ESTRATEGIAS
PARA LA COMPRENSIÓN LECTORA /
MANUALES HUMANITAS
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/ MARÍA SOLEDAD ALONSO - J ULIO CÉSAR SAL PAZ
Universidad Nacional de Tucumán Rector
CPN CPN Juan A. Cerisola Vicerrector
DRA. Alicia Bardón
Facultad de Filosofía y Letras Decana
DRA. Judith Casali de Babot Vice Decana
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Integrantes del Consejo de Redacción LIC. André Andrés s Ferna rnand ndo o Stis Stisma man n DRA. Elisa Cohen de Chervonagura Chervon agura DRA. María Florencia Gut Gut iérrez PROF. Clara Armentano de Hassán PROF. Mónica Ponce de León de Agüero PROF. M. Guadalupe Zamora de Moraga Fagalde DRA. Nora Vera de Tamagnini PROF. Sergio Oscar Robin PROF. Susana Noé de Teitelbaum PROF. Sonia Marta Saracho DRA. María Eugenia Zurit a DRA. Ana Luisa Coviello
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PARA LA COMPRENSIÓN LECTORA /
ESTRATEGIAS DE COM PRENSIÓN Y PRODUCCIÓN TEXTUAL M a r ía So le d a d A lo n s o d e R ú f f o l o (Coor dina dor a )
2 ª e d i ci ó n (co r r e g id a y a u m e n t a d a )
MANUALES HUMANITAS
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMÁN
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Estrategias de producción y comprensión textual / María Soledad Alonso de Rúffolo ... [et al.]; coordinado por María Soledad Alonso de Rúffolo - 2ª ed. - Tucumán: Universidad N acional de Tucumán, Facultad de Filosofía y Letras, 2012. 384 p; 22 x 16 cm. ISBN 978-950- 554-729- 6 1. Comunicación. 2. Comprensión de textos. 3. Producción de textos. I. Alonso de Rúffolo, María Soledad II. Alonso de Rúffolo, María Soledad coord. CDD 302.224 4 Fecha de catalogación: 20/04/2012
© ©
2010 - 1ª edición 2012 - 2ª edición Departamento de Publicaciones Facultad de Filosofía y Letras - UN T - Av. Benjamín Aráoz 800 - (4000) San Miguel de Tucumán - República Argentina
(54) 0381-410-7351 - Fax: (54) 0381-4310171
ISBN 978-950- 554-729- 6 Diseño de tapa: Luis Debairosmoura Impreso en Argentina - Printed in Argentina
N inguna part e de esta publicación puede ser repr oducida, almacenada o transmitida de ninguna forma o por ningún medio, sea eléctrico, mecánico, electrónico, informático, por grabación, fotocopia o cualquier otro, sin los permisos previos correspondientes, por escrito.
ESTRATEGIAS
Índice
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.............................................................................. p á g .
Palabras preliminares. María Soledad Alonso de Rúffolo ............................... 9 Capítulo I Estrategias para la comprensión lectora María Soledad Alonso de Rúffolo - Ju lio C. Sal Paz ....................................... 13
Capítulo II El texto como objeto de comprensión y producción Julio C. Sal Paz ..............................................................................................51
Capítulo III Estrategias de producción a través de la gramaticalidad María Soledad Alonso de Rúffolo .................................................................159
Capítulo IV La normativa y sus estrategias para la producción Graciela Inés Fagre ......................................................................................225
Capítulo V Estrategias para los textos narrativos Alicia B. Doncel - María Soledad Alonso de Rúffolo .................................... 279
Capítulo VI Estrategias para los textos argumentativos Claudia Carina Albarracín ..........................................................................311
Capítulo VII Estrategias para los textos expositivos Julio C. Sal Paz ............................................................................................353
Quiénes hicieron este libro .........................................................................37 7
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Ca pít ulo II
EL TEXT O COM O OBJETO DE COM P RENSIÓN Y PRODUCCIÓN Julio Césa r Sal Pa z
1 . Co nce p t o
Preguntarse qué son los textos podría considerarse, en primera instancia, una necedad , pues desde que se adquiere la lengua m aterna, d esde el principio de la escolaridad , se vive en contacto con ellos. Textos orales y escritos, periodísticos, literarios y publicitarios, visuales, musicales, hechos d e gestos, de movimientos corpora les, textos cinematográficos, televisivos, rad iofónicos, digitales... pueden reconocerse de manera sencilla. Pero, ¿cómo conceptu alizarlos? Con certeza , podría formalizarse un a definición a partir de la propia observación. Así, poría d ecirse, por ejemplo, que u n te xto escrito desarrolla un tema, que es algo más que una oración, que supone la existencia de un conjunto de frases relacionadas, organizada s, a su vez, en párrafos. Esto no resulta ajeno a la verdad por cuanto, en parte, efectivament e, es un texto. Sólo que en esta instancia d e los estudios superiores se torna imprescindible ir más allá de la valiosa experiencia como usuarios de la lengua y emplear los aportes de los estudios del lenguaje que han indagado en esta problemática. Lozano, Peña Marín y Abril (1997) señalan que una primera aproximación al concepto fue en unciada , en u n sentido amplio, por Iuri Lotman y la Escuela de Tartú , quiene s sostienen que es u n «conjunto sígnico cohe rente». De este modo, u n ballet, un espectáculo teatra l, una ópera, u n desfile militar, un video clip, un cuadro o un a novela pue den considerarse textos.
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Por ot ro lado, en lingüística, la d icotomía texto/discurso presenta dificultades con respecto a su de finición y delimitación. Entonces, la pregunta que se formula de inmed iato al tratar los mencionados términos es ¿hacen referencia al mismo objeto?, ¿son, por tant o, sinón imos? De forma general, pued e distinguirse la existen cia de cuatro aproximaciones diferen tes a la cuestión:
a ) Texto se refiere al lenguaje escrito, mientras que discurso, al lenguaje oral. b) Desde un pun to de vista estructural, texto es el resultado de la combinación de eleme ntos lingü ísticos (léxicos y grama ticales) a nivel de supe rficie, mientras que discurso es el resultad o de la combinación de con figuraciones semánticas (con ceptos y relaciones) a nivel de estru ctura profund a. c) Desde un enfoque procedimental, texto es el producto y discurso es el proceso. d) Desde una perspectiva práctica, ambos términos son más o menos sinónimos y, por consiguiente, intercambiables. Para abord arlo, en e sta asignatura se adoptará , por ra zones operativas, este último punto de vista y se lo definirá, siguiend o a Enrique Bernárdez (1982: 85) como: Unidad comunicativa fundamen tal, producto de la actividad verbal hu man a, que posee siempre carácter social; está caracterizado por u n cierre semántico y comun icativo, así como por su coheren cia profund a y supe rficial, debida a la intención ( comunicativa) del hablante de crear un texto íntegro y a su estructuración mediante dos conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del sistema de la lengua.
En consecuencia, pued e ente nde rse como un objeto d e carácter comunicativo y estructura do. La pa rticularidad d e objeto com unicativo se relaciona con la noción d e texto en ta nto prod ucto de u na actividad verbal de carácter social, que m anifiesta la inten ción d e u n hablant e. El perfil de o b je to e s tru ctura do se vincula al conjunto de reglas propias del nivel tex-
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tual y del nivel gramatical que rigen la constru cción d el producto para garantizar el propósito comunicativo. Desde esta perspectiva, texto es, entonces, una unidad lingüística comunicativa ( semántica y pragmática) que concreta u na actividad verbal con carácter social. Es una unidad sem ántica (Halliday y Hasan, 1976) 1 en re lación con su organización interna , y pragmática (Bernárdez, 1982) 2 en cuanto a su posibilidad d e poder interpretarse en un conte xto determinado. Es un entretejido ( textum ) d e significaciones que pued en reducirse a un significado global; por eso se lo considera como un a unidad de comunicación (Marín, 2004: 115) . Se construye e n un a situación dete rminada y posee un a intención comun icativa acorde con e sa circunstancia. Es decir, el texto no es una suma d e oraciones sino una unidad transo racional que conforma u n todo coheren te. Sus partes se relacionan lógicamente con un t ema central a través de vínculos interoracionales (en tre oraciones) e intraoracionales (d entro d e las oraciones). Puede encontrárselos en d iferen tes ám bitos: periodístico, publicitario, literario, cotidiano, ad ministrativo, científico, jurídico... y en portadores tales como diarios, revistas, manuales, libros, folletos, noticieros, etc. 2 . P r o p ie d a d e s d e l t e x t o o co n d icio n e s d e t e x t u a lid a d
Para Halliday y Hasan (1976) el concepto de texto está estrechamente vinculado al de textura, que n o es otra cosa que la propiedad de ser un te xto, un tejido. Así, la textura es un a tributo d el nivel textua l, del mismo mod o que la gramaticalidad lo es del nivel oracional. La textura o textualidad es, ent onces, lo que distingue al texto d e algo que n o lo es y se man ifiesta a
Semántica: Disciplina que estudia los aspectos relacionados con la significación de las palabras y los enunciados. 2 Pragmática: Disciplina que estudia los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, es decir, las condiciones que determinan el empleo de un enunciado en una situación comunicativa (contexto) concreta, como también la interpretación de ese enunciado por parte del receptor. 1
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través de cuatr o propiedad es, condiciones o reglas: la coherencia , la co h e s i ó n , la adecuación y la correcció n gram atical . Cabe aclarar que desde algunas perspectivas lingüísticas limitadas, la adecuación y la corrección gramatical habían sido consideradas propiedades textuales secundarias o periféricas, en con traste con las dos propiedad es que garantizan la constitución del texto como tal: la coherencia y la cohesión. Sin embargo, los recientes en foques funcionales y comunicativos han colocado a la adecua ción y a la corrección gramatical en plano de igualdad con las dos grand es propiedades principales, puesto que consideran que ambas actúan d e modo d eterminante sobre la valoración que los hablantes realizan sobre los textos, es decir, porque funcionan como indicadores indiscutibles de la a ceptación social que éstos poseen en una sociedad de terminada. 2 .1. Cohe r en cia
Es una condición necesaria, un a propiedad funda mental del texto. Existen dos formas diversas de coheren cia: la cohe rencia glo bal o profunda y la coherencia supe rficial o cohes ión . La cohe rencia global pued e definirse como la propiedad se má ntica del texto que permite al alocutario percibirlo intu itivamente como un a unidad, como un todo, cuyas partes están estrechamente re lacionadas entre sí (Rued a y Aurora: 2004) . Un discurso tiene coherencia global si puede asignársele un tema o asunto, lo que para Van Dijk (1980, 1983) se denomina, como se verá en detalle en otro apartado, macroestructura semántica . Toda macroestru ctura se refiere al contenido o al sentido del texto como una totalidad, y no al significado de cad a un a de las oraciones individuales que lo compone n. Sin embargo, Van Dijk aclara que también puede identificarse el tema de un párrafo, de una pá gina, d e un capítulo… El tema es, enton ces, la idea central que tran smite un texto. Con frecuencia, n o es mu y evidente, sino que el lector debe dedu cirlo interpretand o, extrayend o conclusiones de lo que lee. Si se puede inferir el tema general de un discurso es porque se lo ha comprendido.
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Retoman do, puede considerarse la coheren cia desde dos puntos de vista que n o se excluyen sino que, por el contrario, resultan compat ibles:
Como una propiedad del texto.
Como u n proceso.
Desde e l primero, la coherencia e s equivalente al plan global que traza el enun ciador de u n te xto. Desde el segundo, es el tratamiento que recorre t odas las etapas de elaboración d e ese d iscurso. Según Bernárd ez (1982) , el proceso se produce de este m odo:
El hablante t iene inten ción de comunicar algo. El hablante construye un plan global (coheren cia) teniendo en cuen ta los factores con textuales. El hablante verbaliza e se plan global d e forma que las relaciones superficiales entre las oraciones del texto ( cohesión) pongan de ma nifiesto su inten ción comunicativa inicial. Entonces, el texto será cohere nte siempre que:
Sea per cibido por el oyente como una unidad. Dé informaciones relevantes o pertinentes para la situación comunicativa en la que se emite y, por tanto, tenga en cuenta los conocimientos que sobre el tema del texto tienen sus receptores. Orden e y estructu re las informaciones de un modo preciso.
Asimismo, puede int erpre tarse la coherencia como un proceso que recorre tod as las etapas de elaboración del texto: inicialmente es un fenómen o pragmático ( relacionado con la intención comunicativa del enu nciador) , que luego se man ifiesta en términos s e m á n t i c o s (articulación tema/ rema en el texto, progresión temática, etc.) y, progresivamen te, a medida que va accediéndose a la estructura superficial del texto, en aspectos puramente sintácticos (sustitución pronominal, por ejemplo). Desde esta perspectiva, la cohesión es, entonces, la manifestación superficial (básicamente sintáctica) de la coheren cia. Son factores de cohe rencia fenómen os como la consecución de tiempos
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verbales, las relaciones lógicas y temporales, la articulación ent re información dada ( tema) e información nueva (re ma) … Así, cuando se intenta encontrar e l tema centra l y los subtemas de u n texto, cuando se analiza cuál es su intención y cómo su organización responde a dicha inte nción, cuand o se observa qué función cumplen las idea s que contiene el texto (si son ejemplos, aclaraciones, etc.), cuando se examina qué tipo de relación hay entre ellas (si son opuestas, sin una es causa o consecuencia de la otra, etc.), en todos estos casos, se profundiza la coherencia del texto. 2 .1 .1 . La p r o g r e s ió n t e m á t ica : t e m a y r e m a ; t ó p ico y c om e n t a r i o ; p r e s u p o s ició n y f o co
Se den omina t e m a al conocimiento previo y rema a lo que se pone en relación con el tema ; el rema , enton ces, no es propiamente la información nueva, pue s ésta surge de la conexión entre ambos miembros de la relación (tema-rema). En la unidad lingüística oración , los términos tema-rema son equivalentes a los conceptos lógicos de sujeto - predicado , que han recibido diversos nombres: tópico y com en to (u sados, entre otros por T. Van Dijk), pres upo sición y foco (utilizados por ejemplo, por N. Chomsky). Por tan to, se de fine como tema a l «conten ido o información que se asu me d e partida», al que se le aña de e l rema, «información ad icional». 2 .1 . 2 . P r o g r e s ió n t e m á t ica : t i po s y e j e m p lo s
El concepto de progresión temática alude a las diversas formas en que se articulan sucesivamente temas y remas en un texto. Las formas más frecuentes son:
a) Pro gresió n tem ática line al: el rema de una oración —o una parte d e él— se convierte en el tema de la siguiente. «Ayer ren dimos el examen de lengua. Fue bastante complicado por la cantidad de consignas. El punto cuatro r esultó ser el más difícil, debido al número d e incisos que contenía».
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b) Progresión co n tem a co nstante: el mismo tema aparece en oraciones sucesivas mientras que los remas son d iferentes. «Mi auto es nu evo; es el más rápido d e su categoría, alcanza los 180 Kms».
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c) Progresión co n tem as derivados: suele haber u n hipertema , del que se extraen los temas de cada oración; este h ipertema puede ser el rema de una oración an terior. «Me he comprado un auto usado. Su motor es d e inyección; su carrocería mu y aerodinámica y su pre cio no fue excesivo».
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R 2.2. Cohesión
En el ámbito de la lingüística del texto, se designa con el térm ino cohesión ( del latín cohaesum : acción y efecto de reu nir o fusionar los elementos que conforman un todo) , a la propiedad que establece las reglas para co -
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nectar, relacionar , articular o vincular unas ideas (palabras, frases, oraciones, párra fos) con otra s. La cohesión es, ent onces, una condición d e textualidad. A través de su empleo se impide que el texto sea una sum a de partes sueltas o inconexas ya que, en cua lquiera de e llos, cada proposición debe estar ligada necesariamente al resto. Sirve, además, para facilitar la interpretación: si el texto posee cohesión, podrá ser percibido como un todo, como una verdadera un idad. Existe una serie de mecanismos que dotan de cohesión a los textos: procedimientos léxicos, gramaticales y secuenciales o interfrásticos (Porro, 2003) :
Cohesión léxica: se logra gracias a la repetición o reiteración, a la sustitución de palabras y a la contigüidad o colocación. Cohe sió n gram atical: se produce a través de la elipsis y de la referencia (o pronominalización) . Coh e sió n interfrás tica: se cumple por medio del empleo de conectores y marcad ores textuales.
2 .2 .1. Cohe sión lé xica :
a) Repe tición de palabras: es la recurrencia de un elemento léxico en el universo textual. Todo discurso repite o retoma lo expresado con antelación. Si bien en algunos tipos de texto la repetición d e un mismo término pu ede considerarse un defecto expresivo y suele evitarse a través del empleo de diferentes recursos, en otros, resulta apropiada a los fines comunicativos. Tal es el caso de los discursos literarios (en los que se procura un efecto estético) o d e los textos científicos (por la dificultad pa ra en contrar sinónimos y por la exigencia de pre cisión) . En síntesis, los enu nciadore s o intérpretes de discursos deben reflexionar sobre el uso que se le otorga a la repetición como recurso cohesivo (¿se tra ta de u na re petición causal o de una de tipo c a s u a l , que podría haberse evitado?) . b) Sustitución de palabras: se promue ve con la inten ción de evitar la repetición. Para ello, se acude al uso de :
Sinonimia: consiste en reemplazar un elemento léxico (pa labra o frase) por otro con significado equivalente. Puede ser de dos tipos:
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sinonimia conceptual , cuand o coinciden los rasgos conceptu ales de los significados de dos expresiones, con independen cia del contexto de u so. Ejemplo: «Adrián consiguió un crédito ban cario para construir una vivienda . Finalmente, cumplirá su d eseo de tener una casa propia»; sinonimia co ntextual, cuando los términos pueden ser conmutad os sólo en un contexto particular. Ejemplo: «El sábado asistí a la conferencia que dictó Jos é Rubiol , quien se dedica a la cría de abejas. Todos los asistente s, en su mayoría ingenieros agrón omos, qued aron muy conformes por la destreza pedagógica que ma nifestó el famoso apicultor para tran smitir sus recientes descubrimientos. El conferencista no sólo evidenció conocimientos teóricos, sino qu e también dem ostró fundam entos empíricos».
Hiperonimia-hiponimia: relación que se da en tre un término de significado genérico (hiperónimo) y uno de significado específico (hipónimo). El hiperón imo es, entonces, un sustan tivo jerárquicamente más abarcador que los que se d esprenden de é l; constituye un a clase o categoría de sustantivo superior, de la que se derivan categorías inferiores que le corresponden. En consecuencia, el ámbito referencial del hipónimo está incluido en el del hiperón imo. Así, el hiperónimo es siempre un vocablo más indeterminado que el hipónimo y tiene un campo de posibilidad es referenciales más amplio. Es decir, la hiperonimia se utiliza, como la sinonimia, para repetir referencias sin recurrir a los mismos términos o para generalizar una serie de hipónimos. Ejemplo: flor: dalia, azucena, clavel, etc.; símbolos patrios: band era, escudo, escarapela, etc. Cuasi-réplica: consiste en la sustitución de u n elemento léxico por otro elemento lingüístico que tiene el mismo significado, pero que corresponde a otra categoría gramatical. Ejemplo: «El diputado afirmó que la responsabilidad por el retraso en la sanción de la ley correspondía al bloque opositor. La afirmación prod ujo malestar en el poder e jecutivo». Las nominalizaciones constituyen un tipo de cuasi-réplica, pue s son recursos lingüísticos que se basan en el uso de u n sustan tivo abstracto, derivado d e un verbo que ya se utilizó poco antes en el texto.
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Palabra ge ne ralizado ra o p rofo rm a léxica: término que tiene u n ámbito referen cial muy amplio (más extenso que e l de los hiperónimos) por lo que su significado es poco preciso. Sirve de comodín. Existen proformas verbales y sustantivas. En el caso de las verbales, los verbos hacer y decir, por ejemplo, suelen re emplazar a muchos otros verbos. Por su parte , las proformas sus tantivas se emplean, genera lmente, para h acer referencia a objetos, personas, fenómen os, situaciones o hechos mencionados con anterioridad en el texto. Ejemplo: asunto, cosa, cuestión, hecho, fenómeno, aspecto, tema, problema; gente, persona, individuo, mujer, hombre, etc.
c) Con tigüidad o colo cación: se produce a través de los denom inados campos léxicos, entre las palabras que constituyen la base semántica del tema del texto. Por ejemplo, en diferentes tramos de un artículo sobre las elecciones de a utoridades en la provincia podrá n aparecer colocadas las expresiones escrutinio, ballotage, votan tes, comicios, cand idatos, urn as, que forman un campo léxico y perten ecen al mismo campo semántico. Del mismo mod o, en un artículo sobre los planet as es factible ha llar términos como Sol, asteroides, e strella, a stronómico, distancia, luz, atmósfera, masa, Júpiter, explosión. Este mecanismo d e conformación d e campos léxicos por contigüidad va encadena ndo el texto en el nivel del desarrollo temá tico, del contenido.
Cadena se mán tica o léxica: es una secuencia de palabra s relacionadas por el sentido que apare cen en u n discurso y que pued en ser adyacentes o encontrarse dispersas a lo largo del texto. Está integrada por términos que se reconocen como pertenecientes a un mismo campo semántico y que son vinculados conceptua lmente por los usuarios de una lengua, quienes los relacionan a pa rtir de sus conocimientos de mund o, contribuyendo al man tenimiento del tema del texto. Campo semántico: está formado por expresiones y significaciones interrelacionadas de modo tal que el valor de cada u na de ellas depend e de sus relaciones con las demás. Puede contener en su interior una o varias caden as léxicas. La aparición de determinad as palabras en un texto que al parecer no poseen vinculación directa, lleva a asociarlas con un
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elemen to o con una situación particular. Así, la presencia en un discurso de vocablos como ladrón, policía, dine ro, ban co, pistolas, disparos, tiroteo, etc., nos condu ce a la noción d e robo . En el ejemplo brindad o, una caden a léxica del campo semántico «robo» está conformad a por los términos ligados al ladrón y su accionar (m alhechor, dinero, banco, botín, rehén…), mientras que otra, por aquellas expresiones que se vinculan con la labor de la policía ( patru llero, sirena, comisario, efectivos, comisaría, etc.).
Serie orde nada: implica una sucesión de elementos léxicos (enumeración) que pe rten ecen al mismo conjunto. Ejemplo: «Había logrado que en su casa convivieran armónicamente el gato , el loro , la perra y los canarios ». También se considera serie orde nad a a una enumeración de palabras que, aisladamen te, no guarda n relación en tre sí; pero que en el texto responden a un referente común. Ejemplo: «En el piso del cuarto podían verse lápices , ropa , v a s o s , p a p e l e s , zapatos y afiches ».
