(Premio José María Aricó (Premio Ar icó Faculad de Filosoía y Humanidades Universidad Nacional de Córdoba) Edición preparada por Luis Miguel Baroneto Baroneto Luis Rodeiro Guillermo Vazquez
ÍNDICE
Presenación Diego aián
Texos Cuando el peronismo dejó de ser popular Sebasián Barros La Córdoba de los ´70 y Obregón Cano Jorgee Luis Berneti Jorg La quimera rasocada. rasocada. El riuno de Obregón Cano y Ailio López, 1973-1974 Alicia Serveto y Melisa Paiaro Paiaro Obregón Cano y el asedio de la derecha Eseban Dómina Obregón Cano en la encrucijada obero A. A . Ferrero Ferrero Cuarena años después Francisco Yore Desde los rabajadores Manuel eyes
Obregón Cano en los barrios y las provocaciones policiales Luis Miguel Baroneto Memoria del del oprobio políico: el derrumbe del gobierno democráico de Córdoba Córdo ba (1973-1974) por un golpe policial Luis María Boneto y María Susana Boneto Enrevisa con Eseban Righi Obregón Cano, anes que anochezca Hugo Vaca Vaca Narvaja La Iglesia Caólica de Córdoba conra el gobierno popular Alexis Oliva El SEPPAC, el esauo del docene y el gobierno de Obregón Cano Carlos Ponce de León Pasado y Presene de un legado: orma políica y proyeco económico del gobierno de Obregón Cano Silvia Morón y ubén Caro Una políica económica y social consecuene Eduardo González Olguín Obregón Cano: políico, pero ambién esadisa Luis José Quijano
La lógica del orden policial Paola Gramaglia Ailio y Obregón: Obregón: ragedia ragedia y poliización poliización de la memoria Eduardo Soa Obregón más López, una suma que suma Luis odeiro e Ignacio Vélez Vélez Carreras Los comienz comienzos os Eseban Eseb an aael Oriz Or iz Un políico honeso arapado en el urbión de una época unesa Enrique Lacolla
Anexos Discurso de asunción icardo Obregón Cano Del gobierno de Cámpora a Perón en el poder Ediorial de la revisa Pasado y Presene
Presenación A cuaro años del Cordoba Cordobazo zo y a dos del Viborazo Viborazo,, el 11 de marzo de 1973 la órmula del Frejuli compuesa por icargo Obregón Cano y Ailio López se imponía en la primera vuela de las elecciones provinciales, y deniivamene un mes más arde con el 54% de los suragios, en lo que parecía ser la desembocadura insiucional de un conjuno de luchas sindicales y populares que sacudían a Córdoba desde los meses nales del Onganiao. La alianza enre el peronismo revolucionario y el sindicalismo combaivo iniciaba con la asunción del gobierno, el 25 de mayo del mismo año, uno de los momenos más singulares de la hisoria políica de Córdoba. Fue breve. La noche del 27 de ebrero de 1974 un grupo armado comandado por el eniene Coronel reirado Anonio Na varro,, enonces Jee de Policía, desalojó a las auoridades democráicas de la Casa de varro Gobierno, abriendo de ese modo el período más oscuro y sangrieno de la provincia. Enre oros crímenes aroces de dirigenes sociales y luchadores populares, el 16 de sepiembre de ese mismo año el depueso Vicegobernador Vicegobernador Ailio López era acribillado acr ibillado con más de cien c ien balazos. Los nueve meses de gobierno que ranscurrieron enre mayo de 1973 y ebrero de 1974 se presenan para Córdoba como un signo aún a ser descirado, no obsane la prousa invesigación académica y periodísica periodí sica acumulada desde enonces. A casi cuarena años de esa inensa experiencia políica que quedaría clavada en la memoria de la ciudad no obsane su brevedad, la Faculad de Filosoía y Humanidades de la UNC ribua su reconocimieno al Dr. icardo Obregón Cano a sus 95 años de edad, y con él a una compleja inspiración inspi ración emancipaoria que incluyó a grandes secoress populares, cuya violena aniquilación ha dejado una huella aciaga en la imagisecore nación y los cuerpos de varias generaciones. Una de las areas de la democracia argenina desde que uera recuperada −y de la Uni versidad pública que es pare de ella− ha consisido en desacivar paciene pacienemene mene los eecos del error y manener abiero el enigma democráico a ravés de una memoria y una indagación indagación de sus momenos más alos alos y raros, cuando la obra de la igualdad irirrumpe de manera miseriosa en la vida v ida de las sociedades. Enre una noable diversidad de voces, muchos de los exos que aquí compilamos, conienen escriuras y onos propios de las memorias populares, no necesariamene (pero ampoco ani-) académicos, con los que la Universidad esá en consane inerlocución. ambién, como odo homenaje no hecho para el heroísmo de paneón ni hagiograías acríicas, siempre enconramos reacualizaciones y discusiones inclinadas al presene. La pluralidad ideológica, ensayísica y en la evaluación del complejo enramado hisórico de la época sobre la que reexionamos, hablan de la inensidad 7
políica del momeno que aquí raamos, y del racaso de cualquier ineno de clausura en orno a su discusión. ambién se incluyen dos exos como anexo anexo.. El primero pr imero de ellos, el discurso de asunción de icardo Obregón Cano como gobernador de la provincia (en su versión omada de la ranscripción del diario de sesiones de la Cámara de senadores de Córdoba), en mayo del año 1973. No enconramos allí solo planos adminisraivos, sino ambién signos de un políico que en sus discursos represenaba una modalidad aguda y anicipaoria anicipaoria de la hisoria –lo ejemplican ejemplican ambién sus discursos en Deán Deán Funes, Funes, en Laboulaye, en el velaorio de Ailio López, o (ya en los ochena) en su descargo ane el proceso judicial abiero por haber perenecido al Parido Mononero en su exilio en México. Que el premio lleve el nombre de José María Aricó, es ambién una cira de la época y convoca la huella de un inelecual compromeido que, enre oros, consiuye un signo undamenal en el pensamieno críico de Córdoba; por ello incluimos como segundo anexo el úlimo ediorial –cuya auoría no es unívoca, y en la cual Aricó uvo un desacado apore concepual− de una revisa clave para el pensamieno críico de Córdoba, Pasado y Presene. Su lecura del año 73 y del proceso que comenzaba a desencadenarse, desencadena rse, esimonia una area de reexión coleciva que no se desenendió de un proceso complejo y se involucró en él juno a muchos oros secores sociales que ueron proagonisas de la época. Diego aián
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Cuando el peronismo dejó de ser popular Sebasián Barros La casi auomáica asociación enre el peronismo y lo popular es puesa en cuesión por episodios como el golpe policial y la poserior inervención ederal que desplazó del gobierno de la provincia de Córdoba a la órmula icardo Obregón Cano-Ailio López. Bien vale la aclaración de que popular aquí no signica apoyo políico mayoriario, ni una supuesa perenencia esrucural a una deerminada clase, o a un deerminado segmeno de consumo. Lo popular no es una caegoría “objeivable” y medible, conrasable con un baremo de grados de popularidad. Lo popular es más bien una inerrupción de la idenicación con un lugar en la comunidad, un inervalo enre idenicaciones. En el primer peronismo eso ue muy claro y ya hemos argumenado en oro lugar (Barros 2011) que un análisis de ese movimieno políico debe comenzar en lo que ha sido denominado “crisis de la deerencia social”. social”. En ella el orden social es percibido como injuso y se dejan de acepar los lugares sociales en ese orden hegemónico. La crisis de la deerencia es precisamene el n de la acepación de un lugar. Lo popular reside en esa inerrupción del uncionamieno del orden social poniendo en cuesión esos lugares sociales y las cualidades que legiiman su ocupación. ¿Por qué llamar a eso popular? Porque Porque esa resisencia a ocupar un lugar se hace en nombre de una igualdad respaldada en la idea de pueblo. odas esas inerrupciones del orden hegemónico que resisen ocupar un lugar, reclaman la capacidad de ener la palabra para cambiar ese orden. eclaman la capacidad de poner en palabras un mundo que hasa ese preciso insane les viene v iene dado. En ese senido, senido, se posulan como iguales en esa capacidad y de ahí ahí se desprende desprende su carácer popular: esa igualdad marca marca la perenencia perenencia al demos, a la comunidad políica, políica , al pueblo. Como bien menciona la convoca convocaoria oria a ese homenaje: “cuando “cuando la obra de la igualdad irrumpe irr umpe de manera miseriosa en la vida de las sociedades”, allí se presena lo popular. La orma que adquiere la resisencia a ocupar un lugar y el consiguiene quiebre de la dierencia social es la orma de una imprecación. El pueblo impreca y, como bien alera Derrida en su Especros de Marx, “[n]o hay que pasar nunca por alo la imprecación del juso”. El pueblo impreca al lugar del poder, poder que no se dene sino por la capacidad de dar orma al mundo comuniario poniendo a sus miembros en el lugar que les corresponde, esipulando las cualidades y condiciones necesarias para su ocupación. Esa orma de la imprecación, a su vez, iene un eeco sobre el carácer que iene lo popular. Ese eeco es que la resisencia a ocupar un lugar se realizará en nombre de un daño. Quien impreca impreca se presena como una vícima que expresa ex presa un de9
seo de que algún oro sura su ra el daño, en nombre precisamene de un daño anerior. anerior. Lo popular reivindica, reclama para sí algo a lo que cree ener derecho: poner el mundo en palabras. La crisis cri sis de la deerencia enonces implica la resisencia a ocupar un lugar en el orden social, reclamando en ese mismo movimieno la capacidad de poner en palabras ese orden e imprecando al poder en nombre del daño surido por la ocupación de dicho lugar. Derás de lo popular hay siempre una novedad. eclamar para sí la capacidad de poner el mundo en palabras implica una subjeivación (ancière 1996, 52). En ese inervalo enre dos lugares sociales, uno legíimo según el orden hegemónico pero ilegíimo según el orden por-venir, emerge un nuevo sujeo. Ese nuevo sujeo necesia palabras. Necesia Nece sia un lenguaje que exprese esa novedad, que vociere esa imprecación, que grie esa verdad (Derrida (Derrida 1994, 42). Necesia un lenguaje disponible que debe ser aprendido por ese nuevo sujeo. Y, Y, ora vez, aprender ap render supone supon e pensar en un sujeo suje o que es capaz de poner el mundo en palabras y a quien se iene la obligación de escuchar escuchar.. Aprender, en ese senido, signica lo mismo que enseñar (ancière 2003). Aquí es donde se cruzan una políica popular y la relación pedagógica (Barros 2010). En el primer peronismo enonces se asisió a la creación de un nuevo lenguaje marcado por lo que Alejandro Groppo llamó incondicionalidad de la jusicia social (Groppo, 2009). Esa incondicionalidad del discurso peronisa esaba sosenida por ese sujeo que en ano vícima de un daño reclamaba para sí la represenación plena de la vida comuniaria. Para esa pleniud no hay condición posible. La promesa de pleniud del peronismo peronismo,, muchas veces descripa como exceso, no podía sino enrar en ensión con la paricularidad del caráce carácerr de vícima. v ícima. Esa ensión habia el peronismo en ano ariculación populisa populi sa de esas idenicaciones populares (Aboy Carlés, 2010). De las inclinaciones que resulan de esa ensión lógicamene lóg icamene irresoluble dependen muchas veces los vaivenes de odo el sisema políico argenino. Hoy, por ejemplo,, vivimos ejemplo viv imos bajo la promesa de pleniud cara al peronismo pos-converibilidad: pos-converibilidad: la imagen de una comunidad inegrada a ravés del rabajo que unciona como supercie de inscripción para oda una serie de idenicaciones populares. En los años seena la siuación era basane dierene dierene y la gobernación de Obregón Cano y López surió esa siuación como oras provincias que ambién ueron inervenidas. (Serveto 2009) La proscripción del peronismo signicó la proscripción de esa dimensión igualiaria de las idenicaciones populares, pero no ue la proscripción de la pleniud que asume el discurso que re-ordenó la comunidad dislocada. La Argenina pos 1955 es una Argenina auoriaria, en ano los dierenes elemenos ariculados allí pugnaban por presenarse a sí mismos como la represenación plena de la comunidad. La ensión enre esa pleniud y la presenación de una vícima de un daño respeco de la posibilidad 10
de poner el mundo en palabras, es lógicamene resuela por una apuesa por la pleniud. oda la ormación políica se inclinó en ese momeno hacia la represenación plena de la vida comuniaria. Es decir, la ariculación políica que se generó alrededor de Perón Perón proscripo no omó el cariz car iz populisa que juega con los vaivenes de la ensión enre paricularidad y represenación plena. El discurso de ese peronismo en los años seena operó como la represenación plena de la vida comuniaria en el senido que aquello que no enraba en ese orden que se había sedimenado con la proscripción del peronismo debía ser eliminado. La Argenina poserior a 1955 implicó una nueva disribución de lugares sociales, en la que lo l o revulsivo del peronismo, el reclamo igualiario de quien impreca, ue desplazado por las negociaciones de un sindicalismo que uncionaba como el pivoe sobre el que se balanceaban precarios precarios equilibrios equili brios políicos. Pegar y negociar, peronismo sin Perón, son algunos de los euemismos que represenaron esa pérdida de carácer revulsivo. El peronismo proscripo, el líder ex iliado, son ejemplos de esa nueva disribución de lugares en los que no hay imprecación en ano reclamo de la capacidad de poner el mundo en palabras. El reclamo pasa por el regreso de ese cuerpo que encarna un lenguaje a la vez disponible y vedado. vedado. Encarna el regreso de la pleniud. (Casagnola, 2002) De algún modo, en los años seena se vivió una segunda crisis de la deerencia social. Las resricciones políicas que implicaba un sisema políico viciado por la proscripción del peronismo, las ransormaciones esrucurales que generó ciero espíriu desarrollisa y los ejemplos de la revolución cubana, el mayo rancés, las movilizaciones ani-bélicas, ec., generaron generaron un conexo en el que los jóvenes milianes y el sindicalismo combaivo conuyeron de una manera especialmene imporane, sobre odo en Córdoba. (Serveto 1999) Ese privilegio le valió a la provincia medierránea ser la experiencia más violena de las inervenciones ederales que dispuso el presidene Perón. Nuevamene se encuenran desplazamienos desde los lugares legíimos que corresponde ocupar a jóvenes y rabajadores. Los jóvenes milianes reclamando una voz en decisiones que hasa hasa ese momeno les esaban esaban vedadas. vedadas. El sindicalismo combacombaivo imprecando a ese sindicalismo sindical ismo negociador con regímenes raudulenos. En ambos casos eran grupos que se salían de los lugares que la Argenina Argenina pos 1955 les enía asignados. Jóvenes para quienes el peronismo no podía ser una opción porque era una palabra prohibida; rabajadores que enrenaban la misma negaiva rene a la auonomía porque debían necesariamene encuadrarse en el sindicalismo negociador. Por lo ano ano,, ueron sujeos novedosos que dislocaron una vida v ida comuniaria ya de por sí inesable. Eso explica en pare, pero en una pare imporane, lo que la lieraura ha denominado divisiones inernas del peronismo en los años 70 (Iz (Izcoviz coviz 1985, Gordillo Gordil lo 2008, Serveto 2010). La inerna peronisa puso (y pone) en juego consanemene la ensión enre vícimas de un daño y pleniud comuniaria. Esa ensión operó en un equi11
librio precario durane el momeno en el que el peronismo ariculó de orma or ma populisa la ormación políica. políica . Pero Pero ese populismo se diluyó di luyó en la Argenina pos 1955, su vea popular (en los érminos planeados aquí) aquí) se perdió en una orma de ariculación que endió cada vez más a romper ese equilibrio inesable y se inclinó hacia ormas más auoriarias y violenas. Incluso oda la ransición democráica puede ser enendida en esos érminos. Si la Argenina de la segunda miad del siglo XX deja paulainame paulainamene ne de ser una ariculación populisa para ransormarse en una ariculación democráico-liberal, los años ranscurridos a parir de 1976 son la proundización de esa ransormación. Los años de la úlima dicadura implican el ranscurrir de la disolución paulaina y progresiva de lo popular como consecuencia de la represión esrucural que llevó l levó adelane. adelane. El “Proceso” no ue sino el proceso de la represión esrucural de las ormas de imprecación posibles 1. El caso del sindicalismo en Córdoba es un buen ejemplo de la explosión violena que generó la pérdida de ese precario equilibrio enre vícimas de un daño y pleniud comuniaria. El sindicalismo sind icalismo peronisa en Córdob Córdobaa esuvo bajo la ensión enre manener un proyeco que se condecía con la experiencia de movilización del Cordobazo o subordinarse al proyeco proyeco políico del vericalismo vericali smo orodoxo que proponía el gobierno de Perón. Perón. La segunda posibilidad ue ue la que se impuso. Una Una declaración del presidene es buen indicio de lo que se raaba esa segunda posibilidad. En un mensaje a la mesa direciva de las 62 Organizaciones y del secreariado general de la CG, una semana anes del navarrazo, Perón habló sobre la provincia medierránea y armó: “En esos momenos, lo que hay en Córdoba, usedes saben, es un oco de inección […] sabemos que en varias provincias provinc ias ha habido inlrados inl rados y eso ha provocado problemas […] pero no es necesario pelear para sacar a los inlrados, no hay que provocar esas siuaciones denro de las provincias. provinc ias. enemos enemos que hacer esas cosas a las que yo no me opongo […] pero hay orma ormass y orma ormass de realiza realizarlo. rlo. enemos enemos que hacerlo con buena lera.” (La Na Nación, ción, 21-2-1974, 21 -2-1974, Izcoviz 1985, 101) ¿Cómo raar la violencia? ¿Qué podía signicar la “ buena lera” lera” en la Córdoba de esos años? ¿Cómo inerprear la palabra de ese Perón ahora en carne y hueso? Las explicaciones sobre el derrocamieno de Obregón Cano y López generalmene resalan la cenralidad de la gura de Pe Perón. rón. En algunas de las perspecivas que omaron esas explicaciones, la violencia desaada al inerior del peronismo a principios princip ios de los 70 se de bía a la capacidad capacidad de Perón Perón de darle un carácer polisémico polisémico a su discurso y su cuerpo. cuerpo. 1. Que los movimienos de deensa de los derechos humanos hayan sido los primeros en públicamene oponerse y miliar en conra del Proces Procesoo es en pare resulado de los l os eecos de la represión sobre esos discursos populares. Eecos Eecos que siguen presenes en la primera década del siglo XXI. La primera rupura del discurso kirchnerisa en relación a los discursos democráico-liberales imperanes imperanes ue precisamene la políica de derechos humanos. (Barros y Daín 2012)
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Así ue como Pe Perón rón culminó represe represenando nando a oda una serie de signicados conrapuesos y muuamene excluyenes. Esa lecura es una coninuación de mucha de la hisoriograía sobre el primer peronismo que omó a Perón como una variable cenral de sus explicaciones. Perón era el signicane que encarnaba esa ensión precaria en el discurso peronisa, sobre odo durane su exilio pero ambién en el período que comenzó en 1945. De allí derivaba su cenralidad en ano condensaba esa ensión en su gura. Cuando el mismo signicane comenzó a ener un signicado dierene, luego de asumida la presidencia y de su allecimieno, el equilibrio se diluyó di luyó.. Por ora pare, el golpe que derrocó al gobierno consiucional cordobés marca am bién la emergencia de una orma de errorismo esaal que seguiría uncionando uncionando por casi una década. El navarrazo no es la anesala del error o una muesra de lo que iba a suceder dos años después. El golpe conra Obregón Cano y Ailio López signicó la puesa en aco de la violencia errorisa por pare del Esado en conra de sus ciudadanos. Pensarla Pensarla como anesala o como muesra, signicaría que el proceso represivo era ineviable, que era una necesidad hisórica inescapable. Eso quiaría responsabilidad a quienes desaaron ese proceso represivo y sangrieno. No hay anesalas ni muesras porque no hay ineviabilidad hisórica. Es por eso que nunca debe perderse la aención y la vigilancia sobre los discursos políicos que pierden ese ese delicado equilibrio del que hablamos. El populismo es una orma de ariculación que maniene la precariedad de ese equilibrio y es así la garanía, por un lado, de que no se desae la violencia y, por el oro oro,, de que la sociedad no se disgregue en islas ragmenadas con poco en común. Nada de eso sucedió en Córdoba, Córdoba, ni en la Argenina, cuando el peronismo dejó de ser popular. popular. Obras ciadas Aboy Carlés, Gerardo (2010) “Popu “Populismo, lismo, regene regeneracionismo racionismo y democracia democracia””, POS POS-Daa, Vol. 15, N° 1. Barros, Mercedes Mercedes y Daín, Andrés (2012) “El kirchnerismo y la desmesura de lo políico” en Barros, Mercedes; Daín, Andrés y Morales, Virginia (2012) Escrios K, Villa María, Eduvim. Barros, Sebasián (2010) “Idenidades populares y relación pedagógica. Una aproximación a sus similaridades simi laridades esrucurales”, esrucurales”, Propuesa Educaiva, Año 19, N° 34. Barros, Sebasián (2011) “La crisis de la deerencia y el esudio de las idenidades políicas en los orígenes del peronismo”, Papeles de rabajo, IDAES, Año 5, N° 8. Casagnola, Gusavo (2002) “Body o evidence: Juan Domingo Perón’s discourse during his poliical exile ex ile (1955-1972)” (195 5-1972)”,, Tesis (Ph.D (Ph.D.), .), Dep. o Governmen, Universiy Universiy o Essex. Derrida, Jacques (1994) Specres Specres o Marx, Mar x, Londres, L ondres, ouledge.
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Gordillo, Mónica (2008) “Sindicalismo y radicalización en los seena: las experiencias clasisas” en Lida, Clara; Crespo, Horacio y Yankelevich (comp.) Argenina 1976. Esudios en orno al golpe de Esado, México, Fondo Fondo de Culura Económica-El Colegio de México. Izcoviz, Vicoria (1985) Esilo de gobierno y crisis políica (1973-1976), Buenos Aires, CEAL. ancière, Jacques (1996) El desacuerdo. Políica y losoía, Buenos Aires, Nueva Visión. Serveto, Alicia (1999) “El derrumbe emprano de la democracia en Córdoba: Obregón Cano y el golpe policía (1973-1974)”, Esudios Sociales, Año IX, N° 17, Sana Fe, 2do. semesre. Serveto, Alicia (2009) “El senido políico de las inervenciones iner venciones ederales en el ercer gobierno peronisa: desplazar” a los “inlrados” y “depurar” al peronismo”, evisa Escuela de Hisoria, Vol. Vol. 8, N° 2 Serveto, Alicia (2010) “ensiones y conradicciones del ercer gobierno peronisa en Córdoba, 1973-1976” en cach, César (coord.), Córdoba Bicenenaria: claves de su hisoria conemporánea, Córdoba, Cenro de Esudios Avanzados y Ediorial de la Universidad Nacional de Córdoba.
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La Córdoba de los ´70 y Obregón Cano Jorge Jo rge Luis Berneti Berneti El comienzo de la década de los ´60 ue para muchos argeninos y, paricularmene muchos poreños, el redescubrimieno de la Argenina prounda. Bajo esa denominación, un ano mísica, en realidad los poreños como quien eso escribe, comenza ban a superar la mirada esrecha de la Nación que la connaba a las dimensiones del Puero. Esa nueva mirada culural era, al mismo iempo, una renovación renovación políica: la recuperación de la perspeciva nacional y popular, el redescubrimieno redescubrimieno del peronismo y el vínculo con las luchas populares y revolucionarias. Esas luchas uvieron su momeno especacular con el Cordobazo del 29 y 30 3 0 de mayo de 1969, cuando los obreros y los esudianes de Córdoba enrenaron a la dicadura oligárquico-miliar de la revolución argenina de Juan Carlos Onganía. Córdobaa se reinseraba así en la hisoria nacional de una manera uere y proagónica, Córdob como cuando los esudiane esudianess de la Universidad Nacional Nacional realizaron esa revolución que se inseró en los clausros de Argenina y América Laina como la eorma. Las luchas sindicales, esudianiles, políicas y armadas, juno a la mirada críica de la juvenud, la revisión ideológica de la hisoria y la sociedad nacionales, la solidaridad con los combaes del ercer Mundo, la mirada críica de los secores crisianos revolucionarios y la nacionalización de muchos marxisas, crearon los componenes que luchaban por la liberación nacional y la democraización del Esado. Esado. El reorno de Juan Domingo Domingo Perón al país y al poder consiuyó la consigna englobane englobane de aquellas demandas. En aquella Argenina y en aquella Córdoba, icardo Obregón Cano ue el abandera abanderado do políico en los combaes elecorales de marzo y abril de 1973 en Córdoba. Asumía la represenación de aquellos secores que movilizaban movi lizaban revolucionariamene la sociedad cordobesa y argenina. Lo hizo en la órmula gubernaiva en la que ue acompañado como vice gobernador por Ailio López, el gran sindicalisa que presidía la CG CG -egional Córdoba, en la alianza esra esraégica égica de los gremios peronisas legalisas y la izquierda gremial que encabezaba encabezaba el exraordinario sindicalisa que uera Agusín osco. Y ue, precisamene, el Gringo osco quien, pese a no apoyar la órmula presidencial Hécor Cámpora-Vicen Cámpora-Vicenee Solano Lima, Lima , brindó su público respaldo al binomio Obregón Cano-López, Cano-López, la órmula que era para los jóvenes peronisas revolucionarios de Buenos Aires, la que mejor represenaba de odas las provinciales, el espíriu proundo del ineno revolucionario del ´73.
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Obregón ue a segunda vuela en los comicios provinciales porque no había alcanzado la miad más uno de los voos. Y es el mério de su vicoria v icoria nal sobre la órmula radical aquella capacidad políica para sumar a la vigencia de las líneas esraégicas, la capacidad de persuasión políica sobre los secores medios y unirlos a los obreros y oros secores populares. Obregón nació nueve años más arde que Hécor Cámpora, y se había graduado en la misma Faculad que el úlimo úli mo delegado de Perón en la UNC y, y, en el primer peronismo, peron ismo, en ano que el bonaerense se desempeñara en cargos legislaivos nacionales –como la presidencia de la Cámara de Dipuados de la Nación–, el cordobés había enido un desacado ránsio por el legislaivo y como minisro en el ejecuivo provincial de Córdoba. Ambos uvieron un muy digno desempeño como aquellos políicos leales del primer peronismo que pariciparan en la resisencia y en los procesos políicos que desenmascaran la proscripción conra el peronismo desde 1955 hasa 1973. La rusración de las luchas de 1973 conduce a memorar el oscuro golpe conra el go bierno provincial provin cial ejecuada en 1974 en el navarrazo, navarrazo, aquella conspiración de la derecha peronisa que arrancara del gobierno a la órmula de la vicoria en Córdoba, con odo el modelo de las sediciones derechisas de aquellos años en Argenina y América Laina. Quiero evocar la legiimidad y la legalidad de aquel gobierno peronisa, ampliamene sosenido por una ancha base más amplia que la de las roneras roneras del peronismo, peronismo, y subrayar el proagonismo democráico, popular y ransormador que sosuvo icardo Armando Obregón Cano, Cano, el que nunca ocupó un cargo público que no esuviera sosenido por el respaldo mayoriario y explício de su pueblo. Y ambién que manuvo, en odas las circunsancias, la dignidad de aerrarse a las convicciones que creyera perinenes, más allá del coso que ello le hiciera aronar. El senido que la hisoria políica ha adquirido venurosa venurosamene mene en nuesro país desde mayo de 2003, así lo l o reclama con jusicia.
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La quimera rasocada. El riuno de Obregón Cano y Ailio López, 973-1974 Alicia Serveto Melisa Pa Paiaro iaro El 25 de mayo de 1973 inauguraba la sesión de las cámaras legislaivas el amane gobernador eleco de la provincia de Córdoba, icardo Obregón Cano. Juno a su compañero de órmula, Ailio López, y con el apoyo de la juvenud radicalizada, promeieron consruir el camino hacia la revolución socialisa. Un año después, las sesiones legislaivas ueron inauguradas por el inervenor ederal, Duilio Brunello. Al año siguiene, mayo de 1975, oro inervenor ederal, aúl Lacabanne, pronunció el discurso de la aperura de la legislaura provincial. En mayo de 1976, Córdoba seguía inervenida, pero esa vez el inervenor había sido nombrado por un gobierno miliar: no hubo discurso de inauguración de las sesiones legislaivas pueso que ésas habían sido clausuradas. Ese ue el paisaje cordobés en los res años de gobierno consiucional previos al golpe de Esado de 1976, donde se vio pasar a un gobernador eleco y a cuaro inervenores ederales, si consideramos consideramos el día que gobernó el Gral. Luciano Benjamín Menéndez. Sin lugar a dudas, uno de los personajes cenrales de ese período ue, jusamene, quien encabezó el reorno del peronismo al poder luego de siee años de dicadura miliar, consagrándose gobernador de la provincia de Córdoba en las elecciones de 1973 con la órmula del Frene Jusicialisa de Liberación (FEJULI) 1 . Elegido por el propio Perón por su incondicional lealad, icardo Obregón Cano había sido designado, en 1971, delegado del Consejo Superior Peronisa para llevar adelane la area de reorganización paridaria en Córdoba luego de la convocaoria a elecciones del go bierno de aco presidido, presidido, en ese enonces, enonces, por Lanusse. Nacido en ío Cuaro en el año 1918, de proesión odonólogo, Obregón Cano ingresó al erreno políico en 1951, cuando ue eleco senador provincial por el deparameno de su ciudad naal, presidiendo ese bloque durane res períodos consecuivos. En 1954, renunció a su banca para ocupar el cargo de Minisro de Gobierno en la gesión del gobernador aúl Lucini. Su acividad políica ue inerrumpida con el golpe de Esado de 1955 y la consiguiene proscripción del peronismo. En 1962, al rimo de los vaivenes insiucionales del país, ue eleco dipuado nacional, pero no llegó a ejercer el cargo por la anulación de los comicios en odo el país. 1. Inegrado por: el Parido Peronisa, el Parido Conservador Popular, el Movimieno de Inegración y Desarrollo,, el Parido Popular Crisiano, la rama del socialismo Desarrollo sociali smo conducido por José Selser y siee paridos neo-peronisas provinciales.
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Nuevamene candidao para las elecciones de 1963, decidió renunciar para propiciar el voo en blanco, acorde al mandao del líder paridario exiliado en Madrid. Para el año 1973, se había consolidado como un políico de reconocida rayecoria rayecoria peronisa, llevando adelane la area de organizar la Juna Promoora Promoora Provincial, la Juna Capial y las Junas Junas Deparamenales, Deparamenales, dando inicio a una campaña campaña masiva de de aliaciones y a la aperura de numerosas unidades básicas. Con los sucesos de mayo del ‘69, Córdoba se había ransormado en un nudo neurálgico de la agiación social, social , en ano se habían inensicado las masivas y violenas jornadas de maniesación popular, alimenadas por las luchas sindicales, las agiaciones esudianiles y el accionar guerrillero. guerri llero. En ese conexo, conexo, la aperura políica de 1972 se vivió con especial inensidad la provincia medierráne medierránea. a. La salida elecoral operaría como una válvula de escape para encauzar insiucionalmene la conicividad social, inensicando, al mismo iempo, la discusión políica, la paricipación ciudadana y la movilización popular. La denición de la órmula Obregón Cano −represenane del peronismo más moderado y democráico−, y Ailio López −quien canalizaba las voces del del peronismo sindical, combaivo y disidene−, ue el resulado resulado de la amalgama amalgama de dos guras políicas disímiles di símiles cuyo puno de unión residía en la denida idenidad peronisa. De esa manera, ras la asunción de las nuevas auoridades, elecas en los comicios de 1973, se iniciaba un proceso insiucional con érminos muy disímiles y con gran variedad de signicados; lo que para algunos era el reorno a la insiucionalidad, para muchos oros era el inicio de la revolución socialisa. A lo largo de su mandao, manda o, icardo Obregón Cano se movió enre esos dos senidos, y consruyó una imagen de políico desinaario de un poder que se le había conerido, con el deber y la responsabilidad de gobernar para odos. El amane gobernador reorzaría su propia voz omando la palabra de Perón, con vocando a odo el pueblo “sin disinción de ideas políicas” para que oorgasen “a “a los inereses colecivos y a los inereses nacionales un carácer prioriario” y, asegurando que no oleraría “la resauración de viejas aninomias”. Más allá de ésos deseos, su gobierno ucuó enre las demandas de una mayor radicalización de las políicas esaales por pare de la izquierda peronisa y la presión de la derecha políico-sindical, que bregaba por ocupar los espacios de poder. Frene a esa paradoja, el gobernador buscaba ocupar la posición posici ón de políico mesurado que ejercía el poder desde el “saber “saber hacer”, mienras armaba: Quien o quienes, invocando inereses de acciones ejerzan presiones de cualquier ipo (...), enconrarán la misma respuesa: no cedere¬mos ane las presiones, ane las amenazas y, mucho menos aún, ane el chanaje ideológico (…). Esa gran empresa de reconsrucción se cumplirá en el marco del más absoluo respeo por los derechos de odos los ciudadanos y bajo el imperio de la consiución y la ley (...)2. 2. Diario Córdoba, 3 y 14-7-73 14-7-73
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Las diculades no ardaron en maniesarse, maniesarse, desplegándose en más de una escena. En los nueve meses que duró su gobierno, los conicos principales se desaaron desde disinos renes: la jerarquía jerarquía eclesiásica se movilizó movil izó conra la iniciaiva de homologar el esauo del personal docene de enseñanza pública y privada; los ganaderos proesaron conra la regulación de precios en la comercialización de la carne; los obreros del ranspore urbano reclamaron un aumeno salarial desaando un conico enre la Unión ranviarios Auomoor (UA) y la Federación del ranspore Auomoor de Pasajeros (FEAP) y, enre el vicegobernador y las auoridades municipales; y la policía impugnó la reorganización de los cuadros policiales y la reincorporación de los cesanteados en 1955, con el agravante de eliminar la bonicación del 30% por riesgo de trabajo. Todas las medidas e iniciativas emprendidas por las autoridades provinciales ueron impugnadas por cada uno de los actores y sectores aectados; cada nudo confictivo evidenció la alta de eectividad del gobierno de Obregón Cano para resolver problemas que incidían en amplios sectores de la población. Sin embargo, no ueron las tensiones generadas por estos actores las que desestabilizaron su mandato restándole ecacia a su política de gobierno. Por el contrario, contra rio, ue el conficto sindical y la interna partidaria lo que puso en crisis la estabilidad de las autoridades provinciales. El 1° de julio de 1973, el secretario general de la CGT, CGT, José I. Rucci, anunció la revocación revoc ación de los consejos directivos di rectivos de todas las regionales y la realización de nuevas elecciones. La CGT central se preparaba para rearmar su control sobre el movimiento obrero y se propuso como uno de sus principales objetivos recuperar el control del sindicalismo cordobés. El segundo hecho ue la orzada renuncia del presidente Héctor Cámpora, el 13 de julio, provocada por la presión que ejercieron los sectores de la derecha, invocando la necesidad de realizar de inmediato nuevas elecciones, sin ningún tipo de proscripciones. Ambos acontecimientos ueron marcos habilitadores para el avance de la derecha peronista, política y sindical, sobre el gobierno provincial y sobre el movimiento obrero local. Desde entonces, el gobierno de la provincia de Córdoba, al igual que los de Mendoza, Salta y Santa Cruz, comenzó comenz ó a ser impugnado en su legitimidad de ejercicio en tanto se lo acusaba de permitir la “inltración marxista” marxista” en los equipos gubernamentales. gubernamentales. Los “inltrados”,, los “marxistas” trados” “marxistas”,, los l os “terroristas” se s e convirtieron convirt ieron en los enemigos en emigos públicos públi cos del gobierno nacional, en tanto se entendía que encarnaban un ataque contra el movimiento peronista y, por ende, contra toda la nación en su conjunto. A partir del mes de octubre de 1973, cuando Perón asumió la presidencia, la posición del gobernador se debilitó aún más. La estrategia del presidente ue renar la movilización popular popul ar e institucionalizar al movimiento: primero aparecieron las advertencias, luego, las descalicaciones y, nalmente, el eectivo proceso de exclusión. Paralelamente se ue instalando en Córdoba el antasma de la 19
intervención ederal, operando como estrategia de presión sobre las autoridades locales, a quienes se le exigía “desprenderse” de los colaboradores “inltrados” y la recticación del rumbo de su gobierno según los lineamientos de la nación. Obregón Cano sostenía que en su gobierno no existía “inltración roja” y que la “reconstrucción nacional” se haría en el marco de la ley y la constitución, armando, y volviendo a rearmar, su autoridad, autoridad, investida de legalidad l egalidad e impari mparcialidad: “este gobierno estará presente en toda acción que asegure la unidad de los sectores populares y será infexible con cualquier intento divisionista… El gobierno respetará los derechos de todos y se hará respetar.” 3 De esta manera, jaqueado jaquea do por los problemas internos, con la oposición oposici ón intrapartidaria in crescendo, cuestionado por el gobierno nacional y con escaso margen de iniciativa/autonomía política, el gobierno de Obregón Cano ue derrotado nalmente por el golpe policial del 28 ebrero de 1974, conducido por el ex Jee de Policía, Antonio Domingo Navarro. Alegando que había recibido la l a denuncia de que estaban repartiendo armas a civiles en la Casa de Gobierno, Navarro ocupó la misma, detenien¬do a los primeros mandatarios y a unos cuantos uncionarios de gobierno de alto rango. Simultáneamente comenzó la represión y persecución a dirigent dirigentes es peronistas, a gremia¬lis gremia¬listas tas y activistas estudiantiles en toda la provincia. Al día siguiente de los sucesos, que posteriormente ueron conocidos como el Navarrazo, Perón envió al parlamento nacional el proyecto de intervención ederal del poder ejecutivo de la provincia de Córdoba. En el mensaje que acompañó a ese proyecto se argumentaba que las autoridades elegidas constitucionalmente “no supieron colocarse a la altura de los deberes de su unción””, y “sin percatarse unción p ercatarse se ueron ueron alejando al ejando de d e la revolución auténtica”. auténtica”. De esta orma, la impugnación no recayó sobre el responsable del golpe policial, sino sobre las autoridades legítimamente constituidas. La destitución del gobernador y vice de Córdoba se enmarcó en la línea de acción del gobierno nacional, nacional, desde la cual se impulsó una acelerada purga ideológica que cubría, paralelamente, varios rentes, las Universidades, los sindicatos, las administraciones provinciales y, por supuesto, los gobernadores que contaban con el apoyo de la izquierda peronista. Córdoba, en palabras de Perón, constituía un “oco de inección” al que valía aplicarle una “dura medicina” para crear los “anticuerpos”: Dejemos que esos gérmenes patológicos generen los anticuerpos que suelen entrar en nuestras organizaciones, pero tengamos la precaución de no dejar avanzar mucho las inecciones porque, indudablemente, cuando estas inecciones llegan a cierto grado no se dominan ni aún con penicilina. 4 3. Citado en BORIA, Adriana y otros, 1973. Córdoba. Tiempos violentos. El discurso social, Uni versidad Nacional Nacional de Córdoba, Córdoba, Córdoba, 1997, 1997, p. 111. 111. 4. Diario La Voz del Interior, Córdoba, 25-5-74.
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Esta imagen de la medicina para caracterizar la situación de Córdoba, pretendía pretendía resaltar el estado de “amenaza latente” que existía en la provincia, sobre todo en unción de la uerte disputa que se libraba hacia el interior del justicialismo justicia lismo entre los dierentes sectores que lo integraban: la izquierda revolucionaria y la derecha política-sindical. El Navarrazo uncionó como catalizador para concretar los objetivos de depuración política e ideológica en la provincia por parte de la derecha política del peronismo y recuperar los espacios de poder: el control del Estado provincial y la CGT regional. El desplazamiento de los uncionarios gubernamentales vinculados con la juventud peronista, convalidado por el mismo Perón a través del proyecto de intervención ederal, puso en uncionamiento la maquinaria maquina ria para renar la movilización social. La importancia del experimento “cordobés” de ebrero de 1974 radicó en que ue la clara demostración de que cualquier método resultaba válido para llevar adelante la “limpieza” de los sectores de la izquierda y dirimir, de ese modo, la contienda intraperonista. El Navarrazo no sólo puede entenderse como la contracara del Cordobazo, al imponer disciplinamiento a una sociedad movilizada, sino que también debe analizarse como el preanuncio, temprano, del derrumbe de la democracia. El breve período, período, abierto tras la euórica vuelta a la democracia en el `73, quedaría cerrado en la provincia de Córdoba con las sugestivas palabras de despedida del ex gobernador depuesto: “el pueblo juzgará quien estuvo a la altura de sus responsabilidades y quien estuvo en la inconducta y la traición.”5 Luego del alzamiento policial, la suerte no cambiaría ni para el ex gobernador ni para el ex vicegobernador, siendo la historia de éste último más trágica y sangrienta que la del primero. Seis meses después de los acontecimientos del Navarrazo, el 16 de septiembre de 1974 para ser exactos, el cuerpo sin vida de Atilio López aparecería en las calles de la localidad de Capilla del Señor en la provincia de Buenos Aires. El histórico dirigente de la UTA y de la combativa CGT Córdoba, había viajado a la l a Capital Federal para realizar algunas a lgunas gestiones gestiones con las autoridades nacionales, aprovechando la oportunidad para ver a su querido Talleres jugar contra River. No lo pudo hacer. Ese miércoles a la noche ue secuestrado y asesinado por miembros de la Triple A, quienes lo acribillaron, según la pericia del orense, con 132 disparos. No ue casual que este asesinato se produjera el día en el que se recordaba el decimonoveno aniversario de la llamada “Revolución Libertadora”, que derrocó a Perón y dio inicio a 18 años de proscripción del peronismo. Este hecho provocó una prounda conmoción en toda la provincia, la cual quedó refejada en la gran multitud acongojada que participó del velatorio y el sepelio de sus restos. 5. Diario La Voz del Interior, Córdoba, 6-4-74.
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Un mes antes del asesinato de López, Ricardo Obregón Cano, atento al riesgo de vida que corría en el país, viajó hacia México, México, donde pasaría la mayor parte del tiempo que duró su exilio. Por Por aquellos años, participaría part iciparía,, junto al ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Oscar Bidegain, activamente en el Movimiento Peronista Montonero (MPM), creado en 1978. Luego de diez años, Obregón Cano regresaba a la Argentina para asentarse junto a su amilia, sin embargo, le esperaban aquí, nuevamente, tiempos diíciles. Apenas arribado al país, ue detenido a raíz de una denuncia judicial por el delito de “asociación ilícita”, vinculada a su pertenencia al MPM. El 27 de agosto de 1985, el Juez Miguel Pons Pons lo condenó a diez años de prisión “al involucrarlo como partícipe en los crímenes y actos de terrorismo atribuidos al grupo subversivo Montoneros, con la jerarquía de jee de la organización.” 6 La detención se produ produjo jo en virtud del decreto 157/83 dictado por el Presidente Presidente Alonsín, en el que se declaraba la necesidad de persecución penal contra Firmenich, Vaca Narvaja, Galimberti, Perdía, Pardo, Gorriarán Merlo y Obregón Cano, por homicidio, apología del crimen y otros atentados contra el orden público7 . En su alegato de deensa, Obregón Cano dejaría claramente asentado que el decreto de Alonsín como la sentencia del juez Pons abonaban la, por ese ento entonces nces muy deendida, “teoría de los dos demonios”, en tanto: condujeron a la perniciosa pernicios a política del falso equilibrio y a suponer suponer,, más allá de toda t oda ponderación ponder ación ética y de toda justicia históric histórica, a, que el genocidio y la depr depredación edación eran equiparables a la resistencia y a la reparación; que los reales e innumerables crímenes de lesa humanidad y lesa patria, cometidos con crueldad e impunidad por la dictadur dictadura a militar militar,, podían podían atenua atenuarse, rse, diluirse diluirse y aun aun olvidarse olvidarse si se oponían oponían a ellos… supuestos y fabulados crímenes… atribuidos a quienes dentro del país, en esa inmensa cárcel de miedo, terror y muerte que fue f ue la Argentina durante casi una década, y fuera del país, desde el exilio forzoso forzoso,, lucharon y luchamos, para ayudar a debilitar y a derribar a los que habían usurpado el poder político. 8
Además de desligar completamente cualquier vinculación entre los postulados del MPM con las acciones armadas llevadas a cabo por Montoneros, no dejaría de señalar uno de los elementos undantes de su pensamiento político: “jamás en mi vida, en mi larga y agitada vida política, desde mis luchas en la Reorma Universitaria, hasta el momento en que debí abandonar mi patria y tomar el camino del destierro, destier ro, empuñé empuñé y disparé arma alguna, alguna , ni dentro ni uera del país” p aís”9 El complicado vaivén de la vida política del hombre que uera elegido constitu6. Diario Clarín, Buenos Aires, 28-8-85. 7. Se los responsabilizaba de dos mil hechos criminales ocurridos a partir d el 25 de mayo de 1973, cuya autoría se atribuyó a Montoneros, y 500 asesinatos. 8.Diario La Nación, Buenos Aires, 25-10-85. 9. Ibídem.
