Lo que significa ser Siervo de Dios (1ªparte) Escrito por Sheila Baughan Miércoles, 27 de Octubre de 2010 18:33 El título más alto al cual puede aspirar un cristiano es SIERVO DE DIOS. Éste es el título dado a: Moisés, David, Israel como nación, el Mesías, al apóstol. Israel – "Escucha, – "Escucha, Israel, pueblo de Jacob, mi siervo, a quien yo he elegido, pueblo descendiente de mi amigo Abraham.” (Isaías 41:8) Mesías – “Después de tanta aflicción verá la luz, y quedará satisfecho al saberlo; el justo siervo del Señor liberará a muchos, pues cargará con la maldad de ellos.” (Isaías 53:11) Jesús – “…sino que renunció renunció a lo que era suyo y tomó naturaleza naturaleza de siervo. siervo. Haciéndose como como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera” (Filipenses 2:7) Pablo – “Los saluda Pablo, siervo de Cristo Jesús llamado por él para ser apóstol y apartado para anunciar el evangelio de Dios.” (Romanos 1:1) Timoteo – “Confiado en el Señor Jesús, espero mandarles pronto a Timoteo, para alegrarme al recibir noticias de ustedes. Porque no tengo a ningún otro que comparta tanto mis propios sentimientos y que de veras se preocupe por el bien de ustedes; todos buscan su propio interés, y no el interés de Jesucristo. Pero ustedes y a saben del buen comportamiento de Timoteo y de cómo ha servido conmigo en el anuncio del evangelio, ayudándome como si fuera mi hijo. Así que espero enviárselo en cuanto yo sepa qué va a pasar conmigo; aunque confío en el Señor que también yo mismo iré pronto.” (Filipenses 2:19-24) 2:19-24) Una frase que invito a ustedes a aprender de memoria es la que define claramente la misión de Jesús es: “Porque ni aún el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud.” Interesante es leer Marcos 10:41-45 10:41-45 porque aprendemos acerca de la verdadera autoridad, y la grandeza en el reino de Dios. Normalmente los seres humanos servimos para: Recibir reconocimiento de los amos, jefes. Satisfacción propia. Desarrollar un don que nos gusta lucir. No ser un don nadie en la sociedad.
Cumplir una obligación. Comparemos el pasaje de Marcos 10 con Lucas 17:7-10 17:7-10 que termina diciendo: diciendo: “Así también ustedes, cuando ya hayan cumplido todo lo que Dios D ios les manda, deberán decir: – decir: – somos somos servidores inútiles, porque no hemos hecho más que cumplir con nuestra obligación”. Nos damos cuenta que: Servir es perder los derechos de hacer lo que quiero con mi tiempo. Servir es dar, es involucrarme en la necesidad de mi Señor, y de otros. Servir es amar incondicionalmente al amo y hacer las cosas bien. Servir es estar en segundo lugar, no tomar la gloria, no ser primero, no sacar nunca el delantal, no esperar honores. Servir es rendirse totalmente. Llegar a ser un buen siervo va a requerir entender la actitud, el ámbito y el ejemplo del siervo de Dios.
Lo que significa ser Siervo de Dios (2ªparte) LA ACTITUD DEL SIERVO DE DIOS. D IOS. Para tener esta actitud se requiere de disponibilidad, humildad, humildad, amor, responsabilidad, constancia, obediencia y sujeción, sumisión, fidelidad. Lucas 17:10 “Así también ustedes, cuando y a hayan cumplido todo lo que Dios les manda, deberán decir: 'Somos servidores inútiles, porque no hemos hecho más que cumplir con nuestra obligación.” I Pedro 5:5-6 5:5-6 “De la misma manera, ustedes los jóvenes sométanse sométanse a la autoridad de los ancianos. Todos deben someterse unos a otros con humildad, porque: "Dios se opone a los orgullosos, pero ayuda con su bondad a los humildes. Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los enaltezca a su debido tiempo.” EL AMBITO DEL SIERVO DE DIOS.
1. La Casa. Todo comienza en mi hogar. “Hijos, obedezcan a sus padres como agrada al Señor, porque esto es justo.” (Efesios 6:1) 2. La Sociedad: “Aunque no soy esclavo de nadie, me he hecho esclavo de todos, a fin de ganar para Cristo el mayor número posible de personas. Cuando he estado entre los judíos me he vuelto como un judío, para ganarlos a ellos; es decir, que para ganar a los que viven bajo la ley de Moisés, yo mismo me he puesto bajo esa ley, aunque en realidad no estoy sujeto a ella.” (1 Corintios 9:19-20) 9:19-20) 3. El Trabajo: “Los que están sometidos a esclavitud, deben considerar a sus amos como dignos de todo respeto, para que no se hable mal del nombre de Dios ni de nuestra enseñanza, y si algunos tienen amos creyentes, que no dejen de respetarlos por ser sus hermanos en la fe. Al contrario, deben servirlos mejor todavía, porque los que reciben sus buenos servicios son creyentes y hermanos amados.” (1 Timoteo 6:1-2) 6:1-2) 4. Contexto esclavitud: “Esclavos, obedezcan o bedezcan ustedes a los que aquí en la tierra son sus amos. Háganlo con respeto, temor y sinceridad de corazón, como si estuvieran sirviendo a Cristo.” (Efesios 6:5) 5. La Iglesia: “Obedezcan a sus dirigentes y sométanse a ellos, porque ellos cuidan sin descanso descanso de ustedes, sabiendo que tienen que rendir cuentas a Dios. Procuren hacerles el trabajo agradable y no penoso, pues lo contrario no sería de ningún provecho para ustedes.” (Hebreos 13:17)
EJEMPLO DE SIERVO EN LA BIBLIA Moisés era amigo de Dios y siervo – siervo – inspiró inspiró a un joven llamado Josué: 1. Obediente: “Entonces Moisés le dijo a Josué: –Escoge – Escoge algunos hombres y sal a pelear contra los amalecitas. Yo estaré mañana en lo alto del monte, con el bastón de Dios en la mano. Josué hizo lo que Moisés le ordenó, o rdenó, y salió a pelear contra los amalecitas. Mientras tanto, Moisés, Aarón y Hur subieron a lo alto del monte.” (Éxodo 17:9,10) 2. Servidor: “Dios hablaba con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo, y después Moisés regresaba al campamento. Pero su ayudante, el joven Josué, hijo de Nun, nunca se apartaba del interior de la tienda." tienda." (Éxodo 33:11) 3. Copia fiel: “Moisés y Aarón se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente delante de todo el pueblo, y Josué y Caleb, que habían estado explorando el país, se rasgaron la ropa en señal de dolor y dijeron a todos los israelitas: –¡La israelitas: –¡La tierra que fuimos a explorar explorar es excelente!” excelente!” (Números 14:5-7) 4. Nombrado líder: “El Señor respondió a Moisés: –Josué, – Josué, hijo de Nun, es un hombre de espíritu. Tómalo y pon tus manos sobre su cabeza. Luego preséntalo ante el sacerdote Eleazar y ante todo el pueblo, y dale el cargo delante de todos ellos; pon sobre él parte de tu t u autoridad, para que todo el pueblo de Israel le obedezca. Pero Josué deberá presentarse ante el sacerdote Eleazar, y Eleazar me consultará en su nombre por medio del Urim. Josué será el que dé las las órdenes a los israelitas, para todo lo que que hagan. Moisés hizo tal como el Señor se lo había ordenado. Tomó a Josué y lo presentó ante el sacerdote Eleazar y ante todo el pueblo. Le puso las manos sobre la cabeza y le dio el cargo, tal como el Señor lo había ordenado por medio de Moisés.” (Números 27: 18-23) 5. – 5. – Es Es un hombre en el cual hay espíritu – espíritu – (¿de siervo?) Para ser líder líder usado por Dios, hay que ser siervo de un siervo de Dios. Imitar y seguir el ejemplo que tenemos del guía espiritual. Preguntemos a Dios: ¿Qué actitud tengo que cambiar para ser mejor sierva tuya? ¿Qué obstáculos/condiciones obstáculos/condiciones pongo yo al ser enviada en una tarea? ¿Estoy realmente disponible a Dios, y sin buscar un reconocimiento humano? Citas bíblicas tomadas de de La Santa Biblia Dios Habla Hoy (1996)
MANUAL: LA ACTITUD RENOVADA DEL SIERVO by Adrian on 4 JUNIO, 2013 in MANUALES MANUAL PARA FORMAR SERVIDORES PARA LA OBRA DEL SEÑOR Tema 1
LA ACTITUD RENOVADA DEL SIERVO
LECCIÓN 1 LA ACTITUD RENOVADA DEL SERVIDOR Cita Bíblica: Filipenses 2:1 Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, 2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. 12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor. Introducción: A)El Apóstol conocía la necesidad que había en las iglesias a su cargo, sabía que el pensamiento y las actitudes de la gente batallan para servir por Dios. B)Debe de desecharse los pensamientos negativos del siervo, de sus hechos del pasado como de los tropiezos que le causan para seguir a Cristo. C)Debe de haber una trasferencia de vida, un cambio una transformación de la vida a través de la “renovación de vuestro entendimiento”. Objetivo: Entre los creyentes, siervos, servidores, los que llevan la carga de las actividades en la iglesia deben de ser llamados por Dios y confirmados por los pastores de la iglesia, deben de tener una actitud renovada.
PRACTICANDO LA HUMILDAD Y LA HONESTIDAD. A)Entre los siervos de la iglesia, debe de practicarse la humildad,a) la sensibilidad y ser honestos, b) capaces de comprender el estado de la iglesia, c) ayudar a caminar, d) y no ser tropiezos para nadie. B)No debe de haber rivalidad ni competencias, nadie es mejor como el que sirve de corazón al Señor. C)El espíritu partidario y vanagloriososon enemigos del compañerismo de una iglesia, destruye la unidad. D) Hay formas de vencerlos, una de ellas es practicando la sinceridad y la humildad Efesios 4:1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5 un Señor, una fe, un bautismo, 6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. 7 Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. E)Pablo dice que debemos estimar a los demás como superiores a nosotros mismos,a) esto significa, que debemos reconocer las capacidades de servicio, b) los dones y talentos que D ios ha puesto a los hermanos servidores. F) Esto también significa que debemos de respetarnos los unos a los otros, en amor fraternal. Romanos. 12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. 11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. G)Se deben de quitar los intereses personales, en la iglesia no debe de haber intereses, una y exclusivamente el servir al Señor y servirlo bien. 1 Corintios 10:24 Ninguno busque su propio bien, sino el del otro. H)Debemos ser considerados lo importante es edificarnos, ayudarnos y bendecirnos unos a otros, como le ejemplo que nos dio nuestro Señor. Romanos. 15:1 Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. 2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. 3 Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.
LOS CREYENTES EN LAS IGLESIAS DEBEN CORRESPONDER AL AMOR Y DARSE AL SERVICIO A DIOS Y A MIEMBROS DE LA IGLESIA. A) Los cristianos al servicio de Dios a)deben crecer en el conocimiento de la palabra b)y alcanzar madurez, c) ya que se presentarán constantes inconvenientes. La iglesia no está exenta de dificultades que pueden frenar el progreso de la misma, por sus mismos miembros. ¿CÓMO CALIFICAS TU ACTITUD ACTUALMENTE? A) Buena y renovada, actitud dispuesta, o estás batallando con tu propio carácter. ¿Te cuesta trabajo someterte a tus autoridades espirituales? C)¿Puedes entender tu propia actitud y la demás personas? D)¿Puedes ser fiel servidor, puedes ayudar y servir sin criticar?a) ¿Sin renegar? b) ¿Se te puede confiar responsabilidades? E)¿Hay algo del pasado que te detiene servir? ¿Te está resistiendo a un verdadero cambio? F)Ejemplos:a) Resentimientos, b) amarguras, c) maldiciones, d) ofensas, e) malaventuras, f) ataques sexuales, g) robos, h) acusaciones, i)algunos actos inmorales, j) violaciones, k) pornografía, l) rebelión, m)vicios, n) religiosidad. G)Todo esto debería ya haber quedado en el pasado, el servicio a Dios debe de ser de gente nueva. OTROS OBSTÁCULOS O ACTOS QUE FRENAN LA VIDA DE UN SERVIDOR, Y SON ACTOS DE OCULTISMO. A)Practicas del pasado que te siguen perjudicando o que te siguen molestando. B)Tales como:a) Embrujos, b) limpias, c) conjuros, d) lectura de cartas, e) tarot, f)consulta de la guija. C)¿Piensas que aún no estás libre de embrujos, hechizos o ritos satánicos? D)Estos actos te hacen sentir inferior, pobre y enfermo, ¿qué te hacen tener mala actitud? E)¿Existe rechazo a la Palabra de Dios? ¿A las cosas espirituales? F) Todo pecado debe ser confesado y pedir perdón ante Dios de todo corazón, y creer que Dios es fiel y justo para perdonarte. G)“Todos venimos de la oscuridad de este mundo, a) de un sistema religioso, b) de algún mal arraigado y de la desobediencia.
H)Puede ser que aun batallas con prácticas del viejo hombre.Colosenses 3:5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia que es idolatría; 6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, 7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. 8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. 9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, 10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno. CUANDO UN HOMBRE Y UNA MUJER TIENEN UNA VERDADERA ACTITUD RENOVADA, EMPIEZAN A REFLEJAR UNA MADUREZ CRISTIANA. A)Esto lo reflejará en todo momento,a) en su casa, b) en el trabajo, c) en la sociedad. B)Cuando alguien tiene una renovación,a) es un nuevo hombre, b) t iene un nuevo nacimiento, c)empieza a caminar en novedad de vida, d) se dirige por el camino de fe, e) del perdón y disposición espiritual. C)La actitud del creyente se vuelve reverente.a) Desecha el egoísmo, b) las competencias, c) la altivez, d) la vana gloria, e) no presenta egoísmo ni mal carácter, f)las decisiones se reflejan en los hechos y en las palabras. D)No alimenta los deseos carnales,a) no es lujurioso, b) no tiene malas intenciones de seducciones o perversiones. E)No se deja llevar por ideas y sentimientos traicioneros,a) no tienen actitudes de falta de respeto, b) no hace tropezar a nadie, c) camina con temor a Dios. F) Dice el apóstol Pablo: Filipenses 4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. 9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. LA ACTITUD RENOVADA DEL SIERVO, JESÚS LO DEJÓ BIEN ENSEÑADO. A)Jesús enseñó a sus discípulos a empezar a servir desde los pies. Jesús dejó ejemplo de servicio: Mateo 20:28 Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. C)Jesús tomó forma de siervo y se despojó así mismo. Filipenses 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
D) El despojarse de sí mismo, significa: a) Ofrecer lo que yo soy y tengo lo dispongo a otros, b) para que reciban mis beneficios, c) por mi actitud pasiva. E) Lo que Dios me ha dado por Su Palabra, las buenas nuevas de salvación, se las comunico a otros. F)La actitud del siervo refleja sujeción. Cuando obedezco, obedezco a Dios a Su Palabra. G) La sumisión de respeto me hace obedecer a mis pastores y a las autoridades del estado y del país. H)¿Sabes bien que El Señor se ha fijado en ti? Entonces de ejemplo de tu mayordomía que Dios ha depositado en ti. I)La actitud del siervo no debe ser emocional sino espiritual. Debe ser limpio en la fe, no debe fingir, debe ser auténtico y seguro en la fe.2 Timoteo 1:3 Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; 4 deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; 5 trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. NUESTRA FE PUDE DEJAR HUELLA DE FE A LOS DE NUESTRA CASA, A LOS DEMÁS QUE LES TESTIFICAMOS, PERO ANTES DEBEMOS DAR FRUTOS DE NUESTRAS PROPIAS CONDUCTAS, QUE SE VEA EN NUESTRA PROPIA VIDA LO QUE DIOS Y SU PALABRA HA HECHO EN NOSOTROS, TENGAMOS LA ACTITUDDE CRISTO EN NUESTRA MANERA DE SER Y DE VIVIR, DANDO EJEMPLO DE CREYENTES FIELES.
