metástasis. Las adenopatías dolorosas suelen asociarse más a procesos infecciosos y la fistulización se asocia a enfermedades como la tuberculosis u otras micobacterias.
Tabla 1. Diagnóstico de las masas cervicales según su localización.
Línea media Congénitas Quiste cond. Tirogloso Quiste dermoide Laringocele
Triángulo anterior
Triángulo posterior
Quiste branquial Quiste tímico
Linfangioma
Inflamatorias Adenitis (bacterial, viral, granulomatosa)
Adenitis (bacterial, viral, granulomatosa) Sialoadenitis
Adenitis (bacterial, viral, granulomatosa)
Linfoma. Metastásis yugular superior (orofaringe y cavidad oral), en yugular inferior (hipofaringe, laringe) Tumor submaxilar, tumor vascular primario, neurogénico Hematoma o fibroma de ECM Aneurisma falso
Linfoma Metástasis superior (nasofaringe, scalp), supraclavicular (mama, pulmón, gastrointestinal)
Neoplásicas Tiroidea Linfoma
Traumáticas
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Neuroma
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ETIOPATOGENIA
El aumento de los ganglios linfáticos es una presentación clínica común debido a una gran variedad de situaciones patológicas, desde una respuesta inflamatoria local o sistémica, una respuesta a una enfermedad autoinmune o a una inmunización, a una metástasis a un proceso linfoproliferativo. Pero la presencia de una masa cervical puede deberse a otras muchas causas (congénitas, traumáticas…). Podemos dividimos las causas de masa cervical en: tumor primario desconocido lesión primaria conocida tumores primarios enfermedades congénitas y de crecimiento masas inflamatorias masas traumáticas neoplasias cervicales inusuales 1. Tumor primario desconocido Ante la presencia de una masa cervical compatible con una adenopatía o con un grupo de adenopatías debemos pensar en una metástasis. Las lesiones primarias responsables de estas adenopatías metastásicas más frecuentemente se encuentran en carcinomas de orofaringe como en hipofaringe, amígdala o base de lengua. Si no las encontramos en estas localizaciones únicamente en el 25% de ocasiones se encontrará el tumor primario.
tratamiento del tumor primario. Las neoplasias metastásicas más comunes provienen en el 90% de ocasiones del carcinoma escamoso seguido del carcinoma nasofaríngeo, el carcinoma papilar de tiroides o el melanoma maligno. Con menos frecuencia el origen es pulmonar, renal, ovárico o de páncreas. Generalmente si existe una masa cervical positiva a la palpación y el tumor primario se localiza en cabeza y cuello se recomienda un tratamiento quirúrgico cervical mediante una disección ganglionar cervical (radical, modificada o selectiva). Si el tumor primario está en otro lugar que no sea cabeza y cuello, se recomienda una biopsia de la masa cervical para confirmar la naturaleza y el estadío para instaurar el tratamiento necesario. El estadiaje de las adenopatías metastásicas cervicales sigue la clasificación TNM (American Joint Comité, Unión Internacional Contra Cáncer). Tabla 2 En pacientes con una neoplasia primaria conocida y la presencia de un ganglio metastático debe realizarse un examen completo corporal porque existe la posibilidad de la aparición en un 6% de un tumor secundario concomitante como por ejemplo la presencia de un carcinoma de base de lengua tras haber presentado un carcinoma de suelo de boca o de borde lateral de lengua. La aparición de
Tabla 2. Clasificación de TNM para el estudio de ganglios linfáticos.
Nx: no puede evaluarse los ganglios regionales N0: No hay metástasis a ganglios linfáticos regionales N1: metástasis en un solo ganglio linfático homolateral igual o menor de 3 cm N2a: metástasis en un solo ganglio homolateral mayor de 3 cm pero menor de 6 cm N2b: metástasis en múltiples ganglios homolaterales, ninguno mayor de 6 cm N2c: metástasis en ganglios linfático bilaterales o contralaterales, ninguno mayor de 6 cm N3: metástasis en ganglio linfático mayor de 6 cm
2. Lesión primaria conocida Una masa cervical en un paciente con una neoplasia primaria conocida en cabeza y cuello suele considerarse relacionada con la tumoración primaria y tratarse en consonancia con los principios descritos para el
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una segunda lesión influye en las decisiones terapéuticas y ensombrece el pronóstico del paciente. 3. Tumores primarios Neoplasias tiroideas Las neoplasias tiroideas benignas y malignas se sitúan en el triángulo cervical anterior y
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Fig. 1. Adenopatía cervical maligna.
Fig. 2. Resonancia magnética del caso de la fig. 1.
son los más frecuentes en niños y adultos jóvenes. Los niños muestran un predominio por el sexo masculino, así como un aumento en la incidencia de enfermedad maligna. En adultos jóvenes y adultos tardíos es mayor la incidencia de situaciones benignas y predominio femenino. Las metástasis cervicales son el síntoma inicial en el 15% de los carcinomas papilares y clínicamente presentes en el 40% de pacientes con nódulos tiroideos malignos y la histología del 92% de casos del estudio anatomopatológico tras la disección cervical. Aunque la mayoría de las masas cervicales anteriores son nódulos tiroideos hiperplásicos o adenomas, deben considerarse malignos hasta que se demuestre lo contrario.
patoesplenomegalia. Se clasifican según el estadiaje de Ann-Arbor en: Estadio 1: una sola región ganglionar afectada Estadio 2: dos o más regiones ganglionares afectadas al mismo lado del diafragma Estadio 3: regiones ganglionares situadas a ambos lados del diafragma Estadio 4: diseminación a 1 o más órganos extralinfáticos con o sin afectación ganglionar, a hígado o médula ósea A: pacientes asintomáticos B: pacientes con fiebre, sudoración o pérdida de más del 10% de peso corporal El pronóstico se debe más a las complicaciones tardías del tratamiento que a la propia enfermedad que presenta un alto porcentaje de curaciones. Los linfomas no-Hodgkin tienen un pico de edad de presentación hacia los 32 años, son más agresivos cuando aparecen en niños y existe una leve predilección por los hombres. Clínicamente estos pacientes debutan con una adenopatía periférica persistente e indolora. Normalmente se localizan en el anillo de Waldeyer, en ganglios epitrocleares o en ganglios mesentéricos. No suelen asociarse a la sintomatología B pero pueden debutar con un síndrome de la cava superior, una masa abdominal, anemia o con lesiones cutáneas. Se clasifican en bajo, intermedio y alto grado de malignidad según el tipo histológico. Los de bajo grado tienen un curso clínico indolente y de 5 a 10 años de supervivencia. Los de grado intermedio entre 1´5 y 3 años y los de alto grado tienen supervivencias menores
Linfomas y enfermedad de Hodgkin Representan el 55% de todos los tumores malignos pediátricos y el 20% del diagnóstico histológico de todas las biopsias de adenopatías . Los linfomas de Hodgkin presentan dos picos de edad, un primer pico a la edad durante la adolescencia y adultos jóvenes y otro a los 50-60 años, con predilección por el sexo masculino. Clínicamente la mitad de los pacientes presentan adenopatías cervicales o en región supraclavicular. Son adenopatías firmes a la palpación y la piel que los recubre está intacta. Es frecuente su asociación con la denominada sintomatología B, astenia, pérdida de peso, sudoración nocturna, tos, prurito generalizado, disnea e incluso he© Medicina Oral S. L.
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Fig. 3. Linfoma cervical.
Fig. 4. Resonancia magnética del caso de la fig. 3.
sin tratamiento. El pronóstico también se relacionará con el estado general del paciente, el tipo de linfoma y el tratamiento recibido.
vida. Los tumores malignos de glándulas son muy raros en niños pero hay que sospechar su presencia ante una masa submandibular no inflamatoria. Dentro de los tumores benignos el adenoma pleomorfo representa el 90 % de ellos, muestra una gran variedad histológica y un buen pronóstico tras su extirpación completa. El segundo tumor benigno más frecuente es el adenolinfoma o tumor de Warthin, seguido del oncocitoma, adenoma monomorfo y el de células basales. De entre los tumores malignos los procesos linfoproliferativos pueden envolver la glándula submaxilar o los ganglios del triángulo. El tumor maligno más frecuente es el carcinoma adenoide quístico, que se caracteriza por su agresividad local, su tendencia a la recurrencia y su diseminación a través de los nervios. Del un 5 a un 50% de carcinomas adenoides tienen metástasis pulmonares en su primera presentación, hecho que no modifica el tratamiento de la lesión inicial. El segundo tumor maligno más frecuente es el carcinoma mucoepidermoide (en otras glándula salivales es el tumor maligno más frecuente) seguido del tumor mixto maligno o carcinoma ex-adenoma pleomorfo. Las metástasis en glándula submaxilar habitualmente provienen de tumores de cabeza y cuello (cavidad oral, orofarínge, regiones cutáneas) o áreas lejanas (mama, riñón, pulmón, colon, etc.). El carcinoma escamoso de la glándula submaxilar es extremadamente raro. El tratamiento principal será la escisión
Neoplasias salivales Deberíamos considerar la posibilidad de una neoplasia salival siempre que exista una masa sólida en ángulo de mandíbula o en el triángulo submandibular. La aparición súbita de una inflamación dolorosa tras las comidas corresponde casi siempre a una sialolitiasis, sin embargo la tumefacción que se desarrolla lentamente se relaciona habitualmente más con una tumoración. Los tumores de las glándulas salivales representan el 8-12% de todas las neoplasias salivales. La mayoría de las neoplasias benignas o malignas son indistinguibles unas de las otras, siendo su presentación más común la masa asintomática. El crecimiento de la tumoración puede ser lento o rápido, aunque el rápido crecimiento se produce más a menudo en tumores malignos, la presencia de una tumoración durante muchos años no supone garantía de benignidad. La parálisis de los nervios adyacentes, la fijación cutánea o a los planos profundos o la presencia de adenopatías asociadas son signos de malignidad. La prevalencia de los tumores malignos de glándulas submandibular se estima que es de un 50 %, es más frecuente en hombres con un pico de incidencia en la sexta década, mientras que los tumores benignos son más frecuentes en mujeres en la quinta década de la 178
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quirúrgica ante cualquier sospecha de neoplasia submaxilar y en el caso de enfermedad maligna se asociará a la extirpación de los ganglios linfáticos regionales (esto sirve tanto de curación como de estadiaje). En pocas ocasiones es necesaria la disección ganglionar radical del cuello. En tumores irresecables se recomienda radioterapia a altas dosis y la radioterapia postoperatoria se recomienda en tumores malignos de alto grado, de bajo grado con márgenes positivos o con metástasis ganglionares. Tumores de cuerpo carotídeo y tumores glómicos Son tumores raros que no existen en pacientes pediátricos. En adultos ambos tumores aparecen en el triángulo antero-superior, en la bifurcación carotídea, en forma de masas pulsátiles, depresibles, se rellenan fácilmente al soltarlas y que pueden desplazarse de un lado a otro pero no de arriba hacia abajo. Los dos tipos de tumores pueden soltar catecolaminas al torrente sanguíneo. En el caso de los tumores glómicos vagales la amígdala ipsilateral puede ser pulsátil y estar desviada hacia la línea media. El diagnóstico se confirma con una angiografía, una tomografía computerizada (TC) o una angioresonancia. En pacientes ancianos se recomienda el tratamiento conservador mediante observación o la radioterapia para parar el crecimiento. En jóvenes se recomienda el tratamiento quirúrgico bajo hipotensión arterial y en el caso de tumores glómicos se requieres una embolización preoperatoria. Schwannomas y neurilenomas Estos tumores sólidos neurogénicos pueden aparecer en cualquier localización cervical (25-25% región cráneo-cervical) pero más comúnmente en el espacio parafaríngeo. Se originan en la vaina del nervio (de las células de Schwann) por tanto en la superficie de los nervios, los axones no atraviesan la tumoración sinó que están desplazados por ella. Clínicamente se presentan como masas
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laterocervicales, bien encapsuladas, de lento crecimiento y dolorosas a la palpación tanto en la tumoración como en la apófisis radicular en la que se originan. Los que se localizan en el nervio vago pueden ocasionar ronquera, parálisis de la cuerda vocal o ambas mientras que los que se originan en la cadena simpática se asocian al síndrome de Horner (miosis, ptosis y enoftalmos). Su tratamiento es quirúrgico si es posible siendo las recurrencias muy raras. 4. Enfermedades congénitas y de crecimiento Las masas congénitas son las masas cervicales no inflamatorias más comunes, representan el 12%. Las clasificaremos en masas laterales (como quistes o fístulas branquiales o laringoceles), masas de la línea media (quiste o fístula del conducto tirogloso, quiste tímico, quiste dermoide o teratoma cervical) o de todo el área cervical (hemangioma y linfangiomas). Esta clasificación es importante porque las regiones lateral y medial cervicales son de distinto origen embriológico. La región laterocervical está relacionada con el aparato branquial que se forma durante el primer mes de vida intrauterina. Los arcos branquiales se organizan por pares a cada lado de la línea media mediante una serie de pliegues y surcos que corresponden a las hendiduras (derivado del ectoblasto) y bolsas (derivadas del endoblasto) branquiales. Se identifican claramente 4 arcos en el embrión y un quinto rudimentario que rápidamente regresa. De ellos derivarán un hueso, un cartílago, uno o más músculos estriados, un nervio craneal mixto y el componente vascular correspondiente. Los defectos de la línea media son el resultado del defecto de cierre de la línea media (como en los quistes dermoides) o por la persistencia de remanentes después de la migración del tiroides. Anomalías de la hendidura branquial Los quistes o fístulas branquiales se clasifican en 4 tipos de acuerdo a su origen embriológico. Se manifiestan como masas 179
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o fístulas que discurren por la cara anterior del músculo esternocleidomastoideo, siendo más frecuentes los quistes que las fístulas. Son poco profundos y aparecen igual en hombres que en mujeres, con una historia familiar de lesiones familiares. Normalmente no se aprecian hasta que se sobreinfectan salvo en el caso de grandes quistes que pueden causar disfagia, disnea o estridor. Debido al desarrollo embriológico del quiste, están revestidos de epitelio escamoso o columnar y algo de tejido linfoide adyacente. Los quistes o fístulas del primer arco branquial son poco comunes, encontramos dos subtipos. El subtipo I que son quistes que se sitúan de forma medial, inferior o posterior a la concha del cartílago auricular de forma paralela al conducto auditivo externo. El subtipo II su apertura se localiza de forma anterior al músculo esternocleidomastoideo (ECM), por encima del hioides. El tratamiento quirúrgico en estas lesiones es difícil, en el subtipo II se extienden por el cuello y después salen a la superficie por encima de la mandíbula, relacionándose con la glándula parótida por lo que su abordaje será similar a una parotidectomía superficial. Los quistes de segundo arco son los más frecuentes. Cuando se abren a piel lo hacen en la unión de los tercios medio e inferior del borde anterior del ECM, por debajo del hueso hioides. Se inician en piel, penetran profundamente al ECM, pasan lateralmente al nervio hipogloso y glosofaríngeo, discurren entre la arteria carótida interna y la externa para finalizar en el músculo constrictor medio de la faringe o en la región tonsilar. Los quistes del tercer arco son indistinguibles de los del segundo, su diferenciación se aprecia durante la cirugía. La salida cutánea es la misma, asciende lateralmente a la arteria carótida común y permanece lateral y posterior a la carótida interna, superior y lateralmente al n. hipogloso y medialmente al glosofaríngeo entrando en la faringe a nivel del seno piriforme. En los quistes de cuarto arco la apertura cutánea es la misma que en el 2º y 3º arco, se extiende profundamente al músculo platis180
ma, asciende lateralmente y posteriormente a la arteria carótida común e interna pero pasa por encima del n. hipogloso y después asciende para pasar por debajo de la arteria subclavia en el lado derecho y el arco aórtico en el lado izquierdo. Terminará en el esófago superior o en el seno piriforme. Anomalías de origen tímico Los remanentes tímicos se deben a alteraciones del desarrollo embriológico de la tercera y cuarta bolsas faríngeas, se pueden encontrar a lo largo de la vía de descenso embriológico del timo desde el ángulo de la mandíbula hasta el mediastino superior. Su incidencia es incierta, porque a pesar de que los remanentes tímicos en el cuello sean comunes su presentación sintomática es inusual. Es más frecuente en hombres (relación 3:1 con las mujeres) y en el lado izquierdo del cuello. En 2/3 de estas lesiones se diagnostican en la primera década de la vida y en el 75% antes de los 20 años. El timo va creciendo de tamaño hasta llegar a la pubertad donde logra su peso máximo, después su tejido linfoide disminuye y es reemplazado por grasas o tejido conectivo manteniendo los corpúsculos de Hassall que permanecerán más tiempo. En la edad adulta esta glándula involuciona hasta llegar a un peso de 15 gr pero no desaparece. Su principal función es inmunitaria en el recién nacido y el niño con la maduración de células T inmunocompetentes y su diferenciación en los subtipos CD4 y CD8. Además permite la proliferación de clones de células T maduras que tras entrara en la circulación linfática participa en el desarrollo de la tolerancia inmunitaria, prevención de enfermedades autoinmunitarias y secreción de hormonas. Los remanentes tímicos sufren una hiperplasia durante los primeros años de vida, pudiéndose presentar como una masa cervical, en un 90% de los casos de forma quística y el resto en forma sólida. El crecimiento del quiste tímico es progresivo y son el resultado de remanentes del ductus timofaríngeo, de la degeneración quística de los corpúsculos de Hassall o de la degeneración quística del tejido tímico sólido. En un 68% se localizan
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en el lado izquierdo, en un 25% en el lado derecho y en un 7% en línea media. Mikal clasificó estos quistes en tres subgrupos. El quiste verdadero que corresponde a anomalías del ductus timofaríngeo y suelen comunicarse con el seno piriforme. El mixto que se trata de una fístula tímica que contiene tejido ectodérmico de la segunda hendidura branquial y endodermo de la tercera bolsa faríngea. El quiste falso que es un quiste de las hendiduras branquiales que contienen incidentalmente tejido tímico. La forma sólida es inusual, incluso hay autores que la consideran un estadio temprano en el desarrollo tímico. Los timomas son poco frecuentes y surgen de la transformación maligna de algún tipo de quiste. El síntoma más común en el 90% es una masa indolora y en un 6-13% síntomas obstructivos como disfagia, disnea, estridor o afonía. En menos frecuencia de forma súbita secundaria a una infección o una hemorragia. Su tratamiento es la resección quirúrgica completa por la posibilidad de transformación maligna difícil de detectar. En niños debemos confirmar si existe timo mediastinal antes de la timectomía para prevenir el riesgo de pacientes atímicos. Algunos autores recomiendan no intervenir si se trata de una masa benigna comprobada mediante el estudio histológico y realizar la timectomía si se produce un cambio. En aquellas masas que compriman la traquea en ausencia de glándula tímica mediatinal aconsejan una resección parcial que elimine la obstrucción y mantenga la función inmunitaria normal. Si existe un quiste la extirpación debe ser completa. Laringocele Aparece en pacientes muy jóvenes, son quistes que contienen aire y que surgen de la dilatación del saco laríngeo. Se dividen en internos y externos. Los internos (20%) se localizan dentro del cartílago tiroides y la membrana tirohioidea, y se manifiestan como estridor y voz sorda. Los externos (50%) se sitúan por delante de la membrana tirohioidea y se
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presentan como una masa suave, depresible cervical que aumenta durante las maniobras de Valsalva. Su compresión provoca un ruido de gorgorismo dentro de la garganta. Si se produce su sobreinfección se pueden confundir con quistes branquiales pero en el caso de los laringoceles no presentan nunca fístulas. La relación hombres: mujeres es de 5:1. Quistes y fístulas del conducto tirogloso Son las masas congénitas más frecuentes (70%) y su desarrollo se deben a la persistencia de algún segmento del conducto tirogloso o de Bochdaleck a lo largo de su trayecto entre foramen cecum en la unión de la lengua con la faringe, hasta el lóbulo piramidal de la glándula tiroides. Existen 4 posibles localizaciones de acuerdo al nivel en el que persiste el remanente: intralingual (2%), suprahioides (25%) incluido a nivel submental, tirohioideo (60%) y supraesternal (13%). Se presentan durante la primera o segunda década de la vida, como masas fluctuantes localizadas en la línea media, observándose mejor con la cabeza hiperextendida y típicamente ascienden al tragar o con la protusión lingual debido a su fijación al hueso hioides. Histológicamentes presentan un epitelio escamoso estratificado y a veces columnar con abundantes glándulas mucosas. El tratamiento es quirúrgico, se debe extirpar el quiste y el conducto hasta la base de la lengua incluyendo la porción central del hueso hioides, como describió Sistrunk 13 y así la recurrencia cae hasta el 2-3 %. El carcinoma del quiste tirogloso es extremadamente raro, el 80% son carcinoma papilares. Se ha visto que el 60% del tejido tiroideo que contienen estos quistes tiene mayor potencial maligno Quiste dermoide y teratomas De los quistes de línea media el 28% son de origen dérmico. Se describen 3 variedades: el epidérmico, el dermoide y el teratoma. Estas malformaciones se desarrollan a partir de 181
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células embrionarias pluripotenciales y se pueden encontrarse en cualquier localización de la línea media cervical desde el suelo de la boca hasta la horquilla esternal. El quiste epidérmico es el más común y deriva de las células que comprenden únicamente la epidermis. Se localiza en línea media e inmediatamente por debajo de la piel en el tejido subcutáneo. Contiene un material blanquecino en su interior. El quiste dermoide contiene todas las capas dérmicas y tejido ectodérmico incluyendo glándulas sebáceas y pelo. Son masas blandas, lisas redondeadas que pueden sobreinfectarse y crecen lentamente debido a la acumulación de contenido sebáceo. Cuando se adhiere a la apófisis geni o al hueso hioides debe extirparse también parte del hueso. El teratoma es extremadamente raro, la mayoría son lesiones benignas aunque ocasionalmente aparecen las malignas. En el estudio radiológico se observan calcificaciones o incluso dientes remanentes porque contienen elementos del ectodermo, mesodermo y endodermo. Tienen predisposición por el sexo femenino en forma de masas grandes que causan dificultas respiratoria. Linfangioma (higroma quístico) Durante la 6ª semana de vida embriogénica surge un sistema de hendiduras que más tarde formarán los canales linfáticos y que al final desarrollarán los ganglios cervicales y vasos linfáticos. Durante este proceso pueden producirse secuestros que pueden originar un quiste o una colección de quistes que se caracterizan por tener unas paredes muy finas con una línea de células lineales y que cuando crecen van disecando los tejidos de alrededor. El 90% se encuentran en el triángulo cervical posterior y se aprecian en las primeras semanas de vidao en el nacimiento. La apariencia clásica es la de una masa blanda, depresible, laterocervical que se transilumina fácilmente. Las infecciones en las vías respiratorias altas pueden ocasionar el incremento de estas masas, no necesariamente como resultado de su infección sino como resultado del bloqueo de 182
Fig. 5. Quiste dermoide.
Fig. 6. Resonancia magnética del caso de la fig. 5.
los conductos linfáticos. El 65% están presentes durante el nacimiento y el 90% se descubren en los primeros dos años de vida. La mayoría tienen poco tamaño pero los que ya en el nacimiento presentan un gran tamaño pueden conllevar problemas serios por su efecto masa causando disnea, estridor o dificultad de alimentación. Se clasifican en 3 grupos: - linfangioma simple: que consisten en canales linfáticos delgados microscópicos. - linfangioma cavernoso: formados por espacios linfáticos dilatados. - higroma quístico: contiene quistes linfáticos muy grandes. El tratamiento de elección es la extirpación quirúrgica pero si es posible es aconsejable demorarla hasta que el niño tenga 3 ó 4 años. Debido a la naturaleza infiltrativa de algunas de estas lesiones y la dificultad de conseguir una completa extirpación la recurrencia se estima entre un 12 a un 17%. Algunos autores
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recomiendan un tratamiento conservador con observación en los pacientes sintomáticos. Se han descrito casos en los que la lesión ha regresado con el tiempo. Otras modalidades terapéuticas son la inyección de agentes esclerosantes o de otros agentes como la bleomicina, corticosteroides o ciclofosfamida. También se ha demostrado efectiva la ablación mediante láser de Argon en algunos linfangiomas. Hemangioma En el desarrollo embriológico normal vascular existe un estadio endotelial que consiste en lagos endoteliales que más tarde convergen mediante capilares comunicantes. Con maduración y crecimiento esta formará arterias maduras y venas. Si se produce la detención de crecimiento en el estadio endotelial se pueden producir hemangiomas cavernosos o capilares. Si el fallo se produce en la fase donde los lagos convergen se producirán fístulas arteriovenosas o hemangiomas mixtos. Es el tumor benigno más frecuente en la infancia, aproximadamente un 95% se identifican en los primeros 6 meses de edad. Aparecen como masas blandas, depresibles, no pulsátiles y azuladas que aumentan de tamaño al hacer fuerza o llorar. Crecen rápidamente en el periodo neonatal pero habitualmente involucionan a la edad de 5 ó 6 años, especialmente la variante capilar. Histológicamente se clasifican en capilares, cavernosos, mixtos o proliferativos. La tomografía computerizada muestra masas homogéneas, isodensas al músculo en T1 y con alta densidad en T2 como un aumento uniforme y prominente de vasos. La angiografía muestra una masa hipervascular con enrojecimiento capilar y con vasos dilatados sin verdaderos shunts arteriovenosos. El manejo de estas lesiones se basa en el estadio de la lesión (fase proliferativa o involutiva) y el tipo de lesión (superficial, profunda o compuesta). En general se tratan mediante observación mientras que son indicación de cirugía la obstrucción de la vía aérea, lesiones en el párpado que provoquen ambliopía,
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en las de rápido crecimiento, hemorragia o ulceración con o sin trombocitopenia y severa deformidad. La embolización es una opción terapéutica muy utilizada pero que requiere una delineación de todos los vasos, la demostración de anastomosis, la colocación de un catéter cerca de la lesión, la selección adecuada del material de embolización y la eliminación del reflujo a través de globos en los catéteres. Los hemangiomas superficiales activos pueden tratarse con láser mientras que los hemangiomas profundos deben tratarse mediante extirpación. Ránula Representa un quiste de retención de las glándulas salivales menores o de la glándula sublingual. Cuando se localiza en la boca se presenta en forma de masa translúcida, fluctuante, blanda y depresible a la palpación y denomina ránula simple. Su tratamiento es la extirpación o la marsupialización si produce molestias. Cuando atraviesa el músculo milohiodeo protuye por el cuello en forma de una tumoración blanda y depresible. Se localiza en la línea media habitualmente en región submental o submaxilar. Se denomina plunging ránula. En estos casos la extirpación de la ránula incluye la extirpación de la glándula sublingual vía oral o cervical. Otras masas congénitas Hemangiopericitomas: son lesiones bastante diferentes al resto de lesiones vasculares. Surgen de los pericitos de Zimmerman que son células que se encuentran alrededor de los capilares y las venas. Se manifiestan en adultos como masas de rápido crecimiento, pero también pueden aparecer en niños siendo en este caso de origen congénito. Son masas blandas, no dolorosas con mucha variación histológica y en el comportamiento biológico. Se recomienda su extirpación. La radioterapia y la quimioterapia tienen pocos efectos sobre este tumor.
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Tejido neuroectodérmico heterotípico: pueden surgir en cualquier parte de la cabeza y cuello. En niños los más frecuentes son gliomas y encefaloceles. La mayoría de estos pacientes presentan distress respiratorio y dificultad para respirar y alimentarse. Aunque son típicos de la nasofaringe, orofaringe o espacio parafaríngeo se han publicado casos cervicales, en forma de quistes y difíciles de distinguir de otras masas congénitas. Fibromatosis congénita generalizada: es a menudo multicéntrica y en el 90% aparece antes de los 2 años de edad. Es más frecuente en mujeres y patológicamente difíciles de diferenciar de los hemangiopericitomas. Se manifiestan como una masa firme bastante superficial que si se envuelve de piel aparece una mácula púrpura dando el mismo aspecto que un hemangioma. La mayoría regresan espontáneamente, particularmente las lesiones que aparecen en hueso. La cirugía se reserva para aquellos pacientes con obstrucción mecánica. 5. Masas inflamatorias Linfadenitis Se entiende por linfadenopatía al aumento de tamaño, consistencia o número de ganglios linfáticos. El aumento de ganglios linfáticos ocurre tanto en los triángulos cervicales anteriores como posteriores. (Tabla 3) Se ha observado que en más de los 2/3 de los pacientes las causas son inespecíficas o reactivas o bien específicas a infecciones virales o bacterianas (vías respiratorias, mononucleosis infecciosa, toxoplamosis o tuberculosis). Habitualmente el origen de la adenopatía reactiva se identifica fácilmente (infecciones dentarias o amigdalares) y el tratamiento con antibióticos contra gram positivos y anaerobios se recomienda como primera línea. En niños o adultos jóvenes es importante determinar si las masas son solitarias y asimétricas, si se localizan en el área supraclavicular (el 60% de las masas supraclaviculares son malignas y en el resto del área cervical en un 16%), si aumentan progresivamente de tamaño. 184
Las adenopatías dolorosas suelen asociarse más a procesos infecciosos y la fistulización se asocia a enfermedades como la tuberculosis u otras micobacterias. Es imprescindible solicitar un hemograma para el estudio de una linfadenitis además de las serologías contra el virus de Epstein-Barr, citomegalovirus, virus HIV, toxoplasma y brucela. La infección por Epstein-Barr o monomucleosis infecciosa es la causa más común de adenopatía crónica en la infancia. Clínicamente aparece fiebre, malestar general, fatiga, faringitis y ganglios cervicales anteriores y posteriores, no dolorosos pero sensibles a la palpación, de 1 a 3 cm de diámetro. En algunas ocasiones las adenopatías alcanzan gran tamaño en forma de conglomerados adenopáticos y asociarse a un gran aumento de los tejidos linfáticos de la faringe conllevando un compromiso respiratorio. En un 50 a un 80% de pacientes existe esplenomegalia. La toxoplasmosis está causada por un protozoo, el Toxoplasma gondii, que se adquiere por carne contaminada o por contacto con las heces de gatos infectados. De un 50 a un 90% de infecciones son asintomáticas pero en pacientes sintomáticos existen adenopatías cervicales, faringitis, mialgia, fiebre y malestar general. La adenopatía suele implicar a un solo ganglio y aumenta y disminuye de tamaño durante varios meses. La enfermedad se resuelve espontáneamente. El mecanismo que causa la tuberculosis cervical depende de la resistencia del huésped y de factores ambientales junto a la virulencia de la mycobacteria. En la mayoría de casos la adenopatía tuberculosa se observa tras la reactivación de la enfermedad, causada inicialmente por una tuberculosis pulmonar primaria que se resolvió dejando una mínima señal pulmonar y un test de la tuberculina positiva. La segunda causa es por diseminación linfática después que el microorganismo entre a través de la membrana mucosa de la cavidad oral. La escrófula o linfadenitis cervical tuberculosa es rara y comúnmente afecta a minorías como
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Tabla 3. Etiología de las linfadenitis.
Causas de linfadenopatías Enfermedades infecciosas: Virales: mononucleosis infecciosa, citomegalovirus, hepatitis, virus herpes simple o varicela-zoster, rubéola, sarampión, adenovirus, VIH, queratoconjuntivitis epidémica, vacuna Bacterianas: estreptococos, estafilococos, enfer.arañazo de gato, brucelosis, tularemia, peste, tuberculosis, micobacterias atípicas, sífilis primaria y secundaria, difteria, lepra Micóticas: histoplasmosis, coccidiodomicosis Chlamidias: linfogranuloma venéreo, tracoma Parásitos: toxoplasmosis, leishmaniasis, tripanosomiasis, filariasis Rickettsias: tifus Enfermedades inmunológicas: Artritis reumatoide, artritis reumatoide juvenil, enfer. Mixta del tejido conectivo, LES, dermatomiositis, Sd.Sjögren, enfermedad del suero, hipersensibilidad a fármacos, cirrosis biliar primaria, enfermedad del injerto contra el huésped, relacionadas con implantes de silicona Enfermedades malignas: Hematológicas, metastásicas Enfermedades por depósito de lípidos: Enferm. Gaucher, Nieckman-Pick, Fabry Enfermedades endocrinas: Hipertiroidismo Otras: Enferm. Castleman, Sarcoidosis, Enf. Kikuchi, Enf. Rosai-Dorfman, Enf. Kawasaki, Histiocitosis de células de Langerhan, Fiebre mediterránea familiar, Amilodosis
mujeres o pacientes inmunosuprimidos. Los pacientes infectados por VIH tienen un desarrollo de las adenopatías más corto, con cultivos más positivos y mayor implicación pulmonar. El tratamiento de elección es la quimioterapia con agentes antituberculosos según la Sociedad Torácica Americana durante dos meses con isoniacida, rifampicina, etambutol y pirazinamida, seguido durante 4 meses más únicamente con isoniacida y rifampicina. Hay autores que defienden que el tratamiento debería prolongarse en aquellos pacientes que presenten ganglios cervicales bilaterales y un bajo índice de masa corporal. La extirpación de los ganglios linfáticos está justificada cuando se ve afectado un grupo ganglionar unilateral y se aprecian cambios
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cutáneos inflamatorios que sugieren que la causa de la linfadenitis no es una mycobacteria tuberculosa. 6. Masas traumáticas Las masas de origen traumático son poco comunes y se producen por lesiones en los nervios, vaosos o músculos cervicales. El más frecuente es el hematoma agudo que se diagnostica fácilmente por la clínica o con la radiología. Otro tipo de masa postraumáticas pueden ser los pseudoaneurismas de los grandes vasos como en la carótida común. Clínicamente son masas pulsátiles que conllevan un elevado riesgo de embolismo. O los neuromas que se producen tras traumatismo invasivos como un vaciamiento cervical, más frecuentemente
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en los nervios sensitivos C 2-3 o en el nervio gran auricular tras una parotidectomía. Son masas que crecen lentamente, suaves a la palpación pero que responden con un dolor súbito y tirante al tacto. El hematoma postnatal postraumático que se produce durante un parto dificultoso por via vaginal puede originar un fibroma del músculo ECM. Clínicamente se aprecia en una masa cervical que puede asociarse incluso a la tortícolis del niño. 7. Neoplasias cervicales inusuales Lipoma Es un tumor benigno del tejido graso, bien encapsulado y que pocas veces aparece en el cuello. Se manifiesta como una masa blanda, bien definida, asintomática y que se sitúa subcutáneamente en cualquier localización cervical, en mayores de 35 años. Su tratamiento es la extirpación quirúrgica pero la observación es una opción válida porque no existe riesgo de transformación maligna. En tejidos profundos pueden ser infiltrantes y requieren un tramiento más agresivo. Hibernoma Surge del tejido graso pardo inmaduro. Es el tejido que encontramos en muchas especies de animales y que se encuentra en abundancia en el mediastino superior, con menos acúmulo en el cuello, axila o región interescapular. Se manifiesta como una masa blanda, móvil, de lento crecimiento. Está compuesta de células eosinofílicas granulares uniformes o multivacuoladas con un núcleo central. Las células grasas uni o multivacuoladas se intercalan entre estas células. El tratamiento es quirúrgico. Liposarcoma Es el 2º sarcoma de tejido blando más común en adultos, representa el 10-12% de todos los sarcomas blandos. Su presencia en el cuello es rara, la incidencia es de un 5% y no se origina en lipomas antiguos sino que son tumoraciones de novo. La lesión típica cervical, envuelve el tejido blando profundo 186
en pacientes mayores de 30 años, en forma de masa bien definida, sin embargo presenta frecuentes nódulos satélites. Se dividen en cuatro clases según el estudio histológico: mixoide y bien diferenciado son los más comunes y de células redondas y pleomórfico menos frecuentemente. Todos estos subgrupos presentan una gran recurrencia (50-80%) pero el tipo pleomórfico tiene una supervivencia más baja a los 5 años (10-20%) si se compara con el mixoide y el bien diferenciado (75-100%). El tratamiento es la extirpación radical junto a radioterapia pre o postoperatoria para reducir la recurrencia.
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
1. Exploración clínica La prueba diagnóstica más importante es la realización de una historia clínica y una buena exploración física. Inicialmente debe preguntarse sobre del tiempo de evolución de la masa, los síntomas asociados, los hábitos tóxicos del paciente, las cirugía o irradiaciones previas en la zona y la posible exposición a agentes medioambientales. Tras la anamnesis debe explorarse la cabeza y el cuello, es importante explorar las mucosas oral y faríngea bajo visión directa o indirecta, todas las estructuras de la cavidad oral y de la faringe así cómo las estructuras cervicales, centrándose especialmente en la tumoración a estudio. El aspecto y el tacto de la masa es muy importante sin olvidar el olor y el ruido al explorarla. 2. Pruebas complementarias Hemograma y serologías El hemograma estará alterado en algunas infecciones y en los procesos linfoproliferativos y las serologías serán útiles en las linfadenitis infecciosas o ante la sospecha de lupus eritematoso sistémico donde debemos solicitar los ANA y los anti ADN. Radiografía de tórax La presencia de infiltrado o de adenopatías mediastínicas puede sugerir tuberculosis, histoplasmosis, sarcoidosis, linfomas o un
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cáncer de pulmón o la presencia de metástasis que nos orienten hacia un origen metastásico de la masa cervical. Ecografía cervical La ecografía es una técnica útil para diferenciar entre lesiones quísticas y sólidas de cuello, especialmente las técnicas de alta resolución que permiten una descripción detallada de la morfología y la vascularización. En el caso de lesiones de origen tímico es específica en encontrar el remanente entre la glándula tirodes y los músculos del cuello, la glándula contienen múltiples estructuras lineales y focos ecogénicos que le dan la apariencia de cielo estrellado, aunque en ocasiones el parénquima tímico pueda ser hipoecoico y menos caractarístico. En el caso de metástasis cervicales, la escala de grises ayuda a establecer la morfología de la lesión, mientras que el eco-Doppler se utiliza más para evaluar el diseño. Las características de escalas de grises son de ayuda para identificar metástasis ganglionares incluso el tamaño, la arquitectura interna, la forma, la presencia de necrosis intranodal y la calcificación, además de evaluar la respuesta al tratamiento. Tomografía computerizada (TC) La TC es una gran herramienta diagnóstica tanto en el caso de lesiones congénitas como para la identificación de metástasis cervicales. En los quistes del conducto tirogloso muestra una masa quística unilocular o menos a menudo una masa con septos con refuerzo periférico. En los quistes branquiales se aprecia una lesión quística de pared delgada en una localización específica. Las lesiones tímicas se aprecian como masas homogéneas con una atenuación no específica de los tejidos blandos. Los hemangioma son típicamente homogéneos e isodensos al músculo con refuerzo uniforme y vasos prominentes. En los linfangiomas tanto la TC como la ecografía es útil para delinear la extensión de la lesión. Son hipointensos en las imágenes en T1 y
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marcadamente hiperintensos en T2. Cuando se muestran hiperintensos en T1 es porque contiene material proteico en su interior. Altuna y col en 2004 mostró en su estudio que la TC tenía una sensibilidad del 65% y una especificidad del 87% en detectar metástasis ganglionares cervicales. Según otros autores el TC optimiza la sensibilidad, la especificidad y la eficiencia diagnóstica en relación con la palpación cervical en el estudio de extensión regional del tumor de cabeza y cuello. Resonancia magnética (RM) La RM mostrará en los quistes tiroglosos una lesión que contiene líquido con una señal baja e intermedia en T1 y que aumenta en T2. En el caso de los quistes branquiales la señal variará en función de la proteína que contiene el líquido y típicamente presenta un pequeño refuerzo periférico. Esta técnica será mejor en demostrar la extensión profunda del quiste. En las masas tímicas es superior a la TC en la definición de las características y es capaz de demostrar si la masa cervical está conectada con el timo mediastinal o definir si la intensidad es similar al tejido tímico normal (el timo es ligeramente más intenso que el músculo en T1 y relativamente isointenso con el tejido adiposo en T2). En los hemangiomas la imagen es homogénea con intensidad similar al músculo en T1 y con alta intensidad en T2. Biopsia La punción aspiración por aguja fina (P.A.A.F.) es una herramienta fácil, económica, rápida y efectiva para el diagnóstico inicial de una variedad de lesiones neoplásicas y no neoplásicas de cabeza y cuello, asociada a una baja morbilidad y a una alta precisión en manos entrenadas. Pero debe verse con un poco de escepticismo ante el diagnóstico de adenopatías reactivas el ancianos y precisando de un seguimiento clínico cercano. Otro inconveniente de esta técnica es que no distingue entre proliferaciones linfáticas malignas y reactivas. Actualmente esta técnica puede ayudarse de técnicas de imagen para guiarse dentro del organismo como la ecografía o la 187
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tomografía computerizada. Tras la exclusión de lesiones locales o infecciones y si la P.A.A.F es normal o simplemente demuestra cambios reactivos pero las adenopatías son sospechosas de malignidad, deberá indicarse una biopsia escisional de la adenopatía para llegar al diagnóstico definitivo. Debemos identificar pronto aquellos pacientes con adenopatías cervicales que se puedan beneficiar de una biopsia ganglionar como en pacientes de edad avanzada, aquellos con grandes conglomerados adenopáticos o con niveles elevados en suero de LDH o del receptor de la interleukina 2. Otras pruebas diagnósticas La angiografía es una técnica útil en el caso de lesiones vasculares, en el caso de los hemangiomas revelan una masa hipervascular con ruboración capilar prolongada y vasos de drenaje dilatados sin conexiones arteriovenosas verdaderas. Bibliografia
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Tema 19. Patología propia de los labios
Patología Malformativa 1. Labio doble
Es una alteración congénita rara caracterizada por un repliegue de tejido, en exceso, en la parte interna de la mucosa labial. Afecta con mayor frecuencia el labio superior pero también puede afectarse el inferior. Está presente generalmente desde el nacimiento aunque suele manifestarse con la erupción de los dientes permanentes. Está formado por tejido mucoso con hipertrofia glandular, la anatomía del músculo orbicular de los labios es normal y no existen fibras musculares. Se observa sobre todo al sonreír, porque se tensa el labio proyectándose el pliegue debajo del borde bermellón. Cuando se asocia con blefarocalasia (pliegue de la piel edematoso situado por encima del párpado superior) y aumento del tamaño del tiroides no tóxico constituye el síndrome de Ascher. No suele requerir tratamiento, si no es por motivos estéticos, realizándose en estos casos una corrección quirúrgica con eliminación del exceso de mucosa y submucosa. 2. Fosas o Fístulas labiales
Las fosas labiales son pequeñas depresiones puntiformes o sacos ciegos, de carácter hereditario, que se localizan en el borde bermellón, generalmente en el labio inferior. Más frecuentes en mujeres. Son generalmente asintomáticas. Pueden ser unilaterales o bilaterales y pueden producir engrosamiento del labio. En ocasiones se puede observar salida de secreción mucosa. Pueden presentarse aisladamente o asociadas con labio leporino y paladar hendido constituyendo el síndrome de Van der Wöude. Las fístulas comisurales son pequeños trayectos que descienden por los músculos orbiculares. Suelen ser de 1 a 4 mm de profundidad, están presentes desde la infancia y son generalmente bilaterales a menudo © Medicina Oral S. L.
Fig. 1. Fositas labiales.
Fig. 2. Fositas labiales.
mostrando una tendencia familiar. El tratamiento es quirúrgico, cuando hay problemas estéticos. Queilitis Se denominan queilitis a aquellas lesiones inflamatorias inespecíficas de los labios, quedando por lo tanto excluidas las lesiones debidas a procesos específicos como por ejemplo el liquen plano, o el lupus eritematoso. Es la entidad que más frecuentemente afecta a los labios . 1. Queilitis glandulares
Alteración inflamatoria de las glándulas salivales menores labiales, predominantemente las del labio inferior. Su etiología es desconocida, se ha sugerido un componente hereditario junto con la exposición a unos factores predisponentes como el sol, el viento, el tabaco, trastornos emocionales, mala 189
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higiene oral y deficiencias inmunológicas. La queilitis glandulares se han dividido en tres tipos diferentes; la forma simple, la supurativa superficial y la supurativa profunda, expresando más que una clasificación una progresión clínica. Se denomina estomatitis glandular cuando afecta también a otras localizaciones de la mucosa oral. La forma simple (llamada de Puente y Acevedo) suele comenzar con sequedad labial y múltiples lesiones semejantes a vesículas o pequeños mucoceles indoloros, con una depresión central que corresponde a la desembocadura glandular, saliendo una saliva de mayor consistencia a la presión. A la palpación se pueden apreciar las glándulas engrosadas e hipertrofiadas, “como perdigones”, observándose un labio aumentado de tamaño. En la forma supurada superficial (llamada de Baelz-Unna) el labio está tumefacto e
indurado y hay salida de gotas de pus por los orificios de desembocadura glandular, que al secarse forman costras impetigoides. El tipo supurado profundo (llamada apostematosa de Volkmann) se caracteriza por la presencia de múltiples abscesos y fístulas que producen un aumento labial, doloroso, tenso con dificultad funcional para hablar y la alimentación. Las características histológicas no son específicas observándose ectasia ductal y sialoadenitis. El tratamiento depende de la fase clínica de la queilitis consistiendo en las formas simples en la eliminación de los factores agravantes, cremas protectoras solares y corticoides tópicos en pomadas. Cuando existe supuración superficial se administran inyecciones intralesionales de corticoides junto con antibióticos sistémicos. La queilitis supurativa profunda requiere tratamiento quirúrgico junto con tratamiento antibiótico. Se ha descrito transformación maligna sobre todo en la fase supurativa profunda hacia un carcinoma de células escamosas. 2. Queilitis agudas
Fig. 3. Queilitis glandular.
Fig. 4. Queilitis glandular.
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Es una inflamación de los labios producida por agentes externos tanto físicos como químicos. Sus causas son variadísimas, generalmente los agentes productores son sustancia químicas, en su mayoría contactantes, por ello también se llaman queilitis por contacto (por lápices de labio, alimentos, pastas dentífricas, cremas etc.), pero también pueden ser agentes físicos (por ejemplo las quemaduras agudas por el sol, o fototoxicidad a determinados agentes). Clínicamente se manifiesta como una irritación persistente y descamación o una reacción más aguda con eritema, edema, vesículas, úlceras, exudados y costras (signos de una quemadura). A veces está limitada al borde bermellón de los labios, pero en ocasiones se extiende más allá del mismo. El tratamiento consiste en eliminar el agente causal. Pueden aplicarse corticoides tópicos para aliviar la sintomatología e inflamación.
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3. Queilitis exfoliativa
Es un trastorno superficial crónico, caracterizado por hiperqueratosis, y descamación persistente del borde bermellón de los labios, con la formación de costras. La etiología hasta el momento actual es desconocida, por ello en este término no se engloban aquellas queilitis que se pueden atribuir a la luz solar o por contacto. Se suelen observar en mujeres jóvenes (< 30 años), a veces con alteraciones de la personalidad, stress, con hábitos anómalos como el de chuparse o morderse los labios. Clínicamente se observa una descamación severa del epitelio, quedando una superficie eritematosa, limitadas al borde bermellón de los labios, generalmente el labio inferior, que no suele producir grandes molestias, a no ser que se formen úlceras o fisuras. En algunos pacientes se puede llegar a producir descamaciones extensas en láminas del epitelio. El tratamiento se realiza con pomadas de corticoides y en casos severos infiltraciones locales con preparados de corticoides, pero a menudo estas queilitis son refractarias al tratamiento y al dejarlos vuelven a reaparecer las lesiones descamativas.
longada y mantenida (años) a los rayos ultravioleta del sol. Ocurre sobre todo en varones entre la 4ª y 8ª década, de piel clara, y pelo rubio y es más frecuente en labio inferior. Se considera una lesión precancerosa, ya que 1-3% degenera en carcinoma de células escamosas. Al principio el labio aparece seco y con una descamación fina. Después el epitelio se engruesa, formando placas blanquecinas, costras y fisuras, que provocan dolor. Se desdibuja la línea de separación entre el borde bermellón y la piel y hay una pérdida de la elasticidad mucosa. El tratamiento puede ser preventivo aplicando protectores labiales con filtro solar, ó quirúrgico realizando bermellectomía de la lesión. Existen también otros tratamientos como la aplicación de 5-fluoracilo (pomada), crioterapia, láser CO2.
Fig. 6. Queilitis actínica.
5. Queilitis granulomatosa
Fig. 5. Queilitis exfoliativa.
4. Queilitis actínica
La forma aguda, ya comentada anteriormente, se produce por una exposición prolongada y brusca al sol (muchas horas en un mismo día). La forma crónica es la más frecuente. Aparece en trabajadores o en personas que están mucho tiempo al aire libre, debido a la exposición pro© Medicina Oral S. L.
Tumefacción crónica de los labios debido a una inflamación granulomatosa. Es poco frecuente y está caracterizada por el agrandamiento de uno o ambos labios. Se denomina enfermedad de Miescher cuando aparece como manifestación única o formas monosintomáticas. Cuando se asocia a lengua fisurada y a parálisis facial recurrente forma la tríada del Síndrome de Melkersson-Rosenthal. Pueden aparecer también asociadas a la enfermedad de Crohn, en granulomatosis orofaciales, y en la sarcoidosis. Afecta a ambos sexos por igual y suele manifestarse en la adolescencia y en la 2ª década 191
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de la vida. El inicio suele ser una tumefacción aguda difusa blanda del labio. Tras el primer episodio el edema remite en horas o días, pero después de repetidos brotes la tumefacción persiste y la consistencia se hace más firme y nodular. Las recurrencias varían de días a años. Con el tiempo la tumefacción adquiere coloraciones rojizas o marrones y aparecen costras, grietas y queilitis angular. Para su diagnóstico es necesaria la realización de una biopsia donde observamos la existencia de granulomas no caseosos, con células gigantes de Langhans en lámina propia junto a un linfoedema. El tratamiento se realiza con infiltraciones de corticoides, triamcinolona 40 mg, 1 cada 8 días, un total de 4-6 sesiones.
Fig. 7. Queilitis granulomatosa.
6- Queilitis angular
Es una inflamación de la comisura de los labios. La etiología es variable, diferentes factores pueden estar implicados solos o combinados. La forma más frecuente se observa en personas mayores debida a un factor infeccioso y causas mecánicas (personas edéntulas o portadores de prótesis desgastadas) donde una disminución de la dimensión vertical provoca que el labio superior caiga y se produzcan pliegues marcados en la comisura de los labios que favorecen el acumulo de saliva y su maceración. Esto fácilmente se sobreinfecta generalmente por Candidas y/o Estafilococos. También se produce maceración en personas con tics nerviosos, en niños con hábito de succión de objetos, en pacientes con el síndrome de Down (salivación continua, macroglosia, inmunodeficiencia). Se ha descrito que ciertas enfermedades sistémicas aumentan la predisposición, como deficiencias de vitaminas (riboflavina), folato, hierro, zinc y en general una malnutrición proteica. Enfermedades de la piel, como dermatitis atópica, dermatitis seborreica. Inmunodeficiencias, así la queilitis angular asociada a candidiasis puede ser la manifestación de una inmunodeficiencia subyacente como la diabetes o una infección por el VIH. Clínicamente se observa un área de forma triangular, eritematosa y edematosa, en uno o los dos ángulos de la boca. Puede haber exudación 192
Fig. 8. Queilitis granulomatosa.
Fig. 9. Queilitis granulomatosa.
y formación de costras. No suelen provocar sintomatología. En las lesiones de larga evolución se puede desarrollar supuración y tejido de granulación. Ocasionalmente se extienden más allá del borde bermellón hacia la piel unos surcos o fisuras radiando desde el ángulo de la boca (rágades). Una dermatitis eczematosa se puede extender hacia la mejilla o la barbilla. Las lesiones unilaterales no son frecuentes, y generalmente están producidas por traumas.
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Fig. 10. Queilitis angular.
Fig. 11. Queilitis angular.
Fig. 12. Queilitis granulomatosa.
Fig. 13. Granulomas intraorales en el paciente de la fig. 12.
Tabla 1. Patología labial
Labio doble Fosas o fístulas labiales Quelitis glandular
Queilitis agudas Queilitis exfoliativa Queilitis actínica Quelitis granulomatosa Queilitis angular
Repliegue de tejido mucoso en la parte interna del labio. Depresiones puntiformes o trayectos fistulosos en el borde bermellón del labio a nivel comisural. Alteración inflamatoria de las glándulas salivales labiales que cursan con tumefacción labial con lesiones vesiculares, que se pueden sobreinfectar produciendo supuración purulenta o llegar a formarse abscesos profundos. Irritación aguda labial que se manifiesta con descamación, eritema, edema, vesículas y ulceración. Hiperqueratosis y descamación severa del epitelio labial quedando una superficie eritematosa. Placas blancas labiales con pérdida de la elasticidad. La línea de separación entre el borde bermellón y la piel se desdibuja. Tumefacción crónica labial debido a una inflamación granulomatosa Inflamación de la comisura labial sobreinfectada por cándidas y/o estafilococos.
El tratamiento algunas veces es difícil y prolongado. Si existe una sobreinfección el tratamiento de esta será solo efectivo si se eliminan también los factores favorecedores. Las infecciones por Cándidas responden bien al miconazol tópico
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o nistatina y los Estafilococos a antibióticos tópicos como el ácido fusídico en pomada o crema.
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Tema 20. Patología propia de la lengua
Lengua fisurada escrotal o plegada Cuando las grietas o fisuras linguales son más pronunciadas, evidentes o numerosas de lo normal reciben este nombre. Se observan en un 5-7% de la población general. La frecuencia de aparición aumenta en el síndrome de Down (47%), en la psoriasis, acromegalia, síndrome de Sjögren y es uno de los signos del síndrome de Melkersson-Rosenthal (parálisis facial, tumefacciones orofaciales y lengua fisurada) y del síndrome de Cowden. Se cree que son debidas a malformaciones del desarrollo determinadas genéticamente, aunque rara vez aparece en la infancia aumentando su frecuencia con la edad. Presentan distinta morfología clínica, la más común es un surco central antero-posterior con múltiples surcos laterales. En los casos leves no produce molestias, en los casos con fisuras profundas y extensas se puede almacenar restos de comida y producir inflamación, dolor y sobreinfección por cándidas. El tratamiento consistirá en higiene cuidadosa para eliminar restos de alimentos retenidos. Si se infecta, pomadas y enjuagues con antifúngicos como la nistatina.
Fig. 2. Lengua fisurada.
Fig. 3. Lengua fisurada.
Fig. 4. Lengua fisurada. Fig. 1. Lengua fisurada.
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Lengua geográfica o glositis migratoria benigna Entidad de carácter benigno, de etiología desconocida, con una prevalencia de un 1-2.5% en la población general. Su frecuencia aumenta en pacientes con atopias o enfermedades alérgicas (rinitis alérgicas, asma), trastornos emocionales (ansiedad y tensión emotiva) y la psoriasis teniendo una mayor prevalencia en la psoriasis de inicio precoz . Se presenta a menudo en la infancia y se manifiesta como placas de color rojo, lisas, brillantes y de morfología circinada en el dorso de la lengua que corresponde a un área de pérdida de las papilas filiformes, resaltando por el contrario las papilas fungiformes. Estas placas están limitadas por una franja de color claro blanco-amarillenta y sobreelevada. Tiene un carácter migratorio o variante, cambiando su disposición inicial, de unas semanas a otras. Pueden ser asintomáticas o presentar una sensación quemante de intensidad variable. Pueden aparecer en otras localizaciones como encía o mucosas yugales denominándose estomatitis geográfica. Generalmente no requieren ningún tipo de tratamiento excepto explicar y tranquilizar al paciente. Si existe dolor o escozor enjuagues con anestésicos locales, lidocaina al 2% antes de las comidas.
Fig. 6. Lengua geográfica.
Fig. 7. Lengua geográfica.
Fig. 8. Lengua geográfica.
Fig. 5. Lengua geográfica.
Fig. 9. Lengua geográfica.
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Glositis romboidal media Es una alteración rara con una prevalencia menor del 1% de la población general, siendo más frecuente en varones. En un principio se consideró una anomalía congénita por persistencia del tubérculo impar. Actualmente se postula que sea consecuencia de una infección crónica por Cándida albicans, favorecida por el hábito de fumar, pequeños traumas o el uso de prótesis dentales. Se presenta como una placa de forma romboidal, rojiza (por la atrofia de las papilas filiformes), en la línea media del dorso lingual, por delante de las papilas caliciformes, cuya superficie puede ser plana o adquirir un aspecto mamelonado. El tratamiento consiste en eliminar los agentes favorecedores o irritantes, y tratamientos prolongados durante meses con antifúngicos como nistatina en solución, miconazol gel o pomadas de ketoconazol al 2% en pacientes inmunocompetentes o antifúngicos sistémicos (Fluconazol 100 mg/día) en pacientes inmunodeprimidos.
Fig. 10. Glositis romboidal media.
Fig. 11. Glositis romboidal media.
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Fig. 12. Glositis romboidal media.
Fig. 13. Glositis romboidal media.
Fig. 14. Glositis romboidal media.
Fig. 15. Glositis romboidal media.
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Medicina Oral
Lengua vellosa Se produce como consecuencia de una hipertrofia o elongación de las papilas filiformes del dorso de la lengua alargándose sin llegar a perder la capa superficial de queratina y dando imágenes de finos pelos. En condiciones normales estas papilas se localizan en los 2/3 anteriores de la lengua, delante de la “v” lingual, siendo muy numerosas. No tienen un importante papel en el gusto, siendo su misión esencialmente mecánica. Poseen en su parte distal una superficie queratinizada en forma de borla, y con los movimientos linguales va desgastándose progresivamente impidiendo su crecimiento excesivo. Al disminuir los movimientos linguales, por ejemplo en enfermedades graves o en la alimentación parenteral, hay un crecimiento anormal de dichas papilas y se favorece la sobreinfección por bacterias y Cándidas. Otros factores etiológicos son el uso de antibióticos de amplio espectro, que altera la microflora bucal. Corticoides y aplicación tópica de agua oxigenada, perboratos o agentes oxidantes y antiácidos con componentes de bismuto. Abuso del tabaco, trastornos gastrointestinales y mala higiene oral. Se manifiesta de manera brusca con la aparición de estas papilas filiformes elongadas cubriendo total o parcialmente los dos tercios anteriores de la lengua con aspecto velloso y cuya coloración varía desde blanco amarillenta a negra, dependiendo de factores externos como tabaco, fármacos y microorganismos cromógenos. Se puede calcar esta coloración en los pacientes portadores de prótesis superiores en la superficie palatina. Las manifestaciones clínicas son leves siendo la mayoría asintomáticos aunque puede producirse en algunos casos sensación urente, molestias por el roce en el paladar y halitosis. El tratamiento se iniciará con la eliminación de los factores etiológicos como antibióticos y agentes tópicos. Higiene cuidadosa, cepillado y descamación lingual y algunos casos requieren un tratamiento antimicótico prolongado.
Fig. 16. Lengua vellosa negra.
Fig. 17. Lengua vellosa blanca.
Fig. 18. Lengua vellosa blanca.
Fig. 19. Lengua vellosa negra.
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Lengua dentada Es la aparición de impresiones dentarias en la lengua por una excesiva presión de los dientes por problemas de espacio (macroglosia) o ansiedad del paciente. La macroglosia puede ser congénita, inflamatoria o por depósito como la amiloidosis. La causa más frecuente es por hábitos anormales por problemas nerviosos que producen la práctica de presionar la lengua sobre los dientes. La lengua presenta los bordes laterales dentados y pueden causar sintomatología de escozor, ardor e incluso dolor en la punta lingual. Al molestarles intentan buscar alivio con el roce de los dientes, incrementándose las molestias y produciéndose un círculo vicioso. El tratamiento será tranquilizar al paciente, pulir los bordes incisales y las cúspides dentales y en caso de persistir, se recomiendan la colocación de férulas nocturnas.
Fig. 22. Lengua dentada.
Fig. 23. Lengua dentada.
Fig. 20. Lengua dentada. Fig. 24 Lengua dentada.
Fig. 21. Lengua dentada. Fig. 25. Lengua dentada.
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Medicina Oral
Hipertrofia de las papilas foliaceas Las papilas foliáceas son agregados de tejido linfoide que se afectan por los mismos procesos que el tejido linfático del resto del organismo. Están situadas en la parte posterior dorsolateral de la lengua. Se irritan y aumentan de tamaño por procesos generales (infecciones de vías respiratorias altas) y locales (algún factor irritativo). Clínicamente no suelen provocar grandes molestias, a lo sumo escozor, pero pueden causar gran preocupación al apreciarla el paciente como una tumoración no detectada anteriormente. El tratamiento consistirá en tranquilizar al paciente, eliminar factores irritativos y revisar.
Fig. 27. Hipertrofia de papilas foliáceas.
Fig. 28. Hipertrofia de papilas foliáceas.
Fig. 26. Hipertrofia de papilas foliáceas.
Fig. 29. Hipertrofia de papilas foliáceas.
Bibliografía
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Tema 21. Infecciones de los maxilares Alveolitis seca Definición
La alveolitis seca es un dolor postoperatorio en y alrededor del lugar de la extracción de un diente que aumenta en severidad entre 1 y 3 días después de la exodoncia y que se acompaña de una desintegración total o parcial del coágulo sanguíneo dentro del alveolo con o sin halitosis. Etiología
Por definición, en el origen del proceso siempre hay una extracción dental previa. Sin embargo, no se han podido establecer cuál o cuáles son los factores que determinan el establecimiento del proceso. Se han propuesto multitud de ellos como la flora bacteriana oral, la dificultad de la exodoncia o el traumatismo relacionado con la cirugía, la presencia de raíces o restos óseos en el lecho quirúrgico, la excesiva irrigación o curetaje tras la extracción, la remoción del coágulo por manipulación o succión, el uso de anestesia intraligamentosa, los anticonceptivos orales y el tabaco. Patogenia
Sea cual fuese el factor desencadenante el proceso parece ligado a un aumento local de la actividad fibrinolítica. La inflamación se acompaña de liberación de kinasas por parte de los macrófagos. Estas kinasas transforman el plasminógeno en plasmina provocando la desintegración de la fibrina y la ruptura del coágulo. El dolor que acompaña al proceso estaría en relación con la formación de kininas en el alveolo.
la palpación. En algunos pacientes el dolor irradia hacia el oído, la región temporal o la región orbitaria. No suele haber trismus. En la exploración intraoral el alveolo aparece vacío y con el hueso alveolar expuesto. En ocasiones, existe únicamente una lisis parcial del coágulo por lo que éste persiste dentro del alveolo aunque sin desempeñar ninguna función fisiológica. Algunos autores denominan alveolitis húmeda a esta situación clínica particular. La duración del proceso es variable resolviéndose la mayoría de ellos en un periodo de 5 a 10 días.
Fig. 1. Alveolitis seca.
Diagnóstico
Con el antecedente de la exodoncia y el cuadro clínico característico es suficiente para establecer el diagnóstico. Conviene realizar un estudio radiográfico (ortopantomografía o radiografía periapical) para descartar posibles factores relacionados con el proceso (restos radiculares). Tratamiento
Cuadro clínico
Aparece en el 3-4 % de todas las exodoncias y hasta en el 25-30% de las exodoncias de los terceros molares inferiores impactados. Tras un periodo libre de síntomas que dura de 1 a 3 días después de la exodoncia el alveolo dental presenta un dolor intenso espontáneo y a © Medicina Oral S. L.
Para prevenir su aparición se han propuesto una serie de medidas que incluyen: realizar la exodoncia con el mínimo traumatismo, comprobar la presencia de sangre en el alveolo tras la extracción, realizar medidas higiénicas previas a la extracción y evitar el consumo de tabaco en el postoperatorio inmediato. Se han comunicado 201
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disminuciones significativas de la incidencia de alveolitis con enjuagues pre y perioperatorios de clorhexidina. Una vez establecido el proceso no existen unas pautas de tratamiento con suficiente evidencia científica. Las recomendaciones de tratamiento incluyen retirar las suturas y exponer el alveolo irrigando con suero salino isotónico o clorhexidina. No se recomienda legrar el lecho ya que puede aumentar el dolor. Se deben prescribir analgésicos potentes y proveer al paciente de una jeringa con punta de silicona blanda para irrigar el lecho quirúrgico 3-4 veces al día para eliminar los restos de alimentos y de necrosis tisular.
Osteomielitis Definición
La osteomielitis es una inflamación secundaria a la infección de la porción medular del hueso, aunque también puede verse implicada la porción cortical. Tiene especial importancia en el ámbito de la cavidad oral por la dificultad del tratamiento y las deformidades que puede ocasionar. En función de la evolución puede presentarse bajo una forma aguda o crónica. Etiología
La causa más común son las infecciones odontógenas que se propagan desde una zona próxima. Otras posibles causas incluyen los traumatismos faciales con fracturas del maxilar superior o la mandíbula, los tratamientos con radioterapia en el territorio orofacial (ver osteorradionecrosis) y determinados fármacos utilizados en el tratamiento de la osteoporosis, metástasis de carcinoma de mama y mieloma múltiple (ver osteoquimionecrosis).
una necrosis avascular de la porción cortical. Se produce necrosis ósea en la zona sin irrigación y un secuestro óseo. El pus busca drenar por la vía que ofrece menor resistencia y, en consecuencia, es frecuente la asociación con abscesos y fistulización, tanto intra como extraoral, por uno o varios orificios. En la zona contigua al secuestro se producen intentos de delimitación de la lesión y de reparación consistentes en tejido de granulación y, periféricamente, formación de hueso. A esta cáscara de hueso se la denomina involucro. Se suele localizar con más frecuencia en el maxilar inferior, probablemente debido a que recibe la mayor parte de su irrigación de una sola arteria en tanto que el maxilar superior posee una rica red vascular anastomótica. Aunque en ocasiones la lesión puede remitir por completo, lo habitual es que el secuestro y sus consecuencias (abscesos, fístulas, etc.) se perpetúen requiriendo tratamiento quirúrgico. Cuadro clínico
En la forma aguda se produce dolor e inflamación en la zona afecta. Hay formación y salida de pus, que puede drenar por varios trayectos fistulosos, y movilidad de los dientes afectos. Las parestesias mentonianas son frecuentes cuando está implicado el maxilar inferior.
Fig. 2. Osteomielitis crónica con fistulización.
Patogenia
El paso de la infección desde la pulpa dental y el hueso alveolar al hueso esponjoso provoca un proceso inflamatorio que limita o impide la normal irrigación sanguínea por el colapso de la red venosa intraósea dada la imposibilidad de que el hueso se expanda. En ocasiones el pus separa la membrana perióstica del hueso interfiriendo en su irrigación y provocando 202
Fig. 3. Imagen radiográfica del caso de la figura 2.
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Fig. 4. Osteomielitis crónica con fistulización y fractura mandibular patológica post-extracción dental.
Fig. 5a. TC del paciente de la figura 4.
Fig. 5b. TC del paciente de la figura 4.
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La afectación del estado general no es importante en contraste con las osteomielitis de otros huesos del organismo pudiendo aparecer fiebre, malestar general, adenopatías de carácter inflamatorio, etc. La forma crónica puede aparecer de forma primaria o bien secundaria a una forma aguda. Tras una fase inicial de dolor espontáneo en los dientes y/o en la zona del secuestro sigue una fase supurativa con una prolongada descarga de pus y formación de hueso nuevo. En tanto no se obstaculice el drenaje del pus el paciente presenta escasa o nula sintomatología. Si la vía de drenaje se obstruye aparecen exacerbaciones con dolor, tumefacción, fiebre y parestesias del nervio mentoniano. Los episodios duran 3 ó 4 días y desaparecen con la descarga del absceso. Diagnóstico
En las formas agudas la clínica orienta el diagnóstico. En el estudio radiográfico se puede observar rarefacción ósea por destrucción trabecular, pero no se hace evidente hasta tres semanas después del inicio de la enfermedad. También nos puede orientar la radiología respecto del factor desencadenante (restos radiculares, fracturas no consolidadas, tumores, etc.). En la forma crónica el estudio radiográfico muestra inicialmente un hueso de aspecto apolillado. Posteriormente se puede identificar la zona de secuestro óseo rodeada por un halo radiolúcido de tejido fibroso de granulación y una zona esclerótica en su periferia que corresponde al involucro. Tratamiento
En la fase aguda consiste en tratamiento antibiótico, drenaje quirúrgico del pus y eliminación de los factores desencadenantes. La asociación de amoxicilina más ácido clavulánico es útil en el manejo de las infecciones óseas. Se puede asociar con una fluoquinolona como ciprofloxacino, levofloxacino o moxifloxacino. En la fase crónica la eliminación del secuestro y el legrado del lecho junto con cobertura antibiótica puede resolver el proceso. Sin embargo, en ocasiones la extensión de la lesión es muy amplia con 204
afectación de la basal mandibular llegando incluso a provocar fracturas patológicas. En estos casos, si el antibiótico no resuelve el proceso, puede ser necesario realizar resecciones mandibulares amplias.
Osteorradionecrosis Definición
La osteorradionecrosis es una forma particular de osteomielitis crónica que se corresponde con un efecto secundario de la radioterapia, progresa lentamente y no tiende a la curación de manera espontánea. Etiología
El tratamiento radioterápico, bien por procedimientos externos o bien por braquiterapia (introducción del material radioactivo dentro del organismo) provoca alteraciones óseas sobre las que se desarrolla la osteonecrosis. Dosis locales por encima de 60-70 Gy, tratamientos con braquiterapia y radiación próxima al hueso alveolar son factores favorecedores del proceso. Sin embargo, estudios recientes sugieren que la delimitación del campo de irradiación por técnicas 3D y el hiperfraccionamiento de la dosis de irradiación disminuye significativamente el riesgo de osteorradionecrosis (hasta el 5 %). Existen antecedentes de extracciones dentales en los periodos inmediatamente previos a la radioterapia o en periodos posteriores a ésta en el 50 % de los casos de osteorradionecrosis. El abuso del alcohol y del tabaco se ha identificado como un factor de riesgo de osteorradionecrosis. También lo son el estadio tumoral y la infiltración tumoral del hueso subyacente. Los medios de cultivo tradicionales no detectan adecuadamente los gérmenes en el interior del hueso osteorradionecrótico. Recientemente, mediante técnicas de hibridación de DNA, se han identificado multitud de bacterias en todo el espesor del hueso necrótico. Las más prevalentes son Porphyromona gingivalis y Fusobacterium nucleatum. Además, todas las muestras contenían Actinomices y Prevotella. Todo ello sugiere que las bacterias pueden desempeñar un papel importante en la fisiopatología de la enfermedad.
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Patogenia
La osteorradionecrosis se produce como consecuencia de la reducción del lecho vascular de los tejidos orales duros y blandos debido a la endarteritis secundaria a la radiación. En la actualidad se estudia la posibilidad de que la enfermedad esté relacionada con procesos fibroatróficos más que con la insuficiencia vascular, lo que podría conducir a nuevas estrategias terapéuticas. Se reduce además el potencial de proliferación de la médula ósea, de las células periósticas y endoteliales y la producción de matriz extracelular (colágeno). Los traumatismos sobre este tejido, aun siendo leves, producen lesiones (necrosis) que no pueden ser reparadas dado el deterioro de los sistemas de defensa y respuesta del hueso. Estas lesiones se infectan y aparecen exposiciones óseas con supuración y tendencia a la cronicidad.
Fig. 6. Osteorradionecrosis mandibular.
Cuadro clínico
La incidencia está en torno al 8-10 % de los pacientes irradiados por tumores del área estomatológica, siendo tres veces más frecuente en hombres que en mujeres (probablemente en relación con un mayor consumo de alcohol y tabaco). La clínica se caracteriza por la aparición de soluciones de continuidad en piel o mucosa oral, únicas o múltiples, que dejan expuesto el hueso subyacente necrótico. La sobreinfección provoca supuración. El dolor puede ser muy intenso y no son raras las fracturas patológicas. La localización es más común en la mandíbula (más del 90 % de los casos) probablemente en relación con su particular irrigación (escasa red anastomótica) y su estructura de hueso compacto. También se ha establecido una correlación positiva entre el tamaño de la osteonecrosis y la dosis de irradiación, así como una mayor incidencia en aquellos pacientes que reciben radioterapia previa a la cirugía respecto de aquellos que la reciben posterior a la cirugía.
Fig. 8. Osteorradionecrosis mandibular.
Diagnóstico
Fig. 9. Osteorradionecrosis mandibular. Resección quirúrgica.
Fig. 7. TC del caso de la figura 6.
El reconocimiento de los signos clínicos y los © Medicina Oral S. L.
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antecedentes del paciente nos deben orientar el diagnóstico. El estudio radiográfico convencional y con tomografía computerizada puede orientar sobre la extensión de la lesión y ayudar a planificar el tratamiento. Las imágenes son similares a las observadas en la osteomielitis crónica: zonas de rarefacción con pérdida de la trabeculación ósea normal, secuestros óseos de densidad heterogénea y contorno irregular rodeados de una zona radiolúcida correspondiente a tejido de granulación y escasa respuesta ósea en la periferia. En determinados casos se observan los trazos de fracturas patológicas. Tratamiento
Puesto que la extracción dental inmediatamente previa o posterior a la radioterapia aparece en el 50 % de los casos de osteorradionecrosis, la mejor medida profiláctica es evitar las extracciones dentales siempre que sea posible. La literatura científica recomienda el uso de antibióticos si se realizan exodoncias en pacientes irradiados de cabeza y cuello aunque los autores no detallan el tipo de antibiótico, posología ni duración del tratamiento. Nosotros utilizamos la asociación de amoxicilina más ácido clavulánico a dosis de 875/125mg cada 8 horas desde dos días antes hasta diez días después de la exodoncia. Se puede asociar una fluoquinolona como ciprofloxacino (500 mg cada 12 horas), levofloxacino (500 mg cada 24 horas) o moxifloxacino (400 mg cada 24 horas). Aunque es recomendable la extracción, previa a la radioterapia, de los dientes con grandes caries, con lesiones periodontales importantes, con patología apical o semierupcionados, conviene señalar que el riesgo de osteorradionecrosis disminuye pero no desaparece (25 %) en exodoncias realizadas como profilaxis en el periodo inmediato previo a la radioterapia. El tratamiento de la lesión establecida es la remoción del hueso necrótico con o sin conservación de la basal mandibular en función de que esté o no afectada. Se asocia tratamiento antibiótico por vía oral o intravenosa, y se indica la realización de colutorios antisépticos con clorhexidina en cuanto lo permita la 206
herida quirúrgica y el estado del paciente. Existe controversia en la literatura en lo referente a la utilidad de la cámara hiperbárica en el tratamiento del proceso. Mientras en algunos trabajos se afirma que reduce la posibilidad de ORN postexodoncia y que mejora la enfermedad establecida, en un estudio multicéntrico se concluyó que los pacientes con ORN mandibular abierta no obtenían beneficios de tratamiento con oxígeno hiperbárico.
Osteonecrosis por fármacos Definición
La osteonecrosis de los maxilares por fármacos (ONM) es una forma particular de osteomielitis crónica de lenta progresión y sin tendencia a la curación espontánea que aparece en determinados pacientes tras la exposición, más o menos prolongada, a tratamiento con bisfosfonatos. En 2002 Marx y Stern describieron algunos casos de osteonecrosis de los maxilares que, tras ser tratados quirúrgicamente no mejoraron, con la particularidad de que todos ellos recibían pamidronato (bisfosfonato) para el control de sus metástasis óseas. Etiología
En el año 2003 fueron publicadas las primeras referencias de osteonecrosis de los maxilares con la sospecha de la influencia de los bisfosfonatos en su etiología y se anunciaba ya una creciente epidemia de nuevos casos, dada la gran cantidad de pacientes que estaban recibiendo en esos momentos diversos tipos de bisfosfonatos. Los bisfosfonatos (BF) son fármacos utilizados en el tratamiento de la osteoporosis, de la enfermedad de Paget, del mieloma múltiple y de las metástasis óseas del cáncer de mama y de próstata. Pamidronato y, especialmente, ácido zoledrónico son los fármacos de esta familia que se asocian al mayor número de casos de necrosis de los maxilares, aunque el proceso también se ha observado asociado a otros fármacos de la misma familia mucho menos potentes como el alendronato. En un elevado porcentaje de casos (más del 70 %) se identifica el antecedente de una exodoncia dental, aunque puede
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producirse sin que se detecte ningún factor desencadenante. Epidemiología
Desde el año 2003 se ha publicado un número creciente de casos de osteonecrosis de los maxilares inducidas por BF. Hasta mediados del año 2007 el número total de casos publicados de osteonecrosis de los maxilares (ONM) era de 654. Es preciso distinguir entre los pacientes que reciben bisfosfonatos por vía oral (generalmente por problemas de osteoporosis) y los que los reciben por vía intravenosa (por patología tumoral) ya que la frecuencia de aparición de ONM es sustancialmente distinta en ambos casos. Se estima que alrededor del 13% de la población femenina y el 4% de la masculina padece osteoporosis aunque sólo un 10-20% recibe tratamiento para este proceso. Aún así, en el año 2006 se facturaron a través del Sistema Nacional de Salud cerca de seis millones y medio de envases de bisfosfonatos, siendo la mayoría de ellos bisfosofonatos orales. La ONM se ha descrito en pacientes en tratamiento con bisfosfonatos orales aunque es mucho menos frecuente que la producida por bisfosfonatos intravenosos. Según Khosla y cols. el riesgo de ONM en pacientes tratados con bisfosfonatos orales es bajo, entre 1/10.000 y 1/100.000 pacientes por año de tratamiento. El 90% de las ONM por bisfosfonatos orales está producido por el alendronato (Fosamax®) y el 10% por el risedronato (Actonel®). El mayor porcentaje de lesiones por alendronato se cree que es debido por una parte a que es más recetado, y por otra parte a que es tan potente como otros BF de uso IV. La menor frecuencia de lesiones orales comparado con los BF intravenosos podría deberse a que no se absorben bien oralmente y por lo tanto tienen una biodisponibilidad menor (<1%, comparado con >50% de los BF IV). Los pacientes que desarrollan ONM están tomando el BF oral por más de 3 años y la mayo-ría más de 5 años. Así, la incidencia y la © Medicina Oral S. L.
severidad se incrementan linealmente cuando el fármaco se toma más de 3 años. En cuanto a los bisfosfonatos por vía intravenosa, la incidencia real se desconoce actualmente, ya que las cifras difieren entre los distintos autores (entre el 0,8% y el 12% de los pacientes). Esto puede ser debido a que el número de pacientes varía de unas series a otras y a que existen pocos estudios prospectivos. Además hay que tener en cuenta que la vida media de estos fármacos varía entre 1 y 10 años y debe todavía determinarse su efecto acumulativo en el hueso. Por ello es importante tener presente que la incidencia de esta patología puede cambiar en los próximos años. Patogenia
Los bisfosfonatos son análogos estructurales del pirofosfato con gran afinidad para unirse a la hidroxiapatita del hueso. Una vez fijados al hueso impiden tanto la disolución de los cristales de hidroxiapatita como la resorción ósea por parte de los osteoclastos al inhibir su actividad y estimular la apoptosis. La reducción de la actividad osteoclástica y, como consecuencia, la disminución de la reabsorción ósea sustenta por tanto la acción de los bisfosfonatos, reduciendo la hipercalcemia en la enfermedades malignas, así como la osteolisis en las metástasis óseas y en algunos casos de la enfermedad de Paget. Así pues, los bisfosfonatos actúan a diferentes niveles: a nivel tisular, inhibiendo la resorción ósea y disminuyendo el recambio óseo, a nivel celular, actuando sobre los osteoclastos, pudiendo afectar su función mediante la inhibición del reclutamiento, disminución de su vida, y alteración de la actividad osteoclástica en la superficie ósea; y a nivel molecular, donde se ha postulado la modulación por parte de los bisfosfonatos de la función de los osteoclastos mediante una interacción con un receptor celular o con una enzima intracelular. La osteonecrosis asociada al tratamiento con bisfosfonatos es de exclusiva localización en el hueso maxilar y mandibular. No existen referencias en la literatura de la afectación 207
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de otros huesos del organismo. Tanto la mandíbula como el maxilar y en particular el hueso alveolar y el periodonto son zonas caracterizadas por su elevada capacidad de remodelación. Ésta es constante a lo largo de la vida, sobre todo durante los períodos de movimientos dentales o durante la cicatrización tras las exodoncias dentarias. El grado de remodelado óseo encontrado en la cresta alveolar es 10 veces mayor que el de la tibia, 5 veces mayor que el de la mandíbula en la zona del canal mandibular, y 3,5 veces superior al de las corticales mandibulares. Por lo tanto se podría decir que existe un mayor acumulo de bisfosfonatos a nivel del hueso alveolar. La exodoncia dentaria origina una herida abierta que, en presencia de la microflora oral, cicatriza rápidamente sin infecciones. Los bisfosfonatos acumulados a nivel alveolar, una vez removidos de la matriz ósea y en concentraciones críticas, activan su acción induciendo la apoptosis de los osteoclastos. La inhibición de la reabsorción ósea disminuye la concentración de citoquinas en la matriz ósea que son necesarias para la estimulación de la actividad de los osteoclastos, impidiendo la cicatrización de la herida. La reactivación de los bisfosfonatos explicaría el motivo por el cual una vez retirada la administración de bisfosfonatos, persistiría la posibilidad de desarrollar osteonecrosis. Otros procedimientos odontológicos, además de las exodoncias, han sido relacionados con la ONM: colocación de implantes dentales, cirugía periapical, cirugía periodontal, roces por prótesis y endodoncias. También algunos procesos patológicos orales como abscesos dentales y enfermedad periodontal. Por otro lado, se ha comprobado que los bisfosfonatos, inhiben la angiogénesis, un proceso fisiológico por el cual se forman nuevos vasos sanguíneos durante el proceso de crecimiento y cicatrización de los tejidos. La inhibición de la angiogénesis, supone una disminución en la vascularización durante la reabsorción ósea. Sin embargo, se considera que el efecto antiangiogénico tanto del pamidronato como del ácido zoledrónico tiene lugar sobre todo a nivel de los tejidos 208
blandos y no existe ninguna evidencia científica de que este efecto tenga consecuencias negativas durante el proceso de remodelado óseo. Cuadro clínico
La osteonecrosis de los maxilares (ONM) por bisfosfonatos presenta una serie de manifestaciones muy características que la hacen fácilmente reconocible por la clínica, siendo las pruebas complementarias una ayuda pero no esenciales para el primer diagnóstico en el paciente. El inicio suele ser con dolor, supuración o bien manifestándose como una falta de cicatrización en el proceso alveolar. En los protocolos y consensos sobre ONM se acepta que el criterio para diagnosticar esta lesión será la presencia de una exposición ósea maxilar o mandibular con la visión de un hueso necrótico. Sin embargo, hay algunos casos en los que el paciente, antes de producirse esta exposición, presenta una supuración a través de alguna fístula oral en el proceso alveolar, acompañada o no de dolor. Por lo tanto los síntomas y signos de la ONM son: 1. Dolor. Este es progresivo y mantenido. En ocasiones necesitando importantes dosis de analgésicos para controlarlo. Cabe señalar que en situaciones iniciales el paciente está asintomático. 2. Supuración a través de alguna fístula gingival. 3. Exposición de un hueso necrótico maxilar o mandibular a través de una solución de continuidad de la mucosa. La exposición ósea suele tener un diámetro entre 0,5-2 cm, con la particularidad de que es frecuente que sean varias las zonas expuestas, de forma simultánea, en un mismo paciente. Con el paso del tiempo, las lesiones pueden ir incrementándose en tamaño, sobre todo con los bisfosfonatos intravenosos, pudiendo producir fistulizaciones a piel, comunicaciones con senos maxilares e incluso originar, aunque esto es más infrecuente, fracturas mandibulares. Las lesiones son muy similares a las que suceden en el paciente con osteorradionecrosis.
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Con relación a la localización, ésta es mucho más frecuente en mandíbula que en maxilar y dentro de la mandíbula, sobre todo en áreas de molares.
Fig. 11. Osteonecrosis mandibular por bisfosfonatos.
Fig. 10. Osteonecrosis maxilar por bisfosfonatos.
Fig. 12. Osteonecrosis mandibular por bisfosfonatos.
Fig. 13. Osteonecrosis mandibular por bisfosfonatos.
Fig. 14. Osteonecrosis maxilar por bisfosfonatos.
Fig. 15. Osteonecrosis mandibular por bisfosfonatos.
Fig. 16. Osteonecrosis maxilar por bisfosfonatos.
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Fig. 17. Osteonecrosis mandibular por bisfosfonatos.
Fig. 19. Osteonecrosis mandibular por bisfosfonatos.
Diagnóstico
1. Estudio histopatológico del hueso expuesto. 2. Cultivo y antibiograma. 3. Estudios radiográficos: Ortopantomografía y tomografía computadorizada. Como señalamos anteriormente, con sólo la clínica y los antecedentes es suficiente, según los protocolos y consensos actuales, para establecer el diagnóstico de ONM; sin embargo, en los casos que puedan surgir dudas diagnósticas con metástasis es aconsejable realizar una biopsia. En la ONM el resultado de una osteomielitis crónica con zonas de secuestro y frecuente infección por Actinomyces nos ayudarán a establecer el diagnóstico. Otra prueba de laboratorio que recomendamos es el cultivo y antibiograma de la zona expuesta, ya que estos pacientes van a requerir prolongados tratamientos con antibióticos, por lo que es de gran utilidad conocer el espectro bacteriano existente y la
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Fig. 18. Osteonecrosis maxilar por bisfosfonatos.
