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EL LIBRO DE MELQUISEDEC ¿Qué es el Libro de Melquisedec? Introducción
El Libro de Melquisedec es una traducción al español de uno de los Rollos del Mar Muerto encontrado en la cueva número 11, en el desierto de Qumrán, al norte del Mar Muerto. Alunos Alunos le llaman el !ran Rollo de Melquisedec, "a que en su estado oriinal, consiste en un con#unto de $ rollos cosidos entre s%. &eún 'uentes relacionadas con este !ran Rollo " lo que se lee en el manuscrito, el primer rollo que aparece en el compendio, lo escribió Abra(am, Abra(am, el mismo persona#e que encontramos en el Libro de !)nesis en la *iblia. Este rollo 'ue reistrado por la mano de de Abra(am en obediencia al mandato divino de +a()(, +a()(, " narra los acontecimientos que ocurrieron tiempo antes " tiempo despu)s de la !ran Liberación que +a()( +a()( e'ectuó por medio de Abra(am " sus pastores, en aqu)lla ocasión en que se liberó a Lot " los demás cautivos quienes (ab%an sido tomados prisioneros como consecuencia de la batalla reistrada en !enesis cap%tulo 1-. A esta primer (istoria reistrada por Abra(am se le conoce como La istoria de /n 0aso. ambi)n se le mandó a Abra(am reistrar la istoria de &alem, la cual )l escuc(ar%a " recibir%a 2de los labios de Melquisedec2, narrando los acontecimientos más relevantes de aqu)lla 3iudad Amada. El cap%tulo 14 de la istoria de &alem es una cone5ión directa con la siuiente (istoria llamada La istoria del /niverso, "a que en ese cap%tulo se e5plica el conte5to en que se recibió la revelación por conducto del ánel de Lu6. Esta istoria, entendemos por lo re'erido de la 'uente, " seún lo reistrado en estos rollos, 'ue escrita por Melquisedec " reistrada en seis rollos que 'ueron cosidos uno a uno #unto con el primer rollo escrito por Abra(am. La istoria del /niverso es una revelación que Melquisedec recibió por medio de 2un ánel luminoso2 o ánel de Lu6, " la cual estuvo reistrando en esos seis rollos durante seis años. El camino que nos condujo hasta el Libro de Melquisedec
7uestra istoria
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&omos investiadores de las escrituras saradas desde (ace más de dos d)cadas, una labor que (emos reali6ado voluntaria " desinteresadamente, pues la ra6ón principal de involucrarnos en esta misión radica en el valor enuino " único que representa para nosotros el conocimiento contenido en estos tesoros de Escritura. Al 'amiliari6arnos con este tipo de bibliora'%a, 'uimos conociendo poco a poco alunas de las caracter%sticas que poseen estos escritos antiuos. 3omen6amos a unir partes de la (istoria (umana de la tierra, seún revelan estos Libros &arados, " nos dimos cuenta de que cada uno de ellos nos proporcionaba propo rcionaba una parte única de in'ormación valiosa que nos iba a"udando a armar el rompecabe6as de una (istoria más completa de todo aquello relacionado con el ser (umano, qui)n es, de dónde proviene " (acia dónde se dirie. Al seuir la (uella de alunos persona#es " eventos importantes narrados en estas escrituras, reconocimos que estos libros tienen un l%mite de in'ormación sobre el relato de ciertos persona#es " acontecimientos. Al Al contar con más escrituras, pudimos a(ondar con más detalles esos mismos eventos " conocer me#or a esos persona#es, de tal manera que (emos aprendido a reconocer este principio 'undamental, relacionar diversos libros sarados con el 'in de tener una 'uente de in'ormación ma"or que nos a"ude a alcan6ar una visión más amplia sobre los temas t emas contenidosen estas escrituras. /no de los persona#es importantes en la literatura sarada es Melquisedec, re" de &alem. 8ebido a la in'ormación que ten%amos sobre )l, e5ist%a en nosotros un 'uerte deseo por conocer más sobre cómo estableció la 9a6 en &alem. ambi)n, otro misterio que (ab%amos estado buscando era lo relacionado con la música, pues (asta en ese tiempo, antes de descubrir el !ran Rollo de Melquisedec, nuestra e5periencia en la música como parte 'undamental para 'avorecer la armon%a entre las personas, entend%amos que e5ist%a un pasado misterioso concerniente a los or%enes 8ivinos de la música. mú sica. /na de las primeras palabras en el Libro de Melquisedec, que tocó nuestro cora6ón musical, 'ueron: 2Los súbditos de Salem no empuñarían empuñarían arcos y flechas, flechas, mas serían serían entrenados en el arte musical; Cada habitante de Salem tendría siempre al alcance de sus manos un instrumento musical, para expresar por medio de él la paz y la alegría ue auel nue!o
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&omos investiadores de las escrituras saradas desde (ace más de dos d)cadas, una labor que (emos reali6ado voluntaria " desinteresadamente, pues la ra6ón principal de involucrarnos en esta misión radica en el valor enuino " único que representa para nosotros el conocimiento contenido en estos tesoros de Escritura. Al 'amiliari6arnos con este tipo de bibliora'%a, 'uimos conociendo poco a poco alunas de las caracter%sticas que poseen estos escritos antiuos. 3omen6amos a unir partes de la (istoria (umana de la tierra, seún revelan estos Libros &arados, " nos dimos cuenta de que cada uno de ellos nos proporcionaba propo rcionaba una parte única de in'ormación valiosa que nos iba a"udando a armar el rompecabe6as de una (istoria más completa de todo aquello relacionado con el ser (umano, qui)n es, de dónde proviene " (acia dónde se dirie. Al seuir la (uella de alunos persona#es " eventos importantes narrados en estas escrituras, reconocimos que estos libros tienen un l%mite de in'ormación sobre el relato de ciertos persona#es " acontecimientos. Al Al contar con más escrituras, pudimos a(ondar con más detalles esos mismos eventos " conocer me#or a esos persona#es, de tal manera que (emos aprendido a reconocer este principio 'undamental, relacionar diversos libros sarados con el 'in de tener una 'uente de in'ormación ma"or que nos a"ude a alcan6ar una visión más amplia sobre los temas t emas contenidosen estas escrituras. /no de los persona#es importantes en la literatura sarada es Melquisedec, re" de &alem. 8ebido a la in'ormación que ten%amos sobre )l, e5ist%a en nosotros un 'uerte deseo por conocer más sobre cómo estableció la 9a6 en &alem. ambi)n, otro misterio que (ab%amos estado buscando era lo relacionado con la música, pues (asta en ese tiempo, antes de descubrir el !ran Rollo de Melquisedec, nuestra e5periencia en la música como parte 'undamental para 'avorecer la armon%a entre las personas, entend%amos que e5ist%a un pasado misterioso concerniente a los or%enes 8ivinos de la música. mú sica. /na de las primeras palabras en el Libro de Melquisedec, que tocó nuestro cora6ón musical, 'ueron: 2Los súbditos de Salem no empuñarían empuñarían arcos y flechas, flechas, mas serían serían entrenados en el arte musical; Cada habitante de Salem tendría siempre al alcance de sus manos un instrumento musical, para expresar por medio de él la paz y la alegría ue auel nue!o
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reino" #untos, formarían una poderosa oruesta en la lucha contra la desarmonía ue nace del orgullo y del egoísmo .2 ;. &alem 1:-<
Estabamos maravillados, de que aquello que (ab%amos e5perimentado " amado en nuestra vida musical, a(ora el Eterno nos revelaba sobre una u na (ermosa ciudad " un pueblo sinular, donde la música era considerada con tanta importancia, " 'undamental en la preservación de la pa6 de ese reino. 8espu)s nos enterar%amos en la istoria del /niverso, sobre un pasado todav%a más antiuo, cuando el 3reador 2idealiz$2 &u 3reación de manera que pudiera 2!ibrar acordes armoniosos de %usticia y paz 2 ;. /niv. 1:=<. /no de los temas más importantes en nuestra búsqueda de conocimiento sarado, 'ueron el descenlace de la vida o estado 2antes de la fundaci$n de este mundo 2, as% como el descenlace durante la 3a%da de Adán " Eva, ambos temas relacionados entre s%, sabiendo nosotros, que el conocimiento más amplio ampl io de ambos temas podr%an a"udarnos a comprender más claramente nuestro presente " lo que será en el 'uturo. Revelaciones, Misterios y Profecías en el Libro de Melquisedec
Antes " despu)s del Libro de Melquisedec 8espu)s de recibir " escudriñar los contenidos del !ran Rollo de Melquisedec, " tras un proceso de conversión a las nuevas revelaciones que se estaban descorriendo ante nuestro entendimiento, e5perimentamos la realidad de que al salir a lu6 este maravilloso manuscrito, estaba marcando un punto en el tiempo, un antes " un despu)s en la (istoria (umana, pues se podrá decir, 2lo ue se sabía antes de ue saliera a luz el Libro de &eluisedec2. + esto lo podemos testi'icar debido a la porción de conocimiento que el Eterno nos (ab%a concedido alcan6ar antes de encontrar el Libro de Melquisedec. Aún (o" en d%a todos aquellos que con sinceridad as% lo deseen, pueden constatar este (ec(o, al observar cuidadosamente lo que se sab%a en el mundo con respecto al 9lan de 8ios para &us (i#os, " (acer un comparativo sencillo de lo que a(ora podemos saber racias a la aparición del Libro de Melquisedec, racias a las bendiciones que el Eterno nos concede en esta nuestra eneración al revelarnos más de &u 9alabra.
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Entendemos por e5periencia personal, que las personas que 'inalmente reciban en sus vidas el Libro de Melquisedec como Escritura &arada, lo (abrán alcan6ado (asta despu)s de recorrer un camino de conversión a la Lu6 adicional que el 3reador revela en este manuscrito, "a que ampliara el conocimiento verdadero anteriormente recibido en &us otras Escrituras. Al 'amiliari6arnos con el carácter de las escrituras saradas, (emos aprendido que estos Libros &arados se de'ienden por s% solos, " desa'%an al mundo con sus revelaciones, misterios " pro'ec%as. Los (ombres de este mundo, a lo laro de la (istoria (an luc(ado en contra de la autenticidad " veracidad de las Escrituras &aradas, " (an ideado tantas maneras para desacreditar cada conocimiento, cada revelación, cada pro'ec%a, cada misterio, cada milaro contenidos en ellas, menospreciando as% al Autor de estas verdades, a la >uente de la Lu6. ambi)n es sabido por muc(os sobre todas aquellas interpretaciones erróneas de las Escrituras que alunos en el mundo (an esparcido, " es natural que al salir la Lu6 del &ol, las inieblas de la 7oc(e contrasten con ella. As% que, será natural que al revelarse la Lu6 contenida en el Libro de Melquisedec, muc(os que (ab%an estado en alún rado de inieblas, "a sea por desconocimiento o por los errores de interpretación escritural, tenan dos caminos para decidir seuir, uno ser%a reconocer con (umildad su inorancia o su error " con toda sabidur%a recibir la Lu6 del Libro, " el otro camino ser%a el del rec(a6o, " tal como sucede con las inieblas, tener que estar en el lado opuesto luc(ando en contra de la Lu6 " desvanecerse o (uir cuando esta se mani'iesta con toda claridad. odos aquellos que aman la 0erdad encontrarán en el Libro de Melquisedec muc(o de las verdades que (ab%an estado buscando por muc(o tiempo. ?Qui)n no (a an(elado conocer su orien personal@ ?Qui)n no (a deseado con an(elo conocer a Aqu)l que nos dio 0ida, Aqu)l que 'ormó el /niverso@ ?9or qu) nos encontramos en un mundo ca%do si en el principio no 'ue as%@ ?3uál 'ue el descenlace 2antes de la 'undación de este mundo2@ ?3uál será el 'inal de todo este 8rama /niversal en el 'uturo@ &on solo alunas de las verdades que revela este reistro sarado. 7uestra oración sincera es que la 0erdad se alleue a la 0erdad, sabemos que los que se es'uer6an por vivir en la 0erdad
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recibirán estas 0erdades contenidas en el Libro de Melquisedec, pues serán dulcemente saboreadas por ellos, "a que son de su misma naturale6a. Aqu)llos que (an amado la 0erdad " la (an procurado durante sus vidas tendrán randes motivos para reoci#arse por las 2buenas nuevas de ran o6o2 que recibirán de este preciado Libro. 3uando se descorra ante ellos el velo, " el 9adre " el i#o mani'iesten las Revelaciones de &u Amor, su cora6ón llorará, pues sabrán que Ellos siuen siendo Los Mismos, " conocerán la 0erdadera 7aturale6a " 3arácter que Ellos (an mantenido desde el comien6o, probarán en ran porción el Amor con el que Ellos les (an amado desde el principio. B(C ?3ómo contener mis lárimas ante las 8ádivas de &u Amor@ Mi cora6ón se desborda al reconocer " considerarme ser 2lo d)bil del mundo2, " en esta (umilde condición el Eterno aún as% obra por nuestro conducto. Mi (ermano " "o no imainamos ni muc(o menos planeamos todo esto que el &eñor nos (a concedido concerniente a los misterios " revelaciones del Libro de Melquisedec. Es &u Bbra la que se e'ectúa, no la nuestra. *endecimos el camino que comen6arán todos aqu)llos que reciban con sinceridad de cora6ón, (umildad " 'e estas cosas. El Mes%as, Aqu)l que nos amó desde el principio, Aqu)l a qui)n amamos desde el principio, mani'estará la Eternidad de &u Amor a trav)s de &us palabras reistradas en el Libro de Melquisedec, nuestro amado Libro. EL LIBRO DE MELQUISEDEC Una Revelación del Verdadero Carácer del Me!"a! Autores de l trducción l es!"ol# Isc R$%re& 'r(s ) E&equiel R$%re& 'r(s *o$do de l +ersión en !ortu(ués de Enoc, Muc,eroni
raducción al español: Dsaac Ram%re6 0aras, " E6equiel Ram%re6 0aras. Análisis, re'erencias, concordancias, abreviaturas, rá'icas " caracter%sticas tiporá'icas por: E6equiel Ram%re6 0aras e Dsaac Ram%re6 0aras. raducción, análisis, re'erencias, concordancias, abreviaturas, rá'icas " caracter%sticas tiporá'icas aseuradas con'orme a la le".
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9ro(ibida la reproducción parcial o total de esta obra sin la autori6ación escrita del autor o autores. Dmpreso en Monterre" 7uevo León M)5ico 8iciembre =1 4F=1FG=$11=HF1 E$%licación &reli'inar
El orden en que se presentan aquí estas historias, sigue la secuencia de acuerdo con el modelo divino que se siguió en el rollo original, cumpliendo así, el mandamiento que Yahwéh dio a Melquisedec y a Abraham al respecto. El lector sensible podr percibir el sabio propósito de dicho mandamiento al seguir la lectura en ese mismo orden. Este sagrado registro tiene una estructura precisa y de!inida, y en su anlisis muestra m"ltiples rasgos de su originalidad, no solo en su estilo, sino también en la simbología arcaica que utili#a, donde parecería estar describiendo imgenes geroglí!icas ms que palabras, así como en la utili#ación de pleonasmos y analogías, tal cual era el uso com"n en las lenguas ms antiguas, y cuyos rasgos semitas se comparan a los hallados en la $iblia y en otros libros de igual origen. %or otra parte, en algunos versículos se citan cantidades las cuales estn escritas en !orma de n"meros& '(, )*(, +'' etc. ambién algunas palabras comien#an con una letra may"scula a"n cuando estas no aparecen después de un punto o la palabra no amerite por regla comen#ar con may"scula. Adems se utili#an las comillas, el doble o triple signo de e-clamación, así como la !orma de combinar una interrogación con una e-clamación al mismo tiempo. En dichos casos, sean n"meros, letras may"sculas o signos de e-presión, hemos decidido dearlos en la !orma original en que encontramos escrita esta obra. El lector podr encontrar signi!icados importantes en los én!asis que se hacen en determinadas e-presiones, palabras o !rases. /as abreviaturas que utili#amos en esta obra para re!erirnos a una cita bíblica, usamos las com"nmente conocidas, y para hacer re!erencia a las historias y cronologías contenidas en este libro, las identi!icamos de la siguiente manera&
. 0aso La istoria de un 0aso . &alem La istoria de &alem . /niv. La istoria del /niverso 3rono. 1 3ronolo%a 1 3rono. = 3ronolo%a = 3rono. 4 3ronolo%a 4
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Al pro!undi#arnos en el contenido de estas historias, comprendimos la relevancia que tienen las 0analogías1 como un mapa guía que el 2niverso nos o!rece, revelando a través de semean#as, la ubicación que tenemos en el tiempo dentro de la historia a cumplirse, es decir, los acontecimientos y personaes del pasado son una 0analogía1 o 0semean#a1 que corresponden a los acontecimientos y personaes del presente y del !uturo. /a mención particular que el rollo hace sobre ciertos n"meros, medidas, y !estividades signi!icativas, nos motivó a la necesidad de gra!icar de manera sencilla, el orden cronológico en que los acontecimientos llegaron a consumarse en el pasado, llegando a repetir su correspondiente 0analogía1 en el presente y en el !uturo. 3Véase Cronología 1, 2 y 34 5o se debe con!undir lo que llamamos 0analogía1 con 0predestinación o preordinación1.
Las cronolo%as ra'icadas no 'ormaban parte del rollo oriinal ni de la versión en portuu)s sobre la cual se (i6o esta traducción, sino que 'ueron diseñadas " añadidas para 'acilitar una ma"or comprensión del mismo, " 'ueron ubicadas al 'inal del rollo de Abra(am debido a que 'ueron tomadas de sus escritos. El encabe6ado de cada (istoria, la sinopsis de cada cap%tulo, la asinación num)rica de cada párra'o o vers%culo, " las re'erencias b%blicas " de otros libros sarados, todos estos 'ueron areados para presentar con ma"or claridad los escritos del rollo. AGRADE!M!E"#
%$Agradecemos a Enoch Mucheroni por permitirnos llevar a cabo esta traducción y por la valiosa ayuda que a través de su pgina de internet nos brindó con libre acceso a su e-tensa in!ormación6 así como también a la $iblioteca 7untingdon de los 8ngeles 9ali!ornia. A %edro :ringoire por sus valiosas investigaciones y clara in!ormación que han ayudado a muchos estudiosos investigadores a valorar los rollos y el halla#go mismo. Y para un mayor enriquecimiento intelectual, recomendamos al lector e-tensamente los artículos in!ormativos, libros y contenidos en internet de estas !uentes relacionadas con estos temas. Así mismo agradecemos a todos aquellos que de alguna manera han contribuido a la reali#ación de esta obra.
7uestra verdadera intención es publicar con (onor la palabra del &eñor (asta donde Il (a revelado " estamos conscientes de que aun revelará más de &u palabra, " permanecemos abiertos al conocimiento que lleue a nuestras manos "a sea por los
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descubrimientos arqueolóicos o de la manera en que tena a bien el &eñor revelar &us palabras. Aradeceremos muc(o los comentarios " suerencias que el lector tena a bien mani'estarnos al respecto de esta obra, con la 'inalidad de correir cualquier error (umano cometido en la traducción " elaboración del presente libro para 'uturas ediciones. !racias. Dsaac Ramire6 0aras E6equiel Ramire6 0aras
La *i!oria de +n Va!o
(Un relato escrito por Abraham) Abraham, habiendo recibido el mandamiento de Yahwéh, escribe en un rollo los acontecimientos que dieron origen a la historia que se conoce como La Historia de un Vaso, que narra los hechos que enmarcaron La Gran Liberación que el Señor eectu! por medio de Abraham, sus pastores " aliados# ($éase %rono# &, ' " ) Ca%"+lo 1
Abraham es informado de la batalla en la cual Lot y muchos son llevados cautivos. Abraham recibe mandamientos del Eterno a n de efectuar la “Gran Liberación”, esto es, convocar y rearar a sus astores, y rearar un vaso con caracter!sticas eseciales. & staba descansando ba*o la sombra del +oble de ambré *unto a mi tienda, cuando -i llegar apresuradamente a uno de los sier-os de mi sobrino .ot# %asi sin aliento, él comen/! a relatarme sobre la tragedia0 1ubo el d2a anterior una batalla entre las ciudades de la planicie, implicando a cuatro re"es contra cinco# %omo resultado, Sodoma ue
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derrotada " muchos de sus habitantes lle-ados cauti-os, entre ellos mi sobrino .ot# .a noticia me de*! mu" a3igido, pues al mismo tiempo en que sent2a que era preciso salir en su a"uda, me -e2a ragili/ado, sin ninguna condici!n# ' Siempre ui un hombre pac24co " detesto a aquellos que derraman sangre# 5engo muchos sier-os, pero pocos saben mane*ar espadas " lan/as, pues desde la inancia han sido entrenados como pastores# n lugar de espadas " lan/as, ellos mane*an bordones con los cuales conducen los rebaños6 n lugar de escudos, ellos cargan -asos en sus cinturas, siempre llenos de agua resca, para matar su sed " rerescar a las o-e*as a3igidas6 n lugar de -ino para embriagarse, cargan su*eto a sus cintos pequeñas boti*as con aceite de oli-o, con los cuales ungen las heridas del rebaño6 n lugar de trompetas resonantes, ellos soplan en cuernos pequeños, con los cuales con-ocan al rebaño hacia el corral# 7maginando como ser2a un combate entre mis sier-os " los e*ércitos de aquéllos cinco re"es -ictoriosos, comencé a re2r# ientras re3e8ionaba, la -o/ de Aquél que siempre me gu2a, reson! en mis o2dos, diciendo0 9 : ;Abram, Abram< =o menosprecies los instrumentos de los pastores, pues santi4cados por el uego del sacri4cio, habrán de conquistar la gran liberaci!n# : > l terno comen/! a darme !rdenes, haciéndome a-an/ar por la e, sin saber como tal liberaci!n habr2a de reali/arse# ? l primer paso ue la con-ocaci!n de todos los pastores que, de*ando a sus rebaños, se dirigieron al +oble de ambré, tra"endo sus instrumentos pastorales# ran en total seiscientos pastores# @ rdené que -aciaran los *arros, colocando en ellos el aceite de la boti*a# B Cespués de cumplir ellos esta orden, ped2 que tomara cada uno la lana de una o-e*a, me/clándola con el aceite de los *arros# D Cespués de estas cosas, Yahwéh me mand! tomar un -aso grande de barro, llenándolo hasta la mitad con el aceite de oli-o# &E Al concluir esta tarea, el Señor me mand! hacer una larga mecha de lana, enroscando la mitad dentro del aceite " de*ando la otra parte apresada encima del -aso#
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&& Cespués de estas cosas, Yahwéh me orden! encender la mecha, con el uego del altar# Al apro8imarme al uego sagrado que toda-2a ard2a sobre el sacri4cio de la mañana, una pequeña 3ama salt! hacia la mecha, " poco a poco se ue alimentando del aceite, hasta con-ertirse en una llamarada que pod2a ser -ista de le*os# Ca%"+lo 2
Abraham lleva el vaso sobre sus hombros. "ufrimientos y ruebas en su #ornada. $uchos no soortan la ver%&en'a y abandonan a Abraham. (ncredulidad de "ara. & %on el -aso en los hombros, inicié una caminata rumbo a las ciudades de la planicie, siendo acompañado por los pastores# .uego comen/aron a surgir escarnecedores que, al -erme con aquel -aso incandescente en pleno d2a, comen/aron a decir que "o estaba loco# Al esparcirse esta noticia, muchos -inieron a mi encuentro, tra"endo conse*os para que "o abandonara aquel -aso que ser2a capa/ de destruir toda mi reputaci!n " dignidad delante de todos ellos# ' %uando "o les hablé sobre los e*ércitos " sobre mi misi!n con*unta con los pastores, ellos conclu"eron que de hecho "o estaba loco# 7ntentaron tirarme el -aso por la uer/a, mas aerrándome a el, imped2 que lo tiraran de m2# A-ergon/ados ante todo esto, muchos pastores comen/aron a separarse0 algunos regresaron hacia sus tiendas mientras que otros se unieron a aquéllos que se re2an de mi comportamiento e8traño# 9 Sintiéndome solo con aquel pesado -aso sobre los hombros, comencé a angustiarme# Anhelaba encontrar a alguien con quién pudiera compartir mi e8periencia, más todos me lan/aban miradas de desaprobaci!n# > e acordé de Sara, mi amada esposa6 n obediencia a la -o/ de Yahwéh hab2amos transitado por muchos caminos, estando Sara siempre a mi lado, animándome a proseguir precisamente en los momentos más di2ciles# %on certe/a Sara me traer2a consuelo " uer/as para continuar 4rme, conduciendo el -aso de la sal-aci!n# ? ientras que a-an/aba por el camino pensando en Sara, la -i en medio de la multitud# Al dirigirme a ella, me -i sorprendido " desalentado al -er en sus o*os el mismo
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menosprecio de aquéllos que me llamaban loco por conducir en pleno d2a la llama que se hab2a desprendido del alFtar# @ Acordándome de la orden de Yahwéh de que tendr2a que liberar a mi sobrino .!t, ui andando solo por el camino6 Al colocarme en el lugar de aquéllos que me llamaban loco, "o les daba la ra/!n, pues en condiciones normales, ninguna persona coherente saldr2a de casa, sin un rumbo de4nido, lle-ando en la espalda en pleno d2a un -aso con una llamarada, a4rmando estar marchando contra los e*ércitos de cinco re"es, para liberar un pariente# +ealmente da a entender que se trata de la maniestaci!n de una gran locura# Precisamente as2, ba*o el rencor de todas las humillaciones " palabras que hablaban contra m2, "o a-an/aba rumbo al -alle desconocido# B 5oda aquella burla ue 4nalmente disminu"endo, a medida en que me distanciaba del +oble de ambré# D %omen/aron a sobre-enir a mi cora/!n muchas dudas en cuanto a mi uturo# staba a -eces a3igido con el pensamiento de todo lo que hab2a e8perimentado, desde la con-ocaci!n de los pastores hasta ese momento, podr2a ser, de hecho, demostraciones de una locura# &E .leno de dudas, comencé a pensar en la posibilidad de abandonar el -aso al lado del camino, regresándome *unto al altar# Gsos eran los conse*os de algunos pastores " amigos que, condolidos de mi soledad, toda-2a -en2an a mi encuentro, aconse*ándome a que -ol-iera6 All2, dec2an, que "o podr2a conquistar nue-amente la con4an/a de los pastores, -ol-iendo a ser, qui/ás, hasta el mismo sacerdote honrado como antes lo era# Sobre el altar, dec2an, que hab2a un uego mucho ma"or que aquél que "o cargaba en los hombros# && staba a punto de regresar, cuando Sara -ino a mi encuentro, contándome sobre el desprecio que muchos pastores lan/aban contra m26 lla estaba consternada, pues toda aquella deshonra, reca2a también sobre ella, al punto de no sentir más deseos de permanecer *unto a aquél altar# &' Cespués de alertarme, Sara comen/! a hablarme de un plan0 Podr2amos, qui/ás, mudarnos a una ciudad distante, donde ol-idar2amos todas aquellas -e*aciones# & l-idándome de la -o/ que me hab2a mandado seguir rumbo a la planicie, contesté a mi esposa que "o estar2a
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dispuesto a acompañarla a cualquier lugar, si ella permit2a que "o lle-ara el -aso# Gl ser2a nuestro nue stro altar, calentando e iluminando nuestras noches con su llama# &9 Al o2r sobre el -aso, Sara -ol-i! a eno*arse, a4rmando no entender mi terquedad al continuar lle-ando sobre los hombros aquel s2mbolo de -ergHen/a " desprecio# Cespués de decirme tales palabras, me -ol-i! la espalda regresando hacia la tienda# Ca%"+lo 3
Abraham entiende el si%nicado si%nicado del vaso. Abraham rote%e a la e)ue*a llama de los fr!os vientos. $uchas ove#as si%uen a Abraham. Abraham, andando solo, si%ue el rastro. Los e#+rcitos se burlan de Abraham y amena'an con el eterminio de los cautivos. & Angustiado por no poder reali/ar el sueño de Sara, prosegu2 rumbo al uturo incierto, siendo orientado Inicamente por la llama, cu"o brillo aumentaba a medida en que las tinieblas se hac2an más densas# %omencé entonces a meditar sobre aquella llama que me acompañaba con su brillo " calor# ' Yo estaba acostumbrado a -er el Juego Sagrado entroni/ado sobre sobre un gran altar de piedras, en medio de las alaban/as de muchos pastores, de entre los cuales "o me destacaba como maestro " sacerdote# n aquellos momentos de adoraci!n, "o me -est2a con los me*ores mantos, " hac2a la pregunta de reali/ar el sacri4cio, solamente cuando todos mis sier-os estu-iesen reunidos a mi alrededor, para que escuchasen mis conse*os " ad-ertencias# n la hora del sacri4cio, "o le-antaba hacia el cielo mi espada desen-ainada, ", con palabras amedrentadoras, proclamaba proclamaba la grande/a del Señor de los *ércitos, l Cios 5odopoderoso que domina sobre los %ielos " la 5 5ierra# ierra# $ibrando $ibrando la espada espada en el aire aire en un mo-imiento mo-imiento amena/ador, "o representaba delante de mis pastores, la imagen de un Cios se-ero, que siempre esta listo para repeler cualquier conrontaci!n# Cespués de esa demostraci!n de soberan2a " poder, tomaba "o una o-e*a de las manos de un pastor, " la amarraba sobre el altar# Para que estu-iese bien clara la ira di-ina, pinchaba "o
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sobre su cuello, golpeándola se-eramente, hasta -erla perecer# perecer# n aquel momento "o descend2a del altar, " permanec2a esperando el Juego Sagrado que *amás de*! de maniestarse sobre el sacri4cio# Yo hab2a aprendido desde la inancia a re-erenciar el Juego Sagrado, cre"endo que ello era una re-elaci!n -isible de Yahwéh, Yahwéh, el Kran Cios 7n-isible# 1asta entonces, "o lo -e2a como un Juego Lnico e 7ndi-isible# Ahora, al transportar en un humilde *arro la llama que se hab2a desprendido del altar, mis pensamientos se agitaban con el surgimiento de un nue-o concepto sobre el %reador0 el concepto de un Cios Suridor que es capa/ de desprenderse del Kran Yahwéh, representado por el Juego Sagrado, para acompañar al pecador en su *ornada# 9 Arrepentido, Arrepentido, me postré delante del -aso " lloré amargamente# 5en2a ahora conciencia de que todo el celo demostrado *unto al Altar, ten2a como 4nalidad la e8altaci!n de mi orgullo, " no la del amor de Aquél que me acompañaba por el camino# > SIbitamente, se me grab! en la mente la con-icci!n de que aquella pequeña llama que se hab2a desprendido del Juego Sagrado, era una representaci!n representaci!n del es2as, que Se desprender2a del Kran Yahwéh, para ser el Cios %on =osotros, compañero compañero en todas nuestras *ornadas# Al sobre-enirme sobre-enirme esta con-icci!n, la llama se alegr!, tornándose más brillante " calurosa# ? %on el cora/!n transormado, prosegu2 por el camino rumbo al -alle, lle-ando en los hombros el *arro que me hab2a tra2do después de tanto desprecio, la alegr2a de una nue-a re-elaci!n sobre el carácter del %reador# @ omentos di2ciles comen/aron a surgir en mi camino, cuando r2os -ientos -enidos del mar salado comen/aron a arremeterse arremeterse contra la pequeña llama, proFcurando apagarla# Yo la amparaba con mi cuerpo, andando muchas -eces de lado e igualmente de espalda, mas siempre a-an/ando rumbo al -alle# B Al romper la lu/ del d2a, me encontré a un paso de la planicie# %omencé a encontrar por el camino muchos rebaños que eran conducidos por rudos pastores# A medida en que a-an/aba entre ellos, surg2an tumultos " conusiones, pues muchas o-e*as " cabras se asustaban con mi -aso ardiente, dispersándose por todas partes# sto
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hi/o que la ma"or2a de los pastores estuF-iesen irritados contra mi presencia en su medio# D Sabiendo que no podr2a permanecer retenido en ese -alle, prosegu2 de rente rumbo a Sodoma# ientras que a-an/aba, comen/! a suceder algo interesante0 muchas o-e*as, tiernas " sumisas, comen/aron a acompañarme# ran pocas al principio, pero poco a poco su nImero ue aumentando, hasta que comencé a caminar con di4cultad, debido al gran nImero de o-e*as que me segu2an# A lo le*os "o pod2a -er a los pastores, enurecidos, por la pérdida de sus o-e*as más bonitas# &E Al llegar a la %iudad de Sodoma, la encontré -ac2a " de-astada# Siguiendo los rastros de*ados por los e*ércitos " por la multitud de cauti-os, ca uti-os, ui apro8imándome apro8imándome cada -e/ más al blanco de mi misi!n# Al llegar a la campiña de Can, pude a-istar a lo le*os el gran campamento de los soldados, al pie de una colina# Sin prisa, me encaminé hacia allá, conduciendo a mi nue-o rebaño# && Cesde lo alto del monte, pude obser-ar el campamento en toda su e8tensi!n# 1ab2a millares de soldados conmemorando su -ictoria6 ientras que, centenares de cauti-os "ac2an amontonados en medio del campaFmento, humillados " sin esperan/a# Ante esa escena, estu-e imaginando c!mo se podr2a reali/ar la liberaci!n# &' i presencia despert! la curiosidad de algunos soldados que, al -erme con el -aso umigante, se apro8imaron apro8imaron " comen/aron a burlarse# %uando me preguntaron preguntaron el moti-o de mi presencia en aquel lugar, les di*e que -en2a a liberar a mi sobrino .!t# is palabras se tornaron en moti-o de muchas bromas en todo el campamento6 Cespués de esto, comen/aron a moarse de .!t# & n poco tiempo, toda aquella burla se transorm! en gritos de -engan/a, " proclamaron proclamaron que, a la mañana siguiente, todos los cauti-os ser2an e8terminados, comen/ando por mi sobrino# Ca%"+lo 4
Abraham se reconforta con la lle%ada lle%ada de sus astores y aliados. Los astores arendieron a amar la lu' del Vaso. Vaso. Lealtad de los aliados de Abraham. -rientado or la Vo' ivina, Abraham da instrucciones estrat+%icas. La
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lamarilla de Lot. /onfusión y matan'a entre los e#+rcitos enemi%os. & ientras intentaba imaginar lo que Yahwéh podr2a hacer para alcan/ar tan milagrosa liberaci!n, -i surgir a lo le*os un grupo de pastores que se encaminaban en direcci!n m2a, -iniendo de Sodoma# Pensé al principio que eran los pastores enemigos que -en2an a arrancarme el rebaño conquistado con amor# 5al descon4an/a pronto desapareci!, dando lugar a un sentimiento de mucha alegr2a, cuando descubr2 que eran mis 4eles pastores# llos se ueron apro8imando en pequeños grupos de doce, hasta alcan/ar el total de EE pastores# Al mirar hacia ellos, pude notar en sus semblantes las señales de una gran lucha espiritual que tu-ieron que enrentar, para estar de mi lado# e contaron acerca de la e8periencia de muchos compañeros que, desanimados, hab2an lan/ado el aceite " la lana uera de sus -asos, regresándose hacia sus tiendas# e hablaron de como, en aquella noche anterior, hab2an aprendido a amar la lu/ de mi -aso, que para ellos se con-irti! como en una estrella gu2a# ' e alegraba con la presencia de mis humildes pastores, cuando llegaron en direcci!n nuestra Aner, scol " anre, acompañados por quince hombres armados6 ran 4eles amigos que, conociendo los peligros que enrentar2amos en aquel -alle, -inieron en nuestra a"uda# Para que no apla/áramos el plan di-iFno, les ped2 que permanecieran escondidos hasta el amanecer, cuando recibir2an orientaciones sobre c!mo participar en la misi!n# %omencé a orientar a los pastores, siguiendo las instrucciones de .a $o/ Ci-ina que me sonaba desde dentro de la llama0 .a primera tarea de los pastores, ser2a cuidar del rebaño hasta el anochecer# 9 Al -ol-er, ordené que amarraran las made*as de lana empapadas en aceite, en la punta de sus bordones, colocándolos dentro de los -asos que, deber2an mantenerse suspendidos, boca aba*o# > %omencé a encenderlos con el uego de mi llamarada, hasta que las trescientas antorchas estu-ieron ardiendo, aunque, ocultas, en el interior de aquellos -asos# ? rdené a cuarenta de mis -alerosos pastores que, en el momento indicado por una señal que ser2a dada, deber2an
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a-an/ar silenciosos hacia el centro del campamento, circundando a todos los cauti-os que "ac2an amontonados en medio del campamento de las tropas# Al mismo tiempo, los '?E pastores restantes, deber2an rodear todo el campamento, esperando la señal de romper los -asos con los cuernos# @ rientado por .a $o/ de la .lama, les indiqué las señales0 %uando la Iltima antorcha se apagase en el campamento, deber2an estar atentos, pues una pequeña lamparilla ser2a encendida por uno de los cauti-os# 5an pronto como la lamparilla comen/ase a arder, deber2an correr cada uno hacia su puesto, e-itando cualquier ruido, para no ser descubiertos# B .a señal para ellos de quebrar los -asos con los cuernos, le-antando mu" en alto la antorcha, ser2a el apagar de la lamparilla# D Cespués de esas orientaciones, los '?E pastores, ocultos por las sombras de la noche, se esparcieron por el -alle, " estaban esperando el momento de colocarse alrededor del campamento6 ientras tanto, los 9E se colocaron pr!8imos a un pasa*e más -ulnerable, a tra-és del cual habr2an de alcan/ar a los cauti-os# &E ra "a alta noche cuando la antorcha del Iltimo soldado se apag!, sobre-iniendo una completa oscuridad " silencio sobre el campamento de las tropas# && ntre los cauti-os, hab2a un hombre en aquella noche, que -i-2a la ma"or angustia de su -ida# ra mi sobrino que, después de con-ertirse en el blanco de tantos abusos " humillaciones, hab2a tomado conocimiento del castigo que les esperaba al amanecer# &' n aquella noche, .ot ten2a sus pensamientos -ueltos hacia su t2o6 se acordaba con arrepentimiento del momento en que me hab2a de*ado *unto al +oble de ambré, mudándose hacia las campiñas de Sodoma# n su desesperaci!n, sinti! deseo de -ol-er a -er mi a/ " de pedirme perd!n por haberse apartado de m2# Mustamente en aquel momento, .ot ue atra2do por el brillo de una antorcha que ard2a sobre la colina# Al mirar el brillo, imagin! estar teniendo una -isi!n, pues ello mismo le re-elaba la a/ de su querido t2o# & Nueriendo mostrarme su rostro, .ot palp! en medio de las tinieblas hasta encontrar una pequeña lamparilla que
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hab2a tra2do en su alor*a# Jrustrado, percibi! que no hab2a en ella nada de aceite# %onclu"! que aquella lámpara apagada " seca, era un s2mbolo de su -ida -ac2a " sin e# &9 Sin des-iar los o*os de mi rostro iluminado por la llama del -aso, en un desesperado gesto de e, .ot palp! la mecha de su lamparilla, descubriendo que hab2a en ella un residuo de aceite# %ur-ándose, comen/! a herir las piedras del uego, hasta que una chispa salt! hacia la mecha# Sin saberlo, .ot estaba comandando con sus gestos, los pasos para una gran liberaci!n# &> .os trescientos pastores al -er el tenue brillo de la lamparilla, se encaminaron rápidamente hacia sus puestos, ", permanecieron aguardando el apagar de la pequeña llama# &? Cesde el momento en que .ot se le-ant! con su diminuta llama, "o estaba mirando hacia sus o*os que miraban los m2os# $i que su a/ tra2a señales de inenarrable angustia " malos tratos# As2 mismo, pude leer en sus o*os a/ules, que la esperan/a " la e toda-2a no le hab2an abandonado# &@ l pequeño uego de la lamparilla de .ot, con todo, no resistir2a por mucho tiempo# ra necesario que se apagase, para señali/ar la gran -ictoria# &B %uando la oscuridad -ol-i! a cubrir la a/ de .ot, mis trescientos pastores arremetieron sus cuernos contra los -asos que manten2an ocultas las antorchas ardiendo# Un gran ruido, como de caballer2a en combate reson! por todas partes, mientras que las antorchas eran suspendidas# .os trescientos cuernos utili/ados hasta entonces para conducir el rebaño, sonaban ahora como trompetas de conquistadores# &D 5odo el campamento se despert! de un solo brinco, ", sin saber c!mo escapar de tan terrible in-estida que part2a de auera " de adentro, los soldados comen/aron a luchar entre s2 mismos, mientras que mis pastores permanec2an en sus puestos, haciendo sonar los cuernos# 'E .os cauti-os, estu-ieron mu" espantados al principio, mas poco a poco ueron tomando conciencia de la gran liberaci!n que estaba operándose en su a-or# '& %uando amaneci!, se re-el! ante nuestros o*os un escenario de completa destrucci!n6 5odo el pueblo estaba cubierto por millares de cuerpos rasgados por sus propias
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espadas " lan/as# Solamente unos pocos consiguieron huir de aquel campamento de muerte, mas ueron perseguidos por mis dieciocho aliados que estaban armados, siendo alcan/ados en 1obá, que esta a la i/quierda de Camasco, mientras tanto, los cauti-os, ahora liberados, recuperaban todas las rique/as de que hab2an sido saqueados por los enemigos# Ca%"+lo 5
La Gran Liberación reresenta la liberación de (srael en los 0ltimos d!as. Abraham descubre )ue La Gran Liberación se concreti'ó en 1osh Hashan2. Abraham redica la fe en el $es!as a los cautivos liberados invit2ndoles a uricarse en a%ua, solo tres lo acetan. Abraham recha'a la oferta del rey de "odoma. Abraham y los eles deciden conmemorar la esta de "u3ot en "alem. Las 4erlas del Vaso. 5ienvenida festiva en "alem. El encuentro de Abraham y $el)uisedec. 6V+ase /rono. 7, 8 y 9: & Ce la cima de la colina, en tanto que "o -ibraba con la alegr2a de los cauti-os en aquella mañana de liberaci!n, o2 la $o/ de Yahwéh hablándome de en medio de la llama0 ' :Osta liberaci!n que ho" se concreti/a, representa la liberaci!n que he de operar en los Iltimos d2as, sal-ando a los remanentes de tus hi*os, del cerco de numerosas naciones que se aliarán a Kog con el prop!sito de destruirlos# n aquel d2a en que triunaren sobre mi pueblo, mi indignaci!n será mu" grande, " contenderé contra él por medio de la peste " de la sangre6 llu-ia inundante, grandes rocas de grani/o, uego " a/ure haré caer sobre él, sobre sus tropas " sobre sus muchos pueblos que estu-ieren con él# As2, "o me engrandeceré, *usti4caré mi santidad " me daré a conocer a los o*os de muchas naciones6 " sabrán que "o so" el Señor# Y sobre la casa de Ca-id " sobre los habitantes de Merusalén derramaré el sp2ritu de gracias " de sIplicas6 mirarán hacia m2 a quien traspasaron, " harán lamentaci!n como quien se lamenta por un hi*o unigénito " llorarán por él como quien llora amargamente por el primogénito# n aquel d2a, habrá una uente abierta para la casa de Ca-id " para los habitantes de Merusalén, para remo-er el pecado " la impure/a# :
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%onsiente de la importancia hist!rica de aquel d2a de liberaFci!n, tomé un calendario ", miré con sorpresa, pues era +osh 1aFshaná, o d2a de las trompetas# Aquél era el primer d2a de un Año =ue-o6 Cie/ d2as después -endr2a el Yom Qipur, el d2a de la puri4caci!n de los pecados6 n el d2a &>, tendr2a lugar la 4esta de SuRot, la alegre 4esta de las cosechas de otoño# 9 .a llama que para m2 se hab2a con-ertido en una representaci!n del es2as Prometido, se apag! en el momento en que descend2 al encuentro de los pastores " de los muchos cauti-os ahora liberados# .lenos de alegr2a " de admiraci!n, todos quer2an saber como hab2a llegado a ser posible tan grande liberaci!n, solamente con la utili/aci!n de aquéllas antorchas " cuernos# .es hablé entonces de la importancia de aquel uego que se hab2a desprendido del Altar, para liberarlos en aquel -alle, identi4cándolo como el es2as Sal-ador# > Al -er que todos cargaban en sus cuerpos " mantos la suciedad de la escla-itud, los in-ité a seguirme hasta el r2o Mordán, donde todos podr2an bañarse, para la puri4caci!n de sus pecados# ? Solamente tres personas atendieron la in-itaci!n0 .!t " sus dos hi*as más recientes# .os demás, regresaron contaminados hacia sus casas# @ Antes de partir, el re" de Sodoma -ino a mi encuentro, prometiendo darme todas las rique/as recuperada en aquella mañana# Yo rechacé su oerta, para que nunca *amás alguien pudiera decir que "o me enriquec2 con aquel saqueo# B Permanecimos acampados en los márgenes del r2o Mordán, en las pro8imidades de Meric! por doce d2as# n aquellos d2as de rerigerio, todos se hallaron libres de las impure/as, de*ándolas en las aguas del Mordán# ste era un preparati-o especial para la 4esta de SuRot que decidimos conmemorar en Salem# D .lenos de alegr2a, iniciamos una marcha ascendente rumbo a la ciudad de Salem, inconsciente de la eli/ sorpresa que nos aguardaba# Yo segu2a al rente teniendo a mi lado a .!t " sus dos hi*as, " detrás -en2an los EE pastores, conduciendo el gran rebaño# &E A medida que a-an/ábamos, comencé a notar que mi -aso que se hab2a quedado -acio al amanecer, se torn!
