DR. JOAQUIM VALLS CON LA COLABORACIÓN DE MANU RAMÍREZ
Maravillosa
mente
Libera tu mente y consigue tus sueños en nueve meses y un día
Incluye el Método REDEX de reeducación del inconsciente
Si este libro le ha interesado y desea que le mantengamos informado de nuestras publicaciones, escríbanos indicándonos qué temas son de su interés (Astrología, Autoayuda, Ciencias Ocultas, Artes Marciales, Naturismo, Espiritualidad, Tradición…) y gustosamente le complaceremos. Puede consultar nuestro catálogo en www.edicionesobelisco.com. Los editores no han comprobado la eficacia ni el resultado de las recetas, productos, fórmulas técnicas, ejercicios o similares contenidos en este libro. Instan a los lectores a consultar al médico o especialista de la salud ante cualquier duda que surja. No asumen, por lo tanto, responsabilidad alguna en cuanto a su utilización ni realizan asesoramiento al respecto. Colección Psicología MARAVILLOSA MENTE Joaquim Valls 1.ª edición: septiembre de 2013 Maquetación: Marga Benavides Corrección: Sara Moreno Diseño de cubierta: Enrique Iborra © 2013, Joaquim Valls (Reservados todos los derechos) © 2013, Ediciones Obelisco, S. L. (Reservados los derechos para la presente edición) Edita: Ediciones Obelisco, S. L. Pere IV, 78 (Edif. Pedro IV) 3.ª planta, 5.ª puerta 08005 Barcelona - España Tel. 93 309 85 25 - Fax 93 309 85 23 E-mail:
[email protected] Paracas, 59 - Buenos Aires C1275AFA República Argentina Tel. (541 - 14) 305 06 33 Fax: (541 - 14) 304 78 20 ISBN: 978-84-9777-987-6 Depósito Legal: B-15.472-2013 Printed in Spain Impreso en España en los talleres gráficos de Romanyà/Valls S. A. Verdaguer, 1 - 08786 Capellades (Barcelona) Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada, transmitida o utilizada en manera alguna por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o electrográfico, sin el previo consentimiento por escrito del editor. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
Índice
I. Nueve meses y un día . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . II. Ligera mente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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PRIMERA PARTE III. Consigue tus sueños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.1. El problema de las recaídas y el caso particular del efecto «yoyó» . . . . . . . . . . . . . . . 3.2. Poderoso caballero don cerebro . . . . . . . . . . . 3.3. La fórmula 10/90 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.4. ¿Cómo como? Como como como . . . . . . . . . . 3.5. Donde hay patrón no manda marinero . . . . . . 3.6. Ganas de tener ganas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.7. Mejora porque te da la gana . . . . . . . . . . . . . . 3.8. ¿Qué debe comer tu mente para sanar tu cuerpo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.9. Sueño luego existo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.10. Haz realidad tu sueño. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
91 101 110
SEGUNDA PARTE IV. Maravillosa mente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.1. Recapítulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.2. Libre mente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.3. Nueve meses… . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.4. …Y un día . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
123 123 132 141 167
21 21 38 45 52 56 65 76
4.5.
Instituto Kimmon para el entrenamiento de la inteligencia emocional . . . . . . . . . . . . . . . . . V. La extraña pareja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . VI. Grata mente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . VII. Ali mente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
169 179 183 187
I. Nueve meses y un día
«La mano prodigiosa del artista, equivalente y rival de su mente. Una no es nada sin la otra». PAUL VALÉRY
¡Enhorabuena! Si tienes este libro entre tus manos estás a tan sólo nueve meses y un día de finalizar tu condena y liberar tu mente. Las personas vivimos prisioneras en nuestro propio inconsciente. Las creencias limitantes son los barrotes que nos esclavizan; los hábitos negativos son los muros que nos impiden escapar de nosotros mismos y alcanzar nuestro mejor «yo»; y los complejos devienen los carceleros que cercenan nuestra autoestima. ¿Lleva tu inconsciente mucho tiempo erigiéndose en esa «tarjeta de la suerte» que te manda a la cárcel sin pasar por la casilla de salida, y sin recibir los doscientos euros de rigor en el desalentador Monopoly de tu existencia? ¡Libérate! No permitas que nada ni nadie te amargue la vida. No aceptes que el aburrimiento te abata. No dejes que te embargue el desánimo y mucho menos la desesperación. Vive con pasión proyectos ilusionantes. Consigue tus sueños. Si eres de los que firman con una rúbrica que envuelve lo escrito, si te tachas, si ninguneas tus apellidos, si sólo se entienden tus siglas o si ni siquiera se puede leer nada, has dado con el libro que cambiará para siempre tu vida. Nueve meses y un día te separan de la mejor versión de ti mismo. No va a ser fácil ni rápido, pero Maravillosa mente se va a convertir en la luz al final de tu túnel vital. 9
Si has leído mil y un libros de autoayuda, si aprovechas Internet para escuchar a gurús de tres al cuarto, o si has acudido a todo tipo de conferencias, talleres y seminarios, debes saber que sólo has utilizado el 10 por 100 del potencial de tu mente y que, en consecuencia, no es de extrañar que hayas obtenido resultados más bien mediocres. Quizás durante unos días hayas experimentado un «subidón» anímico, pero en cuanto te descuidas has recaído en la desesperanza, la pereza o el miedo. Y es que, o reeducas tu inconsciente, responsable último del 90 por 100 de tus actos, o no mejorarás realmente a largo plazo. Maravillosa mente muestra científicamente cómo llevar a cabo el big bang de tu autoconcepto, eliminando las creencias limitantes, superando tus complejos y desarrollando para siempre todos los aspectos que caracterizan la inteligencia emocional. Este libro es el auténtico manual de instrucciones de tu mente para que consigas configurarte un buen carácter, porque en la fórmula del éxito los conocimientos y las habilidades suman, pero la manera de ser multiplica. Reeduca tu personalidad hasta convertirla en la de una persona de vida plena capaz de generar buenas ideas, experimentar buenos sentimientos y albergar buenas emociones. Aprende a gestionar tus impulsos; mejora tu extroversión, tu empatía y tu optimismo; aumenta tu perseverancia, tu iniciativa y tu paciencia, y desarrolla tu gratitud. Pero no te limites a leer este libro, pasa a la acción. Sométete al poder del «ahora o nunca», consulta www.quimvalls.com y decide ya entrenar tu mente para liberarla y conseguir tus sueños en ni más ni menos que nueve meses y un día. Y no olvides que te deseo encarecidamente ¡buena letra y buena vida!
