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LAS CIENCIAS SOCIALES: SOCIALES: ENTRE LA ARMONÍA Y EL CONFLICTO Eduardo E. Glavich * Aquellas que llamamos leyes de la natu natural raleza eza no son son otra otra cosa cosa que una una es espe pecie cie de conclu conclusió sión n derivada de la razón con respecto a lo que se debe hacer o evitar”. [Las [Las peor peores es cala calami mida dade dess que que sufre la humani anidad serían eliminada eliminadas] s] ... si se conoci conociese esen n con con igual igual cert certez eza a las reglas reglas de las accion acciones es humanas humanas como como se conocen las de las dimensiones en las figuras. Thomas Hobbes, De Cive. ... después de su victoria sobre el feudalismo, el espíritu crítico de la burguesía se convierte, de un interés general en otro part partic icul ular, ar, y de una una reac reacci ción ón práctica en otra contemplativa ... Max Horkheimer, Montaigne y la función del escepticismo.
I. Introducción. Acuerdos y desacuerdos Entre ntre los los hist histor oria iado dore ress y filó filóso sofo foss de las las cien cienci cias as exis existe te cier cierto to consenso en reconocer que, entre los siglos XVI y XVII, se produjo uno uno de los los princ principa ipale less proc proces esos os que que defi defini nier eron on la Edad Edad Mode Moderna rna.. Desde la publicación -en 1543- de la obra de Nicolás Copérnico Sobre la revolu revolución ción de las órbitas órbitas celes celestes tes, hasta la primera edición -en 1687- de los Principios matemáticos de la filosofía natural de Isaac Newt Ne wton on,, se desa desarro rrolló lló lo que que se ha dado dado en llam llamar ar la revo revoluc lución ión 1 científica, es decir, se produjo el surgimiento de la nueva física, la física matemática. Pero la revolución científica no sólo afectó a esta ciencia sino que se extendió al conocimiento científico en su conjunto. El ascenso de la físi física ca ma mate temá máti tica ca a la ca cate tego goría ría de cien cienci cia a -tal -tal co como mo hoy hoy pued puede e entenderse entenderse el términotérmino- aparece relacionado a una transformación en la manera de mirar y de interrogar la naturaleza; algunos autores habla hablan n de una una ‘rev ‘revol oluc ución ión me ment ntal’ al’ -una una rupt ruptur ura a en el plan plano o del del pens pensam amie ient ntoo- liga ligada da,, a su vez, vez, a una una tran transf sfor orma mació ción n radica radicall del del aspecto de las cosas: los objetos estudiados son observados a partir de aquí únicamente en sus variables cuantitativas, suprimiéndose los aspectos cualitativos, es decir, aquello que no se puede medir. La nueva ciencia ‘produce’ (y es ‘producida’ por) una transformación del
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interés interés cognitivo cognitivo, del objeto y del método respecto de la filosofía natural vigent vigente e desde desde Arist Aristót ótele eles. s.2 La matemática y la física ica
comien comi enzan zan a move movers rse e en un mism mismo o nive nivel, l, co conju njugá gándo ndose se de es esta ta manera la observación y la experimentación con la matematización del universo. universo.3 Este Este proceso proceso de ‘cienti ‘cientifiz fizació ación’ n’ (con (con grande grandess éxito éxitoss teóricos y prácticos) se correspondió, a su vez, con un replanteo en la gnoseología gnoseología —teoría —teoría del conocimiento conocimiento—, —, es decir, un replanteo replanteo de las fuentes, fuentes, de los métodos métodos y de los límites del conocimiento mismo, que que pend pendul uló ó entr entre e una re-f re-fun unda dame ment ntac ació ión n em empí píri rico co-ló -lógi gica ca del del cono co nocim cimien iento to (de (de la que que lueg luego o habl hablar arem emos os)) y una una nega negació ción n del mismo, con el término medio de la ‘delimitación crítica’ kantiana. La revolución científica trascenderá el campo de las ciencias naturales y tendrá consecuencias profundas y prolongadas en otros dominios, por ejemplo, en el de las ciencias sociales. Hemos afirmado que este proceso de transformación producido en las las cienc iencia iass natu natura rale less -para parale lelo lo al desm desmor oron onam amie ient nto o polí políti tico co y económico económico del feudalismo, feudalismo, bajo la expansión expansión (ideológica (ideológica y territor territorial) ial) del del ca capi pita talis lismo mo y la co cons nsol olida idació ción n del del nuev nuevo o pode poderr burg burgué uéss- es reconocido casi sin controversias por distintos autores. Por otra parte, también existe acuerdo en que ‘la revolución’ en las ciencias sociales, el surgimiento de las ciencias de la cultura o las ciencias del espíritu —aunque pueda remontarse al Renacimiento con Maquiavelo y aun antes con Platón y Aristóteles— debe ser fechada en los siglos XVIII y XIX; porque el estudio científico de este nuevo campo de hechos -los problemas sociales y humanos— aparece como un fenó fenóme meno no estre strech cham amen ente te vinc vincul ulad ado o a las las alte altern rnat ativ ivas as del del desarrollo de la moderna sociedad industrial. Tampoco existen demasiadas controversias en cuanto a que las ciencia cienciass so socia ciales les surgi surgiero eron n parale paralelam lamente ente a los Estad Estados os moder modernos nos centralizado centralizados, s, a los también también modernos modernos movimientos movimientos revolucionario revolucionarios, s, y a las nuevas formas de organización del poder que se articularon en torno a las relaciones sociales consolidadas con la expansión del modo de producción capitalista. En dicho contexto, la filosofía política y la economía economía política —las humanidades precursoras de las ciencias soci so cial ales es— — se apoy apoyar aron on en las las idea ideass de El contra contrato to socia sociall y de Mercado que que “hic “hicie iero ron” n” del del hom hombre bre un suje sujeto to libr libre e tant tanto o para para comprar y vender como para acordar el cuerpo de leyes que debe regir el funcionamiento de la sociedad. De esta manera, se acepta que las ciencias sociales llevan el sello de la modernidad y que nacieron bajo el influjo de las nuevas clases surgidas con los grandes cambios que afectaron la estructura social europea, fundamentalmente en los siglos XVIII y XIX.4 Loss ac Lo acue uerd rdos os entr entre e los los hist histor oriad iador ores es y filó filóso sofo foss de las las cien ciencia ciass continúan cuando se afirma que el triunfo del capitalismo sobre el feudalis lismo, de la burgues uesía sobre la nobleza, tuvo un pilar lar fundamental en el desarrollo científico y tecnológico. El ‘nuevo poder’ se afirmó en el pensamien iento de la cienc iencia ia modern derna a, que le proporc proporciona ionaba ba —ademá —ademáss de otra otra ma manera nera de mirar el mundo— un instrumento imprescindible para dominar y manipular la naturaleza, es decir, cir, para para transformar el mundo undo.. Las nuevas vas formas de
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prod produc ucció ción n nece necesi sita taban ban un co conoc nocim imien iento to no co cont ntem empla plativ tivo o de la naturaleza, esto es, una aplicación técnica de los resultados de la cien cienci cia. a. Co Come menz nzab aba a as asíí a desa desarr rrol olla lars rse e la unió unión n entr entre e cien cienci cia, a, tecn tecnolo ología gía y prod producc ucción ión tan tan nece necesar saria ia para para la co conso nsolid lidaci ación ón del del orden social emergente. Pero el mismo no sólo necesitó el dominio sobr so bre e la natu natura rale leza za sino sino que que tam también bién requ requir irió ió una una técn técnic ica a de manipulación social tan eficiente, en lo posible, como la que había logr lograd ado o en el ám ámbi bito to del del mund mundo o natu natura ral. l. La Lass cien cienci cias as so soci cial ales es comp co mplem lemen entar taron on,, de es esta ta ma mane nera, ra, el prog program rama a que que las las cien ciencia ciass naturales “habían emprendido” con tanto éxito, convirtiéndose en un instrumento de control político y social. 5 Ambos campos científicos contribuyeron, como instrumentos teóricos y prácticos, al logro de los objetivos de la moderna sociedad industrial, y a la consolidación de “la ideología del progreso ilimitado” basada en el necesario y a la vez deseable despliegue de todas las fuerzas motoras del nuevo modo de producción. Así como la revolución en las ciencias naturales produjo una ruptura con la tradición tradición aristotélico-p aristotélico-ptolem tolemaica aica y con la autoridad religiosa, religiosa, a part partir ir de la cual cual se desa desarr rrol olló ló la cien cienci cia a mode modern rna, a, las las cien cienci cias as sociales por su parte -influidas por la filosofía racionalista y de la Ilustración- también tuvieron que experimentar una ruptura con las concepciones teológicas y las filosofías escolásticas que estaban muy ligadas al régimen feudal en decadencia. El ‘mismo espíritu’ que rompía con las rígidas formas del feudalismo y de la Iglesia produjo también una ruptura con la tradición esclavista y conservadora del mundo clásico, es decir, el nuevo punto de mira pretendió desafiar a muerte a ‘toda’ la metafísica occidental. Este movim movimien iento to gene genera rall se basó basó en la co conf nfian ianza za crec crecien iente te en pode poderr lograr una re-fundamentación positiva (empírica) y racional (lógica) de cualquier tipo de saber, en oposición a la tradición especulativa del pensamiento escolástico. Sin em embarg bargo, o, los los me mencio ncionado nadoss acuerd acuerdos os entre entre los los histo historiad riadore oress y filó filóso sofo foss de las las cien cienci cias as co com mienz ienzan an a no se serr tale taless cuan cuando do nos nos apar aparta tamo moss del del sim simple ple rech rechaz azo o teórico de las deformaciones cognoscitivas derivadas de la religión y la metafísica, y queremos darle contenido a la aceptación formal de la relación entre el saber y el poder. Si analiz alizam amo os las las numer umero osa sass re revu vue eltas ltas que que se pro rodu duje jero ron, n, a medi me diado adoss del del sigl siglo o XVII XVII,, en Ingl Inglat ater erra ra,, Fran Francia cia,, los los Pa País íses es Bajo Bajos, s, Portugal y otros sitios, no quedan dudas de que existía una crisis soci so ciop opol olít ític ica a gene genera rali liza zada da del del orden rden feud feudal al,, simu simult ltán ánea ea co con n el proceso de transformación de las ciencias naturales -con el proceso de la revolución científica- 6. Pero Pe ro,, cuando cuando se intent intenta a co conec nectar tar ambos ambos fenóm fenómeno enos, s, es decir, decir, las revoluciones científica y política, de manera tal que el impulso básico para para el desar desarrol rollo lo del conocim conocimient iento o cientí científic fico o se sea a visto visto como como una necesidad del incesante despliegue de las fuerzas motoras del nuevo modo de producción producción o más precisamente, precisamente, como una necesidad de la 7 burguesía que, como clase en ascenso, intenta consolidar su poder,
