LEYES DE LA MEMORIA
Gracias a la memoria se posee una historia y esa historia puede ser registrada. La memoria es la facultad que nos permite conservar nuestras vivencias y poder revivirlas como ya experimentadas. Todo aprendizaje es precedido por la retención. La concentración nos proporcionará una mejor memoria, base fundamental de nuestra historia como individuos y como sociedad. Sin memoria no hay p rogreso ni aprendizaje. El proceso de recuerdo tiene determinadas leyes que conviene tener presente. Ley de atención y afectividad. Se recuerda mejor en la medida que haya mayor atención y concentración. Se pueden leer varias páginas de un libro y no recordar gran cosa si no se ha mantenido la concentración en la lectura. También lo que nos resulta agradable es más fácil de recordar. Por esto, hay que alejar los sentimientos perturbadores en torno a lo que queremos concentrarnos y recordar. Ley de totalidad significativa. Se memoriza mejor si los recuerdos forman parte de un todo coherente y armónico. Ley de asimilación. Recordamos las ideas en la medida que éstas se asocien a otras existentes en la mente, que se inserten en una estructura ya conocida. Si un estudiante tiene mala base, por ejemplo en matemáticas, difícilmente recuerde las nuevas enseñanzas, pues deben basarse en las anteriores. Ley de extensión. Se retiene mejor por pequeños pasos. Es difícil fijar la atención en largos temas. Una poesía se aprende fácilmente si se memoriza por trozos. Ley de repetición. Se memoriza más mientras más se repite una percepción. Ley de latencia. La latencia es el tiempo que transcurre entre las percepciones y el momento en que se realiza la evocación de lo adquirido. Esta retención disminuye al aumentar el tiempo de latencia. Es decir, aprendemos algo hoy, pero mañana se olvidará una buena parte y a los pocos meses quedará muy poco en la memoria. El olvido
Es una acción involuntaria que consiste en dejar de recordar información adquirida. También se le considera como un fracaso de transferencia de información entre la memoria a corto plazo y la memoria de largo plazo. Cabe recordar, que los recuerdos que la memoria olvida, en realidad no se elimina totalmente, es decir no desaparecen; sino que pasan al plano inconsciente, es por eso que las personas tienden a recordar que han olvidado algo, sin saber que olvidaron. Causas 8.1. Represión: El individuo olvida recuerdos como mecanismo de defensa, que se activa inconscientemente al percibir recuerdos desagradables, desagradables, que generen malestar como: tensión, angustia, ansiedad o nos resulta vergonzoso. •
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Decaimiento de la huella: También conocida como decaimiento temporal, consiste en que hay algunos recuerdos que se debilitan con el paso del tiempo, sino los mantenemos frescos. Traumas cerebrales: En muchas ocasiones, el olvido se produce a causa de golpes. La persona al tener una lesión cerebral pierden los recuerdos por alteraciones neurológicas. Interferencia: Se dice que, el individuo olvida cuando cierta información se pospone a otra. Se clasifican en dos tipos: a. Interferencia Proactiva: Sucede cuando el recuerdo antiguo es ahogado por el nuevo. Olvidándose de las informaciones antiguas y recordando la nueva información. b. Interferencia Retroactiva: Es lo contrario de la proactiva. Se olvida la nueva información, debido a que interfiere los recuerdos antiguos.
8.5 Incapacidad de recuperar: Sostiene que el individuo es INCAPAZ de recuperar recuerdos, ya seas recientes o antiguos. Otras formas de trabajar la memoria: Además de los tipos de memoria que hemos descrito, también hay otros tipos de memoria mejor conocidos y que están relacionadas con el tipo de recuerdos que hemos almacenado: Autobiográfica. Involucra los recuerdos conscientes de eventos pasados. pasados. Existe un cuándo y un dónde lo aprendimos.
