Ernesto Che Guevara y la pedagogía social
TURNER MARTÍ, Lidia, El Pensamiento Pedagógico del “Che”, Buenos Aires, Nuestra América, 2010, pp.83-109
“Cátedra Guevarista” Juventud Guevarista www.juventudguevarista.com www.catedracheguevara.com.ar www.jgrosario.wordpress.com
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Durante mucho tiempo, al leer las Obras del Che, sobre todo sus discursos y conferencias, percibíamos que llevaban un mensaje educativo a los adultos con los cuales se vinculaba, ya fueran combatientes, obreros, funcionarios, estudiantes, dirigentes, campesinos o intelectuales. Por esa vía indagamos la forma de organizar sus ideas para precisar la finalidad que llevaban implícitas y la psicología de su comunicación. Al dirigirse a los médicos, en agosto de 1960 el Che, alanalizando la manera de comunicarse con las personas, la necesidad de educar al pueblo, hizo explícito este objetivo que buscábamos en sus intervenciones: Veremos, entonces, cómo tendremos que ser, en esas circunstancias, un poco pedagogos, a veces un
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mucho pedagogos; cómo tendremos que ser políticos también; cómo lo primero que tendremos que hacer no es ir y brindar nuestra sabiduría, sino ir a demostrar que vamos a aprender con el pueblo, que vamos a realizar esa grande y bella experiencia común, que es construir una nueva Cuba.1 En este mensaje valoramos cómo intuye la necesidad de educar al pueblo mediante el trabajo social y cómo fundamenta esta educación en un principio: se educa o se enseña aprendiendo, a su vez, de los que aprenden o son educados por nosotros. Es poca la diferencia que existe entre esta afirmación y un postulado de la educación popular, que surge con fuerza en América Latina en la década del 60 como una forma de llegar hasta el hombre adulto, fundamentalmente subescolarizado, con la finalidad de concientizarlo de su papel transformador del medio en que vive. "En las últimas décadas ha surgido una nueva rama en las ciencias pedagógicas, denominada pedagogía social, que aún es objeto de debate en cuanto a su existencia. En relación con esto deseamos hacer algunas reflexiones a continuación."2
SU NECESIDAD. PEDAGOGÍA PARA EL PUEBLO
En el campo de los conceptos pedagógicos nos encontramos en ocasiones con temáticas de obligada referencia, una de estas es que la educación es un fenómeno intrínsecamente social. Este carácter social impregna todo el ámbito educativo, ya referido al de -84-
las grandes concepciones, y se localiza en cuestiones más concretas, como son la propia institución escolar y la práctica de la docencia misma. Y esto es así, porque la práctica del proceso educativo se concreta en una relación plural entre las personas, que, por lo tanto, converge en la intercomunicación por motivos, razones y circunstancias muy diversas. En el caso educativo de niños y jóvenes, este vínculo se instaura sobre la base de una pequeña comunidad (la clase, la escuela...), en la que maestro y discípulo desempeñan su respectivo papel, al tiempo que satisfacen una necesidad, instados por la propia sociedad, que se mantiene, proyecta y perfecciona en el ejercicio de una adecuada convivencia. En relación con el hombre adulto, ésta se encuentra presente en su proceso de socialización y convivencia dentro de su esfera laboral y social. El factor fundamental y definitivo de la sociabilidad educativa se inserta en su humanicidad. Ciertamente, el hecho educativo es un producto social, tanto en su origen como en su constitución y naturaleza. Pero esta sociabilidad, al mismo tiempo que reitera su propia entidad, manifiesta una extrema complejidad, ya que los hechos educativos se encuentran determinados por una variada gama de fuerzas sociales, que actúan como impulsoras y modeladoras de la fuerte presión que ejercen sobre los hombres. Para no confundir la socialización con la educación social debemos precisarlas. De común tienen que ambas pueden ser a su vez proceso y resultado; de diferencia, que la socialización es predominantemente espontánea, se da generalmente latente por la impreg-