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mu" pesado# Al ba*arlo, miré sorprendido al descubrir dentro de él muchas perlas de -ariados tamaños " brillos que se ormaron misteriosamente# && Al -er nosotros a lo le*os la blanca ciudad, comen/amos a o2r sonidos de una gran 4esta# Acordes armoniosos repercut2an por los montes, mientras a-an/ábamos por el camino# &' i curiosidad en conocer aquella ciudad " a su *o-en re" era inmensa, pues de boca de muchos "a hab2a o2do acerca de su grande/a " ama# Se trataba de un reino dierente de todos los demás, donde los sIbditos eran entrenados no en el mane*o de arcos " 3echas, sino en el dominio de instrumentos musicales# elquisedec, su *o-en re", reg2a a todos con un cetro mu" especial0 un laId, por el cual hab2a pagado un precio ele-ado# & n tanto crec2a en m2 la alegr2a por estarnos apro8imando a la %iudad del Kran +e", -imos una multitud -estida de lino 4no, puro " resplandeciente, saliendo a nuestro encuentro# 5odos tra2an instrumentos musicales, mientras cantaban un himno de -ictoria# Al rente de la multitud -en2a un *o-en tocando un laId, tra"endo en la rente una corona repleta de piedras preciosas, que brillaban ba*o la claridad del sol poniente# Yo tu-e la certe/a de que aquél era el tan aclamado re" de Salem# &9 Al momento de nuestro encuentro, quedamos admirados con la salutaci!n que nos hicieron6 7nclinándose delante de m2, elquisedec a4rm!0 &> :Oendito eres tI Abraham, sier-o del Cios Alt2simo, que posee los cielos " la tierra6 " bendito sea el Cios Alt2simo, que entreg! a tus ad-ersarios en tus manos# : Ca%"+lo #
Grandes revelaciones de $el)uise;dec y su ueblo. Los vencedores son coronados. Al ser coronado, Abraham se conmueve al observar heridas rofundas en las manos de $el)uisedec. $el)uisedec romete relatar su historia. $el)uisedec, al artir el an y el vino, es honrado. Las 7<< erlas como die'mo. Las instrucciones y rofec!as de $el)uisedec.
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& Sorprendidos por la esti-a recepci!n, uimos introducidos en la ciudad, donde la belle/a de las mansiones " *ardines nos caus! mucha admiraci!n# 5odo all2 era puro " lleno de pa/# ' Juimos recibidos en el palacio real, edi4cado sobre el onte Si!n# All2, una nue-a sorpresa nos aguardaba0 .a gran sala del trono, estaba toda adornada con representaFciones de nuestra -ictoria sobre los enemigos# 1ab2a en medio de la sala una mesa mu" larga, cubierta por toallas de lino 4no adornadas con hilos de oro " piedras preciosas# Sobre la mesa hab2a E9 coronas, cada una tra"endo la inscripci!n del nombre de un -encedor# n un gesto que nue-amente nos sorprendi!, elquisedec, tomando las coronas, comen/! a colocarlas en la cabe/a de cada uno de nosotros, comen/ando por .ot " sus hi*as# stábamos todos admirados por el hecho de que el re" de Salem nos conociera indi-idualmente, " por tener preparadas aquellas coronas mucho antes de que uésemos -encedores# 9 Yo obser-aba la alegr2a de mis compañeros coronados, cuando, tomando una corona seme*ante a la su"a, el re" de Salem se dirigi! a m2 con una sonrisa# Al le-antarla sobre mi cabe/a, noté algo que hasta entonces no hab2a percibido0 Sus manos tra2an cicatrices de heridas proundas# $encido por un sentimiento de gratitud, me postré a sus pies ", conmo-ido, besé sus bondadosas manos, bañándolas con mis lágrimas# > Al le-antarme, le pregunté el signi4cado de aquellas cicatrices# %on una tierna sonrisa, él prometi! que ir2a a contarme toda la historia de aquel pr!spero reino, " de cuánto le cost! obtener su pa/# ? Cespués de coronarnos, elquisedec nos hi/o sentar alrededor de la gran mesa, " comen/! a ser-irnos el pan " el -ino6 A partir de aquel momento, comen/amos a honrarlo como Sacerdote del Cios Alt2simo# @ n un gesto de gratitud, tomé el -aso repleto de perlas, " lo coloqué a los pies del re"# 5omándolo en los bra/os, él comen/! a acariciarlo, sin atentar hacia el brillo de las perlas# 8presándome la gratitud por aquella orenda, me di*o que aceptar2a el -aso ", que de las perlas, solamente aceptar2a el die/mo#
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B 7nmediatamente comencé a contar las *o"as, separando las más bellas para el re"# 1ab2a un total de &,99E perlas, de las cuales le entregué &99# Gl las guard! cuidadosamente en una ca*ita hecha de oro puro, en cu"a tapa hab2a lindos adornos con incrustaciones de pequeñas piedras preciosas# D Cespués de recibir el die/mo que simboli/aba la gran liberaci!n operada por Yahwéh en la planicie, elquisedec llam! -enir a él a uno de sus sIbditos que era maestro en adornos " pinturas, ordenándole honrar el -aso con un lindo grabado que retratase el momento en que "o lo orendé# &E ientras el *arro era pintado, elquisedec comen/! a contarme la historia de su reino, desde su undaci!n hasta aquel momento en que estábamos conmemorando la gran -ictoria sobre los enemigos# && Al de-ol-erme el -aso, ahora honrado con el más bello grabado e inscripciones que e8altaban la *usticia, la humildad " el amor, el re" de Salem me orden! que lle-ara conmigo el -aso con aquellas perlas# Curante seis años "o " mis pastores deber2amos contar a todos la historia de aquel -aso que ue -ictorioso por causa de la llama del altar# A todos aquellos que, con arrepentimiento, aceptasen la sal-aci!n representada por su historia, deber2amos orecer una perla# Al 4nal de los seis años, las perlas se acabar2an6 Ya no habr2a oportunidad de sal-aci!n# Sobre-endr2a entonces el séptimo año, en el cual habr2a un tiempo de gran angustia " destrucci!n, cuando solamente habr2a protecci!n para aquellos que pose"esen las perlas# Por esa ocasi!n, las ciudades de la planicie ser2an totalmente detruidas por el uego del *uicio, " los demás pueblos que no se arrepintiesen, ser2an die/mados por grandes plagas# Ca%"+lo (
/ontin0an las revelaciones de $el)uisedec. Acontecimientos )ue se vericar2n en 1osh Hashan2, en =om >iur y en la esta de "u3ot. "eis a*os de oortunidad. La santicación del d!a de reoso, se*al de alian'a con =ah?+h. La @ueva erusal+n revelada al nal del s+timo a*o. La Venida del $es!as. La resurrección de los eles fallecidos y transformación de los vivos victoriosos.
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/oronación de los #ustos en la /iudad "anta. 6V+ase /rono. 9: & Sobre el triuno que acabábamos de obtener sobre numerosos e*ércitos, elquisedec, después de repetirme las palabras dichas por el es2as, di*o una señal que ser2a importante para aquéllos que -i-iesen por la ocasi!n de la gran liberaci!n de 7srael# A4rm! que, multiplicando las &99 perlas del die/mo por el nImero de columnas de su palacio, encontrar2a el año que traer2a a su consumaci!n la gran liberaci!n de 7srael# o-ido por la curiosidad, comencé inmediatamente a contar las columnas6 ran 9E columnas de mármol, adornadas con piedras preciosas# ' Al regresar al re" con el resultado de los cálculos, él comen/! a hacer predicciones sobre los grandes acontecimientos que tendr2an lugar al 4nal de aquél año0 :Al llegar la plenitud de los tiempos, todos los esuer/os humanos en busca de la pa/ se rustrarán# n aquel tiempo, numerosas naciones se aliarán contra el reino de Salem6 1abrá una batalla como nunca hubo, " toda la tierra será castigada por el uego6 Cespués de agotar ellos todos los recursos en su deensa, 7srael -erá, con desesperaci!n, incontables enemigos marchando contra ellos, con el prop!sito de eliminarlos# %omo .ot en su noche de angustia, ellos -erán morir su esperan/a, cuando, en +osh 1ashaná, ha de o2rse en medio de las ruinas de Salem, los acordes armoniosos de un laId, tocados por un beduino de la tribu de 5aamireh6 Su mIsica hará renacer la e " la esperan/a en un mundo me*or, donde naci!n no se le-antará contra naci!n6 donde las lágrimas, el dolor " la muerte no e8istirán más# : 9 Cespués de consolar a los a3igidos con los acordes de su laId, el beduino tomará el -aso con los pergaminos de la tumba de Ca-id, " lo lle-ará sobre los hombros# n aquel d2a, estarán los pies su"os sobre el onte de los li-os, ", al clamar por la liberaci!n de 7srael, habrá un uerte terremoto que agrietará el onte por la mitad, surgiendo del oriente hacia el occidente un enorme -alle# n aquel d2a, toda la tierra de 7srael será uertemente sacudida, sobre-iniendo una total destrucci!n para todos los e*ércitos enemigos6 1abrá, sin embargo, sal-aci!n para todos aquéllos que, con arrepentimiento, se reugiaron ba*o las
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alas del terno, lan/ando le*os de s2 los instrumentos de -iolencia# > 5oda la humanidad testimoniará, con espanto, las escenas de la liberaci!n de los hi*os de 7srael# n aquel d2a, muchos pueblos " poderosas naciones se establecerán al lado de Yahwéh de los *ércitos6 ultitudes de los *ud2os de la diáspora se apro8imarán, diciendo0 =os iremos con -osotros, porque sabemos que el terno está de -uestro lado# ? l Yom Qipur que seguirá a la liberaci!n, será un d2a de puri4caci!n de las impure/as de todos aquéllos que aceptaron la sal-aci!n6 n aquel d2a acabará la ceguera de los hi*os de Macob, " mirarán hacia Aquél a quien traspasaron, " llorarán amargamente por él como se llora por un hi*o unigénito# @ n la 4esta de SuRot (cosechas) será derramado el sp2ritu de Cios sobre toda carne6 Y sucederá que, todo aquél que in-oque el nombre de Yahwéh, será sal-o, recibiendo una perla del -aso# B n el decorrer de los d2as de SuRot, llu-ias de bendiciones caerán sobre el inmenso -alle, haciendo surgir a la -ista de todos los pueblos, en toda la tierra Santa, un para2so repleto de alegr2a " pa/# D n aquel d2a los elegidos de Cios comprenderán las palabras del libro0 &E 2dme, -osotros, que procuráis la *usticia, -osotros que buscáis a Yahwéh# irad hacia la roca de la cual uisteis ca-ados, hacia la ca-erna de la cual uisteis sacados# irad hacia Abraham, -uestro padre, " hacia Sara, aquella que os dio a lu/# Gl estaba solo cuando lo llamé, mas "o lo bendi*e " lo multipliqué# Yahwéh consol! a Si!n, consol! todas sus ruinas6 él transormará su desierto en un dén " su soledad en un *ard2n# n ella encontrarán go/o " alegr2a, cánticos de acci!n de gracias " sonidos de mIsica# && n aquel d2a los redimidos mirarán hacia el humilde beduino que liber! de la ca-erna el -aso de Abraham, " cantarán con alegr2a0 &' %uán bellos son, sobre los montes, los pies del mensa*ero que anuncia la pa/, del que proclama buenas nue-as " anuncia la sal-aci!n, del que dice a Si!n0 ;h tu Cios reina< Porque Yahwéh consol! a su pueblo, él redimi! Merusalén# Yahwéh descubri! su santo bra/o a los o*os de
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todas las naciones, " todos los e8tremos de la tierra -erán la sal-aci!n de nuestro Cios# & Curante seis años, toda la humanidad, iluminada por la ma"or re-elaci!n del amor " de la *usticia de Yahwéh, tendrá oportunidad de romper con el imperio del pecado, uniéndose a los hi*os de 7srael en su marcha de puri4caci!n " restauraci!n del reino de la lu/# &9 ntonces acontecerá que, todos los sobre-i-ientes de las naciones que marcharon contra Merusalén, subirán, año tras año, para postrarse delante del re" Yahwéh de los *ércitos, " para celebrar la 4esta de SuRot# Y acontecerá que aquélla de entre las amilias de la tierra que no suba " no -enga, atraerá contra s2 misma la plaga con la que Yahwéh herirá a las naciones que no suban a celebrar la 4esta de SuRot# &> n aquellos años de oportunidad, sonará por todas partes del mundo el Iltimo con-ite de misericordia, en un intento por que todos los pecadores se arrepientan " se unan en una eterna alian/a con Yahwéh, diciendo0 &? As2 dice Yahwéh0 bser-ad el derecho " practicad la *usticia, porque mi sal-aci!n esta pronta a llegar " mi *usticia, a maniestarse# iena-enturado el hombre que proceda as2, " el hi*o del hombre que en esto se a4rma, que guarda el sábado " no lo proana " que guarda su mano de practicar el mal# =o diga el e8tran*ero que se entreg! a Yahwéh0 :=aturalmente Yahwéh -a a e8cluirme de su pueblo,: ni diga el eunuco0 :=o ha" duda, "o no paso de un árbol seco6: Pues as2 dice Yahwéh a los eunucos que guardan mis sábados " optan por aquello que es mi -oluntad, permaneciendo 4eles a mi alian/a0 O1e de darles, en mi casa " dentro de mis muros, un monumento " un nombre más precioso del que tendr2an como hi*os e hi*as6 1e de darles un nombre eterno, que no será e8tirpado# Y, en cuanto a los e8tran*eros que se entregaren a Yahwéh para ser-irlo, s2, para amar el nombre de Yahwéh " con-ertirse en sus sier-os, a saber, todos los que se abstienen de proanar el sábado " que se mantienen 4eles a mi alian/a, "o los traeré a mi santo monte " los cubriré de alegr2a en mi casa de oraci!n# Sus holocaustos " sus sacri4cios serán bien aceptados en mi altar# n eecto, mi casa será llamada casa de oraci!n para todos los pueblos# &@ n los seis años de oportunidad, Samael, el gran engañador, en un gesto de desesperaci!n, empleará todos
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los recursos posibles para impedir la reali/aci!n de Yahwéh a tra-és de Su pueblo# n oposici!n a la santi4caci!n del sábado que es la señal de la alian/a entre Yahwéh " sus escogidos, numerosas religiones, aliadas a gobernantes imp2os, impondrán otro d2a para el culto, no pudiendo comprar ni -ender todos aquéllos que se mantu-ieren 4eles a la alian/a de Yahwéh# n aquellos años de pruebas, los elegidos de Cios sobre-i-irán mediante el cuidado de los ángeles, que los conducirán distantes de las ciudades populosas que serán castigadas por las siete Iltimas plagas que caerán sobre los impenitentes al 4nal de los seis años# &B Curante los seis años de la cosecha 4nal, el es2as edi4cará una =ue-a " terna Merusalén, adornándola con los hechos de *usticia de Sus escogidos# sa =ue-a Merusalén solamente será re-elada al completarse toda la *usticia di-ina, al 4nal del séptimo año, per2odo en que los elegidos de Cios tendrán como desa2o -i-ir una -ida sin culpas, pues cualquier acto de rebeld2a en aquel tiempo, estar2a sin e8piaci!n, signi4cando una eterna -ergHen/a para el %reador# &D Al completarse los siete años, el es2as aparecerá en las nubes del cielo, acompañado por todas las huestes celestiales6 Al tocar Su trompeta en aquél gran +osh 1ashaná, los 4eles allecidos, resucitarán re-estidos de gloria6 los -i-os -ictoriosos, serán transormados en un abrir " cerrar de o*os, recibiendo cuerpos perectos6 Muntos, todos los redimidos serán arrebatados hacia la =ue-a Merusalén, en un -ia*e inol-idable que comen/ará en el primer d2a de la 4esta de SuRot6 Cespués de siete d2as de eli/ ascensi!n, llegarán a .a %iudad Santa para conmemorar, delante del trono, el octa-o d2a de la 4esta# %omo si uese un sueño, los rescatados del Señor entrarán en .a %iudad Santa, encontrando a su lado norte, el *ard2n del dén, en medio del cual se ele-a el monte Si!n, el lugar del trono de Yahwéh# %oronados por el es2as, los redimidos entonarán el cántico de la -ictoria, haciendo -ibrar por todo el espacio los acordes de sus arpas, laIdes " 3autas# Ca%"+lo )
/ontin0an las redicciones de $el)uisedec. Abraham y sus astores roclaman la salvación reresen;tada or la
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historia del vaso y su llama redentora. -tor%an erlas a los creyentes. Bn tiemo de oor;tunidad antes de la calamidad. Las erlas del vaso no ten!an si%nicado ara "ara. & Cespués de proerir todas estas predicciones, elquisedec me di*o que toda la e8periencia que estábamos -i-iendo, era pre 4gurati-a# Para que todo el drama se consumase, ten2amos toda-2a delante de nosotros acontecimientos importantes6 primeramente, "o deber2a regresar al +oble de ambré *untamente con mis pastores, para proclamar a todos la sal-aci!n representada por la historia de aquel -aso# 5odo aquél que, con arrepentimiento, aceptase al es2as re-elado, obtendr2a el perd!n de sus pecados, recibiendo una perla# Al 4nal de seis años, al llegar la -2spera de +osh 1ashaná, las perlas se acabar2an, no habiendo más oportunidad de sal-aci!n# Por aquel tiempo, el uego del *uicio caer2a sobre las ciudades de Sodoma " de Komorra, habiendo terribles plagas sobre todos los in4eles# ' Al o2r tales palabras del re" de Salem, me sobre-ino gran anFgustia, al acordarme de los Iltimos pasos de Sara6 Yo tem2a que ella, en su incredulidad, no aceptase una perla# Si esto aconteciese, mis lindos sueños se echar2an por tierra, pues no conseguir2a ser eli/ en su ausencia# .e"endo en mis o*os la angustia, elquisedec me consol! con una promesa0 :Abram, de aqu2 a seis años Yahwéh te -isitará en tu tienda, " tu esposa será curada de su esterilidad# lla se con-ertirá " te dará un hi*o que se llamará 7saac# : 9 Al 4nali/ar la 4esta de SuRot, retornamos a nuestras tiendas *unto al +oble de ambré# A medida en que 2bamos a-an/ando por el camino, muchas personas nos rodeaban, admirados por la belle/a del -aso repleto de perlas6 A todos contábamos la historia de su llama redentora, " orec2amos las perlas a todos los que cre"endo, aceptaban la sal-aci!n# > %uando llegamos al +oble de ambré, una multitud de personas en él esperaba6 uchos hab2an o2do hablar de la milagrosa liberaci!n operada a tra-és de aquel -aso que hab2a sido el blanco de tanto menosprecio# Ahora, todos estaban enmudecidos al -erlo glori4cado#
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? Muntamente con mis pastores, continuamos proclamando el in4nito amor de Yahwéh re-elado por la llama# l nImero de aquellos que procuraban obtener las perlas ue aumentando, d2a tras d2a, " todos éramos elices# @ .os d2as, los meses " años ueron pasándose, " la cantidad de perlas ue disminu"endo dentro del -aso# stábamos -i-iendo ahora los Iltimos meses del se8to año, que era el Iltimo de oportunidad# A medida en que los d2as se pasaban, aumentaba en mi cora/!n una preocupaci!n " una angustia, pues Sara hasta entonces no hab2a tomado interés en apoderarse de su perla, a pesar de mis constantes ruegos# B n aquellos momentos de a3icci!n en que clamaba a Cios por la sal-aci!n de Sara, mi Inico consuelo eran las Iltimas palabras del re" de Salem, de que al 4nal de los seis años ella ser2a transormada# D $i-2amos ahora los Iltimos d2as del se8to año6 .a conciencia de que el tiempo se estaba agotando, hac2a que muchas personas me procurasen desde la mañana hasta la noche, para apoderarse de las perlas de la sal-aci!n# %on el cora/!n herido por ine8presable a3icci!n, "o insist2a con Sara, procurando con-encerla de su necesidad en tomar, cuanto antes, una perla, pues las mismas se estaban haciendo cada d2a más escasas# Sin considerar mi angustia, Sara desdeñaba mis solicitudes, a4rFmando que aquellas perlas no ten2an ningIn signi4cado para ella# Ca%"+lo ,
Abraham intenta convencer a "ara sin tener +ito. Abraham recibe con hositalidad a tres ere%rinos. El "e*or convierte a "ara y le bendice, le entre%a dos erlas, una ara ella y otra ara su hi#o. Abraham cae a los ies de su 1edentor y recibe la 0ltima erla. & Cespués de una noche en -ela en que, desesperadamente, procuré con-encer a mi amada de posesionarse de su perla, aceptando la sal-aci!n representada por aquel -aso, -i el sol surgir tra"endo la lu/ del Iltimo d2a :-2spera de +osh 1ashaná# : Al mirar hacia dentro del -aso en aquella mañana, -i que restaban apenas tres perlas# Al admirarles el brillo, comencé a
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imaginar que la más brillante ser2a para mi hi*o prometido, la de brillo intermedio ser2a la de Sara, " la Iltima ser2a la m2a# se pensamiento me tra*o ali-io " esperan/a6 Pero, al mismo tiempo, comencé a preocuparme con la posibilidad de que llegaran personas procurando obtenerlas6 Si -iniesen, "o no podr2a negarles el derecho a ellas# ' 5omado por esa preocupaci!n, permanec2 sentado ba*o el +oble de ambré# n el transcurso del d2a, me sobre-ino un gran estremecimiento cuando -i a lo le*os tres peregrinos que caminaban rumbo a nuestra tienda# %omencé a clamar a Cios que ellos cambiaran de rumbo, pero mis clamores no ueron atendidos# Cominado por una gran amargura, corr2 hasta ellos, ", después de postrarme, los in-ite hacia la sombra# 5omando una -asi*a con agua, comencé a la-arles los pies, limpiándolos del pol-o del camino# Al -er los pies heridos " ampollados de aquéllos hombres, sent2 compasi!n por ellos6 %omprend2 que hab2an -enido de mu" le*os, enrentando peligros " desa2os, con el prop!sito de obtener a tiempo las perlas# $i que ellos eran mucho más merecedores que "o, Sara " nuestro hi*o prometido# 9 Al la-ar los pies del tercero, mi cora/!n que hasta entonces estaba a3igido, se lleno de pa/ " alegr2a6 7maginaba en aquel momento, cuán terrible ser2a si aquél tercer peregrino, no se hubiese unido a los dos primeros en aquel tra"ecto6 n ese caso "o estar2a obligado a tomar la Iltima perla, subiendo sin mi amada a Salem# Si tu-iera "o que pasar por esa e8periencia, la perla que simboli/aba la alegr2a de la sal-aci!n, se con-ertir2a para m2 en un s2mbolo de soledad " triste/a, pues la larga -ida del cariño de Sara, ser2a para m2 el ma"or castigo, como la propia muerte# > Cespués de la-arles los pies, comencé a ser-irles el alimento que ue especialmente preparado para ellos# ientras les ser-2a en silencio, estaba "o esperando el momento en que me preguntar2an por las perlas# Pero sin re-elar ninguna prisa, ellos hablaban sobre la larga caminata que hicieron, sobre las ciudades por donde hab2an pasado# Yo les pregunté si conoc2an Salem6 llos me respondieron a4rmati-amente, agregando que en aquellos seis años, muchas obras hab2an sido reali/adas en aquélla ciudad, en preparaci!n para una gran 4esta que estaba por reali/arse dentro de un año más, por la ocasi!n de SuRot#
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? .as palabras de aquél tercer peregrino, el más con-ersador de los tres, comen/aron a traerme, misteriosamente, un sentimiento de esperan/a# Al mirar hacia sus o*os a/ules, $i que él se parec2a a elquisedec# @ +ecordaba la Iltima promesa hecha por el re" de Salem, cuando el tercer peregrino me pregunt! con una sonrisa0 B :Abram, ;TConde está Sara tu mu*er<: D At!nito, le pregunté0 &E : T%!mo sabes mi nombre " el nombre de mi esposa: && l peregrino, me respondi!0 &' :=o solamente sé -uestros nombres, sino también sé que, de aqu2 a un año -osotros tendréis un hi*o que será llamado 7saac# : & Al o2r las palabras del -isitante, corr2 hacia dentro de la tienda a 4n de llamar a mi esposa, para que o"ese las palabras de aquél peregrino# &9 Al -erla, el peregrino le pregunt!0 &> : TSara, porqué os re2s de mis palabras: &? Asustada, Sara, contest!0 &@ : ;Yo no re2 mi señor< &B :=o digáis que no re2steis, pues "o os -i riendo dentro de la tienda# : A4rm! el peregrino# &D %onsiente de estar delante de alguien que conoc2a su interior, Sara le pregunt!0 'E : ;TNuién eres tI Señor< '& : ;Yo So" la llama que se desprendi! del Juego del Altar para estar en el -aso de tu esposo< ;Yo So" el es2as, el Yahwéh que sure humillaciones " desprecios por amor a Su pueblo<: '' 1abiendo hecho esta re-elaci!n, el peregrino e8tendi! Sus manos sobre la cabe/a de Sara para bendecirla6 Solo hasta entonces -i, que ellas estaban marcadas por cicatrices seme*antes a las del re" de Salem# ' l peregrino, con mucha ternura, comen/! a hablar al cora/!n de mi amada, rescatándola de su ca-erna de incredulidad0 '9 : ;Sara, -aliosa eres a mis o*os< ;5odo tu pasado de incredulidad e inertilidad está perdonado< ;5engo para ti un uturo glorioso, pues tI te conF-ertirás en madre de muchos pueblos " naciones<:
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'> Cespués de decir estas palabras, el noble -isitante se encamin! hacia el -aso e, inclinándose, tom! de el las tres perlas restantes# Cirigiéndose a Sara, le entreg! dos perlas, " le di*o0 '? :Una es para ti " la otra es para tu hi*o 7saac# : '@ %on la -ida transormada por el amor de Yahwéh, Sara se postr! agradecida a los pies de aquél peregrino que la hab2a sal-ado en el Iltimo momento de oportunidad# %uando la -i postrarse sumisa, mi cora/!n por tantos años a3igido, se rompi! en lágrimas de alegr2a " gratitud, " ca2 a los pies de mi +edentor " +e"# 'B Cespués de consolarnos con la certe/a de nuestra eterna sal-aci!n, el peregrino me entreg! la Iltima perla# %uando la apreté en mis manos sent2 una gran lu/ de alegr2a " pa/ penetrar todo mi ser, " comencé a alabar al terno por la certe/a de que tendr2a para siempre a mi lado a mi querida Sara " al hi*o de la promesa que, dentro de un año nacer2a# Ca%"+lo 1-
Abraham acoma*a al "e*or hasta la colina desde donde el "e*or env!a a sus dos coma*eros a una misión. =ah?+h se lamenta or la destrucción )ue habr2 de sobrevenir a los habitantes de las ciu;dades de a)uel hermoso valle# Abraham intercede or a)uel ueblo. @o hab!a die' #ustos en "odoma y Gomorra. Lamentación de =ah?+h. Los dos coma*eros son enviados ara rescatar a Lot y sus hi#as. Abraham se ostra a%radecido a =ah?+h or la intervención en el rescate de sus familiares. & Cespués de estas cosas, Yahwéh se despidi! de Sara " de los pastores que all2 se encontraban, " me in-it! a que los acompañara hasta la colina que esta rente al -alle# %uando llegamos a aquel lugar, el terno se despidi! de sus dos compañeros, en-iándolos a una misi!n especial en Sodoma# ' Ce la cima del monte contemplábamos los értiles -alles " bosques que, como un para2so, se e8tend2an en ambos márgenes del r2o Mordán, circundando las pr!speras ciudades, dentro de las cuales se destacaban Sodoma " Komorra#
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Jue sobre aquella colina que, después de la contienda entre mis pastores " los pastores de .ot, le di la oportunidad de escoger el rumbo a seguir, pues no podr2amos permanecer *untos# Atra2do por las rique/as de la campiña, él decidi! mudarse hacia allá# 9 Al mirar hacia mi compañero que permanec2a en silencio desde el momento en que -imos la campiña, me sorprend2 al -erlo llorando# .e pregunté el moti-o de su triste/a, " Gl, sollo/ando respondi!0 > :ste es para m2 un d2a de mucha triste/a, pues por Iltima -e/ mis o*os podrán posarse sobre este -alle értil# ;.loro por los habitantes de esas ciudades que no saben que sus d2as acabarán<: ? .a declaraci!n de Yahwéh me tra*o el recuerdo de todos aquéllos cauti-os que hab2an sido liberados seis años antes6 lamentablemente, casi todos recha/aron el baño de la puri4caci!n, regresando inmundos hacia sus casas6 Lnicamente .ot " sus hi*as aceptaron la sal-aci!n, tomando posesi!n de sus perlas# Pensando en alguna posibilidad de liberaci!n para aquél pueblo, pregunté al Señor0 @ : TY si acaso e8iste en aquellas ciudades, cincuenta personas *ustas, aIn as2 ser2an ellas destruidas: B Yahwéh me di*o que si hubiese cincuenta *ustos, toda la planicie ser2a perdonada# D : T" si ha" 9> *ustos: &E :Si hubiese all2 9> *ustos, todas aquellas ciudades ser2an perdonadas# : && %ontinué con mis indagaciones hasta llegar al nImero die/# Yahwéh me di*o que si hubiese &E *ustos en aquellas ciudades, toda la planicie ser2a perdonada# &' 5orturado por una ine8presable agon2a de esp2ritu, Yahwéh -ol-i! a llorar amargamente, mientras que con -o/ embargada, pronunciaba un triste lamento0 & :Sodoma " Komorra, cuántas -eces quise Yo *untar a tus hi*os, como la gallina *unta a sus polluelos deba*o de las alas, mas -osotras no aceptasteis mi protecci!n# ;TPor qué es que -osotras cambiasteis la lu/ de mi sal-aci!n, por las tinieblas de este reino de muerte< ;is o2dos están atentos en busca de, por lo menos una plegaria, mas todo es silencio< ;is manos están e8tendidas, prontas a impedir el uego del *uicio, mas -osotras recha/áis mi socorro<:
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&9 7nclinándome al lado de mi suridor compañero, me un2 a Gl en la lamentaci!n# n aquel momento de dolor, tu-e la certe/a de que elquisedec también sur2a por todos aquellos que hab2an cambiado el amor " la pa/ de Salem, por las ilusiones de aquel -alle de destrucci!n# &> Cespués de un largo llanto, Yahwéh me consol!, con la re-elaci!n de sus dos compañeros, se encontraban en aquel momento en Sodoma, con la misi!n de sal-ar a .ot " a sus hi*as librándoles de la muerte# Sus palabras me tra*eron gran ali-io, " me postré agradecido a sus pies# Ca%"+lo 11
=ah?+h comisiona a Abraham re%istrar en un rollo la historia del Vaso, as! como la historia de "alem, ara osteriormente entre%arlo dentro del Vaso a $el)uisedec. estrucción de "odoma y Gomorra. Abraham se lamenta en etremo. & Antes de partir, Yahwéh me encarg! una misi!n, diciendo0 ' :5oma un rollo -ac2o " registra en él la historia del -aso " la historia de Salem, conorme o2steis de los labios de elquisedec# Centro de un año, tI " todos aquellos que aceptaran la sal-aci!n, deberán subir a Salem para la 4esta de SuRot6 n aquel d2a, de-ol-erán al re" de Salem el -aso, oreciendo dentro de él como presente, el rollo# : n aquella misma tarde, en obediencia a las !rdenes de Yahwéh, comencé a registrar la historia -i-ida por m2 " por mis pastores, desde el momento en que part2 rumbo al -alle, lle-ando sobre la espalda el -aso con su llamarada# 9 Al d2a siguiente, el sol "a iba alto, cuando, al mencionar la ciudad de Sodoma en el manuscrito, recordé que aquel era el d2a de su destrucci!n# %on el cora/!n acelerado, corr2 hacia allá " me quedé espantado con el escenario que se e8tendi! delante de mis o*os0 n lugar de aquél -alle értil, seme*ante a un para2so, hab2a un desierto humeante, sin -ida alguna6 n lugar de las ciudades de Sodoma " Komorra, hab2a un cráter proundo, hacia donde las aguas del mar salado escurr2an# > Nuebrantado ante esa -isi!n de destrucci!n, -ol-2 a la tienda con el cora/!n entristecido# l recuerdo de tantas personas que, por recha/ar el perd!n di-ino, hab2an sido
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consumidas por el uego, me de*aba proundamente debilitado# n los d2as siguientes, no encontré uer/as para escribir6 +egresé otras -eces a la colina, con la esperan/a de que todo aquello uese una pesadilla, pero en lugar del -alle értil "o solamente consegu2a percibir aquel caos# ? Cemoré -arios d2as para que "o -ol-iera a tener el ánimo de proseguir con los escritos del rollo# La *i!oria de Sale'
(Un relato escrito por Abraham) Abraham relata La Historia de "alem segIn lo escuch! Ode los labios de $el)uisedec” en la ocasi!n en que subieron a Salem para celebrar la 4esta de SuRot, después de La Gran Liberación# Adon2as, cansado de las iniquidades del pueblo e inspirado en las -irtudes de su amado hi*o, edi4ca una ciudad0 Oun reino diferente a todos los dem2s” # Cespués de -i-ir el *Ibilo de la -ictoria " la lamentaci!n de la perdici!n, elquisedec recibe una re-elaci!n de un ángel, en la que le declara que Otodo a)uel drama )ue estaba viviendoCten!a un sentido re%urativo, retratando acontecimientos asados y futuros, )ue envolv!an todo el vasto universoV# ($éase %rono# & " ') Ca%"+lo 1
Adon!as, hombre #usto, busca alcan'ar su sue*o de #usticia y a'. Escribe en un er%amino las leyes )ue re%ir!an el nuevo reino de a'. (nicia la edicación de "alem, la cual esta destinada 0nicamente a;ra los limios de cora'ón. & Gsta es la historia de Salem segIn la o2 de los labios de elquisedec en la ocasi!n de la 4esta de SuRot, quince d2as después de la liberaci!n de .!t " sus hi*as# ' 5odo comen/! con un sueño en el cora/!n de un hombre llamado Adon2as6 Gl pose2a muchas rique/as, pero a nada apreciaba más que a la *usticia " a la pa/ que nac2an de la sabidur2a " del amor# %ansado con las in*usticias que predominaban por toda la tierra de %anaán, Adon2as resol-i! edi4car un reino que
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uese regido por le"es de amor " de *usticia# l nombre de la capital de ese reino ser2a Salem, la %iudad de la Pa/# 9 .os sIbditos de Salem no empuñar2an arcos " 3echas, mas ser2an entrenados en el arte musical6 %ada habitante de Salem tendr2a siempre al alcance de sus manos un instrumento musical, para e8presar por medio de el la pa/ " la alegr2a de aquel nue-o reino# Muntos, ormar2an una poderosa orquesta en la lucha contra la desarmon2a que nace del orgullo " del ego2smo# > l primer paso de Adon2as para la concreti/aci!n de su plan, ue elaborar las le"es del nue-o reino, las cuales él las escribi! en un pergamino# .os sIbditos de Salem no podr2an mentir, hurtar, odiar, ni matar a sus seme*antes# l orgullo " el ego2smo eran señalados como causa de todo el mal, por tanto, no podr2an e8istir en aquel lugar de pa/# ? .as le"es del pergamino requer2an la práctica de la humildad, de la sinceridad, de la amistad, ", por encima de todo, del amor que es la ma"or de todas las -irtudes# @ Cespués de registrar en el pergamino las le"es que regir2an aquel reino, Adon2as comen/! a plani4car la arquitectura de Salem# Ser2a una ciudad al principio pequeña, con habitaciones para mil doscientas personas# %omo el lugar de su edi4caci!n, ue elegida una regi!n alta de %anaán, al occidente del onte de los li-os# B n poco tiempo, la reali/aci!n de Adon2as comen/! a atraer personas de todas partes que, de cerca " de le*os, -en2an a conocer los palacios " las mansiones que estaban siendo edi4cados# Admirados ante la belle/a de aquella ciudad tan blanca, los -isitantes pregunFtaban sobre quiénes ser2an sus habitantes# Adon2as les mostraba el pergamino, diciendo que Salem se destinaba a los limpios de cora/!n :aquéllos que estu-iesen dispuestos a obedecer sus le"es# : Ca%"+lo 2
/onclusión de la edicación de "alem. $el)uisedec, la insiración de su adre. Adon!as buscando honrar a un s0bdito esecial, ve en "amael un reDe#o de las virtudes del roio r!ncie. "amael es honrado.