Fig. 20. Osteonecrosis mandibular por bisfosfonatos. Fístula cutánea.
sensibilidad de estos microorganismos a los diferentes antibióticos disponibles. Con relación a la ortopantomografía, se hará sistemáticamente en todo paciente y en ella se apreciará la zona osteolítica y en su caso el secuestro, de márgenes mal definidos, que suele estar inicialmente en el hueso alveolar. Ella nos ayudará a valorar la extensión de la lesión. Sin embargo, en muchas ocasiones en la ortopantomografía no vemos la afectación real de la zona lesional, por lo que recomendamos realizar una tomografía computadorizada (TC) siempre que tengamos una ONM. Así por ejemplo, en la mandíbula y zona posterior es muy frecuente la afectación de la tabla lingual, aspecto que en la ortopantomografía no podemos apreciarlo bien y que será puesto perfectamente de manifiesto con la TC. Esta última nos servirá para ver la proximidad de la lesión al canal mandibular, posibles fracturas mandibulares y por supuesto comunicaciones con el seno maxilar y fosa nasal.
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Fig. 21. Osteonecrosis mandibular por bisfosfonatos. Ortopantomografía.
Fig. 22. Osteonecrosis mandibular por bisfosfonatos. TC mandibular.
Estadios
Existen tres estadios en la evolución de la osteonecrosis por bisfosfonatos según Rugiero y cols, cuya catalogación nos ha de ser de gran ayuda para establecer y planificar el tratamiento: Estadio 1: caracterizado por exposición ósea asintomática, sin signos clínicos de inflamación ni de infección. Estadio 2: caracterizado por exposición ósea con infección, acompañada con dolor, eritema e inflamación de la mucosa, con o sin supuración. Estadio 3: caracterizado por exposición ósea asociada a dolor, inflamación e infección que es difícil de tratar con antibioterapia oral o intravenosa. La presencia de fístula cutánea secundaria a la osteonecrosis o a fractura patológica es frecuente en este estadio. Esta clasificación se ha reconocido y aplicado en muchos ámbitos sirviendo de guía para gran cantidad de profesionales. Es también un método excelente para intentar unificar © Medicina Oral S. L.
criterios universales que puedan servir para comparar los hallazgos de los diferentes profesionales que hablen de ONM. Sin embargo, una clasificación debe incluir todas las posibles situaciones derivadas de la enfermedad, para que un paciente siempre pueda ser incluido en alguno de sus apartados. Bagán y cols., basándose en la experiencia acumulada de más de 70 casos, sugieren que algunos aspectos de esta clasificación se deberían modificar con el fin de que pueda incluir todas las posibles situaciones clínicas. Dichas sugerencias, que se exponen a continuación, se recogen en la tabla 1. 1. El criterio de inclusión, en todos los estadios, se considera la presencia de un hueso mandibular o maxilar expuesto necrótico. En ocasiones se ven pacientes que aún no tienen hueso expuesto necrótico, sino que se presentan de otra forma, concretamente con una pequeña fístula a través de la que sale un contenido purulento, acompañada o no de dolor. Tras su evolución, lo habitual es que se genere una ulceración y entonces sí que se visualice el hueso necrótico, pero tras un tiempo. Este tipo de pacientes con fístula y/o dolor, pero sin hueso expuesto necrótico, no se pueden incluir en ninguno de los apartados de la clasificación de Ruggiero y cols. 2. El estadio 2 considera los pacientes que tienen un hueso expuesto necrótico con dolor e infección de los tejidos blandos/hueso. Según Rugiero y cols, los pacientes, en este estadio, deben ser tratados con enjuagues antibacterianos y antibióticos para controlar el dolor y la infección. En ningún momento se indica que se deberá realizar tratamiento quirúrgico en este segundo estadio. Bagán y cols. consideran que este estadio 2 se debería subdividir en dos apartados, basándose en la evidencia clínica siguiente: a. Este primer subapartado debería incluir aquellos pacientes con un hueso expuesto necrótico o bien aquellos con fístulas y dolor e infección que responden bien a los tratamientos conservadores señalados anteriormente, a pesar de que un tiempo después puedan tener otros episodios de dolor e infección. Se trata de pacientes que se consideran estables en la 211
Medicina Oral
Tabla 1. Sugerencias de modificación del estadiaje de la ONM. Ruggiero y cols. (2006) Exposición ósea con hueso necrótico. Asintomático. No Estadio 1 hay evidencias clínicas de infección.
Estadio 1
Estadio 2a
Estadio 2
Exposición ósea. Hueso necrótico. Dolor e infección de los tejidos blandos/hueso. Estadio 2b
Estadio 3
Exposición ósea. Hueso necrótico. Dolor, infección y uno o más de estos signos: fractura patológica, fístula extraoral u osteolisis que se extiende al borde inferior.
Estadio 3
progresión de la ONM, ya que no avanza o no se agrava la necrosis ni los signos derivados de ella. b. El segundo subapartado, dentro de este estadio 2, correspondería a los pacientes señalados en el apartado anterior (a), pero que a pesar de los tratamientos conservadores propuestos progresan y se agravan, bien en la extensión de la zona expuesta o en las complicaciones infecciosas derivadas de ella, pero en los que todavía no existe una fractura mandibular, una fístula extraoral o bien una gran osteolisis que llegue al borde inferior mandibular, es decir no tienen los datos considerados como para pertenecer al estadio 3 de Ruggiero y cols.
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Bagán y cols (2008) Exposición ósea con hueso necrótico o bien una pequeña ulceración de la mucosa oral sin exposición de hueso necrótico. Ambos serían asintomáticos. Exposición ósea con hueso necrótico o bien una pequeña fístula oral sin exposición de hueso necrótico, pero con síntomas. Dolor e infección de los tejidos blandos/hueso. Se controla con tratamientos conservadores y no progresa. Exposición ósea con hueso necrótico o bien una pequeña fístula oral sin exposición de hueso necrótico, pero con síntomas. Dolor einfección de los tejidos blandos/hueso. No se controla con tratamientos conservadores y progresa la necrosis o bien los signos infecciosos derivados de ella. Exposición ósea. Hueso necrótico. Dolor, infección y uno o más de estos signos: fractura patológica, fístula extraoral u osteolisis que se extiende al borde inferior.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento en los pacientes diagnosticados de osteonecrosis de los maxilares (ONM) debe estar dirigido a eliminar el dolor, controlar la infección de los tejidos blandos y del hueso y evitar o disminuir la progresión de la necrosis ósea. En el caso de los BF intravenosos, si las condiciones sistémicas del paciente lo permiten, la supresión del bisfosfonato durante un largo periodo de tiempo puede ser beneficiosa, estabilizando las zonas de ONM, reduciendo el riesgo de desarrollarse en otras áreas y reduciendo la sintomatología. La supresión de los bisfosfonatos orales ha sido asociada a una mejoría clínica de la afectación ósea, por lo que debería realizarse por un periodo de 6
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a 12 meses, pudiéndose llegar a una resolución espontánea. Ruggiero y cols. y la AAOMS según el estadio en que esté incluido el paciente proponen unas pautas de tratamiento: - Estadio 1: el tratamiento de estos pacientes consiste en realizar enjuagues de clorhexidina al 0,12%, no estando indicado ningún tipo de tratamiento quirúrgico. - Estadio 2: el tratamiento consiste en enjuagues de clorhexidina al 0,12%, analgésicos y antibioterapia selectiva según el antibiograma. Marx y cols. establecen la administración del antibiótico durante 15 días o hasta que el dolor esté controlado, reiniciándose la administración si reaparece el dolor. La cirugía sólo está indicada para realizar desbridamientos superficiales que alivien la irritación de los tejidos blandos. - Estadio 3: el tratamiento en estos pacientes es más exigente y precisa de una terapéutica quirúrgica. Bagán y cols. proponen la modificación que se expone en la tabla 3. En el estadio 1 se requiere una estricta higiene oral y enjuagues diarios con colutorios de clorhexidina al 0,12%, así como la aplicación de ésta en geles en la zona de ONM, tres veces al día. En el estadio 2a, a las medidas anteriores se añade tratamiento antibioterápico selectivo tras el antibiograma, recomendándose el uso de amoxicilina/ácido clavulánico, doxiciclina o azitromicina en el caso de flora habitual durante 15 días. El paciente es evaluado al mes. Si mejora se sigue con tratamiento antiséptico un mes más. Si no mejora se reanuda la pauta antibiótica un mes más. Si no mejora o progresa se considera que el paciente está en un esta-dio 2b cuyo esquema terapéutico incluye la eliminación quirúrgica del hueso necrótico. El estadio 3 requiere, además de las medidas antisépticas y antibióticas, el uso de la cirugía más radical. Las técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la ONM incluyen, de menor a mayor agresividad, el curetaje, la secuestrectomía, el desbridamiento, las resecciones mandibulares marginales y las resecciones mandibulares segmentarias.
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Sinusitis maxilar Definición
Es un proceso inflamatorio de los senos paranasales provocado por infecciones bacterianas, víricas o micóticas, o por reacciones alérgicas. Etiología
Aunque la gran mayoría están provocadas por infecciones de las vías respiratorias altas, en un 25% de los casos la sinusitis maxilar es secundaria a una infección dental. En este caso, los gérmenes causantes suelen ser bacterias anaerobias G-. Patogenia
Los gérmenes acceden al seno maxilar por contigüidad a partir de flemones o abscesos dentales en la zona próxima. También se puede infectar el seno por procesos iatrogénicos como la exposición del seno tras una exodoncia, la inclusión involuntaria de restos radiculares o la perforación de la membrana mucosa del seno con inclusión o no de cuerpos extraños durante el tratamiento endodóncico. La inflamación de la pared sinusal obstruye el ostium que lo comunica con la cavidad nasal y se anula la normal neumatización del seno que queda relleno de material purulento. Cuadro clínico
Las formas agudas cursan con dolor en la zona de la órbita y sensación de plenitud facial. El paciente puede referir cacosmia (mal olor de la secreción nasal). Suele acompañarse de obstrucción nasal y secreción purulenta nasal u orosinusal. Los síntomas generales pueden incluir fiebre y malestar general. La forma crónica puede ser de origen dentario hasta en el 50 % de los casos. No existe dolor salvo en los casos de reagudización. Puede presentar secreción purulenta unilateral y sensibilidad en los puntos infra y supraorbitario. Diagnóstico
Se basa en el cuadro clínico, la exploración radiológica con radiografía convencional 213
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Fig. 23. Sinusitis maxilar purulenta.
(proyección de Waters) y, en ocasiones, la tomografía computerizada y la punción. El estudio radiográfico muestra la ocupación parcial o total del seno por un material de densidad agua (radioopaca) que corresponde al pus, perdiendo por tanto su habitual densidad aire (radiolúcida).
Fig. 24. TC del mismo caso de la figura 23.
Periimplantitis Definición
Es un proceso inflamatorio en el que existe una pérdida de soporte óseo de uno o más implantes asociada a una reacción inflamatoria de la mucosa periimplantaria. Etiología
Tratamiento
En la fase aguda el tratamiento incluye antibióticos de amplio espectro (amoxicilinaácido clavulánico 875/125 mg cada 8 horas) y antiinflamatorios (ibuprofeno 400-600 mg cada 8 horas). No está indicada la descompresión salvo que haya un dolor muy intenso. En la fase crónica se deben eliminar los posibles factores etiológicos (exodoncia o tratamiento endodóncico de los dientes relacionados con el proceso). El tratamiento antibiótico prolongado (4-6 semanas) puede resolver el proceso. En caso contrario, el abordaje quirúrgico del seno mediante la técnica de Caldwell-Luc permite la extirpación de las lesiones y el drenaje hacia la fosa nasal a través del meato inferior.
Es un proceso multifactorial en el que intervienen la infección bacteriana, la sobrecarga oclusal, el estado del tejido periimplantario, el diseño del implante, el desgaste de los componentes, los fenómenos de corrosión, las rugosidades superficiales y la morfología externa del implante. Los gérmenes relacionados con la enfermedad son las espiroquetas y las bacterias anaerobias G(Prevotella, Porphyromonas, Fusobacterias y A. actinomicetencomitans).
Fig. 25. Periimplantitis mandibular.
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Etiopatogenia
La unión epitelio-implante es más débil que la unión epitelio-esmalte. Si esa unión se destruye por los motivos arriba mencionados las bacterias contaminan el hueso provocando su destrucción. Cuadro clínico
Cuando la pérdida ósea está relacionada con causa infecciosa la clínica incluye sangrado al sondaje, supuración, dolor a la masticación, aumento de la profundidad de las bolsas periimplantarias y cambios de coloración en la encía periimplantaria. Diagnóstico
Además de las manifestaciones clínicas señaladas, el estudio radiográfico muestra un área radiolúcida periimplantaria que corresponde a tejido de granulación. Los cambios radiográficos aparecen cuando se ha perdido al menos el 30 % de la masa ósea por lo que no es un método útil para realizar un diagnóstico precoz.
menes y se dificulta la recolonización. - Arenado de la superficie con bicarbonato: parece el mejor sistema para la eliminación de detritus y endotoxinas. - Ácido cítrico al 40% durante 30-60 segundos. Es eficaz en los implantes recubiertos de hidroxiapatita. - Tetraciclinas en aplicación tópica. - Láser quirúrgico: consigue eliminar hasta el 99,4 % de las bacterias. Actúa por efecto térmico desnaturalizando las proteínas. Se deben asociar antibióticos por vía oral durante 8-10 días. Está indicada la amoxicilina o la asociación amoxicilinaácido clavulánico. En caso de alergia se pueden utilizar eritromicina o tetraciclinas.
Tratamiento
En pérdidas óseas incipientes o leves puede ser suficiente con eliminar el cálculo y la placa y realizar un control químico de la misma con antisépticos (clorhexidina al 0,12 %). En pérdidas óseas más avanzadas se requiere: - Tratamiento quirúrgico: incluye el desbridamiento de todo el tejido necrótico o inflamado alrededor del implante; asimismo, se pueden realizar técnicas de colgajo de reposición apical para eliminar la bolsa y facilitar una higiene adecuada . - Técnica de regeneración ósea: se realizan cuando la pérdida ósea es severa y/o se trata de un implante estratégico (por función o por estética). En cuanto al material de relleno se recomienda hueso desmineralizado o hidroxiapatita no reabsorbible. - Descontaminación de la superficie del implante que se puede realizar mediante: - Implantoplastia: consiste el alisar, pulir o eliminar las roscas expuestas del implante con lo que se eliminan los gér© Medicina Oral S. L.
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Medicina Oral
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Medicina Oral
Tema 22. Quistes maxilares
Tabla 1. Clasificación de los quistes de los maxilares
Clasificación
QUISTES DE DESARROLLO ODONTOGÉNICOS Quiste gingival de la infancia o perla de Epstein Quiste gingival del adulto Queratoquiste odontogénico o quiste primordial Quiste dentígero o folicular Quiste eruptivo Quiste periodontal lateral Quiste odontogénico glandular NO ODONTOGENICOS Quiste del conducto nasopalatino Quiste nasolabial o nasoalveolar
QUISTES INFLAMATORIOS Radicular Residual Paradental asociado a terceros molares Paradental asociado a otros molares (mandibular bucal infectado)
Definición
Los quistes de los maxilares son cavidades patológicas revestidas por un epitelio, de origen odontogénico o no, que pueden contener una cantidad variable de material seroso, serohemático o purulento, así como otros productos como la queratina, hemosiderina, cristales de colesterol o material lipídico. Son muy frecuentes en la cavidad oral, probablemente relacionado con la presencia de dientes, ya que el 90% de estos quistes derivan del epitelio dentario o de sus restos. Etiología
Existen dos tipos de quistes: los inflamatorios cuya etiología es un estímulo infeccioso o inflamatorio capaz de provocar la proliferación de los restos epiteliales, y los quistes del desarrollo, tanto los de origen odontogénico como los que no, cuya etiología no está tan clara aunque en muchas ocasiones se puede demostrar algún traumatismo, proceso infeccioso o inflamatorio en la zona, inclusión dental, etc., capaz de iniciar este estímulo proliferativo en las células epiteliales. En algunos casos, como en los queratoquistes múltiples asociados al Síndrome de Gorlin, © Medicina Oral S. L.
la etiología radica en una alteración genética que afecta a las proteínas encargadas de la maduración de los epitelios (fallo en los mecanismos de control o inhibición de la replicación celular epitelial). Etiopatogenia
En la etiopatogenia de los quistes existen dos etapas, una primera que va desde que se inicia el estímulo de las células epiteliales hasta que se constituye la cavidad cerrada y tapizada por el epitelio (etapa de formación) y una segunda en la que se forma el exudado en la luz del quiste y su agrandamiento (etapa de crecimiento). La elaboración de citoquinas y factores de crecimiento celular desde los tejidos inflamados inician el estímulo proliferativo de las células epiteliales que crecen formando una masa. Cuando este crecimiento aumenta provoca una necrosis y muerte de las células centrales (por falta de vascularización) en uno o varios puntos, formando unos microabscesos que van confluyendo hasta formar una cavidad central o luz del quiste. Una vez finalizada esta etapa de formación, el quiste va a crecer debido fundamentalmente al exudado proteico y líquido que se produce en su interior. En esta segunda etapa el quiste crece por reabsorción ósea debido al aumento de la presión intraquística, en algunos casos (queratoquistes) ayudado por el gran potencial de crecimiento mural y en otros por la elaboración de productos estimuladores de la actividad osteoclástica como las prostaglandinas PGE 2 o la interleuquina 1α. Estos productos serían segregados, entre otras células por los mastocitos que se asocian a las lesiones periapicales. Recientemente se ha implicado en la patogénesis de las lesiones quísticas a diversos factores humorales relacionados con los fenómenos de apoptosis celular. En todo este proceso de 217
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formación y crecimiento, el quiste puede tener un crecimiento lento y solapado o sufrir una reinfección que agravará notablemente todo el cuadro clínico.
Quistes del desarrollo Odontogénicos
Quiste gingival de la infancia También denominado “perlas de Epstein”. Se manifiestan como unos nódulos blanquecinos, pequeños, de 2-3 mm, únicos o múltiples sobre la encía edéntula de los recién nacidos. No producen ninguna sintomatología y suelen remitir espontáneamente en los primeros meses de vida. De similar apariencia son los denominados “nódulos de Bohn” que son pequeños quistes gingivales que aparecen en la línea media palatina de los recién nacidos por atrapamiento de restos epiteliales entre los procesos palatinos al fusionarse. Estas lesiones se deben a la presencia de restos epiteliales de la lámina dental que formará los gérmenes de los dientes. Estos restos fragmentados dan lugar a pequeños quistes por acúmulo de queratina en su interior, que en su crecimiento afloran a la cavidad oral. Histológicamente están formados por un epitelio escamoso estratificado con paraqueratosis. En su interior existen abundantes células epiteliales y escamas de queratina. Cuando evolucionan puede aparecer discontinuidades en el recubrimiento epitelial que traducen una rotura del quiste con salida del material córneo a la cavidad oral. Quiste gingival del adulto Es una lesión similar a la anterior que aparece en los adultos, generalmente entre la quinta y la sexta década de la vida, más frecuente en mujeres y con predilección por la región labial y bucal mandibular. Presentan el aspecto de pequeños nódulos blanquecinos, de 5-9 mm, asintomáticos, que pueden pasar desapercibidos durante muchos años, no siendo rara la existencia de varias lesiones. Radiográficamente se diferencia del quiste periodontal lateral en que éste al originarse siempre en el interior del hueso presenta una 218
clara imagen periapical radiotransparente; en cambio, en el quiste gingival solo se puede apreciar, ocasionalmente, una ligera reabsorción del hueso alveolar ya que aparece en tejidos blandos. Su histopatología es similar al quiste periodontal y se caracteriza por un epitelio
Fig. 1. Quiste gingival del adulto.
cuboideo o escamoso con presencia de células claras en el que se presentan engrosamientos formados por placas de células aplanadas. La cápsula fibrosa que envuelve el quiste puede contener restos de epitelio odontogénico así como depósitos minerales, y dada la localización de estas lesiones, suele existir un cierto grado de infiltrado celular inflamatorio. Su tratamiento es quirúrgico mediante escisión simple de la lesión. No se presentan recidivas. Queratoquiste odontogénico El queratoquiste odontogénico, también denominado quiste primordial, puesto que deriva de las células del órgano del esmalte, presenta unas características histológicas y un comportamiento clínico que lo diferencian de cualquier otro tipo de quiste de la cavidad oral; en concreto su alta tasa de recidiva, estimada entre el 20 y el 30%. Se pueden dividir en dos tipos: los de origen primordial (60%), surgen a partir de restos de la lámina dental y no se asocian a ningún diente, y los queratoquistes de origen dentígero (40%) originados a partir del epitelio reducido del esmalte y asociados siempre a un diente incluido. En la última revisión de la OMS se incluye a los queroquistes como tumores
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benignos, si bien es cierto que existe una notable reticencia a tratarlos como tales y una controversia no resuelta. Su incidencia entre todos los quistes mandibulares se ha estimado entre el 4% y el 11%. La edad de aparición presenta dos picos de máxima frecuencia, uno entre la segunda y tercera década de la vida y otro de menor intensidad en la quinta década. Afecta más frecuentemente a los hombres en proporción 1:1,4, y su localización más habitual es la mandíbula, con predilección por el ángulo y rama ascendente.La mayoría de los queratoquistes son asintomáticos, presentan un lento crecimiento a través de la medular mandibular que respeta las corticales, adelgazándolas o abombándolas, introduciéndose entre los ápices de los dientes que puede desplazar pero raramente erosionar o reabsorber. Muchos de ellos se manifiestan al realizar una radiografía rutinaria de control, no siendo excepcional que se manifiesten por tumefacción y dolor. En caso de infección, en casos muy evolucionados, pueden debutar con abscesos, fístulas, celulitis o trismus. Las lesiones son únicas o múltiples, en cuyo caso hay que descartar la presencia de un síndrome de Gorlin que se caracteriza por la aparición de múltiples queratoquistes, malformaciones esqueléticas y nevus basocelulares. Las características radiográficas de los queratoquistes no difieren de las de otros quistes odontogénicos con los que debe hacerse el diagnóstico diferencial, así como con algunas lesiones tumorales que cursan con radiolucidez mandibular como el ameloblastoma. Se muestran como imágenes radiotransparentes uni o multiloculares, no asociadas a ningún diente incluido, exceptuando los terceros molares o algún otro diente, pero nunca relacionadas directamente con la corona como es el caso de los quistes foliculares. Las corticales abomban y pueden adelgazarse, pudiendo desplazar las raíces de los dientes aunque es muy raro observar reabsorciones de las mismas. La histología muestra un epitelio escamoso estratificado (4 a 6 capas) con células cuboideas o columnares que adoptan un aspecto en © Medicina Oral S. L.
Fig. 2. Queratoquiste asociado a cordal incluido.
Fig. 3. Imagen intraoperatoria de la figura 2.
Fig. 4. Queratoquiste.
Fig. 5. TC del caso de la figura 4.
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Fig. 6. Imagen intraoperatoria de la figura 4.
Fig. 7. Caso de la fig. 6 tras colocar la solución de Carnoy.
Fig. 8. Queratoquiste.
Fig. 9. Queratoquiste tras descompresión. Caso de la fig. 8.
Fig.10. Evolución favorable del caso de la fig. 8. A los 3 meses.
Fig.11. Evolución favorable del caso fig. 8 en un momento posterior. los 6 meses.
Fig. 12 Imagen histológica del queratoquiste. HE. x 20X.
Fig. 13. Varios queratoquistes en un Síndrome de Gorlin.
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empalizada. Ausencia de infiltrado inflamatorio en la pared del quiste, destacando la presencia de una queratinización que en la mayoría de los casos es de tipo paraqueratósica y abundante queratina en el interior. El tratamiento de los queratoquistes consiste en la enucleación de la lesión asociado a un legrado o curetaje del lecho quirúrgico que puede ser mecánico, químico o mediante criocirugía. En aquellos casos más agresivos puede tratarse mediante resección mandibular en bloque. Los índices de recidiva son proporcionales al tipo de técnica empleada. Así, según Blanas y cols., la recurrencia entre los casos tratados con resección fue nula, de un 1% al 8,7%, cuando se realizó una enucleación más técnica coadyuvante (como la utilización de la solución de Carnoy) y del 17 al 56% cuando se realizó una enucleación simple. Debido a la alta tasa de recurrencias y a la dificultad para eliminar completamente lesiones muy extensas, Brondum en el año 1991 propuso tratar estas lesiones mediante la descompresión, variante de la marsupialización clásica de los quistes, que persigue una reducción de la lesión al eliminar la presión intraquística. Con esta técnica se ha demostrado que se consigue una importante reducción del tamaño del quiste, disminuyendo las secuelas del tratamiento quirúrgico y reduciendo también el índice de recidivas. Quiste folicular o dentígero Se trata de una lesión quística que rodea la corona de un diente no erupcionado que se encuentra en posición intraósea y que no puede incluirse en ninguna de las otras variantes de la clasificación. Su epitelio deriva del epitelio reducido del esmalte y recibe también el nombre de folicular puesto que en estadios muy tempranos este quiste simula la imagen de un folículo dental anormalmente agrandado. En su etiopatogenia y debido a la obstrucción mecánica del proceso de erupción, está implicada la acumulación de líquidos entre el epitelio reducido del esmalte y la superficie dental. El quiste folicular es el más frecuente tras el radicular y representa el 15% de todos los © Medicina Oral S. L.
quistes. Es más frecuente en los varones y se localiza sobre todo en la región posterior mandibular, en relación con los terceros molares. En segundo lugar de frecuencia se encuentra el quiste asociado a los caninos maxilares. Normalmente aparecen entre la segunda y tercera década de la vida, cuando los dientes permanentes están erupcionando y en la quinta década. No obstante, el quiste folicular puede aparecer asociado a cualquier diente y a cualquier edad. La mayoría de las lesiones son asintomáticas y son hallazgos casuales al realizar radiografías de control o para diagnosticar agenesias o retrasos en la erupción de los dientes. El dolor es raro que aparezca y si lo hace es asociado a la infección de la lesión. Estos quistes, en niños, pueden alcanzar gran tamaño y en adultos desdentados pueden debutar con tumefacción que dificulta la colocación de prótesis e incluso deformidad o asimetría facial. Radiográficamente se manifiestan como una imagen radiotransparente, redondeada, bien delimitada y en estrecha relación con la corona de un diente incluido. Hay que tener presente que esta imagen no es patognomónica del quiste folicular puesto que pueden adoptarla otros quistes o tumores. También en ocasiones es difícil diferenciar un verdadero quiste dentígero (más de 2,5 mm de anchura), de un folículo dental agrandado en un diente en erupción.
Fig. 14. Quiste folicular bilateral.
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Fig. 15. Quiste folicular.
El epitelio de estos quistes se caracteriza por la presencia de 2 a 4 capas de células cuboideas o aplanadas que descansan en una fina lámina basal. Este epitelio puede presentar engrosamientos y/o discontinuidades y entre sus células pueden aparecer células mucosas o ciliadas. Usualmente no está queratinizado y la cápsula fibrosa que lo envuelve presenta escaso o nulo infiltrado inflamatorio crónico. No es raro encontrar en su interior cristales de colesterol, células gigantes multinucleadas o hemosiderina, motivo por el cual, si ha habido infección, es difícil en ocasiones diferenciarlo (histológicamente) de un quiste radicular. El tratamiento con enucleación de la lesión y exodoncia del diente incluido es curativo y no cabe esperar recidivas. Quiste de erupción Al igual que el quiste dentígero, deriva de las células de epitelio reducido del esmalte, pero aquí el obstáculo que impide la erupción es mucoso y la trascendencia clínica de la lesión es menor. Aparecen rodeando la corona de dientes deciduos que están en erupción, aunque también son frecuentes en los definitivos. Pueden presentarse ya en el nacimiento, siendo típicos entre los 8 y 12 años. Habitualmente no ocasionan ninguna sintomatología y se manifiestan como una tumefacción azulada en la encía de la zona en la que va a erupcionar el diente, de ahí que también se le haya denominado” hematoma de erupción”. No provoca signos radiográficos 222
e histológicamente destaca un epitelio plano escasamente estratificado, con una cápsula fibrosa en la que suele existir infiltración inflamatoria y proliferación vascular como resultado del trauma masticatorio. No es necesario tratar quirúrgicamente estos quistes de erupción y solamente en el caso de lesiones grandes, muy fibrosadas que provoquen un retraso eruptivo importante es necesario realizar una incisión en la cápsula con lo que se producirá una marsupialización del quiste fundiéndose su epitelio con el epitelio gingival y favoreciendo la normal erupción del diente.
Fig. 16. Quiste de erupción.
Fig. 17. Quiste de erupción.
Quiste periodontal lateral Es un quiste intraóseo que aparece lateralmente a una raíz, habiéndose descartado la etiología infecciosa. Se originan de restos epiteliales de la lámina dental o bien de restos de situados en esa zona y representan
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menos de 1% de los quistes. Aparecen preferentemente en adultos entre los 30 y 70 años sin predilección por un sexo y se localizan sobretodo a nivel mandibular entre caninos y premolares. No se observan manifestaciones clínicas y cuando se infectan pueden simular un absceso periodontal y si se rompen al exterior un quiste gingival del adulto. En todo caso, en ocasiones es difícil realizar el diagnóstico diferencial con quistes radiculares laterales o queratoquistes cuya localización, abombando entre canino y premolar, tampoco es rara. La existencia de un diente vital vecino a la lesión es un dato importante en su diagnóstico. Radiográficamente estos quistes se muestran como lesiones radiotransparentes, uniloculares, redondeadas, laterales a una raíz que pueden desplazarla pero sin llegar a erosionar o expandir las corticales óseas. Periféricamente puede observarse un halo esclerótico. Histológicamente se caracterizan por presen-
Fig. 18. Quiste periodontal lateral [Publicado por Mendes y Van der Waal en Med Oral Patol Oral Cir Bucal 2006 Mar 1;11(2):E185-7].
tar un epitelio estratificado no queratinizado, de 3-4 capas de células planas o cuboideas con núcleo picnótico, pequeño. Es característico la presencia de células claras cargadas de glucógeno y los engrosamientos de células epiteliales. Su cápsula fibrosa carece de infiltrado inflamatorio crónico. En ocasiones aparecen múltiples lagunas intraquísticas revestidas por el mismo epitelio y separadas por septos fibrosos, en una variante que se ha denominado quiste odontogénico botrioide. El tratamiento del quiste periodontal lateral es la escisión simple y solamente la variante botrioide presenta una mayor agresividad local y capacidad de recidiva. Quiste odontogénico glandular Es una variante quística descrita por primera vez en el año 1987 por Paydayache y Van Wyk de la que se han publicado muy pocos casos en la literatura. Histológicamente se caracteriza por presentar un epitelio plano poliestratificado de células planas o cuboideas en el que destacan unos engrosamientos formados por unas células algo mayores que adoptan una disposición glandular o pseudoglandular. Se localiza preferentemente en región anterior mandibular, en la edad media de la vida sin predilección por un sexo. Radiográficamente presenta unas imágenes radiotransparentes, de aspecto polilobulado en casi el 50% de los casos, con gran tendencia al crecimiento y afectación de las corticales mandibulares. Su dato clínico más característico es su agresividad local, con tendencia al crecimiento y la alta tasa de recidiva.
Quistes del desarrollo no Odontogenicos
Fig. 19. Quiste periodontal lateral [Publicado por Mendes y Van der Waal en Med Oral Patol Oral Cir Bucal 2006 Mar 1;11(2):E185-7].
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Quiste nasopalatino Se trata de una lesión que se origina en restos epiteliales, no odontogénicos, del conducto incisivo. Representan el 10% de todos los quistes y es el más frecuente de los no odontogénicos. Afecta dos veces más a los varones y aparece a cualquier edad con predilección entre los 30 y 60 años. Puede crecer durante muchos años sin dar ningún síntoma, 223
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siendo un hallazgo radiológico casual en la mayoría de los casos. En ocasiones puede apreciarse una tumefacción en la mucosa palatina, sobretodo si existe una infección, y en los edéntulos, un desajuste en la prótesis puede ser el primer síntoma. La imagen radiográfica es muy característica puesto que aparece una lesión radiotransparente unilocular, redondeada, de bordes muy nítidos y completamente centrada en la línea media maxilar. Esta imagen adopta, a veces, un aspecto lobulado que se ha denominado en “fresa” o “corazón” . Los incisivos centrales son vitales. Histológicamente el epitelio de revestimiento puede ser de tipo plano poliestratificado (que recuerda a los epitelios mucosos de la cavidad oral) o de tipo columnar pseudoestratificado, ciliado o no, con abundantes células mucosas intercaladas (que recuerda a los epitelios respiratorios), no siendo rara la presencia de ambos tipos en la lesión. Su tratamiento quirúrgico mediante escisión simple, habitualmente por vía palatina, no presenta recidivas. Quiste nasolabial Es una lesión quística que afecta a las partes blandas de la región nasogeniana y que deriva de los restos epiteliales que formaron el conducto nasolacrimal. Al ser una lesión extraósea el nombre de nasoalveolar no es apropiado, puesto que la lesión se desarrolla en las partes blandas existentes entre la nariz y el labio. Son poco frecuentes y 3 de cada 4 se dan en mujeres entre los 20 y los 50 años. Se manifiestan por una tumefacción que provoca un característico borramiento del surco naso-labial y elevación del ala de la nariz. Se palpan bien externamente y a nivel intraoral, en el fondo del vestíbulo con más dificultad. No dan ninguna imagen radiográfica y su histopatología está constituida por un epitelio columnar pseudoestratificado no ciliado, con abundantes células mucosas, aunque tampoco es raro encontrar algún fragmento de epitelio escamoso plano poliestratificado. Su tratamiento mediante escisión simple no provoca recidivas.
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Fig. 20. Quiste nasopalatino.
Fig. 21. Imagen TC del caso 20.
Fig. 22. Quiste nasolabial.
Fig. 23. Imagen de RM del caso 22.
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Quistes inflamatorios
Quiste radicular Proceden de restos epiteliales de Malassez presentes en el ligamento periodontal estimulados como consecuencia de la inflamación e infección pulpar. Es imprescindible para que se produzcan estos quistes la necrosis pulpar con afectación del espacio periodontal. Son los quistes más frecuentes en la cavidad oral ya que representan más del 50% de todos los quistes maxilares. Pueden presentarse en relación con cualquier diente, siendo raros en dentición decidua. Son más frecuentes en el maxilar que en la mandíbula y los dientes más afectados son los incisivos y caninos. Se presentan en un amplio margen de edad, con un pico en la tercera o cuarta década. Los hombres se afectan con mayor frecuencia que las mujeres. Clínicamente son asintomáticos en el periodo silente o de latencia y cuando alcanzan un determinado tamaño o sufren infección puede aparecer sensación de tensión en la zona, dolor, tumefacción y molestias en los dientes causales. Si no se resuelve, finalmente el quiste puede drenar espontáneamente a través de la mucosa sinusal u oral. En la radiografía aparece una imagen radiotransparente, bien definida, redondeada y centrada en un ápice radicular; es frecuente observar una osteocondensación periférica que limita la lesión. En la periodontitis apical crónica, la imagen radiográfica es menos intensa, menos definida y de contornos no tan nítidos, aunque solamente el estudio anatomopatológico puede diferenciarlos. Histológicamente, la mayoría de los quistes radiculares están rodeados de un epitelio escamoso estratificado no queratinizado, con zonas de discontinuidad o de hiperplasia, dependiendo del grado de inflamación. Ocasionalmente el epitelio quístico contiene células mucosas o ciliadas. En la pared fibrosa quística siempre existe un infiltrado inflamatorio crónico linfoplasmocitario, siendo frecuente encontrar células espumosas, plasmáticas con prominentes cuerpos de Russell y depósitos de cristales de colesterol. © Medicina Oral S. L.
Fig. 24. Quiste radicular.
Fig. 25. Quiste radicular en la zona incisiva-canina superior izquierda. Caso de la fig. 24.
Fig. 26. Imagen TC del caso 25. Caso de la fig. 24.
Fig. 27. Ortopantomografía con quiste radicular en el premolar 25.
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Medicina Oral
El tratamiento de los quistes radiculares es quirúrgico mediante enucleación simple de l lesión sin olvidarse que hay que tratar siempre la causa que lo ha producido, bien mediante la extracción del diente o dientes causales, la endodoncia o la apicectomía y obturación a retro, para evitar las recidivas. Quiste residual Solamente se distingue clínicamente del quiste radicular en que se desarrolla tras la extracción de un diente. A partir de restos epiteliales presentes en una lesión periapical crónica o de pequeños quistes ya formados que no se eliminaron tras la exodoncia y legrado del alveolo se forman estos quistes residuales, más frecuentes en maxilar superior, y que suponen el 10% de todos los quistes maxilares. Su aspecto radiográfico es similar a los quistes radiculares, y en su histología, salvo que sufran infección, aparece un epitelio quístico más adelgazado, poco hiperplásico, con escaso infiltrado inflamatorio. Quiste paradental Son quistes que ocurren cerca del margen cervical de la parte lateral de una raíz, como consecuencia de un proceso inflamatorio en una bolsa periodontal o lo que es lo mismo de repetidos episodios de pericoronaritis. Procede del epitelio odontogénico de la parte más superficial del ligamento periodontal. Al asociarse a terceros molares mandibulares impactados o parcialmente erupcionados, son característicos en la cara distal de los mismos, aunque puede aparecer en otras localizaciones. Se cree que son más frecuentes de lo estimado (entre un 1-5% de los quistes), puesto que muchos tejidos pericoronarios asociados a los cordales extraídos y no analizados podrían serlo. Afecta por igual a ambos sexos y la edad de aparición es entre los 18-30 años. La imagen radiográfica de estos quistes es característica puesto que se asocia un tercer molar impactado y una lesión radiotransparente que abraza la corona del molar por detrás, provocando una reabsorción en la cara anterior mandibular. Histológicamente son 226
Fig. 28. Quiste radicular.
Fig. 29. Imagen TC del caso 28.
Fig. 30. Quiste paradental.
Fig. 31. Ortopantomografía del caso 30.
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indistinguibles de un quiste radicular puesto que presentan un epitelio escamoso estratificado muy hiperplásico asociado a un infiltrado inflamatorio crónico. Sin embargo, el molar implicado siempre es vital en estos casos. Una variante del quiste paradental es el quiste mandibular bucal infectado, en todo similar al anterior excepto que se asocia a la cara vestibular (con importante reacción perióstica) de los primeros molares inferiores en vías de erupción o semierupcionados en niños entre 6-8 años. La radiografía convencional, en ocasiones no es muy demostrativa, y debe practicarse una radiografía oclusal que mostrará la afectación y extensión de la lesión por vestibular del molar. El tratamiento quirúrgico consiste en la exodoncia del molar implicado, con eliminación del quiste que normalmente permanece adherido al limite amelo-cementario del cordal. En el caso de los quistes asociados a primeros molares puede realizarse una marsupialización para intentar conservar el molar.
Fig. 32. Quiste óseo solitario o traumático.
Fig. 33. Visión intraoperatoria del caso de la fig. 32.
Pseudoquistes Son aquellas entidades en las que no existe un epitelio de revestimiento epitelial, de la cavidad quística. Distinguimos tres: 1- Quiste óseo solitario o traumático 2- Quiste óseo aneurismático 3- Cavidad idiopática de Stafne 1. Quiste óseo solitario o traumático También se denomina hemorrágico o traumático. Su etiología es desconocida (25% tiene un antecedente traumático) y aparece en edades tempranas, con similar afectación de ambos sexos. Clínicamente son asintomáticos, la infección es rara, siendo un hallazgo casual en el 90% de los casos. Su localización principal es mandibular y los dientes próximos son vitales. No requiere tratamiento quirúrgico y en el caso de que se realice, nos encontraremos con una cavidad vacía debiendo, en este caso, conservar la vitalidad de los dientes en la zona del quiste.
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2. Quiste óseo aneurismático Su etiología es desconocida, si bien es posible que sucedan tras un traumatismo. Aparece en edades jóvenes y más frecuente en mujeres, en proporción 3:1. Clínicamente cursa con una tumefacción importante, sobre todo del ángulo mandibular. Suele acompañarse de dolor. Histológicamente, existe un tejido fibroóseo neoformado, con presencia de células gigantes multinucleadas en el que existen unas lagunas vasculares y abundantes proliferaciones arterio-venosas. Su tratamiento es la extirpación quirúrgica.
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3. Cavidad idiopática de Stafne Es un hallazgo casual, consistiendo en la interposición de un tejido, normalmente una glándula salival ectópica, en la formación de la mandíbula, quedando un defecto o hueco sin formarse hueso. Lo observamos en cualquier edad, ya que suele ser un hallazgo casual y sin producir ningún síntoma, hasta que en un momento determinado se realiza una radiografía y se detecta dicha cavidad, que se aprecia en la cortical lingual, por debajo de los molares inferiores. Una vez se establece el diagnóstico, no requiere ningún tipo de tratamiento.
Fig 34. Cavidad de Stafne.
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Fig. 35. Ortopantomografía del caso 34.
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Tema 23. Tumores odontogénicos benignos
En comparación con otros procesos patológicos de la región bucal y maxilofacial los tumores odontogénicos son raros, ya que algunos estudios registran su frecuencia entre 0.8 y 3.7 % de todos los especímenes de esta zona recibidos para estudio histopatológico. Más del 98% de ellos son benignos y alrededor de 75% corresponden a odontomas, ameloblastomas y mixomas. En este libro, los criterios utilizados para el diagnóstico de estas entidades se basan en la tercera edición de la Clasificación Histológica de Tumores Odontogénicos publicada por la OMS en 2005. Debido a que no existe un consenso internacionalmente aceptado para considerar al tumor odontogénico queratoquístico (queratoquiste odontogénico) como una verdadera neoplasia (al menos en todos los casos), la descripción de esta entidad se hará dentro del capítulo correspondiente a quistes de los maxilares.
Etiopatogenia
Se considera que se originan de los restos de la lámina dentaria; asimismo, se han propuesto como fuentes celulares de su origen al órgano del esmalte, los restos de Malassez, el epitelio de quistes odontogénicos y la capa basal del epitelio escamoso de la mucosa bucal. Al igual que para el resto de tumores odontogénicos, se desconoce el estímulo que provoca su formación. Epidemiología
Se considera que la mayoría de casos corresponde al tipo sólido/multiquístico, a excepción de algunas series latinoamericanas, en donde se ha visto un predominio de la variante uniquística. Los ameloblastomas desmoplásicos comprenden menos del 10% de todos los ameloblastomas sólidos y los periféricos no exceden del 1% al 2% de todos los ameloblastomas.
1. Tumores de epitelio odontogénico Ameloblastoma sólido o multiquístico con estroma de tejido fibroso maduro, Manifestaciones clínicas sin participación de ectomesénquima Alrededor del 80 % se presentan en mandíodontogénico bula y allí más del 70 % se desarrollan en la Ameloblastoma
Es una neoplasia polimórfica benigna, pero localmente invasiva, constituida por epitelio odontogénico que recuerda las etapas tempranas del órgano del esmalte, el cual puede presentar diversos patrones sobre un estroma de tejido fibroso. De acuerdo con los hallazgos clínicos, quirúrgicos e histopatológicos, se distinguen cuatro variantes de esta neoplasia: - Ameloblastoma sólido o multiquístico - Ameloblastoma uniquístico - Ameloblastoma desmoplásico - Ameloblastoma periférico
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zona posterior, ángulo y rama ascendente; 20% en la región de premolares y 10% en la de incisivos. No hay predilección por género, y la mayoría se detecta durante la tercera y cuarta décadas de la vida. Suele ser asintomático, de crecimiento lento y en etapas avanzadas causa expansión ósea y puede producir perforación de la cortical con extensión a tejidos blandos adyacentes. Aspectos radiográficos
Presenta a menudo una imagen radiolúcida multiloculada, y cuando las loculaciones son grandes tienen aspecto de “pompas de jabón”. Las lesiones uniloculares simulan otras lesiones quísticas de los maxilares y en ambos casos se puede producir resorción radicular 229
Medicina Oral
parece influir en el comportamiento biológico de la lesión. Tratamiento
Fig. 1. Imagen radiográfica de ameloblastoma sólido.
de dientes vecinos. Un alto porcentaje se asocia a dientes retenidos, principalmente al tercer molar inferior.
Se requiere la eliminación completa de la neoplasia con un margen mínimo de 5 mm de hueso aparentemente sano, ya que esta tiende a infiltrar el tejido adyacente. No se recomienda el curetaje, pues se han reportado recurrencias de hasta el 90 %, contra solamente 15% a 20% cuando se realiza resección quirúrgica (marginal o segmentaria) con márgenes libres de lesión. Debido a su lento crecimiento, las recurrencias se pueden demorar muchos años antes de ser evidentes con radiografías, por lo que se recomienda vigilancia mínima de 10 años.
Histopatología
Es una neoplasia no encapsulada que exhibe dos patrones principales: folicular y plexiforme, pero no es raro encontrar ambos en un solo tumor. El folicular presenta islas epiteliales con capa periférica de células cuboidales o columnares que recuerdan a los preameloblastos, con su núcleo polarizado distal a la membrana basal, las cuales rodean a grupos de células poliédricas y anguladas similares al retículo estrellado. En el patrón plexiforme el epitelio tumoral se encuentra dispuesto en forma de una red que se extiende de manera irregular en el estroma fibroso. Existen variantes menos frecuentes, como los tipos acantomatoso, de células granulares, queratoameloblastoma y la variante de células basales. A excepción del patrón basocelular, el patrón histológico no
Ameloblastoma uniquístico El término “uniquístico” debe reservarse para los ameloblastomas que manifiestan características macro y microscópicas de una lesión compuesta por cápsula de tejido fibroso laxo con una única cavidad revestida, por lo menos parcialmente, por epitelio de aspecto ameloblastomatoso. Manifestaciones clínicas
La principal diferencia con respecto al sólido es su tendencia a ocurrir en edades más tempranas, ya que la mayoría se han detectado en segunda y tercera décadas, sin predilección por género. Más del 90% de los casos se localizan en mandíbula, y hasta en un 80% de los casos se encuentran asociados a un tercer molar retenido. Aspectos radiográficos
Es usualmente unilocular con bordes escleróticos bien definidos . Histopatología
Fig. 2. Aspecto histopatológico del ameloblastoma folicular.
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Macroscópicamente el revestimiento puede ser liso (ameloblastoma uniquístico luminal) o revelar crecimientos exofíticos intraluminales de formas y tamaños variables (ameloblastoma uniquístico intraluminal). Algunos presentan nódulos intracapsulares que llegan a ser visibles al corte macroscópico, e incluso, pueden
Medicina Oral
Fig. 3. Imagen unilocular del ameloblastoma uniquístico.
Fig. 5. Ameloblastoma uniquístico con proliferación mural.
alcanzar el borde exterior de la cápsula y encontrarse en contacto directo con el lecho óseo (ameloblastoma uniquístico mural). A nivel histopatológico, el ameloblastoma uniquístico luminal revela una cavidad recubierta parcial o totalmente por epitelio ameloblástico, con capa basal cuboidal o columnar, núcleos hipercromáticos y polarizados distalmente a la membrana basal, sobre la cual se advierten capas de células que recuerdan al retículo estrellado. El ameloblastoma uniquístico intraluminal produce proyecciones plexiformes de epitelio tumoral hacia el interior de la cavidad, y el ameloblastoma uniquístico mural, presenta islas de ameloblastoma en el espesor de la cápsula. Debido a que en la mayoría de los casos la biopsia incisional no es representativa, el diagnóstico definitivo resulta solamente después de examinar la totalidad del espécimen quirúrgico mediante estudio de muestras seriadas múltiples, con lo que se obtendrá información definitiva que permita establecer el pronóstico de cada caso particular.
Tratamiento
Las variantes luminal e intraluminal se tratan mediante enucleación y curetaje u ostectomía marginal, mientras que los de tipo mural deben tratarse de acuerdo al nivel de invasión capsular. En caso de invasión superficial basta con vigilancia cuidadosa, pero si la proliferación mural se extiende hasta el borde, se recomienda una nueva intervención con márgenes adecuados. Las tasas de recurrencia reportadas para los ameloblastomas uniquísticos de tipo mural suelen ser de hasta 25 %, mientras que para las otras variantes se estiman en menos de 10%. Ameloblastoma desmoplásico Presenta abundante formación de colágeno en el estroma. Hasta la fecha se han documentado poco más de 100 casos en la literatura. Manifestaciones clínicas
Casi la totalidad son tumoraciones expansivas, asintomáticas y de crecimiento lento. A diferencia de las otras variantes de ameloblastoma, se presenta en proporción similar en maxilar y mandíbula, y la mayoría se desarrolla en los segmentos anterior y premolar. El promedio de edad al momento del diagnóstico es superior que el del sólido, con una incidencia mayor en la cuarta y quinta décadas de la vida, sin predilección por género.
Fig. 4. Revestimiento de ameloblastoma uniquístico luminal.
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Medicina Oral
Aspectos radiográficos
Suele tener bordes poco definidos y su interior exhibe imagen mixta (radiolúcida/radiopaca) en más de 50 % de los casos, por lo que puede simular una lesión fibro-ósea benigna.
Ameloblastoma periférico Manifestaciones clínicas
Se presenta como un nódulo asintomático de base sésil, superficie lisa o irregular, de color similar al de la mucosa gingival o eritematoso. Es de crecimiento lento y la mayoría se manifiestan entre la quinta y séptima décadas de la vida, con una media de edad algo mayor que la de los otros tipos de ameloblastoma y discreto predominio en varones. Poco más de dos terceras partes se ubican en mandíbula, esencialmente en zonas premolar y anterior. Aspectos radiográficos
Fig. 6. Patrón mixto en ameloblastoma desmoplásico.
Ocasionalmente hay una discreta erosión ósea observable en las lesiones de mayor tamaño. Histopatología
Histopatología
Formado por islas irregulares de epitelio con bordes puntiagudos, células periféricas cuboidales con núcleos hipercromáticos y en menor frecuencia apariencia columnar. No son raros los microquistes en las islas tumorales, las cuales están dispersas en el estroma de tejido fibroso con intensa
Es similar al ameloblastoma sólido, pero en localización dentro del tejido fibroso gingival. Tratamiento
El tratamiento de elección es la escisión quirúrgica con bordes libres de lesión. La recurrencia es infrecuente, pero debido a que se ha referido un caso de transformación maligna, es recomendable mantener seguimiento cuidadoso durante varios años.
Tumor odontoescamoso Epidemiología
Es una neoplasia benigna localmente infiltrativa muy rara, ya que se han documentado menos de 50 casos hasta la fecha, con un amplio rango de edad (8-74 años) y ligero predominio por varones. Fig. 7. Aspecto histopatológico de ameloblastoma desmoplásico.
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Etiopatogenia
desmoplasia, y rodeadas por una delgada banda de tejido fibroso laxo con aspecto levemente mixoide.
Se localiza principalmente a nivel de hueso alveolar, por lo que se ha sugerido que proviene de la transformación neoplásica de los restos de Malassez.
Tratamiento
Manifestaciones clínicas
Se sugiere un manejo similar al del ameloblastoma sólido convencional.
Aunque suele ser único, se han reportado tumores múltiples en distintos cuadrantes y existen unos cuantos casos descritos en locali-
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zación extra-ósea. A menudo es asintomático, pero puede provocar aumento de volumen, desplazamiento y/o movilidad dental y dolor leve. Aspectos radiográficos
Las lesiones pequeñas suelen ser radiolucencias uniloculares, localizadas entre las raíces de los dientes adyacentes, pero las lesiones mayores pueden ser multiloculadas con bordes definidos.
Etiopatogenia
Debido a su variable distribución anatómica, se considera que es una lesión originada de los restos epiteliales de la lámina dental. Con base a su expresión de fosfatasa alcalina, algunos autores sugieren un origen a partir del estrato intermedio del órgano del esmalte. Manifestaciones clínicas
Crece con lentitud y es asintomático hasta producir deformidad ósea y/o desplazamiento dental.
Histopatología
Está constituido por islas de epitelio escamoso estratificado bien diferenciado, rodeado por células aplanadas o cuboidales bajas, dispersas dentro de un estroma fibroso maduro. En las islas puede haber microquistes, queratinización y focos de mineralización distrófica.
Fig. 9. Imagen radiográfica de tumor odontogénico epitelial calcificante.
Aspectos radiográficos
Fig. 8. Islas epiteliales de tumor odontoescamoso.
Se manifiesta como una zona radiolúcida uni o multilocular, a menudo con bordes festoneados bien definidos y con frecuencia se asocia a un diente retenido. Puede ser completamente radiolúcida o presentar focos de material radiopaco de tamaños y formas variados.
Tratamiento
Histopatología
El tratamiento consiste en la escisión local y curetaje, después de lo cual existen pocas probabilidades de recurrencia.
Está formado por mantos y cordones de células epiteliales poliédricas de bordes precisos, los cuales a menudo exhiben puentes intercelulares, pleomorfismo celular y núcleos hipercromáticos, pero no mitosis u otros signos sugestivos de malignidad, dispersas en un estroma de tejido fibroso. Las células tumorales elaboran corpúsculos redondos de sustancia acidofílica homogénea con características histoquímicas y ultraestructurales de amiloide. Esta sustancia calcifica y origina estructuras concéntricas (anillos de Liesegang). Se ha reportado una variante de células claras,
Tumor odontogénico epitelial calcificante Epidemiología
Comprende alrededor del 1% de los tumores odontogénicos. Es más común en adultos entre la tercera y quinta décadas de la vida, sin predilección por género; su ubicación habitual es el área posterior de mandíbula. Hasta 6% de los casos son tumores extra-óseos.
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una verdadera relación dentígera (variante folicular). Poco más de 20% aparecen como tumor intra-óseo no asociado a dientes (variante extra-folicular) y alrededor del 2% ocurre como lesión extra-ósea en encía (variante periférica).
Fig. 10. Histopatología del tumor odontogénico epitelial calcificante.
importante de diferenciar de otros tumores de células claras con localización intraósea, los cuales son usualmente malignos. Tratamiento
Se requiere la eliminación completa de la lesión y seguimiento cuidadoso de cada caso. Se estima una tasa de recurrencia cercana al 15 % para la forma clásica y superior al 20% para la variante de células claras.
Tumor odontogénico adenomatoide Epidemiología
Representa entre 1.3% y 8.6% de todos los tumores odontogénicos. Aparece habitualmente en la segunda década de la vida (90% se diagnostican antes de los 30 años) y es más común en mujeres en proporción de 2:1, con predilección por la región anterior del maxilar. Etiopatogenia
Se desarrolla a partir de la lámina dentaria o sus remanentes, aunque algunos autores sugieren que surge del epitelio reducido del órgano del esmalte. Actualmente se le considera un hamartoma y no una verdadera neoplasia. Manifestaciones clínicas
Puede aparecer como una tumoración de crecimiento lento que produce expansión de corticales, o ser asintomática y descubrirse por hallazgo radiográfico. Alrededor del 75% se asocian a uno o más dientes retenidos (usualmente caninos maxilares) y suelen tener 234
Fig. 11. Imagen radiográfica de tumor odontogénico adenomatoide folicular.
Aspectos radiográficos
Imagen radiolúcida bien delimitada por borde esclerótico y aunque puede ser indistinguible de un quiste dentígero, más del 50% de los casos presentan discretos focos de material radiopaco. Las lesiones extra-óseas pueden causar erosión superficial del hueso alveolar. Histopatología
Está formado por epitelio que forma mantos de células fusiformes dispuestas en patrón arremolinado, así como áreas sólidas y cordones plexiformes. En algunas regiones se identifican células columnares o cuboidales en disposición rosetoide, las cuales dan lugar a pseudoductos característicos de esta entidad. A menudo se observan depósitos intercelulares de material eosinófilo PAS positivo de origen no definido (“gotas eosinófilas”). Es frecuente encontrar focos de calcificación dispersos en el tumor, considerados por algunos investigadores como intento de producir esmalte. El estroma que rodea a la lesión integra una cápsula de tejido conectivo maduro, en el que a veces se advierte material dentinoide metaplásico. En la mayoría de casos es posible encontrar áreas pequeñas con características similares
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cuente de los tres. Estas lesiones se presentan en un amplio rango de edad, pero la mayoría ocurre durante las primeras dos décadas de la vida, son ligeramente más comunes en hombres y en la región posterior de la mandíbula. Etiopatogenia
Es un tumor mixto formado por epitelio y ectomesénquima primitivos. En el fibroma ameloblástico no existen efectos inductivos, Fig. 12. Histopatología típica de tumor odontogénico adenomatoide. mientras que las otras lesiones presentan interacciones con producción de tejidos al tumor odontogénico epitelial calcificante, mineralizados. las cuales no modifican el pronóstico de esta lesión. Manifestaciones clínicas Son usualmente lesiones asintomáticas y Tratamiento crecen con lentitud hasta provocar deforEl tratamiento de elección es enucleación midad. quirúrgica, después de lo cual no hay recurrencias. Aspectos radiográficos Se presentan como lesiones de bordes bien 2. Tumores de epitelio odontogénico delimitados, con frecuencia uniloculares, con ectomesénquima odontogénico, aunque las lesiones mayores pueden ser con o sin formación de tejidos dentales multiloculares. El fibroma ameloblástico mineralizados es completamente radiolúcido, mientras que el fibrodentinoma y el fibro-odontoma Fibroma, fibro-dentinoma y ameloblásticos suelen presentar imágenes fibro-odontoma ameloblásticos mixtas debido a la producción de cantidaEl fibroma ameloblástico y las lesiones rela- des variables de tejidos mineralizados. Estas cionadas (fibro-dentinoma y fibro-odontoma lesiones a menudo se asocian a dientes no ameloblástico) son lesiones constituidas por erupcionados. epitelio odontogénico en proliferación dentro de un tejido de aspecto mesenquimatoso, similar en apariencia a la papila dentaria o al folículo dental del diente en desarrollo. La diferencia entre ellas estriba en que en el primero no existe formación de tejido mineralizado, mientras que en el fibro-dentinoma se presenta dentina displásica y en el fibro-odontoma hay, además, formación de esmalte. Se considera que en el fibroma ameloblástico tanto el epitelio como el tejido mesenquimatoso son neoplásicos. Fig. 13. Fibro-odontoma ameloblástico de mandíbula.
Epidemiología
Este grupo de lesiones comprende entre 0.6% y 3.5% de todos los tumores odontogénicos y el fibro-dentinoma parece ser el menos fre© Medicina Oral S. L.
Histopatología
El fibroma ameloblástico se compone de islas 235
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y cordones de epitelio cuboidal o columnar que rodea células con aspecto de retículo estrellado, los cuales se disponen dentro de un tejido ectomesenquimatoso muy celular, con escasa producción de colágeno, parecido al tejido de la pulpa o al folículo dental embrionarios. En el fibro-dentinoma
Odontoameloblastoma Epidemiología
Es una neoplasia sumamente rara, ya que hasta ahora se han informado menos de 50 casos, y sólo 14 satisfacen los criterios diagnósticos. De estos, nueve se presentaron en varones y cinco en mujeres, con un rango de edad de 2 a 50 años (media de 20.2). Nueve casos (64.2 %) fueron diagnosticados en las primeras dos décadas de la vida, maxilar y mandíbula estuvieron igualmente afectados y la mayoría apareció detrás de los caninos (71.4 %). Etiopatogenia
Se desconoce la causa de esta rara neoplasia, aunque no hay duda en su origen odontogénico. Fig. 14. Aspecto microscópico del fibroma ameloblástico.
ameloblástico existe adicionalmente formación de dentina pobremente mineralizada, con inclusiones celulares y, en menor proporción, dentina tubular. En el fibro-odontoma ameloblástico, además de lo anterior, hay producción de esmalte y, debido a que este último se presenta prácticamente siempre antes de los 20 años, algunos autores consideran que es probable que la mayoría representen hamartomas (odontomas en fase de maduración).
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Manifestaciones clínicas
Los hallazgos sobresalientes incluyen expansión ósea, desplazamiento dental y resorción radicular. Algunos casos han manifestado dolor leve a la presión e infiltración a tejidos vecinos. Aspectos radiográficos
Se presenta como radiolucencia uni o multilocular de bordes definidos, en la que se aprecian cantidades variables de material radiopaco, y a menudo la lesión se asocia a algún diente retenido.
Tratamiento
Histopatología
Aunque estas lesiones normalmente se encuentran bien delimitadas, existe la posibilidad de recurrencia y hay algunos casos bien documentados de transformación maligna de fibromas y fibro-dentinomas ameloblásticos, por lo que el tratamiento indicado es la escisión completa, seguida de control radiográfico durante varios años. Por su parte, el pronóstico del fibro-odontoma ameloblástico es excelente, pues las recurrencias son excepcionales.
La lesión esta compuesta por tejido de aspecto mesenquimatoso en el que se aprecian islas o cordones plexiformes de epitelio con características de ameloblastoma, así como fenómenos inductivos que conducen a formación de dentina y esmalte e incluso se pueden desarrollar dentículos como en los odontomas. Tratamiento
Se propone manejo quirúrgico similar al ameloblastoma. De los doce casos con seguimiento, dos recurrieron una vez (a los 24 y 48 meses, respectivamente) y uno tuvo dos reapariciones, a los seis y 49 meses.
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Tumor odontogénico quístico calcificante Epidemiología
Su frecuencia varía de 0.3% a 7.9% de todos los tumores odontogénicos. Alrededor de 80 % son intra-óseos, pero existen casos periféricos similares a épulis fibrosos. Ambos tipos se presentan por igual en maxilar o mandíbula, con preferencia por la región anterior; se manifiestan en un amplio rango de edad, y la mayoría aparecen durante la segunda y tercera décadas. Etiopatogenia
Las lesiones centrales posiblemente surgen del epitelio reducido del órgano del esmalte o restos de la lámina dental, mientras que las lesiones periféricas surgen de restos de la lámina dental o a partir de la capa basal del epitelio gingival, de manera similar al ameloblastoma periférico. Manifestaciones clínicas
Usualmente son tumores asintomáticos de crecimiento lento que pueden llegar a causar deformidad del hueso afectado.
miento epitelial similar al ameloblastoma uniquístico, pero con grupos superficiales de “células fantasma”, las cuales pueden llegar a mineralizarse. Algunos casos pueden presentar proliferación epitelial intraluminal y/o mural, con o sin formación de dentina displásica en la cápsula. Tratamiento
La enucleación quirúrgica es el tratamiento indicado, después de lo cual las probabilidades de recurrencia son muy bajas. A la fecha no se han reportado casos de recurrencia en lesiones extra-óseas.
Tumor dentinogénico de células fantasma Epidemiología
No existen cifras respecto a su frecuencia relativa dentro del grupo de tumores odontogénicos. A diferencia del tumor odontogénico quístico calcificante, tiende a manifestarse a edades más avanzadas, con ligero predominio en el sexo masculino. La mayoría son lesiones intra-óseas y con menor frecuencia se presentan lesiones periféricas. Las lesiones centrales tienen predilección por la región canino-molar, mientras las lesiones periféricas ocurren principalmente en el segmento anterior. En ambos subtipos no existe predilección por maxilar o mandíbula. Etiopatogenia
Se considera la misma que para el tumor odontogénico quístico calcificante. Fig. 15. Tumor odontogénico quístico calcificante mandibular.
Aspectos radiográficos
Estas lesiones producen imágenes radiolúcidas bien delimitadas. En un porcentaje significativo se asocian a diente retenido y a menudo producen desplazamiento de los dientes vecinos y resorción radicular; en aproximadamente 50% se aprecian discretas radiopacidades internas o masas mineralizadas de mayor tamaño. Histopatología
La cavidad quística presenta un revesti© Medicina Oral S. L.
Manifestaciones clínicas
Es una lesión usualmente asintomática que produce expansión ósea, desplazamiento dental y en lesiones mayores puede haber perforación de corticales con extensión a tejidos blandos Aspectos radiográficos
Se presenta con imagen radiolúcida unilocular y menos frecuentemente multilocular, de bordes usualmente definidos, en la que puede haber material radiopaco en cantidades variables. La lesión a menudo produce resorción radicular. 237
Medicina Oral
Etiopatogenia
Se consideran malformaciones hamartomatosas del aparato odontogénico. La causa de esta proliferación se desconoce, aunque se han sugerido factores traumáticos, infecciosos y genéticos, sin que hasta ahora se haya comprobado la participación de los mismos. Manifestaciones clínicas
La mayoría son pequeños y asintomáticos y con frecuencia se detectan como hallazgo Fig. 16. Revestimiento de tumor odontogénico quístico calcificante. radiográfico. Algunos pueden crecer significativamente y causar expansión ósea. Los Histopatología compuestos son más frecuentes en maxilar Esta constituida por islas y cordones de que en mandíbula, y la gran mayoría se loepitelio de aspecto ameloblastomatoso con calizan en región anterior. Por su parte, los abundantes grupos de células fantasma, la complejos son mas frecuentes en la región cual se dispone en un estroma de tejido fibro- posterior de mandíbula. Usualmente son so maduro, en el que se aprecian cantidades lesiones solitarias, aunque existen algunos variables de material dentinoide en contacto ejemplos de lesiones múltiples. En estos casos, con el epitelio odontogénico. se debe descartar la existencia de otras anomalías, como en el síndrome de Gardner, y el Tratamiento síndrome de odontomas múltiples, estenosis El tumor intra-óseo puede comportarse esofágica y cirrosis intersticial crónica. agresivamente, por lo que se recomienda manejo similar al ameloblastoma, ya que se han reportado algunos casos de recurrencia e incluso de transformación maligna. La enucleación es suficiente para las lesiones periféricas.
Odontomas
Los odontomas son malformaciones tumorales caracterizadas por la producción de tejidos dentarios maduros. El término odontoma compuesto se utiliza cuando los tejidos se disponen de forma ordenada y originan estructuras similares a dientes de tamaños y formas diversas, mientras que el odontoma complejo sucede cuando los tejidos proliferantes se disponen en masas irregulares. Epidemiología
Representan entre 34.6% y 73.8% de todos los tumores odontogénicos, la mayoría se detectan durante las primeras dos décadas y no presentan predilección por algún género.
238
Fig. 17. Múltiples dentículos en odontoma compuesto.
Aspectos radiográficos
El odontoma compuesto presenta una colección bien delimitada de estructuras odontoides radiopacas en número, tamaño y formas variadas, rodeadas por un halo radiolúcido que representa al folículo dental o cápsula de la lesión. El odontoma complejo suele observarse como masa radiopaca amorfa, bien definida y circundada igualmente por un
Medicina Oral
se originen en el ligamento periodontal y los casos pobres en epitelio a partir del folículo dental. Manifestaciones clínicas
La mayoría se ubican en maxilar superior como lesiones pequeñas, usualmente
Fig. 18. Odontoma complejo de gran tamaño.
borde radiolúcido. Muy frecuentemente los odontomas se asocian a dientes retenidos. Histopatología
Los odontomas complejos tienen mezcla de tejidos dentales en un patrón desordenado, pero eventualmente pueden incluir pequeños dientes malformados similares a los observados en los odontomas compuestos, por lo que la distinción entre ambos es a veces arbitraria, basada en el predominio de uno u otro tipo.
Fig. 19. Fibroma odontogénico central que desplaza molares.
asintomáticas, que al crecer causan expansión localizada y a veces resorción radicular y desplazamiento de dientes adyacentes. Aspectos radiográficos
Tratamiento
Consiste en la eliminación quirúrgica, después de lo cual no se esperan recurrencias.
3.Tumores de mesénquima y/o ectomesénquima odontogénico, con o sin inclusiones de epitelio odontogénico Fibroma odontogénico Epidemiología
Representa entre 1.2% y 4.8% de todos los tumores odontogénicos. Se presenta en un amplio rango de edad, con una media hacia los 40 años y ocurre con mayor frecuencia en mujeres. Etiopatogenia
Existe controversia con respecto a su posible origen, pero la mayoría de autores lo considera un tumor odontogénico surgido a partir del tejido ectomesenquimatoso del ligamento periodontal o del folículo dental. Algunos creen que los casos ricos en epitelio © Medicina Oral S. L.
Suelen aparecer como áreas radiolúcidas bien delimitadas situadas en la vecindad de la raíz de uno o más dientes. Las lesiones pequeñas son generalmente uniloculares y bien demarcadas, mientras que las de mayor tamaño pueden tener apariencia multilocular, similar a otros tumores odontogénicos. Histopatología
Esta formado por una proliferación fibrocelular en la que suelen encontrarse dispersos cordones e islas de epitelio odontogénico aparentemente inactivo. Se reconocen dos patrones histológicos. El primero es fibrocelular con numerosas islas y cordones de epitelio odontogénico, puede o no tener cantidades variables de material mineralizado con aspecto de dentina displásica, cemento o hueso (fibroma odontogénico rico en epitelio). El segundo, está compuesto por tejido fibrocelular sin mineralizaciones, que en ocasiones simula un folículo dental hiperplásico y con escaso contenido epitelial 239
Medicina Oral
(fibroma odontogénico pobre en epitelio). Adicionalmente, se ha informado la existencia de otras variantes histológicas, tales como fibroma odontogénico con células granulares, fibroma odontogénico con fibroblastos pleomórficos (fibroblastoma) y se han publicado varios casos de una variante aparentemente más agresiva, en el que coexisten zonas de fibroma odontogénico y lesión central de células gigantes.
importantes entre los componentes tisulares del mixoma y aquellas estructuras, lo que cuestiona dicho origen. Manifestaciones clínicas
Las lesiones pequeñas son asintomáticas y se detectan usualmente en exámenes radiográficos de rutina. Las lesiones mayores ocasionan desplazamiento dental, expansión de corticales y pueden producir perforación.
Tratamiento
El tratamiento apropiado consiste en la remoción mediante enucleación y/o curetaje, excepto en los casos de gran tamaño que produzcan marcada destrucción ósea y extensión a tejidos blandos, así como casos con zonas de lesión central de células gigantes, en cuyas situaciones lo indicado es resección más amplia. Existe una contraparte extraósea del fibroma odontogénico (fibroma odontogénico periférico), difícil de diferenciar clínicamente de otros crecimientos reactivos o neoplásicos benignos de la encía; histológicamente tiene características similares a la lesión central y responde adecuadamente a escisión local.
Mixoma Epidemiología
Los mixomas comprenden 1.3% a 17.7% de todos los tumores odontogénicos, frecuencia solamente superada por odontomas y ameloblastomas. Se localiza mas comúnmente en la zona molar mandibular, y la mayoría se presentan entre la segunda y cuarta décadas de la vida, con ligero predominio por el sexo femenino. Etiopatogenia
Tradicionalmente se ha justificado su posible origen odontogénico debido a su frecuente asociación con órganos dentarios, la presencia ocasional de restos de epitelio dentro de la lesión y a la similitud morfológica del tejido mixoide con el tejido ectomesenquimatoso de la papila dental y del folículo dentario. Sin embargo, en las últimas décadas se han publicado trabajos que demuestran diferencias 240
Fig. 20. Imagen radiográfica de mixoma mandibular.
Aspectos radiográficos
Se manifiesta como una zona radiolúcida a menudo multilocular o con trabeculado fino, de bordes poco definidos, la cual puede asociarse a desplazamiento de órganos dentarios y resorción radicular. Histopatología
Es una neoplasia no encapsulada compuesta por células anguladas y fusiformes en un estroma laxo rico en mucosubstancias (mixoide), con cantidades variables de fibras de colágena y en el que ocasionalmente se observan dispersos restos de epitelio aparentemente inactivo. Tratamiento
Debido a su consistencia blanda o gelatinosa y a la ausencia de cápsula, el tratamiento mediante escisión local puede resultar incompleto, lo que explica su frecuente recurrencia, estimada en aproximadamente 25%. Por ello, la extirpación quirúrgica con márgenes de seguridad es el procedimiento de elección.
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Cementoblastoma benigno Epidemiología
Es una neoplasia benigna poco frecuente, íntimamente asociada con el cemento radicular de un diente vital, y es más común en el primer molar mandibular de la dentición permanente. Su frecuencia relativa va de 0.2% a 8% de todos los tumores odontogénicos. La mayoría se presenta antes de los 30 años de edad, sin predilección por género. Etiopatogenia
Desconocida. Se considera un tumor derivado de células ectomesenquimatosas del periodonto.
cual se observa una masa radiopaca o mixta desarrollada a partir del cemento radicular, con resorción de la raíz y a medida que aumenta su tamaño se aprecia bien delimitada del hueso adyacente por un delgado borde radiolúcido. Histopatología
Se caracteriza por la formación de abundante tejido mineralizado con aspecto de cemento, en el que se advierten líneas reversas intensamente basófilas, espacios con tejido fibroso bien vascularizado y actividad cementoclástica. Hacia la periferia se aprecia una banda de tejido no mineralizado con innumerables cementoblastos activos.
Manifestaciones clínicas
A diferencia de los otros tumores odontogénicos benignos, ocasionalmente puede manifestarse con dolor. Al crecer produce expansión de corticales. Aspectos radiográficos
Algunos casos pequeños son descubiertos mediante examen radiográfico de rutina, en el
Tratamiento
El tratamiento consiste en la eliminación completa de la lesión, incluyendo al diente involucrado, después de lo cual se reduce considerablemente la posibilidad de recurrencia.
Fig. 21. Expansión mandibular por cementoblastoma.
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Medicina Oral
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Medicina Oral
Tema 24. Tumores odontogénicos malignos
Los tumores malignos constituyen un porcentaje mínimo del total de tumores odontogénicos y de acuerdo con diversas series difundidas a nivel mundial, su frecuencia varía entre 0 y 6.1%. Se clasifican de acuerdo a su origen en dos categorías: carcinomas y sarcomas odontogénicos.
Carcinomas odontogénicos
Son neoplasias malignas epiteliales, más comúnmente intra-óseas, las cuales pueden surgir “de novo” a partir de restos epiteliales atrapados en el interior del hueso durante la odontogénesis, o bien, se pueden desarrollar a partir de lesiones odontogénicas preexistentes. Al respecto, se debe tener especial cuidado de excluir a los tumores intra-óseos de glándulas salivales, y particularmente al carcinoma mucoepidermoide. La Organización Mundial de la Salud clasifica a los carcinomas odontogénicos de acuerdo a su probable histogénesis en cinco categorías: - Ameloblastoma maligno (metastatizante) - Carcinoma ameloblástico Primario Secundario (desdiferenciado) intraóseo Secundario (desdiferenciado) extraóseo - Carcinoma escamocelular intraóseo primario Tipo sólido Derivado de quistes odontogénicos Derivado del tumor odontogénico quístico queratinizante - Carcinoma odontogénico de células claras - Carcinoma odontogénico de células fantasma
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Ameloblastoma maligno Es una neoplasia en la que tanto la lesión primaria como las metástasis presentan características histopatológicas de un ameloblastoma de tipo sólido sin datos de malignidad. Epidemiología
Su incidencia se estima en menos del 2% de los ameloblastomas sólidos y hasta la fecha solo existen reportados poco más de 60 casos. La edad promedio al momento del diagnóstico es de 34 años, con intervalo de 5 a 74 años, con ligero predominio por el sexo masculino. Etiopatogenia
Probablemente tenga un origen similar al ameloblastoma no metastatizante, y aunque se desconoce la causa de su diseminación, la mayoría de los casos comparten factores que aparentemente contribuyen a incrementar el riesgo de producir metástasis, entre los que se incluyen una larga evolución de la neoplasia, gran tamaño, extensión a tejidos vecinos y recurrencias múltiples asociadas a manejo conservador. La mayoría de metástasis se reportan a partir del quinto año después del tratamiento inicial. Manifestaciones clínicas
Aunque no existe sintomatología característica, los casos metastatizantes suelen ser en promedio de mayor tamaño y producen movilidad dental y dolor con mayor frecuencia que los ameloblastomas convencionales, y al igual que estos la mayoría se han presentado en la zona posterior de la mandíbula. Las metástasis se han observado con mayor frecuencia en pulmón (alrededor de 75% de los casos), huesos (25%), en donde se han reportado en vértebras, cráneo y fémur, ganglios linfáticos cervicales (18%), hígado (11%), cerebro (10%) y con menos frecuencia en 243
Medicina Oral
otros órganos como el bazo, riñón y ganglios linfáticos distantes. Debido a que la mayoría de las lesiones pulmonares se han detectado de forma bilateral e histológicamente se aprecian focos perivasculares de ameloblastoma, parece más probable una vía de diseminación hematógena. Por su parte, el hecho de que la gran mayoría de lesiones reportadas tengan una historia de más de 5 años desde su intervención quirúrgica inicial, hace muy poco probable la diseminación por vía linfática o por aspiración. El intervalo reportado entre la presentación inicial y la detección de las metástasis pulmonares va de 3 meses a 31 años, con una media de 9 a 12 años. Aspectos radiográficos
La imagen no difiere de la observada en ameloblastomas sólidos/multiquísticos convencionales. Histopatología
La mayoría presentan predominio del patrón plexiforme, sin alguna característica particular que permita predecir su conducta.
lino con un amplio intervalo de edad que va de los 8 a los 84 años. Etiopatogenia
Se considera que este carcinoma puede surgir de novo (primario), por transformación maligna de un ameloblastoma intra-óseo convencional o del revestimiento de algún quiste odontogénico (secundario intra-óseo), o como consecuencia de la transformación maligna de un ameloblastoma periférico (secundario extra-óseo). Manifestaciones clínicas
Presenta como características constantes un rápido crecimiento, expansión, destrucción y perforación del hueso afectado, y aunque puede aparecer en cualquier zona de los maxilares, la mayoría se han detectado en la región posterior de la mandíbula. En algunos casos se ha reportado parestesia del nervio mentoniano y anestesia del infraorbitario.
Tratamiento
La lesión primaria requiere un manejo quirúrgico similar al ameloblastoma sólido. El tratamiento para las lesiones pulmonares consiste en escisión quirúrgica o lobectomía. Hasta la fecha no se ha observado efecto curativo con radiación o quimioterapia. La supervivencia después del diagnóstico de la metástasis oscila en la mayoría de los casos entre 3 meses y 5 años, aunque existe un caso que sobrevivió 25 años.
Fig. 1. Expansión mandibular por carcinoma ameloblástico.
Carcinoma ameloblástico Presenta el patrón histológico de un ameloblastoma con características citológicas de malignidad, tanto en el tumor primario como en las posibles lesiones metastásicas. Epidemiología
Hasta la fecha se ha reportado un número limitado de casos, aunque la cifra es algo mayor que la de ameloblastomas metastatizantes. Existe ligero predominio por el sexo mascu244
Fig. 2. Extensión a cavidad oral de carcinoma ameloblástico.
Medicina Oral
Aspectos radiográficos
Esta neoplasia puede simular un ameloblastoma, aunque la mayoría de los casos presentan bordes mal definidos, y a menudo con perforación de la cortical y extensión a tejidos blandos vecinos.
Fig. 5. Zona de necrosis en carcinoma ameloblástico.
Tratamiento
Fig. 3. Radiografía del caso de las figuras 1 y 2.
Consiste en la resección quirúrgica con márgenes amplios y disección de cuello, con seguimiento cuidadoso de cada caso, ya que no son raras las recurrencias locales y pueden presentarse metástasis ganglionares y pulmonares.
Histopatología
Está compuesto por islas y cordones de epitelio odontogénico de aspecto ameloblastomatoso con signos de malignidad, tales como hipercelularidad de la zona que simula retículo estrellado, pleomorfismo e hipercromatismo nuclear, incremento en la relación núcleo-citoplasma e incremento en la actividad mitósica, así como mitosis anormales. En algunos casos se aprecia queratinización individual o formación de perlas de queratina y puede haber zonas de necrosis y calcificación distrófica, los cuales son hallazgos inusuales en los ameloblastomas convencionales. El estroma es de tejido fibroso laxo maduro, en el que se pueden presentar focos de infiltrado inflamatorio y hemorragia.
Fig. 4. Hipercelularidad y mitosis en carcinoma ameloblástico.
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Carcinoma intra-óseo primario Es un carcinoma escamocelular que surge dentro de los huesos maxilares, el cual no presenta conexión inicial con la mucosa oral ni sinusal. Epidemiología
Este tumor tiene mayor incidencia en varones y la edad promedio al momento del diagnóstico es de alrededor de 50 años. Etiopatogenia
Debido a su localización intraósea y a que no existe evidencia de un origen en epitelio de superficie o metástasis de otra neoplasia epitelial, esta lesión presumiblemente se desarrolla a partir de restos de epitelio odontogénico o por la transformación maligna del revestimiento de un quiste o de algún tumor odontogénico preexistente. La mayoría de casos de CIOP se desarrollan a partir del revestimiento epitelial de quistes odontogénicos preexistentes. Aunque se han descrito casos originados en quiste dentígero, queratoquiste, quiste lateral periodontal y en quiste radicular, la mayoría de los casos documentados han surgido a partir de quistes residuales. Algunos autores han encontrado 245
Medicina Oral
Fig. 6. Carcinoma intra-óseo primario.
Fig. 8. Carcinoma originado en quiste mandibular.
como factores “predictores” de malignización a la presencia de queratinización (15% en el grupo con transformación maligna vs. 3% observado en todos los quistes odontogénicos) y un largo tiempo de evolución.
Histopatología
Manifestaciones clínicas
La mayoría de los casos se localizan en la región posterior de la mandíbula. Los datos clínicos más constantes incluyen dolor y expansión ósea, por lo que la lesión puede imitar procesos infecciosos de origen dental y ello ser causa de retraso significativo en su diagnóstico, lo que se asocia con una elevada incidencia de metástasis regionales. Aspectos radiográficos
El carcinoma intra-óseo primario se presenta en la mayoría de los casos como una lesión radiolúcida expansiva con márgenes pobremente definidos y de contorno irregular.
Presenta las mismas características que los carcinomas escamocelulares de la mucosa de la cavidad bucal, y ocasionalmente es posible observar áreas que sugieren origen odontogénico, con patrones foliculares o plexiformes con células periféricas de aspecto cuboidal a columnar en un estroma fibroso maduro. El diagnóstico en ocasiones puede ser difícil, ya que deben descartarse los carcinomas escamocelulares intraorales que infiltran hueso, así como los derivados de la mucosa del seno maxilar, el carcinoma mucoepidermoide intra-óseo y las lesiones metastásicas. Para descartar completamente esta última posibilidad, es necesario contar con una radiografía de tórax que demuestre ausencia de lesión pulmonar inicial y a los seis meses después del diagnóstico.
Fig. 9. Histopatología de carcinoma primario intra-óseo.
Fig. 7. Imagen radiográfica de carcinoma intra-óseo primario.
Tratamiento
El tratamiento indicado para esta neoplasia consiste en la resección completa de la lesión, 246
Medicina Oral
con márgenes amplios de seguridad y disección radical o modificada de cuello. Aproximadamente un tercio de los casos reportados han presentado metástasis ganglionares cervicales. La tasa de supervivencia a 5 años se estima entre 30% y 40% para las lesiones de tipo sólido y de 53% a 80% para los casos originados en quistes odontogénicos. Carcinoma odontogénico de células claras Es una neoplasia maligna localmente infiltrante y con capacidad de producir metástasis regionales y distantes, formada por islas y cordones de células claras sin diferenciación glandular o epidermoide. Epidemiología
Debido a que esta lesión ha sido descrita recientemente, hasta la fecha se han reportado menos de 40 casos en la literatura, de los cuales la mayoría han sido diagnosticados en adultos mayores de 40 años (edad promedio alrededor de 60 años), con predilección por el sexo femenino (relación hombre-mujer de 1:2).
la cual puede producir desplazamiento y resorción radicular e incluso perforación de corticales. Histopatología
Es una neoplasia formada por mantos e islas de células epiteliales de citoplasma claro o vacuolado, distribuidas de forma más o menos uniforme en un estroma de tejido fibroso maduro. En algunos casos se observa capa periférica cuboidal a columnar, lo que sugiere cierta diferenciación ameloblástica. El diagnóstico diferencial de esta neoplasia debe hacerse con otras lesiones que pueden presentar un componente de células claras, tales como el tumor odontogénico epitelial calcificante, el carcinoma mucoepidermoide central y las metástasis de carcinoma renal de células claras entre otros. Para confirmar el diagnóstico de un tumor odontogénico de células claras es importante descartar la presencia de elementos glandulares o diferenciación epidermoide del carcinoma
Etiopatogenia
Con base a la ausencia de lesiones similares en otras partes del esqueleto y a los hallazgos histoquímicos y ultraestructurales, se ha considerado que esta lesión es una neoplasia maligna no glandular de origen odontogénico, posiblemente originada a partir de restos de la lámina dental o de los restos de Malassez. Manifestaciones clínicas
Más del 80% se han localizado en mandíbula. A diferencia de los otros tumores odontogénicos malignos, el mayor número de casos se ha localizado por delante de los molares. La sintomatología incluye expansión ósea y en algunos casos se ha reportado dolor leve y movilidad dental. Existen escasos reportes de casos de esta neoplasia en localización extra-ósea.
Fig.10.Radiografíadecarcinomaodontogénico de células claras.
Aspectos radiográficos
Se presenta como una zona radiolúcida uni o multilocular, de bordes poco definidos, © Medicina Oral S. L.
Fig. 11. Islas tumorales de carcinoma odontogénico de células claras.
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Medicina Oral
mucoepidermoide, así como tampoco debe haber formación de material amiloide con calcificación de productos extracelulares típicos del tumor odontogénico epitelial calcificante ni la vascularidad prominente usualmente encontrada en el estroma de la neoplasia renal.
Aspectos radiográficos
Tratamiento
Histopatología
Hasta la fecha se han documentado recurrencias en el 51% de los casos reportados, y metástasis en el 30%, principalmente a ganglios linfáticos y pulmón, por lo que la mayoría de autores propone un abordaje quirúrgico más radical que el empleado para el ameloblastoma y otros tumores odontogénicos de agresividad local.
Esta neoplasia esta formada por dos tipos de células epiteliales: las primeras, células pequeñas redondas a basaloides relativamente indiferenciadas, presentan núcleos hipercromáticos, mitosis frecuentes y atipia. Se disponen formando islas, cordones y mantos de tamaños variados, en los que se aprecia disperso el otro componente celular, formado por grupos de número variable de células fantasma, algunos de los cuales presentan calcificación distrófica. En ocasiones se han observado depósitos de material dentinoide adyacente al epitelio tumoral, y no es raro observar áreas de necrosis e infiltrado inflamatorio. Algunos casos pueden presentar un componente quístico bien definido de tumor odontogénico quístico calcificante.
