R.·.L.·. Volcán del Maipo Nº 96. Valle de Puente Alto.
Tenida de Segundo Grado. Martes 04 de Octubre de 2016 e.·.v.·.
LA VERDAD COMO CONCEPTO MASÓNICO
CRISTIAN SEURA GUTIÉRREZ. GRADO TERCERO .
lógico que estaban viajando en un tren por Escocia vieron por Un p o e t a , un m atem átic o y y un lógico
la ventanilla una vaca negra en medio de un campo. "Qué interesante" dijo el poeta, "En Escocia hay vacas negras". Al oírlo, el m atem átic o respondió. "¡No!, al menos una vaca escocesa es negra". Al oír lo que decían, el lógico dijo con cara de reproche "En Escocia hay al menos un campo que contiene al menos una vaca, que al menos su lado derecho es negro”.
A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·. V.·.M.·. Q.·.Q.·.H.·.H.·.
I.- INTRODUCCIÓN. La presente plancha, representa dos complejos desafíos para este maestro masón, pues en primer término nos invita a exponer, analizar, y argumentar respecto al concepto intrincado y profusamente desarrollado de la “verdad”, y
además nos invita a verificar el mismo, desde la perspectiva masónica. Desde ya, el título de la misma nos presenta un primer desafió, pues parte de la base que el concepto de verdad, es diverso, pues se requiere que el mismo sea analizado, desde la faz masónica, en otras palabras, como concepto masónico, lo que importa un reconocimiento a otros conceptos de verdad abordados desde otras perspectivas. Ahora bien, si existe un concepto masónico de la “verdad”, se reconoce que
puede existir esa misma idea, pero desde otras instituciones, teorías, creencias, etc., por lo cual, aquello no simplifica el tema al cual me aboco, por el contrario, cabe preguntarse legítimamente; ¿Si podemos sostener la existencia de un concepto masónico de la verdad, puede existir ese mismo concepto desde otra perspectiva, ya sea, escuela de pensamiento, creencia, religión, institución, lugar geográfico, etc.? ¿Si concluimos afirmativamente la pregunta anterior, entonces cual es la verdad? ¿Importa reconocer la existencia de ese concepto de verdad (como masónico) el desconocimiento de otros conceptos de verdad, analizados desde otras perspectivas, creencias o doctrinas? ¿Cómo puede ser verdadero dicho concepto si otros no han de reconocerle dicho carácter?
Las interrogantes son variadas y complejas, por lo demás, les hago presente que es altamente probable, sino una cuestión de certidumbre absoluta, que no
podrán ser respondidas en esta plancha, de hecho, tengo la firme convicción que no han sido contestadas a lo largo de nuestra exigua historia filosófica. Dicho lo anterior, la finalidad de este trabajo estará dirigido a mostrar las diversas concepciones, que hombres ciertamente mucho más ilustrados que este obrero de paz, han pretendido entregar sobre la “verdad”, para luego, desde esas
concepciones, establecer su relación con nuestra A.: O.: , sin antes invitarlos a probar la fortaleza o fragilidad de nuestra mente y cerebro, que, al parecer, mucho tienen que ver con el trabajo que me ha correspondido abordar en esta ocasión.
DESARROLLO Atendida la complejidad más arriba descrita, debo partir por entregar algunas acepciones de “verdad”, a fin de especificar el objeto de este trabajo. Así, el autor
José Ferrater Mora, en su Diccionario de Filosofía; sostiene que el vocablo “verdad, se usa primariamente en dos sentidos: para referirse a una proposición y para referirse a una realidad. En el primer caso se dice de una proposición que es verdadera a diferencia de "falsa". En el segundo caso se dice de una realidad que es verdadera a diferencia de "aparente", "ilusoria", "irreal", "inexistente", etc.” Agrega el mismo autor, que “La verdad en este caso (para los griegos), resulta idéntica a la realidad, y esta última era considerada como idéntica a la permanencia, a lo que es, en el sentido de " ser siempre". Lo permanente era, pues, concebido como lo verdadero frente a lo cambiante, que no era considerado necesariamente como falso, sino sólo como aparentemente verdadero sin serlo "en verdad".
