I La crisis, noveno año
La crisis internacional ha ingresado en su noveno año con sus premisas económicas agravadas. Su recorrido contradictorio implica crisis políticas nacionales e internacionales, gran grandes des luch luchas as soci social ales es y la tende tendenci nciaa hacia hacia subl subleva evaci cion ones es popul popular ares es.. El poten potenci cial al revolu revolucio cionari nario o de la bancarr bancarrota ota debe ser estudi estudiado ado y evaluado evaluado,, en cada momento, momento, de acuerdo con las fuerzas en pugna y el grado de conciencia y de organización de los explotados. En !u" escenario nos encontramos ahora#$ %& ocho años despu"s de la caída de Lehman 'rothers, la economía capitalista no ha podido remontar su situación de !uebranto( )& la política de rescate acumula contradicciones explosivas( *& +hina y, en segundo lugar, los países !ue integraban la ex nión Sovi"tica, se han transformado en un factor de agravamiento de la crisis, tal vez en el principal factor( -& los países emergentes/ han sido arrast arrastrad rados os al vendava vendavall por el derrum derrumbe be de los precios precios intern internaci acional onales es y la fuga fuga de capitales. La intervención estatal !ue intentó neutralizar o contrarrestar la bancarrota terminó por darle un nuevo impulso. Esa intervención fue avalada por la iz!uierda burguesa, !ue la consideró una reacción al r"gimen neoliberal e incluso una negación estatal del mercado. El Estado, al rev"s, no intervino contra el mercado sino en su socorro( no como un poder exterior al capital sino como un engrana0e en grana0e de la acumulación capitalista en crisis. 1 ocho años de la aplicación de enormes programas de rescate en Estados nidos, Europa, 2apón y tambi"n en +hina, la !uiebra financiera, detonada por la crisis bancaria en Estados nidos, ha llevado al !uebranto de los Estados, y a un derrumbe del sistema financiero y del mercado mundial. En Estados nidos sigue en aumento la cesación de pagos de las hipotecas. La détente industrial no fue superada( la situación de los bancos tampoco ha sido saneada sino disimulada con la contabilidad creativa/ 3!ue les permite regi regist stra rarr cont contabl ablem ement entee cr"di cr"dito toss inco incobr brabl ables es a su valo valorr orig origina inal& l& y la nueva nueva onda onda especulativa con fondos estatales para lucrar con operaciones de corto plazo en las 'olsas y en los emergentes/. Las Las inve invers rsio ione ness no se han han recu recupe pera rado do ni si!u si!uie iera ra en Esta Estado doss nid nidos os.. La recuperación de la tasa de ganancia es limitada y ba0a, sobre todo frente a los enormes per0uicios acumulados por el sistema financiero. Las grandes empresas no reinvierten sus utilidades$ las derivan a inversiones u otras operaciones financieras. Estamos frente a una crisis de sobreacumulación de capital !ue no encuentra posibilidades de inversión lucrativa 3o, lo !ue es otra cara de la misma moneda, de caída de la tasa de ganancia, de la rentabilidad del capital&. 4or su lado, la emisión gigantesca de moneda por parte de la 5eserva 6ederal ha crea creado do un bomb bombeo eo espec especul ulat ativ ivo o de gran grandes des dimens dimensio iones nes.. La deuda deuda p7bli p7blica ca y de las las corporaciones ha alcanzado los %88 billones de dólares, un aumento del *89 respecto de )88:. La deuda p7blica mundial pasó de )) billones de dólares en )88: a m;s de <8
billones a fines de )8%-, y contin7a su crecimiento a ese ritmo( el con0unto del cr"dito mundial llegó a unos *88 billones, y la totalidad del sistema financiero al trillón de dólares 3contra un 4'= mundial de >8 billones&. Se debe recordar !ue los bancos centrales intervinieron en el salvata0e bancario luego de la !uiebra de Lehman 'rothers. Sólo la 5eserva 6ederal dio pr"stamos por %> billones de dólares a los principales bancos mundiales. Esos bancos han pasado a tener una participación muy activa en los mercados al comprar en forma directa acciones de empresas, adem;s de ser los principales ad!uirentes de títulos de la deuda p7blica de sus propios países. Los bancos centrales de la zona euro y de +hina son los 7ltimos de la saga. Se trata de una cartera de inversiones de m;s de < billones de dólares. En consecuencia, su capacidad para proceder a nuevos rescates bancarios ha disminuido extraordinariamente. En ese escenario se produce la devaluación del yuan chino. Es un salto considerable en la crisis pues refle0a una fortísima fuga de capitales por la caída de las exportaciones de ese país, !ue se desplomaron afectadas por la crisis mundial. La demanda internacional hacia 'ei0ing se encuentra en descenso y la caída de la tasa de ganancia refle0a !ue la industrialización ofrece allí retornos relativos inferiores a los precedentes. Las medidas del gobierno chino para contrarrestar las tendencias recesivas de su economía han ingresado en la fase declinante de su efectividad, por eso el estallido. La incorporación del yuan como moneda de reserva ha !uedado postergada hasta finales de este )8%>. Es cierto !ue +hina tiene casi ) billones de dólares invertidos en bonos del Estado norteamericano. Sin embargo, el uso de esos papeles implicaría una guerra financiera precisamente cuando el 'anco +entral norteamericano busca distanciarse del financiamiento del ?esoro de su país. n retiro de +hina, 2apón y 1lemania del mercado de deuda norteamericano sería causa suficiente para una guerra financiera. 