La Religión Romana
Ángel Luis Gallego Real
Características generales La pietas ●
Los romanos daban una gran importancia a la religión, tanto en su vida privada como en los asuntos públicos. Las ceremonias y ritos expresaban el sentir religioso romano. La pietas era ante todo atender al culto y a sus ceremonias escrupulosamente reguladas. Consideraban que la piedad con los dioses constituía uno de
Sentido práctico
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Los romanos tenían un sentido eminentemente pragmático de la religión: a cambio de su respeto y veneración, esperaban que los dioses se sintieran obligados, como si de un pacto se tratara, a atender sus demandas. De hecho, proclamaban que a este pacto se debía la progresiva e incomparable grandeza de Roma.
Formalismo ●
Este planteamiento casi contractual de la religión se manifestaba en una práctica escrupulosa y formalista de los ritos y fórmulas: siempre los gestos exactos y las palabras exactas. Ésta era su parte en el pacto. Hasta el punto de que, al menor fallo, debían repetir el rito (súplica, sacrificio, voto...) si querían asegurarse su eficacia.
Conservadurismo ●
En la religión, como en otras facetas de su mentalidad, los romanos fueron profundamente conservadores, sobre todo los de las capas populares. Así, a finales del Imperio Romano, en las zonas rurales se seguían practicando los mismos ritos y empleando las mismas fórmulas que habían practicado los primitivos latinos de época
Apertura ●
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Al practicar un politeísmo abierto, con una mitología poco exclusiva, los romanos se mostraron a lo largo de toda su historia extraordinariamente receptivos respecto a los dioses de todos los pueblos con los que entraron en contacto, ya que los fueron incorporando a su panteón: -Primero aceptaron a los dioses etruscos. - Luego hicieron suyos a los grandes dioses del Olimpo griego. -Más tarde adoptaron con entusiasmo toda clase de cultos de la zona oriental del Mediterráneo. -Finalmente, abrazaron el cristianismo. Por este motivo, conviene estudiar la religión romana teniendo en cuenta su evolución a lo largo de las grandes fases de la historia de
La religión romana primitiva 1. Época preetrusca ●
Sabemos poco sobre la religión de los primitivos latinos, ya sea acerca de sus creencias como de sus ritos y organización. Los historiadores romanos hablan del papel fundamental que tuvo en la ordenación de la religión romana el mítico rey Numa, sucesor de Rómulo, pero sin base documental.
Pueblo de agricultores ●
Se trataba de un pueblo de agricultores y, lógicamente, sus dioses tenían también ese mismo carácter agrario; la tradición conservó infinidad de nombres de divinidades de este tipo: prácticamente una para cada una de las innumerables operaciones que requerían el cultivo de los campos y la cría de los animales domésticos.
Representación simbólica ●
Estos primeros habitantes del Lacio carecían de una mitología sistematizada. No tenían nada parecido a una cosmología ni a una genealogía de los dioses al estilo de los griegos: ni siquiera representaban a sus dioses con figura humana; a algunos de ellos, los más importantes, los representaban mediante símbolos como el rayo de Júpiter, una lanza de Marte o el fuego de Vesta.En realidad, más que de dioses, cabría hablar de fuerzas o espíritus divinos, numina, eso sí, omnipresentes: algo muy próximo todavía a las religiones
Culto especializado ●
El culto se rendía, según la «especialidad» de la fuerza divina correspondiente, en las casas, en los campos, en los cruces de caminos, en determinados bosques y fuentes sagradas: no existían templos en el sentido habitual de esta palabra; todo lo más, altares más o menos rudimentarios.
Dioses de esta época (I) ●
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Entre esa multitud de numina, destacaban por su importancia algunas divinidades o dioses con una personalidad más acabada, la mayoría de género masculino, como corresponde a una sociedad eminentemente patriarcal. Destacaban los siguientes: · Júpiter, el “padre de los dioses”, dios supremo de los primitivos indoeuropeos, dios del cielo, de la luz, del rayo. · Marte, relacionado en un principio más que con la guerra, con la fecundidad de los campos y de los animales, y con la del propio pueblo romano (dios de la juventud). · Quirino, el primitivo dios de la «ciudadanía» romana, en su doble vertiente civil y militar. · Saturno, divinidad agraria por excelencia, introductor de la agricultura en el Lacio y mítico fundador del pueblo latino.
Dioses de esta época (II) ●
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· Jano, dios que presidía los comienzos de todas las empresas. A él estaba dedicado el primer mes del año, ianuarius, enero, y el primer día de cada mes, las Calendas; protegía las puertas de las casa (ianua) y se le representaba con una cabeza de dos caras, una mirando hacia adelante y la otra hacia atrás. · Vesta, diosa primero del hogar doméstico y después del «hogar» común, de la ciudad, del Estado. Su símbolo, el fuego, debía arder ininterrumpidamente.