La actitud de gratitud (bosquejo) Salmo 100:1 -2 Intro. Nuestra actitud tiene mucho que ver con nuestra felicidad. Hay los que han tenido muchas malas experiencias. Esto tienda a influir nuestra actitud. Tenemos que tener cuidado q ue nuestro estado de ánimo no afecte nuestra actitud. Mire lo que Salomón dijo sobre un corazón contento y alegre. Prov. 15:13, 15, 17:22 I. Debemos cantar alegres. A. En gran tristeza no tenemos muchas g anas de cantar. Salmo 137:1-4 1. Puede ser himnos que nos guían en reflexionar. 2. Puede ser himnos que sirven para expresar nuestra tristeza. B. Deb emos cantar alegres en alabanza. 1. Nuestro Dios es alegre. a. El debe ser alabado por un pueblo alegre. b. Si la alabanza es alegre es una indicación de que sale del corazón. (1. No es rutina. (2. No es por obligación. (3. Los creyentes tienen mucha razón por estar alegres. 2. Debemos cantar en alabanza a Dios. a. No para nuestro entretenimiento. b. P or eso, no es correcto aplaudir después de un número especial. 3. Mucho de lo que se llama música en el mundo hoy en día no tiene nada que ver con la alegría. Es, más bien, para distraer la mente. II. Debemos servir a Dios con alegría. A. Es nuestro deber servir a Dios. 1. S omos su pueblo. v. 3 2. Somos ovejas de su prado. v. 3 B. Dios tiene derecho de esperar que le sirvamos. 1. Si yo tengo algo que no me sirve tengo ganas de deshacerme de eso. 2. Dios tiene derecho a castigarnos si no le servimos. C. Es 100 veces mejor servir con ale gría que servir con amargura. 1. Razones por no servir a Dios. a. Rebelión. b. Egoísmo. c. Ingratitud. 2. Razones por las cuales debemos servir a Dios con alegría. a. En gratitud por todo lo que él ha hecho por nosotros. (1. Salmo 100:4 (2. Col. 3:15 b. Porque le amamos. Juan 14:15 c. Por las grandes recompensas que recibiremos en los cielos. Salmo 19:9-11 D. Dios n o va a juzgarnos únicamente según lo que hemos hecho por él sino también por la actitud que tuvimos en hacerlo. E. El de servir a Dios con alegría es un acto de alabanza. F. Dios es celoso. 1. El no quiere que sirvamos a otro siervo mientras que estamos sirviendo a él. a. Josué 24:14 b. Isa. 42:8 2. Mat. 6:24 G. Es un honor y privilegio servir al Rey de Reyes. III. Debemos venir ante su presencia con regocijo. A. Se trata de la oración. B. En la oración nos presentamos delante de su trono. Heb. 4:16 1. Podemos venir confiadamente. a. Que él nos escuchará. b. Que él nos concederá lo que pedimos si sea de conforme a su voluntad. 2. Es un trono de gracia (favor no merecido). C. Es algo estupendo que podemos acercarnos a Dios en oración. 1. Ni aun tengo esta libertad con el intendente de la ciudad. 2. Piense de la ignorancia de los chicos que se ríen mientras que otro chico está orando. D. Orar es dejar a Jesús tener parte en nuestra vida. Apoc. 3:20 1. Es permitir a él ejercer su poder para suplir nuestra necesidad. 2. Es permitir a él glorificar su nombre a través de no sotros. E. Judíos, tal vez, entendieron esto como ir al tabernáculo o al templo para adorar a Dios. Nosotros también deb emos encontrar gran gozo en ir a la casa de Dios para adorarle. Concl. Todo depende si tenemos la actitud de gratitud. Todo lo que hacemos para Dios debe ser con alegría. Jamás debe ser con el sentido de obligación o con la esperanza de que Dios estará obligado a darnos algo. Compartir en Facebook Autor: Russell George - Temas relacionados: Bosquejos, Gratitud carmen de alvarenga Mayo 6, 2015 a las 9:36 am Dios bendiga sus vidas grande y poderosamente por sus grandes enseñanzas, para mi vida y ministerio son de gran bendición. Responder saidel Enero 26, 2016 a las 6:41 pm muchas gracias por este bosque que son muy utiles, para personas como yo que estamos empezando a predicar o enseñar Dios les sigad dando sabiduria!! Responder anel Noviembre 6, 2016 a las 8:40 am mi anelo es siempre darle gracias a Dios en todo Responder Deje un comentario respetuoso. Tome en cuenta que esto no es un foro de debates, y no todos los comentarios son aprobados.
Pastor Raúl Marroquín 28 de febrero de 2010 NUESTRAS PRÉDICAS El efecto de la productividad Pastor Cash Luna 20 de septiembre de 2015 ¡El Señor espera de aproveches tus talentos y los hagas producir al ciento por uno! Jesús desea sanarte Pastor Cash Luna 02 de abril de 2017 Tienes potestad para declarar tu sanidad y la de quienes desean recibirla. Cómo enfrentar una crisis Pastor Raúl Marroquín 26 de marzo de 2009 Los tiempos difíciles son oportunidades para demostrar tu fe, fortaleza y creatividad. El Señor te ayuda a superar cualquier tribulación. Dos testimonios 28 de abril de 2015 No te canses de compartir con el mundo las maravillas que Dios ha hecho en tu vida. A pocos días de Hechos 29 Pastor Cash Luna 30 de noviembre de 2007 A pocos días de dar inicio el Congreso Internacional de Jóvenes Hechos 29, se vive gran expectativa de parte de todos los participantes y organizadores, muchas sorpresas nos esperan a partir de este miércoles 5 de diciembre
Muchas veces sucede que pensamos algo, le damos vueltas en nuestra cabeza pero al final no lo hacemos. Durante un viaje, vi la oportunidad para hacer un negocio y regresé con la idea de implementarlo, investigué, planifiqué y pensé mucho en ello pero nunca actué. Lo fui dejando de lado hasta que un día me recordé de la idea cuando vi que alguien ya la había puesto en práctica. No basta pensar, también hay que hacer. Tal vez ya viste a la jovencita que te gusta para tener una relación formal y casarte, pero si no actúas, puede ser que otro se te adelante, te coma el mandado y te deje sólo con el pensamiento. Hacer las cosas y poner en práctica las promesas que Dios nos ha dado requiere fe. Todos tenemos prometida salud, prosperidad y bendición pero debemos trabajar por alcanzarlas. Si ya renovaste tu pensamiento, si estás convencido de que verás milagros sobrenaturales, entonces ¡hay que hacerlo! Dejamos de obtener porque no actuamos y la culpa es nuestra, no del Señor que ya te dio lo que le pides. Buscamos cualquier escusa y culpables. Decimos que el diablo o el dinero nos limitan, pero es mentira. Nada debe detenerte. La posición del diablo ante los hijos de Dios es debajo del zapato, él no puede impedir lo que el Señor ha mandado. Los recursos y el dinero tampoco son escusa para dejar de hacer. Las cosas materiales no son quienes te dan permiso o te impiden actuar. Haz lo que piensas y sabes que Dios te ordena. Su Palabra es para ejecutarla, no para guardarla o esconderla. Las empresas exitosas son aquellas que tienen buenas ideas, las producen y ejecutan. Un gran invento no funciona si se queda en la cabeza del inventor. Las promesas no sirven si no las creemos para verlas realizadas. El Pastor Cash es alguien con una fe sobrenatural. Nuestra actual iglesia y la que estamos construyendo son lugares concebidos por fe, ya que no tenemos el dinero pero sí la promesa del Señor de que toda obra en Su nombre será grandiosa. Al recibir esta promesa, el Pastor Cash empezó a actuar de inmediato. Cuando iniciamos la construcción del primer templo donde hoy nos congregamos, yo era el tesorero y estuve presente cuando el pastor le dijo a la dueña del terreno que se lo compraríamos al contado. Yo dudé porque sabía que no teníamos todo el dinero, pero él insistía que Dios le había dicho que así sería. Efectivamente, un par de semanas después, estábamos firmando las escrituras y pagando al contado. Nunca le pedimos permiso al dinero, todo fue concebido por fe para darle gloria a Dios. Actitud correcta Convéncete, son nuestras actitudes las que muchas veces nos detienen, no el diablo ni el mundo. Cuando aceptas al Señor, obtienes la vida eterna y entras en un proceso para renovar tus pensamientos y actitudes. Éstas son la forma habitual de actuar de cada persona y se aprenden. Son costumbres, hábitos y formas de reaccionar ante los pensamientos. Son comportamientos que se emplean para llevar a cabo un pensamiento. Una actitud es cómo actuamos y llevamos las promesas del mundo espiritual al terrenal.
Entonces, nuestra actitud debe ser positiva, confiada en que Dios está de nuestro lado. Una actitud negativa hace que las promesas reboten y no se cumplan. Para alcanzar el éxito debemos tener buenos pensamientos y también buenas actitudes que promuevan nuestra buena conducta. Esa es la fórmula correcta para ver realizadas las promesas en nuestra vida. A los grandes hombres de la Biblia se les conoce por sus actitudes y conductas. Abraham, Elías y Moisés son recordados por su capacidad de pensar y obrar según la Palabra. Abraham no podía tener hijos pero escuchó la promesa, renovó su actitud y pudo gozarse contemplando las estrellas del cielo y creyendo que era posible ser bendecido de esa forma. Dios te ha llamado a hacer cosas imposibles y sobrenaturales, eres hijo del Todopoderoso, no lo dudes más. Todo lo bueno y grande que tengas dentro de tu cabeza está esperando para concretarse en obras. Es tu tarea y obligación hacerlo porque nadie lo hará por ti, no te quedes sentado esperando escuchar ángeles hablándote. Si a los buenos pensamientos les sumas mala actitud, el resultado es fracaso, por el contrario, buenos pensamientos más buenas actitudes siempre sumarán éxito. Hay muchas actitudes positivas que nos ayudan a lograr lo que deseamos, pero especialmente debemos buscar dos: Actitud de perdón Marcos 11:24-25 aconseja: Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. En nuestra oración podemos pedir cualquier cosa. Piensa en todo lo que quieres obtener, tenlo presente cuando te acerques al Señor y antes de pedirlo, recuerda que debes perdonar. Cuando estás frente a Él, recibirá tus peticiones y te dirá: “Yo te puse ese pensamiento, quiero verlo realizado en tu vida, pero primero necesito que vayas y perdones”. El perdón es una prioridad para el Señor. Es tan importante que envió a Su Hijo Jesucristo para perdonar nuestros pecados. Conozco gente muy noble y humilde que no contamina su corazón con ningún rencor, pero también conozco personas que andan por la vida con la peor actitud, esperando recibir la ofensa para guardarla como un tesoro. Cierta vez, en medio del tránsito, la persona del carro detrás de mí, no me dejaba en paz. Tocaba y tocaba la bocina por más que yo intentaba hacerme a un lado para que me rebasara. A la tercera vez que me quité, esta persona maniobró para quedar junto a mí y bajó su vidrio, en ese momento me preparé para responder cualquier cosa porque ya estaba muy enojado, pero me sorprendí cuando amablemente me dijo: “tiene la llanta pinchada”. Mi actitud no era la correcta, estaba esperando lo malo en vez de ser positivo y esperar lo bueno. Revisa la actitud que tienes ante la vida. Hay muchas personas que ocupan tiempo valioso en pelearse, pensar en lo que responderán ante las ofensas, lloran, sufren e incluso ayunan por el dolor que sienten, pero hay otros que usamos lo que se llama “aceite de tortuga” para que lo malo nos resbale o nos saque una concha dura que evite las ofensas y el sufrimiento. Es inevitable que nos ofendan pero podemos evitar ser
ofendidos. Somos personas sociales que necesitamos trabajar en equipo y relacionarnos con otros que son tan imperfectos como nosotros, pero sentirnos ofendidos no debe impedirnos hacer y actuar bien. Si te ofenden, no esperes a que te pidan perdón de rodillas, por el contrario, perdona incluso antes de que la otra persona descubra que te ofendió. Solamente con una correcta actitud de perdón podrás hacer las cosas y ver las promesas cumplidas. Lucas 17:3-4 nos pide que perdonemos: Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale. Perdonar una ofensa siete veces al día es una exageración. Eso significa que esa persona te ofenderá desde que te levantes hasta que te acuestes, pero esa es la medida sobrenatural de perdón que el Señor nos pide porque sabe que de ello depende que avancemos. Es como decirte: “tu actitud de perdón debe adelantarse a las ofensas para que éstas no te limiten y hagan sufrir”. Quien perdona siete veces al día tiene una verdadera actitud de perdón. Efesios 4:32 nos dice cómo debemos actuar: Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Perdona siempre y antes que te lo pidan. No esperes, tú debes adelantarte para no perder tiempo, entonces, cuando la persona se acerque a pedir perdón, tú ya estarás haciendo lo que debes para ser bendecido. La actitud de perdón anticipada es indispensable para poner en práctica los buenos pensamientos que el Señor pone en nuestra mente. Actitud de obediencia Aprendemos a ser obediente por las buenas o por las malas. Los niños aprenden a lavarse los dientes porque obedecen a su mamá o porque deben ir al dentista cuando sufren por las caries. La vida es así, el Señor en Su Palabra nos dice qué debemos evitar y no hacer, pero si desobedecemos, afrontamos las consecuencias y problemas. Todo cae por su propio peso y nos damos cuenta que Dios tenía razón. Para acelerar el proceso de obtener las promesas debes tomar el hábito de obedecer a la primera. Eres un rebelde convencido si necesitas escuchar cinco o seis versículos para que tu mente se abra. Dios quiere que obedezcas a la primera, no después de varios sermones. Mucha gente está a la espera de una señal para obedecer y no se dan cuenta que con las promesas es tiempo de actuar. Lo que Dios prometió para hoy, es para hoy, no para mañana, deja de esperar más confirmaciones y obedece. Mateo 7:21advierte: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Ser cristiano es suficiente para ser salvo pero para hacer la voluntad de Dios hay que actuar. Sólo de esa forma demostrarás que eres obediente. Renueva tus hábitos, actitudes y costumbres para tener una reacción inmediata al perdón y la obediencia. 1ra. Reyes 3:14 promete: Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días. Luego de un pensamiento, necesitamos tiempo para ejecutarlo. Tenemos una vida que se acaba por más tratamientos de belleza que hagamos. Solamente la sabiduría e inteligencia del que guarda y cumple Sus mandamientos puede añadir largura de días, riquezas y honra a su vida porque demuestra ser multiplicador de lo que recibe. En una empresa se da más tiempo y aprecio a quien ejecuta más de lo que se le pide, no a quien se le pide algo y dice que lo cumplirá pero nunca lo hace. Es como la parábola de los talentos donde vemos que se recompensa al que entregó más de lo que recibió. Quien más trabaja, más recibe. Cuando eres alguien que trabaja y pone por obra, el Señor dice: “a este siervo amado debo alargarle los días porque sí funciona”. Sin obediencia no podemos “hacer” para alcanzar nuestras promesas. Obrar como hijos de Dios Mateo 12:50 asegura: Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre. Ser una persona que piensa y actúa tiene muchos beneficios pero el más grande es tener al Señor de nuestro lado. Muchos presumen de tener amigos influyentes y se sienten confiados de esas relaciones porque saben que les darán la mano cuando más lo necesiten, pero nosotros tenemos por amigo fiel al mejor “conecte” que alguien pueda tener. Somos apadrinados por nuestro Padre celestial que nos dirá: “qué necesitas, yo puedo ayudarte para que sigas adelante con tu proyecto y nada te falte”. Si quieres ser hermano de Jesús e hijo verdadero de Dios debes ganarte Su confianza con tu obediencia y actitud correcta. Para tener la identidad del Señor y sacarle provecho en esta tierra, preséntate delante de Él con un corazón humilde, obediente y capaz de perdonar. Nuestra actitud es importante para Dios que está pendiente de cada detalle de nuestro ser. Demuéstrale que tienes esa actitud correcta para pensar y hacer como Él pide. Si crees con fe y obedeces Su palabra, te garantizo que harás lo que ojos no han visto ni oído han escuchado porque estarás apartado para hacer grandes cosas. Mantengamos una actitud positiva “Si un hombre viviera aun muchos años, que en todos ellos se regocije.” (ECLESIASTÉS 11:8) ¿QUÉ CONTESTARÍA? ¿Por qué algunos siervos fieles tienen pensamientos negativos? ¿Cómo podemos usar la Biblia para ser más positivos?
