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INFIDELIDAD Después de describir brevemente la historia de este camino, que cada uno conoce pasamos a expresar, la definición, Causas y consecuencias, y posibles procesos para curarse de la infidelidad.
1. PARTIMOS DEFINIENDO ¿QUÉ ES LA INFIDELIDAD? La infidelidad se vive como la peor traición de la pareja y se piensa que el infiel es el culpable de un grave daño a la relación de pareja, ya que, se supone que en la relación de pareja se tiene todo lo que necesita para vivir bien. Generalmente se piensa que la infidelidad se relaciona con encuentros sexuales extra pareja. En términos generales, la infidelidad ocurre cuando se rompen los acuerdos o las reglas establecidas entre dos personas que decidieron tener una relación amorosa exclusiva. De acuerdo con Kinsey (1984), la infidelidad puede ser definida principalmente de dos maneras: infidelidad emocional e infidelidad física o sexual. La infidelidad emocional es considerada como “enamorarse” o tener un vínculo emocional fuerte con otra persona que no es tu pareja. Por ejemplo, cuando estás en una relación de pareja y comienzas a tener sentimientos fuertes por otra persona. La infidelidad física o sexual, por su parte, se refiere al hecho de tener contacto con la otra persona, puede ser desde un beso, hasta sostener relaciones sexuales. Independientemente de cómo la definamos, la infidelidad, así como cualquier acción que hagamos, trae consecuencias, no importa la edad que tengas.
2. ¿POR QUÉ UNA PERSONA ES INFIEL A SU PAREJA? ¿Quién no conoce a una pareja en donde se ha presentado la infidelidad? En la infidelidad se conjugan muchos factores como son: • Los valores de la persona • Las actitudes que tiene • Los prejuicios que tiene por su educación • Los estereotipos que ha seguido como modelos en la vida • Los problemas de inseguridad, etc. Casi todas las parejas viven en crisis y la infidelidad es uno de los factores que más afectan a la relación entre dos personas. Ser Ser in f i el es un a decisión decisión per per sonal . Cada individuo decide si es fiel o infiel. Se pueden determinar varios elementos que facilitan una comprensión más clara de lo que ocurre para que se consuma una infidelidad. El descuido en la relación es uno de los principales factores que se pueden propiciar la infidelidad. Cuando la dinámica en la pareja se basa en demandas o se vuelve absorbente y con pocos estímulos positivos y la comunicación en la pareja es pobre e inadecuada, comienzan los resentimientos. Es en este escenario donde puede que alguno de los dos miembros de la pareja encuentre en un tercero a una persona que le llena ese vacío afectivo y satisfactorio íntimo que no se está dando en el matrimonio.
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Así los inicios de una relación con una tercera persona tienen el potencial de una aventura que lleva a una posible infidelidad, lo cual despierta intensas emociones que ya no se experimentaban en el matrimonio, desarrollándose toda una idealización fantasiosa de
haber encontrado lo que se necesitaba (mientras la conozcas) propiciando romances, que pueden llevar a la ruptura de la relación del matrimonio y el abandono de la familia. En otros casos algunas personas tiene profundas inseguridades, distorsiones de la sexu ali dad o vacíos que tratan de ll enar los por medio de la in fideli dad . Otras personas son infieles por venganza a su par eja que les fue infiel pr eviamente , o por el mero dejarse llevar por la curiosidad, que sale trágica cuando todo sale a la luz Generalmente la per sona in fi el r acionali za y ju stif ica su i nf idelidad tratando de negar y . Diciéndose a sí mismo: “tengo qui tar se el peso de cul pa a sus actos de inf ideli dad derecho a ser feliz” “es solo una única vez” “nadie se dará cuenta” “era para ver cómo era” “fue solo ese día” Así la persona infiel evita ver la gravedad y todo lo que está en juego
cuando se comete una infidelidad
3. CAUSAS DE LA INFIDELIDAD. ¿QUÉ PROVOCA LA INFIDELIDAD? Contra lo que muchos piensan, no es un solo factor y cada conjunto de factores dependen de cada persona y de cada situación y por lo tanto es muy difícil definir que produce la infidelidad. Lo que sí se puede adelantar para entenderla son los factores que predisponen a las personas a la infidelidad: Uno de los factores que provoca la infidelidad se refiere a la elección de la propia pareja.- Es importante señalar que no es del todo cierto que elegimos libremente a la pareja, por lo general la "decisión" está dada por factores restringidos al círculo en el que nos desarrollamos, es decir, la elección no es al azar sino que está altamente determinada de acuerdo con las actividades que realizamos, las cuales nos permiten "conocer" o relacionarnos con otras personas. Incluso existen teorías que nos dicen que nos senti mos atr aídos por personas que r ealizan activi dades sim ilares a nosotros, tal es el caso de las relaci ones que se desarr oll an en la escuela, en el tr abajo, en el gimnasio, en los círcul os de amigos, etc.
Generalmente en las relaciones de pareja donde se presentan episodios de infidelidad, producen formas de amor y odio o de amor y dolor; esto es causado por que suponemos que el otro "debe" satisfacer nuestras necesidades, lo cual se da muchas veces a nivel inconsciente. L as necesidades son de manera completa e i ntegra, entr e ellas destacan, lo económi co, la atenci ón, el amor , lo sexual, l a protección, l a fi delidad, etc.
