TEMA DEL DÍA
Lunes 22 de octubre del 2018
JESSICA VICENTE
tuvo que vino a Lima, ya loco, para ser internado en el hospital de insanos, y al mes siguienteentraronloschilenos, y volvió el martirio contra Emilio Emili o Barreda. Y entonces se nos pierde ya; fallece en el hospital de insanos o regresa a Tacna. —¿Qué otros casos le han llamado más la atención de los que ha estudiado? En Nepeña hay un hacendado de apellido Baca, a quien la guerra lo sorprende joven aún en Pisagua. Era empleadodelogística,los quedaban municiones y alimentos a los soldados, y después está en unos combates y regresa a Nepeña a ver a sus padres, y allí se convierte en líder guerrillero. ¿Y por qué se con vierte toda esa zona en un lugar donde combaten fuertealoschilenosen1881,después de los combates de San Juan y Miraflores? Porque el destacamento de los chilenos que estaba en el valle de Nepeñacometía unaseriede tropelías y hubo un momento en que convocó al pueblo y les dijo que les preparen preparen a sus esposas y a sus hijas para tener relaciones sexuales. Está en el expediente. Esa es la narración de Baca, que está corroborada por firmas. —Está también el caso de unsoldadocuyamujer,que lo acompañaba, muere por elrepase. Claro, el repase. Algunos historiadores historiadores c hilenos niegan que haya habido repase, [dicen] que es una leyenda nuestra. Este caso del repase es de Manuel Bárcena, nacido en el Cusco, analfabeto, soldado, que llegó a pelear enlabatalladeSanFrancisco y fue herido en la batallade Tarapacá. Iba al lado de su mujer, mujer, que era, como les llamaban de manera despecti va,“rabon “rabona” a”.. Esaerasuespoesposa, y estuvo al lado del señor Bárcena. Y, sí, la mujer fue repasada por los chilenos. —Usted menciona en el libro, además, que entre los alumnos que colaboraron en esta investigación, Margarita Mora ahondó luego en el caso de los niños durante la ocupación. Niños de 13 años ya comenzaban a pelear, como lo hubo también en Chile, niños combatientes que se hacen soldados,peleanyobtienen sus galones. Entran a los 13 o 14 años, y cuando termina la guerra tienen 18 o 20 años, y están ya de tenientes. —Nos encontramos en el Reducto N° 2. ¿Qué fue exactamente lo que se vi vióaquí? aquí? Acáhubo hubofuego fuego.. Losreduct reductos os fueron zanjas, mal hechas, incluso donde se peleó con las bayonetas,conlacaballería que tenían los chilenos. Hubo siete reductos de aquí hastaMonterrico.Eran huertas... Barranco ya había sido incendiadoy, entonces,la última defensa era Miraflores, pero los chilenos tenían la ventaja ventaja de que venían venían como triunfadores. Estaban mejor armados. Acá hemos reco-
“La Guerra del Pacífico es un tema importantísimo para la memoria histórica del Perú”.
“Niños de 13 años comenzaban a pelear,, recibían pelear sus galones, y cuando termina la guerra tienen 18 y están ya de tenientes”.
Título: “Guerra del Pacífico. Soldados sobrevivientes” Autor: Alejandro Reyes Flores Editorial: independiente Páginas: 200
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gido dos testimonios, y debe habermás,dequeyalesestábamos ganando la guerra en Miraflores, estaban huyendo ya, pero se nos acabaron las municiones, y cuando les repartieronnuevasmuniciones, no entraban en el fusil. Eso es cierto, y Basadre lo recoge. O sea, les entregaban municiones para otro tipo de fusil. Si hubiéramos tenido municiones, ya estabancasi en desbandada los chilenos, otra hubiera sido la historia. Pero, bueno, ahora estamos rescatando la historia de estas personas, de los soldados que estuvieron en lo peor del combate,delasluchas. —Es la historia de los de abajo. Claro, de lo que llaman las clases subalternas, que son los sectores populares, que por ser populares, precisamente,sonanónimos,node jan muchas huellas. huellas. En este libro están las direcciones de sus casas. ¿Existen toda vía esas casas? ¿Quién vive ahora allí? Este libro es también una invitación para que los municipios en el Perú, de Cajamarca a Puno y de Piura a Tarapacá, rescaten estos anónimos y pongan en alguna calle sus nombres. Deseo hacer un llamado a los municipios: acá están sus héroes. Ahora, un señor archivero, fallecido ya, a quien conocí cuandomeiniciabaenlosestudios del doctorado en San Marcos, don Antolín Bedo ya Villacorta, Villacorta, fue hijo de un combatiente, don Manuel Bedoya y Seijas, que como secretario de la comisión calificadora dice: “No es necesario morir para ser héroe, todos estos que estoy calificando ya lo son”. —¿Cuál es la más grande mentira sobre la Guerra del Pacífico? Por corroborar, que los peruanos no tuvieron idea de patria,quepelearonporIglesiasoporCáceres,opor elgeneral tal. Yo quisiera demostrar que no es cierto. Que se peleó, que se luchó, que se combatió por el Perú. Jóvenes, niños, batallones enteros salían de Cajamarca, de Huánuco, de las alturas del Cusco, reclutados por los hacendados,porlosprefectos, y algunos algunosdirán dirán quevenían veníana la fuerza, pero venían a defender y se portaron con fiereza. Patricio Lynch dice, y esto está registrado, que con Du Petit Thouars fueron a visitar al hospital de campaña alosperuanosheridosenlas batallas y les preguntaron por quién habían luchado, y que los soldados soldadosperuanos peruanos decían: “Yo he peleado por Cáceres” o “Yo he peleado por Iglesias”. No por el Perú. El mayor problema que enfrentó el Perú durante los cuatro años de la guerra fue la división que hubo acá. Y seguimos divididos. Ahora, yotengo tengomuchos muchosamigo amigoss chilenos, ellos me respetan, yo los respeto, nos estimamos mucho, pero ellos quisieran restañar las heridas. “Olvidémonos”, me dicen. Pero tenemos que rescatar nuestra historia.