G. Brooke-Lienzo de Septiembre

Gun Brooke – Brooke – Lienzo Lienzo de Septiembre

Traducción: Martha Lo 2017

LIENZO DE SEPTIEMBRE (SEPTEMBER CANVAS) POR GUN BROOKE

TRADUCIDO POR: MARTHA LO 2017

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SIPNOSIS Físicamente agotada y en una encrucijada de su vida personal, la popular personalidad televisiva Faythe Hamilton alquila una cabaña junto al lago en Vermont para unas vacaciones muy necesarias. En su primer día en la ciudad, Faythe recibe advertencias no solicitadas de los lugareños para mantenerse alejada de su vecina, lo que sólo despierta su curiosidad. Deanna Moore, una exitosa dibuante, ha dedicado su vida a su trabajo y a su familia. Atormentada por las acusaciones derivadas de un evento que es impotente para explicar o defender, Deanna vive una vida solitaria. Cuando conoce a Faythe, se siente atraída a regañadientes por ella, pero teme que Faythe no pueda ver más allá de los rumores. Lienzo de Septiembre es una historia de dolor y traición, pero también de confianza y resistencia mientras dos mujeres luchan por mostrar fe y desafio para amar.

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PROLOGO ¡Debería estar encerrada! Deanna Moore se congeló, con la mano en el lomo de un libro. Obviamente no estaba sola en la pequeña librería. La mujer del otro lado del estante debió pensar lo mismo, porque no se molestó en bajar la voz. "Legalmente no ha cometido un crimen," dijo otra voz femenina. "No importa. Ella es inmoral y obviamente no duda en atrapar a jóvenes inocentes. Si hubiera sabido cómo traicionaría nuestra confianza — " "Pero no lo hiciste, Gloria. Ninguno de nosotros lo hizo." Deanna apretó los ojos y respiró hondo. Sabía quién era Gloria. "Y dos años después, la pobre Savannah sigue pagando el precio." Gloria sonaba fría. "La reputación de mi ángel está siempre ligada a esa mujer. No puedo imaginar cómo esto la afectará. A largo plazo, quiero decir." "Allí ahora, Gloria," la otra mujer dijo. "Savannah es fuerte. Entrará en razón e irá a una buena universidad antes de que te des cuenta. cuenta. Mientras tanto, sólo tienes que asegurarte de que pase tiempo con la multitud adecuada. Incluso podría volver a estar con Ned." "Oh, no empieces con el pobre Ned. Él estaba totalmente humillado, y tuve que enfrentar a su madre y tratar de explicar cómo este monstruo cavó sus garras en mi bebé. Nunca sabrás cuán terrible me sentí. Son uno de los Fraziers de Boston." "Puedo imaginarlo. Pero no tienes nada de qué preocuparte. Te aseguró que esa mujer nunca enseñará en esta o cualquier otra escuela de Vermont otra vez. Todo el mundo te considera un héroe por defender a tu hija así." "Traté de hacer lo correcto, pero todos hablaban de mi dulce ángel." Deanna hizo una mueca ante el tono de superioridad moral de Gloria. Si sólo pudiera salir de la tienda sin enfrentarse a las mujeres ... pero no podía mostrar tanta debilidad frente a Gloria Mueller, la autoproclamada primera dama de Grantville. Deanna sacó un libro de la estantería y caminó hacia el mostrador donde el dueño de la tienda estaba mirando nerviosamente a Gloria y a su amiga. a miga. "Me llevaré este, por favor." Deanna se alegró de que su voz se mantuviera. 4



“Oh. Bien. Eso es ... eso será 18.80, por favor.“ El dueño de la tienda se aclaró la garganta y colocó el libro en una bolsa. Deanna pagó, y cuando se giró para marcharse Gloria y su amiga, la esposa del nuevo alcalde, se encontraban a sólo unos pasos de distancia. “Disculpe,” Deanna murmuró y se acercó a ellas. Los ojos de Gloria eran rendijas de repugnancia. “Tienes mucha cara.” “No tengo idea de lo que estás hablando.” Deanna se aseguró de que sonara completamente indiferente. "Recuerda, sin embargo, que tu voz se oye a lo lejos. La discusión de temas personales en un lugar público es una demanda a la espera de suceder. La difamación puede ser costosa." Gloria jadeó y agarró su bolso. "¡Calumnia! Si fuera por mi, estarías fuera de la ciudad, tú — " Deanna se acercó, su ira aumentando como la bilis. "Cuidado, Gloria." La mujer que estaba junto a Gloria tiró de su amiga a un lado y Deanna las pasó, manteniendo los ojos fijos hacia adelante. "¿La has oído? ¿Has oído cómo me amenazó? " La voz de Gloria siguió a Deanna fuera de la tienda. Ella se apresuró hacia su coche y se desplomó en el asiento delantero, sus rodillas doblándose. Había tomado todas sus fuerzas para no mostrar ningún signo de debilidad. En el espejo retrovisor sus oscuros ojos azules parecían tormentosos. No era de extrañar que las dos mujeres parecieran casi temerle. ¿Cuánto tiempo durará esto? ¿Y cuánto tiempo puedo soportarlo?

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Capítulo Uno “Tengo que que dejarte ahora, mamá. Tengo que concentrarme en el tráfico y asegurarme de no perder el letrero a Grantville.” Faythe Hamilton escuchó las preocupaciones de su madre por lo que ella llamaba el ‘momento de locura de Faythe’ medio minuto más antes de que interrumpiera de nuevo. "Te escucho, mamá, y lo pensaré. Ahora mismo necesito unas vacaciones y he decidido tomar este descanso." "Honestamente, niña — niña — " " "No soy una niña. Dile a Bruno que le mando saludos." "¿Bruno? Oh, por favor, querida. Bruno se fue para Europa hace semanas. Estoy viendo a Chester otra vez. " Faythe trató de no gemir. "Muy bien. Trataré de recordar a Chester. Ciao, mamá. Finalizando la llamada." Faythe suspiró. Chester. Bruno. ¿Quién podía hacer un seguimiento de los amantes de su madre? Dos días después de que Faythe se graduara de la universidad, su madre se había divorciado del padre de Faythe, y desde entonces había albergado a un joven amante tras otro. Su padre siguió el ejemplo de su exesposa y cambiaba a una novia por otra al menos una vez al año. Como sus autos. Faythe frunció el ceño y aceleró pasando a un viejo Volvo sucio. A Faythe le encantaba conducir, y vivir en Manhattan no permitía mucho de eso. Ella era la hija de su padre en eso porque adoraba su coche, un Chrysler Crossfire de color gris plateado, pero a diferencia de su padre, no cambiaba por un modelo más nuevo cada año. Era feliz con el que tenía, el cual distaba mucho de desgastarse. Faythe agarró el volante y cambió de carril. Una señal más lejos en la carretera decía Grantville, 5 millas, y tomó en el hermoso paisaje mientras se acercaba a la salida de la carretera local. Ardientes árboles de arce, desde el amarillo más brillante hasta el rojo más oscuro, bordeaban el camino. Ondulantes campos de verde, y pintorescos pueblos con casas que datan de la Guerra Civil y antes, creaban un ambiente único. No había estado en Vermont desde que era una adolescente, pero había deseado volver desde entonces. El verano en la cabaña junto al lago de su tía Nellie fue uno de los más felices de la vida de Faythe. Hoy en día, Nellie no pasaba casi ningún tiempo en Vermont. En cambio, ella vivía en Florida todo el año y le prestaba su cabaña de Vermont a Faythe durante el tiempo que la necesitara. Por lo general, cuando Faythe se tomaba unos días libres, visitaba a Nellie en Fort Lauderdale durante un fin de semana, pero esta vez, este largo descanso cuando tanto estaba en juego, Faythe necesitaba pasar algún tiempo a solas.

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Su teléfono celular volvió a sonar, haciéndola saltar. Miró la pantalla. Mamá. “Ignorar.” Faythe sabía que debía sentirse culpable por ignorar las llamadas de sus padres, pero les había explicado por qué necesitaba esta vez estar sola para resolver las cosas. Si no podían entender y respetar su decisión, ella no podía hacer mucho al respecto. Se acercó a una nueva señal. Grantville. Est.1812. Población 8245. Este número fácilmente se duplicaba en el verano. El lago era un lugar popular para los deportes acuáticos y la pesca. Los ricos neoyorquinos como la tía Nellie mantenían casas aquí y empleaban a uno de los lugareños para cuidarlas en el invierno. Faythe tenía la intención de quedarse al menos hasta la Navidad, lo l o que le daría tiempo de sobra para averiguar su s u futuro y hacer planes. Podría simplemente escribir algo. Viendo las tiendas familiares a lo largo de Main Street, fue transportada diez años en el pasado. Después de graduarse de la escuela secundaria, se había quedado en casa de la tía Nellie durante tres meses antes de ir a la universidad. Tantas cosas sucedieron durante ese mágico verano, y Faythe le dio a su tía todo el crédito. Mientras que los padres de Faythe eran calculadores y materialistas, Nellie era realista y cuidadosa. Faythe a menudo deseaba que Nellie la hubiera criado. En lugar de eso tuvo que enfrentarse al hecho de que había sido marinada en la frivolidad de sus padres desde el día en que nació. El mantra de su madre Cornelia era ‘posesiones y posición’. Faythe tomó a la derecha y se dirigió a lo largo del lago, viendo nuevas casas donde vacíos campos y árboles solían estar. Cuando alcanzó el estrecho camino de grava que conducía a la propiedad de su tía, desaceleró. La cabaña parecía inalterada. Faythe salió del coche y se quedó quieta por un momento, asimilandolo todo. Pero esta no era una cabaña. La casa de un piso cuenta con seis dormitorios, cuatro baños y medio, una sala de estar, una sala de entretenimiento, una cocina de planta abierta y una biblioteca. Lentamente, Lentamente, Faythe rodeó la casa y se dirigió al agua. El lago era como un espejo, y el viento parecía contener su aliento mientras Faythe se apoyaba contra un árbol, absorbiendo la calma. Los últimos rayos del sol poniente hicieron que el agua pareciera transparente y vertiera oro en su superficie antes de que cayera detrás de las copas de los árboles. La mayor parte del tiempo disfrutaba de todo lo que la Gran Manzana tenía para ofrecer, y amaba a su vecindario y a sus muchos amigos, pero esta serenidad, el aire fresco ... no podía encontrar esto en Nueva York. Mirando a su izquierda, Faythe notó una luz en la cabaña vecina. La casa de tejas oscuras se parecía a la de Nellie, pero era mucho más pequeña, tal vez dos o tres dormitorios. dor mitorios. Una familia joven la alquiló cuando Faythe vino de visita hace diez años. ¿Estaban todavía? Estaba a punto de regresar a la casa cuando la puerta del porche de su vecino se abrió. Curiosa, Faythe permaneció medio escondida detrás del árbol. Una figura alta caminó hacia el porche y se paró junto a la barandilla, mirando sobre el agua. Era una 7



mujer, pero su cabello negro hasta los hombros le ocultaban la cara. Ella sostuvo la barandilla con ambas manos y permaneció inmóvil durante más de un minuto. Faythe se se estremeció en el aire nocturno, cada vez más frío. No quería que la otra mujer la atrapara espiando, así que trató de ignorar la piel de gallina en sus brazos. La mujer de repente golpeó ambos puños en la barandilla y gritó. Faythe se presionó más cerca contra el árbol, intrigada. La mujer se frotó el rostro con ambas manos, luego se abrazó con fuerza. El gesto, que Faythe interpretó como soledad, provocó un recuerdo inoportuno de hacer lo mismo muchas veces durante su adolescencia. La puerta cerrada de golpe hizo que Faythe Fa ythe alzara la vista para encontrar que la otra mujer había desaparecido. Finalmente Faythe subió por el sendero hacia su coche, con cuidado de no tropezar en la pobre luz. Llevaba sus dos bolsas de deporte que se doblaban como equipaje en el piso. Nellie se había encargado de enviar un juego de llaves al apartamento de Faythe a principios de la semana, y ahora abrió la puerta, esperando que la casa oliera a humedad. En cambio olía fresco y pulido, lo cual era exactamente como estaba, ella descubrió mientras encendía la luz. Cada superficie estaba limpia y también lo estaban las cortinas, las toallas de cocina en el estante, y todo lo demás. El servicio que la tía Nellie empleaba había hecho un buen trabajo. Las piezas rústicas de la cabaña de Nellie eran duraderas y atractivas. Mientras Faythe caminaba de habitación en habitación, cada recuerdo que surgía la tranquilizaba. La tensa herida en su interior lentamente se desenrrolló, y bostezó mientras volvía al coche por su maletín. Había traído solamente su teléfono celular y su computadora portátil, y había eliminado todos los documentos de trabajo de ambos antes de que empacara. Faythe no tenía hambre, pero aún miraba en el vacío refrigerador. Tendría que ir a Grantville y abastecerse por la mañana. En este momento el café descafeinado instantáneo que su tía guardaba en la despensa lo haría. Faythe se hizo una gran taza de humeante café y encontró un poco de crema en polvo para suavizarlo. Habían pasado seis meses de su fecha de caducidad, pero siempre y cuando no se viera raro cuando lo agitara en el café, estaría bien. Faythe decidió usar el dormitorio principal, donde normalmente dormía su tía. Tenía la cama más grande y suave de la casa, lo cual era demasiado tentador. Nellie guardaba la ropa de cama en el pasillo, y el aroma familiar de lavanda llenó las fosas nasales de Faythe mientras sacaba las sábanas, fundas de almohada y mantas. Después de hacer la cama, se acurrucó debajo de las sábanas, agarrando la taza de café, y simplemente yació allí en la oscuridad, observando las luces distantes al otro lado del lago. Faythe volvió a pensar en la mujer de al lado, en cómo había clavado los puños en la barandilla y gritado. ¿Había sido furia en su voz o desesperación? Tal vez ambos, Faythe reflexionó, y sorbió su café. Ella había hecho su parte justa de golpear con el puño en los escritorios últimamente, y solamente cuando eso no alivió más el estrés se dio cuenta que tenía que hacer algo radical. Suzy, su agente, no estaba emocionada. De hecho, había ducho, "Dios 8



Todopoderoso, ¿estás completamente loca?" alzando la voz con cada palabra. "Tu contrato está para la renovación, y estás en una posición para pedir un aumento substancial. ¿Y lo dejas?" "No lo estoy deando. Estoy tomando un descanso." "Es lo mismo en este negocio," Suzy dijo, luego se tomó lo último de su whisky. El camarero se presentó para tomar sus órdenes, pero retrocedió cuando Suzy lo fulminó con la mirada y sacudió la cabeza. "No me importa." Faythe habló lentamente, sabiendo que Suzy era como una niña petulante cuando lanzaba una rabieta como ésta. "Tengo 29 años, y he trabajado más o menos sin parar desde que tenía veintidós. Siete años y cero vacaciones." "Siete exitosos años debido a eso." "Y mi vida se me está pasando. No te quejes, Suzy. No soy desagradecida. Has sido fantástica, pero también has ganado mucho dinero como mi agente. Si tuviera que firmar por otra temporada para la cadena, estoy segura de que harías una cantidad aún más grande, pero ... no puedo dejar que tu comisión determine mi decisión. Necesito un descanso. Necesito averiguar lo que quiero hacer a continuación." "A continuación?" Suzy miró a Faythe como si la posesión de su premio se derritiera. "Siempre quisiste trabajar en los medios de comunicación." "Siempre quise ser una buena reportera. Y algún día, un gran periodista. Y no soy nada más que una co-presentadora glorificada de un programa matutino que presenta de todo, desde terremotos hasta frijoles blancos bailando." "Eres tan popular. Un nombre muy conocido." Suzy hizo un gesto de impaciencia con un movimiento de la muñeca. "El dinero tampoco está mal." "Tiene que haber más que un trabajo como ese." Frustrada con su agente, pero no sorprendida, Faythe sabía que sin importar cómo tratara de explicar, sus palabras no se entenderían. Al igual que la madre de Faythe, Suzy era mucho sobre las apariencias, Y en la superficie la vida de Faythe era perfecta. "No me importan las horas, pero los días se precipitan junto a mí. Tengo amigos y vivo en una gran zona, pero no hay tiempo para disfrutar de ello, nadie para volver a casa. Me sacrifico mucho por un trabajo que no vale la pena." Suzy siguió tratando de convencer a Faythe para que lo reconsiderara, pero no cedió. Al día siguiente llamó a Nellie y dispuso quedarse en el lago. Faythe se acomodó sobre las almohadas, su mente regresó a la mujer de al lado. Se preguntó qué la había molestado o 9



frustrado lo suficiente como para golpear la barandilla. Después de su arrebato se quedó allí en la tenue luz como una estatua de obsidiana, cabello negro, lo único que se movía en la brisa. Faythe se acercó al cuarto de baño y se cepilló los dientes. Apenas podía recordar cuándo había pensado tanto en otra mujer. Se secó la boca e hizo una mueca torcida en su reflejo. No iba a contar cuántos meses habían pasado desde que había estado en una cita, o incluso tener el tiempo y energía para pensar en ello. Al menos podía admitir que fue f ue hace mucho tiempo y que era hora de un cambio. 

Deanna movió el lápiz en largas pinceladas sobre el periódico, molesta de que su imagen mental se negara a trasladarse a la hoja de la mesa delante de ella. Intentó envolver su mente alrededor de la idea floja, sabiendo que no podría sacarla de su cabeza hasta que la pusiera en el papel. Había logrado logrado esbozar una figura femenina, femenina, pero la mujer en su dibujo estaba sin rostro. Cuando entrecerró los ojos, Deanna casi pudo ver a la persona que estaba tratando de describir. No era difícil imaginar lo que la distraía. Su cena colocada sin comer en la encimera de la cocina, y aunque trató de ignorar las voces de las mujeres en la librería temprano ese día, perforaron sus pensamientos. Deanna era muy consciente de la posición de liderazgo de Gloria Mueller en Grantville. Vivía con su esposo y su hija en una mansión colonial y presidía varias organizaciones benéficas con poder absoluto. La hija de Gloria, Savannah, había regido Grantville High School de la misma manera. Había mantenido la corte con sus compañeros en los pasillos o en la cafetería, y era la abeja reina indiscutible entre las chicas. Deanna se sacudió ante el sonido agudo y miró el lápiz roto que había perforado la hoja de papel frente a ella. El resto destrozado había apuñalado a la mujer incompleta en el corazón.

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Capítulo Dos Faythe respiró profundamente, luego varias más mientras estiraba los músculos de su pantorrilla para calentarse para su carrera. Jaló de su corta coleta apretada y se fue f ue por el sendero que conducía hacia el agua. Mantuvo un ritmo constante, prestando atención a las raíces y rocas que podrían enviarla volando si tropezaba con ellas. Sonrió ampliamente, repentinamente sintiéndose libre. Qué diferencia era correr en verdaderos senderos forestales, en lugar de en una rueda de ardilla en el gimnasio. Allí la gente siempre parecía inspeccionarla y juzgarla, lo cual era ciertamente uno de los inconvenientes de ser un nombre conocido. Y los paparazzi a veces parecían vivir en su puerta, especialmente después de su entrevista con la glamurosa estrella de Hollywood Isabella Talbert. Nadie, especialmente Faythe, había anticipado a nticipado que la pequeña bruja revelaría detalles tan sórdidos en un programa pro grama matutino de las 8 a.m. Lo que comenzó como una entrevista común, diseñada para promocionar la película de estreno de Isabella, se había convertido en algo completamente diferente cuando se vino abajo, sollozando y arrojándose a los brazos de Faythe. Isabella confesó un romance con el director, que estaba casado con una muy rica y poderosa hija de un magnate de Hollywood. No estaba muy claro si Isabella estaba llorando porque él rompió con ella, o porque temía que la esposa pudiera matar la carrera en ciernes de Isabella. El director era por lo menos treinta años más viejo que Isabella, lo cual los tabloides encontraron emocionante, e Isabella rápidamente desarrolló un enamoramiento en una Faythe reacia, lo que la puso en el centro de atención también. Faythe mantuvo su distancia. Ella no estaba interesada en tener una aventura ante los teleobjetivos de los paparazzi. Faythe trotó por una sección rota de viejas cercas de madera y tragó el fresco aire de Septiembre. Debería haberlo hecho hace mucho tiempo. Manhattan no sólo era caro, sino que nunca era tranquilo y no tenía aire fresco. Uno de sus colegas intentó que Faythe se mudara a los suburbios, pero lo único peor que el ruido y el aire de la ciudad era estar atrapada en el tráfico varias horas al día. Ella ya trabajaba todo el día. De ninguna manera iba a pasar las horas restantes entre conductores dando bocinazos y maldiciendo. Faythe volvió al desastre de Isabella. Aunque pudiera reírse de eso ahora, más de un año después, en el momento había estado lista para dispararle a la chica. Pero una vez que los paparazzi encontraron su sospecha, todas las relaciones potenciales estaban de repente en el ojo público. Isabella no era su tipo. "No he estado con nadie en tanto tiempo ahora, puede que no tenga ya un tipo. Probablemente no reconocería mi tipo incluso si me topara con ella. "¿Disculpe?"

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Faythe se detuvo tan rápidamente ante el sonido de la agradable voz de contralto que casi se cayó. Agitó los brazos para recuperar el equilibrio y miró a una mujer alta de pelo negro apoyada contra un árbol junto al agua. Le tomó unos momentos reconocer a su vecina, la mujer que había visto la noche anterior. a nterior. "Oh. Hola." Faythe miró a su alrededor. "No estoy invadiendo, ¿verdad?" "Técnicamente, sí." "Lo siento mucho." Faythe estaba confundida. "Solía correr aquí hace años cuando visité a mi tía. Nunca fue un problema." pr oblema." "No dije que lo fuera. Preguntaste si estabas invadiendo." "Ya veo. ¿Así que está bien?" Faythe siguió trotando en su lugar, con cuidado de no enfriarse. "Sí." "Gracias. Soy Faythe." Extendió una mano. La mujer miró hacia ello, luego levantó la mirada para encontrarse con la de Faythe. Sus ojos eran de un azul oscuro con bordes negros, y sus largas y negras pestañas proyectaban sombras sobre sus pálidas mejillas. Faythe nunca había visto a nadie tan pálido con ese cabello negro azulado. "Deanna." La mujer estrecho la mano de Faythe Fa ythe y rápidamente la soltó. "Gusto en conocerte, Deanna. Supongo que seremos vecinas este otoño." Una inesperada mariposa se instaló justo debajo de las costillas de Faythe en el breve toque. Sorprendida, sonrió ampliamente para ocultar su reacción. "Así parece." Deanna se apartó del árbol. Parecía completamente indiferente. Evidentemente no era la vecina a la que te acercabas para tomar un café o pedir prestada una taza de azúcar. "Ten cuidado al correr por la casa Mahoney. Están haciendo trabajos de construcción en su muelle." Faythe había estado lista para describir a Deanna como ser irritantemente distante cuando sus pensativas palabras cambiaron su opinión. "Gracias. ¿Cuál es la casa de Mahoney? "Cuarta casa abajo. No te puedes perder. Tienen dos flamencos de plástico iluminados en su jardín."

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"Todavía?" Faythe se echó a reír, recordando. "Nunca supe su nombre, pero los tuve cuando era niña." Sacudió la cabeza y se echó a reír de nuevo. Diana parecía como si quisiera decir algo más, pero en lugar de eso simplemente asintió. "Adiós." Ella caminó por el sendero hacia su cabaña. La abrupta partida intrigó a Faythe. Era buena en leer a la gente; Era parte de su trabajo como entrevistadora. Deanna había comenzado sin duda a relajarse e inmediatamente se arrepintió. No había permitido que el toque de diversión se convirtiera en una sonrisa. En lugar de eso, Deanna, alta, morena y misteriosa, había hecho caer una máscara de cortesía y había hecho buen uso de esas largas piernas vestidas de mezclilla. El suéter gris de Deanna insinuaba un cuerpo muy delgado, que Faythe encontró completamente sexy. Miró por su propio cuerpo, sabiendo que estaba lejos de ser voluptuosa. Me pregunto si s i ella aprecia una copaB? Faythe resopló y reanudó su trote. Por lo que sabía, Deanna era tan hetero como vinieron y no podía importarle menos los pechos de Faythe. Faythe completó su carrera en cuarenta y cinco minutos, asegurándose de que no se cayera sobre los trabajadores de la construcción en el muelle de los Mahoneys. Los tres hombres silbaron con aprecio y ella los saludó con un gesto. No creía que reconocieran a la sudorosa corredora como Faythe Hamilton, la llamada personalidad glamorosa de la TV, lo cual era refrescante. Miró a través de los árboles hacia la cabaña de Deanna cuando pasó, pero no captó ninguna señal de ella, y luego corrió lo último del camino una vez que llegó a la propiedad de Nellie. 

Cuando Faythe corrió pasando la cabaña de Deanna por segunda vez, se dijo a sí misma que quería asegurarse de que su nueva vecina estuviera bien después de que pasara a los trabajadores de la construcción. Faythe pareció mirar hacia ella, pero no estaba segura. Se imaginó fácilmente a Faythe echando la cabeza hacia atrás y riéndose de pensar en los estúpidos flamencos. Su risa, musical y ligeramente ronca, había arrastrado las comisuras de la boca de Deanna. No podía recordar cuando había sonreído por última vez, o se había reído tan libremente. Faythe era una mujer increíblemente hermosa, pero la forma en que sus ojos brillaban permaneció más con Deanna que su belleza física. El mero hecho de que permaneciera le preocupaba. Tenía que ignorar esta respuesta y concentrarse en lo que importaba, como lo hacía normalmente. La gente del pueblo pronto le diría a Faythe qué clase de persona era Deanna. El celular de Deanna sonó, s onó, y ella saltó y miró la pantalla. Las palabras ‘Escuela de Miranda’ la hicieron fruncir el ceño y respondió rápidamente. "Deanna Moore hablando." "Deanna, soy Irene Costa." "¡Irene! ¿Pasa algo malo?" 13



"No, no. Miranda está bien. Sólo quería decirte que no puedes visitarla esta noche." Deanna sabía lo que diría Irene. "Mi madre está de visita cuando no se supone que estuviera." Con los ojos cerrados, Deanna trató de suprimir la ira que se elevaba dentro de ella. "Es Sábado." "Y ella normalmente viene los Domingos. Llamó a la sala y nos dijo que estaría aquí hoy." "Hará un lío con la cabeza de Miranda. Ella no lo hace muy bien con los cambios de última hora. Madre lo sabe." "Sólo tenemos que trabajar sobre ello. ¿Debería decirle a Miranda que la verás mañana en cambio?" "No, no hagas eso. Miranda sabe que voy los Lunes, Jueves y Sábados. Si cambio los días tan pronto después de nuestra madre, estará toda jodida." Durante los dos últimos años, Miranda se había vuelto completamente dependiente de haber establecido rutinas en ciertos días de la semana. "Dile que la veré el Lunes, ya que mamá viene hoy. Quizás lo crea." "Buena idea. Ella sólo podría. Miranda lo está haciendo muy bien. Sería una vergüenza para ella tener un retroceso a causa de esto." La voz de Irene se suavizó. "¿Por qué no aprovechas tu Sábado libre por la tarde?" Deanna replicó, pero Irene tenía buena intención. La mujer de mediana edad se había ocupado de Miranda desde que su madre la inscribió en la Fundación y Escuela Tremayne hace nueve años, cuando ella tenía siete años. Irene estaba a cargo de los seis estudiantes en la sección de la pensión donde Miranda vivía y había sido muy buena con ella. "¿Ha hablado mucho hoy?" Deanna apartó el tema de su inexistente vida privada. "En realidad, lo ha hecho. A ella realmente le encantó tu día de campo en el jardín el otro día. Ha hablado mucho y parece querer hacerlo de nuevo. " Deanna había empacado una cesta de día de campo e invitó a Miranda a salir. Miranda solía estar nerviosa por estar al aire libre y se desarrollaba en un entorno libre sin perturbación, pero Irene se había asegurado de que tenían el jardín para p ara sí mismas durante una hora. Por supuesto, Miranda había actuado como si estuviera viendo el jardín por primera vez, aunque, como siempre, se mecía y murmuraba los mismos sonidos ininteligibles. Se calmó sólo cuando Deanna sirvió jugo de naranja para ellas y desempacó los bollos de canela y otras golosinas, ya que siempre parecían llegar hasta ella. Pronto estaba de espaldas señalando las nubes, delineando sus formas con sus dedos.

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Deanna miró hacia su escritorio. Colgados en la pared había cuatro dibujos a lápiz de su hermana que había hecho durante esa preciosa hora. En tres de ellos, Miranda contemplaba seriamente las nubes, los filamentos del césped bajo sus dedos y, a lo lejos, algunos patos que inicialmente la habían asustado con sus graznidos. En el cuarto, Deanna capturó la rara y enigmática sonrisa de Miranda — una pequeña elevación en las comisuras de su boca, que estaba ligeramente fruncida. Deanna había derramado un poco de jugo de naranja en su camisa blanca, y su maldición había hecho que los ojos de Miranda se ensancharan. Entonces apareció una sonrisa lenta, apenas visible. Salía a la superficie rara vez, y Deanna había agarrado su lápiz de nuevo, ansiosa por capturarla. Aunque la mayoría de la gente sacaba una cámara, Deanna estaba feliz de que fuera una dibujante, dado el miedo de Miranda a los dispositivos mecánicos. Las únicas fotos de Miranda que la mostraban sonriente eran las que sus padres habían tomado cuando Miranda era un bebé. "¿Deanna?" Irene se aclaró la garganta, apartando a Deanna de su ensueño. "Si, por supuesto. Dile a Miranda que lo haremos de nuevo el próximo Sábado." "Muy bien. Trabajo en el último turno el Lunes, así que nos veremos entonces." "Bien, Irene. Adiós." Deanna se guardó el teléfono celular y se acercó a su escritorio, donde estudió el dibujo a medio terminar en el que estaba trabajando. Algo estaba bloqueando su inspiración. Había sido tan fácil dibujar a Miranda; el lápiz se había movido prácticamente por su cuenta durante su día de campo. Ahora se sentó en su silla y agarró uno nuevo, recién afilado. Tenía que capturar esa inspiración evasiva. Su fecha límite para este primer bosquejo era en tres días. 

"¿Puedo traerte algo más?" La mujer encargada de la caja registradora le preguntó educadamente. Su etiqueta de identificación decía Kitty, y había adornado la ‘i’ con un pequeño corazón en vez de un punto. "No, eso es todo." Faythe abrió su cartera y le entregó su tarjeta Visa. "Aqui tienes." "Gracias." Kitty-con-un-corazón cargó los setenta y ocho dólares a la tarjeta del Faythe y golpeteó con sus largas uñas en la cinta transportadora mientras esperaba a que la transacción pasara. "Turista?," preguntó.

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"¿Qué? No, en realidad no. Me voy a quedar por un tiempo." Faythe comenzó a embolsar sus provisiones. "¿Oh, en serio? ¿Dónde te estás quedando? ¿La posada?" "En la cabaña de un pariente. En el lago, justo al lado de la carretera de Gordon Macy." Kitty-con-un-corazón frunció el ceño. "En la casa de Nellie Hamilton?" "Sí." Kitty lo había adivinado con demasiada facilidad. "Pero ..." Ella entrecerró los ojos, y luego se puso un par de lentes. "Eres Faythe Hamilton!" Por el amor de ... Faythe asintió, luchando contra un comentario mordaz. "Sí." "Y estás aquí para quedarte un tiempo? Oh, esto es fantástico. Me encanta tu programa. Lo grabo todos los días." días." "Eso es genial." Parecía apropiado mostrar un poco de entusiasmo, pero Faythe quería recoger sus provisiones y correr. "Realmente " Realmente debo — debo — " "Oh, tienes que tener cuidado ahí fuera." Kitty-con-un-corazón parecía preocupada ahora. "¿Eso por qué?" Faythe había esperado las peticiones de autógrafos para los miembros de la familia o los amigos, no una advertencia. "Estás viviendo justo al lado de esa mujer." Kitty-con-un corazón se inclinó hacia delante, bajando la voz. "Tienes "Tienes que tener mucho cuidado con con ella." "¿Quién?" Faythe no tenía ni idea de lo que estaba hablando Kitty. "Deanna Moore. Ella es terrible. Puede ser peligrosa, incluso. ¿Tienes a alguien viviendo allí contigo? Es decir, como un esposo o algo?" Faythe no estaba a punto de anunciar a Kitty o cualquier otra persona que vivía sola en la cabaña de Nellie. "Estaré bien." Ella agarró las bolsas llenas de compras y las puso en el carrito de compras. "Ten un buen día." Faythe desapareció fuera de la tienda antes de que Kitty pudiera preguntar algo más. Qué podría Deanna haber dicho o hecho para que a Kitty-con-un-corazón le causara tal impacto? ¿Peligrosa? Faythe colocó las bolsas del supermercado en el asiento del pasajero. La gente seguro puede puede exagerar. 16



Capítulo tres Deanna estudió rápido los bosquejos a lápiz que había hecho de una mujer en movimiento. Había estado parada en su terraza viendo la niebla matutina dejar la superficie del lago cuando Faythe Hamilton pasó corriendo. Agarrando su cuaderno de bocetos, Deanna trabajó tanto como pudo vislumbrar el ágil cuerpo de Faythe entre los árboles. No se había molestado con detalles aún, queriendo únicamente capturar la esencia de Faythe con movimientos largos, extensos. Ahora Deanna dejó que la punta de su dedo siguiera el contorno. "Tenías tanta prisa esta mañana. Huyendo de algo, ¿eh?" Su vieja costumbre de hablar consigo misma surgió y arrancó las páginas, fijándolos a su tablero de mensajes encima de su área de trabajo. Sus últimos dibujos eran en su mayoría de Miranda, y ahora tenía estos cuatro bocetos de una extraña. Pero varios plazos se acercaban en rápida sucesión. Tenía que salir hoy y tomar algunas fotos de los flameantes árboles de arce, que necesitaba para la portada de un libro. Después de una ducha rápida, Deanna se puso sus habituales jeans, camiseta y suéter, luego jaló el pelo hacia atrás en un moño apretado. Necesitaba cortarse el flequillo, pensó distraídamente mientras pasaba por el espejo del pasillo. Llegaba a sus pestañas, lo que la hacía parpadear repetidamente a veces para que no se metiera el pelo en los ojos. Deanna colocó la correa de la cámara alrededor de su cuello y salió. Cerró la puerta y se dirigió hacia el lago. Su cámara tenía un buen zoom, y los árboles del otro lado del lago eran preciosos. Cuando llegó el agua, buscó un buen lugar para pararse. El antiguo muelle no era fiable; había dado un paso adelante y casi se rompió el tobillo izquierdo en la primavera pasada. Deanna empujó a través de unos arbustos y levantó la cámara. cámara. El sol proyectaba un resplandor ardiente sobre los arces al otro lado del lago, e incluso la pantalla de tres pulgadas en la cámara de Deanna mostraba claramente la mágica escena. Después de tomar unas diez fotos, f otos, pensó que tenía lo que necesitaba. Había notado algunos troncos caídos más a la derecha a través de la cámara y quería asegurarse de que los había tomado. Estaba navegando a través de las fotos cuando vio algo que había omitido antes. A la izquierda en la esquina de su pantalla había un objeto flotando en el agua y una ... mano? Deanna bruscamente echó la cabeza hacia atrás y miró hacia el lago. Un bote de remos de madera estaba a la deriva cerca de veinticinco yardas de la orilla. Deanna parpadeó, no estando segura de si veía a alguien en el. Levantó de nuevo la cámara y amplio el zoom, vislumbró el pelo castaño dorado, y su nueva vecina apareció a la vista. "¿Qué demonios ...?" El bote de remos se parecía a la vieja ruina que normalmente yacía boca abajo en la casa de Nellie. Seguramente Faythe no había sido lo suficientemente

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estúpida para usarlo? Otra mirada a través de la pantalla de su cámara confirmó el temor de Deanna. "¡Oye! ¿Puedes dejar de tomar fotos y buscar a alguien que me ayude a regresar a la orilla?" Faythe sonaba más molesta que temerosa. "No estoy tomando fotos. Estoy evaluando tu situación, " Deanna gritó en respuesta. "Bueno, corta eso y haz algo. Esta maldita coladera de bote hace agua como si no hubiera mañana." Faythe estaba obviamente, tratando de mantener sus pies alejados del fondo de la embarcación, que se balanceaba precariamente, y ella se aferraba al borde. Un remo ya estaba flotando a varios pies del bote, y ahora el otro se alejaba con un suave chapoteo. La corriente era más traicionera de lo que el sereno lago revelaría a primera vista. El bote ya se estaba alejando de Deanna, y sin pensarlo dos veces, se quitó el suéter y las botas, se arriesgó corriendo a lo largo del muelle, y saltó al agua. El agua estaba lo suficientemente fría como para impactar el sistema de Deanna. El grito de sorpresa de Faythe resonó a través del agua mientras Deanna comenzó a nadar hacia el bote con largas brazadas. "Jesús, mujer, quería que llamaras a alguien!" "No hay tiempo." Deanna no estaba segura de que Faythe la oyera, pero siguió nadando. El bote estaba medio bajo el agua ahora, y el toque de pánico en el rostro de Faythe confirmó que se dio cuenta que no llegaría a la orilla. Deanna alcanzó el bote justo cuando su popa gorgoteaba y desaparecía. Faythe perdió el equilibrio y se cayó en el agua con un grito. "Oh, dulce Jesús, está fría." Ella agarró el barco hundido, pero Deanna quitó las manos de Faythe de la madera podrida. "No, tenemos que nadar de regreso. Ahora." Jaló de Faythe con ella y para su alivio Faythe no entró en pánico, sino que comenzó a nadar. "Deanna ... yo ... mi chaqueta ..." Faythe había nadado sólo unas cuantas brazadas cuando se detuvo. "No puedo moverme." Chapoteó el agua, mientras frenéticamente jalaba de su chaqueta, la cual estaba empapada y hundiéndola. Deanna trató de ayudarla a desabrocharla, pero Faythe se hundió más profundamente mientras luchaban contra el obstinado cierre, obviamente tenía problemas para mantener la barbilla por encima del agua. "Oh, maldición, esto no está funcionando." Faythe pataleaba tan fuerte para mantenerse a flote que conectó con la espinilla de Deanna bajo el agua. Ahuecando la barbilla de Faythe, Deanna le ayudó a mantener la cabeza arriba, pataleando en el agua furiosamente. "Escúchame, Faythe. Deja que te remolque. Simplemente bracea mientras te jalo." Ella maniobró a Faythe sobre su espalda y comenzó a arrastrarla. Faythe 18



cooperó, pero la pesada chaqueta y sus botas seguían jalando hacia abajo. Usando toda su fuerza restante, Deanna nadó con Faythe remolcándola hasta que sintió el fondo del lago. A partir de ahí, no tardo en llegar a la orilla, donde Deanna ayudó a Faythe Fa ythe a ponerse de pie, las dos temblando. "¿Estás bien?" Deanna escrutó a Faythe, que se veía pálida pero parecía ilesa. "Será mejor que entres en calor de inmediato." "Gracias." Temblando ahora, Faythe se agarró al brazo de Deanna. "Todo sucedió tan rápido." "Sí. No puedo creer que hiciste algo como esto. Ese bote no ha estado en el agua durante años." "Solía salir en él cada verano ... cuando era una niña." Faythe se sonrojó, dos puntos ardientes en sus pálidas mejillas. "Me pareció bien para mí." "Hmm." Deanna sacudió la cabeza. "Venga. Tenemos que calentarte." "Voy a correr hasta mi casa, y — y — " " "Estás pálida, azulada, y temblorosa. Podrías desmayarte o algo así. Encenderé la chimenea en un abrir y cerrar de ojos. Tienes que calentarte rápidamente y yo también." Deanna era renuente a dejar que Faythe entrara en su cabaña, pero aún más renuente a dejar que se fuera para arreglárselas sola. Faythe Fa ythe estaba temblando y parecía mareada. "De acuerdo. G-gracias." Los dientes de Faythe castañeaban. Dentro de la cabaña, Deanna mostró a Faythe al baño donde abrió la ducha. Una nube de vapor se formó y Deanna asintió hacia la cabina. "Entra en calor y buscaré algunos pants." Faythe alzó las manos hacia el cierre de la chaqueta, pero no podía dejar de temblar lo suficiente para jalarlo hacia abajo. Deanna gimió internamente y apartó las manos de Faythe, abriendo la prenda empapada. "Ahí. Crees que puedes encargarte ahora?" "Por supuesto. Gracias." La mirada aturdida de Faythe no escapó a Deanna y corrió a su habitación, quitándose sus ropas mojadas. Se envolvió en una vieja bata de tela afelpada alrededor de sí misma antes de buscar algo para que Faythe se pusiera. No sintiéndose cómoda compartiendo objetos íntimos como la ropa interior, Deanna también escogió una camiseta. Se dirigió de nuevo al baño y detectó el leve contorno de Faythe detrás del cristal esmerilado. "¿Mejor?" La voz de Deanna era repentinamente más gruesa.

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"Montones. Estaré afuera en un minuto para que puedas enjuagarte el agua del lago y entrar en calor." "Tómate tu tiempo." Deanna colocó la ropa en la tapa del inodoro y huyó a la gran sala de estar, donde se arrodilló frente a la chimenea, su punto focal. Sus manos temblaban mientras encendía un fuego. Las parpadeantes llamas lamían la madera, y pronto el crepitar ahogó el sonido de su palpitante corazón. "Oh, fabuloso." Faythe se sentó junto a Deanna en el suelo, su cabello colgando en húmedos despeinados mechones alrededor de sus hombros. La ropa era al menos cuatro tallas más grande para el pequeño cuerpo de Faythe, pero al menos estaba seca. "Gracias por acarrearme de vuelta a la orilla," Faythe dijo en voz baja. "Si no hubieras aparecido — aparecido — " " "Lo hice. Eso es todo lo que importa." Deanna no se atrevió a mirar a Faythe, encontrando el momento incómodo, sobre todo porque no podía pensar en nada útil que decir. "La última vez que vi a ese viejo bote, estaba cubierto de maleza. Debería haberte dicho algo. Tienes que mantener el mantenimiento de los barcos cada año. Luego está la cosa sobre los chalecos salvavidas — salvavidas — " " "Ya sé eso!" Faythe levantó la voz, su rostro enrojecido de ira. "No tienes que hacerme parecer como un completa completa idiota." "Nunca dije que eras una idiota." Sorprendida ante el inesperado estallido de Faythe, Deanna rápidamente escaneó su memoria de lo que había dicho. "Simplemente señalé que no deberías ser tan descuidada cuando estás — " " "Fue una estupidez, ¿de acuerdo? No tienes que darme una conferencia como si fuera una niña." Deanna vaciló. Faythe había actuado descuidadamente, y sin ninguna medida de seguridad, y ahora evidentemente estaba culpando a Deanna por señalar esto. "Bueno, eres de la ciudad," Deanna comenzó lentamente, "y no están acostumbrados a pensar en esas cosas. Usar un barco no es como ponerse al volante de un coche y conducir." "Oh, por el amor de Dios, no lo empeores siendo condescendiente encima de todo." Faythe se calmó por un momento, su cuerpo rígido. "Dice mucho sobre lo que esperarías de una cabeza hueca de la ciudad, ¿verdad? Una maniobra descerebrada como esa." Deanna no tenía idea de que provocaba la hostilidad que percibía en Faythe. "No te preocupes. Estás a salvo. Estoy a salvo. El bote no va a causar ningún problema nunca más." 20



"No puede, ¿verdad? La maldita cosa se hundió." hun dió." "Sí, lo hizo," Deanna dijo con gravedad. Faythe se quedó mirando el fuego y de repente las comisuras de su boca comenzaron a temblar. Pronto estaba limpiandose las lágrimas de la risa de sus mejillas. "Oh, Dios. Lo siento. Realmente no es muy divertido." Ella se rió con más fuerza, el sonido teñido de ironía. Deanna sonrió cuidadosamente. "No es divertido en absoluto," dijo, de acuerdo en principio. "Pero sí, es lo mejor para ti que se hundió." "Eso es lo que estaba pensando." Eventualmente Faythe se recompuso. "Debería irme a casa. Tengo una idea, sin embargo, ya que me salvaste la vida. ¿Qué tal si nos preparo la cena esta noche, para celebrar que no me hundí en el fondo del lago?" El pensamiento de su lucha en el agua, cuando parecía que la chaqueta empapada iba a hundir a Faythe, hizo a Deanna temblar. "Realmente "R ealmente no tienes que tomarte la molestia — " "No es ninguna molestia. Compré suficiente comida en el pueblo para — qué?" qué?" "Fuiste a comprar al supermercado. Ah." Deanna enderezó su espalda y la caja torácica se apretó alrededor de sus pulmones, haciendo difícil respirar. "Sí. Conseguí un interrogatorio de la mujer en la caja registradora. Como te estaba diciendo, compré suficiente comida para alimentar a un pequeño ejército. Por favor, únete a mi." Limpia de la ducha, Faythe se veía tan inocente y hermosa, incluso más joven que antes. Ese hecho por sí solo era una señal de alerta. Deanna escaneó la expresión facial de Faythe, pero no vio ninguna señal de que estaba a punto de unirse a la camarilla especial en la ciudad que prestaba atención a cada palabra pronunciada por Gloria Mueller. El supermercado local era uno de los lugares donde el chisme se infectaba y crecía. La biblioteca era otro otro y la gasolinera otro. "Deanna, estaría tan honrada si pudiera pagarte de alguna manera. Quiero decir, es sólo la cena, y soy una cocinera decente, nada especial. No es mucho, realmente, ofrecer espaguetis a la boloñesa cuando alguien acaba de salvar tu vida, pero es todo lo que puedo pensar en este momento." "De acuerdo," Deanna se oyó decir. "Si insistes, entonces estaría feliz de dejarte cocinar esta noche." Deanna quería retirar todo lo dicho, pero ya era demasiado tarde. Había aceptado una invitación a la casa de una mujer sin ataduras, que en su caso era altamente 21



sospechoso, por citar la muchedumbre de Mueller. La sonrisa suave, abierta de Faythe arañó las defensas de Deanna. Parandose, Faythe se sacudió los pants prestados." Es un trato, entonces. ¿Tienes una bolsa para poner mi ropa mojada? Debería tener la llave de la casa de Nellie metida en un bolsillo de la chaqueta. Espero." "Por supuesto." Deanna se levantó y fue a buscar dos bolsas vacías del super de la cocina. "¿Estás serviran?" "Claro que sí." Faythe volvió a entrar en el baño y regresó segundos más tarde con su ropa atascada en las bolsas, moviendo la llave en la otra mano. "Nos vemos a las siete y media? Debería ir a casa y lavar la ropa. Tal vez pueda salvar la chaqueta." "Muy bien. ¿Debo llevar algo?" "Si tienes algo de vino tinto, eso sería genial." "Veré. Puede que tenga algo en el sótano." Había estado tan decidida en deshacerte de la oferta de Faythe, que se sorprendió por su deseo de seguir adelante con la invitación. Una pequeña voz en el fondo de su mente seguía diciendo que nada bueno saldría de esto. Tal vez todavía podía inventar una excusa plausible, una que no ofendiera a Faythe. Deanna miró directamente a los ojos verdes de Faythe y abrió la boca para verbalizar su disculpa. "Nos vemos a las siete y media."

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Capítulo Cuatro Faythe probó la salsa boloñesa de la cacerola en la estufa y frunció el ceño. Necesitaba algo. ¿Pimienta negra? Ella puso un poco en la salsa a fuego lento y la dejó durante unos minutos mientras ponía una olla con agua en otra hornilla. La tía Nellie tenía un montón de aparatos de cocina y utensilios. Sacudiendo la cabeza, Faythe trató de recordar alguna vez realmente ver a su tía preparar algo más que pan tostado con mermelada. "¿Llegué temprano?" Faythe se dio la vuelta. Deanna estaba en la puerta, sosteniendo una botella de vino en una mano y lo que parecía un sobre en la otra. "Yo ... um, bueno, toqué." "Lo hiciste." Faythe respiró hondo y se negó a presionar una mano contra su pecho como una damisela en apuros. "¿Lo hiciste? Obviamente no te escuché." es cuché." "Eso está bastante claro." Los ojos oscuros de Deanna brillaron con reveladora alegría. "Espero que este vino sirva. Es un Pepperwood Grove." "Ah, un vino nacional. Uvas Zinfandel." La botella parecía desgastada, su etiqueta casi despegada en algunos lugares. "Dios mío, es un 2001!" "Ha estado en el sótano desde entonces. Espero que siga estando bueno." "Supongo que lo averiguaremos." Faythe agarró un sacacorchos y fácilmente descorchó la botella. "Algunos dicen que un vino tinto debe respirar, algunos dicen que no importa. No vamos a arriesgar nada." Ella dejó la botella abierta en la encimera y comprobó la salsa para la pasta."Espero que no seas alérgica al ajo." "Sin alergias." Deanna permaneció junto a la puerta, pareciendo reacia. "No te quedes ahí. Entra y serviré un poco de vino en un minuto. Tengo un fuego en la sala de estar. Al menos espero tenerlo. Parecía un poco débil cuando lo dejé." "Lo revisaré." Deanna parecía aliviada de excusarse, y Faythe a su vez tenía dificultades para conciliar las diferentes imágenes que ahora tenía de Deanna. Al principio, había parecido en su mayoría distante y tímida, incluso molesta por la presencia de Faythe. Deanna no era claramente del tipo llevadero, abierto, pero Faythe había notado signos de humor y risa reprimida, aunque sólo brevemente. Deanna regresó, frotando sus manos. "Añadí un tronco y un poco más de leña." "Gracias. Necesitas lavarte? El jabón de mano está allí." Faythe Fa ythe señaló en el fregadero. 23



"Será mejor." Deanne pasó rozando junto a Faythe y su persistente aroma de jabón mezclado con almizcle débil. Faythe inhaló con avidez y esperaba que Deanna no hubiera escuchado su aguda inhalación. Faythe echó un vistazo a la espalda de Deanna, admirando su esbelta figura. Estaba vestida con jeans negros y una camisa blanca de algodón, y su cabello negro caía suelto sobre los hombros, brillante, pero un poco rebelde. Preguntándose cuál era la historia de Deanna, ya que estaba tan claramente en guardia, Faythe vertió los espaguetis en una cacerola grande de agua hirviendo. Ella se movió demasiado rápido, salpicando el agua caliente en su mano. "¡Ay!" Faythe tiró de su mano hacia atrás, frotando el lugar lastimado en su muñeca. "¿Te quemaste?" Deanna rápidamente abrió el grifo de fría y tiró de Faythe cerca del fregadero. "Esta mano?" "Sí. No está mal — mal — " "Agua fría." Deanne sostuvo la mano de Faythe bajo el grifo abierto. "No quieres que se ampolle." "No, tienes razón." El agua fría sacó el ardor de la pequeña quemadura. Faythe era más consciente de estar parada tan cerca de Deanna que cualquier dolor residual. "Por Dios, debes pensar que soy un completo desastre," murmuró. "Por lo general soy tranquila y serena." "Te tomaré la palabra." "Tienes que hacerlo, ¿no?" Faythe arrugó la nariz y suspiró. "En realidad no te he dado ninguna prueba." "Pareces confiable." Deanna siguió sostniendo la parte inferior del brazo de Faythe. "¿No crees que esto es lo bastante bueno? El agua está muy fría." "Necesitas unos minutos más para enfriar las células de la piel correctamente. Créeme. Mi ... hermana se quemó su pierna una vez y la tuve en una ducha de agua fría durante dur ante más de media hora. Los médicos dijeron que fue por eso que ni siquiera tuvo una cicatriz." "Está bien, te creo." "Bien. Estaté quieta." La mano de Faythe estaba completamente entumecida cuando Deanna finalmente la dejó retirarla. Alcanzando por una toalla de cocina limpia, la secó. 24



"Vamos a checar los espaguetis y ver si están arruinados o hechos." Sintiéndose irritada consigo misma, Faythe evitó mirar directamente a Deanna y escudriñó en la cacerola en cambio. "Parece que es hora de vaciarlos." "Déjame hacerlo." Deanna agarró la cacerola y vertió el contenido en un colador grande colocado en el fregadero. Faythe le dio un poco de aceite de oliva para gotear sobre la pasta. "¿Qué? No confías en mí para hacerlo? ¿Crees que soy tan poco fiable que ni siquiera puedo escurrir mis propios espaguetis?" Deanna le dio una extraña mirada que hizo comprender a Faythe que sonaba como una idiota. "Espero que tengas hambre," dijo, y observó la cantidad de espaguetis y salsa boloñesa. b oloñesa. "La tengo, en realidad." Deanna parecía sorprendida. "Huele maravilloso." "Gracias. Es una receta de salsa a la boloñesa de la cocinera de la tía Nellie. Ella me aguantaba en la cocina cuando era una niña." "Te gusta cocinar?" "Me gusta, pero rara vez tengo — es es decir, tener el tiempo. Supongo que eso es parte de ser un adicto al trabajo. ¿Quieres agarrar aquellos por mí?" Señalando los cuencos de pasta, Faythe tomó la ensalada del refrigerador. "Es sólo lechuga y tomate." Llenó los cuencos y los llevó a la mesa de comedor junto a la ventana. "Me encanta comer aquí. La vista es increíble. Pero tienes la misma vista así que eso no es una noticia para ti, ¿verdad?" "No me canso de eso." Deanna siguió con sus copas y la botella. "¿Debo verterlo?" "Sí por favor." El vino tinto reflejaba la suave luz de las lámparas en la habitación. El atardecer se estaba asentando y pronto estaría oscuro afuera. Faythe levantó su copa y miró a Deanna por encima del borde. Sus ojos azul oscuro eran increíbles, y sus pestañas eran largas y negro tizne, sin un rastro de maquillaje. Nadie nunca iba sin maquillaje en la estación de la cadena en Manhattan, y muchos de sus amigos y compañeros de trabajo tenían cirugías estéticas anuales para mantenerse jovenes y atractivos. Deanna tenía diminutas patas de gallo en las comisuras exteriores de los ojos y las cejas negras y sin depilar, daban a sus rasgos una fuerza adicional. Faythe alzó su copa. "Brindo por el bote de remos. Que descanse en paz en el fondo del lago. Preferible eso que yo."

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Deanna devolvió la sonrisa con el más pequeño doblez de las comisuras de la boca. "Por el bote de remos." Ella tomó un sorbo de vino lentamente y asintió. "No está mal." Faythe siguió su ejemplo. "No está mal en absoluto. Obviamente ha estado asentado bien en tu sótano. Empieza a comer, ahora." Faythe hizo un gesto hacia la pasta y la ensalada y giró el tenedor en la cuchara, cogiendo un bocado de los espaguetis. Lo masticó con cuidado, aliviada de que la receta de la cocinera de su tía no le había fallado esta vez tampoco. "Muy sabroso," Deanna dijo. "Lo hiciste muy bien, a pesar del percance con el agua." "Sí." Avergonzada, Faythe siguió comiendo, no queriendo hacer hincapié en el hecho de que había sido nada sino una tonta torpe desde que empezó a hablar con Deanna. Ansiosa por cambiar de tema, se concentró en los tomates amarillos a marillos de la ensalada. "¿Así que, qué haces para ganarte la vida?" La pausa fue más larga de lo normal para una pregunta tan segura, y Faythe miró con curiosidad a Deanna, que estaba girando sus espaguetis una y otra vez en su cuchara. "No quería entrometerme," Faythe se apresuró a decir. "Sólo estaba interesada." "Soy una ilustradora. Portadas de libro principalmente. Algunos libros para niños y algunas cosas de vanguardia." Deanna hablaba en voz baja. "Eres una artista? Eso es increíble. He visto algo de tu trabajo?" "No lo sé. ¿Lees fantasía o ciencia ficción?" "Como cuestión de hecho, soy una gran fan de la ciencia ficción. Leo, veo y escucho cualquier posibilidad que pueda tener." Deanna se iluminó. "¿Lo haces? He leído, sobre todo, pero tengo un buen número de audiolibros también. Conveniente cuando puedo trabajar y escuchar al mismo tiempo. ¿Quién es tu autor favorito?" "Oh, me gustan un montón de ellos. Mercedes Lackey y Anne McCaffrey cuando se trata de fantasía. David Weber, cuando se trata de ciencia ficción." Faythe hizo un gesto con el tenedor. "Luego está Celia Conroy." Miró cuidadosamente a Deanna, ya que Celia Conroy era famosa por su erótica saga espacial.

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"Tengo todos los de ella," Deanna dijo con calma. "Los audiolibros seguro le dan a sus historias una dimensión extra." Faythe se rió. "Lo apuesto. Algunas de esas escenas podrían afectar a cualquiera." "Es bastante obvio que la actriz que realiza todos los libros de Conroy es una gran fanatica. Y muy afectada, diría yo." Faythe parpadeó ante la inesperada apertura. "¿Quién las realiza?" "Creo que su nombre es Carolyn Black." "Carolyn Black. La conozco." Faythe recordó a la carismática actriz con la famosa voz gutural. "Ella es fantástica. ¿La has oído leer los libros de Diana Maddox?" "No, no lo he hecho. ¿Son de ciencia ficción?" Faythe se sorprendió por la pregunta. "Eh, los libros de Diana Maddox son muy famosos. El primero lo protagonizó Black como Maddox, y están filmando el segundo libro mientras hablamos." "De verdad. Bueno, no veo televisión. Solía ir al cine mucho, pero últimamente ... he trabajado. Principalmente." "Y has logrado no oír hablar de algunos de los libros más famosos de todos los tiempos o la mayor primicia hace dos años, cuando Carolyn Black obtuvo o btuvo el papel." "Supongo que no estoy tan interesada en las noticias de entretenimiento." Deanna dejó el tenedor y la cuchara abajo, pareciendo disgustada. Faythe no quería que Deanna se sintiera sin tiera incómoda a su alrededor. "No es importante," dijo tranquilizadoramente, utilizando la inflexión que sabía calmaba a los entrevistados nerviosos. "Estoy tan encantada de que te gusten los libros de Conroy. Si no estás en las historias de crímenes, eso es totalmente bien." Deanna se relajó ligeramente. "Dijiste que la conociste? A Black, quiero decir?" "Sí. Hice una historia sobre las comunidades privadas en Florida. Ya sabes, la Costa Dorada?" "¿Una historia? Eres periodista?" Deanna retrocedió visiblemente, un profundo ceño fruncido arrugando su frente bajo su espeso flequillo.

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"Bueno, sí — sí — y no. Yo — Yo — " " Faythe se interrumpió, mirando a Deanna con incredulidad y alivio. "No me reconoces, ¿verdad?" "¿Debería?" El tono de Deanna era decididamente frío ahora y estaba haciendo un lío arrugado de la servilleta de lino. "Bueno, he estado en la televisión casi todos los días durante siete años." "Dije que no veo la televisión." Faythe se rió, tratando de aligerar el ambiente. "La gente dice eso mucho, pero cuando empiezas a mencionar los programas, por lo general ven todos las novelas y Deal or No Deal todos los días." "Yo no." "Bueno, no estoy segura de lo que dije que te haya disgustado, pero sin duda no era mi intención." Faythe trató de mantener la calma, pero estaba al mismo tiempo enfadada y lamentó haber dicho algo. Deanna parecía que estaba lista para salir corriendo por la puerta. "No me disgustaste. No estoy a gusto con la prensa, eso es todo. Puedes ser un muy buen reportero, incluso uno honorable, pero nunca he conocido a alguien así." "No hay muchas posibilidades de que eso ocurra si te vas tan pronto cuando estás en la misma habitación con uno. Puedo tranquilizarte. No soy un reportero de investigación, por desgracia, sino una presentadora de televisión matutina de programas de entrevistas. Y no estoy trabajando ahora mismo. Estoy de vacaciones." "Un buen reportero nunca se relaja, ¿verdad?" La sonrisa de Deanna era rígida, bordeando el desprecio. "Esta lo hace. Esta reportera está tratando de tener una buena comida casera con una vecina que la sacó de un lago y probablemente le salvó su vida. Y por todo lo que sabes, yo podría ser realmente una muy mala reportera quién no reconocería una primicia si saltara y mordiera mi culo!" Faythe frunció el ceño y cruzó los brazos sobre su pecho. Deanna le devolvió la mirada por varios segundos, y luego su boca se curvó hacia arriba y resopló. "Tu culo?" Se inclinó hacia delante, apoyando los codos sobre la mesa. "¿De verdad?" Faythe respiró profundamente, y luego se echó a reír. "De verdad. Y honestamente, Deanna, no tengo ni idea acerca de mi capacidad como reportera, quiero decir a un 28



reportero de investigación real, verdadero. No he trabajado como uno durante diez años. He estado haciendo entretenimiento matutino." "Parece como si lo resintieras." "Estoy harta. Conozco una gran cantidad de celebridades, y algunas personas dicen que soy una especie de celebridad yo misma, lo cual no puede importarme menos. La mujer en el supermercado me reconoció en el acto, y por eso pensé que tú también lo hiciste, pero que eras demasiado educada para decirlo." "No lo hice. Todavía no puedo poner tu nombre junto con todo lo que pude haber visto en la televisión cuando he visitado a mi hermana. Hasta ahora, no tengo idea." "Bien." Faythe lo dijo en serio. Le gustaba el hecho de que Deanna no tenía ideas preconcebidas sobre ella. "¿Tu "¿Tu hermana vive por aquí?" "Sí." Deanna habló casualmente. "Ella va a un internado a las afueras de la ciudad." "Es genial que puedas estar cerca de ella." El tono de Deanna hizo hincapié en la curiosidad de Faythe pero no siguió en el tema. En realidad no era de su incumbencia donde la hermana de Deanna recibía su educación. Comieron en silencio durante unos minutos. "Me disculpo por ser muy agresiva sobre todo el asunto del reportero," Deanna dijo de repente. "Un tema doloroso?" "Mucho." "Lo capto." Faythe miró por la ventana, pero sólo vio a Deanna y su propio reflejo. "¿Quieres un café?" "No. Debería volver. Fue una cena maravillosa, pero tengo un plazo de dos días a partir de hoy, y tengo que hacer algunas cosas." Deanna se levantó y llevó su plato y cubiertos a la cocina. "Oh, por cierto. Ten. Es sólo un pequeño agradecimiento por la cena." Le entregó a Faythe el sobre que había h abía traído. "Para mí?" Aturdida, en la parte superior de todos sus otros sentimientos turbulentos, Faythe abrió el sobre y sacó un dibujo a lápiz de una mujer corriendo entre algunos árboles. Se quedó mirando la familiar coleta casual y los igualmente conocidos calcetines y sudadera. "Soy yo." Sabía muy poco sobre el arte, pero sabía lo suficiente como para ver más allá de la mera semejanza. Esta era la interpretación de un artista de ella mientras volaba a través de las raíces y rocas en el camino forestal. Deanna le había dado más que 29



una mirada fugaz, puesto que los detalles eran tan precisos. Incluso la forma en que ató mis zapatos!

