MARÍA DISCÍPULA Y MISIONERA AL SERVICIO DEL SEÑOR Y DE LA IGLESIA El tema de María y el disci!lad" c"#stit!ye !# #"$ed"s" asect" e# el cam" de la Mari"l"%ía& '!e #"s acerca a c"#"cer me("r el t"d" )!ma#" de a*!ella m!(er ser$id"ra+ siemre rese#te e# la )"ra de ,es-s y e# la )"ra de la I%lesia& En el camino del discipulado de la Iglesia, la Santísima Virgen María aparece como discípula, hermana y compañera nuestra. “Incluso en la riqueza de las admirables “Incluso admirables prerroga prerrogatias tias con que !ios la ha dotado para hacerla digna Madre del Verbo Verbo encarnado, Ella permanece cercanísima cercanísima a nosotros nosotros.. "i#a de $d%n como nosotro noso tross y por ello hermana hermana nue nuestra stra por ín íncul culos os de naturalez naturaleza&. a&. '(ab '(ablo lo VI, Discurso Discurso de ). clausura del tercer período del concilio conc ilio Vat. Vat. II ). *a condici+n de hermana que representa María coincide con el discipulado. María aparece como la primera discípula discípula del eino ' M -). !esde el mismo instante instante de la anunciaci+n cuando acoge la palabra con la obediencia que es requerida a los que son llamados a conertirse en discípulos de /es0s. "ombres y mu#eres, en el conte1to de la 2raternidad y el discipulado, tienen mucho que aprender espiritualmente al elear sus o#os hacia María que “re2ulge como modelo de irtud ante todos los elegidos& '*345). En el documento conclusio de $parecida podemos leer al respecto6 “*a Virgen María quien por su 2e 'c2r. *c 7,85) y obediencia a la oluntad de !ios 'c2r. *c. 7,9:) así como por su constante meditaci+n de la palabra y de las acciones de /es0s 'c2r. *c. -, 7; < 57), es la discípula m%s per2ecta del Señor. Interlocutora del (adre en su proyecto de eniar su erbo al mundo para la salaci+n humana, María con su 2e, llega a ser el primer miembro de la comunidad de los creyentes en =risto y tambi>n se hace colaboradora en el renacimiento espi es piri ritu tual al de lo loss di disc scíp ípul ulos os de dell E Ean ange geli lio, o, em emer erge ge su 2i 2igu gura ra de mu mu#e #err li libr bree y 2u 2uer erte te concientemente orientada al erdadero seguimiento de =risto. Ella ha iido por entero toda la peregrinaci+n de la 2e como Madre de =risto y luego de los discípulos sin que le 2uera ahorrada la incomprensi+n y la b0squeda constante del proyecto del (adre. $lcanz+ $lcanz+ así, a estar al pie de la cruz en una comuni comuni+n +n pro2unda, para entrar plenamente plenamente en el misterio de la $lianza&. ' Documento Documento conclusivo de Aparecida nro. nro. 266 ). $compañemos a María en su itinerario de discípula y misionera? ella ha sido llamada por e1celencia portaitisa 'portadora) de la buena nuea y estrella de la eangelizaci+n. En la plenitud del tiempo para la realizaci+n de la promesa del (adre, hay una mu#er que tiene una 2unci+n imprescindib imprescindible, le, María. Estam Estamos os ente el tiemp tiempoo de la presencia de !ios en carne humana y ella 2orma de su propia carne y sangre, la carne y sangre del ungido de !ios. (odemos entonces deducir lo siguiente6 7) María pertenece a la plenitud de los tiempos e inicia dicha plenitud.
-) Ella es la mu#er que permite a !ios hacer presente a su "i#o para realizar el plan de salaci+n. 9) Es tambi>n la mu#er que le permite al "i#o de !ios llegar a ser "i#o del hombre, al Señor ser esclao y seridor de todos. 8) Es la mu#er que o2rece su cuerpo y su ida para realizar el plan de salaci+n. 5) Su misi+n est% íntimamente unida a la de su hi#o y es una misi+n para nosotros6 al sericio del hombre. 4) En María el "i#o de !ios se hizo hi#o del hombre para que nosotros, en toda libertad, llegaremos a ser hi#os de !ios.