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& .a edi4caci!n de la ciudad ue 4nalmente concluida " Salem se re-el! hermosa como una no-ia adornada, a la espera de su esposo# ' Asentado en su trono, Adon2as ahora e8aminaba a los nuF merosos candidatos a sIbditos que llegaban de todas partes# Aquéllos que, prometiendo 4delidad a las le"es, eran aprobados, recib2an tres dotes del re"0 el derecho a una mansi!n, -estiduras de lino 4no " un instrumento musical en el cual deber2an practicar# .a ciudad estaba 4nalmente repleta de habitantes# .leno de alegr2a, Adon2as con-oc! a todos a la 4esta de inauguraci!n de Salem, en el transcurso de la cual proclam! un decreto que determinar2a el uturo de aquel reino, diciendo0 9 :A partir de este d2a, que es el décimo del séptimo mes, seis años serán contados, en los cuales todos los habitantes serán probados# Solamente aquellos que permanecieren leales, progresando en la práctica de las le"es del pergamino, serán con4rmados como herederos de este reino de pa/# Aquéllos que ueren enla/ados por culpas " transgresiones, serán desterrados por el *uicio# : > .as palabras del re" condu*o a todos a un proundo e8amen de cora/!n, " se alegraron con la certe/a de que alcan/ar2an la -ictoria sobre todo el orgullo " el ego2smo, que son las ra2ces de todos los males# ? Adon2as ten2a un hi*o Inico a quién hab2a dado el nombre de elquisedec# .a belle/a, ternura " sabidur2a de ése hi*o amado, hab2an sido su inspiraci!n para la edi4caci!n " undaci!n de su reino# @ elquisedec ten2a doce años de edad, cuando Salem ue inaugurada# ra el plan de Adon2as coronarlo re" sobre los sIbditos aprobados, al 4nal de los seis años# ste plan, lo mantendr2a en secreto hasta el momento oportuno# B l pr2ncipe, con sus -irtudes " simpat2a, se hi/o pronto mu" querido por todos en Salem# Gl ten2a siempre en los labios una sonrisa " una palabra de aecto# Apreciaba estar *unto a los sIbditos en sus hogares, recitándoles las le"es del pergamino en orma de lindas canciones que -i-2a componiendo# Su presencia tra2a al ambiente una atm!sera de elicidad " pa/# Gse amado pr2ncipe pose2a, de hecho, todas las -irtudes neFcesarias para ser re" de una Salem $ictoriosa#
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D Adon2as hab2a edi4cado una mansi!n especial *unto al palacio, con el prop!sito de orecerla al sIbdito cu"a -ida e8presase e8presase más perectamente las le"es del pergamino# pergamino# Ciariamente él obser-aba a los habitantes, buscando entre ellos a esa persona a la que deseaba honrar# honrar# &E Paseaba por las alamedas de Salem, cuando, por entre el trinar de pá*aros, Adon2as o"! una -o/ seme*ante a la de su hi*o# Al darse -uelta para -er quién era, encontr! a un bello *o-en que cantaba una canci!n# Al contemplar en su a/ el brillo de la sabidur2a " de la pure/a, Adon2as Adon2as se alegr! por haber encontrado a aquél a quién podr2a honrar# honrar# Aquél *o-en, que era una copia 4el del pr2ncipe, se llamaba llamaba Samael# && %olocándole un anillo en el dedo, el re" lo condu*o al palacio, donde, ue recibido por elquisedec que le oreci! muchos presentes, entre los cuales el derecho de estar siempre a su lado# &' Adon2as prepar! prepar! un gran banquete en honor de Samael, para el cual todos ueron con-idados# Al contemplarlo al lado del re", los sIbditos lo aclamaron con alegr2a, acreditándolo ser el propio pr2ncipe# & 8altaban con *Ibilo las -irtudes de aquél hermoso *o-en, cuando se maniest! elquisedec, colocándose colocándose con una sonrisa a la derecha de su padre# &9 n el banquete, Samael ue honrado por todos# +ealmente +ealmente él era digno de residir en la mansi!n del monte, pues hab2a en él un re3e*o perecto de las -irtudes que coronaban al amado pr2ncipe# Ca%"+lo 3
Las sublimes comosiciones de $el)uisedec insiraban al ueblo a actos de bondad y a'. La m0sica reservando la armon!a y la a'. "amael, coma*ero insearable de $el)uisedec. 1evelaciones imor;tantes imor;tantes de Adon!as a su ueblo sobre el futuro %obierno %obierno de una "alem victoriosa. victoriosa. "amael, %uardi2n de las leyes. & Salem crec2a en elicidad " pa/# %on alegr2a, los sIbditos se reun2an cada d2a al amanecer para o2r, cantar " tocar las
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sublimes composiciones de elquisedec, que inspiraban a actos de bondad " pa/# ' ntre las amistades nacidas " ortalecidas en -irtud de la mIsica armoniosa, sobresal2a aquélla que un2a al pr2ncipe con Samael# Cesde que hab2a comen/ado a residir en la mansi!n del monte, Samael se hab2a con-ertido en su compañero constante# Muntos pasaban largas horas, meditando sobre las le"es del pergamino# %on admiraci!n, el sIbdito honrado -e2a al hi*o de Adon2as transormar aquellas le"es en lindas canciones# .as dulces melod2as nac2an de sus labios como el perume de una 3or# 3or# %onsiente de la importancia de la mIsica en la preser-aci!n de la armon2a " pa/ en Salem, el pr2ncipe, además del canto, comen/! a dedicarse a la mIsica instrumental, siendo su instrumento preerido el laId# ra por medio de ese instrumento que consegu2a cons egu2a e8presar e8presar con ma"or perecci!n la rique/a de su alma# 9 Ce los seis años añ os de prueba, cinco, 4nalmente pasaron# Adon2as, eli/ de -er que hasta entonces todos los habitantes de Salem hab2an permanecido leales a los principios contenidos en el pergamino, los con-oc! a un banquete, en el cual har2a importantes re-elaciones# > 1abiendo tomado sus lugares delante del trono, los sIbditos, con alegr2a unieron las -oces entonando los cánticos de la pa/, siendo regidos por Samael# ? Cespués de o2rlos, el re", emocionado, se dirigi! a su hi*o, abra/ándolo en medio de los aplausos de la multitud agradecida# 5odos reconoc2an que la pa/ " la alegr2a en Salem, eran en gran medida debidas al amor " dedicaci!n del amado pr2nciFpe, que era el autor de aquellas dulces canciones# @ n aquel momento de reconocimiento " gratitud, Adon2as re-el! sus planes mantenidos hasta entonces en e n secreto# %on -o/ pausada, les di*o0 B :SIbditos de este reino de pa/, m2 alma esta repleta de alegr2a por contemplar en este e ste d2a -uestros rostros más radiantes que en tiempos pasados# $uestras $uestras -estiduras continIan blancas " puras, como cuando cua ndo las recibisteis de mis manos# .a armon2a de -uestras -oces e instrumentos, ho" son me*ores#: D 1abiendo dicho estas palabras, el re" agreg! con solemnidad0
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&E :Un año de prueba toda-2a resta, al 4nal del cual seréis e8aminados# Permaneciendo Permaneciendo 4eles como hasta aqu2, seréis honrados siendo con4rmados como sIbditos de este reino de pa/# =o obstante, si alguien uera hallado en alta, será desterrado, aIn " cuando este *uicio nos traiga mucha triste/a " surimiento# : && .as palabras del re" lle-aron a los sIbditos a una prounda re3e8i!n# 5odos, e8aminándose, indagaban re-erentes0 : ;Tstaremos aprobados<: aprobados<: &' Seguros de que ser2an -ictoriosos, pues amaban a Salem " sus le"es, unieron las -oces en un cántico e8presi-o de 4delidad# Al terminar el cántico, Adon2as les re-el! su gran secreto0 & :Aquéllos que ueren aprobados, heredando este reino de pa/, recibirán como re" a mi hi*o, a quien daré el trono glori4cado de esta Salem $ictorioFsa# : &9 .a re-elaci!n del re" ue aclamada por todos con mucho *Ibilo# Adon2as, Adon2as, sin embargo, embargo, toda-2a no les hab2a re-elado re-elado todo su plan, por eso pidiéndoles silencio, prosigui!0 &> :i hi*o empuñará un cetro especial, en el cual sellaré todo el derecho de dominio, su cetro, simboli/ando toda la armon2a, será un laId# : &? Ante esta re-elaci!n que a todos sensibili/!, el pr2ncipe postrándose a los pies de su padre, llor! llor! moti-ado por mucha alegr2a# ientras tanto, todos le aplaud2an con euoria, anhelando -er el amanecer de ese d2a en que la pa/ ser2a -ictoriosa# &@ Adon2as, llamando a Samael a estar *unto a su hi*o, conclu"! diciendo0 &B :n el gobierno de esta Salem -ictoriosa, tengo el prop!Fsito de hacer de Samael el primero después de elquisedec# A él será con4ado el pergamino de las le"es, debiendo ser el guardián de la honra de este reino triunante# : Ca%"+lo 4
"amael se de#a dominar or sentimientos de %rande'a y or%ullo. $antiene en secreto su lan e in;tenta imoner sus concetos contrarios a la ley del er%amino. $el)uisedec consi%ue restaurarlo al camino de la humildad y la rectitud,
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ero nuevamente recae al de#arse dominar or el or%ullo y la codicia. & Samael, al conocer los planes de Adon2as en cuanto al uturo de Salem, se llen! de euoria# %ontemplaba ahora risueño aquella ciudad sin igual, imaginando su uturo de gloria# %onsiderando las palabras del re", de que él ser2a el segundo en el reino, se de*! dominar por un sentimiento de e8altaci!n# Gl, que hasta entonces, en obediencia a las le"es del pergamino, hab2a -i-ido una -ida de humildad, comen/! a enorgullecerse de su posici!n# n su de-aneo se sent2a *unto al trono, teniendo a los sIbditos de Salem a sus pies, aclamando con alaban/as su grande/a# Samael, totalmente dominado por ese sentimiento, no se daba cuenta de que estaba siendo conducido por un camino peligroso# l orgullo que lo seduc2a, estaba generando el ego2smo que luego se maniestar2a en codicia# ' Una semana después de la re-elaci!n de Adon2as, los sIbditos promo-ieron una 4esta en homena*e a elquisedec, el uturo re" de Salem# $iéndolo aclamado por tantas alaban/as, Samael tu-o el cora/!n arrebatado por un e8traño sentimiento de en-idia, ruto del orgullo " del ego2smo# =o pod2a soportar el pensamiento de ser de*ado en segundo plano# ;TAcaso no era él tan hermoso " sabio como el pr2ncipe< ra casi imposible disra/ar tal sentimiento de inelicidad# n tiempos pasados, Samael encontraba indescriptible placer en los momentos en que, al lado del pr2ncipe, recitaba las le"es contenidas en el pergamino, que eran transormadas en lindas canciones# Ahora, tales momentos se tornaron desagradables, pues aquellos principios contrariaban sus ideales# Cecidi!, sin embargo, no re-elar sus sentimientos de rebeli!n# Soportar2a el anticuado pergamino hasta que, con su autoridad, pudiese e8cluirlo del nue-o reino que ser2a establecido# T=o ser2a acaso él el guardián de aquellas le"es sa -ictoria procurar2a alcan/ar mediante su in3uencia " sabidur2a# 9 Mu/gando poder in3uenciar al hi*o de Adon2as con sus sueños de grande/a, Samael se apro8im! hasta él con euoria, " comen/! a hablarle de las glorias del reino -enidero, donde los dos, cubiertos de honores, disrutar2an de las alaban/as de una Salem -ictoriosa# Ser2an ellos los
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héroes del más perecto reino establecido entre los hombres# > .as delirantes palabras del sIbdito honrado tra*eron preocupaci!n " triste/a al cora/!n del *o-en pr2ncipe, pues no re3e*aban las enseñan/as de amor " humildad del pergamino# ? $iendo a su amigo 2ntimo en peligro, elquisedec, con una ternura *amás re-elada, lo condu*o al lado del trono, donde, tomando el pergamino, comen/! a leer compasi-amente los siguientes párraos0 @ :l reino de Salem será a4rmado sobre la humildad, pues esta -irtud es la base de toda -erdadera grande/a# B .a humildad es ruto del amor, siendo contraria al orgullo, que puede mantener a una criatura apresada al pol-o, haciéndola contentarse con sus limitaciones, engañándola como si las mismas ueran de in4nito -alor# D .a humildad consiste en el ol-ido de s2 mismo, " este, en una -ida de abnegado ser-icio por los seme*antes# : &E Samael, esor/ándose por encubrir su indignaci!n ante la lectura del pergamino que para él era anticuado, di*o al pr2ncipe, en tono de conse*o de amigo0 && :i buen amigo, reinaremos en una Salem -ictoriosa, que ulgurará mu" por encima de este pergamino, cu"os principios ueron cumplidos 4elmente en estos años de prueba# TAcaso la plena libertad no será la gloria de Salem Pues sabed que, la completa libertad no coe8istirá con estas le"es, cu"o ob*eti-o se encierra al término de los cinco años# %orresponde a nosotros dos coronar a Salem con el honor de una total libertad, que generará una elicidad sin 4n# 5al libertad es imposible que e8ista ba*o las limitaciones del pergamino# : &' l hi*o del re" se estremeci! mucho ante las palabras de su amigo, que e-idenciaban locura# ;T%!mo liberarlo de ese camino de muerte< & =adie en Salem, además de elquisedec, conoc2a la triste condici!n de Samael# %on paciencia, el pr2ncipe procuraba concienti/arlo del -alor real del pergamino, cu"as le"es no podr2an *amás ser alteradas, pues esto ocasionar2a el 4n de toda la pa/# &9 .os conse*os del pr2ncipe 4nalmente despertaron su cora/!n# editando en sus palabras, se concienti/! de estar siguiendo por un camino engañoso#
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&> Al -er en los o*os de aquél a quién tanto amaba las lágrimas del arrepentimiento, el hi*o de Adon2as se alegr! con su -ictoria sobre el orgullo " el ego2smo# &? .os d2as que siguieron a la liberaci!n, ueron llenos de reali/aciones6 l pr2ncipe se mostraba aIn mas amigo, dispuesto a dar todo de s2 mismo de modo que su compañero pudiese proseguir triunante en el camino de la humildad# n aquellos d2as de *Ibilo, ue dado a él el honor de conocer el cetro que estaba siendo moldeado# &@ n un momento de descuido, Samael que hab2a -uelto a disrutar de pa/ en el esp2ritu, permiti! que su cora/!n nue-amente estu-iera pose2do por un sentimiento de grande/a, que hi/o desencadenar una nue-a tormenta en su alma# se sentimiento me/cla de orgullo " codicia le sobre-ino en el momento en que el pr2ncipe le mostraba el laId dorado, en el cual estaba siendo impreso el sello de todo el dominio# Ca%"+lo 5
"amael formula lanes de con)uista. 4redica a los s0bditos una falsa y en%a*osa doctrina. Adon!as ercibe esta rebelión y redica la eactitud de las leyes del er%amino ara lo%rar la a' y la ver;dadera libertad. $el)uisedec les ofrece el erdón y la oortunidad de volverse a la rectitud. "amael se re0ne en secreto con sus se%uidores y les revela su lan de con)uista. & Cesde su mansi!n Samael contemplaba a Salem en su resplandor matinal# $iéndola, cual no-ia adornada a la espera de su re", la codici!# n su delirio comen/! a ormular planes de conquista# Ya pod2a sentirse e8altado sobre su trono, teniendo en las manos el cetro precioso# 5odos lo aclamar2an como el libertador de la opresi!n de aquellas le"es# Salem ser2a un reino de completa libertad " placer# Cominado por esta codicia, comen/! a maquinar planes de conquista# ' Samael decidi! actuar sutilmente entre los sIbditos, lle-ándolos a -er en el pergamino alguna imprecisi!n a la libertad real# n su misi!n de engaño, actuar2a con aparente bondad, mostrando interés por el crecimiento de la elicidad de todos#
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Poniendo en práctica sus planes, comen/! a -isitar a los sIbditos en sus mansiones, hablándoles de las glorias del reino -enidero, donde disrutar2an una completa libertad# 9 Krande era su in3uencia en Salem# 5odos admiraban su belle/a " sabidur2a, teniéndolo como un perecto ap!stol de la *usticia " del amor# =adie pod2a imaginar que en medio de aquella atm!sera de *Ibilo " gratitud una trampa sutil estaba siendo colocada, en las garras de la cual muchos podr2an caer por descuido# > n su seductora misi!n, Samael no hablaba contra el pergamino, no obstante, lo elogiaba por haber e*ercido en aquellos seis años prontos a 4nali/ar, una misi!n de prueba# n su l!gica, sin embargo, procuraba mostrar que, en el reino -enidero, cuando todos estu-ieran aprobados, estar2an por encima de aquellas le"es# Sus argumentos, aparentemente correctos, le preparaban el camino para a4rmar abiertamente que, en el nue-o reino, la e8istencia del pergamino, ser2a una traba a la concreti/aci!n de la -erdadera libertad# ? .as semillas de la rebeli!n lan/adas por Samael no tardar2an en germinar en el cora/!n de muchos en Salem# sto acontec2a a seis meses del Yom Qipur, cuando el destino de todos ser2a sellado# Un tercio de los habitantes, seducido por el terrible engaño, lo e8altaba ahora, en completo desprecio a las le"es " al pr2ncipe, a quiénes *u/gaban de anticuados# @ Adon2as, que sur2a al -er el surgimiento de toda esta rebeld2a, con-oc! a los sIbditos a una reuni!n de emergencia# n la a/ de todos se pod2a -er las contrastantes disposiciones# B %on -o/ compasi-a, el re" comen/! a re-elarles, como *amás lo hab2a hecho antes, la gran importancia de las le"es registradas en el pergamino, mostrando que ellas eran la base de toda la prosperidad " pa/# Si tales le"es uesen e8cluidas, toda elicidad " gloria se e8tinguir2an, dando lugar al caos# D Cespués de mostrar la necesidad de las le"es, elquisedec, mo-ido por un uerte deseo de sal-ar a aquéllos a quienes tanto amaba, le-ant! el pergamino delante de todos ", con -o/ llena de bondad les oreci! el perd!n " la oportunidad de -ol-er a iniciarse en el camino de la pa/# Sus palabras a todos conmo-i!, logrando que
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hasta el mismo Samael estu-iese al principio moti-ado, sin embargo, el orgullo le impidi! de nue-o el arrepentimiento# Ce esta manera, el sIbdito honrado, cuando toda-2a pod2a mirar arrepentido hacia el pergamino, se endureci! en su rebeld2a, decidiendo continuar hasta el 4n# sta decisi!n, toda-2a, no la maniestar2a prontamente, pues hab2a ideali/ado un plan traicionero# &E Al 4nali/ar el encuentro de oportunidad, Samael con-oc! a sus seguidores a una reuni!n secreta, que ue reali/ada ba*o el manto de la noche, *unto al riachuelo de %edr!n que estaba uera de los muros de Salem# && Cespués de maldecir el pergamino " a todos aquéllos que lo deend2an, comen/! a hablarles de sus planes de -engan/a " traici!n0 &' :%omo -osotros sabéis, los seis años de prueba se están agotando, restando, a partir de ho", -einticuatro semanas para el d2a de la coronaci!n# Si -osotros quisierais tenerme como re" en lugar de elquisedec, podré robarle el cetro, apoderándome del reino# : & Samael comen/! a e8plicarles los lan/amientos de la traici!n, dándoles las debidas orientaciones sobre la manera de actuar a partir de aquella echa0 &9 :=ecesitamos mantener una apariencia de 4delidad al pergamino " al pr2ncipe hasta que llegue el momento de actuar# l golpe será dado en la noche que antecede al d2a de la coronaci!n# A la media noche, urti-amente nos ausentaremos de Salem# +obaré en esa noche el cetro ", *untos, huiremos hacia el proundo -alle donde están las ciudades de Sodoma " Komorra# All2 nos armaremos, " marcharemos contra Salem, sub"ugando a nuestros enemigos# Acabaremos entonces con el perFgamino " con todos aquéllos que se rehusaren rendir obediencia a nuestro gobierno# : Ca%"+lo #
"amael y sus cómlices n%en delidad al reino. $el)uisedec conado le muestra a "amael el lu%ar secreto del la0d dorado. "amael traiciona la conan'a de $el)uisedec rearando a sus hombres y robando el
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reciado cetro. "amael y sus se%uidores marchan hacia el valle. "alem eli%ra. & Sobre-inieron d2as de aparente tranquilidad " pa/, Samael, 4ngiendo 4delidad, estaba siempre al lado del pr2ncipe, demostrando admiraci!n por sus nue-as composiciones que e8altaban las le"es del pergamino# .os seguidores de Samael, de la misma manera, un2an las -oces en alaban/as que e8presaban la grande/a de los principios a los cuales repugnaban# ' elquisedec, lleno de alegr2a por -er apro8imarse el d2a de su coronaci!n, ensa"aba con los sIbditos los cánticos de la -ictoria, los cuales hab2a compuesto especialmente para aquella ocasi!n# %on elicidad hablaba a todos sobre sus sueños en tornar a Salem cada -e/ mas llena de honra por su belle/a " armon2a# Samael, en su maldad oculta, se burlaba del pr2ncipe# Ya pre-e2a el dolor que le ocasionar2a el golpe de la traici!n# 9 n aquellos d2as de aparente pa/, el sIbdito rebelde procur! conocer el lugar en que el cetro estar2a oculto hasta el d2a de la coronaci!n# l pr2ncipe, sin descon4ar, le re-el! todo el secreto0 la sala, el core con su enigma, el rico estuche ", 4nalmente el tesoro# %ontemplándolo el astuto Samael se anim! al -er impreso en su parte con-e8a el sello del dominio6 %omprendi! que, aquél que lo pose"era, tendr2a en las manos el reino de Salem# Solamente algunos d2as, pens! él, " tendr2a ba*o su poder aquel precioso instrumento# > l sol declin! tra"endo a Salem el d2a que signi4car2a -ictoria o derrota# ? Poco antes del anochecer, Samael hab2a de*ado el palacio donde hab2a pasado todo el d2a al lado del pr2ncipe, a"udándole en los preparati-os para la ceremonia de la coronaci!n# Cirigiéndose hacia su mansi!n, salud! las tinieblas con una mal-ada sonrisa# ;%uánto hab2a anhelado por aquella noche< @ ientras que los 4eles, embelesados por la emoci!n de la eli/ -ictoria, re-isaban ba*o la lu/ de candelabros los adornos de sus instrumentos, de sus -estiduras " mansiones, certi4cándose que ser2an aprobados a la mañana siguiente, Samael " sus seguidores hac2an sus Iltimos preparati-os para blandir el golpe#
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B A la media noche, siguiendo las instrucciones de Samael, todos sus seguidores abandonaron silenciosamente sus mansiones, dirigiéndose al proundo -alle de %edr!n, donde esperar2an a su nue-o re"# D Samael, a su -e/, se dirigi! a los ondos del palacio, por donde esperaba entrar sin ser notado, "endo al encuentro del cetro# -itando hacer cualquier ruido, traspas! el portal, dirigiéndose silenciosamente a la sala que guardaba el precioso cetro# &E n aquel momento, el pr2ncipe que, insomne rodaba en su lecho, presintiendo algIn peligro, se dirigi! al cuarto de su padre " lo despert! diciendo0 && :Padre m2o, o2 ruidos de pasos en el interior del palacio# : &' Acariciando la cabe/a de su hi*o, Adon2as, somnoliento le respondi!0 & :1i*o, no te preocupes# Acuéstate conmigo " duerme tranquilamente# Ce aqu2 a poco ra"ará el amanecer " tI tendrás en las manos el laId dorado# : &9 l pr2ncipe, tranquili/ado por las palabras con4ables de su padre, se entreg! a un sueño de lindos sueños en el que -i-2a al lado de Samael " de todos los sIbditos de Salem, los momentos esti-os de la coronaci!n# ientras que esto suced2a, el rebelde con las manos temblorosas, se apoderaba del cetro# n aquel momento, tu-o la idea de lle-arse solamente el laId, de*ando el estuche en su debido lugar# %on una sonrisa llena de maldad, imagin! el momento en el que el re" entregar2a a su hi*o aquel estuche -ac2o# &> .le-ando consigo el cetro, Samael se dirigi! apresuradamente al lugar donde sus seguidores lo esperaban# Al encontrarlos, dio paso a todo su orgullo proclamando0 &? :Ahora "o so" el re" de Salem# TNuién posee un cetro como el m2o %on él domino la tierra " el mar# i uer/a está en las tinieblas, pues a tra-és de ellas lo conquisté# : &@ Jeste*ando la -ictoria, la turba ruidosa se separ! para distanciarse de Salem, siguiendo rumbo a las ciudades corrompidas de la planicie, donde preFtend2an armarse para la conquista de su reino# &B l sol apareci! en el hori/onte, tra"endo la lu/ del d2a de la e8piaci!n (Yom Qipur)# Cespertando de su sueño de
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lindos sueños, el pr2ncipe se alist! para la ceremonia del *uicio " de la coronaci!n# $estiduras especiales de lino 4no, adornadas con hilos de oro " piedras preciosas, le ueron preparadas# Cespués de -estirse, elquisedec se encamin! al encuentro de sus sIbditos, en el e8tremo sur de Salem# Ce all2 los conducir2a en una marcha esti-a rumbo al palacio situado al norte, sobre el monte Si!n# &D Adon2as, haciendo sonar un cuerno largo, con-oc! a todos para la reuni!n del *uicio# Ce*ando sus mansiones, todos los restantes se dirigieron hacia la pla/a de la puerta sur, lle-ando consigo sus instrumentos musicales# 'E Al encontrarse con aquéllos 4eles, elquisedec se sorprendi! por la ausencia de muFchos# se misterio le dol2a en el alma, pues le ocultaba el rostro más querido de su amigo Samael# '& Ce*ando a sus seguidores reunidos, el pr2ncipe sali! a la bIsqueda de los ausentes# n su bIsqueda inructuosa, se dirigi! 4nalmente a la mansi!n del monte, donde llam! a Samael6 Su -o/, sin embargo, no tra*o ninguna contestaci!n más allá de un eco -ac2o, que traduc2a ingratitud# '' .e"endo en el triste -ac2o la traici!n, sinti! ganas de llorar# n un solo momento le -ino a la mente todo el pasado de aquél a quién hab2a buscado con tanta dedicaci!n conser-arlo en su gloria, a tra-és de conse*os sabios# +ecord! aquellos d2as que siguieron a su recuperaci!n6 ;%!mo se hab2a alegrado con la certe/a de que su amigo nunca más -ol-er2a a caer< .le-ándolo a presentir la tragedia, le -ino a la memoria las indagaciones de Samael sobre el laId, el cual le mostr! en un gesto de amistad# l recuerdo de este hecho, sumado a los pasos o2dos en el interior del palacio aquella noche, le dio la certe/a de que Salem corr2a peligro# =o soportando esa posibilidad de traici!n, se postr! en llanto, herido por la terrible ingratitud de aquél a quién hab2a dedicado tanto amor# ' %ur-ado por el dolor, permaneci! por algIn tiempo procurando encontrar algIn consuelo# Sec! 4nalmente sus lágrimas, decidido a hacer cualquier sacri4cio a 4n de de-ol-er a Salem su gloria " poder, redimiéndole el cetro de las manos de la rebeld2a# '9 %onsolado por la certe/a de la -ictoria, elquisedec regres! al lado de los sIbditos 4eles# cultándoles su
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surimiento, as2 como el moti-o de la ausencia de tantos, el pr2ncipe los gui! en una marcha triunal rumbo al palacio Ca%"+lo (
Los s0bditos eles, a#enos a la traición, elevan c2nticos de triunfo en eectativa de la coronación de su rey. La coronación es truncada debido a la ausencia del cetro. odos se aDi%en y $el)uisedec los consuela con la romesa de rescatar el reciado cetro. $el)uisedec sale en su b0s)ueda. "amael, lleno de ira, rasa las inscriciones %rabadas en el cetro. $el)uisedec enfrenta eli%ros en busca del cetro y es reservado. & Al apro8imarse al monte Si!n, subieron las blanqu2simas gradas de la escalera, siendo seguido por la multitud triunante# .e dol2a en el alma la e8pectati-a de -er morir en los labios de los 4eles, en aquella mañana, su alegre canto, debido al golpe de la traici!n# ' Se encontraba ahora en el interior del palacio, delante del magn24co trono que esperaba al *o-en re"# n la base del trono, "ac2a abierto, en medio de un arreglo 3oral, el pergamino de las le"es# Munto a él se pod2a -er la linda corona, hecha de oro " piedras preciosas, as2 como el estuche de aquél cetro que simboli/aba toda la armon2a de Salem# .os sIbditos estaban elices, pues sab2an que ser2an hallados dignos de heredar aquel reino de pa/# Aguardaban ahora el momento de la coronaci!n, cuando su nue-o re" los regir2a desde su trono con su precioso cetro, en un cántico triunal# 9 n medio de los aplausos de las huestes -ictoriosas, elquisedec se dirigi! hacia su padre, que le recibi! con un cariñoso abra/o# l momento era en -erdad solemne# .as huestes se silenciaron a la e8pectati-a de la coronaci!n# l estuche ser2a abierto ", todos atestiguar2an la e8altaci!n del amado pr2ncipe# > %on el cora/!n latiendo uertemente por la alegr2a, Adon2as se agach! hacia el estuche, abriéndolo cuidadosamente6 %uando al encontrarlo -ac2o, la alegr2a de su semblante dio lugar a una e8presi!n de ine8presable
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preocupaci!n " triste/a, pues en aquel cetro se hab2a sellado el destino de aquel reino de pa/# ? Al -er a su padre " a todos los sIbditos a3igidos por la ausencia del cetro " de tantos amigos que deber2an estar con ellos en aquel momento, elquisedec los consol! con la promesa de que buscar2a el cetro# 7nconscientes de los riesgos " peligros que le esperaban al pr2ncipe en su camino, los sIbditos se despidieron de él, -iéndolo partir apresuradamente# @ l amanecer de aquel d2a que ser2a el de la coronaci!n, alcan/! a los rebeldes distantes de Salem, en camino a las ciudades de la planicie# n aquella mañana, Samael se llen! de uria al -er que el precioso laId estaba adornado con inscripciones de las le"es contenidas en el pergamino# 5omando una piedra puntiaguda, comen/! a dañar el cetro, raspándole todas las palabras de amor " *usticia# Sus armoniosas cuerdas estaban ahora desa4nadas sobre su parte con-e8a herida, mas continuaba siendo precioso, pues sobre él "ac2a sellado el dominio de Salem# Poseerlo, signi4caba ser el dueño de todo el poder# B Al llegar a la altura en que el camino se rami4caba, Samael orden! a sus seguidores que prosiguieran rumbo a Komorra, mientras que él ir2a hasta Sodoma, donde permanecer2a por dos d2as, uniéndose después a ellos# D sper! la noche para entrar en Sodoma# %uando entr! all2, camin! por las calles estrechas sin ser notado, hasta encontrar una casa aislada sobre una ele-aci!n# 1aciendo del cetro su arma, in-adi! la casa matando a sus moradores, mientras que dorm2an# Se posesion! de esa manera de aquélla residencia donde, solitario, maquinar2a sus planes para la toma de Salem# &E l atardecer de aquel d2a que seria el de la coronaci!n, alcan/! al hi*o de Adon2as al caminar por el pedregoso camino rumbo al -alle# Sus o*os estaban cargados de triste/a " ans2o se -oltearon hacia el suelo, en busca de los rastros de los rebeldes# l recuerdo de la ingratitud de aquéllos a quiénes tanto amaba, lo hi/o llorar# Sus lágrimas, re3e*ando los Iltimos destellos de aquel sol poniente, se aseme*aban a gotas de sangre 3u"endo de un cora/!n herido# Gl lloraba no por causa de los peligros que le sobre-inieran en aquella r2a noche, sino por la ineli/ suerte
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de aquéllos que hab2an cambiado la pa/ de Salem por la -iolencia de aquellas ciudades de la planicie# && Su Inico consuelo era el recuerdo de aquéllos que, a pesar de todas las tentaciones, hab2an permanecido 4eles# A ellos les hab2a prometido de-ol-er el cetro, " esto lo conseguir2a a pesar de cualquier sacri4cio# &' Cespués de una larga noche de insomnio en que el pr2ncipe estu-o recostado al lado del camino, ra"! la lu/ de un d2a que ser2a decisi-o# & Al apro8imarse a Sodoma en aquella mañana, el pensamiento de estar tan pr!8imo al cetro de su amada Salem, hi/o que se ol-idara de toda la atiga, acortando sus pasos rumbo al desa2o# &9 Al abrirse la gran puerta de la ciudad, le sobre-ino un temor, al o2r ruidos espantosos de desarmon2a, que traduc2an el orgullo, el ego2smo " la codicia que all2 dominaban en todos los cora/ones, haciéndolos e8plotar en la org2a de una maldad sin 4n# &> Ser2a un gran riesgo e8ponerse a la -iolencia gratuita de aquella ciudad# ste pensamiento lo hi/o detenerse a un paso del portal, donde estremecido inclin! la rente en una ine8presable lucha interna# ra tentado a retirarse, pero luchaba con todas las uer/as de su alma contra ese pensamiento de racaso# &? Pensando en la triste suerte de Salem, cu"o dominio estaba siendo pisoteado en el interior de aquella cruel Sodoma, elquisedec tom! una 4rme decisi!n0 como un temerario guerrero habr2a de a-an/ar, ", ciertamente aIn " cuando tu-iese que hacer rente a la acumulaci!n de todos los peligros, proseguir2a, hasta le-antar en sus manos -ictoriosas el cetro amado# &@ +esuelto " esperan/ado, atra-es! la puerta de Sodoma, /ambulléndose en aquel mundo e8traño# 5odo all2 era lo contrario de Salem, comen/ando con las piedras ásperas " sucias de sus construcciones# Sodoma era un reino de tinieblas# &B .a presencia contrastante del pr2ncipe pronto ue notada por muchos que, en tumulto lo cercaban# .a pure/a del carácter e8presada en su magna a/ " el esplendor de sus -estiduras, los llenaba de espanto, " se retiraban como -encidos por una uer/a in-isible# Cominados por la uria, comen/aron a perseguirlo a distancia, decididos a hacerlo
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huir# .e arro*aban piedras " ango intentando mancharle las -estiduras, mas no le atinaban, mientras tanto él a-an/aba en su ansiosa bIsqueda# Jinalmente desistieron de perseguirlo, al atardecer# Ca%"+lo )
$el)uisedec desu+s de mucha aDicción encuentra el reciado cetro )ue era destruido or "amael. La di%na ostura del r!ncie ante las amena'as del traidor. "u rme disosición de redimir el cetro a cual)uier recio. olor y san%re como recio del rescate del cetro. La eiación de $el)uisedec ara redimir al cetro, una seme#an'a de la Eiación de /risto ara redimir a la humanidad. & l hi*o de Adon2as recorri! todas las calles " calle*ones en la bIsqueda del precioso cetro, mas ue en -ano# Al -er declinar en el hori/onte el sol, anunciando la llegada de una oscura " r2a noche más, su cora/!n ue presa de una gran agon2a# All2, en aquel Iltimo calle*!n, casi -encido por el agotamiento " por la desesperan/a, inclin! la rente, desalleciéndose en llanto# Sus labios, pronunciaron en medio de sollo/os las siguientes palabras0 ' : ;Salem, Salem, tI no puedes perecer< ;5u cetro necesita ser redimido de las garras de la rebeld2a< ;Tas cuándo " d!nde -o" a encontrarlo< ;Ya no quedan uer/as en m2, " la esperan/a de redimirlo antes de la noche me abandona<: l pr2ncipe, en su suprema angustia, no percib2a que otro gemido de dolor, procedente de cuerdas re-entadas de un laId humillado, se hac2a o2r en aquel atardecer# 9 SIbitamente, el débil gemido penetr! sus o2dos, reanimándolo con la certe/a de que el gran momento de la redenci!n hab2a llegado# Secándose las lágrimas, reuni! las Iltimas uer/as corriendo en direcci!n de una pequeña casa situada sobre un monte, de donde parec2a -enir el sonido# > Al dirigirse a la puerta entre abierta, se detu-o al contemplar una escena contrastante, de humillante escla-itud0 Samael, en-uelto por un manto sucio, castigaba el cetro de Salem# 5anto el *o-en como el cetro se hallaban tan des4gurados, que no quedaba en ellos casi ningIn rasgo de la gloria perdida# Aquel cetro, sin embargo,