2 . 2 . 2 . Co h e s ió n g r a m a t ica l
a) Elipsis : ( Del latín ellipsis, y este d el gr. ἔ λλειψις , falta). Es la eliminación de la reiteración, la supresión de a lgo ya men cionado en e l texto; una forma d e da r algo por sobreentend ido. Es un re curso que se emplea con la intención d e economizar el lenguaje. Es decir, es la omisión de un vocablo enu nciado anteriormen te. Está estrechamente vinculada con la sustitución, por eso, suele caracterizársela como «sustitución por un elemento cero». Puede clasificarse en: nominal, verbal y proposicional (cuando el elemen to omitido es toda una cláusula, idea o proposición) . La elipsis n o m i na l ( sujeto tácito) y la elipsis verbal (pre dicado no verbal) que permiten, como la referen cia, evitar repeticiones y agilizar el hilo del d iscurso, son los tipos de elipsis más frecuent es. Ejemplo d e elipsis nominal: «Encontramos mucha s dificultades con esta encuesta. Estaba d estinada a mé dicos clínicos para verificar el empleo de ciertos med icamentos». El primer enu nciado omite el sujeto porque la desinencia verbal permite reconstruirlo (nosotros). El segundo, no expresa el sujeto (en cuesta) porque fue men cionado en la oración anterior para no caer en repeticiones inútiles. Ejemplo de elipsis verbal:
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«Mi amigo, con el dinero regalado, compró un libro. Su hermano, un disco.» En la segun da oración hay una elipsis verbal, indicada por la presen cia de la coma, pues se evita la mención de la forma verbal «compró».
b) Referencia o prono m inalización: se manifiesta a través del uso de pronombres o de ad verbios pronominales. Los pronombres son palabra s de significado ocasional que reemplazan al nombre ( sustantivo); se clasifican en persona les, posesivos, demostrat ivos, inde finidos, relativos, interrogativos y exclamativos. Aparecen continu amente en los textos, remitiendo o señaland o a palabras a las que refieren de u n nuevo modo. En efecto, cumplen una función indicadora porque señalan a las personas u objetos de la cohesión. Así, cuando el referente está fuera del texto, en la realidad extratextual, el señalamiento recibe el nombre d e referencia e xofórica , mientras que, si está dentro del texto, se lo den omina referencia en dofórica . A su vez, la referencia end ofórica se analiza según la dirección en que se produ ce: si remite a un elemento ya mencionado en el texto, se clasifica como referencia ana fórica , en cambio, si señala a un elemento aú n no expresado, ha cia lo que va a en unciarse, es llamada referencia cata fórica . Ejemplo: «Los cuad ros era n excelente s. Los marcos, el espacio elegido, la distribución, resaltaban su belleza, lo s favorecían. Esto atraía aún más a la clientela que pugnaba por entrar. El salón estaba completo. Allí se produjo el encuentro más importan te pa ra el artista...». Es decir, el referen te puede ser un n ombre ( sustantivo), u na oración, un fragmento de oración o toda una secuencia. Puede ocurrir que el elemento presupuesto esté explicitado en una oración an terior (referencia anafórica), o que u na palabra an uncie lo que se va a mencionar luego (referencia catafórica), o que se aluda a algo que se encuentra fuera d el texto, en el contexto de situación (referen cia exofórica). 2 . 2 . 3 . Co h e s i ón s e cu e n c ia l o in t e r f r á s t ica : los m a rcador es discur sivos, un m odelo de clasifica ción
La cohesión secuen cial o interfrástica ( entre frases o párra fos) se efectúa mediante procedimientos que en lazan pequeñas o grand es partes de los textos a través del uso de conectores y marcadores discursivos. Los marcadores discursivos son un conjunto heterogéneo de ele-
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mentos —formado por conjunciones (conectores), adverbios, locuciones conjuntivas e incluso por sintagma s o expresiones lexicalizada s— que actúan en el texto como enlaces entre diferen tes ideas, oraciones y párra fos. Suelen ocupar las posiciones más importantes del texto (inicio de párrafo o frase) . De esta mane ra, el lector pued e distinguirlos de un vistazo, incluso antes de empezar a leer, y formarse así una idea de la organización del texto. Entre sus funciones cabe destacar las de gu iar, de a cuerdo con sus distintas propiedad es morfosintácticas, semán ticas y pragmáticas, las inferencias que se rea lizan en la comun icación; marcar los puntos más importantes d el texto; hacer visibles las relaciones estru cturales del contenido; favorecer la localización de la información; proporcionar cohesión, y garantizar la continuidad del discurso. Su correcta u tilización ayuda al lector a comprender mejor todo aquello que quiere comunicársele. Como mu estra de las funciones que pu ede n llegar a desempeñ ar, sirva la siguiente recopilación. Se tra ta d e u na serie abierta que no prete nde ser en n ingún momento exhau stiva, dada la gran cantidad de part ículas que existen de este tipo. María Antonia Martín Zorraqu ino y José Portolés (1999) distinguen cinco clase de marcadores discursivos, cada uno con sus diversos subtipos:
a) Estructurado res de la inform ación: comentadores, ordenadores (d e apertu ra, de continuidad y de cierre) y digresores. b) Cone ctores : aditivos, consecutivos y contraa rgume ntativos. c) Re fo rm ulado res: explicativos, rectificativos, distan ciadores, recapitulativos. d) Operadores a rgum entativos: de refuerzo y concreción. e) Marcadores conversacionales: epistémicos —de evidencia o bien orientadores de la fuente del mensaje—, deónticos, enfocadores de a lteridad y metadiscursivos conversacionales. a) Estructuradores de la informa ción: se emplean para desarrollar la información contenida en un d iscurso.
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Comentadores: presentan un nuevo comentario: pues, pues bien, así las cosas, dicho esto/ eso, etc. Ordenadores: agrupan varios miembros como partes de un solo comentario; de u so más frecuente en el texto escrito que en e l oral. Por lo general, se basan en la numeración (primero, segundo) , en el espacio (por un lado, por otro lado..., por un a parte... por otra; de un lado... de otro) o en el tiempo (después, luego, en fin, finalmen te...) . Algunos de ellos forman pares correlativos, incluso mixtos, de espacio y número o tiempo. Hay de tres tipos:
Orde nado res de ape rtura: sirven para abrir una serie: en primer lugar, primeramen te, por una parte, por un lado, de un a parte, de un lado... Orde nado res q ue m arcan continuidad: indican que el miembro al que acompañan forma parte de una serie: en segundo/ tercer/ cuarto... lugar, por otra ( parte) , por otro (lado) , por su parte, d e otra (pa rte), d e otro ( lado), por lo demás, asimismo, igualmente, de igual forma/ modo/ manera , luego, después... Orden ado re s de cie rre: señalan el fin de un a serie discursiva: Por último, en ú ltimo lugar, en último término, en fin, por fin, finalmente .
Digresores: introducen un comenta rio lateral en relación con el tópico principal del discurso: Por cierto, a propósito, a tod o esto, dicho sea de paso, dicho sea, entre paré ntesis, otra cosa, etc.
b) Con ec tores: son marcadore s discursivos que vinculan semán tica y pragmáticamen te un miembro de l discurso con otro an terior. A veces, el primer miembro pu ede ser situacional o contextual, implícito.
Cone ctores aditivos: unen a u n miembro discursivo anterior otro con la misma orientación argumen tativa, lo que permite inferir conclusiones que de ot ro modo n o se alcanzarían. Pueden ser de dos tipos:
Los que ordenan ambos miembros d iscursivos en la misma escala argumen tativa (incluso, inclusive, es más). Los que no cumplen esta condición (además, y encima, aparte, por añadidura).
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Conectores consecutivos-causales: presentan el miembro del discurso en el que se en cuentran como u na consecuencia de un miembro anterior: pues, así pues, por tanto, por consiguiente, consiguientemente, consecuen temente, por end e, de ah í, en consecuencia, así, ent onces, etc. Cone ctores con traargume ntativos: vinculan d os miembros del discurso de tal modo que el segund o se presenta como supresor o atenuador de alguna conclusión que se pudiera obtener d el primero: en cambio, por el contrario, y por el contrario, antes bien, sin embargo, n o obstante , con todo, empe ro, ahora bien y ahora, y eso sí, etc. Incluye a los comúnmente denominados adversativos y concesivos.
c) Reformulado res : son marcadores que pre sentan e l miembro d el discurso que introducen como u na nu eva formulación de un miembro anterior.
Reformulado res explicativos : o sea, es decir, esto es, a saber; en otras palabras, en ot ros términos, dicho con/ en otros términos, (d icho) con otras palabras, dicho de otra mane ra/ modo/ forma, etc. Re form ulado res rectificativos: sustituyen u n primer miembro, que presentan como una formu lación incorrecta, por otra que la corrige, o al menos la mejora: mejor dicho, mejor aún , más bien y digo, etc. Reformulado res de distanciam iento: exhiben como no relevante un miembro d el discurso anterior a a quel que los acoge. Con ellos no se preten de formular de nuevo lo antes dicho, sino mostrar la nueva formulación como aquella que ha d e cond icionar la prosecución del discurso, al tiempo que se priva d e pertinencia el miembro discursivo que le precede: en cualquier caso, en todo caso, de todos modos/ manera s/ formas, de cualquier modo/ manera / forma, de cualquier suerte, etc. Reformulado res reca pitulativos : presentan un miembro del discurso como una conclusión o recapitulación a pa rtir de un miembro anterior o de una serie de ellos: en suma, en conclusión, en resumen, en síntesis, en resolución; en una palabra, en dos palabras, en pocas palabras, en resumidas cuen tas, en d efinitiva y a fin de cue ntas, en fin; total, al fin y al cabo, después de todo, a lgunas veces también, en realidad y en el fond o, etc.
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d) Operadores argumentativos: son aquellos marcadores que por su signif significado icado condic cond icionan ionan las posibili posibilidad dad es argument argum entativas ativas del miembro del d el discurso en que se incluyen, pero per o sin sin relacionarlo con otro otr o miembro an terior. terior.
fun ción ción consiste esen Operado res de refuerzo refuerzo a rgum e ntativo: ntativo: su fun cialmente cialmente en ref r eforzar orzar como argumen to el miembro del de l discurso discurso en el que se encuentran . De De este modo, y al tiempo que se refuerza su argument o, se limitan limitan los otros como desencad ena ntes nte s de posibles conclusiones: conclusiones: en realidad, realidad, en el fondo, fondo, d e hecho, e tc.
discurso que Operadores de co ncreció ncreció n: present an el miembro de l discurso los incluye incluye como una un a concreción o ejemplo de un a expresión más gene ral: por ejemplo, verbigracia, verbigracia, en concreto, en e n particular par ticular,, por caso. e) Marcadores conversacionales: se distinguen de los de la lengua escrita porque a su función ‘informativa’ o ‘transaccional’ suman otra función ‘inte ‘interact ractiv iva’ a’ o ‘inte ‘intera raccional’ ccional’ orient orie ntad ad a ha cia el int interlo erlocut cutor or.. Los Los autor au tores es establecen establecen d os grandes tipos de modalidad modalidad es:
Marcador ar cadores es epistém icos: se refiere a nociones que guardan relación: ción: a) con la posibili posibilida dadd o con la necesidad, n ecesidad, b) con la eviden eviden cia, cia, sobre todo a t ravés de los sentidos; c) con lo oído decir o expresado por ot ros, etc. Sus marcador es son del tipo d e en efecto, claro, claro, por lo visto... visto...
Marcado ar cado res de e videncia: (re forzad ores de la aserción sí o no, y algunos tematizados con «que»): claro, desde luego, por supuesto, natu ralmente y sin sin duda, etc. Marcadores orientativos sobre la fuente del mensaje: e l hablante presenta el discurso como algo que refleja su propia opinión, o bien lo refiere como algo que ha oído decir, que conoce a través de otr os y que transmite tra nsmite como una un a opinión ajena: por lo visto, visto, al parecer, parecer, según parece, par ece, etc.
incluyen actitud es que tienen tiene n que ver con la la Marcadores arcador es de ónticos : incluyen voluntad o con lo afectivo. Indican si el hablante acepta, admite, consiente o no lo que se infiere del fragmento de discurso al que remiten. Van separad os por una pausa más marcada y pueden alternar con otros proced imientos expresivos: expresivos: los verbos realizativos acepto, acept o, consiento, ad -
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mito, construcciones verbales del estilo, estilo, está bien, bu eno está, e stá, etc...). Sus marcadores son del tipo de bueno, bien, vale, de acuerdo, conforme, perfectament e, cabalmente cabalme nte,, definitiv definitivame amente nte y okay okay,, etc.
oyente ( hombre, mira, mira, oye) o, Enfocado re s de alteridad: alteridad: apuntan al oyente menos men os frecuen temen te, a ambos inter interloc locuto utores res (vamos). Sirven Sirven para comentar el fragmento fragmento d el discurso discurso al que remiten, pa ra mostrar la a cti ctitud tud del hablante respecto de este y para señalar el enfoque enfoque de las relaciones relaciones que man tiene el hablant h ablantee con el oyent oyent e: amistosa, cortés, etc... «B «Buen o» —en un uso distinto al deónt de óntic icoo y al metadisc met adiscursiv ursivo, o, pu es sólo sirv sirvee para par a reforzar la imagen positiva del hablante—, «vamos», en similar uso y además adem ás para favorecer la comunión de los hablantes en el discurso, discurso, mira, mira, mire, oye, oiga. oiga. También También se suelen usar u sar formas verba verbales les en segund a perper sona: ves, verás, escucha, fíjate íjate,, sabes, en tiendes. tiende s. Ex Expresiones como ¿no?, ¿verdad ¿verdad ?, ¿eh?, etc.
Metadiscursivos conversacionales: trazan el esfuerzo que realizan los hablant es para formular e ir organ izando su d iscurso, iscurso, como sigsignos de puntu ación ación para el descanso: descanso: ya, sí, sí, bueno, bien, eh , este.
En el siguiente siguiente cuadro, se ofrece un re pertorio de conectores o marcadores marcadore s discursivos, organizado según el tipo de conexión que realizan en el texto: espacio, orden, causa, etc. Así Así,, esta propuesta propu esta d e sistematización sistematización muestra m uestra las relaciones lógicas más frecuentemente utilizadas para conectar las proposicione cioness conte contenidas nidas en oraciones o raciones o párrafos subsig subsiguien uientes tes de un discurso: PARA ORDENAR LAS IDEAS EN E L TEXTO Anunciar un tema tema nuevo u otra etapa: etapa:
Continuar el mismo tema:
Con respecto a Por lo que que se refiere refiere a En relación relación con En cuanto a Acerca Acerca de Por otra parte En otr o tro o orden de cosas En lo que que concierne concierne a En lo que atañe atañe a
Además Luego De spu spués és / A continuación continuación En este sentido Asimismo Así pues Es más / Incluso Cabe añadir/observar A continuación
PARA INDI INDICAR CAR RELAC IONES IONES E NTRE LAS IDEAS IDEAS DE UN TEXTO Relaciones de tiempo: Relaciones Relaciones de de consecuencia: Antes /Ahora Anteriormente / Poco antes Al mismo tiempo Simultáneamente Después Más tarde tarde / Más a delante A continuación Acto seguido Tan pronto como
En consecuencia Por lo tanto / Así que De a hí que que De modo modo que que De suerte que Por consiguiente Por lo cual / Por esto Por ende / Pues Con que/ Total que
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Ordenar los temas:
Insistir, aclarar, puntualizar, reformular:
Relaciones Relaciones de espacio:
Relaciones Relaciones de de condición:
En primer lugar Primero Antes que nada Para e mpezar Para terminar Por último E n último término término Finalmente Ante todo Como colofón
E s decir decir / O sea Ha y que hacer notar En otras palabras Lo más importante Esto es / Tanto es así que Dicho de otra manera Hay que destacar C omo se ha dicho Vale la pena decir Debemos señalar E n efecto / Lo Lo cierto cierto es que
Arriba / Abajo Cerca / Lejos Delante / Detr De trás ás E ncima ncima / Deba jo
Si A condición de (que) E n caso de Siempre que Siempre y cuando Con solo (que) En caso de (que) C on tal de (que)
PARA ORDENAR LAS IDEAS EN E L TEXTO
PARA INDI INDICAR CAR RELAC IONES IONES E NTRE LAS IDEAS IDEAS DE UN TEXTO Relaciones Relaciones de causa: Relaciones Relaciones de de finalidad:
Distinguir, restringir, atenuar elementos:
Resumir, concluir, sintetizar:
Por un lado lad o / Por otro Por una pa rte rte Ahora bien No obstante Por el contrario En cambio cambio Sin embargo Ahora bien Al fin y al cabo Aún así
E n resumen resumen / Resumi R esumiendo endo E n síntesis / Sintetizando Sintetizando En conclusión / Para concluir Finalmente Así pues E n definitiv definitivaa Por lo tanto Por todo esto es to / Por todo lo visto
Porque Visto que A causa de Con motivo de Ya que Puesto que Gracias a / que Por culpa culpa de Dado que Considerando que Teniendo en cuenta que
Para Pa ra (que) (que) A fin de (que) C on el fin de (que) C on el objetivo objetivo de Con miras a A fin y efecto de (que) C on la finalidad finalidad de
Detallar o ejemplificar: ejemplificar:
Indicar objeciones objeciones y concesiones:
Relaciones Relaciones de oposición o posición adversativa:
Relaciones Relaciones de de Adición:
Por ejemplo / En particular En e l caso de / Al respecto / Verbigracia / A saber/Como muestra muestra
Aunque / Sin bien A pesar de (que) / Aun + gerundio Por más que / Con todo
E n cambio / Antes bien No obstante Sin embargo De todas todas maneras / Por el el contrario / Ahora bien
Además / Ta mbién mbién Asimismo De l mismo mismo modo De la misma misma manera De igual forma
Indicar digresión:
Indicar opinión:
Indicar énfasis, intensificación:
Indicar restricción:
Por cierto A propósito propósito
A mi juicio/parecer/entender/modo de ver/criterio ver/criterio A juicio de los expertos Según mi punto de vista En opinión de muchos/de la mayoría
Claro que Es más Más aún Máxime
Si acaso Hasta cierto punto
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A ct i vi d a d N º 1
Le e r d e t e n id a m e n t e e l t e x t o y r e s o lv e r la s c o ns ig n a s q u e s e l e f o r m u l a n a c o n t i n u a c ió n :
Profesionales, aficionados, perturbadores y adictos. En estas cuatro categorías se clasificarían los usuarios que se conectan a Internet, según un estudio realizado por la Universidad de Salamanca con el propósito de definir el perfil psicológico de los internautas. La investigación mencionada señala que, en primer lugar estarían los «profesionales», que son aqu ellos usuarios que navegan y dedican largos períodos de su tiempo de trabajo al uso y manejo de la computadora y de Internet para conseguir información y crear contenidos o programas. Si bien esto puede crear adicción, con el tiempo, generalmente, «ese trabajo puede convertirse en algo pesad o y causarles ha stío o desen canto». Por su parte, los «aficionados» son los que se interesan por los contenidos de la Red pa ra lograr determinados propósitos, intercambiar archivos o conocer gente como ellos, «pero en un marco de normalidad, sin establecer lazos que interfieran en el desarrollo de sus actividad es o en el norma l funcionamiento d e su vida diaria». La tercera categoría es la de los «per-
turbad ores», grupo heterogéneo que incluye a persona s que utilizan la Red pa ra perjudicar, fastidiar y causar da ños a los demás navegantes. Son conocidos como hackers. Representan un verdadero peligro dentro del espacio virtual En cuarto y último lugar están los «adictos», que son quienes dependen y piensan dema siado en Internet. En consecuencia, la web termina interfiriendo en el desarrollo normal de sus vidas, actividades y obligaciones. Este tipo de internautas siente la necesidad imperiosa de incrementar el tiempo que pasa frente a la computadora. Por eso, llegan a experimentar cierta abstinencia, si no pued en conectarse a la Red. Suelen, también, disminuir el tiempo que destinan a la actividad física, lo que les provoca alteraciones en el sueño. Se caracterizan, ademá s, por buscar compensaciones que no logran obtener en su vida cotidiana, tales como estimulación social, afiliaciones y reconocimiento. El informe concluye aclarando que la clasificación expuesta no es, en lo absoluto, exclusiva. Sin embargo, permite describir conductas, rasgos característi-
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cos de los cibernautas y síntomas más evidentes provocados por este «trastorno o síndrome de adicción a Internet»: uso abusivo de la computadora, excesi-
va dependencia de la Red, distorsión de los objetivos personales, familiares y/ o profesionales, ansieda d, agitación psicomotriz, irritabilidad, falta d e control personal, etc.
1 . Indicar el referente de los pronombres subrayados en el texto. Completar siguiendo el modelo: Pro no m bre su (Pron. Pos., 3º p. sg.)
Re fe re nte profesionales
2 . Transcribir dos frases del texto que sirvan como ejemplos de elipsis nominal y verbal, respectivamen te. Agregar entre paréntesis el elemento elidido. 3 . Explicar el tipo de conexión que establecen los elementos encerrados en un recuadro. 4 . Extraer de l texto un ejemplo de: Repetición directa: .................................................................................... Sinonimia: ................................................................................................ Relación de hiponimia-hiperonimia: ........................................................ ................................................................................................................... 5 . Separar el texto en párrafos y enume rarlos. 6 . Subrayar las idea s principales de cada uno de ellos. 7 . Expresar la ma croestructura d e cada párrafo con enun ciados nominales. 8 . Elaborar la macroestructu ra global (títu lo). 9 . Esquema tizar a través de un cuadro sinóptico el contenido d el texto. 1 0 . Ordena r las siguientes oraciones de manera coherent e. Luego, eliminar las repeticiones empleando pronominalizaciones, sinonimias y elipsis (nominales y verbales).
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Por eso, la arqueología valora tanto la cerámica. La arqueología es una disciplina que se interesa por descubrir objetos pertenecientes a pueblos ya desaparecidos. La a rqueología es un a d isciplina qu e estudia las civilizaciones d e la an tigüedad. Por eso, la arqueología convierte a la cerámica en objeto d e estud io de la arqueología. Así, por ejemplo, la cerámica puede contar la historia de un pueblo. La arqueología obtiene información sobre la cultura de los pueblos desaparecidos a partir de objetos pertenecientes a los pueblos ya desaparecidos.
A ct i v id a d N º 2
Le e r d e t e n id a m e n t e e l t e x t o y r e s o lv e r la s c on s ig n a s q u e f ig u r a n a co n t in u a ci ón :
1 . Al primero que se le ocurrió la novedo sa actividad de filmar con una cámara escondida fue a Dziga Vertov, cerca de 1920. Quiso observar las reacciones de la gente en la calle y optó por esconder su cámara para obtener «naturalidad» y «veracidad» en los actos filmados. Sin embargo , muy pronto se cansó de sus investigaciones y no quedó en la historia como el primero que apeló a estos recursos de manera sistemática. El mérito le correspondió a Alan Funt. La propuesta se perfeccionó con la imagen, en
el ciclo Candid Camera, en los años 50. 2 . Aquí, en la Argentina fueron denominadas «cámaras ocultas». Fue el animador y periodista Nicolás «Pipo» Mancera el primero en introducirlas, el 6 de febrero de 19 62, y registrarlas como marca a su nombre. Las ha cía con el cinea sta Guillermo Smith —quien le había acercado la idea a Mancera después de haberse cruzado con un equipo de Funt en los Estados Unidos— y otros «actores caraduras», como los rotulaba Pipo. Planteaba situaciones insólitas o jocosas, a
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man era d e sketches, en Buen os Aires, Madrid y Nueva York a l mismo t iempo , y registraba las divertidas reacciones de los incautos. Luego los resultados se veían en su programa ómnibus Sábados circulares. Mancera llegó a convertirse en una «potencia» en este rubro, tan es así que estuvo asociado en algún emprend imiento con Funt, el creador. Hoy mismo, Mancera se jacta de atesorar en su archivo todas las cámaras sorpresa filmadas en aquella época y hasta 1974. 3 . Durante años, el recurso quedó dormido y sólo apareció, furtivamente, de cuando en cuando. En los tempranos 80, Nuevediario planteó la necesidad d e mover los noticieros que, hasta entonces, cubrían burocráticos actos o qu e llegaban cuando todo ya había pasado, y así empezó el periodista José de Zer a correr y a agitarse: con voz de rallador, mirada cínica, un olfato y un oído envidiables —y sin demasiado tacto—, De Zer explotaba sus sentidos para dar nervio al relato; involucrando a su camarógrafo con su histórica frase «Seguime chango». Sus compañer os de Nuevediario salieron a recrear su estilo que, luego, desde el humor y con matices propios, parodiaron Cipolatti y Andy Kusnetzoff, entre otros. 4 . Otro episodio que terminó de «cebar» a las cámaras, despertándoles las gana s de «mucho má s», también tuvo lugar en Canal 9, el 17 de junio de 1984, cuando un participante de Feliz domingo murió ante las cámaras. Al repetir
varias veces ese dramático momento, Alejandro Romay echaba las bases de un subgénero informativo que aú n debería esperar una década para industrializarse, pero que, mucho antes, ya había empezado a dar s u s primeros «frutos» casuales; por ejemplo, con la filmación del atenta do contra el papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro el 13 de ma yo de 1981 o los episodios precursores —registrados en 1 963 y 1968 — de los asesinatos de John y Robert Kenn edy y de Lee Oswald, acusado de matar al primero. 5 . Si bien las cámaras entrometidas, con el tiempo, se bifurcarían claramente en dos vertientes diferenciadas —el humor por un lado y el deschave informativo de corrupciones varias, p o r e l otro — esta segunda vertiente tardó un poco más en desarr ollarse, debido a varias razones: en primer lugar, porque un gobierno autoritario, como el Proceso, jam ás las hubiese permitido y, en segundo, porque la fragilidad de la democracia, en sus primeros años, no las hacía aconsejables. Además, no existía aún la tecnología que luego facilitaría los registros ocultos, mediante minicáma ras y micrófonos ocultos, en los lugares más insospechados. Por lo tanto, fue absolutamente n atura l que la comicidad se apropiara, completamente, de ellas, en un primer momento. 6 . Aquí, en los albores de los 90, Marcelo Tinelli fue el reintroductor de la cámara sorpresa en su faz jocosa, a través de lo que pasó a denominarse
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«bloopers». Importados en un primer momento de los Estados Unidos, la producción propia no tardó en llegar, incentivando a la gente a mandar los suyos a cambio de mil dólares para el mejor. Para evitar el desgaste producido por la repetición de situaciones —otros programas también comenzaron a incorporarlos—, la gente de Tinelli y de Pergolini, por separado, comenzaron a generar situaciones a la manera de Mancera treinta años antes, aunque ya no con el grado de inocencia e ingenuidad de entonces, provocando en muchos casos situaciones enojosas. Éstas dieron lugar a una acumulación importante de cartas documento y juicios. 7 . Luego, empezaron a surgir variantes menos onerosas y más simpáticas, como tomar de punto a figuras conocidas, invitándolos a programas tru chos. La carga agresiva de algunas bromas también generó enojos en los famosos convocados, tal el caso de Gino Bogani, en el 96, y Patricia Sosa y Yuyito González, en el 97, quienes se negaron a permitir que se mofasen de ellos. Aunque, en realidad, constituyeron la excepción a la regla, ya que, a pesar d e los malos momentos que hacían pasar a los invitados, luego Tinelli los recibía en su programa y los premiaba con un viajecito para dos personas a algún lugar paradisíaco. 8 . Otra varian te instrumen tada ha sido la «cámara cómplice», que permite gastarle una broma pesad a a a lgún incauto, con la anuencia de un amigo o familiar
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que facilita la situación para que todo salga bien y resulte creíble. Por ejemplo, una chica lleva a comer a su casa a un presunto novio totalmente impresentable para que enoje a su padre; una viuda a nciana presenta a sus hijos a un pretendiente joven que, a las claras, sólo quiere vivir de ella ; alguien quiere vender su auto y la gente disfrazada de Video-Match se lo queman, se lo chocan o se lo tiran con una grúa, desde gran altura, para destruirlo, etc. 9 . Si al humor las camaritas ocultas le prestan un gran servicio, amplificando sus posibilidades, qu é decir d el periodismo. Género sedenta rio por n aturaleza en la tevé —quietas mesas redon das en los programas políticos, noticieros con poco movimiento—, descubre en ellas un a liado poderoso para impresionar a la audiencia y se decide a desarrollar lo de distintas maneras. A saber: Telefé Noticias, a principios de los 90, incentiva directamente a l público a que se convierta en «cazadores de noticias». Cualquiera, con su propia cámara, pu ede ser testigo de un hecho crucial en el momen to exacto en que está ocurriendo. 1 0 . Pero no era insuficiente quedarse de brazos cruzados en los canales esperando la llegada de un «cazador» con un casette explosivo. A nivel local, el primer programa que se propuso instrumen tarlo de ma nera sistemática fue Edición Plus, a partir de 1992 por Telefé. Luego, reforzando la tendencia, en 1993, apareció Telenoche investiga que capitalizó, hasta
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el presente, con gran repercusión y perfeccionándolo, el sistema de registrar ilícitos con cámaras escondidas (venta de expedientes, trámites truchos, maltratos en la colonia Montes de Oca, irregularidades en el PAMI, narcopolicías, etc.). Los «justicieros mediáticos», por llamarlos de alguna forma, provocan d isímiles reacciones en la sociedad, desde una gran adhesión hasta intentos firmes de amordazarlos por parte del Congreso. 1 1 . La cultura de las filmaciones reveladoras se extendió como pólvora por adentro y por afuera de la tevé, abarcan-
do cualquier espacio ciudadano. Pudo mostrar sin anestesia actos de corrupción sorprendidos in fraganti, accidentes y crímenes en vivo y en directo. En los bancos, en los ascensores, en halles de algunos edificios, en compañías privadas, en los estacionamientos públicos hay circuitos cerrados que registran todo en video. De este modo, la industria del espionaje mediático y la nueva tecnología televisiva se han convertido en instrumentos para deschavar ilícitos. Dicen que es por n uestra seguridad; no obstante, invaden la privacidad de cada uno.