Iti#erari" de María+ discí!la y misi"#era+ a la l!. de l"s e$a#%eli"s Eangelio seg0n san Marcos6 Vocaci+n de los primeros discípulos. 74 @ordeando el mar de 3alilea io a Sim+n y $ndr>s, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. 7A /es0s les di#o “Venid conmigo y os har> pescadores de hombres 7:& 'Mc. 7, 74 B7:) Cos encontramos ante el g>nero literario de ocaci+n. Vale la pena destacar aquí algunos elementos6 7) *a mirada de /es0s es penetrante, con la 2uerza de la iniciatia diina y capaz de llamar y elegir a alguien. -) *as dos pare#as de hermanos son llamados en el e#ercicio de su pro2esi+n de pescadores6 hasta allí, al coraz+n mismo de la ida y de la actiidad, penetra la llamada del Señor. 9) /es0s los llama con una palabra llena de autoridad6 “DVengan conmigo&. Este seguimiento antes de la (ascua ser% un seguimiento 2ísico y espacial. !espu>s de la (ascua ser% acogiendo el camino y estilo de /es0s e insert%ndose en su comunidad y al sericio del reino. Fenemos ahora un segundo momento en el proceso eang>lico del Maestro6 Subi+ al monte y llam+ a los que Gl quiso, y inieron #unto a Gl. Instituy+ doce para que estuieran con Gl y para eniarlos a predicar. “El monte&, es el lugar de la reelaci+n de la elecci+n y del enío. 'Mc. ;,-B:). Estos doce tienen una doble destinaci+n6 7) "an de acompañar y de seguir a /es0s siempre 'Mc. 7, 74B-)? -) !el acompañamiento se deria una misi+n o encargo de proclamaci+n misionera, como la misma misi+n de /es0s6 (redicar el reino y liberar a los hombres de sus esclaitudes. !os erbos b%sicos e1presan la 2ascinante e1periencia del discipulado6 Estar con Gl y ser eniado&.
María+ c"#$"cada a la esc!ela de ,es-s
Mientras las multitudes buscan, siguen a /es0s y lo necesitan, hay di2erentes grupos de personas, que con sus actitudes y palabras, e1presan su respuesta consiente a la persona y acci+n de /es0s. 7) *os adersarios se sienten cuestionados por la palabra y actitudes del Maestro. *o critican y cuestionan 'Mc. -, 74). -) Su 2amilia6 (reocupada por lo que dice y por sus acciones milagrosas. (iensan que est% 2uera de sí 'Mc. 9,-B-7). 9) Sus discípulos6 Horman el círculo de seguidores íntimos, est%n a sus pies escuchando sus enseñanzas y aprendiendo a iir el eino 'Mc.7, 74 < -).
La /amilia de ,es-s Fres te1tos encontramos en Marcos re2erentes a la 2amilia de /es0s. Vuele a casa. Se aglomera otra ez la muchedumbre, de modo que no podían comer. Se enteraron sus parientes y 2ueron a hacerse cargo de Gl, pues decían6 “Est% 2uera de sí&. '9,-B-7) “Sus parientes& son la 2amilia que /es0s tenía en Cazaret, no simplemente sus amigos. Ellos llegan a pensar que est% 2uera de sí 'al erbo exeste signi2ica precisamente esto). El Eangelista /uan nos dir% al respecto6 “Ci siquiera sus hermanos creían en Gl&. '/n A,5) El segundo te1to lo encontramos al 2inal del capítulo 9. “*legan su Madre y sus hermanos y qued%ndose 2uera lo enían a llamar. 9- Estaba mucha gente sentada a su alrededor. *e dicen6 “Doye, tu madre y tus hermanos y tus hermanas te buscan. 99 Gl les responde6 “Jui>n es mi Madre y mis hermanosK& 98 y mirando en torno a los que estaban sentados en corro a su alrededor, dice Estos son mi Madre y mis hermanos. 95 Juien cumple la oluntad de !ios, >se es mi hermano, mi hermana y mi madre&. Cotemos como la indicaci+n esc>nica distingue el “2uera& 'dos eces) del “dentro& 'sentados a su alrededor dos eces) y quiere e1presar un signi2icado simb+lico6 /es0s es el centro de una b0squeda interior, de una nuea 2amilia. *a 2amilia de /es0s est% de pie 'steko6 Estar de pie) y 2uera, lo mandan llamar y lo buscan ' zoteo). *os discípulos, en cambio est%n sentados a los pies de /es0s, escuchando su palabra. *a pregunta de /es0s constituye el centro de la narraci+n6 Juienes son mi Madre y mis hermanosK $quí no se da un rechazo de /es0s a sus 2amiliares. Fodo lo contrario, sus discípulos son ahora su erdadera 2amilia, y, tanto María la madre, como los hermanos de /es0s, est%n initados a ingresar en este nueo discipulado 'la nuea 2amilia de /es0s), y esto ser% posible en la medida en que cumplan la oluntad de !ios.
