Celín Astudillo, Cristian Cobos, Carolina Mosquera, Diego Ulloa y Pablo Velasco Prof. Juan Jose Luzuriaga Montaje Sonoro 2 de mayo de 2013 El sonido en las películas de Lynne Ramsay Existen un millón de formas de trabajar el sonido de un filme: uno puede trabajar el diseño sonoro cargándolo con múltipes y diferentes sonidos, haciendo que todo se escuche en una escena, poniendo sonidos que provengan de fuera de cuadro y finalmente agregando un ambiente y una música de fondo extradiegética; pero uno también puede hacer lo contrario y trabajar el diseño sonoro con sobriedad, seleccionando que sonidos de la escena poner para que resalten los verdaderamente importantes y para que el silencio adquiera una dimensión más expresiva. Una de las directores que trabaja el sonido de sus películas de está manera es Lynne Ramsay, a continuación indagaremos en las constantes sonoras de toda su filmografía para que así podamos entender las razones por las que toma estas decisiones y que consigue poniéndolas en marcha. Lynne Ramsay es una directora de cine escocesa que realizó sus estudios cinematográficos en la UK's National Film and Television School, para graduarse de esta escuela filmaría su corto
Small Deaths
con el que gnaría el
Gran Premido del Jurado en el Fesitval de Cannes dandon inicio a su exitosa carreca como directora de cine. A lo largo de su carrera, repite con muchos de sus colaboradores, por lo que su equipo técnico casi siempre se mantiene constantes. Uno de éstos integrante con los que siempre trabja es su diseñador se sonido Paul Davies, él nos cuenta en sus entrevistas (realizadas después de ), Ratcatcher y Morvern Callar ),
que el diseño de sus películas se hace en base a la
sensibilidad auditiva de Lynn Ramsay, ya que ella posee una gran habilidad en cuanto a la música. Es considerada muy apta en el ámbito musical y esto permitía a Paul tener un mejor entendimiento a los requerimientos de la directora. Se caracteriza por ser una directora que enfatiza su montaje sonoro desde el guión, por lo que la calidad del resultado final de sus películas es, en gran parte, gracias
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al diseño sonoro con el que son trabajadas. Es una directora que hace un gran hincapié en la grabación del sonido directo para así tener un mejor resultado en la post producción de sus películas. Paul nos cuenta que en el desarrollo de Morvern Callar (una adaptación de la novela de Alan Warners), su función fundamental fue la recreación de la banda sonora que escucha el personaje, uno de sus puntos clave fue usar la misma música que el personaje escucha en la novela. Paul desarrollo un desglose conjugando las opciones de Lynne y accionando una nueva forma en la que el personaje y el espectador van de la mano en cuanto a su función auditiva dentro de la historia, desfigurando la percepción naturalista y llevándola a un nivel un tanto más inconsciente en donde se puede jugar con las percepciones del espectador. Es aquí donde encontramos una de las constantes en el sonido de sus películas, la predilección por unas perspectiva encaminada hacia el realismo psicológico. El primer ejemplo que vale la pena citar es uno que se da en la película Movern Callar . La protagonista se encuentra sola en el departamento con el cadáver de su novio. Él yace cerca del árbol de navidad, y las luces emiten un sonido eléctrico intermitente que se aprende y apaga. Ella se encuentra a pocos metros de él desempacando los regalos de navidad. A pesar de que se encuentra en el mismo lugar las luces no suenan tan fuerte como cuando ella transita por otros espacios del departamento, sobre todo cuando ella se encuentra en el baño. Escuchamos que las luces suenan más fuerte que cuando ella se encontraba en la sala desempacando los regalos de navidad. Pues bien, este es un claro ejemplo del realismo psicológico de Lynne Ramsay. De igual manera, otra escena que ejemplifica esta característica es la que se da en la película