1 . Leer el párrafo 1. El término «sin embargo» establece un a conexión de tipo: a) Aditiva b) Concesiva c) Consecutiva d) Adversativa 2 . Leer e l párra fo 5. El término «por un lado ( ...) por el otro» sirve para: a) Refutar ideas expresadas an teriormente. b) Relacionar una causa y su consecuencia. c) Distinguir dos ideas diferentes. d) Desmentir un concepto e xpresado inicialmente plantead o. 3 . En el párrafo 7 la expresión «Luego» puede reem plazarse por: a) Por e llo b) Con ta l objeto c) Más tard e d) En aquel momento 4 . En el párrafo 9 ¿a qué palabra hace referencia el pronombre «lo»? a) periodismo
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b) movimiento c) humor d) joven En el párrafo 4 ¿a qué palabra hace referencia el pronombre «sus»? a) Alejand ro Romay b) subgén ero informativo c) dramático momento d) una década En el párra fo 8 ¿a qué palabra ha ce referencia el pronombre «ella»? a) gente b) chica c) viuda an ciana d) situación creíble En el pár rafo 2 iden tificar el tipo de referencia pron ominal efectuada por e l pronom bre «Las»: a) Posesiva b) Demostrativa c) Persona l d) Relativa En el siguiente fragmento determinar la estrategia de cohesión utilizada:
«(...) y así empezó el periodista José de Zer a correr (...): con voz de rallador, mirada cínica, u n olfato y un oído envidiables — y sin demasiado tacto—, De Zer explotaba sus sentidos para dar nervio al relato...»
a) Elipsis verbal b) Sustitución léxica c) Elipsis nomina l d) Hipónimo-hiperónimo 9 . Leer el siguiente fragmen to y señalar el elemen to elidido: « La cultu ra de las filmaciones reveladoras se extendió como pólvora por adentro y por afuera de la tevé. Pudo mostrar sin anestesia actos de corrupción sorprendidos in fragant i, accidentes y crímenes en vivo y en directo»:
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a) de La tevé b) La cultura de las filmaciones revelador as c) como pólvora d) sin anestesia 1 0 . La expresión «novedosa actividad », men cionada en el párra fo 1, es sustituida a lo largo del texto por: a) cámaras ocultas b) sketches c) deschave informativo d) periodismo 1 1 . Señalar el tipo de cohesión léxica empleada e n el siguiente fragmento d el párrafo 7 « Luego, empezaron a surgir variant es menos onerosas y más simpát icas, como tomar de punto a figuras conocidas, invitándolos a programas tru chos. La carga agresiva de algunas bromas también generó enojos en los famosos convocados»:
a) palabra general b) hiponimia-hiperonimia c) sinon imia d) serie ordenada 1 2 . Los términos: «cámaras», «minicámaras», «micrófonos ocultos», «circuitos cerrados», «video», presentes en el texto, pueden ser agrupados bajo el siguiente hiperón imo: a) tecnología televisiva b) situaciones insólitas c) espiona je mediático d) cazadores de noticias 1 3 . Seleccionar, entre las siguientes opciones, el resumen más adecuado: a ) Al primero que se le ocurrió la actividad d e filmar con una cámara escondida fue a Dziga Vertov, cerca de 1 92 0. Sin emba rgo, no qued ó en la historia como el primero que apeló a estos recursos de m anera sistemá tica. El mérito le correspond ió a Alan Fun t. La propuesta se perfeccionó con la imagen, en Candid Camera, en los años ’50. En la Argentina fueron denominadas «cámaras ocultas». Fue «Pipo» Mancera el primero en introducirlas, (en) 1962. Planteaba situaciones
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jocosas. Los resultados se veían en su progr ama Sábados circulares. En los ’80, Nuevediario planteó la necesida d d e mover los noticieros y, así, empezó el periodista José de Zer a dar nervio al relato. En 1984, Alejandro Romay echaba las bases de un subgénero informativo que aún debería esperar una década para industrializarse. Antes, había empezado a dar «frutos» casuales: la filmación d el aten tad o contra el papa Ju an Pablo II, o los asesinatos de Joh n y Robert Kenn edy. Las cámaras entrometidas se bifurcarán en dos vertientes diferenciadas, el humor y el deschave informativo de corrupciones. En los ’90, Marcelo Tinelli fue el reintroductor de la cámara sorpresa en su faz jocosa, lo que pasó a denominarse «bloopers». Luego, empezaron a surgir varian tes men os onerosas y más simpáticas, como tomar de punto a figuras conocidas, invitándolos a programas truchos. Otra, ha sido la «cámara cómplice», que permite gastarle una broma pesada a algún incauto con la anuencia de un amigo o familiar. Las camaritas ocultas le prestan u n gran servicio al periodismo. Telefé Noticias incentiva al público a que se convierta en «cazadores de noticias». El primer programa que se propuso instrumentarlo de ma nera sistemática fue Edición Plus, luego, Telenoche investiga, con el sistema de registrar ilícitos. La cultura de las filmaciones reveladoras se extendió por adentro y por afuera de la tevé, abarcando cualquier espacio ciuda dano. Dicen que es por nuestra seguridad, no obstan te, invad en la privacidad de cada u no.
b ) Al primero que se le ocurrió la novedosa a ctivida d de filmar con una cámara escondida fue a Dziga Vertov, cerca de 1 920. Quiso observar las reacciones de la gente en la calle y optó por esconder su cámara para obtener «natu ralidad » y «veracidad» en los actos filmados. En la Argentina fueron denominadas «cámaras ocultas», fue el animador y periodista Nicolás «Pipo» Mancera el primero en introducirlas, el 6 de febrero de 1962, y registrarlas como marca a su nombre. Las hacía con el cineasta Guillermo Smith. Mancera se jacta de atesorar en su archivo toda s las cámara s sorpresa filmadas en aquella época y hasta 197 4. Durante años, el recurso quedó dormido y sólo apa reció, furtivamente, d e cuand o en cuando. Otro episodio que terminó de «cebar» a las cámaras, despertándoles las ganas de «mucho más», también tuvo lugar en Canal 9, el 17 de junio de 1984. Si bien las cámaras entrometidas, con el tiempo, se bifurcarán claramente en dos vertientes diferenciadas —el humor por un lado y el deschave informativo de corrupciones varias, por el otro — esta segunda vertiente tardó un poco más en desarrollarse. Aquí, en los albores de los ’90, Marcelo Tinelli fue el reintroductor de la cámara sorpresa en su faz jocosa, a través de lo que pasó a
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denominarse «bloopers». Importados en un primer momento de los Estados Unidos. Luego, empezaron a surgir variantes menos onerosas y más simpáticas, como tomar de punto a figuras conocidas, invitándolos a programas truchos. Luego Tinelli los recibía en su progra ma y los premiaba con un viajecito para dos personas a algún lugar para disíaco. Cualquiera con su propia cámara , puede ser testigo de un hecho crucial en el momento exacto en que está ocurriendo. Pero era insuficiente quedarse de brazos cruzados en los canales esperando la llegada de u n «cazador» con un casette explosivo. La industria del espionaje mediático y la nueva tecnología televisiva se han convertido en instrumentos para deschavar ilícitos. Dicen que es por nuestra seguridad, no obstante, invaden la privacidad de cada u no.
c) Dziga Vertov optó por esconder su cámara para obten er «natu ralidad » y «veracidad» en los actos filmados. Mancera las hacía con el cineasta Guillermo Smith. José de Zer explotaba sus sentidos pa ra da r nervio al relato, involucrand o a su camarógrafo con su histórica frase «Seguime chango». Sus compañeros de Nuevediario salieron a recrear su estilo, que luego, desde el humor y con matices propios, parodiaron Cipolatti y Andy Kusnetzoff, entre otros. Alejandro Romay echaba las bases de un subgénero informativo que aún debería esperar una década para industrializarse. El Proceso, jamás las hu biese perm itido. Marcelo Tinelli fue el reintroductor de la cámara. Tinelli y Pergolini, comenzaron a generar situaciones a la manera de Mancera. Tinelli los recibía en su programa y los premiaba con un viajecito para dos personas a algún lugar paradisíaco. Alguien quiere vender su auto y la gente disfrazada de Video-Match se lo quema, se lo choca o se lo tira con una grúa, desde gran altura, para destruirlo, etc... Telefé Noticias incentiva, directamente, al público a que se convierta en «cazadores de noticias», Telenoche investiga capitalizó, hasta el presente, el sistema. La cultura de las filmaciones reveladoras se extendió abarcando cualquier espacio ciudadano.
1 4 . Seleccionar la opción que considere más apropiada como título del párrafo 4: a) La importan cia de la muerte en la televisión argentina b) Alejandro Roma y, el Zar de la te levisión argentina c) Las cámara s ocultas y el género informativo d) Los precursores d el género informativo 1 5 . Seleccionar la opción que considere más apropiada como título
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del texto: a) «CÁMARAS SORPRESA, BLOOPERS Y ESPIONAJE TELEVISIVO» b) «LOS ORÍGENES DE LAS CÁMARAS SORPRESA» c) «LA BLOOPERMANÍA EN LA ARGENTINA» d) «TECNOLOGÍA TELEVISIVA AL SERVICIO DE TODOS» 1 6 . Ordenar las siguientes oraciones para formar un texto coherente: ( ) Durante años, el recurso qued ó dormido y sólo apareció, furtivamente, de cuando en cuando. ( ) Aquí, en la Argent ina fueron den ominad as «cámaras ocultas». ( ) Los resultados se veían en su pr ograma ómnibus Sábados circulares. ( ) Fue el animador y periodista Nicolás «Pipo» Mancera el primero en introd ucirlas, el 6 de febrero d e 1962. 1 7 . Señalar cuál de las siguientes afirmaciones es falsa: a) Alan Funt quedó en la historia como el primero en sistematizar los recursos de las cámara s ocultas. b) Un equipo de Alan Funt tu vo contacto con el cineasta Guillermo Smith. c) Mancera estuvo asociado con Alan Funt. d) Alan Funt filmó en Buen os Aires, Madrid y Nueva York. 1 8 . En e l contexto d el párra fo 9 la palabra «sede ntario» significa: a) Dotado de vagancia b) Casi desnatu ralizado c) Demasiado estructurado d) Con signos de incoheren cia 1 9 . Determinar cuál de las siguientes afirmaciones no pertenecen a los primeros cinco párrafos del texto: a) El humor fue la primer vertiente desarrollada por las cámaras entrometidas. b) La cámara sorpresa en su faz humorística pasó a denominarse «bloopers». c) El equipo de Mancera planteaba situaciones insólitas o jocosas a la man era de «sketches». d) La vertiente del deschave informativo de corrupciones tuvo un de
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sarrollo más lento que la d el humor. 2 0 . Realizar un cua dro sinóptico que cond ense la información contenida en el texto.
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Le e r d e t e n id a m e n t e e l t e x t o y r e s o lv e r la s co n s ig n a s q u e f ig u r a n a co n t i n u a ci ó n :
1 . La radio es el resultado de años de investigación y de la invención de diferentes artefactos que emergieron ligados al entendimiento y desarrollo de la electricidad. En el progreso tecnológico hacia la radio, el electroimán fue clave. Y é s t e para el desarrollo del telégrafo, patenta do por Samu el F. B. Morse, pintor retratista. El primer mensaje en clave Morse se prod ujo entre Washington y Baltimore, el 24 de diciembre de 1844. Luego, el telégrafo eléctrico fue adoptado gradualmente por grupos comerciales y militares, que extendieron delgados cables a los principales centros de población. 2 . La progresión tecnológica sigue su curso con el cruce del océano Atlántico por un cable submarino logrado por Cyrus W. Field. En 1876, Alexander Graham Bell y su asistente lograron transmitir la voz humana a través de cables eléctricos. 3 . A partir de la apa rición del telégra-
fo y del teléfono, faltaba un corto paso para la transmisión inalámbrica. Volta, Ampère, Henry, Far aday, Maxwell y Hertz trabajaban para comprender la naturaleza básica de la electricidad. La teoría de todos ellos fue la que llevó al desarrollo vertiginoso de tecnologías que permitieron generar, almacenar, medir, transmitir, modificar y controlar, de varias maneras, la electricidad. 4 . En la época de la guerra civil norteamericana, James Maxwell, desde Escocia, elabora una teoría sobre misteriosas ondas electromagnéticas que viajarían a la velocidad de la luz. En 1888, un joven alemán, Heinrich Hertz, demuestra esta teoría construyendo un aparato de laboratorio para gen erarlas y detectarlas. Así, nacieron las ondas hertzianas. Posteriormente, el italiano Guglielmo Marconi patentó el telégrafo inalámbrico en 1897, en Inglaterra. Lo desarrolló cubriendo cada vez mayores distancias. Su invento fue producto de un siglo de in-
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vestigación científica y solucionó la necesidad urgente de la comunicación a distancia. 5 . Las Compa ñías Marconi, implanta das en Estados Unidos e Inglaterra, tuvieron una fuerte competencia. Poderosas empresas na vieras, entidades gubernamentales y militares de las diferentes potencias, se complementaron con esta estratégica tecnología, que ya era ampliamente utilizada antes de la Primera Guerra Mundial. 6 . Reginald A. Fessenden, en 1906, preparó un apara to que permitía la transmisión d e señales más complejas que las del sistema Morse; construyó un transmisor sumamente poderoso para sus experimentos. Aquella noche memorable, diversas personas hablaron por el inalámbrico; una pronunció un discurso, otra leyó un poema e incluso alguien tocó el violín. Este fue el nacimiento de la rad io. Ese mismo año se descubrió que ciertos minerales, en un circuito sencillo, eran capaces de detectar las emisiones de este medio. Radioescuchas interceptaron involuntariamente señales de socorro de náu fragos en a lta m ar. 7 . La primera década del nuevo siglo aportó muchos perfeccionamientos. Lee De Forest, inventó el audion, que en la jerga técnica se den ominó válvula; posteriormente reemplazado por el transistor, dispositivo qu e cumple a proximada mente la misma función: son amplificadores electrónicos que aumentan las señales de radio, tanto en la transmisión
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como en la recepción. Este invento permitió la transmisión más nítida a nivel mundial. 8 . El equipo d e rad io se hizo luego má s ligero y portátil, tanto que, durante la primera guerra mundial, se montaron radioteléfonos en los aviones, para informar a la artillería sobre la precisión de su tiro. La radiotelefonía producía cuantiosas ganancias y la competencia por asegurarse la explotación de las invenciones importantes era intensa. Todos los litigios y las restricciones que derivaban de patentes quedaron en suspenso durante esta guerra. El Gobierno Federal asumió el control completo sobre la nueva indu stria, y esto supuso nuevos esfuerzos cooperativos en la tarea d e buscar el progreso técnico, lo cual habría llevado mucho má s tiempo en épocas de paz. 9 . David Sarnoff, de la American Marconi Company, llamó la atención pública cuan do se produjo el hundimiento d el Titanic, en 19 12. Tran smitió, desde una estación neoyorquina, los mensajes procedentes de la escena del desastre. Duran te tres días con sus noches mantuvo informado al público sobre el desarrollo de la tragedia. 1 0 . En 1 916 Sarnoff envió un memorándum visionario a sus superiores. Había concebido un plan de desarrollo que convertiría a la radio en un «artículo pa ra el hogar», en el mismo sentido en que pueden serlo un piano o un fonógrafo. La idea era llevar música al hogar por
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transmisión inalámbrica. Aunque en el pasado esto había sido probado con cables, fue un fracaso porque ellos no se adaptan a este esquema. La radio, s in e m b a r g o , la haría factible. Por ejemplo: podría instalarse un transmisor radiotelefónico, con un alcance de 40 a 80 kilómetros, en un punto fijo, donde se produjera música instrumental o vocal o ambas. El receptor podía ser diseñado como una simple «caja de música con radio» y adaptado para que posea diferentes longitudes d e on da, en tre las que pued a a lternar se con u n simple giro de un resorte o apretando un botón. Ésta podía ser entregada con amplificadores y con un a ltavoz, todo ello debidamente acondicionado en una caja. Podía ser colocada sobre un a ta bla en el salón o living room , y haciendo girar la perilla se escucharía la música transmitida. El mismo principio podía ser ampliado a muchos otros campos. 1 1 . Este importante medio de comunicación de masas quedó definido como un escenario de competencia comercial, sin control oficial. En 1921 se concedieron licencias para 32 nuevas emisoras. Al primer semestre de 1922 la cifra era de 254. La Secretaría de Comercio que la s otorgaba , había selecciona do dos frecuencias: 750 y 833 kilociclos. A todas las estaciones se les asignaba una u otra. Entonces se produjeron conflictos, en los que d os estaciones operaban tan cerca una d e otra en el dial que sus sonidos se interferían. Este problema no podía
ser s u b s a n a d o con facilidad. Muchas emisoras llegaron a acuerdos informales para distribuirse el tiempo disponible. No existía una autoridad legal que pudiera imponer una frecuencia determinada a cada estación y que hiciera respetar tales disposiciones. 1 2 . Por eso, en 19 27, los legisladores enunciaron el importante principio de que las ondas perten ecen al pueblo. Sólo podrían ser utilizadas por personas privadas mediante un permiso formal del Gobierno, por u n plazo determinado. Las licencias podían ser otorgadas o canceladas según conviniera al interés, la comodidad o la necesidad pública. Las licencias d e las emisoras ya existentes fue ron automáticamente canceladas y la industria d ebió comenzar de nuevo, solicitan do permiso de emisión y agregando a rgumentos de ben eficios para el público. 1 3 . La ley sobre ra diodifusión de 1927 fue temporal. Después de siete años de ensayos y ajustes, se redactaron otros estatutos y se funda la Comisión de Comunicaciones Federales (FCC), que haría aplicar las disposiciones. Gracias a ella apareció la ley de comunicaciones federales de 19 34 qu e se convirtió después, con algunas enmiendas, en el principal instrumen to de r egulación para la indu stria de tran smisiones en los Estados Unidos. 1 4 . Posteriormente, un comité de hom bres de negocios de Nueva York pidió fondos al público oyente para con-
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tratar así a intérpretes de alta calidad. Este experimento no resultó. Los oyentes preferían escuchar gratis. Esta opi-
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nión pública es válida hoy. Explica, en parte, por qué el público llegó a aceptar después los mensajes publicitarios.
1 . Leer el párrafo 10. El término «aunqu e» establece una conexión de tipo: a) Aditiva b) Concesiva c) Consecutiva d) Adversativa 2 . Leer el párrafo 10. El término «sin embargo» sirve para: a) Refutar u na idea expresada anteriormente. b) Relacionar una causa y su consecuen cia. c) Oponer dos conceptos diferen tes. d) Desmentir un concepto plantea do inicialmente. 3 . En el párra fo 11 la expresión «entonces» puede reemplazarse por: a) Por ello. b) Luego. c) Por lo tan to. d) En aquel momento. 4 . En el párrafo 3 ¿a qué palabra hace referencia el pronombre «ellos»? a) Volta, Ampè re, Henry, Sarnoff, Maxwell y Hertz b) Volta, Bell , Farad ay, Ampère, Maxwell, Hert z c) Ampère, Faraday, Volta, Maxwell, Hertz y Henry d) Ampère, Hen ry, Farad ay, Volta, Maxwell y Field 5 . En el párra fo 4 ¿a qué palabra hace referen cia el pron ombre «su»? a) Heinrich Hertz b) e l telégrafo c) Guglielmo Marcon i d) James Maxwell 6 . En el párrafo 11 ¿a qué palabra hace referencia el pronombre «las»? a) Estaciones b) Frecuencias
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c) Música d) Licencias 7 . Identificar en el párrafo 10 el tipo de referencia pron ominal efectuada por el pronombre «ésta». a) Posesiva b) Demostrativa c) Persona l d) Relativa 8 . En el siguiente fragmento determinar la estrategia de cohesión utilizada: «David Sarnoff, de la American Marconi Company, llamó la atención pública cuando se produ jo el hu ndimiento del Titanic, en 19 12 . Transmitió, desde una estación neoyorquina, los mensajes procedentes de la escena del desastre. Durante tres días con sus noches mant uvo inform ado al público sobre el desarrollo de la t ragedia».
a) Elipsis verbal b) Sustitución léxica c) Elipsis nomina l d) Hipónimo-hiperónimo 9 . Señalar el elemento e lidido en el siguiente fragmento: «Posteriormente, u n comit é de hom bres de negocios de Nueva York pidió fondos al público oyente, para contratar así a intérpretes de alta calidad. Este experiment o no resultó. Los oyentes preferían escuchar grat is. Esta opinión pública es válida hoy. Explica, en parte, porqué el pú blico llegó a aceptar después los mensajes publicitarios».
a) Un comité de hombres de n egocios de Nueva York b) Este experimento c) Los oyente s d) Esta opinión pú blica 1 0 . La expresión «radio» es sustituida a lo largo del te xto por: a) Caja de música-aparato ra diofónico b) Medio de comu nicación-nueva industria c) Caja de música-tran smisores
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d) Medio de comun icación-radioescuchas 1 1 . Señalar el tipo de cohesión léxica empleada e n el siguiente fragmento: «Reginald A. Fessenden, en 1906, preparó un aparato que permitía la transmisión de señales más complejas que las del sistema Morse; construyó u n transm isor sum am ente poderoso para sus experimentos. Aquella noche memorable, diversas personas hablaron por el inalámbrico; una pronu nció un discurso, otra leyó un poem a e incluso alguien tocó el violín. Este fue el nacimiento de la radio. Ese mismo año se descubrió que ciertos minerales, en un circuito sencillo, eran capaces de detectar las emisiones de este m edio.»
a) Palabra general b) Reiteración c) Hiperonimia-hiponimia d) Sinon imia 1 2 . Los términos «telégrafo, teléfono, radio», presentes en el texto, pued en ser a grupados bajo el siguiente hiperónimo: a) Medios de comunicación b) Electrodomésticos c) Mass media d) Transmisores inalámbricos 1 3 . Seleccionar, entre las siguientes opciones, el resumen más adecuado: a ) La radio es el resultado de años de investigación y de la invención de diferentes artefactos que emergieron ligados al entendimiento y desarrollo de la electricidad. En el progreso tecnológico hacia la radio, el electroimán fue clave. Y éste para el desarrollo del telégrafo, patenta do por Samuel F. B. Morse, pintor retratista. El primer mensaje en clave Morse se produjo entre Washington y Baltimore, el 24 de diciembre de 1844. La primera década del nuevo siglo aportó muchos perfecciona mientos. Lee De Forest, inventó el audión, que en la jerga técnica se denominó válvula; posteriormente reemplazado por el transistor, dispositivo que cumple aproximadamente la misma función: son amplificadores electrónicos que a umenta n las señales de rad io, tanto en la tra nsmisión como en la recepción. La ley sobre radiodifusión de 1927 fue temporal. Después de siete
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años de ensayos y ajustes, se redactaron otros estatutos y se funda la Comisión de Comun icaciones Feder ales (FCC), que haría a plicar las d isposiciones. Gracias a ella, apareció la ley de comunicaciones federales de 1934 que se convirtió después, con algunas enmiendas, en el principal instrumento de regulación para la industria de transmisiones en los Estados Unidos. Posteriormente, un comité de hombr es de negocios de Nueva York pidió fondos a l público oyente pa ra contrata r así a intérpretes de alta calidad. Este experimento n o resultó. Los oyentes preferían escuchar gratis. Esta opinión pública es válida hoy. Explica, en parte, porqué el público llegó a aceptar después los mensajes publicitarios. b ) La radio es el resultado de años de investigación y de la invención de diferentes artefactos ligados al desarrollo de la electricidad. La progresión tecnológica se produce desde el electroimán, el telégrafo y el teléfono, permitiendo la transmisión de la voz humana a través de cables eléctricos. Con el aporte de importantes inventores surge la teoría de las ondas electromagnéticas que permitió la comunicación a distancia. Así, surgió la radio, superando al antiguo sistema Morse. Luego, el equipo transmisor se hizo más ligero y portátil, transformándose en u n produ cto de grandes gana ncias e intensa competencia comercial. Pronto la radio se convertiría en un producto para el hogar. Fue tan grande su expansión y comercialización que comenzaron a concederse licencias a muchas emisoras. Esto produjo interferencia de sonidos entre las estaciones ya que estaban muy cerca unas de otras. En 1927, como no había autoridad legal que solucionara el problema, los legisladores enunciaron el principio que determina que las ondas pertenecen al pueblo. Las licencias de las emisoras ya existentes fueron automáticamente canceladas y la industria debió comenzar de nuevo solicitando permiso de emisión y agregando argumentos de beneficios para el público. En 1934 aparece la ley de comunicaciones federales que se convirtió después, con algunas enmiendas, en el principal instrumento de regulación para la industria de transmisiones en los EE. UU. c) La radio es el resultado de años de investigación y de la invención de diferentes artefactos ligados al entendimiento y desarrollo de la electricidad. Este importante medio de comunicación d e ma sas se transformó en u n escenario de competencia comercial, sin control oficial. En 1921 se concedieron licencias para 32 nuevas emisoras. Al primer semestre de 1922 la cifra era de 254. La Secretaría de Comercio que las otorgaba , había seleccionado dos frecuencias: 750 y 833 kilociclos. A todas las estaciones se les asignaba una u otra. Entonces se produ jeron conflictos, en los qu e dos estaciones operaba n ta n cerca una de otra en el
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dial que sus sonidos se interferían. Este problema no podía ser subsanado con facilidad. No existía una autoridad legal que pudiera imponer una frecuencia determinada a cada estación y que hiciera respetar tales disposiciones. En 1927 los legisladores enunciaron el importante principio de que las ondas pertenecen al pueblo. Esta ley fue temporal. Después de siete años de ensayos y ajustes, se redactaron otros estatutos. Apareció la ley de comunicaciones federales de 1934 que se convirtió después, con algunas enmiendas, en el principal instrumento de regulación para la industria de transmisiones en los Estados Unidos. Posteriormente, un comité de h ombres de negocios de Nueva York pidió fondos al público oyente, para contratar así a intérpretes de alta calidad. Este experimento no resultó. Los oyentes preferían escuchar gratis. Esta opinión pú blica es válida hoy. Explica, en parte, por qué el público llegó a aceptar después los mensajes publicitarios.