Ejemplos: el viaje de estudios o cuando nos caímos de la bicicleta. Facciones y caras. Incluye los recuerdos visuales. A veces es más fácil recordar caras que nombres. Ejemplo: si vemos una foto de nuestra clase de séptimo grado es muy probable que reconozcamos la cara de un compañero, pero es más difícil que recordemos su nombre. Semántica. Es el conocimiento del significado de las cosas. No existe un dónde ni un cuándo lo aprendimos. Ejemplos: saber que Madrid es la capital de España, qué significa auto, cuchillo, o qué países pertenecen a Europa. De trabajo. Es un tipo de memoria dinámica, a corto plazo u "online", de capacidad limitada. Ejemplo: marcar un número de teléfono instantes después de haberlo aprendido sin anotarlo. Para objetos. Existen áreas cerebrales que se activan selectivamente cuando se presentan objetos y no otros estímulos. Una forma de evaluar ese fenómeno es pidiéndole al su jeto que discrimine entre objetos de formas posibles y de formas no posibles. Siendo los objetos de formas no posibles los que no existen en una forma tridimensional. Mejorar la memoria Cómo mejorar cualquier habilidad intelectual es siempre un tema muy recurrente. En este caso, lo primero que hay que tener en cuenta es la cantidad de factores que influyen en el funcionamiento normal de la memoria. Un segundo aspecto muy importante es entender que el mejorar una habilidad intelectual o física no significa que un humano pueda llegar a volar o cosas parecidas. Es decir, hay que tener presente que existen aspectos fijados en la configuración del cerebro por la genética y el desarrollo temprano que actúan como límites a la potencia intelectual. Más que cómo mejorar la memoria habría que decir cómo ejercitar esta capacidad del cerebro de forma que se aprovechen sus posibilidades naturales de aprendizaje. Con este punto de vista, el mejor consejo es que un adecuado ejercicio intelectual será siempre saludable. Ahora bien, conviene recordar que, aunque no estudiemos listas de elementos, como d e reyes visigodos o de ríos y sus afluentes, la memoria normalmente estará siempre funcionando porque el cerebro no se suele parar demasiado. Por ello, cuando digo ejercicio, me refiero a algún que otro esfuerzo memorístico pero no a estar todo el día intentando recordar todo de forma forzada. Con el sistema educativo general, la memoria humana parece que se ejercita suficientemente, al menos, mientras dura la educación escolar o universitaria; es más, parece que está produciendo una cierta aceleración de la evolución de una generación a otra de la capacidad del cerebro humano. También conviene señalar que gran parte de la eficacia de la memoria se consigue de forma inconsciente y no tenemos muchas formas de operar sobre ella, solamente, facilitar las condiciones de su funcionamiento o, dicho de otra forma, no impedir su funcionamiento natural. Apectos para la mejora de la memoria: La memoria funciona mucho más eficazmente cuando algo se aprende en un ambiente agradable y relajado. Todos sabemos que la memoria es selectiva y que recordamos mucho mejor las cosas agradables y apenas recordamos los malos ratos, acentuándose este efecto cuanto más antiguos son los recuerdos. El elemento complementario y de signo opuesto al anterior es que la memoria funciona muy mal, llegando a confundir casi todo cuando nos ponemos muy nerviosos. Por lo tanto, es importante que determinadas discusiones se realicen con la máxima tranquilidad posible porque, de lo contrario, si los datos objetivos se empiezan a confundir, no hay forma humana de razonar o comprender las emociones. Parece como si el gestor de la memoria consumiese una gran cantidad de recursos, y si éstos no se encuentran libres no funcionará adecuadamente. •
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La nemotecnia: asociación de ideas La nemotecnia es el método de memorizar datos aislados (no secuenciales) que vamos a utilizar a partir de ahora. Ya conocemos el fundamento: vamos a asociar ideas inverosímiles, y vamos a utilizar la imaginación y el sentido del humor para ello. De este modo, ayudaremos a que ambos hemisferios cerebrales se pongan a trabajar de forma cooperativa. Recordad lo que os conté sobre Einstein, Leonardo Da Vinci y otros tantísimos genios: que utilizaban tanto la imaginación y la creatividad como el rigor científico en sus trabajos, y sin esta sinergia no hubieran triunfado en sus estudios.
