EL LIDERAZGO PROSPECTIVO APLICADOD A A LA ORGANIZACIÓN
La prospectiva es definida por Gaston Berger (uno (uno de los fundadores f undadores de la disciplina), como la ciencia que estudia el futuro f uturo para comprenderlo y poder influir en él. La OCDE define la prospectiva como el conjunto de tentativas sistemáticas para observar a largo plazo el futuro de la ciencia, la tecnología, la economía y la sociedad con el propósito de identificar las tecnologías emergentes que probablemente produzcan los mayores beneficios económicos o sociales. La prospectiva es una disciplina y un conjunto de metodologías orientadas a la previsión del futuro. Básicamente se trata de imaginar escenarios futuros posibles, denominados futuribles, y en ocasiones de determinar su probabilidad, con el fin último de planificar las acciones necesarias para evitar o acelerar su ocurrencia . Desde tal perspectiva, la prospectiva es entendida como una sistemática mental que, en su tramo más importante, viene desde el futuro hacia el presente; primero anticipando la configuración de un futuro deseable, luego, reflexionando sobre el presente desde ese futuro imaginado, para -finalmente- concebir estrategias de acción tendientes a alcanzar el futuro objetivado como deseable. El profesor Winston Elphick, de la PUC de Chile, ha publicado en la enciclopedia de Google, la Knol, los siguientes dos artículos referidos a la aplicación de la prospectiva tanto al liderazgo como a las organizaciones, en su doble interpretación como actitud y como herramienta. herramienta. El presente post se complementa, complementa, al final, con una lista de enlaces enlaces relacionados y la indicación para descargar gratis el libro de 114 páginas La Caja de Herramientas de la Prospectiva Estratégica.
1. Hacia un liderazgo prospectivo en la organización Este artículo introduce la Prospectiva como técnica que permite a la organización en general hacerse responsable de sus pasos. La predicción que busca la estimación de futuros comportamientos, nos acerca a lo que nos indican los ritmos históricos y los niveles estadísticos. Estos datos, hechos o tendencias son parte de un diagnóstico. La generación de una mentalidad prospectiva es mucho más... Gestión directiva, procesos organizacionales, liderazgo prospectivo.
Contenido - ¿Qué caracteriza un liderazgo prospectivo? - Un buen líder, soñando, visualizando, proyectando, se anticipa en el tiempo y se convierte en el primer vigía que anuncia el surgir de nuevas... - Seis anzuelos para pescar el futuro.
¿Qué caracteriza un liderazgo prospectivo? ¿Qué darían los dirigentes, líderes, políticos, gerentes, directivos de colegios por tener accesos a información del futuro de los mercados, de las opciones políticas, de las necesidades de los clientes, de los requerimientos de la familia a los colegios, de los cambios culturales, etc.? Lamentablemente no existe el oráculo ni un instrumento adivinatorio que responsablemente nos defina las condiciones que tendrá el futuro. Por otra parte, podemos pensar en utilizar la predicción que busca la estimación de futuros comportamientos, nos acerca a lo que nos indican los ritmos históricos y los niveles estadísticos. Son datos, hechos, tendencias, sobre las cuales no podemos operar, son simplemente la presentación de un diagnóstico a partir de procesos y hechos ocurridos y sostenidos en el pasado. La actitud de un líder prospectivo, por el contrario, busca acercar el futuro, mediante análisis, proyecciones y trabajos, desarrollando acciones en el presente que terminan generando el futuro que deseamos. La prospectiva al usar métodos técnicos para llegar a sus análisis, tiene una clara diferencia con otras formas de observar el futuro: - No es un acto adivinatorio o una profecía, no busca “adivinar” o “predecir” lo que vendrá, sino más bien de preverlo, diseñarlo e iniciar su construcción en el actual presente. - No es ver pasivamente lo que ocurrirá, sino hacer que las situaciones ocurran, permitiendo así proyectar y determinar los factores internos y externos que condicionan el surgimiento de los nuevos escenarios en que la organización desea operar. - No es ciencia-ficción, sino es un acto humanamente intencionado por la concertación de voluntades que opera en el aquí y ahora, en las realidades concretas y temporales, generando nuevos procesos históricos para el bien de las personas y sus comunidades. La prospección ofrece medios para un análisis libre y proyectivo de los valores, las motivaciones y expectativas de quienes forman la organización, de los fines que buscan los grupos de poder dentro de ella, de las amenazas y oportunidades del
entorno, de los recursos internos y externos, de las mejores decisiones estratégicas de futuro.
