Facultad de Ciencias de la Educación Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales Puerto Montt
Alumnos:
Cerda Ruiz, Carmen Garcés Lizana, Daniela Profesor: Carlos Ibarra Rebolledo Asignatura: Chile II. Siglo XIX
Puerto Montt, Universidad San Sebastián, 30 de Mayo de 2011.
ÍNDICE Contenidos
Páginas
Introducción……………………………………………………………………… …….3 Antecedentes de la Guerra Civil de 1851…………………………………………..4-5 Guerra Civil de 1851…………………………………………………………. ……….5-9 Conclusión………………………………………………………………………… …..10 Bibliografía………………………………………………………………………… …..11
2|Página
INTRODUCCIÓN
Al igual como lo hicieran otras repúblicas americanas, nuestro país durante el siglo XIX, luego de su independencia de la Corona Española, debió enfrentar el duro desafío de formar un Estado-Nación, que contuviese una identidad única y una institucionalidad marcada por la justicia y la eficacia. La búsqueda de un sistema de “gobierno”, que permitiese guiar a esta nueva “Nación” y mantener un control que evitase las revueltas, se hacía cada vez más necesaria. A raíz de esto nacieron también una serie de diferencias que traerían consigo fuertes roces en la sociedad. La nación debió enfrentar diversos obstáculos para constituirse como una Estado-Nación fuerte política, económica y socialmente. Los primeros problemas se remontan a la década del 20, primero bajo el gobierno del Director Supremo Bernardo O´Higgins, caracterizado por un fuerte centralismo e intervencionismo electoral y luego al final de la década con la Guerra Civil de 1829-1830, caracterizada por una lucha por el control del poder entre conservadores y liberales, de este enfrentamiento los pelucones se alzarían en el poder de la mano de José Joaquín Prieto Vial. Este tipo de confrontaciones entre pipiolos y pelucones no se detendrían aquí, sino que continuarían con el paso de los años. Estos eventos se convertían en serios obstáculos para la instauración de una forma de gobierno estable. Los movimientos revolucionarios no se detuvieron, la Guerra Civil de 1829-1830 solo sería el comienzo de una constante lucha por el control del poder. Durante la segunda mitad del siglo XIX, se desarrollaron tres guerras civiles: la de 1851, 1859 y la de 1891, esta última marcaria el fin del Periodo Republicano y el inicio del Periodo Parlamentarista. Durante años se han estudiado los temas anteriormente mencionados, pero lo que hoy convoca a la realización de este ensayo es 3|Página
el interés pleno de conocer a fondo las perspectivas y las interpretaciones que tienen y que aún mantienen en el tiempo algunos de los historiadores del siglo XX, acerca de la Guerra Civil de 1851. La idea de este ensayo es reunir y contrastar las diferentes miradas que se tienen de esta Guerra Civil, tomando en cuenta a historiadores de distintas corrientes historiográficas. Entre los autores que se mencionaran a lo largo del ensayo, están: Brian Loveman y Elizabeth Lira, Luis Vitale Cometa, Francisco Antonio Encina, Francisco Frías Valenzuela, Sergio Grez Toso y Cristian Gazmuri.
Antecedentes de la Guerra Civil de 1851
Desde 1850 se desarrollaron una serie de eventos que serian piezas claves en el inicio de la Guerra Civil de 1851. Entre estos acontecimiento y como mencionan Brian Loveman y Elizabeth Lira, en su libro “Las Suaves cenizas del olvido: Vía chilena de la Reconciliación Política 18141932”, está el nombramiento de Antonio Varas como Ministro del Interior del Gobierno de Manuel Bulnes Prieto y lo cual para estos autores queda confirmado con la publicación que hace el periódico “El Progreso” pronosticando una inminente Guerra Civil: “¿Qué es lo que vemos en las nuevas combinaciones ministeriales?... La mano de Montt, nada más que la mano de este hombre funesto, enemigo irreconciliable de todo lo independiente, de todo lo noble, de todo lo grande; verdugo impertérrito de las garantías individuales i de los derechos políticos de los pueblos… Sí, que venga ese ministerio, y con él la guerra civil. La recibiremos como un mal necesario; pero ojalá las primeras víctimas sean los enemigos obstinados de la patria”1.
1
Citado en Loveman, Brian y Lira, Elizabeth (2000). “Las Suaves cenizas del olvido: Vía chilena de la Reconciliación Política 1814-1932”. LOM Ediciones. Santiago, Chile. p.p 160.