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cionalmente gobernador de Córdoba, derrocado por un golpe policial avalado por su propio partido, exiliado por razones políticas, y encarcelado por una supuesta vinculación con acciones armadas, terminaría en el mes de diciembre de 1987. Luego de tres largos años de prisión, Ricardo Obregón Cano recuperó su libertad, cuando la sala II de la Cámara C ámara Federal Federal en lo penal conrmó el allo del juez Martín Irursun, quien absolvió al ex gobernado gobernadorr por conside considerarlo rarlo miembro de la dirección política de los Montoneros y no de la conducción militar de esa organización y, por tanto, sin responsabilidad sobre los atentados que se le atribuían.
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Obregón Cano y el asedio de la derecha Eseban Eseb an Dómina Dómina icardo Armando Obregón Cano juró el cargo de gobernador de Córdoba el 25 de mayo de 1973. iocuarense de cuna, odonólogo de proesión, adhirió al peronismo en la primera hora. En el año 1951 represen represenó ó al deparameno ío Cuaro en el Senado provincial y presidió el bloque de senadores peronisas hasa 1954, en que renunció a la banca para asumir como minisro de Gobierno de aúl Lucini. En 1962 resuló eleco dipuado nacional en los comicios que luego ueron anulados por José María Guido. Al año siguiene, pese a que guraba nuevamene en la lisa de candidaos, se plegó al voo en blanco al como dispuso Perón. En iempos del “Luche y Vuelve”, esrechó el vínculo con los secores ligados a la endencia evolucionaria y las organizaciones armadas peronisas. El 17 de noviembre nov iembre de 1972 ormó pare de la comiiva que acompañó a Perón en el vuelo charer que lo rajo de regreso al país ras un largo exilio. exil io. La misma noche en que asumieron Obregón Cano y Ailio López, recuperaron la liberad los presos políicos, como ocurrió en casi odos los penales del país. Al día siguiene los liberados ueron recibidos por el gobernador en su despacho de la Casa de las ejas, donde se vivieron momenos emoivos. Cuaro días después se recordó un nuevo aniversario del Cordob Cordobazo azo,, con un aco masivo en la inersección de bulevar San Juan y Aruro M. Bas, al que asisió asi sió el presidene de Cuba, Cuba, Osvaldo Doricós. Pasados los esejos, llegó la hora de gobernar. El gabinee de Obregón Cano reunió en su seno a guras de disina exracción, una mixura enre el secor radicional y las nuevas corrienes que convivían en el espacio peronisa: Alredo Erio Boneto, en Gobierno; José Enrique Fierro, en Hacienda; Luis Eserlizi, en Obras Públicas; Hum bero Gómez Amaya, Amaya, en Agriculura y Ganadería; Anonio Anonio Lombardich, en Bienesar Bienesar Social; Carlos agle Achával, en Educación y Luis Dall’Aglio, a cargo de la Secrearía General. El Fiscal de Esado era Juan Carlos Bruera; el direcor de Prensa, Alejo Díaz illard y el presidene del Banco de Córdoba. Julio Aliciardi. Horacio Obregón Cano, Cano, hijo del gobernador, ocupaba la secrearía Privada y hacía de nexo con los represenanes de la endencia, que por esos días eran asiduos visianes de la Casa de las ejas. El “Negro” “Negr o” Ailio era a su vez el nexo con el sindicalismo sindicali smo combaivo. combaivo.
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Gesión complicada La gesión adminisraiva Obregón Cano esuvo ueremene condicionada por la mariz conservadora cordobesa y las visiones anagónicas e irreconciliables que guarnecían el amplio paraguas peronisa. Por un lado, los secores progresisas, la juvenud y los gremios gremios combaivos, combaivos, paridarios de la “paria “paria socialisa” socialisa” como proyeco proyeco esra esraégiégico; y por el oro oro,, la derecha del movimieno y el ala sindical orodoxa or odoxa que respondían a la “paria peronisa”, la ora cara de la moneda. El gobierno cordobés esaba enrolado en la primera pr imera corriene y, por lo ano, suría los embae embaess permanenes del oro secor y los desplanes desplanes del conservadurismo local que emía emía ver aecados aecados sus privilegios por un gobierno de cuño popular. El delicado equilibrio se rompió el 20 de junio de 1973, en Ezeiza, en ocasión del regreso deniivo de Perón a la Argenina. rascarón, la derecha peronisa, oralecida por el aval de Perón, provocó la renuncia del presidene Hécor Cámpora y la convocaoria a nuevas elecciones. El 23 de sepiembre de 1973, la órmula inegrada por el líder jusicialisa y su ercera esposa obuvo el 62% de los voos: un Perón agoado y de mala salud asumía por erce ercera ra vez la presidencia de la Nación. Lejos de calmarse, la puja ideológica se agió aun más, sobre odo después del aenado aenado a José Ignacio ucci, que enardeció a la derecha peronisa. Por llevar “la marca en el orillo”, Obregón Cano quedó en la mira del ala reaccionaria juno a oros gobernadores vinculados a la endencia. A parir de ese momeno, el gobierno cordobés surió el asedio de la derecha que le reprochabaa que no aplicara mano dura conra los “subversivos” reprochab “subversivos” que según ellos anida ban en el gobierno. gobierno. En ese conexo resulaba haro diícil un plan de gobierno que conormara a odos y asegurara la paz social, como quería Obregón. Por el conrario, las primeras medidas adminisraivas ueron conicivas y generaron rispidez en insiuciones y secores sociales an gravianes como disímiles: los ganaderos, la Iglesia y la cúpula policial. Los primeros rechazaron la políica de abasecimieno de carne que implemenó la nueva adminisración en línea con el conrol de precios aplicado por el minisro José Ber Gelbard en el orden nacional. Con el n de eludir los precios máximos ociales, los producores cordobeses rasladaban rasladaban la hacienda en pie para ser aenada en provincias vecinas, lo que desaó una uere conroversia con el secor, ocasionando algunos incidenes en los conroles camineros que esaban a cargo del cuerpo de inspecores desplegado en odo el erriorio provincial. La mayoría de esos inspecores eran ex presos políicos, conraados por la Dirección de Indusria y Comercio, con más ervor miliane que preparación écnica. Así ue como se comeieron algunos excesos involunarios, como por ejemplo secuesrar y mandar a aenar para consumo a un oro campeón.
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La Iglesia, por su pare, reaccionó airadamene airadamene y se opuso al dicado de normas laborales largamene reclamadas por los docenes de insiuos privados de enseñanza manejados por órdenes religiosas. Con la Policía la cuesión era más delicada aún, debido a que muchos cuadros superiores de la uerza resisían los cambios que el gobierno procuraba llevar a cabo en el seno de la insiución con el n de democraizarla y depurarla de uncionarios compromeidos con la pasada dicadura. Mienras el gobierno nacional viraba desde el Socialismo Nacional, proclamado durane la campaña, a una posura procapialisa con eje en el Paco Social enre raba jadores y empresarios que propiciaba propiciaba el congelamieno congelamieno de precios, arias y salarios, salarios, el divorcio divor cio enre enre el el gobierno gobierno de Perón y los lo s secores sec ores ligados l igados a la endenc endencia ia evoluc evolucioionaria se proundizaba día a día. En medio de ese clima enso, en Córdoba, la celebración del cuaro cenenario de la undación pasó casi desapercibido. La derecha gana la parida El discurso “golpisa” “golpisa” hacía eje en que Obregón Cano no era capaz de poner coo a los hechos de violencia que se producían a diario ni al accionar de algunas organizaciones armadas. La goa que rebasó el vaso ue el caso de los cinco cooperaivisas acribillados por la Policía de Córdoba el 23 de enero de 1974, cerca de la localidad sanaesina de Armsrong. A la hora de las explicaciones, se dijo ue que las vícimas ueron conundidas con elemenos subversivos, aunque en realidad se raó de un pase de acuras enre la policía provincial y la Federal. Por esos días, vencido por las presiones, cayó Oscar Bidegain, gobernador de la pro vincia de Buenos Aires. El urno siguiene le correspondería correspondería a Córdoba, donde la derecha dio el zarpazo a nes de ebrero de 1974. El brazo ejecuor de la desesabilización insiucional ue el jee de Policía, el eniene coronel Anonio Domingo Navarro, quien provocó un levanamieno policial que pasó a la hisoria como “Navarrazo”. La sedición se desencadenó a parir de la decisión del gobernador de relevar a Navarro, Navarro, quien, respaldado por los mandos superiores de la uerza, no acaó la orden superior y exigió, a su vez, la renuncia de las auoridades provinciales. Obregón Cano rechazó rechazó la insólia demanda y permaneció en la Casa de Gobierno. El miércoles 27 de ebrero ebrero de 1974 por la noche, medio cenenar de policías de civil civi l irrumpieron en la Casa de las ejas ejas y deuvieron a Obregón Cano y Ailio López, López , que se hallaban reunidos en el despacho principal. En un hecho sin precedenes, se llevaron ambién a alrededor de seena personas que se enconraba a esa hora en el lugar lugar,, enre ellos minisros, alos uncionarios y legisladores. Los deenidos ueron rasladados a la sede del Comando adioelécrico adioelécrico,, donde permanecieron hasa que el Juez Federal Federal Adolo Zamboni Ledesma, dispuso su liberación. liberación. 27
Al día siguiene asumió como gobernador inerino Mario Dane Agodino, Agodino, presidene de la Cámara de Dipuados de la Provincia. La movida conaba con el apoyo de la Juvenud Juven ud Sindical Peronisa y de oras acciones que desplegar desplegaron on bandas armadas en siios clave como emisoras de radio, Legislaura, aculades, sedes paridarias y sindicaos oposiores. Mienras eso sucedía en Córdoba, el gobierno nacional adopaba una aciud pasi va que en la prácica encerraba un claro aval a los sediciosos. Obregón Cano y Ailio López viajaron a Buenos Aires para enrevisarse enrevisarse con Perón y raar de reverir la siuación planeada en Córdoba; sin embargo, la gesión racasó: Perón les respondió en viando al Congreso el proyeco de inervención ederal al Poder Ejecuivo de la pro vincia, que ue ue aprobado por ambas cámaras. esignados a su desino desino,, gobernador y vice presenaron la renuncia. Ese hecho oscuro en la hisoria políica de Córdoba no rajo sino más zozobra en los meses venideros. A la hora de eecuar un balance de los 278 días de gobierno de icardo Obregón Cano, puede decirse que inenó un gobierno popular, pero su gesión esuvo condicionada por el asedio permanene de la derecha, que puso en marcha en Córdoba el errorismo de Esado anes que en el reso del país.
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Obregón Cano en la encrucijada obero A. A . Ferrero Ferrero I El derrocamieno del gobernador icardo Obregón Cano (25 de mayo 1973-28 de ebrero 1974), lejos de ser un hecho punual y propio de la agiada hisoria cordobesa, es pare de un proceso de más larga duración, cuyo inicio puede echarse en el año siguiene al de la llamada evolución Liberadora de 1955 y que iene como conenido esencial la nacionalización de las clases medias del país. En eeco, la pequeño-burguesía argenina −por su origen mayoriariamene inmigraorio, por su inserción cada vez más avorable en el sisema agroexporador de la semicolonia privilegiada que consiuyó Inglaerra en esas ierras, y por su paralelo someimieno al aparao de reproducción ideológica de ese sisema−, ue desde sus comienzos una clase alienada a la concepción del mundo europeo-imperialisa. Desde ese lugar, lugar, se opuso siempre −especialmene en Buenos Aires− a los movimienos nacionales y populares que emergieron en el país a principio y mediados del siglo que pasó: el yrigoyenismo y el peronismo; y en las provincias: el lencinismo mendocino, el bloquismo sanjuanino, ec. En odos esos casos, sirvió invariablemene de base de masas de la oposición oligárquica en el erreno políico y en el campo de la culura. Pero esa supediación a las clases dominanes comenzó a erosionarse a parir de la gran desilusión democráica que signicó la conradicción enre las promesas y las realidades de la evolución de 1955. Alejándose de la hegemonía oligárquico-imperialisa, las clases medias comenzaron a nacionalizarse y radicalizarse. La aparición del rondizismo ue la primera maniesación de la rupura de aquella anigua alianza aninacional, y la resisencia al Onganiao, con el cierre de las universidades, el amordazamieno general y los planes de “ajuse” económico, la segunda. A parir de aquí, la separación enre la pequeño-burguesía y el aparao ideológico-políico oligárquico sería un hecho sin reorno reorno.. La comprensión de la progresividad hisórica global del peronismo, no obsane sus carencias burguesas, ue una conquisa ideológica enorme para el pensamieno de la pequeño-burguesía argenina, argenina, que desde la aperura del proceso proceso prelecoral en en 1971, comenzó a ingresar en masa al Movimieno, vía la Juvenud Peronisa y sus diversas organizaciones. Si los hombres del ‘55 habían considerado a Perón −que no era nada más, pero ampoco nada menos que un políico burgués bonaparisa paridario de un capialismo auocenrado y con jusicia social− un deesable “irano”, sus hijos, realizando su parricidio políico, llevaron el péndulo hasa el exremo opueso y pro29
clamaron ahora a Perón como Líder sosenedor del “socialismo nacional”. Como se ha dicho, el General no era ni lo uno ni lo oro, pero con la habilidad ácica que lo disinguía, acepó y manipuló conra el gobierno del general Lanusse y la “evolución “ evolución Argenina”” a aquella “juvenud Argenina “juvenud maravillosa” maravillosa”,, como la llamó. llamó. Debiliado ese ese rene rene policlasisa que era su movimieno mov imieno por la deserción de la Iglesia y el Ejércio, Ejércio, el inesperado apore de la nueva generación no podía ser sino bienvenido bienvenido.. Pero su ingreso dio lugar a una circunsancia de enorme poencial explosivo ex plosivo,, porque si la oposición por derecha de las viejas clases medias de los ‘50 enía el carácer de una conradicción exerna al peronismo, la volunad de los recién ingresados de superar el programa hisórico del ‘45 por la izquierda y desde adenro, adenro, rasladó la conradicción de cla clases ses al se seno no mism mismoo del del per peronis onismo mo.. La Ju Juve venu nudd de dell ‘7 ‘71/ 1/73 73 er eraa y no er eraa pe pero ro-nisa. Es decir, era peronisa en ano y en cuano el peronismo se hiciese “socialismo nacional”. Los nuevos creyeron que Perón −que alababa al Che y hablaba de Mao− se había ransormado al nuevo credo, pero no era así. Perón decía a cada secor de su movimieno policlasisa lo que cada secor quería escuchar. La juvenud quería escuchar esas palabras y el Líder se las decía. Pero cuando el peronismo y enseguida el propio Perón llegan al gobierno en 1973, las realidades se impondrán sobre las cciones. El Conducor enera a sus parciales de que él sí es paridario del “Socialismo Nacional” Na cional”,, pero que ese socialismo es… ¡el Jusicialismo!, y se dispone di spone a implemenar con su minisro José Gerbald un plan de desarrollo económico que, aun persiguiendo la Jusicia Social, se maniene denro de los límies del capialismo, que la endencia preendía rascender rápidamene. Para imponerlo, llama a la conceración a los rabajadores y los empresarios y raa simuláneamene de renar el ímpeu de la ju venud peronisa denro del movimieno y de aquellas corrienes sindicales sindical es radicalizadas, como la de osco en Córdoba, que operan exeriormene a él. Se apoya en la derecha del Jusicialismo y en la dirigencia sindical amenazada −en sus posiciones y hasa en sus vidas− por el empuje arrollador de la juvenud. Pero el viejo General no logra convencer a sus jóvenes seguidores de que engan paciencia ni a Mononeros que enreguen las armas. Ane la imposibilidad de disciplinarlos, lleva una oensiva general conra la endencia endencia y conra las posiciones posicio nes de poder que ella el la iene en algunas provincias: San Luis, Sala, La ioja, Mendoza, Buenos Aires, Sana Cruz y Córdoba. La nueva esraegia del Conducor implica, obviamene obv iamene,, la expulsión ex pulsión general de la JP JP,, la JUP, la JP y demás organizaciones similares de sus posiciones en los gobiernos del inerior. Los que acaan rápidamene rápidamene esa orienación, como Carlos Menem en La ioja, logran sobrevivir sobreviv ir al vendaval que desaa la derecha jusicialisa con el aval ácio y a veces expreso del del General. Los que vacilan o se demoran, serán serán sacricados. Enre ésos, esá icardo Obregón Cano.
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II Obregón Cano −como agone, como Cepernic, como Marínez Baca, como Bidegain− no era, por ciero, un “subversivo” de la endencia, sino un dirigene moderadamene reormisa, honeso y bieninencionado, cuyos orígenes esaban en el Parido Demócraa (conservador) de ío IV. espeado por sus adversarios radicales, acepó una alianza inormal con la Juvenud Peronisa, en pare por una coincidencia genérica, al menos reórica, en el “socialismo nacional” y en pare porque conocía la gran capacidad de movilización de la JP, indispensable para oda campaña elecoral. Ella y los gremios alineados con Ailio López −el vicegobernador−, ueron quienes lo colocaron en el sillón de Juan B. Busos. Nada le debía al reso de las direcciones sindicales conciliadoras encabezadas por Alejo Simó ni al uere uere secor “orodoxo” “orodoxo” de Julio Anún. Aacado Aacado por ellos desde desde el principio de su adminisración, adminisración, eligió ser el a sus aliados de izquierda y de ese modo se vio inmerso en la conradicción políica de clases que dividía hondamene a su Movimieno. Quedó enre la espada (Perón) y la pared (la (l a endenci endencia). a). Cuando esa conradicción, que engarzaba en el proceso general de nacionalización y radicalización de las clases medias juveniles, se cruzó con los l os evenos coyunurales de la políica cordobesa, el nal de Obregón Cano quedó sellado. esisió los primeros meses maniobrando y negociando, enrenado sin decirlo a la volunad del Conducor, a quien −igual que la endencia− eximía de oda culpa, la que era aribuida a un imaginario “cerco” que impediría el conaco de Perón con su pueblo. Sin embargo, elípicamene hacía saber de su enrenamieno al Jee, como cuando decía que el pleio cordobés no debía “hallar la solución en Buenos Aires”, ya que Buenos Aires era Perón. Obregón no acepó ceder espacios de poder al peronismo orodoxo local, que después de un coro iempo empezó a conspirar para obligarlo a renunciar. El General Perón alenaba la conspiración con sus palabras acerca de la “inección” que aecaría a Córdoba, reriéndose a la presencia de la anes ponderada “juvenud maravillosa” en diversos niveles de la adminisración obregonisa. Por lo demás, anes de erminar el año ‘73, el gobierno de Obregón Cano se había enredado en una serie de desgasanes desgasanes conicos con las empresas de ranspore ranspor e urbano, urbano, con el Ine Inendene ndene de la capial, con las auoridades eclesiásicas, con los producores de carne y con Simó y su gene. gene. Semiparalizado por esas circunsancias, sus enaces oposiores del inerior del peronismo decidieron acelerar los preparaivos para un golpe desiuyene –renuncia o inervención ederal− para el cual conaban con el viso bueno las auoridades nacionales y la colaboración maerial de López ega. En ese momeno, Obregón comienza a aplicar diversas medidas desinadas a reesrucurar la Policía Provincial, que era un reduco aún inocado; herencia del gobierno miliar precedene y cuyo Jee −ya volcado a una alianza con Anún y Simó−, irónicamene había sido propueso para el cargo por 31
la propia endencia, que en un principio enía las pueras abieras del despacho del eniene Coronel Anonio Domingo Navarro, quien era el al uncionario. Las nuevas disposiciones del gobierno causaron hondo desagrado en la Plana Mayor de la uerza y,, en general, en odos sus eecivos, que se dispusieron y dispusieron a resisirlas. En conocimieno de los avances de la conspiración y del papel cenral que juega en ella Na Navarro varro,, el Go bernador le ordena ordena al Minisro de Gobierno Erio Boneto que que le pida la renuncia, renuncia, que el Jee policial no acepa presenar. Enonces, Obregón lo desiuye por decreo. Pero ya era demasia demasiado do arde. arde. Juga Jugado do como esa esaba, ba, Navar Navarro ro reún reúnee sus u uer erzas zas y mediane un audaz golpe de mano, mano, en la noche del 27 al 28 de ebrero de 1974 aprisiona apri siona al Gobernador, a su Vice, a varios Minisros y decenas de uncionarios obregonisas. Liberados días después, Obregón Obregón Cano proclama proclama que él –y no Mario Dane Dane Agodino que lo ha susiuido− sigue siendo el único y legíimo gobernador de la provincia. provincia . Mas su resisencia es inúil. Perón esá saisecho de haberse librado de él y la Ine Inervención rvención Federal que se envía a Córdoba −pacada con Balbín y los radicales para que no se oquen las municipalidades ni los poderes Judicial y Legislaivo− esá desinada no a reponer al mandaario ilegalmene depueso, depueso, sino a bendecir y consolidar la siuación de sus derrocadores. Ellos, desde enonces, especialmene bajo la Inervención LacaL aca banne, insalarán en la provincia un régimen de persecución persecución y error que preguraba preguraba el que esablecería el “Proceso Cívico-Miliar” el 24 de marzo de 1976. La hisoria no se repeiría hegelianamene hegelianamene dos veces, sino que se proundizaría en sangre y desrucción. III A la disancia del iempo ranscurrido ranscurrido puede apreciarse que muchos dirigenes dirigenes peronisas que, como Obregón Cano, se enconraron arapados arapados en la encrucijada encr ucijada de aquellos eroces años ‘70, oparon por la lealad a Perón para salir de ella. En cambio, el ex mandaario cordobés eligió el camino diícil: soporó las deserciones, permaneció juno a sus aliados, radicalizó sus posiciones y parió al exilio. En Méjico alcanzaría a ormar pare de la dirección del “Movimieno Peronisa Mononero Mononero”” (MPM), a la par de odolo Puiggrós y Oscar Bidegain, y al volver a la Paria suriría injusa condena impuesa por un gobierno democráico. Y si sus ideas políicas de enonces pueden considerase equivocadas o exemporáneas y su esrae esraegia gia de gobierno gobierno objeable, objeable, no hay dudas de que un juicio inegral sobre Obregón Cano como dirigene y como ser humano le es ampliamene avorable. La reciud de su conduca, an ausene en los políicos burgueses de esos días, resala conra el rasondo hisórico de su ejecuoria.
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Cuarenaa años después Cuaren Francisco Yofe I Una arde arde de nales de invierno de 1972, 1972 , la Juvenud Peronisa, Peronisa, en la que yo miliaba desde 1968, realizó en el local sindical de la U UA A el primer aco de la campaña “Luche y Vuelve” Vuelve”,, consigna consigna que pocos pocos días anes lanzara Héc Hécor or Cámpora, Cámpora, úlimo delegado del general Perón, Perón, en el marco de la oensiva nal conra la dicadura miliar mi liar presidida por el general Alejandro Agusín Lanusse. L anusse. Unos días anes, los responsables de las disinas agrupaciones agr upaciones que conormábamos la Juvenud Juve nud Peronisa Peronisa nos habíamos habíamos reunido para para ulimar los dealles organizaivos organizaivos de la movilización y la dirección políica que le daríamos. Después de vencer la resisencia de los compañeros que consideraban que del aco no debía paricipar la dirigencia de la rama políica, a la que se caracerizaba como “reormisa”, designamos a odolo Vitar para que se reuniera con icardo Obregón Cano y le pidiera que uera el orador principal, soliciud que acepó de inmediao. inmediao. La elección de la sede de la concenración se hizo como pare de una esraegia en la que preendíamos señalar señalar la necesidad de unir las luchas de la Juvenud con las de los rabajadores. rabaja dores. Nadie Nadie expresaba mejor que Ailio López, secreario general del gremio y de la CG de Córdoba, la resisencia del movimieno obrero a los planes coninuisas de la llamada “evolución Argenina”. Doce paros acivos de la CG egional, Cordo bazo y Viborazo Viborazo incluidos, así lo aesiguaban. aesiguaban. Sin embargo, el mayor impaco políico de aquella eapa, consisió en que ese día, por primera vez en el peronismo de Córdoba, un políico de máximo nivel, y pereneciene a ora generación, paricipó de un aco juvenil dominado por las consignas duras que resonaban en el recino, proclamando la adhesión a las “ormaciones especiales” y denunciando el usilamieno de los guerrilleros capurados ras la uga del penal de relew. Obregón Cano esuvo a ono con el clima combaivo que reinaba en el momeno mo meno.. Con voz enérgica, y en respuesa a la enonces amosa rase de Lanusse, señaló que: “al general Perón le da el cuero para volver al país y esará en la Argenina anes de que nalice el año”. Después armó que el Peronismo volvería a ser gobierno en Córdoba; y no se equivocaba, ya que al año siguiene, en un soleado 25 de mayo, mayo, asumió como gobernador de Córdoba. Cuando me dirigía a la Legislaura para asisir a la ceremonia de jurameno, reviví con emoción las imágenes que desde Buenos Aires llegaban por la elevisión local mosrando cómo una muliud reunida en Plaza de Mayo homenajeaba ervorosa33
mene la presencia de los presidenes Salvador Allende y Osvaldo Doricós, griando una y ora vez: “Chile, Cuba, el pueblo e saluda”. Mienras ano, ano, en el recino legislaivo cordobés, legisladores legi sladores e inviados esperábamos de pie al nuevo Gobernador. Gobernador. Cuando Obregón Obregón Cano ingresó en la sala, un largo y sosenido aplauso se escuchó en medio de la ovación que bajaba de las gradas. Su discurso omó la orma de un mensaje en el que reivindicaba el rol desacado que la provincia jugó en el escenario políico nacional durane la auodenominada evolución Argenina. “Córdoba”, señaló, “que supo planarse ane los desbordes despóicos en las conmovedoras jornadas de mayo de 1969 y marzo de 1971, ha probado que ambién sabe usar plena y responsablemene la suprema arma de la democracia: el suragio popular”. Luego,, consciene de las diculades que debería enrenar Luego enrenar,, convocó a la regua políipolí ica como un requisio ineludible para hacer posible la reconsrucción de la provincia, para erminar armando enáicamene que: “El iempo de la opresión y de la uerza ha concluido. Hoy Hoy iniciamos el camino de la consiución y del imperio de la Ley” Ley ”. II Obregón Cano no había compleado su ercera semana en el gobierno cuando debió enrenar uno de los anos conicos políicos que sacudían a la provincia y que enían su origen en los graves enrenamienos que se producían en el seno del Movimieno Peronisa. El 11 de junio de 1973, a la medianoche, un grupo de reina milianes perenecienes perenecienes a la Juvenud Universiaria Peronisa y a la Juvenud rabajadora Peronisa ocupamos pacícamene adio Universidad, ubicada sobre el primer piso del Pasaje Muñoz rene a la calle call e ivera Indare. La oma enía por objeivo imponer en la conducción de los Servicios Ser vicios de adio y elevisión de la Unive Universidad rsidad un direcorio que respondiera a los lineamienos de la enendencia evolucionaria Pe Peronisa. ronisa. Durane oda la noche, a ravés de los micróonos de la radio, diundimos nuesras consignas y dimos a conocer nuesro mensaje políico, acompañados por la Marcha Peronisa, Pe ronisa, enonada por los milianes con el ervor er vor propio de la época. Muy emprano, emprano, a las siee y media de la mañana, un uncionario uncio nario de la gobernación nos convocó a la casa de las ejas para ser recibidos por el gobernador. Con el “gringo” Córdoba, uno de los dirigenes de la JUP, JUP, omamos un axi a xi y pedimos que nos llevara lo más rápido posible a la Casa de Gobierno. Obregón Cano nos hizo pasar a una pequeña sala. Nunca perdió la serenidad y nos raó con amabilidad, a pesar del daño políico que signicaba para su gobierno que Córdoba amaneciera amaneciera con una radio omada por un grupo políico de su mismo mi smo signo, 34
que no sólo canaba la marcha paridaria sino que ransmiía proclamas políicas que, por demasiado radicalizadas, iban más allá de lo que era prudene en el momeno. momeno. En su rosro se dibujó una expresión de sorpresa y perplejidad cuando le anunciamos que ya eníamos decididos los nombres de nuesros candidaos al direcorio de los S incluido el del propio presidene. —Pero muchachos −nos dijo−, esa aciud no puede ser acepada por el ecor de la Universidad, Universidad, por lo menos el presidene de los medios debe ser designado por él. —Gobernador,, nosoros enemos que asegurarnos que los S no esén conducidos —Gobernador por el secor políico represe represenado nado por el acual inervenor −le expresamos, raando de suavizar nuesra respuesa. Cuando Obregón Obregón Cano, después de insisir en su posición, escuchó que nos negábamos a modicar nuesra soliciud se comunicó con el inervenor Próspero Luperi para pedirle que nos recibiera. Al llegar ll egar al recorado recorado nos enconramos con una muliud de esudianes que enarbolaban banderas, enonaban las consignas de diversas agrupaciones y se disponían a ocupar las aculades. Sus dirigenes ambién esperaban a ser recibidos por el recor. Ni bien ése se eneró de que esábamos en la anesala de su despacho nos hizo pasar, pasar, pero, ya en plena negociación, recibió por eléono la noicia de que la radio había sido reomada por sus empleados. Ni bien coró, nos ransmiió la nueva siuación y dio por erminada la reunión, no sin anes expresarnos su malesar por lo sucedido. Ese era el clima de agiación que se vivía en Córdoba en los primeros meses del go bierno de Obregón Cano. Cano. Durane casi siee años se habían oburado los canales de paricipación ciudadana, produciendo reclamos secoriales que se proundizaban por la exrema dispua ideológica que reinaba en aquellos años. El úlimo recuerdo que engo de Obregón Cano en Argenina ue un hecho rágico que anicipaba la larga noche de error en que caería el país. Fue casi al anochecer de sepiembre de 1974 en el cemenerio San Jerónimo, cuando despedía con senidas palabras a su compañero de órmula, el “Negro” Ailio López, cruelmene asesinado por las res A. La Argenina había dejado de ser segura para el ex gobernador, depueso por un jee policial que nunca ue ue sancionado. sancionado. Pocos días después, Obregón Cano se reugió en la Capial Federal en un deparameno de barrio Caballio que nadie conocía. En ese mismo mes uno de sus sobrinos políicos, Hécor Bina, que hacía su residencia médica en Buenos Aires, sería el encargado de llevarlo clandesinamene en su auo al aeropuero de Ezeiza. Allí All í lo esperaba el dipuado nacional Muniz Barreo, Barreo, que luego sería asesinado por la dicadura, quien lo acompañó hasa el avión para verlo parir juno a su esposa. Pocas horas después llegaba ll egaba a México donde habríamos de volver a vernos.
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III A los pocos días del emprano exilio exi lio de icardo Obregón Cano, Cano, ambién arribaron al país azeca odolo Puiggrós y Eseban ighi. Los res habrían de converirse en los dirigenes más noables de la expariada políica argenina, a los que, a nes del ’79, y por el lapso de un año, se sumará Hécor J. Cámpora. A medida que se inensicaba el error represivo de las res A, A , y se incremenab incremenabaa la llegada de expariados, se hizo imperioso organizar un cenro de reerencia que se ocupara de legalizar su siuación migraoria, y que aendiera sus necesidades básicas, como conseguir vivienda v ivienda y rabajo rabajo.. Con esos objeivos, el 27 de ebrero de 1976, Obregón Cano y Puiggrós undaron el Comié de Solidaridad con el Pueblo Argenino (COSPA) siendo Obregón Cano su primer secreario general y Puiggrós secreario de relaciones inernas. Junoo a sus areas Jun areas de solidaridad y asisencia asisencia para con los que que recién llegábamos llegábamos a México, dominados por la angusia de saber que dejábamos arás un país arrasado por el errorismo de esado esado,, el Comié ambién promovía una campaña sisemáica de denuncia de los crímenes que comeía la dicadura. En el COSPA se nucleaban los secores que adherían a Mononeros, mienras que el oro cenro de reerencia del exilio argenino ue la Comisión Argenina de Solidaridad (CAS), creada unos meses anes por una coalición de peronisas camporisas y milianes de izquierda. En ocubre de 1976, ras pasar res meses asilado con mi amilia en la embajada mexicana en Buenos Aires, juno al ex presidene Hécor Cámpora, su hijo Hécor y Juan Manuel Abal Medina, pudimos nalmene viajar al país azeca. El gobierno mexicano nos alojó en el Hoel Versailles donde permanecimos hasa la Semana Sana Sana de 1977, en que nos rasladamos rasladamos a un edicio de la calle Mariano Escobedo ubicado en colonia Polanco. Allí vivía, enre oros, el escrior Pedro Orgam bide; premio Casa de las Américas; y, en un cuaro piso con amplios venanales que miraban hacia el bosque de Chapulepec, se alojaba el ex gobernador Obregón Cano. Al año siguiene, siguiene, el ambién escrior y periodisa Miguel Bonasso habría habría de ser oro de mis vecinos. ecuerdo que un día de noviembre de 1983, Bonasso me hizo pasar al living de su deparameno y sin mucho preámbulo, y señalando a un hombre alo al que yo no conocía me dijo: “e preseno a Jaime Dri, el proagonisa de la novela que acabo de concluir” se reería a aquella obra que sacudió a los argeninos “ecuerdos de la muere”. Desde el puno de visa políico, los años que esuvimos en México ueron muy inensos, pues realizamos múliples acividades, la mayoría de las veces para denunciar los usilamienos encubieros, los campos de exerminio y las oruras or uras de miles de prisioneros, aunque, con el paso de los años lo peor de la represión ue quedando arás y, y, 36
consumada la derroa de Malvinas, uvimos la cereza de que nuesro regreso al país no se demoraría. Seníamos, como dijera Leopoldo Marechal, “que había llegado la hora de cambiar la riseza de odos los exil exilios ios por los colores de odas las esperanzas”. esperanzas”. Me viene a la memoria una arde de diciembre de 1982 cuando, en Acapulco, al regresar de la playa, nos pusimos a jugar al ruco un grupo de exiliados enre los que se enconraba Obregón Cano. Como no podía ser de ora manera discuimos cuál sería la orma en que se organizaría la salida elecoral. En un momeno comené que, en la misma mesa del bungalow en la que soseníamos nuesra parida, en mayo del ochena, habíamos jugado con Cámpora, aprovechando que por esos meses, su salud mejorara ransioriamen ransioriamene. e. En esa oporunidad, el ex presidene, presidene, como lo hiciera en oras ocasiones, había lamenado no poder coninuar con la esrech esrechaa amisad que, desde los años ’74 y ’75, lo uniera a Obregón Cano, Cano, y que se veía obsaculizada por las dierencias políicas que enonces exisían enre ellos. Hoy esoy convencido de que si Cámpora hubiera vivido más, la lucha políica los habría vuelo a unir, pues ambos sabían que ormaban pare relevane del proceso de grandes cambios producidos en el peronismo en la década de los seena y eran conscienes del rol que habían jugado en la proyección de la juvenud peronisa en el escenario políico del país, ano durane la exiosa campaña del Luche y Vuelve, Vuelve, como a ravés de las acciones ransormadoras ransormadoras llevadas adelane adelane por sus sus respecivos gobiernos iniciados el 25 de mayo de 1973. A cuarena c uarena años de aquel sepiembre de 1972, podemos armar ar mar que la lucha no ue en vano. Hoy la Argenina araviesa un momeno excepcional de su vida políica. Ha consolidado su presigio en el conciero de las naciones. Presena un crecimieno económico sosenido, siendo el período más prolongado desde que se consiuyó como Nación. Lleva adelane un proyeco políico inclusivo de signo nacional y popular.. La juvenud ha desperado y vuelve lar v uelve a ener un lugar preponderane en la políica. políica . El proceso de ransormación iniciado el 25 de mayo de 2003 se ha realizado sin violencia, en liberad y con el uncionamieno pleno de las insiuciones de la epública. Debemos valorar esa convivencia convivencia pacíca en la democracia que enemos, que a la luz de nuesra hisoria, es un esoro que enre odos los argeninos debemos cuidar. Jamás Jam ás olvidemos que cada cada vez que se violenó la democracia, democracia, la epública se se exravió; se violaron los derechos humanos; se perdieron las principales conquisas sociales insauradas a ravés ravés de décadas de lucha y se perdió lo más imporane: impor ane: la liberad. He recordado en esas líneas, momenos de la larga, surida, compromeida y valiosa rayecoria raye coria políica de icardo Obregón Cano, Cano, que llegó l legó a gobernar Córdoba an sólo por unos meses, debido a la acción desesabilizadora lanzada en aquellos años por los secoress más exremos secore ex remos de la propia derecha peronisa. Quiero concluir ese homenaje al miliane, al dirigene que supo erigirse como sím bolo de una época de luchas y ransormaciones inconclusas reproduciendo reproduciendo pare del 37
discurso que le escuchara pronunciar aquel 25 de mayo de 1973 en la Legislaura cordobesa: “No esán los rosros de los que perdieron sus vidas y de los que suren (surieron) (surieron) el dolor de la prisión o el exilio. La memoria coleciva que es a veces más jusa que las memorias de las academias, los recordará siempre con cariño y adoración”.
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Desde los rabaja rabajadores dores Manuell eyes Manue icardo Obregón Obregón Cano ue, para para quien escribe, genuina genuina represenación represenación de la época en que soñábamos con el socialismo nacional, argenino y lainoamericano, cuyo su jeo políico esencial e irremplazable era el Pe Peronismo ronismo evolucionario. El peronismo de Evia, John John W. Cooke, Envar El Kadr Kadri,i, Gusavo y “Pocho” eare, Ail Ailio io López López,, Jorgee Di Pascuale, Jorg Pascuale, Amado Olmos, aimundo Ongaro Ongaro,, y de la legión de compañeros compañeros y compañeras que lo inscribieron en la hisoria de las luchas por la liberación de la Paria y el reorno del General Perón. Perón. Con esos recuerdos e imágenes imborrables en mi memoria, quiero sumar mi pequeño pequeño apore a ese juso juso homenaje. homenaje. Desde los sindicaos legalisas, agrupamieno que reunía a peronisas y no peronisas del sindicalismo combaivo combaivo,, auónomo y ani burocráico burocráico,, apoyamos su candidaura a Gobernador,, y la de nuesro enrañable compañero Gobernador compañero Ailio López, en la convicción que sus ideas, posicionamieno políico y compromiso social que jalonaban su rayecoria, lo hacían deposiario de la conanza conanza y el apoyo necesario necesario para llevarlo a esa represe represennación insiucional. El primer paso ue ue en la inerna paridaria, paridaria , en la que conronábamos con ronábamos con los “auéni“auénicos u orodoxos” or odoxos”,, que sosenían el binomio Anún-Zuriaga. No ue una mera lucha de parido, se raaba raaba de resolver una dispua que venía de lejos. Desde que el movimieno obrero de Córdoba adquirió auonomía y comenzó a cuesionar en los hechos la dirección políica ibia y vacilane de los dirigene dir igeness nacionales de la CG CG y, y, desde esa posición, converirse en una reerencia cenral de oras delegaciones cegeisas del inerior del país. A esa cuesión se agreg agregaba aba el choque enre enre nuesra nuesra concepción de un movimieno sindical pluralisa con paricipación de odos los sindicaos, planeando como premisa la unidad para la lucha, conra la de quienes preendían imponer una hegemonía ascisoide, que cusodiara una alsa pureza ideológica, con miras a encubrir oros propósios siniesros. La decisión decisión mayoriaria de aquella compulsa nunca ue acepada; acepada; al conrario,, proundizó las dierencias conrario di erencias llevándolas a un puno de no-reorno como quedaría demosrado por los hechos iempo después. Luego vendrían las elecciones generales, el riuno y la consagración de los candidaos del peronismo y sus aliados, que se daba en el conexo de cerezas sobre el rumbo emprendido y las esperanzas esperanzas renovadas renovadas del Pueblo Pueblo.. Esperanza que se cimenaba cimenaba en la esisencia Peronisa, el sindicalismo combaivo, la unidad obrero-esudianil, la convergencia de jóvenes, inelecuales, curas ercermundisas, combaienes, que lucharon orendando vida y liberad para expulsar las minorías auocráicas y cipayas 39
encaramadas en el poder políico desde 1955. Se raaba de recuperar la democracia y reinsaurarr el proyeco nacional y popular surgido del el 17 de Ocubre de 1945. reinsaura Insalado el gobierno de Don icardo Obregón Cano y Ailio López, en mayo de 1973, puede decirse que desde ese mismo momeno, comienza a orjarse el iempo hisórico que aún acompaña acompaña a Don icardo. icardo. Su perormance elecoral conribuyó a converir en realidad aquella consigna anas veces veces coreada coreada por la miliancia: “Cám“Cámpora al gobierno, Perón al poder”, poder”, que proponía dar coninuidad a la revolución peronisa, runcada el 16 de sepiembre de1955. A pesar de lo eímero de su gobierno, dio muesras claras de su lealad al pueblo que lo acompañó con su voo voo,, a los compañeros de la miliancia políica, de los sindicaos, de la juvenud y por sobre odo, odo, al proyeco de provincia, de nación, de sociedad, que represenaba represen aba aquella aquella consigna. Lealad que le cosaría muy caro caro,, primero con el derrocamieno de su gobierno consiucional, ruo de la conspiración puesa en marcha desde el primer día, con la elonía de personajes de su propio gobierno, que cobró mayor inensidad con la caída del Dr. Hécor Cámpora. Luego vendría el capíulo de la eroz persecución, las amenazas de muere, conrmada con el crimen brual de nuesro ya legendario “Negro” Ailio López; la lucha políica desde el llano con el Parido Peronisa Auénico; después el exilio, sobrellevado dignamene, sin quiebres, con el mismo espíriu de lucha. La miliancia políica uera de la Paria. Paria. La denuncia inernacional de de los crímenes de la dicadura, dicadura, la paricipación en la conducción del Movimieno Peronisa Peronisa Mononeros. Una permanene esisencia renovada en cada acción, sin claudicaciones. Derroada políicamene la dicadura cívico miliar de Videla y Marínez de Hoz y reabiera la eapa democráica, decidió volver a su paria. Allí se produce el úlimo capíulo del largo camino de dolor y osracismo osracismo,, que comenzó en ebrero de 1975. A su llegada l legada es deenido por disposición del gobierno del Dr. icardo Alonsín, que dica el Decreo N° 157 del 13 de Diciembre Diciembre de 1983, una miserable decisión políica, que permiió su juzgamieno juzgamieno y condena por jueces y leyes de la dicadura, compariendo con ellos −en orma explícia− la eoría de los dos demonios, con el agravane agravane de que el Dr. Obregón Cano no había comeido ni un solo hecho penalmene punible, por lo que paradojalmene ue un preso políico de la democracia. En la cara abiera que dirige a Alonsín, en carácer de Presidene de la Nación, Don icardo aparece en oda su alura moral, políica y democráica, ésa que lo acompañó siempre, desde que se incorporó a la miliancia políica políi ca en su juvenud, por sobre odo cuando debió soporar los peores momenos de su vida. Decía en la pare nal: Yo esoy seguro Dr. Alonsín que cuando en ese país se acaben las presiones que sin duda ahora se ejercen por los mismos grupos y acores de poder que hicieron posible an larga y desrucor desrucoraa dicad dicadura; ura; cuando Used se decida a obra obrarr con energía y a desman desmanelar elar los 40
aparaos de coacción y coerción que esán aún inacos y que operan conra la esabilidad de su propio gobierno; cuando se deroguen odas las leyes dicaoriales y se garanice el libre juego democráico; democráico; cuando se abandonen abandonen los preconcepos y prejuicios y se comprenda que odos los demócraas argeninos enemos derecho, sin resricciones ni exclusiones, a parici par libremene libremene en la vida pública y social argenina; argenina; cuando exisan en verdad jueces jueces de la epública y desaparezcan los jueces de la dicadura, cuando odo eso suceda, yo recuperaré mi liberad. Enonces, docor Alonsín, Used me verá como siempre, sin claudicaciones ni emores, luchando por la consolidación de la democracia y por las viejas banderas que han gobernadoo oda mi vida: la liberad, la independencia y la jusicia para gobernad para mi paria y para mi pueblo. Esa brevísima sínesis de la personalidad del Dr. Obregón Cano, es pare de lo que guardo en mi memoria y es ambién la razón de mi emocionada adhesión al homenaje y demosración de aeco que se le brinda. Creo que con ello esamos saldando una deuda con quien ue uno de los proagonisa principales de aquel aquel iempo de uopías y de luchas por hacerlas realidad; ambién con los miles de ignorados milianes que lucharon para alcanzarlas. En ese puno sólo me resa decir gracias por lo que hizo y por señalar el camino a los que vinieron después y seguramene a los que vendrán. Don icardo Obregón Cano: ¡Hasa la vicoria, siempre!
