Política – Jean-Luc Nancy
LA COMUNIDAD INOPERANTE 1 JEAN-LUC NANCY
La disolución de la comunidad
“El testimonio más importante y el más penoso de mundo moderno, aquel que reúne tal vez a todos lo otros testimonios que esta época se encuentra encargada de asumir, en virtud de quién sabe qué decreto o de qué necesidad (pues también ofrecemos testimonio del agotamiento del pensamiento de la Historia), es el testimonio de la disolucin, de la dislocacin o de la conflagracin de la comunidad !" !" (p! #$)
El individuo como descomposición de la comunidad
“%Es verdaderamente menester decir aqu& algo acerca del individuo' lgunos ven en su invento y en su cultura, si no en su culto, el privilegio insuperable gracias al cual Europa abr&a demostrado al mundo la única v&a de emancipacin de las tiran&as y la norma a cuya luz an de medirse todas las tentativas colectivas individuo no no es más que el residuo que deja la experiencia de la disolución de la y comunitarias! *ero el individuo comunidad! *or su naturaleza +como su nombre lo indica, es el átomo, el indivisible+, el individuo revela ser el resultado abstracto de una descomposición Es una !i"ura distinta # sim$trica de la inmanencia% el para-s& absolutamente desprendido' tomado como ori"en # como certe(a !" (p! #)
La comunidad como el clinamen del individuo
“*ero la experiencia que este individuo atraviesa , desde Hegel por lo menos, y que atraviesa, ay que confesarlo, con una tozudez apabullante, es tan sólo la experiencia de esto% a saber' que es el ori"en # la certe(a sólo de su propia muerte! - su inmo inmortalidad dad inmort rtal alid idad ad tras traspa pasa sada da a sus sus obra obras, s, su inmortali operatoria es para $l incluso su propia alienación , y ace que su muerte le sea aun más e.tra/a que la
e.tra/eza sin vuelta que 0es1 de todas formas! *or lo demás, no se ace un mundo con simples átomos! Hace falta un clinamen! Hace falta una inclina inclinacin cin del uno acia acia el otro, otro, del uno por el otro o del uno al otro! La comunidad es al menos el clinam clinamen en del )individ )individuo* uo* *ero ninguna teor&a, ninguna ética, ninguna pol&tica, ninguna metaf&sica del
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NANCY, J. (2010). La comunidad inoperante. Santago de Chile: ARCIS. Trad. Cas. Cas. Jan !anel "arrido #ainer
individuo es capaz de encarar este clinamen, esta declinacin o este declinamiento del individuo en la comunidad! El 0personalismo1, o bien 2artre, slo lograron revestir al individuo3su4eto más clásico con una pasta moral o sociolgica5 no lo inclinaron fuera de s& mismo, sobre este borde que es el de su estar3en3 común! El individualismo es un atomismo inconsecuente5 se olvida de que la cuestin del átomo es la de un mundo! *or ello la cuestión de la comunidad es la "ran ausente de la meta!&sica del sujeto , vale decir + individuo o Estado total+ de la metaf&sica del para3s& absoluto5 lo que también significa la metaf&sica del absoluto en general, del ser como ab3soluto, perfectamente desprendido, distinto y clausurado, sin relación!
Este absoluto puede presentarse ba4o las especies de la 6dea, de la Historia, del 6ndividuo, del Estado, de la 7iencia, de la 8bra de arte, etc! 2u lgica siempre será la misma, en la medida en que es sin relacin! (9) +al encarnación de la ,umanidad' su conjunto como ser absoluto' allende la relación # la comunidad' !i"ura el destino que quiso el pensamiento moderno No saldremos del )combate perpetuo* mientras no ,a#amos podido sustraer de este destino a la comunidad !" (pp! #3#:)
El ser como comunidad
“;a desgarradura oculta en esta pregunta es la desgarradura que la pregunta misma provoca entre la totalidad de las cosas que son +considerada como lo absoluto, vale decir separada de toda otra 0cosa1+ y el ser (que no es una 0cosa1) por el cual o en nombre del cual estas cosas, en totalidad, son! Esta desgarradura (análoga, si no idéntica, a la diferencia ontico3ontolgica de Heidegger) define una relación del absoluto, impone al absoluto una relacin con su propio ser, en lugar de entregar este ser inmanente a la totalidad absoluta de los entes! s&, es el ser )mismo* el que lle"a a de!inirse como relación' como noabsolute(' # si se quiere por lo menos es lo que pretendo decir como comunidad !" (p! #<)
La exigencia comunista y el gesto para ir más lejos que todos los horizontes
“=odo parece mostrar, más bien, en la resignacin, que la desaparicin, la imposibilidad o la condena del comunismo son los que forman el nuevo orizonte insuperable! Estos vuelcos son corrientes> nunca an logrado mover algo! Hay que abérselas con los horizontes como tales! El l&mite último de la comunidad, o el l&mite que forma, como tal, la comunidad, afecta, se verá, un trazado completamente distinto! *or ello, de4ando en claro que el comunismo ya no es nuestro orizonte insuperable, ay que establecer también, con la misma fuerza, que una e.igencia comunista se comunica con el gesto a través del cual debemos ir más le4os que todos los orizontes!" (p! ?@)
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La comunidad perdida
./asta nosotros' la ,istoria ,abrá sido pensada sobre el !ondo de una comunidad perdida # que debe reencontrarse o reconstituirse !
