EL OFICIO DE SER PADRES La crianza de un hijo implica dos tipos de tareas: las cotidianas y las cruciales. Las primeras se llevan a cabo de modo casi instintivo (cuidar, alimentar, vestir, asear, vigilar, etc). Las segundas requieren de un dominio especial. Mismo que la gran mayoría de quienes se embarcan en este oficio, difícilmente adquieren. Las tareas cruciales en la crianza de los hijos son formar y orientar, pero sobre todo, la tarea más importante de los padres es desarrollar afectivamente a sus hijos. La Psicología Afectiva plantea que el desarrollo afectivo es lo central de la existencia humana.[1] De hecho, no hay nada más importante y determinante para la vida de una persona que desarrollarse afectivamente. Así lo han comprobado cientos de investigaciones en Salud Mental Positiva, los cuales han dado cuenta de que el desarrollo afectivo es la mayor causa de felicidad, lo mismo que las incompetencias afectivas causan la mayor infelicidad. Desarrollarse afectivamente, significa adquirir competencias afectivas Intrapersonales (Autovalorarse, Autoconocer-se y Autoadministrar-se); Interpersonales (Valorar al Otro, Conocer al Otro e Interactuar con el Otro -Destrezas Interpersonales-) y Sociogrupales. Competencias que se convierten en las herramientas necesarias y fundamentales para interactuar de forma adecuada con la familia, los amigos, la pareja, el trabajo y consigo mismo. Miguel De Zubiria[2] – –experto experto en Psicologia Afectiva- plantea que los padres deberían ser los tutores principales del desarrollo afectivo de sus hijos. En nosotros como padres recae la mayor responsabilidad en este duro oficio de formar a las siguientes generaciones. Tarea que por lo visto, cada vez se ha vuelto más compleja y generación tras generación, los nuevos padres ejecutan de una forma inadecuada y sin el compromiso característico de nuestros antepasados. A esto debe sumársele unas nuevas realidades: los niños crecen solos, carecen de tutores afectivos, los padres abandonan su hogar, ha aumentado el número de madres solteras, mismas que deben asumir ambos roles, incluyendo el de salir a trabajar, dejando a su prole al cuidado de terceros o en instituciones donde no se forma y escasamente se educa. La conclusión es muy sencilla. “Es buen padre quien contribuye con decisión a desarrollar afectivamente a sus hijos.”[3] No basta con ser un mero proveedor de recursos. Es necesario prepararlos para la vida real, dotarlos de herramientas que les permitan tener una mejor relación consigo mismo, con los demás y con la sociedad en general. Por eso desarrollar afectivamente a los hijos, es la tarea crucial de los padres. Ese es nuestro verdadero oficio. Ni más, ni menos.
APREHENDER A SER PADRES: EL CAMINO HACIA LA HUMANIZACIÒN DEL HOMBRE “El hombre es el único ser que al nacer no sabe nada, que no puede aprender sin ser
enseñado. No puede hablar, ni caminar, ni comer; en pocas palabras, no puede hacer nada únicamente con el apoyo de la naturaleza, más que llorar.” Plinio, 70 dc
El oficio de ser padres es el único que dura toda la vida y para el que nadie esta preparado de antemano. Es una tarea de suma responsabilidad que va más allá de las cuestiones meramente cotidianas de la crianza. No existen recetas mágicas, ni basta con la lectura de unos cuantos libros o revistas sobre el tema. Ser padres significa asumir la formación de una creatura que algún día podrá convertirse en un verdadero SER HUMANO. Los hijos no son una propiedad, simplemente son prestados, son puestos en nuestro camino para ser formados y convertidos en seres humanos. La pregunta entonces es ¿Sabemos como hacerlo? Desafortunadamente, en ninguna parte nos enseñan, la gran mayoría repetimos la forma como fuimos criados por nuestros padres, con sus defectos y sus virtudes. Otras instituciones, como la iglesia, la escuela y el Estado no se preocupan verdaderamente por enseñarles a las personas a desempeñarse óptimamente en este rol. En el caso de la iglesia, dictan unos cursillos pre-matrimoniales que más parecen un sermón que una útil enseñanza. En la escuela no se han tomado en serio la tarea, salvo contadas excepciones, son muy pocos los centros educativos que colaboran articuladamente con los padres de familia en la humanización de esos individuos aspirantes a SERES HUMANOS. Y el Estado? Ni se diga. No se conoce ninguna política pública destinada a promover esta enseñanza. De modo pues que en este siglo XXI deben surgir centros especializados en asumir esta tarea. No se puede seguir esperando la acción de instituciones estáticas que ni saben y al parecer no están interesadas en comprender la magnitud de esta responsabilidad. Así las cosas, los padres de familia han de tener una actitud proactiva y ponerse la camiseta en la formación de sus hijos