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naron que dimana de los contactos, educativos o no. La educación social es intencional, suele generarse de un modo manifiesto, está cargada de normatividad y tiene su epicentro en una institución, ya sea educativa, laboral o social. De la primera se encarga la sociología; de la segunda, la pedagogía. Son numerosos los estudios fundamentados científicamente sobre la pedagogía social. Se pueden considerar como antecedentes los realizados al respecto desde que Diesterwerg (1850) en sus escritos sobre pedagogía social la llamara así. Presenta por primera vez esta denominación para referirse a contenidos y tareas educativas sociales, aunque sin realizar un análisis teórico-científico del problema. En el mismo sentido, antes se enfrentaron a igual dificultad educativa social Comenius y Pestalozzi, aunque desde distintos puntos de vista, cuando al final del siglo XVIII y principios del XIX consideran, en contra de Rousseau, que lo social y lo individual son los factores complementarios que se integran en la educación humana. Estos dos autores son auténticos precursores de Ja pedagogía social, ya que abordaron el problema, aunque no emplearon este nombre, ni lo estudiaron sistemáticamente. Según Lorenzo Luzuriaga, la pedagogía social como teoría o disciplina científica es muy moderna; surgió a fines del siglo xix con la obra de Paul Natorp, La Pedagogía social, de carácter estrictamente filosófico, que ha tenido continuadores con esta denominación. Luzuriaga expone que: [...] mucho antes, sin embargo, de que se manifestara esta tendencia de la pedagogía social en
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forma teórica o científica, casi todos los educadores y pedagogos de la historia habían abordado los problemas de la educación en la sociedad de una u otra forma, aunque casi siempre lo hicieran con criterios humanitarios filosóficos o políticos.3 También añade que: En el desarrollo histórico de la pedagogía social cabe así establecer una separación entre los que pudiéramos llamar sus precursores o antecesores en la pedagogía clásica, desde Platón a Pestalozzi, y sus fundadores creadores teóricos en la pedagogía moderna, desde Natorp hasta nuestros días.4 Indudablemente, la contribución científica metodológica la encontramos en los descubrimientos de Marx sobre la esencia del hombre y el papel de la educación en la sociedad. Hoy la pedagogía social busca de nuevo esa identidad como disciplina estrictamente pedagógica. Algunos la han llamado educación ciudadana, educación para la convivencia, que a nuestro juicio es limitado. A partir de estas aportaciones y estudios podemos considerar que el objeto fundamental de la pedagogía social es ofrecer la ayuda necesaria y suficiente para que el hombre, durante todas las etapas de su vida, desarrolle correctamente y con éxito su propio proceso de socialización. Compete, pues, a la pedagogía social investigar, diseñar y ejecutar la educación social adecuada para dicho propósito.
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Si entendemos por socialización un proceso interno de aprendizaje social, que permite a la persona durante toda su vida asumir, interiorizar e integrar en la estructura de su personalidad las formas y contenidos culturales del medio e incorporarse progresivamente a la sociedad en la que ha de vivir como miembro activo de ella es importante destacar que la socialización no consiste en insertarse o adaptarse a la sociedad, sino que es un proceso dinámico e integrador, en el que intervienen tanto el propio sujeto, con su caudal innato o adquirido, como todo lo exterior con lo cual entra en relación, y este proceso educativo contribuye al perfeccionamiento y optimización del hombre. Esto permite indicar que la pedagogía social se dirige, en primer lugar, a conseguir una educación social posibilitadora de que el individuo sea el artífice principal de su socialización; y, en segundo, procurar, mediante el trabajo social, que la fuerza de la dinámica social, con sus dificultades y problemas, no haga desviarse o fracasar el personal e intransferible proceso de socialización. Resumiendo, la pedagogía social tiene un doble objeto: garantizar una buena socialización del individuo y asegurar las cuestiones educativas del trabajo social. Tomando todas estas consideraciones, nos permitimos afirmar que Ernesto Guevara fue un promotor teórico y práctico en Cuba de la pedagogía social, en especial de su repercusión en el adulto joven o maduro, que se inserta en su vida laboral. Con este grupo humano trabajó el Che en forma intencional, con diferentes medios para posibilitar -88-