Por ejemplo, la pareja complementaria, en donde uno "manda" y es considerado más desarrollado, mejor, más capaz, con más dinero, etc., puede verse seriamente afectada cuando el "obediente" obtiene, por ejemplo logros que lo hacen salir del esquema anterior, o entender la relación desde otra perspectiva. En este ejemplo, el "obediente", realiza una elección del tipo analítico pero dados los logros, su relación se transforma en una elección basada más en la confianza en sí mismo. La relación continúa siempre que la elección sea ratificada por ambos miembros de la pareja. Puede darse el caso de que la elección de la par eja se basa en un af án de evitar la depresión o de no querer estar “solo consigo mismo”, y esto haga que la elección sea de
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tipo analítico y cuando descubra que su pareja no es la solución a sus problemas buscara entonces una relación extra. Las situaciones anteriores, hacen referencia a elecciones de pareja poco sanas, en la medida en que se hacen modos de relación rígidas que ante cualquier crisis o problema "vital" de la pareja, resultarán las conductas inoperantes para resolver o cuando menos llevar a buen término los problemas que la aquejan. Y una de las conductas que hace inoperante la relación de pareja es la infidelidad. En ese momento, lo que parecía amor , se va tor nan do en f rustración, coraj e y odio, l o cual puede desencadenar que se busque un amante que sea totalmente opuesto a lo que es la par eja, aunque también pueden aparecer personas circunstanciales que podrán generar
los cuadros de infidelidad, por ejemplo, el caso donde un (a) amigo (a) o compañero (a) de trabajo se vuelve la persona que nos escucha sobre los problemas que tenemos. La compenetración que se logra al contar nuestras penas es tanta, que muchas de las veces pueden generar un romance.
Ya que eso brinda como un desahogo emocional, en ocasiones esto permite seguir en la relación de pareja, ya que de alguna manera se logra compensar lo que no se tiene con la pareja. Esto tiene una lógica basada en la existencia de relaciones de infidelidad en donde la relación sexual no es lo más importante, sino la necesidad de sentirse escuchado y atendido por otra persona. La relación extra conyugal también se llega a presentar por que alguno de los dos se siente amenazado en su autonomía y a través de otra relación, se logran sentir apoyados o con un “valor extra” que permite enfrentar las cosas que solo (a) no se podía. Sobre todo que la
extra relación permite seguir sintiendo cierta autonomía. También existen relaciones extra pareja cuando se sienten que la pareja amenaza la independencia y la autonomía y se tienen miedo a quedar atrapado (a), en este sentido, se observan personas que una vez que el/la amante inicia sus exigencias, buscarán nuevamente otra relación que los "salve" tanto del cónyuge como del amante "devorador" o bien, pueden mantenerse así para evitar ser absorbidos por ambas. Hasta aquí hemos dado un repaso de algunas de las causantes de la infidelidad, y diremos que es necesario, para mantener una buena relación de pareja, establecer cierta independencia y autonomía entre los miembros de la pareja, para lo cual se debe considerar que: Se debe mantener una buena comunicación efectiva en la pareja. Se recomienda constatar el lazo de unión en la pareja. Se considera importante renovar los acuerdos de la pareja. Y finalmente, es importante recomendar el revisar cómo quieres vivir, ya que la fidelidad también es un acto de convicción, esto quiere decir que para mantenerte tranquilo (a) en una relación, debes planear que tipo de relación quieres y propones, ya que la inf idelidad se , ya que esta desconoce nuestras relaciona con el acto de mentir o engañ ar a la pareja intenciones. Además, expresamos que entre las razones más comunes que desarrollan la infidelidad destacan:
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1) Sentirse devaluados con o por nuestra pareja. Al paso del tiempo con la pareja, aparecen los rasgos reales de la personalidad de nuestra pareja y nos damos cuenta que teníamos idealizada a la persona con quien convivimos, y sus conductas en muchos de los momentos de la convivencia defraudan lo que esperábamos de la relación en pareja. Un ejemplo es cuando la pareja abandona al otro centrarse sólo en sus objetivos personales (por ejemplo en su trabajo) y no en los objetivos de la pareja, y si ese tiempo encontramos a una persona que nos hace sentir más valorados, la elegimos para una relación, en ocasiones inconscientemente, y es la forma en que se inicia una infidelidad. 2) Cuando la monotonía toma por sorpresa a la pareja. La vida actual nos llena de responsabilidades y nos deja poco tiempo para la convivencia, ¿Quién no pasa días de trabajo llenos de tensión? Que nos dejan realmente rendidos, que al llegar a nuestra casa o a ver a nuestra pareja, solo sentimos el cansancio y en ocasiones la “depresión” del día. Esto nos va llevando a descuidar los detalles cariñosos que se requieren para vivir en pareja, sentimos que el amor se acabó, se produce un distanciamiento y nos empezamos a sentir encadenados a pasar el resto de nuestros días en una relación que ha perdido su encanto. Un matrimonio sumido en la rutina y en el aburrimiento suele abrir una puerta para que pueda llegar un intruso y aborde a nuestra pareja, ya que esta nueva persona no representa obligaciones y si presenta el encanto de una nueva relación, sobre todo sin compromisos. Si en la relación no hay un compromiso, lo que se muestra y expresa es satisfacción, placer, euforismo o efimeriridad, que lleva a consentir lo que se propone en esa aventura pero al llegar a la razón todo se convierte en sentimiento de culpa y juzgamiento causal. (eiben 2013)
Si el sexo es deficiente, más temprano que tarde nos interesa probar algo nuevo. El sexo es una de las esferas más importantes de la relación en pareja y si este no es satisfactorio, la frustración y la insatisfacción se van a vivir consciente o inconscientemente. Recordemos por un momento que si nos sentimos insatisfechos, buscaremos fuera de la relación la satisfacción que no encuentra en su pareja, y si no lo quieres creer, revisa tus propias fantasías, ahí encontrarás algunas pistas. Esto no tiene nada que ver con que queramos a nuestra pareja, pero si en la intimidad las cosas no salen bien y no llegamos a sentirnos satisfechos porque la relación no es excitante, es fácil llegar a tener relaciones sexuales con otra persona, puede ser por la frustración, el enojo o la desesperación de no lograr la satisfacción sexual con nuestra pareja. 3) Si no se logró cortar el cordón umbilical, existe dependencia con los padres. Cuando la pareja depende emocionalmente de sus padres, nos muestra su inmadurez, ya que no es capaz de establecer límites con sus padres, lo cual repercute en la relación de pareja por la constante intromisión de ellos en la vida de la pareja, esta conducta infantil de nuestra pareja, generalmente nos llena de un sentir la falta de apoyo, y generalmente provoca insatisfacción por no encontrar el lugar adecuado en la relación y esto nos impulsa a buscar una relación extramarital.