;a comunidad perdida, o rota, puede ser e4emplificada de muc&simas maneras, en paradigmas de todo tipo5 familia natural, ciudad ateniense, república romana, primera comunidad cristiana, corporaciones, comunas o fraternidades + siempre se trata de alguna edad perdida en que la comunidad se te4&a con v&nculos estrecos, armoniosos e irrompibles, y en que sobre todo se daba a s& misma, en sus instituciones, en sus ritos y en sus s&mbolos, la representacin, o me4or la ofrenda viviente de su propia unidad, de su intimidad y de su autonom&a inmanentes! 0istinta de la sociedad 1que es una mera asociación # distribución de las !uer(as # de las necesidades2 # opuesta a la expropiación 1que disuelve a la comunidad sometiendo los pueblos a sus armas # a su "loria2' la comunidad no sólo es la comunicación &ntima de sus miembros entre ellos' sino tambi$n la comunión or"ánica de s& misma con su propia esencia! Ao slo está constituida por una 4usta distribucin de las tareas y de los bienes, ni por un
feliz equilibrio de las fuerzas y de las autoridades, sino que está eca ante todo con el reparto y con la difusin o la impregnacin de una identidad en una pluralidad donde cada miembro, al mismo tiempo, slo se identifica a través de la mediacin suplementaria de su identificacin con el cuerpo viviente de la comunidad! En la divisa de la Bepública, la comunidad es designada por la fraternidad: el modelo de la familia y del amor! *ero es aqu& que debe sospecarse de la conciencia retrospectiva de la pérdida de la comunidad y de su identidad (ya sea esta conciencia concebida como efectivamente retrospectiva, ya sea, despreocupada por las realidades del pasado, la constructora de esas imágenes por cuenta de un ideal o de una prospectiva!) Cebe sospecarse de esta conciencia, ante todo porque pareciera acompa/ar a 8ccidente desde sus comienzos5 en cada momento de su istoria, 3ccidente se ,a entre"ado de antemano a la nostal"ia de una comunidad más arcaica' # desaparecida' a la a4oran(a de una !amiliaridad' de una !raternidad' de una convivialidad perdidas ! El comienzo de nuestra historia es la partida de Ulises, y la instalación en su palacio de la rivalidad, de la disensión, de los complots! lrededor de *enélope que reace el te4ido
de la intimidad sin nunca terminarlo, los pretendientes instalan la escena social, guerrera y pol&tica +la pura e.terioridad! *ero la verdadera conciencia de la p$rdida de la comunidad es cristiana 5 la comunidad, cuya falta y deseo animan a Bousseau, 2clegel, Hegel, luego Daunin, Far., Gagner o Fallarmé, se piensa como la comunión> # la comunión tiene lu"ar' en su principio # en su !inal' en el seno del cuerpo m&stico de Cristo! l mismo tiempo que es el mito más antiguo de 8ccidente, la comunidad podr&a ser, por qué no, el
pensamiento moderno de la participacin del ombre en la vida divina5 el pensamiento del ombre penetrando en la inmanencia pura! (9)
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El pensamiento o el deseo de la comunidad podr&a entonces, perfectamente, ser no más que el invento tard&o que intent responder a la dura realidad de la e.periencia moderna5 que la divinidad se retiraba infinitamente de la inmanencia, que el propio dios3ermano era en el fondo el deus-absconditus (esto fue el saber de Hlderlin), y que la esencia divina de la comunidad +o la comunidad en tanto que e.istencia de la esencia divina+ era lo imposible mismo! *udo llamársele a todo esto la muerte de Cios5 esta e.presin queda cargad&sima con la posibilidad, si no con la necesidad, de una resurreccin que restituya Cios y ombre a una inmanencia común! (9) La comunidad será desde entonces el l&mite de lo ,umano # tambi$n de lo divino Con 0ios o con los dioses' es la comunión sustancia # acto' acto de la sustancia inmanente comunicada lo que le ,a sido retirado de!initivamente a la comunidad !" (pp! ?#3??)
El fantasma de la comunidad perdida
“Ce modo que la comunidad' lejos de ser lo que la sociedad ,abr&a roto o perdido' es lo que nos ocurrepre"unta' espera' acontecimiento' imperativo a partir de la sociedad Nada se ,a perdido' pues5 # por ello nada está perdido Los que andan perdidos sólo somos nosotros mismos' nosotros sobre quienes el )v&nculo social* 1las relaciones' la comunicación2' nuestro invento' recae pesadamente como la red de una trampa económica' t$cnica' pol&tica' cultural Enredados en sus mallas' nos !orjamos el fantasma de la comunidad perdida! (9) Lo que está )perdido* de la comunidad la inmanencia # la intimidad de una comunión está perdido sólo en este sentido% a saber' que tal )p$rdida* es c onstitutiva de la )comunidad* misma !
Ao es una pérdida5 la inmanencia es al contrario eso mismo que' si tuviera lu"ar' suprimir&a al punto la comunidad' o aun la comunicación' como tal La muerte no sólo es su ejemplo5 es su verdad ! En la muerte , si por lo menos se considera lo que ace advenir la inmanencia en ella (la descomposicin que
regresa a la naturaleza, 0todo va ba4o tierra y entra en el 4uego1> o bien las versiones paradis&acas del mismo 04uego1) y si se olvida lo que la ace siempre irreductiblemente singular , #a no ,a# comunidad o comunicación% sólo queda la continua identidad de los átomos !" (p! ?$)
La comunidad de muerte
“ora bien, tal comunidad de muerte o de muertos es la comunidad de la inmanencia ,umana' el ,ombre convertido en i"ual a s& mismo o a 0ios' a la naturale(a o a sus propias obras El ,ombre reali(ado del ,umanismo' individualista o comunista' es el ,ombre muerto 6ale decir la muerte' en la comunidad , no es el exceso indomable de la !initud' sino la reali(ación in!inita de una vida inmanente 5 es la muerte misma entregada a la inmanencia, es, finalmente, esta reabsorcin de la
muerte que la civilizacin cristiana, como devorando su propia trascendencia, lleg a proponerse a guisa de I
obra suprema! Cesde ;eibniz no ay más muerte en nuestro universo5 de un modo u otro, una circulacin absoluta de sentido (de los valores, de los fines, de la Historia9) colma o reabsorbe toda negatividad finita, saca de cada destino singular finito una plusval&a de umanidad o de sobreumanidad infinita! *ero esto supone 4ustamente la muerte de cada uno y de todos en la vida del infinito! (9) Fillones de muertes, ciertamente, están justificadas por la rebelin de quienes mueren5 están 4ustificadas como réplica a lo intolerable, como insurrecciones contra la opresin social, pol&tica, técnica, militar, religiosa! *ero no ay relevo de esas muertes5 ninguna dialéctica, ninguna salvacin, conduce estas muertes a otra inmanencia que a la inmanencia de9 la muerte (del cese, de la descomposicin, que no forman más que parodias o reversos de inmanencia)! - la edad moderna no pens la 4ustificacin de la muerte más que ba4o las especies de la salvacin o del relevo dialéctico de la istoria! La edad moderna se ,a consa"rado tena(mente a encerrar el tiempo de los ,ombres # de sus comunidades en una comunión inmortal donde la muerte' !inalmente' pierde el sentido insensato que debiera tener # que tiene' obstinadamente !