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II. Ligera mente
«Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes». FACUNDO CABRAL
La historia de la humanidad está repleta de proyectos que se iniciaron con una finalidad concreta, y que en alguna fase se torcieron y derivaron en otra cosa. Cuentan, por ejemplo, que Cristóbal Colón pretendía llegar a las Indias, y como todo el mundo ya sabe, en 1492 acabó dándose de bruces con el continente americano. Alexander Fleming descubrió la penicilina en el año 1928, pero tampoco lo estaba intentando, sino que estaba buscando una cura para la gripe cuando se dio cuenta de que había olvidado proteger uno de sus cultivos de bacterias y éste se había infectado con un moho extraño. Por raro que pareciera, el moho estaba matando las bacterias. El doctor Spencer Silver, científico de 3M, estaba trabajando con adhesivos de acrilato para conseguir que tuvieran mayor adherencia cuando obtuvo uno que formaba pequeñas esferas y que se pegaba muy débilmente al aplicarse a los soportes de cintas. Una vez inventado este adhesivo tan peculiar, la cuestión que se le planteaba a Silver era qué hacer con él. El producto definitivo fue descubierto por Art Fry, científico que había asistido a uno de los seminarios de Silver y estaba intrigado por el extraño pegamento. La intensa curiosidad de Fry, su predilección por las soluciones prácticas y la frustración que sentía por el hecho de que el papel separador de páginas 11
se cayera constantemente de su libro de himnos, le hizo descubrir que el adhesivo de Silver podría servir como separador e ideó el concepto de Post-it®. Este fenómeno de iniciativa fallida que se convierte en otra cosa no es tampoco ajeno a mí. Empecé a dar clases de Matemáticas para pagarme la carrera de Ciencias Económicas, y he terminado dedicándome a tiempo completo a la formación y a la educación. Cuando conocí a la que ahora es mi esposa, le recomendé que no saliera conmigo porque ella y yo éramos tan distintos que no le veía futuro alguno a nuestra relación. Y finalmente la grafotransformación, núcleo duro de Kimmon, fue el último ingrediente que añadí al método de desarrollo personal que estaba ideando para educar mejor a mi hija, y lo hice porque necesitaba una radiografía inicial del inconsciente si pretendía reeducarlo, y la grafología me era muy útil en ese sentido… Con los libros que escribo me sucede algo parecido: Buenos días y buena letra surge de un manuscrito de unas trescientas páginas denominado inicialmente Hoy puede ser un gran día, del que sólo pude aprovechar una quinta parte, y Buena mente: conviértete en un líder como Pep Guardiola con el Método Kimmon se llamaba inicialmente La buena letra, y tenía que basarse en cómo escribe el exentrenador del Barça, pero no conseguí una muestra analizable de su caligrafía y tuve que reinventar el proyecto. Pues bien, estimado lector, sin ir más lejos el libro que tienes en tus manos se llamaba en un principio Ligera mente: consigue tu peso ideal porque te da la gana (obra que no descarto en absoluto acabar publicando), tenía que estar escrito a cuatro manos con la doctora Carmen Torrejón, y aspiraba a ser una dieta revolucionaria porque incorporaba un diferencial innovador: evitar las recaídas. Pero cuando les dejé leer el archivo de ordenador que obedecía a ese nombre a mi mujer, a mi agente literario y a la propia futura coautora, me hicieron percatarme de que el texto había cobrado vida propia y se había encaminado a otros derroteros. 12
Doctora Carmen Torrejón El periódico La Vanguardia tuvo la inmensa generosidad de dedicarme la «Contra» del 4 de julio de 2011 de la mano del excelente periodista Víctor Amela con motivo de la aparición de mi segundo libro, Buenas noches y buena suerte: cómo atraer la fortuna mientras duermes, y la entrevista se convirtió en un fenómeno viral en Internet que superó el millón de lecturas y se convirtió en la «Contra» más leída de un personaje español hasta la fecha. La citada «Contra» despertó el interés de la doctora Torrejón, directora de la Clínica Starbene, quien confiesa: «Entre los diferentes pacientes tratados, he tenido muchas personas que han perdido peso con mi método y que se mantienen aún hoy en el peso deseado. Pero también hay otros muchos pacientes que tras haber conseguido la pérdida de peso, han vuelto a engordar en más o menos tiempo. Cuando estos pacientes volvían a mi centro me preguntaba: “¿Por qué han vuelto a engordar?”