y el primer paso es educarse (o reeducarse, quizás?) al respecto. Sin lugar a dudas, la principal tarea de los padres es humanizar a sus hijos, bloquear ese instinto natural que nos hermana con nuestros cercanos primates y que nos hace preferir satisfacer en exceso nuestras necesidades biológicas (comer, beber, dormir, sexo) por encima de las necesidades humanas (la autorrealización, la trascendencia) Para el primer tipo de necesidad solo basta con existir, la segunda en cambio, requiere dedicación, voluntad y esfuerzo. Cualidades que no hacen parte de nuestra dotación al nacer y que junto con otras vienen a constituir lo que desde la Pedagogía Conceptual se denominan como las ENSEÑANZAS HUMANAS y de paso, se convierten en las principales tareas de los padres. Según Miguel de Zubiria Samper, dichas enseñanzas humanas son de orden tecnológico, afectivo e intelectual. A la fecha, se ha experimentado con diferentes métodos para proporcionar estas
enseñanzas, lo mismo que se han identificado diferentes estilos de padres, los cuales a su vez, producen cierto tipo de hijos. Pues bien, en esta línea de reflexión dedicada a promover la importancia de aprender a ser padres, se dará cuenta de cuáles son esas enseñanzas humanas. Revisaremos los diferentes estilos de crianza ejercidos por los padres, y las consecuencias psicológicas que trae para los hijos cada uno de estos estilos. Teniendo siempre presente que la principal tarea de los padres es formar SERES HUMANOS. Si aprehendemos a hacerlo, el aporte para la HUMANIDAD será incalculable y las próximas generaciones nos lo agradecerán.
El genio es 10% inspiración y 90% transpiración” Thomas Alba Edison ¿El genio nace o se hace? ¿Hay individuos que nacen con algún tipo de don? ¿La genialidad es heredada? ¿Es posible alcanzar el ingenio a través de la práctica y el trabajo sostenido? ¿Por qué es tan reducido el número de individuos que sobresalen en algún área, es decir, que desarrollan el talento? Una de las principales responsabilidades, que deberíamos asumir las personas que tenemos hijos; es la de explorar, identificar y desarrollar el talento en nuestros hijos (as). Pues como es bien o mal sabido, todos nacemos con un potencial talento, el quid del asunto consiste en detectar y desarrollar dicho talento a temprana edad. Tomar consciencia de esto, resulta determinante para la vida de esas personitas tan importantes para nosotros, pues en gran medida, nuestra tranquilidad depende de si ellos son felices o no. Bueno, por fortuna, tenemos la posibilidad y la forma de asegurarles a nuestros hijos ; esto se logra en la medida que los respaldemos, permitiéndoles acumular las horas de práctica necesarias para que desarrollen su potencial talento. De esto, quiero hablarte en el presente artículo. ¡¡Sigue leyendo!! Son muchos los imaginarios y especulaciones que giran en torno a la capacidad que presentan algunas personas para crear, innovar, mostrar desempeño excepcional, fluidez, genialidad, virtuosidad y pasión por lo que hacen. Lo cierto, es que todo esto se debe al trabajo sostenido, la dedicación, el esfuerzo y a la acumulación de mínimo 10.000 horas de práctica. Así lo demostraron estudios realizados por un grupo de investigadores, dirigido por el psicólogo e investigador de la creatividad y los estados de flujo Mihaly Csikszentmihalyi. Este grupo de investigadores, se dieron a la tarea de estudiar la historia de cientos de talentosos, para cuantificar cuánto tiempo invirtieron en su preparación. Los estudios arrojaron los siguientes resultados: ·
Dominar los fundamentos de la disciplina exige 3.000 horas
·
Alcanzar un dominio medio 5.000 horas
·
Conquistar el umbral de competencia notable 10.000 a 20.000 horas[1]
Las biografías de personajes que han logrado la maestría o que son considerados genios, siempre coinciden en un aspecto; todos sin excepción, han dedicado horas y horas de su tiempo a practicar. No se conoce ningún caso, en el que una persona con desempeño sobresaliente en un determinado campo, haya tenido alguna aptitud superhumana o algún don extraordinario. El secreto siempre ha sido el mismo, la acumulación de horas de experiencia mediante la práctica. Es esto, lo que les ha permitido sobresalir y tener un desempeño superior al promedio. En definitiva, aunque suene a verdad de perogrullo hay que reafirmarlo, “la práctica hace al maestro.” En este caso, para la muestra no hay un botón, sino uno de los más grandes inventores de la historia, veamos el caso de Thomas Alva Edison. Este personaje considerado genio, es un claro ejemplo de lo antes expuesto. Su experiencia en la escuela fue demasiado breve: duró sólo tres meses, al cabo de los cuales fue expulsado de las aulas. Su maestro alegó falta absoluta de interés y una torpeza
más que
