Parménides
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Vamos hoy a dedicarnos a estudiar la posición de Parménides haciendo hincapié en el modo en que su concepción ontológica determina su posición respecto de la verdad. La filosofía de Heráclito plantea por primera vez la noción de verdad como correspondencia, como adecuación del pensamiento a lo real. Y habíamos planteado también la vez pasada que este esquema tiene un problema que Parménides se va a encargar de desambiguar completamente. Este problema era que, para esta noción de lenguaje y para la noción de realidad, en rigor teníamos un único concepto. Y esto era lo que generaba esta ambivalencia de la noción de lógos que que hacía referencia tanto al plano lingüístico como al plano de lo real. Esto se ve bien claramente en los nombres que tiene que utilizar Heráclito para nombrar a lo real. Aparece esta noción de “lo sabio” y también aparece una identificación con una figura mitológica, aparece Zeus, aparece el fuego que son todos nombres o aspectos diferentes de este plano, de este principio de lo real que es lo que tiene que ser captado por el lógos , el lógos que que es verdadero, el que refleja lo real. Además teníamos otra alternativa que era la que se daba en aquellos casos en los que este plano de lo real no era captado. Esto era, en general, lo que les sucedía a los “dormidos” que tenían pensamiento, efectivamente ejercitaban su capacidad noética, que era reflejado en el lenguaje, pero con un lenguaje muy particular. Dado que los objetos de pensamiento eran cualquier otro pero no el real, esto daba lugar a lo que Heráclito llama los lógoi , discursos (en plural). Ya no se trata aquí de “el discurso” que refleja lo real sino de cualquiera de estos otros discursos que están equivocados. Esto va a dar en todos los casos el esquema del error, el esquema de la falsedad. Esquema de la verdad
Esquema de la falsedad
Frente al primer esquema donde, en realidad, lo que teníamos era un único nombre para estos dos principios (el lingüístico y el ontológico), lo que vamos a ver como avance teórico, como un cambio de sistematización o de ordenamiento de este esquema, es el planteo de Parménides. Vamos a arrancar con esta idea de la bivalencia ya que lo que va a tratar de explicitar claramente Parménides es que el planteo de estas dos vías, una vía de la verdad y una vía del error, es la base para empezar a pensar un criterio de verdad, sobre todo para salir de esta posibilidad donde simplemente hay multiplicación de discursos que valen todos lo mismo. Vamos a empezar a trabajar, entonces, con Parménides. Digo dos palabras sobre el tema de la datación, sobre todo porque ustedes se van a volver a encontrar con Parménides ya no como autor sino como personaje de un diálogo platónico. Es, precisamente, esta utilización ficcional de Parménides la que complica un poco su datación como figura histórica. Es sumamente difícil establecer datos biográficos de estos personajes de los cuales ni siquiera conservamos los textos directamente. En el caso de Parménides, según los cálculos que nos trae, por ejemplo, la cronología de Apolodoro (una de esas cronologías armadas en época 1
Clase dictada dictada por la Prof. Claudia Claudia Mársico Mársico en abril de 2012.
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antigua) podemos ubicar su nacimiento en el 544 a.C., bien entrado el siglo VI a.C., hasta el 470 a.C. Sin embargo, Platón en su dialogo Parménides tiene que hacer dialogar a este filósofo con Sócrates. Fíjense que esta cronología que ubica su nacimiento en el siglo VI a.C. lo hace demasiado viejo para poder haberse encontrado con Sócrates, incluso siendo Sócrates muy jovencito. Esto es lo que hace que, si uno presta atención a la datación que aparece en el Parménides, uno tendría que hacer nacer a Parménides no antes del 515 a.C. y hacerlo notablemente más joven. De todas maneras, tome uno cualquiera de las dos cronologías, las dos tienen problemas. Lo que es claro es que es un contemporáneo de Heráclito. Uno podría decir que en el imaginario general, en el que las ideas ya circulaban con toda fluidez dentro del ámbito griego, está este problema. Y esto puede hacer que tanto Heráclito como Parménides incluso hayan propuesto independientemente estos cuestionamientos respecto de cómo se define lo verdadero. Arranquemos, entonces, con los textos de los fragmentos de Parménides. Vieron, si estuvieron hojeando la antología que, a diferencia de Heráclito que opta por la prosa (lo que nos queda de él son casi aforismos), en Parménides nos encontramos con algo más tradicional y conservador que es el uso del verso y de un verso con características muy propias. Utiliza el hexámetro dactílico que es el mismo metro en el cual están compuestas las obras de Homero, Ilíada y Odisea. Es más, hay toda una serie de numerosos juegos, sobre todo en el proemio, donde echa mano de una iconografía y de una mitología más o menos compartida de este ideario que aparece también en el texto de Homero. Acá en el texto ustedes tienen resumido el proemio, hay una buena parte excluida porque básicamente lo que nos interesa trabajar es esta última parte y sobre todo la explicitación de esta dicotomía que va a ser utilizada por Platón. Ya desde el comienzo del proemio, en ese ámbito mucho más literario que lo que sigue de los fragmentos, aparece esta idea de la vía, esta idea del camino. De hecho lo que se narra aquí es esta especie de viaje iniciático de un joven hasta encontrarse con una diosa que le revela directamente qué es lo verdadero. Dice: “1 Las yeguas que me conducen hasta donde llega mi ánimo, 2 me impulsaron, pues, guiándome, me llevaron hacia el camino 3 de la diosa, lleno de signos, la cual, respecto de todo, conduce aquí al hombre que sabe.” Evidentemente el “camino de la diosa” va a ser este que demuestre qué es lo verdadero. Se pone ya de entrada en juego esta idea de un saber, de un saber determinado que va a ser el que se persigue por esta vía. En el fondo, como venimos planteando, se supone que al final de este camino estará la diosa que revele el misterio de qué es la verdad e incluso un contenido de lo que es verdadero. Si avanzan un poco más sobre el final de este fragmento 1, se van a encontrar directamente con lo que le dice la diosa. Es una especie de reportaje donde se trasmiten directamente las palabras. Dice: “…pronunció estas palabras: 24 ¡Oh, joven, acompañado por guías inmortales y por las yeguas 25 que te conducen llegando hasta mi morada, 26 salud! No es un destino funesto el que te ha empujado a tomar 27 este camino (que, en efecto, se encuentra fuera y separado del sendero de los hombres), 28 sino Themis y Dike.” Obviamente a esta altura sabemos que alguien que esté buscando un criterio más o menos taxativo de verdad no está entre los hombres ya que, a juicio de Parménides, estos hombres están perdidos con estos discursos múltiples de los que ninguno está realmente compenetrado con la verdad. Themis y Dike son dos divinidades griegas relacionadas con dos nociones de justicia bastante diferentes. A nuestro juicio, lo único que nos interés aquí es que 2