4|Página
Para Loveman y Lira, las amenazas, los insultos y la provocación de la prensa política más las represiones ejercidas por el gobierno, auguraban una gran confrontación y son consideradas para ellos la razón fundamental que alimentó el deseo de una guerra. Con el paso del tiempo y con la proximidad de las elecciones presidenciales, nace un organismo que traería más de algún problema para el gobierno, esta agrupación se la conoció con el nombre de La Sociedad de la Igualdad y entre sus filas se encontraban Francisco Bilbao joven influenciado por la Revolución Francesa de 1848, que echo a bajo el Gobierno Monárquico de Luis Felipe de Orleans, Santiago Arcos, partidario del Socialismo y considerado por Luis Vitale como el promotor principal de la Sociedad de la Igualdad, que junto a Bilbao fundan esta Sociedad; Eusebio Lillo, José Victorino Lastarria, José Zapiola, Benjamin Vicuña Mackenna, entre otros. Este grupo tenía bajo su alero a pipiolos de 1830, a intelectuales del 42, jóvenes aristócratas que piden cambios en el sistema político y artesanos. La Sociedad de la Igualdad mantenía una intensa agitación desde su propia prensa, se menciona que cuando se promulgó la candidatura presidencial de Manuel Montt, un vocero de la Sociedad de la Igualdad, leyó la siguiente declaración en una reunión solemne: “La Sociedad de la Igualdad rechaza la candidatura de Montt, porque representa los estados de sitio, las deportaciones, los destierros, los tribunales militares, la corrupción judicial, el asesinato del pueblo, el tormento en los procedimientos de justicia criminal, la ley de imprenta, la usura, la represión en todas las cosas, con perjuicio de los intereses nacionales, especialmente con respecto al derecho de asociación”2. La represión del gobierno contra la Sociedad de la Igualdad empeoró en octubre de 1850, siendo detenidos en ese momento numerosos miembros. El 28 de octubre, la Sociedad de la Igualdad convocó a una “sesión”, donde se dice que se reunieron alrededor de 3.000 personas, el objetivo de esta reunión era definir su posición contra la candidatura presidencial de Manuel Montt.
2
Loveman, Brian y Lira, Elizabeth (2000). “Las Suaves cenizas del olvido: Vía chilena de la Reconciliación Política 1814-1932”. LOM Ediciones. Santiago, Chile. p.p. 160.
5|Página
Para Cristian Gazmuri, historiador de las últimas tendencias de la historiografía chilena, después del cierre de la Sociedad de la Igualdad en Santiago, los movimientos antigobiernistas se expandieron, pero estos no tuvieran el mismo modelo que la Sociedad de la Igualdad de Santiago. La creación de una filial de esta agrupación en San Felipe, traería consigo las primeras revueltas de lo que ya se veía venir, una inminente guerra. Para Gazmuri estas revueltas en contra de la represión del gobierno se convierten en el factor “detonante” de la Guerra Civil de 1851. A diferencia de los autores mencionados anteriormente Luis Vitale Cometa, un declarado marxista, hace mención a que el evento que ayudaría a desatar el desarrollo de una Guerra Civil fue la crisis económica que en 1848 había afectado a todo el mundo, la cual también afectó de forma considerable la exportación de las materias primas chilenas, este hecho sería considerado por Vitale, como: “el telón de fondo del proceso revolucionario de 1851”3, pero no solo esta sería una de las principales causas del levantamiento del 51, sino que también la postergación de las provincias por la capital, traerían consigo graves problemas. El centralismo de Santiago ya había originado como se menciono en la introducción la crisis por el control del poder en el período Federalista, específicamente durante la rebelión de las provincias. Guerra Civil de 1851 Para uno de los seguidores del Marxismo, como lo es Vitale, la Guerra Civil de 1851 fue una expresión violenta de los ataques que se habían ido acumulando en la sociedad chilena de mediados del siglo XIX. El relativo desarrollo del capitalismo criollo trajo consigo el desarrollo de las clase sociales chilenas, entre ellas: la burguesía minera del Norte Chico, los exportadores y habilitadores de Valparaíso, los molineros y mineros de la zona de Concepción, la pequeña burguesía urbana, los artesanos y el proletariado minero y carrilano; esta nueva estructura social fue determinando los conflictos y agudizando la lucha de clases, lo cual tarde o temprano desencadenaría una confrontación. Para historiadores como Loveman y Lira, poco a poco la Guerra Civil se iba aproximando en el horizonte, ante el fracaso de la rebelión en San Felipe a finales de 1850, en la cual existió una intervención de la 3
Vitale, Luis (). “Interpretación Marxista de la Historia de Chile. Los decenios de la Burguesía Comercial y Terrateniente (1831-1861)”.