su socialización adecuada, es decir, que el individuo logre su propia madurez social mediante el desarrollo de su proceso de socialización, y si se desvió o fracasó en éste, se resocialice. Desde el punto de vista teórico el Che estudió agentes y factores del proceso de socialización así como su dinámica, con los subproductos psíquicos y sociales implicados. Utilizó formas organizativas para llevarlo a cabo, entre las que se distinguen sus conferencias en la Universidad Popular Radial, las intervenciones con dirigentes administrativos y políticos, las charlas con los trabajadores, obreros y profesionales, las cartas, los artículos periodísticos. En cada una de estas intervenciones afloran determinados principios: •la asequibilidad en correspondencia con la edad, el grupo social y las características territoriales; •partir de un hecho concreto, analizarlo, argumentarlo y presentar sus contradicciones; •incluirse como parte del grupo humano con el que trabaja, ser uno más; •partir de la enseñanza que el propio grupo da y utilizarlo como base para el nuevo aprendizaje; •poner de manifiesto las constantes contradicciones que se generan; •unir a lo racional del análisis, lo emocional que actúe en los sentimientos; •unir a lo objetivo la dosis subjetiva del optimismo hacia el desarrollo social; -89-
• vincular cada suceso con su repercusión social trascendente al individuo. Son exponentes de estos elementos metodológicos los fragmentos que a continuación comentamos. Como primer ejemplo, hemos tomado la intervención pública de Ernesto Guevara, con el propósito de educar al pueblo, el 29 de enero de 1959 en la Sociedad Nuestro Tiempo. La charla estaba dirigida a los intelectuales y el tema fue caracterizar la proyección social del Ejército Rebelde. ¿Cómo hablar a intelectuales sobre un ejército de hombres humildes, analfabetos en parte, para que pudieran comprender su proyección social, cambiar la imagen de ejército represivo conocido hasta entonces en el país? ¿Cómo buscar y presentar suficientes y objetivos argumentos para transformar modos de pensar? Consideramos sus palabras de inicio como un síntoma y un exponente de su habilidad pedagógica al buscar un elemento de motivación del auditorio hacia él y sus ideas. Y comenzó diciendo: "En la noche de hoy se impone la evocación martiana, como ha dicho oportunamente quien me ha presentado ante ustedes, y creo que al hablar de la proyección social del Ejército Rebelde, nos estamos refiriendo concretamente al sueño que Martí hubiese realizado".6 A continuación hace una genial síntesis, que ocupa diez páginas de sus Obras, del proceso revolucionario desde la organización de la expedición que zarparía en el Granma hasta el 1ro. de enero de 1959. Es un
ejemplo digno de tomar para enseñar la historia de Cuba. Relata algo, desconocido por muchos, referente a las interioridades de aquel grupo inicial de hombres en el cual había algunos que no tenían proyección social, sino que consideraban aquello como una aventura para cambiar un gobierno por otro; y explica esta concepción en una forma tan sencilla, y a la vez elocuente, que seguramente no dejó lugar a dudas en el auditorio de qué significaba "proyección social": (...) Era muy diferente la proyección social que tenían aquellos hombres antes de la etapa del Granma, antes que se produjera la primera escisión en el 26 de Julio, cuando estaba en él todo el núcleo sobreviviente del ataque al cuartel Moneada. Recuerdo que en una discusión íntima, en una casa en México, exponía la necesidad de ofrecer al pueblo de Cuba un programa revolucionario; y uno de los asaltantes del Moneada —que afortunadamente se separó del 26 de Julio— me contestó con unas frases que siempre recuerdo, diciéndome: "La cosa es muy sencilla. Nosotros lo que tenemos que hacer es dar un golpe. Batista le ha hecho a los americanos cien concesiones, vamos a darles nosotros ciento una." La cosa era tomar el poder. Yo le argumentaba que teníamos que dar ese golpe basados en principios, que lo importante también era saber lo que íbamos a hacer en el poder. Esa era la idea de un miembro de la primera etapa del 26 de Julio, que como yo les dije, por fortuna para nosotros, él y quienes mantenían ese criterio
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se fueron de nuestro movimiento revolucionario y tomaron otro camino.7 La honestidad, la sinceridad y la sencillez con que el Che relata este episodio asegura ya la preparación de los oyentes para seguir escuchando. Profundiza en las características del Ejército Rebelde y vislumbra su futuro al decir: (...) Pero ahora tenemos que afrontar la realidad de que nuestro ejército no está aún capacitado para las nuevas responsabilidades adquiridas, como defender íntegramente el territorio cubano. Tenemos que ir rápidamente a la reestructuración del Ejército Rebelde, porque al paso hicimos un grupo armado de campesinos y obreros, analfabetos muchos de ellos, y sin preparación técnica. Tenemos que capacitar este ejército para las altas tareas que tienen que arrostrar sus miembros y capacitarlos técnica y culturalmente... Ya hemos comenzado simbólicamente su educación con un recital presidido casi exclusivamente por el espíritu y las enseñanzas de José Martí.8 Hablar, a sólo veintinueve días del triunfo revolucionario, de la concepción adelantada de hoy de la guerra de todo el pueblo, sin duda debió resultar riesgoso y escandalizador para algunos oyentes. Sin embargo, el Che lo aseguró con palabras claras y convincentes: "(...) Todo el pueblo cubano deberá convertirse en un ejército guerrillero, pues el Ejército
