El día 8 de abril de 2011, el jurado compuesto por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de ent!s, "ernando Savater, icente erd# $ el editor %or&e 'erralde, concedi!, por ma$oría, el XXX(X )remio *na&rama de Ensa$o a La herida de Spinoza, Spinoza, de icente Serrano+ Result! inalista Filosofía zombi, zombi, de %or&e "ernánde- Gon-alo+ .ambi/n se consider! en la #ltima deliberaci!n La fábrica del lenguaje, S. A+, A+, de )ablo Rapael /3ico4, 5ue se publicará en oto6o de 2011+
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Las producciones sobre zombis se han ofrecido a menudo como barómetro de ciertas inquietudes sociales. elículas, series tele!isi!as, !ideojuegos, cómics " hasta pasacalles o -ombie =alDs animan el circo mediático " las prácticas de lo transcultural, pun# o antisistema desde una perspecti!a l$dica al mismo tiempo que turbadora. Sin embargo, las páginas que leerán a continuación no pretenden abordar de manera sistemática el fenómeno histórico%cultural del zombi en su implicación con el cine " otras artes, ni ofrecer una lectura moral o paródica de sus estilemas " de las narraciones icónicas predilectas del g&nero. Se trata de concebir una filosofía zombi, de autorizar el zombi como concepto, como metáfora desde donde entender el entorno mediatizado que nos rodea' desequilibrios financieros, pasiones reducidas al pastiche de su e(presión hiperreal, modelos de pensamiento afianzados por el poder " consolidados en la puesta en práctica de la maquinaria capitalista. orque, como en las películas de serie ), siempre se está hablando de otra cosa, aunque no se quiera' *orge +artínez Lucena -/0 se1alaba la relación entre @a invasi!n de los ladrones de cuerpos, de 2345, en pleno auge del mccarth"smo, " el miedo ante una posible alienación comunista. 6 como apunta Serrano 7ueto -30, 8en el caso de 9eorge A. :omero, el zombi se utiliza como instrumento para articular una crítica social, un análisis de los conflictos humanos, que, no con mucho esfuerzo, puede asociarse con momentos históricos determinados la guerra del ;ietnam en @a noce de los muertos vivientes4, situaciones com$nmente aceptadas, " no por ello menos enfermas, como pueden ser el consumismo e(acerbado sin embargo, nuestro inter&s pasa por ofrecer un análisis relati!o al lenguaje, a la hipercodificación del mundo actual, a las taras del capitalismo o de la moda " a los jirones afecti!os que han sido recortados por las modernas sociedades computerizadas. La relación entre los capítulos o fases es poco más que anecdótica' desde la filmografía de 9eorge A. :omero encadenamos una serie de temas que no sólo pertenecen a sus películas, sino que permiten articular toda una crítica, más o menos sistemática, al orden establecido, a sus discursos, sus quimeras aceptadas. ?o faltarán tropiezos ni titubeos, tanteos en la oscuridad, estampidas, requiebros para esqui!ar los a!ances de la infección. Así, un apartado nos en!ía al poder de lo desconocido que la mitología zombi pone en juego a
tra!&s del miedo " la espectacularidad de sus imágenes, otro nos pre!iene contra la amenaza de nuestras propias ser!idumbres hiperconsumistas, aqu&l psicoanaliza al zombi, el de más allá deconstru"e la horda " sus prácticas grupales, en otro se e(ploran las formas de afecti!idad degradadas " el $ltimo de los apartados dispone un análisis del fenómeno de la copia " la sub!ersión literaria. @odo ocurre a manera de plaga, por infección " mordedura de temas, los cuales, poco a poco, hil!anan el cuerpo deshilachado de la narración. 7uerpo incompleto, con zonas e(puestas a la mirada " !acíos que nos entregan la !isibilidad del fondo, agujeros a tra!&s de los cuales pensar, escribir, decir aquello que los grandes relatos de la filosofía habían ocultado hasta hace mu" pocos a1os. ues, como decía +ichel Foucault, el objeti!o del pensamiento no habría de ser, como hasta ahora, preser!ar obras, autores o modelos de esquematización de lo real, sino que, mu" al contrario, le corresponde a la filosofía siempre ir más allá, pretender, de alg$n modo, mostrar nue!os caminos, abrir sendas, espacios intransitados " habitaciones desconocidas de nuestra razón aunque ha"a que decapitar una riada de zombis para ello. 7on todo, quien se empe1e en buscar en estas páginas a esas entra1ables " p$tridas criaturas podrá hacerlo. B las encontrará casi en cada página. 7ientos de ellos, legiones de muertos !i!ientes.
)ista ( A@a noce de los muertos vivientesB 1F84
E@ 'RRR 9E @ (79EC(H@E
7ada teme más el ombre 5ue ser tocado por lo desconocido+ 9esea saber 5ui/n es el 5ue le a&arra le 5uiere reconocer o, al menos, poder clasiicar+ El ombre elude siempre el contacto con lo e3tra6o+ 9e noce o a oscuras, el terror ante un contacto inesperado puede lle&ar a convertirse en pánico+ 7i si5uiera la ropa orece suiciente se&uridad 5u/ ácil es des&arrarla, 5u/ ácil penetrar asta la carne desnuda, tersa e indeensa del a&redido+ E@(*S C*7E..(, +asa " poder
El -ombi representa esa uer-a de lo i¬o de la 5ue nos abla Canetti+ ?ada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido+ El impulso de lo irrepresentable, el tra-o sin i&ura 5ue nos obli&a a uir de la realidad, a repudiarla, a rene&ar de su cercanía &rumosa pero indierenciada+ @o inmediato 5ue carece de nombre, la presencia 5ue no acaba de concretarse en el sortile&io de la unidad, 5ue no se reu&ia en el len&uaje, sino 5ue se sostiene por una dispersi!n, entre los uecos $ laberintos del verbo+ *í está el miedo, la an&ustia, la desa-!n umana+ '+ )+ @ovecrat lo ase&uraba en la apertura de su amoso te3to
cuerpos, supericies e3entas de barnices, espacios al descubierto+ .odo o$ es percibido desde una &ala3ia de c!di&os $ si&nos, por una iperestructuraci!n en la mirada, en el len&uaje, en cada intento de pensar lo real+ 7o en vano en la primera de las obras de Geor&e *+ Romero la amena-a no tiene nombre, ni causa, apenas puede desi&narse o concebirse+ 7i el rito vud# del 5ue $a abían ablado libros como @he +agic Dsland en 1F2F, de ?+ H+ SeabrooD, o películas como Ehite Combie, de 1FJ2, con un siempre siniestro Hela @u&osi, o D Eal#ed ith a Combie, de %ac5ues .ourneur, en 1FKJL ni peli&ros espaciales, como ocurría en lan 3 del espacio e(terior , de 1FMF, diri&ida por Ed ?ood $ considerada una de las peores producciones de la istoria del cine+ Romero nos presenta el terror de lo indecible, la masa persistente $ enlo5uecida+ El -ombi no tiene ni ra-!n de ser, ni discurso, ni tan si5uiera recibe el privile&io de la denominaci!n+ 9e eco, a lo lar&o del metraje no se utili-a ni una sola ve- la palabra zombi, por lo 5ue a$ 5ue advertir necesariamente la importancia del bautismo popular 5ue 5uiso acer coincidir a estos peculiares caníbales con los aut!matas clásicos del cine+ @os amosos -ombis de Romero no eran tales, sino una masa de ombres alienados, probablemente renacidos de la muerte o atravesados por una oscura maldici!n espacial, con un apetito monstruoso por la carne $ desprovistos de su capacidad de raciocinio+ *un5ue no del todo el primero de estos voraces merodeadores es capa- de co&er una piedra $ utili-arla para &olpear el cristal del coce en el 5ue pretende reu&iarse el personaje de HárbaraL sin embar&o, /l $ sus con&/neres apenas se mueven de manera instintiva, retroceden con cierto pavor ante el ue&o instinto de conservaci!n 5ue no siempre será recuperado en la sa&a4 $ son incapaces de recordar cual5uier vesti&io de su pasada e3istencia+ @os -ombis an!nimos, doblemente an!nimos de la obra de Romero no conocemos ni 5u/ son, ni, en mucos casos, 5ui/nes ueron4 inician una de las mitolo&ías más interesantes del pante!n de lo antástico en la cultura de masas posmoderna, mu$ alejada del rito aitiano del vud#, cu$o análisis antropol!&ico no tendrá apenas cabida en nuestro trabajo+ emos en este primer ilm de la sa&a al&unos de los puntos clave a la ora de manejar el en!meno -ombi+ Sensaci!n de a&obio, pro3imidad creciente de la amena-a, ausencia de ra-ones 5ue nos indi5uen cuál es el motivo 5ue a desple&ado el apocalipsis+ por supuesto -ombis, -ombis de &ran sobriedad, de esencial mutismo, 5ue pretenden asediar a los prota&onistas+ Es, sin embar&o, el manejo de estos supervivientes lo 5ue destaca en la primera producci!n del maestro del &/nero+ :na película en donde el espasmo del miedo uera total $ continuado sería insostenible tanto para la propia inte&ridad del &ui!n como para la aco&ida por parte de los espectadores+ Sin embar&o, Romero viste esos espacios en blanco de situaciones complejas $ conlictos tan interesantes o más 5ue las escenas de acci!n propiamente dicas+ 9iscusiones entre personajes, jue&os de poder $ territorialidad, decisiones, desavenencias, pactos+ El espacio de la casa se torna en escenario para el vertido de los antasmas interiores de los prota&onistas, 5ue si bien es cierto 5ue tienen miedo, realmente son el miedo, representan el orror $ el des&aste de las relaciones interpersonales en los momentos de diicultad+ En cierto modo, el desplie&ue narrativo de los acontecimientos les impele a des&arrar el tejido de los pactos sociales metáora de alian-as amiliares en desinte&raci!n como en las modernas amilias americanas4, por lo 5ue los personajes no lo&rarán ponerse de
acuerdo del mismo modo 5ue, ante la pro3imidad de la amena-a, es imposible coordinar &estos, discursos, ra-ones ellos son la torpe-a de un cuerpo ante el espanto4, $ sobreponerse a un orror 5ue nos supera en todos los sentidos+ (ncluso desde la alta de sentido+ @a película caus! un &ran impacto en su día, aun5ue no abría de ser tanto por su realismo a$ poses, actitudes $ eectos de ma5uillaje realmente inverosímiles4 como por el eecto de veladura 5ue se propone+ @os personajes son las máscaras de nuestro miedo+ áscaras del socD, como la pobre Hárbara, conmocionada ante la desaparici!n de su ermanoL la máscara de Hen, 5uien pretende asumir el lidera-&o $ utili-ar la ra-!n, aun5ue acabe i&ualmente desdici/ndose $ reu&iándose en el s!tano, rente a lo 5ue abía propuesto en un principioL la máscara de 'arr$, desp!tico padre de amilia 5ue a pesar de su ostilidad no 5uiere otra cosa 5ue deender a su esposa e ija, o los enamorados .om $ %ud$, siempre pendientes el uno del otro+ áscaras todos ellos de un cuerpo, de una masa similar a la orda 5ue se amontona a las puertas de la casa, en donde cada uno parece simboli-ar de aln modo los antasmas interiores, las respuestas ante el miedo parálisis, rialdad $ raciocinio, ira, empatía e instinto de protecci!n4, 5ue no siempre suelen coincidir $ 5ue, por lo &eneral, lo&ran desmembrar la tipolo&ía de nuestras respuestas ante la pesadilla, a pesar de 5ue llevemos con nosotros, en nuestro e5uipaje de emociones aprendidas, cada una de estas ormas de reacci!n+ .odos ellos son el miedo, nuestro miedo, sus dierentes maniestaciones, las variaciones $ &radaciones prototípicas+ El miedo eco mucos $ nin&uno, miedo tentacular, abismal, en constante ruptura consi&o mismo+ áscaras del miedo, del orror umano, 5ue no reacciones con aán de verosimilitud, sino jue&os de contrastes 5ue abren a#n más el objetivo desde el 5ue mirar la condici!n umana+ 'abría, por tanto, un baile de máscaras 5ue va a ser mu$ interesante a la ora de desarrollar en nuestro estudio otros en!menos de carácter diverso+ 9ecimos baile justamente por la acumulaci!n de representaciones a las 5ue accedemos durante el visionado del ilm+ * un lado, las máscaras de nuestro miedo $ de la descomposici!n de los n#cleos aectivos de los personajes+ * otro, las Amáscaras de la vidaB, la espectacularidad del -ombi como a5uello 5ue nos sobrepasa de nosotros mismos, como a5uello 5ue so$ $ 5ue, sin embar&o, es más 5ue $o, una representaci!n 5ue me desborda $ 5ue supera la propia narraci!n 5ue e tejido en torno a mí+ En palabras de Horja Crespo 1FF84, Ael lado oscuro de la condici!n umana 5ueda descubierto ante nuestro orror, mostrándonos el verdadero peli&ro de una sociedad en descomposici!n nosotros+ @os cuerpos sin vida 5ue se arrastran ante nuestra mirada son nuestra pro$ecci!nB+ ro"ección sería un buen t/rmino a la ora de deinir la mitolo&ía de los silenciosos merodeadores de la película de Romero+ El -ombi me pro$ecta, pro$ecta mis aectos, mis discursos, sirve de pantalla para e3tender esa especularidad insoportable del ser umano+ 7o abría de e3tra6arnos, por tanto, 5ue este recurso especular en un nivel no pueda darse en otro+ @a narraci!n, entonces, encubre asimismo una velada correspondencia con una circunstancia, un determinado eco social, un clima ist!ricoNecon!mico 5ue trasciende la pantalla de reproducci!n $ 5ue conecta la dimensi!n icticia del relato con los acontecimientos reales+ El -ombi, por lo dico asta a5uí, tambi/n se muestra como un claro poder discursivo $ deconstructivo, $a 5ue rompe con el te3to antropol!&ico
5ue deine lo umano $, a trav/s de la icci!n, ace estallar el marco de nuestra propia condici!n identitaria, altera las pre&untas, establece nuevos c!di&os morales 5ue permiten reormular los 5ue $a emos asumido como pertenecientes al orden de nuestra iccionalidad+ Horja Crespo o On&el García Romero an ablado de una humanidad deshumanizada+ :na umanidad sin el discurso sobre lo 5ue ella misma es, será o abría de ser, sin un len&uaje para dar cerco, conines, a las e3tensiones de lo umano+ )uesto 5ue, sin la le$, no es posible dar pábulo a a5uello 5ue se proíbe, la umanidad necesita de este paso ronteri-o, del discurso de la proibici!n, para e3istir como restricci!n contra sí misma, como ne&aci!n de lo noN umano+ "reud abría contestado rápidamente eso era el incesto+ @a primera le$ con la 5ue se tra-a el perímetro de nuestra moral, $ con ella el discurso moral4 sobre el ombre+ Romero parece decir 5ue el límite de lo umano está a#n más lejos, o 5ue orma parte de una amal&ama de rutinas discursivas muco más amplias, no e3clusivamente li&adas a las re&las de parentesco $ reproducci!n la violencia, el canibalismo, la persecuci!n, la masa+ %ustamente lo 5ue nos ace umanos es la proibici!n o re&ulaci!n de todo ello no atacarás al otro, no le perse&uirás, encontrarás tu individualidad+ El discurso de la le$ es a5uel 5ue permite dar captaci!n plena del en!meno 5ue se nie&a+ @a le$, al in $ al cabo, no es otra cosa 5ue un relato, $ es el eecto de su narraci!n lo 5ue da carta de ciudadanía al eco proibido+ Con la alta de narraci!n de estos cadáveres andantes la umanidad 5ueda literalmente desprote&ida+ 7o s!lo por la amena-a de la pla&a, 5ue a#n no es palpable en los reducidos espacios 5ue nos presenta la primera de las obras de Romero una casa $ apenas al&unos incidentes aislados 5ue aparecen por la televisi!n $ la radio4, sino por esa incapacidad de darse palabra a sí misma, de deinirse como otra cosa 5ue no sea el miedo es decir, la alta de deinici!n4+ @os relatos 5ue la tradici!n a elaborado sobre el respeto, el intercambio de aectos o la abilidad empática para compartir, ablar o amarse, desaparecen cuando el perímetro de cadáveres 5ue rodea a los supervivientes no es otro 5ue la irracionalidad misma 5ue a tomado las riendas de sus vidas+ @a escritora 7anc$ PilpatricD, conocedora de la narrativa de -ombis, tambi/n apuntaba a esa irracionalidad de los muertos vivientes 5ue el cineasta neo$or5uino abría puesto en primer plano Amucos de nosotros ecábamos de menos al anti&uo cadáver resucitado, al vampiro orrible, al irracional con el 5ue no se puede ablar Q++++ Creo 5ue los -ombis an &anado popularidad por5ue no s!lo llenan ese vacío ar5uetípico, sino 5ue tambi/n relejan el miedo de la sociedad a 5ue al&o nos posea, nos a&a menos umanos o las víctimas de esos menos 5ue umanosTB+ Con ese vampiro cruel $ depredador la autora ace clara reerencia a So" le"enda, novela de Ricard ateson en la 5ue una pla&a a convertido en eroces bestias nocturnas a la umanidad entera, salvo a un solo ombre, Robert 7eville, 5ue tiene 5ue adaptarse a su solitaria condici!n de superviviente+ @a novela, de 1FMK, es un claro antecedente de la pie-a de Romero, $ nada tiene 5ue ver con el vampiro &!tico $ sus derivaciones crepusculares, muco más reinado $ ale&!rico recipiente de la seducci!n $ la lascivia umana+ Es preciso se6alar, entonces, c!mo el vampiro cuenta con cierto estatus dentro de los estudios culturales $ con una amplia &ama de lecturas de tipo antropol!&ico, sostenidas en buena medida por su rica tradici!n literaria, mientras 5ue su silencioso ermano menor, el -ombi,
apenas a recibido otras consideraciones más allá de los circuitos de cine $ de las lecturas más o menos obvias ellos son como nosotros, se dice en varias películas del &/nero $ en las interpretaciones sobre el mito -ombi4+ Sin embar&o, tanto su ri5ue-a como metáora de ese doble corrupto, a modo de vaciado de nuestra propia e3istencia 5ue a pasado por el iltro de la muerte, como las lecturas 5ue lo vinculan al automatismo $ la reproducci!n mecánica de lo dictado por el camán o bo#or en la tradici!n aitiana, an dejado numerosas la&unas $ vacíos 5ue estas pá&inas pretenderán llenar+ )odrá aducirse, sin embar&o, la alta de ele&ancia del -ombi+ El director espa6ol %es#s "ranco, abitual del cine de terror, mostraba cierta repulsa a la ora de trabajar con -ombis+ "rente a la di&nidad $ jue&o de los vampiros, estos en&endros sin alma ni rostro no eran otra cosa 5ue peleles &uiados por el ansia de devorar a los vivos, sin ma$or relieve como personajes dentro del amplio bestiario cinemato&ráico del orror+ Sin embar&o, es en esa e3tra6e-a donde el -ombi romeriano &ana terreno como mito de las modernas sociedades de consumo, como podremos ver más proundamente en otros capítulos de nuestro trabajo+ El -ombi es siempre el alienado, el e3tranjero+ trae con /l nuestro miedo a lo 5ue viene de uera, por lo 5ue pudo recordar desde sus orí&enes ílmicos a los episodios recientes de racismo 5ue icieron mella en el ima&inario colectivo americano, sensaci!n acentuada por el eco de 5ue el actor 5ue encarnase a Hen en la !pera prima del director neo$or5uino uera de ra-a ne&ra+ Como a se6alado On&el García Romero, Aresulta llamativo el eco de 5ue por a5uel entonces, en 1F8, los conlictos raciales abían lle&ado a su cenit en los Estados :nidos+ 7o en vano, las batidas or&ani-adas por los umanos para ani5uilar a los resucitados producen un estremecedor sentimiento de amiliaridad con las persecuciones a 5ue ue sometida la ra-a ne&ra en a5uel país a inales de la d/cada, retratándose así, de manera un tanto burlesca, toda una sociedad basada en la ra-!n por la uer-a, la violencia $ el culto a las armasB+ * pesar de todo esa familiaridad, 5ue no pasa desapercibida ni si5uiera o$, no es más 5ue un eco ortuito, $a 5ue el actor ne&ro 9uane %ones, 5ue abía sido incorporado a #ltima ora por sus claras dotes interpretativas, era además oriundo de )ittsbur&, lu&ar del rodaje, $ el #nico actor proesional de la película+ Su papel carecía de indicaciones sobre la ra-a, $ no ubo ma$ores advertencias 5ue unas recomendaciones de uno de los ami&os de Romero, 5uien supo adelantarse a las interpretaciones del p#blico, pero 5ue no vio en este il!n un acierto más del ilm+ @a posibilidad de lecturas aumenta &racias al lidera-&o de Hen o incluso por su imposici!n ísica sobre otros prota&onistas, $a 5ue su personaje lle&ará a &olpear a 'arr$ el ombre blanco de clase media4 en una de las escenas de la película+ @a obra de Romero reconvirti! el miedo al -ombi precedente, miedo al automatismo $ al otro un otro 5ue nos controla4, en esa potencia abstracta de nuestra propia irracionalidad, del hambre+ *ora el miedo es acia nosotros mismos, acia nuestros instintos, ese otro 5ue me abita $ 5ue abría de sustituir al bo#or aitiano $ rediri&ir nuestros actos+ )ero tambi/n cabría ablar de un miedo real, ísico, ante la amena-a palpable del otro, como se6ala %uan *ndr/s )edro Santos, por medio de un len&uaje naciente del temor ísico 5ue daría sus primeros balbuceos en la !pera prima romeriana +++ de una u otra manera, asta la lle&ada de La noche de los muertos !i!ientes siempre abía estado mu$ presente en el &/nero lo 5ue podríamos llamar un sentido espiritual o psicol!&ico del terror, relativo al miedo a lo desconocido, a los miedos interiores, aun5ue
/stos se vean materiali-ados en seres de carne $ ueso 5ue act#en como metáora o símbolo de una trastienda inmaterial+ Con la película de Romero, esta visi!n del terror se transormaL aora es el miedo ísico lo 5ue impera, el miedo a la muerteL es más, al&o tan prosaico $ brutal como el eco de ser comido vivo, sin motivo al&uno $ por nuestros semejantes, sin 5ue cono-camos la causa 5ue &enera tal comportamiento+
es 5ue, como se6ala Román Gubern, al lado de estos muertos vivientes otras criaturas como "ranDenstein o 9rácula parecían ridículas maniestaciones del miedo Gubern, 1FF4, e3presiones demasiado olcl!ricas, suspendidas en un dramatismo in&enuo 5ue o$ identiicaríamos más claramente con la ret!rica de los relatos inantiles+ 9el mismo modo, la escritora 7anc$ PilpatricD a6adía a este miedo al otro, a lo desconocido del otro, un temor muco más material $ opresivo el miedo &rupal, miedo a la masa descontrolada Acreo 5ue en nuestro interior e3iste un miedo inerente a las masas 5ue no piensan+ Son las ordas 5ue se te vienen encima+ Si le a6adimos a esto nuestro orror inconsciente al consumo desaorado del primer mundo, es como si tuvi/ramos a cien mil comecocos insaciables, comi/ndose todo lo 5ue encuentran+ 7o a$ muco en el ámbito del orror 5ue me aterrorice, pero los -ombis síB+ )ero tambi/n tendrían cabida el miedo a la putreacci!n, a la carne carcomida, a la veje-, a la muerte+ @a representaci!n del -ombi trae consi&o aparejada toda una mitolo&ía, en al&unos casos de clara ascendencia medieval, renacentista $ barroca dan-as de la muerte, memento mori, tempus fugit , etc+4+ iedo individual $ colectivo, miedo a la colectividad, a perder toda idea de sujeto $ me-clarse con la masa+ iedo a la pla&a+ Su icono&raía pertenece a nuestra cultura posmoderna por5ue representa el pánico ante las &randes sociedades, a las estrate&ias &lobali-adoras 5ue poco a poco alteran los re&ímenes de asociaci!n $ pertenencia al entorno social en el 5ue vivimos+ En las &randes concentraciones urbanas en donde el otro no es vecino sino motivo de alerta, la simbolo&ía del -ombi constitu$e esa umanidad desconocedora de sí misma, errante, peli&rosa+ @a paranoia ri&e la l!&ica de las sociedades actuales+ El -ombi es el otro 5ue me devuelve mi relejo, un relejo empantanado por la de&radaci!n de la carne+ ínima dierencia entre uno $ otro, a pesar de la má3ima separaci!n 5ue a de recorrerse entre la vida $ la muerte+ @a invasi!n -ombi no representa tanto el miedo a lo ajeno como un miedo &lobal, miedo a 5ue la umanidad alcance el punto en 5ue se a&a toda ella una $ no pueda soportarlo+ Es importante al respecto se6alar el cambio 5ue se a operado en las producciones ílmicas del cine -ombi, desde la espacialidad dentroNuera del clásico de Romero, en donde unos pocos supervivientes son recluidos en una casa ante la lenta amena-a de los caminantes, asta variaciones modernas del mito undacional 5ue abren los espacios ílmicos el masiicado centro comercial4 o 5ue directamente se producen a campo abierto selvas, ciudades enteras4+ @as operaciones relacionadas con el miedo son distintas rente a la in5uietud de la invasi!n ellos vienen a mi casa, son los otros, los e3tranjeros4, con esa clara lectura racial en la /poca del primer lar&ometraje, se produce el miedo a la alta de e5uilibrio entre la dierencia $ la similitud+ 7o es el miedo al otro, ese miedo 5ue viene produci/ndose desde el alba de los tiempos, el 5ue aparecerá en producciones posteriores del propio Romero $ en otros autores, es el miedo a la semejan-a, miedo a 5ue todos seamos inectados, mordidos, por ese tami- de la i&ualdad 5ue nos e5uipare a todos+ El -ombi nunca es s!lo el otro temible del 5ue a$ 5ue uir, es el $o, es mi $o relejado, el doble oscuro, un carcomido dopplegGnger o un inecto
7arciso 5ue relejan mis propios temores, de los 5ue no podr/ escapar nunca, por5ue no puedo renar la inecci!n, el maleicio, la pla&a 5ue me abita+ Ese miedo a mí mismo 5ueda patente en otras producciones del &/nero+ En el primer capítulo de la serie de animaci!n japonesa Highschool of the Iead tres j!venes estudiantes están encerrados en el ático de su instituto+ :no de ellos, 'isasi, a sido mordido, $ su compa6ero .aDasi decide matarlo en cuanto empie-a a mostrar los síntomas, $ cercena para ello su cabe-a antes de 5ue ata5ue a la joven $ &uapa Rei+ Rei increpa entonces a .aDasi por aber terminado con la vida de su compa6ero de una orma tan aterradora AU7o 5uería 5ue me salvarasV U7o 5uería ver a 'isasi de esta maneraV Estaba dispuesta a ser mordida por 'isasi $ a convertirme en una de ellos, Uen ve- de sobrevivir aciendo cosas como /staVB * pesar del patetismo de la escena, se verbali-a un t!pico 5ue $a era usual en otras obras precedentes, $ es la entre&a a la voracidad del -ombi, el sacriicio una ve- 5ue la amena-a e3cede lo soportable+ En cierto modo, el apocalipsis -ombi nos plantea una situaci!n intolerable, $ jue&a con esa b#s5ueda de los límites, ese punto en 5ue preeriríamos la muerte a la supervivencia+ 7o cabe duda de 5ue los recursos para conse&uir este prop!sito son a menudo desaortunados, como el e3ceso de vísceras san&uinolentas o los detalles más gores del &/nero sobre lo cual ablaremos a continuaci!n4, $ sin embar&o a$ al&o en esa b#s5ueda del orror 5ue interesa a todo aicionado a las producciones de -ombis+ n!tese 5u/ del&ada dierencia media entre el terror , 5ue remite a la situaci!n capa- de producir un miedo e3a&erado, $ el horror , sentimiento muco más diícil de caracteri-ar+ *5uello 5ue @ovecrat denominaba Aespanto c!smicoB, un pánico 5ue produce a partes i&uales la ascinaci!n $ el delirio, se corresponde con lo 5ue podríamos entender como AorrorB, o incluso la angustia eide&&eriana+ Sin embar&o, a$ un elemento clave 5ue no cita el novelista $ estudioso de lo e3tra6o $ es la espectacularidad del orror+ no nos reerimos a la &rande-a o la ma&nitud del eco, sino a la capacidad de producir imá&enes de &ran densidad semi!tica, asta el punto de enturbiar toda comprensi!n del en!meno+ Gu$ 9ebord, en su te3to La sociedad del espectáculo, lo abía dico mu$ claramente Ael espectáculo en &eneral, como inversi!n concreta de la vida, es el movimiento aut!nomo de lo noNvivienteB+ )or orror a de entenderse una representaci!n 5ue nos sobrepasa, 5ue cie&a todos los canales de raciocinio, 5ue e3cede por su saturaci!n o pulcritud la capacidad de !er , 5ue desborda a5uello 5ue culturalmente somos capaces de contemplar, para lo cual no tenemos un lenguaje+ Se trata de un simulacro de la vida 5ue no tiene correspondencia con discurso al&uno, ni si5uiera con los len&uajes de la ret!rica de la ima&en 5ue manejamos abitualmente+ Entonces, el orror rebasa la &ramática de nuestros c!di&os visuales no podemos ver la muerte de nuestros seres 5ueridos o nuestra propia muerte sin orrori-arnos, como sucede en el -ombi, 5ue es $a de antemano la representaci!n orrenda de nuestra mortandad, lo noNviviente 5ue se6alaba 9ebord $ 5ue irremediablemente nos abita+ @os &rie&os ablaban de la contemplaci!n del dios como e3ceso 5ue conduce a la muerte o a la locura, producida en este caso por el eecto de llevar asta el límite los cánones de la belle-a $ de la perecci!n+ El dios era tambi/n un simulacro de la vida 5ue e3cedía lo ima&inable o lo 5ue somos capaces de concebir, $ su contemplaci!n era literalmente insoportable+ Sucede como lo irreal 5ue desborda lo real, $ 5ue en ese desbordamiento
reestructura nuestra relaci!n con las cosas, con los espacios cotidianos, entre&ándonos a la sabiduría plena $ a su reverso, 5ue es el delirio+ @a contemplaci!n del -ombi, escena #til para diversos tipos de clíma3 cinemato&ráicos, puede mostrar representaciones similares entre lo intolerable $ lo c!mico+ Romero, en su ?oche de los muertos !i!ientes, atrapa en contraplanos las espaldas del primer noNmuerto 5ue ace su aparici!n en el cementerio, asta 5ue un contrapicado casi la misma mirada de Hárbara, por án&ulo $ altura4 nos orece el rostro desencajado de la criatura+ En la tercera de sus obras sobre los resucitados,
dial/ctica ne&ativa, por lo 5ue no es el &ore, se nos propone reconciliarnos con el miedo $ recuperar la ascinaci!n $ su espanto, el asombro po/tico $ el delirio del orror+ @o risible, lo c!mico $ lo in&enuo del &ore no dejan de tramitar una carencia, 5ue es nuestro olvido del miedo, $ moldearla en m#ltiples i&uras $ recursos+ Si no nos sorprendemos ante el estival de jirones san&uinolentos $ cadáveres podridos, ante las imá&enes de se3o más o menos cruel se a lle&ado a ablar de gorno, me-cla de &ore $ porno4, es imposible recuperar lo 5ue más umanamente nos deine c!mo es el miedo, a5uello 5ue orma parte de la istoria del ombre, como supo ver 9elumeau, a pesar de 5ue el poder se a preocupado a menudo por ocultarlo o por instrumentali-arlo con malintencionados prop!sitos+ El asco sería, en el carnaval de las representaciones -ombis, el imán para nuestras coordenadas visuales+ @o as5ueroso repele al mismo tiempo 5ue presenta un componente de e3tra6e-a, en parte, como abía sabido atisbar Haudelaire en su poema A:na carro6aB, por mostrar de orma ra&mentaria o como a5uello 5ue Ase multiplicase $ estuviera vivoB lo 5ue antes estaba unido por la naturale-a+ El asco orece esa ruptura con el orden $ lo esperable, muestra lo 5ue no debe ser mostrado, los lí5uidos sin contener del cuerpo, las e3alaciones internas, la carro6a de un cuerpo 5ue $a no es lo 5ue ue, sino una pantomima siniestra 5ue se ve abocada al tiempo $ a la de&radaci!n+ Con el asco las cosas no son como debieran lo de dentro está uera, lo s!lido se vuelve viscoso, las imá&enes derivan en saturaciones distintas de color+ El cine &ore se aproveca de estos c!di&os visuales $ utili-a la trans&resi!n para acer del asco un e3ceso risible $ por ello mismo perturbador del miedo+ tras miradas, como la de los supervivientes del e3itoso c!mic @he Eal#ing Iead, &uioni-ado por Robert PirDman, pretenden desli&arse de esa utili-aci!n ácil del &ore aun5ue no alten los cadáveres, las salpicaduras de san&re o las cabe-as rodando4 $ recuperar por caminos más directos la amiliaridad con nuestro temor a lo desconocido, 5ue era carta de presentaci!n de la !pera prima de Romero+ El c!mic nos orece en una de sus escenas a dos ni6os 5ue contemplan, tras la se&uridad de una verja, la a&lomeraci!n de los cadav/ricos merodeadores a las puertas de su reu&io Y.odavía+++ todavía les tienes miedoZ *ntes sí tenía+ Si&ue sin &ustarme el ruido 5ue acen, pero $a no me dan tanto miedo+ Sobre todo me dan pena+ Y.e dan penaZ Y)or 5u/Z )or5ue parecen mu$ tristes+ Y* ti no te parecen tristesZ Sí+++, es verdad+
@a umani-aci!n de estos seres puede enviarnos, si se trata de manera descuidada, del pánico más orrendo a la comicidad umorística+ @os -ombis demasiado abladores de al&unas películas, o los 5ue repiten actitudes umanas con aln pespunte irrisorio caso del -ombi tto aciendo autostop en la interesante 6tto> or, Jp ith Iead eople0, no lo&ran representar de manera directa el pánico ante la de&radaci!n $ la muerte 5ue nos re&alan los -ombis netamente romerianos+ Se corre el peli&ro de acer parecer a /stos demasiado ra-onables+ Eectivamente, no a$ miedo sin ra-!n, pero ello se debe a 5ue el miedo provoca la ruptura de la ra-!n, ulcera su tejido $ devora las paredes de la cordura, asta crecer como un mus&o purulento sobre ellas+ )ara tener miedo a$ 5ue tener discurso, palabra, len&uaje, $, al mismo tiempo, verse desposeído de todo ello+ El miedo act#a como una pre&unta sin respuesta+ :n noNlen&uaje+ :n silencioso -ombi+ )or tanto, es muco más cruel la amiliaridad del noNmuerto cuando
apenas a$ elementos visuales 5ue lo corroboren, cuando nos 5uedamos literalmente sin palabras+ En la #ltima de las producciones de Romero, 5ue tendremos ocasi!n de citar más adelante, unos ca-adores de muertos vivientes irrumpen en una abitaci!n en donde un par de ni6os -ombis $acen encadenados a sus camas+ Sostienen, a pesar de su estado, unos ju&uetes entre las manos+ Se a producido entonces ese límite en 5ue lo amiliar $ lo e3tra6o se tocan+ El automatismo del -ombi remite al va&o punto de transici!n entre lo cotidiano $ lo ins!lito 5ue da perímetro al miedo $ 5ue sin embar&o sobrevive en /l+ 9e la misma película, cabe citar a una serie de -ombis, todos ellos abitantes de la isla )lum, locali-aci!n principal de la trama, 5ue permanecen encadenados $ aun así an de prose&uir con sus tareas+ :na labradora -ombi tira de un arado mientras un cartero no deja de entre&ar, de orma espelu-nante, la misma carta en el mismo bu-!n una $ otra ve-+ Es /sta, 5ui-á, la raí- del mito -ombi $ el ori&en de los miedos 5ue provoca, sobre todo si se atiende a los orí&enes antropol!&icos del mito en 'aití, como es sabido, se an documentado casos de eciceros 5ue abrían utili-ado el llamado Apolvo -ombiB, conse&uido a partir del veneno del pe&lobo, para anular la voluntad de sus víctimas+ (ndependientemente del &rado de certe-a o de las variopintas transi&uraciones 5ue el eco ori&inal a$a surido, el caso es 5ue el -ombi no es otra cosa 5ue un aut!mata renacido, $ su mitolo&ía la de una p/rdida de identidad, la del dese5uilibrio, como apuntábamos, entre la otredad $ la mismidad+ "reud, en su ensa$o sobre Lo siniestro unheimlich, lo noNcotidiano4, veía en los títeres $ aut!matas ma5uinales esa condici!n ominosa, in5uietante, de lo muerto 5ue parece vivo o 5ue act#a como tal+ Respaldado por los estudios de E+ %entsc, identiicaba el pánico a lo muerto revivido por medio de e3tra6as circunstancias con los ata5ues de locura $ las crisis epil/pticas+ El movimiento descontrolado, la &estualidad 5ue se desmarca de lo abitual, tanto de los objetos como de los ombres, produce la in5uietud de 5ue al&o abite los cuerpos, posea sus &estos $ ademanes, $ modii5ue su naturale-a+ En el caso de los -ombis, la películaNrema#e de