hay algo lícito y genuino en esta búsqueda, en este camino y en este llegar hasta la diosa. Y acá viene lo que más nos interesa. Dice: “Es necesario, entonces, que te informes de todo” Y con este “todo” se está queriendo decir que estas dos posibilidades que van a aparecer ahora, en principio, cubren todas las alternativas. Y voy adelantando esto porque uno de nuestros problemas va a ser hoy ver cuántas vías o caminos hay para este que busca la verdad. Este “todo” está planteado de esta manera. Dice: “29 tanto del corazón imperturbable de la bien redondeada verdad, 30 como de las opiniones de los mortales, en las que no hay verdadera convicción.” O sea que ya desde el proemio, adelantando el contenido que va atener el poema, aparece una primera parte que va a ser esta verdad “bien redondeada” (en algunas traducciones por variantes textuales aparece “persuasiva”) y por otro lado están las opiniones de los mortales. Casi podríamos decir que se mantiene este esquema que veníamos manejando: esta lo verdadero que va a ser aquel discurso que reproduzca lo real y después las opiniones de los mortales, múltiples. “31 No obstante, también aprenderás esto: cómo hubiera sido necesario 32 que las opiniones existiesen realmente abarcando todo incesantemente” Esto del final viene a cuento de esta cuestión que es la más peliaguda de trabajar respecto de Parménides porque es la que más ha sufrido en la transmisión del texto que es la última parte del poema, y que tiene que ver con que Parménides, después de trabajar con el contenido de la vía de la verdad, empieza a trabajar con la vía de las opiniones. Por lo que nosotros conservamos, los fragmentos de esta parte del poema tienen todos un cierto carácter cosmológico y parece haber un intento de plasmar una especie de cosmología verosímil, que no va a ser totalmente verdadera (esto ya va estar planteado en la explicitación de la noción de ser en la vía de la verdad). Pero, supuestamente, se podría hacer algo sin escapar a la vía de las opiniones pero que sea más plausible que el resto. Es más, Parménides va a decir que, conociendo estas opiniones más plausibles, por lo menos este joven no se dejaría engañar por todo el resto de discursos inverosímiles y falsos que hay dando vueltas. Quedémonos con que lo que se plantea en este final es una alternativa entre lo verdadero y opiniones de los mortales. Inmediatamente nosotros nos encontramos con esto que pasa habitualmente por fragmento 2, pero tengan en cuanta lo que habíamos dicho al principio sobre el azar en la manera en la que nos han llegado los textos. Ustedes estuvieron trabajando sobre fragmentos de Heráclito y en ese caso los fragmentos están ordenados simplemente por el orden alfabético de la fuente que los cita. No se hace el menor intento de reconstruir el orden interno de los fragmentos. La única excepción es el fragmento 1 donde la fuente dice que “el libro de Heráclito empezaba así”. El resto de los fragmentos se ordena simplemente por orden alfabético. Con Parménides se ha intentado hacer un orden más lógico de los textos que nos han llegado pero de todas maneras nunca podemos estar del todo seguros de que el orden era efectivamente ese, salvo por el proemio. De todas maneras el fragmento 2 está bien puesto acá porque, en realidad, va a retomar esta alternativa que quedó adelantada en este final del proemio que conservamos. Noten la manera en la que están organizados los primeros versos del fragmento 2 para que vean cómo aparecen mencionados estos tres elementos de realidad, pensamiento y lenguaje, con los que estamos jugando. El primer verso dice lo siguiente: “1 Y bien, yo diré –y tú, que escuchas mi propuesta, acógela-“ 3
Obviamente acá tenemos una referencia al plano de lo lingüístico. Va a ser expresado esto. Y el verso dos va a incluir otro plano, el del pensamiento. Se dice: “2 cuáles únicos caminos de investigación hay para pensar :” Estamos en el plano de un lenguaje que expresa los caminos que se pueden pensar, cuáles son las vías pensables para analizar este problema. Nos falta el tercer plano que es el que más nos interesa y precisamente aquí se va a jugar esta bivalencia, estas dos posibilidades de organización de los planos. Este primer camino de investigación es: “3 uno, que es y que no es posible no ser, es el camino de 4 Persuasión, pues acompaña la verdad;” Adelantemos el otro, que va a responder al esquema de la falsedad. Dice: “5 el otro, que no es y que es necesario no ser. Te enuncio 6 que este sendero es completamente incognoscible, pues 7 no conocerás lo que no es (pues es imposible) ni lo 8 mencionarás.” Fíjense que estamos acá frente a dos formulaciones que de por sí son extrañas. Lo primero que ha llamado la atención a los interpretes es esta especie de postulación casi sin sujeto del “es”. El camino simplemente “que es” y la pregunta que surge es ¿qué es lo “que es”? ¿a qué se está refiriendo, cuál es el sujeto explícito de este “es”? Ha habido propuestas que sostuvieron que, si Parménides había venido hablando de “caminos de investigación”, son estos caminos los que son o no son. Ha habido otras propuestas de reponer un sujeto casi sacándolo de la misma noción de ser y que se esté refiriendo aquí a lo real, en el sentido que casi sería una tautología “lo que es, es” y el segundo camino entonces es precisamente el que llevaría a la contradicción porque dice “lo que es, no es”, algo que ya se da por descontado desde el principio que no funciona. Esta propuesta plantea pensar que Parménides se está refiriendo aquí a la noción de existencia misma, es esta noción la que se está poniendo en juego desde el principio para ver qué se puede extraer de la mera postulación del ser. ALUMNO: Cuando habla de la persuasión ¿estaría haciendo referencia a que está convencido de una verdad de lo que es? PROFESORA: En realidad esta vía va a ser la persuasiva porque es la que va a tener argumentos suficientes para convencer a cualquiera. Si lo que uno tiene son discursos múltiples que ni siquiera responden a un criterio cierto, uno puede llegar a persuadir a unos sí y a otros no, depende del arte del que los postule pero, de todas maneras, no va a haber argumentos definitorios. Pero en la vía de la verdad sí. Cuando lleguemos vamos a ver por lo menos un ejemplito del fragmento 8 del contenido estricto de la vía de la verdad que va a ser puramente lógico. ALUMNA: Pero se dice que la Persuasión acompaña a la verdad. PROFESORA: Sí. Eso ténganlo muy presente para cuando vean Gorgias porque ahí justamente se van a encontrar con que persuasión y verdad no necesariamente van de la mano o por lo menos no van de la mano la persuasión y la verdad como adecuación, como correspondencia. En Parménides sí, la apuesta es a que, si uno muestra algo que es efectivamente verdadero, eso va a ser persuasivo. Vienen asociados los dos conceptos que, inmediatamente, van a ser rotos por la tradición posterior. Acá la apuesta es a que, si estamos 4