. Ellos siempre me contestaban: “Doctora, es que he ido bajando la guardia y poco a poco…”». La doctora Carmen Torrejón nos está hablando del famoso efecto «yoyó», más frecuente si cabe cuando se tienen que perder bastantes kilos (problemas de obesidad y obesidad mórbida) y se han realizado muchas dietas. Sin embargo, la propia directora de Starbene reconoce que también ha tenido bastantes casos de pacientes con muchísimo sobrepeso que, una vez conseguido el peso deseado, han logrado mantenerse. Esa constatación le daba vueltas en la cabeza y la impelía a leer todo lo que podía, y a interpelar a los pacientes para poder captar la diferencia, con resultado infructuoso. Hasta la mañana del 4 de julio de 2011 en que leyó la «Contra» de La Vanguardia. «Ese día –me dijo posteriormente la doctora Torrejón– me encontré con un artículo que hablaba de un método –el Método Kimmon– que usaba la grafología para cambiar nuestros comportamientos y actitudes y de esta forma conseguir nuestros deseos (también sueños) y objetivos». 13
Al leer el artículo quedó gratamente sorprendida, porque en los últimos años había descubierto que, al parecer, los pacientes obesos tienen «una huella recordatoria» en el cerebro, a la que están siempre conectados, que les hace repetir comportamiento y conducirlos nuevamente hacia el sobrepeso. Aunque la «Contra» hablaba del libro Buenas noches y buena suerte, la doctora Torrejón, por esas casualidades de la vida (que no son tales), adquirió Buenos días, buena letra: cómo transformar tu escritura para mejorar tu vida, y según me explicó llegó a la convicción de que el Método Kimmon allí planteado podría ayudarla a borrar la «huella recordatoria». Estaba todavía leyendo el primer libro cuando recibió una llamada de su librería habitual avisándola de que ya tenían Buenas noches y buena suerte: cómo atraer la fortuna mientras duermes y de que además, casualmente, el autor acudía a la sala de actos de ese establecimiento a presentar el libro. Se personó en la librería Excellence, el día de la presentación y al acabar el acto se me acercó y me pidió una cita para hablar de un nuevo proyecto. Tras varios correos electrónicos cruzados, fijamos una cita en un hotel de la plaza Cataluña, y tomando un café, bastaron un par de horas para que ambos percibiéramos que se abría ante nosotros la posibilidad de crear juntos un procedimiento global que pudiese ayudar a miles de personas a solucionar o aminorar la pandemia del siglo XXI, la obesidad. Desde ese día, la doctora Torrejón y yo tenemos un plan: el Plan Torrejón-Valls, consigue tu peso ideal y olvídate de las recaídas, que en cuanto podamos implementar presentaremos en un nuevo libro, e hicimos un pacto: Carmen sería uno de los cincuenta voluntarios que participarían en el experimento de mi tesis doctoral La reeducación del inconsciente con el método grafotransformador, y mi esposa Carme sería el conejillo de Indias de la «dieta definitiva» que estamos intentando crear. 14
Estimado lector, puedes comprobar el testimonio de la doctora Torrejón en mi web www.quimvalls.com, y mi mujer no solamente consiguió su peso ideal y rejuveneció diez años, sino que además recuperó algo que una depresión ya superada le había robado: la alegría.
Verano de 2012 Desde que la doctora Torrejón se puso en contacto conmigo empecé a leer libros sobre dietas y a investigar las causas del efecto yoyó para adaptar mi Método Kimmon al caso particular del sobrepeso y de la obesidad mórbida, y dado que durante el curso académico no dispongo de tiempo para poder escribir libros, fui tomando notas en un documento que archivé con el título de Ligera mente movido por el firme propósito de llevar a cabo el redactado final durante las vacaciones de verano. Dediqué mis vacaciones a escribir mi parte de la obra, y en cuanto la tuve terminada, la envié a mi agente literaria de entonces, Lidia Bayona, y a la doctora Torrejón. La contestación de la primera fue contundente: «No puede ser que entre las primeras ciento cincuenta páginas de un libro que propone perder peso no haya ni una mención a una dieta. Quim, me has pasado un manuscrito excelente, pero no va de una nutrición adecuada». La doctora Torrejón no fue tan contundente, pero me escribió un e-mail en el que me decía que «veía dos libros»: uno general donde podía insinuarse el Plan Torrejón-Valls, y otro que lo explicara con exhaustividad. Todo concordaba con lo que había exclamado mi esposa al leer el primer borrador: «Es una pena: se trata de un texto demasiado documentado para que vaya a parar a la estantería de libros de dietética. Va a pasar desapercibido para todas aquellas personas que no se planteen ni por asomo adelgazar». Oído cocina. 15