tinieblas entre un estadio $ otro parecen no despejarse nunca+ YEstán vivos s!lo por5ue se mueven, o, como a5uellos títeres desalmados, carecen de al&o 5ue abría de insular el aut/ntico murmullo de vidaZ Y acaso su e3istencia pertenece $a a otros discursos sobre 5u/ si&niica vivir, a otras barreras $ ta3onomías, nomenclaturas #nicas, luminosas, más allá de lo 5ue la biolo&ía nos abía contado asta aoraZ @a muerte era para aurice Hlancot 1FFK4 una e3tra6e-a para la cual no tenemos len&uaje, una otredad 5ue escapa a los mecanismos reductores de la ra-!n Amorir no se locali-a en un acontecimiento, ni dura al modo de un devenir temporal morir no dura, no se termina $, al prolon&arse en la muerte, arranca a /sta del estado de cosa en el 5ue 5uerría apaci&uarseB+ @a muerte es siempre lo otro 5ue no lo&ro asir, una desviaci!n de mi pensamiento 5ue rompe con la subjetividad, con un $o 5ue pueda decir, como en el drama barroco, A$o mueroB+ ?o estamos acostumbrados a la muerte, dice el pensador ranc/s, $ en ese punto parece remitirnos a lo ins!lito del -ombi, a esta noN cotidianeidad 5ue no puede entrar en relaci!n con nosotros+ @a e3tra6e-a, la desmesura de morir 5ue deine Hlancot, se vuelve improrro&able en el cuerpo del -ombi+ 7o en vano el t/rmino -ombi, de nzambi, t/rmino del abla del Pon&o, desi&na al mismo tiempo el Aespíritu de persona muertaB $ el concepto de dios+ *sí el noNinstante, el noNlu&ar de la muerte aparecen tortuosamente prolon&ados en ellos, asta el punto de recordarnos, justamente por la ascinaci!n $ el desconcierto de esta muerte eterna, de este silencio perpetuo, lo desconocido personiicado, el si&no para la ruptura con nuestra ra-!n, nuestra locura en carne $ ueso+ Cerramos estas pá&inas justo como las abíamos comen-ado+ Retornamos al silencio 5ue propone el -ombi, a su mutismo 5ue sirve como metáora para un desaío del pensamiento 5ue rompa con las ta3onomías, la pompa de los discursos aprendidos $ sus &randes relatos vinculados al poder, la ciencia, los binarismos in#tiles de ccidente+ )re&untas como 5u/ es la vida o la muerte, eni&mas sobre la distancia 5ue nos separa de morir, tienen cabida tanto en la ilosoía de los manuales al uso como en las producciones de Romero $ otras obras del &/nero+ Entonces, Y5u/ decir sobre lo 5ue no tiene clasiicaci!n, de los jirones, vísceras de realidad, de la masa convulsa de cuerpos, i&uras, restos de c!di&os, lujos, estra&os de todo a5uello 5ue se alla privado de len&uajeZ @a realidad tiene un componente &ore, la teatralidad de un desmembramiento 5ue asta 7iet-sce no abíamos lo&rado ver o nos abíamos empe6ado en ocultar4+ "oucault 1FFI4 ablaba de la e3periencia clasiicadora de determinados pacientes aásicos el enermo recibe una madeja de varios tipos de lana, de te3turas, ru&osidades o colores diversos, $ se le e3pone al duro ejercicio de las clasiicaciones+ Con la madera de la mesa como escenario para los a&rupamientos, el paciente une primero las roji-as, coloca allá las de distinta &rumosidad, apila las 5ue tienden al verde $ separa en la mano las lar&as $ destejidas+ El delirio de las correspondencias le vence, $ vuelve a recomponer, insatiseco, el mosaico, el te3to tejido0 inverosímil+ @a parábola de este pensamiento -ombi, de esta orma de concebir al -ombi como re&istro de una dispersi!n, de ese secreto i¬o 5ue nos sujeta al miedo, es 5ue podemos romper $ descomponer los c!di&os 5ue nos acercaban a la ra-!n de mucas $ dierentes maneras, $ 5ue lo desconocido 5ue 5ueda, el irracionalismo 5ue lu$e subterráneamente a nuestras clasiicaciones, puede aparec/rsenos bajo la máscara de una epidemia de cadáveres resucitados+ @a noce de estos muertos vivientes no es otra cosa 5ue el correlato de a5uellas tinieblas de la ra-!n 5ue emos
creído sortear, $ 5ue no pocas veces nos atena-an bajo la deormaci!n del miedo, recordándonos, como se6ala Horja Crespo al comentar el inal de la película de Romero, 5ue todos llevamos dentro ese paisaje de desolaci!n e irracionalidad +++ al amanecer, cuando la lu- parece aber acabado con la amena-a, comprobamos 5ue todo es un espejismo+ @os ca-adores caminan en &rupo con sus usiles como si ueran -ombis, &uiados por el impulso de acabar con ellos+ 9isrutan de la captura de sus presas $ muestran una crueldad 5ue supera a la de sus enemi&os+ @a e3celente escena inal, con esos &ancos 5ue se clavan en la piel de Hen, lo dice todo+ *un5ue pare-ca 5ue an restaurado el orden establecido, todo es una alsedad+ El verdadero peli&ro de la umanidad es una sociedad intolerante, 5ue rinde culto a las armas $ no se da cuenta de su propia irracionalidad+
)ista (( A
*S*@. *@ CE7.R CERC(*@+ ):H@(C(9*9 E '()ERC7S:
.odavía están aí+ nos buscan+ Saben 5ue estamos a5uí+ 7o, es por costumbre+ 7o saben bien por 5u/+ En sus vidas pasadas venían a5uí Qal centro comercial $ lo recuerdan va&amente+ )ero Y5ui/nes son ellosZ Son como nosotros+ En el inierno $a no 5ueda sitio+
En la l!&ica del capitalismo avan-ado todo está en relaci!n+ "lujos de dinero, de deseo, de uer-a, &randes aparatos ideol!&icos 5ue permiten 5ue los acontecimientos puedan corresponderse a escala &lobal un asiático vende una empresa, un neo$or5uino la compra+ "oucault decía no a$ auera+ El sistema, por tanto, unciona por la e3tensi!n constante de sus nodos asta reclamar todas las ormas de rebeldía o los lujos más desperdi&ados, como una cobertura inmensa 5ue canali-ara todo a su paso $ 5ue, por ese mismo deseo de absorci!n deseo -ombi4, amena-ara con e3tender constantemente la pla&a+ Y[u/ ocurriría si asta el #ltimo de los supervivientes renaciera en uno de estos lívidos aut!matasZ \sa es la l!&ica del capitalismo absorci!n de c!di&os, iltrado, centrali-aci!n+ El capitalismo unciona como la pandemia -ombi, es el pensamiento de la orda cubrir todo, arrasar todo+ 7o &uardes un cadáver en la despensa, unos pocos sesos en la alacena, a$ 5ue comerse a5uello 5ue pase por delante+ Como en las películas del &/nero, no a$ escapatoria, nunca a$ inal eli-, no se resuelve la pandemia+ * lo sumo, al&unos lo&ran uir, pero su destino es una ciudad a#n más sumida en el olocausto+ Y[u/ espacios deja libres la e3tensi!n del capitalismoZ 7i si5uiera el arte o la revoluci!n pueden escapar a su alcance+ :n capitalismo -ombi 5ue nos entre&a pe5ue6os momentos de ocio, 5ue permite la dilapidaci!n del dinero $ 5ue retarda el pa&o todo el tiempo 5ue puede+ Como en la pla&a -ombi, a$ 5ue 5uemar los recursos, todos ellos, $ e3tenderse, territoriali-arse+ 7o a$ un líder de la manada el movimiento de un solo -ombi acia su presa alerta a todos los demás+ El capitalismo, i&ualmente, a renunciado a sus líderes, 5ue no dejan de ser peleles para 5ue, en un movimiento su$o, la masa pueda abroncarlos, criticar su &obierno, ridiculi-arlos+ 7o a$ &obierno, sino unciones+ *ltusser ablaba de aparatos ideológicos del
veíamos en el encabe-amiento de este apartado, los -ombis recuerdan !agamente 5ue durante sus vidas abían visitado en numerosas ocasiones los +all o centros comerciales, $ riadas de ellos empie-an a a&lomerarse a las puertas, lo&rando penetrar en el ediicio $ rompiendo así la pa- de los supervivientes+ @as primeras lecturas de la /poca supieron ver mu$ pronto la crítica reali-ada a las modernas sociedades de &asto+ @a mercantili-aci!n a&resiva ocupa todos los espacios de nuestra e3istencia, $ asta el ocio $ los tiempos de tre&ua de la clase obrera, a5uello por lo 5ue tanto abían lucado los &randes movimientos proletarios de inales del si&lo X(X $ principios del XX, se an reinte&rado masivamente en la corriente de intercambio capitalista+ *ora no trabajar nos envía directamente al consumo $ a la mercadotecnia del lujo, el despilarro eímero $ las l!&icas del &asto+ Se a producido una inversi!n, en el doble sentido de la palabra, de las prácticas de ocio, $ es 5ue descansar $a no si&niica Ano acer nadaB, sino AconsumirB, dilapidar el dinero acumulado durante los tiempos de trabajo, a causa de un pereccionamiento en las AinversionesB econ!micas en materia publicitaria $ del /3ito abrumador de sus seductores c!di&os+ *un5ue en t/rminos la3os la publicidad a e3istido desde 5ue la umanidad a necesitado al&o $ a tenido erramientas semi!ticas para solicitarlo u orecerlo, $a sea publicitándose a sí mismo a trav/s del len&uaje o incluso del propio cuerpo en la mercadotecnia de los aectos, $a a trav/s de los bienes de consumo $ lujos varios, las modernas &estiones publicitarias an coni&urado complejos len&uajes $ un nuevo eslo&an con el 5ue aian-ar su e3istencia crear la necesidad+ @ouis *ltusser ablaba de una or&ani-aci!n de la má5uina capitalista 5ue se ase&uraba no s!lo de perpetuar la producci!n, sino tambi/n las condiciones de dica producci!n+ 9e nada sirve elaborar productos si no se salva&uarda asimismo la manutenci!n de ábricas $ otras inraestructuras, mercados, recursos diversos, ma5uinaria, etc+ )roducir productos $ medios de producci!n para ase&urar el uncionamiento del lujo capitalista $, al mismo tiempo, cerciorarse de 5ue la inraestructura ideol!&ica del capitalismo perdura+ Escuelas, instituciones militares o reli&iosas todo a de estar bien en&rasado para el correcto uncionamiento de la má5uina+ @a publicidad, por su parte, abría cubierto un espacio 5ue *ltusser no abía tenido en cuenta, $ era la necesidad de continuidad, el deseo de perpetuaci!n 5ue re&ule $ a&a imprescindible el modelo de intercambio econ!mico capitalista+ 7o s!lo acen alta productos $ soportes de producci!n, sino tambi/n la necesidad de producci!n+ es aí donde la publicidad se encar&a de ase&urar la -ombiicaci!n de sujetos $ su vínculo irremisible con el consumismo+ @a publicidad reintroduce el ocio en el circuito capitalista+ :n ejemplo claro se da en el en!meno del merchandising el objeto $til conlleva una publicidad in$til a&re&ada, $ viceversa el objeto destinado a un determinado tipo de consumo pon&amos, por ejemplo, una película4 trae aparejados otros productos videojue&os, ropa, p!sters, etc+4 en los 5ue acaba dis&re&ándose+ * modo de red, la producci!n publicitaria establece un perímetro creciente 5ue intenta cubrir tantos ámbitos de nuestras necesidades cotidianas como le sea posible, asta el punto de acompa6arnos en los tiempos de descanso $ aun5ue $a no estemos e3puestos directamente a los canales le&itimados de publicitaci!n televisi!n, radio, prensa, (nternet+++4+ 7o s!lo una Acultura de masasB, sino
campa6as masivas $ masiicadas 5ue envuelven todos los espacios de la intimidad $ acaparan terrenos cada ve- más alejados de las motivaciones iniciales del producto+ a %ulia Pristeva 1FFF4 abía se6alado la cone3i!n entre el poder $ el ocio cuando airmaba 5ue, a trav/s de opciones de entretenimiento $ distracci!n crecientes, el Estado lo&raba soocar las &randes empresas revolucionarias, la revuelta intelectual o el simple cuestionamiento del vi&ente escenario social $ político+ @a diversi!n orma parte de los p!lipos del poder $ de su constante intromisi!n en cada parcela de nuestras vidas+ la publicidad no pretende otra cosa 5ue la recuperaci!n del descanso como operaci!n econ!mica+ 7uestro ocio vale dinero, es rentable, $ no s!lo se ace necesario vender, sino 5ue las modernas estrate&ias de publicidad van más allá a$ 5ue comprar nuestro tiempo+ Sucede $a en las actuales prácticas de product placement , esto es, la introducci!n de marcas $ productos comerciales al ilo de la narraci!n, en pro&ramas $ series sin ninn tipo de pausa en la acci!n televisiva+ *sí, el actual despla-amiento de los már&enes publicitarios a dislocado el relato convencional entre el ocio $ el consumismo, $, como en las &randes supericies, a apostado por la uni!n indiscriminada de ambos+ En cierta manera, $ como buenos -ombis 5ue somos, uncionamos en una sociedad incluso cuando somos productivamente disuncionales las prácticas de entretenimiento $ los tiempos de descanso están tan re&ulados $ mediati-ados 5ue el mercado asimila las tareas improductivas $ transorma nuestro descanso en &asto, consumo, acumulaci!n $ despilarro, en una b#s5ueda de interacci!n entre los espacios de diversi!n $ los de intercambio+ Se a dado la vuelta, con ello, a una t/cnica ancestral del en!meno publicitario en lu&ar de con5uistar los espacios p#blicos introduciendo la publicidad en ellos, con carteles $ murales, construcciones monumentales, camisetas $ productos destinados a una recepci!n masiicada $ no re&ulada, se a privati-ado el espacio, permitiendo así 5ue las ciudades $ los empla-amientos p#blicos sean sustituidos por el simulacro de las ciudades%mall, de las &randes supericies a modo de miniaturas urbanas+ En ese diccionario -ombi con el 5ue trabajamos el ocio sería, por tanto, el re5uisito indispensable de todo muerto viviente+ *cudir en tropel a la #ltima de 'arr$ )otter o reba6ar los uesecillos de aln incauto turista da i&ual+ El caso es tener al&o 5ue acer en estas subciudades+ al&o 5ue consumir, siempre de manera indiscriminada, en masa $ por propa&aci!n constante+ El -ombi representa en este punto la brutalidad de la estructura econ!mica 5ue consiente en un capitalismo dionisiaco, de bienes de consumo in#tiles, tecnolo&ía de ocio re&ulada $ espacios ipercodiicados+ )ero nuestros descompuestos ami&os tambi/n act#an como metáora de esos objetos destinados al consumo rápido, cu$a productividad está diri&ida decididamente acia el culto de lo eímero una ve- 5ue pasa de moda, a$ 5ue sustituirlo se pudre4L al menos /sa era la visi!n de los primeros pasos del capitalismo+ Sin embar&o, en sus ormas más avan-adas lo 5ue se nos orece son productos directamente perecederos, objetos de temporada 5ue se elaboran para no durar+ El lujo de lo transitorio se a impuesto+ Se compra, directamente, un residuo, un ítem 5ue ase&ura su propia clausura, mediante esa &ran seducci!n simb!lica de lo eímero 5ue es la ju!entud como concepto clave en el marDetin& publicitario+ .ras una primera ase de Ademocrati-aci!n del lujoB, como lo denomina Gilles @ipovetsD$, los &randes almacenes abrían descubierto la posibilidad de deconstruir el objeto de
consumo $ vendernos humo+ )ero un umo 5ue, ideol!&icamente, articula los ritmos vitales de los &rupos de &asto+ S/ joven $ vive poco+ S/ una estrella de rocD o de #tbol $ cons#mete $ consume lo 5ue puedas cicas, dinero, coces, dro&as4, por5ue si no lo aces no serás le"enda, esto es, no abrás escrito el relato de tu juventud conorme al &ui!n establecido+ )arece una cuesti!n de narratividad, al in $ al cabo+ @a pie-a breve acilita una duraci!n indeinidaL el parco poema de nuestras vidas nos ase&ura una aparici!n espectacular en el pante!n de la caducidad mediática+ Escribe rápido tu vida, o escribe tu vida como rapide-, como u&acidad, $ márcate para 5ue entre el si&uiente+ @os -ombis están de li5uidaci!n a un -ombi torero le se&uirá un -ombi cantante, a /ste una -ombi modelo, ellos se juntarán, se morderán, ilarán el te3to de nuestra sobremesa $ competirán por el prota&onismo de esta icticia telenovela de los mass media+ "rente a lo 5ue se a dico a menudo, la publicidad no AcaptaB e3clusivamente los aces de si&niicados $a e3istentes en los &rupos de repercusi!n, sino 5ue tiene por objetivo crear nuevos espacios semi!ticos, aurificar , en t/rminos de ?alter Henjamin, nuevos productos, captar el matisimb!lico, el e5uipaje ale&!rico de lo 5ue nos rodea $ construir a partir de aí mensajes artiiciales $ esterili-ados de &ran eectividad aduladora, empática o de inlujo colectivo cr+ )olla$, 1F84+ Ejerce un poderoso eecto ideol!&ico, pero tambi/n propone una apertura del l/3ico ima&inario de nuestra sociedad consumista+ Su len&uaje es eminentemente un len&uaje AbricoleurB, por decirlo con @/viNStrauss 1FFK4 co&er representaciones ses&adas, discursos inacabados, modelos no resueltos, $ establecer pastices ideol!&icos 5ue consi&an motivar al espectador para ase&urarse la venta de un producto, el consumo de marcas o una política del lujo siempre sometida a las constantes mutaciones del mercado+ @a publicidad es -ombi mordiscos rápidos, certeros, eectos de san&re, cuerpos desnudos+ Est/tica de videoclip musical a la lentitud de nuestras vidas, la violencia $ la rapidede la m#sica, las imá&enes verti&inosas, las apresuradas modas+ El -ombi, aora, somos nosotros+ 7o debemos obviar, por otro lado, 5ue uno de los &randes reerentes en la istoria del videoclip se corresponde con los simpáticos bailarines -ombiicados del aclamado @hriller , de icael %acDson, en 1F8J+ Con 800+000 d!lares de presupuesto, más de trece minutos de vídeo, un ma#ing%of 5ue lle&aría a vender asta un mill!n de copias por todo el mundo, @hriller es un ito dentro de la mercadotecnia musical+ Cadenas como la CHS o . lle&aron a pa&ar del orden de 2M0+000 d!lares por tener la e3clusividad del videoclip durante un tiempo limitado, $ el disco lo&r! vender más de M0 millones de copias sen avalan datos anteriores a la muerte del cantante, por lo 5ue la suma se abría incrementado considerablemente a día de o$+ @os nuevos len&uajes de la moda $ las marcas son a5uellos 5ue ocultan sus propios recursos narrativos, 5ue los dinamitan desde dentro, $ consienten en flashear a la poblaci!n con deliciosos bocados publicitarios+ 7o basta la calidad, el viejo relato de Aa mí me unciona este deter&ente, a5uel producto me a eco adel&a-ar, tal marca me ace más juvenil, más e3itosoB+ @os mecanismos publicitarios tradicionales se an vuelto demasiado evidentes para una masa 5ue parece amiliari-ada con la ret!rica de la persuasi!n mediática+ @os nuevos len&uajes pasan por el desvío+ Y9e 5u/ iba ese anuncioZ Y[u/ se promocionaba a5uíZ YCuál es el productoZ El erotismo del eni&ma orma parte aora de las más atractivas campa6as
publicitarias+ Es justamente a5uello 5ue desconocemos lo 5ue 5uisi/ramos tener+ @a pre&unta 5ue constantemente debemos plantearnos ante las nuevas erramientas anunciantes es la si&uiente Yes esto publicidadZ 'asta aora, bastaba con captar los si&niicados $a e3istentes en el ima&inario colectivo $ pro$ectarlos en el producto+ Es posible, como abía se6alado Hartes 1F804, asociar los objetos de consumo con empla-amientos simb!licos a partir de los cuales ser recordados o adorados, asta establecer un poso de naturalidad del 5ue nos volvemos c!mplices+ :n perume, una ciudad de ondo, la noce, el &lamour, $ el eecto $a está conse&uido+ Sin embar&o, el simulacro del empla-amiento a sustituido al producto en las más modernas erramientas publicitarias+ 7o se trata de vender cosas, sino de vender el umo de la simulaci!n+ *nuncios en los 5ue no está el coce, sino los paraísos inalcan-ables, la cica &uapa, entornos i¬os+ )erumes 5ue no enocan al objeto, sino a la modelo o al trasondo de )arís como #nico escenario+ @a publicidad nos a encandilado con esa reversi!n del mensaje, en donde $a no se respeta el es5uema clásico de un anunciante 5ue vende $ dice vender4 un producto+ Reconocemos perectamente ese acto de abla, $ lo reca-amos+ Sin embar&o, la sinestesia de estas nuevas narraciones no puedo orecerte el olor de un perume, no puedo caracteri-ar ielmente el eecto de conducci!n4 nos reenvía a un onirismo nuevo, una enso6aci!n e3periencial 5ue recurre en todo momento a discursos establecidos pero tambi/n a creaciones novedosas+ @a promesa de lo desconocido salpica su ret!rica, $ el desvío, el despla-amiento, lo otro ine3plicable+ Se trata de construir nuestros deseos $ de establecer nuevos arteactos para satisacerlos+ @a ma5uinaria de nuestras necesidades e intereses, por tanto, aun5ue se pueda catalo&ar bajo un limitado n#mero de entradas, siempre permite complejidades $ complicidades aprovecables por la ret!rica publicitaria+ .ambi/n podrá suceder lo contrario el objeto se muestra sin asociaciones, en su estado natural, reducido, parad!jicamente, a una objetualización, privado de otras implicaciones simb!licas $ encajado en sus espacios cotidianos+ *un5ue surja el producto claramente, no acabamos de asociar lo 5ue vemos a las t/cnicas publicitarias ni a sus discursos abituales+ El relato de la publicidad cansa cambiemos de canal están los anuncios4, pero no sucede lo mismo cuando /sta pierde su conte3to natural $ parasita otras locali-aciones+ )ublicidad encubierta, subliminal, product placement , con la intenci!n de mostrarnos el uso de los productos $, al mismo tiempo, su valor+ En la película 5ue sale pro$ectada de mi televisor o en la pantalla de cine @eonardo 9i Caprio utili-a tal o cual cereal de desa$uno, conduce este coce, llama a trav/s de este m!vil concreto+ a no a$, como asta ace no demasiado, un amoso 5ue nos repetía el eslo&an de beba 7oca%7ola, con la esperan-a de democrati-ar los bienes de mercado esto$ bebiendo lo 5ue bebe mi ídolo, cal-o sus mismas -apatillas, me puedo permitir imitar sus comportamientos consumistas4+ Esos relatos an perdido uer-a o$ sabemos 5ue tal amoso no se atiborra de "errero Rocers ni 5ue tal otro usa determinada marca de dentírico+ S!lo acen su trabajo+ @een el &ui!n establecido+ Sin embar&o, las ormas encubiertas bajo las máscaras de la icci!n se nos antojan, a la ora de la verdad, muco más realistas 5ue la realidad de un actor con nombre $ apellidos 5ue consume un producto ante las cámaras no altan estudios 5ue ase&uran la permisividad con 5ue captamos estos mensajes publicitarios subrepticios la pla&a 5ue crece
lentamente+++4+ *sí, cuando un personaje de icci!n de nuestra serie preerida utili-a un producto concreto, no entendemos 5ue a$a allí un eecto publicitario ni 5ue e3ista erramienta persuasiva al&una, aun5ue a menudo la demostraci!n sea descarada $ tosca+ Realmente, los sujetos encuestados ven a5uí un ar&umento en avor del valor del producto mi /roe de televisi!n cal-a esos -apatos por5ue son buenos+ .al personaje $ n!tese 5ue nadie abla de los actores, con sus nombres, tra&edias reales $ tra$ectorias artísticas4 decide desa$unar estos cereales o consumir a5uellas bebidas, utili-ar tales marcas $ no otras+ Creemos antes al personaje 5ue al actor+ Se a producido la mordedura somos -ombis a disposici!n del ambre consumista justamente por5ue, como buenos -ombis, no sabemos 5ue lo somos+ En esa reducci!n 5ue la economía de mercado ace de todos $ cada uno de nosotros como consumidores no estamos mu$ lejos de esos otros consumidores por antonomasia 5ue son los noNmuertos+ @as t/cnicas 5ue &eneran la necesidad de consumo an calado perectamente en las modernas sociedades $ pertenecen a su propio len&uaje $ desarrollo ideol!&icoNcultural+ Rebajas $ orda de caminantes andan de la mano+ [ui-á por ello la ilmo&raía -ombi se esuer-a tanto en romper con esa ret!rica publicitaria $ separarla del ocio, aislarlo mediante el terror, esterili-ar las ormas de dispersi!n $ entretenimiento+ 7o son pocas las películas dedicadas al &/nero 5ue comien-an la narraci!n con un &rupo de j!venes, cicos $ cicas 5ue, entre bromas, alcool $ se3o, nos recuerdan lo precario de nuestra sociedad de bienestar ante la e3tra6a amena-a 5ue el p#blico en las butacas adivina desde los primeros compases de la trama+ 'a$ ejemplos clásicos como
1FF24 an acentuado el barro5uismo $ el jue&o de contrastes, con dierentes &rados de acierto, en la 5ue ue la /poca dorada de las vísceras $ los salpicones de san&re+ 7uestra iconosera está saturada de este tipo de mensajes 5ue, del mismo modo 5ue sucede con la publicidad, nos acen sentir vacíos en la medida en 5ue su propa&anda a sacado lo más íntimo de nosotros, a puesto lo obsceno literalmente, lo 5ue está uera de escena4 en el centro mismo del paisaje mediático+ Entonces, las representaciones 5ue surcan todo el universo -ombi pro$ectan el arco de nuestra intimidad, desde a5uella 5ue podríamos denominar inmaterial, de orden deseante, 5ue proclama nuestros secretos $ perversiones los tintes de erotismo del cine de terror o el deseo de esparcimiento $ placeres desmedidos4, asta la intimidad material, de vísceras 5ue literalmente dejan vacíos a los personajes $ rompen con la sacralidad del cuerpo+ El vaciamiento, entonces, tanto en su e3presi!n inmaterial como ísica, representa lo 5ue el il!soo ario )erniola deinía como un si&no de las sociedades mediáticas $ de los eectos de la publicidad sobre los individuos+ @os mensajes de las campa6as publicitarias nos entre&an lo más rec!ndito de nuestra intimidad, el eni&ma 5ue creíamos tener a buen recaudo a trav/s de toda una paraernalia de resortes culturales o de discursos de ocultamiento bien elaborados+ Estas erramientas publicitarias capaces de entre&arnos lo más descarnado de nosotros mismos nuestra brutalidad, las relaciones amorosas e3plícitas, l/3ico sin tapujos4 constru$en fantasmas, por decirlo a la manera de @acan, o fantasías en el vocabulario de "reud, tan a la medida del consumidor 5ue atajan nuestra misma actividad deseante+ El paradi&ma del cine -ombi jue&a con esta icono&raía al desnudo, $ no deja de proponer en su desmembramiento, en su carnalidad e3plícita, esa alta 5ue recorre a los individuos de las sociedades posmodernas, la vaciedad 5ue ace de cada uno de nosotros un caminante más, un va&abundo en los espacios mediáticos sin destino ni promesa al&una+ El eterno debate de la publicidad si&ue planteándose+ YSon los medios los 5ue &eneran la necesidad desde los estra&os de nuestras propias carencias, a partir de ese ueco 5ue nos ace umanos, irrisoriamente indeensos ante lo 5ue nos rodea, o abría, de aln modo, una intenci!n de cubrir nuestras carestías en un aumento &eom/trico del bienestar com#nZ dico en otros t/rminos Yel -ombi nace o se aceZ YSomos s!lo carna-a deseante, cuerpos rabelaisianos para el consumo, o todo se a descontrolado en las #ltimas d/cadasZ El má3imo ejemplo de esta economía literalmente -ombi del ocio $ del consumismo viene e3puesto por la marca EastpaD, con -ombis en poses juveniles $ ociosas, complementos molones, rastas ensan&rentadas $ jirones de piel conjuntados con mocilas, bolsos, pla$eras o demás surtido ornamental+ @o 5ue demuestra, por un lado, 5ue la estilística de la moda tiene tan asumidas sus i&uras ret!ricas una cica joven escucando m#sica, el macarrilla con cresta $ pose de cico duro mirando de sosla$o al espectador, el piloto -ombi bien rodeado de su e3uberante a-aata4 5ue $a ni si5uiera precisa de la belle-a como re&istro típicamente mediático+ @o eo tambi/n vende, $ lo ace bastante bien si se sabe manejar la narraci!n propa&andística $ sus recursos semi!ticos+ (ncluso los contramensajes, producciones publicitarias 5ue especiican lo contrario de lo 5ue 5uieren, implican de aln modo pactos c!mplices con los espectadores 5ue apelan a su inserci!n dentro de los c!di&os posmodernos+ El /3ito está &aranti-ado si en lu&ar de comul&ar con los discursos establecidos por las tradicionales
disposiciones del marco publicitario se orece un muestreo de los orrores, una &alería de lo espantoso+ Este tipo de propa&anda invertida no deja de reclamar su e3istencia a trav/s de vulneraciones del cuerpo, representaciones del dolor, la putreacci!n o la muerte+ Sin embar&o, a$ 5ue tener en cuenta 5ue el en!meno de -ombiicaci!n $a se abía cebado con la industria de la moda $ los cánones 5ue, desde ace unas d/cadas, justiican la incursi!n de del&adísimos cuerpos emeninos en el prototipo del mercado de alta costura+ %unto a estos estilemas de cuerpos anor/3icos $ tallas irrisorias, el -ombi putreacto parece indicar esa misma del&ade- $ devolvernos relejado el mismo dise6o !seo a trav/s de las -onas descarnadas de su andrajoso cuerpo+ @as costillas, las clavículas prominentes, los p!mulos e3a&erados a causa de la se5uedad del rostro, todo remite a esa simulaci!n de la corporalidad 5ue tanto unos como otros, las modelos imposibles photoshopeadas, las más de las veces, en los medios oto&ráicos4 $ los muertos vivientes i&ualmente entre&ados a la atuidad del ma5uillaje4, parecen entre&arnos+ tro ejemplo de publicidad -ombi viene de la mano de la campa6a A9eliver me to 'ellB, de la compa6ía neo-elandesa 'ell )i--a, dedicada a la venta de tan comercial producto+ :na &uapa $, esta ve- sí, !oluptuosa oicinista consi&ue escapar, en una breve escena de un par de minutos de duraci!n, de una orda de -ombis e3compa6eros de despaco+ .ras atravesar unas calles $ driblar a unos obreros nomuertos consi&ue encaramarse a un contenedor, lejos de las inábiles arremetidas de los -ombis 5ue pululan a sus pies, $ una ve- allí, al res&uardo de las alturas, encuentra tiempo, c!mo no, para en&ancarse al consumismo $ solicitar una pi--a de la susodica ran5uicia+ )ero no acaba aí la cosa+ El pobre pi--ero tendrá 5ue entre&ar a tiempo su producto e aí el mensaje de compromiso por parte de la marca comercial4 a pesar de 5ue su pi--ería se alla asediada por más cadáveres andantes+ * partir de este punto, el canal publicitario de la campa6a la amosa pá&ina de ou.ube4 nos orecerá un pe5ue6o jue&o interactivo Yreco&es en tu coce al superviviente, aparentemente no inectado, 5ue salta sobre la capota, o lo abandonarás a su suerteZ Cli5uea en uno u otro enlace+ YConse&uirás entre&ar a tiempo la pi--a o caerás devorado por la mucedumbre a causa de tus erroresZ El consumo, por tanto, $ el ocio, se plantean de nuevo conjuntamente+
YJn partiditoZ
;i!e la !ida loca
+ejor zombi en tren que zombi al !olante
YJn caf&K +e sienta de muerte
;iajecito en el metro
Sobre coces $ despla-amientos tambi/n trata otra de las campa6as -ombi, en este caso del Reino :nido, cu$o eslo&an, no te !uel!as zombi, deiende la alta velocidad de los trenes ir&in rente a las imperdonables caravanas de coces ruto de la sociedad capitalista $ de su /3ito abrumador en las clases medias+ * no ser, claro, 5ue el tu$o sea un a-da Coup/ XNM,
cu$a velocidad a la ora de subir la capota te permite res&uardarte de cual5uier incursi!n de muertos vivientes, como proclamaba otro spot de 200+ tambi/n puedes despla-arte a pie, del mismo modo 5ue en la campa6a me3icana de Re3ona, ambientada en el deporte re$ $ con el mensaje de Ael #tbol te transormaB, en donde masas de purulentos caminantes acuden a ver su partido avorito, aun5ue siempre bien aseados con su desodorante preerido, en una clara inversi!n par!dica o 5uiasmo reerencial los -ombis uelen mal, pero nosotros vamos a ser unos -ombis mu$ limpios4+ "en!meno 5ue $a veíamos en la campa6a de ropa EastpaD, en donde la decr/pita carnalidad -ombi venía acompa6ada del contradictorio mensaje AHuild to resistB, construidos para resistir o hechos para durar , como dirían, $ aun e3i&irían, nuestras ac/rrimas madres a la ora de comprar las mejores mocilas o los -apatos más lon&evos antes de dilapidar su escaso capital dom/stico+ "rente a un -ombi 5ue AduraB descompuesto en un manojo de vísceras $ col&ajos, inmortal pero, de i&ual manera, condenado al deterioro constante, encontramos 5ue su ropa a de ser la de ma$or calidad $ irme-a ante las vicisitudes del tiempo 5ue se pueda encontrar en el mercado+ Curiosamente, como puede observarse, los anuncios de -ombis tienen ese componente par!dico, trans&resor, 5ue veremos en otros puntos de nuestro trabajo, en donde el -ombi, una ve- 5ue se alía e3plícitamente con el consumismo, puede lle&ar a producir mensajes contradictorios, resueltos e3clusivamente mediante una interpretaci!n ir!nica de la campa6a en cuesti!n, rente a obras can!nicas del cine o de los videojue&os en donde la crítica acia los dispositivos $ prácticas de iperconsumismo es muco más velada, a menudo poco eectiva entre tanta víscera $ san&re desparramándose+ tra campa6a, en este caso relacionada con los dispositivos de reproducci!n musical mpNJ de icrosot,
En deinitiva, la relaci!n entre los -ombis $ las modernas $ crecientes prácticas consumistas ue vista por Romero tempranamente $ con la suiciente a&ude-a como para prever la saturaci!n e ipercodiicaci!n 5ue abría de lle&ar poco despu/s a su má3ima e3presi!n mediática+ El asalto al centro comercial de estas masas de cadáveres aut!matas no deja de plantear ese relejo irrisorio de nuestros propios ábitos+ )asamos casi tanto tiempo en los centros comerciales, entre compras, &alerías, rebajas, cines $ demás, 5ue en los puestos de trabajo o en nuestros centros de estudio+ @a sociedad parece, toda ella, una orda errante 5ue en la saturaci!n de productos, marcas $ objetos de lujo ubiera perdido la capacidad de elaborar sus propios discursos e ideolo&ías, el territorio de su intimidad o los recursos aectivos necesarios para tomar las riendas de sus vidas $ abrir los ojos ante el relato de lo 5ue les rodea+