manifiesta, comportamientos que no eran ajenos a una sordera parcial que obtuvo como secuela de un ataque de escarlatina. Su madre, Nancy Elliot, que había ejercido como maestra antes de casarse, asumió la educación del joven, tarea que desempeñó con mucho talento, ya que consiguió inspirar en él, aquella curiosidad sin límites que sería la característica más destacable de su carrera. Empezó a dedicar horas de práctica en su campo, tras la lectura de un libro que Nancy le proporcionó, titulado Escuela de filosofía natural, de Richard Green Parker; tal fue su fascinación que quiso realizar por sí mismo todos los experimentos y comprobar todas las teorías que contenía. Ayudado por su madre, instaló en el sótano de su casa un pequeño laboratorio convencido de que iba a ser inventor. Palabras más, palabras menos, luego de muchas horas de práctica Alva Edison llegó a ser quien fue. Se sabe que patentó más de mil inventos y que durante su vida adulta patentaba uno cada quince días. Solía decir que genialidad y creatividad se consiguen con mucho esfuerzo y perseverancia, que “el genio es 10% de inspiración y 90% de transpiración.” También acostumbraba a utilizar la frase “el secreto consiste en trabajar de firme.” De hecho, se puede afirmar que su principal virtud radicaba en su descomunal capacidad de trabajo. Incluso tras sus primeros éxitos continuó trabajando con el mismo ahínco y dedicación de siempre. Pero lo más sorprendente de su carácter era su invulnerabilidad ante el desaliento. Ningún contratiempo era capaz de desanimarlo. Todos sus inventos eran patentados y explotados de inmediato y no tardaban en producir utilidades. Su fama se propagó por el mundo a medida que la luz eléctrica se imponía. En los años veinte, sus conciudadanos lo señalaron en las encuestas como el hombre más grande de los Estados Unidos. Hasta el congreso contribuyo con su fama, al afirmar que Thomas Alva Edison, había añadido un promedio de treinta millones de dólares al año a la riqueza nacional, por un
periodo de medio siglo. Hay quienes afirman que nunca antes se había evaluado con tal exactitud algo tan intangible como el genio.[2] Por otro lado, cambiando el hilo conductor pero no el tema; es adecuado tener en cuenta que, si bien es cierto, en ocasiones la predisposición genética influye en la afinidad que se pueda tener con un área determinada, si no se dedica el tiempo suficiente para que ese potencial talento se desarrolle, (10.000 horas – 5 a 10 años) sencillamente ¡no ocurre nada!. El investigador Csikszentmihalyi[3] sugiere que cada uno de nosotros tiene fuerzas y predisposiciones particulares que nos hacen más sensibles a una dimensión de la realidad que a otras. Pero, una vez más, una iniciación temprana y la oportunidad de dedicarse a un campo particular son esenciales para desarrollar el potencial heredado. En lo relacionado con el acompañamiento que debemos hacer los padres a nuestros hijos, durante el proceso de exploración, identificación y desarrollo del talento; Csikszentmihalyi, basado en casos de personajes talentosos como Vera Rubin (que con menos de diez años decidió que debía ser astrónoma); E. O. Wilson, (probablemente la persona que más sabe en el mundo sobre hormigas, comenzó sus estudios cuando tenía seis años); o György Faludy (quien sabia que era poeta desde la escuela primaria), menciona que los padres en ninguno de estos casos empujaron a sus hijos a estudiar alguna disciplina: el interés espontáneo del niño fue lo que condujo a la dedicación.[4] <>[5] La razón por la cual, es tan reducido el número de personas que logran desarrollar el talento, obedece a dos causas principales: la primera, el modelo del sistema educativo industrial esta diseñado para producir obreros en masa, por esta razón se limita a brindar una educación homogeneizada, igual para todos, sin tener en cuenta el interés, las aptitudes y
los gustos
particulares del estudiante. Y la segunda, generalmente, los confiados y muchas veces resignados padres, enajenan su responsabilidad a la escuela y prestan poca o ninguna atención a los intereses genuinos del niño; se limitan a obligarlo a asistir y cumplir con lo que la escuela le impone. Esto da como resultado: cada vez más jovencitos frustrados, que no le encuentran sentido a la vida por no saber para qué son buenos, por no lograr apasionarse con lo que hacen. En suma, lo realmente importante y relevante para desarrollarse a nivel expresivo, o mejor dicho, para desarrollar el talento, no se encuentra al interior de las aulas, se encuentra al enfrentarse cara a cara con la disciplina o actividad de interés, y en empezar a acumular horas y horas de práctica. Cualquiera puede convertirse en un genio, en un personaje talentoso, creativo, si le dedica el tiempo y las horas de práctica necesarias.
