LECCIONES DE TORAH SHIURIM TORAH
hr'AT ~yrrWI [vIvI Un estudio de la Torah basado en la hermenéutica y tradición judía desde una perspectiva mesiánica ♣
Dr. Williams Pitter Universidad del Zulia, Facultad de Ciencias, Dpto de Física Maracaibo, Zulia. Venezuela. ww.torahinternacional.com, e-mail:
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“Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu Torah” Salmo 119:18 “Ama a los hombres y acércalos a la Torah” Hillel INTRODUCCIÓN 1. LA IMPORTANCIA DE LA TORAH 2. LA SINGULARIDAD DEL PENSAMIENTO HEBREO 3. MIDDOT O REGLAS DE INTERPRETACIÓN DE LA TORAH 4. EL VALOR DE LA TORAH ORAL 5. HALAJOT Y LA AUTORIDAD PARA LA INTERPRETACIÓN DE LA TORAH 6. METODOLOGÍA DE ESTUDIO: LECCIONES DE TORAH CON COLLARES 7. LA TORAH EN LA TORAH
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Estas lecciones son el fruto de muchos años de estudios personales de la Torah y con rabinos en Israel y Venezuela, también contienen parte de la hermenéutica judía de mi tesis doctoral sobre Yom Kippur
2 INTRODUCCIÓN La tradición religiosa occidental hunde sus raíces en un conjunto de libros escritos todos ellos por autores hebreos, y a la reunión de estos libros se les llama la Biblia o Santas Escrituras. Esta tradición ha hecho un notable esfuerzo en hacer llegar la Biblia a todos los pueblos del mundo en su propia lengua y ha fomentado además su estudio ya sea en el hogar, en las congregaciones, en los seminarios bíblicos o en los institutos de investigación de muchas prestigiosas universidades. Sin embargo, los traductores en su compromiso de hacer claros incontables pasajes del texto hebreo sacrificaron muchos términos literales y los sustituyeron por 1 palabras que le dieran sentido al texto , pero al hacerlo, en innumerables casos despojaron al texto bíblico de sus significados originales. Como muestra de ello puedo citar el pasaje de Lv 23:24, en donde los traductores españoles colocan la palabra “trompeta” o los traductores ingleses colocan “trumpet”, en cualquier caso, el lector occidental queda desorientado porque la traducción le sugiere, ya sea una imagen de las trompetas de las orquestas occidentales –lo cual ya es grave- o a lo más la idea que ese texto se refiere a las trompetas de plata de Moisés (ver Nm 10:1-10). La verdad es que lo que se ha traducido como trompeta es la palabra “teruah”, la cual es un sonido especial transmitido cuando se toca el cuerno de carnero o shofar. Y ello nos lleva a poderosos contenidos salvíficos y mesiánicos que no tenemos espacio para comentar en 2 esta introducción . Otro tanto pasó con los nombres personales hebreos –especialmente el sagrado Nombre-: sufrieron una metamorfosis al pasar del hebreo al griego, del griego al latín, y del latín al español, lo que disolvió la sustancia de sus significados originales. A causa de esto, en vez de escribir Yeshua que significa La Salvación, escribimos “Jesús” que no significa nada. Otras expresiones que han sido escritas en griego y traducidas al español carecen de sentido o son muy difíciles de entender al lector occidental. En la versión popular de la Reina Valera de 1960 aparecen algunos pasajes como los siguientes: (1) “La lámpara del cuerpo es el ojo, así que si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si 3 tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas” (Mt 6:22,23) ; (2) “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. En ambos casos, no sólo estamos en presencia de un problema importante de traducción, sino que además, esas expresiones sólo pueden ser comprendidas en el seno de la cultura hebrea. Con respecto al primer pasaje citado, éste es un ejemplo típico de hebraísmo, una expresión típica en la cultura hebrea que, por lo general, carece de sentido al pasar a 4 otra lengua. De hecho, incontables pasajes del Nuevo Testamento contienen hebraísmos 1
Esta posición se puede comprender un tanto porque de otro modo los traductores se verían obligados a colocar muchas notas de pie de página para aclarar muchos vocablos hebreos. Muchas Biblias modernas ya han comenzado hacer esto al precio de hacer de la Biblia un libro más voluminoso, pero que puede orientar mucho mejor al lector. 2 A los interesados puede hacerles llegar un estudio bastante completo sobre este tema del cuerno de shofar. 3 Este pasaje de Mateo 11 ha sido una fuente de problemas para los eruditos occidentales. 4 Dentro de la literatura judío-mesiánica se suele usar la expresión hebrea “Bris Hadashah” para referirse al Nuevo Testamento. Pero yo prefiero llamarlo Midrash Torah porque esas Escrituras son o recogen la interpretación mesiánica de la Torah.
3 y arameísmos, lo que ha sido motivo para pensar a muchos eruditos occidentales que los manuscritos griegos que ahora se tienen provienen de manuscritos originales hebreos que por alguna razón se extraviaron. Lo cierto, es que se tiene el testimonio de algunos cristianos, llamados “padres de la iglesia”, que afirman haber leído el evangelio de Mateo en lengua hebrea. Aun más, algunos de ellos citaron algunos pasajes de ese evangelio. Al respecto hay mucha investigación que apunta hacia la dirección que los hebraísmos del Nuevo Testamento señalan la existencia de originales hebreos, o, simplemente que el griego del Nuevo Testamento es un esfuerzo por recoger el pensamiento y lengua hebrea en la cual se expresaron Yeshua y sus discípulos. De la investigación lingüística de los de eruditos del mundo occidental ha surgido pruebas concluyentes que la escritura griega del llamado Nuevo Testamento, con todo y sus bondades, ha despojado en gran parte a las palabras de Yeshua no sólo de sus significados originales, sino que además el griego, por sus características propias, no podía capturar tampoco ciertas particularidades del pensamiento hebreo y del trasfondo semita de donde proviene, como en los ejemplos anteriores. En tiempos 5 recientes, un famoso erudito y hebraísta, C. F. Burney , retradujo al arameo las palabras de Yeshua, y según se cuenta, se sorprendió al notar que las palabras de Yeshua tenían en gran parte ciertos tipos de estructuras rítmicas que similares a las sentencias que 6 usaban los antiguos profetas israelitas . En el modo de hablar de Yeshua había por lo menos cuatro tipos de ritmos bien diferenciados, cada uno de ellos con sus propias características y fueron usados por Yeshua para transmitir su mensaje también de manera distinta. La investigación lingüística mostró que Yeshua usaba un tipo de ritmo específico para impartir lecciones a sus discípulos, y también usaba otro tipo de ritmo que expresaba intensa emoción interna la cual abarcaba una gama que desde lamentos, advertencias, exhortaciones, etc. Una de las conclusiones importantes de esa investigación era que “…gran parte del lenguaje rítmico se perdió cuando las palabras de Jesús fueron 7 traducidas al griego, y cuando se fueron transmitiendo en un medio ambiente helénico” .
De este modo, parte importante del contenido de la Torah, y todo el resto de las 8 Escrituras , han sido distorsionados, subestimados o ignorados. Igual ignorancia y/o desprecio ha ocurrido con toda la literatura rabínica, cuyos ricos tesoros apenas han comenzados a ser descubiertos por eruditos occidentales en las dos últimas décadas del siglo pasado.
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Citado por J. Jeremías, Teología del Nuevo Testamento. Editorial Sígueme, Salamanca (2001), p. 34ss. A mi parecer, esto no debería haber causado sorpresa alguna sino más bien una confirmación del carácter de profeta de Yeshua; dado que la profecía de Dt 18:15-19 anunciaba que el mismo Hashem pondría Sus palabras en su boca, e igual también hizo con el resto de los profetas (ver por ejemplo, Jr 1:9). En virtud de esto, lo que revela el descubrimiento del Dr. Burney es la uniformidad del pensamiento hebreo –tanto en los profetas como en Yeshua- el cual es conducido y modelo por Hashem. 7 J. Jeremías, op. cit., p. 42. 8 Dentro de la cultura rabínica y en el pensamiento judío en general el término Torah se extiende también a toda la Escritura que abarcan los profetas y los salmos. En el primer siglo eso era ya una costumbre y puede verse en la cita de los Salmos que hace Yeshua y que el mismo llama Torah (Jn 10:34). 6
4 No es muy difícil ubicar el momento a partir del cual comenzó a gestarse el 9 cambio que separó a la cultura occidental de sus raíces judías . Los llamados “padres de la iglesia”, en un celo errado, fueron los primeros responsables en marcar una distancia con el Judaísmo de entonces, con su cultura y con su lengua, creando un prejuicio y un rechazo hacia el Judaísmo que se extendió por toda la Edad Media, y que ha llegado hasta nuestros días. Al paso que abandonaban las fuentes judías, los “padres de la iglesia” asimilaron la lengua griega y el pensamiento de los grandes filósofos de la Grecia clásica; de esta manera, ellos, con su ya distorsionado entendimiento de las Escrituras formularon una síntesis entre la filosofía griega y las enseñanzas cristianas, cuya máxima expresión es la teología de Tomás de Aquino. Lo increíble e irónico de este hecho histórico se puede expresar así: los “padres de la iglesia” –y todos los que los siguieron- en su afán de impedir “la judaización del Cristianismo”, lo helenizaron. Como resultado de estos profundos cambios, la teología occidental ha ideado una falsa división en las Santas Escrituras conocida como Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, que ha creado, entre otras cosas, una imagen errónea de aquella parte que han llamado “Antiguo Testamento” ya que, lo dan por viejo o caduco o que ya no está más en vigencia; o sencillamente que esas Escrituras son parte de un viejo pacto ya abolido o que estaban destinadas sólo al pueblo de Israel y, que la “Iglesia cristiana” tiene poco o nada que ver con el Antiguo Testamento. De hecho, con mucha frecuencia cuando el así llamado Antiguo Testamento es invocado es para referirse, y muchas veces en sentido apologético, a ciertas profecías o textos bíblicos que anuncian la persona y obra del Mesías. Aparte de ello, la tradición cristiana ha preferido, entre otras cosas, usar el término “Pentateuco” para referirse a los cinco libros escritos por Moisés, y al hacerlo, ignora y/o subestima que la tradición judía llamaba a esos libros la “Torah”, un vocablo hebreo rico en significados salvíficos y mesiánicos. Otra de las consecuencias de este enfoque es la “teología del reemplazo”, es decir, la Iglesia reemplazó a Israel debido a su rechazo de Yeshua como el Mesías prometido por el Antiguo Testamento, y, las promesas que eran para Israel son ahora para la Iglesia. El fundamento de la “teología del reemplazo” reside en una equivocada interpretación de los escritos de Rav Shaul: que Israel vivía bajo la ley y que la Iglesia vive bajo la gracia. Tan pésima y prejuiciada ha sido la interpretación de las epístolas paulinas que muchos creen, hasta el día de hoy, que Rav Shaul pasó de ser anticristiano a ser anti-judío. La idea de fondo de esta teología es tan herética como monstruosa: Un Dios con dos caras: Una de justicia en el Antiguo Testamento y otra de gracia en el Nuevo; o peor aun: dos dioses, como una vez imaginó Marción, un escritor cristiano en la antigüedad. Como consecuencia de esta postura, Marción rechazó el Antiguo Testamento porque describía, a su parecer un “Dios” vengativo y destructor de pueblos, muy opuesto al “Dios de Amor” del Nuevo Testamento. Con sus matices, ésta ha sido la posición general de casi todas las corrientes religiosas del Cristianismo. Y este es primer resultado nefasto de la teología occidental a gran escala: los teólogos –con sus honrosas excepciones- han sido víctimas de un gran fraude; se han estafados a si mismos al cortar con las raíces bíblico-hebreas que constituyen la savia 9
Algunos autores que han analizado el texto Diálogo con Trifón, escrito por el filósofo y mártir Justino en donde narra la conversación con el judío Trifón, afirman que ya para la mitad del siglo II la intolerancia entre judíos y cristianos había entrado en una fase irreversible. Ver J. Fernández, Justino y Trifón: Diálogo e intolerancia entre judíos y cristianos a mediados del siglo II en Misceláneas de Estudios Arabes y Hebreos, No. 53, pp. 123-152, 2004.