"Gracias," Faythe dijo en voz baja, mirando a Deanna. "Estoy muy alagada. Nadie me ha retratado así. Simplemente corriendo." Sintiéndose un poco tonta, Faythe parpadeó para aliviar la sensación de ardor detrás de sus párpados. Este dibujo estaba a millas de distancia distancia de las imágenes brillantes en las revistas sensacionalistas. "Me alegro de que te guste." g uste." Deanna estudió brevemente sus zapatos. "Bueno, debo irme." Faythe se puso de puntillas y besó la mejilla de Deanna. "Gracias." "Oh." Deanna jadeó. "De nada." Ella levantó la mano a medio camino de su mejilla, y luego murmuró una buena noche apenas audible antes de salir a la oscuridad. Faythe se quedo parada en la puerta y observó la la pequeña luz de la linterna de Deanna desaparecer desaparecer entre los árboles. Estaba exhausta después del agitado día y decidió ocuparse de los platos mañana por la mañana. Esta noche, quería acurrucarse en la cama y pensar en la extraordinaria mujer que era su vecina durante el otoño.

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Capítulo Cinco Deanna se paró en su terraza y miró al otro lado del calmado lago. El reflejo de la luna brillaba en el agua, y sólo un pez saltando alteraba la superficie de vez en cuando. Bebiendo otra taza de café negro, a Deanna no le importaba que la mantuviera despierta toda la noche. Se alegraba de que lo hiciera, ya que tenía que trabajar. Ignoró la pequeña voz que le sugería que estaba temerosa de que pudiera tener calidos sueños sobre sob re Faythe. Tan hermosa como era su nueva vecina, la forma en que miraba a Deanna era más atractiva que sus brillantes ojos verdes. Faythe parecía animadamente interesada en otras personas, pero un brillo opaco cubrió su verdadero yo. Deanna había tratado de quitar esta capa percibida cuando hizo los dibujos de Faythe, trabajando con un frenesí durante toda la tarde que la sorprendió. Incluso sacó sus óleos, que no los había utilizado desde que hizo una pintura de Miranda hace dos años. Simplemente no tenía suficiente tiempo ya que un encargo seguía inmediatamente detrás de otro. Deanna estaba agradecida de tener trabajo. Muchos artistas luchadores tuvieron que encontrar uno o dos otros trabajos para mantenerse a flote financieramente. El hecho de que ella vivía en una cabaña barata y no tenía ninguna pasión costosa, excepto la lectura, hizo posible comprar sus materiales y ahorrar dinero en un fondo fiduciario para Miranda. Su madre, Angela, y su marido pagaron por la escuela de Miranda, pero Deanna previó por el día en que Miranda sería bastante mayor para graduarse. "Graduada. Eh." Deanna tomó un gran trago de café. "La llamada graduación no significa nada." Deanna había llorado lágrimas furiosas el día que su madre y su padrastro decidieron enviar a Miranda a una instalación, la cual glamorizaron llamándola escuela. Sus motivos eran obvios. Deshacerse de la niña autista; hacer espacio para el nuevo mimado mocoso preadolescente esposo. "Malditos "Malditos sean. Ellos no la conocen. No como como yo." Su madre vivía a dos horas de Grantville en la casa donde Deanna creció. Percy, su marido, compró la mitad de ello cuando enviaron a Miranda a la escuela y Deanna se mudó. Recibiendo una cuarta parte del valor de la casa, Deanna usó el dinero para comprar la cabaña junto al lago y poner el resto en el fondo fiduciario de Miranda. No quería tener nada más que ver con su madre o Percy, y ciertamente nada que ver con lo que ella consideraba su maldito dinero. Deanna colocó la taza vacía en la rústica mesa de madera en el porche y deslizó sus manos dentro de las mangas de su suéter. Los días de otoño todavía eran calidos, pero las noches eran cada vez más frías. Por encima de ella los árboles crujían y susurraban mientras el viento jugaba con las hojas de color fuego. Deanna no sabía de ningún lugar donde el otoño pudiera ser más hermoso.

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Inclinó la cabeza y descubrió que el sólido latido de su corazón se mezclaba perfectamente con la cadencia cadencia de las ramas chocando la una contra la otra. otra. "Ser uno con la naturaleza" era un cliché que normalmente no pensaría pronunciar, pero mientras estaba parada en la terraza, sintiéndose sensible y extrañamente emocional de su cena con Faythe, sabía que era un cliché por una razón. "Esto es una locura," murmuró para sí. Ella permaneció donde estaba por unos instantes más, luego agarró su taza y se dirigió hacia el interior. Tenía trabajo que hacer. 

"Pero cariño, no puedes hablar en serio!" La voz de la madre de Faythe perforó las torres de telefonía celular desde Manhattan a Vermont con precisión quirúrgica. "¿Por qué no nos llevas a la cabaña?" "Porque estoy de vacaciones. No quiero ver a nadie." Examinándose en el espejo del baño, Faythe sabía si decía que sobre todo no quería encontrarse con su madre y Chester, todo el infierno se desataría, pero era verdad. Ella no tenía nada en contra de Chester, y en los días buenos podía ignorar la persistencia de su madre, pero en este momento no podía reunir la energía para escuchar los interminables monólogos de Cornelia sobre sus propios problemas amorosos. "No te puedes aislarse de esta manera." Cornelia Hamilton hizo que su tono característico se convirtiera en un gruñido, que indicaba que estaba muy insatisfecha y quería que el mundo se diera cuenta. "Sabes que te quiero, Faythe, pero nunca habría pensado que serías tan terca. Es una cosa que decidas poner tu carrera en espera, lo cual nadie hace en el negocio de los medios de comunicación, especialmente a tu edad. También te aíslas de las personas que te quieren." "¿Personas? Estás hablando de ti y Chester?" Faythe se frotó la crema de noche en su cara con una mano mientras presionaba su celular a la oreja con la otra. "A menos que él haya cambiado, no es de mi agrado. Probablemente porque me negué a dejar que su firma hiciera mis relaciones públicas personales." "Lo cual fue otro error de tu parte." Cornelia no perdió un instante, y Faythe lamentó que se hubiera abierto esa lata de gusanos en particular. "Toda la multitud de Broadway y las estrellas de novelas usan la agencia de Chester." "Entonces no me necesita." "No era una cuestión de necesidad. Él estaba tratando de hacerte un favor."

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"Un favor. Eh." Faythe consiguió un poco de crema en su ojo izquierdo y parpadeó varias veces. "Él no habría dudado en usarme como un póster para la ‘chica americana de al lado que se convirtió en estrella de la noche a la mañana.' ¿O es que entendí mal cuando escuché diciéndole eso a su CEO? Él estaba evidentemente dejando caer mi nombre." Cornelia estuvo en silencio durante varios segundos. "¿Dijo eso?" "Sí." Bajando la mano, Faythe suavizó su voz. "Estoy segura de que su intención era buena, mamá. Probablemente quería impresionarte también. Simplemente yo no estaba interesada en ser el proyecto de exhibición de nadie, sabes?" "Ya veo." El tono helado de Cornelia era inconfundible, y Faythe trató de adivinar si ella o Chester atraparían su resentimiento. "Y eso es porque no quieres que vayamos?" "No es que no quiero que vengan. Quiero estar sola." "Sólo por un día? Por favor, Faythe?" Faythe se sentó en el taburete junto al tocador con un ruido sordo. Una cualidad completamente nueva, casi suplicante en la voz de Cornelia, algo que Faythe no podía recordar nunca haber escuchado, la hizo ceder. "Está bien. Por qué no? Pero sólo por un día, de acuerdo, mamá? Traé a Chester. Traé a los perros. Ellos tendrán una ráfaga alejándose de Manhattan." "¿Estás segura?" Cornelia sonaba fuerte otra vez, y Faythe se preguntó si su madre le había fingido por enésima vez. "No vamos a sobrepasar nuestra bienvenida. Sólo quiero visitarte." "Muy bien. Nos vemos en un par de semanas." De pronto agotada, Faythe se despidió y desconectó su celular. Lo puso en silencio, sabiendo que su correo de voz recogería cualquier llamada perdida. Después de cepillarse los dientes se puso una camiseta grande antes de meterse en la cama. Trató de no analizar demasiado el estado de ánimo de su madre, pero cuanto más apartaba la conversación de su mente, más su cena con Deanna se metía de nuevo. Faythe podría fácilmente f ácilmente imaginarla, tan pensativa y distante. Con el flequillo negro enmarcando sus duros ojos azules, los fuertes rasgos de Deanna eran suficientes para hacer que el corazón de Faythe retumbara. El hecho de que claramente no era fácil llegar al fondo de Deanna — Deanna — francamente, francamente, la mujer parecía tener su parte justa de problemas — la hacía solamente más interesante. Esto era sorprendente, ya que la regla normal de Faythe era ‘sin complicaciones’, y ella prefería ir sin prepararse para las molestias y 33



angustia. Deanne podría proporcionar fácilmente ambas. "Me pregunto si incluso le gusto?" Faythe susurró a la sombría luz de la luna que entraba a través por los pequeños agujeros en las persianas. "Probablemente no. No soy su tipo." Sólo era humano especular si Deanna podría ser homosexual, o incluso bisexual. Sólo porque era tremendamente guapa de una manera elegante, con clase y hacía que los pensamientos de Faythe viajaran por rutas que pocas veces tomaban no necesariamente significaba que Deanna estaba interesada sexualmente en su propio género. Faythe pensó en su última relación. Habían pasado dos años desde que salió con alguien más que unas pocas semanas, y casi un año desde que salió en absoluto. Esto no puede ser verdad. Me estoy convirtiendo en una ermitaña? Claramente Faythe quería más de lo que se había conformado hasta ahora. Quería una carrera que la satisfaciera y desafiara, y quería una vida fuera de su carrera. Una familia. Faythe se encogió ante su propia expresión de deseos. ¿Era siquiera remotamente posible para alguien con genes genes como los suyos encontrar el amor amor y tener hijos? Sus padres habían intercambiado ostensiblemente a sus parejas después de su divorcio e incluso los habían engañado entre intercambios. Por supuesto, su tía Nellie no actuaba como su hermano, pero era una confirmada soltera. Hasta donde Faythe sabía, Nellie nunca había considerado la idea de estar en una relación que no fuera una estrecha amistad. Por lo tanto, padres promiscuos y una tía perpetuamente soltera. En cuanto a tomar como modelos, Faythe prefería el ejemplo excéntrico de Nellie. Pero no quería ese estilo de vida tampoco. En el fondo de su corazón sabía que quería ... a alguien. Alguien especial. Un débil sollozo pasó más allá de sus cuerdas vocales y rompió el silencio de la oscura habitación. El largo, enconado anhelo por un cambio, por algo más, nunca la había puesto tan emocional, y trató de no leer demasiado en el hecho de que su ataque de la vulnerabilidad coincidió con su cena con Deanna. Se negó a llorar y hundió la cara en la suave almohada durante unos momentos, lo que ayudó a recomponerla. Entonces, utilizando la técnica que había aprendido hace años mientras sufría de pánico escénico, respiró lentamente dentro y fuera con respiraciones moderadas, regulares. Eventualmente se relajó lo suficiente como para comenzar a conciliar el sueño. Esta vez, cuando las imágenes de Deanna salieron a la superficie, sólo la hicieron sonreír. 

Deanna cerró los tubos de pintura acrílica, enjuagó los pinceles con agua tibia, y volvió a mirar la pintura en la que había trabajado hasta el amanecer. Un conejito borroso estaba colocado bajo un hongo, rodeado por un semicírculo de ratones y ardillas. Este era su 34



tercer libro para niños en una serie con este escritor en particular. Con la publicación del segundo libro, Bunny Buttercup se había convertido en un éxito de ventas. Los libros de lectura, los cuales traducidos hacia los padres de los niños demográficamente de tres a siete años de edad, estaban prácticamente golpeando en la puerta de la editorial para que el tercer libro saliera. Deanna tenía dos más grandes ilustraciones para terminar, y cuatro más pequeñas. Estaba presionada por el tiempo, pero la idea de traer esa cantidad de dinero al fideicomiso de Miranda hacía que su esfuerzo valiera la pena. Bunny Buttercup era un conejo filantrópico que caminaba por el bosque ayudando a cualquier animal que lo necesitara, a menudo en formas divertidas, pero siempre con corazón y pasión. Deanna se deleitó al ilustrar las hazañas de este pequeño superhéroe peludo. Había leído las dos primeras historias a Miranda, que no se cansaba de ellas. Había llevado con insistencia los libros a Deanna cuando se había quedado hasta la hora de acostarse mientras la visitaba. Evidentemente Miranda quería que le leyera. Para ella estar tan enfocada era poco menos que un milagro, y a los ojos de Deanna, esto era otro de los logros de Bunny Buttercup. Bunny Buttercup representaba la bondad, y para Deanna, ilustrar algo tan inocente, completamente sin dogmas o sentimiento moralizante, era muy satisfactorio. Colocó los pinceles sobre una toalla para secarse y se estiró lentamente, su cuello crujió desagradablemente. La suave luz púrpura se deslizó a través de las ventanas y tropezó en su baño. Una implacable luz fluorescente y un gran espejo revelaron que trasnochar así quizá no era tan inteligente. Las ojeras y finas líneas alrededor de los ojos contaban la historia de la privación del sueño. Ella corrió a través de su rutina de baño y cayó en la cama, exhausta. No podía esperar para mostrarle a Miranda las ilustraciones de Bunny Buttercup. La expresión en el rostro de su hermana cuando vio a su personaje favorito valia la pena cualquier pérdida de sueño, pasado o futuro.

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Capítulo Seis Durante una semana de trabajar a través de una multitud de ejercicios de escritura creativa, Faythe llevó su portátil de la casa, a la terraza, e incluso junto al lago. Estaba más que lista para un descanso. Después de cerrarla con un sonoro chasquido, metió un CD en el reproductor, deseosa de terminar el silencio. Su celular sonó antes de que pudiera elegir la canción correcta. Maldiciendo, lo abrió, olvidando comprobar la pantalla. "¿Hola?" "Oh, Dios Todopoderoso. Mal momento?" La fuerte voz de Suzy era ronca, gracias a demasiados cigarrillos, y transportada fácilmente sobre la de Madonna. "Maldita sea. Espera." Faythe puso el teléfono celular en modo de altavoz y se dirigió hacia la cocina. "¿Qué pasa, Suzy?" "Sé lo que dijiste, y sólo ha pasado una semana." Suzy habló rápidamente, como si esperara evitar que Faythe protestara. "Tengo una oferta fantástica para ti, algo que realmente debes considerar." "No me interesa — interesa — " " "No es la cadena. Es un temporada corta como una presentadora de premios." "Presentadora de premios. ¿De qué premios estamos hablando?" "No suenes tan aprensiva. No son los Oscar. Es una sociedad literaria con un ambicioso programa de caridad. caridad. Este año beneficiará a niños y jóvenes con necesidades especiales." especiales." Su interés se afinó, Faythe echó café en la máquina de alta tecnología y pulsó el botón para un espresso doble. "Suena interesante. interesante. ¿Cuando es?" "A principios de Noviembre. Necesitan tu respuesta lo antes posible, preferiblemente dentro de una semana o dos." "Envíame por correo electrónico la información y me pondré en contacto contigo en unos días." "Muy bien!" Suzy sonaba tan emocionada como si hubiera encontrado un pozo de petróleo en su oficina. "Este tipo de trabajo serio debes mantenerlo de cara al público si todavía estás segura de este cambio de carrera." 36



"Completamente segura." "Bueno, entonces, estamos en buena racha. Ciao." Un clic definitivo terminó la llamada y Faythe sacudió la cabeza. Suzy podía ser tan exasperante como eficiente, pero debajo de su rudo exterior, era tan leal como ella. La mente de Faythe giró de regreso a su cena con Deanna mientras calentaba la leche para su café espresso. Cada vez que tomaba un descanso durante el maratón de su ejercicio de escritura, había pensado en su enigmática, hermosa vecina. En el patio abrió el grifo del jacuzzi de hidromasaje que había llenado ayer y observó los chorros crear remolinos en todas partes. Podía ordenar sus pensamientos confusos mucho mejor si tenía un buen baño. En el interior, se cambió en su traje de baño negro, tiró de su pelo hacia atrás en una coleta, y agarró una toalla de baño. De puntillas cruzó la terraza, dejó caer la toalla en una silla antes de que se metiera en la movida agua. Estaba casi demasiado caliente, pero el aire frío del otoño le refrescaba el cuello y los hombros mientras se sentaba un poco, haciéndolo soportable. Como de costumbre, el masaje hipnótico del jacuzzi de hidromasaje envió sus pensamientos a apresurarse y los clasificó en caminos más claros. ¿Por qué Kitty-con-uncorazón, la mujer que trabaja en el supermercado, le había advertido sobre Deanna y la había llamado esa mujer? ¿Y por qué Deanna actuó tan extraño cuando Faythe mencionó su viaje a la ciudad? Algo muy raro estaba pasando. Deanna sabía lo que decían de ella. Bueno, ¿cómo no iba a saberlo? Faythe se echó hacia atrás y observó algunas hojas desprenderse de los arces más cercanos a la casa y aprovechar la leve brisa. Deanna probablemente había salvado la vida de Faythe cuando le ayudó a llegar a la orilla la semana pasada. Ella había arriesgado su vida nadando en el agua fría para ayudar a una completa desconocida. ¿Qué persona despreciable haría tal cosa? No tenía sentido. El dibujo que Deanna había hecho de ella era probablemente el vislumbre más verdadero en el personaje de Deanna que alguna vez había visto. ¿Cómo Deanna lo había logrado, ya que realmente no conocía a Faythe? Había representado a Faythe de la manera en que nadie la había visto, o quería verla, en años. "Eso se ve cómodo." Era la voz ronca un recuerdo? Se estaba centrando tan fuerte en averiguar el misterio de Deanna ... un vistazo rápido a su izquierda mostró el contorno de su vecina mientras se acercaba al jacuzzi. "Deanna." Faythe se incorporó. "Lo siento. No fue mi intención asustarte." Deanna arrastró los pies y metió las manos en los bolsillos traseros de sus jeans. "No te he visto por ahí y pensé en ... eh ... agradecerte por la cena. No era mi intención intención ser descortés. He estado ocupada ocupada con una fecha límite." límite."

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"¿Oh si? ¿Otro libro?" "Sí. Un libro para niños. Bunny Buttercup." "Oh. De verdad. Suena adorable. He oído sobre el autor. ¿No fue nominado para un premio?" "Sí. No ganó, pero ganó mucha atención y lo ha hecho bien." Deanna parecía preocupada. "Me alegro por ti." Faythe se sentía inusualmente tímida, pero no iba a dejar que la torpeza la detuviera. "¿Quieres unirte a mí?" Las palabras salieron de sus labios antes de que supiera lo que hacía. "¿Qué? Oh no. Está bien. Debería volver al trabajo. ¿Te gustaría ir en un viaje en barco más fiable en el lago conmigo?" "Me encantaría." Lo caliente del agua debe haber causado el calor en su cuello y mejillas. "Cuando lo tienes planeado?" "Mañana temprano, en mi canoa. Usualmente me llevo mi cámara y me quedo unas horas." "No he remado una canoa desde que tenía doce años y en el campamento de verano, pero creo que recuerdo cómo." Faythe se rió. "Por lo menos entiendo mejor que dos amigos allí que siempre insistían en ponerse uno frente al otro mientras remaban, lo cuál no funcionaba tan bien." "Estás bromeando." La deliciosa risa gutural de Deanna hizo endurecer los pezones de Faythe a pesar del agua caliente. Mostrando sus dientes blancos, Deanna dio una amplia sonrisa que transformó sus fuertes facciones en belleza pura, y Faythe se suavizó en su interior. Los comentarios de Kitty-con-un-corazón parecían ridículos y mezquinos, y Faythe no podía esperar a llegar a conocer mejor a Deanne. "Las siete es demasiado pronto?" "No. Estoy acostumbrada a levantarme a las cuatro, por lo que las siete está bien." Faythe se levantó en la bañera de hidromasaje sin pensarlo, pero los ojos recorriendo de Deanna la hicieron querer sentarse con la misma rapidez. No queriendo parecer más evidente, sin embargo, Faythe salió de la bañera y cogió la toalla. "Me estoy convirtiendo en una ciruela pasa." "Muy bien. Te veo mañana."

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"Haré el desayuno para llevarnos." Retrocediendo tan rápido que casi golpeó la barandilla detrás de ella, Deanna asintió. "Suena bien. Adios." Desapareció a lo largo del sendero y a través de los árboles, y sólo cuando Faythe comenzó a temblar se dio cuenta de que había olvidado envolver la toalla alrededor de ella. Gimiendo hacia sí misma, se apresuró a entrar y se dirigió a la ducha para lavarse el pelo. ¿Cuándo fue la última vez que su corazón se agitó del modo como lo hizo ahora? Miró el espejo mientras se retorcía quitando su traje de baño. Incluso su pecho parecía enrojecido. En la ducha trató de dejar que el agua enjuagara los cálidos pensamientos de su mente.

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Capítulo Siete Sentada detrás de Faythe en la canoa realzó la experiencia de Deanna de la superficie parecida a un espejo del lago. Los pájaros parecían demasiado asombrados también; ni siquiera las hojas de otoño se agitaron. El aire era fresco, pero no lo suficientemente frío para convertir su aliento en niebla, y Deanna se dio cuenta de que la sensación fuera de lo común dentro de ella era la paz. De corta duración, se evaporó tan pronto como Faythe se volvió y le sonrió. Esa sonrisa había perseguido a Deanna durante días. "Hermoso no acaba de definirlo, ¿verdad?" Faythe miraba con reverencia hacia ella. "No puedo describir cómo esto me me hace sentir. ¿Cómo puedo volver volver a Manhattan?" "Nunca podría vivir demasiado lejos de la naturaleza." "¿Naciste aquí? En Grantville, quiero decir?" "No, soy de Montpellier." "¿Chica de ciudad? Nunca lo hubiera imaginado." "Soy tan poco sofisticada?" Deanna levantó una ceja, encantada cuando Faythe Fa ythe se sonrojó. "No. Me refiero a que claramente aprecias aprecias vivir entre ... esto." "En realidad, vivía una vida suburbana muy normal." "¿Y cómo acabaste aquí?" "Oh, la vida." Deanna pensó en Miranda, cómo la traición de su madre y las lealtades alteradas habían forzado esta situación sobre ellas. "Sólo casualidad, de verdad." "Eso no es poco común. Nada de la casualidad alguna vez tuvo la oportunidad de entrar en mi vida. Una vez que dejé la universidad, estaba en la vía rápida en el negocio de los medios de comunicación. La velocidad me cegó. Pensé que estaba viviendo mi sueño, tal vez porque todos los demás lo dieron por sentado." "Puedo ver cómo eso podría confundir a una persona." Faythe se volvió hacia adelante y continuó remando con brazadas largas y lentas. "El término 'encontrarte a ti misma' es un cliché, pero creéme, es por eso que estoy aquí. He perdido la visión de lo que quería. Algunos días perdí la visión de mí." La risa afligida de Faythe desgarró a Deanna. 40



"Espero que te encuentres. De verdad." "Yo también." Remaron a lo largo de la parte estrecha del lago en silencio, y Deanna volvió a relajarse, bloqueando los pensamientos de su madre y otras partes infelices infelices de su vida para centrarse en los crecientes rayos del sol que jugaban con los reflejos en el pelo de Faythe. Lo llevaba recogido en una coleta baja con un colgante sombrero Tilley sobre su espalda. Vestida con jeans y una chaqueta roja cazadora, y desprovista de maquillaje, parecía años más jóven que durante la cena hace una una semana. Deanna picaba por dibujarla de nuevo y miró con anhelo a la mochila a sus pies. Ella siempre llevaba algunos suministros básicos de arte y cuadernos de dibujo, así como un conjunto de ropa seca en una bolsa sellada, un kit de primeros auxilios, un termo de café y algunos bocadillos. Faythe había sido lo suficientemente inteligente como para llevar algo de comer y ropa de repuesto rep uesto también. "Un tronco viene hacia nosotras," Faythe dijo. "¿Izquierda o derecha?" "Derecha." Deanna las guió alrededor del tronco, que flotaba lentamente con la corriente mientras varios pájaros se posaban en la parte p arte superior y se acicalaban. Sus plumas erizadas y sus pequeños y brillantes ojos la complacían. Faythe miró por encima del hombro de nuevo. "Algún objetivo particular en mente, o simplmente remar hasta que veamos un lugar que nos guste?" "Vamos a seguir adelante un poco más, a menos que estés adolorida. Conozco algunos sitios bonitos a media hora río arriba." "Estoy bien. Puedo ser una chica de ciudad, pero hago ejercicio." Faythe sonrió y siguió remando. "Me di cuenta el otro día." "¿Qué? ¿Cómo?" Deanna maldijo interiormente por hablar sin pensar. Las visiones de los músculos delgados que jugaban bajo una piel suave y pálida surgieron al instante, sin importar cómo trató de suprimirlos. "Yo ... me di cuenta cuando tu ... es decir, cuando utilizaste mi ducha después de que el bote se hundió." Eso sonaba aún peor. Deanna siguió remando, esperando que el momento de torpeza se desvaneciera.

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"Wow, me alegro que lo notaras. Desde luego aprecié tu fuerza cuando me remolcaste a través del agua." Faythe arrugó la nariz. "Algo me dice que no eres mucho de los gimnasios, sin embargo. Estás en buena forma porque eres del tipo de actividades al aire libre. Tengo razón o tengo razón?" "Tienes razón." Deanna estuvo aliviada por la amable respuesta de Faythe. Era increíble estar cerca de alguien que no era sospechoso o crítico, e incluso si una pequeña voz en el fondo de su mente le recordaba a Deanna que tuviera cuidado, no le buscaba b uscaba más sentido a la dulzura de Faythe, la atraía, como una avispa a un pequeño pastel de frutas. "No voy a los gimnasios, pero tomo largas caminatas, remar la canoa, y cortar mi propia leña en el invierno." "Me lo imaginaba. Tal vez me podrías enseñar cómo cortar leña? Me voy a quedar por lo menos tres meses. Eso es lo que debería tomar, mínimo, para ‘encontrarme a mí misma’ ." El corazón de Deanna dio volteretas. "Tres meses. Eso es casi hasta Navidad." "Sí. Si la tía Nellie viene aquí durante las vacaciones, podría incluso pasarlas en la cabaña. ¿Quién sabe? Mis padres siempre comienzan discutiendo sobre donde debería pasar la Navidad o el Año Nuevo, Nuevo, y prefiero saltarme sus fiestas fiestas masivas." "Tu tía es una persona agradable. He hablado con ella brevemente y aprecio su amabilidad." "Ella es la más cuerda en mi familia, créeme." "Incluyéndote?" Faythe parecía completamente sana y muy agradable. "Hmm. No lo sé. Supongo que estoy bien, pero Nellie es mucho más sabia. Ella lo tiene todo, ¿sabes?" El tono de Faythe Fa ythe sonaba añorado, teñido de angustia. "Ella es mayor." Deanna sabía que su comentario sonaba un poco escaso, pero quería tranquilizar a Faythe. "Por lo que valga, bajar del carrusel para seguir tu corazón cuando estás en la vía rápida a la fama y la fortuna dice mucho." "Lo hace?" Los hombros de Faythe se relajaron visiblemente. "Pensé que decía mucho acerca de cuán indecisa y confundida estoy." "Todos llegamos a confundirnos. Tienes el suficiente valor para actuar, y pronto te desconfundiras." La risa de Faythe fue llevada sobre el lago y agitó una bandada de pájaros en la otra orilla. "Gracias. Eres buena para mi autoestima." 42



"Me alegro de escuchar eso." Deanna había estado misteriosamente molesta cuando sintió dolor en Faythe, y confortarla calentó su vientre. Deanna se aclaró la garganta y miró hacia la derecha. derecha. "¿Qué tal allí? Es un lugar precioso y fácil de de jalar de la canoa a tierra." tierra." "Hermoso. Pongamonos en marcha. Estoy hambrienta." La amplia, rara sonrisa de Deanna estiró los músculos desconocidos. "Yo también." 

Faythe se apoyó en un codo y tomó un sorbo de café. La cafeína parecía difundirse directamente en sus venas y rejuvenecerla. O tal vez era el aire fresco, refrexionó, pero cambió de opinión. Por lo general, el aire fresco la hacía dormir. Miró alrededor de la zona que Deanna había elegido para que pudieran disfrutar de su desayuno. "Nunca he visto nada tan hermoso," Faythe murmuró. "Realmente disfruto del paisaje una vez que consigo salir." "Supongo que Central Park no es exactamente al aire libre." "No exactamente, aunque me encanta correr allí todas mañana. Trato de ir super su per temprano, sin embargo, lo cual es un fastidio ya que me encanta dormir." Faythe Fa ythe dirigió su mirada a Deanna, que yacía de lado en una posición que reflejaba la suya. "¿Qué hay de tí?" "Soy noctámbula. Puedo permanecer despierta hasta muy tarde lo que es temprano en la mañana antes de ir a la cama. Supongo que surge de ser una persona madrugadora. No duermo mucho." Faythe sabía por el tono triste de Deanna que este no era un tema que debería seguir. Deanna se movió adelante lo suficiente para que su cabello negro cubriera su rostro, un gesto familiar. Pero por qué se escondía? "Yo cambio dependiendo de mi estado de ánimo," Faythe dijo casualmente. "Si estoy abrumada con el trabajo y corriendo en círculos, estoy de mal humor por la mañana. Si estoy haciendo algo interesante, incluso si es estresante, estoy irritantemente alegre, según mis colegas." El pelo de Deanna volvió a caer sobre sus hombros y sonrió. "Irritantemente alegre? De verdad. Estoy tratando de imaginar eso, pero no puedo."

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"Oh, puedo ser demasiado entusiasta. Soy como un perro con un hueso. Una vez que estoy entusiasmada con un proyecto nunca lo dejo ir hasta que me haya ocupado de todo, desentrañando cada parte del misterio, sin importar lo que sea." La expresión de Deanna se volvió sombría, y Faythe se dio cuenta de que había entrado en un campo minado. "Supongo que es la marca de un buen reportero." "Sí, lo es." "Para seguir cavando." "Para encontrar la verdad." Faythe terminó su café y dejó la taza en su mochila. "Ese es el trabajo del reportero. No, su deber. Para encontrar la verdad e informar al público." "Sin importar a quien lastime. Sin importar si la verdad no es lo que parece." Rígida, con los ojos fríos, Deanna agarró la taza con los nudillos blancos de su mano. Faythe se negó a tomar el cebo y habló suavemente. "Alguien te lastimó?" Ella no quería añadir al dolor de Deanna, pero se negó a aceptar la responsabilidad de lo que alguien más había hecho. "Un reportero publicó algo que no n o era cierto?" "No exactamente. De todos modos, es historia antigua." Deanna se sacudió los hombros de nuevo en lo que parecía como su forma de marcar de despedir un tema. "Olvídalo." "Es un poco difícil cuando obviamente esperas que me vuelva contra ti y haga lo mismo. Mira, no me conoces, pero no te conozco tampoco." Faythe metió algunos mechones errantes detrás de la oreja. "Y te lo prometo, no estoy aquí en esta hermosa mañana para desenterrar algún secreto de tu vida. Estoy de vacaciones." El cuerpo tenso de Deanna se relajó ligeramente. "Supongo que soy un poco paranoica." "Puede que tengas todas la razones, no lo sé, pero no conmigo." Faythe no sabía qué otra manera de tranquilizar a Deanna. Pero el consejo de la mujer en el supermercado y la aversión de Deanna a los reporteros cosquillearon la curiosidad de Faythe. Quería preguntarle a Deanna acerca de la advertencia, pero no pudo, sobre todo después de asegurarle que no estaba allí para curiosear. Tendría que ser paciente. "Muy bien. No es justo ser tan reservada y esperar que andes con tanto cuidado, pero me han lastimado y tengo que tener cuidado." Deanna se puso de rodillas y empaquetó los restos de su desayuno sin preguntar si Faythe F aythe estaba lista. "Estoy simplemente no acostumbrada a socializar, lo cual no debería sorprenderte."

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Faythe decidió ser honesta. Podría cerrar sus su s puertas, pero se negó a inclinarse por satisfacer a alguien, ni siquiera a Deanna. "Esto es lo que sé." Faythe tomó la mano de Deanna, haciendo que dejara de sacudir las migajas de pan de la manta. "Esa mujer de la ciudad, Kitty-algo, dijo que debería mantenerme alejada de ti. Ella no me dio ningún detalle, y parecía verdaderamente preocupada. Me imagino que si fueras una asesina en serie, estarías encerrada. Pero no dejo que nadie influya en mi opinión o determine a mis amigos." "Ya veo." Deanna le apretó la mano, su voz un susurro. "Y no soy so y lo que dicen que soy."

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Capítulo Ocho Deanna remó las últimas yardas y saltó para tirar de la canoa a tierra. Deseó no haberle pedido a Faythe unirse a ella y sabía que los movimientos bruscos de sus manos traicionaban sus sentimientos mientras ayudaba a Faythe en la ladera cubierta de hierba. ¿Por qué dejó que Faythe la atrajera en una conversación que abrió puertas que deben permanecer cerradas? Y ella estaba furiosa de que no pudiera encontrar un solo tema inofensivo para romper el silencio en su camino de regreso. ‘No soy lo que dicen que soy.’ Faythe seguramente haría preguntas de seguimiento, sobre todo después de l o que Deanna dijo, "No es nada. Nada que desee hablar contigo o cualquier otra persona. Esto fue un error. Vamos a casa." Faythe la había mirado con sus bellos ojos verdes, y si Deanna hubiera leído algún tipo de acusación en ellos, podría haber usado su ira y resentimientos reprimidos para descartarla. En cambio, los ojos de Faythe mantenían el dolor y la compasión en partes iguales, y la vista la mató. Una vez que Faythe se familiarizara con Grantville y sus habitantes, esa compasión se convertiría en consternación. c onsternación. "Deanna ..." Faythe se puso rígida, aferrándose a su mochila. "Deanna, por favor. No sé lo que hice o dije, que te puso tan enojada, pero sin importar lo que es, lo siento. No fue mi intención." "No es tu culpa. No soy buena con la gente. O alrededor de la gente. El hecho de que trabaje desde casa y viva por el lago sola debería decir algo." Le dolía hablar. Sus cuerdas vocales se sentían tan rígidas como el resto de su cuerpo. "No estaba curioseando. Pensé que nos estábamos conociendo." Faythe respiró hondo y dio un paso más cerca. "Por favor." Deanna odiaba su propia debilidad, que retorcía su garganta en un duro nudo. Tragó repetidamente para evitar las traicioneras lágrimas, buscando la ira y el resentimiento que la habían salvado tantas veces. En cambio, algo dentro de ella se suavizó. No sabía si era debido a la dulzura de Faythe o por la atracción innegable. Por todos los cielos! ¿Me estoy esto y volviendo totalmente débil debido a algún maldito ataque de hormonas? Faythe jugueteó con el cordón en su cazadora. "¿No podemos dejar en la playa la canoa y hablar?" "No tengo nada más que decir." Deanna quiso sonar despectiva, pero en cambio las palabras salieron como un susurro ronco. "No me conoces. No quieres conocerme. Te lo aseguro."

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"No. He hecho lo ‘correcto’ durante diez años y seguí todos los buenos consejos de las personas bien intencionadas a mi alrededor que me han dado. Mira a dónde me ha metido. Atrapada en un circo mediático haciendo historias de noticias de todo, desde caniches malabaristas hasta los malditos mejores tratamientos para el pie de atleta." Faythe gesticuló enfáticamente. Deanna se echó a reír, sorprendida. No había esperado encontrar humor en las palabras de Faythe, y ciertamente no en las suyas. "Caniches malabaristas?" "Sip. Tres de ellos. Todas eran verdaderas divas." "Exigieron champán en su camerino?" Deanna no pudo detener su sonrisa tonta. "¿Como supiste?" Faythe le devolvió la sonrisa, y de repente Deanna pudo respirar de nuevo. "Aquí, déjame ayudarte." Faythe jaló en el lado opuesto de la canoa y juntas la arrastraron más arriba y la giraron boca abajo. "Ah. Ahí." Deanna quitó algunas hojas mojadas de sus jeans y se apartó el pelo de los ojos. "Gracias." "De nada." Faythe levantó la mano con la palma hacia arriba, hacia Deanna, quien la tomó vacilante. "¿Quieres ver una película, quizás más adelante en la semana?" Deanna no podía responder. La sensación de la mano suave, delgada de Faythe en la suya ahogó todo lo demás. No era la primera vez que se habían tocado. Cuando había sujetado a Faythe en un firme agarre mientras la salvaba del agua, no había sentido esa ternura agridulce. Sacudida, Deanna retiró suavemente la mano. "De acuerdo. Absolutamente. ¿Por qué no?" No creía en sus palabras. Ella sólo quería escapar de estos sentimientos sorprendentes y del inocente toque que los causó. "¿Mañana por la noche? Puedo revisar qué películas están pasando. ¿O prefieres alquilar algo? La tía Nellie tiene television de paga." "Suena bien. Es decir, el alquiler." Deanna finalmente se dio cuenta de que ir a la ciudad al cine con Faythe sería imposible. "Yo también lo creo. A las siete más o menos?" "Suena bien."' 47



"Nos vemos entonces." Faythe se acercó y abrazó a Deanna. "Gracias por llevarme en piragüismo. Cuídate." "Tú también," Deanna logró. El inesperado contacto de cuerpo entero agotó todo su oxígeno, y se tambaleó hacia atrás. "Adiós." "Adiós." Faythe se despidió agitando la mano y se dirigió hacia su casa. Deanna se quedó paralizada, asegurándose de que Faythe no estaba a punto de decir algo más, luego se dio la vuelta y corrió a su cabaña. Dejó caer la mochila sobre la mesa de la cocina y siguió hasta el baño, donde cerró la puerta. Necesitaba tantos muros y puertas entre ella y el mundo exterior como fuera posible. Jadeando, estudió su reflejo, sin reconocer la mirada salvaje en sus ojos. Normalmente mantenía una fachada fría, su temperamento cuidadosamente sometido y controlado. Hace dos años, había dejado que su s u temperamento flameara, lo que le costó muy caro. Nada podía quitar ese dolor, y se había contenido a sí misma desde entonces, decidida a no causar problemas de nuevo. Faythe era una variable con la que Deanna no había contado. A pesar de ser una mujer de mundo, bien vestida, bien informada, y ya con una fantástica carrera a pesar de su juventud, Faythe poseía una inocencia suave, algo realmente bueno que atrajo a Deanna a pesar de sus mejores esfuerzos para mantener mantener a Faythe distante. distante. Eso no había funcionado, puesto que Faythe se había acercado y la había abrazado. Deanna apoyó la frente contra el frío espejo. ¿Cómo se suponía que tenía que mantener a alguien tan encantadora como Faythe a distancia? Cada vez que Deanna trataba de crear una cierta distancia, ya sea por ser fría o despectiva, la expresión de dolor en los ojos de Faythe no le permitía seguir adelante. "Voy a tener que contarle toda la fea historia." Deanna hizo una mueca ante su reflejo, mirándose con los ojos entrecerrados puesto que tenía tan cerca del espejo. "Por otra parte, ella podría ser tan terca que tratará de salvarme s alvarme de mí misma." Deanna salió del baño y se dirigió a su área de trabajo. Arrojando su chaqueta sobre una pila de libros sobre una silla, encendió la luz, luz, y luego abrió su cuaderno de dibujo y agarró un carboncillo. Ella dibujó una escena de memoria, la canoa en primer plano y el lago enmarcado con árboles de arce en el fondo. Antes de que se diera cuenta, una figura esbelta estaba sentada en la parte delantera de la canoa. Con el cabello largo enmarcando su rostro, la mujer miró por encima de su hombro a la silueta oscura de otra mujer que estaba sentada con un remo descansando justo por encima de la línea de flotación. Deanna se quedó mirando el dibujo, a medio terminar y dibujado en un estilo tan frenético. Faythe parecía haber invadido cada parte de su existencia, y Deanna no podía pensar en un solo lugar donde no encontraría rastro de Faythe. Miró su reloj. Era hora de ir a ver a Miranda de todos modos. Nunca había necesitado el consuelo de estar cerca de su querida hermana

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pequeña tanto. Miranda, el el alma más amable en la vida de Deanna, nunca la la cuestionó. Tal vez por eso la dulzura de Faythe era tan convincente? No a punto de especular un segundo más, Deanna cogió su bolso y las llaves del coche y salió por la puerta en un tiempo récord. 

Abriendo Google en su computadora portátil, Faythe escribió ‘Deanna Moore Grantville Vermont.’ Ella tenía que averiguar qué demonios estaba pasando. La computadora buscó sobre la entrada y encontró más de diez mil resultados. Los primeros eran sobre el trabajo de Deanna, sus ilustraciones y pinturas. Deanna tenía su propia sección en una de las editoriales donde Faythe encontró una pequeña biografía, con miniaturas de sus ilustraciones de Bunny Buttercup. Un libro de visitas estaba adjunto, y Faythe hizo clic en el enlace, curiosa por lo que los lectores pensaban del trabajo de Deanna. Los comentarios eran agradecidos y entrañables, compitiendo entre sí para expresar lo mucho que amaban y adoraban las ilustraciones para Bunny Buttercup. Faythe se sintió orgullosa de Deanna cuando leyó cómo los padres parecían disfrutar de las historias y las ilustraciones tanto como lo hicieron sus hijos. Volviendo a Google, Faythe encontró otro enlace, esta vez a un foro de discusión para los libros y sus autores. Eventualmente, estaba mirando a la larga fila de mensajes de un foro llamado ‘Deanna Moore, ilustre ilustradora.’ Faythe había tropezado con comentarios viles en Internet antes, pero nunca había estado involucrada personalmente. Ella leyó varios de los mensajes, pero no pudo más. Sé lo que hiciste. Conozco a la chica que lastimaste. No creo que deberías trabajar con niños nunca. Eres una perra inmoral que debería debería estar encerrada! Eres una maldita zorra! ¿Por qué no se alejas de Grantville? No te queremos aquí!

Los mensajes ocasionales de los lectores apreciativos se perdieron en la ráfaga flameante contra Deanna. Aturdida, con un millar de preguntas formándose en su cabeza, Faythe hizo lo único posible. Rastreó al webmaster (Administrador del sitio web) y le pidió que eliminara los comentarios despectivos.

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Faythe continuó con otros sitios, y aunque no encontró tal lenguaje grosero, descubrió comentarios similares con un mensaje claro. Otras personas como Kitty-con-un-corazón, probablemente residentes en Grantville, claramente sentían lo mismo que ella. Frunciendo el ceño, Faythe decidió no iniciar iniciar sesión en el sitio del periódico local. local. Sería erróneo leer lo que sabía que iba a estar escrito allí. Tenía que preguntarle a Deanna. Se lo debía si quería ser su amiga. La amistad era importante, pero el concepto la dejó inquieta y giró un mechón de pelo alrededor de su dedo, una y otra vez, mientras pensaba en la situación. No tenía ni idea de si Deanna encontraba a las mujeres sexualmente atractivas, pero su respuesta al apretón de manos y al abrazo anterior decía mucho — sobre todo de emociones fuertes, aunque reprimidas. Faythe había sostenido la mano de Deanna el tiempo suficiente para sentir su pulso acelerado. Ella no tenía ni idea de cómo se había atrevido a simplemente abrazarla, pero tan breve como fue el contacto, Deanna había temblado contra ella. Había tomado toda su fuerza de voluntad para soltarse y simplemente sonreír. Faythe cerró los ojos y pensó en los atormentados rasgos de Deanna cuando trató de apartar a Faythe lejos ... abrió los ojos de nuevo. Eso fue todo. Deanna estaba tratando de apartar a Faythe lejos, antes de que ocurriera lo contrario. Cualquiera que fuera la gente que estaba en pie de guerra, Deanna estaba segura de que Faythe se pondría de parte de ellos. Terca y con el deseo de un periodista de encontrar la verdad objetiva, Faythe enderezó su espalda y comenzó a escribir. Ella no iba detrás de la espalda de Deanna y sacar a relucir las cosas malas, que no era justo, pero anotaría todo lo que sentía y sabía sobre ella. La escribiría como una novela, como un documental dramático, y añadiría poco a poco. De esta manera podría llegar a conocer a la verdadera Deanna. Todavía podía escribir sus propios pensamientos subjetivos — no, no, intensos — sobre sobre ella. Esto era sólo para sus propios ojos. Los dedos de Faythe volaron a través del teclado. Esta era la segunda mejor cosa tan buena como pasar tiempo con Deanna. Ella descubriría descubriría la verdad.

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Capítulo Nueve "Dee." Miranda se meció atrás y delante en su cama, con los brazos envueltos alrededor de sí misma. "Dee-dee-dee-dee ..." "Cariño. Cariño, escúchame. Estoy aquí ahora." Deanna se obligó a sonar calmada y tranquilizadora. Su hermana pequeña había retrocedido en un comportamiento que había mostrado el primer semestre en la Fundación y Escuela Tremayne. Parecía tan pequeña y joven donde se acurrucó, apenas coherente. Tocar a Miranda cuando estaba tan angustiada era arriesgado en el mejor de los casos. Ya sea Miranda se aferraba a ella o retrocedería como un resorte enrollado. Cuidadosamente, Deanna puso una mano en el hombro de Miranda. El mecerse se detuvo por un momento, y no apartó apartó a Deanna. "Ahí tienes, cariño." Deanna se deslizó más cerca y envolvió ambos brazos alrededor de Miranda. "Estás bien. Estás más que bien. Estás bien ahora. Te tengo." Siguió murmurando en el tono de voz monótono que sabía calmaba los nervios de Miranda. Eso, junto con caricias lentas y circulares a lo largo de la espalda de Miranda, calmó el movimiento de balanceo, y, finalmente se acurrucó casi en el regazo de Deanna. El fresco aroma de su hermana de jabón y pasta de dientes de menta era familiar, y Deanna se centró en ese hecho para mantener cualquier pensamiento de enojo mostrarse. "Ahí, ya ves. Lo estás haciendo bien." El joven que trabajaba en las noches en el dormitorio de Miranda se había disculpado profusamente por molestar a Deanna en medio de la noche. Temiendo que algo serio hubiera sucedido, Deanna había comenzado a vestirse con una mano mientras todavía estaba en el teléfono. El miembro del personal nocturno le dijo que Miranda había estado alterada desde que sus visitantes sorpresa se fueron antes por la tarde. "Que visitantes sorpresa? ¿Por qué diablos no me llamaste de inmediato?," Deanna preguntó mientras luchaba con sus jeans. "Sabes que estoy tan sólo a veinte minutos de distancia." "Pensamos que estábamos manejándolo, Sra. Moore. Miranda parecía más tranquila justo antes de acostarse. Pero cuando se despertó de una pesadilla o algo así, no pudimos llegar a ella. No nos dejaba acercarnos, y yo no quería que la enfermera de guardia la medicara si podíamos evitarlo." "No, tienes razón. No le den nada. Estoy saliendo por la puerta mientras hablamos. Dile que Dee viene."

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Deanna condujo tan rápido como pudo a través de las calles vacías de Grantville, su mente dando vueltas con preguntas. A veces, su madre decidía dar una visita sorpresa a Miranda, y esta vez podría haber tenido a su esposo y alguna o las dos de sus mocosas con ella. Por lo general Miranda toleraba a su padrastro bastante bien, pero las dos quinceañeras eran demasiado para ella. Si Deanna hubiera estado hablando los términos con su madre, habría exigido que las pequeñas horrores superficiales estuviesen prohibidas de visitar, así como hacer cualquier visita sorpresa. Tal y como estaban las cosas, la única comunicación entre ella y su madre eran las notas que ambas hacían en la carpeta en la habitación de Miranda. El personal y los familiares se comunicaban por la carpeta cuando no era posible tener una reunión cara a cara. También funcionaba como un diario del progreso de Miranda. Estaban bien en su doceava carpeta después de nueve años. "Dee?" Miranda se retiró. "Leer." "¿Qué, cariño? ¿Quieres que te lea?" "Leer." Miranda sacó un libro de la estantería y lo colocó entre ellas. Ella nunca le dio nada directamente a nadie, pero todavía estaba claro lo que quería. "¿Cuál es?" Deanna examinó el libro. "Aha. Uno de nuestros favoritos. La telaraña de Charlotte." "Amigo." "Sí, eso es correcto. Se trata de la verdadera amistad." Deanna ayudó a Miranda a meterse de nuevo a la cama, como siempre sintiéndose completamente protectora de la chica. Cualquiera que diera un rápido vistazo a Miranda probablemente adivinaría que su edad era cerca de los doce. Deanna la arropó bajo el suave edredón y se movió hasta sentarse a su lado, con una mano en el pelo de color canela de Miranda, mientras abría el libro con la otra. Empezó a leer la historia de la araña leal, inteligente que salvó la vida de su amigo, el cerdo, y mientras seguía leyendo la historia clásica, su propia ira comenzó a disiparse. No podía ayudar a Miranda si permitía que su temperamento gobernara. Su hermana necesitaba su tranquilidad tanto como ella necesitaba amor y afecto. Deanna se rehusó a dar otro pensamiento a las acciones de su madre. Ella haría lo que siempre hacía — escribir un mensaje sin sentido en el historial de Miranda. Hace nueve años juró no volver a hablar con su madre, y había mantenido su palabra. Angela Moore decidió colocar a Miranda en esta instalación cuando sólo tenía siete años. Aunque era progresista y de vanguardia, Deanna se enfureció porque su madre las había traicionado a las dos. Angela había jurado que siempre estarían juntas, ser una 52



familia, después de que su padre falleció cuando Deanna tenía dieciocho años y Miranda tenía dos. Cinco años después, cuando conoció a Percy, todo eso cambió. Era viudo con dos hijas de la edad de Miranda, y no tardó mucho en convencer a Angela que Miranda estaba mejor en una institución. Deanna hizo todo lo posible para mantener a su familia original junta, y cuando Angela no quiso escuchar, pero hablaba y hablaba sobre cómo el personal de Tremayne hacía milagros con niños autistas y que sería bueno para todos ellos, Deanna le dio a su madre un ultimátum. Todavía podía ver la expresión de dolor y de enojo en el rostro de su madre. Deanna le dijo a su madre que a menos que reconsiderara enviar a Miranda, ella se iría y nunca hablaría con su madre de nuevo. Nunca. Angela le rogó, pero también se negó a ceder. El incidente terminó en un caos total. Ellos enviaron a Miranda a Tremayne, y Deanna se fue sin decir otra palabra a Angela o Percy. Determinada a mantener su ira bajo control, Deanna se centró en la historia. La cabeza de Miranda descansaba sobre su hombro y se ponía cada vez más pesada mientras la historia de Charlotte, la araña, se desarrollaba. Después de sólo cuarenta y cinco páginas, la respiración de Miranda era regular y se había deslizado más debajo de su edredón. Deanna se desprendió cuidadosamente del brazo y se levantó de la cama. Se aseguró de que Miranda estuviera cómoda y cuidadosamente apartó el pelo sedoso de la cara. Su hermana era el epítome de la belleza, con su nariz ligeramente pecosa, respingona y unos enormes ojos azules. Deanna quería que Miranda tuviera todas las oportunidades — no no sólo las disponibles para cualquier persona con su diagnóstico, sino cualquier oportunidad posible para la felicidad y realización. Angela vio lo increíble que su hija menor era y el progreso que había hecho en los últimos años? Las habilidades lingüísticas de Miranda habían aumentado enormemente cuando Tremayne inscribió a cinco de sus estudiantes en un programa experimental elaborado por la Universidad de Vermont. Deanna tenía que admitir que Tremayne había sido bueno para Miranda, y que la pelea entre ella y su madre no beneficiaba a su hermana en absoluto. Aún así, llegaron a un punto muerto hace nueve años, y después de la pesadilla hace dos años cuando se desató todo el infierno en torno a Deanna en Grantville High, ella no vio el fin. Si no fuera f uera por el amor fraternal que sentía por Miranda, Deanna habría desaparecido hace mucho tiempo. Habría cambiado su nombre y mudarse a otro estado, tal vez incluso a Canadá. En lugar de eso estaba atrapada en una vida que giraba en torno a su hermana y su trabajo. Deanna cogió una carpeta de un estante, navegando a través de las últimas entradas anotadas por el personal, para ver si habían anotado algo en los últimos días para explicar lo que había sucedido. Irene Costa había hecho una corta anotación el día anterior, escrito en letras dinámicas, y el ojo entrenado de Deanna detectó de inmediato que Irene había presionado el lapicero lapicero contra el papel, un signo de su disgusto. disgusto. La madre y el padrastro de Miranda habían visitado y llevaron a las hermanastras de Miranda. Traté de aconsejarles lo contrario, ya que todavía no a beneficiado a Miranda estar cerca de niños de su misma edad, especialmente si muestran muy poca preocupación o aprecio hacia ella. Angela Moore Bodell insistió en que era en el mejor interés de Miranda para aprender a interactuar con toda su familia, y cuando traté de

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sugerir que podría ser demasiado para ella reunirse con ambas chicas al mismo tiempo, el Sr. Bodell interfirió, sintiendo claramente que yo había criticado a sus hijas, lo cual nunca fue mi intención. Las adolescentes Bodell no tardaron mucho en hacer que Miranda estuviera en silencio e inquieta. Con el tiempo comenzó a mecerse y jalar de sus pestañas, un familiar signo de que esta bajo significativo estrés. Por suerte, la familia Bodell se fue antes de que las cosas se intensificaran, pero tuve que permanecer aislada con Miranda en su habitación durante una hora, cepillando y trenzando el pelo una y otra vez para calmarla. He visto a su hermana Deanna hacer esto en varias ocasiones, y parecía funcionar después de un rato. Miranda todavía no está hablando ahora cuando mi turno ha terminado, lo que nunca es una buena señal. Irene Costa

Deanna apretó la mandíbula y agarró con fuerza el lapicero a su vez. Tuvo que obligarse a no utilizar el lenguaje duro y las malas palabras que primero vinieron a su mente mientras escribía. He recibido una llamada de emergencia de Tremayne esta noche, cuando corrieron el riesgo de tener que sedar a Miranda si no lograban calmarla. La abracé y más tarde le leí, y es obvio para mí que el modo egoísta de pensar de nuestra madre, y la fe demasiado grande de su esposo en la benevolencia de sus hijas, hicieron que Miranda retrocediera en el viejo comportamiento cuando se sometía a estrés. Si nuestra madre no puede ver esto y sigue actuando en formas que no son en el mejor interés de Miranda, me temo que Miranda sufrirá más reveses que en última instancia se convertirán en obstáculos que no pueda superar. Este tipo de visitas hechas hechas de improviso no se puede permitir que ocurra de nuevo. Deanna Moore Deanna colocó la carpeta en un estante y salió de puntillas de la habitación de Miranda, dejando la puerta entreabierta y la luz encendida, como siempre. Caminó hasta la sala de estar en donde los dos jóvenes que tenían el turno nocturno estaban viendo la televisión con el sonido apenas audible. "Hola chicos. Ella se ha calmado y está durmiendo ahora." Deanna se puso su chaqueta. "¿Puedes asegurarte de que Irene Costa sepa acerca de lo que ha pasado esta noche?" "Absolutamente, señora. Ella está trabajando el turno de día mañana, así que va a recibir el informe de inmediato. "

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"Excelente. Bueno, no dudes en llamarme si Miranda tiene otro revés. Buenas noches." Deanna asintió enérgicamente y se dirigió por el pasillo. El aire de la noche enfrió un poco su temperamento, pero ahora tenía espacio para otros sentimientos, más confusos — sobre sobre Faythe. Su mañana juntas, remando la canoa, y la forma en que Faythe se las arregló para sacarle palabras que Deanna nunca pensó que pronunciaría. Toda la experiencia inundó sus sentidos mientras conducía de regreso a su cabaña. Casi se habían distanciado entre sí. En un momento, Deanna se sentía tan acorralada que atacó, deseando alejarse de Faythe, para volver a la situación como estaba donde se sentía segura. No había contado con la habilidad innata de Faythe para eludir sus aprehensiones. Por qué su sonrisa hizo que Deanna olvidara todo sobre su resolución — resolución — sobre sobre su necesidad de auto-preservación — auto-preservación — y y se volviera completamente blanda? Las calles vacías hicieron poco para distraer a Deanna mientras conducía a través de Grantville. La forma en que Faythe la abrazó cuando se despidieron después de su día de campo se apoderó de su mente. Entendiéndose sólo como un abrazo entre amigas, había sido como echar agua en una planta marchita. Después, en su pánico, Deanna se retiró rápidamente, ya que sabía en su corazón que tales toques pondrían en peligro su tranquilidad. La dulzura del recuerdo eclipsó cualquier incomodidad. El aura de inocencia y bondad de Faythe atrajó a Deanna. Faythe nunca sería justa o injusta por nada; evidentemente poseía un fuerte código moral. Esta cualidad debería haber sido tranquilizadora, pero en lugar de eso puso a Deanna incómoda. Si Faythe terminaba creyendo y poniéndose del lado de la gente en Grantville que la fijaban como una inmoral asalta cunas ... .. . Deanna agarró el volante con más fuerza. Faythe era prácticamente una desconocida para ella. No debería importar lo que pensara. Se había endurecido contra Gloria Mueller y su pandilla de ‘damas de honor’ durante dos años. años. Su método de asegurarse de que cada persona que contaba en Grantville conociera su ‘verdad’ hacía difícil fingir que no le importaba, pero se las arregló. Ahora debería ser capaz de sobresalir la barbilla y no tener en cuenta nada de lo que Faythe pudiera pensar de ella. Cuando Deanna consideró esa posibilidad, la punzada en el pecho le dijo que estaba engañandose a sí misma. Lo que Faythe pensara de ella estaba empezando a importar mucho, y en última instancia esa vulnerabilidad podría deshacerla.

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Capítulo Diez Faythe abrió la puerta, una amplia sonrisa en su rostro. "Por Dios, ¿puedes creer este tiempo?" "Puedo." Deanna se quitó el impermeable y miró a su alrededor. "¿Dónde puedo colgar esto para no estropear el suelo?" "Aquí. Dámelo." Faythe tomó el impermeable i mpermeable y lo llevó rápidamente al vestidor en el lado opuesto de la cocina. Regresando, se dio cuenta de que Deanna había puesto sus botas de goma en la pequeña alfombra de bienvenida y ahora estaba vacilante en la puerta de la sala de estar. "Tengo todo listo. Palomitas de maíz, Coca-Cola, a menos que seas una especie de chica Pepsi, y almohadas y mantas extra." "Almohadas extra?" Deanna alzó una ceja. "No me digas. Necesitas algo para esconderte si vemos algo asustadizo." Faythe sintió que sus mejillas se ruborizaban. "Eh, bueno, así que soy una miedosa." "¿Alguna idea sobre qué alquilar?" Deanna se sentó en el otro extremo del sofá. "Busqué las opciones de canales de pago, y como soy una idiota para las comedias románticas, busque su selección actual de estas primeras." Faythe se sentó junto a Deanna. Supuso que debería haber optado por la otra esquina del sofá, pero quería más contacto físico con Deanna. No había sido capaz de sacar el rápido abrazo de sus pensamientos. "Comedias románticas?" ro mánticas?" Deanna hojeó la lista de películas disponibles. "No es exactamente lo mío. ¿Qué opinas de Bogart y Bacall?" "Como en Humphrey y Lauren?" Faythe arrugó la nariz. "Ellos eran brillantes, pero las películas son un poco viejas." viejas." "No son viejas. Nunca podrían ser viejas — son clásicos," Deanna sacudió la cabeza. "Está bien, mira aquí. Tienen Lawrence de Arabia." "Dios. Otra antigua. ¿Qué hay de Love Actually, o esa nueva, Miss Pettigrew Lives for a Day?" "Déjame leer la reseña." El tono de Deanna no era alentador, y Faythe se preguntó si serían capaces de encontrar algo que ver. Ella debería haber catalogado a Deanna por ser una persona profunda, incluso cuando se trataba de películas. 56



"Oh chico. Love Actually es al parecer una de esas comedias románticas que tiene apenas suficiente sustancia para poder hacerla. ¿Qué pasa contigo y estos romances obvios?" Faythe golpeó el cuenco de palomitas de maíz abajo. "No son obvias! Love Actually resulta ser brillantemente hecha junto con un gran mensaje. Miss Pettigrew obtuvo excelentes críticas y la actriz que interpreta a Miss Pettigrew, Frances McDormand, es una actriz de carácter ganadora de un Oscar." Faythe fulminó con la mirada a Deanna, sintiendo como si su gusto en películas hubiera puesto otro clavo en el ataúd cuando se trataba de demostrar cuán superficial era ella. "No te preocupes, no quería molestarte. Sólo estaba bromeando. Nos gustan cosas diferentes, eso es todo." "Así que no estás siendo esnob acerca de mi gusto en las películas?" Faythe inhaló profundamente y lentamente lentamente dejó salir el aire por la nariz. "Tal vez un poco." Deanna pareció disculparse. "Lo siento." Faythe reconocía una disculpa sincera cuando escuchaba una. "Dios, Deanna, estoy exagerando. Puedes escoger cualquier película que quieras. Eres mi invitada." "En realidad, tengo curiosidad por esta película de Frances McDormand." "No estás diciendo eso, ¿verdad?" Faythe Fa ythe miró a Deanna con recelo. "No." La corta respuesta dijo más que cualquier larga explicación. "Muy bien. La próxima vez veremos African Queen o algo así. Me gusta esa." "O Casablanca. Muy romántica." Deanna guiñó un ojo mientras presionaba un botón en el control remoto, comenzando la película. Faythe alcanzó las palomitas de maíz y se acercó a Deanna para que pudieran compartir fácilmente el gran recipiente. Varias veces sus manos se tocaron por error mientras llegaron al cuenco, cada vez enviando un hormigueo por el brazo de Faythe. Cuando parecía que Miss Pettigrew iba a perder el amor, Faythe sintió el familiar anhelo profundo, realmente simpatizando con el personaje de la película. Ella apoyó la cabeza en el hombro de Deanna, sabiendo instintivamente que la proximidad aliviaría aliviaría el dolor. "¿Estás bien?" Deanna murmuró, tocando brevemente la mano de Faythe en el cuenco de palomitas de maíz. maíz. "Si estoy bien. Gracias." Faythe agarró un puñado de palomitas de maíz. No se apartó del hombro de Deanna. Se sentía demasiado bien. La escena doméstica era tan atractiva que 57



se complació, aun sabiendo que era temporal. Frotó su mejilla contra el brazo de Deanna, Faythe fingió que eran una pareja. Sabía que estaba siendo tonta, pero había estado sin compañía como esta durante demasiado tiempo. "Esto es acogedor." "Acogedor." Deanna parecía hacerse eco de los propios sentimientos de Faythe. "Sí. He echado de menos simplemente pasar el tiempo, sólo estar en casa sin hacer nada." "No puedo recordar la última vez que vi una película con un amigo así." "Yo tampoco." Faythe alzó la vista hacia Deanna. Sus ojos parecían aún un azul más oscuro que de costumbre, y sus labios estaban más llenos también? "Me alegro de que estés aquí." "Oh." Un leve temblor en el brazo de Deanna preocupó a Faythe. "Mi tiempo de preguntar. ¿Estás bien?" Faythe se deslizó aún más cerca, colocando una mano sobre la rodilla de Deanna. "Puedes "P uedes decirme." "Estoy bien." Faythe podría haber percibido las palabras como un desdén, pero el tono — deseo, deseo, con un dejo de desesperación — desesperación — evitó evitó que Faythe se ofendiera. "Deanna ..." Faythe ahuecó la mejilla de Deana y frotó su pulgar sobre su pómulo. "Te ves muy bien para mí." No estaba segura de donde venía su audacia; ella nunca había actuado así alrededor de nadie. No es como si me estuviera insinuando. Sólo quiero que sepa ... ¿Qué? Que la encuentro irresistible? O que estoy dispuesta a escucharla si quiere hablar sobre lo que está preocupandole? Todo lo anterior era probablemente cierto. Deanna estaba en su mente la mayor parte del día y visitaba sus sueños por la noche. "Gracias." La voz gutural de Deanna reverberó por todo el cuerpo de Faythe, creando inconfundibles reacciones físicas. Dejó su pulgar deslizarse por la mejilla de Deanna y trazar su generosa línea de la mandíbula hasta su resuelta barbilla. Se posó, dudando, justo debajo de su labio inferior. Deanna se lamió los labios, sus ojos se estrecharon mientras miraba hacia Faythe. "Juegas juegos peligrosos." Su voz era espesa. "No me interesan mucho los juegos," Faythe susurró. Su corazón golpeteaba en su pecho. "Nunca gano en nada." "¿No?" Deanna besó su palma. "Pareces " Pareces como una ganadora para mí." 58



"No, sólo buena para mantener las apariencias." Faythe hizo una mueca ante lo serio que la conversación inicialmente insinuante se había convertido. "He aprendido de los mejores." "¿Tus padres?" "Sí." Sorprendentemente, Deanna mantuvo la mano de Faythe en la suya. "¿Que hicieron? O no hicieron?" "Se mantuvieron juntos en lo que parecía ser el matrimonio perfecto hasta que me gradué de la escuela secundaria. El día después de la graduación, mi madre se mudó a un condominio en Manhattan. Mi padre vendió nuestra casa en los suburbios y se mudó a Florida." "¿El día después? ¿Que pasó contigo?" "Ya estaba firmado para trabajar en un campamento de verano con niños. Mis padres asumieron que estaría cuidada allí hasta que fuera a la universidad." Faythe suspiró. "Y lo estaba. Tuve un buen verano, lleno de distracciones, y aprendí un montón acerca de los niños, especialmente jóvenes adolescentes. También aprendí que no era la única chica de un hogar roto." "Aún así, debe haber sido una conmoción." La comprensión en los ojos de Deanna hizo que Faythe quisiera acurrucarse contra su hombro de nuevo y simplemente ser abrazada. Se había olvidado por completo de Miss Pettigrew y centrado únicamente en la voz ronca de Deanna y la amabilidad cautelosa en sus ojos. "Lo fue. Pero no tanto como la forma en que han actuado durante los últimos diez años." Faythe se avergonzó. Sus palabras sonaban tan forzadas. "No debería estar sorprendida. He visto cosas peores en el ámbito de los medios de comunicación y en el mundo del espectáculo desde entonces." "¿Qué pasó?" Deanna entrelazó los dedos entre los de Faythe, enviando vibraciones placenteras por su brazo. "Ellos decidieron recuperar el tiempo perdido." Faythe Fa ythe se encogió de hombros. "Mis padres comenzaron a conectar con diferentes parejas — algunos coexistiendo, algunos incluso simultáneamente. Aunque soy de espíritu libre, su comportamiento todavía me molestaba tanto que mi madre me llamó una mojigata en público."