Por último, si te interesa apoyar a tu hijo para que desarrolle el talento, es necesario que tú y tu hijo (a) tengan claro cuál es ese talento potencial con el que cuenta, para esto, te invito a darle un vistazo a un artículo que escribí hace algún tiempo, titulado en este artículo se relacionan en detalle los tipos de talento.
LA FALTA DE EXIGENCIA CONLLEVA A UNA CARENCIA DEL SENTIDO DE PERTENENCIA / Helman Yefren Eslava Existe una serie de problemáticas sociales debido a la carencia del sentido de pertenencia, los más destacables son los que se desarrollan en la esfera pública, que a propósito pareciera estarse marchitando, llevando a que lo privado luzca más importante. Me refiero a las escuelas públicas, universidades, parques, instituciones políticas y demás entes relacionados con la administración estatal, lo que llamamos erróneamente público, puesto que el carácter de éste es más extenso. Así mismo las instalaciones de dichos entes son constantemente maltratados como lo son casos específicos de colegios y universidades donde no hay una organización adecuada y respetuosa para el uso de canales expresivos; paredes y baños son libros de protesta. Como si esa transgresión del orden cambiara las mentes de los ciudadanos. Las basuras en los parques públicos, la mediocridad en la educación, el desperdicio de los desayunos por parte de los niños que el distrito les regala y la corrupción que se permite nacer en ambientes administrativos facilistas, característicos de instituciones que gestionan el bien público en este país; son problemáticas que nos hacen pensar qué es lo privado y es así como este se entiende como la dinámica capitalista del mercado y donde posiblemente se desarrolla más sentido de pertenencia, ay que hay un dueño privado que se apropia de ese espacio. El trabajo y el interés son exclusivos de esta dinámica de mercado produciendo desarrollo y producción, justificando el proceso de privatización de empresas. Ahora bien, los parques cuando son de todos, es decir públicos, creemos que no son de nadie. Se evidencia entonces una falta de sentido de pertenencia hacia el bien común. Considero entonces que no debe dejarse la manifestación del sentido de partencia solamente a la dinámica de la distribución de la riqueza, me apropio de algo solo cuando gano algo en términos de mercado, hay que pensar desde la crianza en abordar este sentido. Desde este punto de vista, y como posible causa, es necesario tener en cuenta el grado de exigencia que se ha visto alterado en la crianza hoy en día de los niños. Tal vez te preguntes ¿Cuál es la relación entre exigencia y sentido de pertenencia? Ya mencioné antes como la exigencia, que parece exclusiva de la dinámica capitalista de mercado, o sector privado, permite la apropiación de algo. A nivel social, la exigencia produce esfuerzo y es también por medio de esta que se valoran las cosas. Es cierto que hay que exigir al niño
desde pequeño a organizarse, a valorar las cosas, a conocer el esfuerzo hacia las mismas. Además se ve que los países con carencia de recursos naturales que se ven obligados a conseguir su desarrollo con trabajo disciplinado como Japón, evidencian un sentido de pertenencia hacia al bien común muy desarrollado, lo notamos en su avance científico y económico, organización social y arquitectónica, mientras que los países con muchos recursos naturales que obtienen su riqueza más fácilmente generan un nivel bajo de exigencia para su desarrollo, como Venezuela, que tienen una amplia cobertura de la administración estatal pero con niveles de pobreza, corrupción y mal uso de la gestión de alimentos que, someramente pensamos, no debería ser así en relación con su riqueza. Además, en términos de crianza, la exigencia considera la responsabilidad (el hijo responsable valora, conoce y cumple sus deberes y normas sociales [i]) y el respeto (el hijo respetuoso reconoce y acata las figuras de autoridad[ii]) como virtudes fundamentales; competencias socio grupales, desarrolladas dentro de la formación afectiva que brindamos en El Taller. ¿Por qué se ha alterado el nivel de exigencia en la crianza de los niños? Existen dos tendencias sumamente influyentes en la crianza de los niños hoy en día, que menciona el Maestro Miguel de Zubiria en su libro Ser mejores padres, las