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CLIE, Terrasa, 2002
c ? Al estudiar el arte en la modernidad cabe preguntarse cómo es que se llegó a este modelo, a este punto en su historia. Por lo mismo cabe hacer una revisión histórica acerca del arte, los movimientos más importantes y los procesos históricos para poder llegar a comprender la composición de aquella época y las consecuencias y herencia que estos movimientos trajeron. Revisando el estilo de pintura de siglo XIV representado por ͞Madona con niño͟ de Duccio, destacando más allá de la técnica, a la virgen como ícono, lo que destaca el aspecto temático de esta época. Sin embargo, posteriormente con el surgimiento de otros estilos surgirán otros estilos de representar a la Virgen. Ante esto lo que destaca, más que el estilo es el mensaje que el autor quiere transmitir, lo que se comienza a transformar en un elemento fundamental en el desarrollo del arte. Además, históricamente se acerca un proceso que marcará al arte moderno, que es la Reforma que traerá como consecuencia la Contrarreforma. Y junto con estos dos aparece el Renacimiento, que marcará una profundización en los detalles pictóricos y realidad. Esto llevará a que posteriormente se dejen de pintar cuadros bíblicos debido a la incomodidad de no contar con la certeza histórica del relato. Sin embargo la pintura tiene un significado mucho más trascendental puesto que no es sólo un elemento decorativo sino que tiene una carga religiosa importante, es una forma de expresar la realidad, es un mensaje potente que plantea una visión de mundo, una interpretación de la realidad. Como el caso de Jan van Goyen que refleja sus sentimientos y comprensión de la creación, de su visión de manera que parece mostrar incluso aquellos elementos que pareciesen ser negativos para él y sin embargo parece amar ese mundo, lo que es influenciado por su trasfondo protestante y que refleja una cosmovisión más protestante. Por su parte Poussin por ejemplo, pinta ͞El cuerpo de Phocion llevado desde Atenas͟ de manera idílica, lo que representa más un deseo que una realidad propia, personal que es el común de los artistas de trasfondo católico. Estas dos diferencias están marcadas por un elemento religioso en el sentido de que sus pinturas reflejan los deseos y visiones de mundo de sus corazones. Por lo tanto podemos afirmar que las pinturas son extensiones de la realidad que entienden los pintores. Ahora, en la reforma a pesar de los profundos cambios que sufre la realidad teológica, parece faltar un elemento que no fue abordado, desarrollado por los teólogos, que fue el arte. Esto se dio debido a algunos elementos marcantes. Primero, la corriente mística tuvo una fuerte influencia en la comprensión de las expresiones artísticas, formando una opinión negativa por lo que la iglesia tendió a mantenerse distante de esta área. Segundo, el movimiento puritano acentuó esta postura, distanciando de manera casi definitiva ambos universos, cerrando la puerta
a un desarrollo del arte dentro del círculo protestante. Tercero, el dualismo Naturaleza-Gracia que se dio por el escolasticismo fue fundamental para cerrar aun más la puerta al arte. La comprensión de la materia como un elemento negativo. Por su parte la Reforma calvinista tuvo una posición distinta pero poco desarrollada en el sentido de entender la vida, la realidad como una, sin hacer ninguna clase de dualismo asumiendo que el mundo es de Dios y que no podemos salirnos de él ni de su soberanía sobre el mismo, y planteando posteriormente la visión de las esferas. De hecho en el Antiguo Testamento tenemos registro de que Dios no se mostró nunca distanciado del arte sino que de hecho mandó a incluir elementos artísticos en el tabernáculo de reunión. De esta