buscando un criterio, un parámetro fuerte, cuando lo encontremos, ahí vamos a tener un conocimiento verdaderamente persuasivo. Es más, fíjense que en el fragmento 8 aparece toda esta explicitación de razonamientos que, por el análisis mismo de la noción de existencia, uno tiene que aceptar sí o sí. Cuando se prueba, por ejemplo, que el ser es ingenerado porque no puede haber surgido de la nada, si uno acepta estas premisas, necesariamente va a tener que decir que esto es así. Y en ese sentido es una verdad que además es persuasiva porque es lógica y no porque utilice estrategias argumentativas, engañe con bonitas palabras sino que es una persuasión ligada a la mera expresión de la verdad. Fíjense que justamente lo que aparece acá como diferencia entre los dos caminos es que uno en realidad reúne, deja clara la noción de ser y el otro provoca una contradicción al plantear, respecto de lo real, que no es. El gran problema en relación a la interpretación del fragmento 2 viene precisamente acá, en esto que podríamos decir es la segunda vía. En la vía de la verdad tenemos más o menos las cosas claras porque tenemos a lo que es, pensado y expresado. Ahora, ¿a qué se puede estar refiriendo en el fragmento 2 con esta segunda vía? Dice: “5 el otro, que no es y que es necesario no ser. Te enuncio 6 que este sendero es completamente incognoscible, pues 7 no conocerás lo que no es (pues es imposible) ni lo 8 mencionarás.” Acá usa un verbo muy fuerte, que es phrazo y que tiene que ver con “mostrar” o con “señalar”. ¿A qué se les ocurre que se puede estar refiriendo? ALUMNO: Inaudible. PROFESORA: Esa es la interpretación más llana y la que pide hacer el final del proemio, del fragmento 1. Justamente este no ser, es no ser verdadero. En ese sentido este segundo camino trata del no ser. Sin embargo tienen un artículo de Néstor Cordero en la bibliografía que es sumamente aleccionador donde él trabaja este tema para probar la inexistencia de una tercera vía en Parménides y empieza investigando en qué momento del análisis de los textos parmenídeos sale esta posibilidad de entender a este segundo camino ya no como lo que no es verdadero, como los discursos de la mera opinión, sino como la nada, la nada en sentido fuerte. Esta interpretación se apoya justamente en estos rasgos que si, uno los lee fuera de contexto, tranquilamente permiten entender que el no ser es un no ser, si ustedes quieren, casi al estilo sartreano, la no existencia en sentido absoluto. Por esto entienden que este segundo camino es la postulación de la nada absoluta y obviamente esta vía se vuelve intransitable. De manera que sería un camino que se postula pero por intransitable lógicamente se retira y ya queda sin utilización. Esto deja abierta la famosa vía que habíamos dejado en el proemio, la de las opiniones de los mortales, porque es muy claro que frente a este discurso de la verdad además hay opiniones múltiples. ALUMNO: Inaudible. PROFESORA: Esa es la interpretación de los que leen aquí la postulación de la nada absoluta. Esta cuestión de la incognoscibilidad que aparece mencionada acá es lo que habilitaría esta lectura que plantea que aquí se estaría hablando de la nada absoluta. Sin embargo hay que tener en cuenta que de lo que se está hablando es de la imposibilidad de conocer, no de pensar, porque pensables ya se dijo antes que eran. Pensamiento, actividad noética, hay en cualquiera de estas dos vertientes. Es más, nos vamos a encontrar después, en otros fragmentos, con ejemplos. Él habla de mortales bifrontes que confunden el ser con el no ser, somos todos los mortales que, equivocados, andamos dando vueltas por ahí. Este segundo camino está lleno de gente, se puede pensar allí. Pero me parece que a lo que se está apuntando acá es que no hay 5
conocimiento. Si vamos a hablar de conocimiento en sentido estricto, sólo lo habría en la vía de la verdad, en este plano donde efectivamente hay plena captación de lo real. Esto permitiría mantener dentro de este segundo camino, si ustedes quieren la nada absoluta también, pero por sobre todo estas opiniones erróneas que entrarían dentro de esto que es incognoscible, que es intransitable para alguien que busque representar fielmente lo real. La idea es que, si se busca real conocimiento, no se debe ir por esta segunda vía. Vamos a revisar ahora lo que se dice respecto de las caracterizaciones de esta primera vía, la vía de la verdad que es esta que lleva a lo real. Vamos al fragmento 6, que es el fragmento donde va a aparecer un poco más complejo este tema de cuántas vías hay, si son estas dos de la verdad frente a las opiniones de los mortales o si aquí tenemos una vía de la verdad, una vía de la nada absoluta que cae inmediatamente y hay que habilitar una tercera vía para las opiniones de los mortales. El fragmento 6 comienza diciendo: “1 Es necesario decir y pensar que hay ser, pues es posible 2 ser, y la nada no es. Esto te ordeno que proclames;” Fíjense que ustedes tienen más de una traducción respecto de estos pasajes porque son sumamente ambiguos en griego. La primera que tienen es la traducción de Néstor Cordero. La que tienen a continuación es la traducción de Alfonso Gómez - Lobo, bastante más dura y que dice: “Es necesario que lo que es (para) decir y (para) pensar sea, pues es (para) ser, pero (lo que) nada (es) no es (para ser). A estas cosas te ordeno poner atención,” Y tienen como tercera traducción la de C. Egges Lan y V. Juliá donde ellos vierten: “Se debe decir y pensar lo que es; pues es posible ser, mientras
nada no es posible . Esto te ordeno que muestres.” En principio lo que tienen son tres lecturas posibles y en todas ellas se está apuntando a un mismo fenómeno y a una misma relación que se establece entre estos tres elementos (realidad, pensamiento y lenguaje). Lo que más nos interesa aquí es que tenemos puestos en consonancia el elemento de la realidad, el del pensamiento y el del lenguaje. Tienen, en la primera versión, un contenido general que está planteando la vía de la verdad y en la segunda versión tienen variantes que van entre la eventualidad, entre lo que se dice y lo que se piensa y que eso necesariamente existe. Y en la tercera variante se está directamente planteando la necesidad de esto. Me podrían preguntar por qué la necesidad está ligada con esto si acabamos de decir que la mayoría de los mortales anda por el camino de la falsedad. Sin embargo lo que hay que tener en cuenta es que este planteo donde lo que se piensa y lo que se dice es real es lo que está funcionando obviamente dentro de esta primera vía. Es si uno está parado en la vía de la verdad que uno tiene garantías de que está representando lo real. Esta es, de hecho, la única manera de entender, sin irse a anacronismos, el paso que tienen en el fragmento 3. ALUMNO: Inaudible PROFESORA: Tiene que ver con esa necesidad que hay si uno está dentro de la primera vía. La idea no es un deber voluntario, que uno tenga la obligación y si quiere se escapa. En realidad lo podría hacer pero escapándose a la otra variante. Si está dentro de este esquema de la verdad es porque está representando lo real. A esto es a lo que se apunta en el fragmento 6