María+ discí!la e# el e$a#%eli" de Mate" $ manera de introducci+n podemos decir que con la reuelta /udía muchos seudoBcristianos salieron de /erusal>n y se establecieron en pelBla, otros se quedaron y2rente a la destrucci+n del templo de /erusal>n 'agosto del año A), huyen al Corte, a Siria y llegan a $ntioquía de Siria. $llí encontramos la comunidad cristiana de Mateo. =allada y silenciosa María 'característica propia de la mu#er #udía) est% allí presente, cercana, actia, sericial. María aparece en dos momentos en el eangelio de Mateo6 en los relatos de la in2ancia 'Mt. 7 < -) y en el ministerio apost+lico de /es0s 'Mt 7-, 84 < 5? 79, 58 < 5:).
(ara Mateo y su comunidad, /es0s es el cumplimiento pleno de las esperanzas del pueblo de Israel. María 2orma parte del “cumplimiento de las escrituras&, con una misi+n especial a 2aor de /es0s, el Salador del pueblo. María es la que engendra y es la Madre? en tanto que /os> es solamente el padre legal. El cumplimiento de la promesa de dar un Mesías a Israel se produce pues, a partir de una Virgen Madre y de un padre adoptio. =+mo se realiz+ este g>nesisK Mateo lo dir%6 El origen de /esucristo 2ue de esta manera6 “Su Madre María, estaba desposada con /os> y antes de empezar estar #untos ellos la encontr+ encinta por obra del Espíritu Santo&. *a nuea creaci+n consiste, pues, en que /esucristo comenz+ a e1istir arraigado en un pueblo. Este nueo pueblo, el nueo Israel de !ios, brota de /es0s, el =risto, a tra>s de María, Ella engendra la ida nuea con la 2uerza del Espíritu. El punto de partida de los relatos de la in2ancia 2ue la 2e pascual 'anunciada tambi>n por obra del Espíritu Santo). Esta 2e pascual es trasladada entonces, hasta el nacimiento mismo de /es0s 'Mt. 7, 7: < -). Mateo a2irma, adem%s, la maternidad Virginal de María en 7, -9 y al hablar de la concepci+n de /es0s, dice que est% se realiz+ “para que se cumpliese el or%culo del Señor, por medio del pro2etaL “y cita a ls A, 78 aplicando a /es0s la realidad del Emmanuel y a María de “Virgen& El niño que nacer% es "i#o del Mesías que endr% y nacer% de una Madre Virgen&. *a insistencia de Mateo tiene un sentido teol+gico claro6 de ella naci+ /es0s '7,74), ella lo dio a luz '7,-7. -9. -5) por eso mismo es “su madre& con todo el derecho. Esta e1presi+n se repetir% por seis eces '7,7:? -,77.79.78.-.-7). Cotemos como el relato de ocaci+n de los primeros cuatro discípulos en Mateo '8,7:B--) depende de Marcos pero tiene elementos propios6 Santiago y /uan est%n con su padre ebedeo. =uando reciben la llamada de /es0s, “al instante, de#ando todo lo siguieron.
Sesenta y siete eces en Mateo, los discípulos ser%n siempre el círculo íntimo de /es0s, a la escucha de su palabra y de su sericio. En este conte1to podemos releer el capítulo dos de Mateo para entender me#or el discipulado de María. Ella est% íntimamente unida a su "i#o y con Gl participa plenamente de su ida y su misterio. =uando los magos enidos de oriente encuentran la estrella, entraron en casa, ieron al niño con su Madre y lo adoraron. /os> no es mencionado. Es ella, la madre, la que lo o2rece al mundo pagano para ser reconocido y adorado como Señor y =risto. María es la Madre que est% siempre presente #unto al "i#o. Ella es la respuesta permanente a la presencia siempre actual del Señor en la historia. María ie plenamente el seguimiento de /es0s y las e1igencias que Gl ha pedido6 lo ama por encima de todo, lo acompaña en todos sus misterios, aunque le cueste dolor y su2rimiento y es capaz de perderlo todo para mantenerse unida a Gl. $sí María se constituye en discípula integral de /es0s. El te1to de Mt 7-,84B5 es paralelo a Marcos, pero lo encontramos colocado en otro te1to. *a Madre y los hermanos de /es0s ya no lo mandan a llamar sino que preguntan por Gl y desean hablarle. $quí el primer eangelista suprime la re2erencia a la incomprensi+n y a la 2alta de 2e en /es0s, por parte de los suyos. *os discípulos, estos y no los que “est%n 2uera,& son la madre y los hermanos de /es0s&. Igualmente Mateo suprime, a la ez, la re2erencia a la poca honra que recibe /es0s de sus parientes. Nna Madre que lo ha concebido por obra del Espíritu Santo? no puede tratarlo como “2uera de sí& ni de#ar de honrarlo y acogerlo. =oncluyamos la isi+n de este eangelio sobre María, a2irmando que Ella est% íntimamente unida a /es0s, desde antes del nacimiento. Ella est% unida a Gl en los momentos 2undamentales de su ida y su ministerio? lo mismo que en la ida del pueblo nueo que surge con /es0s.