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· Tellus era la diosa Tierra, madre de dioses y hombres, protectora de la agricultura en general. Los tres primeros, Júpiter, Marte y Quirino, constituían una especie de «trinidad», una tríada, al estilo de las existentes en otros
Otras divinidades agrarias
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Había, además, otras muchas divinidades agrarias «especializadas» entre las que destacaban: Flora, protectora de la floración de los árboles; Pomona, de los frutos; Fauno, del ganado; Pales, diosa de los pastos y de los pastores; Silvano, de los bosques; Liber, de las viñas y Término, de las lindes entre los campos y las fronteras entre los pueblos.
2. Época etrusca: Rasgos (I) ●
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Como en las demás facetas de la cultura romana, la huella dejada por los etruscos en el campo de lo religioso, tras su período de dominio sobre Roma (siglos VII-VI a. C.), fue determinante. Las principales manifestaciones fueron: ~ Sustitución de la «tríada» latina, masculina, de origen indoeuropeo, por una tríada etrusca en la que, junto a Júpiter, aparecían las dos grandes diosas de los etruscos: - Juno, la diosa protectora de las mujeres, de los matrimonios y de los partos. Identificada con la Hera griega, figura desde el principio como la todopoderosa esposa de Júpiter. - Minerva, diosa de las actividades no agrarias: la industria, las artes, la sabiduría. Identificada con Atenea.
Rasgos (II)
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- Construcción del primer templo, similar a los griegos, en lo alto del Capitolio. Este templo estaba dedicado precisamente a la nueva «tríada», llamada por eso tríada capitolina.
Introducción de otros dioses ●
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- Dioses propios, como Vulcano, dios del fuego; Mercurio, del comercio; Venus, del amor y de la belleza. - Dioses adaptados de los griegos, como Apolo, dios del Sol, de la adivinación y de la medícina; Artemis, identificada con la Diana latina, diosa de la Luna y de la caza; Dioniso o Baco, dios del vino, del teatro y de las fiestas orgiásticas,
Representación como figura humana
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Los artistas etruscos fueron los primeros en Roma que representaron a los dioses con figura humana, bien como decoración de los templos o bien de los sepulcros, según la práctica habitual entre los griegos.
Organización de la Religión oficial ●
Es probable que se deba también a los etruscos la introducción en Roma de un principio de organización de la religión pública oficial: sacerdocio, rituales, calendario de fiestas y celebración de «juegos», ludi, de diverso tipo: carreras de carros y de caballos, luchas de gladiadores o representaciones teatrales.
Auspicios ●
La aportación etrusca más duradera y significativa a la religión romana fue la potenciación y reglamentación de todo lo que se refiere a los diferentes sistemas de adivinación, es decir, a la investigación de la voluntad de los dioses y de su buena o mala predisposición a ayudar a la persona que quisiera emprender cualquier actividad, pública o privada: junto al método de observación del cielo y de las aves que por él se movían (auspicios, de aves spicere), ya conocido y practicado por los latinos, los etruscos aportaron el del estudio de las vísceras de los animales sacrificados, el hígado sobre todo, y el de la interpretación de los «prodigios» o fenómenos extraordinarios que se producían en la naturaleza tales como tormentas extrañas, rayos caídos en lugares significativos, nacimientos de animales deformes, etc. También es de origen etrusco la creencia en una vida de ultratumba poblada
Modernización de la religión romana ●
En resumen, los etruscos, por un lado, contribuyeron a helenizar y organizar la religión romana, modernizándola; pero por otro lado, reforzaron los componentes de esa religión que a nosotros nos parecen más arcaicos e irracionales.
3. Epoca de la República ●
La religión tradicional romana, tal como se la conoce ya en época histórica, tenía tres tipos de manifestación: privada, popular y oficial.