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los los menci encion onad ado os ac acue uerd rdo os se co conv nvie iert rten en en irre irreco conc ncil ilia iabl ble es enfrentamientos. Cuan Cuando do se as asoc ocia ia el surg surgim imien iento to y desa desarr rroll ollo o del del co cono nocim cimien iento to científico al marco de las nuevas relaciones sociales de producción, es decir, cuando se intenta realizar un análisis de la relación ya no entre el saber y el poder ‘a secas’ sino entre el saber y las clases sociales, termina definitivamente cualquier tipo de acuerdo. Lass dive La diverg rgen enci cias as se pro profund fundiz izan an si se co cons nsid ider era a que, que, tant tanto o la producción de ciencias naturales y de conocimientos técnicos como la producción de formas formas especiales especiales de conocimiento conocimiento social son parte de la so soccieda iedad d indu indusstria triall modern derna, a, y que, ue, co como mo tales, les, debe deben n analizarse en el contexto de las relaciones sociales capitalistas que reemplazaron a las viejas formas feudales de organización social . Llegados a este punto, si enfocamos ahora nuestro análisis en las ciencias sociales, los desacuerdos pueden remitirse a qué respuestas se dan a una serie de preguntas, tales como ¿las ciencias sociales están necesariamente comprometidas con el interés de una clase o grupo social? ¿Pueden las ciencias sociales eliminar el punto de vista ideoló ideológico gico,, los supues supuesto toss soc sociopo iopolític líticos os y los juicio juicioss de valor? valor? ¿El ¿El ‘exit ‘exitos oso’ o’ mode modelo lo de las las cien ciencia ciass natu natura rales les pued puede e tras traslad ladar arse se al camp ca mpo o de las las cien cienci cias as huma humana nas? s?,, en defi defini niti tiva va ¿cuá ¿cuále less so son n las las condiciones de posibilidad de un conocimiento objetivo -si es que pued puede e habe haberlo rlo-- en las las cien ciencia ciass so soci ciale ales? s? (Con (Convie viene ne ac aclar larar ar que que preg pregun unta tass co como mo és ésta tass pued pueden en hace hacers rse e tamb también ién en las las cien cienci cias as naturales). Alguna Algunass respu respuest estas as a es estas tas cuestion cuestiones es es están tán ligada ligadass a dos dos de las grandes concepciones de la sociedad: el positivismo y el marxismo. Y esto no es una casualidad. Las ciencias sociales se consolidaron 8 durante el siglo XIX -cuando la primera Revolución Industrial estaba prácticamente terminada- y emergieron bajo el signo de las nuevas clases: la burguesía y el proletariado. En dicho icho co cont ntex exto to,, el posi posittivis ivism mo, por por un lado lado,, co cons nsid ide era el conocimiento de la vida social del hombre -conocimiento liberado de la especulación metafísica a través de una fundamentación lógica y empí em píri rica ca-- co como mo dest destin inad ado o a la pres preser erva vaci ción ón y al me mejo jora rami mien ento to armonio armonioso so y contin continuo uo del del organis organismo mo socia sociall . Por otro lado y en opos oposic ició ión, n, el marxi arxism smo o co cons nsid ider era a nece necesa sari rio o llev llevar ar a ca cabo bo una una ruptura , una acción acción transformadora transformadora de la sociedad. Éste propone sustituir la filosofía especulativa y la autoridad religiosa, en el campo de las las cien ciencia ciass so socia ciale les, s, por por un anál anális isis is cien cientí tífic fico o -crít crítico ico-- de la mode moderna rna so socie ciedad dad indu indust stri rial al junt juntam amen ente te co con n el ejer ejercic cicio io de una una praxis que modifi difiqu que e ra rad dical icalm mente ente el orden rden socieco ieconó nóm mico ico establecido. Aquél pretende reemplazar las formas de pensamiento tradicional por una práctica positivista de la ciencia social que logre un conocimiento objetivo, neutral y libre de valores, llevada a cabo por las élites académicas9 y confiando en el desenvolvimiento, sin cont co ntrad radicc iccion iones es,, de la racio raciona nalid lidad ad co como mo sust susten ento to del del prog progre reso so ilimitado de la sociedad. Uno elabora una teoría armonicista de la sociedad ; el otro una teoría del conflicto social .
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Los interro rog gantes plan lanteados dos y las respuestas que dan las concepc concepcione ioness de la soc socied iedad ad recién recién me mencio ncionada nadass se ubican ubican en el centro del debate epistemológico contemporáneo sobre el origen, el desarrollo y la estructura de las ciencias sociales. II. La concepción positivista como teoría armonicista de la sociedad ... nuestro principal objetivo es extender el racionalismo científico a la conducta humana. Émile Durkheim, Las reglas del método sociológico. La reflexión filosófica acerca de los problemas sociales y humanos puede remontarse a los pensadores griegos. Para Aristóteles, la ética y la política, es decir, el saber práctico, se diferencian de las demás ciencia cienciass -el -el saber saber teorét teorético ico-- tanto tanto por su co conte ntenido nido -las -las accione accioness humanas- como por su fin -saber para ‘hacer bien algo’-, es decir, para poner un orden racional en la conducta humana. Ética y política deben tener en cuenta lo particular, lo contingente y lo cambiante, en una especie de ‘empirismo’ que considere las opiniones de los hombres más experimentados y sabios para inferir dialécticamente la verd verdad ad,, sin sin pret preten ende derr regl reglas as unive univers rsalm almen ente te válid válidas as,, co como mo sí lo exigía el ideal platónico del conocimiento. Podría afirmarse que hasta el siglo XVIII la mayoría de los teóricos de la sociedad no se apartaron demasiado de dicho marco conceptual para analiza izar los los fenóm nómenos humano anos y sociale ialess, pues sus inve invest stig igac acio ione ness girab iraban an en tor torno al biene ienest star ar públi úblico co y a las las condiciones morales de la vida buena. Sólo Sólo co con n el ‘exito ‘exitoso’ so’ proces proceso o de trans transfor formac mación ión aconte acontecido cido en las cien cienci cias as natu natura rale less a part partir ir del del sigl siglo o XVI XVI (que (que hemo hemoss desc descri ript pto o someramente), y su extensión a otros campos, comenzó a difundirse la idea de que el conocimiento de la vida social podía someterse a los mismos criterios probativos que las ciencias naturales, prescindiendo de valores para descubrir las regularidades que se ocultan en el flujo de los datos de la experiencia social. Ya en el siglo XVIII, la Revolución Industrial comenzó a socavar con mayor profundidad los fundamentos del orden social establecido y, con co n ello ello,, la onto ontolo logí gía a cris cristi tian ana a y la étic ética a grie griega ga.. No se hici hicier eron on esperar, esperar, entonces, entonces, las reflexiones reflexiones sobre sobre cómo había que reconstru reconstruir, ir, más bien reemplazar, el orden social destruido y, a su vez, solucionar los los prob problem lemas as so soci ciale aless que que gene generab raba a el proc proces eso o revo revoluc lucion ionar ario io.. Tampoco demoraron demasiado las teorizaciones sobre cómo legi legiti tima marr el nuevo nuevo orde orden n so soci cial. al. Fuer Fueron on mucho muchoss los los filó filóso sofo foss que que cola co labo borrar aro on con este viraj iraje e del del pen pensa sam mient iento o que que las las nue nuevas vas condicio condiciones nes histó histórica ricass ‘exigía ‘exigían’. n’. Cas Casii todo todos, s, impres impresion ionado adoss por por los los éxitos de las ciencias naturales, intentaron investigar sist sistem emát ática icame ment nte e los los prob problem lemas as so soci ciale aless basa basado doss en el mode modelo lo empírico-demostrativo de la ‘nueva física’. Es as asíí como la ide idea de leye leyes s natu natura rales les de la vida vida socia sociall debe enten entender derse se en el contex contexto to del combat combate e intele intelectu ctual al que librab libraba a la
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burguesía contra el orden feudal absolutista. Tanto el derecho natural como co mo la cien ciencia cia natu natura rall de la so soci cied edad ad fuer fueron on port portad ador ores es de una una crítica utópico-revolucionaria ligada al siglo XVIII y a la filosofía de las luces, de la que el positivismo contemporáneo pretende ser, como veremos, un legítimo descendiente. Condorcet (1743-1794), un enciclopedista que contribuyó mucho a la formación formación de la corriente positivista, positivista, afirmaba afirmaba que el conjunto conjunto de los fenómenos sociales está sometido a “leyes generales, necesarias y constantes” similares a las que se imponen en la naturaleza. Si se aplic aplica a el mé méto todo do em empí píri rico co-de -demo most stra rativ tivo o se pued puede e se segu guir ir en las las ciencias sociales “una marcha casi tan segura como aquella de las ciencias naturales”, y progresar en una ciencia natural de la sociedad que se aproxime al “andar de las ciencias físicas que el interés y las pasiones no pueden interrumpir”.10 Puede verse en Condorcet cómo se inte intent nta, a, por por un lado lado,, alca alcanz nzar ar el idea ideall de una una cienc iencia ia so soci cial al neutral, libre de intereses y pasiones, utilizando sólo la experiencia y el cálculo cálculo,, y, por otro, otro, cómo cómo el ‘nacie ‘naciente nte cienti cientific ficism ismo o posit positivis ivista’ ta’ arre arreme mete te co cont ntra ra la ideo ideolo logí gía a trad tradic icio iona nall del del Antig ntiguo uo Ré Régi gime men n sustentada en el oscurantismo y en los argumentos de autoridad: el cono co noci cimi mien ento to so soci cial al debe debe em eman anci cipa pars rse e de los los ‘int ‘inter eres eses es y las las pasiones’ de cuño clerical y/o aristocrático. Un discípulo de Condorcet, Saint-Simon (1760-1825), sostiene que la cien ciencia cia del del homb hombre re debe debe deve devenir nir positiva -él fue fue el prim rimero en emplear el término- utilizando los métodos de las ciencias naturales: afir afirma ma que que “... “... hast hasta a el mome moment nto o el méto étodo de las las cienc iencia iass de observación no ha sido introducido en las cuestiones políticas; cada uno ha mantenido su forma de ver, de razonar, de juzgar y de allí viene la imprecisión de las soluciones y la poca generalidad de los resultados. El tiempo de la ciencia madura ha llegado; ha terminado la infa infanc ncia ia de la mism isma... ...”