Síntesis de una tesis En junio del año 2010, la excelente periodista de RAC 1 Marta Cailà, directora y presentadora del programa de fin de semana Via Lliure en la citada emisora, me entrevistó a propósito de la publicación de mi primer libro, Buenos días y buena letra: cómo transformar tu escritura para mejorar tu vida, que en palabras suyas la había entusiasmado, y poco después me propuso implementar el Método Kimmon, que se explicaba en ese manual, en directo y por antena con oyentes durante la temporada septiembre de 2010 a junio de 2011. Tres voluntarias anónimas fueron rediseñando mes a mes su caligrafía y fueron dando testimonio de cómo su carácter iba mejorado poco a poco hasta extremos que dejaron boquiabierta a la propia periodista. Recogimos esta experiencia en el libro Buena letra y buena vida: cómo escriben las personas de éxito (2012), y pensé en utilizar el experimento como base de mi tesis doctoral (La reeducación del inconsciente mediante el método grafotransformador). Pero el doctor Jordi Garrido, que la codirigía, me exigió que lo repitiera con una muestra significativa de personas, que además debían realizar un test psicotécnico científicamente homologado antes de hacer Kimmon y al finalizarlo, ya que mostrar la mejora de personalidad con la mera declaración de los participantes y su análisis grafológico era científicamente controvertido. De modo que durante el curso 2011-2012 organicé dos grupos de voluntarios para que cumplimentaran el test VIA de 24 fortalezas ideado por Martin Seligman, que es sin duda el psicotécnico más homologado que existe en el mundo para estudiar la inteligencia emocional. El primer grupo llevaría a cabo el entrenamiento grafotransformador Kimmon durante nueve meses, mientras que el segundo actuaría tan sólo como muestra de control. Transcurrido todo ese tiempo, ambos colectivos volverían a contestar el test y se pretendía mostrar una mejora significativa de uno frete al otro. 16
A finales de septiembre de 2012 me llegó el estudio estadístico que, a pesar de que yo soy profesor de esta materia, encargué a un grupo de matemáticos externo para que garantizara la asepsia del informe. Se trataba de analizar si las treinta y cuatro personas que finalizaron el Método Kimmon habían experimentado una mejora significativa de su inteligencia emocional frente a un grupo de control que no llevó a cabo, como he dicho, ningún entrenamiento. Los resultados que puedes encontrar en mi web antes citada son espectaculares, y en síntesis permiten afirmar que la mejora del grupo de personas entrenado con el Método Kimmon es extraordinariamente significativa frente a los voluntarios que no habían implementado el método. Permíteme, querido lector, que reproduzca aquí tan sólo la conclusión final del citado informe: Los resultados del estudio aquí plasmados dan una validez adicional a la idea de que el método grafotransformador, la utilización de autoinstrucciones positivas mediante ejercicios diarios y ejercicios de psicología positiva ayudan a mejorar la autoevaluación en el cuestionario VIA de las fortalezas humanas. Los resultados del T-Test tanto para la muestra como para el grupo de control muestran una mejoría significativa en la comparación de las medias para las variables de las virtudes de Seligman. Así pues para la muestra, el Coraje pasa de 2,035 puntos en el test inicial a 1,726 en el test final, la Templanza pasa de 2,103 puntos a 1,781, la Trascendencia de 2,177 a 1,771, la Humanidad de 1,803 a 1,516, la Sabiduría de 2,119 a 1,787 y la Justicia de 2,139 a 2,503. Para el grupo de control estos resultados, si bien presentan una mejoría, no lo hacen de forma tan sustancial como en la muestra, así y todo, la Justicia pasa en el grupo de control de un valor medio de 2,1 puntos a 2, el Coraje de 2,279 a 2,057, la Templanza de 2,407 a 2,3, la Trascendencia de 2,35 a 2,179, la Humanidad de 1,9 a 1,829 y la Sabiduría de 2,307 a 2,071. 17
Son sin embargo los valores de Eta los que muestran unas conclusiones más evidentes de las diferencias que ambos grupos muestran, ya que este valor nos indica la magnitud del efecto de la intervención. La siguiente tabla muestra la comparativa de los valores de Eta para la muestra y para el grupo de control.