Esta técnica, como muchas otras técnicas de distintos ámbitos, se aprende practicándola. Nosotros la practicaremos en clase siempre que podamos, pero sobretodo la utilizaremos en las dos siguientes unidades (U2:Los químicos tienen tablas y U3:Los compuestos químicos y sus nombres), que son las que mayor cantidad de datos no secuenciales tienen. Cuanto más ejercitamos la imaginación, más fácilmente imaginamos. De manera que cada vez es más fácil y más rápido memorizar… y lo mejor de todo: ¡el subconsciente hace todo el trabajo!. Por ejemplo no te lleves la lista de la compre, hazla de momeria y la ejercitarás....
Lo vivido no se olvida Una manera de influir en la memoria es experimentar todo lo posible aquello que queremos recordar. Se ha demostrado estadísticamente que una persona recuerda, de media, un 20 % de aquello que sólo escucha, un 30 % de aquello que sólo ve, un 50 % de lo que ve y escucha (TV), un 70 % de aquello que oye, ve y habla, y un 90 % de aquello que oye, ve, habla y practica o hace. Y en general, los datos memorizados provienen de los sentidos en los siguientes porcentajes:
De modo que, una vez más, cuantos más sentidos pongamos, más memorizaremos. Y cuanto más participemos, más nos impactará, mejor lo entenderemos, y por tanto mejor lo memorizaremos. Es por esto que debemos “practicar” todas aquellas asignaturas que tengan una parte práctica (valga la redundancia): matemáticas, física y química, etc. Es muy importante que hagamos los ejercicios y los problemas, para participar de manera activa en el proceso de aprendizaje y no ser un mero espectador de las explicaciones de los profesores. La manipulación de la memoria y de los recuerdos ¿es posible? Investigadores de la Universidad de California-Irvine en Estados Unidos han conseguido implantar falsos recuerdos en algunas personas y comprobado que la memoria humana es muy fácil de engañar. Los resultados del estudio demuestran que bastan algunas sugestiones para fabricar falsos recuerdos. Para ilustrar esta afirmación podemos ver este video: El experimento se realizó con un grupo de personas que, después de unos minutos de conversación, recordaban felices el día en que, siendo niños, Bugs Bunny los había abrazado en su visita a Disney World. Incluso sentían la piel del personaje y sonreían de pensar cómo acariciaban sus enormes orejas. Más de una tercera parte de las personas que participaron en la investigación recordaron ese momento -- que es imposible que ocurriera porque el famoso conejo no es un personaje de Disney -- después de que un científico indujera deliberadamente esa falsa memoria. Recuerdo y sensibilidad
Los investigadores sostienen que cuando a una historia se le añaden detalles relativos al tacto, gusto, olor y oído, las posibilidades de que sea considerada real por la mente aumenta considerablemente. Elizabeth Loftus ha analizado la experiencia de más de 20.000 personas durante 25 años y ha publicado una veintena de libros y más de 200 artículos sobre las debilidades de la memoria humana, el último de los cuales acaba de aparecer en la revista Nature(ver pinchando aqui). Las personas que adoptan falsos recuerdos no son ingenuos ni enfermos, ya que el proceso forma parte de los mecanismos naturales de la memoria humana, que fabrica recuerdos a partir de la experiencia y, también, a partir de sensaciones vividas como reales. Los detalles sensoriales son la materia prima de los recuerdos, por lo que si a una historia falsa se la impregna de sensaciones, el proceso de la m emoria se perturba y la gente recuerda cosas que nunca existieron. Memoria traicionera
La información recuperada de la memoria luego de un largo período depende de pequeños indicios que permiten a la gente revisar diferentes partes del material requerido. Elizabeth F. Loftus considera, sin embargo, que la memoria puede ser traicionera, no sólo porque es muy fácil olvidar, sino porque la mente puede confundir escenas imaginadas con la realidad. Los recuerdos se modifican más fácilmente, por ejemplo, cuando el paso del tiempo permite que el recuerdo original se desvanezca.