.11 El pro rob blem lema que plan lantea muy claramente Saint-Simon, al igual que Condorcet, de que las ciencias soci so ciale aless debe deben n pleg plegar arse se al mé méto todo do cient científi ífico co natu natura rall si quier quieren en alca alcanz nzar ar la ma madu dure rezz cien cientí tífi fica ca,, es reto retoma mado do co con n fuer fuerza za,, co como mo veremos, por los posteriores autores positivistas del siglo XX, sobre todo todo por por los los em empir piris ista tass lógi lógico coss del del deno denomin minado ado Círc Círculo ulo de Vien Viena a (véase nota 24). Por otra parte, Saint-Simon pasó de un apoyo a la burguesía a un acercamiento a la que él consideraba la clase social más pobre y numerosa -el proletariado-, situándose entre los autores del llamado “socialismo utópico”. En ambos ‘momentos’, insiste en la necesidad de un cambio de régimen que ya no está en condiciones orgánicas para justificar el reino de la opresión, con lo que puede verse el carácter crítico-revolucionario que tenían, en el siglo XVIII, los ‘precursores político-epistemológicos’ del positivismo. La filosofía de las luces insistía en recurrir a los hechos porque de esa manera manera atacaba atacaba (epistem (epistemológica ológica y políticamen políticamente) te) las concepciones concepciones metafísicas y religiosas vigentes, afirmando, además, que la razón podía regir el mundo y que los hombres podían alterar las formas políticas y sociales de vida actuando en base a su conocimiento y a sus sus ca capa pacid cidade adess ya liber liberada adass de la auto autorid ridad ad de los los dogm dogmas as.. Se esta es taba ba,, en defi defini niti tiva va,, co cont ntra ra el sist sistem ema a abso absolut lutis ista ta domi domina nant nte, e,
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exigiéndole exigiéndole al antiguo antiguo tradicionalis tradicionalismo mo justificac justificación ión lógica y empírica, empírica, es decir decir cien cientí tífic fica, a, de las las defin definici icion ones es que que el mism mismo o daba daba de la realidad social. Sin Sin em emba barg rgo o -ya -ya oc ocurr urrida ida la Re Revo voluc lución ión Fran France cesa sa,, co cons nsol olida idado do el capi ca pita tali lism smo, o, en plen pleno o proc proces eso o de organ rganiz izac ació ión n de los los Estad stado os mode odernos rnos,, y co con n la em emer erge genc ncia ia de inc incipie ipient nte es movim vimient iento os revoluc revoluciona ionarios rios prolet proletario arios-, s-, otro otro filóso filósofo fo francé francés, s, A. Co Comt mte e (179 (179881857 1857), ), disc discípu ípulo lo de Co Cond ndor orce cett y de Sain Saintt-Si Simo mon, n, romp rompe e co con n es esta ta visió isión n excesivam ivame ente crítica y negativa iva de sus mae aesstros, produc produciendo iendo la trans transmu mutac tación ión de la visión visión positiva positiva del mundo en 12 ideología. Co Convir nvirtió tió la concepc concepción ión revolu revolucion cionaria aria de los prime primeros ros posit positivi ivista stass en un sis sistem tema a co concep nceptua tuall y axiológi axiológico co tendi tendient ente e a la defensa del orden establecido. Herbert Marcuse afirma, al respecto, que la filosofía positiva de Comte se orientó a la conformación de una teoría social que contrarrestara las tendencias ‘negativas’ (críticas) del racionalismo: “... la nueva sociología se limitará a los hechos del orde orden n so soci cial al exis existe tent nte e y, aunq aunque ue sin sin rech rechaz azar ar la nece necesid sidad ad de la correcc corrección ión y el mejoram mejoramiento iento,, excluir excluirá á todo todo impulso impulso que tienda tienda a derrocar o a negar este orden. Como resultado de esto, el interés conceptual de la sociología positiva será apologético y justificador”.13 Por ello, con Comte lo que aparecía como el optimismo generoso del Siglo de las Luces se transforma en la ‘búsqueda’ de la estabilidad soci so cial. al. Si el siglo siglo XVII XVIIII fue fue un sigl siglo o de gran grande dess tran transf sfor orma macio cione ness asociadas a la Revolución Francesa y a la independencia de Estados Unidos, un siglo revolucionario, el siglo XIX debía ser el del ‘orden y el progreso’, definido como el orden positivo que preserve y mejore el organismo social contra todos los “prejuicios revolucionarios”. Los enemigos de Comte son tanto los filósofos del Antiguo Régimen como los de la Revolución (inglesa y francesa). Para él, el tiempo no debe destinarse ni a la oración ni a la crítica, sino que debe ser utilizado en su totalidad en la producción. Lo paradójico es que Comte utiliza para su provecho la misma idea que que habí había a se serv rvid ido o a Co Cond ndor orce cett y Sain Saintt-Sim -Simon on para para atac atacar ar las las ideolo ideologías gías tradic tradiciona ionales les:: el princi principio pio metodo metodológic lógico o de una una ciencia ciencia natural de la sociedad. La ciencia de la sociedad —a la que Comte llama sugerentemente ‘física social’ y que luego se llamará sociología — pert perten enec ece e al sist sistem ema a de las las cienc ciencias ias natu natura rale les, s, co con n lo cual cual se plantea la homogeneidad epistemológica entre las ciencias sociales y las las cien ciencia ciass natu natura rale less y, en últi última ma inst instan anci cia, a, la iden identid tidad ad de la naturaleza naturaleza y la sociedad. Dice Comte Comte que “... sin admirar ni maldecir maldecir los los hech hechos os polít político icos, s, vién viéndo dolos los es esen encia cialme lment nte e co como mo los los simp simples les suje sujeto toss de obse observ rvaci ación ón de cualq cualqui uier er otra otra cien ciencia cia,, la físi física ca so soci cial al considera cada fenómeno bajo el doble punto de vista elemental de su armonía con los fenómenos existentes y su encadenamiento con el estado anterior y el posterior del desarrollo humano”. 14 El estado de las cosas existentes es, para el discurso positivista comteano, un estado natural, necesario, inevitable y regido por leyes invariables. De esta manera, el positivismo se transformó en un discurso que intentó una apología ideológica de la moderna sociedad industrial, presentando como leyes científicas, es decir, universales, necesarias
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y objeti objetivas vas,, las exigen exigencias cias so socio cioecon económi ómicas cas y políti políticas cas del nuevo nuevo orde orden n so soci cial al.. Co Com mte proc procla lama ma que que la visi visión ón posi positi tivi vist sta a “tie “tiend nde e pode podero rosam samen ente te,, por por su prop propia ia natu natura ralez leza, a, a la co cons nsol olida idació ción n del del orden orden público público,, me median diante te el desarro desarrollo llo de una sabia sabia resig resignac nación. ión... .. Evidentemente, no puede darse una verdadera resignación, o sea, una disposición permanente para soportar -con mucha constancia y sin ninguna esperanza de recibir alguna compensación- los males inev inevit itab able less que que rige rigen n todo todoss los los dive diverso rsoss géne género ross de fenó fenóme meno noss naturales gracias a un profundo sentimiento de comprensión de las leyes inevitables. inevitables. Es, pues, pues, exclusivamen exclusivamente te a la filosofía filosofía positiva que se debe una tal disposición y en relación con cualquier sujeto al cual se la aplique y, por consiguiente, en referencia también a los males políticos”.15 Estuvo y está en los fundamentos de la concepción positivista de la soci so cied edad ad,, que que só sólo lo la cienc iencia ia fund fundad ada a en la obse observ rvac ació ión n de los los hechos hechos es capaz capaz de persu persuadi adirr a los hombres hombres razon razonable ables, s, inspir inspirar ar aprobación y movilizar el consenso, anulando la anarquía producto de la ‘libertad de conciencia’. De esta manera, el conocimiento de las ciencias sociales se busca en pro del consenso social y del orden social. El ‘puritanismo del conocimiento’ (tal como Theodor Adorno denominaba a esta visión) toma ‘lo que es’ como lo ‘naturalmente sano’. La realidad social existente sólo necesita ser afinada mediante la nueva ciencia social positiva . Podem Po demos, os, ahora ahora enume enumerar rar los princip principios ios fundam fundament entales ales so sobre bre los cuales cuales se apoya apoya el posit positivi ivismo smo (como (como co concep ncepción ción de la so socie ciedad dad)) para responder las preguntas que nos hicimos anteriormente sobre el carácter de las ciencias sociales. En primer lugar, para el positivismo la sociedad está regida por leyes naturales, independientes de la voluntad humana, invariables y que pone ponen n de manif anifie iest sto o una una armo armoní nía a natu natura rall en la vida vida so soci cial al.. En segundo lugar, los fenómenos sociales se deben observar y explicar caus ca usalm almen ente te,, es deci decir, r, co con n inde indepe pende ndenci ncia a de los los juic juicio ioss de valo valorr ideo ideoló lógic gicos os,, de los los prej prejuic uicio ioss y prec precon once cepto ptos, s, logr logránd ándos ose e as asíí la mism isma neut neutra rali lida dad d y obje objeti tivi vida dad d que que tien tienen en las las cien cienci cias as de la natur atural alez eza. a. Por últim ltimo o, el natu atura rali lism smo o posi positi tivi vissta ase segu gura ra la asimilación epistemológica de la sociedad a la naturaleza, es decir, la unid unidad ad me meto todo dológ lógica ica de todo todoss los los ca camp mpos os cien cientí tífic ficos os,, la ‘cie ‘cienc ncia ia unificada’. Este Este co conju njunt nto o de idea ideas, s, fund fundam amen enta talme lment nte e el post postula ulado do de una una ciencia social axiológicamente neutral, tuvo una marcada influencia en los científicos sociales del siglo XIX y del siglo XX. Autores como A. Comte, H. Spencer (1820-1903), É. Durkheim (18581917), M. Weber (1864-1920), (1864-1920), T. Parsons (1902-1979), entre otros y a pesar de sus diferencias, hacen del estudio de las ciencias sociales, en especial de la sociología, una reflexión acerca del orden social social o del ‘consensus’, se segú gún n los los ca caso sos. s. Co Conf nfor orma man n de es esta ta ma mane nera ra un cuerpo teórico no totalmente uniforme pero que deriva en la defensa teoría ía armon armonici icist sta a de la soci socied edad ad caract de una teor caracteriz erizada ada por por los princi principio pioss ‘posit ‘positivis ivistas tas’’ de estabilidad, equili equilibrio brio,, funcio funcionali nalidad dad y acuerdo.