- enos aqu& condenados, como forzados a buscar este sentido fuera de sentido ya no en la comunidad! Fas la tentativa es absurda (es la absurdidad del pensamiento del individuo)! La muerte es indisociable de la comunidad' porque la comunidad se revela a trav$s de la muerte +y rec&procamente!
(9) La muerte excede irremediablemente los recursos de la meta!&sica del sujeto ! El fantasma de esta
metaf&sica, el fantasma que Cescartes (casi) no os tener, pero que la teolog&a cristiana ya propon&a, es el fantasma de un muerto que dice, como el se/or Galdemar en Jilliers, 0estoy muerto1 + ego sum…mortuus! 2i yo no puede decir que está muerto, si yo desaparece efectivamente en su muerte, en esta muerte que precisamente le es lo más propio, lo más inalienable, ocurre que yo es algo distinto de un su4eto ." (pp! ?I3?:)
La muerte del sujeto en Heidegger y su extravío
“+oda la investi"ación ,eide""eriana del )estar-vuelto-,acia-la-muerte* no tuvo otro sentido que el de intentar enunciar esto% #o no es no so# un sujeto ! (unque cuando se trat de la
comunidad como tal, el propio /eide""er se e.travi en la visin de un pueblo y de un destino al menos en parte concebido como su4eto! ;o que prueba sin duda que el 0estar3vuelto3acia3la3muerte1 del Casein no ab&a estado radicalmente implicado en su coestar +en el Fitsein+, y que es esta implicacin lo que nos queda por pensar!)" (p! ?:)
La comunidad más allá de la metafísica del sujeto
“Lo que no es un sujeto abre # se abre instantáneamente sobre una comunidad' cu#o pensamiento excede a su ve( los recursos de la meta!&sica del sujeto ! ;a comunidad no te4e el v&nculo de
una vida superior, inmortal o transmortal, entre su4etos (as& como no está te4ida con los v&nculos inferiores de una consubstancialidad de sangre o de asociacin de necesidades), sino que está constitutivamente, en la medida en que se trata all& de una 0constitucin1, ordenada en funcin de la muerte de quienes son llamados, acaso equivocadamente, sus 0miembros1 (a menos que se trate, en ella, de un organismo)! *ero no le está ordenada como una obra! As& como no es una obra' la comunidad no obra como muerte !" (p! ?:)
La comunidad como comunidad de los otros
.La comunidad se revela en la muerte del otro% as&' se revela siempre al otro La comunidad es lo que tiene lu"ar siempre a trav$s del otro # para el otro ! Ao es el espacio de los «mí-mismos» +su4etos y
sustancias, en el fondo inmortales+ sino aquel de los yoes, que son siempre otros (o bien, no son nada)! 7i la comunidad se revela en la muerte del otro' esto se debe a que la muerte misma es la verdadera comunidad de los yoes que no son mí-mismos No es una comunión que !usione los mí-mismos en un Mí-mismo o en un Nosotros superior Es la comunidad de los otros La verdadera comunidad de los seres mortales' o la muerte en cuanto comunidad' es su imposible comunión La comunidad ocupa lue"o este lu"ar sin"ular% asume la imposibilidad de su propia inmanencia' la imposibilidad de un ser comunitario en cuanto sujeto ! La comunidad asume e inscribe +es su gesto y su trazado propios+, de
alguna manera, la imposibilidad de la comunidad ! Kna comunidad no es un proyecto fusional, ni de modo general un proyecto productor u operatorio +ni un proyecto a secas (e a& otra diferencia radical más con 0el esp&ritu de un pueblo1, que de Hegel a Heidegger figur la colectividad como proyecto y el proyecto, rec&procamente, como colectivo +lo que no quiere decir que no tengamos nada que pensar de la singularidad de un 0pueblo1)! Una comunidad es la presentación a sus miembros de su verdad mortal (lo que equivale a decir
que no ay comunidad de seres inmortales> se puede imaginar una sociedad, o una comunin, de seres inmortales, pero no una comunidad)! Es la presentación de la !initud # del exceso irremediable que en"endran al ser !inito% su muerte' pero tambi$n su nacimiento' # con ella la imposibilidad para m& de volver a !ranquear este 8ltimo' # tambi$n de !ranquear mi muerte ! (pp! ?:3?<)
ataille! La so"eranía es el ser que no es# un exceso
*ara 9ataille, la transformacin de la nostalgia de una comunidad perdida en la conciencia de un 0inmenso fracaso 1 de la istoria de las comunidades se vinculaba a la 0e.periencia interior1, cuyo último contenido, verdad o leccin, rezaba5 0;a soberan&a no es AC!1 Es decir, la soberan&a es la exposición :
soberana a un exceso 1a una trascendencia2 que no se presenta' no se deja apropiar 1ni simular2' # ni siquiera se da' sino más bien al que el ser es abandonado ! La soberan&a se expone # nos expone a un exceso que no es' en un sentido qui(ás próximo de aqu$l en que el 7er ,eide""eriano )no es*' vale decir en ese sentido en que el ser del ente !inito no es tanto lo que lo ,ace ser como lo que lo deja abandonado a tal ex-posición ! El ser del ente finito lo e.pone al fin del ser!
