La ciencia-ficción argentina Elvio E. Gandolfo En Los universos vislumbrados, antología de ciencia-ficción argentina, selección de Jorge A. Sánchez y prólogo y notas de Elvio E. Gandolfo, colección Más allá, Ediciones Andrómeda, 1!".
#a ciencia$ficción argentina no e%iste. &al como la define en t'rminos generales (y )*izás en ese sent sentid ido o in+* in+*st stam amen ente te el t-t* t-t*lo lo de *n ensay ensayo o franc franc's, 's, en n*est n*estro ro pa-s pa-s es *na s*c s*c*r *rsa sall de lo fantástico/, o de la literat*ra. 0asi no hay escritores dedicados con e%cl*sividad a s* c*ltivo, ni revistas especializadas )*e hayan rindado o rinden *n campo reg*lar para los relatos locales, ni *na cantidad s*ficiente de a*tores *enos, mediocres y malos )*e en s* totalidad conformen la e%istencia de *n g'nero con caracter-sticas propias. Sin emargo, *na selección más o menos rig*rosa rig*rosa de los relatos desperdigados desperdigados )*e se relacionan relacionan con 'l p*ede competir, y hasta destacarse, destacarse, respecto a antolog-as similares de pa-ses con *n desarrollo más amplio y consec*ente del g'nero, como Espa2a, 3rancia, o la 4nión Sovi'tica. En la Argentina no e%iste *na cr-tica especializada de ciencia$ficción digna de ese nomre, y la lect*ra de los comentarios aparecidos en diarios y revistas es la me+or confirmación. Sin emargo, es en n*es n*estr tro o pa-s pa-s dond donde e se p*l p*lic icó ó *no *no de los los prim primer eros os ensa ensayo yoss inte integr gral ales es y e%ten e%tenso soss d' ciert cierta a prof*ndidad y con enfo)*e gloal. Entre las escas-simas novelas del g'nero, *na de las me+ores se e%presó a trav's de *n medio poco com5n6 la historieta. Esas contradicciones y caracter-sticas partic*lares han ido di*+ando, a trav's del tiempo, *na desperdigada red de hilos )*e a5n no se han *nido con la densidad necesaria para formar *na corriente. corriente. El propósito propósito de este prólogo es descriirlos descriirlos m-nimament m-nimamente, e, en *n inventario inventario con seg*ridad seg*ridad incompleto )*e p*eda servir de primitivo es)*ema para mane+arse dentro del amig*o campo de eso )*e con el tiempo )*izá lleg*e a ser la ciencia$ficción argentina. 4n eneficioso efecto lateral ser-a el de )*e dos tipos de lectores por lo general separados (el de narrativa a secas y el de ciencia$ficción, a men* men*do do e%cl e%cl*si *sivi vist stas as y mono monote temá máti tico cos, s, vier vieran an a*me a*ment ntad ado o s* inter inter's 's por el otro otro camp campo, o, m*t*amente atra-dos por la confl*encia en todo a*tor argentino de lo literario y lo protot-pico del g'nero, factor )*e conforma *n panorama )*izá menos clasificale pero más rico )*e el )*e predomina en otros pa-ses. 4n primer prolema, en *na literat*ra tan rica en relatos fantásticos como lo es la n*estra, es deslindar lo )*e pertenece a ese g'nero de la ciencia$ficción, ya )*e la definición de los dos conceptos es a5n o+eto de intensa controversia en los medios cr-ticos. 7os hemos g*iado por los factores más evidentes en primer l*gar (*tilización m*y clara de elementos de ciencia$ficción y l*ego por *na c*estión de tono, eligiendo lo )*e evita la atmósfera fatalista, densa e irracional de lo fantástico, a favor del predominio de la inteligencia )*e *sca *na clave o de la descripción min*ciosa de lo e%tra2o )*e caracteriza a la ciencia$ficción. #a elección está infl*ida tami'n por la amplit*d )*e ha alcanzado el g'nero en los 5ltimos a2os, de manera tal )*e no sólo se tendrán en c*enta los cohetes y las sociedades y seres e%tra2os, sino tami'n la e%ploración de lo psicológico, lo filosófico o lo ling8-stico. Al fin del liro 9Los universos vislumbrados: agregamos *na iliograf-a m-nima, realizada con el propósito de ser 5tiles más al lector )*e al est*dioso, y *na 0ronolog-a, a cargo de ;'ctor <. =essina (*no de los mayores e%pertos del g'nero y Jorge A. Sánchez. >e all- )*e se citen las ediciones más fáciles de otener, no las originales. En el caso de liros de reedición permanente, no fig*ra la fecha. #os n5meros indican la sección del prólogo con la )*e se relacionan los t-t*los.
1 - Holmberg
So2ador de laoratorio/, como lo definiera
o la mescalina. #a cr-tica ha e%agerado los defectos de s* estilo6 cierta incoherencia en la constr*cción, la desproli+idad de lo repentino, la falta de espesor psicológico de los persona+es. #o cierto es )*e s*s relatos se disfr*tan hoy más )*' los de m*chos p*lidos estilistas. >etrás de ellos se alza, sosteni'ndolos, la poderosa y completa personalidad del a*tor. ;olmerg ha-a est*diado medicina, pero casi no llegó a e+ercer. Se dedicó f*ndamentalmente a las ciencias nat*rales. En ese terreno se especializó en entomolog-a y otánica. oyle, ;. #$ Kells. >e los dos 5ltimos ;olmerg ha-a realizado trad*cciones para las revistas de la 'poca. Entre los intereses e%traliterarios trasladados a la ora p*eden mencionarse la frenolog-a, el espiritismo, la psicopatolog-a, el darDinismo, la psi)*iatr-a, temas todos )*e hac-an f*ror en esos a2os. En s*s relatos campeaa destacadamente, como en otros escritores del " (0an', Kilde, Mansilla *n permanente h*mor. Al respecto p*ede citarse la e%tra2a personalidad de %l tipo m!s original (1"!", inconcl*so, descripta por =ag's #arraya en s* est*dio6 &No solamente es raro el profesor en cuanto a su lenguaje, sino en todo$ Viste en forma absolutamen te an!r'uica ( pintoresca, habita una casa en la cual ha construido una torre para engañar a los murci)lagos, tiene vastas habitaciones llenas de retratos de sabios 'ue desprecia, cajones en donde guardar! *objetos 'ue todavía no posee+, ( (a ha comprado todo el papel donde escribir! su magna obra la 3a*na r*sa, en la cual dedicar! 'uinientas p!ginas a cada especie, pero de la cual sólo editar! cien ejemplares, para 'ue su copioso saber no se divulgue$ e m!s est! decir 'ue todavía no ha escrito una línea del fundamental trabajo, ( 'ue no piensa completarlo con el estudio de la flora, pues )l *no se ocupa de (u(os+$ %ntre sus muchas ( etraordinarias teorías tiene una acerca del sonido, por la cual asegura 'ue puede, )l solo, cantar una sinfon-a, ( otra acerca de la gimn!stica de
los nervios$ .racticando esta /ltima espera poder dormir con sólo medio cuerpo por ve0, para poder vigilar constantemente los manuscritos valiosísimos 'ue todavía no ha compuesto, pero 'ue teme le ser!n robados por un sabio vecino$ 1dem!s de 0oólogo, el profesor 2urbullus es un eperto fisiólogo, meteorólogo, ( sobre todo eimio dibujante$3
>e todos s*s traa+os relacionados con el g'nero, el más perfecto es sin d*da Horacio "alibang o los autómatas. Hnfl*ido hasta cierto p*nto por %l hombre de arena de ;offman, constr*ye con intensidad y casi sin digresiones *na red alrededor de *n faricante de a*tómatas, )*e llega a poner en d*da, en las 5ltimas l-neas, la realidad de todas las personas, y en consec*encia del m*ndo s*p*estamente real, en la me+or tradición de =hilip L. >ic. Aparte de los t-t*los anteriores podemos mencionar, sin conocerlos, 4iligranas de cera (1F"N, *na teor-a acerca de la posiilidad de volver a o-r los sonidos graados en el cer*men del o-do, y *no de s*s relatos in'ditos, )*e por s* t-t*lo rec*erda a #ovecraft6 %l viaje por el m)todo de Lituria.
