FACULTAD DE HUMANIDADES INSTITUTO DE HISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES CARRERA DE SOCIOLOGÍA
“Cuestiones fundamentales de sociología” Cap. III: “La sociabilidad” Georg Simmel. Mariana Peralta Garrido 12/10/2012
Georg Simmel, en su libro “Cuestiones fundamentales de sociología”, para ser más exactos; en el capítulo III: la sociabilidad, habla acerca de la socialización, la relación de los individuos con ésta, sus características, su forma, la materia de socialización, entre otros. “Designo la sociabilidad como la forma lúdica de la socialización, que se comporta respecto al carácter concreto determinado por los contenidos como la obra de arte respecto a la realidad” (Simmel, G. 2002, pp. 84) “Toda sociabilidad no es más que un símbolo de la vida tal como se esboza en el flujo de un juego livianamente satisfactorio, pero no obstante es un símbolo de vida que cambia su imagen sólo hasta el límite que la distancia aquí gana exige con respecto a aquella(…)” (Simmel, G. 2002, pp. 99)
La socialización es una interacción recíproca entre individuos cuyo fin sería la idea de un sentimiento de unión entre ellos. La socialización para Simmel tendría dos dimensiones: el contenido y la forma. El contenido sería algo así como el “medio” mediante el cual se produce algún tipo de socialización y la forma sería la esencia socializadora. “Sociedad consiste en el estar uno con otro, uno para otro y uno contra otro por
medio
de
los
cuales
los
contenidos
e
intereses
individuales
experimentan una formación o fomentación a través del impulso o finalidad.” (Simmel, G. 2002, pp.82)
La sociedad para Simmel sería eso, una permanente “solidaridad” por así decirlo, compartir con los demás, estar para ellos y estar en contra de ellos a la hora de hablar de la finalidad de cada uno. Por otro lado, la socialización necesita un sentido, una satisfacción, “todas estas socializaciones van acompañadas de un sentido por ellas, de una satisfacción por el hecho de estar socializado, por el valor de la formación de la sociedad como tal, de un impulso que tiende a esta forma de existencia y que es a veces e que primeramente provoca aquellos contenidos reales que sostienen una socialización en particular.”(Simmel, G. 2002, pp. 82)
En la socialización, también sucede que desde la socialización, se imponen modos de conducta individuales (Simmel, 2002): “los intereses, en colaboración o colisión, determinan la forma social, ya se cuidan de que el individuo no presente sus peculiaridades y rasgos únicos de una manera demasiado desenfrenada y según sus propias normas” (Simmel, G. 2002, pp. 84)
Lo que funcionaría como regulador de cada individuo, sería el sentido del tacto, “ya que guía la autorregulación del individuo en su relación personal con otros allí donde no hay intereses externos o inmediatamente egoístas que puedan asumir la regulación. Y tal vez es el logro específico del tacto el poner límites a las impulsividades individuales, a la acentuación del yo y a las
exigencias
espirituales
y
externas
que
exige
el
derecho
del
otro.”(Simmel, G. 2002, pp. 85)
Como mencioné anteriormente, los intereses colectivos—por decirlo así—son los que priman en la sociabilización, “lo más específicamente personal de la vida, del carácter, del estado de ánimo, del destino, tampoco tienen lugar en la sociabilidad” (Simmel, 2002, p. 85) Lo propio y único de cada individuo se desvanece. También, este autor menciona que, “si la socialización es realmente interacción, su caso más puro y, por así decir, más estilizado es cuando se produce entre iguales” (Simmel, G. 2002, pp. 89) “Puesto que la sociabilidad es la abstracción de la socialización, que se realiza dándole un carácter de arte o de juego, exige la forma más pura, transparente y fácil de practicar de la interacción, la que se da entre iguales. (…) Es el juego en el que “se hace como si” todos fueran iguales y al mismo tiempo como si se hiciera honor a cada uno en particular” (Simmel, G. 2002, pp. 89-90)
Simmel también indica que en el siglo XIV: “(…) la sociabilidad se desarrolló como residuo de una sociedad determinada por fines, como residuo que, por perderse su contenido, sólo puede consistir en la forma y las formas del ser con y para los otros”. (Simmel, G. 2002, pp. 98)
Y para finalizar, “(…) la liberación y el alivio que precisamente la persona de mayor calada encuentra en la sociabilidad se debe a que el estar juntos y la interacción en los que se manifiestan todas las obligaciones y toda la gravedad de la vida, se gozan aquí en un juego en cierto modo artístico, en aquella forma al mismo tiempo sublimada y diluida en la que las fuerzas de la realidad dotadas de contenido sólo resuenan como de lejos, desvaneciéndose su peso y convirtiéndose en un atractivo.” (Simmel, G. 2002, pp. 101)
Bibliografía: Simmel, G. (2002). Cuestiones fundamentales de sociología. Barcelona: Editorial Gedisa.