5 original del olivo que alimenta y da vida al mundo gentil que ha sido injertado a la fe 10 original por medio de la fe en el Mesías (Rom 10 y 11) y, en su lugar, se han venido nutriendo de la cultura greco-latina de inspiración católica, con todas sus consecuencias. Esto es parte importante de la razón de la debilidad que acusa el Cristianismo y las sociedades que nacieron y se levantaron bajo esa influencia. La Reforma, entendida como un regreso a las Santas Escrituras, reabrió parcialmente las compuertas para el estudio e investigación del hebreo, pero dejó casi intacta una forma de pensar teológica ligada al carácter y estructura pensamiento griego, que no sólo era la lengua en la cual se leía el Midrash Torah, sino que además, era el fundamento lingüístico de todo el sistema filosófico occidental. De hecho, parte importante del fracaso de la teología occidental, desconectada de las raíces hebreas de la fe, reside en el simple hecho que ha creado un escenario o tradición religiosa dentro de la cual la formación teológica o pastoral está centrada esencialmente en el griego del Nuevo Testamento. Todavía no hay una conciencia generalizada acerca del simple hecho que detrás del griego del Nuevo Testamento se encuentra un pensamiento hebreo enraizado en la Torah y, por supuesto, que tal pensamiento se expresó en lengua hebreoa/aramea, en el cual hablaron Yeshua y todos sus discípulos. No percatarse de los hebraísmos que la traducción griega contenía no sólo ha hecho difícil entender muchas expresiones del mismo griego sino que además, las traducciones a otros idiomas han distorsionado el mensaje original dado en lengua hebrea. En términos prácticos, el producto final -y que es expresión misma de la tradición religiosa occidental- la podemos apreciar en cada sermón de las más diversas congregaciones cristianas: hay una escasa disertación expositiva de las grandes enseñanzas de la Torah, y por lo general, cuando hay mención a ella es para referirse a ciertos personajes importantes de la Torah como Abraham, Moisés o David, por ejemplo, pero se le nombra simplemente para hablar de la fe de ellos o de sus derrotas y de las lecciones que podemos sacar para nuestras vidas. Es decir, el púlpito cristiano, aparte de carecer de un énfasis cristocéntrico -hablo en términos occidentales-, procede a una lectura devocional de la Torah. De suerte, que las multitudes han sido alimentadas y están siendo alimentadas con sermones superficiales, o peor aun, con toda clase de herejías y especulaciones; y aun las mejores enseñanzas, que en verdad hay, suelen carecer de la sustancia y rica savia de la Torah. Pero si los teólogos no comprendieron las palabras de Yeshua quien afirmó que no vino para abrogar la Torah o los profetas sino más bien darle su recta interpretación 11 (Mt 5:17) cuanto más a la Torah misma , la cual está expresada en una lengua antigua, y en un contexto religioso distante en el tiempo y en el espacio de la cultura occidental. He escuchado muchas veces, a muchos cristianos repetir casi irónicamente aquellas palabras de Rav Shaul: que los judíos tienen un velo cuando leen la Torah y que les será quitado cuando reciban a Yeshua como Mashiaj (2 Co 3:14,15); esto es cierto, 10
Estos capítulos de Romanos atestiguan, entre otras cosas, que Hashem no ha rechazado a Israel (Rm 11:1-6), como erróneamente piensan vastos sectores del Cristianismo; que los gentiles han sido injertados al olivo natural, Israel, el cual tiene el Pacto, la Torah y el Mesías, y que además ellos forman una unidad espiritual con todos aquellos judíos que hemos creído en Yeshua como el Mesías, que la única división espiritual está entre todos aquellos que están en ese olivo natural, el Israel espiritual, y todos aquellos que han sido desgajados por su rechazo de nuestro Mesías, pero poderoso es Hashem para injertarlos de nuevo. 11 Aquí estoy usando un modo de argumentación bíblico –tomado también por los rabinos- como parte de un discurso. En su momento lo explicaré, por los momentos véase, por ejemplo, Gn 44:8.
6 pero, ¿no tienen otro tipo de velo los cristianos cuando leen la Torah? A estas alturas de la historia, la teología occidental, en cualquiera de sus expresiones, no ha logrado capturar la centralidad, supremacía y toda suficiencia de la Torah. ¿Acaso no está 12 escrito que la Torah es perfecta (Sal 19:7)? ¿No se han dado cuenta que los profetas fueron levantados para traer de regreso a Israel a la Torah y a Hashem, el dador de la Torah? Desde los tiempos del mismo Moisés y como también lo testifican los escritos desde Josué hasta el libro de Crónicas, la obra de los profetas era amonestar a Israel por sus apostasía e inducirlo, por la más variadas revelaciones, promesas y lecciones objetivas, a obtener una comprensión más aguda del amor de Hashem por Israel y de Su interés en ofrecerles perdón y seguridad eterna (Jr 7:23-26). Además, ¿no estaba anunciado que la obra del Mesías era magnificar la Torah y engrandecerla (Is 42:21)? ¿No hizo esto justamente nuestro Mesías (Mt 5:17-19 comparar con Jn 4:25,26))? La teología occidental postula que Rav Shaul mira la salvación de los gentiles fuera de la Alianza de Dios con Israel, esto, a mi entender es falso, ya que, como lo enseña el mismo Pablo en Romanos 11, los gentiles han sido injertados en el “olivo natural”, y por tanto, al participar de la “raíz y de la rica savia del olivo” llegan a ser parte del pacto, y herederos de las promesas hechas a los patriarcas y profetas (Ef. 3:9), y por tanto, son esencialmente judíos como comento a continuación. Rav Shaul enseña que los gentiles, antes de su conversión, estaban lejos de la ciudadanía de Israel, sin Dios, sin pacto, sin promesas y sin Mesías! (Ef. 2:11-13), pero ahora, por fe en Yeshua, están unidos al cuerpo de creyentes en el Mesías, de modo que los gentiles ya no son extranjeros ni advenedizos “sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificado sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Yeshua mismo (Ef. 2:19,20) y, en consecuencia el gentil converso ya no es gentil, es un verdadero judío, porque, como Rav Shaul afirma: “no es judío el lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne, sino que es judío el que lo es en lo interior y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios” (Ro. 2:29). Pero la teología occidental ha sido incapaz de ver estas explicaciones de Rav Shaul en cuanto al carácter judío del creyente gentil y, en su lugar ha insistido en hacerse “cristiana” marcando así una distancia de todo aquello que sea judío. Un fruto amargo de este enfoque erróneo de la teología occidental fue el surgimiento de una matriz antisemita, o mejor dicho, anti-judía, la cual fundaba su prejuicio contra los judíos en el argumento que ellos no recibieron a Yeshua como el Mesías, y citaban las Escrituras para sostener ese punto de vista: “A lo suyo vino, y los suyos no lo recibieron” (Jn 1:11). Este versículo ha sido sacado de su contexto y usado para juzgar a todos los judíos en general. Notemos que el verso siguiente nos dice: “Mas a todos los que los recibieron, a los que creen en su nombre le dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Jn 1:12). ¿Se refiere éste verso sólo a los gentiles?, no, porque no se debe pasar por alto que la llamada “iglesia primitiva” estaba integrada por judíos creyentes en el
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En nuestras Lecciones de Torah nos tocará examinar el siguiente conflicto Escritural: si la Torah es perfecta, como lo declara el Salmo 19:7, ¿cómo entonces Yeshua propuso algunas modificaciones a la propia Torah?. Argumentar que Yeshua, en tanto como Mesías, tenía autoridad para modificar la Torah no resuelve completamente el asunto.
7 Mesías, y cuando Pedro predicó dos poderosos sermones en uno de ellos se convirtieron tres mil judíos (Hch 2:41) y en el otro cinco mil más (Hch 4:4). De hecho, la “iglesia primitiva” original, antes del ministerio de Rav Shaul a los gentiles, era un grupo judío-mesiánico, en el mejor sentido del término, y llamados gente del Camino por los otros judíos no-mesiánicos, ya que ese Camino era una 13 herejía para ellos (Hch 24:14, ver también Hch 9:2, 24:22) . La literatura judía posterior los llamaría los notzrim, es decir los nazaritas por ser seguidores de de “Jesús de Nazaret”. Como el prejuicio y la ignorancia suelen ir juntos, muchos cristianos, particularmente desde mediados del segundo siglo en adelante, ignoraron estos hechos históricos y, por si fuera poco, del prejuicio mal fundamentado pasaron a acusar y a condenar a los judíos como culpables de “deicidio”. Cuando el Cristianismo, bajo su forma católica tomó el control del mundo occidental martirizó al pueblo judío. De hecho, los países europeos, bajo la pérfida influencia de la religión dominante de entonces, persiguió, encarceló y asesinó a millones de judíos; o los forzaba a la conversión, raptaban a sus niños, confiscaban sus bienes y se les expulsaban por los más variados motivos de aquellas naciones en donde habían prosperado y prestado grandes servicios a sus reyes, o se les condenaban a vivir en guetos de donde sólo podían salir 14 de día y bajo supervisión militar . Mis ancestros judíos, sufrieron los más espantosos martirios, del cual, el holocausto fue el clímax perverso de una cultura que fue incapaz de apreciar las bendiciones dada a los judíos por medio de la Torah, la cual, aparte de sus extraordinarios contenidos salvíficos y mesiánicos, planteaba una ética superior a la de los grandes filósofos griegos como Platón y Aristóteles. Hoy día, el antisemitismo judío ha tomado nuevas formas. En muchas corrientes teológicas o en simples congregaciones cristianas todavía existe una aversión hacia el 15 Judaísmo . Existen ciertamente congregaciones o ministerios que tienen una perspectiva más favorable hacia los judíos y se acercan a ellos de buena fe, pero lo hacen como misioneros y con la clara intención de “convertirlos a Jesús”. La llamada “evangelización del judaísmo” todavía se hace desde una perspectiva que no está consciente de la importancia de la Torah para la fe cristiana y mucho menos para el Judaísmo. Esta clase de proselitismo religioso, que pretende sacar a los judíos del Judaísmo y traerlos al Cristianismo, tampoco comprende la enseñanza del árbol del olivo natural dado por Rav Shaul en la epístola a los Romanos y, que ilustra la unidad 16 entre gentiles y judíos creyentes en Yeshua Ha-Mashiaj (Ro 11) . Así el prejuicio y/o la ignorancia han levantando formidables obstáculos para una correcta apreciación del Judaísmo y su Torah. 13
Tendremos ocasión para estudiar porque los judíos no creyentes usaron esta expresión “Camino” para referirse a los judíos-mesiánicos. 14 Por cierto, Abarbanel, un sabio judío que vivió antes del surgimiento de la Reforma, fue el primero en identificar al papado como el cuerno pequeño de Daniel 7 que perseguía a los santos y los vencía. 15 Mi experiencia personal al respecto testifica hoy día sobre esto. Tan pronto me aparezco en una congregación cristiana con mis atuendos judíos –kipah y tzitzot- algunos líderes religiosos se alarman porque creen que yo pretendo “judaizarlos”. 16 En virtud de estas y otras circunstancias concomitantes, muchos judíos que reconocemos a Yeshua como el Mesías, hemos optado por no unirnos a ninguna congregación cristiana. Otros judíos mesiánicos como David Stern, Joseh Shulam, por ejemplo, han levantado ministerios y congregaciones mesiánicas en donde puedan adorar a Hashem en libertad y con un fondo cultural bíblico-hebreo.
8 Este panorama se torna todavía más oscuro si consideramos un hecho histórico que cambió el curso de la investigación bíblica en Occidente. Hacia finales del siglo XVIII, un sector de la teología evangélica, bajo la influencia del racionalismo filosófico, aplicó los métodos de la crítica literaria e histórica a la Torah, y al resto de las Escrituras. La aplicación del método histórico-crítico llegó a la conclusión que la Torah contenía un conjunto de estratos literarios provenientes de diversas épocas los cuales fueron a su vez redactados por varios autores. De hecho, parte importante del material referente a los sacrificios –que se mencionan en Levítico- fueron elaborados, según este punto de vista, durante o cercano al período post exílico. Así, la posición tradicional que 17 asignaba a Moisés la autoría de la Torah fue, pues, cuestionada y retada por los estudios de un grupo de teólogos alemanes del siglo XIX y parte importante del siglo XX. La metodología de la crítica histórico-literaria de la Torah estaba fundada en un postulado erróneo: algunas porciones del material literario de la Torah –la cosmología del génesis, el diluvio, el culto, los sacrificios, las fiestas, etc.- habían sido tomadas prestadas de las tribus paganas circunvecinas y, en el proceso de la evolución histórica de la religión israelita, este material sufrió alteraciones y reelaboraciones importantes hasta definir el carácter y estructura propia de la literatura hebrea. Esta percepción de la Torah, tuvo una enorme acogida en muchos seminarios evangélicos y la teología católica la asimiló completamente. Por supuesto, muchos teólogos de sectores conservadores de las iglesias evangélicas se opusieron reciamente a los postulados y conclusiones de la Alta Crítica, que es el nombre que recibe esta corriente teológica liberal. Como vemos pues, la teología occidental no se contentó con desconectarse de las raíces hebreas de la fe, sino que un vasto sector de ella creyó demostrar que Moisés tampoco había escrito la Torah. El fraude religioso ya había sido completado. Me gustaría completar este escenario introduciendo algunas aclaratorias. Estoy consciente del prejuicio que tradicionalmente tienen los líderes religiosos protestantes hacia el Judaísmo, o mejor dicho hacia toda “tendencia judaizante” dentro de las iglesias. Creo de buena fe que ello puede ser disuelto sustancialmente, si, los líderes de las más diversas congregaciones, en un espíritu fraternal y abierto, me escuchan y puedan constatar por ellos mismos que mi interés está centrado en una exposición de la Torah, sin sesgo denominacional o religioso alguno. También quiero que comprendan que el énfasis que pongo en la hermenéutica y tradición judía y en mi planteamiento de un “regreso a las raíces hebreas de la fe” obedecen esencialmente al siguiente simple hecho: no es posible percibir la profundidad 17
La historia del cuestionamiento a la paternidad literaria de Moisés y de otras críticas al Antiguo Testamento se remonta a un tal Simón (no se sabe si es el mismo de Hch. 8:10), también Taciano (el mismo que compiló el Diatesarón o Armonía de los Evangelios, 174 d.C.) sostenía que el Antiguo Testamento era el producto de una deidad inferior. Por supuesto, también los gnósticos hicieron muchos ataques a las Escrituras. Pero los ataques más graves en cuanto a la autoridad y autenticidad del Antiguo Testamento provienen de los escritos del famoso disidente Marción (circa 140 d. C.). De parte del Judaísmo mesiánico podemos encontrar podemos mencionar a los nazaritas, cierta secta judío-cristiana que negaba la autoría mosaica de la Torá, y según Epifanio, los ebionitas, otra secta judía del primer siglo, rechazaban algunas porciones de la Torá y manifestaban un desprecio por los escritos de los profetas. Las Clementine Homilies, obra de la escuela judía-gnóstica, argumentaban que las dificultades que se encontraban había sido introducidas por el diablo. El resto de la historia para los siglos siguientes se pueden encontrar en R. K. Harrison, Introducción al Antiguo Testamento. Editorial TELL, 1990.