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Guía a estos científicos sociales la imagen que tienen de la sociedad segú se gún n el grup grupo o so soci cial al al cual cual pert perten enec ecen en o ‘def ‘defie iend nden en’. ’. Lo Loss que que detentan el poder político, económico y social tienden a creer que la sociedad es justa, que está bien estructurada, que la gente vive feliz, que que no exis existe ten n tens tensio ione ness y que que si hay hay prob problem lemas as los los mism mismos os se deben a pequeños desajustes parciales o a trastornos individuales. Por ello, la concepción positivista (más adelante aclararemos en qué se diferencia M. Weber) tiene una actitud conf confor ormi mist sta a y conservadora , por por lo que que co cons nsid ider era a que que el conflicto y la ruptura significan la destrucción de la sociedad. Parece obvio, entonces, que las las clas clases es que que dete detent ntan an el pode poderr y ‘la ‘la ma mayo yoría ría de los los cien cientí tífic ficos os soci so cial ales es ac acad adém émic icos os’’ no teng tengan an una una muy buen buena a imag imagen en de las las revoluciones. 16
Es así como puede verse que Émile Durkheim continúa, metodológic metodológicamente, amente, la visión visión positivist positivista a de Comte en el plano de las ciencias sociales. En el prefacio de su libro Las reglas del método sociológico puede leerse: “Nuestro método no tiene, pues, nada de revolucio ucion nario rio. En cier ierto sentido ido es hasta esencialm ialmen ente te conservador, pues, considera los hechos sociales como cosas, cuya natu natura ralez leza, a, por por flex flexib ible le y ma male leab able le que que se sea, a, no es es,, sin sin em emba bargo rgo,, 17 modificable a voluntad”. Aquí aparece el concepto central de una ciencia ciencia social social positiva, positiva, es decir, la ley social social natural, natural, neutral, libre de prejuicios y no sujeta a modificaciones subjetivas. Pero lo que servía en el siglo XVIII como instrumento revolucionario, como instrumento de ruptura, ahora es utilizado con otra función social: la justificación cientificista del orden social establecido. Dice Durkheim: “... si nada favo favorec rece e o desf desfavo avorec rece e inde indebid bidam amen ente te a los los que que se disp disput utan an un puesto en el mercado, es inevitable que sean sólo los más aptos en cada tipo de actividad los que despunten ... Se diría que esto no es ni much mucho o ni dema demasi siado ado co como mo para para co cont nten enta tarr a los los homb hombres res,, pues pues siempre hay algunos cuyos deseos sobrepasan a sus facultades. Esto es verdad, pero se trata sólo de casos excepcionales y, se puede deci decir, r, mórbi órbido dos. s. No Norm rmal alme ment nte e el homb hombre re encu encuen entr tra a feli felici cida dad d cumpliendo con las necesidades de su propia naturaleza, o sea que sus necesidades están y van de acuerdo con sus medios. Es así como en el orga organi nism smo o ca cada da órgan rgano o no recl reclam ama a sino sino una una ca cant ntid idad ad de 18 alimentos proporcional a su propia dignidad”. Se co conj njug ugan an en es este te pasa pasaje je el parad aradig igma ma ‘org ‘organ anic icis ista ta’’ y cier cierto to modelo de ‘darwinismo social’ que tanta influencia tuvieron en las ciencias sociales hacia el final del siglo XIX y en el siglo XX. 19 Desde dicha conjunción, el conflicto aparece como un producto anormal que deriva de la no correspondencia entre la desigualdad natural y la desigualdad social; de existir dicha correspondencia los individuos se relacionarían de acuerdo con el concepto de solidaridad orgánica . Para que no queden dudas del carácter profundamente conservador y opuesto a cualquier tipo de modificación de la estructura social y política de la sociología positiva de Durkheim, que continúa la línea metodológic metodológica a del positivism positivismo o comteano comteano y establece establece una ‘inocente’ demarcación demarcación científica científica, lo citamo citamoss nuevam nuevament ente: e: “La soc sociolo iología gía así entendida no será ni individualista, ni comunista, ni socialista... Por
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princi principio pio,, ignora ignora es estas tas teorías teorías a las que no podría podría recono reconocer cer valor valor científico, puesto que ellas tienden directamente no a expresar los hechos, sino a transformarlos”. transformarlos”. 20 El conocimiento científico de la realidad social es, para uno de los ‘padres ‘padres fundadores fundadores’’ de la sociología, sociología, aquello aquello que puede expresar expresar los ‘hechos puros’, aquello que, lejos de la “tempestad revolucionaria” que que pert pertur urba ba los los es espí pírit ritus us,, perm permite ite “m “man ante tene nerr la sa sang ngre re fría fría y la serenidad, sin las cuales no existen los científicos”. Porr su part Po parte, e, otro otro de los los ‘aut ‘autor ores es clás clásic icos os’’ de la so soci ciolo ología gía,, Max Max Weber We ber,, inten intenta ta supera superarr tanto tanto el trata tratamie miento nto me metaf tafísi ísico co tradic tradiciona ionall como co mo la visió visión n posit positivi ivist sta a de los los fenó fenóme menos nos so soci ciale ales. s. Pa Para ra él, él, el estu es tudio dio cien cientí tífic fico o de lo so soci cial al tien tiene e co como mo objet objetivo ivo el anál anális isis is y la comprensión de las regularidades de hecho que se pueden observar en la acción social, y cómo se conectan causalmente distintos tipos de acción. Weber intenta, de esta manera, conjugar la explicación causal con la comprensión . Esta última remite al papel que juegan los valores en el conocimiento, es decir, a un alejamiento del positivismo dado que existe una selección subjetiva del campo de investigación que que reco recort rta a cier cierto toss se sect ctor ores es de la real realid idad ad so soci cial al y les les otorg torga a significación. Dice Weber -influido por el historicismo alemán de fines del del siglo iglo XIX y prin princcipio ipioss del del XX, que deba debattía la valid alide ez y la objetividad objetividad del conocimiento conocimiento histórico histórico soc social ial frente frente al de las ciencias ciencias naturales-: “No existe ningún análisis científico directo de la vida cultural o [...] de los los fenómenos sociale ialess que pudier iera ser independiente de los los punt puntos os de vist vista a es espe pecia ciale less y ‘uni ‘unila late tera rale les’, s’, grac gracias ias a los los cuale cualess es esas as ma manif nifes esta taci cion ones es se dejan dejan (imp (implíc lícita ita o explícitamen explícitamente, te, consciente consciente o inconscient inconscientemente emente)) sele seleccionar ccionar como objeto jetoss de inve invesstiga tigaci ció ón, anal analiz izar ar y organ rganiz izar ar en vis vista de la 21 exposición”. Po Porr ello, ello, We Webe berr no pued puede e se serr co cons nside iderad rado o co como mo un autén auténtic tico o posit positivi ivista sta puest puesto o que que en su co concep ncepción ción los ‘valor ‘valores es del del inve invest stig igad ador or’’ tien tienen en inje injere renc ncia ia en el es estu tudi dio o cien cientí tífi fico co de los los problemas sociales. Sin em emba barg rgo o, compa ompart rte e co con n la visi visió ón posit sitivis ivistta la ide idea de la neutralidad valorativa de las ciencias sociales. Puesto que, a partir de la se sele lecc cció ión n subje ubjettiva iva de los los pro robl blem emas as,, es posibl sible e poner ner en evide evidenc ncia ia las las relac relacion iones es ca caus usale aless entr entre e los los fenó fenóme meno nos, s, es decir decir,, estructurar un estudio objetivo de los mismos. Como los hechos no se deducen de los valor lores, aun partiendo de un objeto y de inte interro rrogan gante tess defi defini nido doss desd desde e un punt punto o de vist vista a valor valorat ativo ivo,, las las respuestas pueden y deben prescindir estrictamente de cuestiones axiológicas. Existe una combinación de subjetividad en la selección de los problemas y objetividad en el estudio de las relaciones entre los fenómenos, pero queda claro que Weber comparte la idea de la objetividad científica de las ciencias sociales, esto es, la posibilidad de llegar a resultados científicos axiológicamente neutros: “... en la esfera fera de las las cienc iencia iass so soci cial ales es,, una dem demostra straci ció ón cien cientí tífi ficca metódicamente correcta, que pretende haber llegado a su objetivo, debe poder ser reconocida como exacta igualmente por un chino ...” aunque éste no comparta nuestros valores éticos y culturales. 22 Es precisamente esta referencia weberiana de que los
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condici cond icion onam amien iento toss so son n de tipo tipo étic ético, o, cult cultur ural al y relig religio ioso so lo que que separa, en el punto que nos importa, a Weber de Marx, ya que éste, como veremos, señala que el condicionamiento es material . Al igual que Durkheim, Weber pertenece —a su manera— al grupo de científicos sociales que consideran el problema de la armonía social, el problema del orden, como algo primordial para el estudio de la acción social. Cuanto Cuanto mayor mayor es la legitimidad legitimidad de la autoridad existen existen más posibilidades de que los actores sociales dirijan sus acciones con relació rel ación n al orden orden es estab tablec lecido, ido, sin generar generar ningún ningún co confli nflicto cto co con n el mismo. En este sentido, Weber considera que el ‘orden ideal’ es el que se fundamenta en una autoridad racional y legal, en la fuerza impe impers rson onal al del del dere derech cho o y en la clas clasif ific icac ació ión n pro profesi fesio onal nal de los los funcionarios, es decir, el orden que posee fundamento racional, legal y buroc urocrá ráti tico co.. Weber eber iden identi tifi fica ca dich dicho o orde orden n co con n el ca capi pita tali lism smo o moderno rno-ra -raciona ionall: la organiz aniza ación ión rac acio ion nal del trabajo, la rac acio ion nalid alidad ad capit apital alis istta y la ide idea del del cálc álculo rac acio iona nall como adecuación de medios a fines. Desde esta perspectiva, el desarrollo del hombre está guiado por una creciente racionalidad en su relación con el mundo. Y es esta racionalidad la que orienta a los actores a reconocer y aceptar sin conflictos la existencia de un orden legítimo que otorga validez a las regularidades que se presentan en la vida soci so cial al.. Po Porr ello ello,, la adhe adhesi sión ón,, el consenso social, se logra y se reproduce por la aceptación de una legalidad estatuida positivamente , es decir, por la aceptación de un sistema de normas que aparece como obligatorio o como modelo de comportamiento. Finalmente, un epistemólogo muy importante —Karl Popper (19021994 1994)— )— apor aportó tó una una nuev nueva a pers perspe pect ctiva iva en la prob problem lemáti ática ca de la concepc concepción ión de la so socie ciedad dad de origen origen positiv positivist ista. a. El análisis análisis de las ciencias ias sociale ialess que este autor realiz liza debe relac acio ion nar arsse nece necesa saria riame ment nte e co con n las las posic posicio iones nes del del ‘Círc ‘Círculo ulo de Vien Viena a para para la 23 comprensión científica del mundo’ que, como ya dijimos, pretende erigirse como un legítimo descendiente —en este siglo— de la visión positivista, especialmente la de raíz comteana. El neopositivismo (o empi em piris rismo mo lógic lógico) o) del del Círc Círculo ulo de Viena iena24 as aspi piró ró a co cons nsti titu tuir ir una una ‘filo ‘filoso sofía fía cien cientí tífic fica’ a’ que que se opus opusie iera ra a cualq cualquie uierr tipo tipo de ‘filo ‘filoso sofía fía espe es pecu culat lativa iva’, ’, co con n el prop propós ósit ito o de co cons nstr trui uir, r, tal tal co como mo su prop propio io nombre lo indicaba, una concepción científica del mundo. Persiguió la unidad de la ciencia, que consistía más precisamente en la reducción de las ciencias sociales a las ciencias naturales tanto en el aspecto legal (leyes científicas) y terminológico como en lo que respecta al método: método: los términos, términos, las leyes y el método método de las ciencias ciencias naturales naturales deben transportarse al dominio de las ciencias sociales. La relación de Popper con las posiciones del neopositivismo es tensa, con co n ac acer erca cami mien ento toss y disc discre repa panc ncia ias. s. La unid unidad ad de las las cien cienci cias as,, fundamentalmente en el plano metodológico, es, justamente, uno de los principales puntos de tensión. Sabido es que Popper acepta, al igual que Weber (contrariamente a Comte, Durkhe kheim y sus seguido idores), que una ciencia no es simplemente un conjunto de ‘hechos puros’ ya que no es posible evit evitar ar la ‘car ‘carg ga teóric rica pre previa’ via’ con la cual cual se obser bserva van n y se