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Faythe sonrió sin alegría. "Imagina vivir la existencia idílica suburbana una semana y luego tener a tus padres convertidos en personas completamente diferentes, saliendo con personas incluso más jóvenes que tú. Cuando les pregunté si toda mi infancia y adolescencia había sido una mentira, admitieron que lo era. Era tan importante para ellos mantener las apariencias mientras yo todavía era menor de edad. Una vez que estuve por mi cuenta, pasaron por alguna maldita metamorfosis." Faythe se acercó a Deanna, buscando consuelo en el calor de su cuerpo. Deanna llevaba puesto su suéter gris de punto, y el hilado desgastado era era suave al tacto. "Ellos tienen un código moral inusual," Deanna dijo. "Los padres hacen cosas que nunca pensamos que harían, eso es seguro." seguro." "Oh, lo siento. Sólo estoy parloteando acerca de mí misma. Debería estar preguntándote — " " Faythe trató de incorporarse, deseando mirar a los ojos de Deanna. "Cállate. Estás bien. Relájate." Deanna mantuvo a Faythe en su lugar contra su costado y la colocó más cerca. "¿Estás en contacto con tus padres?" "Sí, todas las semanas. Ellos me quieren, pero es embarazoso cuando están ya sea en el rebote de un amante de diez a veinte años más joven, o si son atrapados engañando. Sin embargo, mi madre está de vuelta con Chester, que no es mucho más joven. A ella realmente parece que le gusta él." Faythe se estremeció. "Ella quiere pasar unos días conmigo aquí." "Con Chester? Podría ser interesante." "No es seguro. Probablemente. ¿Por qué sería interesante?" Faythe logró inclinar la cabeza hacia atrás y estaba sólo a un suspiro de los labios de Deanna. "Puedes confirmar si este Chester está hecho de la materia correcta. Eres una entrevistadora, ¿cierto? Estás acostumbrada a leer a la gente, sacarles su interior." "Bueno ... sí." "Probablemente tienes un muy buen ojo para cualquiera que intente jugarte una mala pasada." "Generalmente. En realidad, tengo un buen ojo para las personas que no son de fiar. Bueno radar, se podría decir." Era su imaginación o Deanna se había puesto rígida? Faythe dio unas palmaditas en el muslo de Deanna tranquilizadoramente. "Justo como siento que eres una buena persona." "¿En serio?" La voz de Deanna sonaba so naba extrañamente estrangulada. 60



"Sí." Faythe movió su mano para cubrir el cuello de Deanna. "Y creo que te he catalogado como si fueras igual que yo." Masajeó los tensos músculos bajo el pelo negro. "Estoy muy equivocada para pensar que eres lesbiana?" 

Deanna había imaginado que Faythe era gay, pero no había contado con su franqueza. Debería haber sabido que sería tan directa. Ella no ha sido más que abierta desde que la saqué del agua. "No." Su garganta le dolía demasiado para decir más. Deanna se quedó sin mirar la película que aún seguía seguía en la televisión. Faythe deslizó su mano hacia la barbilla de Deanna y la obligó a mirarla a los ojos. "¿Estás bien con eso? No he metido la pata, ¿verdad?" Ella no vio ningún juicio, solamente amabilidad y algo que se parecía mucho al deseo. "Sí, estoy bien. He estado fuera durante mucho tiempo. Simplemente no ... eh ... salgo, en este momento." "Malas experiencias?" "Se podría decir eso." Faythe acarició la mandíbula de Deanna, haciéndola estremecerse. "No estoy saliendo tampoco. Ha pasado ... déjame ver ... Dios mío, ha pasado más de un año desde que incluso fui a un restaurante o a una película con alguien." "De verdad. Debes tener muchas oportunidades de encontrar citas emocionantes, teniendo en cuenta los círculos en los que te mueves." Deanna no podía imaginar a alguien dejando escapar la oportunidad de pasar tiempo con Faythe. Pero la cara de Faythe se oscureció. "Puede ser un mundo muy superficial. Tengo suficiente superficialidad cuando trato con mis padres." Faythe se incorporó y Deanna la dejó ir, enderezándose en su extremo del sofá también. "Lo siento. Nunca fue mi intención dar a entender que tú — " " "No, no. Todo está bien. Puedo entender que el mundo del espectáculo parece como la mezcla famosa para cualquiera que no está en el negocio." La amplia sonrisa de Faythe contradecía las oscuras nubes en sus ojos. "Y lo admito, si el sexo ocasional era todo lo

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que buscaba, no tendría que buscar mucho para encontrar un amante temporal. Esos días han terminado para mí, sin embargo." "Sólo para que lo sepas," Deanna dijo, luego pasó un brazo alrededor Faythe y la sostuvo firmemente contra su hombro, "las palabras ‘superficial’ superficial’ y 'frívolo' no se aplican a ti. Soy ti. Soy buena juzgando a las personas — personas — en en estos días." Deanna apretó los dientes después de la última frase reveladora, esperando que Faythe no se ciñera a ello. "Yo ... a veces me pregunto," Faythe susurró. "Tonteé un poco en la universidad, después del divorcio de mis padres, pero cuando me di cuenta de que estaba imitando su comportamiento, me compuse. Sin embargo, anduve con un grupo, y nos metimos en un montón de problemas antes de que viera la luz." " Y cuando viste la luz? " Faythe suspiró, su cuerpo ablandándose contra el de de Deanna. "Me dije que no estaba destinada a tener una relación. Las cortas eran insatisfactorias, y obviamente no tengo la estructura genética adecuada para una a largo plazo." El tono melancólico en su voz contrastaba con la indiferencia de sus palabras. Deanna quiso objetar, pero algo desolado en los ojos de Faythe la detuvo. Ella discrepó de todo corazón. Nadie era más adecuado para una relación larga, sana, y feliz que Faythe. Diferente a mí. Ella Ella no se da cuenta, pero está fuera de mi alcance. Complaciendose en un momento de placer culpable, Deanna abrazó a Faythe mientras la película continuaba. Esto era más de lo que podía esperar, y estaba demasiado fascinada por Faythe para dejar pasar la oportunidad.

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Capítulo Once Deanna maldijo su viejo coche, específicamente el radiador que amenazaba con calentarse a menos que conduciera con la calefacción puesta al máximo. El caluroso día de verano indio (*) hizo que hiciera demasiado calor para arriesgarse a conducir a la ciudad vecina para comprar alimentos, como hacía habitualmente. Tendría Tendría que tirar de su armadura emocional e ir a Grantville con sus potenciales susurros y comentarios. Se sentía mareada. La gran tienda Stop'n era preferible a las más pequeñas en el centro de la ciudad. En quince minutos su viejo Saab trastabillo y casi saltó en el estacionamiento. Ella se quedó en su coche durante unos minutos, diciéndose que necesitaba asegurarse de que el radiador no estallara. Finalmente salió, cerró el coche y cogió un carrito de la compra abandonado. Mientras lo empujaba hacia la entrada, ignoró el impulso de levantar la capucha de la chaqueta de su sudadera gris. Era temprano. Aliviada de no ver a muchos compradores, Deanna se centró en la lista que había preparado anoche cuando no podía dormir. Durante los tres días desde que había pasado la noche con Faythe, su interacción estaba constantemente en su mente. Pero no podía dejar que los pensamientos de cómo Faythe se sentía en sus brazos la frenara. Deanna se movió rápidamente a través de los pasillos y pensó que podría escapar cuando vio problemas por delante. Tres mujeres jóvenes paradas al final del pasillo de los cereales, bloqueando su camino. Mirando hacia atrás, Deanna se negó a tomar otra ruta hacia las cajas registradoras. En cambio, levantó la barbilla, decidida a pasarlas. Mientras se acercaba a ellas, una pequeña rubia la vio y susurró en voz alta, "Es ella. Es la Sra. Moore! ¡Savannah!" Savannah giró la cabeza y parecía como si quisiera ocultarse detrás del río de pelo negro. Sus profundos ojos grises parecían aprehensivos. "Sra. Moore." Deanna no estaba segura de si Savannah la estaba saludando o jadeando consternada. "Savannah. Señoras." Ella estaba fríamente empujando el carrito junto a las chicas, cuando una de ellas, una alta morena desgarbada, se rió por lo bajo. "Debe ser más difícil recoger a las chicas cuando trabajas por cuenta propia y nadie quiere hablar contigo, ¿verdad, Sra. Moore?" "¿Qué?" Deanna se giró y dio un paso atrás hacia las chicas, poniendo una mano en su cadera. "Lara, ¿verdad?" "Sí." Lara la miró desafiante.

(*) Período de tiempo inusualmente cálido y seco que a veces ocurre en otoño en el hemisferio el hemisferio norte.

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"Puedes repetir eso en mi cara?" Deanna habló en voz baja, sabiendo lo ominosa que sonaba. Francamente, era un alivio confrontar a alguien en lugar de tener chisme y risas detrás a sus espaldas. Lara miró a sus amigas, aparentemente renuente a encontrarse con los ojos de Deanna. "Sabes a lo que me refiero. Después de que rompiste el corazón de Savannah, deberías haber perdido tu trabajo. No es correcto para un maestro poder hacer algo así. Usaste tu posición." Tan equivocada como Lara estaba, mostró más coraje y lealtad equivocada que cualquiera de los adultos con los que se había cruzado desde el incidente. "Quieres comentar, Savannah?" La joven mujer a la que Deanna se había girado estaba pálida. "¿No? No puedo corregir los hechos en los que Lara basa sus suposiciones, ¿verdad?" "De que está hablando, Savvie?" Lara parecía desconcertada. "Vamos a salir de aquí. Puedo comprar estas cosas más tarde." Savannah tiró de la manga de Lara. "Adiós, Sra. Moore." Lara parecía enraizada en su lugar. "Espera un minuto." Pareció percibir algo, sus ojos inteligentes se estrecharon. "Savvie?" "Sólo vámonos, Lara. ¿Por favor?" "Está bien." Lara colocó un brazo protector sobre los hombros de Savannah, y Deanna se quedó inmóvil mientras las tres jóvenes abandonaron sus cestas y corrieron a través de una caja registradora sin personal. Lara miró hacia atrás una vez, la expresión hostil cambió a una de confusión. Mientras Deanna pagó por su compra no podía sacudir la sensación de que algo importante había sucedido. Deseaba poder hablar con Faythe al respecto. Eso era imposible, sin embargo, porque significaba sacar cada sórdido detalle a la luz, y Deanna no quería manchar su relación. Amistad, se corrigió. Faythe no estaba interesada en las relaciones. Y no soy exactamente el premio del año. Deanna estaba metiendo las pesadas bolsas en la cajuela cuando una voz la sobresaltó. "Sra. Moore. Deanna?" Cuando Deanna se volvió, Savannah Mueller estaba a cuatro pies de distancia, tirando de las mangas de su suéter de cachemir. Deanna recordó el signo familiar de que estaba nerviosa. "¿Qué quieres, q uieres, Savannah?" Deanna guardó la última ú ltima bolsa. "Sabes, si alguien, especialmente tus amigas, te ven hablando conmigo — " "

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"Regresaron a la casa de Lara en su coche. Vine sola." Savannah se aclaró la garganta y continuó sin aliento. "Seré rápida." Savannah dio un paso tentativo más cerca. "Sé que este no es el lugar, pero realmente necesito hablar contigo." "Tú y tu madre me han causado muchos problemas. En realidad eres la última persona con la que quiero hablar. Jamás." Deanna no estaba de humor para un corazón a corazón con la hija de Gloria Mueller. "Lo sé." Los ojos de Savannah se llenaron de lágrimas, y Deanna creyó ver cierto remordimiento, mezclado con algo parecido al pánico. "Es sólo que ... no tengo a nadie más a quien recurrir." "Perteneciste a la camarilla más popular en la escuela secundaria." Deanna resopló. "Sin duda esas hermosas señoritas con las que solías andar estarían allí para ti en un instante?" "No quiero hablar con Lara o Brandy. No lo entenderían." "O te verías menos como la Srita. Popular en sus ojos? Todavía están dedicadas a ti, su líder nato, ¿no es así?" "Sra. Moore. Por favor. No puedes sólo escucharme? escucharme? Te lo ruego," ruego," Savannah susurró, aún más pálida ahora. "No sé." Frustrada, y queriendo conservar su ira hacia esta niña mimada, Deanna se pasó una mano por el pelo. No podía ignorar la evidente angustia de Savannah. "No quiero que vengas a mi cabaña," Deanna dijo con severidad. s everidad. "No lo haré." Savannah metió la mano en su bolso y le entregó una tarjeta de visita rosada. "Ten. Es mi número de teléfono celular. Si encuentras una manera de verme, sólo envíame un mensaje de texto. Debo irme. No esperes demasiado tiempo. Es muy importante." Savannah corrió hacia un Miata tan rosado como la tarjeta de visita y se marchó. Deanna se guardó la tarjeta en el bolsillo trasero y se metió en su coche. El motor se había enfriado un poco y comenzó de buena gana. Sabiendo lo rápido que el radiador empezaba a calentarse, puso la calefacción en el máximo de nuevo. Con las ventanas abiertas, era soportable dentro del coche, aunque todavía un poco caliente. Cuando los problemas mecánicos no podían mantener a Savannah y sus súplicas fuera de la mente de Deana, trató de imaginar por qué Savannah era tan inflexible acerca de verla. Hace dos años, le había rogado ver a Deanna también, pero en circunstancias muy diferentes, perturbadoras.

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Mientras conducía a casa, su humor se hundió por debajo del nível de congelación al revivir algo de la humillación. Ver a Savannah, sin importar qué lamentable parecía cuando estaba a punto de llorar en el estacionamiento, obviamente sería un error. 

Faythe levantó la vista de su portátil, sorprendida. No se había tomado un descanso para el café, mucho menos el almuerzo. Se levantó del sofá donde había estado sentada con la computadora portátil descansando sobre sus rodillas. Sus hombros estaban rígidos y sus articulaciones doloridas. El trabajo duro ciertamente tenía sus desventajas. No había dormido bien los últimos días, pero su escritura iba mejor de lo que esperaba. Faythe entró en la cocina y abrió el refrigerador, luego se quedó mirando los estantes vacíos. "Pero fui de compras." Ah, Faythe pensó. Eso fue hace varios días. Había tenido un gran apetito después de que viniera a quedarse junto al lago, pero los últimos días habían sido sólo escribir, no comer. Eso tenía que cambiar. Miró su reloj. Las seis y media. Estaría oscuro antes de que terminara de hacer las compras, si salía. Miró deseosamente hacia las luces de Deanna. Podría ser que sea una coincidencia que había estado tan productiva desde su cita de la película con Deanna, pero no lo creía. Se había despertado al día siguiente descansada y llena de ideas que pedían ser escritas. Había escrito seis ideas para propuestas y una sinopsis de novela. Incluso las yemas de los dedos le dolían. Nunca se había imaginado a sí misma como una escritora de no ficción, pero la historia sobre el viaje de un anciano hacia su ciudad natal, y las vidas que tocó y cambió para siempre, había venido a ella cuando se sentó a escribir algo completamente diferente. A regañadientes, Faythe había comenzado a escribir las palabras mientras entraban en su mente, y una vez que terminó, dos horas más tarde, leyó una sinopsis que ni ella ni nadie jamás hubiera imaginado que escribiera. El anciano en la historia se sentía tan real para ella; Faythe se moría por ver si podía ampliar las ocho páginas de la sinopsis en una historia de formato de novela. Se había conectado tan profundamente con el personaje que fue con pesar que finalmente había cerrado la computadora portátil y se frotó las manos adoloridas. Cómo le encantaría encontrar la capacidad en su interior para llevar esta historia a algunos lectores. Tenía una base de fans que amaban su programa matutino, y algunos de ellos podrían ser lo suficientemente fieles para comprar un libro de ella. Nadie en la cadena o cualquiera de los miembros de su familia o amigos esperarían algo como esto. Ni siquiera creo que realmente pudiera escribir así. Y aún así, tenía de hecho escrita la sinopsis, el primer paso para completar la historia. Faythe sacudió la cabeza y abrió la puerta de la terraza. El suave jazz era apenas audible detrás de los árboles. Faythe entrecerró los ojos y pensó que podía ver una débil silueta de

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una persona moviéndose en la cabaña de Deanna. Impulsivamente, jaló de su cazadora de la percha y salió. El viento de otoño estaba más caluroso de lo normal, incluso en esta hora, y Faythe no se molestó en cerrar la cremallera de su chaqueta. Se apresuró entre los árboles, deteniéndose sólo cuando estaba a diez pies de la terraza de Deanna. De repente cohibida y vacilante, se movió de donde se encontraba, no estando segura de lo que diría si tocaba a la puerta. "Faythe?" la voz de Deanna, que venía detrás de ella, sobresaltó a Faythe y se dio la vuelta demasiado rápido. "Deanna!" Presionando su mano contra su pecho, Faythe estaba segura de que parecía una tonta. "¿Estás bien?" Deanna se acercó más, pareciendo preocupada. "Estoy bien. En realidad, sólo pensé en pasar y saludar. Um, quiero decir, oí la música, y realmente no hemos hablado desde ... bueno, desde la noche de la película." Un molesto rubor calentó las mejillas de Faythe. "Ven entra." Deanna hizo un gesto hacia su cabaña. "Estoy cocinando en el microondas algunas cosas interesantes de Lean Cuisine, y tengo suficiente para dos, si tienes hambre." "Me muero de hambre, en realidad." Faythe se sintió aliviada que no estaba haciendo un problema por su llegada sin previo aviso. Adentro, la música envolvía todo, creando un ambiente acogedor. "Estaba planeando cenar en el sofá. Eso está bien contigo?" "Claro que sí." Faythe se detuvo en la puerta de la cocina. "¿Algo que pueda hacer?" "Si puedes agarrar dos vasos de allí, y un poco de agua mineral del refrigerador, eso sería genial." Deanna asintió hacia uno de los gabinetes superiores. "En ello." Faythe llevó los objetos a la mesa de café y se sentó. Deanna se unió a ella con dos platos de humeante pasta, y el estómago de Faythe gruñó de placer. "Hambrienta, eh? Yo también." Deanna le dio a Faythe una de los platos y la observó mientras devoraba la comida. "¿Qué has estado haciendo?" La pregunta era casual, pero sus ojos no lo eran. Casi negros, se clavaron en los de Faythe, como si estuviera buscando la verdad última.

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"Escribiendo, principalmente." Faythe trató de sonar igualmente relajada, pero no pudo porque su corazón latía más y más rápido ante la vista de Deanna tendida a su lado en el sofá. "Algo que puedas compartir aún?" "Sólo cosillas. Cualquier cosa y todo lo que viene a mi mente, pero no vale la pena compartir, de verdad. Quiero decir, es tan fragmentado que sólo yo puedo darle algún sentido. Lo qué sea que pasó entre nosotras durante la noche de la película pareció desbloquearme." Horrorizada de cuán abiertamente habló de esa noche, Faythe trató por una salida rápida. "Es decir, aclaramos un poco las cosas, ¿verdad?" "Un poco." Deanna asintió. "También nos complicamos las cosas." "Te arrepientes de que nos acurrucamos." Faythe gimió ante su vocabulario. Por Dios, eso sonaba muy maduro. No. "No, no." Deanna pareció sorprendida. "Esa fue la mejor parte. Como te dije, ha pasado un tiempo." Ella agarró la botella y les sirvió un poco de agua mineral. "La cercanía ... se sentía muy bien." Aturdida por la apertura inesperada de Deanna, Faythe se relajó. Terminó de comer y puso su plato sobre la mesa de café antes de acercarse a Deanna. "Parece que tienes algo en mente," dijo cuando notó la expresión distraída de Deanna. "Sólo pasando un montón de cosas." "Y te estoy oscureciendo el camino, ¿verdad?" "Sí." Deanna habló suavemente, claramente queriendo quitar el escozor de la respuesta de una sola sílaba. "Debería sentir pena, supongo." "No es necesario." Deanna puso su plato también y tomó otro sorbo de agua. Faythe rozó una gota de agua errante de la barbilla de Deanna, su pulgar acariciando el labio inferior en el proceso. "Eres hermosa." Ella habló antes de que su mente pudiera corregir su lengua y vio los dos rápidos parpadeos de Deanna cómo sus palabras la sorprendieron. "Bueno, lo eres," murmuró. "Gracias." Deanna parecía un poco conmocionada y bebió más agua. "No estoy segura de cómo podrías encontrar a alguien tan gruñón y distante como yo atractiva." 68



"Gusto ecléctico en mujeres?" Faythe sugirió caprichosamente y se rió mientras Deanna se atragantó con el siguiente sorbo. "Lo siento." "No lo sientes en lo más mínimo." Deanna puso su vaso sobre la mesa de café y alcanzó a Faythe con rápidas manos como de rayo. De repente Faythe estaba en el regazo de Deanna, con sus fuertes brazos alrededor de su cintura. "Pequeña pícara." Faythe perdió lo poco que quedaba de su aliento. Las manos de Deanna quemaban a través de su camisa blanca de algodón, y seguramente no se estaba imaginando que se movían en pequeños círculos contra ella? Los ojos de Faythe empezaron a cerrarse, y apenas se recompuso lo suficiente para no gemir de felicidad. "Faythe." De alguna manera, la voz burlona de Deanna se había vuelto más profunda y ahora sonaba como el chocolate negro derretido sabía. "Sí." "Mírame." Faythe se esforzó por abrir los ojos y miró a Deanna, cuyos ojos eran oscuras piscinas azules de turbulenta emoción. "Mirando. Como dije, hermosa." "Oh." Deanna gimió y tomó los hombros de Faythe. "Esto es una locura." "Sólo quiero besarte," Faythe dijo, entrecerrando los ojos mientras se concentraba en las cariñosas manos de Deanna que la masajeaban en los mismos círculos lentos. "Y no te detengas. Me gustan mucho tus manos." "¿Te gustan?" "Sí." Faythe se acercó para besar a Deanna y frunció el ceño cuando ella se retiró de su alcance. "Eso puede ser muy peligroso," Deanna dijo. "No tengo miedo." Faythe sonrió antes de ver la severa seriedad en los ojos de Deanna. "De verdad, Deanna. No tengo. Sólo quiero ... necesito besarte." "¿Y si se convierte en algo más? Algo que podrías lamentar." Deanna tembló contra Faythe. "Soy una niña grande. No tienes que cuidar de mí." Ella se estaba volviendo insegura a pesar de que deseaba a Deanna. "Pero tal vez estás tratando de defraudarme 69



delicadamente, y soy demasiado estúpida para darme cuenta." La idea no se le había ocurrido a Faythe hasta ahora, pero eso podría explicar algunas de las reticencias de Deanna. Sonriendo ampliamente para enmascarar su dolor y vergüenza, Faythe comenzó a deslizarse hacia su esquina del sofá. "Bueno, no pasa nada, entonces." Su constreñida caja torácica dolía, al igual que el gran nudo en la garganta mientras trataba de tragar. Faythe mantuvo su comportamiento profesional firmemente en su lugar. "Tonta de mí." "Basta," Deanna susurró roncamente, y la abrazó con fuerza en su regazo. "Debes saber que estoy más que atraída por ti. Tu risa, tus increíbles ojos, tu cuerpo y tu dulzura." Deanna hundió la cara en el cuello de Faythe. "No lo entiendes. Estoy tratando de protegerte." "¿Protegerme? ¿De qué? De ti?" Faythe alisó el pelo de Deanna porque sin importar lo que fuera, necesitaba seguir tocándola. "Sí." Deanna respiró profundamente un par de veces. "Mi reputación no es la mejor en esta ciudad. Es posible que ya hayas oído algunos de los chismes. Me sorprendería si no lo hicieras." "Algunos." "Ah." Deanna asintió lentamente y sólo la más leve caída de sus hombros traicionó que la admisión de Faythe la afectaba. "No estoy segura de lo que has escuchado, pero empezó hace dos años y el chisme sigue vivo y coleando, por lo que esto podría ser contraproducente." "Porque soy una cara familiar?" "Créeme. Esto es una carrera frenada." Deanna acarició la mejilla de Faythe. "Lo fue para mi." "¿Pasó algo hoy que trajo esto a la superficie?" Deanna le dio una mirada de asombro. "¿Cómo puedes saberlo?" "No es tu forma habitual de actuar que te abras de esta manera, así que pensé que algo pasó." Deanna estudió la cara de Faythe con tal detalle que sintió que un lento rubor impregnaba sus mejillas. "Sí. Una ex estudiante pidió hablar conmigo en privado, a pesar de que sabía que nos pondría a ambas en problemas si alguien se enteraba." 70



"Entonces, consideró que esta estudiante era parte del 'pecado' original que comenzó el chisme en primer lugar." "Supones correctamente." "¿Y por qué quiere hablar contigo? ¿Y cuando?" "No lo sé. Cuanto antes." Las frases cortas no ayudaban a aclarar nada. Faythe retrocedió a lo que Kitty-con-uncorazón le había dicho. "Alguien mencionó comportamiento inmoral. ¿Te acusaron de tener una aventura con una estudiante?" "Sí. Y no." "Podrías explicarte? No entiendo." "Savannah le dijo a sus amigas que ella y yo éramos amantes, que utilizabamos la oficina en el estudio de arte de la escuela secundaria para nuestros encuentros románticos." Deanna se echó hacia atrás y apartó a Faythe de su regazo. Metiendo las piernas debajo de ella, continuó. "También les dijo que la seduje y que planeabamos fugarnos a Canadá. No hace falta decir, sus padres — el alcalde y su esposa — estaban menos que contentos. Comenzaron una venganza contra mí, incluso la prensa local publicó la historia, y renuncié."

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Capítulo Doce Deanna lavó los platos, no estando segura de cómo había acabado en la cocina tan rápido. Un minuto, ella estaba sentada con Faythe en el sofá, derramando todo lo que había prometido no manchar su amistad, y ahora estaba parada junto al fregadero de espaldas a Faythe. Los pensamientos se movían de ida y vuelta en su adolorida cabeza, y quería agarrar su chaqueta y salir de la cabaña. Sólo para respirar. "¿Necesitas ayuda?" La suave voz de Faythe simplemente sonaba amistosa en una manera no comprometida. "No. Gracias. Ya lo tengo." Incapaz de hablar que no sea entrecortado, Deanna se limpió las manos y se dio la vuelta, decidida a no actuar como una cobarde. Se encontró con los ojos de Faythe sin parpadear. "Asi que. Ahí lo tienes." "Quiero escuchar tu versión de ello." Faythe estaba apoyada contra el marco de la puerta, parecía tranquila, tranquila, aunque un poco reservada. "¿Por qué? Nadie ha preguntado mi versión de la verdad." Dos años de ira estallaron justo debajo de la superficie, y Deanna podía saborearla mientras hablaba. No era justo desquitarse en Faythe, pero ella era la única aquí. "A menudo las cosas no son como parecen. He aprendido eso mediante la realización de cientos de entrevistas. Si miro esta situación lógicamente, veo claras discrepancias entre lo que sé de ti y lo que me acabas de decir sobre esta chica Savannah." Faythe no sonaba casual y dulce. Su vocabulario y la calidad de su voz habían cambiado. Deanna supuso que era la forma en que la Faythe profesional sonaba cuando entraba en el lugar de desayuno de la gente desde sus pantallas de televisión. Profesional, articulada, astuta, y asombrosamente bella. "Supongo que esto no era lo que tenías en mente cuando apareciste en mi puerta, ¿eh?" Deanna señaló hacia la cafetera en la encimera. "¿Café?" "Sí por favor. Probablemente podríamos utilizar ambas una taza." Faythe se sentó en la pequeña mesa junto a la ventana con vistas al lago. La luna filtraba rayos de luz azul pálido entre los arces y creaba destellos brillantes en el agua. Deanna no estaba de humor para apreciar la impresionante impresionante belleza, pero pero se sentó frente a Faythe. "Sólo dime, Deanna," Faythe dijo en voz baja. "Ya es hora de que se lo digas a alguien." "No es tan fácil." Deanna siguió un rasguño en la vieja mesa de roble con su dedo índice. "No se trata sólo de mí."

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"Esto no es una entrevista." Faythe apretó la mano de Deanna. "Ni siquiera es una cosa extraoficial. No estoy sentada aquí en mi calidad profesional. Sólo soy yo ahora." "Está bien." Deanna podía sentir realmente la corriente de energía de la mano de Faythe. No se sentía cómoda mostrando algún signo de necesidad, pero se aferró a Faythe con los dedos fríos. "Me mudé aquí hace nueve años, por razones familiares. Los dos primeros años apenas me mantenía como ilustradora, y luego conseguí un trabajo como profesora de artes en Grantville High School. Me encantó trabajar con los niños, especialmente los que están en la secundaria. Me las arreglé para seguir con mi carrera como ilustradora al mismo tiempo, y todo parecía funcionar." "Hasta…" "Hasta…" "Hasta hace dos años cuando Savannah Mueller comenzó su último año. Estamos hablando de la reina del baile, la hija del alcalde, la capitana del equipo de porrista. Y una estupenda estudiante, siempre en el cuadro de honor. La pequeña Srita. Perfecta." "Suena insoportable," Faythe dijo. "Continúa." "En realidad, Savannah era una buena chica. Era por lo general mucho más sensata que su madre. Nunca vi el problema venir. Realmente no." Deanna se levantó para agarrar el café, pero se sentó de nuevo cuando Faythe presionó una mano firme en su hombro. "Lo traeré." Ella trajo dos tazas humeantes y se dirigió al refrigerador por un poco de leche. "Muy bien, ¿dónde estábamos? Oh, es cierto. Pequeña Srita. Perfecta. Chica agradable. ¿Entonces que?" "Savannah desarrolló un enamoramiento hacia mí. Me di cuenta desde el principio, y ella no era la primera chica que me idolatraba, así que lo tomé con calma y la traté amablemente, pero no fue diferente de cualquier otra persona. Me dije que era una cosa normal, una fase pasajera." Deanna ahuecó sus manos alrededor de la taza, calentándolas, pero lo encontró carente en comparación con la comodidad de las manos de Faythe. "Al final resultó que yo estaba equivocada." "Ella te persiguió?" Faythe apoyó la barbilla en la palma de su mano. "Savannah estaba probablemente acostumbrada a ser perseguida, en lugar de al revés. Comenzó haciéndose útil — útil — llevando llevando equipo, limpiando los pinceles, colocando las sillas al final del día. Cuando no mordí el anzuelo, dio un paso a un nivel superior al convencer a sus padres para que me invitaran a diferentes funciones, beneficencias, ese tipo de cosas, tratando de involucrarme. Al principio me impresionó cuando me di cuenta de cuántas organizaciones benéficas dirigía su madre. Me llevó un tiempo entender que Gloria Mueller no estaba actuando por la bondad de su corazón, sino porque ella quería 73



ser la abeja reina. Dirigía esas organizaciones benéficas como si fueran sus reinos y los empleados y otros voluntarios eran sus leales súbditos. Cuando descubrí lo que estaba pasando, me retiré. Fue entonces cuando Savannah comenzó su asedio. Ella parecía devastada que no me impresionó lo suficiente como para seguir yendo a las reuniones. Un día se quedó después de clase y se echó a llorar, aferrándose a mí, diciéndome que me amaba y que no podía soportar estar sin mí." Deanna trató de sonreír, pero sus labios temblaban demasiado. "Me quedé impactada. Podía lidiar con una colegiala enamorada, pero estas emociones crudas, la desesperación. Supongo que manejé manejé mal la situación." "¿Qué hiciste?" No había juicio alguno en la voz de Faythe. "Le dije que lo que sentía no era amor. Le di el discurso genérico sobre lo común que es para una persona joven idolatrar a un maestro, un modelo a seguir." Deanna se encogió de hombros. "Savannah no lo tomó muy bien. Le dije eso hasta que ella era una hija única mimada con padres ricos e influyentes. Obviamente estaba totalmente equivocada." "¿Que pasó?" "Ella estaba aplastada. Les había dicho a sus mej ores amigas acerca de ‘nosotras’ y supongo, convirtió parte de sus ilusiones en 'hechos'. Ellas realmente creían que ella y yo éramos amantes. Más tarde, Savannah les dijo que queríamos fugarnos a Canadá, para casarnos." "Oh Jesús." "Sí.Yo estaba impactada. Y enojada. Arremetí contra ella, diciéndole que no había 'nosotras' y nunca lo habría. Le expliqué que pensaba que era una buena chics, pero eso era todo. No estaba enamorada de ella, y que no iba a suceder." "Oh, Deanna." "Lo sé. Le rompí el corazón. Y reaccionó de la única manera que sabía cómo. Venganza." Deanna cerró los ojos y sintió que Faythe tomaba sus manos y quitaba la taza de café. Abrió los ojos cuando Faythe la levantó de la silla y la guió hasta el sofá. Allí, se sentó y tiró de Deanna, haciéndola sentarse junto a ella, envolviéndolas con una manta. "Parecías tener frío. ¿Mejor?" "Sí. Gracias." Deanna permitió que el calor del cuerpo de Faythe penetrara el suyo antes de continuar. Hablar de esto ya no parecía una opción, sino una necesidad. "De repente, no eran sólo los mejores amigas de Savannah que sabían de 'nosotras'. Todos, estudiantes y profesores por igual, pensaron que había seducido a mi más bella alumna y más o menos la dejé en el altar. Ni siquiera estaba fuera del trabajo, entonces. Pero pensé, ingenua como 74



era, que la facultad se daría cuenta de lo absurda que era esa acusación. Me sorprendió cuando me di cuenta de que se habían tragado todo lo que Savannah chismorreó — completamente. No tenía que actuar con el corazón roto. Lo estaba. Pero usó su dolor para clavarme, y una vez que su madre se involucró, yo era historia. Sólo tomó a Gloria una semana para hacer correr la voz. Recuerda, ella tenía todas estas conexiones y dirigía todas las principales organizaciones benéficas y eventos, y era la esposa del alcalde. Su palabra en Grantville, era, y sigue siendo, la ley, incluso si su esposo ya no es el alcalde. Así que renuncié." "¿Por qué? Podrías haber luchado contra ellos. Ellos no tenían ninguna prueba." "Oh, pero creían saber lo que pasó. No hay humo sin fuego, ¿verdad? Y cuando mis colegas se enteraron, me imagino que el hecho de que soy lesbiana y que Savannah confesó tal cosa lo hizo muy plausible. ¿Por qué alguien admitiría un romance lesbico, que consideraban un estigma, si no era verdad? ¿Por qué sujetarse a ese tipo de chisme?" "Ya veo. Así que Savannah tenía a todos creyendo que te acostabas con ella, entonces la dejaste y le rompiste el corazón." "La junta directiva de la escuela convocó a una reunión de emergencia. Aseguraron a todos los padres preocupados y los medios de comunicación locales que habían iniciado una investigación, lo cual era una mentira. Ellos ya habían tomado una decisión. El mensaje oculto era que se asegurarían de que ningún depredador sexual — esa esa sería yo," Deanna dijo, riendo amargamente, "nunca sería capaz de aprovecharme de cualquiera de las alumnas de Grantville High de nuevo." "¿Ellos dijeron eso? No puedo creerlo." "Ah, se me olvidó mencionar que Gloria Mueller es miembro de las juntas escolares públicas y privadas, así como como de la PTA (Asociación de padres padres de familia)?" "Ah. Ya veo. Conoce a tu enemigo." Aún así, Faythe se dio cuenta de que no entendía completamente. "Algo está mal. Podrías haber peleado esto, con uñas y dientes. Es como si tuvieran un poder sobre ti." "Eres muy perceptiva. Me he dado cuenta." Deanna sacudió la cabeza, torciendo el borde de la manta. Cerró los ojos, las arrugas estropeando su frente. "No puedo decirte. No todo. Te he dicho más de lo que he confiado a nadie." "Ya veo." Faythe miró a Deanna con preocupación, y Deanna se preguntó que pasaba por su cabeza. "Obviamente tienes tus razones, fuertes, pero tienes que entender que suena extraño. No es lógico que no demandaras a todos por calumnia y difamación. Tu silencio debió de hacerte ver culpable a los ojos de todos. Cuando escucho a mi instinto visceral, 75



no puedo creer que te aprovecharas de una chica. De ninguna manera." Faythe suspiró. "Quiero decir, he oído que los familiares y vecinos de las personas acusadas de tales cosas afirman lo mismo, que su ser querido nunca se aprovecharía de nadie, que debían ser inocentes — inocentes — " " "Y luego resultó que eran culpables después de todo." Deanna se encogió de hombros. "No puedo culparte si piensas que estoy es toy mintiendo descaradamente. Si crees que es posible que pudiera seducir a las adolescentes y prometerles casarnos en Canadá — " — " Deanna se puso rígida, empujando a medias la manta. Estúpidas lágrimas corrían por sus mejillas y los temblores reverberaban a través de ella y hacían sus manos sacudirse, pero se negó a siquiera parpadear cuando miró a Faythe. Estaba atrapada en esa red de mentiras, pero no le daría a nadie la satisfacción de vencerla completamente. Sin mostrar temor. "Entonces, que te mantuvo en Grantville después de que fuiste apartada?" Faythe obviamente no se daba por vencida. "Todo el mundo lo esperaba, querían que me alejara lo más lejos de Grantville como fuera posible." "¿Por qué no lo hiciste?" Faythe Fa ythe apartó suavemente el pelo de Deanna de su cara. El toque significaba más para Deanna de lo que Faythe Fa ythe podría suponer. "Debido a Miranda, mi hermana. Nunca podría dejarla atrás. Ella es una estudiante en una instalación en esta ciudad para niños con necesidades especiales. Ella depende de mí. Eso es todo lo que puedo decirte." Los ojos de Deanna rogaron a Faythe que no forzara el asunto. "Y no es suficiente para que lo entienda. No puedo conectar los puntos entre tú sucumbiendo a la calumnia, a sacrificarte así por tu hermana." Faythe tomó las dos manos de Deanna debajo de la manta. "Pero salvaste mi vida y te debo el beneficio de la duda. Sin embargo, no te puedo ayudar con esta nueva situación con Savannah si no me mantienes al tanto." "Oh Dios. Savannah. No he hablado con ella, o ella conmigo, desde hace dos años. La vi en el supermercado y quiere hablar conmigo." "¿En serio?" Faythe pareció sorprendida. "Alguna conjetura en cuanto a por qué?" "Ni idea. Ella parecía realmente preocupada por algo y se veía muy diferente de la animadora adolescente que era hace dos años. Obviamente algo está pasando." p asando."

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"¿Alguna posibilidad de una disculpa? Preferiblemente una pública con la oportunidad de limpiar tu nombre." "Quizás. Pero parecía más que eso. Y eso me asusta. Si alguien se entera de que hemos hablado, aunque sea de pasada, me temo que todo será como lo fue hace dos años. La gente todavía me odia, y de vez en cuando me encuentro con alguien que siente el derecho de darme su opinión. Pero en comparación con lo que era en ese entonces ... " Deanna apoyó la cabeza en el respaldo del sofá. "Supongo que todo es relativo." "Claro que lo es." Faythe se chupó el labio inferior. "Déjame pensar. Dado que en realidad estás considerando escuchar a esta joven equivocada, no deberías hacerlo aquí en tu casa, o en público. " "No, no." "Un cuarto de motel suena aún peor." "Faythe." Deanna hizo una mueca. "No puedo ver la forma en que posiblemente podríamos arreglarlo." "¿No crees que te lo debes a tí misma, o a Miranda?" "De alguna manera tienes razón — razón — " " "Y no me dirás de qué manera estoy equivocada." Frotando la parte posterior de la cabeza, Faythe se despeinó completamente. "Escucha. La casa de la tía Nellie podría ser una buena opción. Sé que está cerca cerca de tu propiedad, pero nadie nadie sabe que somos amigas." "No puedo dejar que arriesgues tu reputación de esa manera." "No lo haces. Estás arriesgando la de la tía Nellie." Faythe arrugó la nariz. "Y ella es demasiado rica para importarle. Ni siquiera las Gloria Muellers de este mundo tienen algún impacto en Nellie." "Pero — "Pero — " " "Sin peros." Alzando su mano, Faythe de repente parecía severa de una manera que Deanna no había visto antes. "Si decides averiguar lo que q ue quiere, entonces dile que puedes reunirte en mi casa y que seré testigo de lo que las dos digan. No la tendré intentando atraparte en algo peor de lo que te metió en primer lugar." Deanna miró fijamente a Faythe. "Tú — "Tú — realmente realmente pareces creer en mí."

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"Realmente quiero creer en ti, Deanna." "Está bien, voy a pensar acerca de tu oferta. Gracias." Deanna agarró las manos de Faythe. "Ha pasado tanto tiempo desde que alguien siquiera consideró ponerse de mi lado." "Me molesta que nadie te defendiera." "Me dolió durante mucho tiempo que mis llamados amigos de la facultad me dieron la espalda tan fácilmente. En aquel entonces no sabía de lo que era capaz Gloria." Deanna sabía que estaba explicando demasiado y se interrumpió. "Digamos que entendí por qué no podían — quiero decir, no se atrevieron a apoyarme. Ninguno de ellos quería arriesgarse a perder sus empleos. Si te cruzas con Gloria Mueller, es muy díficil encontrar un nuevo empleador en esta ciudad dentro del sistema educativo. No fue culpa de ellos más de lo que fue mía." Deanna trató de hablar de una manera práctica, pero sabía que su dolor todavía se filtraba. "Recuerda donde suelo trabajar," Faythe dijo suavemente. "La opinión pública no me influye muy fácilmente, probablemente porque los periodistas son expertos en dar vuelta a las cosas." "Gracias." Deanna se echó hacia atras. "Estoy "Esto y tan cansada." "Yo también. Las conversaciones intensas pueden agotarte." "Bueno, trata de imaginar la primera conversación intensa en más de dos años. Estoy Esto y fuera de práctica."

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Capítulo Trece Deanna miró la tarjeta de visita rosada que Savannah le había dado. Al principio sólo se había limitado a guardarla. De las muchas emociones contradictorias que inundaban su sistema, la ira fue la más fuerte. Estaba a punto de romper la tonta tarjeta en dos y olvidarse de todo el doloroso asunto cuando se detuvo. La tarjeta tenía una pequeña rasgadura en el borde superior, pero los números de teléfono estaban intactos debajo de la letra en espiral que enunciaba Savannah Mueller, Servicio al Cliente, Refugio para animales de Grantville. ¿Ella está trabajando? No fue a la universidad? La curiosidad eclipsó su enojo, y trató de averiguar por qué una joven de padres ricos y políticamente ambiciosos trabajaba en un refugio para animales. Los padres de Savannah ciertamente tenían los fondos y las conexiones para enviarla a cualquiera de las universidades prestigiosas. Deanna pensó en su encuentro el día anterior y en lo que en última instancia había dado lugar cuando Faythe vino. Guardó la tarjeta de visita ya que no estaba lista para decidir qué hacer y se acercó al sofá para doblar la manta en la que ella y Faythe se habían acurrucado. El olor de Faythe permanecía en la tela, su frescura limpia recordándole a naranjas y jengibre. Ella inhaló profundamente y luego se contuvo y colocó la manta en el reposabrazos. Tenía mucho que hacer hoy, y no podía perder el tiempo dando vueltas sintiendose sentimental. En la parte de su cabaña usada como su estudio, Deanna encendió la luz del techo. Había muchas veces soñado con un condominio condo minio tipo loft o un apartamento con enormes ventanas que dejaban entrar la luz del norte. En cambio había instalado varias bombillas de color azul que imitaban la luz del norte pasablemente. Colocó una nueva hoja de papel en su espacio de trabajo y se aseguró de que hubiera afilado sus lápices. Sentada en su taburete, se sentía casi físicamente confortada por la sensación del lápiz entre sus dedos. Cuando empezó a dibujar, sabía que este sería un día productivo. Bunny Buttercup y sus amigos parecían surgir de la nada y tomar su residencia en su papel, y se sintió realmente feliz mientras añadía los detalles. No podía esperar para comenzar a trazar con los colores. Era como ser un niño con un libro para colorear otra vez, y le encantaba esa parte tanto como el propio dibujo. Todo el proceso fue meditativo, y este proyecto la había mantenido en marcha estos últimos dos años. La imagen de Gloria Mueller escupiendo sus ácidas palabras, su voz bien articulada y refinada, surgió. Gloria supuestamente provenía de un origen humilde, pero casarse con un hombre mucho mayor que se convirtió en un político exitoso allanó el camino para su propia carrera como la Primera Dama de Grantville. "Y pensar que admiraba a esa mujer," Deanna dijo. "E incluso traté de impresionarla una vez. Maldita sea, puedo ser tan tonta." Trabajó más enfocada con el lápiz, forzando a su frustración salir de su cuerpo y mente. Trabajando creativamente de esta manera podría exorcizar incluso los sentimientos más oscuros.

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Cuando sus pensamientos migraron al tema de Faythe en cambio, las manos de Deanna crearon el precioso bosque alrededor de Bunny B unny Buttercup, con intrincadas flores y árboles. Todavía podía sentir el suave, tierno beso de Faythe en su mejilla. Se entendía como un beso de apoyo y amistad, pero por primera vez en años, Deanna experimentó un claro elemento de deseo. La belleza exterior de Faythe era obvia, y sentirse atraída por ella era una sana reacción sexual, pero Deanna sentía mucho más. Deanna era cautelosa de varias cosas sobre Faythe — Faythe — su su profesión, junto con su estatus de celebridad, y su declaración de que no era material de relación. Deanna dejó de dibujar, su mano cernida una fracción de pulgada por encima del papel. ¿Por qué Faythe estaba en su mente tanto? No eran amantes, o incluso consideraban convertirse en tales. ¿Lo estaban? Lo estoy? Deanna dibujó rápidamente una hilera de pequeñas farolas de hongos que bordeaban el sendero del bosque donde desapareció entre los árboles. Fuera lo que fuese, tenía que decidir pronto si debía llamar a Savannah. Faythe seguiría preguntándole sobre eso, estaba segura, y realmente le molestaba a Deanna que Faythe pudieran pensar que era una cobarde. "De frente," susurró mientras añadía luciérnagas para ayudar a encender los hongos. "No es un casco lo suficientemente fuerte para eso." 

"Suzy!" Faythe miró sorprendida a su agente, que estaba parada en su puerta, elegante y bien peinada como de costumbre. Suzy Connelly estaba en sus principios de los cincuenta años, pero con la ayuda de la cirugía de aumento y restauración, parecía que tenía treinta y tantos años. Su cabello corto y rubio blanco-tiza, Suzy siempre vestía de negro, sin importar la ocasión, lo cual le sentaba, a pesar de que su esposo se quejaba a menudo de ello, lo que Suzy ignoraba. "Pensé en pasar a visitar." Suzy sonrió, levantando su maletín, que contenía todos los documentos importantes de Suzy en forma digital, y algunos incluso en papel. Una vez que Suzy dejara caer su maletín en el sofá de Faythe y el contenido se esparciera. El objeto más inesperado, teniendo en cuenta los lacónicos comentarios de Suzy sobre su marido y su punto de vista tradicional, era una foto de once por ocho de él en un marco de malla plateado. "¿Pasar a visitar? ¿A dónde vas? Vives en Manhattan, por el amor de Dios." Suzy sonrió descaradamente. "Bueno, tengo dos razones para estar en el vecindario. Una es una gran oferta que simplemente no puedes rechazar, y la otra es ... Cornelia me llamó." "Mi madre te llamó?" Faythe se dio cuenta de que estaba empezando a sonar como un loro. "¿Para qué?" 80



"Si me preguntas adentro, podría decirtelo." Suzy miró fijamente detrás de Faythe. "Parece una bonita casa." "Oh, lo siento. Me sorprendiste." Faythe echó un vistazo a su reloj. Había dormido tarde, cansada después de su velada con Deanna. Algo en su sección media de repente brilló al pensar en cómo ella y Deanna Deanna se habían sentado tan cerca cerca en el sofá. "Entra, Suzy." En el interior, dio a Suzy un recorrido por la casa, sabiendo que lo apreciaría, y finalmente terminaron en la cocina donde Faythe preparó café recién hecho. "¿Por qué no llegas al punto?" No estaba siendo mal educada. Ella y Suzy siempre habían sido sinceras la una con la otra. Demasiados secretos en la familia de Faythe mientras crecía la habían hecho exigir eso. Era por eso por lo que había persuadido a Deanna para decirle la verdad? O parte de la verdad. Ella todavía todavía no tenía una pieza importante del rompecabezas rompecabezas que era su vecina. "Faythe?" La voz de Suzy rompió las reflexiones de Faythe. "Te pusiste distraída conmigo." "Lo siento," Faythe dijo de nuevo. "¿Qué estabas diciendo?" "Dios Todopoderoso, debes estar respirando demasiado aire fresco aquí," Suzy movió su muñeca, "en el campo." "Grantville, Vermont, es apenas el interior." Faythe resopló. Confiar en una personalidad súper urbana como Suzy para considerar este hermoso h ermoso lugar el campo. "Lo que sea. Tengo la mejor noticia para ti." "La tienes." "Sí. Sí." Como si un genio hubiera dado nueva vida a Suzy, sus mejillas brillaron de repente y Faythe podría haber jurado que incluso su pelo brillaba más. "CNN te quiere!" "¿Qué?" "Ya me escuchaste." Suzy Suz y sacó su BlackBerry. "Espera. Déjame mostrarte el correo electrónico. Espera." Ella apretó varios botones, desplazó la rueda en el lateral del teléfono, y murmuró con impaciencia mientras sus ojos se movían hacia atrás y adelante a través de la pequeña pantalla. "Aquí." Suzy le pasó el teléfono a Faythe. CNN se había acercado a Suzy cuando se enteraron de que ella estaba de permiso, preguntando si estaba disponible o ya contrató con una cadena.

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"No puedo creerlo." Faythe se desplazó rápidamente a través del correo electrónico. "Quieren que yo sea presentadora en un programa de ciencias. ¿Ciencias? Ni siquiera estoy cómoda con el tema como laica." "¡Bah! Te han visto realizar entrevistas sobre una multitud de temas y están impresionados con lo bien que haces tu investigación y trabajar con tu tema sin importar lo que sea." "He hecho mi parte de entrevistas locas." Faythe se echó hacia atrás y miré al techo, deseando que los tablones pudieran proporcionar una respuesta. "Guau. ¿Cuánto tiempo tengo?" "Dos semanas." "Dos semanas. Supongo que eso es justo." "Ofrecen un sueldo fenomenal, con un montón de beneficios y bonos." "¿Cómo puedes saber eso? El correo electrónico no menciona nada acerca del dinero." Faythe miró a Suzy con recelo. "Ah, ya veo. Estabas en el teléfono con alguien que conoces en CNN en cuestión de minutos." "Sería una pobre agente si no lo hiciera." Suzy parecía halagada. "Así que, querida, ahora tienes dos opciones, y apuesto que no hemos visto la última de las ofertas. Conozcó a la mayoría de los cazatalentos personalmente, y todos están corriendo por ahí como conejos a toda velocidad, tratando de conseguir caras nuevas para sus s us tragamonedas." Faythe todavía estaba tratando de envolver su cerebro alrededor de esta noticia inesperada. "No estoy segura de esto." Ella golpeteó la pantalla del BlackBerry con la uña. "Tenía ganas de días laborales más cortos con tiempo libre. No puedo ver eso sucediendo con un trabajo de alto perfil en la sección de ciencia de la CNN." "Oh, puedes hacerlo." hacerlo." Suzy agarró a Faythe por los hombros hombros como intentando intentando hacerle recobrar el sentido. "No eres feliz si no estás trabajando, Faythe. Recuerda que solías decirme cómo temías volver a tu casa a tu condominio vacío después de un día de trabajo." "Correcto. Solía pensar eso. Solía sentir que nada más importaba. Estaba equivocada. Es por eso que estoy aquí. Ya lo sabes." Faythe retrocedió, repentinamente molesta. Suzy obviamente percibió que estaba presionando demasiado duro y rió animadamente. "Sólo tienes que encontrar un buen equilibrio. Ahora, volviendo al asunto más delicado."

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"Mi madre." Faythe era todo para cambiar de tema, pero quizás no al tema de su madre. "Sí. Ella me llamó." "¿Por qué haría eso? No es como si estuvieras en las listas de tarjetas Navideñas de los demás." "Me hice esa misma pregunta. Ella fue muy dulce, preguntándome sobre mi familia, mis padres. Ya sabes." "Sí. Se crió bien, mi madre." Era muy divertido pensar que Cornelia, tan ocupada viviendo su propia vida y realizando su sueño de la pareja perfecta, tomaría tiempo lejos del ‘alunizante’ Chester para acercarse a Suzy. Suz y. "¿Entonces?" "¿Entonces?" "Ella está preocupada por ti." "¿Lo está ahora?" "Sí." Suzy se retorció en su asiento, entrelazando y soltando los dedos varias veces. Por mucho que a Faythe le gustaba y confíaba en Suzy, también sabía que no tenía mucha paciencia y consideraba cualquier cualquier cosa sensiblera una plasta insoportable. insoportable. "Ella quiere que te haga entrar en razón. Sus palabras. Tiene miedo de que renuncies a la fama y la fortuna." Suzy se detuvo y tomó la mano de Faythe. "Francamente, yo también. Esta idea de unas vacaciones llegó muy rápidamente. Eres más que un simple cliente para mí, después de todos estos años, Faythe. Puedes confiar en mí." Faythe se obligó no suspirar fuerte. "Y lo hago. Te he dicho mis motivos. No estoy contenta de ser ya la presentadora despreocupada de la mañana. Si me lanzan a otra entrevista con una persona que corre con los toros en Pamplona y ahora necesita a alguien que lo compadezca mientras está malditamente enyesado del cuerpo, voy a pegarme un tiro." "Dios omnipotente. Está bien, está bien." Suzy soltó la mano de Faythe. "Te escucho. Es sólo que esta transformación de amar tu trabajo a odiarlo fue bastante rápido." "Para ti. Para mis padres. Pero supongo que es una buena señal que en realidad están escuchando." Aún molesta, Faythe respiró profundamente. "Estos sentimientos han ido aumentando en mí durante mucho tiempo. Tal vez dos años." "Dos años. Y nunca has dicho nada?" "Los sentimientos no eran lo suficientemente fuertes hasta ahora."

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Suzy se transformó del típico agente ansioso a un pensativo ser humano, intentando tratar de entender. "Realmente estás hablando en serio, ¿verdad?" "Realmente lo estoy." "Pensé que era sólo una fase porque estabas aburrida." Suzy hizo un gesto de impotencia, las palmas hacia arriba. "Varios de mis clientes necesitan constantemente algo nuevo, algo desafiante, pero a la hora de la verdad, están de nuevo haciendo su novela, o su programa de entrevistas, viéndose bastante contentos." "Entonces pensaste que era el caso conmigo?" "Sí." Suzy sonrió suavemente, lo que alteró su expresión por completo, y Faythe comprendió una vez más por qué el marido de Suzy la adoraba. "Pero tu madre todavía está en pie de guerra, por así decirlo, y realmente preocupada de que puedas estar tomando malas elecciones por todas las razones r azones equivocadas." "Voy a explicarle a mamá. Una vez más." "Será mejor, porque no se conformará con escucharlo de mí." Suzy alcanzó por la mano de Faythe de nuevo. "Así que, querida, mi cliente favorita. ¿Cuál es mi nueva misión cuando se trata de ti? Supongo que CNN está fuera de discusión." "Sí. Lo está." Faythe apretó la mano de Suzy y supo que esta mujer no era sólo para ganar dinero. Ella era también una verdadera amiga. "En cuanto a mi futuro, tengo suficiente ahorrado para mantenerme de avena por un buen tiempo. En realidad estoy escribiendo en este momento, probando diferentes estilos y temas, para orientarme. No he escrito historias largas en años, y necesito conseguir un poco de experiencia. Es divertido. Es difícil. Pero, sobre todo, es lo que quiero ... no, es lo que necesito hacer." "Puedo decirlo. Bueno, estaré feliz de investigar agentes literarios etcétera para ti, tan pronto como tengas algo que quieras mostrarle a alguien. Tengo conexiones en ese mundo, ¿recuerdas?" "Supongo que no hace daño estar casada con un editor, ¿eh?," Faythe le guiñó un ojo. "Decisión inteligente." "Mi amor por los libros nos unió." "Tu amor por los hombres altos, morenos, y guapos te unió." Faythe la corrigió con una sonrisa. "Al menos así es como tu media naranja cuenta la historia."

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"¿Él? Es un mentiroso notable." "¿Mentiroso? Así que cuando declaró su amor eterno, estaba mintiendo?" Faythe levantó una ceja, riéndose de la mirada irónica de Suzy. "Mas le vale que no." Ella echó un vistazo a su reloj. "Oh, Dios Todopoderoso, tengo que irme. Otra parada antes de girar el coche hacia territorio civilizado." Faythe estaba a punto de protestar, pero se calló cuando se dio cuenta de que nada fuera de Manhattan jamás se sentiría como algo más que el quinto pino para Suzy. "Maneja con cuidado," dijo mientras se levantaban. "Nunca se sabe con qué criaturas puedes toparte tan lejos de la civilización." "Gracioso." Suzy arrugó la nariz de una manera menos que propia de una dama y cerró su enorme maletín después de meter su BlackBerry. "En realidad, tengo una cita con mi espso en un B&B (Posada) en Barre." "Oh, genial. Disfruta tu estancia. Es un gran centro cultural." Dudaba que Suzy viera a Barre de esa manera, ya que era la esencia de un neoyorquino mimado, pero Faythe había ido a Barre muchas veces cuando era niña para asistir a la ópera, entre otras cosas, con su tía. "Gracias. Eso he escuchado." Se separaron después de algunos minutos más de charla y Faythe permaneció en la puerta principal, dejando que el el aire fresco del otoño entrara entrara en la casa. "Ella debe pensar que estoy loca por renunciar a un trabajo tan soñado." Sacudió la cabeza. Tal vez estoy actuando como una mocosa mimada, no queriendo jugar en el mismo parque infantil para siempre. Faythe supo tan pronto como aparecieron los pensamientos que eso no era cierto. Ella quería escribir, y quería salir del circo mediático. Fortalecida en el centro de su ser porque estaba siendo fiel a sí misma por primera vez en muchos años, pensó en el siguiente tema cercano a su corazón: Deanna. No había sabido de ella desde anoche, pero Deanna probablemente estaba en estado de shock s hock porque había bajado la guardia. Faythe se preguntó si tendría que persuadir a Deanna a salir de de su madriguera de nuevo. Cerrando la puerta a los árboles amarillos ahora casi brillantes, Faythe no podía esperar a volver a su computadora portátil. Sabía exactamente sobre qué escribir. Justo mientras abría su portátil, su celular sonó y la pantalla decía ‘Ben’. Curiosa de lo que su padre podría querer ya que rara vez la llamaba a menos que quisiera hablar de algo práctico como el dinero, ella contestó.

