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EL DETERMINANTE ÚLTIMO DEL VALOR*
Eugen von Bohm-Bawerk La antigua pregunta aún sin respuesta: ¿cuál es el determinante último del valor? Existen varias preguntas aún no contestadas dentro de la teoría económica que han sido transmitidas a modo de herencia de una generación a otra. El debate sobre estas cuestiones se retoma veinte o hasta cien veces en el transcurso de una década y, en cada una de esas ocasiones, las partes agotan sus recursos intelectuales en un esfuerzo por inculcar sus opiniones a sus contemporáneos. No pocas veces el tratamiento de estos temas va más allá de los límites de la lasitud y el hartazgo, de manera tal que bien puede considerarse como una ofensa al buen gusto que vuelva a tratarse un problema tan ampliamente discutido. Sin embargo, estas cuestiones surgen una y otra vez, como espíritus perturbados destinados a vagar sin reposo hasta que llegue la hora de su liberación. Es posible que desde el último debate sobre el tema se haya llegado a algunos descubrimientos reales o imaginarios en la ciencia y hay quienes piensan que ellos esclarecerán la antigua cuestión. De inmediato vuelve a surgir la vieja rivalidad, con tantos bríos como si tuviera el encanto de la novedad; y así continúa año tras año y así seguirá hasta que el perturbado espíritu quede liberado definitivamente. Dentro de este conjunto de temas encontramos la pregunta: ¿Cuál es el deter* Traducido de Shorter Classics of Bohm-Bawerk, Libertarian Press, 1962, Este trabajo apareció publicado originalmente en 1894.
tales quedan incluidas bajo este título, debemos averiguar qué es lo que, con el nombre de costo, trae aparejada esta nivelación. Encontramos, entonces, que al principio la utilidad marginal de un producto se nivela con la utilidad marginal de otros productos, que se producen a partir del mismo bien de costo (materias primas, maquinarias, etc.); es una nivelación de utilidad con utilidad. En la mayoría de los casos, este proceso de nivelación no sólo comienza sino también termina allí. Sólo de modo ocasional, bajo suposiciones casuísticas bien definidas, se lleva el proceso nivelador un paso más adelante. Y la utilidad del bien en sí se pone en equilibrio con la desutilidad que soportan los productores. En este limitado número de casos, la ley general de costos se convierte en una ley especial de la desutilidad. El carácter independiente de esta ley queda demostrado por el hecho de que, aunque su dominio es muy limitado, su alcance se extiende, sin embargo, más allá de la clásica ley de costos.46 El único determinante último del valor es el "bienestar humano" ¿Cuál es, entonces, el "determinante último" del valor de los bienes, en cuya búsqueda se han enrolado tan infatigablemente los hombres
tales quedan incluidas bajo este título, debemos averiguar qué es lo que, con el nombre de costo, trae aparejada esta nivelación. Encontramos, entonces, que al principio la utilidad marginal de un producto se nivela con la utilidad marginal de otros productos, que se producen a partir del mismo bien de costo (materias primas, maquinarias, etc.); es una nivelación de utilidad con utilidad. En la mayoría de los casos, este proceso de nivelación no sólo comienza sino también termina allí. Sólo de modo ocasional, bajo suposiciones casuísticas bien definidas, se lleva el proceso nivelador un paso más adelante. Y la utilidad del bien en sí se pone en equilibrio con la desutilidad que soportan los productores. En este limitado número de casos, la ley general de costos se convierte en una ley especial de la desutilidad. El carácter independiente de esta ley queda demostrado por el hecho de que, aunque su dominio es muy limitado, su alcance se extiende, sin embargo, más allá de la clásica ley de costos.46 El único determinante último del valor es el "bienestar humano" ¿Cuál es, entonces, el "determinante último" del valor de los bienes, en cuya búsqueda se han enrolado tan infatigablemente los hombres durante los últimos cien años, del mismo modo que se habían esforzado antes por hallar la cuadratura del círculo? Si deseamos contestar a esta pregunta con una sola frase, entonces no podemos elegir otra expresión general que no sea "el bienestar humano". El determinante último para el valor de los bienes es el grado de bienestar que depende de los bienes en general. Sin embargo, si deseamos un determinante más concreto, aquel que nos dé una idea más definida de cómo los bienes se relacionan con el bienestar, entonces debemos tomar no uno sino dos determinantes que, aunque coordinados en teoría tienen, sin embargo, una importancia práctica desigual debido al gran predominio de los fenómenos en los cuales uno de ellos es operativo; uno es la utilidad del bien y el otro es el sacrificio personal o la desutilidad involucrados en la adquisición del bien. El dominio de este último es mucho más limitado de lo que habitualmenté creemos. En la gran mayoría de los casos, incluso en aquellos en los que la denominada ley de costos indudablemente cumple una función, la determinación final del valor de los bienes depende de la utilidad. 46
Véase p. 183.