¿Cómo nos ayudan los ejemplos de la viuda pobre, Elías y el escritor del Salmo 102 a ser más positivos? 1. ¿Qué nos ha dado Jehová para que seamos felices? JEHOVÁ quiere que seamos felices y nos ha dado muchas cosas para que lo seamos. Primero, nos ha dado la vida. Gracias a él estamos en la religión verdadera, así que podemos dedicar nuestra vida a alabarlo (Salmo 144:15; Juan 6:44). Segundo, nos recuerda continuamente que nos quiere y nos ayuda a seguir sirviéndole a pesar de las dificultades (Jeremías 31:3; 2 Corintios 4:16). Tercero, nos cuida y nos protege mediante una hermandad mundial, que es pacífica, unida y amorosa. Y cuarto, nos da una maravillosa esperanza para el futuro. 2. ¿Contra qué luchan algunos siervos fieles de Dios? 2 Ya hemos visto que los siervos de Dios tenemos buenas razones para ser felices. Aun así, algunos siervos fieles luchan contra pensamientos negativos. Piensan que ni ellos ni su servicio tienen valor para Jehová. Para ellos, las palabras de Eclesiastés 11:8 de vivir muchos años felices son un sueño imposible. Les parece que su vida es un día malo tras otro. 3. ¿Por qué algunos tienen pensamientos negativos? 3 ¿Por qué algunos tienen estos pensamientos negativos? En muchos casos se debe a las decepciones, las enfermedades o la edad (Salmo 71:9; Proverbios 13:12; Eclesiastés 7:7). También puede deberse a que nuestro corazón nos traiciona y nos hace creer que hemos hecho algo mal incluso cuando Dios está contento con nosotros (Jeremías 17:9; 1 Juan 3:20). Además, el Diablo dice muchas mentiras sobre los siervos de Dios. Por ejemplo, dice que no valemos nada para Dios. Eso fue lo que Elifaz le dijo a Job. Pero era mentira entonces y sigue siéndolo hoy (Job 4:18, 19). 4. ¿Qué veremos en este artículo? 4 Dios promete en la Biblia que ayudará a los que luchan contra los pensamientos negativos (Salmo 23:4). Una forma en que los ayuda es con la Biblia. Dios ha dado poder a la Biblia “para derrumbar cosas fuertemente atrincheradas”. Así que la Biblia puede cambiar las ideas equivocadas o negativas que tengamos de nosotros mismos (2 Corintios 10:4, 5). En este artículo veremos cómo podemos usarla para ser positivos. Veamos cómo puede ayudarnos a nosotros la Biblia y cómo puede ayudarnos a animar a otros. USEMOS LA BIBLIA PARA SER POSITIVOS 5. ¿Qué consejo de Pablo puede ayudarnos a ser más positivos? 5 El apóstol Pablo habló de varias cosas que pueden ayudarnos a ser positivos. Mencionó una de ellas en una carta a los cristianos de Corinto. Pablo les dijo: “Sigan poniéndose a prueba para ver si están en la fe” (2 Corintios 13:5). La fe que menciona Pablo son todas las creencias cristianas que hay en la Biblia. En otras palabras, Pablo nos está diciendo que nos hagamos un examen para saber si enseñamos y hacemos lo que dice la Biblia. Y si pasamos el examen, estamos en la fe.
Claro, debemos comprobar que obedecemos todas las enseñanzas cristianas de la Biblia, y no solo las que nos gustan (Santiago 2:10, 11). La opinión de Jehová sobre nosotros es más importante que la nuestra 6. ¿Por qué debemos examinarnos para ver si estamos “en la fe”? (Vea la foto del principio del artículo.) 6 Quizás no queramos hacer ese examen porque pensamos que no lo vamos a pasar. Pero nuestra opinión no importa tanto como la de Jehová, porque él sabe mucho más que nosotros (Isaías 55:8, 9). Él no nos examina para ver qué hacemos mal, sino para saber cuáles son nuestras buenas cualidades y para ayudarnos. Por eso, si usamos la Biblia para ver si estamos “en la fe”, sabremos lo que realmente piensa Dios de nosotros y entenderemos que somos muy valiosos para él. Eso nos ayudará a dejar de pensar que no valemos nada. Será como abrir las cortinas en una habitación oscura para que entre la luz. 7. ¿Cómo nos ayudan los ejemplos de siervos fieles a ver si estamos “en la fe”? 7 Pero ¿cómo podemos hacernos ese examen? Comparando nuestra situación y nuestros sentimientos con los de siervos fieles que aparecen en la Biblia y preguntándonos qué haríamos nosotros en su lugar. Veamos tres ejemplos que nos enseñarán a usar la Biblia para confirmar que estamos “en la fe”. Esto nos ayudará a pensar mejor de nosotros mismos. LA VIUDA POBRE 8, 9. a) ¿En qué situación estaba la viuda pobre? b) ¿Qué sentimientos negativos pudo haber tenido? 8 El primer ejemplo nos ayudará a ser positivos cuando no podemos hacer por Jehová todo lo que nos gustaría. Repasemos el ejemplo de la viuda pobre que Jesús vio en el templo (lea Lucas 21:1 -4). ¿En qué situación estaba? Primero, perdió a su querido esposo. Además, es posible que los líderes religiosos, en vez de ayudarla, le robaran, como hacían con otras viudas (Lucas 20:47). Ella era tan pobre que la mayor donación que podía hacer al templo era lo que cualquiera ganaba trabajando unos pocos minutos. 9 Ahora imaginémosla entrando en el patio del templo con sus dos moneditas de poco valor. ¿Cómo se sentiría? Tal vez pensó que aquello era muy poco comparado con lo que podía dar cuando su esposo estaba vivo. O quizás sintió vergüenza al ver la gran cantidad de dinero que otros donaban. Incluso puede que pensara que su donación no valía nada. No sabemos qué sintió, pero sí sabemos que dio lo que tenía para apoyar la religión verdadera. 10. ¿Cómo mostró Jesús que la viuda tenía mucho valor para Jehová? 10 ¿Qué pensaba Jehová de la viuda y su donación? Jesús mostró que tenían mucho valor para Jehová. Dijo que ella había dado más que toda la gente rica. Puede que sus moneditas se perdieran entre todas las demás. Aun así, Jesús valoró mucho lo que le dio a Jehová. Los que
contaban las donaciones del templo quizás nunca supieron cuánto valoraba Jehová las dos moneditas y a la viuda. Pero no importaba lo que pensaran ellos, ni siquiera lo que pensara la propia viuda. Lo más importante era la opinión de Jehová. ¿Cómo podemos usar este ejemplo para ver si estamos “en la fe”?
¿Qué aprendemos del ejemplo de la viuda pobre? (Vea los párrafos 8 a 10) 11. ¿Cómo nos ayuda el ejemplo de la viuda pobre? 11 A veces la edad o la mala salud limitan lo que podemos hacer para Jehová. Por ejemplo, algunos quizás no puedan predicar tanto como quisieran. Puede que piensen que no vale la pena informar el tiempo que estuvieron predicando. Otros predican más horas porque son jóvenes y tienen buena salud. Aun así, piensan que lo que hacen no tiene mucho valor porque es una pequeñísima parte de las horas que predica el pueblo de Dios. ¿Cómo nos ayuda el ejemplo de la viuda en estos casos? Nos enseña que Jehová se da cuenta de todo lo que hacemos por él y lo valora mucho, sobre todo si nos resulta difícil. Repasemos el tiempo que dedicamos a Jehová el año pasado. ¿Hubo algún momento en el que tuvimos que hacer muchísimo esfuerzo para dedicarle una hora a Jehová? Si así fue, podemos estar seguros de que Jehová se dio cuenta y de que valora mucho lo que hicimos. Siempre que imitamos a la viuda pobre y hacemos todo lo que podemos por Jehová, demostramos que estamos “en la fe”. Demostramos que estamos “en la fe” cuando hacemos todo lo que podemos por Jehová “QUÍTAME EL ALMA” 12-14. a) ¿Cómo se sentía Elías? b) ¿Por qué puede que se sintiera así? 12 Otro ejemplo fue el profeta Elías. Él era un siervo fiel de Jehová y tenía una fe fuerte. Pero en un momento de su vida se sentía tan triste y decepcionado que le pidió a Jehová que lo matara. Le dijo: “¡Basta! Ahora, oh Jehová, quítame el alma” (1 Reyes 19:4). Algunos pueden decir que Elías estaba hablando sin pensar (Job 6:3). Pero eso es porque nunca han estado tan desesperados como él. Los sentimientos de Elías eran reales. Por eso Jehová no se enojó con él. Al contrario, lo ayudó. 13 Pero ¿por qué se sentía así Elías? Poco antes había demostrado con un gran milagro que Jehová era el Dios verdadero. Y justo después había hecho que mataran a 450 profetas del dios falso Baal (1 Reyes 18:37-40). Elías quizás esperaba que el pueblo de Dios dejara a los dioses falsos y volviera a Jehová. Pero no fue así. Además, la malvada reina Jezabel le dijo que iba a matarlo. Así que Elías huyó de Israel y atravesó la tierra de Judá para llegar al desierto (1 Reyes 19:2-4). 14 Mientras estaba solo en el desierto, Elías empezó a pensar que su trabajo de profeta no había servido de nada. Por eso le dijo a Jehová: “No soy mejor que mis antepasados”. Se sentía tan inútil
como el polvo y los huesos de sus antepasados muertos. Creía que era un fracasado y que no tenía valor para Jehová ni para nadie más. 15. ¿Cómo le demostró Dios a Elías que era muy valioso? 15 Pero Dios no pensaba como Elías. Para él, Elías era muy valioso, y se lo demostró. ¿Cómo? Primero envió a un ángel para que lo animara. También le dio comida y agua para que pudiera hacer un viaje de 40 días hasta llegar al monte Horeb. Y cuando Elías pensó que no quedaba ningún israelita fiel a Jehová, Dios lo corrigió con cariño. Además, Jehová le encargó nuevas tareas, y Elías las aceptó. Gracias a la ayuda de Jehová, Elías recuperó las fuerzas para volver a su labor de profeta (1 Reyes 19:5-8, 15-19). 16. ¿Cómo lo ha animado Jehová a usted? 16 Pero ¿cómo nos ayuda el ejemplo de Elías a confirmar que estamos en la fe y a ser más positivos? De tres formas. Primero, nos recuerda que Jehová también nos ha animado a nosotros. ¿Cuántas veces nos ha ayudado un anciano u otro cristiano maduro cuando más lo necesitamos? (Gálatas 6:2.) ¿Cuántas veces hemos sentido que Jehová nos cuida mediante la B iblia, las publicaciones cristianas y las reuniones? La próxima vez que nos pase, recordemos que esa ayuda viene de Jehová y hagamos una oración para darle las gracias (Salmo 121:1, 2). La opinión que Jehová tiene de nosotros no depende de cuánto hacemos por él 17. ¿Qué valora Dios de sus siervos? 17 Segundo, el ejemplo de Elías nos recuerda que los pensamientos negativos pueden engañarnos. Lo importante es saber qué piensa Jehová de nosotros (lea Romanos 14:4). Él valora que lo amemos y que seamos fieles. Así que su opinión de nosotros no depende de cuánto hacemos por él. Además, puede que hayamos hecho por él más de lo que creemos, como le pasó a Elías. Seguramente hemos ayudado a otros cristianos de la congregación sin saberlo. Y puede que algunas personas hayan oído hablar de la verdad porque nosotros les predicamos. 18. ¿Qué demuestra cada nueva asignación que nos da Jehová? 18 Por último, el ejemplo de Elías nos recuerda que cada asignación que nos da Jehová es una prueba de que él está contento con nosotros (Jeremías 20:11). Al igual que Elías, puede haber cosas que nos desanimen. Tal vez nos parece que no tenemos éxito en la predicación o que es imposible alcanzar las metas que nos hemos puesto. En estos casos recordemos que tenemos el mayor honor posible. Tenemos el honor de predicar las buenas noticias del Reino y de ser testigos de Jehová. Así que sigamos siendo fieles a Jehová. Y como dijo Jesús, disfrutaremos de la alegría de nuestro Amo, Jehová (Mateo 25:23).
LA “ORACIÓN DEL AFLIGIDO” 19. ¿Cómo se sentía el escritor del Salmo 102? 19 El tercer ejemplo que analizaremos es el del escritor del Salmo 102. El encabezado de este salmo dice que su escritor estaba desesperado, débil y muy preocupado. Así que no tenía fuerzas para aguantar sus problemas. Solo podía pensar en su dolor, su soledad y sus sentimientos (Salmo 102:3, 4, 6, 11). Hasta creía que Jehová quería deshacerse de él (Salmo 102:10). 20. Si estamos luchando contra pensamientos negativos, ¿por qué debemos orar? 20 A pesar de sentirse tan mal, el escritor de este salmo todavía podía alabar a Jehová (lea Salmo 102:19-21). El Salmo 102 nos muestra que hasta los que están “en la fe” pueden sentirse tan mal que quizás no sean capaces de pensar en otra cosa. El escritor de este salmo se sentía “como un pájaro aislado sobre un techo”, o sea, solo frente a todos los problemas (Salmo 102:7). Si nosotros nos sentimos así alguna vez, hagamos como hizo este escritor. Oremos a Jehová para contarle cómo nos sentimos. Las oraciones nos ayudarán a vencer esos pensamientos negativos. Jehová promete escuchar y no despreciar “la oración de los que están despojados de todo” (Salmo 102:17). Demostremos que confiamos en esta promesa. 21. Si estamos muy desanimados, ¿qué podemos hacer para ser más positivos? 21 El Salmo 102 también nos enseña otra manera de ser más positivos. El escritor de este salmo decidió concentrarse en su amistad con Jehová (Salmo 102:12, 27 ). Le consolaba mucho saber que Jehová siempre ayuda a sus siervos a aguantar los problemas. Así que si estamos tan desanimados que no podemos hacer todo lo que queremos por Jehová, oremos a Dios. Podemos pedirle que nos ayude a aguantar nuestros problemas, pero también que se declare su nombre (Salmo 102:20, 21). 22. ¿Cómo podemos alegrar a Jehová? 22 Vemos que podemos usar la Biblia para demostrarnos a nosotros mismos que estamos “en la fe” y que somos valiosos para Jehová. Es cierto que mientras vivamos en el mundo de Satanás, no seremos capaces de librarnos del desánimo y de todos los pensamientos negativos. Pero si somos fieles a Jehová, podemos alegrarlo y recibir vida eterna (Mateo 24:13). ¿QUÉ SIGNIFICA? Ser más positivos: Entre otras cosas, significa tener una opinión realista de nosotros mismos. Tenemos que reconocer que Jehová nos valora y agradece lo que hacemos por él
Filipenses 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.