María+ discí!la e# el e$a#%eli" de L!cas *o primero que se ha de a2irmar, al analizar los te1tos lucanos sobre María, dentro del llamado eangelio de la in2ancia '*c. 7B-) es que estos te1tos son 2undamentalmente cristol+gicos. (ero siempre que se trata de María es al sericio de la =ristología.
El a#!#ci" del 0#%el 12+345367 $lgunos en en el relato de la anunciaci+n la 2usi+n bien lograda de dos g>neros literarios6 El de la anunciaci+n y el de la ocaci+n. Esta no se entiende en 2unci+n de una misi+n y esta no es propia, es la misi+n de /esucristo, el centro y la plenitud de la historia.
El saludo del %ngel a María no es usual 'a la mu#er no se le saludaba nunca, en la cultura hebraica). Fampoco se usa el saludo típicoShalom. 3abriel la saluda dici>ndole Dal>grate 'Chaire). María es tambi>n encarnaci+n del nueo Israel, la Iglesia, que se alegra con la presencia saladora del Señor en la historia. *a e1presi+n Kecharitomene 'llena de gracia) est% tomada de un erbo que s+lo aparece dos eces en el nueo testamento '*c. 7,-: y E2. 7,4) la primera en per2ecto de la oz pasia y se re2iere a María? la segunda en aoristo de la oz actia y se re2iere a los creyentes en =risto. En María la acci+n de plenitud y gracia es total? en nosotros es incipiente y est% llamada a completarse. *a gracia de María es puro don recibido y gratuito, di2erente a /es0s que es el “lleno de gracia y de erdad&. María es el templo, el santuario, la morada de !ios, donde el Señor puede ser encontrado, celebrado y amado.
María es el sa%rari" del Esírit! Sa#t" 1LG897 María se atribuye a sí misma un solo título, dos eces repetido '7.9:.8:)6 *a esclaa o seridora del Señor. Si los títulos atribuidos a ella '"i#a de Si+n, Virgen y Madre, *lena de 3racia, Morada de !ios, *lena del Espíritu) caracterizan su misi+n y elecci+n en el plan salí2ico, el titulo de seridora designa su humanidad, su naturaleza y su obediencia. *a 2e de María es ante todo6 7) Nn acto de o2renda6 “heme aquí& 'disponibilidad para el plan de !ios). -) Nn acto de obediencia6 “yo soy la seridora del Señor&. 9) Nn acto de con2ianza6 “"%gase en mí seg0n tu palabra&. El sericio por e1celencia que María le presta a !ios en la historia es acoger y escuchar su palabra, hacerla carne en su ida y o2recerla al mundo como salaci+n y ida. =omo portadora del Salador, María tiene prisa en comunicar la noticia y en regoci#arse con la señal que le ha dado el %ngel en Isabel. María surge en *ucas como la primera mensa#era del Eangelio de !ios. Ella es la primera mu#er que acoge el Eangelio y lo comunica a sus hermanos, aport%ndoles el gozo escatol+gico, es decir la alegría y la seguridad de la salaci+n de2initia.
María se )ace discí!la del rei#" En ella la palabra se uele conocimiento. *ucas utiliza el erbo inomaí , llegar a ser6 Jue la palabra se realice en mí, se haga realidad y llegue a ser acontecimiento en mi ida. María es tambi>n, seridora del Señor y tiene conciencia de pertenecer al pueblo de la Cuea $lianza.
*a capacidad de escuchar se uele en Ella capacidad de maraillarse y capacidad de admiraci+n. Es entonces, mu#er y discípula que aprende a leer los hechos. *os acoge como palabra de ida y los guarda en el coraz+n. Juien ha leído el Eangelio de la in2ancia, sabe muy bien que nadie como María ha realizado estas condiciones6 7) Ella escuch+ atentamente la palabra del Señor y crey+ en ella '7,9:B85). -) *a conser+ cuidadosamente en su coraz+n '-,7;.5-). 9) *a hizo carne en su ida al engendrarla en su seno y darla al mundo '7,9:). María es bendita entre las mu#eres, bendita por ser creyente. @endita por ser discípula de /es0s. San $gustín a2irm+6 =iertamente Santa María cumpli+ per2ectamente la oluntad del (adre, y por eso es m%s importante su condici+n de discípula de =risto que la de Madre de =risto. Es bienaenturada María, porque escuch+ la palabra de !ios y la obser+. 3uard+ m%s la erdad en su mente que la carne en su seno. =risto es erdad en la mente de María, =risto es carne en el seno de María. 'Serm!n 2"#6 (* 84, =O* ;9A < ;9:).