Tabla 5.26: Valores Eta para la muestra Virtudes
Valores Eta muestra
Valores Eta control
Coraje
0,421
0,251
Templanza
0,414
0,032
Trascendencia
0,539
0,232
Humanidad
0,426
0,024
Sabiduría
0,319
0,253
Justicia
0,398
0,070
Todos los valores de Eta referentes a la muestra nos indican que la intervención tiene un efecto muy significativo en el cambio de valores del test Tiempo 1 al test Tiempo 2. En el caso del grupo de control vemos que tres variables, Templanza, Humanidad y Justicia, presentan un valor de Eta de efecto mínimo (los cambios pues, como ya hemos anotado anteriormente, pueden deberse a cierta invalidez interna en el estudio). Las variables de Coraje, Trascendencia y Sabiduría muestran un valor de Eta significativo, sin embargo notablemente menor a sus correspondientes valores en las variables de la muestra. Así pues concluimos que después del análisis de las diferencias en las respuestas al cuestionario VIA para el grupo de control y la muestra en el Tiempo 1 y el Tiempo 2, este estudio ha mostrado empíricamente que dichas diferencias son significativas y de esta manera damos respuesta a nuestro objetivo número 3. 18
El buen carácter Nuestros sentimientos, nuestros deseos y nuestros pensamientos surgen espontáneamente de nuestra «inteligencia generadora», en términos del admirado especialista en la mente humana y extraordinario escritor José Antonio Marina, y poco podemos hacer para evitarlos o mejorarlos, salvo que seamos capaces de cambiar esa inteligencia generadora. He aquí el vector que ha dirigido mis investigaciones desde el año 1999 en que empecé a preguntarme, con motivo de mi recién y tardía paternidad, qué se podía hacer para formar hijos e hijas de vida plena. Pronto me percaté de que o educábamos bien el inconsciente durante la infancia o poco podríamos incidir en su éxito y felicidad futuros; y lo que todavía era más importante, teníamos que encontrar la manera de reeducar el inconsciente de los adultos si deseábamos «arreglarles» la existencia. Pues bien, lo que constata mi tesis doctoral es que los seres humanos disponemos de una maravillosa mente: flexible (lo que permite educarla a cualquier edad), engañable (lo que facilita rediseñar nuestra fuente inconsciente de ocurrencias) y reversible (lo que da pie a reprogramarla de fuera a dentro), de manera que podemos entrenarnos para engendrar buenas ideas, buenos sentimientos y buenas emociones. Parafraseando a Joaquín Sabina, para redactar Maravillosa mente he invertido once días y cien noches, pues el cuerpo fundamental del libro lo escribí en maratonianas jornadas entre el 5 y el 15 de agosto, pero lo he ido puliendo con nocturnidad y paciencia hasta hoy, 31 de diciembre de 2012, en que lo doy definitivamente por terminado. Querido lector, tengo la sensación de que este libro es el manual de instrucciones de la lámpara maravillosa que todos poseemos dentro de nuestro cerebro, con él aprenderás en menos de un año a frotarla para que uno a uno te vaya concediendo los deseos que anheles. ¡Feliz Año Nuevo! 19
PRIMERA PARTE III. Consigue tus sueños
«Te conviertes en aquello que piensas». EARL NIGHTINGALE
3.1 El problema de las recaídas y el caso particular del efecto «yoyó» «Tu cuerpo entero, de extremo a extremo, no es más que tu propio pensamiento, en una forma que puedes ver. Rompe las cadenas de tu pensamiento y romperás también las cadenas de tu cuerpo». RICHARD BACH
Sábado 4 de agosto de 2012 Llevo unos días «construyendo» el manuscrito de Ligera mente: consigue tu peso ideal porque te da la gana. Desde que terminé de escribir Buenos días y buena letra: cómo transformar tu escritura para mejorar tu vida, obra que publiqué en la primavera de 2010, y que me llevó mucho tiempo realizar, he cambiado mi método de trabajo para ser más eficiente y poder hacer, al menos, un libro al año. En la actualidad, termino mis manuscritos a finales de agosto o principios de septiembre, se los entrego a mi agente para que los
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ponga en manos de las editoriales interesadas y empiezo a trabajar en mis siguientes obras. Así lo hice con Buenas noches y buena suerte: cómo atraer la fortuna mientras duermes (verano de 2010, Jerez de la Frontera) y con Buena mente: conviértete en un líder como Pep Guardiola con el Método Kimmon (verano de 2011, París). Las vacaciones de 2012 están siendo un poco distintas a las de años anteriores: el día 15 de julio tenía que entregar mi parte del manuscrito de Buena letra y buena vida: cómo es la escritura de las personas de éxito, obra que he realizado junto a la directora y locutora de Via Lliure en RAC 1, Marta Cailà, quien ha entrevistado a personajes relevantes a partir de un análisis grafológico. Después trabajé una semana en el proyecto 10 radicales libres: 101 ideas radicales para despedir a tu jefe y ser libre, el libro que hemos promovido Raimon Samsó y yo, y donde se ha invitado a diez economistas a que expliquen cómo decidieron y cómo consiguieron «vivir sin jefe». El prólogo, no podía ser de otra manera, lo tenía que redactar y lo ha hecho nuestro amigo común y periodista Sergio Fernández. Todo esto me ha retrasado más de lo habitual, de manera que me he puesto a trabajar en Ligera mente: consigue tu peso ideal porque te da la gana, a finales de julio. ¡Y me gustaría acabarlo este verano! Afortunadamente no parto, ni mucho menos, de cero: durante todo el año en mi PC tengo carpetas con títulos provisionales Feliz Año Nuevo, Efectiva mente, Al pie de la letra, La letra es el espejo público del alma, Maravillosa mente, Prometo hacerte feliz…Y dentro de ellas hay documentos Word, con la portada, en la que figuran el o los autores (varias de estas obras las escribiré en colaboración con otras personas), el subtítulo del libro, un lema sombreado en rojo con letras blancas y el nombre del prologuista, si tengo pensado solicitárselo a algún personaje relevante. A veces también aparece un primer índice, e incluso «citas» que pueden adecuarse a algunos epígrafes.
