13/10/2016
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Alberto Gonzá lez Pa lomo
Escrito por el Dr. Roy F. Baumeister, Baumeister, disponible en http://www.psy.fsu.edu/~baumeistertice/goodaboutmen.htm Reproducido aquí con permiso del autor. Traducción al Español, enlaces añadidos, ilustraciones y formato por Alberto González Palomo. Palomo . Un libro con el mismo título "Is there anything good about men?" está siendo finalizado y se publicará, probablemente en 2010, en Oxford University Press. Press . American Psychological Association, discurso invitado, 2007 Transcripción, versión completa completa
¿Hay algo de bueno sobre los hombres? Roy F. Bau meister Contact: R. Baumeister, Eppes Eminent Professor of Psychology & Head of Social Psychology Area, Florida State University, Tallahassee, FL 32306,
[email protected]. edu edu,, phone 850-264-8792. 850-264-8792. Note, I will be out of the country Jul y 3-31 except for the nig ht of July 17-1 8.
Seguramente estén pensando que una charla itulada «¿Hay algo de bueno sobre los hombres?» ¡va a ser breve! Escritos recientes no han tenido ucho bueno que decir sobre los hombres. Títulos omo «Los hombres no son rentables» [“Men Are ot Cost Effective”] hablan por sí mismos. El libro e Maureen Dowd se tituló «¿Son necesarios los ombres?» ombres?» [“ Are Men Men Necessary?”] Necessary?”] y aunque no da na respuesta explícita, cualquiera que lea el libro abe que su res puesta es no. El libro l ibro de Brinzedine Brin zedine «El cerebro femenino» [“The [“ The Female Brain”] Brain ”] se resenta diciendo, «hombres, preparaos para xperimentar envidia envi dia de de cereb cerebro». ro». ¡Imagínense ¡Imagínense un ibro que se anunciara diciendo que las mujeres ronto evidiarán el superior cerebro masculino! Tampoco son casos aislados. La nvestigación de Eagly ha ha recogido montañas de atos sobre los estereotipos que la gente tiene obre hombres hombres y mujeres, lo que los in vestiga dores esumieron como «el efecto MSM» [“The WAW ffect”]. MSM significa «las Mujeres Son aravillosas» [“ Women Are Wonderful Wonderful”]. ”]. Tanto ombres como mujeres tienen opiniones mucho
más favorables de las mujeres que de los hombres. A casi todo el mund o le gust an más las mujeres que los hombres. A mí desde luego sí. Mi propósito en esta charla no es intentar compensarlo alabando a los hombres, aunque en su transcurso tendré varias cosas positivas que decir acerca de ambos géneros. La cuestión de si hay algo de bueno sobre los hombres es sólo mi punto de partida. El título prov isional isional del libro que estoy escribiendo es «Cómo la c ultura explota a los hombres» [“How culture exploits men”], pero incluso eso es para mí la entrada hacia grandes cuestiones sobre cómo la cultura conforma la acción. En ese contexto, lo que hay de bueno sobre los hombres significa p ara qué sirven, desde la perspectiva del sistema. Por tanto esto no tiene que ver con la «guerra de los sexos», y de hecho pienso que una herencia desafortunada del feminismo ha sido la idea de que hombres y mujeres son básicamente enemigos. Voy a sugerir, en cambio, que la mayoría de las veces hombres y mujeres han sido
compañeros, apoyándose el uno al otro en vez de explotarse y manipularse mutuamente. Tampoco tiene que ver con intentar afirmar que los hombres deberían verse como víctimas. Detesto la idea de competir por ser víctimas. Y ciertamente no niego que la cultura ha explotado a las mujeres. Pero en vez de ver la cultura como un patriarcado, patria rcado, o sea una conspiración de hombres para explotar a las mujeres, pienso que es más acertado entender la cultura (p.ej., un país, una religión) como un sistema abstracto que compite con sistemas rivales — y que usa tanto a hombres como a mujeres, a menudo de maneras differentes, para p ara promover promover su causa. También pienso que es mejor evitar juicios de valor tant o como sea posible. Han hecho la discusión de políticas de género muy difícil y sensible, deformando así el juego de ideas. No tengo conclusiones que presentar sobre qué es bueno o malo o cómo debería debería cambiar el m undo. De hecho mi propia teoría está construida sobre trueques, de forma que siempre que hay algo
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¿Hay algo de bueno sobre los hombres?
ueno está atado a alguna otra cosa que es mala, y e compensan.
No quiero estar en ningún bando. Los/las guerreros/guerreras de g énero pueden irse a casa.
Hombres en la cima Cuando digo que estoy investigando cómo la ultura explota a los hombres, la primera reacción s habitualmente «¿Cómo puedes decir que la ultura explota a los hombres, si los ombres lo controlan todo?» Es una objeción álida y tiene que tenerse en cuenta seriamente. nvoca la crítica feminista de la sociedad. Esta rítica empezó cuando algunas mujeres se fijaron istemáticamente en la cima de la sociedad y ieron hombres por todas partes: la mayoría de los obernantes, presidentes, primeros ministros, la ayoría de los miembros del Congreso y arlamentos, la mayoría de los directores jecutivos de grand es empresas, etc étera — son en u mayoría hombres. A la vist a de todo esto, las feministas ensaron, vaya, los hombres lo dominan todo, así ue la sociedad está hecha para favorecer a los ombres. Debe de ser estup endo ser hombre. El fallo de esa mentalidad está en fijarse sólo n la cima. Si por el contrario miramos hacia bajo al fondo de l a socied ad, encontramos hí también sobre todo hombres. ¿Quién
está en prisión, alrededor del mundo, como criminales o prisioneros políticos? La población en el Corredor de la Muerte nunca se ha acercado al 51% de mujeres. ¿Quién vive en la calle? De nuevo, sobre todo hombres. ¿A quién usa la sociedad para trabajos malos o peligrosos? Las estadísticas del Ministerio de Trabajo de los Estados Unidos [US Department of Labor] informan de que el 93% de la gente muerta trabajando son hombres. Similarmente, ¿quién muere en las batallas? Incluso en el ejército estadounidense actual, que ha hecho mucho integrando los sexos y poniendo a las mujeres en combate, los riesgos no son iguales. Este año sobrepasamos la marca de las 3.000 muertes en Irak, y de ésas , 2.938 fueron hombres, 62 mujeres. Podemos imaginarnos una batalla en la antigüedad en la que se expulsó al enemigo y se salvó la ciudad, y los soldados que vuelven se ven inundados con monedas de oro. Una feminista temprana podría quejarse de que, eh, todos esos hombres se llevan monedas de oro, la mitad de esas monedas deberían ser para mujeres. En principio, estoy de acuerdo. Pero recuerden, aunque los hombres que ven reciben monedas de
oro, hay otros hombres que no ven ustedes, que están aún desangrándose hasta morir en el campo de batalla por heridas de lanza. Ésa es una primera pista importante sobre cómo la cultura usa a los hombres. La cultura tiene muchos trueques, en los que necesita gente para hacer cosas peligrosas o arriesgadas, y por tanto ofrece grandes recompensas para motivar a la gente para que asuma esos riesgos. La mayoría de las culturas han tendido a usar hombres para esos puestos de alto riesgo, alta recompensa mucho más que mujeres. Voy a proponer que hay razones prácticas importantes para eso. El resultado es que algunos hombres consiguen grandes recompensas mientras que otros ven sus vidas arruinadas o incluso acortadas. La mayoría de las culturas protegen a sus mujeres del riesgo y por tanto no les dan grandes recompensas. No digo que eso sea lo que las culturas deberían hacer, moralmente, pero las culturas no son seres morales. Hacen lo que hacen por razones prácticas motivadas por la competición contra otros sistemas y otros grupos.