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"Hola, Ben." Faythe nunca lo llamó de nuevo papá. Ben Hamilton le había pedido que lo llamara por su nombre de pila cuando era una estudiante de secundaria. Faythe se había sentido incómoda acerca de la petición y se preguntó ese primer año si él estaba cansado de ser su padre. Ben se mantuvo asegurándole que era porque su cumpleaños dieciocho había ido y venido, y ella era un adulto ahora, como él. "Faythe, acabo de enterarme por tu madre. ¿Qué diablos crees que estás haciendo?"

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Capítulo Catorce La tarjeta de visita rosada yacía metida en el cajón superior de la vieja cómoda de roble justo dentro de la puerta principal. Deanna miró el cajón cada vez que pasaba. A veces se estremecía, pero también la distraía y la ponía pensativa. La tarjeta representaba tanto dolor y miedo que era casi como una entidad viva. Había trabajado dos noches enteras y dormía tarde, un hábito al que recurría mientras estaba bajo la presión de una fecha límite. "O bajo ninguna presión." Deanna afiló sus lápices con un cuchillo de artesano. Ella siempre trabajaba mejor por la tarde y la noche. Supongo que eso tiene que cambiar si alguna vez tengo suerte y puedo permitirme ese estudio con las grandes ventanas. No tiene sentido tener ventanas a menos que haya luz del día. Resoplando en sus propias palabras sarcásticas, Deanna volvió a su área de trabajo. Casi había completado sus ilustraciones y se sorprendió de que estuviera lejos de estar cansada de dibujar los conejitos y sus amigos. Siempre había querido hacerse un nombre por sí misma como una artista vanguardista, atrevida y aquí estaba pintando conejos con delantales y cinturones de herramientas, y vestidos como bomberos y médicos. Deanna dio un salto cuando sonó el teléfono. "Hola." "Hola. Soy Faythe." La voz de Faythe sonaba apagada. "Hola." "Sé que es tarde." "No hay problema. Estoy trabajando tarde en estos días." "Oh, estás trabajando. Lo siento." "Como dije. No hay problema." Los pensamientos de Deanna giraron. ¿Qué podría estar mal? La última vez que hablaron, Faythe era la fuerte, el apoyo de las dos. Ahora su voz era dura, pero con una cierta fragilidad. "No quería nada en particular, en realidad." Faythe habló apresuradamente. "Puede esperar. Es decir, te hablaré mañana. O después des pués en la semana." "Oye, espera un minuto." Deanna pensó rápidamente. r ápidamente. "¿Tienes un poco de chocolate?" "¿Chocolate? Sí. ¿Por qué?" "Se me acabo, y eso es lo que bebo cuando estoy despierta toda la noche," Deanna mintió, pensando que sonaba completamente sosa. "Y ya que estás despierta, y yo estoy despierta, 87



y planeó estar despierta toda la noche trabajando, me di cuenta de que necesito un poco de chocolate caliente." Maldita sea, estoy balbuceando. "Oh. Ya veo. Está bien." La voz entrecortada de Faythe hizo que Deanna hiciera una mueca, pero al menos parecía accesible. "¿Quieres venir aquí, o debo d ebo llevar el chocolate?" "Estoy en camino." Deanna colgó y tiró sus lápices a un lado, luego cerró y corrió a lo largo del camino iluninado por la luz de la luna hacia la casa de Faythe. Sólo cuando llamó a la puerta trasera se dio cuenta de que había pasado la cómoda por primera vez desde que guardó la tarjeta en el cajón sin mirar, o incluso pensar en ello. Faythe abrió la puerta y le indicó a Deanna Deanna que entrara, con la cara cara oculta entre las sombras. "Hola." "Pasa algo." No era una pregunta porque era obvio. "Estoy bien." Faythe salió de la cocina sólo para volver. "Maldita sea. Olvidé hacer el chocolate caliente." Encendió una luz y sacó un recipiente de un estante. Con movimientos igualmente espasmódicos, llenó una jarra de cristal con leche y la colocó en el microondas. Se quedó allí mirando la jarra giratoria, inmóvil. "¿Qué estoy olvidando?" murmuró. "Las tazas?" Deanna podía ver a Faythe F aythe temblando y ahora estaba realmente preocupada. "Las tazas. Sí. Buena idea." Faythe colocó dos tazas de cerámica azul sobre la encimera. De repente, se dio la vuelta, clavando a Deanna con sus ojos verdes. Como los de un gato, parecían fluorescente en la tenue luz. "Faythe. ¿Qué pasa?" "Qué pasa?" Faythe sonrió, una sonrisa profesional, amplia, y muy blanca, que Deanna pensó que había perfeccionado para utilizar en el trabajo cuando su tema de entrevista no era su fuerte. Pero en el escenario de una cocina acogedora, la sonrisa era casi aterradora. Deanna sabía que no debía presionar verbalmente, pero también vio cuán pequeña Faythe parecía en su camiseta blanca de gran tamaño y mallones negros. Parece que tiene frío. Sin pensar en ninguna repercusión, se acercó a Faythe, que se limitó a mirarla. Tomándola en sus brazos, Deanna simplemente la abrazó mientras el microondas pitaba y se detuvo. "En serio, estoy bien." Faythe Fa ythe habló directamente en el hombro de Deanna. "De verdad." "Sé que estás." Deanna se negó a soltarla. Si lo hacía, podría no tener una segunda oportunidad. "Estás muy bien."

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"Deanna." "Shh. He estado absorta en mí misma últimamente. Pensando en muy poco excepto en mí y en lo que está pasando en mi vida. Nunca quise decir que no pudieras compartir tus sentimientos, tus problemas. Sólo dame una oportunidad y te mostraré que en realidad soy una buena oyente." "No necesito un oyente." Faythe se quedó rígida en los brazos de Deanna. "No necesito más palabras." "Yo creo que sí. Algo te alteró. ¿Qué?" "Por favor, Deanna. Sé que te llamé, y estoy agradecida de que vinieras directamente. Sé que inventaste lo del chocolate." Faythe apoyó la frente contra el hombro de Deanna. "Es sólo que no quiero hablar." "No te haré hacerlo." Deanna meció suavemente a Faythe. "Pero serías la primera en decirme que es mejor hablar de las cosas." "Soy una perra." Aturdida, Deanna dejó de mecerse. "¿Qué?" "No estoy exactamente practicando lo que estoy predicando, verdad?" Faythe suspiró contra Deanna, su cálido aliento penetrando el suéter de Deana. "No estoy segura. Vas a tener que decírmelo." Faythe se medio rió, medio sollozó. "Simplemente no te rindes, ¿verdad?" "No. No está en mi naturaleza" "Pensarás que hice una montaña de un grano de arena, que exagero y soy totalmente hipersensible." "No hay tal cosa como ser hipersensible. O eres sensible o no lo eres." Se quedaron quietas en la cocina, Faythe se protegió en el abrazo de Deanna, hasta que finalmente Faythe se aclaró la voz. "Mi madre está preocupada de que estoy tirando mi vida y mi carrera." "Por tomar un descanso?" Deanna trató de entender.

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"Si y no. Mi agente estuvo aquí hace unos días, con una fabulosa oferta de la CNN. La rechacé porque es lo contrario de lo que quiero. Ya sabes, largas horas, sin vida social, sin espacio para nada excepto el trabajo." "Entiendo." "Así que, mi agente tenía un as en la manga. Mi madre la había llamado. Suzy, esa es mi agente, es una profesional y nunca rompería la confidencialidad, pero me entregó el mensaje de mamá. " "¿Que era?" "Que me recomponga, o algo así. Estoy bromeando. Dice que estaba preocupada y le pidió a Suzy que me hiciera hiciera entrar en razón." "Y fue entonces cuando el trabajo de la CNN apareció." Faythe se apartó de Deanna un poco. "Sí. Estoy segura de que Suzy lo habría sacado a relucir de todos modos — modos — pero pero seguro que fue oportuno." "Lo fue." "Y entonces alguien más se entrometió. Mi padre. Ben." Los labios de Faythe eran una línea pálida, delgada. "Llamó todos los días durante los últimos días." "Algo me dice que no estaba e staba llamando para mostrar su apoyo." "Eres muy astuta." El sarcasmo era evidente. "¿Quieres hablar de ello?" Deanna mantuvo las manos del Faythe en las suyas, reacia a perder el contacto. contacto. "Oh, está de acuerdo con mama por primera vez en más de una década. Me dijo cuán sin valor y estúpida es mi maniobra de carrera." "Dios mío." "Sí, y cada día, se vuelve más agitado. Parece que no puedo hacer nada bien estos días. Y me molesta que estoy tan molesta! Soy una mujer adulta, por amor de Dios. Sólo soy responsable ante mí misma. Él siempre ha sido superficial, así que lo conozco mejor como para tomar en serio sus palabras." palabras." "Pero también es tu papá, a quien deseas agradar y ser elogiada," Deanna dijo en voz baja. 90



"Sí, eso es lo que pensé, y es por eso que le dije acerca de lo que he estado escribiendo durante casi tres días dí as seguidos. Estaba tan segura de que estaría interesado y entusiasmado, ya que realmente tengo una buena idea para un libro. Honestamente pensé que con el tiempo él vería las cosas a mi manera y no estaría tan obsesionado en mi último trabajo brillante, glamoroso." Faythe agarró una toalla de papel de un rollo. "Debería haberlo sabido mejor, pero puedo ser tan malditamente ingenua." "¿Qué pasó?" Deanna no dejó que la renuencia de Faythe la molestara. La abrazó y la besó en la sien. "Él se rió. Se rió fuerte y me dijo que era hora de bajarme de las nubes. Diciendo que los libros como el que quiero escribir son aburridos y nadie lee esas cosas de todos modos. Siguió y siguió." "Oh, cariño." El término cariñoso salió antes de que Deanna pudiera detenerlo. "Debes pensar que soy una débil." Faythe cerró los ojos y sacó un par de respiraciones profundas. "No lo pienso en absoluto." "Es sólo que todo lo que él decía confirmó mis peores temores — que que debería atenerme a lo que sé y no apuntar a las estrellas." "Te estás embarcando en un viaje completamente nuevo. Es natural n atural que te t e sientas intimidada." Acariciando la espalda de Faythe, Deanna pensó en lo diferente que se sentía mientras abrazaba a Faythe en comparación a reconfortar a Miranda cuando estaba molesta. Ella estaba fuera de su elemento, sin embargo, ya que no había tenido a nadie más que su hermana en más de dos años. Intentó un movimiento de balanceo, que pareció funcionar. Faythe hundió la cara en el hombro de Deanna, susurrando palabras casi imposibles de escuchar. "Soy ... tonta ... debería d ebería sólo ... me importa una mierda." Faythe Fa ythe sonaba agotada. "No eres tonta." Deanna supuso que las llamadas telefónicas diarias de su padre la habían hecho pensar en lugar de dormir. "¿Por qué siempre queremos que nuestros padres nos reconozcan, sin importar la edad que tengamos?" Faythe miró a Deanna con lágrimas en los ojos. "Es contraproducente!" Su hermoso rostro se volvió aún más cuando sus sentimientos irradiaban de él.

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"Estoy de acuerdo. Tengo algunos problemas paternales también." Deanna no podía dejar de mirar a Faythe y detectó algo más allá de la belleza obvia, algo único. El yo más íntimo de Faythe parecía estar al descubierto porque estaba tan molesta. Faythe miró de nuevo hacia Deanna, al parecer viendo algo en los ojos de Deanna que la aturdió. "Deanna." "¿Sí?" "Eres tan buena para mi. Y eres tan hermosa." Las inesperadas palabras hicieron temblar a Deanna. Faythe era mucho mejor y más hermosa que ella. Le temblaban las manos, y las estabilizó mediante abrazar a Faythe aún más cerca. Acarició la espalda de Faythe en círculos lentos, diciéndose que la estaba consolando, pero Faythe Fa ythe no estaba llorando. Las lágrimas seguían s eguían aferrándose a sus pestañas, y se sentía demasiado demasiado bien tocarla para ser ser puramente altruista el motivo. motivo. "Deanna." Faythe susurró su nombre otra vez. "Necesito besarte." El fuego estalló en el interior de Deanna y bajó la boca hacia la de Faythe. Con una suavidad increíble, y con una ternura que nunca imaginó posible, presionó sus labios contra los de Faythe, luego deslizó la punta de la lengua dentro de la boca de Faythe. Gimiendo, probó la dulzura de la mujer en sus brazos, su nombre resonando en su cabeza. Faythe. Faythe. "Mmm, sabes muy bien," Faythe murmuró en el beso. "Y te sientes bien, también." Sus manos imitaron los movimientos de Deanna en su espalda. Metió las manos en los bolsillos traseros de Deanna y la acercó. El beso se hizo más caliente, más profundo, y Deanna estaba mareada por la avalancha de emociones. Esto era más que una reacción física. Deanna empujó hacia atrás a Faythe y se detuvo sólo cuando llegaron a una puerta cerrada. Agradecida por el sólido apoyo, sujetó a Faythe con ternura contra la puerta, deslizando sus manos hacia arriba y abajo de sus costados. Ella se moría por tocar sus pechos y por ahuecar su sexo para poder sentir s entir el calor a través de sus mallones, pero no lo hizo. Deanna no quería que Faythe pensara que era alguna bruta insensible por tener sexo. Su propia humedad inundó su sexo, y cuando Faythe presionó contra ella, tocando la parte frontal del abdomen inferior de Deanna, gimió y deslizó sus labios por el cuello de Faythe. "Te sientes tan ... eres tan atractiva, tan hermosa." Deanna sujetó a Faythe por su cintura, sus pulgares justo debajo de sus pechos. "Y te sientes tan correcta, tan bien." Faythe se aferró al cuello de Deanna, invitándola a besarla nuevamente mordiendo el labio inferior. "He querido hacer esto durante varios días y se siente mejor, es mejor, de lo que jamás soñé."

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Deanna murmuró un acuerdo contra la boca de Faythe. Había visto los labios de Faythe intensamente por lo que pareció una eternidad. Ahora cuando cerró su boca sobre la de Faythe y pasó la lengua por los aterciopelados labios, sabía que esto no era cualquier beso o cualquier mujer. Las manos de Faythe estaban en su pelo ahora, sosteniendo a Deanna cerca entrelazando sus dedos a través de él. Su entusiasmo y obvia excitación alimentaron el deseo de Deanna, y ella e lla acarició las clavículas de Faythe debajo de su gran camiseta. De repente Faythe se calmó y lentamente se retiró. Levantó la mirada hacia Deanna, sus labios temblorosos y sus pezones tan duros que eran claramente visibles a través de la camiseta. "Nunca pensé que podría sentir de esta manera, tanto. Me quitas el aliento." "Me vuelves loca cuando me miras así." Deanna apartó el cabello de Faythe de la cara. "Perdona si fui demasiado intensa." Estaba tan sin aliento que era difícil hablar. "No, no. Fuiste simplemente perfecta. Si permitó a mi cuerpo tomar las desiciones, te arrastraría a la cama de inmediato." "¿En serio?" Deanna tuvo que sonreír ante la imagen. "Qué idea tan atractiva." "Pensamientos atractivos sobre una mujer atractiva." Faythe no parecía atormentada o molesta. En lugar de eso tenía un brillo en los ojos que era difícil de descifrar. Deanna sospechaba que ella tenía una apariencia similar. Abrazó a Faythe de cerca, con miedo a besarla otra vez porque sabía que sería un error. No tenía ningún problema de pensar en Faythe y sus necesidades primero. Puso a Miranda antes que a nada, y ahora a Faythe. Deanna no estaba preparada para examinar la importancia de su comportamiento demasiado de cerca. "¿Qué hay de ese chocolate caliente?" Ella besó la punta de la nariz de Faythe, queriendo que la cercanía física permaneciera, pero también tratando de disminuir su intensidad. Faythe parecía desconcertada, pero luego apartó sus manos de los bolsillos de los jeans de Deanna y le palmeó el trasero. "¿Por qué no? Yo diría que te lo has ganado." Mientras caminaban hacia la cocina, Faythe sostuvo la mano de Deanna, aparentemente poco dispuesta a soltarla por completo. Deanna estaba feliz de complacer, y sólo cuando Faythe necesitaba las dos manos para hacer el chocolate caliente se soltaron.

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Capítulo Quince Faythe corrió más rápido que de costumbre, y aparentemente estaba huyendo de algo. Sus pies martillaban contra el sendero forestal, y se alegró de haber elegido una nueva ruta. Ella se moría por ver a Deanna de nuevo, aunque tenía miedo. No por el beso, que había sido la parte maravillosa de la noche emocionalmente perturbadora hace dos noches. "Actué como una completa cobarde," Faythe murmuró en voz baja. "Parecía como una completa perdedora." A la mañana siguiente después de que ella había llorado en el hombro de Deanna, se despertó con un dolor de cabeza similar a la resaca y un montón de remordimientos. Esta no era la forma en que quería que Deanna la viera. Consumada, reunida, y a cargo de su vida — esos esos eran los atributos que quería que el mundo viera. No la Srita. Desgracia. Faythe tuvo que reírse de su propia elección de palabras. "Si eso es. Soy patética. Ingeniosa, pero patética. Tal vez inventaré una nueva palabra para ello. Patingeniosa." Patingeniosa." "Hola." Una brillante voz femenina a su izquierda hizo que Faythe casi tropezara. "Oh, lo siento," una mujer joven chirrió y extendió una mano entre ellas. "Soy Pammie." Pammie. Muy lindo. Demasiado lindo. Faythe nunca había estrechado la mano con alguien mientras corría, pero trató de mantener su paso mientras lo hacía. "Faythe." Un vistazo rápido, para no caer sobre una raíz de árbol, demostró que la chica parecía más dura que linda linda en su ropa negra. "Primera vez que te veo en este sendero." La larga trenza rubia hasta la cintura de Pammie se balanceó alegremente. "Podría ser porque es mi primera vez corriendo aquí." Faythe asumió lo que esperaba fuera una expresión amigable para tomar la punzada de sus palabras. "Encantada de conocerte, Pammie." "Igualmente. Yo vivo allí, al otro lado del lago. Conduzco aquí para correr. Los caminos son mucho mejores." "Ya veo." Faythe no quiso sonar tan escueta, pero se estaba quedando sin aliento. "Todavía vivo con mis padres. Bueno, estoy en la universidad, pero soy practicante en este momento, en Grantville." "Disfrutándolo?" Faythe dijo y giró la cabeza para mirar a Pammie de nuevo. De repente su pie izquierdo se dobló debajo de ella y se cayó al suelo. 94



"¡Oh Dios! Estás bien, Faythe?" Pammie estaba a su lado inmediatamente. "Esa fue una caída desagradable." "Estoy bien, estoy bien." Faythe se levantó sobre una rodilla, pero cuando trató de poner un poco de peso en su pie izquierdo, se desplomó de nuevo en el suelo. "Maldición. Debo de haberme torcido el tobillo. Tan maldita estúpida." Ella parpadeó las lágrimas de dolor mientras se quitaba el teni y observó cómo se le hinchaba el tobillo. "Necesitas hielo. Y un médico. Puedes levantarte? Apóyate en mí." Pammie miró a su alrededor. "Y ni un alma a la vista." "Cálmate. Está probablemente sólo torcido. Te agradecería una mano para ver si lo puedo apoyar." "Por supuesto. ¿Cómo quieres hacer esto? "Déjame ponerme de rodillas y luego me estabilizas cuando me levante, ¿de acuerdo?" "De acuerdo." Moviéndose con mucho cuidado, porque le dolía el pie, Faythe logró ponerse de rodillas y luego, con la ayuda de Pammie, se puso de pie sobre una sola pierna. Tan pronto como trató de poner peso sobre su pie, ella gimió. "No puedo creer esto. Nunca me habia torcido nada antes. Es muy doloroso." Ella inhaló profundamente y trató de respirar a través de la agonía. agonía. "Oh, me ha pasado varias veces," Pammie dijo. "Y si te ha pasado una vez, lo más probable es que vuelva a suceder si no tienes cuidado. Algo sobre los músculos y ligamentos que se estiran demasiado y luego el pie se pone inestable. O algo así. El médico me explicó los detalles, pero era bastante elaborada palabrería médica. Oh, estoy balbuceando y estás adolorida. adolorida. Lo siento." "No te preocupes. Estaré bien. Sólo tengo que encontrar la manera de llegar a casa." El pie de Faythe comenzaba a palpitar con cada latido de su corazón. Necesitaba elevarlo lo antes posible. "Te ayudaré. Si puedes saltar en una pierna y agarrarte a mí como tu muleta personal, te ayudaré a llegar a mi coche en el estacionamiento junto a los asadores para barbacoa." "¿Está lejos?"

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"A unas trescientas yardas detrás de nosotras." Trescientas yardas. Podrían ser también trescientas millas. Decidiéndo aguantarse dijo, "Está bien. Vamos por ello." "Agárrate fuerte." Pammie envolvió el brazo de Faythe alrededor de su hombro. "¿Lista?" No "Claro." Faythe Fa ythe saltó junto a Pammie, tratando desesperadamente de ignorar el dolor en su otro pie que le quemaba a través de su pierna con cada golpe. Piensa en otra cosa. "La universidad, dices? Estás en el último año?" "No, penúltimo." Pammie parecía entender la urgente necesidad de una pequeña charla. "No puedo creer c reer que hace sólo s ólo dos años yo era un chica de secundaria en Grantville." "El tiempo vuela." "Seguro que lo hace." "¿A dónde fuiste a la universidad?" Pammie había rodeado su brazo firmemente alrededor de la cintura de Faythe y estaba soportando más de su peso. "Columbia." "Guau. ¡Yo también! Qué casualidad. Y en que te especializaste?" "Periodismo." Pammie silbó. "Genial. Trabajas en una revista o en un periódico?" "Televisión." "Ah." "No pareces impresionada." Faythe se rió a pesar del dolor. Claramente Pammie habría estado más asombrada si hubiera sido una reportera de prensa. "Oh! Lo estoy. Claro que lo estoy. Trabajar para la televisión debe ser un trabajo de ensueño." "Es un trabajo. No es mi trabajo de ensueño. Quiero escribir."

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"Entonces eso es lo que debes hacer." "Gracias." "¿Por qué?" Pammie trató de mirar a Faythe, F aythe, que movió la cabeza en señal de advertencia. "Míralo. El suelo parece desigual aquí." "Lo siento." Pammie tomó un mejor agarre en la cintura de Faythe. "Sólo unas cincuenta yardas ahora." "¿De verdad?" La pequeña charla había distraído a Faythe, y estaba agradecida. "Ahí. Ves ese azul entre los árboles? Ese es mi carro." Faythe trató de mirar, pero todos los saltitos le estaban quitando el aliento, y sólo podía concentrarse en seguir adelante e ignorar el dolor. "Te tomaré la palabra." Minutos después, Pammie abrió su Toyota y ayudó a Faythe a entrar en el asiento trasero. Finalmente elevando su ardiente tobillo, Faythe se echó hacia atrás y gimió. "Maldición, me duele." "Necesitas un médico. Tal vez una radiografía." "Odio admitirlo, pero creo que tienes razón." Faythe miró sombríamente a su pierna hinchada. "Será mejor que vaya a casa y limpie — limpie — " "¿Estás loca? Necesitas ser vista de inmediato. Tu pie está hinchado. Te llevaré al Grantville Memorial." Faythe tuvo que reírse. "Muy bien. Gracias." Se acordó de la tía Nellie llevándola a ER (Sala de emergencia) allí una vez de niña cuando pisó en un tablero con un clavo oxidado. El mismo pie, ahora que lo pienso. Maravilloso. Pammie tardo unos quince minutos para conducir por la ciudad y entrar en el área de admisiones de urgencias. Saltó del coche y cogió una silla de ruedas para Faythe, que estaba agradecida y cohibida. Tuvieron suerte. Un médico estaba disponible, y pronto un auxiliar de enfermería llevó a Faythe para ser radiografiada. Pammie Pammie había insistido en quedarse, al parecer no iba a dejar a Faythe fuera de su vista. Mientras estaban esperando a que el médico viera las radiografías, Faythe se encontró justo enfrente de Pammie por primera vez. Pammie llevaba mallones negros y una sudadera con capucha sobre una camiseta gris. Su ceja izquierda estaba perforada, y ambos brazos superiores alardeaban de pequeños tatuajes tribales e intrincados. "Te has 97



portado muy bien conmigo," Faythe dijo. "Realmente no tienes que quedarte. Puedo coger un taxi a casa." "Esta es una pequeña ciudad. No es que haya muchos taxis por aquí." Pammie sacudió la cabeza. "No tengo ningún plan hoy. Quiero quedarme y asegurarme de que estás bien." "Sra. Hamilton?" La doctora, una mujer de unos sesenta años, dijo, "La buena noticia es que no hay fracturas." "Y las malas noticias?" "Tiene un esguince feo, doloroso, pero creo que ya te has dado cuenta." "Si, bastante." "No necesita un yeso. La enfermera le dará un vendaje Ace, un horario de hielo, y recomendaciones de PT (Terapia física). Necesita mantener su pie elevado y con hielo. Manténgalo en reposo durante unos días. Si no mejora en tres o cuatro días, vuelva y la examinaremos de nuevo y tal vez optar por un yeso, ¿de acuerdo?" "Lo haré. Gracias doctora." "De nada, Sra. Hamilton." La doctora se ruborizó ligeramente. "Um, siempre veo su programa cuando estoy fuera de servicio y lo disfruto mucho. Justo lo que necesito para desconectar y relajarme. No todos los días son tan tranquilos por aquí como hoy." "Gracias," Faythe repitió. "Me alegro de que te guste lo que hemos hecho en los últimos años." Faythe nunca había pensado en su trabajo desde la perspectiva de la doctora. Cada vez que era enviada en un trabajo que parecía especialmente tonto, sintió que la cadena no era esclarecedora e informaba a los espectadores. Mirando a esta mujer realizada, Faythe se dio cuenta que las noticias de entretenimiento tenían otra cara. A veces las personas necesitaban algo ligero, distrayente, y divertido para ayudarles a superar sus vidas ocupadas, difíciles. Tal vez ayudó a salvar a alguien a través de esta doctora, si la ayudó a pasar otro turno? Se sentía mejor mejor pensando en ello de esta esta manera. "¿Tienes quién te lleve a casa?," la doctora preguntó, mirando a Pammie. "Claro que tiene." Pammie agarró el mango de la silla de ruedas. "Bueno. Recuerda, descanse tu pie y elévalo."

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"Y el hielo," Pammie completó. "Lo recordaré," Faythe dijo, distraída por la atenta mirada de Pammie. Bueno. Así que me ha reconocido ahora. Oh bueno. Faythe esperó dentro de las puertas de cristal mientras Pammie llevaba el coche. Después de subir al asiento del pasajero, ella miró a Pammie, quien le devolvió la mirada con abierta curiosidad. "Bueno, me dijiste que trabajabas en la televisión. Supongo que es bueno cuando no todo el mundo te reconoce." "Lo es." "Y estás aquí en un descanso." Pammie se mordió el labio inferior. "Y dejaste escapar que querías escribir de nuevo, antes. Supongo que te has escapado, ¿verdad?" Pammie no parecía juzgarla en absoluto. En cambio, sonaba reflexiva, como si estuviera tratando de descifrar un acertijo, pero sin ninguna idea preconcebida. "Tienes razón. Gracias por no hablar efusivamente. O todo lo contrario." "¿Qué es lo contrario a efusivamente?" Pammie le hizo un guiño. "Se trata de gente tan molesta por algo que dijiste o hiciste hace siete años, que escupen cuando hablan." "Ew. De verdad? Siempre le he dicho a una amiga mía que la fama f ama está muy sobrevalorada. Ella no me creyó hasta hace unos años." "Es famosa?" "Tristemente célebre. Créeme. Vivir en una ciudad pequeña como Grantville y ser tristemente célebre no es una pequeña cosa. Casi puede matar a una persona." Faythe se preguntaba si Pammie conocía a Deanna. De pronto cayó en la cuenta de que tenía que saber de ella, al menos, habiendo asistido a Grantville High. Pero estaba hablando de ella? Hablaba de una amiga. Deanna no sería amiga de una exestudiante. ¿Verdad? Era esta la parte que Deanna había dejado fuera la otra noche? "¿Qué quieres decir con matar?" La elección de palabras de Pammie parecía demasiado dramática para Faythe. "Literalmente. Mi amiga, es esta hermosa chica, talentosa. Se metió en problemas y está pagando por ello ahora. En grande." grande."

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"Ella te tiene de su lado, por lo que puedo decir." "Sí, me tiene. Ella tiene algunos otros amigos, pero están totalmente en la oscuridad acerca de las cosas, y ha sido así desde hace años. No está teniendo un tiempo fácil en casa, e incluso abandonó la escuela. Ella es la mejor, quiero decir, realmente es una gran persona, pero necesita alguien con quien hablar. A veces me preocupa que haga algo estúpido." Desconcertada, Faythe se dio cuenta de que se había abierto para este tipo de conversación seria y no podía evitarlo ahora. Estaba adolorida y cansada, pero no estaba a punto de dejar escapar a Pammie. "Gira a la derecha por allí." Señaló el camino de tierra que conducía a la casa de su tía. "Allí?" Pammie la miró. "Sí. Me estoy quedando en la número 11-52." "Oh. De verdad. Wow." Pammie se volvió y pronto se detuvo detrás del Crossfire de Faythe. "Lindo paseo." Pammie sonaba impresionada, pero preocupada. "Así que vives aquí." "Lo hago. Es la cabaña de mi tía." "Vaya cabaña." Pammie abrió la puerta y se dirigió hacia el lado del pasajero. Ayudando A yudando a Faythe a ponerse de pie, la estabilizó antes de darle las muletas con las que el hospital la envió a casa. Faythe saltó a la puerta de la cocina, buscó las llaves en el bolsillo de la chaqueta, y la abrió. "Por favor, f avor, pasa. ¿Puedo ofrecerte algo?" "Té o café sería genial, pero lo haré. Sólo indicame la dirección de la ... oh, ahí está la cocina." Pammie organizó dos sillas de la cocina para Faythe, la segunda para el pie torcido. "Ten. Alzalo." "Mandona, ¿no?" "Eso me han dicho." Pammie sonrió y se acercó a la cafetera. "¡Oh mira! Me alegro de trabajar a tiempo parcial en Starbucks o qué? Esa es una automatica." Ella se mimó por la integrada cafetera espresso y expertamente hizo dos cafés con leche. Faythe la dirigió al cajón donde guardaba sus galletas favoritas, y pronto estaban comiendo y bebiendo las bebidas calientes. "Entonces, tu amiga necesita un consejero."

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"Hmm. No estoy tan segura. Ella necesita más que eso. Pensé — " " Pammie se interrumpió y jugó con el borde b orde de su taza de café. "Necesita hablar con alguien que no sea yo. Alguien que la entienda y le aconseje." "Pareces como la amiga que necesita. Realmente te preocupa, y estás ahí para ella, ¿verdad? " "Cierto. Es que somos algo más que amigas. Es decir, quiero que seamos, y sé que ella también quiere. Está tan mal que no puede estar con nadie. Lo único que hace es trabajar. Si no está en su trabajo diario, está trabajando en todas las obras de caridad conocidas por el hombre." Las lágrimas se formaron en las comisuras de los ojos de Pammie. "Y estás en la universidad, lejos de Grantville." "Sí. Cuando salga de d e la universidad, planeó buscar un mejor apartamento en Manhattan. En este momento estoy compartiendo un espacio pequeño con otra chica. No voy a estar atrapada en Grantville por el resto de mi vida." Pammie rompió una galleta en trozos pequeños antes de comerlos. "O por lo menos fuera de la casa de mis padres." Algo en la manera en que habló, una repentina aspereza en su voz alegre, hizo alusión a los problemas incalculables incalculables entre Pammie y sus padres. "Es natural volar del gallinero." "Créeme, en mi casa, volar del gallinero es algo que una chica hace cuando conoce al chico con el que se va a casar." Pammie fulminó con la mirada mientras decía la última frase. "Deberías haber escuchado a mis padres cuando les dije que por lo que puedo ver, nunca me casaré." "No es popular entre tus padres, ¿eh?" Faythe tomó un sorbo de café, considerando como anticipar para estar con su nueva conocida. "He llegado a una decisión similar." Las palabras salieron antes antes de que pudiera detenerlas. Los ojos de Pammie se iluminaron. "¿Sí? Bueno, espero que tus padres no estén ni la mitad de encabronados como los míos. Están dando la vuelta, sin embargo. Despacio." "Encabronados?" Faythe se rió y pronto Pammie se unió a ella. Pammie casi había salido del armario a Faythe con su charla sobre el matrimonio y sus asombrados padres. Faythe, que recordaba la actitud indiferente de sus propios padres hacia su propio paso nervioso fuera del armario, sintió que su corazón llegaba a la chica.

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"Sí. Mamá es una experta en encabronarse cuando algo le molesta. La quiero muchísimo. Sólo desearía que dejara de preocuparse tanto." "Es lo que hacen la mayoría de las madres. Preocuparse, quiero decir." Faythe no podía recordar que su madre se preocupara por nada excepto las apariencias, pero supuso que eso calificaría como una preocupación. "No quiero ser entrometida, Faythe," Pammie dijo lentamente, una expresión tímida en su rostro mientras se metió las manos en los bolsillos de su sudadera. "Es tan fácil hablar contigo, y yo ... Dios, esto va a sonar tan presuntuoso." Faythe, no queriendo que Pammie se sintiera incómoda, habló rápidamente. "Pregunta," dijo. "No puedo garantizar una respuesta favorable, pero no me preocupan las preguntas." "¿Podrías hablar con ella? Eres un rostro conocido, ya sabes, creíble de la televisión y tal. Ella te escucharía. Y tal vez podrías mirar la situación con nuevos ojos y ver una solución que nosotros no." Faythe se tragó el último sorbo de su excelente café con leche con tanta rapidez que se atragantó. Tosió varias veces y Pammie le dio unas palmaditas en la espalda. "Ahora, ahora. No respires en el café. No quiero tener que cargarte en la parte trasera del coche y llevarte de nuevo a la sala de emergencias, esta vez por ahogamiento." Faythe se rió y volvió a toser. "De acuerdo, de acuerdo. Puedes dejar de aflojar mis pulmones ahora." "Lo harás? Fantástico!" Pammie lanzó un puño en el aire, pareciendo tan contenta que Faythe no tuvo el corazón para decirle que ella había tomado su ‘de acuerdo’ en el sentido de que hablaría con esta amiga de ella. Por otra parte, ¿qué daño podría podr ía hacer?

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Capítulo Dieciséis Deanna sacó la tarjeta de visita rosada y la sostuvo como si Savannah la hubiera recubierto con veneno. Trató de ignorar la creciente bilis en su garganta y en cambio se centró en el misterio de la elección de Savannah. ¿O era una elección? La habían sus padres, su madre especialmente, cortado financieramente? financieramente? ¿O estaba simplemente enferma y cansada de estudiar? Savannah era una estudiante sobresaliente, siempre encabezando la lista de honor. Era admirable el dedicarse a salvar perros perdidos, gatos abandonados, y así sucesivamente, pero esta chica tenía un enorme potencial y el dinero para respaldarla. Podía hacer lo que quisiera. Deseando la opinión de Faythe sobre esta situación, cogió el teléfono, luego dudó y, con los latidos de su corazón elevandose hasta que resonó como un trueno lejano, se puso la chaqueta y salió. Ya era tarde. Con suerte Faythe estaría en casa. Cuando dobló la esquina de su cabaña, vio el coche de Faythe a través de los árboles. Bien. Deanna llamó a la puerta de la cocina, pero nadie vino, aunque oyó una débil voz dentro de la casa. Con el ceño fruncido, Deanna intentó con la manija de la puerta, que no estaba cerrada con llave. "¿Hola? Faythe?" "Deanna? Estoy aquí, en el sofá." Faythe sonaba un poco adormecida y Deanna se quitó los tenis y corrió a la sala de estar. "La puerta estaba desbloqueada. Esa locura — ¿Qué ¿Qué ha pasado?" Deanna vio el vendaje envuelto alrededor del pie izquierdo de Faythe. "Me torcí mientras corría." Faythe le contó a Deanna cómo Pammie la había llevado a la sala de emergencias. "Gracias a Dios que no estabas sola." Deanna frunció el ceño. El nombre le sonaba familiar. "Me pregunto si la conozco, al menos por su nombre. Una de los chicas de la escuela secundaria." "Suena posible." "Tuviste suerte. Podrías haber estado tirada en el bosque toda la noche." "Dificilmente," Faythe dijo con una sonrisa. "Estaba corriendo en una zona con caminos designados y alumbrado." "Aún así..." Deanna sacudió la cabeza. "Y estás loca por no cerrar la puerta." "Lo sé. Lo pensé cuando Pammie se fue, pero estaba demasiado cansada para levantarme." Faythe todavía se veía cansada, con tenues círculos bajo los ojos. "Me alegro que vinieras, sin embargo."

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"Yo también. No puedes saltar por aquí solo en una pierna. ¿Te dieron por lo menos las muletas?." "Sí. Voy a tener que practicar, sin embargo. Los pisos de madera de la tía Nellie son resbaladizos." Faythe se sonrojó. "¿Me podría ayudar a ir al baño mientras estás aquí? No he ido desde esta mañana." "Por supuesto. Aquí, levántate." Deanna estabilizó a Faythe y le dio las muletas. En la puerta del baño, la mantuvo abierta mientras Faythe andaba con dificultad. "Esperaré afuera, ¿de acuerdo?" "Gracias." Faythe parecía decidida mientras cerraba la puerta. "No la bloquees." "No lo haré." Faythe estuvo en el baño durante bastante tiempo y salió con olor a jabón y pasta de dientes. "Me alegro de que hayas venido. No tuve la oportunidad de lavarme mientras Pammie estaba aquí, y había estado corriendo durante un tiempo antes de caer." Arrugó la nariz. "Me sentí un poco apestosa." Deanna no podía imaginar a Faythe alguna vez apestosa. "No me molesta," bromeó, y miró el pie vendado. "¿Como lo sientes?" s ientes?" "Punzante, en su mayoría. Me duele, pero es un dolor sordo, así que no está tan mal ahora mismo." "¿Tienes algún Tylenol?" "Sí, pero sólo la versión PM (*). Guardado para esta noche." "Puedo pasar por la farmacia por ti." "No, eso está bien. Sé que tienes que volver al trabajo. Oh, espera un minuto. ¿Querías algo en particular, o era sólo una visita social?" Faythe utilizó las muletas con cuidado y cojeó hasta el sofá de nuevo. Elevó las dos piernas y se apoyó en el reposabrazos. "Ah, sí, pero eso puede esperar. No tenía idea de que habías tomado la ruta autodestructiva." (*) Usualmente significa que contienen un antihistamínico, difenhidramina difenhidramina o doxilamina la cual puede causar sueño como efecto secundario.

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"Dime." Había una dulce orden en la voz de Faythe mientras miraba tranquilamente a Deanna. "No puedo sacar a Savannah y su maldita tarjeta de visita de mi mente," Deanna espetó. "La he guardado en el fondo de un cajón, y ha estado saliendo de allí y se ha metido en mi cabeza cada vez que paso por la maldita cómoda." "Wow, suena mal," Faythe dijo. Empujó un pequeño cojin detrás de su cuello y se inclinó más hacia atrás. "Así que estás pensando en hacer algo acerca de esta tarjeta de visita que te acecha?" "No, estoy más inclinada a romperla en pedacitos minúsculos, pero entonces probablemente volverá para atormentarme del infierno de las tarjeta de visita." Deanna podía oír casi un puchero en su voz y se tambaleó. "Bromas aparte, creo que tengo que soportar esta discusión que Savannah quiere tener. Ella, obviamente, necesita el cierre. Quiere culparme de una vez por todas de lo que ha pasado." "¿Estás segura?" Deanna parpadeó. "No estuviste allí. No sabes lo que le dijo a sus amigas y sus padres me lo repitieron más tarde. Vi lados imperdonables de Savannah. Peleó sucio y mintió. Su madre, Gloria, se hizo cargo después de un tiempo, y golpeó los clavos en mi proverbial ataúd cuidadosamente en su lugar. " "Oye, Deanna, soy yo la que está hablando. Estoy segura de que no estás exagerando, pero la gente y los recuerdos cambian, ya sea que reconozcamos ese hecho o no. Tú no eres la misma que eras entonces, y me imaginó que ella tampoco lo es. De dieciocho a veinte es un gran salto para algunas chicas. Y, además, no es como si las cosas pudieran empeorar, ¿verdad?" "En realidad, pueden," Deanna dijo sombríamente, imaginando a una furiosa, escupiendo saliba Gloria Mueller. "Pueden ponerse mucho peor." Faythe parecía que iba a objetar o hacer preguntas, pero en lugar de eso le hizo señas a Deanna para sentarse a su lado en el sofá. Deanna era consciente de no terminar demasiado cerca, pero fracasó, ya que Faythe envolvió sus brazos alrededor de su cuello en un fuerte abrazo. "Lamento mucho que te hayan hecho tanto daño." Besó la mejilla de Deanna. "Y por alguna razón temes que puedan hacer aún más daño ... " Faythe colocó una línea de besos increíblemente suaves a lo largo de la mandíbula de Deanna, luego presionó su frente contra la de Deanna, sus narices tocandose brevemente. "Mmm, que bien hueles." "Tú también." 105



"Pasta de dientes y jabón. Al igual que Colgate y Dove." Deanna se echó a reír. "Lo mismo aquí." "¿En serio?" Faythe enterró su nariz contra el cuello de Deanna. "Oh si. Puedo decirlo." Deanna inhaló profundamente, sintiendo sus mejillas calentarse, sin duda, a un rosado fuerte. "Puedes?" Inclinó la cabeza de Faythe hacia atrás y miró en sus ojos verdes. Eran del color de las hojas de arce, translúcidas en el sol. Los labios de Faythe se separaron — tales labios dulces, llenos. Rosados y húmedos, la llamaron, la atrajeron. Deanna besó la boca entreabierta de Faythe y recibió un suave gemido. Faythe la besó en respuesta, su lengua acariciando la de Deanna en círculos lentos una y otra vez. Casi gimiendo también, Deanna empujó suavemente las manos en el pelo de Faythe, entrelazando sus dedos a través de los sedosos abundantes mechones color caramelo. "Dios, eres tan suave, tan atractiva," Deanna murmuró en la boca de Faythe. Fa ythe. "Mmm." Faythe ronroneó. Deanna no podía pensar en ninguna otra palabra para el sonido que emanaba de su garganta. Faythe se sentía ágil y flexible f lexible en los brazos de Deanna, y no podía creer que alguien pudiera sentirse tan maravilloso. Besó un nuevo sendero de los labios de Faythe hasta su clavícula apenas revelada, donde empujó el cuello V de la camiseta fuera del camino. La pequeña hendidura por encima de la clavícula era irresistible para besar, luego lamer, simplemente porque estaba allí. Deanna ahuecó los hombros de Faythe y la abrazó con ternura mientras saboreaba la aterciopelada piel allí. Faythe jadeaba ahora, soltando una respiración temblorosa, poco profunda tras otra. "Jesús, Deanna. Ha pasado tanto tiempo, y no puedo recordar ... " "¿Qué hacer?" Deanna se rió contra la piel húmeda bajo sus labios. "... siempre se siente de esta manera. Está bien." Faythe gimió y se movió inquietamente contra Deanna. "Te juro que me enciendes." "Mmm, eres una mujer muy inflamable." Deanna hizo volar otro sendero, esta vez profundamente en el cuello en V, buscando el valle entre los pechos de Faythe. La piel estaba humeda y fragante, haciéndole agua la boca. Mordisqueando a lo largo de las venas débilmente visibles, Deanna se deleitó al escuchar su gemido de nuevo. "Así que te gusta esto." "Sí. Oh, dulce Jesús, me gusta." Deanna bajó a Faythe al pequeño cojín apoyado en el reposabrazos. Ella deslizó sus dedos debajo de la camiseta blanca y sintió que los músculos del estómago de Faythe saltaron cuando los tocó. "¿Cosquillas?" 106



"No. Nerviosa, supongo." Los ojos de Faythe eran varios tonos más oscuros ahora y enormes en su rostro finamente cincelado. "Nerviosa?" Preocupada, Deanna tocó la mejilla de Faythe. "¿Por qué?" "Como he dicho, ha pasado un tiempo." Los labios de Faythe temblaron. "Para mí también." "Exactamente." "¿Eh?" Deanna no podía seguir la lógica de Faythe, entonces se dio cuenta de lo que Faythe estaba insinuando. "Oh. Tienes miedo de que no me pueda controlar puesto que ha pasado tanto tiempo." "No, bueno, no poniéndolo de esa manera. No." Faythe se coloreó. "No quiero sugerir — " " "Pero acabas de hacerlo, ¿no? Piensas que ha pasado tanto tiempo desde que he atraído a alguien a mi cama que no podré controlar mis impulsos." "¡No!" Faythe se incorporó demasiado rápido, gritó, y cayó atrás sobre el cojín. "¿Estás bien?" Deanna olvidó su orgullo herido y se levantó para acunar el esguince del tobillo en sus manos. "¿Qué hiciste?" "Me sobresalté. Recuérdame que no haga eso pronto." "De acuerdo. Sin sobresaltar." Deanna bajó el pie de Faythe lentamente y metió un cojín decorativo adicional debajo de ella. "Ahí. ¿Mejor?" "Sí." Después de unas cuantas respiraciones profundas, Faythe miró hacia Deanna. "Nunca quise dar a entender que no pudieras controlarte." "Lo sé." "Sólo quería decir ... de verdad?" "Cuando deje de actuar como un culo, siendo tan acomplejada, lo entendí." Deanna acarició la mejilla de Faythe suavemente. "Estoy tan acostumbrada a ser acusada de cualquier cosa y todo lo concerniente a mi sexualidad, me volví defensiva al instante." "Oh, Deanna." Faythe extendió los brazos.

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"¿Podemos abrazarnos un poco?" Deanna besó la sien de Faythe. "Te duele mucho, ¿verdad?" "Suena celestial. Debo haber estado desesperada por demostrar que no soy una amante patética porque no tengo citas." Faythe tiró de la manga de la camisa de Deanna. "Que en sí mismo es una especie de patético, ¿verdad?" "Shh." Envolviendo sus brazos alrededor de Faythe, Deanna simplemente la abrazó y se admitió a sí misma que se sentía muy bien. Su cuerpo se calmó, pero su deseo se encendió justo bajo la superficie. El olor del cabello de Faythe rodeaba los sentidos de Deanna, envolviéndolos con su frescura. Siempre asociaba a Faythe con el aroma a jabón limpio, pasta de dientes de menta fresca, y algo parecido a vainilla azucarada, azucarada, que sospechaba que era el propio olor de Faythe. "Entonces, ¿qué hay de la tarjeta de visita?" Faythe acarició el cuello de Deanna mientras hablaba suavemente. "¿Quieres llamar a la chica y arreglar las cosas?" Deanna no podía responder de inmediato. Trató de ordenar sus emociones en conflicto en sus habituales pequeños compartimentos. Marcando cada casilla imaginaria, una tras otra, era la única manera que sabía cómo proceder. ¿Su método funcionará esta vez? "Deanna?" Faythe presionó sus suaves labios contra el cuello de Deanna. "Sólo quiero que esto termine," Deanna susuró con voz ronca. "Sólo quiero que todo termine y vuelva a ser como era." Lágrimas estúpidas, odiosas corrían por sus mejillas, goteando de su barbilla y terminando en las mejillas de Faythe. "Oh, cariño." Faythe tiró de Deanna aún más cerca. Temiendo que hubiera lastimado el pie de Faythe, Deanna las movió para que Faythe se acurrucara en su regazo ahora. "Wow, trabajas rápido," Faythe dijo, en un tono simulado de admiración. "Lo hago." Sonriendo a través de sus lágrimas, Deanna no se sentía tan tonta. "No se lo que está mal. Yo nunca lloro." "Probablemente sea eso." "¿Qué?" "Que nunca llores. No es bueno embotellarlo. Lo sé. Lo hago todo el tiempo. "

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"Llorar? "Deanna estaba intentando seguir el razonamiento de Faythe, algunos sollozos aún haciéndola estremecerse. "No. Embotellar." Faythe hizo una gran producción de rodar sus ojos. "Presta atención." "Oh, créeme," Deanna murmuró. "Tienes toda mi atención." Deslizó las manos por la espalda de Faythe. "Algo más de mi atención y te encontrarás de espaldas en la cama." "¿En serio?" El tono burlón cambió rápidamente a uno sin aliento. "Qué decisiva. Y codiciosa." "Por supuesto." Deanna hundió la cara en el pelo de Faythe Fa ythe e inhaló profundamente. "Eres irresistible, sabes." "No. Esa es la cuestión. No lo sé. Ha pasado mucho tiempo. La última vez que estuve en una cita, un amigo en la cadena me tendió una trampa. Gran desastre." "Ella era aburrida? ¿Mediocre? Fea como el pecado?" "Peor. Hubiera sido capaz de funcionar en torno t orno a una mujer aburrida, mediocre, fea." "Entonces, ¿cuál era el problema?" Deanna besó la sien de Faythe. "Ella era un él." "Un travesti? ¿Transgénero?" "Podría haber tenido una gran velada con un travesti o un transexal," Faythe dijo con exagerada paciencia. "¿Entonces qué?" "Él era un hombre. Un galán buenísimo. Un regalo de Dios a la mujer, si te gusta el tipo." Deanna se enderezó y miró a Faythe. "Estás bromeando."

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"No. Él se sentó allí, pelo largo y todo, un imitador, y creo que debe de haber asistido a un curso 101 (*) en como atraer a las mujeres. Anduvo sin rodeos cuando llego para encantarme. Cuando finalmente pude decir una palabra, me tomó media hora para hacer que escuchara. No sé si te ha pasado, pero cuando adviertes a algunos chicos con la explicación de 'lo siento, pero soy lesbiana', obtienen este resplandor y se vuelven todos ingenuos. Sé que se están imaginando a sí mismos con dos — o más — mujeres mujeres en un escenario en el que convencen a las ‘lesbianas’,'' Faythe enunció la palabra lenta y cuidadosamente, "que están equivocadas acerca de su sexualidad. Lo único que necesitan es este semental de hombre para mostrarles lo que se están perdiendo." Deanna había empezado a reírse de las payasadas de Faythe, y ahora estaba aullando. "Oh, sí he conocido a uno o dos de esos. Así que este aspirante a imitador trató de seducirte para meterte en la la cama?" "Bueno, en realidad trató de seducirme para pagar la cuenta, ya que había ‘olvidado’ su billetera." Faythe hizo vigorosas comillas en el aire. "Quería salir s alir corriendo tanto, estaba lista para firmarle un cheque en blanco. También estaba lista para dispararle a mi colega, que probablemente estaba muriéndose por escuchar todos los detalles sórdidos." Faythe echó el pelo hacia atrás y apoyó la cabeza en el hombro de Deanna. "No peso demasiado para ti, ¿verdad?" ¿Huh? No, no. Estás bien." Deanna besó a Faythe de nuevo. "Estás muy bien." Faythe le devolvió el beso. Deanna marco el ritmo y esta vez no fue difícil en absoluto, incluso si todavía estaba excitada. Exploró todas las partes de la boca de Faythe. Finalmente los gemidos de Faythe se convirtieron en gimoteos, sonidos profundamente sexys que Deanna se alegró de capturar con su boca. De repente se dio cuenta de que su mano izquierda se había deslizado bajo la camisa de Faythe y estaba dibujando círculos hacia sus pechos. Dios, quiero tocarla tan desesperadamente. "Tócame. Lo necesito tanto." Deanna se congeló momentáneamente ante las resonantes palabras de Faythe. "¿Estás segura?" "Sí." Faythe arqueó su espalda, como si tratara de alcanzar la mano de Deanna. Sin más demora. Deanna deslizó su mano hacia arriba y ahuecó un pecho revestido de encaje. "Oh." (*) El término se ha extendido para significar un nivel introductorio de aprendizaje o una colección de materiales introductorios a un tema.

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"Oh." Faythe se estremeció y puso su propia mano encima de la de Deanna, por fuera de la camisa. El pezón duro como piedra de Faythe empujó en la mano de Deanna. Ella movió su dedo pulgar sobre el, dos veces, y oyó más más gemidos. "¿Así?" Deanna susurró. "Sí." Faythe era apenas audible. "Así." "¿Así?" Deanna tomó todo el pecho en su mano, pesándolo cuidadosamente antes de acariciarlo. "Oh, sí." Faythe estaba temblando ahora, y se agarró de Deanna. "Me estás volviendo loca." "Bien." "¿Me besas?" Deanna estaba más que feliz de hacerlo. Ella tomó los dulces labios de Faythe, rozando los suyos. su yos. Faythe la sorprendió entrando en su boca primero, su cálida lengua insistente. Un lugar oscuro, derretido en el interior de Deanna, un lugar donde apenas recordaba estar allí, cobró vida. Se conectó con sus extremidades y envió humedad a su sexo y secó s ecó su boca. Nadie la había besado así jamás, con tanto ardor y con tal abandono. Deanna estaba excitada y asustada. No se trataba de una aventura de una noche con una mujer atractiva y placentera; esto era demasiado, demasiado pronto. Tantas emociones fueron surgiendo. Entró en pánico y finalmente se retiró, jadeando por aire. "Lo siento mucho. Lo siento mucho." "¿Por qué?" Faythe tomó una de las manos de Deanna y la presionó entre sus pechos. El corazón le retumbaba debajo, convenciendo a Deanna que las cosas estaban sucediendo demasiado rápido. Si tuviera menos cicatrices o más endurecida, habría tomado a Faythe inmediatamente. inmediatamente. Pero como eran las cosas, no podía. "Por apresurar esto. Por dejar que mi cuerpo gobierne mi cabeza." "Entonces, cuando piensas en ello, no quieres esto." "Incorrecto. Cuando pienso en ello, lo quiero más que nunca. Tengo miedo de echarlo a perder. Y lo creas o no, estoy tratando tratando de no estropear esto." esto." Una sombra so mbra pasó por el rostro de Faythe. Fa ythe. "¿Qué quieres decir con estropear? Sólo estábamos acariciándonos, Deanna." Hizo un gesto casual con la mano libre.

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"Oh." Deanna consideró la elección de palabras de Faythe. "Ya veo. Supongo que pensé demasiado de nuevo. Parecía ... se sentía, más para mí." Faythe levantó la mano mano de Deanna a sus labios y besó cada nudillo suavemente. suavemente. "Deanna, te he dicho que no pienso en esos términos. De ningún modo. Y además, te dije que no soy material de relación. ¿Por qué no podemos simplemente disfrutar la una de la otra? Podemos estar muy bien juntas, puedo sentirlo. Lo digo en serio. Me encantaría estar contigo, Deanna. Eres increíble, hermosa y atractiva. No puede haber algo malo en eso. Las dos somos adultas, después de todo," Faythe Fa ythe dijo alentadoramente. alentadoramente. El corazón de Deanna se detuvo bruscamente, saltando latidos hasta que se sintió completamente entumecida. entumecida. ¿Por qué estaba tan sorprendida que Faythe pensara así? Faythe tenía razón. Le había dicho a Deanna que no tenía intención de establecerse con nadie. Nunca. ¿Cómo pude ser tan estúpida que lo olvidé? Era irónico que ella, que rehuía del contacto y la gente, fuera la necesitada. Deanna forzó una sonrisa educada y cuidadosamente liberó su mano. "Por supuesto que lo somos. Y sabes, debemos tener cuidado con tu pie." Faythe la miró fijamente. "¿Estás bien? No estás molesta conmigo, ¿verdad?" "No, no, no," Deanna dijo rápidamente. "Estoy bien. Es bueno que seas la voz de la razón. Es decir, sólo sirve para demostrar de mostrar el viejo refrán, nunca suponer." "Deanna — "Deanna — " " "Me voy ahora. Voy a agarrar al tigre por la cola y llamar a Savannah. Será mejor acabar con esto." "Y puedes reunirte aquí, si lo deseas." Faythe trató de levantarse del sofá y cayó con un gemido. "Maldición. Estúpido pie." Olvidando algo de su confusión y dolor, Deanna se arrodilló junto a Faythe y sintió a lo largo de los bordes del vendaje. "Esto se siente demasiado apretado. Tus dedos de los pies están pálidos y se sienten fríos." "Mis pies están siempre pálidos. No suele ser por el frío, sin embargo." "Déjame desenvolverlo sólo un poco." Cuando Faythe asintió, Deanna procedió a hacerlo. "Ah, como pensaba. Sientes la circulación comenzar de nuevo?" "Sí," Faythe respondió. "Ahora, eso duele."

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"No puedes quedarte aquí sola," Deanna dijo, sacudiendo la cabeza. "¿Tienes a alguien que puedas llamar para venir a quedarse contigo? Tu mamá o papá?" "No. No los quiero aquí." La cara de Faythe se oscureció. "Sobre todo no mis padres." Faythe obviamente tenía un largo camino por recorrer antes de que estuviera preparada para hacer frente a sus padres acerca de su comportamiento reciente. reciente. ¿Y quién soy yo para juzgar ese tipo de cosas? No he hablado hablado con mamá más más de dos veces en nueve años. "¿No puedes quedarte aquí conmigo? Hay un montón de dormitorios, todos con su propio cuarto de baño. No tienes que pasar más tiempo conmigo de lo necesario." Faythe no sonaba suplicante, pero parecía oscura y cabizbaja. "A menos que estés demasiado molesta conmigo sobre estar besándonos." "No estoy molesta." "Creo que lo estás." "Me siento un poco tonta que me había olvidé de tu actitud hacia las relaciones y también por hacer una gran problema al respecto. respecto. Somos adultas, como dices. No debería importar. importar. Debería ser capaz de disfrutar de estar con una hermosa, talentosa, e inteligente mujer como tú y ser feliz con lo que se ofrece." Deanna quería explicar, pero podía ver por la expresión de Faythe que no estaba resultando. "Acabas de confirmar lo que sospechaba desde el principio. Nunca nadie ha tenido las agallas para decirmelo a la cara, pero estoy agradecida que lo hiciste. En serio." "¿De qué estás hablando?" ¿Qué acabo de decir? d ecir? "No soy lo suficientemente sensible, y francamente, probablemente soy demasiado superficial de todos modos, para ser una novia o pareja adecuada. No he tenido ningún modelo a seguir para hablar, lo cual es un eufemismo, y he trabajado y enfocado los últimos diez años prestando atención sólo a mis propios intereses y objetivos. He salido, pero rara vez la misma mujer más que unas pocas semanas. Después de la inevitable ruptura, que es una expresión extraña ya que no eramos exclusivas, me he sentido liberada y libre. Feliz de volver a mi rutina y mi trabajo." "Y ahora quieres que me quede aquí contigo." "Sí." Faythe palmeó la mano de Deanna cuidadosamente. "¿Por favor? Prometo no saltarte s altarte encima."

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Deanna habría caminado a través del fuego y cortado a través del hielo para quedarse con Faythe cuando dijo ‘por favor’ con tal sentimiento. "Muy bien. Volveré a mi cabaña y traeré algunas cosas. Ropa y mis materiales de arte." "Oh, maldición, no pensé en tu trabajo. Soy una perra egoísta." Faythe parecía tan molesta por este pequeño descuido que Deanna se echó a reír. "No eres una perra. Podré trabajar muy bien aquí. La vista desde la ventana panorámica es impresionante. La luz aquí es buena." "Así que te quedaras unos días?" Deanna sabía que estaba preparándose para problemas, pero no podría haber respondido de forma diferente. Inclinándose hacia adelante, colocó un mechón de pelo suelto detrás de la oreja de Faythe. "Me quedaré todo el tiempo que me necesites."

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Capítulo Diecisiete Faythe buscó su teléfono celular, pero aterrizó en el piso de madera en su dormitorio. Miró el despertador, vio que eran las 10 a.m., y casi salió disparada de la cama antes de recordar su tobillo lesionado. Con cuidado se inclinó a un lado de la cama para tratar de alcanzar el teléfono sonando, pero no pudo. La cama era demasiado alta, y tenía miedo de caerse si se estiraba más. "¿Qué es ese ruido?," Deanna preguntó, entrando por la puerta y haciendo que Faythe olvidara el teléfono. "Ah, déjame agarrarlo por ti." Deanna lo recogió y se lo entregó a Faythe, luego hizo el gesto de que se iba a la cocina. Faythe asintió y abrió el teléfono celular. "¿Hola?" "Querida," Cornelia Hamilton casi gritó. "¿Suzy pasó por ahí? Qué agradable mujer. Nunca supe cuán comprensiva podría ser. Una agente exitosa y todo." Faythe no estaba de humor para lidiar con su madre. "Sí, pasó el otro día, mamá. No puedo hablar en este momento. momento. En medio del trabajo." trabajo." "¿Trabajando? En un Sábado por la mañana? Oh, firmaste el contrato después de todo." Cornelia sonaba realmente feliz. "Estaba tan preocupada que tus nuevos planes pudieran intensificarse y jugar con tu mente. Además, quería que supieras que Chester y yo tenemos otros planes para el día que planeabamos visitarte." Faythe estaba lista para tirar el teléfono a través de la habitación. Primro se queja y trata de hacerme sentir culpable como el infierno porque ella quiere venir aquí pase lo que pase — y y ahora estoy siendo plantada. Habría sido divertido si Faythe no hubiera estado tan agonizada con su pie. No estaba de humor para hablar con su madre o entrar en una larga discusión. "Tengo trabajo que hacer, mamá. Saluda a Chester por mí. Adiós." Ella cerró el celular con un clic que resonó entre las paredes. Deseaba que Deanna no se hubiera marchado, pero realmente no podía criticar su cortesía mientras estaba en el teléfono. Agarrando sus muletas, Faythe visitó el baño, y luego se dirigió a la cocina donde Deanna estaba expertamente volteando panqueques.