María y la I%lesia
7) -) 9) 8) 5) 4)
Cotemos c+mo en el libro de $os hechos de los ap!stoles cuya autoría es tambi>n de san *ucas? encontramos una correspondencia con el eangelio lucano de la in2ancia. "ay una espera de la promesa de !ios que a a llenar de alegría y ida la historia de los hombres '*c. 7, 57 < 55? -,-:.9:? "ch 7,85). "ay un ambiente de oraci+n y de apertura a la acci+n de !ios. '*c 7,7? "ch 7, 78.-8B-5). Encontramos la presencia de %ngeles como mensa#eros de una acci+n saladora y de una misi+n. '*c 7,77B -4? -, ;B79?"ch 7,7 B77? 5,7;). Se anuncia la acci+n y la presencia del Espíritu Santo en María '*c 7,95? "ch 7,:). "ay unos res0menes que llamamos “de crecimiento& tanto de /es0s y /uan como de la comunidad. '*c 7,:? "ch 4,A). María, la Madre de /es0s, est% presente tanto en el misterio de la encarnaci+n como en el nacimiento de la Iglesia '*c7, -4B9:? -,8BA.74B-? "ch 7, 78). En la intenci+n de *ucas hay una insistencia en la presencia actia de María, tanto en el nacimiento de /es0s como en el nacimiento de la Iglesia. *os discípulos unidos ien la e1periencia urgente de la pascua y aquí la Madre de /es0s hace posible el nacimiento de la comunidad de /es0s. Viene luego (entecost>s y con >l la 2uerza del Espíritu.
=ulmina, entonces, el tiempo de la *ey y llega el tiempo de la alianza y de la gracia. $llí est% María unida a los ap+stoles. Ella es tambi>n la Madre de la comunidad. eunida con los suyos para orar y esperar de su "i#o el regalo de los tiempos nueos.
María e# el e$a#%eli" de ,!a# En /uan 4,8- los #udíos que se cierran a /es0s y que han escuchado el discurso del pan de ida, murmuran6 Co es este /es0s, el hi#o de /os>, cuyo padre y madre conocemosK =+mo puede decir ahora6 he ba#ado del cieloK Igualmente en A,9B5 nos encontramos con la oposici+n de los hermanos de /es0s. Si en Mc. 9,-7 su 2amilia estaba preocupada por las obras que hacía y lo declaraba “2uera de sí&, aquí son sus hermanos quienes lo impulsan a mostrarse ante el mundo con sus obras. “Sal y ete de aquí a /udea, para que tambi>n tus discípulos ean las obras que haces, pues nadie act0a en secreto cuando quiere ser conocido. Si haces estas cosas mu>strate al mundo. Es que ni siquiera sus hermanos creían en Gl&. '/n. A,9B5) Fanto al comienzo como al 2inal del Eangelio '-,7.9.5? 7;, -4) aparece la 2igura de María. En ambas ocasiones es llamada “la Madre de /es0s? y en ambas la palabra del Maestro se dirige a Ella llam%ndola “mu#er&. '-,9?7;,-4). *a escena de =an% concluye lo que algunos han llamado “la semana inaugural& del ministerio de /es0s. $quí inicia sus signos y la mani2estaci+n de su gloria. $quí encontramos las primicias de la hora de /es0s. 'Fema teol+gico del cuarto eangelio). María es llamada con dos nombres6 7) *a Madre de /es0s. Fitulo que contrasta con la otra a2irmaci+n de “el hi#o de /os>& '7,85? 4, 8-). -) Mu#er. Fermino com0n en /es0s para dirigirse a las mu#eres. '/n 8, -7? :, 7, -, 79). Nnos piensan que la e1presi+n tiene una re2erencia elada a 3en 9 y, por lo mismo, es una eocaci+n simb+lica de EV$. Otros piensan que el título eoca a la Si+n ideal, representada en la @iblia con los rasgos de una mu#er, y m%s concretamente con los de una madre. *a mu#er por otra parte est% presente al comienzo y al 2inal de la ida p0blica, en el momento en el que el Mesías inicia sus obras y en la hora de la muerte cuando consuma su obra.
La rese#cia de María e# el c"mie#." de l"s si%#"s de ,es-s es d":le C"m" i#terces"ra En las @odas de =an%, María no pide e1presamente un milagro? pero sus palabras incluyen cierta esperanza de que /es0s interenga en la situaci+n de necesidad. Simplemente plantea la situaci+n porque hay con2ianza y amor en el Señor.