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4) En la búsqueda de nuevas experiencias, los seres humanos dejamos de medir las consecuencias de nuestros actos. Cuando la monotonía se apropia de los espacios de la pareja, se va perdiendo la seducción, el enamoramiento, la ilusión y la expectativa sexual, solo se vive en el hastío de una relación, y en verdad hay quienes necesitan seguir satisfaciendo su necesidad de sentirse enamorados. La curiosidad de experimentar el sexo con otras personas y de vivir la aventura es tan fuerte que se busca un “free”.
5) Idealizar a la pareja, siempre nos lleva a la decepción. Al idealizar a una persona, generalmente nos enfrentaremos a sus defectos, ya que parecía ser la persona ideal que no tenía defectos y al enfrentarlos, nos sentimos engañados, desilusionados, etc. y esto se convierte en una oportunidad para la infidelidad. Por tal motivo elegimos como amante a una persona totalmente opuesta a la pareja y con esta nueva persona se llevan a cabo todas sus fantasías sexuales y no con la pareja para sentir que la siguen manteniendo en el concepto de "decente". 6) La mente abierta o la pareja permite una relación extra pareja. Hay parejas que acuerdan que si se vale tener otras experiencias sexuales con otras personas y por lo tanto se dan el permiso de vivirlo, en estos casos no podemos hablar de infidelidad, ya que la infidelidad se basa en el engaño, en ocultar, en mentir, pero si es un acto acordado no existe este concepto; tal es el caso de las parejas swigers. 7) Sentir que la libertad se acaba. Existen dos factores que si se conjugan van a causar un descontrol en la pareja, si uno de los dos tiene problemas con el compromiso y el otro es asfixiante y controlador, la liberta siempre parece estar en peligro y nos sentimos atrapados en una relación que parece que resta cosas a nuestra vida y por lo tanto en la búsqueda de salidas, es fácil encontrar a una extra pareja, ya que esta nueva persona nos hace sentir libres, ya que mitiga la sensación de asfixia de la relación en pareja.
4. CONSECUENCIA DE LA INFIDELIDAD. Las consecuencias de la infidelidad pueden ser de diferente grado o magnitud, señalamos algunas consecuencias como: 1. Experimentar sentimientos tales como: la tristeza, el enojo, la decepción o la culpa, ya sea hacia la ex pareja o hacia sí mismo. 2. Tener pensamientos y sentimientos de desconfianza. Esto va a ir desapareciendo una vez que comience a sanar la herida causada recientemente. 3. Que la relación termine. La infidelidad puede hacer que la relación termine, ya que la confianza se ha perdido. Esto varía en cada caso, pues hay parejas que deciden continuar la relación. 4. Poner en riesgo, la legítima relación y familia, 5. Afectación de la autoestima, crisis emocional, pérdida de la confianza, 6. Enamoramiento de la persona infiel hacia la tercera persona, enamoramiento de la tercera persona de la persona infiel, 7. Difamación ante la familia de la persona infiel
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8. Videncia pasional 9. Hijos no deseados, enfermedades venéreas, amenazas, suicidios, homicidios, ruptura matrimonial, pleitos, entre otras consecuencias 10. Divorcio 11. Algunas personas infieles argumenten que no es culpa de ellos porque no pueden manejar sus instintos, que la vida es corta entre otros, argumentos absurdos que demuestran la negativa al cambio y condenan al fracaso el matrimonio
5. ¿QUÉ HACER INFIDELIDAD?
PARA
ENFRENTAR
ESTAS
SITUACIONES
DE
1. No te quedes callada/o. Cuando nuestras emociones salen a flote es importante expresarlas y manejarlas de manera adecuada para que puedas superar la situación. Siempre recuerda que si sientes que lo que te está pasando es muy fuerte, debes hablar con alguien más sobre lo que te ocurre. Llama a un amigo/a, habla con tus familiares, el pastor o el sacerdote de tu iglesia, orientadores, trabajadores sociales o busca ayuda profesional de un psicólogo o consejero. 2. Toma decisiones. Si tu pareja te fue infiel puedes perdonarle o terminar la relación. Lo importante es que cuando tomes la decisión, pienses en tu bienestar. Si fuiste tú quien fue infiel, puedes decidir disculparte con tu pareja, explicarle la situación y trabajar para mejorar la relación. Si sientes que ya no deseas permanecer en la relación, comunícaselo a tu pareja. Recuerda que, ante todo, la comunicación es esencial para que las relaciones sean saludables. No importan si ya no deseas permanecer a su lado, trátale con respeto y comunícale lo que deseas y piensas hacer. 3. Reflexiona. Piensa en aquello que te gustó y las situaciones no tan agradables de esa relación para que aprendas de estas y las utilices en una futura relación. 4. Tiempo para ti. Dedica tu tiempo en ti, a conocerte mejor, realiza las tareas, haz ejercicio, escucha música y distráete con tu pasatiempo favorito (deporte, arte o lectura). 5. Entr e las crisis más dur as que puede vivir una persona estála muerte de un ser quer ido y despué s sigue en magni tud la infidelidad, ya qu e esta af ecta su segur idad emoci onal física, tanto asícomo su estatus y la conf ianza en sími smo y su par eja.
6. Las parejas que han pasado por una crisis de una infidelidad, podrán superarla si hay un arrepentimiento ratificado por un cambio de conducta de parte de la persona infiel y se da el perdón por parte de la persona ofendida, para luego aprender de la nefasta experiencia poniendo toda la atención en que andaba mal a lo interno del matrimonio para corregirlo.