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"Huele maravilloso." Faythe se dejó caer en una de las sillas. "Panqueques de arándanos de nuevo?" Deanna los habían servido hace dos mañanas, y la boca de Faythe se hizo agua ante la idea. "Sí. Dijiste que te gustaban." "Eso es un eufemismo. ¿Quién hubiera imaginado que serías una estupenda cocinera?" "¿Quién en verdad?" Volteó un panqueque con pericia. "Lista para tu primera pila?" "¿Primera? No puedo hacer ejercicio todavía, recuerdas? A este ritmo, no podré caber en ninguna de mi ropa." "Estás bien." Deanna puso un plato con seis panqueques frente de ella. Los hizo más gruesos que sus homólogos de restaurante; el jarabe de arándanos corría por los laterales de la pila, y un gran pegote de crema batida colocado encima. Deanna arregló un plato idéntico para sí misma y se sentó a la mesa frente a Faythe. Comieron en silencio, hasta la mitad de la comida, cuando Deanna se levantó para traer el café. Faythe inhaló el aroma fragante y sorbió s orbió con cuidado. "Esta es la restauración de la vida en su mejor momento," dijo. "No puedo decirte cuántas entrevistas, preparativos, e investigaciones investigaciones he llevado a cabo con con una taza de café en mi mi mano. Incluso el de la vieja cafetera apestosa del lugar de trabajo es mejor que ningún café en absoluto." "Estoy de acuerdo. Mi primer libro para niños, el cual estaba tan increíblemente aprensiva de ilustrar, fue bautizado en café. Como resultado, se convirtió en un gran éxito, tanto por la historia y las ilustraciones." "¿Cómo es que estabas particularmente nerviosa por ilustrarlo para los niños?" Deanna pareció sorprendida. "¿Recuerdas tus libros infantiles? Los que tienen imágenes en ellos?" "Claro que si. Todavía me sé varios de ellos de memoria." "Exactamente. Nuestros libros infantiles son tan importantes para nosotros, y estamos influenciados por ellos cuando se trata de nuestra lectura como adultos. Los niños llevaran estos libros a sus corazones, los apreciarán, y aprenderán de ellos. Damos forma a cada nueva generación con los libros que les proporcionamos." Deanna persiguió un arándano fugitivo alrededor de su plato. "Así que vivía de café y croissants y trabajé todo el día. Descarté al menos un centenar de borradores antes de que se me ocurriera la apariencia adecuada para Bunny Buttercup."

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"Tengo una confesión." Faythe no estaba segura de cómo decirle a Deanna que la había investigado en línea. Deanna le había dicho acerca de ser cuidadosa con los reporteros, e investigando a alguien era ni más ni menos que entrometido. "Encontré tu sitio Web, bueno, el sitio Web de tu editor, y vi algunos de tus trabajos en los libros infantiles. Me encantaron las ilustraciones de Bunny Buttercup. También creo que es genial que no se haya comercializado excesivamente." Deanna la miró de manera uniforme sobre un tenedor lleno de panqueques. "Sabía que me investigarías en línea." "¿Lo sabías?" "¿Qué clase de reportera serías si no comprobaras tus fuentes, hicieras tu investigación, y aseguraras de que yo no estuviera poniendo una cortina de humo en tus ojos?" Deanna se veía seria, pero un pequeño brillo en sus ojos hizo posible que Faythe respirara más fácilmente. "De todos modos, ahí es cuando encontré algunos otros blogs y sitios, donde algunas personas te llamaban con nombres no tan agradables y así sucesivamente. Me di cuenta de que sin importar lo que pensaba que sabía, o no sabía de ti, necesitabas a alguien para investigar las cosas con imparcialidad." "¿Todavía eres imparcial?" Deanna no apartó sus oscuros ojos azules de Faythe. "No. Estoy completamente sesgada ahora. Pero, dicho esto, sigo siendo lo suficientemente profesional para ser capaz de detectar la verdad. Estoy enamorada de ti, tanto que estoy dispuesta para acostarme contigo, utilizando el soborno si es necesario." Deanna echó la cabeza hacia atrás y se echó a reír, la primera risa real que Faythe había oído de ella. "Eres tan descarada." Deanna secó las comisuras de los ojos. "Eres tan descarada y deliciosa que estoy usando toda mi fuerza de voluntad para mantener mis manos lejos de ti." "¿De verdad? Por lo tanto, soy irresistiblemente atractiva, pero realmente no importa lo atractiva que soy porque simplemente no merece la pena. No sé si estar halagada o insultada." Deanna pareció sorprendida. "No quise decirlo así. Lo siento." "No hace falta." Faythe parpadeó rápidamente, luchando contra las estúpidas lágrimas de la descripción de Deanna de ella.

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"Oh, querida." Deanna rodeó la mesa de la cocina, apartó los platos vacíos, y levantó a Faythe sobre la mesa. "Escúchame. Escucha." Deslizó el cabello de Faythe de la cara. "Me doy cuenta de que piensas que no eres material de relación, tienes miedo de que seas superficial, y ves tu pasado historial de rupturas y los llamados fracasos románticos como prueba." "¿Y?" Faythe sollozó, y luego trató de dejar de llorar. No pudo, y Deanna terminó secando la cara por ella. "Y estás equivocada. Eres una amiga fantástica, y harías de alguien una pareja igualmente fantástica." Faythe estaba a punto de protestar, pero Deanna puso un dedo sobre los labios de Faythe. "Shh. Sé que no me crees, lo que me enfurece ... " Ella levantó una mano, con la palma hacia adelante. "Maldita sea, estoy hablando como si no tuviera las habilidades sociales. No estoy enojada contigo, pero estoy furiosa por lo que tus padres dijeron o hicieron para hacerte creer que eres como ellos." "Pero tienen razón." Faythe se encogió de hombros. "Ellos fueron mis modelos a seguir hasta que tuve dieciocho años. Luego se divorciaron y se establecieron con sus nuevas parejas." "Así que actuaron superficialmente y te convencieron de que eras como tus padres. No eres superficial en absoluto." Faythe respiró profundamente. No era superficial cuando se trataba de sus otros valores: ética de trabajo, amistades, dilemas morales y éticos. Lo que le preocupaba era su historial con las mujeres. La mayor parte de las veces ella no había querido ir más allá de la primera cita. Un pensamiento pensamiento se le ocurrió. "Uh, Deanna. Sé que esto puede sonar tonto, pero puede que te haya dado la impresión de que he tenido un montón de amantes." "No un montón, pero al parecer has buscado el amor en bastantes lugares. Eso no es asunto mío. No puedo juzgarte por eso. Yo era un poco salvaje en la universidad." "Bueno. Salvaje y salvaje." Faythe miró sus piernas colgando. "Vaya. Esta posición no fue f ue la que el doctor ordenó. Necesito elevar el pie de nuevo. Está punzando." "Muy bien. Aquí." Deanna ayudó a Faythe a ponerse de pie y le dio las muletas. "¿Por qué no vuelves en la cama? Te sentirás s entirás mejor con ese pie elevado. Te llevaré más café." "Buena idea. Gracias." Faythe regresó cojeando a su habitación y se metió en la cama. El edredón de plumas se situó a su alrededor y el olor a lavanda llevó a Faythe atrás en el tiempo cuando se había quedado con la tía Nellie cuando niña. Por supuesto ella estaba en 118



una de las habitaciones de invitados entonces, no en el dormitorio principal, pero la ropa olía igual y los lujosos edredones no habían cambiado. "Aquí tienes." Deanna le entregó más café. "Mmm." Faythe bebió y tarareó ante el rico sabor. "Por Dios, eres buena en esto." "Gracias. Qué tal de profundizar en lo que estabas hablando antes." Deanna se acurrucó a los pies de la cama y no apartó los ojos de Faythe. "Oh. Eso. Bueno, he salido con un buen número de mujeres. Más de lo que puedo contar. Lo que pasa es que no soy la zorra experimentada que podrías pensar. Puedo contar a mis parejas sexuales con una mano. La mayoría de ellas mis novias en la universidad." Deanna escuchó a Faythe tartamudear. "Estás disculpándote por no ser virgen ingenua, o por no ser una conocedora sexual?" sexual?" Ella le hizo un guiño, guiño, y Faythe jadeó, luego se rió. "Ninguna!" Ella cayó sobre las almohadas, sin dejar de reír. "Dulce Jesús, mujer, estás loca." "Sí. Lo estoy. Bastante loca por ti, en realidad." Deanna había salvado el café de Faythe y ahora colocó las dos tazas en la mesita de noche. "No me importan ninguna de las parejas anteriores, amantes, novias, o lo que sea. Con quienquiera que interactuaste ayudó a hacer quien eres. Eres estupenda, y si piensas que estaba esperando una acróbata sexual que tuviera el orgasmo mientras se balanceaba desde el techo ... bueno, eso es algo que tendríamos que practicar, supongo." Faythe casi perdió el aliento por completo. Deanna se acercó hacia ella y la miró seriamente. "Pareces un poco nerviosa, querida. ¿Puedo ayudarte de alguna manera a recuperar tu compostura, y el aliento?" "No. No, estoy bien. De verdad." Faythe miró a Deanna cuidadosamente. No había esperado el nuevo lado juguetón de Deanna. "Y no puedo dejar de preguntarme cómo es que eres tan ingeniosa y animada hoy." ho y." "Oh, eso es fácil. He cumplido un plazo. Tomé fotos digitales de mis ilustraciones para el próximo libro de Bunny Buttercup, las envíe por correo electrónico, y al editor y al escritor les encantaron." "Eso es fantástico. Deberíamos celebrarlo. Siempre y cuando pueda mantener mi pie fuera f uera del suelo de vez en cuando, estoy abierta a sugerencias."

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"¿Sí?" Deanna vaciló. "¿Te gustaría ir a un día de campo?" "Eso suena maravilloso." "Es un día de campo comunitario, en cierto modo, en la escuela de mi hermana. Miranda y todos los demás estudiantes estarán allí." "Tus padres también?" Deanna todavía parecía amable, amable, pero sus hombros se tensaron. "No, no esta vez." "Ah. Bueno, estoy deseando conocer a tu hermana. ¿Es tan talentosa artísticamente como tú?" "No lo sé. Ella no es capaz de concentrarse en las cosas el tiempo suficiente para que podamos notar algunos dones en particular." Deanna miró seriamente hacia Faythe. "Miranda tiene autismo." "Oh, ya veo." Faythe sabía bastante sobre el autismo, después de haber hecho una serie sobre la discapacidad infantil para la cadena. "¿Qué edad tiene Miranda?" M iranda?" "Dieciséis." "¿Está inscrita en una buena escuela?" "La mejor, según mi madre y mi padrastro." Su desprecio era casi palpable. "Bueno, estoy deseando conocer a Miranda. ¿Cuándo es el día de campo?" "A las cuatro en punto." Faythe decidió ser completamente honesta. "Lo espero con ansía. He pasado tiempo con niños diagnosticados con autismo. No me acercaré a Miranda hasta que esté lista." La expresión de Deanna se suavizó, s uavizó, un bienvenido cambio que Faythe pensó que nunca se cansaría de ver. Se detuvo a medio pensamiento y no n o recordaba haber sentido esta e sta confusión desde el divorcio de sus padres. Empujó la perturbadora comparación de su mente. "Entonces, ¿qué tal si pedimos una de esas cestas de día de campo para llevar de la panadería en Main Street?," Street?," Deanna preguntó. "Suena bien." 120



"Voy a hacer la llamada. Descansa, ¿de acuerdo?" "Mandona, verdad?" Faythe pensó que su amplia sonrisa le partiría la cara. "De acuerdo, de acuerdo, voy a descansar." Se recostó contra las almohadas y suspiró de alivio cuando Deanna salió de la habitación. Sin embargo, quería llamar a Deanna para que volviera y la abrazara. Ella hizo una mueca. "No va a pasar," murmuró para sí misma. "No soy su tipo. A veces me pregunto si soy el tipo de alguien."

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Capítulo Dieciocho El día prometía ser uno de los últimos días del verano indio con un sol cálido, brillante en un cielo azul salpicado de nubes de algodón. Deanna llevaba la cesta con pan, fruta, y un termo de café en una mano y una nevera llena de refrescos, queso brie, y porciones de carne asada. También había una sorpresa en la cesta de Miranda. Faythe había preguntado si Miranda tenía una comida favorita, y Deanna pensó inmediatamente en galletas de avena. Miranda haría casi cualquier cosa por una. Faythe había entrado en la panadería con Deanna y agarró algunas galletas de avena e insistió en pagar por ellas. "Son un regalo para tu hermana," dijo tercamente. "Son lo suficientemente grandes, no crees?" "Algo más grande y la llenarán llenarán como una comida de tres tres platos," Deanna dijo. "una vez que empieza con esos tipos de galletas, se vuelve loca. Se supone que debe mantenerse alejada del azúcar, ya que aumenta su energía demasiado, pero necesitará mucha esta tarde, así que debería estar bien." "Y si llevo tres de ellas? Con o sin pasas?" "Sin," Deanna dijo, recordando cuando había comprado las galletas de avena con pasas hace un año. Miranda pensó que las pasas eran pequeños insectos y que Deanna e Irene Costa tardaron más de una hora en calmarla. Faythe regresó cojeando al coche con la pequeña bolsa de galletas, mirando expectantemente a Deanna mientras se colocaban el cinturon. "¿Está lejos? La escuela, quiero decir?" "No, está en el otro lado de la ciudad, en un hermoso parque, con vistas al campo abierto." Deanna se metió en la calle casi vacía. Estaba manejando el Crossfire de Faythe ya que su viejo pedazo de basura estaba en el taller con el radiador fijo. "Suena como un lugar perfecto." "Supongo." Deanna sabía que sonaba breve, pero era difícil pensar en la escuela como beneficiosa. "No lo dices muy segura." "Oh, la escuela es genial. Su programa de autismo es vanguardista, y acaban de abrir una nueva sección para niños diagnosticados con trastornos neuropsiquiátricos graves." "¿Quieres decir como ADHD (Síndrome de déficit de atención)?" "Sí." 122



"Suena bien. Los trastornos pueden realmente afectar a un niño socialmente." "Muy cierto." "Todavía tengo la sensación de que algo te molesta sobre la situación de Miranda." "No tiene nada que ver con la escuela." Deanna suspiró. "Muy bien. No me entrometeré. Por ahora. Atacaré cuando tengas la guardia baja, o cuando te haya distraído con mi cuerpo desnudo." "¿Qué?" Deanna sacudió ligeramente el volante. "Oye, mira el camino, chofer." Faythe señaló el parabrisas. "Transeúntes inocentes a tu derecha." "Que estabas diciendo sobre el cuerpo desnudo?" Deanna se negó a dejar que Faythe escapara del atolladero. "Soy una periodista implacable, recuerdas?" Faythe meneó sus cejas bien depiladas. "No estoy más allá de usar mis recursos para poner mis manos en una historia." "¿Acabas de decir 'usar tu trasero,' Faythe? Estoy sorprendida." La charla amistosa, aderezada con insinuaciones sexuales, hizo que Deanna se sintiera liberada. "Dije 'recursos' y me escuchaste." Faythe alzó la nariz en el aire y bufó teatralmente. teatralmente. "Nunca he usado mi trasero de esa manera, mi buena mujer." "¿De verdad? No sabes lo que te pierdes." "Deanna!" Faythe resopló. "Eres tan mala como yo. En realidad, creo que eres peor." "¿Qué quieres decir? ¿Pensaste que estaba bromeando?" Deanna dijo impávida. "Estaba totalmente hablando en serio." "Yo creo que no." Deanna no pudo evitar que una amplia sonrisa se formara. "¿No?" "No." "Bueno, querida, las dos nos salvamos por la campana. La campana de la escuela, por así decirlo." Deanna dio un giro y condujo a través de unos portones donde saludó al guardia 123



en servicio. Ella había estado viniendo aquí tres veces a la semana durante nueve años, por lo que la reconocieron a la vista. "Sólo para que lo sepas," Faythe dijo mientras Deanna maniobraba el coche en el estacionamiento casi lleno, "puedo dejarte ir por ahora, pero tengo una buena memoria para los detalles." Ella pronunció la última palabra una octava más baja, obviamente bromeando, pero Deanna se estremeció. estremeció. "Debidamente anotado." Caminaron y cojearon respectivamente hacia un gran jardín donde las mesas formaban una forma de U. La gente estaba desempacando cestas y neveras mientras charlaban. "Deanna. ¡Por aqui! Mira, Miranda. Ahí está Deanna ahora." Irene Costa se acercó, sosteniendo la mano de Miranda. Miranda estaba vestida con jeans azules y un suéter rojo y blanco. Al principio, se veía como cualquier adolescente, pero de cerca, su mirada vacía, mezclada con el miedo y la sospecha, contó una historia diferente. "Deanna," Miranda dijo. Cuando Miranda pronunció su nombre, lo cual rara vez hacía, Deanna se quedó sin habla y simplemente la abrazó. No se sorprendió ni ofendió cuando Miranda inmediatamente trató de liberarse. No le gustaba que la tocaran y podría llegar a ponerse molesta rápidamente, rápidamente, incluso lanzar un rabieta. rabieta. Deanna hizo un gesto para que Faythe las siguiera hasta la mesa que Irene había reservado. Miranda había puesto la mesa y hecho las decoraciones, así que Deanna se desvivió por todo. Las decoraciones eran verdaderamente exquisitas. Miranda había combinado pétalos de las flores de tardío florecer y diferentes hierbas para crear argollas para servilletas y una pieza pieza central que cualquier cualquier floristería estaría estaría orgullosa de mostrar. La vista de Faythe agarrando su bolsa de galletas mientras trata de mantener el equilibrio sobre sus muletas hizo estremecerse a Deanna. "Oh, Dios, ¿dónde está mi cabeza? Tienes que sentarte y — y — " " " — alzarlo." alzarlo." Faythe sonrió. "No te preocupes. Estoy bien." Ella se sentó con un golpe seco, a pesar de sus valientes palabras, y Deanna miró a Miranda afanosamente reorganizar las argollas para servilletas en el otro lado de la mesa. "Esto es muy bonito, Miranda," dijo. "Realmente estás cogiendo el truco de trabajar con plantas y flores." Miranda no levantó la vista, pero asintió con énfasis. "Material vivo."

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"¿Disculpa?" Irene explicó. "Miranda y yo hemos pasado los últimos días discutiendo la diferencia entre los materiales vivos y objetos inanimados." Ella sonrió alentadoramente hacia Miranda. "Deanna estará muy orgullosa cuando se entere de lo bien que lo comprendes." Deanna estaba sorprendida. La vida, muerte, y las cosas no vivas eran conceptos abstractos que algunas personas con autismo tenían dificultades para comprender. Era increíble para Miranda que incluso se preocupara por aprender la diferencia. "Increíble," Faythe susurro desde su lado de la mesa. "Eso es enorme, Deanna." "Lo sé." Deanna sonrió a Faythe. "Muy sorprendente." "Seguro que si." Miranda miró en dirección de Faythe. Deanna supo que no estaba mirando a los ojos de Faythe, sino mirando sus cejas o la línea del cabello. "Miranda, Irene, esta es Faythe, una amiga mía." Miranda seguía jugando con el sostenedor de la servilleta, sus dedos trabajando más y más rápido. Cuando Faythe no dijo nada, Miranda se puso cada vez más curiosa. Hasta hace poco, nunca había mostrado curiosidad curiosidad o cualquier otra emoción. Ahora miró hacia atrás atrás y adelante, probablemente tratando de juzgar dónde Faythe encajaba en el esquema de las cosas. Acostumbrada a esperar mientras Miranda calculaba las cosas, que a veces podía tomar días, Deanna desempacó la cesta de día de campo. Faythe alcanzó la nevera, evitando el contacto visual con Miranda. Deanna miró su reloj. Le había tomado a Miranda menos de diez minutos llegar hasta aquí. Era este un día para los milagros? "¿Agradable persona?" "Disculpa, cariño?," Deanna dijo, volviéndose hacia Miranda de nuevo. Miranda no repitió su pregunta, pero en cambio jaló de la camisa de Irene. "¿Qué es, Miranda?" Irene enunció. Miranda tomó más flores de una bolsa de plástico y las empujó juntas en la mesa. Volvió a jalar de la camisa de Irene. "Agradable persona." "Oh. Ya veo. Bueno, aquí tienes, Miranda." Irene le dio un anillo de plástico y algunos hilos de nylon.

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Miranda sacó la punta de la lengua por la comisura de la boca mientras creaba otra argolla para servilletas. Cuando terminó se sentó con ella entre sus manos inmóviles, sin mirar a ninguna de ellas. Irene acarició el suave, alborotado cabello de Miranda y esperó. Deanna contuvo la respiración. "Agradable ... persona." Miranda empujó de repente la argolla para servilletas llena de flores hacia Faythe. "Aqui tienes." Irene asintió hacia Faythe. "Gracias, Miranda. Esto es hermoso. Tienes mucho talento, al igual que tu hermana." "Deanna." "Sí, como Deanna." Faythe sonrió y miró a Deanna. "Ambas son artistas." Deanna observó a Miranda refrexionar sobre esto, aunque cualquiera que no lo supiera pensaría que ella estaba perdida en su propio mundo. Dejando a Miranda sola, Deanna organizó lo último de la comida que habían traído. Miranda no era exigente con la comida, pero examinó cuidadosamente todo lo que ponía en su boca, lo cual requería mucho tiempo. "Mucho gusto, Faythe," Irene dijo. "Quería que Miranda se tomara su tiempo y terminara su saludo inicial antes de yo saludar." "Entiendo. Encantada de conocerte también, Irene. Eres una de las maestras?" Faythe extendió una mano hacia Irene. "No oficialmente," Irene dijo. "Soy el contacto especial de Miranda M iranda entre ella y el personal del piso en su sección. También soy asistente de profesor en el programa de artes." "Y Miranda es natural, ¿verdad?" "Ella lo es. Percibe el espacio y presta atención a los detalles extremadamente bien. Puede buscar por horas por la correcta hoja de hierba o pétalo de flor." Irene miró a Miranda, quien asintió solemnemente. "Y cuando lo hace, puede crear casi cualquier cosa, ¿verdad, Miranda?" Irene miró con orgullo a su alumna. "Hm-mm-hm-mm-mm-hm ..." Miranda tamborileó sus dedos sobre la mesa mientras tarareaba la extraña melodía. 126



"¿Qué pasa, cariño?," Deanna preguntó y miró a su alrededor. "¿Pasa algo?," Faythe preguntó. "Oh, Dios," Deanna escuchó a Irene susurrar. "Lo siento, Deanna. No tenía ni idea." "Madre y Percy ... y trajeron a las mocosas." Deanna habló entre dientes apretados. No podía creer que su madre descartara tan descaradamente todo lo que Deanna había escrito en la carpeta de Miranda. Decidida a no causar una escena que empeorara las cosas para Miranda, se paró mientras su madre, padrastro, y sus dos hijas adolescentes se acercaban. Si su madre no ponía las necesidades de Miranda antes que las suyas, Deanna se aseguraría de que lo haría. "Mamá," saludó a su pequeña, elegante madre ahora a menos de diez pies de distancia. Miranda se concentró en un croissant, y no se había dado cuenta de los recién llegados. "¿Por qué no vamos al estacionamiento y discutimos esta iniciativa tuya." "Discutir?" Angela Moore se puso de pie desafiante frente a ella. "No hay nada que discutir. Estoy visitando a mi hija en el día de campo anual como siempre lo hago." "Eres increíble." Deanna siseó lo suficiente bajo para que Miranda no oyera, pero todos lo hicieron. "Te apareces, sin siquiera notificar al personal para que pudieran prepararla, y los traes." Ella sacudió la cabeza en dirección de Percy Bodell B odell y sus dos hijas. "Cierra el pico, ¿por qué no lo haces?," La rubia más cercana, una bonita, pero sombría, dijo. "No es que quisieramos venir." Su voz se transportó fácilmente sobre el sonido de la gente hablando en las mesas alrededor de ellos. "Trista!" Percy gruñó. "¿Qué dijimos antes de salir de la casa?" Que tendrían otro par de zapatos de Prada si venían y jugaban a las agradables hermanas? Deanna estaba lista para estrangular a Trista, pero la chica retrocedió cuando su padre la miró. "Disculpate con Deanna," Percy insistió. Trista se ruborizó furiosamente y Deanna deseó no haber presionado. ¿Él no conocía a su propia hija? "No lo haré." Trista levantó su voz de nuevo. "Ella no es parte de nuestra familia." "Deanna?," Dijo una vocecita desde atrás. Deanna se dio la vuelta y vio a Irene Costa allí con Miranda en sus brazos y Faythe justo al lado de ellas. Miranda estaba respirando en respiraciones rápidas y superficiales. "Deanna? ¿Mamá? Es sábado. S-sábado."

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"Dios mío, mírala. Qué desperdicio," Trista dijo. "Una palabra más de ti ..." Deanna dijo en voz baja, y su evidente vehemencia pareció dar en el blanco porque Trista palideció y dio un paso atrás. Girándose hacia Miranda, Deanna le tendió los brazos. "Cariño, todo está bien. Ven aca. Todo está bien." "No ... no está bien. No hay servilletas. Ni platos. Es Sábado." Miranda se quedó allí temblando, su mente obviamente tratando de entender todo. Deanna miró a su madre. "¿Por qué tuviste que hacerlo de esta manera? Ella misma está trabajando en una condición." "Tú eres la que comenzó a gritar," Angela dijo enfadada. "No es cierto," Deanna dijo en voz tan baja que estaba casi susurrando. "Baja la voz e Irene podría ayudarla a superar esto sin tener que sedarla. Ella esperaba este día de campo por mucho tiempo. " "Sedarla? ¿Es eso lo que hacen aquí? Drogarla sin sentido?" Angela estaba obviamente demasiado enojada ahora para bajar su voz, y el corazón de Deanna se rompió cuando Miranda gritó detrás de ellos.

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Capítulo Diecinueve Faythe nunca había visto tanta furia en la cara de Deanna, o en la de nadie más. Pálida, apretó los labios igual de blancos mientras caminaba hacia su madre, que se tambaleó hacia atrás cuando Deanna se alzó sobre ella. "Angela," Deanna dijo, "has causado bastantes problemas con tu irreflexión. Toma a Percy y a las niñas y vete." "Tú eres la que está causando una escena," Percy intervino. "Si no lo hubieras hecho, estaríamos todos teniendo una barbacoa por ahora." "Percy, cállate." Deanna estaba temblando visiblemente mientras señalaba en dirección a Miranda. "No lo ves?" Miranda había dejado de llorar, pero estaba lloriqueando como un animal herido. Faythe reaccionó sin pensar y se acercó a Irene y a la perturbada chica. "Hey, Miranda," susurró, y agaarró algunas flores sobrantes de la mesa, mientras se balanceaba sobre una muleta. "Ten, cielo. Quedate con estás. Son tuyas, ¿no es así?" Miranda, todavía sollozando, extendió la mano hacia las flores y las sostuvo con suavidad en su mano. Soltó a Irene y acunó su otra mano alrededor de las flores en un gesto protector. Irene vino al rescate también. "Faythe, ¿por qué no vamos Miranda y yo al otro lado del jardín? Las últimas flores silvestres están todavía floreciendo. Tómate tu tiempo con esas muletas. Estaremos justo allí." Ella señaló a un pequeño grupo de arces. Asintiendo con brusquedad hacia los Bodells, guió a Miranda a través del jardín. Faythe se arrastró en sus muletas detrás de ellas. Cuando llegaron a los arces, Miranda simplemente se sentó en el césped, acariciando los tallos hasta los pétalos. "Bien pensado, Irene." Faythe maniobró en una posición sentada sobre un tocón, tratando de ignorar su pie palpitante. "Viene con la experiencia y de conocer a Miranda. Fue inteligente de tu parte distraerla con las flores. ¿Has trabajado con niños autistas antes?" "No, sólo me crucé son ellos muy brevemente." Faythe miró a Miranda. "Ella es una dulce chica. No debería estar expuesta a todas esas emociones devastadoras."

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"Lo sé. Rara vez visitan el mismo día. Puedo entender que Angela quiera ser parte de la celebración del día de campo, pero nunca pensé que ignoraría descaradamente su acuerdo con la clínica y Deanna." "Jesús, pensé que iban a estrangularse la una a la otra." Faythe no podía olvidar la furia de Deanna. "Estarás bien cuidado a Miranda aquí? Ahora que ella está fuera del alcance del oído, Deanna probablemente no se detendrá. Debe tener en cuenta a los otros niños aquí también." "Tienes razón. ¿Por qué no vas a ser la pacificadora y yo me quedo con Miranda?" Irene tocó brevemente la mano de Faythe. "Gracias." "De nada." Faythe quería acariciar el pelo hermoso de Miranda, pero fue más inteligente. Ella palmeó la mano de Irene rápidamente en cambio, se levantó y cojeó de vuelta a su mesa. Nadie estaba allí. Deanna había llevado a su familia hacia el estacionamiento donde las dos adolescentes, obviamente aburridas, se sentaron en un banco cercano, ocupadas con con un teléfono celular. "Nunca "Nunca vas a cambiar, verdad, verdad, Deanna?" Angela sonaba cansada y molesta. "No importa lo que haga, o deje de hacer, vas a aferrarte a tus rencores y culparme." "No estoy echando culpas a nadie. Hiciste tus elecciones hace años, sabiendo muy bien las repercusiones." "Tu actitud vengativa — vengativa — " "Vengativa!" Deanna puso sus manos en alto, parecía de repente tan herida y exasperada que Faythe tuvo que actuar. Usando sus muletas para alargar el paso, se paró junto a Deanna en cuestión de segundos. "Miranda está mejor. No hay necesidad de ninguna sedación. Irene la está ayudando a recoger flores." Faythe puso su mejor expresión profesional, desplazó una muleta hacia su izquierda, y extendió una mano a Angela. "No hemos sido presentadas correctamente. No hubo tiempo, supongo." Antes de que todo el infierno se desatara. "Mi nombre es Faythe Hamilton." "Oh, mierda, papá. Es la Faythe Hamilton. En la televisión por la mañana!" Trista cerró bruscamente su teléfono teléfono celular y salió corriendo desde desde el banco, seguida de su hermana. hermana. "Cuida ese lenguaje, Trista. Sra. Hamilton. Que honor. No puedo imaginar cómo conoces a Deanna." La cortesía de Angela apenas enmascaró su angustia. "Somos vecinas y buenas amigas." Faythe saludó al resto de la familia de la misma manera. Trista levantó su teléfono celular después abriéndolo de nuevo, obviamente con la 130



intención de tomar una foto. "Por favor, Trista. Preferiría que no. Estoy aquí como una persona privada, no en mi capacidad como reportero de televisión. Si me lo pides en otro momento, estaría encantada de posar con tu hermana mientras tomas una fotografía." Satisfecha consigo misma por la suave reprimenda, Faythe miró a Deanna, que ya no estaba tan pálida. "¿Estás bien?," Murmuró. "Estoy bien. Gracias." Deanna respiró hondo. "Angela," dijo, su voz baja pero firme. "No estoy tratando de ser difícil. Esto no se trata de mí. De ningún modo. Estamos aquí por el bien de Miranda. Es su día de campo escolar, y el personal ha pasado meses preparándola a ella y a los demás para este día para que pudieran disfrutarlo. Si Irene Costa o yo hubieramos sabido que ibas a venir, podríamos haber preparado a Miranda para este tipo de cambio, tú en tus días de visita, yo en los míos. En cuanto a traer a Trista y Laney, tal vez hubiera sido mejor dejarlas en casa y no obligarlas a venir. Ellas no están aquí porque se preocupan por Miranda sino porque las hiciste venir. Ni siquiera puedo imaginar por qué." "Son parte de la familia. ¿Cómo puede Miranda conocer a sus otras hermanas si nunca las ve?" Angela sollozó. "Todo lo que haces es criticarme. Encontrar defectos en todo lo que hago." Percy envolvió un brazo firme alrededor de ella. "Miranda no puede manejar dos do s adolescentes egoístas. Si vinieran aquí porque les importa, una a la vez sobre una base regular, ella podría ser capaz de hacer frente, pero ya que ese no es el caso ... " Deanna metió las manos en los bolsillos de los jeans. "Pensé que habías leído mi nota la última vez que pusiste a Miranda a través de un cambio de última hora." "¡Ahí vas de nuevo! Es como si me acusaras de no preocuparme, de no amar a mi propia hija." La conversación iba muy rápido, y Faythe estaba a punto de hacer una pregunta cuando un grupo de personas en trajes de negocios formales descendió los amplios escalones de la entrada principal. Faythe pensó que había escuchado a Deanna gemir y echó un vistazo. "Sra. Moore?" Una mujer rubia se alejó del grupo y se acercó a ellos. "Nos hemos reunido algunas veces hace un tiempo. Su hija está haciendo un progreso fantástico." "Gracias." Angela estrechó la mano de la mujer, parecía intimidada pero impresionada. "Este es mi esposo, Percy Bodell, y sus dos hijas, Trista y Laney." Angela miró a Deanna. "Y mi hija mayor, Deanna, y su amiga Faythe Hamilton." Ella se sonrojó ligeramente. "Soy terrible con los nombres. Sra. Mueller, ¿no es así?" "Gloria Mueller." La sonrisa en los labios rosados brillante se desvaneció marginalmente. Ella levantó una ceja a Deanna. "Nos hemos conocido." 131



Faythe tuvo que clavar sus uñas en las palmas para mantenerse callada. Así que esta era la némesis de Deanna. O una de ellas, al menos. Elegante en una forma helada, Gloria Mueller era una mujer imponente de casi cincuenta años. Llevaba un traje de falda azul oscuro, con una blusa blanca y fresca. Su cabello estaba estirado en un moño elaborado, y el maquillaje era impecable, aunque un poco brillante y demasiado rosado. Daba la impresión de ser dura, no una persona que quería en la esquina opuesta. Pero tener en una esquina a Gloria en realidad sonaba peor. "Faythe Hamilton?" Gloria estudió a Faythe por un momento e hizo claramente la conexión. "Como representante de mi ciudad natal, quiero darle la bienvenida a Grantville, Srita. Hamilton." "Gracias." Reivindicando toda la ciudad como suya, ¿eh, señora? s eñora? Faythe buscó debilidades o defectos en la apariencia perfecta de Gloria, pero no pudo detectar ninguno. "Estuve aquí muchas veces cuando era niña. Me encanta aquí." Ella dio un paso más cerca de Deanna, no viendo ninguna razón para explicar lo bien que se conocían y que vivían al lado de la otra. "De vacaciones, entiendo? Debe venir a visitarme antes de regresar. Puedo organizar un recorrido especial al ayuntamiento y el circundante parque." "Eso es muy amable de tu parte," Faythe dijo alegremente, tratando de que su voz sonara dulcemente inocente. "A Deanna y a mí nos encantaría. Tal vez la próxima semana?" Gloria parecía haberse herniado algo. "Ah, la próxima semana? Qué lástima." Ella entrecerró los ojos y cambió el maletín de una mano a la otra. "Estamos teniendo mantenimiento antes de que comience la temporada de otoño. Hablaremos de eso después, Faythe." Faythe sabía que no llegaría ninguna invitación invitación jamás a menos que fuera para ella sola, lo cual era más que grosero. Envolvió un brazo alrededor de la cintura de Deanna, con aire de suficiencia satisfecha cuando los ojos de Gloria se estrecharon y parecía como si estuviera enferma. "Qué encantador conocer a un miembro de la junta escolar." Angela estudió a Deanna de cerca y miró atrás y adelante entre ella y Gloria. "No podemos agradecer lo suficiente por lo que el personal de Tremayne hace por nuestra Miranda." "Oh, eso es lo que nos gusta hacer," Gloria dijo, una media sonrisa en los labios y una expresión de acero en sus ojos. "Estoy honrada de dedicar mi vida a servir a nuestra comunidad. Es también un privilegio poder mantener a nuestros jovenes seguros y fuera de peligro."

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Las obvias indirectas de Gloria habrían sido divertidas si no hubieran devastado a Deanna, que se apoyó pesadamente contra Faythe. Decidida a no dejar que esta serpiente venenosa afectara a Deanna, Faythe la abrazó con fuerza. f uerza. "Oh, lo sé," Angela dijo. "Es muy importante descubrir la verdad detrás de asuntos como ese." Encontró el núcleo de la verdad al instante, sin darse cuenta. Faythe apretó el costado de Deanna. Por favor, cariño, dile a esta mujer de una vez por todas. Puedes hacerlo. Pero Deanna se mantuvo en silencio hasta que Gloria se despidió de Angela y Percy. "¿No es una persona encantadora, amable?," Angela preguntó. "En realidad, pensé que era una perra engreída," Trista dijo detrás de su padre. "No me gustó." "A mi tampoco," Laney elevó la voz. Faythe estaba encantada. Tal vez había esperanza para las mocosas. Se volvió hacia Deanna, sacudiendo su brazo para llamar su atención. "¿Quieres ir a ayudar a Miranda a prepararse para un pequeño día de campo con todos nosotros? Tal vez si tomamos una manta y nos sentamos encima de las flores, saldrá bien. A ella le encantan y la calmaron una vez antes." La pregunta pareció sacudir a Deanna fuera del infierno personal que Faythe sabía acababa de visitar. "Muy bien. Por qué no? Ya hemos dado a las otras familias lo suficiente como para chismear." Soltó a Faythe y comenzó a cruzar el jardín. Faythe estudió los rígidos, cuadrados hombros de Deanna y se preguntó cuántas veces había tenido que sonreír y soportar en los últimos años. Con un suspiro, se volvió hacia las niñas. "Ustedes dos podrían ayudar trayendo la comida." Faythe Fa ythe se volvió hacia Angela y Percy. "Y los platos y las decoraciones?" "Claro," Percy dijo, y pasó los dedos por el pelo espeso, negro. "Condujimos todo el camino hasta aquí, después de todo." "Excelente. Te veo en un momento. Sólo danos diez minutos. Si no podemos hablar con ella tendremos que terminar por hoy, supongo, y dejar que Deanna cuide de ella." "Está bien." Angela parecía que iba a llorar, pero entonces ella, al igual que su hija, parecía sacar la fuerza de alguna parte y siguió a sus hijastras y a su esposo hasta la mesa de día de campo. Cuando Faythe llegó a Deanna, Miranda e Irene, sus axilas y palmas de las manos le ardían por usar las muletas tanto. Se acercó a ellas lentamente, sin querer desencadenar otro episodio. Sorprendentemente, Miranda alzó la vista, con las manos

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llenas de flores con sus tallos recolectados exactamente a la misma longitud. "Faythe," dijo. "Agradable persona." Las lágrimas brotaron de los ojos de Faythe. Deanna parecía tan desconcertada, mientras que Irene buscó un pañuelo y se sonó la nariz. "Si sólo supieras." Deanna no dijo nada más, pero esas pocas palabras hicieron que Faythe Fa ythe se diera cuenta del paso significativo que era para Miranda. "Me puedo imaginar," murmuró, y se limpió rápidamente r ápidamente sus ojos. "Ahora. ¿Crees que esto puede extenderse a tu familia?" La mirada de Deanna dijo claramente que prefería que se fueran, f ueran, pero asintió. "Vamos a intentar." Ella tomó la barbilla de Miranda y rápidamente la soltó cuando Miranda se retiró con una mirada molesta. "Miranda. ¿Qué tal si le pedimos a mamá que pase el día de campo campo con nosotros?" "Es Sábado." "Sí. Y es un Sábado especial." "Mamá viene los Domingos." "Pero hoy es un Sábado especial. Todos los otros estudiantes tienen a todos los miembros de su familia aquí. No sería justo si no pudieras tener eso también, ¿verdad?" Deanna se estremeció después de que habló. Habían sus propias palabras tocado una fibra sensible dentro de ella, Faythe se preguntó. Deanna y su madre le habían negado a Miranda la alegría de ser una familia completa durante años. "Familias y días de campo." Miranda inclinó la cabeza como si lo pensara. "Incluso los Sábados." "Sí. Incluso los Sábados." Faythe tenía la intención de preguntarle a Deanna si alguno de ellos se había tomado la molestia de preguntarle a Miranda lo que quería. Tal vez la riña familiar los mantenía demasiado ocupados, y habían estado tratando de mantener la hostilidad lejos de ella. "Mamá?" Miranda miró hacia la mesa donde Angela y los demás estaban reuniendo sus cosas."¿Yéndose?" "No, no. Quieren venir aquí y sentarse en una manta como tú y yo a veces lo hacemos." 134



"Sí. Venir y sentarse en una manta." Eso parecía arreglar las cosas para Miranda. Ella volvió su atención a las flores y comenzó alineándolas en el césped, con un código de colores y en perfecto orden. Faythe captó la atención de Angela y les hizo señas, e Irene se ofreció a correr a la habitación de Miranda y traer la gran manta de día de campo que Deanna guarda allí. Estaba de vuelta antes de que los otros hubieran transferido todos los objetos de la mesa. Pronto todos se sentaron en el borde de la manta a cuadros con Miranda en medio, afanosamente organizando las flores decorativas en los cuadros vacíos. Agradecida por el verano indio que permitió que las flores florecieran más tarde de lo habitual y las familias disfrutaran de un día tan soleado, Faythe mordió un croissant y se sirvió un poco de café. Nadie hablaba mucho. Quizás sentían que habían dicho demasiado antes. Faythe ni siquiera podría empezar a adivinar si esta paz duraría y conduciría a algún entendimiento, pero por ahora, era un muy mu y buen comienzo.

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Capítulo Veinte Cuando Faythe tropezó y casi se cae del agotamiento, Deanna tomó una de sus muletas. Envolviendo su brazo alrededor de la cintura de Faythe, le ayudó a entrar. La piel de Faythe era cálida — no, no, caliente, debajo de la camisa. Preocupada de que Faythe se hubiese excedido, esperaba que Faythe no tuviera fiebre. "Termino de una buena manera, ¿no crees?" Faythe bostezó. "Sí. Lo hizo." A pesar de las emociones enterradas tan profundamente que solamente una plataforma de perforación podría encontrarlas, la tarde había sido todo sobre Miranda en lugar de viejas peleas familiares. Deanna había incluso rozado torpemente a su madre en el hombro cuando ella se metió en el coche con Percy y las niñas. Angela parecía aturdida y sus ojos eran de repente más brillantes que de costumbre. Podría Angela haberla extrañado tanto como ella — ella — Deanna Deanna trató de centrarse en Faythe. Sintiéndose culpable de cómo Faythe había andado con dificultad de ida y vuelta en sus muletas en una misión de paz tras otra, Deanna la sujetó más firme. En lugar del evento relajante que habían planeado, habían terminado en un gran drama familiar. Una vez que Angela y su familia se fueron, Deanna pasó más tiempo con Miranda para asegurarse de que estaba bien y no se dio cuenta de lo tarde que era hasta que Faythe se quedó dormida y casi se deslizó de la silla del escritorio de Miranda. Faythe se movió hacia la cama cuando entraron en su dormitorio. "Sólo quiero acostarme un rato. No puedo creer lo adoloridos que están mis brazos. Y mis manos. Y los hombros. Ay." "¿Por qué no te ayudó a yudó a prepararte para dormir? Estás agotada." "Estoy bien." Faythe miró de reojo hacia Deanna. "De verdad. Sólo un poco adolorida y cansada." "Te quedaste dormida en el coche antes de que incluso pasaramos por las puertas de la escuela." "Como ya he dicho. Cansada." Deanna sacudió la cabeza. "Voy a prepararte el baño. Eso ayudará con el dolor." Ella levantó una mano para evitar que Faythe objetara. "No te preocupes. Te ayudaré a vendar tu pie después."

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"Está bien." Faythe se sentó en la cama, balanceándose. "No entiendo por qué estoy tan cansada." "Ha sido un largo día." "Normalmente soy más fuerte que esto." Faythe Fa ythe parecía molesta. "Hasta el sol tiene sus manchas, y obviamente no eras tan fuerte hoy. En realidad, fuiste lo suficientemente fuerte como para diez más temprano hoy cuando me impediste de derrumbarme. " Tímida, Deanna se apresuró a entrar en el cuarto de baño, abrir el agua, y revisar en las sales de baño de Faythe. Le encantaba el aroma de Faythe, y cuando abrió un frasco rosado con el mismo aroma, vertió un poco en el agua de la bañera. Cuando la bañera estaba llena, tuvo que dejar de hacer tiempo y encarar a Faythe de nuevo. Faythe estaba recostada en las almohadas, con la mano en el control remoto de la televisión, casi dormida. Había logrado quitarse todo menos la ropa interior y el vendaje alrededor de su pie, y su piel se veía suave y ligeramente bronceada. Usando sólo bragas de algodón blanco y sujetador deportivo, deportivo, parecía mucho más joven joven que su edad. "Hey, el baño está es tá listo. ¿Quieres que te ayude con eso?" Deanna señaló s eñaló en su pie envuelto. "No, estaré bien. Sólo dame las muletas y — oh!" Faythe cayó de espaldas sobre la cama. "Maldición. ¿Por qué estoy tan cansada? Estoy acostumbrada a largas horas de trabajo." "No en muletas. Créeme. Sé cuanta energía se necesita para maniobrar a esas malditas." "Has estado en muletas?" "Cuando tenía dieciséis años. Me caí de una escalera y me rompí el tobillo." Deanna se arrodilló frente a Faythe y comenzó a desenvolver d esenvolver su vendaje. "Pinté casas en el vecindario en mis vacaciones de verano y calculé mal un escalón. Aterricé en mi pie izquierdo." "Ay." "Sí, pero tuve suerte. Se curó sin ningún tipo de complicaciones. Aunque odiaba las muletas." "Me duelen los brazos." "Lo hacen." Deanna sujetó a Faythe en el camino hacia el baño. Tratando de no dejar que sus ojos vagaran demasiado obviamente a lo largo del cuerpo semidesnudo de Faythe, se 137



detuvo en la puerta, sin saber qué hacer. Faythe se iluminó. "Oh, qué bien." Se miró a sí misma equilibrandose sobre un pie junto a Deanna. "¿Te sentirías incómoda ayudandome a entrar? He manejado esto por mi cuenta hasta ahora, pero realmente me siento mareada." "No hay problema." Deanna se sentía como la peor mentirosa del mundo. Por supuesto que se sentiría incómoda. No podría evitar comerse con los ojos el cuerpo desnudo de Faythe, pero estaba bastante segura de que podría ocultar su reacción. Espero. Se movió detrás de Faythe. "Alza los brazos." Maldita sea si iba a estar parada justo en frente de Faythe y mirar hacia sus pechos. Ella sacó el sujetador deportivo sobre la cabeza de Faythe, luego se quedó mirando sus caderas donde las bragas de algodón parecían llamarla. Deanna habló rápidamente. "Si te estabilizo, podrás manejarlo, entonces?" "Claro." Faythe se apoyó en la pared con una mano y jaló de sus bragas con la otra. "Diablos, esto no está funcionando. Deja que me siente en el borde de la bañera." Se dio la vuelta y sus pechos eran los más bellos que Deanna había visto nunca. Pequeños, ligeramente puntiagudos, y con pezones regordetes, rosados, su balanceó era apenas perceptible mientras Faythe logró jalar sus bragas hasta sus muslos y sentarse en un movimiento fluido. Se tambaleó, pero Deanna la sostuvo de sus hombros. "Cuidado." "Lo intento." Faythe empujó las bragas el resto del camino y las hizo a un lado con su pie no lesionado. "Asi que. Allí." Se dio la vuelta, agarrándose a Deanna, y se deslizó con gracia en la gran bañera. "Jesús, esto es el cielo." Se hundió debajo de la espuma en la superficie, terminando el tormento de Deanna de intentar mirar a todas partes excepto a los pechos de Faythe y la mata de vello castaño caramelo entre las piernas de Faythe. "Sabía que sería bueno para ti. Te sentirás mejor pronto." Deanna se arrodilló junto a la bañera y sintió el agua, agua, asegurándose de que no se hubiera hubiera enfriado. "¿Qué tal un poco de té?" "Té?" Faythe arrugó la nariz. "¿Alguna vez me has visto beber té? Alguna vez me has escuchado mencionar esa infame bebida?" "Eh, no, ahora que lo pienso." Deanna sonrió. Faythe se veía linda con el disgusto escrito en toda su cara. "Si nos vas a traer algo, me gustaría un café expreso." "¿Café expreso? A esta hora?" Deanna miró su reloj. "Son las diez en punto." "Dormiré como un bebé. El café nunca me mantiene despierta. El chocolate lo hace, sin embargo. Podría ser bueno saberlo."

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"Muy bien, así que si te quiero despierta, te compraré algo de ese chocolate oscuro Lindt." "Correcto." Faythe pareció alarmada. "Oh demonios. Tú eres la que tiene todo el malestar emocional hoy y tienes que mimarme así. Lo siento." "Hey, no te preocupes. No estoy tan molesta. Y realmente me gusta cuidar de ti. Ha pasado un tiempo, sin contar contar a Miranda." "¿De verdad? No voy a salir como un super dolor?" "No. Estás bien." Maldita sea, estás bien. Faythe se sonrojó y apartó ahora el pelo ondulado de la cara. "Si me miras de esa manera, te meteré aquí conmigo," dijo sin aliento. "¿De qué manera?," Deanna pensó que había logrado ocultar su excitación. "Como si quisieras empujar todas las burbujas y devorarme ... con los ojos." Deanna casi se puso de pie, pero los ojos verdes de Faythe la habían hipnotizado. "Lo hago, pero no hemos ido más allá de eso?" Faythe habló lentamente, como si considerara cuidadosamente cada palabra. "¿Qué quieres decir?" "No me malinterpretes." Faythe levantó un brazo enjabonado y esbozó la mejilla de Deanna con un dedo mojado. "Te encuentro muy atractiva. De verdad, Deanna, me pones tan caliente a veces, que me olvido de respirar. Eres impresionante, pareces solamente verme a mí. No me desnudas con tus ojos. No tienes que hacerlo. Es como que puedes ver debajo de mi ropa, a veces dentro de mi corazón. Es por eso que digo, esta atracción ... que hemos llegado más lejos, ¿verdad?" Deanna se esforzó para tomar la siguiente respiración. "Pero no quieres eso. No te gustan las relaciones." "Oh." La mano de Faythe permaneció en el aire y luego dibujó un nuevo patrón lento en el costado del cuello de Deanna. "Creo que no entiendes. No es que no lo quiera. Simplemente no creo que lo tenga en mí, quiero decir, el conocimiento." "Así que querrías si pensaras que serías capaz de hacerlo?" Deanna trató de seguir el razonamiento de Faythe, que era casi imposible cuando la tocaba así. Unas pocas gotas de agua corrían dentro del cuello de la camisa y cruzaban la clavícula. Una se deslizó hacia 139



su escote y otra desapareció en su sujetador. Temblando, Deanna estrechó la mano de Faythe y la sostuvo en su mejilla antes de besar sus dedos delicadamente. "Esa pregunta me da un terror mortal, Deanna, pero cuando haces eso ... nunca he dejado que nadie se acerque lo suficientemente para la posibilidad de incluso llegar." "No soy un gran partido," Deanna dijo, "y no es lo que estoy proponiendo." Sus mejillas se calentaron. "Pero estos últimos años han realmente fastidiado mi mente, y necesito saber en lo que me estoy metiendo." "Te parecería tener una aventura de otoño aceptable?" "Define 'aventura'." "Sabes lo que es una aventura!" "Conozco mi definición, pero no estoy segura de que eso es lo que quieres decir. Para mí una aventura es algo temporal, los sentimientos con los que se cuentan pasarán, y algo superficial." Deanna sacudió la cabeza. "Por lo tanto, no. Realmente no lo creo." "¿Y si fuera tentativo en lugar de temporal? Y con sentimientos basados en la lealtad y la amistad, con todas las posibilidades de crecer. Y lejos de ser superficial." Faythe tembló ahora, y Deanna se maldijo interiormente por ponerla a través de este entrenamiento emocional cuando estaba tan cansada y probablemente adolorida. "Si ese fuera el caso," Deanna murmuró, "si esa es tu definición, entonces es algo que podría entender. Tratar." Tratar." "Tal vez no me estoy explicando muy bien. Nunca he aceptado a nadie tan rápido, y en contra de tales probabilidades. Quiero decir, ¿por qué querrías apostar por alguien como yo?" Faythe se encogió de hombros. "Sé que me veo bien. Puedo ser divertida, y como amiga soy tan leal como el que más. Pero he vivido una vida bastante superficial de muchas maneras, e incluso si estoy decidida en cambiar eso — ¿y ¿y si lo arruinó?" Sus ojos se oscurecieron y Deanna supo que era hora de actuar. Simplemente no podía quedarse al margen mientras Faythe tomaba toda la ‘culpa’ de los desafíos que podrían enfrentar si se atrevían a dar un paso más juntas. Deanna tomó la barbilla de Faythe. "Hey, para. Estuviste maravillosa hoy. Estabas a mí lado cuando esa bruja apareció, y tranquilizaste a todos los demás e incluso ayudaste con las mocosas. " "No las llames así. Incluso si actúan así, llamalas Trista y Laney."

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Deanna estaba a punto de objetar cuando vio la seriedad en los ojos de Faythe. "Bueno. Tienes razón, tienes razón. Sin insultos." Deslizó el pulgar por el labio inferior de Faythe. "De todos modos, lo que quería decir era, te estás subestimando. Eres increíble. Y hermosa." Besó la mejilla de Faythe suavemente. Faythe giró la cabeza y pronto Deanna devoraba sus labios entreabiertos. "Deanna." Faythe gimió. "Sabes tan bien." "Mmm?" Deanna se perdió en los besos dulces, cálidos. Empujó suavemente contra la lengua de Faythe, y su corazón latía con fuerza cuando Faythe correspondió las íntimas caricias. "Tengo ....una idea." Faythe habló en ráfagas cortas. "¿Por qué no te unes a mí?" "¿Eh?" Deanna apenas había oído las palabras que Faythe habló en su boca. "Entra en la bañera conmigo. Podemos poner los l os chorros. Y … relajarnos." Faythe se veía sexy como el infierno donde se s e sentó entre las burbujas de baño con el pelo en un lío total. Antes de que Deanna pudiera pensar en las palabras adecuadas para convencerse de que se fuera, tiró de su camisa y se quitó los jeans. Se quitó su ropa interior, luego permaneció permaneció inmóvil, sin saber por dónde meterse. "Aquí," Faythe dijo, extendiendo una mano. "Detrás de mí." Temblando, Deanna se metió en el agua caliente, la espuma le cosquilleó la piel mientras se sentaba detrás de Faythe. Deslizó sus piernas a los lados, completamente consciente del hecho de que su propio sexo pronto presionaría contra el trasero de Faythe. Ese trasero bien formado, firme ahora se retorcía frente a ella, empujando hacia atrás. Faythe se recostó contra Deanna, suspirando profundamente. La sensación de la piel húmeda, suave de Faythe contra sus pechos hizo que los pezones de Deanna se endurecieran hasta que le dolieron, totalmente sensibilizados por la cercanía. "Oh, sí." Faythe murmuró algo inteligible y se retorció. "Mmm." "Siéntate quieta. Por favor." Ella apenas podía pronunciar las palabras sin gemir de puro placer. "¿Por qué? ¿Qué pas — pas — " " Faythe miró a Deanna. "Oh."

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"Sí. Oh." "Aha." Pequeños demonios bailaron de repente en el verde oscuro de los ojos de Faythe. "Ya veo." Deanna tenía miedo de preguntar lo que Faythe vio. En cambio, se centró en donde colocar sus brazos. Trató en los bordes de la bañera, pero la superficie estaba desagradablemente fría. Dejó que flotaran en el agua, pero se topaba con los costados de Faythe de vez en cuando. Faythe finalmente tomó las manos de Deanna y las envolvió en sus brazos. Ella ronroneó y frotó la mejilla contra el brazo derecho de Deanna. "Faythe," Deanna dijo con los dientes apretados. "Siéntate quieta." "Estoy sentada quieta. q uieta. Más o menos." Faythe se giró hacia los lados un poco, acurrucándose entre los pechos de Deanna mientras levantaba sus piernas. Con los brazos llenos de una mujer hermosa, adorable a la que también le importaba mucho, Deanna sabía que perdería el control a menos que hiciera algo radical, pero no tenía ni idea de lo que podría ser. Faythe abrió los chorros, y el masaje general estimuló todas las terminaciones nerviosas en la piel de Deanna. "Faythe. Mírame." Deanna apenas reconoció su propia voz profunda, ronca. Faythe echó la cabeza hacia atrás, sus ojos entornados y las mejillas ruborizadas. Deanna no podía apartar los ojos de ella, pero tenía que hacerlo para besarla. Faythe gimió suavemente en su boca mientras profundizaban el beso. Saboreaba moras y algo más, algo oscuro, dulce y embriagador. La cadera de Faythe presionó contra el sexo de Deanna y sus cuerpos se frotaron juntos en la turbulenta agua. "Oh, por favor, por favor, tócame." Faythe presionó la cara en el cuello de Deanna, aferrándose en la piel allí. "Estoy ardiendo. Juro que estoy ardiendo." "Muéstrame." Deanna quería nada más que tocar a Faythe, explorar cada parte de ella. Quería aprender lo que le gustaba, lo que la calentaba, y lo que la volvía loca. Faythe tomó la mano de Deanna y la empujó hacia abajo entre sus piernas. "Ahí. Tócame. Sólo tus dedos. Justo ahí. Oh. Sí." "Muy bien. Te tengo." Deanna sentía pasar entre los pliegues del sexo de Faythe. Los gemidos de Faythe la guiaron, al igual que sus quejidos y finalmente su grito de placer cuando encontró el lugar exacto. Deanna deslizó sus dedos hacia atrás y adelante en un ritmo errático, paciente y ansioso al mismo tiempo, queriendo darle a Faythe lo que necesitaba. 142



"Deanna," Faythe dijo, respirando con dificultad. "Quiero tocarte. Así." "Lo harás." "No puede ser ... sólo sobre mí." Faythe tembló y se aferró a ella. "Oh, Dios ..." Faythe echó la cabeza hacia atrás, exponiendo su cuello en una antigua señal de rendición cuando su orgasmo golpeó. Ella gritó una vez, un sonido corto y ronco que envió una inundación de humedad a la unión de las piernas de Deanna. No estaba segura si Faythe quería que entrara, pero Faythe parecía montar una ola tras otra. Deanna empujó su palma duro contra el palpitante sexo de Faythe y se deleitó en las sensaciones. Finalmente Faythe se calmó, y Deanna no podía aguantar la embestida del agua masajeante por más tiempo. Golpeó el botón con la palma de su mano, aliviada cuando el agua se calmó alrededor de ellas. Escuchando la respiración de Faythe, puso su propio deseo en espera por un momento, sabiendo que su momento llegaría. Planeaba llevar a Faythe a la cama si quería ser abrazada toda la noche. "¿Cómo estás?" Apretó suavemente a Faythe donde yacía acunada en sus brazos. "Estoy en el cielo, creo." El atractivo ronroneo de Faythe estaba de vuelta. "Bueno. Ahora, dicho esto, el cielo parece estar poniéndose un poco frío. Qué tal si nos levantamos, nos secamos, y nos acurrucamos en la cama. Tu cama. Es más grande." Deanna mantuvo su tono ligero, sin querer sonar como si estuviera rogando. "Suena absolutamente perfecto." Faythe se esforzó por levantarse. "Sólo hay un problema. Mis rodillas parecen parecen haber perdido la poca cohesión que tenían, gracias a ti." ti." "Bueno, tendré que hacer un buen uso del curso de primeros auxilios que tomé hace algunos años y sacarte del agua y arrojarte sobre mi hombro. Ya sabes, estilo bombero." "Oh. Suena muy atractivo. Podría aprender a disfrutar de semejante escena." Deanna se echó a reír. "Muy bien, aquí va." Ella se alejó de detrás de Faythe y salió de la bañera. Las grandes toallas de baño colgaban en un toallero en la pared opuesta y retiró dos de ellas, envolviendo una a su alrededor antes de ayudar a Faythe a cubrirla. "Mmm. Gracias." Faythe se agarró a Deanna y cojeó hacia el fregadero. Cepillándose los dientes, se estremeció ligeramente, y Deanna envolvió otra calida toalla a su alrededor. Faythe se apoyó en Deanna mientras regresaban al dormitorio. do rmitorio. "Ahí. Metete en la cama. Voy a lavarme los dientes y asegurar que la puerta está cerrada con llave." Después de que metió a Faythe debajo de las sábanas se apresuró al dormitorio de invitados. Después de comprobar la puerta, caminó a través de la casa, temblando. Ella 143



jaló de la toalla más cerca a su alrededor, pero la desechó junto a la cama de Faythe y se unió a ella. Faythe estaba acurrucada en su costado, parecía estar dormida. Deanna empujó la decepción de su mente, sabiendo lo cansada que Faythe estaba. "Mmm, ahí estás." Faythe rodó sobre su espalda, acercó a Deanna, y la besó apasionadamente. "He estado esperando y esperando." "Sólo me fui medio minuto." "Como dije. Esperando y esperando." Faythe la besó de nuevo, moviéndose encima de ella. "Ahora, debes mostrarme. Muéstrame exactamente lo que quieres, y cómo, y estaré a tu entera disposición." El fuego encendido de Deanna de repente rugió. Se arqueó hacía las manos acariciantes de Faythe. "Sólo tócame de cualquier forma que quieras, como te guste. Estoy tan lejos ... que no tardará mucho." "Oh. De verdad. Bueno, no podemos tener eso. Quiero disfrutarlo como es debido." El tono diabólico en la suave voz de Faythe le sugirió a Deanna que no iba a alcanzar el orgasmo o dormir en cualquier momento pronto. Gimiendo bajo las manos de Faythe, no podía recordar ninguna de las razones por las que había estado tan reacia a dar este paso con Faythe. Ni una sola.

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Capítulo Veintiuno Faythe suspiró de alivio cuando cautelosamente pisó en su pie torcido y, por primera vez, no se retorció en agonía. Miró por encima del hombro hacia la dormida Deanna. Deliciosamente desnuda, excepto por las partes enredadas en las sábanas. Estaba en un sueño profundo, que no sorprendió a Faythe ya que habían hecho el amor varias veces durante la noche. El recuerdo de sus apasionados besos y caricias tan ardientes que pensó que combustionaría hizo que los músculos del estómago de Faythe temblaran. De puntillas hacia la cocina, Faythe pensó en el día de campo hace tres días, cuando otra pieza del rompecabezas que era Deanna entró en juego. Su familia había estado en un curso de colisión, pero la herida no era sólo unilateral. Faythe había visto tanta angustia en los ojos de Angela como en los de Deanna, pero Miranda estaba sin duda perdiendo la mayor parte. Pero toda la dinámica había cambiado cuando Gloria Mueller entró en la ecuación. Si su hija era algo como ella, podría no ser una buena idea que Deanna se reuniera con Savannah. Obtener el final era un acontecimiento positivo, pero cuando la otra parte era pariente de una barracuda como Gloria, el final podría implicar un nuevo conjunto de problemas. Un zumbido hizo que Faythe casi dejara caer los huevos que había sacado del refrigerador. Su teléfono celular, que se estaba cargando en la otra encimera, vibró a través de la superficie. La pantalla decía ‘Desconocido’ y dudó antes de responder. "¿Hola?" "Faythe? Es Pammie." "Pammie! ¿Cómo estás?" "Bien. Traté de llamar el otro día, para preguntar por tu pie, pero entró tu buzón de voz." "Oh, dispara. Deliberadamente no he revisado mi buzón de voz últimamente, pero lamento haber perdido tu llamada. He estado descansando mi pie más o menos, lo que ha dado resultado. Estoy caminando sobre él hoy ho y por primera vez sin muletas." "Simplemente no te excedas." "Si mamá. Entonces, ¿qué puedo hacer por ti, Pammie?" "Eh, bueno ... chico, soy un fiasco fiasco o qué?," Pammie se rió. "Llamé para preguntar sobre cómo estás, pero también llamé para preguntar si has pensado en hablar con Nana?"