9 y belleza de la Palabra de Dios sin el auxilio del idioma hebreo y sin apelar al fondo cultural judío sobre el cual está construido todo el pensamiento y mensaje bíblico. Es decir, si deseamos captar el mensaje del Eterno es esencial estudiarlo en el contexto hebreo que surgió y tomó vida propia. El retorno a las raíces hebreas implica además la recuperación del shabbat, un día de reposo destinado para ser una bendición para el hombre y su familia (Mr 2:27); una bendición que el mundo cristiano ha perdido debido al prejuicio y a la desinformación que existe con respecto a la fe judía. Igual ha pasado con las grandes festividades hebreas tales como la Pascua (Pesaj), Shavout (mal llamada “pentecostés”), Sukot (fiesta de los tabernáculos). Las iglesias protestantes, en cualquiera de sus corrientes, condenó estas festividades como tradiciones caducas que sólo debían ser observados por el judaísmo que nunca recibió a Yeshua como Mashiaj. Este prejuicio, de larga data histórica como ya he comentado, ignora además los poderosos contenidos salvíficos y mesiánicos de esas festividades. Además, la secuencia de las festividades hebreas constituye en sí misma una escatología que, anuncia, desde la muerte del Mesías en expiación por el pecado hasta su segunda venida en gloria. Por otro lado, entiendo también que el prejuicio hacia el Judaísmo se ha avivado por el surgimiento del “mesianismo” o “movimiento judío-mesiánico”. Aquí debemos precisar que existen por lo menos dos corrientes “judío-mesiánicas” y, que es necesario y ético evaluarlas individualmente a fin de no emitir juicios condenatorios basados por lo general en prejuicios y/o ignorancia en torno a los contenidos de las enseñanzas de esos grupos religiosos. Una de esas corrientes está integrada por judíos que hemos aceptado a Yeshua como el Mesías prometido. En esta corriente podemos nombrar algunos de los ministerios más importantes que conozco: David Stern, Joseph Shulam, judíos que actualmente viven en Israel y realizan una extraordinaria labor a favor de mis hermanos judíos en tierra santa. Mi experiencia viviendo en Israel puede testificar que esta labor de hacer conocer a Yeshua como el Mesías entre los judíos israelitas ha encontrado una enorme oposición por parte de influyentes rabinos, quienes aun no se han puesto al día con los elementos más fundamentales de la libertad religiosa. Estos hermanos judíos, y otros más, están realizando un extraordinario esfuerzo evangelístico dando a conocer a Yeshua y anunciado su segunda venida entre el resto de mis hermanos judíos. ¿No son éstas noticias extraordinarias? Otra corriente religiosa “judío-mesiánica” está constituida por creyentes 18 evangélicos que han asimilado parte importante de la tradición judía rabínica en un intento de contextualizar la fe evangélica dentro de la cultura bíblico-hebrea. Estos grupos religiosos, dirigidos en su mayoría por expastores evangélicos, a mí entender, han dado un paso importante en la recuperación de la observancia del shabbat y del resto de las festividades bíblicas tales como pesaj, shavout, sukot, etc; las cuales, por largos siglos ha sido ignoradas por la tradición religiosa occidental.
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Debemos distinguir dos Judaísmo: el Judaísmo rabínico, integrado por judíos que no creen en Yeshua como el Mesías, y el Judaísmo mesiánico propiamente dicho, integrado por judíos que creen en Yeshua Ha-Mashiaj, ya sean que se congreguen en iglesias cristianas o tengan ministerios independientes como los de Joseh Shulam, David Stern, Moshe Josef Koniuchowsky. Esta distinción es importante porque se suele confundir a estos últimos con los “mesiánicos” de los cuales vengo hablando.
10 El asunto es que, dentro de las iglesias protestantes, ya alimentadas por un prejuicio anti-judío, rechaza ambas corrientes judío-mesiánicas; aunque podría tener más simpatía por la primera de ellas, ya que, la segunda, está atrayendo a sus filas a un importante número de creyentes de las más diversas denominaciones protestantes; lo cual, ha causado una alarma generalizada entre el liderazgo pastoral. Según he podido conocer, el rechazo se sitúa principalmente a dos niveles: el primero tiene que ver con la deidad del Mesías, la cual algunos grupos “judío-mesiánicos” no aceptan; el segundo es la judaización de la fe, es decir, el regreso a “costumbres judías” como la circunsición, y la observancia del shabbat y del resto de las festividades bíblico-hebreas. Pero mi crítica principal a muchos de estos grupos mesiánicos tiene que ver más bien con la liturgia. Me explico, basta ir a un culto mesiánico para darse cuenta que la liturgia del shabbat, por ejemplo, es una réplica exacta de la liturgia judía rabínica, siguen el Siddur, el manual de rezos, que contienen un conjunto de oraciones que expresan y reflejan la fe del Judaísmo rabínico, que están en abierto contraste y desafío con lo que yo entiendo son las enseñanzas centrales de la fe judío-mesiánica. Entre esas enseñanzas rabínicas del Siddur deseo destacar dos: peticiones por la venida del Mesías y peticiones por la reconstrucción del Templo y sus sacrificios. Estas creencias y oraciones tienen sentido para la mentalidad judía no creyente en Yeshua, pero no para alguien que ha creído que Yeshua es el Mesías, que viene por segunda vez, y que los sacrificios del Templo eran una figura y sombra de Su persona y obra. La crítica es entonces ésta: tienen falta de coherencia en la fe –porque se que ellos creen en la primera venida de Yeshua como el Mesías- o les hace falta un nuevo manual de rezos. También estos grupos de creyentes han resucitado la práctica de la circuncisión como condición para “entrar en el Pacto” o ser miembro de esas congregaciones. A mi parecer, es realmente una pena que ellos no entiendan el carácter espiritual con el cual fue concebida la circunsición y que es explicada claramente por Rav Shaul; eso por un lado, y por otro, ellos tampoco entienden –como muchos creyentes cristianos- que “ser judío” no es una cuestión étnica ni nada tiene que ver con la circunsición en la carne, es una condición esencialmente espiritual y depende exclusivamente de nuestra fe en Yeshua Ha-Mashiaj. Así lo declara Rav Shaul cuando afirma: “28
Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; 29sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios” (Rm 2:28,9).
Aunque si algunas congregaciones creen que es pertinente que se debe circuncidar a sus creyentes, yo no pondría obstáculo a ello, pero debería tenerse presente en cualquier caso su significado espiritual: nuestra judeidad, es decir, nuestra condición de ser judíos, no viene por la circuncisión sino por la fe en el Mesías. Lo que es particularmente cierto también para el gentil, quien por la fe en el Mesías, se hace judío (Rm 2:28,29) y ciudadano israelita con todos los derechos de ser hijos de Dios, beneficiarios del pacto y las promesas (Rm 11), cosas de las cuales carecía cuando estaba perdido en el olivo silvestre, esto es, en el mundo (Ef. 2:11-13). No deseo alargar más mis críticas al respecto, sólo me gustaría añadir otra crítica importante: que muchas congregaciones del movimiento mesiánico –de fondo evangélico e inspiración rabínica- está tan desequilibradas como el Cristianismo del
11 cual se separaron. Es decir, abandonaron casi completamente el Midrash Torah o Nuevo Testamento y abrazaron –sin reflexión crítica alguna- el entendimiento de la 19 Torah del Judaísmo rabínico . Se fueron al otro extremo del Cristianismo. Es una pena que ese esfuerzo religioso abandone enseñanzas tan vitales del Midrash Torah contenidas en el libro de Romanos y en la epístola a los Gálatas: la justificación por la fe, la naturaleza pecaminosa del hombre, la segunda venida de Yeshua con poder y gloria, la unidad espiritual entre judíos y gentiles en el Mesías expuesta en muchos pasajes paulinos, particularmente la capital enseñanza del olivo natural de Romanos 11. La pregunta clave es ahora: ¿cuál es mi posición? Ya la he expresado parcialmente, la cual puede ser completada con lo que he escrito en la parte 2 de estas Lecciones de Torah. Soy judío, descendientes de judíos-holandeses, tengo un modo judío de pensar las cosas, el mundo y la Torah, y estoy circuncidado pero no fomento la circuncisión por lo que ya expuse. Entiendo además que bajo el Nuevo Pacto, Yeshua en su carácter de Maestro de la Torah ha reformulado o cambiado radicalmente muchas porciones de la Torah y ahora adquieren una dimensión espiritual para la cual fue originalmente diseñada, entre ellas: la circunsición, el sistema de sacrificios, y un conjunto de otros estatutos y ordenanzas que sólo eran posible en la tierra de Israel. Aparte de ello, y central para la fe judío-mesiánica en su mejor expresión, Yeshua ha establecido un Nuevo Pacto, con un nuevo sacerdocio según el orden de Melkisedek en donde Yeshua mismo es Sumo Sacerdote en un mejor Santuario, el celestial, y, nosotros creyentes en Yeshua, sacerdotes que ministran junto con él los beneficios salvíficos de su sangre que es mucho mejor que la sangre de los toros y machos cabríos del Pacto de Sinaí (Hb 4:14-10). ¿Qué tengo para ofrecerles? En verdad muy poco. Primero mi pasión y devoción por las Escrituras y mi interés en desarrollar un ministerio de enseñanza que pueda impactar y cambiar vidas para la gloria del Señor. Sólo quiero tener la oportunidad de ser escuchado e impartir entre Uds. estas Lecciones de Torah, esperando ser, con la ayuda de Hashem, un medio de bendición para Uds. Segundo, como judío tengo una percepción distinta de la Torah y de la vida que puede ser muy útil en la enseñanza de muchos conceptos bíblicos. Tercero, tengo estudios doctorales en religión judía y mi tesis doctoral gira en torno a la festividad de Yom Kippur, que con toda modestia, creo que es un conocimiento valioso que pongo a disposición de todos. De último, pero no de último, deseo ofrecerles mi amistad y compañerismo, para que juntos podamos aprender por experiencia aquello que dice Rav Shaul: No hay judío, no hay griego, todos somos uno en el Mesías nuestro Señor.
Williams Pitter Maracaibo, Mayo 2007
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Esto lo he visto principalmente en congregaciones que siguen el liderazgo de expastor evangélico que ahora se hace llamar Dan Ben Abraham. Aparte de ello, uno puede ver que una parte de la literatura producida por este líder “mesiánico” esta influenciada por el pensamiento esotérico cabalístico, el cual, a mi entender, es altamente especulativo y hasta peligroso para fe judío-mesiánica.
12 1. LA IMPORTANCIA DE LA TORAH 20
Nada es más importante para el Judaísmo que la Torah, por cuanto ella contiene la revelación de Hashem que certifican la existencia de un único Dios verdadero, revelación de la cual Israel es testigo privilegiado (Dt 4:33-35, Is 43:12). Hashem, ha elegido a Abraham y a Israel para hacerlos depositarios de Su Palabra y, por medio de ellos, bendecir a todas las naciones de la tierra. La custodia de la Torah, su devoción y estudio, ha preservado, entre otras cosas, al pueblo hebreo de la desintegración como una comunidad de fe hasta el día de hoy, y ha sido parte sustancial del secreto de su fuerza y sabiduría distintiva entre los pueblos de la tierra (Dt 4:1-9). Desde los tiempos de Moisés, las palabras de Hashem escritas en la Torah fueron diseñadas como instrucciones para encaminar al pueblo de Israel, a fin de que orientara su vida hacia la adoración del único Dios verdadero. A tal efecto, se le ordenó a los padres y todos aquellos ocupados en la enseñanza de la Torah que repitieran de manera permanente y sistemática la Palabra de Hashem reveladas en la Torah: “Oye Israel, el Eterno, nuestro Dios, el Eterno es único. Amarás al Eterno tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, y con todo tu poder. Y estarán estas palabras que Yo te ordeno hoy, sobre tu corazón. Las repetirás a tus hijos, hablarás de ellas cuando estuvieres en tu casa, cuando anduvieres por el camino; y al acostarte y al levantarte. Las atarás por señal sobre tu mano, y serán por diademas entre tus ojos. Y las escribirás sobre 21 las jambas de tu casa y en tus portones” (Dt 6:4-9) .