manera el mundo pasó a configurarse de manera que existió durante algún tiempo una cosmovisión más bien teocéntrica, esto alrededor del siglo XVII. Lamentablemente con el paso del tiempo se fue perdiendo esa comprensión de la realidad degradándose para llegar al momento de la Ilustración, momento que cambia la realidad de la humanidad. La ciencia, que por un tiempo estuvo bajo la soberanía de Dios y se frenaba, incluso de manera innecesaria frente a temas ͞tabúes͟ pasó a tomar una forma antes desconocida. Yendo más allá de la realidad griega comenzó a avanzar de manera independiente y empezó a cuestionar a Dios. La razón del hombre, la mente empezó a disociar la idea de Dios con la idea de ciencia y el hombre comenzó a tomar el lugar de Dios en el sitial de referencia. La razón paso a ser racionalista y sólo contaba, servía, era creído aquello que la mente podía tantear. El sentido más subjetivo, profundo e intangible perdió valor, así como el concepto de ͞Dios͟ imperante hasta aquella época. El hombre pasó a ser un animal más en la cadena, solo diferenciado por un eslabón evolutivo. El concepto integrador que existió en la reforma despareció para dar paso a un concepto ͞aislacionista͟ que dejó fuera a Dios. Así el hombre poco a poco dejó incluso de ser el centro para convertirse en una especie de súbdito de la razón y una rueda en el engranaje de la realidad racional, perdiendo incluso el valor individual, a pesar de que el modelo racionalista no es acabado ni completo, ni ofrece respuestas a todas las dudas del hombre. Esto llevó a considerar a los elementos fuera de esta caja como irracionales. Entre ellos está el arte. El arte en la Ilustración pasó por un proceso de reconocimiento de este nuevo paradigma. Dadas las características epistemológicas de la Ilustración, era necesario un replanteamiento de los elementos básicos. El racionalismo comenzó a cauterizar la imaginación y los artistas parecieron olvidar el mensaje detrás de su pintura para sólo pintar hechos, sin grandes héroes, grandes historias ni grandes epopeyas, solo hechos. La Venus comenzó a perder sentido y fue sólo una mujer más que no lograba capturar la grandeza de los cuadros de antaño. Los pintores se esforzaban pero no lograban escapar de esta realidad. Fue así como Baudelaire planteó una alternativa a la caja racional: La imaginación. De esta manera comenzó la búsqueda que daría paso al romanticismo con la exaltación de lo irracional. El paisaje comienza a tomar fuerza en esta época y las pinturas reflejan el dualismo naciente entre la razón y los sentidos, las sensaciones. Así el germen que destronaría al reinante racionalismo artístico comienza a desarrollarse. Las pinturas comienzan a ser más reales, marcadas por elementos cotidianos, comunes pero no observados y poco importantes para la razón y en particular para el racionalismo. Los temas empiezan a quedar obsoletos y sin sentido, dado que
estos habían perdido su valor. Y si bien la técnica es acabada y cuidadosa, la temática toma un giro totalmente inesperado. Así es como Daumier pinta a Narciso y Manet pinta Olympia y deja en claro que no se está volviendo a la Venus, sino que esta murió. De esta manera surge el arte moderno, de forma reaccionaria en contra de la soberanía de la razón, buscando dar cabida a realidades espirituales. La nostalgia de lo rural, y más que de lo rural, de la vida sin la maquinaria de la razón que parecía tener cautivo al hombre fueron recurrentes en las expresiones artísticas de la nueva era. El llamado arte cristiano, durante todo este proceso, fue mermando en su propuesta, debido a que no logró llevar adelante la alternativa bíblica. Influenciados por la Ilustración, los creyentes destinaron el arte a fines casi históricos, pintando sólo cuadros