6. PERDONAR UNA INFIDELIDAD EN LA BIBLIA. Entre los cristianos de diferentes iglesias y denominaciones, católicos o no, existen muchos mitos y falsa información respecto del matrimonio cristiano y sus obligaciones. La Biblia es muy clara al respecto, la información que allí podemos
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encontrar tiene hoy en día el respaldo de estudios psicológicos. Por lo cual es muy interesante hacer un análisis del contenido de dichos pasajes, que serán además muy útiles para quienes tengan problemas de pareja y deban superar o perdonar una infidelidad más allá de si tienen creencias religiosas o no.
a) Características del matrimonio cristiano: El matrimonio cristiano es indisoluble, se trata de un compromiso para toda la vida que uno realiza hacia su pareja. Es una promesa recíproca de amarse, honrarse, respetarse y cuidarse en toda circunstancia y situación hasta que la muerte los separe. No obstante, ¿Dónde está escrita esta promesa recíproca en la Biblia? pues en ninguna parte, porque no es Dios quien casa a las personas, es la pareja la que decide casarse libre y espontáneamente, Dios sólo bendice la relación y espera que cada uno según la promesa que hizo, se comporte hacia el otro con mucho amor, se apoyen y se ayuden en todo mutuamente. No olvides nunca esto: TU DECID I STE CASARTE , fue tu decisión comprometerte para toda la vida, nadie te obligó y Dios no te lo pidió, incluso hasta el apóstol Pablo recomienda no casarse a quienes tienen el don de continencia. El hombre y la mujer cristianos, no pueden separarse de su cónyuge, Dios lo ordena de esta manera para que el “no creyente” tenga la posibilidad de convertirse a través de su pareja creyente. Sin embargo, el “no creyente” puede separarse cuando lo
desee, es su decisión (1Co 7,15). Aquí se encuentra una de las interpretaciones más erróneas y perjudiciales para muchas personas cristianas que piensan que deben estar amarradas de por vida a un hombre o una mujer que les ha ocasionado daño. Establezcamos algo: Si el “no creyente” abandona al cristiano, este último no tiene
nada que hacer para evitarlo, no puede obligarlo a permanecer a su lado ¿verdad? Entonces queda libre de responsabilidad, y por lo tanto se separan por causa del abandono del primero. El asunto es, que no entendemos que significa el abandono. Tendemos a pensar que el abandono es la separación física, irse de la casa y dejar a la otra persona; pero el abandono tiene muchos matices, por ejemplo: Yo puedo abandonar emocionalmente a alguien y seguir a su lado, le retiro mi cariño, mi atención y practico la indiferencia, eso también es abandono; si yo golpeo a mi cónyuge estoy expresando un tipo de abandono, puesto que he dejado de protegerle para causarle daño, y si le soy infiel también le he abandonado. Hay muchas mujeres cristianas que sufren con maridos que las golpean, o que le son infieles una y otra vez o que tienen un trato hacia ellas deplorable. Estas mujeres cristianas piensan que no pueden separarse de su marido porque Dios no se lo permite. Debemos entender esto: Los golpes, la infidelidad, el maltrato verbal y la indiferencia afectiva, todos son sinónimo de abandono, por lo tanto, el cristiano víctima de estos sufrimientos está libre de su compromiso si así lo desea, Dios no obliga a nadie a permanecer en una relación tortuosa. Algo debe quedar muy claro: El cristiano no puede repudiar a su pareja por ningún motivo a no ser por causa de fornicación (Mt 5,32), pero de acuerdo a lo que dice el apóstol Pablo (1Co 7,15), el no cristiano puede repudiar cuando quiera a su cónyuge, y este es el repudio del que ya hemos hablado, mal trato, infidelidad, indiferencia afectiva. Es decir, bajo estas circunstancias, el cristiano ya ha sido repudiado y por lo tanto la separación o disolución del vínculo matrimonial ya ha
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tenido lugar, y ahora el cristiano es libre de decidir. ¿Que pide Dios en este caso? que perdone, que intente salvar su matrimonio, pero Dios también sabe que a veces la situación es insufrible y te deja en libertad de tomar una decisión. Lo explico de otra forma: Muchos se preguntan ¿Cuál es la voluntad de Dios para mi matrimonio? La voluntad de Dios no tiene nada que ver con el matrimonio de nadie. La voluntad de Dios siempre tiene que ver con las cosas que son eternas, y el matrimonio no es eterno (Mt 22,30). Por supuesto que a Dios si le interesa tu vida personal y quiere que sea lo mejor posible, pero la voluntad de Dios, su propósito, su plan y principal preocupación es la salvación de las personas. Hagamos entonces de nuevo la pregunta ¿Cuál es la voluntad de Dios para mi matrimonio? La respuestas es: Que tengas paz, tranquilidad, fuerza, ánimo y buena disposición emocional para preocuparte del plan de salvación; ¿te permite tu actual relación de pareja esto, o está siendo una piedra de tropiezo? (Mt 6,33). La integridad emocional y anímica deben permitirle al cristiano ocuparse en las cosas que debe, si esto no está funcionando así, algo está muy mal.
