La Clase de Manualidades en la Escuela Waldorf María Cristina Carvajal Morales (1) Maestra tutora del Grado Once Maestra de La Clase de Manualidades
Teje el sentir en el corazón, luce el pensar en la cabeza, actúa el querer en los miembros, lucir que teje, pensar que actúa actuar que luce, he ahí al hombre. Rudolf Steiner
El medio social y cultural de esta época, lleva a nuestros niños y jóvenes a ignorar su propio origen, a desconocer sus necesidades y todas las posibilidades que les ofrece la naturaleza para poner en marcha su imaginación, su potencial creativo, su pensamiento y su esfuerzo para crear, para desarrollar y ejecutar, que es lo que realmente tiene sentido para el desarrollo de su individualidad. Ante ellos todo aparece ya hecho, la tecnología tecnología todo lo pone a su alcance sin que para ello deban realizar el menor esfuerzo. Es por eso que nos vemos en la necesidad de formar y fortalecer la voluntad de nuestros niños, para luego entregar a la sociedad jóvenes con carácter, capaces de desempeñarse como agentes transformadores de un nuevo orden social. Al ser la pedagogía pedagogía Waldorf W aldorf un enfoque enfoque educativo educativo que se basa en el arte como fundamento de un aprendizaje mucho más armónico e integral del pensar, el sentir y el querer, vienen las manualidades a ocupar un lugar muy importante en todo el proceso educativo del alumno, que logra su mayor expresión a través del trabajo manual en forma útil y creativa. La ubicación de las manos entre la cabeza y los pies, permite que a través del movimiento rítmico y del ejercicio de diversas tareas se desarrolle el fortalecimiento de la voluntad y del pensamiento lógico. La ejercitación de la motricidad tiene un importante significado para el desarrollo de la inteligencia del niño. Según J. Piaget,”las operaciones espirituales solo funcionan en la medida en que se organicen a través de las acciones. Las operaciones lógicas no son otra cosa que el producto del sentido y la coordinación de las acciones”. Todas las actividades deben realizarse tanto por los niños como por las niñas. Estas les ofrecen muchas posibilidades para realizar trabajos que cubran sus necesidades despertando en ellos toda su voluntad, sensibilidad, sensibilid ad, fantasía, creatividad creativi dad e imaginación, imaginació n, su disposición, observación, concentración y habilidad. De otra parte fomentan gran valoración por el trabajo propio, comprensión social con respecto al trabajo de otras personas y el amor por la naturaleza, ya que todos los materiales provienen de ella; se da una mirada hacia la evolución de la humanidad, remontándonos a la época en donde el hombre a través de su recursividad, tuvo que valerse de todo lo natural y de su trabajo manual para lograr sobrevivir y llegar al punto en el que ahora se encuentra. La realización de las actividades es un proceso que solo se logra a través de la labor continua, la perseverancia y la motivación, que bien orientadas con el trabajo de la voluntad, ayuda a encontrar el sentido de la vida, el respeto, la responsabilidad, el espíritu solidario y su propia individualidad. “Los niños que apre nden a trabajar con sus manos cosas útiles y artísticas tanto para sí mismos como para otras personas, cuando sean adultos no estarán ajenos a los hombres ni al mundo que los rodea.” (H. Hauck)
Contenidos de enseñanza Los contenidos de enseñanza dentro del currículo Waldorf están concebidos de acuerdo con la etapa evolutiva de los niños de cada grado: En el primer grado es importante desde el punto de vista didáctico pasar del juego al trabajo. Los niños y las niñas aprenden la técnica de malla con dos agujas. A través de esta actividad se desarrolla el aprendizaje y la habilidad con las dos manos, se fomenta la predisposición del niño y el sentido por lo bello y lo artístico, teniendo en cuenta la armonía del color. En estos primeros grupos los trabajos se introducen con un cuento. Cada proceso de acción, se introduce con un verso rítmico con una imagen: el pajarito entra por una ventanita, coge el panecillo, vuelve a salir y asegura la puerta (esto es: entrar la aguja, coger la lana, volver a sacar la aguja y apretar). El niño trabaja pensando en la imagen, el movimiento lo hace hacia adentro, porque en este momento está absorbiendo todas las fuerzas hacia su interior; le cuesta mucho realizar sus primeros puntos y para ello pone toda la fuerza de su ser. De pronto se da cuenta que ya sabe tejer y esto le da una gran confianza en sí mismo y en el mundo.
