La cuarta revolución industrial, un enorme desafío para el mundo Choques que plataformas como Uber han tenido con legislaciones son apenas la punta del iceberg. El futuro ya no es esa referencia lejana que dejaba mucho tiempo para pensar en la mejor manera de abordarlo. ace apenas cuatro meses, !laus "ch#ab, director y fundador del $or $oro o Económico %undial &$E%' (que re)ne a potencias económicas, líderes y a varios de los capitales m*s poderosos del mundo( advertía en +avos &"uia' que la Cuarta -evolución -evolución ndustrial ya est* marchando en el mundo y /el problema est* en que ni los gobiernos ni la sociedad civil ser*n capaces de paliar los grandes desbarajustes que ocasionar* este aut0ntico maremoto, que tendr* importantes consecuencias económicas, políticas y sociales a nivel mundial1. Con la discusión puesta en esta nueva 2revolución3, por el $oro des4ló una cifra escalofriante5 en la pró6ima d0cada el desarrollo de las industrias impulsadas por el avance de las nuevas tecnologías pondr* en riesgo el 78 por ciento de los empleos actuales en países como Estados Unidos. La predicción pareció ir por el mismo camino de los vaticinios de 9ohn Chambers, presidente presidente ejecutivo del gigante de las telecomunicaciones Cisco "ystems, quien desde el a:o pasado viene insistiendo en que, si las empresas de hoy no se montan a la ola de las nuevas plataformas tecnológicas, el 7; por ciento de ellas terminar* por ahogarse y desaparecer en solo una d0cada. "uena al apocalipsis, pero el propio "ch#ab &ver columna ane6a' invitó a dedicar la )ltima edición del $E% a pensar en conjunto y, muy seriamente, cómo estar a la altura del desafío y plantar cara, de la mejor manera, al terr te rremoto emoto que est*n ocasionando iniciativas como Uber y ? el revuelo lo causaron las m*quinas a vapor. vapor. Luego, en el >>, la electricidad. < 4nales del siglo >> y principios del >>, la automatiación de las f*bricas, la aparición de los computadores e internet. @ ahora, la que ha sido bautiada como la 2cuarta revolución3 toca la campana avisando que es hora de montarse en el tren de la 2internet de las cosas3, que es el concepto que, m*s all* de la red
misma, abarca la posibilidad de que objetos, m*quinas y personas interact)en remotamente en cualquier lugar y momento. Los conAictos que Uber ha desatado con los ta6istas tradicionales, que denuncian competencia deslealB el de
por noc out, al punto que en casos como el colombiano la plataforma Cabify acaba de anunciar que competir* directamente con Uber en un país que a)n no sabe a ciencia cierta si Uber es legal o ilegal. "ituaciones así son tan comunes ahora en el mundo que incluso Europa ya luce lista para dar el paso. Elbieta Fieno#sa, comisaria europea a cargo de temas de industria, a4rmó esta semana que /no se puede prohibir totalmente una actividad solo para proteger modelos económicos e6istentes1. @ agregó5 /La economía colaborativa puede constituir una oportunidad para los consumidores, los empresarios y el sector privado, con la condición de que sea fomentada de la manera correcta1. $uturo cercano /?ivimos pegados al status quo de la segunda revolución industrial y algo de la tercera1, asegura
entreguen pr0stamos solo estudiando la disciplina de los usuarios al pagar sus servicios en internet, lo que le supondr* a la banca tradicional la necesidad de suprimir sus departamentos de an*lisis del riesgo. +e hecho, =sorio est* tan convencido del cambio que apunta que el sistema 4nanciero ser* totalmente distinto a de aquí a cinco a:os, con la progresiva desaparición de las sucursales y con el crecimiento de monedas netamente digitales, como el bitcóin. En la cuarta revolución industrial, las nuevas empresas, como ya estamos viendo actualmente, se enfocar*n m*s en encontrar valor al resolver las necesidades de las personas, tal y como lo sugiere el especialista brit*nico Iaul %ason, autor del libro Ioscapitalismo5 acia un nuevo futuro. < este escenario se suma el alcance global de internet y la posibilidad de llegar a un p)blico diferenciado con servicios que se prestan de manera directa y que prescinden de intermediarios y largas cadenas de distribución. "olo de esta manera, por dar otro ejemplo, ser* posible que a trav0s de una plataforma de venta online un emprendedor pueda competir directamente con grandes super4cies sin necesidad de puntos de venta y con una mano de obra reducida, lo que al 4nal se traducir* en la posibilidad de ofrecer mejores precios. Ior realidades de este tipo es que algunos teóricos de la nueva economía han descrito a la 2cuarta revolución3 como la era que democratiar* el emprendimiento. El nuevo capitalismo J
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