2 - Lugones En 1""" #eopoldo #*gones comentó generosamente Nell( , *no de los c*entos fantásticos de ;olmerg. E%actamente diez a2os más tarde re*nir-a en Las fuer0as etrañas (1B *na docena de relatos y *na teor-a del 0osmos )*e constit*yen *n pilar f*ndamental del desarrollo de la literat*ra fantástica y de ciencia$ficción en n*estro pa-s. Si a5n en los más osc*ros relatos de ;olmerg predominaa *n esencial optimismo, donde los arran)*es dramáticos sonaan más a decoración romántica )*e a verdadera convicción del a*tor, inmerso como estaa en el positivismo de la generación del ", en #*gones se advierten las contradicciones y desgarramientos )*e marcan el paso del siglo OHO al OO. =or *n lado está el amasi+o de teor-as oc*ltistas, espiritistas y parapsicológicas c*ya validez a5n hoy no se ha res*elto, por el otro el avance de las teor-as más modernas sore la f-sica y las matemáticas.
0aen dentro de ese es)*ema La fuer0a 9mega (acerca de los poderes violentos del sonido, La metam/sica (sore la vis*alización de la m5sica, Viola acherontia (donde *n +ardinero intenta dotar de poderes asesinos a las flores, %l ps(chon (*n saio )*e )*iere otener *na especie de materialización del pensamiento. En todos ellos el relato se concentra en la teor-a )*e se )*iere demostrar. =rácticamente no hay desarrollo narrativo ni relieve en los persona+es. Se destaca la originalidad de los planteos, desplegados con a*ndancia de e%plicaciones pse*do$cient-ficas )*e res*ltan convincentes dentro de la ficción y )*e en alg*nos casos se acercaron a posteriores realidades cient-ficas de modo tal )*e el a*tor, en la seg*nda edición del vol*men (1P" se creyó oligado a advertir6 &1lgunas ocurrencias de este libro, editado veinte años ha, aun'ue varios de sus capítulos corres ponden a una )poca m!s atrasada todavía, son corrientes ahora en el campo de la ciencia$3
Más interesantes res*ltan los otros tres relatos de ciencia$ficción del liro. En :n fenómeno ineplicable e ;0ur se manifiesta *n tema rec*rrente de la 'poca, )*e podr-amos llamar el espectro del mono/. 4no de los primeros e+emplos literarios ser-a el de Los asesinatos de la calle
concreto (*na sirena primitiva en *na a2adera porte2a )*e *ne el presente desde el )*e *na medium transmite el relato con la remot-sima 'poca del esp-rit* halante. Si a estos relatos se agrega el inter's de dos t-t*los fantásticos sin d*da lo me+or del liro por la densidad de s* atmósfera decadente y l*+*riosa (Los caballos de 1bdera y La lluvia de fuego y el %nsa(o de una cosmogonía en die0 lecciones, )*e lo cierra con *na e%tensa teor-a del origen y desarrollo del 4niverso, s*p*estamente transmitida por *n Rcas*al interloc*tor en *n paso de los Andes, se hace a5n más evidente la necesidad de *na pronta reedición de este vol*men, hace largo tiempo agotado. El inter's m5ltiple )*e presenta Las fuer0as etrañas no se repite en ning5n sentido en los uentos fatales (1PN. Si s*s tres primeros relatos (%l vaso de alabastro, Los ojos de la reina, y %l puñal p*eden vinc*larse a la ciencia$ficción por las descripciones doc*mentadas y precisas sore la historia y los rit*ales egipcios, es necesario reconocer )*e no tienen mayor peso narrativo. inc*lados entre s- por persona+es y desarrollo, conforman *na especie de serial en el )*e faltan elementos imprescindiles6 la acción, las ideas originales, *na m-nima atmósfera. A)*- #*gones ora como persona+e y los relatos parecen referirse más a *na investigación personal acerca de los or-genes e implicancias esot'ricas de s* nomre y ascendencia )*e a la literat*ra.
3 - Quiroga En 1F ;oracio Q*iroga acompa2a a #*gones en *n via+e a las misiones +es*-ticas del norte de n*estro pa-s. #o admiraa desde s*s primeros a2os de actividad literaria, y parte de la ora de amos es enc*adrale dentro del modernismo. #a infl*encia de #*gones sore Q*iroga ia a ser dole6 estil-stica sore la parte fantástica y de ciencia$ficción de s* oraC e%istential e indirecta por las consec*encias )*e ia a tener el via+e )*e realizaron +*ntos. 0omo se advertirá posteriormente, ser-a m*cho más importante esta 5ltima, ya )*e dar-a como res*ltado s* traslado a Misiones y la me+or parte de s* ora narrativa6 los c*entos de amientación y tipolog-a selvática. Sin emargo, la parte fantástica y de ciencia$ficción ser-an intereses permanentes de Q*iroga, como otra zona poco est*diada de s* ora (los c*entos del amor t*rio/. Amas se entremezclar-an sin cesar con los c*entos misioneros, destr*yendo la idea de *na evol*ción pare+a y ascendente hacia *na cima constit*ida por esas narraciones. #os primeros t-t*los relacionados con la ciencia$ficción se p*licar-an en revistas periódicas, como aras ( aretas, a+o n-tidas e%igencias (corta e%tensión, importancia de la an'cdota, incl*sive cierta s*perficialidad, provocando a veces *n tono r-gido, veloz y de intención impactante, )*e hace sonre-r en *na lect*ra act*al. Es el caso de %l globo de fuego (1! donde *na pare+a se com*nica sentimentalmente por primera vezC ante la aparición de *n rayo glo*lar, *na oma el'ctrica/ )*e penetra por el o+o de la cerrad*raC o de Lógica al rev)s (1", donde *na dis)*isición preliminar de tono ensay-stico se ve confirmada por *n hecho de la seg*nda mitad del relato. En %l mono ahorcado
(1! en camio, se repite p*nt*almente le tema de ;0ur de #*gones6 el narrador trata de hacer halar a *n mono, y el tono se hace más sorio. A*n)*e var-en el sistema didáctico y la elaoración del relato, tami'n a)*- el saer (o el intento de saer, por)*e el animal no llega a halar ter mina en tragedia, como el t-t*lo del relato lo previene. Aparte de estos cortos relatos, Q*iroga escriió entre 1" y 11F seis folletines, a razón de *no por a2o. #os firmó con el se*dónimo de S. 3ragoso #ima. Este oc*ltamiento de identidad, y la poca importancia )*e les da a estos t-t*los en s* correspondencia, parecen indicar )*e los consideraa literat*ra alimenticia, le+anos de s*s preoc*paciones est'ticas. Sin emargo, dos de ellos mantienen hoy, sore todo para el lector de ciencia$ficción, *n evidente inter's. En %l mono 'ue asesinó (1 te+e *n comple+o tema de metempsicosis para e+ec*tar *na venganza postergada d*rante tres mil a2os. #a e%tensión permite *na me+or elaoración del clima y del tono determinista y fatal, a*n)*e a*nden los ganchos/ clásicos de lo folletinesco. %l hombre artificial (1 encara *n tema más definido6 la constr*cción de *n homre artificial, con toda la chatarra imp*esta por el 4ran=enstein de Mary Shelley6 el laoratorio de rincones osc*ros y má)*inas e%tra2as, la tensión entre los fines de la ciencia y los de la moral, el saio )*e raya en la demencia, de nomre e%tra2o (en este caso >onissoff. #o )*e hace s*perar con creces los inconvenientes estil-sticos (las e%clamaciones, el acartonamiento de los persona+es, las frases c'leres/ lanzadas en los momentos más inesperados es la f*erza de la idea central6 la de dotar de e%periencia al homre reci'n creado mediante la transmisión de *na dosis de dolor, s*ministrada mediante la tort*ra atroz de *n inocente. Esas crispadas escenas, )*e aarcan la seg*nda mitad, se imponen a pesar o gracias al tono grotesco con )*e han sido constr*idas, comparando el proceso de transmisión de dolor con la carga de *na ater-a el'ctrica, y denominando arcángel/ al cient-fico >onissoff +*stamente en los momentos en )*e más diaólica es s* actividad. %l salvaje, p*licado en el liro del mismo nomre en 1P es *no de los c*entos me+or logrados.