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‘colecc ‘colecciona ionan’ n’ los hechos hechos;; so son n inevit inevitable abless las presupo presuposic sicione iones, s, las conje co njetu tura ras, s, los los punt puntos os de vist vista a pree preest stab ablec lecido idos. s. Po Porr otra otra part parte, e, Popper no acepta que la objetividad científica dependa exclusi exclusivame vamente nte de la capacid capacidad ad individ individual ual de los cientí científic ficos os para para despojarse de sus intereses y pasiones. Por ello, el carácter objetivo de una teoría teoría debe entenderse entenderse como la intersubje intersubjetividad tividad del método método científico ico, que no es otra cosa que el conocido ido criterio de ‘falsabilidad’ de las teorías, es decir, la posibilidad de someterlas ‘públicamente’ a una contrastación empírica. Popp Po pper er es escr cribe ibe en La soci socied edad ad abie abiert rta a y sus enem enemig igos os -donde identifica identifica la ‘sociedad ‘sociedad abierta abierta (racional)’ (racional)’ con el capitalismo capitalismo industrial industrial avanzadoavanzado- que la objetividad objetividad científica individual es imposible imposible “... “... no solam so lamen ente te en las las cienc ciencias ias so socia ciale less o en las las polít política icas, s, dond donde e los los intereses de clase, o bien otros motivos ocultos similares, pueden jugar algún papel, sino que también y en el mismo grado sucede con las ciencias naturales”.25 Por un lado, critica la posibilidad de una objetividad individual, pero, por por otro otro,, co cont ntinú inúa a co con n la trad tradic ición ión posi positiv tivis ista ta de no dist distin ingu guir ir la objeti jetivi vida dad d de las las cienc iencia iass soc ocia iale less re resp spec ecto to de las las cienc iencia iass naturales. Lo cual se explica por la intención de Popper de querer reducir el papel de las ideologías y los puntos de vista de clase a mer ero os pro robl blem emas as ‘ps ‘psico icológi lógico cos’ s’ del del cient ientíf ífic ico o indi indiv vidua iduall (los los ‘pre ‘preju juici icios os’’ de los los ‘ene ‘enemi migo goss de la so socie ciedad dad abie abiert rta’ a’). ). Ésto Éstoss se pueden corregir o eliminar mediante la aplicación de ‘su método’ a cualq cualquie uierr tipo tipo de sa sabe ber, r, y logr lograr ar una una obje objetiv tivid idad ad que, que, en últim última a instancia, consiste en la cooperación de varios científicos a través de los los labo labora rato torio rios, s, las las publ publica icacio cione ness y los los co cong ngre reso soss cien cientí tífic ficos os:: el reas reaseg eguro uro cien cientí tífic fico o se logr logra a me media diant nte e una una obje objeti tivid vidad ad so soci cial al e institucionalmente organizada. A pesar de sostener que el método de las ciencias sociales consiste también en conjeturas y refutaciones, es decir que en las ciencias sociales se puede operar con el ‘método institucional’, Popper insiste con el viejo problema positivista del retraso de las ciencias sociales resp respec ecto to de las las natu natura rales les:: “Es “Es verd verdad ad que que las las cien ciencia ciass so soci ciale aless toda todavía vía no han han lle llega gado do a tene tenerr plen plenam amen ente te es esta ta publ public icida idad d del del méto étodo. do. Ello llo se debe debe en par arte te a la infl influe uenc ncia ia des destruc tructo tora ra de comprensión de Aristóteles y Hegel [...] Pero la razón no es el interés de clase y el remedio no es una síntesis hegeliana, ni el autoanálisis”.26 Más allá de la ‘bárbara’ referencia a Aristóteles y a Hegel, conviene detenerse en la ‘razón’ y el ‘remedio’. Al igual que los autores que hemos citado hasta el momento —dentro de la co conc ncepc epción ión posi positi tivi vist sta— a— Po Popp pper er no só sólo lo se preo preocup cupa a por por el problema epistemológico de las ciencias sociales, sino que también se interesa por el problema de la armonía social, el problema del orden social existente y ‘sus enemigos’. En un trabajo cuyo título es “Razón o revolución” -muy sugerente y en clara alusión a la Escuela de Frankfurt y, en especial, al libro de H. Razón n y revo revolu lució ción— n— , Po Marcuse Razó Popp pper er plan plante tea a un ‘gra ‘gradu duali alism smo o sociológico’ opuesto a cualquier visión que sugiera la existencia de conf co nfli lict cto os, de rupt ruptur uras as,, de ca cam mbios bios brusc ruscos os y radi radica cale les. s. To Toda da
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revo revoluc lución ión que que pret preten enda da tran transf sfor orma marr las las es estr truc uctu tura rass polí polític ticas as,, sociales y económicas es necesariamente irracional. Por ello, deben elim elimina inars rse e todo todoss los los ‘pre ‘prejui juicio cioss revo revoluc lucion ionari arios os’’ que que pong pongan an en peligro la ‘sociedad abierta-racional’, que él identifica con la sociedad libera liberall angloam angloameric ericana. ana. Lo que que Po Poppe pperr postu postula, la, co con n tanto tanto énfas énfasis, is, como racional en el plano epistemológico —la revolución permanente en la ciencia— es enérgicamente rechazado como irracional en el plano social —la revolución política—. armonic nicis ista tas s de la socie socieda dad d , un Es Po Popp pper er otro tro de los los teó teórico ricoss armo defen defensor sor del del orden orden soc social ial existe existente nte que intent intenta, a, co con n prete pretendid ndidos os argumentos científico-pluralistas de ‘probada neutralidad valorativa’, legitimar racionalmente el mundo en el cual vivimos como el mejor de los mundos posibles. La razó razón n de se serr de la co conce ncepc pción ión posi positi tivi vist sta a de la so soci cied edad, ad, que que acab ac abam amos os de anal analiz izar ar a travé ravéss de algu alguno noss de sus sus auto autore ress más repr repres esen enta tati tivo vos, s, es la de legi legiti tima marr el orde orden n so soci cial al ca capi pita tali list sta, a, pres presen entá tánd ndol olo o -al -al igua iguall que que a sí mism mismaa- co como mo racio racional nal,, neut neutra ral, l, obje objetiv tivo o y libre libre de valo valore res. s. La func funció ión n racio racional nal y libe liberad rador ora a que que encarnó encarnó el ‘precu ‘precursor rsor’’ posit positivis ivismo mo utópico utópico-rev -revolu olucion cionario ario del siglo siglo XVIII dejó su lugar, a partir del siglo XIX, a otro positivismo que pasó de ser crítico de la ideología del Antiguo Régimen a ser representante de la ideología legitimadora de la moderna sociedad industrial. De la contem ntempl plac ació ión n a la activ ctivid idad ad tra transfo nsform rmad ador ora a y de ésta nuevamente a la contemplación.
Si representamos con Galileo la revolución científica acaecida en las ciencias ias naturales les, el positiv itivis ism mo del siglo iglo XIX bien puede representar la revolución ideológica en las ciencias sociales. En la pers perspe pect ctiva iva posit positivi ivist sta, a, el mé méto todo do cien cientí tífi fico co no só sólo lo apor aporta tará rá un inst instru rume ment nto o para para el domi dominio nio de la natu natural ralez eza a sino sino que que tamb también ién serv se rvirá irá para para legit legitim imar ar racio racional nalme ment nte e las las relac relacion iones es so soci ciale aless que que sustentan y reproducen el statu quo . Así, el estudio científico de los fenómenos humanos y sociales tenderá, en la teoría armonicista de la sociedad , a convalidar las regularidades sociales en un contexto de estabil estabilidad idad,, equilib equilibrio, rio, funcio funcional nalidad idad y acuer acuerdo do: una armonía que garantice el funcionamiento de la ‘sociedad abierta’ y la evolución de la misma misma según según las leyes leyes genera generales les,, necesar necesarias ias e invaria invariable bless del 27 orden establecido. III. La concepción marxista como teoría del conflicto social Así, hubo historia, pero dejó de existir. Karl Marx, Miseria de la filosofía. Ya hemos dicho (véase nota 12) que tanto el positivismo como el marxismo contraponen el nuevo y moderno modo de pensamiento -la cien ciencciaia- a la re reli ligi gión ón y la metafís afísic ica a tra radi diccion ionales ales.. Ambos bos se pre rese sent ntan an co com mo teo teorías rías de la socieda iedad d que busca uscan, n, co como mo en cual cualqu quie ierr cam ampo po cient ientíf ífic ico o, desc descu ubrir brir las las leye leyess que rige rigen n los los
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fenó fenóme meno noss so soci cial ales es.. Pero, ero, para para la co conc ncep epci ción ón posi positi tivi vist sta a de la sociedad, el problema epistemológico se ‘resuelve’ en el fundamento exclusivamente empírico y lógico del conocimiento, es decir, en la objetividad científica sin interferencia de los valores. En cambio, para la concepción marxista de la sociedad la problemática epistemológica se ‘resuelve’ en el análisis del carácter de clase que tiene el conocimiento científico. Es así como se propone analizar de qué manera las teorías de la sociedad son deformadas ideológicamente por los intereses de los grupos sociales que intentan legitimar y conservar el orden social establecido. Como Co mo co conc ncep epci ción ón de la so soci cied edad ad,, el marxi arxism smo o repr repres esen enta ta una una ‘utopía’ transformadora, es decir, una teoría crítica de la moderna sociedad industrial: una teoría del conflicto social caracterizada por conceptos tales como historicidad, crisis y coacción . Se diferencia de otras teorías del conflicto (anarquistas, foucaultianas, etc.) en que el énfasis está puesto en el conflicto social , en el conflicto entre clases con co n inte intere rese sess mater ateria iale less opues puesto toss e irre irreco conc ncil ilia iabl bles es,, as asíí co como mo tamb también ién en que que el análi análisi siss ma marx rxis ista ta de la so socie cieda dad d pret preten ende de se serr global, totalizador y no fragmentado o micro. Con la expansión del industrialismo, el análisis científico que realiza Marx Marx se contrap contrapone one a la idea idea posit positivi ivista sta-arm -armoni onicist cista a del progres progreso o social ilimitado en virtud de las contradicciones (los conflictos) que la pro ropi pia a so soccieda iedad d modern derna a gene genera ra.. Estas co con ntrad tradic icci cio ones nes so son n irresolubles dentro del mismo capitalismo por lo que al análisis crítico de la socieda iedad d así organi anizada debe sumár árssele una acció ción transformadora de la misma. Desde esta perspectiva, el conflicto no es valorado valorado como como catacl cataclism ismátic ático o (apoca (apocalípt líptico ico)) ni co como mo irracio irracional, nal, sino como un instrumento de mejora de la humanidad para llegar a una sociedad más justa y más racional. En el pens pensam amien iento to ma marx rxis ista ta las las cienc ciencias ias so soci ciale aless so son n form formas as de conocim conocimiento iento que que se corres correspon ponden den con las rel relacio aciones nes soc sociale ialess de producción y, como tales, son cuestionadas junto a éstas. He aquí el problema problema fundament fundamental al de la relación entre entre el conocimiento conocimiento científico social y las clases sociales. El positivismo, como vimos, pretende ignorar cualquier condicionamiento histórico-social del conocimiento y así lograr una objetividad objetividad libre de cualquier cualquier perspectiva perspectiva globalmente globalmente condicionada. condicionada. En ca cam mbio, bio, para para el ma marx rxis ismo mo,, la verd verdad ad obje objeti tiva va ac acer erca ca de los los problemas problemas sociales no puede concebirse concebirse como una imagen refleja refleja de la realidad, sino como ligada, necesariamente, a una de las grandes conc co ncepc epcion iones es de la so soci cied edad ad.. En palab palabras ras de Pier Pierre re Bour Bourdi dieu eu,, la objetividad de las ciencias sociales está sujeta “a las categorías no pensadas del pensamiento, que delimitan lo pensable y predeterminan al pensamiento”.28 Tomando una metáfora de Michael Lowy -a quien hemos seguido en este ste tra rab bajo ajo-, la verd verdad ad obje bjetiv tiva so sobr bre e la socieda iedad d debe debe ser conside considerada rada como como un paisaj paisaje e pintad pintado o por por un artist artista a (el (el cientí científic fico o social); según dónde éste se ubique, podrá tener o no una visión más amplia y extensa (‘más verdadera’) de cómo se presenta la realidad social. En otras palabras, el punto de vista de clase desde el cual se