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ciertamente arrasado como estaba, era mu" -alioso, pues en él "ac2a el sello del dominio de Salem# ? .a contemplaci!n de aquél que hab2a sido su me*or amigo " de áquel cetro ideali/ado como s2mbolo de toda la armon2a, en tan trágica condici!n, conmo-i! proundamente al pr2ncipe, haciéndolo llorar en alta -o/# Solamente hasta entonces el sIbdito rebelde percibi! su presencia indeseada# stremecido, se le-ant!, ", lleno de ira le pregunt!0 @ : TNué es lo que te tra*o a Sodoma: B 7ndicando hacia el cetro dañado, elquisedec e8clam!0 D : ;;;.a gloria de Salem está destruida<<<: &E %on una carca*ada, Samael se burl! de su triste/a, diciendo0 && :Ahora "o so" el re" de Salem# $osotros que sois 4eles al pergamino, os con-ertiréis en mis escla-os# : &' Sin darle importancia a las palabras de arenta de Samael, el pr2ncipe, mo-ido por una angustia in4nita, le di*o0 & :Samael, Salem está herida por tu traici!n# ;TPor qué cambiasteis tu hogar de *usticia " amor por este -alle de in*usticia, odio " muerte< Ahora, si no deseáis -ol-er arrepentido a Salem, de-uél-ele el cetro# Jue para redimirlo que, menospreciando todos los peligros, descend2 a este -alle hostil# : &9 %onociendo el prop!sito del pr2ncipe, el rebelde se llen! de rabia " cerrando los puños le di*o0 &> : ;Yo te odio elquisedec<: &? 1abiendo dicho esto, lan/! el cetro al suelo, " pisoteándolo agreg!0 &@ :5engo deseos de hacer lo mismo contigo# : &B Celante de esa arenta, el pr2ncipe no sent2a ningIn temor, sino compasi!n# 5rasportándose al eli/ pasado, se acordaba de los momentos elices en que ten2a siempre a su lado a Samael6 Gl era un *o-en puro " humilde de cora/!n6 ;TPor qué hab2a permitido ser escla-i/ado por la ilusi!n del orgullo " del ego2smo< ;%uán doloroso era -er aquél *o-en que, por su belle/a " simpat2a, hab2a sido honrado por encima de todos los sIbditos, ahora arruinado por la codicia< ;T=o hab2a sido acaso el sueño del pr2ncipe tener *unto a su trono glori4cado, a aquél a quien él consideraba el más preciado amigo< sta tragedia le her2a
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el alma# =o obstante, la triste condici!n del cetro lo a3ig2a aIn más, pues este hab2a sido hecho como el s2mbolo de toda la armon2a, " estaba siendo destruido ba*o los pies de la ingratitud# &D Sorprendido de no -er en los o*os de elquisedec ninguna e8presi!n de temor, sino de piedad, Samael se sinti! rustrado en sus arentas que ten2an como ob*eti-o amedrentarlo, lle-ándolo a desistir de su misi!n# 'E Ante la digna postura del pr2ncipe, que en silente dolor lo contemplaba, se sinti! a-ergon/ado# sa debilidad, sin embargo, ue desterrada por el orgullo que dominaba su cora/!n# %omen/! entonces a planear algo terrible, para humillar " herir al pr2ncipe, haciéndolo surir toda-2a más# %on escarnio le di*o0 '& :l cetro de Salem podrá ser tu"o, si consigues pagarme el precio de su rescate# : '' %on un brillo en los o*os, el pr2ncipe le pregunt!0 ' : T%uál es el precio: '9 Samael, con una sonrisa maliciosa, pausadamente le contest!0 '> :l precio no es oro ni plata, sino dolor " sangre# 5I deberás desnudarte completamente de -uestras -estiduras, acostándote en el suelo# Ceberás soportar en esa condici!n, golpes, hasta que el sol se ponga# Si tI estu-iereis dispuesto a someterte a m2, sin reaccionar, el cetro será enteramente tu"o# : '? stremecido ante tan cruel propuesta, el hi*o de Adon2as mir! hacia el sol que reposaba distante sobre una nube# %omen/! entonces a trabar una intensa lucha en su cora/!n# Al principio, el horror del sacri4cio casi lo domin!, animándolo a retirarse, pero el pensamiento de -er a Salem escla-i/ada por la rebeld2a, lo condu*o 4nalmente a la decisi!n de pagar el precio del rescate, entregándose al humillante surimiento# '@ 1abiendo tomado la 4rme decisi!n de rescatar el cetro, el pr2ncipe, tir! las -estiduras, colocándolas sobre una piedra# Se acost! en seguida en aquel suelo r2o, con la rente -uelta hacia el poniente# 'B Sin piedad, Samael comen/! a a/otarlo, haciendo uso del propio cetro como instrumento de tortura# Kimiendo por el dolor de los golpes que lo hac2an sangrar, el pr2ncipe manten2a la mirada 4*a en el sol que parec2a detenerse
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sobre la nube# Aturdido por el dolor, contempl! 4nalmente el sol pronto a ponerse# Alentado por la -ictoria que se apro8imaba, murmur! en -o/ ba*a0 'D :Salem, Salem, de aqu2 a poco tendré en mis bra/os tI preciado cetro que, en mis manos, se con-ertirá en un instruFmento de *usticia " pa/# : E "endo la promesa que el pr2ncipe hi/o entre gemidos, Samael le -ocier! con uria0 & :5I surimiento no traerá ningIn amanecer para Salem, pues tus manos *amás serán capaces de tocar en el cetro# : ' Cespués de hacer esa arenta, Samael se posesion! de una piedra puntiaguda, preparándose para asestar los Iltimos golpes# ientras pensaba en la eli/ -ictoria de Salem, elquisedec sinti! su bra/o derecho siendo comprimido por los pies de Samael# Seguido a este rudo gesto un golpe que lo hi/o contorsionarse en agon2a# Su mano hab2a sido ca-ada cruelmente, comen/ando a brotar abundante sangre de la herida abierta# sa misma -iolencia ue descargada después sobre su mano i/quierda# 9 =o soportando la agon2a causada por esos desgarradores golpes, el hi*o de Adon2as, ensangrentado, se sumergi! en las tinieblas de un proundo desma"o# Ca%"+lo ,
"amael horrori'ado de su culabilidad, abandona al r!ncie de#ando #unto a +l, el cetro. $el)uisedec recobra el conocimiento, toma sus vestiduras y su cetro, hace un #uramento y arte hacia "alem. "amael no se arreiente. /ontin0a la seme#an'a de las eeriencias de $el)uisedec con las )ue habr!a de vivir el Hi#o de ios. $el)uisedec es recibido con aclamaciones or su acto redentor, es atendido or su amoroso adre y el cetro es restaurado. & Al cesar de golpear al pr2ncipe, el sIbdito rebelde ue pose2do por un e8traño horror al contemplar en la a/ de aquél que solamente le hab2a hecho el bien, el sopor de la muerte# Procuraba no recordar el pasado, pero, irresistiblemente, sent2a ser arrastrado a los d2as de su eli/
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inocencia en Salem# +e-estido de ricas -estiduras estaba siempre al lado del pr2ncipe que, con dedicaci!n, le enseñaba cada d2a sus canciones que hablaban de la pa/# ' n los indeseados recuerdos por los cuales era arrastrado, re-i-i! sus primeros pasos en el camino del orgullo " del ego2smo# Se acord! de los incesantes conse*os " ruegos de aquél que hab2a sido su me*or amigo, para que desistiera de aquel camino que podr2a conducirlo a la inelicidad# Cespués de ser arrastrado en recuerdos por todo aquel pasado de elicidad destruida por su culpa, Samael tu-o conciencia de su ingratitud# 1orrori/ado por lo que hab2a hecho, se inclin! sobre el cuerpo ensangrentado de elquisedec, " se desesper! al -erlo sin -ida# =o soportando el peso de la gran culpabilidad, de*! aquel lugar apresuradamente, deseando ocultarse le*os, ba*o las tinieblas de la noche r2a# 9 Cespués de un proundo desma"o, el pr2ncipe comen/! a recobrar la conciencia6 n delirios que lo transportaban al seno de su amada Salem, él re-i-2a momentos -i-idos " soñados0 %on alegr2a contemplaba la a/ de su me*or amigo, a quién e8tendi! la mano con una sonrisa# Pero su gesto ue rustrado por un proundo dolor# n medio de los aplausos de los sIbditos -ictoriosos, recibi! de su padre el cetro, pero al tocarlo, sinti! un dolor irresistible en sus manos# > %on estos sueños rustrados por el dolor, elquisedec despert! a la realidad# staba desnudo, herido " solitario, en un lugar peligroso, le*os del abrigo " del cariño de Salem# ás doloroso era pensar que todo aquello hab2a sido la retribuci!n de alguien que hab2a sido el blanco principal de todas las dádi-as de su amor# ? l pr2ncipe, sin poder mo-erse, considerando la gran traici!n comen/! a llorar sin consuelo# .amentaba no por su dolor, sino por la perdici!n de aquéllos que hab2an cambiado el cariño " la *usticia de Salem por el desprecio " el odio que los reducir2a 4nalmente a ceni/as sobre aquel -alle condenado# @ A tra-és de las lágrimas, el pr2ncipe contemplaba el cielo que, seme*ante a un manto entintado de sangre, se e8tend2a bañado en la lu/ del sol poniente# Se acord! entonces del laId por el cual hab2a pagado tan alto precio# TC!nde estar2a él
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B n su desesperada uga, Samael hab2a de*ado el cetro abandonado *unto al cuerpo herido de elquisedec# %uando él lo -io, se ol-id! de todo el dolor, " lo abra/! con sus manos heridas# Acariciándole la parte con-e8a arruinada, con una sonrisa le di*o0 D :5I eres m2o nue-amente# OYo te compré con mi sangre# : &E Samael que, dominado por el e8traño horror, hab2a huido después de cometer el horrible crimen, se detu-o a un paso de la puerta de Sodoma# All2, impulsado por el orgullo, se arrepinti! con indignaci!n de su 3aque/a# TPor qué hab2a huido después de coquistar tan grande -ictoria T=o era su plan destruir el reino de Salem, para establecer su propio reino Acordándose del cetro, decidi! regresar para tomarlo# TPor qué lo hab2a de*ado abandonado *unto al cadá-er de aquél odiado pr2ncipe && Muntando sus pocas uer/as, elquisedec se dirigi! entorpecido al lugar donde hab2a de*ado sus -estiduras# &' Cespués de -estirse, teniendo *unto al pecho el cetro amado, el hi*o de Adon2as, con prounda emoci!n hi/o un *uramento antes de de*ar aquel lugar de su surimiento# Acariciando el cetro le di*o0 & :i amado cetro, uiste creado como un emblema de la armon2a que procede de la *usticia " del amor# 5oda la gloria de Salem reposaba sobre ti cuando la rebeld2a en su ingratitud te escla-i/!, arrastrándote hacia este -alle hostil# Aqu2 tI uiste herido " humillado, llegando a con-ertirte en un instrumento de impiedad en las manos del tirano# Yo, sin embargo, te redim2 con mi sangre# Ahora nuestras heridas serán restauradas, " en bre-e seremos entroni/ados en medio de las alaban/as de una Salem -ictoriosa# %uando este sueño se concretice, atestiguaremos *untos el 4nal de aquéllos que se le-antaron contra nosotros para herirnos# Samael " sus seguidores serán de-orados por el uego que reducirá a ceni/as a Sodoma " Komorra# : &9 %onclu"endo su solemne *uramento, el *o-en pr2ncipe, "a oculto por las tinieblas de la noche de*! aquella colina, " sobre ella las marcas de su surimiento# &> Cesde que el hi*o del re" hab2a partido, prometiendo regresar con el cetro, Salem -i-i! momentos de indecible ansiedad# n llanto, el re" " los sIbditos restantes se acordaban de todo aquel eli/ pasado deshecho por la
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ingratitud de los rebeldes# .o que más les torturaba era la ausencia del pr2ncipe " del cetro, sin los cuales todo el brillo de aquel reino de pa/ se ouscar2a# &? Ceseando consolar el cora/!n de sus sIbditos, elquisedec a-an/aba en medio de la noche rumbo a los montes que rodeaban a Salem# AIn debilitado " herido, prosegu2a en su marcha ascendente, esperando alcan/ar su patria por la mañana# &@ Aquella noche larga " oscura 4nalmente ue -encida por los ra"os del amanecer# n Salem la esperan/a de -ol-er a -er a elquisedec con su cetro estaba casi abandonada cuando, al mirar hacia el onte de los li-os, le -ieron descendiendo por el camino de Ketseman2# %uando lo encontraron en el proundo -alle de %edr!n, quedaron asustados con su aspecto0 su cara estaba pálida " su manto empapado en sangre# Precisamente aIn as2, él sonre2a e8presando gran alegr2a# &B Al preguntarle ellos sobre el porque de aquellas marcas de sangre, elquisedec sac! de deba*o de su manto sus manos heridas, mostrándoles en medio de ellas el cetro redimido# &D Cespués de contarles los pasos que lo lle-aron al rescate del cetro, los sIbditos, enmudecidos, se postraron re-erentes a sus pies, aclamándolo como su redentor " re"# 'E n medio de las alaban/as de las huestes redimidas, el pr2ncipe ue introducido en el palacio real, donde ba*o los cuidados de su amoroso padre, deber2a recuperarse de su surimiento# l cetro des4gurado, ahora más preciado, ser2a también restaurado, debiendo con-ertirse aun más bello que antes# '& l d2a de la coronaci!n ue 4*ado para el pr!8imo Yom Qipur# n aquel d2a, elquisedec sellar2a con el cetro restaurado el triuno de todos los 4eles, as2 como la condenaci!n de los rebeldes# Ca%"+lo 1-
"amael no encontrando el cuero del r!ncie ni el cetro, arte hacia Gomorra y es recibido como rey or sus hombres. "amael y sus se%uidores aumentan en la ini)uidad y or%ullo. 4or medio del terror confabula a los
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reyes de la lanicie e incita a la %uerra en contra de otros reyes. "amael y sus hombres son vencidos y se esconden en cuevas. & Pocos instantes después de la salida de elquisedec, Samael lleg! al lugar en donde aparentemente lo hab2a de*ado sin -ida, al lado del laId# Sin entender aquella misteriosa desaparici!n, prosigui! él hacia Komorra, donde sus seguidores lo esperaban# Al -erlos, proclam! su -ictoria sobre el odiado pr2ncipe " sobre el cetro, a quienes hab2a masacrado en Sodoma, no restando a los seguidores del pergamino ninguna esperan/a# ' Sus palabras agradaron a la turba rebelde, que comen/! a conmemorar la conquista entregándose a la org2a# Se burlaban ahora de la *usticia " del amor, e8altando a Samael como re" -ictorioso# Ahora obtendr2an armas, con el prop!sito de a-an/ar sobre Salem, asentándole el Iltimo golpe6 Se unieron a ellos en sus malé4cos prop!sitos, muchos criminales que ueron recibidos como maestros en el mane*o de arcos " 3echas# 9 n su locura, Samael orden! la e8pulsi!n de todo calendario, pues en su reino de libertad no estar2an su*etos a ningIn c!mputo de tiempo# .as le"es de la moralidad ueron también e8cluidas, surgiendo con eso un completo caos# ste desorden, se maniest! de manera más patente en el barullo estridente " caco!nico, al cual proclamaron como la nue-a mIsica# > Cominados por el ego2smo, Samael " sus seguidores se alimentaban de ilusiones, inconscientes de que sus d2as estaban contados# .os rutos de la rebeld2a no tardar2an en atraer sobre ellos el uego de la destrucci!n# ? Ci-idiendo a sus seguidores en grupos pequeños, Samael comen/! a comandarlos en actos -iolentos que aterrori/aban a los moradores de las planicies6 Por ese tiempo, ellos se escond2an en las ca-ernas situadas pr!8imas al mar salado# @ l respeto " el miedo de los guerrilleros de Samael, lle-! 4nalmente a los re"es de cuatro ciudades a procurarlo, proponiéndole alian/as de pa/# llos eran0 ara, re" de Sodoma, ersa, re" de Komorra, Senaab, re" de Adama, Semeber, re" de Seboim " Segor, el re" de ela# Por esa época, estos re"es paFgaban tributos a %ordolaomor, el re"
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de lam que, acompañado por los e*ércitos de otras cuatro ciudades, los hab2an sub"ugado en el -alle de Sidim *unto al mar salado# B Jortalecido por las alian/as, Samael se torn! mas osado en sus en-estidas, lle-ando el terror " la destrucci!n a los territorios de ciudades distantes# .os e*ércitos de %ordolaomor " sus aliados que en esos d2as regresaban de otras conquistas, enurecidos por las pro-ocaciones de Samael, marcharon contra los cuatro re"es, -enciéndolos nue-amente en el -alle de Sidim# Jue en esa ocasi!n que lle-aron cauti-os a los habitantes de Sodoma, entre los cuales se encontraba mi sobrino .!t# D Acobardados delante del uror de los cinco re"es, Samael " sus seguidores se escondieron en sus cue-as, al norte del mar salado# Ca%"+lo 11
"amael hace rearativos ara con)uistar "alem y eone su lan es!a. En camino a "alem, sus recuerdos lo torturan. "alem m2s bella y hermosa )ue antes. Acontecimientos en el d!a de la coronación. & .os doce meses contados a partir del gran sacri4cio estaban casi por terminar# l cetro, totalmente restaurado, resplandec2a en su estuche, mientras que el pr2ncipe, igualmente restablecido de las heridas causadas por la rebeld2a, se alegraba al -er llegar el Yom Qipur de su coronaci!n# ientras tanto, él compon2a lindas canciones que e8presaban su amor por Salem# ' n aquellos doce meses, la ciudad de la pa/ lleg! a ser más bella, siendo adornada cual una no-ia para el grandioso d2a de la coronaci!n# A una semana para el Yom Qipur, Samael, totalmente inconsciente de que el d2a de su *uicio se apro8imaba, reuni! a sus seguidores, anunciándoles que la pr!8ima misi!n ser2a la conquista de Salem# Antes de que ellos a-an/aran, sin embargo, él subir2a solo para -eri4car los puntos -ulnerables de la ciudad# 9 Cespués de ser aplaudido por la turba, Samael parti! en su misi!n de reconocimiento# ientras que a-an/aba solo,
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procuraba no acordarse de aquéllos momentos que le tra*eran terror por la culpabilidad, mas, dominado por una uer/a superior, ue arrastrado en sus recuerdos hacia aquel monte de la cruel tortura# > 5odo su pasado comen/! a -enirle a la memoria, como un peso desmoronador# ? %uando despert! de sus recuerdos de los cuales no consigui! huir, era "a de noche# .a oscuridad que lo en-ol-2a le pareci! el presagio de un triste 4nal# se desánimo, sin embargo, procur! desecharlo con el recuerdo del e*ército que lo esperaba, listo para cumplir sus !rdenes, en la conquista de Salem, donde no habr2a más recuerdos de aquél pergamino# pergamino# @ l amanecer lo alcan/! estando pr!8imo pr!8imo a Salem# Al -er el monte de los li-os, le -ino el recuerdo de la Iltima -e/ que lo traspas!, de*ando tras de s2 la ciudad -encida# T%uántas noches hab2an pasado desde entonces Gl hab2a perdido la noci!n del tiempo, no sabiendo que e8actamente doce meses se hab2an pasado# =o pod2a imaginarse que, ra"aba en aquella mañana el Yom Qipur, el d2a de su *uicio# B Al llegar a la cumbre del monte de los li-os en aquella mañana, Samael se sorprendi! sorprendi! al -er que la ciudad se hab2a tornado más bonita que antes6 5oda ella estaba adornada de ramos " de 3ores, como una doncella a la espera de su no-io# Y sin embargo, Salem estaba abandonada, no teniendo ninguna señal de -ida en todas sus mansiones# sto lo hi/o concluir que los golpes que hab2an aniquilado al pr2ncipe " al cetro, hab2an tra2do como consecuencia todo aquel abandono# Gl no sab2a, sin embargo, que en aquel momento todos los remanentes de aquel reino, se encontraban ocultos en el gran sal!n del palacio, esperando el momento más glorioso, de la coronaci!n de elquisedec# D 7maginándose e8altado sobre el trono abandonado, teniendo a sus pies a los e*ércitos -ictoriosos, el rebelde penetr! en la ciudad, dirigiéndose apresuradamente al palacio# Al Al cru/ar el portal portal principal que da entrada al sal!n principal, se llen! de asombro al -er all2 reunidos una multitud de 4eles# Sobre un tablado de oro, adornado de 3ores talladas en piedras preciosas, se encontraba el trono -ac2o# n la base del trono estaba el pergamino de las le"es, una corona de oro llena de piedras preciosas " el
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estuche que hab2a de*ado -ac2o en aquella noche de la traici!n# Sin entender el enigma, Samael se escondi! por detrás de una columna, temiendo ser reconocido, " se mantu-o obser-ando# &E .os sIbditos, con la e8presi!n de eli/ e8pectati-a miraban hacia el trono -ac2o# TC!nde encontraban ellos moti-os para toda esa alegr2a, si hab2an perdido a su re" *untamente con el cetro Samael Samael se preguntaba preguntaba sobre ese misterio, cuando Adon2as, aplaudido por los sIbditos, se encamin! *unto al trono# %on una -o/ llena de emoci!n por la -ictoria, el undador de Salem anunci! que hab2a llegado el momento tan soñado de la coronaci!n# Un grito de triuno reson! por los aires cuando, anunciado a nunciado por su padre, entr! el pr2ncipe amado encaminándose en e n direcci!n del trono# Al -erlo cubierto por un manto de gloria, Samael ue pose2do por un terrible pa-or, " procur! huir# Cescubri!, sin embargo, que todos los portales del gran sal!n estaban cerrados por uera# && Cio inicio la ceremonia de la coronaci!n# ra un momento en -erdad solemne# Adon2as, en un gesto re-erente, tom! la rica corona, colocándola en la rente de su hi*o# 7nclinándose después hacia el estuche, e stuche, lo abri! cuidadosamente, sacando de él el laId restaurado, cu"a belle/a " brillo eran mu" superiores a su primera condici!n, al salir de las manos de Adon2as su laudero# laudero# Sentándose en el trono en medio de las aclamaciones de los sIbditos, elquisedec comen/! a tocar el cetro, sacando de él acordes de mucha armon2a " pa/# 5odos se aquietaron para o2r sus nue-as composiciones que e8presaban e8presaban su proundo amor por el cetro " por todo aquel reino de pa/# &' Kran emoci!n in-ad2a el cora/!n de todos en ese momento, lle-ándolos a las lágrimas# Samael, sin uer/as para reaccionar, se sent2a torturado por aquellos acordes que lo torturaban haciendo re-i-ir en su mente sus su s oportunidades perdidas, en una tortura terrible para su conciencia# & elquisedec hab2a compuesto para ese momento especial, canciones que retrataban los momentos más destacados de la historia de Salem6 %uando comen/! a cantar sobre la amistad que hab2a tenido por Samael, su -o/ se embargaba por las lágrimas que no consegu2a contener# ;5riste era para él cantar sobre la ca2da de aquél
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que hab2a sido su ma"or amigo< %ant! entonces sobre el alto precio precio que tu-o que pagar pagar por la reconquista del cetro, que representa la honra de Salem# &9 Al contemplar aquellas manos marcadas por las cicatrices, tocando con tanta maestr2a " cariño el cetro restaurado, los sIbditos tomados por una uerte emoci!n, se postraron en llanto# &> Al -er en las manos de elquisedec aquél laId que, en sus manos hab2a sido un 7nstrumento de tortura, Samael comprendi!, demasiado tarde cuánto hab2a errado, des-iándose de los conse*os del pr2ncipe6 %uántas -eces aquéllas manos sobre las cuales hab2a descargado toda aquella -iolencia hab2an sido e8tendidas en un esuer/o de sal-arlo, " él las hab2a despreciado negligentemente# ;Ahora, era demasiado tarde< ;;;8tremadamente tarde<<< Ca%"+lo 12
ubilosa roclamación y coronación coronación de $el)uisedec. "ellamiento de ciudadan!a a los eles. "amael se resenta y desaf!a al rey. rey. "ellamiento del #uicio #uicio contra "amael y sus se%uidores. & .os sIbditos triunantes que, re-erentes, re-erentes, hab2an sido conducidos a todo aquel pasado de elicidad, traici!n, dolor " triuno, unieron 4nalmente las -oces en una *ubilosa proclamaci!n0 ' $erdaderos " *ustos son tus principios, oh re" de Salem# Cigno eres de reinar en gloria " ma*estad entre los loores de tus 4eles, porque en tu sacri4cio nos libraste de las amena/as de las tinieblas, haciendo renacer en nuestro nue stro cora/!n la alegr2a del amanecer# se cántico de e8altaci!n ue seguido por la ceremonia de la con4rmaci!n de todos los 4eles en su -ictoria# l hi*o de Adon2as, con su cetro redimido, comen/! a sellar con un toque especial del cetro, la -ictoria de cada uno# Se orm! para lo cual una larga 4la de 4eles e8altados# 9 .os sIbditos con4rmados, a medida en que iban recibiendo el toque de aprobaci!n del re", se colocaban al lado derecho derecho del trono, trono, donde permanec2an aguardando aguardando por la con4rmaci!n de los otros#
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> .as miradas que, iluminadas de alegr2a, hab2an acompañado el sellamiento de los Iltimos *ustos, se posaron sobre la 4gura e8traña de Samael que, dominado por una uer/a irresistible, se encaminaba cabi/ba*o en direcci!n del trono# Su aspecto era horrible0 su semblante hab2a sido deormado por el mal6 sus -estiduras estaban sucias " mal olientes6 todo en él repugnaba, al punto de que nadie lo reconoci!# ? n medio del asombro de los sIbditos, elquisedec se le-ant! de su trono como herido por un gran dolor6 Ce sus labios los sIbditos o"eron una dolorosa e8clamaci!n0 @ : ;;;Samael, Samael<<<: B .a 4gura deplorable de aquél que hab2a sido tan bello, llen! a todos de triste/a, " comen/aron a llorar# llos se lamentaban por moti-o de que sab2an que el destino de Samael " de todos aquellos que lo hab2an seguido, pudo haber sido mu" dierente, si ellos hubiesen atendido a los amorosos ruegos de Adon2as " de su hi*o# TAcaso no era el plan del re" " el sueño de elquisedec el tenerlo como el protector del pergamino, siendo el segundo en honra en aquél reino D Samael que, reconociendo su des-entura, se hab2a apro8imado cabi/ba*o hacia el trono, al presenciar toda aquella lamentaci!n, " engañado nue-amente por el orgullo, *u/gando que se trataba de una demostraci!n de debilidad de sus enemigos# Al acordarse de su e*ército que orti4cado lo esperaba en la planicie, lo engañ! con la certe/a de que ser2a -ictorioso sobre Salem# %on este pensamiento, le-ant! la rente marcada por el odio ", mirando al re", le-ant! el puño cerrado " lo desa4!, desdeñando su autoridad, con la amena/a de quitarle el trono# &E AIn que condolidos por su perdici!n, los sIbditos de Salem no soportaron la osada arenta de aquél enloquecido *o-en que, después de causar tanto surimiento, toda-2a era capa/ de le-antarse con tan grande desa2o# && l re" -ictorioso que con tanto placer hab2a sellado con su cetro la conquista de los 4eles, lo le-ant! dolorosamente para el sellamiento de la triste suerte de los rebeldes# 7nmo-ili/ado por una uer/a e8traña, Samael, sin des-iar los o*os del cetro, o"! de los labios del re" la proclamaci!n de su *uicio " de todos sus seguidores0
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&' Prisioneros de una uer/a in-isible, estar2an retenidos en sus ca-ernas por seis años, siendo después -isitados por el uego del *uicio que los destruir2a *untamente con las ciudades que con ellos se aliaran# Ca%"+lo 13
Bn 2n%el se le aarece en sue*os a $el)uisedec, le da instrucciones y le muestra en visión la "alem /elestial. $el)uisedec, el rotector de las m2s amlias revelaciones de ios. La historia de "alem, una seme#an'a de la historia del Bniverso. $el)uisedec se conmueve y rinde honra al $es!as, al descubrir )ue se convirtió en una seme#an'a de Fl. 5atalla or el cetro disutado. !a del #uicio nal. & Al ir a la cama después de aquel d2a de tantas emociones, el *o-en re", inmerso en los recuerdos de aquél pasado de elicidad " dolor, rodaba en su cama sin sueño# %uando 4nalmente se durmi!, tu-o un sueño mu" signi4cati-o# ' n el sueño, se le apareci! un ángel luminoso, que saludándolo con una sonrisa, le di*o que todo el Uni-erso acompañaba con atenci!n todo aquel drama que estaba -i-iendo, mismo que ten2a un sentido pre 4gurati-o, retratando acontecimientos pasados " uturos, que en-ol-2an todo el -asto uni-erso# .as palabras del ángel despertaron en elquisedec un gran deseo de conocer la historia de ese drama c!smico# 9 %onociendo su -i-o deseo, el ángel lo arrebat! en el sueño re-elándole un uturo distante# Celante de sus o*os se maniestaron las glorias de una nue-a " espléndida Salem, cu"as murallas " mansiones estaban hechas de piedras preciosas6 .os portales de la ciudad eran de perlas# Sus amplias a-enidas eran de oro puro# .a ciudad era cuadrangular " se e8tend2a por centenares de Ril!metros# staba di-idida en dos sectores distintos0 =orte " Sur# Al sur se ele-aban incontables mansiones, habitaciones eternas de ángeles " de seres humanos redimidos6 Al norte hab2a un lindo para2so el cual el ángel re-el! ser el *ard2n del dén# All2, en ambos bordes del r2o de la -ida, hab2a campos repletos de todo tipo de -egetaci!n, con 3ores " rutos en
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abundancia# $i-2an all2 en perecta armon2a, todas las especies de insectos, a-es " animales# > n medio del para2so se pod2a -er una montaña ulgurante, la cual el ángel a4rm! ser el monte Si!n, el lugar del trono de Cios# ra de aquel monte que emanaba el r2o de la -ida, 3u"endo por toda la ciudad# ? %uando hubieron alcan/ado la cumbre de la montaña sagrada, el re" de Salem estu-o deslumbrado con el escenario -isto a su alrededor# Se encontraba en la parte más ele-ada de Si!n la más linda de todas las edi4caciones re-elado por el ángel como el palacio del Cios# Aquella magni4ca construcci!n era sustentada por siete columnas, todas de oro transparente, incrustadas de lindas perlas# Alrededor del palacio, 3orec2a la más e8uberante -egetaci!n0 hab2a all2 el pino, el ciprés, el oli-o, la murta, la romasera " la higuera, doblándose al peso de sus higos maduros# @ ientras que se admiraba ante la belle/a de aquel lugar, el ángel le di*o que a ningIn ser humano le hab2a sido dado el pri-ilegio de -er el interior de aquel palacio de Cios# A él le ser2a dado este honor, pues ue escogido para ser el portador de las más amplias re-elaciones sobre el reino de la lu/# B Al traspasar con re-erencia uno de los portales de perlas, se postraron en adoraci!n, mientras que o2an el cántico de una multiplicidad de sera4nes, que circundaban el trono, en constante alaban/a a Aquél que ra, que s " que Siempre Será# D Al mirar hacia Aquél que estaba sentado sobre el trono, elquisedec se sorprendi! al descubrir la 4gura de un hombre# Gl estaba cubierto por un manto de lino 4no, de una blancura sin igual, " ten2a sobre la cabe/a una corona ormada por siete coronas sobrepuestas, repletas de piedras preciosas# &E Al mirar hacia las manos que sustentaban el cetro, el hi*o de Adon2as se sorprendi! al descubrir en ellas cicatrices de heridas, seme*antes a aquéllas en sus manos# l ángel le a4rm! ser el es2as, la maniestaci!n -isible de Yahwéh, el Cios in-isible# && Atra2do por el cetro resplandeciente, con el cual el es2as gobernaba sobre todo el Uni-erso, el re" de Salem
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-io en él el sello del dominio, " en él escrito el nombre0 7srael# &' Arrebatado por una prounda emoci!n, elquisedec se postr! ante el +e" de aquella Salem eterna, ", re-i-iendo all2 la historia de su pequeña ciudad, tu-o el deseo de conocer el gran drama de la historia uni-ersal# %onociendo el deseo de su cora/!n, el ángel le di*o0 & :Ahora te daré a conocer la historia de esta gloriosa Salem# 5odo lo que te uere mostrado en la -isi!n, deberás tI registrar 4elmente en seis pergaminos que serán cosidos uno al otro, ormando un Inico rollo# 5I tendrás seis años para escribirlos# Al 4nal de los siete años, tI recibirás de las manos de un anciano un -aso conteniendo un rollo especial, con muchas re-elaciones importantes, destacándose la historia de Salem# 5I tomarás ese rollo, " lo coserás como el primero de los siete, ormando un Inico rollo# Cespués de sellarlo, tI " el anciano lo guardarán en el -aso, lle-ándolo hacia una cue-a que "o les mostraré al norte del mar salado, donde permanecerá ol-idado hasta que lleguen los Iltimos d2as, cuando será rescatado " re-elado al mundo por medio de un pequeño beduino# : &9 Cespués de decirle al re" de Salem estas palabras, el ángel lo condu*o en -isi!n a un in4nito pasado, cuando el Uni-erso toda-2a no e8ist2a# &> Una historia mu" parecida con la de Salem comen/! a desplegarse delante de sus o*os6 pero, en una dimensi!n in4nitamente ma"or, comen/ando por la creaci!n del reino de la lu/# %on admiraci!n contempl! la ormaci!n de billones de mundos " estrellas, repletos de -ida " elicidad que comen/aron a girar en torno de la Salem %elestial, el para2so de Cios# &? Su atenci!n se -ol-i! después hacia el más bello de todos los querubines que, honrado por el %reador, comen/! a habitar con Gl en Su palacio# Una eterFnidad de elicidad " pa/ parec2a encantar aquel reino, cuando la misma e8periencia de ego2smo " rebeld2a -i-ida por Samael, comen/! a repetirse en la -ida de aquél ángel amado# &@ scenas de una gran rebeli!n comen/aron a ser mostradas a elquisedec, implicando a todos los habitantes del Uni-erso# l querub2n honrado, seme*ante a Samael, hab2a seducido a un tercio de las huestes que, comen/aron a re-erenciarlo como re"#
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&B n medio de las escenas de aquel gran con3icto, el re" de Salem atestigu! la creaci!n del planeta 5ierra, sobre la cual surgi! el hombre como cetro racional de aquel reino disputado# &D %on agon2a -io el momento en que el *ee de la rebeli!n se apro8im! sutilmente al para2so, apoderándose del ser humano, después de seducirlo con tentaciones# "! entonces su bramido, en una proclamaci!n de -ictoria# A partir de ese momento, el enemigo de Cios comen/! a arruinar al ser humano, apagando en él todos los rasgos de la gloria di-ina, como Samael hab2a hecho con el cetro# 'E Su propia e8periencia, al declarar en aquella mañana a los sIbditos de Salem su decisi!n de ir en la bIsqueda del cetro perdido, comen/! a repetirse delante de Sus o*os# '& +euniendo a las huestes que hab2an permanecido 4eles a Su gobierno, el %reador comen/! a re-elar un plan de rescate0 Gl habr2a de ir en la bIsqueda del hombre, " lo redimir2a, aunque esto le costase un sacri4cio in4nito# Celante de esta re-elaci!n, el hi*o de Adon2as se postr! conmo-ido, al descubrir que en su -ida hab2a tenido la honra de retratar al propio es2as# '' 5odo el drama -i-ido por el hi*o de Adon2as en su angustiante bIsqueda, hasta el momento de su suplicio por la redenci!n del cetro, ue ganando amplitudes en aquella -isi!n que abarcaba toda una eternidad# Celante de sus o*os des4laban escenas de una gran batalla que, sin tregua se e8tender2a hasta el d2a del *uicio 4nal, cuando el es2as -ictorioso empuñará el cetro redimido, sellando con él la condenaci!n de todas las huestes rebeldes# Ca%"+lo 14
$el)uisedec tuvo conocimiento de la Gran liberación debido a las revelaciones )ue le fueron manifestadas or el 2n%el del "e*or. Abraham, "ara, (saac, Lot y sus dos hi#as, as! como los astores y eles, son recibidos con #0bilo en "alem, ara celebrar La iesta de "u3ot. Abraham entre%a el rollo a $el)uisedec, y +ste lo cose uni+ndolo al suyo. esu+s de leer arte del rollo de Abraham, $el)uisedec bendice al e)ue*o (saac y rofeti'a concerniente al futuro del rollo.