Ce este modo, la e.posicin al AC de la soberan&a es lo contrario al movimiento de un su4eto que llegar&a al l&mite de la nada (lo que, en el fondo, constituye el movimiento permanente del 2u4eto, que devora en sí indefinidamente la nada que representa todo lo que no es para sí se trata, al final, de la autofagia de la
verdad)! )En* el )NA0A*' o en nada en la soberan&a' el ser está ) fuera de sí * 5 está en una exterioridad que es imposible recuperar , o tal vez abr&a que decir que es de esta e.terioridad, que es de
un afuera que no puede remitir se, pero con el cual mantiene una relacin esencial e inconmensurable! Esta relacin dispone en su lugar al ser singular! *or ello 0la e.periencia interior1 de la que abla Dataille no tiene nada de 0interior1 ni de 0sub4etivo1, sino que es indisociable de la e.periencia de esta relacin con el afuera inconmensurable! 2lo la comunidad suministra el espacio, o el ritmo, de esta relacin!" (pp! ?L3$@)
La comunidad como interrupción de la conciencia de sí
“;a comunidad, que no es un su4eto, y menos aún un su4eto (consciente o inconsciente) más amplio que 0m&3mismo1, no tiene, no posee esta conciencia5 la comunidad es la conciencia extática de la noc,e de la inmanencia' por cuanto esa conciencia es la interrupción de la conciencia-de-s& !" (p! $#)
$xtasis y comunidad en ataille
Dataille supo me4or que nadie +fue el único que abri el camino para un saber+ qué forma algo más que una cone.in del é.tasis y de la comunidad, qué ace de cada uno el lugar del otro, o aun aquello en virtud de lo cual, conforme a una topolog&a atpica, la circunscripcin de una comunidad, o me4or su arrealidad (su naturaleza de aire, de espacio formado), no es un territorio, sino que forma la arrealidad de un
é.tasis, as& como +rec&procamente+ la forma de un é.tasis es aquella de una comunidad! 2in embargo el propio Dataille qued suspendido entre los dos polos del é.tasis y de la comunidad! ;a reciprocidad de estos dos polos consiste en que, al mismo tiempo en que se dan lugar el uno al otro + arrealizándose+, se limitan el uno por el otro +lo que produce otra 0arrealizacin15 una suspensin de la inmanencia a la cual, con todo, la cone.in entre ambos implica! Esta doble arrealizacin funda la resistencia a la fusin, a la obra mortal, y esta resistencia es el eco del estar3en3común como tal5 sin esta resistencia, nunca estar&amos muco tiempo en común, y muy pronto ser&amos 0realizados1 en un ser único y total!" (p! $#) <
%otalitarismo y la comunidad por pensar
“*or otra parte, y además, este mundo ya ni siquiera nos remite a la clausura del umanismo comunista que Dataille analizaba! Aos remite a un 0totalitarismo1 que Dataille no sospecaba e.actamente, limitado como estaba por las condiciones de la guerra fr&a, y ofuscado por este motivo oscuro pero persistente5 a saber, que por el lado del comunismo, a pesar de todo, la promesa comunitaria se ab&a escapado! Fas para nosotros, inclusive más allá, desde aora, de un 0totalitarismo1 que ubiese sido la realizacin monstruosa de esta promesa, no ay ya sino imperialismos que 4uegan entre ellos sobre el fondo de otro imperio más, o de otro imperativo técnico3econmico, y de las formas sociales que dan forma a este imperativo! ;a comunidad de4 de estar en cuestin! *ero se debe también a que la puesta en marca técnico3econmica de nuestro mundo tom el relevo, incluso recogi la erencia de los designios de la puesta en marca comunitaria! 2iempre se trata esencialmente de obra, de operacin o de operatividad! Es en este sentido que la exi"encia de la comunidad todav&a nos es inaudita' que nos queda por redescubrir # por pensar Al menos podemos saber que los propios t$rminos de la promesa de la obra comunitaria #a no respond&an' en s& mismos' al )sentido* inaudito de la )comunidad*' # que en suma el proyecto comunitario como tal participa del inmenso fracaso! .! (p! $I)
&omunismo literario
“Lo que ),a#* en el lu"ar de la comunicación' no es ni el sujeto ni el ser comul"ante' sino la comunidad' # el reparto !
