LA LÁMPARA MARAVILLOSA Queremos una educación que nos haga buenos profesionales y buenas personas, pero sobre todo necesitamos una que nos haga valientes ciudadanos, y lúcidos seres humanos competentes para una sociedad cambiante. Jerónimo Patiño Patiño
Introducción Ospina (2009) quien sabiamente formula unas cuantas preguntas expuestas en su gran obra “la lámpara maravillosa” van a ser siendo ser siendo a merced del estudiante la obligación de responderlas, claro está, que más que el estudiante de respuesta a estos interrogantes, sería preponderante que para solucionar los avatares de la sociedad y de la comunidad educativa misma, sea la misma sociedad quien regule esas insuficiencias en instituciones, ya sea, la institución educativa, social, políticas, etc., que bien es cierto, la institución educativa formada por maestros, directivos, funcionarios y el centro de la educación, que es el niño, joven, adulto, adulto, es aquella aquella que en su su más intimo intimo saber, utilizando utilizando en su su máxima expresión las capacidades mentales de orden superior, dan como propuestas a nivel analítico, sistémico, con cierta conceptualización, necesaria para comprender un fenómeno o situación dada; así mismo visualizar los sistemas como totalidades que forman parte de totalidades mayores y que pueden ser descompuestos en totalidades menores, por medio del pensamiento sistémico, crítico, en plena función de la investigación y la meta cognición. Todo esto, como único objetivo no más que mejorar nuestra educación, nuestra calidad de vida, nuestro progreso, toda vez que estas, estén sujetas al cambio de un mundo injusto, ambicioso y deseducado. Las preguntas que este ensayista, novelista y poeta realiza, que a la postre daré a conocer, son mapas eruditos de sus amores literarios, acompañados de declaraciones ideológicas sobre la historia y el mundo moderno, un moderno in-justo, in- educado, circundado por nosotros, por estudiantes, por maestros, por fieras salvajes como las paradojas de la modernidad, de la influencia de los medios las cuales como Ospina (2009) dice en su primer capítulo “crean y destruyen modelos de conducta"; los valores que nos son impuestos en una época que "a toda prisa cambia costumbres por modas, conocimiento por información y saberes por rumores". Ahora bien, asumiendo que por medio de los órganos internos el niño conoce el mundo que lo rodea, se define a la observación y la experimentación como el camino por el cual el niño inicia la aprehensión del mundo que le rodea. La interacción con el mundo físico por medio de los juegos es una de las maneras en las que el niño comienza a conocer. Sin embargo, es el profesor quien guía aquel proceso, ese proceso educativo, proceso de aprehensión, aquello que conocemos como proceso de enseñanza-aprendizaje. Es quien debe de partir del entendimiento de la naturaleza del niño, del conocimiento de sus intereses y
características tanto generales como particulares. Así, el maestro, preponderante para que guie, a aquella lámpara que ilumina ese camino que posiblemente este oscuro, o intransitable por los mismo obstáculos que hacen que el muchacho no alcance esa autorrealización que tanto Maslow (1970) pensaba. El maestro es quien debe reconocer que el niño conoce el mundo exterior de manera natural haciendo uso de sus sentidos, de sus vivencias, y experiencias; ese niño es quien aprende de manera íntegra los comunes acuerdos, llamados hoy en día, valores. De ello cabe recalcar que es consecuentemente erróneo hacerlo conocer el mundo obligado, oprimido, mediante el uso hegemónico del opresor, es decir, sin caer en la mas ínfima educación tradicional que hoy día está siendo aplicada por muchos de los sistemas educativos y que un gran pedagogo ha dado a conocer “la pedagogía del oprimido” (Freire, 2005). De tal manera que “la lámpara maravillosa” es a mi juicio de ser, una gran herramienta luminosa para que como estudiante hoy día, futuro maestro mas tarde, y persona en pleno desarrollo integro toda mi vida, ilumine mi ser, a mis futuros estudiantes y a la sociedad, necesitados de una luz reflexiva, potente y sutileza, para obtener a fin de cuentas ese cambio en la sociedad cambiante, mediante esa luz, esa lámpara, esa lámpara maravillosa.
Cap. I La escuela es tan solo una estructura de muros sementados, sólidos y fríos, que da el aspecto de una institución penitenciaria, en la cual tan solo se forman sujetos y se moldean sujetos para que encajen en una sociedad consumista, en una sociedad en donde tampoco el estudiante rara vez es tenido en cuenta; la escuela no es lugar y espacio en donde el niño puede desarrollar libremente su pensamiento, habilidades, opiniones, destrezas y aptitudes, sino es el lugar en donde todo deja de existir a causa de unas reglas y normas impuestas para consolidar un comportamiento más apto, no es el lugar de sueño, utópico, no es el lugar en donde la magia tiene lugar, no es el lugar en donde el niño aprende la experiencia y se emprende a la búsqueda del conocimiento. Es tal “la degradación humana afirma ” Ospina (2009) en la que estamos, que muy poco cobra sentido ya, una educación que no enseña, solo adiestra, se forma. Se debe y tiene que ser útiles para algo, esto además implica que los estudiantes se vean como objetos que se utilizan para algo y no como seres humanos. Se supone hoy día que todos y todas estudiamos para cambiar la calidad de vida, para mejorar la educación, para obtener la felicidad, para adquirir la preciada libertad, sin embargo hicieron creer que la felicidad es tener un trabajo= estabilidad=dinero=familia, esa simple operación lógico matemática resulto ser no tan cierta porque muchos universitarios, estudiosos, egresados de la academia están hoy desempleadas, es decir, deja en claro que el sistema ha fracasado, fallado y esta desarticulado.
vendrían a ser las siguientes: “¿En qué parte de la educación formal está incluida la formación de la sensibilidad y del criterio?. ¿Quién nos enseña a tener opiniones propias, serias, razonadas? ¿Quién nos educa para no ser veletas bajo la manipulación de tantos poderes e intereses que hoy controlan el mundo?”
http://www.buenastareas.com/ensayos/Ensayo-Lampara-Maravillosa-WillianOspina/5582521.html
OSPINA, William. La lámpara maravillosa. Ed. Mondadori. Bogotá, 2012.
Maslow (1970). Motivation and personality . 2nd. Ed. New York: Harper Row