Es un discernimiento previo a la acción, respaldando nuestro derecho, primeramente a soñar y luego proponer hacer realidad esos sueños en los tiempos venideros, transformando la utopía en diseños operativo-estratégicos que concreten los actos idealizados en actos reales. Con esto superamos los determinismos de futuros limitados o abiertamente trágicos, rompiendo con el poder del azar o del destino irreversible y fatídico. Podemos operar hacia el futuro, podemos intervenir el futuro, podemos descubrir y construir un futuro deseado. La mirada prospectiva se basa en antecedentes esenciales de su identidad: - La historia se construye en comunidad. En ella interactúan las historias personales y las organizacionales. - El ser humano no es gobernado por fuerzas oscuras y silentes, por un destino forzado. - Todo determinismo (social, histórico, mágico) puede ser gobernado, superado, desechado por el trabajo humano. - Podemos crear proyectos y llevarlos al éxito que esperamos. - El azar produce azar, resultados aleatorios, impredecibles. - La planificación y el trabajo logran producir efectos intencionados, resultados esperados. - El futuro lo podemos anticipar, no es un ente independiente de nuestra capacidad previsora. A pesar de que muchas veces lo parece, no es producto de la casualidad, es simplemente por nuestras respuestas irresponsables a un tema de esa envergadura. Podemos decir que la actitud prospectiva la podemos desarrollar por diversos medios que permiten hacer surgir un liderazgo prospectivo capaz de fundar las bases de un específico futuro deseado. El liderazgo prospectivo es la fuerza del líder visionario, de aquel que lanzó lejos las anteojeras que se puso o que le pusieron. Es el soñador, pero no el iluso. Es el que logra unir buenas ideas con buenas acciones. Es el analista de las situaciones o problemas, pero en contexto, de t al forma que es capaz de generar un nuevo contexto para el futuro que espera. Es un líder que descubre todo el potencial creativo y transformador que poseen quienes trabajan con el, sabe valorar las propuestas de los otros, anima la capacidad para asumir el riesgo de nuevas creaciones, llama a la colaboración y mutua creación, llama a una nueva solidaridad laboral capaz de construir relaciones humanas más colaborativas que competitivas.
El liderazgo prospectivo se manifiesta en una actitud de conquista, en tener la certeza de que el futuro “no llega”, sino que es algo que “hacemos llegar”, por tanto el futuro
no es una realidad que nos sorprende, ajeno a nuestras decisiones, por ello sabe que el futuro no es UNO, sino que puede tener diversas posibilidades y opciones y que por ello es importante considerar estrategias de acción que no solamente puedan adaptarse a las diferentes posibilidades, sino que principalmente sean estrategias que permitan concretar el futuro que hemos previsto.
Un buen líder, soñando, visualizando, proyectando, se anticipa en el tiempo y se convierte en el primer vigía que anuncia el surgir de nuevas realidades, de propuestas organizacionales.
Al vencer dos lastres organizacionales de gran peso, como lo son el fatalismo de un futuro al que estamos destinados y el determinismo de un único futuro; el liderazgo prospectivo asume un activo rol en la construcción del futuro que se nos muestra con múltiples posibilidades de construir la historia ya sea personal o social. Se logra vencer así el efecto sorpresa y la impredecibilidad, logrando al menos reducir la incertidumbre del porvenir. Todo lo anterior requiere de procesos de identificación de metas y de acciones futuras, sustentados en desarrollos de proyectos que surgen de anhelos, sueños y también de dudas, temores y ansiedades que tenemos sobre las futuras acciones. Es posible que las probabilidades de futuros no sean positivas, por ello es necesario definir cual es el futuro deseable para nuestra organización, con ello al menos y con toda certeza estaremos reduciendo el impacto negativo del futuro probable y sabremos que hacer cuando lleguen los tiempos negativos, aminorando su impacto en la organización. Un líder prospectivo es quien es capaz de generar la conciencia de que poseemos un liderazgo que es necesario despertar, activar, integrar en nuestra tarea cotidiana. Es vivir la conciencia de que es necesario involucrarse en los grupos, en el trabajo, para proyectar una efectiva influencia constructora en nuestros ambientes. El liderazgo no necesita de un buen lugar en el organigrama. Una persona lejana de la planta directiva, muchas veces puede tener mayor impacto en la gente que los propios gerentes. Un directivo “dirige” hacia procedimientos, estrategias, metas. Un líder “seduce”, “inspira”, con su propio testimonio de vida, con la autoridad que se ha ganado en años
con afecto, compañerismo, lealtad. Un jefe puede tener autoridad del cargo, pero sin liderazgo, no tiene influencia. Un trabajador no tiene el cargo y su autoridad, pero puede tener una gran influencia por el liderazgo que ha desarrollado. Un líder prospectivo para trabajar el sentido del de esta forma requiere desarrollar al menos tres actitudes básicas: - La amplitud de la mirada. Ella es la base de los líderes soñadores capaces de intervenir no solamente en el aquí y ahora, sino también en el allá y mañana.