Israel tropezó, no se mantuvo escuchando fielmente la voz de Hasehm. Luego de la destrucción del Templo de Salomón y bajo el liderazgo de Nehemías, el pueblo de Israel, reunido alrededor de las palabras de la Torah, escucharon a los hombres preparados que leían las palabras de la Torah y le daban sentido de modo que todos entendiese la lectura (Nh 8:9,10). La alegría que produjo el haber entendido las palabras que les habían enseñado (Nh 8:11,12) trajo como resultado fuerza y valor para reorganizar sus vidas, restaurar el culto y sus servicios rituales, y también un renovado ánimo para seguir escuchando las palabras de la Torah (Nh 8:13). Junto a la Torah shebiktah o Torah escrita el judaísmo rabínico conserva un legado importante de documentos llamados la Torah shebealpe o Torah oral; que recogen antiguas tradiciones, creencias y prácticas judías que van desde una invención y aplicación de una hermenéutica rabínica para explicar e interpretar la Torah hasta discusiones entre sabios judíos sobre los más diversos temas prácticos de la Torah o sobre normas de conducta acerca del shabat, las oraciones, reglas de purezas, etc. El 22 núcleo de la Torah oral se encuentra en la Mishnah , la cual se encuentra a su vez en el 23 Talmud o Torah Oral , que también compila la Gemarah, los comentarios que los sabios rabinos hicieron a la Misnah.
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Cuando hablo de Judaísmo me refiero tanto al Judaísmo rabínico como al Judaísmo mesiánico, siendo este último el cuerpo de creyentes judíos en Yeshua como el Mesías prometido de la Torah. 21 Estamos usando la versión hebreo-española de la Torah publicada por la Editorial Jerusalén de México, Edición Katz (2000) aprobada por el Rabino Iossef Ovadia, Presidente de los judíos sefarditas de Israel. 22 Hay una edición en español de Carlos del Valle, Editor. La Misná. Ediciones Sígueme. Salamanca, España (1997). 23 Hay dos tipos de Talmud, el Talmud Yerushalmi escrito hacia el 350 de nuestra por los sabios judíos de Palestina, y el Talmud Bablí escrito hacia el siglo V de nuestra era. En la actualidad el Talmud es la
13 La Mishnah, una obra rabínica escrita hacia el segundo siglo de nuestra era; nos 24 ilustra con una historia la importancia de la Torah para el judío creyente : “Rabí Yosé, hijo de Kismah, decía: En una ocasión iba yo de camino y me encontré con un hombre. El me saludó y lo devolví el saludo. Me dijo Rabí, ¿de que lugar vienes? Le respondí: de una gran ciudad de sabios y escribas. Me dijo: ¿Quisieras venir a residir con nosotros en nuestro pueblo? Te daré millones de denarios de oro y piedras preciosas. Le contesté: Hijo mío, aunque me dieras toda la plata, todo el oro y todas las piedras preciosas que hay en este mundo, no residiría sino en el lugar de la Torá, porque en el momento en que fallece el hombre no lo acompaña la plata, ni el oro, ni las piedras preciosas, sino exclusivamente la Torá y las buenas acciones, tal como está escrito: cuando camines, te guiará; cuando yazcas acostado, te custodiará; cuando despiertes, hablará contigo (Pr 6:22)… Así está escrito en el libro de los salmos por medio de David, rey de Israel: prefiero la enseñanza de tu boca que millares de oro y plata (Sal 119:72)” 25
También Rabán Gamaliel, hijo de Rabí Yehuda Ha-Nasi –el compilador de la 26 Mishnah- decía : “Es bueno el estudio de la Torah acompañado de una profesión temporal, ya que la conjunción de ambas hace olvidar al pecado”.
El estudio y la meditación de la Torah no sólo debe ser un asunto individual, la tradición judía enseña que, cuando los hombres se reúnen deben hacerlo en el Nombre de Hashem y entre ellos la conversación no debe ser frívola ni superficial, sino más bien 27 sazonada con Torah : “Si dos están sentados juntos y no median entre ellos las palabras de la Torá, es una reunión de insolentes, como está escrito: en la junta de insolentes no se sienta (Sal 1:1). Pero si dos personas están sentadas juntas y median entre ellas las palabras de la Tora, la shekinah está en medio de ellos, como está escrito: cuando los temerosos de Dios hablan mutuamente, el Señor los oye y escucha y es escrito un libro de memorias en su presencia para los justos del Señor y para los que consideran su Nombre (Mal 3:16)”
Estos pensamientos de los sabios judíos son muy similares a los expresados por Yeshua cuando afirmó: “Porque donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí yo estoy en medio de ellos” (Mt 18:20).
Torah oral propiamente dicha, y esta obra, de cerca de 63 tomos, contienen también comentarios de famosos rabinos medievales. 24 Mishnah, Tratado Avot 6:9. 25 Antiguamente se designaba por el término Rabí, que literalmente significa en hebreo “mi grande”, a un gran maestro y ese sentido se le llama “mi maestro”. Este significado prevalecía en tiempos de Yeshua como puede verse en varios pasajes del Midrash Torah (Mt 23:7; Jn 1:38). A finales del primer siglo de nuestra era, y particularmente después de la destrucción del Templo en el año 70, el título Rabí, según explica el Talmud se aplicaba a aquellos grandes maestros de la Torah que tenían discípulos que a su vez tenían discípulos; y se designaba bajo el título de Rabán a aquellos que no se les recuerda quienes fueron sus discípulos. 26 Mishnah, Tratado Avot 2:2. 27 Mishnah, Tratado Avot 3:2,3.
14 En fin, la Torah nos comunica la voz de Hashem en mil maneras, por ello, el 28 estudio de la Torah ha de ser el primer deber de cada hombre en este mundo , el 29 segundo deber es poner en práctica las indicaciones y orientaciones de la Torah , y el tercer deber, es enseñar a otros los principios y fundamentos de la Torah. Con respecto 30 a este último Hillel solía decir: “ama a los hombres y acércalos a la Torah” . No deseo abandonar esta parte sin hacer mención a un aspecto negativo que se encuentra en la literatura rabínica, y que es uno de los defectos más graves de la teología rabínica: ha exagerado el poder de la Torah. En primer lugar, si bien es cierto la Torah puede, y efectivamente lo hace, orientar la vida del hombre hacia una adoración más plena, también es cierto, desde mi perspectiva mesiánica, que ello sólo es posible por medio de la acción de la Ruaj Ha-Kodesh sobre nuestro corazón. Todo el esfuerzo humano aplicado al estudio y la práctica de la Torah carecen de valor sin la ayuda de la Ruaj Ha-Kodesh. En segundo lugar, el estudio puede ayudarnos mantener nuestros pensamientos concentrados en Hashem, pero no tiene ningún poder para dominar nuestras pasiones y mucho menos purificar nuestros corazones. Maimóides, un sabio judío medieval, habla un poder de la Torah, la cual, desde la perspectiva del Nuevo Pacto no sólo es falsa sino que además corresponde a la obra 31 de la Ruaj Ha-Kodesh : “La Ley ha tenido por fin dominar nuestras pasiones y nuestros sentidos, tornarnos amables, suaves y dóciles, inspirarnos costumbres puras y santas. La Ley también recomienda la limpieza exterior, pero ésta ocupa un segundo lugar, después de la purificación de las ideas, de las costumbres y de las acciones” 2. LA TORAH, EL NUEVO PACTO Y LA PERSPECTIVA MESIÁNICA
Estas Lecciones de Torah pretenden abordar el estudio de la Torah usando para tal fin la riqueza de la tradición judía pero desde un enfoque mesiánico, o cristocéntrico, si se quiere. Como está dirigido a un grupo de creyentes llamados cristianos que no son judíos, ni conocen el hebreo bíblico, ni tampoco tienen conocimiento o contacto con el fondo cultural judío de la Torah me veo obligado a hacer algunas observaciones. A tal efecto, me parece conveniente contestar por lo menos dos preguntas fundamentales: ¿Cómo debe mirar la Torah el creyente que ha creído en el Mesías, Yeshua Ha-Mashiaj, cómo su Salvador personal?, y, a la luz de las enseñanzas de Mashiaj y de Rav Shaul, es decir, bajo el Nuevo Pacto, ¿cuáles porciones de la Torah son válidas o permanecen como instrucciones a seguir por la Iglesia cristiana?, equivalentemente: ¿cuáles instrucciones de la Torah ya no están vigente para aquellos que están bajo la cobertura espiritual del Nuevo Pacto?
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Mishnah en el Tratado Avot 2:8 cuenta que, Raban Yohanan Ben Zakay, recibió de Hillel y Shamay, lo que siempre aconsejaba a sus discípulos: “si estudiaste mucha Torah, no lo tomes como mérito, porque para eso fuiste creado”. 29 Mishnah Tratado Avot 3:17: “Elazar, hijo de Ananías, decía: sin Torah no hay comportamiento correcto y sin comportamiento correcto no hay Torah”. 30 Mishnah, Tratado Avot 1:12. 31 Maimónides, Guía de los perplejos. Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Vol. III. México (2001), p. 205.
15 Con respecto a la primera pregunta se debe tener presente, en primer lugar, un dato histórico de capital importancia registrado en el libro de los Hechos: la “iglesia primitiva” original era una congregación de judíos creyentes en Mashiaj, la cual, todavía en tiempos del ministerio de Rav Shaul tenía como libro canónico a la Torah, la cual se leía cada shabbat en las congregaciones mesiánicas, como lo testifica Jacobo 32 en su intervención en el Concilio de Jerusalén (Hch 15:21) . Aún más, basta un simple examen a la epístola a los Romanos o a los Hebreos, por ejemplo, para percatarse que la fundamentación y base para las doctrinas de la “iglesia primitiva” eran extraídas de la Torah. Por lo que la respuesta a la primera pregunta es sencilla: el cristiano debe mirar a la Torah con respeto y estudiarla con devoción por cuanto es Escritura inspirada por Hashem y por tanto es útil para el cristiano en varias maneras. Justo eso es lo que dice Rav Shaul en un consejo que la da su discípulo Timoteo, un judío-mesiánico de padre griego: “14
Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; 15y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Tm 3:14-17).
Lamentablemente, luego del predominio gentil sobre la Iglesia, especialmente a 33 partir del decreto de Adriano que expulsó a todos los judíos de Jerusalén , y hasta el día presente, el Cristianismo, en cualquiera de sus corrientes, ha fracasado completa y estrepitosamente en seguir este consejo de Rav Shaul. La importancia de Torah radica en cuatro objetivos principales: útil para enseñar, útil para redargüir, útil para corregir, útil para instruir en justicia. Estos objetivos están diseñados para lograr un objetivo mayor, que es el propósito esencial de la Torah: que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Teólogos y creyentes, por las razones ya dadas, jamás vieron la Torah y su importancia desde la perspectiva que la presenta Rav Shaul, todo lo contrario, la subestimaron y la consideraron casi inútil. Por tanto, la pregunta ahora es: ¿cómo el hombre de Dios puede llegar a ser maduro y enteramente preparado para toda buena obra sino estudia Torah? Justo aquí encuentra su explicación la debilidad que acusa el Cristianismo. Y por contraste, aquí radica la fortaleza del Judaísmo rabínico, a pesar del velo que tienen, porque le han concedido a la Torah la importancia y supremacía que le asignaba Rav Shaul por inspiración de la Ruaj Ha-Kodesh. El prejuicio teológico hacia la Torah ha creado un cristiano, un hombre de Dios que ni es maduro ni está completamente preparado para toda buena obra; porque nadie puede ignorar la Davar de Hashem y salir ileso.
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El canon del Nuevo Testamento se estableció varios siglos después. Eusebio en su obra Historia Eclesiástica reporta que antes del decreto de Adriano del 135 d.C., la “iglesia primitiva” de Jerusalén tuvo un liderazgo judío-mesiánico.