4na de las ca*sas es )*e transc*rre en *n amiente ien conocido por el a*tor6 el r-o =araná. Allvia+a el )*e narra para investigar los motivos del e%tra2o informe de *n encargado de *na aislada estación meteorológica acerca de ll*vias imposilemente torrenciales. El paisa+e se interpenetra háilmente con el relato, )*e va y v*elve entre el diálogo de los dos homres y el tono o+etivo, descriiendo la e%tra2a e%periencia del meteorólogo6 el enc*entro con *n dinosa*rio y s* casi amistad con el animal, la inmersión en el contorno del per-odo terciario. #o )*e da prof*ndidad al arg*mento, )*e tratado de otro modo tendr-a el mismo efectismo )*e los anteriores, es el tono pa*sado, nostálgico, casi elegiaco con )*e nos es transmitido, y )*e lo acerca a alg*nos c*entos de allard (>egresa el mar . En *na seg*nda parte, La realidad (la primera lleva como s*t-t*lo %l sueño, )*e constit*ye *n relato independiente por completo, se reconstr*ye la vida de los primates del terciario, los traa+osos pasos de la inteligencia, con econom-a de rec*rsos y *ena información cient-fica, si se tiene en c*enta la 'poca. Es *n intento similar a alg*nos contemporáneos, como %n el principio de Jac #ondon, o act*ales, como Los herederos de Killiam Golding. 0omo para no desmentir el inter's permanente de Q*iroga por la *tilización imaginativa de lo cient-fico, volver-a a reincidir en este tipo de c*entos en s* 5ltimo liro, oyle, Kells o franceses (erne, 3lammarion de la 'poca, s* pec*liar mezcla de elementos, el tono crispado, a saltos, de la prosa y la importancia concedida a la idea cient-fica central, anticipan en cierto modo el saor )*e ia a predominar en la ciencia$ficción americana de los comienzos, más concretamente la )*e ia a insertarse en el m*ndo de los pulps (revistas pop*lares de narraciones a partir de la creación de 1ma0ing 7tories por ;*go Gernsac, en 1PB.
4 - Macedonio Fernández Hntentar la lect*ra de la ora de Macedonio 3ernández es h*ndirse en *n mar de corrientes op*estas, de zonas osc*ras, de +*ego de espe+os infinitos )*e terminan por derr*ir c*al)*ier certid*mre rindando, al mismo tiempo, *na sensación permanente de goce, de h*mor y cortes-a. #as contradicciones comienzan con la composición misma de esa ora. Se p*licó *na m-nima parte en vida de s* a*tor. #a escala de valores )*e impera en otros casos a)*- se derr*ma6 p*ede res*ltar tan esencial *na carta como *na novela, *na nota al margen como *n poema. A s* vez todos los te%tos se interpenetran6 la carta participa del poema o viceversa, y as- s*cesivamente. Este tipo de dispersión, de el*sión de *n centro de gravedad definido, fomenta la e)*ivocación de considerar todo Miscelánea, o de convertir al a*tor en recipiente de inn*merales an'cdotas )*e paradó+icamente lo privan casi por completo de iograf-a real. 4na lect*ra por fin amplia, permitida por la 9bra ompleta en c*rso de edición, ampl-a la fascinación y el dinamismo interno )*e ha-an aierto los t-t*los editados en la d'cada del B 5ecienvenido, No todo es vigilia la de los ojos abiertos. #o )*e conecta a Macedonio con gran parte de la ciencia$ficción, sore todo con la de los 5ltimos )*ince a2os, es s* vol*ntad franca y permanente de contradecir todo lo aceptado, de levantar *na masa de palaras contra la &erap'*tica, el e los relatos el más terminado/ es %l 0apallo 'ue se hi0o osmos, )*e narra *na catástrofe nat*ral transformada en ontológica en los 5ltimos párrafos. @antalia anticipa el inter's despertado en los 5ltimos a2os por la sensiilidad de los vegetales, a*n)*e la carga de significación filosófica emrolle *n poco el arg*mento. irugía psí'uica de etirpación descrie las sensaciones de 0ósimo Schmitz, *n herrero a )*ien se le ha red*cido artificialmente s* sentido de f*t*ridad, de previsión, a ocho min*tos. onde 7olano >e(es era un vencido ( sufría dos derrotas cada día e%pone con detallada arg*mentación e hipótesis *n sencillo procedimiento para acelerar o frenar la cercan-a de la m*erte. :n paciente en disminución es *n rev-simo relato )*e e%trapola el afán e%tirpador de los m'dicos en el estilo de Shecley, y merece citarse completo6
&%l señor #a había sido tan asiduo, dócil ( prolongado paciente del doctor @erap)utica 'ue ahora (a era sólo un pie$ %tirpados sucesivamente los dientes, las amígdalas, el estómago, un riñon, un pulmón, el ba0o, el colon, ahora llegaba el valet del señor #a a llamar al doctor @erap)utica para 'ue atendiera el pie del señor #a, 'ue lo mandaba llamar$ %l doctor @erap)utica eaminó detenidamente el pie ( meneando con grave modo la cabe0a resolvió8 &Ha( demasiado pie, con ra0ón se siente malA le tra0ar) el corte necesario, a un cirujano$3
Entre los inn*merales te%tos no narrativos )*e se relacionan con la ciencia$ficción %l bobo inteligente descrie *n pa-s en el )*e s*s haitantes están de v*elta de todos los inventos, *no por