Los estudios muestran incluso la forma de implantar recuerdos falsos en las personas. Más aún, demuestran que la gente puede ser conducida a recordar el pasado de formas diferente a cómo ocurrió, e incluso que pueden ser inducidas para que también "recuerden" eventos completos que nunca sucedieron. La investigación sobre los falsos recuerdos ha ido más lejos hasta llegar a lo imposible, jugando con episodios inmediatamente posteriores al parto. Recuerdos imposibles
Es altamente improbable que un adulto pueda recordar memorias episódicas genuinas del primer año de vida, en parte porque el hipocampo, que juega un papel clave en la creación de recuerdos, no ha madurado lo suficiente como para formar y almacenar recuerdos de larga duración que puedan ser recuperados en la madurez. Sin embargo, se ha desarrollado un procedimiento, por parte de Nicholas Spanos y sus colaboradores de la Universidad Carleton, para implantar recuerdos "imposibles" acerca de experiencias que ocurrieron poco después del nacimiento. Spanos y sus colaboradores descubrieron que la gran mayoría de los sujetos fueron susceptibles a estos procedimientos de implantación de recuerdos. Tanto los participantes que fueron hipnotizados como los guiados contaron recuerdos de la primera infancia. Mecanismos de los falsos recuerdos
Estos estudios están comenzando a proporcionar un entendimiento de cómo se crean en personas adultas los recuerdos falsos. Primero, hay exigencias sociales hacia los individuos para que recuerden: por ejemplo, cuando los investigadores ejercen alguna presión en los participantes en un estudio, para que terminen recordando. Segundo, se puede fomentar explícitamente la construcción de recuerdos imaginando eventos cuando la gente tenga dificultad en recordar. Y, finalmente, se puede recomendar a los individuos que no piensen acerca de si sus construcciones son reales o no. Precaución terapéutica
Es más probable que se produzca la creación de falsos recuerdos cuando estos factores externos están presentes, ya sea que esto ocurra en un entorno experimental, en un entorno terapéutico, o en las actividades de la vida cotidiana. Sin embargo, los mecanismos precisos por los cuales se construyen los recuerdos falsos quedan en espera de investigaciones posteriores. Puede verse al respecto la así llamada web de la memoria. Aún queda mucho que aprender acerca del grado de confianza y de las características de los falsos recuerdos creados de esta forma, al mismo tiempo que queda por descubrir qué tipos de individuos son particularmente susceptibles a estas formas de sugestión y quiénes son resistentes. Loftus destaca que los profesionales de la salud mental y otras personas deben ser conscientes de cuánto pueden influir en el recuerdo de episodios y de la gran necesidad de restringirse en situaciones en las cuales la imaginación se usa como una ayuda para recuperar recuerdos supuestamente perdidos. Sueños y recuerdos Nuestra vida cotidiana es el semillero de nuestros sueños. Las experiencias que tenemos a lo largo del día suelen ser el origen de las imágenes oníricas que generamos mientras dormimos. Pero, ¿cuáles son los mecanismos que nos permiten construir dichas imágenes? Y, ¿tienen alguna relación las imágenes con la formación de nuestra memoria?
Ambos son misterios muy difíciles de resolver, ya que los sueños son un campo de estudio muy complicado. No pueden analizarse directamente, sino siempre a través del soñador: a cada minuto que pasa, olvida más y más detalles de lo que ha soñado. Sin embargo, especialistas como el doctor Tore Nielsen, del Dream and Nightmare Laboratory, de Montreal, intentan desvelarlos. Durante años, se ha discutido mucho sobre este tema. Los recuerdos de gente, lugares, actividades que hacemos o de las emociones que sentimos, se reflejan en nuestros sueños, pero suele ser de manera tan fragmentaria que no podemos predecir cómo aparecerán.