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mira co cond ndic icio iona na el grad grado o de obje objeti tivi vida dad d que que se pued puede e lleg llegar ar a
alcanzar en el estudio de la sociedad. Esto nos conduce a la relación entr entre e cien ciencia cia e ideo ideolog logía ía y, co cons nsec ecuen uente teme mente nte,, a lo que que pued puede e autono nomí mía a rela relati tiva va de la llam llamar arse se,, en la pers perspe pect ctiva iva ma marx rxist ista, a, auto ciencia. A partir de este marco conceptual se pueden comenzar a esbozar las respuestas que esta concepción da a las preguntas que form formul ulam amos os en el punt punto o I, ya resp respon ondid didas as -des -desde de la co conce ncepci pción ón positivista- en el punto II. Para Pa ra Ka Karl rl Marx arx (1818 1818-1 -188 883) 3) la ideo ideolo logí gía a es una una form forma a de fals falsa a conc co ncien ienci cia a que que es está tá dete determ rmina inada da por por los los inte intere rese sess de clas clase. e. La ideología representa el conjunto de puntos de vista especulativos que los los homb hombre ress se form forman an por por medio edio de la moral oral,, la metaf etafís ísic ica, a, la relig religió ión n y las las doct doctrin rinas as polít política icass y ec econ onóm ómica icas. s. Escr Escribe iben n Marx Marx y Engel ngelss (182 (1820 0-189 -1895) 5):: “L “Lo os homb hombre ress so son n los los prod produc ucto tore ress de sus sus repr repres esen enta tacio ciones nes,, de sus sus idea ideas, s, etc. etc.,, pero pero los los homb hombre ress reale realess y actuantes, tal y como se hallan condicionados por un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas ...”, lo que les permite afirmar que “no es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia”.29 De esta manera, las concepciones de la sociedad se corresponden con los intereses materiales que tienen los grupos sociales y con la situación que ellos ocupan en la pirámide social. Pero, este ‘horizonte intelectual’, desde el cual se piensa en general y se hace ciencia en particular, particular, no es una indicación definitoria definitoria de la no objetividad objetividad de tal o cual investigación. El concepto de ideología no tiene nada que ver con la falsedad deliberada o la imposibilidad de conocimiento sino más bien con los límites que un determinado punto de vista impone a la compren comprensió sión n cientí científic fica a de la vida vida so social cial.. Marx Marx plante plantea a que una dete determ rmin inad ada a teor teoría ía so sobr bre e algú algún n tópi tópico co so soci cial al (po (por ejem ejempl plo, o, la economía economía política) política) puede estar estar basada basada en un punto de vista burgués y, sin sin em embar bargo go,, prod produc ucir ir un impo import rtant ante e apor aporte te al desa desarr rrol ollo lo del del conocimiento científico. Así como también un punto de partida según los intereses del proletariado puede derivar en la más terrible de las falsificacio falsificaciones nes científicas científicas..30 El co cond ndic icion ionam amien iento to de clas clase e no es la única determina inación ión de las las cienc iencia iass sociale ialess y no imp implic lica, irre irreve vers rsibl iblem ement ente, e, verd verdad ad o fals falsed edad ad por por el só sólo lo hech hecho o de es esta tarr ubicado en un determinado lugar del mirador o de la pirámide social. Como omo se ve, ve, esto abre abre la puert uerta a a la menci encio onada nada idea idea de la autonomía relativa de la ciencia, es decir, convoca a profundizar el análisis de la relación entre el conocimiento científico social y los punt puntos os de vist vista a de clas clase, e, co como mo tam ambi bién én a anal analiz izar ar el grad grado o de objetividad que se puede alcanzar según el punto de partida que se ado adopte. te. El mar arx xism ismo trata de evit evitar ar tanto nto el ‘re ‘reducc duccio ioni nism smo o ideo ideoló lógi gico co’’ que no pued uede ver ver los los enfren frenta tam mien ientos tos teó teóricos icos y científicos sino en términos del interés de los grupos en pugna, como el ‘neutralismo positivista’ que demarca (separa) completamente el estu es tudio dio cien cientí tífic fico o de la real realid idad ad so socia ciall de los los co conf nflic licto toss polít político ico-ideológicos. Marx, justamente, justamente, pone en relación las investigaciones investigaciones sociales y los enfre enfrent ntam amie ient ntos os so socia ciale les, s, erig erigién iéndo dose se en uno uno de los los princ principa ipales les
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teóricos del conflicto social y de la crisis : afirma que “en la medida en
que es burguesa, burguesa, esto es, es, en la medida en que se considera considera el orden orden capita capitalist lista a no como como fase fase de desar desarrol rollo lo histó histórica ricamen mente te transi transito toria, ria, sino, a la inversa, como figura absoluta y definitiva de la producción social, soc ial, la econom economía ía polít política ica só sólo lo puede puede seguir seguir sie siendo ndo una ciencia ciencia mientras la lucha de clases se mantenga latente o se manifieste tan sólo episódicamente”, pero, cuando esta lucha reviste formas más acentuadas y amenazadoras, “las campanas [tocan] a muerto por la econ ec onom omía ía burg burgue uesa sa cien científ tífic ica. a. Ya no se trat trata a de si es este te o aque aquell teor teorem ema a [es es]] verd verdad ader ero, o, sino sino de si al ca capi pita tall le [res [resul ulta ta]] útil útil o perj perju udic dicial, ial, có cómo modo do o incó incóm modo, odo, de si [contr ntravie aviene ne]] o no las las ordenanzas policiales. Los espadachines a sueldo [sustituyen] a la inve invest stig igac ació ión n desi desint nter eres esad ada, a, y la mala ala co conc ncie ienc ncia ia y las las ruin ruines es intenc intencione ioness de la apologé apologétic tica a [ocup [ocupan] an] el sitial sitial de la inves investig tigació ación n 31 científica sin prejuicios”. A partir de una toma de posición (cualquiera sea esta), existe —como dice ice Bourdie rdieu— u— un entre ntrecr cruz uzam amie ient nto o de las las ‘ceg ‘cegue uera ras’ s’ y las las ‘lucideces’ que regulan la totalidad de las luchas sociales en pro de la verdad. Porr otra Po otra part parte, e, la co conc ncien iencia cia que que los los homb hombre ress se form forman an de los los hechos de la vida social no necesariamente coincide con ‘la realidad’. Lo que supuestamente son ‘hechos sociales puros’ -la experiencia social inmediata- puede ser visto como lo aparente, lo ilusorio, detrás de lo cual se encuentran los determinantes reales de la acción social. La visión marxista marxista parte así, metodológicam metodológicamente, ente, de la necesidad necesidad de difere diferencia nciarr entre entre lo aparen aparente te y lo rea real, l, busca buscando ndo una explicac explicación ión objetiva de ‘lo social’ desde el punto de vista del proletariado proletar iado . Según Marx, la moderna sociedad industrial no es una figura absoluta y defi defini niti tiva va de la prod producc ucció ión n so soci cial al ni el punt punto o culm culmina inant nte e de la racion racionalida alidad d oc occide cidenta ntal. l. El orden orden capita capitalist lista a es tan tan histó histórica ricamen mente te transitorio como lo fueron el esclavismo y el feudalismo. El mismo se basa en ciertas relaciones sociales que estructuran el funcionamiento de la sociedad. Ésta “ ... no consiste en individuos, sino que expresa la suma de las relaciones y las condiciones en las que esos individuos se encuen encuentra tran n recípro recíprocam camente ente situad situados os”. ”.32 Y es esta tass rela relaci cio ones nes y condiciones se generan en la esfera de la producción material donde, básicamente básicamente,, las relaciones sociales de producción producción y de intercambio intercambio aparecen como realizándose entre individuos formalmente iguales, pero que, para el marxismo, ocultan relaciones de dominación y de explotación. Además, dichas relaciones son tan transitorias como las anteriores formas de dominación, por lo que su estudio -que es el estu es tudio dio de la vida vida so soci cial al-- debe debe real realiza izars rse e desd desde e una una perspectiva histórica y política . A partir de aquí, la clave de la segunda concepción de la sociedad que que estam stamos os co cons nsid ider eran ando do se encu encuen entr tra a en la ac acep epta taci ción ón del del conflicto, dada dada la existe existencia ncia de inter interese esess contrad contradicto ictorios rios entre entre las grupos grupos sociales sociales que participan participan en el proceso proceso productivo productivo.. El problema de quién posee la propiedad y el control de los medios de producción y cómo se distribuye el excedente socialmente producido remite al enfrentamiento entre las clases. La que ejerce, en un momento dado,
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el pode poderr ma mate teri rial, al, tamb también ién ejer ejerce ce el pode poderr ‘esp ‘espir iritu itual al’, ’, el pode poderr político. Marx afirma al respecto que “... la lucha de clase contra clase es una lucha política [...] pues el poder político es precisamente la expresión oficial del antagonismo de clase dentro de la sociedad civil [...] el antagonismo entre el proletariado y la burguesía ...”.33 Esta lucha política entre grupos con intereses contrapuestos ‘hace’ que la concepción marxista analice la sociedad de acuerdo con la teoría del conflicto social , y ‘obliga’, además, a realizar el estudio de las las re rela laccione ioness sociale ialess desd desde e algu algun no de los los punto ntos de vist vista a antagónicos. Segú Según n es esta ta visi visión ón,, el punto unto de part partid ida a ‘epi ‘epist stem emol ológ ógic icam amen ente te privilegiado’ para el conocimiento científico de la realidad social es el punto de vista del proletariado . Po Porq rque ue,, en ca cada da époc época, a, la clas clase e revo revoluc lucion ionari aria a es la que que repre represe sent nta a el má máxim ximo o de co cono nocim cimien iento to posible; este privilegio lo tuvo anteriormente, como hemos visto, la burguesía revolucionaria -con la filosofía de las luces, la economía política clásica, etc.- que terminó con el orden feudal y ‘su ciencia’. Así co como mo la burgu urgues esía ía habí había a perc percib ibid ido o y deve devela lado do el ca cará ráct cter er histórico y transitorio del sistema feudal, en la concepción marxista de la so soci cied edad ad,, es el pro proleta letari riad ado o el que que perc percib ibe e y denu denunc ncia ia la historicidad del orden burgués. Ésta es una apuesta histórica sobre el papel emancipador del proletariado, pero, al mismo tiempo, es una ‘de ‘deducc ducció ión’ n’ de la co cond ndic ició ión n objeti jetiv va de éste ste en la soc ocie ied dad capitalista: una organización social estructurada en la oposición entre el ‘trabajo’ y el ‘capital’ . Insistimos en que tomar el punto de vista del proletariado, como el que que ofre ofrece ce la me mejo jorr posib posibili ilida dad d de objet objetivi ivida dad d del del co cono nocim cimien iento to social, no es condición suficiente para obtener resultados científicos relativamente más verdaderos. Nuevamente tenemos el problema de la articulación entre el condicionamiento social del pensamiento y la autonomía relativa de la ciencia, entre la adhesión ideológica y la perspicacia científica. Para Marx, el punto de vista de clase y la concepción de la sociedad correspondiente, determinan un horizonte intelectual: el máximo de conocimiento posible a partir de esta perspectiva. A diferencia del positivismo, no puede existir una ‘visión del paisaje’, una visión de los los fen fenómen ómeno os sociale iales, s, que no se ubiq ubiqu ue en algún lgún luga lugarr del del ‘obs ‘obser erva vato torio rio’’ o ‘mir ‘mirado ador’, r’, es deci decir, r, no pued puede e habe haberr una una visi visión ón neutral. Tampoco los límites estructurales del horizonte dependen de la buena o mala voluntad individual del observador, del científico, sino más bien de la ‘posición ‘posición objetiva’ que el mismo mismo ocupa. ocupa. Además, el punt punto o de vist vista a ‘ele ‘elegi gido do’’ só sólo lo ofre ofrece ce la posi posibi bili lida dad, d, tam ambi bién én ‘objetiva’, de una vista de una parte determinada del paisaje, con lo cual ‘el comienzo’ debe ser acompañado con una ‘forma de mirar’ y un ‘art ‘arte e para para pint pintar ar’, ’, es deci decir, r, co con n una una capacidad para para ‘hacer ‘hacer ciencia’. Y de ninguna manera el punto de vista privilegiado resulta de un ecléctico justo medio entre los niveles superiores e inferiores del ‘observatorio’. Suponiendo la búsqueda del conocimiento como fin en sí, es decir, una intención de verdad que rechace finalidades extracientíficas, y