)ista ((( AEl día de los muertosB 1F8M4
E9() <H(
Edipo ante la Esin&e es aparentemente el ombre ante el noNombre+ *:R(CE H@*7C'.,
El -ombi tambi/n ace reerencia a la animalidad del ser umano+ Si, como airmaba "reud, e3isten dos uer-as 5ue &uían la naturale-a del ombre, el instinto Dnstin#t0 $ la pulsi!n @rieb0, es decir, la necesidad comer, beber a&ua4 rente al deseo se3ual o libido obtenci!n de placer4, el -ombi sería todo /l necesidad, mu$ al contrario 5ue la otra &ran i&ura del ima&inario de lo monstruoso el vampiro+ El -ombi come, s!lo vive para comer, para la supervivencia+ 7o desea nada, carece de libido+ 7o puede entre&arse a los placeres de la carne por5ue su carne es putreacta, disuncional, sus terminaciones nerviosas están da6adas, no siente el dolor o a rebasado el umbral del dolor, rente al vampiro, 5ue apenas necesita cuidados para mantenerse con vida, 5ue no tiene necesidades, sino 5ue todo en /l es pasional, lujurioso+ order $ succionar a sus víctimas no tendría 5ue ver tanto con el ambre como con el ansia, la e3altaci!n del deseo+ [ui-á a ello se deba 5ue todas sus actividades relacionadas con el mantenimiento de la vida est/n rodeadas lit#r&icamente de t/cnicas $ representaciones 5ue acen de la necesidad placer amoral morder $ alimentarse, sí, pero alimentarse siempre de j!venes $ vír&enes, de cuerpos perectos, mediante la seducci!n incluso, en mitad de la entre&a amorosa, etc+ 9e la primera de las películas de Romero abía dico Carlos @osilla 1FFJ4 5ue los personajes Adespla-an el /nasis del ilme desde el nivel social asta el amiliar la pareja de ermanos 5ue se pelean ante la tumba de su padrastro, el ne&ro 5ue mata sin piedad al padre de amilia neur!tico, la pareja de novios indecisa $ de carácter d/bil 5ue no parece tener ninn uturo, etc+ 9e este modo, la amilia como c/lula principal de una sociedad en descomposici!n se revela a sí misma como la verdadera creadora de esos -ombis, de esos muertos vivientes 5ue la asedian simb!licamente en una casa abandonada las ruinas de un o&ar $a perdido para siempre $ 5ue representan sus propios antasmas reprimidosB+ @a amilia aparece, por tanto, como un n#cleo en des&aste, como una uer-a de coesi!n 5ue a perdido la le&itimidad de sus discursos caracteri-adores+ @a tercera película del autor,
in#tiles simboli-a la mecani-aci!n $ -ombiicaci!n de los miembros militares, el adiestramiento indiscriminado de la umanidad, rente al doctor @o&an, 5ue acabará por poner en peli&ro a toda la base por no aber sabido medir los ries&os del proceso cientíico $ por tratar de llevar a cabo, como veremos en estas pá&inas, una nueva orma de adiestramiento, de deshumanización más arrai&ada $ severa si cabe 5ue las medidas marciales de sus detractores+ )areciera 5ue Romero ubiera pretendido en esta ocasi!n mostrar tres actitudes o reerentes para enrentarse a la amena-a de la pla&a ine3plicable+ Revertirla, lucar contra ella, o comprenderla+ Sin embar&o, los roces entre un &rupo $ otro son constantes, el vocabulario a veces deriva en el insulto, la cinta nos torpedea con &iros toscos $ orece relaciones sociales uertemente de&radadas+ @as prácticas de nuestro entorno sentimental $ de las dierentes políticas aectivas 5ue recorren nuestra vida diaria se muestran a5uí de manera brutalmente visible+ Relaciones de poder, lucas por el lidera-&o, por la dominaci!n de bienes, mujeres o espacios 5ue &aranticen la supervivencia devuelven a los no inectados a un estado de primitivismo $ crueldad 5ue parad!jicamente se ermana con las abilidades del -ombi $ sus salvajes incursivas+ Y[ui/n es el depredador a5uíZ Y[u/ es lo umano o lo inumanoZ 'a$ a lo lar&o del metraje, sin embar&o, un ilo de esperan-a 5ue parecen proponer los inventos del doctor @o&an+ El mad doctor o m/dico loco, personaje recurrente en las obras del &/nero de terror, se presenta a5uí como un ombre de buenas intenciones aun5ue e5uivocado4 5ue pretende recuperar en sus pacientes -ombis4 los rastros de umanidad 5ue la pandemia a borrado para acilitar así su reutili-aci!n $ aprovecamiento por parte de los supervivientes+ @o 5ue más llamará la atenci!n será el modo edipizante en 5ue tratará de acerlo, a trav/s del cual se ponen de maniiesto las tácticas motivacionales, educativas $ de control del comportamiento 5ue permiten coni&urar Acuerpos d!cilesB, como decía "oucault, para su presentaci!n en sociedad+ *un5ue en un primer momento la rebeldía del doctor @o&an rente al estado policial $ sus medidas e3tremas de control puedan &anarse las simpatías del espectador desprevenido, su AmilitarismoB es muco más contundente $ reproduce, a una escala más velada, los modelos de re&ulaci!n aectiva, ideol!&ica $ conductual de las represoras civili-aciones occidentales+ Su verdadera intenci!n pasa por dominar a los -ombis $ moldearlos a placer, con objeto de 5ue pierdan el apetito $ abandonen su voracidad antrop!a&a, es decir, 5ue repriman sus instintos más básicos+ El -ombi Apodría ser domesticado+ )odríamos conse&uir 5ue actuase de la orma 5ue 5uisi/ramosB, nos dice el doctor+ etáora del proceso de edipización necesario para la conormaci!n de lo 5ue entendemos por cultura+ 'a&amos un poco de memoria biblio&ráica+ "reud caracteri-! el complejo de Edipo como una !rmula de sociabilidad 5ue permitía re&ular la actividad deseante del individuo+ Cuando /ste nace, sus deseos son los de un Aperverso polimoroBL desea todo de manera instintiva, por ensa$o $ error, tiene ambre $ necesita comida, siente placer $ busca la uente para repetir indeinidamente la ad5uisici!n satisactoria+ El cuerpo a#n no a disciplinado sus unciones psicomotoras $ no presenta erramientas de re&ulaci!n, m/todos coercitivos+ Se trata del deseo sin obstáculos, de una se3ualidad 5ue no encuentra el rerendo o la proibici!n asta 5ue los padres introdu-can la pesada losa del no, d e l otro, la castraci!n como
es5uematismo simb!lico de ordenaci!n de los aectos+ @a identiicaci!n se3ual del ni6o con el cuerpo de la madre /l es un ser polimoroL a#n no a aclimatado su ima&en corporal a los límites especulares de un cuerpo biol!&ico $ forma cuerpo con todo a5uello 5ue ase&ura sus placeres el seno materno, sus caricias, su contacto, etc+4 se romperá en ese momento de la intervenci!n edípica+ Entre la madre $ el ni6o se interpone el falo en tanto 5ue si&niicante, como supo a6adir @acan a las observaciones reudianas+ Este ni6oN-ombi, 5ue asta aora no 5uería otra cosa 5ue succionar, dar salida a sus instintos, a descubierto una cura para su inecci!n el reconocimiento del otro+ :na ve- 5ue aparece el len&uaje, es capa- de re&istrar lo otro por la palabra 5ue lo nombra t# eres mamá, t# eres papá, esto es, esto no es+ Realmente, el si&niicante primero 5ue no tiene nada 5ue ver con la capacidad de verbali-ar del ni6o, sino con la capacidad de simboli-ar4 escribe la ausencia+ .# no eres $o, parece decir en una primera instancia el alo, si&niicante, dice @acan, para la ausencia de significante para decir no0+ * partir de a5uí, nuestro ni6oN-ombi abrá ad5uirido la capacidad de clasiicar el mundo, de coni&urar cate&orías, a&rupamientos, identidades, dierencias, acumulaciones, etc+, 5ue nos separan irremisiblemente del mundo mediante la uer-a sustitutiva del len&uaje+ )ero Ypor 5u/ el faloZ Y)or 5u/ ablar de alo cuando estamos ablando de len&uaje, de simboli-aci!n $ sustituci!n por el nombreZ )or5ue el alo era a5uello de lo 5ue carecía la madre, $ el objeto 5ue, por tanto, abrá de simboli-ar su deseo+ el ni6o por su parte no ace otra cosa 5ue identiicarse con el deseo materno+ Entonces, en la medida en 5ue el ni6o cree ser el alo de su madre, ese a6adido 5ue la completa, la aparici!n del len&uaje no ará otra cosa 5ue nombrar la ausencia, la ausencia de alo, la separaci!n del otro $ el peli&ro de ser casti&ado con esa separaci!n la amosa castraci!n edípica4+ El alo como erramienta simb!lica destru$e la cone3i!n del ni6o, lo separa de ese universo ima&inario de atracci!n e identiicaci!n materna, e interpone los símbolos del len&uaje entre /l $ las cosas+ 7uestro perverso polimoro a dejado de serlo+ *ora conoce la carencia, se a visto separado de la madre, $ su deseo se pone en acci!n+ 7o se ve el cuerpo materno como una e3tensi!n de sí mismo 5ue le procura alimento, calor, protecci!n, etc+, sino 5ue aora se desea+ 7o instinto, necesidad, sino deseo+ a no es ApolimoroB, por5ue a comen-ado a entender la separaci!n del otro, $ avan-a acia una morolo&ía aut!noma 5ue cuajará en lo 5ue @acan llamaba el estadio del espejo delimitaci!n de las barreras del cuerpo propio, $ primer &ran asalto en la construcci!n de la identidad+ Se ediica Edipo+ 7o tanto un deseo se3ual entendido a la manera adulta, pero sí un deseo de recuperar a la madre $ de desprenderse del padre de matarlo simb!licamente4 en tanto 5ue rivali-a con las intenciones del ni6o+ "ase 5ue sucede, sen "reud, entre los tres $ los seis a6os, $ 5ue puede reproducirse patol!&icamente en la edad adulta si no se resuelve de orma satisactoria durante el período inantil+ Cerramos el par/ntesis $ volvemos a nuestro laboratorio de -ombis destripados+ El -ombi, como $a se anunci!, se corresponde con una ase instintiva del ombre, con esa per!ersidad polimorfa del reci/n nacido+ El -ombi AnaceB es decir, AmuereB4 $ resucita sin aecciones, sin la mirada del otro como rasero para su construcci!n identitaria, sin sentimientos de culpa+ S!lo 5uiere ormar cuerpo con a5uello 5ue cae a su paso cerebros, cerebros $ más cerebros+ Se a sustituido el peco materno por la masa enceálica,
pero poco importa eso+ El caso es conse&uir un buen bocado 5ue llevarse a la boca+ Cuando @o&an le muestra uno de sus conejillos de (ndias a Sara, lo deja bien claro aun5ue care-can de est!ma&o 5ue llenar, aun5ue no posean !r&anos 5ue puedan procesar correctamente la in&esta, los -ombis s!lo 5uieren comer, $ se lan-arán acia su presa sin pensarlo dos veces+ * partir de a5uí ará su aparici!n uno de los más carismáticos -ombis de la obra romeriana+ Se trata del bueno de Hub, un -ombi adulto, var!n, 5ue sirve de coba$a para los presupuestos de la empresa del mad doctor @o&an+ 7uestro cientíico loco cree 5ue es posible reeducar al -ombi, $ utili-a los clásicos medios conductistas para ello un sencillo c!di&o de recompensas $ casti&os sen las respuestas del sujeto+ Sin embar&o, a los condicionamientos pa!lo!ianos a6ade una toma de contacto con las estructuras edípicas, con el jue&o de papáNmamá como medio de instrucci!n+ 7o se trata s!lo de 5ue 5uiera educarlo como a un ni6o, sino de 5ue coníe en 5ue la educaci!n inantil es la correcta, 5ue vea como natural los mecanismos edipi-antes a la ora de emprender cual5uier intento de sociabilización, mostrando, en el ridículo ceremonial del aprendi-aje, las allas, los mecanismos impostados, las articulaciones del poder paterno 5ue alsean mediante la estructuraci!n álica $ la consi&uiente amena-a de la castraci!n los deseos del ni6oN-ombi+ )odemos recordar, en este punto, una escena de la psicoanalista reudiana elanie Plein 5ue tanto abía orrori-ado a los autores Gilles 9eleu-e $ "/li3 Guattari+ A@a primera ve- 5ue 9icD vino a mi consultaB, escribe la autora, no maniest! nin&una emoci!n cuando su ni6era me lo coni!+ Cuando le ense6/ los ju&uetes 5ue tenía preparados, los mir! sin el menor inter/s+ Co&í un tren &rande $ lo colo5u/ al lado de un tren más pe5ue6o $ los llam/ con el nombre de Atren papáB $ Atren 9icDB+ * continuaci!n, tom! el tren 5ue $o abía llamado A9icDB $ lo i-o rodar asta la ventana $ dijo AEstaci!nB+ o le e3pli5u/ Ala estaci!n es mamáL 9icD entra en mamáB+ 9ej! el tren $ corri! a colocarse entre la puerta interior $ la puerta e3terior de la abitaci!n, $ se encerr! diciendo Ane&roB $ sali! ense&uida corriendo+ Repiti! varias veces esta operaci!n+ @e e3pli5u/ 5ue Aen mamá se está ne&roL 9icD está en el ne&ro de mamáB+
Sen @acan, esta escena le abría concedido al ni6o el don del len&uaje para elaborar su mito edípico, es decir, para abandonar la ase primera de perversi!n $ rein&resar en los cánones conductuales de la sociedad+ Enti/ndase 5ue en esta toma de poder de la psicoanalista, por tanto, se a reproducido or-osamente el papel re&ulador, impositivo, de la picota edípica+ 7o pretendemos comparar a5uí al doctor @o&an de la icci!n con la autora elanie Plein, ni a los monosilábicos pacientes Hub $ 9icD, pero no cabe duda de 5ue el proceso de re&ulaci!n de los aectos es prácticamente id/ntico+ AEllos son como+++ como nosotros+ 7uestra prolon&aci!n+ Son el mismo animal, pero con una unci!n más elemental+ )odemos en&a6arles como nos en&a6aron a nosotros con la promesa del paraísoB, dice @o&an+ El paraíso materno del t#nel Dleiniano se correspondería con el retorno al Reino Celestial de la mitolo&ía cristiana+ orir para volver a la madre, a un 9iosN madre 5ue vuelve a aco&ernos en el paraíso recobradoL /sa es la metáora 5ue se propone como ilo conductor del ilm+ 'emos sido en&a6ados por la esperan-a edípicoNcristiana de esa recuperaci!n, vivimos bajo la alienaci!n de una carencia deseante 5ue nos vuelve productivos, 5ue or&ani-a nuestras esperan-as $ 5ue las reinvierte en procesos de estructura macrosocial+ @a economía libidinal del individuo traspasa constantemente la separaci!n de las ormas deseantes individuales de los sistemas macroecon!micos no es
casualidad 5ue la eca de la muerte de ar3 coincida con los primeros tanteos de "reud en las teorías psicoanalíticas+ )ero @o&an ace a#n más e3plícitas sus intenciones $ t/cnicas de adiestramiento a un -ombi 5ue Ase a portado malB $ 5ue a tirado unas mesas le apa&ará la lu- para 5ue Apiense en lo 5ue a ecoB+ Con Hub desple&ará todo su repertorio e intentará 5ue Ajue&ueB con libros, tel/onos $ asta con pistolas descar&adas+ .odo para recuperar al&unos de los recuerdos olvidados a causa de la inecci!n -ombi+ )ero las le$es de propiedad, las coordenadas de poder 5ue ormula el doctor remiten siempre al c!di&o edípico Ason los calcetines de papáB, dirá en una &rabaci!n, AUson los míosV ira, los e apartado+ @os e &uardado, mamá+ U@os e &uardadoV .ienes 5ue ser civili-ado+ Y7o me o$esZ [uítate eso, 5uítate eso+ Cinco minutos, mamá, cinco minutos+ @os calcetines de mamá tienen ra$as+++B+ directamente a Hub Aamá está mu$ or&ullosa de ti+ Está mu$ or&ullosa de su nene+ 'o$ te as portado mu$ bien+B )ero Y5ui/n es mamáZ 7o importa en el c!di&o del aprendi-aje, la madre e3iste como cate&oría antes 5ue como individuo+ El aprendi-aje necesita enrai-ar en los jue&os de poder $ alienaci!n edípicos para 5ue la icci!n de realidad sea posible+ :n principio del placer , nos dirá @acan, 5ue codiica el deseo a trav/s de si&niicantes sustitutivos $ constru$e un principio de realidad en el cual sobrevivir desde la icci!n $ el autoen&a6o+ 9eleu-e $ Guattari, en su obra
red de poder $ sus procedimientos+ 7o se trata tanto de valorar o cuestionar sus implicaciones culturales, como de poner en relieve la alienaci!n 5ue constitu$e encontrar ese $o, airmarse en una individualidad+ :n "o es otro, como abía sabido ver Rimbaud adelantándose al&unos a6os al psicoanálisis+ El -ombi representa esa perversi!n $ esa polimoria de la 5ue se nos a obli&ado a salir+ "rente a la instrumentali-aci!n de los nuevos dise6os en red de nuestra economía $ de nuestro tejido ideol!&ico $ discursivo, el -ombi se al-a como la noNinstrumentali-aci!n, lo inNdierente, lo disociado+ El poder no orma unidad con /l, no establece medidas válidas para su contenci!n $ utili-aci!n, $ cuando eso sucede domesticaci!n del -ombi, e3perimentos imposibles, reclutamiento4 la empresa racasa+ .odo le resbala al -ombiL 9eleu-e diría constitu$e un cuerpo sin órganos $ no por5ue al&uien se los a$a comido antes o por5ue un disparo lo a$a abierto en canal4+ Es el es5ui-or/nicoN*rtaud 5ue no se deja acometer por los dictámenes del poder $ por sus tentativas de control+ El -ombi sirve de emblema de lo noproductivo, de la noNinstitucionalidad+ Representa el abanderado de la víscera, $ como tal pasa por no dejarse edipi-ar $ no acceder a la masiicaci!n normali-adora pese a lo 5ue se suele pensar, el -ombi no es social, no orma &rupos4+ \l es, junto con todos los de la orda, lo asocial reunido, lo dierenciado 5ue no acierta a unirse en orma de totalidad o &/nero, como se pone de maniiesto, por poner una ve- más un ejemplo can!nico de la mitolo&ía Romero, en la se&unda de sus obras en el espacio reductor del centro comercial abita la dierencia má3ima, el canon posmoderno de lo etero&/neo, desde el ama de casa en cándal asta el ejecutivo, el obrero o el 'are Prisna+ todos con el mismo apetito por alimentarse de sus presas $ romper así los parámetros de las relaciones comunitarias, &rupales+ El -ombi, por tanto, nos orece una noNumanidad cu$o deseo es incapade construirse en el otro+ Es un ser enteramente asocial su #nica esperan-a consiste en procurarse alimento, $ no parará asta conse&uirlo+ El apetito -ombi no deja de ser metáora de los instintos umanos, deseo sin reservas, sin el c!di&o o la castraci!n como tope para reprimirlo+ 9eseo $ al mismo tiempo miedo al deseo, miedo a desear $ a 5ue el deseo, el apetito, sea ma$or 5ue la umanidad, 5ue la cultura $ las construcciones culturales 5ue emos interpuesto entre nosotros $ las cosas+ )or ello, en las producciones sobre -ombis el -ombi no desea nada salvo la e3pansi!n $ la saciedad, pero eso $a son cosas del instinto4, rente a los ombres, 5ue desean demasiado, 5ue se traicionan, 5ue se en&a6an, se asesinan o se violan, por lo 5ue, inalmente, el -ombi cuestionaría desde su mutismo impert/rrito la alsedad del ombre, su doble moral, sus constantes traiciones mediante las cuales pretende satisacer sus deseos, sus ansias de poder+
C:ER)S <H(S
En una demostraci!n triunal, ?est estaba a punto de rele&ar el misterio de la vida a la simple cate&oría del mito+ '+ )+ @ECR*"., Herbert Eest, reanimador
Si Cioran decía 5ue el ser umano era un e3perimento allido, la mitolo&ía -ombi no deja de aducir los mismos ar&umentos desde la analo&ía $ la narraci!n i&urada+ 7o altan películas en las 5ue el in5uietante personaje del mad doctor ensambla cuerpos, e3perimenta con virus mortales o anali-a el comportamiento de los e3tra6os íbridos de una re&i!n in!spita del planeta+ 9esde el más o menos ele&ante mito de "ranDenstein asta las más delirantes imá&enes del ilm
ser dico desde el desmembramiento, sin nin&una ima&en totali-ante 5ue permita la compasi!n+ (nterioridad $ desmembramiento, licueacci!n $ des&arro+ .odo parece romper con la corporalidad -ombi $ con los ritos occidentales 5ue emos acostumbrado a producir a la ora de constituir la ima&en corporal+ El -ombi, por su parte, representa la noNrepresentaci!n+ Supone una ruptura con los c!di&os de la ima&inaci!n corporal, como $a se dijo al ablar del en!meno &ore, el cual tendría en la i&ura de los muertos vivientes una de sus más interesantes maniestaciones+ 7o se trata, por tanto, como se a aducido a menudo, de mostrarnos un carnaval de vísceras sin sentido, de dejarse llevar por la violencia in&enua $ desmedida al &usto del p#blico adolescente+ @a corporalidad desacrali-ada del &/nero ílmico de -ombis permite una visi!n aumentada del cuerpo, lo 5ue podríamos denominar como hiperescopia la ampliicaci!n de los detalles de la putreacci!n, de la terribilit de la inmundicia, así como los recovecos 5ue componen el interior de los cuerpos, sus primeros planos, sus perspectivas imposibles+ @a e3periencia iperesc!pica, panóptica, del cuerpo recrea los laberínticos espacios de la corporalidad, sus de&radaciones $ mortiicaciones, en una estili-aci!n perversa de las imá&enes corporales+ *parece por ello una rica relaci!n entre las erramientas narrativas del &ore $ las representaciones er!ticas de los cuerpos de mujeres, no especialmente recurrentes en la obra de Romero pero sí mu$ solicitados en otras producciones pi/nsese, por ejemplo, en la película
icono&ráico re&ulado+ @a mujer en biDini de ciertos catálo&os de ropa alcan-a un &rado de su&erencia er!tica muco más eica-, las más de las veces, 5ue el desnudo total, como abía lle&ado a intuir Hartes+ @a semi!tica del escote emenino, de las líneas de ropa 5ue marcan las aberturas en la desnude-, maneja si cabe con ma$or rotundidad el vocabulario erot!mano de las representaciones del cuerpo+ El cuerpo emenino, $ e a5uí lo importante, se !e incluso en su ocultaci!n+ 'emos dado con una clave de la iperescopia de la corporalidad de las representaciones emeninas el &rado de AeteroscopiaB 5ue /sta lle&a a presentar, la ur&encia $ necesidad de lo otro 5ue la constitu$e, de un ítem 5ue no se corresponde con a5uello 5ue observamos, pero 5ue lo complementa+ El seno $ el escote orman una eteroscopia recuente para los canales mediáticos se necesitan mutuamente, aun5ue a5uello 5ue otor&a la e3periencia del escote o la percepci!n de la ranura es potencialmente sustituible+ Como airmaba @acan al deinir el objeto de deseo, da lo mismo uno u otro+ Cual5uier cosa puede suplantar el velado de los senos la ropa, un ular, unas cortinas de seda, el cabello lar&o ca$endo sobre el busto, una serpiente a modo de buanda con 5ue la bailarina asusta al mismo tiempo 5ue encandila a su p#blico, etc+ @a capacidad de captar la mirada del otro en las representaciones de contenido er!tico 5ue se elaboran del cuerpo emenino re5uiere de esta ormulaci!n eterosc!pica, de un escenario, de una abertura o rendija desde donde ver el cuerpo para 5ue su desnudo sea asumible+ 7o basta con ver el cuerpo de la mujer, tambi/n a$ 5ue no verlo para 5ue se produ-ca el len&uaje er!tico+ 9e eco, la porno&raía no sería sino una iperescopia 5ue carece de eteroscopia todo es visible, $ no a$ espacio para la ocultaci!n+ El -ombi, por su parte, no precisa de eteroscopia al&una+ Representa ese e3ceso de la porno&raía 5ue, en lu&ar de mostrar los cánones de lo bello, nos orece su reverso+ )or decirlo más concretamente, constitu$e una simulaci!n del cuerpo porno&ráico+ Su ima&en a de verse desde todos los án&ulos, a de proponer todas las perspectivas, incluso a5uella 5ue nos acilita ver el interior del -ombi+ En cierto modo, /l es su escoteL su propia piel le sirve de entred!s+ 7o en vano la e3periencia de la heteroscopia deine en el vocabulario de lo paranormal la capacidad de ver, más allá de la carne, la interioridad del cuerpo radio&raiada+ [ui-á por ello la e3periencia de veladura no unciona en el -ombi $ se pasa del erotismo de ense6ar veladamente el cuerpo a la repu&nancia de 5ue esta demostraci!n no reciba los iltros necesarios+ El cuerpo del -ombi da asco por5ue no se an canali-ado bien los mecanismos de su ocultaci!n, por5ue se a devuelto al án&ulo de lo visible lo 5ue carecía de moldes perceptivos el interior, lo p#trido, los lí5uidos $ sus salpicaduras+ 7o tanto por5ue se acerca a la muerte, sino por5ue enla-a con la desmesura del cuerpo, el -ombi produce la angustia de las representaciones+ a ablamos, en el primer capítulo, del espanto, del orror de la contemplaci!n+ El -ombi, como el dios &rie&o, no produce eteroscopias, no se deja ver, por5ue todo lo pone insoportablemente a la vista+ )ero cabría ablar a5uí $a no de las representaciones del cuerpo -ombi, de c!mo el -ombi aparece ante nosotros, sino de la propia mirada -ombi $ de su vaciamiento i&ualmente an&ustioso, del orror 5ue constitu$e apro3imarnos a sus cuencas vacías $ situar una mirada ante las ra-ones especulares de la otra+ Como abía dico Emmanuel @evinas, mirar el rostro del otro nos propone una otredad desmesurada, rompe la relaci!n de
e5uivalencia entre un $o $ un t#, $ nos obli&a a desistir de la capacidad de reducir ese otro a una dimensi!n pensable+ @os demás siempre me sobrepasan, el otro siempre es más 5ue $o, supera la unidad+ Sin embar&o, el -ombi no a sabido nunca construirse en la mirada del otro+ .al $ como decía el personaje %ab!n, del relato reco&ido en la antolo&ía Combies A)lanes de emer&encia -ombieB, de Pell$ @inD, los -ombis no discriminan+ .odo el mundo sabe i&ual de bien+ tto el -ombi, de la película 5ue $a citamos, era de la misma opini!n $ lo ormula casi con las mismas palabras+ El -ombi no reconoce esa desmesura del otro, o más concretamente, no conoce la otredad, $ reduce a una e5uivalencia apetecible todo lo 5ue sale a su paso+ 7o es más 5ue comida, piensa el -ombi, por lo 5ue su mirada no distin&ue, no recula ante la morolo&ía del rostro umano+ Es incapa- de leer el placer o el terror de su víctima+ * pesar de todo, la mirada vacía del -ombi, sin alma, escrutándonos desde el anonimato de la muerte i&ualatoria, pareciera en un primer momento anali-ar nuestros actos desde su mutismo $ vaciamiento esencial+ )ero no sucede realmente así, su objetivo es justamente el contrario nos invita a despojarnos de la car&a moral 5ue conorma esta reciprocidad de miradas+ 7os contemplamos en su mueca vacía $ el relejo 5ue nos devuelve es i&ualmente vacío+ *bandonamos toda conciencia, toda umanidad, por5ue $a no leemos umanidad en sus ras&os+ \l $a no es un otro, a5uel 5ue vi&ila nuestros actos $ 5ue nos ase&ura la estructura paranoica del respeto recíproco+ Entonces, se a producido entre ambos, entre el -ombi $ su presa, una reducci!n+ @os supervivientes no le&itiman esa dimensi!n especular del otro en el -ombi, del mismo modo 5ue /l no consiente en otor&ársela+ En el caso de los no aectados, por5ue an sacado al -ombi del perímetro de los discursos sobre lo umano $ lo an reducido a una cosa+ Como en el cuento de @ovecrat sobre 'erbert ?est, el -ombi les a permitido rele&ar la vida a la cate&oría de mito, $ an dejado de creer en ella $ en la necesidad de su conservaci!n+ En el caso de nuestro purulento ami&o, por5ue /ste es incapade pro$ectarse en el otro ni si5uiera en otro -ombi4 para constituir cual5uier tipo de relaci!n &rupal, incluso la 5ue une al ca-ador $ su presa por5ue no está edipi-ado4+ @a simetría, por tanto, entre el ombre $ el -ombi no ori&ina nin&una dial/ctica, al&o 5ue el doctor @o&an intentaba reproducir como uera+ El muerto viviente es por deinici!n incompatible con el otro, al menos con esa Adesmesura del otroB, a la manera levinasiana de la 5ue ablábamos, por lo 5ue la presa pasa a ser cuantificable t# no eres ni más ni menos 5ue $o, parece decir el -ombi 5u/ lejos 5ueda la soberbia del vampiro4, por5ue ni si5uiera e3iste un c!di&o 5ue re&ule la otredad $ 5ue justii5ue el t$ como e3periencia, por lo 5ue no 5ueda otro tratamiento 5ue el de e5uipararte a una cosa, a una unidad con la 5ue puedo operar, 5ue puedo sentir, pensar, comer+ *l&o similar ocurrirá con la identidad del -ombi+ El -ombi no es un $o+ 7o es un sujeto+ Ese estado de transici!n entre la vida $ la muerte, esa muerte eternamente prolon&ada del -ombi, uera del tiempo $ del espacio, se posibilita &racias a la p/rdida de la identidad $ al aborrecimiento del binarismo entre lo mismo $ lo otro+ El cuerpo del -ombi no puede ser nunca uno, por5ue cada !r&ano, literalmente, ace un cuerpo total, $ sin esa ima&en especular 5ue redu-ca la e3istencia a la identidad biol!&ica del cuerpo, tal $ como proponía @acan, el sujeto no acaba de constituirse+ Hasta pensar en la obra 5ue citábamos Herbert Eest, reanimador , de '+ )+ @ovecrat, $ sus versiones ílmicas :e%Animator 1F8M4,
La no!ia de :e%Animator 1FF04 $ la #ltima recreaci!n, de cu6o nacional, )e"ond :e%Animator 200J4+ El cuerpo $ la vida serían, como airmara el relato del escritor estadounidense, no otra cosa 5ue mecánica Sus puntos de vista, 5ue eran ampliamente ridiculi-ados por el proesorado o los compa6eros de estudios, &iraban en torno a la naturale-a esencialmente materialista de la vida, $ a los procedimientos para inluir en la ma5uinaria or&ánica del ser umano mediante una calculada acci!n 5uímica 5ue entraría en li-a tras el allo de los procesos naturales+ 9urante sus e3perimentos con varias criaturas vivientes abía matado $ ensa$ado con un n#mero in&ente de conejos, coba$as, &atos, perros $ monos, lle&ando a convertirse en el personaje más molesto de la "acultad+
En la primera película de la sa&a en mucos aspectos una interpretaci!n libre del relato ori&inal4, el doctor Carl 'ill acaba convertido en una criatura reanimada &racias a un lí5uido verdoso 5ue el prota&onista le in$ecta+ @os reanimados, a pesar de todo, son mu$ poco a&radecidos con sus beneactores $ se limitan a atacar irracionalmente a 5uienes encuentran a su paso, si bien el doctor 'ill recibe la dosis al poco tiempo de morir decapitado por ?est4 $ la poca e3posici!n a la necrosis le permite conservar &ran parte de su actividad cerebral $ calcular mejor su ven&an-a la cabe-a perse&uirá a ?est a trav/s de un cuerpo amputado 5ue si&ue movi/ndose bajo las !rdenes de su amo+ @a se&unda parte de :e%Animator cuenta con numerosas representaciones de cuerpos atroces, cuerpos ra&mentados 5ue toman vida &racias a las investi&aciones de 'erbert ?est, como el ojoNmano de las primeras escenas, una conjunci!n entre un &lobo ocular $ varios dedos cosidos a la c!rnea, 5ue tienen la capacidad de caminar como si de una &rotesca ara6a se tratara+ *simismo vemos un bra-oNpierna o un perro con bra-os, todo ello para orecernos Auna deliciosa eria de monstruosidadesB, como apunta Serrano Cueto en su análisis del ilm+ Se a producido, por tanto, una ruptura+ Ruptura con la representaci!n corporal 5ue remite nuevamente al mundo de la antasía $ del onirismo 5ue abíamos sepultado bajo las estrate&ias edipi-antes $ las !rmulas especulares de interacci!n social $ construcci!n individual+ 9urante el sue6o, el cuerpo no tiene límites, orece cone3iones imposibles, analo&ías e3tra6as, ormas de relaci!n complejas, devenirNanimal, devenirNmá5uina, devenirNotro+ El -ombi $ otras corporalidades de la antasía $ la ciencia icci!n deconstru$en el te3to de nuestra anatomía corporalL maniestaciones de lo umano en el límite con 5ue so6ar $ reconi&urar la narraci!n impuesta de nuestro propio cuerpo+ )or decirlo con %eanN@uc 7anc$, no un cuerpo cerrado, ordenado, sino un corpus, un cuerpo 5ue no orma una unidad de sí mismo, 5ue no releja una ima&en estable, sino 5ue se aana en captar nuevos lujos, en aumentar territorialidades, en orecer, por su literal desmembramiento, nuevos cuerpos, nuevas má5uinas 5ue a su ve- pretenden con5uistar, e3pandir la pla&a, morder, tocar, aerrar+ Entonces, Y5u/ e3presi!n del cuerpo, 5u/ valores de lo umano se esconderían tras estas iccionesZ Y[u/ discurso sobre el ombre &ravitaría detrás de tales narraciones i&urales del -ombiZ Y*caso no abría sino máquinas, como deienden 9eleu-e $ Guattari, en cada una de las interrelaciones entre los cuerposZ El -ombi es, de aln modo, ese bricoleur moderno 5ue se constru$e a peda-os unos clavos 5ue no an tocado a#n el cerebro, las astillas por el torso a causa de una incursi!n parcialmente allida, jirones de ropa, de carne, uesos abri/ndose paso al e3terior, mejillas descarnadas, restos de polvo, arena, carne, metralla+ El cuerpoNbricoleur del -ombi muestra, de aln modo, esa novedosa aspiraci!n de la corporalidad 5ue nos deja la
rele3i!n posmoderna a medida 5ue nuestro cuerpo adiere nuevos materiales, se torna un cibercuerpo, pierde carne, se roe su identidad+ El -ombi pasea por un campo de cadáveres $ todo se suma a /l+ Es por ello por lo 5ue la dimensi!n corporal del -ombi permite comprender el cuerpo como una multiplicidad+ 7i un cuerpo acabado, ni un cuerpo enteramente aut!nomo+ 7i la má5uina c/libe deleu-iana ni el cuerpo cerrado del psicoanálisis+ ás bien un cuerpo a la manera de %eanN@uc 7anc$ cuerpo al mar&en de una subjetividad $, por lo tanto, cuerpo vivido en el entre, como desobrado, en la multiplicidad $ no en la esera de lo anat!mico+ :n -ombi no es enteramente un cuerpo, no tiene una ima&en desde la cual representarse a sí mismo $a 5ue su cuerpo está constantemente e3puesto a mutilaciones, e3coriaciones, putreacci!n, p/rdidas, res5uebrajaduras, etc+4 $, por lo tanto, no determina su corporalidad desde una anatomía o por la maduraci!n de un discurso biolo&icista+ 7o a$, por decirlo nuevamente con 9eleu-e $ Guattari, cuerpos, sino má5uinas preedípicas el -ombi muerde, se acopla a su presa, unciona+ El -ombi $ su víctima orman má5uinas, la mordedura $ el resto mordido constru$en un mecanismo+ CuerposNpla&a $ cuerpos 5ue se territoriali-an, 5ue buscan e3pandir su territorio pero 5ue no producen otra cosa 5ue otros cuerpos noNmuertos+ El r/&imen productivo -ombi, por tanto, no es nunca al&o distinto a /l, sino /l mismo multiplicándose, reproduci/ndose sin deseo, sin cuerpo unitario para el deseo, por conta&io+
)ista ( A@a tierra de los muertosB 200M4
@*S CS*S '*7 C*H(*9+ @ C.(9(*7 C .EX.