- El deseo de animar una esperanza hermanada. Existen tanto profeta de la desgracia y tan pocos profetas con buenas nuevas. Necesitamos creer en lo inexistente, en lo invisible, pero no sólo algunos iluminados, sino una comunidad hermanada por una mirada compartida, una esperanza hermanada, que permite que muchos puedan ver un futuro comparativamente mejorado. Podemos intervenir en lo aún no creado. - La capacidad para crear una organización inclusiva, que evita la relación amigos/enemigos y opta por la convocatoria abierta, incluyente, sinérgica, integradora, seductora de las voluntades.
Seis anzuelos para pescar el futuro. Lo
que
un
líder
prospectivo
debe
vigilar
en
su
gestión:
1. Dar altitud a la mirada. Llamar a más, levantar la capacidad para visualizar, suavizar los temores, animar las aventuras. 2. Concertar la mirada y socializar ideas de futuro, empoderando a la comunidad. El futuro es de todos, todos lo harán posible mediante la integración comunitaria en torno a proyectos de bien comunitario/organizacional. 3. Confrontar paradigmas. Analizar las estructuras antiguas que requieren ser adecuadas, dialogar sobre las resistencias a los cambios futuros. 4. Definir procesos anticipadores. Sistematizar las acciones necesarias para poder concretar los estados organizacionales que se esperan lograr. 5. Diseñar estrategias de acción. Concretar los procesos en acciones específicas, tiempos, responsables, metas. 6. Definir formas evaluativas. Analizar las experiencias desarrolladas, los programas de trabajo y evaluar los logros obtenidos.
2. Las dos caras del liderazgo prospectivo. Este artículo trata sobre la actitud prospectiva. Actitud que felizmente es educable, lo que permitiría desarrollar programas de trabajo con profesores y alumnos para desarrollar el liderazgo prospectivo, visualizador de f uturos, superando el inmediatismo y el vivir día a día de los colegios que no logran desarrollar acciones de cambio e implementación de nuevos escenarios educativos. Dosis de reflexión, pensamiento diverso, filosofía de vida, mirada alta, sueños locos, ¿utopías?
Contenido Es primeramente una actitud. Es una herramienta. - Cuestionamientos que permiten incorporar nuevos saberes o experiencias: Animar una doble mirada.