Por su parte, el hebreo, en su época "clásica", entiende que, la verdad (emunah) es primariamente la “seguridad ”, o, mejor dicho, la “confianza ”. La verdad
de las cosas no es entonces su realidad frente a su apariencia, sino su fidelidad frente a su infidelidad. Verdadero es, pues, para el hebreo lo que es fiel, lo que cumple o cumplirá su promesa, y por eso Dios es lo único verdadero, porque es lo único realmente fiel. Esto quiere decir que la verdad no es estática, que no se halla tanto en el presente como en el futuro, y por eso, señala Zubiri, mientras para manifestar la verdad el griego dice de algo que es, que posee un ser que es, el hebreo dice "así sea", es decir, amen. En otros términos, mientras para el hebreo la
verdad es la voluntad fiel a la promesa, para el griego la verdad es el descubrimiento de lo que la cosa es o, mejor aún, de aquello que "es antes de haber sido", de su esencia. (Diccionario de Filosofía José Ferrater Mora) Aunque antes de Aristóteles se había ya concebido la verdad como propiedad de ciertos enunciados, la más celebrada fórmula al respecto es la que se encuentra en Aristóteles: "Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es lo falso; decir de lo que es que es, y de lo que no es que no es, es lo verdadero". Con ello
Aristóteles precisaba lo que había afirmado ya Platón Pero mientras en este último filósofo la verdad de la proposición dependía de la verdad de la realidad en el sentido de que “verdad" se aplicaba primariamente a la cosa y secundariamente al enunciado, Aristóteles expresó por vez primera límpidamente lo que luego se llamará "concepción lógica" —y que sería más adecuado llamar "concepción semántica" de la verdad. La afirmación hecha por Aristóteles, se ha convertido, según Kuno Lorenz, al proponer un concepto dialógico de verdad, en la fuente de la denominada teoría de la “verdad como correspondencia”, así como de las teorías del conocimiento en sus
diversos matices. Por su parte cada uno de las teorías de la verdad (de la redundancia, coherencial, semántica, pragmática, etc.) se enfrentan a dos complejidades, la primera referida al consenso que existe o no sobre las expresiones verbales, pues todo enunciado conlleva la utilización del lenguaje, y aquello importa reestructurar las respuestas pretendidas como verdaderas, respecto de cada conclusión o acepción utilizada, y en segundo lugar, no logran caracterizar un concepción heterodoxo sobre la “verdad”, pues otorgan mayor, menor o ningún énfasis a varias de las demás finalidades de la “verdad” , lo que se refuerza por la información
(experiencia) de quien actúa como receptor del enunciado pretendido como “verdad”.
Por su parte la sociología del conocimiento, que en términos generales, consiste en el estudio de los orígenes sociales de las ideas y del efecto que las ideas dominantes tienen sobre las sociedades, principalmente sostiene que las ideas, en síntesis las realidades (un sentido de verdad), son construidas por las estructuras
sociales. De esta forma podemos concluir que conforme a dichos postulados la verdad es dinámica y no está separada del individuo que interactúa con ella, son un mismo todo. Sin perjuicio de resultar insuficiente o selectivo el material utilizado para determinar un concepto autónomo de “verdad”, la única certeza que podemos
extraer de aquello, es que el concepto propiamente tal no está afianzado ni convencionalmente acordado por la comunidad científica ni filosófica. Nos preguntamos entonces ¿Existe una sola verdad? ¿Estará dicha concepción determinada por el conocimiento, inteligencia, sociedad, cultura, lenguaje o enunciado utilizado para expresar la verdad? Cabe tener presente que no me refiero a la verdad de los hechos, como reconstrucción histórica de lo acontecido en tiempo pretérito, pues no podemos negar, que dicha construcción dependerá de la evidencia con la cual contemos al momento de establecer la verdad de los hechos, por lo cual la misma no busca lo que se denomina “verdad material”, sino aquella que podemos reconstruir al enfrentarnos a la evidencia, quizás podemos hablar de “verdad probada” o “máxima aproximación de la verdad”.