C"m" e$a#%eli.ad"ra
“"aced lo que Gl os diga& '/n -,5). Es una palabra dirigida a los seridores de la 2iesta nuea y de2initia. $sumida por el pueblo, la misma 2rase se conierte en 2+rmula de $lianza con Pah>&. “D"acemos todo los que el Señor nos ha dicho& 'E1 7;,:). C+tese como en el cuarto eangelio se llam+ “seridores& a los que siguen a /es0s. '/n 7-,-4). "acer lo que /es0s diga, es acoger, escuchar, y iir la palabra de /es0s. Ella como lo e1pres+ tambi>n *ucas, es la seridora del Señor que ha hecho acontecimiento en su ida la palabra del Señor. 'c2r6 *c. 7,9:B8:). María a a e1perimentar que la obediencia a una palabra y un llamado de renuncia es 2uente de bendici+n. María acepta su relaci+n en =an% con los sieros discípulos. Su maternidad natural est% llamada a ser, palabra del cruci2icado, maternidad de los discípulos, a tra>s del discípulo amado, el íntimo de /es0s en la pasi+n y resurrecci+n. Encontramos en el eangelio de /uan tres elementos articulados6 María Madre de /es0s, María Mu#er, y María Madre de los !iscípulos.
María (!#t" a la cr!. de ,es-s El contenido teol+gico de este pasa#e hay que situarlo en el conte1to que sugiere el mismo eangelista. =uando /es0s llega a /erusal>n para el testimonio de2initio de la gloria del (adre, es la hora '/n. 7-,-9) esperada y decisia. Es la hora del amor y de la entrega por los suyos. Es la hora de la pascua y al pie de la cruz est% María, /es0s realiza su 0ltimo y de2initio signo de la salaci+n, la muerte por todos y la entrega del Espíritu. Sí en =an% /es0s di#o que todaía no había llegado su hora, ahora en la cruz se cumple esta realidad. Fenemos, entonces, en el eangelio una presencia doble de María, marcada por el tema de la hora de /es0s. $parece la importancia que la comunidad de /uan le daba a la persona y a la misi+n de María “/unto a /es0s&. (resencia que Mateo y *ucas subrayan en los eangelios de la in2ancia. En la hora de /es0s, María es llamada nueamente aquí con los dos títulos de =an%6 *a Madre de /es0s y la Mu#er.
*a primera palabra del Mesías en la cruz a dirigida a la Madre D&Mu#er ahí tienes a tu "i#o& !esde esta hora, la hora de la pascua, la comunidad del discípulo pertenece a María, la Mu#er y la Madre. “$hí tienes a tu Madre&. (alabra de /es0s dirigida esta ez al discípulo, y en >l a la comunidad? /es0s pide ahora al discípulo que en esa mu#er reciba y aco#a a su Madre. $hora la comunidad creyente, obediente a la palabra de /es0s, “desde aquella hora la recibi+ en su casa&. *a maternidad 2ísica es eleada ahora a una maternidad espiritual y escatol+gica. /es0s se uele, despu>s a la comunidad y le hace entrega de su propia Madre para que ella sea, en adelante, el tesoro precioso de la pascua.
María e# Pe#tec"st;s de la I%lesia $unque el eangelista *ucas no habla de la presencia de María #unto a la cruz de /es0s, ni de la aparici+n del resucitado a su Madre, sin embargo, resalta la presencia de María en el momento 2undacional de la comunidad cristiana, cuando el Espíritu la consagra para cumplir su misi+n. María hace culminar su camino de 2e integr%ndose en la comunidad de los creyentes en el esucitado, en la Iglesia? María ha 2ormado parte de los seguidores de /es0s. (ara *ucas María no 2orma parte de ninguno de los tres grupos 'ap+stoles, mu#eres, hermanos de /es0s), sino que constituye un persona#e aparte. /es0s no podría haber sido recibido en la Iglesia como plenamente humano si 2altara el testimonio iiente de una madre que le ha engendrado y educado. $l mismo tiempo María se e agraciada con el Espíritu Santo, que desciende sobre ella en la comunidad. Ella es reconocida en la comunidad cristiana sobre todo por su discipulado. San $gustín por su parte nos aclara en que consiste la erdadera grandeza de María6 “=iertamente, cumpli+ Santa María, con toda per2ecci+n la oluntad del (adre, y por esto, es m%s importante su condici+n de discípula de =risto que la de Madre de =risto, es m%s dichosa por ser discípula de =risto que por ser madre de =risto. (or esto, María 2ue bienaenturada, porque antes de dar a luz a su Maestro, lo lle+ en su senoL María es dichosa tambi>n porque escuch+ la palabra de !ios y la cumpli+6 *le+ en su seno el cuerpo de =risto, pero m%s aun guard+ en su coraz+n la erdad de =risto&. 'San $gustín, serm+n -5,AB: (* 84). María es initada a tomar parte en la realizaci+n del plan de salaci+n querido por !ios. María sigue a /es0s en la nuea 2amilia constituida por todos aquellos que cumplen la oluntad de !ios. $sí la encontramos en la comunidad de =a2arna0n despu>s del signo de =an% y en aquella de /erusal>n despu>s de la resurrecci+n. María se encuentra entre todos aquellos que “llenos del Espíritu SantoLcomenzaron hablar en otras lenguas& y a pro2etizar realizando las palabras de /oel '"ch. -,8.7:).
Muchos e1egetas considerando la alta cualidad del discipulado de María, reconocen en ella una tipología que la hace e#emplar para todos los discípulos del 0nico maestro que es =risto. *ucas la propone como modelo de la Iglesia y de los discípulos de todos los tiempos. El concepto tipo 'del griego t%ptein) incluye tres elementos6 a) epresentaci+n de un contenido espiritual de parte de una 2igura concreta. b) Vínculo real interno, 2undamento de la representaci+n. c) E#emplaridad o car%cter de modelo moral consiguiente a la representaci+n. En su persona, completamente dedicada al sericio de !ios y per2ectamente unida al hi#o Salador, la Virgen es la representaci+n singular y transparente de la íntima esencia del discípulo del Señor. econocemos en María una anterioridad respeto a los dem%s discípulos? en cuanto Ella los ha precedido a todos en la 2e en =risto. Ella es discípulo de primera hora 'arcaios mathet&s), ya que Ella ha creído en el "i#o del $ltísimo en el momento que estaba por encarnarse en su seno por obra del Espíritu Santo. *a maternidad de María es maternidad educadora. Ella coopera en la “2ormaci+n “de los cristianos6 Suscita con su in2lu#o y e#emplo una actitud de asimilaci+n a la ida de =risto y una disponibilidad a los designios diinos. =omo aut>ntica discípula María habita en la palabra, que la compaña toda la ida seg0n la promesa de /es0s6 “si permanecen 2ieles a mi palabra ser%n erdaderamente mis discípulos& '/n. :,97). Su ida es la de una discípula que responde con coherencia y amor a la palabra de !ios. *a consagraci+nBocaci+n de María 2ue ordenada esencialmente a la maternidad mesi%nica. Esto no signi2ica que la misi+n de la Virgen Madre se haya limitada a dar a luz al Salador. En la isitaci+n ella como “proto misionera& anticipa a la iglesia. Su ia#e a /udea lleando en su seno al Salador, es anticipo del gran ia#e de /es0s hacia /erusal>n '*c. ;,57). Nna primera interpelaci+n se da a la mariología que ha ignorado el título de discípula del Señor, concentrado e1cesiamente el discurso sobre María como Madre de !ios. (ensar en María como discípula responde a una e1igencia para la Iglesia interpelada a iir la “hora del seguimiento&. "acer memoria de María es signi2icatio para la Iglesia porque en ella encuentra un estilo de seguimiento de =risto que se distingue por la coherencia y la 2idelidad. “F0, bienaenturada María, que acogiendo el anuncio del %ngel has llegado a ser Madre del Verbo? t0 bienaenturada, que meditando en el silencio del coraz+n las palabras celestes has llegado a ser discípula del diino Maestro&. ' 'ormulario nro. () colecci!n *isas de la +eata Viren *aría).
María apunta a los alores 2undamentales y permanentes del discipulado6 Ella es un discípulo, no en el sentido hist+rico de haber acompañado a /es0s durante su ministerio, sino en el sentido e1istencial de haber escuchado la palabra de !ios y actuado en consecuencia. Imitar a María es la consecuencia de quien ha reconocido el car%cter e#emplar de su ida y de su testimonio de discípula.