*no/, de manera tal )*e se pasa de la electricidad al gas, al petróleo, al rasero, a las teas, y los transe5ntes se colocan pesos en la espaldas para ir despacio y no llegar pronto, y se *sa el relo+ invisile y epil'ptico, )*e salta de hora/, etc'tera. 0omo *topista, las actividades de Macedonio f*eron tanto prácticas como teóricas. En 1"! intentó f*ndar con *nos amigos *na colonia anar)*ista en =arag*ay, )*e fracasó. 0*arenta y cinco a2os más tarde descri-a s* *top-a teórica a Gariel del Mazo, en *na carta6
&Bui0! por vanidad, 'ui0! por ser /til, me acuerdo de un descubrimiento 'ue tengo sobre :rbanismo8 la iudad-ampo, de un millón de chacras ( die0 mil f!bricas, eenta totalmente del horror de la palabra al'uiler, 'ue tendría las ventajas 'ue pongo en la siguiente lista 5'ue como t odas las listas de beneficios de los inventores puede resultar larga68 CInatacabilidad militar$ CInatacabilidad por sitio o blo'ueo$ CNi bomberos ni policía$ C%scase0 desesperante de enfermedades$ C>educción en m!s de un DE F de los true'ues comerciales, improductivos, est)rilesA ( aleatorios, de agio$ C>educción en un DE F de la numerosidad del proletariado, 'ue no es conveniente a la tran'uili dad social ( política, aparte de 'ue no debe haberlo sino pasajeramente C; posibilidad de 'ue usted ( (o tengamos una chacra en ella, lo m!s cercanos posibles$3
5 - orges ! "abo#e 3*eron dos de los amigos y corresponsales más fieles de Macedonio. El primero elaoró *na amplia 9bra ompleta en la )*e se mezclan, como en la del maestro, a*n)*e con mayor orden y concierto aparentes, el ensayo y la narración, los prólogos y la poes-a. Alcanzó además *na celeridad rayana en el prod*cto ind*strial. El seg*ndo s*peró a Macedonio en el no p*licar6 reci'n a casi diez a2os de s* m*erte se re*nieron todos s*s relatos en *n delgado vol*men. #os tres sol-an re*nirse en la casa de los hermanos >aove, en Morón, para disc*tir sore metaf-sica, Killiam James, teor-as de la sal*d o de la m*erte, siendo esta 5ltima *na de las osesiones de Santiago >aove. 0on posterioridad orges, el más +oven los tres, redactar-a prólogos a+*stados y conmovidos sore s*s dos amigos. En la ora narrativa de orges la ciencia$ficción es *n elemento marginal. Se mezcla a otros más importantes, y c*ando *n c*ento es enc*adrale dentro del g'nero, es más fácil *icarlo +*nto a las f*entes del mismo )*e en el tono contemporáneo. =or otro lado s* estilo, s* 4niverso personal, la forma de encarar en palaras *n tema, se han v*elto tan t-picos e identificales, tan infl*yentes o coincidentes con otros a*tores, )*e res*lta más +*sto decir )*e gran parte de la ciencia$ficción contemporánea es orgeana )*e forzar el movimiento inverso. @lón, :'bar, 9rbis @ertius (1N descrie la insidiosa infiltración, por canales iliográficos, de *n 4niverso e%tra2o hacia el n*estro. La lotería de 2abilonia (1NN desarrolla con precisión afiana la comple+idad de *n sistema de premios y castigos. 4unes el memorioso (1NP es *no de los )*e más
se apro%ima a la ciencia$ficción. Al e%trapolar al má%imo *na f*nción cereral, la memoria, podr-a catalogarse +*nto con los inn*merales relatos norteamericanos )*e *tilizan el mismo m'todo y )*e s*elen identificar el elemento magnificado desde el t-t*lo, agregándole el s*stantivo man/ (en *na revista estado*nidense, 3*nes ser-a @he memor(-man. %l informe de 2rodie (1! retorna al tono de los via+es de SDift para descriir, en *na mezcla de monograf-a antropológica y relato de via+e, las e%tra2as cost*mres de *na tri*. :topía de un hombre 'ue est! cansado (1!@, por 5ltimo, es casi
*n recipiente para alg*nas repetidas osesiones de orges. En los ensayos s* relación con el g'nero ha sido más e%pl-cita. 'ase al respecto la nota )*e acompa2a el c*ento incl*ido en este vol*men. En la reve ora de Santiago >aove, La muerte ( su traje, (1B1, en camio, hay varias m*estras claras de lo )*e orges denomina en s* prólogo imaginación razonada/, agregando *na n*eva denominación a la larga lista de las )*e han intentado desplazar la inadec*ada y ya inamovile de ciencia$ficción/. El relato )*e más se destaca por s* calidad y s-ntesis es sin d*da 7er polvo, vastamente antologado, donde *n homre se transforma parsimoniosamente en vegetal. %l eperimento de Varins=( , en camio, depende demasiado de la imaginer-a de =oe, y res*lta poco convincente. 4inis rec*erda con intensidad al H)ctor 7ervadac de J*les erne, incl*so por las e%plicaciones pse*docient-ficas de los hechos (radiaciones infrarro+as, análisis espectroscópico, etc.. El tema es el camio de velocidad de la rotación terrestre y la consig*iente catástrofe general, )*e ad)*iere el tono tópico de las novelas o c*entos post$catástrofe/ )*e plagan el g'nero6 desorden social, p'rdida de las máscaras, rápida regresión histórica de toda la raza h*mana. El c*ento se *ica en esa especie de s*g'nero con comodidad, gracias a la intensidad de las descripciones. >os reves vi2etas ganan en efectividad e impacto lo )*e pierden en desarrollo6 %l recuerdo es *n te%to po'tico )*e sim*la ser escrito desp*'s no sólo del fin de la h*manidad, sino de toda la vida, lo )*e lo apro%ima a StapledonC os bocas es casi *n chiste, donde se mezclan la imagen s*rreal con la sátira.