1 4 . Seleccionar la opción que considere más apropiada como título del párrafo 6: a) Perfeccionamien tos tecnológicos b) Nacimiento de la radio c) El sistema Morse d) Tran smisión mun dial 1 5 . Seleccionar la opción que considere más apropiada como título del texto: a) «LOS INVENTOS MÁS IMPORTANTES DEL S. XIX» b) «ORIGEN DE LA RADIOTELEFONÍA EN EE. UU» c) «LA LEY DE COMUNICACIONES FEDERALES» d) «HISTORIA DE LA RADIO» 1 6 . Ordenar las siguientes oraciones para formar un texto coherente: ( ) Dos décadas críticas para la sociedad nortea mericana. ( ) La «gran depresión» y la segunda guerra mundial fueron hechos que repercutieron en el destino de todo ciudadano, pero afectaron poco a la radio. ( ) Este notable aumen to se produjo a pesar de los diez años de depresión económ ica. ( ) La ed ad d e oro ra dial fue en 1930 y 1940.
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( ) Al final de la décad a de 1930 existía un prome dio de poco má s de un receptor por cada hogar en los Estados Unidos. 1 7 . Señalar cuál de las siguientes afirmaciones es falsa: a) El sistema Morse fue superado por un aparato creado por Fessenden. b) El telégrafo fue creado en Inglaterra por Guglielmo Marconi. c) Sarnoff propuso crear una radio para el hogar que transmitiera música en forma inalámbrica. d) A fines de la década del 20 los legisladores determinan que las onda s hertzianas pertenecen a los oyentes. 1 8 . En e l contexto d el párra fo 11 la palabra «subsan ado» significa: a) Eliminad o b) Mejorad o c) Enderezad o d) Resuelto 1 9 . Determinar cuál de las siguientes afirmaciones no perte nece a los primeros cinco párrafos del texto: a) El primer mensaje por medio del telégrafo se produjo en la primera mitad del siglo XIX. b) Los avances de Marconi fueron aprovechados antes de la Primera Guerra Mundial c) La válvula funciona como amplificador de las señales de rad io. d) A finales del siglo XIX se logra tra nsmitir la voz del hombre por med io de cables. 2 0 . Realizar un cua dro sinóptico que cond ense la información contenida en el texto.
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1 . Libros, cuader nos, leyes, carnets de vacunación, planos, cartas, periódicos, documentos, agendas, reglamentos o diarios de viajes pueblan cajones, estantes, paredes, valijas y bolsillos. Gran parte de nu estro mundo está construido con papeles escritos. Algunos son públicos; otros, privados. Muchos son guardados como tesoros. Para darnos a conocer, para viajar, para aprender, para curarnos, para r ecordar o pa ra jugar, los seres huma nos contamos con estos aliados. 2 . La necesidad de fijar por escrito números, listas, ideas, historias o poemas es muy antigua. Entre los motivos que llevaron al género huma no a u sar la escritura se destacan dos: la necesidad de comunicarse con gente lejana en el espacio y en el tiempo y la limitación de la memoria hu mana . Esto sucedió cuando las comunidades humanas crecieron y se dispersaron. Además , en todas las culturas que la usaron o la usan, la escritura se constituyó rápidamente en el recurso más ingenioso y barato para d esarrollar el pensamiento y amplificar la memoria. 3 . Con la aparición de la escritura se impuso la necesidad de dar a conocer, preser var, utilizar y organizar textos. Uno de los más famosos e intrigantes lugares en el cual se guardaron y ordenaron los más maravillosos escritos fue la gran Biblioteca de Alejandría. 4 . Alejandría fue una ciudad del Antiguo Egipto ubicada en las orillas del río Nilo. Su nombre es un homenaje a un
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joven y aguerrido empe ra dor con ocido como Alejandro Magno ( el Gran de). Esta ciudad se convirtió en la más importante y duradera de las fundaciones de Ale jan dro. Cuenta la leyenda que el poeta griego Homero se le apareció en un sueño pa ra indicarle el lugar a decuado pa ra la fundación: el puerto de Faros, cerca de u na de las desembocadu ras d el Nilo. Otros dicen que los arquitectos usaron harina para marcar en el suelo los límites de la ciudad y que una bandada de pájaros se comió la harina. Entonces , Alejandro, temeroso de que esto fuera un mal presagio, consultó a los sacerdotes. Los sabios le dijeron qu e los pájaros representaban a los extranjeros que buscarían y encontrarían en su ciudad el abrigo de otra patria. 5 . Más allá de la verdad de estas historias, lo cierto es que Faros era el único puerto en el que los barcos podían recalar antes de entrar a Egipto. Esta razón geográfica determinó que Alejandría se convirtiera en un excelente lugar para los intercambios comerciales y, con ellos, para la prosperidad económica. A los navegantes y mercaderes que ya estaban familiarizados con la región, se sumaro n otros provenientes de sitios más lejanos con la ilusión de amasar grandes fortunas. 6 . El desarrollo comercial impulsó la coexistencia de pu eblos e idiomas: en las nuevas viviendas, palacios, centros religiosos y de estudio, bibliotecas y calles se escuchaba hablar griego, hebreo o
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arameo. Entre todas estas lenguas se impuso el griego como idioma oficial y como materia central en los lugares donde se impartía la educación elemental. 7 . Luego de la muerte de Alejandro, en el año 321 a. C. y a menos de u n añ o de la fundación de la ciudad , Ptolomeo I lo sucedió como goberna dor de Egipto y trasladó su residencia y administración a Alejandría. Una vez instalado, pu so en marcha la construcción de u na guía pa ra los navegantes: el faro d e Faros, conocido actualmente como una de las siete maravillas del mundo. Además, bajo s u reina do se edificó el Museo y la Biblioteca Real y se estableció una política de comprensión y tolerancia, sobre todo entre las comunidades más numerosas: los griegos y los egipcios. 8 . Antes de la existen cia de Alejandría, la vida del Antiguo Egipto giraba alrededor de la religión. Los templos eran lugares de encuentro con dios y, al mismo tiempo, funcionaban como escuelas que disponían de las llamadas «bibliotecas sagrad as». Los sacerdotes, ad emás de dirigir los rituales religiosos, eran los encargados de escribir en los «anales sagrados» los acontecimientos significativos para la comunidad y de conservar y orden ar los textos. Los otros sitios que contaban con archivos y bibliotecas privadas eran los palacios reales. 9 . La Biblioteca de Alejandría fue la más importante de su época por la cantidad d e volúmenes que poseía y porque era frecuentada por estudiosos de todo
el mar Mediterráneo. El primero que dirigió la «Biblioteca del Rey», o la «Gran Biblioteca», fue Demetrio de Falero. Demetrio recibió importantes sumas de dinero para adqu irir libros, con la orden, un tanto ambiciosa, de conseguir «todos los libros existentes en el mundo». Así lo quería el rey. 1 0 . Ptolomeo II había ideado un a curiosa fórmula para apoderarse de los libros más valiosos que, por aquella época, estaban en los archivos estatales de Atenas. Convenció al gobierno de que, luego de depositar altísimas sumas de dinero como fianza, le fueran prestados los manuscritos originales bajo la promesa de que, después de copiarlos, serían devueltos intactos y retirado el depósito. Las abultadas sumas de dinero dejadas por los originales daba n por asegurado el regreso de los textos. Pero Ptolomeo no reparaba en gastos: mandó transcribir los textos y, sin retirar la fianza, envió las copias y se quedó con los originales. 1 1 . Otra forma de «piratería» tenía lugar en los barcos. Cada vez que una nave fondeaba en Alejandría, se procedía a hacer un registro y a incautar los libros que hubiera. Éstos eran estudiados por especialistas: si los libros eran valiosos, sus dueños recibían una ind emnización por el «robo», y si no, les eran devueltos. 1 2 . El proyecto de los reyes Ptolomeos era la reunión de todas las obras escritas producidas hasta el momento. Ade-
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más de estas curiosas formas de apropiación d e libros y de las dona ciones, la Biblioteca se d estacó por producir libros por encargo y por llevar adelante la más fabulosa empresa de traducción de la historia. Dado que los lectores procedían de distintas ciudades y man ejaban idiomas diversos, la traducción fue una actividad central para la comunicación y el acceso a los conocimientos generados no sólo en Occidente sino también en Oriente. Entre las traducciones más importantes se destaca el Pentateu co de la Biblia hebrea. 1 3 . En el Museo y en la Biblioteca de Alejandría se traba jó sobre los más interesantes tema s relacionados con el mundo natural. Eratóstenes calculó con precisión el tamaño de nuestro planeta, lo cartografió y anticipó que se podía llegar a la India navegando desde España hacia el oeste. Euclides escribió un texto de geometría cuyas ideas se estudian aun hoy en la escuela; Herófilo inventó nuevas técnicas de estudio del cuerpo humano y sostuvo que el centro de n uestra vida mental se encontraba en el cerebro y no en el corazón, y Galeno, otro gran médico, realizó estudios que le permitieron escribir obras clásicas sobre el arte de curar y la anatomía. 1 4 . Entre los apasionados lectores de la Biblioteca de Alejandría ha bía un gru po: el de los «filólogos». Estos «amantes de las pa labras» eran los encargados de establecer el uso correcto de un término en u n texto determinado, de fijar los sig-
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nificados de las palabras en las traducciones, d e corregir los escritos y de agregarles notas para que los lectores pudieran comprender obras de épocas o de culturas muy alejadas. Se comprenderá el importante trabajo de los filólogos si se piensa en que la biblioteca podía ser consultada por griegos, egipcios, ára bes, sirios, hebreos, persas, nubios, fenicios, galos e íberos. Como los filólogos pod ían establecer las versiones correctas de los textos, se convirtieron en ayudantes imprescindibles de los editores, muchas veces «perdidos» entre idiomas y dialectos. 1 5 . La Biblioteca de Alejand ría no era simplemente un espacio lleno de textos escritos al que se acercaban lectores interesados. La en orme y apasionante producción de conocimiento que generó se comprende si pensamos en el valor que tenían, y que aun hoy tienen, esos objetos familiares y enigmáticos que son los libros. 1 6 . Entre las muchas ideas que explican el origen y desarrollo d e la Biblioteca, hay tres en las que es interesante d etenerse. Por un lado, la idea de que los textos merecen ser cuidados, comprendidos y conservados ya que, escritos en un tiempo más o men os lejano a nu estra lectura, son la memoria d e lo que somos. Por otro lado, la idea de que la lectura es un acercamiento a ese pasado y que en él es posible encontrar aciertos, errores, ideas o hechos permanentes y posibles cambios; esto significa que el libro
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puede transformarse en una particular máquina para viajar en el tiempo. Por último, la idea de que un mismo texto, o incluso un fragmento, es capaz de origi-
nar distintas lecturas: el libro es un espacio apasionante para el debate, para que sus lectores acuerden o d esacuerden sobre lo que el texto «dice».
1 . Leer e l párrafo 2. El término «además» establece u na conexión de tipo: a) disyuntiva b) adversativa c) aditiva d) consecutiva 2 . Leer el párrafo 4. El térm ino «entonces» sirve para: a) oponer dos conceptos b) agregar información c) relacionar u na causa con su consecuencia d) mostrar un caso particular de lo antes enun ciado 3 . En el párrafo 12, la expresión «dado que» puede reemplazarse por: a) aunque b) mientras que c) a pesar de que d) ya que 4 . En el párrafo 1, ¿a qué expresión hace referencia el pronombre «algunos»? a) escritos b) libros c) bolsillos d) papeles escritos 5 . En el párrafo 7, ¿a quién h ace referen cia el pronombre «su»? a) Egipto b) Ptolomeo I c) Alejandría d) Alejand ro 6 . En el párrafo 11, ¿a qué hace referencia el pron ombre «estos»? a) barcos
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b) sabios c) registros d) libros 7 . Leer el párrafo 4 e identificar el tipo de referencia pronominal efectuada por el pronombre «le». a) personal b) posesiva c) demostrativa d) comparativa 8 . En el siguiente fragmen to del párrafo 15, determinar la estrategia de cohesión utilizada: «La enorme y apasionante producción de conocimiento que generó se comprende si pensamos en el valor que tenían, y que aun hoy tienen, esos objetos fam iliares y enigmáticos que son los libros»
a) Elipsis nominal b) Conjunción c) Referencia pronomina l d) Elipsis verbal 9 . En el siguiente fragmento del párrafo 7, señalar el elemento elidido: «Una vez instalado, puso en marcha la construcción de una guía para los navegantes: el faro de Faros, conocido actualmente como una de las siete m aravillas del mu ndo»
a) Alejand ro b) Ptolomeo I c) El faro d) La Biblioteca 1 0 . La palabra «pirate ría» es sustituida en el texto por: a) robo b) copia c) trad ucción d) registro 1 1 . En el párrafo 13, identificar el tipo de cohesión léxica utilizada para conectar la primera ora ción con el resto del párrafo.
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a) palabra general b) sinon imia c) re petición d) hiponimia-hiperonimia 1 2 . Los términos «griego», «arameo» y «hebreo» presentes en el texto, son agrupados bajo el siguiente hiperónimo: a) pueblos b) dialectos c) extranjeros d) idiomas 1 3 . Seleccionar el resumen m ás adecuado entre las siguientes opciones: a ) Gran parte de nuestro mundo está construido con papeles escritos. Entre los motivos que llevaron al género hu mano a usar la escritura se destacan dos: la necesidad de comunicarse con gente lejana en el espacio y en el tiempo y la limitación de la memoria humana. Además, la escritura se constituyó en el recurso más ingenioso y barato para desarrollar el pensamiento. Con la aparición de la escritura se impuso la necesidad de dar a conocer, preservar, utilizar y organizar textos. Uno de los más famosos lugares en el cual se guardaron y ordenaron fue la gran Biblioteca de Alejandría. Alejandría fue una ciudad del Antiguo Egipto. Su nombre es un homenaje a Alejandro Magno. Estaba en el puer to de Faros, cerca de una de las desembocadu ras d el Nilo. Faros era el ún ico puerto en el que los barcos podían recalar antes de entrar a Egipto. Esta razón geográfica determinó que Alejandría se convirtiera en un excelente lugar para los intercambios comerciales y, con ellos, para la prosperidad económica. El desarrollo comercial impulsó la coexistencia de pueblos e idiomas. Luego de la muerte d e Alejand ro, en el año 32 1 a. C. y a menos de u n añ o de la funda ción de la ciudad, Ptolomeo I lo sucedió como gobernador de Egipto y trasladó su administración a Alejandría. Bajo su reinado se edificó el Museo y la Biblioteca Real y se estableció un a política de comprensión y toleran cia. La Biblioteca d e Alejand ría fue la más importante de su época por la cantidad de volúmenes y porque era frecuentada por estudiosos de todo el mar Mediterráneo. El primero que dirigió la «Biblioteca del Rey», fue Demetrio de Falero, quien recibió importantes sumas de dinero para adquirir libros con la orden de conseguir «todos los libros existentes en el mundo». La Biblioteca se destacó por producir libros por encargo y
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por llevar adelante la más fabulosa empresa de traducción de la historia. Entre los apasionados lectores de la Biblioteca d e Alejan dría h abía u n gru po: el de los «filólogos». Eran los encargados de establecer el uso correcto de un término en un texto determinado, de fijar los significados de las palabras en las traducciones, de corregir los escritos y de agregarles notas para que los lectores pudieran comprender obras de épocas o d e culturas muy alejadas. Entre las muchas ideas que explican el origen y desa rrollo de la Biblioteca h ay tres en las que es interesante detenerse. Los textos merecen ser cuidados, comprendidos y conservados ya que son la memoria de lo que somos. La lectura es un acercamiento a ese pasado y el libro puede tran sformarse en una máquina para viajar en el tiempo. Por último, la idea de que incluso un fragmento es capaz de originar distintas lecturas.
b ) Gran parte de nuestro mundo está construido con papeles escritos. Algunos son públicos; otros, privados. Muchos son guardados como tesoros. Uno de los más famosos e intrigantes lugares en el cual se guard aron y ordenaron los más maravillosos escritos fue la gran Biblioteca de Alejandría. Su nombre es un homenaje a un joven y aguerrido emperador conocido como Alejandro Magno (el Grande). Cuenta la leyenda que el poeta griego Homero se le apareció en un sueño para indicarle el lugar adecuado para la fundación: el puerto de Faros, cerca de una de las desembocaduras del Nilo. Otros dicen que los arquitectos usaron harina para marcar en el suelo los límites de la ciuda d y que una band ada de pájaros se comió la harina. Entonces, Alejandro, temeroso de que esto fuera un mal presagio, consultó a los sacerdotes. Los sabios le dijeron que los pájaros representaban a los extranjeros que buscarían y encontrarían en su ciuda d el abrigo de otra pa tria. La Biblioteca de Alejan dría fue la más importante d e su época. El primero que dirigió la «Biblioteca del Rey», o la «Gran Biblioteca», fue Demetrio de Falero. Ptolomeo II había ideado una curiosa fórmula para apoderarse d e los libros más valiosos. Convenció al gobierno de que, luego de depositar altísimas sumas de dinero como fianza, le fueran prestados los manuscritos originales bajo la promesa de que, después de copiarlos, serían devueltos intactos y retirado el depósito. Pero Ptolomeo m andó tr anscribir los textos y, sin retirar la fian za, envió las copias y se quedó con los origina les. Otra forma d e «piratería» tenía lugar en los barcos. Cada vez que una nave fondeaba en Alejandría, se procedía a hacer un registro y a incautar los libros que hubiera. En el Museo y en la Biblioteca de Alejan dría se traba jó sobre los más interesa ntes temas relacionados con el mundo natural. Eratóstenes calculó con precisión el tamaño de
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nuestro planeta, lo cartografió y anticipó que se podía llegar a la India navegando desde España hacia el oeste. Euclides escribió un texto de geometría cuyas ideas se estudian aún hoy en la escuela; Herófilo inventó nuevas técnicas de estudio del cuerpo humano y sostuvo que el centro de nuestra vida mental se encontr aba en el cerebro y no en el corazón, y Galeno, otro gran médico, realizó estudios que le permitieron escribir obras clásicas sobre el arte de curar y la an atomía. Entre los apasiona dos lectores de la Biblioteca d e Alejan dría había un grupo: el de los «filólogos». Como los filólogos podían establecer las versiones correctas de los textos, se convirtieron en ayudantes imprescindibles de los editores, muchas veces «perdidos» entre idiomas y dialectos. La Biblioteca de Alejan dría no era simplemen te u n espacio lleno d e textos escritos al que se acercaban lectores interesados. La enorme y apasionante producción de conocimiento que generó se comprende si pensamos en el valor que tenían, y que aún hoy tienen, esos objetos familiares y enigmáticos que son los libros.
c) La necesidad de fijar por escrito números, listas, ideas, historias o poemas es muy antigua. En todas las culturas que la usaron o la usan, la escritura se constituyó rápidamente en el recurso más ingenioso y barato para desarrollar el pensa miento y amplificar la memoria. Con la a parición d e la escritura se impuso la necesidad de dar a conocer, preservar, utilizar y organizar textos. Uno de los más famosos e intrigantes lugares en el cual se guard aron y ordenaron los más maravillosos escritos fue la gran Biblioteca de Alejandría. Alejandría fue una ciudad del Antiguo Egipto ubicada en las orillas del río Nilo. Su nombre es un homenaje a un joven y aguerrido emperador conocido como Alejandro Magno (el Grande). Cuenta la leyenda que el poeta griego Homero se le apareció en un sueño para indicarle el lugar adecuado para la fundación: el puerto de Faros, cerca de u na de las desembocad ura s del Nilo. Lo cierto es que Faros era el único puerto en el que los barcos podían recalar antes de entrar a Egipto. A los navegantes y mercaderes que ya estaban familiarizados con la región, se sumaron otros provenientes de sitios más lejanos con la ilusión de amasar grandes fortunas. Cada vez que una nave fondeaba en Alejandría, se procedía a hacer un registro y a incau tar los libros que hubiera. Éstos eran estudiados por especialistas: si los libros eran valiosos, sus dueños recibían una indemnización por el «robo», y si no, les eran devueltos. En las nuevas viviendas, palacios, centros religiosos y de estudio, bibliotecas y calles se escuchaba hablar griego, hebr eo o arameo. Entre todas estas lenguas se impuso el griego como idioma oficial y como materia central en los lugares donde se impartía la educación elemental.
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Luego de la m uerte de Alejand ro, en el año 321 a. C. y a menos d e un año d e la fundación de la ciudad, Ptolomeo I lo sucedió como gobernador de Egipto y trasladó su residencia y administración a Alejandría. Una vez instalado, puso en marcha la construcción de una guía para los navegantes: el faro de Faros, conocido actualmente como una de las siete maravillas del mundo. Antes de la existencia de Alejandría, la vida del Antiguo Egipto giraba alrededor de la religión. Los templos eran lugares de encuentro con d ios y, al mismo tiempo, funciona ban como escuelas que disponían de las llamadas «bibliotecas sagradas». Los sacerdotes, además de dirigir los rituales religiosos, eran los encargados de escribir en los «anales sagrados» los acontecimientos significativos para la comunidad y de conservar y ordenar los textos. Los otros sitios que contaban con archivos y bibliotecas privadas eran los palacios reales. La Biblioteca de Alejandría fue la más importante de su época. El proyecto de los reyes era la reunión de todas las obras escritas producidas hasta el momento. Ptolomeo II convenció al gobierno de que, luego de depositar altísimas sumas de dinero como fianza, le fueran prestados los manuscritos originales bajo la promesa de que, después de copiarlos, serían devueltos intactos y retirado el depósito. Man dó tra nscribir los textos y, sin retirar la fianza, envió las copias y se qu edó con los originales. Además d e estas curiosas formas de apropiación de libros y de las donaciones, dado que los lectores procedían de distintas ciudades y manejaban idiomas diversos, la tradu cción fue una actividad central para la comun icación y el acceso a los conocimientos generados no sólo en Occidente sino también en Oriente. Entre las traducciones más importantes se destaca el Pentateuco de la Biblia hebrea. En el Museo y en la Biblioteca de Alejandría se trabajó sobre los más interesantes temas relacionad os con el mund o natu ral: el tamañ o de n uestro planeta , geometría, estudio del cuerpo h uman o y vida mental, el arte d e curar y la an atomía. En la Biblioteca de Alejan dría a ún hoy tienen esos objetos familiares y enigmáticos que son los libros. Entre las mu chas ideas qu e explican el origen d e la Biblioteca hay tres. Por un lado, son la memoria de lo que somos. Por otro lado, es posible encontrar aciertos, errores, ideas o hechos permanentes y posibles cambios; por último, el libro es un espacio apasionante para el debate, para que sus lectores acuerden o desacuerden sobre lo que el texto «dice».