Carcinoma odontogénico de células fantasma Es una neoplasia maligna que presenta características de tumor odontogénico quístico calcificante o del tumor dentinogénico de células fantasma. Epidemiología
Es una lesión muy rara, ya que solamente existen poco más de 20 casos publicados a la fecha. Se ha observado en un amplio rango de edad, pero la mayoría de los casos se han presentado alrededor de la 4ª y 5ª décadas de la vida, con predominio por el sexo masculino (2.5:1).
Suele presentarse como una zona radiolúcida pobremente definida que al alcanzar grandes dimensiones puede producir desplazamiento dental, perforación y extensión a tejidos blandos. A menudo se aprecian cantidades variables de material radiopaco.
Etiopatogenia
Se desconoce su etiología, pero se ha sugerido que puede surgir de novo, a partir de un tumor odontogénico quístico calcificante recurrente o a partir de un ameloblastoma sólido. Es interesante notar que prácticamente en todos los casos ha sido posible identificar áreas de tumor odontogénico quístico calcificante entremezclado o adyacente al área de malignidad. Manifestaciones clínicas
Existe predominio del maxilar sobre la mandíbula (2:1). Las características sobresalientes en los casos reportados incluyen expansión y destrucción ósea con o sin dolor, pero a menudo asociada a parestesia. 248
Fig. 12. Carcinoma odontogénico de células fantasma.
Tratamiento
Debido a que la conducta de esta neoplasia es impredecible, el tratamiento indicado en todos los casos es similar al recomendado para las demás variedades de carcinoma odontogénico. Se ha estimado una tasa de supervivencia a 5 años del 73%, aunque las recurrencias suelen ser frecuentes.
Medicina Oral
Manifestaciones clínicas
Aparecen como tumores de crecimiento rápido, a menudo doloroso, y la mayoría se han presentado en la zona posterior de la mandíbula. En algunos casos se ha reportado parestesia. Aspectos radiográficos
Fig. 13. Imagen histopatológica de carcinoma odontogénico de células fantasma.
Sarcomas odontogénicos
Estos son tumores mucho menos frecuentes que los carcinomas. Se reconocen tres entidades relacionadas entre sí: el fibrosarcoma ameloblástico (variedad maligna del fibroma ameloblástico); el fibrodentinosarcoma ameloblástico (variedad maligna del fibrodentinoma ameloblástico) y el fibro-odontosarcoma ameloblástico (variedad maligna del fibro-odontoma ameloblástico). En todas estas lesiones es el componente mesenquimatoso el que presenta las características microscópicas de malignidad. La diferencia entre las tres variedades reside en el tipo de tejidos dentales mineralizados que son producidos. Así, el fibrosarcoma ameloblástico no presenta tejidos mineralizados, mientras que el fibrodentinosarcoma ameloblástico llega a producir cantidades variables de dentina displásica (dentinoide) y en el fibro-odontosarcoma es posible observar adicionalmente esmalte. Epidemiología
Estas lesiones son muy raras, ya que existen menos de 70 casos publicados. Son mas comunes en hombres (2:1) y se presentan en un amplio rango de edad, con una media de 27 años al momento de su diagnóstico.
Se presenta como una imagen radiolúcida expansiva uni o multilocular de bordes mal definidos. Los casos de fibrodentinosarcoma y fibro-odontosarcoma ameloblásticos suelen presentar focos de mineralización en el interior de la lesión.
Fig. 14. Imagen osteolítica de fibrosarcoma ameloblástico.
Histopatología
A diferencia de su contraparte benigna (fibroma, fibro-dentinoma y fibroodontoma ameloblásticos), el componente mesenquimatoso muestra signos francos de malignidad, tales como hipercelularidad, pleomorfismo celular, hipercromatismo y abundantes figuras de mitosis. El componente epitelial suele disminuir o desaparecer en las lesiones recurrentes o de más larga evolución.
Etiopatogenia
Se desconoce su etiología, pero en poco más de un tercio de los casos publicados existe evidencia de transformación maligna a partir de un fibroma ameloblástico preexistente.
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Medicina Oral
Fig. 15. Isla epitelial y mitosis en fibrosarcoma ameloblástico.
Fig. 16. Hipercelularidad y pleomorfismo en fibrosarcoma ameloblástico.
Tratamiento
A pesar del reducido número de casos publicados, la escisión quirúrgica radical parece ser el tratamiento mas adecuado. Debido a que las metástasis son muy infrecuentes, la disección de cuello no se recomienda en forma rutinaria. Bibliografía
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Medicina Oral
Tema 25. Tumores no odontogénicos de los maxilares
Los tumores no odontogénicos que se presentan en los maxilares son lesiones relativamente raras, y la mayoría corresponde a lesiones de estirpe mesenquimatosa.
Tumores Benignos
Osteomas Son tumores benignos formados por hueso lamelar compacto o esponjoso maduro. Epidemiología
Debido a que las lesiones son usualmente pequeñas y asintomáticas, se desconoce su frecuencia, pero se les considera lesiones raras. Se detectan en un amplio rango de edad, aunque la mayoría se presenta entre 2ª y 4ª décadas de la vida, con ligera predilección por el sexo masculino. Son excepcionales fuera del esqueleto craneofacial.
Los osteomas deben diferenciarse de los torus mandibular y palatino y de las exóstosis vestibulares, los cuales son lesiones del desarrollo o procesos reactivos comunes. Aspectos radiográficos
Se identifican como masas radiopacas bien circunscritas con patrón trabecular central o densamente esclerótico. Las lesiones endosteales pequeñas son difíciles de diferenciar de osteoesclerosis idiopática y de focos de hueso esclerótico residual a procesos inflamatorios preexistentes. Los osteomas suelen tener una historia de crecimiento progresivo que no presentan las otras entidades.
Etiopatogenia
Se desconoce su etiología, pero se ha sugerido que los traumatismos, infecciones de baja intensidad y alteraciones en el desarrollo óseo pudieran estar implicados su origen. Manifestaciones clínicas
Suelen ser asintomáticos y pueden aparecer en la superficie externa del hueso (osteoma periosteal) o intramedulares (osteoma endosteal). La mayoría se localizan a nivel de cuerpo y ángulo mandibular. Solo las lesiones de gran tamaño producen deformidad. Las lesiones condilares pueden producir desviación mandibular hacia el lado no afectado. Son lesiones usualmente solitarias, excepto en síndrome de Gardner, trastorno hereditario autosómico dominante de expresividad variable, en el que se presenta poliposis intestinal, osteomas múltiples, fibromas cutáneos, quistes epidérmicos y dientes retenidos y supernumerarios, entre otras posibles manifestaciones. © Medicina Oral S. L.
Fig. 1. Osteoma de gran tamaño en mandíbula.
Fig. 2. Zona de osteoesclerosis localizada en mandíbula.
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Medicina Oral
Histopatología
Manifestaciones clínicas
Los osteomas compactos están compuestos por hueso lamelar compacto con escasos espacios medulares ocupados por tejido fibroso laxo y moderada actividad osteoblástica, mientras que los osteomas trabeculares se componen de hueso esponjoso con abundantes espacios medulares ocupados por tejido adiposo.
Cuando afectan los maxilares, la mayoría de casos se localizan en la región posterior, con ligero predominio por la mandíbula. Los osteoblastomas suelen medir más de 2 cm, producen expansión y comúnmente están asociados a dolor que no cede a la ingesta de aspirina, lo que contrasta con lo observado en casos de osteoma osteoide, el cual es usualmente menor a 2 cm y aunque no produzca deformidad, presenta dolor como síntoma principal, el cual cede con la toma de ácido acetilsalicílico. Aspectos radiográficos
Fig. 3. Osteoma compacto parcialmente encapsulado.
Los osteoblastomas presentan bordes bien o pobremente definidos y patrón combinado radiolúcido y radiopaco. Las lesiones menores a 2 cm corresponden a osteoma osteoide y a menudo presentan un borde esclerótico circundante. En el centro de la lesión es frecuente encontrar un pequeño nido radiopaco central.
Tratamiento
Escisión quirúrgica conservadora, después de lo cual no se esperan recurrencias. Osteoblastoma y osteoma osteoide Son tumores óseos muy parecidos histológicamente entre sí, a excepción de la presencia de racimos de fibras nerviosas y sintomatología dolorosa en el osteoma osteoide. Epidemiología
Representan menos del 1% de todos los tumores óseos. En maxilares se observa ligero predominio en varones y más del 80% de los casos ocurre antes de los 30 años de edad. Etiopatogenia
La mayoría de autores los considera verdaderas neoplasias de etiología desconocida. Debido a la involución de algunos casos tratados en forma incompleta, otros investigadores sugieren se trata de un proceso reactivo pseudotumoral.
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Fig. 4. Imagen radiográfica de osteoblastoma.
Histopatología
Las lesiones están formadas por trabéculas irregulares de hueso inmaduro y osteoide con abundantes líneas reversas, las cuales se encuentran en un estroma fibrocelular bien vascularizado y están rodeadas por capas de osteoblastos activos y numerosas células gigantes multinucleadas tipo osteoclasto. Existe una variante clínicamente más agresiva que presenta osteoblastos de mayor tamaño y con incremento en la actividad mitósica que produce mantos de células epitelioides
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Aspectos radiográficos
Aparece como una lesión radiolúcida con opacidades en su interior. Histopatología
Fig. 5. Imagen histopatológica de osteoblastoma.
que pueden confundirse con osteosarcoma (osteoblastoma agresivo). Tratamiento
Se recomienda la escisión quirúrgica completa. Las recurrencias son infrecuentes, y generalmente se han producido en casos de osteoblastoma agresivo. Existen casos excepcionales que han sufrido transformación maligna. Condroma Es una neoplasia benigna compuesta por cartílago maduro.
La lesión se compone de mantos lobulados y bien circunscritos de cartílago hialino con grados variables de mineralización. Los condrocitos se aprecian pequeños, mononucleados y sin datos de atipia. En lesiones hipercelulares puede ser difícil de diferenciar de un condrosarcoma. Tratamiento
Se recomienda la eliminación quirúrgica completa de la neoplasia con márgenes libres de lesión. El pronóstico es bueno. En caso de presentarse recurrencia se debe considerar la posibilidad de un condrosarcoma de bajo grado. Fibroma condromixoide Es una neoplasia benigna formada por cantidades variables de tejido fibroso mixoide y cartílago que surge a partir del tejido conjuntivo medular condrogénico. Epidemiología
Epidemiología
Son lesiones muy raras en los huesos maxilares en comparación con otros huesos, especialmente los huesos tubulares pequeños de las manos y pies. Generalmente se presenta antes de los 50 años, sin predilección por género.
Representa menos del 1% de todos los tumores de hueso y se observa principalmente en los huesos largos tubulares (tibia y fémur) en pacientes en 2ª y 3ª décadas de la vida. Esta lesión es rara en los maxilares y huesos craneofaciales, en los que se estima ocurre solo el 2% de los casos, sin predilección por género.
Etiopatogenia
Se desconoce la causa de esta neoplasia, pero se considera que la mayoría surge a partir de restos embrionarios de cartílago atrapado en el interior de los maxilares. Manifestaciones clínicas
Se presenta como una tumoración asintomática de crecimiento lento. Se localiza con mayor frecuencia en la zona anterior de maxilar, sínfisis, apófisis coronoides y cóndilo mandibular. En ocasiones puede producir resorción radicular y movilidad dental. © Medicina Oral S. L.
Etiopatogenia
Aunque no se ha identificado la causa de esta neoplasia, algunos estudios sugieren una alteración cromosómica a nivel del cromosoma 6 (banda 6q13), la cual podría ser utilizada como marcador citogenético para distinguirla de otras neoplasias similares. Manifestaciones clínicas
Se presenta con mayor frecuencia en mandíbula como una tumoración de crecimiento lento y ocasionalmente dolorosa. Algunos 253
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casos son asintomáticos y se detectan como hallazgos radiográficos. Aspectos radiográficos
Se observa una zona radiolúcida bien delimitada por un borde esclerótico en la que se pueden observar focos de material radiopaco dispersos en el centro de la lesión. Histopatología
Esta formado por lóbulos de células fusiformes o estelares dispersas en abundante sustancia intercelular, lo que le confiere un aspecto mixoide y diferenciación condroide. Estos lóbulos están separados entre sí por tejido fusocelular que contiene algunas células gigantes multinucleadas. Tratamiento
Se recomienda la eliminación quirúrgica completa, después de lo cual no se esperan recurrencias.
Fig. 6. Asimetría facial por fibroma desmoplásico.
Aspectos radiográficos
Puede presentarse como lesión uni o multilocular, con bordes definidos o irregulares, la cual expande y adelgaza la cortical y puede producir desplazamiento dental y resorción radicular. En ocasiones puede haber perforación de la cortical con extensión a tejidos blandos adyacentes.
Fibroma desmoplásico Es una neoplasia benigna, pero localmente agresiva que se considera la contraparte intraósea de la fibromatosis de los tejidos blandos o tumor desmoide. Epidemiología
Hasta la fecha se han reportado alrededor de 70 casos localizados en los maxilares, sin predilección por género y con un promedio de edad de 15 años al momento del diagnóstico.
Fig. 7. Imagen radiográfica de fibroma desmoplásico de Fig. 6.
Histopatología Etiopatogenia
Se desconoce la causa de esta lesión, aunque algunos autores sugieren la participación de factores traumáticos previos en la zona afectada.
Se caracteriza por una población fibroblástica dispersas en un estroma con cantidades variables de fibras de colágena. El grado de celularidad varía en diferentes zonas de la
Manifestaciones clínicas
Más del 90% de los casos reportados en los maxilares se han presentado en mandíbula, principalmente en la zona de cuerpo, ángulo y rama. Las lesiones aparecen como aumento de volumen asintomático que puede llegar a producir notable deformidad de la zona afectada.
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Fig. 8. Histopatología de fibroma desmoplásico.
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lesión, lo mismo que la densidad de las fibras de colágena, pero no se observan atipias ni producción de material osteoide en el interior de la neoplasia. Tratamiento
Debido a su naturaleza localmente infiltrante se recomienda la resección quirúrgica con márgenes libres de lesión. Los tratamientos conservadores suelen tener una tasa de recurrencia superior al 20%.
se localiza en la zona posterior del cuerpo mandibular, mientras que las lesiones maxilares ocurren con mayor frecuencia en su porción inferior (hueso alveolar, piso de seno maxilar y paladar). La sintomatología característica incluye expansión del segmen-
Tumores malignos
Osteosarcoma Es una neoplasia mesenquimatosa maligna productora de material osteoide. La mayoría se origina a nivel intramedular, pero existen algunos casos en localización yuxtacortical (parosteal y periosteal). Epidemiología
A excepción de las neoplasias de células plasmáticas, los osteosarcomas son los tumores malignos primarios de hueso mas frecuentes. Se calcula que aproximadamente 6% a 10% se presenta en los maxilares y estructuras craneofaciales. Se pueden presentar a cualquier edad, aunque algunas series demuestran que la mayoría de casos en los maxilares se detectan durante la tercera y cuarta décadas, una a dos décadas después de lo observado en huesos tubulares. Se ha observado un ligero predominio por el sexo masculino y existe un número ligeramente mayor de casos en mandíbula que en maxilar. Etiopatogenia
En algunos casos se ha relacionado la aparición de un osteosarcoma con factores tales como historia previa de exposición a radiación, enfermedad de Paget, displasia fibrosa y otras enfermedades óseas, pero en la mayoría de casos no es posible identificar una causa definitiva. Manifestaciones clínicas
Se relacionan a la localización, tamaño y tiempo de evolución del tumor al momento de su diagnóstico. En mandíbula, la mayoría © Medicina Oral S. L.
Fig. 9. Expansión palatina por osteosarcoma.
to afectado y dolor persistente. En algunos casos se presenta parestesia, desplazamiento y movilidad dental, y en los casos de mayor tamaño en el maxilar se puede producir obstrucción nasal, exoftalmos, epifora y pérdida de la visión. Aspectos radiográficos
Las lesiones intramedulares pueden presentar un patrón variable, desde zonas radiolúcidas, pasando por lesiones mixtas con contenido mineralizado, hasta lesiones completamente radiopacas. Los bordes suelen ser mal definidos, lo que dificulta determinar su extensión. Las lesiones tempranas suelen presentar ensanchamiento simétrico del espacio periodontal en uno o varios dientes a consecuencia de invasión tumoral y resorción de hueso alveolar. El aspecto de “rayos de sol” causado por la reacción periostial con producción de espiculaciones perpendiculares a la superficie de la lesión se observa hasta en 25% de las lesiones mandibulares de gran tamaño. La extensión intramedular de las neoplasias malignas de hueso es mejor apreciada en tomografía computarizada, la cual debe tomarse en cuenta para planear la cirugía. Existe una variante de osteosarcoma intra255
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medular cuyo comportamiento es de bajo grado, en el cual se observa mínima atipia y radiográficamente puede ser difícil de diferenciar de lesiones fibro-óseas como displasia fibrosa y fibroma osificante. Histopatología
Fig. 10. Osteosarcoma de maxilar.
Fig. 11. Extenso osteosarcoma de mandíbula.
El diagnóstico se basa en la demostración de la producción de cantidades variables de material osteoide por parte de células mesenquimatosas malignas, las cuales pueden ser fusiformes, redondas, epitelioides o pleomórficas. Desde una perspectiva biológica, las células de origen no necesariamente derivan de un osteoblasto, sino más bien de una célula mesenquimal precursora, por lo que dichas células neoplásicas también pueden producir material condroide y tejido fibroso. Así, de acuerdo al patrón predominante, los osteosarcomas se clasifican en osteoblásticos, condroblásticos, fibroblásticos, telangiectásicos, epitelioides,
Fig. 14. Osteosarcoma de tipo condroblástico. Fig. 12. Espículas perpendiculares en osteosarcoma.
de células pequeñas y otros, aunque la mayoría de los que afectan a los huesos maxilares pertenecen a las tres primeras categorías, con predominio de los de tipo condroblástico. Aparentemente esta clasificación histológica no guarda relación con el pronóstico. Tratamiento
Fig. 13. Osteosarcoma de bajo grado mandibular.
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La escisión quirúrgica amplia con márgenes adecuados de tejidos blandos y hueso libres de lesión constituye el tratamiento de elección. Debido a su baja frecuencia de metástasis ganglionar, en la mayoría de casos
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no se considera necesario realizar disección de cuello. Aunque el uso de quimioterapia neoadyuvante (preoperatoria) ha reportado mejores resultados que el emplear solo cirugía en osteosarcomas de huesos largos, la experiencia en lesiones de los maxilares es aún limitada. La diseminación local constituye la principal causa de muerte en las lesiones de los maxilares y el pronóstico sigue siendo malo, pues la tasa de supervivencia varía en las distintas series entre 10% y 50% para las lesiones intramedulares. Los osteosarcomas de localización yuxtacortical presentan mejor pronóstico, por lo que deben estudiarse de manera independiente al resto de osteosarcomas. Condrosarcoma Neoplasia maligna caracterizada por la formación de cartílago por las células mesenquimatosas.
coronoides y cóndilo. La sintomatología más común en esta neoplasia incluye expansión ósea asintomática, desplazamiento y movilidad dental. La presencia de dolor es menos frecuente en condrosarcomas convencionales que en osteosarcomas, pero los condrosarcomas mesenquimales pueden ser dolorosos. Las lesiones de mayor tamaño pueden producir obstrucción nasal y trastornos visuales. Aspectos radiográficos
La imagen varía desde lesiones radiolúcidas de bordes mal definidos que a menudo contienen material radiopaco de formas y tamaños variados en su interior, hasta masas densamente mineralizadas de bordes irregulares. Al igual que en osteosarcomas, es posible observar ensanchamiento del espacio periodontal, y en las lesiones en las que existe penetración a la cortical se pude producir imagen en “rayos de sol”.
Epidemiología
Los condrosarcomas representan alrededor del 10% de todos los tumores primarios de hueso y en los maxilares se presenta apenas alrededor del 1% de todos ellos. La mayoría ocurre a partir de la quinta década de la vida, aunque algunos casos se han presentado en sujetos menores a 20 años para un promedio de edad de 40 años al momento de su diagnóstico. No se ha observado predilección por género o grupo étnico. La mayoría se presenta en maxilar en una proporción de 4:1 sobre la mandíbula. Una forma especial es el condrosarcoma mesenquimal, el cual representa 3% a 10% de todos los condrosarcomas, tiene predilección por los maxilares y ocurre principalmente durante la segunda y tercera décadas de la vida. Etiopatogenia
Se desconoce la causa de estas neoplasias. Manifestaciones clínicas
En el maxilar se presenta con mayor frecuencia en la región anterior y en paladar, mientras que en mandíbula tiene preferencia por la zona premolar-molar, sínfisis, apófisis © Medicina Oral S. L.
Fig. 15. Imagen en TC de condrosarcoma maxilar.
Histopatología
La variación histológica ha llevado a establecer tres grados, cada uno con implicaciones pronosticas al menos en los casos de localización extragnática. El grado I consiste en lesiones lobuladas que simulan un condroma, formadas por proliferaciones celulares de condrocitos de aspecto benigno en un estroma de aspecto mixoide o condroide. Algunos autores sugieren que el criterio de malignidad estriba en la presencia de condroblastos grandes y condrocitos binucleados, al menos en algunos campos aislados. El grado 257
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II presenta incremento en la celularidad, la matriz se aprecia más mixoide y menos hialina y los condrocitos presentan núcleos mayores, aunque la actividad mitósica sigue siendo escasa. El grado III presenta mayor celularidad de aspecto fusiforme, con aumento en la actividad mitósica y disminu-
Epidemiología
Representa menos del 10% de todos los tumores primarios de hueso y alrededor del 1% se localiza en los maxilares, con predilección por la rama ascendente de la mandíbula. La mayoría se presenta antes de los 20 años, con ligero predominio por varones. Etiopatogenia
En la mayoría de los casos se ha detectado una translocación entre los cromosomas 11 y 22 [t(11;22) (q24;q12)]. Manifestaciones clínicas
Fig. 16. Imagen microscópica de condrosarcoma.
Usualmente se presentan como tumoraciones dolorosas que producen asimetría facial, destrucción ósea y movilidad dental. En ocasiones puede presentarse parestesia, así como perforación de cortical y extensión de una masa tumoral a cavidad oral.
ción de las zonas de aspecto condroide. Los condrosarcomas mesenquimales presentan un patrón histológico bifásico, con proliferación de células fusiformes y redondas indiferenciadas que rodean discretos nódulos de cartílago con celularidad y atipia que va desde un aspecto similar a condroma hasta un condrosarcoma de bajo grado. Tratamiento
El tratamiento indicado consiste en la escisión quirúrgica con márgenes amplios libres de lesión. El uso de quimio y radioterapia es menos efectivo que en osteosarcomas, por lo que solo se reservan para lesiones irresecables de alto grado. La incidencia de metástasis va de 0% en tumores grado I hasta más de 70% en lesiones grado III. Los condrosarcomas mesenquimales tienen una tasa de supervivencia a 10 años de alrededor de 30%. Sarcoma de Ewing Es una neoplasia maligna primaria de hueso formada por células redondas de origen posiblemente neuroectodérmico.
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Fig. 17. Sarcoma de Ewing mandibular.
Aspectos radiográficos
Se observa una imagen osteolítica de bordes mal definidos, sugestiva de un proceso infeccioso. Ocasionalmente puede presentarse reacción perióstica en “cascara de cebolla”. Histopatología
Presenta mantos de células redondas pequeñas de morfología uniforme, con núcleos redondos a ovales con cromatina fina dispersa y membranas mal definidas, los cuales se encuentran separados por septos fibrosos bien vascularizados. El citoplasma es PAS-positivo en la mayoría de casos, lo que indica la presencia de glucógeno y apoya el diagnóstico.
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Tratamiento
Manifestaciones clínicas
Consiste en la combinación de cirugía, radio y quimioterapia, con lo que el pronóstico ha mejorado sustancialmente en las últimas décadas. Actualmente se estima una tasa de supervivencia a cinco años superior al 50%.
El diagnóstico usualmente va precedido de una sintomatología variable que puede incluir dolor, parestesia, movilidad dental o tumoración de la zona afectada. En algunos casos se produce fractura patológica. En casos de afección del nervio dentario inferior se presenta pérdida de sensibilidad de labio inferior y la zona del mentón. Es importante recordar que hasta en un tercio de los casos la metástasis a los maxilares puede ser la primera manifestación de la enfermedad, lo que obliga a identificar mediante técnicas de imagenología, inmunohistoquímica y otras el origen del tumor primario.
Neoplasias metastásicas a los maxilares Epidemiología
Se considera que las metástasis al esqueleto craneofacial representan alrededor del 1% de todas las neoplasias malignas de esta zona. Con respecto a los maxilares, la mayoría se ha presentado en mandíbula (aprox. 80%), principalmente en zona de molares. El mayor número de casos se han detectado a partir de la quinta década de la vida. En hombres el primario mas frecuente ha sido de pulmón, seguido de próstata, riñón y colon, mientras que en mujeres la mayoría ha provenido de glándula mamaria. Etiopatogenia
Se considera a la diseminación hemática como la ruta más probable para la diseminación a los huesos craneofaciales.
Aspectos radiográficos
Las metástasis a los huesos maxilares usualmente se presentan como defectos radiolúcidos de bordes mal definidos que pueden simular procesos infecciosos. Con menos frecuencia se pueden presentar con aspecto bien definido, sugestivo de tumores benignos o quistes, y en algunos casos las lesiones pueden inducir la producción de material mineralizado, simulando lesiones mixtas de naturaleza variable.
Fig. 18. Fractura mandibular por neoplasia maligna metastásica.
© Medicina Oral S. L.
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Histopatología
Esta varía de acuerdo a la naturaleza del tumor primario. Para el diagnóstico de lesiones indiferenciadas resultan de gran utilidad los estudios de inmunohistoquímica. Tratamiento
Las lesiones localizadas pueden ser tratadas por escisión quirúrgica, pero el diagnóstico de metástasis a los maxilares necesariamente implica enfermedad diseminada, cuyo pronóstico suele ser muy pobre. La mayoría de casos no sobrevive mas de un año a partir de su diagnóstico. Bibliografía
- Fletcher CDM, Unni KK, Mertens F. (Eds.) World Health Organization Classification of Tumours. Pathology and Genetics of Tumours of Soft Tissue and Bone. Lyon: IARC Press; 2002. - Johann AC, de Freitas JB, de Aguiar MC, de Araujo NS, Mesquita RA. Peripheral osteoma of the mandible: case report and review of the literature. J Craniomaxillofac Surg 2005;33:276-81. - Rawal YB, Angiero F, Allen CM, Kalmar JR, Sedghizadeh PP, Steinhilber AM. Gnathic osteoblastoma: clinicopathologic review of seven cases with long-term follow-up. Oral Oncol 2006;42:123-30. - Canadian Society of Otolaryngology-Head and Neck Surgery Oncology Study Group. Osteogenic sarcoma of the mandible and maxilla: a Canadian review (19802000). J Otolaryngol 2004;33:139-44. - Saito K, Unni KK, Wollan PC, Lund BA. Chondrosarcoma of the jaw and facial bones. Cancer 1995; 76:1550-8. - Schultze-Mosgau S, Thorwarth M, Wehrhan F, Holter W, Stachel KD, Grabenbauer G et al. Ewing sarcoma of the mandible in a child: interdisciplinary treatment concepts and surgical reconstruction. J Craniofac Surg.2005;16:1140-6. - van der Waal RI, Buter J, van der Waal I. Oral metastases: report of 24 cases. Br J Oral Maxillofac Surg 2003;41:3-6.
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Medicina Oral
Tema 26. Lesiones fibro-óseas de los maxilares
Clasificación
- Fibroma osificante - Displasia fibrosa - Displasia cemento-ósea focal - Displasia cemento-ósea florida
Fibroma osificante
El fibroma osificante (FO) también se denomina Fibroma cemento-osificante. Etiopatogenia
Fig. 1. Fibroma osificante en mandíbula.
Incierta, sin embargo la proximidad al ligamento periodontal hace pensar que pudiesen derivar del mismo, a través de una diferenciación ósea o en cemento. Epidemiología
Edad: El 79,6% son diagnosticados antes de los 40 años y casi el 60% antes de los 30 años. La edad media está alrededor de los 30-36 años. Sexo: La relación varón/mujer es de 1:3,2 o bien 1:4,3.
Fig. 2. Ortopantomografía del caso de la figura 1.
Cuadro clínico
Localización: 70-90% en la mandíbula Características clínicas: Tumoración de crecimiento lento, intraósea, pero que a medida que va aumentando expande las corticales vestibulares y linguales de la mandíbula. Ligeras molestias en el 51% (inespecíficas) y el restante 49% asintomáticos. Algunas lesiones se encuentran de forma accidental. Si no se tratan pueden llegar a crecer bastante adquiriendo un tamaño muy considerable con deformidad funcional y problemas funcionales.
Fase intermedia: Combinaciones de zonas radiolúcidas y radiopacas, ya que poco a poco van apareciendo zonas radiopacas a medida que el estroma se mineraliza. Fase última: En ella es prácticamente todo radiopaco. En cualquiera de las tres fases según Sciubba y Younai (1989), siempre existe un margen muy bien definido radiográficamente, como aspecto típico del FO. Histopatología
Material calcificado en un estroma fibroblástico, que a veces es muy celular.
Radiología
MacDonald-Jankowski definieron tres estadios: Fase inicial: Radiolucidez © Medicina Oral S. L.
Tratamiento
Curetaje o enucleación son los tratamientos de elección en las fases iniciales. 261
Medicina Oral
Fig. 3. Imagen radiográfica en detalle del caso de la fig. 1.
Si son muy grandes a veces requieren resecciones en bloque de la lesión, ya que las recidivas, si no se hace así, pueden llegar hasta el 28%.
Displasia fibrosa Definición
- Es una sustitución del hueso por tejido fibroso. - Su etiología es desconocida y patogenia incierta. - Hay dos tipos: 1- Poliostótica 2- Monostótica Displasia fibrosa poliostótica Edad: Aparecen en niños. - Tipos: 1- Jaffe. Varios huesos afectados y lesiones pigmentadas (café con leche). 2- Albright. Casi todos los huesos afectados, lesiones pigmentadas y alteraciones endocrinas múltiples.
Fig. 4. Histopatología del fibroma osificante.
Radiología
- Inicialmente aparece una radiolucidez para con el tiempo transformarse en áreas de radiopacidad difusa por la aposición de hueso de forma irregular. - Hay desplazamiento del nervio dentario, sin embargo no apreciamos signos malignos radiológicos. Histopatología
Existe un tejido fibroso que sustituye al hueso. Se aprecian islotes óseos con formación similar a letras chinas. No hay células gigantes multinucleadas. Evolución
- Depende de las estructuras que se encuentren en su crecimiento. - Si afectan a la órbita, base del cráneo, o al seno maxilar, pueden requerir cirugías muy mutilantes. Tratamiento
Displasia fibrosa monostótica - Edad: Aparece en jóvenes entre 20-35 años. - Localización: Afecta a un sólo hueso que puede ser tanto en maxilar (zona posterior) como mandíbula. - Unilateral. - Tumefacción maxilar o mandibular con deformidad manifiesta. - Crecimiento lento, indoloro. - Mala oclusión, desplazamiento dental.
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Sólo se debe plantear un tratamiento quirúrgico en el caso de que existan deformidades muy severas o que comprometan estructuras importantes vecinas.
Medicina Oral
Fig. 5. Displasia fibrosa en maxilar lado izquierdo.
Fig. 7. Displasia fibrosa en maxilar lado derecho.
Fig. 6. TC del caso de la figura 5.
Fig. 8. TC del caso de la figura 7.
Fig. 9. Histopatología de la displasia fibrosa.
Fig. 10. Displasia fibrosa en maxilar.
Fig. 11. TC del caso de la figura 10.
Fig. 12. TC del caso de la figura 10.
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Medicina Oral
Displasia cemento-ósea focal
También denominada Displasia cementaria periapical. Etiopatogenia
Parece derivar del ligamento periodontal. Epidemiología
Edad: Media de 42,5 años. Sexo: Predominio mujeres 80-90%. Cuadro Clínico
Fig. 13. Displasia cemento-ósea focal.
Localización: 68,2% en la mandíbula y 31,9 % maxilar. Típicamente alrededor de los ápices de los dientes. (Es muy característico en incisivos inferiores mandibulares) Características clínicas: Asintomática y suele hallarse de forma accidental en un estudio radiográfico. Los dientes próximos son vitales, a pesar de las lesiones que radiográficamente se ven en los ápices. Radiología
Se definen tres fases de acuerdo a su estadio evolutivo: Fase inicial: Radiolucidez del periápice de varios dientes de la zona mandibular incisiva. En estos momentos es fácil que se puedan confundir con lesiones periapicales por necrosis dentaria. Fase intermedia: Zonas de calcificación focales sobre una zona radiolúcida. Fase última: Amplias zonas radiopacas, pero rodeadas por un halo radiolúcido. Histopatología
Lesión no neoplásica que afecta al tejido alrededor de los periápices dentales, con una histología similar a la del fibroma osificante, pero sin estar tan bien delimitadas como en este último en sus márgenes.
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Fig. 14. Imagen histológica de una displasia cemento-ósea focal.
Se harán revisiones periódicas con estudios radiográficos.
Displasia cemento-ósea florida
También denominada Cementomas gigantiformes. Etiopatogenia
Se han relacionado con osteomielitis crónicas de los huesos maxilares, por lo tanto se piensa en un origen inflamatorio. Se originan a partir del ligamento periodontal. Epidemiología
Edad: Media de 51,3 años. Sexo: Predominio mujeres 1/26. Más frecuente en la raza negra.
Tratamiento
Cuadro clínico
Lo más importante es hacer un buen diagnóstico, para evitar hacer endodoncias o extracciones dentales por pensar que se trata de unas áreas de infección periapical por un necrosis pulpar.
Localización: Se halla sólo en las zonas próximas a los dientes y casi siempre en la zona posterior. El 78% aparecen en mandíbula. El 59% sólo tienen una lesión, el 29% tienen de dos a cinco afectaciones en mandíbula y/o
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maxilar, mientras que el 12% presentan una afectación masiva de los maxilares. Características clínicas: Fases iniciales: Son asintomáticos y suele hallarse de forma accidental en un estudio radiográfico convencional. Su evolución pueden dar lugar a deformidades, desplazamiento dental, supuración a través de fístulas orales por secuestros y zonas de infección.Los dientes próximos suelen ser vitales.
Radiología
Se definen varias fases de acuerdo a su estadioevolutivo: Fase inicial: Radiolucidez alrededor de los dientes. Fase avanzada: Amplias zonas radiopacas, pero rodeadas por un halo de radiolucidez.
Fig. 15. Displasia cemento-ósea florida.
Fig. 16. Ortopantomografía del caso de la figura 15.
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Fig. 17. TC del caso de la figura 15.
Histopatología
Existen masas lobuladas de material denso, altamente mineralizado junto a estroma fibroso.
Fig. 18. TC del caso de la figura 15.
Fig. 19. Imagen histológica de la displasia cemento-ósea florida.
Tratamiento
Las lesiones asintomáticas no requieren tratamiento. Se tratan si hay infecciones asociadas, con fístulas o bien por motivos estéticos si producen mucha deformidad. Bibliografía
- Reichart P, Philipsen H, eds. Odontogenic tumors and allied lesions. London: Quintessence Publishing Co, Ltd; 2004.p.271-308. - Bagan JV Ceballos A, Bermejo A, Aguirre JM, Peñarrocha M. Medicina Oral. Barcelona: Masson;1995.
266
- Bermejo A. Medicina Bucal (Vol.1 y 2). Madrid: Editorial Síntesis, S.A; 1998. - van der Waal I. Diseases of the jaws. Diagnosis and Management. Copenhagen: Munksgaard; 1991.p.61-9.
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Tema 27. Lesiones de células gigantes
Clasificación
1. Lesión de células gigantes. 1.1- Lesión periférica de células gigantes: masa de tejido blando localizada en la encía que se desarrolla a partir del ligamento periodontal o mucoperiostio del proceso alveolar. 1.2- Lesión central de células gigantes y tumor de células gigantes: son lesiones intraóseas pudiendo ser consideradas un único proceso, modificado en ciertas variantes como la edad del paciente, la localización tumoral, y otros posibles factores no claramente determinados. 2. Lesión de células gigantes del hiperparatiroidismo o tumor pardo. 3. Síndrome de lesiones múltiples de células gigantes /síndrome de Noonan-like. 4. Querubismo. 5. Quiste óseo aneurismático.
Lesión central de células gigantes
Fig. 1. Granuloma central de células gigantes.
Fig. 2. Ortopantomografía del caso de la figura 1.
El granuloma central de células gigantes (LCCG) también se denomina en algunos ámbitos Granuloma central de células gigantes. Etiopatogenia
Probable origen en una hemorragia intraósea. Se trataría de un proceso reparativo ante un proceso hemorrágico. Epidemiología
Edad: Amplio rango entre los 2-81 años. Casi el 71,8% se diagnostican antes de los 30 años, con una mayor incidencia en la década de los 20 años. Sexo: Predomina en la mujer (62,5%). Relación varón/mujer es de 1:1.5.
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Fig. 3. Tumefacción facial en paciente con granuloma central de células gigantes.
Cuadro clínico
Localización: El 70-75% se localizan en la mandíbula Características clínicas: Muchas veces son asintomáticos, hasta que 267
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Fig. 4. Visión intraoral del caso de la figura 3.
Fig. 5. Ortopantomografía del caso de la figura 3.
Fig. 6. TC del caso de la figura 5.
Fig. 7. Histopatología de un granuloma central de células gigantes.
Fig. 8. Histopatología de un granuloma central de células gigantes Fig. 9. Granuloma central de células gigantes. con visualización de las células gigantes.
Fig. 10. Detalle en la biopsia del caso de la figura 9.
268
Fig. 11. Ortopantomografía del caso de la figura 9.
Medicina Oral
con el crecimiento pueden producir deformidad mandibular o maxilar. El dolor es muy raro. Los dientes próximos tienen vitalidad pulpar, pudiendo estar desplazados. Radiología
Radiolucidez (no hay zonas radiopacas). Al principio es única la imagen, y con su evolución puede dar lugar zonas con aspecto multilocular, pero siempre de radiolucidez. La reabsorción de las raíces dentales es poco frecuente, ocurre sólo en el 6% de las mujeres con LCCG.
de ángulos mandibulares y de ahí pueden ir progresando hacia delante. Características clínicas: El paciente presenta una tumefacción bilateral de la mandíbula y maxilar, por la pérdida de hueso y su sustitución por tejido fibroso. Todo ello da lugar a una deformidad de la cara. También se observan anomalías dentarias: - Pérdida prematura de dientes. - Agenesias.
Tratamiento
- Curetaje o resección (en ocasiones no se puede evitar perder dientes en la cirugía). - Tratamientos sistémicos con calcitonina. - Infiltraciones intra-óseas de corticosteroides. Fig. 12. Querubismo.
Querubismo
Los pacientes tienen el típico aspecto de la cara en forma de querubín, con una deformidad bilateral a nivel de ángulos mandibulares. Etiopatogenia
Es una alteración genética responsable del acumulo de osteoclastos a nivel de los maxilares, que tiende a normalizarse en la pubertad.
Fig. 13. Ortopantomografía del caso de figura 12.
Epidemiología
Edad: Se manifiesta pronto en la infancia (14 meses a 5 años) manteniéndose hasta la pubertad, pudiendo a partir de entonces regresar. Sexo: Más frecuente en varones. No predilección racial. Cuadro clínico
La mandíbula se afecta siempre y el maxilar en el 60%. Tiene una distribución bilateral. En la mandíbula se localiza, sobre todo, a nivel © Medicina Oral S. L.
Fig. 14. Ortopantomografía del caso de figura 12.
269
Medicina Oral
- Desplazamiento dental y maloclusión. - Reabsorción de raíces, sólo en casos muy severos (raro). Hacia los 20-30 años suele diminuir la tumefacción reosificándose los maxilares, regresando a la situación de normalidad de forma espontánea. Radiología
Aparecen radiolucideces multiloculares, divididas por finas trabéculas óseas. Suele existir una expansión de las corticales, así como un notable adelgazamiento de las mismas, pudiendo perforarse. Puede existir un desplazamiento del canal mandibular, pero sin afectarlo (de hecho no producen parestesias). También se aprecian desplazamiento de los dientes, con falta de erupción dental, siendo raro pero es posible apreciar reabsorciones radiculares. Con los años (hacia la pubertad) va de nuevo reosificando y cerrando las zonas de lisis mandibular.
Fig. 15. Detalle de la figura 14.
Fig. 16. Ortopantomografía del caso de figura 12.
Histopatología
Existe un tejido fibroso y vascularizado con gran cantidad de células gigantes multinucleadas. Pruebas de laboratorio
Todo es normal: incluyendo el calcio sérico, el fósforo y las fosfatasas alcalinas. Diagnóstico Diferencial
Se debe hacer con las lesiones bilaterales de células gigantes: - Granuloma central de células gigantes bilateral. - Hiperparatiroidismo. - Síndrome de Jaffe-Campanacci. - Síndrome de Noonan. - Neurofibromatosis tipo I. - Síndrome de Ramón. Tratamiento
No se debe tratar pues suele regresar con la edad, tal como hemos señalado antes.
270
Fig. 17. Histopatología del querubismo.
Bibliografía
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Tema 28. Otras enfermedades maxilares: Enfermedad de Paget. Histiocitosis de células de Langerhans Enfermedad de Paget Definición
La enfermedad de Paget u osteítis deformante fue descrita por Sir James Paget en el siglo XIX. Consiste en una alteración del metabolismo del hueso que origina deformaciones morfológicas macroscópicas. Presenta fases de reposo y etapas activas de reabsorción y aposición óseas excesivas. Puede afectar a uno o varios huesos, los huesos más afectados son el cráneo, las vértebras, el fémur, la mandíbula, los huesos maxilares y la pelvis. Tras el diagnóstico rara vez afecta a otros huesos. Si se halla en un solo hueso hablamos de monostótica, y si son múltiples los huesos afectos entonces hablaríamos de poliostótica. La mayoría de los pacientes con enfermedad de Paget son adultos, con edades comprendidas alrededor de los 50 años, afectando tanto al hombre como a la mujer con un ligero predominio en hombres. Aproximadamente, el dos por ciento de la población de USA, padece la mencionada enfermedad, mientras que si no referimos a Europa, este porcentaje asciende al 6.7%. Etiología
Es desconocida, pero se han determinado factores genéticos y no genéticos, implicados en el desarrollo de la enfermedad. Los factores genéticos parecen tener un papel importante ya que se han descrito grupos familiares con la enfermedad, lo que sugiere una herencia autosómica dominante. Estudios recientes en ratones sugieren que la mutación del gen P392l en p62, favorece la formación de osteoclastos, estimulándose de esta manera la resorción ósea, lo que provocaría un aumento rápido del número de osteoblastos © Medicina Oral S. L.
hiperactivos pero morfológicamente normales, que depositarían hueso de una forma desestructurada y de peor calidad. Sin embargo la severidad de la enfermedad en los pacientes portadores del gen alterado, dentro de la misma familia, varía de unos a otros, hasta el punto de que en algunos casos en pacientes portadores y mayores de 55 años no se había desarrollado la enfermedad de Paget, lo que sugiere la existencia de otros factores implicados la enfermedad. Algunos estudios sugieren, la existencia de virus en la patogenia de la enfermedad, sin embargo no han podido ser aislados. En los focos de hueso afectado, los osteoclastos adoptan una morfología parecida a células sincitiales multinucleadas. Estos osteoclastos gigantescos e hiperactivos, que contienen en ocasiones más de 100 núcleos, son los responsables de la resorción ósea focal excesiva que va seguida por una neoformación ósea. El resultado es un hueso anormal con un patrón histológico característico. Cuadro clínico
Es una enfermedad de evolución lenta, progresiva e invalidante que se manifiesta en la edad madura. En el 80% de los casos, permanece asintomática, siendo el hallazgo casual, tras un estudio radiológico o mediante analítica. Entre un 10-30% de estos pacientes muestran sintomatología, aunque no suele afectarse el estado general, ni influir en la calidad de vida. El dolor no es infrecuente, y se produce como consecuencia de la osteoartritis de las articulaciones adyacentes a huesos afectos. Las deformidades óseas aparecen como consecuencia de la formación de hueso de poca calidad, hay cifosis de la columna vertebral, 271
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las costillas se ensanchan, la pelvis se hipertrofia, así como el fémur, adquiriéndose un aspecto simiesco al andar. Las alteraciones de la cabeza pueden ser graves, sobre todo si se afecta la base del cráneo, ya que a consecuencia del ensanchamiento progresivo pueden afectarse algunos pares craneales (II, V, VII, VIII), así como las arterias vertebrales y basilares (platibasis o invaginación basilar). La pérdida progresiva de la audición, visión, el vértigo, o la neuralgia del trigémino, son otras posibles complicaciones. En algunas ocasiones se produce una fractura patológica del hueso afectado ya que éste es más débil. La deformidad de los huesos maxilares confieren al enfermo aspecto de “cara de león”, y el crecimiento progresivo de estos huesos origina el “signo de la dentadura”, puesto que los pacientes tienen que cambiar de prótesis removible debido al aumento de volumen. La complicación más severa es el riesgo de desarrollarse un osteosarcoma, siendo las lesiones craneales, las que mayor tendencia tienen a desarrollarlo, pero tan sólo se manifiesta en un 1% de estos pacientes.
Fig. 1. Enfermedad de Paget con gran afectación del maxilar.
Fig. 2. Visión intraoral del caso de la figura 1.
Pruebas complementarias
En las radiografías se aprecia, durante la fase osteolítica, fenómenos de osteoporosis, posteriormente, aparecen imágenes de rarefacción y aposición ósea, predominando imágenes de esclerosis. El patrón radiográfico es mixto, con zonas radiolúcidas y otras radiopacas adquiriéndose un patrón en “forma algodonosa”. La zona próxima a la dentición se caracteriza por hipercementosis y pérdida de la lámina dura. En el diagnóstico, la tomografía computerizada puede ser de ayuda, para delimitar la lesión, y completar el estudio radiológico. La gammagrafía ósea permite diagnosticar y evaluar la actividad de las lesiones, en las fases inactivas la captación puede ser normal. Siempre se debe realizar una analítica de laboratorio en la cual, en las fases osteolíticas, aumenta en la orina la hidroxiprolina, y en la sangre la fosfatasa ácida tartrato-resistente. 272
Fig. 3. TC del caso de la figura 1.
Fig. 4. Histopatología de la enfermedad de Paget.
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Fig. 5. Enfermedad de Paget con severa afectación mandibular.
Fig. 7. Evidente deformidad mandibular manifiesta en la prótesis que llevaba la paciente.
En las fases osteoblásticas existe un aumento importante de las fosfatasas alcalinas. En la fase esclerótica los niveles anteriormente mencionados pueden ser normales. Tratamiento
Debe instaurarse si la enfermedad está activa, si es extensa, si aparecen dolores intensos, o bien para prevenir riesgos de fracturas o minimizar el sangrado previo a una cirugía sobre el hueso afecto. La calcitonina se uso inicialmente debido a su capacidad de actuar en la reabsorción de los osteoclastos y en la formación de los mismos. Este medicamento favorecía la remisión del Paget pero más del 50% de los pacientes tratados durante más de 6 meses desarrollaban anticuerpos contra la calcitonina, y de un 10-20% desarrollaban resistencias. La tendencia actual está en el uso de los bisfosfonatos que bloquean la actividad de osteoclastos y estimulan la apoptosis de estos. Existen diferentes generaciones de bisfosfonatos, así © Medicina Oral S. L.
Fig. 6. Detalle intraoral del caso de la figura 5.
Fig. 8. Ortopantomografía del caso de la figura 5 con el hueso anormal.
los de primera generación como el etidronato inducen parcialmente o completamente la remisión de la enfermedad. En la actualidad se tiende a utilizar los de tercera generación, más potentes y de absorción por vía intravenosa. Sin embargo ninguno de los dos cura la enfermedad tan sólo controlan el proceso. Bibliografía
- Bermejo A, Oñate R. Enfermedad de Paget. Displasia fibrosa. Querubismo. Osteolisis masiva. En: Bagán JV, Ceballos A, Bermejo A, Aguirre JM y Peñarrocha M, eds. Medicina Oral. Barcelona: Masson; 1995.p.463-4. - Roodman GD, Jolene J. Paget disease of bone. J Clin Invest 2005; 115:200-8. - Krane SM. Enfermedad de Paget del hueso: En Harrison. Principios de la Medicina interna, 12ª ed. Madrid: Interamericana-Mc-Graw-Hill, 1991.p.2243-7. - Reid IR, Miller P, Kenneth MD, William MD, Jacques P, Brown MD, et al. Comparison of a single infusion of zoledronic acid with risedronato for Paget`s disease. N Engl J Med 2005; 353:898-908.
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Enfermedad de células de Langerhans Definición
La Histiocitosis de células de Langerhans (HCL) abarca los trastornos habitualmente englobados bajo la denominación de Histiocitosis X, que comprende un grupo de enfermedades que muestran en los tejidos afectados, células del sistema mononuclear fagocítico, ya sean histiocitos alterados o proliferantes. El nombre actual se debe a que el hallazgo histológico patognomónico y común de las diferentes variantes clínicas es la célula de Langerhans. Es más frecuente entre la primera y la tercera década de la vida, con ligero predominio en hombres. La incidencia se estima en 0,2-0,5 por 100.000 habitantes y año. Etiopatogenia
La etiopatogenia es desconocida, aunque la presencia de macrófagos, linfocitos y eosinófilos sugiere que esta enfermedad está mediada inmunológicamente. Existe controversia en si se trata de un proceso reactivo o neoplásico, ya que se ha visto que las células representan la proliferación de un único clon de células de Langerhans. Pero esta proliferación monoclonal no parece suficiente para definir esta enfermedad como una neoplasia. Por otra parte también hay evidencias de que algunos pacientes con histiocitosis idiopática presentan deficiencias en algunos aspectos de su sistema inmunitario. Cuadro clínico
Las manifestaciones clínicas comprenden un amplio espectro de síndromes de diversa gravedad, que se pueden agrupar en HCL aguda diseminada (enfermedad de Letterer-Siwe), la HCL crónica diseminada (enfermedad de Hand-Schuller-Christian) y la HCL crónica focal (granuloma eosinófilo). La forma aguda diseminada suele aparecer en niños de corta edad, con un curso fatal debido a su comportamiento altamente agresivo. Se produce afectación de múltiples órganos y sistemas, 274
como el hígado, bazo, pulmón, etc. La forma crónica diseminada aparece en adultos jóvenes y niños, afectando a huesos, ganglios linfáticos y tejidos blandos, pero es menos agresiva que la forma aguda. Se caracteriza por la tríada exoftalmos, diabetes insípida y afectación ósea, aunque en la actualidad, sólo el 20-25% de los pacientes presentan el cuadro completo. Otras endocrinopatías se deben a deficiencias de la hormona de crecimiento, hipogonadismo, retraso en la pubertad, e insuficiencia tiroidea. Por proximidad a las celdas mastoideas el proceso cursa en ocasiones con mastoiditis y otitis media. La forma crónica focal es la mas frecuente y menos grave. Afecta a personas de cualquier edad y suele presentarse como una lesión unifocal o multifocal en un solo hueso, pudiendo haber afectación de tejidos blandos. Los maxilares se ven afectados con frecuencia, sobre todo la mandíbula, en la zona del cuerpo mandibular. Las lesiones gingivales semejan signos y síntomas de la enfermedad periodontal; como gingivorragias, bolsas periodontales, destrucción del hueso alveolar, periodontitis marginal y movilidad dentaria. La afectación puede adoptar 2 tipos de patrón radiológico, bien como lesiones completamente intra-óseas o en otros casos como alteraciones difusas del hueso alveolar, que producen la imagen de “dientes flotantes”. La mucosa oral se suele ver afectada en asociación con las lesiones óseas. En ocasiones se han descrito casos poco frecuentes de lesión de tejidos blandos orales en ausencia de lesiones óseas. Pruebas diagnósticas
El diagnóstico definitivo se obtiene con el estudio histopatológico con hematoxilina eosina y la realización de técnicas inmuno-histoquímicas, observándose la presencia de células de Langerhans acompañadas de eosinófilos y células gigantes, así como positividad con el marcador CD1a y proteína S-100. La presen-
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Fig. 1. Enfermedad de Hand-Schuller-Christian.
Fig. 2. Ortopantomografía de un caso de enfermedad de Hand-Schuller-Christian.
Fig. 3. Enfermedad de Hand-Schuller-Christian.
Fig. 4. Enfermedad de Hand-Schuller-Christian.
Fig. 5. Granuloma eosinófilo con afectación de mandíbula.
Fig. 6. Radiografía del caso de la figura 5.
Fig. 7. Granuloma eosinófilo maxilar.
Fig. 8. Granuloma eosinófilo mandibular.
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cia de concentraciones focales de eosinófilos permite diferenciar el granuloma eosinófilo de lesiones periodontales y periapicales. Una vez se ha confirmado el diagnostico es importante determinar el grado de extensión del proceso, para ello se solicita un recuento de sangre periférica, enzimas de función hepática, radiografía de tórax y rastreo óseo, así como una radiografía panorámica y tomografía computarizada de la zona afectada. En ciertos casos es aconsejable también una gammagrafía ósea.
Fig. 11. Lesiones líticas craneales en granuloma eosinófilo.
Fig. 9. Granuloma eosinófilo mandibular. Imagen radiológica.
Fig. 12. Histopatología de granuloma eosinófico. Proteína S100.
respuesta con infiltraciones con corticoides perilesionales en casos de lesiones muy localizadas. Bibliografía
Fig. 10. Lesiones líticas craneales en granuloma eosinófilo.
Tratamiento
El tratamiento depende del grado de extensión de las lesiones, variando las opciones terapéuticas desde el simple legrado de la zona hasta radioterapia o quimioterapia. El tratamiento quirúrgico es habitualmente el de elección en las formas localizadas, reservándose la radioterapia para complementarlo en casos severos y la quimioterapia para casos diseminados. En ocasiones se obtiene buena 276
- Hernández-Juyol M, Boj-Quesada JR, Gallego-Melcon S. Manifestaciones orales de la histiocitosis de células de Langerhans. A propósito del caso de un niño de dos años. Med Oral 2003; 8:19-25. - Bagán JV, García-Pola MJ. Histiocitosis X en la cavidad oral. En: Bagán JV, Ceballos A, Bermejo A, Aguirre JM y Peñarrocha M. Medicina Oral. Barcelona: Masson eds; 1995.p.470-7. - Pacino GA, Serrat-Soto A, Redondo-González LM, Verrier-Hernández A. Histiocitosis de células de Langerhans: aspectos clínico-diagnósticos y conceptos actuales. Med Oral 1999; 4:607-18. - Bonet J, Mínguez JM, Peñarrocha M, Mínguez I. Granuloma eosinófilo de los maxilares: a propósito de tres casos. Med Oral 2001; 6:218-24. - Milián MA, Bagán JV, Jimenez Y, Perez A, Scully C. Langerhans´ cell histicytosis restricted to the oral mucosa. Oral Surg Oral Med Oral Pathol Oral Radiol Endod 2001; 91:76-9.
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Tema 29. Alteraciones de la secreción salival
Hiposecreción
Introducción
La saliva, un líquido fisiológico complejo, es el producto de secreción de las glándulas salivales. Se trata de un fluido incoloro, inodoro, algo espumoso y muy acuoso. Contiene un 99% de agua y un 1% de sustancias orgánicas e inorgánicas. Desempeña un papel central en el mantenimiento y protección de los tejidos orales. Lubrifica y limpia la cavidad oral, posee propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas, tampona el pH, ayuda a la masticación, a la deglución y a la digestión, promueve el gusto y contribuye al mantenimiento y remineralización de los dientes. La producción de saliva diaria varía ampliamente considerándose como normal de 700cc. a 1,5 litros. La secreción salival se produce a través de la estimulación simpática y parasimpática del sistema nervioso autónomo. La saliva estimulada se origina por dos tipos de reflejos: el condicionado (factores emocionales y psíquicos, oído, vista, olfato y tacto) y el incondicionado (gusto, masticación, dolor oral, irritación oral, faríngea o gástrica). Estos estímulos sensitivos a través de las vías aferentes llegan a los centros salivales; desde allí y por las vías eferentes simpáticas y parasimpáticas alcanzan las glándulas salivales provocando la secreción. Se denomina tasa de flujo salival la cantidad de mililitros de saliva producidos por minuto. La tasa normal de un sujeto adulto en condiciones de reposo es de 0,4 ml/min y en condiciones de estimulación 2 ml/min. La producción de saliva presenta variaciones fisiológicas según la edad, sexo y ritmos circadianos. Dentro de los trastornos de la secreción salival se distinguen dos grandes cuadros: hiposecreción e hipersecreción.
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Concepto y epidemiología
Se habla de hiposecreción salival o hiposialia cuando la saliva segregada no alcanza los 500 cc por día o cuando la tasa del flujo salival (TFS) desciende por debajo de 0.1-0.2 ml/min en saliva no estimulada y por debajo de 0.50.7 ml/min para saliva estimulada. Por xerostomía entendemos la sensación subjetiva de sequedad oral. Es por lo tanto un síntoma que puede cursar o no con el signo de hiposecreción salival. Aun así, habitualmente los términos hiposecreción y xerostomía se utilizan indistintamente para hablar de disminución del flujo salival, sobre todo en la literatura anglosajona. Los ritmos circadianos que hacen variar la secreción salival pueden hallarse incluso en pacientes con hiposalivación. La prevalencia de la hiposalivación en adultos entre 20 y 69 años es del 15% en hombres y del 22% en mujeres. La prevalencia aumenta con la edad, principalmente por el uso de fármacos xerostomizantes. Los síntomas de boca seca se hacen evidentes cuando la tasa de flujo salival disminuye un 40-50%, y como dijimos anteriormente, se considera que existe hiposialia cuando la secreción está por debajo de 0,1-0,2ml/min. Etiopatogenia
Las noxas que pueden modificar la tasa de secreción van a actuar fundamentalmente bien sobre las vías de control o bien sobre la propia glándula. Si la hiposecreción es total hablamos de asialia o aptialismo y si es parcial se denomina hiposialia. Normalmente en los casos más graves de hiposialia están afectas varias glándulas salivales y suele ser debido a la ingesta de fármacos xerostomizantes, radioterapia o patologías sistémicas. La asialia sólo se da en ausencia congénita o en atrofia total de las glándulas. Los factores que alte277
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ran por defecto el flujo salival pueden actuar a distintos niveles. A) Ausencia o disminución de los estímulos periféricos. B) Alteraciones del sistema nervioso central o periférico (estrés, fármacos, radiación): a) Los fármacos son la causa más frecuente de hiposialia. Se estima que más de 400 tipos de fármacos, algunos de uso muy habitual, pueden provocar sequedad oral. Entre ellos: analgésicos, anticolinérgicos, antidepresivos, antihipertensivos, antidiarreicos, antihistamínicos, diuréticos, antiparkinsonianos y antipsicóticos. Cuando ésta es muy acusada, deberíamos consultar con el médico del paciente, por si puede pautar un fármaco alternativo o modificar la dosis. b) Los pacientes irradiados a causa de carcinomas de cabeza y cuello suelen presentar hiposialia severa, mucositis y disgeusia. La hiposialia temprana tras la radioterapia puede ser debida al daño causado sobre el aporte vascular y a la interferencia con la transmisión de los impulsos nerviosos. C) Trastorno en la producción salival: a) Por insuficiente material de producción de saliva (p.ej. deshidratación). b) Por destrucción del parénquima salival. Las dos situaciones clínicas más representativas son el síndrome de Sjögren (que veremos con detalle en el capítulo 31) y la radioterapia (RT): las radiaciones ionizantes a nivel de las glándulas salivales producen una disminución del flujo salival en relación con el tiempo, la dosis administrada y el tipo de glándula. El inicio de la sintomatología aparece con una dosis de 15-20 Gy. Cuando se superan los 60 Gy el parénquima salival es destruido y se puede considerar que la lesión es irreversible. La TFS puede verse reducida hasta en un 95 %. Las células serosas son más sensibles a la radiación que las mucosas y por eso las glándulas más afectadas son las parótidas. Los efectos tardíos de la RT se deben a la destrucción del parénquima glandular, que es sustituído por tejido fibroso, y a una endarteritis. 278
E) Restricciones en el transporte (estenosis en los conductos excretores). F) Situaciones de reacción a cuerpo extraño. Se engloban pacientes generalmente de edad que son portadores de prótesis dentales y manifiestan una conducta de deglución constante que se traduce en una sensación de sequedad (xerostomía). Estamos en realidad ante un exceso de consumo y no de hiposecreción salival. Cuadro clínico
Si la disminución de la producción salival es progresiva terminará por aparecer sensación de sequedad oral (xerostomía) con percepción de sabor amargo, y finalmente mucosas doloridas y eritematosas. Parece que la sensación de sequedad oral no está provocada sólo por una menor cantidad de saliva, sino por una disminución de la cantidad de mucinas en la misma. Ésto provoca una pérdida de hidratación pero también de lubricación de las mucosas, las cuales al aumentar la fricción provocan gran disconfort y por ello la insuficiente cantidad de saliva va a tener un impacto negativo en la calidad de vida. La sensación de boca seca habitualmente es atribuible a la hipofunción de las glándulas salivales menores (que producen una secreción rica en mucina y de elevada viscosidad), más que a una hipofunción de las glándulas salivales mayores. Es importante medir la TFS en cada paciente que refiere xerostomía porque la relación de ésta con la cantidad de saliva real puede ser muy variable. Manifestaciones orales
- Dificultad para masticar, para hablar o deglutir junto con alteraciones del gusto. - Halitosis. - Caries. Se produce un aumento de la incidencia de caries dental debido a las alteraciones cuantitativas y cualitativas de la saliva. Este deterioro dental se caracteriza por ser de evolución muy rápida y localización a nivel cervical, incluso de obturaciones recientes, llegando a ocasionar amputaciones coronales. También se produce un aumento de caries en zonas topográficas no habituales como áreas inter-
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proximales de los dientes anteriores inferiores y superficie incisal. En el caso de los pacientes irradiados las caries se ven favorecidas además por una alteración de la flora oral, en la que aumentan los microorganismos acidogénicos y cariogénicos. - Enfermedades periodontales. La sequedad bucal favorece el acúmulo de placa bacteriana, aumentando la frecuencia y gravedad de las enfermedades propias de la encía. - Problemas protésicos. En aquellos pacientes que son portadores de prótesis la calidad de la saliva va a ser un factor a considerar. Así una saliva mucosa y espesa dificulta la autoclisis pero favorece la retención y adhesión de la prótesis. Si la disminución del flujo salival es considerable se producen cambios en la mucosa oral e inestabilidad de las prótesis removible, creando problemas de adaptación y aumentando las lesiones por roce o fricción. - Problemas mucosos. Atrofia, fisuración y ulceración de los tejidos blandos por pérdida de lubricación. La mucosa aparece seca, eritematosa, sensible y dolorosa y en muchas ocasiones existe una sensación urente o de quemazón principalmente en la lengua. Al explorar con el espejo intraoral, éste queda adherido a las mucosas. Los labios suelen estar secos, con descamación y fisuras. - Predisposición a infecciones. Se produce una alteración del pH así como una disminución de inmunoglobulinas, lisozima y otras enzimas, existiendo una tendencia a desarrollar infecciones orales, principalmente a una colonización por Candida albicans sobre el dorso de la lengua y paladar, queilitis angular y ocasionalmente infección retrógrada de las glándulas salivales. La candidiasis puede aparecer en su forma eritematosa o atrófica, pseudomembranosa o hiperplásica. - Síntomas extraorales. En ocasiones la xerostomía se acompaña de síntomas extraorales como la xeroftalmía, siendo ésta una de las manifestaciones más patentes del síndrome de Sjögren, además de sequedad en otras mucosas como fosas nasales, garganta, genitales, piel, faringe y aparato respiratorio.
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Fig. 1. Queilitis comisural en un paciente con hiposialia.
Fig. 2. Candidiasis eritematosa en un paciente con hiposialia.
Diagnóstico
1- Anamnesis Posibles fármacos xerostomizantes, enfermedades sistémicas, dificultad para tragar alimentos secos, dificultad al hablar, escozor de la mucosa oral y faríngea, disconfort al llevar prótesis removibles. En caso de sospechar que la sequedad oral forma parte de un proceso inmunológico se deben buscar parámetros de laboratorio como factor reumatoide, anticuerpos antinucleares, velocidad de sedimentación globular (VSG), etc. 2- Sensibilidad al palpar las glándulas salivales o hinchazón de las mismas En el 30 % de los casos aparece tumefacción glandular. Se debe realizar una palpación y comprobar la permeabilidad de los conductos excretores. 3- Cambios inflamatorios en la mucosa oral o lengua En la inspección, al observador le puede llamar la atención la presencia de signos indirectos en el dorso de la lengua como lobulaciones, fisuraciones y atrofia de las 279
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papilas filiformes. La mucosa oral adquiere un aspecto seco, atrófico y eritematoso. Los labios y comisuras presentan sequedad y descamación y también se pueden apreciar signos inflamatorios en la encía. La desembocadura de los conductos salivales puede aparecer eritematosa e inflamada 4- Test de fricción: ¿se pega el espejo intraoral a la mucosa? 5- Patrón de caries múltiples en localizaciones atípicas 6- Análisis cualitativo de la saliva Un signo indirecto no patognomónico de la sequedad bucal es el descenso del pH oral. 7- Análisis cuantitativo de la saliva en reposo (global y parotídea) y tras estimulación (global y parotídea) mediante técnicas de sialometría La saliva total o global se obtiene más fácilmente que la saliva de cada una de las glándulas y en la mayoría de los casos es un buen indicador de la sequedad oral. Hay distintos métodos de sialometría y es importante que se realicen en condiciones estandarizadas. Para la glándula parótida se considera que unos resultados menores de 0.3 ml/15 minutos son indicativos de hiposalivación. Para la saliva mixta en reposo podremos realizar cualquiera de los procedimientos sialométricos existentes: drenaje, succión, algodón, test del terrón de azúcar y test de saliva global (TSG); este último consiste en calcular la cantidad de saliva producida a través de la impregnación de una tira de papel milimetrada. Se debe realizar también un test de estimulación de las glándulas que se puede llevar a cabo mediante estimulantes químicos gustativos (ácido cítrico) o mecánicos (masticación de parafina). El test que realizamos habitualmente es la técnica de drenaje. En las dos horas previas el sujeto no habrá ingerido comida, ni masticado chicle, ni cepillado sus dientes, ni habrá fumado al menos diez minutos antes. Lo ideal es realizarla a primera hora de la mañana en ayunas, en un ambiente tranquilo, con el paciente sentado, la cabeza ligeramente inclinada hacia delante y los labios entreabiertos. Se indica al paciente 280
Fig. 3. Sialometría.
Fig. 4. Material utilizado para la sialometría .
que no trague y que deje fluir la saliva durante cinco minutos hacia un tubo graduado al cual va fijado un embudo. Para obtener la saliva total tras estimulación seguimos el mismo procedimiento pero instilamos una gota de ácido cítrico al 2% sobre el dorso lingual cada minuto o bien hacemos masticar al paciente un bloque de parafina cada minuto. 8- Técnicas de imagen Para valorar el estado anatómico y funcional de las glándulas salivales se pueden llevar a cabo distintas técnicas de imagen como radiografía simple convencional (para descartar sialolitiasis), la sialografía, gammagrafía, la ecografía, tomografía computerizada o resonancia magnética. Tratamiento
El objetivo es aumentar la secreción de saliva para que mejore la calidad de vida. Si es posible se hará un tratamiento causal y si no lo es, un tratamiento sintomático y preventivo de las complicaciones originadas por la falta de saliva:
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Control de los fármacos que toma el paciente Los fármacos son actualmente uno de los mayores responsables de la disminución de flujo de saliva, y debemos intentar la supresión o reducción de la dosis del fármaco o bien buscar un fármaco alternativo no xerogénico si ello es posible. Control de la enfermedad de base En pacientes con síndrome de Sjögren secundario debe ser tratada la enfermedad sistémica que acompañe, por lo que a veces este problema exige un abordaje multidisciplinar. Técnicas de prevención y tratamiento de infecciones sobreañadidas Las medidas profilácticas deben estar incluidas de forma rutinaria tanto para los tejidos orales duros como blandos. Hay que mejorar la higiene oral, aplicar preparados fluorados y productos antimicrobianos, en forma de colutorios, dentífricos, geles o barnices, hacer un cambio dietético con disminución de azúcares, evitar café y tabaco y aumentar la ingesta de líquidos. En los pacientes con hiposialia hay mayor riesgo de candidiasis, por lo que deberemos tenerlo en cuenta y si se establece, tratarla. Estimulantes salivales a) Estímulos masticatorios. Principalmente mediante chicles edulcorados no cariogénicos. b) Estímulos gustativos. El ácido cítrico es un potente estimulador de la secreción salival. Las bebidas y chicles ácidos pueden ayudar a aumentar el flujo salival. c) Fármacos. En general los agentes farmacológicos más utilizados son las sustancias parasimpaticomiméticas y entre ellas destacamos la pilocarpina, betanecol, carbacol, cevimilina y anetoltritiona. Estos fármacos son eficaces en aquellos pacientes que todavía tienen parénquima salival funcionante. Sin embargo se deben señalar los efectos tóxicos que presentan a nivel cardiocirculatorio. La pilocarpina ha demostrado tener una gran eficacia clínica a dosis de 15 © Medicina Oral S. L.
mg/día, (5mg/8 horas), comenzando con una dosis menor y aumentándola hasta llegar a 15 mg/día. También la anetoltritiona produce beneficios en algunos pacientes. Sustitutos salivales Es éste un tratamiento dirigido a paliar los efectos de la sequedad oral cuando resulta imposible restituir la funcionabilidad de la glándula salival. Los sustitutos son preparados que tratan de semejarse a la saliva humana, bien en composición o en viscosidad. Se utilizan cuando hay una pérdida del parénquima glandular salival importante. También están indicados como coadyuvantes a los estimulantes. Se dispone de una gran variedad de preparados que se pueden dividir en varias categorías según su principal componente: soluciones que contienen glucoproteínas, carboximetilcelulosa y enzimas. Otras alternativas terapéuticas Existen casos severos donde hay una pérdida importante de acinis glandulares y en los que los fármacos diseñados para estimular la secreción no pueden ser utilizados. En estas situaciones pueden crearse reservorios de sustituto salival incorporados a la prótesis o sujetos a los dientes de los pacientes no edéntulos. Se produce una mejora en la hidratación por liberación continua de saliva artificial y por la estimulación de la secreción ante un cuerpo extraño. También se han probado tratamientos con electroestimulación nerviosa transcutánea (TENS) en parótida que han resultado efectivos para aumentar el flujo salival. En algunas ocasiones se produce sensación dolorosa de la mucosa, que puede ser tratada con lidocaína en solución viscosa que aliviará de forma temporal el dolor.
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Hipersecreción salival o ptialismo
Concepto
Se utiliza el término de hipersecreción, hipersalivación o ptialismo para describir el aumento del flujo de saliva. El término sialorrea debe ser limitado al síntoma complejo consistente en la sensación de aumento del flujo de saliva. Se denomina sialorrea falsa cuando no está aumentada la salivación sino que existe una alteración en la deglución o una incontinencia labial que hace que el individuo acumule la saliva, no pueda deglutirla y la vierta hacia el exterior. Son escasos los estudios epidemiológicos de esta sintomatología, existiendo dificultad en encontrar series significativas quizás porque los problemas orales que ocasionan no son tan importantes como los originados por la hiposalivación. Etiopatogenia
Existe un amplio espectro de causas que pueden originar una hipersecreción salival. Generalmente se encuentran varios factores concomitantes que actúan de forma sinérgica. Condiciones fisiológicas: babeo en los lactantes, hipersalivación por erupción dentaria, embarazo, fase secretoria del ciclo menstrual. Causas patológicas A) Alteraciones del aparato digestivo. Dolor oral, problemas periodontales, irritantes locales (heridas producidas por prótesis mal adaptadas o por dientes rotos y afilados). El flujo salival aumenta por excitación de las terminaciones sensitivas de la región y puesta en marcha del mecanismo secretorio como factor defensivo. Las alteraciones inflamatorias faríngeas o amigdalitis pueden originar también una hipersecreción salival. Así mismo pueden producir hipersalivación el ulcus duodenal, el reflujo gastroesofágico, la obstrucción esofágica, la hernia de hiato y a nivel intestinal la helmintiasis. B) Intoxicaciones exógenas por mercurio, yodo o plomo y endógenas como uremia. 282
C) Causas neurológicas. Neuralgias faciales, enfermedad de Parkinson, auras epilépticas. El babeo puede ser un problema en pacientes disminuidos psíquicos, en los que tienen un problema neurológico como parálisis cerebral, o en los que han sufrido una resección quirúrgica mandibular. En estos casos el babeo probablemente no está causado por un aumento real en la producción salival sino en un control neuromuscular deficiente. D) Causas farmacológicas. También puede producirse como consecuencia de ciertos fármacos, como el litio y agonistas colinérgicos. E) Otras causas. Hipertiroidismo y pseudo hiperparatiroidismo, algunas infecciones en su fase crítica, o la disautonomía familiar o síndrome de Riley-Day que se caracteriza por transpiración excesiva, sialorrea, erupciones cutáneas, labilidad emocional y grandes fluctuaciones de la tensión arterial. La sialorrea también es un síntoma clínico bien conocido en la rabia. En 1989 Lieblich describió una nueva forma de sialorrea denominada sialorrea paroxística idiopática en la que se produce una salivación excesiva de 1-2 veces por semana con una duración de 2-5 minutos; estos episodios van precedidos de náuseas y dolor epigástrico. Cuadro clínico
Las manifestaciones clínicas varían dependiendo de la intensidad de la hipersecreción. Es frecuente que se produzca descamación de los labios, queilitis angular y dermatitis a nivel del mentón en pacientes expuestos a un babeo continuo. En niños con retraso mental o parálisis cerebral, el flujo incontrolado de saliva puede llevar a maceraciones dolorosas alrededor de la boca, mejillas y cuello que pueden sobreinfectarse. Puede presentarse ocasionalmente fatiga muscular al obligar el exceso de saliva a una constante deglución. También se pueden producir cambios en el sentido del gusto (ácido, azucarado, metálico). En determinados casos, representa una barrera social importante.
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Diagnóstico
Se realizará a través de la anamnesis y exploración. A la exploración oral se puede constatar una excreción abundante de saliva a nivel de los ostium de los conductos de las glándulas principales. Hay que realizar la palpación de las glándulas y ver si existe aumento o hipertrofia de la masa glandular así como de la consistencia y si existen induraciones. En la sialometría se suele utilizar el test del terrón de azúcar (tiempo que permanece íntegro manteniéndolo en el dorso de la lengua) que en estos casos está muy por debajo de los tres minutos. Tratamiento
El tratamiento eficaz requiere un control del agente o agentes etiológicos. Así, la actitud lógica consiste en reducir o suprimir los factores implicados. Si el responsable es un fármaco se debería eliminar o cambiar si ello es factible. Algunas causas de sialorrea son transitorias o leves, y no precisan tratamiento alguno. En pacientes con sialorrea asociada a reflujo gastroesofágico, ésta mejora con el tratamiento médico del reflujo. Hay que descartar, también, otras causas como por ejemplo una obstrucción a nivel esofágico de origen tumoral Se ha utilizado para el control de la sialorrea la administración de fármacos atropínicos, antiespasmódicos o neuropsicotropos con fuerte acción anticolinérgica. Sin embargo son medianamente eficaces y no se deben administrar de forma prolongada debido a los efectos secundarios. Se ha utilizado con éxito de forma excepcional la aplicación de parches transcutáneos de escopolomina obteniéndose buenos resultados en niños con babeo que presentan un cierto retraso mental pero no debe ser usada en niños menores de 10 años. La logopedia puede utilizarse para mejorar el control neuromuscular pero precisa de la colaboración del paciente. Diversas técnicas quirúrgicas se han utilizado con éxito para controlar el babeo severo en pacientes con poco control neuromuscular: -Reubicación de los conductos submaxi© Medicina Oral S. L.
lares (a veces junto con la eliminación de las glándulas sublinguales). Los conductos se reposicionan posteriormente a la fosa tonsilar, redireccionando el flujo salival y minimizando el babeo. -Reubicación de los conductos parotídeos. -Exéresis de las glándulas submaxilares más la ligadura del conducto parotídeo. -Neurectomía timpánica bilateral seccionando la cuerda del tímpano. Esto destruye la inervación parasimpática de las glándulas, disminuyendo la secreción salival y posiblemente induciendo xerostomía. En definitiva, es fundamental la supresión de los factores favorecedores detectados a través de la anamnesis para dar paso a una actitud terapéutica más o menos agresiva según la etiología. El cuidado de estos pacientes muchas veces requiere la intervención de especialistas de diferentes disciplinas para llegar así a una resolución satisfactoria del proceso.
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Bibliografía
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Tema 30. Sialoadenitis
Las glándulas salivales están formadas por un parénquima, un estroma y unos conductos excretores, en el estroma, se encuentra el soporte conjuntivo de la glándula, y en los conductos excretores, es donde se producen los cambios inflamatorios, que se caracterizan, clínicamente, por una tumefacción dolorosa de la glándula afectada. El término “sialoadenitis” define la respuesta inflamatoria de las glándulas salivales ante un amplio espectro de agentes causales. La etiología de la sialoadenitis es muy variada, se encuentran implicados: agentes infecciosos, la obstrucción de los conductos excretores, causas inmunológicas, radiaciones ionizantes, etc.
Sialoadenitis víricas
Aunque existen múltiples virus que pueden causar sialoadenitis, nos centraremos en detallar las producidas por Paramixovirus, por ser las más frecuentes y las causadas por Citomegalovirus por su gravedad y frecuente asociación con otros procesos patológicos. Parotiditis epidémica (paperas) Es la más importante por su frecuencia, habitualmente diagnosticada por los pediatras. Está producida por un paramixovirus, se trata de un virus RNA, del mismo grupo que el virus del sarampión, el cual contiene un antígeno S (proteína de la núcleo- cápside) y antígeno V (proteína de la cubierta), que se contagia por la saliva, con un período de incubación de 12-25 días. El periodo de contagio se extiende desde 3 a 5 días antes del inicio de los síntomas hasta 4 a 10 días después de que han desaparecido, debido a la presencia del virus en la saliva, dos tercios de los que se infectan contraen la enfermedad. La incidencia de esta enfermedad ha disminuido por la vacunación masiva de niños. La vacunación se realiza con virus atenuados y confiere inmunidad permanente, se administra a los 15 meses de edad, junto con la del sarampión y © Medicina Oral S. L.
la rubéola y una dosis de refuerzo entre los 4-6 años, habiéndose demostrado una pobre respuesta de inmunidad humoral cuando la vacunación se realiza por debajo del año de vida. En general, la mayoría de los casos se observa en niños de 5 a 9 años y el 90 % de los casos ocurre antes de los 14, en el 75 % de los casos es bilateral aunque puede comenzar de forma unilateral. Cuadro clínico
Suele manifestarse como una tumoración bilateral de ambas glándulas parótidas, que pueden levantar ligeramente el lóbulo de la oreja, la piel que recubre la glándula esta ligeramente enrojecida, la palpación es dolorosa, en ocasiones puede asociarse trismo. La desembocadura del conducto de Stensen puede verse inflamada y a la expresión de la glándula drena una saliva no purulenta, se acompaña de síntomas generales: fiebre, malestar y anorexia. La clínica dura entre 7 y 10 días y remite, generalmente, sin secuelas. Pueden afectarse, en un 10 % de los casos, las glándulas submaxilares. Diagnóstico y complicaciones
Se realiza fácilmente por los signos y síntomas clínicos, aunque se pueden realizar test serológicos para antígenos S y V y cultivo del virus a partir de la saliva. Histológicamente se observa edema y dilatación vascular con hiperemia e infiltrado linfoplasmocitario, en ocasiones puede ir acompañado de necrosis de las células acinares en la glándula parótida. Las complicaciones más frecuentes de la parotiditis epidémica son: la meningitis aséptica y la encefalitis, de carácter leve la mayoría de las veces, aunque si se complica puede dar lugar a hidrocefalia, retraso psicomotor y focos irritativos cerebrales. Menos frecuentemente se han descrito casos de sordera, miocarditis, tiroiditis, mastitis, pancreatitis y ooforitis. Cuando la infección se presenta en jóvenes varones postpuberales, puede observarse 285
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hasta en cerca del 30% de ellos epidídimoorquitis, evidenciándose tumoración en los testículos que pueden llegar hasta 4 veces su tamaño normal y dolor intenso, aunque de forma infrecuente, puede llegar a producirse esterilidad. Algunos autores describen un aumento del riesgo de padecer enfermedades inflamatorias intestinales del tipo de la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn en pacientes que sufrieron una parotiditis por paramixovirus antes de los 2 años de vida, sin embargo no se ha encontrado presencia del virus en el tejido intestinal de pacientes con estas patologías, por lo que no se puede establecer por el momento una relación causal. Tratamiento
No existe ningún tratamiento específico hasta la fecha y sólo se recomienda reposo, dieta blanda con abundantes líquidos, analgésico y antipirético. Parotiditis por Citomegalovirus El citomegalovirus es un virus del grupo de los herpesvirus, concretamente de la sub familia ß herpesviridae. La mayoría de las infecciones primarias por este virus cursan de forma asintomática, aunque puede dar lugar a enfermedad clínica, por reactivación del virus, con mayor o menor grado de afectación sistémica en embarazadas o en pacientes inmunodeprimidos, como son los pacientes sometidos a trasplantes, los infectados por el VIH, los pacientes oncológicos, etc. En neonatos, la infección es generalizada con afectación de órganos vitales y con frecuencia puede causar la muerte. La infección congénita se asocia con múltiples malformaciones. El adulto no enfermo tiene anticuerpos séricos frente al virus. El virus puede detectarse en la saliva, orina, leche materna, sangre y heces. Diagnóstico
El cultivo del virus y las pruebas serológicas son suficientes para el diagnóstico. Microscópicamente, la glándula parótida presentan un patrón histológico característico con inclusiones intranucleares o intracitoplasmáticas de las células ductales en forma de 286
“ojo de lechuza”, estas inclusiones pueden encontrarse también en otros órganos cuando existe afectación sistémica: hígado, bazo, riñón, pulmón, etc.. Tratamiento
Es sintomático, similar al recomendado para la parotiditis epidémica, junto al tratamiento de las complicaciones y de la afectación multisistémica, si se produce. En procesos sistémicos, el cidofovir vía intravenosa se ha demostrado el fármaco más efectivo para el tratamiento y la prevención de estas infecciones, por encima del ganciclovir, aciclovir, valaciclovir y valgaciclovir, todos ellos con importantes efectos secundarios. Estudios experimentales en ratones han demostrado la mayor efectividad de ésteres precursores del cidofovir administrados por vía oral, concretamente el hexadeciloxipropil (HDP)-CDV y el octadeciloxiethil (ODE)-CDV.
Sialoadenitis bacteriana
Sialoadenitis Bacteriana aguda Se trata de una infección de las glándulas salivales de carácter agudo y supurativo de origen bacteriano. Se conoce también como sialoadenitis supurativa, séptica, gangrenosa, piogénica. Se trata de una infección poco frecuente, aproximadamente el 1% de las sialoadenitis, se observa en pacientes deshidratados, inmunodeprimidos, tras procesos quirúrgicos complejos, especialmente cirugía abdominal, o como exacerbación de una sialoadenitis crónica. La mayoría de las veces afecta a la glándula parótida, aunque también puede afectar a las submaxilares, especialmente en pacientes debilitados e inmunodeprimidos. Actualmente también se ha observado en pacientes que toman fármacos que producen xerostomía como diuréticos, antidepresivos, tranquilizantes y antihistamínicos. La mayoría de los pacientes son adultos aunque también se han descrito casos en neonatos y en niños. Etiología y patogenia
El microorganismo causal más frecuente es el Staphilococcus aureus entre el 50 y el 90
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% de los casos, también puede producirse por Streptococcus viridans, y menos comúnmente por Neumococos, Haemophilus spp o gérmenes anaerobios en un 43 % de casos como: Peptoestreptococcus spp, Porfiromonas spp, Prevotella spp, Bacteroides spp y en menor medida gérmenes gram negativos, fundamentalmente en inmunodeprimidos. Los gérmenes llegan a la glándula por vía retrógrada a través del conducto, por vía hemática, como consecuencia de una infección sistémica o linfática por una infección de órganos vecinos.
Fig. 1. Sialoadenitis bacteriana.
Cuadro clínico
Se caracteriza clínicamente por la aparición brusca de dolor en el ángulo de la mandíbula, generalmente unilateral, que aumenta con los movimientos mandibulares. La glándula está aumentada de tamaño, es dolorosa a la palpación, la piel está enrojecida, tersa, brillante y caliente, la palpación de fluctuación externa es rara debido a la cápsula fibrosa de la glándula. Tras la expresión de la glándula se obtiene contenido purulento a través del conducto de Stensen, del cual debe de tomarse muestras para cultivo. El cuadro se acompaña de fiebre, trismo, xerostomía y malestar general.
Fig. 2. Sialoadenitis bacteriana supurada.
complicaciones que pueden presentarse son: fistulización al conducto auditivo o a la piel, parálisis facial, vértigos y sordera.