$ - io! %asares A*n)*e haya p*licado alg*nos liros anteriores, Adolfo ioy 0asares prefiere comenzar s* iliograf-a Ty los cr-ticos lo han seg*ido en ese criterioT con La invención de
*na isla, amas oc*ltan hasta las 5ltimas páginas el secreto del aparente caos )*e hasta entonces las domina, amas ac*san *na marcada infl*encia de Kells y otros escritores ingleses, y amas rec*rren a *n s*til, comple+o +*ego de espe+os concept*ales )*e carcome a la narración misma, m*lti$ plicando los narradores, los p*ntos de vista y las posiilidades de )*e lo )*e se está leyendo sea falso, modificado por los intereses de c*al)*iera de los lectores anteriores al lector propiamente dicho )*e la tiene en s*s manos. Q*izá por ello se han convertido en centro de los est*dios y las tesis *niversitarias, )*e enc*entran en ellas el medio ideal para aplicar las lect*ras ling8-sticas y estr*ct*rales al *so. #o )*e les presta inter's para el simple lector es la hailidad de ioy 0asares para introd*cir *n n*evo elemento intrigante cada vez )*e la acción amenaza h*ndirse en min*cias triviales o en el desplieg*e de la er*dición y la iliograf-a. En La invención de
aterrorizantes de s* presente6 cortadas )*e no e%isten, calles con nomres distintos, ine%plicale diferencia en el comportamiento de los amigos del protagonista. %l calamar opta por su tinta (1"P repite *na historia h*mor-stica clásica en el g'nero6 la del visitante
e%traterrestre )*e en vez de caer en el l*gar indicado (Kashington, la 47ES0I, o #ondres aterriza en *n pe)*e2o p*elo y es destr*ido metic*losamente por la pe)*e2ez de s*s haitantes, a5n c*ando, como en este caso, se sepa s* origen y las posiilidades del enc*entro. El estilo acent5a lo cotidiano caracter-stico en la e%presión, acercándose a lo c*lterano en s* c*ltivo c*idadoso, )*e ha-a sido iniciado en %l sueño de los h)roes, *na *ena novela fantástica de 1@N, y terminar-a desvirt*ándose en los alamicados c*entos policiales escritos en colaoración con orges (7eis problemas para Isidro .arodi . En Los afanes (1B! se filtra el tono de los c*entos de amor de ioy 0asares, casi siempre oc*pados en *na s*til y liviana red de celos, rencores y malentendidos entre tres o más persona+es (rara vez hay *na relación entre sólo dos personas de se%o op*esto6 el amor es competencia deportiva, desconfianza, e)*-vocos. El elemento de ciencia$ficción, vital para la trama, es el )*e da peso al te%to, salvándolo del tono s*perficial y c*rsi )*e s*ele ar*mar a los demás relatos de ese g'nero. Se trata a)*- de ;eladio ;eller, *n n*evo representante de la fa*na del saio porte2o, )*e inventa astidores en los )*e se p*eden atrapar las almas de los perros o los homres, ganándose el odio e%agerado de Milena, amada por el narrador pero casada con el inventor, y encargada de e+ec*tar la venganza de lo cotidiano contra lo e%traordinario. %l gran 7erafín (1B! descrie el fin del m*ndo en *n aislado, melancólico alneario al )*e ha ido el
protagonista por prescripción m'dica. En este c*ento el fin es *n lento apagarse, más *n s*spiro )*e *n estallido, en *no de los te%tos más calmosamente desesperados de *na ora en la )*e la alegr-a se e%presa sólo en s*s aspectos más s*perficiales (la roma, la chacota, el chiste elegante como )*eriendo dar más realce a la tristeza. #a imaginer-a poderosa, pictórica (*na playa repleta de peces m*ertos, el lento desc*rimiento de la estat*a de *n Seraf-n enterrado rec*erdan a *n tiempo a allard y a Garc-a Már)*ez. En s*s dos 5ltimas novelas, iario de la guerra del cerdo (1B y ormir al 7ol (1!F se acent5a el predominio del leng*a+e y las actit*des cotidianas. El fragmento social elegido se ha desplazado de los amientes orilleros, o de los amigos frec*entadores de ares y sitios de esparcimiento a la zona de la clase media. Es *na prosa de vecinos de arrio, almaceneros, +*ilados, )*e se e%presa en diálogos de infle%iones laoriosamente colo)*iales y espontáneas. En la primera novela ay*dan a hacer más cre-le y com*nicativa la masacre n*nca e%perimentada en forma directa pero siempre cercana de los vie+os en *n *enos Aires no m*y le+ano en el tiempo. En la seg*nda, se v*elve tan espon+osa )*e alanda el arg*mento, la estr*ct*ra de la novela y desfleca las imágenes, las escenas, las psicolog-as, acercándose peligrosamente a la facilidad de los est$sellers. 0*ando llegan las 5ltimas páginas, 5nicas intensas del vol*men, el lector no p*ede de+ar de pensar en las in*tilidad de tanta e%tensión previa. #a misma falla corroe el tema en e la forma del
& - %ortázar
A*n)*e casi todos los relatos de J*lio 0ortázar se sit5en en amientes contemporáneos, y a*n)*e a*nden en intercamios espacio$temporales y psicológicos, pertenecen en s* casi totalidad a la literat*ra fantástica, más espec-ficamente a esa zona )*e introd*ce lo anormal en los medios más identificales para *n lector act*al, renovando magistralmente los vie+os temas y climas del g'nero (la casa invadida, el intercamio de personalidades, la reencarnación de vie+os mitos, leyendas y sacri$ ficios. Hncl*so c*ando 0ortázar desarrolla teor-as aplicales a la organización del 0osmos, 'stas se acercan más a las int*iciones m-sticas o a los sistemas de correspondencias imprevistas de los s*rrealistas )*e al rigor de la ciencia$ficción. >e tal modo, en *n macizo c*erpo narrativo de más de cinc*enta c*entos, hay pocos )*e p*edan incl*irse en el g'nero, o lo rozan sin entrar en 'l. La caricia m!s profunda p*ede e+emplificar lo prolemático de la clasificación. El progresivo h*ndimiento del protagonista en el piso está narrado con prof*sión de detalles cotidianos, veros-miles, y se llevan las consec*encias de ese primer post*lado hasta s*s 5ltimas consec*encias lógicas. =odr-a por lo tanto ser *n relato de ciencia$ficción e%tra2a/, com5n en a*tores como allard o >isch. =ero los persona+es )*e rodean al protagonista no advierten en asol*to s* tragedia, ni si)*iera en s* evidencia vis*al. ? esa fract*ra total y no e%plicada entre la percepción de 'l y la de los demás es sin l*gar a d*das t-pica de lo fantástico. on legítimo orgullo, en camio, no tiene fis*ras. #o ine%plicale son las actividades en s- de la
ci*dad donde transc*rre el c*ento6 +*ntar ho+as secas, rociarlas con e%tracto de serpiente para )*e sean recogidas tami'n por las salamancas. Sin emargo ese comportamiento social ilógico se v*elve cre-le y nat*ral mediante la descripción pormenorizada y o+etiva, casi de informe *rocrático (*na lección aprendida de Lafa, no en vano el relato f*e escrito Hn memoiiam L/ )*e no olvida ning*na de las consec*encias provocadas en la vida cotidiana. Se prod*ce as- *n movimiento inverso6 lo min*cioso de lo e%tra2o are la posiilidad de )*e lo cotidiano del lector, s*s actividades y oligaciones legales sean en el fondo tan faltas de sentido como las de los )*e están oligados a +*ntar o rociar con *n e%tracto de serpiente ho+as secas. ? ese desenca+amiento de lo aceptado y conveniente, esa relativización de lo social es *na de las caracter-sticas más definidas de la ciencia$ ficción. efalea, es *n cr*ce entre los detalles sore la cr-a de manc*spias y la *tilización de las posiilidades
s*rrealistas y po'ticas de *n art-c*lo m'dico sore s-ntomas de v'rtigo y cefalea. 7obremesa linda *na vez más con los dos g'neros. 4tiliza *n deslizamiento temporal para instalar el
encono y la incom*nicación entre dos amigos )*e tratan de entenderse en forma epistolar. La autopista del sur e%trapola con impecale precisión las consec*encias de *n emotellamiento de tránsito de d*ración indefinida. El tema ser-a repetido con variantes por allard en La isla de cemento y rash, y por Godard en Gee= %nd . :na flor amarilla, por 5ltimo, imagina *n tipo de inmortalidad triste, y )*izá por eso mismo veros-mil,
a*n)*e el estado del )*e lo e%pone Tla eriedadT y la v*elta de t*erca de los 5ltimos párrafos permiten s*poner )*e todo es sólo *na el*c*ración mental. En todos estos a*tores (Macedonio, orges y >aove, ioy 0asares, 0ortázar la ciencia$ficción entra sin estridencias dentro del tono total de s* ora, y por consig*iente forma parte de la me+or literat*ra argentina. ;aciendo m*y elásticos los l-mites de la selección, se podr-a incl*ir dentro de ese gr*po otros te%tos, como alg*nos trozos o c*entos de %l jorobadito (1FF, de i'uelme (1@B de Eze)*iel Mart-nez Estrada, comple+a narración )*e descrie *na casa en la )*e predominan la incom*nicación y el mis$ terio, y c*yos l-mites se e%panden hasta alcanzar dimensiones cósmicasC o fragmentos de 7obre h)roes ( tumbas (1"1 de Ernesto Sáato, sore todo en el Informe sobre ciegos/, )*e se acerca a #ovecraft en las descripciones de alg*nos paisa+es e%tra2os.