Estereotipos en Harvard He dicho que hoy en día la mayoría de la ente tiene estereotipos más favorables sobre las ujeres que sobre los hombres. No siempre fue sí. Hasta más o menos los 1960s, la psicología como la sociedad) tendía a ver a los hombres omo la norma y a las mujeres como la versión igeramente inferior. Durante los 1970s, hubo un reve periodo de decir que no había diferencias, ólo estereotipos. Sólo desde 1980 más o menos es a visión dominante que las mujeres son mejores y os hombres la v ersión inferior
Lo que me sorprende es que se tardó poco más de una década en ir de una visión a la opuesta, esto es, de pensar que los hombres son mejores que las mujeres a pensar que las mujeres son mejores que los hom bres. ¿Cómo es p osible? Estoy seguro de que están esperando que hable de Larry Summers en cualquier momento, ¡así que despachémoslo! Como recuerdan, él era presidente de Harvard. Como lo resumió The Economist , «El señor Summers enfureció a la clase dirigente feminista al preguntarse en voz
alta si el prejuicio bastaba para explicar la escasez de mujeres en la cima de la ciencia». Tras decir inicialmente, es posible que tal vez no hay tantas mujeres profesoras de física en Harvard porque no hay tantas mujeres como hombres con tan gran talento innato, tan sólo una posible explicación entre otras, él tuvo que disculparse, retractarse, prometer ingentes cantidades de dinero, y no mucho después dimitió. ¿Cuál fue su crimen? Nadie lo acusó de discriminar realmente a las mujeres. Su afrenta
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ue pensar pensamientos que no se permite ensar, concretamente que pudiera haber más ombres con gran talento. La única explicación ermitida para la falta de mujeres científicas estacadas es el patriarcado — que los hombres onspiran para mantener a las mujeres ometidas. No puede ser el talento. De hecho, hay lguna evidencia de que los hombres como media on un poco mejores en matemáticas, pero igamos que Summers hablaba de inteligencia en eneral. La gente puede señalar cantidad de datos e que el CI medio de los hombres adultos es más
Casi con certeza, hay algo biológico y enético. Y mi suposición es que la mayor roporción de hombres en ambos extremos de la istribución del CI es parte del mismo patrón. La aturaleza tira los dados más con los hombres que on las mujeres. Los hombres se van a los xtremos más que las mujeres. Es verdad no ólo con el CI sino también con otras cosas, ncluso la estatura: la distribución masculina de staturas es más plana, con más hombres ealmente altos y bajos. De nuevo, hay una razón para eso, a la cual olveré después. Por ahora, el asunto es que eso explica cómo odemos tener estereotipos opuestos. Los ombres se van a los extremos más que las ujeres. Los estereotipos se sostienen por sesgo onfirmatorio. ¿Queremos pensa r que los hombres on mejores que las mujeres? Miremos a la cima, os héroes, los inventores, los filántropos, etc. ¿Queremos pensar que las mujeres son mejores
o menos el mismo que el medio de las mujeres. Así que sugerir que los hombres son más listos que las mujeres es erróneo. No es extraño que algunas mujeres se ofendieran. Pero no es eso lo que dijo. Él dijo que había más hombres en los niveles superiores de talento. Eso podría ser verdad aunque la media sea la misma — si hubiera también más hombres en el fondo de la distribución, más hombres realmente estúpidos que mujeres. Durante la controversia sobre sus comentarios, no vi a nadie mencionar esta cuestión, pero los datos están ahí, que los hombres? Miremos al fondo, los criminales, los drogadictos, los perdedores. De una forma importante, los hombres son realmente mejores Y peores que las mujeres. Un patrón de más hombres en ambos extremos puede crear toda clase de conclusiones engañosas y otras maldades estadísticas. Como ilustración, asumamos que hombres y mujeres son como media exactamente iguales en cada aspecto relevante, pero más hombres en ambos extremos. Si mides cosas que están limitadas en un extremo, los datos se corrompen y hacen parecer a hombres y mujeres significativamente diferentes. Fijémonos en las notas medias universitarias. Gracias a la inflación de las calificaciones, la mayoría de los estudiantes consiguen ahora sobresalientes o notables, pero unos pocos se reparten hacia abajo hasta el suspenso. Con un techo tan bajo, los varones
auténticamente abundantes, y son indiscutibles. Hay más varones que hembras con CIs realmente bajos. Es más, el patrón con el retraso mental es el mismo que con la genialidad , es decir, que al ir desde leve a medio a extremo, el predominio de varones se acrecienta. Todos esos chicos retrasados no son la obra del patriarcado. Los hombres no están conspirando juntos para hacer mentalmente retrasados a sus hijos.
capacitados no pueden tirar de la media masculina para arriba, pero los incapaces tirarán para abajo. El resultado será que las mujeres conseguirán notas medias mas altas que los hombres — de nuevo a pesar de no haber diferencia en la calidad media de su trabajo. Lo contrario pasa con los salarios. Hay un salario mínimo pero no un máximo. Por tanto los hombres capacitados pueden elevar la media masculina mientras que los incapaces no pueden bajarla. ¿El resultado? Los hombres obtendrán mayores salarios que las mujeres, incluso si no hay diferencia media en ningún factor relevante. Hoy en día, claramente, las mujeres tienen mejores notas universitarias pero peores salarios que los hombres. Se discute mucho sobre qué significa todo esto y qué debería hacerse. Pero como ven, ambos factores podrían ser tan sólo una rareza estadística salida de la tendencia masculina a los extremos.
Haciendo trueques Si lo piensan, la idea de que un género es en odo mejor que el otro no es muy creíble. ¿Por qué ba a hacer a un género mejor que al otro la aturaleza? La evolución selecciona por rasgos uenos, favorables, y si hubiera una forma buena
de ser, al cabo de unas pocas generaciones todo el mundo sería de esa manera. Pero la evolución preserva las diferencias cuando hay un trueque: cuando un rasgo es bueno para una cosa, mientras que el opuesto es bueno para otra.
Volvam os a las tres teorías principal es que hemos tenido sobre los géneros: los hombres son mejores, no hay diferencia, y las mujeres son mejores. ¿Qué falta en la lista? Diferentes pero iguales. Permítanme proponer que como teoría rival merece ser tenida en cuenta. Pienso que es en realidad la más creíble. La selección natural
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reservará las diferencias innatas entre hombres y ujeres en tanto que los rasgos diferentes sean eneficiosos en circunstancias diferentes o para areas distint as. Ejemplo de trueque: los negros sufren de nemia falciforme más que los blancos. Esto arece deberse a una vulnerabilidad genética. Este en, sin embargo, refuerza la resistencia a la alaria (paludismo). Los negros evolucionaron
en regiones donde la malaria era un gran asesino, así que valía la pena tener este gen a pesar del mayor riesgo de anemia falciforme. Los blancos evolucionaron en regiones más frías, donde había menos malaria, y por tanto el trueque se resolvió de otra manera, más hacia evitar el gen que prevenía la malaria arriesgándose a la anemia falciforme.