La investigación realizada por Nielsen revela que la producción de los sueños está asociada a los recuerdos y a la región del hipocampo, localizado debajo de la corteza cerebral y que desempeña un importante papel en la memoria. El mecanismo de la memoria en los sueños
Una de las características de los sueños es que rara vez, excepto en casos de problemas postraumáticos, reflejan una experiencia completa. Una idea, un objeto, una textura que hemos percibido durante el día, es lo que en realidad aparece mayormente en nuestros sueños. Además, los bautizados por Freud como “residuos diurnos”, esto es, los recuerdos que se nos quedan prendidos en la memoria durante el día, pueden aparecer 5 ó 7 días más tarde en nuestros sueños, según ha descubierto Nielsen, quien ha denominado estos recuerdos tardíos como “el efecto del intervalo de los sueños”. Freud pensaba que estos residuos aparecían en los sueños la misma noche o la siguiente a haberlos vivido, pero las investigaciones realizadas por Tore Nielsen y su equipo han demostrado que los recuerdos cotidianos pueden perdurar activos más tiempo, tal como explican en un artículo publicado recientemente en la revista Nature. Ellos piensan que este efecto del intervalo de los sueños refleja el funcionamiento hasta ahora oculto de la memoria: la reaparición de los recuerdos en nuestros sueños ocurre durante el proceso de almacenaje, cuando los recuerdos se trasladan de una región cerebral a otra antes de ser archivados permanentemente. La memoria funciona por asociación de ideas, generalmente. Cuanto más esté relacionado un elemento con otros, más fácil será de recordar para nosotros. Las relaciones entre elementos que generan los sueños parecen absurdas desde el punto de vista de la vigilia. Pero la creatividad onírica las crea continuamente, y parece que de algún modo sean significativas. Olvidar los recuerdos La curva del olvido ilustra la pérdida de retentiva con el tiempo. Un concepto relacionado es la intensidad del recuerdo, que indica cuánto se mantiene un contenido en el cerebro. Cuanto más intenso sea un recuerdo, más tiempo se mantiene. Un gráfico típico de la curva del olvido muestra que normalmente en unos días o semanas se olvida sólo la mitad de lo que hemos aprendido, a no ser que lo repasemos.
Una aproximación matemática a la curva de la memoria es la siguiente fórmula: R = e − t / S donde R es la retentiva, S la intensidad relativa del recuerdo y t es el tiempo. La velocidad con la que olvidamos depende de diversos factores, como la dificultad de la materia (por ejemplo si es absurdo o tiene sentido), su representación (véase regla mnemotécnica) y factores fisiológicos como el estrés y el sueño. El ritmo de olvido basal es prácticamente el mismo para todas las personas. La diferencia de rendimiento (p.ej. en la escuela) podría depender de qué representaciones mnemónicas hace cada individuo. Esto significa que unas personas "crean" su memoria de forma más efectiva que otras. El aprendizaje de las técnicas mnemónicas básicas puede ayudar a allanar tales diferencias, al menos en parte. La mejor manera de mejorar la intensidad del recuerdo implica: 1. mejorar las representaciones mentales (p.ej. mediante reglas mnemotécnicas) 2. repaso basado en intentos activos de recordar la materia (especialmente el repaso espaciado) Cada repaso aumenta el intervalo óptimo necesario antes del próximo repaso: para una retentiva (casi) perfecta, al principio los repasos se realizan durante varios días, luego con semanas e incluso años de diferencia. El primer estudio importante en este campo lo realizó el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus, autor de Sobre la memoria (1885). Ebbinghaus estudió la memorización de sílabas sin sentido, como " WID" y "ZOF". Al hacerse pruebas a sí mismo a distintos intervalos, pudo describir la forma de la curva de la memoria. La curva de la memoria tiene una pendiente muy acusada cuando se memoriza material sin sentido, como hizo Ebbinghaus. Sin embargo, es casi plana cuando se trata de experiencias traumáticas. Por otra parte, una pendiente poco acusada puede
deberse, más que a las características de la información, a que se repasa de forma implícita (p.ej. al revivir experiencias, al utilizar el alfabeto al buscar en un diccionario).