' - Más Allá - (tras re#istas
En 1@F aparece el primer n5mero de *na revista )*e ia a convertirse con el tiempo en *n mito de los aficionados, y )*e pone por primera vez en contacto periódico al lector argentino con la me+or ciencia$ficción norteamericana prod*cida en ese momento. Se trata de efor0ado de ;'ctor G. Iesterheld, *n magistral g*ionista sore )*ien volveremos en el apartado sore historieta. Ese relato provocó, por s* tema relacionado con lo erótico, *na tormenta de cartas pol'micas en la sección de correspondencia. >icha sección es lo más cercano )*e h*o en n*estro pa-s al sal*dale clima )*e caracteriza el fandom americano6 la cr-tica, la disc*sión, el h*mor, la creación de *n v-nc*lo dinámico y e%citante entre *n medio de dif*sión y s* masa de lectores, fenómeno )*e no volver-a a repetirse ni dentro ni f*era del g'nero. Entre las memorales pol'micas p*eden citarse %se no s) 'u) tan fuerte, provocado por el impacto de ofensa moral )*e ha-an tenido *nas il*straciones de Emsh sore la sensiilidad de *na lectora, y Hacia la verdad , )*e giraa alrededor de c*estiones religiosas. 4n corresponsal consec*ente, Ma*ricio Litaigorodzy, por s* parte, reci-a inn*merales romas sore la comple+idad tipográfica de s* apellido. En el terreno de la div*lgación del g'nero, ic, r*nner o onneg*t. J*nto con la colección Minota*ro, f*ndada tami'n en esos a2os (1@@ y )*e aportar-a te%tos de la corriente más literaria/ en c*idada selección y trad*cción, y los t-t*los de la colección &Nebulae/ (Espa2a, 1@@, evista de iencia-4icción ( 4antasía (1!B de la )*e se editaron tres, sig*ieron sin mayores variantes el tipo de selección y diagramación de @he
como medio de com*nicarse con ellos las re*niones informales del =ar)*e
) - (ester*eld ! la *istorieta En 1@! se comienza a p*licar %l eternauta, *na historieta con g*ión de ;'ctor G. Iesterheld y di*+os de Solano #ópez. =or s* e%tensión, por lo compacto del te%to, por la c*idadosa elaoración de los persona+es y los l*gares en )*e se desarrolla la acción, y por la forma en )*e se transmite el paso del tiempo, se trata de *na verdadera novela, hasta el p*nto de )*e el an*ncio hecho m*chos a2os más tarde, y n*nca concretado, de transformarla en te%to escrito no ofrec-a demasiadas perspectivas de camio con respecto al original historiet-stico, a5n c*ando los di*+os de Solano #ópez contri*-an en *ena medida, con s* e%presionismo recargado y somr-o, a la densidad del impacto sore el lector. #o )*e diferenciaa a esta historieta de m*chas anteriores 5oc=et de Iesterheld y 0ampani y de casi toda la historieta de ciencia$ ficción norteamericana, era el desplieg*e de *na invasión e%traterrestre en *n paisa+e n*nca *tilizado6 *enos Aires, s*s avenidas, s*s arrios, s*s canchas de f5tol, sore las )*e se mov-an, en *n intento desesperado de resistencia, persona+es h*manos faliles y d'iles, completamente ale+ados de los h'roes con pilas atómicas o s*perpoderes. El final incierto, aierto, contri*-a a potenciar el efecto de realidad de esos elementos, y dec-a *na vez más de la capacidad creativa de Iesterheld, sin l*gar a d*das *no de los g*ionistas más importantes de la historieta m*ndial. Esa capacidad se concretiza siempre en la impecale escritura de s*s g*iones, en el pa*sado desarrollo de la trama, *na virt*d poco frec*ente en el campo )*e nos oc*pa, y )*e hace pensar en *n escritor )*e ha elegido la historieta como herramienta para transmitir s*s c*entos y novelas. 0omo e+emplo comparativo p*ede leerse *na versión de %l eternauta realizada con posterioridad con di*+os de reccia, y en la )*e se ha red*cido drásticamente la cantidad de te%to escrito. #o )*e ha ganado el di*+o en p*ra e%posición plástica, no narrativa, lo ha perdido la ora como totalidad, como clima. En historietas posteriores, como 7herloc= @ime y olo el marciano adoptivo, en la )*e se mezclaa el h*mor confirman la importancia de la historieta de ciencia ficción argentina, asada por lo general en los sólidos g*iones de Iesterheld, importancia )*e no ha deca-do a pesar de la desgraciada seg*nda parte de %l eternauta, recientemente lanzada y )*e no c*enta con ning*no de los atractivos de la primera. En *n tono menos original (siempre es posile rastrear el c*ento, novela o trozo de pel-c*la en )*e se asan los arg*mentos y más inclinado a la prod*cción en serie o el *so indiscriminado de la violencia y el sadismo, p*eden citarse los traa+os de
1+ - La d,cada del sesenta #os a2os sesenta conocieron *na repentina aceleración del ritmo editorial, provocada por el boom de la novela latinoamericana, )*e dinamizó el espectro de lectores y reperc*tió sore la ciencia$ficción. #a p*licación de varios liros con antolog-as o selecciones individ*ales de a*tores argentinos en esos a2os p*ede provocar *na reacción inicial de ent*siasmo. =ero la lect*ra de los mismos la apaga. A*n)*e los c*entos est'n en ocasiones me+or escritos, desde *n p*nto de vista gramatical y estil-stico, )*e los te%tos de )*ienes iniciaron el g'nero (;olmerg, #*gones, Q*iroga falta *n matiz esencial6 la convicción, la creencia m-nima del a*tor en lo )*e está escriiendo, )*izá provocada en
a)*ellos pioneros por el hecho de )*e el inter's por lo cient-fico o lo e%tra2o s*peraa en casi todos el marco de lo literario. En general los te%tos del sesenta s*enan a refle+o, no sólo de los e+emplos mayores (la ciencia$ficción norteamericana sino de *n inter's p*ramente ent*siasta, y en alg*nos casos oport*nista . En general predomina *na ro*sta mediocridad. >e las tres o c*atro antolog-as p*licadas en esos a2os, la más representativa es Los argentinos en la Luna (1B", recopilada por Ed*ardo Goligorsy. 3ig*ran all- casi todos los nomres )*e alg*na vez hayan tenido )*e ver con el g'nero, sore todo en s* faz moderna6 0apana, anasco, Gorodischer, a+arl-a, Marie #anger, Iesterheld, ;olmerg, y alg*nos invitados, como ?anover, ?ates, M*+ica #áinez, #ag*nas. #os c*entos están acompa2ados por notas informativas y por *n prólogo en el )*e impera esa mezcla de *ena intención y temas tra-dos de los pelos )*e caracteriza a los te%tos ensay-sticos de Goligorsy. Itras dos selecciones, uentos argentinos de ciencia-ficción (1B! y iencia-ficción, nuevos cuentos argentinos (1BS mezclan te%tos de tan despare+o nivel )*e hacen sospechar lo )*e mencionaa 0apana en *n amargo y l5cido alance de 1!P6 &7i repasamos los índices de a'uellos delgados vol/menes, comprobamos 'ue todo su elenco se reduce a un puñado de nombres recurrentes8 m!s 'ue un grupo o una escuela, una red de amistades$3
Itra antolog-a, %cuación fant!stica (1BB entra en el campo de lo e%ótico6 n*eve psicoanalistas, llevados por s* inter's por el g'nero, escrien 1F relatos. A)*- tami'n el nivel literario es a+o, y sólo p*ede rescatarse alg5n chiste retozón de Emilio
V Wnico c*ento argentino p*licado en *na revista de ciencia$ficción norteamericana (
4antas( and 7cience 4iction.