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suponiendo, además, la confrontación pública de las interpretaciones científicas, la autonomía relativa de las ciencias sociales -según la concepc concepción ión ma marxi rxista sta de la soc socieda iedadd- tiene tiene el siguie siguiente nte signif significad icado: o: una vez escogido el lugar desde donde mirar , el valor científico de un estudio acerca de los problemas sociales puede variar en función de una multiplicidad de factores que son independientes de las clases socciale so ialess. Esta inde indepe pend nden enci cia a no es tot total, al, co com mo pre rete tend nde e el positivismo, sino relativa, ya que el horizonte de visibilidad es, en última ima ins instancia, ia, decisivo ivo para la constitu itución ión del campo cognoscitivo. Esta autonomía relativa explicita, por un lado, que existe un cierto nivel nivel de continu continuidad idad en la producc producción ión del co conoc nocimien imiento to cientí científico fico social (una especie de ‘historia interna’ de la ciencia) y, por otro, que no se puede reducir la verdad a la panacea exclusiva de una clase. Las ciencias sociales recorren también un camino entre contin continuida uidades des y ruptura rupturas s . Ademá demáss plan plante tea a que la cien cienci cia a que que se
articula desde el punto de vista del proletariado debe ser capaz de integrar, sin recurrir al eclecticismo, las ‘verdades parciales’ de los otros puntos de vista. En fin, la concepción marxista de la sociedad, que hemos analizado en este apartado, considera que el punto de vista potencialmente más crítico y que ofrece las mayores posibilidades de objetividad en el ca camp mpo o de las las cien cienci cias as so soci cial ales es es el del del pro proleta letari riad ado o. Dich Dicha a potencialidad debe complementarse con el interés ‘desprejuiciado’ en querer saber y en conocer la verdad, y con la capacidad que se tenga para producirla. No existe objetividad absoluta separada de cualqui cualquier er condicio condicionam namient iento o polític político-id o-ideo eológic lógico, o, pero pero sí es posib posible le lograr lograr una objetividad objetividad relativa relativa comenzando comenzando por mirar desde un lugar privilegiado a partir del cual se puede hacer o no ‘buena’ ciencia. Por otro lado, esta concepción, como teoría del conflicto social , parte de que la sociedad es un conjunto formado por clases sociales con fine finess e inte intere rese sess anta antagó gónic nicos os.. Ésto Éstoss prov provoc ocan, an, entr entre e los los ‘pol ‘polos os opuestos’ opuestos’,, enfrentami enfrentamientos entos irreconciliable irreconciliables. s. Los grupos grupos sociales sociales en pugn pugna a enca encaran ran los los co conf nflic licto toss en func funció ión n de su expe experie rienc ncia, ia, de su situación social, de sus deseos, aspiraciones y temores. Pero también lo hacen con el conocimiento que pueden tener, con la posibilidad de poner de manifiesto (o bien ocultar) la realidad objetiva, con lo cual el ‘conocimiento de la verdad’ puede convertirse en un poderoso instrumento en la lucha de clases. El proceso de investigación de las ciencias sociales se distingue, para el marxismo, del de las ciencias naturales, no sólo en lo estrictamente metodológico sino también en el nivel de los modelos teóricos, en las técnicas de investigación y/o análisis y, sobre todo, en el plano de la relación con las clases sociales. Es en este ste últi últim mo punto unto dond donde e el marxi arxism smo o se erig erige e co como mo un representante teórico de la ‘clase más pobre y numerosa’ (como la llamaba Saint-Simon), e intenta construir, desde allí, nuevos nexos entre la teoría y la praxis, donde la razón científica pueda operar como apoyo al punto de partida clasista en la construcción de una sociedad más justa.
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IV. Palabras finales La formación del modelo modelo científico científico-natu -natural ral de objetividad de la mano de la física matemática produjo una fuerte ruptura con la cosmología del orden feudal al punto de que algunos ‘filósofos’ fueron reprimidos con prisión, prisión, como en el caso de Galileo, Galileo, con la autocensura, autocensura, como en el de Descartes, o directamente con la muerte, como G. Bruno (15481600 1600)) que que fue fue quem quemad ado o en la hogu hoguer era. a. El co cono nocim cimie ient nto o de la naturaleza conllevaba necesariamente el enfrentamiento ideológico y político con el orden establecido. Pero, cuando se resolvió el combate intelectual que libraba la burguesía -a través de la filosofía de las luces- contra la nobleza, el clero y sus ‘prejuicios’ escolásticos, el mode odelo de una una cien cienci cia a natu atura rall libr libre e de juic juicio ioss de valo alor y de presuposic presuposiciones iones ideológicas ideológicas pareció pareció consolidarse consolidarse definitivam definitivamente ente.. Se podría decir que los ‘científicos revolucionarios’ triunfaron sobre los ‘conservadores’ y produjeron el cambio de ‘paradigma’ (la revolución científica), y la consiguiente expansión del mismo a otros campos. A pesar de las innumerables discusiones epistemológicas que pueden esgrimirse, la neutralidad valorativa de las ciencias naturales puede acep ac epta tars rse e fund fundam amen enta talm lment ente e en un as aspe pect cto o cuant cuantit itat ativo ivo,, y co con n ciertas ciertas limitacione limitaciones, s, puesto puesto que las condiciones condiciones históricas históricas,, sociales sociales y culturales, los intereses y las pasiones, influyen en la selección del objeto de investigación ión y en la aplicación ión técnica de los descubrimientos científicos. Sin embargo -según nuestra opinión, sin duda cuestionable—34 los mencionados condicionamientos no ponen en entredicho la ‘verdad objetiva’, la imparcialidad de los resultados de las inves investig tigacio aciones nes..35 Est Estas pued pueden en es esta tarr fina financ ncia iada dass por por la Fund Fundaci ación ón Ro Rocke ckefe felle llerr o por por la Acade Academi mia a de Cien Ciencia ciass de Mosc Moscú, ú, orien ientadas hacia la dism isminu inución ión del esfue fuerzo físico ico de los los trabajadores o para el perfeccionamiento del armamento atómico o la construcción construcción de shoppings , y sin embargo arribar a conocimiento conocimientoss objetivos, imparciales. En cuan cuanto to a las las cien ciencia ciass so socia ciale les, s, anali analiza zada dass en es este te trab trabajo ajo,, la concepción positivista de la sociedad extiende el modelo científiconatu natura rall de objet bjetiv ivid idad ad a dich dicho o ca cam mpo, po, iden identtific ifican ando do las las leye leyess naturales naturales y las leyes sociales según la ‘remanente’ ‘remanente’ idea de la unidad unidad metodológic metodológica a de las ciencias: ciencias: el proyecto proyecto de la ciencia unificada. Los fenómenos fenómenos sociales pueden pueden considerarse considerarse como cosas, cosas, como ‘hechos ‘hechos puro puros’ s’ que que perm permite iten n se serr apre aprehe hend ndido idoss y expr expres esado adoss de ma mane nera ra obje objeti tiva va y que que no pued pueden en se serr modi modifi fica cado doss por por la ac acci ción ón de los los hombres. hombres. Se pretende pretende separar así a las mismísimas mismísimas ciencias ciencias sociales sociales de sus condiciones histórico-políticas de producción. Y, con ello, se intent intenta a conver convertirl tirlas as en teor teorías ías armo armonic nicis ista tas s de la soci socied edad ad que legitim legitimen en como como natural un orden rden ec econ onóm ómic ico, o, so soci cial al y polí políti tico co determinado. En ca camb mbio, io, desd desde e la co conce ncepc pción ión ma marx rxist ista, a, la obje objetiv tivid idad ad de las las ciencias sociales no puede constituirse según el estrecho marco del mode modelo lo cien cientí tífic ficoo-na natu tura rall posi positi tivi vist sta. a. Lo Loss fenó fenóme meno noss so soci ciale aless y
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humanos son producidos y reproducidos por la intervención de los hombres puesto que, a diferencia con la naturaleza, la historia sí la ‘hacemos nosotros’. El conocimiento científico de la realidad social está stá nec eces esar aria iam mente ente co cond ndic icio iona nado do por una concep ncepci ció ón de la sociedad que, implícita o explícitamente, cumple una función rectora en el proc proces eso o de la prod producc ucció ión n cien cientí tífic fica. a. La relac relació ión n dial dialéc écti tica ca ‘objetividad-punto de vista de clase’ en las ciencias sociales no se resuelve resuelve anulando anulando la influencia de los intereses intereses y las pasiones, pasiones, como hace el positivismo, pero tampoco ‘ideologizando’ (en términos de clases sociales) todo tipo de conocimiento hasta negarle al mismo cualquier posibilidad de objetividad. El marxismo considera que el desarrollo del conocimiento científico soci so cial al es está tá liga ligado do a la situ situac ació ión n so soci ciop opol olít ític ica, a, a los los inte intere rese sess materiales y al papel histórico de las clases sociales en conflicto. En un mome moment nto o la burg burgue uesí sía a tuvo tuvo un pape papell revo revoluc lucion ionar ario io fren frente te al orden feudal y a ‘su ciencia’. Pero una vez en el poder y, ante la amenaza que representa el proletariado como clase opuesta a sus intere intereses ses,, se transf transform ormó ó en co conser nservado vadora ra y comenz comenzó ó a perder perder su objet objetivid ividad, ad, su ‘hones ‘honestid tidad ad científ científica ica’. ’. Hubo Hubo histor historia, ia, pero pero dejó dejó de existir. Así se abrieron paso las teorías armonicistas de la sociedad que, como hemos dicho, pretenden presentar a las instituciones de la moderna sociedad industrial como naturales y eternas. Fren Frente te a ellas ellas,, el ma marx rxism ismo, o, co como mo co conc ncepc epción ión ma mate teria rialis lista ta de la sociedad, parte necesariamente del conflicto conflicto social social derivado de la contrad contradicció icción n fundam fundament ental al del orden orden soc social ial existe existente nte,, es esto to es es,, del antagonismo entre el ‘trabajo’ y el ‘capital’, entre el proletariado y la burg burgue uesí sía. a. El ma marx rxism ismo, o, part partie iendo ndo desd desde e el punto de vist vista a del del proletariado , perc percib ibe, e, anal analiz iza a y denu denunc ncia ia el ca cará ráct cter er hist histór óric ico o y transitorio del capitalismo. Hubo historia y habrá historia.