de acontecimientos, perdiendo el sentido cristiano y quedándose de sobremanera con el sentido más pragmático, racional. No se observa en las pinturas de esta época una visión de mundo cristiana, una intención de expresar la comprensión, sino que de hecho Cristo pasa a segundo plano y se convierte en una excusa para pintar otro tipo de elementos, es decir, la cruz termina perdiendo su centralidad. Esto se debe básicamente a que el dualismo, donde Cristo es asociado solamente al elemento religioso entró e influenció (al igual que toda la modernidad) profundamente a la comprensión teológica general de los creyentes. Así vemos que en ͞Ecce Homo͟ de Ciseri o ͞Crucifixión͟ de Tissot dejan ver cómo el Cristo, la esencia del cristianismo, queda de lado, para representar otros elementos como centrales, mas de manera a veces estática. A esto se suma la perdida de la identidad cristiana con el liberalismo que convierte a Cristo en un ser amoroso, casi afeminado. Además, la clase burguesa con una moral cristiana comienza a tomar posición con respecto al arte, despreciándolo, y asumiendo además una postura legalista. Esto se masifica transformando la sociedad, con la llamada época victoriana, donde el legalismo y el moralismo son centrales, no así el cristianismo en sí. Cansados del arte inexpresivo, pintores como Goya, Manet o Courbet comienzan a explorar en elementos antes no captados. Comienzan a dejar el paradigma moderno, buscan alejarse de él y comienzan a plasmar lo que captan de la realidad, no la realidad en sí, lo que representaba un cambio epistemológico substancial. Es así como Manet avanza hacia el impresionismo, ya en el siglo XIX. En este proceso Gauguin fue fundamental, dándole a sus pinturas una interpretación de la realidad, entregando un mensaje e innovando en la utilización de colores y las técnicas, de cierta manera llamando a liberarse de la ͞esclavitud͟ del naturalismo y si bien pintó de forma ͞realista͟, no dejó de lado la libertad y la humanidad expresadas. Seurat toma un camino un poco distinto, pues vuelve a las formas exactas, casi de forma clásica, pero representó el mundo que le rodeaba, no el mundo antiguo ni a los dioses. Van Gogh, por su parte fue más allá y pintó lo que sentía. Así se puede observar una síntesis en cuanto a conceptos hacia finales del siglo XIX, donde el positivismo científico pareciera llegar a un acuerdo con la búsqueda de la libertad humanista. Sin embargo esto se rompe debido a su fragilidad dando paso al siglo XX.
Es ahora donde surge el expresionismo, centrado en la expresividad, en la espiritualidad y dejando de lado un poco el concepto naturalista. La búsqueda de la libertad humana se capitaliza con este estilo, que a la vez es indefinido en una filosofía y visión particular, pero que sin embargo marcó la época. Surge un nuevo concepto en cuanto a la relación con la naturaleza y el arte se va a volver un conducto expresivo, donde el color, el sentimiento y la intención son centrales. El arte había perdido su sentido y esta corriente busca rescatarlo, yendo al extremo de perder casi la necesidad de las formas, llegando al arte abstracto, que es verdaderamente y únicamente arte, al mismo tiempo espiritual, conceptual y absoluto. El cubismo por su parte, viene a ser una consecuencia de la cosmovisión alicaída que rondaba por los principios del siglo XX en Europa. Ante los ojos de los hombres ya nada se diferenciaba, no había y todo era lo mismo, por lo cual no existía diferencia básica en la forma de representarlos. Un ejemplo es las ͞Señoritas de Avignon͟ donde no hay moralidad ni inmoralidad, sino solo mujeres desnudas, solo eso. Sin embargo, hay una búsqueda más profunda de lo fundamental, de lo esencial, de lo absoluto. Sin embargo, Picasso al intentar