“LAS MUERTAS” de Jorge Ibargüengoitia Se trat trata a de una una crón crónic ica a nove novela lada da,, de una una hist histor oria ia desc descar arna nada da y recreada a partir de la investigación periodística, inspirada en el caso real real de Las Poqu Poquianch ianchis is (las (las herman hermanas as Baladr Baladro, o, de acuerd acuerdo o al autor: lenonas que se vieron envueltas en una serie de crímenes y abusos en el bajo mundo de la prostitución). “
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El propio Ibargüengoitia inaugura la novela diciendo: “Algunos de los acontecimientos que aquí se narran son reales. Todos los personajes son imaginarios.” Ensa Ensamb mbla lada da de acue acuerd rdo o a dist distin inta tas s voce voces s que que comp comple leme ment ntan an y redo redond ndea ean n los los suce suceso sos, s, el auto autorr nos nos ubic ubica a en una una regi región ón de la provincia provincia mexicana de los años cincuenta, cincuenta, reproducida reproducida de acuerdo acuerdo a su imaginario Estado del Plan de Abajo. Inicia con la venganza que Serafina, una de las madrotas o Lenonas, Lenonas, pretende realizar en contra del panadero Simón Corona, quien había sido su amante. El tiroteo ocurrido en la panadería da lugar a que la policía centre su atención en este hombre y a que le cuestione su probable participación en una inhumación clandestina, supues supuestam tament ente e propic propiciad iada a por Serafi Serafina na Baladr Baladro. o. Pensan Pensando do en que afectaría únicamente a la mujer, consiguió seis años de cárcel para sí mismo con su declaración. Más adelante se retoma este episodio para complementar la investigación de las autoridades. Pron Pronto to se evid eviden enci cia a el hech hecho o de que que el nego negoci cio o fue fue inic inicia iado do por por Arcángela Baladro, quien era prestamista, situación que la llevó a quedarse con una cantina que comenzó a regentear exitosamente. Más Más tard tarde, e, grac gracia ias s a su amis amista tad d con con un polí políti tico co,, pudo pudo abri abrirr un segundo negocio, en San Pedro de las Corrientes: el famoso México Lindo. Lindo. Por Por razo razone nes s étic éticas as,, su herm herman ana a Eula Eulali lia a se negó negó a admi admini nist strar rar el primer establecimiento, por lo que Arcángela se lo ofreció a Serafina, quien aceptó de buen gusto. Los Los test testim imon onio ios s de las las empl emplea ead das se inte interc rcal alan an con con los los de las las madrotas, madrotas, por lo que el relato se enriquece y va tomando forma a través de distintos puntos de vista, sin que se pierda la objetividad narrativa en ningún momento. Las Las herm herman anas as Bala Baladr dro o comp compra raba ban n a much muchas as de las las jóve jóvene nes s con con engaños, haciéndoles creer -a ellas o a sus familiares- que trabajarían como empleadas domésticas. Tiempo después abren un tercer negocio, el Casino del Danzón, Danzón , en Concepción de Ruiz, un pueblo “pequeño y olvidado, casi secreto” . El capitán Bedoya, amante de Serafina, se convierte en pieza angular en el desar esarro roll llo o de los los acont contec ecim imie ien ntos. tos. Por otra otra part arte, a la inauguración del Casino asisten figuras más o menos importantes, influyentes y relacionadas con la política, que por mucho tiempo y mediante la gratificación correspondiente, favorecieron a las Baladro.
Los acontecimientos se precipitan cuando al gobernador Cabañas se le ocurre prohibir la prostitución en el Plan de Abajo, ya que así convenía a sus intereses políticos. Se clausuran dos de los establecimientos de las hermanas, por lo que se dedican a trabajar únicamente en el México Lindo, apoyadas por Bedoya. Sin embargo, la muerte del hijo de Arcángela propicia la orden de cerrar también este negocio, lo cual se hace bajo un pretexto cualquiera. Tras estos sucesos, las hermanas deciden esperar a que el problema se resuelva, conservando a las muchachas y ocultándose en el Casino del Danzón, accediendo a él a través de una casa vecina. La vida secreta que se llevó en ese lugar propició que las cosas salieran de su cauce, que algunas de las mujeres murieran por diversas circunstancias, y que fueran enterradas en el corral para evitar a la justicia. Otras de las prostitutas fueron encerradas, mal alimentadas y vejadas. El abuso del poder, el maltrato y el considerarlas como simple mercancía de la que podían disponer a su antojo, fue determinante para que muchas de ellas se unieran en causa común. Por otra parte, la adquisición de un rancho hace que Eulalia Baladro y su marido, Teófilo Pinto, se involucren y se comporten de manera criminal (cosa que habían rechazado en un principio): dos de las muchachas que habían sido encerradas en la troje del rancho como castigo a ciertas acciones, fueron baleadas por Teófilo mientras intentaban escapar, por lo que se las sepulta en pleno campo. Por si fuera poco, Arcángela inicia una etapa de economías y las empleadas se ven obligadas a llevar una dieta extremadamente modesta y a continuar confinadas y acechadas. El ambiente caldeado se vuelve cada vez más asfixiante e insoportable a lo largo de los dos años que permanecieron en ese lugar. En este punto se enlaza el suceso inicial entre Serafina y Simón Corona, el panadero, quien había declarado en su contra. Se da la orden de aprehenderla, y es el inspector Cueto (que aparentemente había sido sobornado por las hermanas en algún momento), quien finalmente descubre los cuerpos enterrados en el corral, libera a las mujeres que habían sido encerradas en el rancho, y arresta a las Baladro, mientras se disponían a escapar. Una vez capturadas junto con otros participantes de estos eventos, el juez divide a los detenidos en víctimas y culpables. Día tras día, las empleadas modifican sus declaraciones en contra de las Baladro, por lo que la lista de víctimas se incrementa. Los ocurrido pronto llega a oídos de la opinión pública e incluso se magnifica a través de la nota roja “…, dio origen a la idea de que durante muchos años las hermanas Baladro habían tenido por ocupación la de asesinar mujeres y arrojarlas a los lados de la carretera o enterrarlas en un rincón del corral”. A partir de acontecimientos reales, Jorge Ibargüengoitia hace una
estupenda e imparcial recreación en la que expone una situación espantosa, ocurrida en poblaciones aparentemente tranquilas, pero que encerraban, en este sentido, una sordidez impresionante. La ignorancia, la miseria que propicia la compra-venta de mujeres, la inmoralidad y la corrupción política -donde casi todos se confabulan para proteger sus propios intereses-, entre otros aspectos, quedan expuestos en una historia que despertó el interés nacional principalmente a través de la prensa amarillista, y que llegó a cobrar tintes legendarios. Sin dejar a un lado la parodia y el humor que lo caracterizan (aunque no se acentúan tanto como en otras obras), el autor nos presenta una historia tan cruda y descarnada como sórdida e inhumana, sin caer en excesos sensacionalistas. En lo personal me parece que es un libro bastante interesante y ampliamente recomendable, sobre todo para lectores guanajuatenses, que gracias al conocimiento de la historia del estado de Guanajuato, identifican más fácil a las protagonistas de la obra narrativa, “las Poquianchis”, ya que ellas realizaban sus actividades en las ciudades de León y San Francisco del Rincón. Este libro además toma gran relevancia para los lectores mexicanos, ya que es sin duda, uno de los pilares de la literatura contemporánea de nuestro país.