El domingo pasado si ustedes recuerdan, vimos lo que era servir. Hoy el Señor nos quiere traer de nuevo el mismo tema, solo que visto desde un ángulo de actitudes. Son varias actitudes, son muchísimas, no las traigo todas, pero bueno les dejamos de tarea para que ustedes seleccionen las demás. Las que alcancemos a ver hoy, no alcanzaríamos a verlas en 50 minutos todo lo que es una actitud de siervo.
Bueno, entonces vamos a comenzar definiendo la palabra actitud. Todos en algunas ocasiones hemos tenido una actitud positiva o negativa; pero todos hemos tenido actitudes. Una actitud es la posición que tú tomas, que se puede ver físicamente. El diccionario lo marca como una postura del cuerpo; hablando de actitudes físicas. Pero no nada más es la única actitud que puedes tomar tú, una actitud física; sino también hay actitudes anímicas, actitudes espirituales, actitudes de tu voluntad. Entonces, esto lo tenemos que saber nosotros.
Cuál es una actitud, una postura de tu cuerpo físicamente, y cuándo tu posición, tu actitud síquicamente está a favor o en contra de lo que se está diciendo. Una actitud entonces, es la posición que tú tomas, síquicamente o físicamente. Ya está comprendido esto, está fácil.
Vamos a ver la primera actitud que es una actitud de abnegación. Y abnegación significa renunciar algo. Eso es abnegado, aquel que renuncia a algo. Y entonces la principal actitud del siervo es abnegación. Es decir, de renuncia. Y quién mejor que Jesucristo nos puede dar este ejemplo. Quién mejor que él vino a esta tierra y renunció a todo lo que él poseía en el reino eterno de su Padre. Y esa renuncia nos trajo a nosotros la posibilidad de llegar al Padre.
Si él no hubiera renunciado, si él no hubiera tenido una actitud de abnegación, nosotros no hubiéramos podido ganar el cielo. Porque estábamos destituidos desde el momento en que la primera pareja cometió el error de negar la voluntad de Dios, para hacer su voluntad. Entonces esto es un ejemplo que Dios nos pone en una persona que vivió en esta tierra, con un cuerpo como tú y yo; con un cuerpo sometido a todas las leyes físicas que nosotros estamos sometidos. Con un cuerpo que vino a hacer voluntad separada de la voluntad de él. Esto es ser abnegado, es decir, renunciar a tu voluntad para que otra voluntad que no es la tuya se haga.
Claro que no vamos a hacer otra voluntad más que la del Padre, la de Jesucristo el hijo, y la del Espíritu Santo. Pero nosotros tenemos que saber que esta actitud es la que caracteriza al siervo de Dios. Que sin esta actitud es probable que tú y yo no podamos estar en las bodas del cordero. Porque si tú sigues haciendo tu voluntad, si tú sigues haciendo lo que bien te parezca o lo que creas que es correcto sin tomar en cuanta cuál es la voluntad del Padre, déjame decirte que probablemente no estés en el día en que Cristo venga a llamar a sus hijos. Porque solo aquel que hace la voluntad del Padre es hijo, si no, no. Entonces nosotros tenemos que aprender a hacer la voluntad de Dios. De Jesucristo, del Espíritu Santo. Esto se aprende, no se nace sabiendo hacer la voluntad de otra persona que no sea la tuya. Y desgraciadamente en nuestras instituciones no nos enseñaron, y estamos hablando de las escuelas. No nos enseñaron a someternos correctamente. Y más en este tiempo donde se han perdido muchísimos valores, el principal, el respeto a las auto ridades. Entonces tenemos que aprender a hacer la voluntad de Dios. Si tú ya lo estás haciendo, qué bueno, qué bueno que lo estés haciendo. Porque es la única forma de que puedas tú caminar correctamente el camino que te falta.
Si no lo estás haciendo, escúchame bien, más vale que comiences ahora. Sabiendo primero escuchar a Dios. Y no escuchar a tu vida, a tu persona, a tu sabiduría, a t us conocimientos, a tus decisiones, a tus percepciones, a tus deseos. Tenemos que ir dejando todo eso, para poder hacer la voluntad de Dios necesitamos primero escucharle. ¿Están de acuerdo? Si no, pues cómo vamos a hacer la voluntad de Dios si no sabemos lo que Él quiere que hagamos. Entonces hay que aprender a escuchar, como Jesucristo escuchaba a su Padre cuando estaba en esta tierra.
Jesús se despejó a sí mismo, dice la Palabra. Filipenses 2:6-7 El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.
Cuando el Señor me puso en mi corazón que yo me fijara en estos versículos, yo no sé cómo sentí por dentro, porque algo que no es normal. Sentí en el momento en que el Señor me reveló este versículo, y me dijo: “esto es lo que yo vine a hacer”. Y entonces yo se los voy a explicar en pocas palabras, muy rápido.
Cuando Jesucristo estaba en el cielo, Jesucristo tenía la posibilidad de estar en todo lugar y en todo tiempo. No estaba restringido a este tiempo en el que nosotros estamos metidos. Estaba fuera de este Universo, estaba separado de su creación. Entonces no tenía límites, no había quien lo limitara en las cosas que hacía, hizo o que iba a hacer. No había nada, porque estaba sobre el
tiempo, es decir, en la eternidad. Pero vean ustedes, cuando él se separa del cielo, se separa del Padre que estuvo eternamente con él, y llega a esta tierra, no podía de otra forma manifestar su vida que tomando un cuerpo como el nuestro.
Y aquí es donde comienza la grandeza de Jesús. Después de haber vivido en la eternidad sin límites. Llega a un cuerpo y ustedes van a estar de acuerdo conmigo, limitado en todos los sentidos. Para poder caminar tenía que oír, ver y sentir. Lo que no hacía en el cielo. Y cuando llega aquí y toma un cuerpo prestado, que le pusieron por nombre Jesús, ese cuerpo tuvo que haber sido conocido por él para poderlo manejar. Como cualquier bebé cuando comienza a mover sus dedos, a mover su boca o a mover sus ojos. Y comienza a tener contacto con el exterior por medio de sus ojos y todo lo demás.
Entonces, estamos completamente limitados en este cuerpo que es un pedazo de barro, con vida porque Jesucristo nos dio vida. Jesucristo es Dios, nos dio vida y por eso nosotros vivimos. Es un pedazo de barro que parecería carne, pero que cuando se muere, cuando deja de tener vida se convierte de donde lo trajeron, un pedazo de tierra y nada más. Entonces, un cuerpo limitado.
Imagínense ustedes a Jesucristo después de haber estado en la eternidad, venir, incrustarse en un cuerpo que tenía totalmente los límites de una carne. Bueno pues a esto es una humillación para un Dios eterno, para el Dios Todopoderoso, venir y meterse en un pedazo de barro. Y esto es lo que vino a hacer Jesucristo, solamente por una razón: “porque nos ama”.
Nada más por eso, dijo: “no me importa sentirme incómodo en este estuche, no me importa que me sienta incómodo durante 33 años, en este esqueleto. Pero sólo para venir a avisarles a todos mis hermanos que el camino que están siguiendo está mal. Con el único deseo de poderles decir por dónde quiero que salgan. Porque la puerta está por acá, y por donde van ellos no hay puerta de salida, solamente hay un abismo”. Para eso vino Jesucristo.
Un carácter totalmente entregado, una actitud absolutamente abnegada, de rendición total, de renuncia total. Pero miren lo más maravilloso de este acto del cielo. Que él siendo Dios, vivió en un cuerpo de barro, pero además representó perfectamente al cielo en ese cuerpo de barro, y por si fuera poco representó absolutamente perfecto la posición en la que Dios había creado al hombre. La razón por la cual vino Jesucristo, es a decirnos: “sí se puede; nada más vean lo que yo hago; nada más copien lo que yo camino; vean lo que yo digo; sientan lo que yo siento”.
Como dice en Filipenses 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús. ¿Qué nos está diciendo el escritor? Que lo mismo que sintió Jesucristo en este cuerpo, nosotros también lo debemos sentir. Esa libertad que pareciera que es una cadena, pero que al fin y al cabo este cuerpo no nos puede mantener más tiempo hasta que Jesucristo venga en su segunda venida y nos saque de este barro.
Y cuando esto suceda, todos aquellos que hayan sido llamados y que tengan una actitud de rendición, una actitud de abnegación, una actitud de renuncia total a esta tierra, somos los que vamos a entrar, nadie más. Así que, es necesario que nosotros vayamos pensando que todas las cosas que hay en esta tierra no me pertenecen, solamente son usadas para darle gloria a Dios, y mientras yo las tenga, yo voy a ofrecérselas a Dios, porque de aquí yo no me voy a llevar nada. Aquí me dejaron solamente para caminar y como extranjero de esta tierra, yo no puedo recoger nada porque nada es mío. Porque este país no me corresponde, porque no es mi ciudadanía, yo estoy de paso solamente aquí.
Y a veces pareciera que las cadenas nos atan a nuestras pertenencias. Y pensamos que tenemos muchas cosas, sobre todo dinero y que tenemos posesiones y que tenemos pertenencias y que tenemos trabajo… Y ¿qué tenemos? Nada de lo que hay aquí lo uses para tu propio beneficio, porque no es tuyo, solamente te lo prestaron para que honres al Creador, porque Él lo hizo todo. Ni tu esposa ni tus hijos son tuyos. Tienes que rendir cuentas a quien te los prestó para que los guiarás, igual que Jesucristo te va guiando.
Gloria a Dios, porque nos llamó a nosotros, y porque nosotros con los ojos abiertos ya, podemos decirle a los demás: “Ven, mira por aquí es el Camino, ven, éste es el sendero. Ven, ya me llevaron por aquí, y ya vi la luz allá de aquel lado. Así que este es el Camino”. Si nosotros estuviéramos ciegos habría otra persona también que nos dijera lo mismo que les estoy diciendo, esa es nuestra responsabilidad.
Entonces vamos a ver cómo Pablo, lo mismo que hizo Jesús, él lo hizo. Gálatas 2:20 nos dice el apóstol Pablo a través del Espíritu Santo así. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Pablo estaba bien seguro de la razón por la cual Jesucristo había pasado por esta tierra. Pablo no lo conoció personalmente, no tuvo la oportunidad de saludarlo en carne y hueso. Porque Pablo
fue el último apóstol que fue llamado, pero fue llamado cuando ya Jesucristo no estaba en esta tierra. Pero él sabía la razón por la cual Jesús había pisado esta tierra en un cuerpo. Él sabía y entonces él renuncia a todo y dice: “es que ya no soy Pablo yo, ya no me interesa ser Pablo, porque ahora Jesucristo tomó mi lugar, ahora yo no quiero vivir, ahora quiero que Jesús viva en mí”. Eso es renuncia, eso es una actitud abnegada totalmente.
Yo sé que aquí hay muchos Pablos y que otros están por llegar; pero que hay muchos que están buscando la misma posición que está describiéndonos Pablo aquí. Es que yo ya no quiero vivir porque la he regado tanto mi camino, he desviado tanto mis pasos que si yo vuelvo a tomar las riendas de esta vida, de este cuerpo, yo vuelvo a dirigirlo por los caminos erróneos. Y entonces ya no quiero vivir como si fuera Pablo, ahora quiero que tú Señor Jesucristo tomes las riendas de este barco. Porque solamente tú sabes cómo llevarlo al puerto correcto.
Si nos soltamos de la mano de Jesús nos vamos a perder. Porque fuera de él está oscuro todo, y si viendo no atinamos, imagínense ahora en la oscuridad aunque tengas ojos, menos. Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí. Dijo Pablo. Como repitiendo las palabras de Jesucristo, yo no vine a hacer mi voluntad sino la voluntad de quien me envió. A eso me mandaron a hacer. A lo mejor yo tengo una buena manera de pensar, a lo mejor yo decido las cosas bien; pero yo no vine a decidir mi situación, yo vine a decidir la posición del cielo. ¿Es difícil o es fácil? Cuando tú llevas el barco es muy difícil, entiéndeme, cuando tú llevas el timón de tu vida es muy difícil llegar a donde Cristo te está esperando.
Por eso el Señor te dice ahora: “Suelta, suelta tu vida; dame, dame tu dirección y yo la llevo; pero ya no discutas conmigo, porque yo sé lo que te conviene, yo sé lo que tú debes hacer. Si sigues manejando tu vida yo no puedo tomar el timón”.
Romanos 6:19 No a cualquiera se los manda decir, solamente a aquellos que conocemos a Dios. Así que los demás no pueden estar dentro de este versículo. Romanos 6:19 nos dice la Palabra del Señor así: Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.
Esto es para nosotros, y nos está diciendo el Señor: “ya no batalles, tu caminar solamente yo lo puedo llevar, yo lo puedo dirigir”. Si antes tú caminabas en la iniquidad y era decisión y voluntad tuya por donde ibas. Déjame decirte, ya no va a ser así en el reino de los cielos. Si tú estabas
acostumbrado a hacer tu santa voluntad, ya no va a ser así en los cielos. En los cielos tú no naciste para decidir, tú naciste para llevar a cabo la obra de Dios, aquí en la tierra para comenzar y allá en el cielo para que tú te goces con el Rey, y puedas ser parte de esa familia con libertad.
Otra actitud, una actitud de servicio. No vamos a ver mucho aquí porque precisamente el domingo pasado el Espíritu Santo habló a través de nuestro Pastor, y nos dijo exactamente como es la actitud de servicio. No vamos a ver mucho aquí solamente las cosas que el Señor me puso y que no corresponden al estudio del domingo pasado, pero que son la continuación de éste.
Sabemos que Jesucristo vino a esta tierra a servirnos. ¿Sí sabemos? Y lo merecíamos nosotros lógicamente, ¿verdad? Pues no, no merecíamos nosotros que nos sirviera, porque era el Rey que vino a esta tierra. Pero él vino en actitud de servicio para enseñarnos a nosotros, “así se hace. Así quiero que lo hagan”. Y entonces esta actitud la tenemos que tomar nosotros. Jesucristo fue el ejemplo, él se quitó su ropa exterior y se puso una toalla para lavar los pies de las personas que estaban rodeándole. Y dijo: “Así háganlo ustedes”.
Una actitud de humillación, el Rey no tenía porqué lavarle los pies a los súbditos, él lo hizo, por la razón que ya les dije, para que nosotros tomáramos ejemplo. Para que viendo, hiciéramos lo que vimos. Es el ejemplo más grande que podemos tener.
¿Con qué podemos servir? ¿Dónde podemos servir? Y ¿a quién podemos servir? Primero vamos a ver ¿con qué puedes servir tú? Con lo que tienes. No esperes tener más para servir, con eso que tienes. Y podemos tomar como ejemplo la viuda de Sarepta, podemos tomar también infinidad de ejemplos que nos dejaron escritos en la Biblia, para que nosotros supiéramos lo que es una actitud de servicio.
La viuda de Sarepta, ¿cuánta harina tenía? En una tinaja tenía muy poquita harina, así nos dice. Y ¿qué hace? La entrega al profeta, y éste hace rendir la harina porque la viuda sirvió lo que ella tenía. Pero no comenzó sirviéndose ella, sino sirviendo a Dios. Como si estuviera sirviendo a Dios, ¿por qué? Porque estaba sirviendo a un enviado de Dios. Y entonces, tú no esperes tener algo más de lo que tienes para servir o que sirvan los que tienen, no. Con lo que tienes comienza porque eso se va a multiplicar. Y así pasó también en los 5 panes que se multiplicaron, pero ¿cuántos recibieron? Cinco mil personas y dice la Palabra que sobraron.