esta búsqueda terminó rendido al no encontrarlo, llegó a la conclusión de que nada es absoluto y que el mundo carecía de sentido. Por esto el cubismo se direcciona hacia encontrar sentido, por medio de la representación de aquel por medio de la pintura. Con el cubismo surgen diversas líneas, Mondrian quien siguió en la búsqueda de lo absoluto, controlable para la razón; Derain y la búsqueda de la interpretación del mundo por medio del cubismo; Duchamp por su parte y la corriente que representó, aceptó el sin-sentido del mundo y planteó una anarquismo y un nihilismo en su máximo sentido, debido a que el hombre ha muerto y se ha convertido en un engranaje de la máquina. En este sentido, el cubismo produjo un sisma profundo en la comprensión del arte, y del mundo. Vemos por lo tanto que hasta aproximadamente 1920 surgen distintos estilos, aunque parece estancarse ahí este desarrollo creativo. Ante esto, como creyentes debemos tomar posición frente a esta temática y entender los por qué de este desarrollo del arte. Hay una constante búsqueda de un sentido, que pareciese, cesó con el cubismo. Sin embargo la mente del hombre no descansa puesto que ese sentido y absoluto no es otro sino Dios, el mismo que el hombre quitó por no acomodarle en su visión de mundo y el que hoy mismo se niega a ver. La búsqueda de lo real termina a los pies de Dios. Ahora, el avance del arte continúa con Kadinsky, quien pinta ͞In Blau͟, un cuadro cubista, que sin embargo no tiene mucho de racional, tras la racionalidad del cubismo, asentado sobre la geometría, puesto que no explica la existencia del hombre ni su relación con la geometría misma. De hecho esta tiene un origen y una existencia externa al hombre. Luego, pasadas las 2 guerras, una tendencia toma fuerza, el surrealismo, que viene a expresar el temor, la agonía, la desesperación y el absurdo como su realidad, como verdaderas realidades. Originado en Francia, no es definido pero plantea una constante angustia intelectual. Es una cosmovisión en contra de todo, de manera destructiva. Rechazó a Dios, a la razón, la nación. Buscaba la liberación del hombre del consenso, la cultura y la sociedad. Era un movimiento
sincera y verdaderamente anárquico. Como movimiento, es limitado y da pie para pensar en la construcción de un nuevo lenguaje. Y si bien, el surrealismo parece mostrar de manera cruda a un hombre muerto, inexistente, incapaz, la Biblia nos ofrece una realidad no muy lejana. DE hecho es más cercano a la Escritura que al humanismo. Sin embargo plantea la anarquía como salida, a lo que la Biblia plantea a Cristo como la solución a la realidad caída de este mundo. Y es ahí donde los creyentes pueden ofrecer una alternativa al arte conocido, en el paralelo entre surrealismo y cristianismo, mostrando la alternativa de Cristo, como el elemento unificador, redentor y vivificador de la historia. Como el eje central. Posteriormente surgen subproductos de las tendencias actuales, como lo son el expresionismo abstracto y el neo surrealismo, marcados por la no búsqueda de la Venus ni de Aquiles y por la aparición del ͞Esqueleto de Aquiles͟ de Arman. Es una época donde la expresión es central y la visión de la realidad del autor es protagonista. Esto crea identidades particulares para cada autor. Sin embargo, un elemento en común es lo frecuente que es la representación de un mundo en decadencia, enfermo, esquizofrénico. Llegamos al arte ͞pop͟, por la década del 50, donde éste va a ponerse al servicio del gusto popular, rescatando el arte ͞normal͟, explícito en su sentido, comprensible para todos, alejándose de los problemas. Aparece la corriente óptica también con Vasarely y Soto. Pero no solo la pintura sigue creando movimientos. En el aspecto teatral surge la corriente de los ͞ que es una protesta contra el esnobismo de los tratantes del arte, contra el nihilismo extremo. Este anarquismo inspiraría el movimiento Hippie, que produce su propio arte, en protesta al racionalismo con un elemento visual místico, destacando la libertad sexual y la búsqueda de la belez, lo que formó una subcultura. La música pasó por un proceso particular también. De Bach y los clásicos y un elemento de disfrute, cúltico, pasó en el siglo XIX a ser una seudocultura, de elite, para en el XX romper con eso, dando paso a estilos diversos. En un principio careció de una profundad, pero con el jazz y el blues que surgieron de los negros, esclavos. La cultura popular adoptó este estilo como una protesta a lo establecido y elitista. En este proceso entró el elemento comercial. Cabe recalcar que estos estilos eran muy melancólicos. El rhythm and blues gobernaba la estela musical hasta el surgimiento del rock and roll que sería un éxito masivo y de donde surgirían después los Rolling Stones y los Beatles, marcando un antes y un después en la música. Dentro de toda esta construcción de estilos se ha desarrollado un universo estilos en las diversas expresiones del arte. Y si bien estos se multiplican desde las expresiones populares hasta aquellas que buscan rescatar el sentido del arte en su esencia. Sin embargo dentro de todo este proceso, hay una búsqueda del rescate de la esencia de la humanidad. Ante esto, el cristianismo tiene un reto que cumplir en ese sentido rescatando por medio de la comprensión de la integralidad de Cristo el arte y el hombre como un ser a imagen de Dios, completo, que tiene sentido. A esto se suma la realidad social en la que nos hemos inmiscuido, entrando en un periodo de aparente pos modernismo pero que sin embargo continúa con la mentalidad moderna. El
racionalismo como visión de mundo no ha muerto si no que se ha disfrazado en las nuevas tendencias, que siguen buscando en la experimentación el sentido de la vida. Los filósofos han sacado a Dios para encontrar el sentido de la existencia en la libertad, que sin embargo llega a carecer de sentido en si misma ante el fracaso de la anarquía. El nihilismo nos ha llevado a descubrir que solo somos materia. Descartes que nuestro destino es la muerte y que no podemos trascender. Y sin embargo aun se mantiene la búsqueda de lo real, dado que estos modelos no han sido capaces de satisfacer las necesidades y la realidad del hombre. Y ese sentido se encuentra en Dios, el Dios real que sin embargo queda de lado ante la centralidad del hombre en la visión, aun reinante de la Ilustración. Ante esta realidad los cristianos debemos asumir nuestra responsabilidad y nuestra ineptitud al enfrentar estos hechos. Nuestra teología moldeada de acuerdo a la época nos habla de aquello. Hemos perdido la relevancia. Ahora, hay un grupo que vive inmerso en los procesos, mas casi sin saberlo, eso es el pueblo, la llamada clase media, gente decente, que busca actuar de manera correcta pero que es gobernada por las grandes cadenas de mercado, de poder, que controlan sus mentes y les prometen un mundo ideal, mundo que no existe. Frente a esto surge la protesta, el desacuerdo a estos cánones, y la búsqueda de la abolición de los principios de la Ilustración. Así se cuestiona toda institución, por parte de la nueva generación, que es contra la pérdida de la humanidad a cambio de comodidades. Comienza con la revolución sexual y continúa con las búsquedas de un anarquismo, destruyendo el concepto de libertad democrática y llegando posiblemente a una repetición de los procesos anarquistas observados en la historia, como la revolución francesa. Por otro la contrarrevolución puede causar un choque y terminar en un enfrentamiento. Sin embargo, al no conocer otra realidad, solo