So$ policía+ S/ 5ue t/cnicamente lo 5ue ice estuvo mal+ Cono-co las le$es, s/ c!mo eran las cosas+ U@as cosas an cambiadoV R(CP GR(ES, en @he Eal#ing Iead
@a obra La tierra de los muertos 200M4 propone una reversi!n de los parámetros sociales establecidos+ @os -ombis pro$ectan lle&ar asta la ciudad, los oprimidos toman el control de la situaci!n, se al-an contra el Estado centrali-ado 5ue representa Pauman el veterano actor 9enis 'opper, recientemente allecido4, $ las deensas acaban por poner a los supervivientes a merced de la incursi!n de noNmuertos+ )ero Geor&e Romero, críptico como siempre, pretende lle&ar más allá en sus trans&resoras alteraciones +++ a$ una &ran dierencia entre ellos $ nosotros+ Están muertos+ Es como si in&ieran estar vivos+ Y7o es lo 5ue acemos nosotros, in&ir 5ue estamos vivosZ
@a relaci!n entre la vida $ la muerte se a visto comprometida+ @os muertos somos nosotros, con Estados de poder totalitarios, endemias corporativas, abusos de poder, crisis mundiales, sindicatos empresariales 5ue ao&an los mecanismos de producci!n, etc+ Cada uno podrá a6adir las catástroes 5ue crea conveniente a la lista, las a$ de todos los &ustos $ colores+ :n ejemplo lo tenemos en las palabras del premio 7obel de Economía )aul Pru&man, 5uien ablaba de Abancos -ombiB para reerirse a las entidades bancarias 5ue si&uen uncionando pero 5ue, en realidad, an 5uebrado ace $a tiempo $ s!lo se mantienen en pie ante la esperan-a de ser rescatadas por el Estado+ .odo ello nos recuerda el simulacro 5ue asumimos por !ida, las endebles operaciones institucionales con 5ue in&imos ase&urar nuestra e3istencia, &obernar nuestro destino+ El -ombi se mueve a la manera de un capitalismo de si&no avan-ado $, sin embar&o, lo 5ue nos propone la pla&a -ombi es justamente lo opuesto la caída del sistema, el miedo al caos, la desmembraci!n del socius o cuerpo de lo social+ El -ombi es punD, antisistema, anar5uista, van&uardista $ todo lo 5ue se 5uiera+ Su desplie&ue en orma de pla&a incontrolable no deja de conormar una siniestra simulaci!n de los medios de propa&aci!n del capitalismo $ de la amena-a del eecto de &lobali-aci!n+ [ui-á por ello el -ombi reclama como su$o el len&uaje de la trans&resi!n+ su principal i&ura ret!rica sería el *pocalipsis+ 7o a$ -ombi 5ue no prometa, /l solo, la devastaci!n de toda la ra-a umanaL basta 5ue una pie-a del en&ranaje se rompa para 5ue el sistema entero acabe eco a6icos+ Esta literatura del cataclismo orece en la cuarta película romeriana al&uno de sus compases undamentales+ Si en el capítulo anterior veíamos a un -ombi reeducado, el -ombi Hub, en la tardía La tierra de los muertos será un &asolineroN-ombi, 5ue apenas se limita a repetir ma5uinalmente las actividades cotidianas de su proesi!n antes de caer víctima de la pandemia, 5uien movilice al &rupo de merodeadores $ prepare una incursi!n contra las ortiicaciones de los empla-amientos umanos+ El -ombi, curiosamente tambi/n de ra-a ne&ra, como Hen en la primera de las cintas de Romero, abría superado el ensimismamiento 5ue produce en los noNmuertos la contemplaci!n de los ue&os artiiciales 5ue lan-an los soldados para poder reali-ar así sus incursiones, desalcos $ matan-as en las -onas desprote&idas 5ue bordean el perímetro de se&uridad+ etáora, tal ve-, de este despertar de las clases bajas cuando a5uellos 5ue viven en las &randes ciudades no
acen nada por ellos, a pesar de producir la ilusi!n del ocio, los ue&os artiiciales del espectáculo holl"oodiense, $ deciden, todos juntos, llevar a cabo la revoluci!n+ [uince a6os antes de 5ue se estrenara el ilm, "ernando Savater comparaba $a esta riada de cuerpos imperectos con un recordatorio de los estra&os del capitalismo $ del desi&ual reparto de ri5ue-as Alos cadáveres ambulantes $ caníbales de Romero, con su aspecto desastrado $ am/lico, tienen al&o de amena-a tercermundista son como esos abitantes de tantas partes del &lobo 5ue mueren diariamente de ambre para 5ue los demás comamos bien $ 5ue 5ui-á un día terrible o una noce atal vendrán a reclamarnos la &rasa 5ue emos acumulado a sus e3pensas+++B+ 'a$ toda una tradici!n cataclísmica en el cine $ una recurrente visi!n de lo apocalíptico+ 'uracanes, terremotos, meteoritos, invasiones aliení&enas o volcanes+ El -ombi no abría eco sino apropiarse, con ma$or ra-!n, de este estilema undamental de la icci!n de lo antástico $ lo desmesurado+ no s!lo ocurre en las producciones ílmicas un ejemplo claro lo encontramos en el bestseller internacional 9uerra +undial C , de a3 HrooDs+ Se trata de un conjunto de relatos orales, supuestamente recopilados por el autor con el in de coneccionar un inorme para las 7aciones :nidas en el a6o 202M, con la AGuerra
'acemos pre&untas intrascendentes 5ue $a no funcionan+ Y.ienes ijosZ Y9!nde viven tus padresZ Y* 5u/ se dedica tu maridoZ YCuántos ermanos tienesZ 9eportes, tiempo, trabajo+++ de todo+++ a no sirven+ )ero las viejas costumbres persisten, YverdadZ
@a pandemia a alterado las prioridades del &rupo de no inectados+ @as estructuras 5ue conorman nuestra bio&raía cotidiana amilia, trabajo, deporte4 an dejado de tener importancia, $ los aparatos de control ej/rcito, policía, administraciones e instituciones &ubernamentales4 se an visto envueltos en el caos+ Como decía Hlancot 1FI04, lo cotidiano es lo más diícil de conse&uir, $ el -ombi no abría eco otra cosa 5ue dar al traste con todas esas tramas 5ue ocultan la e3periencia de lo real bajo los umbrales de si&niicaci!n, las tecnolo&ías sustitutivas de las prácticas culturales+ En la rutina está la espontaneidad de lo no secreto, de la alta de eni&ma+ @o cotidiano recupera la ausencia de len&uaje $ el asombro de lo no codiicable, la deconstrucci!n de nuestra relaci!n te3tual con la vida+ En cierto modo, una ecatombe -ombi es siempre una pá&ina 5ue, si bien no está en blanco, permite blan5uear, anular el poder, los binarismos in#tiles de c!di&os, ra-ones insuicientes, estructuras apor/ticas+ @a pla&a constitu$e una e(critura a deconstruido el proceso de sistemati-aci!n $ condensaci!n a trav/s del cual damos te3tura a nuestra vida, elaboramos sobre la blancura de la pá&ina de lo cotidiano las alian-as, las estrate&ias, si&niicados, asociaciones parasitarias de c!di&os $ uer-as+
@a vida como narraci!n es un tema com#n, a6ejo, tanto o más 5ue la propia literatura+ S!lo 5ue en la /poca de los bits $ los b$tes nuestro peril de usuario en la e3istencia acostumbrada se a visto invadido por una cantidad abrumadora de si&nos 5ue acent#an la ret!rica de lo icticio+ 7o dejan de ser procedimientos narrativos, por otro lado desde los personajes avatares4 en 5ue nos emos convertido para la &ran novela ipermedia de nuestros días asta las concisas declaraciones líricas con las 5ue do$ e de mi estado a trav/s de mi muro de "acebooD, no dejamos de reerir nuestra vida por todos los canales posibles+ @a intimidad precisa del e5uipaje narrativo para desenvolverse, las pasiones e3i&en cierto desarrollo novelesco, #tiles de escritor para 5ue su e3istencia pase por real en sociedades ipercodiicadas como la nuestra+ Reducir las incisiones del acontecimiento a toda una rejilla de c!di&os, ilvanados, dise6os resolutivos o causalidades como operadores dentro del lujo de la e3istencia no es al&o 5ue debamos al cine $ a sus relamidos Aapp$ endsB nuestros te3tos aectivos son bultos inormes asta
5ue la palabra moldea, une, despie-a o lima los bordes en un ejercicio escritural constante+ @a bio&raía nunca es la vida, es la escritura de la vida, $ todos nos empe6amos en sustituir la imposibilidad de acotar el acontecimiento por la acilidad de escribirlo desde la vulneraci!n bio&ráica+ )ero el verdadero cambio operado en las #ltimas d/cadas sería, sin más, el del c#mulo de interte(tualidades el t/rmino es de %ulia Pristeva4 5ue delimitan la polionía de nuestro relato bio&ráico, un relato 5ue conecta como nunca lo abía eco con las e3periencias 5uijotescas de la icci!n, con los molinos de viento de los canales inormáticos, las a-a6as de los amosos 5ue aparecen por la tele, los bestsellers, modas pasajeras, ritos absurdos, icono&raías macaconas, etc+ :n vídeo de ou.ube con millones de visitas se enla-a a nuestra rutina diaria, invade nuestra intimidad, lo 5ueramos o no nuestras conversaciones, las conversaciones de los 5ue nos rodean, la televisi!n, incluso las noticias de la tarde se ven aectadas infectadas0+ "orma, lo 5ueramos o no, una nota a pie de pá&ina en el día a día+ :na nota más de entre tantas otras+ ivimos en una diseminación tecnol!&ica+ @a diseminaci!n derridiana, 5ue estipula asta 5u/ punto el si&niicado de un te3to camina a la deriva por todos los demás te3tos, se injerta como motivo undante de nuestras narraciones cotidianas+ Esta deriva impide clausurar el sentido, dar una si&niicaci!n #ltima $ válida a nuestra e3periencia diaria+ Escribo mi vida, $ no puedo dejar de escribir en ella la televisi!n, los pro&ramas, el cine, el peri!dico &ratuito 5ue dan en el metro o esa canci!n 5ue no consi&o 5uitarme de la cabe-a+ )ues bien el *pocalipsis -ombi da al traste con todo eso+ 'ace visible lo 5ue abía caído bajo la invisibilidad de las relaciones la li&adura, la interte3tualidad 5ue asumimos, pero 5ue no vemos, cobra relieve en su ausencia, se acent#a con su alta+ *sistimos, aora, con una orda desbocada de -ombis deambulando por el patio de casa, a las capilaridades 5ue tejía el poder, las redes 5ue me unían a las potencias tecnol!&icas, las máscaras semi!ticas de la icci!n ipermedia, las operaciones contractuales con la intimidad del otro+ Como en la deconstrucci!n 5ue teori-a 9errida, los -ombis nos permiten el encuentro con lo absurdo $ lo alto de sentido una ve- 5ue desmadejamos el ilo de la te3tualidad 5ue nos rodea+ *sí, toda la serie @he Eal#ing Iead supondrá un esuer-o por e3poner a los personajes a a5uello 5ue supera la versi!n de lo cotidiano 5ue nos emos construido, para trans&redirlo $, de ese modo, permitir ver las sombras del dise6o narrativo, interte3tual, de diseminaci!n tecnol!&ica, 5ue delimita el perímetro de nuestra vivencia+ .odo lo 5ue trans&rede, decía "oucault, ilumina claramente lo trans&redido, el poso de lo cercano, para orecernos la verdad positiva de lo 5ue permanecía oculto, esto es, lo absurdo, lo tosco de la e3periencia de vivir, la ausencia de relato a la 5ue no podemos enrentarnos sin caer en la locura o, como vio Hlancot, en el aburrimiento nuestro tedio no es otra cosa 5ue lo cotidiano 5ue se ace maniiesto+ @he Eal#ing Iead remite constantemente a esa iluminaci!n 5ue produce el simulacro, a esa lu- trans&resora 5ue permite ver las alian-as $ pactos umanos en su brutalidad $ su sinsentido+ RicD Grimes, el prota&onista, es un policía 5ue tiene 5ue asesinar para prote&er a los su$os, 5ue se sacriica aciendo el mal, atormentándose en solitario, consciente de 5ue los c!di&os conductuales de las sociedades acomodadas como a5uella en la 5ue /l abía jurado servir $ prote&er no son válidos en tiempos de &uerra+ Si los -ombis constitu$en simulacros de los ombres, el pobre RicD será un simulacro del
/roe+ )ero a$ más e3periencias de simulaci!n a lo lar&o de los más de ocenta n#meros 5ue suma $a la serie I8 editados en castellano, a lo lar&o de 1J tomos4 el blanco $ ne&ro de las vi6etas, secreto omenaje a la primera obra de Romero, como simulaci!n de la vida, oreci/ndonos en esa ocultaci!n del color el e3ceso, la uella de lo orroroso e insoportable+ la cárcel 5ue da cobijo a los prota&onistas durante varios capítulos, el #nico lu&ar en donde lo&ran sentirse libres+ Simulacro, por ejemplo, de las relaciones interpersonales, como cuando Carol, otra de las supervivientes, le pide matrimonio a @ori Carol acaba de romper con su pareja, $ descubre cierta atracci!n acia el matrimonio 5ue orman @ori $ RicD, ormalmente casados desde antes de la invasi!n, padres de un ijo $ de otro en camino+ @as viejas re&las no sirven, dirá, $ se pueden crear otras nuevas, como un enlace aectivo a tres bandas+ @a mono&amia, en tanto 5ue orma contractual de las relaciones matrimoniales, se verá virtualmente aectada aun5ue s!lo sea por el impacto de la proposici!n+ @ori reca-ará de plano a su ami&a, pero el da6o $a está eco+ Se a verbali-ado la trans&resi!n, se an descubierto las sombras de la instituci!n matrimonial, se a volcado lo e3tra6o acia una primera línea de visibilidad+ 9e manera semejante, un tipo 5ue se acaba de unir al &rupo en el tomo dos le e3plica a RicD 5ue a tenido 5ue matar a un ombre, su propio vecino un viejo aable antes de 5ue toda esta des&racia sobreviniera, pero 5ue, tras los nuevos acontecimientos, abía intentado violar a su ija+ RicD le consuela ASo$ policía+++ pero no dejo 5ue las normas me cie&uen a lo 5ue está bien $ lo 5ue está mal, especialmente a la lu- de nuestra situaci!n actual+B A7o me usti&o por aberlo ecoB, contesta el ombre, Ame usti&o por5ue no me siento mal+B @as nuevas estrate&ias de convivencia re5uieren nuevas políticas de control social, nuevos discursos morales, como continuamente se e3i&e en las sociedades del capitalismo tardío+ @as cosas an cambiado+ a "oucault, con su mirada siempre atenta, $ adelantándose a la pandemia de cadáveres andantes, abía sido el primero en arrebatar al ombre el privile&io de la moralidad+ AEl ombre a muertoB, rase lapidaria con 5ue se asesta el #ltimo &olpe en su libro Las palabras " las cosas 1FFI4, cierta desde el punto mismo en 5ue es pronunciada $ ni un se&undo antes, si&niica, pese a otras in&enuas interpretaciones, 5ue nos emos dado cuenta de c!mo en la construcci!n del ombre en tanto 5ue ser moral abía intereses de orden político $ socioecon!mico, lo 5ue obli&a, bien mirado, a revisar los conceptos $ discursos 5ue teníamos por erencia cuando $a todo a lle&ado a su má3imo des&aste+ Entonces, la noci!n de hombre sería, parad!jicamente, lo 5ue autores como :lric HecD denominarían categorías zombis, marcos conceptuales vivos al mismo tiempo 5ue muertos, los cuales, eectivos en un pasado, persistirían a la ora de participar del escenario ilos!ico $ cultural+ Haste citar otros conceptos del tipo
trasnocada, obstinada en sobrevivir $ 5ue no se atreve a levantar acta de su propio allecimiento+ a pesar de todo, tal $ como intentamos deinirlos a5uí a5uí,, los los raci racimo moss co conc ncep eptu tual ales es 5ue 5ue se e3ti e3tien ende den n a trav trav/s /s del del ma marc rco o simb!lico del -ombi no remitirían a esa mortandad de mortandad de la 5ue abla HecD, sino sino a la prom promes esa a de una una reno renova vaci ci!n !n el -omb -ombii arr arras astr tra a co conc ncep epto tos, s, materiales, bri-nas de ideolo&ías, pastices $ con&lomerados semi!ticos 5ue permiten clasiicaciones imposibles, jerar5uías 5ue pasan de lo absurdo a lo ilusorio, del bricolaje al artiicio+ Gilles 9eleu-e insisti! en la necesidad de crear conceptos, de utili-ar la práctica ilos!ica como erramienta para la asociaci!n, el ilvanado de tramas, la puesta a punto de nuevos en&ranajes, ma5uinarias inverosímiles, &racias a los cuales reormular nuestra relaci!n con co n el ma marc rco o de real realid idad ad 5ue 5ue pret preten ende de ac acot otar arse se++ "ren "rente te a mode modelo loss cons co nser erva vadu duri rist stas as,, 5ue 5ue se e3ti e3tien ende den n co como mo !rm !rmul ulas as as ase& e&ur urad ador oras as de ideolo ideolo&ía &íass $ corrie corriente ntess ilos! ilos!ic icas, as, concep conceptos tos o l/3ico l/3ico cientí cientíic icoNt oNt/cn /cnico ico insustituible, el -ombi propone el cambio, el desaío de ulcerar las cate&orías tradicionales del pensamiento $ cru-ar la del&ada ranja 5ue separa una ilo iloso soí ía a co como mo co cons nser erva vaci ci!n !n de mode modelo loss de otra otra co como mo tran trans& s&re resi si!n !n $ reormulaci!n de a5uello 5ue constantemente damos por sentado+ )ues si el -ombi es, para HecD, un empla-amiento 5ue nos condena a concebir de orma apriorística la dinámica de eventos 5ue conorman las sociedades actuales, con !rmulas $a acomodadas, identidades escritas $ prei&uradas, dierencias inmutables $ relaciones abocadas a una tradici!n descriptiva universal, nuestro -ombi no es otra cosa 5ue la inversi!n de todo ello+ @as cosas cambian, incluso la manera de cambiar a cambiado+ "rente a los pro&ramas evolutivos de la modernidad, destinados a dar alcance a su obje objeto to,, rode rodear arlo lo,, as ase& e&ur urar arse se la ca cada da veve- má máss micr micros osc! c!pi pica ca $ e3ac e3acta ta apreciaci!n de los en!menos la dicotomía de lo vivo rente a lo muerto 5ue maneja HecD es $a un ejemplo de esa concepci!n evolutiva de los sistemas de pensamiento4, la posmodernidad 5ue nos depara nuestra ilosoía -ombi pasa pasa por por arre arreme mete terr co cont ntra ra los los n#cl n#cleo eoss de si&n si&ni iic icac aci! i!n n es esta tabl bles es $ las las cons co nstr truc ucci cion ones es co conc ncep eptu tual ales es apun apunta tala lada dass por por la trad tradic ici! i!n n para para,, sin sin la promesa del cambio o el esnobismo de lo nuevo, ase&urar modelajes de cate&ori-aci!n siempre alterables, siempre renovadores+ 7uestro -ombi no es lo 5ue está muerto $ a de sustituirse, sino la articulaci!n misma del cambio+ :n cambio, sin embar&o, 5ue no sucede bajo el paradi&ma ilusorio 5ue 5ue ma mane neja ja HecD HecD lo lo nuev nuevo o sust sustit itu$ u$e e a lo viej viejo4 o4 sino sino 5ue 5ue reco recomp mpon one, e, reutili-a, ra&menta, erosiona o rescata de la masa conceptual $ de las !rmulas dadas es5uejes conceptuales, acumulaciones semi!ticas o ranjas inco incone ne3a 3as+ s+ 7o se trat trata a tant tanto o de mode modern rnii-ar ar som somos os posm posmod oder erno nos, s, no mode modern rnos os44 sino sino de reco recomp mpon oner er,, 5uit 5uitar ar,, deja dejar, r, a6ad a6adir ir,, ensa ensamb mbla lar+ r+ :na :na ilosoíaN@e&o antes 5ue los modelos tradicionales de sustituci!n e ilusoria superaci!n metaísica+ En la posmodernidad no se sustitu$e nada, del mismo modo 5ue en el mito -ombi los muertos andantes no se al-an sobre el umano, no lo superan, sino 5ue recomponen a5uello 5ue podemos decir sobre nuestra umanidad+
@* 'R9* 9ESHR*9*
o pienso en ellos todo el tiempo+ [ui/nes eran, eran, 5u/ acían antes de morir, todas esas cosas+ )ienso 5u/ trabajos tenían+ trabajos tenían+ si tenían familia, familia, $ si es así, ad!nde ueron o 5u/ les pas!+ Y*l&unos son miembros de la misma amilia 5ue si&uen juntosZ Ytros se conocían antes de morir Z sea, esas cosas eran personas+ personas+ .odos ellos tenían vidas+ Ye pillasZ @he Eal#ing Iead
:n artículo 5ue abre una novela de -ombis American Combie, Combie, de i&uel i&uel Har5uero, 20104 nos propone como introducci!n el in5uietante relato de una masiva desaparici!n de abejas producida en territorio :S*+ El ra&mento, irm irmad ado o por por "ern "ernan ando do %im/ %im/ne ne-- @! @!pe pe-- en el n#me n#mero ro 1J8 1J8 de la revi revist sta a
Se trata de ver, en este pe5ue6o párrao, al menos un problema 5ue aecta a nuestras consideraciones, $ es el miedo a la disgregación, disgregación, a la p/rdida de los vínculos sociales+ *l&o mu$ parecido a lo 5ue ocurriría con nuestros temibles muertos vivientes+ El -ombi representa lo dis&re&ado, aun en el caso de 5ue acertemos a poner juntos varios de ellos, como si se ubi ubier eran an deja dejado do atr atrás todo todoss los los c! c!di di&o &oss co cond nduc uctu tual ales es,, las las le$e le$es, s, la morol morolo&í o&ía a de nuestr nuestros os protoc protocolo oloss soc social iales es establ estableci ecidos dos++ @os -ombis -ombis an abandonado a su reina en realidad, nunca tuvieron una, ni líder, ni camán o ele&ido 5ue diri&iera el clan, vi&ilase los ritos o promoviera las ceremonias $ cultos4L va&abundean sin otra intenci!n 5ue satisacer su apetito, $ son incapaces, en la ma$oría de los casos, de actuar en &rupo, aun cuando su objetivo pueda ser el mismo+ [ui-á por ello la cuarta de las producciones -ombi de Romero no a$a cuajado en amplios sectores de la comunidad de ans del &/nero+ El eecto de masiicaci!n de los -ombis, su coalici!n capa- de derrocar conjuntamente el poder establecido, presentaría, de aln modo, una cierta proanaci!n de las bases undamentales de la mitolo&ía -ombi $ de sus c!di&os instaurados+ a emos tra-ado en pá&inas anteriores al&unas de esas líneas principales, como es la total ruptura con el otro $ la no le&itimaci!n de la alteridad+ Esto repercutiría, necesariamente, en las planiicaciones sociales $ decisiones de &rupo+ @as masas de -ombis 5ue se orman por la acumulaci!n de indi indivi vid duos, uos, $ 5ue 5ue em emo os deno enomin minado ado co con n el nombr mbre de horda, horda, uncionarían de manera un tanto dierente a como el psicoanálisis reudiano deini! el t/rmino+ *ntes de la constituci!n de la sociedad $ la cultura, nos dice "reud, los primitivos &rup#sculos umanos se abrían reunido alrededor de un t!tem, un animal 5ue relejaba simb!licamente los valores del &rupo $ 5ue de aln modo estaría vinculado con sus miembros a partir de la-os de
san&re, como antepasado o amiliar del clan+ Estos la-os podrían renovarse a trav/s del sacriicio sacriicar al animal, o incluso com/rselo, dentro del ritual establecido para tal eecto intensiicaría los vínculos tribales con el t!tem protector+ "uera del rito, la carne del animal o la violencia contra /ste estarían totalmente proibidas+ .ales clanes tendrían a un maco adulto como líder+ El maco podría ecundar libremente a todas las embras del &rupo $ someter a los demás a su volu volunt ntad ad++ )o )orr supu supues esto to,, la c! c!pu pula la entr entre e otro otross ma mac cos os j!ve j!vene ness $ las las embras estaría vetada, como puede verse mu$ claramente en con&re&aciones de &orilas $ otros simios+ * partir de esa proibici!n, los j!venes llevarán a cabo un al-amiento or-oso para recorrer el camino desde la vieja orda asta las modernas sociedades re&uladas por la le$+ @os miem miembr bros os j!ve j!vene ness as ases esin inan an en &rup &rupo o al padr padre, e, pero pero nin& nin&un uno o lle& lle&a a a suplantar su lu&ar+ Son conscientes de 5ue, si se adue6aran del poder $ recobraran la posici!n del líder, estarían nuevamente amena-ados por los demás miembros de la orda+ *sí nace la culpa, el sentimiento de temor acia el otro, por el desvío de aber matado al jee $ temer 5ue al ocupar su puesto el uturo les depare la misma suerte+ , junto a la culpa, nacería la le$ 5ue proíbe el incesto+ @os j!venes, 5ue an matado al padre, e incluso abrán lle&ado a com/rselo como en las ceremonias sa&radas tot/micas, alber&an al padre en su interior, llevan su le$, la le$ de no acostarse con las mujeres del clan, $ la reproducen con ma$or ri&or si cabe+ El asesinato sublima $ ortalece la i&ura paterna, la le$, 5ue aora no tendría tanto la apariencia, el rostro del patriarca o de una persona cual5uiera, sino 5ue abitaría en todos los miembros de la sociedad como resto o vesti&io de un ancestral sentimiento de culpa+ @a sociedad se unda en la culpa $ el crimen+ )ara "reud, un crimen real, no simb!lico, aun5ue en el drama edípico se reprodu-ca toda la ceremonia en t/rminos sustitutivos+ El ni6o desea a la madre, mata simb!licamente al padre, pero, al acerlo, cae bajo la le$, asume su culpa, $ se proíbe a sí mismo tomar lo 5ue abía deseado acostarse con la madre4+ Está preparado para la sociedad, como $a vimos+ El -ombi, sin embar&o, no participa de esta esceno&raía+ Carece de deseos como talesL todo en /l son instintos+ *bejas dis&re&adas 5ue serían capaces de abandonar a su reina, si la ubieran tenido al&una ve-, claro+ )or5ue la orda -ombi no establece jerar5uías, basta como ejemplo la producci!n rancesa del mismo título, La horde 200F4+ Este tipo de con&re&aciones suponen una ormaci!n sin t!tem, un &rup#sculo 5ue no se ampara bajo la culpa o la le$+ 7ada a$ sa&rado para ellos, no e3iste el linaje ni el amiliarNt!tem, $ a5uello 5ue se llevan a la boca no pasa por ninn tipo de ritualidad+ *l in&erir a su presa un umano4, el -ombi no Aad5uiereB las propiedades de su bocado, antes bien parece poner en jue& jue&o o el eec eecto to co cont ntra rari rio+ o+ @a vora voraci cida dad d del del -omb -ombii repr repres esen enta ta es esa a reducci!n del otro, la minimi-aci!n de la alteridad+ *5uello 5ue devoran no pasa a en&endrar en /l sentimiento de culpa al&uno, ni ninn otro tipo de duda o miramiento+ @a inracci!n -ombi a perdido entonces el estatus del ases as esin inat ato o por5 por5ue ue no co cono noce ce la desm desmes esur ura a del del otro otro++ )o )odr dría ía deci decirs rse e 5ue 5ue ases as esin inar ar me obli obli&a &a a ates atesti ti&u &uar ar el e3ce e3ceso so de una una alte alteri rida dad, d, me ace ace prometer su superioridad, su rebasamiento+ El otro está más lejos de mí 5ue $o de /l por el eecto del crimen+ o mato, $ al matar e perdido parte de mi poder para decir "o+ "o+ i subjetividad se a reducido, mientras 5ue la otredad del otro 5ueda ampliicada, me roba al&o 5ue me pertenecía, escarba en mí su recuerdo, el sentimiento de culpa o la responsabilidad del crimen, como
una procesionaria 5ue iciera su crisálida en las a&ujas del pino+ Con el -ombi, la relaci!n de interdependencia se a i&ualado+ a no mato a un pr!jimo 5ue, a la manera del pensamiento de @evinas, 5uedaría más cerca de 9ios, sino 5ue lo e reducido a al&o 5ue puedo asimilar unos despojos, unas vísceras, jirones de carne 5ue se arrastran a por mí4+ \l, del mismo modo, al matarme no abrá eco otra cosa 5ue reducirme a a5uello 5ue es capa- de soportar un buen tro-o de comida+ @a relaci!n, por tanto, entre el -ombi $ el superviviente permite la e5uidad cuando el asesinato se produce+ *l asesinar, el otro no es más 5ue $o, sino mi semejante invertido, la sombra de mis necesidades es mi comida, si so$ un -ombi, o es mi amena-a no mi enemi&o, si so$ un no inectado4+ *ora bien, el -ombi establece todas las relaciones desde esa reducci!n 5ue le permite ase&urar la conveniente separaci!n del otro+ a sea su presa o su semejante otro -ombi4, la otredad a perdido ese ras&o del e3ceso, $ por lo tanto no unciona+ El otro acaba convertido en cosa, sin más+ 9e aí 5ue las ormaciones -ombis no supon&an sino la adesi!n de unos $ otros, sin suma o r/&imen constitutivo 5ue estipule las coordenadas de &rupo, una masa abierta, como abría dico Elias Canetti, 5ue ormarían todos ellos an!nimamente @a masa natural es la masa abierta su crecimiento no tiene límites preijados+ 7o reconoce casas, puertas ni cerradurasL 5uienes se encierran se convierten en sospecosos+ A*biertaB debe entenderse a5uí en sentido amplioL lo es por todas partes $ en cual5uier direcci!n+ @a masa abierta e3iste mientras crece+ Su desinte&raci!n comien-a apenas a dejado de crecer+
ientras 5ue la orda reudiana e3iste por un límite, bajo el perímetro de sometimiento a la i&ura patriarcal, al jee 5ue es ese otro más cerca de 9ios, como decíamos, más lejos de mí 5ue $o de /l4, la ordaNmasa de -ombis se unda por ese e3ceso del crecimiento, en el derroce de poblaci!n incontrolado+ Cuantos más sean, más se deine la orda+ En la acumulaci!n está su esencia+ 9el mismo modo, las motivaciones comunes 5ue Canetti asi&na al desarrollo de la masa no se adscriben con la misma juste-a a la a&rupaci!n de la orda+ 7o se produce, como airma el pensador británico de ori&en b#l&aro, un estallido 5ue altere la masa cerrada $ 5ue ore-ca una masa abierta+ 7o a$ masa cerrada en el -ombi+ 7unca la ubo+ :no solo constitu$e $a esa abertura atacará en masa, comerá en masa, como si uera varios al mismo tiempo+ \l es la multiplicidad toda $a )eter SloterdijD denunci! ace a6os 5ue cual5uier individuo lleva la masa en su interior $ 5ue abría 5ue tomar partido contra esa parte de nosotros 5ue nos abita4+ )or eso mismo el -ombi no puede dele&ar en el otro un individualismo 5ue no posee+ Es decir es imposible la comunidad, la alian-a, la concurrencia social, justamente por5ue el -ombi lleva la masa dentro $ no el individuo+ 9eleu-e $ Guattari, en su otra &ran obra conjunta, +il mesetas, describen la multiplicidad del caso clínico del Hombre de los lobos+ ientras 5ue "reud reduce a uno la enso6aci!n onírica del paciente todos los lobos son el loboN padre complejo de Edipo al canto4, /ste se empe6a en pensar el plural+ Su delirio es el delirio de la masa, de la manada, el enjambre con&re&ado de lobos o de abejas+ Se&uramente, el paciente se abría orrori-ado si ubiese leído la noticia de las colmenas abandonadas $ los enjambres dispersos con 5ue comen-ábamos el capítulo+ El inconsciente busca la multiplicidad, 5uiere reconocerse en ella, como sucede con el -ombi todo /l es masa+ @leva mucos lobos dentro, lobos ambrientos $ voraces+ Su inconsciente, por decirlo con 9eleu-e $ Guattari, no se reduce al :no, a la totalidad, sino 5ue