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& A tra-és de las re-elaciones recibidas del ángel, elquisedec tom! conocimiento de la gran liberaci!n alcan/ada die/ d2as antes de su coronaci!n, en +osh 1ashaná, cuando delante de trescientos pastores con sus -asos encendidos, e*ércitos de cinco re"es hab2an ca2do, saliendo libres los cauti-os# ' %onociendo nuestra intenci!n de subir a Salem por la ocasi!n de SuRot, el re" hi/o preparati-os para una gran 4esta, en la cual conmemorar2amos *untos la -ictoria sobre toda la desarmon2a generada por el orgullo " por el ego2smo# Jue por esto que al llegar nosotros a Salem, uimos sorprendidos con toda aquella honor24ca recepci!n# 9 l ocuparme con el relato de todos esos acontecimientos, me hi/o pasar por todo este séptimo año, casi sin notar sus d2as, que pasaron -eloces# stamos ho" a las puertas de un nue-o +osh 1ashaná, cuando los EE pastores tocarán los cuernos, con-ocando a todos aquellos que posean las perlas, para la reuni!n solemne de Yom Qipur# %inco d2as después seremos recibidos en Salem para la 4esta de SuRot# > .a certe/a de que acontecimientos importantes toda-2a deberán ser relatados hasta el momento en que el -aso será de*ado en la cue-a, me hace reser-ar un espacio en el rollo, en el cual registraré, d2a tras d2a, los hechos, hasta la consumaci!n de esta historia# ? 1o" es +osh 1ashaná, el d2a más eli/ de mi -ida, pues mis bra/os podrán abra/ar 4nalmente al hi*o de la promesa# .a primera cosa que Sara hi/o al recibirlo, ue colocarle en su manita derecha la segunda perla que el es2as le hab2a dado en el d2a de su con-ersi!n, en la cual estaba escrito el nombre 7saac que signi4ca risa, el nombre de elquisedec " el nombre de Salem# @ Cos d2as antes del Yom Qipur, 7saac ue circuncidado, conorme a la orden de Yahwéh# B Cesde que los pastores comen/aron a tocar sus cuernos en +osh 1ashaná, todos aquellos que pose2an perlas del -aso, de*aron sus tiendas, dirigiendose en grupos pequeños, para estar *unto al +oble de ambré# D Al llegar el Yom Qipur, el d2a de la reuni!n solemne, mis pastores me inormaron que todos aquellos que hab2an
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recibido perlas, hab2an comparecido a la reuni!n, no altando ninguna persona# ra mara-illoso -er la alegr2a estampada en el semblante de toda aquella multitud, que anhelaban la subida a Salem# 5odos ten2an una historia que contar, de c!mo ueron mal comprendidos " humillados por aquellos que no recibieron la sal-aci!n representada por las perlas# l Inico consuelo que ten2an en aquel tiempo, pro-en2a de la certe/a de que subir2an a Salem para la 4esta de SuRot# &E n el primer d2a de la 4esta de SuRot, la multitud ue subdi-idida en grupos pequeños de doce personas, para subirnos en orden hasta Salem# && 5eniendo el -aso con el rollo en mi espalda, me coloqué al rente de la multitud, siendo seguido por Sara e 7saac, que -en2an montados en un camello6 .uego detrás -en2an .!t " sus hi*as6 " un poco mas atrás, los trescientos pastores seguidos por todos los 4eles# &' 7niciábamos nuestro ascenso cuando, acompañado por todos sus sIbditos, apareci! elquisedec -iniendo a nuestro encuentro, haciendo -ibrar por los aires el sonido esti-o de muchos instrumentos musicales, conmemorando la gran -ictoria# & Cespués de saludarnos, el hi*o de Adon2as nos condu*o en una marcha esti-a hasta introducirnos a las puertas de Salem, que se encontraba ahora más bonita que antes# &9 Celante del trono, todos los redimidos ueron coronados por elquisedec, comen/ando en seguida el gran banquete# &> Krande ue la alegr2a del re" de Salem cuando le entregué el -aso con mi manuscrito# .le-ándome a una sala especial del palacio, él me mostr! los seis manuscritos en los cuales hab2a registrado la historia del Uni-erso, segIn como le hab2a sido mostrada en su sueño# &? Al recibir mi manuscrito, él lo cosi! a los demás, llegando a ser el primero del gran rollo# &@ n el Iltimo d2a de la 4esta de SuRot, el rollo ue abierto delante de toda la multitud de 4eles# Cespués de leer una buena parte de mi manuscrito, el hi*o de Adon2as, tomando en sus bra/os al pequeño 7saac, a4rm!0 &B :n la descendencia de éste niño habrá de cumplirse todas las cosas escritas en este manuscrito# : &D 1abiendo dicho esto, el re" lo bendi*o, de-ol-iéndoselo a Sara#
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'E Cespués de bendecir a 7saac, elquisedec comen/! a hablar sobre el uturo del rollo que permanecer2a por casi cuatro milenios oculto en una cue-a, siendo 4nalmente encontrado por un beduino de la tribu de 5aamireh# Al salir de su cue-a, el rollo enrentar2a la oposici!n de muchos eruditos que lo declarar2an ap!crio# $endr2a, sin embargo, el momento, en que sus re-elaciones ser2an con4rmadas, " muchos ser2an transormados por sus mensa*es, preparándose para el d2a del *uicio 4nal# La *i!oria del Univer!o
(Un relato escrito por elquisedec) +e-elaciones que un ángel del Señor maniest! a elquisedec en un sueño que tu-o lugar la noche siguiente a su coronaci!n, un año después de recuperar el cetro de Salem, habiendo pagado el precio de su rescate con dolor " sangre# Ca%i+lo 1
El Eterno vivió una eternidad antes de crear el Bniverso. $undo de Lu'. $onte "ión. 1!o de la vida. ard!n de Ed+n. erusal+n, la ciudad de a'. Lucifer, el rimo%+nito de los 2n%eles. Leyes del %obierno divino. Libertad de esco%er. n%eles, ministros del reino de la lu'. Bniverso. Abismo de tinieblas, rueba de delidad. "earación entre la lu' y las tinieblas. & Antes que e8istiese una estrella para brillar, antes que hubiese ángeles para cantar, "a hab2a un cielo, el hogar del terno, el Inico Cios# Perecto en sabidur2a, amor " gloria, -i-i! el terno una eternidad, antes de concreti/ar Su lindo sueño , en la creaci!n del Uni-erso# ' .os incontables seres que componen la creaci!n ueron, todos, ideali/ados con mucho cariño# Cesde el diminuto átomo hasta las gigantescas gala8ias, todo mereci! Su suprema atenci!n# Amador de la mIsica, Cios ideali/! el Uni-erso como una gran orquesta que, ba*o Su regencia, deber2a -ibrar acordes armoniosos de *usticia " pa/# Para cada criatura Gl compuso una canci!n de amor#
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l terno estaba mu" eli/, pues Sus sueños estaban por reali/arse# o-iéndose con ma*estad, inici! Su obra de creaci!n# Sus manos moldearon primeramente un mundo de lu/, " sobre él una montaña ulgurante sobre la cual estar2a para siempre a4rmado el trono del Uni-erso# 9 Al monte sagrado Cios llam!0 Si!n# Ce la base del trono, el terno hi/o brotar un r2o cristalino, para representar la -ida que de Gl 3uir2a hacia todas las criaturas# %omo sala del trono, cre! un lindo para2so que se e8tend2a por centenas de Ril!metros alrededor del monte Si!n# Al para2so llam!0 dén# Al sur del para2so, en ambos márgenes del r2o de la -ida, ueron edi4cadas numerosas mansiones adornadas de piedras preciosas, que se destinaban a los ángeles, los ministros del reino de la lu/# > %ircundando el dén " las mansiones angelicales, constru"! Cios una muralla de *aspe brillante, a lo largo de la cual pod2an ser -istos grandes portales de perlas# %on alegr2a, el terno contempl! la %apital soñada# .a ciudad en su esplendor era como una no-ia adornada, pronta para recibir a su esposo# ? %ariñosamente, el gran Arquitecto la llam!0 Merusalén, la %iudad de la Pa/# Cios estaba por traer a la e8istencia a la primera criatura racional# Ser2a un ángel glorioso, de entre todos el de ma"or honra# Adornado por el brillo de las piedras preciosas, ese ángel -i-ir2a sobre el monte Si!n, como representante del +e" de re"es delante del Uni-erso# @ %on mucho amor, el %reador comen/! a moldear al primogénito de los ángeles# 5oda sabidur2a aplic! al ormarlo, haciéndolo perecto# %on ternura le concedi! la -ida6 el hermoso ángel, como despertando de un proundo sueño, abri! los o*os " contempl! la a/ de su Autor# %on alegr2a, el terno le mostr! las belle/as del para2so, hablándole de Sus planes, que comen/aban a concreti/arse# B Al ser conducido al lugar de su morada, *unto al trono, el pr2ncipe de los ángeles estaba agradecido ", con -o/ melodiosa, enton! su primer cántico de alaban/a# Ce las alturas de Si!n, se descubr2a, a los o*os del hermoso ángel, Merusalén en su inmensidad " esplendor# l r2o de la -ida, al desli/ar sereno en medio de la %iudad, se aseme*aba a una larga a-enida, re3e*ando las belle/as del *ard2n del dén " de las mansiones angelicales#
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D n-ol-iendo al primogénito de los ángeles con Su manto de lu/, el terno comen/! a hablarle de los principios que habr2an de regir el reino uni-ersal# .e"es 2sicas " morales deber2an ser respetadas en toda la e8tensi!n del gobierno di-ino# .as le"es morales se resum2an en dos principios básicos0 amar a Cios sobre todas las cosas " al pr!*imo como a S2 mismo# %ada criatura racional deber2a ser un canal por medio del cual el terno pudiese derramar a otros -ida " lu/# Ce esa orma, el Uni-erso crecer2a en armon2a, elicidad " pa/# &E n el reino de Cios, las le"es no ser2an impuestas con tiran2a6 .os sIbditos ser2an libres# .a obediencia deber2a surgir espontánea, en un gesto de reconocimiento " gratitud# n ese reino de libertad, la desobediencia también ser2a posible# l resultado de tal comportamiento ser2a el -aciamiento de las uer/as -itales# && Cespués de re-elar al hermoso ángel las le"es de Su gobierno, el terno le con4! una misi!n de gran responsabilidad0 ser2a el protector de aquellas le"es, debiéndolas honrar " re-elar al Uni-erso listo para ser creado# %on el cora/!n rebosante de amor a Cios " a los seme*antes, le corresponder2a ser un modelo de perecci!n0 ser2a .ucier, el portador de la lu/# l pr2ncipe de los ángeles6 agradecido por todo, se postr! ante el amoroso +e", prometiéndole eterna 4delidad# l terno continu! Su obra de creaci!n, tra"endo a la e8istencia a innumerables huestes de ángeles, los ministros del reino de la lu/# &' .a %iudad Santa ue poblada por esas criaturas radiantes que, elices " agradecidas, un2an las -oces en bell2simos cánticos de alaban/a al %reador# Cios tra2a ahora a la e8istencia el Uni-erso que, repleto de -ida, girar2a entorno de Su trono a4rmado en Si!n# Acompañado por Sus ministros, parti! hacia la grandiosa reali/aci!n# Cespués de contemplar el -ac2o inmenso, el terno le-ant! las poderosas manos, ordenando la materiali/aci!n de las multiormes mara-illas que habr2an de componer el %osmos# & Su orden, cual trueno, repercuti! por todas partes, haciendo surgir, como por encanto, gala8ias sin nImero, repletas de mundos " soles :para2sos de -ida " alegr2a:, todo girando armoniosamente entorno del monte Si!n# Al presenciar tan grande hecho del supremo +e", las huestes
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angelicales se postraron, haciendo repercutir por el espacio iluminado un cántico de triuno, en salutaci!n a la -ida# &9 5odo el Uni-erso se uni! en ese cántico de gratitud, en promesa de eterna 4delidad al %reador# Kuiados por el terno, los ángeles comen/aron a conocer las rique/as del Uni-erso# n esa e8cursi!n sideral, estaban admirados ante la inmensidad del reino de la lu/# Por todas partes encontraban mundos habitados por criaturas elices que los recib2an en 4esta# .os ángeles nos saludaban con cánticos que hablaban de las buenas nue-as de aquel reino de pa/# &> 5an preciada como la -ida, la libertad de escoger, a tra-és de la cual las criaturas podr2an demostrar su amor al %reador, e8ig2a una prueba de 4delidad# %on el prop!sito de re-elarlo, el terno condu*o las huestes por entre el espacio iluminado, hasta apro8imarse a un abismo de tinieblas que contrastaba con el inmenso brillo de las gala8ias# A lo le*os, ese abismo se hab2a re-elado insigni4cante a los o*os de los ángeles, como un puntillo sin lu/6 pero a medida de su acercamiento, se mostr! en su enormidad# &? l %reador, que a cada paso re-elaba a los ángeles los misterios de Su reino, estaba all2 silencioso, como guardando para S2 un secreto# .as tinieblas de aquel abismo consist2an en la prueba de la 4delidad# $olteándose hacia las huestes, el terno solemnemente a4rm!0 :5odos los tesoros de la lu/ estarán abiertos a -uestro conocimiento, menos los secretos ocultos por las tinieblas# Sois libres para ser-irme o no# Amando la lu/ estaréis ligados a la Juente de la $ida# : &@ %on estas palabras, hi/o Cios separaci!n entre la lu/ " las tinieblas, el bien " el mal# l Uni-erso era libre para escoger su destino# Ca%"+lo 2
Bna eternidad de armon!a y a'. Lucifer, trasmisor de las revelaciones del 4adre a sus 2n%eles. Asambleas en lanetas caitales. La obediencia a las leyes divinas, fundamento de ro%reso y felicidad. Lucifer es atra!do or las tinieblas del abismo. Lucifer, creado ara la Lu'. (ntervención de un 4adre amoroso. La %ran lucha interior de Lucifer. El don del libre albedr!o. eor!a de la ciencia del
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bien y del mal. undamentos del reino del Eterno. raición de Lucifer y de un tercio de las huestes. El Eterno advierte sobre el romimiento de la uente de la Vida. El Bniverso uesto a rueba. El inconsolable llanto del 4adre. El misterioso abismo, si%nicado simbólico del reino de la rebeld!a. /omien'o de la creación del laneta ierra. & l tan esperado sueño del %reador se concreti/aba# Ahora, como Padre cariñoso, conduc2a a las criaturas a tra-és de una eternidad de armon2a " pa/# n -irtud del cumplimiento de las le"es di-inas, el Uni-erso se e8pand2a en elicidad " gloria# 1ab2a un uerte celo de amor, que a todos un2a uertemente# .os seres racionales, dotados de la capacidad de un desen-ol-imiento in4nito, encontraban indescriptible placer en aprender los inagotables tesoros de .a Sabidur2a di-ina, transmitiéndolos a los seme*antes# ran como canales por medio de los cuales .a Juente de la terna $ida nutr2a a todos de amor " lu/# ' n Merusalén, los ministros del reino se reun2an ante el soberano +e", siempre prontos a cumplir Sus prop!sitos# ra a tra-és de .ucier que el terno pon2a de mani4esto Sus designios# Cespués de recibir una nue-a re-elaci!n, él prontamente la transmit2a a las huestes angelicales# Gstas, a su -e/, la compart2an con la creaci!n# n célebre -uelo los ángeles se dirig2an hacia los planetas capitales, donde, en grandes asambleas, se reun2an los representantes de los demás mundos# n muchas de esas asambleas, .ucier se hac2a presente, llenando a los participantes de alegr2a " de admiraci!n# Perecto en todas las -irtudes, él los cauti-aba con su simpat2a# =ingun otro ángel consegu2a re-elar como él los misterios del amor del terno# l Uni-erso, alimentándose de la Juente de la $ida, se e8pand2a en una eternidad de perecta pa/# .a obediencia a las le"es di-inas era el undamento de todo progreso " elicidad# Aunque conscientes del libre albedr2o, *amás hab2a subido al cora/!n de ninguna criatura el deseo de apartarse del %reador# As2 ue por mucho tiempo, hasta que tal problema irrumpi! en la -ida de aquél que era el más 2ntimo del terno# 9 .ucier, que hab2a dedicado su -ida al conocimiento de los misterios de la lu/, se sinti! poco a poco atra2do por las tinieblas# l +e" del Uni-erso, a los o*os de quien nada
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puede ser encubierto, acompañ! con triste/a sus pasos en el camino descendente que lle-a a la muerte# Al principio, una pequeña curiosidad lle-! a .ucier a apro8imarse a aquél abismo proundo# %ontemplándolo, comen/! él a indagar el porqué de no poder comprender su enigma# > +egresando a su lugar de honra, *unto al trono, se postr! ante el di-ino +e", suplicándole0 :Padre, dame a conocer los secretos de las tinieblas, as2 como me re-elas la lu/# : Ante la petici!n del hermoso ángel, el terno, con -o/ e8presi-a de triste/a, le di*o0 :1i*o m2o, tI uiste creado para la lu/, que es -ida# : %on-enciéndose de que el %reador no le re-elar2a los tesoros de las tinieblas, .ucier decidi! comprender por s2 mismo el enigma# Se Mu/gaba capacitado para tanto# %on esta triste decisi!n, el pr2ncipe de los ángeles permiti! que surgiese en su cora/!n una mancha de pecado que podr2a traer una catástroe para el Uni-erso# ? Solo Cios sab2a lo que pasaba en el cora/!n de .ucier# l ángel, que hab2a sido creado para ser el portador de la lu/, estaba di-orciándose en pensamientos del bondadoso %reador que, en un esuer/o de impedir el desastre, le rogaba permanecer a Su lado# Una tremenda lucha comen/! a trabarse en su interior# l deseo de conocer el sentido de las tinieblas era inmenso, con todo, los ruegos de aquél amoroso Padre, a quién no quer2a también perder, lo torturaban# $iendo el surimiento que su actitud causaba al %reador, a -eces demostraba arrepentimiento, pero -ol-2a a caer# @ Antes de crear el Uni-erso, Cios "a hab2a pre-isto la posibilidad de una rebeli!n# l riesgo de conceder libertad a las criaturas era inmenso, mas, sin este don, la -ida no tendr2a sentido# l terno no quer2a reinar sobre robots, programados para hacer solamente Su -oluntad# l quer2a que la obediencia uese ruto del reconocimiento " del amor, por eso decidi! correr el gran riesgo# Aunque prosegu2a en la bIsqueda del sentido de las tinieblas, .ucier no pretend2a abandonar la lu/# B Se esor/aba por llegar a una combinaci!n entre esas partes que, en el reino del terno, coe8ist2an separadas# Jinalmente, con un sentimiento de e8altaci!n, concibi! una teor2a engañosa, que pretend2a presentar al Uni-erso como un nue-o sistema de gobierno, superior al gobierno del
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terno# Cenomin! a su teor2a Ola ciencia del bien " del mal# structurada en la l!gica, la ciencia del bien " del mal se re-el! atra"ente a los o*os de .ucier, pareciendo descorrer un sentido de -ida superior a aquél orecido por el %reador, cu"o reino posibilitaba solamente el conocimiento e8perimental del bien# D n el nue-o sistema, habr2a equilibrio entre el bien " el mal, entre el amor " el ego2smo, la lu/ " las tinieblas# A lo largo del tiempo en que madurara en su mente la ciencia del bien " del mal, .ucier sabr2a guardarla en secreto delante del Uni-erso# %ontinuaba en su puesto de honra, cumpliendo la unci!n de Portador de la .u/# Sin embargo, por más que procuraba 4ngir, su semblante "a no re-elaba alegr2a en ser-ir al terno# l di-ino +e", que sur2a en silencio, procuraba, por medio de Sus re-elaciones de amor, preparar a las criaturas racionales para la gran prueba que se apro8imaba# &E Sab2a que muchos dar2an o2do a la tentaci!n, -ol-iéndole la espalda# .a noche de la prueba har2a sobresalir, sin embargo, a los -erdaderos 4eles :aquéllos que ser-2an al %reador no por interés, sino por amor# :Al -er que la hora de la prueba llegaba, " que .ucier estaba listo para traicionarlo delante del Uni-erso, el terno, que *amás hab2a cesado de re-elar los tesoros de su sabidur2a, se torno silencioso " contemplati-o# && l silencio hi/o re-i-ir en el cora/!n de las huestes el recuerdo de aquella primera e8cursi!n sideral, cuando, después de mostrarles las rique/as del reino de la lu/, Cios se torn! silencioso ante aquél abismo# Se acordaban de Sus palabras0 5odos los tesoros de la lu/ estarán abiertos a -uestro conocimiento, menos los secretos ocultos por las tinieblas# Sois libres para ser-irme o no# Amando la lu/ estaréis ligados a la uente de la -idaV# .ucier, que hab2a comen/ado a codiciar el trono de Cios, le indag! el moti-o de Su silencio# l %reador, contemplándolo con in4nita triste/a, le di*o0 1a llegado la hora de las tinieblas# 5I eres libre para reali/ar sus prop!sitosV# &' $iendo que el momento propicio para la propagaci!n de su teor2a hab2a llegado, .ucier con-oc! a los ángeles para una reuni!n especial# .as huestes, deseosas de conocer el signi4cado del silencio del Padre, tomaron sus lugares *unto al magn24co ángel, que siempre les hab2a re-elado los
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tesoros del reino de la lu/# .ucier comen/! su discurso e8altando, como de costumbre, el gobierno del terno# n una amplia retrospecti-a, les record! las grandiosas re-elaciones que los hab2an enriquecido en toda aquella eternidad# & l silencio di-ino, lo present! como siendo la indicaci!n de que el Uni-erso hab2a alcan/ado la plenitud del conocimiento que pro-en2a de la lu/# %allando, el terno les abr2a camino para el entendimiento de misterios aIn no soñados, guardados hasta entonces más allá de los l2mites de Su gobierno# Sorprendidas, las huestes tomaron conocimiento de la e8periencia de .ucier sobre las tinieblas# %on elocuencia, él les habl! de la ciencia del bien " del mal, indicándola como el camino de las ma"ores reali/aciones# &9 l eecto de sus palabras pronto se hi/o sentir en todo el Uni-erso# .a pregunta era decisi-a " e8plosi-a, generando por primera -e/ discordia# .os seres racionales, en su prueba, habr2an de optar por permanecer solamente con el conocimiento de la lu/, el cual .ucier a4rmaba haber llegado a su l2mite, o a-enturarse en el conocimiento de la ciencia del bien " del mal# n el comien/o, los ángeles se debatieron ante la pregunta, siendo luego después todo el Uni-erso puesto a prueba# Parec2a que la ciencia del bien " del mal habr2a de arrebatar la ma"or parte de las criaturas, sin embargo, poco a poco, muchos que al principio se empaparon con la teor2a, despertaron de la ilusi!n de la misma, rea4rmando su 4delidad al reino de la lu/# &> Al 4nal de ese con3icto, que se arrastr! por largo tiempo, se re-el! un tercio de las estrellas del cielo al lado de .ucier, " las restantes, aunque conmocionadas por la prueba al lado del terno# .a ciencia del bien " del mal ue proclamada por .ucier como un nue-o sistema de gobierno# TPero c!mo e*ercerlo, si el terno continuaba reinando en Si!n =ecesitaban encontrar una manera de ba*arlo de all2# l conse*o, ormado por los ángeles rebeldes, comen/! a tratar de eso# Cecidieron, 4nalmente, solicitarle el trono por un tiempo determinado, en el cual podr2an demostrar la e8celencia del nue-o sistema de gobierno# n caso de que uese aprobado por el Uni-erso, el nue-o sistema se establecer2a para siempre6 en caso contrario, el dominio retornar2a al %reador#
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&? Jue as2 que .ucier, acompañado por sus huestes, se apro8im! arrogante delante de Aquél Padre suridor, haciéndole tal petici!n# l terno no era ambicioso, s!lo quer2a el bien para Sus criaturas# Si la ciencia del bien " del mal consistiera realmente en un bien ma"or, no Se opondr2a a su implantaci!n, cediendo el trono a sus deensores# ás Gl sab2a que aquel camino conducir2a a la inelicidad " a la muerte# o-ido por Su amor protector, el %reador desatendi! la petici!n de las huestes rebeldes, que se apartaron enurecidas# &@ Al serles negado el trono, .ucier " sus huestes comen/aron a acusar al di-ino +e", proclamando ser su gobierno de tiran2a# A4rmaban ser su permanencia en el trono la más patente demostraci!n de Su arbitrariedad# T=o les hab2a concedido libertad de escoger TPor qué neutrali/arla ahora, impidiéndoles poner en práctica un sistema de gobierno superior .as acusaciones de las huestes rebeldes repercutieron por todo el Uni-erso, haciendo parecer que el gobierno del terno era in*usto# sto tra*o prounda angustia a aquellos que permanec2an 4eles al reino de la lu/# &B =o sabiendo como reutar tales acusaciones, esas criaturas, enmudecidas por el dolor moral, anhelaban el momento en que nue-as re-elaciones procedentes del %reador pudiesen aclararles los misterios de ese gran con3icto# .as acusaciones " blasemias de las huestes rebeldes alcan/aron el punto culminante cuando el terno, en un gesto sorprendente, se le-ant! de Su trono, como pronto a de*arlo# .os in4eles, en la e8pectati-a de una conquista, se aquietaron, mientras que un sentimiento de temor penetraba en el cora/!n de los sIbditos de la lu/# &D Tntregar2a Gl el dominio de toda la creaci!n, para librarse de las -iles acusaciones Ce acuerdo con la l!gica a partir de la cual .ucier undamentaba sus enseñan/as, no le quedaba otra alternati-a al %reador# n esta tremenda e8pectati-a, el Uni-erso acompañaba los pasos de Cios# n un gesto de humildad, el %reador Se despo*! de Su corona " de Su manto real, colocándolos sobre el blanco trono# n Su semblante no hab2a e8presi!n de resentimiento o de ira, sino de in4nito amor " triste/a# %on solemnidad, el terno proclam! que el momento decisi-o hab2a llegado, cuando
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cada criatura deber2a sellar su decisi!n al lado de la lu/ o de las tinieblas# 'E n una amplia re-elaci!n, alert! de las consecuencias de un rompimiento con la Juente de la $ida# %on una mirada de ternura el %reador contempl! a sus hi*os# ra una mirada de humildad, que lleno de amor, suplicaba para que permanecieran a Su lado# 7ncontables criaturas, conmo-idas, correspondieron a Su mirada de bondad, mientras que una multitud se mantu-o cabi/ba*a# .ucier " sus seguidores estaban conscientes de la seriedad de aquel momento# 5oda-2a era posible dar -uelta atrás en sus planes, entregándose arrepentidos al di-ino Padre que siempre los hab2a amado# '& ientras cabi/ba*os consideraban sobre la decisi!n 4nal, .ucier " sus adeptos o"eron el cántico de aquellos que, en reconocimiento " gratitud, se colocaban a lado del terno# .a Iltima lucha se trababa en el cora/!n de los in4eles que, estremecidos, llegaron a pensar en retirarse# Jinalmente, el recuerdo del reciente gesto di-ino, despo*ándose de la corona, les dio la certe/a de que el gobierno les ser2a entregado# $iendo que el 5rono permanec2a -ac2o, .ucier " sus huestes, dominados por la codicia, rompieron de4niti-amente con el %reador# Al -er un tercio de los sIbditos atra-esar las di-isiones de la eterna separaci!n, Cios de*! e8ternar el dolor angustiante que por tanto tiempo martiri/aba Su cora/!n, %ur-ándose en inconsolable llanto# '' %ontemplando a Sus hi*os rebeldes, ele-! la -o/ en una lamentaci!n dolorosa0 ;1i*os m2os, hi*os m2os< ;Ya no puedo llamarlos as2< ;Nuisiera tanto tenerlos en mis bra/os< ;e acuerdo cuando con cariño los ormé< ;Ustedes surgieron elices " perectos, en acordes de esperan/a en eterna armon2a< ;$i-2 para ustedes, cubriéndolos de gloria " poder< ;Ustedes ueron mi alegr2a< TPor qué sus cora/ones cambiaron tanto Th qué más podr2a "o haber hecho para hacerlos permanecer conmigo ;1o" m2 alma sangra de dolor por la eterna separaci!n< ' ;T%!mo miraré hacia los lugares -ac2os donde tantas -eces regoci*antes ele-aron las -oces en hosannas esti-as, sin -enirme a la mente una me/cla de elicidad " dolor< ;=ostalgia in4nita in-ade "a mi ser, " sé que será eterna< 1o" mi cora/!n se rompi! " se quebrant!6 ;las cicatrices
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cargaré para siempre< Cespués de proclamar en llanto tan dolorosa lamentaci!n, el terno, se dirigi! a .ucier, el causante de todo el mal, diciendo0 5I recibiste un nombre de honra al ser creado# Ahora no te llamarán más .ucier, sino Satánas, el enemigo del %reador " de Sus le"es# Cespués de lamentar la perdici!n de las huestes rebeldes, el terno, en pasos lentos, se ausent! del *ard2n del dén, lugar del trono Uni-ersal# '9 TC!nde ser2a ahora Su morada .as huestes 4eles acompañaban re-erentes Sus misteriosos pasos de abandono, que parec2an descorrer un uturo di2cil, de surimientos " humillaciones# Tcupar2an los rebeldes el trono di-ino, proanándolo como dominio del pecado sta indagaci!n torturaba el cora/!n de los sIbditos del terno# Ce*ando Su amada %iudad, el Señor de la lu/ se condu*o, en medio de las glorias del Uni-erso, en direcci!n del abismo inmenso, respecto del cual hab2a callado hasta entonces# All2 Se detu-o una -e/ más, enmudecido, mientras que parec2a leer en las tinieblas un uturo de grandes luchas# '> Ante el surimiento del terno, e8presado en la triste/a de su semblante, los 4eles pudieron 4nalmente comprender el signi4cado de aquél misterioso abismo0 consist2a en una representaci!n simb!lica del reino de la rebeld2a# n el rostro entristecido de Cios se maniest!, por 4n, un brillo que a los 4eles anim!# .e-antando los poderosos bra/os ante las tinieblas, orden! en alta -o/0 1a"a lu/# 7nmediatamente, la lu/ de Su presencia inund! el proundo abismo ", triunando sobre las tinieblas, re-el! un mundo inacabado, cubierto por aguas cristalinas# %on ese gesto, el terno iniciaba una gran batalla por la rei-indicaci!n de Su gobierno de lu/6 batalla del amor contra el ego2smo6 de la *usticia contra la in*usticia6 de la humildad contra el orgullo6 de la libertad contra la escla-itud6 de la -ida contra la muerte# '? atalla que, sin tregua, se e8tender2a hasta que, en el amanecer anhelado, pudiese el di-ino +e" retornar -ictorioso al santo monte Si!n, donde, entroni/ado en medio de las alaban/as de los redimidos, reinar2a para siempre en perecta pa/# .as tinieblas, en su uga, señalaban hacia el aniquilamiento 4nal de la rebeld2a# .as aguas abundantes que cubr2an aquél mundo, hasta entonces oculto, simboli/aban la -ida eterna que para los
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4eles ser2a conquistada por el amor que todo sacri4ca# l mundo re-elado era la tierra# $isitada por las tinieblas " por la lu/, ella ser2a el palco de la gran lucha# .os 4eles se regoci*aban ante el triuno de la lu/ en aquél primer d2a, cuando las tinieblas en su uria rodaban sobre el planeta, sucumbiéndolo en densa obscuridad# '@ .a lu/, que parec2a -encida, renaci! -ictoriosa en un lindo amanecer# Al ra"ar la lu/ de un segundo d2a, el terno orden!0 1a"a una e8pansi!n en medio de las aguas, " ha"a separaci!n entre agua " aguas# 7nmediatamente, el calor de Su lu/ hi/o que una inmensa cantidad de -apor se ele-ase de las aguas, en-ol-iendo el planeta en un manto de transparencia añil# Surgi! as2 la atm!sera, con su me/cla perecta de gases que ser2an esenciales para la -ida que en bre-e coronar2a el planeta# l %reador, contemplando la e8pansi!n, la llam! cielos# 'B .a atm!sera, que llena de brillo en-ol-2a la tierra, se ensombreci! al sobre-enir el crepIsculo de otro atardecer# Ca%"+lo 3
/ontin0an las obras de la /reación. "earación de las a%uas. Ve%etación. El #ard!n de Ed+n es transferido en el nuevo laneta. Los %randes luminares. /riaturas marinas. /riaturas vol2tiles. /riaturas terrestres. /reación de Ad2n, el rimer hombre. Ad2n se ostra en reverente adoración. Estado aradisiaco de la tierra. Ad2n se admiró de una criatura y la llamó “cordero”. El cordero, una seme#an'a del Eterno. La romesa de una coma*era. El sue*o rofundo de Ad2n. Eva es creada ara Ad2n. Bn manto real y una corona dados al hombre como honra del Eterno. Ad2n y Eva muestran sumisión al colocar a los ies del /reador su corona. El hombre, mayordomo el, cetro racional y 2rbitro de la creación. Ad2n y Eva son concienti'ados sobre "atan2s. El 2rbol de la vida y el 2rbol de la ciencia del bien y del mal. "atan2s ota or el en%a*o como arma ara lo%rar )ue el hombre coma del fruto rohibido. & Al ser -encidas las tinieblas en el tercer d2a, el %reador continu! Su obra, haciendo aparecer los inmensos continentes que toda-2a estaban ba*o la super4cie de las aguas# %on las manos le-antadas orden!0 MIntense las
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aguas deba*o de los cielos en un lugar " apare/ca la porci!n seca# n pronta obediencia, las cristalinas aguas cedieron su posici!n superior a la porci!n seca que se le-ant!, sobreponiéndose a ellas# n las regiones ba*as de la tierra, las aguas continuar2an re3e*ando el brillo celestial, siendo un rerigerio para las criaturas sedientas# n ese gesto de humildad, las aguas pre4guraban al %reador, que en la gran lucha hab2a descendido al más proundo abismo para hacer renacer en las almas sedientas la -ida eterna# ' %ontemplando la a/ de aquél nue-o mundo, el terno denomin! a la parte seca tierra, " al recogimiento de las aguas llam! mares# %on su poderosa -o/ continu!, ordenando0 Produ/ca la tierra hierba -erde, hierba que dé semilla, árbol ruct2ero que dé ruto segIn su especie, cu"a semilla esté en ella sobre la tierra# n obediencia al mando di-ino, la super4cie s!lida del planeta se re-isti! de toda suerte de -egetaci!n0 lindos prados a 3orear, campos re-erdecientes entrecortados por r2os cristalinos, bosques sin 4n donde árboles rondosos de*aban colgar rutos sabrosos de in4nidades de especies# .a tierra era como una tela donde el %reador, por el poder de Su palabra, coloreaba cuadros de belle/a sin par# ientras que con admiraci!n las huestes contemplaban las belle/as de aquella creaci!n, se sorprendieron al reconocer sobre el nue-o planeta el *ard2n del dén, lugar del trono di-ino# l terno, por el poder de Su palabra, lo hab2a transerido hacia el seno de ese mundo especial, donde en *usticia ser2a con4rmado el gobierno del Uni-erso# n aquel d2a prima-eral, la brisa acarici! mansamente los -erdes bosques " los prados en 3or, inundando la atm!sera con un sua-e aroma " rescor# %onFtemplando Su obra, el %reador con elicidad e8clam!0 1e aqu2 todo es mu" bueno# 8uberante, el planeta cumpli! un d2a más en su armoniosa rotaci!n# .as huestes 4eles ahora pod2an comprender me*or la importancia de la lu/ di-ina# Su ausencia hab2a ouscado, en aquella noche, las belle/as de Si!n# n ese nue-o d2a, el %reador e8presar2a Su gran poder, dando a la tierra luminares que la llenar2an de lu/ " calor# 9 sos luminares permanecer2an para siempre como s2mbolos de la presencia espiritual del terno, que es la uente de toda la lu/# %ontemplando el espacio oscuro "
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-ac2o que se e8tend2a alrededor de la tierra, con potente -o/ orden!0 1a"a luminares en la e8pansi!n de los cielos, para que ha"a separaci!n entre el d2a " la noche6 sean ellos por señales " para tiempos determinados, para d2as " años# Y sean por luminares en la e8pansi!n de los cielos para alumbrar la tierra# 7nmediatamente, el espacio se torn! radiante por el brillo del sol " por el re3e*o de planetas " satélites# Ante esta demostraci!n de poder, las huestes 4eles se arrodillaron en re-erente adoraci!n# n el cuarto d2a, el terno cre! los mundos de nuestro sistema solar no para ser habitados como la tierra, sino para el equilibrio del sistema# > .lenaron también el cielo de ulgor, ablandando las tinieblas de las noches terrenales# $ol-iendo los o*os hacia la tierra, las huestes se alegraron por -erla radiante en colores# u" pr!8ima de ella se pod2a -er la luna que, con su re3e*o plateado, ahu"entar2a las proundas sombras nocturnas# n-ueltos por ese escenario encantador, los hi*os de la lu/, regoci*antes, saludaron el amanecer del quinto d2a, que ser2a de muchas sorpresas# l terno tornar2a la tierra esti-a por la presencia de in4nidades de especies de animales irracionales que habitar2an toda la super4cie del planeta# sa creaci!n tendr2a continuidad en el se8to d2a# ? .e-antando las poderosas manos, el %reador, mirando primeramente hacia las aguas cristalinas, orden!0 Produ/can las aguas abundantemente reptiles de alma -i-iente# Ce inmediato, las aguas se tornaron ondulantes por la presencia de incontables especies de reptiles que, elices " agradecidos, este*aban la e8istencia en un continuo nadar " saltar# Cesde los seres microsc!picos hasta las grandes ballenas, todos aparecieron en completa armon2a, re3e*ando en su naturale/a el amor del %reador# Poniendo los o*os sobre la atm!sera añil que reposaba sobre los re-erdecientes bosques, el terno continu!0 $uelen las a-es sobre la a/ de la e8pansi!n de los cielos# Por medio de Su orden, los %ielos se llenaron de pá*aros coloridos que, -olando en todas direcciones, ten2an en el cora/!n un cántico de gratitud por la -ida# ste cántico llen! el aire, me/clándose con el perume de los arbustos 3oridos#
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@ %ontemplando con placer a Sus criaturas terrenales, el terno las bendi*o diciendo0 Jructi4cad " multiplicaos " henchid las aguas en los mares, " las a-es multipl2quense en la tierra# +egoci*antes, las huestes 4eles presenciaron el amanecer del se8to d2a# TY qué crear2a Cios en ese nue-o d2a sta pregunta reinaba en la mente de todos los seres racionales# staban seguros de que algo mu" especial estaba por acontecer# .e-antando los poderosos bra/os, el terno orden!0 Produ/ca la tierra alma -i-iente conorme a su especie0 ganado, reptiles " bestias sal-a*es de la tierra, conorme a su especie# Su -o/ poderosa ue prontamente o2da ", en los bosques " en los campos, se pod2a -er el resultado de Su poder creador# B Animales de todas las especies despertaron a una e8istencia eli/, en medio de un para2so de perecta pa/# .a tierra se tornaba e8tremadamente bella, cual princesa adornada para recibir a su re" " señor# TNuién ser2a ese ser especial o-iéndose con ma*estad, el terno ba*o a las glorias del nue-o mundo, dirigiéndose al *ard2n del dén, lugar del trono di-ino# .os ángeles de la lu/ lo acompañaron re-erentes, deteniéndose cual nubes sobre los cielos del para2so# 5odo el Uni-erso obser-aba con proundo interés el desen-ol-imiento de los actos del %reador, en respuesta a las acusaciones de sus enemigos# D l momento era decisi-o# 5odo indicaba que el terno demostrar2a no ser tirano ni ego2sta, coronando a alguien sobre el monte Si!n# Satanás " sus seguidores no dudaban de que el reino les ser2a entregado " reinar2an -ictoriosos en el seno de aquel antiguo abismo, donde las tinieblas " la lu/ ahora se entrela/aban# .os sIbditos de la lu/ se estremecieron ante esa perspecti-a# Munto a la uente del r2o de la -ida, el terno se arrodill! solemnemente ", con los elementos naturales de la 5ierra, comen/! a moldear, con mucho cariño, una criatura especial# Cespués de algunos instantes, estaba e8tendido delante del %reador el cuerpo, aIn sin -ida, del primer hombre# l terno lo contempl! ", después de acariciarle la cara r2a " descolorida, le sopl! en las -2as de la nari/ el aliento de -ida " el hombre comen/! a -i-ir# &E %omo despertando de un sueño, el hombre abri! los o*os " contempl! la dulce a/ de Su %reador que, sonriendo, le bes! la cara ahora colorida " llena de -ida# Se emocion! al