Alerto anasco es profesor de f-sica y *no de los novelistas más versátiles y háiles dentro del n*trido con+*nto de *enos narradores argentinos. =ara )*ien no conozca esos antecedentes s*s c*entos p*eden impresionar corno soresalientes dentro de la masa gris de esos a2os. =ero si se los tiene en c*enta, el ent*siasmo dismin*ye. =or)*e s* formación cient-fica hace esperar más rigor en el desarrollo de las ideas, y s* magn-fico leng*a+e y s* dominio de las estr*ct*ras narrativas Tp*esto de manifiesto en 7in embargo uan vivía, .ara ellos la eternidad , Los muchos 'ue no viven, Nueva ;or= Nueva ;or= T hacen esperar virt*des más sólidas )*e la fl*idez y la agilidad. S*s relatos se red*cen por lo general a e%poner con velocidad y solvencia profesional la idea ásica, sin ahondar en s*s proyecciones ni elaorar *n m-nimo tempo narrativo. &eniendo en c*enta esos l-mites, se destacan por la limpieza de e+ec*ción 4ilidor ( ía$, *na teor-a fantástica sore los tri*nfos de *n +*gador de a+edrezC >obot .ierre, original e%plicación sore el origen de alg*nos persona+es históricosC Los eunucos, en donde el prolema del persona+e central s*pera el mero ingenio, y la prosa el tono profesional volviendo com*nicale *na osesión t-picamente porte2a, arltiana6 la ferocidad castradora de las m*+eres. @odo va mejor con oca ola, .aranoia, ibern)tica y otros t-t*los, en camio, repiten sin aportar mayor prof*ndidad * originalidad, lo )*e ya ha sido agotado por incontales a*tores profesionales de leng*a inglesa. #os relatos de anasco y Goligorsy se p*licaron en ediciones con+*ntas de Minota*ro6
11 - .ng,lica /orodisc*er >*rante esa d'cada de a*ndantes p*licaciones aparece 9pus dos (1B!, de Ang'lica Gorodischer, seg*ndo liro de s* ora y primero relacionado con la ciencia$ficción. A*n)*e no permita imaginar la amplit*d de s* ora posterior, ya impresionan en esta novela la econom-a de la prosa, el profesionalismo de la constr*cción y *n tono literario general )*e hacen pensar en *na lectora omn-vora. #o )*e la limita *n poco es )*e esa solidez ahoga en gran parte la originalidad de los planteos6 como si a5n se sintiera inseg*ra, la a*tora permanece en amientes cerrados, evita la descripción de los momentos en los )*e +*stamente se centrar-a c*al)*ier otro a*tor6 las descripciones generales, los momentos históricos, la acción. El liro anterior, y el posterior 5uentos con soldados, de 1B@, y Las pelucas, de 1B" inc*rsionan por territorios más cercanos al realismo o a la p*ra fantas-a, a*n)*e comiencen a dar indicios de *n 4niverso propio de asol*ta originalidad, transmitido por *n desfilar de imágenes arrocas, inmóviles, asfi%iantes, a s* vez ramificadas en n*merosas direcciones. Esas virt*des alcanzan *na primera c*lminación en 2ajo las jubeas en flor (1!F. All- el tipo de asociación ramificada )*e se an*nciaa en alg*nos c*entos anteriores se realiza plenamente, sore todo por la e%tensión de los relatos, )*e llegan a constit*irse en nouvelles. A*n)*e a5n rechinen alg*nos elementos, son arrastrados por la f*erza poderosa de las ideas del liro, )*e se enc*entra te+ido alrededor de alg*nos n5cleos, principalmente *no6 *n te%to donde estar-a contenido el 4ni$ verso, 9rdenamiento e Lo Bue %s ; anon e Las 1pariencias, liro infinito )*e interviene, sale y entra en la trama hasta )*e no saemos si estamos leyendo el anon o 2ajo las jubeas. El c*ento )*e lleva el mismo t-t*lo del vol*men, 9nomatope(a del ojo silencioso y, sore todo, Los embriones del violeta pertenecen con claridad a la ciencia$ficción y son al mismo tiempo lo más destacado del s*mario. Los embriones del violeta, )*e descrie l*+*riosamente los efectos provocados por *nos proales peda0os de ios con los )*e se p*ede lograr lo )*e cada *no desea, y por lo tanto la perdición en *na liertad sin l-mites )*e e)*ivale a la esclavit*d, es sin d*da *no de los relatos maestros de la ciencia$ficción escrita en n*estro pa-s. Ese acercamiento al g'nero se ha acent*ado en los 5ltimos tiempos. A alg*nos c*entos no recogidos en vol*men (%cce eus, %l a(er de las ratas se agregan 7eis días con
*n via+e temporal, y 1 la lu0 de la casta luna electrónica, amos incl*idos en *na recopilación de relatos ya p*licados e in'ditos6 asta luna electrónica (1!!. EH 5ltimo de los t-t*los citados integra *n liro in'dito6 @rafalgar , )*e t*vimos la s*erte de leer antes de redactar este prólogo. Está constit*ido hasta el momento por c*atro e%tensos relatos con *n persona+e com5n, &rafalgar Medrano, via+ante espacial )*e relata, en *n leng*a+e n-tidamente rosarino, s*s avent*ras en distintos planetas. 0ada c*ento s*ele comenzar con *n diálogo )*e es la modesta versión local de los diálogos introd*ctorios de las narraciones inglesas, a*n)*e a)*- el cl* e%cl*sivo o la re*nión alrededor del f*ego est'n reemplazados por *n ar c'ntrico o *na mesa de tr*co. #a intersección entre lo asol*tamente cotidiano (
12 - 0l ensa!o #a cr-tica del g'nero en n*estro pa-s es casi ine%istente. #os comentarios de diarios y revistas, a5n con el act*al predominio de ediciones, )*e permite conocer a m*chos de los a*tores más comple+os y e%perimentales, parecen seg*ir considerando a la ciencia$ficción como *n red*cto de cohetes y monstr*os o ideas originales/, y por lo com5n no tienen mayor e%tensión o sentido )*e los te%tos de contratapa de las ediciones mismas. 4no de los pocos cr-ticos )*e ha mantenido *n permanente nivel de e%igencia y ha paseado *na mirada seria y doc*mentada sore los relatos y novelas p*licados en castellano, es =alo 0apanna. #o ha hecho en reporta+es y art-c*los, en revistas tales como riterio o, más recientemente, en La revista de ciencia-ficción ( fantasía. En 1BB redactó %l sentido de la ciencia-ficción. En ese entonces el campo del ensayo sore el tema era casi virgen a nivel m*ndial. E%ist-an recopilaciones de cr-ticas, laoriosas historias o visiones s*+etivas como las de Lingsley Amis. >e all- el asomro )*e provoca el liro de 0apanna. =rofesor de filosof-a, el a*tor ha levantado *no de los primeros relevamientos o+etivos y ordenados del g'nero, en c*al)*ier idioma. ;a saido desechar con firmeza la tentación del completismo en *n campo )*e al mismo tiempo lo fomenta y lo hace imposile con s* vastedad, y ha *icado con certeza a la ciencia$ficción en s*s aspectos literarios, m-ticos, filosóficos, y religiosos. Hmpresionan además la ag*da conciencia del desarrollo de los g'neros literarios o los sistemas filosóficos y de la relación de lo creativo con lo social, )*e no se limita a lo sociológico y pol-tico, todo apoyado por *n mane+o preciso y n*nca pedante de la información. 0on posterioridad 0apanna p*licó La tecnar'uía (1!F, )*e se relaciona sólo marginalmente con la ciencia$ficción, ya )*e descrie las consec*encias de la e%plosión tecnológica en la sociedad h*mana. Se trata de s* traa+o más importante hasta el momento, destacándose con perfiles propios