Diagnóstico
Tratamiento
El diagnóstico se realiza a través de las manifestaciones clínicas. Los análisis muestran una leucocitosis con neutrofilia. Las pruebas de imagen como la resonancia magnética o la tomografía computerizada pueden ayudar a completar el diagnóstico y la posible extensión en vecindad de la infección. La sialografía está contraindicada. Desde el punto de vista histopatológico, se produce una alteración de la permeabilidad capilar que origina hipoxia celular, lo que determina la salida de productos enzimáticos hacia el intersticio. Se observa infiltración inflamatoria ductal, periductal y acinar. Cuando el agente causal es el S. aureus, progresa rápidamente y ocasiona un edema facial y cervical, que en ocasiones se acompaña de una necrosis masiva de la glándula. Las
Debe de instaurarse lo más pronto posible, ya que el proceso puede tener una evolución fatal, sin esperar al resultado del cultivo. Hay que hidratar adecuadamente al paciente y restablecer el equilibrio hidroelectrolítico. Se administra tratamiento antibiótico, preferentemente por vía intravenosa, la pauta recomendada es amoxicilina/clavulánico 1g IV cada 6 horas en perfusión rápida o en inyección IV lenta hasta disponer del antibiograma, algunos autores recomiendan asociar corticoides. En casos graves de evolución desfavorable, refractarios al tratamiento médico o si existe un absceso evidente, es necesario realizar la descompresión quirúrgica mediante drenaje externo de la glándula. Excepcionalmente es necesario aplicar radioterapia antiinflamatoria de 100 a 150 rads diarios hasta alcanzar una dosis de 600 rads.
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Sialoadenitis bacteriana crónica Dentro de este grupo incluiremos los procesos de evolución crónica y origen bacteriano que afectan a las glándulas salivales. Se incluyen: las sialoadenitis bacteriana recidivante de origen banal o por gérmenes poco patógenos y las específicas como la tuberculosa, la sifilítica o la actinomicótica.
Cuadro clínico
Se manifiesta clínicamente en forma de episodios repetidos de tumefacción parotídea uni o bilateral, con poco dolor de aparición brusca o bien precedida de síntomas prodrómicos, generalmente dolor en la región preauricular o retromaxilar. La expresión del conducto de Stensen da lugar a una saliva de aspecto turbio y en ocasiones purulenta.
1- Sialoadenitis bacteriana recidivante
Dentro de esta denominación se incluyen la parotiditis recurrente de Payen, la parotiditis purulenta de Chaissaignac, la hidroparotiditis intermitente de Claisse-Dupré, la parotiditis crónica mucopurulenta de Remouchamp y la sialodoquitis fibrinosa de Kussmaul. Etiología y patogenia
Se produce sobre todo en niños entre los 3 y 5 años. La mayoría de las sialoadenitis crónicas sin cálculo afectan a la parótida, suelen afectarse ambas parótidas pero de forma asimétrica. En ocasiones afecta a adultos, la mayoría de las veces de forma idiopática o bien en relación con estenosis congénitas, bridas cicatriciales, infecciones víricas, etc. Las bacterias más frecuentemente implicadas son Streptococcus viridans, Proteus y Neumococos. Dechaume describió el desequilibrio neurovegetativo de origen reflejo capaz de provocar una irritación del trigémino como posible desencadenante de esta patología. Se originan ectasias ductales secundarias a la obstructución de los conductos excretores, en fases más avanzadas se producen fenómenos inmunopatológicos con infiltración linfocitaria densa que puede desembocar en una lesión linfoepitelial benigna, esta forma de evolución es más frecuente en mujeres de 50 a 60 años, e incluso con formación de islotes mioepiteliales que pueden llegar a desencadenar una sialoadenitis mioepitelial. Seiffert describe un cuadro histológico común a todas las sialoadenitis crónicas en el que hay dilatación del sistema ductal excretor, metaplasia escamosa ductal, inflamación crónica periductal, fibrosis en capas de cebolla, atrofia acinar y parenquimatosa y folículos linfoides periductales con centros germinales activos. 288
Diagnóstico y evolución
Las manifestaciones clínicas y la evolución en episodios repetidos de tumefacción, acompañados de poca sintomatología clínica nos orientan al diagnóstico. La sialografía, en el adulto, muestra la típica imagen arrosariada y en perdigonada, característica de las ectasias ductales y la estenosis en ausencia de litiasis. Actualmente se prefiere como prueba diagnóstica de imagen la resonancia magnética. La evolución es diferente en las formas infantiles que en la del adulto; en el adulto, tras varias recidivas, que tienden a ser cada vez más frecuentes y con más sintomatología, se produce una disminución del flujo salival que puede ocasionar xerostomía o hiposialia. A la palpación se aprecia una induración de la glándula. En el niño se caracteriza por la curación espontánea en el 80 a 90 % de los casos en la pubertad sin dejar secuelas, mientras que entre el 10 y el 20 % de los casos persiste más allá de los 14-15 años. También desde el punto de vista histológico, el aspecto es diferente, mientras que en las formas infantiles el componente inflamatorio afecta primariamente al tejido conectivo, en
Fig. 3. Sialoadenitis bacteriana recidivante.
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las formas del adulto el infiltrado es ductal y parenquimal. En las fases agudas se realiza con antibióticos, de elección amoxicilina clavulánico 875 mg cada 8 horas en adultos y en niños 40 mg por Kg repartidos en tres tomas diarias. En fases más avanzadas con episodios muy frecuentes se han propuesto tratamientos radioterápicos (5-12 Gy) o quirúrgicos consistentes en la oclusión del conducto, la denervación parasimpática, la parotidectomía o en su caso la extirpación de la glándula submaxilar.
sea la única manifestación de la enfermedad o que exista afectación de otros órganos. La pauta recomendada de tratamiento para la enfermedad extrapulmonar es, los dos primeros meses: isoniacida 5 mg/Kg y día máximo 300 mg/día; rifampicina 10 mg/Kg y día máximo 600 mg/día, pirazinamida 25 mg/ Kg y día máximo 2 g/día, (sí existe la posibilidad de resistencia a la isoniacida, se añadirá etambutol 25 mg/Kg y día máximo 2 g/día); los cuatro meses siguientes se administrará dos veces por semana: isoniacida 15 mg/Kg y día máximo 750 mg/día y rifampicina 10 mg/ Kg y día máximo 600 mg/día.
2- Sialoadenitis tuberculosa Etiología
3- Sialoadenitis sifilítica Etiología
El agente etiológico es el Mycobacterium tuberculosis.
El agente causal es una espiroqueta, el treponema pallidum. Es excepcionalmente rara y puede aparecer en cualquiera de los periodos de la sífilis, incluso en la congénita.
Tratamiento
Patogenia
La puerta de entrada podría ser un foco de infección en la encía, la amígdala o los ganglios linfáticos. La mayoría de las veces se observa en pacientes de entre 20 y 40 años de edad. Se localiza fundamentalmente en la glándula parótida, por su gran riqueza linfática y su abundante vascularización, aunque también se han descrito casos en la glándula sublingual o en las submaxilares. Formas clínicas
Hay dos formas de presentación, una forma aguda que se desarrolla en pocos días y que se asocia a tumefacción difusa de la glándula y una forma crónica de meses o años de evolución, con tumefacción glandular bien delimitada y no adherida. Rara vez se asocia con parálisis facial y/o parestesias. Diagnóstico
Se realiza por el examen directo y/o cultivo del germen y el test de Mantoux. La sialografía muestra una imagen arrosariada, expresión de la cronicidad de la lesión. Tratamiento
El tratamiento médico debe de plantearse con tuberculostáticos, dependiendo de que © Medicina Oral S. L.
Cuadro clínico
Las características clínicas del periodo secundario (contagioso) son tumefacción glandular dolorosa, trismo, disfagia y sialorrea intensa, se acompaña de adenopatías satélites dolorosas o no. En la fase terciaria puede manifestarse de forma difusa con tumefacción bilateral, de forma localizada o gomosa, con o sin fístula salival y de forma seudoneoplásica, indolora y adherida a la piel y /o planos profundos, puede complicarse con una parálisis periférica. Diagnóstico
Se realiza por las pruebas serológicas de anticuerpos e inmovilización del treponema, en la fase seudo tumoral puede ser necesaria la punción aspiración para efectuar el diagnóstico diferencial con un tumor. Tratamiento
Se efectúa con penicilina G benzatina 2,4 millones de U intramuscular, si el tiempo de evolución es mayor de un año se precisarán tres dosis en tres semanas consecutivas. Como alternativa puede utilizarse la doxiciclina 100 mg/día durante 28 días. Cuando forma parte 289
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de un cuadro de sífilis congénita, se prescribe penicilina G cristalina acuosa 150.000 U Kg. administradas en dosis de 50000 U Kg. i.v. cada 8 horas durante 10 días. 4- Sialoadenitis actinomicótica Etiología
Está producida por Actinomyces spp, el más patógeno para la especie humana es el A. israelí, que pertenece a la flora habitual. Clínica y patogenia
La vía de infección es retrógrada, a través del conducto glandular o hematógena. La glándula más frecuentemente afectada es la parótida y el foco primario suele estar situado en la mandíbula o en el tejido blando adyacente cérvico-facial. Se inicia como una tumoración de varias semanas de evolución que puede crecer en unos días muy rápidamente. A la palpación se aprecia una tumoración dura y bien delimitada, no suele asociarse con trismo, la forma crónica puede llegar a fistulizar y, bien por la fístula o por el conducto de drenaje de la glándula, drena contenido con gránulos amarillentos con filamentos y micelios. Diagnóstico
Se efectúa por la clínica y por la identificación de Actinomyces spp, en la saliva o en el contenido que drena por la fístula; si no es posible identificar el germen, es necesario realizar una punción aspiración para demostrar la presencia del germen causal. En ocasiones se asocian otros gérmenes como el Haemophilus spp o el Actinobacillus spp. Tratamiento
Se realiza con penicilina G benzatina (600 mg cuatro veces al día) o procaína (300 mg/día i.m.) durante 1 mes, durante las siguientes 6 semanas se utiliza doxiciclina (200 mg una vez al día), seguido de 100 mg durante 3 meses. En pacientes alérgicos a penicilina se utiliza eritromicina (250 mg cuatro veces al día). Además el paciente debe de permanecer hidratado y tratando de aumentar la secreción salival de forma química o mecánica.
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Sialoadenitis por radiaciones ionizantes Etiología y patogenia
Se produce como consecuencia de la acción de las radiaciones ionizantes sobre las glándulas salivales. La reducción del flujo salival guarda relación directa con la dosis de radiación recibida, entre los 20 y 30 Gy existe la posibilidad de una ligera recuperación, mientras que entre los 50 y 60 Gy la pérdida de flujo salival es permanente. Las células serosas y acinares son radiosensibles, mientras que las mucosas y ductales son radiorresistentes. Se produce un infiltrado denso con esclerosis vascular en la fase aguda, más tardíamente predomina la fibrosis, pudiendo presentarse una lipomatosis perivascular. Las glándulas salivales menores sufren cambios similares a los de las mayores. Las células mucosas persisten pero hay fibrosis intersticial entre ellas. Las células acinares serosas sufren vacuolización citoplásmica con posterior degeneración y atrofia. En el sistema ductal surgen ectasias, metaplasia epidermoide y proliferación ductal. En los conductos intercalares se han descrito también alteraciones de la polaridad nuclear. A nivel intersticial predomina la fibrosis con esclerosis periductal e infiltración inflamatoria de neutrófilos y eosinófilos. En ocasiones hay granulomas por extravasación y lipomatosis. En el sistema vascular se producen esclerosis y estenosis. Cuadro clínico
El síntoma clínico más importante es la xerostomía con hiposialia y las consecuencias para los tejidos blandos y duros de la cavidad bucal, que de ello se derivan. Tratamiento
Consiste en el tratamiento de los síntomas asociados y sobre todo la aplicación de medidas preventivo-terapéuticas que reduzcan el riesgo de aparición de complicaciones que afectan tanto a los tejidos duros como blandos de la cavidad bucal. La mejor prevención es evitar la innecesaria irradiación de las glándulas salivales al tratar los tumores de cabeza y cuello, en este sentido
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la planificación de los campos de tratamiento con equipos informáticos que permiten la simulación en 3D está suponiendo un importante avance. El uso de la pilocarpina a dosis de 5 mg tres veces al día (Salagen 5mg®), se ha propuesto como tratamiento para la xerostomía residual que queda como grave secuela crónica, aunque se deben de valorar las contraindicaciones oftalmológicas, digestivas y cardiorrespiratorias del uso de este agente colinérgico muscarínico. Sin embargo, existe cierta contradicción en los resultados de los estudios: mientras que subjetivamente los pacientes refieren mejoría, los datos objetivos, como la gammagrafía y el flujo salival, no revelan mejorías significativas. Una explicación que se propone para este hecho es que las medidas objetivas analizan fundamentalmente las glándulas salivales mayores, más radiosensibles, cuya acción es más importante durante la masticación, mientras que las medidas subjetivas, valoran fundamentalmente la acción de las glándulas salivales menores, más radiorresistentes y cuya acción humidifica el medio oral durante más horas. Se está investigando el uso de fármacos citoprotectores, como orgoteína y amifostina, para que las células sanas del organismo no sufran los efectos letales de la radioterapia destinados a las células diana cancerosas.
Sialoadenitis obstructiva Etiología
Es la patología más frecuente de las glándulas salivares. No siempre se produce por cálculos, sino que también, aunque con menor frecuencia, pueden presentarse en otras situaciones, como son: malformaciones congénitas, quistes, inflamación aguda y crónica, alteraciones autoinmunes, efectos secundarios de medicamentos y de radiaciones ionizantes, alteraciones isquémicas y neoformaciones benignas y malignas. Todas estas causas reducen el flujo salivar bien por destrucción del parénquima o por bloqueo excretor. Nos centraremos en las sialolitiasis por ser las más frecuentes. La sialolitiasis, © Medicina Oral S. L.
puede afectar a cualquiera de las glándulas salivales mayores o menores, pero las más frecuentemente afectadas, son las glándulas submaxilares, entre el 70 y el 90 %. La sialolitiasis se presenta sobre todo entre los 40-60 años de edad y la proporción varónmujer es de 2:1. Patogenia
El mecanismo de formación de los cálculos salivales es desconocida, se sugiere que los sialolitos se forman como depósitos de calcio que se sitúan de manera concéntrica en forma de láminas alrededor de pequeños nidos orgánicos que contienen mucinas alteradas junto con células epiteliales de descamación y microorganismos. Los sucesivos depósitos de componentes orgánicos e inorgánicos producen un cálculo laminado. Esto puede suceder en cualquier lugar de los conductos glandulares, especialmente en las curvaturas de los conductos, en la glándula submaxilar concretamente el lugar más frecuente es alrededor del borde posterior del músculo milohioideo. Estudios ultraestructurales han demostrado la presencia de microcálculos en las células acinares de las glándulas submaxilares que ocasionan el estancamiento de la saliva, especialmente en periodos de inactividad secretora, estos microcálculos normalmente son eliminados, pero si se produce una alteración en la secreción, pueden acumularse y formar los sialolitos. En la parótida, es poco frecuente encontrar calcificaciones, es más frecuente que se produzcan tapones mucosos o múltiples microcálculos, que no son visibles radiográficamente, mientras que en las glándulas submaxilares se forman cálculos compuestos por carbonato y fosfato cálcico, radioopacos en el 70 % de los casos; la saliva de estas glándulas tiene un componente mucoso importante con abundantes glicoproteínas, y el curso ascendente de los conductos excretores, favorece la ectasia y la penetración de bacterias por vía retrógrada. La formación de estos cálculos no guarda relación con alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico ni con la presencia de cálculos renales o biliares. El sialolito puede obstruir 291
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total o parcialmente el conducto glandular. Otras formas de sialoadenitis obstructiva crónica son: la calcinosis salival, la disquinesia salival y los megacanales. Cuadro clínico
Se manifiesta clínicamente con dolor intenso que aumenta al comer, hinchazón y signos de infección secundaria. El conducto excretor drena un exudado purulento. A la palpación la glándula es dolorosa y se nota de consistencia firme. Puede acompañarse de fiebre, malestar general y leve o moderada leucocitosis. La reducción del flujo salival y los episodios obstructivos repetidos, pueden dar lugar a infecciones retrógradas y al desarrollo de una sialoadenitis crónica con posterior fibrosis irreversible de la glándula.
Fig. 4. Sialoadenitis obstructuva.
Diagnóstico
Cuando el cálculo es muy anterior, puede incluso ser accesible a la palpación bimanual. Si la obstrucción está producida por un cálculo calcificado, puede observarse radiográficamente; una radiografía en proyección oclusal, sería la más adecuada. La sialografía muestra una interrupción al paso del contraste total o parcial en la zona en la que se encuentra el cálculo o bien una dilatación en torno al que se rellena por el contraste, no obstante está contraindicada en casos de sialoadenitis aguda, en cuyo caso utilizaremos la ecografía, la tomografía computerizada, o la resonancia magnética la cual habrá que realizar siempre que sospechamos la concomitancia de otros procesos en la glándula como tumores, fibrosis, quistes, etc. Cuando se produce una evolución crónica de la enfermedad, se aprecia en la resonancia magnética un aumento difuso y uniforme del tamaño de la glándula. Tratamiento
Comenzará con antibióticos, antiinflamatorios e hidratación abundante. Cuando se trata de un episodio único y si el cálculo está situado próximo a la desembocadura del conducto en ocasiones es suficiente con esto para eliminar el cálculo y resolver el problema. Si persiste la 292
Fig. 5. Inflamación de glándula submaxilar por episodios de submaxilitis.
obstrucción, se deberá de proceder a la eliminación del cálculo. Si éste se encuentra en el suelo de la boca puede ser eliminado de forma directa accediendo al conducto y suturando el conducto abierto a la mucosa del suelo de la boca. Cuando el cálculo se encuentra en el hilio de la glándula, o persiste la sintomatología tras la eliminación del cálculo por vía ductal o cuando el cuadro es recidivante o crónico, la cirugía radical es prácticamente inevitable: parotidectomía superficial o exéresis glándula submaxilar. Actualmente, gracias al material miniaturizado que emplea ondas de choque electromagnéticas, pueden utilizarse técnicas de litotricia para eliminar estos cálculos, siempre que no exista contraindicación médica o que esté indicada la exéresis de la glándula por compromiso funcional. Las obstrucciones mecánicas por microcálculos o formación de tapones mucosos de la parótida casi nunca requieren tratamiento, la propia fluidez de la saliva y la dirección descendente del conducto, favorece su eliminación, gene-
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ralmente no se manifiestan con hinchazón clínicamente visible.
Sialoadenitis por VIH
Además de las ya comentadas sialoadenitis por citomegalovirus o por otros virus que se producen como manifestaciones clínicas del Síndrome de la Inmunodeficiencia Humana, o bien de otras afecciones que pueden manifestarse en las glándulas parótidas como tuberculosis, linfomas, sarcoidosis o sarcoma de Kaposi, se puede encontrar un agrandamiento de ambas glándulas parótidas no doloroso y ocasionado por la presencia de múltiples quistes linfoepiteliales recubiertos por un epitelio cuboideo o escamoso, el infiltrado inflamatorio es sobre todo de linfocitos CD8, también se observan islotes epimioepiteliales, así como hiperplasia folicular con áreas granulomatosas, esto es particularmente manifiesto en niños . Según la clasificación de la OMS, esta entidad se incluye dentro de los tumores de las glándulas salivales, enmarcado en los tumores linfoepiteliales benignos.
Submaxilitis crónica esclerosante (tumor de Kuttner)
Se trata de una enfermedad poco frecuente que se atribuye a una sialoadenitis electrolítica obstructiva y a reacciones inmunológicas anómalas, en un 50 % de los casos existe una litiasis acompañante. Cuadro clínico
Se manifiesta como una tumefacción indurada y dolorosa de ambas glándulas submaxilares, que aparece de manera intermitente, más frecuentemente en mujeres de mediana edad. A menudo es clínicamente indistinguible de un tumor. Diagnóstico
Junto a las manifestaciones clínicas el diagnostico se realiza por la histopatología. Existen cuatro etapas: infiltración crónica focal, infiltración difusa leve, atrofia parenquimatosa y fibrosis intersticial e infiltración fibrosa con esclerosis glandular y desestructuración cirrótica.
Diagnóstico
Tratamiento
Se realiza por la clínica en un paciente VIH positivo y por la imagen en la tomografía computerizada de múltiples áreas hipodensas. La presencia de estas imágenes en un paciente VIH positivo, son suficientes para el diagnóstico, mientras que si el paciente es VIH negativo, será necesario para establecer un diagnóstico correcto realizar una biopsia incisional, si la imagen muestra un agrandamiento difuso de la glándula sin masas definidas, o la parotidectomía superficial si se aprecia en la imagen tomográfica una masa definida.
Consiste en la extirpación de la glándula.
Tratamiento
Se realiza con radioterapia, dosis de 2000 a 4000 cGy son efectivas para reducir el tamaño de las glándulas, o bien mediante cirugía realizando la extirpación del lóbulo superficial, este procedimiento es más predictivo y permite obtener material suficiente para un estudio histológico que permita realizar el diagnóstico con la máxima certeza. © Medicina Oral S. L.
Sialoadenitis inmunopatológicas
Sialoadenitis alérgica Se han descrito casos de sialoadenitis en relación con fármacos u otros alergenos. En ocasiones no son reacciones de hipersensibilidad, sino más bien de tipo tóxico o idiosincrásico a fármacos. Entre los alergenos descritos se incluyen: sulfisoxazol, fenotiacinas, tiocianatos, yodo, algunos antibióticos (cloramfenicol y terramicina), alergenos de la fiebre del heno, de asma, del edema de Quinke y de alergias intestinales. También se han descrito respuestas a la inyección de contraste en el conducto glandular que ocasionan un granuloma a cuerpo extraño con células gigantes multinucleadas, infiltración celular y fibrosis periductal, terminando en muchas ocasiones con una atrofia parenquimatosa.
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Cuadro clínico
El cuadro cursa con aumento de ambas parótidas, poco doloroso con edema periglandular. Puede acompañarse de angioedema, eritema cutáneo y fiebre, lo que facilita el diagnóstico. Tratamiento
Estas sialoadenitis curan espontáneamente, aunque en ocasiones se sobreinfectan por bacterias y es necesario administrar tratamiento antibiótico, muy raramente ocasionan infecciones crónicas de la glándula. Sarcoidosis parotídea Definición y etiología
La sarcoidosis es una enfermedad granulomatosa sistémica de etiología desconocida, que puede afectar casi a cualquier tejido u órgano: los ganglios linfáticos, la piel, los ojos, los vasos sanguíneos, los pulmones, los huesos, también la mucosa oral y las glándulas salivales pueden verse implicadas aunque menos frecuentemente. Patogenia
Se han descrito múltiples factores: A) Factores infecciosos. Tuberculosis, micosis, leishmaniasis, entre los virus, el de Epstein Barr, parainfluenza, rubéola, etc. Ésta teoría no ha sido demostrada aunque podría justificar la depleción linfocitaria de células T. B) Factores ocupacionales y ambientales. El berilio, el circonio, la sílice, el magnesio, el titanio, el talco, el cinc o el polen del pino, se han implicado en su posible etiología. C) Factores genéticos. Se han descrito algunos casos en la literatura de afectación familiar, esto junto a la mayor predisposición en algunos grupos étnicos sugirió cierta predisposición genética. Los pacientes con HLA-B7, B5 y A9, presentan mayor frecuencia de sarcoidosis que quienes no lo poseen. D) Factores inmunopatológicos. Son los más aceptados actualmente, de ahí que se incluya en las sialoadenitis de origen inmune. Estos pacientes tienen disminuida la reacción cutánea antigénica y una menor respuesta inmunitaria al trasplante, en general hay una 294
disminución de la respuesta celular, mientras que los niveles de inmunoglobulinas en el suero se encuentran elevados. Formas clínicas
Las manifestaciones parotídeas de la sarcoidosis fueron clasificadas por Giraud, Guibert y Guerrier en tres formas clínicas: el síndrome de Heerfordt, la forma lácrimo-salival produciendo un síndrome de Mikulicz, y la forma parotídea pura: A) El Síndrome de Heerfordt o fiebre uveoparotídea. Es patognomónico de la sarcoidosis y de aparición excepcional, ocurre de forma bilateral, de instauración lenta y progresiva pero a veces puede hacerlo de forma rápida y brutal, simulando una parotiditis infecciosa. La glándula aparece como una hipertrofia difusa, dura, elástica, no dolorosa. La piel que la recubre es normal o ligeramente eritematosa. Es posible que además estén afectadas otras glándulas salivales, lo que debe de ser siempre investigado. La evolución es variable, habitualmente puede desaparecer sin tratamiento para poder reaparecer algunos años más tarde, puede asociar una parálisis facial uni o bilateral, así como febrícula y trastornos digestivos. La lesión ocular más frecuente es la uveítis, pero también se han observado queratitis, conjuntivitis y herpes conjuntivales, esto ensombrece el pronóstico pues afecta a la agudeza visual y puede ser origen de glaucomas secundarios. B)Forma lácrimo-salival. Se manifiesta como un síndrome de Mikulicz, por lo que en el momento actual se tiende a separar ambos procesos como entidades diferentes. Asocia una hipertrofia lagrimal bilateral, que primero produce una deformidad del ángulo externo del párpado superior para luego producir una tumefacción progresiva de la totalidad del párpado. Se produce una hipertrofia de las glándulas salivales, sobre todo de las parótidas que toman un aspecto idéntico a como ocurre en el síndrome de Heerfordt. La afectación bilateral del resto de las glándulas salivales puede ser menor. Un síndrome de Mikulicz excepcionalmente es sarcoidósico y hace siempre sospechar un
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linfoma maligno o una hemopatía. C) Forma parotídea pura. La parotidomegalia suele ser bilateral, aparece de forma lenta y progresiva, es indolora y elástica, su superficie presenta micronódulos dando una sensación granulosa. La piel de recubrimiento está intacta, el masaje de la glándula deja salir una saliva clara pero escasa. La diferenciación entre una forma puramente parotídea y una adenopatía intraparotídea es muy difícil. Estas formas raramente son la única localización corporal del proceso y así se asocian en muchos casos de otras localizaciones de sarcoidosis, en particular cutánea o pulmonar que permiten fácilmente orientar el diagnóstico. Diagnóstico
La edad más frecuente de aparición está comprendida entre los 30-50 años, produciéndose la afectación de las glándulas salivales entre un 2 y un 6 % de los casos de sarcoidosis. Frecuentemente el paciente padece ya la enfermedad en otras localizaciones y el comienzo de una deformidad parotídea revela esta nueva localización. La sialografía parotídea en fase de repleción muestran que el conducto de Stensen es normal y el parénquima aparece normal o bien presenta pequeñas colecciones de contraste repartidas uniformemente por toda la glándula como signo de las primeras lesiones acino-canaliculares. La opacificación parenquimatosa punteada se va haciendo más evidente con la evolución. Hay un aumento uniforme del parénquima que objetiva la tumefacción glandular, si bien a veces, puede ser un aumento circunscrito producido por una adenopatía. La opacificación del parénquima acino-canalicular siempre está muy acentuada, no es homogénea. Esta imagen peculiar de opacidad punteada y no homogénea corresponde a la desdiferenciación de los acinis, a la dilatación canalicular y al infiltrado linfocitario. La fase de evacuación está retardada y en ella se acentúa el aspecto punteado de la glándula. La gammagrafía con tecnecio 99 muestra un déficit moderado de la actividad en las glándulas afectadas e incluso en el resto. © Medicina Oral S. L.
Macroscópicamente se caracteriza por una afectación multifocal. En la parótida el proceso se inicia en el tejido glandular pero en algún caso raro puede hacerlo en los ganglios intraparotídeos. Con frecuencia están también afectados los ganglios linfáticos yuxtaparotídeos. La punción aspiración con aguja fina o la biopsia glandular muestran el granuloma no caseificado, constituido por un folículo central de histiocitos-macrófagos, células epitelioides y células gigantes multinucleadas de tipo Langhans dispersas entre los nódulos fibrosos, alrededor de los cuales pueden encontrarse linfocitos, monocitos y fibroblastos. Las células multinucleadas pueden contener algunas microcalcificaciones o estar en contacto con microlitos. También se puede producir una esclerosis colágena, a veces con placas hialinas. Dentro del citoplasma de las células gigantes pueden encontrarse cuerpos asteroideos compuestos por lipoproteínas y los cuerpos de Schaumann. El granuloma contiene también un infiltrado de células B y T e inmunoglobulinas. Con el tiempo el granuloma se transforma en una masa sólida, amorfa, eosinófila e hialina. Sería conveniente realizar una biopsia de las glándulas salivales menores del labio ante todo caso de sarcoidosis, ya que en un cierto número de casos se aprecian anomalías histológicas, sin ninguna manifestación clínica. Las pruebas específicas más utilizadas son la respuesta de los linfocitos a los macrófagos, el FIMK o intradermorreacción de Kveim (inyección intradérmica de una suspensión salina con tejido sarcoideo humano), que genera entre las 4 y las 6 semanas un granuloma sarcoideo y es positiva entre el 50 y el 80 % de los casos de enfermedad avanzada. La determinación de la enzima conversiva de la angiotensina I, la lisozima, la adenosindesaminasa y la interleucina 2R Existen una serie de pruebas complementarias no específicas, pero cuya concordancia constituye un argumento a favor del diagnóstico, la negatividad de la reacción tuberculina, el aumento de la VSG con hipergammaglobulinemia, anemia, leucopenia, eosinofilia o monocitosis, trombopenia, hipercalciuria con hipercalcemia, aumento de la fosfatasa alcalina e hipoalbuminemia. 295
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Tratamiento y evolución
La evolución espontánea de la sarcoidosis salival es habitualmente favorable, produciéndose una regresión o desaparición de la misma. La corticoterapia solo está indicada cuando además de la localización salival se asocian otras localizaciones importantes en otras vísceras o cuando existe sintomatología obstructiva a nivel glandular. La pauta es de 40 mg de prednisona durante dos meses, para reducir 10 mg cada dos meses hasta llegar a una dosis de mantenimiento de 5-10 mg/ día durante 1 a 2 años. Lesión linfoepitelial benigna Definición
Desde su descripción en 1988 se denominó “enfermedad de Mikulicz” a todo aumento de tamaño bilateral de las glándulas salivales, incluyendo los producidos por la tuberculosis, la sarcoidosis o incluso por los linfomas. Luego el término quedó reservado para aquellos casos de causa desconocida, en la actualidad se ha propuesto desterrar su uso y ésta enfermedad se conoce como Lesión Linfoepitelial Benigna (LLB), término que fue propuesto por Godwin en 1952. Etiología
Como causa de la enfermedad, se han sugerido procesos infecciosos (virus de EpsteinBarr) o parásitos locales, lesión primaria del sistema ductal salival con infiltración linfocitaria secundaria, o lesión primaria linfoide que puede afectar a las glándulas salivales. Actualmente mediante métodos inmunohistoquímicos se sugiere una patogenia mediada inmunológicamente. Cuadro clínico
Generalmente se presenta en adultos, si bien se ha publicado algún caso en niños. Se muestra como una tumefacción lenta y progresiva de las glándulas salivales, fundamentalmente de las mayores, es moderada, difusa no dolorosa y simétrica, es posible la participación de las glándulas salivales menores, se acompaña de xerostomía. El cuadro clínico que aparece, localmente es similar al del síndrome de 296
Sjögren, pero falta la afectación sistémica propia de este síndrome. Diagnóstico
Las pruebas de imagen resultan poco específicas para el diagnóstico y la punción aspiración con aguja fina o la biopsia muestran células epimiopiteliales entre una población mixta de linfocitos predominando los CD4 e histiocitos. Las pruebas mediante marcadores clonales inmunohistoquímicos, son de gran ayuda para el diagnóstico. En las formas seudotumorales hay que hacer el diagnóstico diferencial con la sarcoidosis, las hemopatía maligna como el linfoma no Hodgkin, leucemia aguda o una linfoadenopatía angioinumoblástica pero en estos casos existiría participación ganglionar. En alguna ocasión aparece asociada a otras patologías como adenomas, sialolitiasis e inflamaciones granulomatosas. Existe una asociación con neoplasias malignas, es posible la transformación a linfoma o carcinoma, con una evidencia de linfoma en un 5-10 % . Tratamiento
Es de tipo médico, basado en antibióticos y antiinflamatorios sólo se utilizan en los brotes agudos que pueden jalonar la evolución. También se ha utilizado la radioterapia a dosis antiinflamatoria, pero ésta podría ser responsable de una ulterior degeneración. La forma tumoral de LLB se trata quirúrgicamente.
Sialometaplasia necrotizante
Es un término histológico definido en 1973 por Abrams como una reacción necrotizante asociada a un proceso inflamatorio que implica a las glándulas salivales menores fundamentalmente del paladar duro (el 85% de los casos) y menos frecuentemente del paladar blando (5%). Anteriormente había sido descrita en otras localizaciones extraorales, esta misma lesión se ha observado en el trígono retromolar, en el labio, en la mucosa yugal, en la glándula parótida etc. Aparece sobre todo en varones entre la cuarta y quinta década de la vida sobre todo en varones (relación varón: mujer, 3:1).
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Etiología y patogenia
Aunque no ha sido demostrada, se cree que la lesión se origina por isquemia vascular causada por un embolismo, también se ha atribuido la isquemia a un traumatismo local, entre los que se incluye a la inyección de anestesia unas 3 semanas antes de su aparición. Según algunos autores, el habito tabáquico y el alcohol pudieran ser factores desencadenantes. Formas clínicas
Existen dos formas clínicas de presentación, la forma ulcerada y la forma exofítica. En ninguna de las dos formas clínicas hay afectación ganglionar: A) Forma ulcerada. Se observa una ulceración de entre 1 y 5 cm de diámetro con bordes irregulares y fondo sucio amarillo-grisáceo, recubierta por un exudado blanquecino y a menudo rodeada por un halo eritematoso con punteado hemorrágico. Puede ir precedida de un absceso. En las formas más agresivas puede llegar al hueso pero sin invadirlo. La úlcera puede o no ser dolorosa. B)Forma exofítica. Aparece como una tumefacción sobre la mucosa con mayor o menor dolor y sensación de entumecimiento que desaparece cuando se resuelve espontáneamente o se ulcera.
Fig. 6. Sialometaplasia necrotizante.
Fig. 7. Sialometaplasia necrotizante.
Diagnóstico
Por las características clínicas de la lesión y por la confirmación histopatológica cuyas características son: la necrosis, los infartos acinares, la metaplasia escamosa ductal, la hiperplasia pseudoepiteliomatosa del epitelio adyacente y la respuesta inflamatoria densa con proliferación vascular. Radiológicamente puede apreciarse un área radiotransparente bien delimitada sobre el conducto incisivo, cuando este es invadido por las glándulas salivales menores. Debe de realizarse el diagnóstico diferencial con el carcinoma mucoepidermoide y otros tumores malignos de las glándulas salivales, el carcinoma oral de células escamosas o las sialoadenitis específicas. El diagnóstico definitivo se establece mediante biopsia. © Medicina Oral S. L.
Tratamiento y evolución
No requiere tratamiento específico, se pueden aplicar corticoides locales para favorecer la resolución del proceso inflamatorio y disminuir el tiempo medio de cicatrización. La enfermedad se resuelve en un máximo de tres meses, si persistiera la lesión sería necesario realizar una segunda biopsia para confirmar el diagnóstico.
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Bibliografía
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Tema 31. Síndrome de Sjögren
Definición
El Síndrome de Sjögren (SS) es una exocrinopatía sistémica de naturaleza autoinmune y etiología desconocida, cuyo componente más llamativo es una infiltración por linfocitos T (y también B) en las glándulas salivales y lagrimales. Esta infiltración produce una destrucción de estas glándulas exocrinas y como consecuencia una xerostomía y una xeroftalmia, es el llamado “complejo sicca” (síndrome seco). El SS primario se diagnostica cuando solo están afectadas las glándulas lagrimales y las salivales, sin otras afectaciones autoinmunes sistémicas; pero si aparece asociada otra enfermedad como la artritis reumatoide (la más frecuente) u otro proceso autoinmune (lupus eritematoso sistémico, cirrosis biliar primaria, u otras enfermedades del tejido conectivo), se denomina SS secundario (Tabla 1). Esta distinción es importante tenerla en cuenta, puesto que algunas complicaciones aparecen más en un tipo que en otro. La forma secundaria es más prevalente que la primaria. Tabla 1.Resumen Resumen las enfermedades con las que Tabla I. de lasde enfermedades con las que se ha asociado el SSse ha asociado el SS. Artritis reumatoide
Hepatitis crónica activa
Lupus eritematoso sistémico
Cirrosis biliar primaria
Esclerodermia
Polimiositis
Amiloidosis
Miastenia gravis
Enfermedad mixta del tejido conectivo
Vasculitis
Poliarteritis nudosa
Pénfigo
Etiopatogenia y epidemiología
El SS afecta a un 0,5- 4% de la población, con marcada predilección por las mujeres (9:1), a partir de los 40- 50 años. Aunque se considera que no es hereditaria se ha observado asociación con ciertos genotipos como el HLA-B8 y HLA-Dw3 en el SS primario y el HLA-DRw4 en el SS secundario. Recientemente se han descrito nuevos autoantigenos en el SS con el método SEREX (análisis serológico de antígenos con DNA recombinante). IFI16, KLHL12 y KLHL7 son los autoantígenos © Medicina Oral S. L.
encontrados hasta en un 70% de los pacientes con SS el primero, 23% el segundo y 17% el tercero. La etiología es desconocida y la patogénesis es compleja y no está muy clara. Se han implicado diversos factores víricos, inmunológicos, genéticos, hormonales, etc. Se sospecha que por un virus o agente desconocido la superficie celular de las células acinares exocrinas se vuelve antigénica, promoviendo la activación e infiltración de linfocitos B y T, que invaden y destruyen los acinis glandulares. Los linfocitos B hiperactivos producen autoanticuerpos y se forman inmunocomplejos. El resultado es el agrandamiento glandular por la infiltración y la disminución de la producción de saliva y/o lágrima. En un 25% de los casos el proceso se extiende a otros órganos sin glándulas exocrinas como el riñón, el hígado, el músculo y el pulmón denominándose SS extraglandular. Cuadro clínico
Los pacientes con SS no siempre presentan los típicos síntomas de boca y ojos secos, sino que pueden comenzar con síntomas inespecíficos como artralgia, fatiga, sequedad vaginal, insuficiencia pancreática, fenómeno de Raynaud, enfermedad pulmonar o tiroidea o síntomas neurológicos. También se ha descrito sialorrea en las etapas iniciales de la enfermedad y alteraciones en la composición salival. Además se producen unas manifestaciones relacionadas directamente con la afectación glandular y otras que son consecuencia de la hiposialia que resulta de la infiltración glandular por los linfocitos. Las manifestaciones más importantes y por las que el paciente acude a nuestra consulta son la xeroftalmia y la xerostomía. Sin embargo suele haber un retraso en el diagnóstico de estos pacientes que puede oscilar entre los 3 y los 11 años. - Como manifestación extraoral se observa la queratoconjuntivitis seca por afectación de las glándulas lagrimales y la ausencia de 299
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lágrimas. Se trata de lesiones queratósicas corneales, que se tiñen de rosa con el Rosa Bengala. Con el test de Schirmer se valora el flujo lagrimal. Esta prueba consiste en la colocación de una tira de papel de filtro (5x35 mm) entre el ojo y el párpado para determinar la cantidad de lágrimas en 5 minutos, midiéndose en milímetros, y es positiva si el flujo es inferior a 5 mm en 5 minutos. Como complicación de la sequedad ocular puede haber una infección secundaria con conjuntivitis y supuración. Los pacientes suelen referir sensación de cuerpo extraño en los ojos, escozor, enrojecimiento, fatiga visual y fotosensibilidad. - Agrandamiento de la parótida (en un 45-50% de los pacientes), asintomático y asimétrico. La glándula se palpa firme pero pastosa. Es importante revisar periódicamente a estos pacientes, en concreto para valorar la posible aparición de un linfoma, debido a que la constante hiperactividad de los linfocitos B policlonales podría seleccionar un clon que proliferara, sobrepasando al resto de la población linfocitaria. En aquellas glándulas mayores de 6 cm y con cambios en la coloración, así como una superficie irregular a la palpación, debe sospecharse de la presencia de un linfoma. Suele aparecer en el SS primario. Los pacientes con SS primario que tienen hipergammaglobulinemia tienen un riesgo 44 veces mayor de desarrollar un linfoma no-Hodgkin tipo B. - La afectación de las glándulas salivales menores también repercute en la salivación, aunque en ellas no se produce agrandamiento. Debido a la infiltración linfocitaria, los acinis son reemplazados por este infiltrado y al haber menos saliva el paciente puede referir dificultad para masticar y tragar alimentos, y en la pronunciación. La evidencia clínica de hipofunción salival incluirá: mucosa oral seca, como parcheada, cuando pasamos el espejo, éste se queda pegado si la disminución de saliva es importante; también detectaremos ausencia de saliva en el suelo de la boca; una saliva de aspecto espeso, atrofia de las papilas filiformes, labios agrietados y con descamación, candidiasis, tumefacción de 300
Fig. 1. Hiposialia con gran sequedad labial y queilitis.
Fig. 2. Hiposialia y lengua depapilada..
Fig. 3. Candidiasis eritematosa lingual.
Fig. 4. Parotiditis bacteriana.
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Fig. 5. Afectación temprana de los dientes.
Fig. 6. Afectación de los dientes en una etapa posterior. Mismo paciente de la figura 5.
Fig. 7. Afectación de los dientes en una etapa muy avanzada. Mismo paciente de la figura 5.
Fig. 8. Sialoadenitis bacteriana purulenta.
Fig. 9. Afectación dental en un Síndrome de Sjögren.
Fig. 10. Mismo paciente de la figura 9 en una etapa más avanzada.
Fig. 11. Artritis reumatoide asociada al Síndrome de Sjögren.
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Fig. 12. Linfoma en un paciente con Síndrome de Sjögren.
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las glándulas salivales y caries. También se puede realizar una sialometría en reposo y estimulada, las cuales se consideran alteradas si los valores son inferiores a 0,1 ml/min y 0,7 ml/min respectivamente. - Como consecuencia de la hiposialia el paciente refiere xerostomía y es más propenso a que aparezcan, como dijimos, caries dentales sobre todo en zonas cervicales. Son caries rampantes, que aparecen generalmente en la cara vestibular del diente en la unión del esmalte y el cemento. - También hay una mayor predisposición para que aparezcan infecciones por cándidas debido a la alteración de la microbiota por la hiposialia. Se observan queilitis angulares, así como candidiasis eritematosa crónica. En pacientes portadores de prótesis se observa una palatitis subplaca, pero además suele haber, por la disminución de saliva, una dificultad para mantener la prótesis colocada, ya que no se adhiere correctamente. El diagnóstico diferencial se planteará con otros agrandamientos de la glándula parótida que no se asocian con xeroftalmia o xerostomía, como la sialodenosis, sarcoidosis, paperas y lesiones linfoepiteliales benignas. En los casos que sólo se observa sequedad oral se tendrá en cuenta si ésta se debe a la toma de fármacos que la favorezcan como los antihipertensivos, antidepresivos, atropina, etc. pero en estos casos no suele haber sequedad ocular.
menores del labio inferior, tomando al menos unos 4 grupos de glándulas. La presencia de más de un foco de 50 linfocitos (fundamentalmente T) en un área de 4 mm2 apoya el diagnóstico de SS. Con el tiempo el infiltrado es tan marcado que el tejido glandular se va atrofiando y los acinis desaparecen. En la parótida la manifestación es una lesión linfoepitelial benigna en la que se combinan la pérdida acinar, la infiltración linfocitaria y focos de islotes mioepiteliales, tríada característica de esta enfermedad. Algunos autores recomiendan la biopsia de parótida, ya que las glándulas mayores se afectan más precozmente que las menores y además sirve para descartar la presencia de linfoma al mismo tiempo. Sin embargo esta técnica es más agresiva y conlleva riesgos de dañar el nervio facial. Habitualmente se toman glándulas salivales menores. - Pruebas de laboratorio. Se solicita hemograma, para descartar anemia, leucopenia u otras alteraciones. También inmunoglobulinas séricas para valorar si existe hipergammaglo-
Diagnóstico
El diagnóstico de SS primario debe sospecharse en cualquier paciente que se queje de boca seca, picor y sequedad en los ojos sin aparente justificación. - Sialometría. Si la saliva total en reposo es < a 1,5 ml en 15 minutos, se considera que el paciente tiene una hiposalivación (xerostomía). - Pruebas oculares. Test de Schirmer < o igual a 5mm en 5 minutos o Rosa de Bengala > 4. - Histopatología. La prueba fundamental en el diagnóstico es la observación del infiltrado linfocítico de las glándulas exocrinas, alrededor de los conductos intralobulillares. Se toma una biopsia de las glándulas salivales 302
Fig. 13. Histopatología de un Síndrome de Sjögren.
Fig. 14. Histopatología de un Síndrome de Sjögren.
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Tabla II. Criterios diagnósticos del SS. (EU-USA Consensus Diagnostic Criteria 2003). (2) Tabla 2. Criterios diagnósticos del SS. (EU-USA Consensus Diagnostic Criteria 2003). I. II. III. IV. V. VI.
Sequedad oral de >3 meses ó tumefacción persistente de las glándulas salivales ó necesidad de beber para deglutir. Sequedad ocular >3 meses ó sensación de arenilla en los ojos ó uso de lágrimas artificiales más de tres veces al día. Schirmer < o igual 5mm/5 min ó rosa de Bengala > o igual a 4 Histología glándular: >1 foco de 50 linfocitos en 4 mm2. Sialometría saliva total en reposo < o igual a 1,5 ml/15min ó sialografía +, ó escintigrafía (gammagrafía) +. Anticuerpos anti-Ro (SSA) ó anti-La (SSB) ó ambos.
Tabla III. Preguntas para valorar la sintomatología relacionada con oral y ocular.
Tabla 3. Preguntas para valorar la sintomatología relacionada con la sequedad oral y ocular. Síntomas oculares -¿Ha tenido diariamente y durante más de tres meses sensación de sequedad en los ojos? -¿Tiene sensación de arenilla en los ojos de forma recurrente? -¿Utiliza lágrimas artificiales más de tres veces al día? Síntomas orales -¿Ha tenido sensación de boca seca durante más de tres meses? -¿Ha tenido de forma recurrente o persistente hinchazón de las glándulas salivales? -¿Necesita beber para poder ingerir la comida de forma habitual?
bulinemia. Son importantes en el diagnóstico los autoanticuerpos: ANA, SS-A (anti-Ro), SS-B (anti-La), y recientemente el SS-C. Estos autoanticuerpos pueden verse en ambos tipos de SS, pero están más asociados con el SS secundario. Así el SS-A está presente en las formas primarias, el SS-B en las primarias y en las asociadas al LES, pero no en el SS asociado a artritis reumatoidea. El SS-C está presente en la artritis reumatoidea asociada o no al SS, pero no en las primarias. - Técnicas de imagen: La tomografía computerizada (TC) y la resonancia magnética (RM) ofrecen información sobre el grado de destrucción ductal y acinar. Se observarán áreas hipodensas lacunares, similares a las que se observan con una sialografía, en la que el contraste da una imagen “de perdigones” por toda la glándula. También pueden utilizarse la gammagrafía y la ultrasonografía de parótida si el radiólogo está familiarizado con estas técnicas. Ninguna de estas técnicas de imagen es específicamente diagnóstica de SS, ya que cualquier sialadenitis puede presentar las mismas características. La RM con contraste (sialografía-RM con contraste) permite una identificación excelente de las estructuras ductales así como cambios quísticos o linfomas. Así pues, en un paciente que sospechemos que tiene un SS primero valoramos con la exploración clínica si existe xerostomía, y también de una forma objetiva con una sialometría. Si resulta con valores inferiores a los normales está indicado la toma de biopsia de glándulas salivales menores, y la solicitud © Medicina Oral S. L.
de inmunoglolobulinas, autoanticuerpos y hemograma. Las técnicas de imagen se reservan para aquellos casos que queremos valorar el grado de afectación glandular. En 1993 se crearon unos criterios internacionales para la clasificación del SS que en 2003 quedaron modificados, en la que se valoran síntomas oculares, síntomas orales, signos oculares, histopatología, afección de la glándula salival y autoanticuerpos.(Tabla 2). La tabla 3 muestra las 6 preguntas de screening recomendadas por la UE para identificar síntomas de ojos y boca seca. Así se considera SS primario si existen 4 de los 6 criterios que se exponen, siempre que los marcadores serológicos ó histológicos sean positivos. Los criterios de exclusión serían: antecedentes de radioterapia en cabeza y cuello, infección por hepatitis C, SIDA, linfoma preexistente, sarcoidosis, enfermedad injerto contra huésped, o uso de fármacos xerostomizantes. Tratamiento. Pronóstico
No existe tratamiento eficaz para el SS, es un proceso incurable. Sin embargo se pueden tratar los síntomas y prevenir y tratar algunas de las complicaciones. En general hay que aconsejar al paciente que evite los entornos excesivamente secos, el tabaco y geles o jabones excesivamente fuertes o astringentes. Para la xeroftalmia se emplean lágrimas artificiales de forma diaria tantas veces como se requiera, ya que su efectividad dura muy poco. En ocasiones se ha de administrar un colirio con antibiótico cuando existe conjuntivitis. 303
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Para la xeroftalmia es útil, en los casos que se puede emplear, la pilocarpina (Salagen®) a dosis de 5 mg/ 3 veces al día. Para la xerostomía se le aconseja al paciente que beba agua abundante y que estimule la secreción masticando chicles sin azúcar, caramelos sin azúcar, o enjuagándose con soluciones salinas o de ácido cítrico. Puede ayudar a mantener la boca húmeda con preparados especiales a base de carboximetilcelulosa, como el Oral Balance®, en forma de colutorio o geles. Al igual que las salivas artificiales, estos preparados tienen un efecto terapéutico corto y sirven sobre todo para aliviar los síntomas del paciente ya que no logran la función protectora que tiene la saliva. Para aumentar la secreción ocular y salival también pueden utilizarse tratamientos sistémicos con fármacos secretagogos como la pilocarpina o la cevimelina. La pilocarpina (Salagen®) es un fármaco efectivo que estimula la función glandular residual y reduce la incidencia de complicaciones a largo plazo. Cuanto más tempranamente se instaure el tratamiento, más beneficios se obtienen y éstos duran mientras queden acinis funcionantes. Los efectos suelen ser dosis dependientes y empiezan a observarse a los 30 minutos tras la administración del fármaco, aunque la mejoría sintomática puede tardar hasta 6 semanas. Antes de prescribirlo hay que tener en cuenta que el paciente no padezca de asma, glaucoma, úlcera de estómago o hipertensión arterial, en cuyo caso no se podrá administrar. Las dosis son de 5 mg/ 3-4 veces al día. Se suele comenzar con dosis bajas (5mg/día) para minimizar los efectos secundarios y se aumenta progresivamente. Entre los efectos secundarios están: sudoración, aumento de la frecuencia urinaria y rubor, aunque tienden a disminuir con el tiempo. Para prevenir la aparición de caries se aconseja una higiene meticulosa, un control dietético, así como la utilización de preparados de flúor, en forma de colutorios, pasta dentífrica y geles que se aplican con cubetas. La candidiasis se trata mediante nistatina suspensión o miconazol gel, que el paciente se aplica 4 ó 5 veces al día, durante 4 ó 6 304
semanas. Los síntomas no orales ni oculares (mialgias, artralgias, alteraciones en piel u otros órganos internos) generalmente se tratan con salicilatos, antiinflamatorios no esteroideos e hidroxicloroquina. Al igual que en el lupus eritematoso los corticoides sistémicos son efectivos pero con limitaciones debido a los efectos secundarios que provocan incluyendo diabetes, osteoporosis, efectos cardiovasculares, etc. Como hemos comentado anteriormente un porcentaje de pacientes (6-10%) desarrollan linfomas de células B, generalmente en la parótida, pero se tiene que hacer un estudio completo para descartar otros focos y poder hacer el estadiaje, para planificar el tratamiento con radioterapia (50-60Gy) y quimioterapia. En general el SS suele tener un buen pronóstico, dado que la evolución suele ser benigna aunque a veces comprometa la calidad de vida del paciente. Existe un riesgo de malignización con aparición de linfomas, sobre todo en la parótida, después de una evolución de 10 a 15 años. Los datos de sospecha son el aumento del tamaño progresivo, adenopatías, aparición de vasculitis, púrpura, neuropatía, fiebre y pérdida de peso. Los datos de laboratorio que orientan hacia una malignización son el aumento de los anticuerpos antinucleares y de las beta-2-microglobulinas séricas. Bibliografía
- Bermejo Fenoll A. Medicina Bucal. Madrid: Editorial Síntesis S.A.1998 .p.360-7. - Hamburger J. Sjögren’s syndrome – managing oral and systemic symptoms via multi–disciplinary approach. Oral Diseases 2004; 10: 306-9. - Uchida K, Akita Y, Matsuo K, Fujiwara S, Nakagawa A, Kazaoka Y, et al. ���������������������������������� Identification of specific autoantigens in Sjogren´s syndrome by SEREX. Immunology 2005; 116:53-63 - Mignona MD, Fedele S, Lo Russo L, Lo Muzio L, Wolff A. Sjögren’s syndrome: the diagnostic potential of early oral manifestations preceding hyposalivation/ xerostomia. J Oral Pathol Med 2005; 34: 1-6. - Bagán Sebastián JV, Ceballos Salobreña A, Bermejo Fenoll A, Aguirre Urizar JM, Peñarrocha Diago M, eds. Medicina Oral. Barcelona: Masson S.A.;1995. p.305-10.
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Tema 32. Sialoadenosis
El término Sialoadenosis fue establecido en el año 1959 por Rauch. La sialoadenosis es una enfermedad no inflamatoria ni neoplásica de las glándulas salivales, esencialmente de parótidas, que se caracteriza por una tumefacción indolora, bilateral y de consistencia blanda, pastosa. Está producida por un trastorno metabólico y secretor, que provoca un acúmulo de gránulos de cimógeno en los acinis y su consecuente aumento de tamaño. La confirmación diagnóstica se realiza por el estudio citológico/histológico en el que se aprecian unos acinis con un diámetro superior a 65 mµ. Etiopatogenia
La etiología de las Sialoadenosis es desconocida en el momento presente, sin embargo se han señalado diferentes factores asociados a la misma, que pudiesen tener un papel etiológico en su desarrollo. Alteraciones endocrinas En general se han descrito casos de Sialoadenosis en muchas enfermedades o alteraciones endocrinas: - La más frecuente es la diabetes mellitus siendo más habitual en la diabetes mellitus tipo 2 que en tipo 1. - Alteraciones del eje diencéfalo-hipofisario. Recientemente se ha descrito en la Diabetes insípida (Mandic R, 2005). - Alteraciones tiroideas, sobre todo hipotiroidismo. - Alteraciones de las glándulas suprarrenales. - Embarazo, lactancia, pubertad, menopausia. Alteraciones distrófico-metabólicas - Deficiencias de vitaminas y proteínas. - Malnutrición. - Alcoholismo (recientemente se ha seña© Medicina Oral S. L.
lado al estrés oxidativo como causa de la sialoadenosis en los pacientes alcohólicos). (Campos SC, 2005) - Cirrosis hepática. - Anorexia nerviosa y bulimia. Farmacológicas - Fármacos antihipertensivos como la clonidina y la guanetidina. - Fármacos simpaticomiméticos como el isoproterenol empleados en procesos asmáticos. - Fármacos psicotropos. - Acido valproico (Mauz PS, 2005) El mecanismo patogénico por el que se desarrollan las Sialoadenosis es desconocido, sin embargo la teoría más aceptada desde hace años, señala la existencia de una alteración en la inervación simpática de las glándulas salivales. La secreción proteica de las glándulas salivales está regulada por fibras simpáticas del sistema nervioso, de forma tal que un fallo en esa inervación dará lugar a la falta de secreción proteica y la consiguiente acumulación de gránulos de cimógeno en su interior que sería al final la causa del aumento de los acinis que daría lugar al proceso que clínicamente veremos como un aumento del tamaño glandular, tal como se definen las Sialoadenosis. Cuadro clínico
Es mucho más frecuente en parótidas, sin existir predilección por el sexo, con una mayor frecuencia de aparición entre los 40-70 años. Seifert en 1964 describió las Sialoadenosis como una tumefacción bilateral de las glándulas salivales, sin características inflamatorias ocasionadas por un transtorno secretor y metabólico glandular. Se puede manifestar 305
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en forma de tumefacciones recidivantes de las glándulas, pero persistiendo siempre una cierta tumefacción residual con carácter crónico y mantenida. Son asintomáticas y no están relacionadas con la ingesta de alimentos. A veces son diagnosticadas por la alteración facial estética que originan, siendo este el motivo por el que los pacientes acuden a la consulta del profesional. Su tiempo de evolución es muy largo, siendo posible encontrar pacientes que señalan un periodo de hasta 20 años. Mignogna et al en 2004 presentaron el caso de una paciente de 28 años afecta de bulimia/ anorexia nerviosa que tenía, además de la tumefacción parotídea bilateral, un agrandamiento simétrico indoloro del paladar duro. Tras la biopsia del paladar se demostraron las típicas lesiones de la Sialoadenosis. Los autores sugieren la importancia de revisar toda la mucosa oral para detectar posibles tumefacciones glandulares y así evitar, en lo posible, tener que tomar biopsias de parótida.
Fig. 3. Detalle de la sialoadenosis.
Diagnóstico
El diagnóstico se hace en base a los datos obtenidos de la exploración clínica, las pruebas radiológicas e histológicas. Clínica El cuadro clínico que hemos descrito es muy definitorio de este proceso, tal como hemos señalado en el apartado anterior. Sialografía Con ella se muestran conductos muy finos, pero esta situación ocurre sólo en los momentos más avanzados de la Sialoadenosis. En estadios precoces suele ser normal.
Fig. 1. Sialoadenosis parotídea bilateral.
Fig. 2. Sialoadenosis parotídea bilateral.
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Resonancia magnética y Tomografía (TC) Se comprueban unas glándulas salivales, sobre todo parótidas, que están aumentadas de tamaño de forma bilateral, sin existir alteraciones en la estructura del parénqui-
Fig. 4. TC que evidencia la tumefacción parotídea bilateral.
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ma glandular. Por lo tanto no se observan procesos obstructivos, inflamatorios ni por supuesto tumores. Punción-aspiración con aguja fina El estudio histológico de las glándulas parótidas es la prueba más importante para establecer el diagnóstico. Sin embargo, de forma habitual se utiliza la punción-aspiración con aguja fina (PAAF) ya que da una información muy completa para poder establecer el diagnóstico y de ese modo evitamos el riesgo que puede representar tomar una biopsia de parótida, nos referimos a la posible lesión del nervio facial. En condiciones normales el tamaño de los acinis es de unos 45 mμ. En la PAAF de una Sialoadenosis el diagnóstico lo da encontrar acinis con un diámetro alrededor de 60 mμ. Satoh y Yoshihara en 2004 presentaron 65
pacientes con Sialoadenosis entre un periodo de tiempo comprendido entre 1989 y 2002 en la Universidad de Tokio. Analizaron las biopsias parotídeas tomadas a 18 de los 65 pacientes mediante microscopía electrónica y técnicas de inmunohistoquímica. Para el estudio ultracitoquímico de los carbohidratos se empleó el método de ácido periódico plata metanamina y la tecnología de lectinaoro. Para la inmunohistoquímica emplearon anticuerpos anti alfa-amilasa. Mediante microscopía electrónica los gránulos de secreción de las células acinares fueron clasificados en dos tipos: claros-transparentes y densos. Los del primer tipo fueron más evidentes en pacientes con anorexia nerviosa y bulimia, mientras que los segundos se observaron más en pacientes con hipertensión y diabetes mellitus. Los resultados de su estudio señalan que la amilasa y los glucoconjugados
Fig. 5. PAAF que demuestra los acinis dilatados.
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están presentes en los gránulos de secreción de la sialoadenosis, aunque la estructura de los mismos era anormal. Tratamiento
La sialoadenosis es un proceso benigno y sin haberse descrito casos de degeneración maligna. Por lo tanto el tratamiento debe enfocarse en primer lugar a nivel etiológico, identificando y en su caso tratando los factores señalados en la etiología de este capítulo. Cuando están producidas por fármacos, si se retiran y sustituyen por otros, en ocasiones pueden regresar, aunque esto no siempre sucede por haberse producido una lesión irreversible de las fibras nerviosas reguladoras de la secreción proteica glandular. Por lo tanto, en muchas ocasiones la actuación sobre los agentes etiológicos no resuelve el problema, pero evidentemente hay que intentarlo. En los pacientes con Sialoadenosis y bulimia/anorexia nerviosa se ha demostrado lo beneficioso de su tratamiento con gotas de pilocarpina administradas oralmente a dosis de 1.25 de 5.0 mg/d hasta que se comprueba que la glándulas parótidas se reducen sustancialmente de tamaño. Sólo por motivos estéticos y por supuesto ante la petición insistente del paciente, puede considerarse el efectuar tratamientos quirúrgicos como parotidectomías superficiales con conservación del nervio facial. Bibliografía
- Seifert G, Miehlke A, Haubrich J, Chilla R. Diseases of the salivary glands. Stuttgart: Georg Thieme;1986. - Bagán JV, Silvestre J. Sialoadenosis de las glándulas parótidas: Consideraciones diagnósticas. Av �������� Odontoestomatol 1990;6:385-8. - Mandel L, Patel S. Sialadenosis associated with diabetes mellitus: a case report. J Oral Maxillofac Surg 2002;60:696-8. - Satoh M, Yoshihara T. Clinical and ultracytochemical investigation of sialadenosis. Acta Otolaryngol Suppl 2004;553:122-7. - Mignogna MD, Fedele S, Lo Russo L. Anorexia/ bulimia-related sialadenosis of palatal minor salivary glands. J Oral Pathol Med 2004;33:441-2.
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- Scully C, Bagán JV, Eveson JW, Barnard N, Turner FM.Sialosis: 35 cases of persistent parotid swelling from two countries. Br J Oral Maxillofac Surg. 2008 Sep;46(6):468-72.
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Tema 33. Quistes salivales
Mucocele Definición
El mucocele, a excepción del fibroma irritativo, es la tumoración benigna de tejido blando más frecuente de la cavidad oral. Como indica su nombre (muco significa moco y coele significa cavidad) se define como una cavidad rellena de moco. Cuando se localizan en el suelo de la boca se denomina ránula (rana como el nombre del animal y ula que significa pequeña) porque la inflamación asemeja los sacos de la boca o de aire de las ranas. Etiología
El moco es el producto secretor exclusivo de las glándulas salivales accesorias (menores) y el más importante de la glándula salival sublingual (mayor). El mecanismo por el que se desarrolla una cavidad de moco es la extravasación o la retención. Los mucoceles por extravasación se forman por el goteo de fluido de los conductos o de los acinis en el tejido de alrededor, son los más frecuentes y representan más del 80% del total. Se tratan de seudoquistes sin paredes definidas. Son los más habituales en las glándulas salivales accesorias, teniendo como factor desencadenante un traumatismo físico. Como excepción existen los mucoceles de retención originados en las glándulas mucosas de la mitad posterior del paladar duro y del blando como resultado de la irritación crónica, como por ejemplo ocurre en casos de estomatitis nicotínica (la irritación del calor y de la nicotina del tabaco puede estrechar las salidas ductales). Los mucoceles por retención son el resultado de la obstrucción del conducto salival, al disminuir o desaparecer la secreción de saliva se produce una dilatación ductal con una inflamación de la superficie. Son mucho menos frecuentes, aparecen sobre todo en pacientes © Medicina Oral S. L.
de edad avanzada, en el orificio de drenaje de las glándulas salivales mayores. La excepción es la glándula sublingual, únicamente los conductos de Rivini, que drenan en la porción superior de la glándula, puede desarrollar estos quistes. En este tipo de mucocele existe una cavidad quística bien definida. Cuadro clínico
Los mucoceles pocas veces causan problemas significativos, el paciente presenta una inflamación que abomba hacia el exterior según el tamaño y la localización, refiere disconfort y en ocasiones alteración en el habla o en la masticación. Los mucoceles pseudoquísticos se presentan como una tumoración no dolorosa, blanda, de color rosado normal a color azul. El color azulado se debe a la congestión vascular y a la cianosis tisular del tejido situado por encima y a la acumulación de fluido de debajo. La variabilidad en el color depende del tamaño de la lesión, su proximidad a la superficie y a la elasticidad del tejido situado por encima. Los mucoceles de las glándulas accesorias y los quistes de retención de las glándulas salivales mayores raras veces superan 1’5 cm y están situados siempre superficialmente. Los mucoceles originados en áreas más profundas habitualmente son más grandes. El labio inferior es el lugar más frecuente de aparición debido a que es el área más susceptible al trauma. Le sigue en frecuencia la mucosa yugal y el paladar. La ránula más frecuentemente se origina en áreas profundas del cuerpo de la glándula sublingual, seguido en menor proporción de los quistes de retención de los conductos de Rivini. La ránula superficial disecante es un acontecimiento raro, se presenta de forma bilateral y tiene un gran tamaño, representando el frenillo lingual una barrera que frena su expansión a través de la línea media. El ori309
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Fig. 1. Mucocele labial.
Fig. 2. Mucocele labial.
Fig. 3. Mucocele labial.
Fig. 4. Mucocele en superficie ventral de lengua.
Fig. 5. Mucocele en superficie ventral de lengua.
Fig. 6. Ránula sublingual.
Fig. 7. Ránula sublingual.
Fig. 8. Ránula sublingual.
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gen es siempre unilateral y la ránula surge de la cara medial profunda de la glándula sublingual, apareciendo más prominente el lado de origen. La plunging ránula aparece cuando existe una perforación grande del músculo milohioideo que permite que el líquido de la glándula sublingual entre en el espacio submandibular. En estos casos se aprecia una tumoración externa grande y una masa intraoral sutil en el suelo de la boca. Existe un grupo de mucoceles localizados muy superficialmente denominados mucoceles superficiales, que se producen por extravasación de moco en los tejidos subepiteliales. La lesión consiste en una vesícula pequeña subepitelial rellena de moco, de pocos milímetros de diámetro, simples o múltiples que habitualmente se rompen y dejan erosiones dolorosas que curan en unos días. Son más frecuentes en mujeres, de unos 30 años de edad media y se sitúan en paladar blando y mucosa yugal y retromolar. Muchas veces no se diagnostican bien y se confunden con alguna enfermedad ampollosa autoinmune.
plunging ránula es muy difícil de distinguir del mucocele submaxilar, aquí la tomografía computerizada es útil, porque el signo de “la imagen de la uña” es patognomónica de la ránula cervical, correspondiendo a una extensión entre la lesión y la glándula sublingual en una dehiscencia del margen posterior del músculo milohioideo. Si este signo está ausente se considera que el origen es submaxilar. También debemos establecer el diagnóstico diferencial con lesiones quísticas de origen no salival, como el quiste branquial, el quiste dermoide, el quiste tirogloso o el higroma quístico. En el caso de un quiste dermoide, pocas veces lo encontraremos en el triángulo submaxilar pero la histología con apéndices dérmicos, folículos pilosos, glándulas sebáceas y glándulas sudoríparas nos confirman su diagnóstico. El quiste branquial muestra infiltración linfoide en las paredes quísticas y el higroma quístico muestra espacios quísticos dilatados con una
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico clínico es el principal en este tipo de lesiones, siendo más difíciles de diagnosticar los mucoceles más profundos. La punción aspiración por aguja fina es una prueba sencilla que nos ayuda especialmente a realizar el diagnostico diferencial con lesiones angiomatosas. El líquido mucoso, viscoso del interior del mucocele muestra células inflamatorias y macrófagos espumosos. El diagnóstico diferencial de los mucoceles labiales debe realizarse además de con lesiones angiomatosas, o con enfermedades vesiculoampollosas. Además de lipomas, neurofibromas, linfangiomas y neoplasias salivales productoras de moco (carcinoma mucoepidermoide…). En el caso de mucoceles más profundos el diagnóstico diferencial se plantea con las lesiones quísticas que se localizan en la región submandibular. Estas lesiones pueden ser de origen salival, como la ránula o la plunging ránula, el pneumatocele o el sialocele. La © Medicina Oral S. L.
Fig. 9. Histopatología de un mucocele .
Fig. 10. Histopatología de la pared de un mucocele.
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línea de células endoteliales y estroma. El resultado histológico es fundamental, mostrando tejido de granulación rodeado de una condensación de tejido conectivo con acúmulos de células inflamatorias y dilataciones vasculares, en el caso de mucoceles de extravasación. En el caso de quistes de retención la muestra se asemeja a las glándulas salivales menores, además de poder encontrar restos de epitelio ductal (columnar o cuboidal). Los quistes superficiales de paladar muestran extravasación subepitelial de sialomucina en la interfase epitelio-conectivo, encontrando a veces también conductos de glándulas salivales menores en la vecindad.
la glándula sublingual, a excepción de la plunging ránula, vía intraoral. Si la retención es de los conductos de Rivini, la marsupialización convencional es correcta.
Sialocele Definición
El sialocele es una cavidad subcutánea que contiene saliva, frecuentemente como resultado de un traumatismo sobre el parénquima o el conducto de una glándula salival. La extravasación de saliva en los tejidos de alrededor se produce tras la lesión, creando así el sialocele. Etiopatogenia
Tratamiento
En el caso de mucoceles de las glándulas accesorias, si se trata de lesiones pequeñas se pueden extirpar completamente asociando el tejido glandular de los márgenes antes de realizar la sutura. Si el mucocele es muy grande se puede realizar una marsupialización para evitar lesiones de estructuras vitales. Los mucoceles de retención se pueden tratar retirando el techo del quiste e introduciendo una sonda lacrimal dentro del conducto para poder dilatarlo. En el caso de los quistes de los conductos de Rivini la retirada del techo y la sutura o no a la mucosa circundante, es efectiva. En el caso de mucoceles superficiales de paladar, algunos autores no recomiendan su tratamiento quirúrgico y otros recomiendan su vaporización con láser YAG en casos recurrentes. Los mucoceles profundos, mucoceles de la glándula submaxilar, en un 90% de ocasiones son quistes de extravasación, sin revestimiento epitelial. La exéresis del quiste no es obligatoria y cuando se extirpa se recomienda la extirpación completa de la glándula submaxilar para evitar recidivas. En el caso de ránulas, la marsupialización (apertura del techo y sutura de la pared quística a la mucosa de alrededor) y la colocación de un apósito anudado tras la eliminación del moco, es aconsejable. Es recomendable ser prudente con la extirpación de 312
Este tipo de lesiones se relacionan con un traumatismo penetrante o tipo “blunt”, aunque también se sabe que pueden aparecer por iatrogenia, en parótida tras cirugía de la articulación temporomandibular o ritidectomía, o sialoceles sublinguales tras cirugía dental. Pocas veces surgen sialoceles de forma espontánea, son los denominados idiopáticos. Cuadro clínico
El sialocele postraumático parotideo se desarrolla de unos 8 a 14 días tras el traumatismo, y a menos que se sobreinfecte de forma secundaria, no es doloroso, ni produce fiebre ni alteración cutánea, confundiéndose muchas veces con hematomas postraumáticos. A la palpación la tumefacción es móvil y blanda. Los sialoceles submandibulares idiopáticos se presentan como masas quísticas cervicales, blandas a la palpación, uniloculares que comprimen el tejido de alrededor. Pruebas diagnósticas
Los sialoceles son difíciles de diferenciar de los linfangiomas radiológicamente, en la tomografía computerizada (TC) aparecen como masas con densidad mayor al agua pero menor a la de los tejidos de alrededor, a menudo con un borde hipercaptante. A diferencia de los linfangiomas, se presentan en adultos. A pesar de que las masas compriman estructuras circundantes, no las invaden
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directamente como en el caso de lesiones malignas. La sialografía ayuda a confirmar el diagnóstico en los sialoceles subcutáneos. El diagnóstico diferencial se debe realizar además de los linfangiomas, con los quistes branquiales, quistes tiroglosos, quistes dermoides, ránulas o quistes de retención. Tratamiento
Los sialoceles postraumáticos responden bien a tratamientos conservadores o quirúrgicos. Entre los conservadores tenemos la aspiración regular, vendaje compresivo, antisialogogos, inyecciones de toxina botulínica para bloquear las terminales colinérgicas y así reducir la secreción salival. Entre los tratamientos quirúrgicos existe la reparación del conducto en los casos de lesión del conducto salival, creación de una fístula controlada interna, parotidectomía superficial o total, denervación parasimpática o ligadura del conducto. En los sialoceles submandibulares idiopáticos, se recomienda la extirpación de la glándula para evitar recurrencias porque se ha observado que surgen directamente de la glándula.
Quistes disgenéticos
Este es un grupo heterogéneo de lesiones que representan el 7% de quistes no neoplásicos de las glándulas salivales. La glándula parótida poliquística es una entidad propia de mujeres de edades comprendidas entre la primera y la sexta décadas. Es uni o bilateral y se caracteriza por múltiples quistes parotídeos, similares a las malformaciones quísticas del páncreas o del pulmón. Se cree que el origen está en una malformación ductal. Clínicamente se presenta como episodios de tumefacción que se inician en la infancia y que van aumentando en frecuencia y molestias con la edad. Debe distinguirse de la sialectasia de la glándula parótida, los quiste ductales o los quistes linfoepiteliales. Las sialectasias congénitas de la glándula parótida son dilataciones focales de los conductos de la glándula. Se acumulan © Medicina Oral S. L.
secreciones en las dilataciones que favorecen la sobreinfección. Las malformaciones de la hendidura del primer arco branquial son malformaciones congénitas que surgen del cierre incompleto de la porción ectodérmica del primer arco branquial. Se pueden presentar en forma de fístula, de sinus o de quiste dependiendo de la extensión de la fusión anómala, envolviendo el CAE, la mandíbula o la región submandibular. La fístula entre la articulación mandibular y el oído externo es la malformación más frecuente. Clínicamente el paciente muestra signos de artritis, siendo la mayor queja el dolor durante la masticación. Los quistes asociados al conducto auditivo externo se presentan como una inflamación auricular, con otitis, otorrea incluso puede afectar la glándula parótida. La fístula salival congénita en el conducto auditivo externo es poco común, siendo su principal manifestación la inflamación crónica del CAE. La contaminación externa del tracto fistuloso se puede asociar a la supuración parotídea y a la sialoadenitis crónica. En pacientes sintomáticos si el problema es articular, la reconstrucción del defecto del conducto con un colgajo condrocutáneo puede ser suficiente para evitar el prolapso del tejido. Si existe un sialocele, se recomienda su extirpación y si el problema es la contaminación externa de una fístula, la resección de la fístula y el cierre del defecto óseo es el tratamiento adecuado. Los defectos de desarrollo de las glándulas salivales a menudo se encuentran en el área cervical, un ejemplo es la atresia congénita del conducto de desembocadura de la glándula submandibular. La lesión quística que surge de este defecto es un tipo especial de quiste de retención, formado por epitelio ductal. Los ultrasonidos o la resonancia magnética pueden ser útiles en el diagnóstico diferencial con las anomalías de duplicación del conducto. Debe tratarse tan pronto como sea posible con el fin de prevenir problemas respiratorios o de alimentación, la simple incisión o la marsupialización son suficientes. El fallo en la descompresión del conducto obstruido 313
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puede predisponer a la sobreinfección de la glándula submandibular o a la atrofia.
Quistes linfoepiteliales
Son quistes que en su estructura presentan un revestimiento epitelial poliestratificado que puede presentar queratinización superficial y elementos sebáceos, sobre una pared con estroma linfoide maduro, bien estructurado con folículos. Suelen aparecer en parótida o en el suelo de boca, con un tamaño aproximado de 1 cm. La edad media de presentación son los 40 años, con predilección por los hombres, en forma de tumoraciones unilaterales o de parotiditis obstructivas. Su etiopatogenia no es muy clara, se postulan diferentes orígenes, ya sea branquial, del seno cervical, del conducto timo-faríngeo o la de la inclusión. El diagnóstico se puede realizar con la clínica, la ecografía y la punción aspiración con aguja fina (P.A.A.F), o con la tomografía computerizada (T.C). En este último caso puede confundirse con una tumoración sólida de parótida.
Quistes ductales
Este tipo de quistes pueden representar casi el 10%, localizándose principalmente en la parótida, en el lóbulo superficial. La mayor prevalencia es en hombres, en la séptima década de la vida, en forma de tumoración o parotiditis unilateral. Su patogenia es similar a los quistes de retención, por obstrucción de las secreciones en el sistema ductal de la glándula salival. El diagnóstico es por clínica, ecografía, P.A. A. F., sialografía o T.C. Histológicamente existe un epitelio de revestimiento y un infiltrado inflamatorio leve en la pared conectiva y granulomas por extravasación de moco. En conclusión si tenemos en cuenta la frecuencia de aparición de los quistes salivales, más del 75% pertenecen a mucoceles de las glándulas salivales menores, seguido de quistes ductales 10%, quistes linfoepiteliales 6%, ránulas sublinguales 5% y quistes disgenéticos en menos del 1%. 314
Debemos destacar la importancia de diferenciarlos de los tumores con estructuras quísticas como el cistoadenolinfoma o tumor de Warthin, el carcinoma mucoepidermoide, los adenocarcinomas o los adenomas pleomórficos quísticos. Bibliografía
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Tema 34. Tumores de glándulas salivales
Epidemiología
Aproximadamente un 3-6% de los tumores de cabeza y cuello en el adulto y alrededor de un 8% en la infancia, afectan a las glándulas salivales mayores o menores. Su incidencia oscila globalmente entre 0,4 y 13,5 casos por 100.000 personas. Un 80% de los tumores se localizan en la glándula parótida (90% lóbulo superficial, 9% en el lóbulo profundo, 1% en “reloj de arena”), 10% en la submaxilar y un 10% en las glándulas salivales menores. La localización más frecuente de los tumores de glándulas salivales menores es el paladar, seguido de la lengua, mucosa yugal y antro maxilar. Un dato importante a tener en cuenta es que las neoplasias de origen benigno (2/3) son más frecuentes que las de origen maligno (1/3), constituyendo las benignas el 80% de las lesiones parotídeas, el 60-65% de las submaxilares y el 50% de las que afectan a glándulas salivales menores. Sin embargo, a nivel de la glándula sublingual, el 60-70% de las lesiones que se encuentran son de tipo maligno, en definitiva, podemos decir que cuanto mayor sea la glándula, mayor es la posibilidad de que se trate de un tumor benigno. Con respecto a la edad, afecta con mayor frecuencia a personas en la cuarta década de la vida, siendo muy infrecuente en la infancia, representando menos del 5% de la totalidad en menores de 15 años. Las lesiones benignas son más frecuentes en mujeres, sin embargo, las de tipo maligno presentan igual incidencia en ambos sexos. El tumor benigno más frecuente en el adulto es el adenoma pleomorfo o tumor mixto, seguido del tumor de Warthin. Dentro de los tumores malignos, el carcinoma mucoepidermoide es el que con mayor frecuencia aparece en la glándula parótida, mientras que el carcinoma adenoide quístico o cilindroma, aparece con mayor frecuencia en la glándula submaxilar y glándulas me© Medicina Oral S. L.
nores. En el niño también predominan los tumores benignos aunque comparativamente con el adulto, el porcentaje de malignidad en tumores glandulares es mayor en estos, predominando dentro de los tumores benignos, los tumores vasculares y entre los epiteliales, el más común es el adenoma pleomorfo. El tumor maligno más frecuente en la infancia es el carcinoma mucoepidermoide Etiología
En lo referente a la etiología de estos tumores se han discutido muchos factores como posibles desencadenantes, pero sin establecer una relación causa efecto clara, salvo en lo que concierne a la radioterapia, donde se ha podido apreciar que pacientes tratados con esta terapia por otros cánceres, tienen un riesgo cuarenta veces mayor que el resto de pacientes. Cuadro clínico
La forma de presentación clínica más usual de los tumores de glándulas salivales es la aparición de una masa. La mayoría de los tumores de la glándula parótida se localizan en su lóbulo superficial, sobre todo en una posición anterior al lóbulo de la oreja, lo que correspondería a polo inferior de parótida. Cuando se localiza en el lóbulo profundo de la parótida, esa masa es mucho menos llamativa, apreciándose un engrosamiento e induración en la porción retromandibular de la glándula. Un signo que sugiere un tumor de lóbulo profundo es la presencia de un abombamiento en paladar blando junto con una masa parotídea, confirmándose con las pruebas de imágenes. En ocasiones, la masa puede aparecer en una porción más anterior, a nivel de la porción media de la cara, tratándose en estos casos, de tumores que se originan en el tejido glandular accesorio que acompaña al conducto de Stenon. Los 315
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tumores mixtos, rara vez son sintomáticos y no suelen presentar afectación nerviosa del facial, salvo que sean de gran tamaño, por compresión del mismo, por esta razón, la aparición de dolor, parálisis facial, junto con la aparición de adenopatías cervicales, suelen ser sugestivos de malignidad. En la glándula submaxilar, la presentación más usual es la aparición de una masa o tumefacción indolora en el triángulo submaxilar. La aparición de dolor habla más a favor de un proceso inflamatorio obstructivo. Podemos detectar dicha masa mediante la palpación bimanual a través del suelo de boca. En las glándulas menores, se presenta como una masa submucosa, la cual se puede ulcerar en ocasiones, teniendo en cuenta que la mayoría de los tumores de esta localización son malignos. Los tumores de glándula salival menor en la mucosa labial pueden simular un mucocele o quiste mucoso, por lo que la presencia de una masa submucosa de consistencia duro-elástica y firme es sugestivo de tumor. La afectación linfática loco regional en los cánceres de glándulas salivales es muy rara, a diferencia de lo que ocurre con los carcinomas escamosos, debiéndose acompañar en estos casos de una disección cervical. Por lo tanto y teniendo en cuenta de que la mayoría de pacientes con cánceres salivales no presentan metástasis linfáticas regionales, la disección cervical es rara vez recomendada. Características de benignidad Duración larga Crecimiento lento Tamaño grande Dolor ausente Parálisis facial ausente Consistencia gomosa y no pétrea Móviles Adenopatías ausentes Estudios complementarios
La evaluación radiológica es necesaria y tiene como objetivo delimitar la lesión, localizar la misma dentro o fuera del tejido glandular y valorar su extensión y relación con estruc316
turas vecinas. Como pruebas de imágenes se pueden utilizar la radiología convencional, sialografía y la utilización de ultrasonidos. Pero son la TC y la RM las que van a aportar más información de utilidad. Tanto una como otra, son igualmente satisfactorias a la hora de diferenciar una lesión quística de una sólida, y la relación de ésta con la glándula y estructuras vecinas, que nos va a permitir planificar el tratamiento más correcto y el grado de resecabilidad en caso de tumores avanzados. El inconveniente de la TC a diferencia de la RM, es que no permite diferenciar tumores del lóbulo profundo parotídeo de tumores del espacio parafaríngeo. La TC es muy útil y la técnica de elección, para la valoración de la erosión del hueso, mientras que la RM da más información con respecto a la diseminación de la lesión a través de los nervios craneales. Ante un paciente con una masa objetivada tanto clínica como radiológicamente, es necesario, previo a la cirugía, un estudio histológico de la lesión mediante la PAAF (punción con aguja fina) que permite en manos expertas, según algunos estudios, un diagnostico histológico en el 90-95% de los casos. Si el resultado no es concluyente, debemos llegar a la biopsia mediante cirugía abierta. Clasificación
Nos limitaremos a comentar con detalle los tumores epiteliales glandulares, simplemente mencionar que los tumores no epiteliales en la glándula suponen el 2-3% de los tumores en los adultos y tienen su origen en los tejidos glandulares de soporte (vasos sanguíneos y linfáticos, nervios, células adiposas, etc.) y su localización más frecuente es la glándula parótida (90%). En los niños predominan las lesiones de origen vascular, como el hemangioma que además es el único tumor no epitelial que aparece en la parótida, los demás son extrínsecos a ella. El 90% de los hemangiomas y linfangiomas se ven en pacientes menores de 30 años. El 30% de los tumores no epiteliales son hemangiomas, el 30% neurogénicos, el 19% fibromas, el 9% lipomas y el 7% linfangiomas.
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Tabla 1. Clasificación de los tumores de glándulas salivales.
I. Tumores epiteliales 1- Benignos
Adenoma pleomorfo (tumor mixto) Tumor de Warthin Adenomas monomorfos: Adenoma de células basales Adenoma canalicular Oncocitoma Adenoma sebáceo Linfadenoma sebáceo Mioepitelioma Cistoadenoma Papiloma ductal Sialoblastoma
2- Malignos Carcinoma mucoepidermoide Carcinoma adenoide quístico Adenocarcinomas -Adenocarcioma de células basales -Adenocarcinoma polimorfo de bajo grado -Adenocarcinoma NOS -Raros adenocarcinomas: -Adenocarcinoma de células basales -Adenocarcinoma de células claras -Cistoadenocarcinoma -Adenocarcinoma sebáceo -Linfadenocarcinoma sebáceo -Carcinoma oncocítico -Carcinoma salival ductal -Adenocarcinoma mucinoso Tumores mixtos malignos -Carcinoma ex adenoma pleomorfo -Carcinosarcoma -Tumor mixto metastatizante Carcinomas raros -Carcinoma primario de células escamosas -Carcinoma epitelial-mioepitelial -Carcinoma anaplásico de células pequeñas -Carcinomas indiferenciados -Carcinoma mioepitelial -Carcinoma adenoescamoso
II. Tumores no epiteliales -Linfomas -Neoplasias mesenquimales -Schwanoma maligno -Hemangiopericitoma -Histiocitoma fibroso maligno -Rabdomiosarcoma -Fibrosarcoma
III. Otros tumores malignos secundarios Aquellos que se originan en otros localizaciones y afectan las Glándulas salivales por: invasión directa (proximidad) de las glándulas, o por metástasis hematógenas o linfáticas.