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o2r al terno decirle con -o/ sua-e " llena de aecto0 ;i hi*o, mi querido hi*o< Por haber nacido de la tierra, el primer hombre recibi! el nombre de Adán# 5omándolo por la mano, el terno lo le-ant!# Sin percibir el escenario de ulgor que lo circundaba, Adán, en un gesto de gratitud por la e8istencia, en-ol-i! al %reador en un tierno abra/o, postrándose en re-erente adoraci!n# .as huestes 4eles que admiradas atestiguaban la grandiosa reali/aci!n di-ina, emocionadas ante el gesto humano, se postraron también en re-erente adoraci!n# && Unieron entonces las -oces en un cántico de *Ibilo en salutaci!n a aquélla criatura especial, que despertaba hacia la -ida en un momento tan decisi-o para el Uni-erso# %on el cora/!n lleno de elicidad, Adán se uni! a los ángeles en su cántico de loor# Su -o/, al repercutir por los alrededores 3oridos, se me/cl! al canto de las a-es " al mugir de los animales que se apro8imaban esti-amente# n un paseo de sorpresas inol-idables, Adán ue concienti/ado de las belle/as de su hogar# %on admiraci!n, contempl! el monte Si!n, donde brotaba el r2o de la -ida, en una cascada de lu/# l glorioso monte "ac2a coronado por un lindo arco iris# n sus pasos, sigui! el curso del r2o cristalino, que desli/aba sereno en medio de las mara-illas del dén# &' Se admiraba de los árboles altos que, empapados por la brisa, de*aban colgar de las ramas abundantes 3ores " rutos# Se inclinaba aqu2 " allá, atra2do por el resplandor de piedras preciosas que por todas partes adornaban el césped# %on intensa alegr2a, Adán tomaba conocimiento de las in4nidades de especies de animales que poblaban el *ard2n# 5odos eran mansos " sumisos " -i-2an en perecta armon2a " elicidad# Ceteniéndose en sus pasos, Adán se admir! de la blancura " ternura de un animalito que brincaba en el césped# Apro8imándose, lo tom! en sus bra/os, dedicándole un especial aecto# ;Pues que agradable era acariciar su blanca lana< Sus dulces o*os re3eF*aban un brillo de amor " humildad# 1ab2a algo de especial en aquel animalito# Aectuosamente, Adán lo llam! cordero# & %on el animalito en sus bra/os, Adán mir! agradecido hacia el terno " .o ador!# %ontemplando Sus blancas -estiduras, Sus o*os e8presi-os de un amor sin par, Adán descubri! que ten2a en los bra/os un s2mbolo de su Autor#
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Jeli/, e8clam!0 h, Señor, este corderito re-estido de tan blanca lana, con mirada e8presi-a de tanto amor, se parece a 5i# Yo quiero tenerlo siempre *unto a m2# bser-ando los animales, Adán percibi! que ellos disrutaban de un compañerismo especial# $e2a por todas partes pare*as elices que -i-2an el uno para el otro# Sus pensamientos se -ol-ieron hacia Su %ompañero# ir! a su alrededor " estu-o sorprendido de no -erlo# l terno se hab2a ocultado a prop!sito, tornándose in-isible# &9 Adán se sent2a solitario en medio de aquel para2so# T%on quién compartir2a su elicidad " su amor hab2a all2 los animales, pero ellos eran irracionales, no pudiendo compartir de sus ideales# =ac2a en su cora/!n, al caminar solitario en aquel atardecer, un deseo ardiente de encontrar a alguien que pudiese estar siempre a su lado# ientras que Adán miraba hacia las distantes colinas en la esperan/a de -er a alguien, el terno se present! a su lado " le di*o0 =o es bueno que el hombre esté solo6 le haré una compañera# &> Adán estu-o eli/ al o2r del %reador esa promesa, *ustamente en el momento en que tanto anhelaba tener a alguien para que estu-iera siempre -isible a su lado# 5omado por un proundo sueño, Adán se reclin! en el pecho de su amoroso %reador que, con caricias, le hi/o adormecer# n su subconsciente surgieron los primeros sueños coloridos0 %ontempla la mirada tierna del terno6 o"e el sonido armonioso de la mIsica angelical6 descubre las mara-illas al derredor0 el monte Si!n con su arco iris6 el r2o de la -ida6 los prados en 3or6 los animales que lo saludaban en 4esta# Se repiten en su sueño las escenas que lo en-ol-ieron en su anhelo6 mira al derredor en la esperan/a de encontrar a su compañero, más no lo -e# Se siente solitario en su sueño, " eso lo hace buscar a alguien con quién poder compartir su e8istencia# &? Su mirada se e8tiende por campiñas re-erdecientes, di-isando a lo le*os colinas 3oridas# ientras camina esperan/ado, siente la mansa brisa acariciarle el cabello sua-emente# %on-ersa con la brisa0 ;risa, tI pareces ser a quién tanto busco6 tI me acaricias el cabello6 besas mi cara6 tI tienes el perume de los -erdes arbustos< ;Si "o pudiera -er tu a/, la besar2a6 si "o pudiera tocar tu cabello, har2a largas tren/as " las adornar2a con las 3ores de nuestro *ard2n< Cespués de caminar en el sueño por los prados del
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para2so, Adán se detu-o mientras que contemplaba el paisa*e alrededor# Se admir! de no -er el eecto de la brisa en las ramas 3oridas# TPero c!mo, si la sent2a cálidamente en el rostro &@ %omen/! entonces a despertar de su sueño# 5oda-2a con los o*os cerrados se acord! del momento en que, somnoliento, se recost! en el pecho del terno# TSer2a la brisa el toque de Sus manos %on esta interrogante abri! los o*os " se emocion! al contemplar una linda mu*er que, con las manos perumadas, le acariciaba con amor la cara# ra la brisa de su sueño6 la promesa de un %reador que solo quer2a hacerlo eli/# Ahora Adán era completo, pues ten2a a -a, que era carne de su carne " huesos de sus huesos# 5omándola por la mano, Adán la in-it! a dar un paseo de sorpresas inol-idables# ostrar2a a su compañera las belle/as de su hogar# &B Sensibili/ada -a se deten2a a cada paso, atra2da por las 3ores que e8halaban sua-es perumes6 por los pá*aros que trinaban alegres cantos6 por los animales que los segu2an sumisos6 por la -egetaci!n de ricos matices6 por las aguas cristalinas del r2o de la -ida que brotaban en cascada desde el monte Si!n# 5odo en el para2so era perecto " bello, mas nada se igualaba al ser humano, creado a la imagen de Cios# Se -ol-ieron el uno para el otro en admiraci!n " caricias# mpapados por ese amor, permanecieron hasta el atardecer# %on deleite, la *o-en pare*a comen/! a contemplar el sol poniente que, a tra-és de ra"os rosados, colore! el cielo en un lindo arrebol# &D ra el se8to d2a que llegaba a su 4nal, dando lugar a las horas de un d2a especial0 l sábado# se d2a, en su signi4cado, ser2a solemne para todos los sIbditos del terno, pues su amanecer traer2a la -ictoria para el reino de la lu/# l sol, que durante el se8to d2a hab2a alegrado la naturale/a con su brillo " calor, se ocult!, de*ándola en r2as sombras# .os alegres pá*aros, silenciando sus trinos, buscaban sus nidos mientras que los otros animales se recog2an# Solamente la pare*a permaneci! inm!-il, procurando di-isar, en el Iltimo destello que se apagaba en el hori/onte, la esperan/a de un nue-o amanecer# 7n-estigaban el sentido de las tinieblas cuando, por entre los arbustos, -ieron un lindo lugar, cu"os ra"os plateados
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bañabanos ra"os plateados bañaronito la naturale/a en sua-e luminosidad# 'E 5odo el cielo estaba iluminado por el resplandor de las estrellas# Admirados, descubrieron que la noche solamente era tinieblas cuando se miraba hacia aba*o# Adán " -a en su inocencia no sab2an que aquella noche simboli/aba el uturo sombr2o de la humanidad# %uando lo comprendiesen, estar2an conortados al contemplar el ulgor de los cielos0 el lugar hablar2a de esperan/a " las estrellas centellantes atestiguar2an el interés de las huestes de la lu/ en aclararles las tinieblas morales, dando aliento a los pecadores# as ser2an iluminados apenas aquellos que, des-iando los o*os de la tierra, contemplasen los altos cielos# '& Cespués de contemplar por algIn tiempo el cielo en su luminosidad, la pare*a, se acord! de las belle/as del para2so, -ol-i! los o*os, buscando di-isarlas# staban, sin embargo, ocultas en medio de las sombras# ;%uánto deseaban el amanecer, pues solamente él traer2a consigo el para2so< Ante el anhelo del cora/!n humano, el terno apareci! en medio de las tinieblas, de-ol-iendo a la pare*a la alegr2a de encontrarse nue-amente en un *ard2n colorido# añados por sua-e lu/, caminaban ahora por prados re-erdecientes " 3oridos# l brillo del %reador despertaba la naturale/a por donde pasaban, coloreando " alegrando todo en derredor# '' .a pare*a, admirada, aprendi! que al lado del terno podr2an tener un para2so en plena noche# Sintiéndose somnolientos, Adán " -a se recostaron en el rega/o del amoroso Padre, que los hi/o adormecer dulcemente, esperan/ados en un despertar eli/# Ce*ándolos sobre el sua-e césped, el terno se ele-! dirigiéndose al lado de las huestes contemplati-as# $ol-er2a a maniestarse al amanecer, haciendo despertar a la pare*a para el más solemne acontecimiento, que reducir2a al pol-o las más -iles acusaciones de los enemigos# .a noche oscura " r2a, a tra-és de sus largas horas, parec2a burlarse de la lu/# Tuscar2a para siempre las belle/as de la creaci!n ;h, *amás< l sol no retroceder2a ante la imponencia de las tinieblas6 aparecer2a en bre-e como un libertador, arrebatando con sus cálidos ra"os la naturale/a de las r2as garras, dándole -ida " color#
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' n un Iltimo desa2o, las tinieblas se tornaron densas en las horas que antecedieron el amanecer# .a noche arremet2a sus uer/as para luchar por el dominio usurpado# Jinalmente, apareci! en el este un destello que parec2a hablar de esperan/a en un nue-o d2a# l cielo poco a poco se torn! colorido de un ro*i/o -i-o# .as tinieblas impotentes se retiraron ante la uer/a creciente de la lu/ " ueron consumidas en su uga# .a naturale/a comen/! a despertarse de la larga noche, re3e*ando en su seno los nostálgicos ra"os# Jlores se abrir2an, e8halando perumes de alegr2a6 animales " a-es, silenciados por la noche, un2an las -oces en un cántico triunal en salutaci!n al amanecer de aquel d2a grandioso# '9 .a negra noche hab2a llegado al 4nal, dando lugar a la lu/ del d2a soñado :d2a que para Cios ten2a un sentido especial, pues pre4guraba la -ictoria 4nal de Su reino sobre el dominio de la rebeld2a# : l terno ahora despertar2a a Sus hi*os humanos que, bañados por la lu/ de Su presencia, hab2an dormido con la esperan/a de un amanecer eli/# n una marcha esti-a, todas las huestes santas, con cánticos de -ictoria, lo acompañaron rumbo al para2so bañado en lu/# %uando "a estaban pr!8imos, el %reador se detu-o contemplando a la pare*a adormecida, " e8clam! sua-emente0 Cespierten hi*os m2os# Su -o/ penetr! en los o2dos de Adán " -a, despertándolos para la más eli/ comuni!n# '> ;%uán deprisa ra"! la tan esperada mañana, tra"endo en su lu/ el dulce para2so, perdido en aquella noche< %on alegr2a la pare*a salud! a su di-ino %reador, uniéndose a los ángeles en ant2onas triunales# l Uni-erso -i-2a un momento en -erdad solemne# n aquella mañana esti-a, el terno habr2a de re-elar la grande/a de Su carácter, que es *usticia " amor# .as acusaciones de que Su gobierno era de ego2smo " tiran2a ser2an reutadas# A los o*os de todas las criaturas racionales del -asto Uni-erso, Cios condu*o a la *o-en pare*a al monte Si!n, lugar del trono di-ino# '? All2, ante el estremecimiento de las huestes enmudecidas, el %reador, en un gesto sorprendente, cubri! al hombre con el manto real, colocándole sobre su cabe/a la corona que hab2a sido codiciada por .ucier# o-idos por prounda gratitud por la suprema honra conerida, prounda partoAdán " -a se postraron re-erentes, colocando a los
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pies del %reador su corona preciosa, en señal de sumisi!n# Sigui! a ese gesto humano un grito de -ictoria que sacudi! toda la %reaci!n# .os hi*os de la lu/, que por tanto tiempo hab2an surido arentas " humillaciones ante las constantes acusaciones de las huestes rebeldes, e8altaron en retumbante alaban/a al Cios bendito, que en Su obra de *usticia desminti! a los enemigos, re-elando Su carácter de humildad, desprendimiento " amor# '@ 5eniendo constituido al hombre como el señor de toda la creaci!n, el terno, con -o/ solemne, comen/! a concienti/arlo de la grandiosidad de su misi!n# %omo un ma"ordomo 4el, deber2a cuidar del para2so, manteniendo limpia la uente del r2o de la -ida# .as le"es de la *usticia " del amor, undamentos del reino de la lu/, deber2an ser honradas# %omo un cetro racional, le corresponder2a al hombre, en un gesto de reconocimiento " gratitud, aceptar libremente el gobierno de Aquél que lo cre!# .as huestes, que mara-illadas atestiguaban la re-elaci!n del desprendimiento di-ino, comprendieron que el Señor de la .u/ no gobernar2a más el Uni-erso, a no ser con el consentimiento humano# 'B l hombre, por la -oluntad del terno, ue hecho el árbitro de la creaci!n6 en su glorioso ser, hecho a imagen del %reador, resplandec2a el sello del dominio eterno# Cespués de re-elar a la pare*a la in4nita honra " responsabilidad de su misi!n, el %reador los concienti/! del con3icto espiritual que se trababa por la conquista del dominio uni-ersal0 .ucier, que por incontables eras hab2a ser-ido al di-ino +e" en Si!n, hab2a sido corrompido por el orgullo " por el ego2smo, siendo seguido por un tercio de las huestes racionales6 buscaban ahora destronar al terno, deshonrándolo con -iles acusaciones# 'D 1abiendo re-elado al ser humano la dolorosa situaci!n en que el Uni-erso se encontraba, el terno, en un gesto solemne, les mostr! dos árboles altos que, cargados de grandes rutos, se ele-aban en ambas orillas del r2o que nac2a del trono# Al que se ele-aba a la derecha el Señor re-el! ser el árbol de la -ida monumento del reino de la lu/# Al que se ele-aba en la otra orilla re-el! ser el árbol de la ciencia del bien " del mal :s2mbolo de la rebeld2a# : %omiendo del ruto del árbol de la -ida, el hombre maniestar2a su sumisi!n al %reador, que es la Juente de la
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-ida " de la lu/# %omer del otro árbol ser2a entregar al enemigo el dominio de Si!n# E l ine-itable resultado de ese paso ser2a la muerte eterna, no solamente para el ser humano, sino para toda la creaci!n, que se reducir2a al caos ba*o la uria de la rebeld2a# Cespués de contemplar demoradamente los dos árboles altos, que e8ternaban en sus rutos tan in4nita responsabilidad, Adán se postr! ante el %reador, diciendo0 Cigno eres Señor de reinar sobre el Uni-erso, pues por 5I sabidur2a, amor " poder todas las cosas ueron creadas " subsisten# l sábado, emblema del triuno di-ino, se hinchi! de alaban/as# & 5odos los hi*os de la lu/ se unieron al ser humano en el más armonioso cántico de e8altaci!n a Aquél cu"a grande/a es sin par# Jue con espanto que Satanás " sus seguidores atestiguaron la grandiosa reali/aci!n del terno# Presenciaron con amargura la alegr2a de los 4eles ante la coronaci!n del hombre, acontecimiento que lan/! por tierra las uertes acusaciones que ellos hab2an le-antado contra el gobierno di-ino# .lenos de ira " rustraci!n, consideraban ahora su triste condici!n# %uán terrible " humillante les era el pensamiento de -er sus planes de rebeld2a des-anecerse delante del %reador, seme*antes a las sombras de aquella noche# ' Si pudiesen, pensaban, llenar2an el sábado de tinieblas, borrando de la mente de los sIbditos del terno cualquier esperan/a de -ictoria# Jinalmente, en sus consideraciones, Satanás " sus liderados comprendieron que les quedaba una oportunidad0 en medio del *ard2n del dén, en las alturas de Si!n, se ele-aba, *unto al r2o de la -ida, el árbol de la ciencia del bien " del mal# astar2a un gesto humano, nada más, " tendr2an ba*o su poder, para siempre, el dominio codiciado# TPero c!mo seducirlo Animado ante la perspecti-a de una conquista, Satanás busc!, con ingeniosidad, ormular un plan de aborda*e# Sab2a que, si allase en su tentati-a, todas las esperan/as de triuno se habr2an disuelto, desmoronándose todos sus sueños de a-entura# %onclu"! que el engaño habr2a de ser su poderosa arma# : ;TAcaso no hab2a sido a tra-és de él que consigui! dominar un tercio de las huestes celestiales< sperar2a, por lo tanto, un momento propicio para armar su emboscada# :
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Ca%"+lo 4
El Ed+n, un reino de eterna ale%r!a. Visita e instrucción diaria del Eterno. El traba#o, fuente de desarrollo de facultades. A trav+s de visitas de seres celestiales, Ad2n y Eva ad)uirieron conocimiento sobre la rebelión de Lucifer. ios revela a "us huestes las intenciones mali%nas de "atan2s y env!a a dos 2n%eles ara advertir al hombre. "atan2s se osesiona de una seriente ara en%a*ar a Eva. Ar%umentos de "atan2s ara hacer caer a Eva. (ntensa lucha interna de Ad2n ante la condición ca!da de su esosa. Ad2n come del fruto, ermanece al lado de su esosa a%ando el alto recio de su rebelión. $aravillosa revelación del lan de rescate. La naturale'a de las creaciones y de Ad2n y Eva cambia. El 4adre les romete vestiduras duraderas. & n el dén reinaba la dulce calma de una perecta pa/# Por todos lados los amables pa*arillos hac2an o2r sus alegres trinos en alaban/a constante al %reador# 5oda la naturale/a al 3orecer parec2a proclamar un reino de eterna alegr2a# .os animales en uni!n brincaban por todas partes, siempre sumisos al hombre, el señor de aquél para2so encantador# 5odo era elicidad para la pare*a6 pero esta se tornaba más intensa en la rotaci!n de aquellos d2as prima-erales# l arrebol, que con su belle/a colore! el cielo preanunciando las oscuras noches, les anunciaba también el momento de la -isita diaria del terno# Muntos, ba*o la lu/ de Su presencia, pasaban largo tiempo en eli/ con-ersaci!n# ' %on ánimo, la pare*a contaba al Señor las sorprendentes mara-illas que iban descubriendo cada d2a en la naturale/a# Cios, con cariño, les descubr2a el signi4cado de cada ser# ;%uán agradecidos estaban por las lindas lecciones aprendidas a Sus pies< Al paso de cada d2a, ma"or eran el amor, el respeto " la admiraci!n por el grandioso %reador# ;%uán bueno hab2a sido Gl, tra"éndolos a la e8istencia " concediéndoles un hogar tan lleno de delicias< Al despertar ellos hacia las alegr2as de cada d2a, les -en2a a la memoria las caricias " el dulce canto del terno, que los hac2a adormecer todas las noches#
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.a -ida de Adán " -a en el dén no era de ociosidad# A ellos ue recomendado el cuidado del *ard2n# Su ocupaci!n no era astidiosa, al contrario, era agradable " re-igori/ante# l %reador hab2a indicado el traba*o como una uente de bene4cios para el hombre, a 4n de ocuparle la mente " ortalecerle el cuerpo, desarrollándole todas las acultades# n la acti-idad mental " 2sica, el hombre encontraba un ele-ado placer# ra comIn a la *o-en pare*a recibir -isitas de seres celestiales# 9 A los -isitantes siempre ten2an no-edades que relatar " preguntas que hacer# Pasaban largo tiempo o"endo de ellos hablar sobre las mara-illas del reino de lu/# A tra-és de esos -isitantes, Adán " -a comen/aron a tener amplio conocimiento de la rebeli!n de .ucier " de sus eternas consecuencias# A los -isitantes, Adán " -a siempre ped2an que les enseñaran los armoniosos cánticos celestiales# ;%!mo se deleitaban al unir las -oces al coro angelical< n Su omnisciencia, Cios ten2a conocimiento de la terrible intenci!n del enemigo# > %on-ocando a Sus huestes principales, .es re-el! con pesar el inminente peligro que cern2a sobre el Uni-erso# Satanás habr2a de armar una emboscada, a 4n de lle-ar al hombre a comer del árbol de la ciencia del bien " del mal# Ante esa re-elaci!n, los hi*os de la lu/ estu-ieron temerosos, pues conoc2an la tremenda acilidad de Satanás en enla/ar criaturas inocentes " atarlas en sus mallas de muerte# n el solemne concilio, decidieron en-iar, con urgencia, mensa*eros para ad-ertir al hombre del gran peligro# ? Cos poderosos ángeles ueron encargados de esa decisi-a misi!n# 7nmediatamente, los mensa*eros comisionados irrumpieron por las puertas de Merusalén, alcan/ando el seno del espacio in4nito# n instantes, traspasaron inmensidades, cru/ando gala8ias en el percurso# Penetraron en el tInel de la constelaci!n de ri!n, apro8imándose al nue-o sistema# Pod2an ahora di-isar a poca distancia el planeta a/ul, donde el destino del Uni-erso estaba por ser determinado# @ n el dén, hab2a rela*aci!n# .a *o-en pare*a continuaba en sus inocentes acti-idades, disrutando el placer de un -i-ir eli/# .e*os estaban de pensar que en aquel momento todo o todos los hi*os de la lu/ estaban tensos, pensando en
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su uturo amena/ado# $ieron entonces en el limpio cielo la señal de la apro8imaci!n de los -isitantes celestiales " a ellos le-antaron los bra/os en una alegre salutaci!n# Sin embargo, Adán " -a se admiraron, por no -er en el semblante de ellos la misma alegr2a# B .os -isitantes tra2an en la a/ una e8presi!n de ansiedad que ellos no pod2an entender# 7ntentaron cambiarles la triste acci!n, contándoles los nue-os descubrimientos hechos en el para2so# .os mensa*eros, toda-2a, no teniendo tiempo disponible como en otras ocasiones, los interrumpieron con palabras de ad-ertencia# Satanás habr2a de armarles una emboscada, a 4n de lle-arlos a comer del ruto del árbol de la ciencia del bien " del mal# Si dieran o2do a la tentaci!n, har2an sucumbir toda la creaci!n en el abismo de un eterno caos# D .os ángeles les recordaron que el reino les hab2a sido con4ado como un sagrado dep!sito, debiendo, en una -ida de 4delidad, honrar a Aquél que por amor Se despo*!, colocándose en una posici!n de huésped del ser humano# Adán " -a deber2an ser 4rmes ante las insinuaciones del enemigo, pues as2 sellar2an la eterna -ictoria del reino de la lu/# 1ablándoles de la eli/ recompensa que le seguir2a a su triuno, los ángeles re-elaron que era el plan de Cios la transerencia de la Merusalén %elestial hacia la 5ierra# All2, nue-amente acoplada al para2so, permanecer2a para siempre# &E Y el hombre, sumiso al %reador, reinar2a por los siglos sin 4n sobre el monte Si!n, en medio de las alaban/as de las huestes uni-ersales# ás todo eso depend2a enteramente del posicionamiento humano rente a las tentaciones del enemigo, que har2a de todo para arrebatarle el reino# Adán " -a estu-ieron temerosos al conocer los planes de Satanás, más ueron consolados al saber que él no podr2a hacerle ningIn mal, or/ándolos a comer del ruto prohibido# Si, por -entura, procurase intimidarlos con su poder, todas las huestes del terno -endr2an en su a"uda# && .os mensa*eros de la lu/ conclu"eron su misi!n recomendando a la pare*a permanecer -igilantes, teniendo siempre en mente la responsabilidad que sobre ellos reposaba# =o deber2an separarse uno del otro, ni siquiera por un momento, pues a solas podr2an ser seducidos# Adán " -a, agradecidos por las ad-ertencias de los ángeles,
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unieron las -oces en un cántico de promesa en una eterna -ictoria# staban seguros de que *amás abandonar2an al bendito %reador, o"endo la -o/ del tentador# &' Animados ante la promesa humana, los dos mensa*eros regresaron al seno de la Merusalén %elestial donde, *unto a las huestes santas, aguardar2an con ansiedad el anhelado triuno# Satanás -io apro8imarse al para2so a los mensa*eros " o"! el canto del hombre prometiendo una eterna -ictoria# se cántico hi/o que su en-idia " odio aumentara de tal manera que no los pod2a contener# Ci*o entonces a sus seguidores que en bre-e har2a silenciar aquella -o/ irritante# 1ar2a todo para transormar las alaban/a humana en blasemias al %reador# & .as huestes rebeldes estaban curiosas por conocer los planes de su *ee, mas ueron ad-ertidas por él de que deber2an esperar hasta que todo estu-iese para siempre determinado# Si el hombre o"ese su -o/, comiendo del ruto del árbol de la ciencia del bien " del mal, ser2a -ictorioso, pose"endo para siempre el dominio del Uni-erso# n caso de que el hombre resistiese, permaneciendo 4el al %reador, "a no habr2a ninguna esperan/a para ellos# l para2so parec2a estar en-uelto por una eterna seguridad, pero en el semblante del hombre se pod2a -er una e8presi!n de miedo# &9 Cesde que los ángeles partieron, Adán " -a permanec2an silenciosos, meditando con re-erencia sobre la enorme responsabilidad de su misi!n# Pensaban en la seriedad de aquella inminente prueba que habr2a de sellar su uturo " el de toda la %reaci!n# Animados, sin embargo, ante el pensamiento de la -ictoria, unieron una -e/ más las -oces en un cántico que e8presaba la certe/a del triuno anhelado# sa melod2a quit! de sus mentes todo el miedo de derrota ", alegres, corrieron por los prados re-erdecientes, acompañados por los ogosos animales que parec2an conmemorar la gran conquista# &> Se sent2an seguros en su para2so, totalmente ol-idados del peligro de un posible asalto# Satanás, que obser-aba atentamente a la pare*a, percibi! que estaba llegando su oportunidad# Se apro8im! de orma in-isible al para2so, " estu-o esperando el me*or momento para armar su emboscada# 7nconscientes de la presencia del enemigo, la pare*a continuaba en su desprendida alegr2a, *ugando
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despreocupadamente con los animales# n el semblante trastornado de Satanás se estamp! una sonrisa maliciosa, al presenciar un descuido de la pare*a0 en su e8altaci!n, hab2an de*ado de atender la Iltima recomendaci!n de los mensa*eros, apartándose el uno del otro# &? l astuto enemigo, no perdiendo tiempo, se posesion! de una serpiente, la más bella del para2so, haciéndola apro8imarse graciosamente a -a# -a, que sentada en el césped *ugaba con los animales, percibi! la presencia de la atracti-a serpiente, cu"o cuerpo re3e*aba los colores del arco iris# stu-o admirada al -erla coger 3ores " rutos del *ard2n, depositándolos a sus pies# Agradecida, la tom! en los bra/os, dedicándole aecto# &@ 5eniendo conquistado el aecto de la mu*er, Satanás, en su astucia, comen/! a atraerla para que estu-iera *unto al árbol de la ciencia del bien " del mal# Sin darse cuenta del peligro, -a acompañ! a la serpiente hasta el árbol de la prueba# All2, teniendo en los bra/os al enemigo oculto, le acarici! " le di*o palabras de cariño# 5eniendo en los o*os el brillo de la seducci!n, la serpiente se puso a hablar# Sus palabras eran llenas de sabidur2a " ternura " su -o/ como la de un ángel# &B -a apenas pod2a creer lo que -e2a# Su alegr2a se -ol-i! inmensa por tener en los bra/os una criatura tan antástica# %omen/aron a con-ersar sobre muchas cosas0 el amor6 las belle/as del *ard2n6 el poder del %reador# -a estaba admirada ante el conocimiento tan e8tenso de la serpiente, que discurr2a con maestr2a sobre cualquier tema# n-uelta por esa e8periencia, -a se ol-id! totalmente de su compañero# =i siquiera pasaban por su mente las ad-ertencias de los ángeles# Adán, enteramente ol-idado de los conse*os de los mensa*eros celestiales, se hab2a aparF tado en la compañ2a de algunos animales# &D Cespués de cierto tiempo, sobre-ino con 2mpetu en su mente el recuerdo de las ad-ertencias recibidas# Sonaron en sus o2dos con claridad las Iltimas palabras pronunciadas por los ángeles0 =o se aparten el uno del otro### =o se separen ni por un instante, pues es peligroso# Su cora/!n lati! uertemente al no -er a -a a su lado# .e-ant! entonces la -o/ en un ansioso grito# Su -o/, al repercutir por las b!-edas del para2so, con todo, no tra*o consigo una
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respuesta# l silencio casi lo sooc!# n su a3icci!n se puso a correr de un lado para el otro, buscándola, en -ano# 'E n esa ansiosa bIsqueda, sinti! la brisa acariciarle el cabello " record! su primer sueño# se recuerdo, no obstante, se deshi/o ante el pensamiento del peligro que los amena/aba# %on la mente tomada por un gran sentido de culpabilidad, Adán apresur! el paso en la angustiosa bIsqueda# TC!nde estar2a su amada T.a en-ol-er2a a tiempo en sus bra/os, librándola de caer ás de una -e/ ele-! la -o/ en un ansioso grito que repercuti! por todo el *ard2n0 T-a, d!nde te encuentras esper! una respuesta, pero o"! solamente un eco -ac2o que lo desesper!# Se acord! del árbol de la ciencia del bien " del mal6 all2 era el Inico lugar en donde su compañera podr2a ser engañada# '& sperando obstruir la Inica oportunidad del enemigo, a-an/! en direcci!n al lugar de la prueba# Su cora/!n lati! uertemente al contemplar a lo le*os la copa del árbol prohibido# %on la serpiente en sus bra/os, -a la interrog! respecto de muchas cosas# Se mara-ill! al percibir que la serpiente la sobrepu*aba grandemente en conocimiento# .lena de curiosidad, pregunt! a la serpiente0 : TC!nde está la uente de tu tan gran saber +esp!ndeme, pues quiero también poseerla# : Sin perder tiempo, Satanás, señalando hacia el árbol de la ciencia del bien " del mal, respondi!0 : all2 esta la uente de todo mi saber# : '' Gl le cont! entonces una mentirosa historia0 di*o que era una serpiente como las demás, comiendo de los rutos del para2so# Probando cierto d2a de aquel ruto prohibido, recibi!, como por encanto, todas las -irtudes# irando hacia el árbol de la ciencia del bien " del mal, -a estaba sorprendida " conundida# ;TPri-ar2a el %reador en su amor algo tan bueno a sus criaturas< $iéndola sorprendida, Satanás pregunt!0 : Ts as2 que Cios di*o0 =o comeréis de todos los árboles del *ard2n : -a, inquieta, le respondi!0 : Ce los rutos de los árboles del *ard2n comemos, mas del ruto de ese árbol que -os dec2s ser uente de sabidur2a, di*o Cios0 =o comeréis de él, para que no muráis# : .a serpiente en tono de desdén di*o0 :so es also# Si uese as2, "o habr2a muerto# ' %iertamente el terno les prohibi! comer de ese árbol para impedir que el hombre llegue a recibir como Gl, conociendo todas las cosas# : .as palabras seductoras de
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la serFpiente causaron conusi!n en la mente de -a# Tn quién con4ar2a 5en2a en mente el recuerdo de la orden del %reador " de su sentencia, pero al mismo tiempo ten2a delante de s2 una prueba palpable que .o contradec2a# Aturdida, comen/! a dudar del carácter del terno# n un desa2o, la serpiente cogi! rutos del árbol prohibido " comen/! a saborearlos# '9 %olocando un ruto en las manos de la mu*er, la estimul! a comer, diciendo0 : T=o di*o el terno que si alguien tocase ese ruto morir2a: Un completo silencio reinaba sobre el Uni-erso# n cada planeta habitado, los hi*os de la lu/ contemplaban impotentes aquella angustiante escena# l uturo de ellos estaba en *uego# n Merusalén hab2a gran conmoci!n# Poderosos ángeles se presentaron delante del %reador, solicitando permiso para desenmascarar al cobarde enemigo, oculto en aquella serpiente# l terno, sin embargo, les impidi! tal acci!n# Si el uso de la uer/a uese la soluci!n, "a la habr2a aplicado# '> Ceb2an respetar el libre albedr2o concedido al hombre, pudiendo él maniestar su elecci!n ba*o la tentaci!n del enemigo# .os hi*os de la lu/ sur2an inmensamente al -er a la mu*er dudando de Aquél que tan bondadosamente les hab2a dado la -ida " la oportunidad de reinar en aquel para2so# ;T%!mo pod2a dudar de quién les dedicaba tanto amor< Adán, que en una uerte esperan/a de asegurar la acariciada -ictoria se apresuraba en su corrida, contempl! a lo le*os a su amada, sentada *unto al árbol de la prueba# '? ;TNué hac2a -a en aquel lugar tan peligroso< Un presentimiento horrible le sobre-ino, al acordarse una -e/ más de las ad-ertencias recibidas, mas procur! desterrarlo con el pensamiento de que alcan/ar2a a su esposa antes de que algIn mal le ocurriese# -a -acilaba en su con-icci!n al contemplar el ruto en sus manos# Por algunos momentos el uturo le pareci! sombr2o " aterrador, pero -enci! ese sentimiento, pensando en las glorias que habr2a de conquistar al comer aquel ruto# 5oda-2a un tanto indecisa, le-ant! lentamente las manos hasta tocar el ruto con los labios# '@ .os sIbditos del reino de la lu/, estremecidos, se inclinaron arrebatados de gran espanto# Parec2a casi imposible, en ese momento, que la mu*er -ol-iera atrás# ientras que pálidos los 4eles indagaban sobre una posible
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esperan/a, presenciaron con horror la terrible decisi!n de -a0 1ab2a resuelto romper para siempre con el %reador, tornándose cauti-a de la muerte# l terno, que en silente dolor contemplaba aquella escena de rebeli!n, inclin! la rente teniendo la a/ bañada en lágrimas# 'B =o pod2a soportar el dolor de aquella separaci!n# .os 4eles, que en pánico se cre2an -encidos, ueron concienti/ados de que no todo estaba perdido# Si Adán resistiese la tentaci!n, permaneciendo 4el al terno, él sellar2a la gran -ictoria# -a, que hab2a sido -2ctima de un engaño, podr2a ser concienti/ada de su error, siendo a-orecida con el perd!n di-ino# %uando Adán en su angustiosa corrida alcan/! el lugar de la prueba, "a era demasiado tarde# Sentada *unto al r2o, -a saboreaba despreocupadamente el ruto prohibido# 'D Adán se estremeci!# TSer2a el mismo ruto de la prueba n un gesto de esperan/a mir! hacia el árbol de la ciencia del bien " del mal, mas en llanto reconoci! la triste condenaci!n# .leno de triste/a contempl! a su esposa, mas no encontr! palabras para despertarla de la tan amarga realidad# n completa desesperaci!n, ele-! la -o/ en una dolorosa e8clamaci!n0 -a, -a, qué es lo que estás haciendo# Al comer del ruto prohibido, la mu*er ue tomada por emociones que la hicieron imaginar haber alcan/ado una esera superior de -ida# Al o2r la -o/ de su esposo, toda-2a tomada por las emociones ilusorias, le-ant! la rente estampando una sonrisa, pero se sorprendi! al -erlo llorando# E %on prounda amargura, Adán procur! saber la ra/!n que la hab2a lle-ado a rebelarse contra el terno# -a, prontamente, comen/! a contarle la antástica historia de la sabia serpiente# Satanás sab2a que esa historia de la serpiente *amás con-encer2a al hombre a comer del ruto del árbol prohibido# Precisaba encontrar una manera sutil de lle-arlo a sellar su suerte siguiendo los pasos de su esposa# 5eniendo a -a ba*o su poder, resol-i! hacer de ella el ob*eto tentador# Aguardar2a el momento oportuno para enla/arlo# n el d2a en que de él comiereis, ciertamente moriréis# l recuerdo de esta sentencia de*aba a Adán mu" a3igido# & .a e8pectati-a de -er a su amada alleciendo en sus bra/os, era demasiado para soportar# sta a3icci!n, sin
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embargo, ue disminu"endo, al -er que ella continuaba eli/ " cariñosa a su lado, como si ningIn mal le hubiese acontecido# Ali-iado, Adán -ol-i! a sonre2r, correspondiendo a los aectos de su compañera# Se rindi! a las más dulces emociones, le*os de saber que era el enemigo quien lo en-ol-2a en aquellos abra/os# n ese momento de embeleso, -a comen/! a hablarle de su e8periencia con la ciencia del bien " del mal# ' .e habl! de los tesoros de la sabidur2a que le hab2an sido abiertos# n su nue-o reino, -i-ir2a mu" eli/# Sin embargo, esa elicidad ser2a incompleta sin la participaci!n de su esposo# .e habl! de la imposibilidad de retroceder en sus pasos, e insisti! para que él la siguiera# Cespués de hablarle de su decisi!n, -a, con una dulce sonrisa, le e8tendi! las manos conteniendo un ruto, pidiéndole que lo comiese en una demostraci!n de su amor por ella# %on la -o/ tentadora en sus o2dos, Adán se sent! en el césped en prounda re3e8i!n# Su a/ se torn! nue-amente pálida " sus manos temblorosas# 5em2a rebelarse contra el %reador, pero al mismo tiempo comprend2a que no conseguir2a -i-ir separado de su compañera, a quién amaba con in4nito amor# -a era carne de su carne, la e8tensi!n de su ser# Se sent2a angustiado al tener que tomar una decisi!n tan seria# .a palide/ del rostro de Adán se re3e*! en el semblante de todos los 4eles al terno# "eron la insinuaci!n del enemigo " percibieron con horror la -acilaci!n del hombre# .a indecisi!n de Adán los de*aba desesperados# 9 Si obedeciese él aquella propuesta de Satanás, toda elicidad ser2a eternamente desterrada# n las decisiones del ser humano estaba el destino de todo el Uni-erso# TAtender2a él a la solicitud de Satanás Cespués de intensa lucha interna, Adán mir! hacia su compañera6 a ella se hab2a unido en promesas de una eterna entrega# =o la de*ar2a sola ahora# %ompartir2a con ella los resultados de la rebeli!n# 5om! entonces de las manos de -a un ruto ", en un gesto precipitado, lo lle-! a la boca# > Procurando apagar la -o/ de su conciencia, que le hablaba de una eterna perdici!n, Adán se lan/! en los bra/os de su esposa, disrutando el alto precio de su rebeli!n# Satanás, con gritos de triuno, de*! el para2so, -olando rápidamente *unto a sus innumerables huestes,