jue&a por multiplicidades, intensidades, temperaturas+ 7o el loboNpadre, sino todos los miembros reunidos en /l+ @a e3periencia del -ombi pasa por la supresi!n misma de la comunidad+ 7o cabría ablar, entonces, de interpelación, como diría *ltusser 1F884+ El il!soo ranc/s deinía así el en!meno entre el $o $ el otro se establece un en&ranaje o uni!n en donde el poder erosiona las voluntades en la medida en 5ue el &rupo de poder dominante recluta las dierentes ideolo&ías del individuo, las canali-a $ coni&ura sujetos a su antojo $ sen sus necesidades, siempre con el objeto de obtener más poder+ \sta sería la ormaci!n típica de partidos políticos, de tendencias tanto radicales como moderadas, $ más la ostentaci!n de autoridad en detrimento de las voluntades individuales opera en todos los ámbitos en los 5ue a$ una relaci!n de poder, desde las escuelas literarias o los &rupos acad/micos la universidad, las asociaciones en clave ideol!&ica4, a asociaciones reli&iosas, espacios econ!micos como las empresas, o toda la ma5uinaria de intercambio $ plusvalías en la compra $ venta de bienes+ )ero tambi/n en cual5uier relaci!n de abla, en toda orma de comportamiento e interacci!n social+ Sean cuales ueran sus maniestaciones, el poder viene del otro en orma de a&resi!n o disra-ando tal a&resi!n, por un intento de someterme, aun5ue se diera el caso de 5ue $o a$a consentido en tal vínculo+ Siempre es el &rupo de poder el 5ue oiciali-a la captura de voluntades, su a&enciamiento+ Esa captura no sucede en la anar5uía -ombi+ 7o a$ otro, $ por lo tanto no se padece la agresión o el sentimiento paranoico de la posible a&resi!n+ El -ombi puede morir en una incursi!n o por cual5uier otra causa 5ue lo enrente a los supervivientes, pero el poder del otro no le aecta, no le condiciona, no está escrito en /l como tampoco lo estaba la le$ del padre, Edipo o la culpa+ [ui-á por eso un -ombi nunca asesinará a otro, por5ue el poder del asesinato no está le&itimado por nin&uno de los dos+ sin la relaci!n de poder 5ue establece el crimen no se ormarán nunca sociedades o civili-aciones -ombis+ Estarán condenados a or&ani-aciones primitivas+ Canetti abía identiicado dos de ellas la masa, basada en la sociabilidad de los miembros, la concentraci!n e i&ualdad, la unicidad en la direcci!n, si&nos conjuntos, territorialidades semejantes, rente a la manada, más reducida $ caracteri-ada por jerar5uías, amplitud de direcciones, individualidades dentro del conjunto+ *mbas instancias podían oponerse o combinarse la orda -ombi daría nombre a una e3tra6a armoni-aci!n 5ue no estaría más cerca de una 5ue de otra+ )or lo 5ue respecta a la or&ani-aci!n jerár5uica, es preciso se6alar 5ue en la orda -ombi no a$ centro+ El poder resbala en ella, las jerar5uías se ocultan bajo la inoperancia de la individualidad o la otredad+ @a ma5uinaria de la orda impide toda acumulaci!n de poder, todo dominio o concentraci!n de uer-as+ Se trata, de aln modo, de una Aestructura ri-omáticaB+ 9e nuevo, los estudios de 9eleu-e $ Guattari nos asisten+ El ri-oma se propone como una estructura no representable, sin centro o tallo a partir del cual se ramiican las dierentes e3tensiones de su cuerpo+ Si se corta un se&mento, vuelve a crecer, en todas direcciones, sin eje al&uno+ Re#ne la unidad $ la multiplicidad, lo individual $ la mucedumbre+ Es un crecimiento de raíces, $ no arb!reo por jerar5uías4+ )ero Y5u/ es un ri-omaZ )ara 5ue nos entendamos un -ombi muerde a un vampiro, $, en mitad de la transormaci!n, el vampiro clava los dientes a su atacante+ Se a producido un intercambio, un devenir+ 9evenirN-ombi del vampiro, devenirNvampiro del -ombi+ @os autores de +il mesetas abían
propuesto otro ejemplo la or5uídea simula el cuerpo de la abeja, deviene !r&ano se3ual su$o, $ la abeja se encar&a de esparcir la semilla de la or5uídea despu/s de una sesi!n íntima con ella+ 7o a$ reproducci!n, mímesis, sino compatibilidad, devenir, a&enciamientos en la cadena de c!di&os 5ue cada parte evoca+ @a -ombiicaci!n se produce de i&ual manera por a&enciamientos+ El -ombi es una uer-a 5ue trata de aumentar su poder pero 5ue no puede contenerlo4, de captar lujos de umanos vivos $ de obli&arles a in&resar en la orda+ En ese crecimiento encuentra la motivaci!n de su in+ )or ello, una orda tiene esa e3tensi!n de mucedumbre sin líder, sin espectador, sin escenario+ 7uestra jauría -ombi representa un teatro 5ue rompe con las limitaciones $ convenciones de la escena, $ 5ue además implica una manera de or&ani-aci!n social 5ue se al-a contra el poder sin poder al&uno+ )or lo 5ue respecta a la relaci!n entre la orda $ el individuo, lo 5ue destaca es la alta de colaboraci!n de sus asistentes, la alta de asociaciones, $, en deinitiva, la alta de individuos de toda orda+ El sujetoN -ombi no se constitu$e en la masa, sino 5ue deja de constituirse, taca todas las li&aduras, $ participa del otro por esa misma alta de participaci!n 5ue ponen en jue&o+ Hlancot abía ablado de irrelación la relaci!n de la alta de relaci!n+ @a orda es en todo momento un
instintivamente $ no mediante un inconsciente colectivo 5ue &uiara o marcara los parámetros de su acci!n+ Cada miembro de la orda es un islote totalmente incomunicado, a pesar de apro3imarse a otro -ombi+ 7o a$ relaci!n, intercambio, len&uaje+ Se instaura así una comunidad de seres sin&ularmente separados, una comunidad de la noNcomunidad, no comunicaci!n, no uni!n, no me-cla+ El -ombi no produce c!di&os, lue&o otro no puede captar los c!di&os del primero, no puede relacionarse con su individualidad ni construir la su$a propia+ 7o a$ len&uaje, si&nos, sino 5ue se vive tan s!lo la e3periencia no simb!lica del indicio uele a carne resca, a$ comida+ :n -ombi ataca, allí pasa al&o+ :n ruido, comida+ :na lu-, comida+ @a estrate&ia del -ombi es la alta de movimiento, la noNproducci!n, por5ue en esa desobra o alta de obra la menor pista o variaci!n en la pauta es vital para identiicar el alimento $ ase&urarse con /l la supervivencia+
)ista AEl diario de los muertosB 200I4
*C7.EC((E7. A*SS E9(*B
ar&e enos mal 5ue no nos convertimos en -ombis descerebrados+ Hart UCistV @a tele+++ 'omer 'ombre+ .ropie-a+ Gracioso+ @S S()S7,
Cuerpos en descomposici!n, caminantes descerebrados con un apetito insaciable por la carne de los vivos+ @os -ombis, a pesar de todo, son muco más 5ue eso, siempre lo ueron+ El noNmuerto representa el nuevo carnaval, la dan-a de la muerte posmoderna su representaci!n es la del e3ceso+ E3ceso alimenticio, visceral, necr!tico, instintivo+ a pesar de ello, a$ al&o en su mirada irreal, en su alta de abilidades, 5ue nos an&ustia por acercarnos a#n más al vacío, al ueco de ser ombre mujer, ne&ro, musulmán, bur&u/s, ni6o, anciana+ Su barro5uismo remite a una seducci!n velada, incluso a la veladura como estrata&ema de seducci!n+ En la sombra, en la ocultaci!n an!nima, allan el sentido 5ue insin#a la alta de sentido, el artiicio de romper con las tramas capitalistas $ los c!di&os de lo moralmente correcto+ .odos los si&nos $ nin&uno+ El -ombi televisivo ju-&a al -ombi capitalista, 5ue somos nosotros+ Su torpe-a parece culparnos por lo aparatoso de nuestras vidas+ :n bárbaro rente a un aut!mata+ El il!soo *lain "inDielDraut se aventuraba a poner a ambos cara a cara en su libro La derrota del pensamiento 1F8I4 *sí pues, la barbarie a acabado por apoderarse de la cultura+ * la sombra de esta &ran palabra, crece la intolerancia, al mismo tiempo 5ue el inantilismo+ Cuando no es la identidad cultural la 5ue encierra al individuo en su ámbito cultural $, bajo pena de alta traici!n, le reca-a el acceso a la duda, a la ironía, a la ra-!n a todo lo 5ue podría sustraerse de la matri- colectiva, es la industria del ocio, esta creaci!n de la era t/cnica 5ue reduce a pacotilla las obras del espíritu o, como se dice en *m/rica, de entertainment0+ la vida &uiada por el pensamiento cede suavemente su lu&ar al terrible $ ridículo cara a cara del anático con el -ombi+
"anáticos $ -ombis a$ en la película de Romero
ras&aduras del vestido+++ @a mediati-aci!n de los canales inormáticos a construido simulacros 5ue nos separan de toda certe-a, al menos asta 5ue el -ombi decide acer acto de presencia $ poner todo patas arriba+ :nas palabras del director en Rosales $ ae, 20084 apuntan directamente al epicentro del problema [uería reali-ar una película sobre este mundo en el 5ue todos son medios de comunicaci!n+ (ncluso los individuos+++, $a no se trata s!lo de las cadenas de televisi!n+ .odo el mundo o$ en día es un reportero, todo el mundo puede colocar contenido en ou.ube, todos pueden col&ar sus opiniones+++ En los Estados :nidos se cuel&an debates políticos, lo acen incluso los candidatos a la )residencia+++ )ero es lo 5ue puede acer cual5uier persona del p#blico &eneral Q++++ Creí 5ue si eso ocurriera, o$ en día su reacci!n sería empe-ar a &rabar+ .al ve- en 1F8 se pondrían a correr, pero o$ por o$ posiblemente ilmaran+ 9e aí sur&i! la idea+
:no de los personajes le 5uita ierro a las primeras noticias de la epidemia mientras el otro &raba+ Esas muertes no son al&o mu$ distinto al miedo por uracanes, dice, a los ata5ues terroristas o amena-as bacteriol!&icas con las 5ue tenemos 5ue enrentarnos día a día+ @a política del terror a perdido su eecto artístico, su artillería est/tica+ @as m#ltiples máscaras an eco del barroco arte de asustar una suerte de rococ! desinlado, sin pretensiones, en donde la ritualidad colorista del miedo sustitu$e a la incertidumbre del espanto+ Y@a soluci!nZ El actor %oan Hentalle nos daba las claves en un cortometraje nos propone unirnos al )artido *lternativa
es la #nica orma de 5ue la sintamos como nuestra, acer biografía, como $a adelantamos, para 5ue la imposibilidad del acontecimiento se dilu$a $ me 5ueden las uellas de amplias cadenas de si&niicantes a trav/s de las cuales colmar mi deseo de realidad+ Saber 5ue la cámara está allí me distancia, $, en ese distanciamiento, alora la verdad, la verdad como puro desvío+ @a miniserie Iead Set , bajo el marbete o pseudotraducci!n de Auerte en directoB, nos orece un claro e3ponente de esta concien-uda crítica a los mass media $ a las sociedades ipercodiicadas de la &eneraci!n gran hermano 5ue el &/nero -ombi traería a colaci!n+ *un5ue no sea del todo e3acto, se suele deinir la serie como un apocalipsis zombi en el cual los $nicos super!i!ientes son los habitantes del )ig )rother ingl&s+ El aislamiento de este tipo de pro&ramas permite 5ue los abitantes de la casa sobrevivan a una pla&a, a la manera de las aneladas islas desiertas de otro tipo de producciones -ombi v/ase el reciente videojue&o Iead Dsland0 o del paraíso so6ado en la tercera de las &randes películas de Romero+ @as conocidas re&las del realit" sho, 5ue preconi-an la incomunicaci!n $ reclusi!n de los participantes, suponen una ventaja para la supervivencia aun5ue desde una posici!n evidentemente mediati-ada los ju&adores creerán 5ue ciertos indicios no suena el despertador, las cámaras no si&uen sus pasos4 representan otra prueba más de la or&ani-aci!n con intenciones meramente publicitarias+ 9e eco, la lle&ada de una superviviente a la casa, ensan&rentada $ asustada tras las numerosas vicisitudes 5ue a tenido 5ue superar para avisar a los in&enuos concursantes, no ará sino levantar las sospecas de /stos, 5uienes descreerán del relato de su invitada, $ arán nuevamente como si todo uera un &iro narrativo o una treta de los productores de la serie ante la baja audiencia 5ue podría estar acaparando el pro&rama+ Se trata de una metáora de las políticas de mediaci!n de las sociedades actuales+ @os #nicos supervivientes en un mundo de aecciones impostadas $ de encuentros virtuales no son otros 5ue los más claramente e3puestos a la recepci!n mediática, a las valoraciones $ opiniones del otro $ a las numerosas re&las $ disparatadas intervenciones de una or&ani-aci!n 5ue &uía sus rutinas diarias $ 5ue codiica casi policialmente el relato de sus vidas+ *dáptate a la mediocridad de las modernas interrelaciones o no podrás ser un -ombi como nosotros, un -ombi con ama $ poder, disoluto $ juer&uista+ En un mundo apocalíptico de pla&as de noNmuertos los #nicos supervivientes resultarán ser los más zombis una serie de personajes supericiales, con rencillas in&enuas $ de un claro inantilismo aectivo pero altamente productivo a la ora de orjar la-os sociales $ atraer simpatías mediáticas o con relaciones esporádicas $ triviales por el des&aste de sus erramientas sentimentales $ e3presivas+ 9entro del abanico de caracteres de los personajes de la serie cabe ver todas las correspondencias necesarias con las ediciones de los realit" shos de nuestro panorama nacional, desde la &rotesca presentadora 5ue es la aut/ntica ercedes ilá de tierras in&lesas representándose a sí misma4 a la inantil e3pulsada de la casaL de los personajes ridículamente dramáticos por su propio teatro de emociones in&enuas a las absurdas lucas de lidera-&o entre varones dominantes+ *un5ue al&unos personajes no dejan de ser t!picos, responden perectamente al casting de temperamentos inocuos de las sociedades posmodernas $ a la e3ibici!n televisiva de tales conductas, con lo 5ue el retrato se acent#a más si cabe en una correspondencia perecta con las
rivolidades del realit" actual, como si de aln modo se nos indicara, por esa estili-aci!n de los personajes, 5ue los modelos o reerentes reales no son menos impostados $ est/riles en el dominio de sus aptitudes 5ue los peleles de la icci!n+ @os acontecimientos transcurren durante la noce de nominaciones, lo 5ue permite entre&ar al &entío a la voracidad de las riadas de -ombis, uniendo, por tanto, la espectacularidad mediática del pro&rama con el necesario estival de vísceras+ Entonces la televisi!n $ los medios de comunicaci!n no sirven de soporte para valorar el en!meno de la pandemia, sus avances $ las medidas de control tomadas, como en otros productos de las sa&as de -ombis, sino 5ue se convierten directamente en los aut/nticos escenarios de la invasi!n+ etáora, una ve- más, de c!mo el teatro a invertido su relaci!n con la vida, c!mo los medios impostados de espectacularidad son aora vividos de manera aut/ntica por los personajes posmodernos nosotros4, como si la televisi!n uera no un medio o una lejanía relativa con respecto al aura benjaminiana de lo cotidiano $ puro, sino una abitaci!n más de la casa, un lar&o pasillo acia nuestros propios deseos, aptitudes, relatos+ Ese vacío de las relaciones umanas, vacío con tintes de -ombi, de vísceras uera $ san&re a litros sobre el par5uet, se debe a un eecto de espejo+ @a realidad nos entre&a sus tripas los relatos 5ue nos permitían sobrevivir anta6o a la crude-a del mundo están aora desilacados, vueltos jirones, como un amasijo de cables 5ue asomara de la má5uina capitalista+ @a visibilidad de estas entra6as del mundo posmoderno, la consi&uiente aceptaci!n, propone ese vaciamiento e3istencial al 5ue se e3pone el -ombi medio+ @a náusea de Sartre es aora un v!mito en toda re&la, $ ese v!mito está cada día en las pantallas de nuestros televisores+ 7o sabemos 5u/ es el interior $ 5u/ el e3terior, 5u/ nos pertenece $ d!nde acaba nuestra relaci!n con los medios+ Esto$ vacío, esto$ e(corporado, viendo c!mo los noN muertos me devoran en masa $ no pudiendo acer nada para evitarlo+ :n ejemplo de ello o de al&o mu$ similar4 lo encontramos en un artículo de %uan %os/ illás en
*un5ue abrá ocasi!n de ablar lar&o $ tendido en el capítulo si&uiente de estas ormas de vaciamiento sentimental, de esta ret!rica del silencio aectivo $ de la interrupci!n amorosa, el eecto de alienaci!n mediática merece nuestra atenci!n al ilo de las rele3iones 5ue provoca la 5uinta producci!n -ombi de Romero+ El articulista %uan %os/ illás se encuentra Auera de síB por la intromisi!n de la ami&a, pero tambi/n de /l mismo, en los espacios de su intimidad+ @a abitaci!nNcráneo permite visuali-ar el contenido de las ideas, tender un invisible puente entre nuestros discursos $ la democrati-aci!n de los objetos $ del mobiliario dom/stico con la marca (Dea como adalid de esa reducci!n, por una suerte de minimalismo econ!mico, a la ve- 5ue est/tico, de las pertenencias del ciudadano medio4+ 'asta tal punto es así, 5ue la simple-a de sus muebles responde a la simple-a de las ideas oráneas 5ue imprimen las inclemencias mediáticas $ los deteriorados modelos culturales en los individuos+ Con la e3presi!n popular Atener bien amueblada la cabe-aB como respaldo, sur&e la duda de si ese mobiliario no será docilidad, in&enuidad u otra cosa, pero en ninn momento inteli&encia o espíritu crítico aun5ue el autor posea sobradamente ambas cualidades4+ Esta crítica zombi acia la -ombiicaci!n, acia la simple-a de nuestro pensamiento made in D#ea, con tra-as de )o=er)oint justito, 5ueda patente por una icticia pulsi!n esc!pica 5ue no encuentra barreras $ 5ue permite la plena visi!n de las interioridades+ El -ombi arremete contra ese contrato ilusorio del estado de bienestar+ Sales un día a tomar al&o, 5uedas con unos ami&os para ir al ?incester, tu bar preerido, pero recuerdas en el #ltimo momento co&er tu recortada, no va$a a ser 5ue te asalte aln caminante 5ue a$a lo&rado superar el perímetro de se&uridad+ El miedo es siempre una ale&oría política en el &/nero -ombi, pero tambi/n la política orece tintes de sur!i!al horror $ de videojue&o :esident e!il una iebre porcina a5uí, un enemi&o árabe allá, una crisis macroecon!mica o nuevos datos sobre el eecto invernadero+ El also estado de alarma constante a convertido el alarmismo en una mera pantomima, en parte de la icci!n televisiva, como apuntaba uno de los personajes romerianos+ a SloterdijD, en su 7rítica de la razón cínica, destacaba asta 5u/ punto las sociedades de un capitalismo tardío como es el nuestro son plenamente conscientes de la canali-aci!n de la inormaci!n, de los tejemanejes del poder, de sus discursos+ 7o a$ ilusiones válidas, todo el mundo sabe c!mo opera el sistema Ulos muebles son todos de (DeaV4, asta 5u/ punto el dinero, el beneicio propio $ la corruptela de turno se apropian del decurso de los acontecimientos, ocupan su espacio establecido dentro del jue&o democrático, $ salen a la lu- en ormas dramáticamente documentadas+ Ei#ilea#s es otra comedia 5ue s!lo pone nombres $ ecas a las operaciones democráticas del en&a6o 5ue $a conocíamos+ *sí, cual5uiera sabe de antemano, sin sorpresa al&una, cuál va a ser el desarrollo de unas elecciones nacionales, 5ui/n va a &anar, 5u/ porcentaje apro3imado le corresponde, 5u/ provincias, 5u/ barrios emiten estos o a5uellos votos+ @a unci!n del arte de desenmascarar tales veladuras, abía a6adido "redric %ameson, deja de tener prioridad+ El en&a6o es demasiado evidente $ no a$ 5ue prestarle atenci!n+ *ora la cultura de masas daría cuenta de ese cinismo ante las incon&ruencias del poder mediante el des!ío el escenario de un debate político entre candidatos puede ácilmente ser reempla-ado por la pro&ramaci!n rosa $ los insultos entre periodistas $ amosos de va&a reputaci!n+ 'a sucedido recientemente con la sustituci!n de la cadena C77_ por un Gran 'ermano de veinticuatro oras+ 'emos nominado la
inormaci!n $ el ri&or mediático por la puesta en escena, sin discursos de contenci!n, de la vida de unos j!venes -ombis 5ue reducen, por un movimiento esclarecedor de los rincones más sucios de lo posmoderno, el acontecimiento &lobal al acontecimiento de lo in#til, la relevancia in&enua del tipo 5ue sale en alborno- de la duca o de la cica 5ue patalea por5ue se le a acabado el tabaco+ @a espectacularidad de los canales de inormaci!n es un in en sí mismo, una manera de asistir anestesiado al desarrollo mediático del relato 5ue cada día constru$e la pro&ramaci!n $ poster&ar así esa realidad política o econ!mica e3cesivamente evidente+ @a superabundancia de realidad 5ue provoca la alta de veladuras semi!ticas en lo reerente a las tramas de corrupci!n política ese suplemento novelesco 5ue nos re&ala la secci!n nacional del peri!dico a dado paso a un intento de camulaje del 5ue participan unos $ otros los media, 5ue no allan beneicio al&uno en mostrarnos lo evidente, o lo 5ue $a sabíamos, pero tambi/n el p#blico, 5ue a desistido de buscar la verdad por5ue esta verdad era muco más asi3iante 5ue la ilusoria mentira de los &randes discursos del Estado de /pocas no mu$ pasadas+ Contra el cinismo &enerali-ado, s!lo cabe una buena pandemia -ombi, aun5ue sea en la icci!n+ @a cultura del espectáculo obli&a a 5ue todo a5uello 5ue suceda lo a&a bajo el iltro de la e3pectativa iccional de los mass media+ Con esta idea nos reerimos a ciertas coordenadas del relato, ciertas veladuras 5ue la narraci!n provoca para ase&urar su /3ito+ :n accidente televisado no deja de ser parte de la parrilla de televisi!n, una orma de producci!n artiicial con cámaras, jue&os de luces, zoom o tra!elling $a perectamente codiicados en el len&uaje del cine, por lo 5ue la car&a emotiva 5ueda rele&ada a la condensaci!n de sus eectos t/cnicos+ @a primacía del espectador posmoderno, 5ue tiene el poder de AsentirB la obra de arte, anula a5uí la conciencia de su objeto artístico como objeto real un atentado, una discusi!n, una conversaci!n trivial o una bolsa de plástico volando+ Gracias a la cámara podemos vivir la realidad desde el desvío, restaurando el c!di&o iccional necesario para su aceptaci!n en la parrilla televisiva+ El documental constituiría entonces el &/nero del si&lo XX(, no tanto por levantar acta de verosimilitud, sino por todo lo contrario, por re&istrar toda una serie de convenciones narratol!&icas a partir de las cuales acer más real lo real+ ASi no pasa ante la cámara es como si no pasara, YverdadZB, nos dice sarcásticamente uno de los personajes de
detalle, los t/cnicos darán noticia de la tra$ectoria de los aviones, el lapso de tiempo entre un incidente $ otro, las -onas 5ue se vieron aectadas por el impa impact cto, o, el avan avance ce del del res5 res5ue uebr braj ajam amie ient nto o en las las es estr truc uctu tura ras, s, etc+ etc+ El atentado de las .orres Gemelas nos transmite la sensaci!n de 5ue, en la medida en 5ue la 'istoria a tomado buena nota de su dataci!n, durará más 5ue los poemas de 'oracio, 5ue las pirámides de E&ipto o 5ue el bronce, $ ni la lluvia vora- ni *5uilo desenrenado podrán derruirlo+ El museo ima&inario, 5ue decía alrau3, no tendrá a5uí otro soporte 5ue a5uello 5ue nos desvía del eco en cuesti!n, siendo $a la destrucci!n territorio del arte, $ la data dataci ci!n !n de lo eím eímer ero o del del ac acon onte teci cimi mien ento to el obje objeti tivo vo de su pues puesta ta en práctica+ 'a$ un del&ado ilo de separaci!n entre la est/tica $ la obscenidad del aten atenta tado do++ @a pelí pelícu cula la 5ue 5ue trat tratam amos os a5uí a5uí tamb tambi/ i/n n plan plante tea a el prob proble lema ma++ Cuando a$ un accidente en la carretera, nos dice una de las prota&onistas, no par param amos os par para a$uda $udarr, par aram amo os par para mir mirar ar++ YSom YSomos os obsce bsceno noss o posmod posmodern ernos os por ell elloZ oZ Haudri Haudrilla llard rd 20024 20024 ase ase&ur &urab aba a 5ue la obscen obscenida idad d comien-a cuando no a$ escena, ni teatro, ni ninn soporte ilusorio 5ue estructure el acontecimiento+ Esta desnude- del eco, 5ue puede o no coin co inci cidi dirr co con n la desn desnud udee- del del cuer cuerpo po porn porno& o&rá rái ico co en su má máss pro proan ana a acepci!n, abría pasado a ocupar un lu&ar preeminente en el centro de la esce es cena na me medi diát átic ica+ a+ )o )odr dría íamo moss abl ablar ar,, un tant tanto o oror-ad adam amen ente te,, de una una desobra de desobra de los mass media+ media+ El t/rmino blancotiano de desobra desou!re0, desou!re0, al 5ue $a aludimos, remite a ese cora-!n de las obras de arte, a ese interro&ante de la literatura 5ue se al-a contra sí misma, 5ue nos entre&a la creaci!n como movimiento $ tránsito, como eterno retorno, retorno, desli-amiento, ruptura de la mismidad+ @a obra de arte o la comunidad4 oculta la ausencia de obra o la ausencia de comunidad4, la locura del desobramiento, la alta de ra-!n en las cavernas sinuosas de su esencia+ 9el mismo modo, en el centro de la escena posmoderna se a ocultado la contraNescena, la alta de esce es cena na de la obsc obscen enid idad ad desc descar arna nada da,, de la inti intimi mida dad d sin sin tapu tapujo jos+ s+ @o @oss espacios de lo obsceno se introducen así en el centro de las producciones televisivas los realit" shos, shos, documentales callejeros, reportajes sobre las viviendas cocambrosas de nuestros vecinos, el porno amateur, los vídeos de ou.ube $ su amplio surtido de intimidades, etc+ @o 5ue estaba uera de las tablas ocupa el centro de la mediati-aci!n, e3cava el vacío en ella+ (nternet como soledad a domicilio+ 7o abría, por tanto, 5ue incidir en la saturaci!n saturaci!n de los medios, medios, sino airmar, airmar, casi al mismo tiempo $ como eecto de ello, un vaciamiento esencial cuando todo se pone a la vista, cuando todo cae ante el despotismo de la mirada, el e3ceso $ el vacío se tocan, la ipercodi ipercodiicaci! icaci!n n se traduce en la alta de puntos muertos, muertos, el todo se re#ne con la nada+ @a desobra mediática nos a le&ado el problema de lo Real lacaniano como pre&unta $ al mismo tiempo respuesta+ Y[u/ es lo Real ante tal diversidad de codiicaciones, intervenciones mediati-adas, perspectivas contradictorias, veladuras, multiocalismosZ @o Real es esto, esto, todo ello, el inventario de ventanas $ espejos, el teatro de teatros de la televisi!n, su laberíntica estructura veo 5ue al&uien ve, 5ue ve a otro, 5ue si&ue viendo+++ asta 5ue s!lo 5ueda el ojo de Gran 'ermano 5ue escudri6a mis actos4+ +atri( responde responde Yo era HaudrillardZ4 bienvenidos al desierto de lo Real+ 7o abría nada en /l $, al mismo tiempo, somos retados a contar cada uno de los &ranos de arena de sus interminables dunas+ 7o e3iste la verdad, e3iste el &oce+ @a intervenci!n de si&nos en la esera posmoderna no pretende mostrar la verdad ni en el discurso del político ni
en las iltraciones de Ei#ilea#s, Ei#ilea#s, sino el &oce del derramamiento semi!tico $ del jue&o de discursos+ El &oce es, por su parte, siempre un e3ceso, se constru$e en una alta de palabras, se sit#a en el /3tasis, mu$ lejos de tal derr derram amam amie ient nto, o, co como mo un obse observ rvad ador or 5ue 5ue no tuvi tuvier era a pala palabr bras as++ El &oce &oce presen presenta, ta, por tanto, tanto, esa inide inidelid lidad ad con res respec pecto to al aconte acontecim cimien iento to no puede decirlo, no tiene palabras para decirlo4 $, sin embar&o, es 5ui-á a5uello 5ue más se le acerca+ @acan situaba el &oce en un e3ceso del placer 5ue podía privarnos de nuestra libertad, 5ue era capa-, incluso, de llevarnos al dolor+ )or ello la verdad, 5ue no es otra cosa 5ue el resultado de le&itimar la relaci!n entre el eco $ los mensajes 5ue se producen para comerciar con /l, no es compatible nunca con el &oce, 5ue tiene 5ue bracear entre las corrientes de si&nos para descubrir, en la orilla, 5ue no 5ueda nada+ [ui/n sabe si el viaje acia el &oce dará como resultado el delirio del placer o el de la locura+ ambos+ El caso es 5ue el &oce nos acerca a la muerte el t/rmino ranc/s petite mort , en alusi!n al or&asmo, lo deja claro4 $, por lo tanto, a esa alta de len&uaje desde donde contemplar la vida+ Es decir, 5ue el &oce es el si&no del -ombi, 5uien, incapa- de decir nada, vive despojado de todo c!di c! di&o &o $ so sort rtea eand ndo o las las em empa pali li-a -ada dass se semi mi!t !tic icas as de los los desp despre reve veni nido doss supervivientes+ .odo lo 5ue era una escena el cuerpo o el paisaje, las alian-as, la política, política, los espacios p#blicos4 propone aora la alta de escena+ 'a$ una desnudede realit" sho 5ue sho 5ue es al mismo tiempo el intento por no dejar ni un solo án&ulo muerto para el ornicio de los concursantes+ @o real mismo parece un cuer cuerpo po in#t in#til il,, abí abía a dic dico o Haud Haudri rill llar ard+ d+ Se a perd perdid ido o el se secr cret eto o de los los espa es paci cios os ínti íntimo moss $ la es espe pect ctac acul ular arid idad ad de los los es espa paci cios os p#bl p#blic icos os++ Se a demo democr crat atii-ad ado o la es esce cena na,, ast asta a el punt punto o de mini miniat atur urii-ar ar todo todoss sus sus componentes, de rele&ar al tiempo de los simulacros, de las e3plosiones semi se mi!t !tic icas as,, sin sin un prin princi cipi pio o idea ideall para para most mostra rarr todo todo a es esca cala la uma umana na Haudrillard, 1FFI4+ Se consiente en un 9i!&enes mediático 5ue acumula los obje objeto tos, s, 5ue 5ue los los redu reduce ce a repr repres esen enta taci cion ones es oper operac acio iona nale les, s, u&a u&ace cess repertorios de una umanidad convaleciente+ Si en el muerto reanimado cada parte del cuerpo, como vimos, es es el -ombi la mano 5ue ataca, el tronco 5ue persi&ue a#n a sus víctimas, los objetos posmodernos parecen aberse llevado una parte de nosotros, desprendidos de nuestro titánico cuerpo cuerpo posmo posmoder derno no mi portá portátil til,, el repro reproduc ductor tor mpNJ, mpNJ, mis -apati -apatilla llass de deporte, la ropa de marca, el m!vil o celular , casi como si sus c/lulas ueran mías $ se ubiesen separado del cuerpo biol!&ico4, conormando ese &ran -ombi de la corporalidad mediati-ada+ 9entro 9entro del c!di&o c!di&o -ombi -ombi es recuente recuente la crítica tecnomoral tecnomoral al ombre ombre $ a sus prá ráct ctic ica as dur durante ante la er era a indu indusstria triall $ tecn tecnol ol! !&ic &ica+ El -ombi ombi es tecnol!&icamente deiciente, apenas puede subir una escaleras o abrir una puerta, salvo si lo ace a empellones $ asistido por el empuje an!nimo de la orda+ Sin embar&o, lo 5ue demuestran las pla&as atecnol!&icas es 5ue la misma tecnolo&ía 5ue los -ombis desconocen no puede aora a$udar a los pocos supervivientes las redes no uncionan, los combustibles escasean, la lu- o la electricidad pronto e3pirarán $ todo 5uedará a oscuras+ @a pandemia nos nos alej aleja a de es este te mund mundo o de es espe peji jism smos os $ para parae ern rnal alia ia publ public icit itar aria ia,, tecnol!&ica $ utilitarista+ Y7o es acaso esa mano cortada del -ombi una metáora de la deiciencia tecnol!&ica, de la evoluci!n del ser umano vuelta contra síZ Si la inteli&encia se debe poco más 5ue a un pul&ar abatible, a la capacidad de nuestras e3tremidades de alcan-ar utensilios, operar con ellos, aprovecarlos para la vida práctica, esa mano cortada del -ombi aerrándose