1. La religión privada o familiar Dioses ●
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· El Lar familiar: dios protector de la casa. Representado por el fuego del hogar doméstico y venerado en una especie de hornacina (sacrarium) en el atrio o espacio central de la domus. · Los Penates (dos), de quienes dependía la abundancia de provisiones para la familia (penus, despensa). Se les representaba como dos jóvenes que portaban «cuernos de la abundancia». Seguían a la familia cuando ésta se trasladaba de casa. · El Genius, espíritu del pater familias. Se le representaba en el sacrarium, junto al Lar y a los Penates, en forma de serpiente. · La diosa Juno, protectora de las mujeres de la familia. · Los Manes: eran las almas de los difuntos de la familia. Los familiares celebraban sus aniversarios y les encomendaban el cuidado de los recién fallecidos. Las lápidas mortuorias se
Culto ●
Cada familia, a imitación de lo que en un principio ocurría sólo en las «gentes» patricias, tenía su propio ritual a la hora de venerar a sus dioses. Estos ritos estaban presididos por el pater familias. La mujer, al casarse, abandonaba los cultos de su familia y se incorporaba a los de la familia de su marido. También participaban, sobre todo en el culto al Genius, los esclavos y «clientes» de la familia. Los ritos más frecuentes eran ofrendas de alimentos, libaciones, plegarias, adornos florales, velas o candelas encendidas.
2. La religión popular: Dioses ●
Como es lógico, los dioses más venerados por aquel pueblo de campesinos eran los dioses agrarios relacionados con la actividad agrícola y ganadera. Además de los dioses primitivos (el Marte primitivo, Saturno, Liber, Tellus), a principios de la época de la República aparece como la más importante divinidad agraria la diosa Ceres, identificada con la Deméter griega, la gran protectora de las cosechas y
Culto
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Se celebraban fiestas a lo largo del año en honor de cada una de estas divinidades. En estas fiestas se ofrecían sacrificios de animales, se celebraban comidas compartidas y procesiones suplicatorias, o bien se encendían fuegos, se adornaban estatuas y altares, se ofrecían exvotos hechos de cera, cerámica o bronce, se practicaban danzas y cantos rituales, etc. Todos estos ritos y fórmulas estaban escrupulosamente reglamentados desde tiempos inmemoriales y las fórmulas y oraciones se seguían repitiendo en un latín que cada vez les resultaba más ininteligible, como en el caso de la fiesta en honor a Marte protagonizada por los Arvales.
3. La religión oficial ●
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Tras un proceso iniciado ya en época etrusca y prolongado a lo largo de los primeros siglos de la época de la República, en Roma se fue configurando un grupo de grandes dioses, doce en total, a base de identificar algunos de sus antiguos dioses con los del Olimpo griego. El proceso de asimilación consistió en ir atribuyendo poco a poco los mitos y funciones del dios griego a su correspondiente paralelo romano, hasta acabar por identificarlos totalmente, aunque manteniendo el nombre latino. Así, se llegó a los dobletes de ZeusJúpiter; Hera-Juno; Atenea-Minerva; HermesMercurio; Hefesto-Vulcano; Ares-Marte, etc. Apolo fue el único que no se identificó con ningún dios latino y, por tanto, conservó su nombre griego y su apelativo de Febo como dios de la luz.
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Este panteón greco-romano constituyó el núcleo
Los dioses olímpicos ●
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La presencia de los dioses en la literatura fue creciente hasta convertirse en omnipresente en los grandes poetas de la época clásica. También utilizaron la inspiración más frecuente de los artistas plásticos: escultores, pintores, orfebres, utilizaron sus efigies tanto en la decoración de la ciudad y sus edificios públicos, como en los frescos, mosaicos, estatuas, las casas particulares de los ricos. Pero desde el punto de vista estrictamente religioso, la fe en los dioses no llegó a ser profundamente sentida por la gente, y los mitos a ellos atribuidos, tomados en su mayoría de la mitología griega, no eran considerados «artículos de fe»,
Los dioses del Panteón romano ●
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Júpiter Zeus cetro, rayo Juno Pavo real Minerva olivo
Poder supremo Águila, Hera
Palas Atenea Inteligencia
Apolo Arco, lira
Apolo
Hermes Comercio
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Vulcano
Hefesto Fuego
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Vesta
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Lechuza,
Sol, artes
Diana Artemis Caza, Luna Cierva, arco, Luna
Mercurio caduceo
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Matrimonio
Hestia Hogar
Marte Ares Casco, armas
Alas, Yunque, martillo Fuego, llama Guerra
Fiestas: Feriae ●
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A lo largo del año, la ciudad consagraba casi un centenar de días a celebrar de una u otra manera a sus dioses. Había dos tipos: - Las feriae o festividades religiosas en sentido estricto. En ellas el rito fundamental era un sacrificio de animales por lo general toros, cerdos, corderos, realizado en lugares públicos, normalmente ante el templo del dios o diosa en cuyo honor se celebraba. Las más importantes eran las Lupercalia, en honor de Faunus-Pan, las Feralia, dedicadas a los difuntos, las Liberalia, dedicadas a Líber-Dioniso, y las Saturnalia, dedicadas a Saturno, se celebraban en
Ludi ●
Los ludi (juegos), fiestas de carácter cívico-religioso. Duraban varios días. Además de sacrificios, procesiones y rogativas, se programaban diversos tipos de espectáculos: representaciones teatrales, carreras de carros o de caballos, combates de gladiadores y cacerías de fieras traídas de lugares exóticos. Los más importantes eran los Megalenses (Cibeles), los Ceriales (Ceres), los Apolinares (Apolo) y los Ludi Romani (Júpiter). Estos ludi, cada vez más variados y costosos, eran organizados y sufragados por los magistrados de la ciudad.