El enfoque de trueques nos da una teoría radical de la igualdad de géneros. Hombres y mujeres pueden ser diferentes, pero cada vent aja puede emparejarse con una desventaja. Por tanto cuando oigan un informe de que un género es mejor en algo, párense y piensen por qué seguramente sea verdad — y para qué podría ser bueno el rasgo opuesto.
Actitud contra aptitud Antes de seguir demasiad o en esa dirección, in embargo, permítanme avanzar otra idea adical. Tal vez las diferencias entre los éneros tienen más que ver con la otivación que con la capacidad . Es la iferencia entre actitud y aptitud. Volvamos por un momento al asunt o de arry Summers sobre por qué no hay más rofesoras de física en Harvard. Tal vez las ujeres pueden hacer matemáticas y ciencia erfectamente pero simplemente no les gusta. Al in y al cabo, ¡a la mayoría de los hombres ampoco les gusta! De la pequeña minoría de ente a quien le gustan las matemáticas, robablemente haya más hombres que mujeres. a investigación de Eccles ha encontrado epetidamente que la escasez de mujeres en atemáticas y ciencia refleja motivación más que apacidad. Y según la misma lógica, sospecho que a mayoría de los hombres podrían aprender a ambiar pañales y pasar la aspiradora bajo el sofá erfectamente también, y si los hombres no lo acen, es porque no quieren o no les gusta, no orque sean fundamentalmente incapaces (¡por ucho que ocasionalmente finjan lo contrario!). Yo soy músico, y desde hace mucho me regunto sobre esta diferencia. Sabemos por el anorama de la música clásica que las mujeres ueden tocar instrumentos primorosamente, de anera sublime, con gran dominio — sencialmente tan bien como los hombres. Pueden
Varios t rabajos recientes han puesto en du da toda la idea de que haya diferencias de género en habilidades: incluso cuando se encuentran diferencias en la media, tienden a ser extremadamente pequeñas. En contraste, cuando uno se fija en lo que hombres y mujeres quieren, qué les gusta, hay diferencias auténticas. Fíjense en la investigación sobre el impulso sexual: hombres y mujeres tienen más o menos la misma «capacidad» para el sexo, sea lo que sea eso, pero hay grandes diferencias en cuanto a motivación: qué género piensa en el sexo todo el tiempo, lo quiere más a menudo, quiere más parejas diferentes, arriesga más por sexo, se masturba más, aprovecha cada oportunidad, etc. Nuestra revista de la investigación publicada encontró que prácticamente cada medida y cada estudio mostraron un más intenso impulso sexual en los hombres. Es ya oficial: los hombres son más cachondos que las mujeres. Ésta es una diferencia de motivación. De la misma forma, he mencionado la diferencia de salarios, pero podría tener menos que ver con capacidad que con motivación. Salarios altos vienen de trabajar muchísimas y muchas lo hacen. Pero en el jazz, donde el intérprete tiene que ser creativo mientras toca, hay un desequilibrio impresionante: casi ninguna mujer improvisa. ¿Por qué? La habilidad está ahí pero quizás hay menos motivación. No sienten el impulso de hacerlo.
horas. Los adictos al trabajo son en su mayoría hombres. (Hay algunas mujeres, sólo que no tantas como hombres.) Un estudio contó que más del 80% de la gente que trabaja 50 horas a la semana son hombres. Eso significa que si queremos alcanzar nuestro ideal de salarios iguales para hombres y mujeres, podríamos tener que legislar el principio de igual paga por menos trabajo. Personalmente, apoyo ese principio. Pero reconozco que es difícil de vender. La creatividad podría ser otro ejemplo de diferencia de género en motivación en vez de capacidad. La evidencia presenta una aparente paradoja, porque las pruebas de creatividad generalmente muestran las mismas p untuaciones para hombres y mujeres, pero a lo largo de la historia algunos hombres han sido mucho más creativos que las mujeres. Una expliación que encaja en este patrón es que hombres y mujeres tienen la misma capacidad creativa pero diferentes motivaciones.
Supongo que la explicación habitual para tal diferencia es a que las mujeres no se las animó, o no se las apreció, o se las desanimó de ser creativas. Pero no creo que esta explicación habitual encaje muy bien en los hechos. En el siglo XIX en los Estados Unidos, las chicas y mujeres
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e clase media tocaban el piano mucho más que os hombres. Y sin embargo todo ese piano pasó in producir ningún resultado creativo. No hubo randes mujeres compositoras, ni direcciones uevas en estilo musical o técnica, ni nada de eso. odas esas pianistas femeninas entretenían a sus amiliares e invitados a cenar pero no parecían otivadas para crear nada nuevo. Mientras tanto, al mismo tiempo más o enos, los negros estadounidenses crearon el lues y luego el jazz, los cuales cambiaron la forma n que el mundo vive la música. Por cualquier edida, esos negros, la mayoría recién salidos de a esclavitud, tenían muchas más desventajas que
las blancas de clase media. Incluso conseguir un instrumento musical debe de haber sido considerablemente más difícil. Y recuerden, digo que la capacidad creativa es probablemente casi igual. Pero de alguna manera los hombres sintieron el impulso de crear algo nuevo, más que las mujeres. Una prueba para ver lo que es significativamente real es el mercado. Es difícil encontrar a alguien haciendo dinero con las diferencias de capacidad entre géneros. Pero en motivación, hay cantidad. Fíjense en la revistas: las revistas para hombres cubren asuntos diferentes que las revistas para mujeres, porque
hombres y mujeres gustan y disfrutan y se interesan por cosas diferentes. Fíjense en la diferencia de películas entre los canales de televisión por cable masculinos y femeninos. Fíjense en la diferencia entre anuncios para hombres y para mujeres. Esto nos lleva a una parte importante de la discusión. Mi sugerencia es que las diferencias importantes entre hombres y mujeres se encuentran en la motivación en vez de en la capacidad. ¿Cuáles, entonces, son esas diferencias? Quiero enfatizar dos.
El hecho más desdeñado fué tan inusual que cien mujeres se juntaran y construyeran un barco y partieran a explorar regiones ignotas, mientras que los hombres han hecho tales cosas con cierta regularidad? Pero arriesgarse de esa manera sería estúpido, desde la perspectiva de un organismo biológico que buscara reproducirse. Podrían ahogarse o ser asesinadas por salvajes o pillar una enfermedad. Para las mujeres, lo óptimo que hacer es seguir la corriente, ser agradable, ir a lo seguro. Hay muchas probabilidades de que los hombres se acerquen y ofrezcan sexo y podrás tener bebés. Todo lo que importa es elegir la mejor oferta. Descendemos de mujeres que fueron a lo seguro.