6|Página
Sociedad de la Igualdad, y la derrota del motín de Urriola en Santiago el 20 de abril de 1851, en el que participaron los miembros de la intelectualidad liberal, los igualitarios de Arcos y Bilbao y el batallón "Valdivia" al mando de Pedro Urriola, esto significó que la oposición liberal alzara la candidatura presidencial del General José María de la Cruz en Mayo de ese año para evitar de esta forma la continuación de los gobiernos conservadores. El “fraude electoral” articulado por el gobierno de Bulnes según los pipiolos, hizo fracasar la opción de la candidatura presidencial liberal, facilitando así el ascenso al poder de Manuel Montt. Los liberales al ver que sus posibilidades para llegar al poder se habían truncado, se armaron dos resistencias importantes lideradas por las provincias, una era la resistencia en La Serena y la otra tenía lugar en Concepción. Esta oposición al gobierno de Montt surgida en las provincias desencadenó la Guerra Civil en septiembre de 1851, una vez más las provincias se hacían escuchar y junto con ello la guerra entre liberales y conservadores. Para Brian Loveman y Elizabeth Lira, en la Guerra Civil de 1851, se enfrentaban dos fuerzas: la conservadora y la liberal, para estos autores el enfrentamiento decisivo de esta guerra sería el enfrentamiento por un lado y liderando la oposición el General José María de la Cruz y por el otro lado al mando del ejército gobiernista el ex Presidente Manuel Bulnes Prieto. Esta lucha encontraría su final en la batalla de Loncomilla, el 5 de Diciembre de 1851, en la cual Bulnes derrotaría a las tropas de su primo José María de la Cruz. El resultado de esta batalla marcaria de forma decisiva los siguientes acontecimientos que se irían gestando durante el gobierno Manuel Montt y que traerían consigo una nueva crisis. Después de la derrota de Loncomilla, Bulnes y de la Cruz llegarían a un acuerdo el 14 de Diciembre de 1851, denominado por Brian y Elizabeth como: “Capitulación de Purapel”. Este acuerdo daría terminó a las hostilidades entre ambos bandos. El ex presidente prometió ayudar a los vencidos, proponiéndole al nuevo gobierno entregar amnistías a los opositores derrotados y la oportunidad de reincorporase al ejercito, a cambio de un cese al fuego por parte de estos. A pesar de la promesa hecha por Bulnes en Purapel, el gobierno de Manuel Montt postergaría las amnistías. Pues bien, y ¿Cuáles serían entonces los actores más relevantes de esta Guerra? Para Francisco Encina en su obra titulada “Resumen de la 7|Página
Historia de Chile”, destaca las cualidades del Presidente Manuel Montt y de Antonio Varas dentro del desarrollo de esta guerra, como se sabe miembros conservadores de nuestro país. “Junto a la admirable claridad y cordura intelectuales se levanta el fuerte andamiaje moral. Montt no fue el esclavo sino la encarnación del deber. Siempre los aplausos repugnaron a su autoridad acrisolada. Tras el velo de su sensatez y de su discreción había en él un apóstol y un luchador tenaz consumió sus mejores energías en desarrollar las capacidades y las virtudes que dignifican al ciudadano y labran la grandeza de los pueblos. Su voluntad enérgica fría por fuera, ardiente por dentro, lo movía a imponer a los demás su ideario ético-político, sin curarse de las resistencias que por fuerza debía despertar en la aristocracia pelucona que lo eligiera”.4 En el caso de Antonio Varas el autor se refería a este como: “Ya se advertía en él la coexistencia de rasgos psicológicos y aptitudes que de ordinario se excluyen: un romántico amor por el pasado y un vivo espíritu de progreso; un corazón ardiente y la frialdad de un incisivo intelectual; la austera concepción del político que oculta un exuberante fondo de voluntad humana”.5 Llama la atención como este autor hace hincapié en las figuras de estos dos hombres de elite y miembros conservadores siendo que la revolución fue llevada a cabo por otros hombres esencialmente, a los cuales tacha en su libro de “pipiolos y liberales populacheros”6 esto fundamentalmente tiene que ver con la corriente historiográfica a la cual pertenece este autor, es un revisionista y eso nadie puede dudarlo. Otro autor que hace mención acerca de la Guerra Civil de 1851 es Sergio Grez Toso en su libro “De la regeneración del pueblo a la huelga 4
Encina Francisco(1976). Resumen de la Historia de Chile Tomo II; Capítulo XIV “Estalla la revolución. Don Manuel Montt presidente. La guerra civil en el Sur: batalla de Loncomilla. El golpe en el norte. El motín de Cambiaso”. Santiago. Editorial Zig-Zag. P.P 1067. 5 Encina Francisco(1976). Resumen de la Historia de Chile Tomo II; Capítulo XIV “Estalla la revolución. Don Manuel Montt presidente. La guerra civil en el Sur: batalla de Loncomilla. El golpe en el norte. El motín de Cambiaso”. Santiago. Editorial Zig-Zag. P.P 1070. 6 Encina Francisco(1976). Resumen de la Historia de Chile Tomo II; Capítulo XIV “Estalla la revolución. Don Manuel Montt presidente. La guerra civil en el Sur: batalla de Loncomilla. El golpe en el norte. El motín de Cambiaso”. Santiago. Editorial Zig-Zag. P.P 1059.