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"¿Quien? Oh, tu amiga. Casi lo olvidé en toda la conmoción." Faythe pensó rápidamente. "¿Conmoción? Ya sabes, si estás hasta el cuello de cosas, seguro que no necesitas el estréss adicional." "No, no, no es así. No era realmente mi conmoción. Soy más una espectadora." "O una espectadora inocente," Deanna ronroneó junto a Faythe mientras envolvía sus brazos alrededor de ella ella por detrás. Faythe saltó. "Uf." "De quién es esa voz sexy?" Pammie se rió, sonando sorprendida. "Te aseguro que no quería interrumpir nada, Faythe." "No lo hiciste." Faythe golpeó juguetonamente las manos vagabundas de Deanna. "El que ha montado el alboroto, apuesto." Pammie soltó una risita. "Así que, no compartas todos los detalles morbosos, entonces. Se de esa manera." "En otra ocasión." Faythe cerró los ojos mientras Deanna mordisqueó el cuello con sus labios calientes. "¿Por qué, eh, oh ... no traes, uh, a tu amiga esta tarde? Alrededor de las dos ó tres algo así?" "¿De verdad? ¿Estás segura? Oh, eres la mejor!" Pammie sonaba tan aliviada que Faythe empezó a preocuparse. ¿Y si esta amiga estaba seriamente deprimida? "Hey, tú me cuidaste cuando me lastimé el pie — " " "Ah. Sobre eso," Pammie dijo, su voz apenas audible ahora. "No creo que hubieras tropezado y torcido el tobillo si no te hubiera molestado." "Tonterías." Faythe sintió que Deanna se tensaba contra ella y pasó un brazo tranquilizadoramente alrededor de la cintura. "Soy responsable de usar mis cinco, a veces seis, sentidos. Me alegro de que estuvieras allí." "Yo también," Deanna articuló antes acariciar su frente, haciéndole cosquillas en la línea del cabello. "Me alegro que lo veas de esa manera. Sólo sé que podrás llegar a través de Nana." "Esperemos que así sea." Faythe hizo una pausa mientras Deanna le besaba el cuello nuevamente. "Yo, uh, voy a intentarlo, pero si se siente tan mal, puede que necesite ayuda profesional." 146



"Oh, he pensado en eso, pero ella ni siquiera lo considerará. Es como si este es su calvario, ya sabes." "Absolucion?" Faythe alzó la vista hacia Deanna y le acarició el pelo despeinado. Deanna llevaba sólo una manta de lana polar suave, y Faythe quería quitarsela y reclamarla en ese preciso momento. "Vamos a ver ver cómo va. Hasta luego, Pammie." Pammie." "Nos vemos." Colgaron y Faythe atacó los labios provocadores de Deanna, besándola con avidez. "Pensé ... mmmm ... que estabas haciendo el desayuno. Estoy mal informada? Seré tu desayuno, Srita. Hamilton?" Amando este lado juguetón de Deanna, tan deliciosamente inesperado, Faythe sonrió. "Ahora que lo mencionas." Ella palmeó la encimera detrás de Deanna. "Arriba, cariño." "¿Qué?" Deanna levantó una ceja sardónica. "¿Ahí?" "Sip. Aquí permíteme ayudarte," Faythe dijo, y tiró de la manta lentamente del cuerpo de Deanna. La cocina era cálida y acogedora, pero los pezones de Deanna se fruncieron. Persistentemente, Faythe ahuecó un pecho y dejó que el duro pezón punzara en su palma. Le encantaba la sensación, cómo despertaba la excitación de Deanna, y cómo hacía sentir a Faythe. Deanna se liberó por un instante y saltó sobre la encimera. Sentada allí con una sonrisa angelical, se hizo un gesto a sí misma. "De acuerdo. Soy toda tuya." "Puede que no estés sonriendo con tanta seguridad en un momento." Faythe separó las rodillas de Deanna y se movió entre ellas. Colocó sus manos sobre los pechos de Deanna, apretándolos suavemente y luego más fuerte, alentada por los gemidos de Deanna. Inclinándose hacia adelante, Faythe comenzó a lamer un pezón mientras sus dedos provocaban el otro en un pico imposiblemente más firme. "Mmm, me gusta cómo piensas," Deanna dijo en un gruñido bajo. "Me gusta como actuas en tus pensamientos." "Y me gusta cómo suenas cuando hago esto." Faythe alzó la vista mientras agarraba las caderas de Deanna y dejaba sus manos deslizarse atrás hacia su trasero. Ella apretó y masajeó, provocando gemidos más profundos y roncos cuando tomó uno de los pezones de Deanna en su boca. "Faythe ..." 147



"Mmm?" "Oh," Deanna susurró. "Eres como el fuego." "No, tú lo eres." Faythe metió una mano entre ellas deslizándose dentro de Deanna con facilidad. Sintiendo su propia oleada de excitación, Faythe envolvió su brazo libre apretado alrededor de Deanna mientras la acariciaba más y más profundo con el otro. "Estás tan caliente, me preocupa que tengas fiebre," dijo burlonamente. "Es posible que necesites una revisión minuciosa." "Sí, Dra. Hamilton. Lo que usted diga." Deanna gimió y se movió inquieta sobre la encimera. "Creo que necesito su toque curativo muy, muy desesperadamente." Faythe tomó un ritmo constante, empujando dentro de Deanna, frotando su pulgar alrededor de su clítoris, pero sin tocarlo. Deanna volvió a gemir y abrió las piernas en una invitación sin palabras. "Dios. Te sientes tan bien." La voz de Faythe era apenas audible incluso para ella misma, pero Deanna parecía oírla. "Me haces sentir muy bien." Faythe se aferró a Deanna con su brazo alrededor de su s u cintura, hundiendo la cabeza en su cuello. Cuando Deanna finalmente se estremeció y apretó las rodillas juntas, Faythe supo que iba a venirse. "Oh, sí," murmuró, y movió la mano más rápido, su pulgar directamente sobre el clítoris de Deanna. "Faythe, oh sí. Sí!" Deanna se agarró a ella, la boca entreabierta mientras pronunciaba las palabras contra la parte superior de la cabeza de Faythe. Pronto se volvió incoherente y Faythe se puso tan excitada por los sonidos que Deanna hacía, que casi se vino también. Sosteniendo a Deanna ceñida, besó las sienes y la arrulló suavemente, lo cual habría sonado completamente estúpido en cualquier otro momento, pero en este momento, se sentía que era lo correcto. Deanna finalmente pareció encontrar su rumbo y se enderezó, sonriendo perezosamente hacia Faythe. "Entonces, así es como preparas el desayuno?" "Sí, es un buen comienzo cardiovascular por la mañana." Faythe sonrió. "En serio, había planeado un convencional convencional omelet con champiñones." champiñones." "Aha. Bueno, antes de que empieces, quiero saber una cosa."

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"¿Qué es eso?" Faythe apartó un mechón de pelo húmedo de la cara de Deanna. Ella nunca se había visto tan impresionante. "¿Te veniste?" "Eh, no. Aún no. Es decir, esta era mi fantasía, pero en realidad, todo fue por ti." "Así que no necesitas venirte." "Oh, por supuesto, a la larga." Faythe se sonrojó. "Pero tienes hambre, ¿verdad?" "Oh si. Lo estoy. Hambrienta, de hecho." Deanna se echó hacia atrás en sus manos y se veía tan inocente que Faythe sabía que estaba siendo graciosa. "¿De qué estás hablando?" "No de qué. Quién. Estoy hambrienta por ti, por esa pequeña, dulce boca tuya, para empezar." Ella tiró de Faythe más cerca de nuevo, devorando sus labios. El deseo que hervía a flor de piel estalló estalló y Faythe gimió mientras Deanna Deanna ahuecó los pechos dentro de la bata de Faythe. "Entonces, ¿dónde me quieres? Alguna fantasía con la que pueda ayudarte?" Faythe jadeó cuando Deanna mordió suavemente en su cuello. "Ya lo estás haciendo." Deanna se puso de pie y tomó a Faythe en sus brazos. "Lo has estado haciendo desde el primer día." 

"¿Cuándo llegará tu amiga?," Deanna preguntó mientras asomó la cabeza en la sala de estar donde Faythe se sentó con su computadora portátil en el sofá. "En una hora o algo así. Puedes quedarte, sin embargo." Faythe miró con anhelo a su amante, que estaba completamente vestida de negro. Jeans ligeramente destelidos negros, camisa negra de manga larga, botines negros y un chaleco negro. Se movía con una gracia como pantera. Muy sexy. Tan increíblemente caliente. "Tengo que hacer un montón de llamadas sobre las observaciones que mi editor y el escritor enviaron con respecto a Bunny Buttercup." Deanna besó a Faythe tiernamente. "Entonces Todd del taller está trayendo el coche. Vive justo al final del camino y se ofreció a traerlo a casa por mí." "Amable de su parte." 149



"Lo sé. Así que volveré a las siete de la noche, ¿de acuerdo? Tal vez antes." "De acuerdo." Faythe no quería admitir que quería a Deanna alrededor por respaldo y sabía que la extrañaría tan pronto como saliera de la habitación. Chico, lo tengo mal. Ella había caído rápido y duro por Deanna. No entiendo y desde luego no puedo explicarlo. "Muy bien. Nos vemos más tarde." Deanna volvió a besarla y levantó su mochila al hombro. "Tengo mi celular si me necesitas." "Gracias." Faythe volvió a su texto y dejó que sus dedos simplemente jugaran con las teclas, escribiendo las palabras a medida que llegaban. Ella siempre había trabajado de esa manera, un hecho que puso locos a sus amigos del grupo de estudio en la universidad. Por lo general, cuando repasaba el texto más tarde tarde en la noche o al día siguiente, siguiente, encontraba unas cuantas pepitas de oro para trabajar, o por lo menos así lo pensó. Mamá probablemente me llamaría delirante y diría que me estoy engañando. No, eso es lo que diría papá. Su madre comenzaría con el viaje de la culpabilidad del infierno, una lista de todos los sacrificios que había hecho durante la crianza de Faythe, especialmente permaneciendo casada con un hombre al que no amaba por el amor de Faythe. Por primera vez, pensando en lo que su madre había ‘renunciado’ no afectó a Faythe. Si Cornelia quería decir que se había sacrificado durmiendo con una gran cantidad de hombres, lo habría más que compensado por ello más tarde. Faythe había perdido la cuenta de los amantes de su madre cuando se marcho a la universidad. Un nuevo pensamiento se le ocurrió. Era su trabajo de alto perfil como un personaje de la televisión una manera para que su madre siguiera marcando? Faythe se rió. Sonaba demasiado absurdo. El timbre de la puerta sonó y ella saltó. Cuidadosamente, Faythe guardó su documento y cerró la computadora portátil antes de cojear lentamente hacia la puerta principal. Siendo una chica de la ciudad, comprobó a través de la ventana lateral y se tranquilizó al ver a Pammie parada al lado de una mujer joven y un poco más baja. Faythe respiró hondo y abrió la puerta. Pammie parecía un poco nerviosa mientras rodeaba a la chica con su brazo. Ella era impresionante, impresionante, con largo cabello negro enmarcando una cara en forma de corazón, ojos grises, y labios rosados, llenos. Caray, mi tipo cuando estaba en la universidad. No puedo decir que culpo a Pammie por hacer más por ella. "Me alegro de verte de nuevo, Pammie. Como puedes ver, estoy totalmente ambulatoria de nuevo." Faythe se volvió hacia la otra chica. "Hola. Soy Faythe. Tú debes ser Nana." "Sí. Gracias." Nana miró nerviosamente alrededor, incluso mirando por encima del hombro antes de que entrara. "No me di cuenta de que vivías ... aquí."

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"Oh ya veo. Bueno, esta es la cabaña de mi tía y estoy tomándola prestada. ¿Por qué no vamos a la cocina? La vista es estupenda y he horneado un pay de manzana, lo creas o no." Faythe hizo una pequeña charla en el camino hacia la cocina, tratando de crear un ambiente más relajado. Ella le contó a Nana acerca de cómo había decidido tomar un descanso de su carrera para intentar averiguar qué hacer a continuación. "Pensé que estarías encantada de ser tan popular en la televisión y todo?" Nana se sentó en la mesa, cruzando los brazos delante de ella. "¿No es una carrera de por vida?" "Depende de lo que realmente quieres, ¿no es así?" Faythe colocó las rebanadas de pay de manzana en algunos platos y sirvió café. "Helado con el pay, señoras?" "Sí, señora," corearon, sonriendo la una a la otra. "Eres mi tipo de gente," Faythe dijo, cogiendo el helado de vainilla. "Entrenle. Podemos charlar mientras comemos." Al principio las chicas parecían absortas con el postre y café, e incluso Pammie parecía un poco tímida. Faythe decidió que era el momento de soltar las cosas. "¿Quieren escuchar algún chisme de Hollywood?" Todavía no había encontrado a nadie que no estuviera interesado en un poco de información privilegiada. "Oh, sí," Nana dijo, sorprendiendo s orprendiendo a Faythe hablando primero. "Bueno, yo nunca chismearía sobre cualquiera cosa que alguien me dijera en confianza, pero puedo compartir un chisme sobre una de nuestras actrices favoritas. Pronto se convertirá en conocimiento común, pero hasta entonces tendrás que guardarlo para ti." Faythe no se estaba engañando. Ellas estarían enviando mensajes de texto a sus amigos al momento em que se fueran, pero no vio ningún daño en ello. La noticia que estaba a punto de compartir con ellas ya había penetrado en los círculos internos en Hollywood y Nueva York. "Lo prometemos," Pammie dijo seriamente, su sonrisa contradiciendo sus palabras. "Hmm." Faythe les dio una mirada burlona. "Bueno, ya conocen a Carolyn Black, la actriz, ¿verdad?" "La Carolyn Black, que interpreta a Diana Maddox en las películas?" La boca de Nana se abrió. "La mismísima. De todos modos, se va a casar en New Haven, Connecticut, en dos semanas."

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"Oh." Pammie sonrió cortésmente y las dos caras de las chicas perdieron su asombro, ya que una actriz que se casa era apenas una primicia. "Eso está bien." "Espera. Hay más." Faythe se inclinó hacia delante. "Ella va a casarse con su amante de tres años. Annelie Peterson." "¿De verdad?" Los ojos de Pammie se abrieron de par en par. "¿De verdad?" "De verdad." "Carolyn Black es gay?" Nana miró hacia atrás y adelante entre ellas. "¿De verdad?" "De verdad. Ha sido un secreto a voces desde hace años, pero ella es muy reservada y también lo es su pareja, por lo que la prensa ha estado manteniendolo oculto. Sabíamos que si revelábamos el secreto, estas dos mujeres nunca nos darían una entrevista de nuevo, ni tampoco sus amigos grandes estrellas." "Esa es una noticia." Pammie miró a Nana. "Lo cual es el tipo de vínculo del por qué estamos aquí." Nana retrocedió visiblemente, presionándose contra el asiento atrás y cruzando los brazos sobre el pecho. "Pammie," dijo en voz baja, de advertencia. "Nana, déjate de evasivas. Prácticamente tuve que arrastrarte aquí, y sabes que me mata cuando te tratas como lo haces." "En realidad no es asunto tuyo como vivo mi vida, ¿verdad?" Nana habló de manera cortante, e incluso si Faythe simpatizaba con Pammie, también reconoció el dolor detrás de las palabras de Nana. "Es asunto mío, porque te amo," Pammie dijo con voz ronca. "No me avergüenzo de ello, y no puedes hacer que me detenga." La suave voz de Pammie destrozó las defensas de Nana, y la joven agarró al borde de la mesa con la fuerza suficiente para blanquear sus nudillos. "Pero no soy digna de tu amor. O de cualquiera. Tú lo sabes." Sus palabras sonaron medio acusatorias, medio suplicantes. "No, no lo sé!" Pammie susurró, su voz intensa. "No sé nada de eso. Piensas eso. Piensas que no mereces ser amada, pero eso no es verdad!" Pammie parecía que trataba de mantener la calma, pero su voz temblaba. "Y es lo mismo que decir que estoy haciendo algo mal también." 152



"¿Qué quieres decir?" Nana parecía haberse olvidado de Faythe por un momento. Ella sólo tenía ojos para Pammie. "Eres perfecta. Tu haces todo bien." "Todo aparte de ser gay, quieres decir?" d ecir?" Los ojos de Pammie se endurecieron. "Esas son palabras de mi madre." "Y debes pensar que hay algo para ellas, ya que sigues sacándolas a relucir." "Nunca he dicho que es malo ser gay!" "Has utilizado las opiniones de tu madre como una excusa para muchas cosas, que es casi lo mismo." "Alto. Espera. Aguanta." Faythe empujó la caja de cartón de helado entre ellas. "Toma un poco más de helado y enfríate. Sin doble sentido. No vas a resolver nada jugando el juego de la culpa." "Pero ..." Pammie parecía rebelde. "Come." Las chicas se miraron entre sí y alcanzaron la cuchara al mismo tiempo. "Aquí. Déjame." Nana recogió un poco de helado y lo puso en el plato de Pammie. "Lo siento por gritar." "Oh, cariño, también lo siento por gritar." Pammie dijo. "Sabía que necesitábamos un árbitro. Sólo hemos llegado a la etapa de gritar hasta ahora." "Es mi culpa." Nana se quedó mirando su helado y las lágrimas surgieron en sus ojos. "No me refiero a sonar egoísta o melodramática. melodramática. Es verdad." Faythe tomó un sorbo de café y miró alentadoramente hacia Nana. "¿Por qué no me dices por qué crees que es tu culpa, culpa, aunque no sé ni de qué culpa culpa estamos hablando." "Hice algo terrible. Mentí. A mucha gente. Yo era una perra. " " ¿Por qué mentiste, y de qué se trataba?" "Estaba herida, que fue totalmente mi culpa, y quería lastimar a la otra persona en respuesta. En lugar de simplemente hacerla sentir avergonzada, destruí su vida."

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"¿Me puedes contar más?," Faythe preguntó, su corazón tronando. "Yo tenía dieciocho años en ese entonces. Tengo veinte años ahora. Ella era mi maestra de arte de la escuela y tuve un enamoramiento con ella. Nunca me había sentido atraída por otra mujer o chica antes, y para mí era obvio que ella tenía que sentir de la misma manera. Mis padres querían que mantuviera una relación estable con mi novio, pero una vez que me di cuenta de lo que sentía por mi maestra, sabía que nunca podría sentirme así con un chico, o un hombre." "Eres Savannah Mueller." Faythe se quedó mirando a la chica que había causado tanto dolor a Deanna. Había estado preparada para detestarla con cada célula de su cuerpo, pero en vez de eso vio a esta joven llena de culpa, traumatizada que claramente se perdió en el proceso. "¿Cómo lo sabes?" Nana la miró con miedo en sus amplios ojos antes de redirigir su atención a Pammie. "Dijiste que no tenía idea de nada. ¿Le dijiste?" "No. Por supuesto no. ¿No te das cuenta de que vive al lado de la Sra. Moore?" Pammie hizo un gesto hacia el lago. "Y que querías encontrarte con ella, ¿verdad?" "Jesús, no puedo creer esto." La mente de Faythe daba vueltas. "Tengo que llamar a Deanna. Ella necesita saber que estás aquí. Se ha estado debatiendo si te devolvía la llamada. Me ofrecí a dejarla usar la casa de mi tía, para que nadie te viera entrar en su cabaña." "Y ahora estamos aquí." Pammie estaba pálida. "Nunca quise ponerte en este aprieto. No tenía idea de que ustedes dos son, eh, amigas." "Bueno, lo somos, y de una manera u otra tenemos que resolver esto. Deanna ha sufrido demasiado tiempo, y por lo que parece, también tú, Savannah. ¿O prefieres Nana?" "Cualquiera de los dos está bien." Nana se encogió de hombros. De pronto se estremeció, pareciendo conmocionada conmocionada mientras miraba algo algo detrás de Faythe. "¿Qué demonios está pasando aquí?" Una voz severa exigió desde la puerta. "Así que estas son tus amigas?" Deanna se acercó a ellas y miró adelante y atrás entre Faythe y Savannah. "Deanna — " Faythe comenzó. "Déjame ver. ¿Qué posibilidades hay aquí para ti como autora? Puedo imaginar que estás recibiendo bastante del trasfondo de tu historia. O estabas convencida de que era una cobarde, incapaz de decidirme si debía llamarla?" 154



"¡Por supuesto que no! Nunca me entrometería de ese modo. Esto no es para una historia. No tenía idea de que la amiga de Pammie era Savannah Mueller. Lo acabo de descubrir hace un momento. Ella — Ella — " "Oh, por favor, Faythe. Eres una famosa reportera de televisión en busca de un nuevo trabajo. Dejé caer una jugosa historia justo en tu regazo, y te imaginaste que era de un tamaño adecuado para que clavaras tus pequeños dientes perfectos." "Eso no es cierto. Me doy cuenta de lo que debe parecer, pero por favor, Deanna. Me conoces bastante bien. Esta última semana, si significa algo para ti, debería haberte demostrado que soy fiel a ti." "No creo que conozcas el significado de la palabra." Deanna ahora estaba pálida y miraba fijamente a Savannah con los ojos casi negros. "No puedo imaginar cuales son tus intenciones, pero si has venido a estropear las cosas para mí, has tenido éxito más allá de tus sueños más salvajes." "No es verdad. Faythe no sabía mi verdadero nombre. Lo juro." "Has jurado antes, y mira lo que pasó entonces." Deanna volvió su atención hacia Faythe. "No te molestaré más. Te has recuperado, en más de un sentido. Voy a recoger mis cosas y luego regresaré a mi propia cabaña." Se dio la vuelta y salió de la cocina. Faythe se quedó mirando después de que Deanna desapareciera. Cuando se giró para mirar a sus visitantes, Pammie se veía completamente afligida, y Nana había empezado a llorar.

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Capítulo Veintidós Deanna encontró casi imposible respirar. Volvió corriendo a la habitación que había estado utilizando, agarró su bolsa y comenzó a meter su ropa y artículos de arte. Sólo quería salir de la casa de Faythe lo más rápido posible. Las lágrimas corrían por sus mejillas y sollozó, tan enojada y herida que apenas podía pensar. "Deanna. Por favor." La voz de Faythe desde la puerta la hizo dar un respingo. No estaba preparada para tener cualquier tipo de confrontación con Faythe, no ahora, tal vez nunca. Faythe entró vacilante a la habitación. "Sé lo que parece, pero no tenía ni idea de quién era la amiga de Pammie. Ella la llama Nana. Nunca hice la conexión." "Ahora no, Faythe," Deanna dijo, su voz lastimando su garganta. No podía dejar de llorar y se limpió con enojo sus mejillas. "Ni siquiera puedes ser tan ingenua." "No lo hagas. No digas cosas así." Faythe se movió en el espacio personal de Deanna. "Sé que este es tu método, cortando a la gente, salir huyendo. Si te dejo ir ahora, no te volveré a ver. Lo sé porque has hecho lo mismo con tu madre durante casi diez años." "Lo he hecho ... lo he hecho?" Deanna dijo, hablando más alto. "Deja a mi madre y a toda mi familia, fuera de esto. Hiciste esto a mis espaldas, y no tiene nada que ver con ninguno de ellos. Segura jugaste la parte de la linda chica de al lado también. Me tragué todas las mentiras que dijiste, completamente." Deanna supo lo sarcástica que sonaba, y la mirada afligida en el rostro de Faythe lo confirmó. "Me habías engañado que eras esta mujer vulnerable, incomprendida, y me parece que has demostrado de una vez por todas que eres tan insensible como tus padres. Una astilla del viejo tronco, eh?" "Deanna!" Los ojos de Faythe se volvieron casi incoloros contra su pálida cara. "Sólo estaba tratando de ayudar." "Ya he tenido suficiente de tu ayuda, así que si me disculpas ..." Ella no quería empujar físicamente a Faythe fuera del camino, pero el dolor de estar tan cerca la hizo pensarlo. "No, no te disculpo," Faythe dijo furiosamente. "Puedo entender por qué saltas a conclusiones, después de lo que has pasado. Pero no voy a aceptar que pienses que te mentí o te vendería de esa manera. No después del Sábado pasado, y ciertamente no después de los últimos días." "Eres increíble." Deanna parpadeó ante la tormenta de emociones en el rostro de Faythe. "Llegué a casa temprano porque no podía soportar estar lejos de ti y qué me 156



encuentro? Tú y Savannah Mueller sentadas en la mesa de la cocina pasándolo bien." Deanna odiaba la imagen que acababa de describir. "Había decidido tratar de comunicarme con ella, sabes. Pensé, contigo aquí, acompañándome y ayudándome a permanecer lo más más imparcial posible, podría ser capaz capaz de hacerlo." "Y todavía puedes! Nada ha cambiado." Faythe parecía querer sacudir a Deanna. "Te prometo que estoy diciendo diciendo la verdad." Deanna quería creerle. Imágenes de Faythe, desnuda en sus brazos esa misma mañana, suave y sonriente, parpadearon ante sus ojos. Había empezado a creer que la vida tenía algo parecido a la felicidad reservada para ella. Debería haberlo sabido mejor. Simplemente no puedo ganar, ¿verdad? "Suéltame," Deanna dijo fríamente. "Puedes prometer todo lo que quieras. No te creo." Faythe palideció aún más y dejó caer las manos. Frotándolas en sus muslos, dio un paso atrás. "Ya veo." "Así que, si me disculpas" Deanna levantó su bolsa sobre su hombro y empujó al pasar a Faythe, su corazón martillando dolorosamente en el pecho. Si se hubiera detenido a mirar a Faythe, aunque fuera por un segundo, hubiera cedido, lo sabía. En cambio, caminó a través de la sala de estar y la cocina, donde dos figuras seguían amontonadas en la mesa de la cocina. Deanna estaba a varios pasos de la puerta cuando escuchó a alguien llorando. Desaceleró y se detuvo. Una de las chicas de la cocina estaba llorando amargamente, y la otra hacía arrullos y sonidos reconfortantes. Deanna retrocedió, deteniéndose justo fuera de la vista de ellas. "Nana, por favor, te enfermarás." Deanna no reconoció la voz y dedujo que tenía que pertenecer a Pammie. "Tu la viste. Ya has oído lo que dijo. Esta fue una muy mala idea, Pammie." Savannah comenzó a llorar de nuevo. "No debería haber venido." "Fue valiente de tu parte el intentarlo. Faythe todavía podría ayudarte. Lo hizo como un favor para mí, y porque ella es una buena persona." "Ahora que sabe quién soy, no va a querer ayudar. ¿No lo entiendes? Están juntas. Juntas." Savannah se rió con amargura. amargura. "De todas las personas con las que te topas, es la amante de Deanna Moore." "No lo sabía!"

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"Por supuesto que no. Simplemente tiene sentido de una manera enfermiza. Como el karma, ya sabes." "No, no lo sé." Pammie habló lentamente. "Explica a que te refieres, por favor?" f avor?" "Soy una mala persona. He hecho cosas malas. Soy la hija de una intolerante y un bravucón." Deanna no estaba segura de qué hacer. Una parte de ella quería escapar a su cabaña y esconderse, pero otra parte quería oír lo que Savannah tenía que decir. "Eso no significa que estás jodida." Pammie sonaba paciente, pero Deanna podía escuchar el dolor detrás de sus palabras. "Sólo mírate, cómo has cambiado." "No es suficiente, obviamente. ¿No viste cómo me miraba? Como si fuera repugnante." Savannah se rió, un sonido amargo, autodespreciable. "Ella se sorprendió al verte. No tenía idea de que estarías aquí. Si alguien tiene la culpa, soy yo. Estaba tan ocupada protegiéndote, seguí usando tu apodo. Si le hubiera dicho a Faythe quién eras, habría organizado esto de modo diferente." Deanna se apoyó contra la pared y dejó caer la bolsa al suelo. Su cólera parecía filtrarse a través de sus poros; se sentía fría, sola, y arrepentida por apartar a la única persona que creía en ella. Deanna quería golpear su cabeza contra la pared. En cambio, se dio la vuelta y entró en la cocina. " Savannah." Las dos chicas alzaron la cabeza para mirarla simultáneamente. Savannah se la quedó mirando bajo los párpados enrojecidos. "Sra. Moore," dijo. "Nosotras ... pensé que te habías ido." "Iba a hacerlo." "Ya veo." Savannah miró a Pammie. "Esta es Pamela Taylor. Sus amigos la llaman Pammie." "Te recuerdo, ahora que lo pienso, Pamela, aunque nunca tomaste ninguna de mis clases. Después de que hayamos hablado, debería saber s aber como se s e supone que debo llamarte," Deanna dijo irónicamente. "Uh, supongo que sí." Pammie se removió en la silla, su brazo todavía protectoramente alrededor de los hombros de Savannah. "¿Por qué no se sienta? Es decir, si quiere hablar las cosas."

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Deanna tuvo que admirar el coraje de la joven. Se las arregló para sonar educada a pesar de la tensa situación. "Muy bien. Voy a tomar un poco de café, si es que hay alguno — " " "Hay un montón. Lo traeré, Sra. Moore." Pammie se levantó de un salto y sirvió una taza para Deanna mientras mientras se sentaba al otro lado de Savannah. Savannah. "Leche, azúcar?" "Negro está muy bien en este momento. Gracias." Puedo ser educada en las circunstancias más extrañas también, al parecer. "Muy bien, Savannah. Supongo que depende de ti." Savannah respiró hondo y miró agradecida a Pammie cuando se sentó de nuevo y le tomó la mano. "En primer lugar, Sra. Moore M oore — — " " "Deanna. Ya no eres mi alumna. " "Deanna." Savannah parecía incómoda. "Hice algo imperdonable. Yo era un mocosa mimada que no aceptaba un no por respuesta y estaba más preocupada por impresionar a la gente con la que andaba, que de cosas como el honor y la verdad." Ella sacudió la cabeza lentamente. "Y fui engañada también." "Continua." Deanna presionó con cuidado. "Dime por qué hiciste lo que hiciste." "Estaba tan enamorada de tí. Comenzó en la secundaria. No eras nada como los otros maestros. Vestías de una manera fresca, eras más joven y tan hermosa, y cuando necesitaste un ayudante, a yudante, me aseguré de ser la primera voluntaria. Mi madre estaba impresionada, como siempre." Savannah esnifó, sacó un pañuelo del bolsillo de los jeans, y se sonó la nariz. "A mamá le encantó el hecho de que estaba obteniendo un crédito adicional y mostrando de lo que estaba hecha la hija del alcalde. Ella también aprobaba que anduviera con la gente con la que estaba. Después de todo, sus padres estaban entre las personas más ricas de la ciudad." "Y qué tiene todo esto que ver conmigo?" "Me enamoré de ti. No podía entender qué estaba pasando, y no tenía a nadie con quien hablar. Eras todo lo que podía pensar. Parecías comprenderme, y te interesaste i nteresaste en cosas de mí que a nadie más le importaban." Deanna había preferido pasar tiempo con los estudiantes durante el recreo en lugar de tomar un café con las tres mujeres que habían trabajado en la escuela desde hace casi treinta años, y más tarde se convirtieron en las cabecillas de la campaña en su contra. Obviamente eran vasallas de Gloria Mueller.

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"¿Por qué supones que tenía sentimientos por ti?" Deanna se aferró a su taza de café mientras sus manos comenzaron a temblar. "No lo sé." Savannah bajó los ojos. "Eras amable conmigo, comprensiva, y pensé ... estaba tan segura en ese entonces que te sentías igual que yo. Mi ego era enorme, y me tomó mucho tiempo en darme cuenta de que la mayoría de la gente en mi grupo eran sólo mis amigos debido a quienes eran mis padres. Incluso mi novio en ese momento resultó estar adulando a mamá." "Tu madre hizo de mi vida un infierno." Deanna se obligó a mantener el odio fuera de su voz. "El mío también." Silenciosas lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Savannah. "No estoy tratando de echarle la culpa por la forma en que actué. Sólo quiero que sepas que lo entiendo. Ella puede ser muy difícil de tratar." Ese era el eufemismo del año. Debe ser horrible ser su hija. Podría explicar mucho sobre el comportamiento de Savannah. "¿Por qué mentiste acerca de que nos casaríamos, y que prácticamente te dejé en el altar?" Savannah se sonrojó. "Una mentira se topó con otra y dio luz a una tercera mentira, se podría decir." "¿Huh? Repite eso." Deanna se echó hacia atrás en su silla y vio a Faythe entrar en la cocina. Tenía los ojos enrojecidos y la cara limpia de maquillaje. Cuando levantó la vista y vio a Deanna sentada en la mesa de la cocina, apenas se estremeció. "Hola," Deanna dijo. "Pasé junto a las chicas y escuché a Savannah y Pamela hablando." Ella esperaba que Faythe entendiera su críptica declaración. Faythe no mostró ningún signo de comprensión ni de preocupación de nada de lo que Deanna dijo. En cambio, se sentó más cerca de las chicas que de ella. "Así que estamos hablando." La voz de Faythe sonaba desconocida — cortante, cortante, un poco estrangulada. "Nana está tratando de explicar." Pammie parecía triste. "No estoy segura de que estamos llegando a alguna parte, pero al menos tiene la oportunidad de contar su versión y pedir disculpas." "Bien." Faythe miró alentadoramente hacia Savannah. "Adelante, entonces." "Está bien." Savannah parecía sentirse un poco más segura y continuó, hablando un poco más despacio. "Mis supuestos amigos me desafiaron para probar mi caliente aventura con 160



la maestra de arte, con Deanna. En mi mente, no les había mentido exactamente, simplemente les dijo cosas antes de tiempo. Estaba segura de que Deanna estaba enamorada de mí. Había creído en el mito sobre mí como la reina de la escuela, la animadora, y la estudiante del cuadro de honor.¿Cómo no podría amarme? Como no gustarle?" Savannah se rió con voz hueca. "Así que cuando no pude conseguir que Deanna admitiera sus sentimientos, asumí que estaba siendo honorable y no quería empañar la reputación de un estudiante. Al mismo tiempo que estaba es taba evadiendo las preguntas de mis amigos, estaba tratando de romper con mi novio. Él no quiso escuchar, y, finalmente de la nada, entré en pánico y le dije a él y a dos de mis amigos que Deanna y yo nos casaríamos en Canadá. Sólo se suponía que era una pequeña mentira blanca, para mantenerlo alejado y a mis amigas quitármelas de encima." Savannah tomó un sorbo de agua que Pammie la había traído antes. "Seguramente debes haberte dado cuenta del error que habías cometido?" Deanna preguntó. "Realmente no. Puesto que pensé que tu sentido del honor te impidió actuar sobre tus sentimientos, te estaba dando una salida." Savannah se sonrojó. "Lo sé, lo sé. s é. Suena trastornado. Completamente loco." "Así que, resumiendo," Deanna dijo lentamente, sin apartar los ojos de Savannah, "has sido criada para esperar convertirte en reina de la escuela, animadora, una estudiante del cuadro de honor, la esposa de un hombre rico, y seguir los pasos de tu madre, siempre a su entera disposición." "Más o menos." Savannah sonaba derrotada. "Lo siento mucho por arruinar todo para ti. Lamento aún más que me tomara tanto tiempo para reconocerlo. Se lo debo a Pammie. Ella nunca me abandonó." "¿Y las amigas contigo en el supermercado?" "Ellas no saben la verdad, pero lo harán." Savannah apretó los labios. "Lara ya sospecha algo a veces. Van a odiarme, pero eso es culpa mía." "Ya que estamos en el tema de la culpa," Deanna dijo, "¿por qué no estás en la universidad?" "No me apetecía. Me gusta lo que hago ahora en el refugio de animales, sobre todo trabajar con los perros." Su rostro se iluminó y por primera vez desde que Deanna se había

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sentado, alcanzó a ver a la Savannah que había conocido hace dos años, impresionantemente impresionantemente hermosa con los ojos o jos brillantes y una dinámica personalidad. "Y estás castigándote a tí misma, pensando que no mereces ir a la universidad debido al problema que causaste. Y estás enfrentando a tus padres, cierto, cariño?" Pammie preguntó en voz baja. "Supongo. " Deanna suspiró. "Esto no compone las cosas, y es un desperdicio de una buena mente. No te hagas esto. Sigue adelante con tu vida, y no mires atrás." "No es así de fácil!" Savannah se sentó erguida en su silla. "Me las he arreglado para salir de la casa de mis padres y conseguir un pequeño apartamento. Me mantengo a mi misma. Incluso tengo dinero para dar a las organizaciones benéficas de mi madre. He encontrado una manera de no despreciarme todo el tiempo." Seria y temblando, Savannah obviamente no estaba a punto de seguir adelante. "¿Y que hay de mi, Nana?," Pammie preguntó, su voz baja. "Sabes que te amo." Savannah apartó la mirada. "No estoy segura. Me dejas fuera. f uera. Ni siquiera hablas de ciertas cosas. Dejas que la intolerancia de tu madre gobierne tu vida. Hablas como si fueras independiente, pero vives una vida de perpetua culpa, castigándote sin cesar." "Pensé que lo habías entendido!" Savannah miró a Pammie como si fuera una perfecta desconocida. "¿No has estado escuchando? Hice algo indecible a alguien que no era más que buena conmigo. Eso deberia decirte algo." "Me dice que eras una niña malcriada hace dos años, pero no eres la misma persona ahora." "Estoy de acuerdo." Deanna no podía soportar ver a Savannah tan dura consigo misma. "¿En serio?," Savannah preguntó. "Eres una persona diferente, y yo también." "Por supuesto que lo eres," Savannah susurró. "Has tenido que vivir con los falsos rumores e insinuaciones todo este tiempo." "Sí." No tenía sentido negar los hechos. 162



"¿Por qué?," Faythe preguntó con calma. "¿Por qué no presionaste con cargos, o al menos irte de la ciudad?" Deanna sacudió la cabeza. "Eso no tiene nada que ver con los problemas de Savannah." "Creo que si." Faythe habló casualmente, pero algo en sus ojos hizo que Deanna sospechara que sabía la respuesta, o lo había adivinado. Si lo ha adivinado, debería saber por qué no puedo decir nada ahora. "No puedo." Deanna intentó transmitir su dilema a Faythe con una mirada. "Oh." Savannah se tapó la boca con la mano. "Oh, Dios mío." "¿Qué? ¿Estás bien?" Pammie envolvió su brazo alrededor de los hombros de Savannah. "Sí. No. Oh, maldición." Savannah miró a Deanna, los ojos muy abiertos con nuevas lágrimas. "Lo sé. Por favor, quiero estar equivocada, pero creo que lo sé." "Dinos lo que piensas que sabes, Savannah." Faythe sonaba preocupada, pero puso una mano firme sobre los puños cerrados de Savannah. Savannah cerró los ojos y grandes lágrimas corrieron por sus pálidas mejillas. "Ella debe haber leído mi diario. Debería haberlo sabido."

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Capítulo Veintitrés El dolor y la frustración de Savannah parecían emanar por todos los poros de su impecable piel, creando un aura de desesperación. desesperación. Ella no apartaba apartaba los ojos de Deanna, pero se aferró a las manos de Pammie mientras hablaba. "Mamá debe haber leído mi diario y eso significa ... que supo la verdad todo el tiempo. O por lo menos, el último año y medio." Savannah hipeó. "Ven, deja que te traiga un poco de agua," Pammie dijo, y trató de apartar suavemente los dedos de Savannah de los suyos. "La traeré," Faythe Fa ythe dijo. "Creo que todos necesitamos algo para beber. Jugo, agua, refresco?" "Jugo de naranja, por favor. Te ayudaré," Deanna ofreció. Sentía que Deanna necesitaba unos minutos para digerir el último chisme de información, Faythe asintió y caminaron hacia el otro extremo de la cocina. Faythe abrió el refrigerador. "Estamos de suerte, dos cajas de jugo de naranja." Faythe llenó una jarra con agua helada y una segunda con el jugo y cubitos de hielo. "Los vasos?," preguntó a Deanna, que estaba mirando por la ventana. "Oh, cierto." Deanna tomó cuatro vasos de un gabinete y los llevó a la mesa. Faythe hizo lo mismo con las jarras y se sentó. Ella acercó su silla a la de Deanna, preocupada por su expresión aturdida. Todas bebieron sus bebidas en silencio, evidentemente reagrupándose. "Te sientes mejor?," Pammie le preguntó a Savannah. "Estabas tan pálida." "Estoy bien." Savannah jugó con el borde del vaso. "Sólo estoy llegarndo a un acuerdo con lo que hizo mi madre. No sé por qué no pensé en ello antes. ¿Por qué dejó que esto continuara?" "Oh, puedo pensar en algnas razones." Deanna tenía una mirada de conocimiento en su rostro. "Demasiadas personas con agendas ocultas aquí." Pammie suspiró. "Hablando de eso," Deanna dijo, "No recuerdo que fueras parte del grupo de Savannah en la escuela secundaria." "No lo era. La adoraba desde lejos. Una vez que nos graduamos, reuní el valor suficiente para hacer mi movimiento." Pammie sonrió hacia Savannah, quien se sonrojó. "Ella todavía estaba suspirando por Deanna."

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"Pammie!" Savannah se tapó la cara con las manos. "Lo estás empeorando." "Lo siento." "Hice un lío de las cosas. Debo de haber estado loca." "Bueno," Deanna dijo lentamente, "pareces estar de vuelta en tus cabales en este momento. Has descubierto que tu madre es una mentirosa, manipuladora — " Se detuvo. "Podría seguir, pero no lo haré." "Entonces si Gloria sabe que eres inocente, Deanna, no creo que sea difícil entender por qué dejo que el engaño continuara." Faythe contó con los dedos. "Ella no quiere que su hija tenga la marca de mentirosa en esta pequeña ciudad. Y todavía puede afirmar que Savannah realmente no es gay, sino una inocente atrapada en una historia de una Malvada Lesbiana." Savannah hizo una mueca, pero permaneció en silencio. "En tercer lugar," Faythe continuó, "no quiere que sus compañeros se rían de ella y la llamen una tonta crédula, y, por último, honestamente parece muy emocionada de poder reunir a sus compañeros contra Deanna. Te hace preguntarte cuál de estos motivos podría ser el principal." "Quedar mal." Savannah se enderezó en su silla y habló con claridad por primera vez. "Mi madre tiene que ver con las apariencias. Pasaría a través del fuego y el agua para mantener su posición en Grantville. Cuando mi padre fue elegido alcalde dos períodos consecutivos, estaba más feliz que nunca. Por supuesto, cuando creé el escándalo del año debe haber estado muy decepcionada." "Y todavía no tenemos todas las piezas del rompecabezas," Faythe dijo. "Hasta que decidas confiar en nosotros lo suficiente como para compartir tus motivos para no presentar cargos por difamación, difamación, etc., seguiremos adivinando." adivinando." "No se trata sólo de mí." Deanna se veía triste, pero menos atormentada ahora. "Está bien." Faythe miró a su alrededor las caras pálidas. Se sentía como una moderadora de la televisión, mientras trataba de conseguir que las demás resumieran la situación. "¿Qué hemos logrado aquí hoy?" "Hemos roto el silencio." Savannah sonrió cuidadosamente. "He dicho la verdad sobre mi parte en esto. No tengo más secretos ... bueno, tal vez algo que quiero decirle a Pammie más tarde, pero nada que concierne a esto."

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"Me siento como Nana. Nada puede crear un podrido rumor si no lo enfrentas." " Y tú?" Faythe Fa ythe volvió su atención hacia Deanna. "Agradezco que Savannah asuma plena responsabilidad por sus acciones. No cambia nada, desde un punto de vista práctico, pero sí emocionalmente." "Ojalá pudiera rehacer todo cuando hubiera importado." Savannah extendió una mano tentativa y Faythe contuvo la respiración. Cuando Deanna tomó la mano de Savannah, la apretó y la sostuvo por un momento, exhaló tan fuerte que las demás la miraron interrogativamente. interrogativamente. "Faythe? ¿Estás bien?," Savannah preguntó. "Bien. Estoy bien." Era sólo parcialmente cierto. No importaba lo mucho que esperaba que Deanna y Savannah resolvieran las cosas, Faythe todavía se sentía como si hubiera dejado parte de su alma esparcida por el suelo donde ella y Deanna se habían gritado la una a la otra tan amargamente. "Deberíamos idear un plan para limpiar el nombre de Deanna." Pammie parecía resuelta. "No." Deanna parecía aún más obstinada. "No deberíamos. Nada se puede hacer al respecto ahora." "Pero ¿por qué no?," Faythe espetó. "Has sido acusada injustamente durante años, y ahora que Savannah se a sincerado contigo, ¿qué razón podrías tener para rehusarte?" "Solamente la tengo. Créeme, y por favor ... si te importa ... si puedes perdonar lo que dije antes y todavía te preocupas por mí, no sigas con esto. Por favor." Deanna no estaba suplicando, estaba prácticamente rogando, y Faythe no pudo negarse. "Está bien, está bien," Faythe dijo. "No puedo prometer que no te pediré una explicación más tarde, sin embargo. Y sobre el asunto del perdón, hablaremos más sobre s obre esto después." "Uh-oh." Pammie miró a Deanna con simpatía. "Creo que algo de arrastrarse sería lo apropiado." "Tú crees?" Deanna suspiró, pero asintió. "Puedo arrastrarme. No lo he hecho desde hace tiempo. No puedo recordar cuando, en realidad. Aún así, si lo que se necesita es arrastrarse, me arrastraré."

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"Oh, por favor." Faythe tuvo que sonreír a pesar de todo. "Divertidísimo." "De verdad. No quiero que pienses que era en serio algo de lo que dije." Deanna tomó la mano de Faythe y frotó su pulgar sobre sus nudillos. "Ya veo." Los dedos de Faythe cosquillearon al tacto, y Deanna los sostuvo cuando ella trató de soltarse s oltarse "Ahora, se está haciendo tarde, damas y por una vez estoy muy hambrienta." Miró por la ventana. "Parece que esta lloviendo bastante. Pensé que pediría comida para llevar esta noche. ¿Por qué no se quedan ustedes dos chicas? Conducir de regreso a Grantville con este tiempo no es ideal cuando estás molesta." "Nos está pidiendo que nos quedemos?" Savannah pareció desconcertada. "Por supuesto. Todavía tenemos mucho de qué hablar. Sería agradable charlar sobre cosas cotidianas. Simplemente para relajarse un poco." "Esto seguro no ha sido relajante," Pammie dijo. "Me encantaría comer comida china, sin embargo." "Oh, yo también," Deanna dijo, sorprendentemente. "Algo sobre arroz frito sólo — " " "Comida reconfortante," Savannah añadió con timidez. "Nunca he tenido ese tipo de comida cuando vivía en casa, pero después de que me mudé, sucede que vivo justo a una cuadra de un fantástico restaurante chino escondido. Ellos reparten a domicilio también." "Así que los recomiendas?" Faythe agarró su teléfono celular. "Lo hago. Incluso sé su número de memoria." Savannah recitó el número de teléfono a Faythe. "Puedes ordenar su especial para cuatro personas para que podamos llegar a probar todas sus cosas. Te garantizo garantizo que estaremos llenas y mucho mucho más." "Suena bien." Faythe llamó y pidió su orden. "De treinta a cuarenta y cinco minutos. Eso no es malo si tenemos en cuenta la cantidad de platillos que tendremos la oportunidad de probar." "Oh, mira eso!" Savannah señaló la ventana donde la lluvia había comenzado a caer, y el viento parecía dispuesto a rasgar las últimas hojas naranja y rojas de los árboles de arce. "Eso no se ve bien." "Pensando en nuestra comida o en llegar a casa?," Deanna preguntó. "Ambos. Cuando comienza así, como de la nada, por lo general es una mala noticia." Savannah miró hacia el cielo. 167



"Tengo un montón de habitaciones, así que no te preocupes por nada. Alguna tiene que llamar a alguien?" Faythe movió el teléfono celular hacia las dos chicas. Savannah sacudió la cabeza y metió sus manos en las mangas de su sudadera. "Nadie me espera hasta el mediodía de mañana, en el trabajo." "Yo también estoy bien. Voy a volver a la universidad mañana, pero puedo esperar hasta el Domingo," Pammie dijo. "Algo en lo que podamos ayudarte? ¿Qué hay de las cosas del jardín que pueden volar en en el agua o algo así?" "Eres un ángel." Faythe se dio una palmada en la frente. "El columpio y los muebles del patio los arrastró hasta la orilla." "Los traeremos." Savannah parecía aliviada de tener algo en qué concentrarse. Arrastró a Pammie con ella al pasillo. "Puedes meter las cosas en el garaje." Faythe les dio un juego de llaves antes de que salieran por la puerta. "Ellas se empaparan." Faythe miró preocupada por la ventana. "Si se lastiman tratando de mantener algunas sillas de jardín a salvo — " " "Estarán bien. Mira. Ya están allí." Deanna señaló la ventana. Se habían tomado de los brazos y estaban doblándose contra el viento mientras se tambaleaban hacia la casa. Faythe las recibió en la puerta y al principio pensó que Savannah estaba llorando. Se dobló, colgando del brazo izquierdo de Pammie. "Lo sabía." Faythe corrió a ayudarlas. a yudarlas. "¿Que pasó? ¿Savannah?" Savannah levantó la vista, y ahora Faythe vio que estaba secándose las lágrimas de la risa. "Lo siento, Faythe. No quise asustarte. No podía aguantar más." "¿Qué? ¿Qué pasó?" Faythe preguntó mientras las ayudaba a quitarse sus chaquetas mojadas. "Pammie. Ella se enredó en la cadena. Quiero decir la cuerda. Y estaba maldiciendo, peor de lo que jamás la había escuchado antes." "¿Qué cuerda?" Deanna se había unido a ellas. "Ella trató de salvar la hamaca." Savannah comenzó a reír de nuevo. "Logró desatarla, y cuando la estaba enrollando en una bola, el viento le dio vuelta. La hamaca sería una buena vela, por cierto. cierto. Casi voló hacia el lago con Pammie." Pammie." 168



"Ella está exagerando." Pammie parecía divertida. "No estoy." Savannah sopló un mechón errante de pelo que colgaba sobre sus ojos. Faythe se había olvidado de la hamaca y podía imaginar la lucha de Pammie para mantenerla bajo control. "Bueno, gracias por ocuparse de los muebles. Lo agradezco." Se acercó a donde había escrito la ETA (Tiempo estimado de llegada) de la comida china. "Veinte minutos hasta que la comida llegue. Tiempo suficiente para todas nosotras para tomar una ducha y comportarnos." comportarnos." "Buena idea, excepto que no traemos una muda de ropa." "Otros huéspedes han dejado algo de ropa en los últimos años. Están en las cómodas de las habitaciones de invitados, y puedes agarrar algo de lo mío." Faythe dijo. "O mío," Deanna agregó. " Pammie probablemente sea más de mi tamaño." "Podría ser." Pammie evaluó a Deanna. "Somos de la misma altura, más o menos una pulgada." "Eso creo. Te mostraré las habitaciones." Faythe estaba agradecida de no tener que caminar sobre su dolor de pie más de lo necesario. Cuando Deanna regresó, Faythe trató de disimular su cojera mientras cruzaba la sala de estar hacia su dormitorio. dor mitorio. "Tienes dolor de nuevo." Obviamente era difícil engañar a Deanna. "Solo un poco. No es gran cosa." Su corazón herido le dolía peor que su pie. "Una ducha de agua caliente o, mejor, un baño, le haría mucho bien." "Me adelanto. Voy camino a la ducha." "¿Puedo unirme a ti?" Deanna habló con cuidado, pronunciando cada sílaba, pero era evidente que pensaba que Faythe la rechazaría al instante. "Está bien." Faythe no sabía donde encontró el valor de no retroceder. "Podría utilizar a alguien para restregar mi espalda." "Soy voluntaria." Deanna tomó la barbilla de Faythe. Fa ythe. "¿Estoy perdonada?"

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"¿Me crees? ¿Crees en mí?" Faythe contrarrestó con preguntas propias. Dudaba de que Deanna realmente comprendiera cuán profundamente había herido a Faythe con sus palabras. "Sí. Si no hubiera estado tan enojada, nunca hubiera reaccionado de la manera en que lo hice." "Y la próxima vez que estés enojada?" "No creo que vuelva a dudar de ti. Si incluso insinuo algo en esa dirección, por favor darme una palmada en la cabeza y recuérdame el día de hoy." ho y." Faythe entrelazó los dedos por el pelo de Deanna. "Nunca te pegaría. En ningún sitio. Pero te golpearía verbalmente y haría que me escucharas. Pase lo que pase." "Gracias." "Y antes de ir a la ducha, tengo una pregunta más." "Dispara." Deanna se inclinó y rozó sus labios a través de la punta de la nariz de Faythe. "¿Alguna vez me vas a decir toda la verdad sobre lo que está pasando aquí estos últimos dos años?" Deanna no respondió de inmediato. "Sí. No de inmediato. Un día." "De acuerdo." Faythe tomó a Deanna de la mano y la llevó hasta el baño principal. "Ahora, ¿qué tal un lavado de espalda mutuo?" "Oh, Faythe," Deanna dijo, con voz temblorosa. Desnudó a ambas en un tiempo récord y metió a Faythe en la ducha, donde el agua caliente las envolvió. "Cariño, limpiaré todo lo que quieras." "Mmm. Es bueno saberlo. Muy bueno saberlo."

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Capítulo Veinticuatro "No puedo creer que me hayas engañado en esto. ¿Que tenemos? ¿Catorce?" Deanna frunció el ceño hacia Faythe. "Piensa en ello como terapéutico," Faythe dijo alegremente. "Y muy elaborado. Girar la botella es una cosa, la verdad o el reto otra, pero una mezcla entre los dos — eso eso es un juego para chicas grandes. Y además, no tenemos electricidad, lo que significa que no hay televisión, no hay nada, nada." "Eso puede ser, pero me niego a estar parada en una pierna y beber huevos crudos o cualquier cosa." "Ew." Savannah hizo una mueca de disgusto. "¿Eso es lo que hacían hace tiempo?" "¿Qué quieres decir con eso, hace tiempo?" Deanna dejó de fruncir el ceño y parecía ofendida en cambio. "Tengo treinta y cuatro. No un fósil del período Jurásico." "Lo siento." Savannah parecía todo excepto contrita. En cambio su amplia sonrisa hizo alusión a la joven amante de la diversión que podría llegar a ser si pudiera resolver los problemas de su vida. Principalmente Principalmente su madre. "Y sí, me ha pasado un par de veces," Deanna dijo. "Sobre todo si los chicos tímidos no se atrevían a besar a ninguna de las chicas. Muchas veces prefería beber huevos crudos, especialmente si los chicos 'regalos de Dios para las chicas’ estaban presentes." "Sí, recuerdo estar tan aliviada una vez," Faythe dijo, "cuando se suponía que debía besar al súper-nerd en lugar del tipo que tenía a las chicas desmayándose y cayendo sobre sí mismas. Así que el semental me tendió una trampa, pensando que yo despreciaba al nerd tanto como a él, y dijo que debía besarlo durante dos minutos seguidos." "Dos minutos. Wow." Pammie apoyó la barbilla en su palma donde estaba sentada en el suelo junto a la mesa de café. "Así que, ¿cómo salió todo?" "Tal vez debería guardar esa respuesta para cuando me pilles con una pregunta de ‘verdad’?" "Aw, vamos." Pammie hizo un guiño. "No te hagas del rogar." "Sí, dinos," Deanna intervino. "¿Qué pasó con el pobre pobre nerd?" "Él y yo terminamos yendo al baile juntos. Nos mantuvimos en contacto hasta hace unos pocos años cuando él y su pareja pareja masculina se mudaron a la Ciudad de México. " 171



"Su compañero. Oh, así que el nerd era gay?," Pammie dijo. "Nunca dijiste como fue besarlo, sin embargo." "Nunca beso y lo cuento," Faythe dijo remilgadamente, guiñando un ojo hacia Deanna. "Así que fue malo, ¿eh?" Pammie, no se detuvo. "No dije eso. Con suerte, ninguna de las dos jamás lo conocerá. Él era dulce." "Dulce?" Savannah y Pammie exclamaron al unísono. "Sí. Fue un beso dulce. Mostró más sensibilidad que cualquiera de los otros chicos alguna vez tendrían." "De acuerdo, de acuerdo, te creemos. Ahora es el momento de poner este espectáculo en el camino." Pammie se frotó las manos, luego tomó la botella de vino vacía. La colocó en una bandeja circular que habían encontrado en la cocina y la movió de un lado a otro mientras asumía una expresión contemplativa. "Vamos a ver si todavía tengo mi toque mágico." Ella giró la botella en la bandeja, y después de unos cuantos giros salvajes, el cuello señaló a Faythe. Deanna tuvo que reírse ante su mirada consternada. Faythe obviamente había imaginado que Deanna estaba en el banquillo. "Muy bien. Verdad o reto, r eto, Faythe?," Pammie preguntó. "Verdad." "¿Cuándo te diste cuenta de que eras lesbiana?" Pammie no se andaba por las ramas. "La universidad, mi primer año. No sólo debido a mis experiencias de girar-la-botella," Faythe dijo, "sino porque no tenía ningún interés en hablar del sexo opuesto con mis amigas. Simplemente no podía apreciar lo que ellas encontraban tan atractivo sobre los chicos y hombres. Así que, diría que, a los diecinueve." "Guau. Eso fue casi demasiado fácil." Pammie parecía un poco decepcionada. "Mi turno." Faythe agarró la botella y la hizo girar. Se detuvo, apuntando a Pammie. "Aja. Revancha." Faythe tenía un brillo diabólico en sus ojos. "¿Verdad o reto?" "Hmm. Verdad." "¿Cuándo te diste cuenta de que sentía algo por Savannah?" "¿Qu — "¿Qu — oh." oh." Pammie parecía tomada totalmente por sorpresa. 172



"¿Y bien?" Faythe pinchó. "Um. Bueno ... " Pammie miraba en todas partes excepto directamente en Savannah. "No se lo he dicho en muchas palabras, ya sabes. Es decir, le he dicho a ella muchas veces que la quiero, pero no he ... no le he dicho que estoy enamorada de ella." Miró tímidamente a Savannah. "Supongo que lo sabe, sin embargo." "Lo sé." La voz de Savannah era suave y salió igual de tímida. "Fue hace tres años," Pammie dijo, "seis semanas después de las vacaciones de verano. Savannah estaba paseando por el pasillo con su séquito, y el sol de Septiembre se filtraba a través de las ventanas por encima de las puertas principales. Era como si estuviera siendo bañada en oro." Pammie se sonrojó. "Ella ni siquiera me miró, pero una de sus amigas me dio una mirada maligna. Le mostré el dedo." Deanna se carcajeó. Podía imaginar que tal acción conmocionaba y horrorizaba a las chicas que solían andar con Savannah. "No lo sabía. Nunca tuve ninguna idea." Savannah parecía repentinamente triste. "Tal vez si lo hubiera hecho, no habría — habría — " " "Shh." Pammie apretó la mano de Savannah. "Está bien. Además, tenía un flechazo sobre ti, quizás ya estaba enamorada entonces, incluso, pero no me gustabas mucho." "No hay mucho que gustar." Savannah dijo irónicamente. "Yo era una perra egocéntrica montando en las posiciones de sus padres." "¿No te acabo de silenciar?" Pammie sacudió la cabeza con fingida consternación. "Ahora, ¿dónde estaba? Correcto. Creo que respondí a tu pregunta, Faythe. Hace tres años, casi el mismo día, ya que ella estaba parada bajo la luz del sol. Hay algo mágico en la luz en Vermont en esta época del año." "Estoy totalmente de acuerdo," Faythe dijo, y miró a Deanna. Algo complicado parpadeó sobre su rostro y Deanna trató de descifrarlo. Se combinó asombro y alarma, y Deanna quería rodearla con sus brazos, tranquilizarla, aunque no tenía idea de lo que podría provocar tales sentimientos. sentimientos. "Así que, mi turno de nuevo. Aquí va." Pammie giró con fuerza la botella, casi enviándola volando fuera de la bandeja. "Ups." La botella se detuvo, apuntando a Deanna. Deanna ya había decidido su respuesta. "Reto."

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"Por supuesto." Pammie asintió enigmáticamente. "Déjame ver. Oh, ya sé. Muestra cómo das tu mejor masaje en el cuello." "Masaje en el cuello." Deanna quería gemir, pero cualquier cosa era mejor que la inquisición en curso. "Muy bien. Date la vuelta, Faythe." "Esperaba que me eligieras." Pammie hizo un guiño. "Mis hombros están super adoloridos." "Toma la indirecta, Savannah," Deanna dijo, decidiendo dejar de estar tan tensa y tomar este juego tonto con calma. "Mira y aprende." Ella se movió detrás de Faythe mientras se frotaba las manos para asegurarse de que no estuvieran frías. De hecho, la perspectiva de tocar a Faythe la puso al instante caliente. Savannah se frotó las manos de la misma manera, mientras se deslizaba detrás de Pammie. Ella frunció el ceño mientras se concentraba, claramente imitando los movimientos de Deanna. "Está bien. Haz exactamente lo que hago. Se siente bien, Faythe?" "Mmm." Faythe sentada con los ojos cerrados, la cabeza colgando un poco mientras Deanna amasaba los tensos músculos del cuello. Está ella estresada, a pesar de estar de permiso? Supongo que es por mi culpa. Deanna quería compensar por todo lo que había arrastrado a Faythe y trató de darle el mejor masaje disponible en Grantville. Otro gemido, esta vez de Pammie, hizo que Deanna se riera. Savannah estaba mirando repetidamente por el rabillo de los ojos. Deanna nunca habría adivinado que Savannah tenía este lado dulce, cariñoso que podría hacer que alguien tan fuerte y honorable como Pammie se enamorara — y siguiera enamorada — de ella. Deanna trató de imaginar a la chica casi neurótica que se había aferrado a ella, sofocándola con atención, incapaz de aceptar un no por respuesta, pero era imposible. En cambio vio a esta joven rota, tratando de compensar sus acciones negándose a sí misma su propio futuro, profesional y personalmente. Deanna deslizó sus manos arriba y debajo de los brazos de Faythe, aplicando suficiente presión para suavizar los pequeños nudos en sus bíceps. Identicos gemidos felices y un rápido vistazo a Savannah mostraron que había copiado ese movimiento también. Sintiendo pequeños cuernos brotar en su frente, Deanna deslizó sus dedos hasta las clavículas de Faythe, donde masajeó justo encima y por debajo de ellas. Movió sus dedos en círculos lentos, asegurándose de que Savannah no se perdiera la suave manera en que tocaba a Faythe, quien alzó la vista hacia Deanna con una expresión de desconcierto. Deanna hizo un gesto hacia las jóvenes con la barbilla, y Faythe parpadeó dos veces antes de que obviamente se diera cuenta. Su sonrisa mostró su aprobación y se acomodó contra Deanna.