3 que dice: “…pues lo mismo es pensar y ser” Para esto se utilizan dos términos: el que corresponde al pensar es noeîn y el que corresponde al ser, al hecho de ser, a lo real es eînai . Son los dos verbos que están en juego en este fragmento que, en este contexto, se pueden llegar casi a identificar justamente porque está esta garantía de que este noeîn debe ser entendido en sentido fuerte. Noeîn en griego es un verbo que, en general, pide que haya un objeto, no se puede pensar en el aire. Y, en este sentido, la idea es que son coextensivos porque este pensar está explicitando el ser directamente. Después vamos a volver a este fragmento. ALUMNA: Inaudible. PROFESORA: Claro. Es más, el ser es condición de posibilidad del noeîn . No va a haber posibilidad de un pensar que proporcione conocimiento si no está como base el ser. ALUMNO: Entonces ¿para poder pensar hay que ser porque en griego el verbo pensar necesita pensar algo? PROFESORA: La idea es que va a haber pensamiento, en este sentido fuerte, si está como objeto algo que es, lo real. Si no es así lo que tendríamos no es un noeîn , de hecho el griego tiene una larga lista de términos que tienen que ver con la actividad intelectual. Podrías tener imaginación, fantasía o cualquiera de esas actividades que también son intelectuales pero que no requieren objeto real, que pueden ejercitarse sobre objetos inventados, ficticios. ALUMNA: ¿Cuál es la garantía? PROFESORA: Se acuerdan que teníamos ese problema con Heráclito. Estaba todo muy lindo pero cómo sé yo si estoy despierto o si estoy dormido. Parménides sube bastante la apuesta respecto de esto y ahora cuando lleguemos al fragmento 8 vamos a ver que él da ejemplos claros de cuáles son cosas que tienen que entrar sí o sí dentro de este esquema. Son bastante humildes porque tienen que ver con rasgos que se pueden predicar de la existencia. Pero va a haber cosas que, a su juicio, son indubitables. De manera que, por lo menos respecto de un grupo de enunciados, vamos a poder tener esa seguridad. De alguna manera estamos un poco mejor cubiertos que en la postura de Heráclito en la que simplemente estaba la dicotomía y no quedaba muy claro quién estaba de un lado o del otro. Avancemos un poquito más con el fragmento 6. Acá quedó bien claro que esto es lo que le ordena que proclame. Se supone que la diosa está haciendo este llamamiento a mostrar cómo funciona la vía de la verdad. En el verso 3 tienen una palabra entre corchetes. En este caso dice “comenzarás”. Dice: “3 pues por este primer camino de investigación 4 y luego por aquel por el que deambulan los mortales que nada saben, 5 bicéfalos, pues la carencia de recursos 6 conduce en sus pechos al intelecto errante.” El gran problema de este fragmento es que falta un término. Decíamos al principio que Parménides escribe en verso, escribe en hexámetros dactílicos así que se nota en seguida que le falta algo, que el verso no está completo. El problema es qué es lo que se repone. En esta versión de Cordero ustedes tienen la versión neutra. En general las propuestas han sido de dos tipos: esta, que repone “comenzarás”, es decir que el poema entero va a empezar tratando de la vía de la verdad y después se va a dedicar a la vía de las opiniones y la otra posibilidad es la que 7
aparece en las otras versiones. La de Gómez-Lobo, por ejemplo, dice: “pues de esta primera vía de investigación te , y luego también de aquélla por la cual los mortales que nada saben yerran, bicéfalos, porque la inhabilidad en sus pechos dirige su mente errante.” La diferencia es taxativa. En una versión lo que se dice es que se va a comenzar por allí y después se va a dedicar a otra cosa y en esta versión lo va a apartar de una vía. Esta postura está siguiendo la conjetura de Diels que se encuentra con este problema del verbo faltante al hacer su edición de los presocráticos y él lo que hace es tomar un verso del fragmento 7 donde hay una mención de un apartarse, de un alejarse y Diels supone que ambos fragmentos están tratando de lo mismo y usa esta idea de apartarse del fragmento 7 y la proyecta también al fragmento 6 de una manera bastante arbitraria o justificada por cómo Diels lee el texto. El tema es que a partir de esta conjetura apareció esta idea del problema de las vías. Si nosotros leemos el fragmento 6 con esta idea de apartar, efectivamente las vías se nos convierten en tres. Obviamente no se está apartando al joven de la vía de la verdad sino que lo tiene que estar apartando de la vía del no ser que sería apenas mencionada y se estaría habilitando una tercera vía que es esta de las opiniones de los mortales. Claramente acá estos mortales bifrontes que andan dando vueltas son estos que se equivocan y que acceden a las opiniones. De manera que estaríamos frente a la misma lectura del fragmento 2 leyendo una vía de la verdad, una vía de la nada absoluta que se descartaría de plano y se habilitaría una tercera vía. La lectura es bastante más económica si uno se queda con un planteo de dos vías. Si les interesa las razones por las cuales plantear más cantidad de vías, yo ya les recomendé hace un ratito el texto de Cordero que es el autor de esta conjetura que repone “comenzarás” para postular que hay dos vías y no más de dos. De manera que en ese artículo se van a encontrar una sumatoria de argumentaciones para sostener eso. Y si les interesa ver la otra postura, la de tres vías, tienen una artículo de Bárbara Cassin, que es un artículo breve pero que resume bien esta lectura de las tres vías. Si nos quedamos marcando esta dicotomía originaria que teníamos en el fragmento 1 y que volvimos a encontrar en el fragmento 2, basta con que leamos de una manera no demasiado forzada la segunda vía para que el fragmento 6, con esta reposición de “comenzarás”, nos esté colocando exactamente en el mismo lugar donde volvemos a encontrar este mismo esquema. Fíjense que esta cuestión repetitiva tiene que ver con que básicamente Parménides está inventando este esquema. Está planteando metodológicamente esta necesidad de reconocer, de diferenciar lo que tiene que ver con el planteo de la captación de lo real de aquellas cosas que en realidad lo pierden. Incluso es bastante agresivo en el fragmento 6. Dice: “…Son llevados 7 como ciegos y sordos, estupefactos, gente sin capacidad de juzgar, 8 que considera que ser y no ser son lo mismo y no lo mismo. 9 El camino de todos ellos vuelve al punto de partida.” Efectivamente, lo que volvemos a encontrar acá es que el problema es confundir, mezclar lo real y lo irreal. Todo discurso que no tenga presente la necesidad de esta captación de un correlato objetivo va a terminar perdido en la vía de las opiniones, tal vez algunas veces acertando pero la mayoría no y eso no sirve nunca como criterio firme. Estos versos del final son los que han dado en algunos casos pie para leer una crítica de Parménides respecto de Heráclito. ¿Se les ocurre por qué? ¿No les suena nada heraclíteo? ALUMNO: La identidad de los opuestos. PROFESORA: Tal cual. Ustedes han visto respecto de Heráclito que este juego entre opuestos es más bien superficial y en el fondo Heráclito también apuesta a una síntesis de estos 8