Pero ¿cuántos fueron los que recibió Jesucristo? Vamos a ver esto, vamos a ver primero la viuda de Sarepta, está en 1 Reyes 1 reyes 17:13 Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo.
Cuando nosotros ponemos en práctica la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es viva y eficaz. Y si Dios la manda para hacer lo que Él la mandó a hacer, la Palabra de Dios es eficaz. Es decir va y hace exactamente para lo que le fue ordenado hacer. Si Dios dice: “que con lo que tú tienes, con eso es más que suficiente para servir a la iglesia y al mundo”. Dios sabe que eso es más que suficiente y lo va a usar cuando tú o dispongas. Si la viuda de Sarepta no hubiera entregado la primera tortilla de harina que hizo, y se la hubieran comido ella y su hijo; probablemente no hubiera sido la bendición como la escribe aquí el escritor de 1 Reyes.
Entonces, tú tienes que saber que como dice la Palabra, así hazlo. Ni le quites ni le agregues, porque no es como la interpretes sino así como está la Palabra escrita. Esa es la Palabra de Dios, la Palabra de Dios es poder, porque Él mandó una palabra y se hicieron los cielos y se hizo la tierra, y se hizo el sol y se hizo todas las estrellas. Con una palabra. Así que Él envía la palabra y nos da vida. Y la Palabra llegó aquí y se hizo carne, y caminó por esta tierra y entregó vida a aquellos que escucharon su Palabra.
Y cuando nosotros no disponemos a servir con lo que tenemos, eso lo multiplica Dios y te da más como a la viuda que iban a comer su última tortilla y ya después Iban a esperar la muerte. Ese es Jesucristo, ese es nuestro Rey y así debemos caminar, y así debemos creerle. Actitud abnegada y actitud de servicio. Dos actitudes que son características del siervo. No importa si es siervo de Dios o si es siervo de otro dios, así es la actitud de un siervo, así es la actitud de alguien que se vendió a un precio de sangre, una actitud absolutamente de renuncia, una actitud absolutamente de servicio.
Cuando Jesucristo nos tomó de este mundo, yo estoy seguro de los que estamos aquí, ninguno era presidente de alguna nación, ni ninguna fue no sé, gobernador de alguna región. ¿O sí, alguno es o fue? No. ¿De dónde nos tomó Dios? De los más vil y menospreciado. Pero eso que toma Dios después que lo transforma, después que lo moldea, después que lo esculpe como si fuera é un escultor; hace maravillas. ¿Quieren verlo? Voltea a tu izquierda y a tu derecha, ahí hay una maravilla enorme. Algo que no se parece en nada al pedazo de barro que tomó Dios, de lo vil y despreciable del mundo.
Que todavía le falta. Sí hermano, todavía nos falta mucho, pero cuando menos ya hay la escultura que ya toma forma. Algo que ya va a ser muy pronto. Y eso es hermosísimo. Cuando estos pedazos de barro los transforma en un material que todos quisieran tener en sus manos, eso es maravilloso. Cuando no valíamos nada, cuando habla de menospreciado, significa: menos precio. O sea, nosotros estábamos con un precio muchísimo muy bajo, nadie nos aceptaba, aunque nos ofrecieran regalados, no nos compraban, ni nos aceptaban regalados.
Porque era un precio muy bajo. A nosotros no nos compraban, nos veían ahí en la estantería. Como si fuéramos pasando en la Comercial, y decían, no, eso no. Y a buscar productos donde tuvieran mejor vista. Y ahora estos productos que están siendo terminados por la mano de Dios tienen un precio que ya el mundo no puede pagar. Que volvemos a lo mismo, ya el mundo no puede comprarnos. Nos escapamos de su mano. Y ahora podemos decir: “yo sí tengo quien ya me compró. Y pagó por mí un precio altísimo, un precio muy alto que no tiene ninguna moneda el valor que ese precio que a mí me pusieron, que pudieran pagar. No se puede ya”. Actitud de servicio.
Eso lo vemos en 1 Corintios 1:27, de lo que les estaba diciendo de lo vil y despreciado del mundo, ahí es, es parte de lo que nosotros éramos, pero ya no somos así. Tú eres un material, t ú estás hecho de un material que ya no corresponde al material del cual sacaron para hacer a Adán y a Eva. Escúchame bien, tú ya no estás hecho del material del que fue sacado de la tierra para hacer a Adán y a Eva. Ahora tú eres una nueva criatura, y esto significa que te han creado de nuevo. Y entonces el material que tú tienes ya no se corrompe, ya no se pudre, ya no piensa cosa malas, ya no es guiado por la maldad, ya no es guiado por las situaciones del mundo; porque este material es un material que está sobre la tierra. Así considérate tú.
Cómo me voy a rebajar yo pensando como tú estás pensando, haciendo las cosas como tú las estás haciendo. ¡No! Ya no soy de la forma como el mundo me formó, ahora ya la escultura que tengo ya no corresponde a lo que antes el mundo me conocía. Tampoco el material del que tú estás hecho, decirle a las personas, no, no decirle a las personas, pero pensar en esta forma: yo no puedo rebajarme a actuar en la forma en que tú estás actuando. A lo mejor tú tienes razón, pero a mí ya me cambiaron mi manera de pensar, ya me cambiaron mi manera de percibir el mundo, ya no lo percibo como lo ve el hombre natural, ya no.
Ya busco otras perspectivas. Busco otras decisiones y otras soluciones mucho más arriba de las que el mundo está pensando. Ya no me muevo conforme y al pensamiento filosófico del mundo, ya no. Mira, si lo piensas así, así lo actúas. Pero si sigues pensando que eres un pedazo de barro, si sigues pensando que eres todavía el vil y el menospreciado vas a actuar como tal y vas a enredarte
con las cosas del mundo. Porque estás viviendo tus pensamientos, porque lo que tú piensas eso es lo que tú eres. Y tú ya no piensas así, vaya, no debes pensar así.
Si tú sigues pensando como el mundo, tú estarás viviendo como el mundo, y tú ya no piensas igual porque ya no tienes la misma mente que el mundo tiene. Tú tienes la mente de Jesucristo, ¿si lo sabes? Si tú sigues pensando con tus neuronas, tú sigues regándola, perdóname. Tú tienes que empaparte de los pensamientos de Dios. Y si tú te empapas de los pensamientos de Dios, tú vas a pensar como Dios. Pero si tú no lo haces, tú seguirás teniendo tu estructura mental con la que has actuado y con la que has vivido, y con la que te han enseñado durante la escuela, y tú serás solamente un pedazo de barro menospreciado porque no has cambiado tu manera de pensar.
Para que tú seas otra persona, tú necesitas comenzar quitando tus pensamientos de esa persona antigua. Dejando atrás las cosas del hombre antiguo. Si no lo haces va a estar bien difícil que tú pienses como Cristo, que vivas como Cristo y que actúes como Cristo. Porque de acuerdo a como pienses así serás. Así que cómete la Palabra, para que dejes de ser ese pedazo de barro que no compra nadie.
Que aunque Cristo haya venido a comprarte, si no has cambiado tu estructura mental, de nada sirve. Porque tú actitud, dijimos que era la posición; tu posición como humano seguirá siendo la misma porque tú tienes una estructura mental de un material de barro. Si tú piensas que eres hijo del cielo vas a vivir como hijo del cielo, aunque aquí en esta tierra no haya quien viva como tú. Si esto lo podemos hacer es bien fácil caminar como Cristo caminó.
La siguiente característica del siervo, es una actitud obediente. Y volvemos lo mismo a ver la figura de Cristo, porque nadie mejor, ni Adán, nadie mejor reflejó la obediencia del cielo como Jesucristo. Y entonces Jesucristo en Romanos 5:19 nos dice de esta manera: Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
Esto lo tienes que poner en tu mente, y aunque en muchas ocasiones te digas tú que eres un injusto, debes hacer un cambio en tu manea de pensar, porque si tú piensas que eres injusto, vas a seguir siendo injusto. Tú tienes que comenzar a pensar como Jesucristo dice que tú eres. Tú eres una persona justa, es decir, hizo justicia en ti Jesucristo. Es decir, tú eres encarnación de la justicia que vino a ser Jesucristo a este mundo. Tú eres justicia de Dios, y debes pensar de esa manera, de ti mismo debes pensar de esa manera. Y vas a actuar justamente, porque el Espíritu Santo te va a
hacer que las cosas que tú decidas sean justas. Pero si tú piensas: “es que voy a ser injusto”. Vas a comenzar a pensar como el mundo vive y como el mundo piensa.
Una actitud de obediencia significa que tú tienes que dejar de hacer lo que tú crees o quieres, o percibes o piensas, para hacer a lo que te mandaron a hacer y no le agregues, eso es obediencia. Cuando tú le pones salesita y pimientita para que sepa bonito; ya cambiaste toda la receta del Señor. Así como dice Él, así hazlo, porque eso es obediencia. Obediencia no es que vayas al lugar donde te dijeron que vayas a hacer lo que te dijeron que hicieras, pero hagas lo que tú crees que es correcto; eso no es obediencia.
Es a lo mejor la tercera parte de la obediencia, pero la obediencia es que tú vayas al lugar donde te dijeron que fueras y hagas conforme a lo que te dijeron que hicieras. Eso es obediencia, lo demás se parece pero no deja de ser una desobediencia. Una actitud obediente es aquella en la que se hace la voluntad del que te envió. Que a eso vino Jesús, él fue obediente hasta la muerte. Sabiendo nosotros que él muy fácil hubiera podido decir: “no Señor es que esa cruz duele mucho”. No lo pensó, no lo pensó porque él estaba más allá del dolor, estaba viendo el amor; eso es más allá todavía. Y Jesucristo nos dejó ejemplo de una persona obediente, de un siervo; porque él vino aquí como siervo.
Las cuatro versiones del Evangelio, presentan a la persona de Jesucristo en cuatro formas: Mateo lo presenta como Rey. El Rey tuvo o tenía que tener una ascendencia. Es decir, tenía un árbol genealógico que iban heredándose hasta llegar a él. Y si él nació con una línea de rey o por la línea del Rey, él tenía que ser Rey. ¿Por qué? Porque así es como estaba estipulado. Entonces, ¿cómo comienza Mateo? Comienza con la genealogía de Jesucristo. Jesucristo hijo de David, y luego sigue todo lo demás hasta llegar a Hijo de Dios. Había una descendencia, Mateo lo presenta como Rey.
Marcos, lo presenta como Siervo. Y todo lo que ustedes lean de Marcos, van a encontrar que dice siempre Hijo de Hombre. Esto es sometido a esta naturaleza terrenal como siervo. Lucas lo presenta como Hombre. Y Juan lo presenta como Dios. Las cuatro características personales de Jesucristo están marcadas en las cuatro versiones del Evangelio. Entonces, la actitud obediente es una actitud que nosotros debemos poseer. No venimos aquí a esta tierra, ni estamos aquí en esta iglesia para hacer nuestra santa voluntad, aquí estamos para hacer la voluntad del Rey, tanto el pastor como nosotros, cualquiera de nosotros para adorar, para bendecir, pero para servir al Rey, para eso estamos. Y aquel que piense que está aquí porque viene su novio, su novia, o porque viene su hermano o porque su esposa lo trae o porque no sé, ¡pobrecito!
La siguiente es una actitud de responsabilidad. La responsabilidad de Jesucristo cuando vino a esta tierra fue para avisarnos a nosotros que estábamos caminando por un camino errado, por un camino que estaba mal, por un camino que no tenía un fin. Bueno, tenía un fin que no era el que él quería, y el que nosotros también deseamos. Entonces la actitud de responsabilidad de Jesucristo es avisarnos: “hey, vénganse por acá, aquí está la puerta de salida. Yo los guío, yo los llevo”.
Bueno, la responsabilidad tuya es exactamente la misma, la de avisarle a toda la gente que está caminando mal, que está viviendo mal, que está pensando mal, que está actuando mal. “Y yo estaba igual que tú”, les puedes decir. Yo estaba pensando igual que tú, pero mira ¿sabes qué? Pasa esto y esto y esto. Y ahora soy diferente por esto y esto y esto. Porque Jesucristo está en mi corazón. Y si tú quieres cambiar tu manera de ver el mundo de pensar del mundo, ven a Jesucristo”. Es nuestra responsabilidad como cristianos, para eso nos quitaron la venda de los ojos, para después guiar a los demás a la salida. Y ay de aquel que no lo haga. Escúchame bien, ay de aquel que no haga esta responsabilidad, porque para eso nos llamó Jesús.
¿Quieres verlo? Vamos a leer Ezequiel 3:16-21 Y aconteció que al cabo de los siete días vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 17Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. 18Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano.
19Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma. 20Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano. 21Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.
Entonces, esto es una responsabilidad para nosotros como cristianos, estos versículos no se los debía leer, porque estos versículos les van a llevar a ustedes a una responsabilidad más grande. Cada vez que ustedes tengan la oportunidad de decirle a alguien que se vaya por un camino diferente y enseñarle el camino, ¡qué bueno! Pero, si no lo hacen, el problema es que ustedes van a tener una situación con Jesucristo.
Ezequiel 33:6 Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya.
Si el atalaya no está advirtiendo que viene el enemigo y lo deja hasta que el enemigo llega y lo mata, te va a pedir a ti cuentas por la sangre que se derramó porque no le advertiste a esa persona que estabas viendo que el enemigo se acercaba. Y entonces nuestra responsabilidad es advertir al mundo, advertir a las personas que están rodeándonos, advertir a las personas que están cerca de nosotros en nuestro trabajo, en la micro, en la combi, en el metro, a donde vayamos. ¿Por qué? Porque perdemos el tiempo, es poco tiempo lo que nos falta, muy poco tiempo.
Si queremos salvar al mundo, pero a lo mejor estamos como le pasó a aquella persona que la mandaron a Nínive y se la tragó un pez grande, decimos: “no hombre, que se pierda el mundo, pues que yo”. “No, yo mejor no quiero encontrarme a mi jefe ahí en la iglesia, no pues qué le pasa, no”. “¡Que se pierdan!” Y el Señor te va a mandar un pescadote, y te vas a tener que enfrentar a tu jefe para decirle: “Jefe ¿sabes qué? Cristo te ama, no importa que estés en la iglesia conmigo”.
Hay más pero el tiempo nos come, yo les pido que estudien esto porque es algo que nos va a llevar a nosotros una bendición muy grande, cuando sepamos las actitudes que debe tener un siervo. Pídale al Señor que esta Palabra encarne en su corazón y que le ayude a ser como Cristo, un carácter de siervo, una actitud de siervo. Amén.
Dios te bendiga Un siervo de Dios aprobado y útil - 2 Ti 2:14-26 (2 Ti 2:14-26) "Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos. Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento
para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él." Introducción En esta sección Pablo va a hacer diferentes exhortaciones a Timoteo para que pueda ser útil en el evangelio. Para ello se va a valer una vez más de varias ilustraciones. Veamos un resumen del contenido de esta sección: Tema: Exhortaciones para que el siervo de Dios sea útil en el evangelio (2 Ti 2:14-26). Como obrero: deberá tratar la verdad con rectitud frente a las falsas enseñanzas, evitando contender sobre palabras, porque esto conduce a la impiedad, sino que por el contrario tendrá que dar ejemplo del uso correcto de la palabra de verdad (2 Ti 2:14-19). Como instrumento: deberá apartarse de la iniquidad y limpiarse de ella para ser un instrumento útil para el Señor (2 Ti 2:20-22). Como siervo: deberá desechar cuestiones necias y tratar con paciencia a los que están en el error (2 Ti 2:23-26). Como obrero (2 Ti 2:14-19) "Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos. Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo." Pablo comienza esta serie de exhortaciones con el siguiente llamado: "Recuérdales esto". Todo el pueblo de Dios, y especialmente aquellos que tienen responsabilidades de liderazgo dentro de él, siempre deben recordar las grandes verdades de las Escrituras. El apóstol Pedro tenía esta firme intención: "Yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente" (2 P 1:12). Y Pablo les decía a los Filipenses: "A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro" (Fil 3:1).