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Obregón Cano en los barrios y las provocaciones policiales Luis Miguel Miguel Baroneto Baroneto Llegamos al peronismo anes de los veine años desde la veriene revolucionaria. La que se había ogueado en la resisencia, percibiendo ya desde enonces que ese movimieno enía expresiones dierenes dierenes según los momenos hisóricos vividos. v ividos. A los l os diez años de gobierno jusicialisa que erminaron violenamene con el golpe de 1955, le siguieron los años duros de la resisencia con gran proagonismo de la clase rabajadora. En esa resisencia, el peronismo se ue enriqueciendo con las experiencias de oros o ros procesos lainoamericanos conemporáneos. conemporáneos. Y John William Cooke lo ue ue expliciando en sus escrios: el peronismo era el hecho maldio del país burgués. Ora manera de expresar lo que había dicho Evia: “El peronismo será revolucionario o no será”. será”. Así ueron apareciendo diversas conducas de los principales pr incipales dirigenes de enonces. Desde su exilio en Madrid Perón inegró las disinas, variadas y a veces conradicorias “líneas” del peronismo, ano a nivel sindical como políico. Las deniciones que mayor impulso omaron se grabaron en la película “Acualización políica y docrinaria para la oma del poder”. Una larga enrevisa a Perón realizada en Puera de Hierro por Pino Solanas y Ocavio Geino en 1971. Allí quedó expliciado el socialismo que proponía y su concepción de “guerra popular, permanene y prolongada”, con la que omenó las disinas herramienas –políicas, sociales, sindicales y miliares– para acosar a los regímenes dicaoriales y proscripivos, hasa obligar la salida políica que culminó con las elecciones del 11 de marzo de 1973. La Córdoba del 69 nos recibió con la resisencia a la dicadura de Onganía. Acompañamos en las calles a sindicalisas como Ailio López, Agusín Ag usín osco osco y Elpidio orres. rabajadores y esudianes junos para rechazar las políicas anipopulares, a lo que los peronisas sumábamos el reclamo del reorno reorno del líder en el exilio. exi lio. Lanzado por Lanusse en mayo de 1971 19 71 el GAN (Gra (Grann Acuerdo Nacional), Nacional), la acividad aciv idad políica paridaria se ue abriendo paso. En Villa El Liberador nos aliamos al Parido Jusicialisa, realizamos las primeras pinadas de paredes y los viejos peronisas salieron de sus casas para inaugurar la primera Unidad Básica, después de años de silenciamieno y persecución. Nos enlamos en la corriene que manenía la hegemonía insiucional y ganó las inernas en junio de 1972 para elegir la órmula ór mula a gobernador y vice: Obregón Cano Cano y Ailio López. En la segunda miad de 1972 se inensicó la campaña “Luche y Vuelve” que promovió la JP, unicándose con oros secores, que reconocían la conducción de Mononeros. Esas uerzas organizadas le imprimieron un gran dinamismo di namismo al conjuno del movimieno,, ariculando con los gremios “legalisas” del peronismo combaivo que movimieno 43
encabezaba Ailio López; y el sindicalismo progresisa y de izquierda que reconocía a Agusín osco osco como su máx máximo imo reeren reerene, e, nucleados en la CG de los Argeninos, que encabezaba aimundo Ongaro desde 1968. Oros nucleamienos de la rama políica ueron los de Julio Anún y su Mesa edonda Permanene Peronisa, acompañados por el gremialismo del peronismo “orodoxo” con Alejo Simó y Bárcena enre oros. Y el de aúl aúl Bercovich odríguez, odríguez, con su Núcleo Unidad Unidad y Lealad y un imporane impor ane arraigo en la seccional sexa, de donde surgió el candidao a inendene Juan Carlos Ávalos. Á valos. Más allá de las principales pr incipales candidauras, las lisas de senadores, dipuados y concejales represenaban la pluralidad de líneas que conormaban el movimieno jusicialisa a nes de 1972. Así se llegó a las elecciones del 11 de marzo mar zo de 1973 que no alcanzaron para imponer los candidaos del FEJULI, yéndose a la segunda vuela el 15 de abril, abri l, donde Obregón y Ailio López ganaron con el 54% de los voos. Desde el principio, y en consonancia con lo que se vivía a nivel nacional, el gobierno de Obregón Cano presenó su cara ransormadora. La consigna “Liberación o dependencia” que se había impueso en el país, en Córdoba enconró buena encarnadura. Muchos secores de clase media, algunos incluso con pasado aniperonisa, se sumaron. Varios Varios paridos de aniguo origen radical ambién enconraron su lugar en el Frene Fre ne Jusicialisa de Liberación (FEJULI). Mononeros, Monone ros, que en dos años creció muchísimo, se enconró sorprendido por una realidad políica avorable, a la que debía darle respuesa ano a nivel organizaivo como asumiendo la responsabilidad de encauzar las demandas que recogían las necesidades de las villas vi llas y los barrios. Se consiuyó el Movimieno Villero Peronisa Peronisa y la Juvenud Peronisa ue la organización erriorial que promovió la ariculación de las organizaciones barriales, raando de inegrar incluso a oras expresiones ex presiones políicas. El PB (P (Peeronismo ronis mo de Base Base), ), Descamis Descamisados ados y la JP JP ( Juvenud evolu evolucion cionaria aria Peronisa) ue ueron oras verienes ver ienes del peronismo revolucionario. En Villa El Liberador, Li berador, ya con el gobierno popular, promovimos la creación de la Mesa de econsrucción Nacional, sobre las res paas más acivas: la parroquia, que había canalizado las luchas barriales desde 1968; incluyendo la normalización del Cenro Vecinal, V ecinal, que desde enonces enonces ue un órgano barrial barrial de genuina genuina represe represenación, nación, y la UniUnidad Básica, surgida en la segunda miad del año 72. A parir de ésas, se amplió la con vocaoria a la Comisión Pro Agua Zona Sur que anes habíamos ormado con oros barrios de la zona, al Comié Comié de los radicales, algún miliane del FIP, FIP, las cooperadoras escolares, los clubes deporivos, el movimieno juvenil surgido de las luchas de los esudianes secundarios del barrio, represenanes del Dispensario. En ese ámbio se debaieron debaier on las necesidades, las prioridades pr ioridades y las primeras planicaciones, enre las que surgió la necesidad de hacer un censo en las 116 manzanas de la Villa en ese momeno, con 40.000 habian habianes. es. 44
Ese proceso de amplia paricipación barrial que habíamos logrado cenrando el reclamo en las obras de agua corriene corr iene desde varios años anes, con movilizaciones que en ocasiones ueron reprimidas por la policía, adquirió un dinamismo disino desde la asunción de las auoridades del gobierno popular. La meodología de movilizarnos hasa los despachos ociales, sin pedido previo prev io de audiencia, que habíamos ejerciado anes, ahora se veía aciliado por la presencia de compañeros de miliancia en algunas áreas de gobierno. Así uimos planeando las disinas reivindicaciones ano a nivel provincial como municipal. Un hecho impreviso, oruio, como ue el asesinao de un kiosquero asalado por un grupo de jóvenes por una boella de ginebra, los primeros días de agoso del 73, desperó la indignación del barrio, que la dirección de la Mesa de econsrucción asumió enseguida convocando convocando a asamblea en la plaza principal. princ ipal. La movilización movi lización vecinal ue masiva y de las deliberaciones surgió la “oma” del barrio y el reclamo de la presencia de las auoridades del gobierno popular. Durane quince días se oraleció la organización de la oma, con conroles en las enradas del barrio, que regulaban el abasecimieno y resringían el acceso. Las auoridades ardaron en responder. A los pocos días se hizo presene el Inendene Ávalos con odo el Concejo Deliberane. Después de escuchar las demandas expuesas en la asamblea, deliberaron en la capilla capi lla rene a la plaza, dando sanción a varios proyec proyecos os que respondían a diversos di versos reclamos: limpieza de baldíos, alumbrado público, público, arreglo de calles, cal les, asalo para el recorrido del ranspore urbano y el inicio de los rámies para la expropiación de un predio para insalar un Jardín Maernal que diera respuesa a las madres empleadas del servicio domésico.. El gobernador Obregón Cano no apareció hasa pasados los diez días. Los domésico compañeros Mononeros que rabajaban cercanos al despacho del Gobernador nos convocaron para analizar la cuesión. Llevamos el largo lisado de reclamos, comenzando por la inseguridad, que había moivado el levanamieno barrial. En audiencia personal el Gobernador quiso conocer el dealle de lo reclamado. Y promeió ir a la arde siguiene, con odo el gabinee. Le adverí que como vocero del barrio debía maniesar el desconeno por la demora en responder con su presencia. Me alenó a que hablará como enía que hablar. Al aardecer del día siguiene, la plaza esaba colmada por el vecindario. Y las auoridades del gobierno provincial se hicieron presenes. Cuaro Cuaro uimos los oradores represenanes senan es de la Mesa de econsrucción: Don Quiner Quineros, os, secreario general de la Unidad Básica, Eva Zamora, del Cenro Vecinal, el médico Pepe Losada y yo, que debía planear plane ar el espinoso ema de la seguridad. El Gobernador icardo Armando Obregón Cano y su gabinee escucharon con aención y paciencia, los planeos en una asamblea animada por bombos y consignas que rearmabann los reclamos en un ono que era exigene rearmaba ex igene pero no agresivo. agresivo.
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Inicié mi discurso diciendo que apoyábamos al gobierno elegido por el pueblo, pero que ambién lo queríamos conrolar, para que escuchara sus reclamos. Eso ormaba pare de la posura de la JP ane el gobierno popular en el orden nacional. Y cuando hablé de la seguridad dije que no eníamos pueso policial desde que había sido levanado años anes, después de ser asalado por un grupo guerrillero. Pero que ampoco queríamos esa policía que era la misma de la dicadura, que nos había reprimido anas veces durane nuesros reclamos vecinales. Y hacían en ese momeno osenación de uerzas, con una abulada presencia de carros de asalo de la guardia de inanería, que más para prevenir parecían esar allí para provocar. erminé reclamando la posi bilidad de elegir vecinos con condiciones para que se ocuparan de la vigilancia del barrio. El gobernador Obregón Cano comenzó su discurso armando: “el gobierno del pue blo comee errores, y viene a ese lugar para escuchar al pueblo, y corregirlos…” corregirlos…” Con ese comienzo que mereció el aplauso de la asamblea, pudo adenrarse con suciencia en los disinos problemas que además eran comunes a oros barrios de las orillas de la ciudad. erminó con respuesas concreas a varios problemas planeados y oros que debíamos seguir gesionando, como la selección de quienes aceparan ingresar a la policía. De allí se ue con odos los minisros a Villa Urquiza y Villa Siburu, donde habían “omado” los barrios por viejas demandas insaisechas, con la dirección del Cenro Vecinal presidido por “iino”, de la JP, secuesrado y desaparecido en 1976. Si bien a veces nos enconrábamos enconrábamos en en ámbios propios de la miliancia políica, con ellos no habíamos coordinado ninguna medida en concreo. ampoco se había ha blado en oros ámbios de una meodología que debía propagarse o repeirse en el rabajo barrial donde había mucha presencia de la JP-Mononeros. En nuesro caso era la coninuidad de un modo de reclamo que veníamos aplicando desde varios años. En la época de la dicadura la gene movilizada, con sus propios recursos, se rasladaba a las ocinas de los gobernanes. Y allí golpeando pueras, con bombos y pancaras, lográbamos que nos aendieran. Ahora, la movilización de los vecinos era la misma, pero las auoridades del gobierno popular preerían hacerse presenes en el escenario de los reclamos. Nunca había sido prácica de los gobernane gobernanes. s. Esa presencia ambién ue de algunos minisros que eran reclamados por problemas propios de sus áreas. Se raabaa de una meodología raab meodología que experimenamos como posiiva, porque además además de conocer de primera mano las necesidades, conribuía a incenivar la paricipación paric ipación y la movilización popular popular.. Pero ya enonces pudimos senir en orma direca la amenaza policial. La numerosa presencia de carros de asalo de la guardia de inanería que yo había denunciado como amenazanee en aquella asamblea barrial, amenazan barr ial, mosró sus uñas apenas se ue el gobernador. Una paoa policial cercó a un grupo de jóvenes que colaboraban con la seguridad; y con el preexo de idenicarlos, los llevó deenidos a la comisaría de la seccional 10. 46
Apenas me avisaron, ui a la Casa de Gobierno. Gobierno. Obregón Cano aún no había regresa regresado do de Villa Siburu, pero el secreario de prensa Gara se comunicó eleónicamene. Al insane el gobernador habló con el jee de Policía ordenándole pusiera en liberad a los deenidos y me indicó que uera uera a la comisaría, que enonces esaba esaba ubicada sobre la calle Belgrano Belgrano,, casi Pueyrredón. Pueyr redón. Apenas alcancé a inercambia inercambiarr algunas palabras con los mismos policías que me habían enido allí varios días en diciembre de 1972. “Las cosas ahora han cambiado”, les dije. “No debe ser para ano”, me respondieron; pero enseguida los lo s vi manoeando gorras, gor ras, correajes y armas. ar mas. Llegaba el Jee. El eniene eniene Coronel Navarro Navarro me saludó, hizo llamar a los deenidos, les pidió disculpas, les devolvió un revólver 22 que le habían habían sacado a uno de los muchachos y ueron liberados. liberados. Esa misma noche, cuando volvía de la casa de Mara, mi novia, un parullero me deuvo. Al reconocerme, reconocerme, dijeron enre enre ellos: “A “A ese no lo llevamos, porque enseguida enseguida lo van a solar…Y solar… Ya lo enconrarán encon rarán después despué s en alguna cunea” cunea”.. La amenaza amenaz a se publicó public ó en los diadi arios. A los pocos días varios vehículos policiales dejaron abandonados unos ancianos indigenes en un baldío cercano a la parroquia. Ora vez denunciamos el hecho personalmene al gobernador, quien enseguida llamó a su presencia al Jee Navarro. Con él nos rasladamos a la Villa y en persona pidió disculpas a los vecinos que se habían movilizado y reunido en la capilla, ordenando el alojamieno de los ancianos en una insiución pública. Las pueras abieras del despacho del gobernador Obregón Cano a represenanes vecinales, nos indicó el inicio de una prácica de diálogo y conaco direco di reco con las necesidades barriales, escuchando y dando las respuesas posibles en el mismo escenario de las convocaorias populares. Alenaba ambién un modo de miliancias en la consrucción políica. Pero Pero esa esa meodología llevada llevada con coherencia coherencia podía ser peligrosa porque aporaba a oralecer la movilización movi lización y la organización popular. Las aciudes provocaivas de la policía no eran aisladas y obedecían a una conormación ideológica. Preendían manener el rol represivo a pesar del cambio de go bierno. Anes y después de lo esimoniado se repeirían hechos demosraivos del desconeno policial, que se agravó cuando el gobernador Obregón Cano impulsó modicaciones a la ley orgánica de la policía, habiliando cambios en la cúpula, inegradaa enonces por varios miliares reirados que venían de la dicadura. Aquí, como egrad en oras decisiones, el gobernador se mosró coherene y el a las convicciones políicas que lo habían llevado a ser elegido por el pueblo de Córdoba. espondió con honesidad políica, sin dobles discursos, al momeno hisórico que le ocó proagonizar. A veces con una rmeza, que algunos juzgaron excesiva. odo eso quizás sea el mejor legado para las nuevas generaciones que han recuperado su conanza en la políica y van abriendo la cancha para la miliancia que les escamoea la vieja políica de privi privilegios legios para pocos, alejada de las necesidades y urgencias populares. Con el “Navarrazo” “Navarrazo”,, que desiuyó a las la s auoridades consiuc con siucionales ionales de Córdoba el 2727 47
28 de ebrero de 1974, se consumó la raición políica que rusró el camino iniciado de respuesas para los rabajadores y los secores populares populares siempre olvidados. olv idados. Fue el manoazo nal a largos meses de hosigamien hosigamieno, o, con la venia del gobierno nacional y la aciva paricipación de secores del peronismo “orodoxo”, que en Córdoba aprendieron a sosenerse en el poder con la represión. A parir par ir de sepiembre de ese año con la llegada del inervenor ederal Brigadier (r) (r) Oscar aúl Lacabanne, Lacabanne, se proundizó la persecución avanzando en la prácica del errorismo de esado, que se erminaría de pereccionar desde la comandancia del ercer Cuerpo de Ejércio con los generales Carlos Delía Larocca primero y Luciano Benjamín Menéndez en 1975.
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Memoria del del oprobio políico: El derrumbe del gobierno democráico democráico de Córdob Córdobaa (1973-1974) por un golpe policial
Luis María María Boneto María Susana Susana Boneto Boneto En nuesra paricipación no preendemos hacer un análisis exhausivo de las causas que propiciaron el derrocamieno de un gobernador democráicamene eleco. eleco. NuesNuesro objeivo es presenar una semblanza de un gobierno democráico y popular, que ue derrocado por los conicos exisenes al inerior del peronismo, jusamene por encarnar un proyeco progresisa, progresisa, acorde con las ideas de liberación nacional, y al mismi smo iempo represenar una propuesa democráica respeuosa de la legalidad. Diícil equilibrio en un momeno plagado de conicos y anagonismos. El riuno del peronismo y sus aliados en Córdoba, en marzo de 1973 en primera vuela, y luego en abril con el 53% de los voos logrados en la segunda vuela, bajo la sigla del FEJULI, con la asunción de las nuevas auoridades el 25 de Mayo de 1973, consiuyó el n de 18 años de proscripción y de represión, abriendo así en la mayoría del pueblo peronisa esperanzas y expecaivas cargadas de uopías. Pero ambién ha bilió un escenario para las ilusiones i lusiones de gran pare de una sociedad movilizada, compromeida con la ransormación socio-económica y políica, propia del imaginario hegemónico epocal. Al rene de ese gobierno se enconraban dos compañeros que, aunque con diversa rayecoria raye coria represenaban represenaban el pasado de luchas y resisencias del pueblo peronisa. El Dr. Obregón Cano Cano enía un pasado de compromiso políico en el jusicialisjusiciali smo desde 1951, cuando ue elegido senador por el Deparameno de io Cuaro en la Legislaura Provincial, Provincial, presidiendo durane durane res períodos consecuivos consecuivos el bloque de senadoress de su parido. En 1954, renunció a su banca para ocupar el cargo de Minissenadore Minis ro de Gobierno de la Provincia, Provincia, del cual ue expulsado por el golpe golpe de 1955. En 1962 ue eleco Dipuado Dipuado Nacional Nacional pero no llegó a ejercer el el cargo por la anulación de las elecciones. Se reieró reieró su candidaura en 1963, pero la reiró según el mandao de voo en blanco Por su rayecoria y lealad ue designado en 1971, delegado del Consejo Superior peronisa para la reorganización del parido en Córdoba, eniendo la area area de organizar la Juna Promoora Provincial, la Juna Capial y las Junas Deparamenales. La hisoria políica de Ailio López esuvo más vinculada a su acividad gremial, am bién desde la década del cincuena, siendo elegido delegado de la UA. UA. Y luego de la evolución Liberadora paricipó en las luchas de la resisencia peronisa, a parir de las cuales se va rearmando su liderazgo. liderazgo. Fue elegido Secreario General de la primera 49
Conederación General del rabajo normalizada, regional Córdoba. Paricipó en la elaboración de programas gremiales peronisas combaivos combaivos ales como el de Huera Huera Grande (1962), el de las 62 Organizaciones de pie juno a Perón (1965), el de la CG CG de los Argeninos (1968) y el de la declaración de los gremios peronisas combaivos (1972) enre los más desacados. Si bien riunaron en las elecciones con el apoyo de los secores más combaivos de la sociedad cordobesa, al iniciar su mandao el gobernador convocó a odo el pueblo “sin disinción de ideas políicas” para que oorgasen a “los “ los inereses colecivos y a los inereses ineres es nacionales un caráce carácerr prioriario” pr ioriario”1 . Así, mienras el gobierno de Obregón Cano produjo decisiones que beneciaban al campo popular y a imporanes secores secores de la ciudadanía, se ue conormando un arco oposior represenaivo de los secores con inereses conrapuesos a esas medidas. En ese marco se produjo una reacción negaiva de la jerarquía eclesiásica, rene a la propuesa de homologar el esauo del personal docene de la enseñanza pública y privada; así ambién el rechaz rechazoo de los secore secoress ganader ganaderos os conra la regulación de precios de la comercialización de la carne; el conico enre la UA y la FEAP por los reclamos salariales que a su vez culminaron culminaron con una dispua enre enre la vicegobernación y las auoridades municipales. Así ambién oro conico imporane surge con la impugnación de los cuadros cuadros policiales a la reorganización reorganización de los mismos y la reincorporación de los cesaneados en 1955. Pero en deniiva no ueron esas ensiones las que desesabilizaron el gobierno provincial, sino el conico por el poder sindical y la inerna peronisa, que ueron sus desencaden desencadenanes anes2. Por eso, mienras el sindicalismo más orodoxo, obenía la conducción de la CG de Córdoba, el 28 de ebrero de 1974, 1974 , el Jee de Policía de la Provincia Anonio Navarro Navarro ocupaba la casa de gobierno, y deenía al Gobernador, el Vice Gobernador y 86 uncionarios. Finalmene, Finalmen e, luego de ese aco desiuyene se produjo la inervención de la Provincia, cuesionando más el “desorden políico” que había permiido el gobierno democráico que el accionar sedicioso del Jee de Policía. Así, secores de la oposición a Obregón en la inerna peronisa, uilizaron la paricipación de la uerza de seguridad provincial para derrumbar un gobierno elegido democráicamene Para concluir acompañamos el esimonio del co-auor de ese rabajo, quien esuvo presenee en el lugar de los hechos, y a coninuación así lo relaa. presen
1.Ciado en Serveto, Alicia “ensiones “ensiones y conradicciones del ercer gobierno peronisa en Córdoba 19731976” en cach, César (coord.) Córdoba Bicenenaria: claves de su hisoria conemporánea, CEA-U.N.C, 2010. 2.Se ha omado como reerencia Op.ci en noa 1
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La desiución, por el esimonio de Luis María Boneto Alrededor del medio medio día sonó el eléono de casa −por ese enonces enonces rabajaba rabajaba en InsInsrucción Segunda de la Jusicia Jusicia de la Provincia Provincia de Córdoba Capial, Capial, había pedido licencia para examen ex amen y esaba preparando, preparando, paradójicamene, Derecho Consiucional−, y si mi memoria no alla era Waie Figueroa, a esa echa Direcor de la cárcel de Encausados, a quien conocía como empleado de la Jusicia del Fuero Penal: Penal: —Che Boneito −odavía me suena el ono aigido de su voz−, he esado llamando hace rao al Miniserio de Gobierno y no me aienden, si podes avisále a u viejo que en la cárcel los presos se esán poniendo jodidos porque se han enerado que la Policía de la Provincia de Córdoba se ha amoinado conra el Gobernador. Fui enonces enonces a la Casa de Gobierno y al llegar adverí las barreras de seguridad alzadas al zadas y ningún conrol para ingresar ingresar.. En el Miniserio Miniserio de Gobierno, había mucho mucho movimieno y me dijeron que mi padre esaba reunido con el Gobernador en su despacho. Cuando llegue, esaba Obregón Cano y el Vice Gobernador Ailio López, con varios minisros del gabinee y uncionarios de diverso rango. Me acuerdo, enre oros, de nuesra proesor en la Faculad de Derecho de la UNC, Carlos agle Achával, en aquel enonces Minisro de Educación; de Aliciardi que era el Presidene del Banco de la Provincia de Córdoba; Horacio, el hijo del Gobernador, y mucha más gene que hoy no pudo precisar. Sí reengo reengo con exaciud ex aciud las palabras de mi padre padre,, Erio Boneto Boneto,, Minisro de Gobierno, cuando le coné la preocupación del Direcor de Encausados: —Luis, qué le hace una mancha más al igre. Creoo que a esa Cre esa hora, hora, más o menos menos la una una o dos de de la arde arde,, eran con consci sciene eness del derrumbe. A pocos minuos de ese dialogo ingresaron armados al Despacho del Gobernador −elegido por el voo de los l os cordobeses− las Fuerzas de Seguridad de la Guardia de Inanería. En esos años, la mencionada Fuerza de Seguridad era nuesro acual EE. Es decir, la Fuerza de la elie y la mejor armada y preparada de la Policía de la Provincia de Córdoba. Ahora sí, es como si lo esuviera viendo, un joven uniormado apunó a icardo Obregón Cano y le dijo “esá deenido”. Obregón que enia aplomo y enere enereza za respondió con rmeza: “Ud. sabe que soy el Gobernador de la Provincia de Córdoba” Córdoba” −esaba claro que odo ya era inúil. inúi l. Los más cercanos lo conuvieron conuv ieron y, y, en breve iempo, odos íbamos con las manos en alo rumbo a los ómnibus que nos aguardaban para rasladarnos deenidos por la Guardia de Inanería (que esaba en San José de Calasanz enre Duare Quirós y Caseros). No puedo dejar de reerir en ese relao, que no ue casual que a la única persona que golpearon en esa deención ue al Vice Gobernador Ailio López, quien moriría poseriormene asesinado por la riple A. En esa deención deención nos dividieron: las auoridades se alojaron en la casa casa de la esquina, y el reso que esábamos en la Casa de Gobierno, quedamos en los galpones. A media noche me rasladaron y nalmene pernoce con el reso de las auoridades. Supe iempo después que ue un geso de un conocido del ya “ex-minisro” (mi padre), que 51
advirió su preocupación ane esa siuación. El reso se conoce, nos liberó l iberó el Juez Federal Zamboni Ledesma, y la orden orden se eecivizó en la sede de la Policía Policía Federal Federal de Córdoba. ecordar el “Navarrazo” −así quedó para la hisoria la sublevación− en ese libro Homenaje al Sr. Gobernador Dr. icardo Obregón Cano, es un reconocimieno a una gesión políica, ecaz y honesa, que se vio rusrada por el asalo al poder en orma violena. A veces, en clases de Derecho Penal los alumnos no logran asimilar ni enender que en un iempo no an lejano un Jee de la Policía desiuyó a un Gobernador elegido democráicamen democráicamene. e.
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Enrevisa con Eseban Righi 1. ¿Qué recuerda de la estrategia electoral del Frejuli en las provincias compartida con la de Cámpora a nivel nacional?
De los muchos recuerdos que podrían rasmiirse en una oporunidad como ésa, elegiría dos aspecos que pueden resular ineresanes: (i) A dierencia de oras campañas, la de 1973 no ue una conronación enre alernaivas elecorales diversas. Nuesra Nues ra campaña esuvo orienada a generar un claro enrenamieno con el gobierno miliar de la época, lo que ue exioso porque correspondía a la realidad políica del momeno. Aunque hubo oras opciones elecorales, lo que el pueblo percibió claramene es que debía opar por la coninuidad de las políicas desarrolladas desde 1955, o por un esquema de rupura que proponía políicas alernaivas. (ii) Claramene el Frejuli signicaba la opción cívica al auoriarismo que había prevalecido en el país mediane golpes de esado, y había conado con la complicidad de grupos de presión y corporaciones, uno de cuyos ejemplos hisóricos más inequívocos, ue la amosa acordadaa de la Core Suprema acordad Suprema que convalidó el golpe de de 1930. Una campaña campaña elecoral de enrenamieno ronal con el Gobierno de la época, implicaba caminar por un esrecho desladero, pues en odo momeno exisió la posibilidad de una nueva proscripción. ¿Cuál ál ue el proye proyeco co de de ariculació ariculación n enre enre el minis miniserio erio del In Iner erio iorr de dell go go-2. ¿Cu bierno Cámpora Cámpora y las gobernaciones provinciales provinciales de los años 70? Sobre odo el caso Córdoba.
El 25 de mayo de 1973 el peronismo asumió el gobierno nacional y muchos provinciales. Veníamos Veníamos precedidos por 18 años de proscripción, proscripci ón, lo que diculaba di culaba mucho la gesión, por lo que el desaío ue resolver los problemas de coyunura y paralelamene adopar esraegias de largo plazo. Conuían en el peronismo secores diversos, con ideologías y prácicas disinas, en un país acosumbrado a que el poder se obenía de las armas. La idea cenral que orienaba al gobierno nacional ue que necesiábamos llevar la idea del esado de derecho hasa sus úlimas consecuencias, lo que no era por odos comparido, ni siquiera en el seno del gabinee de minisros. En el breve período en que ue presidene Cámpora, la única gobernación no denida ue la de Saniago del Esero, por lo que la relación del Miniserio del Inerior con las demás provincias, y en paricular con Córdoba, Córdoba, ue armónica y se desarrolló en un marco de solidaridad políica recíproca. 53
3. ¿Cuál fue su relación personal y política con los gobernadores vinculados a los proyectos más transformadores y abierta abiertamente mente diferenciado diferenciadoss de las líneas más ortodoxas del peronismo peronismo,, como Alberto Martínez Baca, Baca, Antenor Gauna, Gauna, Oscar Bidegain, Miguel Ragone, Jorge Cepernic y Ricardo Obregón Cano?
Descripa la relación políica en la respuesa anerior, sólo queda alguna reerencia personal, la que esuvo maizada por un mayor o menor conaco. De odos ellos, con quien uve más oporunidades de desarrollar una relación personal ue con icardo, un hombre cuyas virudes vir udes en orden a su capacidad políica y simpaía personal lo con verían en un inerlocuor inerlocuor con quien se disruaba el inercambio inercambio de ideas ideas y experiencias. 4. Usted ha sido recordado como un gran defensor de una reforma (conceptual y estructural estructural)) policial en la Argentina. Pe Pensando nsando sobre todo con lo que ocurrió después con la policía de Córdoba en el “Navarrazo”, ¿cómo fue la vinculación entre las fuerzas policiales provinciales con una política nacional que se buscó esta blecer en en la primera parte del gobierno gobierno de Cámpora? Cámpora?
Por el escaso iempo que duró nuesro gobierno, no uvimos oporunidad de mayor vinculación con las policías provinciales. prov inciales. Adviérase que ello requiere mucho iempo en unción de la necesidad de esablecer acuerdos acuerdos y consensos, en el marco de un sisema insiucional ederal, como es el nuesro. nuesro. En la mayoría de los ejemplos enunciados en la ercera preguna, hubo una suere de cohabiación con vicegobernadores que esaban enrenados con los gobernadores. En ese senido, Córdoba ue excepcional pues Obregón comparía ideales con su vice Ailio López, lo que a su vez era consecuencia de que la realidad sindical de la provincia prov incia era disina a las demás. Es probable que eso explique que el méodo elegido para eyecar al gobierno cordobés uera mucho más drásico, brual y anidemocráico. Producido el “Navarrazo”, en vez de hacer cumplir la Consiución Nacional, el gobierno nacional convalidó la asonada. 5. ¿Cuál es la evaluación política que hace de la interna sindical y política de la época al interior del peronismo (cuestión (cuestión que apareció como determinante en el caso Córdoba)?
La hisoria hisoria del peronism peronismoo lo exhibe como como un movimieno movimieno políico políi co en el que la legiimidad inerna no dependió de procesos elecorales inernos, sino de la exisencia ex isencia de un liderazgo carismáico. Consiguienemene, el acor de convergencia nunca esuvo dado por la coherencia ideológica, por lo cual durane el exilio de Perón, y más aún 54
después de su muere, el peronismo ue escenario de enrenamienos inernos, que en oporunidades ueron dirimidos por la uerza. La dierencia cualiaiva que uvo el sindicalismo cordobés, ano denro como uera del peronismo, obliga a un análisis singular y especíco. Ignoro si es esa la oporunidad adecuada para un desarrollo mayor. De lo que esoy seguro, es que no soy la persona más adecuada para predicar sobre el ema. 6. Mucho se ha escrito y discutido alrededor de la idea de un retorno o una actualidad de los ‘70 en la última década argentina, a partir de la asunción de Néstor Kirchner. ¿Cuál es su visión al respecto?
Se raa de épocas muy disinas por lo que ninguna similiud es posible en érminos de necesidades del país y políicas públicas para saisacerlas. Para Para poner dos ejemplos: (i) La realidad acual es inniamene superior en érminos de vigencia del esado de derecho.. La necesidad principal de los años seena era pacicar el país, lo que hemos derecho logrado,, luego de haber pagado un precio muy alo mienras duró el errorismo de eslogrado ado; (ii) (ii) A la inversa, la siuación social de la acualidad es mucho más injusa que en los años seena, especialmene por la exclusión social, consecuencia de una políica económica que se inició con la dicadura, y ue coninuada luego por los gobiernos democráicos, especialmene especialmene en la década de los años novena. Buenos Aires, Ocubre 2 de 2012
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Obregón Cano, anes que anochezca Hugo Vaca Narvaja —Es un raidor, nos ha dado la espalda, viene por nuesras cabezas −dijo, consernado, consernado, el joven secreario privado del gobernador de Córdoba. —Nunca —N unca le uve demasiada conanza −le respondió respondió,, resignado, el gobernador icardo Obregón Cano a su hijo Horacio. El eniene coronel Domingo Navarro –que había sido propueso por Mononeros como un jee de policía conable¬−, se acababa acababa de sublevar conra el gobierno conscon siucional de Córdoba. La ensión reinaba enre los muros de la Casa de Gobierno. El alzamieno de la policía acaparab acaparabaa la aención de los medios de comunicación. Las radios LV2 LV2 y LV3, LV3, ocupadas por uerzas policiales, repeían comunicados que decían que Navarro Navarro era una garanía para la Provincia. Pare del gabinee de Obregón Cano se había ciado c iado en la vieja v ieja Casa de las ejas, ejas, rene ren e al Parque Sarmieno. Las organizaciones políicas y sindicales anes habían comenzado a movilizarse en deensa del orden consiucional. Ailio López, vicegobernador, lideraba la CG combaiva, donde oros gremios proesaban un apoyo críico al gobierno de la provincia. Agusín osco, osco, ené Salamanca Salamanca y oros dirigenes dirigenes enían buena sinonía con Obregón, lo que disgusaba a los gremios peronisas orodoxos, disanciados del vicegobernador vicegobernador.. —Docor, enemos a los compañeros preparados para deender el Gobierno, y enemos los erros −dijo un dirigene gremial cercano al gobernador, del oro lado del eléono. —Esperen, no creo que haga ala, eso iene que pasar en poco iempo, no hagan nada con los erros, no quiero sangre derramada derramada en las calles cal les de Córdoba −respondió Obregón Cano, Cano, ranquilo, desde su oraleza or aleza moral enclavada enre sus minisros y casi seenaa personas que lo acompañab seen acompañaban an en la Casa de Gobierno. —¿Ya presenó Vaca Narvaja la denuncia conra Navarro por sedición?, pregunó, inquieo, el gobernador. En esos momenos, el enonces procurador del esoro se apersonaba ane el juzgado ederal de Zamboni Ledesma con un escrio realizado a las apuradas para resguardar resguardar el orden insiucional en la provincia. provinc ia. Vicorias La inerna peronisa se dirimió en Córdoba enre grupos del peronismo orodoxo y oros más alineados a la derecha, anes a Julio Anún, y grupos progresisas y de izquierda, que apoyaban a Obregón Cano. No es que Anún uera “ab iniio” el represenane de la derecha, sino que muchos de esos grupos ueron recogidos por esa racción para enrenar a Obregón, que había sido ungido por el propio Perón como el candidao más viable. v iable. 57
En las elecciones inernas se impuso Obregón, que ue consagrado como el candidao ocial del peronismo. Obregón cosechó 31.000 voos conra 20.000 de Anún. Los perdedores acudieron a la jusicia para denunciar raude, pero Zamboni Ledesma no hizo lugar a las impugnaciones. —Docor, enemos su candidao a vicegobernador, Alejó Simó −aneó, sin mucha convicción, Juan Manuel Abal Medina (padre del acual jee de gabinee del gobierno nacional), que había sido designado delegado normalizador del Parido Jusicialisa de Córdoba. La UOM había designado a casi odos los candidaos a vicegobernad v icegobernadores ores para aquellas elecciones. Las 62 organizaciones allaban uere, e imponían condiciones. condicion es. —Mi candidao a vice es Ailio Ail io López. Y eso no es negociable, ya esá acordado −conesó Obregón. Así quedó denida la órmula icardo icardo Obregón Obregón Cano-Ailio Cano-Ailio López, sin el beneplácio beneplácio de la UOM ni las 62 Organizaciones Peronisas y con el desplane al delegado normalizador del General exiliado. ex iliado. Esa reunión y aquella negaiva serían deerminanes deerminanes en los hechos sobrevinienes. El Debae Los cordobeses enían radición radición radical y conservadora. conser vadora. En esa provincia nunca había ganado el peronismo. Cárcano y Sabatini ueron los gobernadores más recordados en el ideario popular, por sus gesiones, sus obras y su carisma. La órmula radical esaba encabezada por Vícor Marínez y las encuesas lo daban como seguro ganador. ganador. Pero pocos días anes de la elección, se ransmiió por primera vez un deba debaee enre candidaos y, conra odos los pronósicos, resuló riunane Obregón Cano, Cano, a quienes muchos no conocían. Se presenó ane los secores medios que enían elevisión (aparao no an popularizado en aquel enonces) y las señoras pacaas de la clase media cordobesa vieron v ieron con simpaía a ese denisa nacido en ío Cuaro, con aire bonachón y unas enormes manos que acompañaban armoniosamene cada uno de sus gesos. Aquel debae de volvió a Obregón a la baalla elecoral, dándole un impulso inusiado inusiado.. Y conra odos los pronósicos, se impuso al radicalismo cordobés en reñidas elecciones, acompañanacompañando el riuno del peronismo en odo el país. Un gobierno pluralisa Al conormar su gabinee gabinee,, el nuevo gobernador ue sumamen sumamenee amplio. Sumó a secores de diversos espacios políicos, exraparidarios, gene de presigio social, como aúl Faure y Carlos agle Achával, y no uvo demasiado en cuena a los secores peronisas que habían perdido la inerna. Sin embargo, embargo, inegraban su equipo de gobierno peronisas de pura cepa como Erio Eri o Boneto. Boneto. 58
Esa aciud haría que los grupos de derecha más recalciranes, recalciranes, al verse marginados de oda posibilidad de acceso al poder, poder, a la adminisración del Esado, Esado, comenzaran una area de desgase sobre el recién esrenado gobierno provincial, con el beneplácio y complicidad de los secores secores de poder de Buenos Buenos Aires. Los sindicaos sindicaos orodoxos ampoco digirieron su exclusión del gobierno y se dedicaron a dar la baalla por la CG de la mano del sindicalisa orodoxo or odoxo José Ignacio Ignacio ucci, para desplazar a los “zurdos” como ené Salamanca, Agusín osco osco y el vicegobernador vicegobernador Ailio López. No ueron iempos áciles para el país. ras ras el amplio riuno elecoral de Hécor Cámpora, se allanó el camino para la vuela v uela del viejo líder exiliado ex iliado en España. Sobrevino la masacre de Ezeiza. El presidene eleco renunció. renunció. Se llamó l lamó nuevamene a elecciones y se impuso por abrumadora mayoría la órmula Perón-Perón. Perón-Perón. El viejo caudillo ya no esaba en condiciones ísicas ni psíquicas para aronar las grandes responsabilidades de conducir el Poder Ejecuivo, y su lugar ue ocupado desde las sombras por José López ega, quien manejaba a su guso a Isabel Marínez de Perón. La derecha peronisa, aliada a los secores de poder conservadores, la jerarquía eclesiásica y la cúpula miliar, mi liar, decidió que solo mediane el exerminio ísico de los oposiores podrían garanizar su permanencia en el poder. Sala, Sana Cruz, Formosa, Buenos Aires, Mendoza y Córdoba ueron las gobernaciones apunadas por la derecha para desplazar a los gobiernos provinciales que enían gran inuencia de La endencia, de Mononeros y oros grupos de menor envergadura, pero de convicciones izquierdisas. En Córdoba esos grupos pudieron inegrarse en el gobierno de Obregón Cano. El desplazamieno de la derecha peronisa, el enrenamieno de Obregón Cano con la iglesia por la ley de educación y la ensión con la Policía erminaron erminaron generando un polo oposior que agluinaría a los secores más reaccionarios de la sociedad soci edad cordobesa. La Policía Policía enía sus corrienes inernas, inernas, inuidas por los cuadros miliares que la habían copado en los gobiernos de aco aneriores. El gobierno de Obregón había omado noa de lo imprescindible que resulaba la depuración en esa uerza, y no le embló el pulso para impulsar un nuevo organigrama, ni dar de baja a cuadros miliares durane diciembre de 1973. A principios pr incipios de 1974 19 74 el gobierno de Obregón Cano esaba jaqueado por la derecha, que lo había señalado como uno de los gobiernos provinciales a derrocar. La Policía era un her hervidero, videro, y Navarro Navarro,, de a poco, cambiaba de bando, bando, preparando el golpe de Esado que sumiría a la provincia en la más prounda de las noches de su hisoria. La muere del viejo caudillo, en julio de 1974, erminaría de decanar las proundas divisiones que exisían en un parido que siempre se caracerizó por guardar en su seno corrienes ideológicas diversas y a veces anagónicas, que no siempre pudieron coexisir pacícamene pacícamene.. 59
Con la inervención del Brigadier aúl Lacabanne comenzó la consolidación del proyeco del conservadurismo para Córdoba, inaco hasa nuesros días. La alianza enre la Iglesia, el Ejércio, la burocracia sindical, la Jusicia y los grupos económicos comenzaría a amalgamarse. Se designó a Albero Luis Choux al rene de la Policía, Luciano Benjamín Menéndez se hizo cargo del ercer Cuerpo Cuerpo de Ejércio y el Arzobispo aúl Primaesa comenzó a ejer su macabra red de poder. Domingo Navarro sería condenado por sedición, pero luego Isabel Perón lo indularía. Ailio López sería ulimado por la ripe A, el 16 de sepiembre de 1974. icardo Obregón Cano y su amilia ami lia marcharían al exili exilioo en México Méxi co,, y Miguel Hugo Vaca Vaca Narvaja (h), denunciane de Navarro en la Jusicia Federal, sería usilado en la Unidad Penienciaria de barrio San Marín (UP1) el 12 de agoso de 1976. La noche sería larga, oscura, enebrosa…
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La Iglesia Caólica de Córdoba conra el gobierno popular popular.. La conspiración ambién vesía soana Alexis Oliva El poder eclesial añoraba los iempos del onganiao, onganiao, al que proveyó de numerosos uncionarios surgidos de sus las cursillisas. cursi llisas. ambién ambién era consciene de su capacidad de conspiración y movilización, que uvo su apoeosis en aquel “liberador” sepiembre de 1955. Obviamene, el gobierno popular de icardo Obregón Cano no era de su agrado. Y cuando comeió la osadía de preender oorgarles derechos laborales a los docenes de las escuelas conesionales, la Iglesia Caólica Caólica de Córdoba enconró el preexo declararle una “guerra sana”. El Esauo Básico del Personal Docene de Enseñanza Privada (Ley 5659), sancionado por la Legislaura el 23 de agoso de 1973, garanizaba la esabilidad y jusa remuneración a los maesros y proesores de las escuelas religiosas, que hasa enonces esaban encuadrados como empleados de comercio. La ley no prohibía ni limiaba la educación conesional, pero la Iglesia la consideró “inmoral” y “aena aenaoria oria a la liberad liber ad de enseñanza”, y agió enre su eligresía el anasma de la “inlración marxisa”. En un documeno rmado por el arzobispo aúl Francisco Primaesa y los obispos cordobeses, reprochaban reprochaban que “mienras se preende deender los derechos de los docenes, se hace caso omiso o se desconoce el derecho consiucional de liberad de enseñanza y el derecho inalienable de los padres para elegir la educación de los lo s hijos” y aleraban que al enrar en vigencia v igencia la ley se esaría “renand “renandoo un aspeco an primordial pr imordial para el pueblo como es la educación, compromeería la serenidad de los espírius y sería acor de desunión, con graves consecuencias consecuencias en el orden educacional, en la vida v ida misma del pueblo de Córdoba y del país”1 . Yaa había renunciado a la Preside Y Presidencia ncia Héc Hécor or Cámpora, presionado por el ala derecha del peronismo, y su ugaz sucesor aúl Lasiri −yerno de José López ega− ue quien recibió el elegrama que el Consejo de Educación Caólica envió ambién a Juan Perón: “Consejo Educación Caólica Córdoba denuncia sanción Dipuados Esauo Docenes Privados irriane Liberad Liber ad Enseñanza esaizane, esaizane, anidemocráico, violaorio Consiución Nacional, 14/28; Propiedad Privada, 14/17; violaorio v iolaorio Código Civil Paria Poesad, 264; Educación Familia, 265; Desconocimieno derechos de Hom bre, 26; violaorio Ley, Ley, 17/32; relaciones Sana Sana Sede Esado Esado Argenino colaciónese” colaciónese”.. Era una declaración de guerra, la misma que diez años anes habían emprendido emprendido conra el gobernador radical Juso Páez Molina, cuando impulsó la ley de Enseñanza Pri1.Diario Córdoba: “Enérgica presentación de todos los obispos de Córdoba a Obregón Cano”. 30 de agosto de 1973
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vada (4733), que equiparaba a los docenes privados pr ivados con los esaales en cuano a la iulación exigida y los l os derechos laborales, unicaba los planes de esudio y reglamenreglamenaba de orma equiaiva el nanciamieno de las insiuciones privadas con ondos públicos, obligando a las escuelas religiosas a sincerar sus marículas y nóminas de docenes. “No esaba en juego revolución religiosa alguna ni ampoco la consolidación de un esado aeo; no aecaba emplos, sacerdoes o riuales. (…) Se proponía un programa democrático e igualitario basado en la equidad para administrar los recursos educativos. No se buscaba destruir la tarea de los institutos de enseñanza privada sino asegurar la igualdad de oportunidades, procurando el mayor benecio social y la ampliación de los horizontes del sistema, pero no se quiso entender la idea”, explica el historiador Silverio Escudero en su ensayo La ética del hacedor 2 . La reacción ue tan virulenta que ganó la calle “blandiendo en las plazas de la ciudad estandartes con estampas de dragones rampantes y caballeros medievales”, para reclamar “la excomunión y la proscripción del radicalismo” y “la renuncia del gobierno” de Páez Molina, según reere el autor. El 28 de junio de 1966, el general Juan Carlos Onganía se encargó de materializar el castigo. Con ese triunal antecedente, la uribunda cruzada se repetiría una década después, con un movimiento de pinzas entre la presión política del Episcopado al gobierno central y la movilización de religiosos y laicos en las calles cordobesas. Además, la Iglesia “amenazó con no matricular a los alumnos pero ante la rmeza del gobierno desistió de escalar el conficto y prerió divulgar el contenido ideológico y no gremial que le atribuía (a la norma)”, señala Horacio Verbitsky en su libro Vigilia de armas 3 . Hacia nes de octubre de 1973 −a poco poc o de haber asumido Perón su tercera presidencia−, el cardenal Primatesta le llevaría su queja contra la Ley 5659, en la primera reunión que mantuvieron las autoridades del Episcopado con el mandatario. Al salir, Primatesta declaró que Perón había maniestado que “es interés undamental del gobierno mantener en primer plano el tema de la educación y la amilia amilia””4 . Pero Obregón Cano no se dejó torcer el brazo y el 30 de noviembre promulgó la norma. En una solicitada publicada al día siguiente, el Poder Ejecutivo provincial aclaraba a la opinión pública que “tanto del espíritu como de la letra de la 2. Silverio Enrique Escudero, “El conficto con la Iglesia”, en La ética del hacedor. Aproximaciones al Gobernador Páez Molina, Colección Gobernadores de Córdoba, Gobierno de la Provincia de Córdoba, 1999. 3. Horacio Verbitsky, Vigilia de armas. Historia política de la Iglesia Católica. Tomo III: Del Cordobazo de 1969 al 23 de marzo de 1976, Sudamericana, Buenos Aires, 2009. 4. Diario Córdoba: “Sobre divorcio y otros temas conversaron obispos con Perón”. 29 de octubre de 1973.