4ero ning7n rescate capitalista depende de la ca0a del Estado, sino de aplicar una reestructuración completa de relaciones sociales. +omo hemos indicado en algunos capítulos de este libro, figuras prominentes del establishment capitalista hablan de una perspectiva de estancamiento prolongado/, o sea, un horizonte de sobreproducción crónica como alternativa a una sucesión de bancarrotas y a una guerra o revoluciones. En Europa y en 2apón hay una tendencia definida$ la deflación. La caída de los precios o deflación es la manifestación extrema de la depresión económica. La nión Europea ha seguido una política deflacionaria con la intención de salir de la crisis por la vía de mayores exportaciones, o sea, de exportar la deflación interna. La finalidad estrat"gica de la política deflacionaria es reba0ar en forma dr;stica el valor de la fuerza de traba0o, lo !ue incluye la destrucción de la protección laboral y previsional. Se abre paso la línea de los acuerdos bilaterales y de blo!ues, como el 1cuerdo ?ranspacífico 3conocido como ??4& firmado a fines de )8%@. El ??4 es un acuerdo principalmente entre Estados nidos y 2apón contra +hina, la gran excluida del tratado. Aashington ha traba0ado con ?oBio para impulsar el acuerdo, a la vez !ue fomenta la remilitarización de 2apón. La +asa 'lanca ha reforzado sus alianzas diplom;ticas y
militares en toda la región de 1siaC4acífico para desafiar las reivindicaciones territoriales chinas en el estrat"gico mar de +hina meridional. Entretanto, la restauración del capital en los ex Estados obreros 3+hina incluida& tropieza con poderosos remanentes de la economía centralizada, es decir, la restauración no se ha completado. 4redomina en esos países una forma bastarda de capitalismo, !ue combina la hegemonía estatal con la apropiación de los activos del Estado por parte de una oligar!uía sin capital 3en una especie de acumulación primitiva de capital tardía o sui g"neris&, !ue busca introducirse en los intersticios del capital financiero mundial. La distinción entre capitalismo en ascenso y capitalismo decadente o en declinación, como instrumento de an;lisis, revela su pertinencia histórica. Si la deuda mundial crece a ritmo de v"rtigo, en +hina llega a niveles explosivos$ pasó de < billones de dólares en )88< a ): billones a mediados de )8%-, de modo !ue se cuadruplicó en poco m;s de un lustro. En relación con el 4'= es ahora m;s grande !ue la de Estados nidos 3el ):)9 del 4'=, seg7n la consultora Dcinsey Flobal =nstitute&. na tercera parte de esa deuda imponente proviene del llamado sistema bancario en las sombras/, !ue funciona al margen de las regulaciones legales. Los pr"stamos a los gobiernos locales se incrementaron tambi"n muy r;pidamente sobre una base extremadamente fr;gil$ %,< billón de dólares corresponde a instrumentos financieros de dudosa cobrabilidad, considerados bonos basura. En el terreno político, las huelgas son tan numerosas como espectaculares en +hina. +ada vez me0or organizados, los traba0adores duplicaron la cantidad de huelgas durante los 7ltimos cuatro años. Estamos frente a un movimiento de protesta !ue supone un difícil problema para el gobierno del 4artido +omunista, atento a cual!uier indicio !ue pueda amenazar su control del poder/.% 1 pesar de la persecución, el activismo sindical se amplía progresivamente. El gobierno ha empezado a tantear otras variantes de contención. En medio de esas presiones cruzadas y crecientes de las diferentes clases sociales se ha acentuado el papel de ;rbitro !ue 0uega el presidente, Gi 2inping, !ue empieza a adoptar una forma bonapartista. La institución presidencial ha ganado poder y autoridad en detrimento de la burocracia estatal y partidaria. Las remociones y las purgas hechas por el primer mandatario son una manifestación de este proceso. n razonamiento metodológicamente similar se puede aplicar a 5usia. La irrupción de Hladimir 4utin fue en su momento un recurso excepcional para ponerle límites a la desintegración del Estado ruso. 4utin impuso un r"gimen de poder personal y promovió un nuevo reparto de la propiedad/ !ue incluso asumió la forma de una reestatización. La nueva centralización del Estado, precaria en su base económica 3exportación de petróleo& estuvo dirigida a salvar el ímpetu de la restauración capitalista. 1hora, la caída de los precios petroleros le ha dado un golpe demoledor a un r"gimen acosado por el derrumbe económico 3retroceso del @9 del 4'=, caída del rublo, fuga de capitales&.