Ahora bien, ¿qué era lo que debía recordarles? Seguramente no se refería únicamente a la conclusión de los últimos versículos, sino a "las sanas palabras que de mí oíste" (2 Ti 1:13) (2 Ti 2:2) (2 Ti 3:10). Es decir, toda la enseñanza que Timoteo había recibido del apóstol, ya que sólo estas "sanas palabras" pueden producir sanidad y actuar como antídoto contra las falsas doctrinas que son contagiosas y destructivas como la "gangrena" (2 Ti 2:17). Esta era la razón por la que nunca debería dejar de recordarles esto a los hermanos. Las próximas exhortaciones se revisten de mucha importancia, a tal punto que Pablo dice que se han de hacer "delante del Señor". Tanto Timoteo, como aquellos que iban a recibir sus exhortaciones, debían ser conscientes de que estaban en la presencia del Señor. De hecho, es siempre así, aunque a veces nos vendría bien ser más conscientes de ello. Pablo nos recuerda que el Señor no sólo es testigo de todo lo que oímos o decimos, sino que también un día seremos llamados a rendir cuentas ante él por la forma en la que hemos desarrollado nuestro ministerio. Y por ello, en última instancia, lo único que nos debe preocupar de verdad es contar con su aprobación divina (1 Co 4:1-5). Veamos cuáles son estas exhortaciones que Timoteo debería hacer "delante del Señor". 1. "Que no contiendan sobre palabras" En la primera carta que Pablo escribió a Timoteo ya había tratado este mismo asunto (1 Ti 6:3-5). Parece que en Éfeso algunos se habían apartado de la verdad y se habían desviado a la vana palabrería (1 Ti 1:3-7). Y aunque no entendían ni lo que hablaban ni afirmaban, sin embargo se creían "doctores", y siempre estaban dispuestos a pelear con la lengua y provocar todo tipo de disputas inútiles. El apóstol se refirió a esas "palabras" como "fábulas y genealogías interminables" (1 Ti 1:4) y "fábulas profanas y de viejas" (1 Ti 4:7). El obrero del Señor no debe dejarse enredar en discusiones vacías, especulativas y carentes de propósito, y del mismo modo, también debe advertir a los hermanos para que ellos tampoco lo hagan. Cuando hay un mundo que se pierde porque no conoce el evangelio, no tiene sentido que los creyentes se entreguen a vanas contiendas sobre palabras, que lo único que consiguen es confundir a los incrédulos y a los creyentes: "es para perdición de los oyentes". La palabra griega que el apóstol utiliza para "perdición" ha llegado al castellano sin necesidad de ser traducida como "catástrofe". En las contiendas sobre palabras no hay ninguna edificación, sino que por el contrario, obstaculizan el camino de los incrédulos para que no lleguen a conocer la verdad, y pueden crear duda y desánimo entre los mismos creyentes. Todos los que presten su oído a estos palabreros serán arrastrados al desastre y la ruina espiritual de sus vidas. Y hay que decir que en nuestro tiempo esta exhortación sigue teniendo plena vigencia. Muchos comentaristas bíblicos están afanados en la búsqueda de nuevas definiciones de las palabras griegas con el fin de llegar a interpretaciones novedosas, o sencillamente hacen malabarismos con las palabras para que finalmente el texto bíblico llegue a decir lo que ellos quieren que diga. Esto les hace parecer muy sabios entre la gente sencilla, pero en la mayoría de las ocasiones, sus
intentos por ser ingeniosos y deslumbrar al auditorio, dejan la mente de los oyentes en blanco y sus corazones más fríos que el hielo. Aunque sin duda, los peores son los comentaristas liberales. Ellos diseccionan el texto bíblico y se sienten con el pleno derecho de decidir qué palabras y frases son auténticas y cuáles no. Para ellos, el estudio de la Biblia parece un juego intelectual, en el que a partir de una serie de criterios que ellos mismos han establecido previamente como correctos e indiscutibles, proceden a eliminar del texto bíblico todo aquello que no les ag rada. De ellos se puede decir con toda propiedad que sus eruditos estudios son para "perdición de los oyentes". 2. "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" Anteriormente Pablo ha exhortado a evitar las discusiones vacías, pero ahora va a mostrar cuál debe ser la reacción positiva de un "obrero aprobado por Dios". Frente a los hombres vanos que están deseosos de presumir de ingeniosidad en su búsqueda del aplauso humano, Timoteo debe evitar el absurdo deseo de exhibirse ante los hombres y buscar "con diligencia presentarse a Dios aprobado". Al fin y al cabo, lo que realmente importa no es conseguir que los hombres tengan una buena impresión de nosotros, sino que Dios apruebe lo que somos y hacemos. Que cuando Dios nos examine, no encuentre en nosotros nada indigno por lo que tengamos que sufrir vergüenza. Una parte importante de la aprobación divina que Timoteo debía procurar tenía que ver con "usar bien la palabra de verdad". Porque está claro que no todo aquel que usa la Biblia lo hace necesariamente bien. Este es un asunto en el que Pablo incide con frecuencia en esta carta. El verbo "usar" transmite la idea de cortar rectamente, de llevar un rumbo derecho. Se usaba para hacer el trazado de una carretera en línea recta o para arar un surco recto. Metafóricamente se usaba para realizar cualquier trabajo con cuidado y precisión. Y como antes decíamos, hay muchas formas de hacer exégesis retorcidas. Pero el obrero aprobado por Dios no distorsiona la verdad, no la adultera, no la mutila, ni la cambia, sino que maneja toda la Palabra con precisión. Es capaz de interpretarla correctamente y aplicarla adecuadamente a las necesidades de los oyentes. ¡Cuánta superficialidad hay en la exposición de las Escrituras hoy en día! El obrero de Dios debe trabajar de tal modo que no tenga que avergonzarse. Pero esta labor exige de mucho estudio y oración, y a no ser que se esté dispuesto a pagar ese precio, nunca se llegará a este objetivo. 3. "Evita profanas y vanas palabrerías porque conducirán más y más a la impiedad" Frente a la "palabra de verdad" se presentan ahora las "profanas y vanas palabrerías". Se trata de palabras vacías, sin provecho alguno para el que las escucha, y también profanas, es decir, no son santas y por lo tanto resultan perjudiciales. El obrero debe evitar este tipo de cosas y personas. Responder a ellas sería concederles una importancia que no merecen. No tiene que caer en el error de enzarzarse en combatir estas enseñanzas. Su labor debe ser positiva, aportando la verdad de la palabra allí donde otros introducen otras cosas nocivas. Encontramos una ilustración de este principio en los t iempos en
que Eliseo estaba con otros profetas. En una ocasión prepararon una olla grande con potaje y uno de los profetas cogió unas hierbas que no conocía y las echó en la olla. Cuando los profetas probaron el guisado gritaron a Eliseo: "¡Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no lo pudieron comer". Entonces Eliseo esparció harina en la olla y ya se pudo comer (2 R 4:38 -41). Y de la misma manera, nos encontraremos en muchas situaciones en las que otros han introducido cosas que no se corresponden con la sana doctrina que encontramos en la Palabra, y la mejor forma de combatir el error es enseñando la verdad. Es muy importante evitar el error por su terrible efecto destructor: "Porque conducirán más y más a la impiedad". Cualquier enseñanza errónea "conduce" hacia la impiedad. No olvidemos que hay una relación directa entre el error doctrinal y una conducta pecaminosa. Lo que los hombres creen tiene un efecto sobre la manera en que viven. Así que, cuando más se expande el error doctrinal, tanto más crece la impiedad. Pablo usa una figura muy gráfica para explicar la influencia mortal de estos engañadores: "Y su palabra carcomerá como gangrena". Son comparados a una enfermedad mortal que se va extendiendo por todo el cuerpo. Por un lado señala a su rápido avance y por otro a la corrupción y muerte que produce allí donde llega. Y lo mismo ocurre con la falsa doctrina; una vez que se la deja entrar, es un veneno que se propaga con rapidez y lleva a una destrucción segura. En realidad, la extensión de la falsa doctrina es más rápida que la de la verdad, porque el corazón humano pecaminoso es más receptivo a ella. Esta es otra de las razones por las que Timoteo debía evitarlas. Nadie está exento de la influencia corruptora de la mentira. Y al igual que un médico no puede evitar la exposición a una enfermedad peligrosa que está t ratando, un predicador de la Palabra no puede evitar la exposición a las falsas enseñanzas, pero como un buen médico, debe reducir al mínimo su exposición a la enfermedad mientras se concentra en acabar con ella. Los falsos profetas causaron un terrible daño en el antiguo Israel, y de la misma manera, también hoy día abundan en las iglesias los falsos maestros y profetas a los que Satanás usa para destruir la verdad de Dios y mantener al mundo caído en la oscuridad espiritual (2 P 2:1-2) (Hch 20:28-30). Constantemente estamos viendo cómo el cristianismo va cambiando para aceptar doctrinas y prácticas que hace tan sólo unos años habrían sido impensables dentro de las iglesias. Y lamentablemente, estos cambios no obedecen a un acercamiento del pueblo de Dios a la P alabra, sino que ha sido el desconocimiento de ella lo que ha permitido la entrada de todo tipo de influencias mundanas que están siendo muy destructivas para los creyentes y también para las personas inconversas, que de este modo se ven confirmadas en su incredulidad y en su vida impía. Con estas exhortaciones Pablo quería animar a Timoteo a mantenerse firme en la verdad del evangelio y a transmitirla a otros para que a su vez ellos hicieran lo mismo (2 Ti 2:2). L a enseñanza de la verdad es la única forma de contrarrestar la falsedad y el engaño, por eso, a la vez que el obrero del Señor debe evitar contender sobre palabras, también tiene que perseverar en predicar la sana doctrina. 4. El ejemplo nocivo de Himeneo y Fileto
Si bien se deben evitar innecesarias controversias con los amantes de las profanas y vanas palabrerías, esto no significa que no se los deba señalar con claridad para ponerlos en evidencia y advertir de su peligrosa labor. Al menos Pablo no dudaba en hacerlo, y señaló con claridad a dos de ellos: "De los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad". Seguro que había otros más, pero aquí nombra a estos dos, quizá porque eran sus principales maestros. El apóstol se siente en el deber de prevenir a otros contra ellos, porque sabía que en caso de permitirles permanecer ocultos, acabarían siendo una plaga que traerían la ruina allí donde se les prestara atención. De este modo, estos hombres se ganaron una indeseable mención en el eterno libro de Dios. En su primera carta a Timoteo, Pablo había identificado a Himeneo como uno de los falsos maestros que habían hecho daño a la iglesia en Éfeso. El apóstol usó un lenguaje realmente duro en cuanto a él en esa carta: "... naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar" (1 Ti 1:19-20). Si el Himeneo mencionado en la primera carta es el mismo que encontramos en la segunda, entonces resulta obvio que se había unido a un tal Fileto y seguía insistiendo en sus esfuerzos por desviar a los creyentes de allí, ignorando por completo la disciplina impuesta por el apóstol. Debemos notar que estas personas eran especialmente dañinas porque actuaban dentro del ámbito de la iglesia y se profesaban cristianas. De hecho, pretendían ser expertos y maestros. Pero la realidad es que "se desviaron", lo que quiere decir que habían errado el blanco, algo que en cuestiones doctrinales es realmente grave. Pablo se refiere a este tipo de personas en la primera carta que escribió a Timoteo: (1 Ti 1:6-7) "De las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman." Su error tenía que ver con la verdad acerca de la resurrección futura del creyente y que ellos afirmaban que ya se había realizado. Suponemos que sólo aceptaban la resurrección espiritual que se produce en el creyente en el momento de la conversión, y de la que tratan algunos pasajes de la Escritura como (Ro 6:4-11) (Col 2:12). Pero negaban la resurrección corporal del creyente en la venida de Cristo (1 Ts 4:16) y de la que Pablo había enseñado ampliamente en (1 Co 15). Seguramente estaban influenciados por la filosofía griega de su tiempo que decía que la materia es mala, y por lo tanto pensaban que una resurrección física resultaría grotesca. Pero cualquier error doctrinal siempre tiene el efecto de "trastornar la fe de algunos". No es difícil imaginar cómo al robar la esperanza de la resurrección aumentaría el dolor de algunos que pudieran haber perdido a familiares creyentes. Ellos pensarían que puesto que habían muerto antes de la segunda venida de Cristo, ya no podrían estar con él o ya no habría esperanza para ellos. Esto era lo que habían llegado a pensar algunos en Tesalónica, y a los que Pablo tuvo que corregir y animar (1 Ts 4:13-14). El error doctrinal siempre trastorna, pero es especialmente dañino cuando quienes lo promueven son personas que en algún momento han sido enseñadores en la iglesia y son vistas como