8|Página
general. Génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890)” en este texto se le da un mayor énfasis a la participación popular en esta Guerra Civil. En La Serena “Junto a las personalidades liberales locales, figuraban en la sociedad patriótica un núcleo de artesanos encabezados por Pedro Pablo Muñoz entre los que se contaban el carpintero José María Covarrubias y Rafael Salinas, el sastre Manuel Vidaurre y un herrero de apellido Ríos, Muñoz tomó la iniciativa de reunir un grupo de menestrales para fundar el 2 de junio la sociedad patriótica de artesanos, la que muy pronto se cambio de nombre adoptando el de Sociedad de la igualdad. De esta manera al igual que en otras ciudades de provincia durante el bienio de 1850 y 1851, las fuerzas opositoras se organizaban separadamente, de acuerdo a claros criterios de distinción social: las personas acomodadas en la Sociedad Patriótica, los pobres en la sociedad de la igualdad”7. Este autor no olvida a los artesanos que estuvieron desde el primer momento ligados a la Sociedad de la Igualdad y que tras su disolución ellos formaron sus propias asociaciones, por ejemplo como la mencionada en la cita anterior, los artesanos durante el año 1851 juegan un papel importante dentro de la sociedad chilena ya que logran ser agentes que mueven masas y que son capaces de defender lo que piensan y hacérselo saber al gobierno de Montt, Sergio Grez cita en su libro la siguiente frase entonada por los artesanos: “Nosotros respetando como siempre hemos respetado los decretos y las resoluciones del señor Intendente, y cuanto emana de la ley, protestamos ante la nación y el mundo que siempre seremos fieles a la República, y que, aún cuando ocupemos un grado menor en la escala social, estaremos siempre dispuestos a auxiliar la causa del orden y la libertad” 8, estas palabras fueron proclamadas ya que los partidarios del gobierno lograron que el intendente disolviera el 11 de julio esta asociación. Para Sergio Grez la primera “insurrección que estallo en La Serena el 7 de septiembre de 1851, fue el primer acto militar de la guerra 7
Grez Sergio. (2008). “De la regeneración del pueblo a la huelga general. Génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890); capítulo VIII La sociedad de la igualdad y la guerra civil de 1851”. Santiago. Editorial RilEditores. P.P 368. 8 Grez Sergio. (2008). “De la regeneración del pueblo a la huelga general. Génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890); capítulo VIII La sociedad de la igualdad y la guerra civil de 1851”. Santiago. Editorial RilEditores. P.P 369.
9|Página
civil que se extendió rápidamente hacia otras regiones del país. En la práctica se trató de una rebelión esencialmente popular”9. Bajo la mirada de este autor queda claro que en la Guerra Civil tratada en este ensayo tiene un fuerte carácter popular, siendo sus miembros relevantes artesanos con oficio, durante la década del 50’ se llevan a cabo en Chile las primeras barricadas populares. Los dos últimos autores que hemos tratado hacen hincapié en sus escritos en la participación tanto de actores sociales de elite en el caso de Francisco Encina y el caso de Sergio Grez de actores populares demostrando que los historiadores tienen puntos muy diversos de donde partir el relato, de hecho don Francisco Encina para referirse a los líderes opositores de la Guerra Civil los tilda de populacheros de un modo casi despectivo por no decir directamente que es así, para éste esta guerra significa el advenimiento del nuevo liberalismo. Ahora bien pasemos a ver como otro autor se refiere a la Guerra Civil de 1851, es el turno de Francisco Frías Valenzuela. Este historiador chileno en su “Manual de la Historia de Chile; desde la prehistoria hasta 1994” fundamentalmente a los dos frentes de la revolución La Serena y Concepción menciona que el primero cayó rápidamente en el desorden por ser más de tendencia popular mientras que el segundo frente “tenía principios más liberales debido al espíritu aristocrático, regionalista y militar de la región, donde la familia de Cruz tenía poderosas vinculaciones”. 10 En La Serena menciona este autor “no tardo en surgir la anarquía. Cuando se tuvo conocimiento del convenio de Purapel, muchos no pensaron en más que en capitular; pero se sobrepuso el populacho y la plaza quedo sin jefes responsables. Fue entonces cuando tomó el mando un estrafalario aventurero que se hacía llamar don José Ángel Quintín de los Pintos. La plebe y la soldadera se entrego al saqueo, a la embriaguez y a toda clase de desmanes. Por último, hicieron una salida, dejando
9
Grez Sergio. (2008). “De la regeneración del pueblo a la huelga general. Génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890); capítulo VIII La sociedad de la igualdad y la guerra civil de 1851”. Santiago. Editorial RilEditores. P.P 371. 10 Frías Francisco. (2001). “Manual de la Historia de Chile; desde la prehistoria hasta 1994; capítulo VIII la República Autoritario”. Santiago. Editorial Zig-Zag. P.P 304-305.