Ratcatcher
cuando el niño que protagoniza este film está solo con la chica del barrio. Ambos están sentados en un borde de cara al canal en donde se dio una muerte. Cuando el niño recuerda la muerte de su amigo (el asesinato involuntario que él cometió) se escuchan sonidos metálicos underscouring (scouring según otros criterios, pues el sonido te lleva de la mano), sin embargo, cuando la atención del niño se centra en la rodilla de la niña, de repente el canal baja su nivel: se produce una sensación de intimidad, un silencio que nos transporta hacia lo que está sintiendo el protagonista y su nueva amiga. Evidentemente, se trata de realismo psicológico, porque no importa lo que la lógica dicte; simplemente, nos concentramos en la relación que se está formando entre los dos y el ambiente, en
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vez de mantenerse constante, varía acompañando a esta pareja. Por último, en We need to talk about Kevin ,
el realismo psicológico se da cuando la mamá
recuerda la noche en la que se quedó embarazada de Kevin. Ella y su esposo caminan por la calle: está lloviendo, se escucha el tráfico, a veces, levemente, a veces fuerte. Ambos están alegres, patean los charcos de agua. También hay sirenas que van y vienen. Todo esto según sin ningún orden naturalista, por el contrario, existe una composición absolutamente subjetiva. Es este realismo psicológico el que nos transporta hacia la mente de la protagonista. Como si se tratase de una borrachera, o alguna droga, los sonidos han sido mezclados según lo que Lynne desea que le prestemos atención. En tal aspecto, no importa la rigurosidad de lo que vemos con los que escuchamos, simplemente se trata de una ensoñación, un estar en el cuerpo de la protagonista. Ramsay también se caracteriza por el uso en muchos momentos del silencio absoluto. Trabajando así una perspectiva más naturalista y mucho más interiorizada conectada con lo que sienten los personajes principales. He aquí otra constante sonora en su filmografía: el uso del silencio y la economía de sonidos. Por ejemplo en la película
We need to talk about Kevin
vemos a la actriz principal
cruzar por varios lugares ruidosos, como en calles congestionadas por el tráfico, e incluso cuando se dirige a al colegio a ver a su hijo, se puede ver en el cuadro que hay un gran alboroto, pero no escuchamos lo que esta pasando en pantalla. En
Morvern Callar la
actriz camina en una fiesta donde se puede ver que existe
un gran ruido visual, pero sonoramente escuchamos un sonido grave que sube de tono. Con este silencio se crea una sensación de silencio que permite meternos en la mente del personaje. También se crean momentos de intriga como se lo puede apreciar en
Ratcatcher ,
en la primera escena se puede ver que son pocos
lo sonidos utilizados y en general genera una duda de lo que esta pasando en ese momento y es lo que hace que el espectador se sienta atraído por ver más. Según Davies, la función que cumple el silencio es la de resaltar al personaje principal sobre el resto, a meterlo en un mundo mucho más interior y por muchos momentos ser parte del mismo; nosotros no podemos estas más de acuerdo, sentimos Davies y Ramsay consiguen lo que se proponen, sus películas nos acercan a a lo que sienten sus personajes, habiendo una mayor conexión que en otras películas con otro tratamiento del sonido.