cuales, una se fundamenta en la permisividad (o libertad), la otra en la exigencia. Cada una tiene una razón justificada de ser. En la primera, los padres conciben el autoritarismo como un factor que coarta la iniciativa, espontaneidad, placer y felicidad que debe vivir un niño (el papa moderno). La segunda, conoce la autoridad como una introducción al niño a la vida social y participación exitosa por medio del cumplimiento de normas y leyes. En el primer caso, este movimiento ha obedecido a un interés influenciado, principalmente, por movimientos como el hippie, que niegan la existencia de normas y leyes sociales, más que la felicidad y la fraternidad, porque en definitiva, afirman, el orden social, con sus normas y leyes, mantienen una estructura desventajosa en el mundo. Desde este punto de vista cualquier institución social es descalificada, no tiene poder, todos somos iguales y no hay nadie por encima de otro. Incluso los políticos, juristas, policías, párrocos y padres de familia, ninguno tiene la autoridad de aplicar normas, no hay mas restricción que la libertad ajena, pero el descubrimiento de la misma tiene que ser natural, el niño tiene el potencial para saberlo solo, el padre es un guía, como lo es el profesor un facilitador, todo debe ser escogido por el aprendiz por eso se “flexibiliza”, en todo el sentido
de la palabra, la academia. El dilema se complica cuando vemos que existe un número bastante considerable de genios que se salieron del sistema educativo y muchas veces social porque no les daba lo que ellos querían, eran considerados problema porque no seguían normas, lo que ha servido para muchos como una justificación para replantear la exigencia. Y, para cualquier pensador, ciudadano o padre de familia, resulta muy seductor entonces la práctica de la no- autoridad. Entonces, este proceso de “pérdida de valores” con el que coinciden un amplio sector de padres tradicionales, lo podemos ver como un proceso de replanteamiento de normas, en la convivencia familiar principalmente, cuestionando los modelos de autoridad. El hijo entonces, no ve una autoridad en el padre, ve un amigo en el
desarrollo que él mismo está en capacidad de asumir. Entonces, ¿Qué importancia tienen los modelos de autoridad? Y así mismo ¿Qué importancia hay sobre la exigencia? En este punto quiero relatar un caso que no se escapa de esta línea argumental y que me parece muy pertinente nombrar: El maestro Miguel de Zubiria, reconocido mundialmente por su modelo de pedagogía conceptual y estudios en psicología y afectividad, nos compartió al grupo inicial de El taller: Centro de formación afectiva, su experiencia de vida al respecto. El también era un estudiante rebelde, lo expulsaban de las instituciones donde estudiaba, porque era un niño problema para cualquier profesor que compartía espacio académico con él. A sus quince años, nos contaba, tenía algunos vicios, no era un comportamiento ejemplar para la sociedad, había leído muchísimo a esa edad, me acuerdo que mencionó que era muy interesado en la política y la economía, pero siempre tenía la libertad de escoger qué leer, cuándo y dónde quisiera hacerlo. ¿Qué pasa entonces con su concepción de modelos de autoridad?, ¿Cómo llegó a ser lo que es hoy? sorprendentemente reconoce y defiende que los modelos de autoridad son algo imperativo en las relaciones sociales y en la crianza de los niños. Esto debido a que su éxito no se lo debe tanto a esa influencia “libertaria” que le dio su estudioso y destacado padre sino, en su gran mayoría, a la exigencia de personas que de alguna manera encaminaron con disciplina y afecto todo ese talento, entre ellos su esposa y Alberto Merani. Está claro que debe haber un equilibrio entre estas dos tendencias de crianza: exigencia y permisividad. Sin embargo, estamos ante una serie de problemáticas sociales que estamos viviendo, entre ellas la que estoy desarrollando de la falta de sentido de pertenencia. Es aquí donde una de las fortalezas de El Taller: centro de formación afectiva ofrece un catálogo de servicios en cursos, talleres y conferencias acerca de la crianza y el trabajo de destrezas afectivas entre ellas la responsabilidad para el fomento de sentido de pertenencia. Me parece importante cerrar mencionando el papel que podría tener la