¿Y si somos capaces de sostener que la verdad puede plasmarse sin la existencia de todos los elementos que confluyen al momento de ser presentada, llegaremos todos a la misma conclusión, es decir, a la misma verdad?
Para esos efectos, solicito a vos V.:M.: permitas se adopten las medidas necesarias para que los hermanos presentes observemos el material que he traído en esta oportunidad en diapositiva. (Se exhibe el material de apoyo para esta plancha) Ya que el mundo filosófico y científico nos ofrece una variada gama de conceptos y teorías acerca de la verdad, todas con la legítima intención de constituirse en la tesis verdadera, y siendo testigos que los conocimientos previamente adquiridos, la formación, la cultura, entre otras causas pueden eventualmente influir en dicho concepto, corresponde abocarnos a la “verdad”, como concepto masónico.
LA VERDAD COMO CONCEPTO MÁSONICO El Diccionario Enciclopédico de la Masonería de Lorenzo Frau Abrines, publicado bajo la dirección de Rosendo Arús y Arderiu; define verdad, como “La total conformidad de lo que se dice o expresa, con lo que interiormente se juzga o con lo que en sí son las cosas. La conformidad de una cosa con la razón, de tal suerte que convence y persuade a su creencia como cierta o infalible.”
Por su parte el ritual de iniciación al pretender dar una respuesta sobre el origen del Universo y sus fenómenos, principalmente al referirse al G.A.D.U. , en voz del V.:M.: indica lo siguiente; “ Entre tanto, La Masonería, que busca la verdad sin exclusivismo y sin pretender erigirse como maestra infalible, que respeta todas las creencias sinceras y juicios honrados, aunque no acepte cuanto estima equivocado, ha debido adoptar un concepto que a nadie repugne fundadamente y que no limita ninguna investigación…”
Ahora bien, ¿Existe un concepto masónico de verdad? En este caso he querido recurrir al arte, en especial a uno de los hermanos que con mayor ímpetu hizo carne los principios de la Francmasonería en sus creaciones, el himno que hoy se canta en las Logias Masónicas de nuestro país, cuya música fue compuesta por Wolfang Amadeus Mozart y que de acuerdo a un artículo publicado en la Revista Masónica de Chile, Nº3-4, mayo-junio de 1975, la letra para este apéndice fue escrita por Emmanuel Schikaneder, masón y libretista de la Flauta Mágica, (aunque otras fuentes la atribuyen a K. L. Giesecke), cuya traducción dice “Dejadnos con las manos entrelazadas terminar nuestro trabajo…”
(melodía para el cierre de la Logia) y fue proclamada como el himno nacional de Austria el 22 de octubre de 1946.