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Rebelde es un cuerpo en crecimiento cuya capacidad sólo está limitada por el número de seis millones de cubanos de la república. Cada cubano ha de aprender a manejar las armas y cuándo deberá usarlas en su defensa "9 Los fragmentos utilizados constituyen ejemplos concretos del lenguaje, intención y argumentación, considerados por Ernesto Guevara en su acción de comunicación educativa con grupos sociales atendiendo a sus características específicas. Como segundo ejemplo, podemos tomar la intervención que realizó ese mismo 1959 en la Universidad de Oriente, donde expone los procedimientos que se convierten en una regularidad de su proceder educativo, en esta ocasión con profesores y estudiantes universitarios que abordan el tema de la reforma universitaria y la Revolución. Comienza su exposición pidiendo disculpas y relatando las causas de su llegada tarde: Estimados compañeros, buenas noches: Tengo que pedir disculpas al calificado público asistente por la demora en la iniciación de este acto, que es culpa mía y del tiempo que ha estado muy mal en todo el camino, y hemos tenido que parar en Bayamo.10 Otro asunto de interés, y que se presenta también como una regularidad, es la definición o claridad del tema que tiene intención de tratar, su alcance, sus límites, para que las personas con las cuales se
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comunica encuentren respuesta en la interrogante que se plantea. El tema es sumamente vasto; tanto es así que varios conferencistas han podido desarrollar diferentes facetas de él. En mi condición de luchador, me interesa analizar precisamente los deberes revolucionarios del estudiantado en relación con la Universidad. Y para eso tenemos que precisar bien qué es un estudiante, a qué clase social pertenece, y si tiene algo que lo defina como entidad o como núcleo..." Al hacer la crítica del distanciamiento y, en ocasiones, divorcio de la Universidad y el pueblo, utiliza nuevamente como ejemplo la conversación sostenida con un estudiante meses atrás y que nos hace recordar el análisis realizado en su charla en la Sociedad Nuestro Tiempo, pero con otra temática. (...) Yo recuerdo que tuve una pequeña conversación con algunos de ustedes hace varios meses, y les recomendaba entrar en contacto con el pueblo, no llegar al pueblo como llega una dama aristocrática a dar una moneda, la moneda del saber o la moneda de una ayuda cualquiera, sino como miembro revolucionario de la gran legión que hoy gobierna a Cuba, a poner el hombro en las cosas prácticas del país, en las cosas que permitan incluso a cada profesional aumentar su caudal de conocimiento y unir, a todas las cosas interesantes que aprendieron en las aulas, las quizás mucho más interesantes que -94-
aprenden construyendo en los verdaderos campos de batalla de la gran lucha por la construcción del país.12 En esta intervención desarrolla sus ideas en relación con las prácticas preprofesionales en el seno del pueblo, la necesidad de aprender en contacto directo con los problemas sociales. Algo que nos llama poderosamente la atención es que, además de motivar e interesar al inicio con algo más personal e íntimo, de expresar en lenguaje directo la idea que desea comunicar, a todo esto señala la breve historia de los antecedentes del problema. Si nos referimos a que anteriormente hizo la síntesis del proceso de la lucha revolucionaria en diez páginas, en esta ocasión en sólo una y media relata la historia de la autonomía universitaria en América Latina, desde la Universidad de Guatemala, en tiempos de Arévalo y Arbenz, hasta la de Córdova en Argentina, y hace referencia al libro de Gabriel del Maso en relación con la reforma universitaria. Al final deja en expectativa al auditorio cuando dice acerca de este autor: "...Y aquí entre nosotros, investiguen también al autor del libro porque también habrá sorpresas por allí".13 Lo polémico, lo discutible, lo contradictorio es un matiz del énfasis en esta pedagogía social que desarrolla el Che, porque conoce al hombre y hacia él va dirigida su acción educativa. Por todo eso he venido aquí, más que a dar una conferencia, a presentar algunos puntos polémicos, y a llamar, naturalmente, a la discusión, todo lo