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Tumores epiteliales benignos
Adenoma pleomorfo Es el tumor glandular más frecuente, representando aproximadamente el 80% de todos los tumores de glándula salival mayor y el 85% de los tumores benignos. En lo que refiere a su localización, la glándula parótida será su asiento habitual, aproximadamente en un 84% de los casos (representa el 65% de los tumores parotídeos), el 14% de los casos tiene localización profunda y tan solo el 5% afecta a ambos lóbulos, en un 8% de los casos aparece en la glándula submaxilar (50% de todos los tumores submaxilares), en un 6,5% aparece en las glándulas accesorias del tracto aerodigestivo superior, más frecuente en paladar, seguido de labio superior y mucosa bucal (representa el 40-70% de todo los tumores de glándulas menores) y por último, en la glándulas sublinguales aparece en un 0,5%. Es muy infrecuente que aparezca de forma bilateral. La edad habitual de aparición es la cuarta década de la vida y más frecuente en mujeres, según algunos escritos. Clínicamente se caracteriza por la aparición de una masa única e indolora, dura, móvil, de crecimiento insidioso, bien delimitado, no adherido a piel ni planos profundos y puede ulcerarse cuando aparece en paladar, aunque generalmente respeta la mucosa que lo recubre. En general, los tumores mixtos son lobulados e irregulares, envueltos por una cápsula fibrosa, que pueden presentar una consistencia variable de unos tumores a otro e incluso en diferentes partes. Con frecuencia, múltiples nódulos protruyen del tumor principal, a modo de pseudópodos, siempre en continuidad con este, siendo los tumores multinodulares los que con mayor frecuencia presentan un carácter recurrente. Sólo en un 0,5% son multicéntricos. Desde el punto de vista histológico se caracteriza por un pleomorfismo celular, donde se objetivan una combinación de células epiteliales y mioepiteliales dentro de un estroma mesenquimatoso. En ocasiones, es difícil determinar su naturaleza benigna o maligna y llegar a un diagnóstico diferencial con el cilindroma. En lo que se refiere al tratamiento, desde que se preconiza la exéresis de toda la glándula, parotidectomía superficial o total conservadora, 318
Fig. 1. Pacientes con adenoma pleomorfo de parótida.
Fig. 2. Adenoma pleomorfo de labio superior.
Fig. 3. Adenoma pleomorfo de paladar.
Fig. 4. Histopatología del adenoma pleomorfo.
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submaxilectomía, etc... en lugar de la tumorectomía, el índice de recidivas ha disminuido, ya que estas eran atribuidas a una exéresis inadecuada de los pseudópodos o rotura capsular durante la tumorectomía. Los tumores mixtos, son unas de las escasas neoplasias benignas que pueden malignizar, concretamente en un 3-5% de los casos, y lo hacen hacia adenocarcinoma, tumor mixto maligno y carcinoma indiferenciado. Se ha podido comprobar que las recidivas tumorales tienen mayor índice de malignización, dado que estas presentan una estructura más multinodular, por lo que es obligado tras su resección, un análisis histológico de la totalidad de los nódulos. La degeneración maligna de estos tumores presenta una estrecha relación con el tiempo de evolución del tumor y de la edad del paciente, y ante la aparición de una masa de crecimiento rápido, mal delimitada, adherida a planos profundos o a piel, con dolor y afectación neural, hay que pensar en esta posibilidad. Tumor de Warthin También denominado cistoadenolinfoma, es el segundo tumor benigno más frecuente de las glándulas salivales, presentando la parótida como localización más habitual, representando el 6-10% de los tumores parotídeos y el 70% de los adenomas monomorfos, siendo rara su localización en la glándula submaxilar o en las glándulas salivales menores. Aparece en pacientes de mayor edad que en los tumores mixtos, concretamente en la quinta década de la vida, y a diferencia del adenoma pleomorfo, es más frecuente en varones. Se cree que se produce por un atrapamiento de tejido glandular en los ganglios linfáticos durante el crecimiento glandular, lo que explicaría la gran frecuencia con la que pueden aparecer de forma multicéntrica (2-6%) y de forma bilateral (tumor benigno que con mayor frecuencia aparece de forma bilateral). Clínicamente se caracteriza por la presencia de una masa de consistencia quística y asintomática en cola de parótida. Desde el punto de vista histológico, aparece como un tumor quístico con oncocitos en el estroma linfoide. En la gammagrafía, se muestra como un nódulo © Medicina Oral S. L.
hipercaptante bien delimitado, a diferencia de otros tumores que aparecen como un nódulo frío. Otras lesiones que pueden aparecer como lesiones hipercaptantes son las sialodenitis, oncocitoma, linfangitis y quistes parotídeos. El tratamiento de elección es la parotidectomía conservadora. Se han comprobado recurrencias, pero se cree que representan segundas lesiones primarias o una expresión de anomalías múltiples. La transformación maligna es rara y cuando ocurre, suele degenerar a carcinoma de células escamosas y en menor número a adenocarcinoma y carcinoma mucoepidermoide.
Fig. 5. Tumor de Warthin.
Fig. 6. RM de un tumor de Warthin.
Oncocitoma Supone menos del 1% de los tumores glandulares, presentando la parótida como localización más frecuente, caracterizado histológicamente por la presencia de células de citoplasma amplio con gránulos eosinófilos en su interior (oncocitos) en los conductos intralobulares de las glándulas salivales, y se manifiesta sobre todo a partir de la sexta década de la vida, teniendo un pico en la sép319
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Fig. 7. Tumor de Warthin bilateral.
tima. Aparece como un nódulo hipercaptante en la gammagrafía al igual que ocurre como el tumor de Warthin. Es el segundo tumor en frecuencia que se manifiesta de forma bilateral. Clínicamente tiene las características propias de los tumores benignos, es decir, una masa sólida redonda, bien delimitada, encapsulada e indolora. El tratamiento conlleva la exéresis de la glándula con un carácter conservador. Rara vez es recurrente y rara es su malignización a oncocitoma maligno, que puede aparecer de novo o de un oncocitoma previamente benigno. Adenoma de células basales Suponen el 2% de los tumores de glándulas mayores, siendo la parótida (70%) y las glándulas salivales menores del labio superior sus localizaciones habituales. Aparecen generalmente en mujeres de edad avanzada. Presenta las características propias de un tumor benigno en la parótida y en el labio se caracteriza por un nódulo no doloroso y no ulcerado, salvo que reciba traumatismos, que presenta un crecimiento progresivo, pudiéndose encontrar en muchos de ellos formaciones quísticas de contenido mucinoso, a veces multinodulares, que clínicamente puede llevarnos a confundirlo con un mucocele, aunque en este caso son menos fluctuantes. Suelen ser de menor tamaño que los tumores mixtos y presentan una baja recurrencias postoperatoria. Desde el punto de vista histológico se caracte320
riza por un patrón isomórfico y la ausencia de metaplasia condroide y mucoide en el estroma mixoide; pudiéndose distinguir tres formas histológicas: sólida, trabecular-tubular y membranosa, esta última difiere del resto de los subtipos porque habitualmente es multilobular y encapsulada casi en el 50%. Existe un subtipo, denominado el tumor análogo dérmico, que presentará un comportamiento localmente más invasivo (más frecuentemente multicéntrico, multilobular, recurrente y no encapsulado). El tratamiento se basa en la exéresis quirúrgica conservadora, que incluye un reborde o margen de tejido sano. Las recurrencias son raras, sin embargo, la forma membranosa tiene una tasa significativa debido a su patrón de crecimiento y naturaleza multifocal. Adenoma canalicular El adenoma canalicular, una forma distinta de adenoma monomorfo, es diferente del adenoma de células basales porque aparece casi de manera exclusiva en la cavidad bucal y posee características clínicas e histológicas distintivas. Sin embargo su conducta biológica es similar. Afecta sobre todo a mujeres por encima de los 50 años, presentando como localización más frecuente el labio superior y se caracteriza por una lesión desplazable, asintomática y de tamaño variable. Histológicamente se caracteriza por presentar cordones de bicapas de células basaloides que se ramifican y se anastomosan dentro de un delgado estroma laxo muy vascular que contiene focos fibroblásticos y escasa colágena. En ocasiones, no está totalmente encapsulado y en más del 20% de los casos también es multifocal. El tratamiento resulta conservador y debe incluir la exéresis de la lesión con un pequeño margen de tejido sano. Las recurrencias son explicables por el carácter multifocal que presenta en ocasiones. Papiloma ductal Dentro de este grupo incluimos el sialoadenoma papilífero, papiloma ductal invertido y
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papiloma intraductal, son tumores raros que se cree que surgen en la porción interlobular y el conducto excretor de la glándula salival unitaria. El sialoadenoma papilífero es una neoplasia benigna rara que aparece sobre todo a nivel bucal; la mucosa de la boca y el paladar son los sitios más comunes. Desde el punto de vista clínico aparece como una lesión papilar exofítica indolora, manifestándose principalmente en varones entre la 5ª y 8ª década de la vida. El tratamiento de estas lesiones consiste en una exéresis conservadora, con una posibilidad de recurrencia mínima. El papiloma ductal invertido es una lesión papilar que surge en el conducto salival, de aparición rara y que clínicamente se caracteriza por una masa nodular submucosa de aspecto similar a un fibroma o lipoma. Afecta por igual a ambos sexos y aparecen sobre todo en adultos. El papiloma intraductal es una malformación rara, que aparece en un punto del sistema ductal más profundo a partir de la superficie, a menudo como un proceso obstructivo de la glándula salival. El tratamiento al igual que ocurre con los dos anteriores es la escisión simple y el índice de recurrencias es mínimo. Mioepitelioma Supone menos del 1 % del total de tumores de las glándulas salivales. Se caracteriza por estar compuesto total o mayoritariamente por células mioepiteliales. Exceptuando que se presentan con más frecuencia en la sexta década, salvo los palatinos que son más frecuentes en personas más jóvenes, su distribución, presentación y conducta clínica resultan similares al tumor mixto. Algunos autores lo consideran una variedad de tumor mixto. Su localización más frecuente es la parótida, seguida de las glándulas menores y la submaxilar. El tratamiento es conservador, con exéresis de la lesión o de la glándula y sus recurrencias son escasas.
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Fig. 8. Mioepitelioma de paladar.
Fig. 9. TC del paciente de la figura 8.
Fig. 10. Histopatología del mioepitelioma.
Adenoma sebáceo En las glándulas salivales submandibulares y parótidas se ha observado la presencia de glándulas sebáceas o evidencia de diferenciación sebácea. Este tejido particular, aunque se originan en los conductos intralobulares, puede dar lugar el adenoma sebáceo y otras neoplasias sebáceas designadas como linfoadenoma sebáceo, carcinoma sebáceo y linfoadenocarcinoma sebáceo. Son tumoraciones raras compuestas por 321
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células derivadas de glándulas sebáceas; en las formas benignas están bien diferenciadas y en las malignas poco o moderadamente. En el linfoadenoma sebáceo se reconoce un componente linfoide benigno. La glándula parótida es el sitio más afectado, aunque se han informado localizaciones intrabucales. Estas anomalías varían desde unos pocos milímetros a varios centímetros de diámetro. La parotidectomía es el tratamiento de elección cuando las lesiones se originan en esta glándula. En caso de neoplasias intrabucales se recurre a la exéresis quirúrgica.
Tumores epiteliales malignos
Los tumores primarios malignos constituyen el 10-15% de los tumores salivales, mientras que los metastáticos representan un 3 % de los mismos, predominan en sujetos entre la 5ª y 6ª década de la vida. El pronóstico en general, sin tener en cuenta el subtipo histológico, es más favorable en aquellos localizados en el paladar, empeorando en los parotídeos y sobre todo en los de glándula submaxilar y sublingual. En la glándula parotídea, el tumor maligno más frecuente es el carcinoma mucoepidermoide, seguido del tumor mixto malignizado y el carcinoma de células acinares, sin embargo en la glándulas submaxilar y sublingual, el tumor predominante es el cilindroma o carcinoma adenoide quístico, pero hay que tener en cuenta que en general el mucoepidermoide es el más frecuente de todos los tumores malignos. Los signos de alarma que nos deben hacer pensar en un tumor maligno son crecimiento rápido, la aparición de sintomatología dolorosa, afectación nerviosa, consistencia pétrea, adherencia a piel o planos profundos, ulceración de la piel y/o mucosas y la presencia de adenopatías metastásicas. Carcinoma mucoepidermoide Es el tumor maligno más frecuente en la parótida y el segundo más frecuente en la glándula submaxilar después del carcinoma adenoide quístico. Es el tumor maligno más 322
frecuente en niños, pero la edad habitual de presentación es la 5ª década de la vida y un ligero predominio en mujeres. En un 65% de los casos se localiza en parótida, en un 15-20% en la cavidad oral y entre el 6-10% en la glándula submaxilar. Desde el punto de vista clínico e histológico podemos encontrar diferentes grados: Bajo Grado de Malignidad – Bien Diferenciados – Grado I: Histológicamente presentan espacios quísticos o glandulares bien formados, sin atipias ni pleomorfismo celular y con pocas mitosis. Suelen infiltrar localmente y son raras las metástasis. Grado Medio de Malignidad – Moderadamente Diferenciados – Grado II: Tienden a producir grupos celulares sólidos, con elevado pleomorfismo y mitosis ocasionales. Presentan mayor número de recidivas, ocasionando excepcionalmente metástasis. Alto Grado de Malignidad – Mal Diferenciados – Grado III: Mayor grado de pleomorfismo y anaplasia. Las formaciones glandulares o quísticas se observan en algunos casos. Mayor tendencia a la recidiva y diseminación metastásica. Los más frecuentes son los bien diferenciados o de bajo grado que representan el 75% de los casos, mientras que los pobremente diferenciados o de alto grado representan un 25%. Los pobremente diferenciados presentan mayor incidencia de invasión local, que se traduce en dolor, ulceración, afectación nerviosa, crecimiento rápido, recurrencias (75%) y metástasis linfáticas, así como una menor supervivencia, mientras que los tumores de bajo grado, es decir, los bien diferenciados, se manifiestan clínicamente como un tumor mixto, donde la afectación neural y las recurrencias son infrecuentes. Las adenopatías metastásicas en los tumores de bajo grado aparecen con mayor frecuencia (5%) cuando este esta localizado en una glándula mayor que cuando esta ubicado en una glándula menor (2,5%), sin embargo, cuando es de alto grado, son más frecuente las metástasis linfáticas cuando están situados en las glándulas menores (80%) que cuando lo están en las glándulas mayores (50%).
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En conjunto presentan una amplia tendencia a diseminarse (60% de metástasis linfáticas y 33% de metástasis hemáticas). El pronóstico va a variar en función del grado de diferenciación del tumor, así uno de bajo grado presenta una supervivencia a los 15 años del 48% y del 25% para los tumores de alto grado y grado intermedio.
Fig. 11. Carcinoma mucoepidermoide de zona retromolar inferior.
frecuente. Cuanto mayor duración tenga un adenoma pleomorfo, mayor es la posibilidad de que se malignice. Tumor Mixto Maligno Verdadero. Su incidencia es menor, presentando dos subtipos. Uno con aspecto microscópicamente benigno, pero que desarrolla metástasis sin modificar su aspecto, y otro en el que el componente estromal y epitelial son malignos, pudiéndose considerar este último como un carcinosarcoma con elevada agresividad y una mortalidad del 100% a los 5 años. Se debe pensar en esta neoplasia en aquellos casos de pacientes con tumores mixtos en los que aparece dolor, afectación del nervio facial (en un 35-50% de los tumores mixtos malignos), crecimiento rápido o ulceración. Requiere de un diagnóstico diferencial con el cilindroma o con un tumor mixto benigno recurrente. Son tumores de gran agresividad, con gran tendencia a las metástasis linfáticas (25-50%) y hemáticas (33%), así como a las recidivas (55% a los 5 años).
Fig. 12. Histopatología de un carcinoma mucoepidermoide.
Adenoma pleomorfo maligno Es un tumor maligno que puede aparecer de novo o a partir de un adenoma pleomorfo tras una evolución de 10-20 años (2-5% de los casos), siendo más frecuente en tumores mixtos recidivados, sobre todo en parótidas. Supone aproximadamente entre el 1-12% de las neoplasias parotídeas y entre el 7-15% de los tumores salivales malignos. Se divide en dos tipos: Carcinoma por degeneración de un Adenoma Pleomorfo. Es un tumor epitelial en el que se identifican restos de un tumor mixto, comportándose como un carcinoma ductal. Es el más © Medicina Oral S. L.
Fig. 13. Adenoma pleomorfo maligno.
Fig. 14. Adenoma pleomorfo maligno.
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Carcinoma adenoide quístico Este tipo de lesión representa el 23% de los tumores malignos salivales, el 14% de los parotídeos y el 31% de los submaxilares. Es el segundo tumor maligno en frecuencia y el más frecuente de las glándulas salivales menores, submaxilar y sublingual. Dentro de las glándulas salivales menores, afecta con mayor frecuencia a aquellas localizadas en paladar. Suelen aparecer entre los 45 y 65 años, afectando por igual a ambos sexos y clínicamente se caracterizan por un crecimiento lento, pudiendo simular tumores benignos. Desde el punto de vista histológico pueden presentar diferentes patrones, los cribiformes que son los más frecuentes, los sólidos que son los menos frecuentes y aquellos que presentan mayor tendencia a la recidiva, y por último, los tubulares que son los que menos recidivan. Las características a destacar de este tumor son su elevada tendencia a la recidiva local (estrechamente relacionado con los márgenes de resección y la variedad histológica) su tendencia a la invasión local, sobre todo perineural, ya que son los que con mayor frecuencia presentan una afectación nerviosa (60%), también puede infiltrar hueso y tejido vascular originando dolor, parálisis facial e incluso afectación de otros pares craneales por introducirse en base de cráneo; cabe destacar su gran tendencia a metastatizar, sobre todo a pulmón por diseminación hemática (20-50%) y cerca de un 15% presentan adenopatías cervicales metastásicas. El porcentaje de supervivencia es del 65 y 12% a los 5 y 15 años respectivamente. Adenocarcinoma Constituye aproximadamente el 3-4% de los tumores de glándulas salivales. Su edad de presentación puede oscilar desde la segunda hasta la séptima década de la vida, sin diferencias entre sexos. En conjunto se caracteriza tanto por su elevada tendencia a metastatizar (50% linfáticas y 30% hemáticas), como su elevada tasa de recurrencia local (65%). Puede aparecer en cualquier lugar de la unidad ductal salival, situándose generalmente 324
Fig. 15. Carcinoma adenoide quístico.
Fig. 16. TC del caso de la figura 15.
Fig. 17. Carcinoma adenoide quístico en paladar.
Fig. 18. Histopatología del carcinoma adenoide quístico.
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su origen en la porción distal. Se clasifica en varios subtipos: Adenocarcinoma Mucinoso. Se origina más frecuentemente en la parótida, constituyendo el 2,8% de los tumores parotídeos. A su vez podrían subdividirse en invasivos y no invasivos, con supervivencias a los 20 años, del 20% y 40% respectivamente. Carcinoma Ductal Salival. Su localización fundamental es la parótida entre la 5ª-7ª década de la vida, siendo tres veces más común en el varón. Presenta semejanzas con el carcinoma intraductal de la glándula mamaria y el prostático. Aunque existen algunos tumores que pueden presentar un crecimiento lento y metastatizar tarde, la mayoría presentan un rápido crecimiento invasivo local (incluso al cerebro por invasión perineural), y diseminación metastásica linfática y hematógena precoz, tanto a ganglios regionales como al pulmón. Carcinoma Ductal Intercalado. Representa el 0,7 % de los tumores salivales. Se presenta sobre la 7ª-8ª década de la vida, más frecuen-
temente en la parótida y se comporta como un carcinoma de bajo grado con supervivencias en torno al 90% a los 10 años y un porcentaje de recurrencia de aproximadamente un 60%. Carcinoma de células acinares Representa el 1% de las neoplasias salivales, apareciendo de manera bilateral en el 3% de los casos. Aparecen en la 5-6ª década de la vida y casi exclusivamente en las glándulas parótidas. Es el segundo tumor maligno en frecuencia, tras el carcinoma mucoepidermoide, que afecta a niños. Clínicamente se caracteriza por una masa parotídea bien delimitada, indolora y de crecimiento lento que puede tener un comportamiento variable, simulando un tumor benigno en el 50% de los casos, presentando metástasis regionales en un 10% y metástasis a distancia en un 15%. Rara vez se acompaña de dolor o afectación del nervio facial. En definitiva se puede considerar un tumor de bajo grado, ya que si bien tiene una alta tendencia
Fig. 19. Adenocarcinoma en suelo de boca.
Fig. 20. RM del caso de la figura 19.
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Fig. 21. Histopatología del adenocarcinoma de la figura 19.
Fig. 22. Histopatología del adenocarcinoma de la figura 21 a mayor aumento.
a la recidiva, su índice de metástasis es baja. La supervivencia debe ser evaluada a largo plazo ya que puede recurrir años después del tratamiento. Como orientación, las supervivencias a los 5, 10 y 15 años se cifrarían en 75%, 65% y 55% respectivamente. La muerte sobreviene por extensión local incontrolable o por diseminación hematógena al pulmón o hueso (columna vertebral principalmente). Carcinoma indiferenciado Se engloban bajo esta denominación aquellos tumores epiteliales malignos que no cumplen las características necesarias para ser incluidos en otras categorías. Es poco frecuente y muy agresivo constituyendo el 3-4% de los tumores parotídeos. Puede presentarse a cualquier edad, con predominio entre la 7ª-8ª década de la vida. Se diferencian varios patrones histológicos, siendo el carcinoma de células pequeñas el de peor pronóstico, con posible relación 326
con su análogo pulmonar, pero de dudosa histogénesis por la ausencia de gránulos neurosecretores. También se ha sugerido la implicación del virus de Epstein-Barr, ya que histológicamente es indistinguible de un carcinoma indiferenciado linfoepitelial de nasofaringe. Por tanto, en la exploración se examinará el tracto respiratorio superior y la nasofaringe antes de aceptarlo como primariamente salival. En 1/3 de los casos aparece superpuesto a un tumor mixto preexistente, pero también puede asociarse al carcinoma mucoepidermoide, carcinoma de células acinares, carcinoma adenoide quístico y al tumor de Warthin, por lo que deberá analizarse minuciosamente la pieza en busca de un área diferenciada que pudiese ser el origen del tumor. El tratamiento consiste en una cirugía radical asociada a radioterapia postoperatoria. Presenta frecuentes recidivas, afectación nerviosa y una elevada tendencia metastásica
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(50% linfáticas y 30% hemáticas). Aún así, la supervivencia oscila entre un 10-25% a los 5 años, siendo el factor pronóstico más importante el diámetro tumoral (peor si es > 4cm). Carcinoma de células escamosas El carcinoma de células escamosas primario es un tumor raro y a veces resulta difícil diferenciarlo del carcinoma mucoepidermoide. También hay que excluir que se trate de origen metastático y descartar la presencia de un carcinoma escamoso cutáneo o del tracto respiratorio. Se presenta más frecuente en la glándula submaxilar, representando el 3,5% del total de los tumores de glándulas submaxilares. Presenta gran tendencia a metastatizar, alta tasa de recurrencia y elevada afectación nerviosa, lo cual lo hace un tumor de pronóstico sombrío. Histológicamente es indistinguible de los carcinomas de células escamosas de otras localizaciones extraglandulares.
el número de ganglios afectos es menor de tres, procediendo de manera radical si el número de ganglios fuese superior. La radioterapia puede emplearse preoperatoriamente para disminuir la masa, postoperatoriamente tendría su indicación en caso de diseminación extracapsular y extraglandular o con un número de ganglios afectos superior a tres. Como tratamiento único quedará reservada para casos irresecables, edad avanzada o cuando el estado general del paciente contraindique la cirugía. El pronóstico generalmente es malo, y depende del tipo histológico del tumor implicado, del lugar de origen de la metástasis y de su diseminación local, variando los porcentajes de supervivencia a los 5 años desde el 67% en los escamosos de origen cutáneo, hasta un 20% en los de origen melanocítico. En caso de que el tumor primario no sea cutáneo, la supervivencia desciende hasta un 5% a los 5 años.
Tumores metastásicos
Representan el 25% de los tumores malignos y el 3% de todos los tumores de glándulas salivales. Las metástasis puede proceder de tumores a distancia por diseminación linfática o hematógena o bien de tumores vecinos por extensión directa de los mismos. Su localización habitual es la parótida. Los tumores primarios que con mayor frecuencia metastatizan en las glándulas salivales son el melanoma y el carcinoma escamoso del tracto aero-digestivo y con menos frecuencia tumores infraclaviculares (pulmón, mama, riñón, colon). El tratamiento de estas lesiones viene determinado por el tipo de tumor primario, origen, resecabilidad y estado general del paciente. La parotidectomía superficial presenta mayor número de recidivas (55-75%) que otras técnicas según diversas series. Otros autores sostienen que con una mayor agresividad quirúrgica, solo se aumenta la morbilidad del paciente sin mejorar la supervivencia. En cuanto al vaciamiento, algunos lo recomiendan de manera funcional si © Medicina Oral S. L.
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Tema 35. Dolor orofacial Clasificación
En la tabla 1 está expuesta la clasificación del dolor orofacial. Tabla 1. Clasificación del dolor orofacial. I. Dolor somático - Dolor de origen local Mucoso Periodotal Glandular Sinusitis maxilar - Algias vasculares Cefalea en racimos Jaqueca de la mitad inferior de la cara Arteritis de la temporal Carotidinia y Sd. De Eagle Enfermedad coronaria Odontalgia atípica - Dolor masticatorio: Muscular y/o articular II. Dolor neurógeno - Del Trigémino: Esenciales, sin causa conocida - Típicas, con características clásicas - Atípicas, con características atípicas Sintomáticas, con causa conocida - Postraumáticas - Infecciones: herpes y postherpéticas - Compresión tumoral y vascular - Esclerosis múltiple - Neuropatía trigeminal benigna - Del Facial (neuralgia del geniculado o del intermediario) - Del Glosofaríngeo Esenciales Sintomáticas: Absceso o tumor periamigdalino III. Dolor psíquico o funcional
Neuralgia del trigémino
La neuralgia del trigémino (NT) es una entidad muy bien reconocida desde hace años, caracterizada por dolores lancinantes muy intensos en el territorio facial. El diagnóstico se suele hacer por la historia y características del dolor, ya que en la inmensa mayoría de las ocasiones los exámenes complementarios suelen ser negativos. Epidemiología
Incidencia aproximada de 4/100.000 habitantes. No hay descripciones de afectaciones en la misma familia. © Medicina Oral S. L.
No hay predilección por ninguna raza, ni zona geográfica. Muy ligera predilección por sexo femenino. El diagnóstico suele hacerse alrededor de los 50 años. Etiología
La causa de los dolores (NT) no es conocida, sin embargo es posible que en un principio se trate de lesiones en la raíz del nervio trigémino. Devor y col. (2002) propusieron una hipótesis de ignición. En ella, las lesiones del nervio trigémino inducen cambios fisiológicos que originan una hiperexcitabilidad de las neuronas sensitivas, que acaban dando el dolor. Cuadro clínico
En primer lugar señalaremos los criterios de Sweet en la NT (1969) : - Dolor paroxístico. - El dolor puede estar desencadenado al tocar ciertas zonas de la cara (zonas trigger). - El dolor está confinado en un trayecto trigeminal. - Dolor unilateral. - La exploración clínica sensitiva suele ser normal. Si clasificamos las Neuralgias trigeminales, distinguiremos dos tipos: A. Clásica o esencial. B. Sintomática. A. Clásica o esencial 1- Dolor unilateral. 2- Características como descargas eléctricas, con un comienzo y terminación brusco. 3- Duración breve de segundos a 2 minutos. 4- El dolor habitualmente remite durante periodos de tiempo variables de una persona a otra. En ese tiempo no hay ningún dolor. 5- Limitado a una o más ramas del trigémino 329
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(lo habitual es a una, sobre todo la tercera). 6- Espontáneo o bien desencadenado en zonas trigger (al tocar zonas como el área infraorbitaria, o bien la zona mentoniana, al lavarse, afeitarse, fumar, hablar, limpiarse los dientes). 7- No hay alteraciones clínicas sensitivas. 8- No se encuentran alteraciones en las exploraciones complementarias (radiografías, etc.) Características del dolor - Crisis paroxísticas, como descargas eléctricas. - Inicio de repente. - Alta intensidad. - Duración: 1 segundo a 2 minutos en cada ataque. - Al desaparecer, el paciente está sin ningún dolor durante los periodos intercrisis. Localización - Siguiendo una rama trigeminal. - La más frecuente es la tercera rama, menos frecuentemente en la segunda, así como también poco frecuente afectando a la primera y segunda a la vez. La primera rama es muy rara. - Unilateral de forma exclusiva. Si el dolor pasa la línea media no es compatible con una NT. Zonas gatillo - Area de la cara que tras tocar ligeramente se desencadena el dolor. - Se denomina ZONA TRIGGER. Esta zona no siempre está. Cuando la tenemos no representa un área mayor de unos pocos milímetros de diámetro y localizada en la región perioral (en la zona infraorbitaria o bien en zona mentoniana) Características individuales del dolor - Cada paciente tiene una patrón característico de dolor. - Así las crisis dolorosas son muy similares en intensidad, localización, etc. 330
Exploración clínica sensorial Es habitualmente normal, sin alteraciones deficitarias de tipo sensitivo. B. Sintomática Tiene las mismas características clínicas que la Neuralgia del trigémino esencial o clásica, pero a diferencia de esta última, en la sintomática existe otra enfermedad que es la responsable de todo el proceso (tal como una esclerosis múltiple o un tumor del ángulo pontocerebeloso). Diagnóstico
1- Manifestaciones clínicas previamente descritas. 2- Pruebas complementarias. -Siempre solicitar una TC y una RM (para ver esclerosis múltiple, o bien tumores). -Analítica sangre (proceso autoinmune en la esclerosis múltiple). -Punción lumbar. -Potenciales evocados. Tratamiento
En la tabla 2 está expuesto el tratamiento de la Neuralgia del trigémino. Fármacos empleados en la NT
- Carbamacepina (Tegretol®) Comenzar con 100 mg cada 12 horas, hasta la dosis de 400-1200 mg/día. 80% buenos resultados. - Amitriptilina (antidepresivo tricíclico). (Nobritol®, Deprelio® 25mg) 30-75 mg/día, repartidos en tres tomas. (sequedad de boca y retención urinaria). - Hidantoinas (Fenitoina®) 300-500 mg/día. No son tan efectivas como la carbamacepina. - Clonacepan (Rivotril®) 1,5 mg a 6 mg/día, en tres tomas. - Baclofeno (Lioseral®) Comenzar por 5 mg/día, aumentando 510 mg cada tres días, hasta alcanzar los 60 mg/día.
Tabla 2. Tratamiento de la Neuralgia del trigémino.
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Clasificación
Algias vasculares
- Neuralgia migrañosa o cefalea en racimos - Migraña - Jaqueca facial (Cefalea de la mitad inferior de la cara) - Dolores vasculares inflamatorios (Arteritis de células gigantes de la arteria temporal) - Otras algias vasculares orofaciales Carotidinia Dolor referido cardíaco Odontalgia atípica Neuralgia migrañosa Concepto
La cefalea en racimos (CR) típica cursa con ataques de dolor severo, unilateral, de predominio ocular o periocular, de breve duración, que se acompaña de signos autonómicos homolaterales. También denominada: Cefalea histamínica de Horton, cefalea en acúmulos, cluster headache. Epidemiología
- Incidencia: 9,8 a 25 casos por 100.000 habitantes/año. - Edad: Suele aparecer entre la segunda y tercera década de la vida, puede mantenerse hasta edades avanzadas. El diagnóstico suele hacerse alrededor de los 50 años. - Sexo: Más en varones 3,6/1. Etiopatogenia
No se conocen todavía los mecanismos etiopatogénicos de la CR. Es evidente la dilatación de las arterias extracraneales y su papel en el mecanismo fisiopatológico subyacente al dolor en estos casos. De hecho, la arteria carótida interna se afecta en la mayoría de los pacientes con CR. Como factores precipitantes de esta CR tenemos: -Alcohol. -Cocaína. Cuadro clínico
Debido a la escasa duración de las crisis de dolor y a su frecuente presentación en las 332
primeras horas de la madrugada, es raro presenciar un episodio, y el diagnóstico se suele hacer por lo que nos cuenta el paciente. Características del dolor - Dolor muy intenso, constante, perforante, lancinante, urente. - Incapacita al paciente durante la crisis dolorosa. - Provoca verdadero temor en el paciente a una nueva crisis. - En el ataque de dolor, no pueden quedarse quietos, gran desasosiego. Localización del dolor En el ojo, sien, la mejilla, la zona de premolares superiores. Periodicidad de las crisis Recidiva en forma de brotes o acúmulos, lo que le da el nombre. Hay dos variedades: 1- CRE (cefalea en racimos episódica). 2- CRC (cefalea en racimos crónica). En la CRE. Crisis de dolor en brotes que duran 4-8 semanas. Tienen periodos libres de dolor superiores a 15 días. En la CR. Crisis de dolor en brotes diarios en periodos superiores al año. Frecuencia diaria de las crisis En la CRE el número medio de ataques diarios de dolor oscila entre 1-3, en algunos casos llega hasta 8 o más. Los ataques suelen aparecer en unos momentos particulares del día o de la noche (a la misma hora. Cefalea del despertador). Por lo tanto pueden aparecer durante el sueño. Duración de las crisis Suelen iniciarse bruscamente, duran entre 10 minutos a 2 horas. Cesan de forma súbita. Una vez cede el dolor, están libres del mismo hasta un nuevo ataque o crisis. Factores precipitantes o desencadenantes El más importante es beber alcohol.
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Otras alteraciones asociadas Se acompaña de un cuadro vegetativo importante. - Lagrimeo del ojo afecto. - La conjuntiva bulbar ocular está inflamada (inyectada). - Un tercio de los pacientes tienen un Síndrome de Horner incompleto: Ptosis del párpado unilateral Miosis Enoftalmos - El orificio nasal de ese lado con sensación de taponamiento y destilación nasal. - La cara se enrojece, en ese lado Diagnostico
1- Por los datos clínicos antes mencionados. 2- TC y RM. Al ser la CR un trastorno funcional del sistema vascular, no encontraremos una alteración en las exploraciones complementarias. Tratamiento
1- Tratamiento de la crisis -Sumatriptán, 6 mg por vía subcutánea. -Ergotamina, 2 mg en supositorios o por vía oral. -Inhalaciones de oxígeno, 7 l/min, 15 minutos. 2- Tratamiento profiláctico Una crisis diaria: Crisis diurnas: Ergotamina, 2 mg, vía oral o supositorios, 2 horas antes de la crisis esperada. Crisis nocturnas: Ergotamina, 2 mg, PO o supositorios al acostarse. Dos o más crisis diarias: Ergotamina, 1 mg cada 8 h, 2 meses. Verapamilo, 80 mg cada 8 horas. Indometacina, 25 mg cada 8 horas. Propanolol, 40 mg cada 12 horas.
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Migraña Afecta alrededor del 16% de la población general, siendo mucho más frecuente en las mujeres, siendo la proporción de 3/1. El 15% señalan tener la migraña entre 8-10 días dentro de un año. Es muy frecuente que suceda en varios miembros de una misma familia. Es más frecuente en las tres primeras décadas de la vida, ocurriendo las crisis en cualquier momento del día o de la noche, siendo más habitual al levantarse por las mañanas. Cuadro clínico
El episodio de dolor dura entre 4 y 72 horas en las personas mayores, mientras que de 2 a 4 horas en los niños. Suele ser unilateral. Es un dolor intenso, constante, de tipo palpitante. El dolor se agrava con la actividad física o simplemente moviendo la cabeza. Junto al dolor existe una especial hipersensibilidad en el cuero cabelludo en el momento de la cefalea e incluso tras ella. La crisis de migraña pasa por las siguientes fases: pródromos, aura, cefalea en sí, terminación de la cefalea y postpródromo. Tratamiento
1- Medidas encaminadas a evitar los desencadenantes de las migrañas. Son factores desencadenantes, algunos alimentos, la luz, los cambios de tiempo, olores fuertes, el cansancio, el estrés. 2- Tratamientos no farmacológicos. Evitar en el paciente los cambios en la rutina diaria para prevenir los ataques, hipnosis, psicoterapia para disminuir el estrés. 3- Tratamientos farmacológicos. Utilizar primero analgésicos tales como ácido acetil salicílico o bien antiinflamatorios no esteroides. Si con ello no se controlan iniciaremos tratamientos con derivados de la ergotamina o bien el sumatriptán.
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Jaqueca facial o cefalea de la mitad inferior de la cara
Se considera una variedad de migraña, sucede cuando el dolor se localiza no en la cabeza, sino en una hemifacies. Suele ser unilateral iniciándose en paladar o ángulo de la nariz, pudiendo extenderse luego a la mejilla, oreja, cuello, e incluso zona periorbitaria. Su duración es superior a la cefalea en racimos, ya que dura unas cuatro horas y en algunas ocasiones hasta días enteros. Además puede tener síntomas y signos acompañantes como náuseas y vómitos. Arteritis de células gigantes de la arteria
Desordenes temporomandibulares
Los desórdenes temporomandibulares (DTM) son aquellas entidades nosológicas orgánicas o funcionales que afectan al sistema de relación craneomandibular bien sean musculares o articulares. Los más frecuentes observados en la clínica son aquellos derivados de las alteraciones en la musculatura de la masticación (dolor miofascial), los desordenes por trastornos del disco (desplazamiento del disco con reducción y desplazamiento del disco sin reducción), dislocación condilar, desórdenes inflamatorios (como capsulitis/ sinovitis) y osteoartrosis.
temporal
Más frecuente en las mujeres, siendo más habitual a partir de los 50 años. Presenta síntomas generales como son pérdida de peso, febrícula, molestias articulares y sudoraciones nocturnas. Consiste en un dolor en la zona temporal sobre las arterias afectadas, que al tacto se observan gruesas y sin pulsaciones. Son dolorosas al tocarlas con enrojecimiento de la piel que las recubre. Existe un dolor patognomónico con la masticación por la claudicación intermitente de los músculos maseteros. El diagnóstico se confirma por la biopsia de la arteria.
Dolor miofascial Es un desorden funcional consistente en un trastorno doloroso de las estructuras miofasciales (músculos, tendones o fascias) caracterizado por la presencia de una banda palpable en el músculo afectado, un punto gatillo y un patrón característico de dolor referido. Etiopatogenia
La etiopatogenia no está totalmente aclarada se ha sugerido que ciertas terminaciones nerviosas de estos tejidos pueden ser sensibilizadas por sustancias que crean una zona localizada de hipersensibilidad. La etiología que desencadena este dolor es compleja, se han descrito ciertos factores locales y sistémicos que parecen estar asociados como traumas, hipovitaminosis, mal estado físico, fatiga e infecciones víricas, estrés emocional, estímulos dolorosos profundos y factores locales como asimetrías funcionales o morfológicas, alteraciones oclusales (como falta de dientes posteriores), interferencias oclusales o alteraciones del complejo articular como luxaciones. Cuadro clínico
Es un dolor profundo o sordo, espontáneo. Generalmente es bilateral pero puede ser unilateral. La localización es regional, de zonas extensas, generalmente en el área de distribución del músculo. Es de intensidad moderada pero constante y puede existir de 334
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mañana al levantarse. El signo clínico más importante es la hipersensibilidad localizada en bandas musculares, tendones o fascias, con puntos gatillo a la palpación. La exploración clínica se realiza mediante la palpación de los músculos de la masticación (masetero, temporal, pterigoideo interno y pterigoideo externo) del digástrico y esternocleidomastoideo bilateralmente. Tratamiento
El tratamiento consiste en la eliminación de los posibles factores precipitantes, tratamiento sintomático para el dolor con analgésicos y relajantes musculares y férulas de relajación muscular. También se han utilizado otros procedimientos como infiltraciones musculares de anestesia y estimulación eléctrica transcutánea. Desórdenes por trastorno del disco El desplazamiento del disco es la causa mas común de trastorno interno de la articulación temporomandibular (ATM). El disco se encuentra en su posición superior normal cuando la banda posterior del mismo está en la posición de 12 horas en el techo del cóndilo en boca cerrada. El desplazamiento del disco suele ser anteromedial, el desplazamiento mediolateral y posterior son menos frecuente. El desplazamiento puede ser con reducción o sin reducción. Para la detección de la posición del disco nos basamos en unos parámetros clínicos y en el estudio de imagen siendo en estos casos la resonancia magnética la técnica de elección. 1. Desplazamiento del disco con reducción
Se produce cuando sale el disco del cóndilo durante el cierre de la boca pero regresa a su posición normal sobre el cóndilo durante la apertura, esto comúnmente se asocia con un chasquido (clic articular). A la palpación posterior o lateral de la articulación frecuentemente se nota una sensación de vibración. La apertura mandibular puede iniciarse con una desviación de la línea media hacia el © Medicina Oral S. L.
lado afecto recuperándose en el transcurso del movimiento. La lateralidad puede estar limitada hacia el lado opuesto y ser normal en el mismo lado. Dos tercios de las articulaciones con desplazamiento del disco con reducción son articulaciones hipermóviles ocurriendo esta con más frecuencia en las mujeres que en varones y está asociado a una hiperlaxitud generalizada pudiendo objetivarla mediante los Criterios de Beighton. Tratamiento
El tratamiento está indicado cuando existe un componente doloroso que si es de origen muscular puede aliviarse con una férula de relajación, y para la luxación discocondilar con férulas de reposición o férulas estabilizadoras simplemente aumentando la dimensión vertical. El tratamiento quirúrgico está indicado cuando el dolor y la disfunción persisten tras el tratamiento conservador y dan importante sintomatología y el disco desplazado no tenga una deformidad. 2. Desplazamiento discal sin reducción
Puede ser el resultado de la progresión desde una fase con reducción y se caracteriza por la limitación del movimiento condilar debido a que el disco se mantiene en una posición anómala durante todos los movimientos de la mandíbula, esto se manifiesta clínicamente con una limitación en la apertura y una desviación hacia el lado afecto. La lateralidad hacia el lado no afecto esta muy limitada y suele ser dolorosa y hacia el lado afecto puede estar conservada. Esta situación articular produce una respuesta muscular de contracción dolorosa no fisiológica. La articulación afecta está sensible a la palpación. El paciente generalmente relata el antecedente de clics articulares desapareciendo ante la falta de la reducción. Tratamiento
El tratamiento consiste en manipulación para recapturación del disco. Posteriormente se colocará una férula de reposición que prevenga un nuevo desplazamiento. 335
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Si la relación normal cóndilo disco no se restablece ésta se puede cronificar produciendo fibrosis retrodiscal y cambios osteoartrósicos secundarios. 3. Dislocación del cóndilo
La dislocación del cóndilo anterior a la eminencia articular supone un bloqueo abierto que requiere una reducción mediante manipulación. Generalmente se manifiesta en pacientes con hipermovilidad con debilidad en la cápsula y ligamentos que permite una excesiva translación condilar. Existe una contractura muscular protectora que requiere de sedación o anestesia local para permitir las maniobras de reducción, llevando la mandíbula hacia abajo y hacia atrás para que el cóndilo sobrepase la eminencia temporal que constituye el obstáculo para la translación retrusiva hacia la fosa. Osteoartritis Las artritis son enfermedades inflamatorias de las articulaciones que cursan a brotes de actividad destructiva pudiendo llegar a producir cambios degenerativos artrósicos. Etiología
La etiología puede ser múltiple como traumas, infecciones, enfermedades autoinmunes o alteraciones metabólicas. Cuadro clínico
Clínicamente se manifiesta en la fase aguda por una sensibilidad a la palpación en la ATM existiendo el área de la región preauricular dolorida. Es un dolor a punta de dedo localizado sobre la articulación y aumenta con el movimiento. Frecuentemente se asocia con rigidez y limitación en la apertura de la boca. Tratamiento
El tratamiento es etiológico y sintomático con analgésicos y antinflamatorios.
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Osteoartrosis Ocurre con mayor frecuencia en mujeres. Puede ser primaria o secundaria. La primaria es de etiología desconocida y aparece en persona mayores y la secundaria es consecuencia de otros procesos como traumatismos, trastornos internos (Desplazamiento del disco) o enfermedades inflamatorias. Cuadro Clínico
La características clínicas se basan en dolor en la articulación y crepitantes (varios ruidos de roce y raspadura asociados al movimiento mandibular) apreciables tanto a la auscultación como a la palpación digital. Radiológicamente se observa una pérdida de espacio en la articulación, el aplanamiento con el tiempo de ambos componentes articulares y el inicio de procesos reparativos como los osteofitos. En estadios más avanzados existen cambios en el hueso subcondral, con erosión subarticular con formación de quistes y esclerosis subcondílea. Tratamiento
El tratamiento incluye la terapia médica como tratamiento sintomático, terapia física una férula ortopédica para descargar la articulación y ocasionalmente cirugía. Bibliografía
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Tema 36. Neuropatías trigeminales
Es importante distinguir entre neuropatía trigeminal y neuralgia del trigémino. La primera conlleva un trastorno prolongado de la sensibilidad, mientras que la neuralgia del trigémino se caracteriza por presentar dolor localizado en el trayecto de inervación de la rama afecta sin que exista déficit sensitivo. Las aferencias sensitivas de la cabeza y del cuello están recogidas por cuatro nervios craneales: trigémino, facial, glosofaríngeo y vago, tres espinales (cervicales), y aferencias viscerales del plexo torácico superior. Las neuropatías trigeminales se definen como trastornos más o menos prolongados de la sensibilidad limitados a la distribución del quinto nervio craneal, unilaterales o bilaterales. Se caracterizan por la alteración deficitaria de la función sensitiva, manifestándose clínicamente como adormecimiento, sobre el que puede o no añadirse dolor. Puede ser parcial (hipoestesia) o total (anestesia). Los pacientes describen el adormecimiento facial en el territorio trigeminal afecto como una sensación similar a la de la anestesia locorregional oral. A veces refieren disestesias o parestesias, expresadas como quemazón, sensación de picazón e incluso adormecimiento. Como hemos señalado antes, sólo en pocas ocasiones se asocia a este adormecimiento, momentos en los que se origina un dolor. Tipos
A. Traumáticas B. Tumorales C. Colagenopatías D. Neuropatía trigeminal sensorial benigna E. Infecciones F. Otras causas
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A. Traumáticas La causa más frecuente de una neuropatía trigeminal es la traumática. Existe un riesgo de lesión nerviosa en cualquier intervención quirúrgica oral, con su correspondiente alteración sensorial. Los nervios sensoriales trigeminales más frecuentemente afectos por intervenciones quirúrgicas orales son el alveolar inferior, el mentoniano y el lingual. La más frecuente de las neuropatías traumáticas en odontoestomatología es la neuropatía traumática del nervio alveolar inferior con afectación sensitiva deficitaria del territorio de inervación del mentoniano, siendo la extracción del tercer molar inferior la intervención que con más frecuencia la ocasiona. Se ha referido una incidencia de parestesia después de la extracción del tercer molar inferior del 1 al 4%. En el caso del nervio lingual el cuadro clínico se caracteriza por adormecimiento en los dos tercios anteriores de la hemilengua afecta. Debido a la falta de sensaciones, el paciente puede morderse la lengua sin darse cuenta, por lo que hay que advertirle de dicha posibilidad. La clasificación de las lesiones nerviosas es la siguiente: 1- Neuroapraxia. Interrupción temporal de la conducción nerviosa, sin pérdida de la continuidad del axón. Se manifiesta en forma de hipoestesia y parestesia, produciendo quemazón, picazón o dolor. La mayoría de las lesiones yatrogénicas en cirugía oral son de tipo neuroapráxico, se regeneran espontáneamente y se acompaña de la restauración completa de la función. El pronóstico es bueno. 2- Axonotmesis. Ausencia de continuidad axonal; aunque el endoneuro permanezca intacto, el axón está destruido. Puede producir anestesia, aunque esta falta de 337
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sensibilidad puede recuperarse; con la regeneración nerviosa la reinervación se traducirá clínicamente por parestesias o picazón en el territorio de inervación de la rama afecta. 3- Neurotmesis. Afectación completa de todos los componentes del nervio que se traduce como anestesia o pérdida total de la sensibilidad. Existe falta de sensibilidad total en el territorio afecto, la anestesia será permanente en muchos de los casos y la posibilidad de reinervación es menor por no existir continuidad en las vainas nerviosas y la regeneración es mucho más difícil. El pronóstico depende de la gravedad de la lesión. El tiempo necesario para la regeneración varía según el tipo de lesión y de la edad del paciente; el mínimo para la recuperación axonal oscila entre 4 y 6 semanas. El tratamiento en la mayoría de los casos es escuchar y tranquilizar al paciente que tiene parestesias, hasta que la regeneración ocurra. En todos los casos el paciente informado es el mejor paciente. B. Tumorales La afectación sensitiva trigeminal puede ser la primera manifestación de un tumor maligno, bien en esa zona del trayecto del nervio a nivel facial, o bien a distancia, en cerebro. Esta neuropatía es muy grave y el pronóstico de vida es corto. Distinguimos dos tipos de especial importancia en Odontología: 1- La neuropatía infraorbitaria espontánea «no traumática» o síndrome de la mejilla adormecida. Es la afectación del nervio infraorbitario y se caracteriza por una hipoestesia que se localiza en la mejilla, los incisivos y caninos superiores, y la encía adyacente, siempre sin el antecedente de un traumatismo o bien una intervención quirúrgica en esa zona. 2- La neuropatía «espontánea» del nervio mentoniano, síndrome del mentón entu338
mecido o neuropatía mentoniana maligna (NMM). Está caracterizada por la anestesia espontánea no traumática de la región inervada por el nervio mentoniano. El déficit sensitivo incluye la piel y mucosa del labio inferior, y con frecuencia los pacientes se lesionan la piel al morderse y no experimentar dolor. Desde el punto de vista del pronóstico, la presencia de una NMM en pacientes con cáncer, representa a menudo un signo muy agresivo, de mal pronóstico e indicativo de rápido progreso de la enfermedad. C. Colagenopatías Entre las manifestaciones de las colagenosis se incluye la neuropatía trigeminal, que puede presentarse como hipoestesia o anestesia y asociar un dolor neurógeno. La neuropatía es puramente sensitiva, sin afectación motora, con escaso o nulo dolor asociado, unilateral, o bilateral, inicial o tardía. Su presencia no supone un factor de peor pronóstico en la enfermedad sistémica subyacente. Causas
- Lupus eritematoso sistémico - Síndrome de Sjögren - Esclerosis sistémica progresiva - Enfermedad mixta del tejido conectivo El mecanismo patogénico de las neuropatías trigeminales en las conectivopatías es desconocido. Diagnóstico
De la enfermedad autoinmune que la ocasione, mediante analíticas de sangre, RM, punción medular y potenciales evocados. Tratamiento
El tratamiento con corticoides mejora la situación clínica general, el dolor facial neurógeno, en el caso de que exista, y los parámetros biológicos, pero los síntomas deficitarios
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de la neuropatía trigeminal permanecen inalterados. No obstante, el tratamiento será específico de la enfermedad subyacente en cada caso. D. Neuropatía Trigeminal Sensorial Benigna Es una entidad relativamente rara, habiéndose descrito pocos casos. Sin embargo puede ser quizá más frecuente de lo que comúnmente se cree. La Neuropatía trigeminal sensorial benigna (NTSB) es un proceso benigno y autolimitado. Generalmente, el adormecimiento y la quemazón faciales se extienden gradualmente dentro del territorio del nervio trigémino durante un período de días, semanas, meses o incluso años. No suele existir dolor asociado
y el proceso tiende a curar por completo en el 50% de los casos (varios meses). La etiología es desconocida, si bien se piensa que podría estar relacionada con el virus del herpes simple. E. Infecciones Lepra Sífilis F. Otras causas Anemia falciforme Sarcoidosis Amiloidosis Diabéticos con polirradiculopatías diabéticas
Fig. 2. Neuropatía trigeminal por esclerosis múltiple. Mismo paciente de la figura 1.
Fig. 1. RM con las zonas de desmielinización en una esclerosis múltiple.
Fig. 3. Neuropatía trigeminal por esclerosis múltiple. Mismo paciente de la figura 1.
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Bibliografía
- Massey EW, Moore J, Schold S. Mental neuropathy from systemic cancer. Neurology 1981; 31:1277-81. - Peñarrocha M, Peñarrocha MA, Soler F. Neuralgia trigeminal típica secundaria a tumores del ángulo pontocerebeloso. A propósito de dos casos. Medicina Oral 1997; 2:109-12. - Peñarrocha-Diago M, Mora-Escribano E, Bagán JV, Peñarrocha-Diago M. Neoplastic trigeminal neuropathy: presentation of 7 cases. Med Oral Patol Oral Cir Bucal 2006;11:E106-11. - Peñarrocha M. Dolor orofacial. Barcelona: Masson; 1997. - Bermejo A. Medicina bucal II. Madrid: Editorial Síntesis; 1998.
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Tema 37. Síndrome de boca ardiente Definición
Es un cuadro clínico que se caracteriza por la sensación de ardor o escozor sobre alguna zona de la mucosa oral, con frecuencia bilateral, aunque en la exploración oral no encontramos lesiones objetivas que lo justifiquen. Es continuo desde al menos 4 meses, no suele interferir el sueño y en la mayoría de casos suele mejorar al comer o beber. Puede acompañarse de sensación de alteración del gusto y/o xerostomía. Los pacientes suelen presentar rasgos de personalidad característicos con un gran componente de ansiedad. También denominado Estomatodinia o Glosodinia. Epidemiología
Su incidencia es del 0,7-2,6% de la población general. Su mayor frecuencia ocurre entre los 50-70 años, siendo raro hallarlo por debajo de los 30. La relación mujer/hombre es de 8/1. Es bastante frecuente en mujeres postmenopáusicas. Etiología
La etiología del síndrome de boca ardiente (SBA) idiopático o primario es desconocida en este momento. Existen procesos y situaciones que nos simulan un SBA y los podríamos denominar SBA secundarios, por no ser verdaderos síndromes de boca ardiente. En lo que concierne al SBA secundario son numerosas las causas que lo pueden originar, incluyendo factores locales como irritaciones constantes de la mucosa con los dientes - hábitos parafuncionales, hipofunción salival, infecciones por hongos, estados deficitarios hematológicos, diabetes, etc. La diferencia con el SBA idiopático es que en estos al eliminar o tratar esas causas, que hemos descrito anterioremente, el proceso mejora y puede llegar a desaparecer. Por el contrario el idiopático, al no encontrar causa alguna, que es lo que lo caracteriza, el proceso continúa y se prolonga en el tiempo.
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Con relación a este SBA primario o idiopático cada vez son mayores las evidencias de que se trata de un proceso de tipo neuropático (dolor neuropático) que afecta al sistema nervioso periférico y/o central. Lo que no está claro es si se trata de una disfunción en los receptores periféricos, un problema central, o bien una alteración en la transmisión de los impulsos nerviosos del sistema trigeminal. Algunos autores señalan que aquellas personas que tienen mayor número de papilas gustativas en el dorso lingual por unidad de superficie, lo que denominan supertasters supergustadores, tendrán mayor tendencia a tener un SBA. Por otro lado, se ha relacionado este síndrome con una alteración en el reflejo del parpadeo, lo que pone de manifiesto el que pueda existir la señalada alteración neuropática. También se han demostrado alteraciones morfológicas en los nervios periféricos sugiriendo que este SBA pueda tener una neuropatía de las pequeñas fibras nerviosas sensoriales trigeminales. Por lo tanto, en el SBA idiopático las evidencias son cada vez mayores, clínicas o por otros métodos diagnósticos, de que se trata de un dolor neuropático. Sin embargo, se necesitan mayores estudios que aclaren esta problemática aún, en estos momentos, por definir. Hasta hace poco tiempo se atríbuían estos SBA idiopáticos a trastornos de tipo ansiedad y/o depresión. Hoy se conoce que estas son condiciones acompañantes muy frecuentes en el SBA, pero que no son la causa real del problema. Los años próximos seguramente nos ayudarán a descifrar este enigma tan frecuente en las consultas de Odontología. Cuadro clínico
El paciente describe tener una sensación de escozor, ardor, picor. La describen como intolerable, rara vez causa incapacidad. A veces el inicio es brusco, los pacientes lo 341
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relacionan con un antecedente (64% tras tratamientos odontológicos, 24% tras un fallecimiento o separación, problemas en el trabajo) El curso suele ser continuo sin periodos de remisión y con muy pocas veces se resuelve espontáneamente. No suele estar presente al levantarse, sin embargo va incrementándose con el paso del día, siendo intenso por la tarde-noche; aunque no tiende a interferir con el sueño. Se calma comiendo, en muchas ocasiones.Con relación a su localización, es frecuente encontrar más de una localización oral de forma simultánea. Habitualmente con carácter bilateral y no siguen una distribución anatómica. Las zonas más frecuentemente afectadas son: Punta y bordes laterales linguales, labios, paladar, encías, zonas de apoyo de prótesis Otros signos y síntomas asociados al ardor suelen ser: - Sensación de boca seca (es el más frecuente). - Alteración en el sentido del gusto y olfato. - Dolor dentario atípico. - Si los observamos es muy frecuente que estén de forma continua moviendo la lengua y labios. Aumenta con la tensión, fatiga y al hablar, sin embargo en la mitad de los casos disminuye al comer, con comidas frías, trabajando o distrayéndose. El alcohol reduce el quemazón casi en 1/4 de los pacientes. Diagnóstico
El diagnóstico se basa, fundamentalmente en la ausencia de signos objetivos de lesiones orales que justifiquen el gran ardor que tiene el paciente. Es aconsejable realizar, como pruebas complementarias, una sialometría, un análisis sanguíneo para valorar alteraciones hematológicas o bien tiroideas. Si hay dudas, también se pueden solicitar pruebas alérgicas epicutáneas; todo ello para descartar un SBA secundario. Tratamiento 1- Informar bien al paciente. 342
2-Tratamiento farmacológico. Locales:
- Clonazepam (Rivotril®) Empezar con un comprimido de 1 mg para chuparlo (a nivel tópico) tres veces al día. Luego a los 3 minutos se tirará y no se tragará. Tras 2 semanas el 66% mejoran y a los 6 meses se mantiene esa mejoría. - Capsaicina en polvo junto con gel de lidocaína Sistémicos: Si no responden bien a los tratamientos locales, entonces se puede dar un tratamiento sistémico con algunos de los siguientes fármacos: Clonazepam, antidepresivos (si es que no lo toma todavía pues muchos pacientes ya lo están tomando), benzodiacepinas u otros tratamientos como Gabapentina a dosis de 100-300 mg, 2 ó 3 veces al día. Si no responden bien a los fármacos anteriores, entonces se pueden asociar otros fármacos como la lamotrigina o el levetiracetam en dosis de 100-200 mg al día. Algunos autores han propuesto la administración de un antioxidante como el ácido alfo-lipoico para mejorar la sensación de ardor, pero estudios recientes señalan que parece no ser eficaz. Si se prescriben estos fármacos sistémicos debe hacerse desde un estricto control médico, por un profesional con experiencia en estos fármacos por sus efectos secundarios. También debemos recordar que muchos de estos pacientes ya toman de por sí fármacos antidepresivos, ansiolíticos etc, por lo que se valorará muy bien su posible asociación. Bibliografía
- Silvestre-Donat FJ, Serrano-Martinez C. El síndrome de boca ardiente: revisión de conceptos y puesta al día. Medicina Oral 1997; 2:30-8. - Grushka M, Epstein JB, Gorsky M. Burning mouth syndrome. Am Fam Physician 2002; 65:615-20. - Bergdahl M, Bergdahl J. Burning mouth syndrome: prevalence and associated factors. J Oral Pathol Med 1999; 28:350-4. - Lauria G, Majorana A, Borgna M, Lombardi R, Penza P, Padovani A, Sapelli P. Trigeminal small-fiber sensory neuropathy causes burning mouth syndrome. Pain 2005; 115:332-7.
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Tema 38. Parálisis orofaciales
Parálisis faciales
El nervio facial (VII) está formado por dos raíces: una motora, eferente somática o nervio facial propiamente dicho, que inerva los músculos de la expresión facial. Otra sensitiva y secretora: el nervio intermediario de Wrisberg, que conduce la sensibilidad gustativa de los dos tercios anteriores de la lengua y proporciona la sensibilidad somática general en algunas porciones del oído externo. A nivel intrapetroso tenemos que considerar la relación con tres nervios - nervio petroso superficial mayor. - nervio estapedio. - nervio de la cuerda del tímpano. El facial sale del cráneo por el agujero estilomastoideo, da una rama auricular posterior que recoge la sensibilidad del conducto auditivo externo pasa después a través de la parótida, proporciona pequeñas ramas para el músculo posterior del digástrico y el estilohiodeo, para finalmente dar lugar a las dos ramas finales del nervio facial, la temporofacial (facial superior) y la cervicofacial (facial inferior).
Etiología
Causas cerebral Tumores cerebrales Trombosis cerebral Hemorragia cerebral Aneurismas cerebrales Causas periféricas Otitis Herpes zoster ganglio geniculado Fracturas del peñasco Cirugías S.Melkersson-Rosenthal S. Heedford Colagenopatías Cuadro clínico
1- Lesión del facial superior - La mitad afecta de la cara está flácida, lisa, sin arrugas. - Hendidura parpebral ampliada. - Pérdida del parpadeo. - Conjuntiva ocular roja y congestionada. - Cierre párpados imposible - El ojo afecto bascula hacia arriba (S. Charles Bell). 2- Lesión del facial inferior - Se borra el pliegue nasogeniano. - Caída de la comisura bucal. - Con los movimientos de los labios (sonrisa, beso) la boca se desplaza hacia el lado sano. Formas clínicas
Trayecto del nervio facial.
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1- Parálisis a frigore - Es la forma más frecuente de parálisis facial. - Etiopatogenia incierta, posiblemente vírica. - Antecedente: frío o infección de las vías altas. - Unilateral. Superior e inferior. - Rápida instauración. - Evolución: 80% curación completa. 20% hemiespasmo facial. 343
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2- Síndrome de Melkersson-Rosenthal - Tumefacción facial. Labial. - 30% Lengua fisurada. - 30% parálisis facial como la “a frigore” pero con la característica de ser “recidivante”. 3- Síndrome de Heerford. (Sarcoidosis) - Parotiditis. - Parálisis facial. - Uveitis. 4- Síndrome de Ramsay-Hunt - Neuralgia del ganglio geniculado. Secundaria a infección por herpes zoster del ganglio. - Se caracteriza por dolor sordo, continuo, atípico. - Erupción papulovesicular en canal auditivo externo y zona preauricular. - Parálisis facial periférica homolateral.
Fig. 1. Lesión del facial superior.
Diagnóstico
Valoración del nivel de la lesión 1- Lesión supranuclear Parálisis facial inferior contralateral. 2- Lesión nuclear Parálisis facial superior e inferior homolateral (igual que en la periférica). 3- Lesión entre la protuberancia y ganglio geniculado Parálisis facial superior e inferior. Disminución de secreción lagrimal. Ageusia de 2/3 anteriores lengua unilateral. 4- Lesión encima de la separación de la cuerda del tímpano Parálisis facial superior e inferior. Ageusia de 2/3 anteriores lengua unilateral. 5- Lesión periférica antes de dividirse las dos ramas del facial Parálisis facial superior e inferior. 6- Lesión periférica después de dividirse las dos ramas del facial Parálisis facial superior o inferior.
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Fig. 2. Lesión del facial inferior.
Fig. 3. Lesión del facial inferior.
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Tratamiento
- Protección ocular. (pomadas, lágrimas artificiales, gafas etc). - Fármacos. -Altas dosis de corticosteroides. Prednisona 60 mg vía oral durante 7 días. Si empieza a mejorar bajar la dosis progresivamente. Si no mejora continuar por lo menos 7 días más. -Agentes antivirales Justificación: Basado en la hipótesis de reactivación viral del virus del herpes simple (VHS). Fármacos: -Aciclovir 400 mg cinco veces al día durante 5 días -Valaciclovir -Famciclovir
Parálisis del hipogloso Etiología
- Bilaterales Enfermedad de motoneurona Siringobulbia Yatrogenias en cirugía del cuello -Unilaterales Neoplasias en el trayecto del nervio Aneurismas de carótida Yatrogenias en cirugía del cuello
Fig. 4. Parálisis del hipogloso del lado derecho. Lengua dentro de la boca desviada hacia el lado izquierdo.
Cuadro clínico
1- Parálisis del hipogloso periférica Originará una parálisis homolateral de la lengua: -Cuando la lengua está dentro de la boca, esta se desviará hacia lado sano, en protusión se desviará hacia lado afecto, por la acción del músculo geniogloso sano. -Dificultad en la movilidad de la lengua. -Fibrilaciones y atrofia del lado denervado. -Disartria y dificil deglución.
Fig. 5. Mismo paciente de la figura 4 sacando la lengua, se desvía hacia el lado derecho (lado afecto).
2- Parálisis del hipogloso central Si es supranuclear, no habrá parálisis de la lengua por la inervación contralateral. Si es nuclear habrá una parálisis homo© Medicina Oral S. L.
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lateral de la lengua. Bibliografía
- Bandres A, Penarrocha M. Diagnosis and treatment of facial palsy. Med Oral 1998;3:277-290. - Peñarrocha M. Enfermedades del sistema motor orofacial. En: Bagan JV, Ceballos A, Bermejo A, Aguirre J, Peñarrocha M. Medicina Oral. Barcelona: Masson;1995.p.434-40. - Oñate R. Desórdenes neurológicos motores orofaciales. En: Bermejo A. Medicina bucal II. Madrid: Editorial Síntesis;1998.p.267-80.
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Tema 39. Consideraciones odontológicas en Cardiología
INTRODUCCIÓN Los problemas cardiovasculares son en la actualidad una de las primeras causas de morbimortalidad en los países industrializados. El gabinete dental se convierte para estos pacientes, en una prueba para su enfermedad puesto que en muchos casos, la ansiedad, el miedo, el dolor y el estrés ante los tratamientos dentales se convierten en factores precipitantes de una emergencia en el propio gabinete. Es importante que el odontólogo conozca los problemas médicos de cada paciente y realice una exhaustiva y detallada historia clínica porque tanto las enfermedades que padecen como los fármacos que toman para tratarlas pueden condicionar el plan de tratamiento odontológico. Además, el odontólogo debe ser capaz de identificar la emergencia médica y tomar las medidas oportunas, tanto para evitarlas como para tratarlas con rapidez y eficacia; muy a menudo la supervivencia ante una emergencia de este calibre va a depender de las habilidades de actuación del propio odontólogo. En este capítulo estudiaremos la hipertensión arterial, la insuficiencia cardíaca, la cardiopatía isquémica y la endocarditis infecciosa.
HIPERTENSIÓN ARTERIAL La hipertensión arterial (HTA) es una de las enfermedades crónicas de mayor prevalencia en el mundo desarrollado. Se define como la elevación crónica por encima de los límites establecidos de las cifras de presión arterial sistólica, diastólica o ambas. Esto puede ocurrir sin causa previa conocida (HTA esencial) o como resultado de alguna otra patología (HTA secundaria) por ejemplo en enfermedades endocrinas (Síndrome de Cushing, tumores de las glándulas suprarrenales) o en enfermedades renales (estenosis de la arteria renal, glomerulonefritis o fallo renal) entre otras. El embarazo y el uso de anticonceptivos orales también pueden producir HTA en algunas mujeres. Para diagnosticarla se deben tomar al menos tres mediciones espaciadas con un manguito de tamaño adecuado, con el paciente en reposo y sentado o acostado. En la tabla 1 se clasifica la presión arterial (PA) según el nivel en que se halla. Cuando no está controlada la HTA un gran número de órganos se pueden ver afectados, habiendo sido identificada como un factor importante de riesgo de enfermedad coronaria, accidente
Tabla 1. Estadios de la tensión arterial.
CLASIFICACIÓN
NIVEL DE PA
-
Normotensión
<130/<85 mmHg
-
PA Normal Alta Estadio I
(leve)
Estadio II
(moderada)
Estadio III (severa) Estadio IV (muy severa)
130-139/85-89 mmHg 140-159/ 90-99 mmHg 160-179/100-109 mmHg 180-209/110-119 mmHg >210/>120 mmHg
PA: Presión arterial.
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cardiovascular (ACV), insuficiencia cardiaca congestiva e insuficiencia renal. Consideraciones odontológicas en el gabinete dental
Modificaciones en el plan de tratamiento Cuando el paciente que requiere tratamiento odontológico no tiene controlada su PA, o es un paciente con HTA grado II (sistólica mayor de 160 mm de Hg ó diastólica mayor de 100 mm de Hg), lo remitiremos a su especialista para control previo a nuestra intervención. Si el problema odontológico es urgente el tratamiento será conservador (antibióticos y analgésicos), evitando los procedimientos quirúrgicos. En pacientes con TA (tensión arterial) controlada, realizaremos visitas cortas y con el menor estrés posible para el paciente. Es esencial evitar el dolor y la ansiedad, ya que la epinefrina endógena liberada en respuesta al dolor o el miedo puede inducir arritmias. En estos pacientes el manejo dental puede ser complicado, implicando incluso subidas de tensión arterial aún antes de la visita para el cuidado dental. Por ello, en pacientes ansiosos podemos recetar 5-10 mg de diazepam (valium®) la noche antes y de 1 a 2 horas antes de la cita. Conviene citarlos por la mañana, no muy temprano, puesto que los picos de epinefrina endógena son más altos a primeras horas de la mañana y los problemas cardíacos adversos son más frecuentes. Debe tenerse en cuenta que la mayoría de estos pacientes reciben medicación hipotensora. Uno de los efectos secundarios más frecuentes de estos fármacos (tiazidas; furosemida, antagonistas del calcio, nifedipino) es la hipotensión ortostática, por este motivo deben evitarse los cambios bruscos de posición en el sillón dental; al terminar el tratamiento se elevará despacio al paciente hasta la posición vertical, dejándolo durante unos minutos sentado en dicha posición y no se le permitirá abandonar el sillón hasta que se compruebe que no existen signos de hipotensión. Algunos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) como el ibuprofeno, la indometacina o el naproxeno pueden reducir el 348
efecto de ciertos fármacos antihipertensivos (ß-bloqueantes, diuréticos, inhibidores de la enzima de conversión de angiotensina). Habrá que evitar prescribir estos fármacos en tiempos prolongados, no más de 5 días. Deberemos tener especial precaución en pacientes ancianos, con bajos niveles de renina o con enfermedad cardíaca congestiva. Se intentará evitar la prescripción de corticosteroides ya que tienden a elevar la PA. Tampoco deben emplearse enjuagues salinos. El ácido acetilsalicílico (AAS) puede retener sodio y fluidos por lo que, deberá contraindicarse en casos de HTA severa. Asimismo, se debe tener en cuenta que estos pacientes están frecuentemente en tratamiento con antiagregantes y/o anticoagulantes. Anestesia local Un aspecto controvertido en cuanto al tratamiento de pacientes hipertensos es el empleo de anestésicos con o sin vasoconstrictores. En pacientes hipertensos los riesgos de accidente cardiovascular o cerebrovascular pueden constituir una complicación debido a los cambios bruscos de PA sistólica durante la infusión de adrenalina. La ansiedad y el estrés provocados por el dolor durante el tratamiento dental también producen secreción de catecolaminas endógenas con efectos indeseables sobre el sistema cardiovascular. En el estudio de Silvestre y col., no se encontraron cambios significativos en la PA sistólica antes, durante y después de las extracciones dentales, siendo la media más baja detectada al final del procedimiento, mientras que la más alta se obtuvo en el momento de la exodoncia. En la PA diastólica tampoco hubo oscilaciones significativas, apareciendo la más baja a los tres minutos de la inyección del anestésico local y la más alta durante la extracción. No obstante, y en términos generales, podremos utilizar anestesia con vasoconstrictor (1:100.000) hasta dos carpules, siempre con aspiración y evitando la inyección intravascular. En casos de HTA no controlada evitaremos el empleo de anestesia con vasoconstrictor. Además, debe tenerse especial precaución en el empleo de vasoconstrictores
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para controlar las hemorragias locales (hilos retractores con epinefrina). Administrar anestesia local con epinefrina (adrenalina) en pacientes que tomen β-bloqueantes puede inducir HTA y complicaciones cardíacas; en estos casos la anestesia con vasoconstrictor deberá utilizarse con precaución. El efecto de la adrenalina en pacientes que tomen α-bloqueantes (antihipertensivos) puede invertirse, provocando vasodilatación. El uso de sedación con óxido nitroso en estos pacientes, puede servirnos de gran ayuda para el control de la ansiedad. Anestesia general La acción de los fármacos antihipertensivos se ve potenciada por los fármacos empleados en la anestesia general, sobre todo los barbitúricos y los opioides, pudiendo dar lugar a un cuadro de hipotensión peligrosa. El halotano, enflurano y el isoflurano pueden provocar hipotensión en pacientes con β-bloqueantes. El anestesista determinará si el paciente corre riesgos importantes durante
la anestesia general. En términos generales, la anestesia general en pacientes con HTA estará contraindicada en: pacientes con insuficiencia cardíaca, pacientes con insuficiencia arterial coronaria o cerebral y en pacientes con insuficiencia renal. La administración de algunos diuréticos como la furosemida puede provocar depleción de potasio; por lo tanto, deberá ser comprobado preoperatoriamente para evitar arritmias y una sensibilidad aumentada frente a relajantes musculares empleados en la anestesia general. Alteraciones orales La hipertensión como tal no presenta manifestaciones orales, pero sí las causan los tratamientos a los cuales son sometidos los pacientes. Nunca deberá interrumpirse los tratamientos antihipertensivos sin consultar con el médico responsable del control de la HTA del paciente. Como efectos colaterales de estos tratamientos encontramos los reflejados en la tabla 2. Urgencia durante el tratamiento odontológico:
Tabla 2. Efectos orales del tratamiento antihipertensivo.
FÁRMACOS ANTIHIPERTENSIVOS Diuréticos
Agentes inhibidores adrenérgicos
Inhibidores de la enzima de conversión de angiotensina (IECA) Fármacos antagonistas del calcio Otros vasodilatadores
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NOMBRE GENÉRCICO
NOMBRES COMERCIALES
tiazidas, furosemida, ácido etacrínico y espironolactona clonidina, metildopa, propanolol y alcaloides de la rauwolfia metildopa y propanolol
Esidrex®, Hidrosaluretil®, Seguril®, Salidur®, Aldactone®, Catapresán®,Aldomet®
Aldomet®, Sumial®
REPERCUSIONES ODONTOLÓGICAS xerostomía y náuseas xerostomía, depresión mental, sedación y sialoadenosis reacciones liquenoides reacciones liquenoides, sensación boca ardiente, pérdida del gusto
captopril, , enalapril
Capoten®, Tensoprel®a Renitec®
nifedipina, amlodipina, verapamil y dialtazem
Pertensal®, Adalat®, Cordilán®, Norvas®, Astudal®,Amlor®, Veratensin®
hiperplasias gingivales, xerostomía
hidralazina, nitroprusiato y minoxidil
Hydraprés®, Lonitén®
cefalalgias y náuseas
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crisis hipertensiva en el gabinete dental Las crisis hipertensivas se definen como una elevación aguda de la PA capaz de llegar a producir alteraciones estructurales o funcionales en diferentes órganos diana (riñones, cerebro, corazón y/o retina). En la mayoría de los casos no habrá constancia de la velocidad de aumento de las cifras de presión arterial por lo que se establecen como cifras límite: Presión Arterial Sistólica (PAS) mayor de 210 mm de Hg. Presión Arterial Diastólica (PAD) mayor de 120 mm de Hg. Los síntomas y signos acompañantes son cefaleas, náuseas, vómitos, disminución del nivel de conciencia, alteraciones visuales, dolor torácico, rubor, crisis convulsivas, sudoración y palpitaciones. La actuación ambulatoria frente a una crisis hipertensiva se expone en la figura 1.
INSUFICIENCIA CARDIACA La insuficiencia cardiaca, se define como un síndrome de etiología variada y clínica caracterizada por una alteración en la capacidad contráctil del miocardio, lo cual comporta un volumen minuto bajo. En la insuficiencia cardiaca se afectan otros órganos: los pulmones, al estar los alveolos con líquido, provocan disnea y se altera la normal ventilación-perfusión. El riñón recibe menos sangre poniéndose en marcha el sistema renina-angiotensina-aldosterona que retiene sodio (Na+) con lo cual también se retiene agua; esta disminución del filtrado glomerular debe considerarse a la hora de ajustar la dosis de fármacos que tengan predominio de excreción renal. En el hígado se produce una congestión secundaria a la hipertensión venosa sistémica ante la insuficiencia ventricular derecha. Siempre está presente una moderada insuficiencia hepática con
Figura 1. Actuación ante una crisis hipertensiva.
CRISIS HTA (cefaleas,palpitación,sudoración…) T.Asistólica>210mmdeHg.T.A.diastólica>120mmdeHg
Activacióndelserviciodeemergencias112
Captopril(Capotén®) 25Ͳ50mgv.o./sublingual ó Nifedipino(Adalat®)10mgv.o./sublingualó Furosemida(Seguril®)40mgv.o. Sialos30’laT.A.ha disminuidoostensiblemente
Sialos30’laT.A.es>210mmdeHg
Valorarcontinuaroposponerel tratamiento
Derivaciónacentrosanitariocon serviciodeurgencias
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aumento del tiempo de protrombina, que hay que tener muy en cuenta en la práctica dental, e incremento de las enzimas hepáticas; esta insuficiencia debe recordarse a la hora de la prescripción de fármacos. El infarto intestinal y las hemorragias crónicas del tubo gastrointestinal son posibles manifestaciones de la insuficiencia cardíaca, que podemos empeorar al prescribir fármacos ante tratamientos dentales; por ejemplo, lincomicinas y antiinflamatorios no esteroideos (AINES) por vía oral. Consideraciones odontológicas en el gabinete dental
Modificaciones en el plan de tratamiento Aunque algunos estudios han sugerido la existencia de una relación entre la enfermedad periodontal y la enfermedad cardiovascular, no existe suficiente evidencia científica que sustente esta hipótesis. Las citas serán cortas y por la mañana, no muy temprano, por el aumento de adrenalina endógena anteriormente explicada. El ácido acetil-salicílico (AAS) puede retener sodio y fluidos, deberá contraindicarse en casos de insuficiencia cardíaca. En los casos que se considere necesario se debe recurrir a la monitorización cardíaca. Anestesia local Es muy importante obtener un buen control del dolor con la anestesia al tiempo que se realiza aspiración frecuente para tener la certeza de no inyectar en ningún vaso sanguíneo, ya que si ocurriera y la adrenalina entrara en el torrente circulatorio, elevaría la PA y la frecuencia cardiaca pudiendo ocasionar arritmias. Pacientes en tratamiento con βbloqueantes, no deben recibir altas dosis de adrenalina, puesto que puede inducir HTA y complicaciones cardiovasculares. En estos pacientes se debe evitar el uso de hilos de retracción con adrenalina. Si se precisara utilizar sedación con óxido nitroso se realizaría en medio hospitalario. Anestesia general La anestesia general para tratamientos odon© Medicina Oral S. L.
tológicos debe evitarse en estos pacientes, siempre que sea posible. CARDIOPATÍA ISQUÉMICA La cardiopatía isquémica es la primera causa de mortalidad en los países desarrollados. En términos generales, se produce una reducción de la luz de los vasos coronarios, lo que conlleva una restricción en el aporte de oxígeno al miocardio. La causa principal suele ser la formación de una placa o ateroma (en el 90% de los casos) aunque existen otros factores como el frío, el ejercicio físico, o el estrés que pueden actuar como coadyuvantes, o bien desencadenar el cuadro por sí mismos, lo que es menos habitual. Se puede manifestar de dos formas según el grado de obstrucción de las arterias coronarias y según la presencia o ausencia de necrosis celular. Cuando existe una obstrucción parcial y ausencia de necrosis, se produce una angina de pecho o angor; por el contrario, cuando la placa de ateroma obstruye totalmente el paso del flujo sanguíneo por los vasos y hay necrosis tisular se produce un infarto agudo de miocardio (IAM). Suele tratarse de un cuadro doloroso localizado en la zona media del tórax, con cierta tendencia al lado izquierdo (aunque no siempre), que puede irradiarse a brazos (sobre todo al izquierdo), cuello, espalda, mandíbula y hasta paladar o lengua. En la mayor parte de las ocasiones, el paciente suele tener conciencia de la gravedad del proceso y “sensación de muerte inminente”, que suele acrecentarse a mayor gravedad del cuadro. En el caso del angor, suele tratarse de un dolor de corta duración (1-15 minutos), se desencadena por el estrés, el ejercicio físico o la ingesta, y se alivia con el reposo y, sobre todo, con el uso de vasodilatadores del grupo de los nitritos. Si el dolor es más prolongado y no desaparece con el reposo y con el uso de nitritos, debe sospecharse un IAM. En algunos casos como en pacientes diabéticos o en pacientes con tratamiento cardíaco prolongado durante muchos años, el dolor puede no tener las características esperadas. En la tabla 3 se resumen las diferencias entre angor e IAM. 351
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Tabla 3. Diferencias entre angor e IAM.
Grado de obstrucción de los vasos coronarios Necrosis tisular/ celular Dolor disminuye con el reposo y/o administración de nitroglicerina sublingual Duración del dolor
Con la realización de un electrocardiograma (ECG)
Consideraciones odontológicas en el gabinete dental
Modificaciones en el plan de tratamiento Es esencial realizar una buena historia clínica, sobre todo acerca del proceso cardíaco, cuándo tuvo el accidente isquémico, la evolución del mismo, y el tratamiento que consume el paciente. El paciente debe tener la enfermedad estabilizada antes de cualquier tratamiento odontológico, respetando un periodo de seguridad de por lo menos tres meses desde el último accidente isquémico, siendo mucho más seguro esperar seis meses para realizar cualquier tratamiento odontológico. Las citas serán por la mañana, no muy temprano (los picos de adrenalina endógena son más altos a primeras horas de la mañana y los problemas cardíacos adversos son más frecuentes). Las sesiones no deben ser largas, intentando no superar los 30 minutos. El tratamiento dental deberá ser realizado con niveles de ansiedad mínimos, para ello podemos ayudarnos con la monitorización del paciente antes y durante el tratamiento odontológico, como mínimo un control de PA y pulso, incluso con el empleo de un pulsioxímetro. Se puede reducir la ansiedad y el estrés en la visita utilizando premedicación: benzodiacepinas (diazepam -Valium ® ; lorazepam -Orfidal ® ; o bromazepam -Lexatin®) la noche antes y 2 horas antes de la visita), o un barbitúrico de acción corta como el pentobarbital -Nembutal®- de 352
ANGOR
IAM
Parcial
Total
No existe
Sí que existe
Sí
No
<30 minutos Presencia o ausencia de alteraciones en el segmentoST
>30 minutos Elevación del segmentoST, ondas-Q patológicas
30 a 60 mg o el secobarbital -Somatarax®- de 60 a 100 mg. Algunos autores preconizan el uso de sedación con óxido nitroso. Muchos pacientes con cardiopatía isquémica están en tratamiento con anticoagulantes (acenocumarol -Sintrom®- o en menor frecuencia con warfarina sódica -Aldocumar®-). Deberemos tomar las medidas pertinentes según las recomendaciones. Es recomendable tener preparado material de primeros auxilios a mano, sobre todo oxígeno y nitroglicerina. Anestesia local Es muy importante realizar una técnica de anestesia efectiva, aspirando y asegurándonos de no inyectar anestésico en ningún vaso sanguíneo. En términos generales, podremos utilizar anestesia con vasoconstrictor (1:100.000) hasta dos carpules, siempre con aspiración y evitando la inyección intravascular. Debe tenerse especial precaución en el empleo de vasoconstrictores para controlar las hemorragias locales (hilos retractores con epinefrina). Debemos evitar la combinación de vasoconstrictores como la adrenalina (en anestesia, en hilos de retracción) en pacientes en tratamiento con β-bloqueantes por el riesgo de desencadenar una crisis hipertensiva; al igual que evitar prescribir ciertos AINES (ibuprofeno e indometacina) en pacientes que tomen propanolol puesto que disminuyen el efecto de este último. La sedación con óxido
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nitroso, en caso de necesitarla, se podrá realizar aunque es recomendable hacerla en medio hospitalario.
no siempre), que puede irradiarse a brazos (sobre todo al izquierdo), cuello, espalda, mandíbula y hasta paladar o lengua y que puede estar acompañado de síntomas vagales como náuseas, cefaleas o mareos, se deberá detener inmediatamente el tratamiento y se le administrará al paciente Nitroglicerina sublingual 0,4-0,8 mg/5-10 min y oxígeno con gafas nasales (3l/min) al tiempo que se da aviso a los servicios de emergencias. Si no desapareciera el dolor, se volverá a administrar otro comprimido sublingual y se esperarán otros 5 minutos. Si en 15 minutos desde que se instauró el dolor no desaparece hay que sospechar de un IAM en cuyo caso es urgente el traslado del paciente a un medio hospitalario. Todo ello, se resume en la figura 2.
Anestesia general Deberá evitarse todo lo posible y, en caso de tener que recurrir a ella, deberá esperarse 3 meses como mínimo desde el último accidente isquémico (siendo más recomendable esperar 6 meses) para poder efectuar el tratamiento bajo sus efectos, en los pacientes que hayan sufrido un angor o IAM. Hay que tener en cuenta, que en estos pacientes la administración de barbitúricos por vía intravenosa es especialmente peligrosa. Urgencia durante el tratamiento odontológico: angor e infarto agudo de miocardio
Si durante el tratamiento odontológico surgiera dolor torácico opresivo y repentino con cierta tendencia al lado izquierdo (aunque Figura 2. Algoritmo de actuación ante posible accidente isquémico cardiaco.
Dolorrepentino,intenso,queseirradiayconsíntomasvagales
Detenereltratamientodental Posibleacontecimientoisquémico
Avisoaserviciosdeemergencia.112.