Es primeramente una actitud. Las actitudes se vinculan con la identidad de lo humano, ellas estructuran nuestras creencias, valores, cogniciones y convicciones más profundas, de tal forma que nos predisponen para realizar actos de acuerdo al conjunto de nuestra personal identidad personal. Nos permiten coordinar en nuestra vida social todo lo que decimos, creemos y hacemos. Gordon Willard Allport (norteamericano que vivió entre1897 y 1967) definió el concepto “actitud” como una “disposición” para ejercer un acto, permitiéndonos relacionarnos
con los demás y educar o perfeccionar nuestros actos que ejercitaremos en el futuro, orientando nuestro accionar hacia un actuar más humano, más evolucionado. En contraposición a las actitudes, que son educables, se habla de una respuesta biológica, que es de tipo primario, como el hambre, la sed, la sobrevivencia y el sexo, que no son aprendidas y que su modulación y manejo requiere de mayores esfuerzos para que sean actos específicamente humanos. Rodríguez (en Psicología Social. Ed.Trillas México, 1991) indica que la actitud permite predecir el actuar de las personas, ya que se refieren a un sentimiento a favor o en contra de un objeto, el cual puede ser una persona, un hecho social, o cualquier producto de la actividad humana. Si “actitud” es una “disposición”, esta por tanto se puede educar en la medida en que
trabajen argumentos a favor a un tipo de actuación específica. Las actitudes se pueden enseñar y se pueden aprender. En la medida que se genera un aprendizaje de calidad, tienden a permanecer y a estabilizarse. La actitud prospectiva, es una capacidad educable, más urgente aún cuando vemos el tipo de educación que entregan nuestras escuelas, muchas veces centradas en un inmediatismo y pragmatismos demoledores. ¿Qué haríamos con una sociedad formada solamente por personas concretas, centradas en la tarea, la productividad, el rendimiento, el negocio? ¿No nos faltaría una dosis de reflexión, pensamiento diverso, filosofía de vida, mirada alta, sueños locos, utopías?. La actitud prospectiva se puede educar mediante el desarrollo de la capacidad para ver desde la distancia y el tiempo y tener la certidumbre de que podemos llegar a ese lugar, a esa nueva condición. Podemos educar hacia el desarrollo de nuevas actitudes que integren la valoración del presente, con la capacidad para prever y con ello definir acciones futuras. Podemos aprender a crear futuros, mediante un trabajo que integre los componentes del desarrollo actitudinal: lo cognitivo, afectivo, espiritual y de acción, que conforman la totalidad del ser de la persona humana. Es posible educar la actitud prospectiva, es posible y es necesario formar con una mirada de mayor amplitud hacia las potencialidades de lo que puede ser la persona humana y sus grupos sociales. No podemos decir que esta acción educativa sea solamente un acto racional, calculador, cognitivo, de análisis proyectivo, ya que una actitud prospectiva también involucra el ensoñamiento (la capacidad para ver lo que pocos ven), la efectividad (el
desear y estimar algo), la intuición (el creer que es posible alcanzar lo esperado) y la pasión (el coraje, la capacidad para apostar por lo esperado). Los grandes conquistadores, inventores, colonizadores, poetas, investigadores, filántropos, no han sido resultados solamente de procesos de ingeniería y cálculo, lo han sido primeramente de un espíritu conquistador, de un insaciable deseo de aportar algo nuevo a la historia humana. La actitud prospectiva no se construye solamente de ecuaciones, requiere del impulso de las propias motivaciones, de las pasiones y los anhelos profundos, que son los responsables de poner en marcha la libertad unida a la esperanza de nuevas conquistas. Ciertamente que esto podría quedar en un entusiasmo transitorio sino se unen estas actitudes y motivaciones con los necesarios esfuerzos de planificación, análisis estratégico, el estudio de probables escenarios, estudios de factibilidad, etc. Para lograr fecundar los proyectos que esperamos en el futuro debemos necesariamente unir la actitud prospectiva (variables blandas) y las estrategias operativas (variables duras) que permitan su movilidad y adecuado enganche la realidad cotidiana. Es un maridaje necesario y requisito para lograr el éxito esperado.
Dos tiempos, un liderazgo. - Tiempo para elevar el vuelo, imaginar, aventurar, anticipar, visualizar, explorar, inspirar. - Tiempo de aterrizaje, preparar, organizar, dirigir y controlar, concretar los sueños. El liderazgo prospectivo es aquel que logra integrar dos momentos en su gestión: - Tiempo para elevar el vuelo, capacidad de imaginar, de aventurar, de anticipación y visualizar los cambios posibles. Este momento responde a análisis exploratorios, preactivos, inspiradores, preparatorios, energizantes de acciones f uturas. - Tiempo de aterrizaje, capacidad para preparar, organizar, dirigir y controlar los procesos necesarios para concretar los sueños. Este momento responde a diseños operacionales, normativos, decisionales en vista de metas esperadas. Si separamos estos procesos o enfatizamos uno sobre el otro, veremos como las acciones se serán entorpecidas, incompletas, ausentes de integralidad. No es suficiente concebir un futuro, es necesario acompañar sus procesos de maduración y de crecimiento para que se genere un parto en la persona o en la organización, permitiendo el nacimiento de nuevas habilitaciones, de nuevos resultados. ¿Cuántas concepciones profundamente motivadas y reflexionadas, terminan siendo abortadas por ausencia de acciones que permitieran su nacimiento efectivo? ¿Cuántas veces se asume un deseo, una intención como una realidad? ¿No ha conocido falsos embarazos organizacionales, que han terminado en simples intentos de fecundidad?
