FILOSOFÍA NORTEAMERICANA. Se reproduce aquí la sección primera del capítulo IV "Las direcciones pragmáticas"del libro de F. Larroyo, Historia de la filosofía en Norte-América (Stylo, México, pp. 63-67). Se trata de un libro que aspira a integrar la cultura norteamericana con la latinoamericana. Merece la pena transcribir aquí también el "Prólogo":"Las relaciones entre Estados Unidos de Norteamérica y Latinoamérica han sido hasta ahora, predominantemente, de carácter político y comercial. Existe incluso una nutrida literatura acerca de estas relaciones internacionales. La discusión en torno de la manera de concebir y tomar partido acerca del problema del panamericanismo es un vivo ejemplo de este estado de cosas. Los vínculos culturales, en cambio, son, en su conjunto, pobres y deficientes. Acaso sólo en el dominio del arte se ha promovido y fomentado un intercambio digno de consideración.
Dentro de los nexos culturales, las relaciones filosóficas en particular han sido raquíticas en extremo. Fuera del movimiento filosófico del pragmatismo, de trascendencia mundial, la Filosofía norteamericana es poco conocida en los países de Latinoamérica. No es hipérbole el señalar que, en general, se ignoran los filósofos profesionales de aquende y allende el río Bravo. Y sin embargo, nada nada más fructífero para la evolución y progreso de la Filosofía en el Nuevo Mundo que un esfuerzo común y de colaboración en esta rama del saber. Precedente digno de elogio en este sentido lo tenemos, nada menos, en las grandes direcciones de la Filosofía en Norteamérica. La escuela de los Pragmatista de Chicago y la de los Realistas de Columbia, para no mencionar otras más, confirman cuán eficaz en la Filosofía es laborar coordinadamente en las tareas enderezadas a plantear y resolver las cuestiones del conocimiento y del valor de la vida. El autor del presente opúsculo, ha pensado, al redactar este trabajo que la literatura filosófica en lengua española venía careciendo de una exposición de conjunto de las fuentes y direcciones del pensamiento filosófica en Norteamérica. Ojalá este inicial esfuerzo cumpla el cometido de despertar el interés por conocer la vida y doctrina de los grandes clásicos de la Filosofía norteamericana y de avivar las relaciones filosóficas entre este país y las naciones de Latinoamérica". El desarrollo de la filosofía norteamericana significa una continua lucha entre las tentativas de un pueblo independiente, puesto frente a los hechos de la vida de fronteras para ajustar realísticamente su pensamiento a sus condiciones de vida y a las filosofías tradicionales del Viejo Mundo. En conjunto, pero no completamente, el realismo ha ganado la batalla contra el tradicionalismo. Uno de los resultados más importantes de esta lucha ha sido la nueva definición de la filosofía, que todavía se constriñe dentro de la concepción griega de amor a la sabiduría, pero que niega que el verdadero camino hacia la comprensión sea la especulación, el pensar a priori, y que reúne su buena parte de inductivismo empírico. Para los modernos filósofos norteamericanos el mayor énfasis de este Congreso sobre la especulación sonaría como una voz de ultratumba. Nosotros definimos a la filosofía en términos de conclusiones sacadas de hechos averiguados y probados y no en términos de conclusiones deductivamente derivadas de creencias tradicionalmente sancionadas, sean sagradas o profanas. La American Philosophical Associaton, la organización más importante de filósofos de los Estados Unidos se reúne tres veces al año. Estas convenciones son, por un lado, un congreso o mas bien una serie de congresos, por el otro una organización profesional que lucha por los derechos e intereses de los profesores de filosofía, pero mas importante aun, son el mercados de trabajo donde nuevos graduados buscan encontrar su primer puesto. La primera reunión anual es la que corresponde a la Sección Este de la organización, y se lleva a cabo en los últimos días del año.