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que aguardaban ansiosas el resultado de tan arriesgada tentati-a# Al saber de la desgracia humana, se unieron en una estruendosa 4esta# Se sent2an seguros# Si!n ahora les pertenec2a por derecho, pudiendo all2 establecer un reino eterno, *amás siendo molestado por las le"es del terno# ? n todo el Uni-erso los hi*os de la lu/ sur2an " lloraban la derrota# =unca hubo tanta triste/a " horror ante el uturo# .as -oces que -i-2an para entonar alaban/as al %reador proer2an ahora lamentaciones# l terno, que -encido por el in4nito dolor Se hab2a postrado en llanto ante la ca2da del hombre, no estaba, empero, sorprendido# 7ncluso antes de crear el Uni-erso "a hab2a pre-isto ese triuno de la rebeld2a ", en Su sabidur2a " amor, hab2a ideali/ado un plan de rescate que lo implicar2a en un inmenso sacri4cio# @ Secando las lágrimas de Su llanto, Se propuso actuar poderosamente en a-or de Sus 4eles a3igidos, impidiendo que éstos ca"eran en las manos de los enemigos# n esa misteriosa inter-enci!n que aparentemente depon2a contra la *usticia, el terno orden! que Sus más poderosos ángeles circundasen inmediatamente el *ard2n del dén, impidiendo que Satanás tomase posesi!n del monte Si!n# %onsoladas ante la maniestaci!n di-ina, las potentes criaturas, en pronta obediencia, rompieron el espacio in4nito, rodeando en instantes el para2so, en el seno del cual el ser humano, trastornado "a por el pecado, -i-2a el negror de una noche que ser2a larga " cruel# B Siendo la autoridad del terno undamentada en la *usticia, Tde qué manera podr2a *usti4car Sus acciones delante de los enemigos T=o hab2a entregado por Su -oluntad el reino al hombre, " éste por libre elecci!n no lo hab2a sometido a Satanás ientras que sorprendidas las criaturas racionales consideraban las acciones decisi-as de Cios, o"eron Su potente -o/ que, repercutiendo por toda la creaci!n, tra2a la re-elaci!n del gran misterio :re-elaci!n tan mara-illosa que a partir de aquel momento, por toda la eternidad, ocupar2a la mente de los 4eles, siendo tema para las más dulces meditaciones# : D l terno habl! primeramente sobre la terrible condenaci!n que pend2a sobre el hombre " toda la creaci!n# Ci*o que, al desligarse de la Juente de la $ida, el hombre se hab2a precipitado en tan proundo abismo que no podr2a ser alcan/ado por Su bra/o de *usticia " poder# 1umillado "
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torturado por las garras del enemigo, no le quedaba al hombre otra suerte más allá de la muerte:ruto doloroso de su espontánea rebeli!n# : %onsiderando la situaci!n humana, las huestes de la lu/ no -e2an posibilidades de triuno# Sab2an que solo el hombre podr2a retomar el dominio del enemigo, de-ol-iéndolo al %reador# 9E Pero el ser humano, eternamente escla-i/ado en su naturale/a, ser2a incapa/ de tal -ictoria# %on -o/ melodiosa " llena de ternura, Cios re-el! el plan de la redenci!n, diciendo0 n -erdad, el hombre cosechará el ruto de su rebeli!n en una terrible muerte# =o puedo, con mi poder, cambiarle la suerte# Si actuara as2, ser2a in*usto delante de mi decreto# Pero haré caer toda la condenaci!n sobre un Substituto que surgirá en la descendencia humana# se 1ombre no traerá en sus manos las argollas de la muerte, siendo inocente e incontaminado en Su naturale/a# 9& %omo representante de la ra/a humana, enrentará a Satanás " lo -encerá# Cespués de triunar en esa batalla, probando que el amor es más uerte que el ego2smo, que la -erdad es más uerte que la mentira, que la humildad es más poderosa que el orgullo, el 4el Substituto le-antará las manos -ictoriosas no para saludar la gran conquista, sino para tomar de las manos de la humanidad escla-i/ada la copa de su condenaci!n# Sorberá as2, sumiso, el cáli/ de la eterna muerte# 9' se inmenso sacri4cio abrirá a los seres humanos una oportunidad de ser redimidos, -ol-iendo a los bra/os del %reador, *untamente con el dominio perdido# .as huestes, sorprendidas ante la re-elaci!n del terno, indagaron la identidad de se Substituto# l %reador, con una sonrisa amorosa, les di*o0 Yo seré ese 1ombre# i sp2ritu reposará sobre una -irgen, " en ella será engendrado un 1i*o Santo# se *o-en será di-ino " humano# n su humanidad, él será sumiso a la di-inidad que en Gl habitará# .os redimidos -erán en Gl al Padre de la ternidad, el %reador " +edentor, el +e" de los re"es# Su nombre será Yoshua (nombre hebraico que traducido signi4ca el terno sal-a)# Asumiendo la naturale/a humana, Cios podr2a pagar el alto precio del rescate, muriendo en lugar de los pecadores# 9 .as huestes de la lu/ se quedaron enmudecidas al conocer el plan del %reador# l pensamiento de -erlo a Gl someterse a tan penoso sacri4cio, a 4n de redimir el
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dominio perdido, era demasiado para soportarlo# =o hab2a, sin embargo, otra esperan/a de -ictoria, a no ser a tra-és de esa amorosa entrega# Cespués de disrutar el alto precio del pecado, la *o-en pare*a se sinti! mal# 7nicialmente sintieron un gran -ac2o en el cora/!n, que luego ue rellenado por el remordimiento " por la triste/a# Percibieron que, inspirados por la codicia, hab2an sellado su triste suerte " la de toda la creaci!n# .es parec2a o2r a lo le*os el gemido de un Uni-erso -encido# 99 l sol, que los hab2a llenado de -ida " calor en aquel d2a, se ocultaba en el hori/onte, anunciándoles una negra noche# l arrebol, que antes all2 les hab2a anunciado el eli/ encuentro con el %reador, parec2a en-ol-erlos en una sentencia de que *amás despertar2an hacia un nue-o d2a# =o osaban siquiera mirar hacia la cima, temiendo -er caer sobre ellos el ra"o del *uicio que los reducir2a a pol-o# %on la mirada dirigida hacia el suelo r2o, les -en2a a la memoria la sentencia0 n el d2a en que de él comiereis, ciertamente moriréis# .ágrimas desesperadas rodaban en sus rostros al aguardar el trágico 4nal# Al considerar el moti-o de su rebeli!n, Adán comen/! a recriminar a su esposa por haber dado o2dos a la serpiente# 9> -a, a su -e/, buscando e8cusarse, lan/! la culpabilidad sobre el %reador, diciendo0 ;TPor qué el terno permiti! que la serpiente me engañara< l amor que reinaba en el cora/!n humano desaparec2a, dando lugar al orgullo " al ego2smo, que se und2an en resentimientos " odio# Su naturale/a "a no era pura " santa, sino corrompida " llena de rebeld2a# 5odo estaba cambiado# 7ncluso la mansa brisa que antes all2 los hab2a bañado en caricias rerescantes, congelaba ahora a la culpable pare*a# 9? .os árboles " las canteras 3oridas, que eran su deleite, consist2an ahora en obstáculos al caminar sin rumbo en aquella noche# l prop!sito de Satanás en llenar el sábado de tinieblas parec2a haberse cumplido# n aquella noche, no e8ist2a siquiera el re3e*o plateado del claro lunar para hablarles de esperan/a# .as estrellas centellantes, suspendidas en el oscuro cielo, estaban ouscadas por el dolor# a*aban sobre el mundo las tinieblas de una larga noche de pecado :sombras ba*o las cuales tantos se arrastrar2an sin la esperan/a de un amanecer# : ra alta
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noche "a " las tinieblas parec2an en-ol-er a la triste pare*a en eternas sombras# 9@ =i siquiera meditaban en sus pocas palabras, soocadas por la agon2a, de un amanecer# %abi/ba*os, andaban a tientas de aqu2 para allá, en la e8pectati-a del *uicio inminente, que los reducir2a al r2o pol-o, ol-idados ba*o aquellas tinieblas sin 4n# Apareci! repentinamente un brillo en el cielo, que iba aumentando a medida que se apro8imaba a la tierra# .a pare*a se estremeci!, pues sab2an que era el %reador que -en2a a darles el castigo# $encidos por el pánico, se pusieron a correr, distanciándose del monte Si!n, el lugar de la -ergon/osa ca2da# Mustamente hacia allá -ieron al %reador dirigirse# llos, que siempre corr2an al encuentro del amoroso Padre, atra2dos por Su lu/, ahora hu2an desesperados en busca de lugares oscuros, " de denso bosque# 9B l terno, mo-ido por in4nito amor, comen/! a seguir los pasos de la pare*a ugiti-a# ientras caminaba, lloraba al recordar los momentos elices que hab2a pasado *unto a ellos en aquel para2so# ;%omo se hab2a transormado todo< Sus hi*os no consegu2an -er más en Gl un Padre de amor, sino alguien que, airado, buscaba castigarlos# o-ido por un uerte anhelo de abra/ar a Sus hi*os humanos, Cios hi/o repercutir la -o/ en una indagaci!n0 TAdán, d!nde os encontráis Su -o/, al sonar en medio de las tinieblas, tra2a consigo solamente un eco -ac2o que hablaba de ingratitud " rebeld2a# 9D ;%omo deseaba en-ol-er a la pare*a en un ardiente abra/o, " con palabras de cariño conesarle que Su amor era el mismo< Al -er a Sus hi*os hu"endo de Su presencia, el terno ue embargado de un gran dolor# Ante Su mirar turbado de lágrimas, se e8tend2a el uturo de la ra/a humana# ;%uántos, engañados por Satanás, huir2an de Su presencia en el transcurso de la larga noche de pecado, *u/gando en Gl un Señor tirano, que -i-e buscando altas " 3aque/as en los pecadores, a 4n de castigarlos< l %reador, aIn as2, no desistir2a de buscarlos por los -alles sombr2os del reino de la muerte, hasta conquistar un pueblo arrepentido# Adán " -a, e8haustos por la presurosa uga, se escondieron por entre el olla*e al pie de una higuera# >E +econociendo su desnude/, procuraban hacer delantales cosiendo aquellas ho*as# $estidos as2, cre"eron poder
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librarse del sentimiento de -ergHen/a ante el %reador# l terno, apro8imándose al lugar donde la pare*a se escond2a, pregunt!0 : TAdán, d!nde estáis : =o pudiendo ocultarse más de Cios, Adán se le-ant! *untamente con su compañera ", cabi/ba*os, se presentaron ante el %reador, postrándose trémulos a Sus pies# =o consiguieron encararlo más, debido al sentimiento de culpabilidad# >& l %reador, cariñosamente, los tom! de las manos, le-antándolos del suelo, ", con una e8presi!n de triste/a en el semblante, les pregunt!0 : TPor qué hu2an de m2 TAcaso comieron del ruto del árbol de la ciencia del bien " del mal : Adán, todo tembloroso, con -o/ entrecortada por sollo/os de temor, respondi!0 :.a mu*er que me diste por compañera, ella me dio del ruto " "o com2# : %on esta respuesta, Adán buscaba e8cusarse, lan/ando la culpa sobre su esposa# >' $olteándose hacia -a, el terno le pregunt!0 : TPor qué hiciste eso: -a prontamente .e respondi!0 :Aquella serpiente me engañ! " "o com2# : Ambos no quer2an reconocer la culpa, lan/ándola sobre otros# n pocas palabras, atribu2an al %reador la responsabilidad por todo el mal practicado0 TPor qué les hab2a concedido el libre albedr2o TPor qué hab2a creado a la mu*er TPor qué hab2a creado a la serpiente Silente, Cios obser-aba a Sus hi*os que, t2midos " desconcertados, permanec2an delante de S2# > %on prounda triste/a, Gl pre-i! que esa ser2a la e8periencia de incontables seres humanos en el transcurso de la historia# ;%uántos habr2an de perderse por no reconocer la propia culpa< ;%uántos procurar2an *usti4carse, lan/ando sus errores sobre los demás " hasta sobre el mismo %reador< %on blandas palabras, el terno procur! hacerlos reconocer su culpa# Solamente reconociendo su necesidad, podr2an ser a"udados# irando hacia las rágiles -estiduras te*idas por manos pecadoras, di*o a la pare*a0 : 1i*os, esas -estiduras son insu4cientes, inmediatamente secándose se desharán# $osotros precisáis de -estiduras duraderas, que puedan cubrir -uestra desnude/, librándoles de la condenaci!n# Si -osotros quisierais, Yo puedo darles esa -estidura# : >9 Ante las palabras bondadosas del %reador, que tra2an esperan/a, la pare*a se postr! arrepentida, desprendiéndose de sus ilusorias -estiduras, s2mbolos de su
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racaso# Añoraban ahora las -estiduras de la sal-aci!n, prometidas por el di-ino Padre# Ca%"+lo 5
ios revela los efectos de la ca!da y el 4lan de 1edención. El doloroso sacricio del cordero, un s!mbolo del "alvador. "e roveen las vestiduras rometidas. El /reador ser2 el Hombre )ue los salvar2. En la are#a se intensica el amor y %ratitud hacia el "alvador. Estremecimiento de las huestes mali%nas ante la intervención del Eterno y la revelación del 4lan de 1escate. El Eterno acoma*a a la are#a fuera del #ard!n. "atan2s intenta de nuevo aoderarse del ser humano enfrent2ndolos con furia, ero es reelido or ios, y sus amena'as silenciadas. $alas consecuencias de la ciencia del bien y del mal. La fe del hombre en las verdades reveladas de la redención. El Eterno, coma*ero del ser humano en su #ornada sobre la tierra. @aturale'a del /reador resecto a la %uerra. El traba#o edicante contraataca muchos ata)ues de "atan2s. 1evelaciones recibidas al construir el altar. os mundos reDe#ados en la naturale'a ca!da. Bn cordero inmaculado %uiado y rearado or ios. En el sacricio se muestra una reresentación del conDicto entre el bien y el mal. La llama encendida, s!mbolo del erdón divino. La naturale'a, a0n en su estado ca!do, revela el 4lan de 1edención. Cespués de contemplar a Sus hi*os que, arrepentidos, "ac2an a Sus pies, el terno los tom! cariñosamente por las manos " los le-ant!# Se alegraba en poder re-elar al hombre ca2do el plan de la redenci!n# %on ternura, Cios comen/! a descubrirles primeramente los amargos resultados de su ca2da, diciendo0 1i*os, -osotros sellasteis el destino de toda la creaci!n en las garras de la muerte# .a desarmon2a "a penetra la naturale/a, procurando destruir en ella todas las -irtudes# ' l abismo en el cual -osotros os sumergisteis por la desobediencia es por demás proundo para que podáis ser alcan/ados por mi poderoso bra/o# As2, desligado de la Juente de la $ida, no resta más al ser humano otra suerte más allá de la muerte# Cespués de pronunciar estas
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palabras que re-elaban una triste suerte, el terno in-it! a la pare*a a seguirlo# %abi/ba*os, Adán " -a, en llanto, siguieron al %reador en Sus pasos de *usticia, que los encaminaba al lugar de la -ergon/osa ca2da, donde supon2an encontrar el doloroso 4nal# n esa dolorosa caminata, sollo/aban al recordar su pasado de gloria deshecho por la ingratitud# ;%omo les dol2a en el alma la terrible e8pectati-a de ser reducidos, *untamente con la creaci!n, a r2as ceni/as ba*o la oscuridad de aquella noche de pecado< ientras caminaban, contemplaban a tra-és de las lágrimas las belle/as adormecidas bañadas por la lu/ de Cios# $e2an a los inocentes animales, que no ten2an conciencia del gran dolor# SIbitamente, la pare*a se detu-o, -encida por intenso llanto6 sus -acilantes pasos los hab2a lle-ado *unto a un cordero, el animalito más querido# 9 ;TSus o*itos de dul/ura también se habr2an de apagar< Secándoles las lágrimas, el terno les orden! tomar en los bra/os al inocente cordero# n-ol-iéndolo *unto al pecho, acompañaron silenciosos los pasos del %reador, hasta alcan/ar la cIspide del monte Si!n, lugar de la -ergon/osa ca2da# %ontemplando all2 los restos de los rubros rutos, con 2mpetu les -ino a la mente el recuerdo de la sentencia di-ina0 n el d2a en que de él comiereis, ciertamente moriréis# l terrible momento hab2a llegado# l hombre culpable deber2a beber el amargo cáli/ de la muerte, sucumbiendo sin esperan/a# > %onsciente de su perdici!n, la pare*a percibi!, con horror, que las manos que les hab2an tra2do a la -ida empuñaban ahora un cuchillo puntiagudo de piedra# 5emblorosos, se postraron " esperaron por el cumplimiento de la *usta sentencia# ientras enmudecidos por el miedo, Adán " -a esperaban el golpe que los reducir2a a pol-o, sintieron el sua-e toque de las manos di-inas que los le-ant! hacia una nue-a -ida# .a condenaci!n, sin embargo, habr2a de recaer sobre un substituto# ? %olocando en las manos de Adán el cuchillo, el %reador le di*o0 :l cordero morirá en lugar de -osotros# : Adán deber2a sacri4carlo# Asustada ante la orden de Cios, la pare*a, en llanto, se puso a clamar0 : ;Señor, el corderito no, el es inocente<: %on e8presi!n de *usticia, el terno agreg!0 : Si el no muere, -osotros no podréis tener las
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-estiduras de las cuales hablé# : Ante la insistencia del %reador, Adán, todo tembloroso, en un esuer/o doloroso, cla-! en el pecho del corderito aquella aguda piedra# l golpe ue atal, " el animalito, -ertiendo su preciosa sangre, se sumergi! en las tinieblas de una noche sin 4n# @ %ontemplando al corderito inerte sobre la hierba ensangrentada, la pare*a ele-! la -o/ " llor!# %omen/aban a comprender la enormidad de su tragedia# ;%uan terrible era la muerte< lla, en su poder, hab2a apagado toda la lu/ de los o*os del inocente animal# 7nclinándose silente sobre el cuerpo inerte del cordero, el terno remo-i! la piel re-estida de blanca lana " con ella hi/o tInicas para cubrir la desnude/ de la pare*a# Cespués de -estirlos les pregunt! con cariño0 : T$osotros entendisteis el sentido de todo esto : n prounda re3e8i!n, por entre sollo/os de reconocimiento " gratitud, la pare*a e8clam!0 : ;l muri! en nuestro lugar, para darnos sus -estiduras< : B Adán " -a, aunque hab2an comprendido aquella realidad 2sica, estaban le*os de entender el signi4cado de aquel acontecimiento# A ellos el %reador re-elar2a el misterio del di-ino amor# %on e8presi!n de in4nita misericordia, Cios comen/! a re-elar al ser humano el sentido de aquel doloroso sacri4cio, diciendo0 l inocente corderito, que ho" padeci!, simboli/a a un hombre que habrá de nacer# n sus o*os habrá la misma ternura, el mismo amor# +e-estido por una -ida *usta, como la blanca lana que cubr2a al cordero, ese hombre crecerá como un renue-o sobre la 5ierra, no teniendo en las manos las ataduras del pecado# n su apariencia, ese hombre no traerá la pompa de un re", por eso será despreciado por muchos# D Será un hombre de dolores, pues caerá sobre s2 el peso de todas las pro-ocaciones# n su 4delidad al reino de la lu/, ese hombre luchará contra el enemigo usurpador, -enciéndolo 4nalmente# Cespués de triunar en sus luchas, tomará sobre s2 la carga de -uestra condenaci!n que le causará una terrible muerte# Gl será traspasado por causa de -uestra rebeli!n " molido por -uestras iniquidades# Será oprimido " humillado, más no abrirá su boca, como el corderito que ho" se entreg! pac24camente# Sucumbiendo en la muerte, él os concederá los méritos de su -ictoria# n-ueltos por sus -estiduras de *usticia, estaréis libres de la condenaci!n#
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&E .a -ida eterna alcan/aréis as2, mediante el sacri4cio de ese hombre *usto que habrá de nacer# Adán " -a, que en una me/cla de gratitud " dolor escucharon la re-elaci!n de tan grande sal-aci!n, indagaron re-erentes al respecto de ese hombre especial que en su descendencia habr2a de surgir, a 4n de cumplir tan inmenso sacri4cio# l %reador, mirándolos tiernamente, mo-ido por un amor que supera la misma muerte, los en-ol-i! en un cariñoso abra/o " re-el!0 : ;Yo seré ese 1ombre<:Sorprendidos ante la declaraci!n del terno, Adán " -a estu-ieron inm!-iles, mientras que contemplaban Su tierno semblante# && %omprendiendo el signi4cado del tremendo sacri4cio, se postraron a Sus pies " con lágrimas clamaron0 : ;=osotros somos merecedores de la muerte Señor, más 5I eres inocente " no debes surir en nuestro lugar<: Secándoles las lágrimas, el terno con ternura les habl!0 :1i*os m2os, Yo les amo con un eterno amor# Yo moriré en lugar de -osotros# : Ante esta con4rmaci!n, la pare*a ele-! la -o/ en una lamentaci!n dolorosa# Cec2an0 : ;=osotros matamos al %reador< ;=osotros matamos al %reador<: as Cios comen/! a consolar a la pare*a con palabras de esperan/a, diciendo0 :Cespués de beber el cáli/ de la eterna muerte, Yo retomaré la -ida " subiré al cielo# &' 7ntercederé all2 por el hombre perdido, concediendo a todos aquellos que, arrepentidos, aceptaren mi sacri4cio, las -estiduras de mi -ictoria# Muntos, triunaremos 4nalmente sobre el reino del pecado que se deshará en ceni/as ba*o nuestros pies# %rearé entonces un nue-o %ielo " una nue-a 5ierra, donde Inicamente la *usticia " el amor reinarán# $i-iremos as2 para siempre, en un reino de perecta armon2a " pa/# : l %reador, que acompañado por la pare*a permanec2a toda-2a sobre el monte Si!n, conclu"! Sus re-elaciones diciendo0 & l *ard2n del dén estará ahora -ac2o# l ser humano, durante la larga noche de pecado, -agará en su e8ilio# =o andará, sin embargo, solo0 el terno, también peregrino, pisará con el hombre todo el camino espinoso, hasta poder *untos subir al monte perdido, triunando gloriosamente sobre el reino de la muerte# l árbol de la ciencia del bien " del mal monumento de la rebeld2a será entonces deshecho, dando lugar a un árbol glorioso que, uniendo su copa al árbol de la -ida, se tornará en el arco conmemorati-o de la
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gran -ictoria# Sobre el santo monte redimido, reposará entonces para siempre el trono uni-ersal, que por los 4eles triunantes será llamado0 el trono de Cios " del %ordero# &9 Adán " su compañera, después que o"eron palabras tan conortadoras " llenas de esperan/a, ele-aron la -o/ en un cántico de gratitud " alaban/a# %onoc2an ahora el in4nito amor de su %reador " estaban dispuestos a ser-irlo# Cespués de consolar a la pare*a, Cios los lle-! hacia uera del dén# =o les ue ácil despedirse de aquel precioso hogar6 all2 hab2an despertado a la -ida en los bra/os del terno6 all2 disrutaron momentos de elicidad pura, en compañ2a del %reador, de los ángeles " de los d!ciles animales# Una nostalgia in4nita parec2a en-ol-er a la pare*a en sus pasos de abandono# Jue con espanto que Satanás " sus sIbditos presenciaron la inter-enci!n del terno# &> Jueron sacudidos ante la sorprendente re-elaci!n del plan de rescate# %on rabiosa rustraci!n, comprendieron que, si de hecho la promesa di-ina se concreti/ase, no restar2a ninguna esperan/a# Cespués de considerar sobre todo lo que hab2a acontecido, una gran ira se apoder! de su cora/!n# =o estaba dispuesto a reconocer la redenci!n del ser humano# 1ar2a todos los esuer/os por retenerlo, *untamente con el reino que le hab2a sido entregado# %uando la pare*a, acompañada por el %reador, alcan/! el -alle herido por la muerte, amanec2a# All2 Satanás los enrent! con uria, en un intento de apoderarse nue-amente del ser humano# &? .a pare*a estu-o temblorosa en la a/ del enemigo, pero las manos protectoras de Cios los calmaron# 8presando en el semblante la 4rme/a de una *usticia que es eterna, el terno silenci! las amena/as del enemigo con las siguientes palabras0 l ser humano me pertenece, pues Yo lo compré con mi sangre# Al caminar en silencio *unto al %reador, Adán " -a obser-aban con triste/a las señales de la muerte estampadas en aquella naturale/a antes tan llena de -ida# .as bellas 3ores, que hab2an desbotonado para e8halar aromas eternos, pend2an ahora marchitas6 ;los pa*arillos, que con alegr2a los saludaban en cada amanecer con sus trinos, -olaban ahora distantes, haciendo sonar tan tristes cantos< 5odo estaba cambiado en la naturale/a# &@ .a ciencia del bien " del mal no hab2a tra2do ningIn bien al Uni-erso, sino un intenso con3icto espiritual " 2sico# Ante
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las consecuencias de-astadoras de su ca2da, la pare*a, -encida por una ine8presable triste/a, se postr! arrepentida " llor! amargamente# Cios, que también compungido por el dolor contemplaba el escenario desolador, procur!, con palabras de esperan/a, conortarlos# .es habl! sobre el nue-o %ielo " la nue-a 5ierra que un d2a crear2a, donde la pa/ " el amor -ol-er2an a reinar en cada cora/!n# All2 -i-ir2an siempre *untos, no tra"endo en la rente las marcas de la triste/a, sino coronas de eterna -ictoria# &B All2 secar2a las lágrimas de sus rostros " estas *amás -ol-er2an a humedecer sus o*os# Amparando a Adán " a -a en sus pasos, el %reador los condu*o a tra-és de un -alle herido, hasta alcan/ar el pie de una colina# .a subieron en lentos pasos, mientras intercambiaban palabras de ánimo " esperan/a# Sus pies alcan/aron 4nalmente el sua-e césped que cubr2a la cima espaciosa de aquella colina# ra sobre aquel lugar que la pare*a -e2a a cada d2a el sol declinar, bañando el cielo " los -alles de un ro*o -i-o, como la sangre que hab2a chorreado del pecho del cordero# &D $ol-iéndose hacia el lado oriental, la pare*a, en una me/cla de dolor " nostalgia, contempl! a lo le*os los paisa*es que los en-ol-ieron en aquel pasado tan eli/# Al di-isar el monte Si!n, que ma*estuoso se ele-aba en medio del dén, lloraron al acordarse de la ca2da# ;%uán débiles hab2an sido< l sol declinaba en su *ornada, anunciando la llegada de una triste noche más : la primera uera del para2so#: n un calmado gesto, el terno, mostrándoles el -alle sobresaliente de la colina, les habl! con cariño0 Aqu2 será -uestra pro-isoria morada# Cesde aqu2 podréis contemplar el para2so que por algIn tiempo permanecerá en la 5ierra, hasta ser recogido a su lugar de origen, en el seno de la Merusalén %elestial# 'E All2, protegido por la *usticia, aguardará el amanecer de la -ictoria# %uando ese gran d2a llegue, regresaremos *untos a Si!n, donde seremos coronados en gloria, en un reino de eterna elicidad " pa/# Cespués de decir estas palabras, Cios orden! a la pare*a que constru"esen en aquel lugar un altar de piedras, sobre el cual cada semana, en la noche que antecede al sábado, deber2an inmolar un cordero, en memoria de Su Sacri4cio# '& %omo señal de Su presencia, " para la certe/a de que sus pecados ser2an perdonados, Gl encender2a un uego
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sobre el altar, el cual durar2a toda la noche, hasta consumir por completo la orenda del sacri4cio# Para que el ser humano pudiese a4rmar su e sobre las -erdades re-eladas, " no en la maniestaci!n -isible de la persona del %reador, Gl habr2a de permanecer in-isible desde aquel momento en adelante# Solamente en ocasiones especiales, cuando se hiciese necesario Su aparici!n o la de ángeles para nue-as re-elaciones " ad-ertencias, esto ocurrir2a# %ontemplando a Sus hi*os entristecidos en aquel momento en que ser2an de*ados aparentemente solos# '' l terno les di*o con amor0 1i*os, aunque -osotros tengáis que permanecer en este ambiente hostil, no precisáis temer, pues Yo permaneceré al lado de -osotros# Seré un compañero amigo en esta *ornada6 lle-aré sobre mis hombros -uestros dolores, -uestros anhelos, -uestras luchas# %uando, tentados por el enemigo, estu-ieren a punto de ceder, podrán encontrar abrigo en mis bra/os, que siempre estarán e8tendidos para sal-arlos ", si algIn d2a -osotros no resistiereis, " por la uria del enemigo ueseis arrastrados hacia las proundidades del abismo, no os desesperéis cre"endo no tener esperan/a, pues Yo estaré all2 para acudirlos con mi perd!n " uer/a# ' 5engan siempre en mente el signi4cado de las -estiduras recibidas de mis manos, pues ellas hablan de la redenci!n que al hombre pertenece# Cescansen hi*os m2os, en mis bra/os de amor# Cespués de consolar a la pare*a con estas promesas, el %reador, -iendo que estaban soñolientos por el cansancio, los hi/o reclinar en Su rega/o ", como de costumbre, los acarici! dulcemente hasta adormecerlos# Al -erlos ol-idados en su sueño, Cios llor! al pre-er el surimiento que e8perimentar2an al despertar# %on el cora/!n partido por el dolor causado por aquella separaci!n 2sica, el %reador de*! a la pare*a dormida sobre la hierba, después de besarles los rostros "a marcados por el surimiento# '9 Su lu/ se disipo al tornarse in-isible, dando lugar a las tinieblas de aquella primera noche uera del para2so# n el subconsciente de la pare*a comen/aron a des4lar sueños coloridos de un pasado eli/# Se encontraban una -e/ más en medio las belle/as del dén, saciados por una alegr2a eterna# Agradecidos por la -ida, corr2an por los campos 3oridos, *ugando con los animales# %on elicidad un2an las
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-oces a los ángeles en los armoniosos cánticos en alaban/a al %reador# 5antas escenas lindas des4laban en su subconsciente, pero esos sueños se tornaron pesadillas, haciéndoles re-i-ir su tragedia# '> Agoni/antes despertaron en medio de la oscuridad de aquella primera noche en el e8ilio# =o consiguiendo conciliar el sueño, la pare*a permaneci! en llanto hasta ser consolados por el amanecer que les re-el! a lo le*os el nostálgico para2so# Cios, aunque in-isible, permanec2a al lado de Adán " -a all2 en la colina# l surimiento de ellos era Su surimiento, como también la esperan/a de que un d2a retornar2an -ictoriosos a Si!n# Ante la mirada contemplati-a del %reador, se re-elaba el uturo sombr2o de la humanidad# %on pesar, -e2a incontables criaturas pereciendo sin sal-aci!n, por recha/ar Su amor# .ágrimas mo*aron Su rostro, al pre-er al enemigo empleando toda astucia a 4n de retener a los seres humanos ba*o su dominio# '? .arga ser2a la noche del pecado, " reñida la batalla por la reconquista del reino perdido# l triuno de la lu/ requerir2a de parte de Cios un sacri4cio inmenso# n la persona del es2as, a su tiempo, él nacer2a entre los hombres, con la misi!n de pagar el precio del rescate# Por medio de Gl muchos ser2an liberados de las garras del enemigo0 todos aquéllos que .o aceptasen como Sal-ador " +e"# %ontra ésos elegidos, el enemigo arremeter2a todas las uer/as procurando hacerlos caer# n su -isi!n del uturo, el %reador contempl! con alegr2a el triuno 4nal de los redimidos# '@ 1ab2an sido e8tremadamente probados, mas en todo ueron más que -encedores por medio de Aquél que los redimi! de las tinieblas hacia el reino de la lu/# Cespués de ante-er los surimientos que se deri-ar2an de la gran lucha, el terno e8tendi! la mirada por las planicies cauti-as, contemplando all2 a las huestes rebeldes dispuestas para la lucha# l ob*eti-o de esos e*ércitos, era apoderarse nue-amente del ser humano, en el cual estaba sellado el derecho de dominio sobre el Uni-erso# %ontrario a la naturale/a del %reador es la guerra, mas para la deensa de Sus hi*os, estaba dispuesto a utili/ar Su poder# 'B Su uer/a, sin embargo, solamente ser2a utili/ada con *usticia# Si el ser humano recha/ase esa protecci!n orecida
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mediante el sacri4cio del es2as, Cios nada podr2a hacer para impedir que él mismo pereciese en las garras del enemigo# Adán " -a, sin embargo, se hab2an arrepentido de su gran pecado, recibiendo por la misericordia de Cios -estiduras de sal-aci!n, simboli/adas por las pieles del cordero sacri4cado# Musti4cado por la entrega de la pare*a, el terno con-oc! a Sus poderosos e*ércitos para la pelea# n pronta obediencia las huestes de la lu/ irrumpieron por el espacio sideral en direcci!n a la 5ierra, circundando cual uerte muralla la colina, portadora de aquel tesoro redimido por la sangre del di-ino +e"# 'D Al ser humano le ue conerido en el dén el deber de cuidar de la naturale/a0 preparaban canteras para las 3ores6 cosechaban rutos para manutenci!n6 dirig2an a los animales en su inocente -i-ir, adiestrándolos para que les uesen Itiles# sas ocupaciones hab2an sido para ellos uentes de desen-ol-imiento " placer# Ahora, a pesar de las ad-ersidades, deber2an continuar reali/ando ese deber# l traba*o en s2, reali/ado segIn las !rdenes del %reador, "a anular2a muchos ataques del enemigo# .as primeras ocupaciones de la pare*a en aquella mañana, les tra*o re-elaciones del gran amor de Cios, hasta entonces desconocidas# E Al reunir las piedras para la construcci!n del altar, e8perimentaron el dolor de heridas que chorreaban sangre, como también la atiga que hacia emanar sudor# Sintiendo " contemplando todo en la propia carne, amaron más al Sal-ador, para quién el altar construido pre4guraba heridas ma"ores, que -erter2an toda Su sangre, como también atigas que minar2an toda la sal-ia de Su -ida# .a mirada de nostalgia " de esperan/a de la pare*a de ahora en adelante, *amás se posar2a en el dén distante, sin discernir primero el altar de los sacri4cios# & se altar, con sus manchas de sudor " sangre, permanecer2a como una remembran/a del dolor " del surimiento que, después de humedecer los labios de los seres humanos, transbordar2a en la copa del %reador# Cespués de contemplar por largo tiempo el para2so de la -ida eterna que se e8tend2a mucho más allá de aquel altar oscuro de muerte, la pare*a e8periment! el dulce ali-io del descanso# Ceseosos de conocer los paisa*es de su nue-o
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hogar, Adán " -a, animados por la esperan/a, salieron a pasear# ' Sus pasos los conduc2an por caminos de sonrisas " de lágrimas6 de encantos " desilusiones6 de 3ores que delicadas desabotonaban, bañadas en perume, " de 3ores despetaladas, tumbadas marchitas " sin olor6 de animales toda-2a d!ciles " sumisos " de animales enemigos, eroces " amena/adores# .a pare*a discern2a en su paseo las di-isas de dos mundos0 el de la lu/ " el de las tinieblas6 del amor " del ego2smo6 de la esperan/a " del desespero6 de la armon2a " de la desarmon2a6 de la -ida " de la muerte# sa -isi!n les llen! de triste/a " lloraron largamente# sa triste/a aumentar2a toda-2a más en el uturo, cuando descubriesen la proundidad de esas di-isas en el seno de su descendencia# Seis arreboles "a hab2an coloreado los cielos anunciando a la pare*a las noches oscuras " r2as que con su manto de tinieblas deshac2an todas las imágenes -i-as, menos la esperan/a de -ol-erlas a -er coloridas en el amanecer de lu/# Se acercaba ahora la hora del sacri4cio, cuando el rudo altar, abrasado en su *usticia clamar2a por sangre# Si no le oreciesen la orenda, e8plotar2a con certe/a, en-ol-iendo todo el mundo con sus llamas6 Ya no habr2a entonces amanecer, ni esperan/a de dén a 3orecer# 9 ;%uán preciosa es la sangre< ;Sangre es -ida6 -ida es lu/< ;Para un ser aquella noche se tornar2a eterna, sin amanecer< se ser deber2a asumir la culpa de todo el mundo, dando su sangre al rudo altar# TNuién se orecer2a ;TNuién -erter2a la sal-ia de la -ida, hasta -er el Iltimo destello apagarse en su cielo< Adán " -a después de re3e8ionar por largo tiempo, contemplando la cuna de la muerte construida por sus manos, se miraron inquietos con esa pregunta decisi-a0 TNuién se orecerá sa indagaci!n nacida de su culpabilidad, hi/o -ibrar en lo proundo de sus remembran/as la -o/ del bendito %reador en Su re-elaci!n de in4nita bondad0 : OYo los amo con un eterno amor6 Yo moriré en -uestro lugar # : > Agradecida, la pare*a se postr! re-erentemente ante el sediento altar, -iéndolo por la e, saciado por el don del eterno amor# n aquella tarde del se8to d2a, Cios somet2a al ser humano a una tremenda prueba de e# llos ten2an delante de s2 el altar de piedras, construido conorme a la
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orden di-ina, mas no hab2a ninguna o-e*a para el sacri4cio# n su anhelo, se acordaban del dén, donde hab2a muchos rebaños# Al -er el sol caer en el hori/onte, Adán " -a comen/aron a clamar a Cios por socorro, pues sab2an que solamente un milagro podr2a pro-idenciarles, en aquel Iltimo momento, un cordero para el sacri4cio# ? A los o*os de los habitantes del Uni-erso, el gran milagro por el cual el ser humano clamaba, "a se procesaba a casi una semana0 Kuiado por el %reador, un inmaculado cordero hab2a de*ado el dén " seguido los rastros de la pare*a en su caminata hacia el e8ilio# n su larga *ornada, ese animalito tu-o que enrentar muchos desa2os " peligros, mas protegido " guiado por el terno prosegu2a en su misi!n# %uando las sombras del anochecer comen/aron a en-ol-er la colina, la pare*a que -i-2a tan dura prueba de e, discerni! un puntito blanco que saltaba en el césped -iniendo en direcci!n a ellos# A medida en que se apro8imaba, aquel bulto parec2a hablar de esperan/a, de -ida " calor# @ Al -er que el gran milagro hab2a acontecido, corrieron al encuentro del cordero, en-ol-iéndolo en los bra/os# Gl estaba atigado, mas no descansar2a0 dar2a descanso# staba sediento, mas no beber2a0 dar2a de beber al altar que clamaba por sangre# Aquel cordero ten2a -oluntad de -i-ir en los bra/os del hombre, mas morir2a, para que éste pudiese -i-ir en los bra/os de Cios# ra un perecto simbolismo del +edentor que de*ar2a Su gloria, -iniendo en bIsqueda del pecador# .as tinieblas de una noche pre4gurati-a más ba*aron lentamente en-ol-iendo toda la naturale/a en su prisi!n# B Su uer/a, sin embargo, ser2a abatida delante del ser humano, por el brillo de un uego especial, encendido por las manos del perd!n di-ino sobre el cuerpo sin -ida del inocente cordero# 5odo estaba preparado para el doloroso golpe0 acto que apagar2a de aquellos o*itos dulces el Iltimo destello de -ida, sumergiéndolos en la r2a oscuridad de una eterna noche0 oscuridad que generar2a lu/6 r2o que generar2a calor6 muerte que generar2a -ida : dones inmerecidos6 : rutos del di-ino amor orecidos a las manos pecadoras, prestas a herir# n medio de la silente noche el altar clama6 el hombre triste e8clama, mientras el cordero, mudo, no reclama al ser e8tendido para la muerte# .as