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agria, todo lo violenta que se quiera, pero siempre saludable en un régimen democrático, a la explicación de cada uno de los hechos, al análisis de lo que está sucediendo en el país, y al análisis de lo que sucedió con los que mantuvieron las posiciones que hoy mantienen algunos núcleos estudiantiles.14 Un tercer ejemplo de esta secuencia lo constituye la motivación de identificación con el oyente, presentación del tema y breve historia antecedente. Lo encontramos en su charla del 2 de marzo de 1960 en la Universidad de La Habana: Antes de comenzar a desarrollar el tema de nuestra conversación de hoy, quiero prevenirles que no deben de creer demasiado las palabras del Sr. Naranjo, creo que se llama así el que me presentara, y ponerme en mi lugar de modesto revolucionario y de estudiante de primer año...; yo soy estudiante de primer año de Finanzas en la Universidad de la Revolución. Simplemente amparado en ese título, un poco ambiguo, de revolucionario y en el título común que nos hermana de estudiante, es que he venido a charlar con ustedes. Pensaba que podría ser un poquito más informal esta charla, con preguntas y respuestas, con debates incluso, pero las condiciones especiales de trasmitirse a todo el país, la televisión, etc., harán que tenga que ser algo más ordenado en la exposición del tema que quería desarrollar, porque a mí
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personalmente me preocupa y creo que ha de ser preocupación de muchos de ustedes.15 Hasta ahí la estimulación del auditorio y su Identificación con él; seguidamente presenta el tema: "Aproximadamente, podría decirse que el título es: El papel de la Universidad en el desarrollo económico de Cuba..."16 Y a continuación, el análisis histórico del problema: "Pero para saber cuál va a ser ese proceso, es necesario que nos situemos históricamente y 17 económicamente..." Y no podía faltar la polémica en su acción educativa cuando, ya al finalizar su intervención, plantea los temas discutibles para que el debate continúe más allá de su presencia y de la Universidad: ...y por hoy me sentiría satisfecho si después de estas palabras, no ya conmigo pero entre ustedes, discuten el problema de la universidad y lo discuten con sus profesores y lo discuten con sus compañeros de las universidades de Oriente y de Las Villas y lo discuten también con el Gobierno, que es discutirlo con el pueblo.18 Cuando comienza a desarrollarse el proyecto Universidad Popular como programa de televisión, el 20 de marzo de 1960, el comandante Guevara tiene la oportunidad de exponer la conferencia inaugural. En su párrafo inicial precisa muy bien el significado de la pedagogía popular que desea ejercer para llegar directamente a los campesinos y obreros, explicándoles las verdades de la Revolución, en un -97-
lenguaje claro y diáfano y, como él dijera: "...desnudar a la verdad de todo lo artificioso y mostrarla en esta forma"." Argumenta la importancia de ese programa por el significado que tendría en la educación del pueblo, educación por comprender y vivir en la sociedad cubana en Revolución. Su intervención de ese día retoma los elementos anteriormente citados en cuanto a sus procedimientos para utilizar esta pedagogía social. ...por eso es muy importante un programa de este tipo, programa en que todas las personas que tengan un mensaje vengan y lo digan. No es que sea nuevo, pues cada vez que nuestro Primer Ministro 20 comparece ante las cámaras, es para dar una lección magistral, como solamente un pedagogo de su categoría puede darla, pero aquí también hemos planificado nuestra enseñanza y tratamos de dividirla en temas específicos y no solamente respondiendo a preguntas entrevistadas. Entraremos entonces en el tema que es, como ya lo apuntamos, soberanía política e independencia económica.21 El Che previo la necesidad de que muchos profesionales ejercieran el trabajo social de educar al hombre en esta sociedad en desarrollo. Desde un primer momento involucró al médico en estas concepciones. Podríamos asegurar, sin temor a equivocarnos, que fue el precursor del médico al servicio de la comunidad que hoy tenemos como uno de los grandes programas de salud.
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El 19 de agosto de 1960, en una intervención en el Ministerio de Salud Pública, así lo expresaba: Y la medicina tendrá que convertirse un día, entonces, en una ciencia que sirva para prevenir las enfermedades, que sirva para orientar a todo el público hacia sus deberes médicos... ...Y nuestra tarea de hoy es orientar la capacidad creadora de todos los profesionales de la medicina hacia las tareas de la medicina social.22 Y añade: El médico, el trabajador médico, debe ir entonces al centro de su nuevo trabajo, que es el hombre dentro de la masa, el hombre dentro de la colectividad. Siempre, pase lo que pase en el mundo, el médico, por estar tan cerca del paciente, por conocer tanto de lo más profundo de su psiquis, por ser la representación de quien se acerca al dolor y lo mitiga, tiene una labor muy importante, de mucha responsabilidad en el trato social.23
CÓMO EDUCAR AL DIRIGENTE
Ernesto Guevara profundiza y analiza con espíritu creador la influencia educativa que debe realizarse sobre los administradores revolucionarios de la producción y el servicio. Más que una escuela de capacitación del personal dirigente, ejerció la labor educativa de la formación de sus deberes. Al referirse a las cualidades -99-
que debía desarrollar un administrador revolucionario, elabora un profesiograma concreto de este tipo de dirigente y, haciendo uso del lenguaje claro y conciso que lo caracteriza, expresa: "Aunque el individuo humano no puede encasillarse dentro de moldes rígidos donde se clasifiquen sus méritos separadamente y se sumen aritméticamente los números de clasificación parcial para dar el total, pues es un todo...24 El Che establece un sistema de cualidades técnicas y políticas que precisan y configuran la aspiración de una mayor calidad en la gestión del administrador y que resume de la manera siguiente: •interés por el desarrollo de la clase obrera y el país; •coordinación con todos; •decisión y autoridad para resolver los problemas; •abarcar el conjunto de la producción y trato personal con las masas; •saber mandar objetivamente por sus conocimientos; •hacerse seguir por su ejemplo; •conocer la teoría de la planificación; •seguir capacitándose constantemente; •olvidar el más mínimo interés personal; •anteponer el cumplimiento de las leyes y deberes a la amistad personal; •saber valorar a los hombres por sus hechos objetivos; •unir la disciplina a la audacia e iniciativa revolucionaria;
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• cooperar al desarrollo técnico y político de los obreros; . comprender que las verdades científicas del movimiento revolucionario deben ser completadas por el trabajo constante y objetivo, teniendo en cuenta la realidad, y trabajar sobre ella con el arma de la teoría. Y realiza una verdadera síntesis de este pensamiento cuando expresa: "Teoría y práctica, decisión y discu sión, dirección y orientación, análisis y síntesis, son las contraposiciones dialécticas que debe dominar el administrador revolucionario."25 Pensamos que estas características son válidas para cualquier persona que dirige, independientemente de su esfera de trabajo, por lo cual consideramos estos análisis como aportes a la pedagogía social que con-cierne a los que tienen la responsabilidad de dirigir. Analizó los diferentes tipos de dirigentes que requería el país: políticos, económicos y militares. Y señalaba que para todos ellos el común denominador era la claridad política. Expresó que la claridad política no la veía en el apoyo incondicional a los postulados de la Revolución, sino en un apoyo razonado, en una capacidad de sacrificio y en una capacidad dialéctica de análisis, que le permitiera hacer continuos aportes a la rica teoría y práctica de la Revolución. El Che ejerció una amplia labor educativa dirigida a los cuadros, su función social, su formación y -101-
superación constante. En este sentido, su pedagogía social hacia el dirigente político y administrativo está presente en la mayoría de sus intervenciones, artículos y conversaciones directas con ellos.
PEDAGOGIZAR LA ACCIÓN CON LOS TRABAJADORES Ernesto Guevara ejerció la pedagogía social desde los primeros meses en la Sierra Maestra, con sus compañeros de armas y con los campesinos. Nos evidencian este ejercicio sus páginas del diario de la guerra, en el cual reflexionaba sobre el tratamiento a la tropa y las conversaciones con los campesinos: La segunda conclusión es que, si el trabajo guerrillero debe traer aparejado necesariamente un importantísimo trabajo de masas, muchísimo más importante es este trabajo en la zona desfavorable, es decir, en las zonas donde un solo ataque enemigo puede provocar una catástrofe. Debe ser allí continua la prédica, continua la lucha por la unión de los trabajadores, de los campesinos mismos, de otras clases sociales si las hubiera en la zona, para lograr una homogeneización total del frente interno con respecto a los guerrilleros. Y esta labor de masas, este trabajo constante en el aspecto masivo de las relaciones de la guerrilla y los habitantes de la zona debe también considerar el caso individual del enemigo recalcitrante...26 Otro ejercicio de la pedagogía social muy fecundo fue - 102-
en los primeros años de la Revolución su contacto con el pueblo, el estudiantado, los niños, los combatientes, e1 campesinado, los profesionales, mediante la conversación directa, la televisión, los artículos periodísticos y el epistolario. En abril de 1963 el Che visita Minas del Frío, donde se formaban muchos jóvenes como maestros, y haciéndoles primeramente la historia de lo que significó ese lugar durante la lucha insurrecta, les expresa: Hoy cuando volvemos aquí vemos un espectáculo distinto, si se entornan los ojos, cada una de esas lomas trae recuerdos de acciones de guerra, cada una de ellas, todas éstas, Rieron recorridas muchas veces por nosotros, casi conocíamos cada árbol, todos los días teníamos nuestros propios lugares para correr a escondernos cuando venían los aviones enemigos, sin embargo, el espectáculo es totalmente distinto, hay una juventud nueva, hay toda una construcción, es la Revolución en marcha que está en las mismas lomas con los mismos propósitos... Hoy la victoria es nuestra, hoy tenemos un ejército que consolida la victoria, [...] sin embargo, tenemos que consolidarlo en el plano cultural y ustedes serán los encargados de eso y serán en la mejor forma posible; no llegarán como maestros dentro de algunos años solamente a verter a sus alumnos la experiencia lograda en los libros, la historia de los mártires, de los héroes de la Revolución, los que forjaron la nacionalidad aprendida en los libros, ustedes conocerán una arte viva de esta última etapa de la historia. Conocerán los sacrificios, conocerán el contacto con el pueblo,