Eso no dice nada aún! caso en verdad no ay nada que decir ! caso no ay que buscar ni palabra ni concepto, y reconocer en el pensamiento de la comunidad un e.ceso terico (más e.actamente5 un e.ceso sobre lo terico) que nos obligar&a a otra pra"is del discurso y de la comunidad! *ero esto, al menos, ay que intentar decirlo, pues 0slo el lengua4e indica, en el l&mite, el momento soberano donde ya no cuenta1 (M, ?<@)! ;o que significa, aqu&, que sólo un discurso de la comunidad a"otándose puede indicar a la comunidad la soberan&a de su reparto (vale decir no presentarle ni significarle su comunión)! Kna ética, una
pol&tica del discurso y de la escritura están evidentemente implicadas all&! ;o que debe ser o lo que puede ser tal discurso, por quién y cmo debe y puede ser sostenido en la sociedad, inclusive lo que llamar&a a transformar, revolucionar o resolver de esta sociedad (por e4emplo5 %quién escribe aqu&' %dnde' %para quién' un 0filsofo1, un 0libro1, una 0editorial1, 0lectores1, %conviene esto, as& no más, a la comunicacin'), es lo que abrá que comenzar a indagar! Ao es otra cosa que la cuestión del comunismo literario' o de lo que por lo menos trato de indicar con esa torpe expresión% al"o que ser&a el reparto de la comunidad en # por su escritura' su literatura !" (p! $<)
N
La comunidad de la finitud
“El reparto responde a lo si"uiente% lo que la comunidad me revela' presentándome mi nacimiento # mi muerte' es mi existencia !uera de m& ! ;o que no quiere decir mi e.istencia investida en o
por la comunidad, como si ésta fuera otro su4eto que me relevara, ba4o un modo dialéctico o ba4o un modo comulgante! La comunidad no releva la finitud que e"pone# Ella no es, en suma, m$s que esta e"posición. Es la comunidad de seres !initos' # en cuanto tal ella misma es comunidad finita! Jale decir, no comunidad limitada con respecto a una comunidad in!inita o absoluta' sino comunidad de la !initud' porque la !initud )es* comunitaria' # porque nin"una otra cosa es comunitaria
El estar3en3común no significa un grado superior de sustancia o de su4eto, que carga con los l&mites de las individualidades separadas! En cuanto individuo, estoy cerrado a toda comunidad, y no será e.cesivo decir que el individuo +si por lo menos un ser absolutamente individual pudiera e.istir+ es infinito! 2u l&mite, en el fondo, no lo concierne +lo cierne solamente (y, tal como lo e venido indicando, se sustrae a la lgica del l&mite5 mas, porque no es posible sustraerse a esta lgica, porque resiste, y porque la comunidad resiste en ella, no ay individuo)!" (pp! $<3$N)
'ingularidad frente a individualidad
.El ser sin%ular ' que no es el individuo' es el ser !inito ! 2in duda lo que le falt a la temática de la
individuacin, tal como pas de un cierto romanticismo a 2copenauer y a Aietzsce, fue abordar la singularidad +de la cual, con todo, no estaba ale4ada! ;a individuacin desprende entidades cerradas de un fondo informe +cuya sola comunicacin, contagio o comunin, sin embargo, configura el ser de los individuos! *ero la singularidad no procede de un tal desprendimiento de formas o de figuras claras (ni de lo que está vinculado a esta operacin5 la escena de la forma y del fondo, el aparecer vinculado a la apariencia, y el deslizamiento de la apariencia en el niilismo estetizante donde siempre se realiza el individualismo)! ;a singularidad tal vez no procede de nada! Ao es una obra que resulte de una operacin! Ao ay proceso de 0singularizacin1, y la singularidad no es ni e.tra&da, ni producida, ni derivada! 2u nacimiento no tiene lugar a partir de ni como efecto de: antes bien ella da la medida conforme a la cual el nacimiento, como tal, no es ni
una produccin, ni una autoposicin> la medida conforme a la cual el nacimiento infinito de la finitud no es un proceso que opera sobre un fondo y a partir de fondos! *ero el (los) 0fondo(s)1 es él mismo, por s& mismo y en cuanto tal, la finitud de las singularidades +ya! Es un )!ondo* sin !ondo , no tanto en el sentido en que abrir&a la apertura de un abismo, como, a
saber, en el sentido en que no está ,ec,o más que de la red' del entrela(amiento # del reparto de las sin"ularidades5 #ngrund más que $bgrund , aunque no menos vertiginoso! No ,a# nada detr$s de la sin"ularidad5 sino que ,a#' !uera de ella en ella' el espacio inmaterial y material que la distribu#e #
L
que la reparte como sin"ularidad' los con!ines de otras sin"ularidades' o más exactamente% los con!ines de la sin"ularidad' vale decir de la alteridad' entre ella # ella ! (9)
Kn ser singular aparece , en cuanto la propia finitud5 en el fin (o en el comienzo), en el contacto de la piel (o del corazn) de otro ser singular, en los confines de la misma singularidad que, como tal, siempre es otra, siempre está compartida, siempre está e.puesta! Este aparecer no es una apariencia, es al contrario el
parecer a la vez glorioso y miserable del ser3finito mismo!" (pp! $N3$L)
&omunidad y singularidad
“La comunidad si"ni!ica' por consi"uiente' que no ,a# ser sin"ular sin otro ser sin"ular' # que entonces ,a#' dic,o en un l$xico inapropiado' una )socialidad* ori"inaria u ontoló"ica' que desborda ampliamente en su principio el puro motivo de un ser-social del ,ombre 1el zoon politi&on es se"undo con respecto a esta comunidad2 (9) 2i el ser social es siempre formulado como un predicado del ombre,
la comunidad designar&a en cambio lo único a partir de lo cual algo como 0el ombre1 podr&a ser pensado! *ero este pensamiento ser&a al mismo tiempo tributario de esta determinacin principal de la comunidad5 a saber, que no ,a# comunión de las sin"ularidades en una totalidad superior a ellas e inmanente a su ser com8n" (p! $L)
La comunicación y la comparecencia de la finitud
“En lu"ar de tal comunión' ,a# comunicación% vale decir' mu# precisamante' la !initud misma no es nada' no es un !ondo' ni una esencia' ni una sustancia 7ino que parece' se pr esenta' se expone' # as& e"iste en tanto que comunicación ! *ara designar este modo singular del parecer, esta fenomenalidad
espec&fica y sin duda más originaria que toda otra fenomenalidad (pues podr&a ser que el mundo pareciera a la comunidad, no al individuo), debiera poderse decir que la !initud com-parece # que no puede sino com parecer' con ello, se tratar&a de escucar all&, a la vez, que el ser !inito se presenta siempre en conjunto' por tanto entre varios' que la !initud se presenta siempre en el estar-en-com8n y como este estar
mismo, y que de esta forma se presenta siempre a la audiencia # al juicio de la le# de la comunidad' o más bien # más ori"inariamente al juicio de la comunidad en cuanto le# ! La comunicación consiste ante todo en este reparto # en esta com-parecencia de la !initud 5 vale
decir en esta dislocacin y en esta interpelacin que se revelan as& constitutivas del estar3en3común + precisamente por cuanto no es un ser común!" (pp! $L3I@)
#@
La comparecencia de la finitud como esencia de la comunidad
.La !initud comparece' vale decir está expuesta% tal es la esencia de la comunidad !