a una una verj verja, a, 5ue 5ue suel suele e oc ocup upar ar muc mucos os de los los ca cart rtel eles es publ public icit itar ario ioss del del &/nero &/nero,, simbol simboli-a i-a la p/rdid p/rdida a de contac contacto to con los objeto objetos, s, la separa separaci! ci!n n radical entre ver $ tocar, entre vivir $ acumular los materiales 5ue avalan mi e3istencia mi tarjeta de cr/dito, mis &aas, mis libros, el contenido de mis bolsillos+++4+ G!me- de la Serna escribía sus &re&uerías ascinado por esa nueva intromisi!n de los objetos en la vida del ombre en las primeras d/cadas d/cadas del si&lo XX, mientras 5ue el -ombi posmoderno se a cansado de ellos $ a decidido romper con la construcci!n virtual de carne $ plásticos, con esa tecno%imago corporal tecno%imago corporal del sujeto posmoderno, $ enrentarse así a la desnude- $ al desamparo en el 5ue empe-ar a vivir, como se nos decía en la serie @he Eal#ing Iead, Iead, cuando $a todos, o casi todos, an muerto+ :no de los ejemplos más c!micos de esta crítica a los medios tecnol!&icos puede verse en el adictivo videojue&o lants !s Combies, Combies, de 200F, en donde tenemos 5ue deender nuestro jardín ante la amena-a de los descarnados -ombis sin ma$or armamento 5ue un ej/rcito de simpáticos ve&etales+ tro caso lo encontramos en el episodio especial 'allo=een n#mero XX de la e3itosa serie Los Simpson Simpson uno de los ra&mentos del episodio desarrolla una una dobl doble e inte interr rrup upci ci!n !n o tran trans& s&re resi si!n !n de lo so soci cial alme ment nte e ac acep epta tado do++ (nte (nterr rrup upci ci!n !n de los los valo valore ress de orde orden n mora moral, l, por por una una part parte, e, $ de sus sus aplicaciones al mundo de la tecnolo&ía, en este caso de orden alimenticio, por otra+ @a poblaci!n de Sprin&ield se verá asaltada Uotra ve-V4 por una oleada de incidentes relacionados con el en!meno -ombi+ "rente a los ejemplos de las producciones netamente romerianas, a5uí el motivo 5ueda perectamente clariicado desde el principio la macrocompa6ía de comidaN espectáculoNproductos basura avalada por Prust$ el )a$aso a puesto en circulaci! circulaci!n n un nuevo producto producto 5ue inrin&e inrin&e las le$es de la inte&ridad inte&ridad moral moral 2 se trata de una #rust" burger L es decir, una ambur&uesa al cuadrado creada a trav/s de un ilarante proceso co&er una vaca, acer ambur&uesas con ella, dárselas de comer a otra vaca $+++ !oiláM !oiláM vaca al cuad cuadra rado do++ Carne arne de vaca vaca loca loca en am ambu bur& r&ue uesa sass ipe ipers rsat atur urad adas as de comp co mpon onen ente tess &ras &rasos os,, a la ma mane nera ra de los los e3ce e3ceso soss $ co corr rrup upci cion ones es de la política alimenticia de un país 5ue no se constru$! sobre las tradiciones aut!ct aut!ctona onass sino sino 5ue tuvo tuvo 5ue import importar ar sele selecci cciona onar, r, es5uil es5uilmar mar,, ele ele&ir &ir $ americanizar0 lo americanizar0 lo más ácilmente e3portable de cocinas oráneas+ * lo 5ue a$ 5ue a6adir la necesaria ur&encia tanto para su producci!n como para el consumo, or-ada por el ero- cron!metro de la ma5uinaria capitalista de la dieta $uppie $oun&NurbanNproessional4+ @a in&esti!n de estas Drust$ bur&er al cuadrado desencadenará la pla&a+ Sin embar&o, $ como relejo de la mentalidad imperialista de divini-aci!n de sus propios errores nacionales, el joven $ carismático Hart, producto producto de la cultura 5ue se pone bajo el punto de mira de la crítica ideol!&ica de la serie, será el /roe ele&ido, el sujeto inmune a la inecci!n $ redentor de la umanidad+ @os pocos supervivientes propondrán como remedio el canibalismo comerse al ni6o4 con el in de inmuni-arse ante la amena-a, pero el in&enio del pícaro mucaco atajará este nuevo desorden tecnoalimenticio+ El joven Hart propone ba6arse en la comi co mida da 5ue 5ue la ca casi si e3ti e3tint nta a pobl poblac aci! i!n n de reu reu&i &iad ados os a de co cons nsum umir ir diariamente $ así inmuni-arlos a todos, con el consi&uiente recocineo ante su álter e&o $ ermana sensata @isa, 5ue tendrá 5ue in&erir su repu&nante raci raci!n !n,, $, por por lo tant tanto, o, tra& tra&ar arse se sus sus prop propio ioss ar&u ar&ume ment ntos os de rebe rebeld ldía ía antisistema+ El error de nuestros modelos capitalistas parece aber contorneado un &/ner ero o narrativo de repulsa contra el aparato tecnol!&ic &ico $ las
abominaciones cientíicas del mad doctor de turno+ 9esde la epope$a del cineN-ombi posmoderno, este tipo de críticas manejarán unos recursos mu$ característicos cataclismo mediático, contrainormaciones, intervenci!n de teleobjetivos $ otros aparatos en la narraci!n, etc+, 5ue consi&uen mostrar un tema ilos!ico recuente dentro de los estudios de alta cultura sobre el tema, $ es la necesaria p&rdida del acontecimiento+ )arecería una ip!tesis contradictoria, sobre todo si se perila al bies de otras teorías como las de la e3trema visuali-aci!n de los canales comunicativos, la obscenidad desmedida en las modernas civili-aciones virtuales, la alteraci!n de la intimidad vía red social, etc+, pero 5ue se acomoda perectamente a nuestro trabajo si lo situamos bajo la !ptica de ese multiperspectivismo 5ue propone la escena mediática+ er todo $ nada, estar cie&os ante lo real $ al mismo tiempo construir la realidad, no deben ser entendidos como ras&os e3clu$entes de los procesos de mediati-aci!n inormativa e inormática, sino como un movimiento parad!jico a la ora de componer el mapa de las cate&orías ontol!&icas de nuestro entorno+ Como en las tesis del acabamiento de la 'istoria, l/ase "uDu$ama, 9errida o "oucault, en ma$or o menor medida $ desde án&ulos bien dierenciados, la realidad no se deine más 5ue por los si&nos 5ue la auspician, $ su concepci!n temporal, el marco de la 'istoria, no es otra cosa 5ue el relato, la documentaci!n de ese proceso en devenir de los acontecimientos, en donde $a no 5uedan acontecimientos como tales, sino meros trámites de tasaci!n, catalo&aci!n $ comprensi!n semi!tica+ @a 'istoria es escritura, de aí 5ue el -ombi desescriba lo ist!rico, rompa con las operaciones del bio&raismo $ el istoricismo, para entre&arnos esa piel descarnada del acontecimiento+ @a estructura mediática interviene en la composici!n de tales sucesos, virtuali-ándolos $ dele&ando su inoperancia a los valores de intercambio del si&no+ @os mass media an monetarizado la verdad el discurso sobre lo verdadero tiene un valor mercantil, una tasaci!n, presupone unas dimensiones, tiempo, rating en pantalla, volumen de ventas, etc+ Se a ablado de un primer capitalismo de producci!n $ de otro de consumo+ 'abría 5ue a6adir una tercera ase 5ue se correspondería con la 5ue nos a tocado vivir un capitalismo de información+ @a tríada &lobali-adora estaría así al completo+ * trav/s de los canales mediáticos se produce una economi-aci!n del tiempo, se actura el instante $ se devuelve no tanto la sustituci!n ilusoria, 5ue tambi/n, sino el reverso canjeable+ @os media nos entre&an la canali-aci!n monetaria de la realidad, $ acilitan el true5ue $ el trapiceo noticiario+ 7o es entonces casualidad 5ue el capitalismo econ!mico lleve aparejado un capitalismo inormativo+ @a inormaci!n se ori&ina por ese desvío del suceso, $ entra en el circuito del intercambio mass media+ )roduce, i&ualmente, plusvalías lo 5ue se dice &enera más discursos, comentarios, e3/&esis ininitas, ilimitados solapamientos elocutivos, 5ue son aprovecados por la má5uina capitalista+ Geor&e Steiner 200J4 a dedicado al&unas palabras imprescindibles al eecto de noNescritura, al silencio -ombi 5ue ataja los discursos $ la ipercodiicaci!n verbal Ael silencio es una alternativa+ Cuando en la polis las palabras están llenas de salvajismo $ de mentira, nada más resonante 5ue el poema no escritoB+ *un5ue a#n alta bastante para 5ue veamos poemas -ombis en concreto, altan dos capítulosL paciencia4, sí 5ue abría 5ue incidir en esa restauraci!n de lo trivial, en lo transparente, lo no mediati-ado a#n, la intimidad sin cámaras del acontecimiento+ El -ombi promul&a lo 5ue Hlancot abía denominado como escritura del desastre 1FF04, escritura 5ue sucede en un espacio
neutro, ima&inario, 5ue detenta esa separaci!n, la noNrelaci!n con el suceso, las incompatibilidades entre los canales de apropiaci!n $ el trasondo invisible de lo realL escritura destinada s!lo a escribir la p/rdida, la imposibilidad de la escritura, ese des&arro sobre la supericie del len&uaje 5ue impide abocar a la palabra el devenir $ el acontecimiento, incluso el acontecimiento de la muerte, el cual, como vimos en el primer capítulo de nuestro estudio, estaría prolon&ado irrisoriamente en la i&ura de estos tecn!obos noNmuertos+
)ista ( A@a resistencia de los muertosB 20104
"R*S *"EC.(*S 9E@ <H( E9(
a a$ en el mercado demasiados libros sobre c!mo sobrevivir a una catástroe
El -ombi, en palabras de %or&e artíne- @ucena, no e3iste Anos abla meta!ricamente del 7arciso de o$, de ese ombre 5ue se tiene a sí mismo como ideal, cu$a vida es esclava de sus apetitos en cada instante $ 5ue, por tanto, va perdiendo su identidad, es decir, la tensi!n de un relato unitario 5ue la posibilita, para pasar a ra&mentarse pulsionalmenteB+ Esta perversidad polimora del -ombi, su desarre&lo pulsional, coni&ura un e3tra6o $ cadav/rico 7arciso 5ue recrea nuestras pasiones desde el des&arro $ la puesta en escena de nuestras limitaciones aectivas+ El ser umano vive inmerso en sus obsesiones $ ijaciones, como no podía ser de otra orma, del mismo modo 5ue los ambrientos caminantes de las películas del &/nero -ombi avan-an ine3orablemente acia sus apetitosas víctimas+ El sujeto posmoderno, como abía ase&urado @ipovetsD$ en su $a clásico La era del !acío 1F84, es un 7arciso 5ue a visto perder esa conciencia de clase de /pocas pasadas para enrentarse, en el capitalismo tardío, a su propia construcci!n identitariaL un 7arciso 5ue $a no se sumer&e en las a&uas de lo comunitario o lo político para lucar contra a5uello 5ue le reprime, sino 5ue a encontrado en el campo del subconsciente su propio territorio de dudas $ restricciones+ El individuo traspasa las barreras de la ima&o $ se enrenta a las interioridades del $o para recorrer, por un proceso de autoconciencia $ despertar introspectivo, las laberínticas &alerías de su personalidad+ @o cual acabará, apocalípticamente, con una -ombiicaci!n masiva, tal $ como nos dice el autor en el capítulo AEl -ombi $ el psiB el entusiasmo por las interioridades de la conciencia arruina las voluntades de pro$ecci!n e3terna, las &randes movili-aciones sociales $ los en!menos de revoluci!n social+ El narcisismo colectivo de los modelos relacionantes actuales s!lo plantea, como $a avan-amos en nuestras inda&aciones sobre la orda -ombi, individuos monádicos, sin puertas ni ventanas, 5ue no lo&ran salir de sus abismos de ininitos espejos, $ 5ue s!lo alcan-arán a llenar esa alta del otro por la repetici!n ma5uinal, sistemática, de las tareas 5ue los tiempos modernos an preparado para ellos+ :na orma in/dita de apatía, se6ala el pensador ranc/s, 5ue pretende ocultar el vaciamiento del individuo bajo la máscara de los dispositivos ApsiB, subproductos de ori&en oriental en la ma$oría de los casos, pero absorbidos por los procesos de mercantili-aci!n $ mediati-aci!n característicos de ccidente taiNci, en&N sui, meditaci!n -en, jo&&in& o ootin&, rolin& $ dierentes t/cnicas de masaje, prácticas terap/uticas no a&resivas aromaterapia, musicoterapia, idroterapia4, $ un lar&o etc/tera+ @a película de 2010 de Geor&e *+ Romero, La resistencia de los muertos, plantea tambi/n el problema de 7arciso desde varios posicionamientos+ 'a$ AnarcisosB, por ejemplo, en esas amilias enrentadas de la isla de )lum, cerca de las costas de 9ela=are, en donde transcurre la trama, 5ue acabarán por masacrarse unos a otros, 5ui-á por no soportar su propio relejo en el vecino de enrenteL a$ narcisismo tambi/n en las ermanas
&emelas 5ue aparecen en la cinta, una de ellas aectada por la inecci!n $ otra noL $ por supuesto en la i&ura del -ombi, 7arciso posmoderno para el avan-ado estado de descomposici!n de nuestras relaciones interpersonales+ El lar&ometraje nos presenta a dos amilias, los >"l$nn $ los uldoon, enrentadas en los primeros días de la pandemia+ ientras 5ue /stos desean prote&er a los transi&urados amiliares -ombi, los >"l$nn se empe6an en erradicar la pla&a asesinando a todo a5uel 5ue muestre los síntomas de la e3tra6a enermedad+ *l&unos de estos #ltimos son e3pulsados de la isla $ &uiados por )atricD >"l$nn, 5uien una ve- uera se alía con un &rupo de militares 5ue pretendía uir de la ecatombe a -onas más se&uras+ * su re&reso a la isla de )lum, el e3iliado >"l$nn $ los militares descubren 5ue mucos más an sido inectados, $ 5ue contin#an literalmente encadenados a sus e3istencias pasadas un cartero -ombi con &rilletes 5ue entre&a una $ otra ve- la misma carta, una labrie&a 5ue pasa ininitamente el arado, pero tambi/n amiliares inectados api6ados en &ranjas, o la propia ija de >"l$nn una de ellas, como se desvelará más tarde4, 5ue avan-a -ombiicada por toda la isla a lomos de su caballo+ @os uldoon abían persistido en su intento de prote&er a sus amiliares -ombis, $ pretendían para ello suministrarles otro tipo de sustento 5ue no pasara por la estricta dieta de carne umana, sin /3ito aparente asta 5ue, al inal del metraje, cuando el enrentamiento entre los vivos a dejado todo patas arriba, los noN muertos se abalan-an contra la montura de la ijaN-ombi $ acaban en&ullendo sus tripas+ @os militares 5ue sobreviven se marcan, $ los patriarcas de ambos clanes, transormados en muertos vivientes, no cejan en su empe6o de acabar el uno con el otro, a pesar de 5ue s!lo saben disparar torpemente unas pistolas descar&adas+ El d/icit de las relaciones aectivas entre amiliares, ami&os $ vecinos 5ueda patente en varios momentos de la película+ .ramas de poder, especulaci!n aectiva, resoluci!n por la violencia de los conlictos vecinales+ :n 7arciso bravuc!n 5ue, al mirarse a sí mismo, s!lo encuentra ra-ones para borrar su relejo en el a&ua a base de tirar una piedra tras otra+ si bien el psicoanálisis nos a dejado una ima&en patol!&ica del 7arciso edonista, el eecto contrario, nos dice el olclore popular, el de la incapacidad de ver en los espejos nuestro propio relejo, indica para mucas tradiciones la Amuerte en vidaB del sujeto en cuesti!n cr+ Gubern, 20024+ *un5ue el -ombi, salvo contadas e3cepciones, sí es capa- de relejarse en los espejos esta ce&uera en la reracci!n especular le corresponde por dereco propio a los vampiros4, lo más com#n es 5ue el muerto viviente se identii5ue, sin espejos de por medio, con la imposibilidad de vernos en el otro, de participar de su otredad $ construirnos en ella+ El -ombi como nueva mitolo&ía del doble nos orece, antes 5ue nada, el miedo del ombre acia sí mismo, pero visto a trav/s del r/&imen reractario del pr!jimo, desde la violencia &enerada contra sí, por la perversidad de sus mecanismos de poder, por el derrumbe del estado de bienestar 5ue acompa6a a todas las películas del &/nero+ Si uno ojea otros productos del mito narcisista, como el Iorian 9ra" =ildeano, descubre 5ue la est/tica de la depravaci!n $ la debacle a arrai&ado en este tipo de relatos Gra$ es un rico $ supericial mucaco 5ue desea vivir siempre joven $ ermoso, como en uno de los retratos 5ue conserva+ Su deseo se vuelve realidad, $ todas las perversiones 5ue lleva a cabo durante su disoluta e3istencia se truecan en decrepitud $ veje- para la ima&en del !leo+ ientras 5ue Gra$ dedica sus días a una vida de libertinaje, su -ombiNnarciso retratado sure en su aspecto todas las ulceraciones del alma del joven+
)ero el individuo posmoderno no posee ese retrato 5ue pueda acrisolar los estra&os de sus inmoralidades, $ sin embar&o siente una necesidad enermi-a de encontrar su doble, un álter e&o en cada objeto 5ue le rodea, en cada actividad rutinaria del mundo moderno, aun5ue no alcance a ver otra cosa 5ue el -ombi, sus p#stulas, la corrosi!n de su deseo eca $a otredad, e3tra6e-a+ @a construcci!n del sujeto pasa i&ualmente por la de&radaci!n del otro, $ las representaciones tan caras a los -ombíilos de estas ormas de teatralidad del cuerpo muerto no acen otra cosa 5ue sostener los ilos de esa perversidad esc!pica 5ue nos impide ver la otredad como compa6ía, &enerosidad, amistad, amor+ El 7arciso posmoderno no tiene espejos, no se ve relejado, $ eso le asusta+ El otro no me devuelve una panorámica de mis deseos, deectos, pasiones, etc+, sino 5ue está tan descarnado como estos muertos caminantes o como el retrato =ildeano, del mismo modo 5ue $o pare-co un amasijo inecto de lla&as ante sus ojos+ @as relaciones aectivas monádicas de la posmodernidad no soportan esa cercanía, el tacto demasiado umano de los cuerpos, las muestras e3cesivas de aectuosidad, las declaraciones pat/ticas, las sinceridades rutinarias del odio $ del amor+ .odos somos 7arcisos ante un -ombiicado pr!jimo, si bien la acilidad con 5ue esos papeles pueden intercambiarse se nos escapa con demasiada recuencia, por lo 5ue olvidamos, no sin al&o de soberbia por nuestra parte, 5ue nosotros tambi/n asumimos el papel del -ombi cuando nos presentamos ante los demás+ Este en!meno se ve mu$ claramente en el cuento A@os muertosB, de icael S=an=icD, en donde los -ombis ocupan el lu&ar de una mercancía se utili-an para determinadas labores, mano de obra barata $ ma5uinal, empleados de servicios, e3tras para películas de 'oll$=ood o simplemente como e3!ticos compa6eros se3uales, al&o 5ue $a ocurría en la interesante película canadiense Fido 2004+ *nte esta utili-aci!n dantesca de las mercancías umanas el autor abla, por boca de uno de los personajes, de las carencias emocionales 5ue se ponen en jue&o a trav/s de la metáora del -ombi como alienación del otro, no s!lo de los realmente inectados, sino de a5uellos 5ue, en sus vidas reales, desempe6an tareas no mu$ distintas a las desi&nadas e3clusivamente para estos d!ciles noNmuertos *l atravesar anattan surí una especie de alucinaci!n, estábamos conduciendo por una ciudad de cadáveres+ Rostros &rises, movimientos lán&uidos+ .odo el mundo parecía muerto bajo los aros $ el vapor de sodio de las arolas+ *l pasar ante el useo (nantil, vi a una madre con un carrito al otro lado de las puertas de cristal+ 9os ni6os a su lado+ @os tres inm!viles, mirando acia nada+ )asamos por una tienda, los -ombies estaban sentados delante de ella, bebiendo =isD$ en botellas metidas en bolsas de papel+ * trav/s de las ventanas del piso superior pude ver los tristes tra-os irisados de jue&os virtuales dedicados a ojos vacíos+ 'abía -ombies en el par5ue, -ombies umando porros, -ombies conduciendo ta3is, -ombies sentados en escalones $ ara&aneando en las es5uinas, todos esperando a 5ue pasaran los a6os $ se les ca$era la carne de los uesos+ e sentí como el #ltimo ombre vivo+
Este prota&onista solitario, a la manera del #ltimo ombre 5ue invent! ateson en su libro D Am Legend 1FMK4, parece aber salido del jue&o de miradas narcisistas entre los -ombis $ los muertos en vida, $, una vedescubierto el en&a6o &enerali-ado, s!lo alcan-a a sentirse como el #nico 5ue no está alienado entre tanto cadáver+ si bien el relato de S=an=icD nos muestra la orrible visi!n de los -ombisNotros 5ue pululan por las lamantes ciudades de un capitalismo posmoderno con tintes uturistas, no altan obras al&o tardías, por otra parte4 5ue se posicionan del lado del -ombi $ de sus modelos aectivos cercenados por este imperialismo de las
sensaciones áciles+ :na nota de umor la pone el libro de artin .o=ers $ %ason 9aniel Greenield 6h, noM ;o" a con!ertirme en zombiM 200F4, en donde se elabora un detallado manual para a5uellos 5ue an sido inectados $ empie-an a notar una serie de cambios en su cuerpo $ no, no se trata de la adolescencia4 'as de pensar ríamente lo 5ue te ocurre $a estás muerto o a punto de morir, $ eso no va a ser lo peor+ @o peor va a ser 5ue todas las personas 5ue conoces $ las 5ue no4 5uerrán matarte, destruirte, 5uemarte $ mutilarte por5ue eres eo, apestoso, babeas $ das asco+ Hueno, estos apelativos no distan muco de c!mo eras antes, por lo 5ue, en cierta orma, te van a tratar i&ual+ *sí 5ue sí, estar no4muerto no es mu$ distinto de cuando estabas vivo, por5ue te se&uirán jodiendo en el curro, en tu casa, en la calle, o incluso en el metro+
\stas podrían servir como líneas introductorias para una compleja obra del &/nero, la película 6tto> or, Jp ith Iead eople 20084, 5ue describe la vida aectiva del muerto viviente tto, un adolescente &a$ en busca de su estatus identitario, 5uien, sen se6ala una de las prota&onistas de la cinta, Aestaba conduciendo su propia revoluci!n de un solo ombre contra la realidadB+ Estas declaraciones, 5ue contrastan con la atuidad e insociabilidad del adolescente prota&onista, crean un jue&o de perspectivas $ cruces de discursos de &ran eicacia est/tica+ El perverso, como se6ala "oucault, tiene un potencial revolucionario, $ esta perversi!n llevada al e3tremo por el -ombi tto trae aparejada consi&o toda una serie de valores de repulsa contra el mundo de los !i!os Ano es ácil ser un muerto viviente+ @os vivos me parecen todos la misma persona+ creo 5ue no me &usta muco esa personaB+ El -ombi tto es en todo momento el otro, el e3tranjero, ese 5ue no alcan-a a ormar ninn tipo de vinculaci!n emocional con a5uello 5ue le rodea+ Se le llama homeless por lo mal 5ue uele $ por llevar siempre la misma ropa, se le desprecia como a una ra-a invasora o se le reca-a por su condici!n omose3ual+ @a película lle&a a psicoanali-ar al -ombi $ a describirlo como un ni6o vacío, el prototipo de uturo actor porno, solitario, muerto por dentro, ni6o perdido, da6ado, airma la artista edea, personaje istri!nico 5ue reali-a un pro$ecto documental sobre la vida del -ombi tto+ Entonces, en lu&ar de ver las operaciones del capitalismo avan-ado como una construcci!n abricada $ consentida por todos los sujetos 5ue orman tales sociedades, la película incide en el producto de estas estructuras socioaectivas malo&radas, en las &rietas $ carencias 5ue minan la cordura de los individuos Adispuestos a lle&ar asta el e3tremo con el in de sentir al&oB+ Este muerto 5ue no siente, pero 5ue 5uiere sentir, vale como interpretaci!n de los ombres $ mujeres 5ue conorman las tardías sociedades posmodernas+ En una escena situada en el metro, el joven tto verá a todos los demás viajeros como muertos vivientes, a#n más deteriorados 5ue /l, salvo a los j!venes varones, 5uienes se le aparecerán bajo la orma de atractivos $ apetecibles4 umanos, como si en el mercado de la carne lo #nico 5ue mereciera la pena llevarse a la boca uera a otros ombres $, más allá de las bajas pasiones, tto no uera capa- de ver ninn rastro de umanidad en el resto de pasajeros+ )ero tto es, a pesar de esta b#s5ueda insaciable de cuerpos, insensible a al&unos de los AmordiscosB de a5uellos -ombisNerot!manos con los 5ue se cru-a, dando así buena cuenta de la t!pica vaciedad de las relaciones aectivas de la comunidad &a$, 5ue a5uí proponemos utili-ar como trampolín para condenar una ruptura &enerali-ada de las relaciones proundas rente a los encuentros triviales en las sociedades de consumo rápido $ pasiones Dleene3 amoríos de usar $ tirar+ @a b#s5ueda sentimental, la con5uista aectiva 5ue reclama
el ilm nos transporta más allá de las aptitudes procedimentales de los -ombis de los I0, 80 $ F0, acomodando el &ore $ el se3o en una misma ceremonia 5ue tiene como in destruir a los asistentes las relaciones se3uales de nuestro joven -ombi se producen en un estival de san&re $ vísceras con otros sujetos, en donde el des&arro de cuerpos cumple las veces del goce lacaniano, de una petite mort 5ue se6ala prioritariamente el vaciamiento aectivo a trav/s de un vaciamiento real de los cuerpos, de su san&re $ entra6as pro$ectadas contra las paredes+ Se acent#a así, estrat/&icamente, una carencia 5ue no es la de tto o la de sus displicentes compa6eros de cama, sino la nuestra, el desarrai&o de nuestra l!&ica emocional posmoderna, $ una b#s5ueda 5ue 5ui-á debi/ramos tambi/n reali-ar para redimirnos de la pro&ramaci!n aectiva 5ue el capitalismo tiene preparada para cada uno de nosotros+ Su rebeldía, el &esto provocador de esta b#s5ueda sentimental de tto, entre tanta putreacci!n $ desorientaciones en la l!&ica emocional, pasa por esa necesidad de sentir 5ue &uía sus acciones encuentros con otros vivos ombres4, la participaci!n en un rodaje con edea, el inal or&iástico de una película &a$ a la 5ue tto asiste como espectador, etc+ @a propia edea parece adivinar la b#s5ueda identitaria de nuestro -ombi adolescente $ se sirve de al&unas propuestas directamente tomadas de pensadores de la posmodernidad como "redric %ameson para e3poner el en!meno de -ombiicaci!n de las sociedades tardocapitalistas En una sociedad industriali-ada 5ue a alcan-ado un punto de abundancia, 5ue se a caracteri-ado por la producci!n de bienes improductivos, aparatos tecnol!&icos, desperdicios e3cesivos, obsolescencia planiicada, objetos de lujo, construcci!n militar e3cesiva, etc/tera, airmar la represi!n sobre $ por encima de lo #nico necesario para promover la cultura se a impuesto a sus ciudadanos+ El trabajo redundante e innecesario sobre el cual a predicado el capitalismo avan-ado, caracteri-ado por un eecto pasmoso o detonante, una especie de estado -ombi, resulta en una distracci!n de las propias necesidades personales $ se3uales+ :na persona 5ue unciona normalmente en una sociedad enerma se convierte en un enermo+ ientras tanto, es s!lo el individuo inadaptado 5uien puede e3teriori-ar sus emociones de orma saludable, en contra de las estrictas restricciones $ peticiones de la cultura dominante+
Se crea una correspondencia entre la pla&a -ombi $ las adulteraciones del capitalismo, aun5ue el eecto de -ombiicaci!n no sea siempre entendido como un producto de las sociedades de consumo $ mass media actuales, sino 5ue, además, lle&a a ponerse en relaci!n con el colectivo &a$ $ las ormas de omoerotismo, vistas con violencia $ desa&rado por los poderes p#blicos $ constantemente soocadas durante el metraje por otros j!venes radicales 5ue se dedican a apalear -ombis $ a llevar a cabo una aut/ntica cacería de brujas contra los noNmuertos &a$s+ )or lo 5ue respecta a estas vinculaciones con los espacios aectivos de la dierencia, 5ui-á lo más destacable no sea tanto esta b#s5ueda de reali-aci!n personal $ de cone3i!n con el otro, 5ue toma a5uí prestadas las erramientas de una obra queer $ de producciones li&adas a tendencias cada ve- menos mar&inales pero uertemente vetadas o coaccionadas por la vo- popular, sino esa alta de erramientas 5ue el propio tto pone en escena a la ora de acerse merecedor de sus objetos de deseo+ Como en todo buen -ombi, la atroia narcisista de una otredad mal construida por el sujeto posmoderno se deja ver a5uí a trav/s de lo poco o nada 5ue tto tiene para orecer a sus con&/neres, por la escase- de estrate&ias de cone3i!n emocional con las 5ue dar palabra a los dictámenes de su cora-!n $ empati-ar con el pr!jimo+ El -ombi adolescente se deja llevar, como buen -ombi 5ue es, por las parejas
5ue le asaltan, por la loca edea 5ue pretende acer de /l una estrella mediática o por los j!venes om!obos 5ue le apalean, $ s!lo el recuerdo ra&mentario de una e3periencia plena con un novio in !ita lo&ra aparentemente redimirlo+ tto carece de mediaciones aectivas $ eectivas para llevar a cabo sus relaciones íntimas+ Como ase&ura edea, ejempliica el desarrai&o de un individuo 5ue pretende una vida emocional plena sentirse vivo4 pero 5ue no lo lo&ra por5ue el sistema s!lo unciona en el delirio+ es 5ue las políticas amorosas de las modernas sociedades de consumo re&istran conlictos mu$ similares a los 5ue vimos 5ue ocurrían en el terreno de los medios de comunicaci!n+ @a realidad debe estar mediada, debe pasar por el iltro de las cámaras, por los discursos, los aparatos de televisi!n, para 5ue lo&re darse como tal, del mismo modo 5ue las relaciones interpersonales e3i&en nuevos protocolos de distanciamiento e intervenci!n mediática+ 7o es necesario entrar en ejemplos preclaros como el se3o tele!nico $ sus voces cercenadas, o las prolierantes maniestaciones de se(cam, en donde lo e3citante pasa a ser esa alta de relaci!n de los cuerpos, la distancia como eje del erotismo en su contraste con la intimidad de mi casa, mi cuarto, mis cortinas, etc+, 5ue pasan aora a participar de la esceno&raía del rito amoroso $ masturbatorioL basta ver el au&e de las redes sociales $ el doble mensaje 5ue orece su c!moda instalaci!n en la sociedad al mismo tiempo 5ue me acercan a desconocidos de cual5uier parte del planeta, me distancian del vecino de al lado, del ami&o con el 5ue cateo antes de bajar a la calle a tomar al&o con /l o de la persona a la 5ue 5uiero seducir+ sin embar&o estas estrate&ias de relaci!n parecen aber iniciado un más 5ue ructíero camino+