en el h*'rfano campo del ensayo argentino. =or 5ltimo, ha penetrado en la ora de 0ordDainer Smith, *no de los a*tores f*ndamentales del g'nero, para analizarla en s*s m5ltiples niveles, en algo )*e se acerca astante al est*dio definitivo sore el tema. EH e+ercicio de la inteligencia no es el camino más directo hacia el '%ito. A*n)*e 0apanna es respetado por los aficionados, s* primer liro p*ede conseg*irse en s* edición original. La tecnar'uía, a pesar de s* peso en *n medio )*e escasea en ensayos orgánicos, no reciió mayores comentarios y el ensayo sore 0ordDainer Smith, terminado hace ya alg5n tiempo, hizo *na prolongada gira por las editoriales porte2as. 4na de ellas lo an*ncia ahora como de pró%ima aparición/. Esperemos )*e la promesa se c*mpla. En 1B Ed*ardo Goligorsy (a )*ien ya mencionamos en otro cap-t*lo de este prólogo y Marie #anger, *na psicóloga interesada en el g'nero, p*licaron iencia-ficción8 realidad ( psicoan!lisis. El enfo)*e está an*nciado por el t-t*lo. Goligorsy se dedica a encarar la parte del g'nero )*e critica o refle+a aspectos sociales de la realidad, y a la )*e considera como la ciencia$ficción ad*lta/, y Marie #anger trata de e%poner las relaciones entre psicoanálisis y ciencia$ficción. El res*ltado no es m*y feliz, en amos casos prima lo ad+etivo (la sociolog-a y el psicoanálisis sore el tema central (la ciencia$ficción. Se citan más informes y estad-sticas o te%tos psicológicos )*e oras de ciencia$ ficción. #a iliograf-a narrativa )*e amos mane+an no e%cede en m*cho los l-mites de la colección Minota*ro. #a sección de Goligorsy se eneficia de *n estilo más ágil, la de Marie #anger se pierde en citas de 3re*d, de s*s propios c*entos y de los de alg*nos otros a*tores argentinos. An-al M. inelli, redactor y cr-tico de *n mat*tino porte2o, donde comenta con agilidad las novedades editoriales, dio a conocer hace poco tiempo *na #uía para el lector de ciencia-ficción (1!!. A*n)*e haya varios errores o aches de información y de +*icio, el delgado vol*men c*mple con el modesto propósito del a*tor6 ofrecer *n panorama ordenado (y de primaria sencillez )*e de ning*na manera pretende competir con los diversos ensayos )*e desde *na perspectiva histórica, cr-tica y a5n filosófica, analizan la literat*ra de ciencia$ficción/. El destinatario ideal ser-a *n +oven lector )*e diera s*s primeros pasos dentro del g'nero. El estilo participa plenamente del tono period-stico y fan, hecho de espontaneidad y opiniones veloces. #a revedad del espacio constri2e e%traordinariamente la consideración de oras y a*tores, pero el orden cronológico y la incl*sión de los -ndices finales permiten contar con *na g*-a de cons*lta rápida para *icar nomres o fechas. El cr-tico y trad*ctor elga ernard Goorden, por 5ltimo, analiza en el ensayo Nuevo mundo, mundos nuevos (1!" la ciencia$ficción de los pa-ses latinoamericanos, haciendo especial 'nfasis en la prod*cción argentina, y dando *n vistazo general a la poca conocida narrativa de pa-ses como 0*a, 0hile o =er5. A pesar de s* revedad, el art-c*lo c*mple con creces s* papel informativo, y va acompa2ado de *na 5til iliograf-a. Es digno de destacarse )*e el a*tor ha realizado y p*licado n*merosas trad*cciones de oras latinoamericanas al franc's, permitiendo *na más amplia dif*sión de las mismas en E*ropa.
Ho! 0sta antologa Aarcada por *n marco más amplio (el predominio y la infiltración de la decoración t-pica del g'nero en todos los medios de masa la edición de ciencia$ficción en castellano conoce desde hace dos o tres a2os *n n*evo a*ge. A diferencia del )*e se prod*+o en la d'cada del B, no se ha trad*cido en *na a*ndancia de p*licaciones de a*tores locales, siendo más frec*ente la reedición de antig*os relatos, como los de anasco y Goligorsy. 0omo a)*el oom, tami'n 'ste carece de a*tonom-a. #as ventas dependen hasta cierto p*nto del conf*sionismo )*e mezcla en las mesas de e%posición las oras del g'nero con la pse*dociencia (&riáng*lo de las erm*das, las pirámides, la Atlántida, la parapsicolog-a y la iliograf-a sore ovnis, act*almente de moda. 0omo res*ltado positivo p*ede mencionarse la variedad de t-t*los, )*e por primera vez incl*yen a*tores y c*entos contemporáneos y prácticamente ignotos en n*estro idioma, a*n)*e siga predominando en las diversas colecciones *n desorden de criterio )*e hace imposile prever si s* pró%imo t-t*lo será *na novela de #afferty, *na colección de vie+os y poco valiosos c*entos de Asimov, o *n liso y llano odrio de la 'poca de la space opera.
En el art-c*lo de 1!P )*e ya hemos citado, 0apanna atri*-a la mediocridad de las antolog-as/ del sesenta (el entrecomillado le pertenece a la manera como f*eron hechas6 &no seleccionando entre lo (a publicado, sino encargando cuentos de circunstancia, adere0ados con uno o dos nombres prestigiosos 'ue atraigan al lector$3
Este vol*men sig*e el camino op*esto. 7ing*no de los relatos )*e lo integran f*e escrito especialmente para esta selección/. Jorge A. Sánchez espigó entre lo p*licado y lo in'dito, sorteó de la me+or manera posile los inconvenientes clásicos relacionados con los derechos de a*tor, y consig*ió armar *n panorama )*e *ne a clásicos como los c*entos de ioy 0asares, Macedonio, Gorodischer o orges con las voces in'ditas (oido, Alicia S*árez, Mo*+an Ita2o o el )*e esto escrie en *n desplieg*e dinámico de esos hilos )*e, como di+imos al principio, alg*na vez p*eden llegar a constit*irse en la ciencia$ficción argentina.
Edición digital de *ri+enny (odonianoXyahoo.com.ar