1 4 . Seleccionar la opción que considere más apropiada como título para el párra fo 10: a) Robo d e originales a Egipto b) Plan d e Ptolomeo II para apoderarse de los libros c) Ptolomeo no re paraba en gastos
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d) Vaciamien to de los archivos de Aten as 1 5 . Seleccionar la opción que considere más apropiada como título del texto: a) «HISTORIA DE LA ESCRITURA EN EGIPTO» b) «ALEJANDRO Y SU BIBLIOTECA» c) «LA BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA» d) «HISTORIA DE LAS BIBLIOTECAS» 1 6 . Ordenar las siguientes oraciones para formar un texto coherente. ( ) El promed io de vida de u na pá gina web es de un as pocas semanas, así que pue den imaginarse cuánta s se h an perd ido ya. ( ) ¡Una donación importan te para cualquier biblioteca! ( ) Brewster Kahle, autor de la máquina, donó alrededor de 100 terabytes (Tb) d e información de su archivo de Intern et a la nu eva Biblioteca de Alejandría. ( ) El MIT (Massachusetts Institute of Technology) está t raba jando en «La Máquina d el Regre so» (Wayback Machine) , un proyecto cuya misión es reun ir y dar acceso al conte nido de las millones de páginas web que se han perd ido ( ) Para tener u na idea de la información que repre sentan 100 Tb, se pued e comparar esa cantidad con el conten ido de 100 millones de libros. 1 7 . ¿Cuál fue el objetivo de los reyes Ptolomeos al em prend er la constru cción de la Biblioteca de Alejandría? a) Guar dar y preservar los textos religiosos b) Quedarse con los textos originales y enviar las copias transcriptas a los archivos estat ales c) Reun ir en un solo lugar todas las obras escritas prod ucidas hasta el momento d) Quitar pod er a las bibliotecas sagradas y sus escuelas 1 8 . ¿Por qué se eligió Alejandría para con struir la Biblioteca? a) Porque el puerto posibilitaba la piratería, permitiendo incautar los libros que traían los barcos. b) Porque Alejandría fue la más importante de las fundaciones de
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Alejandro Magno. c) Porque su ubicación geográfica determinó que se convirtiera en la ciudad má s próspera de Egipto. d) Porque así lo soñó el poeta griego Homero. 1 9 . ¿Cuál fue el rol de los filólogos en la Biblioteca de Alejand ría? a) Trabajaban sobre los más interesantes temas del mundo natural como Galeno, Euclides, Serófilo, etc. b) Establecer las versiones correctas de los textos c) Imponer el griego como idioma oficial d) Establecer cuáles eran los libros valiosos que la Biblioteca d ebía comprar 2 0 . Realizar un cua dro sinóptico que cond ense la información contenida en el texto.
Act ividad Nº 5
Le e r d e t e n id a m e n t e e l t e x t o y r e s o lv e r la s c on s ig n a s q u e f ig u r a n a co n t in u a ci ón :
1 . A la pregunta «Qndo n v?», efectuad a por celular por Paloma, de 1 2 añ os, le sigue «Toy en ksa. Ymme», rá pida respuesta de Romina, su amiga que acaba de volver de sus vacaciones. Ejemplos como el mencionado abundan en nuestra época; del mismo modo, las transgresiones y modificaciones que se ha cen al lenguaje en nombre de la rapidez. «Escribo «tb» en lugar de «también», y
«q», en lugar de «que»», confiesa Mariana, estudiante de Ciencias Económicas, de 23 años. 2 . Degradación del lenguaje, búsqueda de mayor expresividad, penetración de la oralidad en la lengua escrita y hasta un negocio que termina en la pu blicación de diccionarios son algunas de las consecuencias, entre apocalípticas y prometedoras, que trae esta tendencia.
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3 . Uno de los detalles que caracteriza a los mensajes de texto o SMS ( Short Message Service, en inglés, o servicio de mensaje corto) es su escasa longitud. La cantidad máxima de caracteres que admiten en cada uno de ellos la mayoría de los celulares es de 1 60. De este modo, un poco por esta limitación, y otro poco por las condiciones que definen a la juventud de este tercer milenio, los jóvenes crearon sus propios códigos, primero para chatear y ahora para transmitir información vía celular. 4 . Es decir, utilizan códigos que consisten en abreviaturas, a veces completamente incomprensibles para quien no está en el metiér . «Es raro qu e se use para una larga conversación. ¡Quién aguan ta ese ‘jeringoso’ para conversar media hora ! Además, los celulares siguen siendo mu y incómodos como teclados», puntualiza Laura Siri, investigadora de la UBA. Para elaborarlos emplean un con jun to de abreviatu ra s y con tracciones de palabra s y frases con el objeto d e comunicarse en forma rápida y económica. Así, por ejemplo, para despedirse, muchos jóvenes envían «salu2», en lugar d e los tradicionales «saludos»; se limitan a escribir «a2», en vez de «adiós» y reemplazan el «beso» por una tímida y solitaria «b». Los más crípticos desean «QT1BD», o sea, «¡Que tengas un buen día!» y para los enamorad os, el romá ntico «te quiero» puede sintetizarse en un extraño «t kiero». Aunque, también, en muchas oportunidades, a través de un
económico «tq». En consecuencia, resultan r ápidos, informa les y por momentos, incluso, hasta confusos para quienes lo s usan. 5 . En un estudio realizado por la consultora IPSOS Media, con datos obtenidos entre abril y junio de 200 5 —sobre una muestra de 3.499 hombres y mujeres de en tre 13 y 64 años d e Capital Federal, Gran Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario, Tucumán y Mar del Plata —, se comprueba que el 38% de los encuestados es usua rio de telefonía móvil. El 71% de é s t o s , tiene el hábito de enviar y recibir mensajes de texto. El segmento que mayor uso le da al SMS es el de los jóvenes de entre 2 0 y 24 añ os: lo emplean en u n 94 % de los casos. Menos fanáticos resultaron ser los usuarios de entre 25 y 29 años. El 81% de los mismos envía y recibe SMS en forma habitual, mientras que, por último, los de la franja comprendida entre los 15 y 19 años u san los SMS para comunicarse en el 86% de las veces. 6 . Por su parte , respecto al mismo tema la consultora Prince & Cooke señala que en 200 3 sólo el 7% de la población del país utilizaba este servicio; en 2004, luego de un crecimiento importante, el 45%, y en 2005, un 80% de los usuarios. Según datos ofrecidos por esta compañía, se enviaron en promedio, durante el año 2005, algo más de 2.000 millones de mensajes cortos por mes. Estas cifras recopiladas son de nuestro país pero cabe aclarar que la tendencia
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mundial responde también a este crecimiento. 7 . Según Howard Rheinhold —experto en el tema d e las implicaciones sociales de la tecnología y autor del libro Multitudes in teligentes— el uso de los mensajes de texto por parte de los adolescentes se debe a que «le s resulta esencial estar tod o el tiempo en contacto con su grupo social inmediato; además, el SMS es una forma sencilla de h acer contacto informal con potenciales compañeros de salidas. En é l los padres y profesores no son intermediarios de las comunicaciones». En este sentido, Diego Levis comenta en Relaciones en Red : «El SMS sirve como recordatorio, saludo cariñoso o para quedar en un encuentro. Pero no es el soporte de una relación como sí lo es el cha t o el correo electrónico». 8 . No obstante , no puede desconocerse que otra de las causas básicas de la masificación de los SMS entre los jóvenes es el precio. Según datos de las operadoras de telefonía celular Personal Argentina, Movistar y CTI, el costo del envío de un mensaje de texto oscila entre los 10 y los 15 centavos (más IVA), mientras que los que se reciben no se abon an. Empero, los SMS que se envían a los proveedores para contratar un ringtone o un juego tienen un costo mayor y variable. «Muchos jóvenes tienen planes pre-pagos de telefonía celular y enviar mensajes de texto les resulta más económico que establecer una comuni-
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cación de voz», asegura el director del área comunicaciones de Motorola, Gustavo Wrobel. 9 . Sobre los efectos qu e el código SMS prod uce en los jóvenes, las posiciones son dispares. En una nota publicada en Clarín, el periodista Eduard o San Pedro sostiene que «siempre hubo códigos en el mundo: sin ir más lejos, el lunfardo y el ‘vesre’ o el slang americano. Lo que no implica de ningún modo que quien los conoce no hable y escriba correctamente en su idioma. Por lo demá s, la a dolescencia siempre tuvo códigos para diferenciarse, desde la vestimenta hasta —precisamen te— el lengua je. Ahora, se suma otra razón de peso: comunicarse así es barato». Para San Pedro este tipo de comunicación no produciría tanto cambio o d eterioro de la lengua. 1 0 . Asimismo, el filólogo José Luis Moure revela que en esta forma de comunicación se pa sa por alto todo elemento de corrección gramatical, como acentos y mayúsculas, ya que molestan y demoran. Es decir, rige el axioma «hablo, luego escribo». «Los códigos de la oralidad han entrad o en la lengua escrita como contrabandistas. Los chicos ya no usan un vocabulario sofisticado ni construcciones complejas», dice Moure. Pero aclara que esto no es consecuencia del chateo ni del efecto de los mensajes cortos; es algo previo, ya que la escuela a veces no cumple su función y el chico no puede distinguir la frontera entre la oralidad y la escritura».
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1 1 . Análogamente , opina José Antonio Millán, creador del Centro Virtual del Instituto Cervantes en Internet, quien nos visitó el año pasado en educ.ar, «se trata de un registro diferente de la lengua escrita que puede coexistir sin conflicto con la n orma correcta, como alguna vez lo hizo el lacónico lenguaje de los telegramas». Sin embargo, eso sólo sucederá, según el especialista, si los chicos mantienen, paralelamente al hábito del SMS, el contacto con libros y revistas. De lo contra rio, el riesgo es que desarrollen una escritura deforme. 1 2 . La «escritura deforme» es, precisamente, el blanco para quienes sí avizoran un deterioro del lenguaje. Pedro Barcia, presidente de la Academ ia Argentina de Letras, opina que el novedoso lenguaje representa una «jibarización del idioma» capaz de reducir las posibilidades de expresión de los adolescentes y hasta de amenazar el desarrollo de s u pensamiento crítico. «Si a esta caída en la riqueza del lenguaje se le suma una redu cción morfológica de las palabras se va a potenciar el empobrecimiento del idioma de los jóvenes, que está directamente asociado con el conocimiento. Tener m enos herram ientas en este terreno es disponer de menos saber y de menos capacidad para pensar», sostiene. 1 3 . Por su parte, Nora Alessandrini, profesora de Geografía en dos colegios de Morón desde h ace 20 a ños, ve cómo las alteraciones del lenguaje se mudan
de Internet y de los celulares a las hojas de papel de sus alumnos. «Mezclan números con letras, reemplazan la preposición «por» por la letra equis, y toman eso como norma», explica. Del mismo modo opina Paula Iglesias, profesora de Lengua en tercer año de u na escuela de la zona sur de Buenos Aires. «Escriben como hablan, y como resultado de sus innovaciones, terminan por no en tender lo que escriben. Si el que produce el mensaje tiene esa dificultad, ¿qué le espera al receptor?», expresa. 1 4 . Valga la reflexión de Rheinhold para a tenua r las inquietudes que produce esta nu eva práctica cultura l de consecuencias aún desconocidas: «Si la telefonía móvil y los mensajes de texto fuesen los únicos agentes de cambio, las culturas mun diales estarían experimentando un cambio fundamental en sus normas, relaciones y poder social. Sin embargo, los dispositivos electrónicos móviles son sólo una pequeña parte de la infraestructura de las multitudes inteligentes». 1 5 . Aberrante para algunos, simpático y moderno para otros, este nuevo código se contagia entre los adolescentes como una epidemia. El asunto sigue d ando que hablar y escribir; su uso social reinventa cada segundo un nuevo mundo, en este caso, hasta un nuevo lengua je y el debate sigue abierto. Paula Lorenzo, educ.ar, 21 de febrer o de 2006.
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1 . Leer el párrafo 11. Determinar e l tipo de conexión que establece el término «análogamente »: a) consecutiva b) concesiva c) aditiva d) restrictiva 2 . Leer el párrafo 8. El término «No obstante» sirve para: a) oponer parcialmente dos ideas o informaciones b) sacar conclusiones o presentar la consecuencia de una información c) subrayar algún tipo de semejanza entre dos párrafos d) indicar que un enun ciado posterior reproduce total o parcialmente lo expresado en uno a nterior 3 . En el párrafo 6, la expresión «Por su parte» puede reemplazarse por: a) Con todo b) Contrariamente c) Ah ora bien d) Asimismo 4 . En el párrafo 4, ¿a qué expresión hace referencia el pronombre «los»? a) mensajes de texto b) códigos c) teclados d) celu lares 5 . En el párrafo 7, ¿a qué expresión hace referencia el pronombre «él»? a) SMS b) grupo social inmediato c) contacto informal d) libro 6 . En el párrafo 10, ¿a qué expresión hace referencia el pronombre «esto»?
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a) el axioma «hablo, luego escribo» b) pasar por alto todo elemento de corrección gramatical, como acentos y mayúsculas c) los códigos de la oralidad han en trado en la lengua escrita d) los chicos ya no u san un vocabulario sofisticado n i construcciones complejas 7 . Leer el párrafo 7 e identificar el tipo de referencia pronominal efectuada por e l pronombre «les». a) relativa b) posesiva c) demostrativa d) personal 8 . En el siguiente fragmen to del párrafo 13, determinar la estrategia de cohesión utilizada: «Mezclan números con letras, reemplazan la preposición «por» por la letra equis, y tom an eso como norma».
a) b) c) d) 9.
Elipsis nominal Sustitución léxica Sinonimia Elipsis verbal Leer el párrafo 4 e indicar cuál de las opciones contiene los elemen tos elididos del siguiente fragmen to:
«Aunque, tam bién, en m uchas oportunidades, a través de un económico «tq»
a) para los enamorados b) puede sintetizarse c) el romántico «te quiero» puede sintetizarse d) el romántico «te quiero» 1 0 . La expresión «lenguaje de los SMS», NO es sustituida a lo largo del texto por: a) código b) registro diferente de la lengua escrita c) forma de comunicación
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d) axioma 1 1 . Identificar el tipo de cohesión léxica ut ilizada e n el siguiente ejemplo extraído del párrafo 15: El asunto sigue dando que hablar y escribir; su uso social reinvent a cada segundo un nuevo mundo, en este caso, hasta un nuevo lenguaje y el debate sigue abierto.
a) palabra general b) sinonimia c) serie ordenada d) hiponimia-hiperonimia 1 2 . Las expresiones «degradación del len guaje», «búsqued a d e m ayor expresividad» y «penetra ción d e la oralidad en la lengua escrita» presentes en el texto, pueden ser agrupados bajo el siguiente hiperónimo: a) consecuencias de los mensajes de texto b) consecuencias apocalípticas c) consecuencias prometedoras d) tendencias de los SMS en Argentina 1 3 . Seleccionar, entre las siguientes opciones, el resumen más adecuado: a ) En nuestra época abunda n las transgresiones y modificaciones qu e se hacen al lenguaje en nombre de la rapidez. Uno de los detalles que caracteriza a los mensajes de texto o SMS ( Short Message Service, en inglés) es su escasa longitud, 160 caracteres. Un poco por esta limitación y otro por las condiciones que definen a la juventud de este tercer milenio, los jóvenes crearon sus propios códigos para transmitir información vía celular. Para elaborarlos emplean un conjunto de abreviaturas y contracciones de palabras y frases con el objeto de comunicarse en forma rápida y económica. Así, por ejemplo, para desped irse, muchos jóvenes envían «salu2», en lugar d e los trad icionales «saludos» y los más crípticos desean «QT1BD», o sea, «¡Que tengas un buen día! En un estudio realizado por la consultora IPSOS Media, con datos obtenidos entre abril y junio de 20 05 —sobre una m uestra de 3.499 hombres y mujeres de entre 13 y 64 años de Capital Federal, Gran Buenos Aires, Córdoba,
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Mend oza, Rosario, Tucumá n y Mar del Plata—, se compru eba que lo emplean en un 94% de los casos. Sobre los efectos que el código SMS produce en los jóve nes, las posicion es son dispare s. Aberrante pa ra algu nos, simpá tico y moderno para otros, este nuevo código se contagia entre los adolescentes como una epidemia. El asun to sigue da ndo que h ablar y escribir; su uso social reinventa cada segundo un nuevo mundo, en este caso, hasta un nuevo lenguaje y el debate sigue abierto.
b ) Degradación del lenguaje, búsqueda de mayor expresividad, penetración de la ora lidad en la lengua escrita son, entre otra s, alguna s de las consecuencias que caracterizan a los mensajes de texto o SMS. Los jóvenes, motivados por la escasa longitud de caracteres que estos admiten y por las condiciones que los definen, crearon sus propios códigos primero, para chatear y ahora, para transmitir información vía celular. Para elaborarlos, emplean un conjunto de abreviaturas y contracciones de frases con el objeto de comunicarse en forma rápida y económica. En consecuencia, resultan informales y por momentos confusos para quienes los usan. En estudios realizados por dos consultoras se comprueba qu e el segmento que ma yor uso le da al SMS, en nu estro país, es el de los jóvenes de entre 20 y 24 años. Esto se debe a que les resulta esencial estar todo el tiempo en contacto con su grupo social inmediato. No obstante, otra de las causas de su masificación es el precio. Sobre los efectos que producen en ellos, las posiciones son dispares. Hay estudiosos que sostienen que no causarán deterioro de la lengua ya que se trata de un registro escrito qu e pu ede coexistir sin conflicto con la norm a correcta. Otros, en cambio, consideran que el novedoso lenguaje es capaz de reducir las posibilidades de expresión de los adolescentes y el desarrollo de su pensamiento crítico. El debate sigue abierto. c) Degradación del lenguaje, búsqueda de mayor expresividad, penetración de la oralidad en la lengua escrita y hasta un negocio que termina en la publicación de diccionarios son las consecuencias que trae esta tendencia. Uno de los deta lles que caracteriza a los mensajes de texto o SMS es su escasa longitud. Un poco por esta limitación y otro por las cond iciones que definen a la juventud de este tercer milenio, los jóvenes crearon sus propios códigos para transmitir información vía celular. Sobre los efectos que el código SMS produce en ellos, las posiciones son dispares. San Pedro sostiene que siempre hubo códigos como el lunfardo o el slang americano, lo que no implica que
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quien los conoce no h able y escriba correctamen te en su idioma. Análogamente, opina Millán para quien se trata de un registro diferente de la lengua escrita que puede coexistir sin conflicto con la norma correcta. Sin embargo, eso sucederá si los chicos man tienen, pa ralelamen te al há bito del SMS, el contacto con libros y revistas. De lo contra rio, el riesgo es que desarrollen u na escritura deforme, blanco para quienes sí avizoran un deterioro del lenguaje. Pedro Barcia opina que el novedoso lenguaje representa una «jibarización del idioma» capaz de reducir las posibilidades de expresión de los adolescentes. Aberrante para algunos, simpático para otros, su uso social reinventa cada segundo un nuevo mundo, en este caso, hasta un nuevo lenguaje.
d ) Los jóvenes crearon sus propios códigos, primero para chatear y ahora para transmitir información a través de los mensajes de texto. Para elaborarlos emplean un conjunto de abreviaturas y contracciones de palabras y frases con el objeto de comunicarse en forma rápida y económica. En estudios realizados por dos consultoras se comprueba que el segmento que mayor uso le da a l SMS es el de los jóvenes de entre 20 y 24 años. Sobre los efectos que los SMS producen en ellos, las posiciones son dispares. Hay estudiosos que sostiene que no produciría deterioro de la lengua. Sin embargo, eso sucederá si man tienen, pa ralelamente al há bito del SMS, el contacto con libros y revistas. De lo contrario, el riesgo es que desarrollen una escritura deforme, blanco par a qu ienes sí avizoran u n d eterioro d el lengu aje. Valga la reflexión d e Rheingold pa ra atenu ar las inquietudes que produce esta nueva práctica cultural de consecuencias aún desconocidas: «Si la telefonía móvil y los mensa jes de texto fuesen los únicos agen tes de cam bio, las cultura s mu ndiales esta rían experimentando un cambio fundamental en sus normas, relaciones y poder social. Sin embargo, los dispositivos electrónicos móviles son sólo una pequeña parte de la infraestructura de las multitudes inteligentes». Aberrante para algunos, simpático y moderno para otros, este nuevo código se contagia entre los adolescentes como una epidemia.
1 4 . Escoger la altern ativa que considere más aprop iada para a grupar bajo un mismo título los párrafos 5 y 6: a) Algunos datos sobre el empleo de mensajes de texto en Argentina b) Estadísticas sobre consumos tecnológicos en nuestro país c) SMS: Cifras que hablan por sí solas d) Usuarios de telefonía móvil: un segmento en crecimiento
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1 5 . Seleccionar la opción que considere más apropiada como título del texto: a) «CONSUMOS DE LA ERA DIGITAL: TENDENCIAS EN ARGENTINA» b) «LENGUAJE ADOLESCENTE: UN CÓDIGO QUE DEFORMA EL ESPAÑOL» c) «LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS EN EL OJO DE LA TORMENTA» d) «EL FENÓMENO SOCIAL DE LOS MENSAJES DE TEXTO» 1 6 . Ordenar las siguientes oraciones para formar un texto coherente. ( ) Si bien n adie dud a d e que ambos textos fueron e scritos en español, hoy muchas de las modalidades de lenguaje que emplean h an caído en desuso. ( ) El lenguaje es parte del «ser» humano. ( ) Como e l hombre mismo evoluciona, cambia y se modifica con el paso del tiempo. ( ) Actualmente, esos cambios siguen la velocidad de la comunicación instantánea (correo electrónico, chat y mensajes de texto) empleada por una generación d e jóvenes y adolescentes que se comunican en todo el mundo con un lenguaje que resulta difícil de comprender pa ra quien no e stá inmerso en el mund o digital. ( ) Si no lo cree así, inten te leer la versión original de El Quijote de la Mancha o e l mismo Mart ín Fierro. 1 7 . Leer el párrafo 10. La palabra «sofisticado», en el contexto del párrafo, puede sustituirse por: a) indescifrable b) elaborad o c) eficaz d) apropiad o 1 8 . La expresión «lacónico», en el contexto del párrafo 11, puede sustituirse por: a) breve b) inapropiado c) infantil
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d) trivial 1 9 . Leer e l párrafo 12. El término «avizoran», en el contexto del párrafo, puede ser reemplazado por: a) advierten b) reproch an c) postulan d) reconocen 2 0 . Considerando el texto en su totalidad, indicar cuál de las siguientes opciones caracteriza de mejor manera la visión de Paula Lorenzo sobre el lenguaje de los mensajes de te xtos. a) «jibarización del idioma» b) «jeringoso» c) «práctica cultural de consecuencias desconocidas» d) «registro de la lengua escrita que puede coexistir sin conflicto con la norma correcta» 2 1 . En los párrafos 1 y 2 la inten ción d el autor es: a) Presentar el tema y exhibir su opinión sobre el mismo. b) Declarar que la escritura por celular conduce a problemas de lectura. c) Advertir sobre el empobrecimiento que sufre el lenguaje en contacto con la tecnología. d) Señalar la celeridad del mercado editorial. 2 2 . Lea los párr afos 9, 10, 11 y 12. Distinga en tre las siguient es opciones aque lla que contiene el par de proposiciones que expresan el debate principal expuesto en ellos. a) La ut ilización d el código SMS no a fecta el desarrollo de la competen cia de lecto-escritura. La ut ilización d el código SMS deteriora e l lenguaje y ciert as capa cidad es de los usuarios. b) La ut ilización d el código SMS no a fecta el desarrollo de la compe
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ten cia de lecto-escritura. La u tilización del código d el lunfardo impide ha blar y escribir correctamente.
c)
La utilización d el código SMS no a fecta el desarrollo de la competen cia de lecto-escritura. La educación formal no enseña a distinguir la frontera entre la oralidad y la escritura.
d) El hábito de la lectura de libros preserva del riesgo de d esarrollar una escritura deforme. La educación formal no enseña a distinguir la frontera entre la oralidad y la escritura. 2 3 . Según e l párra fo 10, el filólogo José Luis Moure: a) Admite el deterioro del lenguaje por los efectos que el código SMS produce en los jóvenes. b) Afirma que e l deterioro del lenguaje se debe sólo a las deficiencias del sistema escolar. c) Denun cia que la comunicación por intermedio del código SMS ignora la corrección gramat ical. d) Niega que los alumnos puedan distinguir la frontera entre la oralidad y la escritura. 2 4 . Realizar un cua dro sinóptico que cond ense la información contenida en el texto.