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Con el ratón rastreo en la pantalla y clico sobre un documento que reza «Ligera mente»: ante mis ojos ¡treinta y cinco páginas de notas, ideas, textos y enlaces a consultar!…Y constato que el trabajo de hormiguita que he llevado a cabo en los pasados meses ahora me será de gran ayuda. Durante el curso trabajo un promedio de ochenta horas semanales, entre las clases en la universidad, las que imparto en mi Centro de Estudios Universitarios, los Seminarios Kimmon, mis apariciones en radio y en televisión, presentaciones y conferencias, y no tengo casi tiempo de escribir. Pero al menos leo: un libro a la semana, unos cincuenta al año. Subrayo todo lo interesante y en las primeras hojas, que suelen estar en blanco total o parcialmente, tomo notas indicando para cuáles de mis obras en construcción puedo usarlas. También indago continuamente en Internet buscando artículos científicos de los temas que me interesan. Cuando llega el verano, decido qué libro o libros voy a escribir y antes de redactar nada, tomo todo el material que he ido estudiando en los meses anteriores y empiezo a insertar las notas en los diferentes epígrafes de mi nuevo proyecto. Durante este proceso, al que denomino «construcción», no paro tampoco leer y, al estar focalizado en una obra concreta, lo que aprendo en esa época cristaliza y se precipita fácil y rápido en las páginas que debo rellenar.
Renovarse o morir Esta mañana he acabado de leer Cita en la cima de Raimon Samsó, y he iniciado la lectura de El poder de los hábitos del periodista del New York Times Charles Duhigg. El primero me ha sido muy inspirador, y el segundo intuyo que es un hallazgo: a pesar de sus casi cuatrocientas páginas, espero haberlo terminado en un par de días. 23
Son las seis de la tarde. Quería haber empezado a escribir a las cinco, pero una frase que he leído esta mañana hacia el final de Cita en la cima me ha impactado: «Uno de los principios del milenario arte del Feng-Shui –dice contundentemente Raimon Samsó– es que si deseas que algo nuevo llegue a ti, antes deberías hacerle espacio, despejarle el camino». De manera que he decidido que después de comer ordenaría el escritorio antes de ponerme a trabajar. He tenido que quitar de mi vista: dos pilas de libros, los manuscritos de Buena mente, de Buenas noches y buena suerte, y de Buena letra y buena vida, tres cuadernos Kimmon, varios informes grafológicos, etc. Desde que ideé Kimmon he leído ciento cincuenta libros más, he llevado a cabo la investigación de mi tesis doctoral y he continuado aprendiendo, reflexionando e imaginando. En definitiva, no me apetece para nada repetirme. Me mueve el deseo de conseguir que los beneficios del Método Kimmon probados a corto plazo, tanto científicamente como por el testimonio de los cientos de personas que lo han implementado, puedan garantizarse para siempre. Al fin y al cabo ése es el encargo de la doctora Torrejón, quien me ha solicitado complementar la dieta Starbene de probadísima eficacia que ha ideado con el Plan Torrejón-Valls para conseguir el peso ideal sin recaídas. De alguna manera, siento que empiezo hasta cierto punto a ciegas, de modo que no me va a quedar más remedio que modelar el método de trabajo de mi admiradísimo José Antonio Marina, quien siempre cuenta que cuando quiere aprender de algún tema, escribe un ensayo sobre él.
El Método Redex: ¿una solución definitiva? Estas semanas tengo muy presente un párrafo que me vi impelido a añadir en el apartado making off, a petición expresa de la admirada periodista radiofónica Marta Cailà, con quien había escrito el manuscrito de Buena letra y buena vida, donde además de las citadas 24
entrevistas a personajes como Ferran Adrià, Andreu Buenafuente, etc., aparecen los testimonios reales y autorizados de voluntarios que han mejorado significativamente su carácter con el Método Kimmon que he ideado. El texto al que me refiero es el siguiente: Marta había vivido en primera persona y a mi lado una experiencia radiofónica, en palabras suyas, «alucinante», pero le preocupaba y le preocupa todavía hoy el largo plazo. Nada que decir, apenas hace un par de años que el Método Kimmon se implementa masivamente. Habrá que esperar más tiempo para ver los resultados futuros. En todo caso, ningún método de entrenamiento, ya sea físico o psíquico, puede garantizar su valía de por vida. Si te saltas la dieta, engordas. Si dejas de acudir al gimnasio, pierdes la forma. Si hay recaídas, que las habrá, será recomendable aconsejar un mantenimiento.
La frase que retumbaba en mi cabeza una y otra vez era en concreto «Si te saltas la dieta, engordas». El famoso efecto yoyó, vaya. Pero en el Plan Torrejón-Valls buscábamos precisamente una solución a largo plazo. Dietas donde se adelgaza durante unos meses hay cientos, pero es más difícil encontrar métodos definitivos o al menos que duren un largo plazo. En mi memoria también tenía presentes las sentencias del gran psicólogo Martin Seligman, a cuyos estudios tanto le debe el Método Kimmon, en el libro llamado La vida que florece, publicado en octubre de 2011 y que yo leí en enero de 2012 gracias a la recomendación del psicólogo y gran escritor Xavier Guix: «En general –dice Seligman–, hacer régimen es un timo que esquilma 50.000 millones de dólares cada año a los estadounidenses. Uno puede seguir el régimen que quiera de entre la lista de los más conocidos y en un mes perder el 5 por 100 del peso corporal. Yo seguí la dieta del melón durante treinta días y perdí casi diez kilos. Tuve diarrea durante un mes. Pero al igual que entre el 80 y el 95 por 100 de las personas que hacen régimen, recuperé todo ese peso “y más” en un plazo de tres años». 25
Martin Seligman nos está hablando de nuevo del famoso efecto yoyó, o efecto rebote, es decir, de un ciclo marcado por pérdida y recuperación sucesiva del peso corporal como consecuencia generalmente de una dieta hipocalórica excesiva. El término «dieta yoyó» fue acuñado por Kelly D. Brownell, de la Universidad de Yale, en referencia al movimiento cíclico de ascenso y descenso del famoso juguete. En este proceso, la persona que realiza el régimen experimenta el júbilo del éxito inicial al perder peso con cierta rapidez, pero no consigue mantener su peso ideal a largo plazo y comienza con el tiempo a engordar nuevamente. Ello es debido a que los límites impuestos por tales controles nutritivos extremos provocan ciertos niveles de fatiga e incluso a veces de depresión, que hacen muy difícil mantener la dieta a largo plazo. En última instancia, la persona se retrotrae a sus antiguos hábitos alimenticios, ahora agravados por los efectos emocionales negativos adicionales de haber fallado en adelgazar. Tal estado mental induce a muchas personas a comer más de lo que ingerían antes de comenzar el proceso, haciendo que se recupere el antiguo peso o incluso un poco más. Si además se reiteran los ensayos del tipo pruebaerror, se corre incluso el riesgo de convertirse en un «dieta-adicto». ¿El Método Kimmon o el Plan Torrejón-Valls, un timo más? Me interesa la ciencia, servir a la sociedad. ¡No forrarme!… Si no funciona, habrá que reconocerlo, rediseñarlo, o simplemente archivarlo como un intento, honesto pero fallido, de ayudar a las personas a vivir de forma más saludable.