La primera gran, básica diferencia tiene que er con lo que considero el hecho más desdeñado obre los géneros. Consideren esta pregunta: ¿qué orcentaje de nuestros antepasados fueron ujeres? No es una pregunta con trampa, y tampoco es l 50%. Es verdad, más o menos la mitad de la ente que ha vivido fueron mujeres, pero esa no es a cuestión. Preguntamos sobre toda la gente que a vivido que tenga un descendiente vivo hoy. O icho de otra manera, sí, cada bebé tiene una adre y un padre, pero algunos de esos padres uvieron múltiples hijos. Investigaciones recientes usando análisis de DN respondieron esta pregunta hará dos años. a población humana actual desciende del oble de mujeres que de hombres. Pienso que esta diferencia es el hecho más esdeñado sobre los géneros. Para llegar a esa iferencia, tendría que haber algo así como, a lo argo de toda la historia de la especie humana, ue tal vez el 80% de las mujeres pero sólo el 40% e los h ombres se reprodujeron. En estos momentos nuestro campo está eniendo un acalorado debate sobre cuánto del
comportamiento puede explicarse mediante la teoría evolutiva. Pero si la evolución explica algo en absoluto, eso es lo relacionado con la reproducción, porque la reproducción está en el corazón de la selección natural. Básicamente, los rasgos que fueron más efectivos para la reproducción estarían en el centro de la psicología evolutiva. Sería chocante si esas probabilidades tan diferentes para hombres y mujeres dejaran de causar algunas diferencias de personalidad. Para las mujeres a lo largo de la historia (y prehistoria), las probabilidades de reproducirse han sido bastante buenas. Más adelante en esta charla nos preguntaremos cosas como, ¿por qué
Para los hombres, las perspectivas fueron radicalmente diferentes. Si sigues la corriente y vas a lo s eguro, lo más probable es que no t engas hijos. La mayoría de los hombres que han vivido no dej aron de scendie ntes vivos hoy. Sus líneas fueron callejones sin salida. Por eso fue necesario arriesgarse, probar cosas nuevas, ser creativo, explorar otras posibilidades. Navegar hacia lo desconocido puede que sea arriesgado, y podrías ahogarte o ser asesinado o lo que sea, pero de nuevo si te quedas en casa no te reproducirás de ninguna manera. Descendemos principalmente del tipo de hombre que hizo el arriesgado viaje y se apañó para volver rico. En
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se caso podría tener al fin oportunidad de pasar us genes. Descendemos de hombres que se
La enorme diferencia de éxito reproductivo ontribuyó muy probablemente a algunas iferencias de personalidad, porque rasgos iferentes indicaron el camino al éxito. A las ujeres les convenía minimizar los riesgos, ientras que los hombres triunfadores fueron los ue se arriesgaron. La ambición y la lucha ompetitiva probablemente importaron más para l triunfo masculino (medido en descendientes) ue para el femenino. La creatividad fue robablemente más necesaria, para ayudar al ombre individual a destacar de alguna forma. ncluso la diferencia de impulso sexual fue elevante: para muchos hombres, habría pocas robabilidades de reproducirse y por tanto uvieron que estar listos para cualquier portunidad sexual. Si un hombre decía «hoy no, e duele la cabeza», podría perder su única portunidad. Otro punto crucial. El riesgo de no tener hijos s sólo una cara de la moneda masculina. Todo ijo tiene una madre y un padre biológicos, y por anto si hubo sólo la mitad de padres que de adres entre nuestros antepasados, algunos de sos padres tuvieron cantidad de hijos. Mírenlo de esta forma. La mayoría de las ujeres tienen sólo unos pocos hijos, y casi
arriesgaron (y tuvieron suerte).
ninguna más de una docena — pero muchos padres han tenido más de unos pocos, y algunos hombres de hecho tuvieron varias docenas, incluso centenares de niños. En términos de la competición biológica para producir descendencia, entonces, los hombres sobrepasaron a las mujeres tanto entre los perdedores como entre los mayores ganadores. Por ponerlo en términos más subjetivos: cuando ando por ahí e intento mirar a hombres y mujeres como si los viera por primera vez, es difícil evitar la impresión (¡lo siento, tíos!) de que las mujeres son simplemente más agradables y adorables que los hombres. (Creo que esto explica el «efecto MSM» que mencionamos antes) Los hombres puede que deséen ser adorables, y hay hombres que pueden y de hecho consiguen apañarse para que las mujeres los amen (así que la capacidad está ahí), pero los hombres tienen otras prioridades, otras motivaciones. Para las mujeres, ser adorable fue la clave para atraer a la mejor pareja. Para los hombres, sin embargo, era más bien cuestión de derrotar a cantidad de otros hombres tan sólo por la posibilidad de tener pareja.
Trueques de nuevo: tal vez la naturaleza diseñó a las mujeres para buscar ser adorable s, mientras los hombres fueron diseñados para luchar, casi siempre en vano, por la grandeza. Y valió la pena, incluso a pesar del «casi siempre en vano». Los expertos estiman que Gengis Kan tuvo varios cientos y quizás más de mil hijos. Afrontó grandes riesgos y finalmente conquistó la mayor parte del mundo conocido. Para él, los grandes riesgos llevaron a enormes recompensas en descendencia. Mi argumento es que ninguna mujer, incluso si conquistara el doble de territorio que Gengis Kan, podría haber tenido mil hijos. La lucha por la grandeza en ese sentido no ofreció tal recompensa biológica a la hembra humana. Para el hombre, la posibilidad estaba ahí, y así la sangre de Gengis Kan corre por la venas de un gran segmento de la población humana actual. Por definición, sólo unos pocos hombres pueden alcanzar la grandeza, pero para los pocos que lo hacen, las ganancias han sido reales. Y nosotros descendemos de esos grandes hombres mucho más que de otros. Recuerden, la mayoría de los hombres mediocres no dejaron descendencia en absoluto.
¿Són más sociables las mujeres? Permítanme volverme ahora hacia la segunda ran diferencia motivacional. Esta tiene sus raíces n un intercambio en el Psychological Bulletin ará unos diez años, pero el asunto permanece resco y relevante hoy. Tiene que ver con la uestión de si las mujeres son más sociables que os hombres. La idea de que las mujeres son más sociables ue propuesta por Cross y Madsen en un
manuscrito entregado a esa revista. Se me envió para revisarlo, y aunque no estaba de acuerdo con su conclusión, sentí que habían expuesto bien su caso, así que apoyé la publicación de su artículo. Proporcionaron muchas evidencias. Dijeron cosas como, miren, los hombres son más agresivos que las mujeres. La agresión puede dañar una relación porque si haces daño a alguien esa persona podría no querer estar contigo. Las mujeres se abstienen de la agresión porque quieren relaciones, pero a
los hombres no les importan las relaciones y aceptan ser agresivos. Por tanto, la diferencia en agresión muestra que las mujeres son más sociables que los h ombres. Pero yo acababa de publicar mi trabajo temprano sobre «la necesidad de pertenecer» [“the need to belong”], cuya conclusión era que tanto hombres como mujeres tenían esa necesidad, y por eso me preocupaba oír que a los hombres no les importa la conexión social. Escribí
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na respuesta que decía que había otra manera de er toda la evidencia cubierta por Cross y Madsen. La esencia de nuestra visión era que hay dos aneras diferentes de ser sociable. En la sicología social tendemos a enfatizar las elaciones cercanas, íntimas, y sí, tal vez las ujeres se especializan en esas y se les dan mejor ue a los hombres. Pero se puede ver también el Así que reexamina mos la evidencia roporcionada por Cross y Madsen. Consideren la gresión. Es verdad, las mujeres son menos gresivas que los hombres, sin discusión. ¿Pero es sí realmente porque las mujeres no quieren poner n peligro una relación cercana? Resulta que en elaciones cercanas, las mujeres son cantidad de gresivas. Las mujeres son si acaso más proclives ue los hombres a perpetrar violencia doméstica ontra compañeros sentimentales, cualquier cosa esde una bofetada en la cara hasta asalto con rma mortal. Las mujeres también hacen más buso infantil que los hombres, aunque eso es ifícil de desenredar de la mayor cantidad de iempo que pasan con niños. Aún así, no se puede ecir que las mujeres eviten la violencia hacia ompañeros íntimos. En lugar de eso, la diferencia se encuentra en a esfera social más amplia. Las mujeres no olpean a extraños. Las probabilidades de que na mujer vaya a, digamos, ir al centro comercial acabar en una lucha de navajas con otra mujer s minúscula, pero hay mucho más riesgo para los ombres. La diferencia de género en la agresión se ncuentra principalmente ahí, en la más amplia ed de relaciones. Porque a los hombres les mporta más esa red.