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La respuesta a la segunda pregunta es de naturaleza halájica , es decir, se refiere a la normativa legal que debe regir para aquellos que ahora han entrado al Nuevo Pacto en Yeshua. Pero ello nos lleva de inmediato a un problema hermenéutico: ¿cómo debemos interpretar la resolución apostólica del Concilio de Jerusalén? Las interpretaciones que se han dado a este Concilio han sido tan variadas como contradictorias, y ha sido una fuente permanente de conflicto entre las diversas confesiones del Cristianismo, y por si fuera poco, el reciente surgimiento del judaísmomesiánico también tiene su propia interpretación al respecto. Sin embargo, a pesar de toda la controversia que se ha generado hasta hoy con respecto a las decisiones del Concilio de Jerusalén, hay algunas cosas puntuales que debemos considerar: (1) El creyente gentil que se ha incorporado a fe judío-mesiánica no está obligado a circuncidarse, porque, como ya hemos explicado, la circuncisión no es una operación hecha en la carne sino en el corazón (Rm 2:28,29), (2) El gentil creyente en Yeshua, al igual como judío creyente en Yeshua, tiene en la Torah la guía suprema para la vida espiritual (2 Tm 3:16,17), (3) en virtud de lo anterior, el gentil creyente debe observar el shabbat, las leyes dietéticas de Lev 11 y observar las fiestas hebreas (pesaj, shavout, janukah, etc) desde una perspectiva mesiánica. Lamentablemente, la tradición cristiana no vio las cosas de esta manera y, en su afán de distanciarse del Judaísmo condenó a la Torah a lo antiguo y a lo caduco, y enseñó que sus enseñanzas quedaron reducidas sólo para el judío incrédulo. Con ello, se despreció el shabbat y lo sustituyó por el domingo, y en lugar de las festividades hebreas introdujo un conjunto de fiestas de origen pagano. De esta manera cortaron las raíces hebreas de la fe y se creó una cultura y una fe de inspiración greco-latina. Así, según el punto de vista cristiano, el Concilio de Jerusalén se constituyó en la carta de divorcio que separó definitivamente al creyente gentil de la Torah, del Pacto y su Promesas, y en definitiva de la ciudadanía israelita. Es decir, el sacrificio del Mesías, que acercaba al gentil creyente a fe judío-mesiánica (Ef 2:11-13), la tradición cristiana hizo todo lo posible por desconectarse de ella. Estas Lecciones de Torah tienen la intención de edificar al cuerpo de creyentes de las iglesias cristianas a fin de que puedan apreciar la importancia de la Torah como una revelación que da testimonio de mil maneras del Mesías (Jn 5:39). 3. LA SINGULARIDAD DEL PENSAMIENTO HEBREO
Estas lecciones sobre la Torah están diseñadas con el objeto de conocer y penetrar en el pensamiento y el lenguaje hebreo que ha forjado y modelado el carácter y la estructura de las ideas, conceptos y nociones que se encuentras esparcidas, e coherentemente unidas, como en una trama, a lo largo de toda la Torah. Hashem en su 35 voluntad insondable (Gn 11:1-9) , escogió el lenguaje hebreo para vaciar allí, a pesar de todas las insuficiencias del lenguaje humano, todo aquello que fuese necesario para comunicar su amor por nosotros y su plan para traer de vuelta a los hombres a la
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De la palabra hebrea halajah, la cual es usada en la literatura rabínica para referirse a las reglas a seguir o que cosas hacer bajo determinadas circunstancias. 35 La tradición judía enseña que el hebreo era la lengua universal de todos los hombres antes del episodio de la torre de Babel.
17 adoración del único y Dios verdadero. Desde esta perspectiva, la lengua hebrea llega a ser la lengua sagrada (lashom ha-kodesh). El pensamiento hebreo, tal y como se encuentra en la Torah, fue conducido y modelado por Hashem, y fue dotado, dentro de las limitaciones del lenguaje humano, con los atributos necesarios y suficientes para comunicar la Davar, la revelación divina a los hombres, que nos habla con su propia voz y en sus propios términos. El estudio de la Torah a su vez modeló el pensamiento judío, con las virtudes provenientes de la Torah y con las deficiencias propias del pensamiento humano. Ambas dimensiones, la Davar de la Torah y la tradición judía o Torah oral –la óptica a través de la cual se mira a la Torah escrita- nos introduce a una cultura religiosa única que contiene los aspectos salvíficos y mesiánicos destinados a ser una fuente de bendición para todas las naciones. Uno de los propósitos centrales en estas Lecciones es “escuchar” esa voz y discernir los términos a través de los cuales se expresa, empleando lo mejor y más exquisito del pensamiento rabínico que nos ayude a escuchar y que nos mantenga 36 escuchando siempre la voz de Hashem . Recurriremos también a la revelación del Midrash Torah a fin de esclarecer en la mayor amplitud que podamos la voz de Hashem. Una de las primeras lecciones que debemos aprender de la Torah es aquella que tiene que ver con la repetición constante de su Palabra. Explícitamente Hashem declara que su Palabra debe estar en nuestro corazón y en nuestra boca para la enseñanza: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Dt 6:5,6).
La repetición no sólo ayuda a mantener fresca la Palabra de Hashem en nuestra memoria, sino que es además un poderoso instrumento para guiar a nuestros hijos en el camino de la Torah. Y no sólo a nuestros hijos, sino a todos los talmidim, estudiantes de la Torah, que se acercan para aprender con intensidad y devoción todas las instrucciones que Hashem ha tenido a bien concederla por medio de sus Patriarcas y Profetas, y especialmente por medio de Yeshua Ha-Mashiaj. El lenguaje hebreo de la Torah expresa no sólo el pensamiento de Moisés tal y como le fue revelado por Hashem, sino también que el mismo Hashem proporcionó un conjunto de nuevas ideas y categorías que dieron carácter y forma a la religión hebrea. Una de las características esenciales del pensamiento de la Torah es que usa el lenguaje 37 hebreo para expresar las ideas, no en categorías abstractas , sino en un amplio y rico
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Detrás de la expresión “escuchar y que nos mantenga escuchando siempre” se encuentra un hebraísmo: “escuchando escucharás” (ver Ex 19:5), una expresión hebrea para designar que la acción de escuchar es continua, que empieza en el momento que escuchamos genuinamente Su Voz y que termina con la muerte como en el caso de Abraham (Gn 26:5). 37 Esto significa que el hebreo no sea un lenguaje aponfático, esto es, que no pueda expresar juicios o proposiciones lógicas. De hecho, lo hace, pero el recurso constante a las imágenes y meshalim que encontramos en la Tanaj se debe al simple hecho que la Palabra de Hashem debe llegar a todos los hombres, de manera sencilla y atractiva: sencilla para que el hombre común capte el mensaje de Hashem para él, y atractiva para que los intelectuales aprecien las profundidades que se encuentran detrás de esa sencillez.
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conjunto de imágenes, figuras literarias (símiles, metáforas, parábolas), paralelismos que estimulan la mente y la ayuda a retener la enseñanza.
En el texto de la Tanaj esas figuras literarias (símiles, metáforas, parábolas, y hasta refranes) se encuentran bajo el abarcante vocablo hebreo meshalim, del hebreo mashal. Algunos ejemplos de meshalim son los siguientes: La fábula de Jotam (Jue 9:7-15), en la que los árboles se reúnen para elegir rey; la oveja del hombre pobre que usó Natan para amonestar a David (2 Sm 12:1-4), el canto de la viña que Hashem usa como una censura contra casa de Israel (Is 28:23-29). Otros meshalim interesantes se pueden ver en 2 R 14:9, Is 28:23-29, Ez 15:1-8; Ez 19: 2-14, Ez 24:3-14. En ocasiones, se le proporciona una explicación al mashal y, en estos casos, tal explicación es conocida como nimshal. Ejemplos de mashal y nimshal juntos podemos encontrarlos en Ez 17:1-8 y Ez 17:11-21 respectivamente, y por supuesto, en muchas de las parábolas usadas por Yeshua. Ejemplos típicos de mashal y nimshal juntos en los discursos de Yeshua son las conocidas parábolas del sembrador, del trigo y la cizaña, etc. Los meshalim fueron usados por Yeshua para ilustrar los principios o características del reino de los cielos y para amonestar a su pueblo. En la literatura rabínica, los meshalim se usan principalmente para ilustrar alguna porción de la Torah o para ayudar a explicar algún pasaje difícil de la misma Torah y, en este último 39 sentido, el mashal era también un recurso hermenéutico . Otra de las características del lenguaje de la Torah reside en la forma en la cual están expresados los tiempos verbales. A veces, las promesas de Hashem están expresadas en tiempo pasado, comunicando la idea de que ya es un hecho ya dado o consumado, en virtud de su poder y la fidelidad de Hashem a su Palabra (Davar). Por ello, cuando la Torah declara que Dios es “Dios de verdad (emet)” (Dt 32:4), está haciendo referencia a su fidelidad, que El cumple con su Palabra, que dará fiel cumplimiento a su promesa. De igual manera, a los hombres que cumplen con sus 40 promesas la Torah los llama “varones de verdad” (Ex 18:21) . Por lo general, las traducciones españolas al colocar en futuro perfecto alguna promesa de Hashem que en el texto hebreo aparecen en pasado perfecto, le impiden al lector captar el pensamiento hebreo que nos habla directamente de la fidelidad de Hashem, y así, el lector es inducido a creer que Hashem va a cumplir su Palabra cuando a la verdad ya es un hecho en la mente de Dios que no está limitado al tiempo. Una prueba de ello es la explicación que da el propio Yeshua a la declaración “Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob”, es decir, “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven” (Lc 20:37,38). De igual manera, al cambiarle el nombre a Abram por Abraham, de “Padre enaltecido” a “Padre de pueblos” 38
El paralelismo hebreo se puede discernir cuando dos pensamientos consecutivos están o se encuentran en relación. Se distinguen tres: El paralelismo sinonímico: cuando el segundo pensamiento es similar al primero (ver Pr 19:6); paralelismo antitético: cuando el segundo pensamiento se opone al segundo (ver Pr 13:7), paralelismo sintético: cuando el segundo pensamiento desarrolla o refuerza al primero (ver Pr 14:27) 39 En las parábolas rabínicas el mashal tiene un esquema básico: (1) una introducción retórica de carácter interrogativo, generalmente expresada como: “¿a que se puede comparar este asunto?” y (2) la respuesta que desarrolla el ejemplo o metáfora. Un buen ejemplo de esto lo tenemos en una enseñanza dada por Yeshua en Mt 11:16-19: “¿A qué compararé esta generación?....”. 40 Pero la Escritura también pregunta: “pero el hombre de verdad, ¿quién lo hallará?” (Proverbios 20:6).
19 (Gn 17:5,6), le estaba garantizando que ya eso era un hecho que él era padre. El mismo principio se aplica a aquellos que somos declarados justos pero que en verdad no somos 41 justos , indicando con ello no sólo que nuestra justicia ante la ley de debe a Otro, Yeshua (Jr 23:6), sino que en verdad lo seremos en ocasión de su segunda venida, cuando el cuerpo de la humillación nuestra llegue a ser semejante al de la gloria suya (1Co 15:50-52ss). ¿Cuál es el principio que aquí venimos discutiendo? Rav Shaul lo explica: “Dios llama a las cosas que no son como si fuesen” (Ro 4:17). En estas Lecciones también veremos otra particularidad del pensamiento hebreo: Hashem utiliza la experiencia de los Patriarcas y Profetas, y del propio pueblo de Israel, como un método de enseñanza a dos niveles importantes: (1) que muchas de esas cosas “acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (1 Co 10:11), y (2) para revelar acontecimientos salvíficos y mesiánicos que sólo pueden ser discernido bajo la unción de la Ruaj Ha42 Kodesh en la forma de alegoresis , como la de Sara y Agar que Rav Shaul utiliza para extraer un profunda lección espiritual (Ga 4:21-31). En este caso, algunos sucesos históricos de la Tanaj esconden profundos significados para nosotros, pero estos 43 significados sólo pueden revelados por el Mesías (Is 42:21) y por el resto de los escritores del Midrash Torah. El pensamiento hebreo nos habla, pues, de una tradición religiosa que contiene elementos únicos tales pactos entre Hashem y los Patriarcas, circunsición como señal de ese pacto, la escogencia especial del pueblo de Israel, de un Santuario y un sistema de sacrificios, de insignes Patriarcas y poderosos Profetas; también contiene otros relatos que muestran la particular acción de Hashem en Israel y de su intención de favorecer a partir de Israel y por medio de Israel, a todas las naciones del mundo. Estas consideraciones tienen por objeto hacernos conscientes que al aproximarnos al estudio de la Torah nos estamos acercando a una tradición religiosa que nos habla y se comunica en términos muy distintos a los de la tradición del mundo occidental. Por ello, la hermenéutica teológica ha sido creada especialmente para superar la barrera creada por la cultura y el pensamiento occidental y, en este sentido, ha contribuido significativamente a captar parte importante del pensamiento bíblico. Sin embargo, a pesar de este esfuerzo hermenéutico, muchos estudiosos, incluidos teólogos, por lo general desconectados de las raíces del pensamiento hebreo, han comprendido erróneamente porciones importantes de la Torah y del resto de la Tanaj. Así que, con el objeto de escuchar la voz de la Torah que expresa en el lenguaje sagrado (lashon hakodesh) la voz de Hashem, es por tanto necesario (1) recurrir al hebreo tantas veces sea necesario y sobre todo cuando las traducciones con frecuencia despojan a los pasukim de la Torah de sus significados originales, (2) situarnos en el contexto religioso cultural hebreo a fin de comprender la singularidad del pensamiento hebreo y también para aprehender algunos conceptos o nociones que se encuentra en algunas expresiones hebreas de la Torah, (3) apelar a la lógica de la Torah para 41
Esta es la famosa paradoja de Lutero: justos y pecadores al mismo tiempo, es decir, justos en virtud de la justicia de Yeshua que nos es imputada por fe, y pecadores por nosotros mismos. 42 Ver más adelante la diferencia entre alegoresis y alegoría. 43 Este pasaje de Isaías es interpretado mesiánicamente por el judaísmo dando a entender con ello que, cuando el Mesías llegara explicaría y aclararía muchas cosas de la Torah. Compare por favor con lo que dice la mujer samaritana en Jn 4:25.