b) Implicancias de la infidelidad en el matrimonio cristiano: Una infidelidad rompe el vínculo matrimonial, puesto que las relaciones sexuales ilícitas nos unen a esa persona (1Co 6,16) y Dios no obliga a nadie a permanecer casado bajo tanto sentimiento de dolor y angustia que este suceso le puede ocasionar. Jesús dice claramente que esta causal es motivo inmediato de divorcio (Mt 5,32). c) Perdonar una infidelidad en el matrimonio cristiano: El perdón enseñado por Jesús, es para todas las ofensas que el ser humano pueda hacer en contra de nosotros, y eso incluye la infidelidad matrimonial, es decir, el cristiano debe perdonar una infidelidad. Eso no significa que esté obligado a seguir viviendo con la persona que le fue infiel, la infidelidad disuelve el vínculo matrimonial y autoriza al cristiano a separarse si así lo desea, o puede decidir seguir viviendo con su cónyuge. En cualquiera de los dos casos debe perdonar. La Biblia, como ya vimos, establece las causas por la cuales se puede disolver el vínculo matrimonial, no obstante en ninguna parte se le ordena al cristiano separarse por uno u otro motivo, esto es absoluta y total decisión de cada uno frente a su problemática. Si tú como cristiano fuiste víctima de una infidelidad y crees que tienes la fuerza para perdonar y continuar la relación, existiendo de por medio un real y genuino arrepentimiento de tu pareja (cristiana o no) lo recomendable es perdonar y comenzar a buscar la restauración matrimonial y emocional de ambos lo más rápido posible. Por otra parte, si has sido víctima de una infidelidad y no crees tener la fuerza para superar una infidelidad por diversos motivos: Reincidencia de la pareja infiel, violencia intrafamiliar o has tratado de continuar por algunos meses o años y sencillamente no lo puedes soportar; no te sientas obligado a continuar la relación, primero está tu estabilidad emocional. Dios no quiere bajo ningún punto de vista que caigas en un torbellino depresivo del cual difícilmente podrás salir sin ayuda profesional y que disminuirá todas tus capacidades y talentos. No obstante, después
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de una separación aunque sea definitiva, debes buscar el perdón por lo que te hicieron, esto significa no albergar sentimientos de odio, rencor o venganza. No estamos recomendando bajo ningún punto de vista el divorcio. Frente a una infidelidad el cristiano debe procurar hacer todo lo que esté a su alcance para mantener su matrimonio, velar por el bienestar de su pareja e hijos y si es necesario recurrir a la ayuda profesional. No obstante, existen situaciones matrimoniales que como dijimos son insufribles, y es allí donde será mejor considerar la separación como una ventana de auxilio. Cuando el cristiano decide perdonar una infidelidad y continuar la relación, está tomando la decisión de cargar una cruz, pero debe tener claro que una cruz no se carga sólo por cargarla, sino que se hace con un propósito que tiene implicancias trascendentales muy importantes. Jesús al cargar su cruz tenía un propósito muy claro e importante, no sufrió solo por querer sufrir ¿verdad? Si ves que este sufrimiento no te conduce a nada sino sólo a más sufrimiento, entonces será cargar una cruz sin ningún propósito. Recuerda que Dios quiere que tu vida tenga un propósito, el cual debe tener necesariamente implicancias eternas.
d) Ahora te invito a que dediques un tiempo para la reflexión de este tema: 1. Tú que eres creyente revisa y considera las posibilidades que tienes con tu matrimonio. 2. Recuerda que Dios no tiene la culpa de lo que te sucedió, las tentaciones de la carne son muy fuertes para todo tipo de personas y Dios con toda seguridad te ha protegido de algo peor. 3. No condenes a tu cónyuge, no ocupes frases ni palabras condenatorias, recuerda que lo que le ocurrió a él, en circunstancias similares también te pudo ocurrir a ti. No tires la primera piedra (Jn 8,7) 4. Recuerda la parábola del “Siervo desagradecido” (Mt 18, 23-35) no importa cuán grande ofensa comentan contra ti, debes perdonar porque Dios te perdonó primero una ofensa mucho mayor. 5. Recuerda buscar y pensar en la voluntad de Dios para tu vida, dentro de la cual puede ser, continuar la relación por la importancia que hay detrás de eso o también puede ser terminarla porque no tiene posibilidades futuras. 6. Conversa ahora con tu cónyuge acerca de este tema, plantéale el panorama bíblico frente al matrimonio y la importancia que tiene para ti. 7. No te aferres a la causa o el efecto, deja que las cosas fluyan; tampoco te culpes o te juzgues, las cosas suceden porque tenías que suceder y prepárate para las otras que pueden remecerte con más fuerza. 8. Si hay un vínculo que te une o si te comunicas y puedes hablar como personas cultas, no dejes que te vinculen o que la otra persona se sienta culpable porque eso puede ser manipulación o un nexo que no deja liberarse a ambos de la situación. 9. Si la pareja no está preparada para escuchar y acompañarte en el duelo de la situación actual, busca ayuda profesional.
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e). DESENLACE. ¿CÓMO CURARSE? Después de iluminarnos sobre el fundamento Psicológico y bíblico del tema de la infidelidad, me atrevo a presentar el posible desenlace de las historias de amor, por tal motivo, hablaré primero del resentimiento que ocasiona vivir esta experiencia para luego pasar a buscar la curación a través del perdón.
1. El Peso del Rencor El tema del día era El Resentimiento y el maestro nos había pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico. Ya en clase elegimos una papa por cada persona a la que guardábamos resentimiento. Ejercicio. Escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de la bolsa. Algunas bolsas eran realmente pesadas. El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de papas. Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo. El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y cómo, mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado, desatendía cosas que eran más importantes para mí. Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra mochila sentimental. Este ejercicio fue una gran metáfora del precio que pagaba a diario por mantener el resentimiento por algo que ya había pasado y no podía cambiarse. Me di cuenta que cuando hacía importantes los temas incompletos o las promesas no cumplidas me llenaban de resentimiento, aumentaba mi estrés, no dormía bien y mi atención se dispersaba. Perdonar y dejarlas ir me llenó de paz y calma, alimentando mi espíritu. La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando. Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los más beneficiados somos nosotros mismos. El perdón es una expresión de amor. El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo. No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes. Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo. El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó. La falta de perdón te ata a las personas con el resentimiento. Te tiene encadenado. La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza lo recursos emocionales que tienes. El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario. Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo(a) por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.
2. La Declaración del Perdón es la clave para liberarte. ¿Con qué personas estás resentido? ¿A quiénes no puedes perdonar? ¿Tú eres infalible y por eso no puedes perdonar los errores ajenos? Perdona para que puedas ser perdonado. Recuerda que con la vara que mides, serás medido…El Rencor nos tiene tan ocupados que
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dejamos pasar de largo las cosas que realmente tienen Valor y Significado para nuestras Vidas… William Shakespeare: “El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe.”
