SISTEMA RADICULAR O RAIZ DE LOS FRUTALES. El sistema radical de de las plantas frutales está compuesto compuesto por un conjunto de raíces sucesivamente ramificado que adopta una estructura más o menos gradual. Las raíces primarias producen en su crecimiento, m ediante ramificación acrópeta (Se desarrolla desde la base hacia el ápice) que progresa hacia el ápice, raíces secundarias; éstas a su vez terciarias, y así sucesivamente en todos los sentidos, hasta finalizar en una serie de raicillas finas que constituyen lo que se denomina cabellera.
ORIGEN a) Plantas propagadas por semilla. En las plantas propagadas por semilla se forma una raíz primaria a partir de la radícula del embrión.
b) Plantas propagadas propagadas por vía vegetativa. En las plantas propagadas vegetativamente las raíces se originan de forma adventicia, mediante el enraizamiento de brotes y ramos (estaquillado y acodo), o bien por otros métodos.
FORMA 1) Pivotante. Formado por una raíz principal predominante que penetra vertical y profundamente en el terreno. 2) Fasciculado. Formado por varias raíces principales predominantes, con una tendencia inicial ligeramente horizontal, que penetran en el terreno en todas las direcciones. 3) Forma intermedia entre pivotante y fasciculado. Originada al morir o cesar el crecimiento de la raíz principal en un sistema pivotante y tomar preponderancia las raíces secundarias que nacen en ella.
CLASES DE RAÍCES A) Según el origen. Según el origen, las raíces son de dos tipos:
1- Raíces primarias. Dan lugar al inicio de todo el sistema radical de la planta, por eso se denominan también raíces principales o madres. Tienen dos orígenes diferentes:
1) Procedentes de la radícula del embrión. Raíz normal originada por el desarrollo de la radícula del embrión de la semilla, después de la germinación. 2) Procedentes de raíces adventicias. Son aquellas raíces que aparecen en lugar y tiempo anormales. Se originan de manera endógena, a partir de la formación de meristemas secundarios, en raíces ya desarrolladas, tallos o incluso hojas. Generalmente se originan después de haber sufrido lesiones estos órganos en sus tejidos o por la aplicación de tratamientos hormonales, y siempre que exista un medio adecuado para su desarrollo.
2- Raíces laterales. Se originan por ramificación natural de la joven raíz primaria, de manera endógena. Es decir, en el interior de los tejidos de la raíz con estructura primaria, a partir del periciclo, que es un meristema que ha conservado la capacidad de dividirse. Luego perforan en su crecimiento a los otros tejidos de la raíz hasta salir al exterior.
3- Pelos radicales. Los pelos radicales o pelos absorbentes son estructuras especiales formadas por el crecimiento tubular de la pared de las células epidérmicas de las raíces más jóvenes. Estas prolongaciones de la pared se introducen entre las partículas del suelo, incrementando la superficie de contacto entre la raíz y el medio de dos a diez veces. Su membrana es muy fina, lo que facilitará la absorción de agua con las sustancias disueltas. Se producen en todas o parte de las células epidérmicas, adoptando diferentes formas según las especies. A lo largo de los años en la plantación, el sistema radical atraviesa por tres fases
características: a) Fase de juventud, en la que las raíces profundizan rápidamente y se expanden en superficie.
b) Fase adulta, en la que continúan extendiéndose en superficie pero con una pequeña profundización.
c) Fase de envejecimiento, en la que el sistema radical se retrae y continúa profundizando.
CLASIFICACIÓN SEGÚN LA DISTRIBUCIÓN EN EL SUELO. Según la posición y la distribución que presentan en el suelo que colonizan, las raíces se clasifican en dos tipos:
1- Raíces horizontales. Se desarrollan en los horizontes más superficiales del suelo, de forma más o menos paralela a la superficie. Se extienden radialmente en una zona no más profunda de un metro, donde las condiciones del medio son más adecuadas (aireación, nutrientes, etc.), explorando así una gran superficie.
2- Raíces verticales. Se desarrollan más o menos verticalmente, profundizando varios metros en suelo, si las condiciones del mismo lo permiten. Aseguran el anclaje de la planta, además de explorar los horizontes profundos extrayendo sus nutrientes y el agua.
FUNCION DE LAS RAICES. 1. Absorción de agua y nutrientes. La absorción de agua se realiza en su mayor parte a través de los pelos absorbentes y por las partes no suberificadas de las raíces jóvenes activas, pero también puede ser absorbida por las zonas suberificadas, con meno r velocidad, y por las lenticelas de estas raíces suberificadas. La absorción se debe a fenómenos físicos como la ósmosis y la succión originada por la transpiración, y también a una forma de succión activa cuya energía necesaria es proporcionada por la respiración. La evapotranspiración de las hojas reduce el potencial de agua en el tejido foliar y esta reducción se transmite al sistema radical a través de los tejidos conductores, estableciéndose un gradiente en la planta, y entre las raíces y el suelo.
2. Circulación de las sustancias absorbidas. El agua y las sustancias nutritivas circulan por los vasos leñosos de las raíces y del sistema aéreo hasta las hojas, donde tiene lugar su transformación en savia elaborada. Al inicio de la actividad de la planta en la primavera, la ascensión de la savia bruta se produce mediante un mecanismo activo debido a una presión radical. Posteriormente, cuando la planta tiene nueva brotación, la ascensión se produce, también, de forma pasiva debido, principalmente, a la succión producida por la transpiración en las hojas.
3. Almacenamiento de sustancias de reserva. Las raíces almacenan en sus tejidos sustancias de reserva procedentes de la savia elaborada, las cuales serán necesarias para el nuevo crecimiento de la planta una vez superado el reposo invernal. El almacenamiento comienza cuando el balance fotosintético es positivo y ha tenido lugar el fuerte crecimiento vegetativo (final de primavera); se intensifica cuando termina el crecimiento de los frutos y se efectúa la recolección, continuando hasta la caída de las hojas o entrada en reposo, en que se alcanza el máximo de reservas.
4. Respiración. La función respiratoria de las raíces es también muy importante para la planta, dadas las repercusiones que tiene la energía obtenida sobre la absorción, como ya se ha comentado. Además, con una mala respiración por falta de oxígeno se pueden producir en la raíz fermentaciones alcohólicas internas que ocasionan su muerte por intoxicación de las células, a consecuencia de la acumulación de alcohol etílico, CO2 y otros productos secundarios producidos durante la fermentación enzimática de los azucares y la generación de energía.
5. Anclaje. La fijación de la planta, sobre todo de los árboles con gran porte, es también una función importante ya que en casos de gran cosecha o de fuertes vientos puede producirse su caída, mayormente con suelos muy húmedos. Si el anclaje que proporciona el sistema radical no es suficiente, como es en el caso de utilizar patrones muy débiles, habrá que tutorar los árboles. La necesidad de tutorado mediante empalizadas también viene impuesta por la formación dada a la planta y para evitar roturas de ramas por el peso de la cosecha.