formación deportiva. Hay cosas que replantear en cuestiones de normas sociales, pero lo indispensable es que tienen que existir, el niño tiene que criarse en ellas. Yo pienso que por medio del deporte, una experiencia caracterizada por ser lúdica, espontanea, libre, desinteresada y sobre todo placentera, puede generar un sentido de compromiso y pertenencia del estudiante hacia el entorno, no solo por el proceso de catarsis sino también al concientizar de la existencia de un sistema independiente de leyes que llaman a la autorregulación y autoadministración. Esto acompañado de un proceso exigente y disciplinado de padres y profesores hacia la importancia del juego limpio, la no-violencia y la seguridad en el mismo pueden decantar en una concepción solida del sentido de pertenencia. Helman Yefren Eslava
LO QUE HAY QUE APREHENDER PARA SER MEJORES PADRES Ninguna labor humana es más útil y compleja que la paternidad. Miguel De Zubiria Samper
Lo que voy a compartir contigo en este artículo es más importante incluso que la piedra filosofal, esto no lo aprenderás jamás en una universidad, nunca te lo van a contar en los grandes medios de comunicación, algunos profesores que mantienen y legitiman el sistema educativo industrial no tienen ni idea de esto, ellos están programados, parecen robots. Si eres alguien que nació a partir del año 70, esta información te servirá porque desde entonces fuiste criado sin el privilegio de tener excelentes tutores afectivos, muy seguramente no eres parte de una familia numerosa, máximo tendrás 2 o 3 hermanos. Tus padres en cambio si te cuentan sus vidas en medio de familias grandes, donde el promedio eran 7 u 8 hermanos, tribus de 40 y 50 personas que vivían bajo un mismo techo; todos pendientes de tu crecimiento, atentos a corregirte cuando fuera necesario, dispuestos a enseñarte los secretos para que aprendieras a vivir una vida Feliz. Muy diferentes a las familias de hoy, en las que la más reciente versión es una mujer sola, que comparte su vivienda con un perro al que llama “mi bebe precioso”, como tratando de
ocultar inevitablemente su soledad. Familias paquidérmicas, solas, madres solteras en todas sus diversidades. Abuelas teniendo que retomar la maternidad, criando niños que sólo ven a sus madres 1 hora antes de acostarse y que se están acostumbrando a crecer sin padres, pero también sin hermanos, sin primos, sin amigos, sin nada. Completamente solos!!!! Si hoy eres padre, muy poco sabes sobre este oficio, y no es tu culpa, simplemente te tocó crecer en una generación, en la que se empezarían a fragmentar los vínculos familiares, tan bien cultivados a lo largo de cientos de años por padres y madres de familia Responsables , acompañados en su tarea por varios hijos, hermanos, tíos, primos, abuelas, cuñados y toda una parentela que cumplían a cabalidad su rol de tutores afectivos –salvo contadísimas excepciones, claro está-. Hoy, esa tremenda tarea ha quedado relegada a los padres simplemente, es decir, están solos y lo peor no es eso, lo más lamentable es que como bien lo señala mi maestro Miguel De Zubiria: “Nunca habían sido tan ineptos los papás en su rol” . Ahora caigo en cuenta de otra ineptitud maestro, los que hoy ejercemos como padres, también somos muy ineptos a la hora de elegir, cultivar y mantener una buena relación pareja y por eso vamos de nido en nido, comportándonos todavía como adolescentes, como si no pesaran los 46 años –tal y como ocurría con un viejo paciente mío-. Por eso la ciencia ha tenido que ocuparse del tema. Y por eso ha concluido queninguna labor humana es más útil y compleja que la paternidad. ¿Por qué? Mi maestro De Zubiria[1] plantea cuatro razones que por supuesto yo comparto: 1) porque dura toda la vida e incluye cantidad de conocimientos, 2) porque su correcto ejercicio traerá felicidad y bienestar, 3) porque su inadecuado ejercicio genera incompetencias afectivas; y porque –como lo señalé previamente- 4) nunca habían sido tan ineptos los papás en su rol. Tan contundentes argumentos, llevan al maestro a concluir que cualquier entrenamiento favorable a los padres, cambia drásticamente el curso de la vida de sus hijos. Y si esto es así, entonces se requiere un curso teórico-práctico para aprehender este oficio de ser padres. ¿Alguna vez has tomado un curso?