En el segundo grado a los ocho años, la voluntad del niño se puede guiar más conscientemente en la realización de los trabajos; pero siempre motivada a través de las imágenes de los cuentos. Una vez se haya ejercitado suficiente con ambas manos mediante la malla con dos agujas, ahora con el crochet, se comprometen de una manera diferente ya que la mano derecha es mucho más usada, ahí tiene que concentrarse y observar mejor. A través de las puntadas se ejerce una influencia armónica en el temperamento del niño. Además comienza a desarrollar su voluntad consciente, al hacer lo que se propone hasta culminar siempre lo empezado.
Alrededor de los nueve años, tercer grado, conocida como la época o edad del Rubicón (sinónimo de confusión, en que el niño empieza a salir de la fantasía a la realidad física), en manualidades se le ayuda al niño utilizando esa habilidad que desarro lló para “el hacer”, a adquirir capacidades en la elaboración y conocimiento de “oficios”. Se remontan al origen de ellos, se vinculan a la naturaleza y ven cómo llegaron aquí de generación en generación. Crean sentimientos de respeto y valoración hacia su propio trabajo y hacia el de los demás. Cuando aprenden un oficio, adquieren seguridad, se sienten individuos porque ya saben algo específico. Así empieza también el niño a salir de lo general a lo particular, del todo a lo específico, de la fantasía a la realidad física. Cardadores, hilanderos, tintoreros, tejedores, sastres, carpinteros.
En la edad del cuarto grado el niño se aparta de su medio, se siente como individuo separado del mundo y de los demás, él se retira hacia su interior y forma ahora con sus sentimientos una vida propia. Ha llegado el fin de la libre fantasía infantil que tan cálidamente lo envolvía; ahora necesita afianzarse y una forma de afianzamiento en esta edad es haciendo las cosas bien. Con la precisión, la simetría a través del material, los colores y forma utilizados, el punto de cruz ayuda al niño en la fase de la primera independencia a tener mayor seguridad y estabilidad interior y lo invita a encontrar su sentido de equilibrio. El punto de cruz debe hacerse de tal manera que el punto sea terminado inmediatamente; esta es una actividad que por repetitiva forja la voluntad.
En el quinto grado, a partir de esta edad el niño ya “pisa la tierra”, está ubicado en ella. Ahora es consciente de que tiene un cuerpo físico y es el momento en que debe aprender a hacerse él mismo lo que necesita para cubrirse. Con respecto a la nueva necesidad de armonía por parte del niño, se trabaja el tejido en malla con cinco agujas. Se confeccionan prendas para vestir pies y manos. Estos trabajos deben hacerse con mayor exactitud. Si al tejer las medias no se cuentan bien los puntos, se da la situación de no poder entregar dos medias iguales.
En el sexto grado, para ayudar a la disposición y ánimo del niño en la etapa previa a la pubertad, se pueden confeccionar muñecos y animales de trapo. Aquí resulta importante el proceso de voltear al revés, introducir el relleno y darle forma al muñeco. También es importante fomentar la capacidad de proyección e investigación del niño a través de consultas y exposiciones acerca del tema que va a realizar. El trabajo de muñecos y animales rellenos es muy bonito porque hay una transformación muy grande desde el principio hasta la culminación, son casi dos fuerzas plasmadoras que poco a poco se van trabajando: la técnica y la fuerza del sentir. En la técnica se ve lo que es la costura, un buen relleno, un buen acabado. Y en la parte del sentir, hay cosas tan valiosas como el trabajo de la voluntad, proporcionalidad, paciencia e interiormente se plasman y forman muchas fuerzas estéticas.