Cabe citar a5uí otros en!menos recurrentes como la llamada perdida, protocolo 5ue nos indica el des&aste de las prácticas aectivas basadas en el contacto $ en la compleja elaboraci!n de discursos+ Si $a la llamada tele!nica se correspondía, de al&una manera, con un r/&imen
interrelacional de se&undo orden no estamos presentes cuando ablamos por tel/ono4, la llamada perdida remite a una ausencia de la ausencia misma, un vacío sobreco&edor 5ue institucionali-a las banalidades de la conversaci!n $ las sortea a trav/s del si&noNcero de la ausencia de mensaje+ a Hartes 1F824 acía notar la e3trema soledad del discurso amoroso, su separaci!n del poder, de las ciencias o saberes establecidos, la alta de apo$os, i&uras, paisajes, el desasimiento de su ret!rica+ Esta vacuidad comunicativa traspasada por un trasondo de racaneo econ!mico4 imprime en las relaciones diarias rapide- $ precipitaci!n, lo 5ue muestra el des&aste $ la saturaci!n de c!di&os, $ la necesidad de los ami&os o amantes de enati-ar a#n más la soledad de los discursos amorosos desde una total desaparici!n de los c!di&os verbales, un aut/ntico &rado cero de la declaraci!n aectiva+ El len&uaje, en cierto modo, es lo 5ue a un mismo tiempo nos une $ nos separa+ El abla habla entre los cuerpos como el alo simb!lico 5ue separaba al ni6o de la madre4, va&abundea más allá de la presencia o la ausencia $ se interna en los espacios intersticiales 5ue, en cierto modo, no son $a espacios, sino noNlu&ares, ricciones $ desencadenamientos del pacto semi!tico, o5uedades en circulaci!n+ @a llamada perdida pone en uncionamiento una ausencia 5ue podemos interpretar, a partes i&uales, como un intento por abandonar la saturaci!n discursiva, una suerte de ra&mento amoroso al borde mismo de su desaparici!n, o como una nueva codiicaci!n del mensaje, un si&no cero 5ue a$ 5ue estructurar Y5u/ si&niica una llamada perdidaZ Y[ue te acuerdas de míZ Y[ue te llame por5ue no tienes saldoZ4+ 9e cual5uier manera, no es ácil ima&inar 5ue dos supervivientes a una pandemia -ombi se dedicasen a darse to5ues al m!vil aprovecando las #ltimas oras de uncionamiento de unas abandonadas antenas de repetici!n+ 7o les 5uedaría otra 5ue llamarse $ &astar todo el saldo en ello, e intentar reunirse para recuperar el contacto umano+ Cuando todo desaparece, nos dice la pandemia -ombi, s!lo entonces, sería posible resetear las modalidades comunicativas $ recuperar, de una ve- por todas, la capacidad de ablar+ Se puede citar en este punto la importancia de los nuevos espacios aectivos como son las discotecas, bares, ra!es $ demás entornos l#dicoN relacionales 5ue el ciudadanoespectadorN-ombi medio tiene a su disposici!n, en los cuales las ceremonias de interacci!n $ de cortejo an pasado a verse sometidas por un contrato de miradas el Renacimiento ablaba de spirtos o espíritus 5ue la dama, se1ora o midons, lan-aba al enamorado4, invitaciones al consumo de sustancias $ determinadas poses, actitudes, prendas o ubicaciones dentro del lu&ar en cuesti!n+ @a discoteca tiene su lirismo, orece estructuras espaciales uertemente codiicadas, $ d!nde se li&a más es una inc!&nita 5ue cada cual, desde sus posibilidades dentro de un competitivo mercado de oerta $ contraoerta constante, debe tratar de descubrir para ser correspondido con el /3ito social o, cuando menos, con una velada 5ue le proporcione Aun alma 5ue llevar a la bocaB, como decía un poema de %aime Gil de Hiedma 5ue comentaremos más abajo+ Si no estamos -ombiicados, como le pasaba a tto, más umano 5ue los umanos mismos, si no participamos de la ma5uinaria del cortejo $ de este Eros trivial, en verdad es diícil dar con un buen bocado+ * menudo el conocimiento o la consciencia de las prácticas aectivas, de las estrate&ias de poder 5ue se ponen en jue&o o de los c!di&os $ e3i&encias del mercado de la carne, puede acarrear el eecto contrario al 5ue se esperaba la noN participaci!n de sus re&ímenes interrelacionales, un distanciamiento
emocional $ al mismo tiempo un emocional distanciamiento, como nos propondrá Hiedma4 5ue impide la identiicaci!n e3presiva $ la cooperaci!n mutua+ El p#ber 5ue pasa de las iestas $a no es un tipo raro, sino 5ue se está sobreponiendo a los eectos de una -ombiicaci!n masiva, aun5ue para ello es probable 5ue ece mano de otros paraísos semi!ticoNartiiciales i&ualmente inecciosos (nternet, redes sociales, botell!n en los par5ues o interminables partidas de rol en casa de un ami&o+ En deinitiva la adolescencia no sabe Uc!mo iba a saberV vivir sus protocolos sociales sin el iltro de un rí&ido sistema de acuerdos $ estructuraciones ceremoniales en el trato pasional o amistoso+ el problema es 5ue la adolescencia se prolon&a cada ve- más en las sociedades tardocapitalistas+ 'emos dejado caer una idea 5ue es imprescindible para entender las propiedades de este Eros mediati-ado+ @os -ombis li&an más, siempre a sido así, pero aora todo se a tornado muco más e3plícito+ @a sintomatolo&ía de las ulceraciones sentimentales de nuestras coaliciones de consumo pasa por privile&iar la viralidad de estos infectados de la inormatocracia+ Sin embar&o, tal imperio de la inormaci!n tiene la parad!jica propiedad de desconocerse a sí mismo+ Es decir poseer una serie de aptitudes para los rituales sociales pasa por no tener la menor idea de c!mo se ace, al&o así como nuestro deiciente manejo del len&uaje todos sabemos 5u/ es cada cosa pero no podríamos dar una deinici!n ine5uívoca de tal t/rmino, $ son pocos los 5ue orecerían una e3plicaci!n coerente de la &ramática de la 5ue se sirven+ 7uestro diccionario está corrupto, apenas acertamos a abrir la pá&ina conveniente, pero se&uimos ablando, a pesar de todo+ En las ubicaciones 5ue emos apuntado en estos párraos, discotecas, locales de ocio $ demás, esta misma re&la opera a la ora de entablar conversaciones s/ banal pero sin saberlo en cuanto se note 5ue te as dado cuenta estás perdido4 o de es&rimir otro tipo de recursos no verbales al manejar los protocolos de la vida sentimental+ El bruto, estimado Se&ismundo, es más eli- justamente por eso, por5ue no pasa de ser un disoluto -ombi+ en nuestra vida nocturna no altan -ombis con&raciados con el /3ito $ la popularidad a distintos niveles+ )or decirlo de otro modo no a$ manual de li&ue 5ue no a&a e3plícito, en aln momento, 5ue no es otra cosa 5ue eso, un manual, un discurso de se&undo orden, un simulacro tecnoafecti!o es decir, mediado, o mediati-ado4 para diri&ir nuestros encuentros amorosos en las limitadas situaciones sociales 5ue se nos plantean+ @ue&o la captaci!n de sus re&las anula el poder anest/sico de todas las reerencias sentimentales, asta el punto de producir an&ustia o desconcierto+ *l&o parecido ocurriría en el poema de Gil de Hiedma del 5ue citábamos unas palabras 7C'ES 9E@ ES 9E %:7( A Luis 7ernuda *l&una ve- recuerdo ciertas noces de junio de a5uel a6o, casi borrosas, de mi adolescencia era en mil novecientos me parece cuarenta $ nueve4 por5ue en ese mes sentía siempre una in5uietud, una an&ustia pe5ue6a lo mismo 5ue el calor 5ue empe-aba, nada más
5ue la especial sonoridad del aire $ una disposici!n va&amente aectiva+ Eran las noces incurables $ la calentura+ @as altas oras de estudiante solo $ el libro intempestivo junto al balc!n abierto de par en par la calle reci/n re&ada desaparecía abajo, entre el ollaje iluminado4 sin un alma 5ue llevar a la boca+ Cuántas veces me acuerdo de vosotras, lejanas noces del mes de junio, cuántas veces me saltaron las lá&rimas, las lá&rimas por ser más 5ue un ombre, cuánto 5uise morir o so6/ con venderme al diablo, 5ue nunca me escuc!+ )ero tambi/n la vida nos sujeta por5ue precisamente no es como la esperábamos+ El poema describe la primera maniestaci!n del deseo adolescente, la AcalenturaB 5ue va a condicionar en orma de va&uedad aectiva toda la actividad deseante de la joven vo- narrativa+ 9e nuevo encontramos un espacio medial, en este caso la ventana, parapeto para la desinte&raci!n de los placeres sociales+ * trav/s de ella se anali-a la imposibilidad de acceder a relaciones pasionales, a Aalmas 5ue llevarse a la bocaB como o3ímoron de lo intan&ible de una e3periencia amorosa 5ue se transmuta en el reverso material de las pasiones se3uales+ El veintea6ero si damos cierta credibilidad a las ecas $ accedemos a una parcial identiicaci!n entre el $o del poema $ el $o del poeta, nacido en el 2F4 nos está ablando de una ausencia de Eros 5ue le produce desa-!n $ an&ustia, de una alta tanto de amor idílico alma4 como se3ual boca4+ * lo lar&o de estos versos la vo- adolescente no lo&ra encontrar un espacio aectivo de interacci!n, desconoce, con toda probabilidad, los pactos sociales de apro3imaci!n amorosa 5ue vienen a5uí representados por ese otro &ran producto de las modernas ciudades $ elaboraciones precapitalistas como es el mito de "austo, el ser ipercodiicado 5ue personiica la creaci!n &oetiana, 5ue a vendido su umanidad, sus reparos morales, para conse&uir la sabiduría $ por ende establecer las alian-as necesarias para desenvolverse en la realidad 5ue le rodea+ @a composici!n de Gil de Hiedma es mu$ erm/tica en este punto el poeta, recipiente para una sentimentalidad ormidable, se sabe más 5ue un ombre, es decir, a desarrollado su AumanidadB, sus aecciones, de una manera desproporcionada asta el punto de separarle de la vacuidad necesaria para los c!di&os del lirteo amoroso $ demás vinculaciones+ Sin embar&o, sue6a con vender esa umanidad al diablo, alcan-ar un conocimiento especial de tales modos de alian-a $ empatía por la p/rdida de sus propias reservas morales+ Es decir para el triuno en esta serie de actividades amatorias el pro&rama aectivo a de pasar necesariamente por dos puntos conocimiento de los si&nos de toda la ret!rica interrelacional la sabiduría 5ue &ana "austo con el pacto4, pero, al mismo tiempo $ como contrapartida,
p/rdida de otros c!di&os, los morales, la humanidad entendida como aprendi-aje empático el alma 5ue entre&a el personaje &oetiano4, para 5ue el conocimiento de la &ramática del li&ue pueda ser eectivo $ lo&re llevarse a cabo sin reparos de ninn tipo+ [ueda claro, por tanto, 5ue en nuestras modernas sociedades tecnoaectivas la polaridad de los encuentros amorosos $ de otras relaciones sociales aparece dictaminada por dos vectores o cadenas de si&nos los si&nos 5ue tra-an o desplie&an discursos sobre lo umano $ lo moral, a un lado, rente al vector 5ue establece c!di&os principalmente volátiles, con m!dulos ácilmente intercambiables, pa5uetes de si&nos 5ue ense&uida son sustituidos por otras modas pasajeras $ 5ue crecen continuamente por captaci!n de lujos, mediante nuevas capturas dentro de otros mercados aectivos oráneos, por recuperaciones $ modulaci!n del pasado, etc+ Si bien los pa5uetes de si&nos 5ue locali-an lo moral, 5ue permiten el orden $ 5ue, de aln modo, aun5ue s!lo sea de orma meta!rica, dejan al otro fuera, respetan su espacio, impiden el conta&io $ la pla&a, tambi/n suren el varapalo de la temporalidad $ el paso del tiempo, orecen discursos 5ue tienden a la estabilidad pero cu$a constituci!n no deja de ser reciente+ "oucault ablaba de discursos umanistas instaurados en los #ltimos dos o tres si&los $ 5ue abrían derivado en una concepci!n del ombre, de lo umano, aun5ue detrás ubiera intereses necesariamente raudulentos, jue&os de poder bajo capas $ capas de buenas palabras $ producciones discursivas de ácil aceptaci!n popular asta ormar ese rá&il concepto de hombre, como $a vimos4+ Estos c!di&os 5ue podemos cirar como AmoralesB, estructuras $ es5uematismos bien or&ani-ados ante la pandemia -ombi, se enrentan a la rapi6a de los aectos de un Eros social, de deslices verti&inosos $ precipitados cambios de corriente, modas de discoteca $ ceremonias de &ran inestabilidad ist!rica, cu$o verdadero alcance estriba en una renovaci!n continua de mensajes $ si&nos 5ue AcrispenB al orden $ 5ue puedan ser reconocidos s!lo por unos pocos iniciados+ 7o cabe duda de 5ue los aectos de la juventud de Gil de Hiedma estaban movidos por unos ilos mu$ distintos a los 5ue eran manejados en la /poca en 5ue se escribi! el poema, así como de las construcciones sentimentales de nuestro tiempo, a pesar de 5ue estamos ablando de pocas d/cadas de dierencia+ aun5ue el psicoanálisis se empe6a en estudiar de orma aist!rica el deseo umano, las aectividades de la vida real del -ombi medio no dejan de estar lideradas por constantes movimientos de renovaci!n $ por alteraciones de mercado, en t/rminos de productividad sentimental cr+ "ernánde- )orta, 20104+ El capitalismo no abría eco otra cosa 5ue cercenar la importancia de los c!di&os más estables de nuestra vida sentimental, a5uellos 5ue aceptan la individualidad del otro, 5ue lo e3pulsan de nuestro len&uaje emocional, rente a las modernas $ complejas prácticas de apropiaci!n de los aectos ajenos, de captaci!n de su mirada, de imposici!n del poder, de mi poder+ Esta sentimentalidad posmoderna, por tanto, se presentará bajo la orma de una est/tica populista, arrai&ada en las e3periencias de innovaci!n $ descubrimiento del Eros 5ue cada &eneraci!n lleva a cabo, aciendo de los si&nos amorosos al&o perpetuamente joven, reinventado en cada 5uinta de adolescentes, como si, de aln modo, ellos ueran los prota&onistas de las pasiones del mundo, cuando no an eco otra cosa 5ue captar los lujos 5ue desde todos los rentes publicidad, literatura, cine, etc+4 se les abía acilitado subrepticiamente, con la intenci!n de acerles creer 5ue eran los
poseedores de sus propios laberintos sentimentales $ 5ue tenían el dereco de imponerlos sobre los demás+ *ora bien, el inal de la composici!n de Gil de Hiedma nos depara una nueva inc!&nita necesaria para entender este conlicto entre c!di&os aectivos $ enclaves &eneracionales, $ es la alta de esperabilidad en el desenvolvimiento de la vida como disoluci!n de la encrucijada de ambas codiicaciones o pa5uetes de si&nos+ 9esde la perspectiva del poeta adulto 5ue describe la incertidumbre de la adolescencia, las cosas se ven muco más claras, el mercado de las emociones muestra todas sus cartas $ los posicionamientos se acen totalmente evidentes+ *ora 5ue la publicidad no está dedicada a nosotros, 5ue los discursos sobre el amor, los productos culturales o las canciones de la radio no se empecinan en saturar nuestra adolescencia de nuevos lujos o cadenas de si&nos de las 5ue apropiarnos, el mercado aectivo se orece con ma$or perspectiva a la ora de seleccionar o de pronunciarse en las decisiones 5ue nos incumben+ 7o podemos morir, o desear morir, dice el autor, por5ue despu/s todo cambiará+ En eecto, no tendremos a nuestra disposici!n los mismos c!di&os, no nos encontraremos con un camino marcado, no seremos -ombis en una pla&a mediática de discursos amorosos posmodernos, pero abremos dado, al in, con una vía o espacio para componer nuestra e3istencia desde una menor saturaci!n semi!tica $ sin la paraernalia amorosa de las redes sociales o de la mediaci!n de productos como películas, canciones, etc+, 5ue abían &uiado casi de manera literaria la ormaci!n de nuestra sentimentalidad+ C!mo se tome cada cual este nuevo escenario desde la nostal&ia por los tiempos pasados asta la esperan-a de encontrar mejores oportunidades una ve5ue se a superado la cándida inestabilidad emocional del p#ber4 dependerá de mu$ diversos actores+ Sin embar&o, no 5ueda claro 5ue los supervivientes a la pla&a de un Eros -ombiicado no cai&an nuevamente en la viralidad de una pandemia a#n ma$or tras el simulacro del variopinto mercado de las pasiones adolescentes lle&a el enrentamiento a un a&resivo mundo laboral, como si la construcci!n de las emociones p#beres no uera sino una prueba, un mero ensa$o antes del estreno, reali-ado por un capitalismo omnisciente, el cual abría ju&ado con nuestras in&enuas pasiones a in de 5ue, en la unci!n real del mercado econ!mico, todos allasen el lu&ar 5ue les corresponde $ desempe6aran el personaje pro&ramado para ellos con el in de 5ue su productividad sea la estimada para el correcto uncionamiento de la ma5uinaria inanciera+
)ista (( ARemaDesB
@(.ER*.:R* <
El arte es para la &ente a la 5ue no le preocupan los -ombies+
P E@@ @(7P , A)lanes de emer&encia -ombieB
.odo rema#e plantea un eecto deconstructor+ 7i alta de ideas ni continuaci!n ap!cria, aán por pereccionar el ori&inal o dar cierre a la sa&a, sino la ruptura $ el ensamblaje, el jue&o, el reparto en paralelismos $ la reestructuraci!n, el simulacro+ a conocíamos la distinci!n plat!nica de dos tipos distintos de mímesis a5uella 5ue reproduce e3actamente el modelo $ 5ue pone a buen recaudo la vida de la copia, 5ue la acerca a su ori&inal $ 5ue escribe los destinos de ambas bajo el mismo patr!n, en un mismo te3to, rente a una mímesis paulatinamente de&radada, 5ue se deja embar&ar de imperecciones, ro-amientos, des&astes, en donde cada nuevo ejemplar a arrojado un ma$or c#mulo de dierencias $ deormidades sobre el modelo cr+ .ena Heltrán, 20084+ Sin embar&o, el rema#e nos pone en la línea de la simulaci!n $ no de la imitaci!n+ 7o se trata de una copia, no se busca la reduplicaci!n, sino establecer parámetros de dierencias, pautas de contraste, desvíos+ Si la copia plat!nica se amparaba en la le$ del ori&inal, en una suerte de puridad ideal en torno a la uente 5ue la separaba de todas sus reduplicaciones, autores como 7iet-sce o Plosso=sDi an escudri6ado esa dierencia de lo mismo, ese eecto de des&aste 5ue, en lu&ar de entre&arnos la pure-a del ori&inal $ la de&radaci!n de las copias, entrev/ en los simulacros una suerte de transgresión de lo mismo, de ruptura con las le$es de encadenamiento plat!nicas, en donde el eecto de&radante se transmuta en jue&o, vibraci!n siempre renovada, eterno retorno, variaci!n $ reciclaje continuo+ El discurso 5ue le&itima el ori&inal rente a la copia se revierte, $ son aora los sucesivos simulacros los 5ue rompen con el privile&io de la mismidad, del ser, del modelo, $ se desplie&an sin dependencia al&una con el ori&inal+ Plosso=sDi 200K4 lle&a más lejos al airmar 5ue el arte, en tanto 5ue creaci!n de simulacros copias de las prácticas le&itimadas para describir lo real4, desabilita los discursos de poder, desarma sus estrate&ias, parodia sus le$es, anula las construcciones de si&nos 5ue nos concedían la se&uridad de abitar en un determinado mundo, bajo unas re&las, mediante c!di&os prei&urados, oscuras políticas de lo verdadero+ El arte sería una suspensi!n l#dica del principio de realidad+ 9entro del ámbito cinemato&ráico, un rema#e constitu$e de aln modo un mapa de su&erencias 5ue se a6aden a la uente, 5ue la desvelan, la asimilan, pero al mismo tiempo ase&uran la continuidad del modelo+ Reacer una película no es tanto omenajearla como reairmar su e3istencia, $a sea por la parodia o por la consideraci!n positiva de su actura+ El rema#e nos trae, en cierta medida, la icci!n del comentario, de la interpretaci!n, las &losas $ parárasis, pero transmutadas en obras ílmicas $ no en construcciones discursivas+ Constitu$e una suerte de te3to deconstructor espectacular basado en imá&enes4 para la ilosoía de 9errida, la deconstrucci!n se deine como una estrate&ia de lectura 5ue no disecciona el te3to de ori&en, no trata de de&radar, por medio del comentario, sus eectos est/ticos, sus relaciones estructurales, estrate&ias de coesi!n, coerencia $ demás, sino 5ue rompe con la relaci!n entre la obra $ el comentario, ocupa el ueco destinado a la e3/&esis, irrumpe en escena como un jue&o de simulaci!n, poni/ndose en lu&ar del te3to interpretativo,
el cual no a lle&ado a suceder jamás+ Es decir, la deconstrucci!n, rente a lo 5ue se a intentado ver, no deconstru"e el te3to junto al 5ue aparece la obra en sí4, sino 5ue ataja la aparici!n del comentario $, antes de 5ue /ste pon&a en jue&o sus estructuras apor/ticas, los dise6os impostados de la ra-!n $ sus articulaciones de poder, constru$e en su lu&ar un te3to en 5ue las prácticas logoc&ntricas, de la l!&ica $ la metaísica occidental, no utili-an su poder para apropiarse del te3to+ Se apuntala la ra-!n, no el arte deconstruir es establecer un nuevo &/nero a medio camino entre la obra artística $ las estructuras l!&icas del comentarioL un &/nero desprovisto de inalidad est/tica $ de operaciones apor/ticas o en donde tales operaciones se e3ponen de orma parad!jica4L un te3to 5ue es un ueco, 5ue no clausura la obra $ 5ue accede a ocupar ese intersticio, el vacío 5ue al-a la interpretaci!n+ *sí el rema#e presenta, a un mismo tiempo, al&o de obra artística $ al&o de comentario un rema#e siempre interpreta el ori&inal, establece canales de correspondencia, lecturas, alteraciones 5ue, en #ltimo t/rmino, nos dan la clave estructural del te3to primero, ponen de relieve sus estilemas principales, acumula, mediante la desviaci!n, jue&os de perspectiva $ re&istros de lectura 5ue, en lu&ar de anular o reescribir el ori&inal, lo propulsan, lo encaraman a su esencia, restitu$en su e3periencia de ser, para dejar uera en la disposici!n estructural del se&undo ilm4 los eectos de la e3/&esis $ el poder acaparador de la lectura+ El ori&inal permanece intocado, mientras 5ue la copia sure todas las secuelas de reelaboraci!n, acumula las interpretaciones $ elucidaciones, acapara los desi&nios de la crítica, del paso del tiempo, etc+ Claro 5ue, como en todo, a$ buenos $ malos rema#es, $ rema#es de películas mejores $ peores+ @as producciones de Romero no iban a ser menos+ 9esde la interesante versi!n de .om Savini de La noche de los muertos !i!ientes 1FF04, o la de
correlaci!n 5ue deinen i&ualmente el alcance ideol!&ico del rema#e, como es el eco de 5ue el personaje de Hen vuelva a ser de ra-a ne&ra, con lo 5ue se airma así la lectura, vi&ente a#n en 1FF0, de 5ue la pi&mentaci!n de la piel del actor de 1F8 constitu$e un Aeecto de si&niicaci!nB, independientemente de las ra-ones intrascendentes 5ue abrían provocado su elecci!n durante el casting+ El otro &ran rema#e 5ue debe se6alarse con respecto a las producciones de -ombis romerianas sería la cinta
es 5ue no, aun5ue veremos al&unas e3cepciones+ en parte la culpa de ello la tienen, c!mo no, los -ombis+ El rema#e deine una práctica deconstructiva 5ue deja de lado el tejido lin&Wístico para centrarse en las imá&enes espectaculares+ Cuando *vellaneda 5uiere escribir un nuevo Ouijote, acepta el itinerario de la icci!n cervantina $ establece coordenadas de narraci!n dierentes, pero 5ue perpet#an o prosi&uen los presupuestos ori&inales+ @as celestinas, amadises, la-arillos $ demás continuaciones de nuestra tradici!n literaria no an eco otra cosa 5ue undar nuevas aventuras, reelaborar personajes, resucitarlos, transormarlos, pero bajo el ses&o de la continuidad, por encadenamiento $ prolon&aci!n de la trama+ Cada ori&inal es siempre &uardado a buen recaudo por todas estas producciones+ Si bien es cierto 5ue en períodos como el edievo o el Renacimiento los contrafactum $ reelaboraciones de temas &rie&os, latinos o petrar5uistas estaba a la orden del día, las coordenadas, es5uemas discursivos $ posicionamientos ideol!&icos sobre lo reerente a las le$es de propiedad $ autoría no dan a la reelaboraci!n de temas o semitraducciones de versos un valor determinado, un encasillamiento estricto, por lo 5ue es imposible determinar una relaci!n iable entre el autor $ su obra, $ por lo tanto tampoco entre las sucesivas duplicaciones 5ue van a alterar ese paradi&ma, lue&o la terminolo&ía del rema#e no acaba de ajustarse al en!meno+ Sin embar&o, /sta sí unciona en el cine por cuanto 5ue es una t/cnica novedosa 5ue a tenido 5ue rene&ociar casi desde sus comien-os su relaci!n con los parámetros de la an5uilosada idea de tradición+ Si la literatura no es otra cosa 5ue el discurso cabal 5ue da continuidad a las obras, $ las obras no posmodernas no an eco sino encarrilar las sucesiones, aian-ar la estructura secuencial /pocas, movimientos, &eneraciones literarias, etc+4 de la escritura de ccidente, el cine abría nacido en un terreno muco más solitario $ resbaladi-o, $ propondría las t/cnicas de simulaci!n como estandarte de su estatuto ontol!&ico+ Este simulacroN-ombi, esta capacidad de resucitar a los muertos vivientes de la ilmo&raía, encamina las producciones cinemato&ráicas acia una estructura de consumo muco más acelerada, sin el privile&io de los ori&inales ni las e3i&encias de conservaci!n, por un constante desmontaje de la tradici!n ílmica $ de sus discursos le&itimadores+ 7o a$ Aistoria del cineB propiamente dica, sus discursos no se an le&itimado en una /poca de amplios contrastes $ consumismo rápido, $ el rema#e es la #nica salida para Atraer la obraB $ 5ue no 5uede abocada al olvido+ Entonces el rema#e remite a las imá&enes, reescribe la ima&inaci!n, nuestra enciclopedia icono&ráica, $ resucita las obras bajo el marco de una nueva i&uralidad, como venimos aduciendo en estas pá&inas+ *l&o 5ue se repetiría en un nuevo tipo de obras literarias 5ue inundan las librerías $ 5ue tienen por prota&onistas a nuestros purulentos ami&os+ Es mu$ diícil ablar de rema#es literarios por5ue la literatura no maneja con la misma proverbial abilidad 5ue el cine el uso de imá&enes de poco serviría reimaginar el Ouijote o La 7elestina, cuando es el c!di&o escritural $ no el visual el 5ue ormali-a la obra literaria $ la canoni-a+ @a reescritura de clásicos, como está llevando a cabo recientemente la Editorial KM1 $ su colecci!n :e, no permite el eecto de simulaci!n con las mismas ventajas 5ue las imá&enes representativas aun5ue autores de presti&io reescriban a @ope de e&a o, como se a eco recientemente, a Hor&es, el resultado no altera ni una sola línea del producto ori&inal, por lo 5ue se tambalean las líneas de semejan-a $ los re&ímenes de similitud, es decir, no uncionan ni como simulacros ni
como copias, $ ad5uieren mu$ pronto el estatus ontol!&ico de obras aut!nomas, aun5ue con evidentes apo$os interte3tuales+ Sin embar&o, la icci!n posmoderna a coni&urado desde ace mu$ pocos a6os un nuevo repertorio de imá&enes 5ue nos permiten visuali-ar de orma dierente el artiicio de las obras clásicas, $ 5ue tendría a los -ombis $ otros seres monstruosos como principales actores de ese escenario espectacular+ 7os reerimos a libros como 6rgullo " prejuicio " zombis, publicado en castellano en 200F, de los autores Set GraameNSmit $+++ %ane *ustin, en donde el primero reutili-a el clásico de la novela victoriana para introducir la representaci!n del -ombi, el eecto aterrador de la pla&a $ de sus imá&enes truculentas+ @a novela a sido un en!meno social $ despu/s de ella a sobrevenido toda una riada de monstruos 5ue pretenden deconstruir no tanto la obra en cuesti!n, 5ue tambi/n, como la actura discursiva 5ue la sustenta, el monopolio 5ue establece la tradici!n literaria $ sus eectos de coesi!n, encadenamiento, privile&io, etc+, a trav/s de la introducci!n de imá&enes de lo abominable $ de la espectacularidad &ore+ Encontramos curiosos simulacros como Android Parenina, :obin Hood and Friar @uc#' Combie Pillers o :omeo Q *uliet Q ;amp"res. 'a$ además una continuaci!n vampiri-ada de la obra de GraameNSmit escrita esta ve- por una autora, *manda Gran&e +r. Iarc", ;amp"re0, o las recreaciones, tambi/n austinianas, de ?orthanger Abbe" and Angels and Iragons, Sense and Sensibilit" and Sea +onsters, +ansfield ar# and +ummies, +rs Iarc" !s @he Aliens $
arte $ revierten el privile&io asi&nado a los artistas, a los derecos de propiedad de los personajes $ tramas, $ 5ue estarían llamados a encaminar aut/nticas rebeliones artísticas a lo lar&o de este imp#ber si&lo XX( + @a capacidad de la red de aco&er novelas, c!mics $ ilmaciones de bajo presupuesto pero con interesantes propuestas est/ticas o conceptuales despoja a las &randes empresas artísticas de la tradici!n occidental de todos los privile&ios de anta6o+ uertos vivientes 5ue se comieran a los vivos, por decirlo de aln modo+ si bien es cierto 5ue el fanfiction es tan anti&uo como la 6disea de eco, el relato om/rico no es otra cosa 5ue un recopilatorio de ra&mentos creado por ans an!nimos 5ue prolon&aban la icci!n estándar de los dioses $ la mitolo&ía a mano4, este tipo de simulaci!n, de reescritura por parte de aicionados de una sa&a o producto ori&inal, al mismo tiempo 5ue revierte los privile&ios le&ales del arte bur&u/s $ la consideraci!n del poder autorial, omenajea a la obra la resucita, por decirlo en t/rminos -ombíilos4 $, lejos de pretender copiarla o sustituirla, jue&a con esa derivaci!n ininita de los simulacros de la 5ue ablábamos en las primeras líneas del capítulo, rompiendo lo 5ue 9eleu-e llamaba Alas líneas uertes del serBL en este caso, del ser de la literatura, 5ue ve en esa a&resi!n un crecimiento al mismo tiempo 5ue una desnude-, una carencia o alta 5ue no sería, por decirlo en t/rminos blancotianos, sino un desobramiento de la literatura su ser $a no es otra cosa 5ue la interro&aci!n por sus límitesL no el discurso 5ue encadena $ encuadra el itinerario de las obras, sino la ruptura 5ue /stas insin#an contra todo comentario 5ue pretende captarlas, contra la tradici!n, los eectos de poder de la crítica $ de la mercadotecnia bur&uesaL una suerte de nueva literatura, de Literatura C , acorde con los tiempos 5ue corren tanto por sus re&iones iluminadas como por sus recovecos más oscuros+ [ui-á por ello a$a 5ue ver a Hor&es como uno de los más importantes autores de fanfictions $ de este tipo de escriturasNsimulacros+ Su noNrema#e del Ouijote, pertrecado a manos del personaje de )ierre enard, simboli-aría ese movimiento de deconstrucci!n, esa reanimaci!n -ombi de la literatura, 5ue a5uí es llevada a cabo con la ina ironía del maestro ar&entino+ En una carla con su editor $ traductor 7orman .omas di Giovanni, Hor&es cont! aber leído el Ouijote en edici!n in&lesa con tan s!lo die- a6os+ Cuando lle&!, tiempo despu/s, al ori&inal cervantino, cre$! estar ante Auna mala traducci!nB 5ue abría de desilusionar al joven literato+ Y[ui/n podría contradecirleZ @a redacci!n en castellano del Ouijote de Cervantes es un eco ciertamente contin&ente, aleatorio, 5ue no puede plantarle cara al en!meno de la lectura+ El privile&io de la redacci!n se derrumba ante cada lector 5ue decide poner todas las máscaras del te3to, 5ue apuesta por enrentar las palabras a sus propios espejos, a sus abismos de repetici!n $ simulaci!n+ En el te3toNrese6a de Hor&es, su ensa$oNicci!n sobre la obra menardiana, se especula con la posibilidad de 5ue un escritor ranc/s de principios del si&lo XX se ubiera lan-ado a la ardua tarea de escribir el Ouijote+ YReescritura, pla&io, omenaje o rema#eZ .odos $ nin&uno+ Hor&es rompe el del&ado ilo 5ue anuda la mismidad para res5uebrajar así las ronteras del ser, para encontrar, en esa deriva de lo mismo, lo aut/nticamente dierente+ @a obraN-ombi de enard en ninn momento trata de parecerse a la obra cervantina, $ lo consi&ue justamente por el trabajo 5ue emprende, por el rodeo má3imo de las palabras 5ue obli&a a moverse entre las riberas de la identidad $ la dierencia, $ a establecer, de len&uaje a len&uaje, un vacío ininito 5ue no pueden llenar todas las palabras