;a comunicacin, en estas condiciones, no es un 0v&nculo1! ;a metáfora del 0v&nculo social1 desgraciadamente superpone, a 0su4etos1 (vale decir a ob4etos), una realidad ipotética (aquella del 0v&nculo1), a la cual esfuérzase en conferir una dudosa naturaleza 0intersub4etiva1, que estar&a dotada de la virtud de vincular estos ob4etos los unos con los otros! *odrá ser tanto el v&nculo econmico como el v&nculo del reconocimiento! *ero el orden de la com-parecencia es más ori"inario que el del v&nculo No se instaura' no se establece o no emer"e entre sujetos 1objetos2 #a dados Consiste en la aparición del entre como tal% t8 y #o 1el entre nosotros2' !órmula en la cual el y no posee valor de #uxtaposición' sino que de exposición ! En la comparecencia se encuentra e.puesto lo siguiente, que ay que saber leer en
todas sus combinaciones5 0tú (es(tá)) (y) (cualquiera otro que no fuese) yo1! 8 bien, más simplemente5 t% reparte yo! (9)
En su ser, como su ser mismo, la singularidad está e.puesta al afuera! *or esta posicin o por esta estructura primordial, es a la vez desprendida, distinguida y comunitaria! ;a comunidad es la presentacin del desprendimiento (o de la supresin), de la distincin que no es la individuacin sino la finitud com3 pareciente!" (p!I@)
El ego cartesiano como la figura invertida de la experiencia de la comunidad
“&go sum e"positus5 viéndolo de más cerca, se percibir&a quizás la parado4a de que la evidencia cartesiana, esta evidencia tan cierta que el su4eto no puede no tenerla y que no se prueba de manera alguna, debe tener detrás de ella no algún deslumbramiento del ego, ni alguna inmanencia e.istencial de un sentimiento3de3s&, sino únicamente la comunidad +la comunidad de la cual 0escartes parece saber tan poco, o nada! El sujeto cartesiano !ormar&a en este caso la !i"ura invertida de la experiencia de la comunidad' de la sin"ularidad ! Ol también se sabe e.puesto, y se sabe porque está e.puesto (%acaso
Cescartes no se presenta como su propio cuadro')" (p! I?)
La comunidad inoperante (deso"rada)
“:or ello la comunidad no puede provenir del ámbito de la obra No se la produce' sino que se ,ace la experiencia de ella 1o su experiencia nos ,ace2 como experiencia de la !initud ! ;a comunidad
como obra, o la comunidad por las obras, supondr&a que el ser común, como tal, sea ob4etivable y producible (en lugares, personas, edificios, discursos, instituciones, s&mbolos5 en suma, en su4etos)! ;os productos de las ##
operaciones de este tipo, por muy grandiosas que se quieran y algunas veces logren ser, no poseen nunca más e.istencia comunitaria que los bustos en yeso de Farianne! ;a comunidad tiene lugar necesariamente en lo que Dlancot denomin la inoperancia! Fás acá o más allá de la obra, aquello que se retira de la obra, aquello que ya no tiene que ver ni con la produccin, ni con el acabamiento, sino que encuentra la interrupcin, la fragmentacin, el suspenso! La comunidad está ,ec,a de la interrupción de las sin"ularidades' o del suspenso que son los seres sin"ulares ! Ella no es su
obra, y ella no los posee como sus obras, as& como tampoco la comunidad es una obra, ni siquiera una operacin de los seres singulares5 pues ella es simplemente el estar de las sin"ularidades su estar suspendido en su l&mite La comunicación es la inoperancia de la obra social' económica' t$cnica' institucional!
;a inoperancia de la comunidad tiene lugar en lo que Dataille llam durante muco tiempo lo sagrado! ;leg a decir, con todo5 0;o que llamaba ace un rato lo sagrado, con un nombre que acaso es meramente pedante, y que no es en el fondo más que el desencadenamiento de las pasiones!1 (J66, $<#!)" (pp! I?3I$)
El semejante y la comunidad
“El seme4ante se me 0aseme4a1 en lo que yo mismo me 0aseme4o1 a él5 nos 0aseme4amos1, si puede decirse, vale decir que no ay original ni origen de la identidad5 lo que tiene lugar como 0origen1, en cambio, es el reparto de las singularidades! Esto significa que el )ori"en* el ori"en de la comunidad o la comunidad ori"inaria no es otra cosa que el l&mite% el ori"en es el tra(ado de los bordes sobre los cuales' o a lo lar"o de los cuales' se exponen los seres sin"ulares ! 7omos semejantes porque estamos' cada uno' expuestos al a!uera que somos nosotros para nosotros-mismos El seme4ante no es el
parecido! Ao me encuentro, ni me reconozco en el otro5 padezco la, o su, alteridad, y la, su, alteracin, que 0en m& mismo1 pone mi singularidad fuera de m&, y que la finaliza infinitamente! La comunidad es el r$"imen ontoló"ico sin"ular en el cual el otro # el mismo son el semejante% vale decir' el reparto de la identidad! La pasión que se desencadena no es otra que la pasión de la comunidad' # de este modo esta pasión se ,ace reconocer como la desubjetivación de la pasión de la muerte +vale decir como su
inversin5 pues, al no ser el deseo egeliano del reconocimiento, ni la operacin consiguiente del dominio, no busca el goce! Ao busca la apropiacin a s& de la inmanencia sub4etiva! Es más bien lo que designa ese doblete de la palabra 0goce1 que es la palabra 0 gozo1! El 0gozo ante la muerte1, cuya práctica Dataille intentaba describir, es el arrobo +en el sentido fuerte+ del ser singular que no traspasa la muerte (no es el gozo de la resurreccin, que es la mediacin más &ntima del su4eto, no es un triunfo, es un esplendor +tal es el sentido etimolgico de 0 gozo1+, eso s& un esplendor nocturno), y que, en cambio, alcanza, asta tocarlo pero sin apropiárselo, el e.tremo de su singularidad, el fin de su finitud, vale decir los confines sobre los #?