Templos ●
Eran el principal lugar de culto, aunque no el único. El templo no era el lugar de reunión de los fieles, sino la morada del dios. Roma heredó y propagó el tipo de templo etrusco, adaptado, a su vez, del templo griego: un recinto, normalmente rectangular, de pequeñas proporciones, elevado sobre un podio de piedra una escalinata por la parte delantera. El plano, simple, formaba un pórtico de columnas y una sala interior (cella) donde se levantaba la estatua del dios. Los ritos se celebraban ante su fachada en una explanada cuyo centro era ocupado por el altar (ara).
Sacerdotes: Flamines ●
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El sacerdocio era una función pública. Los sacerdotes formaban colegios especializados. Los más importantes tenían la consideración de magistrados de la ciudad. Los colegios más importantes eran:
-Los flamines. Cada uno se ocupaba del culto de una de las grandes divínidades. Los más importante los de los tres dioses de la primitiva tríada latina: Júpiter, Marte y Quirino, identificado con
Pontífices ●
Los pontifices, literalmente “constructores de puentes», estaban presididos por el Pontifex Maximus, cargo religioso-político de enorme influencia. controlaban todo lo referente al culto público: establecían el calendario de fiestas «variables», vigilaban la exacta observación de los ritos, controlaban la redacción de los annales oficiales de la ciudad y presidían las grandes ceremonias religiosas públicas. Había otros colegios sacerdotales como el de augures, que eran los expertos en las técnicas de la adivinación, de tanta tradición e importancia en el mundo romano; o el de las vestales, sacerdotisas responsables de mantener encendido el fuego sagrado en el templo de Vesta,
4. Época imperial La religión romana empezó a sufrir en los últimos tiempos de la época anterior una serie de transformaciones que se aceleraron y profundizaron a partir de los comienzos de la época imperial. ●La religión tradicional, extendida con la romanización por todas las provincias del Imperio, se fue desvirtuando. La mitología ●
griega romanizada no acabó de calar en el sentir religioso de la gente, que la veía como algo más bien literario y oficialista. Por otra parte, en las ciudades, empezando por la propia Roma, los cultos agrarios habían dejado de tener sentido. Sólo se mantenían vivos en las zonas rurales de Italia. En el medio urbano, las necesidades religiosas de la población empezaron a ser satisfechas por otros cultos, llegados de las provincias, sobre todo de las orientales: culto a la diosa Cibeles, a ●
la egipcia Isis y al dios Mitra, procedente de
Nuevas corrientes filosóficas ●
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Estos cultos tenían unos componentes de misterio, orgía, fraternidad y promesa de inmortalidad que atrajeron enseguida a las capas más incultas de la sociedad. La minoría culta, bajo la influencia del pensamiento griego, fue cada vez más crítica con la religión tradicional: tanto la popular, considerada como mera superstición, como la oficial, tachada de formalista y vacía. Como sustitutos se inclinaron hacia las nuevas corrientes filosóficas helenísticas, que proponían una superación del politeísmo tradicional mediante una divinidad única, suprema y universal, como hicieron el estoicismo, neoplatonismo y pitagorismo, o bien un rechazo de la religión tradicional en el caso del epicureísmo.
Uso político de la religión ●
El Estado, es decir, el emperador y la clase dirigente, empezó a utilizar la religión como un medio de aglutinar políticamente los territorios que habían ido incorporándose al Imperio. Así, creó un culto religioso con templos, ritos y sacerdotes dedicados a Roma y a la figura de los emperadores, divinizados. Los súbditos del Imperio estaban obligados a participar en este nuevo culto como una forma de reconocimiento del dominio romano.