Queridos Hermanos os ruego cerrar sus ojos¡¡¡¡¡ Querido Hermano encargado de la Columna de la Armonía, te ruego nos permitas escuchar la pieza musical que nos interesa¡¡¡¡ Nuevamente, al parecer de este Maestro Masón, nuestra Escuela iniciática, resuelve con sabiduría las paradojas planteadas en la introducción y desarrollo de esta plancha, pues como el propio título semánticamente lo insinúa, no se trata de determinar un concepto de “verdad”, según la Masonería, como si tratara de
entregar también una tesis que compita con las de los ilustrados hombres y disciplinas ya mencionados, sino que se trata de “la verdad como concepto masónico”, ideario en el cual se vuelcan todas las enseñanzas esotéricas y
filosóficas de la Masonería Universal, pasando a ser un medio el concepto de “verdad” y no un fin en sí mismo. La verdad entonces es el espejo por medio del
cual observamos los fenómenos que nos rodean. Pues entonces ¿Debe el masón buscar la verdad?, la respuesta parece siempre afirmativa, pero no es la A.: O.: la que te ha de entregar esa verdad, debe ser el obrero de paz el que debe estudiar todas esas tesis y conformarse según esa verdad. En síntesis la Francmasonería no tiene un concepto de verdad, se trata de una idea dinámica, transformada y transformadora, entregando su doctrina los caminos necesarios para que el Masón se desarrolle integralmente. Así como lo dice el himno masónico , la verdad es la bandera con la cual la tierra entera debe el hombre recorrer… El Masón debe construir su propio concepto de verdad, pero no
le es posible obviar los principios sobre los que se cimenta la Masonería, no puede contrariar los principios de la lógica, no le está permitido provocar daño a los demás y resulta ser imperativo corregir los errores y vicios profanos que nos perturban. Resulta ilustrativo en esta etapa del trabajo lo que indica el Ritual de Aumento de Salario, en el cual el V.:M.: al consultar al aprendiz sobre la iniciación, señala; “En los conceptos de Iniciación y de vida nueva, está en gran parte la síntesis de la obra que la Masonería quiere que realice el aprendiz; que someta a examen todo lo que hasta el momento de la iniciación ha tenido por verdad; que la duda filosófica, no la duda del escéptico, pase a ser un hábito de su inteligencia.
CONCLUSIONES. Puedo concluir sin el riesgo de incurrir en incorreciones, que la Masonería no establece un concepto de “verdad”, que no es una escuela que se aboque al
desarrollo de una tesis específica de verdad, sino más bien, busca entregar a sus miembros las herramientas necesarias para que cada uno de los eslabones que la componen construya dicho concepto, pero muy en especial que aquel adhiera a las prácticas y enseñanzas que la Masonería nos entrega, al igual que el “simbolismo”,
la búsqueda de la verdad, como objetivo sublime e ideal, se construye sobre la base de un medio o mecanismo de aprendizaje, en que el masón, en la medida de mantener una actitud de rebelión ante las declaraciones y afirmaciones hechas por la sociedad y sus hombres, para efectos de reflexionar y cuestionar con fundamentos las mismas. La verdad, entonces como concepto masónico no sólo se rige por lo no perecedero, por lo perenne, lo que permanece y se verifica, sino también está abierto al dinamismo de las comunidades, a las ideas que se levantan como estandarte de lucha y que quizás, en un pasado próximo o lejano fueron descartadas como verdades. Si bien el masón se constituye como una piedra cúbica, no es rígido, no puede cerrarse a las nuevas o revolucionarias ideas por el sólo hecho de serlas, sino que debe asumir una posición reflexiva y cuestionadora, fundada en el libre pensamiento y la libertad de conciencia y creencias, pues de lo contrario seremos merecedores de la designación de institución dogmática, cuestión que repudia la Escuela de la Masonería. Ahora bien, una vez que el francmasón ha descubierto la verdad, es altamente probable que se presenten nuevos desafíos, invitándonos nuevamente a aplicar las enseñanzas ya aprehendidas, sin obviar que debe recorrer con dicha verdad todos los rincones que pueda alcanzar. Y finalmente queridos hermanos ¿Qué hacemos para buscar la verdad?, ¿Aplicamos en nuestra pensamiento, obrar y discurso esa constante finalidad? ¿Es coherente nuestro pensar, obrar y hablar con la verdad?
S.: F.: U.:
BIBLIOGRAFÍA GENERAL DE REFERENCIA. 1. 2. 3. 4. 5.
Frau y Abrines. Enciclopedia de la Francmasonería. José Ferrater Mora. Diccionario de Filosofía. Kuno Lorenz. El Concepto Dialógico de Verdad. Universidad ARCIS. Ritual de Iniciación y de Aumento de Salario. GLDCH. Archivo Masónico Nro. 22, de 01 de noviembre de 2010. Q.H. Manuel Romo Sánchez. 6. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española 7. Varias publicaciones masónicas en red.
S.: F.: U.: