La leyenda de la papa QUIENES ERAN LOS SAPALLAS En tiempos muy remotos, nuestro país estaba habitado por las sapallas. Sapallas uería de!ir en el len"ua#e anti"uo $los %ni!os se&ores$. ' esto era e(a!to, porue este pueblo ha!ía remontar la posesi)n de su territorio hasta los tiempos de la tradi!i)n. Se ase"uraba ue el dios *ira!o!ha, es de!ir el Supremo +reador del mundo se"%n los aymars, al tiempo ue distribuía a !ada pueblo una re"i)n determinada para estable!erse, destin) para los sapallas la re"i)n ms pr)spera y ri!a. Los sapallas estaban or"ullosos de su suelo. Pare!ía una re"i)n predestinada a una "ran ra-a, así !omo la ierra ierra Prometida para el pueblo de Israel. Sus ma#estuosos montes ne/ados, su pampa inmensa y solemne, su !ielo di0ano y purísimo, su la"o le"endario, le"endario, sus a/es, sus 1ores, todo, en 2n ha!ía del suelo de los sapallas un país nada !om%n en el mundo. Los sapallas /i/ieron en sus tierras 0eli!es y !ontentos. La tierra retribuía !on prodi"alidad el es0uer-o de los a"ri!ultores3 el Sol les en/iaba desde lo alto la dorada bendi!i)n de sus rayos para madurar los "ranos, y la Luna !on su lusua/e plateaba las no!hes serenas y presidía el !orte#o de estrellas3 el la"o o0re!ía a los pes!adores abundantes y sabrosos pe!e!illos3 hasta los ríos les traían desde su misterioso y le#ano ori"en brillantes arenas de oro puro, ue las depositaban !omo un re"io presente presente sobre la lin0a de sus orillas. En una palabra, la tierra de los sapallas era una tierra bendita, y, por lo mismo, los hombres ue la habitaban 0ueron buenos, honrados y traba#adores. an an buenos eran eran los sapallas sapallas ue !onsideraban !onsideraban a los los dems pueblos pueblos i"ualmente bondadosos. Perdieron toda sospe!ha !ontra los e(tran#eros. an !on2ados estaban en las buenas inten!iones de sus /e!inos ue, hasta se ol/idaron de mane#ar armas. Suprimieron los e#4r!itos por !onsiderarlos !onsiderarlo s ya in%tiles en su tranuilo y apa!ible /i/ir. /i/ir. 5abían ol/idado lo ue eran las "uerras y sus temibles !onse!uen!ias. Así pasaron /arios si"los. 6enera!iones 6enera!ione s tras "enera!iones "enera!ion es se su!edieron los sapallas "o-ando inalterablemente de la posesi)n de esa tierra "enerosa, en la !ual, desde el mandato de *ira!o!ha, eran los $%ni!os se&ores$.
LA IN*ASI7N 8E LOS ERRI9LES :ARIS Pero, un día tr"i!o, o!urri) lo inesperado, lo imposible, auello ue estaba 0uera de las pasiones de los sapallas. 5a!ia el norte /i/ía un pueblo ue, lo mismo ue los sapallas, poseía sus tierras desde lar"os si"los. Pero esas tierras estaban dominadas por un inmenso monte, ue !omo un !entinela dominaba los /alles y las llanuras. Era un monte ue in0undía terror, !on sus 0aldas peladas y su hostil !resta ue pare!ía una !onstante amena-a. Adems, se"%n !ontaban los ms an!ianos, !uando en la tierra peleaban aun los dioses buenos y malos por el dominio de la tierra, el dios *ira!o!ha había lo"rado /en!er al "enio del mal y para de#arlo aprisionado en lu"ar $se"uro lo e!h) en un pro0undo abismo y sobre 4l !olo!) inmensa mole de esa monta&a. odo esto, ue era muy sabido por los habitantes del norte, les ha!ía !onsiderar esa monta&a !omo en!antada y maldita. +ierto día, los habitantes del norte despertaron a-orados por un e(tra&o ruido ue pare!ía salir del interior de la tierra. ;ormidables truenos /ibraban aterradores en el seno del suelo. Las "entes asustadas miraban al !ielo y a la tierra, sin saber u4 ha!er, presintiendo al"%n mal terrible, pero sin saber a ui4n a!udir para !on#urarlo. +ay) el día, y la no!he !ubri) la tierra, mientras los pobladores se"uían en su terrible an"ustia. 8e pronto, la no!he l%"ubre se alumbr) 0antsti!amente !on una lu- ro#a y !e"adora. Los mortales /ieron enton!es ue de la !ima de auel diab)li!o monte brotaba ha!ia el suelo un enorme !horro de 0ue"o líuido, ue, despu4s de ele/arse !omo una !olumna altísima, se desdoblaba sobre sí misma, rami2!ndose !omo un 0antsti!o rbol o abri4ndose !omo un des!omunal para"uas, !aía sobre la tierra produ!iendo humo espeso y as2(iante. Al prin!ipio no 0ue ms ue asombro el de las "entes ue presen!iaron tal espe!t!ulo3 pero !uando el 0ue"o lle") hasta ellos !omo una in0ernal inunda!i)n y !omen-) a destruir !ampos, /i/iendas, animales y hombres, enton!es, los sobre/i/ientes huyeron lo!os de terror, lan-ando ayes y alaridos de an"ustia.
oda la !omar!a se !on/irti) en un momento en un 0ormidable mar de 0ue"o y !eni-a. +omo te habrs dado !uenta, uerido le!tor!ito, esta dolorosa tradi!i)n, se"%n la "eo"ra0ía puede ser interpretada de la si"uiente manera< Auel terrible monte no era otro ue el /ol!n =isti tan !4lebre por sus !onstantes erup!iones y la !atstro0e ue he re0erido es una de las mu!has a!ti/idades 0unestas del mismo. El 0ue"o interno ue se"%n al"unas teorías e(iste en el !entro de la tierra, lo"ra de !uando en !uando su salida a la super2!ie por esos !ondu!tos ue son los /ol!anes. Este 0ue"o interno sale al e(terior produ!iendo un sonido 0ormidable y despu4s de ele/arse por lo alto !ae a la tierra destruyendo !uanto est a su al!an!e. =u!has y ri!as !iudades han desapare!ido en tales !atstro0es. Pre"unta a tu pro0esor de 5istoria y te !ontar !)mo en tiempos anti"uos desapare!ieron las !iudades romanas 5er!ulano y Pompeya. La misma !iudad de Areuipa ue al presente se en!uentra al pi4 del =ísti, est4 !onstantemente amena-ada por las 0urias del /ol!n. Ahora /ol/amos a nuestro relato. *i4ndose sin ho"ar y sin patria, los sobre/i/ientes resol/ieron bus!ar otro ho"ar y otra patria aunue 0uera en son de !onuista y !on per#ui!io de otros pueblos. +omo tales inten!iones no tardaron en 2#ar sus miradas en las 04rtiles y apa!ibles tierras de los sapallas ue se e(tendían ha!ia el sur !omo una presa 0!il. +ono!iendo el !ar!ter tranuilo y pa!í2!o de los sapallas, los sobre/i/ientes se lan-aron sobre el pueblo /e!ino !omo un impetuoso torrente. A la se&al de sus pututos de "uerra !ayeron sobre las inde0ensas !ampi&as y aldeas y en po!o tiempo !onsi"uieron !antar sobre los des/enturados sapallas su 2ero himno de !onuista y de /i!toria. Por su parte, los sapallas, sin armas, sin #e0es, sin espíritu "uerrero, se uedaron anonadados por la terrible sorpresa, no supieron ni pudieron de0enderse y desde el primer momento no tu/ieron ms remedio ue a!eptar la domina!i)n de los in/asores. Estos tomaron el nombre de $>aris$ ue uería
de!ir $*arones 0uertes$ ya ue e0e!ti/amente habían demostrado ser ms 0uertes y /alerosos ue los sapallas. La situa!i)n de los sapallas se hi-o /erdaderamente miserable. +omo su!ede siempre, el pueblo !onuistador pro!lam) el dere!ho de su 0uer-a y !on este dere!ho impuso a sus des"ra!iados !onuistados la ms !ruel es!la/itud. Los >aris arrebataron a los sapallas todo !uanto en su /ida pa!í2!a y laboriosa se habían propor!ionado< sus lindas y !)modas !asitas, sus numerosos reba&os de llamas, sus 04rtiles !ampos, sus templos y sus #ardines. Adems, los /en!edores resol/ieron no traba#ar en los !ampos y obli"aron a sus es!la/os sapallas a ue los mantu/ieran !on el produ!to de sus !ose!has, mientras ellos se dedi!aban a sus di/ersiones y al des!anso. A&o tras a&o, los des"ra!iados sapallas despu4s de arar, sembrar y re"ar !onstantemente sus inmensos !ampos, !uando lle"aba el día de la !ose!ha, miraban !on estupor y llenos de indi"na!i)n !omo lle"aban los >aris y re!o"ían !on sus propias manos los abundantes 0rutos ue tanto traba#o y 0ati"a les había !ostado. Los >aris, despu4s de !olmar sus dep)sitos y "raneros, re!i4n permitían a sus es!la/os entrar a los !ampos a re!o"er los desperdi!ios de la !ose!ha.
+5OQUE, EL PEQUE?O 5@ROE =u!hos a&os ha!ía ue los sapallas soportaban esta in0ame domina!i)n. Pare!ía ue su ser/idumbre ya no tenía remedio. odos estaban resi"nados a se"uir soportando su miserable destino, por lo menos hasta ue su dios los sal/ara mila"rosamente. Por ese tiempo /i/ía entre la ra-a de los sapallas un ni&o llamado +houe. enía apenas uin!e a&os y era el %ltimo des!endiente de los #e0es sapallas.
+uando los >aris uisieron obli"arle a ser/irles lo mismo ue los dems sapallas, +houe a pesar de su !orta edad se resisti) !on admirable entere-a desempe&ar para sus dominadores aun los menores mandatos. 5a!ía su /ida por su !uenta y !omo le pare!ía. En 2n, era el %ni!o ser relati/amente alti/o y libre entre todos los sapallas. Los or"ullosos >aris, sabiendo ue +houe era de noble ori"en, uerían humillarlo ms ue a los dems y le ordenaban !umplir los ms ba#os o2!ios. Pero, el /aleroso ni&o, demostrando la entere-a de !ar!ter, !omo !orrespondía a su noble san"re, #ams uiso !umplir las )rdenes de los >aris. Esta !ondu!ta en0ure!ía a los !rueles in/asores ue /arias /e!es lo sometieron a los ms duros !asti"os. Su d4bil !uerpe!ito soport) estoi!amente !entenares de a-otes sin ue sus /erdu"os lo"raran doble"ar su entere-a. Los pa!ientes sapallas, los anti"uos subditos de su padre, ue presen!iaban aterrori-ados los terribles tormentos ue sobre el hi#o de su +ura!a ha!ían llo/er sus desp)ti!os se&ores, lamentaban en silen!io la heroi!a teruedad del ni&o, pero no sentían !ontra los /erdu"os el menor asomo de rebeldía. Un día ue +houe habla re!ibido !omo de !ostumbre una abundante tanda de palos y ue por !onsi"uiente estaba ensan"rentado y des0alle!iente en su miserable le!ho, entr) a /erlo una !omisi)n de sus anti"uos subditos. El ms an!iano de los sapallas dele"ados le habl) así< Peue&o, uerido y des"ra!iado #e0e nuestro, /enimos a mani0estarte en nombre de toda nuestra desdi!hada ra-a, ue ya no tenemos /alor para presen!iar el diario espe!t!ulo de tus !rueles martirios. El ni&o ue se retor!ía de dolor, al oír esas palabras se in!orpor) ha!iendo un es0uer-o sobre humano y les !ontest) de esta manera<
Os a"rade-!o por la pena ue demostris por la suerte del hi#o de /uestro in0ortunado #e0e. Pero, de!idme, u4 puedo yo ha!er para e/itar los supli!ios a ue me someten estos malditos, opresoresB Es bien sen!illo, respondi) el an!iano. C 8ebes !umplir las )rdenes de nuestros amos, !omo lo ha!emos nosotros. Eso D#ams C respondi) !on indi"na!i)n el ni&o. C Si /osotros estis !ontentos !on /uestro destino de es!la/os, yo no debo, no puedo a!eptar i"ual suerte. Nuestros dioses nos han abandonado F repli!) !on amar"ura el an!ianoG y no nos ueda sino a!eptar la 0atalidad de nuestra suerte. Si nuestros dominadores nos han perdonado la /ida, "o!emos siuiera de ella. Que, de todas maneras es me#or /i/ir de !ualuier modo, antes ue pere!er. Enton!es +houe, e(altado por el ba#o !on!epto ue sus !ompa&eros tenían del honor y de la /ida, les habl) así< Eso ue pensis es in0ame e indi"no, de los hombres de una ra-a ilustre !omo la nuestra. Los dioses s)lo abandonan a los ue tienen alma de es!la/os y nosotros no la tenemos. ' por %ltimo, si me dais la triste nue/a de ue estis !ontentos !on /uestra indi"na suerte, sabed ue yo, yo solo, mantendr4 en mi !ora-)n el 0ue"o de nuestra anti"ua independen!ia. Por lo tanto, os anun!io solemnemente ue se"uir4 !omo hasta ahora, desa2ando imp/ido la ira de nuestros opresores, hasta morir en mi empe&o o lo"rar ue !on el espe!t!ulo diario de mis tormentos suba la san"re a /uestras !aras y la indi"na!i)n a /uestros espíritus. Si esto %ltimo o!urre por di!ha nuestra, en lu"ar de en!or/aros d)!ilmente sobre la tierra para ser/ir al amo, os lan-ar4is sobre 4l aunue sea para da&arlo !on las herramientas de labran-a. Ese día los dioses /ol/ern a !obi#arnos y nos haremos di"nos de re!onuistar la libertad. 8es"ra!iadamente, las sublimes palabras del abne"ado +houe no lle"aron al !ora-)n de sus subditos. La humilla!i)n y el ser/ilismo de tantos a&os les había he!ho in!apa!es de apre!iar su propia di"nidad. ;ra!asados en su dele"a!i)n, los an!ianos sapallas se 0ueron, silen!iosos y de!ep!ionados, a sus traba#os a se"uir su papel de bestias dom4sti!as de sus /en!edores. odos ellos !reían ue el peue&o hi#o de su #e0e estaba lo!o.
LOS 8IOSES SOLO A9AN8ONAN A LOS PUE9LOS QUE PIER8EN LA ESPERANHA EN SU POR*ENIR
+omo muy bien había di!ho el peue&o +houe a sus subditos< los dioses y el destino s)lo abandonan a los hombres y a los pueblos in!apa!es de rebelarse !ontra los re/eses de su suerte. Los dioses de los sapallas lle"aron a saber la abne"ada y nobilísima a!titud del peue&o !ura!a. *ieron por ello ue el 0ue"o de la libertad a%n no se había apa"ado !ompletamente en la ra-a sapalla3 ue en el deli!ado pe!ho de un ni&o toda/ía se !onser/aba !omo en un pre!ioso santuario una !hispa del /enerado amor a la patria /en!ida3 ue en medio de ese pueblo al ue la des/entura había tornado en mansos !orderos, e(istía un espíritu alti/o y !apa- de sal/ar la di"nidad de toda la ra-a de"radada. En !onse!uen!ia, resol/ieron ayudar a los sapallas para ue lo"raran su independen!ia. Pa!ha!ama#, el 8ios de los dioses, resol/i) ba#ar a la tierra en 0orma de un bellísimo !)ndor blan!o. 8esde la altura de las nubes, !irni4ndose ma#estuosamente !omen-) a a/i-orar el sitio en ue estaba +houe. Al 2n lo di/is) trepado entre las bre&as de una !umbre donde el ni&o a!ostumbraba asilarse para no 0re!uentar el trato de sus opresores. El !)ndor, rpido !omo un rayo se de#) !aer /erti!almente, deteni4ndose sobre una ro!a, #unto a la !ual estaba el peue&o to!ando su 1auta de !arri-o. +houe, a-orado por la presen!ia del raro animal, e!h) mano de la honda ue siempre lle/aba arrollada en la !intura, disponi4ndose a lan-arle un proye!til. Pero el !)ndor, al /er la a!titud hostil del ni&o, le habl) de esta manera< 5i#o mío, de#a en pa- tu honda y es!%!hame. +houe, entre asombrado y lleno de !uriosidad se a!er!) al !)ndor. Qui4n eres ue así me hablas !omo un ser humanoB G le di#o. 5i#o mío, los dioses han resuelto prote"er a ti y a tu ra-a !ontra la !rueldad de /uestros opresores. Por en!ar"o del !ielo /en"o a de!irte ue no des0alle-!as en tu santo a0n de le/antar el espíritu de tu pueblo. us heroísmos han mo/ido 0a/orablemente a los dioses. En !uanto ten"an un "rupo de los tuyos ue est4 dispuesto a la lu!ha, la prote!!i)n di/ina se de#ar sentir en 0a/or de /osotros. 5ermosísimo y buen !)ndor, mensa#ero de los dioses, C !ontest) !on pro0unda "ratitud el ni&o F ha!e ya tiempo ue he o0re!ido mi san"re y mi /ida por la libertad de mi pueblo. Ordena lo ue debo ha!er. Que por mi parte estoy dispuesto a todo. Lo %ni!o ue me apena es ue la "ran ra-a sapalla