2 . 3 . A d e cu a ció n
Es una de las exigencias formativas del texto; condición pra gmática por la cual tiene que respond er a los reque rimientos de la situación comunicativa y el contexto. La ade cuación, en tanto pr opiedad textual, se vincula con el uso apropiado de las variedades de lenguaje que dentro de un a misma lengua pu eden reconocerse: los lectos y los registros. Estas variedades depende n, por un lado, de las características propias de los usuarios (origen
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geográfico, eda d, sexo, procedencia social) y, por el otro, d e las particularidades de la s ituación com unicativa concreta en la que éstos intervienen (tema, grad o de confianza con el interlocutor, canal de comunicación) . 2 . 3 .1 . L e ct o s : va r ie d a d e s d e l a l e n g u a q u e d e p e n d e n d e la s ca r a ct e r í s t ica s d e ca d a u s u a r i o:
a ) Ge o l e cto : variedad d e lengua propia de un a zona geográfica. Ejemplo: el voseo, el seseo, el yeísmo en el Río de la Plata; la aspiración de la «s» en posición final propia del norte argen tino, etc. b ) Cro n o l e c to : variedad de lengua que se origina en las diferencias generacionales. Es una variedad etaria ( producto de la eda d) . c ) So c io le cto : variedad de lengua determinada por factores socioculturales y económicos, que permite identificar procedencia social (grado de escolarización alcanzado por un ind ividuo, situación sociocultural, ocupación o profesión, etc.). 2 . 3 . 2 . R e g i s t r o s : v a r i e d a d e s d e le n g u a q u e o be d e ce n a l o s co n d i ci o n a n t e s d e l a s i t u a ci ón co m u n i ca t i va :
a ) Se g ú n e l te m a : registro estándar o especializado ( técnico); objetivo o subjetivo. Asumen características especiales según el campo disciplinar del que se trate: periodístico, jurídico, científico, académico, etc. b) Según la relación entre los interlocutores : registro formal o informal (coloquial). Determinan el grado de confianza entre los interlocutores. Cuando la relación es distan te, el emisor utilizará un registro formal que se caracteriza por el empleo del usted; por el contrario, si la relación e s familiar, amistosa o de confianza, el emisor seleccionará u n registro informal que se destaca por el uso del voseo. c ) Se g ú n e l c a na l d e c o m u n ic a ci ó n: registro oral o escrito. El oral es más espontáneo y menos controlado, mientras que ocurre todo lo contrario cuando se emplea el registro escrito. Es decir, la lengu a n o es uniforme n i homogénea sino que , por el contrario, presen ta variaciones que son producidas por diversos factores: geográficos, históricos, sociales, contextuales, comun icativos, etc.
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2 . 3 . 3 . Ot r o s f a ct o r e s d e a d e cu a c ió n
Por otro lado, la adecuación atañe al cumplimiento de las normas que afectan a la constitución de un texto referidas a tres factores básicos:
a) Estatus de los interlocutores: rol o función social que d esempeñan emisor y receptor en un intercambio comunicativo particular. Por ejemplo, las relaciones jerár quicas, cuand o marcan ma yor distancia, exigen más formalidad y cortesía. b) Normas s ociales y géneros discursivos: se vinculan con las prácticas socioculturales o reglas de comunicación que fijan cada una de las diferentes esferas de la vida social, así como con los géneros que en su seno se producen. Por ejemplo, en el ámbito de los estud ios universitarios se toman apuntes, se escriben parciales, se rinden finales, se realizan traba jos prácticos, se resuelven consignas, etc. c) Propó sitos de la interacción: responden a los objetivos e intenciones del emisor de un discurso. En síntesis, para saber si un texto oral o escrito ha a lcanza do la adecuación re querida por una situación comunicativa concreta, d ebe centra rse la aten ción en los puntos siguiente s, que resultan especialment e relevantes:
Si el texto consigue el propósito comunicativo por el cual ha sido producido (informar sobre un he cho, exponer u n tema, buscar la adh esión del destinatario, etc.). Si se mantiene el mismo grado de formalidad (alto, medio, bajo) durante tod o el texto. De este mod o, si el nivel de formalidad es alto, no deben re gistrarse expresiones demasiado vulgares o coloquiales. Por el contrario, si el tono es de familiaridad, debe evitarse el empleo de un léxico demasiado técnico o culto y el de una sintaxis excesivamen te compleja. Si se conserva igual nivel de esp ecificidad a lo largo de tod o el discurso. Así, cuand o el texto aborda un tema e specializado, por ejemplo, resulta lógico que se utilice terminología específica del campo disciplinar y que se soslayen las expresiones coloquiales y las palabra s de referencia general que aten tan contra la precisión.
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2 . 4 . Co r r e c ció n g r a m a t ica l
Por último, según Daniel Cassany (1997) , todo texto debe poseer corrección gram atical, es decir, debe respet ar un conjunt o de reglas fonéticas, ortográficas, morfológicas, sintácticas y léxicas que son las que permiten formar oraciones aceptables. Para explicar esta propiedad resulta fundamenta l recordar que la gramática es la disciplina que estudia, describe y explica cómo funciona la lengua, ente ndida como un sistema de reglas, categorías, formas, funciones, relaciones y significados. De este m odo, los conocimient os grama ticales son sabere s que se construyen en forma inconsciente med iante el u so, y de manera consciente y sistemática, a lo largo de la escolarización. Son de diferentes tipos y dan lugar a las distintas partes de la gramática:
a) Fon ético s: sobre la pronu nciación y enton ación oral de las palabras (la articulación de los sonidos, las pausas, la acentuación, etc.) . b) Gráfico s: sobre la presen tación y disposición grá fica y espacial (uso d e mayúsculas y minúsculas, de márgenes, cursivas, negritas, subrayado, e tc.). c) Ortog ráficos : sobre las reglas de escritura d e las palabras y sus excepciones (uso de las diferen tes grafías, normas de acentuación) . d) Morfo lógicos y s intácticos: sobre las clases de palabra s (simple, compuesta; adjetivo, sustantivo, verbo, etc.) y sus accidentes gramaticales (variaciones de género, nú mero, persona, tiempo, modo, aspecto, voz), reglas de concordancia, relaciones y funciones de las palabras en las oraciones (sujeto, predicado; núcleo y modificadores, etc.), construcciones sintagmáticas (nominal, verbal, adjetival, adverbial y preposicional), tipos de oraciones, proposiciones o cláusulas ( simples, compuestas; coordinación y subordinación). e) Sem ánticos: sobre el significado de las palabras con prescinden cia de su contexto de uso (mucha s expresiones poseen d iferentes acepciones aplicables a distintas realidad es). f) Lé xico s: sobre el vocabulario de la lengua ( cantidad y varieda d de palabras que se conocen y emplean, que d epend e d e la experiencia individual y cultural de cada hablante) . Es decir, cada un o de estos aspectos de la gramática suministran las bases
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para lo que llamamos «reglas gramaticales»: re glas g ráficas ( cuándo corresponde ma yúscula y cuand o no, e tc.); reg las de puntuación (cuándo debe e mplearse pun to, coma o guión, etc.), reglas ortográficas ( palabras terminadas en -ción o en -aba), reg las m orfos intácticas (concordancia de género y nú mero en tre artículo y sustantivo, etc.). Así, un texto gramat icalmente correcto será el que respeta las reglas de la lengua. Sin embargo, cabe aclarar qu e en los textos informales, destinados a familiares o amigos, la falta de corrección gramatical no resulta un factor condicionante para la bue na comunicación; en cambio, en los textos acadé micos, científicos o periodísticos, las falencias gramaticales pu ede n generar serios problemas de inte rpretación y, fundam entalment e, descalificar a su enunciador. 2 . 5 . Ot r a s p r o p ie d a d e s d e l t e x t o
Los lingüistas De Beau grand e y Dressler (1981) enriquecen el concepto de textualidad al incorporar otros criterios además de los ya mencionados. Definen al texto como «un aconte cimiento comunicativo que cumple siete norm as de textualidad y tres principios comunicativos». Los siete criterios de textualidad son coherencia, cohesión, intencionalidad, aceptabilidad, situacionalidad, interte xtualidad e informatividad , mientras que los tres principios comunicativos son eficacia, efectividad y adecuación. 2 . 5 .1 . Cr i t e r i os o n o r m a s d e t e x t u a l id a d
a) Intencionalidad: la organización cohesiva y coheren te d el texto sigue un plan dirigido hacia el cumplimiento de u na meta. El enunciador tiene siempre como objetivo produ cir u n te xto que tenga u n determ inado efecto en el destinatario. b) Ace ptabilidad: se refiere a la actitud del receptor. Una serie de secuencias que constituyen u n texto cohesionado y coherent e es aceptable en la medida que lo es para un determinad o receptor, quien percibe que lo que se le comunica es relevante porque , por ejemplo, le sirve para ad quirir conocimientos nu evos. Una de las metas propias del receptor e s el manten imiento de la cohe sión y la coherencia, puesto que tiene la facultad de tolera r las
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imperfecciones formales que presenta el material textual hasta donde sus propios intereses se lo recomiende n.
c) Situac iona lidad: se vincula con los factores que hacen que un discurso sea pertinente en un d eterminad o contexto de recepción. La situacionalidad ciñe con fuerza el intercambio comunicativo. Por ejemplo, la señal de tránsito «Despacio escuela» es más apropiad a que «Los conductores deberían conducir despacio en esta zona porque los niños y niñas que a sisten a e sta escuela entran y salen de la misma en muchas ocasiones sin mirar al cruzar la calle. Los vehículos pue den det enerse con mayor facilidad si circulan d espacio, en casos de posibles accidentes», aunque esta última versión sea más clara y proporcione u na mayor cantidad de información. d) Intertextualidad: la interpreta ción d e un texto depend e d el conocimiento que se t enga d e textos anteriores. Un te xto sólo adquiere sentido en relación con otros textos. e ) Informa tividad : factor de n ovedad que motiva el interé s por la recepción de u n discurso. El destinatario e spera interpretar enu nciados que se inscriban en su mund o. Sirve para evaluar h asta qué pu nto las secuencias de un d iscurso son predecibles o inesperad as, si tran smiten información conocida o novedosa. 2 . 5 . 2 . P r in cip io s c om u n i ca t iv os
a) Eficacia: apun ta a que quienes intervengan en u n intercambio obtengan los resultados comunicativos esperables invirtiendo un mínimo esfuerzo en dicha tarea . b) Efectividad: se relaciona con la intensidad de l impacto comunicativo que el texto provoca en sus receptores. Depende de l tipo y nivel de impresión que genera en el destinatario y de si logra crear o no las condiciones más favorables para que el produ ctor pued a alcanzar la meta comun icativa que se había fijado. c) Adecu ación: es el cumplimiento d e las condiciones que hacen que los enu nciados resulten pe rtinent es respecto de las situaciones sociales y culturales que rigen e l comportamiento verbal y que favorecen la satisfacción d e las demandas comunicativas.
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Act ivida d Nº 6
1 . Recrear las situaciones comunicativas que se consignan a continuación. Luego, e specificar qué tipo de relación se establece entre los interlocutores ( formal/ informal), el registro elegido (técnico/ especializado, objetivo/ subjetivo), cuál es el canal de comu nicación empleado ( escrito, oral, gestual) y cuál, el género adoptad o para concretarlas (conversación cara a cara, conversación telefónica, carta , programa radial, programa televisivo, etc.): Situación 1 En u n supermercado. Interlocutor A: Cajero/ a. Propósito: Tranquilizar a u n cliente enojado por la suba d e pre cios. Interlocutor B: Un comprador/ a. Propósito: Expresar su en ojo frente a la constante rema rcación d e los importes de los productos.
Situación 2 En u n Boliche. Interlocutor A: Un chico muy «canch ero». Propósito: Convencer a un a chica para que baile con él. Interlocutor B: Una chica. Propósito: Quitarse de encima al joven, a quien considera u n «pesado».
Situación 3 En un comercio de automóviles usados. Interlocutor A: Un vendedor/ a. Propósito: Vend er a cualquier pre cio el modelo más caro.
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Interlocutor B: Un comprador/ a. Propósito: Comprar u n rodado al men or costo y con u n plan de cuotas accesibles.
Situación 4 En un Banco. Interlocutor A: Gerente . Propósito: Tranqu ilizar al cliente. Interlocutor B: Un señor/ a. Propósito: Cancelar una tarjeta de créditos que generó gastos de man tenimiento a pesar de no h aber sido u tilizada y que fue enviada al domicilio sin el consent imiento d el titular. 2 . Completar los siguiente s diálogos telefónicos con los saludos d e apertura y de cierre apropiados. No olvidar que las expresiones empleadas en cada uno de los intercambios comunicativos refle jan el grado de familiaridad entre los interlocutore s. Luego, re flexionar acerca de los aspectos vinculados al fenómeno de la adecuación como propiedad textual.
A) (...) —No se en cuentra en e stos momentos. —¿Le pod ría decir, por favor, que lo habló Claudia, una compañera de facultad? —Sí, cómo no, ¿Claudia me dijo?, ¿no? —Sí, señora, ¿Habla su mamá? —No, la emplead a... —Ah... —Pierda cuidado, yo le aviso al Señor Nicolás. (...) B) (...)
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—Necesito con urgencia que vengan a arreglarme el cable. —Le tomo el ped ido, señ or. —¿Pero vienen hoy, no?, mire que ya estoy cansad o de pagar a tiempo y que siempre tenga el mismo problema con este servicio de porquería… —No se preocupe, señ or, esta tard e van los del servicio técnico de la empresa. Quédese tran quilo. (...)
C) (...) —Quisiera saber el núme ro te lefónico de la familia Sosa. —¿Conoce el domicilio? —Sí, señorita. —Dígamelo, por favor. —Sí, cómo no, Balcarce 833. —Aguarde un momentito e n línea. —Bueno... —Sí señora, el número es... ¿tiene pa ra an otar? —Sí, díctemelo nomás, si es tan amable. —Cuat ro, treint a y cinco, quince, cuaren ta y siete. (...) D) (...) —¡Hola! ¿Dani? —Sí, ¿Qué hacés? —Te llamo para confirmar lo de e sta noche . —Ah sí, es en lo de Marian a. —¡Buen ísimo! ¿Vas vos? —Seguro..., pero más tard e.
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—Ah... —¿Por qu é? —No, por nad a. —Ah, Buen o... (...)
E) (...) —Lo llamaba para confirmar la cita de ma ñan a. —¿A las nueve, le pa rece bien? —Sí, señora. —Bueno, la e speramos en la inmobiliaria. (...) F) (...) —Che, ¿venís mañana, no? —Okey. —¡Gen ial, loco! No te vas a arrepen tir. —Sí, ya sé gil que la vamos a pa sar bom ba. (...) 3 . Confeccionar situaciones comunicativas en las que resulte pertinen te u tilizar cada un a d e las siguientes fórmulas de d espedida. Luego, especificar qué tipo de relación se establece entre los interlocutores ( formal/ informal), el registro elegido (té cnico/ especializado, objetivo/ subjetivo), cuál es el canal de comunicación empleado ( escrito, oral, gestual) y cuál el género adopta do pa ra concretarlas (conversación cara a cara, conversación telefónica, carta, programa rad ial, programa televisivo, etc.):
«Saluda a Ud. atentamente»;
«chaucito»; «Nos despedimos de ustedes hasta nuestra próxima edición de»...
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4 . Adecua r el re gistro d e las siguiente s notas a las exigencias planteadas por las situaciones comunicativas que pod rían haberles dado origen. Luego, reflexionar a cerca de los aspectos vinculados con la adecuación y la corrección gramatical como propiedades textuales. A) San Miguel de Tucumán, 3 1 de a gosto de 200 7.
Sra. Madre Dra. María Ferna nda Pise ntte S / D Me dirijo a usted, y por su digno intermedio a quien corresponda, con el fin de solicitarle autorización para concurrir al baile del colegio Nuestra Señora del Rosario, que se desarrollará el próximo fin de semana en las instalaciones de la mencionada institución. Cumplo en informarle y pongo en su conocimiento que a dicho evento asistirán todos los alumn os del séptimo año d e la división qu e integro, siendo, en consecuencia, de especial importancia mi presencia. Por tal motivo, ruego a usted no responder con una negativa. Sin otro pa rticular, y a la espera d e un a pron ta respuesta favorable, saludo a Ud. con distinguida consideración. Julián, su hijito adorado DNI: 40.327.869
B) Que ridísim a Martita: Queríamos pedirte a vos que sos ta n pero tan piola –che, va en serio, no es ninguna joda— que nos dejés ir de viaje a San Pedro de Colalao ; ) Allí nos divertiríamos mucho y de paso nos conoceríamos más. No lo pensés mucho y decinos qu e sí. Gracias, sos una ídola. Aguan te señ o!!! Nosotros, los capos de tus alumn os del 7º B.
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3 . D i m e n s io io n e s y n iv i v e le le s t e x t u a l e s
Mabel Marro y Amalia Amalia Dellamea Dellamea ( 1993) han interpreta interp retado do la teoría te oría de T. van Dijk a través del dibujo de un cubo que representa al texto en tanto construcción de formato no plano plan o con dimen sione sioness y niveles niveles de an álisis álisis.. Las d i m e n s i o n e s involucran involucran aspectos que n os resultan visi visibles bles porque están e n la superf super fici icie; e; se materializ mate rializan an en e n los plan planos os notaci nota ciona ona l, morfológico, morfológico, sint sintáctico, áctico, semántico semán tico y pragmático. pra gmático. Los Los niveles (superestructural, ( superestructural, macroestructural, microestructural, estilístico y retórico), por el contrario, no son perfiles perfiles observables sino sino a bstractos, conceptu ales; son esque mas que el escritor critor procesa en su intelecto intelecto du rante la ideación ideación mental de l texto. Dimensiones y niveles niveles se interrelacionan ta nto para la producción como para la c o m p r e n s i ó n de cualquier cua lquier tipo de discurso. discurso. 3 .1 . D im im e n s i o n e s
a) Dimens D imens ión no tacional: tacional: parte de la consideración d e los aspectos característi racte rísticos cos y diferenciadores diferenciad ores de d e la oralidad y la la escritura. escritura . Como Como se sabe, no
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se escribe como se ha bla y viceversa. viceversa. La La escritura escritur a requiere requ iere del d el cumplimiento de reglas más estrictas estrictas respecto d e las que rigen r igen los inte intercambios rcambios orales, por cuanto el e l inter interloc locutor utor se en cuentra cuentr a ausente. ausen te. Se vincul vinculan an con esta dimensión la adecuación a las norma s g ráficas ación, uso de mayúsculas mayúsculas y áfi cas ( puntu ación, minúsculas, empleo de abrevi abre viatu atu ras, utilización utilización de d e comillas, comillas, guiones y paréntesis, rén tesis, y el conjun conjunto to de paut p aut as ortográficas, ortográficas, exactitud exactitud en la transcripc tra nscripción ión de nombre s y apellidos, apellidos, etc.) y a las las normas tipog sangrías,, pauti pog ráficas áf icas ( sangrías tas de diagramación, tamaño y diversidad de letras, disposición de los paratextos y cualquier otra variedad de signos convencionales empleados para señalar y diagramar el texto, como el empleo de negritas, cursivas, recuad ros, viñetas, viñetas, etc.).
b) Dime D ime nsión mo rf ológica: examina los accidentes gramaticales propios de las clas clases es de palabras (género, núme ro, tiempo, modo, a specto specto y voz, casos casos del pronombre, pronom bre, etc.). et c.). Si bien los productor es y destinatarios destina tarios de discursos tienen internalizados los mecanismos de formación de palabras, siempre siempre resulta conveniente, conveniente, en la e tapa d e re visi visión ón d e la escritura, escritura, prestar atención a esta dimensión, ya que suelen ser frecuentes los errores y sus efectos pueden pue den llegar llegar a af a fectar el sentido d el texto. estud ia la la forma en que se combinan las clases clases c) Dime Dime nsió n sintáctica: sintáctica: estudia de palabras en la oración e identifica la función que éstas cumplen en la misma (núcleos (n úcleos y mod modif ific icado adores) res) . Los Los usuarios de un a lengua ma nejan nan aturalmente tura lmente un a serie de reglas que les permiten re conocer y produ cir cir proposici sicione oness bien construidas. Entre ellas, se se en cuentran cuen tran , por ej., la la que ind ica ica que, en español, el artícul artículoo d ebe ir siempre siempre d elante d el sustantiv sustantivoo ( se e nun cia: la casa. Nunca al revés) o aquella que establece (también en español) que es posible posible romper el ordenam iento sintáctic sintácticoo trad icional icional (sujeto (sujeto + verbo + obj objeto eto directo + obj objeto eto indirecto indirecto + circunstanci circunstanciales ales)) y emplear emplear otro que resulte re sulte más acorde a las propias intenci inten cione ones. s. apor ta u na d escripción escripción en el nivel de los sigsigd) Dimens Dimens ión se má ntica: ntica: aporta nific nificado adoss de palabra s y/ y/ o enu nciados. Incluye Incluye los los que son convencionales y generales, gene rales, como los que aporta ap orta e l diccionario, diccionario, y también aqu ellos que que sur gen de l acuerd acuerd o entre ent re hablantes hablant es de una u na comun idad lingüísti lingüística. ca. Por Por ejemplo: «estar d el toma te» —estar —estar loco— o «El «El diputad o trucho» t rucho» —el —el diput ado fal-
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so—, so—, etc. El El compon compon ent e semántico semán tico tiene tiene u na incidencia fun fundam dam ental ent al en la construcción construcción d el sent sent ido textual. an aliza los los principios principios que regulan e l uso del e) Dimens ión pragm pr agm ática: áti ca: analiza lenguaje en la comunicación, es decir, las condiciones que determinan la producción e interpretación de enunciados en situaciones comunicativas concretas. concretas. Centra Centra su aten ción ción e n las relaciones relaciones que se establecen establecen entre el texto como macroacto de h abla y sus usuarios.
Actt ividad Ac iv idad Nº 7
«20 consej con sejos os para escribir escribir correctamen corre ctamen te». te». 1 . Leer el te xto «20 Ident ific icar ar en cada ítem con qué d imensión del texto se vinculan vinculan 2 . Identif los errores errore s o inad inad ecuaciones presentes. ee scribir bir los consejos a partir de la aplicación aplicación de d e las dimensi dimen sion ones es 3 . Reescri de an álisis álisis de u n texto postuladas postulad as por Marro Marro y Dellamea Dellamea (2003) ( 2003) . 20 cons ejos para escribir escrib ir correctam correctam en te (Extraído d e: «20 consejos consejos para escribir escribir mejor», mejor», en Foro de libros en red. Jueves 10 de abril de 2008. Disponible en internet: http:/ / foros.l foros.libros ibrosenred.com/ enred.com/ consejosconsejos-para para -escribi -escribir-mejorr-mejort1401.html)
1 . Lo primero: conoser vien la hortografia.
relaciones entre las palabras la jerarquía entre las ideas.
2 . Cuide la concordancia, el cual son necesaria para que usted no caigan en aquello errores.
Y cuando, use los signos de: puntuación, póngalos; correctamente!.
Ponga comas pu ntos signos de inte3 . Ponga rrogación o dos puntos ra yas siempre siempre que corresponda corresponda si no poco poco se en tienden tienden las
4 . Lo mejor es esquivar la reiteración se sonidos en la oración. La proposición es buscar una opción que no rime con lo dicho con antelación.
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5 . Evite las repeticiones, evitando así repetir y repetir lo que ya ha repetido reiteradamente.
yúsculas. Recuerde, además, que la cantidad de puntos suspensivos es siempre fija....... (¡solo tres!)
6 . Trate de ser claro; no use h ieráticos, herméticos o errabundos gongorismos que pu edan jibarizar las más ena ltecidas ideas.
1 3 . Pon cuidado en las conjugaciones cuando escribáis.
7 . Imaginando, creando, planificando, un escritor no debe apa recer equivocándose, abusan do de los gerundios. Tratan do siempre, sobre todo, de no estar empezando una frase con uno. 8 . Correcto para ser en la construcción, caer evite en trasposiciones. 9 . Tome el toro por las astas, haga de tripas corazón y no caiga en refranes comunes. Calavera no chilla. 1 0 . ¡Voto al chápiro!... creo a pies jun tillas qu e deben evitarse las antigu allas que obscurecen el texto. 1 1 . Si algún lugar es inad ecuado en la frase para poner colgado un verbo, el final de u n párra fo lo es. 1 2 . ¡¡¡Por el amor d e Dios!!!!, no abu se de las exclamaciones. NI de las Ma-
1 4 . No utilice nunca doble negación. 1 5 . Evite usar el adjetivo «mismo» como si fuera un pronombre; el mismo está para otra cosa. 1 6 . Aunque se usen poco, es importante emplear los apóstrofo’s correctamente. 1 7 . No olvide poner las tildes que correspondan. Mas aun cuando es importante conocer cual es la significacion de una palabra, en caso de que haya una opcion con tilde y sin ella. 1 8 . Intente «no poner» comillas «innecesariamente». No es un recurso para «resaltar» sino para «mencionar» una «voz ajena» al texto. 1 9 . Procurar nunca los infinitivos separar demasiado. 2 0 . Y con respecto a frases fragmentadas.