personas de cierto peso espiritual. Pablo escribe estas líneas para señalar a los culpables, pero también para consolar y animar a aquellos creyentes sencillos que se podrían sentir confundidos y desanimados por estas personas. Para evitar que esto pueda ocurrir, es imprescindible cimentar la fe sobre la verdad revelada y no sobre las personas. Los hombres siempre nos pueden defraudar, pero Dios no. Y por otro lado, no debemos olvidar que no todos los que predican con una Biblia en la mano son necesariamente cristianos auténticos (1 Jn 2:19), de la misma manera que no todos los profetas que se levantaron en Israel habían sido enviados por el Señor (Jer 23:32). 5. Las características de un verdadero obrero del Señor Desgraciadamente las personas como Himeneo y Fileto no iban a ser casos aislados, sino que Pablo veía como se avecinaban días oscuros sobre la iglesia en los que sería difícil distinguir entre los verdaderos obreros del Señor y los falsos, entre los cristianos genuinos y los meros profesantes. La confusión resultante podría ser devastadora, por eso el apóstol establece los criterios por los que se podría ver la diferencia. A pesar de la confusión que algunos pudieran llegar a sentir frente a estos casos de deserción, "el fundamento de Dios está firme". Notemos que aquí no está hablando del fundamento de la iglesia, sino de aquellas claves que sirven para diferenciar a un cristiano auténtico de alguien que no lo es. Pudiera ser que nosotros nos equivoquemos, pero Dios nunca lo va a hacer. A continuación afirma que este fundamento tiene cierto sello: "Teniendo este sello". Esto sugiere la idea de seguridad, pertenencia, autenticidad. En este contexto el sello sirve para identificar a aquellos que son genuinos hijos de Dios. También en otras partes de la Escritura se hace referencia al hecho de que los verdaderos creyentes han sido "sellados con el Espíritu Santo de la promesa que es la arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida" (Ef 1:13-14). Ahora bien, este fundamento tiene dos aspectos, uno divino y otro humano. Ambas realidades coinciden. En primer lugar el aspecto divino: "Conoce el Señor a los que son suyos". Los hombres pueden ser engañados por las apariencias, pero a Dios nunca le ocurre esto; él tiene un conocimiento infalible que penetra hasta el fondo del corazón. Este conocimiento íntimo que el Señor tiene de los suyos garantiza su seguridad eterna: (Jn 10:27-28) "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano." Y en segundo lugar, está el aspecto humano: "Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo". Todos los verdaderos convertidos probarán la r ealidad de su nueva vida en Cristo apartándose de iniquidad, y por supuesto, por su amor a la santidad y a la piedad. Es verdad que en último término sólo Dios sabe quiénes son suyos, pero la forma de andar de una persona también dice mucho acerca de la autenticidad de su fe. Y en el contexto de este pasaje, podemos
concluir que un verdadero obrero del Señor se manifestará por su separación de las falsas doctrinas y por una vida caracterizada por la santidad. Encontramos una buena ilustración de todo esto en algo que relata el libro de Números. Allí encontramos que algunos israelitas se rebelaron contra el Señor y también contra Moisés y Aarón, los líderes que Dios había designado. Los principales promotores de esta rebelión fueron Coré, Datán y Abirám. Ellos querían hacer cambios en lo que Dios había mandado acerca del sacerdocio, y no estaban dispuestos a aceptar la autoridad de Moisés y Aarón. Finalmente Dios tuvo que intervenir para mostrar cuál era su voluntad y que él mismo había elegido a Moisés y Aarón para guiar al pueblo. Después se dispuso a condenar a los rebeldes, pero antes de ello advirtió a los israelitas para que se apartaran de aquellos hombres impíos y no tocaran ninguna cosa suya para que no perecieran con ellos (Nm 16:26). Una advertencia solemne que no todos quisieron escuchar, así que Coré y su séquito fueron tragados por la tierra que se abrió a sus pies, y con ellos todos los que se les habían unido. Como instrumento (2 Ti 2:20-22) "Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor." Habiendo descrito las actividades de los falsos maestros y la forma de identificarlos y tratarlos, ahora el apóstol va a alentar a Timoteo para que se separe del mal y así pueda ser útil al Señor. Para ello vuelve a usar una nueva ilustración. Ahora se trata de una casa grande donde hay una gran variedad de utensilios. Para interpretar correctamente la ilustración, debemos empezar por observar que hay una distinción importante entre los materiales de los que están hechos los utensilios: "no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro". Y por otro lado, hay también una diferencia en cuanto al uso al que están destinados: "unos son para usos honrosos, y otros para usos viles". Suponemos que los utensilios de oro y plata serían para usos honrosos, tal vez en la decoración o destinados para servir a invitados importantes, mientras que los de madera y barro lo serían para usos viles, como retirar la basura y los desperdicios de la casa. Habiendo dicho esto, tenemos que decidir a quiénes hacen referencia cada uno de ellos dentro del contexto que estamos tratando. Podemos plantear dos posibles opciones: La casa grande se puede referir al conjunto de la iglesia profesante, donde hay verdaderos creyentes, los utensilios de oro y plata, que son destinados a usos honrosos, en contraste con los falsos creyentes, que como Himeneo y Fileto son utensilios de madera y barro destinados para usos viles. Esta interpretación sirve para dar respuesta a la presencia dentro de la iglesia de los falsos maestros de los que Pablo ha estado hablando anteriormente. Y aunque temporalmente
todos conviven juntos, finalmente su destino será muy diferente dependiendo de quiénes sean. Esta interpretación coincide también con lo enseñado por el Señor en la parábola del trigo y la cizaña (Mt 13:24-30). Por lo tanto, el propósito del apóstol sería enseñarnos que no nos debe extrañar que los inconversos estén mezclados con los creyentes dentro de la iglesia. Otra posible interpretación, que encajaría mejor con lo que Pablo va a decir a continuación, sugiere que todos los utensilios tienen que ver con verdaderos creyentes, pero admite que hay diferencias entre ellos, de tal modo que "si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra". Según esto, si un creyente se limpia de la impureza del mundo, y de las prácticas de los falsos maestros y herejes, será usado por el Señor para los más altos propósitos dentro de su reino. Según esta interpretación, el propósito de Pablo sería alentar a los creyentes para que se separen del mundo y de aquellos que se habían apartado de la sana doctrina, a fin de tener muchas más posibilidades de servir al Señor. Así, a diferencia de los falsos maestros que estaban trastornando la fe de algunos, cualquier que se limpiara de estas cosas podría ser un siervo útil al Señor y también a las personas en todo momento y situación. Por lo tanto, cada creyente en la iglesia debe decidir si quiere que su vida sea para honor o no. Los falsos maestros podrían influirles negativamente con su enseñanza y ejemplo, pero nunca podrían determinar su respuesta. Ambas interpretaciones son correctas, y nos animan a buscar la forma de ser utensilios para la honra del Señor, y éste era el deseo constante de Pablo. Y sin duda, no puede haber una aspiración más gloriosa para el ser humano. Pero para que un instrumento pueda ser usado para usos honrosos, primeramente ha de estar limpio de toda inmundicia. Para podernos limpiar de estas cosas, será necesario filtrar todo aquello que llega hasta nosotros. Al igual que un automóvil usa filtros para la gasolina, el aceite y el aire con el fin de que la suciedad no afecte al rendimiento del motor, del mismo modo, el creyente debe examinar cuidadosamente aquellas influencias que recibe. Imaginemos a un creyente que llega a su casa cansado después de una dura jornada de trabajo y se sienta delante de su televisor y empieza a ver toda la programación que alguien con una mente probablemente muy impía ha diseñado para esa noche. Sin darse cuenta estará absorbiendo pensamientos y valores que son claramente opuestos a los de la Palabra de Dios, y esta suciedad se irá acumulando en su mente y corazón impidiéndole finalmente ser un instrumento dispuesto para toda buena obra. No podemos pensar que porque somos creyentes ya estamos inmunizados contra el mal. Esto sería muy ingenuo por nuestra parte. Y el creyente de nuestro tiempo tiene que desarrollar mucho más la capacidad de examinar todo lo que ve y escucha a la luz de la Palabra. Y una vez descartado aquello que es malo, llenar su mente y corazón con aquellas otras cosas que edifican el espíritu. (Fil 4:8-9) "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros." Siguiendo con este mismo pensamiento, Pablo va a hacer tres exhortaciones:
1. "Huye también de las pasiones juveniles" Hasta ahora el apóstol había tratado de cuestiones externas que Timoteo debía evitar, como las profanas y vanas palabrerías, y sobre todo, cualquier doctrina que se apartara de la palabra de verdad, pero ahora va a incidir en la contaminación que se encuentra dentro del corazón. Porque nunca debemos olvidar que la verdadera santidad surge en el interior del creyente. Los fariseos del tiempo de Jesús eran muy ortodoxos en el cumplimiento externo de la ley (o al menos eso creían ellos), pero en sus corazones guardaban todo tipo de maldad (Lc 16:14-15). La ortodoxia doctrinal ayuda, pero no garantiza la santidad. Así pues, Timoteo debía huir de las pasiones juveniles. En primer lugar deducimos de esto que Timoteo todavía era joven. Haciendo cálculos del tiempo que había pasado desde que conoció a Pablo y la forma en la que en aquel tiempo se consideraba el término "joven", podemos deducir que tendría alrededor de los cuarenta años. Notemos también que aunque anteriormente le había dicho que Dios no nos ha dado "espíritu de cobardía, sino de poder" (2 Ti 1:7), ahora le exhorta a huir. Y la experiencia nos enseña que éste es un sabio consejo. Porque si bien es cierto que hay situaciones en las que el creyente tiene que mantenerse firme y luchar, hay otras en que lo mejor es huir. No era la primera vez que Pablo hacía una exhortación de este tipo (1 Ti 6:11) (1 Co 6:18). Y tenemos un buen ejemplo de esto en el caso de José en Egipto, cuando la esposa de Potifar intentó seducirle y él huyó al verse enfrentado a la tentación de la carne (Gn 39:12). Ahora bien, ¿a qué se refiere con "las pasiones juveniles"? Creemos que no debe limitarse a los deseos sexuales, aunque tampoco deberían excluirse, pero abarca mucho más que esto. Hay o tras muchas pasiones que son propias de la juventud, como por ejemplo una actitud temperamental e irreflexiva, la intolerancia, la tendencia a discutirlo todo, la rebeldía contra toda autoridad, el orgullo, los prejuicios, la ambición, el enojo, la violencia, la autoindulgencia, actitudes desconsideradas hacia los demás, el deseo de sobresalir y brillar, de tener dinero, fama, placer y gozar de dominio, la impaciencia, la efervescencia un poco alocada en el afán de novedades... Todas estas cosas obstaculizan que Dios vaya estableciendo su carácter santo en nosotros. Aunque, por supuesto, muchas de estas cosas están también presentes en otras edades, pero parecen tener más fuerza en la juventud. 2. "Y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz" Al mismo tiempo que el joven huye de las pasiones juveniles, debe seguir "la justicia, la fe, el amor y la paz". Como antes señalábamos, la verdadera santidad no consiste únicamente en no hacer ciertas cosas pecaminosas, sino también en el establecimiento de un carácter que se ajusta al de Dios. Esta actitud positiva nos debe llevar a buscar activamente estas virtudes cristianas. "Justicia". La rectitud moral en el carácter y la conducta.
"Fe". Una confianza sincera en Dios. Incluye también una total dependencia de él. "Amor". Por supuesto es mucho más que un sentimiento, implica necesariamente hechos. Y tampoco se puede limitar aquí al amor a Dios, ha de incluir también el amor a los hermanos y el mundo de los pecadores perdidos. "Paz". Denota la verdadera armonía dentro del corazón y también en las relaciones con el prójimo. Una actitud muy diferente a la de los falsos maestros que con su palabrería generaban constantes contiendas. 3. "Con los que de corazón limpio invocan al Señor" Este último punto es también muy importante, porque la comunión con otros hermanos que andan con limpieza delante del Señor, será una fuente de estímulo y también de protección para nosotros. De la misma manera que juntarnos con personas que se desvían de la verdad y se dedican a profanas y vanas palabrerías puede terminar trastornando nuestra fe (2 Ti 2:16-18), del mismo modo, la asociación con buenos cristianos nos edificará y ayudará a crecer. De aquí se desprende que elegir bien nuestras amistades tendrá un efecto positivo para nuestras vidas. Y por otro lado, se hace evidente que el cristiano no puede ser una persona aislada. Las virtudes de la vida cristiana sólo pueden ser desarrolladas adecuadamente dentro del cuerpo de Cristo que es la iglesia. Es cierto que la iglesia local no es un sitio perfecto, ya que está formada por personas que todavía son imperfectas, pero es precisamente en ese contexto donde el Señor nos va transformando por medio de su Espíritu Santo y de los dones que Dios ha dado a los diferentes hermanos (Ef 4:11-16). Pero algunos sólo ven lo negativo y por esta razón dejan de reunirse contraviniendo el mandato del Señor: (He 10:25) "No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuando veis que aquel día se acerca." Las virtudes cristianas no se pueden manifestar ni ser probadas viviendo en solitario. Por ejemplo, nuestro amor cristiano no pasará de ser un sentimiento teórico si no nos acercamos a nadie con quien podamos ponerlo en práctica. Y sin duda, en la iglesia local hay muchas personas a las que podemos amar con el mismo amor con el que Dios nos ama a nosotros, es decir, un amor inmerecido. Y si lo pensamos bien, nosotros mismos somos los primeros que necesitamos recibir ese tipo de amor. En cualquier caso, notemos también la forma en la que Pablo describe aquí a los verdaderos creyentes: "los que de corazón limpio invocan al Señor". Sin duda guarda relación con lo que anteriormente dijo acerca de los verdaderos creyentes: "Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo" (2 Ti 2:19). Estas son las personas con las que debemos estrechar los lazos de comunión cristiana. Y también sirve para establecer la base para la verdadera comunión.