contrarios que se subsumen en algo que es real y unificador. De manera que, en el fondo, los dos están apuntando a lo mismo. Esto es para cortar una tradición de interpretación que tendía a oponer a Heráclito como filósofo de los opuestos y a Parménides como una suerte de obsesivo del ser-uno. En el fondo los dos están apostando a un planteo que es bastante más amplio y más complejo que tiene que ver con la integración de estos tres planos (realidad, pensamiento y lenguaje). De ninguna manera, en ninguno de los dos casos se pierden en el tema de si hay una estructura de opuestos o si el ser tiene tal rasgo. En realidad creo que en los dos casos lo que les interesa es dejar planteado cómo funcionan estos tres elementos que son los que tienen que ser trabajados para analizar la cuestión de la verdad. Habíamos visto recién el fragmento 3 donde aparecía esta identidad entre pensamiento y existencia. Avancen ahora hasta el fragmento 8, en los versos 34 y 35, ahí tienen una formulación prácticamente idéntica a la del fragmento 3 y que en buena manera muestra mejor cómo debe ser entendido. Lo que se dice es que: “Lo mismo es pensar y aquello por lo cual hay pensamiento; pues sin lo que es, en lo que está expresado no encontrarás el pensar” Si en el fragmento 3 puede haber algún tipo de equivocidad acá no porque aparece bien expresado que, más que estar hablando de una identidad, de lo que se trata es de una condición de posibilidad que sería la existencia para que haya efectivo noeîn . Esto es lo que tienen acá con este refuerzo que dice que sin lo que es no se puede dar el pensar en sentido fuerte, un noeîn que está ligado con esta idea de conocimiento que ya estaba en el fragmento 2. Para poder tener conocimiento, primero hay que tener captación de un objeto. ALUMNO: Inaudible. PROFESORA: A lo que se está refiriendo es a la condición de posibilidad para que este pensamiento sea efectivo. Recuérdese que esto lo habíamos visto en el caso de Heráclito. El plano de la realidad es el que determina que nosotros estemos en el esquema de la verdad o en el de la falsedad. Fíjense que la gran diferencia está aquí ya que en los dos esquemas el lenguaje expresa el pensamiento. Pero el problema es si el pensamiento está orientado a un objeto real o si está tomando como objeto entidades ficticias. Acá está la gran bisagra. Parménides acá intenta explicar de distintas maneras este mismo planteo de que, en todo caso, a lo que tenemos que prestar suma atención no es a que el pensamiento esté expresado estéticamente, que podría ser un criterio para elegir entre los distintos lógoi en el esquema de la falsedad, no hace falta que sea persuasivo en el sentido retórico ya que no está en el nivel del lenguaje lo que va a diferenciar un esquema del otro, sino que está en la actividad noética, en la actividad del pensamiento. ¿Estamos captando efectivamente lo real para que lo que expresemos tenga correlato o no, y estamos haciendo sólo proyecciones subjetivas coherentes? Esto téngalo presente cuando trabajen el lunes con Pilar la gran crítica destructiva de Gorgias respecto del sistema parmenídeo. Gorgias se va a dedicar a tomar los elementos por separado y mostrar cómo en realidad nunca funcionan de esta manera y además tampoco permite saber dónde estamos y lo más lógico es sacar la posibilidad de acceder a lo real y quedarnos con el segundo esquema en el que la realidad nunca se capta y el pensamiento siempre está inteligiendo entidades no reales. Esto le va a dar una libertad infinita al discurso y aquí sí vamos a tener un lenguaje creador sin que nadie pueda venir a preguntar por correlatos reales. Acá lo único que se puede pedir es que el discurso sea coherente para ser persuasivo. Esto va a estar operado sobre una deconstrucción, sobre una eliminación de estas cuestiones que acá Parménides se está preocupando por establecer como plausibles. Parménides está ordenando por primera vez la posibilidad misma de que podamos captar inequívocamente lo real. Y esto, en la época de Parménides, era igual de fuerte que ahora. Todas las críticas de la modernidad en más han venido a poner en duda la posibilidad de este sistema. Aquí estamos en 9
el inicio de esta apuesta de que algo así es posible y esto era tan difícil en esa época como ahora ya que en el imaginario griego no hay un parámetro fuerte, no hay ejemplos de parámetros en los que todos crean, no los hay en lo político ni en lo religioso, no hay un mínimo ejemplo con el que uno pueda decir que lo verdadero funciona de ese modo, no hay verdades reveladas ni autoridades que lo sean para todo el mundo. Esto hace que, en general, el imaginario sea mucho más inestable. Plantear algo como lo de Parménides es sumamente arriesgado. Por eso él está jugando con esta cuestión de un cierto respaldo divino, es una diosa la que habilita la posibilidad misma de una opción tan arriesgada como esta. ALUMNO: ¿Sería la forma de llegar a un monoteísmo laico a través de la filosofía? PROFESORA: Hay ciertos rasgos que parecen indicar que este ser es casi divinizado. Sin embargo no hay nada parecido a lo que nosotros podamos entender como un dogma ligado a algo religioso. Nunca se da el paso de decir que esto es lo divino. El que da el paso en este sentido es un continuador, para muchos, de esta posición que es Jenófanes. En él se encuentra una crítica explícita al politeísmo y al antropomorfismo y hay una postulación de una divinidad de este tipo. Yo creo que Parménides no llega tan lejos. Incluso esta figura de la diosa hasta es funcional al mismo imaginario. Fíjense que nunca se dice su nombre, no se dice quién es, es alguien que evidentemente pertenece a un cierto plano sobrenatural. El viaje es muy extraño con esas yeguas que lo llevan a un lugar que se discute si es un lugar elevado o si es una especie de caverna subterránea muy habituales en la religión ctónica, esta religión pre-indoeuropea que está ligada a lo femenino. Habría toda una serie de críticas religiosas pero que no terminan en sistematizar un dogma religioso. En todo caso esto se exhibe más como un respaldo de autoridad, cosa que también es llamativa porque no es algo por lo que los griegos se preocupen mucho porque el panteón olímpico no tiene un discurso unificado para sostener la postura de nadie. A lo sumo el plano que termina siendo central, en un parámetro más fuerte, divino, en algún sentido, es la divinidad de la lógica que es un sistema que se sostiene solo. Fíjense lo que pasa con este movimiento de empezar a ver qué contenidos tiene este esquema de la verdad. Yo les decía que el gran avance de Parménides es encontrar un contenido efectivo que pueda mostrar y convencer de que este esquema es posible. Esto lo tienen aquí en el fragmento 8, que comienza precisamente con la explicitación de la vía de la verdad. Dice: “1 Queda una sola propuesta de camino: que es.” Se supone que, después de todos los insultos que ha proferido, no quedan ganas de ir entre estos mortales que no tienen juicio y que son ignorantes. Así que nos quedamos con la vía de la verdad: “que es”. Y dice: “…En el mismo hay muchas pruebas” Esto ya es fuerte porque se supone que nos va a dar pruebas o argumentos fidedignos de que esto funciona. De hecho, lo que va a empezar a dar son signos de lo que es. Venimos diciendo hasta el cansancio que tiene que haber un objeto real a la base, lo que va a hacer ahora es exprimir, explotar esta noción del eînai para ver qué rasgos tiene. Dice: “… lo que es, es inengendrado e incorruptible, total, único, inconmovible y terminado. 5 Ni fue ni será, sino que es ahora, completamente homogéneo, uno, continuo.” Y acá empieza, a través de estas preguntas que siguen, un intento de dar los primeros ejemplos que tenemos en la tradición occidental de prueba lógica. Dice: 10