20 explicarse a si misma, en este sentido usaremos un conjunto de reglas de interpretación elaboradas y extraídas de la Torah misma por los sabios judíos. Todo esto implica que tenemos una tradición religiosa, forjada primordialmente en la Torah escrita, y luego en la mentalidad judía; tradición que contiene en lenguaje humano, la sagrada lengua hebrea, la Palabra de Hashem para los hombres. 4. MIDDOT O REGLAS DE INTERPRETACIÓN DE LA TORAH
En estas Lecciones de Torah apelaremos directamente al hebreo a fin de captar el mensaje de la Torah, en algunas instancias será necesario explicar ciertas construcciones lingüísticas del hebreo para facilitar la lectura del texto bíblico, en otras instancias tenderemos que recurrir al fondo cultural judío a fin de esclarecer el significado algunos términos o expresiones hebreas. En nuestro intento de conocer y comprender las ideas y conceptos de la Torah nos familiaricemos al mismo tiempo con el pensamiento rabínico que ha producido una enorme e importante cantidad de materiales sobre la Torah, es decir, con sus métodos de enseñanzas, con su particular y extraordinaria hermenéutica, muy distinta de la hermenéutica de la teología occidental. Por esta razón usaremos, en la medida que las circunstancias textuales lo ameriten, un conjunto de reglas de interpretación rabínicas conocidas como middot (del hebreo midah, medida), que serán de gran utilidad para resolver muchos pasajes oscuros o difíciles de la Torah. Estas middot son las famosas siete reglas de Hillel, o las trece reglas de Rabí Yismael, que son una ampliación de las anteriores. Estas middot las estudiaremos en su momento. Desde el punto de vista de la teología occidental se dice que estas middot constituyen la hermenéutica rabínica, por medio de las cuales los sabios judíos hacían sus estudios exegéticos de la Torah. Detengámonos por un momento aquí para examinar la diferencia conceptual entre hermenéutica y exégesis. En el mundo occidental, ya sea en el ámbito teológico o literario, se llama “hermenéutica” al conjunto de reglas o métodos que se usan para interpretar un texto y, por “exégesis”, se 44 conoce el procedimiento para explicar, exponer o interpretar el texto en cuestión . En el marco del pensamiento judío no es posible hacer esa distinción. Para la mentalidad rabínica en cambio, las middot no sólo constituyen una hermenéutica en el sentido occidental, también es un método para la enseñanza de la Torah. Además, tanto el procedimiento de interpretación como la interpretación concreta reciben el nombre de midrash. También recibe este nombre a la colección de escritos que han interpretado algún texto de la Torah. Ahora bien, situándonos en el marco de la hermenéutica rabínica es pertinente señalar que el uso y aplicación de estas middot para el estudio de la Torah es un método de interpretación de la Torah conocido como derash. De hecho, la hermenéutica desarrollada por los sabios judíos para la interpretación de la Torah distingue dos niveles o métodos importantes que serán objeto de aplicación constante a lo largo de estas Lecciones de Torah. El primer método o nivel de interpretación es conocido el
44
Ver por ejemplo, J. M. Martínez, Hermenéutica Bíblica. Editorial CLIE, pp. 16,17.
21 45
nivel peshat (literalmente: desvestido, desnudo) , para referirse al significado evidente de un texto. En este nivel de lectura del texto de la Torah no deja margen alguna para la interpretación particular o privada por cuanto se refiere simplemente al significado simple y directo que comunica la Torah o el resto de Tanaj. Por ejemplo, expresiones españolas tales como “Moisés subió al monte Sinaí”, “no haréis para vosotros ídolos”, no dejan lugar a dudas en cuanto al significado del 46 pasuk o texto bíblico. Sin embargo, traducciones españolas como la siguiente: “Era Abram de edad noventa y nueve años cuando le apareció Hashem” (Gn 17:1), que si bien es cierto al ser leída en hebreo se conoce su significado a nivel peshat, no obstante en español da la impresión que Abram efectivamente vio a Hashem, lo cual, a la luz de muchos textos bíblicos que expresan claramente a nivel peshat que a Hashem nadie lo ha visto (Ex 33:20), por lo que esta expresión amerita entonces un estudio de la expresión hebrea a partir de la cual los eruditos tradujeron la expresión “le apareció Hashem”. Por esta razón, en estas Lecciones el nivel peshat de lectura de la Torah en muchas instancias será usado desde el hebreo directamente. Como se ve, con este simple ejemplo, los problemas que traen las traducciones, a veces por las dificultades de las expresiones originales hebreas o, por una errónea traducción, hacen difícil captar a nivel peshat el significado literal y directo en muchas porciones de la Torah. El segundo método de lectura de la Torah se llama derash, es un nivel más profundo de lectura, y es propiamente una técnica de interpretación bíblica y es usado para referirse a la búsqueda de significado de un texto a partir de un conjunto de reglas 47 o middot elaboradas para tal fin . Este segundo método exegético, que aplicaba las 7 middot de Hillel o las 13 middot de Rabí Yismael, fue el método más ampliamente aplicado por los eruditos judíos para interpretar la Torah. En el libro de Génesis se encuentra la primera aparición de la palabra derash, que significa “investigar” o “inquirir”, y de cuya raíz d-r-sh (vrod ï ) proviene la palabra “midrash”. En Gen. 25:22 dice: “Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así,
hw"h) y>-ta vrodï l> i %l,TewÞ ): ”, en
¿para qué vivo yo? Y fue a consultar Hashem ( donde se traducido derash como “consultar”.
45
“Se ha de advertir que el término peshat forma parte de la terminología exegética medieval y no era conocido en la literatura en la literatura rabínica más antigua [Misnah, Tosefta, Midrashim], que utilizaba la expresión ke-mismao (según su tradición/sentido/sonar/escucha). Tras la cita correspondiente del texto bíblico, los midrashim más antiguos ofrecen generalmente una simple declaración de su contenido o de su aplicación (por ejemplo, “esto se dice para excluir a los de menor edad”). Esta “exégesis declarativa”, que se presenta como obvia en razón del texto, del contexto o de la tradición, no se ha de confundir, sin embargo, con la exégesis “filológica” de los medievales o con la literal de las sistematizaciones cristianas” (J. Trebolle, La Biblia judía y la Biblia cristiana, p. 537) 46 Palabra hebrea que se refiere a “detenerse”. Dentro de la mentalidad hebrea un pasuk es una invitación a detenerse para oir y considerar la Palabra de Hashem. 47 Los términos derash y midrash “no alcanzaron hasta los comienzos de la época rabínica el sentido técnico de la búsqueda de sentido de la Escritura Estos términos se aplicaban a todo tipo de interpretación de la Escritura y no necesariamente empleado a los midrashim. Igualmente, la toma de conciencia de la distinción teórica entre la interpretación literal e interpretación derásica no aparece atestiguada hasta los inicios del siglo IV d.C. en el Talmud Babilónico. La interpretación a través del derash, consistente con la búsqueda de los sentidos recónditos del texto, era también una interpretación literal del texto…” (J. Trebolle, La Biblia judía y la Biblia cristiana, p. 537).
22 Esta misma palabra aparece Esdras 7:10 y es traducida como inquirir: “Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la Torah de Hashem (
hw"hß y>
tr;Aî T-ta, vAr±dl> )i y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos”. Nótese que aquí Ezra está investigando o inquiriendo en la Torah, el significado de un texto, un intento de entender lo que el Autor del la Torah le está diciendo. En este sentido, Ezra está interpretando el texto de la Torah. Es pertinente enfatizar que este nivel de interpretación tampoco debería, en principio, dejar margen o espacio para la especulación privada, por cuanto las middot mismas han sido elaboradas a partir de la Torah. En otras palabras, los sabios judíos han derivado esas reglas de interpretación por medio un proceso exhaustivo de comparación, contraste, analogías, etc., que se encuentran en la propia Torah. El estudio de muchos sabios por incontables generaciones permitió compilar un conjunto de reglas que reflejan la lógica de la Torah y dentro de la cual debe hacerse su lectura. Por ejemplo, la regla que estipula que, cuando el significado de un texto es oscuro o difícil ha de buscarse un pasaje análogo más claro que ayude a esclarecer la idea de aquel pasaje oscuro, es muy razonable. De igual manera, es muy plausible y lógica la siguiente regla: cuando dos textos parecen estar en contradicción –y la Torah no puede contradecirse a si misma- entonces un tercer pasaje bíblico viene en auxilio para resolver la aparente dificultad. Aquí debemos acotar que, en nuestras Lecciones de Torah encontraremos eventualmente con dos textos bíblicos que en español parecen contradecirse. En este caso, apelaremos al hebreo a fin de asegurarnos que tal contradicción también aparece en el texto masorético estándar que estamos usando, porque puede suceder que sea un problema de la traducción. Por ejemplo, en Ex 12:2 las traducciones españoles dicen que para la celebración de la Pascua en Egipto debía tomarse un cordero, pero en Ex 12:5, dice que el cordero ha de tomarse “de las ovejas o de las cabras”. La pregunta que surge de inmediato es: ¿cómo ha de tomarse un cordero de las ovejas o de las cabras?. En este caso, no sólo tenemos un problema de traducción sino también que debemos recurrir al fondo cultural hebreo para disolver esa aparente contradicción. Este sencillo ejemplo nos muestra que, a causa de las traducciones, por lo general, no es muy seguro aplicar de una vez el nivel derash a la Torah, o de la Tanaj en general, cuando creamos haber encontrado una contradicción en las Escrituras, porque, pudiera ser que la lectura requiera de una comprensión del hebreo y/o de la cultura judía que nos permita resolver el asunto al simple nivel peshat. Aparte de esos dos métodos, el pensamiento rabínico construyó dos métodos adicionales para descubrir o indagar otros sentidos en la Torah. Estos nuevos enfoques hermenéuticos son el alegórico o remez –típico de la escuela de Filón de Alejandría y el oculto (sod) –típico de los cabalistas judíos. Posteriormente, a estos cuatro géneros para lectura de la Torah, se les denominó bajo el acróstico PARDES, una palabra hebrea que traduce generalmente como “prado”, en donde P se refiere a la interpretación del sentido literal peshat, D para Derash, R para Remez y S para Sod.