cuales tiene lugar, sin descanso, la comparecencia con el otro y ante el otro! El "o(o sólo es posible' sólo tiene sentido # existencia por la comunidad' # en tanto que su comunicación !" (pp! II3I)
La comunidad y lo sagrado
“Lo que desapareció de lo sa"rado +vale decir a fin de cuentas todo lo sagrado, enredado en el 0inmenso fracaso1+ revela en cambio que la comunidad misma ocupa desde a,ora el lu"ar de lo sa"rado Ella es lo sa"rado' si se quiere% pero lo sa"rado despojado de lo sa"rado ! *uesto que lo
sagrado +lo separado, lo puesto3aparte+ revela #a no ser más aquello cu#a comunión nos obsesionar&a al tiempo que se retira' sino que revela estar ,ec,o de nada distinto que del reparto de la comunidad ! No ,a# ni entidad ni ,ipóstasis sa"rada de la comunidad% sino que ,a# el )desencadenamiento de las pasiones*' el reparto de los seres sin"ulares' # la comunicación de la !initud ! l pasar a su l&mite, la
finitud pasa 0de1 uno 0al1 otro5 este tránsito conforma el reparto! *or ello no ay entidad ni ipstasis de la comunidad, porque este reparto, este tránsito es inacabable! El inacabamiento es su 0principio1 +pero en el sentido en que el inacabamiento deber&a ser tomado como un término activo, designando no la insuficiencia o la falta, sino la actividad del reparto, la dinámica, si puede decirse, del tránsito ininterrumpido por las rupturas singulares! Jale decir, otra vez, una actividad inoperante! No se trata de ,acer' ni de producir' ni de instalar una comunidad5 tampoco se trata de venerar o de temer un poder sa"rado en ella 7e trata de inacabar su reparto ! La comunidad nos está dada con el ser # como el ser' bastante más acá de todos nuestros pro#ectos' voluntades # empresas En el !ondo' nos es imposible perderla La sociedad puede ser lo menos comunitaria posible' pero no se lo"rará que en el desierto social no ,a#a' &n!ima' inaccesible incluso' comunidad! No podemos no com-parecer (9) La comunidad es la trascendencia% mas la )trascendencia*' que #a no posee si"ni!icación )sa"rada*' no si"ni!ica otra cosa' justamente' que la resistencia a la inmanencia 1a la comunión de todos o a la pasión exclusiva de uno o de al"unos% a todas las !ormas # a todas las violencias de la subjetividad2 ! La comunidad nos es dada o somos dados # abandonados con!orme a la comunidad% es un don para renovar' para comunicar' no es una obra que ,acer ! :ero es una tarea' cosa di!erente una tarea in!inita en el cora(ón de la !initud ! (Kna tarea y una luca, esta luca cuyo sentido Far. lo supo +
Dataille lo ab&a comprendido+, y cuyo imperativo no se confunde de ninguna manera con una teleolog&a 0comunista1, sino que interviene en el orden de la comunicacin5 as&, por e4emplo, cuando ;yotard abla del 0da/o absoluto1 eco al e.plotado que ni siquiera tiene lengua para decir el da/o que le es eco> pero también +y el punto es en el fondo, sin duda, el mismo+ en la inconmensurable comunicacin 0literaria1!" (pp! I3I<)
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ataille! La comunidad de los amantes
“;a muerte de los amantes, en efecto, los e.pone entre y fuera de ellos a la comunidad! El l&mite reconocido del amor no es un l&mite e.terno +no es, como Dataille parece creerlo, el l&mite de la insuficiencia 0privada1 y artificiosa del 0individuo15 sino que es el reparto de la comunidad por cuanto el individuo atraviesa también el amor, y porque, precisamente, en él se e.pone! El amor no realiza la comunidad (ni contra la 7iudad, ni fuera de ella o sobre sus fran4as)5 entonces ser&a su obra, o bien la pondr&a en obra! El amor, en cambio, con tal de que no sea concebido a partir del modelo pol&tico3sub4etivo de la comunin en la unidad, e.pone la inoperancia, y por consiguiente la irrealizacin incesante de la comunidad! ;o e.pone en su límite! ;os amantes forman el l&mite e.tremo, mas no e.terno, de la comunidad! Están en el e.tremo del reparto (y el e.tremo de un reparto se ubica más bien en su mitad que en su borde e.terior, que por lo demás no e.iste9)! El 0desencadenamiento de las pasiones1 enfrenta los amantes a la comunidad no porque los ponga en una separacin simple respecto de ella (ay en Dataille, a veces, algo de esta facilidad5 los amantes malditos, la pasin censurada9), sino al contrario porque e.ponen la e.tremidad de la com3 parecencia a ella, en el medio de ella, y en suma en ella misma! *uesto que sus singularidades los reparten, o se reparten en el instante de su acoplamiento! ;os amantes e.ponen, en el l&mite, la e.posicin de los seres singulares unos a otros y el pulso de esa e.posicin5 la comparecencia, el tránsito y el reparto! En ellos, o entre ellos +es, precisamente, lo mismo+, el é.tasis, la alegr&a toca su l&mite! ;os amantes se tocan, no los conciudadanos (a no ser, otra vez all&, en el delirio de una masa fanatizada +o en el amontonamiento de los cuerpos e.terminados5 all& donde quiera que se esté obrando)! Esta cata y plausiblemente rid&cula verdad significa que el tocar, la inmanencia no alcanzada pero pr.ima y como prometida (no más palabra, no más mirada), es el l&mite! l tocar el l&mite +que es él mismo el tocar+, los amantes sin embargo lo difieren5 a menos que aya un suicidio común, vie4o mito y vie4o deseo que deroga el l&mite y el tocar a la vez! ;a alegr&a tiene lugar difiriéndose! ;os amantes gozan zozobrando en el instante de la intimidad, mas porque tal naufragio es también su reparto, porque no es ni la muerte ni la comunin +sino que el gozo+, eso mismo es a su vez una singularidad 'ue se e"pone afuera ! l punto, los amantes son repartidos, sus seres singulares +que no