10. ¿CUÁL ES EL SIGUIENTE PASO PARA PERDONAR UNA INFIDELIDAD EN EL MATRIMONIO En este punto ya sabes porque Perdonar una Infidelidad, y si llegaste hasta aquí es porque tomaste la decisión de Perdonar una Infidelidad y has decidido a hacerlo, ahora tienes que llevarlo a la Acción, independiente que te haya pedido Perdón por la Infidelidad o no, vas a ir a decirle(a) que le(a) Perdonas. Como dice San Pablo: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” Efesios
4, 31-32 El Perdonar una Infidelidad no significa estar de acuerdo con la misma, Dios ama al Pecador y lo perdona, pero no acepta el Pecado…. a) Perdonar una Infidelidad en el Matrimonio versus el Olvido Ya has iniciado el proceso de Perdonar una Infidelidad en el Matrimonio, la siguiente lucha será contra los Recuerdos, convertir las heridas en cicatrices, día a día, cada mañana cuando te levantes vas a decidir para ese día olvidar lo que pasó…
Cada día vas a decidir eliminar el resentimiento, el odio, el rencor, todos los sentimientos y pensamientos negativos hacia tu Pareja. Es un Proceso largo, pero al final el resultado de Perdonar una Infidelidad en el Matrimonio será nada más que un Recuerdo lejano y tenue, sin importancia en tu Vida. No dejes que el pensamiento se bloquee y que éste empiece a guardar sentimientos en ese baúl de los recuerdos; cuando vives estas circunstancias deja que las emociones afloren: si tienes que llorar, llora; si tienes que gritar, grita; si tienes que reír, ríe; si tienes que orar, ora; si tienes que hablar con alguien, convérsalo (recuerda que no todos están preparados para ayudarte en estas situaciones), pero deja que por algún medio canalicen tus emociones. Esto verdaderamente te permitirá perdonar e ir aceptando la realidad. Para los que tiene la oportunidad de acompañar situaciones como éstas, si no tienes las palabras adecuadas o asertivas, harás mucho sólo escuchando y tener disponibilidad. Pasado unos seis días podrás dar tu apreciación pero fundamentado para evitar los errores posteriores. Ahora, tu Comentario, tu Opinión, cuál es tu Dificultad, Frustración o Lucha que estas teniendo con Perdonar una Infidelidad en el matrimonio
b) El perdón: Pasos prácticos para perdonar Perdonar no siempre es fácil. A decir verdad casi siempre es difícil. Hay muchos elementos involucrados en el proceso del perdón que lo hacen complicado. Trataremos de resaltar algunos de ellos sin pretender ser exhaustivos.
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c) Elementos a tener en cuenta 1. Resentimiento. Cada vez que pensamos sobre el tema en cuestión experimentamos los mismos sentimientos que experimentamos cuando nos lastimaron. El resentimiento es exactamente eso: Resentir. Debemos liberar nuestra mente y corazón del dolor provocado por la ofensa. No es fácil, pero con Dios es posible. 2. Lo que se hace deliberadamente requiere arrepentimiento deliberado. No sirve decirle al hermano: «Perdóname por cualquier cosa que te haya hecho». Si estamos arrepentidos por alguna cosa, seamos específicos y digamos: «Perdóname por haberte insultado», por ejemplo. 3. Toda actitud de reconciliación debe siempre empezar por nosotros mismos. No importa que hayamos sido los ofensores o los ofendidos, la enseñanza bíblica nos exhorta a salir al encuentro del hermano para arreglar la situación (ver Mateo 5,23-24, Mateo 18, 1517, 21-35, y Lucas 17,3-10) 4. Es importante comprender la diferencia entre atacar a la persona y atacar al problema. Lo que nos divide es el problema pero no debemos permitir que el mismo nos separe del hermano. 5. El perdón es un mandamiento. No hay opción. Tanto el Señor Jesús como las enseñanzas posteriores de Pablo no dejan dudas. 6. El gran inconveniente para lograr perdonar es que no se quiere aceptar la importancia del problema; ya se sea ofensor u ofendido. No debemos tomar a la ligera el tema del perdón. Es necesario que pongamos todo de nuestra parte para reconciliarnos con nuestro hermano. Glorifiquemos a Dios con una actitud perdonadora y reconciliadora en la Iglesia. d) Cómo perdonar 1. El problema es con nuestra carne. Las ofensas se hacen fuertes porque en el acto de perdonar siempre hay un sabor a «injusticia». ¿Por qué lo voy a perdonar después de lo que me hizo? ¡No es justo! 2. El mayor problema en cuanto el perdón es que siempre pensamos que debemos «sentir» para poder perdonar; pero lo primero es «obedecer», siendo este el primer paso en el camino de la reconciliación que nos acercará a la posibilidad de «sentir» el perdón. Las enseñanzas bíblicas al respecto son tan claras que no dejan dudas de su importancia. Cuando estoy dispuesto a someterme a los mandatos de Dios es cuando viene el poder para perdonar. Si no lo hacemos estamos negando el señorío de Cristo en nuestras vidas. Es importante comprender que la actitud del ofensor siempre debe ser la de «querer» pedir perdón y la del ofendido la de «querer» perdonar. e) ¿Cuál es el efecto del rencor, resentimiento y amargura en la vida de una persona? 1. Ante la ofensa, hay un punto de elección. Debemos elegir entre seguir adelante con el rencor y sus consecuencias o la resolución bíblica. 2. La falta de solución en temas interpersonales trae aparejados problemas con Dios. En primer término pues uno se aleja de su guía y sus mandamientos y también porque habrá problemas ocasionados por la relación no restaurada y hasta puede ocasionar problemas físicos como exteriorización de problemas internos no solucionados. f) ¿Cuáles serían los pasos necesarios que debería dar una persona con rencor, resentimiento y amargura?