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manos que constru"eron el altar se le-antan ahora, no para acariciar como antes, sino para herir, sangrando el precio del perd!n# D Solo un gesto, nada más, " el destello se apagará para siempre de los o*os inocentes, haciendo brillar en la a/ culpable la lu/ de la sal-aci!n# Adán, temblando duda en compasi!n# n el corderito manso " sumiso, presto a morir en su lugar, -e al Sal-ador prometido# %on el cora/!n arrepentido, en un esuer/o doloroso, cla-a el cuchillo de piedra en el pecho del animalito que perece en sus manos sin siquiera dar un gemido# l poder de la noche inmediatamente es abatido por el brillo del uego de la aceptaci!n# Su lu/ re-ela al ser humano su trágica condici!n0 $iendo las manos manchadas por la sangre inocente, la pare*a se siente culpable por aquella muerte# 9E n llanto se arrodillan ante el altar que "a no les reclama sangre, sino orece lu/, aceptando el inmerecido perd!n# .e-antándose, la pare*a contempla demoradamente el cuerpo herido del pobre corderito, sin poder agradecerle por la rique/a concedida a cambio de su tan rudo golpe# añados por la sua-e lu/ del sacri4cio, Adán " su compañera permanecen silentes a meditar, hasta ser -encidos por un proundo sueño# +ecostándose en el suelo cubierto de hier-a sua-e, adormecen dulcemente ba*o los cálidos ra"os del perd!n, seguros de que su brillo " calor perdurar2an hasta ser las tinieblas de aquel sábado des-anecidas completamente por el ulgurante sol# 9& .a lu/ del cordero, desde que ue encendida sobre el altar en aquella noche, permanec2a en constante guerra con las tinieblas# n -arias -eces crec2a en brillo ahu"entando a lo le*os la r2a oscuridad, bañando la naturale/a con sus ra"os de -ida# n -eces, las tinieblas tra"endo su -iento r2o, casi arrancaban por completo la llama# sta, sin embargo, en un gran esuer/o se alimentaba de la sangre del cordero, lan/ando a lo alto su ardiente llama, inundando de lu/ " calor todo aquello que hab2a alrededor# 9' l con3icto entre la lu/ nacida del sacri4cio " las tinieblas en aquella noche, descubr2a a los 4eles del Uni-erso muchas lecciones importantes : -erdades que ocupar2an sus mentes por toda la eternidad# : n aquella llama, "a uere ardiente en su brillo, "a uere ustigada por los -ientos de la noche, los 4eles -e2an una representaci!n
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del con3icto milenario entre el bien " el mal6 con3icto que sin tregua se e8tender2a hasta el amanecer eterno# l terno, en prenda de Su uturo sacri4cio, hab2a encendido en medio de las tinieblas, la lu/ de la -erdad, " esa ser2a mantenida encendida en el cora/!n del ser humano, en -irtud de Su sangre que ser2a derramada para remisi!n de la culpa# 9 %ontra esa lu/, el enemigo arremeter2a todos los -ientos r2os de la maldad, desterrando del cora/!n de muchos su dulce brillo# ;%uántos "acer2an perdidos por recha/ar la lu/ del perd!n di-ino, siendo en-ueltos por las tinieblas de la oscura noche< Cespués de largas horas de combate, surge en el cielo las señales del amanecer# .a oscuridad que con ira hab2a lan/ado sus -ientos sobre la llama que no muere procurando desterrarla, se torna conusa ante las señales del amanecer# l cielo teñido de un ro*o -i-o, hace recordar la sangre que hab2a brotado del pecho del cordero para que la llama del perd!n pudiese iluminar la noche humana# 99 n medio del colorido de sangre, surge en el hori/onte el ulgurante sol, tra"endo en sus calientes ra"os el sabor de la -ictoria, en-ol-iendo todo con su -ida# l amanecer en su nostálgico aecto, acaricia el distante para2so, lle-ando de su amado seno en su brisa matinal el aroma de la nostalgia, en un mensa*e de consuelo " esperan/a para las criaturas suridoras del -alle de la muerte# añados por los cálidos ra"os " por la brisa de la esperan/a, la pare*a despierta en un sábado más, cu"o simbolismo apunta hacia el descanso en el reino de Cios, al culminar el gran con3icto entre la lu/ " las tinieblas# 9> ás allá de aquel altar cubierto de ceni/as, Adán " -a contemplan demoradamente el nostálgico para2so# Aunque distantes en su e8ilio, se alegran con la certe/a de que el sacri4cio del es2as hará ra"ar para ellos el sábado de sábados0 aquél de lágrimas para siempre desterradas6 de sol siempre a brillar en un l2mpido cielo6 de corderos siempre -i-os a *ugar por el césped6 d2a sin anochecer, cuando no habrá más altar cubierto de sangre " ceni/as# Suspiran por ese d2a de gloria, cuando Cios Se hará eternamente -isible, lle-ando en las manos las marcas de Su in4nito amor por Sus hi*os# 9? Antes de la ca2da, el ser humano, as2 como todas las huestes celestiales, aprend2an a los pies del %reador que
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con paciencia les enseñaba los tesoros de la sabidur2a contenidos en el -asto compendio de la naturale/a# 5odo en el Uni-erso, desde el diminuto átomo hasta el ma"or de los mundos, testi4caba en su perecta e8istencia del carácter del di-ino +e"# uchas enseñan/as, sin embargo, permanecieron ocultas en las páginas de ese gran libro en el per2odo que antecedi! a la ca2da0 ran como las estrellas que, ocultas durante el d2a, re-elan su brillo al ba*ar las sombras de la noche# 9@ 5eniendo la naturale/a cauti-a, el enemigo, en el intento de bloquear la re-elaci!n de la terna sabidur2a, introdu*o en ella manchas de ego2smo, destrucci!n, inelicidad " muerte# =o sab2a que esas manchas har2an e-idenciar en la a/ de la creaci!n la proundidad de la *usticia " amor de Cios, lle-ando a los 4eles a amarlo " re-erenciarlo aIn más# Para la pare*a, as2 como para todos los hi*os de la lu/, la naturale/a herida rompi! su -elo, re-elando nue-os aspectos de la bondad del %reador ocultos hasta entonces# 9B Adán " -a que estaban acostumbrados a las 3ores eternas en el para2so, aquellas que no las -ieron desabotonar, las -e2an ahora surgir en tiernos botones, en medio de las amena/as de espinos prontos a herirlas# sas tiernas 3ores, sin importarse estar con los espinos, e8halaban perumes sua-es de alaban/a " gratitud, *amás cansándose de agradar el ambiente# %uando ustigadas por los r2os -ientos de la noche, esas 3ores no se resent2an, sino que orec2an su aroma, que transormaba la uria de los -ientos en brisas perumadas de un amanecer# 9D o-idos por prounda gratitud, la pare*a acompañaba atentamente el ministerio de amor de aquellas 3ores que, *amás se cansaban de bendecir, oreciendo su belle/a " perume como ali-io para aquellos que eran heridos por los rudos espinos# Aquellas 3ores singulares " puras, después de mostrar en su corta -ida que el perd!n " el amor son más uertes que todos los -ientos " espinos, en un Iltimo esuer/o de comunicar alegr2a, e8halaban su perume, ca"endo marchitas " sin -ida sobre el suelo r2o# All2, ol-idadas, se transormaban en insigni4cante pol-o que era dispersado por el -iento# >E .a muerte de las 3ores, aunque pareciese racaso, re-el! a la pare*a el misterio del renacimiento de la -ida0 uriendo, las 3ores daban -ida a los rutos que, a su -e/,
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después de ser-ir de alimento, donaban sus semillas llenas de -ida# n la muerte de esas semillas, renac2a el milagro de la -ida, multiplicando los árboles con sus 3ores listas a repetir la enseñan/a del amor " del sacri4cio# .a naturale/a, por tanto, incluso manchada por el pecado, re-elaba el misterio oculto del plan de la redenci!n# %ada 3or a desabotonar en medio de los espinos, en su corta -ida de amor, era un s2mbolo del Sal-ador que nacer2a entre los espinos de la maldad, para consolar con su perume el cora/!n de los a3igidos# >& Seme*ante a la 3or, el es2as después de probar que el amor " el perd!n son más uertes que todos los -ientos del odio6 que la -erdad " la *usticia del reino de Cios son ma"ores que todos los engaños e in*usticias del reino del enemigo, -erter2a la sal-ia de su -ida, muriendo para redimir a los culpables# Ca%"+lo #
Ad2n y Eva dedicados al traba#o edicante. La colina lle%ó a ser una miniatura del Ed+n. 4rotección y cuidados divinos. Eeriencias al obedecer el mandamiento sobre el sacricio. La astuta trama del enemi%o, mirar hacia los s!mbolos del sacricio como ortadores de erdón y vida. Ad2n y Eva ofrecen sacricios al "e*or, el Eterno se les maniesta consol2ndolos y revini+ndolos del eli%ro. 4romesa del nacimiento de su rimo%+nito. 1esonsabilidades hacia su hi#o. @acimiento de /a!n. El nacimiento de /a!n les recuerda la romesa del futuro nacimiento del $es!as. La ni*e' rebelde de /a!n. El enemi%o se burla del sufrimiento de ios y "us eles e intenta hacer desistir a ios de "u lan de redención. El Eterno arma "u solemne romesa. Ad2n y Eva hacen sacricios y rue%an or su hi#o, el Eterno se les maniesta. El Eterno se revela a /a!n y le narra la historia de Lucifer y del "ol. 4romesa del nacimiento de Abel. /a!n, al i%ual )ue Lucifer, es arrastrado or su or%ullo a una falsa ilusión. ios rocurar!a todas las formas a n de salvar a /a!n & %onsolados por las re-elaciones de la naturale/a, Adán " su compañera, alumnos en la escuela del surimiento,
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aprend2an cada d2a a amar más al Sal-ador# %rec2an en sabidur2a, humildad " santidad# 5odas las -irtudes destruidas por el pecado, renac2an en el cora/!n# %on ánimo la pare*a se dedicaba al traba*o edi4cante0 plantaban *ardines que por el poder de Cios se llenaban de perumadas 3ores " deliciosos rutos# Su hogar en el e8ilio se con-ert2a en un reugio para los animales perseguidos de los -alles# .a colina, ba*o la protecci!n de los ángeles de la lu/, se con-irti! en una miniatura del dén distante# ntre los animales reunidos " domados con amor, hab2an muchas o-e*as# ' Adán " -a no consegu2an poner los o*os sobre esos d!ciles animales destinados al sacri4cio, sin probar en lo proundo del alma una me/cla de dolor " gratitud# n la noche que anteced2a a cada sábado, Adán ten2a, por orden del %reador, el repetir el doloroso acto# ;%uánta amargura " arrepentimiento sobre-en2an a la pare*a al descender las tinieblas de la noche del sacri4cio< ;%uánto consuelo les tra2a la llama del perd!n que *amás hab2a de*ado de brillar sobre el altar, en aquellas noches pre 4gurati-as< l decisi-o -alor del sacri4cio, para que la -ida pudiese 3orecer ba*o la protecci!n di-ina, lle-! a la pare*a a -alori/ar inmensamente a su pequeño rebaño# %ada se8to d2a, no obstante, comen/! a traer consigo, más allá del dolor, una inquietud0 : TNuién donará su sangre al altar cuando la Iltima o-e*a pere/ca: A los o*os de la pare*a mara-illada, aconteci! al 4n el milagro del amor, reno-ándoles la esperan/a de -i-ir otras semanas ba*o el brillo de la llama del perd!n0 una o-e*a, la más gorda de ellas, comen/! a sangrar como en sacri4cio6 Ce su dolor, les nacieron cuatro corderitos# .lenos de alegr2a " gratitud, Adán " -a se postraron ante el Sal-ador in-isible, teniendo en las manos aquellas nue-as criaturitas que tra2an en sus o*os la misma ternura " disposici!n para el sacri4cio# 9 Seguros de que nue-os milagros multiplicar2an sus d2as, la pare*a uni! su -o/ como antes, en un cántico de gratitud " adoraci!n al %reador que, como los corderitos nacer2a también del dolor para cumplir en su -ida el ma"or de todos los sacri4cios, para la sal-aci!n de la humanidad# l terno, aunque in-isible a los o*os de Sus hi*os humanos, permanec2a mu" cerca, acompañado por un e*ército de
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ángeles, en incansable ministerio de cuidado " protecci!n# .a pare*a estaba inconsciente de que la dulce calma " pa/ reinantes en aquella colina, as2 como toda su prosperidad, eran rutos de tan intensa lucha# > Si sus o*os uesen abiertos hacia las escenas que ocurr2an in-isibles, ser2an arrebatados de espanto6 ;%uán terrible era el enemigo " sus huestes en sus constantes in-estidas con el prop!sito de arruinar al ser humano, arrebatándolo de las manos del %reador< $iendo que el empleo de la uer/a no le redundar2a en -ictoria, el enemigo en su astucia ideali/! una trampa con la cual pudiera enla/ar a la pare*a# +euniendo a sus e*ércitos, les re-el! sus planes diciendo0 :OAl ser humano le ue ordenado sacri4car corderos, como s2mbolos del Sal-ador -enidero# ? .os tentaremos a mirar hacia esos s2mbolos como portadores de perd!n " -ida, haciéndolos poco a poco ol-idar la realidad del sacri4cio prometido por Cios# Será un proceso lento, pero de una -ictoria segura# : l %reador conociendo el peligro de esa trampa, se entristeci!, pues al mirar hacia el uturo, pudo -er a tantos hi*os Su"os siendo des-iados del camino de la sal-aci!n# ;%uántos se apegar2an a los s2mbolos *u/gando encontrar en ellos -irtud< Cios en su amor " cuidado, no los de*ar2a inconscientes del peligro que los amena/aba# @ Sab2a Gl cuánto Adán " su compañera amaban a aquellos corderos que, al morir sobre el altar, les orec2an lu/ " calor# Jácilmente podr2an ser inducidos a -erlos como uentes de -ida " lu/, comen/ándolos a re-erenciar# uchas semanas "a hab2an pasado, tra"endo consigo las noches de dolor " sacri4cio, seguidas por los d2as de esperan/a " nostalgia de Aquél Padre cariñoso, el cual después de hacerles promesas " secar sus lágrimas, Se hab2a tornado in-isible delante de sus o*os# %ada d2a que pasaba, tra2a a la pare*a una nue-a carga de nostalgia, haciéndolos indagar en cada atardecer0 : T%uándo besaremos nue-amente Su a/ ;T%uándo seremos en-ueltos por Sus bra/os, caminando ba*o la lu/ de Su amor< : ;%uánta nostalgia sent2an de aquellas noches edénicas, cuando adormec2an en el sua-e rega/o de su di-ino Padre< B Una semana más de traba*o " lecciones aprendidas estaba 4nali/ando# l sol en su declinar anunciaba otra noche de arrepentimiento " de sangre inocente a bañar el
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altar# .a silente pare*a estaba le*os de imaginar que en esa noche, el doloroso golpe que siempre era seguido por el uego, les re-elar2a la a/ bendita del Padre# %on las manos estremecidas, Adán le-ant! al cordero que, mudo, no hi/o ninguna resistencia al ser colocado sobre el altar# .ágrimas rodaron en su rostro al pensar que un inocente animal más se /ambullir2a en las odiadas tinieblas de la muerte, para generar la lu/ con su sangre# D s doloroso sacri4car, mas no ha" otro camino de sal-aci!n# Lnicamente a tra-és de la sangre derramada del cordero, podrán -i-ir para contemplar en el uturo la a/ del Padre# n un penoso esuer/o Adán hace caer aquella piedra puntiaguda sobre el corderito que, en un gemido de dolor derrama su sangre# Una .u/ gloriosa pronto disipa las tinieblas inundando toda la colina con sus ra"os de -ida# A tra-és de las lágrimas la pare*a entonces contempla en medio del uego del altar, al %reador# n un gesto de amor, Cios abre Sus bra/os como antes, " con una sonrisa camina hacia el tan anhelado abra/o# &E Sin encontrar palabras que e8presen su inmensa nostalgia, la pare*a se lan/a a Su pecho " llora amargamente# l di-ino Padre, conmo-ido, también llora, mas procura consolar a sus hi*os, con su dulce sonrisa# %on emoci!n la pare*a contempla la a/ del Padre, en-ol-iéndola con besos " cariños# l amor de ellos por Gl hab2a sido intensi4cado por el surimiento# Agradecidos " elices, caminan al lado del %reador, mostrándole los *ardines cargados de 3ores " rutos# .e cuentan de las lecciones aprendidas *unto a la naturale/a6 .e muestran el rebaño domado por el aecto# && 7luminados por la sua-e lu/ del terno Padre, la pare*a se sienta a Sus pies como antes, para o2r Sus enseñan/as# l %reador, mirándolos con ternura, pasa a ad-ertirlos del peligro# rientándolos acerca de los sacri4cios de corderos, que eran importantes en el sentido de mantener siempre en la mente la certe/a de un Sal-ador -enidero que, como los corderos, ser2a sacri4cado para redenci!n de los pecadores# .os corderos, sin embargo, no pose2an en s2 poder para perdonar las culpas, pues consist2an apenas en s2mbolos del es2as +e"# &' Cespués de ser ellos concienti/ados del peligro de apegarse a los s2mbolos buscando encontrar en ellos la
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sal-aci!n, la pare*a recibi! la incumbencia de transmitir esas orientaciones a sus descendientes# Cespués de ad-ertir al ser humano, el %reador coloc! la mirada sobre las o-e*as que "ac2an dormidas *unto a su cr2a, " e8clam!0 : ;%uán bellos son los corderitos< : .a pare*a, en una me/cla de elicidad " dolor agreg!0 : ;llos cuando están despiertos saltan de placer, ol-idados de que al nacer " al morir causan tanto dolor<: & Cespués de contemplar a los corderitos, Cios mir! a la pare*a con ternura, re-elándoles algo que los sorprendi! " alegr!0 :%uando de éstos corderos treinta " seis ha"an subido al altar, -uestros bra/os en-ol-erán al primer hi*o que, como ellos surgirá también del dolor# se hi*o en su inancia les traerá alegr2a saltando como los corderitos en -uestro hogar# Ceberéis instruirlo con dedicaci!n en las le"es de la armon2a, mostrándole el camino de la redenci!n# %omo -osotros, él será libre para escoger el rumbo a seguir# Aceptando la enseñan/a, su -ida será -ictoriosa6 recha/ándola, caminará hacia la derrota# &9 Adán " -a o"eron con alegr2a la promesa di-ina, pero al mismo tiempo e8perimentaron en lo proundo del ser un temor al concienti/arse de la responsabilidad que tendr2an# Sab2an que Satanás har2a todos los esuer/os para lle-ar al niño prometido a la perdici!n# ra alta noche cuando el %reador, después de acariciar a sus hi*os, los de*! dormidos sobre el sua-e césped# Cespués de la promesa, cada corderito lle-ado al altar hac2a latir más uerte en el -ientre materno la esperan/a de la alegr2a que en bre-e alcan/ar2an# &> 5reinta " seis 4nalmente descendieron a las tinieblas cumpliendo el tiempo determinado por el %reador en que el primer niño recibir2a la lu/# %on las manos toda-2a manchadas por la sangre del sacri4cio, Adán ampar! a su esposa que, a los pies del altar se postr! -encida por el dolor que le tra*o el primer hi*o# l pequeño niño no tra2a en la cara la alegr2a de la libertad, sino el llanto de su prisi!n6 se llanto durar2a la noche entera, si no uese por el brillo de aquella llama ardiente de esperan/a que, pronto atra*o la atenci!n de sus o*itos atentos# n-ol-iéndolo con alegr2a, -a consolada de su surimiento, di*o0 Alcancé del Señor la promesa# .e dio entonces el nombre de %a2n#
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&? Cespués de en-ol-er al bebé con las pieles sua-es de un cordero, la pare*a permaneci! despierta a meditar# uchos eran los pensamientos que ocupaban sus mentes0 pensamientos de alegr2a, de gratitud, de esperan/a " de anhelo por el sentido de la responsabilidad que ahora pesaba sobre sus hombros# Acariciando con ternura al pequeño niño, la pare*a madur! en su e8periencia, comprendiendo me*or el misterioso amor de Cios que, para sal-ar a Sus hi*os, Se dispuso a morir en lugar de ellos# &@ Adán " -a no estaban solos en sus re3e8iones0 todos los seres inteligentes del Uni-erso consideraban con interés el uturo de aquél indeenso bebé que en el interior pose2a un reino de dimensiones in4nitas, al ser disputado por los dos poderes en lucha# ;TNuién ser2a el Señor de su -ida< ;T%aminar2an sus pies por el camino ascendente que lle-a a la -ida, o la ruta descendente que termina en el abismo de una muerte eterna< $iendo al niño esbo/ar su primera sonrisa, la pare*a sIbitamente se acord! de la promesa del %reador que era con4rmada en cada sacri4cio0 Gl nacer2a de la mu*er como niño, con la misi!n de redimir a la humanidad# &B T=o ser2a %a2n "a el cumplimiento de la promesa ;l inante con sus o*itos brillantes de alegr2a se parec2a tanto a los corderitos que nac2an " crec2an con la misi!n de ser sacri4cados< %onsiderando as2, la pare*a apretando al hi*o *unto al pecho comen/! a llorar sin consuelo# ;%uán terrible, ser2a orecer a su hi*o inocente al rudo altar< Para la pare*a compungida por el dolor, apareci! al 4n el sol brillante haciendo re-i-ir con sus cálidos ra"os las promesas que señalaban hacia un Sal-ador que, toda-2a en el uturo, nacer2a también del dolor para cumplir el eterno plan de redenci!n# &D endecido por el %reador " en-uelto por el amor " cuidado de los padres, el niño se desarrollaba en su naturale/a 2sica " mental, tornándose cada d2a en el ob*eti-o ma"or de una incansable batalla entre las huestes espirituales# Adán " -a, ansiosos por hacerlo comprender las -erdades de la sal-aci!n, lo tomaban en los bra/os en cada amanecer ", al borde del altar le señalaban el dén distante, contando aquellas historias de emoci!n las cuales el pequeño %a2n toda-2a no consegu2a comprender#
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'E %uál ue la alegr2a de aquellos padres, al -erlo en una mañana de sol, señalar con su manita hacia el hogar de la nostalgia, pronunciando el nombre sagrado del %reador# mocionados lo tomaron en los bra/os, pidiéndole que repitiera ese sublime nombre que, cual lla-e de elicidad, siempre les descubr2a un para2so de eterno amor# 5odas las huestes de la lu/ se inclinaron con alegr2a al o2r al pequeño niño pronunciar el nombre del di-ino +e"# '& .as semanas se iban pasando tra"endo consigo nue-as -2ctimas hacia el altar, " el pequeño %a2n, blanco de la atenci!n " cuidado de Cios, de las huestes de la lu/ " de aquellos amorosos padres incansables en la misi!n de instruirlo, agrupando sus pocas palabras, siempre curiosas con todo comen/! a interrogar# l d2a declinaba cuando el muchacho, que "ac2a en el rega/o de su madre, le pregunt!0 :adre, TPor qué el sol siempre se -a as2, de*ando a la gente en el r2o de la oscuridad:-a, sorprendida contempl! a su hi*o, sin encontrar palabras para contestarle la pregunta que le tra*o el recuerdo del pasado de elicidad destruido por su culpa# '' Cespués de un momento de silencio, besando la cara del pequeño %a2n, le di*o0 :O1i*o, un d2a el sol -endrá para quedarse, tra"endo en sus ra"os un mundo solamente de armon2a6 "a no habrán animalitos para combatir, ni corderitos para morir sobre el altar: l pequeño %a2n deseando -er ra"ar pronto ese d2a, di*o a su madre0 :Oadre, mañana el sol nacerá en el para2so6 ;Pide para que él se quede< As2 podré *ugar, *ugar, " nunca más dormir# : Ansioso en -er ra"ar el d2a que no tendr2a 4n, el pequeñito %a2n solamente se durmi! hasta después de hacer a su madre prometer que pedir2a al sol permanecer# ' Un nue-o d2a de sol radiante a caminar por el cielo surgi! para %a2n, tra"endo en sus ra"os alegr2a " calor# ientras *ugaba en el *ard2n, sus o*itos curiosos se -olteaban muchas -eces hacia el sol que parec2a acariciarlo con una sonrisa de esperan/a# $iéndolo, sin embargo, caminar en direcci!n del occidente, el pequeño corri! hacia su madre, preguntándole0 :Oadre, TGl prometi! quedarse:-a, tomándolo en los bra/os, le sonri! procurando hacerlo comprender con palabras simples,mientras le señalaba el distante para2so, la historia de la redenci!n#
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'9 l sol -endr2a un d2a para quedarse# %a2n, insatisecho con las palabras de la madre, demostr! no tener paciencia para esperar ese d2a que "ac2a en un uturo distante# +epet2a en llanto0 :;Yo quiero el sol ahora, mañana no<: -a, pacientemente, procur! calmar a su hi*o, hablando sobre la lu/ de Cios, que puede con-ertir la noche en d2a# Gl lo amaba " podr2a henchir su cora/oncito de brillo, de alegr2a " paciencia# Podr2a as2, esperar eli/ el d2a de sus sueños# alanceando la cabecita en recha/o al consuelo de la madre, %a2n pronunci! entre sollo/os0 :Yo quiero al sol porque "o puedo -erlo, al terno no# : '> %omo una 3echa dolorosa las palabras de rebeld2a de %a2n penetraron en el cora/!n de -a, haciéndola llorar amargamente# .os 4eles en todo el Uni-erso se unieron a ese llanto# Una triste/a in4nita se cern2a sobre el cora/!n del %reador recha/ado# Se esbo/aba en los gestos de %a2n los primeros pasos por el camino descendente de la rebeld2a# ;%uántos lo seguir2an rumbo a la muerte< 7nconsciente de la triste/a que se hab2a abatido sobre el reino de la lu/, Adán, al -er el sol declinar en el hori/onte, de*! su traba*o en el campo dirigiéndose hacia la casa# '? 5en2a un cántico en el cora/!n al caminar hacia un encuentro más con los su"os# Al acercarse al altar, -io *unto a él a su compañera postrada en llanto# l pequeño %a2n "ac2a all2 también llorando# 5omándolo en los bra/os, Adán le pregunt! con ansiedad0 :TNué sucedi! hi*o m2o: %a2n tristemente respondi!0 :amá de*! ir al sol toda-2a: amparando al hi*o con su bra/o i/quierdo, Adán puso su mano derecha sobre el hombro de -a, más no encontr! palabras para consolarla# .a rase dicha por su hi*ito, pareci! rasgarle el cora/!n, haciéndolo re-i-ir la ca2da# Cespués de reF3e8ionar, Adán sintiéndose culpable respondi! a %a2n0 :Jue papá quien de*! ir al sol toda-2a hi*o m2o# : '@ %on sollo/os de gran triste/a, Adán se uni! a ellos en llanto# l recuerdo del Sal-ador, sin embargo, lo consol!# Secando sus lágrimas " las de su hi*ito, le di*o con ternura0 :Podemos alegrarnos hi*ito, pues Cios prometi! hacer el sol para siempre brillar en el cielo6 él será como el uego que aparece en el altar, e8pulsando a las tinieblas de la noche:# %on los o*itos -ueltos hacia el Iltimo claro del arrebol, %a2n permaneci! sin consuelo# n aquél atardecer,
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no hubo como de costumbre una alegre cena# .a pequeña amilia, entristecida, permaneci! silente a meditar por largas horas, hasta que soñolientos durmieron ba*o la lu/ de las estrellas# 'B l enemigo " sus huestes, en sarcasmo de maldad se burlaban en aquella noche del surimiento de Cios " Sus 4eles# +epitiendo las palabras de rebeld2a del pequeño %a2n, se *actaba como -encedor# n un desa2o al %reador pronunci!0 : ;ira como este mi pequeño escla-o te recha/a< .o mismo se dará con todos aquellos que han de nacer# sto" seguro que el derecho del dominio *amás saldrá de mis manos# : 5odas las huestes rebeldes repitieron en eco las arentas del engañador, humillando a los sIbditos de la lu/ que sur2an del lado del terno# %on sus arentas, el enemigo procuraba hacer a Cios desistir de Su plan de redenci!n# Si eso sucediese, su reino de tinieblas se e8tender2a por toda la eternidad, suplantando el dominio de la lu/# 'D n respuesta al desa2o del enemigo, el terno solemnemente a4rm!0 :Aunque todos me recha/aren, Yo cumpliré la promesa# : l %reador no soportaba el pensamiento de -er al pequeño %a2n caminar hacia la perdici!n# Por él interced2a cada d2a, oreciendo ante la *usticia Su sangre que -erter2a# Wngeles poderosos lo guardaban en cada momento, espantando las tinieblas espirituales que lo acechaban procurando -ol-erlo insensible a los bene4cios de la sal-aci!n, que eran ilustrados por los s2mbolos# Adán " -a en su incansable ministerio de amor, todos los d2as enseñaban a %a2n las lecciones espirituales ilustradas en la naturale/a# E n cada sábado procuraban a4rmar en su mente *u-enil la esperan/a de una -ida eterna, que ser2a ruto del sacri4cio del Sal-ador# Gl después de -i-ir una -ida sin pecado, morir2a como un cordero, para poder e8pulsar para siempre las tinieblas# %a2n se conmo-2a a -eces con las enseñan/as, mas casi siempre cuestionaba -acilante# +ebeldemente preguntaba0 : ;TPor qué Samael se ue a rebelar< :%ierta noche, rehusando o2r los conse*os de sus padres, los acus! de todo el mal diciendo0 :Si ahora no tenemos un sol a brillar, es por culpa de -osotros# : & .a contemplaci!n del dén distante bañado en sol hi/o nacer en el cora/!n *u-enil de %a2n pensamientos de
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a-entura# Gl comen/! a pensar0 ste para2so no está tan le*os como a4rman papá " mamá# ;TPor qué esperar " surir tanto tiempo< ;Gl es tan bello< ;s de él que surge todos los d2as el sol< Si lo conquistáramos, será ácil detener la lu/ en su uente6 As2 -i-iremos en un para2so de eterno sol# .as ideas de a-entura de %a2n, llenaron el cora/!n de Adán " -a de triste/a# $ieron que su interés era solamente por el tiempo presente6 él soñaba con un para2so de elicidad " lu/ conquistado por su uer/a# ' n sus planes, no sent2a la necesidad de un Sal-ador6 : TPara qué, si era tan *o-en, inteligente, lleno de -ida " de ideales: as2 dec2a# .os d2as de luchas, intercesiones " sacri4cios por el destino de %a2n se ueron pasando# portunidades preciosas para apegarse al Sal-ador surg2an cada d2a delante de él, mas todas las recha/aba, una por una# n su incredulidad lleg! a dudar de la e8istencia de ese Cios, el cuál *amás hab2a -isto# A los padres que, a3igidos pero siempre con paciencia, procuraban librarlo de la perdici!n hacia la cual estaba caminando, prometi! un d2a, después de sonre2r con aire de incredulidad, creer en el %reador " en Su plan de sal-aci!n, si se diera el caso de que Gl se -ol-iese -isible en la hora del sacri4cio# %on ardiente e, aquellos padres comen/aron a clamar al terno# Su presencia -isible podr2a, quién sabe, sal-ar a aquél hi*o amado que cada d2a se -ol-2a más rebelde# l %reador o"! el clamor de los padres a3igidos# Aunque sab2a que su aparici!n di2cilmente quebrar2a en el cora/!n del *o-en %a2n su esp2ritu rebelde, estaba dispuesto a satisacer la petici!n# 8tender2a los bra/os amigos a %a2n, procurando con amor conquistarle el cora/!n# 9 %omo conoc2a sus anhelos " sueños de a-entura, ácilmente Gl podr2a identi4carse con él, cauti-ándolo, pues Gl también era Alguien que siempre hab2a cargado en el pecho sueños de a-entura6 ;T=o hab2a sido la creaci!n del Uni-erso una gran a-entura< ;T=o hab2a sido Su sueño -erlo incrustado de soles ulgurantes, iluminando billones de mundos con su brillo< ;T=o era también el ma"or de los Su"os atra-esar el -alle de la muerte, en la bIsqueda de la conquista del dén distante, uniendo para siempre el sol en su cielo< ;5en2an muchas cosas en comIn< %a2n estaba curioso en aquel d2a se8to#
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> n la a/ de los padres, -e2a el ánimo " la alegr2a, rutos de una e grandiosa# stimulado por esa e8presi!n de con4an/a, el *o-en comen/! a a"udarles en los preparati-os para el santo sábado# l Sol 4nalmente se escabull! rodando hacia el poniente, de*ando como de costumbre su rastro de nostalgia que anunciaba miedo# n medio de las tinieblas, %a2n discerni! la 4gura blanca del cordero siendo le-antado hacia el altar por las manos del padre :ese incansable sacerdote que siempre estaba implorando al %reador por la sal-aci!n de su amado hi*o# : ? %on la mano le-antada, Adán se preparaba para el golpe que podr2a, quién sabe, romper en el cora/!n de %a2n su incredulidad, haciendo nacer en un solo momento la creencia en la sal-aci!n# Ce sus labios se escapa entonces la plegaria de la e0 : Padre terno, o"e mi petici!n6 ;i hi*o precisa de 5i< ;;Solamente una mirada 5u"a podrá conquistarlo# $en Señor<< : sta oraci!n sincera ca"! en los o2dos de aquél hi*o conmo-iéndolo# Solamente la plegaria "a ser2a su4ciente para con-encerlo de la e8istencia real de un Sal-ador# @ ientras seca las lágrimas de la emoci!n, %a2n se estremece al o2r el ruido del golpe de la muerte# 5odo era solemne en aquel momento6 ;T$endr2a el %reador del mundo en respuesta a la oraci!n de amor< ;T%!mo lo encarar2a en su incredulidad< Un uerte brillo en-ol-i! pronto toda la colina bañando también el -alle oriental# .os o*os bien abiertos de %a2n se posaron entonces en los o*os amables del %reador, que tra2a en la a/ un brillo superior al del sol, mas no ouscante# B %ontemplándolo con admiraci!n, %a2n e8clam!0 : ;Gl es *o-en como "o, " se parece al Sol<:Adán " -a, conmo-idos por la gran nostalgia ten2an deseos de saltar al pecho del Sal-ador " besarlo, pero de*aron que Gl se encontrase primero con %a2n# %on alegr2a, -ieron al precioso hi*o en-uelto en los bra/os del gran amigo, que era parecido a su astro# Cespués del largo abra/o, Cios abra/! " bes! también a la querida pare*a, compañeros en el surimiento# %on alegr2a, salieron a pasear por los *ardines de la colina# D Al centro iba el %reador " %a2n, " a los lados Adán " su compañera# ;%uánta elicidad e8perimentaban en esos pasos< staban completos# %a2n, conquistado por el aecto
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del Padre terno, .e mostr! sus animales de estimaci!n " su pequeño *ard2n cargado de lindas 3ores# ;%omo estaba encantado de -erlos coloridos en aquella noche deshecha por el brillo del %reador, como ba*o la lu/ del d2a< Parec2a hasta como si el mismo Sol hubiese ba*ado a ellos# Al pensar en el Sol, %a2n como lo amaba mucho, comen/! a hablar sobre él diciendo0 : ;%omo él es bello " bueno< %uando él se -a no obstante, de*a en sus lágrimas de sangre un sentimiento de triste/a " temor# 9E 5odo desaparece en su ausencia0 los animales, el *ard2n6 ;hasta los pa*arillos silencian sus cantos<### Pero basta a él decir que -a a aparecer ", todo se llena de encanto6 .a naturale/a se despierta de su mansedumbre, pareciendo toda-2a temer a las tinieblas, mas cuando las -e huir, permanece alerta " canta6 ;.os animales, los pa*arillos, el *ard2n,### todo -uel-e a un eli/ -i-ir< ;;;as, esta elicidad siempre acaba<<< : 9& Cespués de hablar estas palabras, %a2n mirando al %reador indag! curioso0 :Papá siempre dice que uiste tI quien cre! al Sol# Ts -erdad: %on una sonrisa de sinceridad Cios le contest! que s2#: T%uando tI le hiciste en el principio, conFtinu! %a2n, él "a hu2a hacia el poniente : :Gl nunca hu"e, respondi! el terno, es el mundo quien hu"e de él# ;Gl esta triste con esa ingratitud<: : TPero c!mo: Pregunt! %a2n, contemplando curioso Su a/ de lu/# %on palabras cariñosas, Cios comen/! a contarle la historia de .ucier que, en su ingratitud desterr! de sus o*os " de los o*os de una multiplicidad de criaturas, el brillo de Su a/ :el Sol $erdadero# : 9' Cespués de actuar as2, engañ! a muchos diciendo que el Sol era quien hu2a de ellos# %on su astucia, continu! el %reador, el ángel rebelde procur! arrastrar al ser humano hacia las tinieblas, " lo consigui!# l Sol en aquel d2a, llor! tantas lágrimas de sangre, que bañ! todo el cielo# n su Iltimo suspiro de lu/, sin embargo, él le prometi! al mundo "a arrebatado por las tinieblas, -ol-er un d2a a brillar para siempre, llenando todo su seno de -ida# 9 Cespués de decirle estas palabras, el terno mirando a aquel *o-en, con e8presi!n de triste/a en los o*os conclu"! diciendo0 :1o", el ángel rebelde promete a sus seguidores que irá con su uer/a a detener el sol, pero él *amás conseguirá reali/ar ese plan, pues no posee el la/o que
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podr2a detenerlo0 el amor# : %abi/ba*o, %a2n o"! de los labios del %reador esa historia de promesas, la cual "a se hab2a cansado de o2r de sus padres# sa historia no le daba placer, pues mostraba una noche larga de sacri4cios sobre el altar, " de un Sal-ador a perecer en dolor# 99 n realidad, %a2n no -e2a ra/ones para todo eso# ;TPorqué no desterrar le*os el surimiento coloreando las tinieblas de lu/< n un esuer/o de conquistarlo, el terno con mucho amor mir! a aquél *o-en insatisecho, " le di*o que, solamente la sangre de Su sacri4cio podr2a hacer al Sol brillar para siempre, en un reino de eterna elicidad " pa/# =o hab2a otro camino para esa conquista# Por ello, deber2a ser paciente, descansando ba*o Su cuidado# 9> Cespués de con-ersar por largo tiempo con %a2n, en la tentati-a de hacerlo reconocer su necesidad de sal-aci!n, Yahwéh -olteándose hacia la pare*a, comen/! a consolarlos con la promesa del nacimiento de otro hi*o# 5reinta " seis sacri4cios más ser2an contados, " sus bra/os en-ol-er2an al segundo hi*o# =acer2a también del dolor, mas traer2a en los o*os el brillo " el consuelo de la sal-aci!n# Su testimonio de 4delidad ser2a perpetuado por todas las generaciones, en el s2mbolo de un altar cubierto de sangre# .as semanas se iban pasando, tra"endo a la pare*a nue-as de alegr2as " triste/as0 de un cora/!n lleno de -ida a latir en el -ientre de -a, " de un -ac2o con olor de muerte a crecer en el cora/!n del *o-en %a2n# 9? Aunque él se hab2a deslumbrado ante la maniestaci!n de Cios, esa aparici!n en nada le cambi! su manera arrogante de pensar sobre el sentido de la -ida# Gl no -e2a sentido en los sacri4cios orecidos en el altar# n los d2as que siguieron a su encuentro con el %reador, él argumentaba con sus padres diciendo0 :Si "o uese poderoso como el terno, "o *amás me someter2a al sacri4cio para reconquistar el reino perdido# Gl es uerte, " brilla como el sol# Gl podr2a con una sola palabra e8pulsar todas las tinieblas, de-ol-iéndonos el para2so# 9@ ;TPara qué tanto surimiento< : %on ese argumento, %a2n se supon2a más sabio que el %reador# Nuién sabe si, en un pr!8imo encuentro tendr2a oportunidad de aconse*arlo# Ce esa orma, el *o-en %a2n se sumerg2a cada -e/ más en el abismo del orgullo " del ego2smo :lugar de ilusiones hacia donde se dirig2a, : pensando estar caminando hacia la