producen identidad, ni individuo, que no operan nada+ se reparten, y la singularidad de su amor se e.pone a la comunidad! 7omparece a su vez5 por e4emplo, en la comunicacin literaria! *ero no se trata de un e4emplo5 la 0literatura1 no designa aqu& lo que de ordinario! 2e trata en efecto de esto5 que ay una inscripción de la e.posicin comunitaria, y que esta e.posicin, como tal, slo puede inscribirse, o slo puede ofrecerse a través de una inscripcin! Ao es únicamente, ni siquiera ante todo, la literatura amorosa, ni la literatura 0literaria1, las que están en 4uego, sino únicamente la inoperancia de la literatura5 toda la 0comunicacin1 inoperante, tanto literaria como filosfica, cient&fica, ética, estética y pol&tica! Esta comunicacin ser&a el inverso de la palabra de los #I
amantes tal como Dataille la presenta, y a este t&tulo al menos abr&a que llamarla, si no 0literatura1, al menos 0escritura1! Fientras que la palabra de los amantes va en busca de una duracin para su gozo, a la cual el gozo se urta, la 0escritura1 en este sentido vendr&a a inscribir , más bien, la duracin colectiva y social en el instante de la comunicacin, en el reparto! El )comunismo literario* ser&a el reparto de la soberan&a que los amantes' en su pasión' no operan sino que exponen a!uera% la exponen primero a ellos mismos' a sus seres sin"ulares5 pero' en cuanto tales' esos seres comparecen #a' justo mientras los amantes se abra(an' en # ante una comunidad entera ! *ara ellos y para la comunidad, en el amor y en la escritura, eso
no de4a de conllevar angustia +ni gozo! *ero tal es el precio del $xtasis% so pena de solamente ser una obra mortal erótica o !ascista' pasa por la inscripción de la !initud # de su comunicación ! Jale decir
que supone también, necesariamente, obras (literarias, pol&ticas, etc!)> mas lo que se inscribe, e inscribiéndose transita por el l&mite, se e.pone y se comunica (en lugar de querer, como el abla, realizar un sentido)> lo que se reparte' es la inoperancia de las obras ! Los amantes exponen por excelencia la inoperancia de la comunidad La inoperancia es la !a( com8n # la intimidad :ero la exponen a la comunidad' que #a reparte la intimidad de estos seres! Están para la comunidad sobre su l&mite' están a!uera # adentro5 en el l&mite' no poseen sentido sin la comunidad # sin la comunicación de la escritura% all& es donde adoptan su sentido insensato !
Bec&procamente, en su amor mismo, es la comunidad quien les presenta sus singularidades, sus nacimientos y sus muertes! 2u nacimiento y su muerte escápanse de ellos, aunque su gozo pueda tocarlos en el instante! Ce la misma forma se les escapa, si a de tener lugar, el nacimiento de su i4o5 este nacimiento reparte otra singularidad, no produce una obra! (9) Eso no quiere decir que abr&a, más allá o ba4o los amantes, una 7iudad o un Estado que detentar&a su verdad5 no ay nada que detentar aqu&, y lo que la comunicacin escribe, lo que la escritura comunica, no tiene nada de una verdad detentada, apropiada y transmitida +aunque sea, absolutamente, la verdad del estar3en3común! Está la comunidad, su reparto, y la e.posicin de este l&mite! ;a comunidad no está más allá de los amantes, no cierra un c&rculo más amplio que los encierre5 los atraviesa, con un trazo de 0escritura1, donde la obra literaria se mezcla con el más simple intercambio público de la palabra! 2in tal trazo que atraviese el beso, que lo reparta, el beso mismo está tan desesperado como la co munidad derogada!" (pp! IL3#)
Lo político como trazado de la singularidad# de su comunicación# de su *xtasis+ La necesidad de la escritura
“;o pol&tico +si esta palabra puede designar el ordenamiento de la comunidad en cuanto tal, en la destinacin de su reparto, y no la organizacin de la sociedad+ no debe ser la asuncin o la obra del amor ni de la muerte! Ao debe encontrar ni reencontrar, ni operar una comunin que abr&a sido perdida, o que #
estar&a por venir! 7i lo pol&tico no se disuelve en el elemento socio-t$cnico de las !uer(as # de las necesidades (en el cual, en efecto, parece disolverse ba4o nuestros o4os), debe inscribir el reparto de la comunidad! *ol&tico ser&a el trazado de la singularidad, de su comunicacin, de su é.tasis! ):ol&tico* querr&a decir una comunidad que se ordena a la inoperancia de su comunicación' o destinada a dic,a inoperancia% una comunidad que ,ace conscientemente la experiencia de su reparto ! lcanzar tal
significacin de lo 0pol&tico1 no depende, o en todo caso no llanamente, de lo que se llama una 0voluntad pol&tica1! quello implica estar ya involucrado en la comunidad, vale decir acer, del modo que sea, la e.periencia de la comunidad en cuanto comunicacin5 aquello implica escribir! Ao ay que de4ar de escribir, de4ar de e.ponerse el trazado singular de nuestro estar3en3común!" (pp! #3?)
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