ol/ide su di"nidad y se resi"ne a /i/ir en la i"nominia. Ellos mismos han /enido a pedirme ue yo tambi4n me someta y es!la/i!e a los in0ames opresores. Es !ierto !uanto di!es C a&adi) el !)ndorC. Pero no debes desalentar en tu noble empresa. Por lo ue a mí to!a estoy resuelto a todo< pero des!on0ío de todos mis !ompa&eros. Si"ue !on entere-a. Se"uir4 pero mi obra terminar est4rilmente !on mi %ltimo sa!ri2!io, pues tantos tormentos !omo su0ro !reo ue no tardarn en a"otarme. Esa ayuda ue /ienes a o0re!erme yo uisiera ms bien ue se la emplee en mo/er el !ora-)n de mis !ompa&eros. Es en ellos ue se debe de#ar sentir la /oluntad de los dioses. En todo se ha pensado C !ontest) !on /o- alentadora el !)ndor blan!oC. ' ahora, sube a la !umbre ms alta de auel monte. Allí en!ontrars un mont)n inmenso de una semilla hasta ahora des!ono!ida para los hombres. +uando lle"ue la no!he, re%ne se!retamente a los tuyos y ord4nales ue, re!o"iendo esa semilla, !uando, lle"ue el tiempo de la siembra, la e!hen en los sur!os en lu"ar de la uínua, o!a, >a&ahua y otros produ!tos ue hasta ahora !ulti/an. +uando /en"a la !ose!ha y /ean sus resultados, enton!es !omprendern los sapallas ue !uentan !on la ayuda de los dioses. ales !osas le di#o el a/e, y, despu4s de ha!er prometer al peue&o #e0e ue todo se haría !omo indi!ara, e(tendi) sus enormes alas blan!as y le/ant) su ma#estuoso /uelo hasta perderse entre las nubes.
LA PRO=ESA 8EL +7N8OR 9LAN+O Lle"ada la 4po!a de la siembra, los sapallas, aunue !on mu!ha des!on2an-a a los deseos de su #e0e, en lu"ar de sembrar !omo hasta enton!es las semillas !ono!idas, e!haron en los sur!os de la tierra labrada las misteriosas semillas ue habían en!ontrado en la !umbre de la monta&a. 8urante todo el tiempo del brote y desarrollo de la planta nue/a, los sapallas estaban inuietos. Al"unas /e!es hasta !asi se arrepentían de haber a!!edido a los deseos de +houe. Pero, 4ste, lleno de 0e, no !esaba de !ontestar<
Esperad, esperad. +uando lle"ue la !ose!ha !ono!er4is ue los dioses no nos han abandonado. Al 2n, pasaron al"unos meses, y las lindas plantas /erdes, alineadas en el borde de los sur!os !omo 2las de soldaditos, !omen-aron a adornarse !on /istosas 1ore!itas blan!as y lilas. +asi al mismo tiempo, en la e(tremidad de al"unas ramitas brotaron 0rutos /erdes en 0orma de bolitas. Un día, el "ran !)ndor blan!o, apare!i)se a +houe y le di#o< +uando lle"ue la !ose!ha, de#a ue los >aris !ose!hen todo !uanto uieran. No te inuietes. Ordena a los tuyos ue esperen tanuilamente a ue las nue/as plantas se mar!hiten !ompletamente. Est bien. +umplir4 tu orden, C mani0est) C el ni&o y se 0ue lleno de esperan-a a !omuni!ar la orden a los sapallas.
LA NO9LE ENEREHA 8E UN NI?O ' EL PRO8I6IO 8E UNA PLANA Lle"ado el mes de las !ose!has, los >aris !omen-aron la re!ole!!i)n de los nue/os 0rutos. ' 0ue tal su ambi!i)n ue no de#aron ni una sola para sus es!la/os. Los sapallas resi"nados, aunue sin mu!ha !on2an-a en los resultados de la promesa de su peue&o #e0e, despu4s de presen!iar desde !ierta distan!ia la /ida !ose!ha, se retiraron a sus !asas !on las manos /a!ías. Al 2n, !uando las %ltimas ho#as de las plantas se hubieron a"otado, el a/e blan!a orden) a +houe< Lle/a a tus sapallas a los !ampos !ulti/aCdos y, apro/e!hando de las no!hes de luna, diles ue o!ultamente es!arben entre la tierra de los sur!os.