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Ley, no surge ninguna limitación por mínima que sea a la libertad de enseñanza y/o a la pluralidad conesional” en las escuelas de credo “católico, protestante, israelita o de cualquier otra religión”, ya que para ingresar a estos institutos los docentes tendrían como “condición ineludible respetar sus principios, nes y objetivos”.. Asimismo, expresaba que al objetivos” a l poner en vigencia v igencia el Estatuto, E statuto, el gobierno “no ha hecho más que dar garantía legal concreta a sus principios de justicia social, base de su programática política, que el Pueblo apoyara en el momento de elegirlo”, con el n de “insertar en el ámbito de los derechos sociales a un ponderable núcleo humano, mediante el otorgamiento de las garantías y justa remuneración de las que ya gozan otros grandes sectores de la población” 5 . En su virulenta respuesta, la Federación de Uniones de Padres de Familia de los Colegios Católicos prometía “un rente de lucha que no sabemos qué tiempo durará”, para luego anunciar: “Su gobierno naturalmente pasará, así como pasan los hombres. En cambio la Iglesia y sus instituciones tienen la perdurabilidad más allá de las temporales contingencias. Los Colegios Católicos superarán la hora diícil. Luego vendrá otra LEY (¡con mayúscula!) que reivindique a esta Córdoba, que no entregará sus cuatrocientos años de educación cristiana que sirvieron para modelar a nuestras amilias en todas las épocas”6 . Menos de tres meses después, el golpe de estado policial encabezado por Antonio Domingo Navarro satiszo no tan “naturalmente” sus ansias destituyentes.
5. Diario Córdoba, solicitada: “Ha sido promulgada la Ley Nº 5659, Estatuto Básico del Personal Docente de la Enseñanza Privada”. 1° de diciembre de 1973. 6. Diario Córdoba, solicitada: “Carta Abierta a S. E. el Señor Gobernador de la Provincia”. 1° de diciembre de 1973.
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El SEPPAC, el esauo del docene y el gobierno de Obregón Cano Carlos Ponce de León Pocos son hoy los que saben del SEPPAC. ampoco muchos los que desciran sus siglas: “Sindicao de Educadores Privados y Pariculares de Córdoba”. Si hasa el memorioso Google parece apenas enerlo presene. Y sin embargo embargo,, el SEPP SEPPAC AC uvo una presencia signicaiva en los movidos años 70. ano por el apore que hacen a los derechos de los docenes; como por la reacción que provocan en los propiearios de los colegios privados. Cercanos ésos (al menos en el iempo) al ignominioso golpe que inerrumpe el gobierno del docor Obregón Cano. Nos acercamos acercamos a los hechos. Las elecciones nacionales de marzo de 1973, 197 3, signicaron un verdadero paso en el proceso democráico argenino. argenino. Una vicoria rounda rene a los gobiernos miliares de enonces, ano ano de Onganía como de los inenos acuerdisas del general Lanusse. L anusse. La órmula cordobesa de Obregón Cano-Ailio López, raicada en el baloaje del mes siguiene por más del 53% de los voos, había desperado energías y expecaivas populares, que los golpes de esado en vano habían querido enerrar. El campo de la enseñanza no era ajeno a esas expecaivas. Más aun si de la enseñanza privada se raaba, por enonces an demorada en derechos y esauos que los validaran. De hecho, hecho, el propieario o el epresenane epresenane Legal de los mismos, mi smos, enía un poder arbirario y absoluo sobre el personal de esos colegios. Sus regímenes se equiparaban a los de empleados de comercio. Más que evidene, enonces, la urgencia de corregir, conorme a una ley ley,, esa injusa siuación. El SEPPAC, undado (en 1971) por una nueva generación de docenes, jóvenes en su mayoría, asumió decididamene esa causa. Delegados por colegios, asambleas, re visión de siuaciones, discusiones de propuesas, eso y más, conormaron conor maron prono un sindicao muy paricipaivo. Y la recuperación de la democracia resulaba resulaba el momeno para dar pasos eecivos con leyes adecuadas. Llega así la propuesa de incorporar incorpo rar a los docenes privados al esauo que regía para el reso de los maesros de la provincia. Ingreso, promociones y ascensos, jubilación, esabilidad ec. como cualquier docene. docene. No No ue ácil, sin embargo, embargo, lograr un acuerdo. acuerdo. Los propiearios de los colegios privados, paricularmene los religiosos y dependienes del Consejo de Educación Ca Caólica, ólica, sosenían como indispensable manener conrol de nombramienos y orienación de sus propios colegios. Pese a que eran muy rescas, esaban presenes presenes las orienaciones que planeaba la Iglesia lainoamericana en Medellín (1968) por una “Educación Liberadora” de oda clase de aaduras, creaiva, 65
dialogane, con clara opción por los pobres. Pese a ello los dirigenes de los colegios privados, caólicos en su mayoría, sólo se consiuyeron en deensores acérrimos del derecho de propiedad; cuidadosos hasa la exageración del anasma del marxismo; desconando de cualquier cambio que se avizorara. Pese Pe se a oda oposición, el esau esauoo para el Docene Privado, Privado, se aprobó en dipuados en agoso del 73. Se raó de realizarle algunas modicaciones con respeco a ingreso y carrera del docene de escuelas privadas. Pero no alcanzó. alcanzó. La posición de los colegios privados se ue volviendo volv iendo cada vez más inransigene inransigene y hasa violena. El 27 de ese mismo agoso, los obispos de la provincia (Córdoba, ío IV, Villa María y San Francisco Francisco), ), con Mons. Primae Primaesa, sa, recurrieron direcamen direcamenee al Gobernador y le hicieron enrega de una noa, “seriamene preocupados al sancionar la Cámara de Dipuados el proyeco de ley sobre el esauo de los docenes privados”. El ediorial del diario La Voz del Inerior, al día siguiene (31.8.1973), se lamenaba de veladas amenazas que leía en el documeno, y porque “Los Obispos de Córdoba –añadía− (…) parecen haber olvidado que en un sisema republicano (…) los poderes consiucionales ienen independencia y auonomía”. Y que “…ese error les ha inducido a reclamar ane el Poder Ejecuivo respeco de un proyeco que incumbe al Poder Legislaivo”. Luego de ese primer reclamo, siguieron comunicados del Consejo de Educación Caólica; Ca ólica; soliciadas de la Fe Federación deración de Padres de Familia; Acos Públicos de earmación Caólica; presiones para asisir a los acos de “Deensa de la Liberad de Enseñanza y Deensa de los Colegios Caólicos; comunicado de los superiores mayores religiosos; suspensión de acividades para el día 23 de Ocubre y orden de suspender las inscripciones para el próximo año. Una baería baería más que pesada conra el gobierno de Obregón Cano. Un repaso repaso por esos documenos, deja en claro lo enso de la siuación y la provocaiva exageración de algunos de ellos: El Consejo de Educación Caólica (organismo dependiene oalmene del arzobispado), concluía la argumenación de su comunicado, con esa simple y rounda armación y en caraceres resalados: “La verdadera razón del proyeco (de esauo) es la DESUCCION DE LA ENSEÑANZA PIVADA” (¡!)”. Y más: el 15 de noviembre, ordena a odos los colegios de su dependencia “SUSPENDE LA MAÍCULA PAR EL AÑO 1974.”
La Federación de Padres exageraba exageraba así: “El Esauo sancionado… dará libre y seguro acceso a la inlración marxisa, al como sucede en los acuales organismos del Esado. (…) A los legíimos derechos de los docenes nadie los discue (…) lo único que se rechaza, es el OPERIVO DE LIQUIDACIÓN DE LOS COLEGIOS CAÓLICOS…”. Y no se quedaba en palabras. Miles de volanes convocaban a un “ GRN ACO AC O PÚBLICO DE EAFIM EAFIMACIÓN ACIÓN CAÓLICA CAÓLICA , en deensa de los derechos de la amilia, de la liberad de enseñanza, de los colegios caólicos”. Y como si eso uera 66
poco, el volane poco, volane en cuesión cuesión debía ser devuelo con la respuesa, respuesa, rmada por los padres, de si se asisía o no al mismo. Los superiores mayores de los religiosos, con rmas del P. P. Bernardo Quiroga, José Luis Cepero y la hna. Mara Miguel proesaban: “Es absurdo preender que una escuela privada caólica elija sus maesros en conormidad con un punaje que mida solamene la inel ineligenc igencia… ia…””. Se llegaba así, como úlima insancia, a un elegrama al mismo Presidene: “EXCELENÍSIMO SEÑO PESIDENE TE. GENERL JUAN DOMINGO PEÓN…
rasmiimos respeuosamene ane V.E. prounda preocupación por aconecimienos que se derivarán de sanción Ley Cámara de Dipuados. Jerarquía Eclesiásica primero, y esa Federación después realizaron múliples gesiones ane Sres. Legisladores y Poder Ejecuivo sin resulado posiivo…”. Así comienza el largo largo elegrama elegrama que que la Fede Federación ración de Uniones de Padres Padres de Familia Familia de los Colegios Caólicos envía, a mediados de noviembre de 1973 al Presidene Perón. En él se acusa al gobernador de incumplir sus compromisos, resala la preocupación de la jerarquía eclesiásica, denuncia la peneración marxisa y la oposición del gobierno provin provincial cial “a la prédica reierada de d e V.E… V.E…””. El uneso y vergonzoso “navarrazo” (28.2.74) Suciene leña para para el golpe que, que, con uerzas reaccionarias de disinos secores, secores, nacionales y de la provincia, provinc ia, se venía gesando ya desde anes. res meses después del elegrama, el 28 de ebrero del 74, un gobierno, con oda la legiimidad del caso, con honesidad reconocida, con apoyo mayoriario de la po blación, es asalado por un puñado de policías con un jee miliar desiuido desiuido,, el e. Cnl. Navarro Navarro.. Si de hacer memoria se raa, bueno es raer odos esos daos, para mirar con más claridad a los acores del pasado, sus inereses y argumenos, y aprender, por ciero. Y porque hay que honrar la verdad verdad hisórica. evisar, reconocer errores, errores, corregir procederes,, recuperar valiosas cederes val iosas guras. El golpe del “Navarrazo”, que no sólo pisoeo un gobierno consiucional, sino que abrió pueras más arde al Comando Comando Liberadores de América, a la D2 y a la riple riple A, ue nalmene acompañado por un silencio oal de aquellos secores, que abundaron anes en reclamos y proesas. Ni una palabra de repudio al golpe. ¡Ni un comenario se regisra en odo ese año, reerido al mismo! mi smo! Por ora pare, numerosos milianes del SEPPAC ueron, de a poco, perseguidos, encarcelados, y desaparecidos. Enre oros, Humbero Anone, Silvia Ferrari, Esher Luque, Luis Soulier y Eduardo equena, docene ese ese úlimo de Villa María, que uera uera uno de los principales animadores y undador del SEPPAC. 67
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Pasado y Presene de un legado: orma políica y proyeco económico del gobierno de Obregón Cano Silvia Morón ubén Caro El golpe policial 1 (“el boonazo cordobés” como lo llama Horacio Verbisky en su Hisoria políica de la Iglesia Caólica) que ermina con el gobierno popular del Dr. icardo Obregón Cano, Cano, signicaivamene ue llevado l levado a cabo por aquellos encargados de “reprimir los levanamienos insurgenes insurgenes del 69, el 70 7 0 y el 71, juno a quienes en la reaguardia de las masas combaienes, renaron, raicionaron, o capiularon ane la dicadura oligárquica y se unieron para conspirar conra la soberanía popular”2 . eexionar sobre las concepciones económico-sociales del programa económico del gobierno popular de Obregón Cano y Ailio López, signica necesariamene dirigir nuesra mirada a la orma políica en que ese programa quería ser implemenado. Porque el golpe insiucional llevado a cabo por el Navarrazo (el anicordobazo lo llama Blas García), ue expresión de una oensiva ani obrera y ani popular conra esa orma políica. Y esa orma políica es la que aparece expresada y reivindicada en la asunción de Cámpora el 25 de Mayo de 1973 3 . En su mensaje inaugural al Congreso de la Nación 4 , el Compañero Presidene Hecor José Cámpora dirá que la Argenina se había converido en “un campo de saqueo 1. Ante el navarrazo, Agustín Tosco, como representante del movimiento sindical combativo de Córdoba, en conerencia de prensa del 2 de marzo de 1974, lo calica como un “pu “pustch stch policíacoburocrático-ascista”; véase Agustín Tosco. Escritos y discursos, selección de trabajos por Jorge O. Lannot, Adriana Amantea y Eduardo Sguiglia, Editorial Contrapunto, Bs. As, 1988; pág. 357. 2. Así reere la nota editorial de la Revista Izquierda Popular de Marzo de 1974. 3. César Marcos, amigo y asesor de John Willam Cooke, peronista antes de Perón, como le gustaba nombrarse a sí mismo, establece en el siguiente texto, las líneas de continuidad con una tradición política que cristaliza en el 73: “A la Primera Resistencia, la que va del 55 al 58, no me corresponde juzgarla.. Le reivindico un mérito juzgarla mérito que nadie podrá discutirlo. discutirlo. NOSOTROS, NOSOTROS, LOS LOS PERONISTAS RONIST AS DE LA PRIMERA PRIME RA RESISTENCIA, EVITAMOS LA REPETICION DE CASEROS. CA SEROS. Sin permitir que se apaga apagara, ra, mantuvimos mantuvimos encendida la llama sagrada de Perón. Y esa llama ue la que, al nal, foreció en la gran hoguera del 25 de mayo de 1973”; Revista Peronismo Peronismo y Liberación, Nº1, agosto 1974; pág. 25. 4.“El mensaje inaugural de Cámpora expresa claramente claramente la alianza político social representada en el gobierno: el país se alineara en el bloque antiimperialista del tercer Mundo; saludo al heroico pueblo vietnamita; relaciones relaciones con todos los países del mundo mundo,, en especial cuba; total derogación de la legislación represiva; plan económico nacionalista y omento de la empresa nacional; educación coherente con el proceso político que vive el país; creación del “servicio nacional de salud” y crítica a la medicina mercantilista; vivienda popular”, Roberto Carri, en Poder Imperialista y Liberación Nacional. Las luchas del Peronismo contra la dependencia, Eece Ediciones, Buenos Aires; 1973.
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de los inereses exranjeros” y que “los empresarios nacionales [esaban] posrados, jaqueados por la quiebra y por la desigual compeencia de los monopolios”, monopolios”, mienras que el esado asisía “impávido al riuno de lo exranjero sobre lo nacional”. esulado de la conuencia de la movilización de las masas y el programa económico del camporismo, la sociedad argenina esaba rene al desaío de un proyeco de ransormación social. Diversos secore secoress políicos y sociales se enrenaban por un cambio de las relaciones de poder y del modelo económico vigente y para la mayoría, esa expectativa se expresaba políticamente en el peronismo. El proyecto tenía un doble desaío: en primer lugar, construir un régimen político “capaz de encausar las añosas expectativas y tensiones sociales acumuladas” acumuladas” y por p or otra parte se proponía una transormación económica “que apuntaba a aliviar las causas estructurales de esas tensiones”5. Córdoba vive el proceso nacional con un concepto de avanzada; para Agustín Tosco Córdoba “sintetiza en su tradición, en sus luchas obreras y populares, en su resistencia a la dictadura, sintetiza esta nueva conciencia política democrática, popular y revolucionaria que ha de abarcar todo el territorio nacional y que se expresa en nuestros países de América Latina” 6 . Pero también y al mismo tiempo, como José Aricó subrayó, Córdoba como “ciudad de rontera” estuvo sometida a uertes contrastes. Esas dos Córdobas, la moderna y la tradicional, la revolucionaria y la conservadora, adquieren su mayor tensión y trágico desenlace en el breve período del gobierno de Obregón Cano y Atilio López (25 de mayo de 1973-27 de ebrero de 1974). Cabe destacar, por otra parte, que el conesionalismo católico sostenido en la uerte presencia de una Iglesia de matriz ideológica integrista ue el que dio la señal de largada para el golpe institucional al gobierno de Obregón Cano 7 . Como documenta Roberto Ferrero la orientación ideológica general del gobierno obregonista, quedó expresada en tres maniestaciones públicas hechas en relación a los principales temas políticos: “la primera corresponde al propio gobernador, en su discurso de Laboulaye, cuando dijo: “Hay un solo derrotero, que ya está señalada y nadie podrá equivocarse: hacia el socialismo nacional”, que luego precisaría en Deán Funes, en setiembre, indicando que el mismo era “el sistema en el que se ha optado por la liberación de toda atadura extranjera, por la socialización de la economía y por la plena e irrestricta participación popular a través t ravés de una democracia democr acia eectiva eec tiva””. El ministro de Agricultura Agr icultura,, Gómez Amaya, a su vez, había ya hecho otras precisiones sobre la política agraria a seguir cuando advirtió, en Monte Leña (Dto. Unión), el 1º de junio, que “quien no trabaje la tierra debe vender o arrendarla”, y en Canals, cuatro días después, que “el impuesto tendrá que cumplir una unción social, desgravando al pequeño productor que vive de su parcela y aumentarse para el terrateniente que deja sus campos incultos”8 . 70
Aquella expresión de una conciencia política avanzada que cristalizó en el gobierno del Dr. Ricardo Obregón Cano y Atilio Atilio López L ópez nos desaía desa ía en este homenaje. A poco de cumplirse cuarenta años del inicio de aquel proyecto, su legado sigue interpelando interpelan do nuestra actualidad política cordobesa.
5. Marcelo Rougier y Martin Fiszbein, La rustración de un proyecto económico. El gobierno peronista de 1973-1976, Ediciones Manantial, Buenos Aires, 2006; pág. 217. 6. Agustín Tosco, Tosco, op. op. cit.; pág. 358. 7. “En Córdoba, Primatesta encabezó la resistenci resistenciaa contra el estatuto del docente privado, que que la Legislatura sancionó a instancias del gobernador Obregón Cano. Sobre las mismas líneas que la ley del ex gobernador radical Justo Páez Molina, reconocía la carrera docente y la promoción por mérito. Primatesta alineó a los demás obispos de Córdoba y juntos enviaron un telegrama de protesta a Perón. Fue la señal de largada para p ara el golpe institucional”, institucional”, Horacio Verbitsky, Verbitsky, Vigilia Vigilia de de armas. Historia política de la Iglesia Católica. Tomo III. Del Cordobazo de 1969 al 23 de marzo de 1976, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2009; pág. 306 8. Citado en Roberto A. Ferrero, El Navarrazo Navarrazo y el gobierno de Obregón Cano, Alción Editora, Córdoba, 1995; pág. 17.
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Una políica económica y social consecuene Eduardo Eduar do González Olguín Olguín El coro gobierno de icardo Obregón Cano (25 de mayo de 1973-27 de Febrero de 1974) se desenvolvió en medio de una gran ensión. Producoo de la movilización popular iniciada con el Cordobazo, Produc Cordobazo, expresaba una alianza de secores de cenro hacia la izquierda que incluía al sindicalismo combaivo y a la endencia revolucionaria del peronismo, además de oros paridos que conormaron la alianza elecoral FEJULI. La primera pri mera ensión surge cuando el Parido Jusicialisa de Córdoba no acaa las direcivas de Perón de conormar una lisa única ya que Obregón Cano no acepa inegrar a los secores conservadores del Parido Jusicialisa, lo que ocasiona una inerna para dirimir enre las órmulas Obregón Cano-Ailio López (secr (secreario eario general de la CG, CG, de la UA y de las 62 organizaciones “legalisas”) y Julio Anún-Alejo Simó (conser vadores orodoxos). El apoyo de la Juvenud Peronisa Peronisa ue decisivo para el riuno de la órmula Obregón Cano-López. Cano-López. La reorma Lanusse imponía que para que una órmula resulara ganadora en la primera elección debía lograr el 50% más un voo, como Obregón Cano y López no lo logran se hace necesario una segunda elección con el binomio que le seguía en voos: Vícor Marínez-Felipe Marínez-Felipe Celli Celli de la Unión Unión Cívica adical, en la que se raica el riuno de la primera. El gobierno de Obregón Cano iene dos momenos claros: la presidencia de Cámpora con el que enía una mayor sinonía, y la de Perón con el que enía dierencias. Desdee comienzos Desd comienzos del del año 1973 se vivía un proces procesoo de acaparam acaparamieno ieno y desabaseci d esabaseci-mieno que llevaban a cabo secores de la economía que no veían con buenos ojos un posible riuno del peronismo con su correlaiva repercusión en los precios. La carne, un elemeno indispensable en la diea de los argeninos había surido un imporane encarecimienoo en los meses previos a la asunción del nuevo gobierno, por esa razón encarecimien el 31 de mayo se esablece un sisema de precios máximos de la carne ano para el consumidor como para las carnicerías minorisas (Decreo 2871/73), lo que genera una uere reacción conraria de los producores nucleados en dierenes organismos, de los cuales el más imporane era la Cooperaiva de la Indusria de la carne (CO. IN.CA), esos provocaron un uere lockou sacando ganado de la provincia, el go bierno respondió con rmeza ordenando la incauación de ganado en los campos y aplicando las sanciones previsas por la legislación legi slación vigene, lo que llevó a que el secor aecado moderara la medida esableciendo un abasecimieno parcial con carnes de menor calidad. 73
El compromiso social del gobierno lo lleva a omar ora medida que generó una uere uer e polémica: el dicado de “El Esauo Básico del Personal Docene de Enseñanza Pri vada de la Provincia Provincia”” con el que se buscaba garanizar la carrera al docene docene,, al mismo iempo que se lo susraía de la arbirariedad de los colegios privados y se le permiía liberad de expresión, ex presión, ese úlimo puno ue reirado el proyeco y se esableció que los docenes debían dicar sus clases en consonancia con el proyeco educaivo de cada insiución. Ese proyeco y luego la ley dicada uvo una uere uere oposición de los colegios privados y de la Iglesia Caólica Caólica que expresó su roundo rechazo por medio de un comunicado rmado por odos los obispos de la provincia. El gobierno provincial, eniende que iene un unción reparadora con respeco a los largos años de proscripción y persecución que habían soporado amplios secores populares por lo ano, ano, en consonancia consonancia con el Nacional, Nacional, dica una ley de amnisía que signicaba en los hechos la reincorporación de odos los despedidos de la provincia y los municipios por causas políicos gremiales desde 1955, en el marco de esa ley se acula al P.E. para realizar una reesrucuración de la policía provincial que esaba ueremene cuesionada por hechos de corrupción y represión, lo que provocó un gran malesar en sus las que iba a ser aprovechado por el eniene Coronel Navarro, jee de esa insiución que derrocaría el gobierno consiucional provincial. provincial. Un puno que agudizó la ensión con el gobierno nacional ue el aumeno soliciado por la UA (Unión ranviarios Auomoor) en diciembre de 1973, que uvo el viso bueno del gobierno provincial provincial y que la Federación Federación de Empresarios Empresarios del ranspore Auomoor (FEAP) condicionó a un aumeno del boleo, cosa que ue rechazada por la municipalidad de córdoba. Ese hecho ue omado por el gobierno nacional como un boico al Paco Social que había esablecido una regua de precios y salarios, en una provincia en la que la mayoría del movimieno obrero organizado lo había rechazado y que por esa razón esaba siendo ueremen uer emenee presionado con la amenaza de una inervención a la CG CG.. La UA, en apoyo de su reclamo convoca a un paro que dejó sin ranspore a la ciudad de Córdoba en las esas de n de año, y que luego ue seguido por un lockou de la FEAP, que se normalizó luego de la desiución de Obregón Cano. La orienación de las políicas implemenadas por Obregón Cano y su alineamieno 1 denro de la inerna del peronismo ueron generando un asilamieno con respeco al gobierno nacional alenado por secores del peronismo local que no se senían represenados generaron las condiciones para que el 27 de ebrero Navarro luego de ser desiuido derrocara a gobierno de Córdoba sin que el gobierno nacional hiciera nada para reponerlo. 1. Valga Valga como ejemplo el hecho que para la celebración del 17 de Ocubre de 1973 en el aco hicieron uso de la palabra además del gobernador, el expresidene Cámpora y dirigen dir igenes es de Mononeros.
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En deniiva el coro Gobierno de Obregón Cano inenó ser consecuene con su ideario de jusicia social y de resauración de una democracia popular produco del proceso políico que vivía viv ía la provincia a parir de la gesa del Cordobazo. Cordobazo.
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Obregón Cano: políico, pero ambién esadisa Luis José José Quijano Quijano En respuesa respuesa a la inviación inviación recibida por inermedio de un compromeido miliane de los derechos humanos, humanos, aporo unos párraos que ienen como único objeivo objeivo comparir un senido homenaje al Dr. icardo Obregón Cano, Cano, en ese caso promovido por las auoridades de la Faculad de Filosoía y Humanid Humanidades ades de la UNC. Creo oporuno, sin embargo, eecuar algunas consideraciones previas como modo de conexualizar los límies de las reexiones que luego se preenden aporar, dado que mi puno de conaco principal con él esuvo relacionado relacionado con mi rabajo como uncionario –Subsecreario de Hacienda− en la breve e inensa experiencia del Gobierno Provincial (1973-1974), y en ese senido desaco: 1-Su personalidad, cenralmene políica, esuvo bien acompañada por un perl menos conocido públicamene: el del esadisa, que pude descubrir en mi juvenud pues asumí an imporane cargo con 26 años de edad. Anes de acepar el cargo enre oras cosas preguné cuál eran mis lineamienos; y se me respondió que en el área de Hacienda debía debía ser iular de una gesión écnica pero acompañando acompañando los objeivos del Gobierno Popular. Popular. Esa denición de políica de Esado organizó odos los meses de la gesión pública del área a mi cargo y los hechos que rela relaoo implicaron manener políicamene una coherencia meodológica que signicó un punal de la gesión pública. 2-Una gran limiación es necesario ener en cuena para ser compasivo como lecor: es el ranscu ranscurso rso del iempo iempo.. Casi cuaren cuarena a años desde 1974 1 974 apor aporan an una buena pers pers-peciva, esas que que maduran con el correr correr de los años; años; pero ambién ambién compromee compromeenn a la memoria que a veces nos hace pasar vergüenza. Me permio ciar res siuaciones de políicas públicas que necesiaron del aval del Gobernador-esadisa-adminisrador Gobernador-es adisa-adminisrador,, y son las que siguen a coninuación. La mora moraoria oria imposiiva El Gobierno Popular de la Provincia de Córdoba había heredado heredado una siuación nanciera débil que incluía compromisos asumidos en el Gobierno Miliar precedene, siendo sus dos grandes uenes de nanciamieno para solvenar el gaso público los apores del Gobierno Nacional, muy relacionados y ligados con el clima políico enre Nación Nación y Provincia, y la recaudación recaudación propia que vericaba muchos límies, pero pero que signicaba “soberanía nanciera”. En Mayo de 1973 la visión sobre las nanzas provinciales diagnosicaban un escenario “duro” y por lo ano la lecura de la realidad hacía suponer la necesidad de “hacer algo urgene”. En el seno del Miniserio de 77
Economía se opó enre varias alernaivas por la uilización de una herramiena de recaudación recauda ción que no era políicamene neura: organizar una moraoria imposiiva. En el conexo de la realidad de ese año y en la Provincia, una moraoria suponía un ciero nivel de “presión” scal sobre los conribuyenes juso cuando comenzaba la gesión del Gobierno Popular, y por lo ano no podía insrumenarse sin una uere decisión políica. ecibimos ecibi mos vía Minisro de Economía, el Cr Cr.. “Pepe” “Pepe” Fierro, Fierro, el aval del Gobernador apoyando el ineno de recaudar si o si, a pesar del consejo en conra de muchos proesionales que direca o indirecamene se senían aecados. La meodología de rabajo enía como una de las herramienas de la políica de Esado el diálogo con los represenanes de las Cámaras Comerciales, Indusriales y de Producores más represenaivas, y en ese senido ese camino resulaba “novedoso”. El diálogo era el medio para explicar “r “racionalmene acionalmene”” la necesidad de que los conribuyenes colaboraran con el nanciamieno cumpliendo con sus obligaciones. Como resulado de esa decisión del Gobernador-esadisa el padrón de conribuyenes se incremenó noablemene y se garanizó una recaudación para los próximos meses en más de un 70% a valores consanes consan es en el Impueso a las Acividades Aciv idades Lucraivas y de un 130% en el Impueso al Parimonio. Esa decisión gubernamenal, asumió sus propios cosos políicos, pero a la luz de los l os resulados, se logró un adecuado grado de nanciamieno de las políicas públicas en un momeno mo meno críico. El presupueso por programas A la echa de asunción asunción del Gobierno Popular Popular esaba esaba ejecuándose el presupues presupuesoo anual anual proveniene del diseño del gobierno miliar, obviamene con un perl de prioridades que nada enían que ver con la visión políica que represenaba el nuevo gobierno. Siguiendo los lineamienos recibidos, realizamos un diagnósico inicial que nos hacía ver dos siuaciones complejas de resolver: 1) que el Gobierno Provincial disponía de un Convenio con el CFI (Consejo Federal Federal de Inversiones) que nanciaba el desarrollo de un “presupueso por programas” como experiencia piloo en una primera pro vincia argenina; y 2) que el saf écnico que manejaba el presupueso presupueso era muy capaz pero excesivamene “ecnocráico”, salvo algunas excepciones. El Gobernador me ció a su despacho y dialogamos “ueremene” sobre el ema porque una hipóesis lógica suponía que el manejo políico del presupues presupueso o era más ácil a parir del modo “radicional” de leerlo y enenderlo. Pero ambién era una pare de la verdad saber que se podía expresar el “presupueso por programas” en el modo radicional, sin negar la organización de las paridas en érminos de programas con objeivos explícios. Lo ciero es que si se quería coninuar con el “presupueso por programas” debía manenerse un saf écnico que en gran pare provenía del gobierno miliar mi liar.. En la reunión deendí con el énasis que supone la juvenud coninuar con el presupueso por programas y ambién insruir a los uncionarios que rabajaban en la Casa de Gobierno 78
para poner a disposición del Gobernador la expresión del mismo presupueso presupueso con el “modo radicional”. Cuando regresé al Miniserio de Economía y conversé con el Minisro enía una razonable duda si coninuaba o no en el cargo de Subsecreario. Y esa impresión se la ransmií al Cr Cr.. Fierro Fierro.. Grande ue ue mi sorpresa al vericar que el Minisro había recibido una comunicación del Gobernador con explícias reerencias al ondo de la cuesión pero ambién al modo uilizado en ese diálogo uere, aunque raicando la conanza al uncionario. uncionar io. Una Una vez más pude consaar que juno al Gobernador políico vivía sin separarse el Gobernador esadisa, que comprendió la uilidad de una herramiena de gesión para su provincia y para colaborar desde esa experiencia con la gesión de oras provincias argeninas. La ley de coparicipación municipal En los años 1973-74 los municipios cordobeses alcanzaban, si la memoria no me es inel, a casi 200. En érminos políicos, casi por miades, eran gobernados por el jusicialismo y el radicalismo. La organización consiucional de la Provincia legiimaba a delegados políicos deparamenales que en los usos y cosumbres represenaban al Gobierno Provincial enre oras cosas en ser agenes de pago indireco de los ondos aribuibles presupuesariamene presupuesariamene a los municipios. En la Subsecrearía Subsecrearía era recuene recuene recibir a Inendenes quejándose de la demora en recibir recibi r el cheque gubernamenal respecivo. No exisía una ley que obligara al Ejecuivo a disribuir auomáicamene una pare de los ingresos con desino a los municipios, y obviamene muchos uncionarios poserga posergaban ban la decisión decisión de consensuar consensuar un proyeco proyeco porque ambién ambién lo asumían como una “pérdida “pérdida de poder” en la negociación con los municipios. Desde la Subsecrearía consulamos políicamene si podíamos aronar el desaío de empezar a diseñar un proyeco de ley de coparicipación municipal, y nuevamene recibimos el alieno del Gobernador. Esa decisión gubernamenal ue el puno de parida para aronar un arduo rabajo proesional: conraamos consulores exernos nanciados por el CFI, con la consigna de que se inegraran con uncionarios provinciales; y armamos desde esa inegración previa en la Subsecrearía un equipo de rabajo “ad hoc”. La cuesión de la coparicipación municipal era políica, polí ica, adminisraiva y uncionalmene compleja, porque represenaba represenaba un cambio uere en las “r “reglas eglas de juego” juego” que relaci rel acioonaban al Ejecuivo provincial con los Inendenes. Inendenes. Sin querer incursionar en los aspecos écnico-insrumenales, la coparicipación municipal a cenenares de municipios suponía primero una disribución deparamenal, exisiendo unos más desarrollados que oros. Y esa asimería de desarrollo en los Deparamenos y en los Municipios denro de cada uno de ellos ensionaba la racionalidad a aplicar. A principios de 1974 habíamos elaborado un proyeco de ley que necesiaba de un uere apoyo políico para su sanción, y es por ello que la area de divulgación en el Poder Legislaivo y en los municipios ue ue inensa. Pero Pero en la prácica esábamos recibiendo mucho a lieno 79
proveniene de las gesiones municipales. Ese alieno era una respuesa prácica a la apuesa primera del Gobernador. En la realidad podemos vericar dos hechos de dierene imporancia: 1) que la primera ley de coparicipación copari cipación municipal aprobada se undamenó casi oalmene en ese esuerzo de mucha gene; y 2) que “el navarrazo” nos enconró al Minisro Fierro y a mí divulgando el proyeco de ley en el Canal de elevisión de Villa María, ormando pare del anecdoario políico las peripecias de nuesro regreso a la Ciudad de Córdoba. De muchas oras cuesiones análogas ui un esigo privilegiado, pero mi experiencia como uncionario legiima cumplir con el deber moral de rendir un homenaje al Dr. Dr. icardo Obregón Obregón Cano, Cano, el hombre políico que ambién supo inerpreinerprear y respear en esas cuesiones de Esado el modo de gesión proesionalizado que conllevan, conciliando el inerés general general aprehendido políicamene desde los valores como son la audacia y la creaividad en la gesión pública.
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La lógica del orden policial Paola Pa ola Gramag Gramaglia lia Por dónde empezar a dar cuena de lo que sucedió esa noche del miércoles 27 de ebrero de 1974: un grupo de más de cincuena policías cordobeses ingresó a la Casa de Gobierno provincial y depuso al gobernador peronisa icardo Obregón Cano y a su vice, el dirigene gremial Hipólio Ailio López. Al mando del operaivo esaba el eniene Coronel (E) Anonio Domingo Navarro. Gobernador elegido por el voo popular de los cordobeses, se lo lleva deenido un policía. ¿Cómo leer ese hecho? ¿Cuál ue el delio? Como nos recuerda Beariz Sarlo en su exo iempo pasado, iluminador en esa búsqueda de comprensión de los años seena seena en la Argenina −a pesar de la perspeciva ideológica de la misma Sarlo−, cuando dice reproduciendo a Sonag: “… es más imporane enender que recordar, aunque para enender sea preciso, ambién, recordar”1. En América Laina, el enómeno de masas o denominado “modelo populisa”, concibió un modelo políico de la sociedad en el que las mayorías ingresaron a la escena de lo políico polí ico como sujeos. Una consrucción hegemónica al inerior para deerminar los límies de las injerencias al exerior. En ese senido la oma del poder del Esado o el devenir-Esado devenir-Esado consiuía una venaja susancial en las luchas de liberación, en ano denidos como colonia en relación a la dialécica opresor/oprimido con la merópoli. Es el Esado quien sosenía exclusivamene las políicas hegemónicas para benecio del conjuno social. Sin embargo, embargo, en la acualidad no podríamos reducir la comprensión de lo políico a su aspeco esáico esáico de insiución esaal sin valorar la esraégica imporancia de los mo vimienos sociales que devienen en políicos y que consiuyen consiuyen el meollo meollo de cualquier ransormación en las sociedades democráicas, eso es, no perder de visa v isa la capacidad revolucionaria que uvieron en aquellos años seena y que poseen en la acualidad. Los eecos que produce ese ipo de inervención podrían ser pensados desde la idea de poner en enredicho la lógica social, o como ancière la denomina, lógica policial, al reclamar la pare pare de los sin pare. En el exo El desacuerdo desacuerdo dene lo políico como un liigio producido por un daño daño,, que se presena como un aconecimieno evenual evenual2. Es en ese senido que caracerizo la dinamicidad de lo políico en los movimienos sociales y lo que les ha permiido permi ido re-congurarse en las democracias lainoamericanas acuales. 1.Beariz Sarlo, (2005) iempo pasado: culura de la memoria, giro subjeivo. Una discusión. Buenos Aires, Siglo XXI, p. p. 26. 2. ancière, J. El desacuerdo, Buenos Aires, Nueva Visión, 1996, p. 132.
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esula undamenal pensar que los sujeos sociales lainoamericanos adquieren su condición políica a ravés de ormas de inervención pública, irrumpiendo y pro vocando en el Esado crisis. cri sis. Consiuyendo de esa orma muaciones y resrucuraciones, que modican las coordenadas hasa ese momeno vigenes sin implicar deri vaciones conservadoras o progresisas. Esas ormas de acción pública perenecen y caracerizan a la hisoria políica de los movimienos sociales lainoamericanos,
como un quehacer propio de la lucha de los pueblos. En América Laina, el momeno de las luchas de liberación de la década de los seena, a mi juicio juicio,, perenece per enece en alguna medida a esa orma de ransorma ransormación ción de la cuesión pública, enendida como la apropiación de lo políico. Especícamene eniendo como horizone la oma del poder concebida como Esado, pero no necesariamene es la única orma de concebir a los movimienos sociales que devienen en políicos. Es precisamene desde esas claves de inerpreación que el gobierno de Obregón Cano no es un hecho aislado, y que por sí sólo no puede explicarse. De la misma manera que no lo puede hacer ningún aconecimieno políico, menos explicable resula, si consideramos las caracerísicas de la escalada de violencia políica como como pólice pólice que uvo ese ese 27 de ebrero ebrero.. La perspeciva ranceriana de concebir el orden de la lógica policial como la adminisración del orden de las cosas es un hecho cenral para comprender en qué medida un gobierno como el de Obregón Cano y Ailio mereció por pare de la derecha peronisa la desiución del poder, sin lugar a dudas una vía para seguir indagando indagando la crudeza de la violencia que desaó desaó el navarraz navarrazoo en Córdoba. Insiso en que ese hecho policial, en odo el senido del érmino, desiuyó al gobernador elegido por el voo popular de los cordobeses, y con ello, a mi juicio,, inrodujo juicio inrodujo las prácicas anrop anropoágicas oágicas de la derecha peronisa que enran enran en vigencia hasa el rágico nal de 1976. Se lleva deenido un policía a un gobernador por el delio ¿cuál era el delio? Esá claro que no puede ser oro que “priorizar la políica a la economí economíaa en un país colonial”, es decir, subverir el orden de las cosas, reclamar la pare de los sin pare. Por supueso que no debemos perder de visa que el horizone hor izone de comprensión de esos sucesos es la irrupción de las masas en 1945 como el aconecimieno políico clave en la narración de la Argenina moderna. Anecedene lejano, pero imposible de eludir −aun suponiendo la no linealidad de la hisoria, aun suponiendo el no origen de un iempo hisórico−, los quiebres y las 82
dislocaciones de senido, se esparcen en la genealogía de las emancipaciones, las huellas de la rupura violena de la igualdad del logos, que aún hoy siguen vigenes.. vigenes En esa dirección es que puede comprenderse comprenderse,, ese 27 de ebrero, ebrero, como pereneciene a un movimieno políico más amplio y con un legado políico que iba ransormándose. Es innegable, más allá de los errores gravísimos de co yunura que comeió la dirigencia dirigencia mononera mononera del úlimo período período,, la capa capacidad cidad que había adquirido el MPM para para consruir una alernaiva alernaiva políica revolucio revolucio-naria, represenó represenó un subverir el orden las cosas. Allí, habría que volver a indagar. No lo puedo hacer desde ciera perspeciva hisórica, esa que dice que en la academia reconsruimos el pasado como si se raara de daos ineres y asépicos. Se puede y se hace, pero no deja de converirse en una mirada cómoda, políicamene correca, pero que, a mi juicio, no deja de servir a aquella que inenaa denir desde la mirada liberal-conservadora, inen liberal-conservadora, el enómeno del peronismo para descalicarlo por su supuesa dislocación como orma de lo políico, o peor aquella que denió la perspeciva en buenos y malos crisalizando las posiciones sin percaarse de las complejidades, como es la “eoría de los dos demonios”, que hoy nos sigue rondando en algunos exos. ampoco creo que sea úil, quizás para las escuelas, seguir hoy en aquella lecura que recupera la idea de los caudillos en el mausoleo de la hisoria, esa que cada ano se vise de revisionismo y coloca en su lugar a los aneriores olvidados de la hisoria mirisa; no me convence, no me alcanza la eleología de la hisoria de los vencidos y de los héroes pobres… A mi juicio juicio,, enemos enemos odavía odavía una area area pendiene pendiene,, como genera generación, ción, como como uni versiarios, como inelecuales, como milianes; y creo que es un desaío que esa echa de 1974, y la desiución del gobierno de Obregón Cano, nos vuelve a colocar en la encrucijada. La escriura de la hisoria condensa el cruce maldio que le es inherene a la orma de lo políico como conico. Quizás, si lo hacemos desde allí resule que deberemos enender enender las posiciones en las que se juegan las inerpreaciones, aquellas de la escriura de la hisoria, acualizadas desde el presene, sobre odo al concebir las complejidades del movimieno peronisa del que Obregón ue pare. Y con ello adverir las dierencias en el inerior del peronismo. La misma órmula de Obregón Cano es un subverir, subveri r, al conener conener en ella a un dirigene mononero y a un dirigene de rabajadores; subverir los órdenes, para reorganizar el poder, eso violenó el navarrazo con su lógica policial del orden 83
las cosas. La misma que inaugura en orma inaudia las prácicas anropoágicas anropo ágicas del peronismo de derecha, que impone el error por haber comeido el delio de subverir el peronismo en un movimieno revolucionario, en lugar de unas prácicas crisianas de seguidismo pasoral al líder. Subverir el orden, priorizando lo políico a lo económico, casi la misma que hoy. ¿Cuál ¿C uál es ese lugar lugar desde el el cual habl hablo?, o?, es es una u na posici po sición ón oblicu o blicua, a, ya que q ue generacionalmene no puedo pensarlo desde el esimonio oral de la presencia; porque lo que yo viví es una mirada, mirada, unos ojos que que miran, miran, de una niña-hijamujer-subalerna (de 11 años), de uno de los anas subjeividades políicas de los seena. Esa mirada, que sólo miraba, no hablaba, no reproducía, solo regisraba imágenes, sensaciones, olores, del mundo que organizaban los mayores, y me parecía que era hermoso. ¡evolución! ¡Cine! ¡Are! ¡Políica! ¡Ideas! ¡Cambios! ¡Pueblo! La gene odo el iempo hablando de ello y organizando para seguir organizando, elices, conenos de hacer cosas, de planear cosas, de hablar de uuro, gene con ora gene, colores de gene dierene, miradas dierenes, rubios, morochos, anos, pelos largos, coros, barbas, bigoes… Ese puede ser enendido como mi relao oral, una mirada un poco ingenua. Ya lo sé, les dije: de una niña de 11 años. Yo Yo creía que eran los hombres y mujeres más ineligenes del mundo, y me daba cuena de que lo que pasaba a mi alrededor era algo imporane: el momeno más relevane en la ransormación revolucionaria de la Argenina moderna. Ellos lo decían, yo lo creía. Claro, eso que miraba, es ese esimonio esimonio callado, callad o, el que me persigue cuando lo hago con palabras, y se ransorma en nosalgia −así denió un alumno a mi posición−, nosalgia de lo que no ue. Pero ¿qué pasó?: yo seguí buscando, y a pesar del quiebre, a pesar de las bom bas y los usilamien usilamienos, os, y de los compañeros compañeros mueros, ¡yo vi llorar a mi viejo! v iejo! Aprendí la palabra palabra clandesino y aprendí aprendí a callar callar mejor mejor… … vi los Falcon Falcon verde verde,, vi las bombas en las casas, vi,,, es la pare de mi esimoni esimonioo de memoria, o como el giro subjeivo del que habla Sarlo. A pesar de la opinión de mi alumno, alumno, no me quedé en la nosalgia, porque uve mi oporunidad, híbrida al decir de mi padre, pero la uve, para insisir con la revolución, con la jusicia, con la memoria; lo hice como miliane en los ochena, pidiendo liberad a Obregón Cano, ¡el único preso políico de la democracia! ambién como esudiane (cuando era demodé el ema), en mi esis
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de licenciaura, invesigué acerca de las caegorías de revolución y pueblo en la década del seena, y seguí escudriñando en la perspeciva de Laclau y ancière, ormas eóricas que me ayudaron a comprender el complejo enómeno del peronismo y seguir pregunando; pregunando; pero pero ahora, la nosálgica, les cede el lugar lugar a los jóvenes, a ellos les oca subverir el orden de las cosas, sin olvidar, que “es más imporane enender que recordar, aunque para enender sea preciso, ambién, recordar”.