23 Pero la palabra hebrea remez no debe entenderse como una alegoría en sentido 48 estricto , sino más bien como “una insinuación” que un pasuk contiene. Este nivel de interpretación carece de regla o reglas de interpretación y, el significado adicional que puede extraérsele a un pasuk, que se supone está oculto, debería hacerse, en principio, por Ruaj Ha-Kodesh. Esto, obviamente, abre un inmenso espacio para la especulación. Entre los rabinos más distinguidos que usó el nivel remez, en el sentido de una alegoresis, fue el rabino y filósofo Filón de Alejandría. Algunos ejemplos de su obra muestran lo especulativo de este método. Un buen ejemplo del uso del nivel remez en la interpretación de la Torah es el significado que Rav Shaul, bajo Ruaj Ha-Kodesh le atribuye al vocablo hebreo Davar. En efecto, Hashem se da a conocer a nosotros por medio de la Davar; ella es la intermediaria entre Hashem y los hombres. Por ello, podemos decir que Hashem nos habló muchas veces y de muchas maneras por medio de los Patriarcas y Profetas, pero ahora nos ha hablado por medio de Yeshua (Hb 1:1,2); quien es la Davar de Hashem que se ha hecho carne y habitó entre nosotros (Jn 1:1,2). En fin, los tres primeros niveles son exotéricos y hebreo se le llama Nigleh, para referirse al sentido que puede extraerse de la Torah por métodos de razonamiento. El nivel sod es el nivel oculto o esotérico, y es el nivel de interpretación usado por los expertos cabalistas. En estas lecciones no usaremos este método, debido a lo especulativo del método mismo y al misticismo que envuelve a la Kabalah judía. Existen otros géneros de interpretación o recursos hermenéuticos de la Torah desarrollados por los sabios judíos que caen fuera del PARDES, que no vamos a usar por su carácter especulativo y a veces arbitrario. Sin embargo, en su momento los mencionaremos y daremos algunos ejemplos de ellos. El método derásico, o método derash, ha sido el más fructífero de todos los métodos del sistema hermenéutico rabínico, los principales productos de él son los midrashim y parte importante del material del Talmud Bavlí. En estas Lecciones nos vamos a dedicar a aplicar el método derásico por medio de la explicación y uso de las midddot, especialmente las de Hillel y las de Yismael, cuando así lo requiera el texto que o pasuk estamos considerando. Estas consideraciones hermenéuticas nos proporcionan la base fundamental para el estudio de la Torah según se desarrollará en estas Lecciones. Porque al estudiar la Torah, la estamos interpretando y, en este sentido estaremos construyendo nuestros propios midrashim, los cuales, dado mi creencia en Yeshua como el Mashiaj prometido, estarán en un marco y un contexto plenamente mesiánico. Aquí es importante señalar lo siguiente. En estas lecciones de la Torah nos limitaremos a los niveles Peshat y Derash, porque la lectura de la Torah realizada por 48
Debemos tener claro la distinción conceptual entre alegoría y alegoresis. La primera es una figura del lenguaje mediante la cual una palabra o un relato remite a otra cosa fuera del relato, en este sentido la alegoría encierra un significado oculto. La segunda, es un método por medio del cual algún intérprete en particular considera que ciertos documentos literarios (reales o ficticios) son alegóricos, es decir, son o contienen elementos ocultos. En general, por lo subjetivo del asunto, esto da lugar a las más variadas especulaciones. Es por ello, que la interpretación que le da Iehsua al evento de Jonás de pasar tres días en el vientre de Jonás como una referencia a su propia resurrección y, la interpretación de Sara y Agar de Rav Shaul, son, en sentido estricto, alegoresis y no alegoría como generalmente se cree.
24 esos dos métodos le permite a la Torah, en principio, explicarse a si misma. Aquí se aplica entonces el dicho rabínico: “Torah mim Torah”, es decir, la Torah desde la Torah. El principio que la Torah se explica a si misma es acompañado por otros dos principios igualmente importantes: “en la Torah se encuentra todo” y “en la Torah no hay nada superfluo”. Estos son los tres principios o pilares del método derásico. Sólo invocaremos el nivel remez cuando es usado por los autores del Midrash Torah. En esta dirección mostraremos como algunas porciones de la Torah son efectivamente interpretadas a nivel remez por el propio Yeshua o por Rav Shaul. De la misma manera nunca usaremos como método de lectura de algunas porciones de la Torah el nivel sod, por cuanto creo que lo oculto en la Torah o en otra parte de la Tanaj, no puede ser discernido por métodos cabalísticos o especulativos, sino más bien por Ruaj Ha-Kodesh, discernimiento que le fue concedido a Yeshua Ha-Mashiaj (Is 61:1) y a un shaliaj como Rav Shaul. Por tanto, a fin de evitar cualquier tipo de especulación en la enseñanza e interpretación de la Torah, nos subordinaremos a la autoridad del Mesías y de Rav Shaul, y tomaremos de ellos lo que a ellos les ha sido descubierto o revelado según se encuentran registrado en el Brish Hadashah y que ahora ya no es más oculto para nosotros. Aparte del uso del método o nivel derash invocaremos dos recursos hermenéuticos adicionales: el mashal y el harizah (collar). Con el primero deseo decir que usaremos los meshalim de Yeshua como una manera de ilustrar o ampliar el conocimiento de la Torah. De manera más amplia, también usaremos todas las explicaciones de Yeshua, quien como Maestro de la Torah (Is 42:21 y Dt 18:15) dio una recta interpretación a la misma (Mt 5:17-19); y también como Mashiaj está autorizado para enseñarnos la Torah o, como bien dijo la mujer samaritana: el Mesías “nos explicará todas las cosas” (Jn 4:25,26) Con el segundo término “collar” o harizah me refiero a un procedimiento rabínico para vincular varios pasajes dispersos de la Torah para sacar de ellos una enseñanza armónica sobre un tema específico. Dentro del pensamiento rabínico el procedimiento o técnica de hacer collares con varios pasukim, desde la Torah hasta los profetas, revela la unidad y la divinidad del pensamiento de las Escrituras. Es decir, al hacer collares con el tema de los Pactos, en Abraham y Moisés, por ejemplo, la Torah muestra una armonía en donde un pasuk arroja luz sobre el otro; revelando, de esa manera, la coherencia de la Torah y el carácter divino que la impregna toda. Y si incluimos en este collar el eslabón del Nuevo Pacto de Mashiaj, la interpretación que obtenemos es espectacularmente hermosa. El pensamiento judío entiende que hacer collares con la Torah es un método “para abrir las Escrituras” a fin de extraer de ellas sus enseñanzas y su mensaje; y cuando se hace rectamente el corazón de los oyentes arden (Lc 24:27-32; ver también Lc 24:44 y Nh 8:5). En estas Lecciones haremos amplio uso del procedimiento hermenéutico de “hacer collares con la Torah”, no sólo como un recurso para interpretar la Torah, sino también como método para enseñanza de la Torah por temas como explicaremos más adelante.
25 5. EL VALOR DE LA TORAH ORAL Y DE LOS MIDRASHIM
Como ya mencionamos, dentro del Judaísmo rabínico se tiene la creencia que junto a la Torah de Moisés o Torah escrita (Torah shebiktav) se tiene una Torah oral 49 (Torah shebealpeh) , y esta última ayuda a aclarar o a interpretar algunos pasajes de la Torah escrita. En estas Lecciones, no atribuiremos valor canónico alguno a la Torah 50 oral, la invocaremos a dos niveles principales. El primero de ellos, es su hermenéutica , como ya explicamos; también la invocaremos a un segundo nivel: porque la Torah Oral contiene una inmensa cantidad de material que nos puede servir de fondo histórico para entender algunas expresiones de la Torah o para orientarnos en la discusión de un tema o pasuk ya discutidos en algún momento por los sabios judíos. En el mismo sentido, los midrashim a los libros de la Torah serán igualmente útiles en nuestras Lecciones. En estas Lecciones comprenderemos que al texto de la Torah escrita corre paralelo una tradición oral, que también nos será útil para conocer un poco más el relato bíblico. Dos ejemplos servirán para darnos cuenta de ello. Antes que Moisés redactara la Torah hubo una línea de transmisión de las sagradas enseñanzas que, luego del Diluvio, quedó en manos de Noe y sus hijos. Sem, uno de los hijos de Noé se encarga de ser el guardián y transmisor de todo el conocimiento de Hashem, es decir, de la creación del mundo en seis días, del shabat, de la felicidad original de Adán y Eva en el Edén, de la caída del hombre y de la promesa de redención por medio de la simiente de la mujer. Todas estas enseñanzas llegaron hasta a Abraham a través de sus ancestros y a ellas se añadió la promesa de la posesión de la tierra de Caanán, y la profecía que su descendencia sería esclava en tierra ajena pero a la cuarta generación serían liberados. Abraham transmitió estas enseñanzas, promesas y profecías a Isaac, Isaac a Jacob y Jacob a sus hijos; y en tiempos de Moisés, la generación de ancianos que estaban en Egipto tenía conocimiento de todas esas cosas. De modo que la tradición oral mantuvo la fe de una pronta liberación. Igualmente, en el Midrash Torah se registra una tradición oral que nos proporciona datos y detalles que no se encuentra en la Torah. Por ejemplo, el discurso de Esteban en Hechos 7 nos muestra dos hechos interesantes que Moisés no escribió en la Torah pero que fue transmitida fielmente por la tradición oral: uno, que Moisés tenía cuarenta años cuando intentó liberar a Israel por sus propios medios, y dos, que él pasó cuarenta años en el desierto (Hech 7:23-30). Estos datos y otros parecidos de una tradición oral que se encuentra implícita en la propia Biblia serán invocados cuando nos toque esclarecer algún pasaje en particular. 6. HALAJOT Y LA AUTORIDAD PARA LA INTERPRETACIÓN DE LA TORAH
Una de las claves más importantes para entender el pensamiento hebreo, y en particular el pensamiento rabínico, reside en el examen de las halajot, un conjunto de reglas que norman o regulan la conducta del creyente judío. Halajot es el plural de halajah, y esta palabra nos remite a su vez a la palabra “caminar” de donde, de hecho proviene. Es decir, la halajah, ya sea de inspiración mosaica o rabínica, se refiere a una norma o ley que le dice al judío lo que hay que hacer o como se ha de hacer en 49
A diferencia de otras corrientes del Judaísmo rabínico, para el Judaísmo ortodoxo la Torah oral tiene el mismo valor canónico que la Torah de Moisés. 50 No debe olvidarse que las middot son parte de la tradición rabínica o Torah oral.
26 determinadas circunstancias, provee una guía, un camino a través del cual uno se ha de conducir en la vida diaria. El desarrollo de las middot tiene principalmente su origen en la preocupación rabínica de extraer de la Torah, las halajot, las reglas o normas para el servicio del Templo, en particular, y de la vida diaria en general. Por otro lado, la autoridad para inferir e imponer halajot con o sin base de la Torah se debe a un principio establecido en la Torah misma en Dt 17:8-13: “8
Cuando alguna cosa te fuere difícil en el juicio, entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de derecho legal y otra, y entre una clase de herida y otra, en negocios de litigio en tus ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; 9y vendrás a los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y preguntarás; y ellos te enseñarán la sentencia del juicio. 10Y harás según la sentencia que te indiquen los del lugar que Jehová escogiere, y cuidarás de hacer según todo lo que te manifiesten. 11 Según la ley que te enseñen, y según el juicio que te digan, harás; no te apartarás ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te declaren. 12Y el hombre que procediere con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para ministrar allí delante de Jehová tu Dios, o al juez, el tal morirá; y quitarás el mal de en medio de Israel. 13Y todo el pueblo oirá, y temerá, y no se ensoberbecerá”
El concepto de halajah y este principio de autoridad para establecerla nos será muy útil en estas Lecciones cuando nos dispongamos a estudiar las discusiones que tenía el Yeshua con los rabinos de su tiempo. 7. METODOLOGÍA DE ESTUDIO: LECCIONES DE TORAH CON COLLARES Al abordar el estudio de la Torah, estas Lecciones no seguirán un curso clásico de aprendizaje que nos lleve desde Bereshis hasta Devarim. No intentamos comentar la Torah, intentamos más bien poner al descubierto la unidad el pensamiento hebreo por medio de la técnica Harizah que es un método rabínico para “formar collares” con la Escritura. Como un ejemplo tomemos el propio Maestro quien tomándose a si mismo como tema central hizo collar con la Tanaj mencionado lo que decían de El Moisés, Los profetas y los Salmos (Lc 24:44). Como puede verse con el ejemplo del Maestro de la Torah, uno puede recorrer la Escritura por unidades de pensamientos, es decir, rastreando un tema en los pasukim de la Escritura de modo que cada pasuk sea un eslabón del collar que estamos construyendo. En el caso que estamos comentando el pensamiento o tema clave eran los sufrimientos y muerte del Mesías, de modo que el collar entero constituía en si mismo una enseñanza doctrinal. Bajo este enfoque didáctico nos moveremos a través de la Torah, y aun más allá a fin de encontrar las enseñanzas que, enraizadas en la Torah, que nos hablen de una variedad de temas como el pecado, la salvación, la persona y obra del Mesías, etc. Haciendo collares principalmente con el tema de las revelaciones de Hashem a los hebreos recorreremos toda la Torah y nos proyectaremos hasta el Midrash Torah cuando las circunstancias textuales así lo requieran, porque tengan alusiones mesiánicas, por ejemplo. Una de las primeras cosas que aprenderemos en estas Lecciones es situarnos en un contexto textual de estudio, que sería nuestro primero y principal collar
27 que atraviesa toda la Torah, el cual distingue cuatro eslabones con el tema común de la revelación a los 3 Patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob) y a Moisés, collar que va desde la primera revelación de a Abraham hasta la muerte de Moisés, es decir, desde Bereshis 11 hasta la muerte de Moisés en Devarim 34. Este contexto textual o primer collar nos permite de inmediato presentar un segundo collar, un collar geográfico: 1. La revelación a Abraham en Ur de los Caldeos (Gn 11:27-32, Gn 12:1-3, Hch 11:8) 2. La estancia de Abraham en Canaan (Gn 12:5-Gn 20) 3. La estancia de la descendencia de Abraham en Egipto (Gn 21-Ex 12:40) 4. Desde la salida de Egipto hasta el Monte Sinaí (Ex 12:40-Ex 18) 5. La estancia de Israel en el Monte Sinaí (Ex 19-Nm 10:11-13) 6. La estancia y peregrinación de Israel en el desierto, hasta las orillas del río Jordán frente a Jericó (Nm 10:11-3-Dt 34). Desde el punto de vista temporal, el collar anterior también nos permite construir un collar de tiempo en cada una de esas estancias. 1. 2. 3. 4. 5. 6.