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Como medio de entretener a los ciudadanos y ganar su simpatía, los emperadores rivalizaban en aumentar el número de días dedicados a los ludi y en la magnificencia de los festejos, sobre todo luchas de gladiadores, que se acompañaban de repartos masivos de víveres y dinero, provocando así la total degeneración del tradicional sentido
5. La mitología romana ●
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AI estudiar la «mitología romana» conviene señalar una notable característica de la misma. Los romanos, a diferencia de los griegos, no desarrollaron un sistema de fábulas mitológicas, unos relatos maravillosos sobre los dioses y el mundo divino ni sobre numerosos héroes de estupendas e increíbles aventuras sobrehumanas,
Con el paso del tiempo se fueron elaborando algunas leyendas arcaicas acerca de los orígenes de Roma y sus instituciones, mezclando fantasía, intención política, tradiciones locales y vagos recuerdos históricos, y tomaron de los etruscos, y fundamentalmente de los griegos, ciertas creencias y mitos sobre dioses y héroes y sobre el principio y fin del mundo. Ritualistas, prácticos, los romanos disponían de más ritos que mitos, y su religión tenía un notable
Uso de los mitos griegos ●
Pero los escritores romanos, especialmente los grandes poetas, no vacilaron en tomar los mitos griegos tomo base para sus obras y difundieron así, en la literatura clásica, todos los relatos helénicos sobre los dioses y los héroes, traducidos al latín. Ese trasfondo griego es muy notable en la máxima epopeya romana, la Eneida de Virgilio, y constituye lo esencial del largo poema mitológico de Ovidio, las Metamorfosis, que es casi un enciclopedia de los episodios más fantásticos de los dioses y los héroes míticos. Las alusiones a la mitología son constantes en la poesía de los líricos latinos, herederos de los griegos, como Horacio, Propercio, Ovidio y
Eneas, héroe troyano ●
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Es muy significativo que Virgilio, protegido por el emperador Augusto, escogiera como gran héroe de Roma a Eneas. Éste, como un nuevo Ulises, había viajado errante por el Mediterráneo hasta llegar a las costa del Lacio, donde iba a fundar, con el apoyo de los dioses, la ciudad de Roma. Frente al fundador mítico tradicional, Rómulo, criado junto a su hermano Remo por la famosa loba romana, Eneas -hijo del héroe troyano Anquises y de la diosa Venusproviene de la leyenda griega, y ya Homero lo había mencionado como un magnífico caudillo de Troya.
6. El cristianismo ●
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El fenómeno históricamente más trascendental referente a la religión en la época imperial fue la aparición y progresiva implantación del cristianismo, hasta convertirse en la religión oficial del Estado al final de este período. Pueden distinguirse tres fases en la historia de este proceso: 1. Introducción paulatina desde mediados del siglo I, primero en las provincias orientales y muy pronto en la propia Roma, dentro de la corriente de entrada de religiones orientales a que antes aludíamos, El obispo de Roma se convierte en el primado de la Iglesia católica.
Difusión del cristianismo ●
2. Difusión: organización de los cristianos en una Iglesia jerarquizada a la vez que sufrían persecuciones, más o menos sistemáticas, según las épocas y las políticas de los diferentes emperadores. Este hecho estaba provocado sobre todo por la resistencia de los cristianos a acatar el culto a Roma y al emperador y por su descalificación de la religión politeísta tradicional. Las persecuciones duraron hasta comienzos del siglo n. La última, que fue además la más virulenta, fue la decretada por Diocleciano, a finales del siglo III.
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3. Aceptación del cristianismo como religión romana a partir del edicto del emperador Constantina (Milán, año 313). Tras la conversión de este emperador en su lecho de muerte, la nueva religión fue adoptada como propia por la familia imperial y a finales del
Persecución pagana ●
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Los cultos antiguos fueron perseguidos, y se mantuvieron sólo en las zonas rurales, de ahí el nombre pagano (paganus, campesino). La Iglesia, organizada jerárquica y territorialmente, se convierte con el tiempo en un poder paralelo de enorme influencia polítíca, gracias a la protección de la familia imperial y su entorno. Como contrapartida, éstos utilizan sus intrígas ínternas para el mejor control de sus súbditos.
2. El cristianismo sobrevive al Imperio ●
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El cristianismo como doctrina alcanzó un desarrollo extraordinario con la labor de predicación de san Pablo, primero, y de los llamados «padres de la Iglesia», san Jerónimo, como san Agustín, después. Se convirtió en la nueva fuente de inspiración literaria y artística del mundo romano tardío y, luego, del Imperio Bizantino. El cristianismo se extendió por las provincias del Imperio como un ingrediente más de la «romanidad» y se convirtió en uno de los medios más eficaces para incorporar a esta cultura a las poblaciones «bárbaras» que empezaban a invadir el territorio del Imperio. Tras la fragmentación y desaparición de éste, los pueblos “bárbaros”, convertidos a la nueva fe, la perpetuarían en los nuevos reinos medievales europeos, haciendo del