¡Maranata: El Señor Viene!, pág. 309
No dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción… corrupción… Pero Dios redimirá mi vida vida de dell po pode derr de dell Seol Seol,, po porq rque ue me lle llevar vará consigo. Pero yo sé que mi Redentor vive, y que al final se levantará sobre el polvo. el polvo. Y después que hayan deshecho esta mi piel, ¡en mi carne he de ver a Dios, a quien yo mismo he de ver! Lo verán mis ojos, y ojos, y no los de otro. Al pu pueb eblo lo pe perregri egrino no de Dios Dios,, qu que e po porr tan tanto tiempo hubo de morar ‘en región ‘en región y sombra de muerte’ le le es da dada da un una a valiosa iosa espe esperran anzza insp inspir irad ador ora a de aleg alegrí ría a co con n la prom promes esa a de la venida de Aquel que es ‘la es ‘la resurrección resurrección y la vida’ la vida’ para hacer ‘volver a su propio desterrado.’ desterrado.’ La doctrina de la segunda venida verdaderamente es la nota tónica de las Sagradas Escrituras Hubo Hubo santos santos desde desde los antigu antiguos os tiempo tiemposs que mir mirab aban an ha haci cia a el tiem tiempo po de dell ad adve veni nimi mien ento to glorioso del Mesías como hacia la consumación de sus sus esper esperan anza zass… El patr atriarc arca Job, Job, en la lob obrregu eguez de su afl aflicción ión, exclamab amaba a con confianza confianza inquebrantable: inquebrantable: ‘Pues yo sé que mi
Y muchos de los que duermen en el polvo de la tier tierrra ser serán de desp sper erta tado dos, s, un unos os pa parra vida vida eterna y otros para vergüenza y eterno horror. horror. En ciert cierta a épo época ca el pr prof ofet eta a Ezeq Ezequi uiel el cayó cayó en visión sentado en medio de un grande valle. Ante él yacía una escena funesta. A lo largo de toda su extensión el valle estaba cubierto con los los hu hueso esoss de los los muer muerto tos. s. La pr pregu egunt nta a fue fue hecha, ‘Hijo de de ho homb mbrre, ¿viv vivirán irán esto estoss huesos?’ huesos?’ El pr prof ofet eta a resp respon ondi dió, ó, ‘Oh Seño Señorr Jehová, Jehová, tú lo sabes.’ sabes.’ ¿Qué podría la fuerza y el pode po derr de dell ho homb mbrre logr lograr ar co con n esto estoss hu hueso esoss muertos? El profeta no podía ver la esperanza de qu que e se impa mparta rta vida vida sob sobre ello ellos. s. Mas Mas mientras miraba, el poder de Dios empezó a obrar. Los huesos dispersos fueron estremecidos, y comenzaron a unirse, ‘hueso unirse, ‘hueso a a su hueso,’ y fueron pegados por los nervios. Fuer Fu eron on cu cubi bier erto toss co con n carn carne, e, y mien mientr tras as el Señor espiró sobre los cuerpos así formados, ‘el ali alien entto en enttró a ell ellos, y vivier ero on, y se pararon sobre sus p piies, un gran y
Y ésta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite resucite en el día final... final... Jesús le dijo: –Yo soy la resurrección y resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Cristo reclama como suyos suyos a todos los que han creí creído do en su no nomb mbre re.. El po pode derr vita vitali liza zado dorr de dell Espíritu Espíritu de Cristo Cristo que mora en el cuerpo mortal, vincula a cada alma creyente a Jesucristo. Los que creen en Jesús son sagrados son sagrados para su corazón, porque su vida está oculta con Cristo en Dios. El Dad Dador de la vida vida pr pron onu unc ncia iarrá esta esta or orde den: n: ‘¡Despertad ‘¡Despertad y cantad, moradores del polvo. “El Dador de la vida llamará a su posesión adquirida en la pr prim imer era a resu resurr rrec ecci ción ón,, y ha hast sta a esa ho hora ra triunfante, cuando resuene la trompeta final y el vasto vasto ejérci ejército to avanc avance e hacia hacia la victor victoria ia etern eterna, a, cada cada sant santo o qu que e du duer erme me ser será mant manten enid ido o en seguridad y guardado como una joya preciosa, como quien es conocido por Dios por su nombre. Resucitar Resucitarán án por el poder del Salvado Salvadorr que moró en ello elloss mien mientr tras as vivi vivier eron on y po porrqu que e fuer fueron on
Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resu esucitad ado o; y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe es inútil; todavía estáis en vuestros pecados. vuestros pecados. En tal caso, también los que han dormido en Cristo han perecido. ¡Si sólo en esta vida hemos tenido esperanza en Cristo, somos los más miserables de todos los hombres! hombres! Pero ahora, Cristo sí ha resucitad resucitado o de entre los muertos, como primicias de los que durmieron. Puesto que la muerte entró por medio de un hombre, también por medio de un hombre ha venido la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivi vivifi fica cado dos. s. Per ero o cada cada un uno o en su or orde den: n: Cristo, Cristo, las primi primici cias as;; lueg luego o los los qu que e son son de Cristo, en su venida. Si desde hace cuatro mil años los justos al morir hubiesen ido directamente al cielo, ¿cómo habría podido decir San Pablo que si no hay resurrección, ‘también lo los que murieron en Cristo, perecieron’? perecieron’? No habría necesidad de
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios traerá por medio de Jesús, y con él, a los que han dormido. Porque el Señor mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios; y los muerto muertoss en Crist Cristo o resuc resucita itará rán n pri primer mero. o. Lue Luego go nosotros, los que vivimos y habremos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para el encuentro con el Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor. Entre las oscilaciones de la tierra, tierra, las llamaradas de los relámpagos y el fragor de los truenos, el Hijo de Dios llama a la vida a los santos dormidos. Dirige una mirada a las tumbas de los justos, y levan levantan tando do lue luego go las manos manos al cielo cielo,, ex excla clama: ma: ‘¡De ‘¡Despe spert rtao aos, s, de desp sper erta taos os,, de desp sper erta taos os,, los los qu que e dorm do rmís ís en el po polv lvo o, y leva levant ntao aoss!’ Por Por to toda da la superficie de la tierra, los muertos oirán esa voz; y los que la oigan vivirán. Y toda la tierra repercutirá bajo las pisadas las pisadas de la multitud extraordinaria de todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos. De la pris pr isió ión n de la muer muerte te sale sale reve revest stid ida a de glor gloria ia inmortal gritando: gritando: ‘¿Dónde ‘¿Dónde está, oh muerte, tu
Nuestra identidad personal es preservada en la resurrección, si bien no saldrán de la tumba las mismas partículas de materia. La obra asombrosa de Dios es misterio para el hombre. El espíritu, el carácter del hombre, retorna a Dios donde se lo preserva. En la resurrección cada hombre tendrá su propio carácter. carácter. A su debido tiempo tiem po Dios llamará a los muertos, dándoles otra vez el aliento a liento de vida, y ordenará a los huesos secos que vivan. Surgirá la misma forma, pero forma, pero libre de enfermedad y todo defecto. Volverá a vivir llevan lle vando do sus mismos mismos rasgo rasgoss ind indivi ividua duales les,, de tal manera que los amigos se reconocerán. Dios dará a los justos muertos un cuerpo conforme a su beneplácito. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados sin corrupción; y nosotros nosotros seremos seremos transfo transformados rmados.. Por Porque que es ne neccesar esario io que esto esto cor orru rup ptibl tible e sea vestido vestido de incorrupció incorrupción, n, y que esto mortal
Pero los demás muertos no volvieron a vivir, sino hasta que se cumplieran los mil años… años… Bienaventurado y santo el que tiene pa parte en la primera resurr resurrecc ección ión.. Sobre Sobre éstos éstos la segund segunda a muer muerte te no tien tiene e ning ningún ún po pode der; r; sino sino que ser erán án sace sacerrdo dottes de Dios Dios y de Cris Cr isto to,, y rein reinar arán án co con n él po porr los los mil años. Al fin de los mil años vendrá la segunda resurrección. Entonces los impíos serán resucitados, y comparecerán ante Dios para la ejecución del ‘juicio del ‘juicio decretado. decretado.’’ Así el escritor escritor del Apocalipsis, Apocalipsis, después de haber descrito la resurrección de los justos, dice: ‘Los otro otross muert muertos os no tornaron a vivir hasta que sean cumplidos mil años’ mil años’ (Apoca (Apocalip lipsis sis 20:5) 20:5). E Isaí Isaías as de decl clar ara, a, co con n re resp spec ecto to a los los impíos: ‘ impíos: ‘Serán Serán juntados como se juntan los los pr pres esos os en el cala calabo bozo zo,, y esta estará rán n encerrados en la cárcel; y después de