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Otra constante sonora bastante recurrente es la de poner el nivel de los Foleys en un nivel más alto que los ambientes, Davies habla de una particularidad que existe en las percepciones del espectador, inconscientemente el espectador se deja atrapar por sonidos mucho más puntuales y así se logra destacar mucho más al personaje, le da un cuerpo especial, distinto al resto. Ramsey por momentos trabaja la sonoridad con la particularidad de dejar sonidos puntuales como un ambiente de agua corriendo (el agua en sus películas tiene un tono a aligerar las situaciones, es un desfogue), con lo que se crea una especie de empatía hacia las situaciones y las vuelve más crudas, sin la necesidad de enmascarar al resto de sonidos sino más bien de destacar cada uno de ellos y darle una funcionalidad dentro de la historia. En ciertas ocasiones podemos llegar a creer que la música tiende a quedar en un segundo plano, pero ésta no es en todo cierto, el trabajo musical que Ramsey y Davies proponen en las películas es el de crear en parte un sonido anempático de acuerdo a las situaciones que los personajes están atravesando, es decir, podemos ver que el personaje está asesinando a su novio (Morvern Callar), pero la música que escucha el personaje es mucho más alegre y transmite al espectador la sensación de irrealidad pero a su vez lo incómoda ya que la escena adquiere un tinte mucho más realista. Las situaciones son un tanto opacadas por la música pero la crudeza de la imagen se potencia por ésta falta de interés, o más bien por no escuchar realmente lo que vemos. En ésta película podemos observar un tratamiento que destaca al sonido, al ser una película que trata mucho sobre el consumo de drogas, el personaje obviamente debe tener una sonoridad en cuanto a su espacio. El tratamiento que se le da al sonido en éstas partes tiende a deformar los diálogos y a traslapar sonidos juntándolos en una especie de enmascaramiento. Las situaciones en cuanto al consumo de drogas y su sonoridad está pensado de acuerdo al interés que se le quiere dar al espectador y a compartir la sensación que atraviesa el personaje. Sin duda es un recurso que hace que el espectador se cuestione acerca de lo que esta viendo en pantalla, sobre todo la intención del autor que es sacar a quién esta viendo de una realidad a la que estaba acostumbrado. Por lo tanto es un lapso donde el espectador se siente impuesto a esta intención de permanecer atónito por unos instantes mientras las escena que vemos transcurre. Por otro lado aparte de dejarlo atónito también lo engaña, ya que al inicio Ramsay y Davies deciden
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empezar la música una escena antes o en un plano donde no vemos la acción que detona la contradicción de la música, por lo tanto al principio el espectador siente que todo va a salir bien para el personaje o que va hacer cualquier otra cosa, pero termina siendo algo que no se lo esperaba desde el inicio de la secuencia. La música también aporta algo de infantilidad, siempre es muy armónica en comparación a la acción como lo mencionamos antes, pero aporta una singularidad que es que los personajes se ven muy ingenuos, mansos, pero en el transcurso de la acción adquieren un crescendo absoluto donde terminan anteponiéndose completamente ante la música. Por ejemplo en Movern Callar, cuando la protagonista esta en el baño tomando una copa de coñac, la música nos envuelve y la vemos disfrutar, de hecho durante toda la escena parece que lo hace pero en un momento la vemos apoyar una pierna en la tina, en ese momento la música se hace más intensa, pero el espectador asuma que solo es parte de su rutina de noche y que esta apunto de rasurarse, por lo tanto esto si concuerda con la música, pero en un punto, vemos que empieza a salir sangre disparada hacia su brazo, el espectador vuelve a pensar que se esta cortando, hasta que finalmente observamos que lo que en realidad está haciendo es descuartizando a su novio muerto dentro de la tina. Tal vez la música no sea contradictoria para lo que esta sintiendo Morvern pero sí para lo que el espectador siente que está haciendo con su novio, en vez de enterrarlo como una persona normal, ella decide cortarlo en pedazo para luego enterrarlo y que nadie se entere de su muerte. En resumen, una constante más del sonido de las películas de Ramsay es el uso contradictorio y subjetivizador de la música. Cuando hablamos de las conjugaciones musicales también podemos hablar del tratamiento que da Ramsay a las transiciones en sus escenas. Esto es una clara constante en sus tres películas, el trabajo con las tonalidades de los sonidos y cómo éstos pueden ir intercalando las escenas y llevándonos directamente a las escenas siguientes sin tener un salto brusco del sonido, sino que se trabaja los saltos de acuerdo a las tonalidades y a los sonidos semejantes para que los cortes puedan funcionar sin ser evidenciados. Por lo general siempre escuchamos un sonido que no tiene que ver nada en las escena que esta por acabar, al empezar la siguiente escenas descubrimos el origen de sonido que se escucha al final de la anterior escena. Por ejemplo en la película