Gran parte de este trabajo es el resultado del intercambio de ideas con María Gabriela Murias quien, además, me ha sugerido algunas lecturas que me fueron de mucha utilidad. Agrad Agradezc ezco, o, tamb también ién,, la lect lectura ura críti crítica ca de mis mis comp compañ añera erass y comp compañ añero eross de cáte cátedra dra,, especialmente a N. T. Guiber, H. A. Palma, R. R. Ibáñez, A. R. Bonnet y M. R. Lorenzo. *
Notas y Referencias Bibliográficas: Mucho Mucho se ha escrito escrito sobre la revolución revolución científica. científica. Sólo como guía para futuras lecturas cito el libro de I. B. Cohen, Revolución en la ciencia , Barcelona, Gedisa, Gedisa, 1989, 1989, principalmente principalmente los caps. 5 a 10. Además, puede consultarse la extensa y completa bibliografía que se cita al final del mencionado libro. La crítica crítica al pensami pensamient ento o esc escolá olásti stico, co, en especia especiall la preocu preocupac pación ión por por la estruc estructur tura a del conocimiento humano, puede verse muy claramente en dos obras filosóficas de la época: el Novum Organum (1620) de Francis Bacon (1561-1626) y el Discurso del método (1637) de René Descartes (1596-1650). En estas obras se aprecia el intento por establecer una nueva ‘metodología científica’ que permitiera el avance ininterrumpido y seguro de la razón y la libre observación del sujeto contra la autoridad de los dogmas de la tradición escolástica. Dice Galileo (1564-1642), en un conocidísimo pasaje de Il Saggiatore (El Ensayador —162 —-): “La filosofía está escrita en ese grandísimo libro que tenemos abierto ante los ojos, quiero decir, el universo, universo, pero no se puede entender entender si antes no se aprende a entende entenderr la lengua, lengua, a conoc conocer er los caracteres caracteres en los que es está tá esc escrito rito.. Está Está esc escrito rito en lengua lengua matemát matemática ica y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin los cuales es imposible entender ni una palabra; sin ellos es como girar vanamente en un oscuro laberinto”, G. Galilei, El ensayador , Madrid, Madrid, Aguilar, 1981, traducción de J. M. Revuelta. Véase Eliseo Verón, El surgimiento de las ciencias sociales, , Buenos Aires, CEAL, 1969. E.J. Hobsbawn, En torno a los orígenes de la revolución industrial, Buenos Aires, Siglo XXI, 1972; Las revoluciones burguesas, Madrid, capitalismo ismo, Madrid, Madrid, Guadarrama Guadarrama,, 1964; 1964; La era del capital absolutista, México, Siglo XXI, 1982. En este caso Guadarrama, 1977. P. Anderson, El Estado absolutista, la bibliografía que puede consultarse es también muy extensa. Véase Michel Focault, Vigilar y castigar, México, Siglo XXI, 1987; La verdad y las formas jurídicas , México, Gedisa, 1986. Puede verse el desarrollo de este enfoque en el trabajo de M. Lasala y E. Caruso en este mismo libro. Véase I.B. Cohen, ob. cit ., p. 83. Al respecto dicen Marx y Engels en el Manifiesto del Partido Comunista: “La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales”. Véase E. Verón, ob. cit., pp. 1 y 2. Para el tema de la ‘organización académica del conocimiento social’ se puede consultar, marxismo smo y las las cien ciencia cias s soci sociale ales. s. Las Las raíc raíces es del del entr entre e otros tros,, el libr libro o de M. Shaw Shaw,, El marxi conocimiento social, México, Nueva Imagen, 1978, caps. ca ps. II y III. 0 Condorcet, Esquisse d’un tableau historique des progres de l’esprit humain , citado en M. Lowy,¿Qué es la sociología del conocimiento?, México, Fontamara, 1986, pp. 16 y 17. 1 Saint-Simon, “De la réorganisation de la société européenne”, citado en M. Lowy, ob. cit ., p. 18. 2 El concepto de ideología merece una aclaración: Destutt de Tracy (1754-1836) publicó un d’idéologie donde tratado llamado Eléments d’idéologie donde presentaba presentaba una nueva ciencia, ciencia, la ‘ciencia de las ideas’, que iba a ser una ciencia positiva que “no aludiría a nada dudoso o desconocido” y que se inscribiría en la perspectiva metodológica de corte empirista y científico-naturalista. Para los idéologues -como se llamó al grupo de Destutt de Tracy- el término ideología tenía un sentido positivo ya que, que, en la misma misma línea línea de la filosof filosofía ía de la Ilustra Ilustración ción,, rechaza rechazaba ba las supersticiones eclesiásticas del antiguo régimen. Pero, cuando Napoleón polemizó con los idéologues acusánd acusándolos olos de filósof filósofos os sin sentid sentido o práctic práctico, o, fuera fuera del mundo y ajenos ajenos a la realidad realidad,, la ideología comenz comenzó ó a ser consi considera derada da como como algo negativo. Con es esta ta nueva nueva significación ingresó en el vocabulario corriente de la primera mitad del siglo XIX. Es así como tant tanto o el posi positiv tivism ismo o como como el marxis marxismo mo (con (con las difer diferen encia ciass que que espe especif cifica icarem remos os má máss adela adelant nte) e) toma toman n la ideología como como ‘algo ‘algo pato patoló lógic gico’ o’,, como como un disc discurs urso o defe defect ctuo uoso so,, deformaciones cognoscitivas cognoscitivas. Por doctrinario, dogmático, falso e irracional, que conduce a deformaciones ello ello,, uno uno y otro otro inte intent ntan an colo colocar carse se por por enci encima ma y aparte aparte de la ideología , como también intentaron separarse de la religión y la metafísica tradicionales. Para un análisis análisis detallad detallado o se puede puede consul consultar, tar, entre entre muchos muchos otros otros,, el libro libro de Alvin W. Gouldner, La dialéctica de la ideología y de la tecnología, Madrid, Alianza, 1978. 3 H. Marcuse, Razón y revolución, Madrid, Alianza, 1972, p. 332. 1
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A. Comte, Cours de philosophie positive, citado en M. Lowy, ob. cit., p. 22. A. Comte, Cours de philosophie positive, citado en M. Lowy, ob. cit., p. 23. 6 Puede verse el libro de I.B. Cohen que hemos citado, especialmente los caps. 4, 12 y 23. 7 É. Durkheim, Las reglas del método sociológico, México, Premiá, 1991, p. 8. 8 É. Durkheim, La división du travail social, citado en M. Lowy, ob. cit., p. 25. 9 Consúltese el trabajo de N.T. Guiber y H.A. Palma en este mismo libro. 0 É. Durkheim, Las reglas del método sociológico, cit., p. 114. 1 M. Weber, Essais sur la Théorie de la Science , citado en M. Lowy, ob. cit., p. 31. 2 Véase M. Weber, ob. cit., p. 34. Allí también puede leerse: “La confusión permanente entre discusión científica de hechos y razonamiento axiológico es una de las particularidades más frecuentes y más nefastas en los trabajos de nuestra especialidad”. 3 Neoliberalismo y seudociencia seudociencia, Buenos Aires, Lugar, 1995, especialmente Véase R. Gómez, Neoliberalismo los caps. V y VI. 4 Este Este círc círcul ulo o com comenzó enzó a fun funcion cionar ar en 1929 1929 cuan cuando do se real realiz izó ó un Co Con ngres greso o para para la Epistemología de las Ciencias Exactas juntamente con un Congreso de Matemáticos y Físicos Alemanes en Praga. A partir de ese momento integraron el Círculo, o entablaron algún tipo de relación con él, filósofos y científicos naturales y sociales de renombre: M. Schlick, R. Carnap, O. Neurath, H. Hahn, R. von Mises, K. Gödel, E. Schrödinger, J. Schumpeter, H. Kelsen, E. Silzel, C. Hempel, Hempel, E. Nagel, Nagel, W. van Quine Quine,, A. Tarski, Tarski, A. J. Ayer, entre muchos muchos otros otros.. Debido Debido al crecimiento ‘interdisciplinario’ del Círculo se convocó, en 1934, a un Congreso para la Ciencia Unificada donde se propuso el nombre de ‘empirismo lógico’ para el mismo que fue adoptado sobre todo en Estados Unidos a donde emigraron muchos de sus integrantes y de grupos afines. 5 K. Popper, La sociedad abierta y sus enemigos, citado en M. Lowy, ob. cit., p. 46. 6 K. Popper, “La lógica de las ciencias sociales”, citado en M. Lowy, ob. cit., pp. 48 y 49. 7 Ciencia, cultura y dependencia, Buenos Aires, Guadalupe, 1973, pp. 43Véase G. Gutiérrez, Ciencia, 48. 8 P. Bourdieu, Leçon sur la leçon , citado en M. Lowy, ob. cit., p. 12. 9 K. Marx, K. y F. Engels, La ideología alemana , Buenos Aires, Pueblos Unidos-Cartago, 1985, p. 26. 0 Tal es el caso de la ideología estalinista, en la ex URSS, que pretendía separar la ciencia burguesa de la ciencia proletaria, en una especie de positivismo al revés, ‘politizando’ las ciencias de la naturaleza como el positivismo ‘naturalizó’ las ciencias sociales. El caso más patético fue el del ‘biólogo’ Lyssenko y sus seguidores, apoyados por el Partido Comunista de la Unión Soviética, que consideraron a la genética moderna como un nuevo argumento que la cien cienci cia a burg burgue uesa sa daba daba al cler cleric ical alis ismo mo.. Re Reci cién én en 1964 1964 la genét enétic ica a mende endeli lian ana a fue fue rehabilitada en la URSS, con las consecuencias de los veinticinco de años de ‘atraso científico’. 1 K. Marx, El Capital. Crítica de la economía política, México, Siglo XXI, 1987, pp. 13 y 14 (“Epílogo a la segunda edición”). 2 K. Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (borrador) 18571858, México, Siglo XXI, 1971, T. I, pp. 204. 3 K. Marx, La miseria de la filosofía , Buenos Aires, Signos, 1970, p. 158 a 160. 4 Véase F.G. Schuster, “Los límites de la objetividad en las la s ciencias sociales”, en R. Gaeta, y N. Robles, Nociones de epistemología , Buenos Aires, EUDEBA, 1986. 5 Desde otro marco de análisis, Michel Foucault afirma, en su libro Vigilar y castigar : “La gran investigació investigación n que ha dado lugar a las ciencias de la naturaleza se ha separado de su modelo políti políticoco-jurí jurídic dico; o; el examen examen (la práctica práctica cient científic ífica a soc social) ial) en cambio cambio sigue sigue insert inserto o en la tecnología disciplinaria”. 14 15 1 1 1 1 2 2 2
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