Es una herramienta. El pensamiento prospectivo reduce la domesticación social, rompe la inercia de las malas costumbres y de las tradiciones que han perdido sentido. Es una declarada lucha contra los determinismos, sean estos de tipo social, económico, político, religioso, de clase que acostumbramos a usar en la convivencia y que atentan contra la dignidad o estabilidad de las personas y al sentido comunitario que debe tener una organización. Al rechazar los determinismos, rompemos las fronteras y abrimos las posibilidades de crear en el tiempo nuevas formas convivenciales, nuevos productos, mejores servicios. Es una guerra a las viejas anteojeras laborales, aquellas que todavía se le colocan a los caballos en su cabeza y que solamente le permiten mirar al frente, a la meta propuesta, al camino prefijado. Es un pensamiento que invita a criticar los prejuicios cotidianos, que invita a ampliar la mirada, a ver más allá de lo que t odos ven, en forma libre, rebelde, creativa, flexible.
Cuestionamientos experiencias:
que
permiten
incorporar
nuevos
saberes
o
- ¿qué hacemos con este pensamiento disonante y novedoso? - ¿imaginamos el futuro que podemos construir a partir de sus enseñanzas? - ¿Estamos dispuestos a romper con las viejas prácticas y paradigmas que nos han guiado hasta hoy? - ¿Estamos dispuestos a ser motor de nuevas propuestas y acciones? El liderazgo prospectivo opera como agente reductor del azar y la casualidad. Se posesiona como causalidad, es decir se hace responsable y causa HOY de las situaciones del MAÑANA. Su mayor aporte es el desarrollo de la capacidad de previsión, limitando los factores emergentes y azarosos en las decisiones, anticipando problemas, conflictos, imprevistos y obstáculos posibles en el logro de la meta esperada.
Animar una doble mirada. El constructor de un Proyecto ha de tener dos miradas: en el presente y en el futuro, ambas alimentadas de la napa del pasado. Lo pasado es causa del presente; gracias a esfuerzos de ayer, los trabajos de hoy logran dar frutos. No basta el paso a paso, no basta con valorar el día a día, se requiere de una mirada alta, continuar por ella aun cuando se nos haga dura y difícil. Se debe caminar con esas dos miradas:
- la del presente (realista, concreta, animadora de los esfuerzos. - la del futuro (creativa, intuitiva, siempre atenta a la esperanza de lograr lo que se espera). No pocos creen que es necesario “vivir el presente” sin pensar en el futu ro, porque es lo único que tenemos (el pasado ya pasó y el futuro aún no existe…), ciertamente es
una mentalidad que debilita la capacidad de proyectar los sueños y los anhelos que motivan nuestras acciones. Sólo vive bien el presente quien ha logrado anclar algunos proyectos en el futuro. La actitud de mirada alta es imaginar un proyecto, una esperanza que transforma al hombre en un vencedor de la gravedad, aquella que coge los pies cansados que luego se arrastran por la vida. Es necesario romper con la resignación y la pasividad, con los profetas de la desgracia, con los condenados por la circunstancias. Podemos en comunidad, predecir lo que puede ocurrir y podemos levantar el mejor futuro posible para nuestra organización. Es necesario insistir que una persona sin sueños ni deseos de futuro, reduce sus potencialidades, cae en la apatía, atraviesa por turbulencias como un pasajero sin saber que pasa, ni para dónde se dirige su avión. Sin ideales y sueños reducimos nuestra humanidad y la educación sin utopías reduce lo más profundo de su rol educativo y transformador, es simplemente inconcebible. Los expertos han definido tres niveles de análisis de la prospección: - PREDICCIÓN. Proyección y extrapolación de las tendencias históricas para definir un futuro previsible. - PREVISIÓN. Visión imaginativa de un futuro posible, unida al análisis estadístico que indican tendencias y no solamente conjeturas o hipótesis. - PRESCRIPCION. Son las proyecciones orientadoras o normativas que podemos definir para vivir futuros posibles acordes a determinados valores u opciones de vida.