NTGsublingual0,4Ͳ0,8mg/5Ͳ10minutos Oxígenoa4Ͳ6l/min
Nodespareceeldolordespuésde3 dosisyhanpasado20min
Desapareceeldolor
Posponertratamientoodontológico Remitiralpacienteparavaloración porcardiólogo
PosibleIAM
Manteneralpacienteestabley controladohastaquelleguen losserviciosdeemergencia
Preparaciónparaunaposible Resucitacióncardiopulmonar
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ENDOCARDITIS INFECCIOSA La endocarditis infecciosa (EI) es una infección de las válvulas cardíacas, resultado de una bacteriemia, que es común durante los procedimientos quirúrgicos y de diagnóstico dentales. Se estima que entre el 14 y el 20% de las EI tienen un origen oral. El germen más común que se adhiere a las válvulas es el Streptococcus viridians (seguido del Estafilococcus aureus, germen habitual de la cavidad oral). Las bacterias en el torrente sanguíneo se pueden establecer en las válvulas cardíacas dañadas y multiplicarse para crear una “vegetación” . Estas masas pueden formar coágulos que se desprenden y viajar al cerebro, los pulmones, los riñones o el bazo. La mayoría de las personas que desarrollan una endocarditis infecciosa tienen una cardiopatía subyacente. La EI es una enfermedad grave con una tasa de mortalidad alta (entorno al 20-25%) por lo que la profilaxis de la enfermedad es particularmente importante. La endocardi-
cional al traumatismo y al número de gérmenes que colonizan la zona. Algunos de esto ejemplos los podemos observar en la tabla 4. En segundo lugar, no sólo son las bacterias las que producen EI (también puede ser de origen viral o micótico, de ahí el cambio en la nomenclatura de endocarditis bacteriana a infecciosa) y aún siendo bacterias muchas de ellas son resistentes a antibióticos habitualmente utilizados en la profilaxis (amoxicilina o clindamicina). En el año 2007, las recomendaciones sobre profilaxis para EI publicadas en el año 1997 fueron modificadas por la American Heart Asssociation (AHA) junto a otros comités médicos, para poder definir más claramente cuándo está recomendada la profilaxis de EI. Pacientes en los que está indicada la profilaxis de EI
La profilaxis antibiótica para procedimientos dentales está indicada solamente en aquellos pacientes con afecciones cardiacas relacio-
Tabla 4. Procedimientos orales que pueden causar bacteriemia.
INCIDENCIA DE BACTERIEMIAS Bacteriemia por tratamientos dentales Bacteriemia por higiene bucal Extracción dental 51-85% Uso de seda dental 20-58% Cirugía periodontal 36-88% Uso de palillos de dientes 20-40 % Raspado y alisado radicular 8-80% Irrigación 7-50% Profilaxis periodontal 0-40% Masticación 17-51% Endodoncia 0-15% Cepillado de dientes 0-26%
tis infecciosa no supone una urgencia en sí durante el tratamiento odontológico, puesto que posee un tiempo de incubación entre 1015 días, pero sí que puede ser desencadenada por nuestras actividades en gabinete. Existen algunas sombras sobre la profilaxis de la EI. En primer lugar, la bacteriemia transitoria no solo se produce con tratamientos dentales como la exodoncia (51-85%) o la cirugía periodontal (36-88%); también se produce durante el cepillado dental (26%) o mientras se mastica chicle (20%). Hay que tener en cuenta que la bacteriemia es propor354
nadas con un riesgo muy alto de presentar endocarditis. La tabla 5 recoge los procesos en los que la ADA recomienda la profilaxis. Intervenciones odontológicas que requieren profilaxis de EI
Según la American Heart Association (AHA) todos los pacientes de alto riesgo para EI a los que se le vaya a realizar procedimientos dentales que incluyan la manipulación de tejido gingival o de la zona periapical de los dientes o la perforación de la mucosa bucal deberán recibir profilaxis antibiótica previa.
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Tabla 5. Procesos en los que se recomienda profilaxis de la EI.
Procesos cardiacos asociados a mayor riesgo de endocarditis y para los que se recomienda profilaxis previa a tratamientos dentales Prótesis valvular cardiaca. Endocarditis infecciosa previa. Enfermedad congénita cardiaca (ECC)*. o ECC cianótica no tratada incluyendo shunts y conductos paliativos. o Defecto cardiaco congénito íntegramente reparado con material o aparatos protésicos colocados, mediante cirugía o catéter, en los seis meses previos §. o ECC reparada pero con defectos residuales en o junto a el material o el aparato protésico cardiaco (lo que inhibe la epitelización). Receptores de transplante cardiaco que desarrollan valvulopatía cardiaca. *Sólo se recomienda profilaxis en las tres condiciones señaladas a continuación. No se recomienda para cualquier otra forma de ECC. § Se recomienda profilaxis porque la reepitelización del material protésico acontece en los seis meses posteriores a su colocación.
Por ejemplo, estará recomendada la profilaxis ante extracciones dentales, endodoncias en las que sobrepasemos el límite periapical, en la colocación del hilo retractor, en biopsias, en la retirada de puntos o suturas, en la colocación de bandas de ortodoncia o ante una limpieza bucal entre otros. Sin embargo, existen tratamientos en los que no estará recomendada la profilaxis, como en la inyección de rutina en tejidos no infectados, en la realización de radiografías dentales, en la colocación de
prótesis o aparatos de ortodoncia extraíbles, o en la colocación de braquets o apliques de ortodoncia entre otros. Prevención de la endocarditis infecciosa: pautas de tratamiento farmacológico. Las pautas recomendadas por la AHA están reflejadas en la tabla 6. Se diferencia entre niños y adultos con alergia o no a la penicilina, con o sin tolerancia a la vía oral.
Tabla 6. Pauta antibiótica recomendada por la ADA en la profilaxis de EI.
SITUACIÓN
FÁRMACO
Pauta estándar Vía oral
Amoxicilina
Intolerancia oral Alérgicos a las penicilinas Vía oral Alérgicos a las penicilinas, intolerancia oral
Ampicilina Cefazolina o ceftriaxona Cefalexina * Clindamicina Claritromicina o Azitromicina Cefazolina o ceftriaxona Clindamicina
ÚNICA DOSIS 30-60 MINUTOS ANTES DE LA INTERVENCIÓN ADULTOS NIÑOS 2g 50 mg/kg (máximo 2 gramos) 2 g im o iv 50 mg/Kg im o iv 1 g im o iv
50 mg/Kg im o iv
2g 600 mg
50 mg/Kg 20 mg/Kg
500 mg
15 mg/Kg
1 g im o iv
50 mg/Kg im o iv
600 mg im o iv
20 mg/Kg
Intramuscular (im), intravenoso (iv). * Se puede utilizar otra cefalosporina de primera o segunda generación vía oral con dosis equivalentes. Las cefalosporinas no se pueden utilizar en personas con antecedentes de anafilaxia, angioedema o urticaria a penicilinas o ampicilina. © Medicina Oral S. L.
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Circunstancias especiales
En mujeres embarazadas no existen contraindicaciones a las pautas referidas previamente. A los pacientes con patología cardíaca que vayan a ser operados se les realizará una evaluación dental minuciosa previa, de manera que si necesitan tratamiento dental, éste se pueda realizar, en la medida de lo posible, antes de la intervención cardíaca. Aunque no está sustentado, en la evidencia científica, la Academia Americana de Cardiología recomienda que “los individuos con riesgo de desarrollar endocarditis bacteriana deben mantener la mejor higiene posible”. Es preciso, hacer énfasis, por tanto, en el mantenimiento de una buena salud periodontal como forma de prevención de las bacteriemias y por tanto del riesgo de endocarditis. Antes de cualquier intervención odontológica, un enjuague durante dos minutos con 10 mililitros de clorhexidina al 0,12% reduce notablemente la concentración local de bacterias.
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Bibliografía
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Tema 40. Consideraciones odontológicas en los trastornos de la hemostasia Introducción Los pacientes con dificultades en la hemostasia constituyen un serio riesgo al emprender un tratamiento dental de carácter quirúrgico. Es habitual tratar pacientes polimedicados que están tomando antiinflamatorios, anticoagulantes y/o antiagregantes plaquetarios que pueden favorecer el sangrado. En odontología, el sangrado que se produce en el ejercicio habitual de la profesión suele ceder fácilmente con medias locales. Sin embargo, cuando existe una alteración de la hemostasia un episodio de sangrado puede hacer necesaria la atención del paciente en un centro hospitalario. Desde el punto de vista odontológico, es imprescindible la prevención del riesgo con la confección de una cuidadosa historia clínica, la evaluación de cada problema de forma individual y el establecimiento de un protocolo de actuación adecuado. Es importante que el profesional de la odontología conozca el manejo quirúrgico del paciente con compromiso hemostático siendo necesario conocer la fisiología de la hemostasia, discernir entre un trastorno de la hemostasia primaria, coagulación plasmática y fibrinolisis, interpretar correctamente las pruebas de laboratorio más frecuentes, saber identificar las causas más frecuentes de los problemas hemorrágicos en la clínica dental y su importancia clínica y conocer y dominar los medios adecuados de prevención y de tratamiento que se encuentran a nuestro alcance. Fisiología general de la hemostasia La hemostasia es un proceso constituido por mecanismos biológicos interdependientes cuya finalidad es prevenir la extravasación sanguínea espontánea, evitar la hemorragia excesiva por los vasos lesionados y mantener la fluidez de la sangre circulante. Intervienen en el proceso de modo sincronizado el endotelio vascular, las plaquetas y el plasma © Medicina Oral S. L.
que, con mecanismos reguladores, limitan la acumulación de plaquetas y fibrina en el área de la lesión. Cualquier alteración puede provocar, por defecto, hemorragias y, por exceso, trombosis. Se admiten 4 fases en el proceso general de la hemostasia: Fase vascular: Consiste en una sucesión de eventos físicos con el fin de limitar la extravasación sanguínea: la vasoconstricción, mediada por la musculatura lisa arteriolar; la retracción de las arterias seccionadas, gracias a la acción del plexo simpático perivascular, y el colapso vascular por el incremento de la presión en el seno de la colección de sangre extravasada. Normalmente no bastan para contener la hemorragia, pero la reducción del flujo sanguíneo facilita la adhesión de las plaquetas al endotelio. La disyunción del endotelio lesionado deja expuesta la membrana basal y el colágeno subendotelial, lo que permite que comiencen los procesos de adhesión y agregación plaquetarios con la liberación de adenosín difosfato (ADP) y de la coagulación iniciado por la liberación de tromboplastina tisular. Fase plaquetaria: El objetivo de esta fase es la formación de un tapón hemostático primario formado por un agregado de plaquetas. Las plaquetas son fragmentos celulares anucleados de los megacariocitos, tienen forma de disco, un diámetro aproximado de entre 1 y 4 micras y poseen una vida media de entre 9 y 12 días. Su concentración normal en sangre es de 140 a 440x 103/mm3. La membrana está formada por glicoproteínas GPIb/IX, y por integrinas GPIb/IIIa que funcionan como receptores y que son las responsables de la interacción de la célula con el medio circundante. Responden a la presencia de ADP, TxA2 (tromboxano A2), trombina y proteínas adhesivas (fibrinógeno, fibronectina, trombospondina, vitronectina, factor de von Willebrand y colágeno). En el citoplasma encontramos los ribosomas y el 357
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sistema de microtúbulos y micro filamentos responsables de la capacidad contráctil de las plaquetas. Contiene partículas de glucógeno que constituyen la fuente energética de la célula. El citoesqueleto es fundamentalmente una matriz proteica. Está constituido principalmente por actina y su estructura está regulada por una serie de proteínas que intervienen en los cambios de forma de la plaqueta y en la formación de los seudópodos. El sistema canalicular abierto está formado por canales ramificados que se conectan a la membrana celular y los gránulos alfa, contienen mediadores químicos relacionados con la adhesión y la agregación. El sistema tubular denso sintetiza prostaglandinas y ciclooxigenasa, que intervienen en la adhesión y agregación plaquetaria. En el citoplasma también encontramos gránulos densos, ricos en calcio y fósforo inorgánico, y lisosomas, que almacenan enzimas inespecíficos. La adhesión de las plaquetas al endotelio se produce gracias a la unión entre la glucoproteína GPIb del complejo GpIb/IX/V de la membrana plaquetaria, el factor de von Willebrand (FvW) y el colágeno del endotelio. El ADP secretado por las células endoteliales es la señal bioquímica que inicia la activación de las plaquetas. La emisión de pseudópodos y digitaciones amplía la superficie de contacto. Las sustancias químicas (tromboxano A2, ADP y trombina) amplían el proceso de agregación estimulando la activación de otras plaquetas. La glucoproteína GPIb/IIIa (integrina) es la que reconoce y fija las cadenas de fibrinógeno del tapón hemostático. Fase de coagulación: para la estabilización del tapón plaquetario será necesario culminar la fase de coagulación, donde intervendrán proteínas sanguíneas, plaquetas, lípidos e iones. Según el esquema clásico de la coagulación habría dos vías: la extrínseca, formada por el factor tisular y el factor VII, y la intrínseca, en la que participan los factores XII, XI y IX. Ambas vías convergen para activar al factor X y continuar conjuntamente el proceso de transformación de la protrombina en trombina y, a través de ésta, del fibrinógeno en fibrina (figura 1). 358
En 1994, Schafer et al. y Monroe et al. coinciden en presentar una “nueva cascada” de la coagulación. Las aportaciones a la cascada clásica son las siguientes: El complejo formado por el factor tisular y el factor VII participa en la activación del factor IX, por lo que las dos vías de la coagulación, intrínseca y extrínseca, van unidas casi desde el inicio del proceso. El proceso completo no se realiza de forma continua, sino que son precisas tres fases consecutivas: inicial, de amplificación y de propagación. En las dos últimas participan activamente la plaqueta y la trombina. Fase inicial: El complejo factor tisular-factor VII, de forma directa e indirecta a través del factor IX, activa inicialmente el factor X transformando pequeñas cantidades de protrombina en trombina, que son aún insuficientes para completar el proceso de formación de la fibrina. Fase de amplificación: La trombina así formada, junto con el calcio de la sangre y los fosfolípidos ácidos, que provienen de la plaqueta, participa activamente en un proceso de retroalimentación para la activación de los factores XI, IX, VIII y V y, de forma especial, para acelerar la activación de la plaqueta. Simultáneamente, por mecanismos quimiotácticos, los factores mencionados son atraídos a la superficie de las plaquetas donde tienen lugar de forma muy rápida importantes procesos de activación y multiplicación. Fase de propagación: La amplificación del proceso por mecanismos de retroalimentación entre trombina y plaqueta y la activación de todos estos factores permiten activar grandes cantidades del factor X y formar el complejo protrombinasa para convertir la protrombina en trombina y, a expensas de ésta, el fibrinógeno en fibrina. El proceso final, siempre en la superficie de la plaqueta, se acelera para generar de forma explosiva grandes cantidades de trombina y fibrina (figura 2). Fibrinolisis: el trombo, una vez cumplida su función, está programado para autodestruirse. El proceso comienza por la acción de la plasmina, una enzima encargada
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Vía intrínseca XII
Vía extrínseca
XIIa Daño tisular XI
XIa
IX
Factor tisular
IXa
VIII
VIIa
VIIIa
VII
Ca+ X V
Xa Ca+
Va
Vía común
II
IIa
Fibrinógeno
Fibrina
Fig 1. Cascada clásica de la coagulación.
INICIAL FT+VIIa
AMPLIFICACIÓN XII XI IX
XI VIII
XIa
PROPAGACIÓN IX
IXa
V
Xa
Va PLAQUETA ACTIVADA
X
Va
VIIIA IXA
IXa
VIIIa
PROTROMBINA
PROTROMBINA
PROTROMBINASA
TROMBINA
TROMBINA + CA2 + FLa
TROMBINA FIBRINÓGENO
FIBRINA
2. Nueva cascada de lasegún coagulación. Factores de coagulación en números romanos. a: activado. Ca2+: Fig 2.Fig. Fases de la coagulación la nueva cascada. calcio. Fla: fosfolípidos ácidos. FT: factor tisular.
Los números romanos representan los factores de la coagulación. a: activado; Ca2+: calcio. FLa: fosfolípidos ácidos. FT: factor tisular.
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de la destrucción del fibrinógeno y de la fibrina. Su objetivo es doble, restaurar la luz vascular y remodelar los tejidos. El proceso es similar al de la coagulación, con una vía extrínseca, iniciada por el activador tisular del plasminógeno (tPA) y la uroquinasa, y una vía intrínseca encabezada por el factor XII y la calicreína. El plasminógeno es una glicoproteína precursora de la plasmina sintetizada en el hígado. Cuando la degradación de la fibrina concluye la plasmina circulante es rápidamente neutralizada por la antiplasmina. Pruebas de laboratorio útiles para el control de la hemostasia. (Tabla 1).
Tiempo de hemorragia. En el método de Ivy se determina con un manguito de presión inflado sobre la parte superior del brazo con una presión de 40mm de Hg. Se hace una incisión de 6x1mm sobre el antebrazo. Se va absorbiendo la sangre hacia el margen de un papel de filtro a intervalos de 30 segundos hasta que se detiene la hemorragia. El límite superior normal es hasta 7 minutos. En el método de Duke se realiza una incisión en el lóbulo de la oreja y se va absorbiendo la sangre también cada 30 segundos. El rango de normalidad es 1-3 minutos. El tiempo de hemorragia se alarga por trombocitopenia o alteraciones en la función plaquetar, en la enfermedad de von Willebrand y en pacientes que toman aspirina o AINE durante 5 y 7 días. Recuento de plaquetas. La cantidad de plaquetas circulantes debe mantenerse en una intervalo de 140.000 a 440.000/mm3. Valora la fase plaquetar de la hemostasia y pueden aparecer síntomas hemorrágicos en recuentos inferiores a 50.000/ mm3. El fracaso en la producción, el secuestro esplénico, el aumento de su destrucción o utilización, así como su dilución pueden originar trombocitopenia. Tiempo de tromboplastina parcial (TTP) Esta prueba detecta anomalías de la coagulación sanguínea activadas por la exposición del plasma a una superficie de carga negativa, lo que refleja la capacidad de la sangre para
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coagularse en el interior de los vasos sanguíneos en la zona lesionada. El intervalo normal estará entre 25 y 35 segundos según el laboratorio. El TTP es sensible a las deficiencias de entre el 30 y el 40% de todos los factores de la coagulación, salvo de los factores VII y XIII. La heparina prolonga el TTP y suele emplearse esta prueba para el control del tratamiento heparínico. Estará alargado en la hemofilia, en pacientes con hepatopatía y en situaciones de fibrinolisis excesiva. Tiempo de protrombina (TP) Se determina por recalcificación del plasma en presencia de una concentración elevada de un reactivo del factor tisular (tromboplastina tisular). Detecta anomalías de los factores V, VII, X, protrombina y fibrinógeno, y refleja la capacidad de la sangre vertida por los vasos lesionados para coagularse. El TP normal suele estar en un intervalo de entre 10 y 15 segundos según el reactivo del factor tisular que se utilice. Es útil para investigar alteraciones de la coagulación en diversas enfermedades adquiridas, como una deficiencia de vitamina K, una hepatopatía, la CID (coagulación intravascular diseminada) o para el control del tratamiento con anticoagulantes orales. El INR (International Normalized Ratio) fue introducido por la OMS para estandarizar el control del tratamiento anticoagulante a escala internacional. El INR es la relación existente entre el TP del paciente y el TP control elevado al índice de sensibilidad internacional (ISI) que se determina comparando cada reactivo con la tromboplastina de la OMS. INR= (TP paciente/TP control) isi. El INR normal estará entre 0,9 y 1,1. Tiempo de trombina (TT) Se utiliza para detectar de forma específica anomalías que afectan a la reacción trombina-fibrinógeno como la heparina, productos de la degradación de la fibrina de gran tamaño y anomalías cualitativas del fibrinógeno. Valora la capacidad del fibrinógeno para formar un coagulo inicial y es bastante sensible para detectar alteraciones de la fibrinolisis. El intervalo normal estará entre 9 y 13 segundos.
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Tabla 1. Pruebas de hemostasia.
Prueba de laboratorio
Mide
Valores normales
Tiempo de hemorragia (TH)
Fase plaquetaria y vascular
1-3 minutos
Recuento plaquetario
Fase plaquetaria
140.000-400.000 /mm3 Hemorragias <50.000/ mm3
Tiempo de protrombina (TP)
Vía extrínseca y común
11-15 segundos
Tiempo de tromboplastina parcial activada (TTPA)
Vía intrínseca y común
25-35 segundos
Tiempo de trombina
Coágulo inicial
9-13 segundos
ANTIAGREGACIÓN PLAQUETARIA Los antiagregantes son fármacos que van a actuar inhibiendo la agregación plaquetaria en el lugar de la lesión. Se emplean para la prevención de la formación del trombo bloqueando alguno de los productos que intervienen en la trombogénesis. El más común y prototípico es el ácido acetilsalicílico (Aspirina®), cuya acción antiplaquetaria se atribuye principalmente a la inhibición irreversible de la actividad de la ciclooxigenasa, reduciéndose la producción de tromboxano A2 (TxA2), implicado en la adhesión y agregación plaquetaria. Como las plaquetas son células anucleadas y, por tanto, incapaces de llevar a cabo la síntesis proteica, no pueden reponer la actividad enzimática, por lo que la inhibición enzimática se prolonga durante toda la vida de la plaqueta, de 4 a 7 días. Además esta acción es ejercida también sobre los megacariocitos. La recuperación de la actividad enzimática de las plaquetas se produce posteriormente a un ritmo lineal y comienza a ser detectable a las 96 horas. Además de inhibir la síntesis de TxA2, la aspirina inhibe la formación de prostaciclina por las células endoteliales. Las células del endotelio vascular, en contraste con las plaquetas, pueden recuperarse de la inhibición de la ciclooxigenasa inducida por la aspirina por
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síntesis de nuevo de la enzima. La aspirina bloquea también la agregación secundaria inducida por la trombina, colágeno, ADP o ácido araquidónico, debido a que inhibe la producción plaquetaria de diacilglicerol, aunque este efecto es menos duradero que la acción sobre la ciclooxigenasa y es dependiente de la dosis. La aspirina disminuye la secreción de gránulos densos implicada en la liberación de sustancias proagregantes y vasoactivas durante la activación plaquetaria. Además, un metabolito de la aspirina, el ácido salicílico, tiene cierto efecto fibrinolítico debido a su interacción con los neutrófilos y monocitos con liberación de enzimas proteolíticas (catepsina G y elastasa). Este último efecto posiblemente condicione el riesgo de mayor hemorragia durante cirugía de by-pass coronario en enfermos tratados previamente con aspirina. Los pacientes que toman AAS pueden tener problemas de sangrado. Normalmente, se toman dosis de 20 a 300 mg/día o días alternos. Entre sus efectos secundarios los más frecuentes son las molestias gastrointestinales; puede causar úlcera gastrointestinal y hemorragias digestivas. Además actúa como analgésico, antipirético y atiinflamatorio. El dipiridamol (Persantín®) es un antiagregante derivado de la papaverina que inhibe la fosfodiesterasa. Tiene propiedades vasodilatadoras. Se
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utiliza a dosis de entre 200-400 mg/ día. Se ha demostrado que es más eficaz al asociarse con el AAS o con anticoagulantes orales, principalmente en la prevención de fenómenos trombóticos en materiales no biológicos (prótesis cardíacas, injertos vasculares plásticos). Muchos de sus efectos secundarios son derivados de sus propiedades vasodilatadoras: cefalea, vértigo, náuseas, vómitos y diarrea. El clopidogrel (Iscover®, Plavix®) y la ticlopidina (Tiklid®, Ticlodone®) prolongan el tiempo de hemorragia, inhiben la agregación plaquetaria y retardan la retracción del coágulo. Los dos tienen similitud estructural, que no comparten con el resto de antiagregantes. Su efecto máximo se observa a los 5-6 días del inicio del tratamiento y se mantiene varios días tras la suspensión del fármaco. Entre un 30-50% de los pacientes que toman ticlopidina presentan efectos
adversos, los más frecuentes son las diarreas, náuseas, vómitos y rash cutáneo, siendo el más grave la neutropenia que puede suceder en un 2.1% de los casos. Por estos motivos, ha ido cayendo en desuso a favor del clopidogrel. El clopidogrel se utiliza a dosis de 75mg/ día y presenta un menor número de efectos secundarios. La indicación del tratamiento antitrombótico viene determinada por el tipo de sustrato trombogénico y por el riesgo relativo de sufrir un episodio tromboembólico. La tabla 2 recoge los antiagregantes de uso más común con indicación de los preparados comerciales y la dosis habitual. Dentro de las indicaciones podemos distinguir unas de prevención primaria y unas de prevención secundaria. La prevención primaria es el conjunto de procedimientos que se dirigen a los individuos con algún factor de riesgo vascular sin haber sufrido un evento
Tabla 2. Antriagregantes plaquetarios.
Nombre genérico
Ácido acetilsalicílico
Aspirina® Adiro ® Bioplak ® Tromalyt ®
Clopidogrel
Iscover ® Plavix ®
Dipiridamol
Persantín ®
Ticlopidina
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Nombre comercial
Tiklid ® Ticlodone®
Dosis
20-300 mg/día
75 mg/día
300-400 mg/día
250 mg/día
Observaciones Inhibición de la ciclooxigenasa. Inhibición de la producción plaquetaria de diacilglicerol Disminuye la secreción de gránulos densos implicados en la liberación de sustancias proagregantes y vasoactivas durante la activación plaquetaria. Prolongan el tiempo de hemorragia. Inhiben la agregación plaquetaria. Retardan la retracción del coagulo. Inhibe la fosfodiesterasa. Mayor eficacia al asociarse con el AAS o con anticoagulantes orales. Prolongan el tiempo de hemorragia. Inhiben la agregación plaquetaria. Retardan la retracción del coagulo.
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Tabla 3. Indicaciones de la agregación plaquetaria.
Indicaciones de la agregación plaquetaria
Prevención primaria
Prevención secundaria
− Riesgo moderado-alto de sufrir un episodio coronario − Pacientes diabéticos con: historia familiar de enfermedad coronaria ó hábito tabáquico u obesidad ó microalbuminuria o macroalbuminuria ó colesterol total >200mg/dl. − Síndromes coronarios agudos − Cardiopatía isquémica crónica − Angina estable − Fibrilación auricular − Prolapso de la válvula mitral − Miocardiopatía dilatada − Angioplastia coronaria − Enfermedades cerebrovasculares isquémicas − Enfermedad arterial periférica
cardiovascular. Está indicada en pacientes con un riesgo moderado-alto de sufrir un episodio coronario; en pacientes diabéticos con alguno de los siguientes factores de riesgo: historia familiar de enfermedad coronaria, hábito tabáquico, obesidad, microalbuminuria o macroalbuminuria y colesterol total >200mg/dl. No está indicada en pacientes con hipertensión mal controlada por estar aumentado el riesgo de accidente vascular hemorrágico. La prevención secundaria es el conjunto de procedimientos que se dirigen a los pacientes que ya han sufrido un evento cardiovascular y tiene como objetivo evitar la repetición de un nuevo episodio o que, en el caso de que suceda, sea lo menos grave posible. Está indicada en síndromes coronarios agudos (angina inestable e infarto agudo de miocardio), cardiopatía isquémica crónica, angina estable, fibrilación auricular, prolapso de la válvula mitral, miocardiopatía dilatada con fracciones de eyección menores del 30%, angioplastia coronaria (con balón o con stent), enfermedades cerebrovasculares isquémicas y enfermedad arterial periférica (EAP). En todos ellos se suele utilizar AAS a dosis de 75-325mg/día. Se indicará clopidogrel en caso
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de alergia o no tolencia al AAS, a una dosis de mantenimiento de 75mg/día. En ocasiones se asocial los dos antiagregantes. Manejo odontológico del paciente antiagregado
Los pacientes que toman aspirina preventivamente pueden tener problemas de sangrado. Normalmente se toman a dosis de 75-325 mg/día o días alternos. En el caso de tener que una realizar exodoncia simple, no es necesario suspender el tratamiento antiagregante. Debe darse ácido tranexámico (Amchafibrin®), 500 mg: 2 ampollas bebidas cada 8 horas durante 3 días comenzando la víspera de la extracción, taponamiento de alveolo y enjuagues con ácido tranexámico cada 2 o 4 horas después de la extracción si presenta hemorragia. Si el riesgo es mayor, tras consultar con el médico que controle al paciente, se debe dejar el tratamiento con aspirina al menos 7 días antes de proceder a la cirugía para tener un porcentaje aceptable de nuevas plaquetas con capacidad hemostática en la circulación. Ante una intervención quirúrgica bucal se ha de contactar con el médico responsable del tratamiento antiagregante del paciente. Se deben pedir pruebas de
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laboratorio para conocer el funcionalismo plaquetario, como el analizador de la función plaquetar (PFA-100), pero si no se dispone de este instrumento, la prueba específica sería el tiempo de hemorragia (TH), que deberá ser inferior a 7-10 minutos. Con cifras discretamente elevadas, no suelen existir problemas importantes, que sí pueden presentarse con tiempos de hemorragia por encima de los 20 minutos. En este caso, administrar desmopresina (DDAVP); éste es un análogo sintético de la vasopresina que induce la liberación de factores del endotelio para acortar el tiempo de hemorragia. La DDVAP se puede administrar por vía parenteral a dosis de 0,3µg/kg de peso con un máximo de 220µg o en spray nasal (Minurín®). El riesgo de sangrado en pacientes que toman antiagregantes se ve potenciado por el consumo de alcohol o de anticoagulantes, así como en pacientes con hepatopatía o edad avanzada. La tabla 4 recoge las consideraciones generales del manejo odontológico del paciente antiagregado.
ANTICOAGULACIÓN Los AO (anticoagulantes orales) actúan sobre los factores de la coagulación previniendo de manera eficaz la enfermedad tromboembólica, que es una de las principales causas de invalidez y muerte en la segunda mitad de la vida. Entre los fármacos anticoagulantes se encuentran las heparinas y los anticoagulantes orales. Heparinas.
Existen dos tipos de heparinas: heparina no fraccionada y heparinas de bajo peso molecular. La heparina no fraccionada (HNF) actúa de cofactor de la antitrombina III potenciando de forma importante la inhibición de los factores XII, XI, IX, X y la trombina. Hay dos tipos de heparina no fraccionada: heparina cálcica, que se administra por vía subcutánea y heparina sódica, que se administra por vía intravenosa. Las heparinas de bajo peso molecular (HBPM) actúan de cofactor de la antitrombina III produciendo un cambio en su configuración que multiplica su capacidad de inhibir al factor Xa y, en
Tabla 4. Manejo odontológico del paciente antiagregado.
MANEJO ODONTOLÓGICO DEL PACIENTE ANTIAGREGADO Exodoncia simple:No suspender el tratamiento antiagregante.
−
Administrar la víspera de la extracción ácido tranexámico (Amchafibrin) 500 mg 2 ampollas bebidas/8 horas durante 3 días. Taponamiento del alveolo. Enjuagues con Amchafibrin cada 2-4 horas después de la exodoncia si presenta hemorragia. −
Ante mayor riesgo: Tras consultar con el médico que controla al paciente, dejar el tratamiento con aspirina 7 días antes de la cirugía.
−
Mejor endodoncia que exodoncia. Tener cuidado de no sobrepasar el ápice.
−
La prótesis parcial removible puede tolerarse sin decúbitos y con buena higiene.
−
Ortodoncia: tener cuidado con los traumas por roce.
−
Periodoncia: realizar el tratamiento causal. Ante hemorragias, medidas hemostáticas locales.
−
Odontología restauradora: utilizar diques finos y clamps no agresivos.
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menor proporción, a la trombina. Tienen una respuesta anticoagulante más predecible. Las más frecuentemente utilizadas son: nadroparina (Fraxiparina®), enoxaparina (Clexane®) y dalteparina (Fragmin®), administradas por vía subcutánea cada 24 horas. Anticoagulantes orales
Son un grupo de fármacos constituido por derivados de la cumarina. Se los conoce como antivitaminas K, su vía de administración es la oral y se emplean en la anticoagulación de larga duración, ya que al ser análogos estructurales de la vitamina K inhiben competitivamente las reacciones dependientes de la misma en la síntesis de los factores II VII, IX, X y de las proteínas C y S. Su acción anticoagulante la consiguen en los microsomas del hepatocito bloqueando la acción de una reductasa que transforma la vitamina K1 (inactiva) en vitamina K (activa). El efecto anticoagulante no comienza hasta pasadas 24 horas y es necesario que transcurran 2 o 3 días para alcanzar el pico máximo de actuación. Los más utilizados son el acenocumarol (Sintrom®) y la warfarina (Aldocumar®). La farmacocinética del acenocumarol y la warfarina es bastante similar, y se diferencian en la semivida de eliminación, que es mayor para la warfarina. La duración del efecto anticoagulante tras la suspensión del tratamiento es de 2 días para el acenocumarol y de 2 a 5 días para la warfarina. El tratamiento con anticoagulantes orales persigue un equilibrio entre el riesgo de hemorragia y el de tromboembolismo. El límite más bajo del rango terapéutico será, según la OMS, el necesario para prevenir la recurrencia o progresión de un episodio tromboembólico, y el límite más alto será aquel que no provoque una hemorragia. Para monitorizar el efecto del TAO (Tratamiento Anticoagulante Oral) la forma correcta de expresar el TP (tiempo de protrombina) es el INR (Razón Normalizada Internacional –International Normalized Ratio-). En un individuo sano no anticoagulado, el INR es igual a 0,9-1,1. En riesgo de trombosis venosa, embolia pulmonar, fibrilación auricular, pro-
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filaxis de embolismo sistémico, infarto agudo de miocardio y válvulas artificiales biológicas el INR debe estar entre 2-3. En pacientes con prótesis valvulares mecánicas o episodios de tromboembolismo estando ya anticoagulado el INR debe estar entre 2,5-3,5. El problema más importante de este tipo de tratamiento es el ajuste en la dosificación individual del fármaco. La dosis de fármaco necesaria para alcanzar un INR óptimo es distinta para cada individuo y a igualdad de INR algunos individuos sangran y otros no. Las opciones para controlar el TAO hoy día son: Autocontrol por parte del propio paciente previamente instruido, mediante un coagulómetro portátil (Coaguchek®). Unidades especializadas en tratamiento anticoagulante, dirigidas por hematólogos. Control por médicos de familia en Atención Primaria. La lista de fármacos que interaccionan con los anticoagulantes orales es muy amplia y es necesario ser especialmente cautos en aquellos individuos de edad avanzada polimedicados. Los antibióticos de amplio espectro empleados durante periodos de tiempo excesivos incrementan el INR indirectamente, al eliminar flora intestinal responsable de la vitamina K. La probabilidad de que se produzcan efectos adversos debido a esta interacción es baja con penicilina G, ampicilina, amoxicilina y amoxicilina- clavulánico. Las cefalosporinas han de evitarse, y si no es posible controlar el INR y ajustar dosis de AO. Metronidazol potencia la acción del TAO. No se han descrito interacciones con fosfomicina, clindamicina, levofloxacino y azitromicina. La eritromicina prolonga los efectos del TAO. Entre los antifúngicos, terbinafina, itraconazol, ketoconazol se consideran los más seguros pero no están exentos de riesgos por lo que es recomendable vigilar el INR. Los analgésicos opioides no producen ningún tipo de interacción en pacientes tratados con anticoagulantes orales, excepto en el caso del dextropropoxifeno (Deprancol). Paracetamol es el más seguro siempre que no se sobrepasen los 2gr/24 horas. Los AINES 365
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pueden aumentar el riesgo de hemorragia. Diclofenaco, ibuprofeno, tenoxicam, ketoprofeno, naproxeno, parecen ser los que menos interactúan con los AO aunque no se puede descartar el riesgo de hemorragias. Se recomienda la profilaxis con protectores gástricos. Los ansiolíticos (diazepam, clorazepato, etc.) no producen problemas con TAO. La tabla 5 recoge las interacciones más importantes de los AO.
habitual en el control periódico de una terapia anticoagulante oral (ACO), se considera un buen índice a la hora de permitir al cirujano conocer, con una sola prueba, el estado de anticoagulación de un paciente en tratamiento con cumarínicos. En el momento de la cirugía Se recomienda realizarla por la mañana. Salvo contraindicación, usaremos un anestésico local del tipo de la lidocaína al
Tabla 5. Interacciones de los AO.
GenÉrico Amoxicilina, AmoxicilinaClavulánico Penicilina G, Cefalosporinas Metronidazol Clindamicina Quinolonas
Comercial Clamoxyl® Augmentine® Cefonicida Flagyl® Dalacin® Levofloxacino
Macrólidos
Azitromicina Eritromicina
Antifúngicos Paracetamol Ibuprofeno, Ketoprofeno Ansiolíticos Antiácidos Fosfomicina
Itraconazol, Ketoconazol Termalgin® Neobrufen® Diazepam, Clorazepato Almagato Monurol®
Manejo odontológico del paciente en tratamiento con anticoagulantes orales El manejo odontológico del paciente anticoagulado se esquematiza en la figura 3. Antes de indicar una cirugía oral Estudiar otras condiciones coexistentes que puedan alterar todavía más la hemostasia (enfermedad de von Willebrand, toma de fármacos, trombocitopenia, alteraciones vasculoplaquetarias, coagulopatías, etc.). Recordar que la prevención cobra en estos pacientes un especial protagonismo (odontología conservadora preferible al tratamiento quirúrgico). El INR, utilizado de manera
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Efectos Baja probabilidad de producir efectos adversos Evitar Potencia la acción del TAO No interacción Baja interacción No interacción Potencia y prolonga efectos del TAO Vigilar INR Más seguro Posible riesgo de hemorragia No interacción No interacción No interacción
2% con epinefrina 1:80.000 a 1:200.000 y deberemos ser especialmente cuidadosos a la hora de infiltrar para evitar sangrados por la punción de vasos que puedan disecar tejidos y llegar a comprometer la vía aérea. En caso de exodoncias debemos ser parcos en la ostectomía, sobreindicando, si da lugar, la odontosección. Ante la realización de colgajos mucoperiósticos, se procurará ser lo más conservador posible. El cureteado meticuloso de la cavidad es fundamental para evitar infecciones secundarias (causa importante de sangrado postquirúrgico). En cuanto a las suturas, son preferibles las reabsorbibles.
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Paciente anticoagulado
Historia clínica
Otras coagulopatías asociadas (Von Willebrand, trombocitopenia, etc.) Sin otras alteraciones hematológicas
Cirugía oral (exodoncias, biopsias)
>3,5
INR
<3,5
Valoración por el especialista que corresponda Cirugía mayor orofacial o asociación con factores de riesgo (diabetes descompensada, compromiso hemodinámico severo, etc.) Heparinización Ambulatoria HBPM Hospitalaria (heparina intravenosa)
Ajuste del AO por hematólogo
Cirugía Hemostasia. Taponamiento. Sutura (si procede). Compresión Apertura de la herida Control de punto de sangrado. Aplicación de medidas hemostáticas. Tratamiento farmacológico si procede (desmopresina, vit. K)
Si sangrado postquirúrgico
Fig 3. Manejo odontológico del paciente anticoagulado. INR: International Normalized Ratio. HBPM: Heparinas de bajo peso molecular
Disponemos, además, de otros medios tópicos para conseguir la hemostasia secundaria: esponjas de gelatina, trombina, colágeno (sintético o porcino), cianoacrilato, oxicelulosa regenerada (Surgicel®). En pacientes que van a ser sometidos a procedimientos de cirugía oral limitada (exodoncias de 1-3 piezas, biopsias intraorales, etc.) con INR< 3,5 y sin otros factores de riesgo se recomienda no modificar la anticoagulación, extremando, por supuesto las medidas hemostáticas locales y los cuidados postquirúrgicos. Ante cirugías menos limitadas (exodoncias múltiples, despegamientos palatinos, etc.), con INR> 3,5 o la existencia de otros factores de riesgo se ha de valorar la suspensión
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del ACO 2 ó 3 días antes de la cirugía ó el cambio a heparina subcutánea (heparinas de bajo peso molecular-HBPM-) de forma ambulatoria o intravenosa en medio hospitalario. De decantarse por este método una opción sería suspender el ACO 3 días antes del procedimiento quirúrgico y chequear el tiempo de protrombina diariamente. Deben administrarse dosis profilácticas si INR< 2,0. La mañana de la intervención se suspenderá la heparina volviéndose a instaurar ésta unas horas después. El ACO se reiniciará al día siguiente de la intervención superponiendo ambas terapias hasta lograr un INR deseado, lo que suele demorarse en torno a 3 días para la warfarina ó 2 para el acenocumarol.
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Una vez realizada la cirugía -En casos de sangrado se limpia de coágulos la zona con suero caliente. Tras identificar el punto sangrante, se puede administrar una inyección de anestésico local con epinefrina; se puede taponar el punto sangrante con oxicelulosa regenerada y realizar compresión sobre la herida con una gasa empapada en ácido tranexámico durante 10-15 minutos. Si persiste el sangrado puede darse algún punto hemostático. En caso de ausencia de control el acetato de desmopresina (D-8-DAVP) puede ser útil; ofrece una alternativa a productos de transfusión a la hora de controlar sangrados rebeldes en caso de hemofilia. Se administra en forma de spray intranasal (una pulverización equivale a una dosis de 10-15microcentigramos de fármaco). Se recomienda dieta liquida y fría durante las primeras 24-48 horas y enjuagues con un antifibrinolítico durante 7-10 días. El más recomendable es el ácido tranexámico (solución al 4,8-5%, 4 veces al día 10ml durante 2 minutos). Una alternativa es el ácido épsilonaminocaproico al 25% (enjuagues de 5-10ml)
(Caproamin Fides®). En cuanto a la analgesia utilizaremos paracetamol y/o un opiáceo suave del tipo de la codeína. En la medida de lo posible no se debe prescribir AAS u otros AINES por el evidente riesgo aumentado de sangrado al interferir con la agregación plaquetaria. En cuanto a la prescripción de antibióticos, algunos autores recomiendan una terapia con penicilina V (250-500mg/ 6 horas), amoxicilina y ácido clavulánico 500-875/125 mg cada 8 horas o doxiciclina 100-200mg/8 horas durante una semana con el fin de prevenir la infección, importante factor inductor de la fibrinolisis. En cuanto a otros tratamientos odontológicos, en el detartraje no es necesario suspender la anticoagulación; se recomienda realizar enjuagues con ácido tranexámico (Amchafibrin) durante el procedimiento y mientras persista la hemorragia cada 4 horas. En endodoncias, obturaciones, prótesis no es necesario suspender la anticoagulación. Si existe sangrado, realizar enjuagues con ácido tranexámico (Amchafibrin®), ampollas de 500mg, cada 4 horas hasta que ceda (tabla 6).
Tabla 6. Consideraciones en el paciente anticoagulado.
Consideraciones en el paciente anticoagulado Anestésico local
Lidocaína al 2% Con epinefrina 1:80.000 o 1:100.000
Analgesia
Paracetamol y/o un opiáceo suave (codeína) No AAS u otros AINE
Antibióticos
Amoxicilina (500mg /8 horas) o doxicilina (100mg /12 horas)
Detartraje
Enjuagues con ácido tranexámico si hemorragia (4 horas)
Endodoncias, obturaciones y prótesis
Enjuagues con ácido tranexámico si hemorragia (4 horas)
Bibliografía
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Tema 41. Consideraciones odontológicas en pacientes con problemas renales 1. EN QUÉ CONSISTE LA HEMODIÁLISIS. INDICACIONES
dividir en indicaciones agudas o crónicas.
La insuficiencia renal crónica (IRC) se define como un deterioro progresivo de la función renal asociado a una disminución en la tasa de filtración glomerular (TFG). Las causas más frecuentes de esta patología son la diabetes mellitus, la glomerulonefritis y la hipertensión arterial. Existen otras posibles etiologías como el lupus eritematoso sistémico, la nefropatía obstructiva, las neoplasias, pielonefritis, poliquistosis renal, amiloidosis y abuso de fármacos entre otras. La prevalencia varía según países. En Estados Unidos se cuantificó en 337 casos por millón de habitantes (pmh), en Australia en 90 casos pmh y en Reino Unido en 107 casos pmh. En España no disponemos de datos epidemiológicos que permitan saber la prevalencia de la IRC, pero extrapolando las cifras de la población americana a la española, alrededor de 1.400.000 personas tendrían una disminución moderada del filtrado glomerular. En el año 2001 en España, la incidencia de pacientes que iniciaron tratamiento renal sustitutivo fue de 126 por millón de habitantes. Los síntomas y signos clínicos de la IRC se denominan en conjunto “uremia”, o “síndrome urémico”. La expresión de uno u otro síntoma/signo dependerá de lo avanzada que esté la IRC y de los órganos o sistemas afectados. (tabla 1) El tratamiento de la IRC incluye cambios dietéticos, restricción de la ingesta de líquidos, tratamiento de las complicaciones sistémicas y en estadíos avanzados, cuando se produce un fallo renal, la diálisis o el trasplante renal. La decisión para iniciar diálisis o hemofiltración en pacientes con fallo renal puede depender de varios factores, que se pueden
1) Hiperpotasemia 2) Acidosis metabólica 3) Sobrecarga de fluido (que usualmente se manifiesta como un edema pulmonar) 4) Pericarditis urémica, una potencial complicación que amenaza la vida en un fallo renal 5) Y en pacientes sin fallo renal, envenenamiento agudo con toxinas dializables, como el litio
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Indicaciones agudas para diálisis:
Indicaciones crónicas para la diálisis:
1) Fallo renal sintomático 2) Baja tasa de filtrado glomerular (TFG) (La terapia de reemplazo renal se recomienda cuando la TFG es menor de 10 a 15 ml/ min) 3) Otros marcadores bioquímicos de inadecuada función renal en el contexto de una TFG (ligeramente) mayor de 15 ml/min. Éstos serían generalmente la hiperfosfatemia resistente al tratamiento médico o la anemia resistente a la eritropoyetina. Existen dos tipos de diálisis, la peritoneal y la hemodiálisis. En ambas lo que se persigue es un filtrado artificial de la sangre, para eliminar toxinas y productos de deshecho metabólicos. La diálisis peritoneal es una técnica que consiste en la introducción de una solución glucosada hipertónica, de concentración variable (dializado) en la cavidad peritoneal con un catéter flexible. La sangre cargada de toxinas se depura por ósmosis a través de los capilares de la membrana peritoneal y las transfiere al líquido de diálisis que posteriormente se evacua al exterior. Existe una técnica ambulatoria en la que se producen unos 4 o 5 intercambios diarios de aproximadamente 2 litros cada uno. Hay otra técnica automatizada en la que el intercambio de fluídos de diálisis lo lleva a cabo una máquina mientras el paciente duerme.
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Tabla 1. Características clínicas de la IRC.
SISTEMA AFECTO Hematológico
Cardiovascular
Neurológico
Gastrointestinal
Dermatológico
Respiratorio
Endocrino
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS Anemia Hemorragias (por disfunción plaquetar) Hipertensión Pericarditis Miocarditis Arritmias cardiacas Arterioesclerosis progresiva Fallo cardiaco Confusión, paranoia, apatía Convulsiones, coma Neuropatía periférica (parestesias, parálisis, síndrome piernas inquietas) Anorexia, náuseas, vómitos Hemorragia gatrointestinal Esofagitis, gastritis, duodenitis, úlcera péptica Xerostomía, halitosis urémica, hemorragias gingivales Prurito Hiperpigmentación cutánea y de las uñas Palidez Equimosis Infección Hiperventilación Edema pulmonar Disfunción tiroidea Disminución secreción hormona del crecimiento Hiperparatiroidismo Amenorrea Infertilidad Disfunción sexual
La hemodiálisis. En esta técnica, el filtrado de la sangre no se lleva a cabo dentro del organismo como en la diálisis peritoneal sino en el exterior, estando el filtro (dializador) para depurar la sangre situado en el interior de una máquina de diálisis. En este riñón artificial circulan por separado la sangre del paciente (que ha sido previamente anticoagulada con heparina), y el líquido de diálisis con una composición similar a la del plasma. (Fig. 1) Antes de iniciar la hemodiálisis, debe haber una manera de extraer la sangre del organismo y volver a introducirla. Las arterias y venas son demasiado pequeñas; por eso es necesario realizar una intervención quirúrgica para crear un acceso vascular. Hay tres tipos de accesos vasculares: 370
La fístula (también denominada «fístula arteriovenosa o fístula AV»), que se crea uniendo una arteria y una vena debajo de la piel del brazo. (En la mayoría de los casos se une la arteria radial con la vena cefálica).
Fig 1. Máquina de diálisis y dializador.
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Cuando se unen la arteria y la vena, la presión dentro de la vena aumenta, fortaleciendo las paredes de la vena. La vena fortalecida está entonces en condiciones de recibir las agujas empleadas en la hemodiálisis. La fístula AV típicamente precisa de unos 3 o 4 meses en estar en condiciones de usarse en la hemodiálisis. La fístula puede usarse durante mucho años (Fig 2).
El catéter, que se introduce en una vena del cuello o debajo de la clavícula para uso transitorio, hasta que la fístula AV o el injerto AV estén en condiciones de usarse. El catéter no se usa como un acceso permanente. La sangre arterial del paciente se extrae a través del acceso vascular, y por el impulso de una bomba mecánica (Fig 3), llega a la máquina dializadora para su filtrado, tras el cual es devuelta al sistema circulatorio del paciente. Este proceso tiene una duración de 3 a 4 horas y se repite 3 veces por semana. (Fig 4)
Fig 2. Fístula arteriovenosa.
El injerto (también denominado «injerto arteriovenoso o injerto AV»), que se crea uniendo una arteria y una vena del brazo con un tubo de plástico. El tubo de plástico se coloca de manera que forma un puente en forma de U debajo de la piel, para unir la arteria radial a una vena cerca del codo. El injerto puede comenzar a usarse unas tres semanas después de la intervención quirúrgica. Los injertos AV generalmente no son tan duraderos como las fístulas AV, pero un injerto bien cuidado puede durar varios años.
Fig 4. Paciente en hemodiálisis.
2. CONSIDERACIONES ODONTOLÓGICAS DEL PACIENTE QUE ESTÁ EN HEMODIÁLISIS En el paciente con IRC y en diálisis pueden aparecer una serie de manifestaciones a nivel oral que debemos conocer. Asímismo hay que tener algunas consideraciones a la hora de tratar a estos pacientes desde el punto de vista odontológico. El papel del dentista en el diagnóstico precoz de la IRC puede ser importante. Aunque los signos no son patognomónicos de la enfermedad sí pueden hacer sospechar, y solicitar la realización de una analítica o referirlo a su médico. Manifestaciones a nivel oral (tabla 2)
1. La higiene oral de los pacientes en tratamiento con diálisis suele ser pobre, los depósitos de cálculo pueden estar aumentados, aunque no hay una evidencia clara de que exista un riesgo Fig 3. Extracción de sangre arterial desde el acceso vascular..
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mayor de presentar periodontitis en estos pacientes. Las visitas al dentista son infrecuentes. 2. Muchos pacientes hemodializados tienen síntomas de xerostomía e hiposialia. Las posibles causas son: la restricción en la ingesta de líquidos, efectos secundarios de la medicación que toman y/o la respiración por boca. La sequedad oral puede predisponer a la aparición de caries (fig. 5) e inflamación gingival e interferir en la masticación, deglución, en el habla, en la retención de las prótesis y puede producir una alteración o pérdida del gusto. También favorece la aparición de candididasis (fig. 6) y sialoadenitis bacterianas (fig. 7). 3. Los pacientes con síndrome urémico pueden presentar halitosis con olor similar al amonio, incluso en un tercio de los pacientes hemodializados persiste este olor oral. También pueden notar alteración del gusto (en ocasiones sabor metálico) y/o sensación de engrosamiento a nivel lingual. Las posibles causas pueden ser la alta concentración de urea en saliva y subsecuentemente su conversión a amonio. Otras posibles causas podrían ser el aumento de las concentraciones de fosfatos y proteínas y los cambios en el pH salival. 4. Lesiones mucosas. La estomatitis urémica puede manifestarse como áreas blancas, rojas (eritematosas), ulceradas o pseudomembranas de color gris sobre fondo eritematoso en la mucosa oral. Suele ser dolorosa y es difícil determinar cuál es la causa de este cambio en la mucosa oral, aunque se ha sugerido que puede ser debida a los elevados niveles de compuestos nitrogenados. Otros autores describen la estomatitis urémica como un engrosamiento
Fig 5. Caries en paciente hemodializado. 372
Fig 6. Candidiasis eritematosa.
Fig 7. Sialoadenitis bacteriana.
eritematoso de la mucosa oral, que a veces se acompaña de dolor y sensación de ardor.�������� Actualmente es una lesión oral infrecuente debido a la temprana instauración del tratamiento de diálisis en los pacientes con IRC que lo precisan. La mejor terapia es el control de la uremia. Son frecuentes las lesiones de aspecto liquenoide o reacciones liquenoides asociadas en ocasiones al tratamiento farmacológico de base (fig 8). Lesiones similares a la leucoplasia vellosa aparecen en pacientes urémicos, y desaparecen cuando se corrige la uremia. También se ha descrito la aparición frecuente de lengua saburral. La encia puede estar pálidad debido a la anemia y puede haber una pérdida de demarcación del límite mucogingival, y si existe una disfunción plaquetar, la encía puede sangrar fácilmente. Esta alteración de la agregación plaquetar unida al uso de la heparina y otros anticoagulantes utilizados en hemodiàlisis, predispone también a la aparición de petequias y equimosis en la cavidad oral. (fig. 9) 5. Neoplasias. El riesgo de desarrollar carci-
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noma oral de células escamosas (COCE) en pacientes en hemodiàlisis es similar al de la población general. 6. Infecciones orales. -Candidiasis: se ha descrito la aparición de queilitis angular hasta en un 4% de hemodializados, aunque teniendo en cuenta que es una población de edad elevada, este dato debe interpretarse con precaución. Hay que recordar que la hiposialia de estos pacientes es un factor favorecedor de las candidiasis. Son sobre todo del tipo eritematoso y se presentan principalmente en dorso de lengua. También parece que existe una mayor
Fig 8. Reacción liquenoide.
incidencia de candidiasis en los pacientes con IRC diabéticos. -Infecciones virales: La hemodiálisis incrementa el riesgo de transmisión del virus de la hepatitis B y C, y también VIH. 7. Anomalías dentales. Destacan entre otras anomalías el retraso en la erupción de los dientes permanentes en niños con IRC, hipoplasia del esmalte en dentición temporal y definitiva con o sin decoloración marrón. También estrechamiento y calcificación de las cámaras pulpares de dientes permanentes que no parece tener relación con el tratamiento de corticosteroides. No hay evidencia de un mayor riesgo de caries en pacientes con IRC. Las erosiones dentales son más frecuentes en estos pacientes por los frecuentes vómitos o náuseas y regurgitación esofágica. 8. Lesiones óseas. Son un reflejo de la alteración del metabolismo del calcio cuyo estadio final es un hiperparatiroidismo secundario. Éste afecta al 92 % de los pacientes hemodializados. Pu© Medicina Oral S. L.
Fig 9. Equimosis en suelo de boca.
ede manifestarse como tumores pardos de los maxilares, desmineralización ósea, disminución de la trabeculación y del grosor de la cortical ósea, hueso con aspecto de vidrio esmerilado, calcificaciones en tejidos blandos orales, lesiones radiolúcidas fibroquísticas, áreas líticas en el hueso, fractura mandibular por trauma y alteraciones en la cicatrización ósea tras una extracción. Se ha descrito la afectación de la ATM con disminución de la densidad ósea, quistes y reabsorción del cóndilo, que pueden repercutir en la estabilidad de la oclusión. La osteodistrofia renal debida al hiperparatiroidismo se asocia también a alteraciones en los dientes y periodonto. Entre las alteraciones periodontales destacan la pérdida de la lámina dura, el ensanchamiento del ligamento periodontal, movilidad dental, apiñamiento dental o destrucción periodontal severa. Entre las alteraciones dentales como ya hemos dicho destacan el retraso eruptivo, la hipoplasia del esmalte, las calcificaciones pulpares y el estrechamiento del canal pulpar. Tratamiento dental de pacientes con IRC (tabla 3)
Las revisiones clínicas periódicas son importantes para identificar tempranamente las posibles complicaciones orales de la enfermedad renal. En los pacientes con IRC hay una disminución del número de linfocitos y de su capacidad de quimiotaxis y fagocitosis, por lo que es primordial prevenir las infecciones. Para ello hay que eliminar todos los focos sépticos de la cavidad oral. Se recomiendan tratamientos periodontales periódicos no quirúrgicos. 373
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Tabla 2. Manifestaciones orales en pacientes con IRC y hemodiálisis.
Alteraciones dentales Alteraciones mucosas Infecciones orales Alteraciones periodontales
Alteraciones óseas
Otras alteraciones
Retraso eruptivo, hipoplasia esmalte, discoloraciones, estrechamiento y calcificación cámara pulpar, erosiones, caries de cuello. Estomatitis urémica, reacciones liquenoides, leucoplasia vellosa, lengua saburral, petequias y equimosis, Palidez de encías. Candidiasis, sialadenitis bacterianas, mayor riesgo de contraer VHB, VHC, VHI. Pérdida de la lámina dura, ensanchamiento del ligamento periodontal, movilidad dental, apiñamiento dental o destrucción periodontal severa. Tumores pardos de los maxilares, desmineralización ósea, disminución de la trabeculación y del grosor de la cortical ósea, hueso como vidrio esmerilado, calcificaciones en tejidos blandos orales, fractura mandibular por trauma, alteración cicatrización ósea tras extracción. Pobre higiene oral, xerostomía e hiposialia, alteración del gusto, halitosis.
Puede existir una mayor tendencia al sangrado en pacientes hemodializados, debido a los anticoagulantes o a la disfunción plaquetar, pero estos efectos se pueden minimizar si el tratamiento se lleva a cabo en el día posterior a la diálisis. En el manejo odontológico de pacientes con hiperparatiroidismo secundario se debe tener en cuenta la facilidad para fracturas óseas en los casos de extracciones. Para minimizar el riesgo de una crisis adrenal en pacientes que han tomado elevadas dosis de corticoides (10 mg de prednisolona diariamente, o su equivalente durante los tres meses previos), y a los que se les debe realizar un procedimiento invasivo como por ejemplo extracciones múltiples, se debe considerar la posibilidad de administrar una adecuada cobertura de corticoides preoperatoriamente. Puede ser necesario reducir la dosis de muchos fármacos o sustituirlos por otros si es posible. Las posibles complicaciones debidas a fármacos se detallan en las tablas 4 y 5. En los pacientes hemodializados puede producirse endocarditis infecciosa aunque no tengan antecedentes cardiacos. Se recomienda profilaxis antibiótica previa a procedimientos dentales, ya que hay un riesgo de endocarditis bacteriana o infección del acceso vascular. No obstante, una buena higiene oral disminuye el riesgo
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de infección oral y por tanto el de septicemia, endocarditis y endarteritis. 3. INDICACIONES Y CONSIDERACIONES MÉDICAS DEL PACIENTE QUE VA A SER TRASPLANTANDO RENAL El trasplante renal tiene como ventaja frente a la diálisis, que restablece todas las funciones renales, no sólo la depuradora sino también la endocrina y metabólica. La calidad de vida del paciente es mejor que con la diálisis aunque debe llevar tratamiento inmunosupresor de por vida para evitar el rechazo del órgano trasplantado. Es el tratamiento de elección para la IRC sobre todo en niños, aunque no siempre es posible encontrar un donante compatible. Los órganos trasplantados pueden proceder de donantes vivos (generalmente parientes) o de cadáveres. En el momento actual y en nuestro país, con la mayor eficacia de los inmunosupresores, la mayoría de injertos se obtienen de cadáver, siendo pequeña la proporción de trasplante renal de donante vivo. A pesar de las supervivencias altamente satisfactorias de los injertos renales de cadáver, el trasplante renal de vivo concede mejores resultados. La actividad de trasplante renal realizada en España ha sido prioritariamente de donante cadáver, aumentando de forma progresiva a
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Tabla 3. Consideraciones en el tratamiento dental en pacientes con IRC.
PROBLEMA Propensión a infecciones orales Posible sangrado Hiperparatiroidismo secundario Endocarditis/ Endoarteritis infecciosa Complicaciones con algunos fármacos Posible crisis adrenal
TRATAMIENTO Eliminar focos sépticos Tratamiento el dia posterior a la diálisis Posibles fracturas óseas durante extracciones Profilaxis antibiótica Sustituírlos o ajustar la dosis Dosis preoperatoria de corticoides
lo largo de los últimos años, hasta duplicarse respecto a la actividad de hace 18 años. Por otra parte, el trasplante renal de donante vivo ha tenido un escaso desarrollo en nuestro país. Esta actividad, hasta el año 2000, había representado siempre menos del 1% de la actividad total del trasplante. En los últimos tres años, la proporción de trasplante de vivo respecto al total se ha incrementado de forma discreta. Así pues, durante el año 2003 se han realizado en nuestro país 2131 trasplantes renales, de los que 60 eran de donante vivo, suponiendo estos el 2.81% del total. Hay que destacar que el número de trasplantes de donante vivo se ha triplicado respecto a los que se hacían hace 3 años. Estos hechos contrastan de forma llamativa con lo que sucede en otros países (como son EEUU, Suecia, Noruega y Suiza) con una situación sanitaria similar cuando no superior a la nuestra, y al igual que nosotros sin limitaciones para acceder a otras formas de tratamiento sustitutivo (diálisis y trasplante de cadáver), realizan un número superior de trasplante de vivo. Los órganos procedentes de cadáver son asignados en función del sistema HLA (complejo mayor de histocompatibilidad) , la compatibilidad ABO y la edad y tamaño del donante y receptor. Podemos considerar tres estadios en el trasplante renal: el postrasplante inmediato, de unos seis meses aproximadamente, es el periodo con mayor riesgo de complicaciones (infecciones, rechazo agudo). Después está el periodo del injerto estable, en el cual los pro-
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blemas a nivel odontológicos van asociados al inmunosupresor administrado. En el tercer periodo, el de rechazo crónico del injerto, se manifiesta de nuevo la clínica de la IRC, y se requiere de nuevo diálisis o trasplante. Se requiere terapia inmunosupresora de por vida para minimizar el riesgo de rechazo del órgano. Los fármacos más frecuentemente utilizados son: Ciclosporina, azatioprina, corticoides y más recientemente tacrolimus. Los efectos secundarios más frecuentes de estos fármacos son: -Ciclosporina: nefrotoxicidad, hepato-toxicidad, hipertricosis, diabetes mellitus, ginecomastia, cáncer de piel e hipertrofia gingival. - Cor ticoides: hiper tensión, diabetes, osteoporosis, mala cicatrización, tendencia a las infecciones y psicosis. Pueden desencadenar una crisis suprarrenal aguda ante el estrés. -Azatioprina: mielodepresión, hepatotoxicidad, anemia megaloblástica, alopecia. -Tacrolimus: nefrotoxicidad, neurotoxicidad, diabetes (más frecuentemente que con la ciclosporina). Presenta interacciones farmacológicas con la lidocaína, eritromicina, claritromicina, azitromicina, clotrimazol, fluconazol, itraconazol, ketoconazol, antagonistas de los canales del calcio, cimetidina, AINES y metilprednisolona.
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Tabla 4. Fármacos que no precisan ajuste de dosis en pacientes con IRC.
Clindamicina
DOSIS CON DOSIS NORMAL A.Cr 10-50 ml/ min 300 mg/8h
Doxiciclina
100 mg/24h
Eritromicina
250-500mg/6h
Azitromicina
500 mg/24h (3 d)
Paracetamol
500-1000mg/4-6h
Ibuprofeno
400-600mg/6-8h
Metamizol
575-2000mg/8h
Ketoconazol
200-400mg/24h
Diacepam
5 mg/8h
FÁRMACO
No modificar
DOSIS CON A.Cr <10 ml/ min
No modificar
Tabla 5. Fármacos que precisan ajuste de dosis en pacientes con IRC.
FÁRMACO DOSIS NORMAL
DOSIS CON A.Cr 10-50 ml/min
DOSIS CON A.Cr <10 ml/min
Amoxicilina
500-1000 mg/8h
Cada 8-12 h
Cada 12-14 h
Amoxicilina / clavulánico
500-875 mg/8h
Cada 8-12 h
Cada 12-24 h
Cada 8-12 h
Cada 12-24 h
Metronidazol
250-500mg/8h
Penicilina G
0,3-1,2 millones UI/612 h
Salicilatos
500-1000mg/4-6h
500mg/ 4-6 h
Evitar el fármaco
Diclofenaco
50 mg/ 8h
Control función renal
Control función renal
Codeína
10-30 mg/4-6 h
Bajar dosis un 25%
Bajar dosis un 25%
Aciclovir
200 mg/ 5 h
Cada 12- 24 h
50% dosis/24 h
Fluconazol
100 mg/día
50% dosis
50% dosis/24 h
50-100% dosis cada 8-12 h 25-50% dosis cada 12 h
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4. CONSIDER ACIONES ODONTOLÓGICAS DEL TRASPLANTE RENAL: ANTES Y DESPUÉS DEL MISMO Manifestaciones a nivel oral
Una de las manifestaciones orales de los pacientes trasplantados es el agrandamiento gingival secundario a la toma de fármacos, la ciclosporina y/o los antagonistas de los canales de calcio. Este agrandamiento afecta sobre todo a las papilas labiales interdentales, aunque se puede extender hasta los márgenes gingivales y las superficies linguales y palatinas. I) Agrandamiento gingival por ciclosporina: Ocurre en un 30% de los pacientes aunque la prevalencia real es incierta, ya que varía del 6 al 85% según diferentes autores. Puede evidenciarse en los tres primeros meses tras el inicio del tratamiento. Es más frecuente en niños y adolescentes y también si existe una mala higiene dental. El acúmulo de placa dental no es la causa del sobrecrecimiento, pero sí un factor predisponente. Los estudios son contradictorios en cuanto a la asociación entre agrandamiento gingival y dosis de ciclosporina, y entre la extensión de dicho agrandamiento y la funcionalidad del riñón trasplantado. No hay diferencias significativas entre hombres y mujeres. Uno de los principales mecanismos por el que se produce este sobrecrecimiento gingival es la pérdida del balance en la producción/ destrucción del colágeno. Hay que monitorizar periódicamente a estos pacientes, ya que se han descrito casos de COCE y sarcoma de Kaposi en estas lesiones gingivales. II) Agrandamiento gingival producido por los antagonistas de los canales de calcio: estos fármacos se utilizan como antihipertensivos y para reducir lo nefrotixicidad de la ciclosporina. Entre ellos destacan la nifedipina, amlodipina, diltiazem, oxidipina, felodipina y nitrendipina. La prevalencia de ese trastorno producido por nifedipina puede ocurrir entre el 10 y el 83% de pacientes. En este caso la presencia de placa dental no es esencial para la aparición del agrandamiento gingival. Tampoco lo es la dosis ni la duraci-
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ón del tratamiento. En ocasiones un cambio de uno a otro fármaco puede reducir dicho agrandamiento. III) Terapia combinada de ciclosporina y antagonistas de canales del calcio: Parece haber un aumento en la incidencia y severidad del agrandamiento gingival si se combinan la ciclosporina y la nifedipina con una prevalencia entre el 48 a 60%. Sin embargo, la combinación de ciclosporina y verapamilo no incrementa la frecuencia ni la gravedad de este agrandamiento. Para algunos autores hay relación entre la duración del tratamiento con ciclosporina y nifedipina y el sobrecrecimiento gingival, aunque no hay relación con la dosis del fármaco. IV) Tacrólimus: Parece que no hay acuerdo entre los distintos autores sobre este fármaco y el aumento o disminución del agrandamiento gingival, aunque se ha descrito que el agrandamiento gingival por ciclosporina puede reducirse o incluso desaparecer cuando ésta se sustituye por tacrolimus. La leucoplasia vellosa puede aparecer secundariamente a la inmunosupresión debida a fármacos. En pacientes trasplantados puede aparecer sarcoma de Kaposi intraoral, así como COCE y linfoma no Hodgkin. Este mayor riesgo de malignidad oral es debido a los efectos yatrogénicos de la inmunosupresión. En pacientes trasplantados se han descrito lesiones de candidiasis seudomembranosas (1,9 %) y eritematosas (3,8 %). Como a estos pacientes se les suele prescribir profilácticamente tratamiento antimicótico, las cifras reales de candidiasis pueden resultar infraestimadas. También es frecuente encontrar en estos pacientes lengua saburral, al igual que en los tratados con diálisis. Antes de la aparición del aciclovir, ganciclovir o valaciclovir, hasta un 50 % de los pacientes trasplantados que tenían herpes simple (VHS) sufrían brotes recurrentes, severos y prolongados de infecciones por VHS. Una inmunosupresión de larga duración predispone a los pacientes al herpes virus tipo 8 y sarcoma de Kaposi asociado. En los pacientes trasplantados renales existe 377
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un estrechamiento de la cámara pulpar de los dientes significativamente mayor que la de aquellos que están en tratamiento de diálisis Tratamiento dental de pacientes con IRC trasplantados
Una vez que el trasplante ha sido admitido por el paciente y éste tiene un buen estado general, se pueden realizar tratamientos dentales. Hay que tener en cuenta los mismos cuidados en cuanto a las infecciones que para los pacientes dializados. Una infección dental no tratada en un pa-
El periodo postrasplante inmediato y en el rechazo crónico sólo se tratarán las urgencias. En la fase de injerto estable se pueden tratar los dientes���������������������������������� teniendo������������������������� en cuenta las consideraciones que aparecen en la tabla 6. Para tratar el agrandamiento gingival lo ideal sería sustituir el fármaco por otro. Y si esto no es posible se debe realizar una higiene oral meticulosa para disminuir la gingivitis por placa asociada a este agrandamiento, o la excisión con bisturí frío o láser si el tejido gingival crece hasta interferir con la masticación. La recurrencia es frecuente sobre todo si la higiene oral no es adecuada. La clorhexidina tópica o el triclosán
Tabla 6. Consideraciones odontológicas en pacientes con trasplante renal.
PROBLEMA Propensión a infecciones orales Posible sangrado Agrandamiento gingival
Endocarditis infecciosa Complicaciones con algunos fármacos Posible crisis adrenal
TRATAMIENTO Eliminar focos sépticos antes y después del trasplante (mejor exodoncias). Tratamientos periodontales periódicos Analítica previa y medidas hemostáticas locales Cambiar fármaco si es posible Control placa+antisépticos Resección gingival si es necesario Profilaxis antibiótica si lo aconseja su especialista Sustituírlos o ajustar la dosis Dosis preoperatoria de corticoides
ciente inmunosuprimido puede contribuir a la morbilidad o al rechazo del órgano trasplantado. Por ello es importante realizar revisiones periódicas para identificar cualquier complicación oral debida a la IRC o a la terapia inmunosupresora. Los pacientes que tengan que ser trasplantados deberían ser tratados de su patología oral y dental antes del trasplante. Sin embargo la realidad es que es poco frecuente que se incluya una revisión dental en el protocolo del trasplante. Lo ideal seria eliminar focos sépticos en la cavidad oral del paciente para evitar problemas infecciosos posteriores. Se exodonciarán los dientes con mal pronóstico periodontal y/o granulomas apicales. Es preferible la exodoncia a la endodoncia, y evitar tratamientos dentales que no nos ofrezcan una garantía de éxito a largo plazo.
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pueden utilizarse como medidas adicionales para controlar la placa dental. Bibliografía - Bullón Fernández P, Machuca Portillo G. Asistencia odontológica en pacientes con patología endocrina. Atención odontológica a pacientes con problemas renales. En: Bullón Fernández P, Machuca Portillo G, editores. Tratamiento odontológico en pacientes especiales. Madrid: Laboratorios Normon, SA; 2004.p. 518-31. - de la Rosa García E, Mondragón Padilla A, Aranda Romo S, Bustamante Ramírez MA. Oral mucosa symptoms, signs and lesions, in end stage renal disease and non-end stage renal disease diabetic patients. Med Oral Patol Oral Cir Bucal. 2006 Nov 1;11(6):E467-73. - Proctor R, Kumar N, Stein A, Moles D, Porter S. Oral and dental aspects of chronic renal failure. J Dent Res. 2005 Mar; 84(3): 199-208. - Plaza Costa A. El paciente con insuficiencia renal crónica. En: Silvestre Donat FJ, Plaza Costa A, editores. Odontología en pacientes especiales. Valencia: Universisad de Valencia; 2007.p.65-85.
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Tema 42. Consideraciones odontológicas de las enfermedades endocrinas TIROIDES
La glándula tiroides es la encargada de mantener un nivel metabólico óptimo en los tejidos para su función normal. Está presente en todos los vertebrados, en la región anterior del cuello delante del cartílago tiroides. Está formada por dos lóbulos conectados entre sí por un istmo y a veces posee un lóbulo piramidal. Este órgano estimula el consumo de oxígeno de la mayor parte de las células, ayuda a la regulación metabólica de lípidos y glúcidos y es necesaria para un crecimiento y maduración normales. Su función está regulada por un mecanismo de retroalimentación negativa por la hormona estimulante de la tiroides (TSH, tirotropina) producida por la hipófisis. Las hormonas que produce esta glándula son: la tiroxina (T4, tetrayodotironina), triyodotironina (T3), más activa que la T4, triyodotironina inversa, que es inactiva, monoyodotironina, y la calcitonina, que disminuye la concentración de calcio en sangre. Los principales efectos en el organismo de estas hormonas tiroideas se muestran en la tabla 1.
Hipertiroidismo El hipertiroidismo, también conocido con el nombre de tirotoxicosis, es un trastorno funcional del tiroides caracterizado por el incremento de la secreción hormonal de la glándula, con el resultado de una alta concentración de hormonas tiroideas en la sangre. Puede estar producido por varias causas, entre las que destacan los tumores hipofisarios, adenomas de la glándula o la enfermedad de Graves, también conocida con el nombre de bocio difuso tóxico, de origen autoinmune. Esta enfermedad se presenta comúnmente en mujeres de mediana edad, y se diagnostica por la triada característica de exoftalmos, aumento nodular del tiroides y mixedema pretibial. Otros signos característicos de la enfermedad son taquicardia, hipertensión, acropaquia, eritema palmar, temblor, palpitaciones, nerviosismo, insomnio, fatiga, aumento de la sudoración, piel caliente y húmeda, aumento del apetito y pérdida de peso. Entre los fármacos que se utilizan para tratar el hipertiroidismo se encuentran el tionamidapropiltiouracilo, metimazol y carbimazol, que bloquean la síntesis de la hormona tiroidea; los betabloqueantes, que frenan la actividad adrenérgica y eliminan la taquicardia, el temblor, la ansiedad, el nerviosismo y la sudoración; el ácido iopanoico e ipodato
Tabla 1. Efectos de las hormonas tiroideas.
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Efectos de las hormonas tiroideas - Influyen en el crecimiento, Aumentan el calor y el metabolismo basal maduración y diferenciación del organismo - Disminuyen los depósitos de Efecto diurético glucógeno hepático - Fundamentales para el crecimiento Estimulan la médula ósea óseo - Ayudan a la cicatrización de las Regulación del sistema nervioso heridas Efectos sobre el sistema cardiovascular (taquicardia, vasodilatación periférica y - Disminuyen la colesterinemia aumento del volumen sistólico ) 379
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sódico que inhiben la conversión de T4 a T3; los corticoides a dosis altas que reducen la secreción de la hormona tiroidea por mecanismos desconocidos; y el yodo que inhibe la liberación de la hormona preformada. En cuanto a las manifestaciones orales, existe una aceleración en la erupción tanto de la dentición permanente como de la temporal. También hay una tendencia a la osteoporosis del hueso alveolar. El manejo odontológico de estos pacientes (fig.1) es el convencional en casos controlados, intentando evitar las situaciones de estrés y la proliferación de focos infecciosos. En los casos mal controlados se restringe el uso de adrenalina y se toman medidas para evitar las infecciones, ya que pueden desencadenar una crisis tirotóxica con náuseas, vómitos, dolor abdominal, taquicardia, arritmias, sudor profuso e incluso coma. Por último, hemos de tener en cuenta que el propiltiouracilo administrado a muchos de estos pacientes interviene en los procesos de coagulación; por lo tanto, es necesario disponer de una analítica que determine el tiempo de protrombina.
enfermedad puede aparecer en la infancia denominándose cretinismo o en la edad adulta en la que se conoce como mixedema. El cretinismo se caracteriza por un retraso mental y un retraso en el desarrollo y el crecimiento. La piel está engrosada, seca y con arrugas, la cara es ancha, la nariz corta y aplanada y tienen hipertelorismo. En la cavidad oral se observa macroglosia, engrosamiento de los labios y micrognatia, ya que hay una falta de crecimiento condilar y mandibular que produce una pérdida de saliva al tener mordida abierta. La erupción dental está retrasada y existe una alteración de la oclusión con barbilla retraída y respiración bucal. El mixedema lo encontramos en edad adulta, sobretodo en mujeres de mediana edad. Estos pacientes tienen un aumento de peso y ofrecen un aspecto de adormecimiento. La piel también está engrosada y tiene una disminución de la sudoración. Hay un edema de cara y extremidades y tienen la nariz, las orejas y los labios engrosados. La única manifestación oral es la macroglosia. En cuanto al manejo odontológico de estos
Fig.1. Tratamiento odontológico del paciente con hipertiroidismo
PACIENTES CONTROLADOS Evitar estrés Eliminar focos infecciosos
Propiltiouracilo
Efecto anticoagulante
TP
PACIENTES NO CONTROLADOS Adrenalina e infecciones
Hipotiroidismo El hipotiroidismo se debe a una deficiencia en la síntesis de hormona tiroidea. Puede estar producido por enfermedades autoinmunes, tiroidectomías o por defectos congénitos. Esta
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Crisis tirotóxica
pacientes (fig.2), el tratamiento odontológico en pacientes controlados está permitido, teniendo en cuenta que se debe evitar las infecciones agudas que pueden descompensarlos. En los pacientes descompensados existirá un
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retraso de la cicatrización y se han de manejar con precaución los anestésicos, analgésicos, barbitúricos, hipnóticos y tranquilizantes. Es importante tratar los urgencias de forma conservadora y esperar a que se controle al paciente ante el riesgo de que se presente un coma mixedematoso, que cursa con hipotermia, bradicardia, hipotensión y dificultad
en el desarrollo dental y la mineralización ósea. La hormona paratiroides estimula la formación renal del metabolito activo de la vitamina D, la cual favorece la absorción intestinal del calcio, muy importante para mantener unos niveles normales de calcemia, aunque también depende del ingreso dietético del calcio y de su eliminación renal.
Fig. 2. Tratamiento odontológico del paciente con hipotiroidismo
Figura 2. Tratamiento odontológico del paciente con hipotiroidismo.
PACIENTES CONTROLADOS
Evitar infección
PACIENTES NO CONTROLADOS Retraso de la cicatrización Fármacos (anestésicos, analgésicos, barbitúricos, hipnóticos y tranquilizantes) Tratar urgencias de forma conservadora Coma mixedematoso: hipotermia, bradicardia, hipotensión y dificultad respiratoria MANEJO DE CONDUCTA EN CRETINISMO
respiratoria. En los niños con cretinismo es fundamental el control de la conducta ya que estos poseen retraso mental.
PARATIROIDES
Las glándulas paratiroides o cuerpos epiteliales son un complejo constituido por 4 glándulas situadas junto a la cara dorsal de la glándula tiroides, aunque siempre fuera de su cápsula. Hay dos a cada lado siendo craneales o caudales según su posición respecto a la tiroides. Estas glándulas presentan un color marrón y una consistencia algo más blanda que los ganglios linfáticos, tienen forma de lenteja y un peso que oscila entre 1 y 15 cgr. La función de las glándulas paratiroides es segregar la hormona paratiroidea o PTH, encargada de regular el metabolismo de calcio y del fósforo, que juegan un papel importante
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Otras funciones de la hormona paratiroides son: aumento de la reabsorción ósea (favoreciendo la acción osteoclástica), aumento de la absorción intestinal y disminución de la reabsorción renal del fosfato. Hiperparatiroidismo El hiperparatiroidismo se caracteriza por una hipersecreción de la hormona paratiroides que origina hipercalcemia, afectación ósea, renal y sistémica. Puede ser primario, muy relacionado con la aparición de tumores (adenomas) o hiperplasias de la glándula. Aparece más frecuentemente en mujeres de mediana edad y es muy importante su diagnóstico precoz, ya que se pueden producir lesiones renales graves irreversibles. El hiperparatiroidismo secundario se producirá en casos de insuficiencia renal crónica o síndrome de
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malabsorción intestinal. Al producirse un aumento de la PTH, se produce un desorden del metabolismo del calcio con hipercalcemia, hipofosfatemia y una alteración del metabolismo óseo. Esta alteración puede desencadenar depósitos de calcio en distintas localizaciones, deformidad ósea y tumores óseos. Causa manifestaciones clínicas fundamentalmente en huesos, riñones y tubo digestivo. Entre las manifestaciones orales mas frecuentes destacarían el tumor pardo, la pérdida del espesor óseo, la debilidad dentaria, las maloclusiones y las calcificaciones de los tejidos blandos. Las manifestaciones óseas y dentales son tardías, observándose cuando hay una pérdida de más del 30% del contenido mineral del hueso. Radiológicamente aparece como una rarefacción ósea con disminución de la trabeculación. Asimismo, se puede observar también una pérdida parcial de la lámina dura que para algunos autores es patognomónica de este proceso. En estos pacientes podemos encontrar tumores pardos del hueso, de localización preferente en zona de premolares y molares, y más frecuentes en mujeres de alrededor de 30 años de edad. Estas lesiones de tipo fibroso, semejantes a lesiones de células gigantes aparecen con más frecuencia en costillas, pelvis y mandíbula. Radiográficamente provocan una imagen lítica, expansiva, y en ocasiones multilobulada que pueden reabsorber o desplazar las raíces dentarias. Su aparición se debe a microfracturas y microhemorragias por la reabsorción ósea producida por la PTH, con acumulación de macrófagos cargados de hemosiderina y células gigantes multinucleadas de tipo osteoclástico en un estroma fibrovascular. Existen igualmente alteraciones dentales como defectos del desarrollo del esmalte, alteraciones de la erupción y cámaras pulpares ensanchadas. El manejo clínico odontológico de estos pacientes no requiere ninguna consideración especial ya que la situación vuelve a la normalidad una vez se ha recuperado un estado normal de la calcemia. Existe un mayor riesgo de fractura ósea durante los procedimientos de cirugía oral. También es importante un correcto diag382
nóstico diferencial en el caso de aparición de un tumor pardo para no realizar tratamientos inadecuados. Hipoparatiroidismo Este proceso está relacionado con una deficiencia congénita de esta hormona, por extirpaciones quirúrgicas de la glándula, o puede tener un carácter idiopático al presentar ausencia congénita de la glándula paratiroides conocida como síndrome de DiGeorge. Por lo tanto, encontramos una disminución en la secreción de la PTH, que dará una hipocalcemia con un aumento de la excitabilidad neuromuscular que se traducirá en parestesias, espasmos y tetania. También pueden existir anomalías en pelo, piel y uñas. Las manifestaciones orales incluyen parestesias labiales o linguales, alteración de los músculos faciales, edad dental retrasada, malformaciones dentarias, con hipoplasia del esmalte y formación anormal de dentina, raíces acortadas e hipodoncia, exostosis mandibulares y presencia de cálculos pulpares. Debido a las deformidades dentales, estos pacientes pueden tener mayor tendencia a padecer caries; por tanto, se han de adoptar medidas para la prevención de esta alteración: control de dieta e higiene oral para disminuir la cantidad de placa y fluoraciones.