3 .2 . Nive le s
a) Nive l sup e res tructural: considera los formatos globales de los textos independ ientemente del contenido que traten. Estos esquemas convencionales intervienen en la asignación d e sentido pu esto que, desde el proceso de compren sión, los usuarios los reconocen como formas típicas y, desde el de prod ucción, optan por a lguna de ellas, en paralelo a las decisiones relacionada s con el tema a a bordar. b) Nive l m acroes tructural: se relaciona, d irectamen te, con la noción de
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tema o asunto del discurso. Es la representación abstra cta y general del sentido del texto, que pue de expresarse como una ún ica idea ( en un a sola proposición). Interviene en la asignación de coheren cia y, por lo tan to, permite reconocer un texto de un no te xto.
c) Nivel microestructural: opera, como el anterior, en la esfera de las significaciones pero no se manifiesta a escala global, sino local o micro, en la estructura de las oraciones, estableciend o entre ellas relaciones de coherencia y cohesión. Si la macroestructura a ctúa como un todo, la microestructura lo hace como las partes que especifican e se todo. Resumiendo, las superestructuras se nu tren de conten ido gracias a las macroestructuras semánticas y éstas, a su vez, se de spliegan en las microestructuras oracionales que acaban d e explicarse. d) Nivel es tilístico: los distintos ámbitos de la actividad h uma na ( periodístico, religioso, acad émico, científico, administrativo, etc.) determinan usos específicos de las dimensiones textu ales, por lo que las eleccione s de medios fonéticos, gráficos, léxicos, morfológicos, gramaticales, etc., efectuadas por el lector en el proceso de producción, e starán previamente condicionad as por el contexto social concreto en el que se inserte. e ) Nivel retórico: está ligado al estilístico, pues se vincula con el modo en que cada emisor enun cia algo. Centra su atención en las estrategias que se emplean para persuadir al público receptor con el objeto de lograr su adhe sión a las afirmaciones que propon e el texto y, eventualmente, con la intención de que realice acciones o e jecute órde nes. Es decir, la esfera ret órica influye en la eficacia del discurso, gracias a que desarrolla mecanismos intencionales para convencer a la aud iencia.
Act ividad Nº 8
1 . Leer el texto.
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2 . Reconocer los elemen tos de la superestructura narrativa. 3 . Identificar la macroestructura. 4 . Proponer un título alternativo para el relato. El avis o En un a d e las antiguas guerras de Escocia, el jefe del clan de los Douglas cayó en manos del enemigo. Al otro día llevaron a su habitación en la torre, una cabeza de jabalí en una fuente. Douglas, al
verla, comprendió que su suerte estaba sellada. Esa noche lo decapitaron. (Extraído de: Borges, Jorge Luis y Casares, Adolfo Bioy (1953) : Cuentos breves y extraordinarios. Buenos Aires, Losada.).
3 . 3 . ¿ Su p e r e s t r u ct u r a s o se cu e n cia s t e x t u a l e s ? 3 . 3 .1 . La s s u p e r e s t r u c t u r a s d e T. va n D ij k
Los diversos tipos de te xtos que prod ucen y consumen los miembros de una comunidad dete rminada se d istinguen en tre sí no sólo por sus diferentes funciones comunicativas y sociales, sino también porque poseen disímiles formas de constru cción, d e estructuras globales, es decir, de superestructuras . Siguiend o a T. van Dijk (1980, 1983) , se den ominan superestructuras a las estructuras globales que caracterizan el tipo de un texto. Metafóricamente, una superestructura es una forma textual, cuyo objeto, tema o macroestructura , es su contenido. O sea, puede comunicarse el mismo suceso a través de diferentes formas textuales, según el contexto comunicativo. Las superestru cturas y las macroestructuras semánticas tiene n un a propiedad común: no se definen con relación a oraciones o secuen cias aisladas de un te xto, sino para el texto en su conjunto o para det erminados fragmentos de éste. Esta es la razón por la que se habla de estructuras globales, a diferencia de estructuras locales o microestructuras en el nivel oracional. Las superestructuras determinan el orden ( la coordinación) global de las partes del texto. Están compuestas por unidades previamente ord enad as. De
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ahí que pue da d efinírselas como esquemas a los que el texto se adapta . Existen independ ienteme nte d el conte nido y no se describen con la ayuda de una gramática lingüística. Poseen carácter convencional, ya que la mayoría d e los hablantes de una comunidad lingüística pued e re conocerlas fácilmen te. T. van Dijk menciona como superestru cturas básicas, la narrativa, la argumentativa y la conversaciona l. Cabe aclarar que una misma superestructura, un mismo esquema global, puede man ifestarse a través de d iferen tes sistemas semióticos. Por ejemplo, la estructura de re lato puede expresarse tanto a través de un discurso escrito (cuen to), como de un o icónico (historieta) o de u no cinematográfico (película). Es decir, se mantiene sólo la estructu ra de relato –que pue de de nominarse estructura narrativa para evitar confusiones con el relato na rrado (e n el texto escrito)— en los diferen tes men sajes de los sistema s semióticos. Recapitulando , pued e inferirse que una superestructura:
Es un tipo de esquema abstracto de u n texto.
Establece el orden global de un discurso.
Se compone de u na serie de categorías que se combinan e ntre sí, siguiendo reglas convencionales.
3 . 3 . 2 . La s s e cu e n c ia s t e x t u a le s d e J. M . A da m
Uno d e los modos de acceder con mayor facilidad a los textos escritos es observar las regularidades que aparecen en ellos. Estas regularidades han sido descriptas desde diferentes perspectivas; por ejemplo, según la situación comun icativa o el ámbito de circulación, los textos tienen distintas propiedades por perten ecer a u n géne ro discursivo o a otro. Del mismo modo, han sido estud iados por las recurrencias estructura les, es decir, por su organización interna . Así, J. M. Adam (1991) , planteó que esta organización inter na se relaciona con el predominio de una secuencia textual . Según este autor, las secuencias son unidade s mínimas de composición textual, es decir, conjuntos de en unciados que se organizan de u na ma nera particular. En función de su organización, las secuencias textuales propuestas son seis: narrativa, descriptiva, expositivo-explicativa, argumentativa, dialogal e instruccional.
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a) Secue ncia n arrativa: se caracteriza por exhibir una sucesión de acciones o eventos finalizados. Predomina en el género discursivo cuen to, pero también en géneros que no pertenecen a la ficción, como por ejemplo, la crónica periodística o los manuales de historia. b) Secuen cia de scriptiva: presenta los rasgos típicos de un objeto, persona, paisaje o acción. Se destaca, por ejemplo, en el géne ro guía tu rística, en el que también suelen apar ecer insertas secuen cias narrativas para, entre otras posibilidades, contar sucesos relacionado s con el lugar que se describe. c) Secuencia expositivo-explicativa: se vincula con el análisis y la sínte sis de conceptos. En este sentido, los textos en los que sobre sale este tipo de secuencia responden siempre a un a pregunta que puede estar formulada explícita o implícitame nte . Busca generar u na ilusión de objetividad, pues la explicación se presenta como una verdad n o abierta al deba te. Se caracteriza por el empleo del present e de l indicativo. En ella no se preten de discutir, sino ha cer comprender al interlocutor a lgo que desconoce o que n o entiende. Los géneros discursivos en los que impera son, por ejemplo, la clase teórica y la respuesta de una prue ba parcial. d) Secuencia argum entativa: se estructura a partir de la postura que se adopta respecto de un objeto d e discusión. Para convencer al interlocutor de que la postura propia es la más adecuada , se despliega una serie de argumentos o razones que funcionan como los pilares que la sostienen. Los géneros discursivos en los que emerge son, entre otros, la nota de opinión y el ensayo. e) Secuencia dialogal: se caracteriza por la altern ancia de voces; su estructura es la de u n diálogo. Los géneros d iscursivos en los que pr evalece son, entre otros, los guiones de cine o televisión, las obras de teat ro, la conversación cotidiana y la ent revista. f) Secue ncia ins trucciona l: presenta consejos y/ u órd enes. Es habitual encontrar en ella el modo imperativo, ya que se apela a la segunda pe rsona para que lleve a cabo las acciones que se consideran convenientes para lograr un determinad o objetivo. Este tipo de secuencia pre domina en los manuales de u so, las recetas de cocina y los reglamen tos.
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Es importante señalar que se ha bla de predominio de un a secuencia determinad a, ya que a la secuencia dominante suelen subordinarse otras. Tal es el caso, por ejemplo, de la secuencia descriptiva que se inserta en una obra de teatro (cuya secuencia dominante es dialogal) con e l fin de d isponer persona jes y objetos en escena. En esta cáte dra, si bien las nociones de superestru ctura y secuen cia textual podrán ser usadas como términos intercambiables, en rigor de verdad, se considera má s apropiado el empleo del concepto secuen cia, por cuan to el mismo da cuen ta de la realidad del texto de un m odo más atinado, pues en un discurso, como ya se dijo, pueden h allarse incrustadas diversas secuen cias textuales y no un solo format o o superestructura.
Act ividad Nº 9
1 . Leer los siguien tes textos. 2 . Identificar, en cada uno d e ellos, la secuen cia textual dominant e y las subordinadas. 3 . Reconocer e n los textos algunos elementos característicos, o marcas distintivas, que permiten comprobar que se trata de u na secuencia y no de otra. Texto 1:
Plaza Inde pe nde ncia En el corazón de la ciudad, es el principal paseo público y alrededor de ella se elevan los edificios má s relevantes d e la historia tucumana. Se ubica entre las calles 25 de Mayo, San Martín, Laprida y 24 d e Septiembre.
Su sello distintivo es la estatua de la Libertad que se eleva en el centro: obra de la genial escultora tucumana Lola Mora, que la realizó por pedido del entonces presidente Julio Argentino Roca. La Plaza fue construida durante el pe-
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ríodo colonial para albergar los edificios de gobierno y a la Catedral pero con el tiempo creció y se convirtió en un recorrido obligado y en un centro concurrido, rodeado de bares, museos y edificios que conservan su fisonomía: la Casa de Gobierno, Casa Padilla, la Catedral, entre otros.
Entre flores autóctonas, naranjos y edificios, la Plaza también es sede de recurren tes manifestaciones en las que centenares de tucumanos hacen pedidos a los gobernantes de turno. (Extraído de: Ente Autárquico Tucumán Tur i sm o . Di sp o n i b le e n i n t e r n e t : h t t p : / / www.tucumanturismo.gov.ar)
Texto 2: Ju lio Cés a r
Acto tercero Escena primera Roma. - El Capitolio. - El sen ado en sesión. En la calle cont igua al Capitolio, muchedumbre
de
gente;
entre
ellos,
Artem idoro y el Adivin o. Trom petería. Entran César, Bruto, Casio, Casca, Decio, Metelo, Trebonio, Cina, Antonio, Lépido, Popilio, Publio y otros.
Césa r. -(Al Adivino.) ¡Ya ha n llega do los idus de marzo! Adivino. -Sí, César; pero no h an pasado aún. Artemidoro. -¡Salve, César! Lee este escrito. Decio. - Trebonio desea que echéis una ojeada , en u n m omento libre, sobre esta
humilde petición suya. Artemidoro.- ¡Oh César! Lee primero la mía, que toca más de cerca al César. ¡Léela, gran César! César.- Lo que no ata ñe más que a n uestra persona será examinad o lo último. Artemidoro.- ¡No la difieras, César! ¡Léela en seguida! César.- ¡Pero qué! ¿Está loco ese mozo? Publio.- ¡Deja paso, tunante! Casio.- ¿Qué es eso? ¿Insistís en vuestra s peticiones en la ca lle? Ven id al Capitolio. (Extraído de: Shakespeare, William (1960): Ju li o Césa r , Obras Completas . Madrid, Aguilar.).
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Texto 3:
Em m a Zun z El catorce de enero de 1922, Emma Zunz, al volver de la fábrica de tejidos Tarbu ch y Loewen tha l, halló en el fondo del zaguán un a carta, fechad a en el Brasil, por la que supo que su padre había muerto. La engañaron, a primera vista, el sello y el sobre; luego, la inquietó la letra desconocida. Nueve o diez líneas borroneadas querían colmar la hoja; Emma leyó que el señor Maier había in-
gerido por error una fuerte dosis de veronal y había fallecido el tres del corriente en el hospital de Bagé. Un compañero de pensión de su padre firmaba la noticia, un ta l Fein o Fain, d e Río Gran de, que n o podía saber qu e se dirigía a la hija del muerto. (Extraído de: Borges, Jorge Luis (1993): «Emma Zunz», en El Aleph. Madrid, Alianza/ Emecé.).
Texto 4:
Títe res de bolsas Los títeres de bolsa de papel son fáciles de elabora r, se utiliza insumos de bajo costo y los niños/ as desar rollan sus habilidades artísticas y creatividad, a demás que se desenvuelven con independencia y autonomía. Materiales: - Bolsa de papel de tama ño med iano - Plantilla o dibujo del animal elegido - Lápices de colores - Escarcha, lana , algodón, pluma s, etc. de diversos colores - Tijeras - Pincel - Goma Procedimiento: - Colorear el diseño del animal elegi-
do, sin salir de los contornos. -Colocar, con u n pincel o el dedo, goma en los detalles donde se esparcirá la escarcha u otro material decorativo. - Esparcir la escarcha en los detalles que se quieran resaltar o pegar lana, algodón o plumas, de acuerdo a la textura que se desee darle al títere. - Dejar secar pa ra que n o se despeguen los detalles y adornos. - Recortar con cuidado cada pieza del animal, siguiendo las líneas. - Pegar en la bolsa de papel: primero la cabeza en la parte que corresponde al fondo de la bolsa. Luego la mandíbula inferior debajo, en el doblez. Finalmente, el cuerpo en el tubo de la bolsa. - Introdu cir la mano dentro de la bolsa y hacer hablar al animalito.
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Texto 5: Etimológicamente, «paratexto» sería lo que rodea o acompaña al texto (para= junto a, al lado de), aunque no sea evidente cuál es la frontera que separa texto de entorno. El texto puede ser pensado como objeto de la lectura, a la que preexiste, o como producto de ella: se lee un texto ya escrito o se construye el texto al leer. Pero ya se considere que el texto existe para ser leído o, porque es leído, la lectura es su razón de ser, y el
paratexto contribuye a concretarla. Dispositivo pragmático, que, por una parte, predispone -o condiciona- para la lectura y, por otra, acompaña en el trayecto, cooperando con el lector en su trabajo de construcción -o reconstrucción- del sentido. (Extraído de: Alvarado, Maite (1994): Paratexto. Buenos Aires, Oficina de Publicaciones del CBC - UBA.).
Texto 6:
La crisis eu rope a Transcurría el año 321 (AC) cuando las tropas romanas sufrieron a m anos del ejército Samnita una derrota en las Horcas Caudinas y no sólo tuvieron que arr astr arse por deb ajo del «Yugo» (dos lanzas clavadas en la tierra y una tercera por encima a unos 60 cm) en señal de total vasallaje, sino que también el pueblo, que no había intervenido en la batalla, tuvo que pagar las consecuencias del descalabro. Hoy, a 2.333 a ños de a quella contienda , a los sectores más vulnera bles de Grecia, de España, de Portugal y de Italia, y decena s de millones que pueblan Eur opa , les exigen pasa r por e l «Yugo» de las Horcas Caudinas que les imponen las multinacionales de las finanzas en cumplimiento del credo neoliberal y pagar el endeu damiento a los bancos pres-
tamistas. El «ajuste» a que son sometidos significa en los hechos: millones de desocupados, recortes en salarios, jubilaciones, educación, salud y demás servicios sociales; cierre de miles de pequeñas y medianas empresas y pérdida d e la soberanía política y económica. Joseph Stiglitz y Paul Krugman (dos premios Nobel) seña lan qu e la crisis europea, por el camino de los sucesivos «ajustes», lleva necesariamente a los pueblos que la padecen a una senda con final de tragedia. Una vez más la aplicación del mandamiento del Consenso de Washington, las teorías emanadas de la Escuela de Chicago y de los teóricos y economistas que las representan, no sólo no resolvieron los problemas que acucian a los pueblos, sino que los agravaron en favor de
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los intereses de las multinacionales de las finanzas. El modelo de acumulación del neoliberalismo, de financiación d e la economía, implementado como recetario válido para todos los países, ha fracasado. El edificio que ha construido se está agrietando y es indudable que ha llegado el momento para que una economía alternativa, solidaria, democrática, de crecimiento sostenido, de inclusión so-
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cial, participativo, la reemplace y termine con las recurrentes crisis que d ilapidan las riquezas materiales y culturales que crea la humanidad. Samuel Kaufman San Lorenzo 935 S. M. de Tucumán (Extraído de: La Gaceta , 20 de marzo de 2012.)
3 . 4 . La m a c r o e s t r u ct u r a d e u n d is cu r s o
La e xpresión macroestructura da cuenta d el contenido global de un discurso; es la reconstru cción teórica de n ociones como t e m a , asunto o idea principal, mientras que el concepto de microestructura d enota la organización local del mismo, o sea, la estru ctura de las oraciones con las relaciones de cohesión y coherencia que se establecen en tre ellas. Es decir, debe respeta rse el principio semántico básico según el cual el significado del todo –el texto– se especifica en térm inos de los significados de las partes –los apartados, los párrafos, las oraciones. Así, si quiere pun tualizarse el sentido global de un d iscurso tiene que derivárselo del sentido de cada una de las oraciones del mismo, esto es, de la secuencia proposicional que subyace tras el texto. Por lo tanto, el tema de u n discurso se define en términos de proposiciones y, como éstas forman parte de la macroestructura global discursiva, se las llama macroproposiciones . De acuerd o con lo señalado, se designa macroestructura global a la de un discurso completo, mientras que m acroestructuras loca les , a otras de carácter men os abarcador y general que poseen determinadas partes del texto (apartados, párrafos). Con este esquema, se obtiene una estructura jerárquica resultante de la combinación de las macroestructuras en los diferen tes niveles de un discurso ( texto/ párrafos; tema/ subtemas; título/ subtítulos).
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El vínculo entre microestructura y macroestructura es, entonces, una relación particular entre d os secuencias de proposiciones, es decir, en términos técnicos, una proyección se má ntica . Se d enomina macrorreglas a las reglas de proyección semántica que tornan explícita la mane ra en que puede derivarse el tema o asunto d e un te xto. 3 .4 .1 . El pá r r a f o y la m a c r o e s t r u ct u r a lo ca l
La gramática t radicional considera la oración como su un idad de an álisis, mientras que la lingüística textual reconoce al texto como su objeto de estudio. Sin embargo, esta última disciplina no omite la importancia que asume el párrafo , en t anto element o intermedio, en la composición d e un texto, pues su presencia se vincula con la progresión temática y el desarrollo de la macroestructura global de u n discurso. En consecuen cia, la macroestructur a se capta en varios niveles que son los subtemas. Cada u no d e ellos revela u na parte d e la macroestructura y se desarrolla en un párrafo o grupo de párrafos. Desde esta perspectiva, entonces, consideraremos al párrafo como una secuencia de or aciones cohesivas y coherentes que amplían, en la mayoría de los casos, una idea principal o parte de ella, relacionándola con la macroestructura del texto. Se caracteriza, como ya hemos expuesto en el capítulo inicial de e ste manual, por comenzar con ma yúscula y finalizar con un pu nto aparte, por lo que constituyen bloques que pu eden distinguirse a simple vista en un escrito. Al observar con detenimiento un texto, podemos hallar las siguientes clases de párrafos, de acuerdo a la forma en que abordan las ideas: introductorio, informativo, de enlace y conclusión. a) Introd uctorio: presenta un tema. En ocasiones, puede e star ausente cuando se comienza inmediatamente con la explicación de u n tema. b) Informativo: desarrolla una idea principal. Es el que predomina en los textos. c) De enlace: relaciona ideas de un párrafo con las de otro, sin desplegar ningun a. Actúan como conectores del texto. d) De conclusión: sirve para resumir el tema del discurso, interpreta r o invi-
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tar al lector a la a cción. Finalmente, estas modalidades d e párra fos están ligadas estrechamente con las diferentes secuencias textuales: narrativa, expositiva, argumentativa, dialogal, instru ccional y descriptiva. 3 . 4 . 2 . M a cr o r r e g la s
Tienen como función reducir la información semán tica d e una secuen cia de varias proposiciones a unas pocas o, incluso, a una sola. Esta clase de síntesis es necesaria para poder comprender, almacenar y reproducir discursos. Las diversas macrorre glas son las siguientes:
a) Supresió n: toda información redundante, irrelevante o secundaria, con respecto al significado global, puede ser omitida. Sólo las proposiciones que son textualmente pertinentes, en el sentido d e que desempeñan un pa pel en la interpretación de otras oraciones, deben figurar en la descripción de la macroestructura. b) Sele cción: se jerarquizan las idea s y se evalúa cuáles son las indispensables. Para ello, debe aplicarse el principio de implicación semántica (conten idos implícitos que se suelen inferir). c) Gene ralización: se sustituyen varios conceptos por uno más abarcador o abstracto. La genera lización de be ser mínima: no pu ede recurrir a conceptos generales de manera arbitraria sino a superconceptos inmediatos. La información eliminada tanto en la supresión como en la generalización es irrecuperable. d) Construcción: a partir de información vieja se deduce información nueva. Los elementos del texto se en globan en un concepto que los implica. Estas operaciones son determinan tes tanto par a la lectura como para la escritura de un texto, ya que permiten reconstru ir su significado o e laborar uno n uevo que te nga coherencia. El tipo de discurso cond iciona la aplicación de las macrorreglas, puesto que lo importante en un cuento, por ejemplo, puede ser impertinen te en un a crónica policial que re late los mismos eventos. Respecto del orde n de realización, la construcción requiere tod os los de-
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talles para obten er una ma croproposición. Por ello, quizás, esta regla deba aplicarse en primer término. Luego, la supre sión, con el objeto de eliminar la información que ya no es pertinente para el desarrollo del resto del discurso, pues debe incluirse en una proposición generalizada. Por último, si desea resumirse aú n más, se aplicará la regla de la generalización. No todo usuario de la lengua llevará las reglas a la práctica de la m isma manera . Cada lector u oyente considerará importantes diferente s aspectos del mismo texto, según intere ses, deseos, conocimientos, norm as y valores propios. 3 . 4 . 3 . M a cr o e s t r u ct u r a y p r o ce s o d e t i t u l a ció n
El título constituye en sí mismo el primer nivel informativo de todo texto, situándose su función en ofrecer, de la manera más atractiva, una visión breve y específica d el tema o asunto del d iscurso. Es decir, los aspectos que rigen su construcción son: concisión, claridad y eficacia informativa. Puede clasificarse según diferen tes criterios:
Desde u n pu nto de vista sintáctico :
- Titulares ve rbale s: son los que poseen verbos conjugados. Por ejemplo: «Disparen contra el cáncer». - Titulare s no m inale s: son los que se elaboran a través de sintagmas nominales (construcciones sin verbos conjugados). Por ejemplo: «Adicciones tecnológicas».
Desde u na per spectiva semántico-pragmática :
- Titulare s m acroe structurale s: de forma h abitual, suele señalarse que la misión básica del título es la de establecer la macroestructura global del texto. Así pues, se lo concibe no como un simple rótulo, sino como una inscripción ligada semánticamente a la información y a su contexto. Ello implica que, por lo general, actúa a mod o de síntesis del asunto o tema, siendo autosuficiente el contenido de su mensaje. Por ejemplo: «Biología: el pape l del aza r y la selección nat ural en la organ ización de la vida». - Titula res «ga nch o »: a pesar d e esta generalización, existen casos en
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los que la titulación se en cuentra orienta da h acia otros objetivos generados por la incidencia de la dimensión contextual en su produ cción. Así, se incorpora al título algún e lemento n ovedoso e interesant e desde el pun to de vista informativo de a cuerd o con los propósitos comunicativos que se persigan, tales como captar la atención del público receptor, etc. Por ejemplo: «Homeopatía contra las cuerda s». En síntesis, el titular encierra en sí mismo u n conjunto de recursos textuales de presentación del tema y jerarquización de la información, que brindan al enunciador la posibilidad de orientar la atención del destinatario para que éste otorgue diferentes niveles de re levancia a lo que está leyendo.