“... ¿Qué génesis le buscarás? ¿Cómo y de dónde habría aumentado? No te permito que digas ni que pienses que del no ser, pues no es decible ni pensable que haya no ser.?” O sea que de la nada es imposible que algo se haya generado. Obviamente acá nos tenemos que correr de toda la formación cristiana porque justamente todo para nosotros arranca de ahí ya que Dios crea de la nada. Un griego se hubiese muerto de risa de un imaginario que sostuviera una cosa tan absurda como esta. La creatio ex nihilo es una cosa que todos los griegos dan por obvio que es inconsistente. ¿A quién se le ocurre que, de algo que no es, puede surgir algo que es? Piensen en el caso de Aristóteles que dedica un tratado entero partiendo de la base de la eternidad del mundo. Por eso Parménides arranca acá con esto como primer rasgo clarísimo del que nadie podría dudar. ALUMNA: Inaudible. PROFESORA: Si. Les nombro a Aristóteles porque es el que trabaja el tema sistemáticamente pero obviamente desde el inicio con Tales todos los elementos de la physis están siempre. A lo sumo lo único que puede llegar a encontrar uno son ciclos cósmicos. En los presocráticos hay variados ejemplos de esto. El caso de Empédocles, por ejemplo, que plantea un lugar donde toda la materia está unificada y después por acción de odio se va diversificando, crea el mundo conocido hasta que después, por acción de la amistad, se vuelve a unir todo de nuevo. Como este tipo de ciclo hay múltiples pero son ciclos dentro de una continuidad. Nunca hubo un principio, nunca hubo un momento en el que empezó. Se supone que justamente esta existencia es eterna. Por eso acá esto aparece como un primer ejemplo de que, si uno intelige algo como este argumento, no se puede equivocar, por lo menos en este ejemplo concreto de que el ser es ingenerado y después van a seguir los ejemplos de que es ilimitado, es continuo. Estas son cosas que uno puede inteligir, expresar y estar seguro de que son así, que no tienen ningún tipo de falla. Son un primer pilar para mostrar que algo como esto es posible, que no estamos hablando en la nada. En un planteo como este donde se van definiendo, derivando los rasgos del eînai , ustedes pueden ir controlando el avance de esta argumentación y podemos llegar, a juicio de Parménides, a estar todos seguros de que captamos un objeto real que es este que tiene que ver con los rasgos de lo existente. Si algo es real, tiene que tener estos rasgos. Podrán decir ustedes que es humilde pero es el primer intento en la tradición de decir que esto es indubitable y dar ejemplos de un parámetro que no puede ser de otra manera. Obviamente esta limitación que tiene es la que va a tener que abrir después a la posibilidad de ampliar un poco este ámbito. Si bien con esto tenemos un pilar indubitable de algo que es efectivamente verdadero, es bastante limitado. Aquí viene el problema de qué pasa después de esto ¿se puede seguir proyectando, hay otros contenidos dentro de la verdad o no? Lo que lleva a pensar el texto del fragmento 8 es que no, ya que hay un momento en el que se nos dice que se terminó la vía de la verdad. En el verso 50, después de discutir sobre la homogeneidad del ser, dice: “50 Acá termino para ti el razonamiento confiable y el pensamiento acerca de la verdad; a partir de acá, aprende las opiniones de los mortales, escuchando la engañosa ordenación de mis palabras. De nuevo tenemos estos tres elementos en juego: va a terminar de expresar el pensamiento acerca de la verdad, acerca de lo real captado. Y el texto da a entender que, por lo menos a juicio de Parménides, lo que se puede decir con total seguridad dentro de la vía de la verdad es esto, son estos rasgos de lo existente. Vean que, si el ser tiene todos estos rasgos, 11
estamos en algo que no tiene nada que ver con lo que nos llega a los sentidos. Nosotros no captamos ni eternidad, ni ilimitación, ni homogeneidad, sino que todo lo que impacta a los sentidos es, por el contrario, corte, indiferencia, contradicción. De manera que estaríamos en un plano que no es este de pura realidad. Justamente es por esto que tiene que habilitar, dentro de este ámbito de las opiniones, un tipo de discurso verosímil, plausible con la justificación de que, por lo menos él, dentro de todas estas explicaciones, evitaría que uno termine creyendo en cualquiera de las otras cosmologías ofrecidas hasta el momento. Fíjense cómo sigue, después de decir que se está tratando de una “engañosa ordenación de mis palabras.”, se salió ya de la vía de la verdad, dice: “53 Ellos establecieron dos puntos de vista para dar nombre a las apariencias externas, con los cuales no han hecho una unidad -en esto se han equivocado-; Y esto les tiene que sonar a la posición de Heráclito. Acá ya no un Heráclito criticado sino que aparece una posición muy parecida en donde en realidad nos encontramos con un punto que a nosotros nos interesa mucho para la temática de este curso que es el problema de la ontología y el lenguaje. Lo que se está diciendo acá en esta propuesta parmenídea es que de entrada el lenguaje que estamos manejando está organizado de acuerdo con los parámetros de la vía de las opiniones. No tenemos un lenguaje plasmado naturalmente para expresar la vía de la verdad. De manera que esto siempre va a ser mucho más dificultoso, básicamente porque lo que se plantea es que hay nombres puestos en contradicción que son precisamente los que han llevado a esto que se dice en el fragmento 6, a estos hombres que se equivocan todo el tiempo. La idea es que nuestro lenguaje está mostrando elementos en oposición cuando, en rigor, si uno tiene que plantear el único objeto que es realmente el plano de lo real, ya vieron que tiene todos estos rasgos que tienen que ver con la plena unicidad. Hagamos un repaso rápido del fragmento 8 para ver qué otros rasgos aparecen. ALUMNO: ¿Cuáles son esos dos puntos de vista que dice? PROFESORA: Esto está mencionado un poco antes en el fragmento 8 y después se repite en la manera en la que va armando la cosmología. Justamente está trabajando en lo mismo de los cual parte Heráclito que es el tema de los opuestos que ya había sido discutido bastante en la tradición previa. La idea es que se tendió en principio a organizar el caos de los sentidos en pares de opuestos, viendo una especie de regularidad, de ordenamiento en base a oposiciones. La apuesta de Parménides, al igual que la de Heráclito, es a no quedarse en estos sistemas de oposiciones. Podemos dar un paso más y encontrar unidad detrás de eso. estar.