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1. Reconocer el resentimiento y enfrentar lo que lo provocó. 2. Reconocer que hay pecado en la mala respuesta al problema. Esto requerirá arrepentimiento. 3. Confesión de su pecado a Dios. Ir a la otra persona involucrada y resolver el problema. 4. Reconocer una nueva actitud que llevará a la madurez. Reconocer que lo que sucedió tiene sentido y propósito, aunque en ese momento no lo comprendamos. Si Dios permite algo en nuestras vidas lo utilizará para nuestro bien.
g) La liberación del rencor 1. Ceder toda la responsabilidad de cualquier castigo a Dios (Romanos 12,19-21) 2. Ver el propósito de la ofensa (1 Pedro 2,19-24). Tener una actitud positiva ante la ofensa y no una negativa ante el ofensor. Muchas veces lo que nos pasa es merecido por no hacer lo que es correcto; ante lo que recibimos injustamente pidámosle gracia especial a Dios pues para ese propósito hemos sido llamados: Dios nos llama a vencer el mal con el bien. 3. Ver cómo Dios utiliza la ofensa y al ofensor como instrumentos para nuestro bien: Lucas 23, 34. 2 Samuel 16,11 4. Ver las heridas de la ofensa como la manera en la que Dios dirige nuestra atención hacia las necesidades del ofensor – Hechos 16,16 -18. A través de las actitudes pecaminosas del ofensor podremos ayudarlo a encauzar su vida de acuerdo a los lineamientos de Dios. h) El perdón es una puerta de oportunidad Si la ofensa fue intencional, el ofensor estará observando nuestra reacción. Aquí tendremos la oportunidad de mostrar amor y perdón, como imitadores de Jesús. Si la ofensa no fue intencional, pone en evidencia la necesidad o inmadurez del ofensor. Aquí tendremos la oportunidad de orar y enseñar. i) El perdón 1. No debemos tomar el camino fácil, hay tres posibilidades: a. Venganza. Prohibida claramente en las Escrituras b. «Olvidar». Esta parece una opción piadosa, pero no es válida. «Olvidar» es la opción más fácil pero la relación no es restablecida y a la larga el problema aparecerá por algún lado. c. Perdonar. Es la opción más difícil pero la única con resultados eternos. 2. Es difícil pues va contra nuestro concepto de justicia. Cuando lo que nos hicieron es algo injusto (al menos ante nuestros ojos) nos cuesta perdonar. 3. Es costoso. El precio del mal producido, ¿quién lo paga? 4. Substitución. Todo acto de perdón, tanto humano como divino, es, por propia naturaleza, substitutivo. En última instancia, ¿quién paga el costo del perdón? El ofendido. Perdonar es decirle al ofensor: «Nuestra relación es tan importante para mí que estoy dispuesto a pagar el costo del daño producido».
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Es interesante notar el patrón estipulado en Efesios 4,32. Allí el Señor nos indica que debemos perdonar de la misma manera en que Dios nos perdonó a nosotros. Entonces, la pregunta sería: «¿Cómo nos perdonó Dios a nosotros en Cristo?» El precio de nuestro pecado exigió de parte de Dios un castigo y, como Dios es justo, no podía pasar por alto dicho castigo, por lo cual, Cristo pagó por nosotros, con su muerte, el castigo necesario. Es decir, Cristo pagó el precio de nuestra maldad. De la misma manera, nosotros, al perdonar al ofensor deberemos hacernos «cargo» del costo de la ofensa recibida y «pagar» lo que sea necesario a fin de que la culpa de la ofensa no sea imputada al ofensor. Difícil, ¿no? Pero con Dios todo es posible. Nunca perdamos de vista que Cristo murió por nuestros pecados, aún cuando no lo merecíamos. También murió para redimir aún a aquel que nos ofendió. No permitamos que nuestras diferencias obstaculicen la armoniosa relación en el Cuerpo de Cristo.
J. “¿Qué hago frente a la infidelidad de mi cónyuge?” “¿Qué hago frente a la infidelidad de mi cónyuge?” y otra que me llamó mucho la atención porque se repetía una y otra vez: “Usted escribe sobre la infidelidad del hombre... Y cuando
es la mujer ¿Quién incurre en infidelidad? ¿Qué hacer? ¿Pasar por alto el error?¡No podría hacerlo!”.
La infidelidad tiene iguales dimensiones, tanto en el hombre como en la mujer. Lamentablemente en una sociedad machista como la latinoamericana, el que una mujer le falte a su esposo, reviste mayor escándalo que cuando se trata del hombre quien pasa por encima de la lealtad que le debe a su cónyuge. Si el esposo considera que debe ser perdonado y recibir una nueva oportunidad, la esposa igualmente debe tener la posibilidad, no solo del perdón, sino de una nueva oportunidad. Puede sonar a un juego de palabras, pero encierra un significado que se vierte en un principio claro: si bien es cierto que la infidelidad no tiene justificación, tampoco tiene justificación que se vea admisible en el hombre mientras que a la mujer se le condena.
k. El perdón va más allá de las palabras. En cierta ocasión el apóstol Pedro se acercó a Jesús y le dijo: “Señor, ¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete” (Mt 18, 21-22).
¿Entendió el significado de esta respuesta de Jesucristo? Si no es así, léala de nuevo. Sin importar si usted es católico o protestante o si quizá profesa otros principios religiosos, entiendo que el perdón, a la luz de las Escrituras e incluso de los libros que rigen filosofías de oriente, es perdón y no tiene carácter limitado. Setenta veces siete significa justamente eso: de manera ilimitada. Ahora, lo más fácil es decir: “Me causó tanto daño, que no puedo perdonarle”. Pero al hacerlo, nos negamos la posibilidad de comenzar de nuevo, y por años arrastraremos la carta del odio, el rencor o el resentimiento. Viene a mi mente el pasaje de la Biblia en el que una mujer es llevada a Jesús para conocer su opinión. Había sido sorprendida en el acto mismo de adulterio, y los judíos pretendían lapidarla, es decir, darle muerte con piedras. (Entre otras cosas, es curioso que llevaran a juicio a la adúltera pero no al adúltero, cuando el adulterio lo cometen dos y no solo una persona).
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Después que Jesús exhorta a los presentes para que, quien estuviese libre de pecado, arrojara la primera piedra, nadie quedó en el lugar. Sólo la adúltera. “ Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban?¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor, Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Juan 8,10- 11).