se llagaría a una profundización de la realidad ya existente planteada por la Ilustración, un mundo sin Dios, sin absolutos, un sincretismo entre racionalidad e irracionalidad, sin los valores cristianos que serán borrados por completo. Esto está llevando a nuestra realidad social a plantear un contrato casi invisible dado que cada quien puede vivir como le plazca, con las normas y moral que le plazca, en nuestros días la protesta avanza hacia un amor libre, hacia la permisividad. Y en este sentido la protesta termina apurando el proceso de desvalorización de la sociedad. Y esto es semejante a lo que ocurría con la realidad de la iglesia primitiva, en el caso de la carta de Pablo a Timoteo, donde lo advierte de la sociedad, con las mismas características que vemos hoy. Y hemos sido influenciados por esta realidad. Pero a pesar de que nos digan que es un mundo cerrado, una caja cerrada, sabemos que no es así, que Dios está presente, que está gobernando la historia, que el sacrificio de Cristo es cierto y real, que el Dios de amor es también un Dios justo. Ante esta realidad la Iglesia debe saber renovarse, volverse al evangelio, creer de manera sincera y profunda en Cristo. La historia nos muestra como constantemente hemos rechazado a Dios, buscando la satisfacción en otros dioses, en otros elementos. No hay que olvidar que el judaísmo fue el enemigo de Cristo cuando a quien esperaban (y no lo creyeron) era a Él. También la iglesia en nuestros días se ido convirtiendo en impedimento muchas veces. Pero a pesar de esto hay un remanente que se mantiene fiel pero que debe tomar acción en este movimiento. Ya es mucho el tiempo que la iglesia se alejó de la realidad para encerrarse entre cuatro paredes. Es
hora de hablar de la solución que es Cristo para la realidad del mundo, sin sacrificar nuestra mente, no es necesario, sino entendiendo la cultura a través de los ojos de la Escritura. Ahora, ¿cómo desempeñamos este papel? Esto viene de la comprensión de que el mundo completo pertenece a Dios, creador de todo, y entre otras cosas, la posibilidad. Y la posibilidad de actuar de acuerdo a las estructuras que Él ha establecido. La verdadera libertad por su parte viene de escapar del yugo del pecado por medio de Cristo. Y debemos luchar por los frutos del Espíritu, viviendo la libertad. Y ser creativo es también vivir dentro de las posibilidades evitando el pecado, siendo creativo en el sentido de vivir para Cristo, lo que se expresa en frutos que salan este mundo por medio del hambre y sed de justicia. Y si bien somos extranjeros en este mundo, porque en él reina el pecado. Pero nosotros estamos llamados a vivir alejándonos del pecado, por medio de la renovación de nuestra mente y nuestro cuerpo en Cristo, siendo limpios en un mundo sucio, siendo sal de la tierra. Y en ese sentido el valor del arte debe mostrarse con el Cristianismo, no temáticamente sino su espíritu y la correcta interpretación de la realidad. Por lo tanto una obra de arte no es buena cuando es hecha por un cristiano sino cuando la percibimos buena. Y una obra no es mala porque el artista odiaba a Dios. Ahora el arte no es neutro pues como vinculado a la humanidad tiene espíritu interior. Y el cristianismo tiene que ver con la renovación de la vida y de ese espíritu interior. Por otro lado surge el cuestionamiento del arte y su justificación. Sin embargo el arte no necesita justificación, dado que simplemente es. Lamentablemente se le ha dado una función muchas veces seudorreligiosa y su valor se establece en esa área, sin embargo no es necesaria una razón, quizá Dios quiso que hermoseara nuestra realidad y no es necesario que represente solo elementos sacros para ser bueno. No es necesariamente funcional sino que es para ser apreciado.