ser sociable en términos de tener mayores redes de relaciones más superficiales, y en estas, quizás, los hombres son más sociables que las mujeres. Es como esa pregunta común, ¿qué te importa más, tener pocas amistades cercanas o tener cantidad de gente que te conozca? La mayoría de la gente dice que la primera es más importante. Pero la gran red de relaciones Ahora consideren la ayuda. La mayor parte de las investigaciones encuentran que los hombres ayudan más que las mujeres. Cross y Madsen tuvieron dificultad con eso y finalmente cayeron en el tópico manido de que tal vez las mujeres no ayudan porque no se las educa para ayudar o no se las socializa para ayudar. Pero yo pienso que el patrón es el mismo que con la agresión. La mayor parte de las investigaciones se fija en la ayuda entre extraños, en la mayor esfera social, y por eso encuentra a los hombres ayudando más. Dentro de la familia, sin embargo, las mujeres son cantidad de serviciales, si acaso más que los hombres. La agresión y la ayuda son en algunos aspectos antónimos, así que la convergencia del patrón es bastante significativa. Las mujeres tanto ayudan como agreden en la esfera íntima de las relaciones cercanas, porque eso es lo que les importa. Por el contario, a los hombres les importa (también) la más amplia red de relaciones superficiales, y por tanto son cantidad de serviciales y agresivos ahí. La misma conclusión bi-esférica encuentra apoyo en cantidad de otros lugares. Estudios de observación en recreos muestran que las niñas se
superficiales puede ser importante también. No deberíamos ver a los hombres automáticamente como seres humanos de segunda clase tan sólo porque se especializan en la menos importante, menos satisfactoria clase de relación. Los hombres son también sociables — sólo que de otra forma.
emparejan y juegan uno a uno con la misma compañera de juegos durante toda la hora. Los niños bien juegan uno a uno con una serie de compañeros de juego diferentes o con un grupo mayor. Las niñas quieren la relación de uno a uno, mientras que a los niños les atraen los grupos y redes más grandes. Cuando dos niñas juegan juntas y los investigadores traen una tercera, las dos niñas se resisten a dejarla participar. Pero dos niños dejarán a un tercero participar en su juego. Mi punto es que las niñas quieren la conexión uno a uno, así que añadir una tercera persona les fastidia el rato, pero no se lo fastidia a los niños. La conclusión es que hombres y mujeres son ambos sociables pero de formas distintas. Las mujeres se especializan en la estrecha esfera de las relaciones íntimas. Los hombres se especializan en el mayor grupo. Si hacen una lista de las actividades que se hacen en grupos grandes, seguramente tendrán una lista de cosas que los hombres hacen y disfrutan más que las mujeres: deportes de equipo, política, empresas grandes, redes económicas, etc.
Rasgos trocados De nuevo, importantes diferencias de ersonalidad resultaron probablemente de la iferencia motivacional básica en la clase de elación social que interesa a hombres y mujeres.
Consideren el hallazgo común de que las mujeres son más expresivas emocialmente que los hombres. En una relación íntima, ayuda la buena comunicación. Permite a dos personas entenderse, apreciar los sentimientos del otro, etc.
Cuanto más saben dos compañeros íntimos sobre el otro, tanto mejor pueden cuidarse y apoyarse el uno al otro. Pero en un grupo grande, donde tienes rivales y quizás enemigos, es arriesgado dejar que se muestren todos tus sentimientos. Lo
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ismo vale para las transacciones económicas. uando estás negociando el precio de algo, es ejor guardarte tus sentimientos un poco para tí. así los hombres se retraen más. La imparcialidad es otro ejemplo. La nvestigación de Major y otros allá en los 1970s só procedimentos como éstos. Un grupo de ujetos realizarían una tarea, y el experimentador es diría que el grupo había ganado una cierta antidad de dinero, y le correspondía a un iembro el dividirla tal como quisiera. La persona odría guardarse todo el dinero, pero no era eso abitualmente lo que ocurría. Las mujeres ividían el dinero igualmente, a partes iguales ara todos. Los hombres, por el contrario, lo ividían desigualmente, dando la mayor parte de a recompensa a quienquiera que hubiera hecho ás trabajo.
Está también el asunto de que los hombres on más competitivos, las mujeres más ooperativas. De nuevo, sin embargo, la ooperación es mucho más últil que la ompetición en las relaciones cercanas. ¿De qué irve competir contra tu esposa o marido? Pero en randes grupos, llegar a la cima puede ser crucial. a preferencia masculina por las jerarquías de ominio, y la lucha ambiciosa para llegar a la ima, igualmente reflejan una orientación hacia el ran grupo, no un desagrado por la intimidad. Y ecuerden, la mayor parte de los hombres no se eprodujeron, y descendemos principalmente de
¿Cuál es mejor? Ninguno. Tanto igualdad como equidad son versiones válidas de la imparcialidad. Pero muestran la orientación a diferentes esferas sociales. Igualdad es mejor en relaciones cercanas, cuando las personas cuidan unas de otras y se corresponden y dividen los recursos y oportunidades igualmente. Por el contrario, la equidad — dar mayores recompensas por mayores contribuciones — es más efectiva en grandes grupos. No lo he comprobado, pero apostaría a que si entrevistaran a las grandes y exitosas empresas estadounidenses del Fortune 500, no encontrarían ni una de esas 500 que pague a cada empleado el mismo salario. Los trabajadores más valiosos que contribuyen más generalmente son mejor pagados. Es simplemente un sistema más efectivo en grandes grupos. El patrón masculino es adecuado en grandes grupos, el patrón femenino es más adecuado en parejas íntimas.
Lo mismo para la diferencia comunalintercambio. Las mujeres tienen una orientación más comunal, los hombres más intercambio. En psicología tendemos a considerar la comunal como una forma más avanzada de relación que el intercambio. Por ejemplo, sospecharíamos de una pareja que tras diez años de matrimonio aún se dijeran, «yo pagué la electricidad el mes pasado, ahora te toca a tí.» Pero la supuesta superioridad de las relaciones comunales vale principalmente para las relaciones íntimas. En el nivel de grandes sistemas sociales, es lo contrario. Los países comunales (incluidos los comunistas) permanecen primitivos y pobres, mientras que las naciones ricas, avanzadas han llegado a donde están por medio del intercambio económico.
los hombres que sí lucharon hasta la cima. No así para las mujeres.
gol de medio campo, el grupo no puede permitirse deshacerse de tí.
Una cosa más. Cross y Madsen cubrieron cantidad de investigación que mostraba que los hombres se autovaloran según sus rasgos unusuales que los destacan sobre otros, mientras que los autoconceptos de las mujeres consisten en cosas que las conectan a otros. Cross y Madsen pensaron que esto era así porque los hombres querían apartarse de los demás. Pero de hecho el ser diferente es una estrategia vital para pertenecer a un gran grupo. Si eres el único miembro del grupo capaz de matar un antílope o encontrar agua o hablar con los dioses o chutar un
Es diferente en relaciones de uno a uno. El marido de una mujer, y su bebé, la querrán incluso si no sabe tocar el trombón. Así que cultivar una habilidad única no es esencial para ella. Pero tocar el trombón es una forma de entrar en algunos grupos, especialmente bandas de música. Esta es otra razón por la que los hombres se van a los extremos más que las mujeres. Los grandes grupos alimentan la necesidad de establecer algo diferente y especial sobre uno mismo.