El despacho «florece»
Como he dicho, llevo varios meses estudiando las relaciones mentecuerpo, y unos cuantos días «construyendo» el libro Ligera mente:
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consigue tu peso ideal porque te da la gana, y, de esto último, me veo obligado a confesar que no estoy nada satisfecho. Lo que hasta ahora he preparado es «más de lo mismo». Por eso me ha impactado la frase que he citado de mi amigo Raimon. Encerrado en el despacho de mi casa, delante del «viejo» PC, rodeado de los libros de siempre, de antiguos manuscritos, de cuadernos y análisis grafológicos… Todo atufa a Kimmon. «Si deseas que algo nuevo llegue a ti, antes deberías hacerle espacio, despejarle el camino», advierte sabiamente como siempre Samsó. A tus órdenes, amigo: he invertido quince minutos en vaciar mi escritorio hasta dejar tan sólo mi flamante nuevo portátil, el teclado extraíble, el ratón y la pantalla de 23 pulgadas. Lo curioso es que no he podido parar, y una vez he limpiado la mesa, he continuado con los volúmenes de la librería, hasta ponerlos cada uno en su sitio, clasificados por temas. También he arreglado por dentro los cajones. Un pequeño cambio inicial: vaciar el escritorio, me ha llevado a ordenar toda la biblioteca, y mi despacho «ha florecido». Me he acordado entonces de un comentario que me hizo mi mujer el jueves pasado durante la cena romántica que nos regalamos al menos una vez a la semana, y en la que inevitablemente muchas veces acabamos hablando de nuestra hija Marta. «¿Sabes? –me dijo mi esposa–, este verano la niña se cepilla los dientes con regularidad, por la mañana y antes de acostarse sin que se lo tenga que recordar, y ¡lee una hora diaria!». «Y todo empezó –añadí, orgulloso de la intuición que había tenido al principio de las vacaciones escolares– cuando la obligué a que, antes de irse a jugar al tenis, se hiciera la cama». En efecto, Marta se hallaba en plena preadolescencia, y noté que teníamos que imponerle algunos hábitos disciplinarios y ayudarla a que tomase responsabilidades, pues a la larga se convierten en
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autodisciplina, y nos permiten llegar a ser autónomos: «¿Qué tal –pensé– si empezamos por obligarla a que se haga la cama antes de salir de casa, en lugar de que se la haga en cualquier otro momento y después de una retahila de broncas?».
Pequeños triunfos Al igual que me ha pasado a mí hoy, cuando al haberme obligado a limpiar la mesa del escritorio, ese pequeño triunfo me ha llevado a ordenar todo mi despacho, a Marta, el mero hecho de hacerse la cama justo antes de salir de casa so pena de no poder acudir a sus cuatro horas matinales de tenis, le ha facilitado limpiarse los dientes y leer sin necesidad que se lo tengamos que recordar o exigir a diario. Mi mente ha vuelto a Kimmon. Cada cuatro semanas le pedimos a nuestros clientes que cambien únicamente una letra de su caligrafía (la f, la t…), y sin embargo hemos observado, en el experimento llevado a cabo para mi tesis doctoral con una amplia muestra de voluntarios, que a partir del quinto mes, en un número muy relevante de los casos, de repente se produce una transformación integral de la caligrafía, se abren las aes, mejora la estética del texto escrito… En definitiva, «la letra florece»,1 lo que nos ha conducido a concluir que cuando mejoramos ciertos aspectos de nuestra inteligencia emocional como el optimismo, la perseverancia, etc., llega un momento en que se desarrollan la totalidad de los rasgos que la caracterizan.
1. José Antonio Marina: «En inglés hay una expresiva palabra para traducir el ideal de felicidad: flourishing, florecer. En castellano antiguo feliz significaba “fertilidad”. La floración es un momento de esplendor imprescindible para el fruto».