GLÁNDULAS SUPRARRENALES
Las glándulas suprarrenales son dos órganos que se encuentran situados sobre el polo superior de cada riñón. Tienen un peso aproximado de 8 a 10 g. Estas glándulas están constituidas por dos porciones, una medular y una cortical. La corteza es mucho más voluminosa y está constituida por 3 capas: glomerular o externa, donde se liberan los mineralocorticoides (aldosterona); fascicular o intermedia, donde se secretan glucocorticoides (cortisol) y reticular o interna donde se segregan andrógenos. En la porción medular es donde se producen la adrenalina, noradrenalina, dopamina y progesterona. La aldosterona es un mineralocorticoide esencial para el mantenimiento del equilibrio sodio-potasio incrementando la resorción de Na+ a partir
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de los precursores de orina, sudor, saliva y jugos gástricos. Los mineralocorticoides causan retención de Na+ en el líquido extracelular. Forma parte del eje renina-angiotensinaaldosterona, esencial en el mantenimiento de la tensión arterial. La secreción de cortisol está regulada por el eje hipotálamo/hipofisario por retroalimentación negativa mediante la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) que estimula su secreción en las glándulas suprarrenales. El cortisol tiene las funciones de mantener la homeostasis durante los periodos de estrés, movilizar los ácidos grasos del tejido adiposo, incrementar la glucemia, favorecer la síntesis proteica en el hígado, inhibir la formación ósea, retrasar la cicatrización de las heridas y poseer un efecto antiinflamatorio e inmunodepresor. Los andrógenos de las glándulas suprarrenales suponen sólo un 20% en relación con los testiculares. Su función es favorecer el anabolismo proteico y el crecimiento. Su secreción se controla por la ACTH y la hormona estimuladora de los andrógenos suprarrenales. Tienen un efecto masculinizante muy bajo cuando se secretan en cantidades normales, ya que se secretan más en las mujeres. En cuanto a las sustancias secretadas por la porción medular de las glándulas suprarrenales, las más importantes desde la perspectiva odontológica son la adrenalina y la noradrenalina. Estas catecolaminas ejercen efectos metabólicos que incluyen glucogenolisis en hígado y músculo esquelético, movilización de ácidos grasos no esterificados, aumento del lactato plasmático y estimulación del metabolismo. Estos efectos son consecuencia de la acción sobre los receptores alfa y beta. Los receptores alfa son responsables de la vasoconstricción, los beta 1 son estimuladores del miocardio y los beta 2 tienen un efecto relajante sobre los bronquios. Enfermedad de Addison primaria e insuficiencia suprarrenal aguda (Crisis de Addison) En la enfermedad de Addison primaria, también conocida como diabetes bronceada por la sobreproducción de melanina que tiñe la piel de un color parduzco, existe una insufi-
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ciencia en la secreción de hormonas glucocorticoides y mineralocorticoides. La etiología de esta enfermedad se asocia a una destrucción idiopática (autoinmune), quirúrgica, tumoral o infecciosa del parénquima de la glándula suprarrenal o a la infiltración de la corteza por tuberculosis, sarcoidosis o amiloidosis. En cuanto a la epidemiología de la enfermedad, se estima que la padecen 4 de cada 100000 personas, hay igualdad entre sexos en cuanto a su aparición y es más frecuente entre la tercera y cuarta décadas de la vida. El diagnóstico se realiza con una determinación de cortisol <3µg/dl, confirmada por el test de Synacthem, con una tasa de cortisol estimulado <18µg/dl. Para que existan manifestaciones clínicas, es necesario que haya una destrucción del parénquima glandular superior al 90%. Estas serán consecuencia en su mayor parte de la disminución de aldosterona (aumento de la eliminación de sodio, aumento de la diuresis, deshidratación e hipotensión) y del cortisol (hipoglucemia, anorexia, náuseas, pérdida de peso, debilidad muscular, menor resistencia a infecciones y mala tolerancia a situaciones de estrés). Otros síntomas son cansancio, taquicardia, falta de respuesta al tratamiento vasopresor, apetencia por la sal, vitíligo y escaso vello axial o pubiano. Además, se observa una pigmentación de color parduzco en áreas no expuestas debido a que la hipófisis aumenta la secreción de ACTH y también de beta-MSH, que estimula la producción de melanina. Esta coloración es la principal manifestación de la enfermedad en la cavidad oral. Se presenta principalmente en mucosa yugal, pero también en encías, paladar, lengua y labios. La insuficiencia suprarrenal aguda o crisis de Addison es una complicación poco común pero grave en pacientes con enfermedad de Addison primaria. Se presenta como un fallo súbito de la función de la corteza suprarrenal que aparece ante una situación de estrés y da lugar a un cuadro clínico de gran morbilidad, que puede llegar a evolucionar a coma y muerte. Puede producirse también por la destrucción hemorrágica aguda de ambas 383
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glándulas. Hay una instauración repentina en forma de náuseas, vómitos, dolores abdominales, confusión mental, fiebre, disminución del nivel de conciencia, deshidratación intensa, colapso valvular periférico con shock, parada cardiaca y exitus. El tratamiento odontológico de estos pacientes debe ir encaminado fundamentalmente a la prevención de esta situación controlando la ansiedad y tensión emocional del paciente (tabla 2). La analgesia se ha de aplicar de forma adecuada y se ha de valorar la posibilidad de dar premedicación ansiolítica o sedante. Si el paciente ha tomado dosis importantes de corticoides en los últimos 30 días se administran dosis sustitutivas de corticoides. Cuando los pacientes los están recibiendo en días alternos el tratamiento deberá ser efectuado los días que no los toman sin necesidad de dosis de refuerzo. Tampoco son necesarios estos suplementos cuando los pacientes están con dosis inferiores a 30 mg de hidrocortisona al día, ya que se considera que dosis inferiores a estos valores no inhiben la secreción adrenal.
Hiperadrenocorticismo, síndrome de Cushing El síndrome de Cushing aparece por una exposición crónica y excesiva a los glucocorticoides. Es poco frecuente y suele aparecer entre los 20 y 50 años de edad. Su etiología habitual es iatrogénica, debida a la administración exógena de estos fármacos. Depende de la dosis, el tipo de corticoide y su vía de administración. El paciente con este trastorno tiene una apariencia característica, con cara de “luna llena”, obesidad en la parte alta de la espalda, alteraciones en la distribución del vello facial con hipertricosis. Pueden presentar depresión, debilidad muscular, edemas, hipertensión, diabetes, osteoporosis y fracturas patológicas, retraso en la cicatrización y mayor riesgo de infección. En el manejo odontológico de estos pacientes el esfuerzo se centra en evitar las complicaciones derivadas de la hipertensión, la hiperglucemia, la insuficiencia cardiaca, el retraso de la cicatrización y la depresión. Es importante ser cuidadosos en las intervenciones quirúrgicas por el riesgo de fractura debido
Tabla 2. Tratamiento odontológico del paciente con insuficiencia suprarrenal.
Tratamiento odontológico del paciente con insuficiencia suprarrenal -
Colaboración con el endocrinólogo
-
Evitar ansiedad y tensión emocional
-
Analgesia
-
Dosis sustitutivas de corticoides
-
Prevención de infecciones
El endocrinólogo debe ajustar la dosis antes de cualquier tratamiento quirúrgico que comporte cierto estrés. El mismo día de la intervención se debe administrar una dosis habitual, que se ha de suplementar intraoperatoriamente y mantenerla de 48 a 72 horas después del acto quirúrgico. No se deben sobrepasar los 240 a 300 mg de cortisol o su equivalente. Existe una mayor predisposición a la infección en estos pacientes, por lo que se ha de insistir en la prevención de la aparición de focos sépticos.
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a la osteoporosis producida por los glucocorticoides. Se ha de valorar la posible administración de dosis supletorias de corticoides debido a la incapacidad de los pacientes a tolerar el estrés. Las figuras 3 y 4 recogen las pautas recomendadas de corticoides según el tipo de tratamiento odontológico.
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Fig.3. Suplementación de corticoides en procedimientos odontológicos conservadores
No son necesarios Corticoides en el momento actual
suplementos BDC (Bajas Dosis de Corticoides)
Antecedentes de uso regular de corticoides
ADC (Altas Dosis de Corticoides) durante un máximo de 30 días si hace menos de 2 semanas
Dosis diaria de mantenimiento el día del tratamiento
ADC durante más de un mes
No existe una pauta establecida
Corticoterapia a días alternos al menos durante 30 días
Los días que no tome corticoides, podrá ser tratado sin ningún suplemento
Esteroides tópicos o inhalados
No son necesarios suplementos
Fig. 4. Suplementación de corticoides en procedimientos quirúrgicos.
Hasta 30 mg / día de hidrocortisona Corticoides en el momento actual
Más de 40 mg / día de hidrocortisona durante al menos 30 días 30 - 40 mg / día de hidrocortisona ADC (Altas Dosis de Corticoides) durante un máximo de 30 días si hace menos de 2 semanas
Antecedentes de uso regular de corticoides
ADC si hace más de 2 semanas BDC (Bajas Dosis de Corticoides) ADC durante más de 30 días
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No son necesarios suplementos
Doblar la dosis diaria el día del tto; si es de esperar dolor postoperatorio, doblar la dosis diaria el primer día postoperatorio
Dosis doble el día del tratamiento
No daremos suplementos
No existe una pauta establecida
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DIABETES
La diabetes mellitus es una enfermedad sistémica crónica caracterizada por alteraciones del metabolismo de glúcidos, lípidos y proteínas. Se debe a una disminución de la disponibilidad o actividad de la insulina, hormona requerida para la regulación de la homeostasis metabólica. La insulina es un polipéptido que se sintetiza en las células β de los islotes de Langerhans en el páncreas. El efecto neto de esta hormona es el almacenamiento de carbohidratos, proteínas y lípidos. De una forma más específica, sus principales acciones son transporte aumentado de glucosa, aminoácidos y K+ en células sensibles a la insulina (acción rápida); estimulación de la síntesis proteica, inhibición de la degradación proteica, activación de la sintetasa del glucógeno y de enzimas glucolíticas e inhibición de la fosforilasa y de enzimas gluconeogénicas (acción intermedia); e incremento en ARNm para enzimas lipogénicas (acción retardada). El término diabetes mellitus engloba un conjunto de enfermedades metabólicas que aportan niveles elevados de glucosa en sangre que pueden deberse a una secreción deficiente de insulina, a una resistencia tisular o ambas. Según datos de la OMS, en el año 2000 había 171 millones de personas con diabetes, y se estima que es la causante de un 5% de todas las muertes en el mundo. También se calcula que en el 2025 habrá 300 millones de afectados. En España, sufren esta enfermedad dos millones de personas, aunque esta cifra es susceptible de aumentar debida al sedentarismo, la dieta inadecuada y el envejecimiento de la población. El diagnóstico clínico se realiza por la presencia de un valor de glucosa en sangre mayor de 110 mg/dl acompañado de poliuria, polidipsia, polifagia, pérdida de peso, astenia, visión borrosa, prurito y obesidad. En cuanto a la clasificación de la enfermedad, agrupa síndromes de etiología distinta que cursan con hiperglucemia debida a la deficiente producción de insulina o a una insulinorresistencia. Estas entidades son: Diabetes mellitus tipo I: Este tipo de diabetes, antes llamado diabetes insulino- dependiente, constituye entre un 5% y un 15% de todos los 386
casos. Generalmente, ocurre antes de los 30 años. Se cree que existe una predisposición genética que al recibir un desencadenante como por ejemplo una infección viral, induce una destrucción autoinmune de las células β de los islotes de Langerhans en el páncreas. También hay una forma idiopática. Estos pacientes suelen ser delgados con tendencia a desarrollar cetoacidosis y microangiopatía. Diabetes mellitus tipo II: Antiguamente llamada diabetes no insulino-dependiente. Frecuentemente aparece en la edad media de la vida. Es la forma más común de diabetes representando del 80% al 93% de todos los casos. Se caracteriza por una disfunción de las células beta para secretar cantidades normales de insulina o por una resistencia periférica a esta, donde esta hormona tiene menor capacidad para realizar sus acciones. Los individuos que la padecen, tienen tendencia a la obesidad y a desarrollar arterioesclerosis y sus complicaciones. Diabetes mellitus gestacional: Esta alteración surge en el 2% de las mujeres gestantes. Este tipo de diabetes se produce por los cambios hormonales en estas mujeres que producen una resistencia a la acción de la insulina. Se resuelve una vez producido el parto. La diabetes puede producir microangiopatía y arterioesclerosis en los grandes vasos. De la microangiopatía derivan muchas de las complicaciones de esta enfermedad: retinopatía con cataratas, glaucoma y oftalmopatía; disfunción renal con insuficiencia renal e hipertensión arterial; neuropatías con contracturas musculares, parestesias y entumecimiento; y alteraciones gastrointestinales como ardor, dolor abdominal y alteración del ritmo intestinal. La arterioesclerosis es la principal causa de morbilidad y mortalidad en estos pacientes. Se produce por la presencia de placas de ateroma por la deposición de colesterol, particularmente LDL-colesterol. También se observa una menor resistencia ante las infecciones ya que los granulocitos tienen mayor dificultad para atravesar la membrana basal. La diabetes no está exenta de manifestaciones en la cavidad oral, sin embargo no hay una-
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nimidad en la literatura respecto a alguna de ellas. La enfermedad periodontal es la patología oral prevalente en los pacientes diabéticos. Se sabe que los pacientes con diabetes mellitus no controlada pueden sufrir un incremento de la susceptibilidad a las infecciones, incluida la enfermedad periodontal. La periodontitis es más agresiva en estos pacientes, y hay bolsas mas profundas, más abscesos periodontales y mayor movilidad dentaria. Algunos factores etiológicos de la enfermedad periodontal incluyen el tiempo de evolución de la diabetes, las enfermedades crónicas relacionadas con la diabetes, un deficiente control de la enfermedad, la microangiopatía, cambios en la flora oral, una disfunción de la inmunidad humoral, un déficit en la función de los leucocitos PMN y la síntesis insuficiente de colágeno fibrilar. También se ha propuesto que la periodontitis por sí misma puede contribuir a la presencia de diabetes por la generación crónica de citoquinas inflamatorias. En cuanto a la caries, hay gran controversia sobre si la diabetes juega un papel importante en su progresión. Hay autores que encuentran en sus estudios más caries y lo relacionan con un peor control metabólico, la mayor formación de placa o caries de cuello al haber mayor recesión gingival; sin embargo hay otros que relatan un menor índice de caries y creen
que es debido a la menor ingesta de azúcares. El pobre control de la diabetes mellitus puede predisponer o dar mayor severidad a infecciones fúngicas tanto superficiales como sistémicas. Es de especial importancia el género cándida, el de mayor prevalencia en la cavidad oral. Al menos entre un 10% y un 25% de los pacientes diabéticos de largo tiempo de evolución pueden sufrir sialoadenosis. Esta suele afectar a las dos glándulas parótidas simultáneamente, aunque las glándulas submandibulares también pueden verse afectadas. El liquen plano oral también se ha estudiado como manifestación de la diabetes en la cavidad oral, sobretodo en su forma erosiva. Además, los fármacos empleados en el tratamiento de la hipertensión y la diabetes pueden ocasionar la aparición de reacciones liquenoides. Un tercio de los pacientes con diabetes manifiestan sensación de sequedad oral, que se ha relacionado con la deshidratación derivada de la hiperglucemia y con el aumento de la diuresis. Sin embargo, hay estudios que no encuentran diferencias estadísticas significativas al analizar las tasas de flujo salival. Otras manifestaciones orales de la diabetes mellitus en la cavidad oral son las alteraciones en el gusto, sobretodo del dulce, la lengua fisurada y la glositis migratoria benigna, aunque estas últimas no está
Tabla3. Consideraciones al tratamiento odontológico del paciente diabético.
Consideraciones al tratamiento odontológico del paciente diabético - Buena historia clínica - Colaboración con el endocrinólogo - Tratamiento convencional ante pacientes bien controlados - Recomendar alimentación normal - Tratamientos matutinos - Antibióticos de amplio espectro - Mediciones de la glucemia
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demostrado que tengan mayor prevalencia que en la población general . El correcto manejo odontológico de los pacientes diabéticos comienza por una buena historia clínica, ya que tienen muchas alteraciones sistémicas y además toman medicaciones que pueden dificultarlo. Muchos pacientes toman antiagregantes plaquetarios o anticoagulantes a causa de las alteraciones cardiovasculares de la enfermedad. Se debe conocer el grado de control de estos pacientes y si han sufrido complicaciones agudas como mareos y pérdida del conocimiento y estar preparados ante una situación de urgencia como una crisis por hipoglucemia, frecuente en la diabetes mellitus tipo II a causa de la medicación. Esta crisis se manifiesta rápidamente con ansiedad, confusión, somnolencia, agitación nerviosa, convulsiones, palidez, piel fría y húmeda, taquicardia y puede progresar a coma. Para su tratamiento es necesario administrar hidratos de carbono de absorción rápida por vía oral si el paciente está consciente, si no la trataremos con suero glucosado al 10% por vía intravenosa o Glucosmón® una o dos ampollas por vía intramuscular. La cetoacidosis diabética es otra complicación caracterizada por una hiperglucemia a causa de un déficit de insulina. Es más frecuente en diabetes tipo I. La instauración es lenta y progresiva, caracterizada por olor a acetona del paciente, piel seca y caliente, hipotensión, deshidratación y aumento de la frecuencia y profundidad respiratoria. En este caso deberemos trasladar al paciente al hospital donde se tratará mediante aporte hídrico y administración de insulina, potasio y bicarbonato. Los pacientes con diabetes tipo I y II bien controlados pueden recibir cualquier tratamiento odontológico. Se ha de indicar a los pacientes que se alimenten normalmente para evitar una crisis hipoglucémica. Se recomienda el tratamiento matutino ya que así los valores de corticosteroides endógenos son mayores y los pacientes pueden tolerar mejor las situaciones de estrés. Para realizar tratamientos más agresivos es básico trabajar conjuntamente con su endocrinólogo para 388
ajustar la medicación del paciente. Normalmente, en los pacientes con diabetes mellitus tipo I se reduce a la mitad la dosis de insulina de acción intermedia, para administrar la dosis habitual tras el tratamiento junto con una dosis de insulina de acción rápida. Si toman insulina de acción intermedia y rápida, deberán administrarse media dosis de intermedia por la mañana y al medio día, y no tomar la dosis de insulina de acción rápida desde por la mañana hasta que se recobre la alimentación normal. Se aconseja realizar mediciones de la glucemia antes de la intervención mediante el uso de un aparato de medición portátil o tiras reactivas para ver la presencia de glucosa y cuerpos cetónicos en la orina. Actualmente se cree que no hay consecuencia en cuanto a la inyección de adrenalina con la solución anestésica. Se utilizan antibióticos de amplio espectro para cubrir la posible infección en estos pacientes, ya que son más susceptibles al tener disfunción del sistema inmunitario y mayor dificultad para la cicatrización. Por último, comentar que se han de emplear con precaución los corticoides en las intervenciones quirúrgicas porque pueden elevar la glucemia de forma importante. Bibliogafía
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Tema 43. Inmunodeficiencias y pacientes trasplantados Introducción La inmunidad es la cualidad o estado en la que un individuo es invulnerable al ataque o efecto de cualquier enfermedad. La inmunodeficiencia es la pérdida de esa capacidad, la ausencia total o parcial de los mecanismos que nos permiten defendernos frente a cualquier tipo de agresión. La inmunosupresión se entiende como el arte de modular farmacológicamente la actividad del sistema inmunitario para el tratamiento de enfermedades malignas y autoinmunes y el manejo y control del rechazo de trasplantes e injertos. La inmunidad clásicamente se divide en innata y adquirida (fig. 1). La innata la constituyen las barreras mucosas y cutáneas de nuestro organismo. La superación de estas barreras por parte de un antígeno supone la activación de células fagocitarias acompañada de una respuesta inflamatoria mediada por citoquinas (histamina, bradicininas, serotonina) en la que también participan eosinófilos, basófilos, mastocitos y células natural killer.
La inmunidad adquirida, en cambio, es altamente específica para cada tipo antigénico y la llevan a cabo los linfocitos T y B. A su vez, se divide en inmunidad humoral y celular según el tipo de célula efectora. La inmunidad humoral corre a cargo de los linfocitos B y es la encargada de responder frente a infecciones piógenas, tóxicas y frente a la acción de los diferentes agentes tóxicos. La inmunidad celular la llevan a cabo los linfocitos T y es la que actúa sobre las células tumorales, infecciones intracelulares y es la responsable del éxito o rechazo de los trasplantes e injertos. Es esta la vía del sistema inmunitario sobre la que van a actuar los fármacos inmunosupresores que trataremos posteriormente. El déficit inmunológico o inmunodeficiencia supone una mayor predisposición a padecer cualquier tipo de infección, ya sea bacteriana, vírica, micótica y/o parasitaria, y también a la aparición de neoplasias. La prevención y el tratamiento de las infecciones van a ser un punto clave en el manejo odontológico del paciente inmunodeprimido o bajo tratamiento inmunosupresor.
Fig. 1. Esquema general de la inmunidad.
INMUNIDAD Innata
Adquirida
Inmunidad humoral
Inmunidad celular
Barreras cutáneas y mucosas Linfocitos B
Infecciones piógenas y por agentes tóxicos
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Linfocitos T
Infección intracelular, tumores, transplantes/injertos
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INFECCIÓN POR VIH/SIDA
El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es un virus ARN que posee un enzima, la transcriptasa inversa, capaz de sintetizar ADN a partir de ARN, es decir, invirtiendo el orden normal. Por ese motivo recibe también el nombre de retrovirus. La infección por VIH sigue siendo un problema importante de salud tanto en países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo. Según la OMS, en 2007 la prevalencia de portadores del VIH ascendía a 33,2 millones de personas a nivel mundial. Durante ese mismo año, 2.5 millones de personas se infectaron y 2.1 millones murieron a causa de SIDA. La región más afectada es el África Subsahariana y en Europa los países con mayor tasa de portadores del VIH son Francia, España e Italia. La determinación de los linfocitos CD4 y la carga viral son, en la actualidad, los mejores marcadores pronósticos de progresión a SIDA en pacientes VIH. Los CD4 reflejan la capacidad inmunológica del momento, predicen la progresión a corto plazo y el desarrollo de enfermedad sintomática y se correlacionan con el desarrollo de infecciones oportunistas. La carga viral predice mejor la progresión a largo plazo y la respuesta al tratamiento. La etapa asintomática es un periodo prolongado de latencia, entre 10 y 20 años, que cursa con escasos o ningún síntoma. Durante la etapa sintomática van apareciendo, según va cayendo el recuento linfocitario, sudores nocturnos, malestar, fiebre, pérdida de peso y memoria, linfadenopatía generalizada e infecciones crónicas. Cuando se desarrolla SIDA el recuento de CD4 es menor de 200 células/µl y/o se presentan una o más de las patologías diagnósticas de SIDA: Neumonía por Pneumocistis carinii Neumonía bacteriana Criptosporidiosis Toxoplasmosis Meningitis cerebral Sarcoma de Kaposi Linfoma no Hodgkin Infecciones generalizadas por herpes simple, varicela-zóster Retinitis, neumonía, colitis por citomegalovirus 390
Candidiasis, criptococosis, coccidioidiomicosis, histoplasmosis u otras infecciones micóticas profundas Infecciones por Mycobacterium aviumintracellulare Con la introducción de la Terapia Antiretroviral de Gran Actividad (TARGA) a mediados de la década de los noventa se ha conseguido una cronificación de la enfermedad, alargando las etapas previas al SIDA, traduciéndose en una mejora de la calidad de vida de los pacientes y en un descenso de la mortalidad. También ha conllevado la aparición de cambios en la epidemiología de las patologías asociadas a la infección por VIH/SIDA. En cuanto a las manifestaciones orales relacionadas con VIH+/SIDA, se ha considerado desde la emergencia de la epidemia que poseen cierto poder predictivo de la progresión y estadio de la enfermedad, siendo en ocasiones la manifestación oral la que ha permitido establecer la seropositividad o el desarrollo de SIDA, como es el caso del sarcoma de Kaposi o la candidiasis pseudomembranosa rebelde al tratamiento. Desde la administración de TARGA a los pacientes VIH+ el número de lesiones orales asociadas a VIH/ SIDA ha disminuido significativamente, entre ellas el sarcoma de Kaposi y la leucoplasia vellosa. Por el contrario, se ha producido un aumento de las lesiones asociadas al Virus del Papiloma Humano (VPH) y de tumores que anteriormente no se observaban en estos pacientes: linfomas de Hodgkin, melanomas y neoplasias de cabeza y cuello, pulmón, ano y testículos. Se han establecido diferentes clasificaciones para las lesiones relacionadas con VIH/SIDA pero debido a los cambios de prevalencia y distribución de dichas manifestaciones, parece cobrar más sentido disponerlas según su etiología. Candidiasis Es la manifestación oral más frecuentemente observada en pacientes VIH+. Principalmente ocurre cuando el recuento de linfocitos T-CD4 es menor de 200 linfocitos/ml. La forma más prevalente es la pseudomembra-
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nosa o muguet (55-69%), constituida por abundantes placas o nódulos blanquecinos que se desprenden al raspado dejando una superficie eritematosa. Puede ocurrir en cualquier localización de la cavidad oral y su comportamiento puede ser atípico debido a la inmunodeficiencia de los pacientes (fig.2). Gingivitis y periodontitis ulceronecrotizante Ambas entidades se consideran expresión de inmunosupresión pero no se relacionan con un descenso del recuento linfocitario o un ascenso de la carga viral. Etiológicamente se considera una infección ocasionada por gérmenes de la placa bacteriana. Cursa con dolor gingival difuso, espontáneo e intenso, necrosis gingival que comienza en las papilas interdentales y se extiende al resto de la encía y a los tejidos de soporte (fig.3).
Fig 2. Candidiasis pseudomembranosa.
13, 16, 18 y 32 y se trata de lesiones nodulares o populares con aspecto exofítico, de coliflor, únicas o múltiples, pediculadas o sesiles correspondientes a condilomas acuminados, verrugas (fig.5) e hiperplasia epitelial focal o enfermedad de Heck.
Lesiones por VHS (virus del herpes simple) Éstas han disminuido de manera importante con la introducción de TARGA. Clínicamente se trata de pequeñas y numerosas vesículas que tienden a confluir y a ulcerarse rápidamente, localizadas básicamente en labios y mucosa queratinizada. En pacientes VIH+, pueden tener un comportamiento poco habitual en cuanto a duración del cuadro y localización oral. Leucoplasia vellosa Manifestación oral asociada etiológicamente a la presencia del VEB, se presenta habitualmente en varones homosexuales y clínicamente está constituida por numerosas placas blancas de apariencia filiforme situadas en los bordes laterales de la lengua. Es asintomática y aparece durante las etapas tardías de latencia, considerándose precursora de SIDA. Ha de tenerse en cuenta que su presencia aislada no es indicativa de seropositividad (fig.4). Lesiones por VPH (virus del papiloma humano) Su aparición ha aumentado con TARGA debido posiblemente al síndrome de reconstitución inmune. Están implicados los subtipos 7,
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Fig 3. Gingivitis necrotizante.
Fig 4. Leucoplasia vellosa.
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Sarcoma de Kaposi Era la neoplasia que con mayor frecuencia se asociaba a la infección por VIH/SIDA antes de la aparición de TARGA, se dice que su prevalencia ha disminuido un 30-50%. Se observa habitualmente en varones homosexuales, en un elevado número de ocasiones constituye la primera manifestación de la infección por VIH y en más de un 20% de los casos la cavidad oral es la primera localización del sarcoma. Está fuertemente ligado a la infección por el Virus Herpes Humano-8. Es una neoplasia multicéntrica que empieza con una exagerada reacción inflamatoria y
Fig 6. Sarcoma de Kaposi.
angiogénica que evoluciona hasta formar nódulos de células monoclonales que constituyen el sarcoma. Clínicamente se caracteriza por lesiones nodulares o maculares, induradas, de coloración azul-violáceo que asientan principalmente en paladar, encía o lengua (fig.6). Linfoma no Hodgkin El linfoma no Hodgkin es criterio diagnóstico de SIDA y actualmente es la neoplasia más frecuente entre los pacientes que han desarrollado SIDA, desplazando al clásico sarcoma de Kaposi. Habitualmente son proliferaciones de células B. Un paciente con SIDA tiene un riesgo 15 veces mayor de desarrollar un linfoma de bajo grado y/o de células T y 400 veces mayor para aquellos de alto grado. Se presentan en la cavidad oral como una tumoración frecuentemente
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Fig 5. Papilomas orales.
ulcerada, con bordes elevados y con áreas de necrosis sobre la encía, paladar o mucosa alveolar. Ha de tenerse en cuenta que clínica y radiológicamente puede simular una enfermedad periodontal al observarse ulceración y engrosamiento gingival, ensanchamiento del ligamento periodontal, pérdida de la lámina dura y destrucción ósea (fig.7). Manejo odontológico del paciente VIH+/ SIDA En aquellos pacientes que no han desarrollado la enfermedad (estadios asintomáticos) se puede realizar tratamiento dental electivo (conservador, exodoncias, cirugías, implantológico, protésico). No requieren profilaxis antibiótica. Las pautas habituales
Fig 7. Linfoma no Hodgkin.
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para el tratamiento del dolor e infección odontogénicos incluyen amoxicilina-clavulánico 500-875mg/125mg/8h v.o. durante 8 días, o bien 2000mg/125mg/12h/8días v.o., o bien 1000-2000mg/200mg/8h/8días i.v. Como alternativa se puede utilizar doxiciclina a dosis de 100mg cada 12 horas v.o., ciprofloxacino 500 mg cada 12 horas v.o. ó clindamicina 300 mg/8 horas por vía oral. La terapia analgésica-antiinflamatoria incluye ibuprofeno 400-600mg/6-8h, paracetamol 325-650 mg cada 4-6h o 1g/8h. o metamizol 575-2000mg/6-8h. Es preceptiva la interconsulta con el médico responsable del paciente para conocer su estado. En aquellos pacientes en estadios sintomáticos y SIDA (fig. 8) la interconsulta con el médico responsable permite conocer el grado de inmunosupresión secundario al tratamiento antirretroviral. Es importante sobretodo conocer si existe leucopenia (por el riesgo de infecciones) y trombocitopenia (por el riesgo de hemorragias). Si no existe leucopenia ni trombocitopenia se realiza tratamiento dental electivo con profilaxis antibiótica para prevenir infección focal y diseminación a distancia en manipulaciones dentales invasivas. Si existe leucopenia y/o trombocitopenia es indicador de estadio avanzado de SIDA, por tanto el tratamiento dental quedaría reservado al control de los procesos infecciosos y del dolor (interconsulta). La pauta antibiótica incluye amoxicilinaclavulánico 875-2000 /125 mg 8-12h/8días v.o. ó 1000-2000mg/200mg 8h/8días i.v. pudiéndose utilizar en caso de alergia los señalados en el apartado anterior. Como terapia analgésica-antinflamatoria se usan ibuprofeno 600mg/6-8h v.o, paracetamol 1g/8h v.o. o metamizol 575-2000mg/6-8h v.o. El tratamiento de las manifestaciones orales más frecuentes asociadas a VIH/SIDA (candidiasis y herpes) presenta algunas variaciones respecto al tratamiento indicado en paciente sin la enfermedad. En las candidiasis siempre se combina la administración de tratamiento tópico y sistémico. En la infección por herpes las dosis de aciclovir recomendadas son mayores y se contempla el
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tratamiento por vía endovenosa. Las pautas de tratamiento están recogidas en la tabla 1. TRATAMIENTO INMUNOSUPRESOR Los fármacos inmunosupresores actúan sobre la vía de la inmunidad celular; es decir, sobre los linfocitos T y los mecanismos celulares mediados por ellos. Estos fármacos pueden dividirse en tres grupos según su acción farmacológica: Modificadores de los linfocitos T colaboradores (Ciclosporina, Rapamicina) Citostáticos (Azatioprina, Ciclofosfamida, Metotrexate): actúan sobre la síntesis de ADN y las distintas fases del ciclo celular. Glucocorticoides (Prednisona): alteran la cinética y modifican las funciones leucocitarias y actúan sobre los mediadiores de la inflamación. Pacientes en tratamiento antineoplásico (quimioterapia) Estos pacientes reciben inmunosupresores citostáticos, aquellos capaces de interrumpir o inhibir la síntesis de ADN y actuar sobre las diferentes fases del ciclo celular para impedir la proliferación y diseminación de las células malignas. Según su mecanismo de acción se dividen en: - Agentes alquilantes: ciclofosfamida, cisplatino, melfalán. - Antibióticos: doxorrubicina, bleomicina. - Antimetabolitos: 5-fluouracilo, metotrexate, hidroxiurea, citarabina, gemtabicina. - Agentes biológicos: inter ferones, IL2, anticuerpos monoclonales, vacunas tumorales. - Otros: Taxanos: paclitaxel, docetaxel Alcaloides de la vinca: vinblastina, vincristina, vinolrebina. Inhibidores de la topoisomerasa I: topotecán, irinotecán -Fármacos en investigación derivados de la vitamina A, betacarotenos, vitamina C y E. En la cavidad oral estos medicamentos tienen efectos secundarios importantes que interfieren con la vida normal de los pacientes, los más destacados son: 393
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Fig. 8. Manejo odontológico en pacientes con SIDA
Interconsulta para conocer el grado de: Inmunidad del paciente Leucopenia y trombopenia
Valores normales
Tratamiento dental electivo
Valores disminuidos
Únicamente tratamientos de urgencia
Profilaxis antibiótica en manipulaciones dentales invasivas
Mucositis. Se trata de un proceso de inflamación y ulceración causado por la supresión del crecimiento epitelial, la ulceración de la mucosa y el crecimiento bacteriano. Es una manifestación de la leucopenia. Produce verdadero dolor, en ocasiones incapacitante, que requiere el tratamiento con glucocorticoides ayudado de enjuagues con soluciones antiinflamatorias, antifúngicas y antihistamínicas. Es de suma importancia mantener un buen nivel de higiene oral Xerostomía. Por afectación del parénquima glandular. Casi siempre es transitoria, limitada al período que dura la quimioterapia. Infecciones y episodios hemorrágicos. Son consecuencia de la mielosupresión. Para el manejo de estos pacientes es preciso conocer el estado del tratamiento radioterápico. Antes de la quimioterapia (tabla 2): el manejo del paciente se centra en el correcto diagnóstico oral, la exodoncia de los dientes no viables, el tratamiento conservador de las lesiones de caries, la provisión de una salud periodontal y gingival adecuada y la instauración de medidas profilácticas adecuadas. Durante la quimioterapia (tabla 3) es necesario realizar interconsulta con el oncólogo para conocer el grado de inmunosupresión.
394
No se realizará tratamiento dental electivo. Únicamente se tratarán los procesos infecciosos y el dolor. En estos casos se ha de tener mucha precaución con la administración de fármacos (interconsulta) ya que todos los fármacos antineoplásicos producen, en mayor o menor grado, mielosupresión, hepatotoxicidad, nefrotoxicidad, ototoxicidad y trastornos digestivos. Es preferible el uso de paracetamol o metamizol por las interacciones de los AINEs con los fármacos inmunosupresores. Para la administración de antibióticos y en caso de afectación renal se ha de ajustar la posología según el aclaramiento de creatinina (tabla 4). Tras la quimioterapia, si se ha recuperado la inmunocompetencia y previa interconsulta con el oncólogo se podrá realizar tratamiento dental electivo dirigido a recuperar o conseguir una estética agradable y una función adecuada, sin olvidar evitar al máximo la presencia de focos infecciosos. Se seguirán las pautas habituales para el tratamiento de la infección odontogénica.
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Tabla 1. Tratamiento de candidiasis y herpes en pacientesVIH/SIDA.
ENF. C
VÍA Vía tópica
A
FÁRMACO Nistatina (Mycostatin®)
DOSIS 100.000UI/cc Colutorio
FREC. 4-6veces/ día
TIEMPO 30 días
2% colutorio
4veces/día
30 días
150mg v.o
1 vez/día
3 semanas
200-400mg v.o
1 vez/día
3 semanas
Itraconazol (en caso de resistencias) (Canadiol®, Hongoseril®, Spranox®)
200-400mg v.o
1 vez/día
30 días
Aciclovir
400-800mg v.o. 5-10mg/kg i.v
5 veces/día Cada 8 horas
Mientras persistan lesiones
Miconazol (Daktarín gel®, Fungisdin gel®) 100mg 4veces/día 30 días
N D I
Vía sistémica
D
Fluconazol (Diflucan®) Ketoconazol (Fungarest®, Ketoisdin®, Panfungol®)
I A S I S Lesiones por VIH Vía sistémica
Pacientes trasplantados
El paciente trasplantado. Indicaciones, donantes, protocolo de actuación. Los trasplantes de órganos se han desarrollado en los últimos años, gracias a los avances que se han producido con las drogas inmunosupresoras y en la tecnología medicoquirúrgica. Se realizan trasplante de riñón, hígado, corazón, y pulmón, por orden de frecuencia. También se realizan trasplantes de médula ósea y de células madre de cordón umbilical. La tasa de supervivencia se ha duplicado con respecto a la década pasada en general. Indicaciones de los trasplantes
- Enfermedad terminal intratable de cualquier causa. - Limitación importante de las actividades diarias. - Limitación de la expectativa de vida. - Pacientes ambulatorios con rehabilitación potencial. - Ausencia de otras enfermedades médicas importantes. © Medicina Oral S. L.
- Estado psicológico satisfactorio. - Estado nutricional aceptable. Fuentes de órganos
A- Personas en vida, como por ejemplo para trasplantes de riñón. B- Personas con muerte cerebral. Criterios: - Causa conocida de ese estado. - Temperatura mayor de 35ºC. - No intoxicación por drogas o agentes bloqueadores neuromusculares. - No alteración metabólica importante. - No reflejo nauseoso, tusígeno o corneal. - Ausencia del signo de Cantelli: disociación de los movimientos de la cabeza y los ojos. Cuando se levanta la cabeza los ojos bajan o cuando se desplaza hacia un lado los ojos se mueven en sentido contrario hasta que se restablece. Es para comprobar el estado de los oculomotores en los pacientes en coma. - Pupilas fijas y dilatadas. - No movimientos ni respiración espontánea. 395
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Tabla 2. Tratamiento previo a quimioterapia.
TRATAMIENTO PREVIO A QUIMIOTERAPIA −
Examen clínico y radiográfico
−
Detartraje
−
Tratamiento conservador de caries activas
−
Instrucciones de higiene oral
−
Exodoncia 15 días antes de la quimioterapia de dientes no restaurables: o Pericoronaritis o Caries extensas o Enfermedad periodontal avanzada o Patología periapical
−
Enjuagues diarios con clorhexidina 0.12%
−
Informar al paciente sobre las complicaciones del tratamiento (mucositis)
−
Fluoraciones
Tabla 3. Tratamiento durante la quimioterapia.
TRATAMIENTO DURANTE LA QUIMIOTERAPIA Interconsulta con el médico responsable: grado de inmunosupresión No se realizará tratamiento dental electivo −
Solamente tratamiento de URGENCIA AINEs interaccionan con: Corticoides: riesgo de úlcera gástrica Ciclosporina: nefrotoxicidad Metotrexate: riesgo de hemorragia
−
Aconsejables: Paracetamol o Metamizol
−
Antibióticos, en caso de afectación renal: ajustar dosis según nivel de creatinina
- Resultados negativos en el test de apnea. - Electroencefalograma plano. C- Personas fallecidas. Los trasplantes pueden ser según el donante: a- Autólogos. De la misma persona. b- Alogénico. Donante y receptor son de la misma especie: Los HLA se encuentran en la posición 21 del cromosoma 6. Se necesita que los HLA tipo I y II sean iguales. Puede ser: Familiar con HLA idéntico. Donante no emparentado con HLA idéntico. 396
Familiares con HLA al 50%. c- Singénico. Donante y receptor son gemelos univitelinos u homicigóticos d- Del cordón umbilical. Las células son más prolíferas que las de la médula ósea, e inmunológicamente inmaduras por lo que hay más probabilidades de que sea compatible entre los miembros de una familia. Antes de realizar un trasplante se tiene que evaluar el estado inmunológico del receptor para evitar el rechazo: - Determinación del grupo sanguíneo. - Determinación de los HLA clase I y II del donante y receptor.
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Tabla 4. Ajuste antibiótico en caso de afectación renal.
Antibiótico Amoxicilina
Dosis Habitual
Dosis con ClCr 10-50ml/min
Dosis con ClCr 10-50ml/min
500-100 mg/8 horas
Cada 8-12 horas
Cada 12-14 horas
500-875 mg/8 horas
Cada 8 horas
Cada 12-14 horas
300mg/8 horas
No necesita ajuste
No necesita ajuste
Amoxicilina + ácido clavulánico Clindamicina
- Valoración de la sensibilización humoral a los antígenos HLA. Es importante en los que han recibido múltiples transfusiones, otro trasplante anterior o embarazo. - Crossmatching test o pruebas cruzadas para valorar si el receptor tiene anticuerpos antiHLA clase I frente a los del donante. Después del trasplante el paciente es tratado de por vida con drogas inmunosupresoras para prevenir el rechazo del nuevo órgano. Las más utilizadas son la ciclosporina, la azatioprina, el tacrolimus, además de los corticoides. Los efectos adversos de la primera son nefrotoxicidad, hipertensión arterial y neurotoxicidad, pero no afecta a la médula ósea. También se puede observar hipertrofia gingival por el uso de la ciclosporina, con una prevalencia del 22-77%. Los efectos secundarios del tacrolimus son similares a los de la ciclosporina mientras que los de la azatioprina son a nivel de la médula ósea, con leucopenia y trombocitopenia. Los corticoides se suelen asociar a estos fármacos en ocasiones, cuyos efectos adversos más frecuentes son: osteoporosis, hipertensión, diabetes, fragilidad capilar, tendencia a la infección, etc. Aspectos dentales del paciente transplantado
Antes del trasplante se tiene que realizar una exploración dental muy detallada, teniendo en cuenta que después del mismo el paciente va a estar inmunosuprimido de forma indefinida, estando con alto riesgo de infección. Hay que tener en cuenta: © Medicina Oral S. L.
- Tendencia al sangrado que puede tener el paciente. - Tendencia a la infección. - Alteraciones en el metabolismo de los fármacos. - Alteración en la respuesta al estrés, por los fármacos inmunosupresores, como los corticoides. Después del trasplante se tiene que evitar cualquier tratamiento dental en los 3 primeros meses, ya que la infección es más probable, debido a que es el periodo de mayor inmunosupresión. Es aconsejable después del trasplante: - El uso de clorhexidina (no asociada a alcohol) y de fluor. - Consejos dietéticos. - Cuando la mucositis lo permita un cepillado dental lo más minucioso posible. - Los fármacos se deben emplear con precaución: - Los AINES se deben evitar ya que potencian la nefrotoxicidad de la ciclosporina, aumentan la tendencia al sangrado y elevan el riesgo de úlcera péptica si están tomando corticoides. - La eritromicina y los antifúngicos (ketokonazol) pueden elevar los niveles de ciclosporina. - Con los aminoglucósidos y las quinolonas también se aumenta la nefrotoxicidad. - El tacrolimus presenta interacción con numerosas drogas, como antibióticos, antifúngicos, AINE´s, omeprazol. 397
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Lesiones orales Va a haber una mayor tendencia a que estos pacientes presenten lesiones orales por la inmunosupresión por lo que nos vamos a encontrar con patologías similares a las que se producen en el paciente VIH +. *Fúngicas. Candidiasis oral persistente que suele responder bien a la nistatina y al miconazol. *Víricas. Por virus del herpes simple o herpes zoster, las cuales se pueden prevenir con dosis bajas de aciclovir. La leucoplasia vellosa producida por el virus EB. *Neoplásicas. Los pacientes transplantados tienen más tendencia a desarrollar neoplasias como el linfoma o el sarcoma de Kaposi. Consideraciones en el tratamiento odontológico según el trasplante
* Corazón - Antes de 6 meses de la cirugía no se aconseja hacer tratamiento dental. - Si se necesita realizar algún tratamiento quirúrgico se aconseja profilaxis antibiótica. - El paciente puede estar anticoagulado o en tratamiento con antiagregantes (aspirina, dipiramol). - El paciente puede tener mayor sensibilidad a la epinefrina. Se aconseja anestesia sin vasoconstrictor. * Corazón-Pulmón - Las mismas consideraciones que en el apartado anterior. * Pulmón - También las mismas consideraciones en cuanto a prevención, tratamiento y profilaxis antibiótica. * Hígado - La terapia con inmunosupresores se mantiene de por vida como en los anteriores, por lo que el paciente tiene un riesgo elevado de infecciones, sobre todo durante el primer año postrasplante. Las más frecuentes suelen ser las bacterianas, las ocasionadas por citomegalovirus y 398
las fúngicas. - Puede haber tendencia al sangrado si hay fallo hepático. - Tener en cuenta que hay drogas hepatotóxicas, como algunos antibióticos (eritromicina, quinolonas, aminoglucosidos). - En un estudio realizado por Diaz-Ortiz y cols en transplantados hepáticos (53 pacientes) las manifestaciones orales más frecuentes fueron la hiperplasia gingival, la xerostomía, la candidiasis y la leucoplasia vellosa. * Renal - Puede haber anemia o alteración de la función plaquetaria. - También alteraciones cardiovasculares. - El paciente puede presentar enfermedad ósea (osteodistrofia) por la acción de la PTH, debido a la disminución del Ca. - Según de la Rosa y cols, en un estudio con 90 pacientes con trasplante renal, el 60% de los pacientes con TR presentó al menos una lesión en la mucosa bucal. La hiperplasia gingival (por la ciclosporina) se observó en casi el 50% de los pacientes, seguida de la candidiasis y la leucoplasia vellosa. * Médula ósea El trasplante de médula ósea (TMO) es una alternativa terapéutica para un gran número de enfermedades, en especial, diferentes tipos de hemopatías (leucemia aguda y crónica, anemia aplásica). Para que se pueda realizar es necesario que el donante y el receptor sean compatibles en cuanto al sistema HLA, por ello no todos se pueden beneficiar de este tratamiento. Primero el paciente debe ser acondicionado para poder recibir el trasplante, para lo cual se le administra quimioterapia (3-5 días antes de la infusión), como la ciclofosfamida, y se suele asociar a una irradiación total del cuerpo. Con ello se consigue erradicar las células neoplásicas y obtener una inmunosupresión máxima, con el fin de inducir tolerancia para
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la médula que se transplantará. Posteriormente se infunde IV la médula del donante, y se valora si el trasplante funciona manteniendo al paciente aislado en los siguientes 30-60 días, para prevenir infecciones oportunistas. Las manifestaciones orales comienzan unos días previos al trasplante por todo este tratamiento previo y se mantienen hasta 7-15 días después de su realización. Las más frecuentes son: - La mucositis es la complicación más frecuente. Se produce fundamentalmente tras la irradiación total que se realiza para destruir las células neoplásicas en la leucemia, y debido a los fármacos que se emplean como quimioterapia (ciclofosfamida). Se produce en un 70-100% de los casos, y aparece desde el tercer día hasta el día 10-14. La OMS la clasifica en 4 grados que varían desde mínimas molestias (por ligero eritema) hasta imposibilidad para comer o beber debido a las múltiples y grandes ulceraciones. - Otras complicaciones: infecciones fúngicas, virales, bacterianas (debido a la pancitopenia). - Enfermedad de injerto contra huésped (EICH): En el TMO lo más importante no es tratar el efecto de las células del receptor sobre el trasplante, sino prevenir el daño que las células del donante podrían causar al receptor o EICH. Aparece en 60% de los pacientes que sobreviven al trasplante. Se produce porque los linfocitos inmunocompetentes procedentes de la médula ósea del donante liberan citocinas que reaccionan contra los antígenos del receptor con distinto grado de histocompatibilidad, dañando los tejidos y órganos. Puede aparecer como forma aguda (30-50%), a partir del décimo día del trasplante, con una mortalidad del 20-30%, y formas crónicas, como evolución de una aguda o aparecer de nuevo (en el 50%) en los pacientes que sobreviven al trasplante más de 3 meses. En las formas agudas es difícil distinguir las manifestaciones clínicas de las causadas por la quimio-radioterapia empleada antes del trasplante. Las formas crónicas varían en extensión y gravedad, con © Medicina Oral S. L.
una mortalidad del 5%, y pueden afectar a la piel, hígado, intestino, ojos, glándulas salivales y mucosa oral. La cavidad oral suele afectarse en el 80% de los pacientes. Debido a la enfermedad injerto vs huésped crónica (EICH) puede aparecer manifestaciones orales como reacciones liquenoides o xerostomía, y en ocasiones mucositis. La EICH crónica es una de las causas mayores de morbilidad y mortalidad en los pacientes con trasplante de MO. Mediado por linfocitos T se produce un síndrome de inmunodeficiencia y una alteración autoinmune produciéndose manifestaciones similares a LE, liquen plano, S. Sjögren, y otros procesos sistémicos. - Además puede haber como otras manifestaciones orales: alteraciones del gusto debido a la hiposalivación, tendencia a caries, etc. En cuanto al tratamiento odontológico: - Conviene una revisión dental minuciosa y realizar tratamiento antes de que el paciente sea sometido al tratamiento inmunosupresor. Darle pautas de higiene dental. También es conveniente que el paciente no lleve prótesis o aparato de ortodoncia. - Durante el periodo de tratamiento se le puede dar clorhexidina, ya que el cepillado en ocasiones es difícil debido a la mucositis y al sangrado. La mayoría de los autores recomiendan el cepillado con plaquetas por encima de 50.000/mm3, y > 500 leucocitos / mm3. Asimismo se pauta aciclovir y nistatina para prevenir infecciones. - Se debe esperar 6 meses antes de realizar tratamiento dental. Si en este tiempo se ha de realizar es aconsejable profilaxis antibiótica. - Después del TMO es conveniente la aplicación de flúor en forma de gel para intensificar la prevención de caries. - No hay problema en emplear anestesia con adrenalina. - Hay que tener en cuenta que con el tratamiento inmunosupresor suele haber una tendencia al sangrado, debido a la plaquetopenia.
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Bibliografía
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Tema 44. El paciente irradiado en la esfera cervicofacial Tipos de radioterapia
Aproximadamente el 50% de todos los cánceres de cabeza y cuello son tratados con radioterapia. Ésta puede utilizarse como terapia primaria, adyuvante con cirugía, concomitante con quimioterapia o como tratamiento paliativo para fases tardías y neoplasias no resecables de cabeza y cuello. La radioterapia es un método que utiliza radiaciones ionizantes, las cuales crean efectos químicos como la hidrólisis del agua intercelular y la rotura de las cadenas de ADN. La muerte celular puede ocurrir, por tanto, por varios mecanismos. La respuesta de los tejidos a la irradiación depende de diversos factores, tales como la sensibilidad del tumor a las radiaciones, su localización y oxigenación y el tiempo total de administración. Para que el efecto biológico afecte a un mayor número de células neoplásicas, y que sea respetada la tolerancia de los tejidos normales, la dosis total de irradiación administrada suele ser fraccionada en dosis diarias iguales. El gray (Gy) corresponde a la unidad de dosis absorbida. Se utilizan dos métodos terapéuticos: la teleterapia o radioterapia externa y la braquiterapia. Radioterapia externa La fuente de radiación está alejada del organismo. Requiere un fraccionamiento de la dosis y un periodo de tiempo más largo para llevarla a cabo. Las fuentes de irradiación externa son la bomba de cobalto y los aceleradores lineales.
La radioterapia convencional consiste en una dosis de 10 Gy semanales, 2 Gy diarios durante 5 días y 2 días de descanso, en un período de 7 semanas. La radioterapia fraccionada permite administrar una dosis total elevada en el tumor respetando el tejido normal adyacente. Disminuye la toxicidad y condiciona la respuesta en los tejidos sanos y tumorales mediante la reparación de las lesiones, ya que el tejido normal repara mejor el ADN dañado, sobre todo a bajas dosis, que el tejido tumoral. Permite la reoxigenación de las células tumorales, aumentando su radiosensibilidad, y la repoblación del tejido entre las fracciones, especialmente durante el fin de semana, cuando la zona no es irradiada, reduciendo de ese modo los efectos tempranos. Los esquemas de fraccionamiento utilizados habitualmente son el convencional, hiperfraccionado (HF) y acelerado (FA) (Tabla 1). Tanto el HF como la FA suponen una ganancia terapéutica respecto a la radioterapia convencional, ya que consisten en aumentar el efecto tumoricida y reducir las toxicidades aguda y tardía empleando radiaciones poco ionizantes. Braquiterapia La braquiterapia es un método que usa radiaciones ionizantes situando el material radioactivo en las proximidades o en el interior del tumor. La más empleada para los tumores de cabeza y cuello es la radioterapia
Tabla 1. Esquemas habituales de fraccionamiento.
Nº Frac./día
Dosis/Frac
Convencional
1
1,8-2 Gy
66-70 Gy
Hiperfraccionada
2
1,12-1,25 Gy
67,2-81,2 Gy
2-3
1,5-1,6 Gy
54-72 Gy
Acelerada
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Dosis total
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intersticial que consiste en la ubicación de alambres u horquillas en la periferia o en el interior del tumor marcados con isótopo radioactivo de iridio. El tratamiento con braquiterapia intersticial en los tumores de cabeza y cuello puede ser radical, complementario a la teleterapia y/o cirugía y de forma paliativa. Actualmente existen estudios experimentales de radioterapia intraoperatoria y radioterapia con partículas pesadas con el objetivo de disminuir la dosis al tejido sano circundante, suministrando dosis elevadas en el tejido tumoral. Las indicaciones de la radioterapia se incluyen en la tabla 2.
dose meses o años después de la radioterapia. La tabla 3 recoge los factores que determinan la toxicidad de la radioterapia. En la cavidad oral, la radioterapia del cáncer de cabeza y cuello puede producir varias complicaciones que se manifiestan como mucositis, disminución del sentido del gusto, hiposialia, aumento de la incidencia de caries o de otras infecciones orales, trismo o la aparición más tardía de la osteorradionecrosis. Estas complicaciones se pueden clasificar en reversibles e irreversibles, así como de aparición inmediata tras la radioterapia, a medio plazo o largo plazo. La tabla 4 ordena las
Tabla 2. Indicaciones de la radioterapia de cabeza y cuello.
Indicaciones de la radioterapia de cabeza y cuello −
Resección quirúrgica no viable
−
Lesiones de gran tamaño e inoperables en un primer momento
−
Afectación de bordes o ganglios cervicales positivos (complementaria a la cirugía)
−
El paciente se niegue al tratamiento quirúrgico
−
Tratamiento paliativo
Dosis y efectos sobre los tejidos La mayoría de los pacientes con cáncer de cabeza y cuello tratados con fin curativo reciben dosis entre 50 y 70 Gy de forma fraccionada. El factor más importante en la limitación de la dosis es la tolerancia de los tejidos sanos adyacentes. Las estructuras que finalmente se introducirán en el campo de irradiación como las glándulas salivales, la cavidad oral y los maxilares, vendrán determinadas por el estadio, localización y afectación ganglionar. Incluso con la técnica radioterapéutica más óptima se producirán efectos indeseables sobre estos tejidos. El efecto de la radiación en los tejidos se divide en agudo y tardío. El efecto agudo se produce por lesión celular en tejidos de rápido crecimiento, mientras que el efecto tardío se asocia a lesiones en tejidos de lento crecimiento por acción directa sobre el parénquima y/o indirecta a través de la alteración de la microvascularización, manifestán402
complicaciones de la radioterapia según el momento de aparición. La mucositis es consecuencia de la acción de la radioterapia sobre las células epiteliales y se define como una reacción inflamatoria de la mucosa oral y orofaríngea. Aparece a los 8-15 días del inicio de radioterapia, es reversible y desaparece a los 15-21 días después de terminar el tratamiento. Las lesiones aparecen cuando ya se han administrado al menos 30 Gy. Es muy dolorosa e invalidante para la deglución. La disgeusia es secundaria a la afectación de la lengua por la radioterapia y se debe a la lesión de las papilas y de los receptores gustatorios, pero también a los fenómenos de desmielinización de las fibras nerviosas. Aparece a los 15 días del comienzo de la radioterapia y precede a la mucositis. Se produce a partir de tasas de irradiación de 4 Gy y es máxima al final de la radioterapia,
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Tabla 3. Determinantes de la toxicidad de la radioterapia.
Determinantes de la toxicidad de la radioterapia −
Dosis total administrada
−
Dosis por fracción
−
Intervalo de tiempo entre fracciones
−
Volumen del tejido irradiado
−
Localización anatómica del tejido irradiado
−
Asociación con otras terapias (cirugía y/o quimioterapia)
Tabla 4. Complicaciones de la radioterapia.
Complicaciones de la radioterapia
Inmediatas
A medio plazo
A largo plazo
−
Mucositis
−
Alteraciones o disminución del sentido del gusto
− −
Aparición de sequedad de boca Caries rampantes
−
Necrosis mucosa
−
Infecciones orales, especialmente candidiasis
− −
Trismo Osteorradionecrosis
−
Alteraciones del desarrollo del germen dental: Agenesias dentales Alteraciones coronales Alteraciones radiculares
recuperándose a los 120 días postradioterapia si no se ha sobrepasado la tasa de los 60 Gy. Existe una pérdida total o parcial del gusto y, si es parcial, los sabores más afectados son el amargo y el ácido. La xerostomía se debe a la lesión de las glándulas salivales afectando tanto cualitativa como cuantitativamente la saliva por alteración de las células acinares y ductales. Como las células ductales son más resistentes, © Medicina Oral S. L.
al principio aparece una saliva más viscosa seguida de una reducción del volumen salival. Aparece a los 15 días de la primera dosis de radioterapia, cuando las dosis son mayores de 15 Gy, y es reversible tras 6-12 meses postradioterapia siempre que no se hayan superado los 70 Gy. La saliva, además, presenta un cambio en el pH con una disminución de la capacidad buffer y una disminución de la secreción 403
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proteica. La hiposialia provoca un aumento del porcentaje de gérmenes cariogénicos, como el Streptoccocus mutans. La lesión de las glándulas salivales facilita la aparición de caries con una topografía típica, afectando sobre todo a la unión amelocementaria en las caras vestibulares y linguales de los dientes, así como en las cúspides de los molares. Son caries de evolución rápida. Suelen aparecer a partir de los tres meses. El trismo aparece tras 3-6 meses postradioterapia y es consecuencia de una fibrosis de los músculos masticadores secundaria a la lesión de las fibras musculares aunque puede deberse a otras causas como la existencia de una osteorradionecrosis o bien la aparición de una recidiva tumoral en la fosa pterigomandibular. La osteorradionecrosis se define como un área de hueso que ha sido sometido a irradiación y que permanece expuesto al exterior, progresa lentamente y no tiende a la curación espontánea. La radioterapia altera las paredes vasculares y se produce una disminución del aporte sanguíneo al hueso provocando una necrosis y una reparación ósea anormal. Aparece con dosis superiores a 65 Gy. Suele darse durante los 2 primeros años posteriores a la radioterapia, pero puede ocurrir en cualquier momento tras el tratamiento permaneciendo el riesgo indefinidamente. En los niños y jóvenes que presentan dientes en desarrollo la radioterapia puede dar origen a distintos tipos de lesiones, como la agenesia dental, las raíces cortas y afiladas, el cierre apical precoz, la hipoplasia en la corona dental, la inhibición de la formación de dentina, la microdoncia, la calcificación y las erupciones prematuras. Suele originarse cuando las tasas de irradiación han sido superiores a los 50 Gy. En adultos, las radiaciones pueden provocar una destrucción de los odontoblastos y una fibrosis pulpar.
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CONSIDERACIONES ODONTOLÓ GICAS ANTES DE LA IRRADIACIÓN Previamente al inicio de la radioterapia se debe realizar una interconsulta con el radioterapeuta para conocer la situación actual y el tratamiento al que va a ser sometido el paciente. Se debe evaluar correctamente tanto el estado general como el bucodental. Se realizará una anamnesis completa, anotando el tratamiento antineoplásico que recibirá (radioterapia externa o braquiterapia) y las características del mismo (localización y tamaño de las áreas irradiadas, radioterapia fraccionada y dosis total). Además de un examen exhaustivo de la cavidad oral, se debe realizar una exploración radiográfica con radiografías intraorales (periapicales y aletas de mordida) y una ortopantomografía para descartar lesiones periapicales y/o alteraciones óseas y valorar el estado periodontal. La mayoría de los estudios han mostrado mayor riesgo de osteorradionecrosis cuando las exodoncias se realizan después de la radioterapia; por tanto, es preferible realizar las extracciones dentales necesarias antes de iniciar la radioterapia. Las indicaciones de la exodoncia previa a la radioterapia se resumen en la tabla 5. Conocer la dosis de irradiación, el volumen irradiado, la modalidad terapéutica utilizada, el estado general y el pronóstico es importante para decidir las extracciones dentales que se van a realizar. Las exodoncias deben realizarse lo más atraumáticas posible y con cierre primario. En los dientes semiincluidos o impactados se regularizarán los bordes óseos y las aristas que pudieran quedar. El tiempo entre las exodoncias y el inicio del tratamiento oncológico debe ser suficiente para permitir la cicatrización de los tejidos pero sin comprometer el comienzo del tratamiento oncológico y el pronóstico. Deberán realizarse entre 15 y 21 días antes del tratamiento, aunque en circunstancias especiales, como exodoncias quirúrgicas complicadas o con ostectomía, cirugía periodontal o preprotésica, infecciones previas o si coexisten determinadas enfermedades sistémicas como puede ser la diabetes mellitus, este tiempo deberá prolongarse, siempre que sea posible.
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Fig 1. Caries por radioterapia
Fig 2. Mucositis por radioterapia
Fig 3. Osteorradionecrosis
Antes de la irradiación se deben tomar impresiones para la realización posterior de cubetas individuales para la aplicación de flúor y/o la fabricación de protectores intraorales plomados, que se utilizan especialmente en la radioterapia intersticial. La pauta profiláctica y las medidas de higiene oral en estos pacientes deben ser rigurosas: el cepillado diario se realizará con un dentífrico de 2500 ppm de flúor 3 veces al día y el paciente se aplicará un gel de fluoruro sódico al 1% con pH neutro en cubetas individuales durante 5 minutos cada día. Se deben evitar los geles acidulados ya que son irritantes para la mucosa. La clorhexidina se puede aplicar en gel cada tres meses. El detartraje supra y subgingival se realizará en dientes con bolsas periodontales que tengan buen pronóstico. Se deben restaurar todas las
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lesiones cariosas y sellar surcos y fisuras en los niños. La endodoncia se recomienda en dientes con patología pulpar o no vitales en los que se espere una evolución favorable. Con tal de prevenir lesiones iatrogénicas sobre la mucosa oral, factores irritantes como cúspides u obturaciones afiladas o rugosas deben pulirse antes de la radioterapia. Las prótesis removibles se deben retocar y ajustar para que no produzcan erosiones o lesiones sobre la mucosa y, si se considera pertinente, suprimir su uso durante cierto tiempo. Se realizará una sialometría previa para valorar la cantidad de saliva del paciente antes de la radioterapia y se medirá la distancia interincisal en máxima apertura para posteriormente controlar y prevenir la aparición de trismo. La tabla 6 expone un resumen de las consideraciones antes de la radioterapia. 405
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Tabla 5. Indicaciones de exodoncia previa a la radioterapia.
Indicaciones de exodoncia previa a la radioterapia Dientes no susceptibles de ser restaurados Enfermedad periodontal avanzada Restos radiculares Dientes con movilidad y recesiones gingivales severas Caries muy extensas Focos apicales con mal pronóstico endodóntico Dientes parcialmente erupcionados o impactados Piezas sin antagonista extruidas Pacientes no colaboradores con mala salud oral
CO N S I D E R AC I O N E S O D O N TO LÓ G I CAS DURANTE LA RADIOTERAPIA La atención está enfocada hacia la prevención y el control del estado bucodentario del paciente. Se tendrá que seguir motivando al paciente respecto a la higiene oral, controlando la eficacia del cepillado y la eliminación directa de la placa bacteriana. Para la prevención de las caries debidas a la radioterapia se recomienda una higiene oral rigurosa con cepillo blando incluyendo técnicas interdentales como el uso de la seda dental o cepillos interproximales, las aplicaciones diarias de flúor tópico con cubetas individuales y los colutorios antisépticos, como la clorhexidina, para el control de la placa bacteriana. La dieta ha de ser blanda y anticariogénica, evitando los alimentos azucarados y picantes, así como los enjuagues o las bebidas alcohólicas para evitar una irritación sobreañadida en la mucosa oral. Debe suprimirse el tabaco. Se debe evitar cualquier maniobra invasiva en la cavidad oral, particularmente las extracciones dentarias. La mayoría de los autores recomiendan retirar las prótesis durante la radioterapia aunque otros aconsejan una
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buena higiene y retirarla al menos por la noche, ya que el uso continuado favorece la infección por Candida. La prevención de la mucositis se basa en reducir su severidad mediante la higiene bucal y en paliar el dolor. Hasta el momento, se han realizado diferentes estudios para prevenir y tratar la mucositis con diferentes agentes: sucralfalto, amifostina, clorhexidina, povidona yodada, doxepina, benzidamida, entre otros, pero ninguno de ellos es capaz de prevenirla. Algunos autores no reportan ningún efecto de la clorhexidina sobre la mucositis. De todos los enjuagues descritos el más sencillo para el paciente consiste en diluir media cucharada de sal y media de bicarbonato en 200 ml de agua. Para el dolor se puede aplicar solución anestésica tópica (lidocaína en spray o gel) o colutorios orales de lidocaína al 2% en enjuagues de 30 segundos cada 3 o 4 horas. A veces es necesario recurrir a los analgésicos sistémicos. La hiposialia es una complicación que aparece en la mayoría de los casos. El tratamiento de la xerostomía se basa en estimulantes y/o sustitutos salivales. Los estimulantes de saliva incluyen gotas de limón, goma de
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Tabla 6. Consideraciones antes de la radioterapia.
Consideraciones antes de la radioterapia Interconsulta con el radioterapeuta Historia clínica minuciosa Exploración oral y radiográfica (panorámicas, periapicales, aletas de mordida) Sialometría cuantitativa Medidas de higiene oral Flúor tópico Dentífrico 2500ppm flúor Gel de clorhexidina cada 3 meses Tratamiento conservador Obturaciones Endodoncias Detartrajes Sellados en niños Exodoncias Atraumáticas 15-21 días antes de radioterapia (mayor antelación en cirugías) Eliminar factores irritantes (prótesis traumáticas, obturaciones afiladas) Medir distancia en máxima apertura Registros (confección cubetas individuales y protectores plomados)
mascar con xilitol, entre otros. Los sustitutos salivales son la carboximetilcelulosa, la saliva sintética a base de sorbitol y las salivas artificiales. Entre los sialogogos, la pilocarpina es el más estudiado. Este tratamiento tiene el inconveniente de que al dejar de tomarlo cesa su efecto por lo que los pacientes tienen que tomarlo continuamente asumiendo los efectos gastrointestinales que éste conlleva. Es más efectiva si se administra durante la radioterapia. Esto mismo se ha demostrado recientemente con el uso del betanecol. La amifostina se ha descrito como radioprotector. También se recomienda la ingesta abundante de agua y enjuagues frecuentes. La infección por Candida tiende a incrementarse durante el tratamiento radioterápico. Los enjuagues de nistatina son ampliamente prescritos para las infecciones fúngicas. Puede aplicarse una solución de nistatina de 100.000
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UI 4-6 veces al día o miconazol en gel 4 veces al día. La clorhexidina debe usarse al menos 30 minutos antes o después de la nistatina ya que si se combinan pueden ser inefectivos. Para infecciones más severas se recomienda un antifúngico sistémico como el fluconazol a dosis de 150 mg al día ó 200 mg diarios de ketoconazol. La alteración del gusto es otra de las complicaciones inmediatas de la radioterapia. La pérdida del gusto junto con el dolor al masticar y tragar debido a la mucositis y la hiposalivación pueden desencadenar una pérdida de peso por lo que en ocasiones son necesarias unas recomendaciones dietéticas. Comidas con agradable sabor, color y aroma pueden mejorar la ingesta. Se aconsejan suplementos vitamínicos y proteicos mientras dure el tratamiento radioterápico. En casos de pérdida severa de peso puede ser necesaria la alimentación parenteral.
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Tabla 7. Consideraciones durante la radioterapia.
Consideraciones durante la radioterapia −
Prevención y control del estado bucodentario
−
Evitar maniobras invasivas (exodoncias)
− − − − −
Mantener buena higiene bucal Cepillado diario y técnicas interdentales Flúor tópico Dentífrico 2500ppm flúor Colutorios clorhexidina
−
Dieta blanda y anticariogénica
−
Suprimir tabaco y alcohol
−
Retirar las prótesis
−
Tratamiento de la mucositis, xerostomía, disgeusia y candidiasis
−
Prevención del trismo con ejercicios orales en casa
−
Protección de las glándulas salivales con dispositivos de plomo
La prevención del trismo, más que el tratamiento del mismo, es el objetivo deseado. Los pacientes con riesgo de trismo deben hacer ejercicios orales para mantener la máxima apertura y los movimientos mandibulares tan pronto como la radioterapia empiece. Algunos autores recomiendan el empleo de topes de goma en estos ejercicios para incrementar la apertura oral. La tabla 7 muestra un resumen de las consideraciones durante la radioterapia.
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CO N S I D E R AC I O N E S O D O N TO LÓ G I CAS TRAS LA RADIOTERAPIA Revisar periódicamente a los pacientes facilitará el tratamiento de cualquier complicación crónica, como la xerostomía, el elevado riesgo de caries, la candidiasis y el riesgo de osteorradionecrosis. Las revisiones se harán cada mes en el primer semestre, cada tres meses el primer año y cada seis meses hasta cumplir los tres años. Se realizará una ortopantomografía de control a los 6 meses. Las consideraciones odontológicas tras la radioterapia se recogen en la tabla 8. Después de la radioterapia se tendrá que revisar los índices de placa, valorar el estado periodontal y reforzar la higiene oral que deberá continuarse junto con las fluoraciones. Las extracciones dentales después de la radioterapia deben evitarse en la medida de lo
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Tabla 8. Consideraciones tras la radioterapia.
Consideraciones tras la radioterapia Revisiones cada mes en el primer semestre, cada tres meses el primer año y cada seis meses hasta cumplir los tres años o Revisar índices de placa y estado periodontal o Ortopantomografía a los 6 meses Reforzar la higiene oral o Fluorizaciones tópicas o Gel de clorhexidina cada 3 meses Evitar exodoncias (al menos 1 año) y, si es imprescindible o Atraumáticas o Colutorios de clorhexina durante 15 días o Cobertura antibiótica (48 h antes / 7-15 días después) o Oxígeno hiperbárico antes y después de la intervención Evitar prótesis completa o removible en 3-6 meses. Rebases posteriores Ejercicios orales, mecanoterapia y cinesiterapia para el trismo Tratamiento de la mucositis, xerostomía, hipogeusia, candidiasis y osteorradionecrosis Diagnóstico precoz de recidivas
posible. Consecuentemente, la endodoncia es el tratamiento de elección en muchos casos y ha demostrado ser una vía alternativa a la exodoncia. Se recomienda evitar las exodoncias al menos durante los 12 primeros meses. Las radiaciones ionizantes provocan daños celulares y vasculares irreversibles dejando un tejido hipóxico, hipocelular e hipovascularizado. Esto afecta considerablemente al proceso de reparación tisular. Por ello, las exodoncias deben ser atraumáticas y las alveolectomías deben realizarse con extremo cuidado del hueso, con colgajos conservadores y mediante cierre primario sin tensiones. Extraer pocos dientes por sesión minimiza las complicaciones postoperatorias y se asocia a un menor riesgo de osteorradionecrosis. La mayoría de los autores hacen referencia al uso de los antibióticos para las extracciones en © Medicina Oral S. L.
pacientes irradiados sin dar detalles del tipo, la posología y el tiempo que deben emplearse. Nosotros empleamos amoxicilina más ácido clavulánico a dosis de 875/125 mg cada 8 horas desde dos días antes hasta 10 días después de la extracción. El oxígeno hiperbárico eleva los niveles y la difusión del oxígeno en los tejidos incrementando la angiogénesis, la síntesis del colágeno, el metabolismo óseo y, consecuentemente, la capacidad de reparación. Generalmente consiste en 20-30 sesiones antes de la extracción y 10 sesiones después de ésta. En general, los antibióticos y el oxígeno hiperbárico se han considerado favorables cuando se emplean como adyuvantes en las extracciones postradioterapia, contribuyendo a la disminución de complicaciones. El trauma producido por las prótesis constituye un factor de riesgo en la osteorradionecrosis, 409
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Tabla 9.Tratamiento de las complicaciones de la radioterapia
TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES DE LA RADIOTERAPIA MUCOSITIS
OSTEORRADIONECROSIS
Enjuagues de agua con sal y bicarbonato Otros agentes: amifostina, sucralfalto, clorhexidina, povidona yodada Lidocaína tópica o analgésicos sistémicos
Lesiones pequeñas Enjuagues de clorhexidina+antibióticos
Lesiones refractarias o más extensas Cámara hiperbárica+tratamiento quirúrgico
XEROSTOMÍA
CARIES
Siaologogos Gotas de limón, chicles, pilocarpina (5mg/8h), betanecol (25mg/8h) Sustitutos salivales Carboximetilcelulosa, saliva sintética a base de sorbitol y salivas artificiales Radioprotector Amifostina Enjuagues frecuentes de agua
Prevención Dieta anticariogénica Higiene oral diaria (2500ppm) Flúor tópico diario Colutorios y gel de clorhexidina
Tratamiento Obturación
CANDIDIASIS Tópico Nistatina 100000 U.I 4-6 veces/día Miconazol gel 100 mg 4 veces/día Sistémico (infecciones severas) Fluconazol 100mg/día Ketaconazol 200mg/día Itraconazol 200mg/día
DISGEUSIA / HIPOGEUSIA Recomendaciones dietéticas Suplementos vitamínicos y proteicos Suplementos de Zinc 100mg/día TRISMO Ejercicios orales domiciliarios Mecanoterapia Cinesiterapia
sobre todo si existe una parafunción, por lo que es conveniente no llevar las prótesis completas y mucosoportadas durante al menos 3 meses para evitar úlceras y posibles necrosis óseas. Posteriormente, en las prótesis dentales se deberán hacer rebases blandos para evitar úlceras de decúbito. Según algunos autores, los implantes pueden minimizar el trauma producido por las prótesis, pero el riesgo de osterradionecrosis y fracaso en la osteointegración hace que otros autores los contraindiquen. Los suplementos de zinc ayudan en la hipogeusia producida tras la radioterapia y son probablemente más beneficiosos cuando se emplean en el período posterior a la irradiación que durante la misma. La dosis 410
recomendada es de 100 mg una vez al día por vía oral. Los ejercicios orales deben continuarse para reducir el riesgo y la severidad del trismo. En aquellos pacientes en los que el trismo ya se ha desarrollado, los ejercicios se intensificarán y, si es necesario, se combinarán con la mecanoterapia o la cinesiterapia. La mecanoterapia se realiza mediante movimientos verticales y posteroanteriores al mismo tiempo, y se repite durante varios meses en sesiones de 20 minutos, 3 veces al día. La cinesioterapia mejora el trofismo local y flexibiliza los elementos periarticulares ayudando a restablecer la función muscular.
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La osteorradionecrosis se presenta sobre todo en el período postirradiación. El tratamiento de la lesión inicial consiste en asociar tratamiento antibiótico y enjuagues antisépticos con clorhexidina. En lesiones más extensas o refractarias al tratamiento anterior se realiza la remoción del hueso necrótico con o sin conservación de la basal mandibular en función de que esté afectada o no. Existe controversia en la literatura en lo referente a la utilidad de la cámara hiperbárica en el tratamiento del proceso. Este tipo de pacientes tienen un alto riesgo de recidivas por lo que también es muy importante examinar cuidadosamente a los pacientes en las revisiones periódicas. En la tabla 9 se explica el tratamiento de las complicaciones de la radioterapia.
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Tema 45. Empleo de antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios en Odontología
Antibióticos
Se estima que el 10% de las prescripciones antibióticas que se realizan en España están relacionadas con infecciones odontogénicas, bien como tratamiento de las mismas o bien como prevención. Entre los antibióticos de uso común en odontología se encuentran los derivados de los ß-lactámicos, la clindamicina, las fluoquinolonas, los macrólidos, el metronidazol y las tetraciclinas. Son todos ellos antibióticos de amplio espectro dada la gran variedad de gérmenes relacionados con la infección de origen dental. ß - Lactámicos Su mecanismo general de acción es la inhibición de la síntesis del peptidoglucano, un componente esencial de la pared bacteriana, que se produce al unirse el fármaco a unos receptores específicos de la membrana citoplásmica de las bacterias que se conocen como PBP (Protein Binding Penicillin). El resultado final es la inhibición del crecimiento bacteriano. Son, con diferencia, los antibióticos más utilizados en odontología. Están indicados en el tratamiento de las infecciones bacterianas orales, particularmente las de origen odontogénico. Los efectos secundarios más importantes de estos fármacos son las reacciones de hipersensibilidad que pueden llegar a ser extraordinariamente graves cuando se trata de reacciones anafilácticas. La reacción anafiláctica inmediata es afortunadamente rara (0’01-0’05 %) pero hay que considerar que en el 10% de los casos resulta mortal. La negatividad de las pruebas de reacción cutánea a la penicilina realizada por manos expertas garantiza casi en un 100% la ausencia de una reacción de hipersensibilidad grave inmediata © Medicina Oral S. L.
tras administrar estos betalactámicos. Otros efectos secundarios mucho más comunes y de carácter mucho menos grave son las alteraciones gastrointestinales como náuseas, vómitos, dolor abdominal o diarrea. También pueden producir alteraciones del sistema nervioso central (SNC) como hiperactividad, agitación e insomnio, y sobreinfecciones por hongos habitualmente del género Cándida. La experiencia clínica con estos fármacos durante el embarazo no ha mostrado indicios de efectos secundarios en el feto aunque no se dispone de estudios fehacientes que descarten esa posibilidad. Se incluyen por tanto en el grupo B de la clasificación de la FDA para uso de fármacos en el embarazo. Pueden ser utilizados en el embarazo siempre que sea estrictamente necesario. Los ß-lactámicos más utilizados son la amoxicilina, la asociación amoxicilina+ac. clavulánico, la penicilina y las cefalosporinas por vía oral (ver tabla 1). Amoxicilina
Se obtiene por incorporación de un grupo amino a la penicilina G. La dosis habitual en odontología para adultos es de 750-1000 mg cada 8 horas. En niños se usa en dosis de 25-50 mg/kg/día repartidos en tres dosis. En la profilaxis de la endocarditis bacteriana se administran 2 gramos por vía oral una hora antes del procedimiento quirúrgico. Se absorbe bien en el tracto gastrointestinal y se elimina por vía renal. En pacientes con insuficiencia renal se debe ajustar la dosis en función de los valores de aclaramiento de creatinina. Está indicada en las formas leves y moderadas de la infección de origen odontogénico y para algunos autores es el fármaco de primera elección. 413
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Tabla 1. ß-lactámicos de uso oral.
Grupo Penicilinas
Cefalosporinas
Antibiótico Penicilina V Ampicilina Amoxicilina Amoxicilina+clavulánico Cefadroxilo Cefalexina Cefradina Cefaclor Cefuroxima Cefixima Cefditoren
Su uso masivo ha provocado la aparición de cepas resistentes, sobre todo las productoras de ß-lactamasas que destruyen el anillo ß-lactámico de estos fármacos inactivándolos. Amoxicilina con ácido clavulánico
Tal como hemos señalado, entre los mecanismos de resistencia bacteriana frente a los agentes antibióticos la hidrólisis enzimática del fármaco mediante la producción de ßlactamasas es el más importante en relación con los antibióticos ß-lactámicos. El ácido clavulánico es un antibiótico del grupo de los ß-lactámicos con escasa actividad antibacteriana pero que potencia la acción de la amoxicilina al inhibir de forma irreversible determinadas ß-lactamasas. Por vía oral la dosis en adultos oscila entre 500 y 875 mg de amoxicilina y 125 mg de ácido clavulánico cada 8 horas. Una pauta de introducción más reciente consiste en administrar 2 gr de amoxicilina y 125 mg de ác. clavulánico cada 12 horas apoyándose en que con estas dosis se mantiene la concentración plasmática del fármaco por encima de la concentración mínima inhibitoria durante más del 40% del intervalo entre dosis. Esta pauta es más cómoda para el paciente lo que facilita la adherencia al tratamiento. En niños la dosis recomendada es de 40 mg/kg/día (basándose en el componente amoxicilina) que se puede incrementar hasta 80 mg/kg/día en función de la gravedad de la infección. Es de uso cotidiano en la infección odontogé414
Especialidades más comunes Penilevel® EFG, Ampiplus®, Britapen®… EFG, Clamoxyl®. Ardine®… EFG, Augmentine®, Clavumox®… EFG, Duracef® Cefalexglobens®, Kefloridina®, Sulquipen®… Velocef® EFG, Ceclor Selan, Zinnat, Nivador. ® EFG, Denvar®, Necopen®. Meiact®, Spectracef®, Telo®
nica, las infecciones bacterianas inespecíficas de la mucosa oral y en la prevención de la infección tras procedimientos quirúrgicos. El efecto secundario más grave de estos fármacos es la reacción de hipersensibilidad en forma de anafilaxia. Otras alteraciones de tipo alérgico son el eritema polimorfo, el edema angioneurótico y la erupción cutánea. Se producen con cierta frecuencia alteraciones gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarreas que se pueden minimizar administrando el fármaco al principio de las comidas. Se han descrito además sobreinfecciones por cándidas y aumento transitorio de transaminasas en varones y ancianos con tratamiento prolongados. Se debe advertir a las pacientes que, al igual que otros antibióticos de amplio espectro, puede reducir la eficacia de los anticonceptivos orales. Clindamicina Es un fármaco del grupo de las lincosaminas que actúa inhibiendo la síntesis de las proteínas bacterianas mediante la unión a la fracción 50S de los ribosomas. Es activa frente a Gram+ y – anaerobios y es especialmente efectiva en las infecciones con afectación ósea. Se administra en dosis de 300 mg cada 8 horas por vía oral y de 600-1.200 mg cada 8 horas por vía parenteral. Al igual que las penicilinas, pertenece al grupo B de la FDA en lo que respecta a su uso en el embarazo.