El feminismo nos ha enseñado a ver la cultura como hombres contra mujeres. En vez de eso, pienso que la evidencia indica que la cultura emergió principalmente con hombres y mujeres trabajando juntos, pero trabajando contra otros grupos de hombres y mujeres. A menudo las competiciones más intensas y productivas eran grupos de hombres contra otros grupos de
hombres, aunque ambos grupos dependían del apoyo de las mujeres.
Beneficios de los sistemas culturales Fijémonos ahora en la cultura. La cultura es relativamente nueva en la evolución. Continúa la línea evolutiva que hizo sociales a los animales. Entiendo la cultura como una clase de sistema que permite al grupo humano trabajar junto efectivamente, usando información. La cultura es una forma nueva, mejorada de ser social.
La cultura permite al grupo ser más que la suma de sus partes (sus miembros). La cultura se puede ver como una estrategia biológica. Veinte personas que trabajan junta s, en un sistema cultural, compartiendo información y
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dividiendo tareas etc., vivirán todos mejor — vivirán y se reproducirán mejor — que si esas mismas veinte personas vivieran en el mismo bosque pero hicieran todo indiv idual mente. La cultura de esta forma proporciona ciertos beneficios por tener un sistema. Llamémoslo «ganancia de sistema», que significa cuánto mejor se le da al grupo gracias al sistema. Piensen en dos equipos de fútbol. Ambos conjuntos de ugadores conocen las reglas y tienen las mismas habilidades individuales. Un grupo tiene sólo eso, y sa le a jugar como in divid uos intenta ndo dar lo mejor de sí. El otro trabaja como un equipo, complementándose unos a otros, jugando con un sistema. El sistema probablemente les permita hacerlo mejor que el grupo jugando como
individuos separados. sistema.
sa es la ganancia de
Y un hecho vital es que la amplit ud de la ganacia de sistema se incrementa con el tamaño del sistema. Es esencialmente lo que está ocurriendo ahora mismo en el mundo, globalización de la economía mundial. Mayores sistemas proporcionan mayores beneficios, así que según expandimos y combinamos más unidades en sistemas mayores, en total hay más ganancia. Hay una implicación crucial de todo esto. La cultura depende de la ganacia de sistema, y mayores sistemas proporcionan más de ella. Por tanto, obtendrás más de los beneficios de la cultura desde grandes grupos que desde pequeños. Una relación cercana uno a uno puede
hacer poco en términos de división de trabajo y reparto de información, pero un grupo de 20 personas puede hacer mucho más. Por consiguiente, la cultura apareció principalmente en los tipos de relación social preferidos por los hombres. Las mujeres prefieren relaciones cercanas, íntimas. Esas son si acaso más importantes para la supervivencia de la especie. Por eso las mujeres humanas evolucionaron primero. Necesitamos esas relaciones cercanas para sobrevivir. Las grandes redes de relaciones superficiales no son tan vitales para la supervivencia — pero sirven para otra cosa, concretamente el desarrollo de mayores sistemas sociales y finalmente para la cultura.
Los hombres y la cultura Esto nos da una nueva base para entender las olíticas de género y la desigualdad. La visión generalmente aceptada es que en la ociedad humana temprana, los hombres y las ujeres eran casi iguales. Los hombres y las ujeres tenían esferas separadas y hacían cosas iferentes, pero ambos eran respetados. A enudo, las mujeres eran recolectoras y los ombres cazadores. La contribución total a la omida del grupo era más o menos la misma, ncluso aunque hubiera algunas diferencias omplementarias. Por ejemplo, la comida de las ecolectoras estaba ahí de forma fiable la mayor arte de los días, mientras que los cazadores rajeron comidas estupendas a casa de vez en uando pero nada los demás días. La desigualdad de género parece haberse ncrementado con la civilización temprana, gricultura incluida. ¿Por qué? La explicación eminista ha sido que los hombres se juntaron ara crear el patriarcado. Ésa es esencialmente
una teoría conspiratoria, y hay poca o ninguna evidencia de que sea verdad. Hay quienes proclaman que los hombres la borraron de los libros de historia para salvaguardar su recién adquirido poder. Aún así, la falta de evidencia debería ser preocupante, especialmente ya que esta misma clase de conspiración tendría que haber ocurrido una vez y otra, en grupo tras grupo, por todo el mundo. Permítanme ofrecer una explicación diferente. No es que los hombres hundieran a las mujeres. Más bien, es sólo que la esfera de las mujeres se quedó donde estaba, mientras que la esfera de los hombres, con sus grandes y superficiales redes sociales, se benefició poco a poco de los progresos de la cultura. Al acumular conocimiento y mejorar las ganancias de la división del trabajo, la esfera de los hombres progresó gradualmente. Por tanto la religión, la literatura, el arte, la ciencia, la tecnología, la acción militar, los mercados comerciales y económicos, la Observen que todas esas cosas que he enumerado — literatura, arte, ciencia, etc. — son
organización política, la medicina — todos ellos salieron principalmente de la esfera de los hombres. La esfera de las mujeres no produjo tales cosas, aunque sí otras valiosas, como el cuidar de la siguiente generación para que la especie pudiera continuar existiendo. ¿Por qué? No tiene que ver con que los hombres tuvieran mejores habilidades o talentos ni nada de eso. Viene principalmente de las diferentes clases de relaciones sociales. La esfera de las mujeres consistía en mujeres y por tanto se organizó sobre la clase de relaciones uno a uno cercanas, íntimas, compasivas preferidas por las mujeres. Éstas son relaciones vitales, satisfactorias que contribuyen vitalmente a la salud y la supervivencia. Mientras tanto los hombres prefirieron las grandes redes de relaciones superficiales. Éstas son menos satisfactorias y cultivadoras y todo eso, pero forman una base más fértil para la emergencia de la cultura.
opcionales. Las mujeres estaban haciendo lo que era vital para la supervivencia de la especie. Sin
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uidados y crianza íntimos, los niños no obrevivirán, y el grupo se extinguirá. Las mujeres ontribuyeron a las necesidades de la vida. Las ontribuciones de los hombres eran más pcionales, lujos tal vez. Pero la cultura es una oderosa máquina de mejorar la vida. A lo largo e muchas generaciones, la cultura puede crear randes cantidades de riqueza, conocimiento, y oder. La cultura hizo esto — pero principalmente n la esfera de los hombres. Por tanto, la razón de la aparición de la esigualdad de géneros puede que tenga poco ue ver con los hombres hundiendo a las mujeres n una dudosa conspiración patriarcal. Más bien, so vino del hecho de que la rique za, el onocimiento, y el poder se crearon en la sfera de los hombres. Esto es lo que impulsó la esfera de los hombres. No una opresión.