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Sincronicidad He parado un rato de escribir. He salido al jardín y he continuado con la lectura de El poder de los hábitos de Charles Duhigg, llego a la página 144, y leo: «La sabiduría popular afirma que la mejor forma de adelgazar es que una persona cambie radicalmente su estilo de vida. Los médicos recetan estrictas dietas a sus pacientes, les dicen que vayan al gimnasio […], que cambien sus rutinas, como por ejemplo, subir por la escalera en lugar de tomar el ascensor… Pero cuando los investigadores han estudiado la eficacia de estos métodos a largo plazo, han descubierto que son un fracaso […]. Acumular tantos cambios de una vez impide que se asiente ninguno de ellos». Para evitar este tipo de fracasos, Charles Duhigg sugiere, y lo ilustra con una profusión de casos reales exitosos, proponerle a la persona que desee mejorar algún aspecto de su vida que se concentre en un único cambio, y que éste sea factible. «¡Es increíble! –pienso–. Es lo que acabo de vivir». Si esta tarde me hubiera propuesto ordenar mi despacho, lo hubiera procrastinado para otro día: «Hoy tengo que escribir, según mi programa de trabajo, unas diez hojas del libro –me hubiera recordado/excusado–, y no puedo perder tiempo…». Pero inicialmente sólo me propuse despejar la mesa, y en un plis plás también arreglé mi biblioteca, me liberé de un montón de dosieres inútiles y vacié la papelera. «¡Lo mismo que Marta!». Me di cuenta de que durante el invierno la habíamos abrumado con un montón de recomendaciones: «Hazte la cama, lávate bien los dientes, no hables con la boca llena, dobla la ropa de tu cuarto, camina erguida…». Por alguna razón, la mente de los seres humanos se cortocircuita cuando tiene que atender demasiadas sugerencias todas a la vez. Si quería que el Método Redex o el Plan Torrejón-Valls fuesen eficaces, no debía perder de vista este detalle. Duraran lo que dura29
ran, cada cuatro semanas sólo podían trabajarse muy pocos buenos hábitos. Por lo menos al principio.
Hábitos tangibles y hábitos intangibles Cuando llevaba a cabo la investigación que se convirtió en el Método Kimmon que explico exhaustivamente en Buenos días y buena letra, me percaté de que para adquirir una nueva habilidad, una persona debe experimentar una transformación psíquica que le permita interiorizar esa habilidad, y usarla de forma espontánea y natural en cualquier situación donde le sea menester. Por muchas veces que le digamos a alguien que adopte una actitud positiva ante la vida, si los estímulos educacionales y ambientales recibidos, probablemente en su infancia, le han desarrollado un sentimiento de profunda negatividad, esta persona se mostrará impotente ante el reto que le exigimos, y pronto se frustrará y desistirá de su intento. El escritor inglés del siglo XVII John Dryden (1631-1700) afirmó no sin razón que «primero creamos nuestros hábitos y después nuestros hábitos nos crean a nosotros». Nadie nace con una autoestima baja, ni con una mentalidad negativa, ni siendo poco resolutivo. Son hábitos que se adquieren inconscientemente a temprana edad. Son conductas aprendidas y practicadas con tanta frecuencia que se han convertido en parte de nuestro carácter, que modifica, matiza y en muchas ocasiones adultera nuestro temperamento heredado genéticamente de nuestros progenitores. Pero no debemos confundir nuestro verdadero yo, al que podríamos denominar «nuestra primera naturaleza», con esta «segunda naturaleza» constituida por comportamientos observados y copiados de otras personas, aunque una vez adquirida y asumida (generalmente en edades en las que el ser humano carece por completo de criterio selectivo) la sentimos como parte integrante de nuestra personalidad más íntima. No es por ca30
sualidad que la palabra hábito signifique además de «costumbre», «vestido utilizado por algunas personas en virtud de un voto». Debemos considerar nuestros hábitos como la ropa que reviste nuestro auténtico «yo», en función de roles que hemos aprendido a desempeñar. Todo aquello que hemos aprendido a realizar, como ducharnos por la mañana, cepillarnos los dientes después de las comidas o estrechar la mano cuando nos presentan a alguien, son el resultado de la formación de un hábito. Los hábitos se constituyen mediante la reiteración de un patrón ritualizado. Cada vez que ejecutamos una de las experiencias citadas o cualquier otra, ésta imprime una huella en nuestro cerebro, y a medida que la reiteramos, dicha huella se fortalece, en un proceso muy parecido a como van apareciendo senderos en medio de la maleza. Tanto nuestras conductas como nuestros pensamientos se convierten en habituales si se repiten un número suficiente de veces. Es una verdad generalmente aceptada que se necesitan entre veintiuno y treinta días de práctica reiterada de una determinada actuación para que se convierta en un hábito y pase a formar parte de nuestra segunda naturaleza. Cabe esperar que durante ese período de tiempo la inercia de la costumbre de erradicar ofrezca una enorme resistencia al cambio, y que haga falta mucha convicción y un altísimo compromiso para sustituirla. Tres semanas es precisamente el lapso mínimo de tiempo necesario para reeducar nuestro cerebro, de modo que las nuevas conexiones neurológicas se consoliden hasta que la conducta deseada se automatice. Ahora bien, no es lo mismo comer sano –un hábito tangible– que empezar a ser empático –hábito intangible. En este sentido, en Buenos días y buena letra citaba el método para desarrollar la empatía, para mí casi inviable, que proponía el genial autor ya desaparecido Stephen Covey en su excelente Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva: 31