María+ discí!la y e$a#%eli.ad"ra En María la eangelizaci+n comienza con su respuesta humilde y contundente, “h%gase en mí seg0n tu palabra& '*c. 7,9:), es ya el primer anuncio integrado a todo el proyecto que !ios tiene para salar la humanidad. María, al concebir a /es0s, hace suyos los misterios del reino, y se conierte en discípula de su "i#o. “(or su 2e, María seguía oyendo y meditando aquella palabra, en la que se hacia cada ez m%s trasparente, de un modo “que e1cede todo conocimiento& 'E2. 9,7;) la auto reelaci+n del !ios iiente. María Madre se conertir% así, en cierto sentido, en la primera discípula de su hi#o la cual parecía decir6 “Sígueme& antes a0n de dirigir esa llamada a los ap+stoles o a cualquier otra persona '=2r. /n. 7,89). 'Carta ,nc -edemptoris *ater , -). $ 2inales del siglo I los eangelios atestiguan la presencia de María en la iglesia primitia. En su a2%n por ilustrar lo m%s completamente posible la realidad de =risto, pro2eta esperado, *ucas y Mateo en y leen en el $. F. tambi>n a María? la mu#er anunciada es Ella. =risto nos ha salado predicando, haciendo prodigios, muriendo y resucitando? María colabora 2ielmente, con humildad, participando actiamente en la obra del Salador. Salada tambi>n ella, reela en sí lo que la salaci+n de !ios puede realizar en el que lo acoge? a tra>s de las pocas palabras de María que los eangelistas nos transmiten, se puede er la realidad del eangelio iido y entender el mensa#e de María eangelizadora de “todos las generaciones&. El =oncilio Vaticano II subraya oportunamente que la primera 2orma 2undamental del sericio a la eangelizaci+n es la ida '*3 95), a la cual a unido el sericio de las obras '$$9). María, presente como Madre y modelo en toda la ida de la Iglesia, no puede quedar e1cluida le
colaborar a la eangelizaci+n? la madre del erbo encarnado es la primera colaboradora en la realizaci+n del eangelio '*354). María aporta su colaboraci+n santi2icando a /uan, el pro2eta del $ltísimo, suscit%ndola 2e en los discípulos, orando para que el Espíritu Santo ilumine a la iglesia primitia. María es el modelo del creyente que ie el eangelio en la 2e y las obras, ella es el libro de ida al que los ap+stoles y la iglesia miran con amor. '*345). María es llamada Estrella de la Eangelizaci+n'E C :-). Ella habla con su santidad, demuestra la erdad y la e2icacia de la palabra en su ida enseña a creer, a acoger a responder humildemente, generosamente, plenamente. María ayuda al que llea el mensa#e y al que lo recibe, colaborando para hacer iir el Eangelio. María sigue siendo signo y prenda de 2idelidad y de 2ecundidad en la 2e porque su presencia en el seno de la Iglesia es de constante intercesi+n *a erdadera eangelizaci+n tiene sus características propias6 llea el signo de la noedad real, abre el coraz+n al gozo, hace crecer la esperanza, compromete a una respuesta al que la acoge. Cing0n eangelio como el anunciado por María con su ida responde tan e1actamente a estas características. María adem%s de ser ella misma eangelio iido y o2recido silenciosamente a sus hi#os, ha deseado en el eangelio escrito sus palabras m%s hermosas6 El anuncio gozoso del Magni2icat. Encontrarse con María es encontrarse con el eangelio io y sentirse impulsado a iirlo y a comunicarlo a los dem%s. Mientras peregrinamos María ser% siempre la educadora de la 2e. María con la generosidad de su respuesta, puede ayudarnos a renoar nuestra ida y comprometernos a iir e irradiar nuestra identidad cristiana. Cuestra misi+n en $m>rica *atina es eangelizar con María y como María, para ello es 2undamental iir las irtudes y actitudes de ella. "oy, cuando en nuestro continente latinoamericano se quiere en2atizar el discipulado y la misi+n, es Ella quien brilla ante nuestros o#os como imagen acabada y 2idelísima del seguimiento de =risto. $l respecto a2irma el (apa @enedicto QVI6 “María Santísima, la Virgen pura y sin mancha es para nosotros escuela de 2e destinada a guiarnos y 2ortalecernos en el camino que llea al encuentro con el creador del cielo y de la tierra. El (apa ino a $parecida para decirles en primer lugar6 (ermanezcan en la escuela de María? inspírense en sus enseñanzas, procuren recoger y guardar dentro del coraz+n las luces que ella, por mandato diino les enía desde lo alto&, '@enedicto QVI osario en el Santuario de $parecida. Mayo 7- R -A).
C"#cl!si<#
Imitar a María es la consecuencia de quien ha reconocido el car%cter e#emplar de su ida y de su testimonio de discípula. Imitarla es en t>rminos bíblicos caminar con Ella y seguirla. “!e hecho, en su ida 2ue modelo de aquel amor materno, con el cual tienen que ser animados todos aquellos que en la misi+n apost+lica de la iglesia cooperan en la regeneraci+n de los hombres& '*3 45). María es por e1celencia primera discípula y misionera, acogi+ la palabra en su coraz+n antes de encarnarla en su seno bendito. =aminemos ba#o el manto de la Santísima Virgen, en el anuncio gozoso del Eangelio para que nuestras comunidades cristianas tengan en >l ida nuea.