Probablemente no. La Psicología Afectiva en parte se ocupa de esto, de brindarles poderosas herramientas a los padres, para que les ayuden en este arduo oficio, se ocupa principalmente de la prevención, aunque sin dejar al lado la necesaria corrección. Por eso, la Psicología Afectiva nos enseña lo que hay que aprehender para ser mejores padres. Como dije al principio, esta información –pero más aun la Formación- vale oro. Te ahorrará muchos dolores de cabeza, pero lo más importante, te mostrará lo que debes aprender, si de verdad quieres que tu hijo llegue a ser feliz en la vida –no alguien en la vida, como muchos ingenuos todavía creen-. ¿Hay algo más importante que esto en tu rol de padre? Lo digo categóricamente: No!!! Así las cosas, si pudiéramos establecer un currículo, lo que debes aprehender para convertirte en un experto (a) en este Oficio de Ser Padres es más o menos lo siguiente: 1. Crianza Formativa Hay mucha diferencia entre educar y Formar. De hecho, se educa para el trabajo y se Forma para la vida. Por eso existe un “sistema educativo” y no un Sistema Formativo, porque las
instituciones educativas están concebidas para producir obreros en masa, no para Formar Personas; si acaso individuos dóciles y obedientes. En cambio, un Sistema Formativo está encabezado por los padres. La Formación empieza en casa, en el hogar –por muy pequeño que este sea-. Y para eso, debes aprehender en que consiste la Crianza Formativa, para saber cuales son tus tareas, de hecho, es una sola aunque dividida en tres: Tu principal tarea es ayudar a tus hijos a que se desarrollen afectivamente, tú eres su tutor principal, de ti depende que adquiera las herramientas con las cuales construir su felicidad; no necesita más, todo lo demás es secundario y superfluo, cuando un hijo cuenta con unos buenos tutores, es decir, unos buenos padres, es más alta la probabilidad de que construya su felicidad; sin ellos también se puede, pero el camino está más lleno de espinas y el vacio cuesta mucho llenarlo. Primero, alcanzar un buen nivel de Desarrollo Afectivo significa que se dominanCompetencias Afectivas Interpersonales, representadas en personas que actúan asertivamente, que son empáticas, sociables y generosas, ¿Cómo crees que le va a una persona que actúa así?, necesariamente bien, es alguien a quien no le faltan amigos, tiene buenas relaciones de pareja, en general, sus relaciones con los otros son fluidas y agradables, una persona con este accionar difícilmente sufre, es querida y valorada. De modo que, ¿No te parece muy importante formar hijos sociables y generosos? Segundo, cuando un Padre Formativo dota a su hijo de Competencias Afectivas Sociogrupales, le está dando poderosas herramientas para que él interactúe adecuadamente en los grupos a los que pertenezca, significa que se convierte en una persona respetuosa y responsable, cualidades muy valoradas y reconocidas en los grupos sociales, en la familia, en la empresa, en la escuela y en cualquier grupo al que quiera vincularse. En ese orden de ideas, ¿No crees que es muy importante formar hijos respetuosos y responsables? En tercer lugar , unos padres que se ocupan verdaderamente del desarrollo afectivo de sus hijos, se esfuerzan en que éstos desarrollen Competencias Afectivas Intrapersonales, tremendamente claves porque con estas, sus hijos aprehenden a dirigir su existencia, a motivarse, a controlar sus “demonios”, sus impulsos, a actuar basados en
instrumentos afectivos superiores como los valores y los principios, a no sucumbir ante las