En el grado séptimo en su desarrollo y hasta la madurez corporal, se debe lograr que el niño le preste interés a su cuerpo, viviendo sus propias proporciones y las diferencias entre los niños y las niñas. Es importante conocer el paso de la evolución del hombre con sus procesos desde la antigüedad hasta la industrialización, por eso se lleva al niño a interesarse por la historia del vestido y a conocer el proceso para elaborar a mano una prenda de vestir, mostrándole todos los pasos que el hombre tuvo que vivir antes de llegar a la tecnología. A través de este trabajo el alumno experimenta la importancia de realizar un cálculo exacto y de seguir correctamente el proceso paso a paso: tomar medidas, (de su propio cuerpo), marcar, cortar, hilvanar, probar, coser y hacer modificaciones, además desarrolla el interés por el trabajo de otras personas. También, en el ejercicio de la talla en madera, el empleo de las manos con la ayuda de la herramienta de trabajo, los movimientos continuos por largo tiempo, hacen que mediante el sacar, se le vaya dando forma a la figura. Los primeros ejercicios consisten en crear los contrarios: concavidad, convexidad en objetos como cuencos ó bateas, también se trabaja la línea recta: abrecartas, percheros. Mediante la talla en madera, con el ejercicio anteriormente dicho, se exterioriza lo que en el joven está sucediendo al entrar en la etapa de la pubertad. Así el material y el joven entran en un diálogo, como dos fuerzas que se enfrentan: la voluntad del joven con sus leyes de desarrollo y las del material con sus características de dureza inherentes y de fibra, que le ofrecen una resistencia que el tendrá que vencer de una manera respetuosa, pues de lo contrario su trabajo se estropeará.
En el grado octavo con la llegada de la pubertad o “madurez de la tierra” el alumno adquiere experiencia en lo que se refiere a causa y efecto, así como la necesidad de comprender la mecánica de la máquina de coser a pedal; para ello es importante comprender acerca de la construcción y función de la máquina. Se debe practicar de forma intensiva la armonía del trabajo rítmico del pie (voluntad) y la mano (sensación) así como la atención (pensamiento). Se trabaja para ello la costura simple con la elaboración de ropa blanca, cojines, cortinas, delantales ó prendas sencillas para vestir.
En el grado noveno con relación al desarrollo físico del alumno sobre todo al crecimiento, se trata de proporcionar una consistencia interna (facultad de estar erguido, estabilidad) a través de la elaboración de una canasta ó de un cesto para la basura. En esta actividad resulta importante experimentar el sentido del tacto a través del manejo de nuevos materiales (madera, cabuya, mimbre). Con la elaboración de los muñecos waldorf además de fortalecer la habilidad manual de los alumnos, también se busca desarrollar en ellos toda su paciencia y su sensibilidad. Al observar estos muñecos, más que su belleza, debemos analizar aspectos como la proporcionalidad, la armonía en sus formas y en el color y la utilidad pedagógica-terapéutica, ya que ellos no se hacen para ser exhibidos; ellos cumplen una labor en la pedagogía como imágenes que despiertan la fantasía y la creatividad; además hacen parte de la metodología que usa el maestro para llegar a los alumnos y fortalecer su voluntad.
En los grados décimo y once el trabajo manual tiene como base la habilidad que el alumno ha adquirido durante todo el proceso de los años anteriores. En los trabajos se debe tener como meta la precisión en el pensamiento, la planeación, la realización y la prueba. Los alumnos deben conocer el paso de la evolución del hombre desde la antigüedad hasta la industrialización. Las nuevas técnicas demandan disciplina en el
pensamiento y en la ejecución del trabajo, ofrecen al alumno la posibilidad de revisar, controlar y corregir el proceso; no se puede continuar con el siguiente paso, hasta que el primero no esté en completo orden. Conocer nuevos materiales, percibir y diferenciar sus características significa un importante aguzamiento en los sentidos y desarrollo del discernimiento. Vencer las dificultades que se presentan durante el proceso significa toda una “experiencia de vida”. Para trabajar estos aspectos los alumnos reciben talleres de ebanistería, trabajos artesanales en madera y modelado en arcilla.
Adaptado de:
“MISIÓN PEDAGÓGICA Y METAS DE ENSEÑANZA DE UN COLEGIO WALDORF LIBRE” “PLANEACIÓN DE CALI”. “CUADERNOS DE MICAEL Nº-“14, Octubre de 1992, paginas 61-65