ALUMNA: Pero nunca se pueden neutralizar los dos opuestos. Siempre tienen que
PROFESORA: En el caso de Heráclito sí. La idea es que la unidad reside en la tensión. Parménides va más allá indicando los rasgos comunes que en el fondo tiene esto que nosotros percibimos como opuesto. ¿No responde, en el fondo, a estos rasgos de lo real? Sí. Tiene que responder. ALUMNA: ¿Y eso viene a ser como un ámbito inteligible más que sensible, para diferenciar las dos vías, una inteligible y la otra sensible? PROFESORA: Eso sería platonizar mucho. Así va a ser, de hecho, la manera en la que Platón va a leer a Parménides en buena medida. Seguro que este camino tiene mucho de inteligible ya que está llegando por vía lógica a establecer estos rasgos. De todas maneras, si leen después el fragmento 8 que por la temática no nos interesa trabajar en detalle, van a ver que hay 12
incluso descripciones casi físicas. Aparece, por ejemplo, el tema de la redondez, que está sostenido por cadenas. O sea que, de alguna manera, le está dando también un soporte material a esto real, existente. Además, por la posición en la que está ubicado Parménides, es muy tributario de los trabajos de los físicos. Y esto viene muy especialmente porque en general en los manuales tradicionales aparece esta idea de Parménides rompiendo absolutamente con todo. También en un texto reciente de un filósofo analítico se sostiene que Parménides rompió con todo y puso la lógica por delante y nos hizo el favor enorme de olvidarnos de esas pavadas presocráticas respecto de la physis . No es para nada así. En toda esta necesidad de superar estas visiones entre opuestos, está tomando muy en cuenta los trabajos sobre la physis previos. Y es más, si uno se toma más o menos en serio estos fragmentos que van del 8 en más que son los que nosotros no vamos a trabajar y que tienen que ver con la descripción de una cosmología, es bastante difícil y poco convincente decir que Parménides es solamente un lógico preocupado por lo inteligible y que ha dejado lo sensible a un lado. Sí es cierto que marca una diferencia taxativa entre esta noción que tiene mucho de no sensibilidad y lo que nosotros vemos; lo que nos impacta a los sentidos es otra cosa. Pero se preocupa por dar explicación a las dos. Me parece que en lo que está haciendo hincapié es en esto que se podría expresar aristotélicamente. Al principio de la Ética Nicomaquea lo que dice Aristóteles es que hay que utilizar el grado de precisión que le corresponde a cada disciplina. No le pidamos el mismo grado de precisión a la matemática y a la ética porque no va a llegar nunca ya que su objeto es mucho más complejo. Salvando las distancias Parménides acá está diciendo lo mismo: respecto de un ámbito de lo real, que son estos rasgos generales, se puede tener plena seguridad pero si uno pide más detalles respecto de lo sensible, eso ya va a tener un riesgo de error muchísimo más alto. En ese sentido, incluso su cosmología verosímil, plausible entra en este ámbito de los lógoi porque él tampoco está en condiciones de dar una argumentación como la que da en el fragmento 8 respecto de lo real para convencernos de que la noche y el fuego, etc. No hay argumento lógico fuerte para esto como el que acaba de descubrir para probar los rasgos del ser, esta serie de argumentos para probar que es ingenerado, que es ilimitado, etc. Justamente es a partir de este fragmento 8 que se habla del invento de los primeros principios de la lógica que después Aristóteles terminaría de desarrollar. Ya están aquí puestos simplemente al efecto de mostrar que hay algo real captado por el pensamiento y de lo que podemos estar completamente seguros. Y en este sentido, tenemos esta apuesta fuerte a pesar de que nuestro lenguaje tenga estos problemas y termine siendo siempre engañoso. No por nada los hombres confunden “lo mismo con no lo mismo”, son bifrontes, tienen una doble cabeza mirando cada una a un opuesto. Lo que se marca es esta capacidad del lenguaje de significar cosas contrarias y además que podamos combinarlo de cualquier manera. Esto es lo que hace, básicamente para los que están leyendo el Crátilo, que cuando se hace la asociación de la postura de Crátilo con la de Heráclito, Hermógenes vaya muy bien con Parménides. En fuentes antiguas, sobre todo las menos conocedoras de los discursos teóricos de la época platónica, dan por sentado que Hermógenes era un parmenídeo porque está postulando una postura convencionalista y haciendo hincapié en estos versos donde Parménides plantea bien claramente que en buena parte la existencia exagerada de este tipo de esquemas tiene que ver con una especie de falla lingüística originaria donde el lenguaje nos permite nombrar cosas que no son efectivamente, no son en este sentido fuerte. Uno podría decir que tienen algún tipo de existencia derivada, depreciada, pero no cumplen con estos rasgos de lo real que, si uno parte de la noción de lo real como se intenta hacer en el fragmento 8, caen de suyo. Fíjense en este primer ejemplo de lo ingenerado. Nosotros estamos acostumbrados a ver cosas que nacen y que mueren, seres que nacen y que mueren, pero si tomamos la noción de existencia en sentido fuerte, esto no puede tener ningún tipo de origen ni ningún tipo de fin tampoco. De manera que estamos nombrando cosas que van en contra de esto que, para Parménides, es una prueba todavía más fuerte. Nuestros sentidos y nuestro lenguaje pueden equivocarse pero esta prueba lógica no. Y ahí tenemos un primer pilar que además marca la distancia entre un mero discurso de estos organizados según lo que nos parece y un discurso de estos que verdaderamente capta lo real, donde hay un paso mucho más allá y que incluso puede llegar hasta lo antintuitivo. Y no 13
habría demasiado problema aquí en que no sea demasiado intuitivo. No es una objeción a hacerle la de que, en realidad, uno cuado sale a la vereda no está viendo el ser redondo, continuo. De todas maneras el análisis conceptual de esta noción es base para que uno sostenga la existencia de esta posibilidad. ALUMNO: ¿Cómo hace para separar su prueba lógica frente a los demás discursos? PROFESORA: Porque puede dar pruebas. Lo que él te diría es que, si intentás romper todas las pruebas que él da en el fragmento 8, vas a caer en contradicción en algún momento. Acá estamos viendo a la lógica como verdadero instrumento del pensamiento incluso más confiable que los sentidos. Pero si tomás estas pruebas que él da respecto de los rasgos del ser, no vas a poder escaparles sin caer en contradicción. Por eso esta es la primera postulación de estos principios que después en el caso de Aristóteles van a ser explicitados: identidad, no contradicción, tercero excluido. Y es cierto que uno no se puede escapar de estos tres principios salvo que uno acepte una lógica no tradicional donde alguno de estos principios no funcione siempre. Pero esto ya implica salir completamente de la lógica clásica. ALUMNO: ¿Cómo se vulnera la no contradicción? PROFESORA: Hoy por hoy hay lógicas que se han dedicado a jugar con qué pasa si uno no acepta tal principio. Hay una película que estuvo de moda hace unos meses donde intentan hacer metafísica con física cuántica y tratan de romper estos principios básicos. Lo que tiene esa película es una falla en los planteos filosóficos muy gruesa. Jamás aparecen estos elementos que han sido discutidos por la filosofía desde la antigüedad hasta ahora. Ya que mencionamos el tema este de los sentidos vamos a hacer una pasada por el fragmento 7. Ya mencionamos este fragmento al decir que funciona como base para reponer el verbo faltante del fragmento 6. En este caso, a diferencia del fragmento 6, se parte de lo que era nuestra segunda vía y dice: “1 Pues nunca dominará esto: que haya no ser. Aleja tú 2 el pensamiento de este camino de investigación, 3 y que la inveterada costumbre no te obligue, a lo largo 4 de este camino, a utilizar el ojo que no ve, el oído que 5 resuena, y la lengua; juzga con la razón la combativa 6 refutación que te he enunciado.” Acá aparece otra vez el tema de todos estos datos que son los primeros datos confiables que uno toma, como hicieron los primeros físicos que partían de la observación sensible y después hacían inducción a partir de ahí de principios ordenadores. El iniciador de todo esto fue Tales que dijo que el primer principio era el agua y lo justificaba dando ejemplos de la observación: lo vivo no existe si no hay algo de base húmeda, la tierra se apoya en el agua, etc. Son todos ejemplos que tienen que ver con la captación sensorial. La apuesta de Parménides es a tener cuidado con esa confianza extrema que solemos poner en los sentidos porque en realidad hay otro elemento mucho más confiable que tiene que ver con el ejercicio del mero pensamiento. ALUMNO: O sea que no son necesarios para nada. No como en el caso de Heráclito. PROFESORA: Exactamente. En el caso de Heráclito hay una jerarquía de sentidos, hay unos que son mejores que otros, pero solamente tienen sentido si hay una mente presta a captar lo real. Lo peor que puede pasar es valerse de los sentidos sin tener un noûs que los organice coherentemente. Parménides va un paso más allá y dice que se puede prescindir absolutamente de la información sensorial. Esto que aparece acá de la “razón combativa” tiene que ver con que 14