1 Associated Press, 8 de abril de 2015.
En +hina o Hietnam tampoco se ha completado, ni de le0os, la expropiación capitalista del inmenso campesinado de esos países, víctima, seg7n una definición reciente, de un capitalismo gangsteril/. La pretensión inicial de restaurar el capitalismo en +hina mediante una progresiva diferenciación en el campo fue r;pidamente abandonada, por!ue entrañaba una acumulación de capital muy lenta. 4or otra parte, las rebeliones en el campo chino son sistem;ticas$ hace unos años produ0eron, incluso, una comuna local !ue le hizo frente al Estado central durante varios meses. 1sistimos, en fin, a un desarrollo combinado$ en +hina, una nación donde dos terceras partes de sus %.-88 millones de habitantes se encuentran por deba0o del nivel de la pobreza, se desarrolla una acelerada especulación inmobiliaria. En 5usia, la cuestión agraria no es menos grave !ue en su gigantesca vecina, por!ue a7n est; en 0uego el destino de decenas de miles de cooperativas agrarias !ue carecen de capital, pero cuya conversión en empresas capitalistas modernas supondría la cesantía de millones de personas y la destrucción del medio urbano en el campo. Es uno de los puntos cruciales de la crisis en crania. 1 diferencia de lo sucedido en %I)IC%I*8, la crisis capitalista no debutó con un crac agrario ni se tradu0o inicialmente en una caída de los precios de las materias primas. En lugar de ello asistimos a un auge inicial de las cotizaciones de los commodities y, a caballo de ese fenómeno, a un florecimiento económico de los llamados países emergentes/. Dientras la economía de las naciones centrales se hundía en la recesión, los emergentes registraban una onda ascendente en su actividad económica. El fenómeno se apoyó en la expansión china, !ue le dio un gigantesco impulso durante varios años a la demanda mundial. 4recisamente por eso los emergentes se vieron favorecidos por el ingreso de capitales. Ese ciclo abrió la ilusión Jincluso en la iz!uierdaJ de un cambio de paradigmas, de la afirmación de +hina como nueva potencia hegemónica y la emergencia de un polo alternativo como el de los '5=+S 3'rasil, 5usia, =ndia, +hina y Sud;frica&, capaz de rivalizar con los principales blo!ues capitalistas. Koy estamos de vuelta de ese proceso, nos encontramos frente a una inversión de tendencias. +hina, en lugar de sacar al mundo de la crisis, fue arrastrada ella misma por el !uebranto internacional. Los precios de las materias primas han caído en picada, en primer lugar el del petróleo, pero la situación se extiende a los metales y a los alimentos, mientras se acelera la fuga de capitales. 4or primera vez, en +hina han salido m;s capitales de los !ue ingresan. 1lgo !ue no se ha advertido suficientemente es !ue, como ya señalamos, el período de bonanza de los emergentes no redundó en un desarrollo independiente y ni si!uiera llegó a insinuarse un avance en esa dirección. 4or el contrario, la demanda internacional de materias primas potenció el car;cter primario y rentista de las economías latinoamericanas, no sólo en materia de minería metalífera y petróleo, como ocurre en +hile, 4er7, Ecuador o Henezuela( tambi"n es el caso de las exportaciones agrarias. El capital financiero acapara la mayor parte de la renta del campo por la vía de los fideicomisos, los pools de siembra y los pulpos proveedores de semillas modificadas e insumos agro!uímicos. D;s all; de los
límites del comercio agrícola, las naciones de la periferia han sido víctimas del estallido de la burbu0a especulativa alimentada por la emisión monetaria de Estados nidos y por el boom del mercado agrario internacional, !ue sirvió de sustento a esa especulación. Los m"todos aplicados para neutralizar la bancarrota capitalista por parte de los distintos Estados han potenciado el alcance de esa bancarrota. El salvata0e/, en definitiva, empieza a producir el efecto contrario del !ue se proponía.