10 | P á g i n a
indefensa la plaza, que pudo ser ocupada por las tropas leales (diciembre de 1851)”11. Nuevamente ahora en otro autor encontramos esta palabra tan despectiva como es populacho y le añade a esta connotación palabras como la plebe y la soldadera, pareciera que Francisco Frías Valenzuela tiende a minimizar con estas palabras peyorativas el papel que jugaron los artesanos (nombrados por Sergio Grez) en la Guerra Civil de 1851.
CONCLUSIÓN
A lo largo del presente ensayo se ha ido desarrollando paulatinamente el desarrollo de la Guerra Civil de 1851 visto bajo la mirada de distintos historiadores, no se puede dejar de observar tras leer las líneas de este ensayo que la Guerra Civil tiene características particulares que no cambian para ningún autor y otras que varían. 11
Frías Francisco. (2001). “Manual de la Historia de Chile; desde la prehistoria hasta 1994; capítulo VIII la República Autoritario”. Santiago. Editorial Zig-Zag. P.P 305.
11 | P á g i n a
Los autores creen sus propias teorías respecto a cuáles son las causas que originan este acontecimiento, algunos lo relación con la sociedad, otros con los factores económicos, otros con los aspectos políticos, pero todos hacen hincapié en una lucha por el control del poder, una lucha entre conservadores y liberales. También se muestran diferencias a la hora de expresarse frente los actores sociales de esta Guerra Civil, lo que llama profundamente la atención son los conceptos peyorativos que usan algunos autores al referirse a los opositores del gobierno y miembros activos de la revolución como el “populacho” sin duda hay un dejo de querer desmerecer a estos, si una persona lee exclusivamente a algún autor que use esta palabra puede crear una visión imparcial respecto a los revolucionarios. Tras el desarrollo de este ensayo se puede observar que a veces se pasa a llevar la condición de que los historiadores son neutrales frente a un hecho histórico, este se puede ver en las comparaciones llevadas a cabo dentro de este ensayo. Lo importantes es darnos cuenta que la Guerra Civil es un acontecimiento dado por el descontento de algunos sectores de la sociedad por el gobierno ya instaurado de Manuel Montt, tras la derrota de los opositores del gobierno las cosas siguieron siendo como antes, no se pudo derrocar el gobierno conservador el cual duraría al igual que el de sus antecesores 10 años.
BIBLIOGRAFÍA 12 | P á g i n a
• • •
•
•
•
Encina, Francisco (1976). “Resumen de la Historia de Chile. Tomo II”. Editorial Zig-Zag, Santiago. Frías, Francisco (2001). “Manual de la Historia de Chile; desde la prehistoria hasta 1994”. Editorial Zig-Zag. Santiago, Chile. Gazmuri, Cristian (1999). “El 48 chileno: Igualitarios, Reformistas Radicales, Masones y Bomberos”. Editorial Universitaria. Santiago, Chile. ISBN: 956-11.0808-8. Grez, Sergio (2008). “De la regeneración del pueblo a la huelga general. Génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890). Editorial RilEditores. Santiago, Chile. Loveman, Brian y Lira, Elizabeth (2000). “Las Suaves cenizas del olvido: Vía chilena de la Reconciliación Política 1814-1932”. LOM Ediciones. Santiago, Chile. ISBN: 956.282.183-8. Vitale, Luis (s/f). “Interpretación Marxista de la Historia de Chile. Tomo III. Los decenios de la Burguesía Comercial y Terrateniente (1831-1861)”. Editorial LOM. Santiago, Chile.
13 | P á g i n a