Como siervo (2 Ti 2:23-26) "Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él." Pablo vuelve a retomar nuevamente la exhortación con la que había comenzado esta sección. Antes le había dicho a Timoteo que no contendiera sobre palabras, lo cual para nada aprovecha (2 Ti 2:14), y también que evitara las profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad (2 Ti 2:16). Ahora le vuelve a exhortar para que desechara "las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas". No hay duda de que el tema le parecía importante al apóstol, de ahí su repetición, pero también vuelve a tratarlo porque quiere abundar aun más en la actitud que el siervo del Señor debe tener frente a los que están en el error. 1. Desechar las cuestiones necias e insensatas En primer lugar, como siervo del Señor no debe ceder a la tentación de enredarse en controversias carentes de valor y sentido. Pablo las llama "necias", porque no son instructivas ni contribuyen en nada para la piedad. También las describe como "insensatas", es decir, especulaciones infantiles. Así pues, a pesar de toda la apariencia y prestigio del que pudieran gozar en algunos círculos, debían ser despreciadas porque no servían para nada bueno, ya que de hecho sólo eran capaces de "engendrar contiendas". La razón para esta actitud es que "el siervo del Señor no debe ser contencioso". Y contestar a personas y razonamientos de este tipo, implica necesariamente comenzar una batalla que no servirá para nada. No olvidemos que hay personas que aman los debates y las contiendas, pero el siervo del Señor debe evitarlos. Por lo tanto, el siervo del Señor debe desarrollar una mente capaz de discernir entre aquellas cuestiones que sólo generan contiendas infructuosas y las que realmente sirven para edificación. Es importante aclarar que Pablo no está diciendo que el siervo de Dios no deba estar siempre preparado para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que le demande razón de la esperanza que hay en nosotros (1 P 3:15). No se trata de evitar toda controversia y debate sobre la fe, algo que Pablo hizo muchas veces a lo largo de su ministerio (Hch 17:2-3) (Hch 18:4) (Hch 18:19). Muchas personas tienen dudas sinceras que un buen siervo de Dios debe escuchar y responder de acuerdo a la Palabra, pero otra cosa muy diferente son aquellos debates improductivos de personas que no desean conocer a Dios, sino que aman el discutir porque esto les da la oportunidad de escucharse a sí mismos. Un buen siervo de Dios debe saber diferenciar entre ambos y apartarse a tiempo. 2. Enseñar y corregir con amabilidad
La forma en la que el siervo del Señor debe "contender ardientemente por la fe" (Jud 1 :3), no ha de ser buscando luchas y debates innecesarios, sino que ha de ser amable para con todos, enseñando y corrigiendo con mansedumbre a los que se oponen. Al fin y al cabo, es un "siervo", un esclavo del Señor, y por lo tanto no hay lugar para que se muestre orgulloso o jactancioso. Por el contrario, ha de ser humilde y "amable para con todos", siguiendo el ejemplo del Señor Jesucristo (Mt 11:29) (1 P 2:21-24), exhibiendo una verdadera mansedumbre y gentileza en el trato con los demás. Esto implica que no ha de tener un carácter áspero e irritable, tampoco se ha de mostrar sarcástico o burlesco, sino que debe ser una persona accesible, con la que sea posible conversar, que no sea quisquilloso. Su finalidad debe ser siempre la de instruir, nunca la de ganar una discusión. Aunque como decimos, "lo cortés no quita lo valiente", y habrá ocasiones en las que el siervo del Señor también tendrá que amonestar con cierta dureza: "repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe" (Tit 1:13). Sin embargo, el hecho de no discutir de esta manera, no significa que se deba permitir que el error acampe a sus anchas. La cuestión que se trata aquí tiene que ver con la forma en la que se ha de enfrentar a los falsos maestros. Pero la mansedumbre no debe implicar nunca ceder frente al engaño. La mansedumbre que es fruto del Espíritu Santo (Ga 5:22-23) nunca tiene relación con la debilidad, la timidez o la falta de carácter, sino todo lo contrario, implica el poder que está bajo control. En esta labor de intentar corregir a los que se oponen, tendrá que tener mucha paciencia. Porque por un lado hay personas que aprenden muy lentamente, y por otro, también hay los que no parecen estar dispuestos a aceptar la verdad de la Palabra de Dios. En todo esto se debe mostrar como "apto para enseñar". No sólo por su carácter, sino también en su capacidad para comunicar la verdad. Esto implica conocer bien la P alabra y tener habilidad para transmitirla. Además, sabrá qué es conveniente enseñar en cada circunstancia, y tendrá la capacidad de justificar su instrucción con pasajes adecuados de las Escrituras. No obstante, aunque el siervo del Señor sea amable en su forma de dirigirse a las personas y esté capacitado para enseñar la Palabra, aun así encontrará muchas ocasiones en las que será menospreciado y hasta ridiculizado. En otras, se encontrará con hombres inoportunos e irritantes, que tienen la extraña habilidad de agotar la paciencia de cualquiera. Es entonces cuando se hace necesario que también sea "sufrido". Esto implica tener paciencia en medio del menosprecio, la oposición, las injurias o las críticas injustas, sin perder nunca el temperamento o mostrar resentimiento. Lo ideal sería predicar siempre en medio de una congregación que es receptiva a la Palabra, pero el predicador experimentado sabe que esto no siempre es así, y no es difícil que haya ocasiones en las que llegue a percibir mucha oposición, y hasta hostilidad, cuando intente corregir o disciplinar asuntos que se apartan de la verdad. En esos momentos es cuando el siervo del Señor debe ser sufrido. Para poderlo hacer correctamente, es fundamental no convertir la oposición en algo personal, de otro modo perderemos de vista el verdadero objetivo y comenzaremos a luchar por vindicarnos a
nosotros mismos. Y al fin y al cabo, lo grave no es que nos rechacen a nosotros, sino a Dios. Recordemos lo que el Señor le dijo al profeta Samuel cuando se sentía molesto porque el pueblo había pedido un rey: "No te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos" (1 S 8:7). No somos llamados a defendernos a nosotros mismos, sino la causa de Dios. Esto mismo es lo que nos enseñó el Señor Jesucristo. Cuando los judíos le acusaron de estar endemoniado, él reaccionó con mansedumbre, intentando mostrarles su error (Mr 3:20 -30). Cuando vinieron a prenderle para crucificarle, él no opuso ninguna r esistencia, ni pidió doce legiones de ángeles que viniesen en su ayuda, sino que "como un cordero fue llevado al matadero" (Is 53:7). Pero cuando entró en el templo y vio la forma en la que habían profanado la casa de su Padre, "hizo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas" (Jn 2:15). Tristemente, con demasiada frecuencia, nosotros luchamos con ardor cuando se trata de defender lo nuestro, y permanecemos impasibles cuando se trata de defender el honor y la Palabra de Dios. 3. Esperar que Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad Como acabamos de ver, la manera en la que se enseña la verdad tiene una gran importancia, pero aun haciéndolo todo correctamente, el resultado no siempre será que la persona cambiará de comportamiento. El siervo del Señor debe procurar ganar las almas, pero verá con tristeza que no siempre lo consigue. Y en este contexto llegamos a un versículo que encierra cierta dificultad: "Por si quizá D ios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él". En un principio podría parecernos que está sugiriendo que Dios puede no estar dispuesto a aceptar el arrepentimiento de algunas personas que con sinceridad quieran dar un giro a sus vidas. Pero éste no puede ser el sentido, porque otras escrituras aseguran que Dios no actúa de esta manera: (2 P 3:9) "El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por t ardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento." (1 Ti 1:3-4) "Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad." La realidad es que Dios desea que todos los hombres procedan al arrepentimiento, y está dispuesto a aceptarlos en virtud del sacrificio expiatorio de su propio Hijo. Además, el comportamiento que él espera de sus siervos está orientado a ese mismo fin. Por lo tanto, no hemos de dudar de Dios, como si él no estuviera dispuesto a aceptar a algunas personas, y que a pesar de estar arrepentidas, se niega a recibirlas. Esto no se corresponde con el carácter de Dios. Más bien debemos pensar que aquellas personas que se han apartado de la verdad, se han entregado al error, y además han adquirido el hábito de contradecir y oponerse sistemáticamente
a todo intento de ser corregidos con la Palabra, es dudoso que lleguen a arrepentirse. Pero no sólo esto, puede que llegue el momento en que Dios mismo endurezca su corazón y se termine para ellos toda oportunidad de arrepentimiento. Tenemos un claro ejemplo de esto en el caso de Faraón rey de Egipto. Por mucho tiempo Dios le llamó al arrepentimiento por medio de su siervo Moisés, pero "Faraón endureció su corazón" y no escuchó su voz (Ex 7:22) (Ex 8:15,19,32) (Ex 9:7), y por esta razón, llegó un momento en el que traspasó una línea a partir de la cual ya no había retorno, y desde ese momento ya no era Faraón quien endurecía su propio corazón, sino que "Jehová endureció el corazón de Faraón" (Ex 9:12) (Ex 10:1,20,27) (Ex 11:10). Y del mismo modo, estas personas con las que Timoteo se enfrentaba, podían haber llegado a un punto en el que Pablo dudaba de si ya habría posibilidades para ellos de arrepentimiento (2 Ti 3:9) (2 Ti 3:13). Pero en cualquier caso, esto sólo lo sabe Dios, y nosotros hemos de tratar con ellos siguiendo las instrucciones que encontramos aquí. Notemos también que el arrepentimiento sincero para con Dios, es la única manera posible de escapar del lazo del diablo en el que los hombres están cautivos a su voluntad. Sólo Dios puede acabar con su dominio tiránico sobre el hombre, y el arrepentimiento es el primer paso que debe dar el hombre. Es interesante notar que el término "escapar", en la lengua original tiene el sentido de "despertar", "volver a estar sobrio". Y esto es así, porque las personas que andan en el error, a pesar de que ellas mismas piensen que están en lo correcto, desde la perspectiva divina andan en un estado de embriaguez, sus sentidos están confusos, sus conciencias han quedado paralizadas y son insensibles a la voluntad de Dios. Desde su propio punto de vista se sienten ufanos y felices haciendo necedades, y no sienten ningún tipo de vergüenza por ello. En ese estado, el arrepentimiento es el único medio que les puede devolver a la sobriedad y al buen sentido. Por otro lado, en su estado piensan que son auténticamente libres, haciendo lo que ellos quieren, y no son capaces de darse cuenta de que el diablo los tiene engañados, que han sido capturados por él, y que viven para hacer su voluntad. Si se arrepintieran empezarían a ver lo espantoso que es su estado. Terminemos viendo cómo Pablo describe esta liberación: (Ef 2:1-3) "Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás." ¡A él sea toda la gloria por medio de Jesucristo!
La actitud de gratitud (bosquejo) Salmo 100:1-2 Intro. Nuestra actitud tiene mucho que ver con nuestra felicidad. Hay los que han tenido muchas malas experiencias. Esto tienda a influir nuestra actitud. Tenemos que tener cuidado que nuestro estado de ánimo no afecte nuestra actitud. Mire lo que Salomón dijo sobre un corazón contento y alegre. Prov. 15:13, 15, 17:22 I. Debemos cantar alegres. A. En gran tristeza no tenemos muchas ganas de cantar. Salmo 137:1-4 1. Puede ser himnos que nos guían en reflexionar. 2. Puede ser himnos que sirven para expresar nuestra tristeza. B. Debemos cantar alegres en alabanza. 1. Nuestro Dios es alegre. a. El debe ser alabado por un pueblo alegre. b. Si la alabanza es alegre es una indicación de que sale del corazón. (1. No es rutina. (2. No es por obligación. (3. Los creyentes tienen mucha razón por estar alegres. 2. Debemos cantar en alabanza a Dios. a. No para nuestro entretenimiento. b. Por eso, no es correcto aplaudir después de un número especial. 3. Mucho de lo que se llama música en el mundo hoy en día no tiene nada que ver con la alegría. Es, más bien, para distraer la mente. II. Debemos servir a Dios con alegría. A. Es nuestro deber servir a Dios.
1. Somos su pueblo. v. 3 2. Somos ovejas de su prado. v. 3 B. Dios tiene derecho de esperar que le sirvamos. 1. Si yo tengo algo que no me sirve tengo ganas de deshacerme de eso. 2. Dios tiene derecho a castigarnos si no le servimos. C. Es 100 veces mejor servir con alegría que servir con amargura. 1. Razones por no servir a Dios. a. Rebelión. b. Egoísmo. c. Ingratitud. 2. Razones por las cuales debemos servir a Dios con alegría. a. En gratitud por todo lo que él ha hecho por nosotros. (1. Salmo 100:4 (2. Col. 3:15 b. Porque le amamos. Juan 14:15 c. Por las grandes recompensas que recibiremos en los cielos. Salmo 19:9-11 D. Dios no va a juzgarnos únicamente según lo que hemos hecho por él sino también por la actitud que tuvimos en hacerlo. E. El de servir a Dios con alegría es un acto de alabanza. F. Dios es celoso. 1. El no quiere que sirvamos a otro siervo mientras que estamos sirviendo a él. a. Josué 24:14 b. Isa. 42:8 2. Mat. 6:24 G. Es un honor y privilegio servir al Rey de Reyes.
III. Debemos venir ante su presencia con regocijo. A. Se trata de la oración. B. En la oración nos presentamos delante de su trono. Heb. 4:16 1. Podemos venir confiadamente. a. Que él nos escuchará. b. Que él nos concederá lo que pedimos si sea de conforme a su voluntad. 2. Es un trono de gracia (favor no merecido). C. Es algo estupendo que podemos acercarnos a Dios en oración. 1. Ni aun tengo esta libertad con el intendente de la ciudad. 2. Piense de la ignorancia de los chicos que se ríen mientras que otro chico está orando. D. Orar es dejar a Jesús tener parte en nuestra vida. Apoc. 3:20 1. Es permitir a él ejercer su poder para suplir nuestra necesidad. 2. Es permitir a él glorificar su nombre a través de nosotros. E. Judíos, tal vez, entendieron esto como ir al tabernáculo o al templo para adorar a Dios. Nosotros también debemos encontrar gran gozo en ir a la casa de Dios para adorarle. Concl. Todo depende si tenemos la actitud de gratitud. Todo lo que hacemos para Dios debe ser con alegría. Jamás debe ser con el sentido de obligación o con la esperanza de que Dios estará obligado a darnos algo.
ACTITUDES QUE CONQUISTAN EL CORAZON DE DIOS 22 Nov
Definitivamente, si alguien pudo llamar la atención de Jesús con sus actitudes, fue la mujer cananea que menciona La Biblia en Mateo 15:21. Jesús se sorprendió de las respuestas y de la actitud que esta mujer tuvo hacia él. Puedo decir que esta mujer conquisto el corazón de Jesús a tal punto que Jesús no pudo negarse a operar el milagro que esta mujer esperaba. Es obvio que El Maestro no quería negarse y es una forma de decir que después de haber actuado así, esta mujer hubiera podido pedir lo que quisiera que Jesús se lo hubiera concedido. Estoy seguro que esta historia nos puede dejar muchas lecciones por aprender. Si centramos nuestra atención en la actitud con que esta mujer se presenta ante Jesús y las ponemos en práctica, conquistaremos también el corazón de nuestro Dios. Comparto aquí el pasaje completo que narra esta historia, lo encontramos en Mateo 15:21-27 y dice así: 21 Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 23 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24 El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas pérdidas de la casa de Israel. 25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: Señor, socórreme! 26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora. Veo en esta mujer, tres actitudes dignas de ser admiradas y de ser puestas en práctica. Estas actitudes son: I. Actitud de perseverancia Seguro habrán escuchado el refrán que dice: “El que persevera alcanza”. Muchas personas desisten y tiran la toalla cuando están muy cerca de su objetivo, no solo en lo espiritual, también hablo de objetivos profesionales, sentimentales, financieros, etc. Esta mujer es un ejemplo de perseverancia, no la detuvo ni la barrera social y racial que había entre ella y los judíos, tampoco la detuvo lo que las demás personas podían decir de ella, lo fuerte y lo pesado con que Jesús pudo hablarle, ella tenía claro su objetivo y persevero hasta alcanzarlo. Los hombres y mujeres usados por Dios a través de la historia, han sido personajes
perseverantes, pudieron descansar hasta que recibieron aquello por lo cual perseveraron. Ejemplos hay muchos, pero quiero mencionar únicamente a dos hombre perseverantes, ellos son Jacob y Nehemías. El primero persevero hasta recibir la bendición de Dios, y el segundo clamo día y noche para que Dios respondiera su petición. Génesis 32:26 – Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Nehemías 1:6 – esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. No te rindas, no mueras en el intento, estas muy cerca de alcanzar la victoria. Dios ama a los que perseveran. II. Actitud de adoración. Adoración, no es el momento en el que cantamos los coros en la iglesia durante los servicios dominicales, eso es mínima parte de lo que en realidad es Adoración. Adoración es un estilo de vida. Una actitud de adoración es la que reflejamos con todos nuestros actos hacia Dios, reconociendo que Él es grande y nosotros pequeños. Podemos adorar a Dios con lo que decimos, con lo que cantamos, con lo que comemos, con lo que le damos en gratitud por sus misericordias. Desde el primer minuto del día hasta el último en la noche, debemos adorar a Dios. Veamos lo que dice la Biblia respecto a la adoración. Nehemías 9:3 – Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios. Juan 4:23 – Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. La Biblia no dice que Dios busca buenos cantantes, o buenos músicos. Dios busca adoradores. Si eres un adorador de verdad, no te costará mucho conquistar el corazón de Dios porque antes de que tú lo encuentres, él te encontrará a ti. El que la mujer se haya postrado ante el Maestro denota una verdadera actitud de adoración y respeto. Con esa actitud no se le hizo difícil conquistar el corazón del Señor Jesús, al igual que Nehemías y el pueblo de Israel, en cuanto empezaron a adorar, Dios empezó a hacer la obra.
Si tu actitud no es la de un verdadero adorador, Dios te habla en este momento para que la cambies. Conquista el corazón de tu Dios con una actitud de Adoración. III. Actitud de Humildad Si hay una cosa que Dios no tolera es la arrogancia, la altivez de espíritu y el orgullo. Con una actitud de orgullo y egocentrismo jamás conquistaremos el corazón de Dios. Muchas veces actuamos como si Dios nos estuviera haciendo un favor o como si él tuviera la obligación de acudir en nuestra ayuda. Dios promete sanarnos, darnos lo que necesitamos y mucho más que eso, pero todo es por su misericordia, nada es por lo bueno que somos o que creamos ser. No puedo imaginarme a la mujer cananea llegando hasta donde el Señor estaba exigiéndole que sanara a su hija, sino todo lo contrario, ella llego con un corazón humilde, reconociendo quien era ella y quien era la persona ante la cual se estaba postrando. Esa es una actitud de humildad, reconocer que nosotros no somos nada y que él es Señor sobre todo, y cuando hablamos de “todo” nosotros también estamos incluidos en ese paquete. Si queremos
conquistar el corazón de Dios, la humildad nos será una buena aliada. La Biblia dice lo siguiente acerca de la humildad: 2 Crónicas 7:14 – si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. Salmos 18:27 – Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos altivos. Salmos 51:17 – Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. No hay nada que agrade más el corazón de Dios que la humildad de aquellos que intentan buscarlo. La humildad es adoración pura, reconocer quien es Dios y quienes somos nosotros. Estoy seguro que el reto más grande de aquella mujer conquistar el corazón de Dios, después de eso, cualquier cosa podía pasar. Ella sabía por lo que estaba peleando y por eso perseveró, adoró y fue humilde. Puedo ver a Jesús sonreír después de haber visto la actitud de esta mujer, su corazón se derritió y concedió a esta mujer lo que tanto anhelaba. Te has preguntado ¿Porque no recibo lo que tanto anhelo? ¿Porque tu vida no cambia?, ¿porque nada es diferente en ti? Creo que deberías preguntarte antes cual ha sido tu actitud hacia Dios antes de contestar las primeras preguntas. Dios no quiere perfección, solo quiere verdadera adoración, perseverancia y humildad. Busca primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás os será añadido. Dios está esperando que conquistes su corazón