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Ailio y Obregón: ragedia ragedia y poliización de la memoria memoria Eduardo Eduar do Soa De dispares orígenes y rayecorias sociales, aunque pares del universo común de la resisencia peronisa, no es posible, sin embargo, pensar a uno escindido del oro pueso que ambos encarnaron y llevaron a cabo en el plano gubernamenal, las aspiraciones políicas y sociales que se ueron enreejiendo y poenciando durane el largo período de proscripciones y persecuciones del movimieno nacional y popular; por ora pare, dicho binomio selló en el imaginario popular cordobés la sínesis de aquellas demandas y conenidos políicos de carácer progresisa progresisa que recogían lo mejor de nuesras radiciones políicas. En eeco, eeco, en ocasión de esa merecida Jornadas de homenaje al ex gobernador icardo Obregón Cano a iniciaiva de la Faculad de Filosoía y Humanid Humanidades ades (UNC), no querríamos que nuesra inervención se limiara a la reseña de la rayecoria rayecoria y perl per l de dicho dirigene, dirigene, por ciero, luminosa y sugerene sugerene en sí misma, sino a lo que ue la expresión más ala de represenación, en érminos políicos insiucionales, de las luchas populares y democráicas llevadas a cabo en nuesra provincia y cuya consrucción coleciva ue plasmada y compendiada bajo el liderazgo de Obregón Cano y Ailio López. A la par de esa maniesación maniesación de ensanchamieno ensanchamieno de la esera públi pú blica ca en e n érminos democráicos, ambos son expresivos y epíomes de una ragedia, ano en el plano individual como colecivo; ragedia que sobreviene sobreviene a quienes aposaron a desaar el orden dado cayendo sobre ellos la ruina ísica y moral. Esa saga, lejos de esar encasrada en un pasado lejano pervive aún en nuesros días, precisamene porque la ideología inspiradora de aquellos viejos inquisidores no deja de esar vigene en la culura políica cordobesa, cuya clase políica parece juramenada en prescribirnos que el orden políico dado es inalerable y perpeuo y ese es el sino de la ragedia. Sin embargo, embargo, nuesra mirada no preende esar eñida por la nosalgia o la melancolía por las reerencias perdidas sino orienada por el recorrido que lleva de la memoria a la políica, es decir, por idenicar cuano de los acuales dilemas y problemas que surcan al movimieno popular cordobés son deudores de la (i)resolución de aquella aciaga eapa. En eeco, la poliización de la memoria es imperiosa, como señala odorov odorov,, so pena de incurrir en los riesgos r iesgos de una memoria lieral sumergida en la riualización del pasado ya sea para sacralizarlo o reugiarse en la evocación obsesiva, la que sólo se supera a ravés de la memoria ejemplar en la que el pasado es usado como lección y arma críica para acuar en el presen presene, e, a saber, en ese caso, para remonar las promesas incumplidas de aquel promisorio proceso insinuado y encabezado por los compañeros en cuesión. 87
Veamos, a íulo de esbozo Veamos, esbozo,, el iinerario de cada uno de ellos el los y su convergencia en un proyeco que los enconraría personicándolo. Parícipe precoz en las lides políicas, el Dr. Obregón Cano ocupó una banca de senador provincial y, luego, asumió como uncionario de gobierno en los ’50; en el ’62, a pesar de haber sido eleco como dipuado nacional, nalmene no asumió pues los comicios se anularon. A pesar de ello y de la proscripción del movimieno mov imieno de perenencia, sus acividades políicas prosiguieron durane oda la década del sesena. Por ora pare, el “Negro” Ailio, joven luchador del gremio de ranspore y empranamene Secreario General de la CG local enca bezando el secor denominado legalisa, va a arave aravesar sar odas las luchas políicas y sindicales de la década del sesena hasa converirse converirse en uno de los proagonisas decisivos, juno a Elpidio orres y Agusín osco, de las jornadas hisóricas del “C “Cordobazo ordobazo””, “culminación de un proceso políico social de reorma democráica conducida por los sindicaos, que supieron consiuirse en vanguardia de una ciudad” (Garzón Maceda). Ambos dirigenes se imponen a los secore secoress orodoxos en las elecciones inernas y alcanzan la gobernación en marzo de 1973, vehiculizando las aspiraciones de ransormación de los secores más dinámicos de la sociedad. En los escasos meses de gesión el gobierno omó, sin embargo, imporanes medidas ales como “el Esauo del Empleado Público, proegió legalmene legalmene a los docenes privados, democraizó el crédio, e inervino acivamene conra la excesiva inermediación en la comercialización de la carne” (obero Ferrero Ferrero). Aguijoneados Ag uijoneados por las ensiones y conradicciones políicas, ueremene anagonizadas, que cubrían el erriorio nacional y provincial, el proceso democráico y popular abiero a parir de ellos desemboca en una inédia sedición policial el 27 de ebrero de 1974 encabezada por el jee de policía Navarro. Navarro. Un oscuro período de reroceso y persecuciones se abae abae sobre sobre la provincia, caracerizado por la inervención armada e ilegal de grupos gr upos ulraderechisas provocando mueros y “desa“desaparecidos”. Ese mismo año, el “Negro” Ailio es asesinado. Obregón Cano pare, poco después, al exilio y es encarcelado en el regreso a la democracia. Una vez liberado, volvió a Córdoba y, y, acualmene, acualmene, reside en Buenos Buenos Aires. Ese inauso desino que se impone a esos luchadores a parir de los aconecimienos desaados por el “navarrazo “navarrazo”” no expresa ex presa sino el erráico camino que de ahí en más va a ir ransiando el movimieno popular como una rama que anicipa, a modo de preám bulo, el el Esado errorisa errorisa insaurado el 24 de marzo de 1976. Ahora bien, esa breve breve crónica, rerao rerao de un un no menos breve breve pero inenso inenso período de nuesra hisoria local, adquiere un cabal senido y guarda un inerés relevane desde nuesras preocupaciones políicas acuales conecándola, precisamene, con aquellos aspecos del presene que se muesran opacos y parecen guardar, aparenemene, escasa relación con aquella épica inconclusa. Al menos dos son los aspecos que preendemos desacar y que, si bien en principio no guardan amiliaridad enre sí, se reuerzan muuamene en el común desconocimieno de las raíces emancipaorias del 88
peronismo. Veámoslo sucinamene: el derroero rusrado del gobierno de Obregón y del Negro Ailio uvo como secuela la enronización, hasa la acualidad, de una dirigencia peronisa conservadora, sea en la oposición o en la gesión gubernamenal; a su vez, desvinculada de aquellos conenidos populares y democráicos, y valiéndose de esa imagen hegemónica, deerminados secores progresisas pueden adherir enusiasamene al kirchnerismo caracerizado como una suere de “anomalía” en ano enómeno políico original, negando simuláneamene, su raigambre y perenencia peronisa. En eso consise, precisamene, precisamene, nuesra preensión de poliizar la memoria, lo cual supone no el ejercicio de reproducir lo aconecido al como verdaderamene pudo haber sido sino “en “en adueñarse de un recuerdo al y como brilla bril la en un insane de peligro””, como señala agudamene peligro agudamene Benjamin. Benjamin. El peligro pel igro que corren los aconecimi aco necimienenos políicos aquí narrados es la conmemoración esimonial, memorialísica memor ialísica pero despoliizada, cuando de lo que se raa es que aquella circunsancial “hisoria “ hisoria de los vencidos” iene que ser recuperada para que en la prácica políica consumemos aquello que debe ser: la reapropiación en clave democráica y popular del peronismo cordobés y,, como eeco, y eeco, la desmiicación de su desaliación desaliación con el kirchnerismo. kirchnerismo. En relación al primer aspeco, y he aquí la secuela rágica del “navarrazo”, ha enido el corolario de que aquello indomeñable de la políica argenina ue, nalmene, despojado de sus arisas revulsivas para converirse en un socio razonable del “consenso” dicaminado por el sau quo, rearmando la radición conservadora como canon legíimo de nuesra culura políica cordobesa. En eeco, a poco iempo de andar la democracia recuperada, el peronismo se deshizo de los secores maniesamene rerógrados para adopar una orienación de acompañamieno y uncional a las políicas neoliberales implemenadas implemenadas en la década década de los novena y luego luego como gobierno, en los primeros años del presene siglo, con exclusión de los secores y demandas populares que cobija en su propio seno seno.. Por conraparida, el mejor banco de prueba de sus compromisos ideológicos ue su posicionamieno rene a lo que ue la demarcación del campo políico argenino del gobierno popular insaurado a parir del 2003: una, la apuesa por la paronal “rural” “rural” a propósio de las reenciones móviles móvi les de la esolución 125; la ora, y acualmene en marcha, marcha, es que el “cordobesismo “cordobesismo”” se ha erigido claramene como un proyeco alernaivo, por derecha y en conronación, al encabezado por Crisina de Kirchner. Esa saga, saga, no muy dierene al de oras conducciones peronisas provinciales, ha conribuido conr ibuido a alimenar ali menar una presuna brecha enre enre el carácerr inaugural y novedoso del kirchnerismo y el agoamien caráce agoamienoo de un peronismo que nalmene ha revelado revelado su carácer inmovilizador de las esrucuras vigenes y que, a la vez, iene el benecio de invenario de habiliar el encolumnamieno encolumnamieno de signicaivos secoress sociales al proyeco nacional, eludiendo el probable conico ideológico que secore supondría su idenicación con el peronismo, cuesión ésa que provoca desasosiego en la sensibilidad progresisa. Sin duda que esa lecura y compromiso de ales sec89
ores, enriquecen los conenidos del acual proceso políico en marcha doándolo de mayor diversidad culural y susciando demandas inédias, caracerísicas y heerog heerogeeneidades que, por ora pare, han sido proverbiales en el seno del movimieno nacional y popular. Pero, amén de la legiimidad de esa esraegia ideológica, no podemos omiir la vindicación del proundo arraigo del kirchnerismo en el peronismo. En ese senido, el naciene peronismo del ’45 surge como una querella de los inconados, de los “sin pares” –los descamisados−, como nos recuerda ancière, ancière, inroduciendo una lógica igualiaria que aborda el “daño” “daño” inigido a los excluidos para lo cual se ariculan ari culan demandas de dierenes nauralezas para insiuir la conguración de “pueblo” como el sujeo social y políico que lleva l leva adelane la consecución de la saisacción de sus inereses. eres es. No será diícil reconocer ese ramado ramado hisórico y políico, polí ico, liurgia y símbolos ideniarios incluidos en la acual consrucción kirchnerisa, cuya asunción peronisa es explíciamene asumida. Podríamos decir que la culura peronisa conserva su idenidad en la medida que se la alera y se la reescribe invenando nuevas respuesas respuesas a la luz de las exigencias conexuales y las esraegias esraegias políicas de los acores concreos. concreos. Nuesra inervención es políica en el senido que busca abrir esa hisoria presunamene clausurada, clausurada, en lo que iene para decirnos e inerpelarnos como sujeos políicos en aquello que se planea como mandao políico en nuesro propio erriorio cordobés, por una pare, y como claricación hisórica-ideológica del kirchnerismo, por ora. En eeco, eeco, y a modo de corolario, al menos desde nuesros inereses inereses y como milianes peronisas, varios son los desaíos pendienes que deberíamos asumir. Sin embargo, al vez se podría comenzar con el ensayo de hacer explício el debae, de carácer auocríico, de la ilegalidad y la ilegiimidad i legiimidad no sólo del “na “navarrazo varrazo”” sino de las prácicas errorisas subsiguienes asumidas desde el aparao del esado. Sin duda que la marginación de la miliancia popular y combaiva de sus propias enrañas creó las condiciones para la insalación de una dirigencia servicial a los inereses esablecidos y que es hoy la que se insinúa como uno de los principales desaíos al proyeco nacional y popular.. Subsidiariamene, ese carácer popular carácer bicéalo que exhibe el peronismo conribuye a no pocas conusiones con usiones y equívocos, ales como provocar idenicaciones con el “cordo besismo”” peronisa por pare de un especro conservador y, besismo y, simuláneamene simuláneamene,, percibir percibir al gobierno nacional como una suere de oscuro “inlrado”; inversamene, inversamene, en el oro especro, esa siuación ambivalene es una conrmación de los prejuicios ya señalados acerca del desanudamieno del kirchnerismo respeco de sus propios orígenes. Esa adverencia adopa mayor mayor dramaicidad cuando se la concibe en relación a la propia ragmenación que provoca en la misma base social del peronismo peronismo.. Por ello, raer a nuesras reexiones a Obregón y al “Negro” Ailio no sólo rinde rin de ribuo a un merecido homenaje a sus condiciones de milianes y dirigenes y pone en su jusa perspeciva la gesa por ellos proagonizadas; más imporane aun, nos exige ex ige esar a la 90
alura de una misma area al doble problema aquí planeado: empeñarse en la lucha políica e ideológica por la hegemonía popular y democráica al inerior del peronismo cordobés no sólo acualiza y recupera el legado de aquellas banderas abandonadas, sino que ensancha el poder del liderazgo del proyeco nacional y popular, y le conere consisencia ideológica al desacar que el mismo es una prolongación de aquellas luchas emancipaorias emancipaorias de los sesena y seena, en cuyo desarrollo el peronismo uvo una graviación crucial. Seguramene ésa sería la mejor herencia y compromiso que hubieran deseado que asumiéramos esas dos guras paradigmáicas de nuesra radición de lucha medierránea para desviar el rumbo r umbo “aalisa” “aalisa” que presumiblemen presumiblemenee rige nuesro desino. desino.
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Obregón más López, una suma que suma Luis odeiro odeiro Ignacio Vélez Carreras Carreras La aciud abiera hacia la hisoria suele poner jusicia hacia personajes y hechos que los avaares políicos, ideológicos, culurales, en su momeno, velaron su realidad. Es muy posible que en 1974, incluso en los años inmediaos in mediaos poseriores, poseriores, a pesar de la deensa aciva del gobierno popular cordobés ane el golpe policial del neaso personaje conocido como eniene Coronel Anonio Navarro, no hubiéramos paricipado de un homenaje –necesario y juso− al ex gobernador icardo Obregón Cano. Cano. Hoy pensamos que ese hombre del movimieno nacional y popular, uvo mérios sucienes para ser homenajeado por lo que represenó y por las limiaciones que la paricular coyunura políica le impuso impuso.. Enre 1970 y 1973, desde la cárcel de la dicadura miliar que nos había inerrumpido la miliancia aciva, habíamos vivido un proceso políico singular. Previamene, la lucha de resisencia iniciada en 1966 conra el onganiao, onganiao, nos había llevado l levado,, empujados por los vienos de la época, a la convicción que el camino de una auénica liberación pasaba undamenalmene por la asunción (o reasunción para algunos) del peronismo como sujeo políico del cambio revolucionario y a la lucha armada como única vía posible para la oma del poder y la consrucción consr ucción del socialismo. Fuimos, juno a oros compañeros, los primeros presos mononeros, como Emilio Masa, Fernando Abal Medina y Gusavo amus ueron sus primeros mueros. Por disinos caminos, con los exos de John William Cooke y egis egi s Debray como caecismos, veníamos de ransiar una miliancia cenrada en la lucha conra una burocracia políica y gremial enquisada en el movimieno peronisa y un esuerzo denodado de consrucción de una organización políica y miliar. En la cárcel vivimos –con las limiaciones del caso− la conversión de aque llos hechos originarios de Mononeros, inscripos en la eoría de la revolución cubana so bre que basaba la decisión de un pequeño grupo gr upo de combaienes para encausar las condiciones subjeivas revolucionarias preexisenes en el pueblo, en un enómeno popular creciene, creciene, con una gran y dinámica paricipación juvenil. En el ranscurrir de ese iempo preciso, adveríamos conradicciones en Mononeros que para nosoros se ornaban insuperables. Por un lado, el miliarismo de la organización, que subordinaba la políica al oquismo. Por Por oro, la asunción de un peronismo edulcorado que en la prácica negaba sus conradicciones inernas. Solíamos decir que el peronismo era un puno de parida, para un proceso que debía desembocar en el socialismo: pero jamás un puno de llegada. l legada. Denro de esa conradicción, conradicción, no enendía93
mos, por ejemplo, los pedidos de la organización para que los presos recibiéramos la visia de Paladino, Paladino, enonces delegado de Perón, pero para nosoros un burócraa que más emprano emprano que arde raicionaría al líder y a una salida salida revolucionaria. O bien, los comunicados mononeros que se leían en los acos de Julio Anún, para nosoros un arqueipo de la derecha peronisa más reaccionaria. La consecuencia ue nuesra separación de la organización, cuyos argumenos se condensaron en un exo que quedó idenicado como el Documeno Verde, Verde, que iempo después ue adopado por la columna Sabino Navarro, donde planeábamos undamenalmene –con una mala lecura de la realidad− el desarrollo de una alernaiva propia de la clase obrera y el pueblo y una acerada acerada convicción de primacía de la políica sobre lo miliar mi liar.. odo ese preámbulo viene a cueno, porque cuando recuperamos la liberad, con la amnisía decreada por el Presidene Cámpora el 26 de mayo de 1973, demorada por los obsáculos que ponía un alcohólico General Galieri, jee miliar de la zona sur, nos enconramos en vivo y en direco con la poencia de la primavera camporisa, asenada sobre el “enómeno popular” en orno a Mononeros, que superaba superaba con creces a la propia organización y que no habíamos adverido desde la cárcel su verdadera verdadera dimensión. El día 29 llegamos a Córdoba, pasando de la erminal de Ómnibus −en orma direca− al aco conmemoraivo del Cordobazo donde en el palco se abrazaban el Negro Ailio, con el Gringo osco osco y el Presiden Presidenee de Cuba, Osvaldo Doricós. Doricós. La sensación, sensación, a días de haber sido liberados, era de asombro y por ciero de enusiasmo enusiasmo.. No recuerdo, recuerdo, en verdad, si esaba Obregón Cano. En el libro de Mario Lavrof sobre Ailio López, gura como uno de los oradores. De odas maneras, aun ausene, esaba esaba sin duda allí, inequívocamene presene. Sin duda la órmula Obregón Cano-Ailio López, era la mejor sínesis políica de las luchas populares, donde la paricularidad par icularidad del movimieno movimi eno obrero cordobés anes, anes, durane y después del “Cordobazo” “Cordobazo” era un eje undamenal, que se sumaba políicamene al riuno caegórico en la inerna, inerna, sobre la derecha del movimieno. movimieno. Como sínesis, sínesis, quizá desprolija y esponánea, resulab resulabaa un hecho verdaderamene verdaderamene sorprendene. Por ciero, sin conciencia plena de que aquella derecha, había quedado herida y con poder de daño, especialmene poenciada por el apoyo indisimulado de Perón. La órmula Obregón Cano-Ailio Cano-Ailio López, se inscribía así en la línea de una corriene corr iene del peronismo quizá inmadura y adelanada para la poencialidad de la época, pero única con posibiliposibi lidades de encarnar aquel carácer hisórico del peronismo de ser “el hecho maldio del país burgués” que reivindicaba reivind icaba Cooke. Cooke. Mononeros, Monone ros, que nalmene había opado y rabajado por la órmula Obregón CanoLópez, sin duda, enía su lugar en el nuevo poder provincial pero, conrario a lo que la propia organización suponía, limiado. Ni Obregón, en ese momeno hisórico de su gobierno, ni Ailio, con sus aliados gremiales del peronismo combaivo y los no pe94
ronisas, paricipaban de una visión miliarisa que se imponía por sobre la consrucción políica. El gobierno de Obregón enía una inención inegradora inegradora de los secore secoress progresisas de Córdoba, Córdoba, incluso con una ampliud demasiado generosa que incluyó a personajes que –ane el embae de la derecha− erminarían raicionándolo. Obregón se esorzaba por un equilibrio equilibr io necesario, acorde acorde a la coyunura. Empero,, el gobierno que se asenaba sobre una uere Empero uer e improna democráica, suría los embaes no sólo de la derecha, sino ambién de la concepción miliarisa y soberbia de la conducción mononera, que paricipaba del gobierno sólo como un ránsio hacia una evenual eapa superior revolucionaria. Desde la ambigüedad y el undamenalismo armado, sus errores políicos coadyuvaron a la deerminación del gobierno nacional de acabar con la experiencia de lo que genéricamene podemos idenicar como los gobiernos de la endencia. Dos ejemplos. El primero (no por orden de imporancia) ue la exigencia de que se les concediera la dirección de una undación que poseía imporanes hecáreas en las sierras cordobesas, que preendían erigir en un cenro de adiesramieno miliar. El segundo ue la posulación del eniene Coronel (E) Anonio Navarro como jee de la Policía, el mismo personaje que proagonizara el moín policial conra el gobierno popular de Córdoba. Dicen que su candidao era oro, pero el elegido es ruo de una negociación por lo menos urbia. Según Mario Lavrof, uncionario del gobierno e inegrane inegrane del grupo ínimo de Ailio Ai lio López, cuena que hasa el Inspecor General José Cuello Cuello de la Policía Provincial, ad virió sin éxio que los numerosos numerosos aneceden anecedenes es de Na Navarro varro,, lo hacían hacían un candidao no conable1 . Desde la conducción mononera local, según el esimonio de uno de sus jees, en una explicación ex plicación basane conusa, con usa, reconoce la relación políica de la organización con la Logia ANAHEL, cuyo reerene era el ex juez Julio Cesar Urien y de la que habría paricipado en algún momeno el mismísimo José López ega. De acuerdo con ese ese esimon esimonio io,, la relación relación había había comenzado comenzado con la organi organizació zaciónn de d e un u n levanal evanamieno miliar, encabezado por el hijo de Urién, eniene en la ESMA, con ramicaciones en Córdoba, en oporunidad del regreso de Perón, durane la dicadura de Lanusse. El esimonio, esimonio, planeado desde la soberbia y el delirio miliarisa, mi liarisa, es más que elocuene: “El plan era obener armas para enregar a milianes, que nosoros, la organización Mononeros, Mononeros, designaríamos en disinos barrios. barrio s. La idea era hacer una especie de auodeensa y generar generar un movimieno cívico miliar que obligara a Lanusse a acepar el ingreso de Perón”. Y, concluye, caegórico: “una esraegia simple” 2. El conaco en Córdoba era el eniene coronel Pérez Arceno y paricipaban, enre oros miembros de la Logia, Navarro, Chiappe, Amirati. Del esimonio se deduce
1. Lavrof, Mario C., Ailio López, sus luchas, su vigencia, v igencia, edición del auor, 1996. 2. Ver Chaves, Gonzalo y Lewinger, Jorge, Los del 73, Campana de Palo, Buenos Aires, 1999.
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que Navarro Navarro los araía porque era el jee de la policía miliar, con asieno en La Calera, con mando de mil hombres, por lo ano dice enusiasmado “enía mil usiles y oras anas armas coras a su alcance”. Es así que como jee mononero “ui incorporado como pare del esado mayor” mayor”,, arma. De ese esado mayor, sale la aídica posulación de Anonio Navarro, como jee de policía de Córdoba. Desde esa realidad, de las acechanzas de la derecha –con base políica en el peronismo de Anún, y con base gremial encabezada por Simó, Bárcena, Seembrino y Laba, enre oros− solivianada por López ega ega y el propio Perón, por un lado; y el delirio delir io de la concepción miliarisa de Monone Mononeros, ros, por oro; el coro cor o gobierno de Obregón Cano y Ailio López, a pesar de ello, ue un ineno ineno válido válido de ransormación democráica. democráica. Un símbolo de esa incomprensión de los Mononeros por la políica y por el enómeno políico que habían generado, que les daba una gran poencialidad, ue la aciud de la organización con una de las principales espadas políicas del gobierno de Obregón Cano-López Cano-López en la Legislaura. Me reero al enonces dipuado provincial y jee del bloque, Hécor Bruno, que había sido propueso por la organización para el cargo y que una disidencia políica moivó su enjuiciamieno sumario y la condena a abandonar el país en 48 horas. Bruno uvo un papel descollane en el debae por la dignidad de los educadores de colegios privados, que provocó la ira de los
secores clericales y que juno a las políicas por asegurar el abasecimieno de carne y la deensa de un servicio de ranspore que ocaba los inereses de los empresarios privados. Como solía repeir Ailio, en las reuniones de amigos, los muchachos parecían “eleanes en un bazar”. De alguna manera, esa órmula Obregón Cano-López –que no se puede separar para el análisis− en el coro período de gobierno, ue un ineno adelanado de un peronismo ransormador, que chocó con los designios de aniquilamieno de la derecha y con la incomprensión políica y las “urgencias” revolucionarias no sólo de Mononeros, sino de nuesra propia organización que –si bien privilegiaba la organ organización ización desde las bases como area del momen momeno− o− quedaba enredada en un planeo principisa y clasisa de alernaiva independiene de la clase obrera. A ese gobierno rusrado rusrado,, rindo sí un homenaje homenaje.. Poseriormen oseriormene, e, Obregón Cano se acercó –undamenalmene en el exilio− como colaborador desacado de la organización Mononeros, sin poder de decisión políica, pero eso es harina de oro cosal y más allá de cualquier juicio, no borra ese papel que raamos de rescaar, desde lo nacional, lo popular y lo democráico. 96
En esos gobiernos –como los de Obregón, Bidegain, Marínez Baca, Cepernic, agone− es donde se inspiró Nésor Kirchner para reconsruir la izquierda peronisa, que es el único peronismo no acepado por los grandes inereses. Como escribió alguna vez de orma visionaria, Nicol Nicolás ás Casullo: “En su rosro rosro anguanguloso, en su aire desorienado como si hubiere olvidado algo en la mesa del bar, bar, Kirchner busca resuciar esa izquierda sobre la casigada piel de un peronismo casi concluido después del saqueo ideológico, culural y éica menemisa (…). Por eso un Nésor Kirchner paagónico, aildado en su impermeable, con algo de abogado recién casado con la más linda del pueblo, debe lidiar con la peor (que no es ella, el la, ineligene, dura, du ra, a veces simpáica) sino recomponer, acualizar acualiz ar y modernizar el el recuerdo recuerdo de un proagon proagonismo ismo de la izquierda izquierda peronisa peronisa que que en los 70 se llenó de calles, revoluciones, revoluciones, e en el general, pero pero ambién de violencia, sangre, pólvora, desainos y mueres a raudales, y de la cual el propio jusicialismo en odas sus insancias hegemónicas desde el 76 en adelane, renegó, olvidó y dijo no conocer en los careos hisoriográcos (…) Lo de Kirchner iene el signo de la nobleza, del respeo a una generación vilipendiada con el moe de puro guerrillerismo”.
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Los comienzos Eseban Eseb an aael Oriz Los jóvenes argeninos nacidos en el año 1956, no voamos en las elecciones de la primera miad de 1973 que consagraron como presidene de la nación a Hécor J. Cámpora, y en la provincia de Córdoba, en segunda vuela y como gobernador, a icardo Obregón Cano. Y no pudimos hacerlo porque no eníamos dieciocho años, y porque no había derecho a voo obligaorio ni opaivo para los que aún con dieciséis no habían cumplido aquella edad. A pesar de que la juvenud en general, incluida la de esa ranja de edad, enía un alísimo grado de poliización y llevaba años de miliancia habiendo aporado además su cuoa de sangre ane la máquina represiva de la dicadura miliar mi liar que cesaba para esa época. Los L os esudianes y rabajadores que luchaban por un país democráico e independiene enían enían sus márires como Saniago Pampillón Pampillón en Córdoba, Cabral en Corrienes y al joven de quince años de edad Luis Norbero Blanco de osario. Para que omen noan los dinosaurios de la sociedad argenina, que se niegan a reconocer ese derecho elecoral a los jóvenes que siguieron cayendo con el régimen miliar de 1976 como Floreal “Negrio” Avellaneda, de la Provincia de Buenos Aires, Claudio omán de la Escuela Manuel Belgrano de Córdoba y los esudianes de la “Noche “ Noche de los Lápices”. No obsane que no voamos en 1973, ese ue un año que posibilió que ano los jóvenes como el reso reso de de la sociedad, sociedad, proagonizaran proagonizaran la inauguración de una eapa eapa insiucional donde políicamene no exisieron las proscripciones, y volvía en su pleniud el ejercicio de la volunad popular a ravés de la expresión soberana del voo. Ello ue un aconecimieno muy imporane para aquellos que habíamos vivido el grueso de nuesras vidas en dicaduras y golpes golpes de esado que habían habían acabado con experie ex perienncias limiadas de democracia pero que como apunaban a objeivos disinos de los precisos de desmanelar políica y económicamene al país, ambién habían sido desiuidas por las FF.AA en 1962 y 1966. El gobernador eleco y en ejercicio en Córdoba, Obregón Cano, uvo varias coincidencias con el presidene Cámpora: ambos eran odonólogos, habían esudiando en Córdoba, Córdob a, eran de la “U” −el Club Universiario−, Universiario−, y ambién serían desiuidos al poco iempo de ocupar sus cargos elecivos. En Córdoba, al producirse −mediane un golpe policial− la separación de un gobernane surgido de la volunad popular como había sido el Dr. icardo Obregón Cano, se aecó la soberanía de los ciudadanos que habían ejercido su derecho a elegir y ue-
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ron privados de esa garanía democráica básica, juno con oros derechos undamenales como la liberad y la inegridad ísica, de las que privó a muchos el “Navarrazo” empezando por el propio gobernador gobernador.. Yoo ingresé como esudiane en la Fa Y Faculad culad de Derecho de la Universida Universidadd Nacional a pocos días del 28 de ebrero de 1974, cuando se produjo el golpe policial conocido como “Navarrazo” por el risemene célebre a raíz de ese aco ilegal, el e. Cnel. Na varro, Jee de la Policía de la provincia de Córdob Córdoba, a, quien deuvo incluso a Obregón Cano con la orden del propio Gral. Perón, presidene ya por enonces y con el apoyo de la derecha peronisa. Y no olvido la discusión producida en el pasillo de ingreso al edicio de la Faculad donde anes ambién uncionaba el ecorado ecorado,, con un represenane de ese secor políico, el abogado rillo. El reclamo que le hacíamos a ese golpe era el aaque alevoso a la volunad popular que no enía jusicaivo legíimo ni legal alguno, salvo la de derrocar a un gobierno democráico democráico,, al como habían hecho radicionalmene los miliares, y recuerdo que rodeado de compañeros y milianes no le ue bien a ese miembro de la derecha inenando inenando jusicar lo injusicable. Por qué no se pudo reverir una an medida anidemocráica como la desiución por un movimieno de la policía de Córdoba en conra de los l os gobernanes legíimamene legíimamene elecos como Obregón Cano y su Vice Gobernador el dirigene gremial Ailio López, remie a la realidad de un país que Córdoba inegra aunque a veces desde algunas ribunas se inene separarla como si uera uera una isla disane di sane en el mar argenino. En oda la Argenina se esaba aacando a diversas auoridades que no condecían con el maiz de derecha y ascisa que asomaba peligrosamene en el horizone, y así cayeron ambién Bidegain en Buenos Aires, Marínez Baca en Mendoza, agone en Sala, y Cepernic en Sana Cruz, porque no había lugar asignado para gobernanes progresisas en ese plan de macarismo macari smo.. Y para que no quedaran dudas y se aceparan esas decisiones anidemocráicas en una sociedad que enía varios rebeldes en su seno que no las acepaban, prono las irían acompañando con la represión y de la violencia v iolencia exrema. En esos días la calle Obispo rejo enía habiliado el ránsio vehicular y de colecivos, y allí en las paredes de la Faculad los esudiane esudianess que nos opusimos al “Na “Navarrazo varrazo”” salimos a pinar en su conra, lugar donde se nos deuvo para llevarnos ahí cerquia en lo que luego sería la enebr enebrosa osa D2, que por enonces comenzaba a prepararse. prepararse. Porque a los pocos meses −y luego de la muere de Pe Perón− rón− vendrían los crímenes cr ímenes que acabarían, enre oros, con el vice v ice gobernador Ailio López L ópez y el Conador Juan Juan Varas, Varas, asesinados en orma alevosa por la riple A. No había alcanzado con desplazar a un gobierno surgido del resulado de las urnas, había que erminar incluso con las personas para deener un orrene de volunades que pugnaba por un desino común disino. Luego, la dicadura de 1976 siguió golpeando con la desaparición desaparición del abogado Eduardo ValVal verde quien quien uera Secreario Secreario Legal y écnica del gobierno gobierno de O. O. Cano, Cano, y el usilamieno de Miguel Hugo Vaca Narvaja, su ex Procurador del esoro. 100
Seguramene, de haber exisido Seguramene, ex isido un marco que abarcara a diversos secores populares, se hubiera podido deender esas experiencias democráicas, por esa ausene unidad popular no exisió la resisencia suciene para garanizar su coninuidad, alencias que ambién se harían senir poco después ane el golpe de marzo de 1976.
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Un políico honeso arapado en el urbión de una época unesa Enrique Lacolla Lacolla Esa noa no se propone brindar un rerao del ex gobernador de Córdoba. Desea, por ciero, rendirle el homenaje de respeo que merece por sus inachables virudes personales, pero su objeivo es aproximarse un poco a la coyunura hisórica en la cual le ocó desenv desenvolverse, olverse, cuyas caracerísicas especialmene problemáicas problemáicas condenaban por anicipado a una gesión que, como correspondía a la persona que la encabezaba, quería esar connoada por el parioismo, el equilibrio y el buen senido. La peripecia de icardo Obregón Cano en su breve gesión de gobierno en Córdoba nos remie a la singularidad de una época –los 70− que enía más de angusiane y negaivo que de posiivo. No era la sensaez una virud que predominase en ella. A Obregón Cano Cano le ocó enconrarse en el cenro de una dispua en la que mandaban las ilusiones, a veces generosas, los rencores personales, los enusiasmos superciales y el desconocimieno de la realidad por pare de casi odos los l os acores que pugnaban en la lucha por el poder. Enre los acores que lo dispuaban en ese momeno, momeno, se enconraban las ormaciones armadas, excrecencia del movimieno popular que había llevado al desplome del régimen miliar inaugurado por Onganía y cerrado por Lanusse. El segmeno más imporane de ales ormaciones se enconraba denro del movimieno peronisa, en el cual se alineaban los Mononeros, proyecándose en un aparao políico, genéricamene denominado como la endencia y que agrupaba a la JP, la JUP y la JP. Ora ala del mismo movimieno peronisa se ariculaba en un ala sindical y ora políica que desconaban o no se senían represenados por los jóvenes exponenes de la guerrilla ni por las juvenudes de clase media que más o menos cedían al aracivo románico, románico, por no decir avenurero, de ésa. Después esaba el círculo áulico que rodeaba a Perón, en el cual predominaba la siniesra gura de su secreario personal, José López ega. Y por úlimo Perón mismo, ya viejo v iejo y minado por la enermedad, que inenaba aún hacer jugar jugar la vieja v ieja magia y aplicar su carisma para poner orden en una superesrucura social conmovida por secores de la pequeño-burguesía a los que él mismo había esimulado para que se saliesen de madre. Al mismo iempo raaba de enhebrar una políica exerior que recuperase la vocación de inegración lainoamericana de sus primeros gobiernos, y conormar una reorienación de la políica produciva bajo la dirección de José Ber Gelbard, deerminada a recuperar el alieno de la campaña indusrialisa que había signado su primera época. Para monar esa area −en verdad iánica en aquellas circunsancias−, Perón endía
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la mano al viejo adversario radical y “reaba” a los elemenos de su movimieno que querían ir más allá de su programa burgués-bonaparisa y no respondían a su dicado, poniéndolos en un bree imposible por lo humillane que suponía volver al redil como chicos descarriados. Ese mismo bree en que esa juvenud díscola lo había pueso a él cuando lo desaara en la Plaza de Mayo aacando a su mujer y vicepresidene, deserando ese espacio después de que el viejo v iejo líder los raara de “imberbes”… “imberbes”… En ese escenario urbuleno, manchado por la sangre de los asesinaos, de las represalias y las conrarrepres conrarrepresalias, alias, había un ercer acor acechando acechando −no digamos en la som bra, pues su proagonismo era era evidene−, enre los basidores de la insiucionalidad y dispueso para derrocar esa no bien deecase una oporunidad opor unidad avorable para hacerlo: las Fuerzas Armadas. Unas uerzas armadas que devenían de la conrarrevolución del 55, que habían sido purgadas de gran pare de sus elemenos nacionales, al menos en los alos rangos, y cuya elie se había ormado como aplicada discípula de la Escuela de las Américas. Para colmo, se creía invesida de un rol providencial, el de salvar al país del comunismo y ser pare de la lucha de occidene crisiano conra el aeísmo marxisa. marx isa. Sin dejar, de paso, paso, de servir ser vir a los inereses de una Argenina oligárquica oligárquica que no enendía recorar sus privilegios y que esaba escandalizada y emerosa emerosa por la irrupir rupción de un peronismo redivivo, combinado ahora con el exremismo socializane de una pare de sus miembros. Perón comeió muchos pecados. Su personalismo, su vericalismo, su negaiva a dejar crecer a nadie a su sombra, a menos que uese un inepo o un servil sin aribuos, lo habían dejado a él como dueño indiscuido del movimieno nacional. Pero las juvenudes provenienes de la clase media, recién advenidas al movimieno nacional como reacción a los desasres del 55 y sus secuelas, eran un elemeno diícil de reducir a la obediencia. En primer lugar, porque provenían de una culura amiliar en crisis y porque muchos reejaban en su peronismo la inversión del aniperonismo de los padres, de modo que no esaban psicológicamene predispuesas a acepar sin rechisar las órmulas hechas que se les daban desde arriba. Y luego porque esaban moivadas por el ejemplo del Mayo rancés –que enía mucho de anarquismo hedonisa en sus ormulaciones−, y de la revolución cubana, que de hedonisa no enia nada, pero que se acunaba en la ilusión de poder repeir, a escala coninenal, una avenura miliar que había enido éxio porque Esados Unidos no había discernido a iempo su amenaza y porque los revolucionarios cubanos, más que a un ejércio proesional, hubieron de enrenarse a una guardia preoriana, la del dicador Fulgencio Baisa. En ese escenario de crisis, la verdad es que Perón, pese a sus deecos, oeaba el panorama mejor que nadie. Las uerzas corporaivas de la reacción –empresariado ransnacional, oligarquía, prensa, uerzas armadas− esaban sólidamene insaladas. La sociedad, en su conjuno, repudiaba la violencia y era, como lo sigue siendo hoy, preerenemene conservadora. En ese espacio convulso en el cual el grueso de la po104
blación demandaba demandaba seguridad y progreso, progreso, a lo más que se podía aspirar era a un desadesa rrollo burgués nacional –que ya hubiera sido mucho−, con el oralecimieno de la indusria, el alieno a las Pymes Py mes y la adecuación del movimieno obrero a un paco social al cual ese hubiera brindado una doble garanía: en el senido de que “no sacaría los pies del plao”, si se respeaban sus inereses y se poenciaba la plana produciva que aseguraba asegu raba el empleo empleo,, y en el el de que prov proveería eería una rese reserr va de man maniob iobra ra apa a pa para resisir (como lo había hecho durane anos años) los envies de un neoliberalismo que odavía no se llamaba así, pero que esaba acivo en su demanda de privaizaciones, libre imporación de mercaderías y conrol ideológico. El programa de Perón era claro y medía con precisión la realidad. Lásima que el caudillo ya no enía iempo para aplicarlo y que derás de sí no dejaba a nadie. En el breve lapso que duró su gobierno se aplicó a esbozar los punos de un uuro desarrollo, pero la verdad es que no pudo ir más allá al lá de eso. El “león “ león herbívoro”, herbívoro”, como él mismo se designaba, consumió en pocos meses el combusible vial v ial que le quedaba y que lo hubiera manenido al vez, uera del gobierno, en pie unos años más. Cuando murió dejó un vacío en la cúspide del Ejecuivo (vacío (vacío del cual él mismo había sido responsable), y que ue ue ocupado por poco po co iempo por su mujer Isabelia y por su proegido y som bra negra López ega. Ese poco iempo ue suciene, sin embargo, embargo, para desquiciar desquiciar el rágil marco insiucional. López L ópez ega encaró la persecución de la izquierda peronisa de acuerdo a las prácicas del “somaén”, invocada pero nunca aplicada por Perón, desencadenando una época de conusión y crímenes a la que concurrieron con buena volunad sus enemigos enemigos de las organizaciones organizaciones armadas, Mononeros Mononeros y EP, EP, que muliplicaron sus acciones errorisas y pasaron a la clandesinidad, dejando a la inemperie, en el caso de Mononeros, a las superesrucuras políicas que los habían apoyado o simpaizado con ellos. López ega y los elemenos de choque de la derecha peronisa no esaban solos, desde luego. El ejércio les suminisraba respaldo, mienras veía cómo el poder se predisponía a caer en sus manos como una breva madura 1 . Se creaban así las condiciones para el golpe del 24 de marzo de 1976 y para la negra eapa que seguiría a esa echa. Una opinión pública desorienada y hara del desorden recibiría la aperura de ese lúgubre período con aquiescencia o resignación. Sin imaginar, en su aplasane mayoría, mayoría, el horror que vendría después. icardo Obregón Cano hubo de desenv desenvolverse olverse en medio de ese maremágnum. Su go bierno cayó anes de que se precipiase la caásroe nal, cuando Pe Perón, rón, convencido de que no podría disciplinar a las juvenudes, opó por robarles el piso bajo los pies deenesrando a las conducciones políicas que les eran anes y que habían ganado el gobierno en varias provincias imporanes. 1. Se dice que Julio Anún, reriéndose a las leras de la sigla de la AAA (Alianza Anicomunisa Argenina), ironizaba expresando que en realidad signicaban “Armada, Aeronáuica y “A…jércio”.
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El desino de Obregón Cano ue similar al de Oscar Bidegain en Buenos Aires. Enrenados a la disyuniva de obedecer con mansedumbre y deshacerse de los apoyos con los que se habían compromeido y que esaban insuados no ano por apeios mezquinos sino por ciero idealismo umoso pero honeso, eligieron manenerse del lado que mejor parecía represenar un proyeco nacional de core popular y revolucionario. Obregón hubo de padecer en ebrero de 1974 un pusch policial que lo deenesró y que se erigió en un anecedene de la quiebra insiucional en gran escala que se produciría en 1976. Fue una operación digiada por el gobierno cenral, que uvo como proagonisa al jee de policía, el eniene coronel Anonio Domingo Na varro, y que daría dar ía lu lugar gar a un unaa in iner erven venci ción ón na naci cion onal al qu quee in insa sala larí ríaa al co como modo doro ro Lacabanne en el lugar de Obregón. El año que siguió a la expulsión del gobernador consiucional de Córdoba ue el o bogán hacia el el precipicio. precipicio. Muero Pe Perón, rón, desaparecier desaparecieron on odas odas las barreras que serv servían ían de conención a la creciene discordia social operada por grupos minoriarios pero inuyenes y cuyos acos repercuían en odo el país. Que esa lucha se vericase en érminos semi-civilizados dependía de la presencia del mediador o al menos de una persona en condiciones de conrolar los excesos de las res A. De la riña se pasó a la pelea abiera y del acoso a la persecución, mienras el sisema oligárquico-imperialisa preparaba la represión sin corapisas que endría lugar después del golpe miliar. No era ya iempo para los políicos bien inspirados, sino la hora del hombre de las cavernas. Cuando se le cerraron odas las salidas icardo Obregón Cano se exilió ex ilió en México, Méx ico, donde permaneció hasa 1983 cuando, resablecida la democracia, volvió al país… sólo para ser deenido por un juez remanene de la ca “Jusicia” del proceso, que lo encarceló hasa que nalmene ue beneciado por un indulo presidencial. Hoy, por n, el país parece haber escapado de la rueda inernal de los exremismos, los ajuses de cuenas y los golpes miliares. mili ares. Conviene, Conviene, sin embargo embargo,, ener presene los hechos de épocas pasadas para que ésos no vuelvan a repeirse. Después de odo, odo, si les l es quiamos la pólvora y el plomo, los conicos del presene son parecidos a los de enonces. Figuras como las de ex gobernador cordobés, animadas de ponderación y a la vez imbuidas de una decisión de cambio, cambio, merecen por lo ano ano recuperar recuperar no sólo el espacio que merecen en nuesra hisoria, sino su valor de ejemplo como represenanes represenanes de una casa de políicos recos, reormisas y desineresados, que en la acualidad se echa mucho en ala.
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ANEXOS
Discurso de asunción icardo Obregón Cano Señores senadores, señores dipuados, compañeros:
Signifcado del comicio Al presar jurameno jurameno ane Vuesra Vuesra Honorabilidad Honorabilidad he asumido un gran compromiso, a la par que una honrosa misión. Accedo a la más ala responsabilidad de Gobierno en el conorno de una excepcional esperanza coleciva, que aspira que ese día se conviera en el puno de parida de una magna empresa de reconsrucción reconsrucción nacional y provincial. provin cial. (Aplausos). Nuesra provincia, en unidad de acción y de objeivos con el reso del país, ha dado una prueba concluyene de culura y de civismo, al paricipar par icipar responsablemene responsablemene en la jusa elecoral elecoral que oorgó el riuno a las auoridades auoridades elecas elecas en odos los órdenes de la organización del Esado. Ha quedado arás la agraviane proscripción que impidió, sin más íulos que la uerza, el pleno ejercicio de la soberanía popular. (Aplausos). (Aplausos). A parir de hoy la volunad de los ciudadanos, la Consiución, y la Ley que sancione vuesra Honorabilidad, reemplazarán reemplazarán la discrecionalidad de personas o de grupos. gr upos. Córdoba, Córdob a, que supo planarse ane los desbordes despóicos en las conmovedoras jornadas de mayo de 1969 y marzo de 1971 (Aplausos), ha probado que ambién sabe usar plena y responsablemene la suprema arma de la democracia: el suragio popular. En esos días, cuando oda la civilidad sin disinción de divisas políicas celebra jubilosamene el resablecimieno de las insiuciones de Gobierno y de las prácicas democráicas, sieno el imperaivo moral de recordar a los hombres y a las mujeres que lucharon, a cosa de los mayores sacricios, para que el pueblo recobrara la liberad y la dignidad. (Aplausos). (Aplausos). Conemplo en ese recino el rosro de muchos combaienes de la causa popular y comparo con ellos la emoción del riuno legíimo; pero no puedo ocular que muchas ausencias me llenan de honda congoja. No esán los rosros de los que perdieron sus vidas, y de los que suren el dolor de la prisión o del exilio. (Aplausos). A quienes no esán hoy; a quienes no esarán jamás juno a nosoros porque cerraron para siempre sus pupilas, les digo que la memoria coleciva que es a veces más jusa que las memorias de las academias, les recordará siempre con cariño y con admiración. (Aplausos). Y así como en ese insane sieno sieno emoción por el riuno y congoja por las ausencias, debo decir que en muchas ocasiones mi espíriu se vio urbado por un hondo desalieno, al adverir la desproporción exisene enre las uerzas opresoras y las uerzas
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populares. No imaginaba, imaginaba, por ello, la proximidad de la vicoria. Pero el roundo idioma de los hechos ha probado, una vez más, la alivez de nuesro Pueblo y la uerza uerza inconenible de su parioismo. Aquí en Córdoba, a lo largo y ancho de su dilaado erriorio, enre las sierras ragosas o en las llanuras sin límies, en la encrucijada de caminos ignoos o en minúsculas poblaciones rurales, así como en los barrios de las grandes ciudades y en las callejuelas de los suburbios, enconré jóvenes y mayores dispuesos a sumar su esuerzo a la cruzada reparadora y a mujeres que senían como propio el dolor de la Pa Paria ria oprimida. opri mida. (Aplausos). Por eso el el Pueblo celebró y celebra celebra ese riuno como su propio riuno. riuno. Y no n o se s e equi e qui- voca. Por Porque que pese a la aparen aparenee conusión de los planes elaborados para asegurar la coninuidad de una políica y perpeuar la dependencia, el pueblo conó en sus propias uerzas y en la palabra de los conducores que nunca lo engañaron. Por eso hoy, como ue ayer, y como será sin dudas mañana, las palabras de nuesro Conducor, el General Juan Domingo Perón, (Aplausos), (Aplausos), ienen una permanene acualidad: “En la Argenina, lo mejor que enemos enemos es el Pueblo Pueblo””. (Aplausos). (Aplausos). En homenaje, pues, a ese Pueblo que sabe ser ierno con los débiles pero alivo con los poderosos, raico lo expresado después del Comicio: en esa elección no ha riunado r iunado un hombre, ni un grupo de hombres; ni siquiera una divisa políica. Ha riunado la volunad coleciva. Ha riunado el Pueblo Pueblo.. Quienes resulamos elecos somos sólo insrumenos de la volunad general. En el marco de la solemnidad de esa ceremonia, en medio del simbolismo de esa echa que recuerda las glorias de la Paria vieja, pero que ambién regisra las palpiaciones de la Pa Paria ria Nueva en gesación, sieno el peso de la responsabilidad de la area que hoy emprendemos. Asumo esa responsabilidad con un gran senido de humildad, que no sólo es el ruo r uo de una naural manera de ser, sino ambién de la comprensión políica e hisórica del papel que juega el Pueblo en la ejecución de oda obra auénicamene revolucionaria. (Aplausos). Así como Leopoldo Lugones, uno de los más grandes poeas de Córdoba y del idioma casellano, aspiraba que su verso uera an sólo el “eco del cano naal”, yo aspiro a que mi obra de Gobierno sea sólo el eco de las aspiraciones y anhelos yacenes en el alma del Pueblo Pueblo.. (Aplausos). Y no hay oro modo de converirse converirse en el eco de los reclamos colecivos, que inspirándose en la lucha de los rabajadores, esos dignos argeninos que soporan sobre sus espaldas el peso del inorunio, la pobreza y la violencia; en la obra de sus organizaciones gremiales, que en las horas incieras de la supresión de las liberades civiles y políicas, se convirieron convir ieron en rincheras para la deensa de los inereses de sus asociados y de la Nación, exhibiendo una vigorosa v igorosa unidad (Aplausos); (Aplausos); en la laboriosidad de los empresarios que asisen impoenes al cierre de sus uenes de producción, vícimas de la dependencia exerna o inerna; en la gesa de la juvenud, que, sin medir riesgos, enrenó a poderosas uerzas guiada por los ideales de consruir una Paria Libre, Jusa Jusa y Soberana. (Aplausos). (Aplausos). 110
Y si grande es la responsabilidad de odo gobernane, gobernane, por el hecho mismo de invesir al carácer, cuáno más cuando se esá al rene de esa hisórica, cula y poderosa provincia de Córdoba. Córdobaa adquirió hace siglos el perl que la singulariza denro de los resanes esados Córdob esados ederales. A principios del siglo XVII, cuando sólo era un reducido y mísero villorio, ya conaba con casa de Alos Esudios, su Universidad que al cabo de pocos años adquirió renombre universal; en ese siglo ue ambién designada sede del Obispado de la exensa Provincia del ucumán. Esos dos aconecimienos modelaron su perl, a puno que desde enonces Córdoba ha sido y es símbolo de ala jerarquía espiriual, religiosa, políica y cieníca. (Aplausos). Su ubicación geográca la ransormó en puene de unión enre los pueblos del Nore y del Alo Perú y los pueblos del Lioral y del Puero de Buenos Aires; y en el largo período de la Organización, luego de la Independencia, ue celosa deensora de los ueros ederales sin olvidar su condición de miembro inegrane de la Conederación Argenina. Quizá el arqueipo de esa rica concepción jurídico-políica haya sido el Brigadier General Don Juan Bauisa Busos, (Aplausos), (Aplausos), eminene cordobés que se disinguió en las luchas por la Independencia y que dio pruebas de su parioismo al sosener que la auonomía de nuesra provincia corría la suere suer e de la Independencia de odo el país y aún más, la suere de la Independencia de odo el Coninene Americano, coincidiendo, coincidiendo, de ese modo, con la genial concepción del Liberador General José de San Marín (Aplausos), quien siempre disinguióle con su aeco y amisad. Enendemos que es una aspiración coleciva que los resos de ese ilusre comprovinciano descansen en el suelo naal. Pa Para ra ello, mi Gobierno compromee realizar de inmediao las gesiones correspondienes. (Aplausos). En lo que va de ese siglo, Córdoba, Córdoba, que alguien alguna alg una vez recordó como “mísica, jurídica y ederal” ederal”,, ambién demosró que supo idenicarse con los ideales de progreso inelecual y maerial. Desde su presigiosa Universidad, en más de una oporunidad, parió el reclamo liberario que luego abrazaron y abrazan con ervor los esudianes de oda América Española, y a parir de la obra de los gobiernos jusicia-lisas enre 1946 y 1955, echó las bases de una acelerada acelerada ransormación indusrial que la colocó a la cabeza de los resanes esados ederales. (Aplausos). El correr de los años no ha hecho más que robuse robusecer cer y enriquecer esos rasgos espiriuales y maeriales, y así es como en ese año los cordobeses podemos celebrar, celebrar, con jusicada alegría, dos aconecimienos an unidos a esa radición: el Cuaro Cenenario de la undación de nuesra noble Capial, y la designación realizada por Su Sanidad Pablo VI, elevando a la Jerarquía Cardenalicia a nuesro ilusre Pasor, Su Eminencia everendísima Monseñor Docor aúl Francisco Primaesa, (Aplausos), que es el reconocimieno a sus relevanes relevanes condiciones personales, pero ambién una na disinción al caolicismo de Córdoba. 111
El rol del movimieno jusicialisa He dicho que ese riuno es la obra de un Pueblo y que mi Gobierno se inspirará permanenemene manene mene en sus ideas, sus aspiraciones y sus reclamos. Pero Pero ambién es el ruo r uo de la unidad y combaividad de un movimieno hisórico: el Movimieno Nacional Peronisa. (Aplausos). El movimieno al que perenezco reorna al ejercicio del Gobierno luego de una larga proscripción, durane la que ue ue dura y cruelmene perseguido. perseguido. Para impedir su acceso al poder se usaron odas las ormas de la represión: desde las más violenas hasa las más suiles, como la calumnia y la seducción cienícamene planeadas y ejecuadas. Esas ueron las ormas que omó el desquie a parir de 1955, cuando la conrarrevolución abaió al Gobierno elegido por la inmensa mayoría del Pueblo. Más arde, en 1966 se advirió advir ió que no basaba nuesra ilegíima proscripción para aciliar la enrega del país al exranjero, y se la impuso a odo el pueblo y a odas las uerzas políicas. polí icas. Esos años de agobio para nuesros hogares y de auocráico ejercicio del poder, parecían parecían dar la razón a quienes abandonaban la lucha o se rendían ane un poder ensoberbecido por una aparene aparene oraleza nacida sólo del repliegue popular. Pero en la subyacencia de esa dolorosa realidad se generaron las primeras ormas de una alianza popular que al comienzo adopó expresiones locales, para poseriormene adquirir el caráce carácerr de verdade verdaderas ras gesas revolucionarias. Primero ue ue la proesa hecha oposición; luego ésa se ransormó en lucha políica. Ambas, consiuyeron oras anas eapas de un proceso en el que Córdoba, como decía, asumió un papel preponderane.. A Córdoba siguieron oras provincias y la oposición rane oposic ión creciene obligó a sucesivos cambios en los elencos gobernanes, cambios que marcaron oros anos repliegues de las minorías del privilegio y de la dicadura. Cada provincia, cada secor de la po blación ue ue enconrando en la acción, el porqué de nuesra proscripción y el senido liberador de las convocaorias ormuladas por nuesro Conducor, el General Perón. (Aplausos). La lucha popular, la unidad del Movimieno y la consecuencia revolucionaria de su Jee,, conormaron la uerza que desbaraó Jee desbaraó el propósio propósio coninuisa del del régimen. Ese riuno no es ruo r uo del azar o de circunsancias ajenas al Movimieno. Por Por el conrario, es la resulane de una prolongada acción y de una oal consecuencia con los ideales políicos e hisóricos que levanamos en 1946. Es que el Pe Peronismo ronismo encarnó, desde sus orígenes, la oma de conciencia de un pueblo someido económica y culuralmene por las uerzas colonialisas. Esas uerzas colonialisas y sus aliados y socios inernos saquearon las riquezas argeninas y agredieron, en mayor o menor medida, a odos los secores populares. Durane años las uerzas nacionales uvieron conciencia de esa posración, pero carecieron de un concepo inegral de la lucha aniimperialisa y de la herramiena políica apa para derroar a los enemigos de la Pa Paria. ria. 112
El ideal liberador parecía huidizo e inalcanzable y nuesros enemigos, ora apelando a la violencia, ora apelando al raude, ueron posergando la crisalización de aquel ideal. El Peronismo, recogiendo y revalorando esa experiencia e incorporándole nuevos y decisivos elemenos, preparó preparó el erreno para asegurar el éxio de la causa nacional. Esos nuevos elemenos son de orden ideológico y humano; pero ambién conemplan los aspecos ácicos y esraégicos de la lucha. En primer lugar sisemaiza los elemenos eóricos, separándolos de aquellos inuidos por una concepción liberal y eliisa de la políica nacional; simuláneamene, incorpora la poencia revolucionaria de los rabajadores y de sus organizaciones y genera un líder que asegura la unidad de la jeaura y la absolua consecuencia con los ideales populares. (Aplausos). Esos son los cimienos con que Perón consruye el movimieno a parir de 1945. Y si en el año siguiene la consigna “Braden o Perón erón”” unió a odos los secores nacionales, hoy,, en 1973, hoy 1973 , la consigna “Liberación “L iberación o Dependencia” reveló reveló con su aciero y legiimidad, que el Peronismo sigue siendo la gran uerza nacional y el único vehículo políico apo para el acceso del Pueblo al Poder. (Aplausos). He desacado desacado la presencia de los rabajadores y el generoso apore brindado a la lucha por la liberación del país. Pero Pero sería incomplea la mención de las uerzas que lucharon unidas bajo la jeaura del General Perón si no recordara, de modo especial, el apore de las mujeres y de la juvenud. (Aplausos). En cada mujer que convirió en rinchera su hogar empobrecido, que alenó en la lucha a los seres queridos y en ocasiones esuvo en la calle al lado de sus varones, ven la inspiración de Eva Perón, (Aplausos), (Aplausos), la primera de nuesras márires. már ires. Es que la lucha y el riuno no hubieran sido posibles si nuesros milianes mi lianes carecieran de la mísica vivicada vivi cada en el recuerdo de Evia quien, con su desbordan desbordanee acividad aciv idad y su amor por los humildes, escribió una de las páginas más conmovedoras en la hisoria reciene de los argeninos. Quienes la combaieron y quienes la amaron comprenden que su rágil gura encarna la uerza revolucionaria del Peronismo. Peronismo. (Aplausos). La presencia de los rabajadores, el sacricio de las mujeres y el heroísmo de la juvenud no hubieran producido resulados de no mediar la genial conducción de nuesro Líder. Perón ha demosrado, demosrado, una y ora vez, su capacidad capacidad para razar razar una políi po líica ca revolucio revol ucio-naria y para llevarla al riuno, sin desmayos. No hay en nuesro país ejemplo alguno que pueda invocarse como anecedene de la recíproca inuencia enre el Pueblo y el Líder. Y hay pocos ejemplos a nivel inernacional. Ese es el apore invalorable y el por qué de su liderazgo, liderazgo que ya rasciende las roneras de nuesra Paria, al exremo que hoy es ambién uno de los jees más desacados de los pueblos del llamado ercer Mundo, que consiuyen la vanguardia en la lucha conra el colonialismo. (Aplausos). 113
Hace varios años, cuando la resauración oligárquica enajenó sin escrúpulos el parimonio nacional e implanó el delio de opinión, persiguiendo y encarcelando a los peronisas, nuesro jee lanzó una lacónica convocaoria. Decía exualmene: “Los pueblos que no saben deender sus derechos, merecen la esclaviud”. Después de 18 años le decimos con inoculable orgullo al General Perón: Vuesra convocaoria ue ampliamene respaldada respaldada y la lucha del pueblo, a ravés de su conducción, ha riunado sobre quienes preendieron esclavizarlo. (Aplausos).
La unión nacional Es la hora del riuno y en el marco de la solemnidad de esa Honorable Asamblea Legislaiva, raico la convoca convocaoria oria ormulada a odo el pueblo pueblo,, sin disinción di sinción de ideas políicas. No pedimos a nadie que renuncie a sus inereses concreos, ni que abdique de su credo políico; sólo reclamamos que se oorgue a los ineres inereses es colecivos y a los inereses nacionales, el carácer prioriario que ambos ienen, porque son superiores a los de cualquier individuo y a los de cualquier grupo, y porque seguirá clausurado el camino hacia la realización coleciva mienras subsisa la dependencia nacional. La liberación del hombre, como la liberación li beración del pueblo pasa incuesionablemene por la liberación de la Paria. (Aplausos). Sólo la inorunada división de los secores populares puede explicar el paso de los gobiernos carenes de represenaividad, represenaividad, que ano daño inrieron a la Nación y a sus habianes. Hemos sosenido, anes del comicio, con vigor y con auenicidad, la idea de la unidad Nacional. Y la sosendre sosendremos mos con igual vigor desde el Gobierno. No No oleraremos la resauración de aniguas aninomias ni la reaperura de viejas heridas que, en su hora, provocaron esériles enrenamienos. enrenamienos. Por eso encuenro propicia esa Asamblea de los epresenanes del Pueblo, y de los Deparamenos de la Provincia para adherir, sin reservas, a la Convocaoria que el señor Presidene de la Nación, docor Hécor J. Cámpora (Aplausos) ormulara el pasado 8 de mayo, en la que senó las bases de la Unión Nacional. He sido elegido por una clara mayoría de suraganes; pero mi Gobierno no servirá a un solo secor de la Comunidad por mayoriario que ése sea. sea. Servirá Serv irá a oda la Comunidad, respeando y haciendo respear los derechos de oda la ciudadanía. Convoqué en su hora al reencuenro de odos los cordobeses. Lo hago ahora nuevamene y lo digo con las palabras del Sr. Presidene Presidene de la Nación: “La eapa que se inicia el 25 de mayo mayo,, exige que gobernanes y gobernados abandonen aciudes paridarias y secarias y adopen una verdadera regua políica y social”. Es que jurídica y políicamene no es concebible la exisencia de una Comunidad di vidida en mayorías y minorías, como caeg caegorías orías equivalene equivaleness a grupos dominanes y grupos dominados. El iempo de la opresión y de la uerza uer za ha concluido. (Aplausos). (Aplausos). Hoy iniciamos el camino de la Consiución, del imperio de la Ley que sancione Vues114
ra Honorabilidad y del respeo irresrico a los derechos que acuerden ales ordenamienos jurídicos. Arás quedan los amargos ruos ruos de la discrecionalidad asenada en el supueso derecho de minorías auoseñala auoseñaladas das como providenciales. Los gobernane gobernaness elegidos por el suragio popular esamos exenos de cualquier desborde cesárico de poder, porque aprendimos en la ragua de la lucha y en la amisad con el Pueblo, que ennoblece y educa, que no hay poder legíimo si ése no esá edicado sobre los cimienos de una democracia sin prescripciones y sin condicionamienos. (Aplausos). (Aplausos). En el jurameno que acabo de presar esá implíciamene conenida una exigencia hisórica y jurídica: la deensa cabal de la auonomía provincial. Cumpliré ese jurameno con oal responsabilidad. Pero engo el deber de ser absoluamene claro en ese aspeco: la deensa de la auonomía provincial no signicará, en modo alguno, el aislamieno en la lucha que inicia el país en procura de su Liberación. (Aplausos). No se puede siquiera invocar el concepo de ederalismo en el marco de una Nación empobrecida y someida ni se puede imaginar el pleno desarrollo de la auonomía en ano subsisan las aaduras exernas. No se puede hablar de hombres libres en los límies de una Nación esclavizada. Anes bien: la única posibilidad de converir converir a Córdoba en un auénico Esado Esado FedeFederal consise en sumar esuerzos a la lucha que desde hoy empeña nuesra Paria. Siguiendo las enseñanzas de Alberdi, que con ana peneración esudió el problema en el siglo pasado, hemos explicado que Buenos Aires se compora con el inerior del país, como una merópolis se compora con sus colonias y que, en consecuencia, nos enconramos someidos a una doble dependencia. (Aplausos (Aplausos). ). Por un lado, la dependencia exerna, en ano inegramos el País someido; por el oro, la dependencia inerna, en ano Buenos Aires aprovecha en su propio y exclusivo benecio la mayor pare de las renas del inerior inerior.. Ello ha sido posible, enre oros acores, por la gesión de gobiernos carenes de suseno popular, que sólo conemplaron y proegieron los inereses inere ses de exporadores expo radores e imporadores. impor adores. El Gobierno Nacional, ahora ejercido por los hombres elegidos por el Pueblo, re verirá sin ninguna duda ese proceso, y se dará al inerior el rao juso a que odos aspiramos. El ederalismo que deendimos es el que se asiena en el oralecimieno or alecimieno de la economía provincial y en la incorporación de las zonas más arasadas al consumo y a los méodos de producción moderna. (Aplausos).
Adminisración pública La Adminisración Pública es el primero de los servicios ser vicios que presa el Esado a la Comunidad. Eso debe enenderse para no incurrir en equívocos: no es el pueblo quien esá al servicio de la Adminisración, sino ésa y sus inegranes, en odos los niveles, quienes deben esar y esarán al servicio ser vicio del Pueblo. Pueblo. (Aplausos). 115
Y si ése ése es un concepo concepo básico e inconmovible bajo cualquier gobierno y en cualquier época, cuano más bajo ese ese Gobierno popular y en esa hora de ransormacion ransor maciones es re volucionarias. Quienes no esén esén oal y absoluamene absoluamene idenicados con ese ese propósio de servicio a la Comunidad, ya sea en su condición de alo uncionario o de mero auxiliar, no podrán permanecer ni ingresar en los cuadros de la Adminisración. (Aplausos). El ingreso o la permanencia en la carrera adminisraiva no oorga privilegio alguno; por el conrario, exige mayores responsabilidades que las de cualquier ciudadano común. Asumo públicamene el compromiso de respear los derechos que la Consiución y la Ley acuerdan a los agenes de la Adminisración Provincial, compromiso que en modo alguno debe inerprearse como una dádiva, sino como el cumplimieno de ineludibles normas jurídicas y de hondas convicciones políicas. A ningún agene de la Adminisración, ni a ningún ciudadano que aspire a su ingreso en sus cuadros, se exigirá adhesión a divisa políica alguna. Como lo dice con severidad republicana nuesra Ley Fundamenal, la idoneidad es el único requisio válidamene exigible para el desempeño de los cargos públicos. Y ese precepo precepo será rigurosa y elmene aplicado. aplicado. (Aplausos (Aplausos). ).
Adminisración de la jusicia El Poder Ejecuivo respeará y hará respear respear,, escrupulosamene, la indepencia y dignidad del Poder Judicial. Ese es un principio básico de nuesro ordenamieno ordenamieno consiucional y uno de los pilares del régimen republicano de Gobierno. Aspiramos a que el Pode Poderr Judicial cumpla su gesión exeno de oda inuencia o presión exerna, sin más sujeción que a las normas de la Consiución y de la Ley. Ley. No omenaré ni admiiré una Jusicia de Parido o de acción. El Poder Políico no inererirá en las decisiones de los Señores Magisrados, quienes gozarán en sus unciones de odas las garanías clásicas, o sea, inamovilidad, respeo por su dignidad y reribución decorosa. No conseniremos la sumisión de los Señores Magisrados a órdenes o sugere sugerencias ncias del Poder Políico. Esa sumisión, cuando ocurrió, ha sido la principal causa del despresigio que lesiona muchas veces al Poder Judicial, a quien el Pueblo ha señalado, en ocasiones, como coparícipe de los planes libericidas. (Aplausos (Aplausos). ). Pero no sólo la inererencia del Poder Ejecuivo consiuye una amenaza a la independencia del Poder Judicial; hay ormas más suiles, pero por ello no menos reales, como el condicionamieno de cieros señores Magisrados al sisema de ideas de deerminados grupos sociales que esán en pugna con la ransormación revolucionaria de nuesra sociedad, que es la aspiración de la inmensa mayoría del Pueblo. (Aplausos). Y así como no admiiremos la sumisión de un poder a oro oro,, ampoco admiiremos la sumisión a inereses o escalas de valores deniivamene deserrados por el devenir hisórico y por el pronunciamieno popular del 11 de marzo de 1973. (Aplausos). 116
A parir de hoy gobiernan los hombres elegidos por el Pueblo Pueblo,, hombres que enemos el deber de cumplir un mandao irrenunciable: concrear la revolución anas veces posergada. Y para cumplir ales objeivos no conseniremos que se invoque un respeable ideal –la independencia del Poder Judicial– para cohonesar los derechos del Pueblo,, ni la inamovilidad de los señores magisrados para Pueblo para subsanar los vicios vicio s de algunas designaciones realizadas al margen de los precep precepos os consiucionales. (Aplausos). La condición de magisrado del Poder Judicial no oorga a quien la invise de íulo alguno de carácer absoluo, oda vez que la mayoría de sus inegranes ueron designados por gobiernos de aco. Por ello sosenemos que odos los ciudadanos y odos los secores sociales, en pie de igualdad, podrán ingresar a la carrera judicial sin la ex igencia de oro requisio que no sea el de la idoneidad para el ejercicio de la unción. unción. (Aplausos). Correlaivamene, es nuesro propósio adopar las medidas insrumenales que sean necesarias para hacer realidad la aspiración de odo verdadero orden jurídico: rápida y jusa adminisración adminisración del proceso mediane mediane la adecuación adecuación de las normas riuales a las exigencias hisóricas. En el orden civil propiciaremos la adopción de reormas a la ley l ey procesal, para asegurar la moralización de las coniendas y para dar mayor celeridad a la ramiación de las causas. Propiciaremos la creación de ribunales de Concurso para que una adecuada división del rabajo permia la eeciva observancia de las nuevas exigencias de las leyes de ondo; proyecaremos la creación de ribunales de Familia, convencidos como esamos de la rascendencia de ese núcleo primario y undamenal de la sociedad, como lo esableciera la Consiución Jusicialisa de 1949. (Aplausos (Aplausos). ). Y de ese modo, separaremos las cuesiones de orden parimonial de los problemas de amilia y ésos quedarán para ser juzgados por un uero uero especializado con las modalidades procesales y el asesoramieno asesoramieno écnico écnico que ales imporanes asunos requieran. requieran. Especial aención merecerá el uero laboral. Nuesro Movimieno, que iene como pilar básico la adecuada proección del raba jador,, porque desde jador desde sus orígenes orígenes ha sosenido sosenido que el rabajo no es una mercancía mercancía sino una suprema dignidad (Aplausos), (Aplausos), promoverá la acualización de la Ley 4163. 41 63. Esa ley de creación del uero laboral ue una de las realizaciones más progresisas de nuesros gobiernos, pero desde su sanción han ranscurrido más de 20 años y ello orna necesaria la incorporación de nuevos principios, para lo que se endrá presene el rico apore jurisprudencial jurispr udencial y la labor docrinaria de esudiosos y congresos nacionales nacionales y exranjeros, maneniéndose los principios prin cipios básicos de la oralidad, de única insancia y la az conciliaoria. (Aplausos). Procuraremos, Procuraremos, ambién, aumenar aumenar el número de ri bunales del uero para aender con celeridad el siempre creciene aumeno aumeno de causas, originado en el aumeno acenuado acenuado de la población, enre oros acores. En varias oporunidades sosuve la imposergable necesidad de doar a los ribunales 117
de nuesra ciudad y del inerior, de las mayores comodidades para que la labor de los señores magisrados, uncionarios y liiganes se realice ecazmene. En ese aspeco procuraremos que el Palacio de Jusicia de nuesra ciudad, asieno de la Primera Circunscripción Judicial, esé únicamene aecado a la labor orense, o rense, mediane mediane la desocupación de los secores ocupados por ocinas perenecien per enecienes es a oros poderes del Esado provincial. (Aplausos (Aplausos). ). ambién esimo oporuno reiera reierarr que promovere promoveremos mos la sanción de un Esauo que regle lo relaivo al ingreso y ascenso de la carrera judicial, para uncionarios y empleados, con el propósio de asegurar mediane normas objeivas, los derechos de quienes acualmene se desempeñan desempeñan en ales unciones, uncio nes, o de quienes quieran ingresar a ella. ella . A odos los ciudadanos se dará igualdad de oporunidades opor unidades y no habrá ora exigencia ex igencia que no sea la de la idoneidad, previo concurso de selección. Finalmene, Finalmen e, en cuano hace al aspeco carcelario, carcelario, an unido al quehacer de la Jusicia, esamos dispuesos a encarar con decisión el grave problema problema de la reorma carcelaria. Es preciso que los esablecimienos carcelarios se ajusen de una vez para siempre al precepo consiucional, eso es “que sean seguros, sanos y limpios” y jamás recinos de casigos sino de reeducación. (Aplausos). odos esamos obligados moral y legalmene para que nuesras cárceles dejen de ser recinos de hacinamieno donde la condición humana se humilla y degrada.
Poder legislaivo Saludo en los señores dipuados y senadores a los inegranes del Poder que es la expresión direca de la soberanía del pueblo. El Poder Ejecuivo aspira a realizar una la bor responsable y esrecha esrecha con el Poder Poder Legislaivo. Legislaivo. Seré respeuoso respeuoso de las decisiones que aquí se adopen y el ejecuor de las leyes que se sancionen. (Aplausos). esponderé de mis acos y concurriré, por inermedio de mis colaboradores inmediaos, a la requisioria que cada una de las Cámaras, consiucionalmene me planeen. Me permio soliciar la colaboración del Poder Poder Legislaivo para el éxio de la unción unció n pública, a la vez que compromeo odo mi apoyo como Poder co-legislador a las iniciaivas que iendan a solucionar los grave gravess problemas sociales y económicos. (Aplausos). (Aplausos).
Municipios La auonomía de los municipios consiuye uno de los capíulos undamenales de nuesro Derecho Público Provincial. Y la elección por los vecinos de las auoridades comunales la primera orma del ejercicio de la democracia. Durane mi gesión de gobierno la auonomía de los municipios será celosamene asegurada. Las auoridades municipales que han llegado al ejercicio de an ala unción en represenación represenación de uerzas políicas pol íicas disinas a las del movimieno mov imieno que ha sosenido mi candidaura, endrán en el Poder Ejecuivo provincial odo el apoyo apoyo,, oda la ayuda 118
y oda la comprensión comprensión que pueda brindárseles. (Aplausos). (Aplausos). A parir de hoy, hoy, el Gobernador de Córdoba no verá en cada Inendene al represenane de al o cual divisa políica, sino a la auoridad del pueblo del municipio. Sólo aspiramos a realizar con odos una labor coordinada y armónica para, de ese modo, asegurar los benecios del régimen municipal a la mayor canidad de localidades y de vecinos. (Aplausos). (Aplausos).
Fuerzas de seguridad En ese imporane aspeco raaremos de poner en uncionamieno la Policía Judicial, previsa en nuesro ordenamieno legal como órgano dependiene de los señores magisrados inegranes inegranes del uero penal, con compeencia en odo el campo de la invesigación y represión de los delios. De ese modo, bajo la esera del Poder Adminisrador sólo acuará la policía encargada de la prevención y cusodia de bienes y personas. Mienras ese propósio se raduzca en hechos, procuraremos mejorar y jerarquizar los acuales cuerpos policiales. La sociedad necesia conar con un personal policial con ala vocación de servicio, ser vicio, y que acúe con responsabilidad y capacidad. Será meneser recobrar la conanza de los ciudadanos en la insiución policial, conanza que, en muchas ocasiones se ha viso quebranada porque se hizo cumplir a ese abnegado abnegado cuerpo, unciones de represión políica y social oalmene ajenas a su misión especíca. (Aplausos). Aspiramos a que la Policía se conviera en el brazo armado de la ley y de los derechos de odos los ciudadanos y no en el verdugo de las liberades liber ades republicanas. (Aplausos). (Aplausos ). En el cumplimieno de esa aspiración, asumimos la oal responsabilidad. Como no podía ser de ora manera, aseguramos que serán deserradas las oruras y los vejámenes a los deenidos. (Aplausos). No concebimos ni olerare oleraremos mos que ese inhumano sisema que degrada, no solo a sus ejecuores sino ambién al gobierno y a la sociedad que lo permie y olera, sea llevado a la prácica durane nuesra gesión. (Aplausos).
Educación y culura La conciencia coleciva comprende que la dependencia es el rasgo más caracerísico de la Argenina acual. Y esa dependencia adquiere sombríos relieves en el campo de la educación y la culura, donde la peneración oránea uiliza, apare de los elemenos radicionales, las poderosas uerzas de los medios masivos de diusión ales como el cine, la radio y la elevisión. (Aplausos). Esa subordinación a pauas creadas lejos de nuesras roneras se maniesa en la imiación a ormas disolvenes de vida, en el consumo de bienes ariciales y en expresiones seudo-arísicas. (Aplausos). Eso no signica el rechazo a maniesaciones valederas de la vida conemporáne conemporánea, a, pero reclamando siempre que ellas se inegre inegrenn con nuesras radiciones y nuesra personalidad. (Aplausos). Esamos y esaremos conra las roneras ideológicas y conra cualquier ipo de discriminación ideológica o 119
arísica, pero siempre cumpliendo el supremo deber deber de velar por la inangibilidad inangibil idad del poder de decisión nacional. (Aplausos). odo sisema educaivo es la resulane de un sisema políico y socioeconómico. Jamás exisió una educación neura y auónoma, sino que ella el la esuvo siempre insera en un sisema de valores y de creencias y en una concepción del hombre, de la sociedad y del universo. Nuesra acual educación es un apéndice del sisema liberal capialisa. Ese sisema ha sido rechazado roundamene por la absolua mayoría del pueblo argenino. En su reemplazo, reemplaz o, hemos opado por la liberación l iberación de oda aadura exerna, por el desarrollo y por la socialización de la economía; por la plena e irresrica paricipación popular, por una democracia sin resricciones, por la igualdad de oporunidades y por una políica inernacional independiene independiene.. (Aplausos (Aplausos). ). Y bien: eso raducido al campo de la educación y de la culura, signica que el pueblo pueblo eligió por una reorma oal de los nes, de los conenidos y de los méodos de la acual organización educacional. (Aplausos (Aplausos). ). Esa area es ardua y compleja. Pero en su ejecución no puede demorarse un insane más. Será meneser modicar hábios de aniguo arraigo; pero no hay ora solución. Décadas arás exisió una educación argenina muy adelanada con relación a la del reso de los países americanos; pero esa radición no se concilia con las acuales aspiraciones. Más aún; consiuye un obsáculo para la renovación de las acuales esrucuras. Paraa llevar adelane un plan de reormas Par reormas esrucurales, aspiramos a conar con la l a asisasi sencia, con la colaboración y con la paricipación de odos los secores ineresados. ineresados. En especial, los docenes, sus asociaciones proesionales, los padres de los educandos y los esudiosos de esos esos problemas. problemas. Se deberá comenzar desde abajo: hay que deserrar deniivamene deniivamene el analabeismo analabeismo,, el semi-analabeismo y la deserción escolar que, ano a nivel primario como a nivel secundario, alcanza índices realmene dramáicos. Es necesario una prona movilización de odas las energías populares y de odos los recursos disponibles. Habrá que emplear méodos modernos y la oalidad de los medios masivos de comunicación; habrá que omenar los l os insiuos de preescolaridad para que en ellos engan acceso los niños de los habianes con menores recursos económicos, y habrá que volcar al campo educaivo odos los recursos disponibles del Esado. Esado. (Aplausos). La enseñanza secundaria exige, ambién, una reorma susancial. En una verdadera democracia la escuela media iene que ser común en cuano a sus conenidos y pauas culurales. Habrá que adecuar la enseñanza a los requerimienos de las disinas zonas de nuesra provincia, a la apiud de nuesros educandos y a las exigencias de una verdader verdaderaa capaciación proesional.
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La educación y la culura, en orden a los recursos parimoniales gozarán de la prioridad que merecen, porque esamos esamos convencidos de que la ormación de nuesros niños y de nuesros jóvenes, jóvenes, consiuye un acor decisivo para el logro de la liberación nacional. La liberad de enseñanza, como reieradamene lo dijéramos anes del comicio, será garanizada y pereccionada, como modo de asegurar el pluralismo conesional y los legíimos derechos de los padres padres.. La ormación proesional y écnica, aspecos ésos en los que el Jusicialismo cumplió una vasa y ponderable acción cuando ejerció el gobierno, será impulsada al máximo, e inegrada con el reso del sisema educaivo. (Aplausos). ambién esará abiera para los adulos que requieran una capaciación acelerada. Los derechos de los docenes serán plenamene garanizados y, aún más, pereccionados en odos los niveles. De modo especial en lo que aañe a la esabilidad, a los regímenes de concursos y a las remuneraciones que, como es público y noorio, son marcadamene insucienes. No descuidaremos su capaciación y ormación, y para ello propiciaremos la creación de cenros de invesig invesigación ación y pereccionamieno pereccionamieno.. Y ambién, como dijimos en disinas oporunidades, aseguraremos aseguraremos a avor de los docenes el derecho derecho a la jubilación cumplidos 25 años de servicio, ser vicio, sin límie de edad, con la percepción del 82 % del mejor sueldo en acividad. (Aplausos).
Minoridad El General Perón (Aplausos), armó en uno de sus discursos: “La Jusicia Social del Peronismo, se opone a odo privilegio, así se rae de un monopolio económico, de una oligarquía políica o de cualquiera ora uerza que no enga como ideal de sus aanes el bien del pueblo. Por eso decimos que en esa ierra los únicos privilegiados son los niños (Aplausos), porque son los únicos que nunca pueden uilizar ese privilegio como insrumeno de exploación o de opresión”. (Aplausos). En esos concepos se inspira la vocación de serv servicio icio de nuesro Movimieno, ejemplicando en la ecunda ecun da obra realizada real izada por po r Eva Perón a ravés de su undació undación. n. (Apla (Aplaus usos os). ). El desamparo que caraceriza a la acual realidad de nuesra niñez, nos obliga a reenconrarnos con aquella armación del General Perón. Perón. En ese aspeco, aspeco, habremos de dar susen suseno, o, abrigo y educación a los niños que alojados en los insiuos de minoridad, padecen alencias inacepables. Pero ambién inensicaremos nuesra acción sobre la amilia y las madres, dedicando especial aención a las guarderías inspiradas en una humana solidaridad para eviar inernaciones innecesarias. (Aplausos). (Aplausos). Así conribuiremos a lograr la inegración del hogar y la plena ormación de los hombres del uuro. (Aplausos). (Aplausos).
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El depore En ese imporane aspeco, que hace a la educación, a la salud ísica y moral y a la recreación recre ación de los niños y de los jóvenes, el Movimieno al que perenezco realizó una imporane obra de gobierno gobierno.. Luego de su derrocamieno quedó paralizada, casi oalmene, oalmene, la ayuda ocial o cial en avor de las maniesaciones deporivas, al exremo ex remo que esas acividades, en su ma yor pare, par e, se desarrollan en el marco de insiuciones civiles civ iles que realizan una sacrisacri cada labor, pero sin una previa y esudiada planicación. Hayy que volver a los orígenes, Ha or ígenes, para desde allí reiniciar la obra reparadora. El desarrollo de las apiudes ísicas, el senido apasionane de la compeencia, de la emulación y la labor coordinada en equipos de rabajo, son los medios más idóneos para procurar la salud espiriual y ísica de la población. Mi gobierno apoyará decididamene la prácica de odos los depores amaeurs y oporunamene elevará a la ala consideración de Vuesra Honorabilidad el proyeco de ley del depore cordobés que conemple, enre oros, los siguienes aspecos: inraesrucura deporiva y modos de nanciación; compeencia, orneos y especáculos deporivos, y demás que deben ser ordenados para que la labor ocial, concurrene con la labor de clubes e insiuciones, se aplique al omeno inegral de ese vial aspeco de la personalidad humana. (Aplausos).
Salud pública Es responsabilidad irrenunciable del Esado, asegurar adecuada aención saniaria a oda la población. Así lo enendió siempre nuesro Movimieno, que considera al hombre como un odo bio-psico-social, y que se honra de haber enido enre sus las al creador de la moderna salubridad en el país, el proesor Dr. amón Carrillo. (Aplausos). Creemos, precisamene, que la acual siuación de crisis que aeca a la Salud Pública, reconoce como causa primera el abandono por pare par e del Esado de sus responsabilidades en la maeria. En ese orden de ideas, consiuye el primer deber del Esado garanizar plenamene a oda la población el derecho a la salud. El derecho a la salud individual y coleciva debe ser depurado de las disorsiones que acualmene permien, a unos pocos, acceder a odo, e impiden a los más, acceder a algo. La siuación de crisis cri sis ha llegado a un exremo ex remo al de descuido y abandono que la crónica periodísica de los lo s úlimos días, recoge los reclamos de los señores médicos quienes han denunciado que los hospiales provinciales carecen de elemenos undamenales y hasa de combusible, razón por la que se orna hasa inúil la presencia en ellos de los aculaivos.
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En los úlimos iempos se han adopado algunas medidas para procurar deener esa crisis que an hondamene aeca a la Salud Pública, medidas que en muchos casos son de dudoso conenido docrinario y en odos de ranco racaso operaivo. No hay orma de superar la crisis crisi s si no es a ravé ravéss de un esudio oal del problema y ejecución de medidas que conemplen, enre oras, las siguienes pauas: — El Esado debe cumplir, como dije, una unción eminene y no subsidiaria en la aención de la salud pública. — El Esado debe converirse en el principal ejecuor de la políica saniaria que se proyece. — El Esado debe ser el único ejecuor de acciones ales como la paología eviable por vacunaciones y el saneamien saneamienoo ambienal. — Concierne al Esado ser el único órgano encargado de planicar las presaciones de salud para oda la población y, por ende, el único responsable de los planes y procesos de ordenamieno. Esas son las pauas generales sobre las que debe ajusarse un Plan de Salud, que arone con decisión y energía la solución de la crisis saniaria. Es sabido que la salud en los países dependienes ha esado someida, en mayor o menor grado, a la políica razada por las merópolis. Esa políica esaba esrechamene ligada al concepo de desarrollo demográco y en la obención de sus delezna bles nes, llegó l legó a jusicar las guerras, el genocidio, las epidemias diezmanes y hasa las conducas negadoras de la procreación. Desde el derrocamieno del gobierno del General Perón Perón y en cumplimieno de los planes imperiales, se llevó adelane un paulaino deerioro del hospial público, como piedra basal de la sanidad de las clases populares, dando paso al miserable concepo de que la salud es una mercancía someida al juego de la oera oera y la demanda. Esa políica se radujo en érminos de moralidad inanil, de raquiismo, de inraconsumo, de reaparición de la uberculosis y oras enermedades inecciosas, y en la desproección sproec ción oal de las personas que realizan rabajos insalubres o penosos. Es necesario reverir odo el proceso. Es necesario dicar una políica saniaria pro vincial en armonía con la que se dicará en el orden nacional. Es necesario proeger proeger al niño, que es el hombre del uuro; valorar al consrucor del presene y resguardar a quien dio odo de sí. (Aplausos). Volcaremos V olcaremos odo nuesro esuerzo en la rehabiliación y pereccionamieno de los Cenros Cenr os Saniarios y Asisenciales para niños, que acualmene se encuenran encuenran en oal esado de abandono, abandono, para que vuelva v uelva a ser realidad la consigna de que “En la Argenina los únicos privilegiados son los niños”. (Aplausos). Los ancianos ambién soporan el peso de la crisis y se encuenran en el más oal desamparo sin poder uilizar, siquiera, la magníca obra consruida originariamene origi nariamene como Hogar Hog ar y Casa de Salud, pero cuya uilización ui lización con oros nes la ornan inadecuada. 123
Para remediar esa siuación, se esudiará de inmediao la consrucción y puesa en uncionamieno de un moderno m oderno cenro asisencial para los ancianos. (Aplausos (Aplausos). ).