La revelación de Abraham en Ur de los Caldeos (Abraham tiene 70 años) La estancia de Abraham en Canaan (25 años) La estancia de la descendencia de Abraham en Egipto (400 años) Desde la salida de Egipto hasta el Monte Sinaí (Un mes y 15 días) La estancia de Israel en el Monte Sinaí (once meses y 20 días) La estancia y peregrinación de Israel en el desierto, hasta las orillas del río Jordán frente a Jericó (39 años).
Este es el collar central, y, a partir de allí, encontraremos otros collares auxiliares con temas tales como circunsición, pacto, sacrificios, santuarios hebreos, etc., que nos serán útiles para captar a grandes rasgos la voz de Hashem que nos habla para guiarnos de vuelta a El. Y, por supuesto, en cada pasuk o eslabón, cuando las exigencias textuales así lo requieran, pasaremos del nivel peshat al nivel derash, y en ocasiones pasaremos a nivel remez invocando las alegorías descubiertas para nosotros por Yeshua Ha-Mahsiaj y Rav Shaul.
28 7. LA TORAH EN LA TORAH
51
Un estudio del hebreo de la Torah muestra que existen diez palabras hebreas que se traduce como “ley” por regla general. Esas palabras son: din, tzedakah, davar, mishmeret, mitzvah, torah, mishpat, hok, edut, ot, estas palabras son traducidas en diversas formas como mandamiento, juicio, observancia, justicia, regla, señal, estatuto, enseñanza, testimonio, palabra. Si miramos a los contextos en donde aparecen algunas de esas palabras nos damos cuenta que ellas no son sinónimas, pero igualmente encontramos que sus significados con frecuencia se solapan entre si; también se encuentra que algunos de esos términos se intercambian. Ya los rabinos han notado esa peculiaridad en la Torah como por ejemplo A. Heschel en su obra La Torah que viene del Cielo (Torah Min HaShamayin). En su investigación él ha observado que Raví Akiva Y Rav Ismael, rabinos famosos y contemporáneos del primer tercio del siglo segundo de nuestra era, tienen 52 distintos enfoques al abordar este asunto . Raví Akiva le asigna un significado semántico a cada palabra o letra de la Torah, y en ese sentido cada palabra tiene un potencial derashico. Rabí Yismael, por su parte, adoptó el principio de que la Torah habla en lenguaje humano y, en este sentido el lenguaje humano usa repeticiones, metáforas, etc., como medios de expresión, muy contrarios a la lógica y a las matemáticas que expresan las ideas en una terminología precisa. Heschel afirma que si la Torah es inspirada divinamente entonces el enfoque de Raví Akiva es incomprensible. Pero cualquier lectura honesta de la Torah deja la impresión that Raví Ismael fue mucho más preciso en su enfoque del lenguaje de la Torah. Y cuando él dice que la Torah habla en el lenguaje de “los hijos de los hombres”, él no estaba negando la autoría Divina de la Torah, sino más bien que Hashem escoge usar el lenguaje humano cuando El da la Torah a los seres humanos. Ni la Misnah ni tampoco la Misneh Torah de Rambam, en su respectiva codificación de la halajah, usan la terminología de la Torah en la clasificación de las mitzvot. De hecho, en las seis órdenes en los que se encuentra divididos la Mishnah ninguno de ellos corresponde a los términos de la Torah que mencionamos al principio. De los 14 tomos de la obra del Rambam solamente mishpatim, que corresponde con la lista que ya dimos arriba, que son usados en la Torah para referirse a cierta clase de mitzvot. A continuación comentaremos sólo algunos de los diez términos mencionados arriba, indicaremos las veces que aparece en la Torah y daremos un ejemplo 51
Esta parte es una síntesis de dos artículos que aparecieron en la revista internacional Jewish Bible Quaterly escritos por el renombrado rabino Jacob Chinitz.: (1), Ten Terms in the Torah for Teachings, commandments and laws, Jewish Bible Quaterly Vol. 33, No. 2, 2005, pp. 113-119. Añadiré en algunas instancias mis propios comentarios personales. (2) The Word “Torah” in the Torah, Jewish Bible Quaterly Vol. 33, No. 4, 2005, pp. 241-245. 52 Estos rabinos crearon cada uno una escuela de pensamiento, no obstante que Akiva era el más famoso rabino de su época y tenía muchos discípulos, Yishmael produjo obras literarias más importantes que Akiva. Un ejemplo de ello es su comentario rabínico al libro de Éxodo llamado Mekilta, que es un midrash predominantemente halájico y en donde aparecen y aplica sus trece principios derashicos de interpretación, que extiende los siete principios de Hillel. Esta obra ya ha sido traducida al español y comentada por una hebraísta de la Universidad de Barcelona y publicada bajo el título Mekilta de Rabbí Ismael de T. Martínez Saíz, Editorial Verbo Divino, Navarra (España), 1995.
29 representativo de ellos. En cada caso presentaré el texto hebreo estándar y ofreceré mi propia traducción personal y en una nota a pie de página colocaré la traducción española de la versión Reyna-Valera de 1960 que es la más conocida en el mundo de habla hispana. 1.Din (!ydI)ª . Esta palabra aparece 11 veces en el lenguaje legal de la Torah; veamos un 53 ejemplo en Dt. 17: 8 :
!ydIªl. !yDI-ä !yBe(
~d'øl. Ÿ~D'-’ !yBe( jP'ªvM. li ; rb'ød'
entre pleito y pleito entre sangre y sangre para juzgar palabra
54
^M.mi
ûalePy' I yKi
delante de ti (está) una dificultad
si
55
En otras partes del Antiguo Testamento así como también en la literatura 56 rabínica la palabra Din es usado como significando “juicio”, “justicia” o “ley”; pero en el contexto legal en donde está situado Dt. 17:8 su significado está referido a los alegatos que hacen los enemistados delante de una corte judicial hebrea; y por tanto, no puede ser usada para referirse a una obligación legal o a un sistema legal. 2. Tzedakah (hq"d ) c' ). . Esta palabra aparece 4 veces en la Torah y 31 veces en el resto del Antiguo Testamento y su variante tzedek aparece 70 veces en la Tanaj. Un ejemplo 57 lo encontramos en un pasaje bien conocido, Gn. 15:6 :
hq"d) c' .
ALß h'bî,vx. Y. :w:
hw"h+ yB;¥ !mIaß /hw, >
justicia una a él y reconoció en Hashem
y creyó
De igual manera como en el caso anterior tzedakah no connota aquí un sistema o una obligación legal, y puede ser comprendida como significando “justicia” o incluso “caridad”. Aunque muchos comentadores están en desacuerdo en cuanto al significado exacto de la expresión de Gn 15:6, pero, ya sea que se le atribuya tzedakah a Hashem o a Abraham, según comenta Chinitz, tal término “no es claramente un término legal sino que está más cercanamente relacionado con el concepto de gracia”. Aquí discrepo del rabino Chinitz porque él ignora el concepto paulino de “justicia imputada” el cual nos permite situar la problemática planteada en un contexto legal, justo porque el hombre se encuentra convicto de pecado, pero es la gracia, por supuesto, lo que permite la justificación (Ver Rm. 3:24). Rav Shaul lo explica muy bien en Gál. 3:6-29 en donde precisamente hace una exégesis de Gn. 15:6.
å ); . Este término aparece muchas veces en la Torah y es traducido como 3. Davar (rBEd “hablar”, “palabra”, “asunto” o “cosa” por muchos autores, aunque yo no comparto esta idea como mostraré más adelante. De entrada, a mi parecer, debe traducir como “palabra” siempre y cuando de claridad al contexto. Con esta significación es usada en la versión Reina-Valera del 60 en su traducción del pasaje de Dt. 17:8 estudiado más 53
“Cuando alguna cosa te fuere difícil en el juicio, entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de derecho legal y otra”, 54 El término Davar que aquí yo he traducido como “palabra” se estudia más abajo. 55 Ver por ejemplo Sal. 76:9. 56 Especialmente en el tratado Rosh Ha-shanah de la Mishnah y en el Talmud que se usa para referirse al día del juicio (Iom Ha-Din). 57 “Y creyó a Hashem, y le fue contado por justicia”.
30 arriba. Esta palabra Davar por lo general está asociada a las grandes revelaciones divinas (Ex. 34:28; Dt. 4:13; 10:4), y a mi juicio este el criterio y la clave para traducir davar como “palabra”. La asociación más notable es con los diez mandamientos o 58 aseret hadevarim y se encuentra en Ex 20:1 que dice así :
rmoa* le hL,ahÞe ' ~yrIbï D' >h;-lK' tae² ~yhilê a{ / rBEdå y; w> : para decir estas
palabras
todas
¿?
Dios
y habló
Aquí la palabra Devarim (palabras), según Chinitz, en una clara demostración del pensamiento rabínico, denota un estatus legal de absoluta obligación, aunque reconoce que también connota diez principios más bien que mandamientos individuales. Estoy de acuerdo más con esta segunda acepción porque se acerca más al espíritu de la Torah; de hecho, el forma verbal hebrea en la que estas expresadas esas “diez palabras”, a mi entender connotan más bien un significado de promesas. La palabra davar también es usada con referencia a instrucciones a leyes como la de Pesaj como en Ex. 12:24. Pero, tanto en Ex. 12:24 como en Ex. 16:16,34, las tres veces que aparece la palabra davar en esos tres pasajes el rabino Chinitz la traduce como “asunto” o “cosa”, lo que a mi parecer es erróneo. Note por ejemplo el texto de 59 Ex. 12:24 que es una orden de Hashem para guardar la Pascua :
~l'A( [-d[;
eternidad hasta (la)
^yn
^ïl-. qx'l.
hZ
v; .W
y tus hijos para ti para hacerla esta
la palabra a
y guardarán
En este pasaje aparece hok, y su plural hukim son términos claves que se refieren a mandamientos o palabras que Hashem manda a realizar pero no da al respecto ninguna explicación. Por último, en Rm 11:6-8 Rav Shaul interpreta alegóricamente Dt 30:11-14, basado en el hecho de que la palabra davar usada en Dt 30:14 es Yeshua, la Palabra de Hashem, la mayor expresión de la revelación divina. 4. Mitzvah. Esta palabra y su forma plural mitzvot se encuentran 33 en la Torah. Para Chinitz esta palabra no es usada para referirse a algún mandamiento en particular, como 60 lo usa el leguaje religioso judío moderno , es más bien un sinónimo de Torah, como se 61 desprende de la lectura de Ex. 24:12 . También es usada para referirse a un conjunto de 62 mandamientos como en Nm. 36:13. 5. Hok. Esta palabra y su plural hukim aparecen 51 veces en la Torah. Esta palabra tiene connotaciones rituales –como el pasaje de la Pascua ya citado, Ex. 12:24- y la 58
“Y habló Dios todas estas palabras, diciendo” “Guardaréis esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre”. 60 Véase más adelante la clasificación de las mitzvot del Rav, Samson R. Hirsch. 61 “Entonces Hashem dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles”. 62 “Éstos son los mandamientos (mitzvot) y los estatutos (mishpatin) que mandó Jehová por medio de Moisés a los hijos de Israel en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó”. Aquí la traducción debió colocar la palabra “juicios” que es lo correcto en lugar de “estatutos”. La palabra Mishpat aparece 65 veces en la Torah y se traduce como juicio y está siempre asociada a asuntos de leyes civiles y criminales.
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31 tradición rabínica lo entiende como mandamientos para los cuales Hashem no ha dado ninguna razón, como el de la vaca roja, por ejemplo, pero que de todos modos hay que obedecerlos. También entrarían como hukim la clasificación de los animales en limpios e inmundos de Levítico 11. 6. Mishpat o mishpatim. Mishpat y su plural mishpatim se usa en la Torah para referirse a leyes judiciales. Aparece 65 veces en la Torah. 7. Torah. Esta palabra y la palabra ha-torah se encuentra 33 veces en la Torah. En 11 de esas apariciones el significado directo es “ley” o “regla”, en las 22 restantes se refiere a la Torah: 2 veces en Éxodo en donde el significado el uso de esa palabra es generalmente “ley”, y 20 veces en Deuteronomio de las cuales 10 veces es usada para referirse al contenido de la Torah, y sólo 11 veces es usada para referirse al rollo de la Torah o Sefer Torah. A continuación listamos esos pasajes. a. Como ley: Ex. 12:49; Nm 15:16 b. Como reglas: Lv. 7:7; 7:37; 14:54; Nm 5:29,30; 15:29; 19:2,14; 31:21; 17:11. c. Como contenidos de la Torah: Ex 24:12; Dt. 1:5; 4:8,44; 17:19; 27:26; 29:28; 31:12; 32:46; 33:4. d. Como Sefer Torah: Dt 17:18; 27:3,8; 28:58,61; 29:20; 30:10; 31:9,11,24,26.
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