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conocerán el contacto con las privaciones de los campesinos que todavía hoy subsisten en esta zona, aunque no es ni siquiera un reflejo de lo que ocurría en aquella época... A continuación toca una arista emotiva con respecto a las tareas que les tocará vivir, y se proyecta hacia el futuro dejándoles un mensaje de optimismo y, al mismo tiempo, de responsabilidad asumida: Ustedes serán verdaderos maestros revolucionarios, conscientes de su tarea, conscientes de la importancia que tiene esta tarea, conscientes de que ustedes, miembros de la sociedad, se deben a ella y deben darle lo más puro de su ser a todos esos alumnos pequeños que tendrán a su cargo dentro de algunos años,.. Muchos serán solamente maestros, otros seguirán estudiando, se perfeccionarán en la Universidad, seguirán estas mismas carreras relacionadas con la Pedagogía, otros pasarán a otras carreras. La consigna del momento para toda nuestra juventud es no detenerse un minuto en la tarea de la cultura, seguir siempre adelante, aprender siempre algo nuevo y estar siempre dispuesto a dar eso nuevo que hemos aprendido en beneficio de todos, y todo lo lograrán porque ha habido una Revolución que triunfó...28 Otra vertiente importante que como pedagogo social ejerció Ernesto Guevara la constituye su labor con los trabajadores en los diferentes lugares en que
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dirigió, ya fuese el Ministerio de Industrias o el Banco Nacional. En 1963 analiza profundamente los daños que el burocratismo propina al proceso revolucionario. Precisa las causas de este fenómeno al estudiar sus antecedentes y su evolución en el régimen capitalista. Señala, ya en el proceso revolucionario, tres causas fundamentales: la falta de motor interno y su relación con el desinterés por resolver los problemas; la desorganización; y la falta de conocimientos técnicos, suficientemente desarrollados, como para poder tomar decisiones justas y en poco tiempo. La falta casi total de conocimientos, suplida como dijimos antes por una larga serie de reuniones, configura el "reunionismo", que se traduce fundamentalmente en falta de perspectiva para resolver los problemas. En estos casos, el burocratismo, es decir, el freno de los papeles y de las indecisiones al desarrollo de la sociedad, es el destino de los organismos afectados.29 A estos análisis unió la búsqueda de soluciones y la comprensión de éstas por los trabajadores, a los que consideraba necesario educar y reeducar en el propio proceso laboral. Si conocemos las causas y los efectos del burocratismo, podemos analizar exactamente las posibilidades de corregir el mal. De todas las causas fundamentales, podemos considerar la organización como nuestro problema central y encararla con todo -105-
el rigor necesario. Para ello debemos modificar nuestro estilo de trabajo; jerarquizar los problemas adjudicando a cada organismo y cada nivel de decisión su tarea; establecer las relaciones concretas entre cada uno de ellos y lo demás, desde el centro de decisión económica hasta la última unidad administrativa y las relaciones entre sus distintos componentes, horizontalmente, hasta formar el conjunto de las relaciones de la economía. Ésa es la tarea más asequible a nuestras fuerzas actualmente, y nos permitirá, como ventaja adicional, encaminar hacia otros frentes a una gran cantidad de empleados innecesarios, que no trabaja, realizan funciones mínimas o duplican las de otros sin resultado alguno.30 Había una manera de explicarle a los trabajadores el fenómeno burocrático como mal social, conociendo su esencia y las formas de erradicación, así como convencer de esa necesidad sin que el obrero o trabajador sienta que él lo ha originado. Esta forma de explicación es característica de Ernesto Guevara en la educación de los trabajadores. Simultáneamente, debemos desarrollar con empeño un trabajo político para liquidar las faltas de motivaciones internas, es decir, la falta de claridad política, que se traduce en una falta de ejecutividad. Los caminos son: la educación continuada median-te la explicación concreta de las tareas, mediante la inculcación del interés a los empleados administrativos por su trabajo concreto, mediante el ejemplo
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de los trabajadores de vanguardia, por una parte, y las medidas drásticas que eliminan al parásito, ya sea el que esconde en su actitud una enemistad profunda hacia la sociedad socialista o al que está irremediablemente reñido con el trabajo.31 Induce, con la claridad característica, a que cada trabajador se haga eco de este problema y piense en su solución. Da la seguridad de poder sobrepasar las dificultades existentes y salir adelante. Si nosotros logramos desentrañar, bajo la maraña de los papeles, las intrincadas relaciones entre los organismos y entre secciones de organismos, la duplicación de funciones y los frecuentes "baches" en que caen nuestras instituciones, encontramos las raíces del problema y elaboramos normas de organización, primero elementales, más completas luego, damos la batalla frontal a los displicentes, a los confusos y a los vagos, reeducamos y educamos a esta masa, la incorporamos a la Revolución y eliminamos lo desechable y, al mismo tiempo, continuamos sin desmayar, cualesquiera que sean los inconvenientes confrontados, una gran tarea de educación a todos los niveles, estaremos, en condiciones de liquidar en poco tiempo el burocratismo. 32 La última vertiente de la existencia del Che como pedagogo social la ejerció en Bolivia con los guerrilleros, de lo cual son evidencias los testimonios y el Diario.