Vivienda La Consiución Nacional de 1949 puso el aceno en la unción social de la propiedad inmueble. En ese marco ue posible encarar una reorma a la propiedad urbana mediane la ejecución de vasos planes de vivienda que, por primera vez, conemplaron las aspiraciones populares de conar con casa propia. A parir de esa experiencia nuesros nuesros hombres y nuesras mujeres de de rabajo han incorporado a su parimonio culural la conciencia de que el derecho a la v ivienda es uno de los más viales e inalienables. Pero Pe ro luego esa experiencia ue reemplazada por un raamieno uiliario de la viv ienda amiliar, que abrió ancho margen para la especulación y la esaa. Ese concepo maerialisa generó un desarrollo anárquico de nuesras ciudades, en cuyos exramuros se consruyeron viviendas populares de rise ri se y gris aspeco y carenes de odo servicio. servici o. El ema de la vivienda adquiere una dimensión que sobrepasa al río análisis económico y es uno de los más acucianes problemas que debe aronar y resolver el Esado popular. Vale V ale la pena insisir que la políica habiacional del país y de la provincia, deberán insrumenarse desde el Esado, quien será el encargado de crear los mecanismos correcivos de la inversión pública y privada. La inervención esaal no se ceñirá solamene a los aspecos cuaniaivos, sino que ormularemos un nuevo concepo habiacional que armonice la vivienda v ivienda y su equipamieno con la inraesrucura y su conorno. Ane la perenoria necesidad de paliar el déci habiacional, procuraremos realizar una obra de cogesión con las asociaciones proesionales de rabajadores, canalizando el apoyo écnico y nanciero del Esado, procurando deener el deerioro de los conjunos urbanos exisenes, inerviniendo en los planes de vivienda para asegurar la prosecución de los mismos, e implemenar ordenanzas reguladoras de la expansión urbana, inormadas por el concepo de la unción social de la propiedad privada. (Aplausos). Como area inmediaa, inmediaa, conemplaremos la siuación de las alrededor de 4.500 amilias alojadas en viviendas precarias consruidas en las villas de proscripción, emprendiendo una acción concerada enre los organismos de vivienda, viv ienda, salud, educación y minoridad. (Aplausos (Aplausos). ).
La acividad económica Nos proponemos, como paua general, impulsar un acelerado desarrollo económico como base para la elevación del nivel de vida de la población, asegurando la plena uilización de odos los acores producivos y una progresiva socialización de la gesión, los nes y el producido de la acividad económica. 124
En el orden provincial, que es la esera propia de nuesra acuación, y en los cuerpos de Gobierno de la Nación donde corresponda acuar a los represenanes represenanes de la Provincia, los hombres del Frene Jusicialisa Jusicialisa de Liberación, L iberación, aplicaremos odo el esuerzo esuer zo necesario para la obención de aquellos objeivos. Aspiramos a elaborar una gran políica económica que, en primer pri mer érmino, corrija corr ija la endencia de los úlimos años, que ano daño ha ocasionado al parimonio provincial y al de sus sus habianes, habianes, en odos odos los niveles; y que, que, luego, luego, impulse un acelerado desrrollo en odos los órdenes del rabajo y la producción. Córdobaa debe reomar, Córdob reomar, sin demora, el camino inerrumpido en 1955, época en la que exhibió una poencialidad jamás igualada. (Aplausos). Para concrear esa aspiración que, por ora pare, es una aspiración comparida por odos los l os habianes y odos los secores sociales, nuesro gobierno cuena con el apoyo del pueblo, uene creadora insusiuible; con una esraegia para la liberación ampliamene expuesa durane el desarrollo de la campaña elecoral, y con sus equipos humanos y écnicos necesarios. Con esos elemenos, que uilizaremos responsablemene, responsablemene, pero sin prejuicios, el gobierno del Fre Frene ne Jusicialisa ordenará odas las acividades aciv idades económicas para concrear el programa de liberación que el pueblo ya ha asumido como mea imposergable de su realización hisórica. El Gobierno Jusicialisa de Córdoba, imprimirá a la políica presupuesaria un crierio oalmene innovador. En ese aspeco, no aenderemos solo a los ormales, que necesariamene deben revisarse, sino a los aspecos susanciales, undamenalmene en la selección y calicación de los recursos y de los gasos públicos. erminaremos con los gasos superuos y con los recursos injusos; no admiiremos la limiación o condicionamieno de unciones que esimamos imprescindibles en un país empeñado en su reconsrucción soberana. Los ingresos del Presupueso provincial, provendrán, principalmene, de los impuesos, de la coparicipación Federal y de las acividades económicas del Esado, mediane un accionar que esará presidido por el más auénico senido de jusicia. Eso se observará en la deerminación de la recaudación scal, mediane una políica que haga del impueso un casigo a la especulación y un verdadero verdade ro impulso a la producividad. Para Para ello, ello, revisaremos revisaremos la organización uncional y esrucural de la Dirección respeciva, doándola de los elemenos humanos y écnicos que hagan posible el cumplimieno de ese programa, así como la exinción exinció n de la evasión scal, los pagos ardíos y demás anomalías exisenes ex isenes.. La políica de las relaciones scales enre Provincia y Nación, se enmarcará en la armación de nuesras aculades imposiivas y en el armónico rabajo con los órganos correspondienes para obener una ecaz y mejor disribución de la coparicipación imposiiva. He mencionado ambién, como recurso presupuesario, la acividad económica del Esado provincial. Pero es meneser aclarar que el objeo undamenal de esa acividad no se ciñe, en modo alguno, al mero aspeco presupuesario. Esa acividad orma 125
pare de una concepción más amplia, que apuna direcamene al programa de ransormación socioeconómico en que esá empeñado el pueblo argenino. Se raa de consruir una sociedad que reviera, drásicamene, los modos acuales de relación de los hombres enre sí y de ésos con la sociedad y con los bienes maeriales. La acividad aciv idad económica del Esado es una eapa imporane en la marcha hacia la consrucción del Socialismo Nacional. Ese es nuesro crierio. De manera alguna puede ser conundido con la prédica de los lo s secores liberales que reservan al Esado sólo la misión de servidor de las acividades monopólicas privadas. Y lo l o dicho respeco a la acividad aciv idad económica del Esado, vale ano para los recursos como para los gasos públicos. En ese aspeco ambién reejaremos la concepción revolucionaria del Jusicialismo Jusicialismo.. No nos deendremos ano en la calicación adminisraiva admini sraiva del gaso, gaso, cuano a su calidad concrea en el marco de las prioridades jadas en nuesras pauas de Gobierno. Gobierno. Formularemos, Formulare mos, para ello, un proundo replaneo de la organización y de los nes de la Adminisración Pública, que dejará dejará de ser un insrumeno del del esado esado liberal, para para con verirse en una de las herramienas undamenales para el logro de la ransormación revolucionaria. Habrá, enonces, que exender los servicios, mejorar los exisenes, crear nuevas ormas de rabajo y producción, especialmene en los organismos descenralizados y, sobre odo, incremenar los márgenes de inversión orienándolos hacia los secores que repuamos prioriarios. Esos secores son los grupos humanos y sociales más desamparados y las regiones de nuesra provincia que han quedado posergadas como consecuencia de la políica impuesa a parir de 1955. Nadie como los cordobeses conocemos la siuación de deerioro indusrial en que se sumió al país a parir de 1955; nadie como los cordobeses conocemos an direcamene los amargos ruos de una políica políi ca orienada hacia la desrucción sisemáica de las uenes producivas, que alcanzaron su máximo desarrollo en la primera eapa de la evolución Peronisa. Ese proceso que comenzó con un esancamieno general, ha enrado en los úlimos años en la pendiene de la recesión. Y a ello debe agregarse agregarse que en Córdoba, como en el reso del país, la generalidad de la indusria muesra un alo grado de inadecuación a nuesras necesidades, así como un elevadísimo porcenaje de exranjerización en los aspecos económicos como ecnológicos. Nuesro Gobierno adopará odas las medidas necesarias para el oralecimieno y progreso de las Empresas del Esado Provincial y soliciará solici ará al Gobierno de la Nación la ejecución de planes de desarrollo para las Empresas del Esado Nacional que cumplen su acividad en los límies de nuesra provincia. provincia . (Aplausos).
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El Gobierno popular de Córdoba, oorgará máxima aención a las acividades indusriales. Procuraremos el manenimieno y exensión de las acuales, luego de un deenido esudio del problema; impulsaremos la readapación de aquellas que por su escaso rendimieno o por su macro desarrollo producen eecos disorsionan di sorsionanes es sobre la economía, y orienaremos el crédio del Banco de la Provincia de Córdoba para el cumplimieno de los nes enunciados. (Aplausos). Impulsaremos la radicación de nuevas indusrias, aendiendo los crierios que se adapen a las pauas nacionales del Frene Jusicialisa, esimulando la acividad pri vada o mediane la acuación direca del Esado Esado.. Se oorgará prioridad pr ioridad al desarrollo undado en el ahorro nacional y se apoyará a la pequeña y mediana indusria. Fomenaremos Fomen aremos la creación de cenros abriles en el Oese y Nore del erriorio provincial (Aplausos); procuraremos procuraremos la reducción del coso de ees y combusibles pesados y,, en general, la obención y obención del máximo posible de valor agregado agregado en la Provincia, de las maerias mae rias primas pr imas aquí producidas. La acividad agropecuaria, someida al esancamieno por la desidia ocial, la superposición y complejidad de las cargas scales y la carencia de una políica de alieno, endrá del gobierno popular de Córdoba el raamieno que por su graviación requiere. Ese alieno se presará bajo el imperio de los principios pr incipios básicos de la Docrina Jusicialisa, que pueden sineizarse en el concepo de que la ierra debe ser para quien la rabaja, por consiuir ésa un medio de producción y nunca un bien de rena o especulación. (Aplausos (Aplausos). ). Encararemos, enonces, la ransormación del acual sisema de enencia de la ierra y de colonización de las parcelas scales, acuando ambién sobre los mecanismos monopólicos de inermediación, esimulando el cooperaivismo, promoviendo la indusrialización local de las maerias primas, diundiendo écnicas adecuadas para el mejor aprovechamieno de los suelos, esimulando el crédio rural, esrucurando un régimen de seguro agrario y operando, en n, de modo decidido, sobre oda la inraesrucura agraria como modo de promover el asenamieno de los rabajadores y sus amilias en las zonas rurales. (Aplausos). Para hacer posible ese programa, se coneccionará un caasro de laiundios, se esudiará la aplicación de un impueso único inversamene proporcional al grado de uilización racional de la ierra, se razarán planes de desarrollo para las zonas áridas y semiáridas, se esudiarán soluciones para los problemas creados por el régimen de miniundios y se complearán las obras de riego del sisema Los Molinos-Córdoba, La Viña y Cruz Cruz del Eje y las obras previsas previsas en el Plan de Grandes Acueducos. Acueducos. La acividad ganadera se regulará de acuerdo a los principios princip ios que acabo de exponer; expon er; se esudiará la racional uilización de la ierra para la producción ganadera, disribuyendo convenienemene las zonas de cría y engorde, y se procurará el máximo de esa
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producción en el erriorio provincial, aumenando la capacidad de río a ravés de la creación de rigorícos regionales y esimulando los mecanismos necesarios para la indusrialización de carnes, cueros, leche, grasa y derivados. Aquí el apoyo crediicio deberá volcarse, enre enre oros aspecos, aspecos, en la recomposición de los planeles aecados por las sequías, en la vivienda rural, en la ecnicación y en la producción. Preservaremos las riquezas oresales impidiendo la ala irracional de los bosques naurales, alenando la oresación de las áreas apas, reacivando la labor de los viveros provinciales, desarrollando la políica de parques naurales y paricipando, direcamene en la producción oresal y en sus derivaciones indusriales. Oro de los aspecos de la producción primaria que merecerá una aención especial será la producción minera. eomando el proceso de desarrollo minero-indusrial iniciado por el Jusicialismo en 1946, el Gobierno de Córdoba, ormulará un plan de desarrollo minero que conemple la solución de los problemas que renaron hasa el presene el desarrollo de an imporane acividad. El principio recor es la inervención direca del Esado en los siguienes aspecos: — Coordin Coordinación ación de de la políica políica provincial provincial con con la políica políi ca nacion n acional, al, con miras al desarrollo auososenido de la Minería y de las indusrias derivadas; — Planicación del desarrollo de la producción minera, como acor prioriario para el crecimieno de las regiones más abandonadas de la provincia; — elevamieno mineralógico a n de evaluar oalmene la riqueza exisene en nuesro subsuelo; — Ensayo de ormas de producción mediane la cooperación, la empresa pública y las comunidades de écnicos y rabajad rabajadores; ores; — Creación de un Ene de comercialización que permia aenuar primero y eliminar después la variación especulaiva y cíclica de los precios; — Implemenar un plan de indusrialización de las susancias minerales creando, así, una demanda derivada que raerá mayores riquezas y oporunidades opor unidades de rabajo; — Fomenar, Fomenar, mediane mediane la paricipación direca del Esado, Esado, la exporación expor ación de minerami nerales con conenido de valor agrega agregado do indusrial; — Implemenar un Plan de Asisencia Social que ienda a mejorar las condiciones de labor, de educación, de salud y de vivienda viv ienda del rabajador minero. minero. (Aplausos). — Mejoramieno Mejoramieno de la inraesrucura energéica, hidráulica y vial, vial , eviando que esos acores se consiuyan en resricciones insalvables para la pequeña y mediana exploación; — Adecuar el uncionamieno del Banco de la Provincia a eecos de que paricipe como Banco de inversión y desarrollo del secor y revisar la políica scal en igual senido. 128
Turismo Nuesra provincia cuena con una supercie apa para el urismo de alrededor de 60.000 km2, con niveles variables para la uilización de la misma que van, desde la especialización máxima, máx ima, como el caso del Valle Valle de Punilla, Punil la, hasa las regiones sin aprovechamieno de las Alas Cumbres, con odas las gradaciones inermedias. Nuesra labor, en ese aspeco, esará orienada al aprovechamieno inegral de odas las zonas urísicas mediane la realización de obras hidráulicas, la consrucción de caminos de acceso, la oresación de riberas, la siembra de especies icícolas, el uso racional de las ierras circundanes y la regulación de los cenros urbanos. La iniciaiva privada conará con el máximo apoyo para la exploación de los servicios urísicos, pero el Esado ambién concurrirá concurr irá al omeno de esa acividad aciv idad mediane la acción direca de sus organismos compeenes. Señores dipuados, señores senadores senadores:: Llego así, al nal de mi mensaje. Expuse mi pensamien pensamienoo con oal claridad y absolua honradez acerca acerca de cuesiones viales para la ejecución de una gran políica provincial. He razado, en grandes rasgos, los objeivos undamenales que perseguirá la obra de Gobierno y los basamenos eóricos y cienícos que inorman aquellos objeivos. He descripo una inoculable realidad; no conocemos exacamene en ese momeno, el esado económico-nanciero de la provincia. De inmediao nos abocaremos a su esudio para deerminarlo con precisión y deslindar las consiguienes responsabilidades. Aronaremos la ejecución de una area muy amplia que, obviamene obv iamene,, será imposible imposi ble cumplir con el solo concurso de una parcialidad. Convoco a odos para esa parióica area. En primer érmino, reclamo la colaboración de odos los hombres y mujeres de mi Movimieno,, colaboración que desde ya descueno. Movimieno descueno. Pero ambién aspiro conar con la colaboración de las oras uerzas políicas polí icas que acúan en Córdoba. Córdoba, a quien propios y exraños calicamos como “meridiano políico de la epública” posee una rica radición cívica y se enorgullece de haber conado con gobernanes probos, honrados y capaces. (Aplausos). Como dije, aspiro conar con la inesimable ayuda de odas las uerzas políicas: ano las del viejo y hondo arraigo popular como las nuevas divisas cívicas. Al adicalismo, que inspirado en el ideario y la conduca de Hipólio Yrigo-yen, (Aplausos), (Aplausos ), escribió anas páginas imporanes de nuesra hisoria local, le manieso que podrá ejercer su labor de conrol y scalización en el ámbio de un absoluo respeo y consideración. Al Pa Parido rido Demócraa de Córdob Córdoba, a, de cuyo seno han surgido gobernan gobernanes es de indiscuida valía (Aplausos), les digo que siempre serán bienvenidos b ienvenidos cada vez que ormulen propuesas o sugerencias para la mejor obra de gobierno. A ambos, y a odos odos los milianes milianes de las diversas agrupaciones agrupaciones políicas, les invio honradamenee a rabajar para el progreso de la Provincia. radamen 129
El país ha sido convocado por el señor Presidene de la Nación, Dr. Hécor J. Cámpora (Aplausos), a razar una generosa regua políica, que deje arás enconos y divisiones ormales y que en el clima de una esrecha unidad siene las bases del progreso, el bienesar y la liberad para para odos los argeninos. argeninos. Yo, Y o, desde mis unciones al rene rene del Poder Poder Ejecuivo Provincial, ormulo idénica in viación. La regua políica es un ineludible requisio para para hacer hacer posible la reconsrucreconsrucción de la provincia prov incia en odos los órdenes. Necesiamos Nece siamos la regua, la comprensión y la amisad para llevar alivio aliv io a los ciudadanos más necesiados; para esimular a la indusria, al agro y al comercio; para mejorar y exender la educación; para aender aender la salud de la población; para pereccionar los servicios de la adminisración pública y de los organismos descenralizados; para para asegurar, en n, los benecios de la liberad y de la seguridad. (Aplausos). Paraa lo único que no habrá regua será para combair el robo Par robo,, el peculado y el despilarro. (Aplausos). (Aplausos). ampoco ampoco habrá regua en la lucha conra las enermedades, la miseria, mi seria, la desnurición y el esancamieno. (Aplausos); menos, aun, en el combae honroso por la liberación l iberación nacional, empresa en la que empeñamos nuesra palabra, nuesro jurameno y nuesro honor. (Aplausos). Dejo cumplido, con la lecura de ese mensaje, mensaje, el deber que la Consiución impone. Sólo me resa exhorar exhor ar a odos, humildemene, a que nos ideniquemos siempre con el pueblo, sin cuyo concurso no se consruye jamás la verdadera hisoria de las sociedades y de las naciones. Invocando la proección de Dios, dejo inaugurado el presene período de sesiones, aspirando a que el elevado concepo de Paria inspire vuesras deliberaciones. (Aplausos). Córdoba, mayo de 1973.
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Del gobierno de Cámpora a Per Perón ón en el poder Ediorial de la revisa Pasado y Presene La crisis de julio y sus consecuencias políicas 1. Los dos componen componenes es del riuno del 11 de marzo El 11 de marzo de 1973 convergieron para producir la vicoria del peronismo dos componenes cenrales del proceso políico argenino acual: la serie de movilizaciones populares que arranca en 1969 y el mundo de conradicciones inerburguesas que desgasaron y paralizaron el proyeco hegemónico del capial monopolisa mon opolisa encarnado en la “evolución Argenina”. El riuno elecoral ue el resulado previsible de las luchas obreras desarrolladas en gran pare al margen o en conra de la CG, de las movilizaciones agrarias, de las rebeldías de la pauperizada pequeña burguesía del inerior,, del marilleo inerior mari lleo enaz y sisemáico de la guerrilla urbana conra las insiuciones undamenales del sisema. Sin embargo, es indudable que sobre esa usión de cuesionamienos que pugnaban pugnaban por una desrucción desr ucción radical de la dicadura mililar mil ilar y por una salida popular y revolucionaria, cabalgaron ambién oros proyecos. La Hora del Pueblo, el paco CGE-CG de noviembre de 1972 y la Asamblea de la Civilidad que lo hizo suyo. Es por eso que la eapa abiera con el riuno de Cámpora esuvo signada por la superposición de dos niveles dierenciados de inereses sociales. Uno, Uno, cuya consecución desborda los marcos del capialismo, oro, cuyo máximo alcance apuna a renegociar la dependencia para colocar al capial nacional en mejores condiciones rene al imperialismo. Sobre esa conradicción se asiena la acual coyunura y ella es la raíz que permie explicar el, para muchos, desconcerane proceso nacional que arranca en marzo y que desde el 12 de ocubre, con la asunción al poder de Perón, enra en una eapa decisiva. La L a guerra declarada en el seno del peronismo, y agudizada hasa el paroxismo desde el regreso de Perón, es una de las maniesaciones, la más imporane, de la lucha abiera y ronal por la dirección de las masas en las que esán compromeidas las uerzas que combaen por una u ora salida de la crisis. Lo nuevo de la siuación políica argenina reside en que la agudización del enrenamieno social ha conribuido a recorar con claridad en el inerior del peronismo la presencia del campo de la revolución y del campo de la conrarrevolución como dos polos de una conradicción inconciliable. A dierencia de lo sucedido durane su primer ciclo de poder, el peronismo en 1973 es incapaz de sineizar esa conradicción y en la medida en la que es nuevamen nuevamenee poder, el cenro de gravedad gravedad de la lucha políica de clases en la Argenina se se ha desplazado desplazado hacia su inerior. inerior. La maanza del 20 de junio en Ezeiza y la campaña macarisa y errorisa que la sucedió son ejemplos rágicamene elocuenes elocuenes del grado alcanzado por esa guerra civil. 133
Desde el 11 de marzo hasa el 20 de junio –período que incluye mucho más la coninuidad de la campaña elecoral que la inauguración de una nueva eapa políica– de esa doble veriene que llevó al riuno r iuno de Cámpora, el componene popular, jacobino, jacobino, ue el predominane. La movilización movi lización pareció enonces desbordar los proyec proyecos os económico-sociales que se pusieron en marcha a ravés del Acuerdo Social y del paquee de medidas enviadas al parlameno. El resablecimieno de las liberades democráicas a un nivel absoluamene desconocido en nuesra sociedad, una agresiva políica exerior independiene y la enrega de varias universidades a los grupos más radicalizados del movimieno peronisa, cubrían la ora cara de la siuación expresada por el Plan Gelbard. 2. La caída de Cámpora Paulainamene las uerzas que habían impulsado bajo Lanusse los acuerdos CGECG, que habían proagonizado La Hora del Pueblo y a las que se sumaba ahora una cúpula miliar parcialmene renovada y dispuesa a ajusar su docrina a los nuevos érminos de la siuación políica, ueron reocupando la escena de la que habían sido parcialmene desalojados por la movilización popular. Su objeivo no era el de modicar una políica de ondo –el programa del Frejuli– que en esencia permanecía inalerada, sino el de conrolar la movilización popular e impedir que ella avanzara hasa un puno de no reorno. La derecha derecha peronisa ue el grupo gr upo de choque uilizado el 20 de junio en Ezeiza Ezeiza y el 13 de julio en Gaspar Gaspar Campos Campos para crear mediane la violencia y la presión de los aparaos sindicales las condiciones propicias para la caída de Cámpora. El período del “camporismo” “camporismo” debía concluir para poder abrir paso a una nueva órmula de poder que incluyera a la burocracia sindical, a las uerzas armadas y a las pr incipales burocracias políicas, sin la presencia molesa y siempre peligrosa de los grupos más radicalizados de la inelligensia peronisa. Desde diciembre de 1972 –cuando la burocracia sindical bloqueó su candidaura– hasa el 13 de julio, en un proceso de permanene crecimieno de la lucha de masas, Cámpora había represenado a un secor de la burocracia políica que, sin uerza propia, había debido apoyarse en las organizaciones armadas y en la JP. Fueron esos grupos revolucionarios del peronismo los que colocados en la cresa de la ola de la movilización popular se ransormaron rápidamene en la uerza con mayor poder de convocaoria del país, abriendo por primera vez en el inerior del peronismo la posi bilidad ciera c iera de una dirección revolucionaria de masas, y ello no obsane que la capacidad de movilización y de agiación, ese “mononerismo” emocional del pueblo, no uviera aún un correlao a nivel organizaivo, especialmene en el plano de la clase rabajadoraa peronisa. rabajador En esas condiciones, el desplazamieno de Cámpora es ácilmene explicable. Su caída no debe ser aribuida a que inenaba poner en prácica un programa de rans134
ormaciones sociales desasado en relación con la “eapa”. Cámpora cayó porque no desalenaba sucienemene la movilización popular, porque represenaba más una meodología de acción políica que un programa alernaivo del Frejuli. Y cuando se dice que su acción iba más allá de las posibilidades que marcaba la “eapa”, que era más avanzada que lo que podía olerar la “unidad nacional” preconizada por Perón, Perón, en realidad se armaba sin decirlo que al acción desbordaba los límies políicos que el peronismo puede asumir sin enrar en crisis; pero de ningún modo puede armarse que esos límies sean los de las necesidades de las masas, los de la volunad de las masas y ni siquiera siquiera las posibilidades de una una políica de alianzas que recuperara para la unidad popular aniimperialisa a buena pare de los voos radicales y alendisas. En sínesis, cuando la derecha peronisa y el propio Perón deciden desplazar a Cámpora no esán preocupados por lo avanzado de su programa, sino por la orma políica con que ese programa era pueso en prácica. 3. El proyeco nacionalisa en el poder Si el 11 de marzo es el resulado de la conuencia enre la movilización de las masas y el proyec proyecoo hegemónico de la burguesía no monopólica, a parir del 20 de junio la dirección peronisa ha decidido aricular su políica a parir del segundo érmino, relegando el primero. primero. Con ello, el peronismo, ras la eapa de lucha l ucha por la reconquisa del poder, reasume sus meas hisóricas, como movimieno nacionalisa de un país dependiene.. Ese nacionalismo, cuyos límies dependiene l ímies esán dados hoy por el creciene enrecruzamieno de la peneración imperialisa con el desarrollo capialisa en la Argenina a parir de la década de los 60, no iene en su horizone docrinario meas socialisas ni busca preparar, en el presene, su realización uura. Se raa de un proyeco de crecimieno auónomo, de “grandeza nacional” o de “Argenina poencia” como dice el lema, basado en un desarrollo económico con conrol nacional a ravés de la asociación enre el esado, la burguesía local y las direcciones sindicales, que posibilie una políica de reormas sociales y que en lo inernacional se apoya en una políica de creciene auonomía auonomía rene a los Esados Unidos, en una aperura al mercado europeo y al socialisa y en la búsqueda búsqueda de una inegración inegración coninenal lainoamericana. lainoamericana. Ese proceso de conenido nacionalisa, que no cuesiona las relaciones de propiedad, puede vericarse de dos maneras y según cual de ellas el las sea la que prime cambiará su carácer. Un proyeco nacionalisa revolucionario, que busca su principal base de susenación susen ación en una inensa movilización popular, desemboca ineviablemene en un proceso real y eecivo de liberación nacional y social. soc ial. Pero si su sopore es, en cambio, un bloque políico ormado hegemónicamene por los represenanes represenanes de la burguesía con el reaseguro de las uerzas armadas, bloque que encuenra su puno de equilibrio precisamene en la inmovilidad de las masas, el desemboque será la reproducción de un capialismo cada vez menos auónomo del capial monopolisa. Prever un resul135
ado disino, evocando las similiudes que pueden enconrarse enre el acual plan económico y las medidas adopadas en 1946, no sería más que un mero deseo uópico de volver al pasado, olvidando los cambios producidos en los úlimos 25 años de desarrollo capialisa argenino y de ransormación del sisema si sema imperialisa mundial. Más allá de episodios circunsanciales, es un hecho que odo el proceso que se viene desarrollando desde el 20 de junio en adelane orma pare de la oensiva desaada por un grupo al que genéricamene podríamos calicar como la derecha, verebrada alrededor de un programa de desarrollo económico-social que busca la negociación con los monopolios y en la que la burocracia sindical y políica del peronismo opera como la principal uerza uer za de conrol y desmovilización de la clase obrera y del pueblo, y que ubica a su enemigo principal en el inerior del propio movimieno. 4. El papel de Perón Un elemeno imporane de discusión es el papel que juega el propio Perón en ese proceso.. A medida que el mismo avanza, pierde senido la hipóesis de un Perón “usaproceso do” por la burocracia o la que sosenía que enre él y el pueblo se habría esablecido conra su volunad un “cerco”. Apreciaciones de ese ipo ya ni siquiera pueden ser jusicadas ácicamene ácicamene,, pueso que al no soporar el choque con la realidad siem bran la conusión y el escepicismo enre las uerzas que se invia a movilizarse para desruir al cerco. Hoy para nadie pueden caber dudas que el acual proceso de desmovilización de las masas y de descabezamieno de los secores secores más radicalizados del peronismo cuena con la aprobación de Perón y no es un mero produco de presiones exernas. Sus discursos, sus declaraciones y sus acos poseriores al 21 2 1 de junio ienen un conenido muy claro y apunan a un mismo objeivo: la denición de un proyec proyecoo económico, social y políico que no puede de ningún modo ser denido como simplemene coyunural. Su idea acerca de la “reconsrucción nacional” basada en una sociedad políicamene inegrada inegrada con el acuerdo de los grandes paridos y las uerzas económicas y gremiales, al esilo de Europa Occidenal; Occidenal; su concepción acerca del orden social, de la reorganización del Esado (discurso del 21 de junio), de la políica económica basada en la iniciaiva de los capialisas privados nacionales (comparación (comparación enre enre Gel bard y Miranda en el discurso ane los gobernadores), de la necesidad de esrucurar una políica exerior equidisane de los grandes bloques (discurso en la CG), inegra una unidad coherene y consane de pensamieno. pensamieno. Es más un modelo de sociedad que una respuesa ácica a una coyunura políica pol íica deerminada. Ese modelo se corresponde con el de un movimieno nacionalisa en un país dependiene y son sus conenidos los que denen la ideología de Perón, que no es un líder socialisa, ni el represenane de los inereses de los rabajadores en un movimieno inerclasisa, pero ampoco un pragmáico puro, puro, un ealpoliiker ealpoliiker que dirige a ese mo vimieno de acuerdo con las presiones que recibe, sin ener ener un proyeco proyeco propio. propio. 136
Sin embargo, sería erróneo hacer demasiado hincapié en la ideología explícia o implícia de Perón para develar develar el senido úlimo de su políica pol íica y la consecuencia objeiva de sus acos. Quizás valga la plena recordar una vez más que a los individuos y más aún a los líderes de los grandes movimienos políicos no se los puede juzgar por lo que piensan de sí o del mundo, sino por lo que realmene resula de su acción, y para comprender eso úlimo resula imprescindible analizar las “desviaciones” que provocan a sus propósios las condiciones económicas, sociales y políicas en las que le oca acuar. Si la políica es la ciencia de lo posible, no siempre lo posible es lo que ínimamene se busca. Creyendo lo conrario, los hombres son mucho más esclavos de las uerzas que desencadenan que amos de ellas. La reexión iene senido porque si hay algo que esán comprendiendo las masas argeninas es que ese modelo de sociedad al que ano aspira Perón se ha vuelo irrealizable en la Argenina de hoy hoy.. En 1946 un programa de desarrollo de las uerzas uerzas producivas sin aecar las relaciones de propiedad capialisa podía acompasarse con reormas proundamene democráicas en el aparao del Esado y una dilaación de las luchas reivindicaorias y políicas de las masas. En 1973, un ineno de reverir reverir a avor de las masas rabajadoras el deedeerioro permanene en sus condiciones de vida y de rabajo y un aumeno signicaivo de su paricipación en el ingreso nacional, exige proundas reormas de esrucura que aecan las relaciones de propiedad. Acompasar como en 1946 el desarrollo pleno de las uerzas producivas con el aumeno de los ingresos de los rabajadores exige aecar al capial agrario y a los monopolios, lo cual a su vez supone una agudización prounda de la lucha de clases. Cuando se habla conra los apresuramienos y se privilegia el iempo a la sangre, se pare siempre de una lecura de la realidad en la que la lucha de clases no enra como insrumeno analíico. analíico. Se cree que si se cuena, como ocurre ocur re hoy en nuesro país, con un amplio apoyo popular, y excepcionales capacidades de dirección políica, no se necesia iempo para disgregar el rene adversario y provocar serios desplazamienos de uerzas a avor de las reormas de esrucuras. Derás de esa lógica sobresimación de la conducción políica (lógica ( lógica por cuano no se pare par e de la lucha de clases) se iende a olvidar el grado creciene de “impenerabilidad” del capialismo dependiene argenino a las endencias reormisas. Sin una rupura de la relación de dependencia, y sin un rechazo radical del modelo de desarrollo de las áreas avanzadas, el sueño de una Paria Jusa, Libre y Soberana Sobera na a la que cree encaminarse encamina rse Perón no es más que un sueño. Una reesrucuración de la economía argenina sólo admie hoy dos alernaivas. 1) O se hace a ravés de un camino que pasa por la concenración écnico-nanciera dirigida por los grupos monopolisas y enonces signica expansión de las uerzas producivas pero a cosa de su mayor condicionamieno y supediación de la economía argenina como subsidiaria de los países capialisas avanzados, la inensicación de la exploación y del despoismo paronal en las ábricas, la reducción de los niveles de 137
ocupación, la ragmenación creciene de la clase obrera, la inegración del sindicao al sisema, la marginalización de regiones eneras del país, un proceso de ascisización del Esado; 2) o se hace a ravés del poenciamieno del capialismo de esado y de la rupura de las relaciones de dependencia, lo cual signica iniciar un proceso de ransición hacia un sisema económico y social disino (“Socialismo nacional”, o mejor “consrucción nacional del socialismo”). Pero eso presupone: a) un cambio proundo en las relaciones inernacionales de nuesro país, paricularmene con relación a los Esados Unidos, b) b) la ampliación del secor económico público (creando nuevas ormas de propiedad social) para colocarlo en condiciones de conrolar la esrucura de las inversiones, de los salarios y de los movimienos de capiales; c) la creación de una esrucura de poder disina en odos los niveles, basada en el pleno democraismo de base y en la amplia paricipación popular como requisio imprescindible para lle var adelane los dos primeros pr imeros objeivos; d) la incorporación i ncorporación de nuevas capas sociales al proceso, undamenalmene obreros, inelecuales, écnicos, pequeños y medianos producores, capaces de expresar un mundo nuevo de exigencias y de capacidades políicas y cuesionadoras de hecho de un ipo, de una “calidad” de desarrollo, de una jerarquía de inversiones y de consumos que proundiza proundi za la dependencia e incremena el poder del capialismo capiali smo.. Se ha elegido en cambio un camino inermedio, un proyeco de modernización capialisa hegemonizado por una pseudo burguesía nacional incapaz como al de sosener un programa de verdadera independencia nacional. Ese camino requiere iempo porque necesia arrancar poco a poco concesiones a las clases dominanes sin asusarlas, sin enrenarlas al especro del socialismo o al de un desborde del movimieno de masas. Hay que avanzar avanzar muy despacio para impedir que esas uerzas se unan en un bloque de oposición que apoyándose en el ejércio, como en Chile, conduzca rápidamene a la experiencia al racaso. Y para eso es preciso adopar una políica de desmovilización sosenida en un auoriarismo creciene del aparao del esado. Es preciso aniquilar a los secores que desde el inerior del movimieno peronisa expresan los inereses y las aspiraciones de los rabajadores y del pueblo pueblo.. En úlima insancia es preciso reesrucurar y maniaar al propio movimieno peronisa. Lo paradójico es que de ese modo, aun sin quererlo –y siempre ha sido ésa la ragedia de odo movimieno nacionalisa–, se logra un resulado direcamene direcamene conrario del buscado, pueso que en deniiva no serán las clases dominanes las que irán cediendo pare de su poder, sino el gobierno popular quien se ornará cada vez más prisionero de aquéllas. Pero nos equivocaríamos si preendiésemos derivar de aquí conclusiones caasrócas acerca de la probable desembocadura desembocadura de la acual coyunura políica y económica. La incapacidad hisórica demosrada por la burguesía en la resolución de la crisis esrucural que padece la nación calica la capacidad dirigene de una clase, pero de ningún modo prejuzga sobre su capacidad de ser piloo de ormenas en deerminadas coyun138
uras. Es innegable que con la caída de Perón en 1955 se abre en nuesro país una crisis de dirección políica que la burguesía o mejor dicho las clases dominanes no ueron capaces de superar. El hecho de que hoy acepen lo que pugnaron por desruir en su momeno, demuesra no sólo su debilidad sino ambién su ineligencia. En los años ranscurridos desde 1955 las clases dominanes demosraron ser lo sucienemene hábiles para sorear sin grandes caaclismos los obsáculos que le inerponían luchas populares que a veces llegaron a ener una gran envergadura. La discusión absraca y bizanina sobre las reales dimensiones de la “capacidad” burguesa iende a ormalizar el debae haciéndole haciéndole abandonar el análisis concreo de las relaciones de uerzas uerzas que es el único que debe realmene ineresar ineresar a las uerzas uerzas revolucionarias. Ocurre que al presenar y exponer oda ucuación de la políica y de la ideología como una expresión direca de la esrucura, no sabe lo que es dierenciar lo que es incapacidad congénia de lo que puede resular clarividencia políica en la adminisración de los asunos del esado. Una orma social siempre iene posibilidades marginales de desarrollo a parir de la relaiva debilidad de las uerzas anagónicas, en ese caso el proleariado. La iniciaiva que sea capaz de desplegar la burguesía esá en relación direca a la ala de iniciaiva de los rabaja rabajadores. dores. Los siee millones mil lones de volunades que voaron a Pe Perón rón lo hicieron convencidos de que el reorno de su viejo líder al poder signicaría la resolución de sus problemas de hoy y la esperanza de una sociedad disina mañana. A parir del amplio margen políico (y económico, por lo ano) que le oorgan los millones de asalariados que lo sosienen, es posible que el gobierno acual pueda resolver, sin necesidad de cambios esrucurales, algunos de los problemas que más preocupan hoy a los rabajadores (la vivienda, o la ocupación, quizás), pero resula absoluamene ilusorio pensar que puedan ser saisechos los requerimienos que apunan a la consiución de una sociedad disina y más jusa sin cambiar de raíz una esrucura que auoproduce auoprodu ce la exploación y la injusicia. No se raa enonces enonces de un mero problema de rimo con que se eecúan cieros cam bios, se raa esencialmene de esablec esablecer er con precisión adónde se quiere llegar, cuál es la propuesa esraégica que se deende. Lo que separa a Gelbard de la izquierda revolucionaria del peronismo no es una dierencia acerca de la velocidad que debería imprimírsele a un proyeco de ransormación económica y de jusicia social, sino una denición radicalmene opuesa del carácer de ese proyeco y de las uerzas que deberían llevarlo a cabo. Por ello, cuando se habla de los “apresurados” y de los “reardaarios” que por exceso o por deeco pondrían en peligro con su obcecación el éxio uuro de la empresa, se esá imaginando un proyeco único que se despliega en el iempo y que se impone por la uerza de las cosas, en el inerior del cual exisen dos concepciones disinas acerca de la velocidad de su implemenación. Y eso es evidenemene also. Nadie, Na die, excepo una izquierda reórica y declaracionisa, puede dejar de reconocer que 139
cada proceso revolucionario iene un iempo propio y que ése a su vez depende de una compleja relación de uerzas ano en el plano nacional como inernacional. Más aún, y reerido a nuesro caso concreo, es innegable que la derroa del gobierno popular en Chile ha aumenado considerablemene considerablemene las diculades que deberá sorear odo proceso de liberación social y nacional en la Argenina. Esamos obligados a acuar en un conexo lainoamericano neamene desavorable, y denro de un cerco de países con gobiernos reaccionarios y proimperialisas que raarán de asxiarnos. De ahí que podamos armar que la relación enre políica nacional y políica inernacional consiuye hoy el puno de mayor diculad para un programa políico de las uerzas uerzas revolucionarias. Pero Pero de ese reconocimieno proundamene válido no pueden exraerse conclusiones que apunen a inmovilizar inmovi lizar a las masas y a desruir sus direcciones revolucionarias, porque es absurdo pensar que de esa manera se crean condiciones avorables para la derroa del imperialismo. imperial ismo. En sínesis, si se evoca la coyunura coy unura inernacional como un acor resricivo para un avance revolurevolucionario rápido es preciso conocer anes cuál es el proyeco que se quiere realizar, pues en el inerior de ese proyeco es donde iene senido hablar del “iempo” y de la “sangre”, donde deberá decidirse en úlima insancia si corresponde ser “apresurado” o “reardaario”. Sólo una esraegia perecamene clara puede permiirse el máximo de desprejuicio en las medidas ácicas. Si no se logra disinguir con claridad las dierenes propuesas esraégicas oculas, derás de érminos aparenemene idénicos, se borran dierencias que son esenciales para la lucha políica y que dejadas de lado supedian el movimieno revolucionario al juego de las uerzas esponáneas de la sociedad capialisa, juego que es siempre, en úlima insancia, conservador, aunque se presenee en la escena políica bajo una reórica revolucionaria. presen Más allá de las inenciones de los acores, la consecuencia objeiva de la políica acual del Gobierno Popular conduce inexorablemene al conrol oal del movimieno de masas a la depuración ideológica del peronismo, a la prolieración de las bandas armadas, a la preparación de los insrumenos legales de la represión y a la violencia conra-revolucionaria. conra-rev olucionaria. El desplazamien desplazamienoo hacia las posiciones posic iones del gobierno de secores imporanes de las clases dominanes, no consiuye una demosración de la capacidad hegemónica del peronismo, sino la búsqueda por pare de la derecha de un nuevo bloque de uerzas que permia romper a avor del capial monopolisa el acual equilibrio de uerzas inesables. Se apoya a Perón para que Perón Perón decapie a la izquierda de su propio movimieno movimieno.. Sin embargo, embargo, ese verdadero nudo gordiano de la políica argenina presena enormes diculades para ser corado en el senido deseado por la derecha. En primer lugar porque Perón es un caudillo, eso es, alguien que modela su comporamieno en unción de los ecos que recibe por sus acos. Su relación con las masas puede ser paernalisa, pero jamás despóica, en la medida en que no quiera negarse a sí mismo. 140
En segundo lugar, porque el hecho nuevo de la realidad políica acual es que, por primera vez en la hisoria del peronismo y del país, ha logrado consiuirse una dirección revolucionaria de masas, produco y expresión ex presión de una realidad ambién inédia: la de la presencia en las luchas sociales argeninas de una nueva volunad políica, de una nueva conciencia de rechazo de la realidad presene presene que reclama una reesrucuración oal de la sociedad. El hecho de que ese enómeno se vea con mayor claridad en el plano de la agiación y de la movilización que en el de la organización, no invalida el hecho esencial de que las burocracias sindicales y políicas esán ya hisóricamene en reroceso y se maniesan inepas para ransormarse en conducción políica de las masas. Precisamene Precisamen e porque la radicalización de la sociedad argenina es an prounda, Perón se ve obligado a renunciar a un esilo de dirección políica que endía siempre a lograr que los exremos de su movimieno no se sobredimensionase sobredimensionasen. n. La izquierda peronisa debe ser aniquilada no porque no acepe cieras leyes de juego ineviables, ni porque se niegue a reconocer la necesidad de eapas en el proceso de liberación social y nacional, sino porque avanza en el senido del crecimieno del movimieno de masas y porque expresa la exigencia de una desembocadura socialisa del proyeco peronisa. Sin embargo, la siuación esá lejos de haber alcanzado un puno de no reorno. Para quien hizo del “juego pendular” un sabio principio de dirección de un movimieno inernamenee conradicorio no puede resularle ajeno un elemenal principio de coninernamen ducción políica: si se desruye a la izquierda se queda prisionero de la derecha y la derecha es el golpe. O se avanza hacia el socialismo o se rerocede a la ascisización de la vida nacional. La experiencia experi encia de nuesros vecinos nos lo esá demosrando. demosrando. 5. La responsabilidad de la izquierda revolucionaria peronisa Los grupos revolucionarios crecieron y se desarrollaron al amparo de la esraegia de Perón endiene a reconquisar el poder. Ese crecimieno ue decisivo para llevarlo nalmene a la presidencia, pero durane el mismo se concienizó y se organizó a grandes coningenes humanos a avor de la consrucción nacional del socialismo. Perón es hoy presidene por la radicalización políica y miliar de masas en la Argenina y los grupos gr upos revolucionarios peronisas son el principal emergen emergenee de ese proceso. proceso. Si ellos odavía hoy aparecen organizaivamene organizaivamene débiles rene al poder reorzado por el esado de las burocracias que, en 1966, abandonaron de hecho a Perón a su propia suere, que boicoearon las luchas populares, que deseraron de la campaña elecoral y que se monaron al ren ren de la vícima ras la masacre de Ezeiza, la más cruel maanza maanza de peronisas que regisra el país desde 1955, ienen no obsane a su avor, el hecho de no expresar solamene una opción ideológica, sino una realidad social. Los grupos re volucionarios del peronismo corren en la dirección de las masas, expresan los nuevos conenidos de su presencia en nuesra sociedad. 141
