UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS – CENTRO UNIVERSITARIO DEL NORTE. SOCIAL HUMANÍSTICA 1 ING.AGRÓNOMO CÉSAR ELFIDIO AGUSTÍN
Rmpc José Severo Martínez Peláez nació en Quetzaltenango un 16 de febrero de 1925 fue un historiador guatemalteco. Estudió en la facultad de humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala, y durante esta etapa participó en la Revolución de Octubre de 1944. Sin embargo, salió exiliado a raíz del derrocamiento de Jacobo Árbenz en 1954 con rumbo a México donde continuó sus estudios de doctorado en historia en la Universidad Nacional Autónoma. Regresó a su país en 1957 y se dedicó a la docencia en la Universidad de San Carlos de Guatemala, entidad que le otorgó una beca para investigación en el Archivo General de Indias en 1967. Para 1979 salió nuevamente al exilio y continuó su labor investigativa y formativa en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos el año 1992. Muere en la ciudad de Puebla en enero de 1998. Entre sus obras ‘ La Patria del Criollo: Ensayo de Interpretación de la Realidad Guatemalteca" (1970), es considerada de gran importancia en la historiografía latinoamericana. Que en el presente resumen se destacan diversos enunciados y extractos interesantes que nos ayudan a comprender la realidad nacional actual. El capítulo primero se llama: “Los Criollos”. Los criollos era el nombre que designaba a los hijos de españoles nacidos en América sin ningún mestizaje. Severo Martínez Peláez desarrolla su obra en base a escritos de la época, entre ellos, varios textos de Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán extraídos de La Recordación Florida, que contenían crónicas del Reino de Guatemala en el siglo XVII que describían las formas de conciencia, propia de su clase social. Fuentes y Guzmán es un aficionado a las letras, descendiente de conquistadores y herederos de conquista1. Lo que significaba que aparte de la herencia de sangre, hablando biológicamente, tenías características raciales propiamente de españoles y también poseía tierra, trabajada por indios para hacerlas productivas y puestos de autoridad en ayuntamientos. Mientras pasaban los años, nuevos aventureros que provenían de España seguían llegando al continente, también se hacían llamar ‘criollos’ y los descendientes de conquistadores no querían estar al mismo nivel con los hijos de aventureros recién llegados, por lo que se hacían llamar españoles. Todo esto da lugar a una faceta de la lucha de clases durante la colonia. Se daba por supuesto que el origen español acarreaba superioridad frente a los sectores indígenas y mestizos. Cualidades reales o imaginarias tales como la sangre pura, la tez blanca, el desarrollo intelectual y de habilidades. Obviamente había una superioridad de parte de los 1
La Patria del Criollo. Peláez, Severo Martínez. Decimotercera Edición 1994. Página 22
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conquistadores en el sentido que para el siglo XVI era uno de los países más desarrollados del mundo, había recibido los aportes culturales de las civilizaciones del Mediterráneo y Oriente. Aportes de las culturas griegas, fenicias, romanas, musulmanas. Martínez Peláez expone: “Porque nos es obvio que la tecnología desarrollada otorga superioridad material pero solemos olvidar que
una tal tecnología introduce en el pueblo que la posee una amplia serie de
conocimientos y procesos intelectivos que le son inherentes.” Por lo que hasta el más rústico de los conquistadores estaba familiarizado con procedimientos agrícolas, ganaderos y de combate; y éste tuviera un desarrollo intelectual superior al del sabio indígena americano. Con la frase abajo, se da inicio a la conquista económica “la superioridad de desarrollo tecnológico conlleva a una superioridad intelectual…” El primer paso de la conquista, fue la derrota en un choque de armas, el segundo el sometimiento económico y el tercero, el sometimiento ideológico. Para la consolidación de la conquista económica. Por lo que posterior al combate, el derramamiento de sangre y sometimiento, los nativos fueron puestos en una situación económica malísima, obligados a trabajar en las condiciones mas duras para único provecho de sus amos, se vieron en adelante privados de toda posibilidad de superación.2 Para extender su dominio sobre las tierras indianas, la corona española enviaba conquistadores, creó en América una sociedad con dominadores altamente privilegiados y poderosos, que da origen al carácter feudal en la sociedad. Los criollos no tenían en sus manos el gobierno de la provincia hasta la Independencia, que fue la toma del poder por ellos. La culminación de este proceso fue un proceso a lo largo de 3 siglos de forcejeo entre funcionarios reales y los criollos como clase social. Ambos tenían el propósito común de extraer el máximo de riqueza de la tierra a base del trabajo de los indígenas y por eso se estorbaban. En su mentalidad, había dos Españas, una, la conquistadora, utópica – que es la consecuencia de que aún a la fecha, la conquista sea un evento idealizado y poniendo a los conquistadores en ciega veneración. “ instrumentos escogidos por Dios para esta grande obra”
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La Patria del Criollo. Peláez, Severo Martínez. Decimotercera Edición 1994. Página 34
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La otra, es la España mezquina, representada por emigrantes ambicionando una tajada de Nuevo mundo.3 La lucha entre el poder centralizado del imperio y el poder local de los conquistadores y sus descendientes dan lugar a explicar dos instituciones coloniales: el repartimiento. Tenía dos aspectos, repartir tierras y también indios para trabajarlas; es decir repartirse indios para explotarlos en los campos de trabajo. Fray Bartolomé de las Casas y Fray Antonio de Montesinos señalan una conquista injusta, pero no es hasta 1542 que por la orden religiosa de Santo Domingo que en defensa de los indios se establecen las “Leyes Nuevas” que establecían que todos los indios eran vasallos libres tributarios del rey , y dictaba castigos a conquistadores que esclavizaran a los indios. En poco tiempo el Licenciado Alonso López de Cerrato hizo cumplir las Leyes Nuevas y sacó de la esclavitud a todos los indígenas. Por lo que, no se volvió a la esclavitud, pero tampoco se adoptó la libre contratación del trabajo (como decían las Leyes Nuevas). Los indios se libraron de quedar como esclavos pero no pasaron a ser trabajadores libres. Luego de esto, Fuentes y Guzmán habla de criollos empobrecidos, que en verdad nada se parecía su situación a la de un indio pobre. Si no, criollos viviendo en el interior, en haciendas, , viviendo en pequeñas estancias con parientes ricos o hallaron cabida en la iglesia. Otro aspecto a resaltar es que la política imperial optó por retirar puestos de mando a los conquistadores sustituyéndolos con personas sin intereses radicados en América.
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La Patria del Criollo. Peláez, Severo Martínez. Decimotercera Edición 1994. Página 51