del mundo+ *parentemente, ambos te3tos son i&uales, las palabras no dejan de espejearse unas a otras, pero las obras son completamente distintas, nos dice Hor&es+ enard escribe el Ouijote para mostrarnos 5ue se a escrito mucas veces, demasiadas, cabría a6adir, en un jue&o de e5uilibrios entre lo distinto $ lo mismo 5ue a cada paso rompe con la cordura de la interpretaci!n+ El Ouijote de enard borra la istoria 5ue intercede entre ambos Ouijotes, pero sobre todo borra la istoria misma del Ouijote, borra su tradici!n, borra su literatura, para permitirnos leer por primera ve- el Ouijote+ )or5ue si al&o no a podido acerse desde 10M ni tan si5uiera el propio Cervantes es leer en pa- este libro ininito+ Sin Cervantes, sin cervantistas, sin cervantismos el Ouijote en su il!n no e3poliado, la veta orra de impure-as de su palabra+ El /3ito de enard consiste en aber roto con ese documentalismo de la literatura, con su naturale-a testimonial, para mostrar c!mo las obras, aun tocándose, aun repiti/ndose, no pueden ocupar nunca el mismo lu&ar, no pueden parecerse a sí mismas, $ deben postrarse ante el ueco 5ue irrumpe en ellas $ 5ue ace de las obras amasijos abiertos, obras desobradas, cadáveres con todo al aire+ )robablemente, el Ouijote de Cervantes sea una de las mejores obras literarias 5ue alcance a producir la umanidad, pero el Ouijote de enard le aventaja en tan s!lo un aspecto+ Cervantes escribi! el [uijote, reali-! una obra inmortal, alcan-! a dar con las palabras acertadas para tal empresa+ Sin embar&o, enard tuvo 5ue concretar cada una de esas palabras en un lar&o periplo, tuvo 5ue ar&umentarse a sí mismo cada resoluci!n, tuvo 5ue desecar todas las demás obras para escribir su Ouijote, al&o 5ue no le ocurri! al autor castellano+ El Ouijote de Cervantes podrá ser la mejor obra de toda la literatura escrita o por escribir, pero el Ouijote de enard es todas a5uellas obras, todo lo 5ue a 5uedado en el camino, toda la literatura asta lle&ar al Ouijote, cada palabra, cada posible comien-o, las ininitas resoluciones, cada decisi!n, cada tac!n, $ todo lo 5ue vendrá+ El te3to de Cervantes naci! mediante la escritura+ El de enard mediante la tacadura ello lo deine como el te3to de todos los te3tos, de todas las uellas, pero tambi/n de todas las ausencias+ En el Ouijote de enard la literatura entera a tenido 5ue ser borrada para 5ue la obra pueda aparecerse ante nosotros+
E%E)@ 9E <H("(C*C(;7+ G*R<(@*S 9E @* EG*
@ue&o diri&ir/ mis pasos acia las re&iones inernales $ ar/ 5ue suban los muertos, 5ue devoren a los vivos, multiplicar/ el n#mero de muertos a e3pensas de los vivos+
@os muertos vivientes son un tema manido en la literatura, como tambi/n lo ueron en los mitos+ @a primera obra de nuestra tradici!n escrita, La epope"a de 9ilgamesh, $a anunciaba esa prolieraci!n de cadáveres 5ue abrían de va&ar por la tierra $ superar en n#mero a los vivos+ 9el mismo modo, en un relato de Las mil " una noches se muestra la i&ura de un príncipe e3iliado 5ue combate contra una amilia de ghouls o muertos revividos, los esclavi-a $ los convierte al islam+ E&ipto compuso el Libro de los muertos, judíos $ cristianos dejaron en la Hiblia varias advertencias de diuntos 5ue abren sus tumbas $ 5ue caminan entre los vivos, $ la mitolo&ía &recorromana nos trajo aln 5ue otro personaje como reo o Eurídice 5ue abían intentado traspasar como uera ambos mundos+ tras uentes mitol!&icas, como las narraciones de los países n!rdicos, describen criaturas renacidas o re!enants 5ue no obtuvieron el descanso eterno del alalla $ volvían a la tierra en orma de seres protectores o ven&ativos, $ 5ue podían incluso reclamar los cuerpos 5ue ocuparan en vida+ Sen Claude @ecouteu3, en su libro Fantasmas " aparecidos en la
):AD?S, ):ains, brains, ):AD?S, brains+ Cerebros, cerebros $ más cerebros+ una un poco más elocuente L"ing on the road, a fe ate until the" burst + D eat hat burst out + [ue podría traducirse como A.irado en el camino, ^ al&unos comieron asta reventar+ ^ )uedo comer lo 5ue estall!+B @a composici!n del aiDu, 5ue constitu$e la mínima e3presi!n de un pensamiento, de una sensaci!n o de un paisaje, relata, como decía atsuo Haso Alo 5ue está sucediendo en este lu&ar, en este momentoB+ En sus versos se borran las ronteras entre el sujeto $ el objeto, se atiene a una iluminaci!n de lo 5ue nos rodea, se concentra en el instante la percepci!n del mundo $ su emoci!n plenaria+ El -ombi, tal $ como emos visto, estaría i&ualmente ape&ado al acontecimiento ir acia la presa, comer, buscar más comida4, $ apenas tendría tiempo para todo el entramado l!&ico 5ue pone en jue&o el dise6o de la te3tualidad de ccidente+ Hasta comparar la estructura del soneto, a modo de silo&ismo dos cuartetos e3positivos, dos tercetos resolutivos, $ siempre con un #ltimo verso a modo de estallido inal o epifonema0, 5ue a deinido cinco si&los de poesía europea, rente a la sencille- de esta pe5ue6a pie-a japonesa tres versos, de cinco, siete $ cinco sílabas, $ recursos de e3trema sobriedad+ )oesía de la presencialización, del instante, de lo inmediato, de manera mu$ dierente a todas las estrate&ias de mediaci!n 5ue conorman la e3periencia est/tica en ccidente, el aiDu se6ala esa u&acidad de lo concreto, el mundo en devenir, la e3periencia inran5ueable, insustituible, de este instante 5ue a pasado $ del 5ue s!lo emos podido retener unas bri-nas+ El mundo no si&niica, se ace presencia, parusía, se car&a emotivamente de una percepci!n, se adue6a del poeta $ no al rev/s, como si ese vaciamiento 5ue propone la ilosoía -en pudiera pro$ectarse en el aiDu $ acceder así a su e3periencia de totalidad $ de desaucio+ 7o 5ueríamos inali-ar nuestra apro3imaci!n al -ombi $ a la literatura C sin una pe5ue6a aportaci!n al &/nero+ a dijimos 5ue este tipo de reposiciones o rema#es literarios 5ue an caído como una pla&a por las librerías de medio mundo constitu$en un eecto de escasa rai&ambre literaria, en parte por un en!meno de espectacularidad, de intromisi!n de las imá&enes $ de su relativa escasa importancia dentro de las obras de la literatura el -ombi $ sus monstruosos ami&os introducen en ellas una icono&raía de lo desproporcionado, &ore $ san&uinolento 5ue rompe con las bases de su ret!rica visual+ Se trata de una deconstrucción cinematográfica+ )ues bien la tradici!n literaria a menudo deja pe5ue6os adelantos o pre!ies 5ue airman la atemporalidad de los mecanismos artísticos+ Es el caso del destino de las obras de Garcilaso de la e&a, el &ran poeta del Renacimiento espa6ol+ * los pocos a6os de su muerte, el autor Sebastián de C!rdoba reescribe al&unos sonetos de Garcilaso desde la espectacularidad de las imá&enes de lo sacro, a trav/s de la icono&raía del dolor, el sacriicio, la beatitud+ Este poeta redacta un AGarcilaso a lo divinoB en el cual las imá&enes $ el sentido precipitan la uni!n del ombre $ la divinidad+ *lrededor de dos de cada tres versos del te3to inal $ la mitad de las rimas se corresponden con la actura de C!rdoba, lo 5ue au&ura un notable desli&amiento de las ormas del ori&inal para avorecer la lectura recta, reli&iosa $ pía de las obras del &ran poeta del Renacimiento+ Si, como $a dijimos, no a$ muca dierencia entre la visi!n de lo insoportable 5ue propone el &ore $ la 5ue propone la divinidad $ lo sacro, podemos tra-ar, de
manera un tanto distinta a como lo iciera Sebastián de C!rdoba, un contrafactum no%muerto de al&unos poemas &arcilasianos, una A-ombiicaci!nB 5ue acer5ue el a veces árido ri&or del soneto a las enso6aciones de la mitolo&ía -ombi, como ocurriría, por poner un ejemplo, en el amoso soneto X(((, reelaboraci!n, a su ve-, de un ra&mento ovidiano de Las metamorfosis+ 5u/ mejor metamorosis 5ue la de un cadáver 5ue comien-a a caminar $ a perse&uir a la pobre 9ane S7E. X((( * 9ane $a los bra-os le caían, $ en uesos $ tendones se mostrabanL $ cual madeja vi 5ue se tornaban los cabellos 5ue aora oscurecían+ 9e p#stulas $ costras se cubrían los tiernos miembros, 5ue a#n bullendo estaban los blancos pies en tierra se clavaban, $ en inmundos andrajos se volvían+ *5uel 5ue ue la causa de tal da6o, a uer-a de morder, men&uar acía el cuerpo de la nina, $a diunto+ U miserable pla&aV U mal tama6oV U[ue con morderla disminu$a al punto la causa $ la ra-!n 5ue perse&uíaV El lector podrá encontrar ácilmente una reproducci!n del ori&inal $ comparar las dierencias+ 7uestro rema#e describe a un inectado el propio *polo del mito ori&inal, pero tambi/n cual5uier merodeador suelto4 5ue, en lu&ar de precipitarse sobre la nina 9ane con intenci!n de poseerla, ve en ella a su presa $ no 5uiere otra cosa 5ue morder todos sus miembros+ Si Garcilaso describía ese instante de transormaci!n del cuerpo de mujer en árbol Iafne no si&niica otra cosa 5ue laurel0, la AmetamorosisB es aora de no inectada a -ombi+ @os bra-os se desmenu-an, aloran los uesos $ tendones, los cabellos enralecen, aloran las p#stulas $ los pies se convierten en andrajos, todo ello mientras el ca-ador devora a la víctima aprovecando dramáticamente los #ltimos instantes antes de 5ue se consume la transormaci!n mientras 5ue Garcilaso ablaba de un *polo llor!n 5ue acía crecer con sus lá&rimas el cuerpoNárbol de su víctima $ con /l la causa de sus cuitas amorosas, nuestro -ombi tiene 5ue apurar más $ más las mordeduras antes de 5ue /stas acaben por convertir a la nina en carne inectada e incomestible+ tro ejemplo podemos allarlo en este contrafactumzombi del amoso soneto XX((( S7E. XX((( En tanto 5ue de bubas $ &an&rena se muestra la color en vuestro &esto, $ 5ue vuestro mirar vacío, descompuesto, acia su presa marca $ no rerenaL $ en tanto 5ue el cabello, 5ue en la vena del oro se esco&i!, con vuelo presto por el otrora cuello blanco, eniesto, $ 5ue o$ se anuda, cae $ desordena comed de esta mi ale&re primavera el dulce ruto, antes 5ue el airado tiempo cubra de nieve la alta cumbre+
arcitará la carne este bocado, juntas se trocarán en calavera nuestras bocas bajo la podredumbre+ El poema recurre al t!pico oraciano del 7arpe diem+ *proveca el día, &o-a la vida, antes de 5ue tu belle-a acabe+ Sin embar&o, el autor no va a cantar a5uí a ese cuerpo emenino e3puesto a la amena-a de la veje-, sino a su 5uerida amada -ombi, cu$o aspecto $a no tiene el color de anta6o de rosas $ a-ucenas, símbolos, respectivamente, del e5uilibrio entre la pasi!n $ la pure-a, por5ue la necrosis se a cebado en ella, a llenado su rostro de p#stulas $ a eco caer los cabellos+ El $o po/tico, acorde con la ret!rica renacentista $ las !rmulas eredadas del amor cort/s, acepta el sacriicio ante la amada $ e3i&e ser mordido para acatar estrictamente, como dirá [uevedo al&unos a6os despu/s, un amor constante más allá de la muerte+ )or #ltimo, de nuevo reescribimos un mito clásico de la mano del soneto XX(X, a5uel 5ue nos muestra los amores apasionados de 'ero $ @eandro+ S7E. XX(X )asando el mar @eandro el conta&ioso del mal 5ue en las entra6as le está ardiendo, esor-! el viento, $ uese embraveciendo el a&ua con un ímpetu urioso+ encido del trabajo presuroso, contrastar a las ondas no pudiendo, $ más del bien 5ue allí perdía muriendo, 5ue de su propia muerte con&ojoso, como pudo, esor-! su vo- cansada, $ a las ondas abl! de esta manera antes de 5ue lle&ada sea su ora Andas, pues no se e3cusa 5ue $o muera, dejadme allá lle&ar, $ a la tornada soocad este mal 5ue me devora+B El poema muestra a un @eandro inectado 5ue a#n no a completado el proceso de transormaci!n $ 5ue, a pesar de todo, decide cru-ar por #ltima ve- el estreco 5ue lo separa de la sacerdotisa 'ero+ En un claro eecto dramático, Garcilaso narra c!mo el joven se enrenta a las olas $ les solicita al menos una noce más para encontrarse con su amada+ * su vuelta, las embravecidas a&uas del 'elesponto podrán reclamar su vida $, con ella, el mal de la inecci!n -ombi 5ue le devora por dentro+
Endin&
C7C@:S(7ES E@ C7CE). <H(
*un así, otros dicen 5ue era, $ siempre abía sido, tan s!lo una metáora+ edea, en 6tto> or, Jp ith Iead eople ampiros $ -ombis parecen, más 5ue nunca, las metáoras más apropiadas para caracteri-ar el dominio del capital+ (C'*E@ '*R9. $ *7.7( 7EGR(,
*l ablar del -ombi, emos tocado lo irrepresentable, emos naura&ado en los eectos discursivos del poder, en sus c!di&os semi!ticos, las trabas del capitalismo, sus estrate&ias mediáticas $ publicitarias, la ormaci!n de individuos narcisistas $ las prácticas tecnoaectivas 5ue los deinen+ En cierto modo, a lo lar&o de estas pá&inas no emos eco sino elaborar un te3to 5ue parad!jicamente podríamos deinir como fílmico+ Hreves acercamientos zooms0, rápidas pasadas de un tema a otro, planos, contraplanos, improvisaciones de cámara al ombro, tra!ellings $ panorámicas, stead"cam de se&uimiento para temas concretos, contrapicados de ideas, etc+ 7o emos tratado de construir, en ninn momento, un te3to compacto, un arma-!n de poses acad/micas, ni muco menos una suerte de tratado enciclop/dico sobre la mitolo&ía cinemato&ráica del -ombi, sino un libroN99 5ue el lector puede rebobinar a placer, saltarse escenas, 4ojear tal o cual apartado, abrir, prestar, usar, ra$ar, romper+++ *ntes del undido a ne&ro inal debemos insistir un poco más en 5u/ era para nosotros el -ombi+ * trav/s de estas secciones o pistas emos rele3ionado no tanto en la repercusi!n mediática del en!meno -ombi, aun5ue /sta sirva de soporte $ rampa para propulsar nuestro trabajo, sino en la mitolo&ía del -ombi, en su unci!n mítica miedo al otro, animali-aci!n del ser umano, brutalidad, amoralidad, etc+4 $ en las metáoras 5ue se derivan de sus ormas de or&ani-aci!n social en relaci!n con el capitalismo $ el en!meno de la posmodernidad+ El -ombi, como metáora, nos permite acceder al mundo 5ue nos rodea desde una visi!n compleja de la propia cultura+ 7o s!lo se trata de Aestudiar al -ombiB de cu6o romeriano, lo cual no dejaría de plantearse como una catalo&aci!n de la ilmo&raía, clasiicaci!n por &/neros, /poca o autoresL ni tan si5uiera del estudio de la propa&aci!n del en!meno a otros medios como la literatura o el videojue&o, sino 5ue abría 5ue entender estas pá&inas como un intento de anali-ar 5u/ papel desempe6a la concepci!n del -ombi en una sociedad como la nuestra, postrada ante el capitalismo, animada por una alta de relaci!n con sus vecinos pero perectamente mediati-ada, capa- de conocer a tiempo real lo 5ue pasa en la otra parte del &lobo pero no a 5uien más cerca está de uno, como si la tecnolo&ía nos ubiera desli&ado de las unciones primarias, instintivas, $ el -ombi sirviese, al mismo tiempo, como recuerdo $ temor ante esa animalidad 5ue se a perdido, como orror al pro&reso la pandemia siempre obli&a a la umanidad a volver a un estadio primitivo, a las sociedades tribales, a la supervivencia des&arradora4, por5ue, en cierto modo, el noNmuerto es la personiicaci!n apocalíptica de lo desconocido eco ombre, del ombre eco amena-a para sí mismo+ 7o emos 5uerido en ninn momento apo$arnos en la i&ura del -ombi como al&o más o menos verosímil, basado en el olclore aitiano $ avalado por importantes estudios antropol!&icos+ 7i tampoco nos interesaba demasiado el en&endro de la pantalla de cine+ El -ombi es, en nuestro estudio, no otra
cosa 5ue un arteacto cultural, una erramienta mítica para producir un determinado eecto de si&niicaci!n, un psi5uismo, una síntesis conceptual necesaria+ 9ecían 9eleu-e $ Guattari 5ue el objetivo de la ilosoía era crear dierentes tramas o dispositivos nocionales a partir de los cuales conormar nuestra visi!n del mundo, establecer modelos e3plicativos coerentes o, cuando menos, asimilables por una determinada cultura, bajo el sello de un paradi&ma ist!ricamente determinado+ El -ombi representa en este punto el mito del ombre posmoderno, aun5ue su posici!n sea la de la simulaci!n $ la deriva, como si en esos seres cocambrosos $ am/licos el ser umano pudiera allar respuestas a pre&untas 5ue a#n no abía lo&rado ormularse+ Esos interro&antes serían, en cierto modo, el objeto de nuestro estudio+ El -ombi constitu$e una idea+ :n zombi conceptual 5ue a su paso arrastra todo lo 5ue encuentra, se clava todo lo 5ue pilla, recibe disparos, una barra de metal lo atraviesa, un destornillador, metralla, polvo, etc+ *sí unciona nuestro trabajo remolcar cosas, imá&enes, tramas, li&aduras $ cone3iones+ )or5ue el -ombi es un problema de escritura+ Como concepto, al menos, act#a a la manera de resorte discursivo, de espacio de pro$ecci!n $ condensaci!n+ .oma cual5uier cosa, constru$e con ella todo un aparato te3tual, $ restablece las coordenadas de tu realidad desde aí+ "oucault ablaba de una caja de herramientas no es necesario acudir a los sistemas acabados de los &randes il!soos, ni pretender imitarlos+ Hasta con co&er una pie-a de a5uí, otra de más allá+ :na ilosoíaN@e&o, un pensamiento bricoleur utili-ar los c!di&os culturales, acapararlos, unir los puntos como en los jue&os inantiles 5ue nos orecían al inal una silueta, s!lo 5ue esta ve- el acabado depende más del a-ar de la escritura 5ue de lo 5ue nos abía sido impuesto+ :na escritura despotenciada, entonces, 5ue pretende no tanto acaparar un poder, certiicar la verdad o prescindir de las mentiras 5ue se solapan sobre tal o cual asunto, sino 5ue utili-a ambas como materiales para su tra-ado+ 7o ijar, sino nave&ar entre las identidades $ las dierencias, lan-ar las palabras $ construir las correspondencias imposibles, los jue&os de len&uaje más rebuscados, $ destruirlos para comen-ar la partida+ El -ombi es la metáora cero, la -ona cero del len&uaje+ 'emos creado al -ombi como concepto+ :n concepto 5ue lo arrastra todo, 5ue sirve como ueco para la estructura de si&niicaci!n del mundo actual, un si&no cero, un punto desde donde reiniciar el sistema $ volver a pensarlo+ Como la noci!n de maná 5ue aporta @/viNStrauss al estructuralismo, el concepto de -ombi ace rodar el sistema, desencadena la estructura desde un punto ijo+ Conceptospr!tesis un bra-o a5uí, un pie allá, la sempiterna mano cortada del noNmuerto aerrándose a una verja+ Con una dierencia con respecto a la propuesta del antrop!lo&o ranc/s, $ es 5ue no e3iste el maná en cuanto tal, no a$ si&nocero determinado, la posici!n privile&iada 5ue deja pasar, sin más, a todos los si&nos del sistema, sino la posibilidad de !aciamiento de cual5uier si&no, de arran5ue desde cual5uier punto dentro del radio de e3periencias culturales, para, a partir de aí, pensar todo el sistema, escribir todas las relaciones, undar las identidades $ los encadenamientos bajo una nueva perspectiva+ Corta $ pe&a+ (&ual 5ue el conundido aásico 5ue anali-a "oucault todas las clasiicaciones son posibles+ El conceptoN-ombi 5ue proponemos representa un punto 5ue, a modo de paciente cero, de ori&en de la pla&a, permite e3tenderse a cual5uier otro punto del sistema+ )odemos co&er este o a5uel si&no, comen-ar la tarea desde una es5uina u otra, $, a partir de aí, establecer una escritura, una composici!n de lu&ar+ Cual5uier espacio puede servirnos
como ori&en para la propa&aci!n, cual5uier si&no es un maná potencial, a condici!n de 5ue se vacíe lo suiciente como para elaborar todos los posibles discursos, todos los enlaces $ encarrilamientos, orjar identidades $ repeler parecidos, siempre con la intenci!n de escribir , de entre&ar al espacio de la pá&ina las dierentes e3periencias de nuestra realidad+ El -ombi es un problema de escritura, como $a emos dico, con el 5ue inectar cual5uiera de los si&nos 5ue componen nuestros c!di&os culturales $, desde aí, volver a pensarlos nuevamente+
aterial adicional
ESCE7*S E@((7*9*S * continuaci!n, $ a la manera de las producciones ílmicas, adjuntamos al&unos contenidos e3tra 5ue no an allado cabida a lo lar&o del análisis $ 5ue, por otro lado, proponen rele3iones 5ue puedan ser reutili-adas por el lector o 5ue sirvan para ampliar la mitolo&ía -ombi $ su pante!n conceptual+ Constitu$en Aescenas eliminadasB 5ue completan $ amplían el producto+ Edici!n s!lo para coleccionistas+ En cierto modo, el -ombi 5uisiera borrar todas las istorias del ser umano, todo su devenir ist!rico, $, sobre ese espacio, obli&arnos a una nueva vivencia del tiempo, a una visi!n no ist!rica de la realidad+ "rancis "uDu$ama destru$! te!rica $ conceptualmente la era de la 'istoria, la versi!n ist!rica de nuestra e3periencia vital+ @os -ombis, al&o menos conceptuales, pero i&ual de decididos, creen 5ue ese in de la 'istoria pasa por alimentarse de todos los seres ist!ricos 5ue sur&en a su paso+ @a masiicaci!n -ombi, el *pocalipsis 5ue le toma la palabra, representa ese miedo a la &lobali-aci!n $ sus peli&ros+ 7o debe e3tra6arnos, entonces, 5ue las producciones sobre -ombis se a$an intensiicado en la /poca de (nternet todos tenemos el poder de apretar una tecla, todos pertenecemos a esa masa 5ue pulsa teclados, 5ue a sustituido el contacto directo por el poder artiicial de los peri/ricos computacionales+ 7o debería dejar de asombrarnos el ori&en de la palabra slogan, o s u castellani-aci!n eslo&an+ Elias Canetti nos recuerda las implicaciones entre el t/rmino $ las uestes de noNmuertos 5ue &uían nuestro trabajo+ *l&unos pueblos, nos dice, se ima&inan a sus muertos o a cierto n#mero de ellos como ej/rcitos combatientes+ Entre los celtas de la tierra monta6osa escocesa el ej/rcito de los muertos es desi&nado por una palabra especial sluagh+ En las noces escarcadas, luminosas narra el autor, se puede ver $ oír c!mo sus ej/rcitos avan-an unos contra otros $ se replie&an, se replie&an $ vuelven a avan-ar+ 9espu/s de una batalla su san&re ti6e de rojo arallones $ rocas+ @a palabra ghairm si&niica A&rito, llamadaB, $ sluagh%ghairm era el &rito de &uerra de los muertos+ ás tarde se convirti! en la palabra slogan+ @os &ritos de combate de nuestras masas modernas derivan de los ej/rcitos de muertos de las tierras monta6osas+ Curiosamente, uno de los primeros -ombis cinemato&ráicos respondía al nombre de 7arrefour , interpretado por el actor 9arb$ %ones, un ombre de ra-a ne&ra $ con una apabullante presencia ísica+ El nombre, a pesar de su vinculaci!n con una conocida cadena de supermercados, se reiere a una divinidad o loa aitiana 5ue vi&ilaba, como su nombre indica, los cruces de caminos+ 7iet-sce $ los muertos vivientes+ En la cutre película Combie Strippers 20084 a$ al menos un par de cosas rese6ables+ :na de ellas es el curioso inicio con su crítica al modelo político americano $ a sus baremos electorales del uturo Geor&e Hus sale ele&ido por cuarta ve-, junto con el vicepresidente *rnold Sc=ar-e+++ @erminator , para 5ue nos entendamos+ * continuaci!n se enumeran las dierentes &uerras en las 5ue el &obierno $anDee anda atareado+ El se&undo suceso 5ue reclama nuestra atenci!n son las atentas lecturas a lo lar&o del metraje de la actri- porno %enna %ameson de la obra de 7iet-sce Z4+ (ronía, sarcasmo+ a$a usted a saber+ *un5ue no acaba aí la cosa+ @a stripper dedica sus descansos a ecar una ojeada a las obras del pensador alemán, pero, una ve- 5ue a sido inectada $ se convierte en -ombi, la cosa cambia U7iet-sce se a convertido en un libro de umorV :na desi&urada %enna %ameson se ríe a pierna suelta con la lectura del il!soo+ )or si al&uien pensaba 5ue no podía deconstruirse a 7iet-sce+ @a muerte del autor+ "oucault, Hartes $ otros an pronosticado la muerte del autor o, más concretamente, de la autoría0 como si&no de la posmodernidad literaria+ *l&uno podrá pensar 5ue los nombres 5ue se encajan en las portadas son entonces los de a5uellos muertos vivientes 5ue si&uen ape&ados a la má5uina de escribir o al portátil+ *l&o de cierto a$ la cate&oría autor se sumer&e en la orda, en la pla&a de eectos comerciales, publicitarios, etc+ 7o e3iste el autor, autor de carne $ ueso $ vísceras4, sino su simulacro -ombi, aderido a los desi&nios de la moda+ Su le&itimidad como artíice del producto estaría aora por los suelos el libro es de todos, o cuando menos est/ticamente pertenece al lector, $ aun5ue el creador escriba la obra $ cobre por ello, su posici!n dentro de /sta a perdido relevancia, una relevancia 5ue no es otra cosa 5ue una unci!n social $ le&islativa a al&uien tiene 5ue
culpar el poder si el libro mete la pata4+ Entonces, la literatura $a no es el conjunto de obras, sino los mecanismos 5ue participan de su producci!n, del mismo modo 5ue la economía no es un lote de mercancía sino toda una serie de prácticas relacionadas con el intercambio, la plusvalía $ el consumo+ 9e eco, estas pá&inas ueron escritas por un -ombi entre otros tantos+
CR\9(.S "(@GR*"*
-/ días despu&s 20024+ Reino :nido+ 9irector 9ann$ Ho$le+ -/ semanas despu&s 200I4+ Reino :nido+ 9irector %uan Carlos "resnadillo+ amanecer de los muertos, or, Jp ith Iead eople 20084+ *lemaniaNCanadá+ 9irector Hruce @aHruce+ artido Alternati!a Combi 20104+ Espa6a+ 9irector %oan Hentalle+ Cortometraje+ lan 3 del espacio e(terior 1FMF4+ Estados :nidos+ 9irector Ed ?ood %r+ :e%Animator 1F8M4+ Estados :nidos+ 9irector Hrian u-na+ :ecT 200I4+ Espa6a+ 9irector %aime Hala&uer! $ )aco )la-a+ :ec-T 200F4+ Espa6a+ 9irector %aime Hala&uer! $ )aco )la-a+ regreso de los muertos !i!ientes, Hannon+ :esident
Iead Set. +uerte en directo 20084+ Cinco episodios+ Highschool of the Iead 20104+ 9oce episodios+ Simpson, Los 1F8FN20104+ Episodios
9avies, Gu$, $ "rissen, %err$ 20084 Los zombies que se comieron el mundo , 7orma Editorial+ PirDman, Robert, et al+ 2008N20104 Los muertos !i!ientes .e ?alDin& 9ead4, )laneta de *&ostini+ , et al+ 200IN20104 +ar!el Combies, )anini+ Romero, Geor&e *+, et al+ 200KN200M4 @oe @ags, 9C Comics+ Sato, 9aisuDe, $ Sato, Souji 200N20104 Highschool of the Iead, Gl/nat Qa$ trad+ esp+ Apocalipsis en el instituto, Gl/nat+ (9E%:EGS
Iead Dsland 20114+ Compa6ía 9eep Silver, .ecland+ arias plataormas+ Iead :ising 2004+ Compa6ía Capcom+ Se&unda parte de 2010+ arias plataormas+ House of the Iead, @he 1FF4+ Compa6ía Se&a+ Cuatro partes $ secuelas+ arias plataormas+ Left V Iead 20084+ Compa6ía alve Sot=are+ Se&unda parte de 200F+ )lataorma Xbo3 J0 $ )C+
lants !s Combies 200F4+ Compa6ía )opCaps Games+ )lataormas icrosot ?indo=s $ Xbo3 J0+ :esident
ttp^^amanecer-ombie+oroes+net^ ttp^^consc+net^-ombies+tml ttp^^los-ombiesatacan+blo&spot+com^ ttp^^-ombiNblo&ia+blo&spot+com^ ttp^^===+alltin&s-ombie+com^ ttp^^===+-ombieconnect+com^ ttp^^===+-omic-+com^-ms^
7E@*S RE@*.S 9E .EO.(C* <H(S
*dams, %on %osep, et al+ 200F4 Combies, Harcelona inotauro+ Har5uero, i&uel 20104 American zombie, Granada Grupo Editorial *%EC+ Hlessebois, )ierreNCorneille de 1FI4 Le zombi du 9ran &rou ou La comtesse de 7ocagne + Hrian, %ames 200F4 Combis rubias, adrid @a "actoría de (deas+ HrooDs, a3 20084 9uerra +undial C , C!rdoba *lmu-ara+ 20084 Combi' 9uía de super!i!encia, C!rdoba *lmu-ara+ Gon-ále- G+, *-ael 20104 Ion Ouijote C , )alma de allorca 9olmen+ Gon-ále- )/re- de .ormes, @á-aro 200F4 Lazarillo C. +atar zombis nunca fue tan di!ertido, Harcelona 9ebolsillo+ GraameNSmit, Set, $ *ustin, %ane 200F4 6rgullo " prejuicio " zombis, Harcelona :mbriel+ PilpatricD, 7anc$ 200F4 A@a era de la alicci!nB, en *dams, %on %osep, et al., Combies, Harcelona inotauro+ @inD, Pell$ 200F4 A)lanes de emer&encia -ombieB, en *dams, %on %osep, et al+, Combies, Harcelona inotauro+ @!pe- *roca, *lberto 20104 Sherloc# Holmes " los Combis de 7amford, )alma de allorca, 9olmen+ @oureiro, anel 200F4 Apocalipsis C' Los días oscuros, Harcelona )la-a %an/s+ @ovecrat, 'o=ard )ilip 20104 A'erbert ?est, reanimadorB, en )alacios, %es#s, ed+, La plaga de los zombis, adrid aldemar pp+ 2J1N2I04+ ár5ue- )eriano, %os/ *ntonio 20104 Combirassic ar# , Edici!n )d, adrid edea Editorial+ ateson, Ricard 200I4 So" le"enda, Harcelona inotauro+ ecum, R$an 20084 Combie Hai#u, Cincinnati 'o= 9esi&n HooDs+ )alacios, %es#s, ed+ 20104 La plaga de los zombis, adrid aldemar+ SaintN/r$, oreau de 1IF4 Iescription topographique et politique de la partie espagnole de lRisle Saint%Iomingue, "iladelia+ SDipp, %on, $ Spector, Crai&, ed+ 1FF04
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