El desaío que ahora recogen es el de consolidar y proundizar esa inserción en la clase rabajadoraa y en el pueblo sin caer en el ulraizquierdismo, como lo preenrabajador dería la izquierda “vanguardisa” y la derecha peronisa. Eso es, sin dilapidar di lapidar el capial primero que los hizo crecer colocándose uera de la idenidad políica básica de las grandes masas rabajador rabajadoras. as. Sobre los grupos revolucionarios del peronismo recae hoy una gran responsabilidad políica por cuano consiuyen el núcleo originario de consiución de una dirección del proceso revolucionario en la Argenina. En la perspeciva de la consrucción de una organización de masas con objeivos socialisas, la discusión de la que son proagonisas undamenales represena el hecho políico más imporane de la acualidad. Sin uilizar a ella como reerene principal, organizaivo e ideológico, no hay ninguna posibilidad de consruir algo que vaya más allá del monólogo de las secas de izquierda. En esa dimensión, las encrucijadas encruci jadas que pueda enconrar el peronismo revolucionario son un problema que oca a odos los que aspiran a la consrucción del socialismo en la Argenina. Es un hecho que la crisis cri sis del 13 de julio descargó sorpresi vamene,, cuando esaba muy lejos de haberse vamene haberse resuelo resuelo el dilema políico undamenal: ransormarse de maniesación generacional, en expresión políica de los l os rabajadores, rabajadores, en el movimieno mov imieno nacional inerclasisa que es el peronismo. Para Para la resolución de ese problema juega un papel undamenal la claridad en la ormulación de un programa de alernaiva obrera rene a la orienación burguesa del proceso hoy dominane, que sirva para dispuar la dirección políica del movimieno de masas. El primer paso supone una denición de la conradicción principal y de las conradicciones secundarias en nuesra sociedad y de las ormas en que ellas se expresan en el espacio de la políica. Denir genéricamene al imperialismo como enemigo de la nación, o especicar la conradicción undamenal como una puja anagónica enre un bloque de clases en el que el imperialismo se presena no como una uerza exerna sino como un acor inerno,, enraizado en la esrucura produciva más desarrollada, y oro bloque de clases a erno cuya cabeza se halla el proleariado indusrial direcamene exploado por el gran capial, no es un problema académico, académico, sino esencialmene políico y de decisiva imporancia prácica, pueso que iene que ver con la caracerización de las eapas por las que debe aravesar aravesar el proceso revolucionario. revolucionario. Sólo a parir de una denición correca de la conradicción principal, o sea adecuada al grado real de desarrollo de nuesra sociedad denro del cuadro del sisema económico y políico mundial, puede deerminarse el carácer y la inensidad de las conradicciones secundarias que operan o peran en cada uno de los bloques y el méodo juso para acuar sobre ellas. La delimiación de la eapa revolucionaria y su consecuencia direca, la deerminación en el iempo del enemigo principal, de los secores aliados y de aquellos que pueden 142
y deben ser neuralizados, así como la ubicación del lugar en el que se halla el cenro de gravedad gravedad sobre el cual deberá concenrarse la baalla para acumular uerzas propias, dependen de un análisis correco de la siuación, en el que esrucura y coyunura, movimienos ocasionales y hechos orgánicos, sociedad y políica, puedan ser capados en su jusa relación. 6. El discurso de Firmenich En ese senido, que va hacia la denición de un proyeco esraégico, el discurso de Mario Firmenich del 22 de agoso congura un paso muy imporane impor ane para la denición de la eapa acual y de las areas que de ella el la se derivan. Desacamos del mismo seis rasras gos undamenales. 1. La caracerización de la necesidad de una revolución como un hecho social “que broa de la realidad realidad objeiva que exise más allá de nuesra volunad” volunad”.. 2. La posulación de un marco coninenal para la revolución. 3. La rearmación del rol hegemónico que debe desempeñar en ella la clase obrera organizada. 4. La posulación, para la eapa de un rene aniimperialisa, con paricipación de secores no prolearios, es decir, la ariculación de una alianza de clases, pero con la aclaración que la misma sólo endrá un senido revolucionario si es conducida por la clase rabajadora. “La clase rabajadora solamene puede conducir hasa sus úlimas consecuencias ese proceso si esá verdaderamene verdaderamene organizada y si su conducción de la alianza de clases es ambién orgánica”. 5. La criica del Paco Social CGE-CG, porque ése no reeja los inereses de los rabajadores, en ano su represenación no es asumida como debería serlo, por los direcivos de la CG. 6. La ubicación del cenro de gravedad gravedad de la acción de los secore secoress revolucionarios en la organización de la clase obrera, expropiada hoy de sus insiuciones por la burocracia sindical. (“Si no organizamos ahí, si no enemos seriamene organizada a la clase rabajadora, no hay proceso de liberación.”) Esos rasgos conguran las bases para un programa de acción capaz de cubrir oda una eapa de acumulación de uerzas en el campo de la revolución. La dimensión del desaío que el mismo recoge es muy grande, porque aprovechando aprovechando el erreno ganado por las luchas de las masas apuna a consruir una alernaiva políica para la clase ra bajadora desde el inerior del movimieno nacional. Desde allí, desde el inerior de una idenidad políica que no esá hoy en discusión, se propone elaborar propuesas concreas para la clase obrera y el reso de los secores populares que lleven a la consolidación orgánica de la hegemonía obrera en el rene de clases. De lo que se raa enonces es de acenuar un proceso de dierenciación políica en el inerior del peronismo no a parir de propuesas políicas generales sino de políicas especícas para el 143
movimieno de masas (obrero, villero, barrial, agrario, esudianil, inelecuales) a ravés de un doble movimieno de socialización de lo políico y de poliización de lo social que nura a las movilizaciones mov ilizaciones obreras y populares. Esas movilizaciones han enido y ienen en el inerior del país un alcance mucho más avanzado que en la Capial y el Gran Buenos Aires. Juno con su desarrollo se han venido consolidando direcciones políicas co-reivindicaivas inernas a esas luchas e independienes de los aparaos cenrales de la políica, lo que congura un especro de uerzas muy variadas. Córdoba, ucumán, Sala, el Norese, ío Negro, por ciar los casos más noorios, planean una problemáica políico-social que no puede ser resuela a ravés de esquemas simplisas, porque responden a siuaciones pariculares y consiuyen una muesra evidene de las ensiones y de los punos de racura pro vocados por la expansión de un único mecanismo mecanismo capialisa de desarrollo bajo direcdirección monopólica. Por lo prono, prono, es en esas ensiones precisamene precisamene donde la izquierda revolucionaria ha logrado hacer pie en imporanes secores de la clase rabajadora a ravés ra vés de dirig dirigen ene ess reco reconoci nocidos dos por las masas y en dond dondee el peron peronismo ismo revoluc revolucioionario se aricula aric ula con ormas locales dierenciadas de las direcciones nacionales. Ese reconocimieno del disino carácer de las movilizaciones del inerior, que ninguna dirección políica, ni de izquierda ni peronisa, puede recuperar ínegramene como propia, obliga a resolver el problema de su conuencia como una veriene legíima de la lucha de las masas en la Argenina, A rgenina, sin caer en esquemaismos o en propuesas generalizadoras que en realidad responden a oras siuaciones pariculares. Es a parir de ese marco objeivo que el EP y oras uerzas de izquierda raan de colocar su propuesa organizaiva para la canalización políica de esas luchas. El ob jeivo es orzar, or zar, a parir de la radicalización de odos los conicos que se suceden en Córdoba, Córdob a, Sala, ucumán y oros lugares, la escisión del peronismo revolucionario y la creación de “la “ la unidad de odos los revolucionarios”, revolucionarios”, de una nueva alernaiva clasisa en el plano de la políica nacional. Frene a esa concepción absoluamene esquemáica de la lucha políica pensamos que la realidad no esá reclamando hoy la consrucción de una “vanguardia revolucionaria” como sumaoria sumaoria de grupos gr upos y de endencias clasisas, peronisas y no peronisas. La separación del ronco peronisa de los revolucionarios que acúan en su inerior i nerior signicaría una grave pérdida de erreno en un espacio arduamene conquisado. conquisado. Consiuiría siu iría de de hecho hecho una una opera operación ción semej semejan anee a la que preen p reende de real realiza izarr la l a derec d erecha ha peronisa. Cuando se pugna por aniquilar la izquierda peronisa o por empujarla uera del movimieno, lo único que se preende realmene realmene es decapiar al movimieno mov imieno peronisa, desruir el complejo proceso de consiución de una nueva dirección revolucionaria de las masas. Proponer la “unidad de odos los revolucionarios” independiene del movimieno que hegemoniza y expresa políicamene a la gran mayoría de los exploados, es incurrir en una esimación vanguardisa del desarrollo de la lucha políica. políica . 144
Porque en realidad el objeivo no es unicar a los revolucionarios enre sí, sino a esos con la clase rabajadora y ese proceso recorre caminos basane complicados y conradicorios como para que puedan ser resuelos en una orma canónica. Exige ane odo la proundización de la lucha de masas, el pleno despliegue de oda su capacidad de cuesionamieno del capialismo, la consolidación de direcciones reconocidas por ellas, la creación de organismos reivindicaivos y políicos a la vez conrolados por las masas y que expresen ex presen al conjuno de los secores en lucha. Es preciso hacer crecer en el propio seno de la sociedad capialisa dependiene argenina argenina un conrapoder de masa, un cuesionamieno concreo y permanene de los disinos aspecos de la esrucura social, que den lugar a nuevas ensiones, que denan propuesas alernaivas, alernaivas, que ormen nuevas capacidades de dirección, que produzcan un nuevo nivel de conciencia y de organización. Sólo en orno a ese objeivo iene senido discuir hoy el grado de unicación políica que admie el movimieno mov imieno de masas y los caminos para lograrlo. 7. La nueva oposición social y la alernaiva socialisa La prounda diversidad de las luchas sociales y abriles gesadas undamenalmene a parir de 1969, luchas que como sosenemos ienden a desbordar los límies de compaibilidad del sisema y a reclamar objeivamene un modelo de desarrollo y de sociedad no capialisa, ha esimulado poderosamene la ormación de un vaso campo de uerzas revolucionarias y socialisas ano inernas como exernas al movimieno peronisa. Aunque no podamos armar que la acual radicalización de las luchas populares ha sido provocada por la acción de esas uerzas (aquella deriva, ane odo, del proceso objeivo de desarrollo capialisa dependiene y de sus conradicciones), no se puede desconocer la conribución que han dado y siguen dando a la reunicación del momeno políico y del económico en las luchas sociales. Sin embargo, embargo, a parir par ir de ese reconocimieno, que implica necesariamene una percepción no secaria de los iempos y de las ormas propias de maduración de cada una de esas uerzas, no podemos dejar de señalar algunas de sus limiaciones más esenciales: su esrecha experiencia políica, su escasa vinculación con la clase obrera indusrial y con las experiencias de lucha de los rabajadores, su excesiva inclinación al ideologismo y al secarismo, su endencia a privilegiar experiencias pariculares pari culares deormando la imagen de la realidad, su permanene oscilación enre una posición empirisa y demagógica en la acción prácica y una posición principisa y esquemáica en las generalizaciones políicas y esraégicas. raé gicas. Son esas limiaciones las que le impiden aprovechar acabadamene acabadamene el vacío abiero por la crisis crisi s de los insrumenos de mediación y de represenación represenación de las masas rabajadoras rabaja doras argeninas, aun en una siuación de “endemicidad” “endemicidad” exrema de las luchas. Porque lo que hoy reclama el movimieno de masas argenino no es una vanguardia políica cualquiera, sino una organización políica que por su propuesa esraégica, por su capacidad de iniciaiva, por su modo de organizarse, esé en condiciones de vi145
vir en el inerior inerior del del movimieno movimieno de masa y de inuir posiivamene posiivamene sobre su capacidad de lucha. Sólo cuando las masas visualicen la exisencia de esa organización podrán susiuir esas viejas organizaciones por las nuevas. Son esos supuesos requeridos por el movimieno de masa los que nos llevan a individualizar en el inerior del peronismo el único proceso verdaderamene válido y signicaivo de agregación políica revolucionaria y socialisa. No esamos prejuzgando sobre algo que sólo los hechos uuros podrán vericar, esamos simplemene armando lo que la hisoria de las úlimas dos décadas nos ha dejado como lección: hoy la posibilidad del socialismo araviesa el movimieno peronisa y sobre las espaldas de los peronisas revolucionarios recae la responsabilidad de que esa posibilidad no se rusre. r usre. Aunque la ransormación del vaso y heer heeróclio óclio campo de uerzas revolucionarias en un único movimieno de signo aniimperialisa aniimperiali sa y anicapialisa es un proceso muy complicado, que requiere necesariamene del avance de la conciencia de masa y la proundización de la crisis de odas las organizaciones exisenes, es preciso señalar un imporane impor ane paso adelane en ese senido. senido. La reciene unicación de FA y Mononeros, las dos más imporanes impor anes organizaciones organizaciones políico-miliares, desarrolla das y ogueadas paralelamene paralelamene con la proundización de la conciencia de la clase obrera y de los rabajadores y más paricularmene par icularmene de la juvenud, consiuye un hecho desinado a ener una prounda signicación en la hisoria uura de la lucha de clases en la Argenina. Su rascendencia reside en que por primera vez aparece un polo organizaivo revolucionario sosenido sobre una propuesa esraégica correca y una graviación ponderable en las masas, capaz de ransormarse en esa eapa en el núcleo cenral de agregación agrega ción de un conjuno de uerzas revolucionarias del peronismo peronismo,, y en el principal coordinador de las luchas abriles y sociales que se despliegan a lo largo y a lo ancho del país. Esa propuesa esraégica correca a la que hacemos mención –y que uera uera rearmada públicamene por dos de sus dirigenes en el aco realizado en Córdoba el 17 de ocubre pasado– pone su eje en la necesidad de consruir la hegemonía (vale decir, la dirección políica e ideológica) de la clase obrera denro de una alianza de clases aniimperialisa que responda a las necesidades de la acual eapa de lucha, a ravés de un esímulo permanene de la movilización popular de la consrucción de poderosos movimienos de masa, capaces de crecer como una alernaiva social al sisema, y de la ormación de una organización políica de vanguardia, cuya esraegia, cuyas ormas organizaivas, cuyos objeivos inmediaos sean ales como para asumir los conenidos y las nuevas exigencias de la lucha a nivel de base y de masas. A parir de esa relación esrecha esr echa de rene rene políic políico, o, lucha luchass sociales sociales y organizaci organ ización ón revoluc revolucio io nari nariaa es posi posible ble acumular las uerzas políico-miliares pol íico-miliares capaces de hacer avanzar avanzar hacia ormas cada vez más elevadas de lucha.
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Esa denición esraégica general presupone como es lógico la elaboración más deenida de un conjuno de emas pariculares que se desprenden de aquélla y que conribuyen a precisarla. Sólo así una hipóesis esraégica se conviere en una línea políica concrea y sirve sir ve a las organizaciones revolucionarias para enconrar los punos más débiles del sisema, los lugares donde la volunad de lucha puede ser más ecazmene aplicada. De oro modo, colocar en el cenro de la acividad miliane la lucha por modicar las relaciones de uerzas políicas, ano en el movimieno peronisa como en el país, sin concebirla como la prolongación en el plano ácico de una consideración esraégica más general acerca de las conexiones de las luchas políicas y las luchas sociales, puede acarrear la consecuencia peligrosa de no adverir que si bien la dominación imperialisa se expresa en el plano de la políica, su campo de esrucuración es el económico-social. He aquí por qué uno de los emas undamenales a desarrollar, una vez planeada una hipóesis esraégica revolucionaria, es el de un proyeco global alernaivo, un modelo de acumulación opueso al que proponen las uerzas más conservadoras conser vadoras del peronismo. peronismo. Solo un programa de ese ipo puede llegar a converirse en una opción real al Paco Social rmado por la CGE y la CG CG y canonizado por el gobierno, y en un elemeno discriminador del conenido de la eapa y de la políica de alianzas correca. Un programa de ese ipo es el único que puede permiirnos superar la consane conradicción no resuela que opone el reormismo al ulraizquierdismo: enre un programa ulraizquierdisa, incapaz de movilizar a las masas para una lucha social porque esá privado de vinculaciones con los objeivos concreos, inmediaos inmediaos e inermedios, y un programa reormisa, concreo e inmediao in mediao,, pero que resula siempre absorbido (y subverido en su signicación) por las esraegias de las clases dominanes. Vale Vale decir, un programa de alernaiva serviría servir ía para jar los supuesos programáicos programáicos sobre los que se debe sosener la hegemonía obrera. Es evidene que una elaboración programáica como la planeada no puede ser hecha sólo por una dirección políica o por un equipo de écnicos, es una obra siempre abiera y que se prolonga en el iempo dado que presupone una reexión críica en la que la acividad de las masas, sus experiencias de organización y de lucha es la componene undamenal. Pero aun inacabada e impereca, la elaboración programáica es pare insepara inse parable ble de la crisalizació crisalizaciónn de una alernai alernaiva va socialisa. socialisa. Y hoy h oy la hisor hisoria ia nos demuesra que aun cuando el socialismo es una exigencia ex igencia que nace de la propia sociedad capialisa, aun cuando el socialismo sociali smo resula hoy en la Argenina no solo necesario sino posible, únicamene puede abrirse paso violando la nauraleza de las cosas, como el proyecoo consciene de una uerza proyec uerza políica con capacidad hegemónica. Una alernaiva para aparecer como al debe prever de manera concrea los procesos reales a ravés de los cuales la organización políica que la propone será apa para eecuar en un iempo razonablemene razonablemene previsible un desplazamieno de uerzas sucienes como para imponer precisamene el relevo del poder y su gesión. Y un programa de 147
ransición debe ornar claros los nes de esa ransición, las uerzas que lo alimenan, las proposiciones concreas sobre las cuales se aricula, la relación enre el programa y las posibilidades de realización. En caso conrario, la alernaiva corre cor re el riesgo de converirse en un elemeno de homogeneización de posiciones ulraizquierdisas y la esraegia esra egia de la ransición se vuelve v uelve puramene reórica reórica sin capacidad de inserarse en el proceso vivo de las uerzas políicas. Esas preocupaciones por diseñar un verdadero “programa de ransición” de las uerzas aniimperialisas y anicapialisas argeninas, rasciende a una organización políica deerminada en la medida en que compromee en su preparación preparación e implemenación de un vaso arco de uerzas políicas y sociales, de organizaciones políicas y de masas, de disinos secores sociales. Son cuesiones de decisiva imporancia no ano para analizar el proceso de consiución de nuesra ormación económico-social sino para razar las líneas de una perspeciva hacia el socialismo. Sólo así podrá sineizarse el conenido de las luchas parciales a nivel económico-social y elaborar una serie de propuesas especícas para los disinos renes en los que se despliega la lucha de los rabajadores y de las masas argeninas. Las luchas obreras y populares ocurridas en los úlimos años muesran la aparición de una nueva oposición social enrenada a la dominación capialisa dependiene y superadora a la vez, de los programas reormisas del capial nacional. Esa nueva oposición, que es una vasa área social de donde alimenan las nuevas organizaciones revolucionarias, se despliega en una muliplicidad de campos: •en la fábrica, en donde los obreros luchan contra las nuevas formas de explotación
y pugnan por reconsruir sus organizaciones de clase, enrenándose a la burocracia sindical, a los parones y al esado; •en la escuela, cuestionando una institución separada de la sociedad y de la produc ción, luchando ya no como en el pasado por deender un cerrado mundo “parlamenario”,, inconaminado rene a la represión exerna y privi ario” privilegiado legiado rene al pueblo, sino raando de desruir a la escuela capialisa como insiución desinada a perpeuar per peuar los roles sociales jados por el sisema; •en los barrios, villas y ciudades, combatiendo un sistema cada vez más irracional de
resolución de los problemas de la vivienda, de la salud, del ranspore, de la conaminación del ambiene, ecéera. ecéera. •en las regiones marginalizadas y empobrecidas por la expansión capitalista, luchando
conra la disgregación económica, social y culural que condena al “araso” a provincias eneras del país. odas esas conradicciones sociales, que a su vez jan nuevos punos de rupura, no son el produco del araso sino el resulado de las nuevas pauas de desarrollo capialisa bajo la dirección monopólica que iene lugar en la Argenina en las úlimas décadas y que se ha inensicado a parir parir de los años 60. 60 . Esas luchas, al cual esán planeadas, planeadas, ienen en sí mismas un proundo conenido políico: subyacene al enrenamieno conra con ra la buroc burocraci racia, a, conra conra el au auoriarism oriarismoo paron paronal al y esaal esa al,, con conra ra lo loss dese d esequi quilili-148
brios regionales, conra el manejo despóico despóico de los problemas de la salud, salud, de la vivienda, de la educación, se encuenra una volunad de rechazo oal de la realidad presene, que diícilmene diícil mene podrá ser absorbida por el reormismo. Esos movimienos no son la expresión de un pasajero esado de malesar social, si se analiza las cosas con mayor proundidad se podrá descubrir que en el seno mismo de la esrucura de la sociedad esán cuesionando su principio consiuivo general, la división en clases sociales y la exploación del rabajo humano. humano. 8. La consrucción del movimieno movimieno políico de masas Es esa caracerización del conenido políico de las luchas sociales en las que paricipan inces incesan anemen emene e las las masas masas lo que que nos lleva a pensar que el e l “parido “par ido de la revolución” no puede ser considerado como un presupueso de la acción sino como un resulado de esas luchas y que las vanguardias políicas sólo pueden realizar una labor orienadora desde el inerior de un movimieno de masas auónomo y organizado en una red de esrucuras organizaivas reivindicaivas reivindicaivas y políicas a la vez, esimulando el desarrollo políico de ese movimieno movimi eno,, combaiendo su momeno corporaivo cor poraivo,, elevando la oma de conciencia de las vinculaciones enre la lucha local y el movimieno general, vale decir, generalizando las experiencias de lucha y creando las condiciones para nuevos avances. Si la revolución ya no puede ser concebida como el aco simple de la oma del poder, porque los mecanismos de consenso y de poder con que cuena c uena el sisema son lo sucienemenee poderosos como para romper la legalidad de la insiucionalidad burguecienemen sa anes de que la crisis oal desemboque en un “asalo al poder”, es preciso concebir al movimieno de masas, al parido políico y a la hipóesis revolucionaria de manera disina de como la sigue concibiendo una izquierda que se niega a aprender de los hechos y coninúa aada a los parámeros eóricos y políicos de la III Inernacional. La revolución es hoy un exenso y complicado proceso de cuesionamieno de odas las insiuciones, en el que se van conormando, sucesivamene, sucesivamene, nuevas insiuciones; es el crecimieno en el inerior de la sociedad capialisa de un conrapoder de masas que se expresa como un movimieno muliacéico, que rechaza en sus raíces la organización produciva del capialismo y la división social del rabajo sobre la que se basa, un movimieno que que no desea simplemene conquisar la mejor solución compacompaible con la permanencia del sisema, sino que, a parir par ir de las exigencias ex igencias de cada grupo concreo, iende a cuesionar al sisema mismo, creando de ese modo un esado de crisis social que se expande juno con la expansión del movimieno mov imieno.. Ese movimieno de masas anicapialisa se ha de sosener sobre una amplia gama de organizaciones políico-reivindicaivas de masas, que se planearán a su vez areas de preparación miliar del conjuno de los rabajador rabajadores, es, como orma de asegurar las mejores condiciones condicio nes para el crecimieno esable y permanene de la organización y para la exensión a oros 149
secores de la sociedad. De ese modo el movimieno al crecer se va congurando como una alernaiva social al sisema. Los movimienos de masa, apoyados en una esrucura organizaiva de base de carácer políico, reivindicaivo y miliar, pueden arrancar conquisas parciales y hasa posiciones de poder, pero mienras no se reviera revier a la siuación general ales conquisas serán eímeras en el iempo y represenarán momenos e insrumenos de preparación de una crisis revolucionaria y de consrucción de alernaiva al sisema. El crecimieno de movimienos de esa nauraleza signica la aparición de un dualismo de poder desinado a crear en el cuerpo social una crisis social y políica. Es esa perspeciva la que deberá conemplar un parido o una organización políica que se considere verdaderamene revolucionaria. Y por ello, acepando el hecho nuevo del signicado paricular de los movimienos de masas en las sociedades capialisas modernas (su objeiva carga anicapialisa), el parido revolucionario deberá acepar además un cuesionamieno de su propia concepción organizaiva, una reormulación de su propuesa esraégica, de su vinculación con las masas, de su esrucura organizaiva. Si el movimieno debe abocarse desde un comienzo a areas que son políico-reivindicaivas y miliares a la vez, es preciso saber disponer de una organización políico-miliar que sea capaz de prepararse para asumir la crisis políica que el movimieno genera, sin renar al movimieno ras un acuerdo en la cúspide; debe ser capaz de expresar a ondo los conenidos anicapialisas del movimieno mov imieno,, sin disorsionarlos di sorsionarlos acepando salidas reormisas, debe unicar el movimieno de masa, sin ransormarlo en una mera correa de ransmisión de sus decisiones políicas; debe aciliarles los medios para una preparación revolucionaria de masas, sin converirlos en simple base de susenación logísica para sus ormaciones or maciones de combae. Dicho de oro modo, mo do, debe concebirse a sí mismo no como una ípica organización “bolchevique” “ bolchevique”,, sino como una organización de nuevo ipo, cuyas ormas organizaivas precisas no pueden ser copiadas de procesos revolucionarios de oros iempos o países, sino jadas a parir de las exigenc exig encias ias de luch luchas as naci naciona onales les y un grado grad o deermi de erminado nado de organi o rganizació zaciónn del d el movi m ovi-mieno de masas. Vale la pena mencionar al respeco lo ocurrido en Chile para comprender la ragedia que signicó para el movimieno obrero y revolucionario chileno la inexisencia inexisencia de una organiz organización ación políico-m políico-miliar iliar capaz capaz de resolver re solver a avor de la re volución la crisis políica y social precipiada por el crecimieno de un poder alernaivo de los rabajadores. La concepción aquí expuesa sobre el papel de las masas y de sus ormas propias de organización políico-miliar en el proceso revolucionario, es la prolongación de la concepción aniburocráica del socialismo social ismo en que se basa nuesro razonamieno razonamieno.. Una concepción que no piensa al socialismo sólo en érminos de desarrollo de las uerzas producivas, de crecimieno del produco bruo y de aumeno de la paricipación obrera en la rena nacional, que no lo concibe como una suere de “sociedad “sociedad del biene150
sar” sin propiedad capialisa, sino la consrucción de una sociedad democráica e igualiaria, basada en la paricipación par icipación y en el conrol popular, que pueda así eviar que el riuno de los rabajador rabajadores es en la lucha aniimperialisa y anicapialisa genere nalmene un nuevo poder colocado por encima de las masas y ano o más auoriario que el anerior, como sucede hoy en la USS U SS y en los países del Ese europeo. Esa visión visión del socialismo socialismo y del proces procesoo revolucion revolucionario ario nos die dierencia rencia del “vang “vanguaruardismo” ípico de las organizaciones de izquierda que los lleva a considerar a los movimienos y a los organismos de lucha de los exploados como a “correa “correa de ransmisión” de objeivos políicos elaborados por un “Esado Mayor” de la revolución que es el único capaz de analizar la siuación en su conjuno y de prever los aconecimienos. Si el rechazo de esas concepciones nos separa de la izquierda radicional –sea en su versión “reormisa” “reormisa” o en su versión “revolucionaria” “revolucionaria”–, –, la cereza de que la revolución sólo puede ser pensada y ejecuada desde la experiencia inerior de la propia clase y no desde una losoía de la hisoria, explica nuesra aciud rene al peronismo de la clase obrera. Si es en el peronismo donde la mayoría de los exploados reconocen su único érmino de unidad políica, la conciencia socialisa debe ser principalmene impulsada a parir del reconocimieno de ese dao y no de la discusión docrinarisa desde el exerior de esa experiencia, a parir de la muliplicación y ariculación de las iniciaivas anicapialisas que la clase rabajadora y el pueblo elaboran sin abandonar su idenidad de peronisas y no a ravés de la búsqueda de moldes organizaivos en donde vaciar puricada la conciencia espuria de las masas. No se raa de conundir el modelo de sociedad jusicialisa con el socialismo; se raa de considerar básicamene al peronismo como el envolorio políico de un enómeno social en el que lo que impora es la presencia masiva de los rabajadores rabajadores que lo reivinreiv indican como una experiencia propia. Frene a ello lo imporane es no crear “vanguardias exernas” eichizando los discursos sobre las virudes vi rudes palingenésicas del “parido revolucionario”, sino alenar el crecimieno de las luchas y esimular la mayor capacidad eórica y políica de sus direcciones naurales, naurales, colocándose al servicio serv icio de su propia organización. 9. La consigna de la cenralidad de la ábrica El eje de oda políica revolucionaria es la organización, para sus nes propios, de la clase obrera. Esa verdad general necesia ser especicada a parir de los rasgos que aporan a la misma el grado acual de desarrollo écnico-económico del capialismo dependiene argenino argenino y de las respuesas que a ese desarrollo da la clase rabajadora. Hemos inenado resumir esas caracerísicas en el primer número de Pasado y Presene y ellas reaparecen reaparecen en el núcleo de ése, al poner el ema del conrol obrero como eje de la reexión.
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“Ir a la ábrica”, “poner a la gran ábrica capialisa como cenro de la acción políica revolucionaria”, consiuyen principios generales sobre los que PyP ha insisido e insisir sis irá, á, en a an noo ello ellos, s, esraégic esr aégicamene, amene, marcan el puno p uno en que q ue en e n la l a Argeni A rgenina na pueden usionarse la lucha aniimperialisa con la lucha socialisa. ¿Qué signica poner a la ábrica como cenro? La propuesa iene varios niveles que deben necesariamene ser disinguidos: A) Lieralmene considerada, esa inciación a colocar a la ábrica como cenro de gravedad graved ad de la lucha organizaiva iene que ver con las nuevas realidades de la lucha de clases derivadas del desarrollo ecnológico del capialismo en la Argenina desde los años 60 y que han ido modicando relaivamene la condición obrera, especialmene en las grandes empresas. Esos cambios, esos nuevos conenidos reivindicaivos del enrenamieno obreroparonal, se asocian en primer lugar con el hecho de que los ingresos salariales de los rabajadores rabajador es dependen, crecienemene, crecienemene, de las condiciones que rigen en cada empresa más que de los l os acuerdos conracuales sancionados por las convenciones colecivas. Así, el problema del pago de los incenivos, de la deerminación de los rimos de producción, de los iempos y de los sisemas de calicación proesional, del ambiene de rabajo y de las condiciones de salubridad, pasan a ser problemas cenrales para la movilización obrera. Esos problemas, que abarcan ano el nivel salarial como lo que genéricamene podríamos llamar las “condiciones de rabajo”, no son asumidos por los sindicaos ni sucienemene conraados a nivel de ramas: a parir de ello la acción obrera en el inerior de la empresa pasa a primer plano, como lo esimonian las luchas desarrolladas en los úlimos iempos, a las que se pasa revisa en un ar ículo de ese número. Lo que unica a casi odas ellas, marcando una denida endencia, es la uerza con que la clase rabajadora maniesa su volunad de conrolar una serie de aspecos de la relación laboral que hoy esán sujeos al arbirio del poder despóico de la paronal, a quien ampara una presuna “cienicidad” oorgada por los especialisas en méodos de organización del rabajo. El sindicalismo concebido a la manera radicional, eso es, connado a acuar en una esrucura cenralizada de negociación con la paronal y el esado, iene diculades para asumir esas nuevas reivindicaciones en ano ellas se originan en una regulación descenralizada y unilaeral de las condiciones de rabajo, las que esán en su mayor pare direcamene asociadas a la deerminación global del salario. Esas diculades objeivas del sindicalismo para absorber en su nivel de acción esos nuevos conenidos, se agrava en la Argenina por la corrupción de la cúpula sindical, direcamene asociada con la paronal en la mayoría de los casos para reprimir las movilizaciones mov ilizaciones de los obreros en las empresas. Pero Pero eso, eso, a su vez, conribuye conri buye a reorzar la imporancia impor ancia de la lucha de ábrica ábr ica como puno de arranque para la organización de la auonomía obreobrera conra la coalición burocráico-paronal y para la ormación de un movimieno socialisa. 152
B) Considerada desde un puno de visa ideológico-políico, la consigna de parir de la ábrica para elaborar una esraegia esraegia socialisa iene ambién ora dimensión, en cuancu ano es pare de una hipóesis más general acerca de la ormulación y desarrollo de la conciencia obrera revolucionaria. Para consiuirse en una uerza social con conciencia auónoma de sus inereses, vale decir en una uerza que no delega en paridos o personas la creación de un nuevo poder socialisa, la clase obrera debe parir de una políica que privilegie priv ilegie su inserción produciva anes que su condición de consumidor, consumidor, ciudadano, habiane urbano, ec. La ábrica moderna, en ormas nuevas y en razón de un mecanismo cada vez más complejo de producción pone en evidencia la condición de mercancía de la uerza uerza de rabajo, rabajo, someida a un proceso exremo de descalicación, despersonalización y parcelización. Es obvio obv io que el rabajador se recuperará a sí mismo, desruirá su condición de mercancía en la medida en que se muesra capaz de desruir las relaciones de producción en la sociedad y en la esrucura produciva. La crisis acual del socialismo, que es la crisis de una sociedad que no supo aún superar los marcos esrechos de la ideología producivisa de la burguesía, demuesra que la opresión y la alienación de los rabajadores no deriva exclusivamene de la apropiación privada de los medios de producción, y que una vez realizada la expropiación pública de los medios de producción la liberad obrera esará auomáicamene asegurada. Hoy sabemos que no ocurre así, que al expropiar al capialismo capiali smo el poder revoluciona-v rio sólo crea las premisas para la exisencia de una democracia socialisa que requiere para su plena vigencia pasos aún más audaces y ransormadores. Es la propia organización de la producción en la empresa y en el conjuno de la economía la que debe ser rasocada radicalmene en sus mecanismos de uncionamieno uncionamieno,, y eso presupone necesariamene la exisencia de un nuevo poder en el corazón de las esrucuras producivas. La conciencia de una lucha conra el sisema capialisa en su conjuno presupone la conciencia del propio rol en el proceso producivo, y ésa se adquiere no en el mundo absraco de las ideologías, sino en el mundo concreo de la recomposición de la unidad del proceso producivo denro y uera de la empresa a parir del conrol de cada uno de sus segmenos. Esa capacidad que iene la lucha en la ábrica de expresarse como un ejercicio direco de poder de los l os rabajadores y de cuesionamieno del uso capialisa de la écnica y de la organización del rabajo, es la que permie a los rabajadores comprender en la prácica del conico la posición anagónica que iene rene al capial en el proceso de la acumulación capialisa. Y es esa capacidad la que privilegiamos hisóricamene como base necesaria, aunque no suciene, para la ormación de la conciencia socialisa sociali sa en la clase obrera. Sin embargo, eso no signica que en odo momeno esa poencialidad se maniese en la lucha políica. Cuando sosenemos la necesidad de visualizar la ábrica como puno de arranque no queremos decir que en ella se ubique siempre el conico social o políico más agudo y, por lo ano, no signica subesimar oros ocos de ensiones 153
y de movilización de masas. En una coyunura dada, la lucha por la vivi vivienda, enda, por el salario o por el voo sin proscripciones puede ener una conicualidad mayor o similar a la lucha en el inerior de las empresas. La capacidad desequilibrane de una lucha social deerminada es variable; pero lo que sí es consane es que la condición obrera se dene cenralmene en las relaciones de producción y que la conciencia obrera, como anagónica del capial, se consruye a parir del desarrollo de la capacidad que ienen los rabajadores de cuesionar y de raar de conrolar el despoismo capialisa en la ábrica. Vale V ale la pena recordar aquí aquí lo armado en el ediorial del número anerior de Pasado Pasado y Presene: “Cuando los obreros dejan de considerar como dadas las relaciones de rabajo exisenes en la ábrica y cuesionan los salarios y las calicaciones, los horarios y los rimos, aún sin ser demasiado conscienes conscienes de eso esán cuesionando un uso capialisa de las máquinas, una concepción de la écnica y de la ciencia, un modelo de esrucura produciva que la burguesía se empeña en presenar como ‘racional’. La area undamenal de la acción obrera revolucionaria en el inerior de las empresas es volver consciene ese cuesionamieno laene, ariculando una políica reivindicaiva y de poder vinculada con el ema de ondo de la ‘condición ‘condición obrera’ que impulse a los raba jadores a liberarse de su subordinación al plan del capial y a la armación de un poder auónomo.. Independienemene auónomo Independienemene de la orma insiucional que adope, ese poder permanecerá ambiguo mienras subsisa el poder capialisa, pero será no obsane un acor decisivo para la maduración de una consciencia revolucionaria en los rabajadores” (p. 15). Ese es el senido de concienización (“ (“el el proleariado se educa a sí mismo mi smo consruyendo sus propias insiuciones de poder”) poder ”) que puede alcanzar la consigna de conrol obrero, obrero, dierenciada de las propuesas reormisas de “cogesión” o “paricipación”. Cuando hablamos de conrol obrero esamos hablando de una políica endiene a desarrollar en los rabajadores una capacidad creciene de enrenamieno enrenamieno al capialisa y al esado en el plano concreo de las condiciones en que es exploado, una resisencia cada vez mayor a delegar la gesión de la lucha, y la consrucción consr ucción de mecanismos auónomos de conrapoder que expresan la exigencia ex igencia de conrolar socialmene el proceso producivo y de auoge auogesionar sionar la erogación de la uerza de rabajo rabajo.. El conrol obrero no es una mea insiucional acible de ser alcanzada en los marcos del capialismo (como sí lo es, en cambio, la cogesión), sino una línea de desarrollo políico que esimula la maduración de la consciencia revolucionaria y la auonomía políica de los rabajadores. rabajadores. 10. La lucha aniburocráica aniburocráica y la nueva plaaorma reivindicaiva Si la consigna que arma la cenralidad de la ábrica debe ser el eje esraégico de la acción revolucionaria, pueso que es ahí donde se despliegan los nuevos conenidos 154
reivindicaivos de la condición obrera que conienen in nuce una críica al carácer objeivo de la ecnología y de la organización del rabajo, si es ambién en el inerior de su espacio donde hay que siuar el puno de parida hisórico para la consiución de una consciene volunad políica anagónica del capialismo, hay oro elemeno de gran imporancia que reuerza re uerza la cenralidad de la consigna propuesa. El hecho es que a parir de la lucha en la empresa, que como armamos y lo demuesran los conicos abriles de los úlimos años, iende a romper los mecanismos de delegación de poder en la gesión de la lucha, es posible librar con perspecivas de éxio un combae sosenido y proundo conra el principal enemigo insiucional de la auonomía obrera: la burocracia sindical. La acual carencia de represenación de los rabajadores en los niveles de decisión, sólo podrá ser superada si la jerarquía gremial encarnada en la cúpula de los grandes sindicaos y de la CG logra ser ragmenada y luego desalojada de sus posiciones. Pero ese objeivo supone librar la lucha no sólo en el plano insiucio nal sino ambién, y undamenalmen undamenalmene, e, en el plano reivindicaivo. (El canal principal para la consrucción de una línea sindical auónoma siempre ha sido el del conenido reivindicaivo). No se raa solamene de invocar a las bases por los legíimos nes democráicos que les permien recuperar un espacio de discusión negado hoy por la burocracia, sino de ocupar ese espacio con la elaboración de programas reivindicaivos, de iniciaivas de lucha, de ormas organizaivas que obliguen al sindicao a modicar proundamene su méodo de rabajo y que más allá de sus límies insiucionales, planeen objeivos de conrol en orno a los problemas de la condición obrera en la producción, de las relaciones exernas enre rabajo y capial, la organización de los cenros urbanos, los ranspores, la escuela, la vivienda, viv ienda, el sisema de disribución, ecé ecéera. era. Esa es la orma principal de “poliizar” la lucha social, desbordando lo que la burocracia pueda orecer a los rabajadores y reinerpreando lo que esos realmene sienen y expresan en la lucha aniburocráica que libran diariamene. Para ellos, el reno que represenan represe nan las camarillas camaril las enquisadas en las organizaciones gremiales no es absrac absraco: o: es un un reno reno socia sociall direc direco o que que,, acua acuando ndo juno con co n la parona paronal,l, impi impide de el cues cuesionaionamieno de la exploación ex ploación del rabajo. Asumir esa inerpreación exisene enre la lucha políica aniburocráica y los nuevos conenidos de la lucha social de los rabajadores, ayuda ayuda a precisar eapas en el camino hacia una organización auónoma de la clase obrera, capaz de hegemonizar el bloque animonopolisa. Porque sólo ransormándose en vanguardia eeciva de los inereses de los rabajadores, rabajadores, al cual ellos ell os se presenan en la realidad, los grupos revolucionarios podrán proundizar su implanación social y resolver juno con las masas el combae por la democracia obrera. Ese énasis pueso en la imporancia de un persisene esuerzo de “organización “organización por abajo””, no descara la necesidad de insrumenar acuerdos políicos con odos aquellos abajo 155
secores que, que, desde el sindicalismo, sindical ismo, se enrenan con la burocracia. Pero lo decisivo en el espacio de luchas populares, y más aún en el de la clase obrera, sigue siendo odo aquello que conduzca a la consiución de ormas de poder obrero y popular, sosenisosenidas sobre plaaormas reivindicaivas y esrucuras organizaivas propias, insusiui bles para la consiución consiución de un movimieno políico de masas. masas. 11. Conclusion Conclusiones es De lo arriba expueso podemos exraer una conclusión: la lucha por la hegemonía obrera en el movimieno nacional, la lucha por el socialismo, pasa en lo políico cenralmene por el inerior del peronismo, pero únicamene podrá resolverse en ano se para de una hipóesis esraégica que conciba a la revolución ane odo como un proceso social, que arranca de las conradicciones objeivas del sisema y que se despliega como un cuesionamieno de masas al conjuno de las relaciones de dominación y de las insiuciones que las expresan. Se raa de un proceso exendido y complejo, en el que se van consiuyendo ormas organizaivas cada vez más desarrolladas, de nauraleza políico-miliar, que apunan a consiuir en el proceso mismo de unicación políica de la clase obrera un sisema ariculado de alianzas con los oros secores populares. Las movilizaciones obreras en las ábricas y el conenido de los reclamos que en ella aparecen, aparece n, la prounda comprensión de lo que signica la esrucuración políica pol íica de un movimieno de masas que maniesan las Ligas Agrarias del Nordese, las luchas por la vivienda, que que plane planean an los grupos grupos más avanz avanzados ados del movi movimieno mieno vi villero llero peroni peronissa, en las que el objeivo de la casa se planea no como una dádiva del esado sino como una mea consruida y conrolada por quienes la reclaman; los planeamienos esudianiles endienes a superar el aislamieno de la Universidad y a vincular a los inelecuales con el mundo de la producción son, enre oros, indicadores elocuenes del nuevo rumbo que esán omando las movilizaciones de las clases populares así como del crecimieno, al calor de esas luchas, de eecivas vanguardias inernas al movimieno de masas. En la Argenina acual, el hecho más imporane, cuaniaiva y cualiaivamene, es ese proceso de movilización que supera en sus perspecivas y en las necesidades que planea plan ea lo que puede puedenn orecerle orecerle oda odavía vía las direcciones direcci ones polí políicas icas.. Homogenei Hom ogeneizar, zar, generalizar y unicar los conenidos de esas luchas parciales, inegrarlas en un programa de ransición para que ellas no se disuelvan en esancos corporaivos, es el objeivo cenral del momeno. Un objeivo que, dada la dureza con que se planea la lucha de clases, requiere cuoas enormes de audacia y de imaginación, juno con la serenidad y rmeza sucienes como para poder poder consruir una alernaiva socialisa para la clase obrera sin auomarginarse de un movimieno nacional que sigue siendo el espacio donde se reeja la unidad políica de las grandes masas. 156
Noviembre de 1973
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