traicioneras y poco confiables emociones; además, estas competencias son vitales para que tus hijos desarrollen sus talentos, identificados gracias a su paciente exploración. Una persona que desarrolla su talento, -parafraseando a mi maestro De Zubiria- es una persona que lleva una vida grata, intensa, productiva, una persona admirable porque logra escaparse del destino de la gran mayoría: llevar una vida gris, mediocre, simple, ordinaria, preocupadas en subsistir y no ocupadas en existir, en Vivir la Vida. Así que, ¿No consideras que ayudarle a tu hijo a desarrollar su talento es uno de los mejores regalos que le puedes dar? Te preguntaras: ¿Y cómo logro hacer esto con mis hijos? Pues sólo hay un camino, Formándote; leyendo, asistiendo a conferencias, cursos, seminarios, talleres…, hoy no hay excusa, la información está a la mano, los conocimientos están frescos, sólo basta con voluntad y verdadero deseo de formar unos mejores hijos, de contribuir a la sociedad con unos buenos ciudadanos, de hacer muy bien la tarea, que como te haz dado cuenta, va más allá de ser un mero proveedor de recursos materiales, paradójicamente, principal preocupación de los “modernos padres de hoy”, tan prestos a satisfacer los caprichos de sus hijos. 2. Conocer el Desarrollo Afectivo de mis hijos Si te interesa realmente el Desarrollo Afectivo de tus hijos, lo primero que debes hacer entonces es un diagnostico que te permita hacer una radiografía de la actualidad afectiva de tus hijos. La Psicología Afectiva -es decir, Miguel De Zubiria- ha desarrollado potentes instrumentos que permiten evaluar como están las personas en esas tres dimensiones arriba mencionadas (Interpersonal, Sociogrupal e Intrapersonal). Para ello, se vale de escalas, Afectogramas y pruebas que miden el nivel de felicidad y prenden las alarmas cuando está presente la soledad y la depresión, psicopatologías que son el preámbulo del suicidio. 3. Estrategias para Corregir Afectiva y Efectivamente el comportamiento de mis hijos La siguiente es la tesis del maestro De Zubiria que más causa resistencia entre los padres: “Los niños nacen malos, si acaso buenos primates” . En mis conferencias sobre crianza formativa cito al maestro y a los padres les cuesta aceptarlo, es una verdad que duele, pero es así, y la Psicología evolucionista lo ha demostrado con creces. Para demostrártelo, permíteme hacerte las siguientes preguntas: ¿Crees que sin tu orientación, tus hijos se convertirán en personas sociables y generosas? ¿Crees que sin tu guía, tus hijos se volverán respetuosos y responsables? ¿Crees que sin tu ayuda tus hijos podrán identificar y desarrollar su talento? ¿Piensas que tus hijos se pueden convertir en buenas personas sin la ayuda de nadie? Yo, que soy padre, pienso que No. ¿Y Tú? Me atrevería a afirmar que estas de acuerdo conmigo. Ellos nos necesitan, nuestros hijos nos tienen como sus principales tutores, ellos no nacen con esas cualidades, sólo con el potencial, nos corresponde a nosotros ayudarlo a desarrollar, como bien lo dice mi maestro De Zubiria: “A las buenas, o a las malas”, técnicamente hablando, apelando a la didáctica positiva o a la didáctica negativa-. Así las cosas, ¿No consideras que es fundamental aprender a corregir el comportamiento de tus hijos? ¿Aprender a ayudarle a sacar lo mejor de Sí Mismo? 4. Afectividad y Sexualidad
El tema de la sexualidad es un tema que sin lugar a dudas preocupa a los padres. ¿Cómo abordarla con los hijos? ¿Cómo orientarlos en este campo? Lo primero que te puedo decir es que se debe pasar de la información a la Formación y, sobre todo, a la Formación Afectiva. Como padres, le podemos aportar a nuestros hijos si les ayudamos a desarrollar sus Competencias Afectivas Intrapersonales, si les enseñamos a Autoconocerse, a Autovalorarse, a tener Autoestima, que aprendan a cuidarse; a Autoadministrarse, a manejar sus emociones, a no ser esclavo de ellas, a inhibirse cuando sea necesario, si hacemos esto, les estaremos dando mucho más que lo que puede aprender con un tratado de Sexualidad, o un curso dictado por un “experto” en el tema. Hay que ir más allá de la mera genitalidad. Esto es pues lo que tienes que aprender si quieres caminar con la cabeza en alto y decir: “Soy un buen padre”!!! “Soy una buena madre”!!!!
Lo demás, son meras historias y justificaciones. Recuerda entonces que lo primero que debes hacer es: FORMARTE!!!