Dar a luz es un ejemplo revelador. ¿Qué podría ser más femenino que dar a luz? A lo largo de la mayor parte de la historia y prehistoria, dar a luz estuvo en el centro de la esfera de las mujeres, y a los hombres se los excluyó totalm ente. Los hombres raramente o nunca estaban presentes en el parto, ni se compartía con ellos el conocimiento sobre dar a luz. Pero no hace mucho, a los hombres se les permitió finalmente involucrarse, y los hombres pudieron encontrar formas de hacer el parto más seguro tanto para la madre como para el bebé. Piénsenlo: la actividad más femenina por excelencia, y aún los hombres consiguieron mejorarla de formas que las mujeres no habían descubierto durante miles y miles de años. No nos pasemos. Las mujeres al fin y al cabo se ocuparon del parto bastante bien durante todos esos siglos. La especie sobrevivió, que es lo que cuenta. Las mujeres habían conseguido hacer el
trabajo esencial. Lo que los hombres añadieron fue, al menos desde la perspectiva del grupo o la especie, opcional, una bonificación: algunas mujeres y bebés sobrevivieron que de otra forma habrían muerto. Aún así, las mejoras muestran algo de valor salido de la forma masculina de ser social. Las grandes redes pueden recolectar y acumular información mejor que las pequeñas, y así en un tiempo relativamente corto los hombres pudieron descubrir mejoras que las mujeres no habían podido encontrar. De nuevo, no es que los hombres fueran más listos o capaces. Es sólo que las mujeres compartieron su conocimiento individualmente, de madre a hija, o de una matrona a otra, y a largo plazo esto no pudo acumularse y progresar tan efectivamente como en los grandes grupos de relaciones superficiales favorecidos por los hom bres.
Para qué sirven los hombres Con esto, ahora podemos volver a la pregunta e para qué sirven los hombres, desde la erspectiva de un sistema cultural. El contexto es stos sistemas compitiendo contra otros sistemas, rupo contra grupo. Los sistemas de grupo que saran a sus hombres y mujeres más fectivamente posibilitarían a sus grupos obrepasar a sus rivales y enemigos. Quiero recalcar tres respuestas principales a ómo la cultura usa a los hombres. Primero, la cultura depende de los ombres para crear las grandes structuras sociales que la forman. Nuestra ociedad se compone de instituciones tales como niversidades, gobiernos, empresas. La mayoría e ellas fueron fundadas y desarrolladas por ombres. De nuevo, esto probablemente tuviera enos que ver con que las mujeres fueran primidas o lo que sea y más que ver con que los
El varón desechable
hombres estuvieran motivados para formar grandes redes de relaciones superficiales. Los hombres se interesan mucho más que las mujeres por formar grandes grupos y trabajar en ellos y llegar a la cima en ellos. Esto aún parece ser verdad hoy. Varios artículos de noticias recientes han llamado la atención hacia el hecho de que las mujeres ahora parecen empezar más pequeñas empresas que los hombres. Esto se cubre en los medios habitualmente como un signo positivo sobre las mujeres, que lo es. Pero las mujeres predominan sólo si cuentan todas las empresas. Si se restringen los criterios a las empresas que emplean a más de una persona, o las que dan suficiente dinero para vivir de ellas, los hombres crean más. Sospecho que cuanto mayor sea el grupo en que se fijen, más habrán sido creados por hombres.
Ciertamente hoy en día cualquiera de cualquier género puede fundar una empresa, y si acaso hay ciertas ayudas y ventajas para ayudar a las mujeres. No hay obstáculos ni bloqueos escondidos, lo que se ve por el hecho de que las mujeres fundan más empresas que los hombres. Pero las mujeres se conforman con mantenerse pequeñas, como llevar un negocio a tiempo parcial desde una habitación sobrante, ganando un poco de dinero adicional para la familia. No parecen impulsadas a aumentarlos hasta ser compañías gigantes. Por consiguiente tanto hombres como mujeres dependen de los hombres para crear las estructuras sociales gigantes que ofrecen oportunidades a ambos. Y está claro que tanto hombres como mujeres se desenvuelven bastante bien en esas organizaciones. Pero la cultura aún depende principalmente de los hombres para construirlas en primer lugar.
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Una segunda cosa que hace útiles a los ombres para la cultura es lo que llamo la rescindibilidad masculina. Esto vuelve a lo que ije al principio, que las culturas tienden a usar a os hombres para los intentos de alto riesgo, alta ecompensa, en los que una porción significativa ufrirán malos resultados desde ver su tiempo esperdiciado, hasta ser muertos. Cualquier hombre que lea los periódicos ncontrará la frase «incluso mujeres y niños» un ar de veces al mes, generalmente sobre ser uertos. El sentido literal de esta frase es que las idas de los hombres valen menos que las de otra ente. La idea es habitualmente «es malo si gente uere, pero es especialmente malo si mujeres y iños mueren». Y pienso que la mayoría de los ombres saben que en caso de emergencia, si hay Esos trabajos arriesgados van más allá del ampo de batalla. Muchas líneas de iniciativa equieren el desperdicio de algunas vidas. La xploración, por ejemplo: una cultura puede nviar docenas de partidas, y algunas se perderán serán muertas, mientras otras traerán de vuelta iquezas y oportunidades. La investigación es en ierto modo igual: puede haber una docena de eorías posibles sobre un problema, con sólo una orrecta, así que la gente que comprueba las once eorías equivocadas acabará malgastando su iempo y arruinando sus carreras, al contrario que l afortunado que recibe el premio Nobel. Y por upuesto los trabajos peligrosos. Cuando stallaron los escándalos sobre los peligros de la ndustria minera británica, el Parlamento aprobó as leyes mineras que prohibieron que niños enores de 10 años y mujeres de cualquier edad
mujeres y niños presentes, se esperará de él que dé su vida sin discusión o queja para que los otros puedan sobrevivir. En el Titanic, los hombres más ricos tuvieron menor índice de supervivencia (34%) que las mujeres más pobres (46%) (aunque no pareciera así en la película). Esto es por si mismo notable. Los hombres ricos, poderosos, y triunfadores, los que mueven los hilos, supuestamente aquellos en cuyo favor la cultura está toda organizada — en un apuro, sus vidas se valoraron menos que las de mujeres con apenas dinero o poder o estatus. Los escasos asientos en los botes salvavidas fueron para mujeres que ni siquiera eran damas, en vez de para esos patriarcas. La mayoría de las culturas han tenido la misma actitud. ¿Por qué? Hay razones prácticas. fueran enviados a las minas. Las mujeres y los niños eran demasiado preciosos para ser expuestos a la muerte en la mina: así que sólo hombres. Como dije antes, la diferencia de género en trabajos peligrosos continúa hoy en día, con los hombres dando cuenta de la inmensa mayoría de las muertes laborales. Otra base de la prescindibilidad masculina está implícita en las diferentes maneras de ser social. La prescindibilidad va con los grandes grupos que la sociabilidad masculina crea. En una relación íntima, uno a uno, ninguna persona puede ser verdaderamente reemplazada. Puedes casarte si tu cónyuge muere, pero no es realmente el mismo matrimonio o relación. Y por supuesto nadie puede reemplazar verdaderamente a la madre o al padre de un niño.
Cuando un grupo cultural compite contra otros grupos, en general, el grupo más grande tiende a vencer a largo plazo. Por t anto la mayoría de las culturas han promovido el crecimiento de la población. Y eso depende de las mujeres. Para maximizar la reproducción, una cultura necesita todos los úteros que pueda conseguir, pero unos pocos penes pueden hacer el trabajo. Usualmente hay un superávit de penes. Si un grupo pierde a la mitad de sus hombres, la generación siguiente aún puede quedar completa. Pero si pierde a la mitad de sus mujeres, el tamaño de la generación siguiente se verá recortado gravemente. Por tant o la mayoría de las culturas mantienen a sus mujeres apartadas del peligro mientras usan a los hombres para los trabajos arriesgados.