es refutativa en sentido fuerte; no solamente es razón argumental sino que es capaz de oponerse a esto a lo cual estamos totalmente acostumbrados, a esta costumbre inveterada que tenemos todos desde que nacemos a confiar en los datos de los sentidos, en los discursos heredados. La idea es ver qué pasa si, en realidad, hacemos el ejercicio de poner en suspenso todo esto y ponemos como principio a la razón. Esto, a su juicio, es lo único que da un ejemplo de verdad indubitable, un ejemplo de verdad lógica que sirve como principio de prueba de que estos dos caminos son una verdadera dicotomía. Vamos a ver inmediatamente las críticas a esto que arrancan planteando que la vía de la verdad es demasiado pretenciosa (con esto ya vamos haciendo una proyección a lo que viene) tal como se expresa en el planteo destructor de Gorgias que pretende quedarse solamente con el esquema de las opiniones. Y lo que nos queda ver es otro juego posible. En realidad lo que queda del análisis entre ontología y lenguaje es un juego entre qué combinaciones pueden hacerse entre estos elementos (realidad, pensamiento y lenguaje). Y en este sentido, si está la posición de Gorgias que dice que esta primera vía, la de la verdad, no existe, también vamos a ver la posición de Antístenes que es muy relevante para la discusión platónica del Crátilo, que postula lo contrario de Gorgias y dice que, en realidad, lo que no existe es la vía de las opiniones. El lenguaje no puede no nombrar, es imposible que haya un lenguaje sin objeto, por el contrario, no hay otra cosa que captación exacta de lo real. En el medio vamos a ver otras posturas como la de Euclides de Mégara que lo que hace es impugnar y jugar a un lenguaje fallido. Y todo esto para llegar al gran “crac” que hace Platón que, en el fondo, es tratar de volver a este esquema de Parménides, a esta bivalencia, a esta posición donde a veces captamos lo real y a veces nos equivocamos pero Platón lo hace después de todos estos discursos múltiples que critican este esquema. La posición de Platón es básicamente restauradora, es una especie de intento de revivir a Parménides y de hacer fluir un poco mejor esta idea de que hay un parámetro real y captable. Obviamente ya no va a ser solamente lo real y sus rasgos sino que Platón va a poner acá la teoría de las ideas entera, el plano inteligible, ontológicamente superior. Pero el intento es el mismo: tener un parámetro fijo. ALUMNO: Lo de la verdad y la falsedad podría tener una explicación. Pero no queda claro qué es lo real para cada uno. PROFESORA: En el planteo de Parménides lo real es simplemente los rasgos de lo existente. ALUMNO: ¿Cómo puede hablar de la no necesidad de los sentidos y hablar de lo real? PROFESORA: Porque justamente aquí se inicia ese largísimo camino donde lo inteligible es más real que lo sensible. En el fragmento 8 teníamos este tema de que si hay algo que cambia, eso no puede ser objeto de conocimiento, no puede ser real. Lo inteligible esta ahí eternamente y no está afectado por la corrupción de la materia y el hombre tiene la razón para acceder a ello. Es más, la razón es, dentro de lo humano, lo más afín a este plano inteligible. cosas.
ALUMNO: De lo que se está hablando no es de las cosas sino de la esencia de las
PROFESORA: Si. Vayan acostumbrándose a esto de que, sobre todo para Platón, el punto de partida es que lo inteligible es más real que lo sensible, justamente por este dato de que algo que está cambiando todo el tiempo y que tiene materia, que es lo más inestable, no puede ser objeto de conocimiento. Por eso todo este conocimiento empírico va a ser lo primero que se va a poner en duda. En este punto Platón es totalmente tributario de este planteo de Parménides. Por eso esta insistencia en que hay que basarse en la razón que es lo único que nos permite llegar a algo que es existencia en serio y no esto que vemos. Hay un plano que está por sobre lo sensible que sí tiene realidad plena y eso es lo que, si queremos tener conocimiento, 15
tenemos que salir a captar. ALUMNA: ¿Los seres humanos, corruptibles, lo podemos captar? PROFESORA: Sí, porque está el elemento de la razón y esto, por ejemplo, Platón lo soluciona diciendo que el alma tiene afinidad con lo inteligible. Cuando se sanciona esta diferencia entre cuerpo y alma, para lo cual hay que esperar hasta Platón, el rasgo prioritario que tiene el alma es este de no tener materia y de ser afín a lo inteligible que no está afectado por todo esto que tiene que ver con lo sensible y esto hace que pueda funcionar como intermediaria entre los dos ámbitos. ALUMNO: Inaudible. PROFESORA: Esto lo van a ver bien en detalle cuando lleguemos al tema de la ousía en Aristóteles porque tiene una posición doble. Va a tratar de recuperar el tema de lo material pero después se va a quedar con que lo plenamente existente está ligado a algo inteligible. ALUMNO: Inaudible. PROFESORA: Lo que decís es un buen resumen de los argumentos para sostener la existencia de tres vías, tomando la segunda vía del fragmento 2 como una mención de la nada absoluta. La otra posibilidad, que era la que habíamos esbozado, era pensar que la segunda parte del fragmento 2 hace referencia a aquello que no es real, el no ser verdadero, lo que no tiene todos estos rasgos que aparecen en el fragmento 8: es lo que no es eterno, ingenerado, ilimitado. Todo esto tiene que ver con cómo entendamos ese pasaje. Si se elige entender la segunda vía como no ser absoluto, hay que habilitar una tercera vía. El comienzo del fragmento 8 con la mención de una sola vía, hace referencia al camino queda después de descartar las dos vías previas o la vía previa (según la interpretación). El final del proemio dice que la diosa le va a enseñar todo: la verdad persuasiva y también las opiniones de los mortales que son engañosas pero que también viene bien conocer. Esto es precisamente lo que va a hacer después. En el fragmento 8 muestra cómo funciona la vía de la verdad y después va a venir también esta ordenación probable que no va ir más allá de lo verosímil porque no se puede dar en este ámbito el mismo tipo de pruebas. Y esto es lo que suele considerarse como la segunda parte del poema, que llega hasta el fragmento 19 y que son fragmentos más breves que los de la primera parte lo cual hace muy difícil establecer su sentido. Este año va a haber una especie de mega encuentro dedicado a Parménides donde, me comentaba Cordero, buena parte de los invitados van a traer ponencias sobre esta segunda parte del poema, cosa bastante llamativa porque es, en general, la que se da por sentado que es más difícil de trabajar y sobre la que se puede decir menos. El problema es justamente ver qué función cumple esta parte verosímil dentro del poema. Es más, hay algunos autores que hablan de cuatro vías donde la tercera sería esta de las opiniones de los mortales equivocados y habría una cuarta que es la de Parménides ya no diciendo la verdad sino diciendo opiniones plausibles. Lo cual lleva a una multiplicación de vías. ALUMNO: Acá en el fragmento 8, en el verso 10 dice: “de este modo es necesario ser absolutamente o no” ¿No está hablando de la nada? PROFESORA: Dentro de la vía de la verdad lo que se opone es esta noción de existencia fuerte frente a cualquier otra, ya sea la nada absoluta o una noción de existencia débil que podría ser la de los objetos sensibles. Lo que interesa acá es radicalizar la noción de existencia para que muestre sus rasgos bien básicos, estos del ser tomado en sentido absoluto.
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