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Aún en los últimos momentos de su vida, herido y sabiendo que iba a ser asesinado en cualquier ocasión, siguió ejerciendo esa función de educador social. Prueba de esto fue su última conversación con una de las maestras de la Higuera, la cual al entrar en el aula donde él estaba tirado hubo de manifestar su desacuerdo con que aquel "rufián" estuviera en su local de trabajo y tuvo que cambiar de opinión después de su conversación con el Che. Éste conversó con ella en voz baja, y con un tono calmado le habló de su escuela, de los niños y hasta le llamó la atención por tener escrita la pizarra con algunos errores ortográficos. La maestra, totalmente anonadada, hubo de decirle a los soldados al salir: "...cómo me habían dicho que el que estaba allí era un bandolero. Se equivocan. Es un caballero. Nunca he sido tratada por alguien como él me trató".33
NOTAS Ernesto Che Guevara: Obras 1957-1967, t. II, Editorial Casa de las Américas, 1970, p. 77. 2 En 1984 la revista española Bordón dedicaba un número monográfico a la pedagogía social. En la Universidad de Murcia, en 1986, se celebró la II Jornada Regional de Peda gogía y Sociedad (la primera tuvo lugar en 1983). En 1986, la UNEP organizó unas Jornadas sobre pedagogía social en la Universidad. La revista Educar, de la Universidad de Barcelona, dedicó el no. 9 de 1986 a la pedagogía social. 3 Lorenzo Luzuriaga: Pedagogía social y política, Ed. Losada, S.A., Buenos Aires, 1958, p. 13. 4 Ibídem, p. 14. 5. José Marino Fernández: "Exigencias de integrar teoría y 1
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práctica en la formación del pedagogo social. Presentación de una experiencia concreta", en revista Educar (9), p. 102. 6 Ernesto Che Guevara: Ob. cit., t. II, p. 11 7 Ibídem, pp. 11-12. 8 Ibídem, p. 20. 9 Ibídem, p. 21. 10 Ibídem, p. 23. 11 ídem. , . 12 Ernesto Che Guevara: Ob. cu., t. II, p. 29 13 Ibídem, p. 28. 14 Ibídem, p. 33. 15 Ibídem, p. 39. l6 ídem. 17 ídem. 18 Ernesto Che Guevara: Ob. cit. t.II, p p. 48. 19 Ibídem 20Castro, cuyo cargo tenía esa denominación., 21 Ernesto Che Guevara: Ob. cu., t. II, p. 5U. 22 Ibídem, pp. 73-74. 23 Ibídem, p. 75. 24 Ibídem, p. 134. 25 Ibídem, p. 135 26. Ibidem p.55 27. Ernesto Che Guevara " Discurso pronunciado el 3 de abril de 1963 en Minas del Frío", en escritos y discursos, t.7, Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1977, pp. 56-57.179. 28. Ibídem, p. 57,59 29 Ernesto Che Guevara: Obras 1957-1967, t. II, Ed. cit.. p. 179. 30 Ibídem, p. 180. 31. Idem. 32 Ernesto Che Guevara: Obras 1957-1967, t. II, Ed. cit.. p. 181. 33 Testimonio de Adys Capull y Froilán Gonzalez - 109-