Por el contrario, los grupos grandes pueden y de hecho reemplazan a prácticamente cualquiera. Tomen cualquier organización grande — la compañía automovilística Ford, el Ejército de los Estados Unidos, los Green Bay Backpackers — y encontrarán que la organización continúa a pesar de haber reemplazado hasta a la última persona en ella. Aún más, cualquier miembro de esos grupos sabe que él o ella puede ser reemplazado y probablemente será reemplazado algún día. De esa forma, los hombres crean la clase de redes sociales en las que los individuos son reemplazables y prescindibles. Las mujeres prefieren la clase de relaciones en las que cada persona es preciosa y no puede ser verdaderamente reemplazada .
Ganándose la hombría La frase «sé un hombre» no es tan común omo solía, pero aún hay la impresión de que la ombría debe ganarse. Cualquier hembra adulta s una mujer y merece respeto como tal, pero uchas culturas retienen el respeto a los hombres
hasta y a menos que los muchachos se pongan a prueba. Esto es por supuesto tremendamente útil para la cultura, porque puede establecer lo términos en los que los varones se ganen el respeto como hombres, y de esa manera puede motivar a
los hombres a hacer cosas que la cultura encuentre productivas. Algunos escritos sociológicos sobre el papel masculino han puesto el acento en que para ser un hombre, tienes que producir más de lo
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ue consumes. Esto es, de los hombres se spera, primero, que se mantengan a sí mismos: si lguien te mantiene, eres menos hombre. egundo, el hombre debería crear algo de riqueza dicional o superávit de forma que pueda antener a otros además de a sí mismo. Estos ueden ser su mujer e hijos, u otros que dependan e él, o sus subordinados, o quizás incluso tan ólo pagando impuestos que el gobierno pueda sar. Como sea, no eres un hombre a menos que roduzcas a ese nivel. De nuevo, no digo que los hombres estén peor ue las mujeres. Hay cantidad de problemas e nconvenientes que las culturas cargan en las ujeres. Mi punto es sólo que las culturas ncuentran útiles a los hombres de esas formas an específicas. Obligar al hombre a ganarse el espeto produciendo riqueza y valor que puedan antenerlos a él y a otros es una de ellas. Las
mujeres no se encuentran con este desafío u obligación en particular. Estas exigencias también contribuyen a varios patrones de comportamient o mascul inos. La ambición, la competición, y la lucha por la grandeza podrían muy bien enlazarse con esta obligación de luchar por el respeto. Los grupos exclusivamente masculinos tienden a verse marcados por humillaciones y otras prácticas que recuerdan a todos que NO hay suficiente respeto para repartir, porque esta concienciación motiva a cada hombre a esforzarse más por ganarse el respeto. Esto, de paso, ha sido probablemente una fuente principal de roce al haberse integrado las mujeres al trabajo, y las organizaciones han tenido que cambiar hacia prácticas en las que todos merecen respeto. Lo hombres no las habían hecho para respetar a todos.
Una de las diferencias de género básicas, más ampliamente aceptada es agencia frente a comunión. La agencia masculina podría ser en parte una adaptación a esta clase de vida social basada en grupos grandes, donde a la gente no necesariamente se la valora y tienes que luchar por el respeto. Para triunfar en la esfera social masculina de grandes grupos, necesitas un ego activo, agéntico para luchar por tu puesto, porque no se te entrega y sólo unos pocos triunfarán. Incluso el ego masculino, con su preocupación por probarse a sí mismo y competir contra otros, parece que fuera diseñado para tratar con sistemas en los que hay una escasez de respeto y tienes que trabajar duro para conseguir un poco — o si no se te expondrá a humillación.
¿Es eso todo? No he agotado todas las maneras en que la ultura explota a los hombres. Ciertamente hay tras. El impulso sexual masculino puede ser provechado para motivar toda clase de omportamientos y puesto a trabajar en una clase e mercado económico en el que los hombres dan las mujeres otros recursos (amor, dinero, ompromiso) a cambio de sexo.
Las culturas también usan a hombres individuales para propósitos simbólicos más que a las mujeres. Esto puede ser de una forma positiva, como el hecho de que las culturas dan funerales elaborados y otros recordatorios a los hombres que parecen encarnar sus valores favoritos. También puede ser negativo, como cuando las culturas arruinan la carrera de un
hombre, lo avergüenzan públicamente, o incluso lo ejecutan por un sólo acto que viola uno de sus valores. Desde Martin Luther King a Don Imus, nuestra cultura usa a los hombres como símbolos para expresar sus valores. (Dénse cuenta de que ninguno de los dos salió bien parado de ello.)
Conclusión Para resumir mis planteamientos principales: unos pocos hombres afortunados ocupan la cima de la sociedad y disfrutan de las mejores recompensas de la cultura. Otros, menos afortunados, ven sus vidas trituradas por ella. La cultura usa tanto a hombres como a mujeres, pero la mayoría de las culturas los usan de formas diferentes. La mayoría de las culturas ven a los hombres individuales como más desechables que a las mujeres individuales, y esta diferencia tiene su base probablemente en la naturaleza, en cuya
competición reproductiva algunos hombres son los grandes perdedores y otros hombres son los mayores vencedores. Por tanto usa a los hombres para los muchos trabajos arriesgados que tiene. Los hombres se van a los extremos más que las mujeres, y esto encaja bien con que la cultura los use para probar cantidad de cosas diferentes, recompensando a los ganadores y aplastando a los perdedores.
La cultura no tiene que ver con hombres contra mujeres. En términos generales, el progreso cultural emergió de grupos de hombres trabajando con y contra otros hombres. Mientras las mujeres se concentraron en las relaciones cercanas que posibilitaron la supervivencia de la especie, los hombres crearon las mayores redes de relaciones superficiales, menos necesarias para la supervivencia pero finalmente posibilitando el florecimiento de la cultura. La creación gradual de riqueza, conocimiento, y poder en la esfera de los hombres fue la fuente de la desigualdad de
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géneros. Los hombres crearon las grandes estructuras sociales que componen la sociedad, y los hombres aún son principalmente responsables de esto, incluso aunque ahora veamos que las mujeres pueden desenvolverse perfectamente bien en estos grandes sistemas. Lo que parece haber funcionado mejor para las culturas es enfrentar a los hombres unos contra otros, compitiendo por el respeto y otras recompensas que acaban distribuidas desigualmente. Los hombres tienen que ponerse a prueba produciendo cosas que la sociedad valore. Sentido® es una marca registrada de Alberto González Palomo
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Tienen que imponerse sobre rivales y enemigos en competiciones culturales, que es probablemente por lo que no son tan adorables como las mujeres. La esencia de cómo la cultura usa a los hombres depende de una inseguridad social básica. Esta inseguridad es de hecho social, existencial, y biológica. Implícito en el papel masculino está el peligro de no ser lo bastante bueno p ara ser a ceptado y respeta do e incluso el peligro de no ser capaz de prosperar lo suficiente para tener descendencia.
La inseguridad social básica de la hombría es agobiante para los hombres, y es apenas sorprendente que tantos hombres se desmoronen o hagan cosas malvadas o heroicas o mueran más jóvenes que las mujeres. Pero esa inseguridad es útil y productiva para la cultura, el sistema. De nuevo, no digo que esté bien, o sea justo, o apropiado. Pero ha funcionado. Las culturas que han triunfado han usado esta fórmula, y ésa es una razón por la que han triunfado en vez de sus rivales. Fecha: 2013-11-02 14:14:54 CET