Ratcatcher
escuchamos el sonido de una lata, pero el personaje se encuentra en un bosque,
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El sonido en la películas de Lynne Ramsay
pero después vemos al personaje pateando una lata en una calle. Esto utiliza mucha para hacer una transición sonora y pasar de una escena a otra con más suavidad. En la película
Morvern Callar sucede
lo mismo la actriz se encuentra en
su habitación y ahí un largo silencio en la escena pero al final ahí una canción que nos saca totalmente de la sensación que estamos sintiendo en ese momento para irnos después a una fiesta en donde ya entendemos el origen de sonido y aparte no se siente un salto brusco visualmente porque el sonido ya te da una pauta para hacer el cambio. Finalmente, en la película
We Need to talk About Kevin
este
recurso lo vemos presente en la secuencia en que el personaje principal nace. Los gritos son la base para tener todo este recorrido sonoro, que nos cuenta el crecimiento de un niño. Un recorrido que empieza con los gritos de la madre, se transforman en los gritos del niño y nos quedamos con éstos gritos en su crecimiento hasta llevarnos un taladro que enmascara los gritos que en si tienen la misma tonalidad. Esta herramienta que utiliza Lynne Ramsay le sirve muy bien porque apoya mucho en las transiciones de estas escenas ya que son temas muy diferentes o temáticas muy diferentes y saltarse de una escena a otra se crearía un salto muy grande al espectador y con el sonido ya anticipando el cambio de escena ayuda a suavizar este gran salto. Otra constante principal que encontramos en las películas de Ramsay es el trabajo del sonido para crear momentos en que los personajes tienen ciertos lapsos de ensoñación. El sonido en esta parte trabaja de forma muy especial ya que la sensación que se quiere generar con los personajes es la de llevarlos a un mundo carente de espacialidad y, por lo tanto, un mundo más imaginativo. Lo que Ramsay utiliza son sonidos mucho más agudos para dar este brillo casi celestial y además utiliza música infantil o solo deja un ruido de ambiente muy lejano. Lo que destaca estos momentos de ensoñación son las sensaciones que tienen los personajes y las situaciones que atraviesan, son momentos internos que nos muestran los verdaderos deseos de los personajes y cómo trabaja su mente para contarnos sus proyecciones. Juega bastante con el inconsciente del personaje y sus acciones, en este caso la música siempre apoya lo que sucede en la imagen. La mayoría de veces se fusiona con las acciones y va empáticamente con ellas, la música aparece de forma extradiegetica, por lo tanto los personajes no se percatan de ella, lo que nos recalca que lo que escuchamos esta construido para apoyar nuestra sensación de irrealidad. En
Ratcatcher por
ejemplo cuando Snow
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Ball, el ratón, es enviado a la “luna” la música lo acompaña en su viaje desde que
parte y durante la travesía en el espacio, obviamente lo que vemos y oímos es como el personaje se imagina el viaje del ratón, que en realidad nunca llegará a la luna. La música se envuelve con todo el entorno imaginario del ratón en el espacio, apoya sonoramente para que el espectador sienta esta atmósfera de surrealismo ya que los sonidos son agudos e inclusos analógicamente los podemos asociar con las ratas. Ramsay y Davies utilizan estos dos recursos sin duda con el objetivo de darle una dinámica al sonido y con esto complementar totalmente la dramaturgia de estos personajes caóticos, casi imaginarios pero que viven en un mundo real. En conclusión, Ramsay y Davies construyen un sonido que trabaja al servicio de una mayor interiorización por parte del espectador en la mente de los personajes de sus películas. Para conseguir esto recurren a diversos recursos que permiten crear este puente entre ambos mundos, el que sucede en la pantalla y frente a ella. Estos recursos como hemos visto, están marcados por la economía en el uso de los sonidos, una predilección hacia la utilización del silencio, cierta tendencia cerca del realismo psicológico y el complejo uso de la música que une lo contradictorio con lo subjetivizador. Todo esto lo consiguen gracias a que tienen una visión clara de que es lo que quieren conseguir con el uso del sonido y poseen un preciso y profundo dominio sobre todas la decisiones sonoras que toman en la realización de sus películas.