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"Mmm." Deanna acariciaba, en lugar de masajear, su camino hacia los pechos de Faythe. No estaba a punto de tocar a su amante íntimamente en presencia de alguien más, pero Savannah y Pammie no lo sabían. Frotó los lados de los pechos de Faythe con sus pulgares, una y otra vez. Sintiendo que Faythe temblaba, el corazón de Deanna se derritió. Hasta qué punto se había enamorado de Faythe? Lo suficiente como para sentirse mortalmente herida hace sólo unas horas cuando pensaba que Faythe la había traicionado. "Oh." Pammie sonó sin aliento y sus mejillas tenían manchas de color rojo brillante. "Allí. Esa es mi mejor técnica," Deanna dijo, suavizandose con una mirada inocente en su cara. "¿Qué piensas, Pammie? Savannah siguió mis indicaciones a la perfección." "Apuesto que lo hizo," Pammie dijo en un gruñido burlón. "Y estás satisfecha contigo misma, ¿verdad?" "No tengo ni idea de lo que estás hablando." Deanna se apartó de Faythe y se dio cuenta de que ella parecía tener problemas para respirar. "Inhala, exhala, cariño," susurró, y notó su elección de la palabra cariñosa sólo cuando Faythe se quedo quieta. No a punto de reconocer su desliz, Deanna actuó normal mientras extendía una mano hacia Faythe, acariciándole la espalda. "Estoy respirando," Faythe dijo, dando a Deanna una mirada severa. "No gracias a ti." "Huh." Deanna no pudo detener una amplia sonrisa. "Lo tomaré como un cumplido." "Podrías." Faythe le devolvió la sonrisa. "Es tu turno, entonces," Savannah dijo. Ella parecía un poco nerviosa mientras le entregaba la botella a Deanna. "Está bien." Deanna giró la botella y apuntó hacia Faythe, que gruñó en voz alta. "Verdad o reto, Faythe?" Deanna esperó expectante. Ella estaba disfrutando de este tonto juego más de lo que había creído posible. "Eh ... verdad. No más exhibiciones seudo-eróticas, muchas gracias." Deanna se echó a reír. "Puedes lamentar esa afirmación." "Difícilmente."

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"Vamos a ver." Deanna tenía la intención de hacer una pregunta tonta, pero de repente pensó en las últimas horas cuando habían compartido tanto y formaron algo entre una tregua y una amistad. "¿Dónde te ves en cinco años?" "¿Qué?" Faythe parpadeó dos veces. "¿Dónde ...?" Bajó la mirada y jugueteó con el dobladillo de su camisa. "Oh, uh, me veo escribiendo. Una novelista, una trabajadora independiente ... ya sabes. No en la televisión, o por lo menos no tanto. Espero seguir viviendo en Manhattan. Me encanta mi apartamento." Deanna se quedó fría. Ella había hecho la pregunta apresuradamente — demasiado apresuradamente, admitió. Agarrar desprevenida a Faythe no fue una buena idea, nunca lo fue, Deanna se admitió a sí misma. A pesar de su manera cálida, alegre, Faythe era intensamente reservada, y Deanna estaba ahora empezando a comprender que tan conflictiva Faythe era sobre sí misma. "Así que, volviendo a la esencia de la escritura, la pluma sobre el papel, los dedos en el teclado. ¿Qué es lo que deseas escribir?" Deanna quería mantener a Faythe F aythe hablando antes de que se callara. "Esa es otra pregunta, para otro giro de la botella." "Ah, pero esta es una especie de pregunta multiusos." "Oh, en serio." El sarcasmo s arcasmo rezumaba de la sola palabra. "Sí." Faythe la miró durante largos segundos, y luego hizo una gran demostración de rodar sus ojos. "Muy bien, si insistes. Siempre me ha gustado leer memorias y autobiografías y entrevistar a alguien interesante, pero va mucho más profundo que el tiempo que permite mi programa matutino. He deseado poder dedicar todo el programa a muchos de mis entrevistados, o varios programas, como co mo una serie. Ellos tenían mucho que contar, vivieron vidas tan interesantes y sorprendentes. " "Serías genial en eso," Pammie dijo. "Eso es lo que más me ha gustado de tu programa, cuando entrevistaste a tus invitados. Nada me molestó más que cuando tuviste que interrumpirlos e ir a comerciales." "Lo sé." Faythe hizo una mueca. "Yo también." "Y en un libro contarías la historia de la persona sobre la que estás escribiendo, sin interrupciones." Savannah asintió. "¿Sobre quién o qué tipo de persona escribirías?"

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De pronto se olvidaron del juego que habían estado jugando, y Deanna escuchó atentamente mientras Faythe hablaba de sus sueños. La voz de Faythe cambió cuando describió una nueva vida, una en donde estaba a cargo de su propio futuro, haciendo lo que le gustaba en lugar de lo que los demás esperaban. "Si no puedo hacer algo que me gusta, con la calidad en mente en lugar de celebridad y popularidad, entonces para que sirve?," Faythe dijo melancólicamente. melancólicamente. "Ya no me puedo imaginar haciendo el programa matutino." "Nunca hubiera adivinado que tu trabajo no era tu trabajo soñado." Savannah apoyó la cabeza en el hombro de Pammie. Pammie le besó la parte superior de su cabeza. "Es decir, trabajar en la televisión y todo eso." "Sí, solía pensar lo mismo. Y no voy a mentir. Algunos aspectos de ello son fascinantes. Estás en un mundo que puede ser glamoroso y mágico. Las horas son agotadoras, pero me sentí tan harta de mis colegas que se quejaban sin cesar. Por el amor de Dios, deberían haber intentado trabajar noches en un asilo de ancianos, o temprano por la mañana como recolector de basura en el centro de la ciudad!" Con el ceño fruncido, Faythe sacudió la cabeza. "Podrías pensar que lo que hicimos fue una cirugía cerebral por la manera en que seguían comportándose. La gente tiene que estar orgullosa de lo que hace, pero tienen que mantener una perspectiva saludable." "Estoy de acuerdo." Deanna quería que Faythe supiera que ella lo entendía. "Tomemos como ejemplo a los maestros y cuidadores de Miranda. Trabajan incansablemente para estos niños, para proporcionar una educación y una buena vida para ellos, mientras están en la escuela. Para algunos de los estudiantes esta es su única interacción de calidad con otras personas. Sus padres son ignorantes, o agobiados, o incluso a veces hartos. Por eso es que algunos trabajos, como el mío, parecen ... bueno, no diría que menos importante, pero — pero — " " "Porque podrías estar equivocada." Faythe tomó las manos de Deanna. "Me di cuenta de esto por mí misma después de trabajar en la industria del entretenimiento durante unos años. Estaba empezando a desanimarme porque era tan superficial. Entonces estaba leyendo una novela de misterio realmente buena, que me llevó a callejones oscuros en otra época y me hizo olvidar varias cosas en mi vida que me estaban molestando. Cuando terminé de leer, me sentí renovada y descansada de una manera que una noche de sueño no podía igualar. Había recargado las pilas, por po r así decirlo, gracias a este libro, y en última instancia gracias al autor." La suave expresión de Faythe hizo que Deanna se inclinara hacia adelante para besarla antes de recordar que no estaban solas. Faythe comprendió claramente y el mismo deseo apareció en sus oscurecidos ojos. "Así que, ilustraras estos increíbles libros para niños y adultos, y los llevará a un viaje a un lugar mágico, o un lugar terrorifico, o ... bueno, a cualquier lugar que se pueda imaginar."

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"Y tú proporcionas un alivio muy necesario de la realidad." Pammie asintió con entusiasmo. "Haces posible que los neurocirujanos, o trabajadores sociales, o los soldados, se relajen un poco y encuentren la fuerza para continuar una hora más, un día más." "Exactamente." Faythe sonrió. "Eso es exactamente. No estoy de d e permiso porque mi trabajo no es importante o está por debajo de mí trabajar en un programa matutino. Eso no es en absoluto." Sonaba casi sorprendida, como si esto fue una revelación para ella también. "Tengo que cambiar las rutas para mí, porque tengo que hacer lo que es correcto para mi propio bien." "Me alegro de que te hayas dado cuenta." Deanna besó a Faythe suavemente en los labios. "Y tienes razón, por supuesto. Sobre un montón de cosas." "Gracias." Faythe nunca había parecido tan atractiva, y parecía completamente relajada. "Es hora de ir a dormir. Ya es tarde." "No hay más giros de botellas?" Pammie parecía decepcionada. "¿Quizás en otra ocasión?" "Claro," Deanna dijo. "Fue algo divertido." "Divertido y esclarecedor," Savannah dijo, y guiñó un ojo a Pammie, que parecía repentinamente nerviosa. Las velas se habían consumido casi hasta abajo, y cuando las soplaron y se levantaron para ir a la cama, Deanna detectó rastros de una nueva confianza en Savannah. Ella no apartaba los ojos de Pammie, y tal vez estar en presencia de Faythe y Deanna la puso lo bastante cómoda para dejar que sus sentimientos emergieran, al menos momentáneamente. Si alguien me hubiera dicho esta mañana que me sentiría protectora sobre esta chica, les habría dicho que perdieron su último tornillo. Deanna suspiró. Todavía sentía conflictos, pero al menos habían resuelto un asunto. Sabiendo que Savannah no tenía la intención de ser maliciosa fue un gran paso. "¿Estás bien?," Faythe preguntó. "Por supuesto." "¿Lista para dormir? Es decir juntas?" Moviéndose de un pie al otro, Faythe parecía totalmente vulnerable. "Absolutamente." Faythe se rió, un sonido aliviado, sin aliento. "De acuerdo entonces." 178



Ella caminó delante de Deanna hacia el dormitorio principal. Cuando miró sobre su hombro, sus ojos estaban brillantes de lágrimas retenidas. Faythe obviamente no había estado segura de que Deanna diría que sí.

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Capítulo Veinticinco Faythe colocó el último plato sucio en el lavavajillas, añadió detergente, y lo encendió, contenta de que tenían energía de nuevo. Ella no estaba pensando en la tarea, sin embargo, excepto la noche anterior. Se concentró en el juego tonto que habían jugado, porque si se demoraba demasiado en la noche de pasión que había compartido con Deanna, perdería su enfoque. Faythe sacudió la cabeza por haberse consentido en tal conducta adolescente, pero había sido divertido. Revelador y divertido, se corrigió. La pregunta de Deanna realmente le había hecho pensar con el fin de verbalizar sus deseos y planes tentativos para el futuro. Sus emociones habían sido y se había sentido abierta desde entonces, especialmente con respecto a Deanna. Faythe se había escapado de la cama antes de que Deanna se despertara esta mañana, aunque lo único que quería era besar a su amante despierta. Tenía miedo de lo rápido que Deanna había llegado a significar tanto para ella. Demasiado. Faythe puso la cafetera para hacer un triple espresso latte. Había sabido desde la universidad que no estaba hecha para estar en una relación a largo plazo. Sus padres habían demostrado por qué esto no estaba en su futuro f uturo para ella. La ironía absoluta de su comportamiento después del divorcio parecía eludirlos por completo. Gran acervo genético. Ya sea una falsificación o un engaño. Faythe tomó la taza de café y cogió una manta de cachemira del sofá en su camino hacia la puerta y hacia la terraza. El aire de la mañana era despejado y fresco, la niebla flotaba sobre el lago como una capa de algodón. Faythe se acurrucó en una de las tumbonas, envolviendo la manta a su alrededor. Tomó un sorbo de su café lentamente, inhalando el aroma. La rejuvenecía más que esto, pero aún así sabía estupendo. Supongo que estoy cansada después de anoche. Las mejillas de Faythe se calentaron. Se había girado hacia Deanna varias veces durante la noche, necesitando sentir su cuerpo contra el suyo, una y otra vez. Deanna a su vez parecía tener que exorcizar a unos cuantos demonios propios, la forma en que apasionadamente y con determinación le hizo el amor a Faythe. No dijeron mucho durante el acto sexual o después. En cambio Faythe se había aferrado a Deanna, de repente necesitada de una manera totalmente ajena a ella. Esperaba que Deanna no hubiera notado cuán desesperada se sentía en esos momentos. Deanna simplemente la había abrazado y le había permitido a Faythe abrazarla y acariciarla tanto como quisiera. Y a menos que estuviera leyendo más en la respuesta de Deanna de lo que realmente estaba allí, a Deanna parecía que le gustaba. "Buenos días. Te levantaste temprano." El sonido de la voz de Pammie hizo que Faythe casi dejara caer su taza. "Ups. Lo siento, no quería asustarte." Faythe se movió, a punto de levantarse, cuando Savannah, que estaba parada junto a Pammie, la detuvo. "No, no. No te levantes. Estamos en camino al trabajo." 180



"Necesitaran algo para desayunar." "Vamos a tomar algo en Dixon." Pammie tomó la mano de Savannah. "Nuestra primera cita," dijo con un suspiro exagerado. "Boba." Savannah golpeó a Pammie con la cadera. "De todos modos, queríamos darte las gracias por alojarnos ... y por aguantarnos. Tenernos aquí casi estropean las cosas para ti y Deanna." "Es cierto," Faythe dijo, sonriendo irónicamente. "Y aún a ún así, mira cuántos temas cubrimos ayer. La comunicación, mis amigas, es de lo que se trata todo esto." Ja. Debería hablar. Se las arregló para mantener intacta su amistosa, tolerante sonrisa. "¿Cuándo volveremos a verlas a cualquiera de las dos otra vez?" "¿Segura que quieres que volvamos?" Pammie parecía realmente sorprendida. "Quiero decir, somos un tipo de problemas, especialmente ésta." Ella tiró de la trenza de Savannah, que le valió una mirada altiva. "Por supuesto que sí. No sólo porque todavía tenemos que resolver algunas cosas, sino porque nos estamos haciendo amigas." amigas." Pammie y Savannah parecían sin habla durante unos instantes. "¿De verdad? Wow." Pammie sonrió. "Estaba pensando eso ayer cuando jugamos ese juego. Me olvidé de todo sobre la diferencia de edad y esas cosas." "Yo también," Faythe devolvió la sonrisa. "Tienes mi número de teléfono celular, así que nos llamamos en unos días, ¿de acuerdo?" "Por supuesto. Nos vemos después." Pammie comenzó a caminar hacia su coche. Savannah se volvió para seguirla, pero de repente se dio la vuelta y abrazó a Faythe fuerte. "Gracias," murmuró. "Gracias, gracias." "Oye, chica, todo está bien." Sorprendida, Faythe la abrazó. "Estarás bien. Vas a estar bien, tranquila. Has dado los primeros primeros pasos, y eso es siempre lo más difícil." difícil." "Si no fuera por ti — ti — " " "Si no fuera por Pammie," Faythe corrigió suavemente. "Todo esto fue obra suya. No la pierdas de vista. Ella es es una de las buenas."

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"No lo haré. Lo prometo." Savannah se echó hacia atrás. "Dale saludos a Deanna por nosotras. Sentimos no verla esta mañana." De hecho, Savannah pareció aliviada. Tal vez era bueno que Deanna todavía estuviera dormida. "Se lo diré." Las chicas se marcharon y Faythe Fa ythe regresó a su tumbona después de hacer otra taza de café espresso triple. Sorbiéndolo, disfrutó de la forma en que le calentaba el vientre.Nada como una taza de café por la mañana, se dijo. Bueno, casi, se corrigió con una risita, pensando en el calor abrazador que había compartido con Deanna durante la noche. No se comparaba con cualquier cosa que alguna vez había experimentado. Sus antiguas amantes, pocas y distantes entre sí, habían estado bien, la mayoría de ellas, pero eso era todo. Nunca nadie podría acercarse a Deanna. No era sólo el aspecto físico, tampoco; era todo el paquete. Me estoy enamorando? El corazón de Faythe se hundió, y supo que esto era lo que más temía. En su experiencia, las relaciones tenían una fecha de caducidad, y después de esa fecha, se volvían agrias o dejaban de existir. Faythe siempre se había asegurado de que nunca pasara de esa fecha, nunca se involucró con nadie en un nivel más profundo. No había sido difícil seguir con la política antes de conocer a Deanna. Ahora estaba tratando de estimar cuanto tiempo tenía antes de que ocurriera la fecha f echa de caducidad. "Parece que estás intentando resolver algo en un nivel de premio Nobel. ¿Qué puede ser?" Una voz gutural sorprendió a Faythe de su ensueño y casi perdió el agarre en su taza. "Oye, cuidado, querida," Deanna dijo, y cogió la taza antes de que cayera. "Lo siento, no quería asustarte. Pensé que me habías oído." "No lo hice." Faythe aceptó la taza y con cuidado la colocó en la mesita a su lado. "¿Dormiste bien?" "Como un bebe. ¿Tú? Llevas mucho tiempo levantada?" "Un rato. Despedí a las chicas. Se fueron a trabajar. Dijeron que te saludara." "Oh. Ya veo." Deanna parecía decepcionada. decepcionada. "Prometieron volver a vernos en unos días." "Bien." Deanna se s e iluminó. "Nunca pensé que diría esto, pero realmente me gustan. Savannah seguro que no es el diablo disfrazado que pensaba que era." "No, su madre, la abeja reina, evidentemente ha llenado esa parte." 182



"Ella es un pedazo de — " Deanna mordió una aparente obscenidad y se encogió de hombros. "Pobre Savannah. Está imaginando las acciones de su madre mientras hablamos, lo cual tiene que ser peor que lo que me pasó." "No estoy segura de si es peor, pero bastante malo," Faythe dijo. "¿Quieres desayunar?" "Voy a tomar algo y volveré a trabajar. Tengo que editar algunas cosas de Bunny Bunn y Buttercup." "¿Estás segura? No me importa cocinar. ¿Panqueques?" "No, eso es dulce de tu parte ofrecer, pero comeré algunos Cheerios. Y un poco de ese café." Deanna besó a Faythe rápidamente y regresó a la casa. "¿Quieres compañía?" Faythe lamentó las palabras tan pronto como estaban en sus labios, segura de que sonaba pegajosa. Esperando que Deanna no la hubiera escuchado, se apartó de la casa y se quedó mirando el agua donde la niebla se alejaba. Tenía trabajo que hacer, incluso si no estaba bajo ninguna presión para mantener una fecha límite. Sólo debería sacar su computadora portátil y no molestar a Deanna cuando tenía cosas que hacer. "Siempre," Deanna dijo, de pronto regresando a su lado, sorprendiéndola por segunda vez esta mañana. "Nunca necesitas preguntar eso." Ella enterró su cara contra el cuello de Faythe e inhaló profundamente. "Mmm. Agradable." Una suave llama de felicidad brillaba en el centro de la caja torácica de Faythe. Se impregnó en su torrente sanguíneo y llevó euforia, y, ella confesó, alivio, a través de su sistema. "Dos cereales y dos cafés, una computadora portátil y tus ilustraciones. Crees que podemos trabajar en la misma misma habitación?" "Vale la pena intentarlo, cariño." La voz de Deanna se hundió una octava. "Si no te comportas, tengo maneras de castigarte que serán mutuamente satisfactorias." Imagenes internas de Deanna castigándola en deliciosas maneras parpadearon por la mente de Faythe y se estremeció de anticipación. "Eso no es exactamente un impedimento, ya sabes," murmuró. "¿No?" Deanna permitió que Faythe se girara entre sus brazos. "Tal vez no estaba destinado a ser. Tal vez me gustaría que seas de vez en cuando una chica mala." Ella le hizo un guiño.

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"Oh, cariño," Faythe dijo, su voz un ronroneo bajo, "no tienes ni idea de lo mala que puedo ser." Deslizó sus manos hasta el pecho de Deanna. "Podrías tener que ser muy inventiva cuando se trata de lidiar conmigo." Deanna echó la cabeza hacia atrás y se rió, un sonido completamente feliz. "Oh, Faythe, justo cuando creo que te tengo tengo catalogada, dices cosas cosas que me zarandean completamente." completamente." "Tú también." Faythe besó a Deanna ligeramente en los labios. "Entonces, cereal. No he desayunado aún." "Está bien, cereal es." "Y café. Sólo estoy en mi segundo café espresso triple y se ha puesto frío. De nuevo." "Y a mi chica le gusta lo caliente, ¿eh?," Deanna dijo inocentemente. Faythe la miró rápidamente, sabiendo que vería los familiares pequeños destellos diabólicos en los ojos de Deanna. De repente se dio cuenta de lo que había dicho Deanna. Seguramente era un resbalón de su lengua, parte de su burla? Ella sabía muy bien cómo se sentía Faythe por las cosas y no había ninguna razón para que llamara a Faythe ‘mi chica’. 

Deanna dejó el lápiz y apoyó la barbilla en la mano. Había trabajado sin parar durante cuatro horas sin darse cuenta de cómo había pasado el tiempo. Esto era normal para su flujo de trabajo, y no estaba cansada en absoluto. Había dejado de añadir más casas de hongos en el bosque de Bunny Buttercup sólo porque el celular de Faythe había sonado y la había sacado de su zona creativa. Ella no estaba escuchando deliberadamente. Faythe estaba sentada junto a la chimenea en un sillón reclinable La-Z-Boy con su computadora portátil apoyada sobre una intrincada bandeja con ventilador integrado. Deanna había colocado su caballete de escritorio en la mesa del comedor junto a la ventana. "¿Hola?" Faythe contestó el teléfono en un tono preocupado de voz. "Oh. Ben. Hola." Faythe se sentó, empujando la bandeja a un lado. Se volvió completamente rígida y tiró de su coleta baja; De hecho, seguía jalandola en pequeñas afiladas sacudidas. "Sí, lo he pensado un poco. Dije que lo haría." haría."

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Deanna esperó unos instántes para ver si Faythe saldría de la habitación para hablar en privado, pero cuando no lo hizo, Deanna decidió que podía usar otra taza de café. Si bebo más de eso hoy, estaré colgándome entre los árboles de arce por la tarde. "Dije que lo pensaría, Ben, no hacer lo que ordenaste." Faythe agarró un puñado de la camisa de franela de Deanna mientras pasaba, deteniéndola. "Escucha. No sé por qué sigues insistiendo en que siga trabajando en un campo que no me hace feliz. ¿Qué motivo podrías tener?" Las sombras llenaron los ojos de Faythe, haciéndolos casi negros. Deanna instintivamente se sentó en el sofá de dos plazas y tiró de Faythe sobre su regazo. "Egoísta?" Faythe tragó saliva. "Me estás llamando egoísta, Ben?" Furiosa, y sin esperar a considerar si estaba haciendo lo correcto, Deanna cogió el teléfono celular y rápidamente encontró el botón para el altavoz del teléfono. "... todos los años que me quedé en un matrimonio sin amor por ti. Podrías pensar que contaría para algo, pero aquí vas lanzando tu carrera por un capricho, sin ninguna preocupación por mí, quién te dio la universidad." La voz de barítono perteneciente al padre de Faythe llegó llegó alta y clara. Faythe no trató de recuperar el teléfono. teléfono. "Ambos sabemos que el fondo fiduciario que la abuela Hamilton estableció para todos sus seis nietos me puso en la universidad. O no creías que era consciente de eso?" Faythe habló con calma, pero la forma en que temblaba contra Deanna hablaba de lo mucho que la molestaba. "¡Solo es eso! Si ella no hubiera estado tan malditamente encantada por ustedes mocosos, ese dinero habría sido para mí." "Y tus dos hermanas," Faythe dijo. "Además, no sabes eso. La abuela Hamilton tenía el derecho a dejar su dinero a cualquiera que considerara conveniente. El hecho de que quería mucho a sus nietos fue una bendición del cielo cuando yo era una niña. Nunca estuvimos juntos como una familia, excepto para ir a la iglesia. Necesitaba la consistencia que proporcionaba. Sé que tú y mamá han bloqueado ese recuerdo, pero ustedes peleaban como perros y gatos cuando pensaban que nadie estaba escuchando." Un siseó bajo siguió al silencio momentáneo. "Eso es una mentira. Pusimos un frente perfecto para ti. Un poco de gratitud no te lastimaría. Como seguir una carrera que vale la pena todo." Faythe hizo una mueca. "Así que, volvemos a eso de nuevo." Ella apoyó la frente contra la sien de Deanna por un momento, y luego continuó. "Escucha ahora, papá. No voy a dejar 185



que mi propio padre me coaccione o persuada a hacer lo que no quiero. No sé por qué quieres que me quede en la cadena, y francamente no me importa. Sé lo que quiero. Quiero escribir, como profesional independiente, como un reportero empleado en alguna parte, no me importa. Quiero escribir. Esta es mi última palabra sobre el asunto y me niego a hablar de esto de nuevo contigo — contigo — jamás." jamás." "No he acabado — acabado — " " "Sí. Has acabado. Los dos acabamos. Y si esto es todo lo que quieres o te importa hablar, supongo que ya hemos terminado, y punto." Faythe pusó su mano sobre su boca y las lágrimas se alzaron en sus ojos. "Eliges escribir un maldito libro antes que tu propia carne y sangre?" Ben sonaba aturdido. "Eliges intimidar a tu propia carne y sangre para que haga algo en contra co ntra de su voluntad?" "Maldita sea, me haces resultar ser un monstruo. Todo depende de ti. Nuestro maldito futuro pende de un hilo, y luego tu — tu — " " Ben cortó la frase y la línea parecía muerta. "Ben? ¿De qué demonios estás hablando?" Faythe se incorporó, con el ceño fruncido. "No tienes cabeza para los negocios. No lo entenderías." Sonaba amargo y cansado. "Sólo asegúrate de mantener tu trabajo. No renuncies." Faythe se dejó caer contra Deanna, quien automáticamente la abrazó. Era como si toda la energía hubiera dejado el cuerpo de Faythe; parecía incluso demasiado cansada para temblar. "¿Qué hiciste, Ben? Por favor, dime que no ofreciste mis conexiones en un plato como parte del acuerdo — de nuevo?" Esto era claramente lo que Faythe sospechaba, y al parecer había sucedido sucedido antes. "Lo prometiste." "Fue una promesa ridícula." Ben sonaba desafiante. "Y esto no era nada. Sólo unas introducciones a algunas personas de Hollywood. Ya sabes como eso impresiona a algunos de los empresarios japoneses." "¿A quién tratas de vender esta vez? Angelina? ¿Jessica Alba? No, no me digas. Jennifer Aniston. O, oh, sí, Katie Holmes." Deanna apenas reconoció la voz de Faythe, tan llena de sarcasmo y dolor. "No lo haré, Ben. Solo olvídalo. Trata de basar tus negocios en tu producto, en lugar de algún factor glamoroso de Hollywood." "Condesciende un poco — poco — " "

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Deanna había tenido suficiente. Presionó un botón en el celular de Faythe y colgó antes de que Ben Hamilton lograra llamar a Faythe algo imperdonable. Rápidamente buscó la configuración del teléfono hasta que encontró la función de silencio. Ni siquiera s iquiera permitiendo que el teléfono teléfono vibrara, lo arrojó con una extraña sensación sensación de no querer tocar la maldita cosa. "Gracias," Faythe dijo cansadamente. "Lamento que hayas tenido que escuchar eso." "Shh. Me alegro de estar aquí. No deberías tener que lidiar con tales tonterías." Deanna quería envolver a Faythe y protegerla del cruel tratamiento de su padre. "Él lo ha hecho antes, lo entiendo." "Sí. Unas pocas veces. Cada vez me prometió no sacar ese truco de nuevo, y probablemente soy más ingenua de lo lo que pensaba, porque la última vez, hace dos años, le creí. Él trajo otra delegación japonesa al estudio sin previo aviso, lo que casi me costó mi trabajo ese día. Es por eso que pensé que no lo haría de nuevo. Y obviamente estaba equivocada." Faythe ocultó su rostro en el cuello de Deanna. "¿Ves el grandioso y confiable origen de donde vengo." "No eres nada como ellos." "Pensaste eso antes." Faythe parpadeó repetidamente, pero las persistentes lágrimas amenazaban con desprenderse de sus pestañas. "No, nunca." "Sí. Lo hiciste. Me llamaste una astilla del viejo tronco cuando estabas molesta. Cuando encontraste a Savannah y Pammie aquí, ¿recuerdas?" "Oh, Faythe." Deanna se congeló cuando un recuerdo borroso emergió de todas las cosas hirientes que había dicho para aliviar su propio dolor No puedo creer que de todas las cosas que podría haber dicho, logré jugar con su mayor temor. Faythe había hecho todo lo humanamente posible para ayudar a Deanna y mostrarle más amor y afecto de lo que nadie había hecho. Y así es como le pagué. "Lo siento mucho. Lo había bloqueado, y me gustaría poder retirar esas palabras porque son falsas, todas y cada una de ellas." "No te preocupes. Te perdoné." Faythe sonrió débilmente, y su rígida pose le dijo a Deanna que sus palabras no eran del todo ciertas. "Creo que quieres perdonarme, pero hasta que comprenda perfectamente lo mucho que te duele, no puedes, verdad?" "S — "S — supongo." supongo." 187



"Y lo hago. Te conozco mucho mejor ahora, y confío en ti. Tienes más carácter en tu dedo meñique que en ambos de tus padres juntos. Tal como lo veo, tus padres sólo tienen una cualidad redentora." "¿Cuál?" Faythe se secó los ojos. "Han conseguido, de alguna manera, criar a una niña que se convirtió en la mujer más maravillosa imaginable. Deben haber hecho algo bien." "Hmm." Faythe sacudió la cabeza, su mirada se suavizó junto con su cuerpo. "De verdad. Bueno, nunca lo vi así." "Es la verdad." Deanna rozó sus labios sobre la frente de Faythe. "Gracias." "Así que, sólo para estar segura de que no haya malentendidos, que no eres una astilla del viejo tronco. No eres como ellos, y tienes más inteligencia y corazón de lo que ellos jamás tendrán." "Gracias," Faythe dijo de nuevo. "De nada." Deanna acarició la sien de Faythe, queriendo enfatizar sus palabras. "No me preocupan tus padres, aparte de estar furiosa con tu padre por lastimarte." Deanna inclinó la cabeza del Faythe hacia atrás y la miró a los ojos. "Sólo quiero que sigas tu corazón y hagas lo que quieras hacer. Independientemente de ellos." Besó a Faythe suavemente, su corazón martillando en sus oídos. "E independientemente de mí."

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Capítulo Veintiséis Deanna colocó la última ilustración en su portafolio y lo cerró con fuertes bandas de goma. Estaba contenta con las ilustraciones de Bunny Buttercup, y en particular con la pintura que se convertiría en la portada del libro. Lo había pintado con acrílicos, que fue su primer amor cuando se puso seria sobre su arte. Recordando como su madre la había animado y apoyado, yendo a cada exhibición estudiantil e incluso comprando algunas piezas, era agridulce. ¿Dónde están esas pinturas ahora? Tal vez guardadas en el ático o colocadas en una habitación rara vez utilizada en la casa grande que Angela comparte con Percy y sus niñas. "Voy a la ciudad," Faythe dijo, apenas cojeando mientras cruzaba el suelo hacia Deanna. "¿Quieres unirte a mi?" "No, yo — " Deanna respondió automáticamente, siempre renuente a entrar en Grantville. "Demonios, ¿por qué no? He terminado con las modificaciones y necesito comprar empaques para mis ilustraciones. Estoy lista para enviarlos a la editorial, pero siempre me gusta asegurarme de que están adecuadamente empaquetados antes de mandarlos por entrega inmediata." "Ah, excelente. Tal vez podríamos probar esa linda cafetería por el parque? El pintoresco y super Vermontish." Faythe se veía tan emocionada. Parecía tan diferente del paquete tembloroso de esa mañana, Deanna no tenía el corazón para declinar. Ya que estamos ... "Está bien, suena divertido," Deanna dijo. "Tienen el mejor café en Grantville, excluyendo la establecimiento actual, por supuesto." "Por supuesto. Buena salvada." Faythe sopló un beso a Deanna. "Voy a cambiarme en algo informal elegante y ya regreso." "Informal elegante." Tenía Deanna algo en su armario cerca de elegante, ya sea informal o no? "Nos vemos en un minuto," dijo hacia el dormitorio, sin esperar una respuesta antes apresurarse a su cabaña. Ella agarró la llave escondida en una grieta en la pared junto a la puerta trasera y entró. No había estado allí más que unas cuantas veces para recoger materiales de arte desde que Faythe se torció el tobillo, y el aire olía un poco rancio. Deanna dejó la puerta abierta, con la esperanza de airear el lugar un poco mientras rebuscaba en su minúsculo armario. "Esa no," se dijo, lanzando una camisa de mezclilla demasiado usada en la cama. "Demasiado informal. No es lo suficientemente elegante." Ella empujó y tiró de su ropa, empezando a pensar que no encontraría nada que coincidiera con lo que sea que Faythe escogiera, cuando sus ojos se posaron en una bolsa de plástico cubriendo un gancho en la parte trasera del armario. "Oh Dios. Lo olvidé." 189



Deanna tomó cuidadosamente la percha y el plástico crujió suavemente mientras la empujaba hacia arriba y sacaba la ropa debajo. Los pantalones gris pizarra y una camisa de marfil parecían recién lavados como el día en que los había recogido en la tintorería. Este solía ser su traje de trabajo, cuando no había estado en su blusón. Deanna no la había usado desde que renunció en Grantville High. Parte de ella repugnaba usar las prendas, pero estaba siendo tonta. Quería lucir bien para Faythe, que nunca la había visto en otra cosa que jeans y camisetas. Y desnuda. Deanna se rió de sí misma por permitir que los pensamientos lascivos interfirieran con prepararse. Se enjuagó rápidamente en la ducha y se recogió el cabello húmedo en un u n moño bajo en la nuca, y luego se quedó mirando su reflejo en el espejo. Así era como solía llevar el pelo. Rápidamente se dio la vuelta y se vistió, alisando los pantalones sobre las caderas. Se sentían un tamaño demasiado grande; era evidente que había perdido peso en los últimos años. Estaba a punto de agarrar su chaqueta de cuero cuando oyó el ruido de los dedos en el marco de la puerta trasera. Sonriendo, se apresuró. "Tan ansiosa por ser vista conmigo que no puedes esperar, huh, Faythe — Faythe — " " Deanna se detuvo en el umbral, mirando a Faythe parada junto a Gloria Mueller, que parecía perpleja. "Hola. Bueno, estaba de camino y me encontré con la Sra. Mueller." Faythe pareció señalar algo con sus ojos, mirando atrás y adelante entre Deanna y Gloria. "Gloria." Deanna asintió bruscamente. "¿Qué haces aquí?" Ella no tenía intención de ni siquiera intentar cualquier sutileza. "Bueno, ha pasado un tiempo desde que hablamos, y cuando me encontré con tu encantadora familia, por no hablar de la Sra. Hamilton aquí, pensé que ya era hora de ponernos al día." "No estoy segura de lo que quieres decir. Hasta donde sé, nunca hemos hablado. Me has gritado a todo pulmón y sermonearme, pero no lo llamaría hablar." Los pequeños vellos en la nuca de Deanna se pusieron firmes. Algo era muy estraño sobre Gloria apareiendo tan poco tiempo después de la partida de su hija. "Ahora, ahora, no exageremos." Gloria sonrió s onrió falsamente. "¿Qué pensará la Sra. Hamilton?" "Oh, tengo una idea bastante clara acerca de mi opinión hasta el momento," Faythe dijo alegremente. "¿La tiene?" Gloria parecía sorprendida.

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"La tengo." Faythe se movió para estar más cerca de Deanna. "De alguna manera no parece ser exactamente una amiga de mi vecina, Sra. Mueller. En realidad estábamos saliendo, y si no hay nada más — más — ?" ?" "Ah, pero hay," Gloria dijo apresuradamente. "Tengo que hablar del asunto con Deanna en privado, sin embargo. Esto concierne a su hermana." Enfatizó la última frase y miró fijamente a Deanna, que de repente, pero no inesperadamente, se sintió desinflada. "Sólo que sea rápido," Deanna murmuró y mantuvo la puerta abierta para Gloria, quien le dio a Faythe una mirada impresionada antes de entrar en la cabaña. "Lo siento. No tardaré mucho," Deanna le dijo a Faythe, Fa ythe, que miraba preocupada hacia ella. "No dejes que esa vaca v aca te afecte," Faythe susurró. "Estaré aquí. Sólo grita si me necesitas." "Shh. Estará todo bien." Deanna tuvo que sonreír ante la mirada hostil de los ojos de Faythe. Cerró la puerta y cruzó los brazos sobre su pecho. "No voy a preguntar de nuevo. ¿Qué quieres?" "Quiero que te mantengas alejada de mi hija." La expresión de Gloria se había alterado por completo. "Has hecho caso de mis advertencias en los últimos dos años, y vas a hacerlo ahora, porque no voy a dudar en actuar sobre mi información si no lo haces." "¿Qué demonios?" Deanna trató de averiguar como Gloria sabía que Savannah se había puesto en e n contacto con ella. Sólo porque po rque Gloria sospechaba que Savannah había hablado con ella, sabía que su hija había pasado la noche en casa de Faythe? "Nunca he buscado a tu hija." Deanna no quería mentir, y hasta ahora no lo había hecho. "Lara Stockton me dijo ayer que se encontraron en el supermercado. No debes hablar con mi hija, ya sea en privado o en público." Gloria dio un paso hacia Deanna, con las manos entrelazadas y un pequeño músculo crispándose al lado de su boca. Deanna no se dejó intimidar. Ella nunca había tenido miedo de Gloria Mueller, o cualquiera de sus compinches en la junta de la escuela, pero sabía qué tan fuerte era su influencia en esta pequeña ciudad. Deanna sospechaba que Gloria había instigado su título de Primera Dama de Grantville y desesperadamente se aferró a el a pesar de que su esposo ya no era alcalde de la ciudad. "Ni un paso más cerca, Gloria." Deanna levantó una mano, con la palma hacia ella. "No he buscado a tu hija, ni tengo intención de hacerlo. No tengo ningún poder sobre quién me encuentro en público. Grantville es un lugar pequeño."

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"Si valoras pasar tiempo con tu hermana, te aseguraras de estar a una distancia segura." Gloria se burló. "La reputación de Savannah apenas está comenzando a repararse, y no quiero que destruyas los logros que ha alcanzado." Deanna no sabía si reír o llorar. La mujer estaba claramente delirante. Aún así, la amenaza era bastante real. Si Gloria quería interferir con los derechos de Deanna para visitar a Miranda y su escuela, podía. Y Gloria no pensaría dos veces antes de hacerlo, si pensaba que eso servía a su propósito. "¿Y bien?" Gloria golpeteó con el pie. "Nada ha cambiado. Te escucho." Deanna habló con los dientes apretados. "Me tienes por la garganta." "Si no tuviera que poner a mi propia pobre hija primero, me habría asegurado de que no se te permitiera acercarte a esa escuela, o cualquier otra escuela para el caso." Gloria agarró su bolso. "Quieres decir, que te has puesto a tí y a tu preciosa reputación como autoproclamada realeza en esta ciudad olvidada de Dios." Deanna nunca había hablado con Gloria de tal manera antes. "Podrías haber actuado de una docena de maneras diferentes, si hubieras tenido solamente el mejor interés de Savannah en el fondo. Puedo ser obligada a hacer lo que me dices, pero seamos honestas, Gloria. Sólo estás buscando la cima, y obviamente no estoy hablando de tu hija." "No te atrevas a hablarme de esa manera. Eres una perra inmoral quién — " " "¿Quién que, Sra. Mueller?" Faythe pareció materializarse justo en el interior de la puerta. "Podía oír los gritos hasta hasta el final de la terraza." terraza." "Esto no le concierne, Sra. Hamilton." Gloria tenía problemas evidentes para recuperar la compostura. "Deanna y yo tenemos viejos problemas que estamos tratando de resolver, y ... bueno, supongo que puede sonar peor de lo que es." "Sonaba como que la llamó una ‘perra inmoral,’ en realidad," Faythe dijo fríamente. "Suena bastante mal si me lo preguntas. ¿Cómo mejorarías eso si quisieras hacer que realmente suene peor? Bueno, supongo que podrías llamarla una maldita perra inmoral." Faythe ladeó la cabeza y miró pensativamente a Deanna. "¿No estás de acuerdo?" "Eso suena peor," Deanna dijo débilmente. Ella trató de hacer señas a Faythe sin palabras para no antagonizar a Gloria más lejos, pero probablemente probablemente era demasiado tarde. tarde.

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"Eh, Sra. Hamilton. ¿Puedo llamarte Faythe?" Gloria en realidad se retorcía, que era algo que Deanna nunca había visto o creído posible. "Puedes llamarme cualquier cosa que quieras, siempre y cuando 'perra inmoral’ no sea parte de eso." "Bueno, eh, ja, ja, ya veo. Por supuesto su puesto que no." Gloria tosió. "Deanna y yo nos conocemos hace unos cuantos años, y no siempre hemos estado de acuerdo." "¿Quién puede culpar a Deanna por estar enojada contigo, conmocionada incluso, cuando no estás haciendo más para aclarar las cosas?" Faythe parecía verdaderamente preocupada, como si realmente estuviera estuviera tratando de averiguar el dilema de Gloria. "Estoy segura de que te has devanado el cerebro sin cesar sobre cómo conseguir lo que se busca sin causar a tu hija ningún daño innecesario." Ella palmeó el brazo de Gloria. "Suficiente como para darle a una pobre madre noches sin dormir, ¿verdad?" "Sí, seguro que si," Gloria dijo, y asintió con entusiasmo. "Una madre hace lo que tiene que hacer, para proteger a su descendencia. Es la ley de la naturaleza." "Seguro que si," Faythe hizo eco. Hizo una pausa, mirando entre ellas. "Es cuando la naturaleza de las cosas está en un curso de colisión con la ley del hombre que las cosas pueden ponerse difíciles." "Exact — "Exact — qué?" qué?" Gloria se tambaleó de lado, sólo una fracción de pulgada, pero fue obvio para Deanna, y sabía por el aspecto complacido de Faythe que ella lo había visto también. Deanna había renunciado a tratar de hacer señas discretamente a Faythe; en cambio, tomó el enfoque más directo. "Gloria tiene formas invisibles de ayudar a la gente a ver las cosas a su manera. Sin importar lo que la ley es, se podría decir." Deanna esperaba que Faythe viera más allá de la burla en su voz. "Pero verás, ahí es donde entro yo. Sé que eres la hiena superior en esta ciudad, Gloria, con todo el resto de los aspirantes a hienas casi cayendo sobre sí mismas para estar en tu lado bueno. Sospecho que también tienen un poco de miedo. Ellas no quieren llegar a ser tu próximo objetivo." Faythe ya no estaba hablando en broma, y Deanna sólo podía ver lo que temía era un completo desastre justo ante sus s us ojos. "Nunca!" Gloria escupió, sus ojos realmente resaltados. "Bueno, Grantville puede ser tu campo de juego preferido, tu estadio local, Gloria," Faythe continuó, impávida. "Sin embargo, e mbargo, Grantville, tan hermosa como es, es una pequeña mancha en el mapa de d e Estados Unidos. Donde resido, Manhattan, Nueva York, 193



los estudios de la cadena, alcanzamos e influimos en millones en la televisión nacional. Como ya sabrás, cubrimos todo tipo de historias, y esta venganza, basada en mentiras y extorsión emocional, realmente llegaría al corazón de los americanos. Y si crees que estoy bromeando, te equivocas. No importa lo que creas tener en tus mangas de cachemira, no es suficiente." La mandíbula de Gloria se había aflojado, pero ahora cerró de golpe la boca. Deanna había escuchado el fiero discurso de Faythe con el corazón encogido, sabiendo que tenía que detenerla antes de que Gloria causara un daño irreparable. "Faythe," Deanna dijo, con voz ronca y apenas audible. "Faythe, no es necesario. Gloria y yo ... nos entendemos." "Deanna?" Faythe frunció f runció el ceño. "Te ha lastimado durante años por difundir estas mentiras. No puedes dejar que — que — " " "Faythe. Por favor." Deanna se preguntó si podría detener a esta nueva mujer parada delante de ella. Esta era la Faythe Fa ythe profesional entrelazada con la leal, cariñosa Faythe. "Tengo esto. De verdad." "Me alegro de que no permitas que esta mujer se entrometa." Gloria habló en un gruñido bajo. "Ella puede ser de la gran ciudad, pero eso no significa nada en esta ciudad. Sabes que lo que le hiciste a Savannah estuvo mal. Veo la forma en que esta mujer de la gran ciudad te mira. Es incorrecto. Moralmente malo, y malo ante los ojos de Dios — " " "Basta." La santurronería de Gloria hizo hervir la sangre de Deanna. De ninguna manera se iba a quedar de brazos cruzados mientras la madre de Savannah vertía su veneno sobre Faythe. Deanna se acercó más, se elevó sobre la otra mujer, y por primera vez, Deanna levantó su voz a Gloria. "Has hecho mi vida un infierno durante los últimos dos años, pero maldita sea si vas a insultar a Faythe bajo mi techo, sólo porque ella se preocupa lo suficiente como para defenderme. Y no te atrevas a meter la religión en esto. Empezaste a asistir a la iglesia cuando tu esposo se postuló para el cargo, pero ya no lo haces tanto como antes, ¿verdad? No eres más que una hipócrita," Deanna tronó. "Piensa en lo que estás diciendo. Escoge tus palabras con mucho cuidado, Deanna," Gloria siseó, sonando ni la mitad de triunfante como lo hizo sólo unos momentos antes. "Es aficionada a hacer amenazas," Faythe dijo. "Y estás sosteniendo una especie de espada de Damocles sobre la cabeza de Deanna." Ella apoyó la cadera contra la cómoda dentro de la puerta, cruzando los brazos sobre el pecho. "El único poder real que posees en estos días es tu posición en varias juntas de escuelas privadas." Faythe parpadeó. "Oh." 194



Gloria se fue en otra diatriba, pero Deanna sólo podía mirar a Faythe y verla conectar los puntos. "Faythe." "Dime, Gloria," Faythe dijo, pálida ahora. "¿Como duermes en la noche?" "No lo hagas." Deanna suplicó ahora. Sin importar como acorralaran a Gloria, sin importar cuán equivocadas eran las acciones de Gloria, todo lo que importaba al final del día era el bienestar de Miranda. "No, Faythe. No puedo arriesgarme." "No entiendo. Ella te está chantajeando en docilidad y silencio." Faythe estaba claramente tratando de envolver su cerebro alrededor de todo. "No importa." Deanna levantó la voz cuando Faythe no entendió. "¿No lo ves? No importa. No me importa." Hizo un gesto con énfasis, luego se dejó caer contra la pared. "Miranda es inocente, y ella es la única quién lo es."

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Capítulo Veintisiete Faythe quería cruzar la mesa y sacudirla para meter algo de razón a Deanna. Después de deshacerse de Gloria Mueller o, más bien, verla correr entre los arces hacia su coche y salir en una nube de hojas caídas, Faythe sugirió que mantuvieran su cita e ir a la cafetería como estaba previsto. Deanna no había dicho una palabra en el camino hacia Grantville y solo pronunció unas cuantas mientras ordenaban su café y sándwich de pavo. Faythe trató varios temas ligeros, pero ahora la frustración la estaba poniendo enojada, a pesar de sus mejores intenciones de permanecer calmada y comprensiva. "Vamos," Faythe dijo, y suspiró con impaciencia. "¿Estás tan enojada conmigo que ni siquiera puedes pensar en ningún insulto?" Deanna levantó la vista de su taza de café en aparente confusión. "¿Qué? No. No, no, no estoy enojada. No hacia ti, al menos." "Entonces hablame." Faythe se acercó más, apoyando los codos sobre la mesa. "Por favor, no me excluyas. Incluso gritarme es mejor que el tratamiento silencioso." "Lo siento." Deanna parecía afligida. Había penetrado tan profundamente en su vieja costumbre de interiorizar que no se había dado cuenta de que simplemente se desconecto. "Supongo que no soy muy buena compañía." "No es eso. No en absoluto." Faythe tomó la mano de Deanna y la apretó suavemente. "No estoy hablando de estar entretenido. Quiero ayudarte, ser parte de la solución a este lío. Gloria causará más problemas de ahora en adelante a menos que hagamos algo, mientras ella está tratando de reagruparse." Faythe había logrado sacudir a la madre de Savannah y ahora era el momento perfecto para actuar. Deanna hizo una mueca, pero no retiró su mano. "¿Por qué no puedes entender que no puedo arriesgar el bienestar de Miranda?" Emanando Emanando dolor y desconcierto, Deanna se veía tan vulnerable que Faythe quería envolver sus brazos alrededor de ella y nunca soltarla. "En tu vida, Miranda es la única constante, y ella es lo primero. Eso está muy bien y como se supone que es. Irene Costa fue clara que eres la razón principal por la que Miranda lo está haciendo tan bien. Pero realmente crees que Miranda se beneficiará de tener una hermana cada vez estresada, chantajeada que está llena de ansiedad y constantemente mirando sobre su hombro? Eso esta destinado a volverse contra ti. Y ella." "No puedo ver ninguna salida que no arriesgue todo lo que hemos logrado." El tormento le dio a la voz de Deanna un tono estrangulado, ronco. "Miranda da dos pasos adelante y uno 196



hacia atrás en el mejor de los casos. Más a menudo que no, ella toma dos adelante y tres atrás." "Lo sé. Y qué es exactamente con lo que Gloria Mueller amenazo si no n o cumples?" "No aquí." Deanna miró alrededor de la habitación. Faythe no podía ver a nadie que les diera ningún interés especial, pero asintió. "Bueno. Vamos al parque. Es un día precioso y podemos tomar más café." "Está bien." Deanna parecía querer irse para evitar la conversación, pero siguió a Faythe mientras pedía dos tazas más de café latte para llevar. El día era frío, y el aliento creó pequeñas nubes de niebla mientras calentaban las manos alrededor de los vasos de unicel. "¿Que tal ahí?" Faythe señaló hacia un banco del parque junto a un roble de aspecto muy viejo. "Eso está fuera del alcance del oído." "¿Por qué no? No hay mucha gente por aquí." Faythe se sentó en el banco y dio unas palmaditas en el lugar junto a ella. Deanna vaciló sólo brevemente, pero su lenguaje corporal mostró lo incómoda que estaba. Parecía asustada. Faythe quería transmitir su aliento y apoyo, pero una exhibición pública en este momento sería lo último que Deanna querría. "Está bien, dime lo que trama Gloria Mueller." "Cuando Savannah nos contó que su madre había leído su diario y sabía la verdad sobre lo que había hecho, o, más bien, lo que no había hecho, me di cuenta de que Gloria sabía que ella y su familia quedarían mal. Eso todo tiene sentido ahora. Nunca pude entender por qué era tan vengativa, cuando todos sus amigos y aliados estaban de su parte de todos modos." Deanna levantó su pierna izquierda y la apretó contra ella. "No puedes subestimar su influencia. Ella es miembro de varias juntas escolares en ésta ciudad — públicas, así como escuelas privadas. Gloria puede ser persuasiva y tener embobados a cualquiera cuando quiere. Es por eso que es una exitosa recaudadora de fondos, entre otras cosas. Cuando me dijo que se aseguraría de que nunca pondría un pie en la escuela de Miranda de nuevo, le creí. Iba a aprovechar todos los recursos que necesitaba para que eso sucediera, si no dejaba gustosamente mi posición en Grantville High. Yo quería pelear, Faythe," Deanna dijo con voz entrecortada, el vaso de café temblando en sus manos. "Quería llevar a esa maldita escuela y su junta a la corte y hacer que intentaran probar sus acusaciones, pero no pude. Si me hubieran apartado de Miranda, se perdería gran parte de lo que ha aprendido."

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"Tu madre — madre — " " "¿No es mi apoyo más fuerte, como pudiste deducir en la visita? Ella piensa que la odio, y sé que está decepcionada de mí." Faythe no estaba dispuesta a creer lo que decía Deanna, pero dijo, "Continua." "Cuando intente engañar a Gloria, diciendo que hablaría con mis padres, ella mostró hasta donde llegaría para mantener su posición en esta maldita ciudad." Deanna soltó una respiración profunda y temblorosa. "Me dijo que hablaría con Miranda directamente y le diría que nunca la visitaría de nuevo porque estaba cansada de ella. Que de ahora en adelante, tenía nuevos amigos y ella no era lo suficientemente buena, sobre todo porque sus hermanastras eran normales y mucho más divertidas para estar. Bueno, te haces una idea." "Maldita sea en el infierno." Faythe apenas podía dar crédito a sus oídos y sospechaba que estaba tan pálida como Deanna. "Acaso llevaría su propia mezquina venganza hacia tu hermana autista, indefensa por algo que hizo su propia hija?" "Sí." Deanna exhaló audiblemente. "No Miranda. Simplemente, no puedo."

puedo

arriesgar

hacer

algo

por

"Tiene que haber una forma de evitar esto. No puedes dejar que sostenga esto sobre tu cabeza hasta que Miranda se gradúe. Eso es dentro de varios años a partir de ahora!" Faythe estaba furiosa, más enojada de lo que había estado en mucho tiempo. "Tenemos que hacer algo." "No hay nosotros en este lío," Deanna dijo tristemente. "Solo soy yo y lo que tengo que hacer para evitar que Miranda pague el precio por algo de lo que no sabe nada. No importa que sea injusto. Miranda no puede quedar atrapada en el fuego cruzado. Le tomaría sólo unos minutos a Gloria destruir lo que ha tomado años construir." "Oh, no vamos a arriesgar nada." La mente de Faythe corrió con diferentes enfoques para su problema. "Tenemos que encontrar una manera de sacar a Miranda de su camino y hacer inofensiva a Gloria en el proceso." "He tratado de pensar en algo, pero no he encontrado nada que funcione. Tal vez estoy cegada porque he vivido con esto durante tanto tiempo, pero parece imposible." "Cariño." Faythe tomó la mano de Deanna. "No es imposible. No cuando unimos nuestros recursos. Sé lo que tenemos que hacer primero."

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"¿Qué?" Deanna agarró con fuerza a la mano de Faythe, que ella tomó como una señal de confianza. Ojalá Deanna supiera que no estaba sola en esto. "Tenemos que hablar con tu madre y contarle todo." "No, yo — yo — " " "Detente, escúchame." Faythe sacudió la cabeza ante la reacción visceral de Deanna. "Esto es una cuestión de control de daños de emergencia. Necesitas hacer las paces cuando se trata de tu familia. ¿Quieres poner a Miranda primero, ¿verdad? Bueno, tu familia tiene que hacer lo mismo, si es que va a pasar." Deanna la miró con ojos tan helados azules, que Faythe comenzó a pensar que se negaría. Eventualmente, la expresión de Deanna se suavizó. "Por Miranda," dijo en voz baja. "Y por ti." Faythe apretó la mano de Deanna. "Tú importas tanto como tu hermana, sabes. Mereces estar libre de esto." "Gracias." Bebiendo su café, Deanna no apartó los ojos de Faythe, quien se preguntó qué estaría pensando Deanna. La expresión pensativa en su rostro ro stro era indescifrable. "Bueno, es hora de regresar a la casa y a una lluvia de ideas," Faythe dijo, "y empezar a hacer llamadas telefónicas." "Dios." Deanna liberó su mano y tiró de la coleta baja de Faythe. "Me pregunto si Gloria alguna vez podría imaginar en lo que se ha metido." 

"Sra. Bodell? Angela? Soy Faythe Hamilton. Nos conocimos en la escuela de su hija Miranda. Tanto Miranda como Deanna están bien, pero tenemos algo de una situación aquí y necesitamos su ayuda. Para ser franca, sus dos hijas la necesitan mucho." Faythe puso las cosas en marcha después de que pasó varias horas tomando notas y comprobando los hechos por Internet. Deanna sabía mucho acerca de concentrarse, de entrar en la zona tan lejos que no se dio cuenta si tenía hambre o sed, y admiró a Faythe tanto por hacer su investigación y hablar con Angela.

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"Así que estaba conduciendo hacía allá mañana de todos modos? Perfecto. ¿Alguna vez ha estado en la cabaña de Deanna? ¿No?" Después de dar instrucciones claras dijo, "La de ella es la octava casa a la izquierda y la mía es la novena. Ahí es donde estaremos." Nerviosa, Deanna cerró los ojos. Había salido del armario con su madre cuando tenía veintidós años, y su madre lo manejó bien. Angela fue siempre de apoyo y cuidadosa, poniendo siempre en primer lugar a sus hijas. ¿Su madre se dio cuenta de que estaba durmiendo con Faythe? Angela probablemente tendría dificultades para imaginar a la sana personalidad de la televisión Faythe Hamilton, hermosa y femenina, como una lesbiana atraída por su hija. Tan mente abierta como su madre solía ser, también era una mujer de su generación que tendría ideas estereotipadas de como se veía y actuaba una lesbiana. "Bien. Bien. Excelente." Faythe sonrió e hizo un pulgar hacia arriba hacia Deanna. "Alrededor del d el mediodía será perfecto. No puedo decir lo mucho que esto significa para Deanna y Miranda. Y para mí, ya que me importa profundamente Dea — sobre las dos." Faythe se coloreó débilmente y se aclaró la garganta. "Sé que ha estado fuera de contacto con Deanna durante mucho tiempo, pero, créame, eso se ha acabado." Ella estuvo en silencio por un momento mientras Angela hablaba. "Sí. Definitivamente creo que debería traer a Percy. Este es un asunto de familia, y si las chicas no tienen escuela, deberían estar aquí también, en mi opinión. Sí. Muy bien. Hasta mañana." Faythe desconectó su teléfono celular y respiró hondo. "Uf. Eso no fue tan difícil como pensé que sería." "¿Cómo sonaba?" Deanna se sentía un poco tonta porque no había hecho la llamada, pero hacerlo, después de todos estos años, incluso si se hubieran encontrado hace poco en la visita, parecía imposible. "Sorprendida al principio, probablemente porque era yo la que llamaba, y luego decisiva y emocionada. Confundida, ya que no di más detalles, naturalmente." Faythe se apartó el pelo de la cara. "Ella "Ella dijo que ama a sus hijas y que dará todo lo que necesites." necesites." "Wow." Deanna entrelazó sus dedos y tiró de ellos. "Eso es generoso. Pensé que diría que no." "Esa es tu inseguridad hablando, lo cual es comprensible, pero Angela no es como esa loca de Gloria. Por supuesto que tu madre te ama a tí y a Miranda, y mañana lo demostrará de una vez por todas." "Eso espero. Probablemente soy tan culpable de nuestro alejamiento. Podría haber sido más accesible. Por el bien de Miranda." "Por tu bien también. Y por el de tu mamá." Faythe desenlazó los dedos de Deanna con manos suaves. Levantó una mano a sus labios y besó los dedos de Deanna, uno tras 200



otro. Deanna se estremeció ante la suave caricia y pudo sentir la caricia de la lengua de Faythe contra ellos. Gimió en voz baja mientras ahuecaba la nuca de Faythe con la mano libre. "Quiero que esto termine. De verdad. Quiero estar completa de nuevo. Quiero mi vida de vuelta. No necesariamente ese trabajo, pero no quiero estar encadenada por los falsos rumores, por estar emocionalmente e mocionalmente chantajeada — chantajeada — " " "Y no lo estarás," Faythe dijo con vehemencia. Ella colocó la mano de Deanna en su barbilla y sólo entonces Deanna se dio cuenta que Faythe estaba llorando. Su mejilla estaba húmeda y nuevas lágrimas se estaban formando en las comisuras de los ojos. "No tendrás que soportar nada de eso nunca más. No lo permitiré. He visto lo que te hace, y no puedo seguir viéndolo por más tiempo. No puedo. Tú significas mucho para mí." La expresión de Faythe cambio de la angustia a la comprensión con los ojos muy abiertos. "Lo eres todo para mí," susurró. Deanna tembló y envolvió sus brazos fuerte f uerte alrededor de Faythe. "¿Qué?" "Tú." Faythe habló en el hombro de Deanna. "El cielo me ayude, traté de decirte que no soy buena en nada de esto. Me refiero a las cosas de relación." "Sé que lo hiciste. Estabas equivocada, ya sabes." "Es justo eso. No lo sé." Faythe frotó la mejilla contra Deanna. "Todo lo que sé es que me importa más lo que te suceda que lo que me pasa." "Y por primera vez desde que comenzó esta pesadilla, siento que ya es suficiente." Deanna inclinó la cabeza de Faythe hacia atrás. Besó las mejillas húmedas suavemente y luego sus labios suaves, entreabiertos. "Gracias a ti." "Estos sentimientos son completamente nuevos para mí." Faythe parecía como si estuuviera lista para salir huyendo, pero su cuerpo se presionó imposiblemente más cerca. "¿Lo sabes verdad?" "Son igual de nuevos para mí, Faythe." Deanna no podía tener suficiente de la cercanía de Faythe. "Estoy en territorio inexplorado." "¿Asustada?" "Sí. Sobre todo por perderte." Deanna contuvo la respiración. ¿Y si Faythe no entendía lo difícil que era para Deanna ser abierta y honesta acerca de cómo se sentía? Especialmente porque constantemente esperaba que Faythe se retirara y recordara su actitud hacia las relaciones estables. 201



"Oh, dulce Jesús, nena." Las palabras salieron de los labios de Faythe en un fluir. "No quiero perderte tampoco. Nunca." Ella tiró de Deanna aún más cerca, presionando sus labios contra los suyos. Deanna le devolvió el beso con avidez. No tenía idea de lo que les deparaba el mañana. Podrían irse en picada, haciendo una mala situación aún peor, pero ahora mismo estaba donde pertenecía. La cálida lengua de Faythe exploró su boca, y Deanna sintió una sensación nueva, más intensa detrás de sus caricias. "Te quiero. Te quiero tanto, querida," Deanna dijo contra los labios de Faythe. "Sí. Oh, sí." Las manos de Faythe Fa ythe empujaron la camisa de Deanna hacia arriba, extendiendo los codiciosos dedos sobre su estómago. "De cualquier forma que quieras, por todo el tiempo que quieras." quieras." Deanna sabía que Faythe no estaba hablando de una perspectiva de vida, pero su tonto corazón todavía saltaba en su pecho. "La cama, entonces?" Deanna se dirigió hacia su dormitorio, deteniéndose intermitentemente para besar a Faythe de nuevo. Tal vez, si los dioses le concedieran más tiempo, Deanna podría convencer a Faythe que ella era capaz de para siempre.