C ? Durante la historia, el arte ha sido un elemento expresivo de las realidades humanas. De su pensamiento y de la forma como ve al mundo. Y durante la historia hay diversos elementos que componen esta realidad, guiándonos por diversos estilos y plasmando realidades personales que con el tiempo se fueron universalizando. Pero este arte, estas formas de expresión nacen de un corazón hambriento por expresar, por hablar por mostrarse. Y si bien durante la historia, el arte ha sido utilizado de diversas maneras, incluso como un mero elemento de registro histórico, innegablemente muestra de forma constante una realidad perceptible a través de los ojos del autor. Si bien esas realidades son expresas, muchas veces la incomprensión y la falta de conexión en los trasfondos hace difícil de entender la visión del autor. Ahora, el autor es claro en su propuesta de búsqueda de la comprensión de la historia del arte, y plantea que aquella comprensión nos puede llevar a entender la realidad del desarrollo histórico, ayudarnos a entender las intenciones sociales de los hombres. Sin embargo en este repaso histórico se puede observar la realidad de la humanidad en su constante búsqueda por la trascendencia, de mostrar a los demás qué pasa consigo, lo que nos muestra a un hombre perdido, una humanidad que en medio de los procesos no encuentra sentido a su realidad. Y el texto de Rookmaaker nos ayuda a comprender eso. La historia del arte está llena de aquellos personajes que marcaron tendencia por su estilo no sólo como una muestra de técnica sino por su trasfondo, por su sentido más profundo, donde la interpretación de la realidad es central y personal, pero a la vez masiva en cuanto a que muchas veces la expresión del artista es la voz de aquellos que no son escuchados y que se sienten representados por el pincel del autor. Y en cuanto a esa búsqueda del hombre, vemos que es constante, incesante y que con la irrupción del racionalismo tomó ribetes insospechados. Esto porque pareció alejarse cada vez más de lo que necesitaba encontrar. La necesidad del hombre se observa en cada retazo, en cada pincelada a medida que se avanza al arte moderno. Incluso entre quienes intentaron retratar la esencia del cristianismo en la modernidad, llegaron cerca pero se perdieron en el camino ya que en su búsqueda colocaron al hombre en el centro quitándole ese sitial a Dios, a quien le pertenecía ese espacio, ese elemento de referencia. Esto se refleja hasta hoy, en las cosmovisiones de los artistas donde la centralidad parece ser un elemento carente de sentido. Ahora, un elemento a resaltar importante y que creo, nos ayuda a comprender mejor los movimientos del arte durante es la posición del hombre, no su comprensión del mundo (que si bien tiene que ver, quiero tocar un aspecto diferente) sino como él se plantea frente a su creación, en que parte de ella, él como hombre, casi más conceptual, se ve reflejado o se coloca en su propia obra. Creo que eso es marcante y detonador a la hora de definir las líneas que tomaban los diversos estilos. Esto porque si bien el autor expresa una visión del mundo, él, la humanidad, es parte de ese mundo y toma un lugar en su obra, se hace presente y no es posible dejarlo fuera. Ante esto y mirando rápidamente los estilos, el hombre se observa en un proceso dentro de su obra donde cada vez tomó más valor y centralidad hasta volverse hoy en el centro de todo, es decir, si bien su obra plasma su visión, el hombre está en el centro de todo, es su experiencia, su
realidad, sus ojos, su mente, su mundo, su intento de hacer suya la creación, y de demostrarse casi como el sentido de la existencia de ella. Creo que si bien ese intento no es tan explícito si se logra vislumbrar tras la búsqueda de un estilo nuevo, donde es el autor casi más importante que la obra en sí y en algunos casos la ambición por la grandeza se puede ver más que la búsqueda de le expresión. Claramente hoy no es la razón del hombre la que gobierna pero me parece que es el hombre como ser, como ente superior y sus capacidades, si bien desde una perspectiva más comprensiva de la realidad y no tan platónica, pero que aún utiliza un lugar que está lejos de ser el que le pertenece, como creación y ͞subordinado͟ de Dios para gobernar el mundo y donde ambos, el mundo gobernado y el hombre, den la gloria a Dios. Finalmente, ¿qué hay del arte, que le espera? ¿Es posible volverse a Dios y plasmar de la misma forma excelente pero con un corazón que ya encontró lo que buscaba? ¿Será que algún día, aquella deuda que parecen tener los cristianos con el arte será saldada, comenzando a plasmar arte desde la cosmovisión de un Dios soberano y desde la comprensión de que somos criaturas, hechos a Su gloria? Humildemente planteó que a menos que nos volvamos a Dios, le reconozcamos como Señor de toda nuestra vida y busquemos entender nuestra posición como creación, como recipientes de esa imagen maravillosa y como salvados desde la muerte y condenación eterna de manera inmerecida, podremos empezar a entender cómo funciona el mundo a los ojos del Señor y cómo podemos hacer arte no necesariamente sea alguna imagen bíblica sino una visión del mundo desde la redención consumada en Cristo y aplicada a nosotros.