Tengo claro cómo debe entenderlo usted, que si Dios le brindó a través de su Hijo, una segunda oportunidad a una adúltera, y no solo eso, sino que le instó a cambiar su vida ¿Cómo podríamos nosotros negar el perdón?¿Cómo cerrarle las puertas a una segunda oportunidad?.
l. Abandonando el pasado Sólo cuando rompí esa carta, sin leerla por supuesto, Eduardo comprendió que había perdido tres años de su vida en discusiones con su esposa, con la que quería vivir pero a quien no le perdonaba su presunta infidelidad. Cuando ya no pudo torturarse esa tarde leyendo el contenido, entendió que era necesario perdonar. ¿Difícil? No lo dudo. Pero cuando involucramos a Dios para que nos ayude en ese proceso, estoy convencido que no es imposible, como pudiéramos pensar. ¿Y si fuera usted? Imagine por un instante que esa infidelidad que descubrió en su cónyuge, la hubiese cometido usted. ¿Esperaría perdón? Entonces ¿Para qué se niega a perdonar? ll. En las fuerzas de Dios Admito que no es fácil comenzar de nuevo, pero es necesario, más cuando los dos tienen claro que no quieren romper su relación matrimonial y al menos uno de los dos está dispuesto a aprovechar una segunda oportunidad, si se la ofrecen. A partir de ese momento, todo se circunscribe a comenzar de cero. Es decir, avanzar en el proceso de sobreponerse a la situación y consecuencias que se derivaron de la infidelidad. Alguien me dijo, y reconozco que es comprensible su posición: “No es fácil perdonar y, más aún, volver a confiar”. Pero creo que si sometemos a Dios nuestros sentimientos y le
pedimos su fortaleza, lo lograremos. Mi fundamento es un principio que trazó el apóstol Pablo al escribir: “Todo lo puedo en Cristo que me fortaleza” (Fil 4,13). En nuestras fuerzas no es posible, pero sí con ayuda de Dios. No olvide que El nos creó, conoce nuestras áreas débiles y puede transformar, no solo las circunstancias, sino también nuestros sentimientos. Anímese... ¡Comience ahora!
III. un comenzar de Nuevo
Se ha hablado del perdón y la reconciliación desde la fe y desde la psicología. Hace unos meses una señora llega al consultorio y me dice: “Dr. No sé qué hacer estoy confundida, mi esposo de 17 años de relación, con dos hermosos hijos, me ha sido infiel con una joven, él es ingeniero civil y yo soy enfermera. Siempre nos hemos demostrado mucho amor pero él trabaja lejos y viene todos los fines de semana, pero todos los días nos comunicamos por teléfono en la tarde y en la mañana; sin embargo, sucede que hace unos días dejó de comunicarse y después me puso excusas que le
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habías robado el celular pero en otro momento me contestó una mujer que me dijo ser su esposa, fue ahí cuando descubrí la infidelidad. Ahora siento pena, tristeza pero si viene quiero abrazarle y hace cosas de esposos. No siento resentimiento ni asco”. En otro momento llegó un caballero y me dice: “hace unos meses he notado cambios en
mi esposa, tenemos dos hijos pero ha comenzado a reclamarme y recordar con cólera sobre mi infidelidad de hace muchos años atrás, yo reconozco que cometí un error y estoy dispuesto a dar todos por ellos. Además me enterado que está saliendo con un amigo del grupo y de la familia. Yo la amo pero ella me ha dicho que no quiere saber nada de mí, me detesta, le he malogrado la vida”. Son dos situaciones que nos muestras las dos caras de la moneda. ¿Qué hacer en la primera situación? Y ¿Qué hacer en la segunda situación?
Situación del afectado.
Aflora sentimientos de cólera. Sensaciones de desesperación. Supuesta confusión. Pensamientos irracionales. Promesas incumplidas. Emerge el apetito sexual. Perdida se sueño. Pérdida del apetito. Aislamiento.
Situación del infractor Evitativo. Irritado Proyector de culpa Altanería Auto culpa Juzgamiento. Promesa incumplidas Histrionismo Estos indicadores son naturales que ambos casos experimentan, siendo diferenciados de acuerdo a la estructura individual, personal. Si afloran estos sentimientos o emociones, no temer deja que fluyan, evita bloquearlos. Es importante en circunstancias como estas: Realizar ejercicios de relajación que te permitan la fluidez de oxígeno y de la sangre. No tomar decisiones de naturaleza emocional como afectado o como infractor. Practica algún deporte. Otros que creas que te puede ayudar a mantener tu estabilidad.
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Si decides, después, seguir con tu pareja recuerda que tendrás que aceptar que vivirás toda una vida con un /una inf iel. Que vuelva a infringir los acuerdos, más probabilidad que menos. Que el afectado acepte para vengarse, es posible. Por ello, a nivel psicológico es importante conocer la estructura personal, familiar y social. Desde ahí, evaluar cuando haya lucidez de pensamiento y de espíritu, para tomar una decisión. Recuerda que el amor propio afectado, traicionado no asimilado es mucho más ofensivo, puede ser consciente pero mayormente es inconsciente. Para ello, si queremos darnos una nueva oportunidad, trabaja psicológicamente y ayúdate de la vida espiritual, ofreciéndole a Dios lo que te sucede. La parte trascendente, si no te ayuda a recuperar lo perdido, te ayuda asimilar y comprender la situación, por ende a tu estabilidad y a darte una nueva oportunidad.
REFERENCIAS: 1. Kinsey AC, Pomeroy WB, Martin CE. (1984) Sexual Behavior in the Human Male. Philadelphia, PA: Saunders. 2. Las autoras son estudiantes del Programa de Psicología Clínica Ph.D. con la colaboración del Dr. Jesús Rodríguez Cales PhD, de la Universidad Carlos Albizu, Recinto de San Juan. 3. VISITA LA PAGINA PRINCIPAL www.consultasexual.com.mx ENCONTRARAS MAS ARTÍCULOS. Terapeuta. José Jaime Martínez