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Capítulo Veintiocho Pammie casi cayó sobre el umbral cuando Faythe abrió la puerta. "Hola. ¿Estás bien? Llegamos aquí tan pronto como Nana encontró a alguien para cubrirla en el refugio de animales." "Por amor de Dios, respira, chica." Faythe sacudió la cabeza hacia la Pammie lista para la batalla y tiró de las dos chicas en un abrazo grupal. "Me alegro tanto de verte. Te ves muy bien." Era cierto. Pammie estaba vibrando con la vida como siempre, pero también estaba brillando positivamente por otra razón, Faythe sospechaba. Savannah fue menos exuberante, pero su palidez de la última vez era ahora un resplandor saludable, y tenía una pequeña sonrisa en sus labios que no parecía como si fuera a desaparecer pronto. "Tú también." Savannah le devolvió el abrazo, y luego envolvió su brazo alrededor de la cintura de Pammie. P ammie. La abierta muestra de afecto hablaba mucho y Faythe tuvo la sensación de que estas dos estaban a punto de descubrir las cosas en general, y entre ellas en particular. "Deanna, las chicas están aquí!" Faythe gritó. "Oh, genial. Café, señoras? ¿Té?" "Café para mí, por favor." Pammie Pa mmie sonrió y rebotó hacia la cocina. "Ayudaré." " Ayudaré." Savannah y Faythe se miraron la una a la otra bajo las cejas levantadas. "El café te hará eso." Faythe sacudió la cabeza. "Creo que Deanna ha tomado cuatro tazas de café lattes de doble espresso hoy. Eso es normal para mí, pero no para ella." "Ella está nerviosa. ¿Quién puede culparla?" Savannah dijo suavemente. "Tomaré un poco de té." "¿Cómo te sientes hoy?" Faythe caminó hacia la sala de estar con Savannah a cuestas. "Estoy bien. He estado trabajando hacia este momento desde que salimos de aquí la última vez. Era la única manera en que esto podría suceder, en realidad, así que pensé que sería mejor estar lista para ello." Savannah se veía seria, pero también tranquila y preparada. "No estoy esperando lo que mamá diga, especialmente no lo que dirá a Deanna, pero esto tiene que parar." "Eres una chica valiente. Te odié una vez por lo que hiciste pasar a Deanna, pero estás haciendo todo lo posible para ayudarla ahora, que es lo que realmente importa." Faythe se

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sentó en el más grande de los sofás y palmeó el asiento a su lado. "A pesar de las mejores intenciones de tu madre, eres una buena persona." "Gracias." Savannah se sonrojó ligeramente. "Me preocupaba estar e star completamente separada de mi madre por ponerla sobre el terreno así, pero no puedo ver ninguna otra manera. Y en realidad no podemos estar mucho más alejadas de lo que estamos. Rara vez la veo o hablo con ella." "¿Y tu padre?" "Es un hombre de su generación. No quiere saber, no quiere involucrarse, y se complace con dejar que mamá dirija el espectáculo." Savannah suspiró. "Nunca fui la niña de papá. Nunca tuvo tiempo cuando se postuló para el cargo y realizaba sus ambiciones políticas, excepto cuando tenía que mostrar su feliz hogar, completo con su estupenda esposa y su bien educada hija." "Ah, los placeres de la política. He visto lo suficiente de lo que sucede detrás de los bastidores para nunca querer querer ese tipo de carrera." "Como cuestión de hecho, yo podría postularme para un cargo algún día," Savannah dijo. "Quién sabe, podría convertirme en la primera presidente lesbiana de los Estados Unidos." "Oye, oye," Deanna dijo, entrando en la sala de estar con una bandeja cargada con seis tazas humeantes junto al gran plato de sándwiches variados. "Están aquí, lo asumo?" Faythe preguntó, mirando cuidadosamente la expresión de Deanna mientras colocaba la bandeja sobre la mesa de café. "Sip. Iré a saludarlos, ¿de acuerdo? Vuelvo enseguida." Ella se dirigió hacia la puerta de atrás, y Faythe se debatió si debía ir con ella. Me lo hubiera pedido si me necesitara. Faythe puso un amago en su actitud protectora y se quedó en el sofá. Sólo le tomó un minuto a Deanna para traer a su madre y Percy para unirse a ellos. "Mamá, Percy, recuerdan a Faythe? Y estas son nuestras amigas Pammie y Savannah. Pammie, Savannah, esta es mi madre, Angela, y su ... mi padrastro, Percy." Después de estrechar la mano de todos, Angela se sentó junto a Faythe, y Percy eligió uno de los sillones. Mirando alrededor de la habitación, parecía impresionado. "Qué estupendo lugar tiene aquí, Sra. Hamilton," dijo, claramente dispuesto en mantener un tono educado. "Faythe, por favor. Y no es mío, exactamente, es de mi tía. Ella está en Florida esta época del año." 204



"Por favor, toma un poco de café. Está recién hecho de la cafetera espresso de vanguardia de la tía de Faythe." Deanna hizo un gesto hacia la mesa, su sonrisa un poco demasiado amplia. "Gracias cariño. Los sándwiches se ven agradables." Angela tomó un sorbo de su taza y asintió con la cabeza. "Este es un buen café." "¿Por qué no llegamos al punto, en lugar de andar de puntillas entre nosotros de una manera tan incómoda?" Faythe dijo. "Muy bien." Deanna metió una pierna debajo de ella mientras se sentaba en el otro sillón. "Supongo que debería empezar." "Admito que me sorprendiste ayer," Angela dijo. "Pero mientras tú y Miranda estén bien, podemos resolver las cosas." Miró a su esposo. "Cierto, Percy?" "Por supuesto." Faythe no podía averiguar por el tono de voz de Percy, pero parecía serio. "Muy bien, entonces." Deanna intercambió una rápida mirada con Faythe antes de continuar. "¿Recuerdas a la mujer con la te encontraste en el día de campo, ca mpo, Gloria Mueller?" "Sí." "Me ha estado chantajeando durante los últimos dos años." La tez de Deanna se volvió grisácea y se apretó contra el respaldo del sillón. "¿Qué?" Angela se sacudió, casi derramando su café. "Ella está detrás del dinero? Tienes éxito, pero no eres rica. ¿O lo eres?" Angela parecía confundida. "No, mamá, no soy rica desde cualquier punto de vista. Lo hago bien, pero eso es todo. Y no, Gloria Mueller no está detrás del dinero. Ella es bastante rica." "Mi madre quiere mantener su posición como la primera dama de Grantville, la araña de la red, la abeja reina. Como sea que lo llames, hará cualquier cosa para mantener su posición de poder." Savannah se veía tan pálida como Deanna ahora, acercándose más a Pammie. "¿Tu madre? Eres la hija de Gloria Mueller?" Angela habló lentamente. "Y esta mujer está bajo la impresión de que Deanna se interpone entre ella y su posición en Grantville? ¿Quién demonios es esta megalomaníaca?"

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Faythe sonrió internamente ante la astuta selección de palabras de Angela. "¿Por qué no le damos la versión corta, llena de hechos?" sugirió, luego le contó a Angela y Percy lo que Savannah había hecho hace dos años, y lo que había ocurrido en las últimas semanas. Angela y Percy escucharon sin interrumpir, pero los ojos de Angela se oscurecieron. "Y que es lo que amenaza hacer exactamente para evitar que Deanna la lleve a la corte?," Percy preguntó cuando Faythe se calló. "Ella sabe que mamá y yo no hemos estado en términos de hablar durante años, y también sabe lo importante que es Miranda para mí." "Ella siempre fue todo para ti, desde el día en que nació," Angela dijo suavemente. "Sí." Deanna se pasó los temblorosos dedos por el pelo. Faythe Fa ythe ya no podía permanecer en el sofá por más tiempo. Se movió y se sentó en el reposabrazos del sillón de Deanna, colocando su mano sobre el hombro en un claro gesto de apoyo. "De todos modos, ella sabe esto sobre mí, y piensa que no sería difícil convencerlos para que vean las cosas a su manera." "¿Cómo se atreve — atreve — ?" ?" "Hasta la semana pasada, ¿no le habrías creído? O, al menos, escuchar lo que tenía que decir?" Deanna habló en voz baja, y el dolor en su voz hizo que Faythe apretara su hombro suavemente. "Yo ... supongo." Angela sollozó una vez. "Continua." "Entonces, ¿qué pasaría si la hubiera llevado a los tribunales, llamando a Savannah mentirosa en público, y desatando el infierno como yo quería?" "Lo siento tanto ..." Savannah al parecer había tenido suficiente y se echó a llorar. "Todo es mi culpa. Pase lo que pase, es mi culpa." "Oh, cariño." Pammie echó los brazos alrededor de Savannah y la abrazó con fuerza. "Ven aquí." Sus ojos ardientes se lanzaron entre ellos, desafiando a cualquiera en la sala de decir algo acusadoramente hacia Savannah. "Hija, eres cien veces más honorable que tu madre" Angela dijo. "Esa mujer carece de la básica decencia humana por lo que puedo decir, pero tú no lo haces. Hiciste algo que estuvo muy mal, pero te has presentado y ocupado de ello. Y estás aquí, ayudando a salvar a mis hijas de cualquier daño adicional." Angela se volvió hacia Deanna. "Entonces, ¿qué otra cosa amenaza Gloria con hacer?" 206



"Ella sabe que soy impotente cuando se trata de Miranda y dijo que si causaba algún problema, me tendría prohibido visitar a Miranda. Sabes lo que eso le haría. Dijo que también se aseguraría de que Miranda supiera que yo era malvada y hacía cosas horribles a las jóvenes, y que ella no estaba segura conmigo y no podía verme de nuevo." Deanna echó la cabeza hacia atrás contra Faythe y cerró los ojos brevemente. Apretó el muslo de Faythe a través de sus jeans antes de continuar. "Ella se basó en el hecho de que tú y yo no nos hablamos. Pero esa no es la única razón por la Faythe logró convencerme de invitarte." Deanna miró a Faythe de nuevo, como si debatiéndose en cómo seguir. Se levantó y se acercó a su madre, donde se arrodilló a su lado y tomó las manos de Angela. "Estaba tan herida que eligieras a Percy sobre Miranda y yo. Estaba furiosa de que hubieras enviado a Miranda lejos después de haber sido una familia, nuestro pequeño trío contra el mundo, durante siete años. Sentí que nos reemplazaste con las dos chicas perfectas de Percy, y que ya no nos querías." "Nada mas lejos de la verdad." "Ahora lo sé. Es decir, intelectualmente me doy cuenta de eso. He visto como Miranda ha prosperado en la escuela, aprendido habilidades que nunca pensé posible. Fue la decisión correcta para darle esa oportunidad." Deanna frotó los pulgares sobre las manos de su madre. "Y mi sensación de ser reemplazada no va a desaparecer fácilmente." "Tampoco lo hará el dolor que causaste cuando me diste ese ultimátum. Optaste por salir de nuestra vida, Deanna. Un día me insultaste de arriba abajo, y al siguiente te fuiste y ni siquiera supe dónde estabas durante meses." "No podemos negar que nos hemos causado mucho dolor. No podemos borrarlo y pretender que nunca ocurrió." ocurrió." "Supongo. Pero tal vez podamos aprender a vivir con ello, eventualmente?" El tono esperanzador de Angela era desgarrador, y Faythe se preguntó lo que estaba pasando por la mente de Deanna. Deanna. "Estoy dispuesta a intentarlo." Deanna habló bruscamente, pero mantuvo su conexión física con su madre. "Ahora, nuestra principal preocupación es Miranda. No podemos permitir que Gloria acceda acceda a ella. Tienes la la custodia completa de ella, mamá." "Tal vez ahora es el mejor momento para hablar con Deanna sobre nuestros planes, cariño," Percy dijo, y todos lo miraron. "Planes?" Deanna giró la cabeza hacia su madre. 207



"Percy tiene razón. Ven aca. Siéntate a mi lado." Angela palmeó el cojín del sofá. "Trista y Laney quieren asistir a una escuela privada en Manhattan, y ambas han sacado tan buenas calificaciones que han recibido becas completas. La oficina de Percy está abriendo una nueva sucursal en Nueva York, la cual quieren que la dirija." Angela parecía casi asustada cuando trató de sonreír a pesar de los temblorosos labios. "Quiero trasladar a Miranda a otra institución, muy parecida a ésta, pero con verdaderas clases del colegio disponibles para jóvenes en su nivel." "Trasladarla?" Deanna parecía conmocionada. "Cuando te enteraste de esto?" "Sobre la solicitud de las chicas, lo sé desde hace bastante tiempo. Pero sobre las becas y el trabajo de Percy? Tres días." "Ah." Deanna se puso de pie y se s e acercó a la ventana. "Supongo que esa es la respuesta. Todo lo que tienes que hacer es mover a Miranda fuera del alcance de Gloria y — " " "No, no. Esa no es la respuesta a todo. Esta mujer te ha causado daño. No va a salirse con la suya." Angela estaba furiosa. "Si vamos a tener la oportunidad de funcionar como una familia, los seis de nosotros, tenemos que mostrar solidaridad con cada miembro de la familia, y no permitir que nadie se sacrifique." "De acuerdo." Deanna miró a Faythe, sus ojos oscuros con tormentosas emociones. "Está bien, mamá." "Estamos aquí para argumentar y planificar, supongo." Percy sacó un pequeño teléfono PDA (Ayudante personal digital ). "Planificar es lo que hago. Tengo un diagrama de flujo que, cuando se aplica correctamente, nos evitara olvidar cualquier ángulo y minimizar el riesgo de cometer un error." Faythe tuvo que pellizcar su muslo con fuerza para no reírse. De repente Pammie y Samantha estaban sentadas en los apoyabrazos a ambos lados de Percy mientras elaboraba el plan básico, y su interés en su juguete tecnológico parecía encantarlo. Faythe se movió al otro lado de Angela, ahuecando brevemente la mejilla de Deanna. Angela miró cálidamente hacia ellas. "Mientras ellos están haciendo la planificación, ¿por qué no me dicen cuál es exactamente su relación?" Ella parecía realmente interesada. "¿Son pareja?" "¡Mamá!" "Bueno, tengo años de preguntas por hacer. Así que, ¿lo son?" Angela parecía bastante esperanzada ante la idea. 208



"No exactamente — exactamente — " " Deanna comenzó. "Sí. Sí, somos una pareja." Faythe se oyó hablar, pero no podía comprender sus propias palabras. Esto era probablemente lo más espantoso, espontáneo que jamás había hecho. Los ojos de Deanna se oscurecieron aún más, pero una nueva luz se encendió en cuanto Faythe habló. Sin importar cómo resultaba su plan para lidiar con Gloria, Faythe juró que no sería responsable de apagar esa luz.

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Capítulo Veintinueve Miranda estaba vestida con jeans negros y una camiseta azul claro adornada con un patrón de flores que ella misma había creado durante la clase de arte, usando papas como diseño. El corazón de Deanna estaba a punto de explotar con todo el amor desbordante que sentía por su hermana. Le había tomado a Deanna más de media hora convencer a Miranda de que empacara una maleta con sus posesiones más queridas y unos cuantos cambios de ropa que era parte de lo que Miranda calificaba como ‘diversión sorpresa’, un término que ellas siempre usaban cuando era necesario romper la rutina de Miranda. Miranda siempre sospechaba cuando se trataba de sorpresas, y hoy ho y no había sido diferente. Ahora Deanna cerró la maleta, y con un brazo alrededor de ella, la condujo fuera de la habitación en la que había vivido durante casi diez años, a excepción de las vacaciones de verano y las navidades. Afuera, Irene Costa estaba esperando para despedirse, claramente luchando por no llorar y perturbar a Miranda. Faythe estaba a su lado, de acuerdo con su plan, cuidadosamente grabado en la hoja de flujo de Percy hace cuatro días. Había informado a Irene de todos los sórdidos detalles mientras Deanna ayudaba a Miranda. "Deanna," Irene dijo, con la voz ahogada. "Nunca me gustó, pero no tenía ni idea. Ojalá me hubieras dicho. Podría haberla mantenido alejada de Miranda." "No podías trabajar las veinticuatro del día todos los días, Irene." Deanna sacudió la cabeza con tristeza. "Siempre habría existido el riesgo de que se colara en la habitación de Miranda y asustarla todo lo posible. Tu deber era hacia Miranda, y has sido genial. Absolutamente fantástica. Miranda lo ha hecho muy bien aquí, y tú eres en gran medida la razón de ello." "Voy a extrañarla." La voz de Irene se quebró y respiró profundamente. "Aquí está ahora." Ella sonrió a Miranda, que salió de su habitación detrás de Deanna, llevando su amada bolsa de ruedas rosada. "¿Tienes "¿Tienes todo, cariño?" "Sí. Mi bolsa." Miranda dio unas palmaditas en el mango con amor. "Tu bolsa rosada. Va tan bien con tu atuendo, Miranda." Irene parecía que quería abrazar a Miranda y no soltarla, pero en cambio simplemente la besó en la frente. "Diviértete y hablaremos por teléfono, ¿de acuerdo?" "Sí. Está bien." Miranda asintió. "Charla." "Exactamente. Vamos a charlar." Irene se levantó y agitó la mano mientras caminaban por el pasillo.

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Faythe ayudó a Miranda a guardar su bolsa en la cajuela del coche de Deanna, y calentó el corazón de Deanna ver con que rápidez Miranda pareció aceptar la presencia de Faythe. Faythe, a su vez, se comportaba como si hubiera estado alrededor de Miranda toda su vida, consciente de su espacio personal, que era más grande que el de la mayoría de la gente. "¿Dónde quieres sentarte, Miranda?," Faythe preguntó. "El asiento trasero o adelante?" Miranda se detuvo y pareció confundida. "Tenemos que ponernos el cinturón de seguridad," dijo con incertidumbre. "Miranda siempre se sienta en la parte de atrás. El asiento delantero probablemente sea un poco desalentador para ella." ella." Deanna señaló la puerta puerta del pasajero a la derecha. derecha. "Toma asiento, jovencita." Miranda abrió la puerta y entró. Ella se dobló meticulosamente y colocó su bufanda rosada a través de su bolsa de mano. Esta era su rutina cada vez que se subía en un coche, y Deanna sabía que proporcionaba comodidad y una sensación de seguridad. Se alejaron rumbo a la casa de Faythe donde los demás estaban esperando. Deanna se preocupaba de cómo Miranda respondería respondería al hecho de que su madre estaba allí como parte de la sorpresa, así como Savannah y Pammie. "¿Estás bien, nena?," Faythe preguntó en voz baja, tocando brevemente el muslo de Deanna. "Estás agarrando el volante con tanta fuerza, que voy a tener que arrancarte cuando lleguemos a la casa." "Oh, cierto." Deanna aflojó su agarre. "Sí, estoy bien. Sólo un poco nerviosa." "No es de extrañar. Pero estaremos bien. Miranda estará bien también, y también lo estará tu gente. Me impresionó cómo tu madre se hizo cargo y también lo increíblemente organizado que Percy es. Ese diagrama de flujo f lujo en su teléfono era algo." Deanna tuvo que reírse. "Ese es Percy para ti. Antes de que tuviéramos problemas el uno con el otro, tuvimos algunas conversaciones interesantes y ... bueno, supongo que si las cosas no hubieran sucedido como lo hicieron, no lo habría encontrado medio mal." "No es demasiado tarde para llegar a conocerse entre sí." Faythe de repente parecía melancólica. "Me pregunto si alguna vez volveré a tener una buena relación con mi padre. Es decir, con mi madre puedo lidiar. Ella es un poco superficial, pero como ya sé eso, puedo factorizar todo lo que dice." Ella suspiró. "Mi padre, sin embargo, es una cosa completamente diferente. No creo que se preocupe por mí como persona. Soy un 211



activo. Él usará mi 'fama' en un instante para obtener ventajas, lo cuál es una mierda. Sólo quiero que me vea como su hija, alguien que ame, independientemente. Hablando de utopía." Faythe miró por la ventana del pasajero, tamborileando con los dedos sobre el reposabrazos. "Todos queremos ser reconocidos por nuestros padres." Deanna quería suavizar las arrugas que estropeaban la frente de Faythe. "No estás pidiendo nada que debería ser demasiado para ellos de entender. Si no pueden animarse a verte por la increíble mujer que eres, entonces no es tu culpa y no te merecen." "Gracias bebé. Lo sé. Es decir, intelectualmente lo sé." "Y en tu corazón?" "En mi corazón, sólo quiero que mi papá diga que está orgulloso de mí, que cree en mí. Pero tendré que afrontar el hecho de que no va a suceder." Faythe parecía compuesta, pero su voz era hueca de una manera que enfureció a Deanna. Ella tenía una segunda oportunidad para arreglar las cosas con Angela, y ahora Faythe era la que tenía una larga lista de problemas familiares no resueltos. "Pase lo que pase, sabes que estoy de tu lado, ¿verdad?" Deanna tomó la mano de Faythe, manteniendo la otra firmemente en el volante y sus ojos centrados en el camino. "Eres la persona más increíble que he conocido en mi vida, todas las categorías. Has hecho toda la diferencia en mi vida." "Deanna — " "Lo has hecho. Sabes lo deprimida y resignada que estaba. No vi ningún final para nada de esto, y simplemente no te diste por vencida. Tan enfurecida como yo estaba de vez en cuando, no te detuvo. Y parece que voy a tener mi vida de nuevo pronto. Nunca esperé eso. Francamente, me había dado por vencida." "Estabas sufriendo de trastorno de estrés postraumático, si me lo preguntas," Faythe dijo en voz baja, mirando por encima del hombro. "Wow, ya está dormida. ¿Por cuanto hemos estado manejando, cinco minutos?" Deanna miró su espejo retrovisor y vio la cabeza de Miranda apoyada contra el soporte del cuello. "Oh, ella hace eso. Creo que encuentra el mundo exterior tan estresante, simplemente se duerme." Girando hacia el camino que lleva al lago, reflexionó sobre las palabras de Faythe. "PTSD (Trastorno (Trastorno de estrés postraumático)? ¿De verdad?" verdad?"

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"Obviamente, no soy psiquiatra, pero tus reacciones son totalmente comprensibles desde ese punto de vista." Apretando la mano de Deanna, Faythe se la llevó a sus labios y la besó suavemente. "Está a punto punto de terminar, sin embargo, embargo, nena." "Lo sé. Es sólo que ... tengo esta terrible sensación de que esto me explotará en la cara y ser aún peor para todos." Deanna comprobó el espejo retrovisor de nuevo. Miranda seguía dormida, con los labios rosados ligeramente separados. No era tan t an a menudo ver a Miranda tan relajada mientras estaba despierta, si alguna vez, y Deanna tuvo que esforzarse para volver su atención al camino por delante. "Si terminara, y no creo que lo hará, tendrás a tu familia detrás de ti. Y las chicas. Y a mí." Faythe le guiñó un ojo. "Será interesante ver lo que Pammie y Savannah lograron con el Grantville Times. ¿Era la tía de Pammie quien es la jefa de redacción, o era de Savannah?" "Afortunadamente para nosotros, es de Pammie. La hermana menor de d e su padre, creo." "Ah. Sí, lo recuerdo. Suerte. Si hubiera sido un pariente de Savannah, lo más probable es que estuvieran bajo el hechizo de Gloria." "Bajo su pulgar, querras decir?" "Eso también." Faythe arrugó la nariz, mirándose más linda de lo que nunca querría saber. "Pammie dijo que dejó a Savannah hacer todo el escrito, ya que esto tiene que venir de ella, en sus propias palabras. Si alguien más se entrometía en ello, podría ser un tiempo largo, interesante en el tribunal para el Grantville Times." "Todavía podría ser, supongo." Deanna se estremeció al pensarlo. "Difícilmente, si Savannah lo ha escrito de la manera correcta." "Bueno, tú eres la experta en medios de comunicación aquí, y confío en tu juicio. Aquí estamos." Deanna salió de la carretera y entró en el camino que conducía hasta sus casas. Se detuvo junto al pequeño Toyota de Pammie, que estaba estacionado detrás del Chrysler 300 de Percy y Angela. La puerta se abrió justo cuando Deanna apretó el freno de mano y apagó el motor. Dos torbellinos se acercaron hacia el coche y Deanna apenas reconoció a sus dos hermanastras. "Algo esta mal," murmuró, mirando nerviosamente en el asiento trasero. Miranda todavía estaba dormida. "¿Qué? Cuál es el problema? "Faythe pareció alarmada. "Están sonriendo. Las moc — las las chicas. Están sonriendo." Era cierto. Trista y Laney se acercaban rápidamente, parecían entusiasmadas. 213



"Si lo están." Faythe parecía comprender rápidamente. "Iré mientras despiertas a Miranda." "Gracias." Mientras Deanna dio la vuelta al coche y abrió la puerta del pasajero, echó un vistazo por encima del hombro, preocupada por lo que podría estar pasando. Estaban las dos quinceañeras allí para regodearse, o qué? Esto no se veía bien. 

"Hola Trista, Laney," Faythe dijo, deteniéndose frente a las dos emocionadas chicas. "Esperen sólo un segundo, ¿de acuerdo? Miranda está durmiendo en el asiento trasero, y saben lo fácil que es asustarla. Si las ve a las dos merodeando sin importar lo feliz que estén de verla, podría ponerse asustada y descontrolada." "Oh," Laney dijo, y las comisuras de su boca se curvaron hacia abajo. No le agradaba que nadie la hiciera esperar. "Sólo queríamos hablar con Deanna muy rápido." "Bueno, tendrás tiempo para eso. Supongo que viniste con Angela y Percy después de todo. Es decir, es Miércoles, un día regular de clases." Faythe puso un brazo alrededor de los hombros de cada chica y las condujo hacia la casa. "Estoy tan contenta de que hayas venido a apoyar a tus hermanastras," dijo, haciendo de abogado del diablo. "Eh, bueno, sí. Queríamos saber que estaba pasando. Angela y papá han estado tan reservados. Misteriosos, incluso." Trista sonrió. "Asi que los atosigamos para que nos dejaran venir. También queríamos otra oportunidad para estar contigo y escuchar acerca de todas las celebridades que conoces y esas cosas. Seguro que llamamos la atención de todos en la escuela cuando les dijimos que nos conocimos." Faythe exhaló lentamente, suprimiendo un gruñido exasperado. Sólo podía imaginar ser el tema de las chicas en la escuela de chicas. "Genal," murmuró. "Entonces, me prometes que no acosaras a Miranda? Si le das un poco de espacio y un poco de tiempo, te sorprenderá lo brillante que es." "¿Brillante? Ella?" Trista miró por encima del hombro. "Es retrasada." "Esa es una palabra tan deprimente, Trista." Faythe quería pellizcar a la ignorante chica. "Miranda tiene autismo, y estoy segura de que Angela y Percy te han dicho lo que eso significa. " "Sí, supongo. Yo ... no escuché muy bien. Creo que debería haberlo hecho."

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"Sí." Faythe no quería poner a Trista a la defensiva. "Pero sabes qué, si tienes alguna pregunta y no tienes ganas de hablar con un miembro de la familia, siempre puedes preguntarme. He trabajado con expertos autistas en mi programa, y, de hecho, varias celebridades tienen hijos o hermanos con autismo." Sabía que estaba siendo manipuladora ahora, jugando con lo que sabía que impresionaba a las hermanas, pero era verdad. La conciencia del autismo había alcanzado su punto máximo durante la última década, y conseguir que una celebridad le pusiera rostro a una enfermedad o una condición generaba más enfoque, y por p or lo tanto más dinero para la investigación. Y el interés de dos adolescentes superficiales, que estaban siendo adolescentes. "Eres muy genial. Y agradable." Laney miró a Faythe con admiración mientras entraban en la casa. "Sólo espera y ve lo que hay en el periódico hoy. Ya sabes, ese periódico local. Esa perra se va a poner furiosa." Faythe supusó que la perra de la que Laney hablaba era Gloria Mueller. "Supongo que lo escucharé todo en un segundo." "Hemos leído algo de eso. Pammie y Savannah trajeron los periodicos, y, wow, Savannah es preciosa, ¿verdad? No puedo creer que nunca fue reina del baile." Trista consiguió parecer asombrada y ofendida ofendida al mismo tiempo. "Eso es lo que que planeo ser." "Huh. Podrías tener algo de competencia en Manhattan," Laney dijo con desprecio. "Puedes ser todo eso en la pequeña estúpida ciudad en que vivimos ahora, pero en Nueva York, miles de chicas son más bonitas que tú." "No sabes nada de nada!" Con un furioso sollozo, Trista corrió hacia la casa delante de ellas y desapareció en una de las habitaciones, cerrando la puerta detrás de ella. "Guau. Seguro se siente como en casa," Percy dijo desde el sofá del salón. "Laney, ¿qué pasa con Trista?" "Lo mismo de siempre. Egomaníaca con un ego herido." "Laney." Angela salió de la cocina, llevando una bandeja. "Sabes cómo es Trista. ¿Por qué provocarla?" "Porque es divertido?" Laney hizo una mueca, pero se dirigió a la habitación de invitados y llamó a la puerta. "Hey, "He y, Trista. Venga. Sólo estaba jugando contigo." "Vete a la mierda." "Si hago eso, saldrás? Querías ver la cara de Deanna, recuerdas, cuando c uando leyera el Grantville Times." 215



Faythe frunció el ceño ante la elección de palabras de Laney, pero luego Trista sacó la cabeza, secándose las mejillas húmedas. "Si, quiero. Fuera de mi camino, hermana. Realmente quiero ver lo que piensa del texto de Savannah. Esa mujer Mueller obtendrá lo que se merece ahora, después de lo que le hizo a Deanna." Así que era Gloria de la que estaban regodeándose, no Deanna. Faythe suspiró aliviada y se volvió hacia Angela, que estaba poniendo la mesa del comedor. Percy había ido a la cocina, donde Faythe podía oír las voces de d e Pammie y Savannah. "Déjame ayudarte," Faythe dijo, y empezó a doblar las servilletas que Angela había encontrado. "¿Qué vamos a comer?" Ella señaló una olla de hierro forjado colocada en el centro de la mesa. "Pensé que una buena cazuela de otoño podría ser una buena idea. A Miranda le gusta por todos los colores." "Suena fenomenal." Faythe echó un vistazo hacia la puerta, donde no había ninguna señal de Miranda y Deanna. "Me pregunto que las retiene?" "No te preocupes. Por lo general tarda bastante tiempo sacar a Miranda de un coche. Una vez que decida entrar, ella estará bien." "Me preocupa que estar rodeada de extraños en una casa extraña será demasiado para ella." "Sólo tendremos que vigilarla. Si comienza a agitarse, sacaré uno de sus libros para colorear con flores. Eso por lo general le llama la atención y puede relajarse de nuevo." Angela alisó el mantel en el extremo de la mesa. "Allí. Bastante bonito, si puedo decirlo." "Claro que si." Faythe dudó por un momento. "Angela, ¿puedo hacerte una pregunta personal?" "Dispara." Angela rodeó la mesa y se apoyó en ella, con la cabeza inclinada mientras miraba hacia Faythe. "Cuando Deanna estaba tan angustiada y te dio ese ultimátum, tuviste que elegir entre enviar a Miranda a una escuela para niños con necesidades especiales y luego nunca volviste a ver a Deanna de nuevo ... " Faythe respiro hondo. "¿Alguna vez pensaste que no valia la pena, perder a Deanna de esa es a manera?" Temiendo que hubiera entrado en un campo minado con los dos pies, Faythe tocó brevemente el hombro de Angela. "No te estoy juzgando en absoluto, fue un ultimátum imposible." 216



"Sí, lo fue. Tuve que elegir lo que era mejor para mi hija menor, a expensas de mi hija mayor." Angela tembló y Faythe puso su brazo alrededor de su hombro, sorprendida cuando la madre de Deanna se apoyó contra ella. "Deanna era feroz. Me miró con tal dolor y desprecio, tan segura de que estaba intercambiando un ‘grupo defectuoso de niñas’ por las niñas perfectas que Percy trajo en la ecuación. Traté de explicarle, pero me había metido en un lío y sin importar lo que dijera, sólo empeoré las cosas." "Y enviar a Miranda a la l a Escuela y Fundación Tremayne era lo correcto a hacer." "Sí, lo era. Pero el momento era pésimo." Angela sacudió la cabeza. "Tenía un nuevo esposo y un nuevo conjunto de hijastras que estaban completamente mimadas por su padre. Es decir, podía entender por qué, ya que él había estado a solas con ellas durante cinco años, pero para Deanna ... bueno, ¿cómo podría haber interpretado mis acciones de otra manera? Debería haber esperado. Miranda no habría estado peor si hubiera esperado un año y dejar que la idea se asimilara más." "Me alegro oírte decir eso, mamá." La voz de Deanna sorprendió a Faythe, y Angela saltó. Parada justo dentro de la puerta de entrada de la sala de estar, sosteniendo la mano de Miranda. Miranda a su vez agarrando su bolso y su bufanda al pecho, mirando a su alrededor con curiosidad. "Cariño, no podemos dejar pasar más el tiempo y no ser una familia." Angela soltó a Faythe y se acercó a sus chicas. Ella tomó la mejilla de Miranda y la chica se encogió, pero luego permitió la caricia. Repitiendo el contacto con Deanna, Angela habló suavemente. "Te amo. Más que nada, las amo a las dos. Dejé que el orgullo y los sentimientos heridos se interpusieran entre nosotras y las cosas realmente importantes en la vida." "Y yo también," Deanna dijo con voz ronca. "Estaba tan enojada, durante tanto tiempo. Y los últimos años, estaba más sola de lo que nunca he estado." Sus ojos se alzaron sobre la cabeza de Angela. "Hasta que llegó Faythe." Deanna sonrió suavemente. "Fue entonces cuando las cosas empezaron a cambiar." "Gracias a Dios por eso." Angela dio un paso atrás e hizo un gesto hacia la mesa. "Vamos a sacar a todos de la cocina y comer algo." "Quiero leer el Grantville Times primero," Deanna dijo. "Me muero de curiosidad." "Puede que no te guste," Savannah dijo detrás de ellas. Salió de la cocina, seguida por Pammie y Percy. "Es muy contundente y honesto."

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"Los hechos son hechos." Deanna pasó la mano de Miranda a Angela y se dirigió hacia la mesa de café, donde dio una copia del periódico local semanal a Faythe. Faythe comenzó a buscar el artículo de Savannah con dedos temblorosos. "Le dije a Lara y Brandy la verdad, todo, antes de que saliera el periódico." Savannah se dejó caer un poco. "Teniendo en cuenta que las sorprendió mucho, y que Lara me llamó traidora por no sincerarme con ellas, lo tomaron bastante b astante bien." "¿Entendieron, sin embargo? Lo que tu madre hizo pasar a ti y a Deanna?" "Sí, al final. Creo." Savannah hzo un u n gesto hacia el periódico. "Lee ahora." "Así que, la tía de Pammie es la editora en jefe, ¿eh?," Deanna le preguntó a Savannah y empezó a pasar las páginas. "Sí, y estaba aturdida cuando vio mi texto. Ella no pensó dos veces antes de hacerlo, así que al menos eso es tranquilizador," Savannah dijo tristemente. Faythe giró la página, y allí estaban todos leyendo.

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Capítulo Treinta "Oh, dulce Jesús," Deanna oyó decir a Faythe, y casi se hizo eco de las aturdidas palabras. Savannah había escrito un largo artículo, un pliego de dos páginas, sobre lo que realmente pasó hace dos años. Ella había elegido utilizar un formato de cuentos, pero claramente indicó en la advertencia anterior que las personas eran reales, y los nombres eran reales. "Esto es como entrevistarme," escribió antes de que la historia comenzara. Deanna siguió leyendo y se dio cuenta inmediatamente de que Savannah no se había librado a sí misma por un momento. Escribió sobre su infancia y adolescencia, y los sentimientos que había albergado, todos los cuales condujeron a lo que ocurrió cuando tenía dieciocho años. La parte de su madre en todo t odo el lío era obvia, y Deanna ni siquiera podía imaginar el colapso que la mujer tenía que estar teniendo ahora. Deanna terminó de leer, cautivada por el texto, incluso si sabía la mayoría de las cosas de antemano. "Eres una talentosa escritora, Savannah," Faythe dijo, y levantó la vista del periódico. "Deberías seguir con esto. Sé que te gustan los animales y sientes la necesidad de arrepentirte, pero puedes hacer eso y más con tu escritura." "¿En serio?" Savannah parecía aturdida. "Me senté en mi computadora y empecé a escribir, y las palabras fueron saliendo. Ya sabes, a través de mis dedos y sobre el teclado. Tal vez sea debido al tema, porque se ha elaborado dentro de mí durante tanto tiempo. Puede que no sea tan buena escribiendo otras cosas." "Creo que lo serías," Deanna dijo. "¿Estás bien con lo que escribí?," Savannah preguntó en voz baja, empujando un mechón de su largo pelo negro detrás de la oreja. "Sí. Y dijiste la verdad absoluta. No puedo creer que fueras capaz de entrar dentro de mi cabeza como lo hiciste y describir cómo todo esto me ha afectado. Eso es desconcertante y bastante fantástico." fantástico." "Te prometo que no voy a escribir sobre ti nunca más." Los labios de Savannah temblaron. "En serio." "Bien." Deanna frunció los labios. "Ahora, le bajaste los humos a tu madre con este artículo, pero también puedes haber arruinado sus oportunidades, y para tu padre." "Supongo que es hora de averiguarlo." Savannah sacó el teléfono celular de su bolsillo trasero y lo abrió. "Lo apagué esta mañana" confesó. "No hay tiempo como el presente, 219



supongo." Ella presionó un botón y la melodía de apertura sonó, una canción de Christina Aguilera. Estuvo en silencio durante unos segundos, y luego un pitido tras otro resonó por toda la habitación. "Oh,! Chico" Pammie se inclinó sobre el hombro de Savannah y leyó la pantalla. "Toneladas "Toneladas de mensajes y llamadas llamadas perdidas. ¿Cuántas de Mamita Querida?" Querida?" "Pammie." Faythe sacudió la cabeza ante la frase, pero a Savannah no pareció importarle. "Espera. Oh. Al menos treinta, creo. No. Cuarenta y tres. Y más de cincuenta mensajes de texto." Ella pasó el teléfono a Pammie. "Tú haces los honores." "Claro." Los dedos de Pammie volaron sobre las teclas. "¿Cual es el PIN de tu buzón de voz, cariño?" "Cinco, cuatro, cinco, tres." "Muy bien, entonces, veamos." Pammie introdujo el número nú mero y pronto la inconfundible voz de Gloria Mueller llenó la habitación. "¡Savannah! ¿Qué has hecho? ¿Que estabas pensando? ¿Dónde estás? Te quiero aquí en este instante. Tenemos que averiguar qué hacer, para arreglar esto. Tenemos que arreglar esto! Llámame y regresa a casa inmediatamente. Estaré en casa todo el día. No puedo mostrar mi cara en ningún lado después de esto!" El siguiente mensaje era similar, pero cada vez que Gloria hablaba en el correo de voz de Savannah, sonaba cada vez más desesperada. Deanna sabía cómo se sentía cuando su mundo se derrumbaba a su alrededor, y en este momento, el pequeño imperio de Gloria Mueller estaba a punto de convertirse en ruinas. Deanna perdió la cuenta de cuantos mensajes habían escuchado, probablemente alrededor de doce o quince, cuando de repente Gloria comenzó uno nuevo, sonando completamente diferente. Esta vez su voz era un gruñido bajo, lleno de odio y ácido. "Esa malvada mujer se te acercó, ¿verdad? Esa mujer y su amante famosa. Probablemente te convencieron de que está bien joder a tu madre y vivir la vida feliz gay. Escúchame, Savannah. Escucha a tu madre cuando te digo que has arruinado nuestras vidas. Mi vida, la de tu padre, y la tuya. Probablemente seas inteligente para no volver a casa. Si yo fuera tú, me alejaría de mí y de Grantville de ahora en adelante. He sacrificado todo por p or ti y — " " En el repentino silencio, Deanna se dio cuenta de que Pammie había apagado el correo de voz. Savannah estaba blanca como la muerte y toda temblorosa.

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"Cariño, te tengo." Pammie envolvió sus brazos alrededor de Savannah y la jaló cerca. "Tienes que acostarte. ¿Podemos pedir prestada la habitación de invitados que utilizamos la última vez?" "Por supuesto. Dinos si necesitas algo. Podemos llevarte un poco de cazuela." Faythe miró preocupadamente a la sollozante Savannah mientras Pammie la guiaba. "Jesús, va a pagar p agar un alto precio." "Ella ganará más de lo que se da cuenta ahora," Angela dijo. "Su madre estará furiosa, y tal vez se mantendrá furiosa, pero mucha gente respetará a Savannah por poner las cosas claras y evitar que su madre cometa otro crimen." "Sí, esperemos que sí," Deanna dijo. "Por qué no comemos algo y nos relajamos un poco. No quiero escuchar nada más más de esa mujer despotricando de todos modos." "Yo tampoco." Faythe apretó el brazo de Deanna y la miró con ojos tormentosos. "¿Crees que vendrá por aquí y causar problemas?" "No, no lo creo." Deanna se sentó y dobló una servilleta sobre su regazo. "Sinceramente, no creo que se atreva a salir de la casa." "Espero que tengas razón." Faythe alzó la vista y frunció el ceño. "Laney, Trista, ¿están bien allí?" Las hermanastras de Deanna estaban sentadas pálidas. "Sí. Simplemente no tengo hambre todavía." todavía."

en

el

sofá,

calladas

y

"Lo que has oído te ha molestado, ¿verdad?," Faythe preguntó suavemente. "No habías contado con que la madre de Savannah S avannah fuera tan cruel." "Nos imaginamos que era una perra, pero en el teléfono sonaba malvada." Laney jugueteó con el dobladillo de su camisa. "No pensé que la gente hablaba de esa manera a sus hijos. Realmente no." Deanna sabía que esta desagradable sorpresa para las chicas era una lección también. No todos tenían la suerte de tener a una Angela o un Percy en sus vidas. "Vamos chicas. La cazuela de mamá es demasiado buena para desperdiciarla." Trista levantó a Laney del sofá y se unieron a los demás en la mesa. Y mientras su familia empezó a comer y hablar de cosas cotidianas, Deanna comenzó a relajarse. Su madre molestó a su marido sin piedad cuando derramó un poco de salsa en su corbata Paisley. Trista y Laney finalmente perdieron algo de su palidez y comenzaron su charla 221



habitual, preguntando a Faythe sobre las celebridades que había conocido. Percy entonces hizo que sus hijas gimieran contando historias de cuando eran bebés de sus primeros años. Faythe hizo reír a todos cuando contó cómo había tomado el viejo bote de remos y Deanna la salvó. Miranda se sentó en el otro extremo de la mesa, junto a su madre. Se mantuvo tocando el pelo negro de Angela, rodando un pequeño rizo alrededor del dedo índice una y otra vez. Angela le recordó comer de vez en cuando, y quedó completamente absorta por la colorida comida. Eventualmente Savannah y Pammie se unieron a ellos. Savannah se veía mejor y Pammie tenía una expresión determinada en su rostro. Deanna se encontró con los ojos de Angela sobre la mesa, y de repente juró que podía leer los pensamientos de su madre. Esto es lo que es tener una familia. Lloras, te burlas, te peleas, te reconcilias. Están juntos. Algo frío y estéril en el pecho de Deanna se desprendió. La llegada de Faythe a su vida lo había aflojado, y ahora se rompió y comenzó a derretirse. La soledad que había llevado como un témpano en su corazón los últimos dos años se había ido. En lugar de sangrar, como había temido que lo hiciera si dejaba que alguien se acercara de nuevo, la felicidad la llenó hasta el borde. Tomó la mano de Faythe debajo de la mesa y quería decirle lo que había pasado y como se sentía por ella, pero sabía que tenía tenía que esperar hasta que estuvieran estuvieran solas. 

Faythe estaba parada en el patio, apoyando los antebrazos en la barandilla. El lago era un espejo de calma y la luna reflejaba su pálida luz en el agua. Ella y Deanna acababan de despedirse de los Bodells. Pammie y Savannah se habían retirado a su habitación, donde planeaban pasar los próximos días antes de partir hacia Nueva York. Savannah iba a quedarse con Pammie en el pequeño apartamento que compartía con una amiga mientras ponía su vida en orden. ¿Cuántas veces había permanecido Faythe parada junto a la barandilla del patio desde su llegada a Grantville, inhalando el aire frío, fresco, con muchas cosas en su mente? Aquí era donde había visto a Deanna la primera vez, una figura solitaria de pie en la terraza de su cabaña. Había estampado sus puños en la barandilla, un gesto nacido de una frustración f rustración que Faythe no podía comprender entonces. Deanna se acercó y abrazó a Faythe. "Estas lejos." "No, en realidad no. En realidad, sólo estaba pensando." "¿Sí?"

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"Sigo pensando que tenemos que hablar, ya sabes, realmente hablar, pero siempre surge algo. Tus cosas o las mías." "Esta vez toda mi familia vino." "Y eso fue algo bueno — no, algo estupendo." Faythe se giró dentro de los brazos de Deanna. "Es sólo que — que — y y esto va a sonar totalmente egoísta, pero cuanto más cerca estás de tu familia, más lejos estoy de la mía. No estoy envidiandote esta nueva oportunidad, ya lo sabes, ¿verdad?" "Lo sé." Deanna mantuvo cerca a Faythe, acariciándole la espalda. "Y me gustaría poder hacer algo por ti de la misma manera que lo hiciste por mí." "No creo que eso sea posible, nena." Faythe trató de sonreír alentadoramente, pero sus labios estaban rígidos y sólo pudo hacer una mueca. "Tienes un gran grupo de personas en tu familia, incluso las chicas, a la hora de la verdad. Mis padres, bueno, no van a cambiar en cualquier momento pronto, me temo." "Sé que te sientes abandonada." "¿Cómo lo sabes?" Faythe se sorprendió s orprendió por cuán astutamente Deanna le leyó. "Porque así es como me sentiría, cómo lo he estado por bastante tiempo. Ahora que las cosas son diferentes para mí, no es difícil detectar la misma sensación en ti. Sólo sé esto, cariño, no estás sola." "Lo sé. Sé que no lo estoy." Faythe se limpió rápidamente una lágrima. "Y también sé que nada ha cambiado en mi vida, cuando se trata de mis padres. Han actuado de esta manera durante más de diez años, y antes de eso, sólo estaban montando un espectáculo para mantener las apariencias." "Tú eres la que ha cambiado." Deanna besó suavemente la sien de Faythe. "Eres la que ve las cosas de manera diferente, porque has dado un paso, varios pasos, en realidad, en la dirección correcta." "¿Es la dirección correcta cuando este nuevo camino me aleja de mi familia?" "Sí, porque tienes que escuchar a tu propio corazón, lo que quieres, y no puedes mantenerte realizando realizando la idea de todos los demás de lo que piensan que debes hacer." "Supongo." Faythe hundió la cara en el cuello de Deanna. "Tienes razón. Por supuesto que tienes razón. Puede que llegue un día en que mis padres estén dispuestos a aceptar que estoy a cargo de mi propia vida. Podría ser cínica, pero tengo la sensación de que esto sólo 223



sucederá si me convierto en una autora de éxito. Ya sabes, algo de lo que podrían presumir." "Eres digna de presumir sin importar qué." Faythe se rió a pesar de su estado de ánimo solemne. "Lo soy, eh?" "Sí." "Me alegra de que pienses así." Faythe apoyó la cabeza en el hombro de Deanna. "Supongo que sólo el tiempo dirá si cambiaran de opinión. No creo que deje de soñar con eso." "Como dijiste el otro día. Nunca dejamos de esperar ser amados y reconocidos por nuestros padres." La voz de Deanna se llenó de ternura. "Si, lo se. No voy a contener el aliento esperando por eso, sin embargo. Necesito seguir adelante con mi vida y eso me lleva a la otra cosa que estaba pensando. Nosotras." Faythe echó la cabeza hacia atrás y estudió los fuertes rasgos de Deanna. "Hemos llegado tan lejos, en tan poco tiempo, en realidad, y tal vez por eso siento que ha sido más largo de lo que es." "¿A dónde vas con esto?" Un enganche en la voz de Deanna le dijo a Faythe que debería ser más precisa y más rápida. "Tú significas todo para mí, Deanna." Pasó las manos por el pecho de Deanna y le rodeó el cuello. Tirando de ella hacia abajo, la besó a fondo, explorando la suavidad dulce que era la boca de Deanna hasta que ambas estaban privadas de oxígeno. "Sé que te has preguntado si alguna vez estaría dispuesta a comprometerme. Y ciertamente me he hecho esa pregunta un millón de veces." "¿Y?" "Todavía estoy asustada. No tengo ningún marco de referencia cuando se trata de relaciones. Me refiero a las de tipo duradero." "¿Y?" Deanna mordisqueó el cuello de Faythe, besando aquí y allá de una manera que estuvo a punto de colapsar las rodillas de Faythe. "Y, si quieres correr el riesgo de emparejarte con una chica que es una novata total en esto, tengo algo importante que decirte." "Voy a correr el riesgo." Deanna levantó la cabeza. "¿Qué quieres decirme?" 224



"Deanna." Faythe juntó las manos detrás del cuello de Deanna para evitar que temblaran y para ayudar a sostener sus temblorosas piernas. "Te amo. Te amo y quiero estar contigo. Vivir contigo. Donde quieras." "Faythe!" Deanna casi levantó a Faythe fuera del suelo cuando la abrazó. "Maldita sea, Faythe. Yo también te amo. Te amo mucho. Lo hago desde el momento en que te vi." "Lo hiciste, ya sabes. Verme, quiero decir," Faythe dijo, mirando a los ojos de Deanna. "Cuando dibujaste mi retrato, me di cuenta de que alguien realmente me vio, mi esencia, por primera vez." Ella tosió contra las tontas lágrimas que corrían por sus mejillas y en su boca. "No puedo creer que me ames. Realmente no puedo creerlo." "Yo tampoco, pero confío en tu palabra." Deanna besó a Faythe de nuevo, esta vez con una pasión lenta que hacía imposible permanecer erguida. Faythe se desplomó contra Deanna, quien la atrapó y la acomodó en una tumbona donde alguien, tenía que ser Deanna, había colocado suaves almohadas y una gran manta de lana. En una pequeña mesa lateral dos copas de cristal colocadas junto a una botella de vino. "Pensé que podíamos quedarnos aquí por un rato y estar cómodas." "Qué gran idea." Faythe soltó a Deanna sólo el tiempo suficiente para acomodarse en una posición cómoda de brazos br azos y piernas enredadas. Deanna puso la manta alrededor de ellas y sirvió un poco de vino. Mientras le entregaba a Faythe una copa ella se veía espectacular a la luz de la luna, la más hermosa vista que Faythe había visto nunca. "Por Miranda y por Savannah, que demostraron tanto valor hoy, cada una a su manera." Deanna levantó su copa. "Por tu familia, que mostraron de lo que están hechos a la hora de la verdad." "Por Pammie, quien puso las cosas en marcha." Faythe ponderó el siguiente brindis. "Por nosotras." "Tienes razón." Deanna chocó su copa contra la de Faythe. "Por nosotras." Bebieron su vino y, después de eso, no tuvieron necesidad de más palabras, sólo una fuerte necesidad de la una por la otra. Entonces, mientras la luna viajaba sobre el aterciopelado cielo negro, calmaban temporalmente su pasión; y cobijada en las sábanas y mantas con Deanna, Faythe se sintió más feliz f eliz y más amada que nunca.

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Epílogo Ciudad de Nueva York, Nueva York "Pammie!" Delgados brazos envueltos alrededor de Pammie mientras entraba por la puerta de su minúsculo apartamento. "Me dieron el trabajo!," Savannah dijo y la abrazó con fuerza. "En el refugio de animales local. Podemos quedarnos con el apartamento!" Pammie gritó y dio vueltas a Savannah. "Estás bromeando!" "No, en serio. No van a pagarme una fortuna, pero suficiente para la mitad del alquiler y para ayudar con la despensa despensa y esas cosas." "Ahora podemos planificar para tu solicitud a Columbia. Podemos sentarnos y ... ¿qué?" Pammie viajó de la euforia al temor en un nanosegundo. "Quiero eso. Realmente lo quiero. Pero tengo miedo de pedir demasiado." Savannah cerró los ojos y una pequeña lágrima corrió por su mejilla. "Estoy muy feliz contigo, pero no lo merezco. Removí a todo Grantville hace un mes y luego dejé a mis padres para lidiar con el desastre. " "Oye, cariño. Ven aca. Necesitas escuchar algunas verdades. Escucha." Pammie tomó la mano de Savannah y la condujo al pequeño sofá sof á en su apartamento de una sola habitación. Savannah se acurrucó contra ella, su hábito después de vivir juntas durante un mes después de que la compañera de habitación de Pammie se fue inesperadamente. "Dices que dejaste a tus padres para hacer frente a las cosas. Cierto. Pero era la situación de ellos para tratar. Bueno, de tu madre, de todos modos. Comenzaste este lío, y has expiado por ello y disculpado con la persona que lastimaste. Tu madre, por otra parte, deliberadamente actuó de una manera criminal cuando chantajeó a Deanna para encubrir la verdad. Escribir tu historia en el periódico, fue una manera muy inteligente para decirle a todos la verdad, si puedo decirlo — decirlo — " " "Fue tu inteligente idea." Savannah besó el hombro de Pammie. "Muy eficiente. Muy atemorizante." "No interrumpas, estoy en un rollo. ¿Donde estaba? Oh, sí, cuando interrumpiste en su plan, salvaste a la pequeña Miranda de ser otro peón en su juego para conseguir que te casaras con un joven rico, prominente. No podrías haber vivido contigo misma, sabiendo que había ido detrás de una indefensa niña autista. Habría matado tu precioso espíritu para siempre.

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"Tienes razón." Savannah se estremeció. "Y ella lo habría hecho." Dijo la última parte con tal dolor, que Pammie apretó a Savannah firmemente. "No eres ella. Lo has demostrado una y mil veces. No eres nada como ella." "Supongo. Después de esa llamada telefónica de papá cuando dijo que le estaba diciendo a todo el mundo que no tenía t enía hija después de mi traición — " " "Para, para. Su traición." "Creo que él está de acuerdo con ella. O no se atreve a no estarlo, después de seguir su ejemplo durante tantos años." Savannah parecía herida. "Ella siempre dijo que lo había elegido, y es probable que sea cierto." "No estoy tan segura que tengas razón. Con el tiempo, tu padre puede lograr una reconciliación, incluso si esto parece imposible en este momento." "Oh, Pammie. Gracias. Gracias. Necesitaba un poco de tranquilidad." "Te voy a tranquilizar todos los días, si eso es lo que se necesita para mantenerte conmigo." Pammie miró hacia Savannah. Ella era tan etéreamente hermosa. Estaban viviendo juntas, y durmiendo juntas, pero Pammie no se había atrevido a dar ese último paso en plena intimidad todavía. Se habían besado y acariciado, y de vez en cuando tocaban los pechos de la otra a través de sus ropas. Pammie deseaba ver el cuerpo desnudo de Savannah y tocar cada pulgada de ella. "Nunca quiero dejarte. Te amo, Pammie. Seguramente ya lo sabes." Dibujando patrones en el muslo revestido de jeans de Pammie, Savannah encendió un fuego que ardió rápidamente. "Dios sabe que te amo tambien, Savannah. Te he amado desde hace mucho tiempo." "Lo sé. Y estoy agradecida que no te hayas dado por vencida conmigo." "¿Cómo podría? Me has echado a perder para todas las demás." "Lo hice?" Los ojos de Savannah brillaron y se acurrucó más cerca, mirando a Pammie. "¿Eso significa que me encuentras atractiva?" "¿Atractiva? ¿Me estás tomando el pelo? Eres la más hermosa — " Pammie comenzó, sorprendida de que Savannah pudiera pensar de d e forma diferente. Entonces vio que el brillo se multiplicaba y se convertía en un brillo en toda regla. "Oh, mocosa!" Ella se elevó sobre Savannah y la besó como un fingido castigo, un beso que rápidamente se volvió 227



abrasador. Savannah tiró de ella, y de repente sus manos estaban debajo de la ropa de Pammie, buscando, acariciando. "Te amo, y quiero que seamos más. Estar juntas. De verdad." Los ojos de Savannah se movían adelante y atrás entre los de Pammie. "¿Me quieres, ¿verdad?" "Lo hago siempre." Pammie sostuvo la cara de Savannah entre sus manos y besó toda su cara antes de apoderarse de su boca de nuevo. "¿Por qué no hacemos nuestra magia y convertimos este incómodo sofá en una incómoda cama, y te mostraré lo mucho que te amo." Savannah se levantó antes de que Pammie pudiera terminar la frase, ya tirando de los cojines. 

"Mmm, agradable, muy agradable." Faythe se recostó contra Deanna donde se sentaron en su bañera de hidromasaje en el balcón semi acristalado de su s u penthouse en Manhattan. Era a principios de Noviembre y hacía frío durante la temporada, pero tenían la barbilla hundida en agua caliente, con vistas a las muchas luces de las casas que las rodeaban. Deanna había estado segura de que no le gustaría vivir en la ciudad, pero la vista desde el balcón de Faythe era espectacular. Todo el vecindario tenía una sensación de pequeña ciudad para ella, lo cual la sorprendió. La gente era, en general, agradable, y fue un cambio tan bienvenido vivir un poco anónimamente en una gran ciudad, después de haber sido la comidilla de la ciudad durante años. "Me alegro de que recordaras apagar las luces exteriores esta vez. No me gustaría imaginar a ningún paparazzi equipado con lentes telescópicas apuntando sus cámaras hacia nosotras desde las azoteas," Deanna dijo con sequedad. "Bueno, vive y aprende." Faythe agitó la mano en el aire. "¡Uf, demasiado frío." Apresuradamente la sumergió bajo el agua otra vez. "Brrr ... cómo alguna vez vamos a salir de aquí, no sé. No puedo recordar sentir este frío la última vez." "Podría ser porque estábamos ocupadas corriendo de los paparazzi en la azotea contraria." "Podría ser." "Entonces cuál fue tu gran noticia, cariño?" Deanna masajeó los hombros h ombros de Faythe.

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"Ellos quieren que escriba un libro sobre el drama que tuvo lugar en Grantville." "Oh." Deanna no sabía cómo reaccionar al principio. "No lo haré a menos que digas que está bien, y lo mismo va para Savannah y tu madre. Le dije a la editorial eso." Faythe se deslizó alrededor y frotó la mejilla contra el hombro de Deanna."Tengo un montón de otras ofertas, así que tienes que ser completamente honesta conmigo. Si dices que prefieres no hacerlo, entonces pasaré al plan B. Eres mucho más importante para mí que cualquier acuerdo para un libro." "Entonces, quieren que escribas esto como no ficción?" "Puedo elegir cualquier formato. Si quiero hacerlo como una novela, todavía están interesados ." "Guau. Eres la última novedad, entonces. ¿Quién hubiera imaginado que un cambio de carrera podría generar tanto interés?" "Podría ser que estoy junto con el personaje principal de la historia que lo está generando. En serio, Deanna, por lo que respecta a los interés, siempre y cuando estés interesada en mí, no me importa mucho el resto. Me gusta la idea de escribir para ganarme la vida. " "Lo entiendo." Deanna ponderó en ser la fuente de la gran oportunidad de Faythe en la industria de la escritura. "Y estoy pensando, si no escribes nuestra historia, puede ser transmitida a otra persona, alguien que no estaba allí y que no se preocupa por las personas involucradas. Si mamá mamá y Savannah dicen que está está bien, está bien para mí." "Gracias. Le preguntaré a Savannah y a mamá lo antes posible." Faythe se hundió más en el agua caliente. Era encantador escucharla referirse a Angela como ‘mamá’. "Lista para desafiar los elementos, como el viento de Noviembre a quince pisos de altura en Manhattan?," Faythe preguntó, arrugando la nariz. "Uf. Supongo que no tengo mucha opción a menos que quiera convertirme en una ciruela pasa muy fría. Aquí va." Deanna salió de la bañera y envolvió la bata alrededor de su cuerpo desnudo más rápido de lo que pensó que era humanamente posible. "Aquí. Voy a sostener esto, por si acaso." "Sí, no se puede ser demasiado cuidadosa. Algunos pervertidos con binoculares podrían estar cruzando la calle. Esa es la desventaja de todos estos edificios altos." Faythe se levantó y Deanna arrojó la bata a su s u alrededor. "Y no voy a compartir tu cuerpo desnudo con nadie. Ni siquiera con las gaviotas." 229



Faythe se echó a reír, y su ataque de risa hizo que Deanna se echara a reír también. "Eres una tonta, nena. Y eso es en realidad una suposición halagadora." "Boba. Ahora eso es un cumplido que una chica sólo puede soñar, por lo general." Deanna se acercó hacia la puerta y la mantuvo abierta para Faythe, más que contenta de entrar. Pasaron por el ritual ahora tan familiar en el baño, luego se fueron a la cama, Faythe leyó durante media hora mientras Deanna dibujaba otra imagen de ella. "¿Cuántos dibujos de mi tienes ahora?," Faythe Fa ythe preguntó. "Um, no estoy segura. He perdido la cuenta. Tal vez un centenar." Deanna sintió que sus mejillas se calentaban un poco. "No te importa, i mporta, ¿verdad?" "Ni un poco." Faythe meneó las cejas. "Alegrémonos de que los papeles no se inviertan." "¿Qué quieres decir?" "Bueno, hago una mala figura de palo, pero eso es todo." Deanna escuchó la risa de Faythe y supo que nunca se cansaría de escucharla. Faythe a su vez había comentado varias veces lo mucho que le gustaba ver a Deanna sonreír tan a menudo en estos días. "Me alegro de que estés en la audiencia con tu familia el Sábado. Nunca he hablado a una multitud tan grande antes, y quiero hacer un buen trabajo de recaudar dinero para los niños como Miranda." Faythe dejo su libro a un lado, y Deanna hizo lo mismo con su cuaderno de bocetos. "Simplemente no me atreví a preguntarle a mis padres. Puede que llegará el día en que pueda, pero en este momento, ambos estarían allí por todas las razones equivocadas." "Lo siento, cariño." Deanna sabía que a Ben y a Cornelia no les importaría regodearse en la fama de su hija, cuando era tan obvio que todo lo que Faythe necesitaba de ellos era su aprobación y amor. "No lo sientas por mí. Estarás allí, eso es todo lo que importa." "Y Pammie y Savannah." "Oh, Dios, sí. Pensé que me iban a ahogar con sus abrazos cuando les entregué sus boletos." "Y Miranda lo verá en la televisión." Deanna pensó en cómo los había sorprendido a todos por instalarse en su escuela mucho más rápido de lo que cualquiera hubiera pensado. "Tendrá su nariz presionada presionada contra la pantalla. pantalla. La conozco."

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Los ojos de Faythe Fa ythe brillaron. "Ella es una chica maravillosa. La quiero muchísimo." "Verte interactuar con ella me hace amarte aún más." "Eres maravillosa también," Faythe dijo con voz ronca. Deanna cogió a Faythe, tarareando contra su cuello. El abrazar a Faythe y sentir sus manos sobre ella era tan natural como respirar, pero infinitamente más excitante. Permitiendo que Faythe se hiciera cargo, Deanna simplemente se recostó y disfrutó de cómo las caricias de su amante y sus agradecidos murmullos se mezclaban con sus propios gemidos y quejidos. Su cuerpo estaba listo para aceptar el toque más íntimo de Faythe, y cuando llegó, Deanna sabía que todo esto era sobre el amor.

FIN

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G. Brooke-Lienzo de Septiembre

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