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Se absorbe bien por vía oral. Se metaboliza en hígado y se excreta principalmente por vía biliar. Sólo una pequeña fracción se elimina por riñón por lo que no requiere ajuste de dosis en casos de insuficiencia renal moderada. Las reacciones alérgicas son excepcionales. Se pueden producir ocasionalmente trastornos gastrointestinales. La colitis pseudomembranosa es una complicación descrita en alrededor del 1% de los pacientes que toman el fármaco. Se produce por las toxinas que produce Clostridium dificile, un germen resistente que crece al ser eliminadas otras bacterias por el antibiótico. En caso de aparición de diarrea es aconsejable suspender el tratamiento. Macrólidos Constituyen un conjunto de fármacos que actúan uniéndose de forma reversible a la fracción 50S de los ribosomas del citoplasma bacteriano inhibiendo así la síntesis proteica. Son escasamente activos frente a G- por la dificultad que encuentran en atravesar la membrana bacteriana de estos gérmenes. También son de escasa actividad frente a fusobacterias. Eritromicina
Es activa frente a actinomices, micoplasmas, espiroquetas y ciertas micobacterias. Ha sido utilizada durante mucho tiempo como alternativa a los derivados de la penicilina tanto con finalidad terapéutica como profiláctica (hasta 1997 fue la alternativa a la amoxicilina en la prevención de la endocarditis bacteriana en procedimientos odontológicos). En odontología se utiliza exclusivamente por vía oral a dosis de 1 ó 2 gr al día en 2 ó 4 tomas. En niños se pautan 30-50 mg/kg/día en dos o cuatro tomas. Se recomienda realizar la toma 2 horas antes o después de las comidas. Se acepta su uso durante el embarazo en ausencia de alternativas terapéuticas más seguras (grupo B de la FDA). Presenta interacción con fármacos de uso común en odontología como benzodiacepinas, corticoides (aumento del efecto de estos) y penicilina (antagonismo frente a determinados gérmenes como S. aureus). Asimismo puede © Medicina Oral S. L.
alterar el metabolismo de fármacos de interés para el odontólogo como anticoagulantes orales, antiepilépticos, antihistamínicos, ciclosporina o glibenclamida. Las reacciones adversas incluyen calambres abdominales, náuseas y diarreas. Se han descrito hepatitis colestáticas en relación con este fármaco. Las reacciones anafilácticas son muy raras. Claritromicina
Se utiliza en dosis de 250-500 mg cada 12 horas por vía oral. En niños se ajusta la dosis a 7,5 mg/kg/12 horas. Para administración intravenosa se usa en dosis de 500mg cada 12 horas. Se excreta por hígado y riñón por lo que habrá de administrarse con precaución en pacientes con alteraciones de estos órganos. En cuanto a su uso en el embarazo pertenece a la categoría C de la FDA. Los estudios sobre varias especies de animales utilizando dosis 2-17 veces las dosis máximas en humanos han mostrado efectos adversos en los recién nacidos. Las reacciones adversas más frecuentes son trastornos gastrointestinales, alteraciones del sabor, rash cutáneo, cefalea y pérdida transitoria de la audición. Otras alteraciones menos frecuentes incluyen ansiedad, insomnio, vértigo, taquicardia ventricular, alteraciones reversibles del color en lengua y dientes, disfunción hepática y urticaria. Azitromicina
Presenta un espectro de acción similar al de otros macrólidos. Las concentraciones en los tejidos diana superan la CMI-90 (concentración mínima inhibitoria) de los gérmenes patógenos habituales tras una dosis única de 500 mg. Los niveles tisulares de azitromicina son mucho más altos que los plasmáticos (hasta 50 veces la concentración plasmática máxima). En experimentación animal se han observado elevadas concentraciones de azitromicina en fagocitos y fibroblastos, que puede contribuir a distribuir el fármaco en los tejidos inflamados. 415
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Su ventaja principal reside en su cómoda posología. Se administran 500 mg al día durante tres días por vía oral. En niños se ajusta la dosis a 10 mg/kg/día también durante tres días. En alteraciones renales o hepáticas no es necesario ajustar la dosis. Aunque no hay ensayos clínicos que lo avalen se acepta su uso durante el embarazo en ausencia de alternativas terapéuticas más seguras. Pertenece al grupo B de la FDA. Las reacciones adversas más comunes son los trastornos gastrointestinales con náuseas, vómitos y dolor abdominal. Otros efectos secundarios menos frecuentes son reacciones alérgicas, colitis pseudomembranosa y sobreinfecciones por hongos. Fluoquinolonas Son un grupo de antibióticos que actúan inhibiendo el enzima DNA-girasa. Se bloquea de este modo el enrollamiento del DNA quedando como resultado final un DNA inactivo al no poder ser englobado dentro del núcleo bacteriano. Su actividad no depende del estado metabólico bacteriano por lo que puede ser particularmente útil frente a bacilos G- muchos de los cuales crecen lentamente. Se han mostrado como el principal factor de riesgo en algún brote epidémico de diarrea por Clostridium difficile. Ciprofloxacino
Su indicación principal en nuestro campo son las osteomielitis por bacterias G-. La dosis oscila entre 250 y 750 mg cada 12 horas por vía oral aunque la pauta más común es 500 mg cada 12 horas. La dosis pediátrica se establece a razón de 10-15 mg/kg/12 horas aunque debe evitarse este fármaco en individuos en crecimiento por el riesgo de artropatía en las articulaciones que soportan peso. Estudios sobre animales de experimentación han detectado artropatía o degeneración del cartílago en animales inmaduros. También por este motivo se incluye en la categoría C de la FDA respecto a su uso en el embarazo. El fármaco se debe tomar dos horas antes o dos horas después de haber comido y con 416
abundante líquido. En caso de insuficiencia renal se debe ajustar la dosis en función de los niveles detectados de creatinina. No se debe administrar simultáneamente con teofilina, antiácidos, calcio, aluminio o magnesio. Las reacciones adversas más frecuentes son las intestinales (náuseas, vómitos y diarrea), las alteraciones del sistema nervioso central (mareos, cefalea, agitación y temblor) y las alteraciones cutáneas (rash y prurito). Metronidazol Es el único antibiótico del grupo de los nitroimidazoles que se emplea en odontología. Actúa alterando el ADN bacteriano. Es efectivo frente a gérmenes anaerobios pero tiene escasa efectividad frente a aerobios y a bacilos G+ por lo que habitualmente se usa en asociación con otros antibióticos (bien derivados de la penicilina o bien macrólidos como la espiramicina -Rhodogil®-). Asociado a amoxicilina es muy eficaz en las periodontitis juveniles y en las asociadas a A. actinomycetemcomitans. Es particularmente eficaz en el tratamiento de la gingivitis ulceronecrotizante aguda. En odontología se usa exclusivamente por vía oral en dosis de 250-500 mg cada 8 horas. En niños se usa en dosis de 5-15 mg/kg cada 8 horas. Se metaboliza parcialmente en hígado (50%) y se elimina por vía renal. En pacientes con insuficiencia hepática se debe ajustar la dosis. El metronidazol es mutagénico en bacterias y carcinogénico en roedores, aunque estos efectos no se han probado en humanos. Se incluye en la categoría B de la FDA en relación con el embarazo pero su uso está contraindicado en el primer trimestre. Dado que los procesos infecciosos orales son susceptibles de ser tratados con otros fármacos es recomendable evitar su uso durante el embarazo. Entre los efectos secundarios graves se encuentran las crisis convulsivas y las neuropatías periféricas en forma de parestesias o anestesia de las extremidades. Los efectos secundarios más frecuentes son cefalea, náuseas, anorexia, vómitos y diarrea. El metronidazol potencia el efecto de los
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cumarínicos (acenocumarol -Sintrom®-) por lo que es preciso monitorizar el INR en los pacientes que toman estos fármacos. Asimismo, el consumo simultáneo de alcohol y metronidazol produce un cuadro conocido como “efecto disulfiram” que cursa con náuseas, cefaleas y palpitaciones. El paciente debe ser advertido de este riesgo y no debe iniciar el tratamiento hasta al menos 1 día después de haber cesado toda ingesta de alcohol. Tetraciclinas Constituyen un grupo de antibióticos de amplio espectro que actúan interfiriendo la síntesis proteica bacteriana al unirse a la fracción 30S de los ribosomas, evitando la unión de los aminoácidos a la cadena peptídica. Las resistencias bacterianas a este fármaco son muy importantes por lo que rara vez se utilizan en clínica, salvo en algunas formas de periodontitis. Aunque existen formas inyectables se utiliza habitualmente por vía oral a dosis de 250-500 mg cada 6 horas. Su absorción se ve reducida por la presencia de alimento. La eliminación se realiza sobretodo por vía biliar y en parte por riñón. Los efectos secundarios incluyen alteraciones gastrointestinales, fotosensibilidad y pigmentación e hipoplasia de los dientes en desarrollo. Poseen además toxicidad hepática y renal y no deben utilizarse en niños menores de 8 años. La FDA (Food and Drugs Administration) incluye estos fármacos en la categoría D lo que significa que existen evidencias positivas de riesgo para el feto humano. Están formalmente contraindicados en el embarazo. Doxiciclina
Es una tetraciclina semisintética cuya absorción se ve poco influenciada por la presencia de alimento (la absorción se reduce un 20% aproximadamente) y que permite una pauta de administración más cómoda. Se administra en dosis de 100 mg/12 horas por vía oral tras una dosis inicial de 200 mg. Su uso por vía intramuscular o intravenosa no es habitual en odontología. Se metaboliza en hígado y se elimina por heces por lo que, © Medicina Oral S. L.
a diferencia de otras tetraciclinas, no requiere ajuste de dosis en casos de insuficiencia renal. Los efectos secundarios y contraindicaciones son los descritos para la tetraciclinas. Al igual que en el caso de las tetraciclinas, la doxiciclina está contraindicada en niños menores de 8 años y en el embarazo. Cefalosporinas Son antibióticos de amplio espectro derivados de la Cefalosporina C, de estructura similar a la peniciclina pero más resistentes a la degradación por ß-lactamasas. Comparten, por tanto, el mecanismo de acción de las penicilinas. Utilizadas habitualmente por vía parenteral, su interés en el campo de la odontología es limitado utilizándose los fármacos disponibles por vía oral. Son, después de las penicilinas, los betalactámicos que con más frecuencia inducen reacciones de hipersensibilidad inmediata mediadas por IgE. Cefuroxima axetilo
La dosis recomendada es de 250-500 mg cada 12 horas por vía oral. En niños se ajusta la dosis a 15mg/kg/día en dos tomas. Puesto que el fármaco se elimina prácticamente inalterado por vía renal, en los pacientes con insuficiencia renal y con aclaramiento de creatinina inferior a 20ml/min es recomendable reducir la dosis a la mitad administrando una sola dosis diaria. Pertenece a la categoría B de la FDA respecto a su uso en el embarazo, por lo que se puede utilizar si es estrictamente necesario su uso. Se ha de tener particular precaución si existen antecedentes de alergia a otros ß-lactámicos ya que se produce sensibilidad cruzada con las cefalosporinas en aproximadamente el 116% de los pacientes alérgicos a las penicilinas y las reacciones presentan manifestaciones más severas. Otras reacciones adversas asociadas a las cefalosporinas son eritema polimorfo, erupción cutánea y urticaria. Se han observado alteraciones gastrointestinales y aumentos transitorios de las enzimas hepáticas. 417
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Además de cefuroxima axetilo existen otras cefalosporinas que se pueden administrar por vía oral como cefaclor (Ceclor®), cefadroxilo (Duracef®), cefalexina (Bioscefal®), cefixima (Denvar®), cefradina (Septacef®).
Analgésicos y Antiinflamatorios
Los fármacos con efectos sobre el dolor y la inflamación son de uso común en odontología. Los dividimos en analgésicos mayores (opiáceos) y analgésicos menores (no opiáceos) que incluyen los antiinflamatorios no esteroideos (AINES). Se estudian también los esteroides (corticoides) utilizados con finalidad antiinflamatoria. Opiáceos Los opiáceos actúan en el sistema nervioso central (SNC) sobre receptores opiáceos específicos aunque la analgesia se produce por su actividad concreta sobre los receptores mu. La estimulación de dichos receptores parece interrumpir las vías del dolor. Se suelen asociar con otros AINES como ibuprofeno, paracetamol o ácido acetilsalicílico. Los dos más utilizados en odontología son la codeína y el tramadol. Codeína
Se emplea más como antitusivo que como analgésico. Para producir efecto analgésico requiere dosis elevadas. Se utiliza a dosis de 10-30 mg /4-6 horas. En la forma retard se usan dosis de 50 mg cada 12 horas. Las dosis son válidas tanto si se utiliza como principio activo único como si se utiliza en asociación con otros AINES. Pertenece al grupo C de la FDA en relación a su uso en el embarazo. No se debe utilizar en el embarazo por el riesgo demostrado en animales de alteraciones en la osificación y por el riesgo de depresión respiratoria y síndrome de abstinencia en el niño si se utiliza cerca del parto. Las reacciones adversas son de tipo digestivo (náuseas, vómitos y, sobretodo, estreñimiento), neurológicas (somnolencia y confusión mental) y dermatológicas (prurito y reacciones exantemáticas). 418
Tramadol
Es un analgésico opiáceo que ejerce su acción al unirse a los receptores opiáceos mu, kappa y delta. Otro mecanismo que contribuye al efecto analgésico es el bloqueo de la recaptación de noradrenalina y serotonina. Se usa a dosis de 50-100 mg cada 6-8 horas tanto por vía oral como intramuscular o intravenosa. Al igual que la codeína pertenece al grupo C de la FDA respecto a su uso en el embarazo. Únicamente se habrán de hacer ajustes de dosis en caso de que coexistan insuficiencia hepática y renal. Los efectos adversos incluyen estreñimiento severo, hipotensión, dependencia con el uso crónico, retención de orina, prurito y depresión respiratoria. Glucocorticoides Son un amplio grupo de fármacos con propiedades inmunosupresoras y antiinflamatorias. El efecto antiinflamatorio se consigue por un complicado proceso en el que interviene la depleción del sistema monocito-macrófago, el aumento de polimorfonucleares por disminución de su migración fuera del torrente vascular, la disminución de la síntesis de prostaglandinas y leucotrienos, la disminución de la actividad de cininas y endotoxinas bacterianas, la disminución de la permeabilidad capilar y la reducción de la cantidad de histamina liberada por los basófilos. Son ampliamente empleados en odontología tanto como inmunosupresores (vía oral o vía tópica) o como antiinflamatorios (vía oral o parenteral). Son los antiinflamatorios más eficaces. En pacientes hospitalizados con procesos agudos tales como intervenciones quirúrgicas de la cavidad oral o infecciones odontogénicas graves se suelen utilizar por vía intravenosa. Algunos profesionales administran una dosis única de 40mg de metilprednisolona intramuscular o su equivalente (ver tabla 2 de equivalencia de los corticoides) inmediatamente después de la cirugía oral bajo anestesia local. Por vía oral se utilizan dosis de inicio de 12-
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80 mg/día para ir posteriormente ajustando la dosis en función de la evolución del paciente. La dosis se administra en una sola toma por la mañana ya que se produce menos alteración del eje hipotálamo-hipófisis-corteza suprarrenal. Se debe tener presente además que tras tratamientos prolongados la supresión del medicamento se hace tras realizar previamente una disminución paulatina de la dosis diaria. Se da así tiempo a la reactivación de la glándula suprarrenal. Por vía intravenosa se suelen utilizar dosis de 40 mg cada 8 horas. Como orientación para calcular la equivalencia de dosis entre diferentes corticoides es de utilidad la ecuación: Dosis de corticoide A x potencia de A=Dosis de corticoide B x potencia de B La potencia de cada corticoide viene reflejada en la tabla 2. Así, si deseamos conocer cuál es la dosis de dexametasona equivalente a 40 mg de metilprednisolona: 40x 5= (¿?)x30 Resolviendo la ecuación comprobamos que la dosis equivalente es de 6,7mg. Aunque algunos estudios sobre animales han detectado alteraciones congénitas importantes y hasta un 1% de hendiduras palatinas, existe una amplia casuística (paciente con tratamiento de sustitución hormonal) que apoya el uso durante el embarazo en condiciones terapéuticas indispensables. Se incluyen en el grupo C de la FDA. Los efectos adversos de los corticoides son muy amplios y, en ocasiones, graves. Destacan la úlcera gástrica, las fracturas patológicas
por osteoporosis, la supresión adrenal, el glaucoma, las cataratas, el aumento del riesgo de infecciones, hígado graso, etc. Antiinflamatorios no esteroideos Forman un grupo de fármacos estructuralmente heterogéneos pero con acciones similares. Actúan inhibiendo la síntesis de prostaglandinas lo que produce una disminución de la respuesta inflamatoria a nivel periférico, un efecto modulador del dolor en el SNC y un control sobre la temperatura corporal en el hipotálamo. Durante el año 2004 se prescribieron en España a través de Sistema Nacional de Salud AINES por un importe global de 330,33 millones de euros lo que representó el 3,34% de la prescripción global. Están indicados para el control del dolor leve a moderado. Para el control de la inflamación se requieren dosis más elevadas. Los efectos adversos presentan pequeñas variaciones entre los diferentes fármacos. En términos generales consisten en trastornos gastrointestinales (dolor, diarrea, úlcera), hematológicos (aumento del tiempo de sangría, diátesis hemorrágica), alteraciones del SNC (mareos, cefalea, sedación), reacciones anafilácticas, etc. Estudios recientes en mujeres han comprobado que altas dosis diarias de paracetamol y AINES aumentan el riesgo de hipertensión no produciéndose dicho efecto con ácido acetilsalicílico. El uso de AINES o paracetamol en dosis elevadas (más de 15 pastillas a la semana) se asocia con mayor riesgo
Tabla 2. Corticoides de uso común con sus equivalencias de dosis.
Principio activo Cortisona Hidrocortisona Prednisolona/ prednisona Metilprednisolona Deflazacort Triamcinolona Betamentasona Dexametasona
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Especialidad Altesona Actocortina EFG, Dacortín
Potencia glucocorticoide 1 0,8 4
Dosis equiv. a 100 mg de cortisona 100 mg 125 mg 25 mg
EFG, Urbasón Zamene Trigón depot Celestone
5 3,6 5 30-40
20 mg §30 mg 20 mg 3-4 mg
EFG, Fortecortín
30
3,5 mg
Vida media Corta (80-120 min.) Corta Media (120-200 min.) Media (130-180 min.) Media (130-180 min.) Prolongada (130-330 min.) Prolongada (150-270 min.)
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de accidentes cardiovasculares. Sin embargo, un uso más moderado de estas sustancias no confiere un riesgo sustancial. También se ha constatado por múltiples estudios una reducción del 40-50% del riesgo de padecer cáncer de colon entre los consumidores habituales de AINES e incluso se aprecia una reducción (aunque no tan consistente) entre los consumidores ocasionales. En la tabla 3 se ha intentado recoger los AINES de uso más común, con indicación de su dosis. Se debe evitar su uso durante el tercer trimestre del embarazo por el riesgo que han mostrado de provocar el cierre prematuro del conducto arterioso. Por ello, la FDA los incluye en el grupo D durante el tercer trimestre de embarazo: riesgo fetal establecido por lo que sólo pueden administrarse en situaciones potencialmente mortales. En cuanto a las interacciones medicamentosas la asociación con alcohol, corticoides y suplementos de potasio aumenta el riesgo de úlcera gastroduodenal; la asociación con anticoagulantes orales, heparina y metotrexato aumenta el riesgo de hemorragia; y la
asociación con ácido acetilsalicílico y ácido valproico aumenta tanto el riesgo de úlcera gastroduodenal como de hemorragia. Metamizol Pertenece a la familia de las pirazolonas. Tiene efecto analgésico, antipirético y espasmolítico, y cierta acción antiinflamatoria. Su mecanismo de acción no está claramente establecido aunque parece tener acción a nivel medular y encefálico. Es un inhibidor relativamente débil de las prostaglandinas. Tiene una acción débil y reversible sobre la ciclooxigenasa por lo que apenas es lesivo sobre la mucosa gástrica. Se puede administrar por vía oral, intramuscular o intravenosa. La dosis recomendada por vía oral es de 575 mg cada 6-8 horas aunque en el dolor oncológico se puede llegar a 1-2 gramos cada 6-8 horas. En niños de 1-3 años la dosis recomendada es de 250 mg/6-8 h; en niños de 4-11 años la dosis recomendada es de 250-500 mg/6 h. Por vía intravenosa la dosis recomendada en adultos es de 2 gramos cada 6-8 horas. No se recomienda su uso en los
Tabla 3. AINES de uso común en Odontología. Principio activo
Especialidades comunes
Ácido acetilsalicílico Dexketoprofeno trometamol
Presentación
Dosis adulto
EFG, AAS, Aspirina Enantyum, Ketesse
comprimidos
500 mg/4-6 horas
Comprimidos Sol. inyectable
NO recomendado
Diclofenaco
EFG, Voltarén
Ibuprofeno
EFG, Dalsy, Espedifén . Neobrufén EFG, Orudis, Fastum Droal, Toradol, Tonum
Comprimidos supositorios inyectables Comprimidos Suspensión oral Supositorios Comprimidos supositorios inyectables Comprimidos Sol. inyectable
25 mg/8 horas V.O. 50 mg/8-12 horas I.M. ó I.V. 50 mg/8 horas V.O. 75 mg/24 horas I.M. 400-600 mg /6-8 horas
20mg/kg/día en 34 tomas
50 mg/6-12 horas V.O. 100 mg/12-24 horas I.M.
1,5-2mg/kg/día en 3-4 tomas
20 mg en dosis inicial + 10 mg/4-6 horas V.O. 10-30 mg/4-6 horas I.M. ó I.V. 250-500 mg/12 horas
NO recomendado en menores de 16 años
Ketoprofeno
Ketorolaco trometamol
Naproxeno Piroxicam
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EFG, Naprosyn, Antalgin 550 EFG, Feldene, Improntal
Comprimidos Supositorios Comprimidos Supositorios
40 mg/día el 1º día. 20 mg/día los días sucesivos
Dosis pediátrica
NO recomendado
10mg/kg/día en 2 tomas NO recomendado
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tres primeros meses de embarazo por falta de estudios sobre la teratogenicidad ni en las últimas seis semanas por los efectos inhibitorios sobre la síntesis de prostaglandinas. Los efectos adversos más relevantes clínicamente son la agranulocitosis y la anemia aplásica aunque el riesgo es menor de 1,1 casos por millón de pacientes tratados. Otras reacciones son hipotensión arterial, hipersensibilidad y reacciones cutáneas. Paracetamol o acetaminofeno Es un analgésico derivado de la fenacetina sin efecto antiinflamatorio ni actividad antiagregante plaquetaria lo que lo convierte en un fármaco de uso muy común en odontología. Es considerado el analgésico de elección en pacientes mayores de 50 años y cuando el ácido acetilsalicílico está contraindicado. En un estudio reciente se concluyó que el uso de paracetamol provee similar efecto analgésico que otros AINES (diclofenaco e indometacina) e incluso que la asociación paracetamol-diclofenaco. Su mecanismo de acción exacto es desconocido aunque se especula con la posible inhibición reversible de la ciclooxigenasa con la consecuente inhibición de las prostaglandinas y la elevación del umbral del dolor. Se absorbe bien por vía oral, se metaboliza en hígado y se elimina por riñón. Se puede administrar por vía oral, rectal o intravenosa. La dosis en adultos es de 325-650 mg/4-6 h ó 1g /6-8 h, hasta un máximo de 4 g/día. En niños de 1 a 5 años se administran 125-250 mg cada 4-6 h. De 6 a 12 años la dosis es de 250-500 mg cada 4-6 h. En caso de insuficiencia renal grave con aclaramiento de creatinina menor de 10 ml/min. el intervalo entre dosis deberá ser, como mínimo, de 8 horas. El uso de dosis orales terapéuticas durante intervalos breves de tiempo está generalmente aceptado en el embarazo. La FDA lo incluye en el grupo B pero lo considera el analgésico de elección durante el embarazo. El paracetamol es hepatotóxico (necrosis, ictericia, hemorragia) y nefrotóxico (nefritis intersticial) pero la observación de estas alteraciones se asocia a sobredosis o a la ingesta de dosis elevadas de forma crónica.
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Bibliografía
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Tema 46. Interacciones farmacológicas en Odontología GENERALIDADES DE LAS INTERACCIONES FARMACOLÓGICAS C O N C E P T O D E I N T E R A C C I Ó N FA R MACOLÓGICA Una interacción farmacológica es la modificación de la farmacodinamia y/o de la farmacocinética de un medicamento, debida al tratamiento concomitante con otro fármaco, factores dietéticos (alimentos, dieta, plantas medicinales), hábitos sociales (tabaquismo, consumo de alcohol) o patologías subyacentes . En las interacciones farmacológicas siempre habrá un fármaco objeto (FO), que es aquel que va a modificar sus efectos, y un fármaco precipitante (FP) que es el que modifica los efectos del anterior. Las características de los FO potenciales son: efectos potenciales intensos (p. ej., anticoagulantes orales, ciclosporina), efectos indeseables graves dosis-dependientes, índice terapéutico estrecho (p. ej., digoxina), curva dosis-respuesta acentuada (pequeños cambios en las dosis producen grandes cambios en la concentración plasmática) y que la enfermedad de base dependa muy estrechamente del fármaco en cuestión (p. ej.:ciclosporina en trasplantados y anticoagulantes en pacientes con riesgo de trombosis). M E C A N I S M O S D E L A S I N T E R ACC I O NES FARMACOLÓGICAS Las interacciones farmacológicas pueden producirse a través de uno o varios mecanismos a nivel farmacocinético y/o farmacodinámico : Farmacocinético. Cuando un fármaco altera la absorción, distribución, metabolismo o excreción renal de otro fármaco. -Absorción: se impide la absorción del fármaco objeto por medios físicos o químicos. Esta IF evitable administrando los fármacos con un intervalo de dos a tres horas.
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-Distribución: por competición en la unión a proteínas plasmáticas. Fármacos con elevada afinidad por unirse a proteínas plasmáticas son: ibuprofeno, naproxeno, diacepam, salicilatos y propranolol. -Metabolismo: los sistemas enzimáticos que intervienen en la biotransformación de la mayoría de los fármacos están ubicados principalmente en el retículo endoplasmático liso del hígado, que contiene un grupo importante de enzimas oxidativas llamadas oxidasas de función mixta o monooxigenasas. Así encontramos la familia de los citocromos, donde destaca el sistema del citocromo P450 . La nomenclatura de estas enzimas es la siguiente: CYP seguido de un número que representa la familia de isoenzimas, una letra que representa la subfamilia y después otro número representando el gen individual (p.ej.,CYP3A4). Hay más de 30 isoenzimas del citocromo P450 destacando CYP1A2, CYP2C9, CYP2D6, CYP2E1 y CYP3A4. La isoforma CYP3A4 es la familia de citocromo más abundante en el hígado e intestino humano. En las interacciones farmacológicas a nivel del metabolismo o biotransformación (son las más importantes) se puede producir una inducción o una inhibición enzimática. En la inducción enzimática el FP induce el metabolismo del FO, que disminuye su concentración plasmática y, por lo tanto, la eficacia. Para que ocurra la inducción es necesario que los fármacos compartan la misma enzima y que el FP sea capaz de inducir la síntesis enzimática, fenómeno que requiere de una a dos semanas. Los principales fármacos y sustancias inductores enzimáticos de los citocromos son: carbamazepina, fenobarbital y alcohol. Los fármacos principalmente objetos de inducción enzimática son: anticoagulantes orales, anticonceptivos orales y corticoides. En la inhibición enzimática el FP inhibe el metabolismo del FO, que aumenta su concen-
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tración plasmática y el riesgo de toxicidad. En este caso las manifestaciones son más inmediatas. Los principales fármacos inhibidores enzimáticos son: amiodarona, cimetidina, fluconazol, fluoxetina, macrólidos y omeprazol. Los FO de inhibición enzimática son: anticoagulantes orales, ciclosporina (es muy nefrotóxica), teofilina (puede dar arritmias graves con eritromicina u otro macrólido), cimetidina, fenitoína y carbamazepina . -Excreción renal de otro fármaco: las interacciones a este nivel son muchos menos importantes. Por ejemplo, los inhibidores de la anhidrasa carbónica que alteran el pH renal (probenecid inhibe la reabsorción de ácidos orgánicos y altera la secreción tubular). Fármacos del mismo grupo pueden no producir las mismas interacciones si sus características farmacocinéticas son diferentes. Farmacodinámico. La combinación de dos fármacos que tienen una acción farmacológica semejante generalmente produce efectos aditivos o sinérgicos, tanto para los efectos buscados como para los no deseados (p. ej.: sedación excesiva, efectos anticolinérgicos e hipotensión). Los fármacos con efectos farmacológicos opuestos se antagonizan. Los efectos adversos derivados de esta interacción pueden prevenirse mediante monitorización y ajuste de la dosis.
REPERCUSIÓN CLÍNICA DE LAS INTERACCIONES FARMACOLÓGICAS Las interacciones farmacológicas son las responsables del 4,4% de todas las hospitalizaciones atribuidas a fármacos y representan el 4,6% de todas las reacciones adversas por fármacos en pacientes hospitalizados . El espectro de las interacciones fármaco- fármaco es tan amplio que puede ir desde las que no tienen importancia clínica hasta aquellas interacciones que representan riesgo de reacción adversa severa para el paciente. Es fundamental identificar y seleccionar aquellas interacciones según su repercusión clínica y terapéutica (Tabla 1) . En un paciente joven una interacción farmacológica puede pasar desapercibida, sin embargo, en un adulto mayor se puede manifestar como una reacción adversa severa, y en ocasiones puede interpretarse erróneamente como empeoramiento de la enfermedad, pobre adherencia al tratamiento o incluso inefectividad de alguno de los fármacos . Los factores que actúan para que una interacción entre fármacos sea clínicamente relevante son: índice o margen terapéutico, afinidad del enzima al fármaco, dosis, edad, sexo, patologías y por supuesto el consumo de otros fármacos.
Tabla 1. Clasificación de las Interacciones Farmacológicas según su relevancia clínica. Departamento de Farmacología, Huddinge Hospital, Estocolmo, Suecia *
Categoría de IF
Importancia Clínica
Tipo A Tipo B Tipo C
Sin importancia clínica Efecto clínico no establecido Posibles cambios en el efecto terapéutico, o efectos adversos. Puede evitarse con ajuste de dosis Efectos adversos severos. No hay efectos terapeúticos o los ajustes de dosis son difíciles. Se recomienda evitar la asociación de dichos fármacos. Ejemplo: Warfarina/AINEs
Tipo D
* FASS (Pharmaceutical Specialities in Sweden). Stockholm: INFO Lakemedelsinformation AB (Drug information), 1997.URL: http://www.fass.se (Swedish).
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FÁRMACOS DE RIESGO DE INTER AC CIONES FARMACOLÓGICAS Los fármacos con probabilidad de producir interacciones farmacológicas presentan características comunes. Hay cuatro grupos farmacológicos que se deben conocer a la hora de realizar la historia clínica, que pueden hacer sospechar posibles interacciones: 1. Fármacos que actúan en el tracto gastrointestinal o que alteran la motilidad intestinal (p. ej.: antiácidos, antagonistas de los receptores H2 y colestiramina). 2. Fármacos con alta afinidad por las proteínas plasmáticas y que pueden desplazar a otros fármacos. En este grupo el odontólogo deberá tener presente siempre que están incluidos los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), que se prescriben a diario en la práctica dental. 3. Fármacos que modifican el metabolismo hepático. Se dividen en dos grupos: inductores e inhibidores. Los fármacos inductores estimulan el metabolismo de otros fármacos (p. ej.: rifampicina y antiepilépticos). Los inhibidores actúan inhibiendo el metabolismo (p. ej.: cimetidina, metronidazol, isoniazida, ketoconazol y anticonceptivos orales). 4. Fármacos que alteran la función renal y el aclaramiento de otros fármacos (p. ej.: penicilinas, cefalosporinas, probenecid, metotrexate, salicilatos y tiazidas) . ÍNDICE TERAPÉUTICO El índice terapéutico de un fármaco se define como el cociente entre la concentración mínima eficaz y la concentración mínima tóxica (Tabla 2). Si un fármaco es afectado por una interacción, ésta va a tener más repercusión clínica si el fármaco presenta un estrecho margen terapéutico. El odontólogo debe saber que cuanto más bajo sea el índice terapeútico de un fármaco habrá más riesgo de que se produzca una interacción farmacológica, por lo que a la hora de confeccionar la historia clínica tendrá que tenerlo en cuenta. Es importante conocer que los siguientes fármacos presentan un estrecho margen terapéutico: hipoglucemiantes, anticoagulantes orales, antiepilépticos, antiarrítmicos, glucósidos
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cardiotónicos, anticonceptivos orales, aminoglucósidos, antineoplásicos, fármacos del sistema nervioso central (SNC) como sales de litio, antidepresivos y neurolépticos). Una vez expuestos los mecanismos generales de las interacciones farmacológicas, se van a describir a continuación las interacciones farmacológicas que se pueden derivar de los fármacos que más frecuentemente utiliza y/o prescribe el odontólogo: Anestésicos locales. Vasoconstrictores. Analgésicos. Antiinflamatorios no esteroideos. Agentes antibióticos/antifúngicos. Sedantes y ansiolíticos I N T E R A C C I O N E S FA R M A C O LÓ G I C A S DE LOS ANESTÉSICOS LOCALES Los anestésicos locales producen una pérdida de sensibilidad reversible en una zona circunscrita. Los anestésicos locales bloquean la conducción en el sistema nervioso periférico por alteración de los mecanismos de entradasalida del sodio y el potasio en las células. Los anestésicos locales se fijan en sitios específicos del receptor dentro del poro de los canales de Na+ en los nervios, e impiden el paso de este ión a través de este poro. Los anestésicos locales son aminas terciarias unidas a una estructura aromática. Las cadenas determinan que se clasifiquen en: éster o amida. Las dosis máximas recomendadas de anestésico local en cifras absolutas son para la lidocaína 3mg/kg (sin adrenalina) y 7mg/ kg (con adrenalina). I N T E R ACC I Ó N D E LO S A N E S T É S I CO S LO C A L E S T I P O É S T E R CO N A N T I BIÓTICOS SULFONAMIDA Las sulfonamidas son un grupo de fármacos antimicrobianos que se utilizan para el tratamiento de infecciones de vías urinarias; en combinación con el trimetropim se usa a menudo para combatir otitis, bronquitis, sinusitis y neumonía por Pneumocystis. El mecanismo de acción de las sulfonamidas es compitiendo con el ácido para aminobenzoico (PABA), 425
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Tabla 2. Concepto de Índice Terapeútico de un fármaco.
Índice Terapéutico= CMEa/CMTb a
CME: Concentración Mínima Eficaz. Concentración por encima de la cual suele
observarse el efecto terapéutico de un fármaco. b
CMT: Concentración Mínima Tóxica. Concentración por encima de la cual suelen
observarse efectos tóxicos de un fármaco.
que es un sustrato necesario para la síntesis bacteriana del ácido fólico de su estructura. La procaína y tetracaína (anestésicos locales tipo éster) son fragmentadas por estearasas plasmáticas a PABA. El metabolismo de estos anestésicos locales puede aumentar las concentraciones de PABA, antagonizando la inhibición sobre el crecimiento bacteriano por parte de las sulfonamidas. Esta interacción farmacológica puede disminuir la actividad antibiótica después de utilizar procaína. Esta interacción es rara que se produzca, además, es dosis-dependiente. La cantidad de PABA liberado del metabolismo es relativamente baja y la distribución sistémica es limitada. La interacción farmacológica probablemente no es más importante que el efecto de no tomar una dosis de antibiótico entre siete y diez días, y tendría un pequeñísimo impacto en la terapia antibiótica total. Como son posibles otras alternativas de anestésico local, el uso de procaína en pacientes que estén siendo tratados con sulfonamidas debe ser evitado. Además, la procaína tiene baja eficacia y un elevado riesgo de alergias. INTERACCIONES DE ANESTÉSICOS LOCALES TIPO AMIDA Después de la absorción, los anestésicos locales tipo amida como la lidocaína y la mepivacaína, son procesados en primer lugar en el hígado en un 70%. Las vidas medias de eliminación de los anestésicos locales amida son relativamente cortas entre 1.5 a 3.5 horas, 426
alcanzando el pico máximo en plasma a los 45 minutos de la administración. Por tanto, los pacientes con patologías que afecten a la funcionalidad hepática y con enfermedades crónicas del riñón (insuficiencia renal crónica) o con medicación, pueden presentar un enlentecimiento en la eliminación de estos anestésicos locales produciéndose una elevación de las concentraciones plasmáticas de los mismos . Se ha sugerido que los cambios en la función metabólica hepática y por tanto, la vida media en la eliminación de la lidocaína, produce una mínima elevación en el pico de concentración plasmática después de inyectar un carpul de anestesia local, lo que hace dar un buen margen de seguridad a la hora de tratar a pacientes con alteraciones de la funcionalidad hepática. Las interacciones farmacológicas que se puedan producir serán como resultado de cambios en la actividad renal y en el flujo sanguíneo hepático. I N T E R ACC I Ó N D E LO S A N E S T É S I CO S LOCALES CON CIMETIDINA La cimetidina es un fármaco antagonista de los receptores histamínicos H2 que inhibe las enzimas oxidativas hepáticas necesarias para el metabolismo de muchos fármacos, incluida la lidocaína. Cuando la eliminación de la lidocaína se enlentece las concentraciones plasmáticas de ésta se pueden elevar en un 50%. Por eso, durante la fase terminal de la eliminación de la lidocaína está puede permanecer elevada mucho tiempo, por lo
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que hay que tenerlo en cuenta y avisar al paciente de que el efecto anestésico se puede prolongar más de lo normal, precisamente por la cimetidina (Tagamet®) que está tomando. La inhibición que produce la cimetidina no se ha observado en otros antagonistas H2 como la ranitidina (Zantac ®) y famotidina (Pepcid®) . I N T E R ACC I Ó N D E LO S A N E S T É S I CO S LOCALES CON PROPRANOLOL Se ha descrito que tras la administración intravenosa de lidocaína, los β-bloqueantes pueden disminuir el flujo sanguíneo hepático en un 11% y reducir el metabolismo de la lidocaína en un 40%; de este modo, las concentraciones de anestésico local pueden permanecer elevadas más tiempo del normal. Como el mecanismo que está implicado es la eliminación y no la absorción, las concentraciones plasmáticas de anestésico local después de inyectar un carpul con lidocaína pueden aumentar mínimamente cuando un paciente que acuda a nuestra consulta dental esté siendo tratado con propranolol. Los β-bloqueantes como el atenolol y pindolol no parece que inhiban significativamente el metabolismo de la lidocaína. Las reacciones adversas derivadas de esta interacción parecen estar limitadas a la administración intravenosa de lidocaína para el tratamiento de arritmias cardíacas. La interacción farmacológica del propranolol que más interesa al odontólogo es la que se produce con la epinefrina que se encuentra en la mayoría de los anestésicos locales. I N T E R ACC I Ó N D E LO S A N E S T É S I CO S LOCALES CON SEDANTES OPIOIDES Durante la sedación consciente el uso de anestesia local es esencial. Los anestésicos locales son absorbidos por el organismo y por eso pueden alterar el SNC y las funciones cardiovasculares. Los efectos sistémicos de los anestésicos locales, la posibilidad de interacciones farmacológicas y toxicidad con otros depresores del SNC son más evidentes en pacientes pediátricos. El uso de sedantes opioides en niños ha sido asociado con reacciones de toxicidad al usar anestesia local. El mecanismo de esta
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interacción es probablemente multifactorial. En parte, los opioides sintéticos como la meperidina tienen propiedades convulsionantes a elevadas dosis. Los componentes opioides de la sedación pueden inducir una acidosis respiratoria que produce una disminución en la unión a proteínas plasmáticas de los anestésicos locales, por lo que hay más anestésico libre para que se distribuya al SNC. Además, el aumento de las presiones parciales de CO2 arterial que se produce con la premedicación opioide, aumenta la sensibilidad del SNC a las convulsiones por anestesia local . Las reacciones por sobredosis de anestésico local que se han descrito en niños son excitación del SNC, convulsiones, depresión respiratoria y parada cardíaca. Esto hace que esta posible interacción entre anestesia local y opioides sea considerada como muy grave. M E TA H E M O G LO B I N E M I A I N D U C I D A POR ANESTÉSICOS LOCALES Cuando se administra en exceso dosis de anestésicos locales como prilocaína y benzocaína, y más raramente lidocaína y articaína, se puede inducir metahemoglobinemia. Estos anestésicos locales al igual que la nitroglicerina, ciertos nitritos, agentes antimicrobianos como dapsona y sulfonamidas, y el analgésico fenacetina, pueden oxidar el átomo de hierro que está dentro de la hemoglobina y producir metahemoglobina. Los factores de riesgo para esta reacción incluyen: edad avanzada, anemia, enfermedad respiratoria, déficit congénito de glucosa 6-fosfato deshidrogenasa, déficit de metahemoglobina reductasa y la ingestión de combinaciones de estos fármacos oxidantes . El signo clínico que se observa es cianosis cuando las concentraciones de metahemoglobina aumentan en 10-20%, y disnea y taquicardia, cuando estas concentraciones ascienden a 35-40%. La mayoría de los casos de metahemoglobinemia se presenta con excesivas dosis de prilocaína y benzocaína, aunque en ningún caso ha conducido a fatalidad. Se recomienda que la dosis de anestésico local sea calculada cuidadosamente y que no se exceda la proporción en función del 427
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peso corporal. La metahemoglobinemia es rápidamente reversible con la administración de azul de metileno 1-2 mg/kg IV durante cinco minutos . I N T E R ACC I O N E S D E LO S VASOCONSTRICTORES DE USO ODONTOLÓGICO Los vasoconstrictores adrenérgicos son unos agentes terapéuticos muy utilizados en odontología. El vasoconstrictor más utilizado es la epinefrina, que es inyectada en combinación con los anestésicos locales para eliminar el dolor. El vasoconstrictor retrasa la absorción sistémica de los anestésicos locales. Esta interacción beneficiosa anestésico local-vasoconstrictor aumenta la duración del efecto del anestésico y la incidencia de éxitos en el bloqueo nervioso; por tanto, esto conlleva a concentraciones plasmáticas más bajas de anestésico. I N T E R A CC I O N E S D E VA S O CO N S TRIC TORES CON ANTIDEPRESIVOS TRICÍCLICOS Los antidepresivos tricíclicos como imipramina, amitriptilina y doxepina fueron los primeros fármacos que se usaron para el tratamiento de la depresión. En los últimos años han sido sustituidos por los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) como fluoxetina y paroxetina. Sin embargo, los antidepresivos tricíclicos se siguen prescribiendo en pacientes que presentan intolerancia o no responden a los nuevos antidepresivos. El mecanismo de acción de los antidepresivos tricíclicos se basa en su capacidad para inhibir la recaptación de neurotransmisores por parte de los receptores neuronales (adrenalina, noradrenalina), permaneciendo en el espacio intersináptico. El efecto es la potenciación de la acción de estos neurotransmisores. Además, bloquean los receptores muscarínicos y los α-1-adrenérgicos y directamente deprimen el miocardio. Estas acciones pueden modificar adicionalmente las respuestas cardiovasculares a los vasoconstrictores . Diversos estudios experimentales en humanos 428
y animales han demostrado una interacción significativa entre antidepresivos tricíclicos y vasoconstrictores adrenérgicos. Los cambios más importantes que se producen como consecuencia de esta interacción son un importante incremento de la presión arterial sistólica, disrritmia y focos ectópicos en la conducción cardíaca. Como norma de actuación en el ámbito odontológico habrá que tener en cuenta que ante un paciente que refiera que está siendo tratado con antidepresivos tricíclicos, se deberá asumir la existencia de una activa interacción farmacológica entre antidepresivo tricíclico y vasoconstrictor . Nunca se deberá utilizar vasoconstrictor del tipo levonordefrina o norepinefrina. Del mismo modo, nunca se deben usar hilos retractores gingivales impregnados con epinefrina, ya que es muy posible que exista una rápida absorción a través del surco gingival y tejidos adyacentes. En relación a la epinefrina en anestésicos locales, no se recomienda utilizar más de 1:100.000 de concentración, y la dosis de anestésico local debe ser 1/3 de la dosis normal que se pondría a un paciente que no tome antidepresivos tricíclicos. Las inyecciones adicionales se pueden poner con seguridad a los 30 minutos. La dosis de epinefrina no debe superar los 0.054 mg (tres carpules de 1:100.000). Es una interacción establecida y es potencialemente peligrosa para la vida o capaz de causar un daño permanente . INTERACCIÓN β -BLOQUEANTES CON VASOCONSTRICORES Los fármacos β-bloqueantes actúan antagonizando los receptores β-adrenérgicos. Se utilizan comúnmente para el tratamiento de hipertensión, angina y arritmias cardíacas. Actúan competitivamente bloqueando la estimulación de los receptores β por catecolaminas endógenas: epinefrina y norepinefrina. Además bloquean la estimulación cuando se administran fármacos adrenérgicos exógenos. En función de la especifidad de su acción sobre los receptores β, pueden ser: no selectivos β1-β2 (propranolol, nadolol) y selectivos β1 (atenolol, metoprolol).
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El propranolol es el β-bloqueante a tener más en cuenta cuando se haga la historia clínica. El propranolol al bloquear los receptores vasodilatores β-2 que se encuentran en las paredes de los vasos del músculo esquelético y otros tejidos, hace que la epinefrina actúe a nivel de los vasos como un estimulante puro de los receptores α-adrenérgicos. Las resistencias periféricas que normalmente caen después de administrar una dosis moderada de epinefrina, aumentan y esto produce un incremento de la presión arterial dosis-dependiente y un enlentecimiento del reflejo cardiaco. El metoprolol no crea este efecto. Sin embargo, tanto los β-bloqueantes no selectivos como selectivos disminuyen la eliminación de epinefrina y norepinefrina del torrente sanguíneo, lo que puede hacer que aumente ligeramente la presión arterial. Está demostrada la interacción farmacológica entre los β-bloqueantes no selectivos y la epinefrina que se usa en la solución de anestésico local. Aunque los anestésicos locales con epinefrina que se inyectan intradérmicos producen interacciones farmacológicas leves, la inyección intravenosa de una pequeña cantidad de epinefrina, tan pequeña como 15 μg de epinefrina, equivalente a 5/6 de un carpul que contenga epinefrina 1:100000, puede producir bradicardia refleja. Se han comunicado reacciones adversas que incluyen incluso parada cardiaca después de una inyección equivalente a dos carpules de lidocaína 2% con 1:50000 epinefrina, como consecuencia de la interacción β-bloqueante no selectivo y epinefrina. La epinefrina y levonordefrina pueden ser usadas en pacientes que estén tomando β-bloqueantes, sin embargo, las dosis que se deben usar son mínimas: 1/2 carpul de anestésico local con epinefrina 1:100000, e inyectar cuidadosamente para evitar una administración intravascular. Se recomienda mantener monitorizado al paciente: se le administra la inyección, se esperan cinco minutos y si no hay cambios en los parámetros cardiovasculares se puede volver a inyectar la solución anestésica en intervalos de cinco minutos con monitorización continua. No se debe administrar más de 0.04 mg de epinefri-
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na ó 0.2 mg de levonordefrina (dos carpules de 1:100.000 de epinefrina o 1:20.000 de levonordefrina). Los hilos retractores gingivales impregnados en epinefrina también se deben evitar en estos pacientes. Dado el potencial peligro de esta interacción farmacológica y la gran cantidad de documentación existente, habrá que tenerla presente en el gabinete odontológico . I N T E R A C C I Ó N D E LO S VA S O C O N S T R I C TO R E S C O N A N E S T É S I C O S G E NERALES El halotano (el más problemático), tiopental y barbitúricos de acción ultracorta son capaces de aumentar el efecto disrrítmico de los vasoconstrictores de uso dental. El mecanismo por el que estos anestésicos generales aumentan las acciones disrrítmicas de los vasoconstrictores, parece ser que es debido a la estimulación simultánea de ambos fármacos de los receptores α y ß . La epinefrina y levonordefrina son capaces de activar ambos receptores y desencadenar episodios de disrritmias durante la anestesia general. Como norma de actuación, cuando se vaya a realizar un tratamiento odontológico a un paciente bajo anestesia general, el odontólogo deberá informar al anestesiólogo si va a administrar anestesia local con vasoconstrictor, y tener en cuenta las dosis límite que se recomiendan de vasoconstrictor según el anestésico general: halotano (2µg epinefrina/ kg), enfluorano (3.5 µg epinefrina/kg), isofluorano (5.5µg epnefrina/kg). En relación a esta interacción, se produjo una muerte por la epinefrina de un hilo retractor gingival en un tratamiento odontológico bajo anestesia general, lo que refuerza la prohibición general del uso de epinefrina de forma concentrada donde hay posibilidad de una potencial interacción farmacológica . I N T E R A C C I Ó N D E LO S VA S O C O N S TRICTORES CON LA COCAÍNA La cocaína presenta una farmacología compleja. Como anestésico local bloquea la conducción nerviosa de un modo similar a la lidocaína, como estimulante, inhibe la 429
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recaptación (por las terminales nerviosas presinápticas) de norepinefrina, dopamina, serotonina. Esta acción similar a los antidepresivos triciclícos potencia los efectos adrenérgicos de los vasoconstrictores. Existen evidencias de que la cocaína puede aumentar la liberación de neurotrasmisores adrenérgicos e intensificar la repuesta postsináptica. Bloquea los receptores muscarínicos cardíacos y produce una alteración central de la actividad del sistema nervioso autónomo. Todo lo anterior puede adicionalmente contribuir a respuestas exageradas al inyectar vasoconstrictor en los anestésicos locales de uso odontológico. Está claramente demostrado en experimentos en animales y humanos la potencial interacción farmacológica entre vasoconstrictor y cocaína . Al respecto, hay un caso bien documentado de un infarto de miocardio en un adulto joven sano al que se le administró una inyección de lidocaína con epinefrina tras la aplicación tópica de cocaína para una cirugía nasal . También se han descrito muertes en medicina y odontología derivadas de la combinación de vasoconstrictor-cocaína . El tratamiento dental incluido el uso de vasoconstrictor se deberá evitar por lo menos 48 horas después de la última dosis de cocaína, como consecuencia de la agitación, hipertensión y arrimias cardíacas asociadas con el uso ilegal de esta droga. En pacientes con cardiopatías asociadas a cocaína o que se sospeche que están bajo la influencia de la misma, el tratamiento se deberá realizar en ámbito hospitalario . I N T E R A C C I Ó N D E LO S VA S O C O N S TRIC TORES CON BLOQUEANTES ADRENÉRGICOS NEURONALES La guanetidina y guanadrel son fármacos que bloquean la neurona adrenérgica. Su acción es inhibir la liberación de norepinefrina por parte de los terminales nerviosos simpáticos . Cuando se usan estos fármacos durante largos periodos de tiempo en el tratamiento de la hipertensión arterial esencial, los receptores adrenérgicos postsinápticos pueden ser 430
hiperrregulados por el cuerpo para restaurar la neurotransmisión normal. Un aumento en el número de receptores y/o sensibilidad produciría una hiperrespuesta a los vasoconstructores adrenérgicos. Los bloqueantes neuronales también pueden aumentar el efecto de la epinefrina por un mecanismo de inhibición competitiva del sistema de recaptación neuronal. No es frecuente el uso de bloqueantes neuronales adrenérgicos, de todas formas, en aquellos pacientes que estén en tratamiento con estos bloqueantes, la dosis de epinefrina no debe superar 0.054 mg y hay que realizar una cuidadosa aspiración. La levonordefrina y norepinefrina se deben evitar. I N T E R A C C I Ó N D E LO S VA S O C O N S T R I C TO R E S CO N H O R M O N A S T I R O I DEAS El uso inapropiado de la tiroxina u otros preparados de hormonas tiroideas pueden causar cambios cardiovasculares derivados de un aumento de las concentraciones de epinefrina (taquicardia, disrritmias, alteraciones del pulso o isquemia miocárdica). Durante muchos años se ha creído que la hormona tiroidea y epinefrina interaccionaban sinérgicamente para crear esos efectos; sin embargo, las evidencias acumuladas en las tres últimas décadas muestran que las respuestas hemodinámicas a la epinefrina y norepinefrina no están alteradas significativamente en los pacientes con hipertiroidismo . Sí es cierto que los pacientes con grandes cantidades de hormona tiroidea en la circulación tenderán a desarrollar anormalidades cardíacas como consecuencia de la sobreestimulación del metabolismo miocárdico. Por tanto, sería recomendable utilizar cautelosamente los vasoconstrictores adrenérgicos en los pacientes con evidencias de excesiva estimulación tiroidea. I N T E R A C C I Ó N D E LO S VA S O C O N S TRIC TORES CON INHIBIDORES DE LA MONOAMINOOXIDASA (IMAO) Dentro de los inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO) están: los antidepresivos isocarboxazidas, fenelzina, tranilcipromina,
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furazolidona (agente antimicrobiano) y selegilina (antiparkinsoniano) . Los IMAO han sido implicados en un número de interacciones con varias aminas adrenérgicas, como consecuencia de su acción ya que evitan el metabolismo de fármacos normalmente metabolizados por la MAO. Además, bloquean la degradación intraneuronal de la norepinefrina en los nervios simpáticos por la MAO, aumentando la cantidad de neurotrasmisores capaz de ser liberado por los fármacos adrenérgicos de acción indirecta como: anfetamina, pseudoefedrina (se encuentra comúnmente en los descongestivos nasales) y tiramina (aminoácido presente en varios alimentos como el queso). Sin embargo, no hay interacción farmacológica significativa clínicamente con la epinefrina o levonordefrina que se usa en los anestésicos locales. I N T E R A C C I Ó N D E LO S VA S O C O N S TRIC TORES CON INHIBIDORES DE LA CATECOL-O-METILTRANSFERASA Tolcapona (Tasmar®) y entacapona (Comtan®) son fármacos de reciente incorporación en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, que se utilizan junto levodopa/carbidopa. Al bloquear reversiblemente la enzima catecolO-metiltransferasa inhiben la inactivación de levodopa en la periferia . Pueden inhibir la inactivación de epinefrina y levonordefrina administrada exógenamente porque son sustrato para la catecol-O-metiltransferasa. Estos fármacos son relativamente nuevos, por lo que hay que ser cautos en la dosis de vasoconstrictor que se usa en los anestésicos locales . Se recomienda administrar inicialmente un carpul de lidocaína con epinefrina 1:100.000, y monitorizar la presión arterial y frecuencia cardíaca del paciente antes de administrar una inyección adicional de anestésico local con vasoconstrictor . I N T E R A C C I Ó N D E LO S VA S O C O N S T R I C TO R E S CO N G LU CÓ S I D O S D I G I TÁLICOS Los dos glucósidos cardiotónicos más utiliza-
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dos en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca congestiva son digoxina y digitoxina. Ambos tienen bajo índice terapéutico y un efecto adverso crítico, arritmias ventriculares. Estos pacientes son más frágiles como consecuencia de su patología de base a la hora de realizar el tratamiento dental. Por eso, la utilización de vasoconstrictor en estos pacientes se deber realizar con precaución, porque dosis excesivas de epinefrina o levonordefrina puede inducir una actividad disritmogénica. Se debe realizar una cuidadosa aspiración al inocular la anestesia local y limitar la dosis de epinefrina o levonordefrina a 0.04 o 0.20 mg, respectivamente. INTERACCIONES DE ANALGÉSICOS PARACETAMOL CON ALCOHOL El paracetamol o acetaminofeno es un analgésico que se usa en el tratamiento de dolor medio a moderado, tiene la ventaja respecto a los AINEs de no presentar los efectos colaterales de estos. Es un fármaco de potencia analgésica similar al ácido acetilsalicílico, carente de propiedades anticoagulantes y no irritante gástrico; es seguro cuando se usa en las dosis recomendadas durante un breve periodo de tiempo, lo cual lo hace recomendable en odontología. La interacción que más interesa al odontólogo es la del paracetamol en pacientes alcohólicos crónicos , ya que su mayor inconveniente es la toxicidad hepática de un metabolito tóxico producido en el hígado por el sistema enzimático del citocromo P-450, principalmente el citocromo CYP2E1, que se detoxifica en condiciones normales por el glutation hepático . El etanol también es detoxificado por CYP2E1, que a su vez es un inductor del propio etanol, por lo que la ingesta crónica aumenta los niveles de esta enzima (Figura 1). Cuando la ingesta de alcohol se detiene, la CYP2E1 está muy aumentada y metaboliza exclusivamente el paracetamol dando lugar a cantidades muy grandes de metabolito hepatotóxico que el glutation hepático no es capaz de detoxificar pudiéndose producir un daño irreversible hepático. En 431
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pacientes no alcohólicos la administración de etanol y paracetamol produce menos formación de NAPQI que la administración de paracetamol sólo, en personas alcohólicas o aquellos que ingieren alcohol regularmente, el cese brusco de su ingesta crea un mayor riesgo de aumentar la toxicidad del paracetamol. La importancia para el odontólogo está en que en pacientes alcohólicos crónicos no se debe suspender la ingesta de alcohol al prescribir paracetamol (Fig. 1).
la administración del antiarrítmico quinidina (inhibidor de CYP2D6), elimina su actividad analgésica. Más relevante para el dentista es la interacción de los ISRS (fluoxetina, paroxetina y sertralina) que tienen el potencial teórico de disminuir también la actividad analgésica de estos dos narcóticos.
MEPERIDINA, TRAMADOL Y PROPOXIFENO CON IMAO Se han comunicado sucesos serios y peligrosos para la vida en pacientes que estaban en tratamiento con IMAO (fenelzina, tranilcipromina, isocarboxazida y selegilina) Figura 1. Metabolismo del paracetamol y etanol. a los que se prescribió dosis terapeúticas de meperidina (derivado narcótico sintético). El (95%) Paracetamol Metabolitos inactivos tramadol y propoxifeno, posiblemente por su propia actividad serotoninérgica intrínseca, ĹCYP2E1 Glutation han producido síndromes serotonínicos cuanNAPQI do se asociaron con IMAO. En definitiva, la (N-acetil-p-benzoquinonaimina) meperidina, tramadol y propoxifeno deben ser evitados en pacientes en tratamiento con IMAO. Etanol
Metabolitos
INTER ACCIÓN DE ANALGÉSICOS NARCÓTICOS Los narcóticos son depresores del SNC que se unen a varios subtipos de receptores opioides en el cerebro, médula espinal y periferia. Los analgésicos narcóticos como codeína, dihidrocodeína, oxicodona, tramadol y propoxifeno se pueden prescribir en odontología en combinación con dosis óptimas de paracetamol o ibuprofeno, con menos efectos adversos que administrando sólo una elevada dosis de narcótico. CODEÍNA Y TRAMADOL CON INHIBIDORES DE CYP2D6 La codeína y tramadol son sustratos de CYP2D6 y son profármacos. Las interacciones farmacocinéticas con inhibidores de CYP2D6 pueden producir una reducción de los efectos analgésicos . Está demostrado que 432
INTERACCIONES DE ANTIINFLAMATO-RIOS NO ESTEROIDEOS (AINEs) AINEs-ANTICOAGULANTES ORALES El efecto adverso más serio de los AINES es la hemorragia gastrointestinal. La predisposición al sangrado gastrointestinal de los AINEs se basa en el daño que producen en la mucosa gástrica y en la inhibición de la función plaquetaria (Figura 2). Por tanto, cuando se asocia un AINE con un anticoagulante oral se potencia la tendencia a la hemorragia. Además el efecto hipoprotrombinémico está aumentado por los AINEs. El ácido acetil salicílico es el que presenta el mayor potencial para producir esta interacción cuando se utiliza a elevadas dosis (+3g /día). El AINE más seguro que se puede recetar es el diclofenaco. AINEs-METOTREXATE El metotrexate (con bajo índice terapéutico) se utiliza para el tratamiento de la artritis reumatoide, psoriasis y cáncer . Los AINEs reducen el aclaramiento renal del metotrexa-
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Figura 2. Mecanismo de acción de los AINEs.
te, lo que puede hacer que se produzcan fenómenos de toxicidad (al igual que cuando se usa en elevadas dosis en el tratamiento del cáncer). Los AINEs que han sido implicados en la interacción con el metotrexate son ketoprofeno, flurbiprofeno, naproxeno e ibuprofeno . La severidad de esta interacción es mayor y puede conllevar a un fallo renal y pancitopenia. El odontólogo debe saber que no es recomendable prescribir AINEs en estos pacientes, sobre todo en aquellos que están recibiendo altas dosis de metotrexate para el tratamiento del cáncer. AINEs-LITIO El litio presenta un bajo índice terapéutico y es el tratamiento de elección en los pacientes con depresión bipolar. Los efectos adversos de concentraciones excesivas de litio incluyen poliuria, polidipsia, náuseas, vómitos, diarreas, temblores y sedación; incluso pueden llevar a convulsiones, coma y muerte. Los AINEs aumentan las concentraciones séricas de litio y pueden predisponer a la toxicidad que antes hemos descrito. Parece ser que se produce una inhibición de las prostaglandinas renales que conlleva a un aumento en la reabsorción del litio (el litio es excretado principalmente por el riñón) .
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La indometacina es el AINE que presenta el mayor efecto, mientras que el sulindac y el ácido acetil salicílico no alteran los niveles de litio. De todos modos esta interacción no está totalmente clara y son necesarios más estudios para poder hacer recomendaciones. Es aconsejable para el odontólogo prescribir AINEs durante breves espacios de tiempo en pacientes que estén tomando litio y especialmente si son pacientes ancianos. Sería recomendable controlar la litemia y ajustar la dosis. AINEs-ANTIHIPERTENSIVOS Existen suficientes evidencias que demuestran la interacción farmacológica entre AINEs y los siguientes tres grupos de fármacos antihipertensivos: 1. Inhibidores Enzima Convertidora Angiotensina (IECA): captopril, enalapril, fosinopril, lisinopril. 2. Diuréticos: furosemida, ácido etacrinico, hidroclortiazida, clorotiazida. 3. β-bloqueantes: propranolol, metoprolol, atenolol. Parte de las acciones de estos tres grupos de fármacos dependen de los mecanismos de las prostaglandinas renales que ejercen un efecto antihipertensivo. Los fármacos
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antihipertensivos que no dependen de las prostaglandinas renales no están implicados; en este sentido, los antagonistas de los canales del calcio como nifedipina, verapamil y diltiazem no interaccionan con los AINEs. Las prostaglandinas son unas sustancias que modulan la vasodilatación, filtración glomerular, secreción tubular renal de sodio y agua y el sistema renina-angiotensinaaldosterona. Los AINEs pueden atenuar la acción de los IECA directamente, al inhibir la síntesis de prostaglandina renal e indirectamente al interferir con la producción de prostaglandina inducida por los IECA. Los β-bloqueantes disminuyen la presión arterial por diversos mecanismos, dentro de los cuales está aumentar los niveles de prostaglandinas circulantes. Su efecto puede ser inhibido por el bloqueo de la síntesis de prostaglandinas inducida por los AINEs. Los AINEs interfieren con los diuréticos al reducir su eficacia en la secreción de sodio y afectan a la actividad de la renina plasmática . La evidencia de esta interacción viene de numerosos casos publicados y ensayos clínicos . En un estudio se ha observado que los AINEs aumentan la media de presión arterial en 5 mm Hg, sobre todo ibuprofeno y naproxeno. Este efecto se observa a partir del quinto día del tratamiento con el AINE. AINEs-ETANOL Ambos dañan la mucosa gástrica (especialmente el ácido acetil salicílico). El etanol estimula los ácidos gástricos y potencia el sangrado gastrointestinal inducido por ácido acetil salicílico y prolonga el tiempo de sangrado. Se sugiere separar la ingestión de ácido acetil salicílico y alcohol como mínimo 12 horas. La severidad de esta interacción normalmente es moderada y la documentación indica que es probable . AINEs-INHIBIDORES SELECTIVOS DE L A R E C A P TA C I Ó N D E S E R O T O N I N A (ISRS) Se ha demostrado que los ISRS como fluoxetina, paroxetina, sertralina y citalopram producen un descenso en la función 434
de las plaquetas y un aumento en el riesgo de sangrado . Además, algunos ISRS como fluvoxamina, paroxetina y sertralina son inhibidores de la isoenzima CYP2C9, mientras que algunos AINEs como diclofenaco, ibuprofeno y naproxeno son sustratos para el mismo isoenzima del citocromo P450. Por tanto, la combinación de un AINE con un ISRS podría producir un aumento en el sangrado tras procedimientos quirúrgicos orales; hecho que hasta hace poco no se ha tenido en cuenta a la hora de prescribir AINEs en la consulta dental a pacientes en tratamiento con ISRS. AINEs-HIPOGLUCEMIANTES OR ALES Normalmente no hay interacciones adversas entre agentes hipoglucemiantes y AINEs. Sin embargo, hay casos aislados de hipoglucemia en pacientes que tomaban fenclofenaco con clorpropamida y metformina, glibenclamida con diflunisal e ibuprofeno con sulfonilurea. Otros casos describen una pérdida en el control de la diabetes atribuida a indometacina. El piroxicam incrementa los efectos de la glibenclamida. INTERACCIONES DE AGENTES ANTIBIÓTICOS/ANTIFÚNGICOS INTERACCIÓN DE TETRACICLINAS C O N P R O D U C TO S Q U E C O N T I E N E N C AT I O N E S D I V A L E N T E S Y T R I V A LENTES Los cationes Ca ++ , Mg ++ , Bi ++ , Fe ++ , Zn ++ , Al++ (que se encuentran a diario en productos como antiácidos y vitaminas) alteran la absorción de las moléculas de tetraciclina por el tracto gastrointestinal. Se produce un descenso en las concentraciones séricas de tetraciclina de un 20% en presencia de estos cationes. Esta es una interacción bastante conocida y bien documentada. Se deberá evitar la ingesta simultánea de tetraciclina y productos multicatiónicos.
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I N T E R A CC I Ó N M E T R O N I D A ZO L CO N ALCOHOL El metronidazol al igual que el disulfiram (efecto antabús®) inhibe la actividad de la enzima acetaldehído deshidrogenasa, lo que provoca una acumulación de acetaldehído en pacientes que ingieren alcohol. La capacidad clínica del metronidazol para producir las reacciones similares al disulfiram en pacientes consumidores de alcohol se basa en varios estudios que muestran una incidencia del 2% de la población estudiada. La reacción que se produce es más desagradable y de miedo para el paciente que de gravedad. El odontólogo deberá avisar a los pacientes que no ingieran alcohol durante el tratamiento con metronidazol, y por lo menos tres días después de haber finalizado el tratamiento con metronidazol.
INTERACCIÓN DE ERITROMICINA, CLARITROMICINA Y AZITROMICINA CON DIGOXINA La digoxina se absorbe favorablemente después de su administración oral (75% aproximadamente). Sin embargo, alrededor del 10% de la población tiene una bacteria entérica (Eubacterium lentum), que metaboliza una gran porción de digoxina disminuyendo su biodisponibilidad y, por tanto, necesitan recibir mayores dosis de mantenimiento para su tratamiento. En estos pacientes, la claritromicina, eritromicina y azitromicina pueden inhibir el crecimiento de esta bacteria intestinal aumentando bastante los niveles de digoxina. Como la digoxina tiene un índice terapéutico muy bajo, se deberán evitar estos antibióticos en pacientes que estén en tratamiento con digoxina.
INTERACCIÓN DE METRONIDAZOL Y F L U C O N A Z O L C O N S U S T R AT O S CYP2C9 El metronidazol y el antifúngico fluconazol pueden estar implicados en interacciones en relación a su capacidad de inhibir el CYP2C9, provocando acumulación de varios sustratos de esta isoenzima, entre los que destacan: warfarina, fenitoína e hipoglucemiantes (glipizida, gliburida, tolbutamida). La interacción que más interesa desde un punto de vista clínico al dentista es con la warfarina, ya que se incrementan los niveles sanguíneos y vida media de este anticoagulante, y por tanto, existe mayor tendencia hemorrágica. El metronidazol y fluconazol al inhibir la enzima que metaboliza la fenitoína, hay niveles excesivos en sangre de este fármaco, lo que se traduce en un incremento en el riesgo de somnolencia, confusión, diplopia, ataxia y nistagmo. El consejo antes de prescribir metronidazol o fluconazol a pacientes dentales en tratamiento con warfarina y fenitoína, es consultar con el facultativo prescriptor de estos fármacos.
I N T E R ACC I Ó N D E A N T I B I ÓT I CO S D E AMPLIO ESPEC TRO CON ANTICOAGULANTES ORALES La warfarina y dicumarol son antagonistas competitivos de los factores de la coagulación vitaminaK-dependientes y tienen un bajo índice terapéutico. La administración de otros fármacos que puedan aumentar esta actividad antagonista puede producir un serio aumento del sangrado y una potencial amenaza para la vida del paciente. Se ha sugerido que antibióticos de amplio espectro como: tetraciclina, amoxicilina y ampicilina pueden disminuir los niveles endógenos de vitamina K y aumentar los efectos de los anticoagulantes orales al alterar la flora normal intestinal que es la que produce la vitamina K. Sin embargo, parece ser que la capacidad de estos antibióticos de aumentar la actividad anticoagulante es relativamente rara e impredecible. Se pueden administrar conjuntamente estos antibióticos de amplio espectro con anticoagulantes orales (en pacientes con una ingesta normal de vitamina K), pero los pacientes deben ser observados por si aparecen signos de un aumento en la actividad anticoagulante.
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Tabla 3. Interacciones farmacológicas de eritromicina, claritromicina y antifúngicos azólicos con sustratos CYP3A4. Sustratos CYP3A4 Astemizol, cisaprida, terfenadina Atorvastatina, cerivastatina, lovastatina, simvastatina
Felodipina, nifedipina y posiblemente otros bloqueantes de los canales del calcio Ciclosporina, tacrólimo Warfarina
Carbamazepina Alprazolam, diazepam, midazolam, triazolam
Interacción potencial Acumulación del sustrato, que conlleva prolongación del intervalo QT y arritmias ventriculares Acumulación del sustrato, que conlleva mialgias difusas, rabdomiolisis, y fallo renal causado al bloquear el sistema tubular renal por productos de degradación de músculo esquelético Acumulación del sustrato, que conlleva a un incremento del efecto antihipertensivo, que produce una hipotensión severa y edema Acumulación del sustrato, que conlleva una inmunodepresión excesiva y nefrotoxicidad Acumulación del sustrato, que conlleva aumento del tiempo de protrombina, INR*, y aumento del riesgo de sangrado Acumulación del sustrato, que conlleva riesgo de ataxia, vértigo, somnolencia y confusión Acumulación del sustrato, que conlleva a una sedación excesiva y prolongada. Aumento de riesgo de obstrucción aérea en niños
*INR: Razón Normalizada Internacional
INTERACCIÓN DE ERITROMICINA, CLARITROMICINA Y ANTIFÚNGICOS A Z Ó L I C O S C O N S U S T R AT O S D E CYP3A4 Estos fármacos son potentes inhibidores de la isoenzima CYP3A4 y pueden significativamente aumentar las concentraciones en sangre y la toxicidad de otros fármacos (sustratos) que usen este sistema de detoxificación (Tabla 3). Normalmente, el inhibidor del CYP3A4 se tiene que estar tomando por lo menos de 3-5 días para que la interacción aparezca, aunque hay casos publicados en los que la interacción ha aparecido en el primer día de tomar la medicación. Mientras los antibióticos macrólidos eritromicina y claritromicina son potentes inhibidores del CYP3A4, la azitromicina no lo es. La eritromicina inhibe otra isoenzima la CYP1A2 y por esto puede aumentar las concentraciones en sangre de la teofilina y por tanto su toxicidad . La terfenadina y astemizol son fármacos antishistamínicos. La terfenadina es actual436
mente un profármaco: sufre un metabolismo casi completo en el intestino e hígado por el CYP3A4 y da un metabolito activo que es la fexofenadina que ejerce el efecto antihistamínico deseado. La terfenadina es potencialmente cardiotóxica, y si su metabolismo (por la isoenzima CYP3A4) es alterado se puede acumular en el organismo y producir serios efectos cardiotóxicos . También parece ser que el astemizol es cardiotóxico. La eritromicina, claritromicina, ketoconazol e itraconazol, producen un acúmulo de la terfenadina inicial y su metabolito fexofenadina; además se han observado cambios electrocardiográficos (prolongación de los intervalos QT). La azitromicina (antibiótico macrólido) no presenta interacción ni con la terfenadina ni con el astemizol . La cisaprida es un fármaco que está indicado en el tratamiento del reflujo gastroesofágico. Se han descrito como consecuencia del consumo simultáneo de inhibidores del CYP3A4 (eritromicina, claritromicina, metronidazol, agentes antifúngicos) con la
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cisaprida arritmias ventriculares graves. Es muy importante conocer esta interacción que no es tan conocida como la que se produce con los antihistamínicos . Los fármacos antimicrobianos inhibidores del citocromo P-450 también interaccionan con los agentes antiansiedad-sedantes orales como triazolam y midazolam (Tabla 3). La azitromicina no presenta interacción con el triazolam ni con el midazolam. El ketoconazol y el itraconazol tienen aún más efectos dramáticos sobre estos hipnóticos sedantes aumentando las concentraciones sanguíneas de midazolam oral y triazolam en 15 y 27 veces respectivamente. Una alteración psicomotora intensa y prolongada, incluso de 17 horas, acompaña a estos cambios farmacocinéticos. Afortunadamente, cuando se toman las benzodiacepinas vía oral como el midazolam y triazolam tienen muy elevados índices terapeúticos cuando se comparan con otras clases de fármacos antiansiedadsedantes . INTER ACCIÓN DE LOS ANTIBIÓTICOS CON ANTICONCEPTIVOS ORALES Una de las interacciones más debatidas es la que se refiere a la capacidad de ciertos antibióticos de reducir las concentracio-
nes sanguíneas y la efectividad de los anticonceptivos orales. Los dos componentes de la píldora contraceptiva, estrógenos semisintéticos (etinil estradiol o mestranol) y progesteronas semisintéticas (progestinas), son sustratos del CYP3A4 . Está demostrado que la rifampicina (aminoglucósido que se utiliza en el tratamiento de la tuberculosis) y su análogo rifabutina reduce significativamente los niveles sanguíneos de anticonceptivo. La rifampicina es un potente inductor del sistema del citocromo hepático P-450, y aumenta el metabolismo de muchos fármacos incluidos los anticonceptivos orales . Se han publicado casos de fallos en la contracepción tras terapia antibiótica (penicilinas, tetraciclinas, metronidazol, eritromicina y cefalosporinas), si bien los estudios clínicos no han podido demostrar ni clínica ni estadísticamente una reducción significativa en los niveles sanguíneos de anticonceptivo o su eficacia. Para intentar explicar el mecanismo de los esporádicos casos de fallo contraceptivo, la teoría más aceptada es la que se basa en la capacidad de los antibióticos de inhibir la recirculación enterohepática del componente estrogénico de los anticonceptivos. (Figura 3). Las bacterias entéricas hidrolizan el ácido
Figura 3. Bases farmacológicas de la interacción antibiótico-anticonceptivos orales.
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glucurónico y los grupos sulfato (SO4) del componente estrogénico, liberando la parte liposoluble y activa que puede ser nuevamente reabsorbida por el intestino y pasar a la circulación sanguínea. En presencia de antibióticos las bacterias entéricas están marcadamente disminuidas, lo que produce una reducción en el estrógeno reabsorbido, que es excretado . Los niveles de estrógeno caerían, restaurando la capacidad para ovular. En teoría, esta recirculación enterohepática puede ser inhibida por los antibióticos que destruyen las bacterias del colon implicadas en el proceso de deconjugación. (Figura 3). El fallo de los anticonceptivos orales en mujeres que simultáneamente toman antibióticos puede indicar o que forma parte de la proporción normal de fracasos de estos fármacos, o es una interacción relativamente rara que no puede ser detectada por los ensayos clínicos. Sin embargo, como norma de actuación para el dentista, parece prudente advertir a las mujeres que están en tratamiento con anticonceptivos a las que se prescribe antibiótico, de la potencial interacción. Es aconsejable recomendar otros métodos de barrera de anticoncepción (mientras continúan tomando sus anticonceptivos orales), durante la terapia antibiótica y por lo menos una semana después de la última dosis de antibiótico. I N T E R A C C I O N E S FA R M A C O LÓ G I C A S CON SEDANTES Y ANSIOLÍTICOS INTERACCIONES POR ADICIÓN Al combinar dos ó más depresores del SNC aumentan los niveles de depresión del SNC. Esta adición es la base en la práctica dental para la sedación intravenosa en adultos y sedación oral en niños. Por esta razón, el dentista debe informar rutinariamente de evitar el consumo de alcohol después de tratamientos dentales bajo sedación o cuando se prescriban tras una intervención oral analgésicos opioides de acción central. Se han descrito también reacciones adversas por adición asociadas al alcohol, sedantes o ansiolíticos tras la toma de diazepam vía oral 438
y antihistamínicos sedantes (difenhidramina, prometazina). I N T E R ACC I O N E S D E L A S B E N ZO D I A ZEPINAS Las benzodiazepinas que más se utilizan en odontología son: diazepam, midazolam, triazolam, lorazepam, alprazolam y oxazepam. Estas benzodiazepinas son metabolizadas por enzimas oxidativas hepáticas (excepto lorazepam y oxacepam) y tienen un elevado índice terapéutico; sin embargo, se han comunicado casos de interacciones derivadas de grandes alteraciones en sus farmacocinéticas y farmacodinamias . El verapamil y diltiazem (bloqueantes de los canales del calcio) inhiben las enzimas CYP3A4 necesarias para el metabolismo del triazolam y midazolam oral, lo que implica que aumenta la biodisponibilidad de estas benzodiazepinas cuando se administran vía oral. Del mismo modo, la cimetidina puede inhibir el metabolismo oxidativo CYP3A4 del diazepam, triazolam y alprazolam. Esto conlleva un aumento de las concentraciones en sangre de benzodiazepinas, que se asociaría a una sedación más profunda y mayor déficit psicomotor. Se recomienda evitar la asociación de estos fármacos, sobre todo en la población adulta mayor que son más sensibles a las benzodiazepinas. La eritromicina, claritromicina, ciprofloxacino y antifúngicos azólicos como ketoconazol e itraconazol son potentes inhibidores del metabolismo de las benzodiazepinas, por lo que éstas alcanzarán mayores concentraciones en sangre si se asocian con estos antimicrobianos. Los inhibidores de la proteasa (indinavir, ritonavir y nelfinavir) utilizados en el tratamiento de infecciones HIV, también son capaces de inhibir las enzimas oxidativas hepáticas necesarias para el metabolismo de triazolam, alprazolam y midazolam oral. Se ha observado una severa depresión respiratoria y del SNC cuando se han administrado conjuntamente estos fármacos. La rifampicina puede inducir las enzimas metabólicas de la pared intestinal y del hígado
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que son responsables del metabolismo de diazepam, midazolam y triazolam, produciendo casi la pérdida completa de la biodisponibilidad de estas benzodiazepinas y una reducción del efecto sedante. Estas acciones también se han descrito con la carbamazepina (anticonvulsivante) ya que ejerce un efecto inductor sobre las enzimas hepáticas oxidativas del metabolismo de alprazolam, triazolam y midazolam. I N T E R A C C I O N E S D E LO S B A R B I T Ú RICOS Los barbitúricos han sido relegados en la sedación en odontología con la incorporación de las benzodiazepinas. El ácido valproico (antiepiléptico) reduce el metabolismo del fenobarbital que aumenta su vida media lo que provocaría un aumento y prolongación de sus efectos sedantes. Las benzodiazepinas orales son una buena alternativa. Cuando se administra de forma crónica un barbitúrico a pacientes que toman warfarina, es necesario evaluar la posibilidad de incrementar en un 30% las dosis de warfarina, para mantener un tiempo de protrombina terapéutico. Si se interrumpe la terapia con el barbitúrico, la concentración de anticoagulante aumenta, lo que implica un riesgo de episodio hemorrágico. I N T E R A C C I O N E S D E L H I D R AT O D E CLORAL El hidrato de cloral es un sedante oral que ha sido relacionado en varias interacciones farmacológicas. Cuando se administra con otro sedante puede aumentar los niveles de depresión del SNC. Esta interacción permite disminuir la dosis de ambos depresores del SNC y limitar los efectos adversos de ambos fármacos. La combinación del hidrato de cloral con alcohol, conocida como “Mickey Finn”, puede inducir una severa intoxicación alcohólica con estupor, coma o muerte. Esto es debido a que el hidrato de cloral y su primer metabolito el tricloroetanol inhibe competitivamente las deshidrogenasas que metabolizan el alcohol, elevando las concentraciones de alcohol en sangre.
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El hidrato de cloral también modifica las respuestas a la warfarina sódica. Su metabolito secundario el ácido tricloroacético desplaza el fármaco unido a proteínas, y puede aumentar las concentraciones plasmáticas de warfarina libre y de riesgo de sangrado. CONCLUSIONES Los profesionales de la cavidad oral deben estar atentos en reconocer y preferiblemente prevenir interacciones farmacológicas adversas en sus pacientes. El rápido progreso en la terapia farmacológica y la incorporación de nuevos fármacos hace que el número de potenciales interacciones farmacológicas aumente. Para prevenir estas interacciones hay que realizar una historia clínica detallada, haciendo especial hincapié en la medicación que están tomando los pacientes, conociendo las potenciales complicaciones. Es recomendable disponer de un manual o guía de terapias farmacológicas o tener acceso a páginas web específicas que ofrecen rápida información acerca de los fármacos. Los pacientes que presentan enfermedades crónicas reciben prescripciones de distintos especialistas y toman diversos fármacos para cada patología que presentan. Sin embargo, existen a veces muchos obstáculos para obtener una correcta información clínica y farmacológica; a veces, el paciente no siempre recuerda el nombre y las dosis de los medicamentos que está tomando (más aún, si es un paciente adulto mayor). Es muy importante conocer el fármaco que está tomando el paciente, pero también lo es la dosis y cuánto tiempo lleva tomándolo. Los pacientes que están tomando fármacos a elevadas dosis y durante largos periodos de tiempo son más propensos a que puedan presentar interacciones farmacológicas. Tener presente que los fármacos con bajo índice terapéutico aumentan la importancia clínica de las interacciones farmacológicas. Se deberá tener especial precaución en pacientes de alto riesgo porque están siendo tratados con fármacos muy recientes y con combinados farmacológicos que nos deben poner alerta de una posible interacción que 439
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no haya sido descrita en la literatura. Las enfermedades renales y hepáticas pueden incrementar la gravedad de las interacciones farmacológicas, por eso, hay que preguntar siempre por estas patologías a los pacientes cuando realicemos la historia clínica. Bibliografía
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Indice A Abscesos 29 Aciclovir 57 Adenocarcinoma 324 Adenoma canalicular 320 Adenoma de células basales 320 Adenoma pleomorfo 318 Aftas 65 Aftosis bipolar de Newman 68 Alveolitis seca 201 Ameloblastoma 229 Ameloblastoma maligno 243 Amoxicilina 413 Amoxicilina con ácido clavulánico 414 Anfotericina B 42 Angiosarcoma 167 Anomalías de la hendidura branquial 179 Anomalías de origen tímico 180 Antiagregantes plaquetarios 361 Antibióticos 413 Anticoagulación 364 Antiinflamatorios no esteroideos 419 Arteritis de células gigantes de la arteria temporal 334 Aspergilosis 46 Azitromicina 415
B Blastomicosis 48 Braquiterapia 401
C Candidiasis 33 Candidiasis eritematosa aguda 35 Candidiasis eritematosa crónica 35 Candidiasis hiperplasica crónica 35 Candidiasis mucocutánea crónica 44 Candidiasis pseudomembranosa 34 Carcinoma ameloblástico 244 Carcinoma de células escamosas 327 Carcinoma de células fusiformes 164 Carcinoma indiferenciado 326 Carcinoma intra-óseo primario 245 Carcinoma mucoepidermoide 322
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Carcinoma odontogénico de células claras 247 Carcinoma odontogénico de células fantasma 248 Carcinoma oral de células escamosas 5, 153 Carcinomas odontogénicos 243 Carcinoma verrugoso 163 Cardiopatía isquémica 351 Cavidad idiopática de Stafne 228 Cefalea en racimos 332 Cefalea histamínica de Horton 332 Cefalosporinas 417 Celulitis 29 Celulitis y Abscesos 29 Cementoblastoma benigno 241 Ciprofloxacino 416 Claritromicina 415 Clindamicina 414 Clotrimazol 42 Codeína 418 Condroma 253 Condrosarcoma 257 Criptococosis 47
D Dermatitis herpetiforme 101 Dermatosis IgA linear 101 Desordenes temporomandibulares 334 Desplazamiento del disco con reducción 335 Desplazamiento discal sin reducción 335 Diabetes 386 Displasia cemento-ósea florida 264 Displasias fibrosa 262 Dolor miofascial 334 Doxiciclina 417
E Endocarditis infecciosa 354 Enfermedad de Addison 383 Enfermedad de Sutton 68 Epidermolisis ampollar 102 Eritema multiforme 5, 103 Eritromicina 415 Eritroplasia 5, 139 Esclerodermia 119 Estomatitis medicamentosa 11 Estomatitis por contacto 11 Estomatitis por depósito de metales 17
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Estomatitis protésica 40
J
F
Jaqueca facial o cefalea de la mitad inferior 334
Fibroma 146 Fibroma cemento-osificante 261 Fibroma condromixoide 253 Fibroma desmoplásico 254 Fibroma, fibro-dentinoma 235 Fibroma odontogénico 239 Fibroma osificante 261 Fibromatosis congénita generalizada 184 Fibro-odontoma ameloblástico 235 Fibrosarcoma 165 Fluconazol 42 Fluoquinolonas 416 Fosas o Fistulas labiales 189
Ketoconazol 42
L
Gingivitis necrotizante aguda 19 Gingivitis por placa 19 Gingivoestomatitis herpética primaria 50 Glositis romboidal media 41 Glucocorticoides 418 Granuloma periférico de células gigantes 148 Granuloma piogénico 147
Labio doble 189 Laringocele 181 Lesiones orales por cocaína 16 Lesiones por la radioterapia 18 Lesiones provocadas por agentes químicos 9 Lesión linfoepitelial benigna 296 Leucoplasia oral 3, 5, 123 Leucoplasia verrugosa proliferativa 5, 133 Linfadenitis 184 Linfangioma 150, 182 Linfomas y enfermedad de Hodgkin 177 Lipoma 148, 186 Liposarcoma 167, 186 Liquen escleroso 121 Liquen plano 75 Lupus eritematoso 5, 111
H
M
Hemangioma 149, 183 Hemangiopericitomas 183 Hemodiálisis 369 Hemostasia 357 Herpes recurrente 50 Hibernoma 186 Hiperparatiroidismo 381 Hipersecreción salival o Ptialismo 281 Hipertensión arterial 347 Hipertiroidismo 379 Hipoparatiroidismo 382 Hiposecreción salival 277 Histiocitoma fibroso maligno 166 Histoplasmosis 47
Macrólidos 415 Melanoma maligno 164 Metamizol 420 Metástasis 170 Metronidazol 416 Miconazol 42 Micosis superficiales 33 Mieloma múltiple 173 Migraña 333 Mioepitelioma 321 Mixoma 240 Mucocele 309 Mucosa mordisqueada 1 Muguet 34
I
N
Infección odontogénica 29 Insuficiencia cardíaca 350 Interacciones farmacológicas 423 Itraconazol 42
Necrolisis tóxica epidérmica 103 Necrosis palatina postanestesia 9 Neoplasias metastásicas a los maxilares 259 Neoplasias tiroideas 176 Neuralgia del trigémino 329
G
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K
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Neuralgia migrañosa 332 Neurofibroma 150 Neuropatías trigeminales 337 Neurosarcomas 168 Nevus 145 Nistatina 42
O Odontoameloblastoma 236 Odontomas 238 Oncocitoma 319 Opiáceos 418 Osteoartrosis 336 Osteoblastoma 252 Osteoma osteoide 252 Osteomas 251 Osteomielitis 202 Osteonecrosis maxilar 206 Osteonecrosis por bisfosfonatos 17 Osteorradionecrosis 204 Osteosarcoma 255 Osterradionecrosis 410
Queilitis comisural 40 Queilitis exfoliativa 191 Queilitis glandulares 189 Queilitis granulomatosa 191 Queratoacantoma 144 Quiste dermoide 181 Quiste óseo aneurismático 227 Quiste óseo solitario 227 Quiste óseo traumático 227 Quistes disgenéticos 313 Quistes ductales 314 Quistes linfoepiteliales 314 Quistes y fístulas del conducto tirogloso 181
R Rabdomiosarcomas. Leiomiosarcomas 169 Radioterapia 401 Radioterapia externa 401 Ránula 183 Reacciones liquenoides 75 Reacción facial por rellenos estéticos inyectados 15
P
S
PAAF 187 Pacientes trasplantados 395 Papiloma 143 Papiloma ductal 320 Paracetamol o Pacetaminofeno 421 Paracoccidiomicosis 47 Parálisis del hipogloso 345 Parálisis faciales 343 Penciclovir 57 Penfigo 85 Penfigoide benigno de las membranas mucosas 93 Penfigoide cicatrizal 93 Penfigoides 93 Penfigo paraneoplásico 91 Pericoronaritis 28 Periodontitis apical aguda 29 Plasmocitoma 173
Sarcoidosis parotídea 294 Sarcoma de Ewing 258 Schwannoma 151 Sialoadenitis actinomicótica 290 Sialoadenitis bacteriana 286 Sialoadenitis bacteriana recidivante 288 Sialoadenitis sifilítica 289 Sialoadenitis tuberculosa 289 Sialoadenitis víricas 285 Sialoadenosis 305 Sialocele 312 Sífilis 25 Síndrome de Behçet 66 Síndrome de boca ardiente 341 Síndrome de Cushing 384 Síndrome de Heerford 344 Síndrome de Lyell 103 Síndrome de Melkersson-Rosenthal 344 Síndrome de Ramsay-Hunt 344 Síndrome de Sjögren 299 Síndrome de Stevens-Johnson 103 Sinusitis maxilar 213 Sobrecrecimiento gingival 14
Q Queilitis 189 Queilitis actínica 191 Queilitis agudas 190 Queilitis angular 192 © Medicina Oral S. L.
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T Tabaco 153 Tatuaje por amalgama de plata 17 Tejido neuroectodérmico heterotípico 184 Teratomas 181 Tetracilinas 417 Trasplante renal 374 Tratamiento inmunosupresor 393 Tuberculosis 22 Tumor dentinogénico de células fantasma 237 Tumor de Warthin 319 Tumores de cuerpo carotídeo 179 Tumores glómicos 179 Tumores metastásicos 327 Tumor odontoescamoso 232 Tumor odontogénico adenomatoide 234 Tumor odontogénico epitelial calcificante 233
U Ulceraciones bucales secundarias a la quimioterapia 10 Ulceraciones orales por fármacos por mecanismos desconocidos 13 Ulceraciones traumáticas 3
V Varicela-Zoster 59 VIH/SIDA 390 Virus Coxackie 63 Virus de Epstein-Barr 62 Virus del Herpes simple 49 Virus del papiloma humano 63
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