La orden del !)ndor 0ue 2elmente !umplida. Los sapallas /ieron !on "ran sorpresa ue las raí!es de las plantas ue habían sembrado terminaban en unos raros tub4r!ulos. Los partieron y /ieron ue ba#o la !apa os!ura y terrosa había una pulpa blanuísima. +o!ieron al"unas en el 0ue"o y !omprobaron ue era un alimento e(uisito !ual nun!a habían !ono!ido. Era tan abundante la nue/a !ose!ha ue tu/ieron ue emplear treinta no!hes en transportarla, "uardndola !uidadosamente en o!ultas !ue/as de las monta&as. ;ue enton!es ue re!i4n los sapallas !omen-aron a pensar en su triste !ondi!i)n, en la ayuda de los dioses y en la posibilidad de re!onuistar su perdida independen!ia. El peue&o #e0e, lleno de entusiasmo al notar el !ambio ue se operaba en el espíritu de sus !ompa&eros, les habl) !lidamente del ideal de libertad y a!eptado por ellos 4ste, les orden) ue 0ueran preparando se!retamente sus hondas y sus 1e!has para el día del le/antamiento. +omo los sapallas ya habían ol/idado el uso de las armas "uerreras, 0ue pre!iso ha!er si"ilosamente los mane#os y los e#er!i!ios de adiestramiento para el !ombate.
LA ;E PUE8E SER LA ;ORALEHA 8E LOS 8E9ILES =ientras tanto, los :aris, ue tan a/aramente habían "uardado los 0rutos /erdes de la %ltima !ose!ha, !uando !omen-aron a ser/irse de ellos !omo alimento, empe-aron tambi4n a su0rir terribles transtornos en su or"anismo. Era ue las /erdes bolitas ue ellos tomaron !omo e(!elente alimento no s)lo no eran alimenti!ias sino hasta en !ierta manera /enenosas. La situa!i)n de los dominadores se hi-o !ada /e- ms !ríti!a. +ada día morían !entenares de :aris. Los restantes, o en0ermaban "ra/emente o !aían en una !ompleta postra!i)n y debilidad.
=uy tarde ya se dieron !uenta de ue los nue/os 0rutos eran la !ausa de su desastre. Enton!es, en!oleri-ados !ontra los es!la/os, uisieron !asti"arlos !ruelmente. =as el mismo día +houe, desde lo alto de una !umbre, to!) su !uerno de "uerra dando la se&al del le/antamiento. Los sapallas, 0uertes y de!ididos, salieron a lu!har !ontra sus opresores. Los >aris, sorprendídos por el repentino denuedo de los sapallas, no atinaron a ata!ar, ni siuiera a de0enderse. ' !uando uisieron tomar las armas, estaban tan d4biles ue no tenían 0uer-as para el !ombate. Entretanto, +houe, a la !abe-a de los suyos, !ay) !on ímpetu nun!a /isto sobre los >aris y los derrot) !ompletamente. Los in/asores sobre/i/ientes a la derrota, no tu/ieron ms remedio ue abandonar esa tierra en la ue tanto tiempo habían dominado y re"resaron a sus anti"uas tierras dominadas por el /ol!n. La ra-a sapalla, ya libre, or"ani-) su pueblo. A!lam) !omo a sus !audillos y sal/ador a su peue&o prín!ipe y le obseui) una !orona de oro y esmeraldas !omo símbolo de su autoridad. ' desde enton!es la planta pre0erida 0ue la ue habían sembrado por indi!a!i)n de +houe. Se la !ulti/aba !on !ari&o y se la !onsideraba !omo un don de los dioses tutelares. Los sapallas, ba#o el "obierno de +houe /i/ieron 0eli!es y su pueblo 0ue uno de los ms poderosos de su tiempo. Auí termina la leyenda. +omo habrs podido notar, inteli"ente ami"uito, la abne"a!i)n de un ser peue&o y d4bil pero /aleroso pudo rea/i/ar el muerto sentimiento de di"nidad de todo un pueblo /en!ido y miserable. ambi4n te habrs dado !uenta de ue misteriosa semilla de ue se trata en esta leyenda no 0ue otra ue la papa, ue tiene su remoto ori"en en nuestro país. Este pre!ioso alimento se di0undi) a los dems países del !ontinente. A raí- de la !onuista.