Act ivida d N° 10
1 . Leer el texto. 2 . Aplicar las macrorreglas propuestas por Van Dijk (1980; 1983) para reducir información poco relevante y llegar a un resumen que dé cuenta d e la macroestructura d el texto. 3 . Reconocer los tipos o modalidade s de párr afos en el texto presentado. Los bosquimano s Como los hombres del Paleolítico Europeo, los bosquimanos ha bitan en cuevas cuya entrada protegen del viento y de las lluvias con unas cuantas ramas. Caso de n o hallar un a caverna a propósito, excavan un foso en el suelo, con piedras a su alrededor y unas rama s con un a
piel que sirven d e techo. Apena s cabe en él una sola persona doblada para dormir. Otras veces construyen simplemente u na mampa ra circular con ram as, en el interior de la cual extienden una piel para acostarse. Los útiles domésticos de los bosquima-
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nos no pueden ser más escuetos: algunas cáscaras de huevo de avestruz para el agua, un palo puntiagudo atravesado en una piedra agujereada, que utilizan para excavar la tierra y algunos arcos y flechas, así como un cuchillo de piedra, que llevan consigo los hombres cuando van de caza. El vestido y el adorno personal tienen también el mismo carácter carencial que los útiles: los hombres suelen llevar una pequeña piel sobre la espalda, au nque no siempre, y las mu jeres la misma pieza, aunque un poco mayor, que la utilizan más par a llevar a los pequeños que para cubrirse. Para encender el fuego utilizan todavía el sistema d e ta ladro, haciendo rodar con rapidez la punta de un palito sobre un trozo de madera hasta que el calor prende el serrín producido. Resulta tan difícil alcanzar la temperatura necesaria para prender el fuego, que tienen que pasar larguísimos ratos produciendo este frotamiento, por ello cuan do lo consiguen procura n conservarlo, e incluso transportarlo en sus movimientos trashuma ntes, cuidando con extrema atención el leño prendido; incluso llegan a detener la caravana si el fuego corre peligro de apagarse. El arma principal de los bosquimanos es el arco y las flechas. Este utensilio no es más qu e un corto palo, flexible, tensado con una cuerda de ner vios de animal, que si llega a mojar se abland a y destensa el arco, con lo cual h ace imposible cazar con él en tiempo de lluvia. Las ligeras
flechas son impulsadas por este medio a tan poca distancia y con tan poca precisión que sus usuarios se ven obligados a envenenar la pu nta y a acercarse mucho a la pieza para poder matarla. Por medio del arco construyen asimismo su instrumen to mu sical más notable. Consiste en a tar un a pluma a la cuerda y luego soplar en ella para que produzca un sonido suave y monótono. Aunque también utilizan flautas muy elementales de caña e improvisados tambores. Un pueblo, qu e vive exclusivamente de la caza y de la extracción de raíces comestibles, pocas h erramientas más pu ede necesitar que las ya citadas. En sus danzas sin embargo lucen toscos sonajeros de piel formando bolsitas con piedras dentro; así marcan el ritmo de la danza en la que suelen imitar los movimientos de diversos animales con una perfección imitativa admirable. En estos casos suelen disfrazarse del animal que desean imitar. El gran fenómeno de las lenguas bosquimanas es la utilización de cierto núm ero de chasquidos o sonidos bucales en los que no intervienen para nada las cuerdas vocales. La verdadera naturaleza de estas lenguas fue totalmente desconocida hasta hace cosa de cincuenta años; a partir de entonces se ha podido descubrir que se trata de un a lengua con diversos dialectos, mon osilábica, qu e carece de género gramatical; en cambio, hace distinción equivalente entre las cosas y las personas. Tiene ta mbién un a pe-
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culiar forma de hacer el plural, reduplicando el nombre que se quiere pluralizar. Aparte de los chasquidos, las otras características de esta lengua hace pensar
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en cierta semejanza estructural con las sudanesas. (Extraído de: Foster, William (1973): Razas y costumbres. Barcelona, Mundilibro.).
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1 . Leer el texto. 2 . Aplicar las macrorreglas propuestas por Van Dijk (1980; 1983) para reducir información poco relevante y llegar a un resumen que dé cuenta d e la macroestructura d el texto. 3 . Reconocer los tipos o modalidade s de párr afos en el texto presentado. El alam bre El alambre es un hilo de metal dúctil, generalmente de h ierro o de cobre, y de espesor muy variable. En la antigüedad, el alambre se obtenía en tiras por martelación, es decir, a golpe de martillo, procedimiento largo y costoso. En la segunda mitad del siglo XVI, Rodolfo Nuremberg descubrió el estirado en bancos de man o; hoy se halla esta industria muy adelantada. Para obtener el alambre suele procederse de este modo: se hace pasar la barra de hierro candente entre las estrías,
cada vez más estrechas, de u n laminador, formado por dos cilindros que giran en sentido inverso, movidos por una potente má quina. Poco a poco la barr a se alarga y adelgaza. Después se obliga a pasar la ba rra mu y adelgazada por agujeros cada vez más pequeños, practicados en una placa de acero llamada «hilera», y el metal se va adelgazan do ha sta convertirse en un hilo. De las tiras de hierro obtenidas por mar telación, a l hilo metálico obtenido en el laminador, hay una diferencia enorme en cantidad, calidad y precio.
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El alambre, o hilo de hierro y cobre, se emplea para hacer cedazos, muebles, cuerdas para instrumentos musicales, clavos, diversas telas metálicas y cables para conducciones eléctricas. Los hilos telegráficos de alambre de cobre o hierro galvanizado suman actualmente millones y millones de kilómetros. Las aplicaciones son muchísimas y bien conocidas por todos, pero lo más sorprenden te es su inverosímil baratura. Los alfileres se hacen con trocitos de alambre d e latón o hierro, cortados y aguzados por uno de sus extremos; el otro extremo se aplasta mecánicamente para
formar la cabeza. Las agujas de coser se fabrican con alambres de acero agujereados en un extremo y afilados por el otro. Del simple estirado del metal, ¡qué variedad d e útiles aplicaciones! La fabricación del alambre se funda en la ductilidad de los metales o propiedad que tienen de estirarse en hilo. El platino es el más dúctil de los meta les. Con él se fabrican hilos tan delgados que par ecen hilos de araña y son casi imperceptibles a la vista. (Extraído de: Solana, Ezequiel (1966) : Invenciones e inventos. Madrid, Escuela Española.).
4 . El t e x t o y a lg u n a s n o cio n e s b á s ica s : s o po r t e , por t a d or y f or m a t o t e x t u a l
Los textos escritos deben ubicarse sobre algún material físico que los sustente: piedra, seda, papiro, pergamino, papel, madera, arcilla, acrílico, CD-ROM, monitor de computadora, pantalla de celular ... Dicho material que «sostiene » el texto se denomina soporte . El papel —también llamado soporte editorial— es, en nuestros días, el más utilizado. Sin embargo, debe reconocerse que en el mundo actual es muy frecuente y cada vez más creciente el empleo de otros soportes, como el magnético ( disquete) y el electrónico o digital (pantalla de computadora, CD). Un mismo soporte, el papel, por ejemplo, puede amparar diferen tes portadores textuales. Es decir, el contenido de u n d iscurso pued e transmitirse en forma de catálogo, diccionario, en ciclopedia, código, man ual de instru cciones, guía turística, afiche, cartel, directorio telefónico, libro, fascículo, revista, etc. El enu nciador es, ent onces, quien elige el portad or para su texto, motivado por la intencionalidad del men saje que desea comunicar (a pelar, informar, expresar, et c.).
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Por ú ltimo, el formato es la disposición del texto en el espacio, su distribución en el soporte. Esta organización configura diferentes diseños. El reconocimiento de los diversos formatos es parte de los saberes letrados de los individuos de una sociedad. Entre los formatos más característicos y sencillamente reconocibles se en cuentran los artículos periodísticos, las recetas de cocina o las instrucciones para realizar algún tipo de trabajo manual o arma r diversos arte factos. 5 . El t e x t o y s u s pa r a t e x t o s
La etimología de la pa labra paratexto remite a lo que rodea o acompaña al texto (d el griego, pará = junto, al lado de; y del latín textum , texto). Existen varias definiciones de paratextos: «Podríamos decir que es lo que queda de un libro u otro tipo de publicación sacando el texto principal» (Alvarad o, 1994: 13) . G. Gene tte ( 1987) , por su parte, afirma que es lo que hace que el texto se transforme en libro y se proponga como tal a sus lectores y al pú blico en gene ral. Es, básicamente, «un discurso auxiliar, al servicio del texto, que es su ra zón de ser.» Marta Marín (2004: 126) completa e sta caracterización precisando que son textos subsidiarios (icónicos, verbales o gráficos) que se constituyen en dispositivos preparad os para la recepción más eficaz del texto. Estos componentes proporcionan información adicional (los recuadros que acompañan a un a rtículo periodístico, las nota s a pie de página en u n libro) ; orientativa , previa a la lectura, ( la tapa, la contratapa, la solapa y el prólogo de un libro, o el copete y la volanta en la crónica); e incluso redundante (los epígrafes de una ilustración que repiten algún fragmento del texto). El formato ( diseño textual), que también suele considerarse un e lemento paratextual —no de tipo verbal ni icónico, sino grá fico—, engloba el texto en el soporte con los diferen tes tipos y tama ños de letras. Es decir, el conjunto de pa rate xtos constituye el primer contacto del lector con el texto. Desde esta perspectiva, funciona como instructivo o guía d e lectura, ya que le perm ite anticipar cuestiones como el carácter de la información y el modo d e organización que ad optará el discurso.
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Los distintos portadores (libro, diario, revista, entre otros) que puede asumir un texto escrito utilizan variados paratextos (índ ices, volant as, títulos, contratapas, primera plana, datos de autor/ es, de edición, etc.) que se interrelacionan determinand o d iferentes mod alidades d e lectura. Todo proceso de comprensión textual implica efectuar un a serie de operaciones cognitivas de distinta complejidad: anticipación del tema y de la función textual (informar, apelar, etc.), búsqueda y selección de conocimientos previos, puesta e n relación de los mismos con la información nu eva contenida en el texto, etc. En este sentido, la lectura de los elementos paratextuales orienta y ayuda al lector en el desarrollo de estas habilidades; por lo que quien la realiza, no parte de cero cuando se enfrenta a un texto, sino de un a primera representación semántica, de u na hipótesis, que luego irá reformulando d urante e l acto lector. 5 .1 . P a r a t e x t o s : u n a p o s ib l e cl a s i f i ca ci ó n
Los diferen tes parate xtos pueden clasificarse según diversos criterios: Desde un pun to de vista perceptivo:
Paratexto icónico (ilustraciones, esquema s, fotografías, variaciones tipográficas, diagramación, etc.) ; Paratexto verbal (título, prólogo, índice, referencias bibliográficas, notas al pie, etc.). Desde el punto de vista de la emisión: Parate xtos a cargo del autor ( en mu chas ocasiones es él quien redacta el prólogo, las notas a clarat orias, los índices, los títulos y subtítulos, la dedicatoria, la bibliografía, los glosarios y los apé ndices); Parate xtos a cargo del ed itor (solapas, tapas, contrata pas —que constituyen lugares estratégicos de influencia sobre el público—, ilustraciones); Paratextos a cargo de un tercero ( en algunos casos, los prólogos son escritos por personalidade s reconocidas; en ciertos libros, por ejemplo, pueden aparecer comentarios, glosas, notas al pie hechas por especialistas con el propósito d e explicar o aclarar algunos aspectos
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para facilitar la compren sión) . Algunos paratextos, como el título de l libro y el prólogo, pueden ser el resultado de «negociaciones» entre el editor y el autor. Es decir, en la lengua escrita, se usan paratextos para acompañar y ampliar el significado de un texto. El paratexto es, pues, otro te xto que tiene significado por sí mismo. Cuando se suma su significado al texto principal, se mejoran la interpre tación y la comprensión del mensaje. 5 . 2 . El lib r o co m o o b j e t o
El uso de libros es vital a lo largo de toda la vida académica. Conocer sus diversas partes, sabiendo qué esperar de cada una d e ellas, permite al lector aprovechar las mejor y más racionalment e. Es importante que se perciba y valore el libro en su ma terialidad, aprendiend o a observar sus caracter ísticas físicas (tamaño, peso, calidad d el papel, disposición del texto en la página) , además de los elementos paralingüísticos que lo componen ( los gráficos y las fotografías, entre otros). Toda lectura supone, e n un a primera aproximación, la ubicación del texto en u n e spacio, así como el reconocimient o de marcas gráficas (palabra s, números) y de todos aquellos elementos que engloban la noción que Gérard Gene tte denom ina «paratexto». Los paratextos son, en consecuencia, los elementos que contribuyen a hacer de un texto un libro; garantizan un a mejor recepción y una lectura más accesible y pertinente. Como paratextos pueden considerarse, por u n lado, todos los elementos que no forman parte del cuerpo de la obra: el título, el subtítulo, el nombre del autor o de los autores, los índices, el prólogo, la introducción, las conclusiones, la editorial, el lugar y fecha de publicación, etcétera. Por otro lado, están íntimamente relacionados con las llamad as «partes del libro», las cuales pueden reducirse a: carátula o cubierta, lomo, portada y contraportada, tod as ellas en función del lugar donde se ubican los elementos necesarios para la elaboración de fichas bibliográficas y la clasificación del libro en la biblioteca.
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5 . 2 .1 . Lo s p a r a t e x t o s d e u n lib r o : có m o le e r lo s y p a r a q u é s ir v e n
En todo libro, el texto escrito por el autor está acompañado de otros elemen tos que sirven para presentarlo, ampliarlo y orienta r la lectura : son las unidades que conforman el paratexto.
Tapa: contiene el título del libro –que generalmente se repite en el lomo–, el nombre del autor, el sello editorial y el de la colección. En determinadas oportunidade s alguna ilustración acompaña estos da tos.
Con tratap a: está a cargo de la editorial. Generalmente, presenta el contenido del texto: resume el argumento, emite juicios de valor y, a veces, incluye los datos biográficos del au tor. No suele ser el paratexto más fiable en cuanto a la información que brinda, dado que su función primordial es influir sobre los posibles compra dore s. Sin emba rgo, aporta algunos datos sobre el contenido, el autor y su obra. Lo hace con el objetivo de persuad ir y, por lo tanto, en muchas ocasiones incluye opiniones extraídas de reseñas sobre el libro (obviament e, de aqu ellas que ha cen una evaluación positiva) . Portada: repite la información d ada e n la tapa y la amplía agregand o nuevos datos sobre la ed ición del libro: título de la colección, tra ducción, persona a cargo de la ed ición, entre otros. Índice : es un a tabla de contenidos o de ma terias. Está conformado por un listado de los títulos según su orden de aparición, cada u no con la indicación d e la pá gina correspondiente. Este para texto refleja la estructura lógica del texto, por lo que cumple una función organizadora de la lectura: si el lector quiere realizar la lectura completa del libro, puede prever los temas con los que se en frentará; si, por el contra rio, busca una información específica como parte de un proceso de investigación, se dirigirá directamente hacia aquellas secciones (parte s, capítulos, parágrafos) sobre las que tenga especial interés. Es decir, su función es presen tar los contenidos del texto. Sin em bargo, no sólo le servirán al lector para guiarse por la nu meración de las páginas, sino también para comprender cómo está organizado el libro. Puede aparecer an tes o después del texto propiament e dicho. Biblio grafía: es una lista, orde nad a alfabét icamente, de autores y libros
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consultados por quien estuvo a cargo de la edición o por el mismo autor d el libro. Se pue de ubicar al final del libro y antes de l índice.
Co lo fón: constituido por el lugar y año de edición, es un paratexto que se encuentra al final del libro.
Página de créditos: proporciona otros datos sobre la edición ( autores de la introdu cción, autor d el diseño, et c.). Prólogo o prefacio: es un discurso que el autor, u otra persona en quien él –o el editor– delega esta ta rea, produ ce a propósito del texto. Los prólogos, en general, tienen la función de informar sobre el contenido y objetivos del texto, presentar una posible interpretación, ofrecer datos sobre el origen d e la obra y la «cocina» de su producción. Como es obvio, también tienen la finalidad de capturar la atención del lector y retenerlo. Resulta oportu no record ar que los principales argume ntos de valorización d el libro suelen ser la importancia de l tema , su originalidad y novedad. Notas al pie: tienen como función aclarar, explicar o ampliar un aspecto del texto. Generalmente, están red actadas por el mismo au tor; otras, en cambio, están realizadas especialmente para esa edición por la persona que está a cargo de e lla. Este último tipo presenta, de sde aclaraciones sobre e l significado de las palabras e información n ecesaria para comprender mejor el texto, hasta comentarios o correcciones. Pueden encontrarse al pie de página –como su nombre lo indica– o agru padas al finalizar el texto (n otas al final). Epíg rafe : es una cita –perteneciente, usualmente a una autoridad d estacada en el ámbito de la disciplina— relacionada con el tema, que el autor ubica a ntes de su propio texto. Otros e lem entos paratextuales s o n : solapas, títulos, subtítulos, notas, indicación d e fuent es, adverte ncias, epílogos, ilustraciones y cuad ros, uso de letra ne grita, bastardilla (o cursiva) y subrayados.
5 . 3 . Lo s p a r a t e x t o s de l a cr ó n i ca p e r i o d ís t ica
La crónica periodística puede dividirse, para u n abord aje parate xtual, en:
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5 . 3 .1 . Tit u l a r e s
Volanta : antecede al título. Expresa sucesos previos que lo amplían y permiten entenderlo mejor.
Título : enu ncia el núcleo fund amenta l de la información, el tema central, desde la perspectiva del periódico y del cronista. Cond ensa, en consecuencia, la macroestructura d el texto. Para e llo, emplea constru cciones nominales u oraciones verbales, en re lación directa con los propósitos que persigue. Genera lmente, busca captar el interés del lector, por lo que su reda cción vira entre el resumen objetivo de los hechos y el sensacionalismo expresado en frases «gancho».
Bajada : es un complemento informativo que se agrega bajo el título. Destaca un h echo sobresaliente o algún d ato de importancia o d e interés. Cope te o sum ario : es un resumen de la n oticia. Responde a las siguientes preguntas: ¿quién? ( persona o institución protagonista de l hecho); ¿qué? (acontecimiento); ¿a quién? (destinatario sobre el que recae la acción); ¿cuándo? ( momento d el suceso); ¿dónde? ( lugar de los hechos); ¿cómo? (modo en que se produjo el acontecimiento); ¿por qué? ( causas que motivaron los sucesos); ¿para qué ? (fines u objetivos que se persiguieron con e l accionar) .
Encabezamiento o cabeza informativa : es el primer párrafo. En estricta medida, no es un parat exto, pues se encuentra integrado al cuerpo textual. Presenta u n sumario d e los hechos. Contiene n úcleos fund ament ales de información, similares a los de l copete o suma rio.
5 . 3 . 2 . Cu e r p o : desarrolla en detalle la información ya anticipada en las
partes anteriores. Realiza el relato minucioso de los hechos. Incluye la narración de la situación que se quiere informar y los comentarios acerca de la misma.
Subtítulo: es un pe queño título que d a lugar a n uevas informaciones. Destacado: recuadro que sirve para resaltar a lguna información pu ntual que el emisor considera importante resumir o agregar.
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Volanta Título Bajada Copete Fotografía Cabeza informativa Epígrafe Subtítulo Cuerpo Destacado
Resumiendo , los géneros periodísticos, los científicos, los de divulgación y los literarios, en tre muchos ot ros, ofrecen a l lector, desde su formato, elementos de reconocimiento y la oportu nidad d e formular primeras hipótesis sobre el conten ido textua l. Es decir, los paratextos opera n, por un lado, como dispositivos pragmáticos, ya que predisponen o condicionan e l proceso de lectura , y por otro, acompañan en el trayecto cooperando con el lector en su trabajo de construcción –o reconstrucción– del sentido textual.
Act ividad Nº 1 2
1 . Leer los siguientes textos periodísticos. 2 . Identificar en ellos los elementos paratextuales. 3 . Elaborar paratextos altern ativos para los textos propuestos.
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6 . Te x t o y co nt e x t o
El texto encuentra como ámbito necesario de realización (y como elemento conceptual que complementa su de finición) al contexto . Por eso, resulta esencial para todos los estudios lingüísticos que se plantean desde una perspectiva pra gmática o discursivo-textua l (Calsamiglia Blancafort y Tusón Valls, 2002: 101). El Diccionario de la Real Academ ia Española define el término de la siguiente forma: contexto. (Del lat. contextus). 1. m. Entorno lingüístico del cual dep end e el sentido y el valor de una palabra, frase o fragmento considerados. / / 2. m. Entorn o físico o de situación, ya sea político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el cual se considera un hecho. / / 3. m. p. us. Orden de composición o tejido de un discurso, de un a na rración, etc. / / 4. m. desus. Enredo, maraña o unión de cosas que se en lazan y entrete jen.
En consecuencia, pensar a l texto sin h acer referencia al contexto es prá cticamente imposible, por lo que se lo ha abord ado desde diferentes disciplinas como la antropología (Malinowski), la etnografía de la comunicación (Gumperz, Hymes) , la lingüística en gene ral (Jakobson, Coseriu) y la pragmática y el an álisis del discurso en particular (Levinson, Brown y Yule, Van Dijk, Halliday, Maingueneau, Kerbrat –Orecchioni, Calsamiglia Blancafort y Tusón Valls) . En principio, resulta adecuado distinguir entre contexto verbal y extraverbal , formado por todas las circunstancias no lingüísticas que los hablante s pueden conocer o percibir directamente En general, en lingüística suelen diferenciarse cuatro tipos de contexto:
El contexto lingüístico o cotexto : está formado por e l material verbal que precede y sigue a un enunciado. Es el conjunto de todas las otras palabras y signos que rod ean a cada expresión de un discurso; es de cir, las palabras «vecinas» que están dentro d el mismo texto. Actúa como regulador de los distintos significados o acepciones con qu e pue de u sarse un a misma
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expresión. Por ejemplo, el término «banco» que puede significar asiento, establecimiento financiero o conjunto de peces, sólo podrá ser interpretado correctamente y desambiguado gracias a la intervención del contexto lingüístico en el que aparece circuland o. De este m odo, e l cotexto cobra gran importancia duran te toda s las actividad es de lectura y compren sión, puesto que permite inferir el significado a proximado de pa labras desconocidas.
El conte xto rep res en tado: es el referente del discurso, el mund o recreado en el universo del texto.
El con texto s ituacion al o interactivo: conjunto de d atos accesibles a los participante s de un intercambio comunicativo, que se encuentran en el ent orno físico inme diato ( elementos exteriores al texto, tales como la situación, los sujetos interactuantes –las coordenadas yo/ tú –, la locación espacio/ temporal –las coordenad as aquí/ ahora–. Por ejemplo, para qu e el enunciado «Cierre la puerta, por favor» ten ga sentido, e s necesario que se cumplan ciertos requisitos conte xtuales que son parte de la situación de ha bla: que exista una puert a en el lugar dond e ocurre el diálogo, y que esté abierta, entre otras cosas.
El co ntexto s ocio cultural: configuración de d atos que proceden de condicionamientos sociales y culturales sobre el comporta miento verbal y su ade cuación a diferentes circunstancias. Es el contexto propiame nte dic h o o entorno . En su interior puede distinguirse un contexto de producción ( realidad cultural que rodea el surgimiento de un texto, es decir, el conjunto de instituciones de un a det erminad a socieda d, así como el sistema conceptual, los códigos estéticos, las corriente s artísticas y estilísticas vigentes en una época o escuela de finidas. Dentro del contexto de prod ucción debe ten erse en cuen ta la serie de temas, estereotipos, cosmovisiones, etc., que comportan la tradición cultural de la comunidad en que surge dicho texto) y un contexto de recepción (momento o realidad cultural que rodea la lectura de un t exto determinado, independ ientemente de l momento d e su producción).
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Act ivida d Nº 1 3
1 . Formu lar distintos títulos para las siguientes tapas de libros. Recordar que éstos pued en da r cuenta del contenido textual o generar expectativas de lectura en el público receptor a partir del empleo de connota ciones y ambigüeda des.
2 . Elaborar el prólogo para el libro de cátedra. No olvidar realizar previamente una lectura de barrido que permita identificar títulos, subtítulos, tipografías (ne gritas, cursivas, tamaños de letras) , fotos, esquemas, intenciones, elementos recurrentes e impresiones gen erales. Asimismo, es conveniente no perder de perspectiva cuál es el público destinata rio. Extensión máxima: 20 línea s.
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A ct i vi d a d N º 1 4
Le e r l a s ig u ie n t e h i s t o r i e t a q u e p e r t e n e ce a l h u m o r is t a g r á f ico co n o c id o co m o N ik , q u i e n p u b l ica d i a r i a m e n t e e n e l d i a r i o La Na ci ón , y l u e g o co n t e s t a r l a s s i g u ie n t e s p r e g u n t a s :
1 . ¿Qué aspectos de la realidad que apare cen en el texto deben conocerse para e nten der el mensaje? 2 . ¿Quién es el emisor del mund o empírico? ¿Quiénes son los receptores del mun do em pírico? 3 . ¿En qué contexto de produ cción fue realizado? ¿Cuál es el contexto de recepción d el texto? ¿Hay coinciden cia en tre ambos contextos? ¿Cuáles son los indicadores que le permiten inferir esa respuesta? 4 . ¿Quiénes son los interlocutores del mund o representad o? 5 . ¿Cuál es el referente o tema d el texto?
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6 . ¿Qué códigos se u tilizan en el texto? 7 . ¿Cuál es el canal por el que se transmite el mensaje? 8 . ¿Qué inten ción discursiva tiene el autor?
Le e r la s i g u i e n t e h i s t o r i e t a d e h u m o r p o lí t i co , e x t r a í d a d e u n b lo g d e a c t u a l id a d p e r t e n e c ie n t e a D r. Le ct e r, y lu e g o r e s p o n d e r l a s c o n s ig n a s q u e f i g u r a n a co n t i n u a ci ó n :
1 . ¿Qué conocimientos se n ecesitan para poder d ecodificar el mensa je? Si no viviera en Argentina, ¿en tendería el mensaje? 2 . ¿Quién es el emisor del mund o empírico? ¿Quiénes son los receptores del mun do em pírico?
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3 . ¿En qué contexto de produ cción fue realizado? ¿Cuál es el contexto de recepción d el texto? ¿Hay coinciden cia en tre ambos contextos? ¿Cuáles son los indicadores que le permiten inferir esa respuesta? 4 . ¿Quiénes son los personajes que aparecen en el mun do repre sentado? 5 . ¿Cuál es el referent e o tema del mensaje? 6 . ¿Qué códigos se u tilizan en el texto? 7 . ¿Cuál es el canal por el que se transmite el mensaje? 8 . ¿Qué inten ción discursiva tiene el autor?
a)
Es t a b l e ce r d e q u é t ip o d e co n t e x t o d e p e n d e e l e f e ct o h u m o r ís t i co e n c a d a u n a d e la s s i g u i e n t e s t i ra s c ó m i ca s .
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b)
c)
d)
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